Peter Burke
Peter Burke
Peter Burke
obra de un determinado grupo de estudiosos vinculados con la revista fundada en 1929 y conocida como Annales. Los que no pertenecen al grupo generalmente lo llaman la escuela de Annales y destacan lo que sus miembros tienen en comn, en tanto que los pertenecen al grupo niegan la existencia de semejante escuela y hacen hincapi en los enfoques individuales de los miembros. Integrantes En el grupo estn Lucien Febvre, Marc Bloch, Fernand Braudel, Georges Duby, Jacques Le Goff y Emmanuel Le Roy LAnnalesadurie Ernest Labrousse, Pierre Vilar, Maurice Agulhon y Michel Vovelle (marxistas) Roland Mousnier y Michel Foucalt. Objetivos La publicacin se fund para promover un nuevo gnero de historia y an hoy alienta las innovaciones. 1. Sustitucin de la tradicional narracin de los acontecimientos por una historia analtica orientada por un problema. 2. Se propicia la historia de toda la gama de las actividades humanas en lugar de una historia primordialmente poltica. 3. A fin de alcanzar los primeros dos: la colaboracin con otras disciplinas, con la geografa, la sociologa, la psicologa, la economa, la lingstica, la antropologa social, etc. Se ha descripto a esta escuela como un grupo monoltico, con un prctica histrica uniforme, cuantitativa en cuanto al mtodo, determinista en sus supuestos y hostil, o por lo menos indiferente a la poltica y a los acontecimientos polticos. Fases 1. De la dcada de 1920 al ao 1945, grupo pequeo, radical y subversivo que libraba una accin de guerrilla contra la historia tradicional, la historia poltica y la historia de los acontecimientos. 2. Despus de la II G. M. aquellos rebeldes se hicieron cargo de la posicin histrica oficial. Aqu cabe hablar de una escuela con sus conceptos distintivos (en particular estructura y coyuntura) y sus mtodos distintivos (especialmente la serie histrica de los cambios producidos a largo plazo). 3. Comienza alrededor del ao 1968, esta fase est marcada por el desmenuzamiento, la influencia del movimiento era tan grande que el grupo haba perdido no poco de su anterior carcter distintivo. El perodo de Braudel La tesis de Braudel fue planeada al principio como un estudio sobre Felipe II y el Mediterrneo; en otras palabras, como un anlisis de la poltica exterior del rey. Adoptado por Lucien Febvre, fue
persuadido por este de que Felipe II y el Mediterrneo debera ser realmente El Mediterrneo y Felipe II. El Mediterrneo es un libro extenso dividido en tres partes, cada una de las cuales ejemplifica un enfoque diferente del pasado. En primer lugar, se trata de la historia casi atemporal de la relacin entre el hombre y el ambiente, luego se presenta gradualmente la cambiante historia de estructuras econmicas, sociales y polticas y, por ltimo, la historia del rpido movimiento de los acontecimientos. Puede resultar til tratar estas tres partes en el orden inverso. La tercera parte, que es la ms tradicional, probablemente corresponde a la idea original de Braudel de una tesis sobre poltica exterior de Felipe II, ofreciendo a sus lectores una obra especializada de historia militar y poltica. Sin embargo, esta narracin de acontecimientos dista mucho de la tradicional historia de: tambores y trompetas. De vez en cuando el autor se sale de esta senda para hacer resaltar la falta de significacin de los hechos y la limitacin de la libertad en las acciones de los individuos. A Braudel le interesa situar a los individuos y los acontecimientos en un contexto, en su medio, pero los hace inteligibles a costa de revelar su fundamental falta de importancia. La historia de los acontecimientos, dice Braudel, si bien es la ms rica en cuanto a inters, es tambin la ms superficial. Describa a los sucesos como perturbaciones de superficie, crestas de espuma que las oleadas de la historia llevan sobre sus poderosos lomos. Debemos aprender a desconfiar de ellos. Para comprender el pasado es necesario bucear debajo de las ondas. Las aguas ms calmas que corren a mayor profundidad constituyen el tema de la segunda parte de El Mediterrneo, y se refiere a la historia de las estructuras: sistemas econmicos, Estados, sociedades, civilizaciones y las cambiantes formas de la guerra. Esta historia se desarrolla a un ritmo ms lento que el de la historia de los acontecimientos. El siglo XVI parece haber sido un perodo favorable a la formacin de grandes Estados, como los imperios espaol y turco que dominaban el Mediterrneo. Lo mismo que las estructuras polticas, las estructuras sociales de los dos grandes imperios opuestos en tantos aspectos- fueron hacindose cada vez ms semejantes. En ambas regiones, segn Braudel, la tendencia fundamental era la polarizacin econmica y social. La nobleza prosperaba y se trasladaba a las ciudades en tanto que los pobres se hacan cada vez ms pobres y eran empujados a dedicarse a la piratera y al bandolerismo. En cuanto a la clase media, tenda a desaparecer frente a la nobleza, proceso que Braudel describe como la traicin o la bancarrota de la burguesa. Extiende esta comparacin del Mediterrneo cristiano y del Mediterrneo musulmn pasando de la
sociedad a la civilizacin, como l la llama, en un captulo que se concentra en las fronteras culturales y en la gradual difusin de ideas, de bienes o de costumbres a travs de esas fronteras. Por debajo de las tendencias sociales, se desarrolla todava otra historia, una historia cuyo transcurso es casi imperceptible, una historia en la que todo cambio es lento, una historia de constante repeticin, de ciclos permanentemente recurrentes. El verdadero objeto de estudio es esta historia del hombre en su relacin con el ambiente, una especie de geografa histrica o, como Braudel prefiere llamarla, una geohistoria. La geohistoria es el tema de la primera parte de El Mediterrneo que dedica unas 300 pginas a las montaas y llanuras, a las costas e islas, al clima, a los caminos terrestres y a las rutas martimas. Braudel muestra los contrastes que haba entre el mediterrneo occidental, dominado por los espaoles en ese perodo, y el Mediterrneo oriental, que estaba sometido a los turcos. La poltica no hace ms que seguir la lnea general de una realidad subyacente. Estos dos Mediterrneos, regidos por gobernantes guerreros eran fsica, econmica y culturalmente diferentes. Sin embargo, toda la regin mediterrnea constituye una unidad y segn Braudel, una unidad mayor que la de Europa, gracias al clima, a los viedos y a los olivos que florecen en ella y gracias tambin al mar mismo. Evaluaciones de El Mediterrneo q A pesar de sus aspiraciones a lo que se complaca en llamar una historia total, Braudel dice
muy poco sobre las actitudes, los valores y las mentalidades colectivas. Por ejemplo, prcticamente no hace ningn comentario sobre el honor, la ignominia y la masculinidad por ms que este sistema de valores era de gran importancia en el mundo del Mediterrneo, tanto en el mundo cristiano como en el musulmn. q Un crtico norteamericano lamentaba que Braudel hubiera confundido una respuesta potica
al pasado con un problema histrico de modo que al libro le faltaba un centro y la organizacin de la obra divorciaba los hechos de los factores geogrficos y sociales que los explican. Poda Braudel haber descuidado realmente su propio parecer?. En 1977 respondi en una entrevista: Mi gran problema, el nico problema que tena que resolver era mostrar que el tiempo se mueve a diferentes velocidades. q Otra crtica radical de El Mediterrneo se refiere al determinismo de Braudel. Un crtico
Braudel describe al hombre como prisionero no slo de su ambiente fsico, sino tambin de su estructura mental. A diferencia de Febvre, Braudel no vea las estructuras como algo que capacitaran al hombre; consideraba que eran coacciones. q Una crtica ms constructiva de la primera parte de El Mediterrneo podra ser sugerir que si
bien el autor admite que su geohistoria no es totalmente inmvil, l mismo no la muestra en movimiento. Al publicarse en 1949, el trabajo de Braudel llam la atencin por el espacio dedicado al entorno fsico, hoy sin embargo, el cuadro de Braudel resulta curiosamente esttico, pues su autor no tuvo seriamente en cuenta la forma en que se modifica el medio ambiente por la presencia, por ejemplo, del hombre como destructor de bosques para construir las galeras que ocupan un lugar tan destacado en las pginas delMediterrneo. Braudel contribuy mucho ms que ningn otro historiador de este siglo a cambiar nuestras nociones de tiempo y espacio. El Mediterrneo hace que sus lectores cobren conciencia de la importancia que tiene el espacio en la historia, logra ese efecto convirtiendo al propio mar en el hroe de su epopeya, en lugar de preferir una unidad poltica como el imperio espaol, par ano hablar de individuos como un Felipe II; ese efecto se logra al recordarse repetidas veces la importancia que tienen las distancias y las comunicaciones. Y, sobre todo, Braudel ayuda a sus lectores a ver el Mediterrneo como un todo al situarse fuera de l. Todava ms significativo para los historiadores es la original manera que tiene Braudel de tratar el tiempo, su intento de dividir el tiempo histrico en tiempo geogrfico, tiempo social y tiempo individual Por supuesto, antes de 1949 era bastante comn en el vocabulario de los historiadores, as como el lenguaje corriente, la distincin de corto plazo y largo plazo. Sin embargo, contina siendo una contribucin personal de Braudel haber combinado el estudio de la longue dure con el estudio de la compleja interaccin del ambiente, de la economa, de la sociedad, de la poltica, de la cultura y de los acontecimientos. La nueva historia, su pasado y su futuro La Nueva Historia es una historia Made in France, ms exactamente, se trata de la historia relacionada con la denominada cole des Annales, agrupada en torno a la publicacin Annales: conomies, societs, civilisations. El movimiento recibe su unidad slo de aquello a lo que se opone. La nueva historia es una historia escrita como reaccin deliberada contra el paradigma tradicional, segn el trmino til, aunque impreciso, puesto en circulacin por Thomas Kuhn, el historiador americano de la ciencia. Convendra describir ese paradigma tradicional como historia
rankeana, por el gran historiador alemn Leopold von Ranke (1795/1886). Tambin podramos dar a este paradigma el nombre de visin de sentido comn de la historia. Por razones de sencillez y claridad podramos resumir en algunos puntos la oposicin entre historia vieja y nueva. 1. Segn el paradigma tradicional, el objeto esencial de la historia es la poltica. La nueva historia, por su parte, ha acabado interesndose por casi cualquier actividad humana. Merece la pena recalcar el relativismo cultural implcito en todo ello. El fundamento filosfico de la nueva historia es la idea de que la realidad est social o culturalmente constituida. Este relativismo socava adems la distincin tradicional entre lo central y lo perifrico en historia. 1. Los historiadores tradicionales piensan fundamentalmente la historia como una narracin de acontecimientos, mientras que la nueva historia se dedica ms al anlisis de estructuras. El filsofo francs Paul Ricoeur argumenta que toda historia escrita, incluida la denominada estructural, asociada a Braudel, adopta por necesidad cierto tipo de forma narrativa. 1. La historia tradicional presenta una vista desde arriba, en el sentido de que siempre se ha centrado en las grandes hazaas de los grandes nombres, estadistas, generales y, ocasionalmente eclesisticos. Al resto de la humanidad se le asignaba un papel menor en el drama de la historia. Por otra parte, cierto nmero de nuevos historiadores se interesan por la historia desde abajo, es decir, por las opiniones de la gente corriente y su experiencia del cambio social. La historia de la cultura popular ha sido objeto de considerable atencin. 1. Segn el paradigma tradicional la historia debera basarse en documentos 1. Cuando un historiador pregunta por qu Bruto apual a Csar?, quiere decir en qu pensaba Bruto para decidirse a apualar a Csar?. Este modelo de explicacin histrica ha sido criticado por historiadores ms recientes por varios motivos, principalmente porque no consigue dar razn de la variedad de cuestiones planteadas por los historiadores, interesados a menudo tanto por movimientos colectivos como por acciones individuales, tanto por tendencias como por acontecimientos. 6. De acuerdo con el paradigma tradicional, la historia es objetiva. En la actualidad este ideal se considera, en general quimrico.