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Fe Humana y Divina

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CAPTULO

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FE HUMANA Y FE DIVINA

La fe es la respuesta del hombre a la autocomunicacin de Dios, de cuya novedad y gratuidad participa. No por ello, sin embargo, es la fe 'una realidad absolutamente indita para el hombre, como si se tratara de algo completamente desconocido o que, aun conocido, no ha tenido basta entonces un lugar en su existencia. Ms bien al contrario; la fe humana, o sea, la fe como modo de relacionarse entre los hombres, como actitud vital y como modo de conocimiento es una realidad constantemente presente en el hombre y en la sociedad, y no resulta imaginable una sociedad o una persona absolutamente ajenos a ella J. Existe, por tanto, la fe como fe humana, y en esa fe humana tomamos nuestro punto de partida para situar la fe divina, la fe cristiana, en el mbito de la experiencia humana. La estructura de este tema se apoya en los dos aspectos enunciados ,en el ttulo. En primer lugar, estudiaremos la fe humana en sus diversas fOill1as, el estatuto epistemolgico de la fe, y su carcter de conocimiento. A continuacin nos ocuparemos de la fe con la que el hombre responde a Dios que se revela. Las dos cuestiones ms importantes ligadas con este segundo sentido son la del carcter teologal (fe en Dios, fe en Cristo) y el carcter eclesial de la misma fe '.
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1. La fe humana Cuando el hombre tiene fe en algo o en alguien, se dice que enton-

LA REVELACI6N

y LA FE

FE HUMANA

Y FE DIVINA

general se puede afirmar que el significa?o de ambos coi~~ide en cu~nto que tanto la fe como el creer se caractenzan por su relacin con lo l~;id te En efecto slo se puede creer lo que no se ve. Esta afirmacin VI en ., .. teri al choca directamente con el principio de eVld.encla que carac enza , racionalismo, para el cual slo se puede considerar como .real ~ ~omo verdadero conocimiento lo que est sustentado por la e~ldencla -. En consecuencia, el racionalismo releg a la categona de res[~uo de conocimiento todo el campo de las creencias. El que cree, afirma es~ co: rriente, pretende errn~an::ente acceder a una verdad, pero no va mas alla de una emocin o senturuento' .-#: La consecuencia del desplazarmento de la fe y del creer. ~ actividades de segundo orden tiene como resultado u~a separacion en el . hombre entre lo que sabe y lo que cree. Lo que .I~porta es el saber, mientras que el creer es provisional, inestable y sin l~portanCla. Pero en realidad sucede lo contrario. Lo que al hom.bre le mtere~a verdaderamente tiene que ver sobre todo con lo ?o eVldent~; su ongen y d~s:- , ti o las fuerzas esenciales de la existencia, la relacin con los demas, l~~ ideales, etc., todo ello depende mucho ms del creer que del sa?~r fundado en una evidencia. Luego, el creer debe tener alguna relaclO,n con el conocimiento y con la unidad de toda la persona. .' ~~'" ',' . La relacin del creer con el conocimiento h,a sido p~esta. de relieve. ; desde diversas instancias. Por un lado, lafilosofta de l,?C[en~za~~ resaltado la importancia de las hipte~is .co.momto?o de mve~tlgacI~n. Por otro, la filosofa personali~~a ha insistido en la Import~nCla que nene e~ creer como modo de relacin de la persona c?n la realidad y de las per sanas entre s. La antropologa existencial, finalmente, ha mostrad~ la importancia de las creencias como fundamento e I~pulso de la Vida humana, la cual solamente se puede realizar en la medida en que se proyecta en un futuro en que se cree. Con todas estas propuestas" el cr~er, ha podido encontrar un lugar entre las ac.ti~idades hl:1~nanasmas auenticas como una forma fundamental de VIVIr,y tambin de conocer. . ,,~. ~hora bien, una vez afirmada la legitimidad ep.ist~molgica. y "'. antropolgica del creer, es necesario aadir que los significados con que se presenta la fe o el creer no son unvocos. En efecto, un~ descripcin fenomenolgica de los usos ~~l verbo creer pone de manifieste una gran riqueza de matices de l.aaccion que expres~. ~odem.os reduc?, los sentidos del creer como realidad humana a los siguientes:
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1) Creer en el sentido de opinar. Lo que caracteriza a este creer es que se basa sobre la probabilidad reconocida. Sin embargo, dentro del creer en el sentido de opinar se pueden distinguir varios niveles 5. Y as se puede tratar de una mera impresin (creo que maana llover), o de la sospecha de algo (creo que llegar tarde), o de una opinin propiamente dicha (cree que tal cosa es as). Este ltimo caso es el que corresponde con la opinin en sentido estricto, porque significa que el que opina afirma algo despus de haberse formado un parecer sobre algn hecho o materia cuestionable. Por eso, la opinin seria, aunque se refiera a lo inevidente, se basa sobre alguna evidencia que hace que lo opinado sea verosmil. En el sujeto, la opinin va acompaada de falta de seguridad sobre el objeto del creer y, como recuerda Santo Toms, de un cierto temor de que las cosas no sean como se cree.

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2) Creer en algo, tener creencias. Consiste en adntir como verdadera la realidad de hechos, fuerzas, o sucesos por motivos insuficienternente fundados. ste es el caso, por ejemplo, de creer en los extraterrestres, O en la quiromancia, o en las cartas astrales. Los motivos de las creencias no vienen del creer a otra persona, que a su vez es creble, sino de un fondo no racional que escapa a cualquier comprobacin anlisis. Con frecuencia, las creencias son la desviacin de una religiosidad inmadura, y se hallan cercanas a la supersticin.

3) Creer en el sentido de poner fe en algo o en alguien, creer en cuanto apostar. A este tipo de fe le acompaa inevitablemente la esperanza y el riesgo. Por un lado exige del que cree el compromiso de hacer lo posible para que el objeto de fe llegue a realizar lo que tiene COmopromesa. Este es el caso, por ejemplo, de quien tiene fe en las cualidades de un deportista por las que puede llegar a ser campen, de un estudiante, etc. Esa fe auesta implica al sujeto que la tiene y le hace apoyar Y comprometerse en favor de aquel o aquello que todava no es lo que se est seguro que ser. Hay otras formas de fe apuesta que son apuestas vitales llenas de esperanza. Tienen que ver, muchas veces, con ideales concretos que se trata de ir incorporando a la vida a travs de elecciones particulares. La vida moral supone este tipo de creencias. Un ejemplo es la conviccin de que la generosidad es preferible al egosmo, que el servicio a los dems es una forma de realizacin personal, etc. 4) Creer algo (a alguien). Ahora ya se trata de una relacin en la que aparece el otro que, de una u otra manera, me comunica algo. No

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Y LA FE

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dejada sin duda por otro para ser credo, aceptado, pero que no establece una relacin entre un yo Y un t. As sucede, por ejemplo, con las informaciones Y los cdigos. Las personas que entran aqu en relacin permanecen desconocidas. A este tipo de fe pertenece tambin lo que podramos llamar fe-creencia, que es distinta de las creencias de las que se ha tratado antes. La fe-creencia se refiere a un objeto de orden tico o religioso, al que se llega normalmente a travs de la tradicin, la cual puede implicar una referencia a Dios o a lo divino. Las creencias de este tipo tienen una cierta consistencia en s mismas (<<las . creencias de un grupo religioso, por ejemplo), y su dependencia del . ~. otro sigue siendo genrica: el otro es, por ejemplo, el sujeto colectivo . de la tradicin, pero no todava Dios. 5) Fe en Dios. La fe religiosa -creer en Dios- puede acompaar o estar en lugar del llamado conocimiento natural de Dios que tienen las personas singulares. Acompaa a este conocif!ento cuando se ab:e ' a una relacin religiosa entre el hombre y DIOS. Otras veces, sin embargo, la fe religiosa, recibida en una tradicin, es el nico acceso a , la divinidad. Este tipo de fe ya es completamente original, porque la fe en Dios se caracteriza por ser absoluta e incondicionada. La fe en Dios es el elemento esencial de las religiones, las cuales dependen, de una u,' otra forma, de la creacin, a partir de la cual se accede al conocimiento del Ser Supremo. Para que el hombre, que es religioso por naturaleza,' llegue a tener una vida religiosa y autntica fe en Dios necesita reafirmar con un segundo acto su dependencia de Dios (<<re-ligare) .'

dere , y los trminos en I~~ que s,e traduce indican la implicacin del ~o~ en este ~JpOde relacin. ASl, credere, viene de cor-dare: el te~lJ~o. aleman gIaub~n (creer) tiene la misma raz que gelobe~, partl,clplO pasado de Iieben (amar); la misma relacin hay entre el ingls believe (creer) y love (amar) 7. , ~) l!e en el Dios revel~do,fe en Cristo. Se diferencia de la comn fe religiosa, o ~a fe e~ ~lOS en cuanto que ahora el hombre responde, no a un COnOCll11lent~ 1I1d.lrec~0 de Dios que ha dejado su rastro en el .cosmos y en la co~clenCJa, S1I10a Dios que se comunica al hombre como un yo a un tu, entregndose y pidiendo una respuesta. Se trata por tanto, de fe que b.rota en el encuentro entre personas. Ahora bien, la fe sobrenatural en DIOS es un caso excepcional y nico de fe interper,sonal porq.ue el yo y el t no se encuentran aqu en el mismo plano. El creo e~ ti de la fe entre personas, cuando se dirige a Dios adquiere :un sentido absolutamente nico, porque el t que es Dios 'es el fundamento de la verda~ y de l~ ~eali~ad, tambin de la realidad del sujeto q~e cree. ~or eso, ~a 1l1c.ondlclOnalIdadpropia de la fe religiosa se convI~rte aq~l en un dinamismo de entrega absoluta. ste es el significado -mas propIO y natural del creer en Cristo. Los difer~ntes significados del creer y las diversas formas de fe ponen de m~mfiesto que la fe es una realidad humana que se halla pre~ s~n~een la vida de los hombres, y gracias a la cual los hombres pueden .v~v~ humanamente. ~reer, en general, es necesario para vivir. Cosa ,~IStlDta es la valoracin d~ las diversas formas del creer, ya que evidentemente, no todas contribuyen del mismo modo a la construccin y desarrollo de una vida autnticamente humana. , ",-El concepto preciso de fe (humana) no corresponde con todos los _~e~tl.~oSd~l creer. J:Iablando con propiedad, la fe no est detrs de la piruon, l1Jde las SImples creencias, porque ni en una ni en otra hay tropIamente otro al que se cree. Se puede afirmar que el acto especICOde creer al que llamaI~os fe es un modo propio de conocer: aquel ~~r el que. se ac~ede al objeto, no en virtud de la capacidad subjetiva u cap~ar 1I1tenclOnaJr:tente.lo cognoscible, sino por la aceptacin de , n testigo y de su testimoruo. El que cree llega a conocer aquello que ~r~e no P?r~~e sea ~vidente para l, -por intuicin, experimentacin '. emostracion=-, SIllOporque se fa de otro para quien aquello s es eVIdente.

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6) Fe interpersonal. Es la fe que se establece entre personas Y que 2~;', se podra formular como yo te Creo-creo en ti 6. El otro aparece aqu" . mximamente personalizado: se le ve el rostro, se le conoce y se sabe cul es su actitud hacia m, porque me da a conocer -me revela- su " intimidad, su mundo interior. La fe entre personas es una forma de conocimiento y de encuentro. Esta fe afecta al conjunto de la persona, y no slo al asentimiento de 10 que dice. Es una forma de entrega y de, , aceptacin mutuas. El conocimiento de la pers~na que proporciona la . "': ec fe interpersonal es de gnero completamente distinto al que obtlene~ ",' ,. , " ciencias corno la psicologa, la medicina, la sociologa, etc., que nevi-, ~'.. tablemente tratan a la persona, de algn modo, como objeto. En . .i~,: efecto, la relacin que las ciencias establecen con el sujeto que in;esti:. .",,:., gan, aunque se intente sinceramente que sea personal, dura solo e~ " ' ' tiempo de la investigacin o del examen, o sea e~tiempo en que se esta. '~'f.,':c' r: arrojado ah (ob-iectum). Slo la fe personal tiene de manera perrna~ ., 1 ._;_.~.-;A ,.101" npr""n<l 1 <l n1iQm~ p.timoloTa de cre- "y;:~1.'4
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se debe afirmar que el sentido preciso de fe


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FE HUMANA Y FE DIVINA LA REVELACIN Y LA FE

que respecta a la relacin con Dios. Los otros sentidos de fe (opinin, creencias, apuesta) son sentidos derivados e impropios de fe g.

2. Estructura

epistemolgica

de la fe

Si la fe es una forma de conocimiento, cmo se comprende a s misma y en relacin con las otras formas de conocer propias del hombre'? Parece claro que la fe no puede solaparse con cualquier otro modo de conocer, ni tampoco ser tan distinta de todos los dems que en nada sea semejante a ellos. Santo Toms se ha ocupado de esta cuestin en De Veritate, q. 14, a. 1, donde presenta y analiza cinco modos de conocer que se articulan en torno al asentimiento y a la investigacin con los que San Agustn haba caracterizado la fe (<<credereest cum assensione cogitare). Estos cinco modos son, de menos a ms, los siguientes: duda, opinin, fe, ciencia y evidencia de simple aprehensin. La posicin central de la fe es, al mismo tiempo, expresin de su imperfeccin y de su grandeza. La investigacin (cogitatio) y el asentimiento (assensus), en principio se excluyen uno a otro. En tanto est pendiente la investigacin, no puede haber asentimiento. Cuando tiene lugar este ltimo la investigacin, en lo que se refiere al objeto del asentimiento, cesa porque ya se ha alcanzado 10 que se pretenda. De este modo, sucede que en la duda no hay asentimiento, y las posibilidades de investigacin son totales, aunque de hecho el que duda no realice esa investigacin. En el caso de la opinin, ya hay un cierto asentimiento, aunque acompaadc de duda y de temor de que lo contrario sea verdadero; tambin en este caso la investigacin est plenamente abierta, independientemente de que el que opina se interese por realizarla o no. En cuanto a la ciencia, el asentimiento es firme debido a la evidencia a la que se ha llegado por medio del razonamiento. En el caso de la ciencia hay una investigacin anterior que se ve mitigada despus de la evidencia de la demostracin. En la evidencia de simple aprehensin el asentimiento es inmediato, como lo es la evidencia,y no hay nada de investigacin.

~a fe ocupa en esa estru.c~ra, como ya se ha dicho, el lugar intermedIO: Por ~n lad~, el a.sentmuento es firme, pero no por la evidencia del o.bJeto, SI~Obajo el Imperio de la voluntad que empuja a la inteligencia a cubnr el trecho que lleva de la credibilidad a la fe P . t dibilid i c. recisa~e~ e e~a cre 1 ,1 I ad es el ~bj.eto de la investigacin anterior al asentll;lJento, desp~es del asentnruento, la investigacin contina como busqueda d~l intellectus fidei (teologa). Como la fuerza del asentimiento ~ro~lene la voluntad, por firme que sea no pone un trmino a la coguatta, a la investigacin insatisfecha 9.

E~ s~guiente grfico ofrece en esquema la posicin de la fe en el c~noclJmento humano y sus relaciones con la cogitatio y el asentrruento: EVIDENCIA DE SIMPLE APREHENSIN nada

DUDA Cogitatio (investigacin)

OPINiN

FE investigacin anterior al asentimiento (racionabilidadv y que contina despus (teologa)

CIENCIA investigacin anterior, pero mitigada luego por la evidencia de la demostracin firme, por la evidencia mediatizada por el razonamiento

Assensus (juicio de asentimiento)

nada

cierto asentimiento, pero acompaado de duda y de temor de que lo contrario sea verdadero

total y pleno, firme, bajo la mocin de la voluntad, pues no hay evidencia objetiva

evidencia inmediata

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8. El anlisis del creer ha sido un objetivo fundamental en autores de diversa significacin como los wittgenstenianos, los personalistas y los analticos. Para Wingenstein la fe religiosa es una realidad distinta de la ciencia, pero tampoco reductible a opinin vehemente. El creyente tiene un modo de ,~;r.r pl mundo V la vida. Las creencias religiosas se caracterizan por ser reguladoras de la vida . . r __ ~ A.............. n" r- ;t"ipn1n o=rsonal. En esta lnea. =_L"'-o

~e a~uerdo. con. todo lo anterior, la fe no puede ser reducida ni a la . piruon III a la cI~ncla. El asentimiento de la fe no es, como el de la o i:~n, inseguro, Sll10total y fin~e ..Por el motivo en que.se apoya -DIos fir elador- el fund~en~o objetivo de ese asentimiento es incluso ms r ~e q~e el de la CIenCIa del sujeto. Tampoco es, como afirman los a~~lOnalIst~s"co.mo el de la ciencia porque en la fe la inteligencia no e ente po~ SI rrusma a una verdad no percibida directamente, sino ue - ~:sentlIIllento .resultado .de l~ voluntad. En consecuencia, deci~os q la fe es subjetivamente inferior a la ciencia porque de hecho la fe

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Y LA FE

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busca la evidencia en su conocer tfides quaerens intellectum) sin que por ello la falta de evidencia afecte a la firmeza del asentimiento. Al mismo tiempo, la fe como conocimiento, implica necesariamente la intervencin de la entera persona que debe aceptar el compromiso que supone llegar a la fe. Se pone as de manifiesto el carcter especialmente humano del creer, su dimensin moral que lleva al hombre a salir al encuentro y a aceptar una verdad que no slo ilumina su inteligencia, sino que afecta a toda su existencia.

3. Entendimiento

y voluntad

de relieve con tanta claridad por Newman (<<creemos porque amarnos) 12 no es sino una especificacin de la fe interpersonal, del encuentro entre personas que mutuamente se reconocen: creo en ti-te creo. Inteligencia y voluntad intervienen, en consecuencia, armnicamente .en el .acto ~e ~e: la inteligencia conoce y juzga, sin llegar nunca ?-.laevidencia subjetiva frente a la cual no podra resistirse, y -ante el bien que se le presentala voluntad decide creer. Si no interviniera la inteligencia, el acto de fe sera ciego e irracional; si no interviniera la voluntad, o no se llegara nunca a prestar el acto de fe, o la fe desaparecera como tal por haberse disuelto en ciencia. . La cooperaci,n de inteligencia y voluntad para el acto de fe no tiene lu~ar a traves de momentos sucesivos, sino mutuamente implicados y situados en la unidad del acto del entero ser personal. El modo concreto como ~e .r~lacionan ser ~bjeto de consideracin en los capn:los sobre credibilidad de revelacin y racionabilidad de la fe. Aqu, sin embargo, es necesario insistir en el carcter personal --es decir, que afecta a toda la personadel acto de fe. Creer a Dios es no slo asentir a su palabra, sino entregarse totalmente a l, dejndose afectar en toda la hondura del ser, en la totalidad de lo que se es y se tiene, de forma que de todo se hace entrega intencional, y se est dispuesto a supeditarlo todo a la fe 13. Si la revelacin cristiana fuera una pura doctrina, la fe consistira excl~sivamente en conocimiento, y su manifestacin propia sera la ensenanza; en este caso el papel de los doctores pasara a ser especialmente Impo:tante. Pero la revelacin de Dios es sobre todo una persona, Jesucnsto, y la fe es un proceso complejo desencadenado por el encu~ntro del hombre con Cristo. Consecuencia de ello es que la accin propia del creyente no es tanto la enseanza como el testimonio el ser testi~o hasta el final, hasta el martirio si fuera preciso. El testimonio med~ante la ~alabra --que es confesin, testimonio de la verdady mediante la VIda, brota, por tanto, del carcter personal de la revelacin yde la fe: es para el cristiano, en expresin de Josemara Escriv, lo que constituye la razn de su vida 14. Lo contrario de la fe a este nivel sera un compromiso parcial o partidario: ante la verdad parcial, frente a la que se toma partido, se responde parcialmente, con un hasta cierto punto. Pero en el testimonio de la fe no cabe el hasta cierto punto, porque eso supondra someter la verdad de Dios y de su autocomuni,"

Creer a Dios que se revela se traduce, entre otras cosas, necesariamente en un juicio que afirma la verdad de lo revelado: esto es as, amn !O. Hacer juicios es propio de la inteligencia, y por eso en el acto de fe la inteligencia interviene necesariamente y de forma insustituible. Concretamente, se puede afirmar que la inteligencia interviene en tres momentos: 1) la inteligencia entiende la palabra que se le dirige, y gracias a ello el sujeto sabe lo que se le propone para que lo crea; 2) la inteligencia interviene para juzgar la verosimilitud, la plausibilidad y la credibilidad de lo que se le propone; 3) la inteligencia interviene en el acto de fe, confesando la verdad de lo revelado, pronunciando el amn del asentimiento. Pero la fe no es slo asunto de la inteligencia, como pretendeef ' racionalismo. Los racionalistas slo admiten un creer que vaya acompaado de evidencia. La consecuencia es que eliminan la oscuridad que . ",= existe en la fe: no respetan su carcter libre y acaban disolviendo la fe, ,'. en ciencia o en filosofa (idealismo). La realidad es, sin embargo, que,' ~' en el acto de fe interviene tambin -y esencialmentela voluntad. No hay nada que me obligue a creer, y por tanto creo si quiero. La" . voluntad consiente voluntariamente a lo que la inteligencia conoce, y si ; >I:! no quiere creer, no cree. En las cosas de fe consentimos con la volun- ,,',:;'" tad y no por la necesidad de la razn, porque estn ms all de la "f' razn 11. No basta con querer para creer, porque la fe es gracia, pero . slo el que quiere creer acaba creyendo, por lo que sin la voluntad d creer la gracia es ineficaz, Se puede, en consecuencia, decir con verdad creo porque quiero. Con ello se afirma la libertad del acto de fe, pero no slo eso. El querer creer debe entenderse en un sentido amplio, que es el de ama):': Creo porque quiero deriva as a creo porque amo. Este matiz, puesto
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12. "We believe because we love: J. H. NEWMAN, Oxford University Sermons, 236. ~~. ~fr. P. ~ODRlGUEZ, Fe y vida deje, EUNSA, Pamolona 1974. nn. ()7-70

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cacin a los hombres a la categora de lo relativo y contingente frente a lo que se debe tomar partido. Refirindose a quienes han dado su vida por la fe comenta un autor: Porque dieron su vida por una persona y no por sus ideas les llamamos testigos, y no partidarios 15. . El creyente, por tanto, no es un partidario, sino un testigo. Ser tes- . tizo, en este sentido, supone encontrarse en la situacin de quien se ha e~tregado, no a una idea parcial ni siquiera a un ideal, sino a una Persona tal que tiene capacidad de exigir el don total y sin condiciones, de la vida y de la muerte. Slo Dios mismo puede ser esa Persona, y cuando el hombre responde a la llamada de Dios de manera total, en vei de perderse, alcanza plenitud, queda liberado del fanatismo -propio de quien responde desmesuradamente a un fin parcial- porque entra en ' comunin con la Verdad y con el Amor. La fe en cuanto acto de la entera persona, con todas sus facultades y fuerzas, hace posible y da lugar a la experiencia de fe que es una percepcin a travs de la vida de la realidad creda, de la relacin nica con Dios y del propio sujeto en cuanto afectado por una nueva situacin suya, por una forma plena de su estar en el mundo, con todas las consecuencias que ese hecho conlleva, La experiencia cristiana se caracteriza, precisamente, por ser experiencia bajo el rgimen de la fe, 10 cual significa que la experiencia no va separada del asentimiento, ni puede confundirse con una vaca exaltacin subjetiva. A la experiencia de fe, particularmente, se refiere Juan Pablo ,II cuando afirma: Entablar dilogo con Dios significa dejarse encantar y conquistar por la figura luminosa de Jess revelador y por el amor del. Padre que le ha enviado, Y en esto precisamente consiste la fe. Con ella, el hombre interiormente iluminado y atrado por Dios, trasciende los lmites del conocimiento puramente natural y obtiene una experiencia de l que de otro modo quedara interrumpida 16. El Catecismo expone sintticamente la intervencin de la entera persona --con su inteligen-. cia y voluntaden el acto de fe al afirmar en el n. 176: La fe es una. adhesin personal del hombre entero a Dios que se revela, Comprende .. una adhesin de la inteligencia y de la voluntad a la Revelacin que Dios ha hecho de s mismo mediante sus obras y sus palabras,
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mie~to especfic~ (el conocimiento defe), verdadero conocimiento irreductible a cualquier otra forma de conocer como la ciencia o la opinin P,or ~er la fe ,conocimiento, el que cre~, sabe 17, accede a la verdad no po~ SI rrusm?, sino mediante el testimoruo de quien conoce directamente. Ahora bien, .el carcter de conocimiento especfico de la fe ha sido contes~do de diversas maneras y por distintas razones a lo largo de la histona. . , La te.ora,?e la doble verdad (Averroes) no admite una autnoca comUnICa~lOn e~tre la verdad de la fe ~ l,a verdad de la razn, y prop~gna la coexlst~nca de dos verdades distintas que se refieren a dos .niveles de la realidad, que podran oponerse. . Los antidialcticos (San Pedro Damiano) reaccionan frente al abus~ ,de la ra~?, en teologa por parte de los dialcticos, y rechazan ~bIen l~ posIbIlId~d de una relacin entre la fe y la razn, las cuales VIenen aSI a .c~nvertIrse en modos heterogneos de conocer. La verdad de la fe es distinta, en cuanto verdad, de la verdad de la razn, Ya en la Edad Moderna, la emergencia de la razn autnoma tiene como rec?~o, un efe~to sobre la fe que, o bien se ve comprometedora~ ment~ prxima a la rrusma ra~~ ~racionalismo y semirracionalismoi o bien mcal?acItada de expresar JUICIOS sobre la realidad, quedando entonces reducida a la categora de un sentimiento ante el infinito (Schleiermacher) o una mera opinin que lleva al engao (Hume). La rea~ci?nfidesta coincide con los anteriores en negar el carc~er,de conocirmento de la fe, pero ahora por distinta razn: la fe es el um~o modo de acceder a la verdad, mientras que el conocimiento (la :azon) no puede ofrecer garanta alguna de llegar a ella. El que no vive de la fe perece en el vaco (F de Lamennais). .: En el modernismo, la contraposicin entre fe e historia lleva a la fe a ser la expresin de experiencias subjetivas que carecen de fundamento en aconte,cer ~lstrico cientficamente conocido (distincin ~ntre Jess de la historia y Cristo de la fe).

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4. La

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cuanto conocimiento
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De cuanto hemos afirmado hasta ahora se concluye claramente la "Mnitiv::l () notica de la fe, La fe es una forma de conoci-

, Todas estas teoras son el resultado de epistemologas y metodologias que r~d,uce~ la reali?ad a ,un solo ?iv~l. La consecuencia es que aparece prlVllegIado.lo d~syun~lvo. Y aSI se mstaura la oposicin, tanto ~ntre las facultades (mt~hgenCla o voluntad; razn terica o razn prctca) c,0IJ.I0 entre los objetos (la verdad o la vida), como entre los actos (~S~?tlIDlento o experiencia), Todo ello ha llevado a ver una contraposlcl~n entre la naturaleza de lafe y el conocimiento de la realidad. Si la
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Y LA FE

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conocimiento, se habra cortado cualquier posible comunicacin de Dios al hombre y, por tanto, la fe no sera respuesta a un orden de realidades entregadas en la revelacin, sino un acto oscuro en el que confluyen reacciones de diversa ndole que tienen en comn el pertenecer a lo no-racional. El magisterio de la Iglesia ha present~~o, sin embargo, la fe. ~omo un asentimiento a la verdad de la revelacin. Tanto en el ~onCl.ho de Trento (D. 1526) como en el Concilio Vaticano 1--este ltimo situado en pleno perodo crtico del pensa~e~to-se ensea que por la fe s.e cree que es verdad (vera esse~}o dIvma;nente revelado. En ~a ~onstlrucin Dei Filius se aduce tambin la razon: no por la verdad mtnnseca de las cosas conocidas con la luz natural de la razn, sino por la autoridad de Dios que revela, que no puede ni engaarse ni engaamos. a) Creer; saber, conocer La fe sobrenatural se plasma, por tanto, sobre la estructura de la fe humana. Se llega a conocer la verdad de algo por medio de un testigo: Para que la fe tenga alcance notico, algu!e.n debe ver ~ saber por ,SI mismo, y es su conocimiento el que es participado por quien cre~ en el, por quien le cree. Sin embargo, la fe en Dios que se revela se diferencia de la fe humana porque su fuente de verdad est por encima del hombre, en el nivel trascendente y divino. Por eso, la verdad revelada es verdad-oscura, de la que tenemos noticia porque la escuchamos y aceptamos, pero no porque podamos desentraar~a. El que. cree sabe, sin embargo, que esa verdad oscura es verdad lurrn?os~ per inteliectum loquentis, e ilumina la verdad de la raz?n. Los ffilstenos. rev~lados se presentan al mismo tiempo en la oscundad y en la luminosidad: son verdades ocultas en s mismas que iluminan todas las dems. Santo Toms ha presentado la fe en relacin con la inteligencia. El. acto de fe procede de la voluntad y culmina ~n el ent~nd~~ento 18,. y\a. fe misma es un hbito intelectual que perfecciona ~l ~}erCICIO ~e la.mt~~: . ligencia. Ese hbito exige, sin embargo, una sumision de la ll1tehge~- . cia una obediencia, en terminologa paulina 19. Pero el testimonio unanime de la Escritura y de los Padres es que la fe abre posibilidades de conocimiento. Existen un conocimiento y una inteligencia, (gnosis epignosis) que comienzan con la fe, y en ~os.que se puede cr~cer . Pero este conocimiento nunca es un conocmuento meramente ~nt~lectual, sino que la fe cristiana, fe de discpulo, e~~e que el en~end~ento del mensaje vaya acompaado por una adhesin a la realidad VIva y

personal de la Verdad, y por la comunin con Jesucristo, que es la verdad. Las cosas de la fe -y es un principio atestiguado en el cristia.nismo anti~uo y en los Padres- slo las puede entender el que est dispuesto y VIve de modo coherente con esa misma fe 21 La dimensin cognoscitiva de la fe est en ntima relacin con la verdad de la revelacin. Slo en la medida en que hay en la revelacin .un contenido notico, una revelacin como verdad, la fe es asentimiento. En este sentido, la conocida distincin entre verdad bblica y verdad filosfica abre paso a un enriquecimiento mutuo de ambos sentidos, si se renuncia a establecer una contraposicin entre la verdad corno fidelidad y la verdad como representacin. De este modo la nocin de fe se ve complementada de forma notable al ser al mismo tiempo asentimiento o confesin, y entrega fiel e in condicionada 22. Una vez afirmada la dimensin cognoscitiva de la fe, se puede profundizar en su comprensin a travs de las relaciones entre el creer, el saber y el conocer 23. y as, se puede afirmar que el saber sobre Dios revelado, ~ el conocer a Dios -en el sentido profundo de conocer personal- exigen creer en El. Al creer en Dios, alcanzamos un saber sobre su realidad, sobre su misterio, por medio del testimonio que Dios ha dado de S mismo (fe en cuanto saber testimonial). La fe trae tambin un conocl~ento nico de Dios, aquel que es propio ,de las personas y que se .mamfiesta en un trato y una familiaridad con El como con alguien a quien amamos. El creer hace posible, igualmente, el saber obrar como cr~yente, como cristiano: al vivir, por la fe, su experiencia de creyente, el Justo se convierte en experto en vida cristiana. Al mismo tiempo, tambin hay una relacin entre conocer y saber: sin conocer a Dios, el saber proposicional queda reducido a un mero saber erudito. Finalmente tambin existe una:-elacin entre el conocer y el saber obrar, porque el saber obrar propio de la fe, separado del conocimiento de Dios, difcilmente escapara a un moralismo vaco. En resumen, el creer, el conocer y el saber presentes en la fe no son momentos sucesivos de la fe sino que entre ellos existe una circularidad 24. ' b) Fides quae, fides qua
y .sUbjetlva de la fe mediante la distincin

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~ p~rtir de San Agustn se ha representado la dimensin objetiva entre fides quae creditur y

21. La idea aparece ya en S. Pablo: I Co 2, 11-16. El hombre naturalmente no capta las cosas del Espritu de Dios; son necedad para l. Y no las puede conocer pues slo espiritualmente pueden
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fides qua creditur, o simplemente entre fides quae y fides qua. Lafides quae designa el contenido de la fe en cuanto plasmado en proposiciones o dogmas, en un sentido, por tanto, predominantemente objetivo. Lafides qua se refiere, en cambio, al acto o conjunto de actos interiores del sujeto mediante los cuales se decide a creer, y se mantiene en la fe. La determinacin de lafides quae, del objeto de fe, ha despertado interrogantes en algunos autores. AS, para algunos, la distancia entre las frmulas de fe y la realidad de Dios obliga a ser muy cautos en la afirmacin de lo que es de fe o no lo es. Se ha llegado incluso a proponer que se renuncie a toda pretensin de determinar las verdades de la fe de una manera distinta a la bblica. En otros casos, se atribuye al contenido de lafides quae una evolucin que la hace depender en su significado de factores meramente histricos (historicismo). Otros la conci-v ben como una objetivacin de lafides qua o como un smbolo de realidades religiosas. En otros casos, la fe es entendida fundamentalmente como fides qua, como la mera espontaneidad de una moralidad autofundada, o como un movimiento no-racional de la persona en la direccin de lo religioso. Al no depender de un contenido determinado, la fe es, entonces, simplemente una autoposicin del sujeto, resultado de su propia espontaneidad, y en ningn caso se tratara de la fe con la que el hombre responde a la iniciativa 'reveladora de Dios. Frente a posturas unilaterales se debe afirmar la mutua implicacin de lafides quae y de lafides qua. Ciertamente, la fe es siempre en primer lugar fides qua, realidad humana que la gracia hace posible y despierta. Es, en efecto, la respuesta con la que el h?mbre correspo.nde a la autocomunicacin de Dios que se revela en Cnsto. Por eso mismo, la respuesta de la fe no es vaca, 1)0 carece de contenido, no es autodeterminada en su forma como lo sera si la iniciativa partiera del hombre, La fe es autntica respuesta, y lo es en cuanto la fe subjetiva es medida por la verdad de la revelacin, establecindose de ese modo un dilogo en el que se hallan presentes el asentimiento de la inteligencia y la adhesin personal. Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que en la determinacin de lafides quae, del contenido que se propone al hombre para que crea, la Iglesia no aspira a formular unas verdades en s mismas, indepe~dientes o ajenas a la realidad de los hombres. Al proponer, por medio de frmulas dogmticas, la verdad revelada por Dios, la Iglesia cumple

Lo mismo que la revelacin de Dios, que es para el hombre, slo puede reclamar el asentimiento si se expresa de un modo accesible a los hom?res de maner~ que puedan comprenderla y descubrir en ella la presencia oculta de DIOS revelador, de igual modo, la fides quae debe ser present~da en .toda su verdad divina, sin acomodaciones que la diluyan, y. al rrnsmo tl~T?PO mostra~do su destinacin humana; es decir, pomendo de manifiesto su caracter ilurninador y redentor del hombre. De esa forma se logra evitar el riesgo del extrinsecismo, que llevara a presentar unas verdades autojustificadas, sin conexin con las verdaderas y profundas dimensiones del hombre, imagen de Dios y destinado a la comunin divina.

5. Lafe en Dios: carcter teologal de la fe La f~ cristiana .se.relaciona con la fe humana y la fe religiosa, pero es esencialmente distinta de ellas. En la fe humana --en cualquiera de sus formas-, no es lcito creer con una incondicionalidad absoluta. El ~<creo~?ti ~e fe interpersonal, por ejemplo, es entrega total y en la intencion definitiva. Ello no asegura, sin embargo, que el t sea fiel a s mismo y a su compromiso conmigo, y siga ofreciendo las razones -aunque fueran las razones del corazn pascalianasque me llevaron a creer. Por otro lado, la mera fe interpersonal no es salvadora. En cuanto a la fe religiosa, el creer en Dios, sin ms, el vivir del horn?re reli~ioso, ya est afectado de incondicionalidad, porque Dios es mdefectIble. Pero la fe meramente religiosa es solamente teista es fe en Dios conocido por el hombre a partir de la mediacin del cosmos y de la concienc~a 25. Este conocimiento de Dios es cierto, pero limitado, porque est sujeto a la correccin que le puede advenir de una autornanifestacin de Dios.

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La fe cristiana no es slo testa, sino teologal, es decir, establece ~na relacin inmediata entre Dios que se revela y el hombre destinatano .de la revelaci~n. que cree 26. El concepto cristiano de fe recoge lo mejor de la fe religiosa y de la fe humana. De la fe religiosa toma la obediencia y la incondicionalidad definitiva; de la fe humana toma el carcter interpersonal. El creo en ti se dirige ahora al T nico y absoluto que ha condescendido a llamar, en Cristo, t a su criatura, creada y redimida. Por eso, la fe en Dios revelado en Cristo asume ele'1<
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lentos de la fe humana y de la fe religiosa, pero es un tipo nico y . xc1usi vo de fe. La fe en Dios revelado tiene un significado anlogo al e los dems significados de la fe. Cmo se expresa la fe teologal? El acto de fe es, por un lado, un cto sencillo y ntido: aquel mediante el cual el hombre dice creo al >ios que se manifiesta en Cristo. En ese acto, sin embargo, en el que ueda comprometida toda la persona, hay una gran cantidad de aspec)s implicados, de matices existenciales, que contribuyen a que la fe cabe apareciendo como una opcin cargada de inters, como una posi.ilidad que afecta a la persona en el ncleo de su ser y de su vivir; no lo la dimensin religiosa del hombre, sino incluso su entero existir se bre a una realizacin insospechada en el encuentro con Cristo 27. La fe es, ante todo, un acto religioso del hombre entero. Todo el iornbre queda internamente afectado en todas y cada una de sus potenias, y se entrega del todo intencionalmente en el acto de fe. La fe ntonces es absoluta, porque asiente a la verdad de Dios por ser l [uien es. Una fe de este tipo slo la puede pedir estrictamente Dios, y lo se puede dirigir hacia Dios. De ah proviene la adhesin y el comiromiso de la fe que afectan al creyente en su totalidad. Esta adhesin .onduce a un abandono filial, a una relacin interpersonal ms ntima, lue es la filiacin sobrenatural. La fe es tambin posesin y unin, pero 10 perfectas, sino acompaadas de una tendencia hacia Dios, hacia la min perfecta. La fe es tambin dilogo y encuentro -como la misma 'evelacin-r- que dan al hombre paso a la comunin con Dios. Es, 'inalmente, expresin de la fidelidad a la Alianza: Dios certifica que .us fieles no perecern, y el hombre se compromete a seguir apoynfase en Dios, y slo en Ep8.
a) Credere Deo, credere Deum, credere in Deum

En el comentario al evangelio de San Juan 29, San Agustn distingue entre el credere Deo, credere Deum y credere in Deum. Santo Iorns comenta tambin en la Summa Theologiae estos tres niveles del creer, y a partir de l, esa frmula se ha hecho clsica para expresar el carcter teologal de la fe en sus diversos grados, o como dice Duroux, todos los modos como el acto de fe se relaciona con su objeto 30.

27. Beato. J. ESCRIV, Es Cristo que pasa. n. 46: La fe y la vocacin de cristianos afectan a toda nuestra existencia, y no slo a una parte. Las relaciones con Dios son necesariamente relaciones de entrega, y asumen un sentido de totalidad. La actitud del hombre de fe es mirar la vida. con todas sus Jimensiones, desde una perspectiva nueva: la que nos da Dios,
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1) Cul es el significado de esta distincin dentro del creer? Segn Santo Toms, el creer se puede considerar por el lado del entendimiento o por el lado de la voluntad que mueve al entendimiento. En el primer caso -por su relacin con el entendimientohay que situar el credere Deum y el credere Deo. Credere Deum equivale al objeto material de la fe y es el creer en Dios, creer que existe Dios. Con ello, el credere Deum tiene la funcin de situar a la fe plenamente en un contexto teolgico: no se nos propone para creer nada que no se relaciona con Dios 31. La fe no se puede confundir con las simples creencias ni tampoco con realidades o dimensiones de la realidad que sean ajenas a Dios: es siempre relacin con el Dios vivo. 2) Credere Deo, por su parte, expresa el aspecto formal del objeto de fe en cuanto se refiere al motivo por el que se cree: se cree a Dios que se revela, a Dios que es la Verdad primera, a Dios cuya autoridad en cu~nto a la sabidura y a la bondad, no tiene limitacin alguna. Esta es la Idea expresada en el Concilio Vaticano 1 cuando se refiere al motivo de la fe: no es la evidencia percibida por la razn, sino la autoridad del mismo Dios que revela, que no puede ni engaarse ni engaamos. Hablando con rigor, solamente Dios puede aducir como motivo para que se le crea su propia palabra: cree porque te lo digo yo. . /3). Credere in Deum, finalmente, expresa el carcter voluntario y dinmico de la fe. Su ncleo (in Deum) es la traduccin latina del acusativo griego de movimiento, ELs TV eEV, que resulta imposible de traducir al espaol porque sera algo as como Creer hacia Dios. In Deum expresa el carcter de fin que Dios posee, mediante el cual se pone de manifiesto, a la vez, el aspecto vital de la fe que es una vida, y su dimensin escatolgica. Credere in, slo se puede referir estrictamente a Dios, in solum Deum, porque expresa el sentido absoluto del cre~r. Escribe H. de Lubac: Creer en el sentido pleno de la palabra, es decir, creer de manera absoluta, incondicional definitiva, y de una manera que compromete irrevocablemente el fondo del ser, creer con tal fe, es algo que slo lo podremos realizar creyendo en aquel Ser personal y nico, a quien llamamos Dios. Tal fe no podra otorgarse a un hombre sin sacrilegio, sin idolatra y sin avasallamiento 32. Pero, se acaba de decir, adems del aspecto de totalidad de la existencia, el credere in Deum expresa tambin el carcter escatolgico de la fe. Se puede aportar aqu la definicin del articulus fidei que daban ~os.medievales: articulus fidei est perceptio divinae veritatis tendens 111 ipsarn 33. Esa idea de tendencia a la realidad y a la verdad divinas,
31. Summa Theolagiae ll-Il, q. 2, a. 2c.
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Dicho en otras palabras, a la revelacin como autocomunicacin de que slo se realizar plenamente en la escatologa, es tambin la que se Dios-Trinidad, se debe responder con una fe que siga las mismas rutas encuentra en el credere in Deum. Por eso, el credere in se reserva de esa revelacin. Por eso, el esquema del credere Deum, Deo, in Deum para Dios. El smbolo de la fe muestra estos diferentes sentidos del podra especificarse como credere Christum, Christo, in Christum y creer de la Iglesia al confesar: Credo in unum Deum, et in unum credere Spiritum Sanctum, Spiritu Sancto, in Spiritum Sanctum. Es Dominum Jesum Christum y Credo in Spiritum Sanctum. Pero, en suficiente, sin embargo, para articular el carcter trinitario de la fe limicambio, respecto a la Iglesia se afirma: credo Ecclesiam 34. tarse al credere Christum, Christo, in Christum, ya que Cristo es el Los tres niveles de la fe en el Dios revelado, constituyen, de todos que nos da a conocer el misterio del Padre y de su Amor. modos, un nico y mismo acto de fe, en el que los pasos sucesi vos aparecen formando una unidad de la que ninguno de los tres puede faltar. Cristo, es el enviado y el mensaje. En l, Dios sale al encuentro de En teora es posible, sin duda, que existan separadamente: que se pu- <~.i:j~~;rlJ~~i los ?omb:~s, ~ en, El tienen los hombres acceso al misterio de Dios y a diera, por ejemplo, creer en Cristo, (<<credere Christum) y no amarle, la vida tnrutana. Esa es la razn por la que al considerar a Cristo como como los demonios que creen y tiemblan (Sant 2, 19) 35; o creer a el c~ntro en el que se muestra la realidad de Dios y, al mismo tiempo, la Dios, pero sentirse alejado o no implicado personalmente por su palarealidad de hombre se accede a un principio fundamental de sntesis que bra. Pero sas son formas impropias de fe. La fe, en sentido teologal, va se ve realizado en el conjunto del misterio cristiano. De este modo, el acompaada de la esperanza y de la caridad 36. Puede, sin duda, perder cristo~entrismo ~e ha abierto paso en la teologa hasta ocupar un puesto el hombre la caridad sobrenatural cuando pierde la gracia por el pecado, . preernmente. Cnsto es la garanta definitiva de que es Dios quien habla sin que, necesariamente, pase a un estado de indiferencia o de odio res- '.' '. realmente. Por eso, la fe se dirige a la Palabra de Dios que se nos ha pecto a Dios. Pero sucede siempre que cuando la fe se ve separada de dado. El aspecto de Cristo-Dios -Hijo y Verbo del Padre- es aqu irrecaridad, se encuentra en un estado necesariamente violento del que se emplazable; una fe que slo admitiera el carcter humano de Jess, sin tiende a salir: o bien impulsa a restablecerse como fe animada de la referencia alguna a la divinidad, no constituira un caso de autntica fe caridad, o bien se debilita como fe. ' cristiana, sino de pura fe histrica y humana 39. Credere Deum, Deo, in Deum pone, en ltimo trmino, de maniEl credere in Christum pone tambin de relieve la implicacin de fiesto que el mismo Dios 'es el centro, el fundamento y el fin de todo ~1 . la eSp'eranza y de la caridad en la fe 40. Como dice San Agustn: Cree proceso creyente 37. en Cristo aquel que espera en Cristo y ama a Cristo, porque si se tiene b) Credere in Christum Una vez asentado el carcter teologal de la fe, se hace necesario precisar y completar lo afirmado para ponerlo en relacin con el Dios cristiano que es Trinidad, y, en consecuencia, mostrar que la fe con la que el , hombre responde a Dios que se dirige a l, es fe a Cristo y en Cristo, revelador y revelacin de Dios, y don del Padre en el Espritu Santo. El objeto, el fin y el testigo de la fe es el Dios Padre, Hijo y Espritu Santo, revelado en Cristo. La llamada de Dios Trino a un.a persona humana, por medio de Cristo, esto es la fe en sus principios objetivos 38.
34. H, DELUBAC,La fe cristiana, cir., p. 219 ss. Cfr. CEe. n. 750. 35. Narn ipsum esse Christum et daemones crediderunt, nec tamen in Christum daemones creo diderunt (S. AGUSTIN, Sermn 144, 2: PL 38, 788). 36. S, IGNACIO DE AJo..'TIoQuiA compara la fe y la caridad con la carne y sangre de Cristo, respectivamente: Revestos de mansedumbre y convertos en criaturas por medio de la fe, que es como la rorn" 'p] Seor. v Dar medio de la caridad, que es como la sangre (Ad Trallianos, 8, l. Vid. la edi-

fe sin la esperanza y sin la caridad, se cree que Cristo existe, pero no se cree en Cristo (Christum esse credit, non in Christum credit], Porque el que cree en Cristo (in Christum), al creer en Cristo, Cristo viene a l, y a l se une de algn modo, y lo hace miembro de su cuerpo. Todo esto no ~e puede hacer si no se hallan Eresentes tanto la esperanza como la caridad 41. y tambin: Creer en El (credere in eum) significa: Credende amare, credendo diligere, credendo in eum ire, eius membris incorporari 42. . Sobre el esquema del credere Deum, Deo, in Deum, pero recogtendo el carcter trinitario, J. Trtsch ha propuesto que la fe salvfica se

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39. La palabra "fe" no designa un concepto universal que expresa las relaciones de los discpulos con el mensajero religioso, tanto SI se trata de Buda, de Zaratustra, de Moiss o tambin de Jess. ~sta palabra se aplica a una realidad nica y singular: la actitud con respecto a Jesucristo, el Hijo de lOS hecho hombre (R. GUARDL'JI, El Seor, Il, Rialp, Madrid 1958, p. 239), f'h}.o AI!~o relacio;:,a las dime.nsiones coJ!ziliva, fiducial y escato lgica de la fe con el credere

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exponga, de acuerdo con su triple estructura, segn la siguiente f0rI?ulacin: In Spiritum, cum Christo ad Patrem 43. En ese esquem~, Cnsto designa el Cristo individual (estructura pers?nal de la fe), ~l Cl!sto t~~1 (dimensin social y eclesial de l~ !e)~ y ~l Cnsto. que v~ndra (onentaclO~ escatolgica de la fe). La expresin indica al rrusmo tiempo que la fe es a la vez gracia y obra del Espritu Santo, y acci~ del h?mbre llam~do por Cristo, mediante la cual el hombre logra una inmediatez con DIOS; Esta definicin, sin embargo, es adecuada para la fe como entrega, pero en ella no aparece con suficiente claridad la fe como asentimiento ni tampoco el carcter de encuentro personalizador.

6. Carcter eclesial de lafe


La fe es un acto personal. Es cada hombre el que responde libre- , mente a la iniciativa de Dios que se revela. Pero la fe no es un acto ais- lado, y por eso la presentacin de la fe co~o act~ "'! aconte~iIniento personal necesita ser completado con la dimensin eclesial del creer. Creer es un acto eclesial. La fe de la Iglesia precede, engendra, conduce y alimenta nuestra fe 44. En el mismo acto de creer se da, en consecuencia una doble atribucin de sujeto: es la persona la que cree.ry es al mismo tiempo la Iglesia la que cree. Ya se vio en el captulo 4 el modo como la Iglesia -es transmisora de la revelacin, con las conse-, cuencias que eso tiene para la fe. Ahora nos centramos en el sujeto del creer, en cuanto este sujeto es tambin la Iglesia 45. " Para que el acto de fe sea personal y eclesial al mismo tiempo es , preciso que se d una cierta identificacin, del sujeto creyente con la Iglesia. Esta identificacin establ.ece .relacIOnes r,nut:uas entre el cre; f' yente y la Iglesia, que se pueden sintetizar e~ los siguientes momentos, . :1. El creyente est en la Iglesia y de ella recibe el contenido y el mo~o del creer; 2. La Iglesia es la comunidad de los creyentes, commurua , fidelium. La consecuencia es que. ~l acto de fe .del creyen~e es tal en cuanto es al mismo tiempo expresin de la Iglesia que confiesa su fe., s.
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es la Iglesia, y en la Iglesia es donde confiesa su fe en esa revelacin. La fe tiene ya desde su principio un carcter comunitario y eclesial, no slo porque la fe da origen a una comunidad de creyentes, sino porque la fe de la comunidad originada en Cristo y animada por el Espritu -Santo precede y es presupuesto necesario del creyente individual. La dimensin eclesial --comunitariade la fe tiene una cierta analoga con el carcter tambin comunitario de la revelacin. El Dios que abre su misterio al hombre no es el Dios de la pura unidad, sino Dios que es Trinidad de Padre, Hijo y Espritu Santo. La Trinidad 'no es el resultado de un proceso de cada una de las Personas divinas, sino fuente original del ser mismo y del obrar de cada una de ellas. Y as, la misin reveladora de Cristo y del Espritu es misin trinitaria, porque en ellas se entrega el misterio mismo de Dios. De modo anlogo, la revelacin se recibe en la Iglesia, y la eclesialidad es una nota intrnseca a la fe del creyente individual. As como Cristo es el mediador de la revelacin divina, siendo l mismo esa revelacin, as tambin el acceso a la fe tiene lugar a travs de la Iglesia que es la esposa de Cristo, con el que comparte todo su ser-Iglesia. La revelacin entregada -<<la gran Tradicines entregada pre'cisamente a la Iglesia que viene de Cristo a travs del fundamento de los Apstoles. El acto mediante el cual el sujeto cree, implica que el "yo" sea un "yo eclesial" fuera del cual la fe no podra ser profesada ni acogida 46. La consecuencia, a nivel gnoseolgico, de la necesaria mediacin de la Iglesia, es que la misma Iglesia interviene directamente en la forma cognoscitiva del sujeto como condicin sine qua non del conocimiento personal. La fe entonces realiza su nocin en cuanto el 'sujeto sale de s mismo, del aislamiento de la propia existencia, para formar un cuerpo con Cristo, es decir, una unidad en la que la individualidad es expropiada en favor de la comunidad 47. De este modo, el <auditus fidei tiene lugar in Ecclesia y per Ecclesiam 48. La afirmacin 1paulina fides ex auditu, auditus autem per verbum Christi (Rm 10, J 7) podra completarse tambin aadiendo in Ecclesia: verbum 'Christi in Ecclesia. El cristianismo es necesariamente ecJesial. b) La Iglesia, communio fidelium Afirmada ya la relacin ntima entre Cristo y la Iglesia, que la convierte a sta en mediadora de la revelacin y seno, en el que se nace a la fe, se debe aadir que la Iglesia no es una pura realidad mstica,

a) El creyente en la Iglesia El hombre no encuentra e identifica por s mismo la revelacin de Dios, corno si se tratara de un hallazgo que es resultado de su bsqueda, individual, sino que la recibe en el seno de la comunidad creyente qu~

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sino realizacin histrica y expresin de la communio de los creyentes:: Si el creyente se inserta en la Iglesia para acceder a Cristo, es tambin cierto que la Iglesia est en cada creyente que profesa la fe comn. '., Al estar dentro de la communio fidei, el creyente se ve liberado dei riesgo del particularismo y de una falsa comprensin subjetiva del mis- " ' terio de Cristo. ' -' '.ft,
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reunidos en concilio o, ms generalmente, por la asamblea litrgica de los creyentes 52, En todo caso, es la Iglesia la que dice creo y creemos, y es el creyente en la Iglesia el que confiesa tambin su fe personal y comunitaria en la vida y en el culto, y de esa fe da testimonio.

Pero la eclesialidad del acto de fe no significa slo que el sujeto debe hacer suya la fe de la Iglesia, sino tambin que, al hacerlo, la fe de " ' .. " la Iglesia se expresa y existe en el acto de fe de quien mantiene vivo su ''',' ~ vnculo con la communio. Dicho de otra forma, el contenido objetivo de " , la fe de la Iglesia, se hace vivo en el acto de fe del creyente, La fe es 'al mismo tiempo obediencia a la autoridad divina atestiguada por la Igle- " sia, y libertad en la medida en que al creyente le da luz y fuerza para su' vida. Al vivir su fe, el creyente no slo construye su propia existencia, sino que al mismo tiempo edifica la Iglesia. Esa edificacin de la Igfesia es interior, por la caridad y la fortaleza de los vnculos sacramentales, y exterior. En este ltimo sentido, hay que situar la significatividad de la Iglesia que se ve enriquecida precisamente a partir de la coherencia entre la fe y la vida de los creyentes. El creo de la fe es el creo del individuo y, al mismo tiempo el creo de la Iglesia. No es el credo de creyentes aislados 49. Santo Toms lo hace notar muy bien: La confesin de fe se entrega en el smbolo, "~ : .' como una confesin que se hace en nombre de toda la Iglesia, la cul .):~' est unida a Dios por medio de la fe 50. Es la Iglesia la que cree, la que, confiesa a la Trinidad. De ah la expresin de los concilios: Haec est , catholicae Ecclesiae fidei (IV Concilio de Toledo). En consecuencia, , se puede afirmar que la fe del creyente es una reditio, la devollfcin que corresponde a la entrega de la fe que la Iglesia hace a cada uno de sus miembros 51.
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El Catecismo expone sintticamente el carcter eclesial de la fe ' poniendo de relieve el sentido tanto del creo como del creemos. El' creo con el que comienza el Smbolo de los Apstoles es la fe d la Iglesia profesada personalmente por cada creyente, principalmente en su bautismo, El creemos de otros smbolos, como el nicenoconstan-" tinopolitano se refiere a la fe de la Iglesia confesada por los obispos : ~.
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49, H, DE LUBAC, Late cristiana, cit., p. 194, 50, Summa Theologiae ll-Il, q, 1, a, 9 ad 3, 51, En la liturgia romana del siglo IV, la redditio symboli perteneca a la liturgia bautismal. En el proceso de preparacin para el bautismo, el domingo quinto de Cuaresma comenzaba la explicacin" del Smbolo a los catecmenos por medio de la tradiiio symboli, es decir, por medio de la entrega:'
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