Salud Publica Durante El Franquismo
Salud Publica Durante El Franquismo
Salud Publica Durante El Franquismo
PEDRO MARSET CAMPOS (*) JOS MIGUEL SEZ GMEZ(**) FEEUANDO MART~NEZ NAVARRO ("""1
SUMARIO Introduccin. Objetivos. l.-Evolucin general de la Salud Pblica entre 1900 y 1978. 2.-Evolucin de la Salud Pblica en Espaa a lo largo del siglo xx. 3.-La Sanidad durante el franquismo. 3.1.-Produccin cientfica en Salud Pblica. 3.2.-Creacin del Seguro Obligatorio de Enfermedad. 3.3.-La Ley de Bases de Sanidad Nacional de 1944 y la Ley de Bases de la Seguridad Social de 1963. 4.-Conclusiones.
RESUMEN Se comparan los rasgos ms relevantes de la evolucin de la Salud Pblica como ciencia a lo largo del franquismo con el comportamiento de parmetros significativos de la evolucin sanitaria del pas (tasas de mortalidad y de morbilidad, gasto sanitario, desarrollo institucional del sistema sanitario), para caracterizar la herencia que gravita sobre las actuales dificultades de la Salud Pblica espaola. Se constata el retroceso vivido en la postguerra, producto de la identificacin que hicieron sus vencedores de las inne vaciones acontecidas durante la Segunda Repblica con la poltica de izquierdas, la tarda modernizacin impuesta por el proceso acelerado de industrializacin y el obstculo originado por la consolidacin del Seguro Obligatorio de Enfermedad, que produjo una dinmica puramente asistencia1 y curativa-rehabilitadora. BIBLID [0211-9536(1995) 15; 211-2501 Fecha de aceptacin: 31 de enero de 1994 Doctor en Medicina, es Catedrtico de Historia de la Ciencia, Universidad de Murcia Doctor en Medicina, es Profesor Titular de Historia de la Ciencia, Universidad de Murcia Unidad de Historia de la Medicina. Departamento de Ciencias Sociosanitarias, Facultad de Medicina. E-30100 Espinardo (M,urcia). (***) Doctor en Medicina y Profesor de Salud Pblica, es Jefe del rea de Vigilancia Epidemiolgica del Centro Nacional de Epiderniologa. Instituto de Salud Carlos 111. C/. Sinesio Delgado, 6. E-28029 Madrid.
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La actual situacin de la salud pblica en nuestro pas, tanto en la vertiente de prctica sanitaria como en su dimensin terica, parece estar sometida a dificultades de cierta importancia. La puesta en marcha de la tercera ley de sanidad que ha tenido Espaa (1855, 1944 y 1986), la correspondiente a la etapa de la democracia industrial, atraviesa un cierto impasse por confluir sobre su desarrollo dinmicas contradictorias. stas se podran esquematizar en las siguientes: 1.9 las debidas a la crisis econmica, crisis del Estado del Bienestar, y la salida neoliberal a la misma con recortes de gastos sociales, y por lo tanto sanitarios (1);2.9 las motivadas por la insuficiencia del desarrollo democrtico, a la crisis del modelo democrtico representativo y a la escasa participacin de la poblacin, con la consecuencia de opciones tecnocrticas y autoritarias en la construccin del marco social de relaciones, y por ello del modelo sanitario (2); 3.9 las cientificas derivadas de la situacin de subordinacin intelectual que adop ta la ciencia mdica en general y la sanitaria en particular respecto a la hegemona norteamericana (3), con la subsiguiente importacin de modelos tericos no aplicables a una realidad sociosanitaria diferente; y, 4.9 las
(1) W.AA (1991).La ofensiva neoliberal y la sanidad pblica, Madrid, F.I.M.; MAESTRO, A; HUERTAS, R (1992).La salud y el Estado: los servicios sanitarios pblicos entre el bienestar y la crisis, Madrid, F.I.M.; BERZOSA C. (1994). Crisis de la sanidad pblica. ?Es necesaria su privatizacin? Quadern CAPS / Invierno, n."O, 51-56. (2) RAMOS GARCA, E.; SNCHEZ MORENO, A ; MARSET, P. (1992). Paradojas y posibilidades de la participacin comunitaria en la atencin primaria de salud (1). Problemas histricos y conceptuales. Atencin Primaria, 9, 334336; OFFE, C. et al. (1985).Capitalismo y Estado, Madrid, Ed. Revolucin; PREz DAZ, V. (1978).Estado, burocracia y sociedad civil, Madrid, n d , O O F F E , C. (1992).Partidos polticos y nuevos movimientossociales, Madrid, Ed. Sistema; BOBBIO, N. (1987).Estado, gobierno, sociedad, Barcelona, Plaza y Jans; CHOMSKY, N. (1992).El miedo a la democracia, Barcelona, Ed. Crtica; CHOMSKY, N. (1992).Ilusiones necesarias. Control del pensamiento en las sociedades democrticas, Madrid, Libertarias/Prodhui; HELD, D. (1992). Modelos de democracia, Madrid, Alianza Universidad. (3) LPEZPINERO,J. M.; TERRADA, M. L. (1992). Los indicadores bibliomtncos y la evaluacin de la actividad mdico-cientfica. Med. Cln. (Barc), 98, 6468, 101-106, 142148 y 384388; TERRADG M. L.; LPEZ PINERO,J. M. (1991). La produccin cientfica espaola y su posicin en la comunidad internacional. In: Jos Mara Lpez Piero (ed.) Esparia/Ciencia, Barcelona, Espasa-Calpe,pp. 73112; MARSET, P. (1990). La universidad europea y la transformacin de la sociedad, Madrid, F.I.M.
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contradicciones ms importantes son las debidas a la persistencia de la historia reciente de nuestro pas, en concreto, las causadas por la peculiar configuracin de la salud pblica a lo largo del fhnquismo. Sobre este ltimo aspecto es sobre el que vamos a incidir, dado que el paso a la democracia no se hizo mediante la ruptura democrtica con las estructuras previas sino a travs de la reforma paulatina de las mismas, y por ello con el continuismo de parte importante de los valores y conductas anteriores (4). En general la dbil industrializacin de Espaa, y su correlato, la debilidad de la democracia y de la representacin obrera &ente a la pervivencia de pautas sociales y culturales del antiguo rgimen, explica la lenta evolucin de la salud pblica en nuestro pas. Se pueden distinguir tres etapas en la historia de la salud pblica espaola a lo largo del siglo xx (5): 1) la primera, hasta los aos treinta, en la que tras una lenta incorporacin de los presupuestos generales de la ciencia salubrista, en los breves aos de la Segunda Repblica se produce un avance de gran envergadura, unido a la consolidacin de los funcionarios salubristas; 2) la segunda, correspondiente al franquismo, de claro retroceso terico, pero con el importante fenmeno del desarrollo industrial y la creacin del Seguro Obligatorio de Enfermedad; y 3) la tercera, la actual de la demo cracia, caracterizada por el intento de adaptar los presupuestos del Estado de Bienestar y las recomendaciones de la OMS (Alma-Ata, 1978) en un contexto de libertades polticas, pero con los problemas derivados de la persistencia de la crisis estructural de la economa mundial y espaola (6).
El presente trabajo pretende, por una parte, apuntar los rasgos ms significativos de la evolucin de la salud pblica como ciencia a lo largo del
(4) EQUIPO DE ESTDIO (1976). Prueba de fueiza entre el reformismo y la ruptura, Madrid, Elas Querejeta ediciones; GARCADELGADO,J. L.; SEGUR. J. (1977). Reformismo y crisis econmica La herencia de la dictadura, Madrid, Ed. Salts; La crisis, la reforma y los trabajadores (1977), Madrid, Ediciones de la Torre; LACALLE, D. (1990). Clases sociales y capitalismo, Madrid, Endyrnion; MARSET, P. (1986). La poltica sanitaria y los profesionales. In: W.AA., La Sanidad espaola a debate, Madrid, FAD.S.P.; y MARSET, P. (1990). Evaluacin de la reforma sanitaria: marcos tericos previos. In: W . U , Situacin actual y perspectivas. La reforma sanitaria, Madrid, FAD.S.P.
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h q u i s m o , extraidos del anlisis de los trabajos publicados en la Revista de Sanidad e Higiene hblia, vehculo privilegiado de publicacin a lo largo de esos aos, y por otra contrastar esos resultados con la evolucin peculiar de parmetros significativosde la evolucin sanitaria del pas (tasas de mortalidad y de morbilidad, gasto sanitario, desarrollo institucional del sistema sanitario),para, con ello, comprender su posible incidencia en los aos de la transicin y consolidacin democrticas.
Las hiptesis que guan nuestra indagacin postulan una influencia negativa de las consecuencias polticas del desenlace de la Guerra Civil, al Repblica una clara haber adquirido la Salud Pblica durante la ~ e & n d a connotacin ideolgica de izquierdas; con ello, las innovaciones epistemolgicas y metodolgicas introducidas en esa etapa se perdern y la ciencia retroceder a las ideas propias de principio de siglo. Tambin pensamos que la acelerada industnaiizacin del pas ocurrida en la segunda mitad del franquismo dar lugar a una tarda incorporacin de los modernos conceptos salubristas, al enfrentarse con las consecuencias que tanto en infraestructura como en cambio de perfil epiderniolgico implica el fenmeno demogrfico de la industrializacin.Por ltimo estimamos que el crecimiento y consolidacin del Seguro Obligatorio de Enfermedad, al adquirir un protagonismo mdico de gran relieve, con su lgico nfasis en la asistencia, traer como consecuencia la infravaloracin de los componentes preventivos y prome tores de salud en el panorama cientfico mdico, incluso en el de la propia salud pblica.
1. EVOLUC~N GENERALDE LA SALUD PUBLICA ENTRE 1900 Y1978
Estas tres etapas acaecen paralelamente, y en cierta forma estn influidas por la evolucin de la salud pblica en el mbito internacional (Occidental) (7), que es del siguiente tenor:
( 5 ) MARSET, P.; RODRGUEZoCAA, E.; SEZ GMEZ,J. M. (1994). Historia de la Salud Pblica en la Espaa de los siglos XIX y xx. In: F. Martnez Navarro et al., Manud de Salud Pblica, Madrid, Interamencana. (6) BERZOSA, C. et d. (1990). Tendencias de la economa mundial hacia el 2000, Madrid, Iepala. (7) MARSET, P.; SEZ GMEz, J. M. (1994). Historia de la Salud Pblica. In: F. Martnez Navarro et d., op. cit. en nota 5.
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Una primera etapa, hasta los aos treinta, es de configumcin del m e delo naturalista de la epidemiologa, con declive de la dimensin social. En ella se produce, por la presin obrera, la adopcin de los esquemas de Seguro Obligatorio de Enfermedad, y se consolidan los cuerpos de funcie narios sanitarios, con la creacin de las Escuelas de Sanidad para la formacin de estos profesionales. Esta profesionalizacin (burocratizacin) de los sanitaristas hizo perder impulso a los objetivos de reforma, y el uso de los mtodos cientficos rebajaron, cuando no sustituyeron, el compromiso inicial con la mejora de las condiciones de vida de la gente pobre (8). La segunda etapa est influida por las ideas sociales y polticas que se desprenden del fortalecimiento del movimiento obrero, en medio de la crisis del capitalismo que, t r a s el crack econmico de 1929, lleva a la Segunda Guerra Mundial. Tras sta se desarrolla el Estado de Bienestar y la creacin de los Servicios Nacionales de Salud en el Occidente europeo. stos son consecuencia de la presin del movimiento obrero (con su mayoritaria presencia en los parlamentos europeos), y de la existencia de grupos profesionales sanitarios progresistas formulando estas propuestas. En esta etapa, se configura la revolucin epidemiolgica,aplicada a las enfermedades no infecciosas, se postula una teora de la medicinasocial., que no llega a cuajar como prctica sanitaria, y se consolidan las dimensie nes administrativistas de la salud pblica.
La tercera etapa abarca desde la crisis fiscal del Estado en 1973 (9) hasta la actualidad. En ella se combina el profundo cambio demogrfico en Occidente (envejecimiento) con la crisis de los modelos econmicos del capitalismo keynesiano y del socialismo real, surgiendo la ofensiva neoliberal de desmantelamiento del Estado de Bienestar. Se critica la inadecuada confianza en la dimensin curativa y asistencial desarrollada en la etapa anterior, y se configura la Nueva Salud Pblica,con el Informe Lalonde en Canad en 1974, y la Conferencia de Alma Ata de la OMS en 1978. Se supera en Occidente la medicin del nivel sanitario a base de indicadores negativos (tasa de mortalidad infantil, por enfermedades especficas, esperanza de vida) con la adopcin de indicadores positivos sobre la calidad de
(8) FEE, E.; PORTER, D. (1991).Public Health, preventive medicine, and professionakation: Britain and the U.S. In: Elizabeth Fee y Roy M. Acheson, A history of education in Public Health, Oxford, O.U.P., p. 15. (9) O'CONNOR, J. (1973). The fiscal crisis of the State, New York, St. Martin's Press.
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~ y FERNANDO Z MARTVEZ
vida. Se incide en los estilos de vida,>(10) como factor clave para modificar los patrones de morbilidad y mortalidad, pero existe resistencia para introducir conceptos globaljzadores en el anlisis de la salud, desde los procedentes de los procesos de produccin econmica y de la organizacin de la sociedad hasta los derivados de la conciencia ecolgica (11). Por otra parte la OMS desarrolla un nuevo modelo de servico sanitario basado en la integracin de promocin y prevencin con la curacin, introduciendo la participacin de la poblacin en los procesos de planificacin de la salud (12).
En la primera etapa espaola destaca el avance operado en los aos de la 11Repblica con la incorporacin de los postulados de las nuevas teoras y prcticas sanitarias (epidemiologa). Las figuras ms relevantes de esta poca son ngel Pulido, Carlos M.%ortezo, Martn Salazar, Amalio Gimeno, Gustavo Pittaluga y Marcelino Pascua. Se consolidan los dos cuerpos de funcionarios sanitarios (Sanidad Exterior y Sanidad Interior), gracias a la Instruccin General de Sanidad (1904), se crea la Escuela de Nacional Sanidad (1924),se regulan las competencias sanitarias de los ayuntamientos (1925), merced a las modificaciones introducidas por Calvo Sotelo en el mbito provincial y municipal y aplicadas a la sanidad por Murillo Palacios, y como hecho caracterizador del salto que supone la 1 1 Repblica para la sanidad (primaca del Parlamento sobre el Ejecutivo), se desarrolla una intensa actividad legislativa encaminada a recuperar el tiempo perdido. La influencia de las ideas de progreso, en el mbito poltico a travs
(10) TERRIS, M. (1992). Concepts of Health Promotion: Dualities in Public Health Theory. Washqton, Gnfierencia sobre implementing the Health ZSomotion Smegies en la OPS ( m i m e ~ g r ~ a d o ) . (11) O.P.S. (1992). La crisis de la salud pblica: Reflexiones para un debate, Washington, OPS. (12) O.M.S. (1978). Alma Ata. Atencin Primaria de Salud, Ginebra, Serie Salud para Todos, n.", y O.M.S. (1987). Carta de Ottawa para la promocin de la salud (informe). Revista de Sanidad e Higiene Pblica, 61, 129-133.
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de Izquierda Republicana o del PSOE, y en el sindical de la UGT y de la m,tienen su reflejo en la naturaieza de los cambios sociales y sanitarios que se van introduciendo. Hay que recordar cmo uno de los sanitaristas relevantes de este momento, Sad de Buen, es quien lleva la ponencia oficial en el XVII Congreso de la UGT de 1932, que propone entre otras cosas la creacin de un Ministerio de Sanidad y del Seguro Obligatorio de Enfermedad (13). En la Revista de Sanidad e Higiene Pblica se pasa de un predominio de artculos dedicados a temas de microbiologa al inters por la epidemiologa y la administracin sanitaria (14), reflejo de la incorporacin de los nuevos conceptos y prcticas sanitarias. Espaiia es uno de los primeros pases en seguir las recomendaciones de la Sociedad de Naciones adoptando una estructura comarcal de Salud. Crea en plena Guerra Civil el Ministerio de Sanidad y aprueba el esquema del Seguro Obligatorio de Enfermedad (15). Un repaso a la evolucin de los presupuestos ordinarios de la Direccin General de Sanidad (Grfica 1) confirma la importancia que cobra con la Repblica la actuacin sanitaria: en 1900 los gastos en Sanidad son de 738.652 ptas., un 0.08% de los gastos del Estado, para 1910 ascienden a 1.451.096 ptas., un 0.12% del presupuesto del Estado, en 1921 la cifra presupuestada es de 6,62 millones de ptas., un 0.24% de los gastos del Estado, estancndose a lo largo de la Dictadura de Primo de Rivera en torno a los 7 millones, un 0.25% del Presupuesto del Estado, en 1930 sube a 10.3, un 0.27% de los gastos del Estado, en 1932 asciende a 15,6 millones, una subida del 50%, que supone un 0.36% del presupuesto de gastos del Estado, alcanzando en 1933 la cantidad de 31,43 millones, una subida del 100% (16), con lo que se sita en el 0.71% de los Gastos del Estado.
1 Repblica. (13) HUERTAS, R (1992). La concepcin de los servicios sanitarios en la 1 In: Rafael Huertas y Ricardo Campos (eds.), Medicina Social y clase obrera en Espaa (siglos xrx y xx), Madrid, F.I.M., p. 557. m P. et al. (1983). Cincuenta aos de Revista de Sanidad e Higiene Pblica (14) P (19261975).Anlisis bibliomtnco de su produccin cientfica. Revista de Sanidad e Higiene Pblica, 57,9691038. (15) HUERTAS (1992), op. cit. en nota 13. (16) MAZUECOS JIMNEZ, A. (1980). La poltica social socialista durante el primer bienio republicano: trabajo, previsin y sanidad. Estudios de Historia Social, n." 14, 135-155 (p. 151).
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En la apertura al 1 Congreso Nacional de Sanidad, celebrado en 19-34, Njera (17) habl del vigoroso impulso,, que le di a la Sanidad la Repblica. Ilustra acerca de estos avances el que el Gobierno Lerroux apruebe este ao de 1934 la Ley de <<Coordinacin Sanitaria, que entre otras cosas crea las Mancomunidades de Municipios como rgano * a trativo para afrontar problemas sanitarios (18),y propone que los mdicos titulares pasen a ser de Asistencia Pblica Domiciliaria (APD) y puedan dirigir los Centros Primarios de Higiene (19). En este contexto se crea en 1934 por decreto el Servicio de Higiene del Trabajo (20). Marcelino Pascua entiende en 1936 la enfermedad como consecuencia de la organizacin social, y por lo tanto defiende que una mejor organizaTambin criticin sociosanitaria evitara la mayora de las ca aspectos diversos de la prctica mdica, <<el mundo de prctica y ejercicio profesional es consecuencia de la actual estructura capitalista de la sociedad (que) hace que la medicina se transforme en un objeto de comercio* (21).
El final de la guerra civil signific la derrota de los principales protagonistas que desarrollaron los avances sanitarios de la 1 1 Repblica, y la interrupcin y abandono de las concepciones y logros conquistados en la etapa anterior. Como en el resto de las ciencias (29, en sanidad se di un
(17) R O D ~ G U E Z OCAA, E.; MENNDEZNAVARRO,A (1986). ~i primer Congreso de la profesionalizacin mdice Nacional de Sanidad (Madrid, 1934) como social en Espaa. Revista de Sanidad e Higiene Pblica, 60,10951107 (p. 1099). (18) BANDO CASADO, H. C. (1986). Evolucin histrica de la proteccin de la salud en Espaa: desde 1812 hasta la Ley General de Sanidad (1986). Estudios sobre Consumo, 8/9,51-61 (p. 56). (19) RODRGUEZ oCAA, E. (1992). La estadstica en la administracin sanitaria espaola del siglo xx. In: 1 Encuentro Marcelino Pascua, Madrid, Instituto Carlos 111, pp. 47-77 (pp. 5657). y los accidentes de trabajo. (20) SOTO CARMONA, A. (1985). La higiene, la i v i t a s ,revista espaola de derecho del trabajo, 7-9,389-433 (P. 391). Espaa (18741936).C (21) HUERTAS (1992), op. cit. en nota 13, p. 564. (22) MARSET, P.; VALERA, M.; LPEZ, C. (1981). Repercusiones de la guerra civil espaola (19361939) en la produccin en Fsica, a travs de 10s Andes de la Red Sociedad Espaola de Fsica y w m ' c a (19031975).Dynamis, 1 , 179-202. DkRAMTS. Acta Hisp. Med. Su. Hist. IUus., 15, 1995, 211-250.
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paso atrs, que supuso retroceder cientficamente a las concepciones de principios de siglo, favorables a la prctica de integrar la higiene y la microbiologa, con abandono de las dimensiones sociales a s ' como de las nuevas concepciones sobre epidemiologa y administracin sanitaria. Se puede entender que la dimensin de los problemas causados y arrastrados como consecuencia de la guerra civil explicara en parte este retroceso temtico y cientfico. De esta forma en el transcurso de la guerra se convierte en prioritaria la necesidad de sueros y vacunas, la lucha contra las enfermedades venreas, y la lucha antipaldica, y al acabar la contienda la irrupcin y extensin de tres grandes epidemias centran los esfuerzos de los sanitarios del rgimen de Franco, la de viruela, la del tifus exantemtico y la de difteria (23), junto con la preocupacin por la tuberculosis, la mortalidad infantil y el paludismo. La evolucin y caractersticas de los artculos publicados en la Revista de Sanidad e Higiene Pblica es una muestra de lo que se indica. Se comprueba un aumento en la proporcin de artculos dedicados a enfermedades infecciosas y parasitarias (47,6% de lo publicado entre 1940 y 1974), con descensos significativos en los temas de saneamiento ambiental (5.1%) , epidemiologa (16,7%,enfermedades infecciosas y parasitarias) y adrninis tracin y organizacin sanitaria (11,2%, que en la prctica se limita a la organizacin de la lucha contra las enfermedades infecciosas por medio de campaas)(24). Desde el punto de vista de la prctica sanitaria tambin se retrocedi, al abandonar la estructura y funcionamiento que se haba adoptado en la Repblica, desapareciendo prcticamente la estructura comarcal sanitaria, y quedando slo la provincial y la central (25). La evolucin de los presupuestos del Estado dedicados a la Direccin General de Sanidad (DGS) tambin revelan una primera etapa de estancamiento, con una posterior recuperacin paulatina. De esta forma (Tabla 1, Grfica 2) si en la TI Repblica se duplica lo gastado por la DGS en toda
(23) PALANCA, J. A. (1958). Discurso de apertura del curso acadmico 195&1959, Madrid, Estades, pp. 32 y SS. (24) PARRA et al. (1983), op. cit. en nota 14. (25) MARTINEZ NAVARRO, F. (1994). Salud Pblica y desarrollo de la Epiderniologa en la Espaa del siglo xx. Revista de Sanidad e Higiene Pblica, 68 (monogrfico: 1 1 Encuentro Marcelino Pascua, junio de 1992), 29-44. DWAMlS. Acta tasp. Med. Sci. Hist llius., 15, 1995, 211-250.
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Evolucin de los presupuestos de la Direccin General de Sanidad, mancomunidades sanitarias. del P.N. Antituberculoso. de las inversiones del P.N.A. (en millones d e ptas.) y porcentaje de la DGS sobre los gastos del Estado. 1941-1975 Aos ................................... D.G.S.
Mine.
P.N.A. 38 73 74 76 111 107 128 156 162 208 259 326 327
DGS/Estado 0.7 1.13 1.05 0.99 1.87 1.16 0.82 1.01 1.03 0.97 0.89 1.44 1.36 1.25 1.12 1.29 1.13 1.02 0.83 0.83 0.77 0.74 0.60 0.88 0.75 0.96 0.81 1.50 1.29 1.53 1.45 1.52 1.68 1.69 1.81
1941 ............................................... 45 83 1942 ............................................... 94 1943 ............................................... 103 1944 ............................................... 199 1945 ............................................... 131 1946 ........................................ 112 1947 ........................................ 156 1948 ............................................... 167 1949 ............................................... 182 1950 ............................................... 182 1951 ............................................... 326 1952 ............................................... 326 1953 ........................................ 341 1954 ........................................ 341 1955 ........................................ 488 1956 ........................................ 488 1957 ........................................ 556 1958 ........................................ 556 1959 ........................................ 606 1960 ........................................ 1961 ............................................... 606 1962 ............................................. 807 1963 .............................................. 807 1964 ........................................... 1.354 1965 .............................................. 1.354 1966 .......................................... 2.018 1967 ......................................... 2.018 1968 ............................................... 4.022 1969 ............................................... 4.022 5.380 1970 ............................................... 5.380 1971 ............................................... 6.396 1972 ............................................... 7.979 1973 ........................................ 8.869 1974 ............................................ 1975 ............................................... 11.891
163 161 176 203 220 250 250 290 402 396
FUENTE: NAVARRO GARCA, Ramn (1992). Historia de la Salud Pblica en Espaa a lo largo del siglo xx. Tesis Doctoral. Alcal de Henares; CECA (1975). Estadsticas Bsicas de Espaa 190@1970..Madrid. FIES; INE (1980). Anuario Estadstico de Espaa. 1979. Madrid. BOE; MOCHON. F . ANCOECHEA, G. AVILA, A. J . (1988). Economa espaola. 19641987. Madrid. McGraw Hill; TAMAMES. R. (1973). La Repblica . La Era de Franco. Madrid. Alianza Universidad; y elaboracin propia .
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la etapa anterior, expresado en proporcin del Gasto del Estado (se pasa de 0.33 en 1909, 0.24 en 1921 0.28 en 1930 a 0.71% en 1933), en esos primeros anos de la postguerra la proporcin suele estar por debajo del 1% de los gastos del Estado. El final de los aos cuarenta y primeros aos de los cincuenta se sitan los presupuestos de la DGS entre el 1y el 1.5% de los gastos del Estado. Sin embargo se vuelve a bajar por debajo del 1% desde 1958 hasta 1967.A partir de este ao se inicia un importante ascenso de los presupuestos de la DGS proporcionalmente a los del Estado, que se extiende de forma progresiva hasta el final del franquismo, probablemente coincidente con el xito del proceso de industrializacin. Hay que tener en cuenta que esta evolucin de la proporcin que supone el presupuesto de la DGS en relacin con los del Estado slo sirve a efectos ilustrativos, puesto que en la prctica, como seala acertadamente Ramn Navarro (26), los gastos que se pueden incluir bajo el epigrafe genrico de sanitarios>> alcanzan a muchos ms componentes, pero cuyo seguimiento es dicil por la inconstancia en su consignacin oficial (27). Los principales protagonistas en esta nueva etapa proceden de la sanidad militar, lo cual es congruente con dos aspectos: la naturaleza militar de la victoria sobre las fuerzas de la Repblica, y la previa existencia de un cuerpo de sanitarios de la administracin central con cierta componente tecnocrtica y burocrtica, as como la tradicin de medicina militar en las colonias. A partir de este ncleo militar e ideolgico, anclado en las concepciones de comienzo de siglo, se ejerce hegemona sobre las diferentes facetas de la salud pblica, con fuerza tal que an se puede percibir en nuestros das. De esta forma se puede apreciar esta influencia en la provisin de las diferentes ctedras de higiene y sanidad asociadas a las de microbiologa, de las que quedaban como apndices; tambin se aprecia este hecho en la Escuela Nacional de Sanidad. La depuracin en el Cuerpo de Sanidad Nacional no fue importante
(26) EPELDEGUI, T. et al. (1980). Sanidad y gasto pblico. Presupuesto y gasto pblico, 5, 9-49. (27) De esta forma habna que contemplar los gastos del Patronato Antituberculoso, los de este Patronato Antituberculoso destinados a inversiones, los del PANAP a partir de su creacin, los de las Mancomunidades Sanitarias (hasta que son suprimidas en 1967), los de los Institutos Provinciales de Sanidad, y cuando son asumidas por el Estado (en 1954 y 1962), las nminas de los Titulares.
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~ r h - z
numricamente, como s lo fue en el Cuerpo de Maestros Nacionales (28), aunque afect a cuadros significativos. De los 151 miembros del Cuerpo de Sanidad Nacional existentes en 1932, descontando los que se jubilaron (Aniceto Bercial, Miguel Trallero, Leonardo Rodrigo Lavn, Pedro Clemente ~Mariana), o los que consta su fallecimiento (Manuel de Torres Grima, Gabriel Ferret Obrador) son 33 los que por una u otra causa no aparecen en el listado de mdicos de 1942, un 22%. Los 27 mdicos que aprobaron en mayo de 1936 la oposicin al Cuerpo de Sanidad todos menos uno, excluido por razones polticas, fueron ingresados en febrero de 1941 con efectos desde agosto de 1936. Desde el final de la guerra hasta 1942 fueron 20 los que ingresaron, un 11% del conjunto. De todas formas tras esta incorporacin se enlentece, e incluso se congela el ingreso al Cuerpo de Sanidad Nacional puesto que de los 162 funcionarios existentes once aos ms tarde, en 1953, el 83% [134] proceden de antes del desencadenamiento de la Guerra Civil, slo 26, un 16%, han ingresado tras el trmino de esta. La trayectoria de Pascua o la de Pittaluga, exiliados, o lo que le sucedi a Sad de Buen, exponen el drama que para la Sanidad signific la Guerra Civil. A pesar de no pertencer Pascua al Cuerpo de Sanidad Nacional, simboliza la prdida sufrida por Espaa en el terreno de esta disciplina. Tras una breve estancia como profesor de Bioestadstica en la Escuela de Higiene y Salud Pblica de la Johns Hopkins (19401948),pas a desempear el cargo de Director del Departamento de Estadsticas Sanitarias de la recin creada Organizacin Mundial de Salud, hasta sujubilacin en 1957. Su Manual de Metodologa de la Bioestadstica fue publicado en Espaa en 1965 (29). Lo que s es importante destacar de la composicin del Cuerpo de Sanidad Nacional en esos aos cincuenta, tras la Guerra Civil, es la escasa renovacin, y poca ampliacin de sus efectivos. Parece como un conjunto cerrado, con poca apertura, puesto que si en 1953 son 162 los miembros del Cuerpo (ms 26 vacantes), en total 188, en 1975 esta cifra total ha
(28) CRDENAS, 1. (1987). La geografia y la formacin de maestros en Espaa: su evolucin en la Escuela Normal de Murcia (19141976), Murcia, Universidad de Murcia, p. 15. (29) BERNABEU, J. (1992). Marcelino Pascua desde la perspectiva histrica. In: I Encuentro Marcelino Pascua, Madrid, Instituto Carlos 111, pp. 11-16; y CLAVERO GONZLEZ, G. (1992). La obra de Marcelino Pascua en su entorno. In: I Encuentro Marcelino Pascua, Madrid, Instituto Carlos 111, pp. 17-26. DkRTAMlS. Acta Hsp. Med. Sci. Hist Illus., 15,1995,211-250.
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descendido a 175. Es comprensible que ello implique un predominio de los mdicos de ms edad. As (Grfica 3) en ese ao de 1933 una cuarta parte tiene ms de 60 aos, y un 58% estn entre los 60 y los 47 aos, siendo slo un 16%los que estn por debajo de los 47 aos, ninguno tiene menos de 35 aos. Como nota anecdtica de la composicin de este Cuerpo de Sanidad Nacional hay que resaltar el que slo haya dos mujeres, Mara de las Mercedes Gironza Solanas, y Cecilia Gara de Cosa ingresadas antes de la Guerra civil. Al final del hnquismo se ha producido la renovacin etaria del Cuerpo de Sanidad Nacional, puesto que ahora el colectivo mayor de 60 aos supone un lo%, mientras que casi la mitad un 45.8% tienen entre 36 y 46 aos, y ms de una cuarta parte tiene menos de 35 aos. Vuelve a llamar la atencin el hecho que entre los 157 componentes del Cuerpo de Sanidad Nacional en 19'75 slo exista una mujer, Pilar Njera, que ingres en 1962. Se entiende que una consecuencia de este rejuvenecimiento sea, entre otras cosas, la modernizacin conceptual y metodolgica. De todas formas el hecho ms relevante en relacin con la composicin del Cuerpo de Sanidad Nacional a lo largo del franquismo es su rigidez, su nula ampliacin, la lenta adaptacin a la profunda transformacin que se ha producido en el panorama sanitario espaol. Se puede argumentar como razn parcial para este anquilosamiento en la composicin del Cuerpo de Sanidad Nacional la presin corporativa dirigida a obtener beneficios de diversa ndole merced al escaso contingente de funcionarios a la hora de distribuir probables compensaciones. Aunque en este sentido hay que recordar que cuando en 1965 con la reforma de la Funcin Pblica desaparecen los complementos retributivos a partir del reparto de las tasas, no por ello se produce un amplio incremento del Cuerpo de Sanidad Nacional antes de 19'75. Pero lo ms destacable es que la Direccin General de Sanidad no desempea ningn papel en las modificaciones de la estructura sanitaria de esos aos. De hecho la estructura ms importante creada en esta etapa, la red asistencial del Seguro Obligatorio de Enfermedad, se hace a base de Inspectores del Seguro, y de otros profesionales, con escasa formacin salubrista. 3.1. Produccin cientfica en Salud Pblica Reflejo de la nueva situacin creada con la Guerra Civil y la instauracin del franquismo es lo acontecido con la Revista de Sanidad e Higiene
DXVAMIS. Acta Hsp. Med. Su. Hist. Illus., 15, 1995, 211-250.
Pblica No consta consejo de redaccin ni sea-etan'a, y se consigna por orden alfabtico a los siguientes 26 facultativos, de los que ms de la mitad [14] son del Cuerpo de Sanidad Nacional: Salvador ALmansa de Cara, Alberto Anguera Angls, Jos Baln Garca, Jos M.Wavera, Santiago Colomo de la Villa, Obdulio Femndez, F. Garrido m t a n a , Clemente Garca Luquero, Manuel Gonzlez Ferradas, Jos Luis Guardiola, Isidoro Hemndez, Casiano Irizar, Joaqun Mestre Medina, Luis Njera Angulo, Jos Alberto Palanca y Martnez Fortn, Joaqun de Prada Fernndez Mesones, F. Rey, Jos San Romn, Jos Sierra Inestal, E. Surez Peregrn, Angel Uruuela Miranda, Antonio Vallejo Njera, Antonio Mara Vallejo de Simn, Victoriano Vallejo de Simn, A. Vich y Pedro Viiioslada. A partir de 1938 desaparecen las secciones que se haban consolidado en el periodo republicano, slo se publican trabajos, y deja de ser la revista el foro en el que se reflejaba la intensa actividad y las preocupaciones y proyectos de los profesionales de la sanidad.
De hecho esta impresin de abandono se constata al observar la evolucin del nmero de trabajos publicados (Tabla 2, Grfica 4). Tras
TABLA 2
N. e Arts.
% Arts.
N." Pgs.
AT/100 P
N." AA
% AA
225
TABLA 2
Produccin de la Raista de Sanidad e Higiene Pblica. (Continuacin) Ario
~v.." h.
--
%h. NQPgs.
AT/lOOP
NQAA.
%AA.
unos pocos aos en que crece el nmero de trabajos, a partir de 1941 desciende y se sita en una meseta de escasez, que con altibajos se extiende hasta 1968 en que vuelve a resurgir la revista. Se puede caracterizar casi todo el franquismo por esta insuficiencia cientfica en salud pblica. Los autores ms prolficos de la etapa franquista publicando en la revista son (Tabla 3): lvaro Lozano Morales con 35 trabajos, Prez Gallardo con 26, Rey Calero con 25, Manuel Mezquita Lpez con 23, Carlos RiceAvello y Rico con 22, Clavero del Campo con 21, Rafael Ibez Gonzlez con 20, Gimeno de Sande con 19,Jess Viilar Salinas con 16, Rafael Njera Morrondo con 15, Saiz Moreno con 14, Luis Njera Angulo y Luis Contreras Poza con 13,J. M.Womeo Viamonte, Gerardo Clavero Gonzlez, Durich y Remlinger con 12 artculos, Avelino Senra Varela, Julin Ramo, y Socias con 11 trabajos, y ya con 10 o menos artculos estn entre otros Federico Beato Gonzalez, Alberto Anguera, Enrique Angolotti, Juan Dantn Gallego, V. Altava, Mariano Maldonado Sampedro, Enrique Njera, J. M. Palacios Mateos, Benjamn Snchez Fernndez de Murias, Juan de la Sema, Federico Bravo Morate, C. Garcia Luquero, Adolfo Serig Segarra, Luis Valenciano, Francisco J. Yuste Grijalba, Manuel Domnguez Carmona, Jess
D M V A M T S . ActaHisp. Med. Sci. Hist. Illw., 15, 1995, 211-250.
TABLA 3
Relacin de los autores ms productivos en la Revista d e Sanidad e Higiene Pblica (19401974) y productividad de los autores Autores Arculos/Autor LOZANO MORALES ........................................................................................ PREZ GALLARDO .......................................................................................... REY CALERO ..................................................................................................... EZQUITA LOPEZ .......................................................................................... RICOAVELLO ................................................................................................... CLAVERO . . DEL CAMPO .................................................................................. IBANEZ GONZALEZ ........................................................................................ GIMENO DE SANDE ........................................................................................ VILLAR SALINAS .............................................................................................. NJERA MORRONDO, R ............................................................................... SAIZ MORENO .................................................................................................. NJERA ANGULO, L....................................................................................... CONTRERAS POZA .......................................................................................... ROMEO VIAMONTE ........................................................................................ REMLINGER ...................................................................................................... DURICH ............................................................................................................. CLAVERO GONZALEZ .................................................................................... SOCIAS ............................................................................................................... SENRA VALERA ................................................................................................ JULIN RAMO ..................................................................................................
35 26 25 23 22 21 20 19 16 15 14 13 13 12 12 12 12 11 11 11
Garca Orcoyen. Obdulio Fernndez Rodrguez.Joaqun de Prada. Agustn Pumarola Busquet. Primitivo de la mintana. Francisco Grande Covin. Gonzalo Pidrola Gil y Emilio Zapatero.
La comprobacin del cumplimiento de la ley de Lotka (Grfica 5) sobre la desigual aportacin del conjunto de autores permite apreciar que
D M V M S . Acta Hisp. Med . Sci Hist Illus., 15. 1995.211.250 .
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el distanciamiento de la distribucin terica se realiza a expensas del mayor nmero de lo esperado de autores ocasionales, que slo publican una vez sobre temas de higiene [455] cuando la cira debera ser algo inferior [340], teniendo en cuenta la cantidad total de trabajos canalizados por la revista a lo largo de los aos del franquismo, 1.173. En cuanto a los grandes productores esta ecuacin de Lotka seala una situacin <mormal, incluso de mayor proporcin de grandes productores, puesto que una pequea parte de autores, 28 (el 3.9% de los 707 autores), los ms prolficos (grandes productores, i.p.>l) publica el 36.06% del total de artculos. Esta preponderancia del ncleo reducido de los autores prolificos podra estar en relacin con la situacin de hegemona fctica del grupo de higienistas que se alinea en el bando vencedor de la Guerra Civil y que dirige la Revista de Sanidad e Higiene Pblica. En las dos primeras dcadas los autores ms prolficos (Tabla 4) son,
Evolucin quinquenal de las publicaciones de los principales productores en la Revista de Sanidad e Higiene Pblica (1940-1974)
@44 45-49 50-54 55-59 60-64
-
65-69
70-74 Total
LOZANO MORALES PREz GALLARDO REY CALERO MEZQUITA LPEZ RICO-AVELLO CLAVERO DEL CAMPO IBEZ GONZLEZ GIMEN0 DE SANDE VILLAR SALINAS NJERA MORRONDO, R SAIZ MORENO NJERA ANGULO, L CONTRERAS POZA ROMEO VIAMONTE REMLINGER DURICH CLAVEROGONZLEZ
8 3
-
14 3
7 5
6 -
3 5 5
-
5 18
7
3 2 2 1 1 1 1
-
2 12 1
8 5
1 1 3 6 3 5 4
-
2 2 -
4 2 3 2
-
7
2
3 2
1 1 1 1
1 2 3 10 7 3
13 5
1 5
3 2
2 1 1 2 2 4
2 2 1
1 1
1 4
socps
SENRA VARELA TULINRAMO
11
35 26 25 23 22 21 20 19 16 15 14 13 13 12 12 12 12 11 11 11
DIRAMS. Acta Hisp. Med. Su. Hist Illus., 15, 1995, 211-250.
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Lozano Morales [35 trabgos], Clavero del Campo [20], RiceAvello [19], Viiar Salinas [16], Ibez Gonzlez [15], Luis Njera Angulo [12], Romero fiarnonte [ E ] , Remlinger [12], Girneno de Sande [12], Socias [ll], Prez Galiardo [ l l ] y Mezquita Lpez [lo]. De este panorama descrito llama poderosamente la atencin la escasa presencia que entre los principales productores de artculos tienen los catedrticos de la disciplina de Higiene y Sanidad. Slamente aparecen entre aquellos con un ndice de productividad superior a 1 los profesores Clavero, Director del Instituto Nacional de Sanidad, e Ibez Gonzlez de la Facultad de Medicina de Granada. Una gran cantidad de estos autores prolficos son profesores responsables de distintas disciplinas de la Escuela Nacional de Higiene y Salud Pblica como Njera Angulo o Prez Gallardo, y otros son altos cargos en la sanidad militar, a la que tarnbien pertenece parte importante de los anteriores (Palanca, Pidrola). Tenemos as una disociacin entre la realidad universitaria y la disciplina de higiene, tanto en su vertiente prctica como terica, que, consolidada en este periodo, continuar ms all del franquismo. De hecho, en el cuniculum impartido en las Facultades de Medicina durante estos aos, destaca la poca entidad y relevancia de la materia de higiene y medicina preventiva. Las exiguas 60 horas en sexto curso representan, efectivamente,una escasa proporcin de las 5.500 horas del cuniculum mdico. Uniendo todas las materias relacionadas con las cuestiones sociales no supera el 3% del total de horas impartidas (30). Temticamente (Tabla 5) destaca el retroceso a cuestiones debatidas a principio de siglo, como supone el inters por las enfermedades infecciosas y parasitarias que, hasta 1964 ocupan el 58.3% del total de lo publicado, y que aunque desciende vuelve a adquirir cierta entidad a finales del periodo (Grficas 6, 7 y 8). Dentro de ellas son significativas y reflejan la evolucin de la morbilidad y mortalidad de entonces los artculos publicados sobre tuberculosis, paludismo e inmunizacin. Por el contrario el saneamiento ambiental merece un escaso 1.4%.Una situacin intermedia, con un menor inters en cuanto al volumen de artculos publicados reciben temas
(30) MARSET, P. (1983). Funciones de la Salud Pblica como base de la formacin sanitaria. In: Actas VII Congreso Nacjonal de Educacin Mdica, Barcelona, pp. 125137;y MARSET, P. (1983). Distribucin de las materias mdicas del currculum mdico basado en la salud. In: Actas VII Congreso Nacional de Educacin Mdica, Barcelona, pp. 149-157.
DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist llius., 15, 1995, 211-250.
229
TABLA 5
Evolucin de la produccin de la F&vista de Sanidad e Higiene Pblica por temas, 1940-1974 Temas
TBC" PALUDISMO' BRUCELOSIS' SALMONELOSIS' INFECCIOSAS2 GVASCULARES2 LAB02 INMUNIZACI~N~ SALUD MENTAL2 SALUD INFANTIL2 EPIDEMIOLOGA~ HOSPITALES2
SANID. AMBIENTAL2
4044
4549
50-54
5559
6 M
6569
7@74
SANID. ALIMENTOS2
NOTAS:
(1) Los porcentajes van referidos al total de artculos sobre enfermedades infecciosas de cada periodo. (2) Los porcentajes van referidos al total de artculos de cada periodo.
DMVAh47S. Acta Hisp. Med. Sci. Hislt ilius., 15, 1995,211-250.
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como la higiene rnatemoinfantil con un 6.8%, los mtodos de laboratorio con un 11.8%,o los de administracin sanitaria con un 10.1%, por delante de temas como estadstica sanitaria, cncer, higiene mental, nutricin, etc., cuya produccin es nfima. En relacin con la predileccin de los diferentes autores por los distintos temas vale la pena sealar que Clavero del Campo trata sobre todo de las rickettsiosis, especialmente de la fiebre Q , del paludismo, sus vectores, su epidemiologa, as como su tratamiento y lucha antipaldica. Menor volumen tienen sus trabajos sobre los Aedes. Tambin centra parte del inters de Prez Gallardo las rickettsiosis, as como el tifus. Lozano Morales le presta atencin al paludismo, Mezquita Lbpez a la epidemiologa de las enfermedades infecciosas y parasitarias, as como a las tcnicas de despiojamiento, control de manipuladores, y lucha contra el clera. Rico Avello dedica 12 de sus 22 trabajos a la historia de la medicina, aunque tambin se preocupa de la epidemiologa del paludismo, tuberculosis y bilharziasis. La colaboracin en los trabajos cientficos, medida a travs del ndice firmas/trabajo, se utiliza tradicionalmente (31) como indicador del grado de apoyo institucional a la investigacin, as como indirectamente del grado de institucionaacin de una disciplina y de calidad cientfica. Se estima que es significativo el momento en el que en una ciencia ms de la mitad de los artculos publicados estn firmados por dos o ms autores, momento que para el conjunto de las disciplinas dedicadas a las ciencias experimentales se sita en los aos cincuenta (32), mientras que en las ciencias mdicas acaece en la dcada de los aos 70: en Traumatologa y Ortopedia en 1970 (33), en Aparato Digestivo as como en Obstetricia y
(31) PRICE, D. J. S. (1969). Little Science, Big Science, Columbia, University Press. C. (1986). La produccin espaola en Ksica duran te (32) Ibidem; LPEZ FERNNDEZ, el periodo (1940-1975), a travs de los Anales de la Real Sociedad Espaola de Ksica y Qum'ca, Zaragoza, Tesis Doctoral; PALA0 POVEDA, G. (1990).Aproximacin a la investigacin qumica espaola desde 1940 a 1965 a travs de los Anales de la Real Sociedad Espaola de Ksica y Qumica, Murcia, Universidad, Tesis Doctoral. (33) LAMATA M.; MARSET, P.; NAVARRO QUILIS, A (1975). Evolucin de la produccin mdica espaola en traumatologa y ortopedia durante el periodo 19651972, a travs del ndice Mdico Espaol)).Revista espaola de Ciruga Osteoarticular, 10, 223246. DkRAMIS. Acta tasp. Med. Sci. Hist. Illus., 15, 1995,211-250.
23 1
Ginecologa, en 1971 ( 3 9 , en Ciruga vasdar en 19'73 (35),en Ofkalme loga as como en Toxicomanas, en 1974 (36).Fuera del periodo franquk ta se sitan las disciplinas de ndole ms social como la Geriatra en 1976 (37), o la Neuropsiquiatra, y la nuestra, la Salud Pblica, ya en 1980 (38). Los originales de la Revista de Sanidad e Higiene Pblica h a dos por un solo autor (Tabla 6, Grfica 9) que, para los aos anteriores a 1964 son ms del 80%, descienden al 70% en el quinquenio 19651969, y al 59% en el 1970-1974. Ello indica una paulatina introduccin del trabajo en equipo pero tambin deja claro que a lo largo del franquismo no se institucionaliza la salud pblica como disciplina cientfica.
I
Esta escasa colaboracin entre los autores higienistas se da tambin entre (Tabla '7) los autores ms prolficos: Villar Salinas publica sus 16 trabajos en solitario, Rico Avello 21 de sus 22 trabajos, Clavero Gonzlez 11 de sus 12 artculos. La produccin en solitario es superior al 80% de su produccin en Lozano Morales, Siz Moreno, Njera Angulo, Contreras
(34) GIMNEz ABAD& M. A; MARSET, P. (1975).Anlisis de las publicaciones pendicas mdicas sobre patologa digestiva para el perodo 1965-1971,segn el .ndice Mdico Espaol.. Revista espaola de Enfermedades del Aparato Digestivo, 46,203224; RODRGUEZ G A R J.~R (1974).La produccin cientfica espaola en Obstemcia y Ginecologa. Estudio analtico y sociomtrico, Madrid, Universidad Complutense, Tesis Doctoral. (35) SAN SEGUNDO, E. (1986).Evolucin de la produccin cientfica espaola en angiologa y ciruga w d a r segn el LME. (196519#), Murcia, Universidad,Tesis de Licenciatura. A. (1980).Evolucin de la produccin cientfica en Oftalmologa (36) POSADAS MARTNEZ, e n Espaa ( 1 972-1978), Murcia, Universidad, Tesis de Licenciatura; HOYOS ORTIZ, A P. (1987).Evolucin de la produccin espaola sobre glaucoma a travs de 1osArchivos de la sociedad espaola de oftalmologa (1961-1985),Murcia, Universidad, Tesis de Doctorado; REGOJO ALMELA, M. A. (1986). Estudio bibliomtrico de la produccin espaola sobre toxicomanas y drogodependencias~en el periodo 1970-1985, Murcia, Universidad, Tesis de Licenciatura. (37) GIL GIL, J . M. (1986). Anlisis bibliomtrico de la produccin cientfica espaola de geriatra y gerontologa durante el periodo 19741983, Murcia, Universidad, Tesis de Licenciatura. (38) ASENCIO RODRGUEZ, 0. (1986). Estudio bibliomtrico de los artculos sobre neurepsiquiatra-psicologa recogidos en el ndice Mdico Espaol durante el perodo 19761980, Murcia, Universidad, Tesis de Licenciatura; GUTIRREZ GAR& J . J . (1984). Evolucin de la produccin cientfica espaola en Salud Pblica segn el I.M.E. (19741983). Murcia, Universidad, Tesis de Licenciatura. DYNAMlS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. Iiius., 15, 1995, 211-250.
TABLA 6 Evolucin del ndice iinnas/trabajo en h Revista de Sanidad e Higiene Pblica, 19401974
Firmas
1 2
4044
60-64
3
46
+6
ARTIC.
O
213
238
116
TABLA 7 Colaboracin de los autores ms productivos Artculos Con "N" Firmas Autores
1 30 6 9 14 21 6 11 13 16 4 12 11 11 2 9 10 11 9 2 3
Total
LOZANO MORALES PREz GALLARDO REY CALERO MEZQUITA LPEZ RICOAVELLO CLAVERO DEL CAMPO IBEZ GONZLEZ GIMEN0 DE SANDE VILLAR SALINAS NJERA, R SAIZ MORENO NJERA, L. CONTRERAS POZA ROMEO VIAMONTE REMLINGER DURICH CLAVERO GONZLEZ
socAs
SENRA VARELA JULIN RAMO
233
Poza, Durich y Socias; y entre el 30 y 80% de la produccin de Mezquita Lpez, Ibez Gonzlez, Gimeno de Sande y Remlinger. Slo tienen una produccin individual inferior al 50% Prez Gallardo (23.1%) , Rey Calero (36%),Rafael Njera Morrondo (26.7%),Romeo Viamonte (16.7%),Senra Varela (18.2%) y Julin Ramo (27.3%). Incluso entre los autores con tendencia a colaborar la formacin de grupos estables es escasa. Clavero del Campo comparte 15 de sus 21 trabajos con 7 autores, con Prez Gallardo 7, con Romero Viamonte 6, con Hemndez Femndez 4, con Valle 2, uno con Fons, otro con Olivarra, y otro con Lozano Morales. Prez Gallardo comparte 20 de sus 26 trabajos. Entre 1944 y 1952 este forma equipo con Clavero del Campo [7 trabajos], con Hernndez Fernndez [4], con Valle [2], y con Gallardo [ 11, Sanz [1] y Fox [11. Entre 1962 y 1967 forma parte de otros dos grupos, uno con Rafael Njera [6 trabajos], Enrique Njera [5], Mateos [2] y Ruiz Falc [2], y otros 8 autores con los que slo comparte un trabajo, y un segundo grupo con Valenciano Clavel [5 trabajos], Mezquita [2], y Muelas [l]. Rey Calero, con 25 trabajos, forma equipo con Calbo Torrecillas [6 trabajos], Otero Puime [5], Gonzlez R Salinas [4], Casal [3], Romn [3], Mira [3], Garrido Peralta [2], Darniano [2], Lpez Snchez [2], y otros 6 autores con los que comparte un solo trabajo. Senra Varela comparte 4 de sus 11 trabajos con Palmero Troitio, y Julin Ramo 8 de los 11 que publica con Moya, 4 con Martnez Fuertes y con otros tres autores uno. Entre los autores prolficos no forman grupos estables Lozano Morales, Mezquita Lpez y Rico-Avello. Entre 1962 y 1967 Prez Gallardo forma parte de otros dos grupos, uno constituido por Rafael Njera [con el que colabora en 6 trabajos], con Enrique Njera [con 5 trabajos], con Mateos [2], y Ruiz Falc [2], y un segundo grupo con Valenciano Clavel [con quien comparte 5 trabajos], Gabriel y Galn [4], Mezquita [2] y Muelas [l]. El tema de ms inters predominante en estos trabajos lo constituyen las enfermedades infecciosas, y en concreto la poliomielitis. A partir del ao 1968 vuelve a aparecer un Consejo de Redaccin en la revista aunque slo figuran los cargos pblicos. De esta forma el Presidente es el Director General de Sanidad, y los vocales los subdirectores de los Servicios de Medicina Preventiva y Asistencial, de Farmacia, de Sanidad Veterinaria, $1 Secretario Tcnico el Inspector General de Sanidad VeteriDMVAMZS. Acta Hisp. Med Sci. Hist. Illus., 15,1995,211-250.
naria, el Director de la Escuela Nacional de Sanidad, el Director del Instituto Nacional de Oncologa, el del Instituto de Hematologa y Hemotempia, el del Centro Nacional de Virologa y Ecologa Sanitarias, el del Centro Tcnico de Farmacobiologa, el de la Escuela Nacional de hstructoras Sanitarias, el Director del Hospital Nacional de Enfermedades Infecciosas, el Secretario del Consejo Nacional de Sanidad, y el de la Comisin Central de Coordinacin Hospitalaria Como Secretario de la Revista figura Gerardo Clavero Gonzlez. A partir de 1971 aparecen los nombres unidos a los cargos, destacando Jess Gara Orcoyen, Pedro Porras, Romn Herrero Aylln, Andrs Miranda Hernndez, Alfi-edoDelgado, Luis Njera Angulo, Joaqun Vaamonde, Primitivo de la Quintana, Pedro Carda, Carlos Elsegui, Florencio Prez Gallardo, Fernando Montegui, Ciriaco Laguna, Carlos Rico-Avello, Juan Figueroa, Jos Sierra Inestal, Adolfo Seng. Ms tarde, por los cambios, se incorporan Federico Bravo Morate, Antonio Borregn, Armo Criado, Benjamn Snchez Fernndez de Murias, Pilar Njera, quien en julio de 1975 se har cargo de la secretara de la redaccin. En esta ltima etapa del franquismo es cuando la revista recupera cuantitativa y cualitativamente niveles aceptables desde el punto de vista cientfico. El nmero de artculos asciende en los aos 1972 y 1973 hasta casi 60 trabajos anuales, y aunque posteriormente desciende a unos 30 al ao, an est por encima del ndice de trabajos/ao del periodo anterior que era de 20. Los autores ms significativos de esta ltima etapa son, entre otros, Rey Calero [con 18 artculos], Rafael Njera [13], Senra Varela [ l 11, Clavero Gonzlez [8], Mezquita Lpez [7], Julin Ramo [7], Contreras Pozas [6], Prez Gallardo [ 5 ] ,Gimeno de Sande [5], Saiz Moreno [5], apareciendo autores que ms tarde sern prolficos como J. J. Vies, Martnez Navarro, Pedro Cortina, Enrique Njera o Luis Valenciano. Temticamente se advierte la incorporacin de nuevas metodologas en epidemiologa, conectando con las novedades del exterior. Los cambios en las concepciones pueden seguirse con el anlisis temtico de la produccin de la revista. El inters por las enfermedades infecciosas y parasitarias desciende para el periodo 1965-1974 con proporciones de un 26%, rnientras que el saneamiento ambiental asciende a un 12.7%, la salud materno infantil sube al 8.8%,y la salud mental al 5.5% (Grfica 7). Aparecen como
DYNAMIS. Acta Hisp. Med. Sci. Hist. ~ULLS., 15,1995,211-250.
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temas nuevos la salud dental (4.2%),los hospitales (2.9%),la educacin para la salud (1.8%),y los accidentes (1.6%).La epidemiologa (Grfica 8) se sita en un 16.4% y cambia su centro de inters de las enfermedades infecciosas agudas a otros procesos, ligndose estrechamente con los estudios de demograa. Asimismo cobra renovado inters el tema de la administracin sanitaria y el de las nuevas tcnicas y tendencias en el uso de los laboratorios en salud pblica. De esta forma destaca el que uno de los ms prolficos autores de esta ltima etapa, Rey Calero y los autores con los que publica, tengan como tema de inters las tcnicas inrnunolgicas, la epidemiologa y los indicadores sanitarios de la poblacin escolar. Estos cambios en la mentalidad de los higienistas que publican parecen empujados por la propia realidad (Tabla 8): la mortalidad desciende pauTABLA 8
Indicadores sanitarios Natalidad (x 1000) 22 Mortalidad (x 1000) 15,2 Mortalidad infecciosa Morbilidad salmonelas (x 100.000) Mortalidad tifoidea (miles) 16,3 Mortalidad TBC pulmonar (miles) Mortalidad TBC 118 Mortalidad paludismo 5,4 (miles casos) Mortalidad cncer 64,4 Mortalidad diabetes 7,l Mortalidad cardiovasculares (X 10.000) 38,56 Mortalidad accidentes Mortalidad infantil (x 1.000 NV) 114,7 NOTAS: (1) 1970-73 (2) 1951-54 (3) 1960-63
21,9 11,9
-
20,3 10,l
21,2 9,2
-
9,5
-
80,6
38,O 27,7
62,6
51,7
FUENTE: Los datos son una sntesis de los ofrecidos por CLAVERO GONZLEZ, G. (1977) Anlisis de la situacin sanitaria espaola. 1977, Madrid, Subsecretara de la Salud, Ministerio de Sanidad y Seguridad Social.
DMVAMIS. Acta Hsp. Med. Sci. H s t lliw., 15, 1995, 211-250.
latinamente (de 15 por mil a 8.5), y dentro de ella tanto la mortalidad infantil (de 114 por 1.000 nacidos vivos en el primer quinquenio a 17 en el ltimo) como la mortalidad y morbilidad infecciosas para todas y cada i l una de las causas (de una morbilidad por salmonelosis de 46 por cien m en el quinquenio 1950-54 a 7.5 en el ultimo, de una mortalidad por tifoidea de 16.000 casos en el primer quinquenio pasa a mil en el periodo 197@73, mientras que en tuberculosis se pasa de una tasa de 118 al principio a otra de 10 al final, o de 5.400 casos de mortalidad por paludismo en los primeros aos a ningn caso en los ltimos), al tiempo que se incrementan las atribuibles a cncer (de 64 por mil a 137), diabetes (de 7 a 16) o accidentes (con cifras de 40 por mil en el ltimo quinquenio).
3.2.
En una situacin social y sanitaria precaria, se aprueba, en 1942, la ley de creacin del Seguro Obligatorio de Enfermedad, que se hace realidad en 1944, por la que se deslaboraliza la cobertura de riesgo, abarcando a un colectivo ms amplio (beneficiarios).Esta ley obedece a las mismas causas sociales y polticas que motivaron la promulgacin de sus precedentes en la Alemania de Bismarck (39) o en la Inglaterra de Lloyd George (40), la intencin de la derecha poltica por atraerse las voluntades de los trabajadores. De esta forma se puede apreciar la pretensin de lograr legitimacin y cierto apoyo de la clase trabajadora espaola, hostil al rgimen salido de la guerra civil (persecucin de sindicalistas, partidos polticos defensores de la legalidad republicana y sobre todo de izquierdas, PSOE y PCE). Para el desarrollo institucional de la misma parece que se encarg en un primer momento a la Direccin General de Sanidad (41), pero el rechazo de la misma a hacerse cargo de esta tarea motiva que se adjudique a una estructura propia del Ministerio de Trabajo, y en concreto le da la iniciativa
(39) SIGERIST, H. E. (1985). De Bismarck a Bevendge. Desarrollo y tendencias de la legislacin sobre seguridad social. In: Ema Lesky (ed.), Medicina Social. Estudios y testimonios histricos, Madrid, Ministerio de Sanidad y Consumo. (40) NAVARRO, V. (1984). Lucha de clases, Estado y medicina, Mxico, Nueva Imagen. F. (1965). Apunte crtico del funcionamiento de la Seguridad (41) SOL S&S, Social en Espaa. In: Henn Hatzfeld, La crisis de la medicina liberal, Barcelona, Ed. Ariel, pp. 197-221. DYNAMlS. ActaHisp. Med. Sci. Hist. Illus., 15, 1995, 211-250.
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organizativa al sector falangista, el ms cargado ideolgicamente de entre que respaldan al los que componen el equilibrio de fuemas conse~vadoras rgimen de Franco. Esta decisin es congruente con otras sidares que se haban adoptado, y que suponan colocar al Movimiento, a la Falange, como instancia protectora de la clase trabajadora. De esta forma tenemos las Mutualidades y Montepos Laborales bajo la Organizacin Sindical (42). Ello traer diversas consecuencias, y tambin crticas, aduciendo precisamente a la extrema politizacin de la iniciativa, que, como seala Palanca, si contribuy a crear tranquilidad y satisfaccin interior (fue una obra) ms poltica que tcnica (43). Otra fuente sobre la tensin creada entre la Direccin General de Sanidad y el Seguro Obligatorio de Enfermedad la encontramos en el discurso que el mismo Palanca pronunci en 1958 con ocasin de la apertura del curso acadmico 195859. En l, al tratar la evolucin de la sanidad espaola, de las conquistasconseguidas desde el final de la guerra civil, dedica una escasa pgina de las 129 del discurso impreso a mencionar la implantacin del Seguro Obligatorio de Enfermedad,indicando que no intervino para nada la Direccin General de Sanidad ni el Ministerio de la Gobernacin., y que .en su aplicacin hubo errores considerables, en los cuales no queremos insistir. (44). Las consecuencias de esta falta de coordinacin, y del caracter poltico de la puesta en marcha del SOE son de todo tipo: unas estructurales, la duplicidad inicial de las redes sanitarias, con la separacin posterior de las tareas asistenciales, teraputicas, de las preventivas y promotoras; otras organizativas, la configuracin de un modelo de funcionamiento basado en el autoritarismo, en el centralismo, y en lajerarquizacin, con el soporte de la ideologa fascista; otras econmicas, al ir creciendo aceleradamente la recaudacin, por el vertiginoso proceso de industrializacin, y a un ritmo superior al de los gastos, pues en esos momentos la poblacin asalariada y beneficiaria es jven y con menor tasa de frecuentacin sani(42) VERGS,J. (1976). La Seguridad Social Espaola y sus cuentas, Barcelona, Ariel. FORTN, J. A. (1965). Los errores iniciales del Seguro (43) PALANCA MARTNEZ Obligatorio de Enfermedad, en Felip Sol Sabaris Apunte critico del funcionamiento de la Seguridad Social en Espaa, a su vez en Hatzfeld, op. cit. en nota 41, p. 202. (44) PALANCA (1958), op. cit. en nota 23, pp. 116117. DI1VAMIS. Acta Hisp. Med. Su. Hist IULLS., 15, 1995, 211-250
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taria y de morbilidad, ello depara que se convierta el Seguro de Enfermedad en la instancia paraestatal ms importante, y si en 1960 suponen los ingresos de la Seguridad Social un 8.75% del Producto Nacional neto en 19'72 son un 11.5%,constituyendo unos dos tercios de los presupuestos del Estado (45), cuando los presupuestos de la Direccin General de Sanidad siguen siendo ridculos (46); otras consecuencias son, en fin, cientficas, la escasa produccin cientfica de ndole salubrista a partir del trabajo desarrollado en la estructura del SOE.
3.3. La ley d e Bases d e Sanidad Nacional d e 1944 y la Ley d e Bases d e la Seguzidad Sociald e 1963
La segunda iniciativa legislativa del franquismo en materia sanitaria ser la Ley de Bases de la Sanidad Nacional de 1944, que toma an como referencia la anterior Ley de Sanidad vigente, la de 1855 y la Instruccin de 1904. Pretenda fundamentalmente dos objetivos, coordinar las actuaciones sanitarias, muy dispersas, y desarrollar una labor de proteccin sanitaria frente a los peligros genricos de las infecciones con todo tipo de acciones preventivas e interventoras. Sin embargo, como reconoce uno de los mentores de dicha ley, Palanca (47), desgraciadamente, despus de aprobada la Ley por las Cortes del Reino, salvo el Ministerio de Gobernacin, los restantes departamentos ministeriales procedieron como si no existiese, haciendo lo que les pareca conveniente.. Por otra parte no se modernizan las directrices epidemiolgicas ni sanitarias en vigor antes de la Guerra Civil. Sigue siendo la Sanidad asunto del Ministerio del Interior, y el Estado slo asume la responsabilidad pblica de la prevencin, no as la de asistencia. *Slofue eficaz en la prevencin de enfermedades transmisibles puesto que heredaba la estructura anterior diseada a tales fines (48). De todas formas esta ley fue poco desarrollada por el Gobierno. El tercer paso legislativo del franquismo fue la ley de Bases de la Seguridad Social de 1963, encaminada a la racionalizacin financiera y
(45) (46) (47) (48)
VERGS (1976), op. cit. en nota 42, pp. 138 y 139. EPELDEGUI et al. (1980), op. cit. en nota 26. PALANCA (1958), op. cit. en nota 23, pp. 5457. BANDO CASADO (1986), op. cit. en nota 18, p. 57.
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administrativa de las entidades y prestaciones existentes (49). Previamente, en 1962 se haba promulgado la Ley de Coordinacin Hospitalaria por la que se intentaba racionalizar la estructura asistencia1hospitalaria siguiendo los cnones europeos, y que favoreci la introduccin en nuestro pas de consideraciones modernas en el campo asistencial.Junto con estas legislaciones tiene lugar la reforma de la Funcin Pblica de 1963 por la que adems de la mencionada modificacin de las bases retributivas de los funcionarios del Cuerpo de Sanidad Nacional mejorando los salarios y eliminando el reparto procedente de las tasas sanitarias, se elimina una entidad que se haba creado en la 11 Repblica, las Mancomunidades Sanitarias, integrndola en las Jefaturas Provinciales de Sanidad. Aunque stas haban sido desproMstas por el franquismo de la estructura institucional de mbito subcomarcal y comarcal, y por ello vaciadas del objetivo descentralizador que les haba conferido la legislacin republicana, sirvieron para hacer frente econmicamente a contingencias y necesidades importantes. Se consuma por ello el debilitamiento de la estructura dependiente de la Direccin General de Sanidad, precisamente cuando est creciendo e imponindose la estructura del SOE. Hacia el final del franquismo, 1970, se lamentaba Rico Avello que En Espaa no ha existido una conciencia sanitaria, ni han prosperado la organizaciones y el desarrollo de la Medicina Preventiva ... Sobre la Sanidad gravitaban muchos aos de abandono e incomprensin, de negligencia...* (50).
4. CONCLUSIONES
Al contrastar la evolucin de la dimensin cientomtrica de la salud pblica a lo largo del franquismo con algunos de los parmetros sociosanitarios de este periodo se aprecia la ausencia de institucionalizacin de la
(49) SOL sABARs (1965), op. cit. en nota 41, y VERGS (1976), op. cit. en nota 42; y tambin ROMEU DE ARMAS, A (1944). Historia de la previsin social espaola, Madrid, Ed. Revista de Derecho Privado; y RULL SABATER, A (1970). La Segundad Social en Espaa, Madrid, 1. Euroamrica. (50) RICO AVELLO Y RICO, C. (1969). Notas para la Historia de la Sanidad Espaola, Madrid, Dir. Gral. Sanidad, p. xix.
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disciplina en el sentido sociolgico de consolidacin y autonoma de grupos profesionales. Una comprobacin de esta visin pesimista se obtiene al constatar el panorama universitario que ofiece la disciplina en las Fadtades de Medicina. Unida en la prctica las ms de las veces a la Microbiu loga, sin dar cabida a las nuevas orientaciones de la Revolucin Epidemiolgiw ni de la Administracin o Planificacin sanitarias, segua siendo una asignatura de segundo orden en la formacin de los mdicos. Incluso la enseanza en la Escuela Nacional de Sanidad era calificada, para esos aos, por persona tan significada como Ruiz Falc, como un paso atrs en relacin con la etapa anterior a la Guerra Civil (51). La persistencia durante tantos aos de esta posicin de subalternidad de la sanidad espaola en relacin con la actividad y dinmica hegemnica del Seguro de Enfermedad, ha supuesto el no introducir esta nueva realidad ni como objeto de estudio cientfico, ni como materia sobre la que formar a los profesionales. De esta forma, cuando la nueva realidad social, sanitaria y legislativa, plantea la necesidad de disponer de un cuerpo de profesionales sanitarios adecuadamente formados en salud pblica, en la prctica, las tareas de diseo, planificacin y desarrollo de las programaciu nes en materia sanitaria en todos los mbitos, son efectuadas por profesiu nales que no han recibido formacin en salud pblica. El INSALUD (la vertiente asistencial) consume en la actualidad (1993) el 98% del presupuesto sanitario, mientras que la dimensin sanitaria, la de salud pblica, tanto en el Ministerio, como en las Comunidades Autnomas, representa un escaso 2%. La conciencia de este defecto ha motivado que algunas de las Comunidades Autnomas creen Escuelas de Sanidad y que la Escuela Nacional de Sanidad retome esta responsabilidad. Por ltimo, otra consecuencia de esta debilidad en la evolucin positiva de la salud pblica como disciplina a lo largo del franquismo, ha consistido en la emigracin cientfica y profesional de parte de los sanitarios interesados a diversos pases, con el problema aadido de incorporar a su regreso conceptos, mtodos, instrumentos y tcnicas desarrolladas y aplicadas a contextos sociosanitarios diferentes y en bastantes ocasiones diametralmente opuestos de los existentes en nuestro pas.
(51) RUIZ FALC LPEZ,F. (1983). Escuela Nacional de Sanidad. Problemtica pasada, actual y futura. Revista de Sanidad e Higiene Pblica, 57, 359-372 (p. 362).
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AGRADECIMIENTOS Al Dr. Ramn Navmo por la informacin suministrada sobre la evcs lucin de los gastos sanitarios as como sobre la de los miembros del Cuerpo de Sanidad Nacional.
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DWAIWS. Acta Hisp. Md. Sa. Hist. Ilius.., 15, 1995, 211-250.
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DI?VAMTS. Acta Hiip. Med. Sa. Hz'st. l l h s . ,15, 1995, 211-250.
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DYNAMTS. A& Hisp. Md. Sa. Hist. 1112(~.., 15, 1995, 211-250.
Pblica (19QO/441970/74)
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Producnn sobre salud mentak y muttmuinfantil. Revista de Sanidad e Higiene Pblica (1940/44-1970-74)
PRODUCCION SOBRE SALUD MENTAL 1940/44 1970/74
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