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Del Génesis A La Salutogénesis

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Del Gnesis a la Salutognesis Dr. Sergio Ariel Grines 1 Dice Rudolf Steiner (1997) Consideremos un espritu como Paracelso.

Encontraremos en sus obras una extraa frase.Dijo que haba encontrado un libro que encerraba profundas verdades mdicas. Y cul es ese libro? La Biblia!. Quiso nombrar con eso no solamente el Antiguo Testamento, sino, sobre todo al Nuevo. Pero haba que saber leer la Biblia para encontrar all lo que descubri ParacelsoTal es el camino del futuro. Eso es lo que deberan hacer todos los que quieren hallar el camino, levantarse de la cada en la materia. Hay all una posibilidad de no desperdiciar los grandes progresos materiales realizados. Pero hay tambin la posibilidad de dejar el espritu penetrar en s.

La Biblia Los Viejos Hebreos, los Nazarenos, los Esenios, incluso Jess de Nazareth, cuyos idiomas eran arameo y hebreo (Satz,1993), los Kabalistas de distintas regiones y pocas, han destinado gran parte de su vida al estudio de la sabidura bblica. Con devocin y profundo respeto por el texto sagrado, al que consideraban proveniente del mundo espiritual, estos estudiosos de la sabidura oculta, tenan certeza de que la conformacin de la Biblia guarda un parentesco indisoluble con el de la naturaleza y el cosmos. Saban, adems, que este libro especial fue creado para el hombre y, a l le fue dado, por considerarlo el centro de la vida y del mundo. La Biblia fue legada al hombre en idioma hebreo. En su idioma original, el texto, no ha cambiado a lo largo de los tiempos. La lengua hebrea (palabra derivada de eber, que significa del otro lado)(Weinreb, 1995) trae al hombre, aquello perteneciente al otro mundo. Y lo hace, a travs de la particular combinacin de sus letras. El lenguaje de la Biblia ofrece, de cada cosa, su expresin cuantitativa. Esto acontece porque, lo que tomamos por letras hebreas, son, en primer lugar, cifras; y recin despus de que las cifras adquieren su secuencia, llegan a ser letras, con la consecuencia de formacin de sonido e imagen. (Weinreb,1991). Por lo tanto, la palabra, en la Biblia, constituye un concepto cuantitativo, y, esto es necesario para poder acceder a conceptos puros. Aunque nos resulte una manera extraa de comprender la palabra, antes de constituir las letras sonidos o imgenes sonoras, han sido, en primer lugar, cifras: La alef, en su estado primario ha sido el 1, la bet ha sido primariamente el 2 y, as sucesivamente. Podemos observar que, estas letras, adems, han sido las que dieron origen al alfa y beta de la escritura griega, y, de esta manera, son precursoras del alfabeto que forma la base de las diferentes lenguas occidentales.

El cuadro 1muestra las relaciones entre nmeros y letras: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 ALEPH BET GUIMEL DALET HEI VAV ZAIN JET TET 10 20 30 40 50 60 70 80 90 YOD CAF LAMED MEM NUN SAMAJ AIN PEI TZADIK -cuadro 1 100 200 300 400 CUF REISH SHIN TAV

La proporcin cuantitativa es realmente lo primario en la lengua, aquello que ocupa el primer lugar, y, por lo tanto, aquello que tiende el puente hacia la esencia de las cosas: Creer, que mediante la observacin numrica uno podra acceder a la esencia de las cosas, tal vez les parezca un tanto infantil, ante todo a quienes hayan sido afectados por la formacin materialista de nuestros tiempos. De todas formas, aquello que les dijera el gran maestro Pitgoras a sus alumnos, en cuanto a que el saber sobre la naturaleza de los nmeros nos conduce hacia la profunda esencia de las cosas, tiene su razn de ser (Steiner,2007)

Gnesis 2:5-17 A modo de ejemplo, tomaremos el captulo del Gnesis Bblico, en el cual aparece la primera manifestacin de lo vivo. Esto es claramente explicitado en los siguientes versculos: Gnesis 2:5Ningn arbusto silvestre exista an en la tierra y ninguna hierba silvestre haba brotado todava, pues el Seor Dios no haba hecho llover sobre la tierra y no haba hombre para labrar el suelo. Gnesis 2:6 Un vapor ascendi de la tierra y reg toda la superficie del suelo Gnesis 2:7 El Seor Dios form al hombre del polvo del suelo e insufl en sus narices el aliento de la vida, entonces el hombre se transform en un ser viviente Podemos observar que all aparece el primer proceso, descripto como un vapor que asciende e, inmediatamente, la transformacin del hombre en un ser viviente. Luego el texto contina: Gnesis 2:8 El Seor Dios plant un jardn en Edn, al este, y ubic all al hombre que haba formado.

Gnesis 2:9 El Seor Dios, hizo brotar del suelo toda clase de rbol agradable a la vista y bueno como alimento. Y tambin el rbol de la vida en medio del Jardn y el rbol del conocimiento del bien y del mal. Gnesis 2:10 Un ro flua de Edn para irrigar el jardn y de all se divida formando cuatro brazos. Gnesis 2:15 El Seor, Dios, tom al hombre y lo puso en el Jardn Edn para que lo labrara y lo guardase. Gnesis 2:16 El Seor Dios le orden al hombre diciendo. De todo rbol del Jardn podrs comer libremente, Gnesis 2:17 pero del rbol del conocimiento del bien y del mal no podrs comer, porque el da que de el comas, morirs Analizamos, en primer lugar, la palabra mencionada como vapor, en hebreo, ed (alef,dalet). Si aplicamos la correlacin numrica ( cuadro1 ) observaremos que la alef corresponde al 1 y la dalet corresponde al 4, por lo tanto la relacin numrica de este primer fenmeno de la naturaleza es 1:4. Luego aparece el hombre, adam. Observamos la relacin alef,dalet,mem es decir 1:4:40. Mas adelante, es descripto un ro, que se divide en 4 brazos principales; o sea tambin aqu, gobierna el ritmo 1:4. Nos detenemos ahora en los 2 rboles colocados en el centro del jardn: rbol de la vida (etz hajaim ) y rbol del conocimiento del bien y del mal (etz hadaat tob varr). En este caso, aplicamos la suma de las letras que componen cada palabra y nos encontraremos con que etz hajaim suma 233, y etz hadaat tob varr suma 932. Si los colocamos frente a frente, tal como estn el rbol de la vida y el rbol del conocimiento del bien y del mal, obtendremos la siguiente relacin proporcional: 233:932, y dicha relacin es 1:4. (cuadros 2 y 3) VAPOR ED 1:4

HOMBRE ADAM 1:4:40 RO 1:4

ALEF,DALET ALEF, DALET,MEM

-cuadro 2ARBOL DE LA VIDA ETZ HAJAIM ARBOL DEL CONOCIMIENTO ETZ HADAAT TOB VARR


233 1


932 4

-cuadro 3-

Estos hechos, lejos de ser casuales, cobran jerarqua de profundas verdades mdicas, cuando los cotejamos con el hecho de que esta relacin proporcional 1:4 es la que rige el equilibrio respiracin/circulacin en el ser humano (Hussemann & Wolff, 1998). 1 respiracin por cada 4 latidos cardacos; siendo esta proporcin eje de la armona de nuestro sistema rtmico. La configuracin de este ritmo 1:4, en este captulo del Gnesis, en el cual aparece lo vivo, tanto en la tierra como en el hombre, orienta nuestra bsqueda de verdades hacia este ritmo arquetpico. Podemos preguntarnos aqu: No es acaso el vapor de agua (1:4), el estado fsico del cual dependen las propiedades de intercambio gaseoso en los pulmones? La configuracin del corazn no responde a una estructura divida en cuatro cmaras, que, a su vez, impulsan corrientes en cuatro direcciones? Dice Steiner(2007): As como colocamos imgenes, imaginaciones delante del alma, en un cierto sentido tambin colocamos la fuerza interna de los nmeros delante del ser humano en un nivel an mas elevado, y el tiene que aprender a experimentar las relaciones internas de los nmeros como msica espiritual Si estos nmeros se transforman en msica espiritual en nuestro interior, nuevas melodas resuenan, re-conectndonos con nuestro origen, con nuestras fuentes, en comunin con nuestro planeta y con el cosmos. Nacen en nuestro ser imgenes vivas en las que cosmos, naturaleza y hombre estn indisolublemente ligados a su origen divino. Lo respirante y lo circulante poseen objetividad numrica, y a la vez, son impregnados de sabidura viva. Nuestro planeta, adquiere, en nosotros, dimensin de Ser Viviente. Nos sealar este vapor (1:4) el momento en el que la tierra comenz a respirar? Este ro dividido en 4 corrientes, nos acercar retrospectivamente al instante en el que el corazn de la tierra comenz a latir? La Biblia, tiene en su base estructural, la misma conformacin que el hombre, la naturaleza y el cosmos. Este es el secreto de su mensaje. Como llegar a comprender el significado profundo de estos nmeros? La palabra adam (1:4:40), sin la alef (1) se transforma en dam (4: 40), cuyo significado es sangre. Es decir que si a la sangre (4:40), le incorporamos la alef (el 1 ), tendremos al hombre, (1: 4: 40). En el idioma original de la Biblia, el hombre es por lo tanto, encarnacin del Ser Espiritual (1), en la sangre, elemento fsico terrenal (4:40), es decir, por definicin, tiene categora de homo spiritus. Si damos un paso en profundidad en el sentido de las clulas sanguneas encontraremos que la relacin cuantitativa entre mdula sea (lugar de origen) y sangre perifrica (lugar de manifestacin) es mencionada por Karl Knig(1999), como formando parte de este ritmo arquetpico, siendo de 0,25 g de mdula sea por cada 1 g de sangre perifrica, es decir mdula sea:sangre = 1:4. emet es la palabra hebrea para mencionar verdad. Compuesta por alef, mem ,tav su relacin numrica es 1:40:400. Si a la palabra emet, le extraemos la alef (el 1), nos encontraremos con la palabra met, (mem,tav) 40:400. La palabra met, es traducida como muerte. La verdad (1:40:400), sin la alef (el 1), es la muerte (40:400). (cuadro 4)

ADAM SANGRE VERDAD MUERTE

ADAM DAM EMET MET

1:4:40 4:40 1:40:400 40:400 -cuadro 4-

ALEPH,DALET, MEM DALET.MEM ALEPH, MEM, TAV MEM,TAV

El 1(nmero representante de la totalidad, lo indivisible, el todo, el origen primigenio), es quien confiere la vida. El 4, representa lo fsico-terrenal. Ya hemos visto que el 1 frente al 4, representan respectivamente el rbol de la vida frente al rbol del conocimiento (a partir del cual, el hombre encontrara la muerte). Si falta el 1, falta la vida. El 4 sin el 1 es un cadver. Intentar comprender al mundo sin el 1 lleva a la muerte! Nos acercamos as, al sentido que el hombre tiene en la creacin. Ubicado entre el cielo y la tierra, es el nico ser que pertenece a ambos mundos, y ambos mundos son inmanentes a su ser. El centro rtmico del hombre es el punto de encuentro entre espritu y materia.

Gnesis 2:4 La Biblia, tiene en su estructura, diversos modos de comunicar al hombre los misterios. En el versculo 4 del mismo captulo nos encontramos con la siguiente escritura (texto original de la Biblia Hebrea)

Esas son las crnicas del cielo y de la tierra cuando fueron creados, el da que el Seor, Dios, hizo tierra y cielo Observemos con detenimiento el texto original: Una letra tiene un tamao anormalmente pequeo.

behibarm Esto no es un error de tipografa. Es la letra hei. Los estudiosos de la tradicin bblica, refieren que la palabra behibarm, cuyo significado es cuando fueron creados, al estar modificada por esa

pequea letra, se transforma en be-hei-barm, cuyo significado pasa a ser con la hei los cre. El nmero correspondiente a la hei es el 5, por lo tanto la palabra mencionada nos revela el siguiente misterio: con el 5 los cre. (Weinreb, 1991). Un nuevo nmero nos orienta aqu: suma, integracin, unificacin del 1:4, aparece el 5 (pequeo, oculto, embrionario, no visible, no expresado). Si el 4 representa la manifestacin material, el 5 es aquello que supera la frontera de lo material (ms all del 4). La hei (as es tambin su pronunciacin), es, en la Biblia, representacin numrica de aquello que atraviesa la frontera, el espritu vital ,el aliento divino, el ruaj elohm del primer captulo del Gnesis. El Pentateuco (los 5 libros del cuerpo principal de la Biblia), provienen del otro lado. Fueron entregados el da nmero 50 (luego de 49 das (siete semanas) del xodo de Egipto). Dicho da es Pentecosts, celebracin que estaban realizando los apstoles (Nuevo Testamento), cuando la venida del Espritu Santo. Comparemos lo escrito en el Antiguo y en el Nuevo Testamento acerca del da 50

Antiguo Testamento:Todo el pueblo vio las voces y las llamas, el sonido del shofar y el monte que humeaba. El pueblo lo vio y se estremeci y retrocedieron lejos.(xodo 20:15)
Nuevo Testamento: Cuando lleg el da de Pentecosts estaban todos unnimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llen toda la casa donde estaban; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentndose sobre cada uno de ellos. Todos fueron llenos del Espritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, segn el Espritu les daba que hablaran... Al oir este estruendo, se junt la multitud; y estaban confusos, porque cada uno los oa hablar en su propia lengua(Hechos 2 :1-4/6) El Ruaj Hakodesh, el Espritu Santo, es representado por la hei, por el 5. As como el 4 representa lo terrenal, o mas exactamente tiempo terrenal (40 das y 40 noches dur el diluvio,400 aos dur la esclavitud en Egipto, 40 das estuvo Moiss en el Monte Sina,40 aos dur el camino del desierto del pueblo hebreo, Jess tambin estuvo 40 dias en el desierto ), el nmero 5 representa aquello que trasciende la materia. El Pentateuco culmina antes de la entrada a la Tierra Prometida, hecho que no es concretado por Moiss, sino posteriormente por Josu ben Nun (literalmente: Josu, hijo de Nun, siendo nn la letra correspondiente a 50). O sea, quien atraviesa la frontera, es el hijo del 50. El mundo fue creado con el 5. EL 1:4, es entonces metamorfosis humano-terrestre del 5 (substancia supra-sensible) El 5 solo est presente a modo de germen. La pequea hei nos muestra que este 5 an no se expresa completamente

Gnesis 2:3 Solemos comprender la Biblia como una historia antigua, que es contada como recuerdo de pocas remotas de la Humanidad. Su mensaje, as, pierde significado y actualidad para el Hombre de hoy. Veamos por ejemplo, lo que ha acontecido, con el correr de los tiempos, con este versculo, del mismo captulo:

2:3 bendijo Dios al da sptimo, y lo declar sagrado, porque en ese da Dios ces de toda Su obra que efectuara La lectura de este prrafo nos remite a algo realizado, concludo. Sin embargo en el texto original, existe una palabra(la ltima del prrafo), que ha sido omitida en la mayora de las traducciones.La palabra es laasot , cuyo significado es para hacer. Deberamos leer, a pesar de lo aparentemente confuso de la frase: 2:3 bendijo Dios al da sptimo, y lo declar sagrado, porque en ese da Dios ces de toda Su obra que efectuara para hacer No podemos analizar los motivos por los cuales para hacer, ha sido eliminado de las distintas traducciones bblicas, pero, en este caso, por paradjico que parezca, esa eliminacin, se transforma en una pista a seguir. Este misterioso y desaparecido laasot, para hacer es lo que nos ensea el camino del futuro. El mundo no ha concludo con la creacin divina. El mundo fu hecho para hacer. Eso fu plasmado as en los tiempos del Gnesis! El hombre es quien contina la obra divina... Con qu cuenta el ser humano, para hacer, para reconducir el 1:4, y llevarlo al 5? La respuesta est, literalmente, en nuestras manos!. Unico ser que posee la oposicin pulgar : resto de los dedos conformando una relacin 1:4, que configura una unidad superior: el 5. Nuestras manos son el instrumento para hacer, para re-conducir el 1:4 al 5, atravesando la frontera, trascendiendo lo terrenal. Corroboremos idiomaticamente esta hiptesis La palabra hebrea que se traduce como mano es iad: iod (10), dalet (4).(cuadro 5) La mano respeta la manifestacin arquetpica1:4, pero si integramos sus componentes, el 10:4 de la mano se transforma en 5 (10+4=14. 1+4=5)....la pequea hei (5) puede ir adquiriendo as su tamao, manifestarse.

MANO

IAD -cuadro 5-

10:4

YOD,DALET

Salutognesis Hemos hecho un recorrido por algunos versculos del Gnesis. La tradicin bblica menciona que la divinidad creadora entreg a Moiss, en el Monte Sina, la Torh (Pentateuco), bajo la forma de sabidura oral y escrita. El momento histrico de este acontecimiento es ubicado, desde la cosmovisin Antroposfica como 3 poca cultural post-atlante (2907-747 A.C.). Esta poca fu seguida por la 4 poca cultural (747 A.C.-1413 D.C.). La actual poca (5)es la que contina (1413 D.C.-3573 D.C)

Dentro de esta cosmovisin histrico-espiritual, resulta interesante la siguiente frase: En nuestra poca se efecta una especie de repeticin, de resurreccin de las experiencias que los hombres vivieron en la poca caldeo-egipcia (3 poca) (Steiner, 1997). Este proceso de repeticin o resurreccin es denominado en Antroposofa espejamiento, y forma parte de las leyes de la biografa humana, as como de la evolucin de la humanidad y el planeta. (Burkhard, 2001) Una poca se encuentra vinculada espiritualmente con otra, por lo que existe un reflejo especular, en el cual observamos hechos de una y otra etapa estableciendo una ligazn de fenmenos, cada uno con la cualidad de su respectiva poca. Son como los brazos centrales de un candelabro, con su punto medio en la 4 poca. 3 y 5 forman esta imagen en espejo. Poniendo la mirada en los procesos de salud-enfermedad, trabajaremos sobre la hiptesis de espejamiento entre las profundas verdades mdicas del Gnesis y la actual Saluto-Gnesis. Cual es el contexto en el cual surge la actual Salutognesis? El paradigma salutognico como bsqueda de las fuentes, los orgenes de la salud(Antonovsky, 1990; Glckler, 1997) surge a fines del siglo XX, como respuesta al paradigma patognico dominante (bsqueda de las causas de la enfermedad) en una situacin cultural en la cual, la medicina enfrenta grandes dilemas a los cuales, el camino unilateralizado de visin materialista, ha llevado. La medicina del futuro estara basada, segn la visin de la ciencia material, en el dominio por parte del hombre, de la materia fsica. La gentica actual se basa en un paradigma que ha descartado el gnesis (orgen espiritual del hombre). La Salutognesis, nutrida por el conocimiento antroposfico, propone un re-encuentro con las propias fuentes de la salud fsica, anmica y espiritual. El hombre puede cultivar su salud, a travs de un trabajo activo, consciente, en su pensar, su sentir y su querer. (Moraes, 2005). Este trabajo de auto-educacin necesita, como paso primordial, integrar en estas reas, el aspecto espiritual del ser humano. El contexto actual de una ciencia que solo considera la materia, puede ser el impulso que nos fortalezca en el sentido de desarrollar un camino de integracin de lo espiritual a lo cotidiano de nuestras vidas, tanto en la medicina, como en los diferentes campos de accin del Ser Humano. Podemos, ahora, releer, con mirada salutognica, las enseanzas del Gnesis: Fase descendente: Del Espritu a la Materia con el 5 los cre Re-ligazn con el mundo espiritual, con el mundo de los divinos pensamientos creadores, que plasmaron el cosmos, la naturaleza y el hombre. (Milanese, 2007) Esta re-ligazn consciente, desde nuestro pensar, impregnado de un profundo sentimiento de veneracin , podr transformar nuestra vida cotidiana y nuestro mundo en algo sagrado. Fase de equilibrio: Espritu-Materia 1:4 La divinidad es inmanente al ser humano. Su sistema rtmico, mbito de la salud, es el punto de encuentro entre lo celeste y lo terrestre. El Yo macrocsmico habita el corazn humano. All se encuentran las fuerzas de la resurreccin. Fase ascendente: De la Materia al Espritu: para hacer El ser humano cuenta con la posibilidad de transformar su propia alma y el mundo que lo rodea. Somos invitados, en cada palabra, en cada gesto, en cada encuentro, en cada acto creativo, a emancipar el 1:4, para elevarlo al 5. Nuestras manos, como smbolo de libertad, nos fueron

confiadas para tal fin. Resucitamos, humanizamos y re-conducimos la materialidad muerta hacia lo Espiritual.

Figura 1: Las tres fases del proceso salutognico Vemos, en estas 3 fases, el proceso de metamorfosis fsico-anmico-espiritual, que puede acontecer en el ser humano. En la ltima fase, el ser humano en libertad, es quien re-conduce, cual substancia humanizada, transformada, la materia hacia el espritu. La auto-educacin, el auto-desarrollo, el cultivo de cualidades humanas, en relacin con los dems seres, con la humanidad y con el propio planeta pueden, de esta manera, irse convirtiendo en substancia salutognica para el hombre actual.

1. Mdico. Buenos Aires. Argentina. Especializado en Homeopata y Medicina Antroposfica. Se dedica a la prctica clnica y a dictar seminarios sobre Salutognesis en Capital Federal y el interior de la Repblica Argentina. E.mail: sergio.grines@salutogenesis.com.ar

Agradecimentos A la Dra. Sonia Setzer. Su trabajo Os dez mandamentos e a salutognese (VII Congresso Brasileiro de Medicina Antroposfica, So Paulo, 2007), y su apoyo, fueron el impulso para mi investigacin bblica. A Camilo, maestro y artista, por las imgenes Referencias bibliogrficas Antonovsky A. Studying health vs. studying disease. Lecture at the Congress for Clinical Psychology and Psychotherapy. Berlin, 1990. Disponvel em: <http://www.angelfire.com/ok/soc/aberlim.html>. Acesso em 01/07/2009. Burkhard G. As Forcas Zodiacais. 3 ed. So Paulo: Editora Antroposfica, 2001. p. 23-41. Glckler M. Salutogenesis: Dnde se hallan las fuentes de la salud fsica, anmica y espiritual?.Buenos Aires:Edicin Fundacin San Rafael,2004.24p. Hussemann F, Wolff O. El sistema cardio-circulatorio y sus afecciones. In: La imagen del hombre como base del arte de curar. Buenos Aires: Epidauro Editora, 1998. p.118-165. Knig K. Sobre o ferro csmico no homem. Arte Mdica Ampliada, v.19, n.2, p.16-22, 1999. Milanese FE. Trimembramento do ser Humano. Arte Mdica Ampliada, v. 27, n.3 e 4. p.28-44, 2007. Moraes WA. Medicina Antroposfica: Um paradigma para o sculo XXI. So Paulo: Associao Brasileira de Medicina Antroposfica, 2005. 384 p. Satz M. Jess el Nazareno, Terapeuta y Cabalista. Buenos Aires: Editorial Kier, 1993. 223p. Steiner R. Mitos y Misterios Egipcios. Captulos XI e XII. Buenos Aires: Editorial Antroposfica, 1997. 182p. Steiner R. Smbolos y Nmeros Ocultos. 3 y 8 Conferencias. Buenos Aires: Editorial Antroposfica, 2007. 144p. Torat Emet. Ediciones Keter Tora. Librera Sigal. Buenos Aires. 2008.645 p. Weinreb F. Kabbala. La Bblia, divino proyecto del mundo. Buenos Aires: Editorial Sigal, 1991. 495p. Weinreb F. Yo, el oculto. Buenos Aires: Editorial Sigal, 1995. p. 45-46.

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