Evolucion y Transformismo (DR Enrique Diaz Araujo)
Evolucion y Transformismo (DR Enrique Diaz Araujo)
Evolucion y Transformismo (DR Enrique Diaz Araujo)
EVOLUCIN Y TRANSFORMISMO
Por el Dr. Enrique Daz Araujo
Tomado de Evolucin y Evolucionismo
Ediciones Oikos, 1982
La sucesin geolgica de los seres constituye, en verdad, una evolucin, ya que los cuerpos del mismo
tipo, y, en consecuencia, relacionables al menos idealmente, se manifiestan sucesivamente bajo formas dife-
rentes. Pero esta evolucin es totalmente distinta del transformismo, porque el punto de partida de sus diver-
sas fases no se encuentra en las formas vivientes, las cuales se presentan aisladas desde su aparicin y ter-
minales, sino en grmenes tericamente ligados a las ramas precedentes cuyo desarrollo no es simultneo al de
ellas, sino que espera su hora y sigue luego caminos diferentes... Hay una evolucin indudable, sucesivos
cambios jalonando la historia del mundo, como los que jalonan la formacin de un individuo, pero esta evolu-
cin no es el resultado de un transformismo mecanicista sino la realizacin de ideas creadoras, realizacin lle-
vada a cabo con el concurso de una infinidad de factores diversos, entre los cuales aquellos del transformismo
mecanicista no tienen sino una nfima parte. El transformismo, en cuanto teora mecanicista, es absolutamente
incapaz de explicar la formacin del mundo viviente. Puede slo explicar las diversificaciones secundarias de
los tipos formales, pero no el origen de estos ltimos, ni, lo que es ms, el origen de los tipos de organizacin.
El trmino creacin, descartado del lenguaje biolgico, debe recuperar su lugar, al menos para marcar el
hecho indudable de que el mundo nos es dado como un conjunto coordinado y, en consecuencia, querido, en
cualquier estadio y en cualquier parte que se considere. El trmino transformismo debe ser abandonado
porque designa una teora cuya impotencia para dar lo que se le pide es manifiesta
1
.
Estas consideraciones, que colocamos a modo de introduccin, pertenecen al gran bilogo francs Lous
Vialleton. Con ellas el famoso sabio de Montpellier antes de los aportes de la gentica macromolecular, del
clculo de probabilidades y de diversos descubrimientos arqueolgicos y paleontolgicos contemporneos que
contradicen al evolucionismo enfrentaba los dos extremos de la cuestin biolgica: evolucin y trans-
formismo. Pero adems el insigne acadmico en pocas de auge evolucionista convocaba a la restauracin
de la nocin de creacin y reasuma el fecundo concepto agustiniano de las razones seminales. Por todo ello
estimamos como justo homenaje a su inmensa labor esclarecedora poner sus ideas por delante en esta
exposicin.
Precisamente lo que Vialleton redescubra en 1929 permitira a la ciencia actual desenmaraar la
equvoca madeja de confusiones lingsticas y conceptuales en que se sumi el mundo cultural occidental desde
1863, digamos, para poner una fecha; es decir, desde que Thomas Henry Huxley procedi a publicar su artculo
sobre la voz evolution en la Encyclopedia Britnica.
Sabido es que desde aquella oportunidad, al menos, la palabra evolucin en el orbe anglosajn pas a
ser sinnimo del transformismo francs y de la teora de la descendencia germana. De ah, tambin, que
evolucionismo y transformismo sean tomados como equivalentes, y desde luego que lo son, en cuanto a la
palabra base le aadamos el sufijo, de neto cuo ideolgico. Pero y ste es el asunto evolucin significaba
otra cosa antes de aquel momento, y bien puede pasar a serlo a partir del estudio de Vialleton.
Vamos por partes para examinar la cuestin.
1
Vialleton, Louis, Lorigine des tres vivants. Lillusion transformiste, Pars, Pin. 1929, pp. 344,364-365.
2
El asunto ms trascendente del pargrafo citado es aquel por el cual se oponen creacin y mecanicismo.
Y con l nos remontamos a la disputa que mantiene Aristteles un Aristteles sin contaminaciones idealistas
platnicas con las ideas materialistas de Empdocles de Agrimento. La polmica entre el hilemorfismo y el
hilozosmo acerca de si la materia posee o no una capacidad nsita para engendrar la vida, y de si la forma se
reduce a la materia. Aristteles sostuvo que la materia carece de capacidad generadora; que el sustrato material
se especifica por su forma sustancial; que si la materia puede recibir diversas formas sustanciales es porque
est en potencia respecto de ellas, que son su acto, y que la sustancia existente en la naturaleza se produce por
la unin de esos dos principios del ser, que, por s, no son capaces de existir en los entes vivientes. Que esto es
muy claro en el hombre, ya que un cuerpo muerto no es un organismo, sino una corrupcin, porque le falta el
alma que lo informa. Por lo tanto, la sola materia no puede engendrar descendencias en el orden especfico.
No repar dice Empdocles en que el germen que da lugar al animal debe desde el comienzo poseer el
carcter especfico, y que el agente productor es preexistente: es cronolgicamente anterior, as como lgica-
mente anterior; en otras palabras, el hombre es generado por el hombre, y por eso el proceso de formacin del
nio es lo que es porque su progenitor fue un hombre
2
.
Seres vivos con sustrato material y no materia viva fue pues la gran respuesta clsica al materialismo. A
continuacin debera colocarse la cuestin existencial, dinmica, de los seres. Tambin aqu, como es sabido,
Aristteles procede a distinguir la esencia de sus accidentes, laudando entre el monismo del ser de Parmnides
y el monismo del devenir de Herclito.
Permanencia y cambio, conservacin y evolucin que, trasladados al campo de lo biolgico, podramos
relacionar con la fijeza y con la variabilidad de las especies vivas. No hay tal movimiento continuo ni
autogenerado, ya que l siempre depende de un primer motor inmvil del universo. S hay cambio evolutivo en
los seres, cambio que se advierte precisamente por la permanencia del sujeto del cambio; cambio que, a su vez,
requiere una causalidad proporcionada, y con ello nos debemos plantear los temas de la causa eficiente, de la
causa formal y de la causa final. Escuetamente, como cuadra a este introito, digamos que queda asentado que
lo superior no puede provenir de lo inferior, ni lo ms de lo menos, es decir, que ningn agente puede producir
un efecto que exceda a su capacidad ontolgica. Asimismo, todo proceso causal es respetuoso de las formas y
de los rdenes naturales a sus respectivos fines.
En consecuencia, ya para Aristteles ni la materia es razn de generacin ni el movimiento es
excluyente o explicativo de s mismo. O, lo que es lo mismo: el materialismo mecanicista que conceba al cos-
mos como un gigantesco reloj material autopropulsado era un enorme error lgico y ontolgico. La concluyente
crtica aristotlica prcticamente lo elimin (a salvo ciertos desvarios de Lucrecio y de Epicuro) del orden del
da de nuestra civilizacin.
Lo que s vio Aristteles y con l su discpulo Teofrasto fue la disposicin gradual con una cierta
continuidad estructural en el plan de los seres vivos, lo que denomin la gran cadena de los seres o Scala
naturae. Esto no en sentido filogentico, evolutivo, sino en el sentido puramente formal en que se basa la idea
de la Scala naturae o gran cadena de seres, como se llamar ms adelante esta ordenacin lineal de los
distintos grupos de organismos
3
. Eso en cuanto a la filogenia, de orden espacial, no temporal; en lo referente a
la ontogenia, s Aristteles plante el tpico evolutivo preciso. Esto apunta al tema de la embriologa moderna,
es decir, al desarrollo del viviente desde la fecundacin del huevo hasta alcanzar su forma especfica.
Y Aristteles postul una explicacin, denominada epignesis, con la que sostena que en la clula
original hay una fuerza oculta, un poder latente, distinto de las partes del organismo celular, que, con el
tiempo, se desenvuelve. Este vitalismo aristotlico, comprobado por las modernas observaciones
microscpicas, es el que nos lleva a la cuestin de la evolucin en su acepcin clsica.
En una magnfica tesis doctoral, Federico Mihura Seeber ha rastreado el origen latino del vocablo que
nos ocupa. Indica que l se relaciona con evolutio, envolvere y evolutus, y, en consecuencia, con volver,
dar vuelta, al volumen, a la voluta y al contenido de una imagen circular. Con el aadido del prefijo, e-volutio
y e-volvere, sealan el des-envolver, la explicitacin de aquellos contenidos. El despliegue de lo antes plegado
es la acepcin semntica primigenia. Idea que concuerda con la de proceso o principio interno oculto que se
torna manifiesto. Tambin existe una acepcin posterior que le agrega la nocin de transformacin, lenta y
progresiva, con o sin direccin, que consigue o no una diferenciacin. Adems est la acepcin moderna, de
derivacin de las especies, pero sta la postergamos por el momento.
2
Aristteles: De Partibus Animalium, I, I, citado y comentado por Mihura Seeber, Federico: Supuestos tericos del
evolucionismo, Buenos Aires, 1978, mimeografiado, pp. 20-21,44-45.
3
Templado, Joaqun: El desarrollo de las ideas evolucionistas, en Crusafont, M. y otros: La evolucin, Madrid, B.A.C.,
1966, p. 82.
3
Volvamos a envolver el asunto, esto es retomemos la cuestin de la ontognesis por epignesis. All, en
el desarrollo del hombre-nio, ve Aristteles la evolucin posible, el despliegue de lo antes plegado, por un
poder independiente a sus materiales orgnicos iniciales que produce la posterior complicacin morfolgica.
Pero un cambio o proceso o desarrollo que, por definicin, no es una creacin o, tan siquiera, una
transformacin creativa. Creacin es slo el Acto del Creador. Se descarta, por tanto, el azar o el materialismo
atomista, como el propiciado por Demcrito, a quien Aristteles se ocup especialmente de refutar. En este
punto es donde entronca la aclaracin escolstica medieval. Para Santo Toms de Aquino el Acto Creador
comprende tambin las diferencias especficas, no solamente la autora de las materias, afirmando el origen
absoluto, no causado por ningn agente segundo, de todos los entes del cosmos.
En particular en lo referente al hombre el Doctor Anglico es concluyente. La primera produccin del
cuerpo humano dice no pudo proceder de una virtud creada, sino inmediatamente de Dios. Dado que
nunca haba sido producido un cuerpo humano por cuya virtud pudiera ser formado por va de generacin otro
ser especficamente semejante, fue preciso que el primer cuerpo humano fuera formado inmediatamente por
Dios... Dios realiza en la criatura corprea obras que no pueden producir los ngeles, como es la de resucitar a
los muertos y la de dar vista a los ciegos. Con esta misma virtud form tambin al cuerpo del primer hombre
(Suma Teolgica, I,q.91 a 2).
Ms an: a la luz de su concepcin de la unidad sustancial del cuerpo y del alma, el hombre no puede
ser escindido para buscarle un origen corporal infrahumano, sino que hay que dar con la causa proporcionada
y superior que no exceda la virtualidad del agente generante, y esa causa slo es la Primera, esto es, Dios (Suma
contra Gentiles, c.39 al 45, del I.II). Por eso su terminante asercin: Algunos sostuvieron que el cuerpo
humano habra sido formado en un tiempo anterior y una vez formado le habra infundido Dios el alma. Pero
no dice bien con la perfeccin de la primera produccin de las cosas el que Dios hubiera formado el cuerpo sin
el alma o sta sin el cuerpo, puesto que ambos forman parte de la naturaleza humana (Suma Teolgica, I,q.91
a 4).
De ah que sea muy correcto el comentario con que lo glosa Charles Boyer al puntualizar que ningn
agente puede producir un efecto superior a su virtud, pues lo superior no puede provenir de lo inferior (Omme
agens agit sumile sibi), que el agente slo causa a su semejante y que repugna metafsicamente que el efecto
sea superior a su causa. Adems, el cuerpo del hombre debe ser proporcionado a su causa, es la materia de la
cual el alma es la forma, la potencia de la cual el alma es el acto. Tal forma, tal materia; tal el acto, tal la
potencia. Una forma superior requiere una materia superior. Los animales pueden engendrar animales sin que
el efecto sobrepase a la causa... Pero la proporcin falta si se exige que un cuerpo de animal d origen a un
cuerpo humano... nadie comunica lo que no tiene. Hay que hacer notar que no se trata de adornar un cuerpo
con una perfeccin accidental, como se podra obtener por acciones diferentes de la generacin. Se puede hacer
resplandecer la belleza de un mrmol bruto; se puede tambin retocar una estatua defectuosa; pero en nuestro
caso se trata de una perfeccin esencial, especfica, que debe ser proporcionada a una forma sustancial
espiritual, de una modificacin que alcanza a la sustancia del ser y que debe ser causada por una sustancia que
est en el mismo grado del ser
4
.
Esta es, pues, una conclusin filosfica eterna, planteada en sus propios dominios, contra la cual
ninguna teora cientfica (o seudocientfica) puede ir. Por eso Mihura Seeber, al examinar la epistemologa de
modernas doctrinas cientficas que invaden habitualmente el terreno filosfico, subraya que ms all del
reconocimiento de una dependencia genrica de lo creado respecto del Acto Creador, la doctrina tradicional
obliga a admitir el origen absoluto no causado por agente segundo alguno de las diferencias entitativas
que manifiesta el cosmos. Con ello queda seriamente comprometida la hiptesis de una creacin evolutiva
en la que se atribuyera a la Causa Primera solamente la autora de una materia con virtud diversificadora. Y
aade a rengln seguido: No contradice al creacionismo la hiptesis de una creacin escalonada, en la cual
la aparicin de los seres inferiores precediera a la de los superiores creando las condiciones para su exis-
tencia. Pero, obviamente, decir condicin no es decir causa. El orden de lo inferior a lo superior se da, por
lo pronto, en el estado presente del cosmos (en cualquiera de sus estados presentes); nadie pretendera que la
vida de los vegetales, por crear las condiciones para la vida animal, fuera su causa. Que se haya dado, adems,
una sucesin de rdenes hasta alcanzar la configuracin actual del biocosmos es verosmil. Pero se tratara
necesariamente de una sucesin discontinua de rdenes distintos. Lo que en ningn caso es admisible es la
afirmacin de que una lnea de descendencia vegetal o animal, por su dinmica propia, haya podido trascender
4
Boyer, Charles, S.I.: Evolucionismo antropolgico, en Estudios, Santiago de Chile, Ao XII, N 240, septiembre-octubre
1954, pp. 8-9.
4
el orden biolgico sistemtico, ecolgico o embriolgico del cual dependa en su ser y en su operar, para
inaugurar uno nuevo
5
.
Bien, sin embargo es sabido adems que, excluyendo al hombre y a las especies superiores, Santo
Toms admita la posibilidad de la aparicin de variedades o especies nuevas en entes inferiores (como las
moscas y los gusanos en la putrefaccin). En ello, claro est, incida un error de informacin cientfica propio
de la poca, que exiga adems el concurso de fuerzas csmicas (las estrellas). Computando lo errneo del
caso, no obstante, nos parece oportuno transcribirlo cuando l dice que nada hace Dios en su creatura que no
haya dispuesto en el principio, aunque de modo diverso. Algunos fueron hechos en aquellos seis das como
principios activos y materiales, y segn cierta semejanza especfica... Otros fueron constituidos como principios
activos y materiales, aunque no segn la semenjanza especfica... Otros, a partir de principios dispositivos no
activos, segn la semejanza especfica, y otros son los animales racionales (II Sent. dist. 15, q.3 a 1 ad 8).
Estaramos, en el tercero de los casos, frente a una generacin, obrada por Dios, de especies puestas en
potencia.
Esta nocin entendemos que se remonta a la idea agustiniana de los seres primordiales. Los estoicos
ya haban hablado del logoi spermetikoi y San Agustn lo denomin las mitones seminales, para aludir a un
sector de lo creado bajo formas latentes o invisibles, que luego se desarrollan, desenvuelven o evolucionan.
Dios dice al principio de los siglos cre todas las cosas a un tiempo, pero algunas en su naturaleza, y otras
como contenidas en las causas (De Gen. ad litt., VII, 28,42). Agregando: Hay en las cosas corpreas... ciertas
razones seminales ocultas que, a su tiempo y dadas las circunstancias causales, afloran y se manifiestan como
especies definidas... Pero slo Dios es creador, que infunde en las cosas estas causas y razones seminales (De
diversis quaest, 83 q. 24).
Creacin, pues, siempre creacin. Acto del Creador, pero en unos casos inmediata y en otros mediata o
latente (la que se supona errneamente provenir de la putrefaccin). Y con esta nocin Santo Toms propone
otra que tambin resulta muy valiosa y matizada para la cabal comprensin de la scala naturae: la de una cierta
continuidad cientfica, no ontolgica. Es decir, que en la graduacin de los seres lo superior de lo inferior toca
lo inferior de lo superior, o, lo que es lo mismo, que lo ms de lo menos alcanza lo menos de lo ms
(Supremum infimi at tingit infimum supremi). Con todo este cmulo de apreciaciones podemos ya percibir que
la concepcin clsica es mucho ms sutil que el fixismo que groseramente se le atribuye. Hay permanencia de
las especies y discontinuidad ontolgica entre ellas; pero podra caber una aparicin tarda, por desarrollo, de
algunas de ellas, y entonces habra un aumento progresivo en la riqueza de las formas. Existe una
discontinuidad de los rdenes vitales, pero su disposicin dinmica podra verse como escalonada, donde los
seres inferiores tienen puntos de contacto con los que los superan en el orden estructural. En la ontogenia, en
fin, se dan procesos de diferenciacin. Todo ello supeditado a la virtud creadora de Dios. Tal el cuadro
completo de la visin clsica, que nos permite entender en su cabal sentido la doctrina tradicional sobre la
evolucin y que, como veremos a continuacin, difiere sustancialmente de su acepcin transformista
moderna.
El problema de la modernidad es el de su antropocentrismo que, en muchos casos, llega a ser un
genuino antropotesmo. Frente a un mundo clsico teocntrico se instala al hombre como medida de todas las
cosas, tal como lo ambicionara el sofista Protgoras, o, para expresarlo con Diderot, que el hombre es el
trmino nico al cual hay que reducirlo todo. El orbe clsico cristianizado afirmaba que el hombre conoce a su
Creador razonando sobre las evidencias que le proporciona la naturaleza. Dice San Pablo que Dios se lo ha
manifestado. Ya que los atributos invisibles de Dios, su eterna potencia y divinidad, se han hecho visibles por el
conocimiento que de ellos nos dan las cosas creadas (Rom. 1,20). El ms conspicuo de los transformistas
contemporneos, sir Julin Huxley, en cambio, nos dir que en el tipo de pensamiento sobre la evolucin no
hay lugar para seres sobrenaturales (espirituales) capaces de afectar el curso de los acontecimientos humanos...
La tierra no ha sido creada. Se ha formado por evolucin
6
. Y ms detalladamente nos asevera que la
evolucin es la creencia en la que el hombre modela su destino. Es una filosofa humanista constructiva, una
religin no testa, una forma de vida... yo us la palabra humanstico para significar a alguien que cree que el
hombre es un fenmeno natural, as como un animal o una planta, que su cuerpo, su mente y su alma no
fueron creados sobrenaturalmente, sino que son un producto de la evolucin, y que no est bajo el control o
gua de ningn ser o seres sobrenaturales
7
.
5
Mihura Seeber, Federico: op. cit, p. 121.
6
Huxley, Julin: en Evolution afterDarwin, ed. de Sol Tax, Chicago University Press, 1960, T III, p. 253.
7
Huxley, Julin: en The Observer, London, 17 de julio de 1960, p. 17; y en What is Humanism?, San Jos, California,
1956.
5
No testa, es decir, atea, es la idea que preside esta formulacin. Cierto es que algunos transformistas
iniciales siguiendo a Thomas Henry Huxley se declararon agnsticos. Dios, en el decir de Herbert
Spencer, era el Absoluto Incognoscible, sin negar ni afirmar su existencia, como quien indica que hay un perro
detrs de esa puerta, pero ignoro lo que es un perro. Pero tal actitud no pasaba de ser una cobertura frente al
difuso desmo de su poca. Hoy, su descendiente directo, puede, sin cortapisas de ningn gnero, ratificarnos
que no soy meramente agnstico respecto al tema... por lo tanto, no creo en un Dios personal, sea cual fuere el
uso corriente de esa frase, y este sinceramiento le da la sensacin de alivio espiritual que deriva de rechazar la
idea de Dios como un ser sobrenatural (que) es enorme. Ha llegado aade el momento de destronar a los
dioses de sus posiciones dominantes y de nuestra interpretacin del destino en favor de un sistema de
creencias naturalista... Pronto ser tan imposible para el hombre y la mujer educados creer en Dios, como lo es
ahora creer que la Tierra es plana
8
. Tal, pues, el humanismo evolutivo, religin invertida y naturalista.
Para alcanzar esa nocin haba que cortar el conocimiento de las evidencias naturales que nos religaban
con el Creador.
Esa fue la operacin que plante el criticismo cartesiano, al colocar bajo duda metdica la natural
cognoscibilidad humana. Y fue el mismo Rene Descartes quien al concebir la idea de una matemtica
universal aplicable a todos los entes (en su tratado Del hombre 1664), complet la operacin destructora al
predicar el mecanicismo generalizado. De ah en ms todas las cosas podan determinarse por sus causas, que
no eran otras que la materia y el movimiento. El universo era, entonces, una gran mquina, un reloj
absolutamente determinado y, como tal, ntegramente accesible al conocimiento racional-matemtico.
Racionalismo, determinismo y mecanicismo aparecen cronolgica y lgicamente antes que el transformismo.
Como tambin le es anterior el materialismo. Al desaprender el hombre moderno todas las nociones culturales
pacientemente elaboradas por la antigedad clsica, recal, necesariamente, en la restriccin materialista de
Demcrito, Anaxgoras y Empdocles, ya refutadas por Aristteles. Con el iluminismo francs del siglo XVIII
se reflota al materialismo.
Helvtius, remitindose a Epicuro, afirmar: El hombre es una mquina que, puesta en movimiento
por la sensibilidad, debe hacer todo cuanto ella ejecuta. DHolbach agregar que el hombre no es ms que un
ser puramente fsico, es la obra de la naturaleza; existe en la naturaleza y est sometido a sus leyes, de las
cuales no puede emanciparse ni salir, ni siquiera por el pensamiento
9
. Diderot, a su vez, sostendr que todo
cambia, todo pasa. Slo el todo dura... ste es el movimiento eterno del mundo
10
. O, cuando menos, el
movimiento del eterno retorno de la incultura hacia los puntos superados de partida, en este caso hacia los
pantarei de Herclito de Efeso, del siglo VI antes de Cristo, donde todo corre y todo fluye en el ro en que no
nos baamos dos veces en las mismas aguas, y aunque nos quedemos sin saber por qu apelamos al nos
esencial y denominamos ro a algo que est en continuo cambio. Dialctica materialista que encontrar su
grosera traduccin al campo biolgico con La Mettrie.
Este, en sus Histoire naturelle de lame y el Homme machine (1748), propondr la siguiente cuestin:
Qu era el hombre antes del descubrimiento del lenguaje? Un animal entre animales, guiado por los
instintos. Con ello, como lo apunta Nordenskiold, se constituy en el primero en enunciar un juicio
puramente cientfico-natural de la vida y, al hacerlo, lleg a ser el precursor de muchas empresas similares de
nuestra poca
11
. No ha habido que esperar, pues, a la lingstica estructuralista, al conductismo pavloviano y
behaviorista, o al humanismo evolutivo de sir Julin Huxley para encontrar argumentos materialistas esgri-
midos en contra de la Creacin.
Si Descartes era un cristiano que ingenuamente colaboraba para la destruccin de los soportes
naturales de su fe, algo similar aconteci con Jean-Baptiste Monet de Lamarck. Este ensayista francs, con su
famosa Filosofa zoolgica (1809), se constituy en el padre del transformismo. Postulando que el uso y desuso
de los rganos y la transmisin hereditaria de los caracteres adquiridos eran las causas de una transformacin
generalizada de las especies, patent la idea modernista del biocosmos. Su nocin central es la de la existencia
de un nico plan estructural zoolgico derivativo, esto es, el monofiletismo de una filognesis, que incluye y
concluye con el hombre y que se supone de una absoluta continuidad temporal. No es la scala naturae espacial
sino la filogenia temporal. Lo notable del caso es que Lamarck, a diferencia de sus contemporneos
materialistas y ateos, que otorgaban sin demostrarlo una total aseidad a la naturaleza, para reemplazar con ella
8
Huxley, Julin: Religin sin revelacin, Buenos Aires, Sudamericana, 1967, pp. 21,22,41-42,85.
9
Cit. por Fraile, Guillermo, O.P.: Historia de la filosofa, T III, Del humanismo a la ilustracin, Madrid, B.A.C., 1961, pp.
913,911.
10
Diderot: La interpretacin de la naturaleza, cit. por Plebe, Armando: Qu es verdaderamente la ilustracin?, Madrid,
Doncel,1971, p. 33.
11
Nordenskiold, Erick: Evolucin histrica de las ciencias biolgicas, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1949, p. 277.
6
al Dios que quera destronar, se neg a suscribir esas consecuencias finales de sus premisas. Y as indic que la
naturaleza no es una inteligencia, ya que no es siquiera un ser, sino un orden de cosas... producto sublime de
la voluntad todopoderosa de Dios. Aadiendo: Se ha pensado que la naturaleza era Dios mismo... Cosa
extraa! Se ha confundido al reloj con el relojero, a la obra con su autor... slo Dios puede, pues, crear, en tanto
que la naturaleza no puede ms que producir
12
.
Otro tanto acontecer con su discpulo Etienne Geoffroy de Saint-Hilaire, quien ni siquiera se anim a
postular la mutabilidad de las especies, sino tan slo su variabilidad, admitiendo un lmite al estudio del orden
fenomnico. Alcanzado este lmite, slo queda el hombre religioso para compartir el entusiasmo del santo
profeta y exclamar con l: Coeli enarrant gloriam Dei... Laudemus Dominum
13
. Lo que sucede es que
ambos, maestro y discpulo, pensaban que el monofiletismo contribua a demostrar la existencia de Dios. La
unidad del plan en los seres creados atestigua ante todo la unidad de su causa, deca Saint-Hilaire, y la Causa
de las causas es Dios
14
. Si los naturalistas, en la apreciacin de Lamarck, confundan al reloj con el relojero,
ellos dos confundan al monogenismo de una primera pareja con el monofiletismo de un solo plan estructural.
Y cayeron en ese error llevados por el afn polmico.
Sabido es que el gran zologo y anatomista Georges Cuvier haba pulverizado la teora del uso y abuso
de los rganos o estructuras de Lamarck, y que en la misma Academia de Ciencias de Francia volvi a
ridiculizar a Saint-Hilaire. Cuvier, como anatomista sistemtico, creador de la paleontologa, de las leyes de
subordinacin de los rganos y de la correlacin de las formas, que tambin crea en una primera Causa que
preside todos los destinos
15
, sostena como su maestro Linneo el flexismo de las especies naturales, con
diversidad de planes estructurales, multi o polifiletismo al estilo de Aristteles. Del calor de esa controversia
provino el exceso transformista de Lamarck. Las especies no podan ser fijas sino que deban ir necesariamente
cambiando y derivando de las otras. Ac quiz convenga deternernos en el concepto mismo en juego.
Lo que ac se discute es la nocin de especie. Palabra que significa parecido y que indica que los
individuos no estn aislados en la naturaleza sino agrupados por ciertas vinculaciones constantes. Algunos de
esos nexos asociantes son las semejanzas morfolgicas, pero de esto no se infiere que los parecidos o
diferencias anatmicas delimiten exactamente a una especie. Asnos y caballos pertenecen a especies
sistemticas diversas, mientras que un bull-dog y un chihuahua, no obstante sus enormes disparidades de
talla, integran la especie de canes domsticos. El mejor elemento diferenciador lo otorga la fecundabilidad
recproca prolongada. Es decir, que en el ejemplo del asno y el caballo, si bien existe la posibilidad de su
interfecundidad, su producto, el mulo, resulta un hbrido sin descendencia normal. Por lo tanto, aunque no hay
dos organismos iguales, los entes vivos no aparecen en la naturaleza en una serie continua, sino agrupados
discontinuamente, con hiatos de especie a especie, sin pasos intermedios. Estas especies son prcticamente
inmutables en sus formas perfectas, aun cuando se advierta una gran variabilidad dentro de sus lmites
infranqueables. Esto es, que son fijas per se y variables per acciden.
Tales notas han permitido la elaboracin de categoras taxonmicas ms o menos acertadas. Fue Carl
Linneo (1707-1778) quien produjo la ms afortunada y respetada clasificacin de las especies, a partir de la
gran divisin en los tres reinos: mineral, vegetal y animal. En sus Observaciones sobre estos reinos declaraba:
1) Al considerar las obras de Dios todos ven muy claramente que todo ser vivo proviene de un huevo, y que
todo huevo produce un retoo muy parecido al padre. Por eso ahora ya no se producen nuevas especies. 2) La
generacin multiplica a los individuos. En consecuencia, el nmero de individuos de cada especie es
actualmente ms elevado que primitivamente... Puesto que no hay especies nuevas, puesto que un ser dado
produce siempre un ser similar, puesto que en toda especie hay una unidad que preside el orden, debemos
atribuir, necesariamente, esta unidad progeneradora a cierto Ser Todopoderoso y Omnisciente, es decir a Dios,
cuya obra se llama la Creacin... En nuestra ciencia, los que no saben atribuir las variedades a sus especies
correspondientes, las especies a sus gneros naturales y los gneros a las familias, y sin embargo se jactan de
ser doctores en esta ciencia, se envanecen, se equivocan y estn engaados
16
. En principio, Linneo sostuvo un
fixismo completo con su clebre aforismo: Tot species numeramus quot ab initio mundi creavit infinitum
Ens, pero en su Sistema de la naturaleza matiz un tanto su criterio. No obstante, la anterior postulacin de
12
Monet de Lamarck, Jean-Baptiste: Histoire naturelle des animaux sans vertebres, Pars, Baillire, 2a. ed., 1835, T I,
pp. 267,264,272.
13
Geoffroy de Saint-Hilaire, Etienne: Des monstruosits humaines Pars, 1822, p. 498.
14
Geoffroy de Saint-Hilaire, Etienne: Etudes progressives d'un naturaliste, Pars, Roret, 1835, p. 189.
15
Cit. por Eymieu, Antonin, S.J.: Los creyentes y los progresos de la ciencia durante el siglo XIX, Mxico, Jus, 1949, p.
172.
16
Cit. por Gilson, Etienne: De Aristteles a Darwin (y vuelta). Ensayo sobre algunas constantes de la biofilosofa,
Pamplona, EUN-SA, 1976, pp. 84-85, 86.
7
1738 origin el debate del que participaran Cuvier y Lamarck. Quien se aplic en el ataque al sistema linneano
antes que Lamarck fue Buffon, afirmando que no hay ms que individuos y que las especies son productos de la
imaginacin. Comentando su proposicin dice Etienne Gilson: Ya Aristteles pensaba que no existen sino los
individuos; luego no debe haber especies; y, sin embargo, las hay; hay especies que, en cuanto tales, parecen
bien reales, pero que, puesto que slo las sustancias individuales son reales, no existen. Es el clebre problema
de los universales, y est de moda burlarse de la Edad Media por haber reducido a tal problema toda la
filosofa; pero la Edad Media slo dijo que todo el resto de la filosofa depende de la respuesta que se d a este
problema, cosa que es cierta.
La respuesta moderna presupone la negacin de la nocin de forma sustancial, que, lgicamente,
supone la negacin de las especies; y las niega, pero las recuerda sin escrpulo ninguno cada vez que las
necesita; el nico modo de pasarse sin ellas es negar absolutamente la legitimidad de cualquier clasificacin. El
sentido comn se acomoda mal a esto, pero la petrografa, la mineraloga, la botnica y la zoologa no se
acomodan mejor. Cmo encontrar intermediarios entre las clases si la nocin de clases no corresponde a algo
real?
17
.
En Lamarck la negacin se puede explicar por el hecho histrico que seala Herbert Wendt: La revo-
lucin (de 1789) haba suprimido jerarquas, los dogmas y conceptos bsicos que, en apariencia, eran firmes;
Lamarck tuvo que llegar por tanto a la conviccin de que tales constantes tampoco existan en la naturaleza
18
.
Esto es posible, pero nos parece que tanto o ms que el hecho poltico debi influir su enemitad personal con
Cuvier. Apoyado en el dato paleontolgico de que no se haban encontrado formas de transicin que mostraran
un cambio gradual, Cuvier razon que las especies eran fijas, por lo menos en los ltimos cuatro mil aos, y que
sus diversidades, extinciones y apariciones provenan de los cataclismos geolgicos por creaciones sucesivas;
catstrofes que su discpulo Alcides DOrbigny catalog con cierta exagerada minucia.
Contra esta rigidez entitativa reaccion Lamarck postulando el extremo contrario, el de la variacin
continua. No advertan, quiz ni los unos ni los otros, que si haba dificultades para precisar el concepto
filosfico de especie, desde el ngulo biolgico sta era una categora imprescindible a los efectos prcticos, a
la vez que dctil y plstica. Que si el sistema linneano ofreca excepciones, ellas se podan salvar otorgando ms
amplitud al concepto divisorio.
As como Lucien Cunot mantendr, en nuestra poca, la idea de los Ciados o tipos independientes e
infranqueables, Louis Vialleton la de tipos formales (que incluye a las razas, las especies, los gneros y las
familias), en razn de sus formas externas, y tipos de organizacin (que abarca los rdenes, las clases, las ramas
y los reinos), por su estructura ntima, y Duane T. Gish la de clases bsicas, que comprende a los animales o
vegetales que comparten un principio gentico comn, coincidente o superior al de las especies singulares
taxonmicas. Como decamos, en lugar de enriquecer el concepto con aportes obtenidos de la realidad natural,
transformaron la polmica en una disputa bizantina, cayendo en el nominalismo sistemtico que denunciara y
desmenuzara Vialleton.
Pues bien, lo que histricamente aconteci fue ese apego de Lamarck al individualismo biolgico y a la
postulacin de la continuidad absoluta de todos los entes naturales. Cmo explicar esa idea? La abiognesis o
generacin espontnea, tan tentadora para solucionar la dificultad, ya haba sido barrenada por Redi y,
coetneamente a Buffon y Lamarck, por Spallanzani, quien demostr que no haba infusorios o gusanos de la
carne en putrefaccin. Le quedaba a mano la salida heraclitiana de la derivacin indefinida, esto es, el
transformismo. Como dijimos, propuso dos vas instrumentales para justificar este evolucionismo (que l no
denomin nunca as, ya que se apartaba de la nocin clsica de evolucin). Las jirafas de cuello largo y las
mutilaciones se convirtieron en sus argumentos. Toda la moderna gentica las ha desechado porque sostiene
que el uso modifica a los rganos, pero no los cambia, y porque las variaciones del fenotipo (soma) no se
reflejan en el genotipo (grmen). Sin embargo, de ser esto as con certeza, podra Lamarck haber insistido en
los efectos ambientales en el orden adaptativo de los seres vivos. Justamente dos autores de nuestro tiempo,
que no son lamarckianos, han sealado la evolucin del medio agronmico. Nos referimos a Dubois y
Fribault, quienes dicen: Desde las primeras capas de los terrenos sedimentarios, vegetales y animales
aparecen juntos, abundando en especies variadas. Despus flora y fauna se renuevan y suceden en un mismo
lugar, a medida que la evolucin del medio crea condiciones de vida diferences. Estas nuevas condiciones del
medio, hechas ms tarde incompatibles con la fauna y la flora existentes, hacen a stas periclitar y extinguirse,
mientras que ofrecen a nuevos organismos los medios de subsistir y prosperar. Por otra parte, si las floras y
faunas se suceden sobre la escena del mundo, no aparecen con todo en un orden de progreso gradual como lo
17
Gilson, Etienne: op. cit., p. 92.
18
Wendt, Herbert: Antes del Diluvio, 2a. ed., Barcelona, Noguer,1972, p. 101.
8
quera la teora de la transformacin y de la evolucin de las especies: los primeros seres que se encuentran
fosilizados son ya muy complicados y de aspecto muy variado. Adems, muchas de las especies han atravesado
todas las pocas geolgicas y han llegado hasta nosotros sin cambios, absolutamente semejantes a sus
antepasados del deveniano o del siluriano; si muchas de entre ellas viven todava en los mares actuales, es
poique all encuentran las condiciones de medio semejantes a aquellas que sus antepasados encontraran en los
mares devonianos y silurianos.
Otras especies, por el contrario, se han extinguido porque el medio donde haban sido creadas ha
desaparecido sin retorno, mientras que especies creadas para el medio nuevo han venido a reemplazarlas. Lo
repetimos, lo que han evolucionado no son las especies sino el medio en que ellas vivan, y si, en realidad,
especies diferentes, tipos de organizacin ms y ms complejos aparecen es porque un medio ms y ms rico en
elementos nutritivos permite el mantenimiento de los organismos no ms perfectos sino ms complicados y
dotados de medios de accin ms poderosos. En cada tipo de organizacin las primeras especies que aparecen
no son esbozos que poco a poco se perfeccionan para alcanzar un estado ms perfecto; no: cada especie que
aparece muestra en sus primeros representantes el tipo perfecto realizado de golpe. An ms: las especies no
aparecen lentamente, una a una, a medida de los progresos que podra realizar la transformacin de los
organismos; ellas aparecen, por el contrario, sbitamente en gran nmero, en matorral, dicen los
paleontlogos. Estas apariciones en matorral, olas funicas de Arambourg, que los transformistas atribuyen
a migraciones en masa venidas de un medio desconocido y que denominan especies criptgenas, son en
realidad creaciones nuevas para un medio nuevo que la evolucin de atmsfera, del suelo y del clima ha hecho
posible.
Estos hechos se repiten en todos los tiempos geolgicos y son irrefutables. Por lo tanto podemos decir
que la creacin decidida y gobernada por Dios en la eternidad, tal cual es indicada en el primer captulo del
Gnesis, se realiza y manifiesta en los tiempos segn las leyes agronmicas que rigen todava la flora y la fauna
del mundo entero
19
. Por combatir a Cuvier, Lamarck descuid su atencin sobre esta transformacin del
medio ambiente, que no de las especies, puesto que stas son todas creadas, mediata o inmediatamente, por el
Creador. Es que existe en el animal un entrelazamiento biolgico entre l y su ambiente casi ineludible, como
se ha ejemplificado modernamente con el caso de la salamandra axolotl de las cuevas mexicanas.
Solamente el hombre, como ya lo demostrara Albrecht de Haller, el gran fisilogo del siglo XVIII, no se
comporta como la mquina concebida por Descartes, sometido a las leyes del mundo externo. El hombre, dice
Franz Bchner, ejerce desde su propio centro una funcin reguladora y configurante respecto a su contorno
mundano, guardando con l una relacin dialgica, una relacin de un dilogo nunca interrumpido
20
.
Se suele decir que el camino del transformismo fue allanado por la derrota de las doctrinas geolgicas de
Cuvier y DOrbigny, a manos del gelogo ingls Charles Lyell, quien con su obra Principies of Geology (1832)
formul la teora de la uniformidad en la historia de la Tierra. Sin perjuicio de anotar que el postulado de Lyell
slo era vlido para un sector del hemisferio boreal, por lo cual las correlaciones estratigrficas elaboradas
sobre el modelo europeo son apenas aplicables a otros continentes, conviene aclarar que Lyell rechaz
explcitamente la doctrina transformista (tanto en su versin lamarckiana, como en la embriolgica enunciada
por Serres, como en la seleccionista de su amigo y discpulo Charles Darwin), aferrndose siempre a la nocin
de Creacin del Cosmos. El punto de partida materialista y transformista, en el mbito anglosajn, no haba
sido propuesto por Lyell, sino por Eramus Darwin, con su aburridsimo poema titulado Zoonomia
21
, en el que
sostena, en 1794, que todos los seres (del ratn al hombre) han sido igualmente generados a partir de un
origen orgnico similar
22
.
No obstante el aparente desdn de su nieto por tales elucubraciones, obligado por el descrdito de las
mismas, y como ya lo reseramos en otra oportunidad
23
, es seguro que Charles Darwin se vali tanto de ellas
como de las teoras de Lamarck, Malthus, Wallace, Spencer y otros escritores materialistas.
Darwin, a diferencia de Lamarck, era ateo en sentido, estricto, pero, tambin, mucho ms cauteloso en
la emisin de su pensamiento. Como Lamarck, quera romper con la sistemtica biolgica ordenada por Linneo
y Cuvier, no para probar ninguna unidad de causas creacionales, sino, todo lo contrario, para acreditar un
mecanismo convincente del mecanicismo naturalista patentado por La Mettrie. No embisti, como Lamarck,
19
Dubois, Arthur, y Fribault, Odette: Evolution ou Cration, Nice,1957, pp. 47-48.
20
Bchner, Franz: Cuerpo y espritu en la medicina actual, Madrid,Rialp, 1969, p. 84.
21
Waddington, C.H.: Teoras de la evolucin, en Barnett, S.A. y otros: Un siglo despus de Darwin, Madrid, Alianza
Editorial, 1966, T I, p. 15.
22
Singer, Charles: Historia de la biologa, Buenos Aires, Espasa-Calpe, 1947, p. 300.
23
Daz Araujo, Enrique: Darwinismo: origen y descendencia, en Mikael, Paran, N 20, Ao 7, segundo cuatrimestre
1979, pp. 19-20.
9
de frente contra la nocin de especie, sino contra su fijeza, lo que equivala a lo mismo, desdibujndola en un
proceso transmutador que parta de las variedades. "Considerando deca que las especies no son sino
variedades fuertemente acusadas y permanentes, y que cada especie existi primero como variedad, podemos
ver por qu no puede trazarse ningua lnea de demarcacin entre las especies, comnmente atribuidas a actos
especiales de creacin, y las variedades, que se supone que se han producido por leyes secundarias. Ms an,
aada: Se habr apreciado en las anteriores observaciones que considero el trmino especie como un
nombre dado arbitrariamente, por comodidad, a un grupo de individuos que se parecen estrechamente los
unos a los otros, y que no difiere esencialmente del trmino variedad, que se emple para designar las
formas menos distintas y ms flotantes. A su vez, el trmino variedad, en la comparacin de las diferencias
puramente individuales, es tambin empleado arbitrariamente y por razones de comodidad.
Un continuo, pues, de arbitrariedad, que l crea demostrar con el ejemplo de los pinzones de las islas
Galpagos y de las cruzas de las variedades caninas y ovinas efectuadas por los criadores ingleses. La
naturaleza, casi tan inconscientemente como los cabaeros britnicos, imitara a esos procesos selectivos,
convirtindose en una gran criadora que eliminara al Creador. La conclusin de esta teora de la seleccin
natural la destaca el neodarwiniano Waddington, al decir: ...Darwin escribi en un momento en que el
mundo intelectual comenzaba a estar inclinado a considerar y a admitir el cambio revolucionario en la
consideracin filosfica que implica la creencia en la evolucin en vez de en una creacin especial... Este
convencimiento ha llegado a ser una de las nociones bsicas que informan toda la idea general que el hombre
se forma del mundo en que vive. Aceptndola no podemos ya considerar ninguna parte del mundo vivo como
inmutable, es decir, como algo existente por s. Nos hemos visto obligados a adoptar uno de los puntos de vista
de los antiguos griegos, el de que todo es flujo y proceso. Cada cosa tiene su historia; su historia es lo que ha
moldeado su carcter y slo en trminos de su historia podemos comprender su naturaleza
24
. Historicismo
devenirista heraclitiano, que niega las esencias todas: he ah el sustrato del transformismo darwiniano. Sin
embargo, en el mismo volumen de homenaje que le tributaron sus discpulos contemporneos, Theodosius
Dobzhansky se ve obligado a sentar algunas conclusiones que no se compadecen muy bien con las de su colega.
Seala Dobzhansky que un siglo despus de Darwin el problema (25) de las especies permanece sometido a
mucho estudio activo y a una viva controversia. Que la existencia de especies se percibe intuitivamente
incluso por personas sin entrenamiento formal en biologa. En la mayora de los idiomas los nombres de los
animales y plantas notorios se refieren usualmente a lo que los bilogos denominan especies... Las especies son
hechos de la experiencia diaria para los zologos y botnicos sistemticos desde los tiempos de Linneo hasta los
nuestros. Que los mtodos genticos ofrecen una confirmacin mejor del carcter real de los fenmenos
naturales denominados especies... puesto que una especie es un sistema genticamente cerrado. As: La
humanidad consituye una sola especie distinta de las del chimpanc, gorila y orangutn. Cada una de estas
especies constituye un sistema genticamente cerrado y no existe ningn intercambio de genes entre los
sistemas. Pero la discontinuidad de la variacin orgnica trasciende de las especies. Las especies se renen en
grupos que se denominan gneros; estos gneros en familias, rdenes, clases y fila. Esta jerarqua de grupos
concuerda admirablemente con el propsito de hacer una clasificacin... La clasificacin biolgica refleja
hechos objetivamente comprobables... El mundo vivo constituye, pues, una inmensa serie de grupos
discontinuos de formas dispuestas jerrquicamente... el agrupamiento constituye un hecho objetivamente
comprobable
25
Y otro transformista de la neo-darwiniana escuela sinttica, Ernest Mayr, asegura que las
modernas investigaciones genticas revelan la gran importancia del concepto de especie, y que no tiene sentido
hablar de cambio si no se tiene la nocin de tipo
26
. En consecuencia, pareciera que, tanto antes como despus
de Darwin, de tener que adoptar uno de los extremos griegos anteriores a Aristteles, ms que con el cambio
heraclitiano nos tendramos que quedar con el esencialismo de Parmnides.
Como fuera, lo cierto es que Darwin plante su combate en el terreno de la inesencialidad de las
especies, y que incluso se encarniz hablando de las especies para decir que no existen. Tena necesidad dice
Gilson de la palabra precisamente para poder negar la cosa. Y su empeo es explicable, como sigue anotando
el gran filsofo francs, desde que la especie es, por definicin, un tipo estrictamente definido: para sta,
cambiar sera dejar de ser ella misma, o sea, dejar de existir. Decir que las especies son fijas es una tautologa;
decir que cambian es decir que no existen
27
.
24
Waddington, C.H.: op. cit, pp. 16,20.
25
Dobzhansky, Theodosius: La idea de especie despus de Darwin, en Barnett, S.A. y otros, op. cit, T I, pp. 39, 40, 47, 49,
58, 59, 61.
26
Mayr, Ernest, en Evolution after Darwin, cit, T III, p. 212.
27
Gilson, Etienne: op. cit., p. 316.
10
Por otra parte en el nimo del maestro del transformismo pesaba siempre la solucin denominada
naturalista, es decir, materialista. Esto se percibe con claridad cuando nos internamos en su teora del origen
de la variacin, en el mecanismo hereditario que l formul. Se le conoce como pangnesis, porque postulaba
un desarrollo ontogentico de orden material, del cual eran agentes las gmulas o pequeas partculas que ya
presentes en el semen transmiten las caractersticas de los progenitores. Como Lamarck, se adhiri a la teora
de la heredabilidad de los caracteres adquiridos, pensando que los hijos son una sntesis o fusin de los
caracteres corporales de sus padres.
Al ignorar las normas de la herencia, descubiertas por Mendel en 1865, atribuy su hiptesis
transformista al traspaso hereditario progresivo, vehiculizado por las gmulas. Si Darwin hubiera posedo
una conciencia ms viva del carcter conservador de la herencia apunta su seguidor Donald Michie,
hubiera moderado la exuberancia de su teora de la pangnesis
28
. As es, y creemos conveniente hacer, con
Jules Carles, una breve digresin para sintetizar este asunto. Darwin, a quien haba hecho clebre su libro
sobre El origen de las especies, pretendi resolver el problema (de la herencia) con una extraa teora que nada
pudo aadir a su gloria: la teora de la pangnesis. Segn ella, el organismo estara constituido por mltiples
partes sin relacin entre s, y de las que hasta las menores poseeran su individualidad... De acuerdo con su
hiptesis, cada parcela del cuerpo originara como unas semillas, las gmulas, que seran pequeos elementos
capaces de reproducir la porcin de donde fuesen originarios... Las gmulas, una vez producidas, seran
arrastradas por la sangre a travs de todo el organismo, fijndose luego en cualquier lugar de ste... Darwin
experiment una gran decepcin cuando Galton le dijo que no haba podido descubrir gmulas en la sangre,
pese a haber tomado todas las precauciones posibles. Darwin no abandon por ello su teora...
No nos entretengamos ms con las gmulas, por divertidas que ellas sean. Indiquemos tan slo que un
discpulo de Darwin, un poco extraado por la interpretacin del maestro, mejor la teora afirmando que las
gmulas no eran partculas materiales, sino olores especiales, olores sui gneris, para emplear su misma
expresin. Y pasemos en seguida a aquel que ejerci mayor y ms decisiva influencia sobre toda la biologa de
finales de siglo, no por sus observaciones, puesto que era ciego, sino por sus teoras de slida estructuracin:
Weismann...
Weismann llam despus a estas dos porciones (del organismo)... el grmen y el soma, palabras la
primera latina, que significa semen o semilla, y griega la segunda, que significa el cuerpo. El soma es la parte
visible, la que a primera vista calificaramos como de mayor importancia, en tanto que el grmen se concentra
en algunas clulas que no estn al servicio del individuo, pero sin las cuales desaparecera la especie. Estas
clulas representativas del grmen son las reproductoras, algunas de las cuales dan origen, mediante la
fecundacin, a un nuevo individuo. En ste se forman, a expensas del grmen, las primeras clulas del soma
que crecen hasta alcanzar su tamao normal, mientras que algunas otras quedan en reserva guardando intacto
su capital para constituir las clulas sexuales del individuo nuevo. El grmen se presenta, pues, como una
continuidad sin interrupcin desde el primer ser vivo que posey este patrimonio hereditario y lo transmiti a
sus descendientes; est en el embrin y en el jven en desarrollo, y cuando ste alcanza la edad adulta, la lnea
germinal, carente de inters para el individuo desde que pas su etapa juvenil, se separa y va a formar otro
organismo joven
29
.
Esta nocin se combin con la ley de dominancia de Gregorio Mendel, establecindose que los
caracteres hereditarios "son permanentes e incorruptibles, capaces de atravesar sin cambios las generaciones,
sea como dominantes, sea en la clandestinidad como recesivos, pero siempre quedando independientes y pu-
ros". Caracteres que recibieron el nombre de genes agrupados en los filamentos del cromosoma de las clulas,
conforme a los experimentos de Bateson y Morgan, que dieron paso a la teora cromosmica de la herencia, y a
la ciencia que de ello se ocupa, esto es, la gentica.
Ciencia repudiada por los materialistas, en especial por el materialismo dialctico, al punto que la
sovitica Kostrioukova lleg a decir: La teora del gen es una teora falsa que retrasa el progreso de la ciencia.
El gen no es ms que una ficcin. Jams lo veris porque no existe; pero que, sin embargo, fueron localizados
no ya en la mitosis o divisin celular, sino con la clula en reposo por el microscopio electrnico en las
investigaciones de Guyenot
30
. Dadas la individualidad y la constancia numrica de los cromosomas (Boveri,
1888), se pudieron establecer las bases citolgicas y genticas de la clasificacin por especies, con lmites
infranqueables. Asimismo con el estudio de los cidos del ncleo de la clula, en particular, el cido
ribonucleico (ARN) y el desoxirribonucleico (ADN), se averigu (Watson y Crick, 1953) el modelo de la
28
Michie, Donald: La tercera fase de la gentica, en Barnett, S.A. y otros, op. cit, T I, p. 98.
29
Carles, Jules: Hacia la conquista de la vida, Madrid, Aguilar, 1960, pp. 95-96.
30
Carles, Jules: op. cit, 102, 115, 118.
11
estructura molecular, y usando el virus del tabaco se comprob que ellos, los cidos, operaban a la manera de
un cdigo informativo, o cdigo gentico. La ley biolgica que lo rige es la de la invariacin, de forma tal que
todo cambio o mutacin en esa informacin hereditaria es un error, que se paga con la muerte gentica, es
decir, con la infecundidad de esas clulas germinales
31
.
Y bien, estamos al cabo de la digresin anunciada: Darwin, como antes Lamarck, postul al mecanismo
hereditario para ser el agente de su teora transformista, con el resultado de que su incitacin provoc el
desarrollo de una ciencia que conoce a la herencia como un elemento profundamente conservador y
esclarecedor de la estabilidad de las especies naturales. Volvamos ahora a la doctrina de la pangnesis.
En contra de la idea epigentica de Aristteles (de los poderes vitales latentes) los antiguos materialistas
postularon la abiognesis y la pangnesis, o preformismo sostenido por Hipcrates. Aristteles rechaz la
teora de la pangnesis y toda idea de preformismo en la reproduccin. A falta de adecuadas posibilidades de
examen material de la cuestin, razonaba diciendo que el germen no poda tener el mismo carcter que las
partes de las que provena, por lo que deba haber en el proceso de la reproduccin una verdadera actividad
creadora, de despliegue de lo que es nicamente potencialidad cuando se halla en el progenitor. Tomando en
consideracin el hecho de que el organismo entero es mayor que cada una de sus partes, afirmaba que el mejor
modo de explicar al propio tiempo la repeticin del tipo y la produccin de lo nuevo que apareca en el hijo
consista en reconocer la presencia del factor potencial en el material reproductor y considerar el proceso de
desarrollo como una gradual educcin o actualizacin de la forma adulta. Este despliegue o desenvolvimiento
orgnico se denomina epignesis. Es interesante observar que en toda la historia de la biologa la opinin de los
especialistas se ha dividido entre la teora de la epignesis y la teora de la preformacin.
Darwin, en El origen de las especies, revivi una teora de la pangnesis muy parecida a la de
Hipcrates
32
. Retomada por Malphigi, la teora preformista, con los aportes de Stenon y De Graaf, se divide en
los bandos ovistas (del vulo femenino, Ch. Bonnet) y animaculista (del espermatozoide). Y de este Charles
Bonnet (de un libro titulado Palingenesia filosfica, captulo Preformacin y evolucin) Darwin sabe de la
antigua teora ontogentica, a la que l adhiere, y que el trmino evolucin corresponde a la teora contraria,
la epigentica, que l repudia. Por esto no usa en las primeras ediciones de su On the origin of Species la voz
evolucin. Luego, divulgada la novsima acepcin de Spencer por Huxley, la adopt y recin entonces la palabra
evolucin perdi su primer sentido, el nico que en verdad le corresponde con exactitud, inaugurando as una
poca de confusin verbal de la que an no ha salido el lenguaje cientfico. Lo que algunos contemporneos de
Darwin llamaban evolucin era, de hecho, lo contrario, una especie de epignesis
33
.
Adems de la confusin verbal conviene aadir que la pangnesis darwiniana tambin fue eliminada
por las buenas observaciones microscpicas y por slidas construcciones, como las de Wolf, Driesch y Delage.
En definitiva, podramos concluir con Waddington que la teora de la pangnesis ha resultado insostenible
34
.
La de la abiognesis, o teora cosmozoica, segn la cual la vida tendra un origen espontneo inmediato
de la materia inorgnica, fue derrotada por la ciencia bacteriolgica, con los experimentos con ptridos que
hicieron Rodi, Swammerdamm, Spallanzani, Louis Pasteur, Claude Bernard y Moore. De ah que, como ya lo
dijramos, se buscara otra salida naturalista (claro que siempre quedaron los utopistas de las panspernias
csmicas, que nada explican).
Serres, Mller y Haeckel propusieron luego la doctrina de la palingenesia, fundada en la ley
embriogentca fundamental, conforme a la cual la ontognesis es la recapitulacin de la filognesis. Y pre-
cisamente con ella Ernst Haeckel postula el transformismo o evolucionismo integral. Claro que tal empresa,
como es sabido, contrariaba las cuatro leyes de la embriologa sentadas por Von Baer (1828). En particular, y a
estar a las comprobaciones cientficas posteriores (His, Vialleton, Hertwig, Garstang, De Beer, Spath, Hurts,
Sedgwick, Hadzi, Roux, Woltereck, etc.), las partes del embrin no son rganos, sino slo principio de los rga-
nos, de modo que no pueden reproducir rganos de animales inferiores; la forma especfica aparece antes que
las estructuras orgnicas internas, y el embrin de una forma superior no guarda semejanza con la forma de
otro animal, sino slo con su embrin. En definitiva, como lo indicara Caullery, no hay recapitulacin em-
briolgica, y, en consecuencia, tampoco palingnesis. En todo caso, su variante, la cenognesis, o
31
Ver Monod, Jacques: El azar y la necesidad. Ensayo sobre la filosofa natural de la biologa moderna.
Barcelona, Barra!, 2a. ed., 1971, pp. 129, 134-136; Santiago Calvo y Jordana Butticaz: Fundamentos de bioqumica celular,
Madrid, Rialp, G.E.R., 1975, T 23, Vida I, p. 507, y las consecuencias de orden ideolgico que seala Giuseppe Frezzolini
en Manifiesto de los conservadores, Buenos Aires, Almena, 1979, p. 19.
32
Nogar, Raymond: La evolucin y la filosofa cristiana, Barcelona, Herder, 1967, p. 285.
33
Gilson, Etienne: op. cit, p. 122.
34
Waddington, C.H.: op. cit., p. 24.
12
adaptaciones por errores, fue lo nico que se comprob, pero por una va inesperada, al descubrir Brass las
falsificaciones de fotos de fetos que probaban la ley biogentica
35
.
Cerrado este camino materialista al transformismo, vino todo el esfuerzo filogentico por el lado
paleontolgico, del que no podemos ocuparnos aqu, salvo el enunciado de su infecundidad final. Lo que era
previsible, puesto que ese terreno prehistrico, como dice Gonzague de Reynold, "plantea ms problemas de
los que puede resolver... Renn deca de la historia que es una pobre, pequea ciencia conjetural: qu no
habra dicho de la prehistoria?... La prehistoria es para nosotros el reino inmenso y oscuro del annimo
36
.
La nica prolongacin legtima de la hiptesis transformista se produjo en el terreno biolgico por obra
del mutacionismo, iniciado por Hugo de Vries en 1901 y continuado por la escuela neodarwiniana de la snte-
sis (J. Huxley, G. G. Simpson, Haldane, Mayr, Dobzhansky, etc.). Ellos abandonaron el ltimo sentido se-
mntico probable de la voz evolucin (transmutacin gradual de las especies) propugnado por Darwin,
reemplazndolo por un cambio brusco, revolucionario, inventando la evolucin explosiva, espasmdica o
aun discontinua de las poblaciones vivas, por la combinacin de diversos factores, entre los principales la
seleccin natural y el azar darwinianos. Su campo fue y es el de la gentica, y all, tanto el cdigo de las macro-
molculas cuanto las leyes del clculo de probabilidades, les han creado serias dificultades para afianzar su
versin evolucionista.
Los experimentos de Alexis Jordn con la Drama Verna mostraron que las mutaciones, por va
selectiva, no operaban ms all de la vigsima generacin, luego de la cual la estabilidad era absoluta y la
variacin nula. Todo ello dentro del campo intra-especfico, o de las variedades y razas. Ms an: esta
evolucin es limitada y regresiva al seno de una especie, por la muerte sucesiva de los individuos, cuando la
degeneracin del patrimonio gentico no permita ms vivir en las condiciones del medio donde ellos se
desarrollaran
37
.
Y Friederich al observar las mutaciones de la mosca drosfila indic que no haba ningn verdadero
progreso de la organizacin, una diferenciacin ms intensa con aglomeracin simultnea, concluyendo que
con la mutacin slo se origina una perturbacin del equilibrio biolgico
38
.
En cuanto al azar, los matemticos Edem y Abon, del ITTM (en el Winstar Symposium de 1967), le han
opuesto las reglas del clculo de probabilidades, demostrando que ni aun con el tiempo histrico-geolgico ms
hipotticamente prolongado de la Tierra (3 mil millones de aos) y tomando la mutacin supuestamente
positiva el camino ms corto dentro de una infinidad de alternativas, podra haber originado un organismo
39
.
Por estas y otras razones el macromutacionismo extraespecfico no ha podido convencer sino a los ya
convencidos de las bondades de la teora transformista.
35
Brass-Gemelli, A.: Le falsificazioni di E. Haeckel, Firenze, Fioren-tina, 1912.
36
Gonzague de Reynold: La formacin de Europa, Madrid, Pegaso, 1947, T I, pp. 234, 231. Por su parte, Karl Jaspers
apunta: La representacin de la prehistoria no nos aporta ningn conocimiento positivo satisfactorio., todas las
ordenaciones de esa clase son construcciones ideales... La primera humanizacin del hombre es el misterio ms profundo,
hasta ahora absolutamente impenetrable y por completo incomprensible para nosotros. No se hace ms que disimularlo
mediante modos de decir que nada explican hablando de evolucin gradual, de transicin. Podemos fantasear sobre la
gnesis del hombre; pero tales fantasas fracasan por s solas, pues cuando hacemos devenir hipotticamente al hombre ya
hemos puesto all al hombre sin darnos cuenta... Lo que llamamos historia no parece tener nada que ver con la evolucin
biolgica. En Origen y meta de la historia, Madrid, Revista de Occidente, 1968, pp. 56, 57, 59, 60.
37
Tailhades, E.: Gntique et volution, en La pense catholique, Pars, 1964, N 93-94, p. 101.
38
Cit. por Khn, Oskar: Consideraciones crticas sobre el problema de la evolucin, en Arbor, Consejo Superior de
Investigaciones Cientficas, Madrid, 1951, N 19, p. 384.
39
Si bien puede explicarse la formacin al azar de cidos nucleicos primitivos y aminocidos, nadie comprende realmente
cmo estos componentes puedan haberse ensamblado espontneamente para formar una clula viva... En una
conversacin reciente, un cientfico que estudia el asunto brome (fuera de registro), diciendo que su trabajo sera ms
sencillo si l creyera en un Ser Supremo. Esto, por supuesto, es lo que creen los creacionistas, y el establecimiento del
origen del cdigo gentico es uno de sus argumentos ms fuertes. As dice Gary Parker, un bilogo del Instituto para la
Investigacin de la Creacin, de San Diego (California), quien ha sido coautor de varios libros del instituto... Todos
nosotros podemos reconocer los objetos creados por el hombre, dice Parker, mientras levanta una lata de gaseosa Dr.
Pepper de su escritorio. Todo el tiempo, todas las posibilidades del mundo, todas las reacciones naturales del aluminio
con otras clases de elementos nunca van a resultar en una latita azul que dice Dr. Pepper. Similarmente, arguye Parker,
el complejo sistema que forma una clula viva slo puede haber aparecido por el diseo o designio inteligente de un
Creador. Gurin, Joel: Resurgimiento del creacionismo, en The Sciences, Vol. 21, N 4, abril de 1981, pp. 16-19; reprodu-
cido en Current Contents, Seccin ISI Press-Digest, Vol. 24, N 33, 17 de agosto de 1981, p. 11. A lo que convendra
aadir que crear no lo mismo que hacer.
13
Si recordamos que la revolucin de la fsica contempornea (a partir de 1900) concluy con la era de
predominio determinista y que el renacimiento de las concepciones Finalistas, con Lucien Cunot
40
en el
campo biolgico arruin el mecanicismo cartesiano, y lo unimos al fracaso experimental de las teoras
transformistas reseadas, veremos que la cosmovisin materialista-dialctica, la de Empdocles, y de
Herclito, el Oscuro de Efeso, ha perdido gran parte de la aceptacin que le brindara el mundo moderno. El
zologo de Bamberg, Oskar Khn, nos dice a propsito de esta situacin cientfica: Dos hechos estn, a mi
juicio, definitivamente comprobados: la constancia y autonoma de las especies y el carcter no mecanstico del
proceso evolutivo.
W. Troll, el primero de los morflogos de nuestros das e iniciador de esta disciplina, ha asentado la
tipologa sobre unas bases tan firmes que toda duda parece injustificada. La paleontologa acude en su apoyo, y
el hecho de que los ms destacados paleontlogos admitan la generacin sbita y no mediatizada de nuevas
especies implica su constancia. Con Troll, sustento la opinin de que las especies, como los pensamientos,
deben interpretarse como proviniendo del ms all, por obra de un poder creador velado en la naturaleza, el
cual, imprimiendo nuevas caractersticas a la materia, crea las formas bsicas especficas de las conformaciones
orgnicas. La sistemtica constituye un hecho objetivo que no slo se intuye en la naturaleza. Media una
apreciable diferencia entre aportar ideas arbitrarias a la interpretacin de la naturaleza y deducir la verdad
partiendo de observaciones comparativas (Troll).
Uexkll compara a los bilogos ciegos para los conceptos y que privan a la naturaleza de todo sentido
con un qumico que, instado a que diera su opinin sobre un cuadro de Rembrandt, procediera a analizar sus
colores. El tipo no mecanstico de la evolucin debe considerarse como demostrado. El concepto evolutivo de
Darwin se encuentra en contraposicin con el verdadero por el que se entiende un desarrollo con sujecin a un
estado de culminacin.
En cuanto a las ideas de Darwin no se trata de una evolucin propiamente dicha, sino de un impulso
dirigido, que como representacin casustica carece de sentido, de valor y de contenido... La genealoga consta
de innumerables ontognesis que, de cuando en cuando, han experimentado determinadas alteraciones. La
ontognesis es una epignesis, una evolucin dirigida o, en otras palabras, el aumento de la diversidad de las
formas materiales... El aumento de la diversidad proviene de dentro, aunque un huevo considerado como
mquina no puede dar origen a este aumento en la diversidad... La evolucin mecanicista es del todo imposible
y la cumulacin es igualmente recusable
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.
El aumento de la diversidad! Esa increble conjuncin de bimillonaria diferenciacin de los individuos,
junto a la millonaria estabilidad de las especies, resulta, en verdad, inexplicable para el transformismo.
Sabemos que en el orden metablico se observa una continua regeneracin de cada ser, de ah que se diga que
cada hombre renace cada doce meses. Tal dinamismo supone una evolucin o mutabilidad muy avanzada
(el reposo absoluto es el signo de la muerte metablica).
La embriologa nos exhibe un camino de desarrollo, de despliegue, desde el huevo al ser maduro, que
tambin supone una evolucin real, aunque ms moderada. La morfologa, en cambio, nos da cuenta de una
permanencia de las formas sustanciales. La vida, dijo Cuvier, es como un torbellino en que la forma permanece
mientras la materia cambia. Esto slo puede explicarse a la luz de la doctrina clsica del dualismo hilemorfista.
Si vemos a un cuerpo cuyas clulas estn cambiando, mientras su cantidad y estructuras permanecen
constantes, tendremos que aceptar esa dualidad bsica, si es que queremos entender algo. Y si nos
preguntamos por las causas nos veremos obligados a reconocer a la Causalidad Trascendental.
Claro que, a partir de all, saldremos del exclusivo territorio de la empine y pasaremos a la metafsica y a
la teologa, y nos detendremos ante el misterio. Dios, dice Schmaus, late en el misterio, siendo causa y objeto de
continua sorpresa de la creatura. El universo, lo dijo el poeta Schiller, es un pensamiento de Dios. Y nosotros,
sus creaturas, sabemos slo un poco de ese pensamiento. Como lo dice Hamlet: Hay ms cosas en el cielo y en
la tierra, Horacio, que las que conoce nuestra filosofa. El fetichismo cientificista y materialista ha procurado,
en vano, inhabilitar la bsqueda del Deus absconditus, que es la nica causa de la evolucin de las cosas.
www.statveritas.com.ar
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Cunot, Lut'ien: liiLLntion il finiilt''n biologie, Pars, Flammarion, 1941.
41
Khn, Oskar: op. cit., pp. 386, 387.