Este documento explora nuevas perspectivas sobre la experiencia del tiempo por parte del sujeto. Critica la visión tradicional del tiempo como un río que fluye, proponiendo en cambio que el sujeto permanece fijo en su "posición temporal de presencia", desde donde proyecta la sucesión de momentos presentes. Distingue entre el "Ahora", que representa dicha posición permanente del sujeto, y los sucesivos "momentos presentes" que atraviesan el Ahora. Se basa en las ideas de Kant y Schopenhauer sobre la representación del objeto por
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Este documento explora nuevas perspectivas sobre la experiencia del tiempo por parte del sujeto. Critica la visión tradicional del tiempo como un río que fluye, proponiendo en cambio que el sujeto permanece fijo en su "posición temporal de presencia", desde donde proyecta la sucesión de momentos presentes. Distingue entre el "Ahora", que representa dicha posición permanente del sujeto, y los sucesivos "momentos presentes" que atraviesan el Ahora. Se basa en las ideas de Kant y Schopenhauer sobre la representación del objeto por
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Este documento explora nuevas perspectivas sobre la experiencia del tiempo por parte del sujeto. Critica la visión tradicional del tiempo como un río que fluye, proponiendo en cambio que el sujeto permanece fijo en su "posición temporal de presencia", desde donde proyecta la sucesión de momentos presentes. Distingue entre el "Ahora", que representa dicha posición permanente del sujeto, y los sucesivos "momentos presentes" que atraviesan el Ahora. Se basa en las ideas de Kant y Schopenhauer sobre la representación del objeto por
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Tiempo y Sujeto.
Mario Toboso Martn A Parte Rei 27
http://aparterei.com 1 Tiempo y Sujeto: Nuevas perspectivas en torno a la Experiencia del Tiempo Mario Toboso Martn En el presente artculo se exponen algunas de las cuestiones desarrolladas en nuestra tesis doctoral homnima. 1 Vamos a expresar, primeramente, cul ha sido el propsito general de nuestro trabajo. A travs del mismo pretendemos aportar una visin de conjunto, renovada, en torno a los diferentes aspectos que conforman la experiencia del tiempo por parte del sujeto. Creemos, por lo tanto, que uno de nuestros cometidos primordiales debe consistir en tratar de contemplar, bajo nueva luz, algunas de las nociones ms bsicas de las que el pensamiento acostumbra servirse en su reflexin incesante acerca del tiempo. As, por ejemplo, el lastre de numerosos siglos de tradicin al respecto nos ha habituado a concebir su imagen en comparacin con la de un ro que fluyera llevndonos, a la vez, inmersos en su corriente, a la que resultamos ser arrojados en el momento mismo de venir al mundo. Debemos notar, no obstante, cmo esta imagen se est expresando, en nuestra opinin, en un sentido que va mucho ms all de lo meramente metafrico y alberga un contenido adicional de marcado carcter interpretativo. A nuestro parecer, nos induce a pensar que el tiempo dominaba ya sobre el amplio dominio del citado mundo mucho antes de que nosotros llegsemos a l y, por extensin, desde siempre. As, en calidad de simples advenedizos no cabra considerarnos ms que como cautivos de la autoridad de su mandato, en virtud de la cual se acepta que el tiempo acta y se expresa no slo en nosotros mismos, sino tambin en todo lo que contemplamos, y es por ello concebido a la postre como un ente de naturaleza objetiva. Pensamos que consideraciones de esta clase sustentan la dicotoma que suele establecerse entre el denominado tiempo del mundo, tambin llamado tiempo objetivo, y la vivencia supuesta del mismo por parte del sujeto, asociada a la nocin de tiempo de la conciencia, o tiempo subjetivo. El origen de la misma acostumbra situarse en la contraposicin establecida entre los planteamientos de Aristteles y san Agustn en relacin con el estudio del tiempo. 2 A tal respecto, suele calificarse como fsico, o cosmolgico, el primero y psicolgico el segundo; si bien cabe sealar que, en sus reflexiones, Aristteles particip de ambos puntos de vista aunque de un modo desigual, por lo que se le podra considerar, de hecho, como el iniciador de la va psicolgica, al sealar la necesidad de una accin intelectual en lo referente a la percepcin del tiempo y a su existencia misma. 3 Ello no es bice para que su investigacin se mantenga dentro del terreno del movimiento y de la ciencia fsica, limitada al anlisis de la homognea sucesin de los ahoras, perspectiva sta desde la que no resulta posible explicar por entero la triple dimensionalidad del tiempo en la experiencia subjetiva. 4
1 Toboso, Tiempo y sujeto: Nuevas perspectivas en torno a la experiencia del tiempo, Tesis Doctoral, Universidad de Salamanca, Departamento de Filosofa, Lgica y Filosofa de la Ciencia (2003) 2 La exposicin de estos dos autores acerca del problema del tiempo se encuentra, en lo fundamental, en el Libro IV (captulos 10 al 14) de la Fsica de Aristteles y en el Libro XI (captulos 14 al 21) de las Confesiones de san Agustn. 3 Aristteles, Fsica, 223 a 21-29. 4 Snchez, Tiempo y sentido, Madrid, Biblioteca Nueva - UNED (1998), p. 130. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 2 El enfoque que nosotros proponemos asume, como elemento fundamental, una participacin activa por parte del sujeto en relacin con los diferentes aspectos inherentes a la nocin habitual de tiempo, en lugar de remitir a la perspectiva ms bien pasiva de quien es llevado por la corriente del mencionado ro. Si quisiramos expresarlo por medio de una imagen diramos que al hilo de lo recin expuesto a propsito de esta metfora el sujeto, ahora como elemento esencial de nuestro planteamiento, no es arrastrado por dicha corriente, sino que se mantiene y permanece fijo en su posicin temporal, situado en una especie de vrtice o remolino, a partir de la cual es l mismo quien proyecta la corriente ms all de su propia posicin por medio de un procedimiento adecuado de representacin. As, el tiempo segn sugerimos no se halla dado ah afuera, en el sentido que le otorga el punto de vista tradicional de la corriente, sino que ha de ser representado por el sujeto desde su posicin en el referido vrtice. Para proceder al desarrollo de nuestro planteamiento particular hemos situado su punto de partida en el marco filosfico del idealismo crtico introducido por Kant, del cual nos hacemos eco a travs de la crtica del mismo elaborada por Schopenhauer. En relacin con lo sealado acerca del propsito general de nuestro trabajo encaminado a explorar la naturaleza de la experiencia del tiempo por parte del sujeto, notemos que el encuentro con este autor se ve favorecido por la importancia que en su sistema se atribuye al sujeto cognoscente al hilo de la nocin de representacin, considerada como la bipolaridad en que se manifiesta la comunidad de lmites entre tal sujeto y el objeto conocido. Cabe decir que, hasta donde alcanza nuestra indagacin, no nos consta que Schopenhauer desarrollara ninguna teora particular del tiempo dentro del contexto de su sistema filosfico. No obstante, sugerimos que pueden extraerse del tratamiento de diversos temas por su parte, ciertas nociones y elementos de marcado carcter temporal que, como las piezas dispersas de un rompecabezas, pueden ensamblarse de manera que el resultado obtenido constituya el embrin de una teora acerca del tiempo, pese a que en su origen los elementos que lo integran no formaran parte de ningn proyecto, a tal respecto, prefijado con anterioridad. La diferencia bsica entre nuestro planteamiento que podramos denominar del vrtice y aqul otro que es ms habitual de la corriente, puede analizarse atendiendo al carcter que revisten las nociones comunes de ahora y de momento presente en el contexto ofrecido por ambos puntos de vista. A tal respecto, debemos sealar que desde la perspectiva de la corriente no se establece ninguna diferencia entre tales nociones, tomndose, de hecho, como trminos sinnimos, cuya contrapartida en el mbito de las nociones espaciales sera el dectico aqu. La equiparacin entre ambas nociones temporales constituye una prctica general no slo dentro del marco del lenguaje cotidiano, sino en el mbito de las diversas filosofas del tiempo elaboradas hasta el momento. Contrariamente, desde nuestra perspectiva particular del vrtice consideramos esencial establecer una diferencia clara entre la significacin de aquello que denominaremos Ahora y la del momento presente, de la misma manera que, pasando de nuevo al mbito de las nociones espaciales, cabe diferenciar el citado aqu de la ubicacin concreta que se expresa en la nocin de este lugar; pues, pese a que el sujeto refiera siempre su posicin en el espacio por medio del dectico aqu, ello no significa que se site siempre en este lugar en el mismo punto coordenado del espacio, podramos decir. De manera anloga, nosotros vamos a considerar la nocin de Ahora como representativa de la posicin temporal de presencia del sujeto, la cual ubicar, en todo momento, al denominado momento presente, si bien no siempre al mismo. Notemos, igualmente, y al hilo de la analoga propuesta que segn queda dicho tampoco el dectico aqu se refiere siempre a la misma posicin espacial. 5
5 La diferencia fundamental mencionada entre el Ahora y el momento presente se desarrolla en Toboso, op. cit., pp. 63 y ss. Utilizamos la denominacin en mayscula Ahora para referirnos a la posicin temporal de presencia del sujeto, diferente del momento presente; expresaremos, por Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 3 Por tanto, en el Ahora se da la doble y, slo en apariencia, paradjica condicin de hallarse temporalmente posicionado, de una manera permanente, el sujeto y transcurrir a travs del mismo, a la vez, el momento presente. Teniendo en cuenta las imgenes propuestas, debemos asumir que el Ahora considerado como vrtice no participa de la corriente de los momentos, y que la identificacin frecuente y engaosa del Ahora con el momento presente se produce al confundir el vrtice, en cuanto tal, con la corriente que lo ocupa en cada momento. Schopenhauer se expresa en trminos similares cuando sugiere comparar el tiempo con un crculo que girara sin fin; la mitad que desciende continuamente sera el pasado y aquella en ascenso el futuro, mientras que el punto superior, indiviso y en contacto con la tangente, constituira un presente estable e inextenso; y as como la tangente no participa de la rotacin, tampoco lo hace este presente, que es el punto de contacto del objeto, cuya forma es el tiempo, con el sujeto, quien en lo tocante a la forma nada tiene que ver con ninguno de los modos del principio de razn, ya que ste slo constituye la forma del objeto, y no la del sujeto, que no tiene forma alguna, dado que no pertenece al mbito de lo cognoscible, sino que supone la condicin de todo conocimiento. Ms cercana a nuestra imagen del vrtice y a la cualidad de permanencia que en l hemos destacado se halla su propuesta de imaginar el tiempo como un impetuoso e incesante torrente que se rompe contra la roca del presente (Ahora) sin llegar a arrastrarla consigo. 6 El hecho de no prestar atencin a la diferencia que proponemos entre el Ahora y el momento presente contribuye, en nuestra opinin, a acentuar los aspectos aporticos asociados al problema del tiempo y a la naturaleza del ahora. As, no atendiendo a tal diferencia, nos veremos llevados a reconocer que el ahora est continuamente desapareciendo y que lo que es ahora ya no es, porque el momento presente es fugaz e inaprensible; aunque de manera paradjica sepamos tambin que, a pesar de sus continuos cambios y desapariciones, nunca se deja de estar en la misteriosa posicin actual del ahora. 7 Al hilo de esta consideracin notemos que, por regla general, se tiende a contemplar la nocin habitual de ahora de dos maneras diferentes; por una parte, desde la perspectiva de la presencia, se interpreta que el ahora es siempre uno y el mismo, y que en ello radican la simultaneidad del mundo y la posibilidad de que lo existente se encuentre en el mismo ahora actual. Sin embargo, desde la perspectiva del movimiento, se considera que cada ahora es distinto interpretando que lo temporalmente anterior y posterior no obedece a un simple cambio de posicin de un nico e idntico ahora, sino a la participacin y al transcurso de un ahora siempre distinto. 8 Tomando como base nuestro punto de vista particular pensamos que en lo paradjico de estas consideraciones se est obviando la diferencia que pretendemos establecer entre las nociones que denominamos Ahora y momento presente. Atendiendo a esta diferencia, y a lo recin citado, podramos decir que desde la perspectiva de la presencia se da la primera de ellas el Ahora, en tanto que, desde la perspectiva del movimiento se nos remite a la segunda el momento presente. 9 Este carcter doble del ahora habitual es objeto de anlisis por parte de Aristteles. 10 Sus conclusiones en torno a la mismidad y a la alteridad del ahora sugieren considerar que, en un sentido, el ahora es el mismo, y en otro sentido, no es el mismo; que es distinto en cuanto cambia, siendo sta su esencia; y, en cuanto a lo que est siendo, es
contra, la nocin tradicional que, segn mantenemos, tiende a equiparar ambos conceptos mediante el trmino ahora. 6 Schopenhauer, Metafsica de las costumbres, Madrid, Trotta (2001), p. 14. 7 Snchez, op. cit., p. 43. 8 Ibid., p. 107. 9 Toboso, op. cit., p. 65. 10 Vase, al respecto, Aristteles, Fsica, 219 b 9-33. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 4 el mismo. En lo que atae a su mismidad, no habra ms que un ahora que sera siempre el mismo, y este ahora actual o cualquier otro ahora son lo mismo, pues antes era tanto ahora como lo ser despus, y antes y despus son, igualmente, ahora. En cuanto a su alteridad, el ahora sera siempre distinto por ser aquello que no cesa de cambiar en el tiempo, cuya esencia es el cambio y el poder determinar as un antes y un despus. 11 A la postre, el planteamiento aristotlico conduce a establecer un paralelismo entre el mvil y el ahora, basado en que el ahora acompaa siempre al mvil, por cuanto ste es lo numerado del movimiento y lo que posibilita su alteridad; de manera que, el ahora es, en un sentido, siempre lo mismo y, en otro sentido, no es lo mismo; pues tambin el mvil es siempre lo mismo y es siempre no lo mismo. 12 El contenido aportico de tales afirmaciones, en que se ignora la diferencia que proponemos entre el Ahora y el momento presente, se refleja con claridad en la siguiente, a propsito del transcurso del tiempo: En el proceso de cambio va pasando un ahora que permanece idntico y cuyo transcurrir necesita de su propia permanencia: porque l, el ahora, se soporta en lo que va pasando desde el antes al despus, esto es, en aquello que sirve de sujeto y soporte al movimiento, que es un predicado. 13 Nosotros, prestando atencin a dicha diferencia, lo hubisemos expresado as: En el proceso de cambio va pasando el momento presente a travs del Ahora, que permanece idntico, y el transcurrir de aqul necesita, para ser aprehendido, de la permanencia de ste: porque l, el Ahora, se soporta en la presencia y en l tiene su posicin temporal el sujeto, para quien el movimiento es un predicado. La cualidad de permanencia aplicable al vrtice en la imagen metafrica que proponemos sugiere asimilarlo a la posicin temporal siempre presente y actual caracterstica del sujeto. De manera que, en calidad de vrtice, esta posicin mantiene su presencia en todo momento pese a que la corriente de los mismos transcurra a travs de ella. Podramos decir, entonces, que el Ahora interpretado como la posicin temporal de presencia del sujeto es siempre el mismo, aunque nunca lo sea el momento presente particular que lo ocupa. 14 Cabe destacarse que, en calidad de posicin temporal de presencia del sujeto, el Ahora no encaja en la nocin de momento, sino que ha de interpretarse como la condicin que posibilita la aprehensin subjetiva de su transcurso. No le es aplicable, por tanto, la cualidad de ser pasado, presente (en un sentido efmero) o futuro, denotativas de los momentos, sino la clase de presencia digamos permanente, apelando a la imagen propuesta del vrtice desde la que se ofrece al sujeto la mencionada aprehensin. El Ahora slo puede ser presente, pero no en calidad de momento presente; antes al contrario, vamos a considerar que cada momento actual recibe el calificativo de presente en tanto en cuanto se ubica en la posicin de presencia representada por el Ahora. 15 Esta presencia, que permanece siempre inmutable, concebida empricamente en calidad de momento presente, aparece como lo ms fugaz e inaprensible que pueda imaginarse; pero desde el punto de vista metafsico, que se eleva sobre las formas del objeto y de la intuicin emprica, se nos revela como lo nico permanente, asimilable al nunc stans de los escolsticos. 16 A la inmutabilidad de este Ahora que permanece se contrapone, en todo momento, la fugacidad del Ahora que transcurre a travs de l, esto es, el nunc fluens representado por el momento presente. Quien se mantiene al margen de las consideraciones precedentes as como de la idealidad transcendental del tiempo, aceptando el punto de vista de la corriente, habr
11 Snchez, op. cit., p. 133. 12 Aristteles, Fsica, 219 b 31-33. 13 Snchez, op. cit., p. 133. 14 Toboso, op. cit., p. 63. 15 Ibid., p. 65. 16 Schopenhauer, El Mundo como Voluntad y Representacin, Mxico, Porra (2000), p. 221. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 5 de contemplar el momento de su propia existencia subjetiva y el tiempo en que sta acontece sin ninguna vinculacin el uno con el otro, si bien aqul queda enmarcado en ste. Bien mirado, deber admitir la intervencin de dos ahoras independientes, de los que uno pertenece al sujeto y el otro al objeto, y asombrarse de la feliz coincidencia que les hace converger en cada momento. Mas lo cierto es que, considerado desde la perspectiva del vrtice, slo el presente (Ahora) existe, en cuanto punto de contacto del objeto con el sujeto. 17 Es este punto el Ahora ya referido, en el que se da la doble condicin de servir de posicin temporal de presencia al sujeto cognoscente y transcurrir a travs de l, bajo la forma del momento presente, el objeto conocido. La naturaleza, en apariencia paradjica, de esta doble condicin del Ahora encuentra expresin, asimismo, en la antinomia de que el tiempo sea subjetivamente un punto y objetivamente una secuencia cronolgica indefinida. 18 Schopenhauer insiste en destacar la importancia de este punto; del Ahora que imaginado por nosotros como vrtice otorga al sujeto cognoscente su posicin de presencia. As lo comprobamos en su ensayo sobre la crtica kantiana de la psicologa racional, al hilo de los paralogismos de la razn pura. 19 En la primera de las dos proposiciones, por medio de las cuales reformula el paralogismo de la personalidad, seala que no sera posible percibir el transcurso del tiempo con todo lo representado en l si no hubiese algo que no tomara parte de dicho transcurso, con cuyo reposo poder comparar el movimiento de aqul. Debemos presuponer, por tanto, una posicin estable ante la que transcurre el tiempo. Para la percepcin del sentido externo esto lo verifica la materia, en cuanto substancia estable bajo el cambio de sus accidentes. En lo tocante a la percepcin del sentido interno implicada en el paralogismo de la personalidad, debemos notar que si nuestra conciencia, con todo su contenido de representacin, se moviera de manera uniforme en la corriente misma del tiempo, no podramos aprehender su transcurso. Por consiguiente, para esto ha de haber en la propia conciencia algo inmvil. Y esto no puede ser otra cosa que el propio sujeto cognoscente, quien como tal contempla impvido el transcurso del tiempo y el cambio de su contenido. 20 En la segunda proposicin, Schopenhauer declara que por medio del sentido interno el sujeto se conoce slo en el tiempo, en el que considerado de manera objetiva no puede haber nada estable. A pesar de ello, el sujeto se encuentra continuamente como el substrato permanente e invariable de s mismo, y en todo el cambio de sus representaciones obra respecto de stas como la materia respecto de sus accidentes. Al igual que sta, merecer, pues, el atributo de substancia. No obstante, para concebir la substancialidad del sujeto como algo estable en contraposicin con el transcurso incesante del tiempo, debemos suponerlo fuera del tiempo; de manera que, al contrario que todos los objetos, que estn en el tiempo, no lo est, en cambio, el sujeto cognoscente. 21 Por lo tanto, no cabe predicar del sujeto cognoscente lo que de la materia se predica bajo las condiciones de la intuicin, en especial aquello que respecta a su duracin y estabilidad a travs de todo el tiempo; pues la estabilidad atribuible al sujeto cognoscente consiste, ms bien, en que se le considera no incluido en ningn tiempo, y menos an en todo tiempo. Se suprimen as las condiciones de la intuicin que posibilitan la consideracin a priori de tales predicados en el caso de la substancialidad otorgable al sujeto. Como consecuencia de la reelaboracin del paralogismo de la personalidad llevada a cabo por Schopenhauer cabe concluir que en la conciencia emprica del sujeto cognoscente es
17 Schopenhauer, Metafsica..., op. cit., p. 13. 18 Schopenhauer, Manuscritos berlineses, 291, Valencia, Pre-textos (1996), pp. 253-254. 19 Schopenhauer, Fragmentos sobre historia de la filosofa, recogido en Respuestas filosficas a la tica, a la ciencia y a la religin, Madrid, Edaf (1996), pp. 132-137. Acerca de los mencionados paralogismos, Kant, Crtica de la razn pura, Dialctica Transcendental, Libro segundo, Seccin primera. 20 Schopenhauer, Respuestas filosficas..., op. cit., p. 134. 21 Ibid., p. 135. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 6 posible sealar la presencia de un punto eterno, estable bajo el cambio en el tiempo de las representaciones; si bien, a partir de la naturaleza de este punto, no deben derivarse demostraciones ulteriores referentes a la naturaleza del individuo. 22 Esta conclusin se relaciona, asimismo, con la consideracin segn la cual el sujeto cognoscente en cuanto condicin supuesta de antemano de todo objeto cognoscible es concebido por Schopenhauer como el punto fijo ante el cual transcurre el tiempo con todas sus representaciones, no pudiendo conocerse su transcurso ms que en contraposicin con el carcter estable de dicho punto. Este es, de nuevo, el punto de contacto del objeto conocido, cuya forma temporal es el fugaz momento presente, con el sujeto cognoscente posicionado en la presencia permanente del Ahora, en cuanto substrato que recibe las representaciones, ya se refieran stas a objetos del sentido externo, o bien del sentido interno. Tales sentidos disfrutan de un grado diferente de inmediatez para el sujeto, pues ste slo conoce de manera inmediata a travs del sentido interno, en tanto que el externo es objeto, a su vez, de ste. 23 Por la sola intervencin del sentido interno el sujeto es capaz de conocerse a s mismo, es decir, este sentido sera el responsable de la denominada autoconciencia, que podemos entender como la conciencia de uno mismo, en oposicin a la conciencia de las dems cosas, que es en lo que consiste la facultad cognoscitiva. Debemos tener presente la doble va por medio de la cual el sujeto llega a conocer su propio cuerpo; por una parte, mediante el sentido externo lo conoce como la sede de la sensibilidad y en calidad de objeto entre objetos sometido, como tal, a los modos del principio de razn suficiente; por otra parte, a travs del sentido interno, lo conoce como rgano de la voluntad, que acta hacia afuera y cuyos actos ve repetirse en el tiempo siempre de un modo simultneo a las acciones del cuerpo, de lo que deduce la identidad de ambos, reconociendo as la voluntad no en su totalidad, ni como unidad en su esencia, sino solamente en sus actos particulares, esto es, en el tiempo, que es la forma fenomnica del cuerpo y de todo objeto. Tales actos de la voluntad, que son objetos de la conciencia de uno mismo, se producen con ocasin de algo que enmarcado en la conciencia de las dems cosas constituye, a su vez, un objeto de la facultad cognoscitiva. Este objeto que se presenta en el campo de la conciencia se denomina motivo, y supone la materia del acto de voluntad, ya que ste se endereza siempre hacia aqul, pues slo en relacin con tal objeto puede la accin ser concebida. 24 La manera en que el sujeto experimenta el transcurso de su accin en el tiempo nos lleva a tomar en consideracin la nocin de campo de presencia. Asumimos que tal experiencia pone en juego un fenmeno conjunto de retencin y proyeccin intencional por medio del cual la vivencia originaria en la que el tiempo y sus diferentes dimensiones aparecen ante el sujeto se perfila como tener an a la mano en el campo de presencia, 25 pues el tiempo no es una lnea, sino una red de intencionalidades 26 que vincula el momento presente con el pasado y el porvenir. Estos se disponen en el campo de presencia a modo de dimensiones intencionales con las que el sujeto siempre cuenta, y trazan de antemano, cuando menos, el estilo de lo que va a venir (aunque siempre esperemos, y sin duda hasta la muerte, ver aparecer otra cosa). 27 Segn se proyecte la extensin intencional del sujeto hacia el pasado o hacia el futuro hablaremos, respectivamente, de retenciones y protensiones como las intencionalidades especficas mediante las cuales la conciencia es temporal o como
22 Ibid., p. 137. 23 Schopenhauer, De la cudruple raz del principio de razn suficiente, Madrid, Gredos (1989), p. 64. 24 Schopenhauer, Sobre la libertad de la Voluntad, Madrid, Alianza (2000), p. 57. 25 Snchez, op. cit., p. 242. 26 Merleau-Ponty, Fenomenologa de la percepcin, Barcelona, Planeta-Agostini (1984), p. 425. 27 Merleau-Ponty, op. cit., p. 424. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 7 diramos mejor temporalizadora. 28 El campo de presencia est configurado, de este modo, tanto por los actos como por su dimensin intencional, de suerte que no son los sucesos los que constituyen el pasado y el futuro, en calidad de vertientes retentiva y protensiva del citado campo, sino la intencionalidad propia de la conciencia que despliega la temporalidad, dejando, en su distensin, de estar encerrada en el presente. 29 Todo lo cual invita a tomar en consideracin cules puedan ser los caracteres particulares que hacen a la conciencia constitutivamente temporal. Teniendo en cuenta tales consideraciones, hemos introducido en nuestro trabajo la nocin de estructura retentivo protensiva, en la que combinamos tanto el Ahora, en cuanto posicin temporal de presencia del sujeto, como las referidas proyecciones intencionales de la conciencia que son retencin y protensin, a travs de las cuales se originan las dos vertientes del campo de presencia, esto es, el pasado y el futuro. 30 Figura 1: La estructura retentivo protensiva y los elementos que la conforman. Notemos, en relacin con esta figura y teniendo en cuenta lo expuesto con anterioridad, que el Ahora no debe interpretarse como el punto que transcurre entre las vertientes pasado y futuro del campo de presencia, sino como el vrtice por medio del cual se articula la distensin que da lugar a las mismas. Llegar a tomar este vrtice estable como tal punto fugaz conduce a la confusin ya sealada entre el Ahora y el momento presente, pues la posicin de presencia del sujeto es el vrtice, no el punto que transcurre; es decir, el Ahora, no el momento presente. Conforme a lo ya expuesto, el Ahora como tal posicin de presencia es siempre el mismo, aunque nunca lo sea el momento presente particular que lo ocupa. Atendiendo a los elementos que la integran, proponemos asimilar la estructura retentivo protensiva a la naturaleza temporal inherente a la conciencia del sujeto. Sugerimos, por tanto, que sta en lo que respecta a su capacidad y naturaleza tempora- lizadoras sea interpretada como una estructura retentivo protensiva, responsable de dar cuenta de los diferentes aspectos implicados en la experiencia subjetiva del tiempo. Entre los mismos cabe destacar el carcter actual siempre presente del Ahora, en cuanto vrtice estable de la estructura, que representa la posicin temporal de presencia del sujeto.
28 Comte-Sponville, Qu es el tiempo?, Barcelona, Editorial Andrs Bello (2001), p. 38. 29 Merleau-Ponty, op. cit., p. 422. 30 Toboso, op. cit., pp. 111 y ss. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 8 Proponemos interpretar la naturaleza temporal y temporalizadora de la conciencia del sujeto en consonancia con los diferentes elementos que conforman la estructura retentivo protensiva, de manera que los diversos aspectos implicados en la experiencia subjetiva del tiempo lleguen a ser convenientemente asimilados a los elementos que constituyen dicha estructura. sta se nos ofrecer, entonces, como un marco de trabajo acerca de tales aspectos, as como de su integracin en la conciencia, en la forma de una vivencia inmediata y caracterstica del tiempo por parte del sujeto, quien desde la posicin de presencia que le otorga el Ahora lo contempla como el resultado de un procedimiento adecuado de representacin. As, al buscar la va en virtud de la cual la conciencia del sujeto constituye la temporalidad y el campo de presencia y deja, mediante la distensin, de estar encerrada en el presente, nos remitimos al anlisis de las representaciones llevado a cabo por Schopenhauer, con el fin de poner de manifiesto las diferentes connotaciones temporales que caracterizan, por un lado, a las denominadas representaciones intuitivas y, por otro, a las representaciones abstractas; 31 destacamos, en especial, el modo en que stas ltimas permiten dar cuenta de una imagen del mundo que puede ser situada y representada ms all de la actualidad caracterstica inherente a la posicin temporal de presencia del sujeto en el Ahora. Posibilitan, por tanto, la introduccin de los conceptos de pasado y futuro, en calidad de categoras descriptivas abstractas bsicas dentro de dicha imagen, en solidaridad con las cuales la nocin de momento presente, a modo de punto de inflexin entre las mismas, es ubicado en todo momento por el Ahora. Consideramos fundamental, en relacin con la vivencia temporal, destacar la manera en que la facultad cognoscitiva ligada a las representaciones abstractas diferencia entre la motivacin que caracteriza, por un lado, la conciencia humana y, por otro, la conciencia animal; para ello hemos de tener en cuenta que recogiendo el punto de vista de Schopenhauer de dicha facultad estn desprovistos los animales, y aun los ms inteligentes no poseen ms que representaciones intuitivas y no conocen, por consiguiente, ms que lo momentneamente presente; no viven ms que en el presente y, as, los motivos que mueven su voluntad tienen que presentarse siempre intuitiva y actualmente. 32 En el hombre la situacin es distinta, y es esta diferencia notable la que nos sugiere reconsiderar la nocin de campo de presencia a la luz de estas cuestiones. Para lo cual debemos notar, como un hecho esencial, que el hombre, en virtud de su capacidad para las representaciones abstractas por medio de las cuales piensa y reflexiona, posee un campo visual infinitamente mayor, que comprende lo pasado y lo futuro, y ofrece, de este modo, una esfera mucho mayor para la accin de los motivos que no el animal, limitado a su estrecho presente. 33 La reflexin y el pensar proporcionan al hombre, asimismo, su caracterstica capacidad de concentrarse, hacindole capaz de concebir numerosos individuos en un slo concepto, lo que le permite dejar de lado cualesquiera diferencias entre ellos, incluso las de espacio y tiempo, y obtener as pensando por medio del concepto el panorama completo de lo pasado y lo futuro; en tanto que el animal se halla ligado por todos lados al presente. Por la concentracin y la capacidad de reflexionar, volviendo sobre s mismo una y otra vez, alcanza el hombre las obras tericas y prcticas que le son exclusivas, mediante la accin intencionada, premeditada y metdica que deriva del cuidado por lo futuro bajo la consideracin de lo pasado. 34 As, esta nueva conciencia de alta potencialidad, que supone el reflejo abstracto de todo lo intuitivo en conceptos no intuitivos de la razn, otorga al hombre la discrecin que tanto le distingue de los animales. En lo tocante a la experiencia temporal, estos viven slo
31 Ibid., pp. 80 y ss. 32 Schopenhauer, Sobre la libertad..., op. cit., p. 80. 33 Ibid., p. 81. 34 Schopenhauer, De la cudruple raz..., op. cit., p. 153. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 9 en el presente; aqul en el futuro y en el pasado. Ellos se hallan sujetos a las impresiones del momento y a la accin derivada de motivos intuitivos; en cambio, al hombre le determinan conceptos abstractos, independientes del presente. 35 La idea que nos interesa fijar aqu es que la motivacin ligada en el hombre a su capacidad inherente para las representaciones abstractas es la responsable de la distensin temporal que configura el campo de presencia, pues no es sino en calidad de motivos abstractos como el sujeto se representa para s mismo tanto el pasado como el porvenir. Debido a lo cual vamos a interpretar el campo de presencia como el contexto temporal que da cabida a todos los posibles motivos hacia los que en virtud de la representacin abstracta se distiende la conciencia del sujeto. 36 En la base, y como antecedente de esta cuestin fundamental, se halla la siguiente declaracin: Esto de que el hombre es actuado por una clase de representacin (concep- tos, ideas abstractas) que el animal no posee, es algo externamente visible, ya que imprime a toda su accin, aun a la ms insignificante, a todos sus pasos y movimientos, el carcter de premeditados e intencionados... El motivo abstracto, que se compone nada ms que de ideas, es una causa exterior que determina la voluntad lo mismo que la determina el motivo sensible, que consiste en un objeto real, presente... Lo que le diferencia es la longitud del hilo, con lo que quiero dar a entender que no se halla vinculado, como ocurre al motivo puramente sensible, a una determinada proximidad en el tiempo y en el espacio, sino que puede actuar a la mayor distancia y al mayor tiempo y a travs de una concatenacin de conceptos e ideas; lo cual es consecuencia de la constitucin y extremada sensibilidad de aquel rgano que experimenta y recoge en primer lugar su accin, a saber, el cerebro humano o la razn. 37 As pues, en nuestra opinin, debemos entender que el sujeto cognoscente, desde su posicin de presencia en el Ahora, constituye y distiende la trama de la temporalidad mediante su propia capacidad para las representaciones abstractas, que como factor distensivo le saca del presente, resultando de esta distensin la nocin de campo de presencia como el contexto en cuyas vertientes pasado y futuro se distribuyen todos los posibles motivos abstractos. La influencia de tales motivos es tan decisiva que coloca al hombre, con respecto al resto de animales, en la misma relacin en que en un sentido anlogo se hallan los animales dotados de vista con relacin a los que no la poseen y que slo pueden conocer, a travs del sentido del tacto, lo inmediatamente presente en el espacio. Los otros, al contrario, pueden, mediante la vista, apreciar tanto lo que est cerca como lo que se halla lejos de ellos. De manera similar, la ausencia de la razn entre los elementos de su facultad representativa limita a los animales a lo inmediatamente presente en el tiempo, es decir, a las representaciones intuitivas y los objetos reales. El hombre, en cambio, por medio del conocimiento abstracto, abarca junto con la realidad presente, todo lo pasado y lo porvenir, y, a la vez, el amplio campo de la posibilidad, dominando as un horizonte temporal que se extiende mucho ms all de lo meramente presente y lo real. 38 Referencias: Agustn : Confesiones, Madrid, Alianza (1999)
35 Schopenhauer, El Mundo..., op. cit., p. 43. 36 Toboso, op. cit., p. 92. 37 Schopenhauer, Sobre la libertad..., op. cit., pp. 81-83. 38 Schopenhauer, El Mundo..., op. cit., p. 79. Tiempo y Sujeto. Mario Toboso Martn A Parte Rei 27 http://aparterei.com 10 Aristteles : Fsica, Madrid, Gredos (1995) Comte-Sponville, A. : Qu es el tiempo?, Barcelona, Editorial Andrs Bello (2001) Kant, I. : Crtica de la Razn Pura, Madrid, Alfaguara (1988) Merleau-Ponty, M. : Fenomenologa de la percepcin, Barcelona, Planeta-Agostini (1984) Snchez, A. : Tiempo y sentido, Madrid, Biblioteca Nueva - UNED (1998) Schopenhauer, A. : De la cudruple raz del principio de razn suficiente, Madrid, Gredos (1989) Manuscritos berlineses, Valencia, Pre-textos (1996) Respuestas filosficas a la tica, a la ciencia y a la religin, Madrid, Edaf (1996) El Mundo como Voluntad y Representacin, Mxico, Porra (2000) Sobre la libertad de la Voluntad, Madrid, Alianza (2000) Metafsica de las costumbres, Madrid, Trotta (2001) Toboso, M. : Tiempo y sujeto: Nuevas perspectivas en torno a la experiencia del tiempo, Tesis Doctoral, Universidad de Salamanca, Departamento de Filosofa, Lgica y Filosofa de la Ciencia (2003)