El documento describe a los "comunistas liberales", una nueva élite global que se reúne en Davos en lugar de Porto Alegre. Apoyan el capitalismo global pero también causas como la responsabilidad social y el medio ambiente. Creen que el mercado y la responsabilidad social no son opuestos y que pueden usarse juntos para un beneficio mutuo. Su objetivo no es solo ganar dinero sino cambiar el mundo.
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El documento describe a los "comunistas liberales", una nueva élite global que se reúne en Davos en lugar de Porto Alegre. Apoyan el capitalismo global pero también causas como la responsabilidad social y el medio ambiente. Creen que el mercado y la responsabilidad social no son opuestos y que pueden usarse juntos para un beneficio mutuo. Su objetivo no es solo ganar dinero sino cambiar el mundo.
El documento describe a los "comunistas liberales", una nueva élite global que se reúne en Davos en lugar de Porto Alegre. Apoyan el capitalismo global pero también causas como la responsabilidad social y el medio ambiente. Creen que el mercado y la responsabilidad social no son opuestos y que pueden usarse juntos para un beneficio mutuo. Su objetivo no es solo ganar dinero sino cambiar el mundo.
El documento describe a los "comunistas liberales", una nueva élite global que se reúne en Davos en lugar de Porto Alegre. Apoyan el capitalismo global pero también causas como la responsabilidad social y el medio ambiente. Creen que el mercado y la responsabilidad social no son opuestos y que pueden usarse juntos para un beneficio mutuo. Su objetivo no es solo ganar dinero sino cambiar el mundo.
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Los Comunistas Liberales de Porto Davos
Por Slavoj iek | 14.Abril.2006 En la ltima dcada, Davos y Porto Alegre han surgido como las ciudades mellizas de la globalizacin. En Davos, las instalaciones suizas exclusivas de esqu, la lite global de directores de empresas, hombres de estado y personalidades mediticas, se renen bajo una fuerte proteccin policial, intentando convencernos a nosotros (y a s mismos) de que la globalizacin es su mejor remedio. En la ciudad sub-tropical brasilea de Porto Alegre, la contra-lite del movimiento antiglobalizacin se rene, intentando convencernos a nosotros (y a s mismos) de que la globalizacin capitalista no es nuestro destino; como dice su eslogan oficial, otro mundo es posible. Ultimamente, sin embargo, las reuniones de Porto Alegre parecen haber perdido su mpetu. Dnde fueron las brillantes estrellas de Porto Alegre? Como mnimo algunas de ellas se fueron a Davos! Es decir, ms y ms, el tono predominante de las reuniones de Davos viene del grupo de empresarios que el periodista francs Oliviar Malnuit menciona irnicamente como los comunistas liberales (esto es, liberal en el sentido europeo de pro-mercado) que no aceptan ya la oposicin entre Davos (capitalismo global) y Porto Alegre (los nuevos movimientos sociales y su alternativa al capitalismo global). Afirman que podemos tener la tarta global capitalista (prosperar como empresarios con beneficios) y a la vez comrnosla (apoyar las causas anticapitalistas de responsabilidad social, preocupaciones ecolgicas, etctera). No se necesita Porto Alegre, dicen, ya que Davos en s puede convertirse en Porto Davos. Y quines son estos comunistas liberales? La banda de los sospechosos habituales: Bill Gates y George Soros, los CEOs de Google, IBM, Intel, eBay, as como filsofos de la corte como Thomas Friedman. Lo que hace interesante la ideologa de este grupo es que se est volviendo indistinguible de la de Antonio Negr, quien ha alabado el capitalismo digital postmoderno; el cual, segn Negr, se est convirtiendo en algo imposible de distinguir del comunismo. Segn los clculos de Negr, ambas vieja Derecha -con sus ridculas creencias en la autoridad, el rden y el patriotismo parroquial- y vieja Izquierda -con su gran Lucha contra el Capitalismo- son los autnticos conservadores de hoy, totalmente fuera de onda de las nuevas realidades cuando combaten en sus teatros de sombras. El significante propio de esta nueva realidad de al neolingua del liberal comunista es listo. Listo significa dinmico y nmada en oposicin a la burocracia centralizada; dilogo y cooperacin contra la autoridad central; flexibilidad contra la rutina; cultura y conocimiento contra la vieja produccin industrial; e interaccin espontnea contra las jerarquas fijadas. Bill Gates -magnate del software y filntropo-, es el icono de lo que llam capitalismo sin friccin, la sociedad post-industrial en la que somos testigos del fin del trabajo, en que el software est venciendo al hardware y donde el jven empolln sustituido al gerente con traje. En el nuevo cuartel general de la compaa, hay poca disciplina externa, y los (ex)hackers dominan el terreno, con largas jornadas y disfrutando de bebidas gratis en entornos de peluche. A este respecto, es una caracterstica crucial de Gates como icono que es (percebido como) el ex-hacker que lo consigui. A nivel fantasmtico, la nocin subyacente aqu es que Gates es un hooligan subversivo y marginal que ha tomado el control y se viste como un directivo respetable. 2
Los comunistas liberales son grandes ejecutivos reformando el espritu de la lucha, o por decirlo de otra forma, individuos contraculturales que tomaron el control de las grandes corporaciones. Su dogma es una versin nueva, postmodernizada, de la mano invisible de Adam Smith: el mercado y la responsabilidad social no son opuestos, pueden utilizarse juntos para un beneficio mutuo. La colaboracin con los empleados, el dilogo con los clientes, el respeto por el medio ambiente y los tratos transparentes son ahora las claves para un negocio exitoso. Como comunistas liberales son pragmticos, odian la ideologa. No hay una Clase Trabajadora nica explotada hoy, tan slo problemas concretos que hay que ser resueltos, tales como el hambre en frica, la situacin de las mujeres musulmanes o la violencia religiosa fundamentalista. Cuando hay una crisis humanitaria en frica (y los comunistas liberales aman las crisis humanitarias, sacan lo mejor de ellos!), en lugar de emplear una retrica anti-imperialista, consideran que deberamos analizar qu es lo que realmente resuelve el problema: contratar a la gente, a los gobiernos y a los negocios dirigiendolos hacia una empresa comn, aproximarse a la crisis de formas creativas y no convencionales, y no preocuparse sobre las etiquetas. Los comunistas liberales tambin aman el Mayo del 68. Qu explosin de energa juvenil y de creatividad! Cmo hizo temblar los confines de un rden burocrtico anquilosado! Qu mpetu le dio a la vida econmica y social despus de que desaparecieran las ilusiones polticas! Y aunque han cambiado desde entonces, no se han resignado a la realidad; han cambiado para cambiar el mundo, para revolucionar nuestras vidas. No dijo Marx que todas las revueltas polticas palidecieron en comparacin con la invencin de la mquina de vapor en cuanto a la forma en que cambi nuestras vidas? Y no dira Marx hoy: qu son todas esas protestas contra el capitalismo comparadas con el Internet? Por encima de todo, los comunistas liberales se ven a s mismos como verdaderos ciudadanos del mundo, buena gente que se preocupa. Se preocupan por los fundamentalistas populistas y las corporaciones codiciosas e irresponsables. Ven las causas profundas de los problemas de hoy, la masiva pobreza y la falta de esperanza que engendra el terror fundamentalista. As que su objetivo no es ganar dinero, sino cambiar el mundo (y de esta manera, como un producto lateral, ganar ms dinero todava). El truco, por supuesto, es que para poder drselo a la comunidad primero lo tienes que coger (o como ellos dicen, crearlo). El fundamento de los comunistas liberales es que, para poder ayudar realmente a la gente, tienes que tener los medios para hacerlo. Y como la experiencia nos ensea, esa experiencia del fallo lgubre de todos los estados centralizados y las aproximaciones colectivistas, la iniciativa privada es de lejos la forma ms eficiente. As que si el estado quiere regular sus negocios o ponerles demasiados impuestos, est de hecho socavando su objetivo oficial (hacer mejor la vida para la gran mayora, ayudar a aquellos que lo necesitan). Los comunistas liberales no quieren ser slo mquinas de generar beneficios: quieren que sus vidas tengan un significado ms profundo. Estn en contra de las viejas religiones y a favor de una espiritualidad sin confesin (todo el mundo sabe que el Budismo presagi las ciencias de la mente, que el poder de la meditacin puede medirse cientficamente!). Su consigna preferida es la responsabilidad social y la gratitud: son los primeros en admitir que la sociedad fue increblemente buena cone 3
llos dejandoles desplegar su talento y amasar riquezas. Y despus de todo, cul es el objetivo del xito si no es ayudar a la gente? Sin embargo, hay algo de nuevo en todo esto? Qu hay del viejo Andrew Carnegie, que empleaba un ejrcito privado para suprimir brutalmente el trabajo sindicado y despus distribua una gran parte de su fortuna para causas educativas, artsticas y humanitarias, probando que, aunque fuera un hombre de hierro, tena un corazn de oro? Del mismo modo, los comunistas liberales de hoy en da dan con una mano lo que antes quitaron con la otra. Esto es lo que hace a una figura como Soros tan problemtica ticamente. Su rutina diaria es una mentira personificada: la mitad de su tiempo de trabajo lo pasa dedicado a especulaciones financieras y la otra mitad a actividades humanitarias (financiando actividades culturales y democrticas en los pases post-Comunistas, subvencionando el movimiento en EEUU para obtener dinero pblico a travs de elecciones privadas, acuando trminos peyorativos como fundamentalistas del libre mercado), que finalmente combaten los efectos de sus propias especulaciones. De forma parecida, las dos caras de Bill Gates: un cruel hombre de negocios que destruye o compra a sus competidores y busca un monopolio virtual, usando todas las trampas sucias posibles para obtener sus propsitos... y el mayor filntropo en la historia de la humanidad. En la tica del comunista liberal, la persecucin despiadada del beneficio se contrarresta a travs de la caridad: esta es hoy la mscara humanitaria que se esconde tras la explotacin econmica subyacente. En un chantaje de proporciones gigantescas, los pases desarrollados estn ayudando constantemente a los no desarrollados (crditos, ayudas, etctera), evitando por tanto la cuestin central; es decir, su complicidad y co-responsabilidad por la situacin miserable de los no desarrollados. Y lo mismo sucede con la oposicin entre las aproximaciones lista y no-lista. Aqu la nocin clave es la subcontratacin. Subcontratando, exportas el (necesario) lado oscuro; salarios bajos, prcticas laborales duras y polucin, a lugares no-listos en el Tercer Mundo (o lugares invisibles dentro del propio Primer Mundo). El sueo definitivo de los comunistas liberales es en s exportar a la clase trabajadora en s a las fbricas explotadoras invisibles del Tercer Mundo. La filsofa marxista francesa Etienne Balibar, distingue las dos formas opuestas pero complementarias de violencia excesiva en el mundo de hoy: la violencia objetiva estructural que es inherente a las condiciones sociales del capitalismo global (es decir, la creacin automtica de individuos excludos y dispensables, los desempleados, los que no tienen seguro, los sin techo), y la violencia subjetiva de los nuevos fundamentalismos tnicos y/o religiosos. Mientras que combaten la violencia subjetiva, los comunistas liberales son en s los agentes de la violencia estructural que crea las condiciones para tales explosiones de violencia subjetiva. Precisamente dado que los comunistas liberales quieren resolver todos estos problemas secundarios respecto al funcionamiento del sistema capitalista global -para hacerlo carente de fricciones para sus maquinaciones-, son la personificacin directa de lo que hay de errneo en el sistema. Dentro de cualquier alianza tctica necesaria que uno tenga que hacer con los comunistas liberales al combatir el racismo, el sexismo o el oscurantismo religioso, 4
deberamos recordar: los comunistas liberales son el enemigo de toda lucha progresista hoy en da.
Economía de los no economistas (2ª Edición): Carlos Rodríguez Braun analiza el pensamiento económico en la cultura, la prensa, la política y la religión.