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La Prudencia - Marcelo Torres

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PI

Proyecto
MarceIo Torres

Institucional

La Prudencia
Propuesta
Cada sustancia del universo, las piedras, el mar, nosotros mismos, los
planetas y hasta las estrellas más lejanas, están enteramente formadas
por pequeñas partículas llamadas átomos. Son tan pequeñas que no son
posible de ver o de fotografiar. Solo podemos ver sus rastros, por ejemplo
podemos medir fácilmente una corriente eléctrica que se genera por la cir-
culación de electrones, que forman parte de los átomos.
Con la Prudencia, pasaría algo similar, ya que no tiene un objeto pro-
pio, como las otras virtudes, pero está presente en todo acto virtuoso con
sus circunstancias.
Análogamente al caso del átomo en donde solo podemos medir su ras-
tro; también solo podremos medir, entonces, los rastros de la Prudencia.
Ya que es, la Prudencia, la virtud que permite abrir la puerta para la
realización de las otras virtudes y las encamina hacia el fin del hombre, "la
felicidad"; es que propongo incrementar el nivel de conocimientos de
nuestros alumnos y nuestra institución, incrementando el valor de las vir-
tudes que son rastro de la Prudencia, a saber, las otras virtudes cardina-
les: la justicia, la fortaleza y la templanza.
De esta forma incrementando los rastros de la Prudencia, se incremen-
taría el valor de ella misma.
Así como el descubrimiento de la Piedra Rosetta permitió entender los
antiguos jeroglíficos de Egipto, la Justicia, la Fortaleza y la Templanza
actúan en el mismo sentido con la Prudencia, son traductores, indicado-
res, una especie de reglas de correspondencia.

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Marco Teórico que sustenta la propuesta

1.- Modos de Conocer

Aristóteles distingue seis modos de conocer, destacamos:


· En primer lugar la Experiencia o memoria, es un conocimiento exclusi-
vo de lo concreto y no se conoce algo por sus causas, por lo tanto no es
un conocimiento que pueda ser transmitido.
· Al segundo modo de conocer, Aristóteles lo llama Técnica, y consiste en
"saber hacer algo", sea ese algo de utilidad (y entonces lo llamaríamos
técnica) o sea para expresar belleza (y hoy lo llamaríamos arte), en este
caso, si hay conocimiento de la causa y por lo tanto puede ser transmiti-
do.
· El tercer modo de conocer, el que nos ocupa en este proyecto, es la
Prudencia que consiste no en un saber hacer sino en un saber obrar. Se
suele distinguir entre "hacer" que es realizar acciones cuyo efecto es exte-
rior (construir una casa) y "obrar" que consiste en realizar acciones con
efectos internos, inmanentes (realizar una obra de bien cuyo efecto es
perfeccionar a la persona). La prudencia es saber manejarse en este últi-
mo sentido, es conocer los principios de la moral y saber aplicarlos a cada
caso concreto.

2.- La Prudencia

La prudencia (en griego frónesis, de fronéo. "tengo juicio, pienso recta-


mente, aconsejo"; en latín prudentia, de providens) es, desde la an-
tigüedad, una habilidad ligada a la praxis, la capacidad virtuosa de regular
de manera conveniente y ordenada las acciones para llegar a un fin esta-
blecido. El esfuerzo especulativo de los filósofos antiguos llegó a distinguir
la prudencia de la ciencia y de la política. En el mundo latino se destaca
sobre todo la racionalidad de la prudencia, su conexión con la sabiduría.
En el Antiguo Testamento aparecen términos equivalentes a la frónesis
que indican la comprensión, la perspicacia, la inteligencia. En el Nuevo
Testamento la prudencia se describe en términos de comportamiento ade-
cuado a la razón, de observancia de la voluntad de Dios, de discernimien-
to. En la reflexión occidental posterior la prudencia conserva su caracterís
tica de virtud que dirige la acción de manera adecuada hacia un fin; por
eso se trata de una virtud intelectual, ya que perfecciona la razón, y mo-
ral, en cuanto que perfecciona a la razón práctica .
Sucesivamente, la división de la filosofía en teórica y práctica se resolvió
fundamentalmente en una infravaloración cada vez mayor de la prudencia
considerada como un medio extrínseco para dar eficacia a la acción. La tra-
dición anglosajona (Hume) comprende la prudencia en relación con la obser-
vancia de las leyes; se la aprecia además por su papel de reprimir las pasio-
3 nes humanas.
2.1.- Etapas o grados de la Prudencia

Ricardo de San Víctor, teólogo escocés, distingue cinco grados o etapas de la pru-
dencia:
· el juicio, por el que distinguimos las cosas lícitas de las ilícitas;
· la deliberación, por la que, entre las cosas lícitas, separamos la útiles de la inútiles;
· la disposición según el modo de elección, para ponerlas todas en orden;
· la dispensación, por la que, según las circunstancias, decidimos la que es
más oportuna; y
· la moderación, por la que observamos en todo una digna honestidad.

2.2.- Imprudencias

La prudencia no es tan sólo el simple afán de propia conservación, o el


cuidado de sí mismo, que no deja de ser un poco egoísta, medida, guía y
razón de las virtudes morales. En todas ellas influye, sin excepción, sumi-
nistrando a cada una, el complemento que le permite el logro de su propia
esencia, de allí que sea posible deducir que la prudencia es en efecto, la
medida del saber, querer, osar y callar. Los distintos modos de imperfec-
ción de ese saber, querer, osar y callar, constituyen por otra parte, los dis-
tintos tipos de imprudencia. Por ejemplo quien se lanza resueltamente a
una acción, sin pararse a deliberar como es debido y sin formular un juicio
fundado, es imprudente según el modo de la impremeditación, un segun-
do modo de imprudencia es la inconstancia, porque ella puede malograr y
cortar el paso al proceso de transformación del conocimiento, haciendo
que la deliberación y el juicio caigan en el plano de lo infructuoso, en lu-
gar de seguir su curso hasta alcanzar el momento definitivo, el momento
de la verdad. Y finalmente otro modo de imprudencia, como por ejemplo
la astucia, que es una especie de sentido simulador e interesado, al que
no atrae más valor que el táctico de las cosas y que es distintivo del hom-
bre intrigante, incapaz de actuar rectamente. La simulación, los escondri-
jos, el ardid y la deslealtad representan el recurso de los espíritus mezqui-
nos.

3.- La Prudencia, una virtud especial

3.1- Virtudes

De los seres de la naturaleza, el hombre es un ser superior, poseedor de


una dignidad que lo diferencia de los demás seres de la naturaleza. La
dignidad humana se puede dividir en dos: la Dignidad Ontológica, y la
Dignidad moral. La Dignidad Ontológica es la que le pertenece a todos los
hombres por ser personas, es la que se comparte con toda la especie
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humana; independientemente de las acciones que se realicen.
Por otro lado tenemos a la Dignidad moral, que al igual que la anterior,
pertenece al hombre, pero va aumentando o disminuyendo según las acti-
vidades del individuo.
La dignidad moral aumenta con la vivencia de virtudes y disminuye con
los vicios. Las virtudes son hábitos buenos que perfeccionan al hombre
desde su propia naturaleza, pues, no solo perfeccionan al hombre física,
mental o socialmente, sino en todo su conjunto. Inicialmente la palabra
virtud, del latín vir, significaba virilidad, y el griego areté tenía un sentido
similar. De la excelencia en el campo de batalla pasó a significar cualquier
clase de excelencia. Mientras que la Virtud significaba excelencia, el Vicio
significaba, en forma análoga, cualquier clase de falla, pero sólo significa
ahora un hábito éticamente malo. La virtud implica siempre un conoci-
miento y práctica, mientras que los vicios excluyen todo conocimiento y se
mantienen por la práctica produciendo ignorancia.

3.1.1 Virtudes Cardinales

Con respecto a las virtudes podemos hablar de dos tipos de virtudes: Teo-
logales y Cardinales.
Las virtudes cardinales son cuatro (prudencia, justicia, fortaleza y tem-
planza) y estas se van adquiriendo en el transcurso de nuestra vida, y las
podemos aumentar o las podemos disminuir según los actos que realice-
mos. Las virtudes cardinales son los goznes a cuyo alrededor giran las
demás virtudes.

3.1.2 Justicia, Fortaleza y Templanza

La Justicia, consiste en dar a cada uno lo suyo. Esto supone un prece-


dente, por medio del cual, algo se constituye en propiedad de alguien, es
decir se ratifica un derecho a reclamar de otro como algo que se le adeu-
da y que no corresponde a nadie más que a él. La razón de que un hom-
bre le deba a otro se encuentra unas veces en la celebración de pactos,
contratos, promesas, disposiciones legales y otras veces hay que buscarla
en la naturaleza misma de la cosa. Un obstáculo a la justicia, que nos vie-
ne fácilmente a la mente, es el prejuicio, que niega al hombre sus dere-
chos humanos, o dificulta su ejercicio, por el color, raza, o nacionalidad. Es
nuestro deber quitar estas barreras si queremos que la virtud de la justicia
actúe con plenitud en nuestro interior.

La Fortaleza es una virtud cardinal mediante la cual somos capaces de


soportar o vencer los obstáculos que se oponen al bien. La fortaleza lleva
al individuo a enfrentarse al peligro y al esfuerzo sin flaqueza.
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Así como la templanza es un freno, la fortaleza es un aguijón.
El valor y la fortaleza no son un acto bravo, sino que es un hábito de do-
minio de sí mismo. Precipitarse en el peligro por ira, ignorancia o estupi-
dez, no constituye un acto de valor, ya que el hombre verdaderamente va-
liente actúa prudentemente, midiendo el peligro.
El vicio opuesto al valor y a la fortaleza es la cobardía, es el dejar vencer-
se en situaciones que nos afectan en nuestra alma.

La Templanza, nos dispone al dominio de nuestros deseos, y, en espe-


cial, al uso correcto de las cosas que placen a nuestros sentidos. La tem-
planza no elimina los deseos, sino que los regula. En ese caso, quitar
obstáculos consistirá principalmente en evitar las circunstancias que pu-
dieran despertar deseos que, en conciencia, no pueden ser satisfechos.
Sus vicios opuestos son el desenfreno en los apetitos sensibles por ejem-
plo: la gula, la lujuria, la embriaguez, el orgullo, la vanidad.

3.2.- La Prudencia , una virtud especial

La Prudencia, en cuanto virtud que perfecciona a la razón práctica (de


ahí la definición tradicional de la prudencia como recta ratio agibilium:
"recta razón de las cosas que hay que hacer"), no tiene un objeto propio,
como las otras virtudes, pero está presente en todo acto virtuoso con sus
circunstancias.
La Prudencia es de capital importancia, ya que es el alma, la madre, la
maestra, la moderadora y directora de todas las virtudes. Aristóteles la de-
fine como la correcta razón en el obrar. Sin prudencia no hay virtudes:
"Quita la prudencia y las virtudes se convertirán en vicios", dice
San Bernardo.
Fray Luis de Granada, recogiendo la enseñanza de toda la tradición fi-
losófica, patrística y teológica, nos ha legado la siguiente definición sabia:
"En la vida cristiana la Prudencia es lo que los ojos en el cuerpo,
lo que el piloto en el navío, lo que el rey en el reino y lo que el go-
bernador en el carro, que tiene por oficio llevar las riendas en la
mano y guiarlo por donde ha de caminar. Sin esta virtud, la vida
espiritual sería toda ciega, desproveída, desconcertada y llena de
confusión".
Juan Bautista Scaramelli del Instituto Superior de Teología de las Islas Ca-
narias asegura "La Prudencia, dirigiendo la razón a la luz de la fe,
ha de gobernar los actos de todas las virtudes. La justicia, regu-
lando las relaciones del hombre con Dios y con los otros hom-
bres, es también virtud fundamental."

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"Descubrimos que la prudencia es la virtud que permite abrir la
puerta para la realización de las otras virtudes y las encamina ha-
cia el fin del hombre, "la felicidad"; entonces vemos su relación
con la aquella otra virtud esencial: "la caridad", y podemos decir
que estas dos virtudes son los nexos necesarios para todas las
otras". Afirma Andrés F. Espíndola, un Seminarista de Resistencia, Cha-
co.

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Lineamientos Generales
Como se describió en la propuesta se determina que los indicadores que
medirán la prudencia son: la Justicia, la Fortaleza y la Templanza.
Cada indicador contará con reguladores. Así cada indicador propuesto
(Justicia, Fortaleza y Templanza) contará con reguladores que los me-
dirán.
Para cada uno de los reguladores de los indicdadores se plantearán me-
tas u objetivos a cumplir en un determinado tiempo.
Cabe destacar que el tiempo de ejecución propuesto irá disminuyendo
cada vez que se aplique la propuesta, si ésta se cumple, ya que se creará
un hábito por el aumento en el valor de las virtudes adquiridas, lo que re-
dundará en menor tiempo propuesto para la concreción de las metas.
Las metas para cada uno de los reguladores sería conveniente se deter-
minen entre todos los integrantes de la Institución ya que facilitaría la
concreción de las mismas.
Una vez pasado el tiempo de ejecución, se evaluará si el objetivo pro-
puesto para cada uno de los reguladores fue concretado.
El total de objetivos cumplidos para cada uno de los indicadores, (Justi-
cia, Fortaleza o Templanza) será volcado en un gráfico para el análisis.
Si la cantidad de metas u objetivos concretados es mayor a la cantidad
de metas u objetivos no cumplidos, significará que el proyecto ha sido exi-
toso, lograndosé por lo tanto incrementar el valor de la Prudencia, ya que
el área encerrada por las virtudes es mayor que el área encerrada por los
vicios.

A modo de ejemplo se proponen, tres reguladores para cada uno de los


indicadores, y posteriormente se presenta el análisis para un caso ejem-
plo.

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BibIiografía

· El Sistema Filosófico de Aristóteles


letras-uruguay.espaciolatino.com/aaa/buch_sanchez_rita_maria/sistema_aristoteles.htm

· Aristóteles
http://es.wikipedia.org/wiki/Arist%C3%B3teles

· Epistemologia de la Ciencia
epistemologiadelacienciaissp.blogspot.com

· La Virtud de la Prudencia
http://www.teologiamoral.com/moralpersonal/prudencia.htm#LA%20VIRTUD

· Cultivo de la Prudencia
http://www.entretemas.com/lineai/ArticulosAnteriores/vizcaya_3.htm

· Prudencia
http://www.mercaba.org/dictm/tm_prudencia.htm

· Las virtudes y la prudencia


http://www.monografias.com/trabajos10/vipru/vipru.shtml

· La Prudencia
http://es.catholic.net/educadorescatolicos/751/2408/articulo.php?id=29382

· Suma Teológica de Santo Tomás, La prudencia


http://hjg.com.ar/sumat/c/c47.html

· Las Virtudes Cardinales


http://www.mercaba.org/Haring/527-543_prudencia.htm

· Virtudes
http://www.mensajesdelalma.org/CRECIENDO%20EN%20LA%20FE/virtud.htm

· Virtudes Cardinales
http://www.encuentra.com/articulos.php?id_sec=6&id_art=157&id_ejemplar=0

· Virtud Cardinal: La prudencia Autor: Padre Jesús Martí Ballester


http://www.autorescatolicos.org/jesusmartiballesterlavirtudescardinalespruc.htm

· Juan B Scaramelli
http://www.gratisdate.org/nuevas/directorio/

· Tomismo
http://www.opcolombia.org/estudio/prudenciatomas.html

· Prudencia
http://www.mercaba.org/VocTEO/P/prudencia.htm

· Las Virtudes
http://www.network-press.org/?las_virtudes2

· PEI como construcción colectiva


Lic. M. Romitelli, Lic. E Gaudiano

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Indice

· Objetivo 1
· Propuesta 2
· Marco Teórico que sustenta la propuesta 3
· Lineamientos Generales 8
· Reguladores propuestos para el indicador Justicia 9
· Reguladores propuestos para el indicador Fortaleza 10
· Reguladores propuestos para el indicador Templanza 11
· Ejemplo de Aplicación 12
· Bibliografía 15

Dedicado a toda mi familia,


Ani que siempre nos soporta,
El Sebi, futbolista de Play, que no usó la computadora por una semana,
La Fati, que canta canciones de Navidad en Junio y

A todo el Instituto Superior San Pablo, en especial a mis alumnos que


me recuerdan cada día que la decisión tomada hace veinte años fue la
mejor.

Marcelo Torres

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