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Tesis Magister Izabela

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Mster en Educacin en Igualdad de Gnero y Polticas de Igualdad Universidade de Vigo

Tesis de Magister

Nada de Carmen Laforet: el proceso de maduracin de la protagonista como un ejemplo de emancipacin femenina

Izabela Mocek

Tesis tutorizada por Mara Jess Faria Busto Septiembre de 2005

NDICE

I. Introduccin ................................................................................................................3

II. Nada: un libro inquietante .........................................................................................7 II. 1. La novela en la estimacin de la crtica.......................................................7 II. 2. Los elementos autobiogrficos en Nada .....................................................14 II. 3. El panorama sociocultural de la Espaa de posguerra y la situacin de las mujeres ..............................................................................................27 II. 4. Andrea: un viaje de una adolescente hacia la madurez en clave de la emancipacin femenina .............................................................34 II. 4. 1. El viaje fsico de Andrea : el espacio en la novela ..................................................................................................................... 34 II. 4. 2. El viaje espiritual de Andrea: la promesa de la liberacin ......................................................................................................................38

III. Conclusin ................................................................................................................55

IV. Bibliografa ................................................................................................................58

I. Introduccin

El presente trabajo est dedicado a Nada de Carmen Laforet, una de las obras ms importantes en el canon de la literatura espaola. Fue hace unos aos, durante mi primera visita en Espaa, que descubr esta novela y me impresion con su singular encanto. La protagonista tena mi edad y, llevada por su narracin, viaj durante unos das a la Barcelona de posguerra. Aunque el contexto sociohistrico de Andrea era muy diferente a la realidad en la que me mova yo, me resultaba fcil identificarme con ella: una joven en bsqueda de su lugar en el mundo. En aquel primer momento no saba casi nada del libro ni de su autora, no era consciente del gran peso histrico que haban tenido en la literatura espaola. Aun as, fue una de aquellas lecturas que contribuyeron a desarrollar en m una especial sensibilidad e inters por la escritura femenina. Nada apareci como una rfaga de viento fresco en medio de una poca de crisis intelectual y artstica. La recin terminada guerra civil tuvo consecuencias devastadoras no slo para la economa del pas. Las reas del arte y del pensamiento se vieron doblemente afectadas: tanto por las secuelas del conflicto que desemboc en un xodo de gran parte de la lite intelectual, como por la recin instaurada dictadura. Franco cerr Espaa a las influencias extranjeras e hizo romper con la tradicin anterior a la guerra civil. Adems, estableci todo un mecanismo de censura que vigilaba y persegua la menor seal de crtica o desobediencia hacia el gobierno. En aquellas condiciones era muy difcil escribir algo que no fuese una alabanza de los valores predicados por la Falange. El mercado editorial estaba inundado por lo que en aquel entonces se vea como una literatura amable o luminosa1, que eluda la realidad marcada por el hambre y la pobreza que afectaban a una gran parte de la sociedad. Los jvenes escritores que quisiesen hacer frente a aquella situacin estaban despojados de modelos o puntos de referencia y en el caso de las escritoras el problema era an ms grave: a todos los factores que acabo de nombrar se una la marginacin a la que, en tanto mujeres, las condenaba la ideologa franquista. El nico camino posible para aquellas mujeres que se atrevan a transgredir la poltica del ngel de hogar y dedicarse a la escritura era el de la novela rosa: historias sentimentales dirigidas sobre todo al pblico femenino burgus.

Fraai, Jenny: Rebeldas camufladas: anlisis de tres novela femeninas de los aos cuarenta en Espaa, Alcal de Henares, Concejala de Mujer del Ayuntamiento de Alcal de Henares, 2003, p. 12.

Este tipo de literatura, de mediana calidad artstica, ensalzaba an ms la idea franquista de que la mxima felicidad de una mujer radicase en el matrimonio tradicional. Teniendo en cuenta todas las circunstancias expuestas, resulta evidente la importancia histrica de Nada y de su autora que, junto a novelistas como Camilo Jos Cela con La familia de Pascual Duarte (1942) y Rosa Chacel con Memorias de Leticia Valle (1945), logr marcar en la narrativa espaola de aquel momento un nuevo rumbo, distinto al oficial, propuesto por las autoridades. La novela de Carmen Laforet, galardonada con el primer premio Nadal, suscit un enorme entusiasmo en una gran parte de la crtica literaria de aquel momento. Autores del rango de Azorn o Juan Ramn Jimnez mostraban su asombro tanto por la calidad del libro, como por la escasa edad de su autora. Pareca increble que una muchacha de tan slo 23 aos lograse expresarse con tanta madurez. Se destacaban tanto el valor de la novela como testimonio de la difcil realidad de aquella poca, como la extraordinaria sensibilidad de la joven autora en la recreacin de una voz femenina, hecho por el que se la lleg a comparar con Emily Bront en Cumbres Borrascosas. El inters que la crtica demostr por Nada en el momento de su publicacin no se apag en los aos posteriores: se analizaron mltiples aspectos de esta novela que, como el nico ejemplo de escritura femenina de la posguerra inmediata, lleg a formar parte del canon universal de la literatura espaola del siglo XX. Carmen Laforet se convirti en un eslabn muy importante en la genealoga formada por aquellas mujeres que, a travs de la escritura, lucharon contra las limitaciones impuestas por el patriarcado. Continuadora de una larga tradicin que evoca figuras como Teresa de vila, Mara de Zayas y Sotomayor, Gertrudis Gmez de Avellaneda, Cecilia Bhl de Faber, Emilia Pardo Bazn, Rosala de Castro, Blanca de los Ros o Rosa Chacel, se convirti, asimismo, en un ejemplo a seguir para muchas de las escritoras que llegaron despus. Como seala Jenny Fraai, en la poca de posguerra, Nada tuvo una enorme importancia para muchas escritoras nacientes que tmidamente estaban tentando el vado dentro de los lmites de lo permitido por la censura:

Para ellas la novela de Carmen Laforet era una hazaa de primer orden. Elizabeth Ordez ha reunido buen nmero de elogios y comentarios emocionados de autoras como Carmen Kurtz, Marta Portal, Rosa Rom, Susana March y Carme Riera, que haban leido el libro en su juventud. As dijo Carmen Kurtz: (...) que Carmen no busc trucos lingsticos, ni trucos polticos, que se limit a decir lo que vio y sinti hacindonos ver y

sentir como ella (Ordez 1991: 34-35). Y sabemos que tambin Ana Mara Matute fue animada por el xito de Nada para escribir su primer libro.2

Adems Carmen Laforet sirvi indudablemente de punto de referencia para las escritoras de la poca de la transicin, como Esther Tusquets o Ana Mara Moix. La novela fue (y sigue siendo) objeto de un gran inters por parte de la crtica literaria feminista que ve la historia de Andrea como una metfora de la emancipacin femenina. Se resalta frecuentemente la importancia de los personajes femeninos en la obra: todas vctimas de la dominacin masculina, representan diferentes ejemplos de conducta ante la opresin a la que las somete el patriarcado, y de la casa, espacio tradicionalmente femenino, como escenario de su lucha. En el presente trabajo, me propongo como objetivo analizar, adoptando como referencia el camino propuesto por la crtica feminista, el proceso de maduracin de la protagonista de Nada, enfocado como una prueba de liberarse de las circunstancias que agobian a la protagonista y limitan su desarrollo (la situacin familiar, la influencia autoritaria de su ta Angustias, el espacio fsico de la casa de su abuela) y, adems, como una rebelda contra el modelo tradicional de la mujer en la poca del franquismo. Investigar, asimismo, los elementos externos que influyeron en la creacin del personaje de Andrea, tales como las experiencias personales de la propia escritora, o la posicin social de la mujer en la sociedad patriarcal de la poca de Franco. En el primer captulo dedicado al anlisis de la novela, presentar un cuadro de las crticas que sta recibi en el momento de su aparicin: es imprescindible saber lo que se opinaba de la obra para entender bien la enorme importancia histrica que tiene. Al mismo tiempo, el bagaje de experiencia de la que disponemos hoy permite enfocar aquellos comentarios, ubicados dentro de una lgica patriarcal, desde una perspectiva crtica, marcada por la conciencia de gnero. En un segundo momento tratar la cuestin del autobiografismo en Nada: estudiar la manera en la que la propia experiencia vital de Carmen Laforet se encuentra reflejada en su libro y en la figura de la protagonista. La escritura femenina constituye no slo un compromiso genrico, sino tambin un compromiso personal y Carmen Laforet es una de las escritoras que desde su propia experiencia representan a las dems en su lucha por transgredir los lmites de la marginacin. Su compromiso es particularmente notorio teniendo en cuenta el contexto sociohistrico que la condicionaban como mujer y como escritora. Al estudio de este
2

Fraai, Jenny: Rebeldas camufladas (...), op. cit., p. 38.

ltimo estar dedicado un tercer apartado, en el que realizar un breve estudio de la situacin de las mujeres en la Espaa de posguerra, poca en la que transcurre la accin de Nada y que determina la vida de su protagonista. Dicho estudio servir de base para el siguiente captulo, en el que analizar el proceso de maduracin de esa protagonista, Andrea, como una lucha contra las limitaciones impuestas por el rgimen. Adoptar la perspectiva de la crtica literaria feminista con el objetivo de interpretar la bsqueda de identidad propia por su parte y su rebelda contra el modelo de feminidad tradicional, representado por varios personajes en la obra, como un ejemplo de liberacin y emancipacin femenina.

II. Nada: un libro inquietante.

Nada (1945) de Carmen Laforet es una novela en forma autobiogrfica cuya accin transcurre en los primeros aos de posguerra. La protagonista, Andrea, abandona su pueblo a los dieciocho aos y va a estudiar a Barcelona, donde se aloja en casa de sus parientes. Al principio la familia, a la que apenas conoce, despierta en ella una fuerte curiosiodad y hasta simpata, pero pronto descubre que se trata de un grupo de desequilibrados a los que las experiencias de la guerra y la difcil situacin en la que les ha tocado vivir, marcada por el hambre y la miseria, les ha llevado a la locura. La joven busca refugio en sus amistades universitarias, un mundo bien distinto del de sus familiares, pero que, al cabo de un tiempo, tambin la decepciona. La nica que la entiende y la apoya es Ena: a pesar de las diferencias entre ambas, su relacin desemboca en una fuerte y sincera amistad. El ao en Barcelona, se convierte para Andrea en una experiencia muy importante: la bsqueda de identidad propia y el primer paso hacia la edad adulta. La maduracin de la protagonista se realiza desde una posicin de rebelda contra el modelo de feminidad y las limitaciones impuestas por la ideologa franquista, hecho que permite verla como un smbolo de emancipacin femenina.

II. 1. La novela en la estimacin de la crtica.

Por dificultades en el ltimo momento para adquirir billetes, llegu a Barcelona a medianoche, en un tren distinto del que haba anunciado y no me esperaba nadie. Era la primera vez que viajaba sola, pero no estaba asustada; por el contrario, me pareca una aventura agrabable y excitante aquella profunda libertad de la noche.3

As empieza Nada de Carmen Laforet, un libro que aparece en el panorama literario espaol en el ao 1944, para ser galardonado, este mismo ao, con el primer premio Nadal. Es como una rfaga de viento en el desierto cultural del pas que conserva todava frescas en su memoria las crueldades de la guerra civil, pero, al mismo tiempo, se ve obligado a silenciarlas bajo la presin de la poltica franquista. Juan
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Laforet, Carmen: Nada, Barcelona, Ediciones Destino, 1999, p. 13.

Ramn Jimnez, en una carta enviada desde Washington, le agradece a la autora la belleza tan humana de su libro, belleza de su sentimiento en su libro y lo describe como hecho de pedazos entraables, como todo lo que hace la juventud, y con tanta generosidad de ofrecimiento pblico que me parece casi criminal poner en ello manos fras, manos muertas.4 Se trataba de una gran revelacin femenina en el panorama intelectual de aquel momento, testimonio literario del deterioro econmico y social en el que cay el pais despus de la guerra. Pareca inslito que una muchacha de tan slo 23 aos lograse expresarse con tanta madurez, sobre todo teniendo en cuenta que el gnero predominante en la literatura femenina de aquel momento era la llamada novela rosa que presentaba una visin del mundo bastante apartada de la realidad. No obstante la exitosa acogida que recibi por parte del pblico, Nada fue (y sigue siendo) un libro controvertido e inquietante. Como apunta Geraldine Nichols en su estudio sobre las novelistas espaolas de la posguerra5, tanto dentro, como fuera de la pennsula la novela suscit opiniones muy diversas por parte de la crtica. De un lado, se la alababa y galardonaba, pero a la vez segua suscitando amargas crticas, como la que recibi de parte de los editores de Bibliografa Hispnica, una revista muy allegada al rgimen, que la sentenciaron plenamente digna de su ttulo: Nada. Posiblemente es a este comentario al que se refiere Juan Ramn Jimnez en su carta a Laforet:

En los peridicos que me mandan de Espaa, vengo leyendo, hace un ao, crticas sobre su novela. Y aunque en algunos casos ha sido usted comprendida y generosamente alabada, me apena la ceguera de los que tratan su libro literariamente slo, o slo curiosamente.6

Gran parte de la lite intelectual del pas, sobre todo en el exilio, vea Nada como un testimonio negativo sobre el rgimen. La degeneracin de la familia de la calle de Aribau simbolizaba, en su opinin, las secuelas de la guerra civil y el poder opresivo de la dictadura de Franco. Al mismo tiempo, sin embargo, la censura oficial, tan estricta y sensible a cualquier crtica de la patria, autoriz la publicacin del libro. En qu consiste, entonces, el fenmeno de Nada? Es uno de los pocos ejemplos de literatura femenina que logr transgredir la invisible frontera que separa la creacin de las mujeres del canon universal: entre las
Jimnez, Juan Ramn : Carta a Carmen Laforet, en Augustn Cerezales (ed): Carmen Laforet, Ministerio de Cultura, 1982, p. 138. 5 Nichols,Geraldine: Des/cifrar la diferencia. Narrativa femenina de la Espaa contempornea, Madrid, SigloXXI, 1992, p. 29. 6 Jimnez, Juan Ramn: Carta a Carmen Laforet, en Augustn Cerezales (ed), op. cit., p. 138.
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numerosas novelas escritas por autoras espaolas de posguerra, Nada es la nica que no falta en ningn estudio crtico que trate sobre la literatura de aquel periodo. La crtica literaria mundial ha encontrado en ella una fuente interminable de motivos y preguntas: las numerosas referencias intertextuales crean dificultades a la hora de intentar clasificarla dentro del canon literario existente. Considerada tradicionalmente un ejemplo de tremendismo, fue analizada tambin dentro del marco de la novela existencialista7, del llamado Bildungsroman (o novela de aprendizaje)8, o incluso del neorromance9. Se estudiaron, adems, el significado de la narracin en primera persona10, la estructura arquitectnica del texto11 o las referencias al arte pictrico.12 Esta multitud de perspectivas constituye, en mi opinin, una prueba de la complejidad de esta obra y ayuda a comprender mejor su funcin innovadora en la literatura de la poca de posguerra. Nada apareci en aquel momento como una una resucitacin del gnero novelesco y como tal recibi muy buena crtica por parte de algunos de los nombres ms famosos en del mundo literario de la poca, como el ya mencionado Juan Ramn Jimnez o Azorn que, en su artculo titulado Rspice a Carmen, manifiesta tanto su sorpresa por no saber anteriormente cosa alguna de la escritora, como su admiracin por la obra en s misma. Agrega que a esta edad 23 aos- slo se suelen publicar tanteos, probaturas, ensayos y no una novela magistral, nueva, con observacin minuiciosa y fiel, con entresijos psicolgicos que hacen pensar y sentir.13 Otro escritor, M. Fernndez Almargo, tambin expresa que fue la sensacin de asombro la que le invadi al haber ledo Nada:

Acabo de leer Nada y estoy completamente persuadido de que en Carmen Laforet, su autora, apunta una novelista de valor extraordinario. Pero otra impresin nos posee acto continuo ms poderosa an: asombro. Nos asombra que una muchacha tan muchacha sea capaz de realizar en todos los sentidos una novela desbordante de experiencia humana, de conocimiento de los hombres, de las mujeres y quiz de ella misma. Carmen Laforet ha
Ferrer , Olga P.: La literatura espaola tremendista y su nexo con el existencialismo., Revista Hispnica Moderna 22(1956), 298-300. 8 Feal Deibe, Carlos: Nada de Carmen Laforet: la iniciacin de una adolescente. The Analysis of Hispanic Texts:Current Trends in Methodology. Ed. Mary Ann Beck et al. New York: Bilingual Press, 1976, pp. 221-41; Schyfter Sara: La mstica masculina en Nada de Carmen Laforet., en Janet Perez (ed), Novelistas femeninas de la posguerra espaola, Madrid, Porra Turanzas, 1983, pp. 85-93. 9 Foster, David W.: Nada de Carmen Laforet: ejemplo de neo-romance en la novela contempornea. Revista Hispnica Moderna 32 (1966), pp. 43-55 10 Spires, Robert: La novela espaola de posguerra, Madrid, CUPSA, 1978, pp. 51-73. 11 Ambrosio Servodidio, Mirella: Spatiality in Nada, Anales de la Narrativa Espaola Contempornea 5 (1985), pp. 57-72. 12 Bruner Jeffrey: Visual Art as Narrative Discourse: The Ekphrastic Dimension of Carmen Laforets Nada., Anales de Literatura Espaola Contempornea, 18 (1993), pp. 247-260. 13 Azorn: Rspice a Carmen Laforet, Destino, Barcelona, 21 de julio de 1945.
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hecho una novela completamente en sazn. Esta primera obra ya nos la presenta perfectamente caracterizada: en el concepto, en la expresin, en el sondeo de carcteres, en la gravitacin del ambiente, en el dilogo, en la graduacin de efectos, incluso en ese arte o artificio que reserva y administra hbilmente las sorpresas y misterios de que pende el inters del lector.14

Con esta frase, el escritor abarca la novela en toda su dimensin y multitud de aspectos. Una vez ms se nos pone de relieve el asombro ante el hecho de que una autora tan joven haya logrado elaborar un anlisis psicolgico tan profundo de sus personajes. En mi opinin, sin embargo, es la juventud de Carmen Laforet la que le permiti transmitirnos en su novela una visin del mundo y de la psique femenina tan original y sensitiva. La autora no explica sino que nos hace adentrarnos en la accin, en la psicologa de los personajes, sobre todo los femeninos, para que podamos experimentar en carne propia toda la miseria (tanto material, como espiritual) y la desesperanza que llenan el ambiente de la ciudad de Barcelona en los primeros aos de posguerra. La recreacin de aquella realidad es tan sugestiva que la familia de la calle de Aribau, llena de conflictos y gravemente afectada por el hambre y la pobreza, lleg a ser considerada un smbolo de las consecuencias que tuvo la guerra para los espaoles:

Carmen Laforet, proponindoselo o no, ha trazado en Nada un cuadro acabado de las circunstancias que se aunaron en Espaa en 1936 hasta degenerar en un duelo fratricida. Me refiero ante todo al esbozo de unas mentalidades atrincheradas en su verdad, reacias a todo intento de conciliacin. Desde este punto de vista, Nada me parece un smbolo. Los preludios de la Guerra Civil y la Guerra misma estn en ella.15

Teniendo en cuenta la edad de la autora al empezar la guerra civil (quince aos), no cabe duda alguna de que la contienda dej en su memoria una huella que luego nos devuelve (de una manera ms o menos directa) en sus obras. Alguien podra decir que Carmen Laforet, por haber crecido en las Islas Canarias, no lleg a sufrir directamente las atrocidades de la guerra. No hay que olvidarse, sin embargo, de que las vctimas de la guerra no son solamente quienes murieron entre invectivas y caonazos, sino tambin quienes llevan su imprenta en lo ms hondo de s. A la edad de dieciocho aos, la escritora abandona su isla para ir a estudiar a Barcelona. Lo que ve al llegar es una ciudad que conserva todava muy vivas las huellas del conflicto. Una ciudad en la que rigen el miedo, el hambre, la inestabilidad y toda una serie de privaciones. Todas las
14 15

Fernndez, Almagro M.: Nada por Carmen Laforet, ABC del 12 de agosto de 1945. Delibes, Miguel: La Guerra civil en una novela, en Augustn Cerezales (ed), op. cit., p.163.

ilusiones que llenaban su joven alma chocan bruscamente con la realidad de aquel ambiente desesperanzado y privado de espiritualidad. Esto, junto con las noticias de la segunda guerra mundial tena que haber influido enormemente la sensibilidad y la imaginacin de la escritora. Quiz sea Nada un intento de liberarse del enorme peso de esta experiencia y el acto de narrar un intento de dominar a los fantasmas del conflicto? Cualesquiera hubiesen sido los aspectos que influyeron en Carmen Laforet a la hora de escribir Nada, lo que presenta all es un retrato complejsimo de una adolescente a la que le toc entrar en la madurez en las circunstancias difciles e instables de la Espaa de aquel momento. Dicha revelacin de la psique femenina en el dficil momento de abandonar la infancia y entrar en la madurez es la esencia de la novela y constituye su sumo acierto. La voz de Andrea se convierte aqu en el eje en torno al que se construye la accin: la protagonista y su mundo emocional aquieren el rango de sujeto de la escritura. Al adentrarse en el complicado laberinto emocional de su protagonista, todava llena de romnticas ilusiones, pero al mismo tiempo, dolorosamente consciente del destino al que la condena el patriarcado, la autora propone un nuevo modelo de feminidad, en profundo desacuerdo con los ideales de la poca. El elemento de rebelda y la preocupacin por mostrar el interior femenino en toda su complejidad sita a Carmen Laforet en la tendencia trazada por autoras como George Sand, Gertrude Stein, Simone de Beauvoir o Virginia Woolf. Es imprescindible tener en cuenta el hecho de que los escritores que comentaron la obra lo hacan desde un posicionamiento masculino y patriarcal, por lo que no profundizaban en los espectos que acabo de poner de relieve. Insistan, antes que nada, en la juventud de la autora y en la sinceridad y autobiografismo de su narracin, sin resaltar la posibilidad de una lectura feminista de la obra. As escribe Ramn Sender, en su articulo titulado Carmen Laforet en ingls, escrito con ocasin de la publicacin de la primera traduccin de Nada al ingls:

Carmen Laforet, nuestra novelista espaola es sencillamente, y nada ms y nada menos, Carmen Laforet. Desde su primera novela, Nada, nos muestra su jardn secreto sin impudicia y sin falso recato. Nos muestra la sutil complejidad de un alma femenina que pasa por la vida con su sensibilidad alerta y una enorme curiosidad intelectual. Y nos cuenta lo que siente y lo que piensa. Y tambin (antes que nada) lo que ve.16

16

Sender, Ramn: Carmen Laforet en ingls, en Augustn Cerezales (ed), op. cit., p. 151.

10

En el mismo artculo, Ramn Sender afirma que las fuentes principales de las que se nutre la materia novelesca de Nada son una minuiciosa observacin de la vida y la sustancia propia de la escritora (aade que tal fue el caso de muchos grandes novelistas: Dostoyewski, Tolstoi, Balzac, Stendhal). Insiste, adems, en que a Carmen Laforet le encantaba observar la realidad y que los frutos de esta observacin, transformados por el incesable trabajo de la memoria y de la imaginacin de la escritora, nos fueron devueltos en sus obras. Describe la manera de la que elabora la experiencia vital en Nada como autntica, muy suya y sobre todo muy femenina, donde la confiando la espontaneidad acta como el principal factor creativo de la ficcin noveleca. Argumenta, sin embargo, que esto no condiciona la narracin de Laforet como un acto desordenado, ya que todo lo que ella escribe est guiado por el stil instinto de armona:

Lo extraordinario de esta novelista en plena juventud, y lo que a todos nos asombra, es la fortaleza y la armona de su temperamento. Pocas veces estas dos cualidades (temperamento y templanza armoniosa) se dan juntas en una sola persona. Lo ms frecuente y lo ms fcil es abandonarse a los extremos.17

La combinacin de estas dos cualidades, aparentemente opuestas, se revela, como argumenta Sender, en una narracin emotiva, espontnea (propia de una muchacha), pero basada en una observacin muy madura de la realidad sociohistrica y en un anlisis profundo de diferentes tipos humanos entre los cuales Andrea, la protagonista de Nada, busca un modelo de conducta en que apoyarse. Otro rasgo con el que describe Ramn Sender la narracin en Nada es el lirismo, tradicionalmente considerado algo propio de toda literatura escrita por mujeres. El sentido lrico en la novela se manifiesta, como argumenta Sender, en las descripciones del paisaje que llegan a ser una proyeccin del estado de nimo de la protagonista. Es cierto que los sentimientos de Andrea se transmiten frecuentemente a travs de la contemplacin del paisaje. No hay que olvidarse, sin embargo, de la reflexin filosfica que contienen tales descripciones. Veamos, como ejemplo, el fragmento en el que Andera observa el puerto barcelons:

El mar encajonado presentaba sus manchas de brillante aceite a mis ojos. Los buques resultaban enormes con sus altsimos costados. A veces, el agua apareca estremecida como por el coletazo de un pez, una barquichuela, un golpe de remo. Yo
17

Ibdem, p.152.

11

estaba all aquel medioda de verano. Desde alguna cubierta de barco, tal vez, unos nrdicos ojos azules me veran como minscula pincelada de una estampa extranjera.Yo, una muchacha espaola, de cabellos oscuros, parada un momento en un muelle del Puerto de Barcelona. Dentro de unos instantes la vida seguira y me hara desplazar hasta algn otro punto. Me encontrara con mi cuerpo enmarcado en otra decoracin.18

Nada, no es tan slo un cuadro impresionista de los sentimientos de la protagonista, sino tambin una obra filosfica importante en su contexto histrico. La lucha de emociones atormentadas que llenan el alma de Andrea constituye el elemento clave de su retrato psicolgico y una parte inseparable de su bsqueda de la identidad propia. La novela est escrita en forma de memorias en las que la narradora cuenta su estancia en Barcelona, ciudad a la que vino a estudiar y a vivir en casa de su abuela y sus tos. La narradora escribe desde una posicin de quien ha estado reflexionando sobre la vida y sobre sus experiencias. El acto de narrar tiene aqu una funcin ordenadora de todas las tormentas y confusiones por las que ha pasado Andrea durante un ao de vida en Barcelona. Por lo tanto, en este relato se manifiesta el proceso de crecer, de madurar de la protagonista. Aunque en ocasiones Andrea-narradora cuestiona los juicios de Andreaprotagonista, su narracin no es fra, moralizadora. Al contrario: es sensual, sentimental y tiene un gran poder de seduccin. Incita a identificarse con la protagonista, a sentir formar parte de la obra misma, a entrar en un juego entre lo real y lo imaginario. Quien lee esta novela experimenta en su propia carne todas las situaciones extremas por las que tiene que pasar Andrea, llega a compartir con ella toda la confusin e indesicin de su juventud. Esto hace que la novela, aunque su ubicacin en el contexto sociohistrico de la posguerra es indudable, adquiera un significado universal. Al contrario de las otras dos grandes novelas de los primeros aos de posguerra, La familia de Pascual Duarte, de Camilo Jos Cela y Mariona Rebull, de Rafael August, en las que las influencias de algunos grandes autores de las pocas anteriores son bastante visibles (Quevedo y Baroja en Cela; Galds en August), en el caso de Nada es mucho ms difcil buscarle un parentesco. Aunque, como afirma Graciela Illanes Adaro19, Carmen Laforet conoce bastante bien la literatura contempornea y es admiradora de varios escritores (como Benito Prez Galds, los autores de la generacin 98, Pedro Salinas, o, entre los extranjeros, de Marcel Proust y Antoni Chejov), en su obra no se advierten maestros o
18 19

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 236. Illanes Adaro, Graciela: La novelstica de Carmen Laforet, op. cit., p. 18.

12

tutores, ni entre los espaoles ni entre los extranjeros. Estamos ante una creacin original y en esto justamente radica su universalidad. Miguel Delibes en su artculo El pesimismo de la novela de posguerra, compar Nada con los libros de Cela y August:

Lo que Cela y August nos cuentan en sus novelas no puede suceder ms que en Espaa; en tanto, la ancdota de Nada, el juego de tensiones y conflictos psicolgicos que plantea, as como su estilo, no admiten fronteras: son, digamos, menos localistas. Cela y August permanecen en una lnea literaria clsica en el pas, mientras Laforet, pese a su realismo, rompe con el pasado, y Nada apunta ya una serie de notas caractersticas que distinguen a la narrativa que sigue a la Segunda Guerra Mundial.20

Personalmente, me gustara analizar Nada como un retrato psicolgico de una adolescente que est buscando su camino en la vida. Esta bsqueda es un proceso difcil y doloroso, especialmente porque sucede en los primeros aos de franquismo, es decir, en un ambiente que no les ofrece a las mujeres ningunas posibilidades de desarrollo. Este contexto sociohistrico es, sin duda, un factor que determina la vida de Andrea. Sin embargo, no nos deberamos olvidar de que el argumento de Nada posee rasgos universales: cuenta el proceso de maduracin, de bsqueda de identidad, en una sociedad determinada por el sistema de valores patriarcales contra los cuales la joven protagonista intenta rebelarse porque no quiere identificarse con ellos. En palabras de Juan Ramn Jimnez:
Nada, como todo lo autntico es de aqu tambin21, y de hoy, y ser de otra parte cualquiera, como es de ayer y de todos. Eso es lo que tiene esta clase de escritura que usted escribe, tan recibida y tan entregada.22

II. 2. Los elementos autobiogrficos en Nada.

En este captulo, voy a referirme a la autora y a la relacin entre su biografa y su novela. Aunque la misma Laforet insisti en una ocasin en que nunca ha querido retratarse conscientemente en ninguna de sus novelas es innegable que toda obra

Delibes, Miguel: El pesimismo de la novela de posguerra en Augustn Cerezales (ed), Carmen Laforet, op. cit., p.156. 21 El poeta se refiere a Estados Unidos, donde reside en aquel tiempo. En esta carta le pide a Carmen Laforet que le envie dos o tres ejemplares de su novea, porque quiere presentarla a algunos editores norteamericanos. 22 Ramn Jimnez, Juan: Carta a Carmen Laforet, en Augustn Cerezales (ed), op. cit., p. 141.

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literaria se nutre de la propia experiencia de quien escribe, mezclada con la observacin de la realidad. Aunque el personaje de Andrea no sea un retrato exacto de la autora, voy a insistir en que en Nada se puede encontrar muchas huellas de su biografa. Dichas huellas no son siempre directas, a veces se trata simplemente de elementos que, grabados en la memoria de la escritora, constituyen una parte inseparable de su ser y, como tales, aparecen tanto en esta su primera novela, como en las posteriores. Estos elementos, elevados por la imaginacin de la novelista, llegan a transformarse en motivos literarios. Para confirmar mi juicio me permito servirme de las palabras de Joaqun de Entreambasaguas, quien no slo insiste en el autobiografismo de Nada, sino tambin ve una estrecha relacin entre ste y el segundo libro de Carmen Laforet, La isla y los demonios, considerando que las dos obras se nutren de la experiencia vital de la escritora. Varios escritores han aludido a ello, por ejemplo, Juan Ramn Jimnez23 o Joaqun de Entreambasaguas:

Difcil o imposible es probar lo que de autobiografa deja un autor en su creacin, y ms an si se lo niega, como corrientemente ha hecho Carmen Laforet; pero tambin es lcito al crtico considerarlo, ahondando con los recursos de sus observaciones. Me incline a suponer que la autobiografa es el fundamento de las dos novelas de Carmen Laforet, que encuentro estrechamente unidas, sin possible separacin, para comprenderlas ntegramente. Lo autobiogrfico deja en la obra una huella inconfundible, que no depende de que se afirme o se niegue, ni siquiera de que sea fiel a la realidad o desfigurado estticamente. La huella de la autobiografa en la obra del escritor se percibe en el sentido fundamental que tiene en su creacin y al esfuerzo a que oblige para adaptar a estos cimientos-a veces incognoscibles-todo lo que se va edificando literariamente despus, sin poder evitar que se perciba ese latido intenso a travs de lo realizado.24

Carmen Laforet escribe Nada dos aos despus de trasladarse de Barcelona a Madrid, de enero a septiembre del 44. Aqui vemos la primera interferencia con el argumento de su novela: Andrea tambin narra sus memorias despus de viajar de Barcelona a Madrid, adonde va para trabajar en el despacho del padre de su amiga Ena. Este hecho permite suponer que las experiencias barcelonesas de Carmen Laforet estn de alguna manera reflejadas en el relato de su protagonista. Podemos percibir en la figura de Andrea el espritu de la joven escritora que, al trasladarse a los dieciocho aos de Las Palmas a Barcelona, dolorosamente experimenta, la sensacin de inquietud y

Jimnez, Juan Ramn: Carta a Carmen Laforet, en Augustn Cerezales (ed), op. cit., p. 138. Entreambasaguas, Joaqun de: La segunda novela de Carmen Laforet en Augustn Cerezales (ed): Carmen Laforet, op. cit., p. 143.
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angustia que rigen la gran ciudad y violentemente chocan con las ilusiones que tena al emprender su viaje. Como afirma Augustn Cerezales, el menor de los cinco hijos de la novelista, en un libro dedicado a la vida y obra de su madre,:

Es inevitable poner en relacin el principio de Nada con la llegada de la propia Carmen Laforet a Barcelona. Como en Andrea, no hay duda de que en mi madre tuvo que darse tambin un choque entre una persona sin guerra y una ciudad devastada por ella. Contraste que le permitira aislar el conflicto y ver como la guerra sigue latente, enquistada como una larva, en el nimo y las costumbres de los hombres que la rodeaban.25

La joven protagonista de Nada, a modelo de su autora, abandona su pueblo y viaja a Barcelona a emprender la carrera universitaria. Angel Valbuena Prat las compara a ambas: la autora y la protagonista, a un Don Quijote joven y femenino, un alma expansiva salida de su isla en busca de aventuras.26 La presencia de este espritu nmada, indudable en la escritora, quien cada vez que escucha la sirena de los barcos, puede cerrar los ojos y saborear el da en que por fin deje su isla27, est reflejado no slo en la figura de Andrea, sino tambin en la de Margarita (la madre Ena, la amiga de la protagonista) a cuyo espritu nmada, como confiesa su marido, se deben las frecuentes mudanzas de la familia:

Ah donde la ve usted, Andrea - dijo el jefe de la familia-, mi mujer tiene algo de vagabunda. No puede estar tranquila y nos arrastra a todos. -No exageres, Luis-la seora se sonrea con suavidad. -En el fondo es cierto. Claro que tu padre es el que me destina para representarle y dirigir sus negocios en los sitios ms extraos, mi suegro es al mismo tiempo mi jefe comercial, sabe usted, Andrea?...; pero t ests en el fondo de todos los manejos. Si quisieras no me negaras que tu padre te hara vivir tranquila en Barcelona. Bien se vi la influencia que tienes sobre el en aquel asunto de Londres .28

A pesar del gran afn que, a sus dieciocho aos, siente Carmen Laforet por abandonar su isla, siempre la recordar como un paraso, un lugar donde reinaba la confianza y las puertas de las casas estaban siempre abiertas. Despus de marchar a Barcelona, volver a su tierra slo una vez, por motivo de una conferencia. Si alguien le pregunta por qu no quiere volver a la isla donde vive su hermano y muchos de sus mejores amigos, la respuesta de la escritora es siempre la misma y, para m,
25 26

Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 16. Valbuena Prat, Angel: Historia de la literatura espaola, Barcelona, Gustavo Gili, 1963, p. 806. 27 Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 13 28 Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 114.

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sorprendente: el recuerdo de aquella tierra, que fue un paraso sin sentirlo, ocupa un lugar demasiado hermoso en mi memoria. Es tan cristalino, completo, que sera una verdadera tontera arriesgarlo en la intil aventura de un reencuentro imposible.29 Joaqun de Entreambasaguas, despus de visitar Gran Canaria se llev la impresin de que ah es donde se encuentra la fuente de toda la creacin de la escritora:

Tuve la impresin de que all, efectivamente, tiene su raz toda la obra de Carmen Laforet, preada de sombras en medio de la luz de la vida; de esas tremendas sombras que con su realidad llegan a entenebrecerla.30

El lugar en el que se nace, en el se crece, es uno de los factores que moldean el espritu y la sensibilidad del ser humano y Carmen Laforet, aunque nace en Barcelona (el 6 de septiembre de 1921), pasa toda la infancia y la mayor parte de la adolescencia en Las Palmas, adonde se traslada su familia cuando ella tiene un ao de vida. Creo que es ah donde se desarrollan las tres cualidades principales de su personalidad que, segn la grafloga Matilde Ras, determinan tanto la vida como la obra de la novelista: la soledad, la libertad y el sentido de la naturaleza.31 La protagonista de Nada llega a Barcelona sin que la acompae nadie y aunque va a vivir en casa de sus parientes y conocer a nuevos amigos, su estancia en esta ciudad estar marcada por una soledad existencial en la que experimentar su transformacin. El anhelo de la libertad es, en cambio, el motor de toda su conducta, lo que le hace salir de su pueblo y viajar a Barcelona, que se le ofrece como un mundo de infinitas oportunidades. El sentido de la naturaleza se refleja sobre todo en el ya mencionado lirismo de la novela, en la gran sensibilidad con la que Andrea describe el paisaje o los cambios del tiempo, que son como una proyeccin de lo que sucede en su interior. Un elemento de la naturaleza que, por la gran importancia que tiene para la escritora, merece una mencin especial es, sin duda, el mar. Es su mejor amigo cuando, a los catorce aos, se escapa por las tardes del colegio, porque prefiere pasar un rato sola en la playa a jugar con sus compaeras. El mar es tambin su cerco protector, la fuente de la libertad y, al mismo tiempo, un smbolo del encierro. Voy a recurrir otra vez a las palabras de Augustn Cerezales en las que explica la importancia que tiene el mar para su madre:

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Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 15. Entreambasaguas, Joaquin de: La segunda novela de Carmen Laforet, op. cit., p. 142. 31 Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 6.

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El mar son muchas cosas para Carmen, y lo sern siempre. No es slo la fuente del aliento vital, el inspirador de una plenitud de la alegra de vivir. Es, quiz, su ms serio interlocutor. En l se cifra la belleza, la totalidad, la esperanza. El es quien hace de las islas un lugar paradjicamente apto para la libertad y la esclavidad al mismo tiempo. Si hay algo que le haga fruncir el ceo a Carmen es pensar que el mar le impide salir al mundo. 32

El mar es, pues, un elemento cargado de significados a veces opuestos, que aparece reiteradamente en sus obras y que por ello llega a ser un smbolo. En Nada, las escapadas primaverales a la playa constituyen para Andrea una fuente de alivio, un modo de liberarse de la sensacin de agobio que le producen la ciudad de Barcelona y la casa de sus familiares:

Qu das incomparables! Toda la semana pareca estar alboreada por ellos. Salamos muy temprano y ya nos esperaba Jaime en el auto en cualquier sitio convenido. La ciudad se quedaba atrs y cruzbamos sus arrabales tristes, con la sombra potencia de las fbricas a las que se arrimaban altas casas de pisos, ennegrecidas por el humo . Yo, detrs, me pona de rodillas, vuelta de espaldas en el asiento, para ver la masa informe y portentosa que era Barcelona y que se levantaba y esparca al alejarnos, como un rebao de monstruos.33

Ya en la primera impresin que le produce a Andrea la ciudad de Barcelona se nos pone de relieve la importancia del mar:

Un aire marino, pesado y fresco entr en mis pulmones con la primera sensacin confusa de la ciudad: una masa de casa dormidas; de establecimientos cerrados; de faroles como centinelas borrachos de soledadMuy cerca, a mi espalda, enfrente de las callejuelas misteriosas que conducen al Borne, sobre mi corazn excitado, estaba el mar.34

Creo que en esta frase est presente el espritu isleo de la escritora que, est donde est, siempre va a tartar de establecer una relacin con este antiguo amigo suyo, que lleg a constituir una parte integral de su identidad. En el fragmento antes ya citado, donde Andrea describe el Puerto de Barcelona, el mar con los numerosos barcos que pasan por el muelle se nos presenta como una promesa de nuevos horizontes, como el nico elemento de unin entre la Espaa cerrada de la primera dcada del franquismo y el resto del mundo.

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Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 13. Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 130. 34 Ibdem, p. 14.

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Otro factor muy importante que, al lado del lugar donde crecemos, funciona como creador y moldeador de nuestra identidad es, sin duda, la familia. La de Carmen Laforet proviene de los sitios ms diversos de Espaa (la familia de su padre es de Sevilla y la de su madre, de Toledo) y, tambin, de fuera de ella: su tatarabuelo paterno era solado de Napolen y viva en Francia. La historia de sus antepasados estar siempre presente en la memoria de la escritora gracias a su abuela Carmen que hace de ella una narracin fluida y pintoresca que luego transmite a su nieta. Las historias contadas por su abuela influyen de una manera considerable en la imaginacin de la futura novelista, convirtindose para ella en una fuente de motivos que regresarn reiteradamente en sus obras literarias. Como afirma su hijo, en la nia, como un mapa donde encontrar alguna que otra clave de s misma, han quedado grabadas las ancdotas, los detalles humanos ms significativos, a veces nimios, pero que bastan para el reconocimiento de una cualidad determinada, de una manera de ser, a veces de toda una existencia.35

La figura de la abuela Carmen estar eternizada en la creacin literaria de su nieta bajo la capa de un tipo de personaje que constituir una parte inseparable de la construccin de sus novelas. En Nada la figura de la abuela de Andrea, aunque aparentamente simple, en el fondo est cargada de un gran significado smblico. En general se nos presenta como una figura maternal, llena de bondad y dulzura que en vano trata de apaciguar los conflictos que llenan su casa. Es casi una santa, poseedora de una gran y sincera fe en Dios, que la protege de la spera realidad de aquellos tiempos, capaz de hacer sacrificios, como el de privarse de su racin de comida para ofrecrsela a su nieta. Al mismo tiempo, sin embargo, la abuela se nos revela como un ser miserable, en el que el tiempo y las dolorosas experiencias (sobre todo la guerra, la muerte de su marido y la consiguiente miseria) han dejado una huella muy profunda. Al igual que su protagonista, tambin la autora, cuando viene a estudiar a Barcelona, va a vivir en casa de su abuela Carmen: la misma que le contaba la historia de sus antepasados. Esta casa constituye para Carmen Laforet un lugar mtico: naci all y all sola venir a veranear con sus padres. Como nos dice su hijo Augustn, es un lugar que, junto con el taller de su abuelo pintor y los viejos recuerdos de la familia, se convertir para la escritora en su norte y objetivo, una vez que, desvanecido el puro en las manos de la Virgen, comprobada la realidad de un simple desgarrn en el lienzo (se refiere al retrato de la Virgen de Murillo que se encuentra en la casa de la escritora en

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Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 8.

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Las Palmas)36, Carmen Laforet acuda a la llamada del continente, de la tierra abierta.37 No obstante, al llegar all a sus dieciocho aos, debe de experimentar la misma desilusin que Andrea al constatar que tanto la casa, como su duea, muy anciana ya, poco tienen que ver con lon que eran antes de la guerra. Antes de empezar a hablar de lo que es la vida de Carmen en Barcelona, vale la pena mencionar a sus padres que, al igual que la abuela, influyeron en el carcter y la sensibilidad de la escritora. De su padre, arquitecto de profesin, Augustn Cerezales dice que hay en l un amor contagioso por la naturaleza y el arte, y tambin un despotismo a veces ilustrado, otras menos38. La relacin padre hija no es fcil, pero es de l de quien hereda tanto su amor por la naturaleza y el arte, como el fuerte sentido de independencia; elementos que estn siempre presentes en su creacin. He hablado ya de la importancia que le da la novelista a la presencia de la naturaleza en su obra. Ahora me gustara poner de relieve su afn por el arte. Los artistas: msicos, pintores, escritores, son muy frecuentes entre los personajes de Carmen Laforet, pero hay dos artes que se revelan de su preferencia: la msica y la arquitectura. La grandiosa impresin que le hace la primera queda muy clara en Nada con la presencia de Romn y de la madre de su amiga Ena (ambos demuestran un gran talento, aunque la msica no es su profesin). Graciela Illanes Adaro lo describe de la siguiente manera:

Cuando oye Andrea la msica de Romn o cuando asiste a la casa de Ena y escucha las melodias que su madre ejecuta, no podemos separarla de Carmen Laforet. Es ella la que se transforma al conjuro de las divinas armonas, la que en alas de sus tonalidades es transportada a otras regiones, la que enriquece su espritu, la que adquiere vibraciones fortsimas.39

La influencia de su padre se revela tambin en la importancia que le da la escritora a la arquitectura. La protagonista de Nada, en su vagar por Barcelona, se detiene muchas veces a contemplar uno de sus numerosos monumentos. Andrea es gran observadora de la arquitectura, capaz de captar y de transmitirles a los lectores la belleza de los edificios y el encanto de las calles antiguas de Barcelona, de sus rincones llenos de color y tradicin. La particular sensibilidad que demuestra Andrea en cuanto a la arquitectura se manifiesta ya en la primera impresin que tiene al llegar a Barcelona.

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El comentario en cursiva es mo. Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 10. 38 Idem. 39 Illanes Adaro, Graciela: La novelstica de Carmen Laforet, op. cit., p. 148.

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Cuando recorre la ciudad en taxi para llegar de la estacin a la casa de sus familiares, los detalles arquitectnicos aparecen varias veces en sus descripciones:

Corr aquella noche en el desvencijado vehculo, por anchas calles vacas y atraves el corazn de la ciudad, lleno de luz a toda hora, como yo quera que estuviese, en un viaje que me pareci corto y que para m se cargaba de belleza. El coche di una vuelta a la plaza de la Universidad y recuerdo que el bello edificio me conmovi como un grave saludo de bienvenida. Enfilamos la calle de Aribau, donde vivan mis parientes, con sus pltanos llenos aquel octubre de espeso verdorLevant la cabeza a la casa frente a la cual estbamos. Filas de balcones se sucedan iguales con su hierro oscuro, guardando el secreto de las viviendas.40

Tal como la naturaleza, el arte arquitectnico aparece aqu como una proyeccin de un estado de nimo o un momento psquico de los personajes. Se seala asmismo la influencia que la belleza de los edificios ejerce en la psique del ser humano, por ejemplo cuando Andrea dice que nada poda calmar y maravillar su imaginacin como aquella ciudad gtica naufragando entre hmedas casas construidas sin estilo en medio de sus venerables sillares, pero a las que los aos haban patinado tambin de un modo especial, como si se hubieran contagiado de belleza.41 Andrea, a pesar de sus dieciocho aos y de toda la confusin que la rodea, siente un profundo alivio de sus perplejidades al contemplar la belleza y la esttica armona de la catedral de Barcelona:

La catedral se levantaba en una armona, estilizada en formas casi vegetales, hasta la altura del limpio cielo mediterrneo. Una paz, una imponente claridad se derramaba de la arquitectura maravillosa. En derredor de sus trazos oscuros resaltaba la noche brillante, rondando lentamente al comps de las horas. Dej que aquel profundo hechizo de las formas me penetrara durante unos minutos.42

La referencia al mediterrneo que aparece en esta cita me lleva a pensar que la presencia del magnfico edificio no slo tranquiliza los agitados nervios de la adolescente, sino que tambin le causa una sensacin de seguridad, de pertenecer a una tradicin y cultura determinadas y es precisamente lo que necesita en aquel difcil momento de bsqueda de su propia identidad. Adems de mostrar su inters por lo clsico arquitectnico, la autora se maravilla tambin con los lugares que esplandecen belleza antigua y hasta con los barrios lejanos del centro y del lujo:
40 41

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., pp. 14-15. Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 108. 42 Ibdem, p. 110.

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Conoc los suburbios con su tristeza de cosa mal acabada y polvorienta. Me atraan ms las calles viejas. Un atardecer o en los alrededores de la Catedral el lento caer de unas campanadas que hacan la ciudad ms antigua.43

Tal como el padre de Carmen Laforet influye en el desarrollo de la intelectualidad y de la sensibilidad artstica de la escritora, su madre, Teodora Daz, desempea un importante papel en la formacin de la enorme emotividad que distingue a la autora en el panorama literario de los aos cuarenta. Esta seora menuda y frgil es la que convierte la casa de su autoritario y excntrico marido en un lugar armonioso y lleno de luz. Augustn Cerezales al hablar de la familia de la escritora afirma que la delicadeza, el afecto, la salud de todo ello son cosa de su abuela Teodora.44 En Nada podemos encontrar huellas de la presencia de la madre de Carmen Laforet en el personaje de Margarita, la madre de Ena (la amiga de Andrea). Ella es la que hace que la casa de Ena sea un verdadero hogar familiar en el que Andrea, hurfana, encuentra la cordialidad y el afecto de los que carece la casa de sus parientes. Margarita presenta semejanzas con la madre de la escritora no slo por el hecho de haber dedicado su vida a su marido y sus cuatro hijos, sino tambin por la fragilidad de su construccin fsica:

Entre su marido y sus hijos - todos altos y bien hechos - ella pareca un pjaro extrao y raqutico. Era pequeita y yo encontraba asombroso que su cuerpo estrecho hubiera soportado seis veces el peso de un hijo.45

Margarita despierta un profundo inters de Andrea a partir del momento en el que sta la oye cantar en una fiesta en la casa de su amiga. Esta mujer no slo acoge a Andrea, invitndola a cenar cada vez que sta viene a estudiar con Ena, sino que tambin, en un momento determinado, le hace tomar conciencia de su condicin de mujer, cntandole la difcil historia de su paso de la adolescencia a la madurez, relacionado con el hecho de haberse enamorado en su juventud de Romn, uno de los tos de Andrea (volver a hablar de este asunto al analizar el proceso de maduracin de Andrea). La madre de Ena adquiere en la novela un significado simblico, derivado de

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Ibdem, p. 74. Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 12. 45 Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p.114.

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las figuras de los cuentos infantiles: el de la llamada madre buena.46 Dicho smbolo tiene tambin una segunda cara, la de la madre mala que podemos encontrar en el tpico personaje de la madrastra de los cuentos de hadas. En Nada la madre mala est representada por el personaje de Angustias, la ta de Andrea, que tambin tiene su equivalente en la biografa de Carmen Laforet: la mujer histrica con la que se casa su padre despus de la muerte de su madre.47 En Nada, Angustias es la que oprime a la protagonista poniendo lmites a su libertad e imponindole el sistema de valores de la poca, segn el cual el nico camino vital para una mujer decente es el del matrimonio o del convento. Desde la llegada de Andrea a la casa de la calle de Aribau, Angustias considera el ocuparse de la educacin de la muchacha como una misin suya, intenta apoderarse de ella hasta el punto de influir en sus relaciones con otros habitantes de la casa:

Tu to Juan se ha casado con una mujer nada conveniente. Una mujer que est estropeando su vidaAndrea, si yo algn da supiera que t eras amiga de ella, cuenta con que me daras un gran disgusto, con que yo me quedara muy apenada48

Angustias le hace consciente a Andrea de su condicin de una nia de buena familia, modosa, cristiana e inocente, que debera cuidar de su conducta y ser como una fortaleza49 en la peligrosa ciudad de Barcelona. Despus resulta, sin embargo, que este afn de velar por la conducta de la adolescente es consecuencia de una doble moralidad y de querer privarla de algo que a ella misma le ha sido negado. Es vctima del sistema patriarchal de la burguesa espaola de aquella poca: mantiene una relacin secreta con un hombre casado que hace aos era su pretendiente, pero con el cual no lleg a casarse porque su padre no le consideraba digno de ella (el muchacho era hijo de un simple comerciante). Angustias no es bastante fuerte para oponerse al sistema que la oprimi y, en vez de escaparse con su amante, se retira a un convento. A pesar de parecer una persona que controla perfectamente su vida, en el fondo est emocionalmente desequilibrada, lo que se refleja en sus reacciones exageradas y sus ataques de histeria, como ste que sufre el da de la Navidad, cuando Juan le echa en la cara la relacin que mantiene con el hombre casado. Dice Andrea:
La simblica de la madre buena y la madre mala est descrita en el libro de Geraldine Nichols: Des/cifrar la diferencia. Narrativa femenina de la Espaa contempornea, Madrid, Siglo XXI, 1992, cap. 2, pp. 27-39. 47 Cerezales, Augustn: Carmen Laforet, op. cit., p. 13. 48 Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 27. 49 Ibdem, p. 26.
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Creo que me va a ser difcil olvidar el aspecto de Angustias en aquel momento. Con los mechones grises despeinados, los ojos tan abiertos que me daban miedo y limpindose con dos dedos un hilillo de sangre de la comisura de los labios pareca borracha. - Canalla! Canalla!... Loco! grit. Luego se tap la cara con las manos y corri a encerrarse en su cuarto. Omos el crujido de la cama bajo su cuerpo y luego su llanto.50

Cuando Angustias se marcha al convento, Andrea respira con alivio. Es como si empezara una nueva poca en su estancia en Barcelona. Por fin tiene la libertad que tanto ha deseado: puede gastar su dinero como quiere y descubrir lo que es la vida fuera de la casa de su familia. De este mismo modo, la decisin de Carmen Laforet de abandonar su isla est causada, sobre todo, por el fuerte anhelo de liberarse del ambiente opresivo de la casa de su padre y de empezar a vivir por su cuenta. Es sorprendente en una muchacha tan joven la consecuencia con la que defiende su objetivo. Despus de la muerte de su madre, la casa de su padre ya no tiene fuerza para retenerla. Augustn Cerezales describe as el momento en el que su madre decide abandonar Las Palmas:

Una vez desaparecida la trama slida que Teodora le prestaba al curso de los das, no parece que Eduardo Laforet acierte a conducir los suyos. Su matrimonio con una mujer histrica (encontraremos su huella en las novelas) firma a un mismo tiempo la separacin definitive de su hija. Carmen no es persona que pretenda imponer sus criterios, pero tampoco se le pueden imponer a ella. El resultado es la ruptura y tambin la renuncia a todo lo que pudiera pertenecerle en casa.51

As pues, al decidir abandonar su casa, la escritora se encuentra en la misma condicin que su protagonista: es hurfana. Esto, sin embargo, no le hace perder el optimismo y la vivsima curiosidad intellectual con la que mira hacia el futuro. Tal como Andrea, Carmen Laforet ve abrirse ante ella una infinidad de espacios nuevos, ricos en modos de vida, en conocimientos y sorpresas. No obstante, las dos van a descubrir muy pronto que lo que ofrece la vida adulta no son slo maravillas. La imagen que tienen de la ciudad de Barcelona, fundada en sus recuerdos infantiles, est cargada de ilusiones que muy poco tienen que ver con la realidad de posguerra. La imagen srdida de la casa de la calle de Aribau, que Carmen Laforet nos presenta en Nada, lleva huellas de lo que encuentra la autora en la casa de sus abuelos, donde vive durante
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Ibdem, p. 70. Cerezales, Augistn: Nada, op. cit., p. 13.

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los tres aos que pasa en Barcelona, estudiando Filosofa y Letras. Cerezales describe este periodo en la vida de la escritora como un afianzamiento progresivo de su personalidad en un medio hostil.52 Aade, sin embargo, que la reaccin que adopta Carmen Laforet ante aquel panorama trgico no es la de encerrarse en s misma, sino la de adoptar una actitud de quien busca para encontrar. Como en el caso de su protagonista, la universidad constituye para Carmen el nico lugar de desahogo, un marco opuesto a los tintes trgicos de los que est cargado todo lo dems. Ah es donde hace sus primeras amistades y donde conoce a Linka Babecka, una de sus mejores amigas. La amistad es un elemento muy importante tanto en la vida, como en la novela de Carmen Laforet. En casa de Linka encuentra el clima familiar y el afecto que, sin duda, escaseaba tanto en la casa de su padre como en la de su abuela. Creo que la relacin de Andrea y su amiga Ena es una proyeccin de esta primera gran amistad en la vida de la novelista. La familia de Linka, polaca y emigrada, ayuda a esconder a sus compatriotas que vienen a Espaa durante la segunda guerra mundial y despes pasan a Inglaterra. Carmen Laforet, aunque vive con su abuela y sus tos, por lo visto tiene bastante libertad como para participar, en estas acciones de resistencia que constituyen un serio peligro en la poca de Franco. En la entrevista que le hace Geraldine Nichols cuenta sobre aquella fase: Afortunadamente no me pescaron, porque hubiera ido a la crcel para toda la vida si me cogen.53 El contacto con los refugiados: personas directamente afectadas por las atrocidades de la segunda guerra mundial, influye enormemente en la sensibilidad de Carmen, lo que est reflejado por la nota de existencialismo que muchos encuentran en su primer novela. Del otro lado, sin embargo, la escritora tiene suerte de conocer a personas despiertas y activas, que oponen a la derrota su alegra de vivir, lo que hace que adquiera una capacidad para vivir el momento y para captar en todo la belleza de la vida. Es por ello que en su novela, a pesar de que presente la triste realidad de aquel momento sin dulcificarla, el lector podr encontrar una solucin esttica y emocional, una esperanza. Despus de haber pasado tres aos en Barcelona, Carmen Laforet se traslada a Madrid, donde se matricula por libre en Derecho. Aqu escribe Nada, cuyo xito le convierte de la noche a la maana en una escritora consagrada y abre las puertas a su

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Ibdem, p. 16. Nichols, Geraldine: Escribir, espacio propio: Laforet, Matute, Moix, Tusquets, Riera y Roig por s mismas, Minneapolis, Institute for the Study of Ideologies and Literature, 1989, p. 121.

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vocacin literaria. Escribir, a intervalos, tres novelas ms: La isla y los demonios (1952), La mujer nueva (1955) y La insolacin (1963).54 En todas ellas, como en Nada, encontraremos huellas de sus propias experiencias vitales, lo que lleva a parte de la crtica a hablar de una autobiografa literaria. Dice Ramn Sender:

Para m esas tres novelas representan el deseo de un alma ya inicialmente pura, pero necesitada, como la tuya y la ma, lector, de resistencia y de defensa contra las acechanzas de la realidad en un tiempo tan agitado y turbio como el que vivimos. La experiencia es grandiosa si estudiamos a cada una de las protagonistas de esas tres novelas y los reflejos de sus inmaculadas desnudeces en los mrmoles de esa ciudad esencial en la que se agitan despus de una Guerra Civil que dej a la sociedad escptica y exhausta, gozadora y descreda, pragmtica y cnica. Vindolas en su conjunto, esas tres novelas son un camino de perfeccin, mucho ms rico e inspirado que el de Po Baroja, y de una dulce armona llena de dobles y triples fondos.55

Al salir de su isla en 1939, Carmen Laforet empieza a poner en prctica una filosofa vital que la lleva a tener muy poco equipaje y a desplazarse constantemente. Viajar por muchos sitios, entre ellos a Estados Unidos, Polonia (con Linka Babecka), Pars y a Roma. No obstante, nunca se olvidar de su tierra, que constituye para ella un espacio sagrado y como tal estar siempre presente en su obra. Unas veces

explcitamente, como en La isla y los demonios, una novela cuyo argumento se desarrolla en Gran Canaria; otras implcitamente: en la armona de la que est dotada su escritura. En Nada, la referencia a la isla aparece en el personaje del padre de Ena, que es canario y, como tal, presenta la sencillez y cordialidad que Carmen Laforet considera tpica de la gente de su tierra:

En l todo pareca sencillo y abierto, sin malicias de ninguna clase. Durante la comida le recuerdo rindose al contarme ancdotas de sus viajes, pues haban vivido todos, durante muchos aos, en diferentes sitios de Europa. Pareca que me conoca de toda la vida, que slo por el hecho de tenerme en su mesa me agregaba a la patriarcal familia.56

Adems ha escrito novelas cortas, cuentos (dos colecciones: La muerta y La llamada) y Paralelo 35 (1967), una relacin de sus viajes por los Estados Unidos. 55 Sender, Ramn: Carmen Laforet en ingls, op. cit., p. 154. 56 Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 114.

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II. 3. El panorama sociocultural de la Espaa de posguerra y la situacin de las mujeres.

Existen muchos factores que influyen en la formacin de la personalidad y la sensibilidad del ser humano. En el captulo anterior he hablado del papel que desempean el lugar en el que crece y la familia en el desarrollo de Carmen Laforet y de cmo estos dos factores estn reflejados en la figura de la joven protagonista de Nada. Hay, sin embargo, otro elemento importante que determina la situacin de todo ser humano y, en particular, del que todava no est completamente formado y est buscando su propia identidad. Es la realidad sociohistrica en la que le toca vivir. Este influjo es ms fuerte todava si se trata de sistemas que oprimen y delimitan la libertad del indviduo y as es, sin duda, en el caso de la posguerra espaola, marcada por la dictadura franquista. La victoria de los nacionalistas tras la guerra civil supuso una vuelta a los valores tradicionales de una Espaa conservadora y patriarcal, un retroceso absoluto en la lucha por la emancipacin femenina. Se perdieron todas las innovaciones introducidas durante el breve periodo de la Segunda Repblica. Fue especialmente duro para las feministas que aprovecharon aquella poca de cambio para luchar tanto por los derechos de todas las mujeres como por su propio desarrollo personal y profesional. As lo comenta Carmen Martn Gaite en Los usos amorosos de la Espaa de posguerra, recordando que de nia lea sobre ellas en las revistas de la poca anterior a la guerra civil:
Y me fascinaban aquellas jvenes universitarias, actrices, pintoras o bilogas que venan retratadas all con sus melenitas cortas y su mirada vivaz, que cuando hablaban de proyectos para el futuro no ocultaban como una culpa el amor por la dedicacin que haban elegido ni tenan empacho en declarar que estaban dispuestas a vivir su vida. No saban, las pobres, lo que les esperaba.57

Lo que les esperaba con la instauracin de la dictadura era una vuelta a las normas de la Espaa catlica de antao que predestinaban a la mujer a vivir a la sombra del varn, cumpliendo con su nico papel posible de ngel de hogar: esposa y madre abnegada. La nueva poltica social del estado ensalza la institucin de la familia tradicional y se preocupa por preparar a las mujeres para cumplir con su nuevo destino y

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Martn Gaite, Carmen: Los usos amorosos de la Espaa de posguerra, Barcelona, Anagrama, 1988, p. 49.

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hacerlas creer en la superioridad absoluta del varn. As se dice en una de las revistas femeninas de aquella poca:

No puede una mujer sentirse placenteramente feliz si no es bajo el cobijo de una sombra ms fuerte. Ms fuerte en todo: en lo sentido y lo imaginado. Precisa nuestra feminidad sentirse frgil y protegida.58

El deseo de vivir su vida, de actuar en pro de sus propias ambiciones, que no fuesen las de casarse y de dar a luz a los hijos, est considerado como una extravagancia y hasta como un signo de rebelda contra el estado. El franquismo proclama una separacin completa de los papeles sociales femenino y masculino que quedan claramente delimitados. Dicha separacin inicia ya en la infancia: por una ley de mayo de 1939, la coeducacin queda tajamente prohibida como un sistema pedaggico contrario a los principios del rgimen. La educacin que reciben los nios y las nias es, pues, muy diferente. Como leemos en Los usos amorosos de la posguerra espaola, de Carmen Martn Gaite, mientras a ellos se les prepara para su futuro papel de exploradores de lo desconocido y de incitadores a la transgresin, lo que reciben ellas es una enseanza de invernadero59, en la que todo lo que aprenden permanece en una estrecha relacin con su futuro papel de esposas y madres. La escuela y la familia no son, sin embargo, las nicas instituciones que se encuentran bajo el control absoluto del estado. La influencia de la ideologa franquista se hace muy fuerte tambin en la prensa infantil y juvenil de aquella poca:

La mstica de la masculinidad vena exaltada ya en los tebeos de aventuras dedicados a los nios. Como las directrices de la prensa infantil y juvenil tambin se atenan al principio de la segregacin educativa adoptado por el Gobierno, ninguna nia compraba Flechas y Pelayos ni los cuadernillos de El guerrero de antifaz. Ellas lean publicaciones como la revista Chicas, que luego se llam Mis chicas, donde se les daban consejos de higiene, de comportamiento social, de cocina y de labores, y se las encaminaba hacia parasos de ternura sublimados en breves relatos de final feliz. La conquista de la Gloria y la lucha por labrarse un porvenir se consideraban temas indignos de una publicacin dirigida a distraer los ocios de las futures mujeres.60

Otro factor encargado de la formacin de la nueva mujer por parte del estado fue la Seccin Femenina de la Falange bajo el liderato de Pilar Primo de Rivera,
Medina, Consltame, 13 de junio de 1943 en Carmen Martn Gaite: Los usos amorosos de la posguerra espaola, op. cit., p.50. 59 Martn Gaite, Carmen: Los usos amorosos de la Espaa de posguerra, op. cit., p. 98. 60 Idem.
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hermana del mismsimo Jos Antonio Primo de Rivera. El ideal femenino formulado por la Falange parte claramente de conceptos profundamente antifeministas, encerrados en frases como la mujer acepta una vida de sumisin, de servicio, de ofrenda abnegada a una tarea.61 El ncleo principal de la Seccin Femenina, encargado de incubarles a las futuras mujeres la ideologa franquista era La Escuela Municipal del Hogar. La enseanza que se imparta a travs de esta institucin estaba encaminada a que cualquier mujer espaola pudiera reaccionar segn un entendimiento falangista de la vida y de la historia.62 Dicha reaccin supona el ser perfectamente consciente del papel que le perteneca en la sociedad machista de aquella poca. En la prctica, lo que se pretenda era preparar las futuras esposas y madres para ser perfectas amas de casa. Como recuerda Carmen Martn Gaite, el contenido de las asignaturas de La Escuela Municipal poco tena que ver con la realidad exhausta de aquel momento y no distaba sustancialmente del bao de cultura general con que tendan a complementarse los encantos naturales de las burguesitas casaderas del siglo XIX retratadas por Galds o Prez Lugn.63 La escritora enumera asignaturas como religin, cocina, formacin familiar y social, conocimientos prcticos, nacionalsindicalismo, corte y confeccin, floricultura, ciencia domstica, puericultura, canto, costura y economa domstica. Basta con leer los ttulos de estas clases para darse cuenta del atraso en el que se hunda el pas, particularmente si se trataba de la posicin de la mujer en la sociedad. El verdadero poder de la Seccin Femenina se ejerca, sin embargo, a travs del famoso Servicio Social al que estaban sometidas todas las espaolas solteras o viudas sin hijos entre 17 y 35 aos y cuyo cumplimiento era una condicin indispensable para obtener trabajo, tomar parte en concursos y oposiciones, realizar estudios universitarios o cualquier actividad que no fuera la de casarse y tener hijos. Carmen Martn Gaite describe el cumplimiento del Servicio Social como un trago que nicamente el buen humor y los pocos aos podan hacer ms llevadero.64 Durante seis meses, a seis horas diarias (excluyendo los domingos y las fiestas), las jvenes espaolas, adems de adquirir un amplio conocimiento de las tareas domsticas, aprendan a representar dignamente el papel de la mujer muy mujer al que, de acuerdo con los valores de aquella poca, estaban predestinadas. La imagen de la mujer ideal de la Falange es
61

Palabras de Jos Antonio Prima de Rivera en Scanlon, Geraldine M: La polmica feminista en la Espaa contempornea (1868-1974), Madrid, Siglo XXI, 1976, op. cit., p. 323. 62 Martn Gaite, Carmen: Los usos amorosos de la Espaa de posguerra, op. cit., p. 59. 63 Martn Gaite, Carmen: Los usos amorosos en la Espaa de posguerra, op. cit., p. 59 64 Ibdem, p. 64.

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artificial y est cargada de falsedad. Se prescinde de cualquier intento de adentrarse en las verdaderas necesidades de la mujer, de cualquier anlisis de su psique, para no hablar ya de su sexualidad:

El hombre necesita a la mujer tal como debe ser. Todo estudio fro de la sexualidad femenina, de la psicologa, del amor, de la volubilidad no hace sino alejarnos del punto al que queremos llegar. La mujer ha de ser siempre un poco Dulcinea, porque nosotros somos siempre, ms de ninguna otra cosa, Don Quijote Necesitamos de este respetuoso concepto de la mujer La investigacin, el anlisis, la historia, encontrarn muchas veces una Aldonza Lorenzo. Pero qu nos importa a nosotros de esa zafia labradora carriredonda y chata? Lo importante es, naturalmente, doa Dulcinea, seora y princesa universal, andando entre mbares y flores. Y sin dejar por ello, a ratos, de acechar trigo.65

Esta mstica que elevaba a la mujer, tambin al hombre le incapacitaba para verla y entenderla de verdad. Las relaciones entre ambos sexos en aquella poca se basaban principalmente en mitos y, como tales, tenan que fracasar. Adems, la juventud sufre por falta de modelos e ideales con los que identificarse: el aislamiento poltico y cultural de su pas impide la llegada de las nuevas corrientes exttranjeras mientras que la retrica franquista queda totalmente apartada de la realidad en que vive. Segn relata Carman Martn Gaite en el ya citado estudio, los ejemplos modlicos que se les proponan a las jvenes de aquella poca eran Isabel la Catlica y Santa Teresa, transformadas y reconstruidas de acuerdo con el molde de la mujer ideal propuesto por el franquismo. Al aislamiento cultural de Espaa se aaden otros factores como el destierro de importantes intelectuales y artistas, la ruptura con la creacin artstica de preguerra y la labor de la censura que impide cualquier manifestacin artstica que pueda oponerse a las normas impuestas por la dictadura. Todo esto desemboca en un enorme vaco intelectual. En el terreno de la escritura, para rellenar el hueco provocado por la ausencia de nuevos novelistas importantes, los editores recurren a las traducciones. Sin embargo, ellos tambin se ven obligados a respetar las imposiciones de la censura, por lo que se inclinan a una literatura fcil y agradable, de mediana calidad artstica. De aqu la popularidad en aquella poca de la, ya mencionada, novela rosa. Este tipo de literatura, dirigida principalmente al pblico femenino, perpetua la imagen tradicional de la mujer cuyas ambiciones se limitan a encontrar un partido ventajoso. Carmen

65

Medina, 5 de octubre de 1941, apud Carmen Martn Gaite: Los usos amorosos en la Espaa de posguerra, op. cit., p.65.

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Martn Gaite pone de relieve la fatdica influencia de estos textos, totalmente tergiversadores de la realidad66, en la mente de las adolescentes aficionadas:

La novela rosa es algo llamado a desaparecer por absurdo. Es un pomo de veneno en manos femeninas. La novela rosa acaba siempre donde comienza la vida: en el matrimonio.67

Los escritores que quieren alejarse en su creacin de este tipo de literatura y cambiarla por algo que est ms en relacin con la realidad, estn en una situacin muy difcil. Estas dificultades aumentan doblemente en el caso de las autoras que, aparte de todos los factores que he indicado, tienen que afrontar los efectos de la inferiorizacin de la mujer por parte del rgimen. As lo describe Jenny Fraai al hablar de la situacin de las escritoras en la inmediata posguerra:

En el caso de que su ambicin no sea la de dedicarse a la creacin de la narrativa rosa, las circunstancias para ellas sern muy problemticas. Pueden elegir entre dos males, entre resignarse ante los postulados del rgimen o rebelarse. La resignacin consistir en no reflejar la realidad tal como ellas la experimentan en aquellas torcidas circunstancias sino refugiarse en la evasin, en lo inverosmil. Otro camino es el compromiso con la realidad , lo que viene a ser rebelarse contra la sociedad franquista, una rebelin, pues, imposibilitada por la censura.68

En estas circunstancias tan difciles, Nada viene a ser la primera novela escrita por una mujer que constituye una anttesis de la literatura rosa. Empleando la tcnica narrativa de la rememoracin, la autora nos presenta una visin directa de la srdida realidad de aquel momento, sin tratar de embellecerla. Andrea, la protagonista, llega a Barcelona para estudiar Letras. Las ilusiones que conserva acerca de esta ciudad chocan inmediatamente con el ambiente de tensin y de emociones violentas que reinan en la casa de su abuela. La imagen de este srdido microcosmos familiar, poblado de seres extraos y apasionantes, despierta claras alusiones, tanto al conflicto mismo, como a las secuelas que este ha dejado en la sociedad espaola. La familia de Andrea ha sido directamente afectada por la guerra civil, hecho que est reflejado por la miseria en que vive y por el trastorno mental que sufre cada uno de sus miembros. Las descripciones del dramtico ambiente que llena el piso de la calle de Aribau se inscriben dentro de la tendencia literaria del tremendismo que consiste en una seleccin de los aspectos ms
66 67

Martn Gaite, Carmen: Los usos amorosos en la Espaa de posguerra, op. cit., p. 148. Idem. 68 Fraai, Jenny: Rebeldas camufladas (...), op. cit., p. 13.

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duros de la vida. Como expone Gerald Brown, Nada constituye una implcita denuncia de la sordidez y la miseria fsica y moral de la burguesa espaola tras el trauma blico y, como tal, junto con La familia de Pascual Duarte, de Cela, sirvieron de piezas testificales para diagnosticar un nuevo rumbo para la novela espaola en ms directa conexin con una realidad atroz.69 La voz de Carmen Laforet resulta ser como la de los escritores de la generacin 98 a principios del siglo veinte: constituye una respuesta a las necesidades de la realidad traumtica y mutilada de posguerra, un reflejo amargo de la vida cotidiana, del malestar social de aquel momento.70 En Nada el enfoque de este malestar social se hace a travs de lo personal, lo existencial, encarnado por el proceso de maduracin de Andrea: un viaje autoconsciente hacia las condiciones de la nueva poca, nueva realidad histrica. En la bsqueda de su propia identidad, la protagonista adopta una posicin de observadora de la vida. Durante su estancia en Barcelona tiene la oportunidad de penetrar en varios ambientes sociales que contrastan entre s (los dos principales son la casa de sus parientes y la de su amiga Ena), pero ninguno de ellos le parece un lugar adecuado para ella. Su costumbre de vagar por las calles de Barcelona podra entenderse como una metfora del intento de darle rumbo a su propia vida. Tanto es as, que podemos arriesgarnos a llamar a Andrea un personaje existencialista: un ser que se va haciendo a s mismo en el transcurso de su trayectoria existencial (), dominado por los sentimientos de soledad, angustia y desamparo (), determinado por la presencia de las situaciones-lmite, como el dolor, la lucha, la locura (o, en el caso de Andrea, tambin el hambre y la pobreza), pero es un ser que no est en el mundo como un espectador solitario, sino como un ser histrico, un ser con (Mitsein) preocupado en buscar una existencia autntica, enraizada en la tradicin y en el devenir de la humanidad.71 A pesar de que el ttulo de la novela, formado seguramente bajo la influencia de la filosofa existencialista, a primera vista nos hace pensar en la ausencia absoluta de cualquier elemento, implicando conceptos ms bien estticos, como el vaco y la oquedad, a medida de que nos adentramos en el libro nos damos cuenta de que se trata aqu de una nada muy concreta, un espacio de elementos fuertes, bruscos, contrastantes entre los cuales se mueve la protagonista, buscando ese algo que le permitira definir el

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Brown, Gerald: Historia de la literatura espaola, Barcelona, Ariel, 1979, p. 221. Tuzn, Vicente; Lzaro Fernando: Literatura del siglo XX, Madrid, Anaya, 1990, p. 284. 71 Estebaez Caldern, Demetrio: Diccionario de trminos literarios, Madrid, Alianza, 1996, p. 395.

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sentido de su existencia, encontrar su propio lugar en el mundo, adaptarse a la realidad cambiante de la poca de posguerra en Espaa. En el camino de su maduracin Andrea encuentra a toda una galera de personajes femeninos, representantes de varios modelos de conducta. Sin embargo, no llega a identificarse con ninguno de ellos. No se siente parte de ninguna clase, sino como un yo confrontado a la sociedad a la cual se encuentra unido imperfecta y violentamente, ().72 Esta sensacin de marginalidad, tal como el deseo de verse reflejado en la mirada del otro son fenmenos tpicos para el difcil momento del paso de la adolesencia a la madurez. Andrea est vacilando, se est autoanalizando y, con asombro, descubre que no es capaz de entenderse a s misma. Lo que llena su alma es una mezcla de rmanticas ilusiones y de su naciente capacidad para valorar crticamente lo que le rodea. Aprende a penetrar ms all de lo superficial, hasta llegar a descubrir la verdad oculta bajo la capa de las apariencias engaosas. Por eso no cae en la trampa de adoptar como suyo alguno de los ejemplos de conducta ajenos, sino que sigue buscando su propia identidad. Esta bsqueda constante y el hecho de rechazar el papel que le puede ofrecer la sociedad de aquel momento pueden entenderse como una seal de rebelda. Y no se trata tan slo de un simple conflicto de generaciones, de oponerse a los valores que transmite la generacin precedente. Nos encontramos ante un fenmeno ms amplio que podra analizarse en categorias de una rebelda contra la doble moral de la sociedad patriarcal de aquel momento y contra la domesticacin de la mujer por parte del rgimen. Por lo tanto, me inclino a ver el recorrido de Andrea como un ejemplo de maduracin de un alma adolescente femenina. No se trata tan slo de un desarrollo personal, sino de una maduracin en el contexto sociohistrico, en la que algunas crticas han llegado a descubrir seales de emancipacin femenina. Si tenemos en cuenta la institucin de la censura, comprenderemos fcilmente que ests seales no pueden ser explcitas, sino que tienen que venir camufladas bajo smbolos o imgenes con que la escritora refleja su situacin de mujer dentro de la sociedad patriarcal.

72

Pope, Randolph: Novela de emergencia: Espaa, 1939-1954, op. cit., pp. 36-37.

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II. 4. Andrea: un viaje de una adolescente hacia la madurez en clave de la emancipacin femenina.

En este captulo me ocupar de analizar el proceso de maduracin de la protagonista de Nada, visto como una muestra de rebelda contra el sistema patriarcal impuesto por la sociedad y por el estado. Para empezar, me gustara enfocar el proceso de maduracin de Andrea desde la perspectiva de un viaje, tanto fsico, como espiritual, que realiza la protagonista en la novela. Al hablar del viaje fsico, me refiero al desplazamiento de una joven provinciana que se traslada a una gran ciudad, donde sus ilusiones infantiles chocan con una realidad gris y trastornada. El viaje espiritual, en cambio, se puede entender como una metfora de la bsqueda de identidad propia que emprende Andrea al llegar a Barcelona. II. 4. 1. El viaje fsico de Andrea : el espacio en la novela.

El motivo del viaje entendido como un desplazamiento fsico tiene una gran importancia en esta novela, hecho que destaca ya a primera vista: empieza y termina con un viaje. El primero tiene lugar la noche de la llegada de Andrea a Barcelona; el segundo, en cambio,se realiza al final del libro, cuando la protagonista, acompaada por el padre de su amiga Ena, abandona la ciudad para ir a trabajar en Madrid. As pues, se podra decir que la estancia en Barcelona constituye slo un paso en el dinmico proceso del desarrollo de Andrea, simbolizado por su constante movimiento. Es, sin embargo, un paso decisivo, porque el viaje que emprende la protagonista al principio de la novela funciona como un motor de todas sus acciones posteriores y, sobre todo, como el inicio del proceso de su maduracin. Con el fin de poner de relieve lo fundamental que es para la protagonista el cambio de ambiente, de la realidad rodeante, voy a analizar el camino que recorre en la novela desde el principio. Andrea, una hurfana de dieciocho aos, toma la valiente decisin de abandonar la casa de su prima Isabel, en un pueblo pequeo, y va a Barcelona, a estudiar en la Facultad de Filosofa y Letras. El destino de su viaje le despierta mil ilusiones, se le ofrece como un mundo luminoso, donde la vida late en su plenitud, donde podr hallar el amor, el inters profundo y la alegra, pero sobre todo ese algo que siempre ha estado buscando, encerrada en la casa provinciana de su prima. Su joven alma,

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anhelante de evasin, desea colmarse con la libertad sin lmites que le espera al final de su viaje:

Era la primera vez que viajaba sola, pero no estaba asustada; por el contrario, me pareca una aventura agradable y excitante aquella profunda libertad en la noche. La sangre, despus del viaje largo y cansado, me empezaba a circular en las piernas entumecidas y con una sonrisa de asombro miraba la gran estacin de Francia y los grupos que se formaban entre las personas que estaban aguardando el expreso y los que llegbamos con tres horas de retraso. El olor especial, el gran rumor de la gente, las luces siempre tristes, tenan para m un gran encanto, ya que envolva todas mis impresiones en la maravilla de haber llegado por fin a una ciudad grande, adorada en mis sueos por desconocida.73

El deseo de libertad, las grandes expectativas del corazn ardiente se translucen en esta descripcin que refleja, en primer lugar, la enorme fuerza de la juventud, incapaz de resignarse ante ninguna de las dificultades del primer viaje solitario:

Mi equipaje era un maletn muy pesado porque estaba casi lleno de libros y lo llevaba yo misma con toda la fuerza de mi juventud y de mi ansiosa expectacin. Un aire marino, pesado y fresco entr en mis pulmones con la primera sensacin confusa de la ciudad: una masa de casas dormidas; de establecimientos cerrados; de faroles como centinelas borrachos de soledad. Una respiracin grande, dificultosa, vena con el cuchicheo de la madrugada. Muy cerca, a mi espalda, enfrente de las callejuelas misteriosas que conducen al Borne, sobre mi corazn excitado, estaba el mar.74

La imagen del mar que aparece aqu implcita en la sensacin olftica de un aire marino, pesado y fresco se nos presenta como una promesa de espacios enormes, libres, illimitados. Quienes leen, se dejan influir por las ilusiones juveniles de Andrea. Estas, sin embargo, chocarn inmediatamente con el calor sofocante y el aire estancado y podrido75 que llenan el piso de sus parientes, con quienes va a vivir por falta de otra oportunidad. A la hora de tocar la puerta de la calle de Aribau el sueo de un alma a la expectativa se convierte en la pesadilla del desengao:

Al levantar los ojos v que haban aparecido varias mujeres fantasmales. Casi sent erizarse mi piel al vislumbrar a una de ellas, vestida con un traje negro que tena trazas de camisn de dormir. Todo en aquella mujer pareca horrible y desastrado, hasta la verdosa dentadura que me sonrea. La segua un perro, que bostezaba ruidosamente, negro tambin el animal, como una prolongacin de su luto. Luego me dijeron que era la criada, pero nunca otra criatura me ha producido impresin ms desagradable.76
73 74

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 13. Ibdem, p. 14. 75 Ibdem p. 16. 76 Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 16.

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Esta descripcin de la criada Antonia, la ms fantasmal y repugnante de todos los habitantes del piso de la calle de Aribau, nos introduce muy bien en el srdido ambiente de aquel lugar, fuertemente marcado por el tremendismo. A primera vista parece un escenario esttico, immovilizado por el marasmo y la miseria en que viven los parientes de Andrea. Resulta, sin embargo, que es ms bien un volcn a punto de estallar, una acumulacin de emociones violentas. La angustia, el odio, la histeria, la humillacin, las ilusiones fracasadas permanecen como cargadas en el aire constituyendo una parcela irrespirable de la realidad cotidiana del momento, recogida con un estilo desnudo y un tono desesperadamente triste.77 El espacio del piso de la calle de Aribau encierra todo lo que para Andrea supone la desilusin, el encuentro brusco del sueo con la realidad cruel llevada a cabo, expuesta por su lado ms dramtico. En esta casa los objetos parecen hablar:

Al fin se fueron dejndome con la sombra de los muebles que a la luz de la vela hinchaba llenando la habitacin de palpitaciones y profunda vida. El hedor que se adverta en toda la casa lleg en una rfaga ms fuerte. Era un olor a porquera de gato. Sent que me ahogaba y trep en peligroso alpinismo sobre el respaldo de un silln para abrir una puerta que apareca entre las cortinas de terciopelo y de polvo () Tres estrellas temblaban en la suave negrura de arriba y al verlas tuve unas gana sbitas de llorar, como si viera amigos antiguos, bruscamente recobrados. Aquel iluminado palpitar de las estrellas me trajo en un tropel toda mi ilusin a travs de Barcelona, hasta el momento de entrar en este ambiente de gentes y muebles endiablados. Tena miedo de meterme en aquella cama parecida a un atad. Creo que estuve temblando de indefinibles terrores cuando apagu la vela.78

Los parientes de Andrea entran en dilogo con los viejos trastos que les rodean constituyendo por su parte una galera de desequilibrados que, por rara casualidad, no slo andan sueltos, sino que estn juntos (como pertenecientes a una misma familia).79 Agobiada por el ambiente asfixiante que llena aquella casa fantasmal, Andrea busca refugio en la frgil cordialidad de sus relaciones universitarias. Sus compaeros y compaeras, sin embargo, pertenecen a un mundo diferente: vienen de familias acomodadas, de comerciales, arquitectos, terratenientes. No tienen que afrontar los problemas que para Andrea designan su realidad cotidiana. Andrea, con su ropa gastada y con la continua sensacin de hambre, se siente disminuida entre estas amistades,
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Tuzn, Vicente; Lzaro, Fernando: Literatura del siglo XX, op. cit., p. 284. Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p 20. 79 Nora, Eugenio de: La novela espaola contempornea, Madrid, Gredos, 1982, p. 105.

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dotadas de todo lo que a ella le falta: el bienestar y la paz interior. La nica con que establece amistad es la bella y luminosa Ena, muchacha voluntariosa e independiente. Esta relacin le permite a Andrea apartarse por unos momentos del srdido mundo de la calle de Aribau, as como de la inquietante sensacin de hambre:

Mi amistad con Ena haba seguido el curso normal de unas relaciones entre dos compaeras de clase que simpatizan extraordinariamente. Volv a recordar el encanto de mis amistades de colegio, ya olvidadas, gracias a ella. No se me ocultaban tampoco las ventajas que su preferencia por m reportaba (). Sin embargo, era para m un lujo demasiado caro participar de las costumbres de Ena. Ella me arrebataba todos los das al bar el nico sitio caliente que yo recuerdo en aquella universidad de piedra y pagaba mi consumicin () Yo no tena dinero para una taza de caf. Tampoco lo tena para pagar el tranva () ni para comprar castaas calientes a la hora del sol. Y a todo provea Ena () Todas mis alegras de aquella temporada aparecieron un poco limitadas por la obsesin de corresponder a sus delicadezas.80

El comportamiento de Ena, aunque generoso y desinteresado, suscita en Andrea una cierta incomodidad, causada por la imposibilidad de corresponder a los favores de su amiga. Ya que para ella el hecho de comer en bares, de comprarse nueva ropa y hasta los libros que le hacen falta constituye un capricho inalcanzable, la protagonista empieza a darse cuenta de que, a decir verdad, no cuadra con los luminosos y frgiles elementos que forman la realidad de la casa de Ena, un espacio casi fabuloso, poblado por unos seres dichosos, rubios, transparentes: la familia de su amiga. Andrea sabe que no pertenece a este mundo de bienestar fsico y moral, de conductas claras; pero tampoco quiere identificarse con la mezquindad y el dramatismo de la calle de Aribau. De ah que quede encerrada en un vaco que separa estos dos polos opuestos de la realidad, emprendiendo el esfuerzo existencialista de proyectar su propia vida. Sumergida en la nada, intenta Andrea encontrar el porqu de su vida. Esta bsqueda de la razn existencial queda muy bien expresada por el vagabundeo que realiza, con los nervios afilados y el estmago vaco, en el infinito laberinto de las calles barcelonesas. El espacio de la gran ciudad resulta, pues un scenario perfecto para reflejar las sensaciones tpicamente existencialistas (soledad, angustia, nostalgia) que le acompaan a Andrea en su bsqueda de identidad:

La ciudad, cuando empieza a envolverse en el calor del verano, tiene una belleza sofocante, un poco triste. A m me pareca triste Barcelona, mirndola desde la ventana del estudio de mis amigos, en el atardecer. Desde all un panorama de azoteas y tejados se
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Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 66.

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vea envuelto en vapores rojizos y las torres de las iglesias antiguas parecan navegar entre olas. Por encima, el cielo sin nubes cambiaba sus colores lisos () Luego lleg la noche.81

II. 4 . 2. El viaje espiritual de Andrea: la promesa de la liberacin. Andrea anda por Barcelona, buscando un lugar para s misma y quienes leemos la acompaamos en este viaje, vamos siguiendo sus pasos, adentrndonos con ella en cada rincn de esta triste ciudad cuyo espacio (o varios espacios) adquiere en la novela un profundo valor alegrico: el de ser una metfora de la vida, un testigo de la transformacin de una nia ingnua en una mujer capaz de darle un nuevo rumbo a su vida. En este captulo tratar de analizar el proceso de maduracin de Andrea y la promesa de liberacin que dicho proceso encierra. A pesar del entusiasmo juvenil con el que Carmen Laforet retrata un ao en la vida de su adolescente protagonista, sus experiencias, marcadas por la sombra realidad cotidiana que la rodea y, sobre todo, sus conflictos interiores, permiten presenciar el proceso de una transformacin. Es imprescindible poner de relieve el papel que en la realizacin de este cambio desempea la imaginacin femenina: el desarrollo de Andrea cobra autenticidad al asumir sta el papel de narradora de la novela (tal como he mencionado anteriormente, la novela est escrita en forma de memorias en las que la protagonista, poco tiempo despus, recrea sus experiencias adquiridas durante un ao de estudios en Barcelona). Patricia Meyer Spacks, en su estudio acerca de las modalidades de la imaginacin femenina82, expone que la imaginacin posee una doble funcin: adems de penetrar y reproducir la realidad en los aspectos ms profundos, se manifiesta capaz de sustituirla, un acto en que el ser acta como potencia inventiva y se crea a s mismo por sus actuaciones. Este doble papel de la imaginacin adquiere una importancia particular en el caso de una adolescente: le ayuda a llegar a una realizacin tanto psicolgica, como literaria a base de analizar la manera en que se estructuran los acontecimientos en las novelas. As pues, en Nada, el desarrollo de la protagonista se realiza mediante la narracin: el acto de recrear la realidad, constituida por una combinacin de sucesos caractersticos de la poca de posguerra con las experiencias personales de la protagonista. La condicin de Andrea corresponde a la descrita por
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Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 186. Meyer Spacks, Patricia: The Female Imagination, New York, Alfred A. Knop, 1975.

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Meyer Spacks en su studio sobre las mujeres que dominate their own experience by imagining it, giving it form, writing about it.83 A medida de que seguimos las conductas de la protagonista, en las que ella corresponde a los desafos de la vida, se nos revelan los siguientes pasos de su proceso de liberacin. Los dos tiempos: el pasado de la experiencia y el presente de la escritura se entremezclan en la narracin, a travs de la cual podemos presenciar el proceso de autoconocimiento de la protagonista. David W. Foster lo describe de la siguiente manera:

Sabemos que Andrea est recordando y analizando cosas y emociones de hace un par de aos, y por eso hay una bifurcacin siempre presente entre lo que sucedi y la manera en que la joven recuerda qu sucedi. Ella nunca se detiene a contrastar sus reacciones de ahora con las de entonces los dos estados se funden para dar un panorama uniforme del creciente ensanchamiento de la perspectiva de la muchacha que est aprendiendo cmo es la vida.84

Las principales vas de acceso al mundo interior de la protagonista son la imaginacin, la experiencia vivida y la escritura. Guiados por la narradora, recorre con Andrea su trayectoria vital en la que sta se enfrenta a varias situaciones extremas que plantean el rechazo de las convenciones sociales en favor del cambio y la rebelda. As pues, la novela adquiere rasgos de un Bildungsroman (novela de aprendizaje): un gnero literario cuyo tema es la bsqueda por parte del joven hroe para encontrar su lugar en el mundo, para descubrir su propia identidad. Paralelamente a un Bildungsroman, Nada se encamina de la inocencia a la experiencia en un proceso dinmico que constituye la afirmacin de la libertad. La situacin de Andrea, sin embargo, es diferente a la de un tpico protagonista de una novela de aprendizaje por el mero hecho de ser una mujer.85 Como afirma Patricia Meyer Spacks, las condiciones de desarrollo son desiguales para los representantes de ambos sexos a causa de la asimetra de sus correspondientes papeles sociales. En la vida de la joven tiene lugar un proceso de grow down (retroceso) en lugar de grow up (progreso), puesto que para la mujer el supuesto desarrollo consiste en un ir adaptndose a la posicin de dependencia, que la edad adulta le tiene reservada. Spacks pone de relieve que en el caso de las protagonistas femeninas, la rebelin caracterstica del Bildungsroman se convierte en
Meyer Spacks, Patricia: The Female Imagination, op. cit., p. 413. Foster, David W.: Nada en Franciso Rico (dir.), Historia y Crtica de la Literatura Espaola, Barcelona, Crtica, 1981, vol. 8, pp. 387-388. 85 El propio Bildungsroman naci en Alemania con la aparicin de la novela Wilhelm Meisters Lehrjahre (1975) de Goethe. El protagonista tpico de este gnero es un adolescente cuyo desarrollo se realiza mediante un proceso de socializacin, de modo que la formacin final del hroe coincide con su integracin personal.
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sentimientos de ira y odio hacia s mismas o en una opresiva sensacin de encierro the feeling that theres no way out.86 Al analizar el desarrollo de Andrea nos damos cuenta de que dicha sensacin de encierro la acompaa desde el principio mismo de su trayectoria, cuando llega a la casa de sus parientes. Este primer desengao de la protagonista ser, al mismo tiempo, el factor decisivo de su futura transformacin. Segn Meyer Spacks, el entusiasmo inicial con el que Andrea llega a Barcelona, reflejado en la sensacin de entrar en un mundo mgico, es una manifestacin tpica para la edad de adolescencia y, como tal, podra interpretarse como un presagio del paso a otra etapa de la vida:

Adolescence is a period of transition with little independent reality. Its draws its meaning from the past and from its relationship to some future adulthood toward which it aims and unfolds .87

Carmen Laforet describe la sensacin de miedo e inseguridad que se va apoderando de Andrea cuando sta sube la escalera hacia la puerta del piso en la calle de Aribau. Tal como si sospechara que detrs de ella hay algo irremediable, vacila antes de tocarla:

Todo empezaba a ser extrao a mi imaginacin; los estrechos y desgastados escalones de mosaico, iluminados por la luz elctrica, no tenan cabida en mi recuerdo. Ante la

puerta del piso me acometi un sbito temor de despertar a aquellas personas desconocidas que eran para m, al fin y al cabo, mis parientes y estuve un rato titubeando antes de iniciar una tmida llamada a la que nadie contest. Se empezaron a apretar los latidos de mi corazn y oprim de nuevo el timbre. O una voz temblona: Ya va, ya va.
Unos pies arrastrndose y unas manos torpes descorriendo cerrojos. Luego me pareci todo una pesadilla.88

La puerta de la casa funciona en este contexto como una metfora del ingreso a una nueva vida. El momento en el que se abre y Andrea entra en el piso constituye un comienzo simblico de la primera etapa de su transformacin que corresponde respectivamente a la primera parte de la novela: La obra est dividida en tres partes,

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Meyer Spacks, Patricia: The Female Imagination, op. cit., p. 200. Ibdem, p. 51. 88 Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 15.

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cada una de ellas corresponde a una etapa en el desarrollo de la personalidad de Andrea.89 Lo que predomina en la narracin de esta etapa de iniciacin es la imagen negativa de la vida en la casa de su abuela. El estado de degeneracin fsica y moral en el que se encuentra la familia de la protagonista refleja el derrumbe fsico y moral de la sociedad de aquel momento, afectada por las consecuencias de la guerra civil e incapaz de adaptarse a la nueva realidad. Ya en la primera descripcin de sus parientes sugiere la protagonista que tenemos que ver con un extrao microcosmos poblado por unos seres enfermos, fantasmales, que llevan rasgos de personajes tpicos de una novela gtica: su abuela es una mancha blanquinegra; su to Juan tiene la cara llena de concavidades, como una calavera; Gloria, la esposa de Juan le parece una lnquidez de sbana colgada con los cabellos revueltos, rojizos, sobre la aguda cara blanca y su ta Angustias tiene una cara oscura y estrecha. El cuadro se completa con la descripicin de la terrorfica criada Antonia en la que todo es horrible y desastrado, hasta la verdosa dentadura con la que sonre a Andrea.90 El primer encuentro con su familia le produce a la protagonista una intensa sensacin de asfixia que le acompaar de aqu en adelante durante su estancia en Barcelona. La anatoma de la casa, el amontonamiento de los muebles, la suciedad, la falta de aire fresco y de luz contribuyen a la pesadez de aquel ambiente que agobia a la muchacha y la incita a la rebelda, reflejada en su simblico deseo de evasin:

Yo estaba cansada y, adems, en aquel momento, me senta espantosamente sucia. Aquellas gentes movindose o mirndome en un ambiente que la aglomeracin de cosas ensombreca, parecan haberme cargado con todo el calor y el holln del viaje, de que antes me haba olvidado. Adems deseaba angustiosamente respirar un soplo de aire puro.91

Con el fin de liberarse de la sensacin de angustia que la invade, Andrea decide tomar una ducha. El chorro del agua helada funcionar muchas veces en la novela como un factor simblico que le permite a la protagonista liberarse momentneamente de todo lo que ocurre en aquella casa. La ducha trae alivio, pero el desastrado aspecto del cuarto

89

Foster, David W.: Nada en Francisco Rico (dir.), Historia y Crtica de la Literatura Espaola, op. cit., p. 388. 90 Laforet, Carmen: Nada, op. cit., pp.16-17. 91 Ibdem, p.18.

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de bao, parecido a una casa de brujas la hace volver a la triste realidad de aquella noche:

Las paredes tiznadas conservaban la huella de manos ganchudas, de gritos de desesperanza. Por todas partes los desconchados abran sus bocas desdentadas rezumantes de humedad. Sobre el espejo, porque no caba en otro sitio, haban colocado un bodegn macabre de besugos plidos y cebollas sobre fondo negro. La locura sonrea en los grifos torcidos. Empec a ver cosas extraas, como los que estn borrachos. Bruscamente cerr la ducha, el cristalino y protector hechizo, y qued sola entre la suciedad de las cosas.92

Esta descripcin alude al carcter gtico de la casa y de sus habitantes. Como expone Foster: varios lectores han notado el aspecto gtico de la casa aunque la novela dista mucho de los romances gticos del siglo pasado, un subgnero de esta forma de ficcin con una orientacin temtica hacia la Edad Media y se ha mencionado el parentesco entre la obra de Carmen Laforet y algunos aspectos de Wuthering heights (Cumbres borrascosas) de Emily Bronte.93 Aunque desde el punto de vista del argumento Nada dista mucho del clsico romance gtico, hay algunos aspectos, segn expone Jenny Fraai94, en los que alude abiertamente a este gnero. Uno de ellos es, sin duda, el funcionamiento del espacio de la casa. Tal como los castillos apartados del mundo, en donde permanecen recluidas las heronas gticas, el piso de la calle de Aribau constituye un microcosmos separado del espacio exterior, un locus del exilio interior de la protagonista y el escenario de su probacin y sufrimiento, elementos inseparables del proceso de maduracin. Andrea se adentra en el complicado laberinto piscolgico de las relaciones entre sus familiares con toda la ingenuidad de su alma adolescente, hecho que le har experimentar tensiones bruscas y sensaciones atormentadoras. Al presenciar los conflictos entre ellos, descubre muchos rincones sombros del alma humana cuya existencia no sospechaba. Adoptando el triste, como ella misma lo admite, papel de espectadora que le tiene reservado la vida, la joven se sorprende ante las reacciones exageradas de sus familiares y esta sorpresa constituye un elemento fundamental de su aprendizaje en la escuela de la vida:
Con frecuencia me encontr sorprendida ante aquellas gentes de la calle de Aribau, por el aspecto de tragedia que tomaban los sucesos ms nimios, a pesar de que aquellos

92 93

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 34. Foster, David W.: Nada, op. cit., p. 388. 94 Fraai, Jenny: Rebeldas camufladas (...), op. cit., pp. 37-79.

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seres llevaban cada uno un peso, una obsesin real dentro de s, a la que pocas veces aludan directamente.95

La casa funciona, pues, como una representacin simblica de la vida, de la que Andrea aprende mucho sobre la naturaleza humana y sobre el mundo que le rodea. Los personajes de la novela, adems de reflejar la pobreza espiritual de la sociedad espaola de aquella poca, adquieren un significado universal, bblico: son representaciones de los instintos y pasiones ms bsicas que rigen la conducta del ser humano. Los dos hermanos pelean entre ellos y Romn, el ms autoritario, domina a Juan. Romn, guapo y simptico, es el que al principio ms inters le inspira a su sobrina. Es un personaje interesante, parece vivir apartado del srdido mundo de la casa. Su cuarto en la buhardilla, cuidado y ordenado, es un espacio independiente, al que Andrea recurre varias veces para refugiarse del ambiente opresivo. Fumar y tomar caf en compaa de su to son para ella pequeas libertades que le infunden cierta confianza y una sensacin de independencia que la incita a la rebelda. Con el paso del tiempo, sin embargo, se le revela el lado oscuro de la personalidad de Romn que corresponde al tpico personaje de un villano gtico, en el que lo sublime se entremezcla con lo terrorfico. Es, sin duda, un hombre fascinante, capaz de hechizar a los dems con su personalidad y su gran talento artstico (es msico y pintor). Del otro lado, sin embargo, se nos presenta como un ser dividido entre la razn y el deseo, narcisista, tiene la obsesin de dominar a las dems personas, de humillarlas buscando autosatisfaccin. Se sirve de su talento musical para hechizar a sus vctimas que carecen de fuerza suficiente para escaparse de su influencia. Su character sdico se revela en su culto por Xochipilli, el dios azteca que se nutre de corazones humanos. En una de sus conversaciones le dice a Andrea:

No te he contado la historia con el dios Xochipilli, mi pequeo idolillo acostumbrado a recibir corazones humanos? Algn da se cansar de mis dbiles ofrendas de msica y entonces () Y entonces Romn se rea ms, con sus dientes blancos bajo el bigotillo negro - , entonces le ofrecer Juan a Xochipilli, le ofrecer el cerebro de Juan y el corazn de Gloria Suspir. Mezquinos ofrecimientos, a pesar de todo. Tu hermoso y ordenado cerebro quiz fuera mejor96

95 96

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 19. Ibdem, p. 28.

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Entre las mujeres que llegan a ser vctimas de la fuerza seductora de Romn estn Andrea, Gloria, Ena y su madre Margarita que estaba locamente enamorada de l en la juventud. No slo las mujeres, sin embargo, ceden ante la influencia autoritaria de Romn. Otro personaje que se encuentra totalmente dependiente de l es su hermano Juan, hecho del que Romn se alardea ante Andrea:

Si yo te pudiera explicar que a veces estoy a punto de volverle loco a Juan!... Pero, t misma no lo has visto? Tiro de su compresin, de su cerebro, hasta que casi se rompe A veces, cuando grita con los ojos abiertos me llega a emocionar. Si t sintieras alguna vez esta emocin tan espesa, tan extraa, secndote la lengua, me entenderas! Pienso que con una palabra lo podra calmar, apaciguar, hacerle mo, hacerle sonreir T eso lo sabes, no? T sabes muy bien hasta qu punto Juan me pertenece, hasta qu punto se arrastra tras de m, hasta qu punto le maltrato.97

Juan, igual que su hermano, es pintor, pero por falta de talento no puede realizar sus ambiciones. Humillado por el hecho de saber que entre su mujer y Romn ha habido relaciones ntimas y por la imposibilidad de mantener a su familia en los tiempos difciles de posguerra, fracasa totalmente en su papel de esposo y padre. Aunque en el fondo es bueno y demuestra mucho cario hacia su hijo, est frustrado, hecho que le lleva a torturar fsica y psquicamente a su mujer. Entre los familiares, Gloria es la que ms se acerca a las aspiraciones de evasin de Andrea, pero carece de fuerza suficiente para obrar decisivamente y separarse de la vida aptica en la que se siente atrapada. No obstante, el personaje que desempea el papel ms importante en esta primera fase del desarrollo de Andrea es su ta Angustias. Solterona, frustrada por un amor maldito y nunca cumplido, es la que con sus restricciones le niega la posibilidad de desarrollo a la protagonista y fortalece su impulso de rebelda. Como Romn, Angustias tiene la ambicin de controlar todo lo que ocurre en la casa y de dominar a los otros. A Andrea le intimida tanto la personalidad imperiosa, como el aspecto fsico de su ta:

Entonces supe que an haba otra mujer a mi espalda. Sent una mano sobre mi hombro y otra en mi barbilla. Yo soy alta, pero mi ta Angustias lo era ms y me oblig a mirarla as. Ella manifest cierto desprecio en su gesto. Tena los cabellos entrecanos que le bajaban a los hombros y cierta belleza en su cara oscura y estrecha. - Vaya un plantn que me hiciste dar esta maana, hija!... Cmo poda yo imaginar que ibas a llegar de madrugada?

97

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 30.

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Haba soltado mi barbilla y estaba delante de m con toda la altura de su camisn blanco y de su bata azul.98

As pues, la primera impresin que le da Angustias a su sobrina es la de una persona autoritaria y cerrada, que demuestra desprecio hacia los dems. Ya en la descripcin de su primer encuentro, la narradora sugiere qu rumbo van a tomar las relaciones entre ellas. La llegada de Andrea es para Angustias una nueva oportunidad de manifestar su carcter autoritario. Por lo tanto, asume ante ella un papel maternal que se revela en su continuo intento de controlar y de moldear la conducta de la joven a su manera:

-Te lo dir de otra forma: eres mi sobrina; por lo tanto, una nia de buena familia, modosa, cristiana e inocente. Si yo no me ocupara de ti para todo, t en Barcelona encontraras multitud de peligros. Por lo tanto, quiero decirte que no te dejar dar un paso sin mi permiso.99

Angustias justifica sus restricciones explicndole a Andrea que quiere protegerla de las amenazas que presenta para una adolescente la ciudad de Barcelona: un verdadero infierno.100 A veces, con el fin de acercarse a su sobrina, Angustias intenta mostrarse cariosa y llena de comprensin. Son, sin embargo, intentos poco sinceros y, en vez de conmover, infunden horror en la joven. La ta se parece ms a la madrastra de los cuentos infantiles que a una madre y por ello tiene en la novela caractersticas de la llamada madre mala, de la que he hablado en el primer captulo del presente trabajo. Angustias lleva una existencia rutinaria, marcada por un gran vaco emocional. Es portavoz del rgimen en la novela: ciega a la naturaleza sensual femenina, sometida a las convenciones de la sociedad patriarcal, rechaza cualquier posibilidad de cambio. Se escandaliza frente a las ideas de Andrea porque le parecen un escape del ambiente familiar, una debilidad de su autoridad y una falta de respeto a la tradicin. Las relaciones entre ambas reflejan el clsico conflicto de generaciones, caracterstico para todo proceso de maduracin. Dice Andrea:

Es difcil entenderse con las gentes de otra generacin, aun cuando no quieran imponernos su modo de ver las cosas. Y en estos casos en que quieren hacenos ver con

98 99

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 17. Ibdem, p. 26. 100 Idem.

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sus ojos, para que resulte medianamente bien el experimento, se necesita gran tacto y sensibilidad en los mayores y admiracin en los jvenes.101

Angustias representa el mundo convencional con el que chocan el entusiasmo y las ilusiones juveniles de Andrea. La joven, cuyas reacciones pasan gradualmente del asombro a la desesperacin, comprende que la nica posibilidad de escaparse de las restricciones que su ta le impone es la rebelin. El momento en que Angustias decide marcharse al convento marca un paso en la transformacin de Andrea, ofrecindole ms libertad y nuevas oportunidades de desarrollo. Agobiada por el tenso ambiente de su casa, la joven pasa al mundo exterior complejo de la ciudad, las calles y sus primeras amistades universitarias. Esta nueva realidad constituye un contrapeso de la sordidez que llena el piso de la calle de Aribau y le ofrece a Andrea nuevas posibilidades de evasin. La confrontacin con el mundo de sus amistades, todos hijas e hijos de familias acomodadas que nada tienen que ver con la realidad en la que vive la familia de la protagonista, sirve de base para su autodescubrimiento. Andrea toma conciencia de s misma, hecho que constituye un acto significativo hacia su liberacin. Como afirma Patricia Meyer Spacks: To define ones value, discover identity, is a traditional undertaking of adolescence, made more difficult by the fact that many nominal adults have not achieved it.102 Es muy importante para el futuro desarrollo de la protagonista analizar un sueo revelador que tiene en el captulo IV. Andrea desaparece de la narracin para darles la palabra a otros dos personajes: Gloria y la abuela. Todo el captulo tiene forma de un dilogo entre ellas en el que se nos revela una gran parte del pasado de la familia y, sobre todo, la historia de Gloria: su matrimonio con Juan y la misteriosa aventura que hubo entre ella y Romn. La estructura dramtica de este apartado nos hace adentrarnos en la imaginacin de Andrea y vivir con ella este momento extrao en el que parece aislarse de la realidad inmediata para encerrarse completamente en el ambiente de las historias del pasado de su familia. El suceso fomenta un conflicto entre sus ilusiones que necesitan del mundo exterior para alimentarse as como su fascinacin por la casa y sus ocupantes. La desaparicin de la realidad concreta da paso a unas fiebres que se apoderan de la protagonista y que culminan en el extrao sueo suyo que acabo de sealar. Se trata de una proyeccin de la subconsciencia de Andrea que anticipa el comienzo de una nueva etapa en su

101 102

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 40. Meyer Spacks, Patricia: Female Imagination, op. cit., p. 150.

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desarrollo. La adolescente llega a comprender las causas de las manias y rarezas de sus familiares, hecho que le permite liberarse de la atmsfera agobiante de su casa. El sueo est forjado en la historia del noviazgo de Gloria y Juan y presenta una imagen de la pareja, abrazada al reencontrarse despus de terminar la guerra:

Aquella noche tuve un sueo clarsimo en que se repeta una vieja y obsesionante imagen: Gloria, apoyada en el hombro de Juan, lloraba Poco a poco, Juan surgi curiosas transformaciones. Le vi enorme y oscuro con la fisonoma enigmtica del dios Xochipilli. La cara plida de Gloria empez a animarse y a revivir; Xochipilli sonrea tambin. Bruscamente su sonrisa me fue conocida: era la blanca y un poco salvaje sonrisa de Romn. Era Romn el que abrazaba a Gloria y los dos rean. No estaban en la clnica, sino en el campo. En un campo con lirios morados y Gloria estaba despeinada por el viento. Me despert sin fiebre y confusa, como si realmente hubiera descubierto algn oscuro secreto.103

Sara Schyfter argumenta que Juan, Romn y Xochipilli se pueden interpretar en este sueo como una sola persona.104 Esta fusin extraa le lleva a la adolescente a descubrir la cara sombra de las relaciones entre los dos hermanos y a tomar conciencia del carcter mezquino y dominador de Romn. Esto le permite liberarse de su hechizo y de su autoridad masculin. La enfermedad es la catarsis que anuncia un nuevo perodo en la vida de Andrea, el paso que sella su mundo anterior, el universo cerrado en que la inocencia y la imaginacin han llenado su existencia proporcionndole un escape temporal de la realidad por falta de contacto directo con el mundo exterior y el de la familia. Es como si hubiera renacido para entrar en una nueva etapa de su vida:

No s a qu fueron debidas aquellas fiebres, que pasaron como una ventolera dolorosa, removiendo los rincones de mi espritu, pero barriendo tambin sus nubes negras El primer da que pude levantarme tuve la impresin de que al tirar la manta hacia los pies quitaba tambin de m aquel ambiente opresivo que me anulaba desde mi llegada a la casa.105

Como afirma David Foster: Andrea nunca se hunde totalmente en el ambiente de la casa; si as fuera el caso, nunca habra podido escapar.106 Aunque en el curso del proceso de maduracin sufre pequeas derrotas, se trata tan slo de unas frustraciones momentarias y no de una resignacin total ante la vida. Andrea sigue intentando superar
103 104

Laforet, Carmen: Nada, ob. cit., p. 54. Schyfter, Sara: La mstica masculina en Nada de Carmen Laforet, en Janet Prez (ed), Novelistas femeninas de la posguerra espaola, Madrid, Porra Turranzas, 1983, pp. 85-93. 105 Laforet, Carmen: Nada, ob. cit., p. 55. 106 Foster, David W.: Nada, op. cit., p. 243.

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las limitaciones que le ponen sus parientes y el espacio fsico de su casa. Dichos intentos se manifiestan en su tendencia a integrarse al mundo externo de sus amistades universitarias y encontrar all un apoyo en su afn de liberacin que la aparta del peligro de la desilusin moral, de las frustraciones que dominan la vida hecha de engaos de sus familiares, y se completa ahora con la nueva perspective que le viene de los colegas de la universidad. La amistad sirve de fuerza generadora de energa en el transcurso del aprendizaje de la adolescente. Ella madura a medida que aprende a superar el espacio catico de la calle Aribau y las restricciones de su ta Angustias, defiensora de la imagen de la mujer tpica de la retrica franquista. El conflicto entre la libertad personal (afn de exploracin del mundo externo: el espacio de Barcelona, en especial el Barrio Chino por la fascinacin del peligro atrayente) y las limitaciones impuestas por la generacin anterior, defensora del orden tradicional (en este caso, las restricciones de Angustias) constituye un elemento inseparable de toda etapa de adolescencia. Cuando la ta, inesperadamente, decide retirarse al convento, a Andrea se le abren nuevas posibilidades de explorar el mundo externo y de separarse de la presin familiar:

El momento de mi lucha con ta Angustias se acercaba cada vez ms, como una tempestad inevitable Me v entrar en una vida nueva, en la que dispondra libremente de mis horas y sonrea a Angustias con sorna.107

La despedida de Angustias cierra la primera fase de la maduracin de Andrea. La ruptura definitiva con las convenciones definidas por su ta ocurre al acusarla sta de rebelin por ltima vez:

T me has fallado, me has decepcionado. Cre encontrar una huerfanita ansiosa de cario y he visto un demonio de rebelda T has sido mi ltima ilusin y mi ltimo desengao Parece que hayas vivido suelta en zona roja y no en un convento de monjas durante la guerra. An Gloria tiene ms disculpas que t en sus ansias de emancipacin y desorden.108

A partir de este momento, liberada de las restricciones, la protagonista se lanza a descubrir la vida en todas sus dimensiones. Sus relaciones con el grupo de amigos universitarios le abren los ojos ante las realidades de la vida chocante y llena de privaciones y, asimismo, le permiten entender mejor las nuevas ideas de las

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Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 59. Ibdem, p. 43.

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consecuencias de la guerra que afectan a su familia y a ella misma. Gracias a la sensibilidad de Carmen Laforet podemos revivir este proceso lleno de obstculos, a travs de la subjetividad de Andrea, desde la posicin de la narradora madura y comprensiva. En la segunda parte del libro, que corresponde respectivamente a la segunda fase del desarrollo de la protagonista, Andrea se mueve entre dos mundos completamente opuestos: el de la casa y el de sus amistades universitarias. La joven quiere evitar a todo coste cualquier contacto entre estos dos polos de la realidad. Su conducta revela que la adolescence is simply a transitional stage, a time of life when behaviors reflect less the person than the painful developmental change that the person is undergoing.109 Entre sus amistades siente especial preferencia por Ena, una chica que sobresale en la pandilla por su inteligencia y su confianza en s misma. Ena constituye para Andrea un nuevo modelo de conducta femenina, opuesto al tradicional, representado por Angustias y ms cercano a su ansia de emancipacin. Andrea necesita del apoyo de su amiga para explicar su existencia dividida entre los dos mundos antes mencionados. Paradjicamente, Ena es la que conduce a la confrontacin de estas dos realidades debido a su atraccin por Romn, el to de Andrea. Aunque la relacin de las dos muchachas pasa por toda una serie de altibajos, al mismo tiempo constituye un fundamento para la liberacin definitiva de la protagonista. Ena representa mltiples facetas de la vida que le muestra a Andrea una familia que, aunque tambin es patriarcal, est hecha a base de relaciones ms sosegadas que la suya. En cierto modo representa el lado inconsciente de la protagonista, lo que ella quiere llegar a ser en el futuro. Este aspecto desconocido de la joven se despierta poco a poco a medida que su amistad con Ena pasa por situaciones extremas. En cada confrontacin con la familia se da cuenta de que ya no pertenece a este ambiente de miseria econmica y espiritual. La sensacin del anhelo real de compaa humana110 que la acompaa resulta de una intuicin de que la amistad es la gua en su camino de liberacin. Carmen Laforet acerca y contrasta el mundo interno de la casa y el externo y hace que la protagonista afronte situaciones difciles, sorprendentes, para forjar una va nueva que la conducir a su salvacin final. La imagen de encierro, de asfixia que resalta en la novela constituye un smbolo de los obstculos que encuentra Andrea en su camino de maduracin y que

Offer, Daniel; Ostrov, Eric; Howard Kenneth I. : The Adolescent: A Psychological Self Portrait, New York, Basic Books, 1981, p. 120. 110 Laforet, Carmen: Nada, opo cit., p. 93.

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se oponen al desarrollo de su personalidad. En el ambiente familiar o entre sus nuevas amistades la protagonista confronta circunstancias inesperadas, restricciones que vienen de sus amistades o de la sociedad. El superar dichas dificultades marca las pautas del proceso de maduracin. En el aprendizaje de la emancipacin la fuente interior y el universo externo se desarrollan simultneamente. En el plano de la casa, Andrea sigue atada al ambiente negativo que resulta su enemigo oculto, pero poderoso. La protagonista se da cuenta de que, pese a haber logrado mayor grado de libertad, los lazos con sus familiares (simbolizados por los muebles que ellos amasan en su habitacin) le niegan la independencia y este hecho le produce un resentimiento continuo. Al tratar con el mundo externo, sin embargo, sus experiencias se enriquecen considerablemente. La protagonista rechaza, por ejemplo, la relacin amistosa con Gerardo, porque ve en l el equivalente masculino de Angustias por los reproches y los comentarios autoritarios que le hace. Al acordarse de estos acontecimientos, comprende que estaba ante un determinado tipo de hombre que trataba a las mujeres de una forma superficial, sin adentrarse en su individualidad y, por lo tanto, una relacin amorosa con l hubiese resultado siempre un fracaso. La posicin que adopta la narradora al rememorar a Gerardo revela las huellas del proceso de aprendizaje por el que pas la adolescente:

Porque entonces era lo suficientemente atontada para no darme cuenta de que aqul era uno de los infinitos hombres que nacen slo para sementales y junto a una mujer no entienden otra actitud que sta. Su cerebro y su corazn no llegan a ms.111

La familia de Ena, en cambio, funciona como un factor positivo porque le hace posible el conocimiento de las relaciones basadas en el respeto y cario. De esta muestra de amistad y acercamiento aprende lo que es el calor humano. Para la joven, la madre de Ena es la madre buena, cuya figura maternal bondadosa se opone a la dureza de Angustias. A travs de su amiga ntima y por la relacin de sta con Romn se mantiene vigente el vnculo entre los dos mundos. Cada paso en su recorrido es parte de un proceso trabajoso de liberacin, progreso y madurez. Su decisin de sustraerse a los problemas econmicos de la familia y eludir las comidas en casa es otra prueba de su afn de independencia que le ensea la realidad concreta y las consecuencias del hambre en el perodo difcil de posguerra:
111

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 136.

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La verdad es que me senta ms feliz desde que estaba desligada de aquel nudo de las comidas en casa. No importaba que aquel mes hubiera gastado demasiado y apenas me alcanzara el presupuesto de una peseta diaria para comer: la hora del medioda es la ms hermosa en invierno. Una buena hora para pasarla al sol en un parque o en la Plaza de Catalua. A veces se me ocurra pensar, con delicia, en lo que sucedera en casa. Los odos se me llenaban con los chillidos del loro y las palabrotas de Juan. Prefera mi vagabundeo libre.112

La amistad constituye para la adolescente una fuente de fuerza espiritual que la llena. Siente el efecto agradable de la atencin de Ena y ve en ella manifestaciones atrevidas de conducta que se oponen al modelo franquista de la mujer. Con la presencia de Jaime, el novio de Ena, Andrea descubre que una relacin entre hombre y mujer puede estar basada en sincera amistad, comprensin e igualdad y no tiene que ser una crcel en la que la mujer se somete completamente a la autoridad del hombre. Las excursiones primaverales al mar, durante las cuales Andrea acompaa a la pareja, constituyen para ella un escape temporal de la realidad cotidiana. No obstante, la armona y seguridad que ofrecen dichos encuentros se disipa durante la semana por el hambre que siente y por el descontento con sus familiares. Al mismo tiempo, la primera crisis a la que est sometida su amistad con Ena profundiza el juicio de la protagonista. Andrea es capaz de juzgar objetivamente a su amiga y tiene momentos en que desaprueba su carcter dominante y manipulador. Al enfrentarse con Ena y Romn en la casa los dos mundos se tocan y se produce un nuevo avance. La joven se da cuenta de estar atrapada en un territorio indefinido, que tiene elementos mezclados de las dos realidades en que se mueve. Empieza un proceso complicado en el que Andrea pasa gradualmente de la resignacin y soledad a la determinacin y accin, logra salir del papel de espectadora de la vida en el que se crea atrapada. Robert Spires pone en evidencia que estamos ante la transformacin de una muchacha ilusa, que se deja engaar fcilmente, en una mujer realista que acepta con equidad el carcter paradjico del ser humano.113 Andrea trata de adaptarse a las nuevas circunstancias llenando el vaco con la amistad del grupo de bohemios. Son jvenes artistas, escritores y pintores, que representan la libertad de expresin y el anhelo de romper con los modelos impuestos por la poca y por la generacin de sus padres. Esta amistad constituye para la joven un

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Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 118. Spires, Robert: La novela espaola de posguerra, Madrid, Cupsa, 1978, p. 121.

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modo de liberarse de la presin emocional causada por los problemas familiares y los relacionados con su amiga Ena. Al mismo tiempo, Andrea sigue reflexionando sobre la vida y sobre su situacin. El inters que su amiga siente por la casa de la calle de Aribau la lleva a darse cuenta de que una conducta previsible y racional no exalta ni conmueve la vida del indivduo. A Ena le atrae precisamente la personalidad indecisa y contradictoria de su amiga que oculta su irrefrenable deseo de libertad. Andrea es como una metfora de la vida misma, de los movimientos imprevisibles de la existencia que son una condicin del progreso autntico. Otro paso importante en el desarrollo de Andrea ocurre cuando la joven se ve forzada a participar directamente en los problemas de su familia. Es la noche en la que la abuela, temerosa por las amenazas de Juan de buscar y matar a su mujer, le pide a la protagonista que lo siga para salvar a Gloria. Su recorrido por las calles del Barrio Chino le recuerda una escena del carnaval de su infancia ( por la gente grotesca, el ruido y la multitud de colores) y corresponde, asimismo, a la carrera simblica en su propia vida. En esta ocasin, al aclararse el secreto de las frecuentes escapades nocturnas de Gloria, cae una mscara que este personaje ha llevado hasta aquel momento. Le pareca a Andrea el ser ms independiente de la casa, pero se trata aqu de una pequea libertad que la encierra doblemente en su papel de esposa y madre y la deja atada al espacio de la casa: Gloria jugaba a las cartas en casa de su hermana para mantener a la familia. A Andrea, este suceso le aclara de nuevo que la familia no puede facilitar su liberacin ni su recorrido hacia la madurez. La joven se vuelve hacia sus amigos bohemios. En la vspera de San Juan uno de ellos, Pons, la invita a un baile en su casa y, tambin, a pasar el verano con su familia. Andrea vive un momento de ensueo, porque es la primera vez que un chico la invita a una fiesta. Su amistad con Pons, sin embargo, resulta otro desengao que corresponde simblicamente a la cada del mito de la Cenicienta: los dos pertenecen a mundos completamente diferentes y ninguno de ellos se muestra bastante maduro para vencer dicho obstculo. Andrea se da cuenta de que no puede y no quiere pertenecer a aquel ambiente ficticio al ver su imagen blanca y gris, deslucida entre los alegres trajes de verano114, reflejada en un espejo en medio de la fiesta. La ilusin de escape que le ofreca Pons no se realiza. Despus de la fiesta, anda sin rumbo. En el laberinto de las calles de Barcelona, donde se entrecruzan miradas, pensamientos y destinos, Andrea vive momentos desconcertantes por la desesperacin que se ha

114

Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 217.

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apoderado de ella. Su vagar termina en la calle de Aribau, dnde, en el portal de su casa, la espera la madre de Ena para darle la direccin salvadora. La conversacin en confianza de ellas dos es el suceso que marca el principio de la preparacin emocional para el paso decisivo de Andrea. Margarita (as se llama la madre de Ena), al confesarle la historia de su amor fatal por Romn, le revela su propio paso de la inocencia a la madurez, le aconseja y orienta de manera indirecta y la hace tomar conciencia de su condicin de mujer. Como afirma Elizabeth Ordoez: The older and the younger women parallel each other in their early misinterpretations about the nature of feminity, their deception and betrayal as women deluded by their overactive imagination.115 La sincera confesin de la madre de Ena aumenta la confianza de Andrea y su capacidad de juzgar la situacin familiar. As empieza la tercera y ltima etapa del desarrollo de la protagonista, en la que sale de su papel de espectadora para confrontar directamente a Romn y salvar a su amiga. La pena que sufre por la impresin de que Ena no toma en serio el rescate del cuarto de Romn, as como su escape hacia la Plaza de la Universidad son las pruebas concretas de su maduracin. La universidad simboliza un centro de autntico apoyo para la protagonista (diferente del apoyo masculino que buscaba en su amistad con Pons). El reencuentro con Ena en el mismo sitio y las lgrimas que las dos comparten indican la regeneracin de su amistad y la emancipacin de ambas jvenes:

No pensaba ni esperaba nada cuando sent a mi lado una presencia humana. Era Ena la que estaba all, agitada como quien ha llegado corriendo. Me volv despacio pareca que no me funcionaban bien los muelles de mi cuerpo, que estaba enferma, que cualquier movimiento me costaba trabajo. V que ella s que tena los ojos llenos de lgrimas. Era la primera vez que yo la haba visto llorar. -Andrea!... Oh! Qu tonta!... Mujer! Hizo una mueca como para rerse y empez a llorar ms; era como si llorara por m, tanto me descargaba su llanto de angustia. Me tendi los brazos, incapaz de decirme nada, y nos abrazamos all, en la calle.116

La experiencia existencial de Andrea adquiere rasgos nuevos que evidencian sus esfuerzos para cortar las ataduras invisibles que le impiden su independencia definitiva. Son dos los factores decisivos: el suicidio de Romn y la partida de Ena y su familia a Madrid. La muerte de su to es el acto final que cierra el ambiente de la casa a cualquier va posible de integracin con el mundo externo. La carta de Ena desde Madrid con una

115 116

Ordoez, Elizabeth: Nada: Initiation into Burgeois Patriarchy., op. cit., p. 74. Laforet, Carmen: Nada, op. cit., p. 232.

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invitacin para trabajar en el despacho de su padre le abre a Andrea y esta vez de una manera real, los horizontes de la salvacin.117 El progreso de Andrea en su viaje de autoconocimiento y emancipacin que empez ilusionada, a medianoche, un ao antes se realiza con la salida hacia Madrid, por la maana y en compaa del padre de Ena. La luz matinal funciona en este caso como un presagio de un cambio positivo. El tono algo descontento no es una visin negativa de su existencia en Barcelona, sino algo para explorar en otro ambiente y en mejor compaa:
Me marchaba ahora sin haber conocido nada de lo que confusamente esperaba: la vida en su plenitud, la alegra, el inters profundo, el amor. De la casa de la calle de Aribau no me llevaba nada. Al menos, as crea entonces.118

Este comentario final de la narradora seala una base futura de voluntad, participacin activa en la vida y madurez, cuyo resultado es la historia que Andrea escribe. Como sugiere Spires: paradjicamente, al emplear la negativa, afirma que s se ha aprovechado y madurado, gracias a este ao de aprendizajeel signo negativo sirve para tachar la visin ilusa y afirmar la visin madura de la protagonista.119 Andrea, la persona madura que escribe ms tarde sobre sus experiencias pasadas ocurridas en un escenario conflictivo por las condiciones de posguerra, nos presenta un cuadro completo del dificultoso proceso de transformacin de una nia ingnua en una mujer. La sensibilidad artstica de Carmen Laforet en retratar a este personaje femenino adolescente ayuda a quienes leen a identificarse con la protagonista y pasar con ella por esta etapa de su vida. Los numerosos obstculos que ella debe vencer constituyen una base fundamental en su carrera hacia la emancipacin femenina. El hecho de vencer las restricciones que limitan su libertad constituyen una imagen simblica de su lucha contra el modelo social de la mujer impuesto por los defensores del Regimen, lucha en la que la amistad y solidaridad femeninas se nos muestran como generadoras de una fuerza positiva.

117 118

Laforet,Carmen: Nada, op. cit., p. 274. Ibidem, p. 275. 119 Spires, Robert: La novela espaola de posguerra, op. cit., p. 123.

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III. Conclusin

El objetivo del presente trabajo ha consistido en presentar el retrato de Andrea, una adolescente en el difcil momento de pasar de la infancia a la madurez, trazado por Carmen Laforet en su primera novela Nada. Cabe subrayar que la tarea de la escritora no fue nada fcil, ya que escribi su novela en los primeros aos del franquismo, cuando la censura, oculta bajo la capa del Servicio del Libro, resulta un enemigo invisible y, por ello, especialmente poderoso y eficaz de quienes en su escritura intenten aludir de forma directa a la difcil situacin en la que vive la mayora de la sociedad espaola. Con el fin de eludir la censura, se sirven de toda una serie de artimaas, como, por ejemplo, la de escribir las novelas en forma de memorias, de una proyeccin hacia el pasado. Se evita, pues, el presente, para no trazar ningn paralelo explcito con la realidad de aquel momento. Desde este punto de vista, Carmen Laforet resulta muy valiente, ya que en el texto de Nada, dicho proceso de encuadramiento narrativo es apenas perceptible. De vez en cuando se oye la voz de la Andrea mayor, la narradora extradiegtica, y de sus breves observaciones se puede deducir que se trata de memorias. Sobre un claro fondo de la realidad espaola, conectada con la inmediata posguerra, se relata, en primera persona, las experiencias de una muchacha ilusa e inocente que llega a Barcelona, ciudad afectada por la miseria y el hambre, un ao despus de la guerra civil. La proyeccin aqu es hacia un pasado muy reciente, con lo que Laforet toca lo ms vivo de las llagas sufridas por el pueblo espaol en la guerra. Por lo tanto, entre otras obras de aquel momento, Nada es la ms reconocible para el pblico y constituye el primer intento reconocido por la crtica de alejarse de la llamada narrativa rosa. Lo reconocible y la implcita condena de las condiciones econmicas y morales del pas ciertamente han contribuido al abrumador xito del libro. El pblico, cansado de la falsa retrica franquista, estaba esperando a que alguien dijera verdad sobre la msera situacin econmica y espiritual que rega la Espaa de aquel momento. Nada responde a estas necesidades, presentando una visin sincera de la realidad vista con ojos de Andrea, una muchacha de 18 aos que abandona su pueblo para venir a estudiar en Barcelona, donde vive en casa de sus parientes. La sensibilidad adolescente de la protagonista pone de relieve los aspectos ms crudos, tremendistas de la realidad inmediata que la rodea. El choque de sus ilusiones infantiles con lo que

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encuentra al llegar a Barcelona da lugar a una nueva conciencia de la muchacha, gracias a la cual se revela el carcter falso e hipcrita de la sociedad franquista, encarnado sobre todo por los personajes de Gerardo y Angustias: fieles, de labios para fuera, a los mandamientos y prohibiciones impuestas por el rgimen, pero actuando al revs. Se pone en evidencia, asimismo, lo artificioso del ideal de la virtud femenina, ya que nada menos que cuatro personajes femeninos, transgrediendo la moral, ceden ante el poder seductor del villano Romn. La autora subraya los peligros que corren las mujeres en un pas con doble moral, pero, al mismo tiempo, demuestra que el estado de privilegio de los hombres, que les confiere plena autoridad sobre las mujeres, tiene tambin su contrapartida. No todos los representantes del sexo masculino son capaces de cumplir el glorioso papel que les designa el rgimen y para algunos su incapacidad se convierte en una fuente de frustraciones que descargan en los que les rodean. El ejemplo ms caricaturesco de esta autoridad vaca es Juan, esposo de Gloria y su nocturna excursin por el Barrio Chino es el locus de su desenmascaramiento. Por su parte, Romn, al darse cuenta de que ha fracasado en su papel de seductor, escapa en el suicidio. Lo grotesco de los personajes y las situaciones demuestra la gran farsa de aquel mundo establecido por el nuevo rgimen. Al mismo tiempo, todas estas revelaciones marcan las pautas del proceso de maduracin de Andrea. Dicho proceso se inicia la misma noche de su llegada a Barcelona, cuando entra por primera vez en la casa de sus parientes, donde va a vivir durante un ao de sus estudios en la universidad. El desengao y la sensacin de asfixia que la acompaan durante su estancia en la ciudad son el motor principal de su desarrollo. En las reflexiones de la joven pueblerina, criada en un colegio de monjas, lejos de las atrocidades de la guerra, a la que de repente se le revela toda la crueldad de la realidad de aquel momento, destaca la voz de la escritora misma. Las experiencias personales de Carmen Laforet influyeron de una forma considerable en la creacin de su protagonista y creo que es lo que le confiere tanta autenticidad a la novela. La bsqueda de la identidad propia es para Andrea un proceso dificultoso y lleno de obstculos. La autora la somete a toda una serie de situaciones lmite y, al mismo tiempo, le niega cualquier forma de apoyo por parte de su familia o sus amstades universitarias. Es muy difcil encontrar un modelo digno de imitar en la sociedad espiritualmente mutilada de posguerra. Ena, con su familia, es la nica que le ayuda a Andrea a salvarse de las circunstancias en las que est atrapada. Esto hace que el final de la novela encierre una pequea dosis de optimismo. La protagonista ha cambiado 55

durante su estancia en Barcelona, ha madurado y se encuentra preparada para un posible futuro mejor. Su mayor xito consiste en haberse liberado de la influencia paralizadora de su familia, que encarna todo el deterioro y la degeneracin fsica y moral de la sociedad de posguerra. El ttulo, inspirado en un poema de Juan Ramn Jimnez, es, pues, medio irnico. Como expone Foster:

Nada le ha sucedido a Andrea materialmente fsicamente ha cambiado muy poco en un ao. Pero emocionalmente, los grandes arrebatos surgidos en torno a la casa de la calle de Aribau la han cambiado mucho. No se puede ver el cambio en la cara, pero s en el modo de pensar y reaccionar, y este cambio, que es profundo, es la verdad no sospechada de su historia.120

120

Foster, Dawid W.: Nada, op. cit., p. 235.

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