Ensayo Dostoievski
Ensayo Dostoievski
Ensayo Dostoievski
Los hermanos Karamazov, escrita por el autor ruso Fidor Dostoyevski, muy al principio uno de los personajes principales hace una afirmacin muy importante. Ivan Karamazov manifiesta una de las ideas que parecen ser el problema central de toda la obra, en una sola frmula concentra el ncleo de las inquietudes que dan profundidad intelectual a la accin dramtica por la que es conducida la trama hasta el final y que encuentra diversas reacciones y soluciones en diferentes personajes. Esta idea es: si Dios no existe, todo est permitido. 1 En el contexto de la novela y de las propias convicciones de Dostoyevski, este pensamiento adquiere una compleja significacin dado que hunde sus races en el profundo cristianismo que profesa el autor. Y no slo l, sino la mayora del pueblo ruso del siglo XIX y gran parte de Occidente. Por ello casi todo el mundo sabe que para el cristianismo la figura de Dios es el centro de toda su moral, o ms bien, podra decir un cristiano, de la moral. En qu sentido Dios es el centro de la moral? No quisiera generalizar en un tema de esta ndole, as que me limitar a decir que al menos el dios de Dostoyevski es la fuente de la que emana toda la
El famoso condicionante nunca es mencionado literalmente por ninguno de los personajes, aunque en varias ocasiones algunos de ellos hacen eco de la idea de Ivan: reformulan, parafrasean o mencionan slo una parte del enunciado.
moral. A la pregunta de Scrates en el Eutifrn, nuestro autor seguramente hubiera respondido que lo bueno es lo que Dios dice que es bueno. En efecto, as me siento inclinado a interpretar la frase de Ivan. Si Dios, que es la fuente de la moral, no existe, entonces no existe la moral y, efectivamente, todo est permitido. As pues, en este contexto el todo est permitido no significa plenitud de la libertad ni nada parecido. Aqu ni siquiera podemos hablar de libertad en primer lugar porque no existe la instancia divina que nos hace libres. Por ello tampoco podemos hablar de bien y de mal; preguntar por lo correcto o incorrecto de una accin no tiene sentido. No hay recompensa ni castigo, ni virtud ni pecado, ni justos ni pecadores. Estamos ms bien ante una frase que anuncia un estado extremo de indeterminacin, anarqua y sinsentido moral. Todo est permitido significa no importa qu se haga, todo da lo mismo. Con la cada de Dios sobreviene tambin la extincin del hombre. Y no slo en sentido moral, sino literalmente, pues no son posibles los acuerdos ms insignificantes para la socializacin. No matars? No dars falso testimonio? Con la tabla de valores destruida el hombre desciende a un grado todava ms bajo que las bestias, quienes al menos son capaces de arreglrselas para mantener su estirpe.
Dios y los hombres Salta a la vista que el razonamiento de Ivan Karamazov parte de una perspectiva objetivista de los valores. Procede as como un religioso consecuente. Un objetivista
moral sostiene que los valores tienen existencia y validez absoluta y universal. En el caso de una persona creyente como Dostoyevski, el objetivismo de los valores proviene de Dios. As pues, para l, la moral depende de la religin. Las objeciones que diversos filsofos y cientficos han hecho a esta postura son conocidas.2 Realmente el punto de partida de Dostoyevski, desde un punto de vista lgico, es muy difcil de sostenerse en pie, salvo con varios agujeros tericos. Pero no slo l, sino muchos pensadores han defendido este axioma a lo largo de la historia. Por qu? Puede haber muchas respuestas, pero la que yo considero una de las principales es una: la educacin. Educacin entendida en su sentido ms general de formacin de hombres y, a la vez, la cultura que permite hacerlo (quiz la voz alemana Bildung exprese mejor lo que tengo en mente). Es indudable que el dogma juedeocristiano ha tenido una repercusin definitoria en la configuracin de la cultura y la educacin occidental. Agudos observadores como Nietzsche llamaron la atencin sobre cmo los valores del cristianismo haban incidido en la moral de Occidente. Ahora bien, si asumimos que nuestra educacin y nuestra cultura estn fuertemente arraigados en los sistemas de valores3 cristianos, incluso en contra de la lgica es muy probable que persistamos en nuestras creencias y tendamos a interpretar el mundo desde esa perspectiva.
No abundar en la exposicin de los argumentos, puesto que ste no es precisamente el tema de mi ensayo. Para ello remito a James Rachels, Introduccin a la filosofa moral y a Gustavo Ortiz Milln, Depende la moral de la religin?. 3 Digo sistemas en plural porque no creo que todos los cristianos de todo el mundo y de todos los tiempos hayan interpretado las Escrituras de la misma forma lo que s acepto es que todas las formas de
Por esta va de comprensin cultural quiz podamos entender mejor a Dostoyevski cuando hace decir a Ivan que todo est permitido y sobre todo entender las negras consecuencias que saca de esta conclusin. Veamos. Desde su cristianismo, Dostoyevski se forma una idea muy clara del ser humano, aunque no exenta de ambigedades constitutivas. En palabras de Ivan la humanidad es una dbil raza [] eternamente ingrata y depravada,4 el hombre es un animal feroz y malo,5 los hombres son esclavos aunque hayan nacido rebeldes.6 Ivan abunda en ejemplos para mostrar que el hombre es un ser vil y malvado, pero que tambin es dbil y no est hecho para la libertad. En efecto, nunca habr nada ms intolerable para el hombre y la sociedad 7 como la libertad. Ivan considera que la indeterminacin aplasta al hombre, la libertad lo desborda, su libre albedro es la peor carga que tiene. El hombre, en suma, es por naturaleza incapaz de gobernarse a s mismo. De ah la necesidad de la existencia de Dios, y si Dios no existiese habra que inventarlo, dice Ivan.8 En otras palabras, la moral se impone y se impone desde una instancia celestial. Si tomamos lo anterior como una observacin antropolgica y social verdadera, s podemos concluir con Ivan que la ausencia de Dios supondra una catstrofe para la
interpretacin cristianas comparten una forma o modelo que las caracteriza y que precisamente las hace cristianas. 4 Dostoyevski, Los hermanos Karamazov, p. 314. 5 Ibid., p. 291. 6 Ibid., p. 315. 7 Ibid., p. 311. 8 Ibid., p. 291.
civilizacin. El hombre, desorientado, se destruir a s mismo por el terrible don de la libertad sin un dios trascendente: la libertad es, ella misma, la causa primera de todo mal.9 En este sentido especfico es posible que Dostoyevski tenga razn. Si a las civilizaciones que de algn modo afirman la tradicin monotesta se les arrebata la seguridad y comodidad moral que dispensa un dios rector, es probable que las consecuencias sean catastrficas a nivel individual y social. Dostoyevsky (o al menos una de sus posturas) ve en el hombre a un ser cuyo principal motivo parece ser el miedo, un miedo muy terrenal y servil. Por ello necesita postrarse ante Dios. Y si Dios nos ha hecho la mala pasada de darnos abismal libertad, correremos a venerar al primero que nos quite las responsabilidades. De hecho esto es muy fcil. Dios puede tomar muchas formas. A una de ellas Dostoyevski le llama Iglesia Romana. Nosotros hoy podemos decirle consumismo irresponsable, dinero, lujo, xito, etc. Todas estas cosas pueden convertirse en la religin de millones, y millones pueden hacer lo que sea por obtenerlas. Incluso consentir el mal (que para Dostoyevski es lo mismo que hacer el mal): ser indiferentes a los dems, utilizarlos como medios para nuestros propsitos o daarlos directamente. As, Juliana Gonzlez acepta que pese a que se rechace el moralismo religioso dostoyevskiano, la realidad de los siglos XX y XXI ha confirmado
lo que el autor prevea: una particular descualificacin de la vida que se debe ante todo a esa especie de costumbre, de habituacin al crimen y al mal en general.10
La moral racional Por ello, precisamente porque nuestra poca es un ejemplo de los perjuicios morales a causa de dios o de su ausencia, es necesario dejar patente la supremaca, no slo lgica, sino prctica, de una moral racional. Sostengo que el hombre no necesita de dios y que esta nocin ms bien le perjudica. Dios, en el sentido lato del prrafo anterior, es el fantasma de las debilidades del hombre; slo el uso de su razn le permitir combatir a sus propios dioses. Autores como John Mackie han destacado acertadamente la importancia de hacer evidente toda vez que se objetiven los valores subrepticiamente. Las crisis nihilistas de los existencialistas, lo prescriptivo y autoritario del lenguaje cotidiano, el lenguaje filosfico (la nocin de deber), la creencia en un nico bien del hombre, todas estas cosas pueden ser reveladas como herederas de una tendencia a objetivar los valores.11 Los dioses del hombre no son ms que formas de objetivar los valores. Como ya apuntaba ms arriba el poder de la cultura y la educacin para influenciar en el comportamiento, las creencias y modos de pensar de las personas es de capital importancia. Bertrand Russell seala algunos sentidos en los que la educacin religiosa
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Ibid., p. 254. Cfr. John Mackie, La invencin del bien y del mal.
puede ser perniciosa para las personas. Algunos de ellos ya los he mencionado antes y se enfrentan a posturas como las de Dostoyevski. Por ejemplo, Russell dice que en cuanto la religin apela al miedo, rebaja la dignidad humana.12 Actuar bien por temor al castigo divino (o legal) es deshonroso para nuestra condicin de seres pensantes, pero a su vez es deshonroso actuar bien si se espera una recompensa en una supuesta vida despus de la muerte. Por ello, contina Russell, la religin subestima las capacidades intelectuales y la virtud del valor. Alguien que necesita ser dirigido y que se entrega a los designios de otra fuerza no hace sino infravalorarse a s mismo. Yo aadira que este tipo de creencias fortalecen la pereza intelectual y, por tanto, moral. Pereza porque muchas veces el no puedo no significa otra cosa que no quiero. Esto a su vez se traduce en una fuerte rigidez de principios. Los religiosos ms ortodoxos son tradicionalistas y no les gusta que nadie ande por all preguntndose cosas. Tambin hay entonces muchos rasgos de intolerancia entre los religiosos, en especial, y casi exclusivamente, entre los monotestas: Los monotestas ms celosos siempre han buscado excluir de entre sus filas a cualquiera que no compartiera su verdadera fe.13 Por ltimo, Russell lanza una de las crticas ms importantes: cuando la nica base de la moralidad es la religin, la persona que deja de creer en la religin muy probablemente dejar de creer en la moralidad.14 Esta ltima crtica la apunta Russell hacia los que piensan que si Dios no existe, todo est permitido. Por supuesto que no todo est permitido. Hay muchas razones para
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Bertrand Russell, La educacin y el orden social, p. 142. Jonathan Kirsch, Dios contra los dioses. Historia de la guerra entre monotesmo y politesmo , p. 45. 14 Russell, op. cit., p. 143.
fundamentar lo que consideramos bueno y censurar lo malo. Si negamos esto entonces deberamos ser religiosos consecuentes. Por qu entonces no aplicamos completamente la ley de Dios, por qu no matamos a los infieles (cosa que s hacen los musulmanes)? O, por el contrario, por qu no hacemos como Cristo y ponemos la otra mejilla? Adaptamos, reinterpretamos, recortamos y transformamos los preceptos cristianos segn nuestras necesidades actuales. Es eso objetividad? Es eso respetar la voluntad de Dios? Todo parece indicar que histricamente la moral dio origen a la religin y no al revs.15 Pero se nos hace difcil aceptarlo porque eso conlleva gran responsabilidad. Por ello, reitero, me parece que el hombre no es tanto malo, ni siquiera ignorante, como perezoso, y en el mejor de los casos temeroso; perezoso y temeroso para pensar y valerse por sus propios recursos. No suscribo aqu ninguna deificacin del hombre. Para m eso es caer en la misma lgica religiosa y objetivista que intento superar. No hablo de un culto a la razn, sino del ejercicio de la razn. La razn puede equivocarse, los argumentos pueden ser defectuosos, las lagunas del conocimiento inabarcables. El hombre comete errores. Pero justamente yo creo que en la comprensin de esta verdad reside la fuerza y superioridad de la moral racional. La conciencia de la falibilidad engendra la actitud cientfica de la duda y mantiene siempre abierta la expectativa de hacer mejor las cosas. Debido a eso, el adecuado uso de la razn no puede degenerar en vanidad e idolatra. Al contrario, deviene en humildad, flexibilidad de pensamiento y valenta.
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Alguien educado para dar razones en lugar de apelar a la autoridad de lo incierto, alguien que pueda cambiar de opinin sin avergonzarse, alguien lo suficientemente adulto para no desmoronarse al descubrir que algo en lo que crea no era cierto, alguien que puede dar razn de su conducta y sus valores, esa persona puede llamarse verdaderamente libre. Si se educan ms personas de ese tipo, ser posible evitar las consecuencias atisbadas por Dostoyevski y que ahora sufrimos en nuestros individuos y sociedades.
Obras consultadas Dostoyevski, Fedor, Los hermanos Karamazov, 3 ed. trad. J. Zambrano Barragn. Barcelona, Credsa, 1972. Gonzlez, Juliana, El dilema del mal y la libertad: Dostoyevski, en tica y libertad, Mxico, Facultad de Filosofa y Letras UNAM, 1989. Kirsch, Jonathan, Dios contra los dioses. Historia de la guerra entre monotesmo y politesmo, trad. Gabriel Dols, Barcelona, Ediciones B, 2006. Mackie, John. tica, la invencin del bien y del mal, trad. Toms Fernndez Auz, Barcelona, Gedisa, 2000. Ortiz Milln, Gustavo, Depende la moral de la religin?,
http://www.academia.edu/2507643/_Depende_la_moral_de_la_religion>
Russell, Bertrand, La educacin y el orden social, trad. Jos Vicua y ngeles Ortuo. Barcelona, Edhasa, 2004. Palabras: 2 220
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