Ciudad de Éfeso
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1. La ciudad de feso
Hacia el ao 96 d. C. la ciudad de feso era la ms importante de la provincia romana del Asia proconsular
(Asia Menor); centro postal y administrativo, y era casi tan importante como Antioqua. Para los gentiles y
paganos de la poca, dicha ciudad era llamada Guardiana del Templo, el dedicado a la diosa Artemis (o
Diana, en latn) (ver Hchs. 19: 23-41).
No fue, si no hacia el ao 52 de nuestra era, que el cristianismo penetr en la ciudad por el ministerio de
Priscila y Aquila (Hchs. 18: 18, 19), siendo Pablo el fundador de aquella iglesia. Pablo se afinc en feso por
espacio de dos aos (ver Hchs. 18 y 19). Posteriormente a Pablo, fue Juan quien se afinc all, teniendo bajo
su cuidado tanto esta iglesia, como las otras seis de Asia a las cuales se les dirigen las respectivas cartas del
Apocalipsis.
Contemplando la revelacin del libro de Apocalipsis al respecto, vemos que el Seor tena un inters muy
especial por esa iglesia de Asia Menor. En gran manera formada por gentes de origen gentil (Hchs. 19: 8, 9),
represent un gran triunfo del evangelio en una tierra en primera instancia ajena a la Palabra de Dios.
El '''Templo de Artemisa''' en la ciudad de feso, dedicado a la diosa Artemisa, denominada Diana por los
romanos. Su construccin fue comenzada por el rey Creso de Lidia. De grandes dimensiones y hermosa
arquitectura, era considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo
2. La iglesia en feso
La primera noticia de fuente bblica que tenemos al respecto del incipiente ministerio en feso por parte del
apstol Pablo, la encontramos en el libro de Hechos de los Apstoles, cuando en su segundo viaje misionero
llegando de Corinto para ir a Jerusaln se detuvo en dicha ciudad, dejando all a Aquila y Priscila, entrando en
una sinagoga y discutiendo con los judos por muy poco tiempo, habindoles comunicado su intencin de
volver a ellos (ver Hchs. 18: 18-21).
Sabemos que pudo cumplir su deseo, porque en su tercer viaje misionero, despus de recorrer las regiones
superiores, volvi a la metrpoli (Hchs. 19: 1). All tuvo experiencias de poder del evangelio, de las cuales
fueron testigos muchos. Por ms de dos aos, a partir de feso, todos los que habitaban en Asia, judos y
griegos, oyeron la palabra del Seor Jess (Hchs. 19: 10).
Acompaando a la exposicin sencilla y autntica de la Palabra, Dios haca milagros extraordinarios por
mano de Pablo de tal manera que aun se llevaban a los enfermos los paos o delantales de su cuerpo, y las
enfermedades se iban de ellos, y los espritus malos salan (Hchs. 19 11, 12)
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Tanta fue la fama de todos esos actos divinos, que algunos quisieron imitarle al intentar echar fuera demonios,
pero stos vivan muy alejados de la vida del Seor, y por tanto, consiguieron algo muy distinto a lo que
esperaban (ver Hchs. 19: 13-16).
Decimos todo esto, haciendo hincapi en el hecho de que los creyentes efesios, a raz de todas estas cosas,
fueron testigos sin igual de las mismas, y conocieron de primera mano, no slo el amor, sino tambin el poder
de Dios (Hchs. 19: 17). Tanto fue as que, muchos de los que haban credo venan, confesando y dando
cuenta de sus hechos; todo ello en el contexto del verdadero arrepentimiento, haciendo obras dignas del
mismo, como podemos leer en Hchs. 19: 19.
El relato del libro de Hechos nos ensea que efectivamente, la Palabra del Seor creca y prevaleca
poderosamente (v. 20), de todo lo cual muchos fueron testigos.
3. Reunido con los ancianos de la iglesia de feso
Enviando, pues, desde Mileto a feso, hizo llamar a los ancianos de la iglesia (Hchs. 20: 17)
En el contexto del tercer viaje misionero, volviendo de Filipos de Macedonia, pasando por Troas (Asia Menor),
a la postre el apstol Pablo lleg a Mileto, localidad martima y cercana a feso. No queriendo detenerse all
en su periplo a Jerusaln y habindose propuesto navegar dejando de lado feso, hizo llamar a los ancianos
de dicha iglesia para exhortarles.
Ruinas de Troas
Pablo, en obediencia al Seor iba a Jerusaln ligado en espritu y sin saber lo que realmente le iba a
acontecer (Hchs. 20: 22), pero sabiendo que el Espritu Santo por todas las ciudades le daba testimonio de
que le esperaban prisiones y tribulaciones (V. 23).
A diferencia de los falsos apstoles de entonces, y de los que pululan hoy en da de plena apostolitis, Pablo
s era un verdadero apstol de Cristo, que sufra por causa del Nombre. El mismo les deca as a los ancianos
de feso en Mileto:
Pero de ninguna cosa hago caso, ni estimo preciosa mi vida para m mismo, con tal que acabe mi
carrera con gozo, y el ministerio que recib del Seor Jess, para dar testimonio del evangelio de la gracia de
Dios (Hchs. 20: 24)
Adems, Pablo saba que no iba a verles ms, y ellos lloraron, echndose al cuello de Pablo y besndole,
dolindose en gran manera justamente por eso (v. 38). Tal era el inconmensurable aprecio que le tenan
aquellos hombres.
Y Pablo parti para siempre de sus vidas
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Imagen de Pablo despidindose de los ancianos de la iglesia de feso en Mileto
a. La advertencia de Pablo a los ancianos de feso
Pasaron los aos, pero el recuerdo de su amado apstol perdur. Esos hombres tuvieron en Pablo el mejor
ejemplo de cmo deba ser un siervo de Dios (Hchs. 20: 17-21). Queran a Pablo con un amor difcilmente
superable (Hchs. 20: 37, 38). Pero Pablo, en su final encuentro con ellos en Mileto, cuando se despidi de
ellos definitivamente, en su camino hacia Jerusaln, por el Espritu Santo les advirti lo siguiente:
Por tanto, yo os protesto en el da de hoy, que estoy limpio de la sangre de todos; porque no he rehuido
anunciaros todo el consejo de Dios. Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebao en que el Espritu
Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Seor, la cual l gan por su propia sangre.
Porque yo s que despus de mi partida entrarn en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarn al
rebao. Y de vosotros mismos se levantarn hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras s a los
discpulos. Por tanto, velad, acordndoos que por tres aos, de noche y de da, no he cesado de amonestar
con lgrimas a cada uno (Hechos 20: 26-30).
Pablo les amonesta dicindoles que, despus de haberles hecho saber todo el consejo de Dios, sin rehuir
anunciarles alguna cosa (Hchs. 20: 27), deban mirar por ellos mismos, de cmo andaban e iban a andar ante
el Seor, as como deban mirar por todo el rebao en que el Espritu Santo les haba puesto por obispos (o
ancianos) (v. 28).
Todo ello era vital, por el hecho de que l saba que irremisiblemente despus de su partida entraran en
medio de ellos, falsos hombres de Dios (lobos rapaces), que iban a causar destrozo en el rebao, y an, de
entre ellos mismos se iban a levantar hombres que iban a ensear herejas con el fin de arrastrar a los
discpulos hacia su terreno y favor (v. 29) Pablo con excelsa claridad les advirti!
b.No todos son como Pablo!
De alguna manera, Pablo intentaba advertirles que no todos iban a ser como l, es decir, siervos verdaderos
del Seor. Que muchos vendran a ellos una vez l les hubiera dejado, y se iban a presentar como apstoles
del Seor, pero no lo seran. Iban a ser lobos rapaces que no iban a perdonar al rebao. Pero ellos
evidentemente no lo comprendieron como veremos ms adelante sino que a causa del gran amor que le
tenan, ciega e ingenuamente, sin prestar atencin a la advertencia de Pablo, iban a creer que todos eran
como el bendito Pablo.
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Hoy en da ocurre tres cuartos de lo mismo, muchos creen que todos los que suben a un plpito con la Biblia
en la mano, son verdaderos maestros, y no se plantean nada ms. Me comentaba una hermana el otro da,
que cuando ella se entreg a Cristo, por mucho tiempo crea que en las iglesias, todos eran del Seor, y que
para ella fue un gran golpe cuando entendi que eso no era as. Fue un shock para ella.
Lo que hace sabio a un creyente, es que, sin dejar la inocencia, abandona toda ingenuidad. Eso no lo
consiguieron aquellos hombres buenos de feso como estaremos viendo, con todas sus consecuencias.
Teniendo todo esto en mente, prosigamos.
Mapa de la situacin de Mileto y feso, en la costa de Asia Menor
Libro de Apocalipsis
Pasaron casi cuarenta aos despus de la experiencia de los ancianos de feso en Mileto con Pablo, cuando
ahora el Seor Jess les enva un mensaje altamente admonitorio y realmente grave; un ultimtum: haban
perdido el primer amor, y por tanto, deban recordar de dnde haban cado, arrepentirse y volver a hacer las
obras primeras; de lo contrario, pronto l iba a quitar el candelero de su lugar. Ese candelero era Su misma
presencia por el Espritu en la citada iglesia (ver Ap. 2: 3-5).
Qu es lo que ocurri en la iglesia de feso?
a.J esucristo dirigi expresamente su Palabra a los de feso
Antes de nada, dmonos cuenta lo importante para Dios que era la iglesia de feso, que el Seor Jesucristo
por medio de Juan, se dirige a ella. En el libro de Apocalipsis, la primera iglesia a la que se dirige Jess es a
la de feso, Escribe al ngel de la iglesia en feso... (Ap. 2: 1)
El Seor le da mandato expreso a Juan de que escriba a la persona (o personas) que tiene la responsabilidad
de la iglesia de feso, dicindole seguidamente:
... El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro...
El verbo tener habra que traducirlo mejor por sujetar con firmeza (ho kratn en gr.).
Cristo tiene el dominio de las iglesias porque es Su Seor. Cristo es tambin el que se pasea por en medio de
los siete candelabros (es decir, de las siete iglesias; y por extensin, de toda Su Iglesia). Ese pasearse tiene
el sentido de estar en constante vigilancia. Es interesante constatar que es a la iglesia en feso a la que
Cristo se presenta como el que tiene el dominio y potestad sobre los ministros y las iglesias.
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b.Una iglesia que trabaja duro, pero no agrada al Seor?
El Seor les dice por medio de Juan a los responsables de la iglesia en feso, que conoca sus obras, su
trabajo duro y su paciencia (v. 2). Es menester sealar que esa iglesia trabajaba para el Seor, y el Seor as
lo reconoceEntonces, Cmo es posible que tuviera tanta queja de cmo estaba andando dicha
congregacin?
Nos va a ser de gran importancia entender el entresijo de todo esto, para poder sacar conclusiones que nos
den luz en cuanto a nuestro propio caminar ante Dios.
En los vers. 2b y 3, vemos que el Seor les dice adems:
... y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apstoles, y no lo son, y los
has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi
nombre, y no has desmayado :
Vemos que el mismo Seor reconoce que una vez descubiertos los malos, no los haban podido soportar. Que
haban probado a los que se decan apstoles, hasta el punto de darse cuenta de que no lo eran, sino que
eran mentirosos. Evidentemente, la iglesia (incluido el pastor y ancianos) haba sufrido a causa de gentes que
slo tenan apariencia de piedad pero que negaban la eficacia de la misma (2 Timoteo 3: 1-5), es decir,
falsos obreros.
El Seor les reconoce que haban sufrido, que haban tenido paciencia, y hasta les reconoce que haban
trabajado duramente por amor de Su nombre, y sin desmayarEntonces, de nuevo, qu es lo que estaba
mal?
De nuevo insistimos en el punto trgico: haban dejado su primer amor (v. 4) por qu?...
La apariencia de piedad slo puede llegar a engaar al hombre, jams a Dios
4. Veamos el proceso acontecido en la iglesia de feso
Recordemos: en un principio, aquellos hombres de Dios de feso pensaron ingenuamente que todos los que
se decan siervos de Dios lo eran, porque pensaban que todos seran como su amado Pablo, muy a pesar de
que el propio Pablo les haba advertido hasta la saciedad de que eso no era as (Hchs. 20: 28-31)
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De hecho, todo lo que Pablo les advirti en su da, ocurri. Los falsos obreros y falsos apstoles llegaron a la
iglesia por un lado y por otro - afloraron en ella. Unos tenan falsa doctrina (entre otros, judaizantes y pre-
gnsticos). Otros buscaban su propio provecho, aun y siendo algunos de ellos de entre ellos mismos (Hchs.
20: 30).
Vayamos por partes. En la misma declaracin del Seor por medio de Juan, podemos entender que es lo que
ocurri, si vamos al griego original.
Cuando leemos en Apocalipsis 2: 2b ... y has probado a los que se dicen ser apstoles, y no lo son, y los
has hallado mentirosos..., este probar, es en griego eperasas, y se emplea en el sentido de experimentar
una prueba, ordinariamente amarga.
Lo que realmente ocurri a los de la iglesia de feso, es que experimentaron la amargura de los falsos
apstoles, despus de haberles aceptado sin ms en un principio y por cierto tiempo.
No es que pusieron a prueba desde un principio a los que se llamaban apstoles, por lo cual se hubiera
empleado el verbo dokimazo, es decir: poner a prueba, sino que experimentaron la amarga prueba de
hallarlos falsos, cuando el dao ya estaba hecho.
En otras palabras, como en su da confiaron en Pablo, confiaron en ellos sin ms, y se sintieron defraudados y
traicionados cuando despus de cierto tiempo, se dieron cuenta de que eran falsos hermanos.
a. Dokimazo: poner a prueba!
Como decimos, lo que deban haber hecho era precisamente dokimazo, es decir, poner a todos a prueba
antes de aceptarlos como lo que pretendan ser. La Palabra nos ensea que primeramente, antes de ordenar
o reconocer uno u otro ministerio, hay que ponerlo a prueba (dokimazo):
...sean sometidos a prueba primero... (1 Timoteo 3: 10a)
Si esto ltimo es para con los diconos, imaginemos la importancia tremenda que tiene para los ministerios.
Todos tienen que ser sometidos a prueba.
Lo que ocurri con los de feso, es que, una vez se dieron cuenta de que eran falsos obreros, no
los soportaron (bastsaien gr. Es decir: cargar a cuestas), es decir, no cometieron la insensatez de cargar
con ellos, sino que los desecharon, por tanto implcitamente reconociendo su error al haberlos aceptado
sin ms.
En esto ltimo demostraron firmeza y lealtad al Seor.
El precio de su ingenuidad: el dolor
No obstante, como resultado de su ingenuidad, se haban sentido traicionados, decepcionados por hombres
que se decan servidores de Dios. Desafortunadamente, ante la adversidad y el dolor de sentirse engaados,
la reaccin final no fue la correcta. Sus corazones paulatinamente, se endurecieron, y como resultado de ello,
perdieron el primer amor: Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor (v. 4)
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El dolor es muchas veces inevitable, pero el verdadero problema es la amargura y el resentimiento
b. Del dolor a la amargura
La ingenuidad puede ser la causante del dolor, pero no necesariamente de la amargura. Los de feso
entraron en amargura de corazn por no haber sabido que hacer con ese dolor.
Vayamos de nuevo por partes. El primer amor, es el amar a Dios: Amars al Seor tu Dios con todo tu
corazn, y con toda tu alma, y con toda tu mente (Mt. 22: 37). Se puede pretender servir a Dios, pero no
amarle, y eso de nada sirve. Se deja de amarle cuando en la vida de uno, entra la amargura, y eso puede
ocurrir por varias razones. Veamos lo que presumiblemente ocurri en la iglesia de feso.
Cuando uno por ingenuidad o no - se ve traicionado por ciertos llamados hermanos, especialmente, si esos
hermanos se supone que son siervos de Dios, ante el dolor que es inevitable y lgico, slo existen dos
caminos, uno el bueno, y el otro el malo:
1) Perdonar y bendecir al adversario, y apoyarse en el Seor y en Su gracia a pesar del dolor.
2) Amargarse.
La consecuencia de esto ltimo es SIEMPRE la prdida del primer amor.
Leemos en Hebreos 12: 14, 15; Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie ver al Seor. Mirad
bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raz de amargura, os
estorbe, y por ella muchos sean contaminados
El proceso de la amargura
Los de feso haban perdido el primer amor a causa de la amargura y el consiguiente endurecimiento del
corazn. Expliquemos mejor esto.
Ante una situacin de continuo dolor, que genera en amargura, la carne del hombre dice: Ya no voy a
darme ms ni a confiar ms en nadie, de esta manera no volver a sufrir.
De ese modo, una vez heridos, ya no queremos ser heridos ms, y buscamos el aislarnos del mundo exterior
creando una coraza que nos proteja de la gente, para no experimentar de nuevo dolor. Como cristianos, si
hemos sufrido por causa de otros presuntos hermanos (o hermanos verdaderos), en esa misma tesitura
ocurre lo mismo, nos aislamos de ellos aun y yendo a la iglesia.
Este es el razonamiento tpico; la bsqueda de una autoproteccin. El problema es que, cuando obramos as,
lo hacemos en el espritu contrario al amor (ver 1 Corintios 13), ya que el amor siempre espera, cree y sufre,
en total dependencia de la gracia del Seor.
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El error primero de los de feso fue el de la ingenuidad. No probaron convenientemente a esos apstoles, y
supusieron que eran verdaderos, dejndoles actuar con total libertad. Luego, ante la realidad de su falsedad,
en vez de humillarse y reconocer su error, lo que hicieron fue endurecer el corazn. Ese fue su pecado.
Este es el fruto de la amargura, que genera con el tiempo muerte espiritual (Ap. 2: 5c)
Qu podemos aprender ms de todo esto?
c. Quines son los falsos hermanos?
Contrariamente a la actuacin de los de feso, dejando toda ingenuidad de lado y para un mejor manejo de
las situaciones, nos convendr, y mucho, entender que dentro de la obra de Seor existen varios tipos de
falsos hermanos. Vemoslo.
1) Los que se engaan a s mismos creyendo que son de Cristo, pero no lo son, y daan.
2) Los que saben que no lo son, pero por alguna razn interesada quieren estar en la iglesia.
3) Los que son en realidad agentes infiltrados que tienen rdenes de sus superiores para hacerse pasar por
cristianos y desde dentro buscar el destruir la iglesia (estos seran Illuminatis, brujos, satanistas, rosacruces,
agentes del Vaticano, etc. etc.)
Cuando comprendemos el cariz del asunto, esto nos ayuda a saber qu hacer en cada momento, y
sobre todo a no caer en la trampa de la amargura.
Lobos rapaces vestidos de piel de cordero en medio de corderos
A todos ellos nos ensea la Escritura que hay que perdonar y bendecir, entendiendo que una vez hemos
procedido as, de ellos nos deberemos apartar (ver 2 Timoteo 3: 5).
Al hombre que cause divisiones, despus de una y otra amonestacin deschalo, sabiendo que el tal se ha
pervertido, y peca y est condenado por su propio juicio (Tito 3: 10, 11)
Siempre que sea posible, deberemos discernir quien es quien, o quien es qu.
d.Comprendiendo mejor acerca del fenmeno de la infiltracin
El hecho de entender lo que est ocurriendo, nos ayudar a no tomarnos el asunto de una manera personal, y
por tanto demasiado dolorosa.
Es preciso entender que el ataque contra la Iglesia es fuertsimo en estos ltimos finales das, que no todo es
oro lo que reluce, y que hay ms infiltrados en nuestras filas de lo que nos atreveramos a soar.
Esto empez en feso (la primera iglesia citada en el contexto de las cosas que son en el libro de
Apocalipsis, 1: 19), y se ha llevado adelante de una manera cada vez ms feroz, aunque a veces opacada,
sobre todo desde el levantamiento jesuita de la Contrarreforma, a raz de la declaracin conciliar de Trento, y
sin lugar a dudas, en toda su manifestacin en estos ltimos aos (2 Ts. 2: 3). Recordemos que el misterio de
la iniquidad est ahora en su mxima expresin.
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Es evidente que el inters mayor de Satans es el de intentar destruir la Iglesia de Cristo, y
consecuentemente a los cristianos. No puede levantar a su hijo de perdicin mientras los verdaderos
cristianos estemos aqu. Para ello ha constituido toda una impresionante organizacin espritu-secular: la Gran
Ramera
Interesante este organigrama piramidal que les ofrecemos aqu: la estructura bsica de los Illuminati y su
relacin con los cuerpos satnicos colaboradores (segn el investigador Fritz Springmeier)
Pero volviendo a la cuestin, el problema, segn el contexto de lo que vemos que ocurri en la iglesia de
feso, no fue tanto acerca de los infiltrados y falsos ministros en ella, sino la reaccin ulterior en el corazn de
los verdaderos hermanos ante esa eventualidad, los cuales se endurecieron y se amargaron, obrando ya no
en el amor, sino en sus solas propias fuerzas, debido a que la incredulidad y la amargura hicieron acto de
aparicin, y por tanto no podan recibir la indispensable gracia de Dios (He. 12: 15), insistimos en ello.
Se llega a servir al Seor, pero sin el espritu debido. De esta manera, a la postre, estas obras son correctas
en su forma, pero muertas en s mismas.
Adems, a causa del vaco por no tener ese primer amor o amor genuino que se sola experimentar, uno se
vuelveactivista. Hacer y hacer cosas para Dios con el fin de llenar el hueco que surge con la partida del
genuino amor. De nada sirve esto ante l.
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5. Qu pas con la iglesia de feso?
Conforme a Ap. 2: 5, los de feso deban arrepentirse y hacer las obras primeras es decir hacer las obras
de Dios en el Espritu de Dios, con la motivacin y actitud correctas, en el contexto de la gracia de Dios (Ef. 2:
10).
El Seor les urge a que vuelvan al inicio de todo. El lugar es en el propio corazn. All es de dnde surge la
amargura (Mr. 7: 15), y all es dnde la sanidad es necesaria a causa del arrepentimiento y limpieza del
pecado por la sangre de Cristo (1 Juan 1: 9).
El Seor les dio un plazo; esa es Su paciencia. Vemos que como plazo de tiempo que es, conlleva en s una
limitacin de dicho tiempo. Una vez cumplido el plazo, si no ha habido un cambio, el Seor promete que
quitar el candelero o candelabro de su lugar. Esto no puede significar otra cosa que la remocin de la
presencia del Espritu Santo de dicha iglesia, y que tal iglesia deja automticamente de ser de Cristo.
Desafortunadamente, no se hizo caso a la Palabra del Seor, y el candelero fue quitado una vez cumplido el
plazo de tiempo. Slo queda de aquel templo cristiano de feso, ciertas ruinas a muchos metros bajo tierra.
Lamentablemente, eso no slo ocurri a la iglesia de feso, sino a todas las iglesias as como a individuos
que no procedieron o proceden conforme a esa directriz del Seor.
El Seor es paciente, pero la paciencia si es eterna, niega la justicia. Por lo tanto la paciencia siempre deber
ser limitada en cuanto a la verdad y la consecuente justicia.
Concluyendo
Nos es muy necesario andar en el temor de Dios, por lo tanto, no andando en ningn interesado y partidista
concepto de justicia. La Biblia es muy clara cuando dice:
Todos los caminos del hombre son limpios en su propia opinin; pero Jehov pesa los espritus (Proverbios
16: 2)
Ese fue el pecado de los de feso. Se creyeron justos en s mismos, y haban perdido el primer amor. Y eso
fue as, no porque experimentaron el dolor de la traicin, el cual no es pecado en s mismo, sino porque
dolidos, siguieron el camino de la amargura y del resentimiento, el cual es absolutamente contrario al amory
Dios es amor!
Nos ser menester esgrimir la verdad acerca de los falsos apstoles, falsos profetas y falsos maestros; y si
pblicamente ensean hereja y engao, pblicamente habr que reprenderles, y as proceder en
consecuencia, siguiendo el ejemplo del mismo Seor, el cual reprendi, exponiendo a la luz pblica los
pecados y herejas que se hallaban en las diferentes iglesias del Apocalipsis (y por tanto, en la Iglesia
Universal), pero siempre en amor y por amor.
Espero que este ensayo haya podido ayudar a muchos. Esta ha sido mi intencin y motivo del mismo.