EVANGELIO DE MARCOS

SELECCIN DE VERSICULOS POR

CAPTULO
a manera de resumen
Captulo 1
Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo
de Dios.
Bautizaba Juan en el desierto, y predicaba
el bautismo de arrepentimiento para
perdn de pecados. Y predicaba,
diciendo: Viene tras m el que es ms
poderoso que yo, a quien no soy digno de
desatar encorvado la correa de su
calzado.
Aconteci en aquellos das, que Jess
vino de Nazaret de Galilea, y fue
bautizado por Juan en el Jordn.
Y luego el Espritu le impuls al desierto.
Despus que Juan fue encarcelado, Jess
vino a Galilea predicando el evangelio del
reino de Dios, diciendo: El tiempo se ha
cumplido, y el reino de Dios se ha
acercado; arrepentos, y creed en el
evangelio.
Andando junto al mar de Galilea, vio a
Simn y a Andrs su hermano, que
echaban la red en el mar; porque eran
pescadores.
Pasando de all un poco ms adelante, vio
a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan su
hermano, tambin ellos en la barca, que
remendaban las redes.
Y entraron en Capernaum; y los das de
reposo, entrando en la sinagoga,
enseaba. Pero haba en la sinagoga de
ellos un hombre con espritu inmundo, que
dio voces,
Y todos se asombraron, de tal manera que
discutan entre s, diciendo: Qu es esto?
Qu nueva doctrina es sta, que con
1

autoridad manda aun a los espritus

inmundos, y le obedecen?
Y la suegra de Simn estaba acostada con
fiebre; y en seguida le hablaron de ella.
Y san a muchos que estaban enfermos
de diversas enfermedades, y ech fuera
muchos demonios; y no dejaba hablar a
los demonios, porque le conocan.
Levantndose muy de maana, siendo
an muy oscuro, sali y se fue a un lugar
desierto, y all oraba.
Y predicaba en las sinagogas de ellos en
toda Galilea, y echaba fuera los demonios.
Vino a l un leproso, rogndole; e hincada
la rodilla, le dijo: Si quieres, puedes
limpiarme. (1:1, 4, 7, 9, 12, 14-16, 19, 21,
23, 27, 30, 34, 35, 39, 40).

Captulo 2
Entr Jess otra vez en Capernaum
despus de algunos das; y se oy que
estaba en casa.
Al ver Jess la fe de ellos, dijo al
paraltico: Hijo, tus pecados te son
perdonados.
Despus volvi a salir al mar; y toda la
gente vena a l, y les enseaba.
Y al pasar, vio a Lev hijo de Alfeo,
sentado al banco de los tributos pblicos,
y le dijo: Sgueme. Y levantndose, le
sigui.
Al or esto Jess, les dijo: Los sanos no
tienen necesidad de mdico, sino los
enfermos. No he venido a llamar a justos,
sino a pecadores.
Y los discpulos de Juan y los de los
fariseos ayunaban; y vinieron, y le dijeron:
Por qu los discpulos de Juan y los de
los fariseos ayunan, y tus discpulos no
ayunan?

Aconteci que al pasar l por los

sembrados un da de reposo, sus
discpulos, andando, comenzaron a
arrancar espigas.
(2:1, 5, 13, 14, 17, 18, 23)

Captulo 3
Otra vez entr Jess en la sinagoga; y
haba all un hombre que tena seca una
mano. Y le acechaban para ver si en el
da de reposo le sanara, a fin de poder
acusarle.
Mas Jess se retir al mar con sus
discpulos, y le sigui gran multitud de
Galilea. Y de Judea,
Despus subi al monte, y llam a s a los
que l quiso; y vinieron a l.
Cuando lo oyeron los suyos, vinieron para
prenderle; porque decan: Est fuera de s.
Pero los escribas que haban venido de
Jerusaln decan que tena a Beelzeb, y
que por el prncipe de los demonios
echaba fuera los demonios.
Porque todo aquel que hace la voluntad de
Dios, se es mi hermano, y mi hermana, y
mi madre.
(3:1, 2, 7, 13, 21, 22, 35).

Captulo 4
Otra vez comenz Jess a ensear junto
al mar, y se reuni alrededor de l mucha
gente, tanto que entrando en una barca,
se sent en ella en el mar; y toda la gente
estaba en tierra junto al mar.
Od: He aqu, el sembrador sali a
sembrar;

Y les dijo: No sabis esta parbola?

Cmo, pues, entenderis todas las
parbolas?
Tambin les dijo: Acaso se trae la luz
para ponerla debajo del almud, o debajo
de la cama? No es para ponerla en el
candelero?
Les dijo tambin: Mirad lo que os; porque
con la medida con que meds, os ser
medido, y aun se os aadir a vosotros
los que os.
Deca adems: As es el reino de Dios,
como cuando un hombre echa semilla en
la tierra;
Es como el grano de mostaza, que cuando
se siembra en tierra, es la ms pequea
de todas las semillas que hay en la tierra;
Y sin parbolas no les hablaba; aunque a
sus discpulos en particular les declaraba
todo.
Aquel da, cuando lleg la noche, les dijo:
Pasemos al otro lado.
Entonces temieron con gran temor, y se
decan el uno al otro: Quin es ste, que
aun el viento y el mar le obedecen?
(4:1, 3, 13, 21, 24, 26, 31, 34, 35, 41).

Captulo 5
Vinieron al otro lado del mar, a la regin de
los gadarenos.
Pasando otra vez Jess en una barca a la
otra orilla, se reuni alrededor de l una
gran multitud; y l estaba junto al mar.
y le rogaba mucho, diciendo: Mi hija est
agonizando; ven y pon las manos sobre
ella para que sea salva, y vivir.
Porque deca: Si tocare tan solamente su
manto, ser salva.

Pero Jess, luego que oy lo que se

deca, dijo al principal de la sinagoga: No
temas, cree solamente.
(5:1, 21, 23, 28, 36).

enfermos en lechos, a donde oan que

estaba.
(6:4, 7, 14, 30, 32, 34, 38, 44, 45, 52, 55).

Captulo 7
Captulo 6
Mas Jess les deca: No hay profeta sin
honra sino en su propia tierra, y entre sus
parientes, y en su casa.
Despus llam a los doce, y comenz a
enviarlos de dos en dos; y les dio
autoridad sobre los espritus inmundos.
Oy el rey Herodes la fama de Jess,
porque su nombre se haba hecho notorio;
y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de
los muertos, y por eso actan en l estos
poderes.
Entonces los apstoles se juntaron con
Jess, y le contaron todo lo que haban
hecho, y lo que haban enseado.
Y se fueron solos en una barca a un lugar
desierto.
Y sali Jess y vio una gran multitud, y
tuvo compasin de ellos, porque eran
como ovejas que no tenan pastor; y
comenz a ensearles muchas cosas.
l les dijo: Cuntos panes tenis? Id y
vedlo. Y al saberlo, dijeron: Cinco, y dos
peces.
Y los que comieron eran cinco mil
hombres. En seguida hizo a sus
discpulos entrar en la barca e ir delante
de l a Betsaida, en la otra ribera, entre
tanto que l despeda a la multitud.
Porque an no haban entendido lo de los
panes, por cuanto estaban endurecidos
sus corazones.
Y recorriendo toda la tierra de alrededor,
comenzaron a traer de todas partes
3

Le preguntaron, pues, los fariseos y los

escribas: Por qu tus discpulos no
andan conforme a la tradicin de los
ancianos, sino que comen pan con manos
inmundas?
Nada hay fuera del hombre que entre en
l, que le pueda contaminar; pero lo que
sale de l, eso es lo que contamina al
hombre.
Porque de dentro, del corazn de los
hombres, salen los malos pensamientos,
los adulterios, las fornicaciones, los
homicidios, los hurtos, las avaricias, las
maldades, el engao, la lascivia, la
envidia, la maledicencia, la soberbia, la
insensatez.
Levantndose de all, se fue a la regin de
Tiro y de Sidn; y entrando en una casa,
no quiso que nadie lo supiese; pero no
pudo esconderse.
Volviendo a salir de la regin de Tiro, vino
por Sidn al mar de Galilea, pasando por
la regin de Decpolis. Y le trajeron un
sordo y tartamudo, y le rogaron que le
pusiera la mano encima.
(7:5, 15, 21, 22, 24, 31, 32).

Captulo 8
Tengo compasin de la gente, porque ya
hace tres das que estn conmigo, y no
tienen qu comer;

Y comieron, y se saciaron; y recogieron de

los pedazos que haban sobrado, siete
canastas.
Vinieron entonces los fariseos y
comenzaron a discutir con l, pidindole
seal del cielo, para tentarle.
Y l les mand, diciendo: Mirad, guardaos
de la levadura de los fariseos, y de la
levadura de Herodes.
Vino luego a Betsaida; y le trajeron un
ciego, y le rogaron que le tocase.
Salieron Jess y sus discpulos por las
aldeas de Cesarea de Filipo. Y en el
camino pregunt a sus discpulos,
dicindoles: Quin dicen los hombres
que soy yo?
Y comenz a ensearles que le era
necesario al Hijo del Hombre padecer
mucho, y ser desechado por los ancianos,
por los principales sacerdotes y por los
escribas, y ser muerto, y resucitar despus
de tres das.
Y llamando a la gente y a sus discpulos,
les dijo: Si alguno quiere venir en pos de
m, niguese a s mismo, y tome su cruz, y
sgame.
(8:2, 8, 11, 15, 22, 27, 31, 34).

Captulo 9
Tambin les dijo: De cierto os digo que
hay algunos de los que estn aqu, que no
gustarn la muerte hasta que hayan visto
el reino de Dios venido con poder.
Seis das despus, Jess tom a Pedro, a
Jacobo y a Juan, y los llev aparte solos a
un monte alto; y se transfigur delante de
ellos.
Y le preguntaron, diciendo: Por qu dicen
los escribas que es necesario que Elas
venga primero?
4

Y muchas veces le echa en el fuego y en

el agua, para matarle; pero si puedes
hacer algo, ten misericordia de nosotros, y
aydanos.
Cuando l entr en casa, sus discpulos le
preguntaron aparte: Por qu nosotros no
pudimos echarle fuera?
Porque enseaba a sus discpulos, y les
deca: El Hijo del Hombre ser entregado
en manos de hombres, y le matarn; pero
despus de muerto, resucitar al tercer
da.
Mas ellos callaron; porque en el camino
haban disputado entre s, quin haba de
ser el mayor.
Pero Jess dijo: No se lo prohibis; porque
ninguno hay que haga milagro en mi
nombre, que luego pueda decir mal de m.
Cualquiera que haga tropezar a uno de
estos pequeitos que creen en m, mejor
le fuera si se le atase una piedra de molino
al cuello, y se le arrojase en el mar.
(9:1, 2, 11, 22, 28, 31, 34, 39, 42)

Captulo 10
Y se acercaron los fariseos y le
preguntaron, para tentarle, si era lcito al
marido repudiar a su mujer.
Vindolo Jess, se indign, y les dijo:
Dejad a los nios venir a m, y no se lo
impidis; porque de los tales es el reino de
Dios.
Entonces Jess, mirndole, le am, y le
dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo
que tienes, y dalo a los pobres, y tendrs
tesoro en el cielo; y ven, sgueme,
tomando tu cruz.
que no reciba cien veces ms ahora en
este tiempo; casas, hermanos, hermanas,
madres, hijos, y tierras, con

persecuciones; y en el siglo venidero la

vida eterna.
Iban por el camino subiendo a Jerusaln; y
Jess iba delante, y ellos se asombraron,
y le seguan con miedo. Entonces
volviendo a tomar a los doce aparte, les
comenz a decir las cosas que le haban
de acontecer:
Entonces Jacobo y Juan, hijos de
Zebedeo, se le acercaron, diciendo:
Maestro, querramos que nos hagas lo que
pidiremos.
Porque el Hijo del Hombre no vino para
ser servido, sino para servir, y para dar su
vida en rescate por muchos.
Entonces vinieron a Jeric; y al salir de
Jeric l y sus discpulos y una gran
multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo,
estaba sentado junto al camino
mendigando.
(10:2, 14, 21, 30, 32, 35, 45, 46)

Captulo 11
Y trajeron el pollino a Jess, y echaron
sobre l sus mantos, y se sent sobre l.
Y viendo de lejos una higuera que tena
hojas, fue a ver si tal vez hallaba en ella
algo; pero cuando lleg a ella, nada hall
sino hojas, pues no era tiempo de higos.
Vinieron, pues, a Jerusaln; y entrando
Jess en el templo, comenz a echar
fuera a los que vendan y compraban en el
templo; y volc las mesas de los
cambistas, y las sillas de los que vendan
palomas;
Entonces Pedro, acordndose, le dijo:
Maestro, mira, la higuera que maldijiste se
ha secado.

y le dijeron: Con qu autoridad haces

estas cosas, y quin te dio autoridad para
hacer estas cosas?
(11:7, 13, 15, 21, 28)

Captulo 12
Entonces comenz Jess a decirles por
parbolas: Un hombre plant una via, la
cerc de vallado, cav un lagar, edific
una torre, y la arrend a unos labradores,
y se fue lejos.
Viniendo ellos, le dijeron: Maestro,
sabemos que eres hombre veraz, y que no
te cuidas de nadie; porque no miras la
apariencia de los hombres, sino que con
verdad enseas el camino de Dios. Es
lcito dar tributo a Csar, o no? Daremos,
o no daremos?
Entonces vinieron a l los saduceos, que
dicen que no hay resurreccin, y le
preguntaron, diciendo:
Jess le respondi: El primer
mandamiento de todos es: Oye, Israel; el
Seor nuestro Dios, el Seor uno es.
Enseando Jess en el templo, deca:
Cmo dicen los escribas que el Cristo es
hijo de David?
Y les deca en su doctrina: Guardaos de
los escribas, que gustan de andar con
largas ropas, y aman las salutaciones en
las plazas,
Entonces llamando a sus discpulos, les
dijo: De cierto os digo que esta viuda
pobre ech ms que todos los que han
echado en el arca;
(12:1, 14, 18, 29, 35, 38, 43)

Captulo 13
5

Saliendo Jess del templo, le dijo uno de

sus discpulos: Maestro, mira qu piedras,
y qu edificios.
porque vendrn muchos en mi nombre,
diciendo: Yo soy el Cristo; y engaarn a
muchos.
Pero mirad por vosotros mismos; porque
os entregarn a los concilios, y en las
sinagogas os azotarn; y delante de
gobernadores y de reyes os llevarn por
causa de m, para testimonio a ellos.
Pero cuando veis la abominacin
desoladora de que habl el profeta
Daniel, puesta donde no debe estar (el
que lee, entienda), entonces los que estn
en Judea huyan a los montes.
Porque se levantarn falsos Cristos y
falsos profetas, y harn seales y
prodigios, para engaar, si fuese posible,
aun a los escogidos.
Y entonces enviar sus ngeles, y juntar
a sus escogidos de los cuatro vientos,
desde el extremo de la tierra hasta el
extremo del cielo.
Y lo que a vosotros digo, a todos lo digo:
Velad.
(13:1, 6, 9, 14, 22, 27, 37)

Captulo 14
Dos das despus era la pascua, y la
fiesta de los panes sin levadura; y
buscaban los principales sacerdotes y los
escribas cmo prenderle por engao y
matarle.
Pero estando l en Betania, en casa de
Simn el leproso, y sentado a la mesa,
vino una mujer con un vaso de alabastro
de perfume de nardo puro de mucho
precio; y quebrando el vaso de alabastro,
se lo derram sobre su cabeza.
6

Entonces Judas Iscariote, uno de los doce,

fue a los principales sacerdotes para
entregrselo.
y donde entrare, decid al seor de la casa:
El Maestro dice: Dnde est el aposento
donde he de comer la pascua con mis
discpulos?
Y cuando se sentaron a la mesa, mientras
coman, dijo Jess: De cierto os digo que
uno de vosotros, que come conmigo, me
va a entregar.
Y mientras coman, Jess tom pan y
bendijo, y lo parti y les dio, diciendo:
Tomad, esto es mi cuerpo.
Entonces Pedro le dijo: Aunque todos se
escandalicen, yo no.
Y tom consigo a Pedro, a Jacobo y a
Juan, y comenz a entristecerse y a
angustiarse.
Y cuando vino, se acerc luego a l, y le
dijo: Maestro, Maestro. Y le bes.
nPero cierto joven le segua, cubierto el
cuerpo con una sbana; y le prendieron;
Y Jess le dijo: Yo soy; y veris al Hijo del
Hombre sentado a la diestra del poder de
Dios, y viniendo en las nubes del cielo.
Y el gallo cant la segunda vez. Entonces
Pedro se acord de las palabras que
Jess le haba dicho: Antes que el gallo
cante dos veces, me negars tres veces. Y
pensando en esto, lloraba.
(14:1, 3, 10, 14, 18, 22, 29, 33, 45, 51, 62,
72)

Captulo 15
Muy de maana, habiendo tenido consejo
los principales sacerdotes con los
ancianos, con los escribas y con todo el
concilio, llevaron a Jess atado, y le
entregaron a Pilato.

Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo,

les solt a Barrabs, y entreg a Jess,
despus de azotarle, para que fuese
crucificado.
Despus de haberle escarnecido, le
desnudaron la prpura, y le pusieron sus
propios vestidos, y le sacaron para
crucificarle.
Era la hora tercera cuando le crucificaron.
Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas
sobre toda la tierra hasta la hora novena.
quienes,
cuando l estaba en Galilea, le seguan y
le servan; y otras muchas que haban
subido con l a Jerusaln.
E informado por el centurin, dio el cuerpo
a Jos,
(15:1, 15, 20, 25, 33, 41, 45)

Captulo 16
Cuando pas el da de reposo, Mara
Magdalena, Mara la madre de Jacobo, y
Salom, compraron especias aromticas
para ir a ungirle.
Pero id, decid a sus discpulos, y a Pedro,
que l va delante de vosotros a Galilea;
all le veris, como os dijo.
Habiendo, pues, resucitado Jess por la
maana, el primer da de la semana,
apareci primeramente a Mara
Magdalena, de quien haba echado siete
demonios.
Pero despus apareci en otra forma a
dos de ellos que iban de camino, yendo al
campo.
Finalmente se apareci a los once
mismos, estando ellos sentados a la
mesa, y les reproch su incredulidad y
dureza de corazn, porque no haban
credo a los que le haban visto resucitado.
7

Y el Seor, despus que les habl, fue

recibido arriba en el cielo, y se sent a la
diestra de Dios.
(16:1, 7, 9, 12, 14, 19)