Edificando o Destruyendo
Edificando o Destruyendo
Edificando o Destruyendo
corazn saca lo bueno; y el hombre malo del mal tesoro de su corazn saca lo malo;
porque de la abundancia del corazn habla la boca. Lucas 6:45.
Tenemos el poder de bendecir a una persona o de destruirla con
nuestras palabras.
Por las palabras que decimos seremos juzgados.
Pero yo les digo que en el da del juicio todos tendrn que dar cuenta de toda palabra
ociosa que hayan pronunciado. Porque por tus palabras se te absolver, y por tus palabras
se te condenar. Mateo 12:36-37
Elige hacer el bien. Elige decir cosas edificantes.
Si no puedes decir algo bueno, entonces no digas nada.
Si hablas mal tienes que hacerte responsable de las consecuencias.
Las palabras tienen poder.
Es muy grave no refrenar la lengua.
Si alguien se cree religioso pero no le pone freno a su lengua, se engaa a s mismo y su
religin no sirve para nada. Santiago 1:26.
EVITA todo chisme, murmuracin y contienda, en tu vida, en tus
relaciones, en tu familia, en tu trabajo, comunidad, etc.
No seas tomado por necio, porque: Los labios del necio traen contienda; y su
boca, los azotes llama. La boca del necio es quebrantamiento para si, y sus labios son
lazos para su alma. Las palabras del chismoso son como bocados suaves y penetran hasta
las entraas Proverbios 18:6-8
Si no puedes controlar la lengua, pdele ayuda a Dios.
Ponte a cuentas con Dios hoy mismo.
Pdele perdn por todas las veces que usaste tu lengua para mal.
El salmista David escribi: pon en mi boca guarda; un guardia a la puerta de mis
labios Salmos 141:3.
Una persona en autoridad puede maldecir o bendecir a otros.
Por ejemplo, los padres, pueden maldecir a sus hijos con palabrotas,
ofensas, insultos, apodos, palabras duras, etc.
No te auto maldigas en ningn momento: Soy un idiota, no valgo
nada; soy feo(a); mi destino es sufrir; nac para ser un perdedor;
nunca vencer en la vida; mi marido nunca cambiar, etc.. etc.
Recuerda que las palabras tienen poder.
La maldicin puede alcanzar a un pueblo o descendencia.
Las palabras tienen poder para animar, dar coraje, fortalecer, bendecir:
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Hemos sido llamados para bendecir y no maldecir Romanos 12:14.