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Relaciones Interecnicas

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COLECCIN LA PLUR ALIDAD CULTUR AL EN MXICO Nm.

Coordinador Jos del Val

COORDINACIN DE HUMANIDADES Programa Universitario Mxico Nacin Multicultural COORDINACIN DE DIFUSIN CULTUR AL Direccin General de Publicaciones y Fomento Editorial

LAS R E INTERETNICA S EN M

R ELACIONES AS N MEXICO
Federico Navarrete

Universidad Nacional Autnoma de Mxico Mxico 2004

Primera edicin: 2004 D.R. U niv ersidad N acional A utnom a de M xico Ciudad Universitaria, 04510, Mxico, D. F. P rogr am a U niv ersitario M xico N acin M ulticultur al D ireccin G ener al de P ublicaciones y Fomento E ditorial Prohibida la reproduccin parcial o total por cualquier medio, sin autorizacin escrita del titular de los derechos patrimoniales.

ISBN: 970-32-1679-X (obra completa) ISBN: 970-32-1675-7 (tomo 3)


Impreso y hecho en Mxico

Mestizos e indios en el Mxico contemporneo

Mestizos contra indios: el Mxico que conocemos

E n Mxico hay 90 por ciento de mestizos y 10 por ciento de indgenas. Esta afirmacin, repetida hasta el cansancio en los medios de comunicacin y en las conversaciones particulares, en las estadsticas gubernamentales y en los libros especializados, se ha convertido en una verdad aceptada sin mayor cuestionamiento por casi todos los mexicanos. La divisin entre una mayora mestiza y una minora indgena define los mapas geogrfico, social, poltico, econmico y tnico con los que concebimos la realidad de Mxico y de la poblacin que habita en l.

El mapa de los pueblos indgenas de Mxico


Segn el mapa geogrfico, la poblacin indgena se concentra tradicionalmente en regiones particulares de nuestro pas, principalmente en las zonas centro y sur, que son generalmente, las ms montaosas, las ms remotas, las ms empobrecidas, las ms rurales, y las que menos acceso tienen a los servicios gubernamentales. Segn esta visin,
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las regiones indgenas no son remotas y aisladas por casualidad, sino porque se trata de lo que Gonzalo Aguirre Beltrn llam regiones de refugio, zonas donde la poblacin indgena se refugi para escapar de la dominacin ejercida por los grupos blancos o mestizos del Mxico colonial o independiente. Por ello, el aislamiento geogrfico de los indios es interpretado como resultado de su aislamiento histrico, de su negativa a incorporarse a la sociedad dominante. El mapa social nos muestra, por un lado, a 90 millones de personas que hablan espaol, que definen su identidad en primer lugar como ciudadanos mexicanos, que tienen una cultura occidental y moderna, y por el otro a 10 millones que hablan alguna de ms de 60 diferentes lenguas indgenas, que definen su identidad en primer lugar como miembros de su comunidad local y de su grupo tnico, y que tienen una cultura indgena y tradicional, es decir contraria a la moderna. Esta diferencia lingstica, cultural y social suele ser explicada como resultado de la resistencia indgena, de la capacidad que han tenido los indgenas para defender sus tradiciones y sus formas de vida y para oponerse a las diferentes fuerzas externas que han buscado su sometimiento, eliminacin o integracin al resto de la sociedad mexicana. Algunos pensadores, como Guillermo Bonfil, han celebrado esta capacidad de resistencia de las sociedades indgenas como la defensa de la verdadera esencia de la nacin. Sin embargo, muchos otros autores, como Manuel Gamio y el propio Aguirre Beltrn, han considerado que la divisin entre mestizos e indgenas es daina para Mxico y han propugnado la unificacin social y cultural de todos los mexicanos dentro del grupo mestizo, es decir han propuesto que los indios deben abandonar su cultura indgena. En el mapa econmico encontramos que los 10 millones de indgenas son en general ms pobres, estn menos educados, son menos sanos y estn peor alimentados que los mestizos. De hecho en el pensamiento de muchos socilogos, y de muchos funcionarios del gobier8

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no, la palabra indio se ha hecho virtualmente sinnimo de pobre y de marginado. La marginacin social y econmica de los indgenas es explicada de diversas maneras. Los que defienden la integracin de los indios al Mxico mestizo, consideran que por vivir aislados en el campo y por tener una cultura tradicional los indgenas son reacios a las innovaciones y los avances que aceptan los mexicanos mestizos y por ello no han gozado de los beneficios del progreso del pas. Otros autores, en cambio, atribuyen la marginacin indgena a la incapacidad del Estado y la sociedad mexicanas de llevar a sus hermanos indgenas los adelantos y ventajas de los que gozan los mestizos, ya sea por indiferencia, o por racismo contra ellos. En suma, de acuerdo con estos mapas que dividen el Mxico mestizo del Mxico indio, nuestra nacin est dividida en dos grandes grupos, esencialmente diferentes, con valores y expectativas distintos y con formas de vida igualmente contrastantes. Los mexicanos podemos ser mestizos o ser indgenas y esta disyuntiva define nuestra identidad como personas y como miembros de nuestra sociedad.

La historia detrs del mapa


Este mapa de las divisiones tnicas y sociales de Mxico se sustenta, a su vez, en una historia del pasado nacional que nos cuenta cmo es que hemos llegado a la situacin actual, una historia que hemos escuchado en las escuelas y ledo en los libros de texto y que se repite incesantemente en los medios de comunicacin y en los debates sobre la realidad tnica de nuestro pas. Segn esta historia, Mxico fue un pas indgena a todo lo largo de su historia prehispnica hasta la conquista espaola. En ese periodo, los indgenas se rigieron a s mismos y desarrollaron una civilizacin avanzada y original. Los aztecas fueron la culminacin de esta larga historia independiente de Mxico y la cumbre de las realizaciones
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culturales de la civilizacin indgena. Las grandes civilizaciones prehispnicas son el origen de la nacin mexicana y a la fecha deben enorgullecernos a todos. Con la llegada de los espaoles y la conquista de los aztecas en 1521, se inici un periodo radicalmente diferente en la historia de Mxico. Los indgenas fueron derrotados y sometidos a la dominacin espaola y se convirtieron en un grupo marginado, explotado y relegado. La explotacin econmica, la imposicin del catolicismo y las epidemias que asolaron a la poblacin indgena destruyeron la civilizacin prehispnica, de manera que las culturas indgenas coloniales se convirtieron en meros vestigios degradados de las glorias de sus antepasados. Al mismo tiempo, llegaron a nuestro territorio mujeres y hombres, as como animales, plantas y productos, de origen europeo y africano que modificaron irreversiblemente todos los aspectos de la realidad nacional. Como resultado de la mezcla entre las mujeres indgenas y los hombres espaoles surgi un nuevo grupo racial, los mestizos, que se convertiran en el centro de la nueva sociedad mexicana. Sin embargo, el rgimen colonial se caracteriz por marcar diferencias insalvables entre los diferentes grupos tnicos, favoreciendo a los espaoles, y discriminando a los criollos, es decir los hijos de espaoles nacidos en Mxico, a los indios y a los mestizos. Esta historia patria contina contando que la independencia de 1810 y la consolidacin de Mxico como nacin independiente a lo largo del siglo xix significaron la recuperacin de la soberana nacional perdida por la conquista. Igualmente los nuevos gobiernos independientes instauraron la igualdad, terminando de manera definitiva con las leyes y prcticas que discriminaban a los distintos grupos tnicos. Con la Independencia, los mestizos emergieron como el nuevo grupo dominante de la nacin y se convirtieron en la encarnacin de la identidad mexica. Por su origen dual, los mestizos encarnaban todas
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las virtudes de Mxico: por su raz indgena eran orgullosos herederos de la milenaria tradicin cultural indgena prehispnica, mientras que su raz espaola los haca partcipes de la cultura occidental y por ende de la modernidad en la que Mxico deba participar. Por ello los mestizos tuvieron la capacidad de integrar a los dems grupos humanos del pas en un proceso que ha sido conocido como mestizaje en el que tanto los indgenas como los criollos, as como los inmigrantes extranjeros, deban renunciar a sus identidades particulares para asumir la identidad mestiza propia de todos los mexicanos. Al mestizarse, los indgenas no traicionaron su tradicin cultural, pues los mestizos eran descendientes de la milenaria cultura prehispnica, sino que en realidad adoptaron una cultura moderna y progresista, y dejaron de lado la cultura degradada por la colonizacin espaola que practicaban en ese momento. Igualmente, al incorporarse a la nacin mestiza, los grupos de origen europeo tampoco traicionaron su cultura, pues los mestizos eran tambin occidentales, sino que enriquecieron su identidad con las profundas races indgenas de la nacin. La historia oficial nos cuenta que la sociedad mexicana experiment un exitoso proceso de mestizaje en los siglos xix y xx en el que la mayora de los indgenas y grupos europeos fueron convencidos de abandonar su caduca identidad y su atrasada cultura para adoptar la moderna identidad mestiza. As fue como Mxico, a diferencia de las dems naciones americanas, ni extermin, ni discrimin, ni segreg a sus grupos indgenas, sino que los integr de manera voluntaria y pacfica a la cultura nacional. Como veremos a lo largo de este libro, esta historia patria, u oficial, no es enteramente falsa, pues describe muchos de los procesos y realidades que han vivido los diferentes grupos humanos en nuestro pas, sean indgenas, mestizos o criollos; pero tampoco es enteramente verdadera, pues la historia de las relaciones intertnicas en
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nuestro pas ha sido mucho ms compleja y contradictoria que lo que ella propone.

El problema indgena
La conclusin lgica de esta historia es que los mexicanos que an se consideran indgenas en el presente no son ms que una minora recalcitrante que se ha negado a incorporarse al Mxico mestizo. Por ello, la continuada existencia de los indgenas es vista como resultado de una falla de los mexicanos, ya sea del racismo de los mestizos y de la manera en que han marginado a los indios, o de la incapacidad de los propios indios para modernizarse y progresar. Por ello, la existencia de 10 millones de mexicanos que todava son distintos de todos los dems es concebida como el problema indgena, pues es vista como un reto y un desafo que la nacin debe resolver. Respecto a cmo lograr esto existen, desde luego, posiciones muy encontradas e incluso incompatibles. Algunos piensan que tanto el Estado como la sociedad mexicana deben hacer todo lo posible por integrar a los indgenas que todava hay en Mxico a la mayora mestiza, pues sta es la nica manera de que ellos progresen y de que la nacin pueda tambin superar las divisiones que la debilitan y le impiden avanzar. Otros, en contraste, defienden la particularidad cultural de los indgenas, pues la consideran la supervivencia de la milenaria y admirable civilizacin prehispnica. As que, lejos de hacer desaparecer a las culturas indgenas, los mexicanos debemos reconocer su valor y ayudarlas a sobrevivir y prosperar. Para que esto se logre, Mxico debe ser definido como una nacin multicultural y pluritnica en la que los indgenas ocupen un lugar equivalente al que tienen los mestizos. stos han sido, a grandes rasgos, los trminos en que se ha discutido el problema indgena en las ltimas dcadas. La distincin entre
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mestizos e indgenas ha definido las polticas del gobierno hacia los indgenas e incluso el conocimiento que tenemos sobre ambos grupos, pues mientras la sociologa, la economa y la historia se han dedicado a estudiar a los mestizos, la antropologa, la arqueologa y la etnohistoria han estudiado a los indgenas. Hasta los aos setenta, las posiciones que proponan la integracin definitiva de los indios al grupo mestizo eran generalmente aceptadas, tanto en el gobierno como en la sociedad mestiza, e incluso entre la mayora de los antroplogos dedicados a estudiar a las sociedades indgenas. Sin embargo, en los ltimos 30 aos, esta situacin ha cambiado radicalmente porque los grupos y organizaciones indgenas han comenzado a hacer or sus voces y han emprendido una vigorosa defensa de su identidad y sus culturas. Estas voces indgenas, en su mayora, no desean la integracin a los mestizos, sino el reconocimiento y respeto a sus diferencias culturales. En los ltimos 10 aos, a partir de la insurreccin zapatista de 1994, el debate sobre las relaciones entre indgenas y mestizos en Mxico se ha hecho ms urgente y ms acalorado y se han realizado negociaciones y reformas legales para intentar resolverlo. Desafortunadamente, estos intentos de solucin no han prosperado, en buena parte porque no se han alterado realmente los trminos del propio debate y casi todos los mexicanos seguimos considerando como verdaderos los mapas tnicos y culturales que dividen tajantemente a los indios de los mestizos. No obstante, para pensar de una nueva forma y poder as modificar las relaciones entre los diferentes grupos humanos que conviven en nuestro pas es indispensable cuestionar los trminos de esta divisin tnica y encontrar nuevos mapas para pensar la pluralidad cultural de nuestro pas. El propsito de este libro es precisamente hacer una crtica sistemtica de los mapas que hemos discutido hasta ahora, tanto desde
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una perspectiva histrica como de una contempornea. En lo que resta de este primer captulo plantear algunas de las principales crticas que se le pueden hacer a estos mapas desde el presente y en los siguientes captulos presentar una historia diferente de las relaciones intertnicas en nuestro pas y del surgimiento de la distincin entre mestizos e indios. Para concluir volver al presente y presentar un mapa alternativo de la realidad cultural y tnica de nuestro pas.

El falso dilema de la autenticidad indgena contra la modernidad mestiza


La primera objecin que se puede hacer a la distincin que establecemos comnmente entre indios y mestizos es la manera en que vuelve absolutas e inmutables las caractersticas culturales de cada uno de estos grupos. De acuerdo con esta concepcin los indios y su cultura pertenecen al pasado. Sus glorias mayores datan del periodo prehispnico, cuando se construyeron las pirmides y se realizaron las obras de arte de las que los mexicanos de hoy nos sentimos tan orgullosos, y en cambio la cultura que practican ahora es, en el mejor de los casos, una plida supervivencia arduamente defendida de esa antigua gloria. Por ello, al acercarse a las culturas indgenas actuales, la mayora de los estudiosos y los observadores buscan los elementos que ms se parecen a los que conocemos de la cultura prehispnica y los distinguen de los que se parecen a la cultura occidental. Los primeros se consideran genuinamente indios y los segundos se ven como impuestos por la colonizacin europea y por lo tanto como menos autnticos y menos valiosos. Esta visin coloca a las culturas indgenas fuera de la historia, pues ve los cambios que inevitablemente han experimentado en los
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ltimos quinientos aos desde la llegada de los europeos como negativos y como una prdida de su autenticidad. As, niega a las culturas indgenas la posibilidad de cambiar sin perder su identidad y por ello las priva de un futuro propio. En suma, concibe a los grupos indgenas como sobrevivencias del pasado que deben ser valoradas y cuidadas casi como piezas de museo, y no como seres histricos que han sido capaces de transformar su cultura y su sociedad. Por otro lado, esta concepcin presenta una imagen igualmente simplificada de los mestizos pues reduce la riqueza y pluralidad de sus culturas a una sola caracterstica, la modernidad. Segn la ideologa del mestizaje, los mestizos deben estar orgullosos de su pasado indgena, pero en el presente deben hacer suya la cultura de la modernidad para as poder progresar. De acuerdo con esta visin, entonces, los indgenas son los custodios de una tradicin que pertenece al pasado y que no tiene futuro, y los mestizos son los custodios de una modernidad que pertenece al futuro y que debe dejar atrs el pasado, glorificndolo en museos y libros, pero no viviendo de acuerdo con l. Escindidos en este falso dilema entre tradicin y modernidad, pareciera que los mexicanos en general no podemos encontrar una manera de buscar nuestro futuro sin negar nuestro pasado, ni de decidir cmo queremos combinar la tradicin y la modernidad.

Existen los mestizos?


Los problemas de la divisin entre mestizos e indios se hacen ms evidentes cuando examinamos cada una de estas categoras con detenimiento y descubrimos que ms all de estas imgenes simplistas no reflejan la complejidad de los grupos humanos a los que pretenden describir. En primer lugar, hay que sealar que los mestizos que supuestamente conforman la mayora de los mexicanos, estn en realidad divi15

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didos en muchos grupos diferentes e incluso opuestos entre s. Estos grupos se diferencian en primer lugar por su origen tnico, pues los hay descendientes de indgenas y descendientes de europeos, descendientes de africanos e inmigrantes venidos a nuestro pas de lugares tan diversos como China, Japn, Lbano y Turqua. Igualmente los mestizos difieren entre s por sus creencias religiosas, pues los hay catlicos, protestantes, judos, musulmanes y ateos. Lo mismo se puede decir de su cultura, pues hay quienes habitan en el campo y tienen una forma de vida tradicional, de hecho similar a la de muchos indgenas, y hay quienes viven en grandes ciudades y tienen una cultura cosmopolita. Tambin, hay diferencias de cultura a nivel regional, pues no es lo mismo un mestizo de Monterrey que uno de Chiapas o que uno que vive en los Estados Unidos. Finalmente, los mestizos mexicanos estn profundamente divididos entre ellos por su nivel de vida y su clase social, pues la mayora viven en condiciones de pobreza y privacin mientras que una lite privilegiada goza de ilimitadas riqueza y abundancia. Adems, como veremos al final de este libro, los mestizos mexicanos estn divididos por un profundo racismo, en el que los grupos ms blancos, ms ricos y con una cultura ms occidental discriminan y desprecian a los grupos de piel ms oscura, menor riqueza y una cultura ms tradicional. Este racismo social se manifiesta en los medios de comunicacin masiva y en la vida cotidiana y es un reflejo perverso de la profunda desigualdad que divide al Mxico mestizo. Desde finales del siglo xix hasta finales del siglo xx las profundas divisiones entre los mestizos fueron disimuladas por la ideologa nacionalista del mestizaje, que planteaba una definicin nica y coherente de su identidad, que es la que hemos discutido antes. Esta definicin nunca reflej la realidad cultural de todos los grupos mestizos pero goz de una aceptacin ms o menos general pues fue promovida incesantemente por el gobierno y por los intelectuales
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cercanos a l, como Octavio Paz en su Laberinto de la soledad. Sin embargo, en las ltimas dcadas esta visin unitaria de la identidad mestiza ha entrado en crisis, pues ha sido claramente rebasada por la pluralidad de la sociedad mexicana, y muchos de los diferentes grupos sociales que viven en nuestro pas, y ms all de sus fronteras, no se identifican ya con la imagen tradicional de los mestizos. Para concluir de momento con esta discusin, se puede proponer que en la actualidad el principal elemento que unifica a los muy diversos grupos de mestizos es la diferencia que sienten con los indgenas. De esta manera, los mestizos de Mxico aplican a los indios el mismo racismo que practican entre ellos mismos, pues as como las lites mestizas desprecian a las masas mestizas porque se consideran ms modernas, ms blancas y superiores a ellas, los mestizos en su conjunto se consideran ms modernos, ms blancos y superiores que los indios.

Los indgenas ms all de la etiqueta de indios


Al igual que los mestizos, los indios tampoco constituyen un grupo nico y homogneo. Las sociedades indgenas que viven en Mxico han sido siempre muchas y muy distintas entre s. En el momento de la llegada de los europeos a estas tierras se hablaban varios cientos de lenguas diferentes y haba sociedades que vivan en grandes ciudades y tenan gobiernos constituidos; y otras que vivan como bandas de cazadores-recolectores que cambiaban continuamente de lugar de residencia. Adems los habitantes de estos territorios, como veremos ms abajo, se consideraban distintos unos de otros y defendan su independencia y autonoma frente a los dems. La etiqueta de indios fue impuesta a todos estos grupos por los espaoles, que los vean como parecidos entre s por su origen geogrfico americano y por el hecho de que no eran ni catlicos ni europeos, lo que justificaba su dominacin y su explotacin. Por
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ello, la categora tnica de indio ha tenido casi siempre un contenido negativo, pues ha servido para segregar y marginar. Sin aplicar esa categora, se podra decir que las sociedades indgenas de Mxico son unificadas por su raigambre en la cultura prehispnica. Por ello, Guillermo Bonfil ha llamado a las culturas indgenas el Mxico profundo, pues segn l son herederas de la civilizacin prehispnica y reflejan la autntica identidad cultural de nuestro pas. Sin embargo esta afirmacin tambin se puede cuestionar por varias razones. En primer lugar, hay que sealar que al definir a las culturas indgenas por su pasado, se est confirmando la visin simplificadora que criticamos ms arriba. En segundo lugar, muchos aspectos importantes de las culturas indgenas actuales no son de origen prehispnico, sino de origen europeo, o han sido producto de la creacin cultural de los hombres y mujeres indgenas posteriores a la conquista. Por ello, al privilegiar la raigambre prehispnica se presenta una visin parcial y sesgada de su riqueza cultural. Esto no quiere decir, sin embargo, que los indgenas de hoy no sean autnticos, porque sus culturas han cambiado desde hace 500 aos. Significa que su forma de ser indgenas hoy no es igual a lo que era en tiempos prehispnicos y la legitimidad de la identidad indgena de hoy no radica en su continuidad con ese pasado prehispnico. En efecto, la realidad econmica, social y cultural que viven las culturas indgenas el da de hoy ya no puede explicarse por una referencia a la cultura prehispnica. Hasta hace unas dcadas la mayora de los indgenas mexicanos vivan todava una forma de vida tradicional muy parecida a la de sus antepasados, hablaban sus lenguas nativas, se dedicaban a la agricultura y se organizaban en comunidades muy fuertes que definan su identidad y su cultura. Sin embargo, como veremos al final de este libro, muchos de los indgenas de hoy viven en las ciudades de todo el pas, emigran a los Estados Unidos, hablan espaol e ingls adems de sus lenguas tradicionales, tra18

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bajan en todo tipo de actividades modernas, participan de la vida poltica y democrtica nacional y exigen una redefinicin de su condicin social y tnica. En suma, la vida de los indgenas de hoy es tan moderna como la de los mestizos. Cabe destacar que esta modernizacin no ha hecho que los indgenas abandonen su identidad y que se conviertan en mestizos, sino que, en muchos casos, los ha hecho reforzar su particularidad, dar nuevo mpetu a su cultura e incluso dar a la categora de indio un nuevo valor, ya no como un trmino impuesto desde afuera para discriminarlos, sino como un trmino asumido por ellos para definir y defender su identidad y sus derechos. En suma, pese a que la concepcin nacionalista mexicana les negaba a los indios la posibilidad de cambiar y modernizarse como tales, las mujeres y los hombres de las sociedades indgenas han demostrado hoy, como han venido demostrando a lo largo de los ltimos 500 aos, que sus culturas e identidades s pueden cambiar en el presente para continuar en el futuro.

El mapa sin realidad


Estos ejemplos muestran que las realidades culturales, sociales y econmicas de los mexicanos, ya sean llamados mestizos o indgenas, son demasiado complejas, variadas y ricas como para poder ceirse a los mapas que utilizamos para concebirlas y comprenderlas. Los mapas que usamos no reflejan la realidad, no nos sirven ya. Por esta razn, es urgente elaborar nuevos mapas para comprender y definir nuestra realidad cultural y tnica. Para lograrlo, debemos comprender, en primer lugar, el origen histrico y las bases sociales y culturales de la divisin entre mestizos e indios y conocer tambin, la historia paralela y mucho ms rica de los grupos tnicos de nuestro pas y de sus mltiples redefiniciones y transformaciones. Slo despus de conocer estas historias podremos criticar pro19

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fundamente las categoras de indio y de mestizo y dibujar un mapa que ref leje de manera ms cabal y ms justa la riqueza humana y cultural de Mxico. Esta empresa no es slo una necesidad intelectual, sino un imperativo poltico y tico. En efecto, un requisito indispensable para definir relaciones ms justas y ms equitativas entre los diferentes grupos sociales que integran la sociedad mexicana, tanto entre los propios mestizos, como entre los indios, y desde luego entre indios y mestizos, es construir nuevos mapas culturales y tnicos de nuestro pas. En otras palabras, la nica manera de comenzar a resolver lo que malamente se ha llamado el problema indgena es cuestionar y redefinir el mapa que lo ha definido hasta ahora y discutir, al mismo tiempo, el problema mestizo.

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Cmo pensar un nuevo mapa

E l objetivo de este libro es cuestionar el mapa tnico que usamos para


comprender la realidad de nuestro pas, basado en la divisin tajante entre mestizos e indios. Para lograrlo ser necesario, como vimos en el captulo anterior, examinar la historia de las relaciones que han establecido los diferentes pueblos y grupos humanos que viven en el territorio de lo que hoy es Mxico. Antes de iniciar esta revisin histrica, sin embargo, es necesario definir de manera clara los conceptos que emplearemos a lo largo de este libro, como categora tnica, identidad cultural, identidad tnica y relaciones intertnicas. Estas definiciones son indispensables porque nos permiten dejar de lado los prejuicios y los malentendidos que forman parte de nuestro sentido comn y que sustentan los mapas con los que normalmente percibimos la realidad cultural y tnica de nuestro pas.

Qu son las categoras tnicas?


Para definir qu son las categoras tnicas, como indio o mestizo, y cmo se relacionan con las realidades culturales y humanas a las que se refieren hay que examinar en primer lugar qu significa llamar indio o mestizo a una persona o a un grupo humano.
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En efecto, aplicar una categora de definicin tnica a una persona o grupo no es lo mismo que nombrar un objeto natural, como llamar piedra a una piedra, pues se refiere a una realidad mucho ms compleja y contradictoria, una realidad que es construida por el mismo acto de nombrarla. Aunque en nuestra vida social, poltica y cotidiana utilizamos continuamente esas categoras, como si fueran evidentes y naturales, al hacerlo estamos realizando, sin darnos plenamente cuenta, las siguientes operaciones conceptuales y sociales. En primer lugar, aplicar una categora tnica para definir a otro sirve siempre para definirse a uno mismo. Decir que alguien es indio, implica decir que es indio como yo, o que es indio a diferencia de m. Definir a alguien como miembro de una categora implica siempre definir la posicin que uno tiene frente a esa persona y la relacin que debe entablar con ella. Igualmente, definirse a uno mismo como miembro de una categora tnica implica definir la relacin que mantiene uno con los dems. Por ello, al aplicar una categora tnica se marca una frontera y una distincin y se clasifica a los seres humanos, y a uno mismo, en diferentes categoras. Esta clasificacin no slo sirve para comprender la realidad, sino que tambin cumple funciones sociales y polticas, pues permite organizar las relaciones sociales. En efecto, segn la categora a que pertenezca, cada persona o grupo puede recibir tratamientos legales, polticos y econmicos diferentes. As por ejemplo, se pueden dar derechos especficos a cierta categora tnica, como sera el caso de los derechos indgenas que demandan las organizaciones polticas de los pueblos indgenas mexicanos en la actualidad, o se puede esclavizar a unos, como sucedi con los negros en el periodo colonial. Ms all de estas distinciones legales basadas en categoras tnicas que son explcitas y tajantes, nuestra vida social, cultural y econmica est llena de distinciones tnicas no tan claras pero no
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por ello menos eficaces, como son los prejuicios contra el atraso de los indios, o la ignorancia de los mestizos pobres. Por esa razn, las definiciones tnicas sirven para definir las formas de relacin entre las personas y los grupos humanos. Si el otro que es definido es un miembro del propio grupo, las reglas de convivencia y las formas de intercambio son unas. As por ejemplo, se supone que los mestizos mexicanos deben tratarse entre s como conciudadanos, iguales ante la ley. En cambio, si el otro es definido como miembro de un grupo diferente se aplican otras reglas: as los mestizos se sienten obligados a educar a los indgenas en Mxico y a ayudarlos a superar su estado de atraso. Igualmente, en algunas comunidades indgenas los hombres slo pueden casarse con mujeres de su propio pueblo. Las diferentes operaciones cognitivas, sociales y emocionales que hemos descrito hasta ahora tienen un punto en comn: todas son relacionales, es decir todas sirven para establecer una posicin en relacin con otras, dentro de un sistema ms amplio. Esto quiere decir que ninguna categora tnica existe por s sola, sino en relacin con las dems de las que se diferencia o con las que se complementa. Por ello, para entender la naturaleza de las categoras tnicas que se usan en Mxico es necesario estudiarlas en su relacin, como parte de un sistema ms amplio de relaciones intertnicas. En Mxico no puede haber indios sin mestizos y la definicin de una categora implica necesariamente la definicin de la otra.

Qu es la identidad?
Las categoras tnicas sirven para definir la identidad. Definirse uno mismo como mestizo mexicano o como indgena mexicano significa, para empezar, identificarse con los que son como uno. En las disciplinas que estudian a las sociedades humanas se ha debatido mucho el significado de la identidad, es decir la forma en que las
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personas y los grupos humanos definen quines son y lo que significa ser eso que son. En general, los estudiosos estn de acuerdo en que los individuos tenemos muchas identidades, que provienen de nuestro origen familiar y grupal, nuestra posicin social, nuestra ocupacin, nuestras convicciones y nuestras aficiones. As, una persona puede definir su identidad en funcin de quines son sus padres, en qu barrio naci, si es rico o es pobre, qu profesin practica, cul es su religin y con qu partido poltico simpatiza, qu msica escucha y a qu equipo de futbol le va. Las variaciones son infinitas y cada persona puede tener mltiples identidades. Algunas de estas identidades individuales forman parte de identidades ms amplias, que unen a grupos ms o menos grandes de personas y que son llamadas identidades colectivas. As por ejemplo, los habitantes del mismo barrio pueden considerar que comparten una identidad comn que los diferencia de las dems personas, lo mismo que los practicantes de una religin, o los partidarios de un equipo. En sus diferentes variaciones, las identidades individuales y colectivas son subjetivas, pues es una persona particular la que las siente, y emocionales, pues el hecho de identificarse con un grupo o con un equipo, tiene una fuerte carga de sentimientos. Por otro lado, las identidades colectivas estn constituidas por elementos culturales, una forma de pensar, una forma de vestir, una forma de comer, una forma de actuar, por lo que tambin se pueden llamar identidades culturales.

Qu es la identidad tnica?
Las identidades colectivas pueden ser voluntarias, como las de los aficionados de un equipo o los miembros de un partido, o pueden ser adscriptivas u obligatorias, como la de los nacidos en un barrio o la de los miembros de una nacin o un grupo tnico. Esto quiere
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decir que algunas identidades son ms fuertes y rgidas que otras: cambiar de equipo de futbol es ms fcil que cambiar de barrio o de nacionalidad, aunque esto no es imposible. Las identidades colectivas ms estables sirven, con frecuencia, para definir las fronteras de una sociedad que se considera distinta a las dems. Los miembros de un barrio, por ejemplo, se pueden organizar entre s, darse un gobierno y constituirse como una comunidad relativamente autnoma; los miembros de una nacin, que comparten la identidad nacional, son regidos por una constitucin y un gobierno comn. Cuando una identidad colectiva sirve para definir una comunidad poltica, se le llama identidad tnica. La palabra tnico viene del griego ethnos, que significa pueblo. Para nuestro anlisis podemos decir que la identidad tnica es una forma particularmente fuerte de la identidad que es llevada al terreno poltico. Las identidades tnicas son subjetivas y emocionales, como las identidades culturales, pero se manifiestan tambin a nivel grupal o colectivo, y es as como se hacen visibles y efectivas. Por ejemplo, los miembros de un grupo tnico pueden mostrar su identidad comn adorando a una figura religiosa particular, como el santo patrono de una comunidad indgena. Al participar en las fiestas en honor de esta figura confirman, tanto a sus propios ojos como a ojos de los dems, que se consideran miembros del grupo. Igualmente, cantar el himno nacional en un homenaje a la bandera es un ritual que sirve para confirmar nuestra identidad tnica de mexicanos. Por medio de estos mecanismos pblicos los grupos tnicos fortalecen su sentimiento de identidad y la adhesin de sus miembros a ellos. Igualmente, los miembros de un grupo tnico suelen tener una visin comn de su historia y cuentan relatos y utilizan smbolos que definen su pasado compartido y su identidad presente. Es as como los mexicanos mestizos hemos sido educados para sentir orgullo por nuestro
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pasado prehispnico, pues supuestamente define nuestra identidad, o como las comunidades indgenas recuerdan y relatan la fundacin de su pueblo y las luchas que han llevado a cabo para defender su tierra y su autonoma. Esto quiere decir que aunque las identidades culturales y tnicas sean subjetivas, tambin tienen una realidad objetiva, pues hay smbolos, objetos, rituales y discursos libros, relatos, mitos, etctera que las definen, las manifiestan y las actualizan. De hecho, los seres humanos percibimos nuestras identidades tnicas como realidades ms fuertes y duraderas que nosotros mismos, de ah que a veces estemos dispuestos a dar la vida por nuestra comunidad o nuestra nacin. Por otro lado, hay que distinguir claramente entre las identidades tnicas y las categoras tnicas. Las primeras se aplican fundamentalmente desde adentro, son usadas para definir quin es uno y cul es el grupo al que pertenece. Las segundas suelen ser aplicadas desde afuera, para clasificar a los que pertenecen a grupos diferentes que uno, o para agrupar distintos grupos tnicos en un grupo ms amplio. Esto quiere decir que las categoras tnicas son ms generales, pues se utilizan para clasificar y definir las relaciones entre diferentes grupos tnicos ya constituidos. Por ejemplo, cuando los espaoles llegaron a Mxico los habitantes de estas tierras estaban organizados en muchos grupos diferentes, cada uno de ellos con un fuerte sentido de su identidad tnica, pero todos fueron inscritos en la categora tnica de indios en contraste con la de espaoles (que por cierto, tambin estaban divididos en varios grupos tnicos diferentes).

Las categoras tnicas, la identidad y la autenticidad cultural


Es momento de hacer una aclaracin sobre la relacin entre las categoras tnicas, la identidad tnica y la cultura. Tradicionalmente se ha
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pensado que cada grupo humano tiene su raza, su lengua, su cultura y su identidad y que unas y otras se alimentan para formar una unidad coherente y estable, definida como autntica. Por ello solemos concebir la cultura como una totalidad inseparable que abarca raza, lengua, creencias, valores, comportamientos e identidad. Desde esta perspectiva, un indgena es indgena porque pertenece a una raza especfica, la mongoloide, habla una lengua indgena, tiene una cultura indgena y por lo tanto tiene una identidad tnica indgena. Esta unidad no puede ser separada a riesgo de atentar contra la autenticidad y originalidad de cada cultura. Esto quiere decir que un indgena que deje de definir su identidad tnica a partir de su cultura estara traicionando su autntica identidad. A su vez, un grupo que reivindica una identidad indgena pero cuya cultura est influida por la cultura occidental, no es autnticamente indgena. Sin embargo, la historia nos muestra que no existe una relacin necesaria o automtica entre las realidades raciales, culturales y sociales, es decir los grupos humanos con valores, lenguas y prcticas diferentes y las identidades tnicas que ellos definen, as como las categoras tnicas que se les aplican desde afuera. Para empezar, los estudios recientes sobre la gentica humana han demostrado que no existen razas claramente definidas y que las diferencias entre los diversos grupos humanos son insignificantes desde un punto de vista biolgico. Por otro lado, el intercambio gentico entre los distintos grupos humanos ha sido tan continuo y tan frecuente que no existe nada parecido a una raza pura. En suma, no se puede sostener que la cultura y la identidad tnica se basan en la raza. Igualmente, hay amplias evidencias histricas de que tampoco existe un vnculo necesario o indisoluble entre los grupos humanos y la lengua que hablan, pues es muy frecuente que las sociedades cambien de idioma a lo largo de su historia. Lo mismo se puede decir de todas las dems caractersticas culturales de un grupo, pues las
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diferentes sociedades humanas han intercambiado dioses, creencias, ideas, prcticas y tecnologas, de modo que ningn grupo practica una cultura autntica, libre de la influencia de los dems. En suma, las culturas humanas no son entidades cerradas y monolticas que mantengan una identidad nica y singular a lo largo de los siglos, sino que interactan con las dems, se mezclan con ellas, toman prestados elementos culturales, y de esta manera cambian su identidad y su definicin de s mismas. Por ello, buscar la verdadera o autntica cultura o identidad de un grupo es imposible e intil. Esto no quiere decir que todas las identidades tnicas sean falsas o inventadas, y tampoco, desde luego, que no existan las diferencias culturales. Significa que para comprender cmo es que los indgenas definen su identidad en el Mxico de hoy, no sirve de nada compararlos con las identidades prehispnicas para ver si han perdido la autenticidad que antes tenan. Las identidades tnicas, y las categoras tnicas, deben ser comprendidas en su presente, en funcin de la sociedad en que existen y son utilizadas. Cmo es entonces que se define la identidad? A lo largo de la historia, tanto la raza o para ser ms exactos las caractersticas fsicas aparentes de ciertos grupos, como la lengua, las creencias religiosas y las prcticas culturales han sido utilizadas para definir la identidad de los grupos tnicos y para establecer categoras tnicas. As por ejemplo, ciertos grupos indgenas han hecho de la forma de vestir, o de la participacin en el culto al santo patrono, el elemento central para definir su identidad, para determinar quin es miembro del grupo y quin no. En el Mxico actual, por otra parte, el elemento clave para distinguir a los indios de los mestizos es la lengua que hablan, una lengua indgena los primeros, el espaol los segundos. En otros contextos, la religin, o la forma de alimentacin, o las decoraciones que se hacen al cuerpo han servido para definir identidades tnicas.
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Podemos decir entonces que cualquiera de las diferentes caractersticas culturales o fsicas de los grupos humanos pueden ser utilizadas, por ellos mismos y por los dems, para definir su identidad tnica o su categora tnica, sin que eso signifique que exista una relacin automtica o necesaria entre ambas. El que un rasgo particular, como el aspecto fsico o la lengua o la forma de vestir, sea usado para definir una categora tnica depende de la historia particular de cada grupo y ms ampliamente del sistema de relaciones intertnicas al que pertenece. Esto quiere decir que no hay identidades autnticas y que lo fundamental para comprender la definicin de las identidades es comprender la interaccin entre los grupos humanos y la manera en que marcan sus diferencias en el marco de las relaciones intertnicas.

Las mltiples identidades y la identidad tnica


Esta visin histrica y flexible de la relacin entre cultura e identidad permite tambin comprender de mejor manera la multiplicidad de las identidades, tanto individuales como colectivas. En efecto, ninguna persona o grupo se define nunca de una sola manera, ni tiene una identidad nica. Los mestizos mexicanos somos al mismo tiempo oriundos de una regin o ciudad especfica, y probablemente de un barrio particular, somos catlicos o protestantes, tenemos una cierta ideologa, ciertas aficiones y cierta identidad sexual, adems de que pertenecemos a clases sociales diferentes. Lo mismo vale para los indios: las identidades de una mujer de un cierto paraje de San Juan Chamula, en Chiapas, no coinciden en todo con las de un hombre de otro paraje de la misma comunidad. De hecho, las identidades diferentes de una persona o grupo se pueden concebir como crculos superpuestos, que van de las ms especficas y particulares, como pueden ser el origen familiar o barrial,
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a las ms amplias y generales, como la nacionalidad o las creencias religiosas. Algunas de estas identidades pueden atravesar e incluso contraponerse a las fronteras marcadas por otras: as nuestra identidad sexual o religiosa puede vincularnos ms cercanamente con personas que pertenecen a otro grupo tnico que a las que pertenecen al nuestro. Claro que no todas estas identidades tienen la misma importancia ni la misma fuerza social. En general podemos decir que las identidades tnicas, es decir las identidades que adquieren un sentido poltico para definir grupos sociales diferenciados, suelen ser ms fuertes, rgidas y efectivas que las identidades con una menor carga poltica. Su mayor fuerza se debe, en primer lugar, al hecho de que generalmente las identidades tnicas son promovidas y defendidas desde el poder. Por ejemplo, los estados-nacin como el mexicano, utilizan la educacin, los medios de comunicacin, los monumentos, entre muchas otras herramientas, para convencer a sus ciudadanos que tienen la misma identidad nacional y que sta es ms importante que otras formas de identidad, como puede ser la sexual, la de clase social, la regional, y tambin la pertenencia a grupos tnicos diferentes. Igualmente, algunos grupos indgenas tienen mecanismos que virtualmente obligan a sus miembros a adoptar la identidad tnica del grupo. Sin embargo, el hecho mismo de que las identidades tnicas tengan que ser defendidas abiertamente por los poderes constituidos, demuestra claramente que no son las nicas que existen. Las diversas identidades que tenemos no conforman nunca un conjunto nico o congruente, sino que se complementan, se contradicen y se influyen unas a otras, de modo que el resultado no es una identidad nica y autntica, sino una suma de diferentes identidades en continua modificacin.

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Qu son las relaciones intertnicas?


Hemos visto que las identidades culturales, la identidades tnicas y las categoras tnicas se definen siempre en su relacin con otras identidades y categoras que se contraponen o diferencian de ellas. Es por eso que las relaciones intertnicas, es decir las relaciones entre los diferentes grupos tnicos, son fundamentales para comprender las identidades tnicas. Para definir las relaciones intertnicas es necesario aclarar, en primer lugar, que son siempre relaciones sociales de poder, es decir que son relaciones de dominacin poltica, de control social y de explotacin econmica. Ahora bien, si aceptamos que las relaciones intertnicas son a la vez polticas, sociales y econmicas, queda por definir qu las distingue de las otras relaciones de este tipo. La distincin no reside en el tipo de relacin que establecen (de dominio, de discriminacin o de explotacin, por ejemplo) sino en los sujetos que definen, es decir los grupos y categoras tnicos. En efecto, las relaciones intertnicas se basan en una distincin cultural e identitaria entre las personas o grupos que participan en ellas. Por ejemplo, una relacin poltica establece una diferencia entre el gobernante, el rey, y los gobernados, sus sbditos; sin embargo, esta relacin poltica se convierte adems en una relacin intertnica cuando el rey es considerado tnicamente diferente de sus sbditos, ya sea porque habla una lengua ajena, porque tiene un aspecto fsico distinto, o porque tiene otra identidad cultural. Esta diferenciacin tnica puede tener distintos grados de importancia. En ciertos casos, es esencial para la definicin misma de la relacin social que se establece, como en el de la esclavitud, una relacin de explotacin econmica, de control poltico y de segregacin social que se basaba en el hecho de que los esclavos, provenientes de frica, eran considerados esencialmente diferentes, e inferiores, a sus
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amos europeos. En otros casos, sin embargo, la diferencia es ms tenue y no siempre se puede establecer claramente, por ello, las relaciones intertnicas se confunden con las otras relaciones sociales. Por ejemplo, en las sociedades capitalistas es fundamental la relacin desigual de clase que existe entre los dueos de los medios de produccin, fbricas, haciendas, empresas, y los trabajadores que les venden su fuerza de trabajo. En el Mxico actual, las diferencias de clase entre los mestizos tienen tambin un tinte racial, pues los dueos del capital son en general ms blancos que los trabajadores. Esto les da una dimensin adicional y hace que los prejuicios entre las clases adquieran con frecuencia un tinte racista. En suma, se puede decir que las relaciones intertnicas son relaciones polticas, econmicas y sociales; pero tambin algo ms, pues adems tienen un contenido identitario y cultural. En la mayora de los casos, la existencia o invencin de una diferencia tnica permite que la relacin social se vuelva ms vertical y explotadora, como en la esclavitud, o en las formas de trabajo forzado impuestas a los indgenas en tiempos coloniales, justificadas por el hecho de que eran inferiores a los europeos. Al mismo tiempo, sin embargo, las distinciones tnicas tambin pueden funcionar como un instrumento de defensa de los grupos subordinados. As por ejemplo, la definicin de la categora tnica de indios en el periodo colonial sirvi para establecer leyes que explotaban su trabajo, pero al mismo tiempo fue utilizada por las comunidades indgenas de la Nueva Espaa para defender su identidad cultural, su propiedad territorial y su continuidad como grupos tnicos autnomos. Igualmente, en los siglos xix y xx, las distinciones tnicas han propiciado que grupos indgenas, como los chamulas de Chiapas, hayan sido ms explotados en el mercado laboral que los mestizos, pero tambin les han permitido participar en la sociedad capitalista sin perder su identidad cultural.
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En suma, las distinciones tnicas definidas por las relaciones intertnicas pueden convertirse en un instrumento aprovechado por los grupos poderosos para dominar y explotar a los grupos ms dbiles, pero tambin puede ser usado por estos grupos para resistir a esta explotacin y para defender su identidad cultural y tnica.

Las relaciones intertnicas en la historia


Estos ejemplos nos muestran tambin que las relaciones intertnicas son histricas y que surgen, se transforman y desaparecen en el tiempo, tal como se transforman las realidades sociales que les dan sustento. Esto tambin signfica que las relaciones intertnicas, y las categoras tnicas que definen son inseparables de su contexto histrico. En otras palabras, ser indio en el rgimen colonial era algo muy diferente a ser indio en el periodo prehispnico (cuando esa categora no exista) y tambin que ser indio en el siglo xix , pues la organizacin poltica y econmica prehispnica, la de Nueva Espaa y la del Mxico independiente eran muy diferentes. El carcter histrico de las relaciones intertnicas nunca debe olvidarse, pues slo se les puede entender realmente dentro de su contexto temporal y geogrfico. Por ello, para comprender cules son las relaciones intertnicas entre indgenas y mestizos, y el significado mismo de estas categoras tnicas en el Mxico contemporneo, no tiene sentido analizar la historia de los indgenas por separado de la de los otros grupos de la poblacin nacional, sino que es indispensable, antes que nada, analizar las relaciones de dominacin poltica, diferenciacin y segregacin social, y explotacin econmica que definen y separan hoy a ambos grupos. Esto no quiere decir, desde luego, que no sea til preguntarse por el pasado de las relaciones intertnicas, sino que hay que estar conscientes que este pasado no explica totalmente el presente. En otras
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palabras, al contrario de la historia oficial que ve la situacin actual de los indios como una prolongacin de la explotacin en la poca colonial, o que intenta explicar su cultura nicamente con referencia a las culturas prehispnicas, la condicin actual de los indios debe comprenderse como resultado de las relaciones de dominacin, segregacin y explotacin a las que son sometidos en el presente y de la manera en que su cultura se ha adaptado a esta situacin. En suma, el pasado no debe usarse como una justificacin para no examinar el presente. Si en Mxico los indios son discriminados, la razn no se encuentra solamente en lo que pas hace 500 aos, o hace 50, sino en lo que est pasando ahora. Aunque la palabra indio haya sido utilizada para designar ms o menos a los mismos grupos humanos desde la llegada de los espaoles hasta el presente, su funcionamiento como categora tnica ha cambiado conforme han cambiado las relaciones intertnicas entre espaoles e indios y luego entre mestizos e indios. Igualmente ser mestizo en el rgimen colonial era una cosa completamente diferente a ser mestizo en el Mxico independiente. La idea de autenticidad que discutimos arriba suele llevar a la bsqueda de las grandes continuidades en el tiempo, pero esta definicin de las identidades tnicas y de las relaciones intertnicas debe llevarnos a ser escpticos respecto a esas continuidades. De hecho, el dilema entre continuidad y cambio en el terreno de las identidades colectivas y tnicas es muy complejo. Por un lado, se puede comprobar histricamente la existencia de grandes continuidades en las sociedades humanas a nivel de su identidad cultural, de la relacin con su entorno natural, de las ideas que tienen sobre su realidad, sobre su cuerpo y sobre su papel en el cosmos. Sin embargo, estas continuidades no son suficientes para explicar sus identidades tnicas y las relaciones intertnicas en que participan, pues ningn grupo humano vive aislado y las relaciones que establece con los de34

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ms son siempre cambiantes y dinmicas. En suma, es conveniente volver a la distincin establecida ms arriba entre cultura e identidad tnica. Si bien hay continuidades culturales evidentes en los grupos indgenas y mestizos mexicanos, esto no quiere decir que sus identidades tnicas tengan la misma continuidad, pues stas dependen de las relaciones intertnicas de las que forman parte.

La etnognesis
El concepto de etnognesis, que quiere decir literalmente creacin de la etnicidad o de lo tnico, nos permite comprender mejor la compleja relacin entre continuidad y cambio en las identidades tnicas. Segn esta idea, las sociedades modifican y reinventan continuamente su identidad tnica para adaptarse a las circunstancias cambiantes y a las diferentes relaciones intertnicas en que participan. En este proceso creativo utilizan los elementos heredados de su pasado y tambin elementos nuevos, muchas veces tomados de los otros grupos tnicos con que se relacionan. A lo largo de este libro veremos cmo los diferentes grupos que han vivido en nuestro pas han pasado por procesos de etnognesis para definir, o redefinir, sus identidades. As, por ejemplo, para adaptarse al nuevo rgimen espaol los indgenas reinventaron elementos claves de su identidad, absorbiendo elementos cristianos y europeos. Igualmente, los criollos inventaron una identidad tnica propia que tom elementos indgenas y europeos. Asimismo, en el siglo xix, los mestizos experimentaron un complejo proceso de etnognesis e inventaron una nueva identidad con elementos de la identidad criolla y de las identidades indgenas, combinados con las ideas modernas del liberalismo y de la ciencia.

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Tras definir los conceptos claves que utilizaremos en este libro, es necesario delimitar el marco histrico de nuestro anlisis. Esta historia de las relaciones intertnicas en Mxico se iniciar poco antes de la conquista espaola del siglo xvi, analizando el sistema de relaciones intertnicas que imperaba en el Mxico prehispnico del periodo posclsico tardo (siglos xiv a xvi ), continuar a lo largo del periodo colonial y cubrir el periodo independiente hasta el da de hoy. Sin embargo, no hay que olvidar que nuestro objetivo es explicar las transformaciones y continuidades entre los diferentes sistemas de relaciones intertnicas que han imperado en estos periodos para poder intentar esbozar un mapa diferente de las relaciones intertnicas en el Mxico de hoy.

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Las relaciones intertnicas antes y despus de la conquista espaola

El mapa cultural de Mxico antes de la conquista

P ara comprender la historia de las relaciones intertnicas en Mxico


me parece necesario empezar con el periodo prehispnico no porque pretenda demostrar la continuidad de la identidad nacional mexicana desde ahora hasta entonces, como ha hecho la historia oficial mexicana, sino porque considero que algunos aspectos de las relaciones intertnicas entre los grupos indgenas que vivan en lo que sera nuestro pas antes de la llegada de los espaoles son claves para comprender las relaciones intertnicas que se establecieron con ellos durante el periodo colonial e incluso en el Mxico independiente hasta la fecha. En primer lugar, la distribucin que tenan las sociedades indgenas en el territorio de lo que hoy es Mxico es clave para entender las diferencias regionales en la composicin tnica de nuestro pas. A la llegada de los espaoles y por mucho tiempo antes, las sociedades indgenas que vivan en lo que hoy es territorio mexicano se distribuan en tres grandes regiones, definidas por sus caractersticas culturales y por su medio ambiente. En la parte centro y sur de Mxico se encontraba el rea cultural conocida como Mesoamrica, que se
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extenda hasta lo que hoy es Nicaragua al sur. En esta rea la abundancia de agua, de lluvias y ros, permita la prctica de la agricultura a gran escala, y desde al menos 10 00 aos antes de nuestra era, se crearon formas de gobierno centralizado y se estableci una estratificacin social muy clara en que un grupo pequeo de gobernantes y sacerdotes monopolizaban el poder y la riqueza, y la mayora de la poblacin se dedicaba a la agricultura y les pagaba tributos. Igualmente se construyeron grandes ciudades con monumentales templos y palacios. Mesoamrica era la regin ms poblada de lo que hoy es Mxico y sus habitantes hablaban decenas de lenguas diferentes y tenan muy variadas identidades culturales y tnicas, pero compartan algunos elementos fundamentales como su forma de vida agrcola, centrada en el cultivo de maz, frijol, calabaza, chile y otras especies vegetales, as como su forma de concebir el mundo. Por ello, se puede afirmar que existi una civilizacin mesoamericana, con una tradicin milenaria, que era compartida por todos los pueblos de la regin ms all de sus grandes diferencias. Al norte de Mesoamrica, en lo que hoy es el norte de Mxico, la escasez de lluvias haca ms difcil la prctica de la agricultura. En la regin desrtica conocida como Aridamrica vivan pueblos que practicaban la caza y la recoleccin de plantas silvestres, as como un poco de agricultura en los lugares y momentos propicios, y que vivan en sociedades mucho ms pequeas y dispersas que los habitantes de Mesoamrica. Estas sociedades no tenan un gobierno centralizado y no estaban estratificadas, pues todos sus habitantes vivan ms o menos de la misma manera; por tal razn no construan ciudades ni edificios monumentales. A lo largo de la Sierra Madre Occidental y luego en la zona de lo que ahora es el suroeste de Estados Unidos, existan zonas dispersas y aisladas donde se poda practicar la agricultura y surgieron grupos que llevaban una forma de vida parecida a la de los mesoamericanos, organizados alrededor
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de un gobierno central y construyendo ciudades, aunque tenan una cultura y una identidad diferente a la de los pueblos mesoamericanos. Esta rea cultural ha sido llamada Oasisamrica. Aunque las diferencias ecolgicas entre estas tres regiones culturales eran grandes y las formas de vida de los grupos que las habitaban eran muy distintas, esto no quiere decir que estuvieran aislados unos de otros. A lo largo de miles de aos de la historia prehispnica los indgenas mesoamericanos colonizaron las zonas norteas, los aridamericanos comerciaron con ellos y tambin invadieron Mesoamrica y se establecieron en ella, los oasisamericanos aprendieron la agricultura de los mesoamericanos y luego mantuvieron un vigoroso contacto comercial y cultural con ellos. Esto signific que ms all de sus diferencias, los pueblos de estas regiones compartieron elementos culturales e identitarios. En suma, antes de la llegada de los espaoles, lo que hoy es Mxico era un complejo, rico y cambiante mosaico cultural y tnico, en el que varios cientos, si no es que miles, de diferentes grupos humanos convivan, se hacan la guerra, comerciaban, peregrinaban e intercambiaban ideas e identidades. Mucho de la pluralidad tnica del Mxico actual proviene de esta riqueza cultural prehispnica.

Las relaciones intertnicas en el periodo posclsico


En el ltimo periodo de la historia prehispnica, el periodo posclsico tardo que abarc desde el siglo xiv hasta el xvi, surgieron, o se consolidaron, las identidades tnicas de varios grupos indgenas que han sobrevivido hasta nuestros das. Como sera imposible describir la realidad cultural y tnica de todas las diversas regiones culturales que existan en lo que hoy es Mxico har una descripcin general de la regin mesoamericana. Ms adelante, cuando abordemos la colonizacin del norte, discutiremos la situacin tnica de Aridamrica.
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En general, se puede decir que las relaciones intertnicas en Mesoamrica se caracterizaban por la existencia de una gran pluralidad y particularismo tnicos. Las sociedades indgenas estaban organizadas en pequeos estados independientes, llamados altpetl en nhuatl, que dominaban territorios relativamente pequeos, como poda ser una ciudad y sus alrededores. Estos seoros locales tenan una identidad tnica muy fuerte, definida por una historia comn, un gobierno propio, el control sobre su territorio y su relacin con un dios patrono que cuidaba y gobernaba a su pueblo. Por esta razn, cada uno de estos seoros locales velaba sobre sus propios intereses y se consideraba diferente y autnomo con respecto a sus vecinos. Por encima de esta gran pluralidad, existan formas de organizacin ms amplias que sin embargo no eran tan fuertes como los seoros locales o altpetl. Por ejemplo, los diferentes altpetl nahuas del centro de Mxico compartan la lengua nhuatl y una tradicin cultural. Esta tradicin era una herencia comn, pues los grupos se consideraban parientes entre s, y era tambin una tradicin que construan continuamente, por medio de intercambios culturales y artsticos, por medio del comercio y de las peregrinaciones religiosas y por medio de la guerra y las alianzas polticas. Existan tambin altpetl ms fuertes que dominaban a muchos altpetl o seoros locales, como el imperio construido por los mexicas en el centro de Mxico o los reinos zapotecos en Oaxaca, pero stos eran ms dbiles que las partes que los constituan, pues no creaban un sentido de identidad tnica ms amplio, ni sustituan a los gobiernos de cada uno de los grupos locales. De hecho, ningn poder en la historia de Mesoamrica logr jams unificar a estos muy variados grupos tnicos y crear una identidad tnica ms amplia. En suma, las sociedades indgenas tenan identidades tnicas muy particulares, que defendan por todos los medios polticos y militares que tenan a su disposicin y que los diferenciaban y hacan enemi40

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gos de sus vecinos, pero tambin tenan identidades culturales ms amplias, que les permitan comerciar, dialogar e intercambiar ideas y personas con sus vecinos. Por otro lado, algunos grupos, como los nahuas en el centro de Mxico, los zapotecos y mixtecos en Oaxaca y los mayas en Yucatn se consideraban superiores que otros grupos, como los otomes o los mixes y los discriminaban y dominaban. Por otro lado, hay que sealar que los pueblos que hablaban la lengua nhuatl se encontraban distribuidos por toda Mesoamrica, pues eran grupos que tenan una fuerte tendencia a emigrar y a comerciar, por lo que haban ido poblando toda la regin. De esta manera, el nhuatl se haba convertido en una especie de lingua franca , es decir una lengua comn usada para la diplomacia, el comercio y el intercambio en muchas partes de Mesoamrica.

La conquista como continuacin de las relaciones intertnicas indgenas


Normalmente concebimos a la conquista espaola del imperio mexica, o azteca, que se realiz entre 1519 y 1521, como un rompimiento brutal e irreversible en la historia de nuestro pas. Supuestamente, con este violento hecho de armas termin el periodo prehispnico, y tambin la civilizacin indgena, y se inici un nuevo periodo, el colonial, marcado por la dominacin de la cultura espaola y occidental. Esta visin, como veremos ms abajo, ha servido desde el siglo xviii para justificar la dominacin de los grupos tnicos de origen y cultura europeos sobre los indgenas. Sin embargo desde un punto de vista histrico no se sostiene la visin de la conquista de Mxico como el fin del mundo indgena. En los ltimos aos, historiadores como James Lockhart y Nancy Farris han mostrado que muchos aspectos claves de las culturas y las
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identidades tnicas indgenas sobrevivieron a la dominacin espaola y constituyeron, de hecho, el fundamento para el desarrollo de la sociedad colonial. Por ejemplo, la agricultura tradicional mesoamericana, centrada en el cultivo del maz, sigui siendo la base de la subsistencia de la poblacin de origen indgena y tambin de buena parte de la poblacin de origen europeo, si bien tambin incorpor animales y plantas originarios del Viejo Mundo. En el terreno de las identidades tnicas y las relaciones intertnicas tambin hubo continuidades significativas. Para empezar, el sistema de relaciones intertnicas que imperaba en el Mxico central fue clave para el xito de la conquista espaola de los mexicas. En primer lugar, como los diferentes pueblos nahuas de la regin se consideraban a s mismos extranjeros que haban venido de lejos a conquistar sus tierras, vieron a los espaoles como un nuevo grupo de extranjeros conquistadores y agresivos parecido a ellos. Por eso se identificaron con ellos y los consideraron como posibles aliados, y no como extraos amenazantes. Por otro lado, Hernn Corts, el capitn de la expedicin conquistadora, supo reconocer y aprovechar la pluralidad poltica y tnica de la regin, y se ali con los altpetl enemigos de los mexicas como Cempoala, Tlaxcala, Chalco, Tetzcoco, y les prometi respetar su autonoma y su identidad tnica si lo ayudaban a vencer a sus dominadores. Por ello, se puede decir que lo que llamamos la conquista espaola fue una exitosa rebelin de la mayora de los altpetl dominados por los mexicas que fue encabezada por los espaoles. Por ello, tras la derrota de sus antiguos dominadores, los pueblos aliados con los espaoles no se sintieron conquistados por ellos, y mucho menos derrotados, sino que se consideraron aliados del nuevo poder y conquistadores victoriosos de los mexicas. La firme y exitosa alianza entre los altpetl indgenas y los conquistadores espaoles es clave para entender la expansin del dominio
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espaol al resto de Mesoamrica y al norte de Mxico. Una vez que haban vencido a los mexicas los espaoles y sus aliados indgenas emprendieron la conquista de las otras regiones mesoamericanas. Los aliados nahuas guiaron a los espaoles por las rutas comerciales y militares que haban usado durante siglos, les sirvieron como intrpretes para comprender las otras lenguas mesoamericanas, y combatieron al lado de ellos contra zapotecos y mayas, huaves y tarascos. De esta manera, la conquista espaola de Oaxaca, Yucatn, Chiapas y Guatemala fue una continuacin de las anteriores incursiones de los pueblos nahuas en esos territorios, y as fue percibida por sus pobladores, quienes identificaron a los espaoles con los nahuas. Esta imbricacin entre el dominio espaol y los nahuas se hace evidente en el hecho de que incontables poblaciones de todo el territorio mexicano tienen nombres en nhuatl que son traducciones de los nombres que tenan en otros idiomas indgenas y que fueron adoptados por los espaoles en el siglo xvi , pues el nhuatl era para ellos una lengua mejor conocida que las decenas o centenares de otras lenguas de la regin. En el norte de Mxico sucedi algo muy parecido, pues los espaoles penetraron este vasto territorio por las antiguas rutas de comercio que haban usado los pueblos mesoamericanos para comerciar con los grupos de Aridamrica y Oasisamrica, y sus aliados nahuas, as como un gran nmero de otomes y purpechas, guiaron, apoyaron y sostuvieron la lenta colonizacin espaola de esa vasta regin. Por todo esto, se puede decir que la conquista espaola nahuatliz el territorio de lo que hoy es Mxico e hizo de la lengua nhuatl una lingua franca an ms importante de lo que haba sido en tiempos prehispnicos. En suma, la posicin de los nahuas como un grupo tnico dominante continu bajo el periodo colonial. Desde entonces la alianza entre nahuas y espaoles ha sido clave para las relaciones intertnicas en Mxico.
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Continuidad y cambio en las identidades tnicas y las relaciones intertnicas


La forma que tom la conquista espaola implic que la mayora de los altpetl que existan en el centro de Mxico, y muchos de los seoros de otras regiones de Mesoamrica, continuaron existiendo en el periodo colonial como entidades polticas y sociales, con su propio territorio y su propia identidad tnica. De hecho, muchas poblacioness del Mxico de hoy, como Chalco, Xochimilco y Tlaxcala, por mencionar slo tres particularmente famosos, son sucesores de esos pueblos prehispnicos y conservan un fuerte sentido de su identidad tnica, aunque ahora tengan una identidad cultural mestiza. La continuidad de estas identidades tnicas no es casual. Los altpetl indgenas se aliaron a los conquistadores para derrotar a los mexicas precisamente con el objetivo de defender y preservar su autonoma y su identidad. Por ello tambin, a lo largo del periodo colonial y en los siglos xix y xx, siguieron defendiendo su autonoma y su territorio, que eran la base de su identidad tnica. Los espaoles, por su parte, vieron en las entidades polticas indgenas un medio ideal para poder gobernar las nuevas tierras bajo su dominio, pues no tenan ni los hombres ni los recursos ni la voluntad para gobernar directamente a la poblacin indgena. Por esa razn, reconocieron la existencia de los altpetl y otros seoros indgenas y en muchos casos mantuvieron a sus antiguos gobernantes en el poder, convirtindolos en aliados y representantes del poder colonial. Por las mismas razones reconocieron la propiedad de las comunidades indgenas sobre la tierra y les dieron ttulos legales para protegerla, repartiendo incluso tierras a ciertos grupos que haban sido despojados de ellas por los mexicas antes de la conquista.
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Sin embargo, no todo sigui igual pues, como veremos en el siguiente captulo, las entidades polticas indgenas y sus identidades tnicas fueron integradas a un sistema poltico, econmico y religioso muy diferente al que imperaba antes de la conquista y fueron profundamente modificadas por l. Lo importante aqu es enfatizar que la continuidad a nivel de las identidades tnicas locales signific que los profundos cambios que experimentaron los grupos indgenas fueron percibidos dentro de un marco de continuidad y que no fueron vistos como el fin de su mundo.

Las continuidades del mundo prehispnico hasta el da de hoy


Esta breve descripcin nos permite identificar la principal continuidad entre el mundo prehispnico y la sociedad mexicana actual en el nivel de las pequeas comunidades locales, con sus identidades tnicas particulares, que han logrado sobrevivir a la colonia y tambin a los mucho ms destructivos ataques de los gobiernos liberales del Mxico independiente. Ms all, se pueden establecer continuidades ms generales en la lgica de las relaciones intertnicas. Como vimos, en el mundo prehispnico haba una gran diversidad de identidades tnicas particulares que, sin embargo, no impedan el intercambio de ideas, bienes y personas, y la construccin de identidades culturales ms amplias. Por ello, se podra decir que la lgica de las relaciones intertnicas prehispnicas era una lgica aditiva, en que lo nuevo poda aadirse a lo viejo sin destruirlo, en que las culturas e identidades particulares podan interactuar y combinarse con identidades y culturas ms amplias sin renunciar a su particularidad. La pluralidad tnica del Mxico actual obedece en buena medida a esta misma lgica: las comunidades indgenas y campesinas, los grupos
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urbanos populares y las culturas regionales han defendido y defienden su identidad particular sin por ello renunciar a participar en identidades culturales y nacionales ms amplias. As lo hicieron en el periodo colonial cuando adoptaron el cristianismo y lo usaron para defender su identidad local; as lo hicieron en el siglo xix cuando adoptaron la idea de igualdad y el liberalismo, siempre buscando proteger la continuidad de sus comunidades, y as lo han hecho en el siglo xx cuando se han modernizado sin por ello renunciar a su particularidad.

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El sistema colonial de relaciones intertnicas

M s all de las continuidades que hubo entre las identidades tnicas


indgenas antes y despus de la llegada de los espaoles, la conquista espaola y la imposicin del rgimen colonial trajeron profundos cambios y dislocaciones en las relaciones intertnicas. En este captulo analizaremos estas transformaciones y el impacto que tuvieron sobre los diferentes grupos humanos que vivan en lo que hoy es Mxico.

La invencin de los indios


El impacto ms inmediato y profundo que trajo la dominacin espaola en el terreno de las identidades tnicas indgenas fue la agrupacin de todos los habitantes originarios de lo que hoy es Mxico, y de toda Amrica, en una nueva categora tnica, la de indios. Este nombre fue aplicado por los espaoles a resultas de un equvoco, pues en un primer momento pensaron que haban llegado a la parte extrema de Asia, conocida como las Indias orientales, por lo que llamaron indios a todos sus pobladores. Posteriormente, cuando esta equivocacin fue aclarada, el nuevo gentilicio continu siendo aplicado para los habitantes del nuevo continente que fue llamado las Indias occidentales.
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Aplicar la categora tnica de indios a los habitantes de Amrica no era darles nicamente un nombre, sino atribuirles una naturaleza especfica definida por los espaoles. En un primer momento, por ejemplo, stos debatieron si los indios eran humanos, pero la Iglesia catlica termin por decretar que s lo eran. Entonces los indios fueron calificados como infieles, es decir personas que no conocan ni practicaban la religin catlica, que era considerada la nica verdadera religin, y que por lo tanto deban ser evangelizadas y convertidas a ella. Esta definicin de los indios los converta adems en sbditos de la Corona espaola, pues el papa Alejandro VII decret que Espaa tendra derecho a dominar todos los territorios descubiertos con el fin de convertir a sus pobladores al catolicismo. En suma, los indios eran por definicin convertibles al catolicismo y dominables por los espaoles. Aunque los espaoles reconocieron la humanidad de los indios y su capacidad y obligacin de convertirse en catlicos como ellos, esto no significa que los reconocieran como iguales. De hecho, diversas concepciones contribuyeron a definir a los indios como inferiores por naturaleza a los espaoles, ya fuera porque no haban conocido el cristianismo tanto tiempo como ellos o porque eran brbaros destinados a servir y obedecer a los hombres superiores venidos de Europa. Otro elemento clave de la definicin espaola del indio era que deba ser una fuente de trabajo, riqueza y servicios para los espaoles. Por ello, stos podan obligar a trabajar a los indios como un pequeo pago a cambio de la religin que haban recibido de ellos y que les permita salvar sus almas de ir al infierno. sta era considerada tambin la mejor manera de que los indios aprendieran de la civilizacin y cultura espaola y as se hicieran menos brbaros. En suma, los indios de Mxico, y de toda Amrica, eran una categora de seres infieles e inferiores que deban ser evangelizados
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y dominados por los espaoles y que deban trabajar para ellos y darles riquezas.

Las relaciones intertnicas coloniales


Como categora tnica indio era inseparable de espaol pues serva para establecer relaciones intertnicas de dominacin y explotacin entre ellos y para cimentar el dominio de los segundos sobre los primeros. El rgimen colonial que establecieron los espaoles en la Nueva Espaa, es decir en el territorio que hoy es Mxico, se construy a partir de esta diferencia. Para empezar, los espaoles establecieron leyes claramente diferentes para ambos grupos. De esta manera la sociedad novohispana qued dividida en una repblica de espaoles y una repblica de indios. Las leyes de los indgenas los discriminaban, pues les daban menos privilegios y derechos que los espaoles, pero a la vez los protegan, pues reconocan la existencia de sus seoros locales, su propiedad colectiva sobre la tierra y su autonoma poltica. Esta proteccin era considerada necesaria para garantizar la supervivencia de los indgenas y para facilitar su gobierno, su conversin al catolicismo y la explotacin de su trabajo. Como las epidemias de enfermedades venidas de Europa asolaron a los nativos de Mxico y redujeron su poblacin en al menos tres cuartas partes a lo largo del siglo xvi , los espaoles tuvieron mucho cuidado de proteger a las comunidades indgenas para evitar la desaparicin de los indios, pues saban que su trabajo era la principal fuente de riqueza para ellos. Aunque estas medidas sirvieron al inters de los espaoles y subordinaron a los indios en un rgimen desigual, tambin contribuyeron a la supervivencia de las comunidades y pueblos indgenas y de su identidad tnica. As, por ejemplo, las leyes para indios les permitan defender sus tierras y su autonoma, y consecuentemente su identi49

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dad tnica, dentro del marco legal del rgimen colonial. Esto a su vez fortaleca el dominio espaol sobre las sociedades indgenas. Por otro lado, hay que sealar que los espaoles no tenan la intencin de terminar con las identidades indgenas. En la propia Espaa existan diversos pueblos, o reinos, que hablaban lenguas diferentes (espaol, cataln, euskera, gallego, mozrabe e incluso durante cien aos portugus) y que tenan identidades tnicas particulares. El gobierno espaol respetaba estas diferencias pero exiga una adhesin absoluta e incondicional al catolicismo. Esta fue tambin la poltica que adopt en Amrica donde acept que los diferentes pueblos indgenas hablaran sus idiomas, y que mantuvieran sus identidades, pero les exigi que se hicieran catlicos y que vivieran de acuerdo con la moral y polica, es decir la forma de vida y el gobierno europeos.

Los nuevos grupos en el periodo colonial


Sin duda la transformacin ms profunda provocada por la conquista espaola en el mapa tnico de Mxico fue la llegada a estas tierras de diversos grupos humanos provenientes del Viejo Mundo, as como el surgimiento de nuevas comunidades como producto de la mezcla biolgica y cultural entre los indgenas y los inmigrantes.

Los espaoles y los criollos


Los propios espaoles y sus descendientes fueron el grupo ms poderoso e influyente a todo lo largo del periodo colonial. Desde antes de llegar a estas tierras, este grupo se asumi como superior a todos los dems y por ende como llamado a dominarlos y gobernarlos. En el peor de los casos este sentimiento de superioridad se traduca en maltratos, abusos y sobrexplotacin de las personas que pertenecan a los grupos inferiores. En el mejor, se traduca
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en una actitud paternalista hacia estos grupos que eran vistos como nios a los que haba que cuidar, guiar y educar. El rgimen colonial estaba constituido para mantener la supremaca de los espaoles y sus descendientes, pues tenan privilegios legales y sociales y eran los nicos que podan ejercer cargos en el gobierno y en la Iglesia. Sin embargo, la barrera entre este grupo y los dems de la sociedad novohispana no era absoluta, pues factores como el linaje, las costumbres y formas de comportamiento eran importantes en su demarcacin. Por ello aconteca que mestizos que eran reconocidos como hijos legtimos por sus padres y que se vestan y hablaban como espaoles podan incorporarse a ese grupo. Por otro lado, esta comunidad dominante estaba claramente dividida en dos sectores: los peninsulares, es decir aquellos nacidos en Espaa, y los criollos, que haban nacido en la Nueva Espaa. Como la Corona excluy a los criollos de los cargos polticos ms elevados, exista un sentimiento de confrontacin entre ambas agrupaciones. A partir de esta confrontacin, los criollos construyeron una identidad tnica nueva que los diferenciaba tanto de los espaoles, cuyos privilegios resentan, como de los dems grupos de la sociedad, a los que consideraban inferiores. Esta identidad tnica criolla sera la base de la identidad nacional mexicana, como veremos en el captulo siguiente.

Los africanos
Otro grupo de gran importancia que lleg a la Nueva Espaa fue el de los esclavos de origen africano. Estos hombres y mujeres eran provenientes de muy diversos grupos humanos en frica, hablaban lenguas distintas y tenan culturas e identidades muy diversas; pero fueron unificados, al igual que los indios, bajo una categora tnica impuesta por los espaoles: la de negros esclavos, es decir seres que podan ser vendidos y comprados y obligados a trabajar para sus dueos.
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A Mxico vinieron alrededor de cien mil esclavos y llegaron principalmente en los siglos xvi y xvii , cuando la muerte de muchos indgenas por causa de las epidemias provoc la necesidad de importar mano de obra desde frica. Sin embargo, a partir de entonces, cuando la poblacin indgena comenz a recuperarse, la llegada de esclavos se redujo radicalmente. De igual manera, muchos africanos se mezclaron rpidamente con otros grupos humanos y por este medio escaparon a la categora tnica de negros esclavos. Esto signific que en Mxico el contingente de los negros esclavos se diluy en la categora ms amplia de las castas. Mas esto no significa que la presencia africana en Mxico haya sido poco importante. Los africanos trajeron a estas tierras ideas, costumbres, tradiciones y tecnologas que fueron adoptadas por otros grupos de la Nueva Espaa. Por otro lado, al trabajar como capataces y como arrieros, los africanos sirvieron como intermediarios entre los espaoles y los indios y as contribuyeron al intercambio cultural en la Nueva Espaa.

Las castas: mestizos, mulatos y otros


Desde un principio, los distintos grupos humanos que llegaron a lo que hoy es Mxico se mezclaron biolgicamente con los que ya vivan aqu. Esto se debi, en primer lugar, a que los inmigrantes espaoles y africanos eran mayoritariamente hombres, por lo que buscaron a las mujeres indgenas. Los hijos de estas uniones, que no siempre fueron matrimonios formales, tuvieron destinos muy distintos. En muchos casos, los vstagos de espaoles con indgenas fueron reconocidos como legtimos por sus padres y se unieron al creciente contingente de criollos novohispanos. Tal es el caso, por ejemplo, de Martn Corts, hijo del conquistador Hernn Corts y su intrprete Malintzin o Malinche. En otros casos, los hijos de espaol e india se asimilaron a
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la comunidad de sus madres y crecieron como indgenas. Sin embargo, algunos hijos de espaoles e indias, as como algunos de los hijos de espaoles y negras, o negros e indias, no fueron incorporados a los grupos espaol o indio y terminaron por constituir un tercer grupo, o ms bien una coleccin de grupos, de origen mezclado conocidos como castas. Las castas conformaron un grupo aparte en la estructura colonial, pues no eran ni espaoles, ni indios, ni negros esclavos, y no tenan un papel claramente definido en las relaciones intertnicas. As por ejemplo, tenan que pagar tributo como los indios, pero no tenan los mismos derechos legales que ellos. Por esta razn, las castas gravitaron hacia las grandes ciudades, las minas, las haciendas y el comercio; pues en estos mbitos podan vivir al margen de los grupos constituidos. Debe destacarse que lo que defina estas castas, como lo que define a los mestizos en el Mxico actual, no era el hecho biolgico de ser hijos de padres de distintos grupos humanos, sino su identidad cultural y tnica diferente.

Cambios sociales y adaptaciones culturales en las sociedades indgenas


El impacto del rgimen colonial espaol sobre las sociedades indgenas fue muy diferente en las distintas regiones del pas y tambin fueron muy distintas las formas en que estas sociedades reaccionaron ante l. Estas diferencias dependieron de varios factores claves, como la mayor o menor presencia de espaoles y castas en cada regin y su cercana o lejana con los indgenas, las formas de explotacin econmica a las que fueron sometidos los indgenas, y las formas en que stos colaboraron con el rgimen colonial o se opusieron a l. En el Mxico central, por ejemplo, se establecieron desde el siglo xvi un gran nmero de espaoles y castas que interactuaron de
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manera constante y cotidiana con los indgenas que vivan en la regin, por medio del trabajo forzado, del comercio y del gobierno y la religin. As se estableci una relacin de mutua dependencia entre ambos grupos: los espaoles requeran del trabajo indio para sostener sus ciudades y sus haciendas, y los indios necesitaban trabajar para los espaoles para ganar dinero y comprar sus alimentos y productos. Como resultado, los espaoles se familiarizaron con las culturas indgenas, y viceversa; y hubo muchas transferencias de ideas, costumbres, productos y tecnologas de unos a otros. Por eso, las culturas indgenas de esta regin se transformaron de manera muy profunda, adoptando muchos elementos espaoles. Todo esto signific que en el centro de Mxico, la distincin entre indgenas y espaoles se hizo menos tajante que en las otras regiones del pas. Por ello, la identidad tnica de los indgenas se centr en sus comunidades y en la defensa de sus tierras. As, las pequeas comunidades muchas veces vean a los otros pueblos indgenas que competan con ellas por la tierra y el agua como sus enemigos o rivales, y a las autoridades espaolas como sus aliados. Esto produjo una atomizacin de la identidad tnica indgena que qued reducida a un nivel puramente comunitario. Por otro lado, en el centro de Mxico, crecieron rpidamente las castas, mestizos, negros y mulatos, que habitaron en las grandes ciudades, donde tomaron elementos culturales de los espaoles y los indgenas. En las otras regiones de Mesoamrica, como Yucatn, Oaxaca y Chiapas, la situacin fue muy diferente. Para empezar, menos espaoles y castas se establecieron en estas regiones y por ello hubo un menor contacto intercultural con los indgenas de la regin. Por otro lado, tampoco surgi una relacin de mutua necesidad entre los indgenas y los espaoles, pues los primeros siguieron produciendo sus propios alimentos para sobrevivir de manera autnoma. Por ello, fue necesario obligarlos a trabajar para los espaoles e incluso a comprar sus pro54

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ductos contra su voluntad. En este sentido, el rgimen de explotacin colonial fue mucho ms violento que en el centro de Mxico. Paradjicamente, la violencia misma de la forma de explotacin y la continuidad del trabajo forzado fortalecieron la identidad tnica de las sociedades indgenas. En primer lugar, el trabajo forzado se organizaba alrededor de las propias comunidades indgenas, de modo que fortaleca su cohesin interna y el poder de sus gobernantes. Por otro lado, la explotacin espaola era tan arbitraria y descarada que los indgenas la rechazaron de manera tajante y clara. Esto ayud a que reforzaran una identidad comn, en cuanto indgenas vctimas de esta explotacin, y que se diferenciaran tajantemente de sus explotadores. Este sentido de identidad tnica indgena, y el menor contacto con los espaoles, signific que los pobladores de estas regiones no adoptaran tantos elementos culturales espaoles como los del centro de Mxico, con la excepcin de la religin catlica. Se manifest tambin una constante resistencia al dominio colonial que en algunos casos lleg a tomar la forma de grandes rebeliones.

El norte, una regin de fusin tnica


Las relaciones intertnicas en el norte de Mxico fueron muy distintas a las que se establecieron en la zona mesoamericana. Como hemos visto en esta zona, la poblacin indgena nativa era mucho menor y tena una forma de vida y una organizacin social muy diferentes, por lo que no estaba acostumbrada a las formas de dominacin y de trabajo a las que estaban habituados los indgenas mesoamericanos. Por ello los indgenas de esta zona presentaron una resistencia mucho ms violenta a la colonizacin espaola. Como resultado de las cruentas guerras con los espaoles y los colonizadores mexicanos, desde la llamada guerra chichimeca del siglo xvi hasta las campaas contra los apaches y los
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yaquis en el siglo xix, muchos de los indgenas nativos fueron exterminados. Otros ms fueron sometidos por misioneros catlicos que los forzaron a abandonar su vida tradicional de cazadores y recolectores y a convertirse en agricultores. En muchos casos, esta transformacin tambin result en el exterminio de los indgenas, pero en otros, como el de los yaquis y los tarahumaras, les permiti sobrevivir y mantener su identidad tnica. Debido a estas caractersticas, los colonizadores espaoles no pudieron explotar el trabajo de los indgenas de esta regin y tuvieron que llevar consigo a indgenas mesoamericanos y esclavos negros. La falta de una fuerza de trabajo explotable, as como el hecho de que el norte era una regin vastsima y desrtica, implic que el avance espaol en esa regin fuera muy lento, y que la colonizacin de las zonas ms remotas no terminara sino hasta finales del siglo xix . De este vasto territorio, los espaoles colonizaron principalmente las zonas donde encontraron minerales preciosos, como Zacatecas, San Luis Potos y Guanajuato y las ciudades mineras se convirtieron en enclaves coloniales, rodeados por extensas zonas no colonizadas. La vida en las regiones mineras era muy diferente de la vida en el sur de Mxico. En primer lugar, eran pobladas por una gran variedad de grupos diferentes, espaoles y criollos, mestizos, negros y mulatos; y tambin por muchos indgenas venidos de Mesoamrica. La convivencia entre estos grupos era muy estrecha, pues todos se dedicaban a las mismas actividades, la minera y la produccin de insumos para ella, como alimentos y carbn. Igualmente todos ellos se encontraban lejos de sus sociedades originales, por lo que sus identidades tnicas eran menos fuertes. El resultado fue que en estos enclaves mineros se generaliz rpidamente la lengua espaola y se cre una cultura que combinaba elementos de los diferentes grupos, as como nuevas identidades tnicas. Slo algunas comunidades de indgenas mesoamericanos que ayudaron a colonizar el norte, como los tlax56

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caltecas en Coahuila, mantuvieron un fuerte sentido de su identidad tnica anterior.

Las regiones de resistencia


Es muy importante sealar que no todas las sociedades indgenas fueron sometidas rpidamente por los espaoles. En Mesoamrica hubo grupos que defendieron su independencia durante varios siglos. Estos grupos vivan en zonas de difcil acceso para los espaoles, como los huicholes y coras de la sierra del Gran Nayar, entre lo que hoy son los estados de Nayarit, Jalisco y Zacatecas, los mixes de la sierra Mixe, en Oaxaca, o los mayas de las regiones selvticas de Chiapas, Yucatn y Tabasco. Estas regiones eran remotas y poco importantes y la rebelda de estos grupos indgenas no amenaz nunca el dominio espaol sobre el resto de los pobladores de estas tierras. Sin embargo, su importancia es mayor desde un punto de vista cultural y tnico, pues los indgenas de estas zonas tuvieron mayor libertad para crear nuevas culturas y nuevas identidades, tomando elementos de su milenaria tradicin y combinndolos con las culturas europea y africana. Estos procesos de etnognesis, construidos en la resistencia contra el dominio colonial, fueron muy exitosos y las identidades tnicas que generaron han sobrevivido hasta nuestros das, pues las culturas huichola, cora, maya y mixe son de las ms reconocibles entre las culturas indgenas de la actualidad.

La etnognesis colonial
Este breve panorama de las diferentes reacciones de las sociedades indgenas a la dominacin espaola muestra que no fueron vctimas pasivas frente a esa dominacin. Ya fuera que se aliaran con los con57

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quistadores y luego colaboraran activamente con su rgimen y adoptaran de manera voluntaria muchos aspectos de la cultura europea, como hicieron los nahuas del centro de Mxico, o que se resistieran activamente a su dominacin por medio de las armas, como hicieron los mixes, los mayas y los huicholes, o que adoptaran una posicin intermedia entre estas dos opciones, resistiendo al rgimen en algunos aspectos y colaborando con l en otros, como hicieron muchos otros grupos, para sobrevivir bajo el rgimen colonial los indgenas tuvieron que cambiar su cultura, redefinir su identidad tnica y repensar todo su mundo. Esta adaptacin fue un proceso de etnognesis, es decir, de creacin de nuevas identidades tnicas que no puede reducirse ni a una simple continuidad con el pasado prehispnico ni a un rompimiento irreversible con l. Nuestra historia nacionalista ha visto la etnognesis indgena colonial como una derrota y como la prdida lamentable de la autntica cultura indgena, que era la prehispnica. Segn esta visin, todos los indios fueron derrotados por la conquista espaola y luego los espaoles destruyeron la gran tradicin cultural mesoamericana, pues derrocaron a los gobernantes, quemaron los templos y los libros e impusieron su nuevo poder y su nueva religin. Por otro lado, las epidemias diezmaron a las sociedades indgenas y las debilitaron cultural y polticamente de una manera irreversible. Por ello, la cultura y la identidad de los pueblos indgenas bajo la colonia espaola y despus no fueron sino un plido y disminuido reflejo de los esplendores que haban alcanzado en tiempos prehispnicos. Esta posicin tiene algo de verdad pues la colonizacin espaola destruy los grandes estados mesoamericanos y parte de la cultura de las lites que los gobernaban; adems de que las epidemias tuvieron un impacto muy grave sobre las sociedades indgenas. Sin embargo, hay que tener presente que las culturas indgenas eran ms ricas y
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ms amplias que la culturas de las lites y que muchas sociedades indgenas lograron preservar elementos sociales, econmicos y culturales que les permitieron mantener y redefinir su identidad tnica. Por ello, nuestra visin de la etnognesis colonial puede ser muy distinta si comprendemos los cambios que experimentaron los grupos indgenas durante el periodo colonial no como una prdida en relacin con el periodo anterior, sino como un proceso creativo y original con el que respondieron a la poca y las condiciones muy diferentes en que les toc vivir. En efecto, aun bajo las difciles condiciones coloniales de explotacin, persecusin religiosa y colapso demogrfico, las sociedades indgenas lograron reinventarse, tomando elementos de su propia tradicin y elementos de origen europeo y africano para construir sus nuevas identidades tnicas y culturales. En suma, fueron capaces de aprender, de cambiar y de adaptarse, cualidades que nosotros apreciamos en nuestra propia cultura y que debemos apreciar en las culturas indgenas, una vez que abandonemos el prejuicio de que ellos no deben cambiar como nosotros y en cambio deben permanecer fieles a su autenticidad o morir. Por otro lado, hay que sealar que los indgenas no fueron el nico grupo humano que experiment procesos de etnognesis en el periodo colonial. Tambin los criollos y las castas tuvieron que definir nuevas identidades tnicas, que igualmente combinaron elementos indgenas con elementos europeos y africanos.

El sistema colonial, pluralidad y jerarqua


Como resultado de los procesos de etnognesis de indgenas, castas y criollos, la pluralidad tnica y cultural de lo que hoy es Mxico aument bajo el rgimen colonial. Los gobernantes espaoles no intentaron suprimir las diferencias entre los grupos tnicos sino que las utilizaron para cimentar su poder. En efecto, la Corona pactaba
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individualmente con cada uno de los grupos que gobernaba y a cada uno le daba un trato diferenciado. Al mismo tiempo, serva como mediadora entre ellos, apoyando por ejemplo a los indios contra los criollos que les queran quitar sus tierras. De esta manera impeda que ninguno de los grupos que gobernaba ganara demasiado poder. Se puede decir que la Corona utilizaba una poltica de divide y vencers y que por ello le convena mantener las diferencias tnicas entre sus sbditos. Por otro lado, segn las concepciones polticas europeas de la poca, toda sociedad humana deba estar dividida en grupos diferentes y ordenados jerrquicamente. El lugar de cada grupo en esta jerarqua era definido por factores como la pureza de sangre, la antigedad de su cristianismo, sus costumbres, su forma de vestir y su color de piel. Segn esta visin jerrquica los espaoles nacidos en Espaa deban ocupar siempre el lugar ms alto, y los indios y los negros el ms bajo, pues sus caractersticas culturales y humanas los condenaban a ello. Este rgimen jerrquico era rgido y claramente definido, de modo que en teora todas las personas deban conocer su lugar en l y aceptar las obligaciones y los privilegios que les correspondan. En la prctica, la jerarqua de grupos tnicos en Mxico era un poco ms flexible, pues los individuos podan pasar de un grupo a otro y las comunidades podan obtener concesiones y defender sus privilegios por medio del sistema legal e incluso por medio de rebeliones. Esta relativa flexibilidad, sin embargo, confirmaba la autoridad de la Corona y la validez del sistema jerrquico en su conjunto. Desde nuestra perspectiva moderna, el sistema colonial y el mapa tnico que construy nos parecen profundamente injustos pues van en contra de nuestro sentido de la igualdad. Por lo anterior, la historia oficial mexicana ha condenado siempre la opresin y la discriminacin en la colonia, particularmente contra los indios. Sin
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embargo, hay que matizar esta condena con dos sealamientos. El primero es que el rgimen colonial daba a los indios herramientas legales y polticas para defender a sus comunidades y sus identidades tnicas y que esto contribuy a la supervivencia y redefinicin de las identidades indgenas. El segundo es que muchos de los elementos desiguales del sistema colonial de relaciones intertnicas, como la supuesta superioridad de los grupos blancos o de cultura occidental, han sobrevivido hasta el presente y siguen siendo claves en el mapa tnico del Mxico actual.

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La nacin frente a los grupos tnicos

L a Independencia de Mxico y el establecimiento del nuevo estadonacin mexicano cambiaron radicalmente el sistema de relaciones intertnicas que se haba formado en la Nueva Espaa. El nuevo pas llamado Mxico trat desde sus inicios de convertirse en una nacin moderna, a la manera de Inglaterra, Francia y Estados Unidos, y modific de acuerdo con estos modelos las categoras tnicas para definir a los grupos humanos que vivan en su territorio y las relaciones que deban existir entre ellos. Los gobernantes mexicanos, en su mayora criollos y luego mestizos, hispanoparlantes y con una cultura occidental, decidieron que la suya era la nica cultura y la nica identidad tnica que deban existir en la nacin mexicana. Asimismo definieron a los otros grupos que vivan en Mxico, a los indgenas, negros y mestizos que conformaban la inmensa mayora de la poblacin, como grupos atrasados que deban ser integrados a la nacin mexicana, es decir a la identidad tnica de los gobernantes, o que deberan desaparecer en caso de negarse a ello. Por lo anterior, se puede decir que en muchos aspectos los gobiernos mexicanos independientes fueron mucho ms agresivos contra las sociedades indgenas y las castas y otros grupos populares que lo que
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haban sido los gobiernos coloniales, pues intentaron despojarlas de sus tierras y terminar con su identidad cultural y tnica. Sin embargo, al igual que en el periodo colonial, estos grupos no fueron simples vctimas pasivas de las polticas definidas por las lites gobernantes sino que se resistieron activamente a ellas y de la misma manera participaron en la construccin de la nacin mexicana. Desde la guerra de Independencia y a todo lo largo del siglo xix y luego del xx estos grupos han defendido su identidad particular, su derecho a la tierra y a la justicia social, y tambin una definicin de la identidad nacional que los incluye plenamente, a diferencia de la identidad excluyente y nica definida por las lites gobernantes. Para poder comprender esta compleja interaccin entre dos definiciones de nacin y de identidad nacional es necesario, sin embargo, empezar por analizar los orgenes de la identidad nacional mexicana en la identidad tnica criolla que se gener en los siglos xvii y xviii .

La etnognesis de los criollos


Los grupos criollos, es decir los descendientes de los espaoles nacidos en estas tierras, ocupaban un lugar de claro privilegio en la jerarqua tnica colonial, pues eran los que estaban inmediatamente abajo de los dominadores espaoles y gozaban de los mismos privilegios que ellos en relacin con el resto de los grupos tnicos. No obstante, como hemos visto, la Corona les impeda ejercer los cargos ms altos en el gobierno virreinal y les vedaba el acceso a otras actividades lucrativas que estaban reservadas a los peninsulares. Esta diferenciacin fue rechazada por los criollos desde el siglo xvi; y alrededor de la movilizacin poltica, para contrarrestarla, este grupo se invent una identidad tnica propia. Este proceso de etnognesis fue muy complejo y abarc los tres siglos coloniales, por lo que sera
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imposible resumirlo aqu. Por ello, comentar nicamente los aspectos que tienen que ver con las relaciones intertnicas. Para diferenciarse de los espaoles que los discriminaban, los criollos no podan usar ni su lengua, ni su religin, ni su cultura, pues las compartan con ellos y adems eran los elementos que les servan para diferenciarse de los otros grupos tnicos de la Nueva Espaa y considerarse superiores a ellos. Por eso, para construirse una identidad propia en el presente, lo que tuvieron que hacer fue construirse un pasado diferente al de los espaoles. As fue como comenzaron a considerarse herederos de la gloria de las grandes civilizaciones indgenas, particularmente de la civilizacin azteca. Por medio de esta curiosa operacin, los descendientes de los conquistadores espaoles se convirtieron en los herederos de los mexicas vencidos y as pudieron tener su propio pasado, su antigedad particular, que los diferenciaba pero equiparaba con los espaoles. Hay que sealar, sin embargo (como ha propuesto David Brading), que los criollos asumieron como propia la historia de los mexicas precisamente porque ste era el grupo indgena que haba sido vencido por los espaoles y no era uno de sus aliados vencedores, como los tlaxcaltecas. De esta manera, los criollos se inventaron un pasado indgena, pero un pasado que haba sido derrotado y subyugado por ellos mismos, lo que serva para justificar su superioridad sobre los indgenas contemporneos. En contraste, si hubieran elegido la historia tlaxcalteca como la base de su identidad, habran tenido que reconocer la importancia y los privilegios de los indgenas de Tlaxcala que todava tenan poder en el rgimen colonial. En suma, la identificacin con el pasado indgena no implicaba una identificacin con los indgenas del presente, sino que serva para marcar una diferencia con los espaoles. En sus dems aspectos, la identidad tnica criolla conserv la relacin de superioridad que tenan los espaoles sobre los indgenas.
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En un principio, esta idea de superioridad se bas en la certidumbre de la verdad absoluta de la religin catlica. En el siglo xviii se aadi a este prejuicio religioso la certidumbre de la Ilustracin europea de que exista una sola razn universal, y que los hombres europeos eran los portadores de la misma. Con estas bases ideolgicas fue que los criollos asumieron el poder en la nueva Repblica mexicana. En el siglo xix , cuando la identidad criolla se convirti en la base de la nueva identidad nacional mexicana, la identificacin con el pasado indgena adquiri una nueva connotacin, pues permiti incorporar al grupo gobernante a las nuevas lites de mestizos, pues ellos tambin podan decir que tenan el mismo pasado indgena que los criollos. Sin embargo, como veremos en el prximo captulo, las lites mestizas tambin heredaron la certidumbre criolla en la superioridad de su cultura.

Las paradojas de la igualdad


Desde la Constitucin de Apatzingn, proclamada por Jos Mara Morelos en 1814, las leyes mexicanas establecieron el principio de que todos los hombres nacidos en el pas eran ciudadanos mexicanos iguales ante la ley. De esta manera eliminaron de golpe todas las distinciones entre los grupos tnicos que haban existido en tiempos coloniales. Esta igualdad se ha mantenido en las constituciones mexicanas hasta el presente. Desde un principio, tambin, la igualdad ha sido una reivindicacin y una demanda de todos los grupos tnicos del pas. Debe destacarse que Mxico fue el nico pas de Amrica que defini una ciudadana universal e igualitaria desde el momento de su independencia. En contraste, en Guatemala, Per, Ecuador y Bolivia, los indgenas fueron excluidos de la ciudadana, o fueron sometidos a leyes particulares que los diferenciaban del resto de la poblacin
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y los obligaban a pagar tributos especiales o a realizar trabajos forzosos. Igualmente en Estados Unidos y Brasil, los grupos de origen africano no slo no fueron considerados ciudadanos sino que continuaron siendo esclavos hasta la segunda mitad del siglo xix . Por ello la igualdad mexicana es excepcional en la historia de Amrica y debe ser valorada como tal. Sin embargo, la igualdad legal establecida en Mxico no ha funcionado en el siglo xix ni en el xx para hacer desaparecer las desigualdades econmicas y tnicas que existen en nuestro pas. Adems, en muchos casos, lejos de resolver los conflictos intertnicos los ha agravado. Por ello se puede plantear que la igualdad propuesta por las constituciones mexicanas no se ha aplicado plenamente en la prctica social. Eso se debe a varias causas. La primera, y ms evidente, es que la igualdad legal no se estableci en una sociedad de iguales, sino en la sociedad jerarquizada tnicamente creada por el rgimen colonial espaol. Por ello, no todos los grupos tuvieron la misma capacidad para aprovechar la igualdad y en muchos casos los derechos ciudadanos no pudieron ser ejercidos plenamente por los grupos indgenas y populares ms marginados. Otra causa ms profunda de esta falla es que para las lites criollas, y despus mestizas, que han gobernado el Mxico independiente, la idea de igualdad ha sido inseparable de la idea de civilizacin moderna. Por ello consideraban que para ser realmente iguales todos los mexicanos deban tener la misma cultura, la cultura occidental moderna. En otras palabras, para estas lites la igualdad significaba que todos los mexicanos deban ser iguales a ellos y slo as tendran derecho a ser ciudadanos. Por esta razn se puede decir que si bien las constituciones mexicanas establecieron la ciudadana universal, en la prctica poltica se impuso un modelo de ciudadana tnica, es decir una concepcin
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que defina cmo deban ser los ciudadanos de acuerdo con la cultura e identidad de uno solo de los grupos tnicos que vivan en el pas, las lites criollas y mestizas de cultura occidental. Esto signific que los grupos que no correspondan a este modelo de ciudadana tnica fueron segregados y marginados, o forzados a cambiar su cultura y su identidad para conformarse a ella. Por eso, en la prctica, la igualdad jurdica result excluyente, en vez de incluyente. La definicin de la ciudadana tnica se sustent en una serie de prejuicios y creencias que tenan las lites gobernantes de la poca y que siguen teniendo hasta la fecha. La primera era la idea de la Ilustracin europea que el hombre y las sociedades deban ser regidos por la Razn, y que esta Razn, definida a partir de la cultura y la identidad de los hombres blancos europeos de clase alta, era nica y universal. Esta definicin de Razn devaluaba automticamente cualquier otra forma de pensamiento o cultura, como la de las mujeres y las clases bajas en la sociedad europea y, desde luego, las de culturas de otras partes del mundo como las indgenas o las africanas. Por ello, segn las lites gobernantes, Mxico y los mexicanos deban seguir los dictados de esta Razn y aquellos grupos que no compartan la cultura europea ilustrada deban adoptarla para poder participar de la vida nacional. Con base en lo anterior el deber del Estado mexicano era civilizar a las masas ignorantes y hacerlas abandonar sus costumbres, valores e ideas tradicionales y equivocadas. De no estar dispuestos a aceptar la verdadera civilizacin y la autntica cultura, estos grupos deban ser combatidos y eliminados, como enemigos de la patria. Fue a partir de estas concepciones que la idea de igualdad y la definicin de la ciudadana tnica fueron la base de un ataque sistemtico contra la forma de vida, la autonoma, la cultura y la identidad tnica de los grupos populares, fueran indgenas o mestizos campesinos.

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La otra igualdad
Sin embargo, la idea de igualdad no fue slo definida y aplicada por las lites. Desde el propio movimiento de Independencia, los indgenas y las castas defendieron esta idea para escapar de la posicin de discriminacin y explotacin a las que los haba sometido el rgimen colonial. Posteriormente, a lo largo de los siglos xix y xx, han utilizado los derechos ciudadanos que les otorga la igualdad para defender precisamente todo aquello que la concepcin excluyente de la igualdad les ha querido quitar, su forma de vida, su autonoma poltica, su cultura y su identidad tnica. Por ello, se puede decir que en Mxico, hasta la fecha, se han enfrentado dos concepciones y prcticas diferentes de la igualdad, una excluyente, la ciudadana tnica defendida por las lites, y otra ms incluyente y plural, defendida por los grupos populares. Desde la propia guerra de Independencia en la que tomaron parte como soldados y tambin como importantes dirigentes, como Jos Mara Morelos y Vicente Guerrero, los grupos populares de indgenas, castas y campesinos participaron activamente en la vida poltica nacional, defendiendo sus intereses particulares y su identidad tnica. Para hacerlo se aliaron en muchos casos con las lites gobernantes, siempre y cuando stas les ofrecieran proteccin y respeto, y cuando no lo reciban se enfrentaron abiertamente con ellas. Igualmente utilizaron las nuevas leyes para defender sus derechos y adoptaron por ejemplo la organizacin municipal como una manera de obtener el reconocimiento legal de sus comunidades. De esta manera, a lo largo de las grandes guerras y conflictos polticos que vivi Mxico en el siglo xix y principios del xx , estos grupos fueron construyendo una idea propia de nacin que coincida en algunos aspectos con la que haba sido definida por las lites en el poder, pero que tambin era diferente en otros, como sucedi con la concepcin de igualdad que discutimos arriba.
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Durante la guerra de Independencia, como ha mostrado Eric Van Young, los grupos populares defendieron fundamentalmente la continuidad de su identidad comunitaria y lucharon por un gobierno justo que la reconociera y la defendiera. Posteriormente, en la primera mitad del siglo xix , cuando las lites gobernantes comenzaron a despojar a las comunidades indgenas y campesinas de sus tierras, algunos de estos grupos se aliaron con sectores conservadores que se oponan a este despojo, o con sectores liberales que defendan sus derechos. Tambin llegaron a rebelarse contra el gobierno, como sucedi en Chalco, en el Valle de Mxico, y en muchas otras zonas. En la segunda mitad del siglo xix , con la guerra de Reforma entre liberales y conservadores, y posteriormente con la invasin francesa y la imposicin del emperador Maximiliano, muchas de las comunidades indgenas y tradicionales se adhirieron a la causa del liberalismo y contribuyeron al triunfo final de este bando sobre sus enemigos ideolgicos y polticos. El liberalismo adoptado por los indgenas y campesinos, y que ha sido descrito por Florencia Mallon, comparta con el liberalismo defendido por los intelectuales y las lites en el poder algunos rasgos claves, como la idea de la participacin ciudadana, la separacin entre el Estado y la Iglesia y la defensa de la soberana nacional contra las invasiones extranjeras. Estas coincidencias permitieron que los grupos populares y las lites se aliaran y lograran derrotar la invasin francesa y el imperio de Maximiliano. Sin embargo, existan tambin profundas diferencias entre estas dos visiones del liberalismo y la nacin. Mientras que la definicin de las lites buscaba imponer su concepcin de la ciudadana tnica, el liberalismo popular, en cambio, defenda a las comunidades locales, su derecho a la propiedad de la tierra y a mantener su identidad propia, y consideraba que la nacin deba constituirse a partir de ellas, sin destruirlas.
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De esta manera los grupos indgenas y populares, y sus dirigentes, como Vicente Guerrero durante la Independencia, Juan lvarez durante las guerras de Reforma, y Emiliano Zapata durante la Revolucin, lucharon por una nacin que poda ser igualitaria y moderna sin destruir a las comunidades ni a su identidad tnica.

La ciudadana tnica frente a los grupos tnicos


El conflicto entre las lites gobernantes y los grupos indgenas y populares a lo largo del siglo xix fue un enfrentamiento entre dos concepciones diferentes de lo que deba ser la nacin, la igualdad y la ciudadana. Sin embargo, las lites gobernantes lo definieron como un conflicto entre la Razn y el progreso, que les perteneca a ellos, y la ignorancia y el atraso, que defina a los grupos populares. Justificadas por la certidumbre de su superioridad cultural, las lites gobernantes mexicanas, primero criollas y luego mestizas, convirtieron al Estado mexicano en una herramienta para defender sus intereses y para imponer su concepcin de la ciudadana tnica. Por ello, el poder central dej de ser rbitro entre los grupos tnicos, como haba sido en tiempos coloniales, y pas a defender los intereses de uno solo. As las polticas estatales del liberalismo atacaron aspectos claves de la forma de vida, la cultura y la identidad tnica de los grupos indgenas y populares. Empecemos por el idioma. Aunque promulgaban la igualdad de todos los mexicanos, las constituciones y todas las leyes de la nacin fueron escritas en un solo idioma, el espaol. Esto nos puede parecer natural ahora, pues 95 por ciento de la poblacin habla esa lengua (aunque, desde luego, eso no significa que debamos ignorar los derechos del restante 5 por ciento), pero en el siglo xix menos de la mitad de los mexicanos hablaban espaol, lo que quiere decir que la mayora de los pobladores del pas no podan comprender las leyes que
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deban gobernarlos. Las lites gobernantes no reconocieron la existencia, o el valor, de los otros idiomas que se hablaban en Mxico, algunos de los cuales, como el nhuatl eran hablados por millones de individuos, porque consideraban que la nica lengua civilizada era la espaola, por ser de origen europeo. Este prejuicio se convirti en poltica estatal cuando las escuelas, los juzgados y los organismos administrativos del gobierno tambin adoptaron el espaol como su nica lengua. De esta manera, se forz a la mayora del pas a aprender ese idioma para poder participar de la vida poltica o para defender sus derechos. Adems de hablar espaol, la definicin de la ciudadana tnica estableca que los mexicanos deban ser propietarios individuales y que deban buscar acumular riqueza de acuerdo con los valores del capitalismo. Sin embargo, los grupos indgenas y campesinos defendan su propiedad comunitaria de la tierra, que era indispensable para mantener su identidad tnica, y tenan valores econmicos diferentes en los que la acumulacin de riqueza no era tan importante. A todo lo largo del siglo xix , el Estado mexicano atac la propiedad comunitaria pues la conceba como un obstculo para la modernizacin y prosperidad del pas. Diversas leyes desconocieron la existencia de este tipo de propiedad y los terratenientes criollos y las llamadas compaas deslindadoras las utilizaron para despojar a muchos pueblos indgenas y campesinos de sus tierras. Desde luego, estas comunidades no se dejaron quitar su propiedad pasivamente, sino que resistieron de manera decidida a estos ataques. En muchos casos intentaron defender legalmente sus derechos de propiedad comunitaria, reconocidos por el gobierno colonial espaol; en otros, recurrieron a las armas; en otros ms, aceptaron la idea de la propiedad individual, pero exigieron que el reparto de la propiedad comunitaria fuera entre los miembros de la misma y no beneficiara a los terratenientes y a las compaas deslindadoras. Debido a esta resistencia, el proceso de
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despojo de las tierras de las comunidades indgenas y campesinas dur desde la dcada de 1840 hasta la primera dcada del siglo xx , y fue una de las causas de la Revolucin mexicana. El despojo de las tierras comunitarias signific, como esperaban las propias lites mexicanas, y como teman los grupos indgenas y populares, una transformacin radical de su vida, su cultura y su identidad. Al perder sus tierras, las comunidades perdieron la capacidad de alimentarse a s mismas y con ello buena parte de su autonoma poltica y cultural. Muchos campesinos despojados se vieron obligados a contratarse como peones en las haciendas que se haban apropiado de sus antiguas tierras, trabajando en condiciones mucho peores que antes. En estas nuevas condiciones les fue tambin difcil mantener su cultura y su religin tradicionales, e incluso seguir hablando idiomas indgenas, pues en las haciendas la lengua comn era el espaol. De esta manera, el despojo de las tierras contribuy a la destruccin de la identidad indgena y al crecimiento de los mestizos, como veremos en el prximo captulo. Adems de hablar espaol, y de ser propietarios individuales, los ciudadanos tnicos deban tener una cultura plenamente moderna y occidental. Por ello, el Estado y las lites devaluaron las manifestaciones culturales de los indgenas y de los grupos populares, su forma de vestir y de comer, sus costumbres y creencias, sus valores y sus identidades. Esta devaluacin se manifest de muchas formas, como por ejemplo, en el hecho de que el gobierno mexicano favoreci la produccin de cerveza para sustituir el pulque, que era considerada una bebida primitiva, o de que los doctores intentaron convencer a la poblacin que los alimentos y costumbres indgenas no eran higinicos y que deban ser sustituidos por otros ms modernos que correspondan con las costumbres europeas. Si bien esta agresin contra las culturas indgenas y populares no logr terminar con ellas, s logr devaluarlas a los ojos tanto de ellos mismos como de los dems. Esta
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visin negativa de las culturas indgenas y populares contina hasta nuestros das, en que todava se asocian con el atraso, la ignorancia y la pobreza; mientras que la cultura occidental de las lites se relaciona con el progreso, la educacin y la riqueza. Esta devaluacin ha significado, en la prctica, que para progresar econmica y socialmente, los indgenas y campesinos deben abandonar su cultura y adoptar la de las lites.

El Mxico imaginario
En su brillante ensayo El Mxico profundo, el antroplogo Guillermo Bonfil defini el proyecto nacional de las lites criollas y mestizas de los siglos xix y xx , lo que hemos llamado la definicin de la ciudadana tnica, como un Mxico imaginario y lo contrapuso con el Mxico profundo de las culturas indgenas y populares. Al sealar el carcter imaginario del proyecto nacional de las lites, Bonfil quera enfatizar que no responda a la realidad social y cultural de Mxico y que por ello quera construir un pas que no exista, acorde con los modelos de los pases avanzados de Europa y Norteamrica. Esta caracterizacin tiene mucho de atinada. Desde los pensadores liberales de principios del siglo xix que queran imitar a la repblica norteamericana y que queran poblar Mxico con inmigrantes venidos de Europa, pasando por los cientficos del porfirismo, que vean en Francia el modelo a seguir y que aplicaron los principios del positivismo y del darwinismo para discriminar a los indgenas y campesinos, hasta los tecncratas actuales que han aplicado sin cortapisas la ortodoxia econmica neoliberal hasta destruir virtualmente la forma de vida de las comunidades del campo, las lites de nuestro pas han fundamentado su poder en la importacin de las doctrinas de moda en la cultura occidental de su momento y en su aplicacin por encima, y muchas veces en contra, de la realidad del pas. Estas lites
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se consideran a s mismas como el sector ms moderno y avanzado de Mxico, y por ello piensan que tienen el derecho de gobernar sobre los otros. Sin embargo el poder que ejercen es una clara continuacin del poder que ejercieron los espaoles durante la colonia y los criollos al inicio del Mxico independiente, como lo son tambin sus actitudes excluyentes y muchas veces racistas. Esto quiere decir que pese a considerarse una lite moderna son una lite neocolonial con bases mucho menos modernas de lo que pretenden, como veremos en el captulo final de este libro. Sin embargo, es importante sealar que la caracterizacin de Bonfil falla en un aspecto clave. Las polticas liberales y modernizadoras han transformado profundamente el mapa cultural, social y tnico de Mxico. Por tanto el Mxico moderno dista mucho de ser imaginario, pues es una realidad vibrante y potente que ha avasallado en muchos aspectos al Mxico indgena y campesino que Bonfil llama el Mxico profundo. Por lo anterior no se puede argumentar que los sectores modernos del Mxico mestizo sean menos autnticos o menos nacionales que los dems sectores de nuestra sociedad, ni tampoco se puede argumentar ya que estos sectores indgenas, campesinos o populares sean realmente menos modernos, como veremos tambin al final de este libro. De hecho, para comprender las complejas relaciones que hay entre ellos, es necesario, precisamente, poner en duda todos nuestros prejuicios respecto a lo que es la verdadera esencia de nuestro pas.

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El mestizaje y el nuevo sistema de relaciones intertnicas

L as polticas aplicadas por los sucesivos gobiernos mexicanos para


imponer su modelo de ciudadana tnica a toda la poblacin mexicana provocaron profundas modificaciones en la conformacin cultural, social y tnica del pas y as crearon un nuevo sistema de relaciones intertnicas en Mxico. Este proceso de cambio en las relaciones intertnicas fue paralelo a e inseparable del proceso de formacin nacional y de consolidacin del Estado mexicano y, como l, fue lento porque tard ms de un siglo en consolidarse, desde la guerra de Independencia hasta el triunfo de la Revolucin mexicana. Fue adems contradictorio porque, como sucede con todos los grandes procesos histricos, no sigui siempre el mismo camino, ni obedeci a un solo proyecto poltico, sino que fue el resultado de la interaccin de diversas fuerzas y visiones, entre ellas las concepciones populares de la igualdad, el liberalismo y la nacin. Sus contradiccines tambin se basan en que, a la vez que modific profundamente algunos rasgos del sistema jerrquico colonial, conserv y acentu otros. Por ltimo debemos agregar que las relaciones intertnicas que estableci en la prctica distaron mucho de las que defini en la ley y en la teora. El elemento central de este nuevo sistema de relaciones intertnicas fue el surgimiento de un nueva categora tnica, la de los mestizos,
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que habra de convertirse en mayoritaria entre la poblacin, e incluso en la supuesta encarnacin de la identidad nacional. En la prctica, como veremos, los mestizos son una categora tnica porque incluyen muchos grupos tnicos diferentes, con identidades particulares. Sin embargo, la ideologa del mestizaje la ha definido como una identidad tnica nica y ha pretendido que todos los otros grupos tnicos del pas, los europeos, los africanos, los inmigrantes, y, sobre todo, los indgenas deben incorporarse a ella. Paradjicamente, la continuada existencia de los grupos indgenas en la poblacin mexicana ha servido para confirmar el poder de los mestizos; adems de que la frontera tnica entre indios y mestizos ha sido clave para la definicin de la identidad de estos ltimos. A lo largo de este captulo examinaremos la etnognesis de los mestizos mexicanos y sus complejas relaciones con los otros grupos tnicos de nuestro pas.

Qu es el mestizaje?
Antes de intentar comprender la etnognesis de los mestizos en el Mxico independiente hay que hacer dos sealamientos. El primero es que debemos distinguir claramente entre esta categora tnica surgida en el siglo xix y la categora de los mestizos en el Mxico colonial. Como hemos visto, en el sistema colonial de relaciones intertnicas los mestizos ocupaban un papel secundario entre las grandes categoras tnicas de espaoles e indios, y no desarrollaron una identidad propia muy fuerte, pues muchos de ellos terminaron por incorporarse a alguna de estas otras categoras. Aunque tomaron su nombre de esta categora tnica colonial, y aunque inventaron una historia que los haca descendientes de estos primeros hijos de espaoles e indias, los mestizos del Mxico independiente, o mestizos modernos, son muy diferentes. En primer lugar su surgimiento no es resultado de un proceso biolgico de mezcla entre
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dos razas diferentes, la indgena y la blanca, sino de un proceso de cambio cultural, social e identitario. Por otro lado, lejos de ser un grupo marginal, se han convertido en el grupo dominante y han definido la identidad nacional mexicana. El segundo sealamiento es que es necesario distinguir claramente entre el proceso histrico, social, econmico y cultural del mestizaje, que se inici, como veremos, desde el siglo xviii , y la ideologa del mestizaje, una doctrina racial y nacionalista elaborada por diversos intelectuales a finales del siglo xix y principios del xx que se convirti en la ideologa oficial del Estado mexicano. Como veremos a continuacin, el proceso histrico y la ideologa son muy diferentes e incluso se contraponen en aspectos claves.

El proceso de mestizaje en los siglos

xix

xx

La mejor manera de aproximarnos al proceso de surgimiento de los mestizos modernos es examinar las cifras de los censos sobre el tamao de los diferentes grupos tnicos en Mxico a lo largo de los siglos xix y xx . Aunque estas cifras no son exactas sino resultado de estimaciones, nos permiten identificar y definir de manera general los cambios en la conformacin tnica del pas.
cuadro

1.

cifr as demogr ficas tnicas

Ao
1808 1885 1921 2000

Indgenas
3 676 281 (60%*) 3 970 234 (38%*) 4 179 449 (29%*) 8 381 314 (9%*)

Mestizos
1 388 706 (23%*) 4 492 633 (43%*) 850 541 (59%*)

Europeos
1 097 998 (18%*) 1 985 117 (19%*) 1 404 718 (10%*)

TOTAL
6 162 985 10 447 984 14 334 780 97 483 412

*Los porcentajes se redondearon

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Como se ve en el cuadro 1, en el ao de 1808, aproximadamente el 60 por ciento de la poblacin de lo que sera Mxico perteneca a la categora tnica de indgena, el 18 por ciento eran europeos o de origen europeo (de los cuales la inmensa mayora eran criollos nacidos en Mxico), y el 23 por ciento restante eran mestizos, que incluan a otras castas, como mulatos e incluso negros. Esto significa que poco antes de la Independencia los indgenas eran el componente mayoritario de la poblacin. Para finales del siglo, en el ao de 1885, en contraste, el porcentaje de indgenas en la poblacin mexicana haba disminuido en un poco menos de la mitad, a 38 por ciento; mientras que el de mestizos casi se haba duplicado hasta alcanzar el 43 por ciento. Ahora bien, en cuanto a la proporcin de gente de origen europeo, sta haba permanecido casi sin modificacin. En menos de 80 aos, los indgenas haban dejado de ser la mayora de la poblacin y ya no eran ni siquiera el grupo ms numeroso, pues los mestizos los superaban en tamao. Para 1921, el predominio de los mestizos haba aumentado an ms, pues segn las cifras del censo realizado ese ao, 59 por ciento de la poblacin perteneca a esa categora tnica, mientras que slo 29 por ciento era indgena y 10 por ciento era blanca, o de origen europeo. En suma, en poco ms de 100 aos, los mestizos desplazaron a los indgenas de la posicin de categora tnica ms numerosa y se transformaron en la mayora de la poblacin nacional, mientras que stos se convirtieron en una minora. Este proceso de cambio continu a todo lo largo del siglo xx, pues en el censo del ao 1930 se registraron 14 por ciento de indgenas (definidos ahora como hablantes de lenguas indgenas mayores de 5 aos), y en 2000 se estableci que apenas el 9 por ciento de la poblacin era indgena.

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Para comprender mejor el cambio que experiment la poblacin mexicana entre 1808 y 1885; y luego entre 1885 y 1921, resultan interesantes los ejercicios estadsticos presentados en el cuadro 2.
cuadro

2. la dinmica demogrfica de los grupos tnicos


Indgenas
8% 5%

Crecimiento observado
1808-1885 1885-1930

Mestizos
224% 89%

Europeos
81% -29%

Total
70% 37%

Poblacin hipottica con el crecimiento normal


1808-1885 1885-1930 6 232 032 5 439 221 2 354 134 6 154 907 1 861 326 2 719 610

Diferencia entre la poblacin hipottica y la poblacin censada


1808-1885 1885-1921 -2 261 798 -1 259 772 2 138 499 2 349 634 123 791 -1 314 892

En la primera lnea vemos el crecimiento demogrfico de los grupos tnicos a lo largo de los 77 aos del primer periodo. Lo primero que llama la atencin es que, mientras la poblacin total del pas aument en un 70 por ciento, la poblacin indgena apenas subi un 8 por ciento, en tanto que la poblacin mestiza se increment en un impresionante 224 por ciento y la blanca en un 81 por ciento. La diferencia entre estas tasas de crecimiento es tan grande que no puede explicarse nicamente por factores demogrficos, por lo que debe haber otros elementos en juego. Esto se hace ms claro con el ejercicio de demografa hipottica de la tercera lnea. Supongamos que a lo largo del siglo xix todos los grupos tnicos hubieran crecido a la misma tasa, es decir a la tasa de crecimiento de la poblacin total (70 por ciento). Esto significara que para 1885, en Mxico habran vivido ms de 6 millones de indgenas
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(que seguiran siendo el 60 por ciento de la poblacin), dos y medio millones de mestizos, y casi dos millones de blancos. Si comparamos estas cifras de crecimiento normal con las cifras de crecimiento realmente observadas, encontramos un resultado muy sugerente: en 1885 haba en Mxico dos millones de indgenas menos de los que habra habido si la tasa de crecimiento de este grupo de la poblacin hubiera sido la normal; y tambin, significativamente, vivan dos millones de mestizos ms de los que habran vivido en ese caso. Qu quiere decir esto? Podra aventurarse que los dos millones de indgenas faltantes fueron muertos en rebeliones y guerras, pero las guerras tnicas en el Mxico del siglo xix no fueron tan cruentas como para provocar un genocidio tan importante. Adems, esto no explicara la existencia de los dos millones de mestizos sobrantes. Por ello, la nica explicacin posible es que en ese periodo de 77 aos, aproximadamente dos millones de mexicanos, es decir el 20 por ciento de la poblacin, dejaron de considerarse, o ser considerados, indgenas, y se convirtieron en mestizos. Si realizamos el mismo ejercicio de demografa hipottica para el periodo entre 1885 y 1921 tenemos un milln de indgenas menos y dos millones de mestizos ms. El mayor nmero de mestizos se explica porque en estos cincuenta aos desapareci tambin un milln de habitantes blancos o europeos de nuestro pas. Esto no se debe, desde luego, ni a que hayan sido exterminados ni que hayan emigrado en masa, sino a un cambio en la forma de clasificar a los grupos tnicos en Mxico. En efecto, como veremos adelante, el triunfo de la ideologa del mestizaje a principios del siglo xx hizo que los grupos anteriormente considerados blancos se asimilaran a este grupo. Tenemos pues, que entre 1808 y 1921 hubo un cambio masivo de definicin tnica entre indios y mestizos, y tambin entre blancos y mestizos. Me parece que un cambio tan grande no puede explicarse como resultado de la mezcla racial, pues se antoja poco probable
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que casi todas las mujeres y los hombres indgenas se hayan casado con hombres y mujeres mestizos y blancos, y hayan tenido hijos mestizos. La explicacin ms probable es que estos tres millones de individuos cambiaron de cultura y de categora tnica, pues dejaron de considerarse, o ser considerados, indios, y pasaron a considerarse y ser considerados mestizos.

Cmo se hace un mestizo?


Aunque las cifras de los censos nos permiten tener una idea aproximada de la profunda y masiva transformacin tnica de la poblacin mexicana en el siglo xix y principios del xx , realmente sabemos muy poco de cmo sucedi. No existe, a la fecha, ninguna obra histrica que estudie especficamente qu mecanismos sociales, econmicos y culturales llevaron a millones de habitantes de este pas a cambiar su identidad cultural de indgena a mestiza, su lengua de indgena a espaola, y tambin aspectos importantes de su cultura y su identidad de la indgena comunitaria a una cultura nacional moderna. Afortunadamente podemos darnos una idea general, aunque necesariamente parcial e incompleta, de este proceso a partir de los casos particulares de algunos individuos y de algunas comunidades; pues como seala Alan Knight es til distinguir entre el mestizaje individual y el mestizaje colectivo. A nivel individual uno de los ejemplos de mestizaje mejor conocidos es el de la generacin de lderes liberales que se hicieron del poder poltico y cultural en Mxico a mediados del siglo xix , como Benito Jurez, Ignacio Ramrez, Luis Guzmn e Ignacio Manuel Altamirano. Todos ellos nacieron en comunidades indgenas y aprendieron como primera lengua el zapoteco, el nhuatl o el otom. Su transformacin identitaria y cultural se inici cuando ingresaron en los llamados Institutos Cientficos Literarios, escuelas pblicas
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fundadas por Ignacio Ramrez que daban becas a estudiantes indgenas. En ellos aprendieron a leer y escribir espaol y se familiarizaron con la cultura occidental y la teora poltica liberal, de la que se convirtieron en fieles seguidores y propagadores. Esta educacin y la ideologa igualitaria del liberalismo les abrieron la puerta del ascenso social y econmico, as como del prestigio cultural, y provocaron una radical transformacin en su identidad tnica, pues estos hombres rompieron los vnculos identitarios con sus comunidades originales y se adhirieron entusiasta y exitosamente a la identidad nacional mexicana, definida tambin por el liberalismo. En estos casos, como en incontables otros que podemos identificar hasta el presente, la educacin formal y el ascenso social implicaron un cambio de identidad tnica y transformaron a los individuos indgenas en mestizos modernos. Pero el impacto de esta forma de mestizaje fue ms all, pues en manos de esta generacin de mestizos se convirti en una poltica estatal y en una ideologa. En efecto, estos liberales mestizos, dirigidos por el propio Jurez, encabezaron el ataque contra las comunidades indgenas que discutimos en el captulo anterior. Lo hicieron porque pensaban que todos los indgenas deban seguir el camino de ascenso social y cambio cultural e identitario que ellos haban seguido y renunciar a su identidad comunitaria, a su forma de vida tradicional y a su cultura atrasada para adoptar la identidad nacional, la forma de vida moderna y la cultura progresista de occidente. Sin embargo, hay que sealar que la forma que deba tomar el mestizaje fue materia de amplio debate entre los propios liberales de la poca y que no todos estuvieron de acuerdo en que deba conducir a una occidentalizacin completa de los indgenas y sus culturas. Por otro lado, hay que tomar en cuenta que no todos los casos de mestizaje individual fueron tan exitosos como el de esta generacin de dirigentes liberales. Muchos indgenas y campesinos fueron obli84

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gados a dejar sus comunidades originales a causa de la pobreza, el despojo de tierras y las guerras que convulsionaron a Mxico durante el siglo xix y se unieron a los grupos de mestizos pobres que trabajaban en las haciendas o que vivan en las ciudades, donde padecieron formas de explotacin y discriminacin que no eran muy diferentes de las que haban sufrido como indgenas, por lo que no se puede decir que hayan mejorado su condicin social. Ms all de los casos de mestizaje individual, existen ejemplos de mestizaje colectivo que involucran a comunidades enteras. Uno de ellos, el de los pueblos del valle de Toluca a partir del siglo xviii, estudiado por James Lockhart, nos muestra que los procesos de transformacin cultural e identitaria del mestizaje mexicano operaban ya desde los tiempos finales de la Colonia, pues se asociaban a la modernizacin econmica y al comercio. En efecto, a lo largo del siglo xviii , diversas comunidades nahuas del prspero valle de Toluca fueron incorporadas cada vez ms a los circuitos econmicos centrados en las ciudades espaolas, como Toluca, en los que vendan sus productos agrcolas artesanales, compraban alimentos y productos manufacturados, y tambin vendan su mano de obra como peones y trabajadores en ranchos y haciendas. Esta participacin cotidiana y constante en la economa de los grupos hispanoparlantes de la regin, hizo que la mayora de los habitantes de estas comunidades aprendieran el espaol y provoc que, a lo largo del siglo xviii, fueran abandonando sus lenguas antiguas. Aunque este cambio lingstico colectivo coloc a los habitantes de los pueblos del valle de Toluca dentro de la categora tnica de los mestizos, que como veremos se define fundamentalmente a partir de la lengua, no signific una transformacin cultural e identitaria tan profunda como en el caso de los liberales mestizos. En efecto, la gente de estas comunidades sigui viviendo en los mismos pueblos, sigui defendiendo su propiedad comunitaria de las mismas tierras y
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sigui practicando muchos aspectos claves de su cultura tradicional, como la agricultura del maz y la religin. En suma, estas comunidades siguieron teniendo una cultura muy cercana a la indgena colonial, aunque ya no hablaban una lengua indgena. Por ello se puede decir que mantuvieron su identidad tnica, centrada en la comunidad y en su propiedad colectiva de la tierra, aunque cambiaron de categora tnica. Otro ejemplo de mestizaje colectivo, esta vez en el siglo xix, es el del pueblo de Anenecuilco, en Morelos, que luego se hizo muy famoso por ser la comunidad del gran lder revolucionario Emiliano Zapata y que ha sido estudiado por Alicia Hernndez. A principios del siglo xix los habitantes de Anenecuilco hablaban nhuatl y tenan una intensa vida comunitaria, centrada en la defensa de su identidad local y de su propiedad comunitaria. Fue justamente por esta razn que los habitantes de esta comunidad, que eran pocos y se sentan dbiles frente al poder de las haciendas que los rodeaban y que amenazaban con despojarlos de sus tierras, dejaran avecindarse en su pueblo a colonos mestizos, mulatos y blancos para que los ayudaran a proteger su propiedad comunal. A lo largo del siglo xix , estos grupos hispanoparlantes se casaron y mezclaron culturalmente con los nahuas originarios del pueblo hasta que la comunidad se hizo mayoritariamente hablante de espaol. Esto no signific, sin embargo, que los pobladores de Anenecuilco abandonaran su identidad tnica comunitaria. De hecho, los mestizos de fines del siglo xix y principios del xx , como el propio Emiliano Zapata, continuaron la defensa de las tierras y la autonoma de Anenecuilco con los instrumentos legales y culturales que haban heredado de sus antepasados nahuas. En suma a partir de estos dos casos, se puede proponer que el mestizaje colectivo fue producto de las fuerzas del desarrollo econmico capitalista, del aumento de los mercados de productos y de trabajo, del crecimiento de las haciendas y de la mayor integracin
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econmica entre indgenas y no indgenas que trajeron un mayor intercambio cultural entre ellos. A su vez, las polticas estatales de imposicin del espaol como nica lengua, de despojo de tierras y de devaluacin de las culturas indgenas del siglo xix seguramente acentuaron y aceleraron estos procesos de cambio cultural e identitario. Otro factor importante, sin duda, fueron las incontables guerras y los disturbios que convulsionaron a Mxico a todo lo largo del siglo xix y principios del xx , que provocaron grandes movimientos y mezclas de poblacin y contribuyeron a forjar el nacionalismo liberal mexicano que analizamos en el captulo anterior. Los dos ejemplos muestran, adems, que el mestizaje colectivo no implic necesariamente el abandono de la identidad tnica comunitaria, ni de muchos aspectos de la cultura tradicional indgena. Tanto por su apego a su comunidad, y por su voluntad de defenderla ante los embates de las haciendas, como por su forma de vida campesina, los habitantes de Anenecuilco o del valle de Toluca practicaban una identidad mestiza que era diferente de la de las lites gobernantes. Por ello los mestizos y criollos de las ciudades los siguieron considerando indgenas, particularmente cuando se rebelaban contra ellos. De igual manera, como veremos ms abajo, en la Revolucin mexicana estas comunidades hispanoparlantes pelearon al lado de comunidades que hablaban las lenguas indgenas en defensa de sus intereses comunes: la defensa de la propiedad y la autonoma comunitarias. Por otro lado, hay que sealar que estos casos involucraron a comunidades indgenas nahuas, y que la relativa facilidad con la que cambiaron de lengua puede atribuirse a la cercana relacin de alianza que haba existido desde el siglo xvi entre los nahuas y los espaoles, que haca que las identidades culturales de estos grupos no fueran tan distantes. En otras regiones del pas, y entre otros grupos tnicos, como en el caso de los mayas tzotziles de San Juan Chamula en Chiapas, el despojo de sus tierras comunitarias y su incorporacin
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a los mercados de trabajo de las fincas cafetaleras de la regin no produjo ni un cambio lingstico ni un mestizaje cultural, sino que llev a que los miembros de esta comunidad reforzaran su identidad particular y sus diferencias con el resto de la sociedad chiapaneca; de modo que hasta el da de hoy los chamulas son reconocidos como uno de los grupos con una identidad indgena ms fuerte en todo el pas, pese a que desde hace ms de 100 aos han estado tan integrados a la economa nacional como los mestizos de Anenecuilco y Toluca. Por ello, se puede proponer que haba ciertos grupos indgenas ms dispuestos a mestizarse y cambiar de lengua al espaol, y otros que estaban menos dispuestos a hacerlo, en funcin de su cercana o diferencia con los grupos que hablaban espaol en sus regiones. Finalmente, un caso de mestizaje muy diferente del de los anteriores fue el que se dio en la pennsula de Yucatn a raz de la gran rebelin indgena y campesina de 1847, conocida como la guerra de castas. En esta rebelin, las comunidades campesinas de la parte oriental de la pennsula atacaron a la regin de Mrida, cuyas haciendas henequeneras estaban despojndolas de sus tierras. Durante esta guerra, los grupos indgenas de las cercanas de Mrida se aliaron con sus patrones blancos para repeler a los atacantes, pues tambin se sentan amenazados por ellos. Desde entonces, estos indgenas fueron llamados mestizos y construyeron una nueva identidad tnica comn con sus patrones blancos que los diferenciaba de los indios rebeldes del oriente de la pennsula. Esta identidad mestiza fue tomada despus por autores como Manuel Gamio como un ejemplo de la unificacin cultural que deban alcanzar todos los mexicanos; pero hay que sealar que no signific espaolizacin, pues los indgenas de los alrededores de Mrida siguieron hablando maya, y tampoco una homogeneizacin cultural y social, pues los indgenas y blancos siguieron teniendo sus culturas diferentes y mantuvieron su relacin jerrquica. Lo
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que signific este mestizaje fue una alianza poltica y tnica frente a una amenaza externa.

El mestizaje como ideologa


Los ejemplos que hemos discutido muestran que el proceso de etnognesis de los mestizos modernos mexicanos fue complejo y diverso y que los mestizos no constituyeron nunca un grupo con una identidad cultural y tnica homognea. Sin embargo, en la segunda mitad del siglo xix y la primera mitad del siglo xx, las lites intelectuales y polticas de Mxico definieron una identidad tnica nica para los mestizos, lo que llamar la ideologa del mestizaje. Con el triunfo de la Revolucin mexicana, esta ideologa se convirti en la ideologa oficial del gobierno y defini lo que deba ser la identidad de Mxico y de su poblacin. La construccin de la ideologa del mestizaje es un proceso largo y complejo que va desde las discusiones entre los liberales mestizos de mediados del siglo xix, pasando por las formulaciones de los pensadores porfiristas como Justo Sierra, hasta las definiciones de los idelogos del rgimen revolucionario, como Andrs Molina Enrquez y Manuel Gamio, para terminar con los pensadores que discutieron la mexicanidad a mediados del siglo xx, como Octavio Paz. En este corto espacio es imposible hacer justicia a una historia tan rica y compleja, por lo que discutiremos nicamente los aspectos claves de esta ideologa desde la perspectiva de las relaciones intertnicas. En primer lugar, la ideologa del mestizaje fue continuadora de varios de los rasgos esenciales de la identidad tnica y del nacionalismo construido por los criollos. En primer lugar, aunque parezca paradjico, hered de ella la identificacin con el pasado indgena como raz de su identidad. Como vimos anteriormente, la identidad criolla vea este pasado a la vez como glorioso y como caduco; como una fuente
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de orgullo y como una realidad cultural derrotada y superada por la cultura occidental de los conquistadores. La ideologa del mestizaje retom esta visin contradictoria y la convirti en el eje de la identidad nacional mexicana. Paralelamente, la ideologa del mestizaje tom de la identidad criolla la conviccin absoluta de que la cultura occidental era superior y de que las lites dueas de esta cultura tenan derecho a gobernar a su nombre un pas que consideraban ignorante, atrasado y brbaro, as como a modificar la cultura del resto de la poblacin. En este sentido se puede decir que lo que hizo el mestizaje fue extender la identidad tnica definida por los criollos a un grupo ms amplio, el de los mestizos de cultura occidental. Esta ampliacin fue fundamental, pues transform lo que era una ideologa grupal en una ideologa nacional. De esta manera el mestizaje abri la posibilidad de integracin a las lites nacionales, definidas siempre por su cultura occidental que las haca superiores al resto de la poblacin, a un grupo mucho ms amplio: ya no slo los descendientes de europeos, sino todos aquellos ciudadanos que estuvieran dispuestos a adoptar esta identidad. Esta apertura es sin duda importante y ha sido exaltada por los apologistas del mestizaje como una muestra de tolerancia racial excepcional en el panorama mundial y americano. Sin embargo, es importante sealar que aunque el elitismo mestizo ha sido ms incluyente, no por ello ha sido menos elitista. En otras palabras, lo que hizo la ideologa del mestizaje fue ampliar el tamao del grupo que poda tener acceso a la ciudadana tnica; pero en ningn momento cuestion o disolvi los lmites de esta definicin excluyente. Lo anterior marca claramente los lmites de la inclusin mestiza hasta la fecha: todos (o casi todos) los mexicanos, independientemente de su origen, pueden convertirse en mestizos y ciudadanos plenos, siempre y cuando adopten la cultura, la identidad y los valores domi90

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nantes. En suma, la tolerancia racial es acompaada por la intolerancia cultural. Esta aparente contradiccin tiene varias razones de ser. Una de ellas se encuentra en lo que podemos llamar la experiencia personal del mestizo. Como vimos en el caso de la primera generacin de liberales mestizos, el mestizaje fue un proceso personal de transformacin identitaria y cultural, marcado por la educacin y el ascenso social. Por ello, como suele suceder con los procesos de conversin cultural o religiosa, para que el rompimiento con la identidad anterior (indgena) fuera eficaz, era necesario devaluarla y anatematizarla. La ideologa del mestizaje convirti este proceso individual en una necesidad colectiva y as generaliz la valoracin negativa de la cultura y la identidad indgenas. As como los mestizos haban dejado atrs su identidad y su cultura indgenas, la nacin mexicana en su conjunto deba hacer lo mismo. Por otro lado, no hay que olvidar que la ideologa del mestizaje serva para fundamentar el poder de una lite intelectual y poltica; por ello aunque fuera racialmente incluyente tena que ser culturalmente excluyente, es decir, deba exigir que todos aquellos que se incorporaran al grupo adoptaran su identidad, sus valores y su cultura. De no ser as, la identidad tnica mestiza se disolvera y perdera su utilidad como sustentadora de los privilegios sociales y polticos de la lite. Por otro lado, la ideologa del mestizaje se nutri de las doctrinas raciales planteadas por la ciencia de finales del siglo xix y principios del siglo xx, que tenan en comn varios puntos claves: la conviccin de que la humanidad estaba dividida en diferentes razas que se podan identificar a partir de variaciones en su apariencia (el color de la piel y del cabello, los rasgos faciales, etc.) y que tenan tambin profundas diferencias en su capacidad intelectual, su personalidad y sus cualidades morales; la conviccin de que la raza blanca era superior, ms evolucionada, ms fuerte y ms viril que las dems razas; la conviccin de
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que la historia humana se poda explicar a partir de las diferencias raciales, pues las razas ms evolucionadas se imponan por seleccin natural sobre las razas ms primitivas; la conviccin de que los seres humanos deban ser gobernados de acuerdo con sus caractersticas raciales y que la tarea de los gobiernos y las ciencias era mejorar stas. Estas convicciones nos resultan aberrantes en la actualidad, pues las asociamos con el nazismo y el racismo del siglo xx , pero eran consideradas plenamente cientficas y verdaderas por los hombres de la poca y fueron fundamentales para la formulacin de la ideologa del mestizaje. En efecto, desde las obras de Justo Sierra hasta las de Manuel Gamio, el mestizaje mexicano fue definido no como un fenmeno cultural (como lo hemos explicado ms arriba) sino como un proceso en que dos razas diferentes, la india y blanca, se mezclaban para crear una tercera y nueva raza, la mestiza. De acuerdo con esta visin, cada raza original tena sus caractersticas propias; los blancos eran, desde luego, considerados los ms inteligentes y los ms evolucionados; mientras que a los indios se les atribuan otras virtudes, como ser resistentes, constantes y tener un gran sentido esttico. Los mestizos, como grupo racial, combinaran idealmente las virtudes de estas razas, pues tendran, por ejemplo, la inteligencia de los blancos y la capacidad de resistencia de los indios. Contrariamente a muchos de los tericos raciales del momento, que consideraban que las razas mezcladas eran inferiores a sus componentes originales y tendan a degenerar, los idelogos del mestizaje mexicano defendieron que los mestizos podran ser mejores que las razas que los haban constituido, o al menos mejores que la raza indgena. Se deben destacar varios aspectos de esta definicin racial del mestizaje. El primero es que no critic, sino que adapt a sus propsitos la idea de la superioridad de la raza blanca, pues plante que la mezcla con ella elevara o hara evolucionar a la raza indgena. Por ello otorg al componente blanco un papel dominante, asociado a la virilidad
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y la superioridad, y al componente indgena un papel subordinado, asociado a la feminidad y la inferioridad. Es as como, en la visin mtica del origen del mestizaje que construyeron estos idelogos siempre era el conquistador espaol, agresivo, triunfante y viril, quien posea e impregnaba a la indgena, pasiva, conquistada y femenina. En el mismo sentido el mestizaje deba tener siempre una sola direccin, deba conducir al blanqueo de los indios y nunca a la indianizacin de los blancos. De esta manera la concepcin cientfica de la raza reforz los prejuicios culturales de la ideologa del mestizaje sobre la superioridad de la cultura occidental. Por otro lado, hay que sealar el carcter esencialista de esta concepcin: as como cada raza original tena sus caractersticas fijas e inmutables, la mestiza tendra las suyas, de modo que formara un grupo homogneo y unificado, no una pluralidad cultural. Finalmente, es importante tener en cuenta el racismo que subyace sta, como cualquier otra, definicin racial. En primer lugar, como ha sealado con mucho tino Alan Knight, al definir al mestizaje como la mezcla de dos razas, india y blanca, esta ideologa exclua a todas las dems. La furiosa persecusin racial de los chinos entre 1900 y 1930, que incluy linchamientos, expulsiones y masacres, tuvo uno de sus fundamentos en esta visin exclusivista de la mezcla racial. En el mismo sentido, se puede afirmar que la ideologa del mestizaje ha continuado y fortalecido el racismo contra los indgenas y entre los propios mestizos. Otro rasgo clave de la ideologa del mestizaje fue su ntima vinculacin con la ideologa nacionalista construida por el Estado y las lites mexicanas a lo largo del siglo xix y del xx. Como ha propuesto Benedict Anderson, las ideologas nacionalistas que surgieron en Amrica y Europa a finales del siglo xviii, construyeron comunidades imaginadas, es decir inventaron una identidad comn para amplios grupos humanos, las naciones, dndoles un pasado comn, una identidad
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caracterstica y un futuro compartido. A su vez, las comunidades nacionales imaginadas absorbieron y sustituyeron a las comunidades existentes en el pasado (las comunidades campesinas, las ciudades, las tribus, los grupos tnicos) y borraron o disolvieron sus identidades particulares. En el caso de Mxico, el Estado impuso a la identidad nacional mestiza como la nica vlida por sobre y en contra de las muy variadas identidades particulares que existan en el pas. Segn la ideologa nacionalista surgida en el porfiriato y consagrada por la Revolucin mexicana, el proceso de mestizaje, es decir la fusin de la raza blanca y la indgena, era esencial para la consolidacin de la nacin mexicana, pues en esa poca se consideraba que todas las naciones deban ser racialmente homogneas, como las naciones europeas, para poder avanzar como ellas. Por lo anterior, lograr la unificacin racial de Mxico se convirti en el gran objetivo nacional y en una prioridad de todas las polticas del Estado. Como ideologa nacionalista, el mestizaje cumpli tambin una funcin incluyente y excluyente, ref lejando sus propias contradicciones internas. Fue incluyente porque parti de la premisa de que los indgenas podan y deban participar de la comunidad nacional, aunque para hacerlo tuvieran que abandonar su cultura y su identidad. Fue excluyente porque consideraba que todos los grupos que no quisieran, o no pudieran, tomar parte de este proceso de fusin racial y construccin nacional (ya fueran indios rebeldes o miembros de otras razas como los chinos) eran obstculos a la conformacin de la nacin homognea y por ende enemigos de la patria. Igualmente, al identificar la identidad mestiza con la identidad nacional, esta ideologa foment una amplia y riqusima produccin cultural de arte, literatura, pelculas, msica y otras manifestaciones que ref lejaban la identidad mexicana, pero a la vez excluy y valor negativamente todas aquellas manifestaciones culturales que no correspondieran a ese modelo.
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Fue as como la ideologa del mestizaje, transformada en la ideologa nacionalista mexicana, se convirti a principios del siglo xx en la definicin dominante y exclusiva de la identidad cultural y tnica de los mexicanos. En el siguiente apartado veremos qu pas con los grupos que no quisieron, o no pudieron, integrarse a ella.

Los excluidos del mestizaje


Como hemos visto a lo largo de este captulo, el mestizaje social y la ideologa del mestizaje fueron a la vez incluyentes, pues incorporaron a amplsimos grupos de la sociedad mexicana, y excluyentes, pues marginaron a otros, y asignaron diversos papeles y jerarquas a los grupos que haban incluido. En este apartado analizaremos con ms detenimiento estas formas de exclusin que son tan importantes para entender las complejas relaciones intertnicas del Mxico moderno como las formas de inclusin.

Los indios rebeldes y brbaros


El primer gran grupo de excluidos del mestizaje fueron las sociedades indgenas que a lo largo del siglo xix y hasta bien entrado el siglo xx mantuvieron y defendieron su independencia poltica de Mxico. Estos grupos, como los yaquis y los apaches en el norte y los mayas cruzoob y lacandones en el sur, eran considerados rebeldes por el gobierno mexicano porque pensaba que al no aceptar su autoridad estaban rebelndose contra sus legtimos gobernantes. Desde el punto de vista de las lites y de buena parte de la sociedad mexicana, estos indios rebeldes eran salvajes que se negaban a aceptar el camino de la civilizacin y del progreso. Adems los vean como amenazas a la paz y a la integridad de la nacin y como un mal ejemplo para los indios pacficos que haban aceptado el dominio del
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gobierno y se haban incorporado al mestizaje. La representacin de estos pueblos independientes en la prensa y la literatura de la poca era invariablemente negativa y se les atribuan los peores crmenes y las ms bajas tendencias. Esta visin negativa y discriminadora de las sociedades indgenas independientes, aunada al deseo de los habitantes de las regiones donde vivan de quedarse con sus tierras y sus recursos, justific la realizacin de brutales campaas blicas contra ellas, que llegaron a tomar la forma de un abierto genocidio, pues provocaron la muerte de miles de indgenas. A finales del siglo xix, el gobierno mexicano instituy la poltica de comprar las cabelleras de los apaches, deport a los yaquis desde Sonora hasta el Valle Nacional en Oaxaca, donde los someti a un brutal rgimen de trabajo forzado, y realiz una sangrienta invasin del territorio cruzoob en la pennsula de Yucatn. Este genocidio contra los grupos indgenas independientes es una muestra del racismo que poda ejercer la sociedad mestiza contra los grupos que no se integraban a ella.

Los indios entre la integracin y la rebelda


La imagen negativa de los indios rebeldes, salvajes y sanguinarios, no se aplic nicamente a los grupos indgenas que defendieron su independencia, sino tambin a aquellos que estaban sometidos al dominio del gobierno mexicano, pero que se rebelaban o expresaban su descontento ante sus polticas ms agresivas de despojo de tierras. As, por ejemplo, las mltiples rebeliones campesinas del siglo xix fueron vistas por las lites mexicanas como guerras de castas en las que los indios, unidos como una raza fiera, salvaje y agresiva, atacaban a la raza blanca para exterminarla. Tambin el movimiento zapatista fue visto durante la Revolucin como una peligrosa rebelin indgena. Esta visin era patentemente falsa, pues en todas estas re96

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beliones participaron tanto indgenas como mestizos, y sus objetivos eran la defensa de la propiedad y la identidad comunitaria, ms que la guerra contra los blancos. Sin embargo, la inmediata aplicacin del estereotipo del indio rebelde y sanguinario a cualquier indgena que manifestara su inconformidad con las polticas del gobierno muestra los lmites de la inclusin de la ideologa mestiza. En efecto, los indios podan ser parte de la nacin, y tener acceso a la ciudadana siempre y cuando aceptaran el dominio del gobierno y la definicin de la ciudadana tnica, es decir, siempre y cuando estuvieran dispuestos a dejar de ser indgenas.

El problema indgena y el lmite del mestizaje


Como el objetivo de la ideologa del mestizaje era la unificacin racial y cultural de la nacin, su xito se defina necesariamente como la desaparicin de los indios. Por ello, la continuada existencia de sociedades indgenas en el pas se convirti en un problema, pues sealaba el xito an incompleto del mestizaje y mostraba que la nacin mexicana todava no lograba integrarse plenamente. Para resolver este problema indgena Manuel Gamio, Gonzalo Aguirre Beltrn, y otros pensadores concibieron la poltica del indigenismo del siglo xx que discutiremos en el prximo captulo. Mientras esta poltica daba sus frutos, sin embargo, el problema indgena pona en entredicho el xito del mestizaje y por ello la frontera tnica entre indgenas y mestizos se convirti en la principal y casi nica frontera tnica del pas. Por ejemplo, en el censo de 1930 el gobierno mexicano dej de clasificar a la poblacin del pas en tres categoras raciales, blanco, mestizo e indgena, y adopt una nueva clasificacin tnica que distingua a los hablantes de lenguas indgenas del resto de la poblacin, es decir, de los hablantes de espaol. Aunque esta nueva clasificacin fue adoptada por ser
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considerada ms objetiva desde un punto de vista estadstico es muy indicativa de la concepcin mestiza del problema indgena. Por un lado se da por sentado que los mexicanos deben hablar espaol y por lo tanto ni siquiera se les pregunta si hablan ese idioma, slo si hablan otro. Por otro lado, asume que todos los mexicanos que hablan espaol son tnicamente homogneos y hace de la lengua indgena el nico marcador de diferencias tnicas en el pas. Este criterio del censo ref leja una realidad social ms amplia. En el Mxico moderno la castellanizacin se ha hecho sinnimo de mestizacin, al grado de que muchas comunidades que tienen una forma de vida, una cultura, una religin y una identidad muy parecida a las de los pueblos indgenas son consideradas mestizas por el simple hecho de hablar espaol. Por ello podemos decir que el Mxico independiente ha sido mucho ms castellanizador que lo que fue el rgimen colonial espaol, que aceptaba el plurilingismo como una realidad de la vida social. Igualmente ha generado una gran intolerancia contra aquellos mexicanos que no hablen la lengua nacional como veremos en el captulo final.

Las valoraciones del mestizaje


En este anlisis del mestizaje he distinguido entre el mestizaje social, es decir, el proceso de transformacin social, cultural e identitaria que experimentaron muchas comunidades e individuos indgenas a lo largo de los siglos xviii a xx, y la ideologa del mestizaje, la doctrina racial y nacionalista que fue elaborada por las lites intelectuales y gobernantes a finales del siglo xix y en el siglo xx. Es muy importante mantener en mente esta distincin al discutir las valoraciones del mestizaje que se han hecho en los ltimos cien aos. En primer lugar, hay que recordar que el mestizaje social estuvo ntimamente asociado con la modernizacin econmica capitalista
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y con la consolidacin del estado-nacin mexicano. En este sentido no fue tan diferente de los procesos de transformacin econmica y tnica que sucedieron ms o menos en la misma poca en otras sociedades del mundo, como Polonia, Checoslovaquia y Turqua, en las que el desarrollo del capitalismo y el surgimiento de los estados nacionales llev a que sectores importantes de la poblacin cambiaran de idioma y de identidad. En Amrica, el caso de Mxico resulta ms excepcional, pues los procesos de modernizacin capitalista en Argentina, Brasil y Estados Unidos, por ejemplo, no implicaron la incorporacin y transformacin cultural de los indgenas, sino que requirieron la importacin de grandes cantidades de inmigrantes europeos. Incluso en pases con grandes poblaciones indgenas como Guatemala y Per, el desarrollo del capitalismo no produjo mestizaje, sino nuevas formas de discriminacin y explotacin de los indios como una categora tnica separada del resto de la poblacin. Es por esta razn que los liberales del propio siglo xix, los grandes tericos del mestizaje, como Andrs Molina Enrquez y Manuel Gamio, y tambin historiadores y pensadores contemporneos, como Enrique Florescano y Arturo Warman, han celebrado al mestizaje mexicano como una ideologa y una forma de cambio social incluyente y generosa, que lejos de marginar a los indios, o incluso de intentar exterminarlos, como sucedi en Argentina, Chile y Estados Unidos, les dio la oportunidad de que participaran en la modernizacin y en la vida nacional, convirtindose en mestizos. El hecho de que millones de indgenas se han mestizado en los ltimos 200 aos es testimonio indudable del carcter incluyente de este proceso. En este sentido, Mxico ha conformado una nacin tnicamente mucho ms unificada que la mayora de los pases de Amrica. Sin embargo, existen tambin visiones crticas de este proceso. En El Mxico profundo, Guillermo Bonfil propuso que el mestizaje mexi99

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cano lejos de ser un proceso positivo de integracin y mejora cultural fue un proceso negativo de destruccin de las culturas indgenas, por lo que lo llam desindianizacin. Este trmino es atinado en cuanto enfatiza un aspecto clave del proceso de cambio cultural del mestizaje, el abandono voluntario o forzado, individual o colectivo, de las lenguas y otros aspectos de la tradicin cultural indgena. A partir de esta valoracin negativa del mestizaje, tanto Bonfil como otros autores han caracterizado este proceso como una forma de etnocidio, es decir como una forma de destruccin de las identidades tnicas y culturales de los indgenas de Mxico. Hay que aclarar que etnocidio no es lo mismo que genocidio, lo que habra implicado el asesinato sistemtico de los indgenas. Aunque parezcan absolutamente contrapuestas, estas dos valoraciones del mestizaje comparten las mismas premisas y la misma visin del proceso pues conciben a la raza, la cultura y la identidad tnica como unidades inseparables y esenciales. A partir de esta concepcin esencialista de la cultura tanto los defensores como los crticos del mestizaje conciben el cambio lingstico e identitario del mestizaje como un proceso irreversible y absoluto de transformacin, ya sea positivo o negativo. Por otro lado, ambas posiciones confunden el mestizaje social con la ideologa del mestizaje. En este sentido el carcter incluyente que celebran los defensores del mestizaje se puede atribuir al primero, pero no a la segunda. Desde la perspectiva opuesta, se puede decir que la ideologa del mestizaje s fue etnocida, pues no dejaba lugar para la supervivencia de las identidades tnicas indgenas; pero que el mestizaje social no lo fue tanto, pues, como seala el propio Bonfil, muchas de las comunidades ahora mestizas de Mxico son culturalmente muy cercanas a las indgenas, aunque ya no se reconozcan como tales, y conservan un fuerte sentido de su identidad tnica comunitaria.

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Por ello, en vez de hacer un juicio nico y general, hay que tomar en cuenta que tanto el mestizaje social como la ideologa nacionalista del mestizaje han sido a la vez incluyentes y excluyentes. Esta contradiccin deriva del hecho de que ambos se basan en la concepcin igualitaria del liberalismo mexicano, pero al mismo tiempo han mantenido la definicin de la ciudadana tnica y han servido para justificar el poder de una lite. En este sentido, podemos proponer que hay un mestizaje que ha sido practicado por los grupos indgenas y populares, que han estado dispuestos a cambiar lengua e identidad cultural para participar en la vida nacional y para defender la continuidad de sus comunidades y su forma de vida, es decir su identidad tnica. Frente a este mestizaje incluyente y participativo, hay un mestizaje elitista, impulsado desde el Estado, que ha intentado disolver las comunidades y su identidad tnica para imponer su nocin exclusivista de la ciudadana tnica y de la identidad mestiza. Como veremos en el captulo final, la oposicin entre estas dos formas del mestizaje contina hasta la fecha y define profundas tensiones entre los mestizos mexicanos, que son un grupo bastante ms variado y heterogneo de lo que hace suponer la ideologa que pretende definirlos. Lgicamente esta contradiccin tambin se extiende a la relacin de los mestizos con los indgenas.

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El siglo xx: Revolucin e indigenismo

E n los dos captulos anteriores hemos abordado ya diversos aspectos


de la historia de las relaciones intertnicas en el siglo xx , pues tanto el liberalismo y su definicin de la ciudadana tnica, como el mestizaje social y la ideologa del mestizaje marcaron la evolucin social y tnica de Mxico en ese siglo. De hecho, en estos dos terrenos se puede reconocer una fuerte continuidad entre el siglo xix y el xx , ms all de los rompimientos polticos marcados por la Revolucin mexicana. Sin embargo, la Revolucin y el rgimen revolucionario trajeron dos modificaciones significativas en el sistema de relaciones intertnicas del Mxico moderno: restablecieron el pacto que exista en el rgimen colonial entre el Estado y las comunidades indgenas y campesinas y que haba sido roto por los gobiernos liberales de la segunda mitad del siglo xix e instauraron el indigenismo, una poltica sistemtica para resolver el problema indgena y lograr la integracin definitiva de los indgenas a la nacin por medio del mestizaje.

La Revolucin y el pacto con las comunidades


Es bien sabido que los grupos campesinos tuvieron una participacin fundamental en la serie de rebeliones populares y militares que
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llamamos Revolucin mexicana. En particular el Ejrcito Libertador del Sur, encabezado por Emiliano Zapata del pueblo de Anenecuilco, fue integrado por miembros de cientos de comunidades campesinas, mestizas e indgenas, que pelearon para defender sus propiedades comunitarias y para recuperar las tierras de las que haban sido despojadas en las ltimas dcadas. La rebelin zapatista fue, en muchos aspectos, continuadora de las grandes movilizaciones campesinas e indgenas del siglo xix , como la de Vicente Guerrero y Juan lvarez, pues defenda como ellas un liberalismo popular basado en la supervivencia de las comunidades locales y su participacin activa en la vida poltica nacional. A ojos de las lites mestizas de la poca de la Revolucin, los rebeldes zapatistas eran, como haban sido los seguidores de lvarez y de Guerrero, unos indios brbaros y salvajes que amenazaban con exterminar a la raza blanca. Quiz por ello, y por la amenaza que implicaba el ejrcito zapatista para el nuevo gobierno revolucionario, los zapatistas fueron atacados por el triunfante ejrcito constitucionalista de Venustiano Carranza en una campaa militar de una violencia genocida parecida a las que se haban dirigido contra los grupos indgenas rebeldes en el siglo xix . Sin embargo, ms all de esta campaa genocida, las reivindicaciones de las comunidades campesinas, que no participaban nicamente en el ejrcito zapatista, sino que formaban tambin parte de las tropas del ejrcito villista y constitucionalista, eran tan fuertes y tan generalizadas que los revolucionarios se dieron cuenta de que la pacificacin del pas y la consolidacin de un nuevo rgimen no seran posibles mientras no fueran atendidas. Por ello, las leyes revolucionarias y luego la Constitucin de 1917 reconocieron, protegieron y establecieron mecanismos para restituir las tierras de las comunidades. Esto signific en los hechos un regreso al rgimen colonial de tenencia de la tierra, pues el Estado se convirti en el protector legal de la
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propiedad comunitaria. Es as como, en el artculo 27 de la Constitucin de 1917, y en las leyes agrarias se defini al ejido, un trmino colonial, como la unidad de propiedad colectiva de la tierra. Aunque el proceso de restitucin a las comunidades indgenas y campesinas de las tierras de las que haban sido despojadas tard mucho tiempo y no siempre fue exitoso, las leyes agrarias de la revolucin dieron a estas comunidades un camino legal para defender sus derechos, sin tener que recurrir a la violencia ni rebelarse contra el gobierno. Si bien las leyes agrarias revolucionarias no hablan explcitamente de indios, sino de campesinos, los grupos indgenas fueron de los principales beneficiarios de este nuevo reconocimiento de su propiedad colectiva, pues la certidumbre legal daba mayor fuerza a su vida comunitaria. En algunos casos, como entre los mayas tojolabales o choles de Chiapas, la recuperacin de las tierras que les haban sido despojadas por las haciendas permiti la reconstitucin de comunidades que haban desaparecido casi completamente en el siglo xix o antes. En este sentido, el reconocimiento de la propiedad comunitaria marc una clara mejora en las relaciones intertnicas en Mxico y termin con el gran ciclo de rebeliones campesinas e indgenas del siglo xix. Sin embargo, al igual que el pacto colonial, el pacto revolucionario tena sus lmites, pues as como el estado colonial defenda en ltima instancia los intereses de los espaoles y criollos sobre los de los indgenas, el estado revolucionario tena un proyecto modernizador que iba en contra de la lgica de la vida comunitaria indgena y campesina y tambin defenda los intereses de sus lites por encima de los de estos grupos. Por otro lado, la estructura legal de los ejidos se convirti en una herramienta de control poltico por medio de la cual el Estado pudo intervenir en la vida interna de las comunidades. A lo largo del siglo xx esto result en una lenta pero segura erosin de los derechos y las condiciones de vida de las comunidades cam105

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pesinas e indgenas. El Estado revolucionario favoreci otras formas de propiedad y explotacin agrcola de manera que la agricultura tradicional de los ejidos, privada de apoyos efectivos, fue perdiendo eficacia y productividad. Por otro lado, el gran aumento de la poblacin a lo largo del siglo, fomentado por las polticas de salud del Estado, hizo que la produccin de las comunidades ya no fuera suficiente para alimentar a sus pobladores y termin por destruir su capacidad para sustentarse a s misma de manera segura y sin degradar su medio ambiente. Por su parte, el Estado revolucionario gener nuevas formas de explotacin y segregacin de las comunidades indgenas y campesinas, por medio de los intermediarios, de las organizaciones corporativas del partido en el poder y del poder autoritario e ilegal que otorg a los caciques locales, gobernantes apoyados por el gobierno que ejercan un control poltico represivo sobre los grupos campesinos e indgenas. Dos ejemplos nos permitirn percibir qu tan contradictorias fueron las polticas de los gobiernos revolucionarios hacia los grupos indgenas. El primero es el de los mayas cruzoob de Quintana Roo. Como vimos en el captulo anterior, este grupo haba mantenido su independencia de Mxico desde 1850, pese a las brutales campaas de represin del gobierno porfirista. Sin embargo, finalmente aceptaron la soberana del gobierno mexicano y firmaron la paz con el presidente Lzaro Crdenas en 1938, a cambio del reconocimiento legal de su propiedad comunitaria bajo la forma de un ejido. En este caso, las leyes agrarias de la Revolucin permitieron que un grupo rebelde pudiera encontrar una paz digna con el gobierno de Mxico. El otro ejemplo es de la comunidad de San Juan Chamula, de los mayas tzotziles en Chiapas. Este pueblo se haba rebelado contra el gobierno de Mxico en 1870 y desde entonces haba vivido una vida casi independiente del control del gobierno. Fue tambin el presidente
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Crdenas quien logr restablecer el control del Estado sobre esta comunidad y lo hizo dndole el poder en Chamula a un grupo de intrpretes tzotzil-espaol que haba educado previamente en escuelas del gobierno. A partir de entonces el rgimen revolucionario dej que los intrpretes gobernaran Chamula de una manera autoritaria, y que se enriquecieran con el comercio del alcohol y con los transportes, a cambio de que stos obedecieran y apoyaran al partido oficial. En este caso, la reintegracin de San Juan Chamula al control del gobierno mexicano se hizo a costa de su propia poblacin, pues sta ha tenido que padecer hasta la fecha el rgimen autoritario y explotador de los intrpretes, apoyado incondicionalmente por el gobierno. Ms all de estos ejemplos, se puede decir que si bien la Revolucin pact con las comunidades indgenas y campesinas, tambin las trat como un obstculo para su proyecto modernizador, por lo que muchas de sus polticas agrcolas, econmicas y sociales atacaron las bases de su identidad y su forma de subsistencia, adems de que las sometieron a gobiernos autoritarios y caciquiles para subordinarlas al rgimen poltico. Pese a estas agresiones, la existencia de caminos legales para la defensa de la propiedad comunitaria, as como de mecanismos polticos que permitan que los indgenas y campesinos participaran en la vida poltica, aunque fuera de manera limitada, por medio de sus autoridades ejidales, de los poderes locales y de las estructuras corporativas del rgimen, contribuyeron a mantener una relativa paz social. La abrogacin de las leyes agrarias revolucionarias en la Reforma constitucional de 1992 rompi finalmente el pacto entre el Estado y las comunidades y no parece casual que dos aos despus estallara la primera rebelin indgena posterior a la revolucin y que el ejrcito rebelde se llamara a s mismo zapatista, reivindicando la herencia del liberalismo popular de los siglos xix y xx.

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El indigenismo
El rgimen surgido de la Revolucin mexicana fue continuador de la ideologa nacionalista mestiza y de muchas de las polticas aplicadas por los gobiernos decimonnicos para imponer su concepcin de la ciudadana tnica. A lo largo del siglo xx (hasta la dcada de 1970) las escuelas mexicanas impartieron sus clases nicamente en espaol, el gobierno y las leyes han continuado hasta la fecha empleando nicamente esa lengua, y las lites intelectuales y los cada vez ms poderosos medios de comunicacin (peridicos, radio y televisin) se han empeado en exaltar la cultura occidental y moderna al devaluar las culturas supuestamente atrasadas de los grupos indgenas y populares. Dentro del marco de esta valoracin negativa las culturas indgenas, los antroplogos cercanos a los gobiernos mexicanos, como Manuel Gamio, Alfonso Caso y Gonzalo Aguirre Beltrn, concibieron el indigenismo como una poltica que pretenda lograr la integracin y mestizacin de los indgenas no por medio del despojo de sus tierras y por el uso de la fuerza, como haban hecho los liberales del siglo xix, sino por medio de la ciencia, el progreso y el convencimiento pacfico. Segn la formulacin de Gamio y sus sucesores, los antroplogos al servicio del gobierno deban estudiar profundamente a las comunidades indgenas para conocer sus caractersticas y sus necesidades; y a partir de este conocimiento cientfico el gobierno debera implantar polticas de apoyo econmico, educativo y social para ayudarlas a superar su condicin de pobreza y para integrarlas a la nacin. La idea de estos antroplogos era que los pueblos indgenas, al ver los beneficios que traa consigo el progreso y la ayuda gubernamental aceptaran voluntariamente a la cultura mestiza para as incorporarse al progreso nacional y continuar mejorando su nivel de vida. A partir de los aos 40, el Instituto Nacional Indigenista (ini) llev a la prctica esta poltica y estableci Centros Coordinadores en las
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principales regiones indgenas del pas para dar a la poblacin indgena asistencia social, educacin, clnicas y apoyo productivo. El ini entr a las regiones indgenas de la mano con otras instituciones del gobierno, como el ejrcito, que buscaba controlar y vigilar esas remotas regiones y reclut a muchos jvenes indgenas, y las secretaras encargadas de la salud, la educacin y la agricultura, as como el partido oficial que incorpor a los grupos indgenas a su estructura corporativa. Juntas, estas instituciones pblicas modificaron profundamente la vida de muchas comunidades, y trajeron beneficios como la construccin de carreteras y el acceso a servicios de salud y a la educacin; pero tambin apoyaron el poder autoritario de los caciques y contribuyeron a la destruccin de formas de vida tradicionales.

El fracaso del indigenismo


Tras casi medio siglo de aplicacin de sus polticas, en los aos 70 y 80 qued claro que el indigenismo revolucionario haba fracasado pues no haba conseguido su principal objetivo: integrar al total de la poblacin indgena a la cultura mestiza. Este fracaso se debi a varios factores. En primer lugar, pese a que la desaparicin, voluntaria y pacfica, de los indios era el objetivo ltimo y oficial del indigenismo, muchas de sus prcticas y muchas de las polticas del Estado tendan a perpetuar las diferencias tnicas entre indios y mestizos. En efecto, el hecho mismo de que el ini estableciera centros y servicios para la poblacin india, a diferencia de la poblacin mestiza, contribua a institucionalizar y perpetuar esa diferencia. Por otro lado, el indigenismo no fue nunca la nica poltica del rgimen revolucionario hacia los indios pues a la vez que apoyaban las acciones del ini , los gobiernos revolucionarios apoyaron en muchos casos a grupos mestizos locales, como los coletos de San Cristbal
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de las Casas o la gente de razn de las ciudades oaxaqueas, que vivan de la explotacin y discriminacin de las sociedades indgenas. Igualmente, con su apoyo a los caciques indgenas continuaron prcticas de segregacin y explotacin, que contradecan abiertamente su poltica indigenista. Ms all de estas contradicciones, la razn ms profunda del fracaso del objetivo indigenista de lograr la asimilacin total de los indios se debe buscar en las propias sociedades indgenas pues a lo largo del siglo xx stas se modernizaron, es decir tuvieron un creciente acceso a los servicios y beneficios del Estado y se integraron ms plenamente a la economa capitalista, sin por ello abandonar de manera voluntaria su atrasada cultura y su identidad tnica particular. En ciertos casos, inclusive, la modernizacin econmica y social ha llevado a un fortalecimiento de esta identidad. En el siguiente captulo discutiremos con ms detalle estas modernidades indgenas; por ahora basta sealar que marcaron un claro lmite a la poltica indigenista. A partir de los aos 70 el gobierno mexicano y el ini abandonaron oficialmente el objetivo de lograr la mestizacin de las sociedades indgenas. Desde entonces la Secretara de Educacin Pblica imparte clases en idiomas indgenas para buena parte de los alumnos de esos grupos y les ensea a leer y escribir en su propio idioma. Igualmente, la Reforma constitucional de 1992 reconoci la pluralidad cultural y tnica del pas como una caracterstica positiva de la sociedad mexicana que deba ser apoyada por el gobierno y no como una amenaza a la unidad nacional que deba ser eliminada. Este cambio de objetivos, sin embargo, no siempre se ha llevado a la prctica. Muchas polticas del gobierno, sobre todo aqullas relativas al campo, siguen agrediendo a las comunidades campesinas e indgenas; y la sociedad mexicana mestiza sigue segregando y despreciando a los indios y tambin a los mestizos con una cultura cercana a la indgena.
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En todo caso, lo que queda claro es que las grandes ideas y polticas del Estado mexicano en el terreno de las relaciones intertnicas estn en una profunda crisis, pues el indigenismo ha fracasado y el mestizaje ya no es oficialmente un objetivo estatal, adems de que el pacto revolucionario de respeto a la propiedad comunitaria ha sido abandonado. Por ello Mxico necesita urgentemente repensar y redefinir sus relaciones intertnicas. Para discutir este tema es necesario, sin embargo, explorar ms a fondo las contradicciones de la sociedad mestiza, pues los dogmas de la ideologa del mestizaje son, hoy por hoy, el principal obstculo en el camino de esta redefinicin.

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Un nuevo mapa tnico

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a la luz de una perspectiva verdaderamente histrica, y no de la versin simplificada de la historia que cuenta la visin oficial mexicana, el mapa tnico del Mxico actual resulta ser mucho ms complejo, rico y contradictorio que la simple divisin entre mestizos e indios que discutamos al principio de este libro. En muchos sentidos, la realidad tnica, cultural y social de nuestro pas a principios del siglo xxi puede comprenderse como la suma de las realidades histricas que han existido en los ltimos cinco siglos, pues elementos de origen prehispnico conviven con elementos de origen colonial y con rasgos modernos y contemporneos. Lo que ha sobrevivido de cada periodo histrico no son tanto las identidades tnicas y culturales de grupos particulares, como las formas de relacin entre los diferentes grupos tnicos y aspectos de los sistemas de relaciones intertnicas de entonces que siguen funcionando el da de hoy. En el resto de este captulo intentaremos comprender de otra forma la realidad tnica y cultural de nuestro pas analizando estas supervivencias y la compleja manera en que interactan hasta hoy.

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La pluralidad aditiva
Al examinar el sistema de relaciones intertnicas que imperaba en Mesoamrica en el periodo posclsico inmediatamente anterior a la conquista, vimos que su principal caracterstica era su pluralidad, pues existan una inmensa cantidad de grupos particulares que defendan celosamente su identidad tnica. Sin embargo, adems de enfrentarse continuamente en el terreno poltico y militar, estos variados grupos tnicos compartan y construan identidades culturales y religiosas comunes que les permitan tambin dialogar entre s. Era as como este sistema plural poda absorber fcilmente nuevos grupos e identidades tnicas; siempre y cuando encontrara, o construyera, puntos en comn con ellas. De esta manera fueron incorporados los conquistadores espaoles que fueron vistos y tratados como otros grupos de extranjeros invasores parecidos a los propios mexicas o tlaxcaltecas. Igualmente, bajo el rgimen colonial, la religin catlica se convirti en una nueva forma de identidad cultural comn que se impuso sin destruir las identidades tnicas particulares que se reinventaron en las nuevas circunstancias. En este sentido, conviene aclarar que las culturas e identidades indgenas de hoy no son meras supervivencias de los tiempos anteriores a la conquista espaola, pero que existen importantes continuidades en rasgos claves de su cultura y tambin en la manera en que han combinado la defensa continuada de su particularidad tnica con la capacidad de participar en identidades culturales ms amplias, ya sean las coloniales o las nacionales. Igualmente, algunos rasgos del mapa tnico del Mxico actual se pueden entender como continuacin del sistema prehispnico de relaciones intertnicas. Para empezar, Mxico sigue siendo, en buena medida, una nacin donde conviven, y a veces se enfrentan, una gran variedad de grupos con sus identidades culturales y tnicas propias,
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que van desde las comunidades campesinas y los barrios tradicionales de las ciudades, hasta las culturas regionales, las culturas de los emigrantes y las nuevas tribus urbanas. Sin embargo, esta pluralidad no significa atomizacin, pues existen tambin mecanismos que crean identidades culturales comunes entre estos diferentes grupos, como la religin, la cultura nacional promovida desde el Estado, el comercio y, cada vez ms, los medios de comunicacin. Por ello, en el Mxico de hoy, como en el periodo prehispnico, la defensa de la particularidad de cada grupo no implica necesariamente su negativa a aceptar y construir identidades ms amplias. Otra caracterstica del sistema de relaciones intertnicas actual que proviene de tiempos prehispnicos es su apertura, su capacidad de recibir y absorber a grupos nuevos, como las diferentes comunidades de inmigrantes que han llegado al pas desde Europa, el Medio Oriente y Asia. Aunque no deben olvidarse los terribles episodios de intolerancia contra ciertos grupos como los chinos que fueron provocados por el racismo implcito en la ideologa del mestizaje. Se puede afirmar que, al igual que los conquistadores espaoles, algunos inmigrantes han gozado de aceptacin y prestigio frente a los grupos ya establecidos en nuestro pas. Esta actitud que ha sido llamada peyorativamente malinchismo significa que hoy, como hace 500 aos, existe en Mxico una ventaja que favorece a los grupos recin llegados, que son vistos como portadores de novedades valiosas y son recibidos de manera muy favorable. Esto quiz ayude a explicar por qu las lites empresariales de nuestro pas estn integradas en buena medida por inmigrantes relativamente recientes que adems de traer consigo una pujanza y un espritu empresarial muy fuerte han sabido aprovechar estas ventajas. Esta actitud de recepcin a los extranjeros no es negativa, pues implica una voluntad y capacidad de recibir e incorporar nuevas ideas y tradiciones venidas de fuera que han enriquecido y hecho ms plural la cultura de los diferentes grupos
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que habitan en nuestro pas. Puede resultar negativa, sin embargo, si los grupos inmigrantes abusan de sus ventajas y no sienten ninguna responsabilidad hacia los grupos que les han dado su acogida.

La pluralidad jerrquica
En el sistema de relaciones intertnicas del periodo posclsico en Mesoamrica exista tambin un claro sentido de jerarqua, pues como hemos visto, los grupos nahuas, mayas y zapotecos se consideraban superiores a los otros grupos que haban conquistado. Esta jerarquizacin se acentu dramticamente bajo el rgimen colonial que estableci una tajante diferencia entre espaoles e indios y privilegi a los primeros sobre los segundos. Sin embargo, como hemos visto, el rgimen colonial dio tambin derechos particulares a los grupos indgenas subordinados y de esta manera les permiti defender y adaptar sus identidades culturales y tnicas a las nuevas circunstancias. Para funcionar, la jerarqua necesitaba de la pluralidad, pues para ser superiores los espaoles tenan que seguir siendo diferentes de los indios. Esta asociacin entre pluralidad y jerarqua contina existiendo en nuestro pas hasta la fecha y sigue siendo fundamental para explicar el mapa tnico del Mxico de hoy. Su principal manifestacin es el racismo que es inherente a la identidad mestiza y que permea las relaciones sociales del pas.

El racismo
Para abordar la discusin del racismo en la sociedad mexicana es necesario partir de la brutal desigualdad econmica que la caracteriza. Esta divisin jerrquica entre ricos y pobres puede ser explicada como resultado de la divisin en clases sociales propia
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del capitalismo; pero tambin tiene un contenido tnico y racial, pues en general los grupos ms blancos y occidentalizados son los ms ricos y los menos blancos y occidentalizados son los ms pobres. Claro que sta no es una ley, pues hay gente de aspecto menos blanco que es rica, y gente ms blanca que es pobre, pero es un hecho social innegable y colorea las relaciones de clase con un toque racial y tnico. Por otro lado, hay que aclarar que el racismo mexicano no es pblico, pues la idea liberal de igualdad ha significado que no existen leyes que discriminen abiertamente a los individuos en funcin de su origen tnico o de sus caractersticas fsicas. Por ello el racismo se ejerce primordialmente en el mbito privado, en las preferencias sociales, en la publicidad, en las imgenes de lo deseable que aparecen en los medios de comunicacin, en las categoras estticas que dividen a las mujeres y hombres bonitos de los feos. Aunque se podra decir que el racismo mexicano es frvolo, como las conocidas expresiones es muy guapo, gero y de ojos azules o es morena, pero bonita; no hay que subestimar el poder de estas definiciones sociales de lo que es deseable y no. Las prcticas de mejorar la raza entre las familias mexicanas nos recuerdan que esta forma de racismo influye en decisiones tan claves como con quin nos queremos casar, o a quin consideramos nuestros amigos. El racismo entre los mestizos, sin embargo, no es nicamente fenotpico; es decir, no se fija nicamente en el color de la piel y la apariencia, sino que es tambin cultural y discrimina a los que menos acceso tienen a la cultura occidental, mientras que exalta a los que mayor familiaridad con ella tienen y mayor poder de consumo ostentan. Esta otra forma de discriminacin se muestra en los privilegios que otorgamos a aquellos que han estudiado en el extranjero; en el valor que damos a las ideas importadas y a las modas y novedades venidas desde los centros de poder cultural norteamericanos
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y europeos y tambin en el desprecio con que nos referimos a los nacos o a los prietos, es decir a los sectores menos occidentalizados, usando trminos que combinan siempre la discriminacin por clase y la discriminacin racial. Por ello, aunque el racismo mexicano es privado ms que pblico y social ms que poltico, tambin tiene consecuencias en el mbito econmico. La discriminacin racial y cultural implcita en frases como se requiere buena presentacin impide a los sectores ms morenos, ms pobres y menos occidentalizados de nuestra sociedad el acceso a empleos, a servicios, a centros de entretenimiento; y esta restriccin termina por reducir sus oportunidades de ascenso social. Por otro lado, hay que sealar que el racismo mexicano se ha acentuado drsticamente en las ltimas dcadas, impulsado de manera irresponsable por la televisin y la publicidad que imponen sus modelos de belleza y deseabilidad, siempre asociados con la raza blanca, sin la menor consideracin a la realidad de la mayora de la poblacin mexicana. Ms all de su frivolidad y de su carcter meditico, sin embargo el racismo mexicano tiene hondas races en la historia de las relaciones intertnicas de nuestro pas, pues se basa en la ideologa del mestizaje y sirve para sustentar los privilegios de la lite mestiza occidentalizada, cuya conviccin de superioridad cultural es heredera y continuadora de la conviccin de superioridad racial de los criollos coloniales y decimonnicos. Por ello el racismo mexicano moderno se puede explicar tambin como resultado del enfrentamiento entre esta visin y las formas de mestizaje social que se han dado en Mxico en los siglos xix y xx . En efecto, frente a la definicin elitista del mestizaje, que la concibe como la adopcin plena de la ciudadana tnica y como la occidentalizacin total, muchos grupos campesinos y populares mestizos han mantenido y defendido la continuidad de sus identida118

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des tnicas y culturales y por lo tanto no han adoptado plenamente este modelo. Se puede plantear, entonces, que la discriminacin entre los mestizos se da del primero de estos modelos hacia el segundo. Por ello, el mestizo que no ha asumido plenamente los valores y la cultura de la lite es visto como un naco, un ser despreciable que no merece tener acceso a los privilegios y riquezas que merecen los mestizos plenamente occidentales. Por esta razn, desgraciadamente, el racismo mexicano es muy difcil de combatir, pues las actitudes sociales, los prejuicios culturales, las elecciones estticas que lo sustentan son parte intrnseca de nuestra definicin de lo que significa ser mestizo y mexicano.

La igualdad y la ciudadana tnica


La Independencia de Mxico y la consolidacin del estado-nacin mexicano a lo largo de los siglos xix y xx introdujeron nuevas formas de relaciones intertnicas que tambin conforman el mapa tnico del Mxico de hoy. A partir de la Independencia, los gobernantes y los intelectuales han intentado eliminar la pluralidad cultural, pensando que era la base de la jerarqua colonial, y han defendido la igualdad como nica forma de convivencia intertnica. Sin embargo, como vimos en los captulos anteriores, la igualdad se institucionaliz en una definicin de ciudadana tnica que exclua a la mayora de los mexicanos y de esta manera sirvi para preservar la jerarqua entre los diferentes grupos tnicos del pas. El resultado de este proceso fue la invencin de la identidad mestiza que es a la vez homogeneizante, pues pretende imponerse por igual a todos los miembros de la nacin y terminar con la pluralidad tnica, y profundamente jerrquica, pues otorga a las lites ms occidentalizadas privilegios y prerrogativas propias del sistema jerrquico colonial.
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La nueva ciudadana tnica


La ciudadana tnica, es decir, la idea de que para poder ejercer como tales, los ciudadanos necesitan practicar la cultura de un grupo particular, se ha reforzado en la ltima dcada como resultado de nuestra transicin democrtica. En efecto, los idelogos de la nueva democracia han insistido que los derechos electorales (a los que dan una importancia singular, por encima de casi cualquier otro derecho poltico, social o humano) deben ejercerse de una sola manera, de acuerdo con los criterios imperantes en las democracias electorales y partidistas de Europa y Norteamrica. Esto ha implicado un conf licto ideolgico y legal con las otras formas de eleccin practicadas por muchas comunidades, indgenas y mestizas. En nombre de la pureza democrtica, definida como un ideal universal y absoluto, los tericos democrticos han querido imponer su modelo de ciudadana tnica sobre las otras formas de ciudadana que han definido los mestizos y los indgenas a lo largo de los ltimos siglos. De hecho, la definicin de ciudadano que se ha consagrado en las instituciones electorales desde los aos 90 a la fecha es claramente la de un ciudadano tnico, con educacin y con cultura occidental, hispanoparlante, versado en la ms reciente teora poltica europea y estadounidense. En suma parece que as como para ser ciudadanos en el siglo xix los indios tuvieron que perder sus propiedades comunitarias, para ser ciudadanos en el siglo xxi tendrn que renunciar a sus formas de organizacin comunitaria. Este ejemplo nos muestra cmo en Mxico las ideas ms igualitarias, y ms modernas, sirven para perpetuar y profundizar relaciones intertnicas desiguales y excluyentes si no reconocen la pluralidad tnica y cultural de la sociedad.
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La modernidad y sus contradicciones


Desde la Independencia, las lites gobernantes adoptaron la cultura occidental moderna como el valor supremo y definitorio de la nueva nacin y as asumieron la misin de modernizar a Mxico e incorporar a su poblacin a la cultura occidental. En este caso, imper tambin el modelo de ciudadana tnica; pues desde entonces aprender espaol, vestirse a la manera occidental y tener valores occidentales ha sido equiparado con tener acceso a la modernidad. Igualmente las culturas indgenas, campesinas y populares fueron definidas como tradicionales y atrasadas, y como incompatibles con la modernidad. Hasta el da de hoy, las lites mestizas mexicanas se sienten superiores al resto de la sociedad y por ello se consideran las nicas capaces de decidir el destino de la nacin y las formas de participacin poltica, as como las formas de propiedad y produccin de toda su poblacin. Esta superioridad se basa en la conviccin de que ellas son el nico sector plenamente moderno del pas, gracias a su mayor acceso a la cultura occidental, como estudiantes, como consumidores y como propagadores de la misma. Paradjicamente esta pretensin de mayor modernidad se basa en un prejuicio premoderno, pues es heredera de la conviccin de superioridad racial de los criollos coloniales y por lo tanto no es muy diferente a los racismos y colonialismos internos que practican otras lites nacionales en pases que antiguamente eran colonias, tanto en Amrica como en Asia y frica. Adems, no corresponde, ni ha correspondido nunca, con la realidad de la sociedad mexicana, pues los mestizos pobres, rurales y urbanos, as como los indgenas, llevan el mismo tiempo que las lites de participar en la vida poltica nacional, de formar parte de las relaciones econmicas del capitalismo moderno, de consumir y
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producir cultura moderna e incluso de definir sus identidades tnicas en trminos modernos. En efecto, el mestizaje mismo, es decir la manera en que las comunidades campesinas adoptaron el espaol para integrarse a los circuitos econmicos nacionales y para participar como actores claves en la vida poltica nacional, se puede definir como una forma de modernizarse. Esta modernizacin, sin embargo, no signific que renunciaran a sus identidades tnicas; sino que las redefinieran y actualizaran en trminos modernos, como municipios, como corporaciones legales, como ejidos. Es esta continuidad, sin embargo, la que les ha valido ser consideradas menos modernas por las lites mestizas que piensan que slo su identidad tnica es compatible con la modernidad. Incluso entre algunos estudiosos simpatizantes de la causa de las comunidades campesinas ha prevalecido la idea de que la defensa de su identidad tnica era un proyecto antimoderno o tradicionalista, cuando podra ser concebido ms bien como un proyecto de modernidad alternativa. Otro ejemplo de modernidad son, desde luego, los emigrantes que se desplazan a trabajar a Estados Unidos y participan as de los mercados mundiales de fuerza de trabajo. Este desplazamiento no slo los sustrae de sus comunidades tradicionales y los hace convivir de manera directa, y muchas veces brutal, con la modernidad urbana y desarrollada, sino que los ha hecho repensar sus tradiciones culturales y redefinir sus identidades tnicas. En suma, los emigrantes han tenido que construir culturas e identidades modernas y en cierto sentido son ms modernos que las lites mestizas, pues mientras stas participan de la cultura occidental moderna principalmente como consumidores, los emigrantes lo hacen como productores, de una manera que afecta su vida en todos los aspectos. En suma, se puede decir que la pretensin de las lites mestizas de ser el sector ms moderno de la sociedad se basa nicamente en
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un prejuicio racial y racista de origen colonial; mientras que los otros grupos mestizos e indgenas han construido sus modernidades alternativas. Es un prejuicio de esta lite que no puede haber modernidades que defiendan una identidad comunitaria. Es un prejuicio fundador del nacionalismo criollo y de la ideologa del mestizaje que para ser moderno Mxico, y los mexicanos, tenan que hablar espaol y tener una cultura plenamente occidental; que los indios y los otros mestizos no pueden ser modernos sin renunciar a su identidad y su cultura. Se trata, una vez ms, del viejo conflicto entre la idea excluyente de la ciudadana tnica y la prctica ms rica y ms incluyente de la ciudadana mestiza e indgena, comunitaria y mltiple.

Las modernidades indgenas


Dejar de concebir a Mxico como lo hacen las lites mestizas, es decir como una sociedad atrasada en la que slo ellas tienen acceso a la modernidad, y reconocer que existen formas de ser moderno sin perder las identidades culturales y tnicas particulares permite tambin comprender la modernidad de los indgenas mexicanos de hoy. En efecto, como vimos en el primer captulo de este libro, en el siglo xx la vida social de muchas sociedades indgenas de Mxico ha sido transformada profundamente por el desarrollo econmico, la introduccin de servicios del gobierno y la globalizacin. Esto ha llevado a una redefinicin profunda de las identidades culturales y tnicas de los indgenas, en un proceso que an no es bien comprendido, pero del que se pueden presentar algunos ejemplos. Podemos empezar sealando que un sector muy amplio de las sociedades indgenas, quiz hasta el 30 por ciento de su poblacin, se ha convertido al protestantismo en las ltimas dcadas. En algunos casos esta conversin ha sido una manera de escapar a los sistemas de cargos religiosos y polticos que marginan y explotan
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a ciertos sectores de las sociedades indgenas. En otros, ha sido el nico camino que han tenido las mujeres de evitar el alcoholismo y la violencia masculinos que se asocian con la religin tradicional. En todo caso, la conversin al protestantismo ha hecho que los indgenas cuestionen, modifiquen y redefinan su identidad cultural y tnica. En muchos casos, desgraciadamente, ha provocado violentos conflictos y escisiones dentro de las comunidades. Otro ejemplo es de las nuevas lites profesionales indgenas. Una de las polticas del Instituto Nacional Indigenista para lograr la integracin de los indios a la sociedad nacional fue educar profesionistas y maestros indgenas que supuestamente al tener acceso a la educacin y a las ventajas de la modernidad abandonaran su identidad tnica y asumiran la identidad mestiza, para luego convencer a sus parientes, compaeros y alumnos indios que hicieran lo mismo. Sin embargo, la ecuacin entre educacin, ascenso social y mestizaje, no funcion en estos casos, pues aunque estos profesionistas y maestros aprendieron espaol y la cultura y valores occidentales, muchos de ellos reforzaron su identidad indgena y se han convertido en dirigentes en muchas de sus comunidades y tambin han fundado organizaciones polticas y sociales que defienden la identidad cultural y tnica de sus grupos. Este sector indgena de profesionales e intelectuales es plenamente moderno; tiene todas las caractersticas de la clase media profesional mestiza, pero no por ello ha dejado de ser indgena y ha contribuido a redefinir y fortalecer la identidad tnica de sus grupos. Un ejemplo ms de modernidad indgena se puede encontrar en los grupos mayas de Chiapas que han emigrado a la selva lacandona desde mediados del siglo xx, estudiados de manera sensible y rigurosa por Jan de Vos. Estos grupos, provenientes de las tierras altas del estado, han fundado nuevas comunidades en la selva en las que conviven con indgenas que hablan otras lenguas y con mestizos. Para vivir en esta
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nueva realidad, estos grupos han redefinido y reinventado su identidad tnica y cultural en un proceso creativo de etnognesis, en el que han combinado sus valores tradicionales con la tradicin catlica (en su vertiente de la teologa de la liberacin), la religin protestante, las ideologas marxistas y el nacionalismo mexicano. El resultado es una cultura que se puede considerar plenamente moderna, pero que mantiene una orgullosa y combativa identidad tnica indgena, centrada en los valores ticos de la solidaridad y en la defensa de su autonoma comunitaria y de su forma de vida. Las reivindicaciones de algunos de estos grupos han sido expresadas por el Ejrcito Zapatista de Liberacin Nacional, que se ha convertido en un heredero del liberalismo popular de las comunidades indgenas y campesinas del sur de Mxico del siglo xix y principios del xx, un liberalismo tan moderno, pero diferente del liberalismo defendido por las lites de entonces y de hoy. Por otro lado, en las ltimas dcadas las sociedades indgenas se han enfrentado a una crisis profunda de su forma de vida tradicional. El crecimiento de su poblacin y el deterioro ecolgico de sus territorios han significado que muchas de sus comunidades ya no pueden alimentarse a s mismas y que para conseguir dinero para comprar sus alimentos, los indgenas tienen que trabajar cada vez ms fuera de sus pueblos, en las ciudades y el campo mexicano y en Estados Unidos. La emigracin ha alterado profundamente la vida de estos grupos, pues hoy ms del 30 por ciento de la poblacin vive fuera de sus comunidades de origen. Al emigrar a otras regiones y entrar en contacto con otras culturas, los mixtecos, por hablar slo de un grupo indgena, han fortalecido su sentido de identidad indgena; han revitalizado su lengua y han creado nuevas organizaciones para ayudarse entre s y para influir en la vida poltica de sus comunidades de origen. Esta nueva identidad tnica mixteca es plenamente moderna y ha contribuido a la modernizacin de las comunidades originales en Oaxaca; pues, por ejem125

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plo, las organizaciones de emigrantes han ayudado a quitar el poder a caciques que las lastimaban con su autoritarismo. En el caso de los mixtecos, como en el de muchas otras sociedades indgenas que emigran en grandes nmeros, se ha dado un fenmeno interesante. Aunque la agricultura tradicional del maz ya no es un negocio desde un punto de vista estrictamente econmico, pues es mucho ms barato comprar el maz que producirlo directamente, muchos emigrantes envan dinero para que sus parientes que se han quedado en sus comunidades, muchas veces mujeres, puedan seguir cultivando esta planta. Esto obedece a varias razones. La primera es que para no perder su derecho a una parcela de las tierras comunales, las familias deben seguir cultivndola; por ello, continuar plantando maz es una forma de seguir siendo parte de su comunidad, es decir de preservar su identidad tnica. La segunda razn es que para muchos indgenas plantar maz no es slo una actividad econmica de la que esperan derivar una ganancia, sino que es una obligacin religiosa, profundamente asociada con el papel que tienen como seres humanos en este mundo y con sus relaciones con los dioses; por lo cual, siguen practicando esta agricultura como una forma de defender su identidad cultural. Finalmente, muchos indgenas consideran que producir sus propios alimentos les da seguridad frente a las variaciones e incertidumbres de la economa capitalista, pues saben que no siempre van a encontrar trabajo y que sus salarios y sus condiciones de vida pueden verse brutalmente deteriorados por una crisis econmica; por ello, ven en la produccin propia una reserva que les permitir enfrentar esas adversidades. Estos ejemplos permiten ver cmo los indgenas pueden participar en la economa moderna como trabajadores emigrantes y a la vez conservar una lgica cultural propia que se centra en la defensa de su cultura, de su identidad tnica y de su capacidad de alimentarse a s mismos. Los ejemplos de modernidad indgena se podran multiplicar; pero este breve panorama nos muestra que en los ltimos aos
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las sociedades indgenas se han transformado y modernizado tan profundamente como la sociedad mestiza. Como hemos visto esta modernizacin ha afectado todos los aspectos de la vida de estas sociedades pero no ha sido necesariamente contraria a la defensa y redefinicin de la identidad cultural y tnica de las comunidades. Por ello, los movimientos indgenas de hoy piden que los pueblos indios puedan tener acceso a la modernidad en sus propios trminos, de una manera menos destructiva, que les permita negociar la manera en que van a participar en los circuitos econmicos, sociales y culturales del mundo moderno y les de el espacio para continuar redefiniendo sus identidades y sus culturas. En este sentido, hoy, como en los siglos xvi y xix , la preservacin de las identidades tnicas particulares no es incompatible con la adopcin de nuevos valores y nuevas formas culturales.

Imaginar un nuevo mapa tnico


Estos ejemplos nos muestran tambin que si dejamos de lado la definicin tradicional y elitista de la identidad mestiza y los prejuicios de la lite mexicana sobre quin es moderno y quin no lo es, el mapa tnico y cultural de Mxico se vuelve mucho ms interesante que la simple divisin entre mestizos e indgenas que discutimos al inicio de este libro. En primer lugar, se hace ms plural, porque en lugar de tener una supuesta mayora homognea de 90 por ciento de mestizos y una minora, igualmente homognea de 10 por ciento de indgenas, nos encontramos con un pas poblado por muchas minoras que se pueden definir en funcin de su identidad tnica, de su religin y de su cultura y tambin, cada vez ms, en funcin de su clase, de su gnero y de su forma de vida. Desde esta perspectiva plural, ninguna de estas minoras, empezando por las lites gobernantes e intelectuales,
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puede pretender ser la representante de la identidad nacional ni de la modernidad. Esta perspectiva tambin modifica la relacin entre los diferentes grupos minoritarios que vivimos en Mxico. As vemos que muchos grupos mestizos, campesinos y barriales, comparten con los indgenas la defensa de su particularidad tnica y de su derecho a participar en el desarrollo y la modernidad sin tener que perderla. Por lo tanto, la reivindicacin del derecho a la diferencia cultural no es slo una bandera indgena, sino una causa que tambin puede integrar a amplios sectores de la sociedad mestiza. Igualmente los emigrantes, independientemente de si son indios y son mestizos, enfrentan problemas similares, entre los cuales est la intolerancia de la identidad nacional mexicana frente a cualquier compatriota que no hable espaol, sino maya o ingls. Por otro lado, aspectos claves del problema indgena, como la marginacin social y econmica, ya no parecen privativos de estos grupos, sino propios tambin de muchos sectores mestizos marginados y pobres; y por lo tanto ya no se pueden atribuir nicamente a la idiosincracia y deficiencias de las sociedades indgenas, sino tambin a la desigualdad y al racismo de la sociedad mexicana en su conjunto. Por otra parte, si dejamos de lado los criterios excluyentes de la ciudadana tnica, veremos que los diferentes grupos indgenas y mestizos practican formas diferentes de ser ciudadano y de participar en la vida pblica. Ahora bien, si partimos de la premisa de que la democracia definida desde las lites mestizas no es la nica vlida, entonces tendremos que aceptar que cualquier verdadera democracia en Mxico debera permitir que estas diferentes formas de ciudadana se ejerzan paralelamente y en una rica y compleja interaccin. Esto no significa, de ninguna manera, que no se pueda cuestionar y modificar los elementos autoritarios y discriminatorios que existen en cada forma de ciudadana, pero s implica que esta crtica debe incluir tanto la
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idea de ciudadana tnica, con sus rasgos excluyentes e intolerantes, como las prcticas polticas comunitarias, con sus elementos igualmente autoritarios y excluyentes de las mujeres, por ejemplo. En todos los casos se trata de intentar mejorar formas imperfectas de participacin poltica, sin pretender que una de ellas debe imponerse sobre todas las dems. El resultado de este proceso de democratizacin debera ser la definicin negociada entre los diferentes grupos que conforman nuestro pas de un piso de derechos comunes a todos los grupos y a todas las personas, que potencien y faciliten el ejercicio de las diferentes formas de ciudadana y la prctica de las variadas formas de identidad cultural y tnica. En suma, se puede decir que un nuevo mapa tnico de Mxico reconocera la autonoma de todas las minoras que conforman nuestro pas. Esto implicara reconocer los derechos colectivos y un cierto grado de autogobierno a las comunidades indgenas, campesinas y urbanas, para permitirles mantener y redefinir sus identidades tnicas particulares; y dar a todos los mexicanos los medios para defender y modificar sus identidades culturales. Esta autonoma general beneficiara no slo a los indios, que la han demandado desde hace una dcada, sino a todos los diferentes grupos mestizos que han padecido la hegemona de concepciones excluyentes de la ciudadana tnica y de la identidad nacional, a todas las vctimas del racismo y la desigualdad del Mxico mestizo. Esta autonoma general, que podra ser llamada tambin una ciudadana plural, no implicara la disolucin de la nacin, ni ira en contra de la vieja tradicin igualitaria del liberalismo mexicano, sino que sera la realizacin de una vieja demanda, y una repetida causa de rebelin, de las comunidades indgenas y campesinas y de su liberalismo popular. Se tratara de encontrar, tras doscientos aos de conflictos, la definicin de una forma de igualdad que permita mantener la identidad comunitaria y la diversidad cultural; la definicin de una ciuda129

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dana que no imponga la cultura de un grupo, sino que reconozca las diferentes formas de ser ciudadano y de practicar la poltica que existe en nuestro pas; la definicin de un rgimen econmico y social que respete y aproveche las diferentes formas de propiedad y las diversas racionalidades econmicas; la definicin de una identidad nacional que no imponga la identidad tnica de una lite al resto de la sociedad; la definicin de una modernidad que reconozca todas las formas de ser moderno que existen en nuestro pas. En este sentido, salir de la camisa de fuerza del mapa tnico tradicional, cuestionar la identidad nacional mestiza y reconocer la radical pluralidad tnica de Mxico es el nico camino de llevar a la prctica el ideal de igualdad que conform la nacin mexicana desde sus orgenes; slo que no por la imposicin de una igualdad homognea y excluyente, sino por la definicin de una igualdad que parta de la diferencia cultural, una igualdad que reconozca la pluralidad tnica y permita un acomodo ms equitativo entre los diferentes grupos que conforman la sociedad mexicana. Esta igualdad no es una utopa, sino que ya existe en potencia en la riqueza y pluralidad de la sociedad mexicana, en las reivindicaciones del liberalismo popular y en las diferentes formas de modernidad; lo que necesitamos es aprender a reconocerla y respetarla.

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ndice
Mestizos e indios en el Mxico contemporneo........................................ 7 Cmo pensar un nuevo mapa................................................................. 21 Las relaciones intertnicas antes y despus de la conquista espaola.................................................................... 37 El sistema colonial de relaciones intertnicas.......................................... 47 La nacin frente a los grupos tnicos...................................................... 63 El mestizaje y el nuevo sistema de relaciones intertnicas....................... 77 El siglo xx: Revolucin e indigenismo.................................................. 103 Un nuevo mapa tnico......................................................................... 113 Bibliografa........................................................................................... 131

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Las relaciones intertnicas en Mxico, editado por la Direccin General de Publicaciones y Fomento Editorial se termin de imprimir en septiembre de 2004 en los talleres de Formacin Grfica, S.A. de C.V., Matamoros 112, col. Ral Romero, 57630, Ciudad Nezahualcyotl, Estado de Mxico. Para su composicin se us tipo Berkeley Old Style Book de 11.6/16. El tiro consta de mil ejemplares impresos en papel cultural de 90 grs. Diseo y formacin: Germn Montalvo-Estudio/Fabiola Wong. Coordinador editorial: Juan Mario Prez Martnez. Cuidaron la edicin: Patricia Parada y Patricia Zama.

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