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33 Pancreatitis Aguda

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CAPÍTULO 33

Capítulo 33
PANCREATITIS AGUDA
A. Repiso Ortega - I. Martín Pérez

INTRODUCCIÓN
La pancreatitis aguda (PA) es la inflamación súbita del páncreas sobre una glándula
previamente sana, debido a la activación intraparenquimatosa de enzimas digestivas,
pudiendo existir una respuesta inflamatoria sistémica de distinta intensidad y pudien-
do tener un carácter recurrente. Supone aproximadamente el 0,15% de las Urgencias
Hospitalarias y el 0,6% de los ingresos hospitalarios. En los últimos años se ha obser-
vado un aumento en la incidencia, en relación con un incremento en la expectativa de
vida, un mayor consumo de alcohol y unos mejores métodos diagnósticos. Se trata de
una enfermedad con una incidencia máxima entre la cuarta y la sexta década.

CLASIFICACIÓN
La clasificación más utilizada actualmente distingue entre:
▲ Pancreatitis aguda leve: con mínima repercusión sistémica, ausencia de compli-
caciones locales y buen pronóstico. Se caracteriza por la existencia de edema in-
tersticial sin focos de necrosis.
▲ Pancreatitis aguda severa: caracterizada por la existencia de fallo orgánico,
complicaciones locales (necrosis, abscesos, pseudoquistes) y un peor pronóstico.
Generalmente existe necrosis parenquimatosa, áreas hemorrágicas y necrosis
grasa peripancreática.

ETIOLOGÍA
La litiasis biliar (causa más frecuente en nuestro medio) y el alcohol son responsables
del 80% de las PA; un 10% son debidas a múltiples causas que se exponen en el cua-
dro 33.1, y otro 10% son consideradas idiopáticas.

ACTITUD DIAGNÓSTICA
Ante todo paciente con dolor abdominal y/o en espalda se deberá descartar una
pancreatitis aguda sobre todo si existen factores predisponentes. Ante la sospecha de
PA se deberán seguir los siguientes pasos:
1.- Control de constantes: tensión arterial, frecuencia cardiaca, frecuencia respira-
toria, temperatura.
2.- Clínica:
▲ Dolor abdominal: es el síntoma principal, localizado en epigastrio y/o hipo-
condrios pudiendo irradiarse a espalda, en cinturón o ser difuso. Alcanza su
máxima intensidad a los 15-60 minutos de su presentación, disminuyendo de
forma progresiva en 48-72 horas. Puede ser desencadenado por transgresio-
nes dietéticas, consumo de alcohol, traumatismo, etc. Empeora con la ingesta,
en decúbito y se alivia al sentarse con el tronco flexionado y transitoriamente
con el vómito.
▲ Náuseas y vómitos: frecuentemente asociados al dolor abdominal.
▲ Shock: como forma de presentación en el 2% de las PA pudiendo no aparecer
dolor, por lo que ante todo paciente con shock de etiología no clara se debe
descartar una PA.
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y ACTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES

Cuadro 33.1: Causas de pancreatitis aguda


Obstrucción Metabólicas
Colédocolitiasis. Hipertrigliceridemia.
Tumores ampulares o pancreáticos. Hipercalcemia.
Cuerpos extraños en la papila. Vascular
Páncreas divisum. Isquemia: hipoperfusión.
Coledococele. Émbolo (aterosclerosis).
Divertículo duodenal periampular. Vasculitis: LES, PAN, HTA maligna.
Hipertensión del esfínter de Oddi. Traumatismo
Tóxicos o fármacos Accidental: trauma abdominal
Tóxicos: alcohol etílico y metílico, veneno Yatrogénica: Postoperatoria, ERCP,
de escorpión, organofosforados. esfinterotomía endoscópica,
Fármacos: azatioprina, mercaptopurina, manometría del esfínter de Oddi.
valproato, metronidazol, pentamidina, Hereditaria
nitrofurantoina, furosemida, metildopa, Miscelánea
cimetidina, ranitidina, acetaminofen, Ulcera péptica penetrada.
eritromicina, salicilatos, etc. Enfermedad de Crohn.
Infección Síndrome de Reye.
Parásitos: ascaris, clonorchis. Hipotermia.
Virus: parotiditis, rubéola, hepatitis A, B, C, Idiopática
coxackie B, echo virus, adenovirus,
CMV, VIH, varicela, VEB.
Bacterias: Mycoplasma, Campylobacter,
M.Tuberculosis, M.avium complex,
Legionella, leptospirosis.

3.- Exploración física:


3.1. Constantes vitales: taquicardia, hipotensión y febrícula son frecuentes. La fie-
bre no significa obligatoriamente la existencia de infección, pudiendo deber-
se a la reabsorción de los exudados producidos por la propia enfermedad;
aún así se sospechará una complicación séptica (absceso pancreático, colan-
gitis, etc.) cuando la temperatura sea superior a 39ºC o existan picos febriles.
3.2. Exploración abdominal: es característica la desproporción entre la intensi-
dad del dolor y los escasos hallazgos en la exploración física abdominal.
▲ Inspección: es frecuente la distensión abdominal. Los "signos de Cullen
y Grey-Turner" (equímosis en el área periumbilical o en flancos respec-
tivamente), son excepcionales, y de aparecer lo harán tras varios días
de evolución y orientarán hacia un mal pronóstico.
▲ Palpación: dolor a la palpación en epigastrio con ausencia de contrac-
tura, si bien en la pancreatitis litiásica es posible la existencia de dolor
y resistencia a la palpación del hipocondrio derecho.
▲ Percusión: puede existir timpanismo.
▲ Auscultación: disminución o abolición de los ruidos intestinales.
3.3. Exploración torácica: pueden existir estertores crepitantes o disminución
del murmullo vesicular en bases (atelectasias o derrame pleural).
3.4. Otros hallazgos en la exploración física: pueden encontrarse signos de etilis-
mo crónico (telangiectasias, hipertrofia parotidea, eritema palmar, etc.) o
hiperlipemia (xantomas, xantelasmas). Puede existir ictericia en relación con
una posible etiología biliar. En ocasiones aparecen nódulos eritematosos, de-
bidos a paniculitis, en la necrosis grasa subcutánea (signo de mal pronóstico).
4.- Pruebas complementarias:
En Urgencias ante un paciente con sospecha de PA se solicitará siempre: Bioquímica
sérica (que incluya glucosa, iones con calcio, urea y amilasa, valorar lipasa), Gaso-
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CAPÍTULO 33

metría Arterial Basal, Sistemático de Sangre, Estudio de Coagulación, ECG y Radio-


grafía de tórax y simple de abdomen.
A. Laboratorio:
1. Bioquímica sérica:
▲ Amilasa sérica: empieza a elevarse en las primeras 2-3 horas de la enferme-
dad, alcanzando su pico máximo a las 24 horas, para volver a la normalidad
entre el 3º-6º día. No se correlaciona con la gravedad de la enfermedad. La
amilasemia puede ser falsamente normal (en el 10% y casos graves), como en
la hipertrigliceridemia o en la pancreatitis aguda causada por alcohol (por la
pancreatitis crónica subyacente). Existe otros procesos donde puede estar ele-
vada, sin embargo, valores tres veces superiores al valor normal es caracterís-
tico de la PA y no suele ocurrir en otras condiciones (cuadro 33.2) donde exis-
tirán pequeños incrementos en la amilasa sérica.

Tabla 33. 2: Causas de hiperamilasemia


■ Patología pancreática: pancreatitis crónica, cáncer de páncreas.
■ Patología gastrointestinal: ulcus péptico, apendicitis aguda, perforación de estómago o intesti-
nal, isquemia o infarto mesentérico, obstrucción, íleo intestinal, cáncer gástrico, peritonitis, etc.
■ Patología hepatobiliar: obstrucción del colédoco, colecistitis, colangitis, hepatitis, cole-
docolitiasis, cirrosis, etc.
■ Cáncer de mama y próstata.
■ Patología ovárica y de la trompa de Falopio.
■ Acidosis metabólica.
■ Distrés respiratorio.
■ Administración de opiáceos.
■ Adenitis salivar, parotiditis.
■ Neumonía y tumores pulmonares.
■ Insuficiencia renal.
■ Otros: alcoholismo, anorexia nerviosa, bulimia, aneurisma disecante de aorta, etc.

▲ Lipasa sérica: posee mayor sensibilidad y especificidad que la amilasemia en


el diagnóstico de PA (por tres su valor normal). La determinación conjunta de
amilasa y lipasa aumentará el valor diagnóstico, aunque habitualmente no se-
rá necesaria. La determinación de los niveles séricos de lipasa es especialmen-
te útil en el diagnóstico de los casos tardíos (la elevación sérica de lipasa tiene
la ventaja de permanecer elevada por espacio de 10-14 días), en el diagnósti -
co de PA con niveles séricos de amilasa normales (pancreatitis alcohólica) y en
determinadas situaciones donde la elevación sérica de amilasa no se acompa-
ña de elevación de lipasa (macroamilasemia, parotiditis, algún carcinoma).
▲ Glucosa: puede existir hiperglucemia como consecuencia de la menor produc-
ción de insulina, el aumento en la liberación de glucagón, glucocorticoides y
catecolaminas.
▲ Iones: en ocasiones aparece hipocalcemia debido a la reacción del calcio con
los ácidos grasos libres y la precipitación en forma de jabón de calcio; en ca-
so de aparecer deberá corregirse con rapidez evitando así los trastornos car-
diacos. Puede existir hipopotasemia e hiponatremia, secundarias a las pérdidas
por vómitos y al tercer espacio.
▲ Enzimas hepáticas: elevación de la GPT (ALT) superior a tres veces el valor
normal (específico, poco sensible), cociente GPT/GOT>1, y aumento de los ni-
veles de fosfatasa alcalina orientan hacia la etiología biliar de la PA.
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES

▲ Otros parámetros bioquímicos: puede existir hiperbilirrubinemia que puede


deberse al edema de la cabeza del páncreas. La existencia de hipoalbumine-
mia (<30gr/dl) se asocia con pancreatitis más grave y mayor tasa de mortali-
dad. Los triglicéridos también se pueden encontrar elevados.
2. Gasometría arterial: se deberá realizar siempre y aportará información sobre la
existencia de hipoxemia (en el 25% de las PA existe hipoxemia sin apreciarse al-
teraciones ni clínicas ni radiológicas y pudiendo evolucionar a un síndrome de
distrés respiratorio del adulto) y sobre las alteraciones del equilibrio ácido-base
(en ocasiones aparece acidosis metabólica por la hipoperfusión periférica, otras
veces alcalosis metabólica por los vómitos).
3. Orina: la amilasa en orina y el cociente de aclaramiento amilasa/creatinina no
son suficientemente exactos como para distinguir la PA de otros procesos intra-
abdominales que cursan con elevación sérica de amilasa (Ao x Crs/As x Cro) x
100, que en las PA será > 5%.
4. Sistemático de sangre: puede existir leucocitosis (que raramente será superior a
20.000 leucocitos en la PA no complicada). En algunos casos aparecerá hemo-
concentración (Hto>50%), como consecuencia de la perdida de plasma al tercer
espacio, o disminución de la Hb y del Hto debido a las pérdidas hemáticas.
5. Estudio de coagulación: tiene utilidad para descartar la existencia de CID.
B. Electrocardiograma:
Es útil para descartar patología coronaria aguda teniendo en cuenta que pueden
existir alteraciones inespecíficas del ST y en T y que puede aparecer un derrame pe-
ricárdico como complicación de la PA.
C. Pruebas de imagen:
1. Radiografía de tórax y simple de abdomen: sirven para determinar posibles
complicaciones respiratorias y otras causas de dolor abdominal agudo. Los sig-
nos radiológicos clásicos son inespecíficos y de rara presentación (asa centinela,
el signo de la amputación cólica, enfisema pancreático).
2. Ecografía abdominal: forma parte de la evaluación inicial de la PA y deberá ser
realizada en las primeras 24-72 horas de la hospitalización, siendo su principal
utilidad detectar la posible etiología biliar. Se trata de una técnica muy específica
pero poco sensible. Está indicada como método diagnóstico en Urgencias si hay
que hacer el diagnóstico diferencial con un posible abdomen agudo quirúrgico o
diagnosticar la posible patología biliar.
3. TAC abdominal: confirma la sospecha clínica de PA incluso con niveles normales
de amilasa y sólo quedará indicada en Urgencias en situaciones de duda diag-
nóstica.

CRITERIOS PRONÓSTICOS
Suele cursar de una forma benigna generalmente sin complicaciones, si bien, un 10%
desarrollan formas necrotizantes con elevada tasa de mortalidad. Para realizar una
valoración del pronóstico disponemos de:
1. Valoración de la insuficiencia orgánica:
▲ Shock- TA sistólica < 90 mmHg.
▲ Insuficiencia pulmonar - PaO 2 < 60 mmHg.
▲ Insuficiencia renal - Creatinina > 2 mg/dL.
▲ Hemorragia digestiva > 500 ml/24h
2. Criterios pronósticos tempranos: los criterios de Ranson presentan la limitación
de necesitar 48 horas para obtener los datos (Cuadro 33.3).
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CAPÍTULO 33

Tabla 33.3: "Criterios de Ranson"


Al ingreso A las 48 horas
Edad >55 años Descenso del Hto>10 puntos
Leucocitos>16.000/mm3 Aumento de la urea>10 mg/dl
Glucosa>200 mg/dl Calcemia<8 mg/dl
LDH>350 UI/L PaO2<60 mmHg
GOT>250 U/L Déficit de base>4 mEq/L
Secuestro líquido>6 L

Aumenta la morbilidad y la mortalidad con tres o más criterios.

3. Complicaciones locales:
▲ La necrosis, siendo el mejor método diagnóstico para valorar su existencia la
TC dinámica con realce de contraste (TCRC), que deberá realizarse tras tres o
cuatro días de evolución de la enfermedad, en aquellos pacientes con tres o
más criterios de Ranson y/o evidencia de insuficiencia orgánica.
▲ Un absceso o un pseudoquiste deberán sospecharse ante la persistencia (una
semana) o la reaparición (tras dos o tres semanas) de dolor, fiebre, leucocito-
sis y/o hiperamilasemia.
4. Otros datos con valor pronóstico: la obesidad (>30 kg/m 2) es un factor asocia-
do con un mayor número de complicaciones y mayor mortalidad. La proteína C
reactiva (PCR) es útil para valorar la intensidad del proceso inflamatorio con el in-
conveniente de tener que ser valorada a partir de las 72 horas de evolución.

TRATAMIENTO
En la mayoría de los casos sólo serán necesarias una serie de medidas generales,
pues la PA suele ceder de modo espontáneo.
1. Monitorización de constantes: temperatura, T.A, diuresis cada 8 horas y el aspi-
rado por SNG.
2. Dieta absoluta. La restauración de la dieta se hará no antes de las 72 horas,
cuando desaparezca el dolor, reaparezca el peristaltismo intestinal y los valores
de amilasa sérica sean inferiores a dos veces su valor normal.
3. Sonda nasogástrica con aspiración continua suave: no será necesaria en la PA
leve o moderada pero si estará indicada en el tratamiento del íleo intestinal o gás-
trico, en la PA severa para prevenir la aspiración del contenido gástrico, en los
casos de dolor abdominal intenso y si existen vómitos abundantes.
4. Tratamiento sintomático:
▲ En caso de vómitos o sensación nauseosa se pautará un antiemético como la
metoclopramida, a dosis de 10 mg cada 8 horas por vía endovenosa.
▲ Tratamiento con Anti H2: no han demostrado efectos beneficiosos en el trata-
miento de la PA y sólo son necesarios en pacientes con criterios de gravedad
o con antecedentes ulcerosos, para prevenir el riesgo de hemorragia digestiva,
a dosis de 50 mg cada 8 horas por vía endovenosa.
▲ Tratamiento del dolor: se comenzará con metamizol, a dosis de 2 gr cada 6
horas i.v. Si no cede se pautará tramadol, a dosis de 100 mg diluidos en 100
ml de suero glucosado al 5% i.v. cada 6 horas. Se puede utilizar la meperidi-
na, a dosis de 100 mg i.v. cada 6 horas.
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MANUAL DE PROTOCOLOS Y A CTUACIÓN EN URGENCIAS PARA RESIDENTES

Los fármacos espasmolíticos están contraindicados en la PA, por la posibilidad de fa-


vorecer o empeorar el íleo paralítico. También se evitará el uso de opiáceos pues au-
mentan el tono del esfínter de Oddi.
5. Fluidoterapia: será necesario un volumen mínimo de 3.000 ml (suero glucosado
al 5% y suero salino fisiológico alternando), con modificaciones de acuerdo con
la patología de base del paciente (cardiopatía, nefropatía...). De existir afectación
hemodinámica (TAs<90 mmHg) será precisa la expansión de volumen con 500-
1.000 ml de soluciones cristaloides o coloides hasta conseguir la estabilización
del paciente. La transfusión de hematíes se reservará para los casos en los que la
Hb<7-9 gr/dl y/o Hto<27-33 %.
6. Corrección de alteraciones metabólicas:
▲ Administración de potasio en forma de ClK aún con cifras normales en suero (pues
existen abundantes pérdidas, aumentadas si se coloca SNG), utilizando una do-
sis mínima de 60 mEq/24 horas diluido en los sueros y nunca se administrará a
una concentración mayor de 60 mEq/l ni a un ritmo superior a 20 mEq/hora.
▲ Si existe hipocalcemia se corregirá de forma urgente con la administración i.v.
de solución de gluconato cálcico al 10% para evitar complicaciones cardioló-
gicas (ver capítulo 78).
▲ En la hiperglucemia se administrará insulina en aquellos casos con glucemias
muy elevadas (>300 mg/dl).
7. Tratamiento antibiótico: está indicado comenzar tratamiento antibiótico de forma
empírica, solamente cuando existe infección de la necrosis pancreática, en la PA
necrotizante asociada con insuficiencia orgánica, ante la sospecha de absceso
pancreático, de colangitis o de sepsis biliar (ver capítulos 35 y 54).
Antes de comenzar el tratamiento antibiótico se deberán sacar 3 hemocultivos.
Entre los tratamientos adecuados están:
▲ Carbapenems: Lo más adecuado será utilizar imipenem, a dosis de 500 mgr
cada 6 horas i.v (o 1 gr cada 8 horas, según la gravedad) o meropenem, a
dosis de 1gr cada 8 horas i.v.
▲ Piperacilina–tazobactam, a dosis de 4/0.5 gr cada 8 h i.v.
▲ Amoxicilina-clavulánico, a dosis de 2 gr cada 8 h i.v.
La PA es una enfermedad que siempre requiere ingreso hospitalario; éste se hará:
▲ En los casos de PA leve-moderada ingresarán en las camas de Digestivo, excep-
to en las PA de origen biliar demostrado que lo harán a cargo de Cirugía.
▲ La PA severa con insuficiencia orgánica necesitará tratamiento en unidades espe-
cializadas (UVI) o Cirugía.

BIBLIOGRAFÍA:
▲ Banks PA. Practice Guidelines in Acute Pancreatitis. Am J Gastroenterol 1997; 92: 377-386.
▲ Arenas Miravé JI, Bujanda Fernández de Piérola L. Pancreatitis aguda. Rev Esp Enf Digest
1996; 88: 851-864.
▲ Steinberg W, Tenner S. Acute Pancreatitis. N Engl J Med. 1994; 330: 1198-1210.
▲ Acebo Gutiérrez MS, Manzano Alonso ML. Pancreatitis. In: Acedo MS, Barrios A, Díaz R,
Orche S, Sanz RM, editors. Manual de diagnostico y terapéutica médica. 4nd ed. Madrid;
1998. p. 367-373.
▲ Banks PA. Pancreatitis aguda y crónica. In: Sleisenger, Feldman, Scharschmidt, editors. En-
fermedades gastrointestinales y hepáticas. 6nd ed. Madrid: Panamericana; 2000. p. 864-
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