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02 Feb 2013

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18/02/13

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EL MINISTERIO Programas --Da---Mes--

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LA BIBLIA DICE CONSULTORIO BBLICO Programa No. 02-02-2013

DA

Introduccin La consulta de hoy es de un amigo oyente de Honduras. Dice as: Reciban lluvias de bendiciones del Creador del universo, Cristo Jess, Seor nuestro. El propsito de esta carta es decirles que su programa es de mucha bendicin para nuestra vida y esperamos que continen con el mismo entusiasmo en la obra del Seor. Luego hace su consulta. Podr Dios apoyar el divorcio en un matrimonio cristiano, quienes ya conocan a Dios cuando se casaron? Primeramente, permtame agradecerle por sus tan amables comentarios sobre nuestra programacin. Cartas como la suya son de mucho nimo espiritual para que nosotros podamos continuar en nuestro ministerio de proclamar la palabra del Seor. En cuanto a su pregunta, me gustara formular la respuesta sealando el diseo original de Dios para el matrimonio. Los principios de Dios para el matrimonio ideal, antes de ser contaminado por el pecado, se encuentran en Gnesis 2. Dios cre a Adn y Eva y los junt en una maravillosa unin. Cuando Dios trajo a su mujer, Adn dijo: Esto es ahora huesos de mis huesos, y carne de mi carne, sta ser llamada varona, porque del varn fue tomada. Luego Dios le aadi un comentario. Dijo: Por tanto dejar el hombre a su padre y a su madre y se unir a su mujer, y sern una sola carne. Aqu est el principio de cmo ve Dios el divorcio, partiendo de las instrucciones de Dios para el matrimonio. Nadie puede comprender el divorcio a menos que comprenda el matrimonio, nadie puede comprender jams como ve Dios una separacin hasta que no comprenda como Dios define la unin misma. La frase clave es: Y sern una sola carne. Eso significa que el hombre y la mujer estn unidos indivisiblemente, el uno es el nmero indivisible. Los dos son uno espiritual, social y sexualmente. El verbo utilizado en Gnesis 2:24 comunica que
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no existe el punto final en el matrimonio. La palabra hebrea traducida como unirse es muy importante porque revela la naturaleza del vnculo matrimonial. El significado conlleva la idea de estar adherido a algo. Un hombre y una mujer que se han casado estn pegados el uno al otro ni ms ni menos. Cuando Dios une a un hombre con una mujer, esta unin afecta hasta lo ms profundo de sus almas. El matrimonio es la entrega de dos voluntades, la mezcla de dos mentes, la expresin unnime de dos juegos de emociones dadas por Dios. Por eso los dos se convierten en uno. Su meta es la unidad perfecta de dos personalidades. Cuando el esposo y la esposa reconocen la verdadera definicin de Dios sobre el matrimonio, tambin reconocern que propiciar el divorcio para solucionar un conflicto matrimonial sera igual que tener que sacarse un ojo por el solo hecho de que se ha entrado una basurita. En lugar de sacar la basurita se extirpa el ojo. Una solucin as sera absurda, as tambin es el divorcio. De modo que Dios junta a un hombre y a una mujer en una relacin diseada para ser de por vida. El Nuevo Testamento confirma este ideal en todas sus partes, siendo el mismo Seor Jesucristo su ms prominente defensor. Note lo que dice Mateo 19:6. As que no ya ms dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios junt, no lo separe el hombre. La palabra separe en el versculo que acabo de leer es la misma palabra para divorcio. Las palabras dichas por el Seor Jesucristo diran entonces: Lo que Dios junt no lo divorcie el hombre. El romper un matrimonio con un divorcio es lo mismo que un aborto porque en ambos casos se destruye la obra creativa de Dios. En la concepcin, Dios hace uno de dos, el aborto mata esta obra de Dios. En el matrimonio, Dios hace de dos uno, el divorcio mata esta obra de Dios. A la luz de esta clara enseanza de Dios Cmo lleg el divorcio a ser una costumbre a lo largo de la existencia de la humanidad y con el correr del tiempo como que va en aumento? Gnesis 3:17 responde a esta pregunta. La Biblia dice: A la mujer dijo: Multiplicar en gran manera los dolores en tus preeces; con dolor dars a luz los hijos; y tu deseo ser para tu marido, y l se enseorear de ti. Y al hombre dijo: Por cuando obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del rbol de que te mand diciendo: No comers de l; maldita ser la tierra por tu causa; con dolor comers de ella todos los das de tu vida. Dios originalmente dise una unin indivisible, pero cuando el pecado entr en la raza humana, un conflicto terrible result en el matrimonio. El ideal del matrimonio se hizo pedazos. El caos entr en el hogar y el divorcio fue el resultado inevitable. Antes de la cada en pecado, el matrimonio era una completa felicidad. El hombre era la cabeza y la esposa la ayuda idnea. La autoridad del hombre era una provisin amorosa, tierna y comprensiva. La mujer como ayuda idnea colaboraba con su amorosa y tierna sumisin hacia aquel que Dios le haba dado como su lder. Su corazn estaba totalmente dedicado a ella. La cada en pecado cambi todo esto. La maldicin por el
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pecado dej a la mujer con el deseo de usurpar el rol de su esposo y de tomar la autoridad de cualquier forma, de modo que el hombre tuvo que reprimirla. El matrimonio se convirti en un campo de batalla en el cual esposo y esposa competan por ejercer autoridad. La mujer tratando de buscar supremaca a cualquier precio y el hombre tratando de mantener su liderazgo o usndolo en forma desptica. El conflicto fue inevitable y su hijo indeseado fue el divorcio. As que, amable oyente, usted me pregunta si Dios apoya el divorcio de una pareja de creyentes, la respuesta enftica es un no rotundo. En palabras de Dios, esto suena as, segn Malaquas 2:16. La Biblia dice: Porque Jehov Dios de Israel ha dicho que l aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Jehov de los Ejrcitos. Guardaos, pues, en vuestro espritu, y no seis desleales. Dios odia el divorcio. El hombre o la mujer que se separa o abandona a su cnyuge hace lo que Dios odia. Tambin cubre de iniquidad sus vestidos. Una expresin literal dira cubre sus vestidos con violencia. Esta es una descripcin grfica de la magnitud de su pecado. Es como decir que no se puede pasar por un charco de lodo sin que nuestras ropas se manchen de lodo. Trae a la mente el cuadro de un hombre que asesina a alguien y es atrapado porque la sangre de su vctima ha manchado toda su ropa. Dios est diciendo que cuando un hombre se divorcia de su esposa tiene la ropa manchada de pecado. El divorcio es pecado y la santidad de Dios responde a esto con un odio justo. An en los casos de ms intenso conflicto y pecado ms severo, Dios desea que un esposo y una esposa mantengan su unidad matrimonial. Todo lo que he dicho hasta aqu representa el ideal de Dios para el matrimonio, pero recordemos que este ideal de Dios fue distorsionado por el pecado y como consecuencia se abri la puerta al divorcio. El divorcio es el menor de los males solamente bajo circunstancias especficas y despus que se han agotado todos los intentos por buscar una reconciliacin y la restauracin del matrimonio sea imposible. Sin embargo, Dios nunca ordena o demanda un divorcio cualquiera que sean las circunstancias. De modo que el divorcio existe, pero no es la voluntad de Dios. Ocurre lo mismo que con el pecado. El pecado existe, pero no es la voluntad de Dios. El divorcio es la medida ms egosta que pueden tomar los cnyuges, por el hecho que buscan su propio bien, sin importar quien tenga que sufrir las consecuencias. Los que normalmente sufren las consecuencias son los hijos, los padres del esposo, los padres de la esposa, la iglesia y la sociedad entera. Si su matrimonio pende de un hilo, amable oyente, saque de su mente que el divorcio es una solucin para su caso. El divorcio no resuelve nada sino complica todo. En lugar de pensar en el divorcio, ms bien considere la posibilidad de buscar consejera de personas competentes para buscar una solucin aparte de divorcio. Para Dios nada es imposible. Dios es capaz de transformar los corazones ms duros para que se humillen ante l y decidan preservar el matrimonio. Que Dios le bendiga.
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Y ahora le invito a que conozca la respuesta a la PREGUNTA DEL DA que hoy nos dice. Segn Proverbios 26:4 no se debe responder a un necio conforme a su necedad, pero segn Proverbios 26:5 se debe responder a un necio como merece su necedad. Qu es lo correcto? Nuestra direccin en Internet es: triple w.labibliadice.org

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