ngel Rama y los estudios latinoamericanos

Reconocida intemacionalmente como una de las interpretaciones ms slidas y abarcadoras de la historia cultural de Amrica Latina, la obra de ngel Rama permanece, sin embargo, prcticamente inexplorada por la crtica. Desde el fallecimiento del crtico uruguayo, en 1983, hasta la actualidad, la academia norteamericana ha incorporado muchos de los conceptos claves de la interpretacin cultural de ngel Rama tanto al estudio global del desarrollo cultural latinoamericano como de las literaturas nacionales, extendiendo el alcance de sus estudios a reas a veces impensadas de la produccin continental. No obstante, este rendimiento crtico de la prolfica produccin de ngel Rama no se ha traducido necesariamente en un conocimiento ms profundo de las mltiples facetas y procesos internos que rigieron la evolucin del pensamiento de este autor que representa uno de los puntos ms altos de la reflexin intelectual desde y sobre Amrica Latina. No se han estudiado, por ejemplo hasta el momento los efectos complejos que tuvieron en el desarrollo crtico del autor de La ciudad letrada las localizaciones geoculturales desde las que desarrollara tan brillantemente su pensamiento crtico. No se ha penetrado, en ese sentido, al menos con la profundidad que sera necesaria, la inscripcin de su obra en el espacio intelectual rioplatense, ni el dilogo que sostuviera conel medio venezolano o estadounidense que acogieran, en distintos momentos, su apasionada y polmica tray ectoria. El modo en que el pensamiento de Rama se modula en cada una de estas instancias, tratando de establecer un intercambio productivo con los distintos pblicos que encontrara en su tierra natal o en las adoptivas, sigue siendo an un tema inexplorado pero fundamental para una comprensin cabal delsentido y las formas que asume su mtodo crtico y la valoracin de los temas que elige, en cada caso, como articulacin con los contextos sociales y acadmicos en los que se inscribiera su labor pedaggica e intelectual. No se han desentraado tampoco, hasta el momento, las instancias del dilogo que mantuviera con otras disciplinas, o con el pensamiento de autores que marcaron tambin ellos, desde otras latitudes y posiciones ideolgicas, su visin de Amrica Latina.

Aunque los estudios que proliferaron despus de su trgica desaparicin constituyeron un importante reconocimiento del lugar fundamental de ngel Rama en la historia cultural del continente, los mismos pudieron efectuar ensu momento apenas una introduccin a la vasta labor que se presenta ahora ante los estudiosos de la cultura latinoamericana. En los ltimos aos, muchos artculos han tocado aspectos especficos de la obra de este autor, efectuando aportes fundamentales para la ubicacin de sta en la tradicin crtica de Amrica Latina. Pero a partir de estos avances ha quedado aun ms claro la necesidad de emprender estudios ms vastos y profundos sobre la multifactica produccin de este crtico, en la que se combina la reflexin erudita y, en el mejor sentido del trmino, acadmica, con la dimensin fuertemente poltica de un pensamiento vinculado estrechamente a coyunturas y proyectos ideolgicos concretos, que arraigan de un modo muy particular el trabajo de Rama en la historia continental de nuestro siglo. Leer a Rama es, en efecto, en muchos sentidos, recorrer el extenso territorio simblico de la totalidad americana y, en las entrelneas de la argumentacin, recuperar la memoria de una historia reciente y de los relatos reales e imaginarios que la poblaron. Como el mismo autor indicara en La ciudad letrada, en su caso la dimensin biogrfica y la intelectual, la individual y la colectiva, la crtica y la ideolgica, se funden en los suburbios del presente, cuando la polis se politiza:
Esta recorrida que hasta aqu ha procurado caracterizar la ciudad letrada segn sus seculares avatares, va a pasar ahora de historia social a historia familiar, para recaer por ltimo en cuasi biografa, anunciando la previsible entrada de juicios y prejuicios, realidades y deseos, visiones y confusiones, sobre todo porque la percepcin culturalista que hasta aqu me ha guiado, al llegar a los suburbios del presente, concede primaca a otro obligado componente de la cultura, que es la poltica (106-107).

La cultura es as, en su concepcin, el dominio complejo en que se funden vertientes ideolgicas, aproximaciones disciplinarias, expectativas, subjetividades, utopas y discursos discernibles pero pertenecientes, antes que nada, a una combinatoria que es mayor que la suma de las partes que la componen. Su propia biografa es paradigmtica de los movimientos de arraigo y desarraigo que caracterizaron a los miembros de su generacin y de las siguientes, en la revuelta Amrica Latina de la segunda mitad de nuestro siglo, principalmente de quienes fueran victimizados por las dictaduras y que luego se integraron a la dispora poltica y econmica a partir de los aos setenta. Leer a Rama es revivir esa trayectoria trabajosa y productiva, rememorar una peripecia individual y colectiva, recuperar la tradicin y los esfuerzos por cuestionarla, interrogarla, superarla. 8

Es, tambin, observar el despegue de nuevas formas de comprensin del sentido y la factura intrnseca de una produccin cultural desde la que se formulan y simbolizan agendas, programas y proyectos sociales que dialogan con un mundo en rpido proceso de transformacin, en el que el pensamiento crtico debe redefinir su lugar, su funcin, sus lealtades. La labor periodstica y narrativa de ngel Rama, sus fundamentales estudios sobre poesa gauchesca y sobre el rea cultural andina, as como su relacin con el proyecto cultural de Marcha, su recuperacin de los textos cannicos a travs de la inmensa labor de Biblioteca Ayacucho, sus esfuerzos por desencubrir a figuras fundamentales de la cultura latinoamericana, como Rufino Blanco Fombona, Simn Rodrguez o Jos Antonio Ramos Sucre para citar slo a los venezolanos, constituyen, junto a las obras mayores y de carcter ms orgnico, como Las mscaras democrticas del modernismo , Transculturacin narrativa en Amrica Latina o La ciudad letrada , un sistema complejo que, en sus distintas etapas y modulaciones, expone los avatares de la historia poltica de un continente siempre asediado, desde afuera y desde su propia conflictiva interioridad, por agresiones, marginamientos, desafos y urgencias que marcaron a fuego la produccin cultural en todos sus niveles. Desde los aportes fundamentales de Andrs Bello, Pedro Henrquez Urea, Jos Carlos Maritegui y Mariano Picn Salas, para citar slo algunos de los nombres ms salientes de la tradicin crtica latinoamericana, pocas obras conjugan, con el rigor y la exhaustividad de la de Rama, un conocimiento tan profundo y certero de la problemtica latinoamericana y cu lutar en el contexto internacional. Junto a la obra de crticos contemporneos como Antonio ComejoPolar, Silvio Romero, Antonio Candido y Roberto Fernndez Retamar, la de ngel Rama ha contribuido a fijar los parmetros fundamentales para una comprensin a la vez global y puntual del desarrollo histrico de Amrica Latina, entendiendo el espacio continental como la arena en la que se debaten procesos y proyectos contradictorios tanto en lo que tiene que ver con el surgimiento y consolidacin de las culturas nacionales como en la relacin que stas mantienen, a lo largo de su desarrollo, con el contexto occidental. Ms all del mecnico reconocimiento de influencias exteriores o de la inimaginativa aplicacin de marcos tericos o modelos interpretativos creados para otras realidades culturales, la obra de Rama se orient ms bien al anlisis de particularismos y especificidades que, comprendidos en el contexto de la totalidad americana, permiten entender, sin localismos reduccionistas, los flujos ideolgicos y socio-culturales de los que surge la produccin continental de la Colonia a nuestros das. Esto, sin renunciar a un dilogo fecundo y original con las corrientes de pensamiento que 9

nutren desde sus orgenes la cultura latinoamericana, ni a una lectura capaz de vincular lo regional a lo global, concediendo especial atencin a la dialctica que rige la relacin entre ambas dimensiones. De ah que en la reflexin latinoamericanista de ngel Rama haya tenido un lugar preponderante el estudio de los procesos de institucionalizacin cultural que vinculan el Estado y la sociedad civil, la nacin y el ciudadano, la realidad pujante de la ciudad real y los artificios del discurso letrado, ya que es justamente a partir de esos intercambios que puede comprenderse sin esencialismos sino con un sentido eminentemente histrico y en este sentido material, la identidad latinoamericana en sus mltiples manifestaciones. En justamente con el propsito de comprender la materialidad de los procesos culturales que los estudios de Rama se orientaron tambin hacia una indagacin de los modos que asumira, en sus distintas etapas, la inscripcin de Amrica en el proyecto de la modernidad, tratando de deslindar el papel que habra de cumplir la funcin intelectual no slo como vehculo de influencias exteriores sino tambin como portadora de un episteme fuertemente condicionado por lo social y lo ideolgico, y como generadora de proyectos alternativos a los dominantes, desde los cuales pudo contrarrestarse, en los distintos momentos de la historia continental, la gestin hegemnica del Estado y sus instituciones. La modernidad es as, para Rama, el rea fronteriza en la que se conectan reas culturales, pensamientos, proyectos y agendas muy diversos; en este sentido, una zona de trueque, emprstitos y negociaciones en la que Amrica Latina debi volver a definir su lenguaje, sus smbolos y su destino histrico, de cara tanto a sus pulsiones y urgencias interiores como a los desafos de la transnacionalizacin y de la integracin occidentalista. La innegable originalidad de la obra de Rama estriba quiz, precisamente, en ser ella misma producto del transvase de conceptos, categoras y corrientes de pensamiento, creando un espacio de transitividad terica en la que se potencia y refuncionalizan hallazgos anteriores, problemticas o respuestas culturales que pudieron haber tenido, en otros contextos, repercusiones o alcances diferentes. Con frecuencia se olvida, por ejemplo, al estudiar la influyente propuesta incluida en Transatlturacin narrativa en Amrica Latina que varias dcadas antes que ngel Rama, Mariano Picn Salas incorpora ya el concepto de transculturacin a su estudio de la cultura continental, titulando as uno de los captulos de su fundamental libro De la conquista a la independencia (1944) justamente a partir de ese concepto, que por la misma poca se divulgara a partir de la utilizacin que de l hace Fernando Ortiz en su tan conocido Contraptnteo cubano del tabaco y el azcar (1940). El cuarto captulo del libro de Picn Salas, De lo europeo a lo mestizo. Las primeras formas de transculturacin, se refiere a la penetracin de la cultura europea en los centros urbanos desde el siglo 10

XVI y a las distintas formas que asume el trasplante cultural en las diversas reas culturales del continente. Sirva esta relacin, que debera desarrollarse con ms amplitud en estudios sobre el proceso transculturador, simplemente para indicar cmo la origlalidad de la crtica ramiana se combina con frecuencia con vertientes y conceptos entregados por la tradicin, que nutre de manera tan fecunda su reflexin terica. La obra de ngel Rama es, entonces, en sus mltiples contribuciones a la ampliacin del canon y el ordenamiento historiogrfico, una constante bsqueda de modelos, nuevos o remozados, de lectura, crtica e interpretacin cultural, un ejemplo, en este sentido, de prctica transculturada, integradora de todos aquellos paradigmas que desde las distintas vertientes del pensamiento y la prctica intelectual, puedan servir para aprehender la ndole conflictiva y desafiante de Amrica Latina. Con el auge de los estudios culturales y la bsqueda de nuevos parmetros terico-ideolgicos capaces de guiar el anlisis de los procesos latinoamericanos, la obra de Rama representa en muchos sentidos, desde el mbito latinoamericano, la transicin entre una concepcin humanstica y con frecuencia idealista de la cultura v particularmente de la literatura como espacios de expresin estticoideolgica, y las ms recientes aproximaciones a lo cultural percibido como performance en la que se integran y superponen imaginarios y productores culturales de vertientes diversas, que a travs de estrategias representacionales que combinan elementos mediticos y cannicos, populares, acadmicos y marginales, representan polifnicamente la transitividad cultural de nuestro tiempo. Partiendo de los mtodos ms clsicos y apegados al repertorio cannico explicacin de textos, estudio historiogrfico, ensayos de periodizacin, crtica socio-histrica la produccin de Rama se desplaza claramente pero sin estridencias, siguiendo la direccin marcada por su intuicin crtica y por los requerimientos del quehacer interdisciplinario, hacia el rea de los ahora llamados estudios culturales, sin que le fuera necesario apartarse del corpus de la literatura latinoamericana que l mismo contribuyera en tan gran medida a construir, y que en la totalidad de su concepcin crtica tiene el valor principal de constituir un sistema de paradigmas representacionales capaces de guar la arqueologa cultural en sus otros niveles. Rama no renunci al enclave cannico ni recorri el camino completo de la deconstruccin culturalista, apegada como estaba su obra a los fundamentos de una formacin integral, donde prcticas creativas, crticas y pedaggicas, trabajo periodstico, compromiso ideolgico, afiliacin institucional y pensamiento independiente eran piezas esenciales y superponibles de un trabajo inmerso en la realidad misma 11

que le serva como objeto de estudio. Ms all de las modas tericas y los fciles desalientos, el trabajo de Rama se aboc ms bien, sin renunciar al canon, a desentraar las condiciones que explican su factura monumentalista, los intrincados movimientos del gusto cultural, las instancias de la recepcin y las relaciones complejas entre individualidad y produccin cultural. De Rama puede decirse sin lugar a dudas que no de tantos latinoamericanistas actuales que conoca de primera mano la realidad sobre la que emita juicios, teorizaciones e hiptesis y, sin caer en empirismos ingenuos, poda fundar en la experiencia, el dilogo directo, la inmersin cultural, tanto como en la erudicin y la imaginacin terica, valoraciones, pronsticos y diseos epistemolgicos. De ese conocimiento deriv su cautela, su fe en el basamento slido de la lectura, su dificultad para el deslumbramiento fcil o el escepticismo total, su capacidad de irona y su desconfianza ante el facilismo formulaico y los fuegos fatuos del snobismo intelectual. De ah tambin que su trabajo se abocara principalmente a lo que conoca mejor: el discurso letrado y la base social que defina sus condiciones de existencia y sus particularidades representacionales. Las crticas que hoy pueden efectuarse a su obra deben recuperar, a mi juicio, esta dimensin fundamental de su trabajo crtico, no para atemperar cuestionamientos o debates que ensalzan la fermental obra que Angel Rama entregara al latinoamericanismo contemporneo, sino para fundarlos en los trminos justos que merece su produccin intelectual. La obra de Rama constituye en s misma un excelente ejemplo de pensamiento transnacionalizado, elaborado como un desafo de las fronteras disciplinarias y territoriales, desde posicionalidades negociadas a partir de los resquicios de las dictaduras o enclavada en los espacios solidarios de democracias corrodas por sus propios conflictos, venciendo siempre las limitaciones impuestas por la intolerancia y el intervencionismo poltico-ideolgico que asediaron a ngel Rama, en distintos contextos, hasta sus ltimos das. Entre hermenutica y culturalismo, desterritorializada, a veces fragmentaria, nunca definitiva sino ms bien abierta a evolucin y revisiones permanentes, la obra de Rama es, en efecto, un puente tendido entre modos de produccin cultural y concepciones del espacio simblico y representacional muy diversos, que a veces el calor de los radicalismos sugiere casi como inconciliables. Su actuacin cultural atraviesa Amrica Latina, dialoga con Europa y se integra al espacio estadounidense, englobando inetodologas, teorizaciones y estrategias pedaggicas e intelectuales muy variadas, sin perder nunca el enclave latinoamericano del que surgiera y los compromisos que esa definicin implicaba. Su pensamiento vincula, asimismo, diversas disciplinas antropologa, historia, urbanstica, ciencias polticas, literatura 12

incorporando tanto los aportes de las ciencias sociales como las tradiciones de lectura ms arraigadas a un humanismo clsico que supo matizar y remozar, integrando sus mejores aportes a formas ms abiertas a las nuevas corrientes y elaborando todas estas vertientes de un modo original, sin provincialismos, partidismos ni falsas oposiciones. Pero si la recuperacin y cuestionamiento de la tradicin ocuparon siempre un lugar central en la obra cultural de ngel Rama, tambin sta se defini como una plataforma de lanzamiento de lo que su intuicin crtica reconoca como los nuevos ndulos de un repertorio cannico en proceso de crecimiento y transformacin permanentes. De ah su atencin a los Novsimos narradores, a las nuevas figuras del post- boom, a las experiencias creativas de la dispora, como ejemplos no slo de formalizaciones literarias e innovativas, sino tambin de prcticas culturales que respondan a los desafos de nuevas circunstancias sociales y polticas a partir de las cuales se iban definiendo nuevos espacios y estrategias discursivas y representacionales. En atencin al gran potencial crtico que contiene la obra de ngel Rama, este libro se ofrece como una contribucin a la vasta labor que tiene por delante el latinoamericanismo actual, no slo como tributo al incansable trabajo de uno de sus representantes ms lcidos y rigurosos, sino como condicin imprescindible para el desarrollo transdisciplinario que caracteriza los estudios culturales en nuestros das. En sus cinco apartados, el presente volumen sobre ngel Rama y los eshtdios latinoamericanos presenta una serie de lecturas crticas sobre la obra del crtico uruguayo, en las cuales se trascienden, muchas veces, las propuestas concretas de este autor, extendindolas a campos afines de la cultura continental, o explorando las reas que su trabajo abri, sin agotarlas, con el propsito primordial de expandir el horizonte de los estudios latinoamericanos. En la primera parte de este libro, titulada El lugar del saber. Espacio urbano, letrados e instituciones culturales se articula la obra de ngel Rama, desde un punto de vista terico, a los campos de investigacin de los estudios culturales y de la historiografa. Los ensayos que componen este apartado tienen en comn la indagacin de las articulaciones que vinculan el trabajo de Rama al pensamiento occidental y a las nuevas corrientes de interpretacin cultural, centrndose en las obras principales de este autory relacionndolas con debates y teorizaciones ms vastas, que el crtico uruguayo desarrolla o modula a travs de su propia prctica reflexiva. Romn de la Campa explora particularmente los alcances del proyecto, que canaliza La ciudad letrada en cuanto a la lectura del desarrollo cultural latinoamericano desde la centralizacin escrituraria, 13

institucionalista y transnacionalizada -desde la aproximacin episttica (esttico-epistemolgica)- que informa el trabajo de Rama. Vinculando su obra ala arqueologa de la cultura la Foucault, as como a teorizaciones como las de Edward Said y Benedict Anderson, de la Campa percibe la metfora de la ciudad letrada y sus desenvolvimientos en ciudad escrituraria, modernizada, politizada, como una forma de periodizacin que, desde la monumentalidad nominalista, propone una cartografa en la que se inscriben y dramatizan las interrelaciones entre discurso, poder y agentes culturales. Pero detrs de la consagracin del signo, de la Campa percibe tambin la direccin, de raz saussureana, desde la que se impugna su fijeza. Si la textualidad es entendida, en la obra de ngel Rama, como el espacio privilegiado del saber y de su ordenacin disciplinaria, ella tambin sugiere, aunque sin desarrollo expreso, las formas de su deconstruccin. Para de la Campa La ciudad letrada explora sobre todo el legado del discurso colonial y sus residuos en la modernidad, provocando as un enfrentamiento lmite, si no aportico, de la sincrona europea de Foucault, en tomo a una yuxtaposicin latinoamericana simultneamente colonial y poscolonial. De la Campa incorpora en su anlisis observaciones crticas realizadas en tomo a la obra de Rma: su homogeneizacin y autonomizacin de la prctica cultural, la autorreferencialidad de la escritura y del letrado como instancias esenciales de la produccin cultural, la marginalizacin de la oralidad y de las prcticas que subvierten el discurso del poder, la solidificacin e impenetrabilidad que se conceden al orden hegemnico, y la necesidad de una periodizacin ms precisa y al mismo tiempo ms matizada de los espacios, prcticas y proyectos de produccin/ recepcin cultural. El trabajo de Franoise Perus se orienta, en este sentido, por similares derroteros, al enfocar dos aspectos presentes en las observaciones crticas arriba mencionadas. Su trabajo destaca tanto la continuidad temporal como la circunscripcin espacial en tanto parmetros tericos y metodolgicos que rigen la construccin de La ciudad letrada y de Transculturacin narrativa en Amrica Latina. El estudio de Perus se refiere fundamentalmente a la que podramos llamar la ideologa del universalismo, y a los movimientos constantes de absorcin de influjos exteriores y presin de pulsiones internas que rigenel desarrollo cultural de Amrica Latina desde sus orgenes. Como en el trabajo de de la Campa, en el de Perus se analiza la permanencia de la cultura colonial en pocas posteriores, viendo Transcultumcin narrativa como una propuesta explcitamente concebida como contrapeso a la tradicin representada por la ciudad letrada en la medida en que la prctica transculturadora provee a aqulla de rdenes de representacin diversos a los que se derivan de la experiencia propiamente americana. El estudio emprendido por Rama 14

de la articulacin entre lenguas, temas y cosmovisiones vemculares, tal como stos se dan en la novela regionalista, es un modo de adentrarse en la dialctica de la modernidad, analizando cmo el impacto modernizador penetra en las vertientes de la tradicin creando un juego de absorciones, resistencias y transformaciones que alteran sustancialmente la produccin cultural latinoamericana. Perus cuestiona sobre todo el valor asignado por Rama a la vertiente modernizadora, y su fidelidad a nomenclaturas historiogrficas tradicionales El estudio de Horacio Machn constituye, por su parte, una amplia orquestacin terica en la que se recuperan y analizan una serie de aspectos fundamentales de la obra general de ngel Rama: las estrategias de la memoria desde las cuales el crtico uruguayo recupera la dimensin histrica de los procesos culturales, las posiciones desplegadas sobre el tema del intelectual y su lugar en la sociedad civil, el sentido prctico, interdisciplinario, de su trabajo crtico, la configuracin de cartografas posmodemas. Articulando la pro-duccin ramiana a la obra de Jrgen Habermas y Pierre Bourdieu, por ejempo, en el campo de las ciencias sociales, o a la de Nstor Garca Canclini o Beatriz Sarlo en el rea de los estudios culturales latinoamericanos, Machn persigue la evolucin del pensamiento de ngel Rama partiendo de La leccin intelectual de Marcha hasta La ciudad letrada, pasando por otros varios textos fundamentales: La literatura en su marco antropolgico, uno de los ltimos textos de Rama, Transculturacin narrativa, y otros. Segn Machn, en Rama hay un silencio respecto al paradigma ascendente de los estudios culturales latinoamericanos. El mismo es paralelo al silencio de stos acerca de los alcances de la crtica de Rama para el modelo del intelectual democrtico latinoamericano que dichos estudios proponen (Garca Canclini, Sarlo). La dimensin interdisciplinaria que se evidencia en los estudios de Rama no es alcanzada, segn Machn, en los trabajos de los autores mencionados, con los que Rama no comparte su memoria sin historia, su estetizacininterdisciplinaria su ensaystica de la sociedad civil como poltica de identidad intelectual. El ensayo de Machn entrega un avance importante y sin duda polmico de la relacin entre la critica de Rama y las orientaciones actuales, que permite penetrar algunas de las reas hasta ahora inexploradas de ambos campos de conocimiento y accin cultural. El segundo apartado, que lleva por ttuloCiudad letrada: Territorio, frontera, memoria incluye dos artculos, diversos en sus propsitos y metodologas, en los que se investiga la significacin de la ciudad letrada desde otras perspectivas. El estudio de Gustavo Remedi atiende a la espacialidad de la urbe escrituraria como simbolizacin y diseo de un orden social cuyas derivaciones se manifiestan en todos 15

los niveles de la vida y la produccin cultural. Para Remedi la ciudad es el aleph desde el cual puede visualizarse y exhibirse un proyecto social, ya sea en el perodo de control metropolitano como en las etapas neocoloniales. El espacio urbano es la red material y simblica en la que se definen localizaciones, prcticas y agencias culturales a partir de una determinada concepcin de la cotidianidad y de los discursos que la regulan. Las relaciones entre espacio privado y esfera pblica, intimidad y vida colectiva, ocio y productividad, expresin esttica e instrumentacin tecnolgica, se canalizan y representan metafricamente a travs de la estructuracin espacial y la distribucin de papeles, funciones y jerarquas que la dimensin urbana representa a travs de la lgica de un poder que se exhibe tridimensionalmente, como escenario de los conflictos y proyectos queviven en su interior. La ciudad es permetro, parmetro, lmite, frontera, borde, interioridad, demarcando hacia adentro la utopa del orden y el civilismo, y hacia afuera las formas materiales de la otredad, la subversin y el caos. Sobre este asiento concreto es que Rama elabora su concepcin de la transculturacin, sus reflexiones sobre el discurso letrado y sobre el impacto de la modernidad en la cultura latinoamericana de comienzos de siglo. Los procesos de institucionalizacin se localizan en esta misma base material que define el lugar de la escuela, el claustro, el museo, las prcticas jurdicas, la recreacin y el disciplinamiento. As es que Remedi rescata esta espacializacin del anlisis cultural a partir de la cual se visualiza la materialidad de la produccin y la recepcin intelectual y el lugar asignado a los agentes que participan en la vida comunitaria. Remedi estudia las bases espaciales que corresponden a los procesos de transculturacin que, regidos por la dialctica entre un afuera y un adentro, dramatizan y visualizan la relacin de Amrica Latina con los proyectos de modernizacin. Antropologa, historia, urbanismo, literatura, son vertientes que informan la aproximacin a los modelos culturales que se exploran en La ciudad letrada y que Remedi logra articular en esta lectura original y enormemente sugestiva. Las reflexiones filosficas de Castro-Gmez proponen, por su parte, una perspectiva complementaria, al vincular tambin La ciudad letrada a problemticas actuales, obligando a una lectura actualizada y exigente de ese texto como introduccin a los temas del multiculturalismo, la integracin y la redefinicin institucional que ocupan el centro de los debates actuales. Castro-Gmez se pregunta hasta qu punto La ciudad letrada puede leerse, en tiempos de globalizacin, como una ontologa del presente, es decir, de qu modo la perspectiva arqueolgico-cultural de ngel Rama informa nuestra comprensin del tiempo en que vivimos. Efectuando una nueva revisin del legado foucaultiano y de las alusiones que hace Rama a la interpretacin que el filsofo francs hace de la Gramtica 16

de Port Royal en Las palabras y las cosas , el autor del ensayo estudia la conexin entre representacin y prcticas discursivas como uno de los ncleos principales a partir de los cuales el crtico uruguayo desentraa las relaciones entre saber y poder en Amrica Latina. Castro-Gmez se ocupa fundamentalmente de la conceptualizacin que Rama realiza acerca de las politicas representacionales, sus relaciones con el discurso hegemnico y su funcin respecto a la articulacin de los saberes a partir de los cuales los sujetos se relacionan con el mundo. Analiza entonces la ciudad letrada como institucin reflexiva, discutiendo los efectos y alcances de la institucionalidad del saber y proponiendo que, aparte de sus funciones de ordenacin y disciplinamiento social vigilar y castigar la letra puede cumplir adems una funcin de autorregulacin transformadora, que le permite elaborar polticas contrahegemnicas. La ciudad letrada fue as, desde el siglo XIX, una estructura global de comunicacin por la que circulaba un saber desterritorializado que, de alguna manera, prepara los procesos de globalizacin de nuestros das. El tercer apartado del volumen, titulado Debates de la transculturacin explora, desde varias perspectivas, uno de los conceptos ms utilizados y polmicos de la obra de ngel Rama: el que remite a la incorporacin, por efecto de la pulsin moderrzadora, de influencias y proyectos que se combinan con las culturas vernculas en Amrica Latina. Mi ensayo sobre Ideologa de la transculturacin es un intento por recuperar la propuesta de Rama dentro del contexto poltico-social en que fue producida, como reflexin en tomo a la cuestin nacional puesta en crisis, en la dcada de los aos setenta, por la represin dictatorial y las disporas y exilios que siguieron a la ruptura del orden democrtico en varios pases de Amrica Latina. El estudio de Rama sobre el fenmeno de transferencia o transitividad cultural constituye una penetracin en la cuestin siempre debatida de las identidades nacionales y los efectos que sobre ellas tuvieron los proyectos modemizadores. Frente a la pulsin de homogeneizacin que stos incorporan a las culturas vernculas, Rama estudia, a travs del dispositivo conceptual de la transculturacin, las relaciones entre discurso letrado y representacin popular, en una bsqueda material de los contenidos estables que conforman la nacionalidad. Investiga para ello la funcin mediadora de las intelligentsias urbanas y las frmulas de hibridacin cultural y sus connotaciones ideolgicas en Amrica Latina, tomando como objeto la novela regionalista pero configurando un modelo interpretativo que se extiende, obviamente, a otras reas y perodos del desarrollo cultural del continente. Mi trabajo intenta cuestionar el diseo dicotmico del modelo de Rama, su fundamentacin dependentista y la concepcin mesinica del intelectual que informa su visin de la transculturacin, sugiriendo 17

las ventajas de entender el ensayo de Rama en relacin con elementos derivados de la ideologa del mestizaje, los conceptos de heterogeneidad e hibridez, y la conceptualizacin de lo nacionalpopular, pero recordando sobre todo la posicin de discurso desde la que fuera concebida Transculturacin narrativa ante las crisis del concepto de nacin, vanguardia intelectual y consenso democrtico que constituyen el ncleo problemtico fundamental de los aos setenta. Complementariamente, pero con derivaciones ms amplias, el estudio de Abril Trigo parte del binomio conceptual transculturacin / transnacionalizacin, a partir del cual se vincula la teorizacin de ngel Rama a los conceptos de mestizaje, heterogeneidad e hibridez, en tanto ejes del panorama crtico que gua los debates actuales. El ensayo de Trigo dialoga con la obra de Neil Larsen, Garca Canclini, MartnBarbero, entre otros, poniendo en entredicho la vigencia del concepto de transculturacin, analizando la legitimidad de sus asunciones: autenticidad de las culturas vernculas que adquieren as una primaca ontolgica, reduccionismo de la frmula de Fernando Ortiz al estatus fetichizado de la literaturiedad, insuficiente relevamiento y teorizacin de lo popular, etc. Ante la irrupcin de lo masivo y lo transnacional como categoras fundamentales de la teorizacincultural desde la dcada de los ochenta, Trigo interpela la crtica de Rama enfrentndola a la problemtica de los mercados, regidos por una nueva lgica de produccin, circulacin y consumo de productos culturales. El ensayo concede especial importancia a las transiciones que vinculan la relacin entre multinacionales y transnacionalismo como procesos de emergencia de macroculturas , poniendo en juego las nociones de heterogeneidad e hibridez como posibilidades de conceptualizacin que se abren, a su vez, a nuevas inconsistencias en el propsito de aprehender y totalizar los conflictos del multiculturalismo. El articulo propone otras categoras: mestizaje/ migrancia, fronteras/ fronteras, id/entidades sobre el filo (circunstanciales, porttiles, liminales), as como una reflexin sobre los nuevos modos que asume la hegemona y la produccin cultural en nuestros das. Los estudios que siguen en este apartado retomarn, en diversos sentidos, muchos de los problemas y desafos tericos que se exponen en los anteriores, explorando la aplicabilidad de la conceptualizacin ramiana a campos especficos del territorio cannico latinoamericano. El trabajo de Silvia Spitta comienza por definir la figura del transculturador como un mestizo cultural situado entre dos aguas, caracterizado por el desgarramiento identitario e impulsado por el proyecto utpico de conjugar las vertientes que lo constituyen. Spitta conecta el tema de la transculturacin con un ensayo de Rama publicado en 1988, El escritor latinoamericano como traidor, en el 18

que estudia El sonmbulo, cuento poco divulgado de Augusto Roa Bastos, donde se dramatiza simblicamente la relacin entre masa y oligarqua, en una exploracin de la tra(d)icin historiogrfica que adjudica a la elite oligrquica la funcin de defensa y representacin de los valores nacionales. Apoyado en las series conceptuales sobre las que se estructura el cuento de Roa Bastos, Rama reflexiona sobre la condicin del intelectual y la funcin del ejercicio escriturario/ transculturador. Spitta discute la interpretacin que realiza Rama del cuento de Roa Bastos, realizando una sagaz crtica de la crtica en segunda potencia, es decir desmontando el aparato intepretativo y, vindolo ms bien como modelo representacional desde el que Rama explora simblicamente su propio armazn terico. La funcin del transculturador como traductor/ traidor se afirma en la ruptura o el trauma social, el que representara La ciudad iletrada [sic], la del mestizaje, el analfabetismo y la marginacin, que se vislumbra, en negativo, segn Spitta, en las entrelineas del pensamiento del crtico uruguayo. Maribel Ortiz-Mrquez, por su lado, centraliza su trabajo en el concepto de modernidad, analizando las premisas en las que se basa, en la obra de Rama, el uso de este trmino, integrando el estudio a una visin general de la crtica cultural desarrollada por este crtico desde los aos sesenta. Segn Ortiz-Mrquez las reflexiones de Rama incluidas en Las mscaras democrticas del modernismo advierten ya fisuras en el discurso moderno y los aspectos totalizadores que lo fundamentan adelantando algunas de las dimensiones que luego se atribuyen a la posmodernidad, sin convertir por ello al crtico uruguayo en un crtico posmoderno avant la lettre. Para la autora del articulo, la reflexin de Rama en torno a las relaciones entre tradicin y modernidad proyectan el trabajo de ste hacia otros dominios disciplinarios, hacia la expansin del sistema letrado y el estudio de las culturas populares, tal como se plasmara en los aos ochenta en los trabajos de Garca Canclini, en los que se enfocan los vnculos entre culturas dominantes y marginadas. Pero Rama se aferrara principalmente a la literariedad de los textos antropolgicos, problematizando sin embargo los dominios disciplinarios y permitiendo una revisin de la funcin de la literatura en los contextos culturales ms amplios en los que sta se integra. Finalmente, OrtizMrquez atiende a la relativizacin del concepto de clase en la crtica culturalista de Rama y al modo en que esto opera en la totalidad de su aparato conceptual e ideolgico. Cerrando este apartado, Alberto Moreiras se refiere a la figura paradigmtica de Jos Mara Arguedas, y particularmente a El zorro de arriba y el zorro de abajo como ejemplo de una transculturacin que, en su propio desenvolvimiento, explora sus lmites y verdaderas posibilidades tericas. Pasando de la teorizacin a la indagacin textual, 19

el autor del ensayo se adentra en la problemtica de la heterogeneidad cultural y en las formas representacionales que ofrece la etnoficcin como dramatizacin de los conflictos que vinculan diversas formas de saber y de poder, y como vehculo para la expresin simblica de la racionalidad del oprimido. Moreiras parte de la idea de que la correccin de Rama al esquema de Ortiz consiste en postular una epistemologa poltica mediante la que el anlisis de la transculturacin avanza ms all de la descripcin fenomnica del proceso de integracin cultural. Guiado por el propsito de efectuar la redencin de culturas subordinadas por la modemidad Rama propone el concepto de transculturacin, segn Moreiras, no como simple respuesta a la modernizacin, sino como plasmacin de la relacin crtica que se establece con respecto a ella. La lectura de Arguedas propuesta por Moreiras permite no solamente revisar el significado de la obra total del escritor peruano, sino reflexionar sobre el horizonte concreto de las prcticas escriturarias sobre las que se recorta el concepto de transculturacin, repensando sus lmites y aportes a la historiografa y la crtica actual. La cuarta parte de este libro, Escritura, poder y espacios discursivos: Colonia y modernidad, rene tres trabajos en los que se analiza la contribucin puntual de Rama a dos campos concretos del desarrollo cultural latinoamericano, la Colonia y el siglo XIX, los cuales constituyen dominios diferenciados de conocimiento, que requieren metodologas y aproximaciones especficas. El estudio de Gustavo Verdesio lee ciudad letrada a contrapelo, explorando los silencios u omisiones que rodean al discurso letrado y efectuando a partir de los mismos una crtica de la construccin cannica. Para Verdesio, la centralizacin en el registro escriturario cristaliza en la forma de una figura transhistrica (ese letrado casi inmutable) [lo cual] en un anlisis ms atento, puede interpretarse como un intento (fallido) de explicar la influencia modeladora de la letra y sus ejecutantes en un contexto histrico donde dos tipos de organizacin cultural estaban (y estn todava) en conflicto. La delimitacin de este parmetro de produccin cultural contextualiza el locus de enunciacin del sujeto europeo letrado pero desplaza hacia los mrgenes del discurso crtico otras formas de saber y expresin cultural que se expresan a travs de la oralidad, la iconografa, los mitos, la distribucin de los espacios territoriales y, en general, los componentes que integran un imaginario alternativo al que se define a travs del universo semitico de la ciudad letrada. Basndose en los estudios de Walter Mignolo y Rolena Adorno, entre otros, Verdesio busca la contracara del saber disciplinario y disciplinado a travs de la letra. Juan Poblete, por su parte, elabora tambin la relacin entre discurso, poder y subjetividad, trabajados en Rama a partir de las bases 20

tericas que informan la arqueologa de la cultura de Michel Foucault, las cuales permitieron al crtico uruguayo resituar la literatura y la labor intelectual en general como prcticas sociales concretas y desplazar el anlisis del plano de lo ideolgico-representacional hacia el nivel de los actos institucionales. Confrontando la crtica de Rama con los principios que Foucault formaliza en su Arqueologa del saber y en El orden del discurso as como con las lecturas que Roberto Gonzlez. Echevarra elabora en Myth and Archive. A Theory of Latin American Narrative, Poblete reflexiona sobre el impacto que el discurso del poder tiene sobre el resto de la produccin cultural, y sobre los mecanismos de legitimacin que se ponen en funcionamiento a partir del espacio simblico de la ciudad letrada entendida como metfora del centro desde el cual se imitan y parodian literariamente, como propone Gonzlez Echevarra, los discursos realmente hegemnicos. Lo que en Myth and Archive termina siendo, segn Poblete, una reafirmacin de la literariedad de la literatura, en Rama se elabora ms bien como nfasis en las interacciones que las prcticas culturales y los agentes que las producen mantienen con su pblico, o sea como una recuperacin de la materialidad social que condiciona la productividad discursiva y sus formas de recepcin. Poblete reflexiona tambin sobre la condicin del letrado y la cultura letrada como objetos transdisciplinarios, y sobre las tensiones entre textualidad e historia, centrndose en la discursividad decimonnica como espacio en el que se define una determinada forma de divisin del trabajo intelectual en Amrica Latina. Vinculado a esta visin de los distintos dominios y prcticas culturales que van delimitndose durante los procesos de consolidacin nacional, el trabajo de Mara Ins de Torres, centrado en la significacin de la obra educativa de Jos Pedro Varela, en el Uruguay de 1870, analiza el lugar que concede la crtica de Rama y en particular La ciudad letrada a la institucionalizacin cultural, y de un modo ms amplio, a la implementacin del proyecto ilustrado como parte de los planes de progreso y modernizacin social. Sobre la base de la concepcin de la letra como reguladora de la nacin y como colonizadora del espacio catico de un continente an ganado por la lucha poltica y la dependencia econmica, la obra de Varela es paradigmtica del nacionalismo pedaggico que se aplicara como frmula de conciliacin entre los dominios del saber y el poder en la Amrica Latina del siglo XIX. De Torres analiza concretamente la concepcin educativa de Varela, sus aportes a la democratizacin escolar y su cuestionamiento a la autoridad de la elite universitaria como portadora de autoridad cultural e ideolgica y como formadora de cuadros dirigentes con espritu de casta, creados muchas veces de espaldas a las urgencias nacionales. Como producto tpico de la ciudad letrada, Varela es, para Rama, no slo relevante por,la inmensa significacin de su reforma 21

educativa, sino por el carcter paradigmtico y contradictorio de su obra, en la que se manifiestan los problemas inherentes al espacio letrado, desde el cual la autoridad intenta homogeneizar a la ciudadana. En el contexto analizado, ordenar, educar, pacificar, homogeneizar, eran todas instancias de un proceso necesario a los planes de democratizacin y progreso social, pero tambin la frmula asumida por el poder para dominar, centralizar y sojuzgar, bajo la regulacin legalista y la institucionalizacin cultural, a quienes integraban formaciones sociales esencialmente heterogneas e integradas por sectores diversos, cuyas agendas y proyectos diferenciados deban pactarse en los trminos admitidos y regulados por el disciplinamiento social. El ltimo apartado del volumen, ngel Ramay Amrica Latina incluye tres artculos a travs de los cuales figuras de la talla de Antonio Candido, Roberto Fernndez Retamr y Dario Puccini rinden tributo al crtico uruguayo, destacando desde diversas perspectivas los aportes que ste realizara a los estudios latinoamericanos y al anlisis de las literaturas nacionales. El apartado se cierra con la que es probablemente la ltima entrevista que Rama concediera, realizada en Lima a comienzos de julio de 1983. El artculo de Antonio Cndido titulado La mirada crtica de ngel Rama, conecta la figura de dos de los ms destacados latinoamericanistas de nuestro tiempo. Candido destaca fundamentalmente el inters de Rama por la cultura brasilea y sus contribuciones a la dilucidacin de una serie especfica de cuestiones que ataen al desarrollo de la cultura latinoamericana desde sus orgenes que son, a saber, en palabras de Candido: 1) la posicin del escritor y el imperativo de la actitud poltica, 2) la situacin de las literaturas nacionales ante una eventual literatura integrada del subcontinente, 3) la relacin entre las sugerencias literarias de los pases centrales y las condiciones propias de nuestros pases en la dialctica del proceso cultural. Revisando la obra de ngel Rama desde La generacin critica, donde el autor estudia el proceso de la cultura uruguaya entre 1940 y 1960, Candido destaca la reflexin de Rama en torno a la funcin del intelectual y su relacin con el entorno poltico-social, las relaciones entre conciencia crtica e imaginacin creadora y el problema de las literaturas nacionales, analizado por Rama en Diez problemas para el novelista latinoamericano. Se refiere, asimismo, a la preocupacin de Rama por el ordenamiento del sistema literario latinoamericano y su percepcin de los flujos transnacionales que lo atraviesan, resaltando la capacidad explicativa e integradora del crtico uruguayo y sus aportes para una aproximacin comparativa del Brasil a la totalidad americana. El trabajo de Roberto Femndez Retamar constituye un reconocimiento global de las contribuciones de ngel Rama 22

particularmente a la cultura cubana y al quehacer pionero de Casa de las Amricas . Como el artculo anterior, ste conecta dos de los nombres mayores de la crtica literaria y cultural latinoamericana, dejando ver a travs de la evocacin del crtico cubano muchos de los entretelones que rodearon la realizacin de tantos proyectos fundamentales a la cultura latinoamericana de nuestra poca, y en todos ellos, la estrecha colaboracin de Rama, su solidaridad poltica, su concepcin de lo literario como estrechamente unido a lo ideolgico, y su afn por vincular las partes artificiosamente desvinculadas de una Amrica Latina que l siempre pens como totalidad. El trabajo de Femndez Retamar no deja dudas sobre los compromisos y lealtades de Rama, sobre los vericuetos de un quehacer cultural entendido siempre como praxis social y poltica, y sobre el espritu siempre polmico, creativo, indagador, del crtico uruguayo. Sus posiciones frente al proyecto de la controversial revista Mundo nuevo , frente al bloqueo norteamericano, frente al intervencionismo y la resistencia latinoamericana, son algunos de los aspectos que evoca el crtico cubano al recordar al uruguayo, a quien considera nuestro mayor crtico literario, un animador cultural que pareca una fuerza de la naturaleza, una criatura de excepcin. La contribucin de Dario Puccini, otro de los grandes latinoamericanistas recientemente desaparecido, se centra en la actividad que desplegara ngel Rama en Caracas. Su apoyo y colaboracin con el Centro de Estudios Latinoamericanos Rmulo Gallegos, su creacin deBiblioteca Ayacucho, destinada a la edicin crtica de los textos cannicos de la literatura continental, la creacin de la revista Escritura son, entre otros logros mayores del crtico uruguayo, algunas de las grandes contribuciones que ste realizara a la cultura venezolana que tan solidariamente lo acogiera como patria adoptiva. Segn Puccini, la obra de Rama es comparable a la de Galvano della Volpe, por su fuerte vinculacin historicista, que le viene de la parte ms meditada del marxismo, unida a una atencin especialsima a los textos y a sus propiedades lingusticas. Cerrando el volumen, se reproduce la entrevista de Jess Daz Caballero a ngel Rama, en la que el crtico uruguayo se refiere, pocos meses antes de su muerte, a temas tales como la nueva narrativa de los aos sesenta, la obra de los que llamara los novsimos narradores y la crtica literaria latinoamericana. En sus respuestas Rama emite juicios, evaluaciones y deslindes entre representantes de la crtica semitica, socio-histrica y psicoanaltica, realizando una apuesta decidida por la calidad ms que por la direccin poltica o terica de esas aproximaciones. Indicando la marcada influencia de Walter Benjamn en su propio trabajo, la importancia de la Escuela de Frankfurt, su inters en la antropologa, su respeto por la tradicin latinoamericana, Rama va exponiendo la evolucin de sus concepciones interpretativas, sus fuentes y los ncleos ms 23

significativos, a su juicio, del desarrollo intelectual continental. Se refiere, asimismo, guiado por las sagaces preguntas de Daz-Caballero, a lo que Machn llamara en su ensayo el paradigma ascendente de los estudios culturales, pero principalmente refuerza su concepcin de una critica integral, donde lo latinoamericano y lo europeo se combinan como parte de una literatura universal que, segn Rama, podra ser alcanzada con teoras de conjunto. Su nfasis principal est en el rechazo de todo provincialismo que encierre a Amrica Latina entre fronteras imaginarias impidiendo concebir su desarrollo como parte de un movimiento global. IIuminadora, desafiante y fermental, como todo el trabajo de ngel Rama, esta entrevista permite cerrar, copla propia voz de este crtico, el volumen que se dedica a desentraar su fundamental obra, paradigma de la mejor creacin intelectual latinoamericana. De esta manera, ngel Rama y los estudios latinoamericanos ofrece al estudioso un panorama vasto de ternas, problemas y aproximaciones tericas presentes o implcitos en la obra de quien fuera uno de los ms destacados exponentes de la crtica y la historiografa de Amrica Latina. Este libro es un modesto tributo al investigador que contribuyera en tan gran medida a la reivindicacin de la memoria histrica, a la apasionada y comprometida recuperacin de tradiciones y fuentes culturales, y a la comprensin de los modos conflictivos y fermentales en que stas se integran al presente. Es de esperar que sirva de estmulo a estudios posteriores, que contribuyan a valorar los aportes mltiples del crtico uruguayo a la intepretacin cultural de Amrica Latina, y a llenar los espacios que su produccin intelectual permitiera vislumbrar. Sin concesiones ni facilismos laudatorios, este homenaje es tambin, como Rama hubiera querido, cuestionador, polmico, abierto. Ojal se acerque, en algn grado, al mtodo preciso y documentado de ngel Rama, para quien la crtica no fue nunca un quehacer autnomo sino una forma devivir e interpelar a la realidad de su tiempo. Con este libro se inicia la serie Crticas en la cual el Instituto Internacional de Literatura Iberoamericana intentar ofrecer una coleccin de volmenes destinados a la relectura de autores fundamentales de la tradicin crtico-historiogrfica de Amrica Latina, complementando as los estudios ms panormicos y temticos de la serie Biblioteca deAmrica . Me resta entonces, solamente, agradecer a los participantes de este volumen por sus valiosas contribuciones y paciente cooperacin, y a mis colaboradores de Revista Iberoamericana por su cordial y esforzada tarea editorial. Mabel Moraa Directora de Publicaciones, IILI 24