En su discurso del 1 de mayo de 1952, Eva Perón promete lealtad incondicional al líder del pueblo, Juan Domingo Perón, y advierte a los opositores que el pueblo argentino defenderá a Perón con su vida. Eva Perón insta al pueblo a permanecer alerta ante los enemigos internos y externos que quieren dañar a Perón, y promete trabajar día y noche para aliviar el sufrimiento del pueblo y hacerlos felices.
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En su discurso del 1 de mayo de 1952, Eva Perón promete lealtad incondicional al líder del pueblo, Juan Domingo Perón, y advierte a los opositores que el pueblo argentino defenderá a Perón con su vida. Eva Perón insta al pueblo a permanecer alerta ante los enemigos internos y externos que quieren dañar a Perón, y promete trabajar día y noche para aliviar el sufrimiento del pueblo y hacerlos felices.
Descripción original:
Discurso histórico ejemplificador para una clase de retórica y persuasión
En su discurso del 1 de mayo de 1952, Eva Perón promete lealtad incondicional al líder del pueblo, Juan Domingo Perón, y advierte a los opositores que el pueblo argentino defenderá a Perón con su vida. Eva Perón insta al pueblo a permanecer alerta ante los enemigos internos y externos que quieren dañar a Perón, y promete trabajar día y noche para aliviar el sufrimiento del pueblo y hacerlos felices.
En su discurso del 1 de mayo de 1952, Eva Perón promete lealtad incondicional al líder del pueblo, Juan Domingo Perón, y advierte a los opositores que el pueblo argentino defenderá a Perón con su vida. Eva Perón insta al pueblo a permanecer alerta ante los enemigos internos y externos que quieren dañar a Perón, y promete trabajar día y noche para aliviar el sufrimiento del pueblo y hacerlos felices.
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Eva Pern
Mis queridos descamisados
Discurso pronunciado el 1 de Mayo de 1952 Mis
queridos
descamisados:
Otra vez estamos aqu reunidos los trabajadores y las
mujeres del pueblo; otra vez estamos los descamisados en esta plaza histrica del 17 de octubre de 1945 para dar la respuesta al lder del pueblo, que esta maana, al concluir
su mensaje dijo: "Quienes quieran or, que oigan, quienes
quieran seguir, que sigan". Aqu est la respuesta mi general. Es el pueblo trabajador, es el pueblo humilde de la patria, que aqu y en todo el pas est de pie y lo seguir a Pern, el lder del pueblo, el lder de la humanidad, porque ha levantado la bandera de redencin y de justicia de las masas trabajadoras; lo seguir contra la opresin de los traidores de adentro y de afuera, que en la oscuridad de la noche quieren dejar el veneno de sus vboras en el alma y
en el cuerpo de Pern, que es el alma y el cuerpo de la
patria. Pero no lo conseguirn como no han conseguido jams la envidia de los sapos acallar el canto de los ruiseores, ni las vboras detener el vuelo de los cndores. No lo conseguirn, porque aqu estamos los hombres y las mujeres del pueblo, mi general, para custodiar vuestros sueos y para vigilar vuestra vida, porque es la vida de la patria, porque es la vida de las futuras generaciones, que no nos perdonaran jams que no hubiramos cuidado a un
hombre de los quilates del general Pern, que acun los
sueos de todos los argentinos, en especial del pueblo trabajador. Yo le pido a Dios que no permita a esos insectos levantar la mano contra Pern, porque guay de ese da! Ese da, mi general, yo saldr con el pueblo trabajador, yo saldr con las mujeres del pueblo, yo saldr con los descamisados de la patria, para no dejar en pie ningn ladrillo que no sea peronista. Porque nosotros no nos vamos
a dejar aplastar jams por la bota oligrquica y traidora de
los vendepatrias que han explotado a la clase trabajadora, porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jams por los que, vendidos por cuatro monedas, sirven a sus amos de las metrpolis extranjeras; entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido el pas y sus conciencias; porque nosotros vamos a cuidar de Pern ms que si fuera nuestra vida, porque nosotros cuidamos una causa que es la causa de la patria, es la
causa del pueblo, es la causa de los ideales que hemos
tenido en nuestros corazones durante tantos aos. Hoy, gracias a Pern, estamos de pie virilmente. Los hombres se sienten ms hombres, las mujeres nos sentimos ms dignas, porque dentro de la debilidad de algunos y de la fortaleza de otros est el espritu y el corazn de los argentinos para servir de escudo en defensa de la vida de Pern.
Yo, despus de un largo tiempo que no tomo contacto
con el pueblo como hoy, quiero decir estas cosas a mis descamisados, a los humildes que llevo tan dentro de mi corazn que en las horas felices, en las horas de dolor y en las horas inciertas siempre levant la vista a ellos, porque ellos son puros y por ser puros ven con los ojos del alma y saben apreciar las cosas extraordinarias como el general Pern. Yo quiero hablar hoy, a pesar de que el general me pide que sea breve, porque quiero que mi pueblo sepa que
estamos dispuestos a morir por Pern y que sepan los
traidores que ya no vendremos aqu a decirle "presente" a Pern, como el 28 de septiembre, sino que iremos a hacer justicia por nuestras propias manos. Hay mucho dolor que mitigar; hay que restaar muchas heridas, porque todava hay muchos enfermos y muchos que sufren. Lo necesitamos, mi general, como el aire, como el sol, como la vida misma. Lo necesitamos por nuestros hijos y por el pas en estos momentos inciertos de la
humanidad en que los hombres se debaten entre dos
imperialismos; el de derecha y el de izquierda, que nos llevan hacia la muerte y la destruccin. Y nosotros, un puado de argentinos, luchamos junto con Pern por una humanidad feliz dentro de la justicia, dentro de la dignificacin de ese pueblo, porque en eso reside la grandeza de Pern. No hay grandeza de la Patria a base del dolor del pueblo, sino a base de la felicidad del pueblo trabajador.
Compaeras, compaeros: Otra vez estoy en la lucha,
otra vez estoy con ustedes, como ayer, como hoy y como maana. Estoy con ustedes para ser un arco iris de amor entre el pueblo y Pern; estoy con ustedes para ser ese puente de amor y de felicidad que siempre he tratado de ser entre ustedes y el lder de los trabajadores. Estoy otra vez con ustedes, como amiga y como hermana y he de trabajar noche y da por hacer felices a los descamisados, porque s que cumplo as con la Patria y
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con Pern. He de estar noche y da trabajando por mitigar
dolores y restaar heridas, porque s que cumplo con esta legin de argentinos que est labrando una pgina brillante en la historia de la Patria. Y as como este 1 de mayo glorioso, mi general, quisiramos venir muchos y muchos aos y, dentro de muchos siglos, que vengan las futuras generaciones para decirle en el bronce de su vida o en la vida de su bronce, que estamos presentes, mi general, con usted.
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Antes de terminar, compaeros, quiero darles un
mensaje: que estn alertas. El enemigo acecha. No perdona jams que un argentino, que un hombre de bien, el general Pern, est trabajando por el bienestar de su pueblo y por la grandeza de la Patria. Los vendepatrias de dentro, que se venden por cuatro monedas, estn tambin en acecho para dar el golpe en cualquier momento. Pero nosotros somos el pueblo y yo s que estando el pueblo alerta somos invencibles porque somos la patria misma."