Eides 75, Ignacio de Loyola, Un Itinerario Vital
Eides 75, Ignacio de Loyola, Un Itinerario Vital
Eides 75, Ignacio de Loyola, Un Itinerario Vital
1. PRETENSIN ....................................................................................................................
2. PRESENTACIN: UN ITINERARIO VITAL .....................................................................
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Carles Marcet, sj. Licenciado en teologa. Ha sido durante aos prroco en el barrio de Bellvitge
(LHospitalet del Llobregat) y acompaante y divulgador de los Ejercicios en comunidades populares. Actualmente forma parte del equipo del Centro Internacional de Espiritualitad de la Cova
de Manresa, donde coordina el Curso de inmersin ignaciana y el curso Dos meses de reciclaje en teologa.
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1. PRETENSIN
Para ello, despus de una presentacin general del itinerario vital interior y exterior de Ignacio de Loyola, ofrecemos una seleccin de sus
textos. De Ignacio nos han llegado una serie de frases ya muy conocidas por activa y por pasiva. Pero la riqueza de sus abundantes escritos es inmensa y en su globalidad menos conocida. Ofrecemos, pues,
un pequeo extracto ordenado segn su propio itinerario de tan
amplia literatura que va desde su Autobiografa [Aut.] hasta el libro de
los Ejercicios Espirituales [EE] y las Constituciones de la Compaa de
Jess, pasando por una infinidad de correspondencia enviada a un
pblico muy plural.
vir a Dios, para corresponder agradecidamente al amor recibido. As le veremos en Tierra Santa y, al no poderse
quedar all, en Barcelona, Alcal, Salamanca estudiando, pues todo su deseo
era dar a conocer lo que haba experimentado a otros y para eso necesitaba
estudiar. Luego en Pars empezando a
aglutinar a un primer grupo de compaeros y tambin fortaleciendo sus estudios, etc. Por eso tambin en los Ejercicios, despus de aquellas primeras
palabras (el hombre es creado) Ignacio prosigue: para alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Seor.
Para quien se ha descubierto baado por
el amor misericordioso de Dios es como
espontnea la reaccin de agradecrselo. Y la mejor manera que los humanos
tenemos para agradecer tanto bien recibido es ponerlo al servicio (retornarlo) de quien nos lo regal.
2.3. En todo amar y servir
convalecencia en Loyola, donde le dieron a leer una Vida de Cristo dado que
no haba en la casa libros de caballera
de los que tanto gustaba. As empez a
albergar la idea de peregrinar a Jerusaln, la tierra de Jess, su nuevo Seor.
De manera muy afectiva expresa en su
relato autobiogrfico su estancia en
Jerusaln y la imposibilidad de quedarse all que era lo que l deseaba. Los
mismos monjes de Montserrat, que le
haban conocido algunos aos antes, ya
decan de l que este peregrino es loco
por nuestro Seor Jesucristo. Y ms
adelante, reunidos ya el grupo de los
compaeros de Pars en Venecia, al preguntarse por su nombre e identidad de
grupo, no encontraron mejor nombre
que el de compaeros de Jess, pues
l era su nica cabeza, el que los haba
aglutinado en comunidad y el que inspiraba su estilo y modo de proceder.
Este amor apasionado del peregrino
por Jess, se ver confirmado yendo de
camino a Roma, en otra experiencia
espiritual intensa, en la capilla de la
Storta. En su autobiografa Ignacio nos
cuenta que all vio claramente cmo
Dios Padre le pona con Cristo, su Hijo
[Aut. 96]. Si en Manresa haba experimentado la invitacin de Dios a buscarle, amarle y servirle en todas las cosas, ahora, cerca de Roma, experimenta
un estilo concreto de buscar, amar y servir; el estilo de Jess; con l y como l,
acompandole en su misin cargando
con la cruz de acercar la humanidad
a Dios.
Naturalmente esta pasin por Jess,
en el doble sentido de la palabra apasionamiento y solidaridad con sus penas, fatigas y sufrimientos est nu-
Algo de esto se deja entrever en la frmula escrita que no es terica, sino vivencial con que Ignacio acababa muchas de sus cartas, y reza as: ceso
rogando a su divina bondad, nos d la
gracia cumplida para que su santsima
voluntad sintamos y aqulla enteramente cumplamos3. Lo que se anda buscando es sentir la voluntad de Dios.
Primera y fundamentalmente la voluntad de Dios no es que hagamos tal cosa
o tal otra, sino lo que Dios quiere, lo que
Dios ama. Y lo primero que Dios quiere y ama no son nuestras obras sino nosotros mismos, nuestra persona y nuestro ser todo. Ignacio, pues, pide la gracia
para que sintamos vivo el amor de Dios
por nosotros y en nosotros. Que sintamos que nos ama, nos busca y nos espera. Que nuestro peregrinaje es caminar hacia la plena comunin con l y en
l en todas las cosas, saboreando dicha
comunin ya ahora hasta su definitividad. As, cumplir la voluntad de Dios,
en el fondo, no es otra cosa sino dejarse amar por l y dejarse conducir por l
hacia esa comunin plena que es nuestra meta y destino, la salvacin de
nuestra nima, en palabras de Ignacio.
Y eso, una vez ms, en todas las cosas: en nuestro obrar y en nuestro padecer, en nuestro trabajar y en nuestro
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Ignacio relata su autobiografa al final de su vida. Evoca sucesos exteriores e interiores de hace tiempo. Evidentemente hay muchas lagunas
pero curiosamente hay muchos detalles guardados celosamente en el
corazn que, precisamente por el tiempo pasado se tornan muy significativos.
Y la mayor consolacin que reciba era en mirar al cielo y las estrellas, lo cual haca muchas veces y
por mucho espacio, porque con
aquello senta en s un muy grande
esfuerzo para servir a nuestro Seor [Aut. 11].
Y as de aquel da en adelante
qued libre de aquellos escrpulos,
teniendo por cierto que nuestro
Seor le haba querido librar por su
misericordia [Aut. 25].
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Pues Dios nuestro Seor es omnipotente, y su gracia mucha, y endereza los corazones, y el deseo del
bien de V.R. hace que se espere
an algo donde hay poca razn de
esperar si lo humano se mirase.7
Aqul por cuyo amor entr, me sacar, si fuere servido de ello [Aut.
60] [] pues yo os digo que ni hay
tantos grillos ni cadenas en Salamanca, que yo no deseo ms por
amor de Dios [Aut. 69].
En su convalecencia en Loyola
[] el tiempo que con los de casa
conversaba, todo lo gastaba en co-
sas de Dios, con lo cual haca provecho a sus nimas [] [Aut. 11].
Tambin en Manresa conversaba algunas veces con personas
espirituales, las cuales le tenan
crdito y deseaban conversarle []
haba muchos das que l era muy
vido de platicar de cosas espirituales, y de hallar personas que
fuesen capaces de ellas [] [21 y
34]. Y en Barcelona: antes que se
embarcase, segn su costumbre,
buscaba todas las personas espirituales, aunque estuviesen en ermitas lejos de la ciudad, para tratar
con ellas [37]. Nuevamente en
Barcelona, ahora de regreso de
Tierra Santa, va a buscar a un monje que haba conocido en Manresa:
Tena el peregrino en Manresa un
fraile, hombre muy espiritual, y con
ste deseaba estar para aprender,
y para poderse dar ms cmodamente al espritu, y an aprovechar
a las nimas [54]. En Salamanca
responde a los franciscanos que le
acosan a preguntas: Nosotros no
predicamos, sino con algunos familiarmente hablamos cosas de Dios
[65]. De regreso a su tierra natal En
este hospital, empez a hablar con
muchos que lo iban a visitar de las
cosas de Dios, y con su gracia se
obtuvo mucho fruto. [88]. En Venecia se ejercitaba por aquel tiempo
en dar los ejercicios y en otras conversaciones espirituales [92].12
Para Ignacio este amar y servir debe estar presente, en todas y cualquiera
que sean las actividades que emprendamos (importantes o discretas, educativas
En tareas administrativas y econmicas del cargo de las cosas temporales, aunque en alguna manera
parezca y sea distractivo, no dudo
que vuestra santa intencin y direccin de todo lo que tratis a la gloria divina lo haga espiritual y muy
grato a su infinita bondad.14
En el xito y en el fracaso, en la
consolacin y en la desolacin: el
Padre celestial la provee de lo que
ms la cumple, pues no menos en la
adversidad que en la prosperidad,
y tanto en las aflicciones como en
las consolaciones, muestra el eterno amor suyo con que gua sus escogidos a la felicidad perpetua.18
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Gurdese de tanto quererse humillar que llegue a dar lugar al espritu de pusilanimidad. Los dones
de Dios no se deben estimar en poco y no se deje envilecer ni decaer de nimo; y sepa que nosotros
estimamos en vos los dones de
Dios ms de lo que vos mostris
estimarlos.22
Con obras y verdad muestren el
amor, y sean benficos con muchas
personas, ora sirvindolas en lo espiritual, ora en lo temporal.23
3.3. En todo
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... por eso convendra hacer hospitales donde se recogiese peregrinos y enfermos de males curables
y incurables, dar y hacer dar limosnas secretas y pblicas a pobres,
ayudar a casar pupilas, hacer confraternidades para redimir cautivos
y criar nios expsitos, etc.25
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las cosas, digo, que el Seor prometi dar por aadidura a cuantos
buscan primero el Reino de Dios y
su justicia []. A vos en especial
conviene considerar que, si algn
bien habis, por ninguno seis cogido, por nada temporal posedo,
dirigiendo todas las cosas para servicio de quin las habis.27
Cuando son muchas las ocupaciones, se impone la eleccin y emplearse en las ms importantes, es
decir, de mayor servicio divino, de
mayor utilidad espiritual para los
prjimos, de ms universal bien.29
...por parecer e imitar ms, actualmente, a Cristo nuestro Seor, quiero y elijo ms pobreza con Cristo
pobre que riqueza, oprobios con
Cristo lleno de ellos que honores;
y desear ms de ser estimado por
vano y loco por Cristo, que primero
fue tenido por tal, que por sabio y
prudente en este mundo [EE167].
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... se acuerden que deben dar gratis lo que gratis recibieron, no demandando ni aceptando estipendio
ni limosna alguna [] porque as puedan con ms libertad y ms edificacin de los prjimos proceder en el
divino servicio (Constituciones 565).
Los Ejercicios Espirituales son un mtodo mistaggico para adentrarse afectiva y activamente en el Misterio de
Dios, a fin de elegir el querer de Dios
para la propia vida, y a fin de vivirlo todo por l, con l y en l, en comunin
amorosa con Dios, como amante y amado. Se establece as una relacin que
pide de nuestra parte un vaciarse, un dejar espacio al Otro para hacer camino
juntos. Forma parte de esta mistagoga
de los Ejercicios detectar aquel mal espritu que quiere alejarnos de este camino hacia la comunin con Dios en todo,
y cobrar conciencia del buen espritu
que fortalece este recto caminar.
Por este nombre de Ejercicios Espirituales se entiende [] todo modo de preparar y disponer el nima,
fuerza nuestra nima a una operacin o a otra, abriendo nuestra nima, es a saber, hablando dentro de
ella sin ruido alguno de voces, alzndola toda a su divino amor; y
nosotros a su sentido aunque quisiramos no pudiendo resistir.40
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En sus actividades apostlicas procuren mover a las nimas al entero conocimiento de s mismas y a
mayor conocimiento y amor de su
Criador y Seor [] procurando
con deseo de inflamar las nimas
en amor de su Criador y Seor.44
... haya sermones o lecciones sacras que tengan por intento mas
bien mover el afecto y formar las
costumbres que ilustrar el entendimiento.45
El amor de Dios en nuestra vida es concreto. Evoca, gustando y sintiendo internamente, situaciones y momentos de tu vida donde lo has experimentado
Qu sentimientos y acciones ha despertado en ti la experiencia del amor de
Dios?
Sobre el todo
De los diferentes elementos que componen tu realidad toda (comunidad, profesin, economa, relaciones personales, trabajo, estudio, ocio, voluntariado)
en cules te sientes suficientemente libre y en cules ms atrapado?
Cmo vives en la prctica la dialctica entre el Uno (Dios) y el todo (todas
las cosas)? En qu aspectos percibes que te resulta problemtica o difcil?
En qu sentido puedo decir con honestidad que vivo puesto con el Hijo?
En qu concreciones lo percibo o tengo mayor conciencia de ello?
Qu realidades internas y externas me hacen difcil sentirme viviendo en comunin con Dios?
Cmo cuido mi interioridad a fin de saberme habitado por l? Cmo cuido
mi actividad exterior a fin de no pasar epidrmicamente por la vida?
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NOTAS
1. El peregrino. Autobiografa de San Ignacio de
Loyola, Valladolid, ed. Mensajero-Sal Terrae
(1996). Introduccin, notas y comentarios por
Josep M Rambla Blanch sj.Todas las citas de
la Autobiografa respondern a esta edicin y
para evitar notas las consignaremos como [Aut].
2. K. RAHNER - P. IMHOF, Ignacio de Loyola, Santander, Sal Terrae, 1979, p. 16. Aunque se trata
de palabras dirigidas a los jesuitas, creo que en
nuestro contexto actual pueden ayudar a cualquier persona interesada en la espiritualidad
ignaciana, aunque no sea jesuita.
3. Obras completas de San Ignacio de Loyola,
Madrid, BAC, 1963, p. 623. En adelante citaremos Obras completas los textos de esta edicin.
4. El texto hace referencia a una de las experiencias que se invita a realizar a todo jesuita en su
noviciado: las peregrinaciones. Se inspira en
las diversas peregrinaciones que el propio
Ignacio realiz, a menudo solo y a pie, donde
uno es confrontado con la incertidumbre y la
intemperie, con la soledad y la no seguridad,
con la incomodidad y la burla, con el poco
comer y descansar de tal manera que uno
slo pueda poner su confianza en Dios.
5. Carta de Ignacio de Loyola al Hermano Juan
Bautista (mayo de 1556), Obras completas,
p. 951. Este hermano jesuita tena fuertes deseos de estudiar cuando, de hecho, todo el mudo vea que no tena aptitudes naturales para
ello. Ya al final de su vida, Ignacio le escribe
aconsejndole con aquel principio espiritual
que ha guiado todo su peregrinar: fiarse de
Dios y dejarle hacer antes que empearse en
hacer segn el propio querer.
6. Carta de Ignacio de Loyola al P. Juan Nues
Barreto (julio de 1554), Obras completas,
p. 875. El contexto de este fragmento es el de
una carta enviada al P. Barreto que haba sido
designado para abrir un frente misionero en
Etiopa. El P. Barreto haba mostrado disponibilidad pero se encontraba muy limitado para
una empresa tan grande. Eso tambin puede
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34. Carta de Ignacio de Loyola a Claudio, Emperador de Etiopa (febrero de 1555), Obras
completas, p. 907.
35. Una carta toda ella donde Ignacio da noticia a
Juan III de la razn de las persecuciones que
ha sufrido, sin l desearlo ni buscarlo, a causa
de Jesucristo. Obras completas, p. 663.
36. Carta de Ignacio de Loyola a los jesuitas del
colegio de Padua (agosto de 1547), Obras
completas, p. 701-704. La precaria situacin
econmica de este colegio haca que los jesuitas vivieran en gran penuria. Ignacio les anima
a vivirla como Cristo y por amor a Cristo.
37. Carta de Ignacio de Loyola a los jesuitas
de diversas partes de Europa (diciembre de
1552), Obras completas, p. 802.
38. Carta de Ignacio de Loyola a Francisco Jimnez de Miranda (julio de 1555), Obras completas, p. 929-930. Francisco Jimnez era
abad de Salas (Burgos). Ante el mal uso que
haca de los bienes de la Iglesia, Ignacio le
amonesta con claridad y decisin.
39. Carta de Ignacio de Loyola al P. Emerio de
Bonis (mayo de 1556), Obras completas,
p. 952.
40. Carta de Ignacio de Loyola a Teresa Rejadell
(junio de 1536), Obras completas, p. 625-627.
Ignacio mantuvo una amplia correspondencia
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Cuadernos CJ
Son el fruto ms destacado de la reflexin del Centro de estudios Cristianisme i Justcia. En un formato claro, y
con una clara voluntad divulgadora,
los cuadernos abordan aquellas cuestiones fundamentales que afectan en
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