Alejandro Dávila Bolaños
Alejandro Dávila Bolaños
Alejandro Dávila Bolaños
. Mara Venancia Hernndez fue empujalada. Quines pasaron por aqu? Cuntos eran? Qu decan? Cmo se llamaban? Dnde estn los hombres? Mara Venancia no dijo nada!! Ella vio manos kaki le amarraban -unos- delgados cables como bejucos por todo el cuerpo. contesta puta!!, alcanz or, y despus Sinti como si mil gusanos de- chichicaste Le mordieran las entraas!!! Pobre Mara Venancia, a pesar de sus 92 aos y de sus cinco hijos vivos! Fue convertida en cuasi centenario- arco voltaico! Pero su lengua no dijo nada!! Luego arrasmarraron a la Amanda Aguilar. Pero ni la Amanda ni sus pequeas hijas Petrona y Marina tampoco dijeron nada! Y siguieron: ngela Garca, Catalina Daz, y la recin madre, Cndida Gonzles, que despus fue luchada! Mujeres: Recordad a Matilde Hernndez en su sexto mes de embarazo , cuando despus de recibir una patada en el vientre , caa al- suelo- ensangrentando de llamaradas elctricas el piso salado!! Cuando fue levantada el celequito yaca muerto sobre la amargadura tierra que no conoci!!! Pero Matilde sin su tierno-adentro, no dijo nada!! Como tampoco dijeron Emelina Hernndez, de 18 aos. Ni Estebana Garca que pari, porque la golpigaron hacerlo un niito-indio!! No dijeron nada, nunca! Ni cuando les llevaron a sus hombres hemo-amarrados hemo-golpeados hemo-agonizantes!!! Da de horror para la carne al saberse que Esteban y Juan Hernndez fueron arrojados mini-vivos a la muertaa desde un- helicptero!!! y dos das despus repetan la asezaa con Saturnino y Francisco Gonzales!!!
Noche terrible cuando se supo que los cuatro hijos de la Raymunda Hernndez los haban paz-matados en Tazua!! O el permallanto de- hambre de los cipotillos de la Salvadora Campos, y los de su hermana Julia! Y el tormendo dolor-dolor de Basilia Gonzales hermana de los ex- Saturnino- Francisco!! Este fue el vidicidio que los kaki hicieron electro-sufrir a las campesinas indias de Cu , norte de Jinotega!! No quiero, no-deseo que la hictoria, olvide sus nombres como tampoco se ignore el martirio de las mujeres de Bocaycito, Zenica, Cerro-Verde, Guapotal !!! No! mil veces no!! Yo s como terminar- esto! Todos lo sabemos! Mientras tanto recordaremos siempre el sin palabras- sufrimiento de las heroicas mujeres indias de Cu, que prefirieron la muertura y la muerte, punto final, de sus hombres pero nunca dijeron nada de los jvenes- guerrilleros que libertaran la patria !!!
Alejandro Dvila Bolaos Por Ignacio Briones Torres Uno slo de los libros que escribi Alejandro Dvila Bolaos bastara para que jams, mientras exista Nicaragua, sea olvidado. Las generaciones por venir encontrarn en su obra de notable investigador de nuestra cultura indgena los mejores trabajos hechos hasta hoy para desentraar la riqueza de nuestro pasado ms remoto. Tendrn en los libros de Alejandro Dvila Bolaos el camino que su inteligencia abri para continuar con fe en lo nicaragense todo el futuro por venir. La eternidad. Hombre extraordinario y sencillo, como todos los grandes hombres, consagr el brevsimo paso que es la vida a desarrollar una labor que ya es y lo ser para siempre, patrimonio de la cultura nacional, en beneficio del pueblo bajo cuya inspiracin y para quien trabaj siempre Alejandro. Dentro de ese esquema y ese propsito, al que fue leal hasta su holocausto, es Alejandro Dvila Bolaos el nico estudioso de "El Gegense" que nos leg una interpretacin dialctica de ese drama
pico indgena considerada -por todos quienes han laborado sobre ellacomo la obra ms antigua del teatro indgena indoamericano. El profundo dominio que tena de la dialctica le facilit esa interpretacin, al tiempo que le permiti encontrar en el trasfondo de una obra teatral popular los trminos de la lucha que conforman el nico motor de la historia. "Comenzada la Conquista -escribi Alejandro en su introduccin a "El Gegense"-, comenz el genocidio sistematizado de la tribu indgena. Primero fueron exportados como ganado hacia las islas de las Antillas donde la poblacin aborigen ya haba desaparecido en su totalidad. Despus siguieron los xodos en masa, hacia las regiones mineras del norte, centro y oriente del pas, por razn de que los naturales de aquellos lugares, huan hacia las montaas, no dejndose capturar, y oponiendo tenaz y victoriosa resistencia. Por ltimo las Encomiendas y el trabajo forzado y gratuito, diezmaron aterradoramente la poblacin aborigen, que en menos de cincuenta aos haba descendido de dos millones a escasos 300 mil, cifra que slo hasta despus de 1975, volveremos a recuperarla..." Cmo respondieron los indgenas a esta matanza continua? -se pregunta en otro de los prrafos de la referida introduccin. Y contesta: -Todos los cronistas relatan de muy diversos modos, los constantes levantamientos que los naturales hicieron permanentemente. Pero sobre todo llama la atencin la primera gran huelga de teros del mundo, que las mujeres indgenas nicaragenses, en una protesta sin precedentes contra la esclavitud de que eran vctimas, realizaron durante el mandato de Pedrarias Dvila. Y documenta su teora con el testimonio de Gmara: "No dorman (los indios) con sus mujeres para que no pariesen esclavos de espaoles. Y Pedrarias, como en dos aos no nacan nios, les prometi buen trato, y as paran o no los mataban". Singular protesta, nica en su gnero, que nos demuestra el temple y la calidad moral de los indgenas, que preferan renunciar al instinto primario de perpetuarse en el espacio-tiempo, antes de traer hijos que vivieran en la indignidad humana" Y de ese temple y calidad morales era el propio Alejandro Dvila Bolaos. Descendiente l mismo de aborgenes mangues o chorotegas, haba nacido en Masaya el ao de 1922, cuando ya el general Augusto Csar Sandino se encontraba trabajando en La Ceiba y los marines yanquis permanecan hoyando el territorio de nuestra Patria. Toda la obra de Alejandro Dvila Bolaos est llena del empeo rescatador del coraje y la dignidad del hombre nicaragense. Coraje y
dignidad conque l mismo enfrent la vida y la muerte durante toda su existencia. "Semntica nhuatl de los nombres geogrficos de Nicaragua", "Semntica nhuatl de la flora y la fauna de Nicaragua", "Semntica de la mitologa nicaragense", "Los Maribios-Chontales de Len"; "Biografa de un Cacique: Diriangn"; nuestro ms remoto hroe antiimperialista, son apenas unas cuantas de las muchas tareas investigativas que Alejandro realiz. De su puo y letra escribi una vez en la guarda de uno de sus libros refirindose a l mismo: "Consciente del subdesarrollo del pas, trabaja con intensidad en su profesin de mdico. En sus ratos de reivindicacin escribe poesa de denuncia que slo conocen sus amigos". Sus amigos eran millares de compatriotas humildes, especialmente campesinos a quienes atenda como apstol de la medicina, casi siempre sin recibir ninguna retribucin como honorario por sus servicios. Por eso lo bautizaron con el nombre de "Mdico de los pobres". Esos eran los reconocimientos que a l le enriquecan mucho ms que cualquier suma de dinero! Junto a los pobres estaba tambin el da que lo asesinaron. La crnica de la siega inform oportunamente que, junto con otras personas, entre las que se encontraba el tambin mdico Eduardo Selva, fue extrado del propio quirfano del Hospital de Estel en donde practicaba una operacin de urgencia a un herido en las acciones insurgentes de Semana Santa de 1979 en Estel, y luego conducido al patbulo y a la posterior quema de su cadver. Slo uno o dos das antes haba conversado con varios periodistas que llegaron de Managua a cubrir la insurreccin. Estos le haban sugerido la necesidad de que abandonara Estel por el peligro que corra su vida. Un rotundo NO fue su respuesta, explicando que su deber era atender a los enfermos, permanecer en la ciudad donde haba compartido los aos ms felices de su vida junto a su amada "mama", la compaera Merceditas, a la que am como a una novia hasta la hora de su holocausto. Y en esa ciudad sus cenizas volaron anunciando el nuevo da de Nicaragua. Nos imaginamos esas cenizas cual hermanas gemelas de aquellas que elevaban los indgenas de los tiempos de la conquista alertando a las tribus de otras regiones el paso homicida y sangriento de los conquistadores. Alejandro Dvila Bolaos vivi y muri como un hombre. Como un revolucionario autntico. Compartiendo la tragedia de su pueblo al que se consagr. Es un inmortal. Managua, D.N., 15-30 de mayo de 1979
Publicacin Original: Impacto, Mayo de 1979. Reproducido en el suplemento Nuevo Amanecer Cultural de El Nuevo Diario de Managua, Nicaragua el da sbado 27 de Noviembre de 1999