El Hombre en El Jardín de La Delicias
El Hombre en El Jardín de La Delicias
El Hombre en El Jardín de La Delicias
Hombre
En el Jardn De las Delicias
Dios tomando consejo consigo mismo decidi crear al hombre a su imagen para luego colocarlo sobre su creacin. As que el hombre existe por la voluntad de Dios y para ejecutar sus decretos.
Contenido
pginas
Introduccin...........................................................................................................................3
Primera parte
La creacin de la humanidad
I. Precedido por el consejo Divino...............................................................................4 II. La consumacin del plan..........................................................................................4 1. El hombre un ser terrenal......................................................................................5 2. La humanidad a la imagen de Dios...........................................................................6 2.1. Objeciones del trmino imagen y semejanza...................................................6 2.2. Varn y mujer a la imagen de Dios.................................................................6 2.3. Portador del imago Dei? O imago Dei?.....................................................7 3. Diferencia entre creador y criatura...........................................................................8
Segunda parte
Introduccin El hombre es la nica criatura que cuestiona respecto al Origen de la realidad. Se pregunta, De dnde se origina la vida?; tambin cuestiona sobre la Unidad, Qu es lo que mantiene el balance y la armona de la vida? y finalmente se pregunta sobre el Destino, Dnde, finalmente, acabaremos, t, yo, y el universo? Movidos por la insistencia del interrogador que a veces somos nosotros mismos, nos vemos obligados a dar respuestas a tales cuestionamientos. Ahora surge la pregunta Cmo responder a estos planteamientos tan fundamentales? Porque ciertamente el hombre en el transcurso de la historia ha respondido ya sea apoyndose en la mitologa o en s mismo. Pero cierto es, el hombre no puede definir al propio hombre, ni saber por s mismo respecto al universo. Necesitamos entonces, un punto de partida que no descanse en nosotros mismos. Ahora Dnde encontrar ese punto de partida? Respondemos que en Dios. Dios es quien trasciende la temporalidad y por lo tanto, l es quien posee la Verdad Absoluta. As mismo, sabemos que Dios se ha dado a conocer a travs de las Sagradas Escrituras, ella es la Palabra direccional, o nuestra nica regla de fe y conducta; tambin se ha revelado por medio de Cristo, quien es la Palabra de Autoridad, el Verbo encarnado; as mismo se nos manifiesta por medio de la creacin, la Palabra Estructural, y en ltima instancia tambin nos habla por medio de nuestra consciencia. No obstante, nuestra consciencia por s misma no puede conducirnos al verdadero conocimiento debido a que hemos cado en el pecado; la creacin aunque ciertamente nos habla del poder, la bondad, la sabidura y la gloria de Dios, no tiene el poder regenerador que el hombre necesita para conocer a Dios y por ende conocer la realidad y conocerse a s mismo. Con respecto a Cristo, decimos que l se ha revelado en persona y podemos conocerlo por medio de la Escritura; por eso finalmente, la Escritura es nuestra nica regla de fe y prctica. Por medio de ella interpretamos la realidad y actuamos en la realidad, nuestra consciencia misma est sujeta a ella, y solo por ella podemos conocernos a nosotros mismos. El tema que nos ocupa en esta ocasin es respecto al rea de la antropologa. Hay muchas hiptesis que responden precisamente a las preguntas que hicimos al inicio; sobre el Origen, Unidad y Destino, pero por lo general no hacen justicia a la Palabra Escritural. La mayora de las teoras antropolgicas desarrollan un aspecto del hombre y suelen absolutizarlas, de all que se hable del hombre nicamente como un ser econmico, un ser social, un ser laboral, entre otras. Tales aseveraciones tienen parte de verdad porque el hombre acta en cada una de estas reas, pero no podemos hacer una abstraccin del hombre y analizarlo desvinculado de sus dems relaciones y seguir sosteniendo una idea integral del hombre. Por otra parte, tenemos el problema de la concepcin antropolgica escolstica. Dicho escolasticismo ha influido a la Iglesia del Seor. Y cuando de la antropologa se trata, somos ms griegos que cristianos. Debido a estos problemas, necesitamos abordar el tema desde otro punto de vista, un punto de partida que haga justicia a la Palabra Escritural y que por ende no descanse en nosotros mismos. Por tal motivo abordaremos el tema desde el punto de vista reformacional, para ello tenemos que comenzar con la Palabra de Dios la cual habla del hombre en un sentido confesional e integral. Espero que estas pginas sean de bendicin a todos los lectores y que Dios sea glorificado por medio de esta obra.
Primera parte
La creacin de la humanidad
Precedido por el consejo Divino Toda la creacin fue hecha por la palabra de Dios, pero no as el hombre quien Dios lo cre de una forma muy especial, es sorprendente examinar el libro de los comienzos el cual narra respecto a la creacin del hombre. En (Gn.1:26) encontramos la primera mencin a dicha criatura, Lit., dice: Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza: y seoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Dios, quien es el actor principal en el drama de la historia, es quien determin crear al hombre. Se observa la palabra [aah] verbo en Qal. hacer (sentido muy amplio), que tambin significa trabajar, producir, preparar, terminar; dicho verbo al estar en plural se traduce como hagamos, esta palabra ha sido tergiversada por algunos ya que han entendido que se hace referencia a un dilogo que Dios tuvo con sus ngeles antes de crear al hombre, esta hiptesis es imposible ya que esto indicara que la humanidad aparte de ser imagen de Dios tambin sera una criatura a imagen de los ngeles, cosa que no es sustentada por las Escrituras. La iglesia de Jesucristo siempre ha credo que la palabra en plural denota el dilogo que la trinidad tuvo en un consejo divino, el dilogo de Dios consigo mismo. Esto implica que la trinidad estuvo involucrada en la creacin de la humanidad prstina. Despus de analizar el plural hagamos es menester observar de igual modo lo que se afirma posteriormente. As como en un consejo terrenal se renen las personas indicadas para presentar un proyecto con objetivos determinados, de igual forma en este consejo es presentado el proyecto de, crear una criatura muy diferente a las ya existentes. Se escucha la voz; hagamos al [ adam] un trmino utilizado para, seres humanos, o para humanidad esto es posible ya que el sustantivo adam aunque describe en un sentido la masculinidad se refiere ms bien para enfatizar el concepto de humanidad. Es decir, la Trinidad estaba determinando crear una humanidad, este era el propsito por el cual el consejo trino estaba reunido en este nuevo proyecto. Qu interesante resulta esto! Dios tuvo que planear en detalle respecto a la creacin de la humanidad. Si bien es cierto el hombre no es como las dems criaturas, la Escritura nos narra de un plan antes de ser creado. Con estas palabras no se pretende afirmar que, el resto de la creacin sea producto de la casualidad, mas bien la Escritura puntualiza la importancia que este nuevo ser tendra dentro de la creacin, una criatura netamente diferente al resto de la creacin por ser imago Dei, pero a la vez, sera una criatura diseada para vivir en armona con el resto de la creacin, es decir una criatura distinta a los dems pero diseada para vivir en armona con el resto de la creacin. La consumacin del plan En el consejo Divino fue planeado la existencia del nuevo ser y la posicin que, ocupara en la creacin, ahora faltaba realizar el plan. Por eso Gnesis narra lo siguiente: Y cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre. Es decir, Dios procedi a la consumacin de su plan. II. I.
1. El hombre un ser terrenal Ahora veamos al varn en esta particularidad como criatura de Dios. Sobre la creacin del varn, (Gn.2:7) declara: Entonces Jehov Dios form al hombre del polvo de la tierra, y sopl en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Este versculo emplea el trmino [ adam] trmino que hemos utilizado para humanidad, sin embargo este trmino tambin denota al varn con relacin a la humanidad pero tambin en relacin al [adamah] suelo, tierra o campo de donde fue sacado. Las Escrituras dicen que Dios form al adam del polvo del adamah, es decir, Dios cre al primer humano del polvo del campo, en este caso el hombre es visto por Dios como un ser terrenal; as mismo Pablo entiende que el hombre en su estado prstino fue sacado del polvo de la tierra y por ello dice: El primer hombre es de la tierra, terrenal; (cf.1Cor.15:47a). El ser humano est muy relacionado con el adamah. Adn como la cabeza federal de toda la humanidad procede de la tierra (Gn.2:7), se le orden labrarlo y guardarlo (2:15), adems de ella se alimentara, y despus de la cada al experimentar la muerte regresara a ella (3:19). Entonces Jehov Dios form al hombre. Es muy probable que Dios haya creado la escultura del hombre, el verbo en hebreo nos arroja luz a creer esto, ya que dicho verbo se traduce como esculpir o formar. Adems el texto afirma que Dios sopl en su nariz aliento de vida y fue este un ser viviente; una escultura que recibi el derecho de vida a travs del soplo divino. No obstante, no debemos interpretar este texto a la luz de los maniqueos quienes afirman que el alma es una derivacin de la sustancia de Dios; lo antes dicho no es posible, ya que como declara Calvino si el alma del hombre existe por derivacin de la esencia de Dios, se sigue que la naturaleza de Dios, no solo est sujeta a cambios y a pasiones, sino tambin a ignorancia, a malos deseos, flaquezas y toda clase de vicios.1 Declarar entonces que la esencia de Dios se transfiere al hombre es una total aberracin, el hombre es una criatura hecha por Dios pero esto no lo eleva al carcter divino. En menester conocer los lmites entre creador y criatura, el hombre no es una extensin de Dios. Al crear Dios al hombre no le dio parte de su ser, en este caso no es un derivado de Dios, no es un ser divino. No hablar ms de esto ac ya que este tema lo retomar posteriormente. El soplo que Dios le dio tampoco indica que el hombre posee una esencia diferente al cuerpo, comnmente llamado espritu, ni que sta sea la parte inmortal, mas bien el texto afirma que el ser humano est llegando a ser o existir gracias al soplo divino. El soplo que Dios le dio es el derecho de existir, ya que antes solo era una escultura, sin ese derecho el hombre simplemente no es. No obstante, el texto declara y fue el hombre un ser viviente. Dicha afirmacin no supone que la escultura ya era considerado un ser viviente, porque, la escultura sin el soplo divino no es un ser viviente sino una escultura inerte. La frase y fue el hombre indicado en el texto lo describe en su estado existencial pero haciendo memoria de cuando a un no era, ya que nada puede llagar a ser si ya es. Para entender mejor esta idea observemos el siguiente ejemplo: cuando el presidente naci, los familiares festejaron. Dicha declaracin no supone que el recin nacido cuando naci ya era presidente, sino que se habla del presidente y se le traslada al momento de su nacimiento, de la misma forma puede ser
entendida la declaracin: y fue el hombre un ser viviente. En este tenor se nos presenta la maravillosa noticia sobre el origen de la humanidad. Una noticia que es interesante porque el hombre que hoy conocemos un da lleg a ser; ste ser que en un tiempo no era, hoy es y se habla de l porque Dios lo ha llamado a la existencia. 2. La humanidad a la imagen de Dios 2.1. Objeciones del trmino imagen y semejanza Luego la Escritura describe que la humanidad sera hecha a la imagen y semejanza de Dios, Lit., dice: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza. Dicho texto afirma que el hombre sera hecho a la [slem] imagen, sombra, figura, estatua de Dios; adems sera creado a la [ demut] semejanza, imagen, figura. Es decir, la humanidad sera por definicin imagen y semejanza de Dios. Referente a los trminos imagen y semejanza, a lo largo de los siglos, los pensadores cristianos han sido tentados a introducir una disyuncin entre ambos conceptos, con frecuencia afirman que imagen se refiere al estado divino concedido al hombre (datum), mientras que semejanza seala a una meta ms elevada de santidad que el hombre debe alcanzar (mandatum).2 No obstante, dicha afirmacin tiene su soporte en el dualismo filosfico. En esta concepcin, necesariamente la una debe estar subordinada a la otra, adems promueve la creencia de que el hombre tiene dones naturales con aspiraciones sobrenaturales. Calvino comentando al respecto dijo: Tambin existe una gran disputa en cuanto a los trminos imagen y semejanza, porque los expositores buscan alguna diferencia entre ambas palabras, cuando no hay ninguna; sino que el nombre de semejanza es aadido como explicacin del trmino imagen. Ante todo, sabemos que los hebreos tienen por costumbre repetir una misma cosa usando diversas palabras. Y por lo que respecta a la realidad misma, no hay duda de que el hombre es llamado imagen de Dios por ser semejante a l.3 A la par de esta afirmacin veamos lo que el mismo texto bblico declara; en el versculo veintisis se habla de crear al hombre a la imagen y semejanza de Dios, pero en el versculo veintisiete nicamente se menciona al hombre como imagen de Dios, si ambos trminos denotaran cosas diferentes, el versculo veintisiete necesariamente mencionara la palabra semejanza, cosa que no sucede en el texto. Por lo tanto, imagen y semejanza indican una misma cosa. 2.2. Varn y mujer a la imagen de Dios En el versculo veintisiete dice: Y cre Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo cre; varn y hembra los cre. El trmino [ adam] humanidad se repite en este versculo, dando a entender que Dios cre a una humanidad conforme a su imagen, hablar de humanidad es hablar de varn y mujer los cuales forman una sociedad. As mismo procede a declarar que tanto varn y hembra fueron hechos a la imagen de su creador, el hombre no es ms que la mujer ni la mujer ms que el varn, ambos son dignamente hechos a la imagen del creador. Dios fue quien coloc al varn y a la mujer en el pinculo de la creacin para ejercer su seoro en correcta obediencia. En este versculo las Escrituras especifican la diferenciacin sexual puntualizada por sus respectivas palabras. La palabra [ zakar] varn, hombre, macho; es un
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J. Spykman, Gordon. Teologa reformacional un nuevo paradigma para hacer la dogmtica p.248 Calvino, Juan. Institucin de la religin cristiana Tomo I. P.116,117
trmino que describe el gnero masculino. Por otra parte se encuentra la palabra [neqebah] mujer, hembra, trmino especfico para mencionar el gnero femenino. En resumen, afirmamos que Dios cre una humanidad a su imagen diferenciado en trminos de varn y hembra. 2.3. Portador del imago Dei? o imago Dei? Muchos han tratado de identificar la imagen de Dios en alguna parte del individuo, y por lo tanto han identificado el Imago Dei en algn aspecto del hombre. Buscar la imagen de Dios en algn aspecto de nuestra vida solo nos llevar a interpretaciones erradas, como las que J. van der Walt observa, l dice lo siguiente: 1) Algunos telogos han pensado que debe ser algo ntico (por ejemplo, su alma divina) en el hombre. 2) Otros, nuevamente, han pensado en algo que el hombre posee, lleva o tiene como, por ejemplo, ciertas caractersticas y virtudes. (por ello el hombre frecuentemente es descrito como el portador de la imagen de Dios). 3) Otros ms han visto la imagen de Dios en la tarea cultural que el hombre, nico entre las criaturas, ha recibido de Dios. 4) Un grupo posterior de pensadores ha aseverado que la imagen de Dios no debe buscarse en algo esttico o alguna caracterstica, sino en la relacin dinmica entre Dios y el hombre. 5) Algunos incluso sostienen que la naturaleza esencial de la imagen significa que los seres humanos fueron creados hombre y mujer. Estas observaciones denotan que han identificado la imagen de Dios en alguna parte del individuo, y por ello la aseveracin de que el hombre es portador del imago Dei resulta errnea. Se han olvidado que el hombre es la imagen de Dios y nunca portador de ella. Si la imagen no es algo intrnseco y solo es algo que el hombre tiene o lleva, entonces dicha imagen en algn momento puede ser abandonada. La enseanza Escritural no nos deja errar ya que ella habla del hombre como la imagen de Dios y no como un simple portador de ella. El hombre es la imagen de Dios y nunca podr abandonar la imagen como tampoco renunciar a ella, porque renunciar a la imagen de Dios es renunciar a la propiedad humana. La imagen de Dios no se localiza en algn aspecto del hombre sino que por el simple hecho de ser hombre, somos imagen de Dios. Como dice Spykman, la imagen de Dios no es un donum supperadditum, es decir, un don sobre natural que suplementa o complementa nuestro ser que de otra manera es totalmente natural. No es un detalle, agregado luego, a una naturaleza humana ya existente. Ms bien, ser humano es ser la imagen de Dios. Por lo tanto el Imago Dei describe nuestro estado normal. No seala algo que est dentro de nosotros, o a algo acerca de nosotros, sino nuestra humanidad.4 Ser imagen de Dios entonces representa nuestra hechura, el cmo estamos constituidos, nuestra gloria, as mismo nuestro santo y alto llamado en el mundo de Dios. La imagen no se refiere a una esencia diferente al cuerpo, no es afirmar que el hombre tenga un alma inmortal, y un cuerpo mortal. Mas bien como dice Walsh y Middleton Nuestra creacin a la imagen de Dios est relacionada con dos nociones bblicas importantes: nuestro dominio o gobierno sobre la tierra, y la eleccin religiosa de servir a Dios o a los dolos.5 Es decir, nuestra capacidad de responder.
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J. Spykman, Gordon. Teologa reformacional un nuevo paradigma para hacer la dogmtica p.248,249 Walsh y Middleton. Cosmovisin cristiana una visin transformadora p.40
En conclusin, afirmamos que el hombre por ser un ser humano es por definicin la imagen de Dios; por lo tanto, buscar la imagen de Dios en algn aspecto del hombre es una total aberracin. 3. Diferencia entre creador y criatura Dios es Dios y el hombre es hombre y nunca el hombre alcanzar un estatus divino, ciertamente algunos han atribuido divinidad a la humanidad creyendo que cada individuo es un dios. El hombre por causa del pecado ha sufrido crisis de identidad, se construye ideas tontas de s mismo, se atribuye divinidad, borrando con ello la frontera que le separa de su creador. Procurar ser Dios no es un pecado nuevo, esto fue el pecado por el cual fueron tentados nuestros primeros padres en el Edn, Satans dijo a la mujer: seris como Dios, sabiendo el bien y el mal. El hombre desde el principio busca a toda costa ser como su creador rehusando aceptar su lugar como criatura. Debemos tener muy en cuenta que Dios es un ser personal infinito independiente, mientras que el hombre es un ser personal finito totalmente dependiente. El hombre no es autnomo y si no es autnomo no puede ser un dios, su finitud necesariamente le obliga a reconocer su lugar. Los maniqueos crean en una derivacin de Dios, as mismo los pantestas afirman semejante cosa, en su concepcin antropolgica declaran: los hombres poseen en s mismo una chispa divina que puede ser avivada hasta convertirse en llama plena. El elemento ms noble en la creacin es el hombre, y la potencialidad ms noble en el hombre es Dios. De esa manera Dios es el smbolo del destino de toda la creacin en su mximo nivel de desarrollo.6 Mediante un proceso evolucionario los pantestas ven al hombre y a la creacin toda como real o potencialmente divinos, borrando con ello la distincin entre el creador y la criatura. Si bien es cierto, muchos filsofos han especulado respecto a la antropologa, por ej. Platn dice: el alma es ms como lo divino e inmortal, ms como lo inteligible, uniforme, indisoluble, e inmutable; mientras que el cuerpo es ms como lo humano y lo mortal, ms como lo ininteligible, y multiforme, disoluble, y mutable. El cuerpo es la prisin del alma; corrompe el alma y bloquea la habilidad del alma para conocer lo divino. Por ello el alma anhela ser liberada de su cautiverio en el cuerpo.7 Semejante a esto Toms de Aquino dijo: la humanidad fue creada con un alma racional en unin con un cuerpo, pero que tambin esta capacidad con un don supernatural de gracia. Este don dado en la creacin, le permiti conocer y amar a Dios.8 Ambos filsofos son dualistas ya que objetan creer que el hombre se constituye de dos partes distintas, alma y cuerpo. Adems sustentaron que el alma es de una derivacin divina. Y aunque el dios del que habla Platn, no es el Dios de las Escrituras, su argument sirvi para preparar un camino equvoco sobre este tema. Dios cre al hombre y le dio vida por medio del soplo. Este soplo no es una esencia divina transferida al hombre porque el hombre no es una extensin de Dios. El soplo es simplemente el derecho de vida.
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J. Spykman, Gordon. Teologa reformacional un nuevo paradigma para hacer la dogmtica p.77 Walsh y Middleton. Cosmovisin cristiana una visin transformadora p.93 8 Ibd., p.97
Dios tiene vida en s mismo pero el hombre tiene vida dependiente. El hombre sin Dios nada es, as como la sombra no es posible sin la realidad, as nosotros siendo la sombra de Dios no existimos por nosotros mismo. Cada vez que veo actuar a un hombre o cuando me considero a m mismo me convenzo de nuestra finitud. Cuando filosofamos es cuando descubrimos ms misterios, cuando trabajamos nos cansamos sin avanzar porque nuestros esfuerzos son limitados. As que nuestros pensamientos y acciones son los testigos ms cercanos que diariamente nos persuaden de nuestra finitud. Por eso, toda inclinacin de humanizar lo divino o de deificar lo humano es contrabando.9 Es una forma descarada y pecaminosa de revelarse contra el creador, ya que pretenderamos borrar la distincin existente entre el creador y la criatura.
Segunda parte
I.
II.
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hacer al hombre a su propia imagen, el Dios trino que se comunica y que ama, antes de la creacin de todo lo dems, ha creado algo que refleja su personalidad, su comunicacin y su amor.11 Por eso todo hombre con el simple hecho de actuar refleja lo que realmente es. Imagen de Dios. En este caso cada vez que un hombre se comunica con otro, sabindolo o no, aunque sea el mayor blasfemo que jams haya existido o el ateo que maldice a Dios, aun cuando maldice o dice: no hay Dios, da testimonio de lo que es Dios. Dios ha dejado un testigo de s mismo que no puede ser eliminado.12 El hombre fue creado como un ser personal, con voluntad y caractersticas que los distinguen como un ser personal, cada vez que el hombre acta en el mundo, an sabindolo o no, refleja su carcter personal. Cuando hablamos de su carcter personal hablamos tambin de su religiosidad, ya que hombre al ser imago Dei, es un ser religioso por definicin. La religiosidad es intrnseca al hombre mismo. De esto hablaremos a continuacin. 1. El concepto religin segn las Escrituras El hombre por naturaleza es un ser religioso y tiene por naturaleza en su corazn la semilla religiosa y por ende donde quiera que l acte manifestar sin duda alguna su religiosidad. La semilla religiosa es parte de la constitucin de cada individuo porque la religiosidad en intrnseca a su naturaleza. Por lo tanto, nadie puede vivir sin esa religiosidad, ni siquiera actuar, porque su religiosidad es la que le obliga a pensar, hablar, y expresarse en el mundo. Por eso que ninguno puede ser a-religioso y seguir siendo hombre. Todo hombre necesita creer en algo para luego obrar en el mundo, por tal motivo afirmamos que el hombre es religioso por definicin. Ya hemos afirmado que todo hombre es un ser religioso, pero Qu es religin? O En qu consiste esta religiosidad? Para Dooyeweerd la religin es el impulso innato de la ipseidad humana a dirigirse hacia el verdadero o hacia un supuesto Origen absoluto de toda la diversidad de significado, la cual encuentra enfocada concntricamente en s mismo.13 Es decir, la religiosidad fluye desde el ego o corazn, ya que en ello se concentra nuestra religiosidad y de all se proyecta en bsqueda de un significado de la realidad. En esta bsqueda, el hombre puede errar porque al carecer de una verdadera direccin colocar en su centro a un supuesto y no al verdadero Origen absoluto. Esta ipseidad o ego, es descrito por las Escrituras como corazn. La palabra corazn en la Escritura tiene un significado muy especial, es un trmino para referirse a la totalidad del hombre, tiene una connotacin de carcter holistas, el corazn representa el centro unificador de toda la existencia del hombre, el punto de concentracin espiritual de todo nuestro ser, el aspecto interior reflexivo que establece la direccin a todas las relaciones de nuestra vida. Es la vertiente de todos nuestros deseos, pensamiento, sentimientos, de nuestro actuar, y de toda otra expresin de vida. Es la fuente principal de la que fluye todo movimiento del intelecto del hombre, de sus emociones, y de su voluntad, como tambin toda otra facultad o modo de nuestra existencia. En resumen, el corazn es el mini-yo.14 El corazn constituye la totalidad de nuestro ser, es en este caso que el corazn indica la totalidad del hombre en la parte ms profunda de su existencia cara a cara con Dios. Dentro de la perspectiva Escritural el hombre es visto como un ser total e integral, de all que hablamos de su carcter holista (el hombre como un todo).
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A. Schaeffer, Francis. Gnesis en el tiempo y el espacio p.59 Ibd., p.60 13 Dooyeweerd, Herman. Una nueva crtica del pensamiento terico Vol. I p.52 14 J. Spykman, Gordon. Teologa reformacional un nuevo paradigma para hacer la dogmtica p.242
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Por esta causa utilizamos el concepto corazn para describir al hombre en su centro unificador de toda su existencia, porque es un trmino del todo abarcante y adems es un concepto netamente Escritural. La humanidad fue creada con esa semilla religiosa para responder a su creador personalmente. Siendo el hombre un ser religioso vive de acuerdo a su carcter religioso. Por medio de sus acciones expresa su creencia, no hay mayor testigo de nuestros credos que nuestras propias acciones, ya que todos nuestros pensamientos, palabras y acciones fluyen de nuestro corazn. La cotidianidad fructifica gracias a nuestra religiosidad, y dichos frutos son una expresin externa de una condicin interna. Religin quiere decir entrega total; esto debido a que toda nuestra vida, la existencia completa de cada individuo es de servicio, ya sea a Dios o a un dolo. El corazn es el asiento de la religin, y siendo el hombre de carcter religioso toda su existencia estar dirigida por una fuerza religiosa, no hay neutralidad en cada una de las acciones del hombre, porque no hay actividad que no sea determinada por una religin. Es por ello que con mucha razn J. van der Walt dice que nuestra relacin con Dios es total, central e integral. Total: porque abarca la totalidad de nuestra vida. Cada momento y todo lo que hacemos debe ser de servicio a Dios. Dicho de otro modo: nuestra existencia total, y no solamente nuestra vida en oracin, debe ser de adoracin a Dios. Central: Nuestras vidas deben estar centradas. En todo lo que hacemos, nuestros corazones, nuestro ser ms profundo, debe estar presente. Nuestro llamamiento religioso no es simplemente una adicin superficial; es algo radical, surge del centro de nuestro ser, desde el cual vivimos como si estuviera ardiendo. Integral: Nuestras vidas tienen que estar integradas. Debe estar claro a quien le hemos dado nuestros corazones. Los cristianos deben ser personas sin grietas, que revelan autntica integridad, porque sirven al nico Dios verdadero. Es totalmente falso decir que somos seres a-religiosos eso es como rechazar nuestra humanidad y adems es un intento de ubicarnos en una escala gris o neutral. Esto es totalmente imposible porque como ya hemos afirmado, nuestra religiosidad es intrnseca a nuestra constitucin. Nuestra religin nos hace obrar en el mundo, cautiva nuestro corazn de tal forma que nos hace actuar con temor, temblor y curiosidad. Dios se dirige al hombre hablndole directamente al corazn y le dice: Dame, hijo mo, tu corazn, y miren tus ojos por mis caminos.(cf.Pr.23:26). El corazn es el punto cntrico de la religin en nuestra existencia, el hombre es esencialmente religioso, toda su vida es religin, y la religin, centrada en el corazn, es el aspecto responsivo de nuestra relacin contractual con Dios. Consecuentemente, la religin de corazn, involucra todo aspecto del hombre global desde su ser ms ntimo hasta sus extremidades ms remotas. Porque del corazn mana la vida (Prov.4:23.)15 El corazn es el centro del hombre. Por ello, cuando la Biblia habla del concepto corazn, sirve para referirse al hombre en el centro de su personalidad, el punto donde convergen todas sus acciones y de donde fluyen todas sus obras.
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Ibd., p.242
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Hablar de religin no es hablar de actividad cultica, la actividad cultica es un momento de adoracin comunitaria exclusivo en una esfera y siendo sta una esfera diferente tiene su expresin particular. Sin embargo, la religin se expresa en todas las esferas de la vida incluyendo la cultica. Por lo tanto, donde quiera que el hombre acte all manifestar su religin, por eso es total; adems es central porque fluye de lo ms profundo de su ser; as mismo es integral ya que nuestra adoracin debe ser exclusiva a Dios, no podemos simular adorar a Dios y actuar contra su voluntad, porque el que no est con l es contra l y el que con l no recoge, desparrama. El hombre no tiene un llamamiento religioso suplementario a su humanidad, su existencia completa es servicio, ya sea a Dios o a un dolo; en este caso no hay neutralidad, o servimos al Dios vivo y verdadero o vivimos en apostasa, adoramos al Dios vivo y verdadero o adoramos a un dios inerte y falso producto de la especulacin humana. Hablar del tema de la religiosidad del hombre nos obliga hablar del tema del pacto ya que sin pacto no hay religin. Por tal motivo en este pequeo apartado abordaremos este punto. 1.1. La humanidad en el pacto Dios cre al hombre con la habilidad responsiva. Es decir, con la habilidad o capacidad de responder a su Seor. Por naturaleza el hombre es un ser personal finito, en relacin personal con el Dios personal infinito. Esto es posible porque Dios mismo llam, a la humanidad a entrar a una relacin de pacto, y por medio de este pacto el hombre tiene esa relacin personal con su creador; ante Dios tiene una relacin de siervo y por ende es un ser personal que responde a Dios obediente o desobedientemente. Por tal razn. No podemos no responder. Vivimos nicamente en la relacin de pacto con nuestro Hacedor. Existimos nicamente en respuesta a su gobierno soberano.16 Tampoco somos criaturas neutrales porque hablar del pacto es hablar de nuestra religiosidad, entonces no somos seres neutrales en relacin a l. O adoramos a Dios o a un dolo. No hay escala gris. Porque si nuestras vidas no son una expresin de nuestro amor hacia l o dicho de otra forma, si no son en respuesta obediente a l, entonces sern respuestas en rebelin contra su majestad. Hablar del pacto es hablar de nuestra religiosidad porque sin pacto no hay religin, ya que religin denota una obligacin consciente en relacin al cumplimiento a un deber. En este caso, el hombre tiene el deber ante Dios por ser su socio, por ello las Escrituras no hablan del hombre en s mismo, de forma abstracta, siempre se refiere a l como un ente religioso (Dios hablando a su corazn). Sin el pacto, es imposible la relacin entre Creador y criatura, es imposible la comunin consciente entre el hombre y Dios, tampoco es posible el intercambio de amor y fidelidad. Solamente a travs del pacto es donde el hombre es invitado a entrar en esa comunin con Dios. Adems, en este pacto, Dios se hace responsable de cumplir su promesa, ya que dicho pacto fue iniciativa de Dios, y la promesa de Dios elev al hombre al rango de socio. Si Dios ha llamado al hombre a ser su socio es por consiguiente que se le exija cuentas de sus acciones. Hay dos personas dentro del pacto, porque un pacto es, despus de todo, un acuerdo entre dos partes, en que se expresan los derechos y las obligaciones. En este caso el hombre se encuentra involucrado en este pacto. De Graaf dice: cuando Dios cre al hombre, su propsito era hacer algo ms que un instrumento: hizo una criatura capaz de
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responderle. Solamente si el hombre era capaz de responder a Dios sera capaz de asumir la condicin de un socio en un pacto.17 Esta habilidad responsiva es claramente reconocida en el concepto del pacto ya que sin pacto, el hombre sera meramente un instrumento en la mano de Dios, pero Dios hizo al hombre totalmente responsable. Es en este pacto donde Yhwh invita al hombre a entrar en una relacin de Seor y socio. Cada texto donde se especifica el llamado de Dios al hombre a dominar sobre la creacin es tambin, un llamado a entrar en ese pacto ya que el pacto incluye una tarea cultural para el hombre. Yhwh como Seor, se compromete a cumplir su promesa, y el hombre se beneficiara de esa promesa. Sin embargo, la obligacin de su parte corresponde al hecho de ser socio. El hombre sera un socio que se beneficiara en este pacto porque a travs de ello Dios se comprometi con la humanidad, porque sin el pacto no habra sino requisitos de parte de Dios, y solamente obligaciones de parte del hombre. Pero tan pronto como Dios haca una promesa al hombre, el hombre tambin tena un derecho en cuanto a Dios, es decir hacer a Dios responsable de dicha promesa. Pero no perdamos de vista que Dios no fue obligado a entrar en ese pacto sino que de su soberana voluntad decidi hacerlo. As que al final de todo, el hombre no puede pedir de Dios otra cosa sino nicamente aquello que Dios decidi compartirle. 2. El concepto de oficio segn las Escrituras El hombre es un ser multidimensional. Es decir, es un ser muy complejo y muy amplio en sus relaciones. Con el trmino multidimensional queremos indicar su personalidad expresada en las diferentes esferas de la vida. El hombre es la nica criatura diseada para responder a su creador a travs de su oficio y solamente puede expresarlo dentro de las esferas existentes. 2.1. El hombre un ser multi-dimencional La humanidad posee una rica y variedad de talentos, de all que acte en diversas esferas de la vida, una misma persona puede cumplir la funcin de padre de familia, de abogado, de mdico, de esposo, de alumno, etc. Cada una de estas funciones no se contradicen entre s, mas bien esta red de funciones hacen que el hombre sea lo que es y se exprese tal como l es. Cada una de estas relaciones forman el campo de accin en el cual el hombre puede expresarse. En muchas ocasiones se pretende definir al hombre por lo que hace y no por lo que es, y debido a ello suele confundirse el ser con el quehacer. Al decir verdad, no es lo que hacemos lo que define lo que somos porque la razn de nuestra existencia solo es definida por el creador. El hombre no se define por lo que hace ni por lo que cree de s mismo sino por lo que Dios dice respecto a l. Apelamos a esta parte importante porque no dudamos que el hombre es la nica criatura que hace preguntas de s mismo. Sobre Quin soy? Dnde estoy? Para qu estoy ac? Qu est mal? Y si algo est mal Cul es el remedio? Y finalmente Cul es mi destino? Estas son preguntas que han llevado al hombre a una fatigosa tarea de investigacin, que a travs de la historia nosotros mismo hemos sido testigos. Es cierto, que el hombre ha pretendido responder a tales cuestionamientos pero al carecer de la luz del evangelio ha respondido fallidamente. Volvamos al tema, si definimos a una persona por lo que hace nos encontraremos en grandes problemas porque resultar que una misma persona acta en muchas facetas de la vida, y entonces Cmo lo
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definimos? Van der Walt, encuentra esta misma dificultad y por ello define tentativamente al hombre como una muy compleja y dinmica configuracin de una variedad de funciones dirigidas religiosamente en el centro de todas sus acciones.18 Dicho escritor reconoce que el hombre acta en muchas reas de la vida, y por consiguiente cada definicin del hombre dice l, estara incompleta. Sin embargo, observa que todas estas funciones fluyen del centro religioso del hombre, de su corazn. El corazn, el ego o el mini-yo, es el punto de concentracin de todas las funciones las cuales se expresan en el cosmos. Una de las formas que sirve para representar el corazn del hombre, es el ejemplo del prisma. Una sola luz cuando traspasa un prisma se trasforma en un abanico de colores. El prisma representa el corazn del hombre porque as como la luz se convierte en un abanico de colores claramente relacionados, as el corazn del hombre que es el mini-yo hace brotar de s mismo una diversidad de oficios expresados en las esferas modales. Esto es posible porque en el corazn se concentra todas nuestras funciones, del corazn brotan todo tipo de pensamientos, palabras y acciones. As como el abanico de colores es la expresin de la luz que se refracta al traspasar el prisma, as es el hombre cuando se expresa en los espectros de la temporalidad csmica. As que en el espectro total de nuestra actividad cultural hemos de demostrar el gobierno de Dios puesto que somos hechos a su imagen. Espero que el ejemplo anterior sea comprendido de forma ms clara mediante la siguiente representacin. Para ello tomar como referencia a una persona redimida y el corazn es la representacin del hombre total. Pstica tica Jurdica Esttica Econmica Social Lingstica Histrica Tcnica Analtica Recreativa Psquica Bitica Fsica Cinemtica Espacial Aritmtica
E.S.
Dios usando su Palabra y por obra del Espritu Santo, lleva al creyente en Cristo a la primera confesin, a eso llamamos macro-confesin porque esta es una confesin ms amplia (Jess es mi Seor). No obstante, hay una segunda confesin de carcter ms
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particular a ello llamamos micro-confesin es una confesin particular ya que cada persona expresa personalmente en las esferas modales lo que en la macro-confesin ha confesado. En este caso el cristiano confiesa a Dios en cada una de las esferas modales. Las esferas modales son el campo de accin del hombre en su tarea cultural. 2.2. El mandato cultural El dominio del hombre sobre la creacin radica en que ha sido hecho a imago Dei, por tal motivo, se le ha dotado de capacidad para semejante oficio. En este espacio se hablar respecto al oficio de la humanidad con la cual honrara a su creador al cumplir el mandato cultural, ya que no hay otra forma de servir a Dios que cumpliendo con la tarea cultural pero todo bajo el orden dado por Dios. Para hablar de este tema es menester enfatizar primariamente (Gn. 1:26) donde encontramos la idea para dicho mandato. 26 Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y seoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Ya se ha dicho que la palabra hombre dentro del versculo veintisis y veintisiete es sinnimo de humanidad. Por tal motivo decimos que tanto varn y hembra son imagen de Dios y por ende a ambos corresponde la bendicin y el mandato de llenar la tierra, de seorearla, y el de dominar sobre ella. Antes de ser el hombre un ser existente Dios haba determinado el lugar que ocupara en su creacin. Luego entonces cre al gnero humano colocndolo en un mundo de relaciones y as cumplir con una tarea especficamente encomendada, (la tarea consiste en desarrollar la cultura para la gloria de Dios). Ciertamente el hombre es un virrey pero con una total responsabilidad ante su Rey Absoluto. El llamamiento al trabajo cultural, representa nuestro ms alto y santo llamado. Dicho Status quo original estriba en la voluntad Soberana, esto con la finalidad de llevar al hombre a ser su inmediato colaborador. Por lo tanto, es una posicin de una criatura sumisa y obediente que realizara su oficio en perfecta obediencia a su creador. Luego el texto dice: Y seoree un verbo derivado de [radah] verbo Qal activo que significa dominar; en Hifil someter. Este verbo indica que el hombre sera colocado como virrey de la creacin o mejor dicho, como el seor sobre la creacin. Basado en este libre decreto, el hombre fue creado para cumplir el oficio que Dios con anterioridad haba determinado. El hombre fue puesto para seorear sobre los minerales y sobre toda clase de animales. Esto declara gnesis 1:26 cuando dice: Y seoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Es decir, todos los animales de diferentes especies, ya sean voltiles, terrestres, acuticos, o reptiles, todos ellos estaran bajo su cuidado y seoro. Dicho seoro tambin se extendera al reino vegetal. En el versculo veintinueve encontramos la siguiente expresin Y dijo Dios: He aqu que os he dado toda planta que da semilla, que est sobre toda la tierra, y todo rbol en que hay fruto y que da semilla; os sern para comer. En este caso parte del dominio del hombre es la utilizacin de las plantas para su provecho. Pareciera ser que hasta estas alturas el hombre tendra que alimentarse nicamente de las plantas, an no hay indicios sobre el uso de la carne como alimento, esto indicara la buena relacin del hombre con el reino animal. 16
Hasta este punto vemos que la libre determinacin de Dios sobre el hombre es totalmente maravillosa porque nadie ocupa un lugar semejante. Pero para tal efecto la humanidad recibi la bendicin de su creador, el versculo veintiocho, dice: Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y seoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra. La explicacin del trmino bendecir es indispensable en este texto ya que ocupa un lugar especial en el relato bblico. La palabra hebrea que se utiliza para bendecir es derivado del verbo [ barak] verbo Piel La cual se traduce cmo bendecir, o alabar. Ya se ha hecho mencin anteriormente que este verbo es utilizado en el captulo uno versculo veintids con referencia a los animales, Y Dios los bendijo, diciendo: Fructificad y multiplicaos, y llenad las aguas en los mares, y multiplquense las aves en la tierra. Sin embargo, en el versculo veintiocho la bendicin es dirigida a la raza humana, dicha bendicin tiene un doble significado puesto que fueron bendecidos para ser fecundos, pero a la vez para ser habilitados en su tarea cultural. Sin la bendicin de Dios el hombre no puede ni siquiera mover un solo dedo en lo que respecta al cumplimiento de su tarea. De all que acertadamente De Graaf mencione: Ahora el mundo deba responder haciendo fructificar todo aquello que Dios haba creado en forma de semilla. Esta respuesta dependa en primer lugar, y sobre todas las cosas, del trabajo del hombre. Pero el hombre sera incapaz de alcanzar la meta que Dios se haba propuesto, si Dios no daba al mundo, y especialmente al hombre, su bendicin y su compaerismo.19 As que, la bendicin de Elohim es la licencia para hacer posible el desarrollo cultural dentro de la temporalidad csmica. Dicha labor es de carcter comunitario, varn y hembra fueron llamados para dominar la creacin; de all que afirmamos que el mandato cultural tiene un carcter social o comunitario, por eso debido a que Adn y Eva solo eran dos, Dios les dice que sean fructferos, que se multipliquen y que llenen la tierra. La cultura entonces est slidamente basada en la sociedad. Nuestra humanidad, a la imagen de Dios, es esencialmente una cohumanidad. Somos seres socioculturales, llamados por Dios a trabajar juntos en el desarrollo y cuidado de la creacin.20 De all que, la sociedad en comunidad debe desarrollar una cultura que honre a Dios. La primera palabra de Dios dirigida al hombre se registra en estos versculos y ha llegado a conocerse como el mandato cultural Spykman comenta respecto a esto cuando dice: Dios manda a la humanidad, como socios menores a unirse a l como colaboradores en la tarea de proseguir la obra en el mundo.21 Tambin Hoekema habla especialmente del versculo veintiocho y dice: Al dar su bendicin, Dios promete hacer posible que los seres humanos se propaguen y tengan hijos que llenarn la tierra; tambin promete hacer posible que sometan la tierra y que tengan dominio sobre los animales y sobre la tierra misma. Si bien estas palabras se las llama bendicin, tambin contiene un mandato o mandamiento. Dios ordena que sean
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De Graaf S.G. El pueblo de la promesa p.37 Walsh y Middleton. Cosmovisin cristiana una visin transformadora p.41 21 J. Spykman, Gordon. Teologa reformacional un nuevo paradigma para hacer la dogmtica p.285
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fructferos y que tengan dominio. A esto se le suele llamar el mandato cultural: el mandato de dominar la tierra para Dios y desarrollar una cultura que glorifique a Dios.22 La bendicin es como la licencia para ejercer el oficio encomendado, pero a la vez es un mandamiento que el hombre debe acatar. Con gran razn hablamos ac del mandato cultural, el mandato de involucrarse en el desarrollo de la cultura. Hablar de la bendicin como un mandato nos involucra activa y responsablemente en el desarrollo de la cultura, al no hacerlo estaramos fallando a nuestro llamado. El mandato cultural engloba dos cosas muy importantes, la multiplicacin de la raza humana y nuestro oficio. Y los bendijo Dios, y les dijo. Dios no solo los bendijo sino que l mismo les declar su voluntad y lo expresa de una forma directa. La expresin y les dijo, encierra la idea de un llamamiento, un llamamiento a la humanidad para ser su socio. El verbo hebreo [ amar] la cual en Reina Valera 1960 es traducida como decir, tiene la idea de llamar. Si utilizamos sta traduccin, el texto dira: Y los llam Dios. Es decir, Dios es quien llam a la humanidad a un trabajo especfico dentro de su creacin. Esta pequea frase es de gran importancia, porque sin un llamado especfico el hombre sera un intruso en el mundo de Dios. No obstante, la humanidad no es un ser que se entromete en la creacin porque Dios mismo lo llam. En primer lugar lo llam para reproducirse y en segundo lugar para ejercer autoridad sobre el resto de la creacin. Por esta razn afirmamos que la humanidad cumple su labor en el mundo por llamamiento. Entonces, la humanidad tiene un oficio por llamamiento y a causa de este llamamiento cada persona de acuerdo a su vocacin tiene que ejercer su oficio. El dominio mismo es intrnseco a la imagen de Dios en el sentido de que el hombre siendo creado a imagen de Dios est colocado entre Dios y todo lo que fue puesto bajo su autoridad. Al mismo tiempo la humanidad al ser creada a la imagen de Dios, tiene la responsabilidad de preocuparse conscientemente de todo lo que Dios le puso bajo su cuidado. Esto implica que el hombre no solo tiene el gran privilegio de estar colocado como virrey sobre la creacin sino que al mismo tiempo es el inmediato responsable sobre la creacin y de ella un da tendr que dar cuentas. En el texto bblico antes mencionado se encuentra la idea de oficio, el concepto de oficio no es una abstraccin a un aspecto de la vida, por el contrario es una palabra que engloba todo el quehacer del hombre; al respecto Spykman dice: oficio se refiere a la administracin por parte del hombre de todo el mundo que Dios le ha dado para su administracin. El relato de la creacin afirma claramente que Dios puso al hombre sobre el mundo para gobernarlo en obediencia a su hacedor. Que el hombre, como vice-regente de Dios, sea el administrador del mundo no es una mera nocin de la gente ms primitiva; este concepto fue la esencia de la fe del pueblo hebreo de Dios que tom la idea de la revelacin divina.23 El oficio que el hombre desempea est intrnsecamente ligado al hecho de ser un ser humano. Es ms que una mera funcin, es un asunto de identidad personal y comunal, no es un asunto de eleccin, es ms bien un hecho que define nuestra humanidad misma. Dios cre al hombre a su propia imagen y semejanza como administrador para gobernar la tierra. El hombre es la nica criatura con semejante responsabilidad y cumplir con ello era la forma en el que Dios sera glorificado.
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Hoekema, Anthony. Creados a imagen de Dios p.31 J. Spykman, Gordon. Teologa reformacional un nuevo paradigma para hacer la dogmtica p.256,257
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Un texto ms que describe la mayordoma de la humanidad es (Gnesis 2:15) Tom, pues, Jehov Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edn, para que lo labrara y lo guardase. Pongamos atencin a los verbos labrar y guardar ya que estos verbos denotan acciones fundamentales en el desarrollo de la mayordoma. El verbo labrar se deriva del hebreo [abad] y puede ser traducido tambin como trabajar o cultivar. El verbo guardar derivado de la raz hebrea [amar] es sinnimo de cuidar, conservar, preservar, encargarse de, y reservar. Esta ordenanza de cultivar y cuidar es una necesidad que la misma creacin demandaba, Gnesis 2:5d dice: ni haba hombre para que labrase la tierra. La creacin misma solicitaba al hombre ya que sin su presencia, la tierra carecera de sentido. El origen del hombre no es fortuito e indefinido, la creacin misma solicitaba su presencia puesto que Dios as lo haba diseado y por ello Dios cre al hombre, lo tom y lo puso en el huerto de Edn para que lo cultivara y lo guardara. Dios mismo fue quien coloc al hombre en el mundo para desarrollar una cultura, el hombre se le dio el mandato de cultivar la tierra teniendo la nica advertencia de cuidarlo. Los verbos labrar y guardar son palabras centrales en el desarrollo de la cultura, ambos son aspectos de vital importancia, exaltar uno por encima del otro es entorpecer el orden que Dios ha impuesto. Si nicamente tratamos de guardar la creacin sin cultivarla, nos volveramos estticos y simplemente no podramos vivir y an ms sin cultivarlo no seramos verdaderos guardas. Pero veamos el otro aspecto, cuando el hombre nicamente cultiva sin la responsabilidad de guardar, la creacin y la sociedad son afectadas gravemente y el desarrollo cultural es entorpecido. Por lo tanto, labrar y guardar son mandatos divinos fundamentales que equilibran el desarrollo cultural. Aqu hay una demanda y es la demanda de ejercer un oficio responsable. Adn no fue colocado en una cultura desarrollada porque su tarea consista precisamente en eso, desarrollar la cultura y presentarla finalmente a su creador, de all que, los trminos labrar y guardar sean fundamentales. Adems debemos ser honestos y justos en esto; ningn hombre por insignificante que parezca estar por dems en el mundo de Dios, para todos hay un lugar, todos somos tiles. Por eso todo hombre que no cumple con el desarrollo cultural comete agravio a Dios. Ningn hombre debe estar ocioso en la via del Seor. Debo afirmar que el hombre tiene un seoro otorgado, mientras Dios un seoro Absoluto. De all que, el seoro del hombre no anula el Seoro de Dios porque como gobernador Soberano entrega autoridad a quien quiere sin que sea reemplazado. Dios sea honrado en todo, porque l es quien gobierna, preserva y ejerce control Absoluto sobre el cosmos. 2.3. Autoridad, responsabilidad y servicio en el concepto de oficio El oficio implica autoridad, responsabilidad y servicio. Por lo fundamental que esto resulta abordaremos el tema en estos instantes. Considrese el primer aspecto del oficio; es decir, la autoridad. Cuando hablamos de autoridad en el oficio nos referimos a dos cosas especficamente. En primer lugar, autoridad implica conocimiento de la voluntad de Dios en un hecho concreto. Nadie que desconozca la voluntad de Dios es apto para ejercer autoridad en un rea especfica. El conocimiento de la voluntad de Dios es la base para el ejercicio de un oficio exclusivo. Sin este conocimiento ningn oficio ser bien desarrollado. Ninguna persona es enviada a curar enfermos si antes no ha estudiado medicina. De qu forma 19
entonces el hombre podr agradar a Dios en el ejercicio de su trabajado si antes no conoce su voluntad? Spykman reconoce que el oficio no es un derecho sino una tarea encomendada, algo que nos ha sido otorgado, por lo tanto, no debemos actuar autnomamente, sino como representantes del dador de cada tarea perteneciente al oficio.24 Pero Cmo podemos actuar como representantes del dador de nuestra tarea sin conocer su voluntad? Esto entonces nos obliga a conocer y a reconocer a Cristo en nuestro campo de accin. La finalidad de nuestro trabajo debe ser en primera instancia, glorificar a Dios y luego el servir a nuestro prjimo. En segundo lugar, autoridad es la accin realizada en conformidad con la voluntad de Dios en un caso especfico o esfera especfica. De nada sirve conocer la voluntad de Dios si en las acciones concretas su nombre es blasfemado. No los ms grandes conocedores son los ms grandes hacedores. El conocimiento de la voluntad de Dios es indispensable y necesario para cualquier oficio, pero la accin realizada en obediencia a l es lo que Dios finalmente exalta. Por lo tanto, las acciones que cada individuo realice deben estar en conformidad a la Palabra de Dios, al no ser as, seramos apostatas en nuestros oficios. Tanto para el conocimiento de la voluntad de Dios y la aplicacin de la misma se requiere la participacin del Espritu Santo el cual en primer lugar, abre el entendimiento de la persona dndole conocimiento de la Ley de Dios y as mismo lo gua a una prctica de vida en conformidad a dicha Ley. En este momento hablaremos de la autoridad del hombre. Y comenzamos afirmando que alguien con autoridad es alguien que conoce y cumple la voluntad de Dios. No hablo ac de un cumplimiento Absoluto puesto que el hombre aunque siendo redimido sigue estando sujeto a las condiciones humanas y en su ejercicio diario todava estn los matices del pecado. Sin embargo, quien desconoce la voluntad de Dios no podr ni querr agradar a Dios. Conocimiento y cumplimiento de la voluntad de Dios en nuestros oficios son dos cosas que se unen para un mismo fin, (Dar a Dios la Gloria). En cada esfera Dios ha dado autoridad al hombre, una autoridad que es posible por su mandato divino. Pero esta autoridad solo podr ser posible a la medida del conocimiento y cumplimiento de las normas establecidas en las Santas Escrituras. Una persona que desconozca la voluntad de Dios y por ende no se ajuste a las normas divinas, no tendr autoridad, nicamente tendr un deber encomendado. Toda labor que no se ajuste a las normas que Dios ha impuesto queda sin sentido. Por lo antes dicho, cada individuo solo tendr autoridad a la medida que conozca y aplique la voluntad de Dios en un hecho concreto. El segundo aspecto del oficio es la responsabilidad La responsabilidad necesariamente es, responsabilidad orientada, normativa y estructurada. Responsabilidad orientada. Responsabilidad orientada indica que el foco de atencin en nuestros oficios es nicamente Dios. El hombre es responsable ante Dios sobre cmo ejerce su oficio. En este caso la responsabilidad orientada se centra en Dios a quien son dirigidas nuestras acciones; aunque en este caso se reconoce a las autoridades terrenales a quien respondemos en ciertas maneras. No obstante, el foco central de nuestro oficio es
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en responsabilidad hacia Dios, en consecuencia a ello habr conformidad tambin con nuestros semejantes. Responsabilidad normativa. En este sentido se reconoce que la responsabilidad est sujeta a normas y principios, estas normas fluyen de Dios y de acuerdo a ellas tenemos que cumplir nuestra responsabilidad. Responsabilidad estructurada. La responsabilidad es estructurada porque tiene sus propias caractersticas en cada relacin social. Este tipo de responsabilidad observa caractersticas propias en cada relacin social, esto implica entonces que no todas las relaciones se dan de la misma forma. No es la misma relacin que tiene un profesor en el aula de clases, con la relacin que mantiene como miembro de la sociedad; esto es posible ya que en una relacin ms general la responsabilidad se extiende. El tercer aspecto del oficio es el servicio El oficio tambin involucra servicio, esto implica que el oficio no es para servirse, sino para servir a los dems, por eso Spykman declara: usar el oficio para prestigio o promocin personal, para auto-gratificacin o auto-engrandecimiento, es una distorsin de la idea bblica de oficio.25 Dios ha dado al hombre un oficio para que a travs de la habilidad de cada individuo en particular, la humanidad sea prosperada y logre su realizacin. No debemos perder de vista esta parte fundamental porque de lo contrario nuestra vocacin se ver eclipsada por otros intereses. Todo trabajo que busca servir al prjimo tiene verdadero sentido porque se fundamenta en la Palabra-Ley-Escritura; no as aquella actividad que busca la auto-complacencia. 3. El concepto del matrimonio segn las Escrituras 3.1. Diferenciacin e igualdad en ambos gneros Tanto el varn como la mujer fueron creados por Dios; sin embargo, ambos son diferentes entre s, difieren en gnero, tiempo, mtodo y circunstancia. Al hablar de gnerotiempo-mtodo-circunstancia indica que el varn desde el principio tiene una particularidad especfica e inconfundible, pero as mismo la mujer. Ambos son diferentes en su constitucin sexual, he all la dualidad varn y mujer; en cuanto al tiempo, se reconoce que la creacin de ambos fue dado en un tiempo diferente, el varn fue creado primero luego la mujer; referente al mtodo que Dios utiliz para la creacin de la mujer no fue la misma en el caso del varn, primero form al varn del polvo de la tierra, despus a la mujer teniendo como recurso el cuerpo del varn; finalmente se nos explica el aspecto circunstancial de ambos, el varn fue creado siendo la primera persona, no as la mujer que fue en correspondencia a la soledad del varn. Ambos son diferentes en esta constitucin ms general de donde se desprenden algunas diferenciaciones de carcter ms particular, por ej., el aspecto de los roles, gustos, sentimientos, etc. Por lo tanto, hablar de una humanidad es hablar de una diversidad en armona donde cada individuo tiene una particularidad especfica e inconfundible. La igualdad de ambos gneros estriba primeramente sobre el cmo han sido constituidos y en segundo lugar sobre la responsabilidad que le deben a su creador. Ambos son humanos que se integran pero que juntos son responsables ante su creador. Por lo tanto, hay una igualdad por ser ambos imagen de Dios y por estar colocados en una tarea cultural.
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3.2. Llamados a complementarse Ciertamente, Adn fue creado antes que la mujer, pero no permanecera as para siempre, porque en los planes de Dios la mujer era una pieza necesaria. De all que el creador diga: No es bueno que el hombre est solo; le har ayuda idnea para l. Esta expresin indica que Dios desaprob la soledad del varn. Esto es as porque el hombre fue diseado para vivir en comunidad, pero mientras l se mantuviera solo no poda expresarse como un ser social, porque en Adn no exista la relacin vivencial que la humanidad disfruta actualmente, adems le era imposible cumplir el mandato cultural al cual fue llamado; sin la mujer en el mundo es todava una creacin incompleta. Los planes de Dios no se podran realizar sin su presencia en el escenario creado. Respecto a la creacin del gnero femenino, Gnesis 2:18 declara lo siguiente: Y dijo Jehov Dios: No es bueno que el hombre est solo; le har ayuda idnea para l. Maravilloso es Dios quien primeramente hizo sentir al varn la necesidad de una compaera para luego mostrarle su misericordia al crearle para s una mujer. La soledad que el varn experimentaba no era por estar ubicado en un mundo vaco, ya que Dios haba llenado la tierra con toda clase de plantas y animales. La soledad que Adn experimentaba, indica la ausencia de una pareja que fuera semejante a l y por ende una compaera a su medida, ninguna criatura de las ya existentes poda corresponder a su amor, porque lo ideal an no haba llegado. Los animales haban sido creados macho y hembra. Sin embargo, el hombre careca de una compaa que fuera diferente pero a la vez semejante a l. Los versculos siguientes muestran cmo Dios quiso crear una ayuda idnea para Adn, (Gn.2:19-25) 19Jehov Dios form, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adn para que viese cmo las haba de llamar; y todo lo que Adn llam a los animales vivientes, ese es su nombre. 20Y puso Adn nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adn no se hall ayuda idnea para l. 21Entonces Jehov Dios hizo caer sueo profundo sobre Adn, y mientras ste dorma, tom una de sus costillas, y cerr la carne en su lugar. 22Y de la costilla que Jehov Dios tom del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. 23Dijo entonces Adn: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; sta ser llamada Varona, porque del varn fue tomada. 24Por tanto, dejar el hombre a su padre y a su madre, y se unir a su mujer, y sern una sola carne. 25Y estaban ambos desnudos, Adn y su mujer, y no se avergonzaban. Hay una frase que debemos explicar, Lit., dice: mas para Adn no se hall ayuda idnea para l. Dentro de ste tejido lingstico encontramos la frase [ lo masa] no se hall. sta palabra tiene la idea de buscar agotando todos los recursos sin haber encontrado lo buscado. Ningn ser dentro de la creacin poda llenar la necesidad del varn, Cun importante es entonces la mujer! porque su existencia fue una solicitud del propio varn; no fue un agregado extra, sino una pieza indispensable en la creacin. Aunque el hombre disfrutaba de su oficio y de la compaa de los animales, l mismo sinti la necesidad de una compaa diferente a las ya existentes. De acuerdo a la estructura gramatical, claramente observamos al hombre realizando el oficio de poner nombre a todos los animales, y luego se nos dice que para l no se hall ayuda idnea, esto indica que no haba ningn animal que pudiera responder al amor en el corazn del hombre. Esto hizo que el hombre comprendiera su necesidad de otro ser humano, que tambin fuese humano,
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y sin embargo, distinto a l.26 Por tal motivo Dios llen esta necesidad cuando del costado del varn, hizo una mujer y por proceder el propio varn correspondera a su necesidad. As mismo pondremos especial atencin a los versculos siguientes ya que en ellos se especifica la creacin del gnero femenino como algo intrnseco al varn, adems se narra la respuesta del varn ante la llegada de la mujer. El relato bblico declara que Dios hizo que Adn durmiera profundamente ya que Dios creara a la mujer, no del polvo de la tierra sino del propio cuerpo de Adn. La Escritura dice que mientras Adn dorma Dios tom una de sus costillas, y cerr la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehov Dios tom del hombre, hizo una mujer. La palabra que se usa en el versculo veintiuno para costilla es [sela] la cual se traduce como costilla, lado o costado. De acuerdo al contexto del mismo texto es preferible utilizar la palabra lado o costado, lo cual indica que Dios haya tomado no el hueso solamente sino que al referirse al costado de Adn implica que Dios tuvo que tomar la piel, la carne, incluyendo una parte del hueso del costado del hombre. Es decir, al referirnos a costilla nos limitamos a pensar que Dios haya utilizado solo el hueso, pero el texto se refiere al costado de Adn, el cual incluy no solo carne y hueso, sino tambin sangre, piel y entre otras propiedades del cuerpo humano. Es posible creer esto ya que Adn mismo al referirse a la mujer dijo: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne dando a entender que Eva fue sacado de su cuerpo, y que no solo proceda de sus huesos sino an de su carne. Esta declaracin es un poema de amor y de aceptacin pero a la vez declara la procedencia de la mujer como algo intrnseco al varn, inclusive el trmino varona se utiliza para referirse al gnero femenino como procediendo del varn, porque del varn fue tomada. Todo esto no indica que la mujer sea de menor valor ms bien lo eleva a una igualdad, por lo tanto, el hombre que desprecia a su mujer a s mismo se desprecia. Al crear Dios a la mujer del cuerpo varonil lo estaba colocando a la misma altura, con una misma dignidad ante l, si la mujer hubiera sido creada de otra forma y de otra parte, es muy probable que el hombre con mayor razn la subestimara. Si bien es cierto que el malvado corazn del hombre se entorpece de tal forma que muchas veces subestima a su esposa, creer que la esposa es de menor valor es como escupir al cielo el cual no tardaremos en darnos en la propia cara, ya que es hablar de nosotros mismos. Dios cre a la humanidad en dos gneros claramente definidos y as mismo bendijo la actividad sexual e indic la importancia de la relacin conyugal dentro de su plan y reiteradamente repiti estas palabras a las generaciones posteriores, (cf.Gn.8:17; 9:1,7). La sexualidad es vista como parte importante dentro de la creacin de Dios, la relacin del hombre y la mujer no es una maldicin para la humanidad sino una relacin calificada con la distintiva bueno en gran manera. Es entonces razonable afirmar que cuando Dios eligi crear a la humanidad, cre el matrimonio, el ncleo social. En este caso la humanidad viene hacer un ente familiar y social. Dios no cre al varn para que viviera en soledad, Dios no hizo al hombre como individuo para permanecer slo por mucho tiempo, solo con la posibilidad de amar a Dios. Pues aunque el amar a Dios fue el propsito de su creacin, Dios rpidamente le dio una compaera como el mismo y sin embargo diferente- que inici el amor y la comunicacin
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a un nivel humano.27 El plan de Dios contemplaba la creacin de ambos gneros, porque ambos formaran la humanidad, sin la mujer en la creacin no se podra hablar de una humanidad, por eso Schaeffer dice: ciertamente el hecho de la creacin de la mujer a partir del hombre tiene una importancia filosfica muy definida, porque significa que la Humanidad es realmente una unidad.28 Aunque en el contexto que habla, refiere su pensamiento sobre cmo el hombre representa a su creador, an cuando un hombre no creyente o blasfemo se enamora, da testimonio de lo que Dios es. No obstante, ve al matrimonio como una relacin mutua, es por lo tanto coherente afirmar que el matrimonio es para l una bendicin donde ambos pueden compartir dilogo, compaa, amor, ayuda mutua etc. As mismo Hoekema dice: la orden de ser fructferos y de multiplicarse implica la institucin del matrimonio.29 Y en realidad s lo es, el matrimonio representara la multiplicacin de la raza humana, a partir de ese momento el hombre vivira en sociedad y nunca ms en soledad, en virtud del buen orden establecido por Dios la humanidad, viene hacer una red coherente de relaciones, ya sea de carcter familiar, social, poltico, econmico, etc. De muchas formas nos es imposible vivir en individualismo, como humanidad nos pertenecemos unos a otros ya que el hombre no puede ser verdaderamente humano separado de los dems. Es conveniente afirmar entonces que Dios cre a la humanidad en trminos de varn y hembra, no cre a un individuo solitario sino a dos personas que a la vez son uno, el varn sin la mujer es un ser incompleto porque solamente en la unin de ambos forman un entero. Por esta causa podemos observar que en (Gn.1:27) la humanidad tiene una expresin dual (explico, no una expresin dualista) referido en trminos de Varn y Hembra, se observa la diferenciacin sexual, cuando dice, cre Dios al adam verbo en singular, luego dice: Varn y hembra los cre, articulo en plural. Es decir, el varn y la mujer forman una unidad, porque los dos llegan a ser uno. Y los dos llegarn a ser una sola carne. Teniendo en mente este pensamiento entenderemos mejor los siguientes versculos. Por tanto, dejar el hombre a su padre y a su madre, y se unir a su mujer, y sern una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adn y su mujer, y no se avergonzaban (Gn.2:24-25). Es verdad que el varn no es completo sin la mujer, porque el matrimonio es la unin de dos personas que en ltima instancia, no son dos, sino uno solo. Es decir, solamente en el matrimonio se forma un entero donde ambos se complementan. En el matrimonio y tan solamente en el matrimonio es donde se expresa la unidad, el amor, la compaa, la ayuda, as mismo la intimidad sexual, todo bajo una relacin mutua y responsable, y solo a travs de estas expresiones los dos llegan a ser una sola carne. Despus de lo antes dicho, es conveniente afirmar que la invencin del matrimonio es de carcter divino, fue Dios quien estableci el vnculo matrimonial para la realizacin de sus planes dentro del gnero humano. Por lo tanto, no es una invencin humana, ni una maldicin por el pecado, mucho menos es un engao demoniaco, el matrimonio es parte de la buena creacin del Dios benevolente. El texto relata que ambos estaban desnudos pero no se avergonzaban Por qu el escritor no le bast afirmar que ambos estaban desnudos? Sino que adems incluye y no se
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A. Schaeffer, Francis. Gnesis en el tiempo y el espacio p.61 Ibd., p. 47 29 Hoekema, Anthony. Creados a imagen de Dios p.31
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avergonzaban. Esto puntualiza el estado de inocencia de la pareja primitiva, sirve para enfatizar que el pecado no fue parte de la creacin de Dios. El estorbo del pecado no estaba presente en la primera pareja, de all que, podan experimentar la verdadera intimidad sin el estorbo del pecado. En esta parte encontramos el pacto matrimonial como una institucin establecida por Dios, una institucin diseada para el beneficio de la humanidad y para honra de su creador. No obstante, hay mltiples factores que hacen que esta institucin pierda su razn de ser. De ello hablaremos brevemente. Dios fue quien estableci el matrimonio y lo santific, por tal motivo exige que se mantenga dentro de su orden, dentro de la armona mongama-heterosexual. No obstante, desde la cada en el pecado el matrimonio ha sido amenazado por diversos factores, ya sea por el adulterio, la homosexualidad, el lesbianismo, la poligamia, por mencionar algunas. Hoy en da estas prcticas no han desaparecido, por el contrario se observa una aceleracin abierta, brutal y descarada. Dadas estas circunstancias muchos matrimonios han llegado a la tragedia del divorcio. Tragedia? S, as es. El divorcio es visto como una tragedia porque termina con algo que no debera terminar. Dios a travs de Moiss prohibi el adulterio (cf. Ex.20:14) y quienes a pesar de la ley cometan tales actos, tendran que pagarlo con sus propias vidas. Ante los ojos de Dios el matrimonio es muy santo puesto que es la primera institucin establecida en el Edn. Por esta razn ni la poligamia, ni la homosexualidad, ni el lesbianismo tienen cabida en la mente de Dios puesto que ests prcticas son cosas que Dios ms detesta. Sin embargo, hoy en da la humanidad ha llegado al grado de favorecer estas prcticas. La filosofa del postmodernismo con su propuesta del relativismo absoluto y su hedonismo radicalista est conduciendo a la humanidad a una aceptacin de estas prcticas bajo el pretexto de la tolerancia, el derecho individual y la incompatibilidad de caracteres. Por esta causa en la actualidad es cuando estas prcticas encuentran respaldo social y jurdico. Al decir verdad, dentro de la soberana del hombre individual ningn semejante debe imponer sus criterios personales de lo contrario estara violando la soberana relativa del hombre individual. Sin embargo, Dios no est limitado a esa soberana relativa puesto que l es Absoluto, y por lo tanto sus dichos se aplican a todos los hombres, no hay objecin alguna porque sus dichos son axiomas divinos dados a la humanidad. Dios ha dado su ley para vivir en conformidad a ella y despreciarla nos conduce al campo de lo absurdo. Por tal razn, debemos tener muy en cuenta que el Seor no solo est en contra de aquellos que se pervierten, sino contra todos aquellos que atrevidamente, se toman la licencia para legislar en pro de estas maldades. Dios es el Absoluto legislador, el supremo juez y el nico rey (cf.Is.33:22) y sus leyes son dadas para ser respetadas. Ningn mortal tiene derecho para decidir qu acciones deben seguir los hombres, solo Dios tiene dicho poder sobre nosotros. No debemos errar cuando se nos ha dado una gua, no debemos procurar perdernos cuando hay un mapa que nos ensea qu camino tomar. La Palabra-Ley-Escritura es el Absoluto que el hombre necesita para vivir en el mundo de Dios. As que, ninguna legislacin humana que difiera de la Palabra-Ley-Escritura debe ser honrada, porque primeramente tales leyes no honran a Dios y en segundo lugar porque provocan su ira. Por lo tanto, la labor del cuerpo ejecutivo, legislativo y judicial sern gratas a Dios y tendrn autoridad a la medida que se sujeten a los principios establecidos en las Escrituras. En relacin a lo antes expuesto afirmamos que la humanidad no tiene un origen fortuito sino que su origen es de suma trascendencia en el tiempo y el espacio, fue el Dios personal 25
infinito quien dio origen a la raza humana, fue quien defini los gneros. Dios sea honrado al reconocer, respetar y honrar esta diferenciacin especfica. La triple relacin del hombre El hombre desde el principio fue puesto en una triple relacin de carcter fundamental, est ligado con Dios, con su prjimo y con el resto de la creacin. Esta idea de antemano est incluida en el tema del mandato cultural, sin embargo dedicaremos un espacio para hablar al respecto. La base de la triple relacin de la humanidad se encuentra en (Gn.1:26-28). Desde el principio el hombre se encuentra ligado a una triple relacin, relacionado con Dios, con el prjimo, y con el resto de la creacin. Segn Kuyper el oficio implica relacionalidad los cuales pueden ser definidos teolgicamente, sociolgicamente, y cosmolgicamente, es decir, antes que nada somos siervos de Dios; en segundo lugar, somos guardianes de nuestra comn humanidad (incluyendo nuestras propias vidas); finalmente, tambin somos mayordomos de las multiformes riquezas del resto del cosmos. Por eso, teolgicamente, oficio implica servicio a Dios; sociolgicamente implica el cuidado propio de guardianes; y cosmolgicamente implica mayordoma.30 El oficio del hombre en este caso se manifiesta en el quehacer del hombre en esta triple relacin. 1. Su relacin con Dios El hombre tiene ante Dios una relacin de siervo, Dios deleg a la humanidad prstina la responsabilidad de seorear sobre la creacin, es por ello que Adn como la cabeza federal de la humanidad recibi el mandato de seorear y as mismo la bendicin por parte del creador. Dios quiso que el hombre fuese en su totalidad su siervo, lo escogi y lo llam para que fuera su siervo y para ello le dio los recursos que requerira para laborar con fidelidad. Por tal razn afirmamos que el hombre fue creado para servir a Dios en todos los aspectos de su vida. Es evidente que en la actualidad cada individuo realiza un trabajo especfico y diferente, algunos han sido llamados en la medicina, otros en el campo de la botnica, otros en la tecnologa y otros ms en cualquier campo del quehacer cultural, pero todos han sido llamados a un oficio. Y por eso cada oficio es totalmente santo porque santo es el que os llama a realizar dicha labor. No hay objecin contraria, porque toda nuestra vida en todas sus relaciones es un santo llamado, y si cada oficio es un santo llamado entonces debe hacerse para la gloria de Dios. 2. Su relacin con el prjimo El hombre no solo est relacionado con Dios sino que tambin fue creado para vivir en relacin con los dems y en esta relacin cada individuo es guarda de su prjimo. El hombre tiene una relacin de compaerismo no por causa de su propia voluntad sino por causa de la voluntad del creador. Dios cre al hombre para vivir en comunidad y por ende le ha confiado el cuidado de su semejante. Cada hombre es custodio de su prjimo de acuerdo al lugar que tiene en la sociedad. En la sociedad hay diversidad de tareas o de roles y en el cumplimiento de nuestro deber la sociedad puede existir. III.
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J. Spykman, Gordon. Teologa reformacional un nuevo paradigma para hacer la dogmtica p.256
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Hay diversidad de roles que hacen que la sociedad funcione como tal y esta diversidad de funciones no la condenamos, por el contrario la admiramos y la respetamos porque Dios as lo ha establecido. Por causa de esta diversidad de roles algunos tienen una posicin ms alta en un campo especfico, esto observa Schrotenboer cuando dice: Dios ha colocado a los hombres en una relacin de niveles superiores e inferiores. Algunos gobiernan, otros son gobernados. Algunos son custodios, otros son custodiados. Algunos son responsables y tienen que dar cuenta de otros; otros, a su vez, tienen que dar cuenta a quienes estn colocados sobre ellos, y de quienes dependen.31 Dios ha colocado a algunos en una posicin de responsabilidad sobre otros, mientras que otros en una posicin de custodiados. Si consideramos a la humanidad de forma vertical, no encontraremos diferencia alguna porque ante Dios todos somos igualmente dignos, pero si nos consideramos de forma horizontal encontraremos muchas diferencias porque no todos estamos colocados en una misma posicin, esto es as porque en la humanidad no existe una uniformidad sino una multiformidad infinita, existe diferencia de gneros, dones, talentos fsicos y espirituales que hacen que cada persona sea diferente a la otra. Hay personas que tienen autoridad sobre otros, mientras otros permanecen bajo autoridad. El hecho de que alguien tenga un oficio de autoridad sobre otros no significa que deba servirse de ellos, por el contrario tal persona ha sido puesta para guardar la vida de los ms dbiles. Tal persona ha sido colocada por Dios para prestar su servicio al prjimo y de ello un da se le pedir cuentas. Si nuestra primera relacin la cual corresponde a Dios es conforme a la voluntad de Dios, por consiguiente la segunda relacin tambin lo ser. Esto mismo observa Kuyper cuando habla del calvinismo, y al respecto dice: Si el calvinismo pone nuestra entera vida humana inmediatamente ante Dios, entonces resulta que todos, hombres o mujeres, ricos o pobres, dbiles o fuertes, ignorantes o inteligentes, como criaturas de Dios y como pecadores perdidos, ninguno tiene derecho de enseorearse del otro, y entonces estamos como iguales delante de Dios y, por consecuencia, como iguales de hombre a hombre. Por consiguiente no podemos reconocer ninguna distincin entre los hombres, salvo aquellas que han sido impuestas por Dios mismo, en que l dio a algunos autoridad sobre el otro, o enriqueci a algunos con ms talentos que el otro, a fin de que el hombre con ms talentos pueda servir al que tiene menos y en l le sirva a su Dios.32 Este es el verdadero enfoque que debemos tener respecto a nuestros oficios, el de servir a Dios y a los dems. Debemos reconocer que Dios nos ha hecho responsables de nuestros semejantes y que de ello un da se nos pedir cuentas. 3. Su relacin con el resto de la creacin El hombre como mayordomo del resto de la creacin es siempre considerado como un ser que est delante del rostro de Dios, y estar delante del rostro de Dios significa estar listo para obedecer su mandato. En este caso ninguno queda excluido porque todos reciben de Dios su lugar y son responsables ante l. La humanidad ha sido llamada para ejercer una mayordoma o tambin dicho, para ejercer una correcta administracin sobre el resto de la creacin. La mayordoma describe el lugar y la tarea del hombre. Esto es posible ya que Dios ha confiado al hombre esta tarea
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G. Schotenboer, Paul. El hombre en el mundo de Dios p.10 Kuyper, Abraham. Exposiciones sobre el calvinismo p.10 y 11
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de guardar y labrar la tierra. Dios coloc en las manos del hombre toda la creacin con el fin de que sea administrada por l. A raz de esto surge la pregunta Cul debe ser nuestra actitud hacia el resto de la creacin? Ya hemos dicho que Dios coloc al hombre para labrar y guardar la hermosa creacin de Dios. No obstante, la cada en el pecado da esta relacin haciendo que hombre desarrollara la cultura en apostasa, pero la redencin en Cristo restaur al hombre en su oficio; de all que, a los cristianos se nos exija involucrarnos activamente en el quehacer cultural, esto por ser criaturas redimidas que hemos sido llamados a desarrollar una cultura que honre a Cristo. En la cada no solo el hombre fue daado sino tambin la creacin, y en la redencin la creacin tampoco queda excluida. Debemos reconocer que por la gracia de Dios la maldicin en el mundo entero es frenada ya que al redimirnos tambin el resto de la creacin es redimida, es nicamente a travs de la redencin, donde el hombre es nuevamente habilitado para ejercer su oficio. Por tal motivo somos restituidos para honrar a Dios en cada rea de la vida. Pero Cmo lograr esto? Solamente cumpliendo nuestro deber, el deber de laborar en el mundo de Dios. Debemos involucrarnos en cada rea de la vida para desarrollar las potencias que Dios escondi en su creacin y en la vida humana todo bajo una labor responsable. Hemos hablado hasta aqu de una triple relacin la cual se resume en el siguiente diagrama.
Dios
Hombre
Prjimo
Creacin
Encontramos aqu tres relaciones de vida centrales e irreductibles de cada individuo: para con Dios, es siervo; para con su prjimo, es custodio; y para con el resto de la creacin es mayordomo. De estas tres relaciones fundamentales nadie puede exceptuarse, aunque haya diferenciacin de roles, estos tres nexos vienen a ser una solidaridad fundamental de oficio que rige genricamente para toda la humanidad. Porque corporativamente todos estamos colocados bajo la obligacin de ser siervos, guardianes, y mayordomos.
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Conclusin Hasta estos momentos hemos aprendido que el hombre es una criatura hecha a imagen de Dios, que existe en el mundo por llamamiento. As mismo, Dios coloc al hombre en el mundo para que en el desarrollo de la cultura Dios fuera glorificado, l quiso que el hombre en todo momento fuera su siervo. De all que, ningn humano por insignificante que se considere, estar en el mundo como un ente perdido, por el contrario su presencia en el mundo es de gran valor debido a que Dios ha querido darle existencia. El simple hecho de existir representa el favor, la aprobacin y el llamado de Dios para obrar en su reino. Dios quiso que el hombre fuera el indicado para semejante tarea, una tarea que lograra en sociedad. Pero Adn como hombre solitario no podra realizar dicha tarea, entonces Dios le hizo una ayuda idnea. Ambos tenan el deber de labrar y guardar la tierra y finalmente presentarla a su Seor. Dios los bendijo, y los mand a fructificar y a someter la tierra. As mismo, Dios hizo al hombre responsable al introducirlo en el pacto, pero a dems Dios mismo se comprometera con el hombre. Esta relacin del pacto se afianza en el carcter religioso del hombre, porque el hombre es un ser religioso por creacin. De all que, su tarea cultural sea una respuesta a su religiosidad. Si el hombre es un ser religioso por creacin, se concluye que toda su faena necesariamente est dirigida por ese poder religioso, entonces no hay neutralidad u objetividad en el quehacer humano. No hay neutralidad ni en la poltica, ni en la ciencia, ni en el arte, ni en la educacin, ni en ningn campo del quehacer humano. A dems hemos dado respuesta a las propuestas escolsticas y maniqueas que hasta hoy han sido sustentadas por muchos crculos cristianos. Todo lo que hemos visto hasta estos momentos corresponde al primer captulo sobre el tema de la antropologa bblica reformacional, espero que pronto sean completados los dos captulos siguientes. El captulo que hemos abordado hoy con el tema: EL HOMBRE EN EL JARDN DE LAS DELICIAS, ha sido un tema que se limita a hablar del hombre en su estado prstino, nos resta entonces hablar sobre el tema de la cada y la redencin en Jesucristo. Espero que ests paginas hayan sido de bendicin, a ti mi amado lector. Que la gracia del Todo Poderoso adorne tu vida, por siempre. Que as sea.
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Bibliografa
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