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Sigo Siendo de Marisa Remy

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KACHKANIRAQMI. SIGO SIENDO. Por Marisa Remy ---Hoy fui al pre estreno de "Kackkaniraqmi.

Sigo Siendo", la ltima pelcula de Javier Corcuera. Y escrib unas notas que comparto con Uds. En el Per tan grande, tan diverso en paisajes, gentes, culturas, son pocos los lugares de encuentro donde compartir, todos, al mismo tiempo, una misma experiencia. Una voz antigua, una antigua sabidura que se nutre del ro, de la anaconda y de las lupunas, que nos dice que sigue viva desde el tiempo en que las personas no nos habamos enfrentado, dominado y casi agotado la naturaleza, la voz mgica de Amelia Panduro, mujer shipiba, navegando en la inmensidad de un lago de la Amazona, abre el encuentro con el Per al que nos invita Kackkaniraqmi. Sigo Siendo la ltima pelcula de Javier Corcuera. En una de las escenas visual y musicalmente ms logradas, la familia y los amigos de don Amador Balleumbrosio, violinista y zapateador de El Carmen en Chincha, van en romera al cementerio cantando y zapateando, acompaados nada menos que por don Mximo Damin y su violn ayacuchano. Nos enteramos all que desde antiguo, las personas de Ayacucho y de Huancavelica bajan a las fiestas de tradicin negra de El Carmen y que, quizs, esos encuentros introdujeron el violn en la msica negra, ms bien cargada de percusin. La pista para el encuentro con el Per son los msicos populares. Populares porque el pueblo los reconoce y los ama; porque alegran sus fiestas y sus vidas; porque el pueblo se rene a escuchar sus voces y sus acordes en las plazas o en las

peas. Pero populares tambin porque nacieron en los mismos lugares del pueblo que los escucha, porque se desplazan en las mismas combis y, muchos, comparten las mismas estrecheces de su vida cotidiana. El annimo heladero que nos vende un helado en playa arrastrando su carretilla amarilla, podra ser lo es!- un maestro violinista admirado y respetado en la fiesta de Puquio. En una escena bellsima, Chimango Lares, cuando los baistas se han ido, ofrece una serenata al mar. Y en la noche, un chiquillo, su alumno, desde un punto alto de la ciudad, uno de esos lugares a los que se llega subiendo interminables escaleras de cerros colmados de humildes viviendas, como pequeo domador, adormece la fiera urbana a sus pies, tocando con su violn una bellsima y sobrecogedora meloda andina. Abajo, en el callejn de El Buque en Barrios Altos, la jarana revive, con los recuerdos de la Gata Sabina que cantaba a do con Valentina (sol y sombra nos decan y sonre desde sus noventa y cinco aos), la voz joven, vibrante, de Victoria Villalobos y las manos negras expertas de Lalo Izquierdo, Flix Casaverde y Carlos Jaire. Voces jvenes en Ayacucho, en Chincha o en Lima; manos expertas en guitarras, cajones, violines, arpas, charangos; hbiles pies de zapateadores chinchanos y de danzantes de tijeras, se mezclan y se separan, y nos muestran que con todo y nuestros problemas y nuestras pequeas alegras, desde nuestros mrgenes, con nuestras historias personales y nuestras viejas fotos de familia, con el agua que nos da vida desde Yarinachocha hasta el mar, pasando por las cataratas que caen desde cumbres altsimas, seguimos siendo. Kackkaniraqmi. Seguimos siendo un pueblo con muchos caminos que se cruzan; una manta de muchos colores sobre una misma trama.

Arguedas est presente desde la frase que da inicio a la pelcula. Pero yo record a Vallejo: "Todo acto o voz genial viene del pueblo y va hacia l, de frente o transmitido por incesantes briznas, por el humo rosado de amargas contraseas sin fortuna" No se la pierdan.

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