El documento discute la crisis espiritual y material de la humanidad, con una falta de fe en Dios y un enfoque excesivo en lo materialista. Examina las bajas tasas de creencia en Dios en Europa, donde más de la mitad de la población es atea o agnóstica. Argumenta que el cristianismo en Europa se usa más como un símbolo político que como una fe religiosa. También destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre el trabajo y el ocio, y vivir la vida con placer para ser feliz.
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El documento discute la crisis espiritual y material de la humanidad, con una falta de fe en Dios y un enfoque excesivo en lo materialista. Examina las bajas tasas de creencia en Dios en Europa, donde más de la mitad de la población es atea o agnóstica. Argumenta que el cristianismo en Europa se usa más como un símbolo político que como una fe religiosa. También destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre el trabajo y el ocio, y vivir la vida con placer para ser feliz.
El documento discute la crisis espiritual y material de la humanidad, con una falta de fe en Dios y un enfoque excesivo en lo materialista. Examina las bajas tasas de creencia en Dios en Europa, donde más de la mitad de la población es atea o agnóstica. Argumenta que el cristianismo en Europa se usa más como un símbolo político que como una fe religiosa. También destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre el trabajo y el ocio, y vivir la vida con placer para ser feliz.
El documento discute la crisis espiritual y material de la humanidad, con una falta de fe en Dios y un enfoque excesivo en lo materialista. Examina las bajas tasas de creencia en Dios en Europa, donde más de la mitad de la población es atea o agnóstica. Argumenta que el cristianismo en Europa se usa más como un símbolo político que como una fe religiosa. También destaca la importancia de encontrar un equilibrio entre el trabajo y el ocio, y vivir la vida con placer para ser feliz.
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La creencia en dios, el ocio y el negocio - Dr.
Armando Bukele Kattn
LA CREENCIA EN DIOS, EL OCIO Y EL NEGOCIO. Estamos observando una crisis mundial de la Humanidad en su conjunto, que a pesar de los enormes progresos materiales existentes, se encuentra desorientada, descontrolada, desequilibrada, egocntrica y materialista; engreda por su progreso (que no es ms que un desarrollo verticalista negativo) y profundamente atea (o no se cree en Dios; o no se practica la creencia en Dios, amando a nuestro prjimo); lo comn de lo irreverente (irrespetuoso) o irrisorio (burla) de lo sagrado o el uso de la religin nicamente como unidad poltica (Europa) o compromisos sociales (Amrica Latina). Si vemos a Europa, los pases que provienen de lo que se llam en Occidente, la Cortina de Hierro, pertenecientes a la Europa del Este y a la Europa Central; se debaten en promedio en dos grandes grupos: los ateos (no creen en Dios); y los agnsticos (faltos de fe, o que consideran a la religin irrelevante a la metafsica como algo sin importancia). Con excepcin de Polonia y las zonas musulmanas, el porcentaje de ambos sobrepasa el 70%, y los verdaderos creyentes a duras penas llegan a la cuarta parte. Por el otro lado, en Europa Occidental, las cifras son tambin alarmantes. Entre agnsticos y ateos suman en el Reino Unido (del 31% al 44%; Alemania 41% al 49%; Francia 43% al 54%; Holanda 39% al 44%; Espaa (definitivamente arriba del 50%). Esto es as demoledor. Ms de la mitad de Europa, no se encuentra sumida en un Estado de laicidad simplemente, sino que, o es atea, o es agnstica. Bien lo deca su Santidad el Papa Juan Pablo II en Cruzando el Umbral de la Esperanza: La religiosidad de los musulmanes merece respeto. No se puede dejar de admirar, por ejemplo, su fidelidad a la oracin. La imagen del creyente en Allah que sin preocuparse ni del tiempo ni del sitio, se postra de rodillas y se suma a la oracin, es un modelo para los cristianos, que desertando de sus maravillosas catedrales, rezan poco o no rezan en absoluto. Y todava se habla de la Europa cristiana. Como dije al principio: El cristianismo en Europa, se est convirtiendo en un estandarte de unidad
poltica, ms bien que de fe religiosa.
Muchos europeos consideran que el fervor religioso en Estados Unidos (mucho mayor que el existente en sus pases), se explica considerndolo como una Nacin formada mayoritariamente por campesinos sobrealimentados o bien por citadinos, pero de extraccin agrcola. Consideran as, que aunque Estados Unidos posee fuerza, no estn preparados para ser Imperio. De all la competencia permanente de Europa con los Estados Unidos. Europa cree estar condicionada para ser el futuro Imperio del Mundo y esto pasa entre otros puntos, al menos en Occidente, por el abandono de lo sagrado. Para nosotros es conveniente buscar el equilibrio, tratando de trabajar para esta vida y tambin para la otra. Pero tambin fuera del trabajo, buscar nuestros ratos de ocio. A m se me ense cuando pequeo que el ocio es negativo. La ociosidad consume la vida ms presto que el trabajo, se nos deca: Y tambin se nos insista en el: Trabaja joven, sin cesar trabaja. Esto es un tema que Fernando Savater, brillante escritor espaol contemporneo nos describe en su libro ampliamente difundido: Los siete pecados capitales, en su captulo concerniente a la pereza; all resalta la diferencia en lo que es la ociosidad (complemento ideal para esta vida), con la pereza, que es un pecado capital. Savater escribe: La pereza es la falta de estmulo, de deseo, de voluntad para atender a lo necesario e incluso, para realizar actividades creativas o de cualquier ndole. Es una congelacin de la voluntad, el abandono de nuestra condicin de seres activos y emprendedores. Un viejo cuento narra como un padre luchaba contra la pereza de su hijo pequeo, que no quera nunca madrugar. Un da lleg muy temprano por la maana, lo despert y le dijo: Mira, por haberme levantado temprano, he encontrado esta cartera llena de dinero en el camino. El nio tapndose, le contest: Ms madrug el que la perdi. La pereza siempre encuentra excusas. Savater contina explicando: El ocio, a diferencia de la pereza, es simplemente un tiempo que no se emplea en las cuestiones laborales. Los romanos, que lo inventaron,
hablaban de ocio y de negocio, el neg-ocio, la negacin del ocio. Ocio
significa dedicarse a lo que te guste, sin que necesiten pagarte para hacerlo y el negocio es lo que haces para tener ingresos. La pereza es en cambio, que t no hagas nada: ni negocio ni ocio. Jules Renard deca que la pereza no es ms que el hbito de descansar antes de estar cansado y Benjamn Franklin manifestaba: La pereza viaja tan despacio que la pobreza no tarda en alcanzarla. El ocio sin embargo es fecundo. Cicern deca: No considero libre a quien no tiene algunas veces sus ratos de ocio. Fuera de ello, uno tiene que actuar, tanto en los momentos de ocio, como en el negocio, ponindole a todas las actividades un componente placentero bsico, para hacerlo con gusto, no con disgusto. Slo as se puede ser feliz en la vida. Si el negocio es conflictivo y complicado y te sientes mal da a da, cmbialo o cambia t. Si los ratos de ocio son sofocantes y te resultan aburridos, desconctate. Slo haciendo las cosas con placer, es posible gozar la vida. Segn el filsofo alemn Martn Heidegger: El hasto es el comienzo de la angustia y agrego; y por consiguiente, de la infelicidad. El principio bsico de todo creyente es amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prjimo como a ti mismo, por amor de Dios. Los que no aman a Dios estn perdidos, pero eso se complementa tambin, amando a nuestro prjimo. Muchos consideran lo anterior como la verdad suprema, pero eso no es suficiente. Necesitamos amarnos, a nosotros mismos, ya que si no nos amamos y respetamos, el parmetro de amar a nuestro prjimo como a nosotros mismos, carecera de significado. Y ese auto-amor complementario se consigue llevando una vida placentera, combinando equilibradamente nuestros momentos de ocio y de neg-ocio. El amor al trabajo se ejemplariza adecuadamente en la siguiente frase de Thomas Jefferson: Yo creo bastante en la suerte y he constatado que cuanto ms duro trabaje, ms suerte tengo; pero el complemento de ocio en nuestras vidas lo define brillantemente Scrates al recordarnos que los ratos de ocio, son lo mejor de todas las adquisiciones.