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Sobre El Indio Perú

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navarro

u wtrcJliincuam

frtct B.J.,

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OBRAS SELECTAS SOBRE:

TODAS LAS DISCIPLINAS DE


LA CULTURA
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SEMINARIO

escriba

MODERNA
hoy mismo A

12 TEL. 13*24-85

MEXICO,

O.

F.

Distlbuldores Generales de:

APARTADO 8915.

MEXICO. O. P,

2ju
APARTAOO

8I3

MEXICO.D.F.

3430 .S23 1933


aenz, Mois es, 1888-1941.
Sobre el indio peruano y su
incorporaci on al medio

F
S

SOBRE EL INDIO PERUANO


Y SU INCORPORACION
AL MEDIO NACIONAL

MOISES SAENZ
Miembro de

la

Comisin de Investigaciones Indias de

Secretara de Educacin Pblica

la

SOBRE EL INDIO PERUANO


Y SU INCORPORACION AL MEDIO NACIONAL

OF

MAR 3 0

PRI/V C

2001

PUBLICACIONES DE LA SECRETARIA DZ EDUCACION PUBLICA

MEXICO
19

3 3

INDICE
Pgs.

NOTA EXPLICATIVA
FISICA Y HUMAI. GENERALIDADES: GEOGRAFIA
NA ANTECEDENTES HISTORICOS
;

El pas y sus habitantes

1.

XIII

5
5

Las tres regiones naturales, 6. Poblacin, 9. Proporcin de los grupos constituyentes, 11.- Economa, 15.
Comunicaciones, 18.
lidad" peruana, 21.
2.

Culturas
Dos

3.

Regionalismo,

18. :

La

"duali-

27

prehistricas

teoras sobre el desarrollo de las culturas primiti-

vas, 27.
29.

El

El

Desarrollo

de la cultura andina, segn Tello,

desarrollo cultural segn Means, 33.

El Imperio Incaico.

39

Los orgenes del Imperio Incaico, 39. La dinasta imperial, 40.


Las cuatro regiones del imperio, 41. La po-

ltica imperial, 42.

Cmo

se consolid el Imperio, 43.

Las instituciones del Imperio: jerarquas sociales, 44.


El colectivismo incaico, 47. Los mitimaes, 48. Reglamentacin del trabajo; socializacin de la riqueza, 49.
Censos, caminos, postas y obras de irrigacin, 51. Aspectos culturales del Imperio, 55. El "comunismo" incaico, 57.
Las civilizaciones incaica y azteca comparadas, 59.

II.

EL INDIO PERUANO EN LA ACTUALIDAD


1.

La Comunidad Indgena

63
G3

Pueblos por el Cuzco, 63. Pueblos por ferrocarril de


Oroya: Lima, Cerro de Pasco, Jauja y Huancayo, 67.
El pueblo de Chupaca, 68. El pueblo de La Punta, 69.

VII

Pgs.

Diversos

tipos de comunidad, segn Castro Pozo, 70.


Tipos de comunidad, segn Valdez de la Torre, 71. Organizacin poltico-administrativa de las comunidades,
72Evolucin histrica de la comunidad indgena, 74.
El ayllu: sus vnculos y caractersticas, 75. La poltica

Gobierno de reducciones,
Comparacin entre comunidades indgenas coloniales y
prehispnicas,
Las comunidades
indgenas durante
Repblica,
Las sociedades
colonial

las

comunidades,

77.

76.

las

las

las

78.

79.

la

unidas de Chupaca, 81.

Casas, Mobiliario y

2.

Casa en

la

diaciones

de

Casas por

3.

Utensilios Domsticos

84

Casas en Huancn, en las


Huancayo,
Casas por Huanta,

inme-

Punta, 84.
el

85.

87.

Cuzco, 89.

Alimentacin

91

Alimentacin de los indgenas por Huancayo,


mentacin indgena por Huanta, 92. Alimentacin
gena por el Cuzco, 93. Alimentacin en el imperio,
91.

Generalizaciones sobre

i.

la

Ali-

ind94.

dieta alimenticia, 95.

Vestidos y Adornos

96

Indumentaria en el valle de Jauja,


de Huanta, 98. Trajes en

valle

Cuzco, 100.

Trajes

Vestidos por el
departamento del

96.
el

de indias acholadas en

el

valle de

Jauja, 102;

5.

La Familia

105

Casos tpicos, 105. Prcticas matrimoniales, 110.


Bienes conyugales, 112. El papel de la mujer, 113.
Normas sexuales y tica matrimonial, 114. El problema familiar, 114. Donacin y servidumbre de nios, 115.

<!.

El Indio

//

la

Tierra

117

El paisaje rural por Jauja, 117. Los campos por HuanLa Puna, 119. Instrumentos de labranza y mtodos de cultivo, 119. La actitud anmica del indio hacia la tierra, 121.
Rgimen de la propiedad en tiempos prehispnicos, 124. Rgimen de la tierra en la poca
virreinal; evolucin del concepto de propiedad, 126.
ta, 119.

Rgimen actual de

tierras en las comunidades, 129.

VIII

Pgs.

industrias y Ocupaciones D'ortistieas


Casos observados en el valle de Jauja,
caseras en Huanta, 131. Datos sobre

7.

sera en general,
la

Observaciones

130.
la

Industrias

industria ca-

generales

sobre

industria indgena, 142.

Artefacto* y Artes Decorativas

S.

Tcnica
9.

138.

130

140

textil, 147.

Comercio

y Ferias

148

Comerciantes de ganado en Huancn, 148. Feria de


Huancayo, 149. Precios de artculos de primera necesidad, 150.

El indio y
duo aeconmico, 153.
10.

La

III.

comercio, 152.

El

indio, indivi-

Vida Emotiva

Religin, 154.
11.

el

Embriaguez

154

Msica

y Danza, 156.

y Cocasmo..

159

EL INDIO Y LA NACION
1.

El Indio y

la

107

Economa Agrcola

167

Feudalismo colonial y liberalismo republicano, 167.


Evolucin de la Propiedad rural indgena durante la
Repblica, 171. El feudalismo actual. Latifundios y gamonalismo, 171. El latifundio de la costa, 172. El latifundio de la sierra, 174. El gamonalismo, 178. Cmo
Casos de gaes despojado el indio de su tierra, 180.
monalismo citados por el Patronato de la Raza Indgena, 181. El caso de Lauramarca. Caso de extremismo gamonalista, 182. La hacienda vs. comunidad, 184.

Comuneros y colonos, 186. Levantamiento de indios,


187.
Las soluciones propuestas al problema agrario, 190.

Proteccin de las comunidades, 192.Fraccionamiento


de latifundios, 193. Fraccionamiento de Pasacancha, 194.
Juicio sobre poltica de fraccionamiento, 195.
la

Otra modalidad de reforma:


2.

El Indio

el

la vuelta al

comunismo,

195.

Estado

196

Bosquejo de la organizacin poltica del pas, 196.


Las cargas pblicas del indio, 198. La situacin jurdico-

IX

Fgs.

200.

legal,

Bosquejo

de

legislacin

la

peruana rela-

Tres instrumentos
proteccin y mejoramiento del indio: La seccin
para
Raza Inde Asuntos Indgenas, 208. Patronato de
dgena, 208. La Direccin de Educacin Indgena, 209.
cionada

con

indio,

el

203.

civiles

la

la

3.

El Judio y

Observaciones
escolar, 210.

210

Escuela

la

de

La

sobre

sistema

carcter general
situacin escolar en Huancayo, 212.
el

Algunas impresiones fragmentarias sobre las escuelas,


Las escuelas y las masas indgenas, 218. Un notable caso de trabajo con la comunidad: la escuela de
Chumo, 220. El movimiento escolar indigenista y la

215.

Direccin de Educacin Indgena, 224. Tres escuelas especiales para indgenas, 225. Escuela Rural de Soceoscocha, 225. Granja-escuela Cuzco, Kcaira, 234. Inter-

nado de Yucay,

238.

Crtica

general sobre

accin

la

educativa, 242.

1.

El Indio y

246

la Iglesia

La religin no es gracomunidades van sacutuita en


Per, 247. Cmo
Iglediendo
carga eclesistica, 249. La obra de
251. Intolerancia religiosa en 1916, 253. Las pretensiones de
catlicos en 1931, 254. La actitud
en 1929, 255. Las escuelas fundadas por
misioneros protestantes, 257. Una misin protestante entre
Las

cai'gas

eclesisticas,

246.

las

el

la

la

sia,

los

ofi-

los

cial

los chunchos, 257.

IV.

ASPECTOS GLOBALES DEL PROBLEMA DEL IX


DIO. GENERALIZACIONES Y CRITICA
1.

El Proceso del Mestizaje


La

261

261

Factores que contribucolonia y el mestizaje, 261.


yen al mestizaje, 262. Fuerzas integrantes y fuerzas
desintegrantes de la clula indgena, 265. Indianidad
vs.

peruanidad, 271.

za; el

2.

"nuevo

Actitudes

Los

cholos:

la

mentalidad mesti-

indio," 273.

e Intereses

<l<

los

Las corrientes ideolgicas, 281.

Urupo* Inico

La actitud del

Sociales.
indio, 284.

278


P(?s.

Propsitos c Intentos de Solucin. Resumen de los


Medios Resolutivos puestos en prctica

3.

Algunos

280

proyectos globales de resolucin, 287. Otro


proyecto de Ley tutelar del indio, 288. Una encuesta
sobre el problema indgena, 292. Ideas sobre la solu-

cin econmica, 293.

Crtica General

4.

Crtica

295

de Marategui a

gena peruano, 295.

Mis

la

solucin del problema ind-

puntos de vista sobre

los inten-

tos de solucin, 297.

BIBLIOGRAFIA
1.

301

Xota Preliminar
Lista de
Obras

2.

las

301

Consultadas

XI

300

NOTA EXPLICATIVA
Esta nota preliminar dice cmo naci este libro y expone un
punto de vista.
Hacia fines del ao de 1931 fui a Guatemala, Ecuador, Peni
cumpliendo una comisin de la Secretara de EducaBolivia,
y
cin Pblica de Mxico, para hacer algunas observaciones sobre el
problema del indio en estos pases, sobre la actitud de las clases dirigentes frente a la cuestin, sobre el sentimiento popular
hacia el indio, sobre las reacciones de los naturales hacia el ambiente nacional y, sobre todo, hacia los esfuerzos del pas para
lograr la amalgama de los grupos autctonos con el resto de la
poblacin. Anduve por aquellas tierras desde el primero de septiembre de 1931, hasta mediados de febrero del ao siguiente. Permanec en cada pas unas seis semanas. Fui primero a la ciudad
capital, procur empaparme de las ideas centrales que informan
el problema del indio, y orientarme en la bibliografa de la cuestin
me intern despus por el territorio, por las regiones ms
completamente indgenas dentro del plano en que he deseado estudiar ni natural, que es precisamente aquel en que va dejando de
ser indio para convertirse en ciudadano del pas en que habita;
regres despus a la metrpoli para rectificar informaciones, para
aclarar ideas y para completar la bibliografa. Tom desde el
principio copiosas notas, hice apuntes de viaje, en realidad; quise
aprisionar una primera impresin y fijarla sobre el papel. Habl
con cuantas personas encontr que pudieron darme un dato, y quise ponerme en relacin con todos los que en alguna forma estn
Halando el problema del indio o estn empeados en su resolucin.
Despus le cuanto pude, sin pretender, por supuesto, haber agotado la materia. Ms tarde, de regreso a mi patria, he escrito tres
apuntes: sobre el indio guatemalteco, uno; sobre el ecuatoriano y
;

sobre el peruano, los otros.

Jams podr agradecer lo suficiente a mis amigos de Indoamrica todo lo que hicieron para ayudarme en mis estudios. Nunca me acerqu a nadie sin recibir la ms cordial acogida y la ms
eficaz ayuda. En el Per, Jos Antonio Encinas y Jorge GuillerXIII

mo

Legua, Rector y Secretario, respectivamente, de la benemSan Marcos; Luis E. Galvn y Jos Rafael Pareja, Director y ex Director de la Oficina de Educacin Indgena en el Ministerio de Instruccin Julio C. Tello y Luis E. Valcrcel, creadores del Museo de Arqueologa de Lima, y muchos otros
maestros y escritores me hicieron objeto de su inteligente y cariosa atencin. Quisiera, para corresponders, que este sencillo libro valiese mucho para dedicrselos como tributo de admiracin
por su ilustrada y heroica labor a favor del indio peruano.
Estos apuntes tendrn que ser juzgados dentro de la limitacin que les imponen las circunstancias en que fueron hechos y
el mtodo de su confeccin. Un dato ms ser necesario para el
juicio saber que en Mxico he tenido una larga experiencia con
cuestiones semejantes a las que he ido a estudiar a los otros pases de Amrica. Las masas indgenas, segmentos no asimilados
o slo parcialmente asimilados al conglomerado social, la idiosincrasia indgena, el proceso de mestizaje y sus problemas, los esfuerzos que se han hecho para redimir al indio, para educarlo,
para hacerlo elemento integrante del pas; las resistencias del
indio, sus evasiones, sus defensas; las vejaciones que ha sufrido
y sigue soportando la poltica nacional, o la falta de una poltica nacional para la asimilacin del indio, para su capacitacin
para la ciudadana y para la participacin en la vida del pas, todas estas han sido cuestiones que he considerado desde hace
mucho, y en algunas de las cuales he tenido ocasin de laborar,
lisia experiencia me ayud para ver mejor los fenmenos relativos
en los pases indoamericanos que visit y, dadas sus sorprendentes semejanzas, para formular juicios que estn basados no precisamente en una observacin de seis semanas, sino en una larga consideracin de los factores del problema del indio, comunes
a todos esos pases.
El punto de vista en que me he colocado en este estudio, ha
de ser evidente para quien lea, pero no sale sobrando que lo aclare
desde el principio, para evitar posibles confusiones. Este libro no
es un tratado de etnologa ni pretende estudiar al natural como
espcimen antropolgico; tampoco es una historia: no aspira a'
ser un tratado de sociologa. No es lo primero, porque yo no soy
ui antroplogo ni etnlogo; adems, tengo la creencia de que sobran ya los estudios que hacen del indio un objeto de curiosidad
cientfica, candidato a la vitrina de un museo, tema para monografa de estudiosos o para la discusin en un congreso de americanistas. Historia no ha querido ser, porque de hurgar en crnicas ingenuas ya deberamos estar saciados, y porque es tiempo sobrado ya para que los republicanos de Amrica hagamos nuestras propias crnicas indianas. He querido entrar al terreno sociolgico, eso s; pero estos apuntes no pueden ser un tratado, porque
rita Universidad de

XIV

tongo para m que nos faltan datos para escribir un tratado de


sociologa indoamericana. Este libro y los semejantes de la serie

que he escrito, recogen y organizan algunos datos que puedan ms


tarde, al ser completados y esclarecidos, llevarnos a formulaciones
sociolgicas de mayor alcance. Son notas para los colegas de Amrica, compilaciones de datos que andan dispersos, una aportacin
modesta a la bibliografa sociolgica indoamericana, tan pobre y
dislocada.

He

hecho apuntamientos, he escrito, adems, un 'rapportage."


una primera y nica
en muchos casos la
rectificacin de hechos complementarios y de fenmenos correlativos. Como informacin de conjunto me atrevo a creer que este libro tenga cierta originalidad y pueda prestar algn servicio. Lo
primero, en cuanto a presentar al indio como factor social sujeto
a las peripecias de la vida nacional, como fuerza viviente, ya que
no ''viva" en el sentido en que lo quisieran los polticos como
eiemento palpitante, anhelante, inquieto; en presentarlo, no como
un indio muerto, sino como un indio vivo, no como algo del pasado,
sino como algo de hoy y del maana. En considerarlo como factor
inminente, fatal, inescapable; en pensar en l, no como algo extrao a nosotros, vestigio de un pasado del que no tenemos culpa, sino
como algo que est en nosotros, que es de nosotros, que somos nosotros mismos, quermoslo o no. En mi estudio, objetivo al indio,
no por cierto para encerrarlo en el gabinete de las curiosidades
nacionales, herencia de la prehistoria social, como los monumentos arqueolgicos y las ruinas o los huacos y cacharros, ni menos
ara acorralarlo en las reservaciones estriles inventadas por el
egosmo nrdico de los americanos de los Estados Unidos; lo objetivo como ardid de estudio, dentro del tratado, para no incurrir
en el error romntico de creer que el indio y su problema han
desaparecido, simplemente porque la legislacin republicana declar, a la francesa, la igualdad de todos los nacionales. Pero, esencialmente, quiero olvidarme del indio para pensar en el mexicano,
en el peruano, en el ecuatoriano, a condicin de que estos individuos nacionales se hagan cabalmente solidarios de sus herencias
tnicas y culturales y de sus obligaciones histricas. Ya deberamos estar hartos de criollismo
Creo que el indio, pese a su mutismo y a su pasividad,
tendr que forzar la puerta de salida; tendr que hablar por propja voz y clamar por sus derechos humanos para asegurar despus, por s mismo, sus derechos polticos. Pero cuando esto suceda, el indio ya no ser indio, se habr amestizado si lo queremos,
ser uno de nosotros. Si lo queremos y si lo pensamos y si lo
sentimos, ser uno de nosotros, ser nosotros mismos. Esto es lo
que quiere decir "la incorporacin del indio." La teora no es
iTe recogido las notas rpidamente, a veces en
impresin; tienen precisin, les ha de faltar

XV

est tincada en la inescapable verdad de la mezcla rasupervivencia eterna de los elementos biolgicos y espirituales de nuestra realidad. La nica cuestin que est en pie.

metafsica

cial,

en

es si

formularemos

la

corporacin.

De

o no,

hacerlo,

si adoptaremos o no, una poltica de inhay la probabilidad de qne el fenmeno

apresure y se encauce, qne las fuerzas inconscientes y


hagan inteligentes y positivas; de no adoptarla, habremos renunciado a la oportunidad pica de formar una nacin y retardaremos el curso del progreso en Amrica.
fatal

se

ciegas se

Mxico, diciembre de 1932.

MOISES SAEXZ.

XVI

SOBRE EL INDIO PERUANO

Mapa

del Per.

SOBRE EL INDIO PERUANO Y SU INCORPORACION


AL MEDIO NACIONAL
CAPITULO

GENERALIDADES: GEOGRAFIA FISICA Y HUMANA;


ANTECEDENTES HISTORICOS
1. EL PAIS

Y SUS HABITANTES

nombre de Ter al extenso territorio dominado por


el Siglo XVI, que reconoci como metrpoli a
Lima, la Ciudad de los Reyes, fundada el 18 de enero de 1535 por
el conquistador Francisco Pizarro. Per no es nombre indgena
Se

la

(li el

Colonia desde

parece que fu

el

de cierto cacique Pir, cuyos informes indujeron

a los tres conquistadores, Francisco

y Fernando de Luque, a fundar

Pizarro, Diego de

Almagro

Sociedad de Descubridores del


Pir y a penetrar al pas cuyas costas haban pisado en Tumbes.
El rea del Per actual es mucho menor que la que constituy el
enorme Virreinato de Lima. La extensin (pie se le asigna en la esla

tadstica oficial es de 1.789,804 kilmetros cuadrados. Esta rea

comprende

enorme regin de las fuentes del Amazonas, que


el Ecuador se dice "el Oriente Ecuatoriano,"
territorio en disputa entre Per y aquel pas. El Instituto de Geografa de Justus Perthes de Gotlia ha determinado una rea de
la

constituye lo que en

1.137,000 kilmetros cuadrados, descontados los territorios en

li-

Las geografas imparciales suelen sealar al pas una rea


aproximada de 1.350,000 kilmetros cuadrados. ]\Is exactamente,
arreglada la cuestin de Tacna y Arica entre el Per y Chile, y
contando los territorios de Tacata y Tacna (pie le quedaron al

tigio-

Peni, la extensin del pas es de 1.378,392 kilmetros cuadrados.


5

LAS TRES REGIONES NATURALES


Fisiogrficamente, el suelo peruano queda dividido en tres
grandes regiones naturales: la Costa, entre el Pacfico y la cadena
occidental de los Andes; la Sierra, que es la regin andina propiamente, y la Montaa o zona de los bosques y selvas al Este de la
rama oriental de la misma cadena andina. El profesor Wilheim

de Bolivia y Per (*) hace un


reparto del territorio peruano en estas tres regiones, asignando
Sievers, en su reciente Geografa

Montaa y

S50,000 kilmetros cuadrados a la Sierra, 370,000 a la


130,000 a la Costa.

63$

En

consecuencia, la primera comprender el

del territorio del Per,

segunda y 9% la ltima. CarPer que sirve de texto para


regin de la costa puede com-

28%

la

los Wiesse, autor de la geografa del

segunda enseanza, dice que la


prender unas trece centsimas partes ele la superficie del suelo peruano (180,000 kilmetros cuadrados l. El hecho es que no obstante
la

demarcacin natural de las tres zonas sealadas, es

la

difcil ha-

cer una exacta estimacin del territorio que comprenden, tanto

por

irregularidad de los lmites, que yacen en las fajas que se

la

llaman ceja de cosa y ceja de montaa seccin montaosa intermedia entre la costa y la Sierra por un lado y la sierra y los llanos
amaznicos por otra), como porque polticamente los departamentos de la costa y de la sierra se meten unos entre otros y hacen
i

tanto

difcil

la

estimacin de las reas de superficie como

la

de

poblacin correspondiente.

la

"La Costa" yace

a lo largo del

Pacfico entre el ocano y los

flancos de la cordillera occidental hasta una altura aproximada de


1,600 metros, ka anchura de la terraza
te

venido a constituir

lia

150 kilmetros. Por

los

el

la

marina que geolgicamen-

costa es variable, desde los SO hasta

Sur su contado con


al mar. ka costa

diato; la cordillera se unta

la

siena es inme-

es en

realidad

un

gran desierto; jams llueve en la parte del Sur. desde Lima hacia
el meridin, y por el Norte hasta asomarse a los lmites con el
Ecuador las lloviznas son rarsimas. I-a vida vegetal no surge sino

donde
el

el

agua

corre,

el

agua que

se precipita

ocano, pero que no es de suyo

llega

il

(*)
p. 221.

mar.

En

las regiones

de la cordillera hacia

muy abundante y que raramente

donde hay agua corriente

la

vegetacin

Sievers Wilheim. "Geografa de Bolivia y Per." Barcelona, 1931.

Vegetacin de

la

quebrada del Mantaro.

cultivo es frondosa y prspera y se

ile

han formado grandes nego-

ciaciones agrcolas, azucareras, algodoneras y arroceras que constituyen uno de los ms importantes renglones de la riqueza del

Per.

"La

de todo el pas, en una


una regin alta, abrupta,
quebrada. La arquitectura de los Andes no es sencilla en ninguna
parte; el plegamiento de la corteza terrestre es, por el contrario,
complicadsimo. En general pueden distinguirse en la sierra cuatro
tipos de comarcas: las de los flancos de la cadena occidental que
dan al Pacfico arriba de los 1.600 metros, muy accidentada, de
pequeos lugares planos, semirida la cordillera, regin de las
nieves perpetuas; las punas, regiones altas, pramos, situadas
entre las dos cordilleras y en stis flancos, que forman en el Sur
una extensa planicie a una altura media como de 4,000 metros,
que es en realidad una prolongacin del antiplano, y las comarcas
de la sierra interandina propiamente diclia. regin de valles, quebradas y llanuras ms abajo de los 3,300 metros. El clima de la
sierra, que por la latitud debiera ser tropical, resulta muy modificado por las elevadas alturas del suelo. Aparte la regin de las
nieves perpetuas, una gran extensin de la sierra es de clima fro
propiamente. De las modalidades del clima tropical, nos dice SieSierra*' se extiende a lo largo

longitud de unos 1,330 kilmetros.

F,s

vers, las

nicas que subsisten en esta zona son

la

alternancia pe-

ridica entre las estaciones de secas y de lluvias y las alteraciones

suaves y regulares de

la

temperatura en un lugar determinado.


es, sin embargo, tan abundante como

La precipitacin pluvial no

el centro del pas, por Ceno


de Pasco, las lluvias son abundantsimas en la estacin hmeda,
los vientos alisios, cargados de lininedad, que se levantan desde el
Atlntico y vuelan sobre las selvas amaznicas, encuentran en este

pudiera a primera vista creerse. En

la parte ms alta de los Andes y es inminente la precipitacin de los vapores acuosos en forma de lluvias torrenciales. Por

punto
el

Sur, sin embargo, aun

la

sierra es casi

un desierto. La cuenca

ao apenas 147.6 mm. de lluvia y de ellos


90 caen en febrero y nicamente 4 entre mayo y noviembre. Como
resultado, la flora de la sierra jams alcanza lozana. El desierto
de la costa se mete por arriba de la ceja de la montaa hasta la
misma altiplanicie. En la sierra propiamente dicha no existen verde Arequipa recibe

al

daderos bosques. El nmero de rboles es


8

muy

pequeo.

101

paisaje

Un

paisaje de la "Sierra."

manchones de bosques artifialgunas especies, como La del rbol del


Per (Schinus molle), que crecen a lo largo de las quebradas.
vegetal queda caracterizado con los
ciales de eucalipto o con

Por el Oriente la cordillera, en descenso abrupto, se convierte


prontamente en lo que se llama en toda la regin andina de la
Amrica del Sur, la montaa, regin de bosques y de selvas, la enorme cuenca amaznica, cruzada por caudalosos ros que llegan todos, al fin y al cabo, al cauce Maran-Amazonas.

POBLACION

No habindose levantado un

censo del Per desde 1876, es

imposible apuntar con algn grado de exactitud la poblacin del


pas.

Las cifras calculadas de aquel tiempo a

la fecha

han ido en

constante aumento. Sievers estima que en 1929, contando los habitantes de Tacna, la poblacin del Per puede ser de 6.137,449. Esta

poblacin se distribuye
rio.

En

el

muy

irregularmente por

Departamento de Loreto,

(pie

el

extenso territo-

comprende toda

oriental, incluyendo la extenssima en disputa con el

la regin

Ecuador, que
9

suma 422.903 kilmetros cuadrados de superficie, apenas


viven unas 150.000 almas. La densidad de la poblacin es de 0.4.
tiene en

Hay

en cambio departamentos como el de La Libertad, el de Apurmac y el de Ancachs. cuya densidad pasa de 12 personas por
kilmetro cuadrado. En la sierra reside el 73% de la poblacin
total del Per, en la costa el 22% y eu la montaa el restante
5% (*). La densidad de poblacin en la sierra es de 8.06 y la de la

Es importante estudiar la distribucin de la poblacin


campo y las ciudades. El autor que vengo citando calcula

costa de 10.

entre el

el 11.5% de los pobladores del Per residen en lugares propiamente urbanos, estando localizados los restantes 88.5% en pequeos
poblados dispersos en las comarcas netamente campiranas. El 9%

que

de la poblacin total vive en ciudades de 20.000 o ms habitantes.


poblaciones en ciudades,

La costa ha provocado la concentracin de


ms que la sierra. All reside el 61% de

la poblacin urbana del


que cuenta como ya se dijo, con el
73% de toda la poblacin del pas, no comprende sino el 36^1 de
la poblacin urbana. Las ciudades de la costa estn casi todas hacia
el Xorte. siendo las principales: Lima, la propia capital: Callao, el

Per, mientras que

la

sierra,

Una "quebrada"
(*) Sievers.

10

ob.

cit.

p.

106.

andina.

La

Cordillera.

puerto de mayor movimiento; Chiclayo, Trujillo y Piura. En la


sierra, por el contrario, la mayor parte de las ciudades estn en
el

Sur, siendo las

ms importantes: Arequipa, segunda

del terri-

torio peruano; Puno, a las orillas del Titicaca, puerto de conexin

con Bolivia, la histricamente clebre Ayacucho y Cuzco, la ms


las ciudades ms altas del mundo:

famosa de todas. Per tiene


Cerro

ele

Pasco, a 4,300 metros.

PROPORCION

Desde

el

DE

Puno

LOS

a 3,840 y

GRUPOS

Cuzco a

3,500.

CONSTITUYENTES

punto de vista tnico, la poblacin peruana est cons-

tituida por los indgenas, por los blancos y por los negros, y en una
buena parte por los productos de las mezclas de estos grupos
tnicos originales: los mestizos, que, generalmente hablando, vie-

nen del cruce de blancos

e indios

los

to de los cruzamientos de negros con

zambos, que son

el

produc-

indgenas, y los mulatos,

que lo son del de negros y blancos. La distribucin de la poblacin por entidades raciales es difcil e imprecisa
lo primero
por la variabilidad misma, muchas veces sutil, de los grupos, lo
segundo por la carencia de censos. Carlos Wiesse dice en su ya
:

11

12

citada geografa: "Los udios. descendientes

<lc

bladores, pertenecen al grupo quichua-aimar de

perteneciente

;i

La

raza

los
La

primitivos po-

sub-raza andina

americana o bronceada. Son bombres de

pequea, cabeza braqui-cfala, nariz recta o aguilea, piel


amarillenta y cabellos lacios" (*), Los negros, que habitan en La
costa en su mayora, son descendientes de los esclavos introducidos
talla

por los espaoles. Hay tambin algunos individuos de raza amarilla, Inmigrantes venidos al Per a mediados del siglo pasado, ya en
la

poca republicana. Segn

de la poblacin peruana es
indgena; 159{ a

Mi 9 a
ses,

tengo

la

mismo

^Yiesse. la proporcin tnica

siguiente:

.~>0 r

,'

corresponde

a la raza

raza blanca, en su mayora de origen espaol;

raza africana; l'

el '\ c
/i

la

la

el

la

a la raza amarilla,

chinos y japone-

restante a diversos cruzamientos (**). Personalmente

conviccin de que

la

distribucin qu hace este autor no

es correcta; desde luego no lo es por lo que respecta a los

cruzados que. aun sin extremar

el

rigOE cientfico

grupos

de clasificacin,

pueden considerarse segn me parece en ms de un 60%. En consecuencia, estimo que el nmero de blancos propiamente dichos es
menor que la cifra que da Wiesse y menor tambin el de indios
puros. Nievers cree que la poblacin de raza mezclada puede calcularse entre un f>0 y un 70%. El hecho es que la mayor parte de la
poblacin del Per central y del Xorte est constituida por cholos,
es decir, por individuos resultantes de la mezcla de mestizos y de
indios. Si es cierto
ro,

tambin

lo es

que

que

el

el

elemento mestizo prepondera en nme-

indio constituye un factor prominente, en

Los negros, y ms que todo sus descendiendel cruce de aqullos con los indios, son factores de cierta im-

sierra sobre todo.

la

tes

portancia en Callao y en otras ciudades del litoral: ellos y los mes


tizos blancos imprimen a la vida costea un ritmo bien distinto del
(pie

tiene la sierra con sus pobladores. l

mento

es evidente: vivo y

hermtico y reconcentrado

La poblacin de

contraste de tempera-

un poco irresponsable
el del

el

del

costeo:

andino.

Oriente, aparte de los pequeos grupos de

mestizos y mestizos blancos est formada por los .jibaros, los chun

(*)

Wiesse Carlos. "Geografa del Per." Tercera Edicin. Lima, 1921.

p. 155.

(**) Wiesse. ob.

cit.

p.

155.

13

chus y otras tribus (*). Wiesse dice que el total de estas gentes
semisalvajes puede ser de unas 150,000 almas. El los divide en dos
secciones desde el punto de vista de su cultura una que adopta
como armas arcos y flechas y la otra que tiene lanzas y cerbatanas.
Unos andan desnudos y otros usan la cushma. Sus alimentos prin:

cipales son la yuca, el pltano y el maz.

De cuando en cuando

comen la carne de los animales que cazan. Hablan una gran variedad de idiomas desde el primitivo inje-inje hasta otros de mayor
desarrollo, como el aguaruna-campa. La mayor parte de estas gen-

Indio de "Oriente," Per.

tes vive de la caza

y de

la pesca, llevan

una vida nmada, aunque

ya en algunos se inicia la etapa agrcola, pues se dedican al cultivo


de pequeas chcaras en las orillas de los ros. Los grupos ms
importantes de estas gentes son: los Aguarunas, que habitan en la

banda derecha del Maran, construyen casas y cultivan chcaras; los Huitotes, con numerosas subtribus cu el alto Putumayo y
el

Yapar, algunos de los cuales son, segn "Wiesse, antropfagos;


Conibos en el alto Ucayali conocen el cultivo y estn en con-

los

(*) Vase

14

el

estudio semejante a ste, sobre

el

Ecuador.

tacto con los blancos; los

Campas de

la

regin del

Urubamba;

los

muy

primitiva, que emplean herramientas y


Sirineires
en la regin del Madre de Dios,
los
piedra,
armas de
y
algo del cultivo de la tierra y
conocen
ya
que
hostiles al blanco,

Cashibos, de cultura

viven en chozas (*).

Indio de "Oriente," Per.

ECONOMIA

Las diferencias anotadas entre las tres regiones naturales del


Per, la costa, la sierra y la montaa, diferencias de topografa,
de clima y de poblacin, nos hacen comprender, desde luego, la diversidad econmica que las caracteriza.

La montaa,

pas de bos-

ques tropicales, despoblado, inaccesible y repelente, tiene una vida


(*) Wiesse. ob.

cit.

pp. 159 a 160.

15

econmica muy deficiente. La salida de los productos es a travs


de millares de kilmetros de navegacin fluvial por los ros del
sistema amaznico, hasta el Atlntico son maderas y productos
tropicales espontneos, entre los cuales ocupa el prmersimo lugar el caucho. En las yungas del Este, es decir, en la zona de las
estribaciones de la cordillera abajo de la ceja de la montaa, prospera la coca al mismo tiempo que el rbol de la quina, el caf, el
cacao y toda clase de frutas. Pero la exportacin de todos esos productos es deficiente y el cultivo, por lo comn, desaliado. La costa produce azcar, algodn, arroz y vino. El ingenio ms grande
de Sudamriea est en, esta regin. En 1927 la exportacin del
azcar pas los cuatro \ medio millones de libras peruanas (una
libra vale diez soles y un sol, en 1931, como 28 centavos de dlar, o
unos SO centavos mexicanos), el algodn ha alcanzado una cifra semejante. Ms recientemente el petrleo ha ocupado el primer lugar
en las exportaciones, siendo la de 1927 de ms de diez millones
de libras peruanas. La agricultura costea es una empresa capitalista en grande escala
sus trabajadores son "braceros," jornaleros, forman un proletariado. El movimiento obrerista peruano
se desarrolla hasta la fecha casi exclusivamente entre los trabaja:

dores de la costa, tanto los de las negociaciones agrcola-idustriales

de azcar y algodn, como los de los campos petroleros.


La sierra est sujeta al rgimen de la pequea agricultura

campesina, preponderantemente india, que se desarrolla ya en chacras de pequeos propietarios, ya en las haciendas del latifundista. Los productos de exportacin son poco cuantiosos, la lana es
el ms importante, todo lo dems se consume localmente. Las pa-

maz y varias legumbres, as como las


qunua,
oca y olluco, son los productos
antiguas plantas indianas,
preferentes. La minera fu uno de los ms importantes renglones
tatas, la cebada, el trigo, el

la economa pe-nana en la poca colonial. La industria decay


grandemente a fines del siglo pasado y en la actualidad, con la

de

baja de la plata y del cobre, productos principales, se encuentra


en condiciones crticas. En 1927 la plata y el cobre constituyeron

apenas unos

seis millones de libras

exportacin total de ese ao.


es

responsable por

la

mayor

31.197,725 correspondieron a

peruanas, o sea

En cnanto
parte.
los

tres

Del

el

19 r

la

a exportaciones, la costa

total

de ellas en 1927.

principales artculos de

costa, petrleo, algodn y azcar, 21.516,672 o sea el 68%'.

16

de

la

Quitos

Talar

u chachapoyas

A*

Rayt'

5^

ua ra II 'Pasco

"-'.'LA.

Oroya

7
111
r,

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C ALUA

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+ ++

Caa

cap, caceo
y* papapa

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00 coca

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Guano
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<///,

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V

Plata

A a

G. Vacuno
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Q.Caba^'

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I
.

Mthalur^a

h trro

Cobre
A Plomo
V

oro

PERAJ
CARTA ECONOMICA

27
El Indio Peruano.

COMUNICACIONES

En un
tica por

un

pas de la fisiografa del Per, con una costa desr-

ms

lado, surcada su parte central por la cordillera

imponente de la tierra y con una llanura inmensa al Oriente, aislada


por la selva, con un suelo que en gran parte est en formacin, las
comunicaciones no son fciles, presentan, por el contrario, enormes dificultades. Dada la topografa del terreno la comunicacin
es

ms

viable

longitudinalmente dentro de las propias regiones

naturales que transversalmene cruzando de una a otra.


tiene fcil comunicacin

marina a

La

costa

largo del litoral y en la actualidad por las vas areas; la sierra se vi recorrida durante el tiemlo

po de los incas por la ms admirable carretera del mundo americano antiguo, la que hicieron los incas del Cuzco hasta Quito,
por el Norte, y hasta Chile en el Sur. Pero las lneas de penetracin
de la costa al interior del pas no son ni fciles ni numerosas; la
ms importante es la del estupendo ferrocarril de Callao y Lima
a Cerro de Pasco, que atraviesa la cordillera a la altura del lmite
de las nieves perpetuas 1,83-1 metros) y se prolonga hasta ITuancayo en el rico valle de Jauja. Tenindose en proyecto llevarla por
el cafln del Mantaro hasta Ayacucho y Huancavelica. Importante
tambin es la lnea de Moliendo a Arequipa y de all hasta Puno,
en las orillas del Titicaca y despus a Cuzco. La vialidad en la sierra ha progresado apreciablemente en los ltimos aos. Hay una
carretera para automviles que comunica Ayacucho con la terminacin de la lnea frrea que sale de lluancayo y en el Sur, por el
Cuzco, se ha proyectado la construccin de un camino que una a
1

aquel lugar con

la

indicada capital incaica.

EL REGIONALISMO
Si el

hombre

ms que ningn

est en todas partes atado al suelo,


otro, est

vinculado

al

el

del Per,

accidente geogrfico.

La

fisiografa peruana adquiere una significacin social que no alcanza en otros pases. El regionalismo, fenmeno histrico determinado por la geografa, y la oposicin entre la costa y la sierra, han
dado origen a la llamada dualidad peruana, reconocida por los socilogos y por los literatos de hoy. De paso (ligamos que si la conciencia nacional hubiese penetrado ya al Oliente, no habra de ser

18

19

dualidad la que existiera, puesto que las regiones de contraste son


tres. Hasta donde alcanza el desarrollo actual, sin embargo, no
son sino dos las fuerzas que se juegan en la vida del pas: la del
la sierra
hay en efecto dualidad. Jos Carlos Maraadmirables Siete Ensayos (*), ha tenido que ver la
realidad geogrfica y nos dice, explicando el regionalismo: "El Sur

litoral

la

de

tegui, en sus

fundamentalmente serrano. En el Sur, la costa es estrecha. Es


una exigua y angosta faja de tierra, en la cual el Per costeo y
mestizo no ha podido asentarse fuertemente. Los Andes avanzan
hacia el mar convirtiendo la costa en una estrecha cornisa. Por
consiguiente, las ciudades no se han formado en la costa sino en la
sierra. En la costa del Sur no hay sino puertos y caletas. El Sur
lia podido conservarse serrano, si no indgena, a pesar de la conquista, del virreinato y de la repblica. Hacia el Norte, la costa
se ensancha. Deviene, econmica y demogrficamente, dominante.
es

Trujillo, Chiclayo, Piura son ciudades de espritu y tonalidad es-

Lima es fcil y frecuenque ms las aproxima a la capital es la identidad de


tradicin y de sentimiento. En un mapa del Per, mejor que en
cualquier confusa o abstracta teora, se encuentra as explicado el
paoles. El trfico entre estas ciudades y

Pero

te.

lo

regionalismo peruano" (**).

Nadie mejor que Marategu ha expresado

el

desdoblamiento

peruano, su doble naturaleza, su dualidad, oigmoslo:

gn

la

geografa fsica, se divide en tres regiones:

''El
la

Per,

se-

costa, la

Sierra y la montaa. (En el Per lo nico (pie se halla bien definido es la naturaleza). V esta divisin no es slo fsica. Trasciende
a

toda nuestra realidad social y econmica. La montaa, sociol-

gica y econmicamente, carece aun de significacin. Puede decirse


(Ule In montaa o. mejor dicho, La floresta, es nn dominio colonial

Estado Peruano. Pero la costa y la sierra, en tanto, son efectivamente las dos regiones en que se distingue y separa, como el
territorio, la poblacin. La sierra es indgena: la costil es espaola
o mestiza (como se prefiera calificarla, ya que las palabras "indi
del

gena" y "espaola" adquieren en este caso una acepcin muy amplia). Repito aqu lo que escrib en un artculo sobre un libro de
(*)

Marategui Jos Carlos. "Siete Ensayos de Interpretacin de

Realidad Peruana." Lima, 1928. p. 264.


(**) Marategui, ob. cit. p. 153.

20

la

Valcrcel: "La dualidad de La historia y del alma peruanas, en


nuestra poca, se precisa como un conflicto entre la forma histrica que se elabora en la cosa y el sentimiento indgena que sobrevive en la sierra hondamente enraizado en la naturaleza. El
Per actual es una formacin costea. La actual peruanidad se ha
sedimentado en la tierra baja. Ni el espaol ni el criollo supieron
ni pudieron conquistar los Andes. En los Andes, el espaol no fu
nunca sino un pionnier o un misionero. El criollo lo es tambin
hasta que el ambiente andino extingue en l al conquistador y crea,
poco a poco, un indgena" (*).

LA

el

DUALIDAD" PERUANA

El socilogo tiene en efecto que interpretar el fenmeno fsico


econmico, en trminos humanos, y el artista, adems, en tr-

minos

Los datos que he anotado en la seccin que fiPeni y sobre la realidad material,
deben vaciarse, en un estudio como el que pretendo hacer, dentro
del molde humano del socilogo. No es suficiente contar los elementos; precisa visualizarlos dentro de la composicin que fatalmente determinan el indio, pese al aislamiento a que ha sido condenado, es una fuerza humana, una forma espiritual en el Per
y con l los mestizos y los criollos y los negros y todos los que habitan aquella tierra; el mapa es el escenario; la montaa, la costa
y la sierra son acotaciones en el drama. La costa y la sierra frmula del dualismo peruano. Trminos de geografa, que la doble naturaleza del Per arranca del suelo mismo. El indio fu de los
altos, andino: se ha hecho un nudo ciego con la sierra los Pizarros
espirituales.

naliza, sobre la geografa del

y sus descendientes, los funcionarios blancos y criollos, y los negros


que trajeron los esclavistas y los chinos que importaron los republicanos son todos de la costa el dualismo geogrfico es tambin
;

un dualismo
la

tnico. Corolarios de

econmica,

La costa
san casi en
ta

muy
(*)

la

ambos son

las otras dualidades:

la poltica, la espiritual.

Las lluvias del litoral ceEcuador y no se restablecen sino hasde los desiertos salitrosos. Lima conoce

es rida, desrtica, reseca.

frontera con

al Sur,

ms

all

Marategui, ob.

cit.

el

p.

151.

21

las neblinas, pero

no sabe de tempestades. Al Norte de la Capital

angustioso y al Sur es temible. La cordillera andina,


de altura portentosa, aprisiona las aguas que transportan los vienel desierto es

tos alisios desde el Atlntico lejano

costa no recibir

una

y de

la

cuenca amaznica; la

que capta la sierra


en
torrentes
Amazonas
mismo,
haciendo a la
que
devuelve
al
y
costa la merced tacaa de corrientes menos abundantes, que se
desbarrancan hacia el litoral por abras y desfiladeros y que, canasola gota de esas lluvias

lizados ms abajo por la maa de los agricultores blancos, formarn oasis dlticos donde florecen los algodoneros y plumea la caa
de azcar. La primera cadena andina es el muro trasero del litoral.

mar

Se levanta decidida desde

el nivel del

apoyo de contrafuertes, a

tres, cuatro, seis

sin preludio de valles ni

mil metros, hasta coro-

narse de nieves perpetuas, desafiando al sol ecuatoriano.

Hay un
maana

Lima a las ocho de la


y que llega a las nieves perpetuas, cerca de los cinco mil metros,
para las tres de la tarde. Traspasada la primera cordillera, la Occiferrocarril intrpido que parte de

dental, se est en la sierra, pas alto, irregular, de valles estrechos,

circundados por cerros y lomeros de poca monta, que no otra cosa


parecen los Andes a estas alturas, vistos desde la sierra misma.

Las geografas sealan basta


la del Oeste, la central

tres cordilleras andinas en el Per,

la oriental; el viajero se olvida del

mapa

y no ve ms que un laberinto montaoso que, aparentemente, no


ha respetado sino la pequea boya donde se est por el momento.
Por el Sur, en la cuenca del Titicaca, las cordilleras se lian abierto
y dejan libre una meseta, parte peruana, parte boliviana, alta de
cuatro mil metros, desolada y frgida "la puna," le dicen los indios; el altiplano, se llama en los textos. Tierra de hombres, de
llampo, cumbre
mujeres y de nios pastores, dominada por el
:

Continente, y por una cadena increble de nevados;


tierra donde no llueve, sino graniza o nieva, suelo tan alto, que ha

mxima

del

repudiado
la

al

propio maz, grano procer de

la

Amrica

india. Si de

hoya elevada seguimos cualquier escurridero de agua, iremos a


a la ve a de un ro que se engrandece a cada legua y que pre-

poco

cipitndose por las gargantas de los cerros que pretenden cerrarle


paso, se labra una quebrada estrecha y empinada en cuyos pliegues encuentra asiento la primera tierra arable; un ro que sigue

el

despus, siempre
22

al

liste,

buscando

el

Amazonas, que

se

hace una

23

gran quebrada de fondo tropical y cumbres nevadas, caada estrecha todava pero que el Inca supo dominar con andenes y tena
a fin de aumentar la tierra de sembrado.

zas.

La

peruano no ha podido
sino dos puntos de
penetracin en el centro, de Lima a Cerro de Tasco, por ese ferrocarril admirable, que es y que ha de seguir siendo por mucho tiempo, no solamente la lnea frrea ms alta del mundo sino una de
las ms estupendas conquistas mecnicas del hombre, y al Sur.
desde Moliendo, por Arequipa y el Titicaca, hasta Cuzco, la capital
del imperio que fundara Manco-Cpac. La costa y la sierra, dos
girones del suelo peruano, junto al mar uno. junto a las nubes id
otro, adyacentes pero separados, aislados entre s por un desnivel
de cinco mil metros; tal es el factor fsico de la dualidad peruana.
Los indios viven arriba. Cuntos son? No se sabe, dos o tres
millones tal vez; como la mitad de la poblacin total. Con ellos
viven en los sitios de mayor importancia algunos blancos y muchos
cholos, que son los peruanos que pisan los primeros peldaos del
mestizaje. El indio llena el paisaje; la sierra es del indio y l es
sierra corre paralela a la costa y el

No hay

labrar comunicaciones transversales.


:

de la sierra;

el

vnculo es tan viejo como

la

raza.

En

la cosa habi-

tan los criollos, los mestizos de fortuna, los funcionarios centrales,

el

agricultor capitalista, los negros que fueron trados

como

esclavos y que son ahora los nicos peruanos esencialmente Libres,


y los chinos que vinieron a ser braceros de los campos y se han tor-

nado comerciantes. 101 aborigen no ama la costa; la rehuye, le saca


el cuerpo. Urgido por la miseria, al apremio de la fiesta religiosa
ile cuya celebracin se ha hecho cargo o vencido por la argucia del
agente, baja ocasionalmente enganchado a las fincas del litoral. La
estada es breve,

indio regresa a

el

la

sierra y a su pueblo:

si

por

aso se queda, ser a costa de su idiosincrasia. La costa mata

indio; materialmente

veces, con

piritualmente siempre porque en

el

la

malaria y

litoral el

la

al

disentera: es

hombre de

los altos

cambia su indumentaria, rompe su costumbre, adquiere otro idioma. El indio no ana la costa porque su instinto le dice que la costa
es el

enemigo de

bajar braceros

negros cuando

y de su raza. Como el criollo no pudo hacer


para sus empresas agrcolas, import

indgenas
la

Colonia y chinos despus de

estos vinieron al litoral y en

24

el

litoral

se

la

independencia,

quedaron, porque ellos

rehuyen

li

sierra tanto

como

los naturales se recelan de la costa.

mar y se remont despus, para


aduearse de las minas y para abrir haciendas ganaderas en los
altos. Ahajo se quedaron los funcionarios y los frailes, para arriba se fueron los aventureros y los hombres de ambicin. Los que
El espaol fund Lima junto al

subieron y se arraigaron son ahora burgueses de piel clara que


alardean de un abolengo que resulta un tanto pattico, mestizos

andinizados y emprendedores, de cultura un poco chirle. Pero el


caso es irecuente de blancos que se han hecho indios en idioma,
costumbres, en manera de vida y de un nmero grande de mestizos blancos que al correr de dos o tres generaciones no tienen

ms
costa

conciencia racial que la indgena.


:

mata

aqulla

La

sierra se desquita de la

al indio, sta se traga al blanco.

Las distinciones tnicas y el desarrollo histrico de la poblacin han determinado oposiciones econmicas. La agricultura serrana es feudal e individualista, teida con las tradiciones comunistas del ayllu indgena; la costea es capitalista e industrial.

latifundio y el ausentismo y en las regiones ms


pequeo propietario. Los indios viven en pueblos
y comunidades, dueos de pequeas parcelas circundantes, o son
los ms
colonos en los fundos del terrateniente, pagando al hacendado con dos o tres das de trabajo cada semana por el privilegio de ocupar y seguir disfrutando del solar que ha sido de ellos
desde hace cien generaciones, o bien son pastores en la puna que
apacientan los ganados del amo as como sus contados animales
propios, cerca de la choza desabrigada, en pleno pramo, pagando
tambin con servicios por el derecho de ocupar lo que en realidad

Arriba existe
afortunadas

el

el

es suyo. Abajo, el latifundio tiene explotaciones

ms

efectivas.

base de sistemas de regado se ha creado la gran agricultura y la


agricultura idustrializada en el litoral peruano se ha establecido
el ingenio ms importante de toda la Amrica del Sur. En la sie:

rra hay unos cuantos indios libres dueos de parcelas insuficientes y muchos siervos, colonos yanacones sujetos a la ms despiadada explotacin y a la vejacin organizada de los gamonales;
en la costa, por otra parte, hay braceros y proletariado. Los de
arriba son todava rebao feudal ios de abajo son gremio que ya
ensayan con xito la defensa colectiva.
Si ninguna capital es realmente representativa del pas que
gobierna, Lima lo es menos que otras. Fundada por el conquistador
;

25

a la orilla del mar, carece de tradicin y de raigambre indianos


y un Per sin indios pierde su significado histrico. Si al menos
Pizarro hubiese contado con canteras cercanas, sn creacin habra
adquirido la solidez y la nobleza de las edificaciones que Espaa
supo erigir en otras partes, pero la costa no tiene piedra; Lima es
de adobe. Arequipa, en buena parte espaola colonial, est bien
hecha con sillares, pero Cuzco, levantada por los Incas en plena
sierra, conoci

una arquitectura megaltica ante cuyos

restos, los

muros y cornisas del conquistador parecen como de casas de muecas. Los hombres de la Repblica que han podido ocuparse de
construcciones, han hecho a Lima la vctima de sus favores rastacueros que culminaron con la urbanizacin de Legua que logr
convertir a la ciudad de los Reyes en una buena ciudad burguesa
californiana.

Lima

es centralista,

no central. Fu

la sede del

poder

colonial; ahora es el asiento del gobierno. Espiritualmente la sie-

rra no est con Lima. "La fundaron junto al

mar para que

viese

hacia Espaa; se qued desde entonces acostumbrada a ver hacia


afuera, a cortejar a los extraos; es la novia de los marinos de los

mares; no es nuestra. Halda del indio literariamente, porque


moda. "Qu sabe ella en realidad de nosotros?" As dicen
cuzqueos.
los
Sus palabras rencorosas y despechadas y en gran
parte injustas, hacen manifiesta la separacin espiritual entre los
siete

es de

serranos y los costeos y recuerdan una vez

ms

el

regionalismo

tenaz. Tal oposicin tiene, por otra parte, su aspecto poltico de


falta de colaboracin, de incomprensin, y de

cuando en cuando, de

Las revoluciones en contra de Lima se fraguan


en Arequipa, camino de la sierra y "cuando la revolucin llega a
la cosa es grave." dicen en el
en plena cordillera
Ayacuch
rebelin abierta.

Per.

Per condenado a ser un pas eternamente diviAs como hay dualidad, contraposiciones, contrastes, hay tambin ligas y armonizaciones que da a da van
cobrando fuerza: la peruanidad hace progresos. Yo no creo en el
determinismo geogrfico hasta el grado de suponerlo ms fuerte
que el genio de un pueblo. Los incas fundaron un imperio que no
Estar

dido?

No

el

lo creo.

reconoci barreras fsicas; desde

el

Ecuador hasta

Chile, por sierra

costa, extendieron su dominio e implantaron su sistema. Antes


de los incas, razas ms cultas haban ya dominado el pas. Para'
aquellos hombres la costa fu de la sierra y sta de .aqulla. Es

26

absurdo pensar en el fatalismo geogrfico; ms valdra hablar de


un nacionalismo vigoroso capaz de fusionar los ingredientes
co-tradicionales y <k' una poltica constructiva que pueda sobre-

t'* 1

ponerse a los accidentes

1 >

fsicos.

2. CULTURAS

PREHISTORICAS

DOS TEORIAS SOBRE EL DESARROLLO DE LAS CULTURAS PRIMITIVAS

El testimonio arqueolgico y las vagas tradiciones que se han


escurrido a travs de los siglos nos dan base para suponer que la
prehistoria peruana arranca desde algunos siglos anteriores a la
era cristiana. Hay sobre la materia opiniones contradictorias.
Podsnandsky ha venido sosteniendo la teora de una antigedad

verdaderamente aplastante de miles de aos antes de la era cristiana. La mayor parte de los arquelogos no participan de esta
opinin y se encuentran ms o menos acordes en fijar el arranque
de la pre-historia cultural de dos a seis siglos antes del nacimiento
de Cristo. La procedencia de esta cultura parece haber sido Centro-Amrica, Maya-quiche. Xo estn acordes los arquelogos en
cuanto al asiento primitivo de la civilizacin peruana, unos sostienen que se inici en el litoral, otros que en la regin andina,
un tercer grupo, el ms numeroso, admite que hubo un desarrollo
cultural paralelo y simultneo en la costa y en la sierra andina.
Se cree que ambas culturas son de origen centro-americano, pero
que proceden de diferentes incursiones, una que lleg a lo que es
actualmente el litoral peruano propiamente dicho, y otra que penetr ms al Norte, por el Ecuador, introducindose a la sierra
quiz por l regin del Esmeraldas. Julio C. Tello es en el Per el
ms serio sostenedor de la teora de la cultura andina nica, uente y origen de todas las que se desparramaron y florecieron por el
amplio territorio peruano. Max Uhle, el arquelogo alemn de larga
residencia en Amrica del Sur, y con l el americano Means y el
peruano Urteaga, son por hoy los principales sostenedoi'es de las
culturas paralelas en el litoral y en la cordillera. "La habitacin
humana, nos dice Urteaga, se encuentra en el Per histrico desparramada en las regiones andina y costea, y representada en el
litoral

por la existencia

ele

necrpolis con utensilios de hueso, po-

27

TELAS PRE-INCAICAS, PARACAS.

te

te

r*

i 9 &

P k * U 9 te
* tf n 4 4
?

t-i

n*
v

28

*Jt
n

Pao bordado (Prenda de

vestir). Paracas. 1*

Epoca.

Pao bordado (Prenda de

vestir). Paracas. 1*

Epoca.

ktTAV

eos y primitivos artefactos cermicos, mltiples y particulares temimbre y redes; y restos humanos desproporcionados; en

jidos de

sierra, por
dos...." (*),

la

la
101

una raza de
mismo autor afirma que en la

pre-existencia de

Nasca, lea. Valle del Rmac, Supe, Trujillo,

indios bestializa-

etc.,

eosta, en

Aca y

apareci intem

pestivamente ana cultura adelantada, representada al Sur de Lima por una fina alfarera policromada, con pinturas de hombres
y animales y estilizaciones admirables, y en el Norte por una cermica de color blanco, rosa y negro, en la que predominan las

formas escultricas, simple dibujo o relieve de hombres, animay plantas. La aparicin de esta cultura sin antecedentes y

les

en forma tan acabada en su tcnica, nos dice, acusa

Segn

mismo autor que

proceden-

probada la presencia en la regin andina de una cultura homognea cayos restos


megalticos se encuentran desparramados desde Tiahuanaco en el
Titicaca, hasta el Norte del Ecuador. Urteaga elabora su teora
aseverando que la cultura andina lleg subsecuentemente hasta la
costa como manifestacin epigonal y cuando ya en el litoral floreca exuberante la cultura originada de procedencias exteriores.
cia exterior.

el

cito, est

DESARROLLO DE LA CULTURA ANDINA SEGUN TELLO


Tello, sostenedor de la teora de la cultura fnica

andina (**),
divide la p re-historia peruana en tres grandes etapas o pocas que
comprenden culturas diversas: la poca megaltica o arcaica andina; la poca del desarrollo y diferenciacin de las culturas del
litoral y la poca de las confederaciones tribales que culminaron
con la confederacin incaica o Imperio de Tawantn-cuyo. La primera poca parece comprender un nmero de siglos mucho mayor
que el de las pocas anteriores, se inici tal vez seis siglos antes de
la era cristiana

y persisti hasta el 400 A. D. Esta poca comprende dos perodos, uno representado por la cultura arcaica del Callejn de Huaylas, de Wari, Pukar y el primer perodo de Tiawnaco y otro representado principalmente por Chavn y Paracas.
poca, que constituye la segunda etapa de la cultura
andina arcaica de caracteres especiales y uniformes en sus diver-

La segunda

(*)

Urteaga Horacio. "El Imperio Incaico." Lima, 1931.

p.

6.

(**) Tello Julio C. "Antiguo Per," lo Epoca. Lima, 1929.

29

Fragmento de

la

Chavin.
li Epoca.

estilo

estela E.,

Arte

con figuras al
de Chavn.

Imagen

del

tinajn

lrico

checo.

Dios Wira-Koeha. pintada en un


ceremonial. Cultura andina. ra2* Epoca.

sas manifestaciones, desciende desde la sierra a los llanos donde

determina vigorosos florecimientos y culmina en la cordillera con


el admirable segundo perodo de Tiawanaco. Esta etapa tuvo nnos
ocho siglos de duracin, del 400 al 1.200 A. 1). La tercera etapa de
la

prehistoria,

probablemente ms corla que

las

anteriores,

del

1,200 al 1,533, corresponde a la poca del desarrollo y organizacin


de las confederaciones tribales que culminaron con la gran Con-

federacin Incaica. Tello resume magistralmente los caracteres de

peruana durante

la

civilizacin

la

regin andina:

l.

Tu

la

primera poca prehistrica: En


el em-

tipo arquitectural consistente en

pleo simultneo de piedras grandes y pequeas dispuestas alternativamente.... 2. l'n tipo de poblaciones construidas sobre te-

nazas escalonadas
la parte ms elevada.

casi
'!.

Tumbas

siempre con un oratorio o templo en


piramidales con terrazas esca-

Templos

Estatuas de piedra,
de tcnica muy primitiva y estatuas y otras obras escultricas de
tcnica avanzada. Alfarera rstica y primitiva de carcter netamente utilitario y alfarera fina de arcilla blanca fabricada a
lonadas....

30

4.

subterrneas....

5.

Dos serpientes enroscadas: una devorando un

ratn.

Alfarera Muchik. 2* Epoca.

31

La pesca de camarones por medio de


Alfarera Muchik.

:
->

la cesta

Epoca.

Idolcs Jaguar.

Alfarera Muchik.

32

2*

Epoca.

o nasa.

mano, con

el

En

raciones.

jaguar como base o motivo fundamental de las decolitoral. 6.


La ausencia absoluta de ciertos niela

el

y aleaciones y La presencia nica del oro. 7. El apogeo del arte


textil con predominio del bordado y de figuras simblicas polcro-

les

La

deforma-

tipo cuneiforme y en otro que se

aproxima

mas ornamentales, combinadas armnicamente.


cin de la cabeza en

el

8.

aymar. 9. Cruentas intervenciones quirrgicas en el crneo,


aechas con cncbillos de obsidiana. 10. El empleo en la alimentacin
de una sola variedad de maz, frijol, pallares, camote y yuca: maz
al

de mazorca pequea, bruna o negra y grano fino, frijoles negros


pequeos y pallares blancos con pintas a manchas moradas; yucas y camotes pequeos, fusiformes, que contrastan con los grandes
tubrculos de estas plantas bailadas en las pocas anteriores.

La

momificacin artifical de los cadveres mediante los procedimientos de desecacin por fuego y el empleo de ciertas subs11.

tancias especiales (*).

EL DESARROLLO CULTURAL SEGUN MEANS

En su reciente obra, Means (**) anota un desarrollo cultural


un poco diferente al bosquejado por Tello, aunque fundamentalmente de acuerdo con l. Sostiene la dualidad prehistrica del desarrollo cultural peruano en el litoral y en la sierra, sealando un
origen maya y centroamericano a una y a otra. Estas dos culturas
se desarrollaron paralelamente: en la costa

produjeron los nota-

proto-Chim y proto-Xazca y en la sierra el


Tiawanaco. El desarrollo de los dos movimientos del primer perobles florecimientos

do,

simultneo, pero independiente, se extendi basta las postri-

meras del siglo


entabl

el

de la era cristiana. Entre

conflicto

el siglo

el

se establecieron relaciones entre la

VI

se

regin

andina y la costanera; las dos culturas se afectaron mutuamente.


Los efectos de la confluencia se sintieron durante tres siglos en
la sierra se lleg al admirable Tiwanaco segundo que recibi como
impulso inicial la influencia. proto-Chimu y prpt-Nazca; las cultu:

ras litorales, a su vez, recibieron la influencia de la de arriba.

(*) Tello. ob.

(**)

Means

Nueva York,

cit.

p.

163.

Philip Ainsworth.

"Ancient Civilizations of the Andes."

1931. pp. 47 y 48.

33
El

Indio

Peruano

IV.

1.

Cabeza de piedra Chavn.

1'

Epoca.

Escultura arcaica andina

(Felino).

Al ja, Huaraz.

1?

Epoca.

Chavn, en la regin andina, corresponde a las postrimeras de


una prueba inequvoca de cmo el Tia-

este perodo y suministra

wanaeo lleg a ser influenciado por las civilizaciones de la Costa.


Hacia el siglo IX se opaca la gloria del Tiawanaco Segundo, sin
que puedan precisarse las causas de tal abatimiento su ocaso re;

percute en las culturas del litoral que tambin se estancan y degeneran. El perodo de declinacin dur del 900 al 1,100, pero al
final de esta poca decadente resurgen en la costa lentamente las
culturas y presenciamos los comienzos del post-Chim y del postNazca. Entre los aos de 1,100 a 1,400 principia en la regin andina el levantamiento de los incas, mientras que en el litoral llegan

a su florecimiento las dos culturas mencionadas. El apogeo de los


incas corresponde a los aos de 1,400 a 1,530, se extendi desde la
regin andina hasta la costa, siendo interrumpida por la conquista
de los iberos.
El arte proto-Cliim se distingue en general por su realismo,
por la subordinacin del color a la lnea, por la interpretacin
formalista y aun convencional, con dibujos que pueden considerarse como simblicos ms bien que como representativos. El arte del

35

36

proto-Nazca no muestra

la

misma nota

muy poco

los dibujos tienen

caracterstica de realismo;

valor ideolgico o representativo, en

da rienda suelta a la imaginacin y al simbolismo, y el


el rasgo sobresaliente. Estas dos estilizaciones del
arte costeo establecieron estrechas relaciones, siendo en parte
contemporneas. La cultura que se desarroll en la sierra luan-

cambio

se

color lleg a ser

primeros

le los

seis siglos

de

la era

cristiana y que tuvo como expoprimer perodo del Tiawanaco,

nente ms destacado el estilo del


puede caracterizarse como meramente arcaica. Recibi, al fin, el
estmulo de la costa (segn los arquelogos de la teora dual) y
se convirti en una de las ms notables culturas sudamericanas.
Este desarrollo posterior se designa como segundo perodo de Tiawanaco. En esta poca el arte adquiri un enorme desarrollo: los

materiales que emple fueron variadsimos, la piedra, la cermica,


el

metal, los tejidos, pero en todos estos medios de expresin

re-

saltan las caractersticas peculiares del estilo.

Los datos, opiniones, teoras y caracterizaciones (pie acabo


de apuntar someramente, bastarn para demostrar la riqueza de
la

cultura verncula peruana aun desde los remotos tiempos de

la

prehistoria. Sea cual haya sido el origen de la civilizacin en aque-

puntos de penetracin de las influencias culturales


cronologa de los desarrollos y florecimientos, el hecho es

tierra, los

lla

y aun la
que con

el

transcurso de los siglos lleg

perio cultural en
el

a.

formarse un vasto im-

Per, anterior al incaico, que se designa con

el

nombre general de Tiawanaco. El origen particular, de este imsi Quechua o Armar (Kolla), no est aclarado. Es-

perio cultural,
te

imperio cultural lleg a revestir ciertos caracteres de homogenei-

dad

amalgam

los variadsimos

elementos del mosaico cultural

pri-

mitivo y arcaico, lleg a determinar un estilo reconocido y general. Es lgico suponer que a este imperio cultural correspondiera

uno

poltico. As lo

afirman los arquelogos

entre ellos Erteaga. 'Existi, nos dice

e historiadores del da,

(*),

en un largo perodo

de tiempo una estructura poltica y civil que, si no nos atrevemos


a afirmar que estuvo centralizada bajo la accin de un solo go-

conceptuamos fundadamente que la caracteriz por lo menos una vasta confederacin de glandes reinos. Lo que s est fuera
de duda es que las manifestaciones de esa cultura obedecen al misbierno,

(*)

b.

cit.

p.

25.

37

Ave marina

(Phoenicopterus-chilensis).

Alfarera Muchik.

mo

espritu, la

2-

Epoca.

misma tendencia, y

Cabeza de indio Muchik


(terracota).

se inspiran

2'-'

Epoca.

en idnticos ideales

y estas caractersticas se imponen de tal modo a la reflexin de los


arquelogos (pie, podemos decir por boca del ms autorizado de
ellos (Ulile), que la contemplacin de los restos esparcidos por la
regin andina y cisandina, correspondientes a pocas anteriores a
los incas, "permiten inducir que en la sierra y la costa del Per
existi una civilizacin bastante homognea, cuya posicin cronolgica, respecto a la de Tiawanaco, es completamente segura.'* A
este dominio de la raza en el extenso territorio de] Per, revelado
por sus monumentos megalticos, Urteaga ha dado el nombre de
primer imperio Quchua, asignndole una duracin de cuatro siglos ('M)0 a TOO A. D.) y un periodo de decadencia de unos cinco
1

(700 a 1,100).

Means cree muy posible que hubiese existido en realidad un


imperio poltico dominado por Tiawanaco, tan extenso como el
38

imperio cultural, pero de la realidad de tal estado, segu el mismo


autor, no hay prueba (*), Una cosa s es segura y es que a lo largo
del litoral peruano, al tiempo de la conquista de los incas, existan,

organizados de manera casi leuda 1, un regular nmero de estados

poderosos que fueron los herederos naturales de las primeras culturas de

Chim y de Nazca,

as

como de

las culturas epigonales del

Tiawanaco segundo.

3.

EL

IMPERIO INCAICO

LOS ORIGENES DEL IMPERIO INCAICO

Nadie sabe
agotamiento de

las causas de la desaparicin del


los recursos naturales,

Tiawanaco:

algn cataclismo

invasin de tribus brbaras del Suroeste

el

fsico, la

imposible decirlo.

De

que no cabe duda es que el eclipse de aquella civilizacin de


la altiplanicie produjo tal desintegracin que los pueblos retrocedieron casi a las modalidades arcaicas; sobrevino un perodo de
depresin general, acompaado de la descomposicin de la civilizacin y fueron formndose tipos provinciales de caracteres distintos. La raza Quchua se apart del Titicaca y se fue hacia el
Noroeste, asentndose por un tiempo en el valle de Pacaritambo, de
lo

donde emigr despus hasta el Cuzco. La migracin y los principios


del dominio de aquel fuerte ncleo racial se pierden en el mito y la
leyenda. Garcilaso ha dado el relato clsico "Viracocha, creador
de los hombres de Tiawanaco, hizo nacer al sol y viendo la triste
condicin de los hombres orden que dos hijos del astro, MancoCpac y su hermana Mam Ocllo bajasen del cielo a la tierra para
que "los adoctrinsen en el conocimiento de nuestro padre el sol,
para que lo adorasen y tuviesen por su dios y para que les diesen
preceptos y leyes en que viviesen como hombres de razn y urbanidad, para que habitsen en casas y pueblos poblados, supisen labrar las tierras, cultivar las plantas y mieses, criar los ganados y
gozar de ellos y de los frutos de la tierra, como hombres racionales y no como bestias." Los dos enviados recibieron de Viracocha
una barrita de oro y la orden de peregrinar en busca de una tierra
:

(*)

Means.

ob. cit. p. 177.

39

donde la barra se hundiese y establecer all un pueblo centro de


un imperio que haba de ponerse bajo el seoro de Manco y de sus
sucesores. Los dos hermanos salieron de Titicaca caminando al
septentrin, detenindose en todas partes donde procuraban hincar la barra de oro; descansaron en un pequeo paraje y de all
siguieron hasta que llegaron al valle del Cuzco, que entonces, "todo

estaba hecho montaa brava*' y en un cerro cercano, al Sur de la


ciudad, intentaron hincar en tierra la barra de oro "la cual con

mucha

facilidad se les hundi al primer golpe que dieron con ella,


que no la vieron ms" (*) y de acuerdo cou el mandato divino,
Cuzco fu el asiento del reino.

Xo
trica

faltan historiadores que pretenden sostener la realidad his-

de

Manco Cpac,

otros lo conceptan

ms

bien

como un

personaje mitolgico y legendario. Una cosa es indiscutible: Manco Cpac, realidad o leyenda, marca el comienzo del ms admirable
imperio que haya conocido la tierra americana.

Manco Cpac

pue-

de no haber sido, como dice Prescott y creeu muchos, ms que Un


individuo sagaz, el ms inteligente y el ms fuerte de los tantos
curacas de las muchas tribus dispersas del Tiawanaco. La leyenda
debi haber sido inventada para explicar su ascendencia y consoli
dar su posicin; ms qxie todo para asentar el origen divino de su
seoro, elemento importantsimo, fundamental en el imperio incaico: ms qu el primer Inca. Manco Cpac es el fundador de la
teocracia incaica. La leyenda propalada por Garcilaso encierra mu-

cosmogona indgena Viracocha, el supremo


mandato: dos hermanos, hijos del sol. deidad creada

chos elementos de
creador, da

por

el

el

la

mismo hacedor supremo,

la

hermano y
barreta de

Mam

Tacha, sm-

salen en peregrinacin,

hermana que en matrimonio fundan una dinasta:


oro que se introduce en la tierra suave,
bolo de la fecundidad.

la tierra

LA DINASTIA IMPERIAL

impeli que fundara Manco Cpac a mediados le siglo


XII. conoci catorce soberanos, el penltimo, Atahualpa, fu traidora y cruelmente llevado a la muerte con suplicio de garrote polEl

los espaoles, en
(*-)

De

la

Cajamarca. en

Vega

ao de

153'?.

La primera poca

Garcilaso, "El Inca," primera parte de "Los

tarios Reales." Libro Primero. Cap.

40

el

XV.

Comen-

(lela dinasta culmina con

inca

el

Pachacuec

(1400'il

114S|

1
'

en opinin de algunos, "el hombre ms grande <i" produjera


Amrica aborigen" y (pie extendi sus dominios hasta el valle lo
Jauja, en lo que es ahora el centro del Per", y por el litoral hasta
Chim, en una superficie de unas 260/000 millas cuadradas. R]
apogeo del imperio tuvo lugar con el inca Buayna-Cpac, hijo de
Tupac-Yupanqui, que inici la conquista del reino de Quito, empresa que toc llevar a trmino al propio Huayna-Cpac, con la
completa sujecin del dominio ecuatoriano y el establecimiento, en
Quito, la capital de los Caras, de una segunda capital incaica.
es,

la

'

LAS CUATRO REGIONES DEL IMPERIO

Ya para
Pachacutec,

huant insnyo,

los
el

comienzos

del

siglo

XV,

en

el

reinado del inca

imperio incaico constituy definitivamente

el

Tia-

significa cuatro regiones juntas y que marcaba


zona
dominio
como la de influencia de la civilizacin
tanto la
de
(pie

incaica. Las cuatro regiones

pueden conceptuarse propiamente cuacuerdo con la fisiografa del vasto territorio dominado por los incas. La primera
regin, (pie es la del Norte, inclua el reino de Quito y comprenda
unas 150 millas cuadradas desde el ro Ancasmayu hasta el Nudo
de poja la segunda arrancaba de ese mismo Nudo hasta la ceja
(pie divide las vertientes del Huyaga y del l'cayali. de unas 450
millas, reciba el nombre del Chinchasuyo; la ms importante de
las regiones era la comprendida en la Cuenca del l'cayali, designada como la regin inca por excelencia la cuenca del Titicaca
constitua la cuarta regin. Coyasuyo. Durante el reinado de iluayna Cpac el imperio comprenda unas 380,000 millas cuadradas,
extensin equivalente a la de Italia, Suiza, Luxemlmrgo. Holanda.
Blgica y Francia juntas: confinaba al Norte con lo (pie es hoy
Colombia y al Sur con el Ro Maule en Chile, se extenda por todo
el litoral del Pacfico y ejerca una influencia indiscutible en algunas regiones de la floresta Oriental. La poblacin del imperio se
ha calculado entre los 5 y 32 millones de habitantes; los cimpieos
nunca llegaron a hacer un censo completo de sus subditos. El censo
decretado por el Visitador (asea, en los primeros aos de la Colonia, (li, sin incluir Chile y algunas otras colonias, S.L'85,000
ino regiones etnolgicas y tribales y estn de

41

habitantes. Toledo hizo

un recuento de

1.067,000 indios varones

tributarios, es decir, de 18 a 50 aos de edad, sin incluir los de

Quito,

Tucumn

ni Chile.

razn de cinco habitantes por tribu-

tario la poblacin resultara de 5.338,485. Lorente

ha calculado la
poblacin del imperio, a la llegada de los espaoles, en casi diez
millones. Means, por otra parte, considera que los pobladores del
Tahuantisuyo pueden calcularse entre 16 y 32 millones de almas.

LA POLITICA IMPERIAL

Previamente a la formacin del imperio, el territorio peruano


que fuera despus dominio del inca, estaba habitado por un conjunto de tribus, pueblos y naciones independientes. El Ayllu, comunidad indgena unitaria, grupo de individuos vinculados por

por la tierra comn, por alguna liga totmica, ms tarpor simples enlaces tradicionales, fu en realidad la clula del
imperio, el elemento componente. Un conjunto de tales agrupamientos regido por algn jefe que al principio era designado nicamente en casos de emergencia, constitua el Ayllusinchi. Los ayllus
llegaban a formar estados ms avanzados con un jefe permanente,
el curaca, constituyndose de esta manera los Ayllu-Cuna. Tales
la sangre,
de,

agrupamientos llegaban a formar, en aquellos tiempos de albores


incaicos, estados confederados con

una organizacin semejante a

la

de la Europa feudal, tal fu, por ejemplo, la confederacin Colla, a


las orillas del Titicaca, o la Chincha, en la costa.

Los curacas de

los

estados confederados fueron aliados unos de otros, ms bien que


ms fuerte. Existan tambin, en aquellos tiempos, ver-

vasallos del

daderos reinos feudales, ionio, en la costa, el de Chuquimancu y el


de Quito, en la regin andina ecuatoriana. Estos agrupamientos

humanos,

el

ayllu-celular, el ayllu-sinche, el ayllu-cuna, las confe-

deraciones y los reinos feudales vinieron a ser los elementos sociales constitutivos del imperio.

El proceso formativo del imperio fu largo. Constituy un


lento, persistente y habilsimo movimiento de conquista militar, una
poltica de dominio pacfico, efectivo, y lodo un programa de integracin material, cultural y espiritual. Exista, es cierto, una base tradicional sobre la cual edificar: aquellos grupos de hombres
disgregados, dispersos, no haban olvidado del todo
42

el

prehistrico

Tiahuanaco los incas no tuvieron ms qne reliacer, con elementos


de anloga civilizacin, una unidad perdida. La formacin del imperio no fu, sin embargo, un mero acto de adicin y de anlace;
;

hubo tambin fuerza creadora

e inventiva.

COMO SE CONSOLIDO EL IMPERIO


Onclengardo nos ha dado en nota clsica la clave de la poltica
imperial "ms se hicieron seores al principio por mafia que por
:

fuerza," ha dicho.

No

al recordar esto

vayamos a olvidar

el carc-

La maa ms sutil, la ms hbil poltica


ms concentrado no habran sido suficientes

ter militar de los incas.

o el fervor religioso

por

solos

para someter algunas de las naciones semi brbaras

de aquel mundo. El inca era un guerrero, su entrenamiento y educacin tenan mucho que ver con el arte de la guerra y antes de
llegar al poder los prncipes haban

tomado parte ya en empresas

de conquista y de expansin, pero se recurra al medio violento


slo como un ltimo recurso. Al conquistar a un pueblo o al haberlo ganado para el imperio por cualquier medio pacfico, el inca
proceda a implantar, antes que nada, la adoracin del Sol. Los
dioses locales eran llevados en rehenes a Cuzco, cautivos, y se pro-

ceda a edificar templos al astro dios, confindose


culto a

un

clero

numeroso que iniciaba

al

el

cuidado del

pueblo en los misterios

de la nueva religin pero los dioses locales no eran destruidos


ni se les trataba irrespetuosamente, eran transportados al Cuzco
;

con pompa y ceremonia, y se les colocaba en templos especiales, para que ocupasen puestos entre las divinidades subalternas del numeroso panten peruano. Los curacas, nobles y jefes de la nacin
conquistada eran tambin llevados a la capital imperial para que
aprendiesen la lengua quechua, para que se familiarizasen con las
y la manera de gobernar en el imperio sin

leyes, las instituciones

duda, tambin para deslumhrarlos con las glorias y el podero de


los nuevos seores. Terminado este perodo de entrenamiento, los
inca y en nombre de l a
sus mismos antiguos subalternos, pero dejaban en Cuzco a sus hi-

curacas regresaban a gobernar bajo


jos,

el

tanto como rehenes cuanto para que de manera

ms completa

se familiarizasen con la vida del imperio.

La

poltica de solidarizacin se fijaba

tambin en la difusin
Los curacas y sus

lingstica, en la generalizacin del quechua.

43

hijos lo aprendan

y tenan que usarlo como lengua oficial: haba


maestros ambulantes que llegaban a los nuevos dominios para ensear el idioma. El quechua se difunda, en efecto, rpidamente;
y adems haba una tradicin
favorable al idioma. Los pueblos podan continuar hablando La len-

la poltica eulturizante era decidida

gua familiar, que no era la costumbre de los seores cuzqueos


imponerse con demasiado rigor ni descuajar a las gentes de su
costumbre. El procedimiento di por resultado la implantacin
general del quechua como lengua oficial y la supervivencia de las
lenguas y dialectos locales, los cuales no obstante, tal era la fuerza asimilante de los cuzqueos, de hecho desaparecieron rpidamente en la actualidad el quechua es lengua universal en el alto
Per indgena y en el Ecuador y prcticamente en todo el territorio que fu incaico, hecha excepcin de la laguna aymar que persiste. En cambio, o quedan sino como vestigios
supervivencias
:

<>

locales sin importancia, los Otros idiomas menores.

El imperio

se

consolid tambin por

ficada (pie consisti en hoinogeneizar

la

la

administracin uni-

densidad de

por medio de trasplantes de gentes de una regin


nizara jerrquicamente, en reglamentar
detalle,

en hacerse cargo de

la

el

la

poblacin

a la otra,

en orga-

trabajo hasta su ltimo

distribucin de la riqueza, en

establecimiento de una estadstica

minuciosa, en

la

el

apertura de

caminos y postas, en la inspeccin personal del inca y en la vigilancia extrema del gobierno de aquel enorme imperio, con vista
siempre a la consolidacin del poder y al bienestar de las gentes,
dentro de un rgimen de absoluto, si bien benevolente, despotismo.

LAS INSTITUCIONES DEL IMPERIO: JERARQUIAS SOCIALES

El inca organiz

la

poblacin.

Empez por crear una

aristo-

cracia y lleg hasta la ms nimia clasificacin de los hombres y de


sus actividades, para provecho del imperio y para la promocin del
bien

comn.

111

inca se hizo noble y seor por obra divina

se declar hijo del Sol e invent la fbula del

cha para establecer un imperio en bien de

cuando

mandato de Viraco-

los hombres. El inca


un monarca absoluto, su origen era celestial, era hijo
del Sol, divinidad popular suprema, criatura de Viracocha, el poder mximo. Nadie penetraba a la presencia del soberano, calzado

era. pues,

44

con los ojos levantados y las gentes slo podan presentrsele


llevando sobre los hombros una Ligera carga, smbolo del tributo;
El trmino inca designaba tanto al monarca como a todos los des
ni

(endientes varones de

La clase

real,

la

la

familia real, a los nobles de sangre.

nobleza, era educada en escuelas especiales.

Las ceremonias de la iniciacin en la vida adulta eran solemnsimas, presididas por el mismo soberano. Pasadas las pruebas, el
el signo y emblema de su clase, un grao disco de
oro en cada oreja, tan grande y pesado (pie la deformaba lenta-

joven noble reciba

mente, dando

los lbulos

un tamao desmesurado

(a

veces caan

basta cerca del hombro, y de aqu el nombre de Orejones con que los
espaoles designaron a los miembros de la familia del inca).. Las don
celias de sangre real eran

internadas en

el

gran monasterio

del

Cuzco, donde hacan rigurosa vida monstica y tenan la encomienda de conservar vivo el fuego en los altares. El inca escoga
'

ms

bellas y perfectas para sus mujeres: poda tener cuantas


quisiese. Cuando la clase imperial lleg a su apogeo parece que
las

costumbre de casarse con sus propias herla tradicin legendaria de Manco Cpc
Mam
Ocllo
contribua
a la conservacin de la pureza de la
y
y
sangre. La nobleza quedaba tambin constituida por los individuos
de mrito, a quienes el inca haca la gracia del ttulo, y por los
cayeron los incas en

manas: era

la

la

imposicin de

curacas y prncipes de los pueblos conquistados. Fu instituida


una numerosa clase sacerdotal encargada del complicado rito del

La clase aristocrtica y gobernante quedaba, pues,


formada en su ms alta jerarqua de sangre y de linaje, por el inca
hijo del Sol, que reinaba por derecho y descendencia divina. El constitua la cabeza de una nobleza organizada jerrquicamente: la
emperatriz, hermana o pariente cercana del soberano, las concubinas:
nobles de linaje real, las concubinas de otros linajes. La (dase inmediatamente inferior estaba integrada por los nobles de sangre
que tambin se llamaban incas, y sus mujeres, y luego por los prnculto al Sol.

cipes solteros y las princesas de igual condicin. Los curacas forma-

ban en seguida y todava se contaban como nobles los indios principales, individuos de mrito a quienes el emperador premiaba elevndolos de rango social. Los sacerdotes no constituan (dase noble,
propiamente, pero s casta privilegiada.

Debajo de aquella nobleza de sangre y de mritos estaba el


mm'ewwiras, agricultores, cultivadores del suelo: los

pueblo, los

45

llectarunas, moradores de

un pueblo, y

los llanacimas, servidores

siervos de los seores curacas (que llegaron a ser en la poca colonial los yanaconas, siervos de los seores y terratenientes)

La organizacin
la familia, era sta

jerrquica popular pincipiaba realmente con

y no

el

individuo la unidad social.

Como cada

individuo deba servir al Estado, de acuerdo con su edad y su capacidad. Se clasificaba a los varones de la familia en diez catego-

por edad y de acuerdo con su condicin de dependencia durante


que podan ejecutar. La clasificacin
es interesante la primera designacin era la del nio recin nacido, criatura de brazos; la segunda, nio que empieza a andar; la

ras,

la infancia, o con los trabajos


:

tercera, infante de 1 a 6 aos de edad; la cuarta, Ttanta-raquizic,

recibidor de pan, nios de los 6 a los 8 aos; segua la categora

de los nios que se divierten, de los 8 a los 16 aos; la clase de


comprenda a los jvenes de 16 a 20 aos, eran los

los Cucapallac,

recogedores de coca y los que podan desempear labores manuasptima se designaba de los Ima-haayn-a, casi jvenes,

les; la clase

ayudantes de los mayores, 20 a 25 aos; los hombres maduros, Puric, se contaban entre los 25 y los 50 aos
la novena clase era la
de los medio viejos, de 50 a 60, que podan desempear labores ligeras, y, por ltimo, la clase de los Puac rucu, de los viejos somnolientos, comprenda a los individuos de 60 aos y ms. Esta clasificacin revela la minuciosidad del sistema incaico en la organizacin social, pero debe haber sido bastante terica, pues es bien
saludo que mucho antes de los 16 aos de edad ya el joven, el nio
mejor dicho, haba dejado de jugar y tena que entregarse a menos
agradables actividades.
Las poblaciones estaban tambin divididas para fines militares
y administrativos, conforme a agrupamientos decimales de 10, 50,
;

cada grupo con su jefe segn una


y reglamentada. No ha dejado de intrigar a los estudiantes de la organizacin social incaica
este artificioso agrupamicnto de la poblacin que no concuerda
en lo absoluto con el respeto que el imperio tuvo por las unidades constitutivas, los Ayllus, es decir, las comunidades originales y que tampoco armoniza con el respeto bien conocido a la
100, 1,000 y 10,000 familias,

jerarqua perfectamente establecida

vida tradicional de los grupos originales en cuanto a territorio, a


local, traje, etc., ni est en armona con el hecho gene-

costumbre
ral,

resultante del anterior, de que

el

imperio constituyera un mo-

saico cultural unido cu sus diversos elementos con vnculos bien

pero que con servaba tambin como caracterstica la

liechos,

sincrasia partic

de las unidades componentes.

idio-

La organizacin

decimal de la
le haber sido establecida de manera un
tanto abstracta para fines militares, de tributacin, etc., pero no
lia de haber implicado el di
aigo de los individuos de sus respec|

tivos asientos.

Las relaciones entre las diferentes

clases, castas

ben haber estado perfectamente determinadas;

el

y grupos

de-

sistema de estra-

tificacin era perfecto, pero con igual cuidado se tejieron las ligas
que deban unirlos y se abrieron las vas de comunicacin para el
acercamiento de unos grupos con otros. El Inca, no obstante su alteza divina, se acercaba al pueblo en ocasiones reglamentadas, presida la inauguracin de las labores agrcolas en las tierras de
la nobleza, iniciaba su reinado con una larga y minuciosa jira de
inspeccin por todos sus dominios y se movilizaba frecuentemente

de una parte del reino a la otra. Los miembros de la nobleza real se

codeaban tambin con

el pueblo.

Una

de las ordenanzas del virrey

"ordeno y manCaciques y principales, Alcaldes y Eegidores coman en


las plazas donde tienen costumbre de juntarse en los pueblos, porque es justo que en esto se guarde la costumbre antigua del inca,
de Toledo para los gobernantes de la colonia deca

do que

los

atento a que comen con ellos los indios pobres comiendo pblica-

mente."
EL COLECTIVISMO INCAICO

Los incas no inventaron

el

comunismo, aprovecharon

s,

en su

mximo

grado, la tradicin comunista de los ayllus originales y


elaboraron un sistema de organizacin social como no ha llegado
a verse en ningn otro tiempo ni pas. Las tierras se consideraban

como propiedad
para

el inca,

del

Estado y

se les distribua

en tres partes, una

otra para el Sol y otra para el pueblo.

conquistaba una regin se haca

Cuando

se

recuento y cmputo de las propiedades y se proceda a la divisin reglamentaria, una parte para
los templos y sacerdotes del Sol, para el sostenimiento del culto y

emperador y los funcionarios del iminca en suma, y otra para el pueblo. Este ltimo lote

de las vrgenes, otra para


perio,

para

el

el

el

se reparta entre las familias

segn la categora social y en pro47

porcin con el nmero de hijos. Las familias nobles reciban lotes


ms grandes que las clases populares. Se daba a cada hombre ca-

sado y sin hijos un tupit (unidad de !H varas de longitud por 48 de


latitud, que hacen 2,608 varas cnadradas) y se le aada otra porcin igual por cada hijo varn y ma mitad por cada hija. El pueblo,
por turnos y asignaciones precisas en tiempos bien establecidos,
estaba obligado a trabajar primero las tierras del Sol; las de los
soldados en servicio, las de los viejos e invlidos se cultivaban enseguida se proceda despus, con iguales reglamentaciones, a tra:

bajar las tierras del pueblo: cada persona trabajaba su parcela a


SU propio costo y con usufructo personal de productos. En ltimo
tnrno, en tiempos tambin establecidos, se trabajaran las tierras
del inca.

Los das dedicados

al cultivo de las tierras del Sol

inca eran de fiesta, se inauguraban las labores con ceremonias


tuales y se trabajaba al

del
ri-

comps de msicas y cantos.

LOS MITIMAES

Los mitimaes o trasplantes de poblacin de unos lugares a otros


eran de dos clases, los militares y los agrcolas. Los primeros se subdiyidan en dos grupos, los que constituan guarniciones que se estaUe.-ian en los lugares de frontera y las colonias de subditos fieles y
bien prpbado?, (pie se llevaban a territorios recin conquistados, para

imponer

el

orden, para contar en

el

lugar con gente adepta, para

ejer-

cer vigilancia y para tener all personas (pie, conocedoras de la poltica imperial y de la cultura, ayudasen a implantarlas. La otra clase de

mitimaes eran colonias que tenan por objeto emparejar la densidad


(le la poblacin, llevndose a regiones propicias y poco pobladas gen
les de

comarcas congestionadas, o

colas, para la obtencin de los

bien, estableciendo colonias agr-

productos

(pie el inca

haba menester.

mitimaes fu cuidadosamente estudiado y


reglamentado; se tena en cuenta el (lima y otras condiciones, procurando (pie fuesen semejantes las de la colonia pie se estableca
a las del Lugar de procedencia de los colonos; se lijaba tambin la
Id establecimiento de los

edad de los (pie se enviaban, escogiendo jvenes. Parece (pie se obligaba a los colonos a desligarse por completo del ayllu de origen y
a aprender el dialecto del nuevo lugar de residencia, sin dejar de
ser por eso difusores del idioma oficial

48

a veces se prohiba (pie los

nuevos pobladores entrasen en relaciones ntimas y se Eamiliarizala comarca, aunque en otras ocasiones los colonos

sen con los de

tenan ta obligacin de unirse en matrimonio en el nuevo asiento.


Los mitimaes fueron instituidos por el inca Pacha-Cutec, originalment estaban formados por grupos selectos de jefes de familia,
escogidos y llevados al Cuzco y ante el inca antes de ser enviados

eran propagandistas, espas y sostenedores del inca y


de su rgimen en los cuatro reinos del imperio. En general, la insa la colonia;

titucin de los mitimaes tuvo estos objetos: a). Distribucin ade-

cuada de

poblacin, de

la

modo

pie

no hubiese lugares ni regiones

utilizadas deficientemente; bj, reduccin al mnimo, de los riesgos

de insurreccin y de invasin; c), diseminar la cultura y


lizacin incaica, muy particularmente el idioma.

civi-

la

REGLAMENTACION DEL TRABAJO: SOCIALIZACION DE LA RIQUEZA

]>ajo el

glamentado;
se

mandato incaico el trabajo estaba estrictamente rese lleg a una verdadera militarizacin del trabajo;

tenan contados los individuos, se les tena clasificados segn

las posibilidades de produccin,

deslindado las comarcas,

el

segn las habilidades,

trabajo de todo

el

haban

se

imperio se ejecutaba

programa y calendario. Un sistema admirable de estadstica


La riqueza nacional, conhaca
ceptuada como propiedad absoluta del inca, quedaba perfectamente
segtn

posible todo aquel ordenamiento.

socializada; del inca eran las tierras, las aguas, los frutos; las

lanas de los ganados le pertenecan, era dueo del tesoro de las

minas y del guano fertilizante de

las islas del Pacfico: de l era

todo y l todo lo distribua y racionalizaba. La actividad econmica del pas era toda en cierto modo una funcin pblica el sis:

lema de tributacin impuesto por


liase

de las finanzas del imperio,

el

inca a sus subditos formaba

el

producto del tributo,

la

como

as

guardaban en depclases de arsenales, uno para los meneste-

los frutos de las tierras del Sol y del inca, se

sitos reales.

Haba

tres

rosos, otros para el sacerdocio

nos

el

reales,

para aprovisionar

la casta real, otro

ejrcito.

para los cami-

Los ganados eran del

soberano, la lana se entregaba en su totalidad y era por

buida para
la

la

nobleza, as

distri-

confeccin de las ropas reales y de los menesteres de

como para que cada quien

tejiese lo necesario

para
49

El

Indio

Peruano

50

mismo. Haba supervisores de las lanas y de

los tejidos de cali-

dad, inspectores de la cuanta, de la calidad, y del valor artstico.


Los metales eran fundidos en hornillas especiales, al aire libre,

para los ornamentos sagrados y para el adorno del


inca; no se conocieron las monedas. Siendo el trabajo colectivo,
lo era tambin, en cierto sentido, el goce de los productos, aunque

se les utilizaba

los

de la parcela familiar pertenecan

al individuo.

El imperio procuraba la garanta de la vida individual dentro


del grupo y la satisfaccin de las necesidades, con un sistema de
cooperacin y organizacin del trabajo; mas que comunista, era
aquel un sistema colectivista. El imperio, desde el punt de vista
econmico, fu en realidad un colectivismo organizado en grande
escala, basado en la distribucin de tierras, en la reparticin del
producto, en la organizacin del trabajo y en una minuciosa estadstica. Un sistema jurdico y administrativo riguroso apoyaba

rgimen colectivista incaico. Las sanciones relacionadas con el


rgimen agrario eran severas. Al frente de cada una de las cuatro
grandes provincias del imperio haba un virrey o gobernador. Las
leyes que se aplicaban a los asuntos criminales eran severas; los
delitos de robo, adulterio, asesinato, se castigaban con la pena de
muerte se castigaban tambin con la muerte las blasfemias contra
el Sol y las maldiciones al inca, delitos que en realidad venan a
al

cuando

ser idnticos

Eran tambin

se recuerda el origen divino del

delitos que se castigaban con

mucha

emperador.

severidad, qui-

tar los linderos de las propiedades, variar el curso del

agua para

regar la propia tierra, a expensas de la ajena, quemar una casa,


etctera.

En

caso de rebelin de un estado o provincia, se

le aso-

laba y se exterminaba a sus habitantes. La insurreccin contra


"el hijo del sol" era el mayor de todos los delitos.

CENSOS, CAMINOS, POSTAS Y OBRAS DE IRRIGACION

En

"El Imperio Socialista de los Incas," Baudin ha dicho que


ms completa, la ms minuciosa y ade-

la estadstica incaica es la

cuada que jams haya existido en

el

mundo. La estadstica era la

base de la organizacin colectivista del imperio. Se llevaba por medio del quipu, especie de baco formado con cuerdas entrelazadas

y con nudos de varios tamaos y colores. El nmero de nudos y su


51

52

disposicin

marcaban

las cuentas.

contadores expertos.
Sobresalieron tambin

Haba guardadores

incas

los

en

La

quip,

del

construccin

de

sus

Dos fueron las rutas principales que establecieron, la


costa,
que arrancaba de Cuzco al Sur, por Arequipa, Mode la
Tacna.
Arica, hasta el ro .Maule, en el Sur del Chile, y
quehua,

(humos.

de

la

misma

capital al Norte, siguiendo los arenales y valles eos

leos hasta Tumbes, en


era.

ms importante

golfo

el

<le

Guayaquil.

E] camino serrano

Parta tambin de

todava.

la

capital

impe-

atravesando el centro del Per de boy, se internaba al Ecuador, continuando por el valle interandino, pasando Quito hasta
al Sur bordeaba el Titicaca, siguiendo
la frontera con Colombia
rial,

Desaguadero hasta el reino de Tacna. Haba caminos suplementarios, que conectaban el territorio transversalmente,
uno suba de Tumbes a la Sierra, otro de Ghanchn basta el valle
de Jauja, otro parta de la regin donde se asienta Lima, al mismo
valle central (pie acaba de mencionarse, siguiendo una ruta no muy
distinta de la que se ha trazado el Ferrocarril de Orolla. Uuo notable tambin parta de Chuqui-apu (La Faz) y de alli a la comarca de Chuncho, la montaa oriental. Los caminos eran de cinco y
seis metros de ancho; a los costados tenan pequeos maros de
piedla o adobe. Hasta donde era posible los caminos estaban tra-

por

el valle del

zados en lnea recta; los cerros se recortaban y se construan escaleras en las cuestas demasiado empinadas, edificndose calzadas
de manipostera para colmar las quebradas; las corrientes menores

cruzaban con puentes de manipostera y las mayores con puentes


A lo largo de los caminos se escalonaban chozas o parajes, los tambor, para las postas o chnsqfs (pie eran los mensajeros
se

colgantes.

(pie el

imperio tena distribuidos por todo

estacin cada cinco kilmetros,

el

el

territorio.

.Haba una

recorrido de cada correo era cor-

to, la comunicacin rpida, las noticias poda.n transmitirse y las


pequeas mercaderas para uso del inca ser transportadas con una

velocidad de

:.'()()

En ninguna

kilmetros al da.
otra

obra

material

sobresalieron

ms

los incas
de irrigacin. La sierra, territorio principal del imperio, tiene valles estrechos y las lluvias son escasas y a veces irre-

(pie en

las

gulares. Por otra parte, la poblacin era numerosa, fu necesario,

por lo tanto, labrar tenazas, los andenes, en los flancos empinados


y ridos de las montaas. Se construan con muros de piedras; las

53

Ollataytambo, Per.

terrazas eran de anchura variable y seguan las laderas de los cerros por distancias increbles. Era necesario, en muchas partes,
rellenar las terrazas con tierra vegetal.

La irrigacin de

denes ge baca por canales cuando era

posible,

los an-

pero en muchas

el agua se llevaba a mano, en cntaros. Todava pueden


muchas quebradas andinas los restos de aquellas admirables obras. En el can de Urubamba estn particularmente

ocasiones

verse en

bien conservadas; en Vucay, capital de recreo de los incas, las

rrazas fueron

ms que construcciones

utilitarias,

verdaderas

te-

es-

tructuras arquitectnicas y todava existen los andenes y se usan

para

los cultivos. El

Internado Indgena sostenido por los salesia-

nos, con subvencin del gobierno, en este lugar, posee precisamente

Los incas construan tambin canales y acueagua de la siena se bajaba por medio de tales obras a

algunas de
ductos,

el

ellas.

la costa, para emplersela en la irrigacin de los campos.

54

ASPECTOS CULTURALES DEL IMPERIO

No hay

que buscar indicios del esfuerzo del inca para la eduun sistema desptico y absolutisde ellos, la educacin formal era patrimonio de la clase

cacin sistemtica del pueblo; en


ta

como

el

real y de los grupos aristocrticos. Garcilaso cita un dicho del


inca Tpac-Yupanqui que expresa con justeza la teora: "no es l-

que enseen a los hijos de los plebeyos las ciencias que pertenecen a los generosos, y no ms; porque como gente baja no se
bseleve y ensoberbezca y menoscaben y a)oquen la repblica
cito

tales que

aprendan

los oficios de sus padres,

que

el

mandar y

go-

bernar no es de plebeyos, que es hacer agravio al oficio y a la repblica encomendrsela a gente comn'' (*). La aristocracia reciba
en cambio una esmerada educacin.

La

escuela real comprenda

el primero se enseaba el quechua a


segundo la teologa ritual, etc., el tercero estaba destinado al estudio del quipu y el cuarto al de la historia y la tradicin. Los adolescentes de la familia real reciban
tambin un riguroso y largo entrenamiento que los capacitaba para
la carrera militar y para cumplir sus funciones de jefes y estadistas. El pueblo, en cambio, ''aprenda los oficios de sus padres" y
en esta enseanza domstica de las ocupaciones y las industrias
ningn pueblo les aventaj, puesto que el trabajo estaba todo bajo
la tutela oficial. La verdadera educacin era el resultado de la
participacin establecida y reglamentada del individuo en las actividades comunales dentro del rgimen marcado por la tradicin
y por los mandamientos de las clases directoras. La vida ceremo-

cuatro aos de estudios, en


quienes lo ignoraban, en

el

celebraciones oficiales y religiosas, el ritual


constituan un programa de educacin variado y rico.

nial,

las

del

Los incas no alcanzaron a desarrollar nign sistema de


tura, se quedaron, en este respecto,

muy

culto,

escri-

atrs de los aztecas. El

instrumento que ms se aproxim a la expresin de las


palabras y de las ideas. Los colores de las cuerdas representaban
objetos tangibles, as, por ejemplo, el blanco significaba plata, el

quipu fu

el

amarillo oro. Algunas veces un color indicaba ideas abstractas, el

blanco quera decir tambin paz, y el rojo guerra. Adems de la


representacin directa de objetos sencillos y aun de ciertas ideas

(*) Garcilaso. "Comentarios Reales." Parte

I.

Lib. VIII. Cap. VIII.

55

Terraceras incaicas, valle del Urubamba, Per.

abstractas elementales, los quipus eran un poderoso auxiliar para

una especie de sistema mnemnico. Haba cronista cuy deber era consignar los hechos ms importan
les de su jurisdiccin; los amantas eran funcionarios encargados
de la redaccin de la historia del imperio y de las hazaas del
la

memoria, venan

inca.

El

amanta

las

los incas

cuando

ser

repeta

oral y con

tradicin

mitan

la

ayuda de

la

los

recuerda

<pie

la

Hicieron

ciencia ast ronmea. extrao atraso

eran los hijos del Sol y sus devotos ado-

Conocan algunas constelaciones,

radores.

la

signos del quipus, se trans-

informaciones de generacin en generacin.

pocos progresos en

se

historia a sus discpulos y as, por

las

Plyades jugaban

un papel importante en su cosmogona; dividan

el

ao en doce

meses lunares, tenan tainhin semanas aunque no

se

sabe

su

fijo

se

extensin.

Como

rectificaciones con

tomar
56

el

azimut.

Los

aos eran lunares tenan

columnas cilindricas que

El ao empezaba

con

el

les

solsticio

punto

(pie

hacer-

servan

para

de invierno.

Sobresalieron los incas en

e]

arte textil, sus telas fueron nota-

bles por la finura del tejido, por la belleza y variedd de su decora

empleaban fibras de maguey as como de algodn y lana de


cua o alpaca. Los tejidos de vicua estaban destinados
nicamente a la aristocracia. L;i alfarera incaica no pudo miniarse a la de las culturas anteriores de Cliim, de Xa sea y de Tiawacin, se

llama, de

naco,

pero es de todos modos admirable, pudindoseles reputar

como entr

las

ms

bellas del continente anieric;ino.

EL "COMUNISMO" INCAICO

La caracterstica de

la

civilizacin incaica (pie

ms llama

ra

atencin de los socilogos es su llamado comunismo. Ll im]>erio


constituy una monarqua desptica absoluta en sumo grado, si
bien suave, benvola y considerada de los subditos. El monarca g~&
beriiaba por mandato divino; ms an. era el dios mismo; criticar

o censurar al inca era blasfemia. Tero a pesar de este despotismo


absoluto, difcilmente podra encontrarse

un rgimen en

el (pie los

soberanos y las clases directoras se hubiesen preocupado con mayor cuidado e inteligencia y con mayor ternura por el bienestar de

comunismo de los incas ha sido estudiado con gran


minuciosidad por Luis Bandn y por Trimbrol (*).
Algunos historiadores, socilogos y economistas peruanos de

los subditos. El

nuestro tiempo tambin se han preocupado por su estudio. Csar

Antonio Ecarte dice que el imperio procur la garanta de la vida


individual dentro del grupo y la satisfaccin de las necesidades
con un sistema de cooperacin y de organizacin del trabajo: en el
ayllu hubo colectivismo, no comunismo; el imperio, desde el punto de vista econmico, fu un colectivismo organizado en grande
escala, pero no un comunismo universal (*'*). Haciendo un estudio
del sistema agrario incaico, dice Bandn que. en general, la tierra
puede apropiarse en cualquiera de estas tres- formas: para cultivo
en comn y distribucin de productos segn las necesidades, bajo
la suposicin de que los miembros de una comunidad tienen las
(-) Louis Baudin,

"L'Empire

Socialist des Inka." Institut d'ethnologie.

Paris. 1928.

>'..

Trimbrol "El Colectivismo de los Incas (en alemn), publicado por


Antropos, Viena.
(**) Ugaite Csar Antonio. "Bosquejo de la Historia Econmica del
Per." Lima, 1926. p. 194.
.

57

mismas necesidades y por lo mismo tienen derecho a participar de


forma igual, sistema seguido por las comunidades

los beneficios en

de primitivos cristianos, que tambin operaron en ciertas regiones

Espaa en el siglo XIX, este sistema es el


dadero comunismo; para usufructo sobre los lotes de tierra en
vecho exclusivo de la comunidad, con organizacin del trabajo
la misma comunidad y con un reparto que toma cuenta de la
del Noroeste de

ver-

pro-

por
pro-

ductividad del individuo, su espritu de previsin y su derecho a


mayor o menor cantidad de producto y, por l-

participar de una

timo, por la distribucin peridica del suelo, con explotacin indi-

vidual en los lotes por cuenta y riesgo de cada individuo. Este


el tipo de apropiacin seguido por la comunidad indgena

ltimo es

peruana. Este investigador opina, en consecuencia, que no fu co-

munismo

de los incas sino colectivismo. Otra prueba de tal hecho

el

es la existencia de

oferta y la

mercados con

demanda y aun con

el libre

trueque basado sobre la

venta, que si es verdad que los incas

no conocan la moneda, ciertos artculos y objetos servan de hecho


de moneda. Queda probado tambin con el sistema de tributos,
derechos, pago de gabelas y de transportes y con el industrialismo
que estableci y foment

el

inca.

El sistema desptico de gobierno y la organizacin social que


crearon los soberanos del Cuzco, dieron por resultado el aplastamiento de la personalidad: fueron lesivos al mismo genio del pueblo: el arte de los incas es un arte de imitacin ms bien que de
creacin;

el

individuo estaba sujeto al maestro, al supervisor, al

inspector, se le

daban reglas basta para

el

ltimo detalle de su

obra. Los sbditos no podan seguir oficio alguno ni ocuparse en

ninguna clase de trabajo o diversin que no estuviese expresamente


marcado por la ley; no podan mudarse del lugar de su residencia,
ni aun de trabajo, sin permiso del gobierno, ni siquiera podan
escoger sus propias mujeres pues el matrimonio mismo estaba reglamentado.

Desde

el

punto de vista del socilogo que contempla un pronacionalista, no hay aspecto ms interesante

grama de formacin

de la civilizacin incaica que

el

que se refiere

a la poltica

lidacin y de integracin cultural y espiritual. El hecho


saliente de toda

la

estupenda obra de los incas fu

de los infinitos elementos humanos del

58

el

de conso-

ms

de

la

sobre-

fusin

mundo peruano que

lle-

garon a dominar: raza, religin, idioma, cultura; formas sociales,


gobierno, todo era distinto en los elementos que ellos al fin y al
cabo amalgamaron. Aquella anin adquiri un grado de perfeccin
cuyo igual no ha vuelto a presenciar el Continente. En este sentido el imperio incaico slo puede ser comparado con el imperio
romano. El Per de hoy, con todos los adelantos de la ciencia y de
la mecnica del da, no ha logrado un dominio tan absoluto de su
territorio

Una

como

el

que tuvo

el inca.

cuestin que ha interesado a los historiadores es la de

si

imperio incaico haba entrado en un perodo de declinacin y


decaimiento a la llegada de los espaoles. El dominio, debe recor-

el

una extensin desmesurada, fu necesario fundar una


segunda capital en Quito, acto obligado por razones de poltica y
de administracin y tambin por el cario que inspirara a Huayna
Cpac su ltima y ms grande conquista. El imperio se dividi a
la muerte de aquel gran jefe, por voluntad expresa de l, segn
creen algunos, quedando la regin ecuatoriana bajo el gobierno de
Atahualpa y pasando la restante a Huscar. La guerra civil entre
los dos hermanos gobernantes se inici poco despus de la muerte
de Huayna Cpac, venci en esta lucha fratricida Atahualpa, el
de Quito, que lleg a Cuzco, la verdadera capital imperial, no tanto
como un descendiente del inca cuanto como un conquistador. En
la Conquista espaola interrumpi
este momento lleg Pizarro
para siempre el dominio del inca y quebr el ritmo de la cultura
darse, era de

indgena.

LAS CIVILIZACIONES INCAICA Y AZTECA COMPARADAS

Quien pretenda estudiar interpretativamente las culturas inel problema


de la comparacin entre las dos grandes civilizaciones contempo-

dgenas del continente americano, tendr que avocarse

en la altiplanicie del Anhuac y la inca en las


es esta la ocasin de hacerla. Basta para mi
propsito apuntar la conveniencia del estudio y adems describir
rneas

la azteca

regiones andinas.

No

Guillermo H. Prescott sobre el punto, nadie ms compara juzgar, estudiante concienzudo y fervoroso
admirador de incas y de aztecas. La comparacin que transcribo
est tomada de la parte final, Libro I, de la Historia de la Conquista del Per. En el examen de la civilizacin azteca e inca, dice

la opinin de

petente que

59

Presfott, no puede dejar de sorprender la falta absoluta de analoga que existe entre las instituciones de unos y de otros.

Fu muy

diferente la poltica que siguieron las dos razas en su carrera militar:

los

aztecas eran

feroces,

sealando los triunfos con

hacan una guerra de exterminio,


de hecatombes de cautivos,

el sacrificio

aunque seguan la caera conquistadora


con igual tenacidad, preferan una poltica ms suave substituyendo a la violencia las negociaciones y la intriga y tratando a sus
antagonistas de modo que no se entorpecieran sus recursos futuros
y que viniesen al seno del imperio como amigos y no como adversarios. La poltica con las naciones conquistadas presentaba tambin notable contraste. Los subditos mexicanos quedaban agobiados con contribuciones excesivas, nada se haca por su bienestar,
se les sujetaba con fortalezas y guarniciones, no llegaban a formar
mientras

parte
el

ile

(pie los incas,

la

nacin, era siempre pueblo conquistado. Los incas, por

contrario, concedan a los nuevos subditos todos los derechos de

que disfrutaba el resto de la nacin, los obligaban, es cierto, a conformarse a las leyes y usos del imperio, pero velaban por su seguridad personal y por su bienestar, con paternal cuidado. Los
sistemas religiosos eran tambin muy distintos. El panten azteca
participaba del espritu sanguinario del terrible dios de la guerra

que

lo presida; los ritos

ms

espiritual.

de los peruanos pertenecan a un culto


Los pueblos aztecas fueron admirables en las artes
mecnicas menores, pero los del Per adelantaron a los de Anhuac en la construccin de obras pblicas, caminos, acueductos,
canales y en todas las obras de agricultura. Los aztecas adelan-

taron mucho

los incas

en los conocimientos intelectuales: en la

ciencia astronmica y en la escritura. Prescotl hace

sagaz para su tiempo, de que no es con

los

la

observacin

aztecas con quien de-

compararse m los incas sino con los mayas, observacin sutil


porque no ha sido sino hasta los ltimos aos cuando se van entrebiera

viendo posibles relaciones culturales entre los creadores de

la

gran

civilizacin naoa-tulteca-maya-quicli y los constructores del imperio

peruano.
VA

imperio de los incas se desmoron con un solo golpe del

conquistador, era un organismo demasiado fino, demasiado


cioso para haber perdurado; no

turaleza, la aguerrida

60

artifi-

pudo presentar, por su misma na-

resistencia de los aztecas.

Desaparecido

el

nra, divino jefe supremo, alma y cerebro de todo el imperio, se


derrumb aquella construccin. Pero la cultura incaica no pudo

ser borrada, sigui vigorosa

si

bien interrumpida en sus veneros

y cegada por todas partes, a travs de los tres siglos de la Colonia.


Persiste hasta nuestros das. El inca es una realidad en el Per
como no lo es el azteca en Mxico. Slo el maya de Yucatn nos
ofrece una supervivencia comparable la de los indios penanos.

Perdura
el

el

idioma en todo

el

vasto territorio del Tiawant insuyo,

espritu comunista de la organizacin social incaica

permea an

a todo aquel pueblo y por todo el pas la costumbre externa es


expolenle de los sedimentos y remanentes culturales que no han

podido morir

pesar de cuatro siglos de represiones.

61

CAPITULO

II

EL INDIO PERUANO EN LA ACTUALIDAD

No obstante el ttulo comprensivo del captulo, lie de referirme


en esta seccin a los indios de la sierra nicamente, que son, por
cierto, los ms numerosos y los que imprimen los rasgos tpicos a
la poblacin aborigen peruana. Las noticias que apunto son, por
fuerza, limitadas: mi estancia en el Per fu de corta duracin y
solamente pude hacer observaciones directas en el centro, en el
valle de Jauja y en el Sur, por Puno y por el Cuzco. Asentar los
casos concretos que cayeron bajo mi personal observacin, tomndolos como ejemplo de fenmenos tpicos ms o menos generales;
har en seguida consideraciones de carcter ms amplio, a base de
que andan en libros y otras publicaciones, e intentar, en
algunos casos, formular generalizaciones sobre los diferentes aspeclos datos

tos de la vicia indgena que describo.

1.LA

COMUNIDAD INDIGENA

Los indios de la sierra peruana viven en pueblos y poblachos;


en caseros y anejos de congregaciones de mestizos y de blancos en
parcialidades y "pagos," almcigos de habitaciones ms o menos
dispersas, en estancias desparramadas en el altiplano de la regin
del Titicaca, regadas por toda la estepa, o bien en viviendas aisladas, chozas solitarias, en las punas y en los riscos.
;

PUEBLOS POR EL CUZCO

La provincia de Anta,
sobre la

Pampa

del

Departamento

del Cuzco, se extiende

de Anta, que fu en otras pocas un lago cuyas

63

Un

pueblo de

la

Pampa

de Anta.

aguas Be abrieron salida por el Noroeste hacia el Crubamba. labrndose una caada de flancos acantilados y taludes atrevidos. En
la

actualidad

circundada en

Pampa

el

horizonte lejano por los contrafuertes de las cor-

es

dilleras Oriental y Central.


visit, la

Pampa

es un

una magnifica mesa de tierra plana,

En

la

poca de lluvias en que yo

manto de verdura, manchado aqu y

enormes lagunas amarillas de mostaza

ha'

muchos pueblos

Pampa, acercndose

la

por

silvestre en floracin. Cen-

tenares de vacas y de ovejas pastan plcidamente en


Tas 'orillas' de

all

la llanura.

a las colinas circundantes,

color de chocolate salpican

el

paisaje: pueblos de

teja o zacae.
y de techos rosados p grises.
Aqu y all techos brillantes de ealamijia que rechazan el. sol. Kl

autfbe caf rojizo

suelo de

la tiran

llanada es frtil y prdigo; tero el agua .est casi


un drenaje en grande escala podra ser

a flor de fierra y slo con

'aprovechado eficazmente para


la

Pampa han

cado ya bajo

el

el

cultivo.

dominio de

Muchos de
las

los

pueblos de

haciendas; los ayllus

comunidades indgenas son ahora colonias de jornaleros que


64

pa-

gil

a]

ii

hacendado por

tierras de la

el herbaje de sus ganados, que arriendan


hacienda o que se alquilan como jornaleros, por \<

centavos diarios. Las comunidades sostienen sn alegato con los ga


los sostendrn por los siglos ele los siglos. La tierra, dicen,

monales y

no de la hacienda. Hay pueblos como el


han conservado libres, poseen sus tierras, y el
tible de sus chacras, si bien pagan a la' hacienda
le sirven como jornaleros cuando a ello se ven

es de ellos,

de Kataiiray que

se

dominio indiscupor el. pastoreo y

necesidad.
.

"

En Anta montamos

obligados por su

iW v*

r:*-., r
xJa
a caballo y nos

"1

vamos hacia el Ppniejite.


Legarnos, al lmite de la pampa, trepamos los cerros empinados que
la confinan y trasmontndolos nos volteamos sobre una regin de
cerros bermejos, hondonadas ondulantes que principian a verdear
I

lia

jo el

estmulo de las aguas estivales de este mes de diciembre.


^dobe y teja, compacto junto

VA puel>!o se llama Chanchan. es de


a, la

Ni

iglesia,

pero espaciado sobre las parcelas en los alrededores.

(-sitamos intrprete para entendernos: la

comunidad

es de in-

dios.

Tomamos el autova en el Cuzco rumbo al Noroeste, pasamos


por Anta y seguimos despus hacia el Urubamba, el ro sagrado

Parcelas de Chanchn.

65
El

Indio

Peruano.

Ollataytambo.

En Ollataytambo

de los incas.

caico y junto a
y tortuoso.

l el

estn las ruinas de un pueblo inpueblo moderno de aspecto oriental, apretado

El ferrocarril de Arequipa a
blos: la regin es

montaosa y

venios por primera vez


do, fro.

En

Jliaca

mada por toda

la

la

el

Puno no pasa por niucbos

desierta.

Acercndonos

al

pue-

Titicaca

altiplano peruano-boliviano, parejo,

ri-

poblacin es numerosa pero est desparra-

estepa: estancias de pastores, chozas de adobe

con techos de zacate, desabrigadas.


estepa Basta trasmontar

De Jnliaca

al

Noroeste conti-

mulo

del Yilcamota. Erigido y


na la
hostil. Hasta aqu las comunidades indgenas estn dispersas en
las estancias o se cuajan de vez en cuando para formar pueblos

de adobe y teja

Trasmontando
el

el

el

Pucar, pueblo de alfareros y otros por el estilo).


nudo, entramos poco a poco a una gran quebrada,

declive es suave pero seguro. Al fin, por Sicuany nos

ta de

que

la tierra se

ablanda y

el

ambiente

damos cuen-

se suaviza, los pueblos

ms frecuentes: Sicuany. San Pedro. Picos, ("aira, San Jernimo y. al fin. Cuzco. La tierra de labrar no es en ninguna parte

son

66

liberalmente amplia, pero

de una prodigalidad concentrada,

>;i

jo

estmulo del sol y de las caricias del indio. Pueblos cuajados


otra vez; color bermejo de los adobes arcillosos, tintes suaves de
el

cuadros blanco-azulosos del zinc galvanizado aqu y

los tejados,

all.

PUEBLOS POR EL FERROCARRIL DE OROYA: LIMA, CERRO DE PASCO,


JAUJA Y HUANCAYO
-

Primero
en

costa rida y el

la

Bmac como arroyo

crecido, rpida

que el declive es marcado, y despus conforme remonmontaas, torrente estrepitoso y atormentado. No liay

el llano,

tamos

las

pueblos en

subida,

la

De cuando en cuando,

los

sobre

Andes perpendiculares estn


el

pelones;'

flanco rocoso *e dibujan las costillas

de olvidadas terraceras incaicas. Ms arriba, tres y cuatro mil


metros, cerca de las nieves: congregaciones de mineros y despus,
bajando un poco, el valle de Jauja, a tres mil metros de altura;

amplio como pocos en la Sierra y semblado de pueblos denso.;, casi


todos de indios. Jauja y Huancayo son ciudades, en torno de ellas,
por todo el valle, cien pueblos: Sapallanga. linar.. n. Chupaca,

Huayucacbi

67

El paisaje desde

Chupaca.

.Muimos de estos pueblos son anejos y parcial id ules de indios


puramente; otros tienen un centro o poblacin mestiza y anejos
indgenas en los alrededores; otros ms. como Chupaca, de centro
macizo, se dicen nicamente de indios y se creen indios puros; por
ms- que en realidad son tambin de mestizos.

EL PUEBLO DE CHUPACA

Chupaca

es

la provincia de Huancayo. situado


Noroeste de esa ciudad, sobre mi ro
Comas, afluente del Mantaro. Cuenta

mi distrito de

a unos punce kilmetros

al

de agliag permanentes, el
tai vez con unos .s.000 habitantes qu

se dicen todos indios, por ms


aspecto de mestizos y no se les echa de
ver lo indio sino con una atenta observacin de las facciones o por
su hablar cuatrero. El dislrito de Chupaca tiene cinco anexos; la

pie los del

eindad

centro tienen

el

ocho barrios que fueron sin duda


actualidad no tienen ya ni alcaldes de

se considera dividida en

ayllus en su origen.

En

la

vara, se rigen sencillamente por los agentes municipales y por sus


respectivos ayudantes nominados por el Consejo .Municipal. El as

68

pecto material de

la

casual percibira en

ciudad es igual
el

aJ

que cualquier observador

centro de una ciudad mestiza de este ta-

mao: una plaza central con

edificios de cierta

los cuatro costados, asiento de tiendas y cantinas,

importancia

una

iglesia,

en
dos

escuelas. La gente principal no difiere en traje ni en porte de la


que veramos en cualquier centro urbano de segunda o tercera
Categora. Si desde alguna pequea elevacin paseamos la vista pollos alrededores, hacia la vega del ro,

veremos mi almacigo

.de

de adobe y teja enclavadas en parcelas donde habitan la


parte de las gentes, inconfundiblemente indgenas.

casas

mayor

EL PUEBLO DE LA PUNTA

La Punta

es un

e?p de Salpallanga. distrito de la provincia


de Huancayo,
que co -responden probablemente a seis ayllus originarios. La autoridad del anexo se
llama teniente gobernador, se cuenta tambin con un juez de paz
y con un agente municipal. En cada uno de los seis barrios hay dos
''alcaldes de vara." designados por el teniente gobernador a propuesta de los del barrio. En realidad estos alcaldes de vara son
est dividido en seis barrios

Orillas de Chupaca.

69

comunidad duran en servicio un ao y son auxiliados en sus funciones por dos inspectores nombrados por ellos con
el consejo de los principales. En cada barrio hay tambin un Con-

elegidos por la

sejo de principales formado por un reducido nmero de los ancianos de importancia de la comunidad, este grupo gua y asesora al
vecindario y a las autoridades del barrio. Los barrios conservan su
personalidad, podra considerrseles como una unidad o celdilla

cada uno por

s.

Los vecinos de cada barrio trabajan en colabora-

cin comunal en las obras que se proponen. Los del barrio "alto v

acaban de construir una excelente casa para la escuela, obra que


por cierto emprendieron por rivalidad hacia los del barrio del centro, que es donde actualmente est ubicada la escuela. Cuando los
alcaldes de vara lo ordenan, los vecinos saldrn a componer los caminos o a ejecutar alguna obra pblica dentro de la jurisdiccin
del

mismo

barrio.

DIVERSOS TIPOS DE COMUNIDAD, SEGUN CASTRO POZO

Hildebrando Castro Pozo describe en


su obra "Nuestra

Comunidad

de las comunidades

(*).

el

primer captulo de

Indgena'' los caracteres y funciones

Seala cuatro clases de

ellas,

su clasificacin en la actividad tpica a que se entrega

basando
el

vecin-

dario: agrcola, agrcola ganadera, de pasto y agua y de usufructuacin. Estos tipos no son puros, pero de todas maneras tienen
caractersticas especiales.

La comunidad

agrcola es la

ms

gene-

ralizada, tiende a consolidarse y a prosperar. Est constituida por

gentes que lian podido conservar su tierra a travs de las vicisitu-

des y expoliaciones del rgimen feudal agrario que ha imperado


en el Per como en otros de nuestros pases americanos. La comu-

nidad agrcola ganadera existe particularmente por el Sur, los ganados son de ovejas, de llamas y de alpacas, algunas cuentan con
nmeros considerables de estos animales. Una variante disminuida
de esta comunidad es la ganadera exclusivamente, con asiento en

compuesta de gente miserable, casi embrutecida. Las


comunidades de pastos y aguas son casi nominales, raramente se
encuentran, la liga (pie las constituye son terrenos comunes para
la puna, est

(*) Castro Pozo Hildebrando.


Lima, 1924.

70

"Nuestra Comunidad Indgena,"

p. 498.

pastoreo de los ganados y ms raramente todava, el aprovechamiento de aguas de regado. Las comunidades de usufructuacin

el

constituyen,

segn Castro Pozo, un tipo interesante: estp

for-

madas por alguna comunidad indgena de sangre que perdi


derecho de sus

el

gamonal, terrateniente o latigestin eclesistica que las ha ab-

ierras por obra del

fundista, o bien, gracias a la

sorbido en tierras parroquiales, de cofradas, convenios, mayordomias, etc. Estas comunidades son casi todas de litigio; los indgenas
en algunos casos estn en posesin de las tierras que consideran

como suyas.
TIPOS DE COMUNIDAD, SEGUN VALDEZ DE LA TORRE

Carlos Valdez de la Torre es autor de un importante estudio,


'Evolucin de las Comunidades Indgenas" (*). Este autor clasi-

comunidades existentes en los siguientes tipos: 1. Comunidad agraria absoluta en la que no existe propiedad privada, de
existencia dudosa. 2. Comunidad mixta, las mejores tierras son
fica las

propiedad privada, las otras son comunales pero con tendencia


a la individualizacin y tambin hay tierras francamente comunales, para pastos. En estos vecindarios persiste la costumbre de

ele

la

minga o sea

el

auxilio recproco de las familias comarcanas en

el

comunidades se encuentran en el departamento del Cuzco, en Cajamarca, en Piura, por Ayacucho, por
Huanaco y en el departamento de Junn. 3. Comunidad casi nominal no quedan otras tierras colectivas que las de pasto; se encuentran frecuentemente en Puno, en parte de Junn y en Piura.
4.
Comunidades para el aprovechamiento de aguas de regado; las
cultivo del campo. Tales

tierras son todas de propiedad privada

la vinculacin agraria se

reduce a impedir la venta de lotes a los forasteros.

5.

Comunidad

nominal, limitada a la reunin de sus componentes para trabajos


de inters general, limpia de acequias y arreglo de caminos, etctera; muchas del Norte pertenecen a este grupo; muchas comuni-

dades que posean terrenos colectivos de pasto han ingresado a esta


categora por despojo que han sufrido por parte de las haciendas.

ms de

los vnculos

mencionados y

el

muy

fuerte de la tierra,

(*) Valdez de la Torre Carlos. "Evolucin de las

genas."

p. 208.

Comunidades

Ind-

Lima, 1921.
71

abundan otras ms raros o menos vigorosos como el de faenas para


trabajar las tierras de cofrada, las fiestas religiosas, los bailes populares reminiscentes de leyendas, tradiciones y ttemes y algunos
otros por el estilo.

La Seccin de Asuntos Indgenas del Ministerio de Fomento


peruano ha publicado un cuadro estadstico de las comunidades
indgenas del departamento del Cuzco en los aos de 1926 a
1927 (*). En l quedan clasificadas las comunidades segn la ocupacin tpica de las gentes, en agrcolas, agro-pecuarias y agrcolaLos datos relativos de poblacin y cantidad de ganado
posedo van en el cuadro que sigue:

textiles.

POBLACION

-o

Varones

CANTIDAD DF CAADO

OI TF

POSFFN

Mujeres

comunit

Total
de

Mayores

Menores

Mayores

Menores

Caballar

Vacuno

Lanar

Asnal

Mular

Llamas

Cabro

Porcino

No.

Agrcolas

585

366

615

346

1857

367

2525

50

30

7913

30

42

190

Agropecuarias.

30

2252

1574

2283

1143

7388

1855

12826

825

196

3528

212

Aercolas
Textiles

35

2492

1787

2355

1645

8289

2550

15108

722

159

24

43

3991

190

TOTAL.

73

5329

3727

5253

3134

17534

4772

30459

1597

385

66

233

15432

432

ORGANIZACION POLITICO-ADMINISTRATIVA DE LAS COMUNIDADES


Persiste en

muchas localidades de

la

sierra la institucin de

alcaldes, regidores segundos y alguaciles o ilacatas, no obstante


que ha habido resoluciones legislativas prohibiendo algunos de

n muchas localidades tales autoridades


nombre de "envarados." por llevar una vara o bastn
largo con puo de plata, smbolo de autoridad que les dieran las

esos funcionarios locales.


reciben

el

ordenanzas

penden de

del

Virrey Toledo. Estas autoridades comunales de-

Per y tambin con frecuencia de las eclesisticas; son organismos de gobierno comunal

ms

menos

p.

"

156.

72

las polticas estatuidas en el

efectivo, intermediarias entre

el

vecindario indgena

"Boletn del Ministerio de Fomento." Aos 1926-1927. Lima, 1929.

y las autoridades polticas mestizas y con

mucha

frecuencia, por

desgracia, instrumentos que impone el blanco para la explotacin

de la comunidad.

El gobierno local de la comunidad y los correspondientes organismos estn tan dislocados y rotos a causa de las peripecias del
desarrollo histrico de las congregaciones, de los vestigios tnidi
cionales del gobierno tribal y de las imposiciones obligadas porcia
Colonia primero y por la Repblica despus, que no es posible hacer
generalizaciones.

es la de esa misma
Parece bastante generalizada todava

La nica que podra hacerse

diversidad y falta de tipo.


reunin o asamblea comunal compuesta de todos los indgenas

la

comuneros adultos, hombres y mujeres, cuerpo deliberante resoluque reside la voluntad del ayllu cuyos mandatos o decisiones se encomiendan a los personeros que la misma
asamblea nombra. La reunin tiene lugar cada ao, las deliberaciones se efectan en pblico; el precedente, "como se hicieron antes las cosas,'' tiene mucho peso; el voto se computa generalmente
por barrios y por lo comn los miembros de cada barrio votan
unnimemente. Aquellas personas que han servido los cargos comunales desde mayordomo de fiesta hasta personero le la comunidad son tenidos en particular estima, forman una especie de cuerpo consultivo dentro de la asamblea general. El cargo de agente o
personero de la comunidad es honorario y dura un ao. Hay parcialidades en que todos los miembros tienen obligacin de servirlo
tivo y consultivo en el

si

llenan el requisito de haber ejecutado antes otras comisiones.

Desde

el

momento en que una persona

recibe el cargo

comunal

es

objeto del respeto y consideracin de todos los vecinos.

Las autoridades que constituyen el gobierno comunal nombrado en las asambleas son los agentes, los tesoreros de barrio, el
:

fiscal, el sacristn, el

mayordomo de

capilla o fiestas

y el pregonero o campanero. Todas estas autoridades son nombradas por. la


asamblea comunal, excepcin hecha de los agentes, que en algunas casos son designados por los alcaldes municipales.

La

parcia-

lidad est dividida en barrios, segn la organizacin que le dieran


las

ordenanzas virreinales. Cada barrio tiene un tesorero, su oficio

es recolectar de cada familia las cuotas o erogaciones a que estn

obligados de conformidad con las necesidades del vecindario, guardar estos fondos y hacer los gastos, rindiendo cuentas al fiscal o a

73

la

asamblea, al terminar

el

ao. Las erogaciones son para la cons-

truccin o reparacin de obras pblicas comunales, para la cele-

bracin ele fiestas civiles y religiosas y para cubrir los honorarios


de los abogados, tinterillos y dems personas que defienden los
derechos de la comunidad ante los tribunales del pais. No es caso

ms prsperas como

raro que en alguna de las comunidades


valle de Jauja, los fondos alcancen

las del

sumas considerables que, por


dems cele-

desgracia, son despilfarrados en las fiestas, misas y


braciones. El sacristn y el

mayordomo de

capilla o de fiestas son

autoridades comunales que nunca faltan: cuida la iglesia y sus


tesoros el primero y se encarga de la custodia del santo respec-

El pregonero o campanero convoca a la comunidad


por medio de la campana parroquial, el caracol, cuerno, "tinya."
tivo el segundo.

tambor o corneta.
EVOLUCION HISTORICA DE LA COMUNIDAD INDIGENA

Los tipos de comunidades actuales que acaban de sealarse, han


sido el producto de una larga evolucin y son efecto de las peripecias histricas a que las gentes primitivas del Per han quedado
fatalmente sometidas. En su origen el Ayllu fu una agrupacin
de individuos, determinada por vnculos precisos y bien establecidos. Se ha definido el Ayllu peruano como "la agrupacin de individuos unidos por el vnculo de parentesco consanguneo y la comunidad agraria." Urteaga (*) y Valcrcel (**) han hecho un
minucioso estudio de la evolucin del Ayllu en los perodos incaico
y preincaico. Uno y otro demuestran cmo el Ayllu andino sigui
el mismo desarrollo evolutivo que los socilogos han descubierto
en otras sociedades primitivas. La base de toda cohesin constitutiva del primer ncleo

humano fu

maternidad derivada de la
dominante en aquella etapa

filiacin

el

parentesco estrecho de la

uterina.

inicial de

La endogamia era

agrupacin.

Ms

tarde la

necesidad de definicin y quiz hasta un empirismo eugensico


produjo la exogamia y el tab de la unin sexual con miembros
del grupo originario. Lste primer grupo social humano de filiacin
uterina y de gobierno matriarcal constituy

el

(dan; los socilogos

(*) Urteaga Horacio. "El Imperio Incaico." Lima, 1931.


(**) Valcrcel Luis C. "Del Ayllu al Imperio." Lima, 1925.

74

peruanos

lo

llaman para su

pas, el Ayllu-clau. Principiaron a apa-

recer otros vnculos, el sentimiento religioso es de los primeros;


el

vnculo territorial, una vez que

el

grupo abandon

el

nomadis-

presenta despus y llega a ser de los ms fuertes y persismo,


tentes; el totemismo da origen al concepto de autoridad, jefatura
y gobierno y llega a constituir el ltimo vnculo del grupo social.
se

EL AYLLU: SUS VINCULOS Y CARACTERISTICAS

El ayllu peruano ilustra claramente esta evolucin. En su


forma ms simple el ayllu fu la agrupacin de un nmero indeterminado de individuos consanguneos por la lnea femenina y que
reconoci la autoridad de la madre o de la abuela, estando tambin
ligados por el vnculo totmico ms tarde el grupo se vi atado
por el vnculo agrario. Muchos de los ayllus que haban llevado el
nombre totmico lo cambiaron por nombres de lugares o por alguna cualidad fsica: primero fueron ayllu-cuntur (cndor), ayllumallcu (guila), ayllu-huaman (halcn), ayllu-amaru (serpiente)
;

y despus ayllu-tucucaray (algarrobo), ayllu-collpa (tierra bermeja), ayllu-umallura (agua blanca). Distincin antiqusima es la
ele los ayllus-hurn y hann. Los hurn ("originarios") quedaban
asentados en la parte ms baja y frtil del valle o quebrada, en
las tierras de mejor cuerpo, mejor irrigadas, las que se daban o
que haban tomado los que haban llegado o llegaban primero eran
los originarios, los principales por ende. Los hann estaban asentados en tierras ms altas y menos buenas, eran de los que haban
llegado despus, los forasteros. Esta distincin importante di origen, ms tarde, a la divisin de los pueblos o ayllus de aldea, en
dos barrios, el bajo, Hurnsaya y el alto Hanansaya, cada uno ba:

jo la jefatura de

un curaca.

Cuando los quechuas se haban asentado ya por el Cuzco, despus de la disolucin del Tiawanaeo, los ayllos-linajes se distinguieron por la ocupacin peculiar que se les asign, unos eran cultivadores de la qunua y de la sal, los ayar-cachi, otros cultivaban
el aj, los

acuy.

ayar-uchu, y otros cultivaban la coca o el maz, los ayarayllus que se reconocan a s mismos por nombres deri-

Hay

vados de la sucesin uterina. Los Oca-ayllu eran los del Ayllus de


la Oca, es decir, de Mam-ocllo, etc.
75

En el bosquejo histrico se habl de agrupamientos de ayllos


que reconocan ocasional o permanentemente algn jefe o seor, los
ayllos-sinehi y los ayllus-cuna, stos constituyen organismos sociales
ms completos, compuestos ya por varias unidades en los cuales a
ms de los vnculos particulares existen en formas ms o menos
definidas vnculos superiores de gobierno. La monarqua incaica se
form, como ya se ha dicho, con la consolidacin ms o menos apretada de todas estas unidades sociales, desde los ayllus ms simples
hasta los ms complicados, pero a pesar de la coherencia del imperio incaico la unidad espiritual y material no haba llegado a

determinar un concepto de nacionalidad de modo tal que cuando


vino el choque de la Conquista, cado el inca, el imperio se desmoron y los componentes originarios se disgregaron no volvieron,
:

por supuesto, a su condicin primitiva porque nuevas fuerzas y


nuevos factores haban entrado en juego; la Colonia tuvo una influencia decisiva en las

comunidades indgenas.

LA POLITICA COLONIAL Y LAS COMUNIDADES

La

poltica de la Colonia, en

relacin con las

comunidades

indgenas, fu vigorosa e instituy reglamentaciones minuciosas

en todos los detalles de la vida de los naturales. Las reducciones


fueron pueblos formados por

la

agrupacin de los indgenas que

vivan aislados o por la fusin de unos caseros con otros. El emi-

nente Virrey don Francisco de Toledo las instituy en 1546. Las reducciones' fueron de techo una parte de la poltica de repartimientos; tambin fueron creadas para facilitar la adoctrinacin y
vilizacin de los naturales y

esfuerzo para poner dique a

tasacin del tributo y

la

la

como

ci-

tin

alarmante despoblacin indgena,

ocasionada, entre Otras causas, por las crueldades y maltratos cometidos por los conquistadores. Las reducciones no dieron el resul-

tado que se buscaba; no evitaron

como

se haba

la

despoblacin ni prosperaron

esperado; en cierto sentido remacharon

bre del indio, organizndola, dando facilidades a

ms que una ventaja para

la

la

servidum-

explotacin;

los naturales constituyeron una ventaja


encomendero, para el Estado y para la Iglesia. Por otra
parte, la formacin de estos pueblos lleg a ser la medida ms constructiva y permanente que Lnsituyera la Colonia para establecer al

para

76

el

judio dentro de un estado jurdico, dieron ocasin para la conser-

vacin del ayllu tradicional, pues

si

bien esta forma de organizacin

vecinal sufri serias modificaciones, tambin es cierto que gracias

la inteligente poltica

de Toledo muchos de sus rasgos originales

pudieron conservarse. Las reducciones sirvieron ms que ninguna


otra medida colonial para promover la institucionalizacin de los

aborgenes y tuvieron tambin

el

excelente resultado de haber de-

finido el derecho del indio en materia de propiedad

GOBIERNO DE LAS REDUCCIONES

El gobierno de las reducciones, segn qued establecido por

encomendado a dos alcaldes, cuaun procurador del cabildo, un mayordomo del pueblo, uu mayordomo del hospital y un alguacil mayor, que deba designar a un carcelero, a un pregonero y a un verdugo. Haba, adems, un escribano a perpetuidad. Estos funcionarios eran elegidos

las ordenanzas de Toledo, estaba

tro regidores,

de entre

los indios

mismos, por

el

cabildo saliente cada primero

de enero. El cargo de alcalde o regidor era incompatible eon el de


curaca o cacique estaban impedidos de ser alcaldes o regidores los
parientes entre s en grado inmediato, y se orden que la eleccin
recayese siempre en indios de ayllus distintos para que todos estuviesen contentos. Las ordenanzas coloniales relacionadas con
las reducciones o pueblos, se esforzaron por conservar hasta donde
posible fuese las costumbres del ayllu. Una de tales conservaciones
fu la del gobierno de curacas o caciques, como se llam a los jefes
de los indios, habindose importado el nombre de Mxico. Juan de
Matienzo describi exactamente el papel de los curacas segn l
pudo verlo durante los primeros aos del virreinato "Caciques,
curacas y principales, dice, son los principales naturales de los
indios y los que gobiernan con muy gran concierto, aunque con
gran tirana." En cada repartimiento hay dos parcialidades, la
una que se dice de anasaya y la. otra de urinsaya, cada parcialidad
tiene un Cacique Principal que manda a los principales indios de
;

su parcialidad y no se entromete a mandar a los de la otra, el curaca


de la parcialidad del anansaya es el principal de toda la provincia

al

que obedece

el

otro curaca de urinsaya... cada uno de estos

77

curacas tiene ocho ayllus y cada uno su Principal" (*). Las atribuciones de los caciques eran mltiples; deoian cuidar la moral
de los indios en su jurisdiccin, obligarlos a que se prestasen mutuo

apoyo en las faenas agrcolas, repartir indios para construir y refaccionar iglesias, tambos, pueblos y caminos, lo mismo que para el
cultivo de las chacras de la comunidad y el ganado de la misma;
se encargaban igualmente del cobro del tributo, de procurar que
los indgenas hiciesen

testamento y "de las dems cosas concer-

nientes al bien pblico.''

La

institucin de las Cajas de

Comunidad

lleg a ser

uno de

los factores de cohesin en los vecindarios indgenas; su fundacin

tuvo por objeto, originalmente, la recaudacin del tributo y sirvieron despus como cajas de depsito de los saldos del tributo que
por declaracin real pertenecan a los indios. Avinieron a constituir
verdaderos fondos de beneficencia y se emplearon tambin para el
pago de jornales a los indios que trabajasen en obras pblicas. Las

Cajas de Censos tambin sirvieron para consolidar los pueblos indgenas. Estas comprendan una noticia de la riqueza de la comunidad, con objeto de evitar los despojos de que los indgenas eran
vctimas, y las cuentas que cada reduccin deba establecer para

conocer

el

estado econmico de

la

comunidad.

COMPARACION ENTRE LAS COMUNIDADES INDIGENAS COLONIALES


Y LAS PREHISPANICAS

Valdz de la Torre establece una interesante comparacin entre las comunidades indgenas coloniales y las prehspnicas (**),
que transcribo: No obstante los esfuerzos de adaptacin que el estado colonial hizo por establecer las reducciones, los pueblos de
indgenas coloniales fueron bien distintos de los ayllus prehispnicos. Bajo los incas la personalidad humana quedaba enteramente

subordinado

vida,

al

Estado pero no perda jams sus derechos

siendo objeto siempre de

dades; bajo
(*)

el

dominio espaol,

Matienzo Juan

Aires, 1910. p. 16. Cap.

de,

Lic.

la

tutela

si

bien las gentes quedaron am-

"Gobierno del Per." Edicin de Buenos

6".

(**) Valdez do la Torre Carlos, ob.

78

a la

benfica de las autori-

cit.

pp. 139 a 142.

paiadas por una legislacin favorable, de hecho can vejadas y


explotadas hasta e] exterminio. Desde el punto de vista etnogrfico,

no obstante

los

mitimaes y las jerarquas administrativas,

se

conserv la homogeneidad racial en cada ayllu; en la Colonia, a

pesar de las disposiciones que tendieron al aislamiento del abo-

tiempo irremisiblemente la poblacin perdi su pureza tnica y cultural. El mestizaje determin el prohijamiento
de forasteros en las comunidades; el mestizo se aliaba con el indio
rigen, con el

por

el vnculo de la tierra, pero se tornaba en su contra, alindose


con los de afuera, por las ligas polticas y por ligas econmicas
de otro orden. El rgimen de la propiedad
y de esto hablaremos

ampliamente a su tiempo
fu muy distinto en el ayllu indgena
El
en
las
reducciones.
sistema
poltico, a pesar de la superviveny
cia del rgimen de los curacas cambi radicalmente. El vnculo de
la tierra, firerte ya en el ayllu prehispnico, se robustece en la Colonia, tanto por las instituciones que se crearon y por la evolucin
del concepto de la propiedad, cuanto por la tendencia natural del
aborigen que sintindose vencido ante el blanco se aferraba tenazmente a una unidad que l senta suya por tradicin y que saba
era la base misma de su existencia. Aparte el juicio que pudiera
formularse sobre la probable evolucin de las instituciones, de no
haber llegado la influencia espaola al Per, y sobre los mritos
relativos de aquella probable evolucin y la que en realidad tuvo
lugar, queda en pie el hecho, que asienta Valdz de la Torre, que
"las actuales

comunidades indgenas nacieron por obra colonial."

LAS COMUNIDADES INDIGENAS DURANTE LA REPUBLICA

Eepblica las comunidades indgenas han sufrido


toda clase de influencias y de reveses. Fueron desconocidas por las
leyes sustantivas del pas, aunque de hecho los ordenamientos secundarios les otorgaron reconocimiento. La condicin jurdica de

Durante

las

la

comunidades ha sido en efecto confusa, tanto por la vaguedad

de la legislacin como porque, aunque fundamentalmente disueltas


de hecho persistieron y los mismos estatutos reconocieron, en cierta manera casual, esta existencia de facto. Tal condicin

por la

ley,

determin un grave problema: favoreci por una parte al gamonalismo en relacin con los bienes del indio y dej en

el aire las pro-

79

piedades verdaderamente comunales

montes,
ley, los

(pastos, tierras de dotacin,

Por otra parte, no obstante los mandamientos de la


indios no se ocupaban de adquirir tierras con titulo y persisetc.)-

muchos lugares los repartos peridicos, con lo que, al no


comunidad jurdicamente, quedaba la propiedad en una situacin precaria, circunstancia que favoreci las matan en

estar reconocida la

nipulaciones y designios del latifundista. Un importante estudio


Manuel Y. Tillarn, en 1907, asentaba la conclu-

jurdico del doctor

sin de que las comunidades u no son personas civiles ni pueden, por


lo tanto, ser

parte legislativa en juicio."

En

1920 qued, al

fin, acla-

rada la situacin jurdica de las comunidades con la declaracin


constitucional de que: "La nacin reconoce la existencia legal de
las

comunidades de indgenas y

la ley

declarar los derechos que les

corresponden."

Las comunidades han sufrido

la

persecucin del latifundista

y del gamonal y durante todo un siglo de vida independiente han


sido objeto de variadas influencias que han determinado el desquiciamiento de los grupos originales tanto en su economa como en

y de
su moral y en su poltica, aunque tambin en alguos casos
se han vigorizado por reacciones de
esto hablaremos ms tarde

defensa y por
tes

el

resultado positivo de ciertas influencias integran-

promovidas por

los nacionales.

El problema actual de la

comunidad

es serio; su futuro incier-

to; todo est ligado con la poltica de incorporacin nacional que

se sigue con el indio y con las finalidades

que determinen

el

pensa-

miento filosfico y social del pas. IVro de esto nos ocuparemos al


considerar los aspectos generales del problema del indio y los medios que se han propuesto para resolverlo.
sin

No

est fuera de lugar,

embargo, en este punto, narrar con cierto detalle la manera


0 mejor dicho, un grupo de ellas,

cmo una comunidad indgena.


las (|ue

constituyen

la

pecto del problema de


y

(('uno

han utilizado

poblacin de Chupaca, han resuelto un as


la tierra
la

que los afectaba de manera especial

organizacin tradicional del

vecindario

vacimlola en formas de accin social que cuadran perfectamente

con las modalidades de las sociedades modernas.

80

LAS SOCIEDADES UNIDAS DE CHUPACA

Las comunidades de Chupaca, poblacin cuyas caractersticas

fueron descritas al principio de esta seccin, estn constituidas

por pequeos propietarios que sufran,

hambre de

como

olios

pueblos,

el

tierra.

en otras pocas

les

na proporcin apreciable de los terrenos que


perteneciron haba sido acaparada por la Igle-

sia a guisa de tierras de confradas.

La

Iglesia arrendaba estas tie-

rras a unos cuantos favorecidos influyentes que las explotaban dentro del sistema gamonalista.

La comunidad resenta

tal condicin

y conforme pasaba el tiempo se violentaba su actitud. Decidieron


por fin organizarse para remediarla; queran volver a poseer las
tierras de cofrada, queran evitar la explotacin de los gamonales.
Los gamonales se alarmaron, abultaron sus temores y quejas ante
las autoridades de Huancayo. Se envi un regimiento. Llegaron los
soldados en los momentos en que los vecinos, reunidos en asamblea, deliberaban. Se dijo que estaban amotinados y se carg contra ellos: hubo siete muertos que fueron incontinenti arrojados en
una zanja y cubiertos de tierra (*). La suerte estaba echada: la
comunidad acribillada no cejara ya. De aquella situacin nacieron en 1921 las sociedades comunales de Chupaca.

Las sociedades unidas de Chupaca constituyen una federacin


de ocho agrupaciones de los otros tantos barrios de la ciudad
vecinos de cada barrio son miembros de dichas asociaciones.

sociedad local

los

Cada

nombra cinco delegados con

los que se constituye


comit central directivo, que es propiamente el grupo que da
personalidad a las sociedades unidas. La institucin, como se ve,
el

tiene todo el raigambre de la asociacin

alienta todava

el

comunal antigua

en

ella

espritu del viejo ayllu. Tiene por fin la sociedad

promover ei mejoramiento material, moral e intelectual de la


munidad, pero de manera concreta se avoc la cuestin de

los

terrenos de cofrada, de extensin considerable. Al principio

se

co-

acord un convenio de arrendamiento de estas tierras, con lo


que se logr que la iglesia las arrendase a los vecinos y no a los
terratenientes como haba venido sucediendo, pero despus se formul un plan de fraccionamiento y de venta a los mismos vecinos.

::

Relato hecho

al

autor por varios vecinos de Chupaca y por

el di-

rector de la escuela.

81
El Indio Peruano.

Directores de las Sociedades Unidas de Chupaca.

Fijado

el

precio de los terrenos, la Iglesia acept que se le pagasen

slo en la mitad de su valor,

quedando

la otra

mitad

a beneficio del

pueblo, en la forma que los vecinos determinasen. Se pusieron a la

venta los lotes en un ochenta por ciento de su valor real, de esie

modo

el

cincuenta por ciento que don

la

iglesia

se

quedaba en

parte a beneficio del comprador. Se vendi a cada vecino slo una


parcela de un sexto de hectrea en terreno de riego y el doble de
esta extensin en terrenos de secano.

En

dos aos quedaron vendidos

todos los terrenos, excepcin hecha de unos lotes que se destinaron


a lo que adelante se dice y unas veinte hectreas que quedan todava sin vender.

La Iglesia recibi 25,000 soles (un

sol,

en diciembre

de 1931, vala aproximadamente ochenta centavos mexicanos;

cambio contra

el

el

dlar estaba a 3.50 soles por un dlar) en pago

de las tierras, mediando escritura pblica. El precio a que se pusieron en venta los lotes fu de 600 soles por hectrea de tierra de
riego y 300 por la de temporal.

Hasta

la

fecha se han vendido 300

hectreas de ambas clases de tierra, con un valor de


soles.

Como

siderable.

82

ms de

se ve, la diferencia a favor de la sociedad

SS, 000

ha sido con-

La sociedad

mayor parte de su utilidad en la <mi


el alumbrado de la ciudad
un
molino
para
granos,
de
todo
con
un
costo
de 40,000 soles. Estos
y
invirti la

<

pra de una planta de luz elctrica para

establecimientos fueron dados en arrendamiento: por la planta de


luz la sociedad debera percibir 160 soles de renta al mes.

El nego-

cumplimiento del arrendatario. La


sociedad estaba percibiendo, en diciembre de 1931, apenas un intecio result

malo por

falta de

rs de tres por ciento anual sobre su inversin.

Las sociedades unidas


hectreas de tierra para

una hacienda de

lian

el sitio

donado al Estado un lote de 32


de una escuela rural: compraron

tres leguas cuadradas, para potreros

pensando destinar

los

productos de ella

al

y pastoreo,

sostenimiento de la

es-

cuela proyectada; obsequiaron a la ciudad un lote de cuatro hectreas de tierra para un estadio; donaron

un terreno para

el

mer-

cado de ganado y otro para la ereccin de un mercado central, y


por su cuenta ensancharon el canal principal de riego que tiene

ahora cuatro metros de ancho en todas sus dos leguas de extensin.


Este es el relato escueto de la accin desarrollada por las sociedades unidas de Chupaca. Apenas podra pedirse

mayor

eficien-

y seriedad en un cuerpo de esta, naturaleza y parece increble


que un grupo de indgenas haya podido resolver por s solo y de
manera tan ecunime como completa nada menos que el problema
cia

de la tierra acaparada por la Iglesia, y del gamonalismo explota-

dor a la sombra de la misma institucin. Los fracasos que se han


sufrido, si as pudiera llamarse el poco xito de la planta de luz,
son,

ms que prdidas

efectivas, deficiencia en las ganancias. Con-

trasta con el entusiasmo, acierto y buen

nimo de

apata de las autoridades que no han secundado


vecinos, ni siquiera lo

el

la sociedad la

esfuerzo de los

han aprovechado como debieran.

El caso de Chupaca no es nico, es ms bien tpico de lo que


est aconteciendo con las comunidades indgenas del valle de Jauja, cuyo progreso material va determinando nuevas formas de organizacin econmica y social. Castro Pozo (*) narra el caso de
la comunidad de Muquiyauyo, que en forma ms completa y ms
eficaz que Chupaca ha resuelto un problema semejante y ha organizado su economa. "Por hoy, concluye, la parcialidad de Muqui(*) Castro Pozo Hildebrando. ob.

cit.

pp. 63-68.

83

yauyo presenta los caracteres de las cooperativas de produccin,


consumo y crdito en sus diversas funciones, a las que han de
agregarse las que por su

misma naturaleza

le

corresponden." Creo

como en el de Chupaca
indios mismos quienes han promovido la nueva orga-

interesante repetir que tanto en este pueblo

han sido

los

nizacin.

l'.

CASAS.

MOBILIARIO Y UTENSILIOS DOMESTICOS


CASA EN LA PUNTA

Casi todas son de adobe y techo de teja, muchas de ellas estn


baldeadas con el mismo material, formando un patio y tienen
tambin un huerto que puede o no tener cercas de adobe. El huerto
viene a ser el cortijo o chacra. Este es el plano de una casa que vi.

84

Esta chacra tendr como un solar do extensin, es decir, co-

mo uh
lar,

cuarto de manzana. La habitacin es una pieza reCtitgu-

con una sola puerta que da a un corredor de doble escuadra.

Adyacente a la habitacin hay un gllinerito de adobe, en el otro


extremo del corredor est la cocina, de adobe tambin. Entrando
por el zagun, a la izquierda hay un cuartito pequeo del mismo
material. El traspatio que forman la chacra y el huerto est dividido del patio por una barda de adobe con puerta de comunicacin.
En el extremo cercano a las casas hay una persoga para animales,
un chiquero y una especie de enramada que se usa como cocina en
;

un pequeo

espacio, entre la milpa, est la arsina de rastrojo

en

el

fondo dei solar hay dos o tres arbustitos y un tejocote. Las puertas
de las habitaciones son de madera de ocote; las paredes estn apla-

nadas con lodo y paja, pero no blanqueadas. En el corredor hay un


una zoga de mazorcas y una estera gruesa hecha de
paja que, dispuesta como para formar un corral, sirve de gra-

telar de pie,

nero.

En

la cocina

como batea para

tres ollas, una piedra irregular y lisa


molido de los granos, que se efecta con otra

hay dos o

el

piedra de igual calidad que sirve de "mano."


Casi todas las casas de este anexo son como la descrita. Las

de Sapallanga, distrito a que pertenece La Punta, son del mismo


tipo y materiales, pero en general

ms grandes que

sta.

Las casas

de La Punta estn asentadas cada una en su parcela o solar, pero

como

stos estn bardeados y los cortijos son pequeos, el casero

tiene

un aspecto de pueblo algo compacto.

CASAS DE HUANCAN, EN LAS INMEDIACIONES DE HUANCAYO

La gente que vive en


ms limpia que

jadora y

la chacra

esta
la

comarca

ms prspera, ms

es

de Sapallanga

forman verdaderas granjitas

traba-

sus casas edificadas en

(pie

podran considerarse

como moradas para una poblacin de campesinos. Las casas son


todas de una sorprendente regularidad en plan, en construccin y
en materiales. El plano que se dibuja es tpico.
Las construcciones son todas de adobe, slidas, bien delimita?

85

un techado de teja
que da a la casa cierto aire de coquetera. Los techos son de teja.
Las puertas de madera, Jisas casi todas. No hay ventanas en nindas.

E] prtico de entrada est protegido

guna

casa.

Tanto

los gallineros

como

< > i

las porquerizas estn construi-

das de adobe. En todo el largo del corredor hay construida una


lianca o poyo del misino material. El tapanco para dormir es digno
de nota. Ocupa un ngulo del coi-redor. La tarima est construida de

lodo enjarrado sobre una red de palos delgados, como a un metro


de altura del suelo,

cenan

los

lo

que deja por debajo un espacio donde se almaal patio queda prcticamen-

cachivaches. El costado que ve

te al aire libre.

puerta de

la

la casa,

hacia

la

milpa, o

ms

bien

entre la milpa misma, estn los persogaderos de los bueyes y


vacas, hay dos o tres cabezas de ganado en cada granjita. Cerca del
dic ho,

persogaderb se levanta una chocita en zancos como un gran panal,

ganado por

las noches.

Los utensilios do-

albergue del que cuida

el

msticos son escasos:

piedra para moler, varias ollas, uno o dos ta-

la

una sartn, algunos mates o jicaras. No


cama y los poyos construidos en la casa
por excepcin, algn cofre de madera lisa. Hay varias fra-

rros anchos

como

cazuelas,

hay muebles, excepto

misma

y,

zadas sobre

el

la

tapanco y algunas zaleas.

El tipo descrito est generalizado en toda la conscripcin, tal

parece que la parcialidad se hubiese planificado segn modelo. Las


casas estn bien bardeadas, perfectamente cerradas. Las parcelas

colindan unas, con otras sin solucin de continuidad. El aspecto


la comarca en el mes de diciembre, principio de verano, es
encantador: las milpas negrean junto al suelo pegadas unas a las
otras, como si perteneciesen a un solo dueo; por toda la campi-

de toda

a, entre los sembrados, se yerguen las casas limpias y disciplinadas; a la orilla del camino o por entre los linderos hay filas de

esbeltos eucaliptos:

una campia de Xormanda no poda ser ms

ntida.

CASAS POR HUANTA

Las casas de las parcialidades que rodean a Huanta son de


tres tipos: meras chozas de ramas y de paja, construcciones de piedra y lodo y techo de paja y casas de los mismos materiales con
techos de teja. El segundo es el tipo ms comn. Las habitaciones
muestran una marcada tendencia a la formacin de "ranchitas"
87

el sembro por un tecorral bajo e


magueyes y aun por nopales. En algn bol
soncito, junto a la casa, hay plantas de ornato y casi siempre algn
rbol de sombra; pir imolle) por lo comn, o algn capuln. Las

dentro de la chacra, separando


irregular, por rboles,

unidades de la casa son:

el jacal

principal que contiene la sala y

una chocita que sirve de cocina y alguna enramada o coque se emplea para el trabajo industrial o, algunas veces,

el portal,

bertizo

tambin para cocinar. El techo de la casa principal puede ser de


cuatro, dos o una sola agua predominan los del primer tipo. Esta
misma vivienda est dividida en dos partes por una pared transversal que no llega hasta el techo. Una de las partes, cerrada por
all
los cuatro costados y con una sola puerta, constituye la sala
semillas,
ollas
la
cachibaches;
otra
no
tiene
pared
se guardan
y
al patio y queda, por lo tanto, como pieza descubierta de un costado, especie de porche que sirve de dormitorio. Casi nunca hay
tarima o cama la gente se acuesta en el suelo sobre pellejos o
zaleas. Entre el techo plano de la pieza que sirve de sala y el de la
casa toda, que es elevado, se forma un tapanco llamado "marca;"
sirve para almacenar granos, guardar objetos y para conservar
;

la provisin de papas.

La cocina

es de lo

ms

sencillo

al centro el fogn con tres piedras (tinamaxtles)

en

el suelo,

varias ollas me-

dianas, tres o cuatro grandes, algunos mates que sirven tanto de

como de taza, alguna cuchara de palo y el batn o piedra


para moler, que no es ms que una piedra ordinaria, plana, como
de un medio metro cuadrado, algo irregular de contorno, sobre la
que se machaca y muele con otra piedra redondeada. Es un metate
plato

ms primitivo que
en la chacra, es

el

muy

que

se ve

en Mxico.

un lado

del patio,

ya

frecuente ver diminutos jardincitos, las plan-

tas son alcatraces, sempaschiles, escabiosas, claveles y,

ms

rara-

mente, algn rosal.


CASAS POR EL CUZCO

En

Ollataytanibo, sobre las ruinas del antiguo pueblo incaico

mismas piedras labradas en otros tiempos, se ha


pueblo de ahora, de fuerte sabor arcaico. Este casesin embargo, constituye una excepcin. Las habitaciones de

o utilizando las

construido
ro,

el

mayora de los pueblos del departamento son de adobe y techo


teja, aunque por desgracia va siendo ya frecuente ver en los pueblos que quedan a la orilla del ferrocarril techos de lmina galvala

de

89

90

Las casas de la gente ms pobre estn


de zacate, algunas son de adobe; otras de una construccin mucho ms primitiva, de lodo, zacate y piedras, y otras, las
erizada en las casas nuevas.
1

ccliatlas

ms humildes, estn hechas con meros tiestos de tierra enraizada


que se amontonan para formar pared. En el pueblo de Chanehn,
a ms de tres mil metros de elevacin, fro por lo tanto, las habitaciones tienen el piso hundido, las puertas son estrechsimas, de mo-

do que no entra uno a la casa sino que desciende a ella. En este mismo pueblo se nota ya un principio de ventana, obligado quiz por la
misma estrechez de las puertas de las casas; son pequeas clara-

ms que ventanas propiamente dichas.


tiempo de los incas las habitaciones eran estructuras
rectangulares y bajas, sin ventanas, con puertas en forma de un
trapezoide alargado, es decir, con el dintel ms estrecho que el umbral los pisos eran de tierra aplanada y los techos de zacate. Hacia
el perodo de apogeo, los techos de las casas se hicieron de dos
aguas. Haba habitaciones para una familia y para dos, en el seboyas, agujeros en la pared,

En

el

gundo caso

el

muro

divisorio segua la lnea del caballete, es decir,

de la casa era longitudinal ms bien que transversal.


Las ciudades o pueblos parecen no haber tenido planificacin
regular, constituan hacinamientos de casas comunicadas entre s
por vericuetos y pasajes tortuosos y estrechos.
la divisin

3.

ALIMENTACION

ALIMENTACION DE LOS INDIGENAS POR HUANCAYO

La mshica, harina de cebada


ms importante artculo de la dieta,

tostada, es probablemente el

prepara en atole aguado


endulzado con piloncillo (chancaca), o en sopa con trigo y con patatas y cidea. La cidea es la planta de la mostaza silvestre, muy
comn en los campos peruanos; es un alimento popular muy generalizado y

muy

se la

Se hierven los tallos y las hojas, preno han entrado en floracin. Se desecha
el agua (de color verde obscuro, que se da como alimento a los
puercos y se deja escurrir bien, porque el jugo es amargo, lo que
queda parece una especie de acelga agradabilsima al gusto. Se
le como con papas y aj. El trigo tostado es artculo comn. El
apreciado.

firiendo las plantas que

91

come hervido, mote, y. tostado, cancha. El frijol, la carne,


y los huevos se comen raramente. El desayuno de la gente
es atole de mshica. El almuerzo est constituido por una sopa de
trigo con mshica y patatas y por maz tostado. La cena puede
ser cidca con papas, en la estacin, o atole de mshica. Rarsima
maz

se

la leche

vez se

toma

el caf.

La chicha de

jora se bebe todos los das.

ALIMENTACION INDIGENA POR HUANTA

La

el maz ayudado por la cebada y


Casi nunca se come carne, y verduras muy pocas veces, aunque los quelites no son desconocidos. El desayuno, por la maana

base de la alimentacin es

la papa.

temprano, consiste en una sopa de papas (chupe) con alguna otra


fcula molida, tal como harina de cebada o de maz y con algo de
verdura. La comida del medio da es ligersima algn picante o
caldo claro con algo de cebolla por la noche se hace una comida
:

semejante a la del desayuno. Es interesante notar que el indgena


de esta regin hace, como su antecesor inca, prcticamente dos

comidas tan slo

al da.

Por

este

rumbo

se

produce abundantemente

Casa de hoy, con piedras antiguas, Ollataytambo.

92

tuna y en la estacin los indgenas la comen con avidez. Abunda


capuln) pero hay un marcado prejuicio en su contra: se cree
que hace dao. Se da el caso de que para proteger La salud pblica,
l;i

el

los alcaldes

ordenen a

los

agentes o inspectores tirar todas las ca-

nastas de esta fruta que se traigan de venta a la plaza.

Un

matrimonio indgena de Soceoscoha, en esta regin, que gouna situacin econmica un poco mejor que el promedio de
gentes, me di el presupuesto usual de su dieta diaria, como

za de
las

sigue

Para
Para
Para
Para
Para
Para
Para

molido,

harinas

carne

sal

1 centavo.

manteca
papa

5 centavos.

verdura

10

coca

Total
Igual,

10 centavos.
10

ms

46 centavos.

o menos, a treinta y seis centavos mexicanos.


:

ALIMENTACION" INDIGENA POR EL CUZCO

El maz y las papas son los artculos bsicos de la dieta en


el trigo ocupa probablemente el tercer lugar; apenas
si se emplea la cebada
en cambio las habas son artculo de conEl
sumo comn.
maz se toma como mote o tostado, tambin en
una especie de atole salado y ralo que se llama Jalma. Del trigo se
hace un condimento semejante, se llama chaqu. Pero lo que ms
llama la atencin en esta regin es el uso abundante que hace el*

esta regin;

indio del pan, que llega a ser casi

Xo hay

un artculo de

-la

dieta diaria.

estacin del ferrocarril donde no se vendan una especie de

semitas sin manteca hechas con hariHa completa, y no hay pueblo,


por pequeo que sea, doiide no se vean indias en la plaza vendiendo
pan. La regin es triguera por excelencia; el pan resulta barato-: se
compran dos tortas grandes, como de veinte centmetros de dimetro y de muy regular espesor, por cinco centavos. Debe recordarse que en otras partes del Per, como en otros pases indo-ame93

ricanos, el indio

consume

La planta de

el

pan

casi exclusivamente en los das de

que aqu vulgar e impropiamente


llaman nabo, es abundantsima, es una verdadera plaga en los campos de cultivo se le emplea como alimento muy estimado por los

fiesta.

la mostaza,

Se prepara como por Huancayo y se le llama yuu. Me parece una legumbre excelente, cuyo uso podra sin duda generalizarse entre la gente pobre de Mxico. Tambin se emplea esta misma
yerba de la mostaza, cruda, como alimento para el ganado. El indio se desayuna como a las siete de la maana. Si la familia es pobre
indios.

no tomar ms que una especie de t hecho con yerbas vulgares;


por regla general toma sopa aguada de maz o de trigo con papas,
habas, etc. El almuerzo tiene lugar a las diez de la maana, es
ligersimo. En la tarde se repite una comida semejante a la del
desayuno. Las gentes ms pobres no beben chicha sino cuando trabajan. Cuando se hace ayite (minga., trabajo colectivo) la comida
es ms abundante, hasta llega a incluir carne y arroz, que se considera por los nativos como un verdadero lujo; la chicha corre abundantemente. En los das de feria, el indio come igualmente bien.
Tanto el ayne como el da de mercado son para l verdaderos festines. Muchos de los indios del Cuzco poseen vacas lecheras, pero
ninguno bebe leche. Casi todos tienen igualmente carneros y por
regla general hay cuyes en las casas, pero ralamente se come carne.
No creo que la miseria sea la nica explicacin de lo limitado de
la

alimentacin del indio:

el

indgena es frugal por naturaleza. Lo

es sobre todo en su costumbre diaria, saciando su apetito amplia-

mente slo en los das de fiesta. "La frugalidad est en la raza,"


ha dicho Valcrcel. Lpez Albujar ha escrito en alguna parte: "el
indio es sobrio en su casa y voraz en la ajena.''

ALIMENTACION EN EL IMPERIO

En

tiempo de los incas el pueblo se alimentaba de charqui,


carne seca, generalmente de llama, de maz hervido o tostado, de
papas asadas o hervidas, de chuo, que son papas deshidratadas
mediante un proceso de congelacin a la intemperie, de remoje en
agua para sacar las substancias no harinosas y de secado al sol,
hasta convertir la papa en una especie de pedrusco de almidn. El
chuu se coma entonces (como se come ahora) en sopa aguada, con
94

sal

aj.

La

lama de un trozo. El chupe, sopa aguada de

sal se

y papa molida (idntica a la de hoy), era platillo muy


conocido. Las hojas de qunua servan de legumbres y los tubrcusal,

los

aj

de oca hacan en la sopa, en muchas ocasiones, las veces de la

papa. Se coma pan de maz de tres clases:

ordinario,

el

la

huminta,

especie de tamal para ocasiones especiales, y el cancu, reservado

para los das de las grandes fiestas sagradas.

Es sorprendente

lo

poco que ha va liado

la

dieta del indgena

La variams bien la disminucin en cantidad; probablemente el indio de hoy come menos que el subdito del
imperio, y parece (pie normalmente consume menos carne que la
que antes coma. Entonces, como hoy, era bien marcada la tendende hoy en relacin con la que sostuvo a sus antepasados.
cin de

mayor importancia

es

produca y nada ms. Por lo que respecta a


de maz, entonces, como ahora, haba
una, la de viapU, muy semejante a la de jora de nuestros tiempos,
ms intoxicante y ms estimada. Con el fruto del niolle as como
cia a

comer

lo

las bebidas, se

de

la

que

se

tomaba

la chicha

penca del maguey se haca una especie de

t.

GENERALIZACIONES SOBRE LA DIETA ALIMENTICIA

Se puede generalizar sobre la dieta alimenticia del indio de


Dentro de cierla sierra peruana de nuestros das como sigue 1.
tas caractersticas perfectamente fijas muestra variaciones locales,
ocasionadas por la mayor o menor abundancia de tal o cual producLas variaciones ms importantes se derivan
to, segn el clima. 2.
:

de la condicin econmica de la familia. 3. En general la dieta


del indio de hoy es muy parecida a la del inca de los tiempos pasados. 4.
La alimentacin del indio de nuestros das, en el Per,

es

ms variada que

la del indgena

Las fculas consalimentacin.


Los

mexicano.

5.

tituyen el alimento bsico de la comida del peruano, aunque algunas


6.
legumbres forman tambin parte de su
indios del Peni comen carne solamente en los das de feria o en las
fiestas. 7.
Existe la tendencia a no consumir sino lo que se produce. 8. A pesar de la caracterstica frugalidad de los indgenas,

la dieta alimenticia parece deficiente.

95

Vestidos de Huancn.

4.

VESTIDOS Y ADOKNOS

INDUMENTARIA EN EL VALLE DE JAUJA

Las mujeres asan un cotn o gabn azul negro, de jerga de


Muchas de ellas se liaren una falda ancha y plegada, del mis-

lana.

mo

la manta a la Cintura con lajas bordamisma tela, con busto y mangas. Sobre los
hombros usan todas una manta cuadrada que se sujetan por dos

material, sujetndose

das; La blusa es de

puntas sobre

el

hasta abajo de

la

pecho y qu
la

cintura.

les

cae por los codos y por la espalda


la Mella.
Encima de-la lliclla

Esta es

llevan, por lo comn, una manta ms delgada, que se anudan al


pecho y les hace por la espalda una especie de capuchn que les sirve
para cargar. Las mujeres de algunas parcialidades se cubren el
antebrazo con unas manguillas primorosamente tejidas o bordadas

96

hombros o a la manga del vesbombeado, bajo, de falda convexa hacia arriba, de color blanco grisseo. Los bombres portan

que se sujetan con cordones


tido.

Todas usan sombrero de

;i

los

fiel

to

pantaln de jerga tejida en casa y camisa de calicot. A la cintura


llevan una faja tejida, semejante a la de las mujeres. El smbrelo es tambin igual al de ellas. Algunos hombres andan calzados
con mu sandalia delgada, de cuero. La mayor parte de la gente
compra la jerga del pantaln en los marcados adonde la traen a
vender los indios de algunas parcialidades que se dedican a su

manufactura. El calicot de la camisa es de fbrica. Las dos prenla indumentaria masculina, camisa y pantaln, son confeccionadas por los hombres. Muchos valones, sobre todo los ms
das de

ancianos, usan chaleco de jerga, exactamente igual al del traje

europeo. El traje de los indgenas de toda esta regin muestra


variaciones de parcialidad a parcialidad, dentro de un diseo ge-

Marido y mujer de Chanchn.

97
El Indio Peruano.

neral caracterstico, que es


el color

ms

menos

el

que

se

ha descrito. Vara

de las jergas, de negro a azul marino; varan los diseos

de las fajas y los de las manguillas; pero, ms que todo, la prenda


distintiva es la lliclla, de alegres colores y finos diseos a franjas,
caractersticas para cada pueblo.

La mantilla que

se

echan encima

de la lliclla las indias y, ms que ellas, las cholas, es de fina contextura y colores brillantes, muy semejantes en aspecto y en material a los sarapes saltilleros. El traje usual de los hombres cuesta
de cinco a seis pesos: el pantaln 1.50, 0.50 la camisa, 2.50 el sombrero y 1.00 la faja. El vestido de la mujer costar unos tres pesos.

En Huancn, una parcialidad cercana a Huancayo, la indumentaria de los hombres es como la descrita, pero todava har
unos cuarenta aos estas gentes andaban vestidas con un traje
como de baturro espaol, con pantaln a la rodilla y chaqueta corta, de jerga azul-negra. El pantaln, abierto por un lado y adornado con botones amarillos, dejaba ver la orilla del calzn blanco.
Los hombres se rapaban toda la cabeza, no dejndose sino una
franja angosta de pelo que les caa sobre la frente como tup y por
cada lado de la cara en largas guedejas. Todo esto ha desaparecido
enteramente.
VESTIDOS POR EL VALLE DE HUANTA

Casi no queda vestido tpico. Los hombres usan

el

pantaln

y la camisa vulgares. Algunos portan tambin chaleco o chaqueta


los mas se calzan los pies con una esp< ci de huarache que se llama
ojota o usuta, o bien con una pantufla hecha de cuero cuyos bordes
voltean de la suela por encima del pi, que se llama seccoy. A veces
el seccoy tiene suela como un verdadero zapato. En este caso, el
;

la suela y sube alrededor del pie, sin llegar


empeine.
al
Muchos hombres usan toscas inedias de lana tejidas
por ellos mismos o compradas en los mercados, pero siempre de

cuero va cosido a

hechura domstica. Las medias llevan franjas circulares negras,


grises o coloreadas. Las mujeres usan una blusa o monillo que
compran ya hecha, por regla general; la enagua o centro es de jerga, muy ancha y plegada, llega hasta los pies. Llevan sobre los
hombros, invariablemente, la lliclla de color: muchas van calzadas

son
vaquetilla o cabritilla gruesa
con zapatos de suela y cuero
en
compran
indios,
(pie
se
toscas zapatillas hechas por los mismos
98

99

Trajes, Departamento del Cuzco.

mercados por sesenta centavos o un sol. En los das de gala


ms acomodadas usan botas como las de las cholas. Tanto los hombres como las mujeres llevan la cabeza cubierta con un
sombrero de fieltro de color obscuro.
los

las indias

TRAJES EN EL DEPARTAMENTO DEL CUZCO

La indumentaria de

los indgenas por aqu es

mucho ms

tpi-

ca y extica que en las otras regiones del Pert. Las variaciones


locales son notables. Se puede decir que cada pueblo tiene su traje
peculiar.

sujetas a

Las mujeres llevan enaguas de


la

jerga, largas y plegadas,

La blusa es una
mangas anchas y plegadas que

cintura por vistosos cintos bordados.

especie de corpino de terciopelo, con

rematan en un puo ajustado.

El corpino va

adornado con

cintas,

avalorios y cuentas, a veces es de colores brillantes. Lo ms llamativo del i-aje de estas mujeres es el sombrero o "montera." redondo
t

y glande, de copa suave de terciopelo y con aletones del misino


100

Trajes de Pucar.

material a cada lado, cayendo por las orejas. Todo va rica y bizarramente decorado con "alones y avalorios. El color del sombrero
y del traje y la disposicin de sus adornos constituyen rasgos caractersticos de los diferentes pueblos. La indumentaria del hom-

poncho, sarape cuadrado que se ponen sobre los hombros a la manera de cotn y que llega hasta ms abajo
bre se caracteriza por

el

de la cintura. Cada pueblo tiene su

estilo, color y diseo


algunos
son excepcionalmente bellos. Debajo del poncho usa el indgena una
camisa de jerga o de manta. El pantaln es de jerga de lana un
;

poco ajustado y llega apenas hasta abajo de la rodilla. Los sombreros son semejantes a los de las mujeres. Pasando Cuzco hacia
el Noroeste los trajes se hacen menos bizarros, el de la mujer conen blusa y enagua de jerga de color obscuro, el sombrero
es menos llamativo, slo la lliclla aporta sus notas de color.
siste

TRAJES DE INDIAS ACHOLADAS EN EL VALLE DE JAUJA

Muchas de las mujeres de las parcialidades de esta regin no


usan ya el traje de india o dejan de usarlo cuando se visten de gala.
La indumentaria de una mujer de estas condiciones o de una chola

102

Chula con sus

hijos.

103

campesina, consiste en una blusa de calicot a colores, con poco


adorno la mayor parte lleva una blusa rabona que apenas llega a
;

la cintura

lor

el monillo; la enagua es ancha y muy


bayeta o de franela, casi siempre de coazul-negro sigue siendo el tinte dominante.

de falda suelta,

plegada, con pretina

encendido aunque

es de
el

una bastilla ancha se le llama falLas cholas usan un fustn de bayeta o franela debajo del faldelln. Las indias ms acholadas y todas las cholas usan
zapatos. Sobre los hombros se lleva siempx e la lliclla o paoln
La falda no

tiene olanes sino

delln o centro.

cuadrado, bordeado, bastillado, ancho, de bayeta o franela de tinte


suave. (La lliclla de las indias, como se ha dicho ya, es siempre de
lana tejida en casa, de varios colores y diseos.) La lliclla va sujeta al pecho con un fistol. Encima de este paoln se pone la man-

que es un chai de bayeta o franela afelpada, como de dos


metros de largo por uno de ancho, con dobladillo al margen. Amarrada al pecho y formando una especie de capuchn sobre la espalda, va la manta, pao grande cuadrado, de lana, a franjas, tejida
tambin en casa, de colores claros y vivos que se usa casi siempre
tilla,

para envolver a la criatura que

se lleva a las espaldas o cualquiera

otra carga. Las cholas y las indias que no cargan, llevarn siempre,
no obstante, la manta sobre la espalda, que les sirve para poner
sirve la bolsa de mano a una
que una mujer ande sin manta, se
la juzga coqueta o casquivana, o bien perezosa y holgazana. El

objetos pequeos,

mujer citadina.

ms

No

menos como

es bien visto

sombrero de estas mujeres es de palma-toquilla, de copa redondeada y baja y falda ancha y flexible, con una ancha cinta negra. Las

ms

indias de esta clase, llevarn todava

sombrero de

el

fieltro

que usan sus hermanas de ms baja condicin.

Las mujeres indgenas peruanas se adornan menos que sus herdel Ecuador o de Guatemala. Algunas usan aretes, sortijas

manas

y prendedores de confeccin indgena; tambin collares de Conchitas o monedas. El adorno ms comn es el del tupu o prendedor
grande, con

el

que

frecuentemente de

se sujeta
la

la

lliclla

sobre

el

pecho. El tupu es

forma tradicional del tupu incaico: un disco

grande de metal labrado y una piedra de colores, ni centro; pero


tambin se usan mucho prendedores labrados que representan llamas, huacamayas, pavos o cndores. Entre los adornos deben citarse las

104

manguillas de que ya se ha hablado, algunas de

ellas,

de

fondo negro, estn bordadas con seda, en

el estilo

chino; olas son

tejidas con bien caractersticos diseos incaicos.

prendas de la indumentaria indgena actual


son reminiscencias de los tiempos prehispnicos. El traje masculino ha conservado mucho menos de la tradicin verncula que el
de las mujeres, aunque las bolsas, morrales o alforjas de variado
diseo que usan de preferencia los hombres, y que reciben el

Muchas de

las

nombre genrico de chuspas, son sin duda supervivencias casi intactas. El poncho es una adaptacin espaola del antiguo manto
de los incas. El traje de la mujer ha variado menos. El gabn o
tnica larga que usan algunas, o el anaco, manto igual al de la india ecuatoriana, son derivaciones directas del anacu incaico. Lo
son tambin la lliclla y el tupu. El sombrero, el corpio y la enagua
de las indgenas del Cuzco fueron, sin duda, una imposicin colonial.

En

conclusin, sobre la indumentaria indgena

las siguientes afirmaciones: 1.

El

la

la-

y tejida en las casas. 2. La indumujer conserva mucho ms que la del hombre sus

na, por regla general, hilada

mentaria de

podemos hacer

material de los vestidos es

rasgos peculiares incaicos.

3.

La

variacin regional se observa

marcadamente en el traje femenino, no as en el de los hombres,


pues stos han adoptado ya, por lo comn, un vestido ms o menos
de la forma europea. 4. El poncho es la nota distintiva del traje
de los hombres en todo el Per, pero muy particularmente en el
Sur la lliclla es la prenda ms distintiva de la mujer. 5. El traje
del indio peruano va cambiando rpidamente en el Norte y en el
centro de la sierra; la indumentaria, aun la de las mujeres, va
acholndose, dando lugar a nuevas modas tpicas.

5.

LA

FAMILIA

CASOS TIPICOS

Una

familia, de a

Punta: marido y mujer, cuatro nios, dos

varones y dos mujeres, una de las nias qued tuerta por las viruelas, la madre de la mujer vive en la casa con el matrimonio, l

y tejedor, de oficio.
familia de Katairay (Dcpto. de Cuzco). Pedro Castillo
vive con su mujer y sus tres hijos en un jacalito, a la orilla del

es agricultor

Una

105

La casa de

pueblo.

Es un vecino

pobre.

esto quiera decir que es

t en el

tamao y en

la

familia Castillo.

Su casa

muy

es del tipo nfimo, sin

inferior a las otras.

el techo.

La de

que por

La diferencia

es-

Castillo es pequea, cuatro

metros de largo por tres de ancho y lechada con paja las otras
ms grandes y cubiertas de teja. Todas son de adobe, pero La
de Castillo propiamente est hecha con terrones o tiestos irregula:

son

VA jacalito tiene una sola puerta, estrecha y baja, que nos obliga a agacharnos para entrar. Est limpia por dentro y contiene
res.

todos los muebles y utensilios cselos: una piedra para moler granos, seis ollas de varios tamaos, cuatro tiestos, cinco zaleas, cuatro ponchos y algunos otros pequeos artculos.
Hablamos con la mujer, el marido est ausente, haciendo jor-

nada en la hacienda cercana. Segunda Quispe se llama ella. Es una


mujer fuerte, alta y algo fornida, de piel un tanto clara picada ligeramente de viruela, de pelo negrsimo y ojos vivos e inteligentes. No es india de pura sangre; es seguro que tampoco lo ha de
sei' su marido, pero uno y otro y toda su familia no son ms que
indios en costumbre, economa y actitud. La mujer no entiende ni
jota de castellano y tengo que hablarle con intrprete. No es dif106

Segunda Quispe.

107

cil hacerle comprender mi misin y el objeto de mi visita y en menos de lo que tardo en escribirlo podemos ganarnos su confianza
y establecemos un dilogo animado. Ella contesta a las preguntas

con precisin y con admirable rapidez. Jams titubea, su hablar


moderado pero neto. Mientras se le

es rpido y quieto a la vez,

pregunta escucha atentamente y no bien terminada la interrogacin, viendo fijamente a los ojos del interlocutor, contesta con seguridad y amplitud. Sus respuestas no son nunca monosilbicas
pero tampoco adolecen de vaguedad o de superfluidad.

Pedro Castillo y Segunda Quispe no son casados, pero tienen


unos once aos de vivir juntos, a juzgar por la edad de la hija mayor,
una niita de unos diez aos; el segundo vstago es varn, tendr
dos aos, y el ltimo, mujercita, tiene ocho meses. Esta ha sido toda la familia ninguno ha muerto. Pedro Castillo es hijo de Mel;

chor Castillo y de Menchora Lines, tiene dos hermanos y tres hermanas. El padre vive an, la madre ya muri. Uno de los hermanos
es casado, igualmente

con su marido a

la

una de

parcela de

las hermanas, quien se ha ido a vivir


l.

La madre difunta tuvo

ahora, sin derecho, disfruta uno de sus hermanos;

tierra

que

padre posee
de trigo, que tendr
el

dos parcelas, la de maz, de un medio topo, y la


un topo de superficie. Esta tierra es trabajada por el hijo Pedro, en
cuya casa nos encontramos. El pone la semilla y hace todo el trabajo, dando al padre la mitad de los productos. La mujer, Segunda,
es hija de Eelipa Tumpay y de Rudesindo Quispe y tieue dos hermanos y una hermana, sta vive con su marido. El padre de Segunda
muri, su madre se ha ido a vivir con otro hombre. El padre era
de otra parcialidad y no tena tierras; de la madre posee la familia
un tupil de tierra, que disfrutan por turnos los cuatro hermanos,
un ao cada uno.

Este caso pone de manifiesto las complicadas relaciones familiay el intrincado y curioso rgimen de tierras, que

res de estas gentes

corresponde, como se ve, al tipo de propiedad familiar.

muy

pobre, pues no cuenta

ms que con

La familia

topo y medio de tierra


del padre, que trabaja y disfruta por mitad. El marido trabaja
como jornalero a 20 centavos diarios, pero esta labor no es permaes

el

la -Toya, como porque


Pedro no quiere convertirse en un pen permanente, prefiriendo
su libertad aun con miseria. Por su parte, cada cuatro aos, la mu-

nente, tanto porque no siempre hay trabajo en

108

aporta

jer

usufructo de

el

chicha para vender.

La

la

parcela familiar y, adems, hace

familia est al borde de la miseria. El ma-

rido no ha podido hacer el Cargo, a causa de su pobreza y slo ha

servido ayudantas

(alfrez), con tres vecinos ms, lo

que

le

ha

costado nicamente dos soles. Deseara tomar tierras en arrendamiento, pero

le

la

parece

muy

alto el tipo de renta de 5 soles por topo.

pero no sabe tejer y compra su ropa, as como


de su familia, mandando tejer la bayeta necesaria. La alimen-

La mujer sabe

hilar,

tacin de esta familia es

muy

limitada: un t por la maana, sopa

de trigo o de maz; patatas, yuflo; de cuando en cuando, pan. Co-

men

que producen; slo compran azcar para endulzar


manteca.

lo

el t, la

sal y, si acaso,

Una familia de

Soceos-cocha. Visit el tallercito de zapatera

de una familia en Soccoscocha, compuesta tan slo del matrimonio.

Ambos, marido y mujer, son mestizos, o por lo menos, no son indios


de sangre pura, pero su manera de vida, su costumbre toda, es
puramente indgena no entienden una palabra de castellano. Este zapatero hace seis pares de zapatos de mujer por da, vende el
par a 60 centavos. El costo por par es:
;

Suela

0.20

Cuero

0.20

Hilo

0.02

Estaquillas

0.01

Cerote

0.01

Total

0.41

Segn esta cuenta, le quedaran 16 centavos en cada par por


su trabajo, y como produce seis pares en un da, la ganancia sera
de 96 centavos diarios. Esto, naturalmente, suponiendo que se pudiesen vender los seis pares todos los das; pero hay das buenos y
das malos, la venta es irregular, las ms de las veces, difcil. Esto
no obstante, este par de trabajadores me asegur que un da con
otro sacaban para la comida y hasta les quedaba algo para guardar "semilla" (dinero ahorrado). El presupuesto de gastos que este
matrimonio me hizo fu de 46 centavos para comer y a esto hay
que aadir

lo

que se gasta en ropa, que, calculando un vestido com-

pleto al ao, para cada uno, reporta

un gasto

diario de unos seis

109

centavos, lo que hace subir el presupuesto a 52 centavos por da.

Eu

esta casa la mujer ayuda haciendo ropa para vender. Ha arrendado una mquina de coser y hace monillos, camisas y chalecos
para su venta en la plaza. Dentro de las condiciones modestsimas
de vida, este matrimonio est prosperando, gracias a su laborio-

sidad incansable.

apunte que acaba de darse, cmo la familia indgena de esta regin completa su presupuesto a fuerza de industria y
laboriosidad. Estas gentes tienen ya poco de pintoresco y me parece que no son muy adictas a las tradicionales y dispendiosas festividades religiosas. Se dedican a la tarea prosaica y heroica de ganarse la vida en un medio que no ofrece muchas ventajas, tienen una

Vase por

el

modestsima parcela que cultivan como parte natural de su vida


y que les da ms que suficiente para comer y luego se han ingeniado
para ganar un jornal con el que hacer frente a sus propias necesidades. Salta a la vista la laboriosidad de estas gentes

brio que

y el fino equilihan establecido en su economa para no morirse de hambre

y para conservarse independientes.


PRACTICAS MATRIMONIALES

Las prcticas matrimoniales varan mucho en sus detalles de


regin a regin, pero muestran, sin embargo, ciertos rasgos que
pueden considerarse casi como caractersticos de la modalidad indgena. Es muy frecuente que el matrimonio se contrate entre los
padres de los muchachos sin que haya aficin por parte de stos.
El motivo que impulsa estas uniones es el inters econmico o
de estimacin entre las familias. El pedimento de la mujer se hace
por el interesado o por sus padres o padrinos; va acompaado de

un obsequio de aguardiente para el padre y de algn regalo para


Despus de las plticas vagas y circunlocutivas. tan
caractersticas del indio, se invita al futuro pariente a dar uu rago de la botella de aguardiente. Si el futuro suegro acepta, queda
tcitamente entendido que la propuesta matrimonial est tambin
la solicitada.

aceptada. Por la regin de


se robe a la

muchacha y

se

Huancayo es comn que el muchacho


vaya a vivir con ella; a los pocos das

del rapto volvern ante los padres y les pedirn perdn,


as sancionada,

monio va por
110

lo

quedando

unin de los jvenes. El matricomn precedido de una (''poca de prueba, de aman-

por los mayores,

la

cebamiento, cuando la mujer vive con

padres de

el hombre en la casa de los


Se llama a este perodo, en quechua, "sirvinucuy,"

ste.

y se refiere justamente a la poca de prueba, cuanmujer se sirven mutuamente y se dan mutua demostracin de su capacidad. En muchos lugares, los padres no
aceptan uniones bruscas, es decir, sin este perodo de prueba. Es
tambin frecuente un cierto entendimiento entre el mancebo y la
pretendida y aun la unin carnal misma antes de que se inicien
las ceremonias de solicitud. Segn un observador (*), una vez
que, mediante las ceremonias de pedimento, consienten los padres
de la novia en el matrimonio, el mancebo se rapta a la muchacha, de noche, y se la lleva a su casa, viviendo con ella durante
un perodo ms o menos largo. El matrimonio se efectuar despus
servicios mutuos,

do

hombre y

el

la

con gran formalidad y ceremonia y con la intervencin del cura.


En las bodas de los indios que principian a amestizarse, pasado
el

matrimonio

eclesistico, se conserva todava

la

ceremonia del

encierro, que tiene lugar tanto en el caso de las uniones que se

matrimonio eclesistico como en el de aquellos que


han pasado ya por el perodo de prueba y concubinato o subexistencia. Despus del convite de la boda los padrinos llevan a los desposados al cuarto nupcial y los encierran, guardando la madrina
la llave. Entretanto, los convidados bailan una danza voluptuosa,
al son de flauta, arpa y guitarra y entonan un canto que muchas
veces se va componiendo mientras se entona. Es una cancin picaresca que narra los galanteos y requerimientos que se suponen van
teniendo lugar en la cmara nupcial. La concurrencia hace una
inician con el

especie de

pantomima de

estos actos.

El matrimonio eclesistico sanciona, por lo comn, las uniones

previamente establecidas.

comunidad apartada
tivo,

dndose

el

Hay

celebran

curas prrocos que al visitar una

una

especie de matrimonio colec-

caso, segn observacin de Castro Pozo, de que

parejas de adolescentes o de gentes que no haban pensado en

el

matrimonio, habiendo quedado incluidas en la bendicin global, se


sienten autorizados para la unin carnal, y la establecen. El matri-

monio
(*)

civil

ha sido recientemente instituido por

Delgado A.

Julio. "Folklore

gena." "Revista de Educacin."

Ao

2.

y Apuntes para

Nm.

3.

ley,

la

como

ante-

Sociologa Ind-

1931. pp. 133 a 222.

111

cediente obligado del religioso

pero el hecho es que los que se casan


con alguna formalidad lo hacen, por regla general, tnicamente en
la iglesia y tambin son comunes todava las uniones sin interven;

cin de autoridad alguna civil o eclesistica.

BIENES CONYUGALES

Al efectuarse

el matrimonio reciben los cnyuges obseqiiios


prendas personales de ropa y adorno, utensilios
para la casa, vveres y aun dinero en efectivo. Es costumbre muy
generalizada todava, que el vecindario construya la casa de los
desposados, en colaboracin, por minga. Estas donaciones son la
aportacin de la comunidad a la nueva familia y constituyen, dentro del matrimonio, bienes propiamente comunales, aunque con
usufructo pleno por parte de quienes las reciben. Estos obsequios
y donaciones implican una obligacin moral por parte de los contrayentes, para obsequiar a su vez y participar en la construccin
de la casa de otras parejas. Cuando los contrayentes son de diversa comunidad, cada uno de los vecindarios hace sus donaciones.
Los bienes que cada uno de los contrayentes pueda poseer antes
del matrimonio, siguen siendo considerados como de la propiedad
particulai' de cada uno. La mujer casi siempre pierde sus derechos a las tierras comunales, excepto en el caso de que un extrao, o ms propiamente, un forastero se emparent con la comuni-

de la comunidad

dad por medio de aqulla. La casa comunal, es decir, la que el


vecindario construye para la pareja, es de hecho la nica propiedad que puede considerarse como bien comn conyugal. Es prctica muy frecuente que el indio entregue a su mujer todos sus
halietes, el producto de sus ventas, etc., y que no efecte operacin
ninguna sin su consulta y consentimiento, pero tambin es prctica bien conocida que al hacer cualquier operacin de venta, se
estime lo que es de cada quien: lo que pertenece al marido, lo que
es de la mujer y aun lo que es de los nios.
El matrimonio viene a ser una especie de sociedad cooperativa.
Los factores econmicos son preponderantes. Ya se ha dicho que
las uniones se conciertan muchas veces mirando a la conveniencia
material de los interesados. Todos los miembros de la familia son
elementos de rendimiento: el hombre trabaja, la mujer produce

112

tambin y los nios misinos, aun pequeos, tienen la obligacin de


contribuir materialmente a la sociedad familiar. Algunos han credo que el factor econmico es el que impera en dicha sociedad, con
exclusin de relaciones emotivas o elementos de otra naturaleza;
estimo que tal apreciacin es exagerada, sin dejar de reconocer que
los aspectos econmicos son ms prominentes que ningunos otros
en la vida domstica del nativo peruano.

EL PAPEL DE LA MUJER

Sin duda alguna la mujer juega el papel ms importante en


domstica indgena. El hombre aporta su prestigio y digvida
la
quiz
por esto se siente menos obligado a contribuir matenidad,
rialmente con trabajo productivo. La mujer, en cambio, no sola-

mente tiene

su cargo las obligaciones domsticas del cuidado

de la casa y de los animales, del cuidado de los nios, de la alimentacin y del hilado y confeccin de ropas, sino que desempea tambin algunas de las faenas agrcolas y la mayor parte de
las actividades comerciales. Cuando el indio se engancha, es la

mujer quien arregla el contrato o lo defiende y a su cargo exclusivo queda el cultivo de la chacra y el cuidado y responsabilidad
de la casa. La tradicin matriarcal peruana est viva todava, aunque aparentemente la contradiga el estado de sujecin de la mujer
y su mayor atraso, comparado con el de los varones. El indgena
procurar y consentir en dar escuela a sus hijos varones, pero
ni se preocupa ni consiente en enviar a las nias a la escuela. Los
hombres se emancipan de su medio mucho antes que las mujeres:
recurdese lo que dijimos sobre la indumentaria. A pesar de todo,
la mujer resalta; calladamente es, sin lugar a duda, la jefa de
la familia indgena y cuando, amestizada tnica o culturalmente, se convierte en chola, crece su personalidad en forma tal que
domina de manera completa, en su nivel, el paisaje social peruano. En indgena de Huancn, contestando mi pregunta respecto
al trabajo de las mujeres, me dijo: "pues si ya no hay en que trabajen, pues. Si ya no trabajan." Se refera indudablemente a que
el cultivo de la chacra es en realidad poco trabajo y a que en aquella comunidad no se teja ni tenan que hacerse los quehaceres que
antes era costumbre ejecutar. Sin estar de acuerdo con este indio,
113
El Indio Peruano.

respecto a la falta de ocupacin de las mujeres de Huancn,

seguro de que

el

estoy

estado de relativo adelanto que guarda esta co-

munidad ha producido ya una

cierta liberacin de la mujer.

NORMAS SEXUALES Y ETICA MATRIMONIAL

La moralidad

familiar parece ser elevada. Los casos de repu-

diacin de la mujer son raros. Se sealan dos razones principales

para repudio: la esterilidad y la incapacidad para el trabajo. El


aborigen andino parece conceder mayor importancia a la capacidad creadora, a la fecundidad, que a la virginidad. Las madres de
muchos hijos son especialmente honradas, las estriles son vituperadas. La muchacha que da el fruto de su amor no sufre sancin.
El hombre que no tiene hijos es zaherido. El indgena considera
Mam-Pala aptitud generadora como atributo de la divinidad.
ambi-sexual.
cha, la diosa de la tierra, es
pero es madre: es la madre
tierra. La leyenda hace aparecer a Mam-Pacha como "diosa arrufada, vieja, como las mamas que tanto han parido.'' Segn Pastor (*), el indgena es contrario al matrimonio europeo. Su matrimonio es un concubinato precedido por lo comn de ciertas
prcticas paganas, de naturaleza familiar. El quechua-ajinar, no
es

un hiper-sexuai sino un hipo-sexual; no

tiene egosmo sexual.

El mismo adulterio es considerado por l, ms que como una ofensa personal, como un ataque a la personalidad moral de la comunidad, todo lo cual contribuye, segm el universitario arequipefo, a

una mayor estabilidad del hogar.


EL PROBLEMA FAMILIAR

Son muchos los aspectos del problema domstico del indio


peruano. Menciono dos que tienen relaciones con la situacin jurdica y uno, resultante de la pobreza del indgena, que tiene repercusiones con todo el proceso social peruano.

Vctor J. Guevara

(*)

(**)

llama

la

atencin

al

problema legal

Pastor Francisco. "El Indgena del Per." Revista de

la

Univer-

sidad de Arequipa. Noviembre de 1931. pp. 5 a 29.

(**)
6.

Vctor

1927. pp. 2 a

114

4.

J.

Guevara. "El Problema Indgena." "La Sierra." Nm.

que determina

el

concubinato o convivencia extramatrimonial del

natural. Existe en la poblacin indgena el connubio sexual

como

un hecho general y uniforme instituido para la perpetuacin normal


de la especie y la cooperacin humana, cimiento de hogares honrados y laboriosos, base y fundamento de una gran sociedad, que se
celebra con todas las solemnidades y garantas sociales prescritas por una respetable y remota tradicin. La ley civil, prosigue
( nevara, no puede permanecer ignorante de ese hecho general, ni

mucho menos debe desconocerlo

o condenarlo. Sera necesario, acon-

otorgar carta de naturalizacin a las uniones de facto generalizadas entre los indgenas, autorizando como verdadero matriseja,

monio

El mismo autor se refiere en

legal al connubio indgena.

otro artculo de la publicacin ya

relacionada con los testamentos

citada, a la situacin del indio,

(*).

todos los testamentos que hace

legales,

juzgar por los requisitos


el

indio resultan nulos,

pues no se cumplen las condiciones que el Cdigo Civil seala para


el reconocimiento de tales actos. Sera grave el desorden y desbarajuste que sobreviniese a la colectividad indgena

si los

testamen-

tos que el indio hace segn sus circunstancias y costumbre fuesen


declarados nulos. La testamentacin indgena debera ser analiza-

da por

la legislacin

y reglamentada de acuerdo con las circunstan-

cias de la vida de los naturales.

Jos Antonio Encinas dice que

men de

el

indgena desconoce

el rgi-

Desconoce la igualdad de
sucesin de los hijos, perdurando entre ellos el antiguo derecho
de primogenitura por la lnea masculina. En cuanto a la particin de bienes, las que hacen los indios son casi siempre en forma
extrajudicial (**). Todo sto, con otras muchas consideraciones
inducen a Encinas a proponer la creacin de una legislacin tutelar
especial para el indgena.
las leyes respecto a la herencia.

DONACION Y SERVIDUMBRE DE NIOS


Cierro esta seccin con el relato del caso que fu puesto en mi
conocimiento por un inspector escolar del distrito de Cuzco, que
pone de manifiesto los terribles estragos de la miseria en la vida
(*)

Guevara

J. Vctor.

"La Sierra." Nm.

7,

1927, pp. 23 a 24.

Encinas Jos Antonio. "Contribucin a una Legislacin Tutelar


Indgena." Lima, 1918. p. 35.
(**)

115

mi informante, la
medio de la cual los indios entregan sus hijos a los mestizos acomodados de la poblacin cercana al lugar
donde residen, para que sean mantenidos en las casas de stos, a
trueque de una servidumbre que se convierte en la peor de las
explotaciones infantiles. El indio da a su hijo y aun lo vende. Por
lo comn, obra impelido por su terrible pobreza y necesidad, as
como por las exigencias y amenazas de los tinterillos y gamonales.
familiar indgena. Prevalece en la sierra, dice
terrible prctica por

Un

tinterillo ofrece al indio arreglarle su pleito o dificultad a con-

dicin de que

le

d a su hijo o a su hija para

el servicio

domstico.

El gamonal requiere del indio, su colono, la cesin de los nios que

Hay ocasiones en que, por la helada o por


calamidad cualquiera, el pobre indio se encuentra sin qu
comer materialmente, entonces baja al pueblo y ofrece a su hijo
por dos fanegas de maz. El fenmeno se observa en las comunidades ms pobres, en aquellas donde la vida comunal de ayllu se
ha desintegrado, en las comunidades cercanas a algn centro de
poblacin de importancia o en aquellas donde los indios se han metido a litigar en grande y desean aprovecharse de cuantos medios
necesite para su servicio.

otra

estn a su alcance para sacarle ventaja a su vecino. El hecho es

muy comn. Hay gamonales

(pie

cuentan con diez o doce nios,

" lio

y casi no hay familia en el pueblo grande o en


ciudad, que no tenga algunos. Los nios son terriblemente tra-

litos," se les llama,


la

comn. Sufren

mal trato y vituperio de toda la familia. Mi informante me cont de un caso que conoci presonaltados, por lo

el

mente, de un nio que tena dieciocho cicatrices en el crneo, por


de los de la casa. Estos nios apenas

golpes que haba recibido


si

son alimentados y visten andrajos.

donar

la

Cuando crecen

casa donde lian servido; salen hablando

el

suelen aban-

castellano, al-

gunos medio leen y escriben por regla general se vuelven insolentes


y duros con los de su propia raza, alzndose contra ellos. Esta
caracterstica es tan conocida que hay una expresin en quechua
que hace alusin a ella. Se les dice a estos hombres: "Eres bravo
;

como perro de casa grande,


bravo (Huantum huasi tilico
mi ses de

la

servidumbre,

los

el

jia

te

han hecho

los

primeros

visitarn cuando vienen al pueblo y la

cuando pueden,

le

traer comida. Pero conforme

116

cadena

phia)." Durante

padres del indiecito se ocuparn de

lo

ltigo y la

el

madre

tiempo pasa las relaciones se

menos frecuentes hasta que cesan por completo,

irn haciendo

resultado es que ni los padres se preocupan


hija ni ellos saben

mismo de su hogar.

ms

el

del hijo o de la

nada de sus padres y pierden hasta el recuerdo


A veces los nios no pueden soportar los mal-

tratos de su casa putativa y se escapan, regresando a sus hogares,

pero entonces

el

padre, temeroso tal vez de los reclamos, lo llevar

de nuevo a la casa de sus verdugos. Se sabe de casos en que

un

ni-

ha salido cuatro y cinco veces y ha regresado al hogar, siendo


de nuevo devuelto por sus padres a la casa de los amos, hasta que,
al fin, el nio se fuga, pero no se ir ms a su casa sino que tomar

se

la

vida por su propia cuenta.

tivamente

la

en la ciudad donde han vivido

menos,

Cuando

los "cholitos'' dejan defini-

casa de los amos, se incorporan a la vida del pueblo

tal vez,

en

son mestizos en todos los aspectos,

de la sangre. Se casarn o entrarn en concu-

el

binato con gentes de su clase y se hacen parte del pueblo bajo.

Es

claro que esta prctica contribuye a la incorporacin del indio, pero

vase a qu costo
del hogar

La familia indgena

han desaparecido,

el

se

ha deshecho,

los vnculos

hijo se vuelve contra los suyos

se

convierte en su peor enemigo, el blanco se acostumbra a tener es-

clavos a su servicio y los hijos de la casa crecern viendo la vejacin diaria que reciben los nios siervos a manos de sus padres, lle-

gando a formarse la idea de que aquellos infelices son seres


res a los que tambin ellos tienen derecho de humillar.

6.

EL

inferio-

INDIO Y LA TIERRA

EL PAISAJE RURAL POR JAUJA

En
el

el valle

de Jauja, uno de los

centro del pas,

el

ms amplios de

la

sierra, en

paisaje rural, eminentemente indgena, es en-

cantador. Las chacras de indios y de cholos ocupan todo el valle. La


habitacin del indio, granjitas bien cuidadas, salpican la pradera
;

los predios estn

las

ms de

separados por leves

filas

las veces sin lindero alguno,

de eucaliptos o cabuyas,

porque

el

indio no necesi-

ta de cercas para conocer sus propiedades o para respetar las del

Las parcelas, chacras, como se dice en todas estas partes,


son de breve extensin, desde una yogada hasta ocho o diez. Yogada
o yuntada es la tarea de una yunta de bueyes en el da, ms o me-

vecino.

117

Chacras cerca de Huancayo.

nos,

un

tercio de hectrea. El rgimen de lluvias de esta zona es

de noviembre
invierno

La

brados.

mayo;

la altura,

junio y julio)
tierra est

Los cultivos de

est ircol.

las

como de

tres mil metros,

primorosamente trabajada,
la regin son.

maz, papas, trigo, cebada

y.

y en

el

heladas suelen perjudicar los sem-

en

el

se

abona con

orden de su cuanta

en menor cantidad, alberjas, qunua.

babas, frjoles, ollcos, ocas, mshua, cebolla, col y lechuga. El maz


septiembre, se cosecha en mayo; las papas tienen

se siembra en

igual estacin, mientras que

el

trigo se planta en

noviembre para

cosecharse en julio. La mayor parte de estas gentes son pequeos


propietarios, casi todos poseen algunos animales domsticos, des

verdaderamente caseros: gallinas, cerdos, cuyes y


conejos. Casi todos tienen algunas ovejas, de cinco a diez, los ms

de luego,

los

pobres; algunos contados ricos, hasta trescientas.

No

falta la ter-

ni el asno y muchos tienen yuntas de bueyes. Por Huancn y


todas las parcialidades del Suroeste de Huancayo, en cada chacra

nera

se erige

una guarida para abrigo de

la noche.

118

los qxie cuidan

el

ganado

pol-

LOS CAMPOS POR HU ANTA

En

el

valle de

Huanta

el

indio cultiva casi exclusivamente el

maz, que emplea nicamente para su propia

alimentacin. Las

chacras estn primorosamente cultivadas. En los linderos de los


cortijos hay algunos eucaliptos, capulines, magueyes o nopales; muchas de las casitas tienen algunas plantas de jardn y, de cuando
se ve una higuera y, ms raramente au, un rbol de

en cuando

durazno. Todo

el valle

parece admirablemento apto para los fruta-

pero decididamente la fruticultura no es de la aficin de los


peruanos de la sierra. En este valle, de unos 2,500 metros de ele-

les,

caa de azcar, todava muy raquaos para madurar;


emplea exclusivamente para la preparacin del aguardiente

vacin, principia a cultivarse la

tica y de tardo crecimiento, necesitando tres

se le

y no es un cultivo indgena es de mestizos o de blancos.


En toda la quebrada del Vilcanota, que es donde se asienta, en
parte, el departamento de Cuzco, la agricultura corresponde exac;

tamente a la del tipo de caada. La quebrada es estrecha en su


comienzo, pero se ensancha poco a poco y cuando llega a la Capital Imperial, el valle es amplio, si bien irregular siempre. El cultivo

ms comn en

pas se disputan

el

las tierras de fondo


segundo lugar.

es el

maz;

el trigo

y las pa

LA PUNA

Puna, que es la zona floreal ms elevada de


metros hacia arriba, forma el asiento de la
poblacin ganadera. Los indgenas, como ya se dijo, viven en estancias, no son, por lo comn, propietarios libres sino colonos de

La regin de

la

la sierra, de los 3,800

haciendas, pero todos ellos, hasta donde el clima lo permite, cultiva-

rn en torno de sus viviendas tanto como puedan

generalmente un

poco de papa, trigo o qunua. Los cultivos son raquticos a causa


de las dificultades mismas que

el

clima ofrece a la vegetacin.

INSTRUMENTOS DE LABRANZA Y METODOS DE CULTIVO

Los instrumentos de labranza que el indio emplea, son de lo


el arado de pie (chaqui-taclla) , que sirve para barbechar los terrenos duros; se maneja con las manos y se le da fuer-

ms primitivo:

119

120

za con

el pie,

mayor profunha sustituido al

a fin de que la pala o reja penetre a

didad. El arado de palo con reja de fierro, que

arado con correas, instrumento imperfecto que apenas penetra en


el suelo unos quince o veinte centmetros. La racimna, azadn de

mango

corto y hoja pequea de ngulo muy cerrado que se emplea


La hoz comn y corriente se usa tanto para cortar

para desyerbar.

ramas cuanto para segar,

es

implemento importado de Inglaterra

por lo general. El machete, la barra,

el pico y la pala, son implementos menos frecuentes pero tambin conocidos. En ningn pueblo hay carros ni carretas. La rueda es enteramente desconocida
en las comunidades indgenas de la sierra.
Segn la caracterstica del indio en todas partes, su dedica-

cin tradicional a la agricultura y su

amor

ancestral a la tierra,

han hecho de l un devoto y perfecto trabajador, casi un artista. La


costumbre del trabajo colectivo es usual en todas partes. En estos
rumbos se llama ame, que quiere decir prestacin de servicios, servicio que ser devuelto en igualdad de circunstancias. Es costumbre que, aun tratndose de las chacras diminutas de los pequeos
propietarios, se junten cuatro o cinco vecinos para trabajar en
una, haciendo por turnos las labores en todas. Parece que hay dos
clases de servicios prestados, el tutapay, que es el servicio que presta un indio a otro, en la madrugada, en las labores agrcolas y
que ser devuelto en igual forma, y el mmcay (minea o minga), que
quiere decir, literalmente, suplir con carcter de devolucin o re-

muneracin, pagar a una persona que vaya a desempear la prestacin que uno debera hacer. En el Ecuador, por minga se designa
en general la prestacin mutua de servicios con labor colectiva.

LA ACTITUD ANIMICA DEL INDIO HACIA LA TIERRA

Francisco Pastor, en su admirable artculo "El Indgena del


Per," que he citado, dice, hablando de la actitud anmica del indio
hacia la tierra, que

el

agrarismo del indio es una especie de relimaternidad terrestre.

gin, siendo ancestral en l el concepto de la

"La raza autctona est ligada

al

Ande por

el

cordn umbilical

de su propia alma." Actualmente, la divinidad concreta y definida


es la Diosa Tierra, Mam-Pacha. Xo es la divinizacin de la tierra
material, es

ms

bien una concepcin espiritualizada del principio

121

Los animales son criaturas queridas.

creador csmico.

La cumbre

alta e inaccesible, la cuesta, la apa-

cheta o montculo desde donde puede saludarse

el

poblado, son

todos divinos. Las semillas de algunas plantas y el feto de ciertos


animales predilectos son personificaciones divinizadas de la facul-

tad fecundadora,

mximo

atributo de la tierra. Al abrirse

el

surco

para iniciar el sembrado, el indio musita una oracin. La tierra


hace beneficios o maleficios, ennoblece o pervierte a los hombres,
determina el sexo de los fetos o hace estriles por castigo a las
mujeres. Los ganados son criaturas queridas de Pacha, merecen

supremo

respeto, son Intocables.

en efecto, religiosamente

ceno, hacia

la

el

La comunidad indgena conserva,

culto hacia

turaleza, al valle, a la quebrada, a la


dil,

la

vega fecunda, Inicia

que se rinde a
puna inmensa y dura,

cordillera sombra. Este culto

est concretado en la adoracin

la

el

na-

al re-

ms o menos imprecisa pero

trascendente de Mam-Pacha. "Las supervivencias de este antiqu-

simo culto, dice Castro Pozo (*), estn ntimamente relacionadas

(*)

122

C.

Pozo Hildebrando,

ob. cit. p. 199.

123

con

el

que se prodiga a

los muertos,

actualmente est comprendido

en su totalidad en las fiestas de San Juan, Santiago y carnestolendas, pocas en que el rebao se ha reproducido totalmente y hay
necesidad de sealarlo, as como tambin en
flore de tierras, cinagas o lagunas."

el

rompimiento o

El culto de

montes, de la naturaleza, en suma, de la

des-

y de los
misma Mama-Pacha, amolos valles

rosamente prdiga y sorprendente, encuentra expresin en los ritos


de la apacheta, montculos de piedras que van formndose con la
ofrenda del caminante en las cumbres de los cerros y recovecos del
camino. Al acercarse a la apacheta los indios, con la mayor reverencia, extraern de su chuspa o bolsn

unas cuantas hojas de coca,

planta maravillosa y sagrada, y, con una oracin, las arrojarn


a la apacheta. Esta veneracin del indio por la tierra determina un

la

vnculo bien distinto del que con

misma

el

suelo

forman

los otros

hombres.

no com
prende ni ha querido comprender jams lo de "tener derecho" a
la tierra. El agrarismo mstico y sentimental del aborigen parece

La

tierra es la vida

del indio y, por lo tanto, ste

estar en oposicin diagonal al criterio agrario jurdico que ha im-

puesto en

el

Per

la cultura europea.

REGIMEN DE LA PROPIEDAD EN TIEMPOS PREHISPANICOS

Est ya apuntado
inca, la divisin que de

rgimen de las tierras que instituy

el

ellas haca en tres partes: las destinadas

al

el

sostenimiento del culto, las tierras del inca o del Estado y las del
pueblo. El fundamento ideal o jurdico de este rgimen era que el
dominio eminente de la tierra perteneca al imperio representado
el inca, lujo del sol y de dios. Las distribuciones se hacan anualmente, pero por costumbre furonse dando los mismos lotes a determinada familia, de modo que la posesin no interrumpida de las

por

parcelas vino a constituir una nueva "tapa en

propiedad territorial:

la

la

evolucin de la

propiedad familiar. El transcurso

del tiem-

po acentu los caracteres de la propiedad familiar: a la muerte del


jefe de la familia se conservaba el dominio de la tierra adjudicada
V se divida

la

parcela entre los herederos. Se esbozaba ya

el

dere-

cho hereditario, caracterstica principalsima de la propiedad primada. Los repartos le tierras durante el imperio establecan deter-

minadas diferencias y distinciones


124

a favor de los curacas y personas

principales a quienes

soberano premiaba adjudicndoles tierra

el

que vena a constituir una especie de propiedad privada de dominio


familiar, usufructada en

comn

sin ser susceptible de participa-

cin por herencia y de ser enajenada, pero de todos modos,

germen de propiedad privada. Las

un

tierras de los caciques, curacas o

nobles, llegaron a ser, por lo tanto, las

formas ms fuertes de

la

propiedad familiar. Con ellas se enfrentaron, desde aquellos remotos tiempos, las

dos fuerzas que se lian venido disputando la tierra

el Per, el individualismo y el feudalismo. El feudalismo quechua arranca de las prerrogativas del inca y de los favores que

en

ste concedi a la aristocracia.

Abelardo Solis

hace una impor-

(*)

tante comparacin entre el rgimen territorial azteca y el inca, hacia la

poca en que llegaron los espaoles

Entre

los aztecas las

prerrogativas para la aristocracia eran, por lo comn, resultado

de la guerra, eran reparto de botn; con los incas


botn,

el

reparto, conquista y expoliacin,

existi

el

elemento de

tambin, pero

en menor grado y en forma menos sistemtica, Por esto fu que a


la

venida de los espaoles, en Mxico se haba ya consolidado la

propiedad feudal y por ende la privada, mientras que en el Per


apenas incubaba la propiedad familiar de los caciques. En resu-

men, durante

el

perodo incaico el rgimen de la tierra poda resu-

mirse en esta forma:

1.

Dominio

til

por la comunidad de las

tierras laborables con la distribucin peridica,

simulada muchas

Este derecho era una concesin del emperador.

veces.

obligatorio en

2.

Tributo

forma de laboreo y guarda de productos de las

rras asignadas al inca y al

sol. 3.

tie-

Posesin en comn de los terreCultivo, mediante mitimaes, de

nos de pastos, aguas y bosques. 4.


lotes de tierra sealados dentro de los trminos de una localidad

para beneficios de otros pueblos.


liar,

5.

Propiedad

particular, fami-

proindivisa e inajenable, asignada a los curacas y principa-

les (**).

(*)

Sols Abelardo.

"Ante

el

Problema Agrario Peruano." Lima, 1928.

p. 228.

(**) Valdez de la Torre Carlos, ob.

cit., p.

49.

125

REGIMEN DE LA TIERRA EN LA EPOCA VIRREINAL; EVOLUCION


DEL CONCEPTO DE PROPIEDAD

La bula papal de Alejandro VI (mayo de 1493)

sancion la

apropiacin, por parte de la corona espaola, de las tierras conquistadas en Amrica. Esta declaracin determin la base jurdica
de la ocupacin. La corona se sustituy de hecho y de derecho al

estado indgena. Las tierras que haban sido consideradas como


del inca y del sol vinieron ahora a ser consideradas como vacantes

perteneciendo ya a la corona, podran ser distribuidas por el


Adelantado, entre los espaoles y los naturales, segn su criterio

y,

o antojo.

Durante

los

primeros aos de la colonia

vindicaron sus derechos sobre las tierras que

el

muchos

indios

rei-

inca les haba qui-

tado o que haban sido destinadas al sol y al inca, y, aunque estas


tierras fueron declaradas vacantes y propiedad de la corona, los

que se entablaron entre los propietarios originarios sobre


dieron por resultado que se convirtieran algunos de
aquellos fundos, desde muy al principio de la dominacin, en propiedad particular e individual. La encomienda surgi como una
especie de propiedad particular, si bien nunca fueron en rigor los
latifundios de la propiedad privada del encomendero, pues la corona las adjudicaba tan slo por dos vidas y las readjudicaba a
los deudos del encomendero o a una persona extraa a ellos. De
todas maneras, al amparo del rgimen de encomiendas se extendi
profusamente la propiedad individual de las tierras, se constituy
el latifundio, de modo que. para cuando desaparecieron las encomiendas, a mediados del siglo XVIII, el rgimen verdaderamente
litigios

la materia,

feudal de los latifundios las haba reemplazado.

Las reglamentaciones, que insistentemente pedan

los indios, de

que eran de ellos, qne el inca les haba quitado, infructuosas y todo, no dejaron de provocar un paso definitivo en el
concepto de la propiedad y en el rgimen de la tierra. La colonia
acab por reconocer como ttulo bastante para la dotacin de tielas tierras

rras comunales, a los habitantes de una reduccin, "la posesin

quieta y pacfica" que los indios hubiesen tenido de la tierra. Estas


(ierras se repartan (ida tres aos. Con el tiempo los repartos lle-

garon a ser nominales y las parcelas vinieron a ser propiedades


familiares heredables. Se ordenaron las ''composiciones" y la co126

lonia acab por reconocer


tierras

De

''compuestas."

que haban conservado


0 el

el

totmico, quedaron

el

pleno dominio de los indios sobre las

modo, dice

este

Sols,

aquellos ayllus

vnculo territorial

ms que

investidos con la

personalidad jurdica

el

sanguneo

que la colonia lleg a conceder a las comunidades. Para dar mayor


comunidades se instituyeron las reducciones, que fue-

relieve a las

ron los ncleos de las nuevas poblaciones. Las comunidades indgenas de hoy, como ya se dijo en otra parte, fueron el resultado de
reduccionista del virreinato. Las reducciones estuvie-

poltica

la

ron prolijamente reglamentadas: comunidad de aguas y montes y


aislamiento de los indios; se reconoci, como se ha dicho, el pleno

derecho de los indgenas a las tierras que hubiesen tenido antes;

en caso de no ser posible que los naturales conservasen sus tierras


originales, se les adjudicaban otras; se procur proteger a las co-

munidades de los abusos del rgimen latifundista, ordenndose que


solamente pudiesen vender tierras con licencia de la Eeal Audiencia, etc.; se invisti de capacidad jurdica de corporaciones a las
comunidades, dotndoselas de un verdadero derecho pblico. Dentro del

rgimen de tierras comunales de

las reducciones, la con-

gregacin quedaba como usufructuaria del suelo pero tena derecho a l; era propietaria; exista, pues,
el

dominio

til.

La comunidad no

merced, saba que era propietaria de

La misma

el

dominio eminente y

crea que sus tierras fuesen una


ellas.

poltica virreinal hizo la creacin de las tierras p-

y el propio: el ejido, campo cercano a los pueblos,


haba de conservarse como base territorial para su futuro creciblicas; el ejido

miento, para que aun cuando "creciera la poblacin, siempre que-

de bastante espacio para que la gente se pueda recrear y salir


los ganados sin hacer dao." (Ley XIII. Ttulo VIL) Como el
crecimiento de los pueblos no tuvo lugar, a causa de la disminucin
el ejido qued desvirtuado de su finalidad original y se le convirti en terreno comn para el pastoreo
del ganado. Los propios fueron tierras para el sostenimiento de los

de la poblacin indgena,

municipios.

En

tierras pblicas
res
la

las reducciones

ya anotadas,

para las casas de


iglesia

catlica,

o concentraciones, a

ms de

las

se hicieron repartimientos de sola-

los espaoles

y de las tierras adjudicadas a

como bienes de

capellanas,

cofradas,

obras

pas, etc.

127

De

modo fueron creadas

este

las chacras de

comunidad, para

fomento de las comunidades; sus productos serian para aliviar la


situacin de los pueblos, deberan ser trabajadas por la comuni-

dad, los sobrantes de los productos podran venderse, ingresando

fondos a la Caja Comunal. Con

los

el

tiempo estas chacras de

munidad fueron arrendadas a espaoles, a congregaciones


sas o

co-

religio-

bien, puestas a disposicin de la iglesia, quien las conser-

vaba por su cuenta y las daba a trabajar a las cofradas, etc. A la


larga estos terrenos llegaron a ser conceptuados como de propie-

dad

eclesistica, constituyendo las

ahora llamadas tierras de

co-

frada, capellana, etc.

En
lleg a

resumen, la poltica virreinal relacionada con las tierras,

formar cuatro clases de propiedad

las tierras de propiedad

individual: las tierras comunales de repartimiento peridico, ten-

diendo a la individualizacin

las chacras de

comunidad y

los eji-

mismo de

la con-

dos y tierras de pastos.

Durante

el

perdo colonial y debido al hecho

quista y a las instituciones que las ordenanzas virreinales crearon,


el

concepto de la propiedad de la tierra sufri una significativa

evolucin que reconoce las siguientes etapas:

1.

Institucin

propiedad de las comunidades indgenas en las cuales

eminente que perteneci

dominio

til.

2.

al

Formacin

el

de la

dominio

Estado quechua

se

identific con el

y desarrollo de

la

propiedad indivi-

dual agraria, por reparto a espaoles de las tierras del sol y del
Extensin anainca. Constitucin de los grandes latifundios. 3.

ltica del derecho de propiedad privada pro-indivisa, a la propiedad


colectiva, en la adjudicacin irreversible de las tierras a particulares,

por

la

monarqua espaola. Igual aplicacin de normas

jur-

dicas sobre propiedad privada pro-indiviso a la propiedad colectiva


indgena.

4.

Institucin

de

la

propiedad pblica; tierras de las

comunidades, ejidos, propios, tierras eclesisticas y tierras baldas


de la corona. 5. Propiedad privada: pequea propiedad agraria

(escasa e inestable) y
latifundio.

128

la

gran propiedad expansiva y absorbente:

el

REGIMEN ACTUAL DE TIERRAS EN LAS COMUNIDADES

En

su obra ya citada, Castro Valdez (*) seala seis Categoras

o modalidades de la propiedad de las tierras en las comunidades


que actualmente existen en el Per. Tales categoras deben ser
consideradas en relacin con los diferentes tipos de comunidad exis-

que fueron enumeradas y caracterizadas en La seccin resde este captulo. Las categoras son: 1. Absolutamente
privada, gozando el dueo pleno derecho. Reconoce un doble origen: composiciones durante la colonia y reparto durante la Repblica (Cuzco, Piura, Ticaco, Puno, Ayarcucho, provincia de Canta,
Propiedad colectiva de reparto peridico, con
Jauja, Acancho i. i'.
tentes,

pectiva

tendencia a la individualizacin por asignaciones sucesivas a la

misma persona,

o por repartos

ms

brantas, de segunda calidad por

menos

comn

virtuales. Tierras la-

Ayacucho, proTaima, Pasco). 3. Propiedad colectiva de tierras


aun no cultivadas, ya porque no son necesarias de momento, ya por
no contar con medios para su explotacin. 4. Propiedad colectiva
lo

vincia de ('anta.

(('uzeo.

ejercida por las cofradas, de terrenos laborables dedicados a la

celebracin de fiestas. Por lo

comn

asignadas originariamente a

rras

Jauja

i.

o.

se

las

han fusionado con


parroquias

las tie-

de

(provincia

Propiedad colectiva, de tierras labrantas que se arrien-

dan, obteniendo una renta que ingresa a la Caja de la Comuni-

dad (Pasco).

G.

Propiedad

colectiva de tierras de pastos, por lo

comn no parceladas (Cuzco, Puno, Ayacucho, Huarochiri,

pro-

vincia de Jauja, Taima, Piura).

Tal es

la

presente y en
colonia.

La

resea de las relaciones del indio con la tierra, en el


el

pasado. La resea de

lo

pasado termina con

la

relativa a los tiempos de la repblica hasta nuestros

das se completar en el captulo que trata del problema de la


tierra,

del latifundio y del feudalismo. All hablaremos tambin

de las vicisitudes y de las variaciones que ha sufrido el concepto de


propiedad en el siglo de vida independiente y de los cambios que se

han operado en las comunidades indgenas en relacin con sus


rras, durante ese importante perodo de la vida nacional.

(*) Castro Valdez. ob.

cit.,

tie-

p. 164.

129
El Indio Peruano.

Tejedora del Titicaca.

7. INDUSTRIAS Y

OCUPACIONES DOMESTICAS

CASOS OBSERVADOS EN EL VALLE DE JAUJA

Los comuneros de La Punta no

se dedican

lodos al tejido:

algunos ejecutan trabajos por encargo o fabrican artculos para


el mercado: fajas, mantas, jergas. Los telares son de dos tipos: el
de pi para las jergas y el de mano para los ponchos, mantas y
que tiene la urdimbre tendida sobre dos barras de palo que

fajas,

sirven de cabezales, sujetas, la de un extremo a un tronco y la del

Hay gentes que tejen con agujas esy manufacturan medias y camisas. Los tejidos son generalmente de lana de oveja, llama o alpaca. Los muy finos son

otro, a la cintura del tejedor.


tilo crochet,

estambre de lana deshilado. Ln esta comunidad se ha implantad/) ya la divisin del trabajo: hay albailes j
carpinteros de oficio, tejedores y sastres: hay tambin un zapatero
y un herrero. En la ciudad de lluancayo, las familias mestizas se
dedican todava al tejido de sus propias mantas, o bien preparan
de 'merino." que es

130

el

la

urdimbre, asegurando de esta manera


los cdldics y, en

jas,

para que termine

cierto sentido,
tarea.

la

Como

las

la

disposicin de las fian

dan al indio
manas son todas de franjas

el

diseo, y las

multicolores, al hacer la urdimbre

(el piel con los hilos de diversos


queda determinado el colorido, porque la trama es blanca.
Adems, es costumbre de la persona que encarga la obra, iniciar
en la urdimbre misma el tejido, puesto que de la manera como se
entrelaza la doble tanda de hilos que constituye la urdimbre en
casi todas las telas de lana depende el diseo o labor resultante.
En Huancn, parcialidad cercana a la capital de la provin-

tintes,

no tejen las gentes. Todava se hila la lana, pero terLa ocupacin ms comn de esta
parcialidad, a ms del cultivo del maz, es la curtidura, para ha-

ya
minado
cia,

easi
el

hilado se da a tejer.

cer suelas.

Muchos de los indios del valle de Huancayo van a trabajar a


minas por temporadas ms o menos largas y con ms o menos
regularidad. El jornal que perciben este ao es de dos soles diarios.
Estos trabajadores regresan a sus pueblos tenazmente. Durante el
tiempo de laboro en las minas, las mujeres que se quedan en casa,
atienden el cultivo de las chacras y las otras ocupaciones domslas

ticas.

INDUSTRIAS CASERAS EN HUANTA

En

que circundan a Huanta, desarrollan los


nativos bien especializados actividades industriales con fines comerciales. Todas las gentes son agricultores, pero practican tamlas parcialidades

bin las pequeas industrias. Las

ms generalizadas son

la curti-

dura, la sombrerera, el tejido y la zapatera.


Tejidos. Se compra la lana en el pellejo fresco, que se esquila,,
lavndola en seguida el cuero se vende despus, fresco, o bien, se
curte en casa. En estas parcialidades no abunda el ganado lanar:
:

la

industria textil se desarrolla particularmente en las comuni-

dades de

la

puna, donde hay grandes rebaos.

La gente

del valle

hila y teje, tanto para el uso, cuanto para la venta. Se manufacturan jergas, frazadas y ponchos, mantas y medias. Hay lugares don-

de se tejen camisas al crochet. En Ayacucho, ciudad distante unos


50 kilmetros de Huanta, hay un barrio, Cochopata, habitado casi
exclusivamente por tejedores. Se hacen frazadas gruesas, acordo131

132

Las telas de Maximiliano Gutirrez.

nadas, de colores alegres, rosa, verde, amarillo, combinados en diseos geomtricos que representan animales y figuras humanas
estilizadas. Estas frazadas, de magnfica calidad y tamao ms que
regular, se venden en el mercado de 4 a 10 soles. Los tejedores hacen tambin medias, bayeta, jergas y casimires. Visit el taller de
Maximiliano Gutirrez y me qued pasmado al ver la calidad y

hermosura de sus paos, frazadas y mantas, tejidos todos en


res de pie

puede, la
sas,

muy
tifie

primitivos. Este artesano


la teje.

en gran variedad.

Hace

Me

compra toda

la

tela-

lana que

telas de diseo semejante a las ingle-

dijo que

cuando ve

el traje

de algn "ni-

o" (caballero) se fija mucho y despus, a fuerza de acordarse y


cuenta que cuenta los hilos, reproduce el casimir en su telar. El
dibujo y color de algunas mantas que tambin ha hecho son extraordinariamente bellos y el acabado de la tela parece inmejorable.
Las medias son tambin artculos de gran produccin. Hay unas

muy

toscas, con el taln

derse al golfista

ms

mal hecho; en cambio otras podran venTodas las medias son de color blanco

exigente.

crudo, con labores a color, en listas circulares o en franjas de pequeos dibujos geomtricos. Algunas de las decoraciones revelan

133

En Ayacucho hay comerciantes cholas que compran


a los indios sus manufacturas para la reventa. Casi toda la produccin es controlada de este modo, pero no son raros los casos de
nativos que venden directamente lo que ellos mismos producen. El

gusto exquisito.

giro de textiles es de los

ms importantes en

esta regin, no obs-

tante que el ganado lanar no abunda en la zona de Ayacucho. pues


las llamas y las ovejas no son propiamente de esta altura. La lana
viene de las punas

en

la

mayor

parte,

como ya

se dijo.

Sombrerera. La industria existe como ocultacin estrictamente casera

de un solo individuo, mejor dicho, de una sola familia, que

desarrolla todo el proceso de manufactura, desde la compra del velln hasta el

acabado del sombrero. La mujer

la plaza la mercanca, para su venta.

se

encarga de llevar a

Lavada cuidadosamente

la

lana, hirvindola con jabn, para extraerle la grasa, secndola y

desmenuza en el proceso que se llama


de una cuerda tendida en un curioso y rudimentario instrumento llamado arco. Es efectivamente un
gran arco de un metro y medio de largo, con dos cabezadas, de cuyos
extremos queda tensa la cuerda de camo grueso, que se hace vibrar repetidamente al golpe de una barra de madera que tiene la
forma de una mancuerna de gimnasia. El floreo se efecta en un
rincn de la habitacin. Poniendo -el arco de costado se hace vibrar
la cuerda junto al montn de lana, de modo que al recibir los mechones el golpe vibratorio del latiguillo, vuelan las fibras desmenuzadas y rail amontonndose en un ngulo de la pared. Se forma
un velln esponjoso y sutil con el (pie se liar, aadiendo algunas
sustancias gomosas, el fieltro. El fieltro se prepara en un pequeo
horno de adobe con fogn en la parte baja y con una parrilla de
ladrillo, sobre la que se invierte '<n casquete de cobre, en el que se
pone Ja pasta de velln, almidn y materias gomosas (pie a tuerza
de humedad; presin y calor, se aglutinan hasta formar el fieltro.
exponindola

al

sol,

se la

"florear," con el golpe repetido

B] sombrerero se encarga de todo

el

proceso: lava

forma

la

lana, la des-

penosamente, por la
menuza, hace
el sombrero
lo seca al sol, le pone tafilete y, finalmenJalla de instrumentos
T
te, lo vende. l u operario (pie entrevist me dijo (pie compra la salea
de borrego, fresca, en 2.40 soles, (pie una vez quitada la lana, vende
el cuero por -0 centavos. Del velln de una salea puede hacer dos
el

fieltro,

sombreros glandes, que vender a 1.60

134
9

soles,

y que larda en hacer

135

dia y medio. Al valor de la lana hay que aadir

almidn,
los

el

de la goma y

el

de la tinta, carbn para calentar la plancha, y

dems pequeos avos

del sombrero.

de estos datos con precisin, pues

No pude

el

el

de

obtener ninguno

los indios tienen

una idea muy

vaga de todas estas cosas. Creo, sin embargo, que la ganancia que
este operario saca del trabajo de dos das no

ha de ser mayor de

0.73 centavos.

En

Curtidura.

esta industria trabaja el

gla general, recibe la ayuda

ele

hombre; pero, por

re-

sus familiares: la mujer se encarga

de comprar los cueros, de proveerse de curtiente y de vender las


pieles ya curtidas. Lo que ms se curte es el cuero de res. para
hacer suela, y

de borrego, para cabritillas. Se compran las pie-

el

les frescas, se les

pasa despus a

pone

la

cal,

remojar en agua comn y corriente, se les


para la depilacin, y luego se les rellena

de corteza curtiente, conservndose hmedas;

un tanque, con

el

mismo

se

ponen despus en

curtiente; a su tiempo se raspan con

una

piedra o con un hueso en forma de cuchilla: despus se lavan y se

ponen a secar al sol. El proceso tarda como catorce das para un


res. La materia curtiente ms usada es la corteza de tara,

cuero de

una leguminosa, acacia probablemente, que abunda en la regin;


rbol de tronco duro, cou tendencia a formar mogote y de follaje
lustroso.

Zapatera. Esta ocupacin est menos generalizada en la


gioia

hombro es el artesano, la mujer la comerciante ser


quien, por lo comn, compre los materiales y es ella siempre

lidades. El
ella

re-

do Huanta, pero tambin es caracterstica de algunas parcia:

quien lleva a vender los zapatos a

la plaza.

El calzado que se pro-

duce en mayor cantidad es el de mujer: zapatillas de cabritilla o


vaquetilla muy delgada, de tacn bajo y suela gruesa. Los cortes
son de dos piezas, unidas por los lados.
la suela: en otros, tanto sta

como

el

En algunos

talleres vi coser

tacn van estaquillados. El

zapato es todo del llamado de pacotilla. Los zapatos se venden con


las suelas sin pintar, no llevan forros de

ninguna

(dase.

Hay

cal-

zado un poco ms fino y mejor acabado, tanto para hombres, como


para mujeres, segn puede verse en los mercados pero esta manufactura es

136

ms

bien de mestizo (pie de indios.

137

DATOS SOBRE LA INDUSTRIA CASERA EN GENERAL

En

los prrafos anteriores

he hecho el relato de observaciones


que yo mismo recog, sobre las actividades domsticas
de los naturales del Per. Me propongo ahora completar el apunte
con datos sacados de escritos y de otras f nenies de informacin.
aisladas

ndutrias agrcolas.

Xo

tengo que hablar en este punto

actividades relacionadas con

el

ele

las

cultivo del suelo propiamente di-

cho; de ellas se habl ya en la seccin del Indio y la Tierra. S he


de mencionar algunas pequeas industrias agrcolas ms: fabricacin de chuo, utilizacin del ganado para la lana, la carne y

la

leche y el molido de harinas.

El chuo es

la

papa

seca,

que

se

consume en grandes cantida-

des por la poblacin indgena del Per y aun por los mestizos. Hay
dos clases: el negro y el blanco. Es ms apreciado ste que aqul.

Para hacer

el

chuo negro escgense las papas,

se llevan a

un

sitio

despejado, en parte alta, se humedecen y se dejan a la intemperie


varios das, cuidando al principio de que durante el da no les pe-

gue

el sol.

Cuando ya estn bastante congeladas,

Haciendo Chuo.

138

lo

que se conoce

arrugado de

la

pisan para facilitar

la

por

lo

cascara y la cristalizacin de la pulpa, se


deshidratacin y se continan congelando y

durante algunos das. Cuando la papa queda bien


en trojes de totora, secas y abrigadas. El chuo
almacena
seca, se
blanco se hace de unas papas especiales, que se echan a remojar

oreando

al

sol

durante algn tiempo

la

sombra, y que se pisan cuando se han


el jugo amargo de la pulpa, Se las

reblandecida para extraerles

congela despus, llevndolas a

la

cumbre una noche bien

fra, se les

exprime todava ms

el jugo y se dejan a la intemperie expuestas


heladas nocturnas, hasta que toda la pulpa queda convertida
en una masa de polvo blanco. Las dos clases de chuos se comen en
potajes y en sopas y a veces en confitura. Castro Pozo calcula que

a las

probablemente

el

50% de

la respetable

produccin de chuo en

Pr, se prepara en las comunidades indgenas.

y ollucos, tubrculos semejantes

papas o a

a las

Las

ocas;

el

mashuas

la yuca, se tratan

de manera semejante.

La industria ganadera entre los indios es ele cuanta. Vanse


comunidades cuzqueas. El ganado ove-

los datos relativos a las

juno predomina, pero en las regiones altas y fras, las llamas y las
alpacas constituyen tambin muy importante elemento. La lana,

que

es,

como

tftLglu del

se anot en la seccin de geografa, un importante


comercio exterior del pas, es a la vez la prim-ipal ex-

plotacin para aprovechamiento local del indio,- pues

ponchos, mantillas, frazadas

las

ropas,

sobre todo, las alforjas y los pellones y hasta los cordeles, son tejidos de lana. Las vicuas, animales salvajes de la familia de la llama, de lana finsima, las visy.

cachas y chinchillas, pequeos animales- de la puna, de pelo delicadsimo, tambin contribuyen en proporcin a la industria textil
o peletera del indio serrano.

Las llamas se esquilan cada dos aos;

su lana es usada para ponchos y para cuerdas. Ms que todo,


pues, aunque sn capacidad
se emplea este animal para la carga
;

es reducida, de

transporte

para

el

el medio de
solamente sirven

40 a 50 kilos, los atajos de llamas son

ms generalizado en

la

sierra. ']So

traslado de pequeas mercaderas de un pueblo a otro,

sino para la carga de minerales en los fundos mineros.


ra

La

arrie-

base de llamas, especialmente en un pas de malas comu-

nicaciones y difcil topografa

tuye un importantsimo

como

elemento

es la sierra peruana, consti-

en la economa

regional de la

139

poblacin y tambin viene a ser ele importancia para las grandes


industrias mineras. Hay dos clases de arrieros: el camunero, que
se dedica al acarreo de minerales o de productos agrcolas,

el

arriero yanacona, qne sirve en las haciendas.

La

ganado tiene que ver tambin


en los pequeos centros de poblacin de la sierra; son
ellos los que traen para la venta los animales descuartizados, o
con

utilizacin de la carne del

el indio,

bien, la carne seca, el charqui,

para no hablar de las carnitas de

puerco, chicharrones y dems.

Industria molinera. Apenas merece este nombre la que se desarrolla en las comunidades indgenas, pues
las fculas molidas son el artculo

aunque

es cierto que

ms importante de

la dieta de

indios y campesinos, tambin lo es que las harinas se producen, por


regla general, en casa, en pequea escala, diariamente, haciendo el

molido casi siempre en las piedras o batanes que se describieron


cuando se trat de la vida domstica. Sin embargo, es conveniente
mencionar el hecho de que en los ltimos aos muchas de las comunidades indgenas ms prsperas, sobre todo las del valle de
Jauja, han venido instalando molinos en los que se producen harinas de trigo completas, y toda la legin de los otros molidos:

harina de maz, de cebada, de

lnibas, etc.,

tan usadas en la dieta

de la gente serrana.

La alfarera es una industria poco desarrollada enperuanos


del presente, pese a la riqusima tradicin
indios

Alfarera.
tre los

incaica y preincaica.

En

Pucar, regin limtrofe entre

la

altipla-

donde mejor desarrollada la vi:


se producen los utensilios de uso comn y, adems, algo de alfarera ornamental: llamas y toros mechados, floreros y macetones,
muecos y otros juguetes. No es Pucar, naturalmente, el nico
lugar que practica esta industria; hay. por el contrario, muchas
comunidades que fabrican loza, pero la produccin es bien primitiva en cuanto a su calidad y acabado, y tiene que ver con los artculos de uso comn: ollas, tiestos, pocilios y cntaros. Yalcrccl
ha dicho que la tcnica alfarera actual lia variado muy poco de la
de la poca incaica. Casi toda la familia del alfarero toma parte en
la ocupacin. Extrada la tierra, desmenuzada y cernida, se le humedece y se le amasa hasta preparar el barro. Hay ciertas clases
de lozas negras, (pie se preparan tiendo el barro con anilinas o
nicie y la quebrada euzquea, es

140

Tule y paja.

141

con alguna tierra de color, antes de hacer las vasijas. El objeto se


modela con las manos directamente o sobre un molde el torno de
alfarera es prcticamente desconocido. Preparados los objetos se
orean al sol y cuando estn medio secos se decoran, terminando
;

La coccin dura de uno


El engredado de la loza, para vidriarla, es un procedimiento imperfecto y no generalizado.
el

secado se cuecen en pequeos hornos.

a tres das.

Otras pequeas industrias. La cordelera, utilizando las fibras


de varios agaves, semejantes a los mexicanos, que reciben el nombre genrico de cabuya, es ocupacin generalizada del indio serrano. Se cortan las pencas del maguey, se maceran un poco, se machacan para despulpar, se lava la fibra y se seca al sol. Se emplean
procedimientos primitivos para torcer los hilos, muchas veces no se
tuercen propiamente, sino se trenzan. Las cuerdas de lana de alpaca son muy comunes, hechas con verdadero artificio y de un acabado perfecto. Las hondas de este mismo material son tanto objetos
tiles

como

artculos de arte.

La

cestera est

muy

llada y el producto carece de todo valor artstico.

poco desarro-

La totora

emplea para esteras, balsas, sillas y aparejos. Se corta


y se medio seca al sol y despus se procede al tejido.
se

(tule)
el tule

OBSERVACIONES GENERALES SOBRE LA INDUSTRIA INDIGENA

Las actividades industriales

del indio serrano estn todava,

en gran parte, circunscritas a la familia, es decir, constituyen pequeas industrias domsticas. Por lo comn, cada hogar se dedica
a estas ocupaciones, confines de utilizacin particular o bien, para

produccin de artculos comerciales de consumo regional limitado. Se observa sin embargo, que, de acuerdo sin duda con los recurla

clima y otras circunstancias,


ciertas comunidades se especializan en tales o cuales ocupaciones

sos naturales, las materias primas,

el

que llegan a serles caractersticas. Dejando

des agrcola-industriales generalizadas en toda

un lado

las activida-

la sierra,

puede

afir-

ocupacin ms comn y mejor desarrollada es la de


la industria textil, en la que el indio lia alcanzado un notable des
arrollo. La industria tiene dos aspectos: el artstico y el de la pro-

marse .que

la

duccin netamente utilitaria y comercial. Nos referiremos


142

al

pri-

Botes de Totora, Titicaca.

143

Bote de Totora, Titicaca.

lucio en la seccin que sigua

Por lo que respecta al segundo, la


produccin tiene dos fines: la utilizacin personal y el abastecimiento comercial. La indiistria ha alcanzado ya un grado apreciable de especializacin hay ciertas comunidades que'tejen caracte:

rsticamente. Hay, por otra parle, dentro de

que se dedican

al

ido o al tejido.
gentes,

la

la

hilado y otras, de manera


I.a

preparacin de

comunidad, personas

ms

particular, al te-

los hilos es ocultacin

de unas

de las urdimbres, arreglando los hilos convenientemente,

es de otras, y de otras todava la del tejido

propiamente dicho. La

venta de los productos tambin muestra sus especial izaciones y cu


ella

interviene con

mucha frecuencia

en un intermediario entre

el

cholo, que se

el

indio (pie produce y

el

constituye

pblico que

compra.
Las industrias indgenas de

la

sombrerera, de

la

curtidura,

talabartera y zapatera, se han desarrollado cu atencin a las ne-

cesidades locales y en competencia con


estos

144

mismos

artculos,

produccin costea de

la

como resultado de

la

dificultad de comuni-

Charqui.

145
El

Indio

Peruano.

10

caciones entre la costa y la sierra y como un deseo natural de competencia por parte de la poblacin serrana.

La industria sombrerera es de cuanta por el uso generalizado


que se hace del artculo por toda la poblacin peruana. Los sombreros de fieltro, cuya manufactura se ka descrito, no son sino una
de tantas clases los hay tambin de palma y de macora pero stos,
que son para el uso de cholos y mestizos, y no de los indios, por regla general son tambin producidos no por los naturales, sino por
;

los operarios de las otras clases sociales.

8. ARTEFACTOS

Y ARTES DECORATIVAS

El indio peruano es pobre en artefactos y manufacturas artsEn vano busca uno la habilidad peculiar, el mrito especial

ticas.

en los pueblos de la sierra, traducida en artefactos tpicos, tal como


sucede en Mxico. Pero la pobreza es tal vez ms aparente que real.
El genio artstico indgena

ha de buscarse, no tanto en

las comuni-

dades indgenas pinas cuanto en las de mestizos, y entonces se


le ve surgir a cada paso. Los artesanos y artfices de Huancayo.
de Ayacucho, de Cuzco y de tantos otros centros ms, mestizos en
su mayora, apenas ocultan su parentesco indio: hablan un castellano cuatrero y en sus modales revelan en cada detalle al aborigen.

Son todos humildes trabajadores y

artistas inconscientes. Sus pequeas tiendas son bazares de toda clase de artefactos, sencillos y
maravillosos a la vez. Hay plateros que fabrican encajes de plata

cu filigrana, tejedores de mantas y bayetas, fabricantes de instrumentos musicales, costureras de vistosos trajes de cholas y de in-

Las tiendas estn pictricas de tapetes y zaleas y ponchos


indgenas de variados matices e intrincadsimos dibujos; de fajas

dias.

y mantas como finos sarapes antiguos de Saltillo; de gorras y alforjas; de muecos de estambre e innumerables chucheras. Los
males decorados que se ven por el Norte y por el centro, son artefactos indgenas del
esttico tan delicado

ms retinado gusto, reveladores de un sentido


como rico. Son calabazos y guajes grabados

para hacer resaltar las figuras de los complicados diseos y repremuchos casos. Se ha obtenido

sentaciones. El fondo es amarillo, en

puliendo la pered exterior del calabazo, engrasndolo despus con

mito sin

146

sal.

ponindolo

al sol

y frotndolo hasta sacarle lustre.

S>-

labran las figuras, dejndolas en relieve y luego se entintan con aniy a veces con materias vegetales, conforme al plan decorativo

linas

y a la fantasa del artista. Muchas veces las figuras no estn teidas sino quemadas, en otras ocasiones estn pintadas de negro o
rojo o verde. Las figuras son animales o plantas estilizadas con sutil

fantasa, detallada y curiosa, como decoracin persa. Hay otros


donde el dibujo es representativo historias y tradiciones,

estilos

leyendas populares, consejas. Kecordamos siempre al Oriente: un


mate es una especie de cdice condensado e intenso, como los tapetes chinos, bordados con infinidad de figurillas representativas.

Entre

los tejidos

que se confeccionan para

el

uso personal, hay

muchos que son expresiones de la fantasa y la emocin del indgena y asumen el carcter de verdaderas producciones artsticas.
El poncho de los hombres y la icll de las mujeres, las huinchas

cintas de cabeza

las fajas para varn y los cinturones de mujer,


con que se protejen las cabezas en contra del
chuspas
de
fro, en la regin de Puno, las alforjas y bolsones
variedad infinita, son casi siempre objetos de obvio valor artstico.
Estos artculos sufren las regularizaciones que les impone el pro,

las gorras tejidas

ceso

de manufactura y estn sujetos a ciertas particularidades


una regin o una comunidad;

convencionales, caractersticas de

pero queda lugar tambin para la invencin particular del dueo

y para su individual capricho y as, dentro de un estilo general de


poncho o de lliclla, encontramos variaciones menores que dan perso-

ms
ms com-

nalidad a la prenda. Las chuspas, morrales de coca, quedan


libres de la

moda

pleta, artculos

textil local

y vienen a

ser,

de manera

en los que se expresa la fantasa individual.

TECNICA TEXTIL

Los tejidos mayores peruanos y bolivianos, es decir, las Uicllas,


ponchos y mantas, estn manufacturados con una doble urdimbre,
esto es, con una urdimbre de dos y hasta tres tandas de hilos, superior e inferior. La urdimbre es coloreada para el fondo y para las
que se quiera producir. La trama es blanca
por lo comn, o de algn color neutro, de modo que las figuras se
producen por medio de las combinaciones que puedan hacerse con

franjas, segn el diseo

los hilos longitudinales

de la urdimbre, sacndolos y metindolo

147

por entre la trama, ponindolos ya arriba, ya abajo, y combinndolos


ingeniosamente. Es claro que este procedimiento limita en mucho
la variedad

de los diseos, que asumen figuras geomtricas, tringulos o rombos por lo general. El gusanillo es el entrelazamiento
longitudinal de los hilos de

la

urdimbre que produce matices y

di-

seos tpicos.

Con habilidad consumada puede producirse figuras

estilizadas de

hombres y animales, pero sin duda que

dibujo del tejido peruano, cuando se le compara con


teco, est

determinada por

el

la pobreza de
el

guatemal-

mismo proceso de manufactura. En

urdimbre es sencilla y blanca mientras que la trama


es de colores y con ella se hacen las figuras. Hay, por lo mismo, una
gran variedad en el material, lo que facilita el dibujo de figuras

Guatemala

la

complicadas.

Las mscaras decoradas, para los bailes tradicionales, y los


trajes de fantasa para esas mismas danzas, son tambin manifestaciones artsticas de los indios, dignas de anotarse, aunque no de
mucho relieve. Las figuras de hoja de lata recortada que se ponen
sobre los techos de las casas, en

cruces y gallos y pavos, as como las ocasionales pinturas y grabados de las puertas,
son, prcticamente, las nicas manifestaciones de arte decorativo
(pie Tiene el

el caballete,

indio en sus habitaciones.

9.COMERCIO V FERIAS
COMERCIANTES DE GANADO EN HUANCAN

Muchos de

los

hombres de esta comunidad

se

dedican a

la

COm-

pra-venta de ganado y de animales en general. Obtienen dinero

prestado en lluancayo, 300 500 soles, firmando una letra, sin necesidad de fiador,
inters: se van a la
a

la

si

ya se

les conoce,

montaa

comprar

pagando

el

3$ mensual

plaza de lluancayo. VA negocio rinde algo, pero a veces,

un individuo,

de

reses que se traen a vender

muerte de

me

animales y
entonces, agreg, contestando una pregunta ma, "queda uno jo
deca

se pierde

dMo" y hay que vender

la

por

rolio o

casa para pagar o que irse a

para trabajar y ganar dinero para hacer bueno


148

los

el

la

adeudo.

mina

Feria de animales, Chupaca.

FERIA DE HUANCAYO

Se celebra los domingos; concurren miles de indios, algunos


proceden desde lugares lejanos, a tres y cuatro das de camino.
Quienes concurren desde estas distancias, no vienen todos los domingos. Las gentes de esos pueblos se remudan, viniendo unas
una semana y otras otra. La plaza se establece a lo largo de la
calle real, en una distancia de seis o siete cuadras, y en dos plazuelas, para los granos, tubrculos
los

y puestos de comida, una, y para

animales la otra.
Este mercado es interesante, pero no tiene la vivacidad de las

El vestido
por lo comn, del tipo convencional pantaln
y camisa o chaqueta, cubierta a veces con un poncho delgado de
colores neutros. Las mujeres visten predominantemente de azul
ferias ecuatorianas ni el colorido de las guatemaltecas.

de los hombres

es,

son de gabn, o de falda oscura y blusa ajustada de co-,


Las llicllas que cubren los hombros y cuelgan rectas
sobre la espalda, son la ms variada y ms vistosa nota de color.
negro,

si

lores sobrios.

Las mujeres de la puna o de anexos bien indgenas, usan

llicllas

149

(pullo-cata) tejidas de lana con fondo negro o gris


ridas, lisas o con diseos de tringulos.

y franjas

Encima de

colo-

la lliclla, las

menos indias

o las qne vienen de pueblos del valle y desde luego


todas las cholas, se amarran la manta, sarapillo a franjas brillantes,

que les hace una joroba piramidal sobre la espalda.


Generalizando sobre las mercaderas, puede decirse que

y la alfarera
sombreros de

es escasa, raqutica

la loza

y de muy baja calidad; que los


vendimia de mestizos, siendo

fieltro son industria y

o menos del mismo tipo los que se venden a todos los indios,
hombres y mujeres; que el calzado est bien generalizado entre los
indios varones, siendo su manufactura quehacer de mestizos y ocupando los puestos de zapatos como una cuadra de extensin por
una acera; que, a juzgar por el aspecto de la gente y de los puestos del mercado, los indios de esta zona van adoptando rpidamenlos hombres ya lo usan en un 90%
te el traje ordinario europeo
quiz, y las mujeres van adoptndolo tambin, llevndolo ya como
la mitad, tal vez)
que los tejidos de mantas, sarapitos y frazadas
constituyen una de las industrias ms caractersticas de esta regin qne el comercio de la coca es uno de los ms importantes
giros del mercado; que hay pocos artefactos de juguetera u ornato
(unos mueqnillos toscos, de madera, muecos de estambre, algunas cucharas de palo, decoradas sencillamente, y los mates) que la
fruta es poco variada y de mediana calidad que las papas son excelentes y de muchas clases; y que las mazorcas de maz son raquti-

ms

cas y deformes.

La papa helada y desecada, el chuo, es un artculo favorito


peruano campesino y se vende en todos los mercados; tienen
el aspecto de modelos de patatas hechos de tiza, de tamao reducido. En efecto, no es ms (pie el almidn del tubrculo, preparado
como ya se ha dicho. El chuo se come en sopa y en guisado, y, a
del

veces, sobre todo para ocasiones especiales, en confitura con azcar.

Por cinco centavos el indgena compra en el mercado un platito


colmado de este manjar dnlce y hay (pie verlo comer:
PRECIOS DE ARTICULOS DE PRIMERA NECESIDAD

No

creo carezca de inters anotar los precios

le

comestibles y

algunos otros artculos, en las plazas de Chupaca y de Huaucayo,


as como precios de comcsi Mes en la de Cuzco. Las cotizaciones se
150

dan en moneda peruana, soles y centavos. Como se dijo en alguna


otra parte, un sol peruano equivala, en diciembre de 1931, ms
o menos, a 80 centavos mexicanos.

HUANCAYO

PRECIOS EN LA PLAZA DE CHUPACA Y DE


Comestibles

.05
.05
.05
.

Carne de

res, libra

15

.25

.30

.50

y
40

.60
.10

Papas, libra
Mshica (harina de cebada), arroba

.05
1

.50

.00

Ropa
Un

par de zapatos, hombre

3 50 y

00

4.50
4.00

6 .00

medio)
T

Tn q

vq T5

f\t^

TYi

nfa

n vpiiI 1 d

20 y

.50

2 .00

2.60

Centro (falda)
Una vara vichi

.40

..

20

2.50

.85

2 .50

Manta

(chai)

.00

20.00

2 .50

Sombrero paja,

toquilla,

mujer

6 .00 10.00

Faja.

,50
2.
...

Precios de comestibles en

Maz blanco, primera (fanega igual 118 Ks.)..

el

.4.

00 10.00
00 10.00
00 30.00

Cuzco
11.00 fanega.
10. 00
8. 00

151

Papas, primera.
Papas, segunda.
Trigo
Manteca, libra.

3.00 quintal.
2.50
11.00 fanega.
.40 y
.60
1.70 quintal.

Sal
Sal, menudeo.
Carne de res.
Carne de carnero
.

.04 libra.

18

EL INDIO Y EL COMERCIO

Para entender

la actitud del indio

en

el

comercio, es conve-

niente revisar someramente la tradicin incaica sobre la materia.

Means hace notar que los incas tenan el concepto del valor, pero
no la moneda; su sistema comercial fu realmente el trueque, aunque ciertos artculos, como el maz, se usaban como medida de
trueque o materia de cambio ms comnmente que otros. Los metales preciosos, oro y plata, eran estimados por su valor ornamental, mas no como instrumento comercial; en el Imperio no se conoci la moneda. La tierra era realmente el nico material que
tena valor en el antiguo Per. Los tributos erau trabajo; no representaban propiamente un valor material. Las gentes consuman lo
que producan, las ferias locales eran mercados de trueque, tenan
por objeto igualar o equilibrar lo que le faltara a una familia, cambiando con lo que otra tuviese. El comercio realmente era incipiente, no haba un surplus que vender, ya que cada quien produca
nicamente para satisfacer sus necesidades y las necesidades eran
mnimas; los mercados eran locales y limitadamente regionales, no
generales.

En

la actualidad persisten

muchas de

las condiciones

que

el

historiador americano anota para los tiempos del imperio. Tor lo


que respecta al comercio: los mercados siguen siendo locales y. en
cierto modo, para trueque, sin que esto quiera decir que en nuestros das las ventas cou

moneda no sean ya

el

fenmeno ms

fre-

cuente; las comunidades siguen produciendo lo necesario para satisfacer sus limitadas

necesidades.

Por

lo

que toca

al

producto

agrcola netamente, hay congregaciones que no persignen finalidad

producen nicamente para comer. Hay, sin


embargo, ciertos artculos, que deben ser importados del exterior,
cuyo trfico constituye un verdadero comercio. La coca, la sal y
comercial ninguna

152

el

algodn, son los tres

sierra;

se

artculos,
ni ro

lia

ms importantes. No

se

producen en

la

desarrollado un comercio bien establecido de esos

aunque debe agregarse

(pie

por

Lo (pie

toca

a,

la coca,

el

est controlado por los mestizos, que son los dueos de la

empresa, aunque son los indios de la montaa los

(pie

cultivan

la co-

ca y son indgenas los que la traen a la sierra, a lomo de mua.

EL INDIO, INDIVIDUO AECONOMICO

En

artculo de Pastor

el

que he citado, se dice que

el

indio

es un individuo aeconmico, siendo esta una de sus ms resaltadas


caractersticas: tener lo necesario para vivir y vivir sobriamente

es su criterio; no piensa en tener para negociar.

que

cito, es

iguales, a sabiendas del valor respectivo de


do,

no en

Segn

el escritor

caso frecuente ver que se trueque maz por lana a pesos

el

cada artculo, pensan-

dinero, sino en la necesidad que rige la transaccin.

Tal ausencia de sentido econmico en el indio parecera quedar desmentida con las ferias enormes y los bulliciosos mercados de compra
y venta y con el eterno regateo del indio y con su aparente voracidad para cobrar, sobre todo cuando se trata de venderle a un forastero. Sin embargo, si se examina el fenmeno ms a fondo, se
ver que el movimiento de la feria no es tanto comercial como social. El da de mercado es un da de congregacin, de asamblea, de
contactos humanos, de gregarismo es un da de banquete y alegra, de distraccin. El indio regatea, no tanto por espritu de lucro
;

y avaricia, ms bien como un acto social, como pretexto de trato


humano, de conversacin. Por la misma causa pide precios elevados. El no concibe la transaccin seca del precio fijo sera dema:

siado cruda, demasiado brutal.

un artculo pide

alto,

Cuando

se le

pregunta

el

precio de

tanto por desconocer efectivamente

el

valor

material de las cifras que menciona, como por dar ocasin a que la
transaccin se alargue en regateos y alegatos. Es fenmeno comn
or al indio decir, cuando ve que el cliente le da la espalda por el
precio exorbitante que ha pedido: "ofrece, estamos tratando," o
bien, excusarse si se le reprocha su precio exagerado "te digo esto
:

para que me ofrezcas; quiero que trates." La actividad industrial


casera, que reconoce ya fines comerciales, revela a la vez la ausencia del criterio

econmico de los naturales. Apenas pueden darnos


153

cuenta del costo de los materiales, nunca saben a punto fijo sus
ganancias; es la actividad en s misma la que les interesa, la posibilidad de adquirir materiales, de manufacturarlos y venderlos, de
establecer un ciclo de produccin cuya satisfaccin parece estar

en la operacin misma, no en la ganancia.

10.

LA VIDA EMOTIVA

Presuntuoso sera de mi parte pretender dar noticia completa


de la vida comunal indgena, relativa a su emotividad religiosa o
artstica

y a

las actividades recreativas.

escap, por su

misma naturaleza

El asunto,

difcil

de suyo,

y de manifestaciones ocasioobservacin que yo pude hacer en el


sutil

nales y fragmentarias, a la
breve tiempo de mi viaje por la sierra.

resear brevsimamente los

En

esta seccin no har sino

muy

importantes apuntamientos que


Tlildebrando Castro Pozo hace sobre la materia en su ya citada
obra "Nuestra Comunidad Indgena," captulos <> al 9", bajo los
rubros de "Religin, Glifos, Supersticiones y Creencias," "Brujos
y Curanderos" y "Emotividad Esttica Comunal."

RELIGION

El indio peruano no es excepcin sobre sus hermanos de otros


pases de Amrica, en cuanto a la mezcla de Las creencias y ritos
de su antiguo paganismo con la doctrina y prcticas de culto cris-

tiano que introdujeron los espaoles. Personalmente no pude darme


cuenta del relieve y manifestacin externa de las prcticas y creencias de las antiguas religiones en el Per: pero si hemos de juzgar
por el vigor de los descendientes incaicos y por la terquedad con
(pie han conservado las modalidades de la vida indgena con mayor
pt-iori, que tampureza que en otros pases, hablemos de admitir,
</

bin en cuanto a
cias

ms

la

religin conservan ellos vestigios y superviven-

significativas y relevantes de lo (pie es

el

caso en oirs

liarles.

Castro Pozo hace interesante y detallado relato respecto del


comn en todo el Per indgena y cholo, con

culto de los muertos,

sus danzas macabras y msicas fnebres, con los ciegos responseros,

154

con la celebracin del da de difuntos y con los juegos y ceremonias


que tienen lugar en los velorios y entierros. Al hablar de la tierra
hicimos mencin del pantesmo indgena, de la vaga y permanente
adoracin de montes y valles, del respeto totmico hacia los animales, en suma, del conjunto de creencias y de ritos que constituyen lo que propiamente puede llamarse el culto de Mam-Pach.
de Castro Pozo, no parecen
tener la funcin religiosa que se observa en Guatemala; son en el
Per, ms bien curanderos o provocadores de maleficios que sacerdotes. Casi todos los brujos son perversos, hacedores de daos; tie-

Los brujos y curanderos, segn

los datos

nen un conocimiento de la farmacopea que usan, tanto para fines


medicinales como para efectuar sus prcticas de hechicera. Su medicina tiene el propsito fundamental de prevenir el "ojo malo" o
sea el mal de ojo que se dice en otras partes.
El rito catlico se ha implantado de modo eficaz entre la poblacin indgena peruana. Por disposicin virreinal, en cada, pueblo o reduccin deba haberse establecido una iglesia principal. Los
sacerdotes y misioneros sobrepasaron el mandato y establecieron
iglesias secundarias o capillas en

cada uno de

los barrios, lo

que

por resultado la ereccin de los numerosos edificios eclesisticos que se levantan ahora por todo el suelo peruano. Una disposili

cin dada desde los primeros aos del rgimen colonial, mandaba
que en todos los pueblos que pasaran de cien indios hubiesen dos

tres cantores encargados del canto de los responsos en las misas.

El

oficio de cantor, persona que toca el rgano y canturrea en las


misas, est muy generalizado en los pueblos indgenas de hoy. Los
cantores inician su aprendizaje ingresando como domsticos a l

casa parroquial, y reciben enseanza de msica, expensada muchas veces por la comunidad misma. Estos individuos llegan a ser
de los personajes ms notables del vecindario, pues no solamente
funcionan para el descargo de su profesin, sino que, siendo gente
letrada, sirven de intrpretes y explicadores al pueblo. Cada barrio
tiene un santo patrono que es cuidado y honrado por los alfrez,

mayordomos y

padrinos, ttulos con que se designan a las personas


encargadas de preparar las fiestas y de correr los gastos que stas
demanden. Los velorios son fiestas que deben celebrar los vecinos
devotos de tal o cual santo, en sus respectivas casas, con gran pompa y solemnidad, durante dos o tres das. Hay santos que tienen
30 o ms devotos en un valle, y es costumbre llevarlos a las casas

155

de

ellos,

una por una, para

los das del velorio.

recibir la adoracin de los fieles durante


personas encargadas de la custodia de es-

Hay

tos santos y de sus peregrinaciones, trasladndolos de una capilla


a otra. Los viajes y traslados se hacen con acompaamiento de msica de flauta y tambor. Al llegar el velorio a una comunidad, se
levanta el altar y se da principio a la fiesta con un baile de pastores y acompaamiento de msica. Los gastos que estas fiestas im-

plican para

el

indio son de consideracin. Castro Pozo dice que hay

indios que trabajan todo el ao para efectuar la fiesta, calculn-

dose como promedio general que cada encargado tendr que comprar alrededor de 50 soles de velas y que los gastos generales ascien-

den a unos 250 300 soles, sin calcular los jornales que se han
dejado de percibir. Los limosneros con santos son distintos de aquellos que recorren los caseros, y haciendas con los velorios. Estos
limosneros andan por calles y caminos armados con pequeas imgenes encajonadas en diminutas urnas, recogiendo una limosna de
cada persona que desee besar la imagen. Las procesiones y repreel Sur el Domingo de liamos, consms importantes aspectos de la vida institucioLo son tambin las variadas y muy generalizadas

sentaciones que se hacen en lodo


tituyen uno de los

nal de los indios.

celebraciones de los difuntos en Todos Santos.

MUSICA Y DANZA

Despus de los esludios de d'Harcourt (*), todo mundo sabe


que los indios peruanos conservan la tradicin musical de manera
ms pura y vigorosa qtte en otros pases americanos. La msica indgena llena el ambiente serrano. Dentro de su caracterstica gene-

monotona y repeticin^ ofrece bien marcadas variantes en


gnero, Castro Po2jO hace la observacin de tpie la msica indgena

ral de

no es de individuos sino de pueblos; se ignoran los compositores,


pero se distinguen perfectamente tas msicas de un pueblo y de
otro. La composicin musical indiana es corta: consta de cuatro
o cinco melodas que se repiten unas a continuacin de otras, lo

que

imprime cierto carcter montono. Segn el ritmo y la mepueden agruparse las composiciones en huaynos, danzas, ca-

les

loda,

(*) D'Harcourt, R. y M.
Pars, 1925.

p. 569.

156

"La Musique des Incas

et ses Survivances."

Bailes aymars.

157

chaspares y cachuas, gneros que en la costa y entre los pueblos de


mestizos de la sierra han dado origen a multitud de composiciones
musicales. Castro Pozo distingue entre este gnero musical de marcado ritmo destinado al acompaamiento de danzas, y otro, meldico y delicado que parecera obligar al canto. Los yarohuis, de una
gran variedad, son cantares indgenas, meldicos y sentimentales,
que han dado origen a los yaraves del Sur y las canciones o "tristes" en los

dems lugares de

la

Repblica,

Los instrumentos musicales primitivos que so usan en la actualidad en todas las comunidades indgena-; son: la tinya o tamborn, el pincullo (o pingullo, como dicen en el Ecuador), especie de
flautn de carrizo con cinco orificios; la autora (rondador), compuesta de catorce o veinte carricillos de diferentes tamaos, desde
una pulgada hasta siete o quince, unidos entre s por dos caas transversales, lo que constituye una especie de flauta de Pan; los caracoles, cuyo nombre los describe; las quenas, flautas de carrizo o
bamb, de siete orificios, y los charangos, instrumentos en forma de
guitarra, de cuatro cuerdas, que segn Castro Pozo "an conservan
las tribus salvajes de la montaa." Segn d'Harcourt, a ms de
los tambores y las trompas, la Amrica precolombiana no tuvo ms
instrumento musical que la flauta * ). En los pueblos indgenas se
usan tambin instrumentos musicales que trajeron los espaoles:
violines, arpas, guitarras y "quirquinchos," especie de mandolina
que se construye aprovechando la concha del armadillo: los acordeones, rondines, flautas, cornetas, chirimas y clarinetes son tambin instrumentos comunes.
La danza va ntimamente ligada con la msica una y otra, en
sus manifestaciones regionales, formaban parte de los ritos y ceremonias religiosos. Castro Pozo agrupa las danzas de las comunidades indgenas de la actualidad en tres clases: bailes mmicos,
bailes religiosos y bailes rtmicos. En los primeros predominan las
muecas, ademanes y acciones representativos de los bailarines: en
los segundos la supersticin y el culto a los dioses, y en los terceros
la mera voluptuosidad del movimiento. Los ms antiguos son sin
luda los mmicos y religiosos, entre los cuales el autor (pie cito
describe dos, el del Cndor y el del Pavo, y coloca las danzas funerarias y las relacionadas con el culto de Mam-Pach. En este mis
i

(*)

158

D'Harcourt, ob.

cit., p.

87.

danzas de los corcovados, en las que se


ridiculiza a los vecinos y se propalan y satirizan los chismes del
vecindario la de los tunantes, la de los chenos, que remedan
las costumbres de los salvajes del Oriente, la de los aquilinos, danza
nio

grupo van incluidas

las

guerrera y caballeresca, y, probablemente, la ms importante de todas, la auquisdanza, que representa el recuerdo de la tragedia de

muertos por

los incas

todo

quista.

los espaoles

y en

la

que simula tomar parte

pueblo, juntamente con los grandes capitanes de la con-

el

En

los bailes de la tercera clase

anota Castro Pozo las dan-

zas que, arrancando de cierto origen meldico y tradicional indgena, se han convertido en verdaderos bailes populares, tales

como

huaynos, los tonderos y las marineras. El huayno se baila en


casi todo el Sur del Per, al son de arpa, violn o banda de cachimbos, sin acompaamiento de canto, o bien con guitarra punteando
los

y con canto

(*

11.

EMBRIAGUEZ

V COCAISMO

El indio peruano, como sns hermanos del Ecuador, se emborracha con chicha y con aguardiente en todas sns tiestas y cuantas
veces puede en las ferias y mercados. Pero no es
vicio

que ms llama

la

Xo

atencin, sino

el

el

alcoholismo

el

cocasmo, la masticacin

ms descripcin

ni hacer
apunte alguno sobre una materia que ha sido el tpico favorito y
obligado de cuantos se han ocupado del indio. Desde los tiempos
coloniales, misioneros y gobernantes hablaron largamente sobre la
materia. Los naturales se embriagaban antes de que llegaran los

de las hojas de coca.

necesito aadir

espaoles, pero se embriagaron

mucho ms despus de

la conquista.

El vicio lleg a tomar proporciones aterradoras, segn los cronistas,


y segn ellos mismos constituy una de las causas para la dismi-

nucin de

La

la

poblacin.

coca es un arbolillo que crece espontneamente y que se

cultiva tambin con todo esmero en la vertiente Oriental de la cor-

(*) Vase Castro Pozo, ob. cit., pp. 309 a 380. Tambin una conferencia de Atibo Sirivichi, "Hacia el Nacionalismo Musical," "La Sierra."

Nms.

16-17,

mayo

de 1928. pp. 19-38, y la obra de los esposos d'Harcourt

ya citada.

159

Planto de coca.

Pepenando

160

la coca.

dillera, al

empezar

el

clima clido. Los cocales estn sentados

so-

bre las laderas de los montes y en los flancos de las barrancas, en


terrazas angostas que dan al sembrado un aspecto escalonado. La

misma regin donde se produce el caf y requiere


un terreno bien drenado. Se hacen almcigas con la semilla y se

coca crece en la

trasplantan despus las plan tiras a su asiento definitivo. La planta es leosa, delgada, un tanto varejonnda; de lejos parece un arbolillo de gardenia, un poco rooso. El tamao y la forma de la hoja
es

como

la

de la azalea, un poco

ms

embargo y ms clara

lisa sin

de color. La coca principia a dar corte a los tres aos de trasplantada,

y sigue en produccin de 25 a

30, sin requerir

abono ni ms

Cada cuatro aos

cultivo que el de conservar limpio el planto.

se

debe dar una poda a la planta y se le deja descansar por seis meses. Durante el perodo de produccin se hace un corte de hojas
cada cuatro meses, aproximadamente en marzo, en junio y en no-

viembre (los cortes de Semana Santa, de San Juan y de Todos SanSe corta la hoja con las uas, procurando no lastimar la ye-

tos).

ma. Despus de cada corte quedan las plantas enteramente desprovistas de follaje. Las hojas cortadas se asolean por tres o cuatro
horas, con lo que quedan secas completamente. Antes de proceder
a su empaque y transporte, se humedecen durante una o dos horas,
extendindolas en una pieza sobre el suelo hmedo. Se dice que la
hoja bien seca puede durar de tres a seis meses sin perder ninguna
de sus cualidades. Los arrieros transportan la coca empacada en
fardos cuadrados, a lomo de mua, llevndola a los centros de poblacin de la sierra, donde es distribuida a los mercados locales
para su venta a los indios. Cada mua transporta cuatro pacas de
50 libras cada una el trfico de arriera para el traslado de la coca
;

mucha importancia.
La venta de la coca constituye uno de

es de

glones de los mercados

serranos.

Una

los

onza,

ms

valiosos ren-

que es un

montn

de hojas que apenas cabe en las dos manos, vale cinco centavos. El
indio lleva siempre su provisin de coca consigo, en la chuspa o

Cuando el indio trabaja masuna racin obligada que se debe


dar al jornalero indgena. La cantidad que se suministra es de una
a dos onzas. Las labores del campo estn distribuidas en tres perodos de unas dos horas cada uno el primero termina como a las

morral, y la mastica constantemente.


tica siempre coca

las hojas son

161
El

Indio

Peruano.

11

Secando

162

la

hoja de coca.

Transportando

diez, el

segundo

a las

doce y

el

la coca.

tercero a

la-;

Despus de cada

tres.

perodo hay un breve tiempo de descanso, durante


se lleva a la boca

el

cual

el

indio

un puado de hojas que rumiar durante todo el


el prximo descanso, y as sucesivamente.

tiempo del trabajo, hasta

Esto constituye
ticarse

la

chacchada o mascada de coca. La coca debe mas-

mezclando con

las hojas

una brizna de ceniza o de

cal,

que

tiene por objeto liberar el alcaloide, la cocana. L03 indgenas di-

cen que la ceniza es para "darle sabor a la coca." Se emplea


niza de la qunua, pero puede servir cualquiera otra, as
cal viva.

La

cal o la ceniza se lleva en

formadas con

el

la

ce-

como

la

pequeas bolsitas de cuero,

escroto del carnero (pishca). Se

toma introducien-

do en la bolsita un palillo que se ha humedecido previamente con


y que se lleva despus a la boca. La ceniza de la qunua se
mezcla a veces con fcula de papa condimentada con ans y se forla saliva

ma una

pasta dura de color gris oscuro, que se muerde en peque-

os fragmentos cuando se est masticando la coca. La pasta lleva


el

nombre de

llipta.

163

164

Aun ms que

el

alcoholismo se ha escandalizado hasta la exa-

geracin en contra del cocasmo. El vicio, dicen, ha embrutecido

y lo ha degenerado. Es difcil determinar con justeza luis


dnde llegan los efectos perjudiciales del abuso de la coca. Algunas personas creen, yo me siento de acuerdo con ellas, que el cocasmo entre los indios produce efectos muy comparables a los del
tabaquismo o el ca tesmo, es decir, que el vicio de la coca en el indio puede ser perfectamente comparable al vicio del cigarro del
mestizo y del blanco. La pequesima cantidad de cocana que ingiere la persona que masa coca, sirve, segn parece, como un estimulante benigno y un ligero estupefaciente. Todo lo cual ayuda
al indgena a soportar mejor los trabajos y fatigas a que est sujeto en las condiciones de alimentacin insuficiente en que se ve
obligado a trabajar. Hay quienes creen que los efectos de la droga
ms que nocivos son sencillamente tnicos, y que, repito, la coca es
para el indio lo que el cigarrillo, el caf y el t son para el blanco.
Por otro lado los efectos nocivos de la droga, son con frecuencia
evidentes, sobre todo en los viejos: un aire atontado y embrutecido,
la mirada vaga y una actitud aptica en lo general, son sntomas
al indio
ta

bien conocidos del uso excesivo de la coca.

165

CAPITULO

III

EL INDIO Y LA NACION
1.

EL INDIO Y LA ECONOMIA AGRICOLA

En el Per, como en los otros pases de Indoamrica, el problema del indio est estrechamente vinculado con el de la tierra. El
indio es una criatura del suelo, ya se ha dicho, su condicin misma
depende de la conservacin de su liga con el suelo rompmosla y
destruiremos al indio. Si la solucin del problema indgena consistiera, brutalmente, en la destruccin del aborigen, no habra que
:

hacer otra cosa sino desarraigarlo del suelo.

En

Per, por aa-

el

didura, la cuestin de la tierra complica la situacin del indio, por-

que

la poblacin nativa habita

estrecha, irregular, hostil,

densamente en

muchas

veces

la regin serrana,

insuficiente.

En

la costa

problema agrario toca tambin a los naturales la agricultura


depende de los braceros de la sierra, en su mayora indios, que son
enganchados para trabajar temporalmente en las negociaciones del
litoral. As pues, si el problema agrario afecta el rgimen poltico
y administrativo de la Nacin, domina todos los problemas nacionales, su relacin con la condicin del indio es, por las razones
antes dichas, ms abultada todava.
el

FEUDALISMO COLONIAL Y LIBERALISMO REPUBLICANO

Es indudable que la colonia provoc el desarrollo del feudalismo agrario en cierto sentido existente ya en Amrica, robustecindolo con la institucin de la encomienda y del latifundio y con
la reglamentacin de las servidumbres consecuentes a

que quedaron sometidos los naturales. El virreinato ampar la comunidad


167

indgena; le di tierras, la reglament minuciosamente. Es cierto


que la comunidad indgena colonial fu una creacin basada en la
tradicin social existente, pero tambin es claro que al formarla
la colonia no haca otra cosa que promover su poltica feudal: las
comunidades se crearon para facilitar la tasacin y recaudacin del
tributo, para simplificar la reglamentacin del trabajo, para someter a la poblacin, en suma, a un rgimen esclavista. El latifundio
surgi con la colonia, "ni los mtodos previsores de Toledo
ha
dicho Csar A. Ugarte
ni los que en diferentes oportunidades
trataron de ponerse en prctica, impidieron que una gran parte d
la propiedad- pasara, legal o ilegalmente, a manos de los espaoles o criollos.'' Las encomiendas favorecieron el despojo disimulado. Conforme al concepto legal de aquella institucin, el encomendero quedaba encargado del cobro de los tributos y de la organizacin y cristianizacin de sus tributarios; pero en la realidad de las cosas, "era un seor feudal dueo de vidas y haciendas,
pues dispona de los indios como si fueran rboles del bosque y

muertos ellos o ausentes, se apoderaba, por uno u otro medio, de


sus tierras..." "El rgimen agrario colonial determin la sustitucin de

una gran parte de

las

comunidades agrarias indgenas por

latifundios de propiedad individual, cultivados por los indios, bajo

una organizacin

feudal. Estos grandes feudos, lejos de dividirse,


con el transcurso del tiempo so concentraron y consolidaron en
pocas manos a causa de que la propiedad inmueble estaba sujeta a
innumerables tributos y gravmenes que la inmovilizaban, tales como los mayorazgos, las capellanas, las fundaciones, los patronatos
y dems vnculos de la propiedad/' (*)

El clebre decreto expedido por


tn, el

el

general Jos de San Mar-

17 de agosto de 1821, en los albores de la independencia pe-

ruana, asent estas terminantes y generosas declaraciones "queda


abolido el impuesto llamado tributo... En adelante no se denomi:

nar a los aborgenes indios o naturales, ellos son hijos y ciudadanos del Per y con el nombre de peruanos deben ser conocidos."
Esas declaraciones y otras muchas de ese gnero que hicieron los
prceres de la Independencia y de la Repblica, expresiones del
liberalismo romntico de la poca, antes que determinar la libera(*) Ugarte Csar A. "Bosquejo de
Lima, 1926. p. 24.

168

la

Historia Econmica del Per."

cin del indio, forjaron las cadenas con que qued fatalmente ama
rrado. Los indios desaparecieron para dar lugar a los peruanos,

Per no exista sino en la idealizacin generosa, sentimental y un poco romntica de los hombres de la poca. Existan, s,
las fuerzas que desde antes haban atado al indio; el feudalismo
estaba en la tierra, los criollos eran los amos, el coloniaje no haba
pero

el

En

Per no fu la revolucin de la independencia, como no lo fu tampoco en los otros pases de Amrica, un movimiento de las masas indgenas o que representase siquiera afanes de reivindicacin para el indio, que si as hubiera sido desde su
sido destruido.

el

arranque aquella revolucin hubiera tenido una tendencia agrarista.

Desde

el

punto de vista evolutivo, la revolucin de indepenel orden econmico, el sur

dencia trajo como manifestacin en

gimiento y consolidacin de la propiedad individual, tanto de la


pequea propiedad como del latifundio. Con la independencia desaparecieron en gran parte los conceptos mticos relacionados con

propiedad territorial y se entr de lleno al terreno de las realidades econmicas relacionadas con el dominio del suelo. El decreto
del general San Martn, que acaba de citarse, fu seguido por otro
en el que se abola, bajo pena de expatriacin a quien lo contraviniese, el servicio de mitas, pongos, encomiendas y yanaconazgos
y de cualquier clase de servidumbre personal a que estuviesen somela

tidos los indios o naturales. El 7 de abril de 18i!4 expidi Bolvar,

en Trujillo, un trascendental decreto


nes

se

pondrn en venta

(pie

las tierras del

contena estas disposicio-

Estado

no se incluirn en

esta venta los terrenos posedos por los indios, antes bien, se de-

clara a los indgenas propietarios de ellos; las tierras de comunidades se repartirn entre los indios que no gocen de tierra, las restantes se vendern. En el reparto se tomar en consideracin el

ms a los casados; debern tomarse medidas para que ningn indio se quede sin tierras. Desgraciadamente el decreto no se cumpli, pero s asest un rudo golpe
a las comunidades indgenas, que quedaron de hecho disueltas ante
la ley, ya que lo que les daba personalidad jurdica, segn las rdeestado del parcionero, asignndose

nes de Toledo y segn la jurisprudencia colonial subsecuente, eran


justamente las tierras de que se las haba dotado. Desde aquellos
primeros tiempos de la independencia qued manifiesta en el decreto de Bolvar

una preocupacin por

constituir la pequea pro-

169

piedad indgena, pero desde entonces tambin aquel buen propsito


qued burlado por la expansin o por la existencia de los latifundios.

La consecuencia

prctica del decreto boliviano fu que, a pro-

psito de las remesuras

y distribuciones ordenadas, el terrateniente


de los indios. Ni en los aos de iniciacin
ni subsecuentemente, pudo la Repblica proteger a las comunidades
indgenas, ni fomentar la pequea propiedad entre los indios. Lo
que suceda era, como dice Marategui, que "en el conflicto de intereses entre los liberales y los conservadores (que llen en tan gran
medida la vida republicana del siglo XIX) faltaba una directa y
se echase sobre las tierras

activa reivindicacin campesina que obligase a los liberales a incluir

en sus programas la redistribucin de

la

propiedad agra-

ria." (*)

El caudillaje militar, fenmeno de las Repblicas americanas,


no quiso o no supo entrar al terreno de la reforma agraria. De hecho los caudillos han sido el ms fuerte sostn del latifundista; los
generales, aunque comienzan como enemigos del terrateniente, al
fin y al cabo llegan a hacendados. Las revoluciones militaristas de
alcance, han producido no un cambio en el rgimen agrario del pas,
sino un cambio de propietarios de latifundio.
Con la promulgacin del Cdigo Civil, 1852, se inici en el Per un perodo de reorganizacin que intentaba la desvinculacin y
movilizacin de la propiedad agraria. No obstante la nueva poca
que el Cdigo inauguraba. Ugarte, al hacer juicio sobre sus efectos, dice que tal estatuto confirm la abolicin legal de las comunidades indgenas y de las vinculaciones de dominio, innovando la
legislacin precedente; estableci la ocupacin como uno de los modos de adquirir los inmuebles sin dueo y, por ltimo, en las reglas sobre sucesiones, trat de favorecer la pequea propiedad." (**)

El mismo Csar Ugarte resume en estas palabras el tenor de


peruana de la Repblica, en relacin con el problema de la tierra "se ve el propsito de favorecer la democratizacin de la propiedad rural, pero por medios puramente negativos,
aboliendo las trabas legales ms bien que prestando a los agriculla legislacin

tores una proteccin positiva." (***)


Marategui, ob.

cit. n. 49.
ob. cit. p. 57.
(***) Ugarte. ob. cit. p. 58.

(*)

C*) Ugarte.

170

1'

de este modo, a pesar del liberalismo republicano, el propersiste. Persiste la ecuacin funesta del latifundis-

blema agrario

mo

y la indefensa propiedad comunal indgena, que dice Sols El


latifundismo se ha consolidado y extendido, la propiedad de los
:

indios ha

mermado.

CVOLUCION DE LA PROPIEDAD RURAL INDIGENA DURANTE LA REPUBLICA

En

la colonia el

derecho de propiedad se deriv de las compo-

siciones de tierras y se disfrutaba bajo tutela, pues el indio era


considerado como menor. En la Repblica se deriv de los repartos,

teniendo al principio la restriccin de no poder vender,

si se

era analfabeto, limitacin que no se cumpli por cierto, con graves


resultados para

el indio.

Con

el

correr del tiempo se ha notado una

curiosa reversin al colectivismo, sobre todo en las tierras de

se-

gunda calidad, pues a pesar de los ttulos de propiedad plena que


muchos individuos han tenido, la comunidad de hecho no reconoce
el derecho de venta y, en consecuencia, los propietarios pueden trasmitir la parcela a sus herederos, mas no vender (persistencia de
la propiedad familiar). Se observa con toda claridad el fenmeno
de la persistencia comunal y, por ende, de la propiedad colectiva
en aquellas regiones aisladas, pobres, abandonadas, sin escuelas y
sin comunicaciones. En cambio, en los lugares donde la situacin
es diferente, la comunidad se moderniza y el rgimen de la propiedad toma francamente el aspecto personal. Otro fenmeno interesante es que la tierra de mejor calidad queda sujeta ms pronto al
rgimen individual de derecho pleno que la de clase menos buena.
Por desgracia la tierra mejor es tambin la codiciada por los gamonales y los latifundistas, de modo que es condicin tpica ver
haciendas adueadas de las tierras buenas del valle, quedando las
comunidades en posesin de terrenos de inferior calidad situados
en las partes

ms

altas.

EL FEUDALISMO ACTUAL. LATIFUNDIOS Y GAMONALISMO

El feudalismo persiste hasta nuestros das. Aun en regiones


tan poco propicias para la grande agricultura como las de Huanta y Ayacucho, asoma por todas partes el latifundismo o su expresin dinmica: el gamonalismo.

Anco

es

un

pueblecillo situado en

171

Mejorada y Ayacucho, habitado por los siervos


de dos haciendas, que colindan en el mismo pueblo, dividindolas
una calle. Nada me ha recordado los tiempos del Medievo ms que
este sitio. Todo l est empapado de un tinte conventual y arcaico;
la gente parece toda pertenecer a una cofrada son en efecto una
cofrada de siervos. Xos encontramos a un mocetn, que por su aspecto hubiera podido caracterizar a maravilla el Manelick de "Tierra Baja." Le preguntamos en qu trabajaba casi no pudo hablarnos, pero una mujer nos dijo en quechua que era un muchacho de
las confianzas del amo, que trabajaba a su servicio. "Cunto gana ?," le preguntamos, "no gana nada," nos contest, "es que sus
padres tambin estuvieron al servicio del amo"'
Encontramos
por la carretera a un indio anciano, caminaba con su hija, muchacha de unos veinte aos. Ella llevaba el sombrero cubierto de flores
amarillas que haba cortado por el camino; pareca una pastora
de la Edad Media. Les preguntamos de qu pueblo eran y nos contestaron: "somos de don Guillermo Pacheco"... Este seor, dueo
de gentes, es el hacendado de Llaccria; sus siervos, segn esto, saben de quin son pero no dnde viven.
la carretera, entre

EL LATIFUNDIO EN LA COSTA

El feudalismo tiene dos aspectos:

el

latifundio y

el

lismo. Existe el latifundio en el Per; en la costa se ha

gamonaadueado

de todos los oasis que forman las aguas que bajan de la sierra, y
del desierto circundante, hasta donde le ha convenido. Se dice que
el latifundio del litoral es el resultado del sistema de irrigacin
a que obliga la escasez del agua, que de1>e ser captada y distribuida
por procedimientos costosos, fuera del alcance, por su misma naturaleza, de los recursos de los pequeos terratenientes. Las propie-

dades se han consolidado, adems, por


jero,

que ha adquirido de

los

el

fundos y

esfuerzo del capital extranlos

ha acrecentado, para

el

establecimiento de empresas capitalistas agrcola-industriales con

miras a la exportacin. La explotacin del trabajo en los fundos


costeos se ha modernizado; las fincas azucareras y las haciendas
algodoneras, sou giros que emplean maquinaria para los cultivos

y las elaboraciones y se valen de todos los procedimientos de la


tcnica moderna. El rgimen del trabajo en estas negociaciones se
172

173

basa, en buena parte, en el sistema de braceros, trabajadores enganchados, procedentes por lo comn de la siena. En tiempos de
la colonia se importaron esclavos negros; a mediados del siglo pasado se trajeron braceros del Oriente; ni unos ni otros han arraigado en las fincas. En la actualidad las negociaciones dependen en
buena parte de la gente de la sierra, para el desempeo de los

trabajos.

EL LATIFUNDIO DE LA SIERRA

El latifundio serrano es enteramente distinto del que acaba de


describirse. Existe en toda la zona, pero es particularmente agudo
en la parte del Sur. Las haciendas de la sierra constituyen, a veces,
fundos de enormes extensiones, pero los terrenos propios para el
cultivo son relativamente pequeos, irregulares y fraccionados, por
obligaciones de la topografa. Las haciendas poseen desmesuradas
extensiones de puna y de serrana propiamente, buenas para el
pastoreo las primeras, enteramente inservibles las otras, pues por
lo

general las cordilleras que dan a la sierra son desnudas, de mo-

do que aquellos terrenos no representan ni siquiera riqueza foresEl laboreo de la hacienda serrana es tan rudimentario como el
del indio; el hacendado no es un empresario agrcola; sus cultivos
estn en mauos de los indios yanaconos y colonos. La naturaleza
del terreno y la falta de empresa impiden el empleo de maquinaria; los fundos cultivados quedan dispersos en los recovecos del

tal.

La ganadera es el principal rengln de explotacin. El hacendado posee sus animales y el indio jornalero radicado en el
fundo tambin tiene los de l. Las familias indgenas se encargan
del pastoreo de los animales del amo, as como del de los suyos
propios. La familia tiene a su cargo un determinado nmero de anisuelo.

males: viven en estancias alejadas unas de otras. El paisaje de


hacienda

es,

lidad, la hacienda es

la

de una empresa fragmentada. En reaun latifundio en el (pie operan con mtodos

por lo misino,

el

pequeas unidades agropecuarias bajo el control del


dueo o de su representante. El rgimen de trabajo en la hacienda

primitivos,

tiene (pie ver con los siervos residentes, yanaconas, personas que

disfrutan de una parcela dentro de las propiedades del amo, y


(pie tienen derecho para pastear sus animales, dando en cambio al

amo

servicios

174

ms

menos

especificados,

ms

menos

gratuitos.

El yanacona y su familia estn arraigados a la hacienda. El


arraigo tuvo su origen en adeudo que el jornalero pudo haber con
trado con

efl

terrateniente, en la venta que le hiciera

de su propia tierra, en

despojo que sufriera

el

el

;il

indio

;i

hacendado

manos

del

esos casos de la situacin de propietario libre

gamonal, pasando en
la de colono arrendador

o,

por ltimo, en

la

continuacin de un

arraigo iniciado en tiempos anteriores por los padres o abuelos del


trabajador. Los yanaconas tienen la obligacin de cuidar los gana

En

dos del amo.

determinadas pocas, los agentes del hacendado

Tendrn a contar los animales, a pedirle cuentas


<e

muchos casos en que

el

yos propios aquellos que

le

al indio.

Se sabe

indio se ve obligado a reponer de los sufaltaren por muerte, por prdida o por

cualquier otro accidente. Estos trabajadores tienen tambin la obli-

gacin de transportar las cargas que

el

hacendado o sus empleados

ordenen, a costas propias; estn igualmente obligados a seryir de

a prestar servicios personales por turnos en


en la hacienda, ora en la ciudad. Es el
servicio que corresponde exactamente al de huasicama en el Ecuador. El yanacona debe trabajar en los terrenos del amo tantos ms
cuantos das. Por lo comn no percibe jornal ninguno por estas labores: en los casos en que s se estipula algn pago, siempre es
menor que el tipo de jornal usual en la regin. Los yanaconas colonos disfrutan de parcelitas que pueden cultivar a su antojo y
costa, para usufructo particular. La extensin de estas porciones
es muy variable, muchas veces no pasan del tamao de la parcela
tpica del indgena comunero, que es pequea. Las tierras son, por
lo general, de mala calidad. Tienen estos peones tambin el derecho de pastoreo para sus animales y gozan de la humilde habitacin que, por lo comn, ellos mismos se han construido. Los hacendados emplean igualmente jornaleros pagados con salario estipulado, que vara con la regin y con los tiempos. El ao pasado
''pongos,'-

es decir,

las casas de los amos, ora

(1931)

el

jornal que se pagaba en Ayacucho, por

co era de 40

En
bin,

a.

Puno y por Cuz-

50 centavos diarios.

las haciendas del

aunque en pequea

Departamento de Cuzco

se

sigue tam-

escala, el sistema de arrendamientos,

me-

cual las haciendas alquilan tierras a los comuneros. Francisco Ponce de Len ha hecho un estudio sobre el sistema de arren-

diante

el

damiento de terrenos de cultivo en

el

Departamento

del

Cuzco y
175

arrendamiento por dinero, arrendamiento por trabajo, arrendamiento por frutos, aparcera o compaa y arrendamientos mixtos. En los primeros, el propietario
concede el uso de su terreno al arrendatario durante un tiempo determinado y por cierta tasa convenida, que paga en dinero. Esta
forma de arrendamiento es rara. La tasa del arrendamiento es variable depende, desde luego, de la clase de terrenos y de otras condiciones. Segn Ponce de Len, en el tiempo de su estudio, poda
considerarse como promedio de renta, 10.50 soles. El ao pasado este promedio pareca ms bajo, quiz de 8 soles. En el arrendamiento
por trabajo, el arrendatario paga con su trabajo. Es una forma muy
comn. El pago asume cuatro modalidades: un nmero indeterminado de das de trabajo sin jornal un nmero determinado de das
de trabajo sin jornal por tantos soles al ao, abonables en trabajo,
segn el jornal corriente, y por tantos soles al ao abonables en
trabajo por un jornal o salario convencional. La primera y segunda
formas de arrendamiento comprenden las condiciones a que estn
sujetos los yanaconas. Cito a Ponce de Len: "En la provincia de
Paucartambo. el propietario concede el uso de los terrenos a un grupo de indgenas, con la condicin de que hagan todo el trabajo que
requiere el cultivo de los terrenos de la hacienda, (pie se ha reservado el dueo o patrn. Generalmente trabajan tres das alternativos
por semana, durante todo el ao. Tienen, adems, los arrendatarios
o yanaconas, como se les llama en esta provincia, la obligacin de
acarrear en sus propias bestias la cosecha del hacendado a esta ciudad, sin remuneracin y la de servir de pongos en la hacienda misma y ms comnmente en el Cuzco, donde preferentemente residen
los propietarios. El servicio de pongos lo prestan turnndose por
semanas o meses, con o sin remuneracin: ello depende de la extensin del terreno que aprovechan, como del nmero de arrendatarios y la bondad de los pat iones. Hay fundos tan vastos y
dilatados que contienen entre sus linderos hasta una docena de
parcialidades o puebleeitos de indgenas, cuyos individuos, si bien
poseen comunalmente algunas tierras, viven, en gran parte, como
arrendatarios de las haciendas circundantes, o ms prximas. Una
de estas propiedades contiene entre sus linderos siete ayllus. compuestos de 20 a 70 familias, cada uno. La referida baeienda proporciona simultnea y constantemente 14 pongos, distribuidos en el
servicio de varias familias de nuestra Sociedad."
seala las siguientes modalidades

176

"Los terrenos no se dividen por igual entre los arrendatarios,


nno aprovecha lo que puede (y es lo que se llama su
maiay) sin que las condiciones varen, sea que cultive ms o menos. Las personas que me han informado, aseguran que nunca
llegau a cultivar toda la extensin de terreno que se les concede,
sino que cada

porque stos son de grandes dimensiones; y tanto que cada arrendatario pose cinco o seis secciones o "suertes," como acostumbran
de las que cada ao cultivan una sola, dejando las dems
incultas, hasta que al cabo de tres o cuatro aos de descanso les
llega el turno de ser cultivadas. Esta circunstancia da la idea de
la naturaleza de los terrenos arrendados, aprovechables una sola
vez por trienio o cuatrienio y cuyo cultivo implica cada vez un
decir,

nuevo trabajo de roturacin."

"Las mujeres viudas o ancianas que son arrendatarias, estando en la imposibilidad de pagar

la

parte que les corresponde en

un tranombre de

trabajo rudo do laboreo de tierras lo hacen suministrando

bajador o prestando sus servicios en la hacienda (con


mittanes), turnndose unas con otras." (*)

Aparentemente

el

los arrendatarios que obtienen tierras en es-

tas condiciones gozan de ventaja, porque es regla general que se les

deje en libertad para cultivar todo el terreno que puedan, con la

condicin de trabajar en provecho del dueo, siempre que

pero esta libertad es

licite;

ms aparente que

real,

pues

l lo so-

bien

si

que la extensin de tierra es ilimitada, su calidad es muy


inferior.. Las -tierras estn situadas, por lo comn, en el Puna, son
muy poco frtiles y de muy incmoda topografa la parte que se
puede cultivar con provecho es mnima y, como dice Ponce de Len
en su cita, solamente pueden cultivarse cada tres o cuatro aos.
Por lo que se refiere a la obligacin de trabajo, la mayor parte y
los mejores das del ao se emplean para las labores del hacendado,
le quedan al indio los das feriados o lluviosos, o bien, pueden quedar los cultivos al cuidado de la mujer o de -los miembros menores

es cierto

de la familia.

Por

lo

que respecta

(*)

I'once de

nos de cultivo en
cin.''

al servicio

ms bochornosas formas de

de las

el

de pongueaje, constituye una

vejacin,

humana. Ya

es siificien-

Len Francisco., "Sistema de Arrendamiento de terreDepartamento del Cuzco, y el Problema de la Distribu-

Cuzco, 1918. p. 14.

177
El

Indio

Peruano.

12

temente grave la servidumbre en la casa del amo, pero el hecho es


que el pongo puede regalarse o venderse a los amigos, durante su
turno de servicios. Cuando el indio va a desempear su servicio,
pierde hasta su nombre: se llama "pongo" sencillamente, y se le
considera como a una pequea e inofensiva a la vez que til bes
tia domstica.

En Puno

pongo una gorra en

y en

la

Paz (Bolivia),

la cabeza, distinta de la

se hace llevar al

que usan los otros

in-

dios; con ese distintivo el infeliz sirviente queda sujeto al maltrato de todos, en calles y mercados.

Los casos en que

el pago del arrendamiento se hace con tra


un jornal estipulado, son muy frecuentes; es regla general
en ellos, que el jornal que se pague sea menor al corriente en la

bajo, a

regin. Los arrendatarios libres,

pagan

si as se

puede llamar a los que

la renta por jornales estipulados, tienen libertad de dispo-

ner de los productos de las tierras que han arrendado, vendindo-

acomode; pero es muy frecuente que por circunstancias especiales se vean de hecho en la
los o haciendo de ellos el uso

que

les

obligacin de vender todos los productos al terrateniente; en este


caso, el precio de venta es casi siempre ms bajo (pie el corriente
en los mercados. Este fenmeno se observa particularmente en los
terrenos de montaa donde se cultiva la coca.

EL GAMONALISMO

El gamonalismo es

el

segundo aspecto del feudalismo agrario

peruano en la actualidad. Es trmino que significa


vejacin que sufre

el

el

despojo y

la

indio por parte del terrateniente ac] arador,

la extorsin constante de que los hacen vctimas esos

mismos

elementos y aun las propias autoridades. El gamonalismo es un


orden de cosas, un estado social, una actitud: quiere decir la condicin de desigualdad en que est

el

indio, respecto de las otras

clases sociales del pas, la condicin extrasocial que

lia

dicho Ma-

ritegui; es el coloniaje y el clericalismo que se proyectan a travs

de un siglo de vida independiente; significa la expoliacin, es


neo-feudalismo:

<]

quiere decir la connivencia de las clases sociales,

autoridades, clero, terratenientes para explotar al indio, sin escr-

pulos y sin conciencia.

178

179

Alarmados por Jas sublevaciones de los indios, los terratenienemprendieron una campaa de defensa y de explicacin. Pedro
Irigoyen, hablando por los hacendados, escribi algunos artculos
en "El Comercio/' de Lima, que reprodujo despus, en un folleto,
bajo el ttulo "El Conflicto y el Problema Indgenas."' Nadie puede
tachar al seor Irigoyen de animadversin en contra del latifundista y del hacendado, por el contrario por esta razn, lo que l
dice sobre los gamonales tiene peso particular:
tes

'Es notorio, desde luego, escribe, y nadie pretender negarlo,


que existen los llamados gamonales, (pie han constituido grandes
latifundios, mediante la detencin gradual y progresiva de parcelas de terrenos pertenecientes a los ayllus o a las comuuidades indgenas, a quienes se las han usurpado por la violencia o el engao,

muchas

veces, de la complacencia de las autoridades povenalidad de ciertos funcionarios judiciales. Esos


son los grandes enemigos de la raza aborigen y de la nacionalidad.

valindose,

lticas o

de

la

Constituyen no slo un baldn para nuestro pas, siuo que son


tambin uua constante amenaza para el orden social existente y
los ms eficaces colaboradores de los yerros con que se juzga, globalmente, el problema indgena y de la conversin de ste a confliclo nacional." (*)

COMO ES DESPOJADO EL INDIO DE SU TIERRA


Actividad predilecta de los gamonales instituida en un verdael despojo de la tierra de los indios. Tomo el si-

dero sistema, es

guiente relato de un caso tpico del libro "Cuestiones Indgenas,"


de Luis F. Aguilar. "El interesado busca un comunitario, lo hace
su compadre o entabla alguna relacin para sonsacarlo, inducindolo a otorgar una escritura de poder para su defensa, porque no

hay propiedad indgena

(pie

no est en pleito o en inminencia de

tarlo... pasado algn tiempo,

el

es-

fingido apoderado se presenta al

pues la escritura de poder


no era tal. sino de venta, verificada en confabulacin con el escribano. !esti<os y rbulas. Se corren las diligencias de posesin y el
comprador queda acreditado legalmente para la venta, con pleno
derecho. Vencidos los trminos Legales, Lechas las publicaciones
juez, pidiendo posesin de las tierras,

(*) Irigoven
1922. p. 8.

180

Pedro.

"El

Conflicto

el

Problema Indgena." Lima.

necesarias en los peridicos, acreditados y probados los derechos,


pide el lanzamiento del usurpado! de su finca... Como el apego

a su choza y a su tierra es entraable, el indio, las ms de las


veces se resiste a abandonarlas y prefiere someterse a la esclavitud, quedando desde entonces en calidad de colono en su propio
suelo, mientras que el apoderado fingido se convierte en dueo y
seor." (*)

El increble procedimiento que pinta Aguilar es cierto y demasiado generalizado. Alberto A. Salas, secretario de la Junta
del Patronato Indgena del Departamento de Cuzco, asienta en un
informe oficial enviado a Lima, que como dos terceras partes de
las reclamaciones de los indios ante la Junta, se refieren a compras fraudulentas de sus bienes seculares, que hacen los gamonales
en la forma descrita (**).

CASOS DE GAMONALISMO CITADOS POR EL PATRONATO

DE LA RAZA INDIGENA

El gamonalismo, como, mal organizado en todo el medio social


en contra del indio, queda completamente ilustrado con el siguiente relato escueto y un poco condensado del original, de los asuntos
que llegaron a conocimiento del Patronato de la Baza Indgena
del Departamento de Hunuco, en el ao de 1927

Denuncia de los comuneros de Umari, contra subprefecQueja del pen Francisco Mendieta, de la Hacienda "Jabonera," contra
propietario del fundo, seor fulano de
Memorial de los comuneros de Pachitea, denunciando los
el

1.

to de la provincia, por abusos y exacciones.


2.

el

tal.

3.

abusos del subprefecto y de sus gendarmes, con motivo de la Conscripcin Vial.


4.

Queja de los indgenas fulano y zutano, del barrio

billo, tal provincia,

contra fulano de

tal,

que

les

de Tamhaba decomisado

arbitrariamente 12 cueros de ganado y 2 acmilas.


5.
Memorial de los comuneros del pueblo de Raccha, quejndose de los incalificables abusos cometidos por el sargento fulano

y sus subordinados, en

la

persona y bienes de varios indgenas.

(*) Aguilar Luis F. "Cuestiones Indgenas." Cuzco, 1922. p. 32.


(**) "Boletn del Ministerio de Fomento." oh. cit. p. 402.

181

G.
Queja de los comuneros de Millpo, por arbitrariedades cometidas por el juez de paz, don fulano de tal.
7.
Queja de los indgenas de Churubamba, por abusos cometidos por el gobernador X.

'

Denuncia de Felipe Martnez, pen del fundo de montaa, de fulano de


quejndose de secuestro por parte de
Memorial de indgenas de San Jos, solicitando garantas
tranquila posesin de sus tierras de montaa.
Denuncia de Fausto Guniarra, contra don Luis Follega8.

ste.

tal,

los

9.

la

paria

10.

por secuestro del indgena Gregorio Gumarra, en


montaa. San Francisco.
tti,

11.

mando

Memorial suscrito por los comuneros de tal

el

fundo de

pueblo, recla-

que trata de arrebatarles don Vctor Funegra,


empleado de la Caja de Depsitos y Consignaciones.
12.
Queja de los indgenas de Malconga, contra el gobernador
las tierras

del valle

y sus decuriores

(*).

EL CASO DE LAURAMARCA.

CASO DE EXTREMISMO GAMONALISTA

De las actas de sesiones de la Junta del Patronato Indgena


Departamento del Cuzco se tomaron los siguientes apuntes respecto al caso Lauramarca, hacienda ganadera y el ms grande latifundio del Departamento del Cuzco. A causa de las insufribles

del

vejaciones de que se haca vctima a los indios colonos de este fun-

asumieron stos una actitud de rebelda y en la actualidad, no


habiendo dado buen resultado las gestiones que se hicieron para el
arreglo del conflicto, los colonos se han adueado de los fundos
donde estn asentados, mantenindose en una actitud rebelde en
contra del propietario. "Sesin sbado 11, 1926, Pedidos. El seor vocal Prisancho: que la gravedad que reviste la situacin
desesperante por la que atraviesan los numerosos indgenas que
habitan en las distintas comprensiones de la hacienda Lauramarca.
por efecto de las extorsiones que comete la fuerza all acantonada,
do,

los abusos que cometen las propias autoridades y las exigencias


inmoderadas y temerarias del propietario, seor don Ernesto Sal-

(*)

"Boletn del Ministerio de Fomento." Aos 1926-1927. Seccin de

Asuntos Indgenas, pp. 367-372.

182

dvar, que acogindose a la resolucin


l!)!*;},

suprema del 11 de mayo de

trata de cobrar herbajes devengados, de 4 y 5 aos atrs,

arrebatando

el

ganado a

los

deudores que

se hallan

en la imposi-

bilidad de solventar en efectivo..." "Sesin del 18 de septiembre,

1926.Entra a debate el informe de la comisin investigadora de


asuntos de Lauramarca. El seor vocal Frisancho que por
la lectura del informe de la Comisin, por el tenor de los memoriales presentados a la Junta por los muchos indgenas que vinieron a
esta ciudad (Cuzco), exhibiendo su miseria y los males que les

los

agobian, por los relatos que personalmente hicieron aqullos y,


finalmente, por las propias palabras de la autoridad departamental,

est probado hasta la evidencia la serie de abusos inauditos e

incalificables de que son vctimas los indgenas de

Lauramarca, a

quienes a fuerza de atropellos, exacciones y procedimientos nefastos, se les ha colocado en una situacin tan desastrosa que no

pueden menos de considerarse al margen de la Ley y de la Constituya que se ha atentado contra sus derechos de libertad, deportndolos a las regiones mortferas del valle de Ccosipata; se les
ha obligado a pagar herbajes por 5 aos atrasados, de golpe, arrebatndoles el ganado a todos los que no se hallaban en posibilidad
de hacer un desembolso tan fuerte e inusitado; se les ha vejado y
ultrajado, sin respetar ni el pudor de las mujeres; las fuerzas de
lnea all acantonadas, viven y se sostienen a expensas de los vveres, animales domsticos y ganados de los indios..." "Sesin del
2o de septiembre, 1926. El seor Cannigo Rodrguez dijo que
durante su estada en la provincia de Quispicanchi, ha tenido oportunidad de informarse de todos los hechos verdicos denunciados
por los indgenas agraviados de Lauramarca y de otros lugares, y
constatados por la Junta en gran parte, agregando muchos otros
detalles ms, desconocidos an, pero no por eso menos horrorizantes..." "Comparece la indgena Melchora Yapuna, de Tinqui, casada con Juan Villagra, y se queja de que la noche del viernes 17
del que cursa se presentaron en su casa 12 soldados de lnea montados, sin ningn jefe ni paisano que los acompae, y en medio de
los mayores ultrajes procedieron a violarla, acallando los desesperados gritos de auxilio que daba, y en seguida se llevaron consigo

cin,

una vaca, un
ticos,

caballo, cinco llamas, once ovejas, animales doms-

comestibles, sogas, costales, esquilas y cuanto tenan, que

183

todo esto ocurri durante la ausencia de su esposo en esta ciu-

dad

igualmente

se

queja de que los mismos actores, y en presencia


menor de 10

suya, tambin violaron a su hija Anastasia Villagra,


aos, dejndola exnime a esa consecuencia."

En

vista de la situa-

Patronato formul un enrgico memorial al Gobierno, denunciando los hechos, protestando por la poca actividad de las
autoridades locales, pidiendo el cese de la situacin y amenazando
con protestar en masa, en caso de que no se pusiese remedio. De
hecho, se le di carpetazo al asunto, y los indgenas han asumido
cin, el

una actitud de desobediencia

civil."

LA HACIENDA

VS.

COMUNIDAD

"El latifundismo peruano es una creacin histrica de la dominacin espaola y tiene en la usurpacin su ttulo originario y
autntico. ." "El latifundio se cre mediante el despojo de las tierras de los indgenas, unas veces disolviendo los ayllus, expulsndolos otras, englobndolos y sometindolos a la servidumbre, en la
.

generalidad de los casos." (*)

Estas palabras netas de Abelardo Sols dan la clave del coneutablado entre el latifundio, la hacienda, por un
lado y la comunidad indgena por otro. Ha sido una lucha en la
que se han jugado valores materiales, pero a la que, ms que todo,
han concurrido entidades morales. El conflicto ha enfrentado en
verdad, la tendencia esclavista del latifundista, para conservar traflicto histrico,

diciones coloniales feudalistas, y la tendencia del indio,


todava, para conservar su condicin de

hombre

ms

vieja

libre asentado

en

su propia tierra. Se intent en el Per la implantacin de la propiedad particular a expensas de los terrenos comunales, pero esto
lejos de producir la pequea propiedad indiya hemos visto
vidual como modalidad general, di origen a la formacin de los

latifundios en grande escala y con ello al englobamiento de muchos


comuneros dentro de un rgimen de servidumbre y de esclavitud

El indio, desposedo de su tierra, antes que dejar el solar


familiar, prefiere someterse a la servidumbre de la hacienda, con
tal de conservarlo. Hay comunidades enteras que han sido tragadas
virtual.

(*) Sols Abelardo, ob. cit. pp. 77-80.

184

por la hacienda. Las "estancias" de hoy fueron las tierras comunales

de ayer. El indio, yanacona o colono, paga con trabajo no reel privilegio de seguir viviendo en La tierra que ha sido

munerado,

y de los suyos desde tiempos inmemoriales. Las ms


embate de la hacienda destruye a la comunidad, la
disloca o la destroza. El fenmeno es bien conocido en el Per. Los
miembros de las comunidades disueltas, o inglesan a la hacienda
asiento de

de las veces,

el

como peones arraigados, o son braceros

sueltos que se alquilan aqu


segn pueden, o se van a las minas, o se arriman a los centros de poblacin para constituir el bajo proletariado, o, los ms
rebeldes, se echan a los caminos, dedicndose al bandidaje. La hacienda costea destruye al indio en cierto modo, pero lo absorbe o

lo

all,

transforma en un elemento, por

lo

comn, valioso;

la hacienda

de la sierra destruye a la comunidad y convierte al comunero libre


en un siervo perdido irremisiblemente, o lo lanza por el desierto sin

No hay, por desgracia, estadsel fenmeno es general a


Per ni en otros pases
las tierras de Indoamrica
que revelen numricamente los resultados de esta lucha trgica entre la hacienda y la comunidad
el engolfamiento de la pequea propiedad perdida para el indgena,
ganada para la hacienda, la destruccin lenta y brutal de los hombres hasta rendirlos por hambre, convirtindolos en parias y en
veredas de la desadaptacin social.

ticas, ni

en

el

esclavos, o la rebelin de los ms fuertes y su alejamiento o su levantamiento airado, ponindolos, en ambos casos, en una situacin
ms extrasocial an que aquella de la que se espacan. Pero la falta
de estadstica no logra ocultar la realidad del fenmeno. En el
Per, como en otras partes, la hacienda ha crecido a expensas de
a comunidad, los hombres libres se han hecho esclavos. "En el
Per, nos dice Carlos Valdz de la Torre, el nmero de haciendas
ha crecido en forma asombrosa. As en Puno, por ejemplo, se ha

centuplicado de 1SG0 a 1915."

(*)

En su estudio sobre la criminalidad indgena, Jos Antonio


Encinas demuestra que la criminalidad es mayor en la sierra que
eu la costa y que casi todos los crmenes obedecen al sentimiento
de odio, de venganza y de represin. En su opinin la criminalidad
del indio est ntimamente ligada con la miseria y, en lo general,
con la condicin econmica. La presencia del latifundio, determina
(*)

Valdez de

la Torre, ob. cit. p. 186.

185

curva ascendente de

la criminalidad,

segn

el

eminente ex rector

ms criminalidad en la sierra, donde el latifundio y el gamonalismo son ms agudos, que en la costa. Particularmente en aquellas regiones donde el gamonalismo es ms
de San Marcos; hay

severo, la criminalidad

tambin es mayor

(*).

COMUNEROS Y COLONOS

La diferencia entre los miembros de las comunidades indgenas actuales y los peones colonos de las haciendas es enorme. El
comunero conserva s\i propiedad y su calidad como agente humano
libre. Al hablar de las comunidades indgenas anotamos las diferentes clases de stas, segn el rgimen de tierras que disfrutan
pero todas

caractersticamente, se han conservado en propor-

ellas,

cin el grado en que han podido retener su tierra y el vnculo con

El comunero es miembro de un grupo, conserva muchas

la tierra.

de las tradiciones y costumbres de su grupo. El colono es un hombre vencido, su condicin econmica y cultural es inferior a la del

comunero. Donde ms resalta la diferencia es en la totalidad espiritual de uno y otro: el indio colono es ms torpe, ms conservador,
ms hosco, menos adaptable que el libre. Es cosa bien sabida que
los colonos se rebelan menos que los comuneros: la mayor parte de
las quejas

que llegan a los patronatos indgenas no son de colonos

sino de comuneros, y no porque les falten a stos motivos de queja,


los tienen de sobra, sino porque estn tan aniquilados que ya ni

protestar saben. Despus de lodo, aun para pugnar por la emanci-

pacin se necesita gozar ya de cierta libertad.


Desde el punt de vista econmico, la hacienda serrana no

adelanta

mucho

ficientes.

No

pequeo propietario indgena: los mtodos de


cultivo son igualmente atrasados, los rendimientos igualmente de;il

se conoce el

por decir que aun

la

monto de

las tierras comunales, y estoy

extensin de bis de hacienda es cuestin vaga.

En consecuencia, no puede hacerse una comparacin cuantitativa


de rendimientos. Castro Pozo ha calculado comparativamente la
produccin de trigo y nos da los siguientes datos: Primero. De 53
provincias sobre las (pie se obtuvieron datos respecto a superficie
(*^ Fncinps Jos Antonio. "Causas de
Lima. 1919. p. 19.

186

la

Criminalidad en

el

Per."

y produccin de trigo, en 49 concurrieron como productores de este


cereal las comunidades indgenas. Segundo. El total de tierras cultivadas con trigo, en aquellas provincias, asciende a 88,396.60 hec-

que 20,694.07 hectreas correspondieron a las comunidades indgenas de los departamentos andinos y el resto a los
grandes y pequeos propietarios de stos. Tercero. La cosecha resulta, en trmino medio, de 450 y 580 kilos por hectrea, para la
propiedad comunal e individual, respectivamente. Castro Pozo hace
treas, de las

que las tierras de los comuneros son generalmenmenos buenas que las de los hacendados y pequeos propietarios,
que en s mismo explicara la diferencia en contra del comunero,

la observacin de
te
lo

que a rendimiento por hectrea se refiere. Hay que pensar, adems, en que los indgenas ocultan los datos o tienen dificultades, de hecho, para rendir informaciones exactas (*)..
La comparacin de la comunidad y el latifundio, como empre-

por

lo

sas de produccin agrcola, dice Marategui, es desfavorable para


el

latifundio (**).

LEVANTAMIENTO DE INDIOS

Las sublevaciones indgenas en

el

Per han sido un fenmeno

frecuente, a travs de toda la historia de la Kepblica

pero se

re-

grado de infundir verdadera


alarma a los terratenientes. "Todos los levantamientos o sublevaciones indgenas, ha dicho Aguilar, no conocen otra causa que la
detentacin, el atropello y robo de sus propiedades; pero esto slo
crudecieron despus de 1920, hasta

el

cuando son comunitarios, que cuando son individuales, el dao se


consuma tranquilamente...'' (***')
Pedro Irigoyen, apologista de los hacendados, explica a su modo las sublevaciones indgenas: "Debido a ello, bien se comprender
que el colono no est, por s mismo, descontento, ni es l promotor
de los trastornos lltimos. No se han debido a protestas suyas, ni
menos a su accin. Han sido obra, puramente, de los indios de los
ayllus, comunidades o parcialidades, que se encuentran en condiciones econmicas menos ventajosas y, por desgracia, ms al alcance de los explotadores. Estos indios son los que, azuzados y agi<*)

Castro Pozo Hildebrando. ob.

cit. p.

433.

(**) Marategui, ob. cit. p. 61.


(***) Aguilar Luis F. ob. cit. p. 84.

187

tados por elementos anarquistas, que podran llamarse, han atacado


las estancias y

han esparcido entre sus congneres

el

propsito de

reconstituir el imperio del Tahuantisuyo, del que nada, mayor-

mente, pueden saber ni recordar. Se han hecho enemigos de los


hacendados, a quienes sealan como entrometidos en sus propiedades y a quienes quieren atribuirles el estado de decadencia y

degeneracin en que se encuentran. Se les ha hecho consentir en


que, suprimidas fcilmente las haciendas, podran ellos volver a

dominar sobre todo

En un

el territorio."

folletito

(*)

publicado por la Liga de Hacendados,

"La

Cuestin Indgena,'" 1922, se hace una relacin de los


disturbios indgenas del 24 de septiembre de 1921 al 18 de octubre
de 1922. Los casos que se apuntan son treinta y tres. La mayor

Verdad en

la

parte de stos estn registrados en los Departamentos de

Puno y

Cuzco. Cito unos cuantos, tomados al acaso

24 de septiembre de 1921. Ataque a las haciendas de Pinaya,


Culine e Ichocollo, incendios, robos y varios muertos, propietarios
y empleados.
13 de octubre. Los indios de Yauri, Ocoruro, Coporaque, Pichigua y Chuquibambilla quieren atacar esta poblacin, dirigidos por
los indios

de Puno.

15 de noviembre. Los indios se apoderan del pueblo de Capachica y obligan al gobernador a leer una proclama en que se da
cuenta del trmino que ponen aqullos a la autoridad republicana
y constituyen autoridades indgenas.
10 de febrero. Sublevacin de los indios, en la hacienda Comunidad, distrito de Asillo, propiedad de N. Romero. Al subprefecto de Azngaro, que fu a contenerla, se le apedre y se le hizo

un disparo. De

la

lucha entre los indios y la tropa, resultaron va-

rios muertos.

5 de mayo. Este da se sabe que para la inauguracin de

una

y escuela protestantes, establecidas en el ayllo de Saitaceota,


distrito de Santiago, provincia de Azngaro, cercano a la estacin
iglesia

de Laro, se reunieron gran cantidad de indios, llevando sus ganados, en la idea de que los evangelistas les distribuiran las haciendas vecinas, que invadieron: Laro, de los herederos de don Vctor

Manuel Beln; Ccoa, de


(*)

188

la

Irigoyen Pedro, ob.

seora Romero de Quevedo, y Pichacani,

cit. p.

14.

del doctor

de
el

Lampa

don Serapio Caldern. Fu necesario que


se constituyera

en

el

el

subprefecto

lugar indicado e hiciera respetar

derecho de propiedad.

18 de octubre. Los empleados de la hacienda de Caracara,


acompaados de un gendarme proporcionado por el subprefecto de
Lampa, al perseguir varios robos de ganado, hechos por los indios
de Achara (robos que frecuentemente se realizan en toda la regin, por indios armados), y al encontrar parte del ganado robado,
trataron de recuperarlo, pero son atacados por grupos numerosos
de indgenas, quienes apalean y hieren gravemente al gendarme y
al mayordomo Escobedo, matando al empleado de Otaz, cuyo cadver no ha sido posible encontrar.
Adrede he tomado los datos de esta publicacin, parcial al
hacendado; el objeto de tal folleto era demostrar, por una parte, el
peligro en que se encontraba el pas por la actitud levantisca de

que las sublevaciones obedecan a sugestiones


propagandas
subversivas
de gentes desafectas al Gobierno o de
y
extraos al pas, y, por ltimo, el afn de hacer aparecer a los
indios levantados, como meros malhechores. La situacin bastante
grave es casi crnica, pero el panfletista, deseoso de que el Gobierno usara una mano frrea, ms dura todava, la exageraba y, ms
los indios; por otra,

que todo, la torca.

Hubo en

aquella poca frecuentes levantamien-

tos de indios, los sigue habiendo

stos obedecen, en parte, a determinadas agitaciones no propiamente de anarquistas, como dice el


autor, o de protestantes, de algunos elementos sin credo poltico o
religioso en particular, que sencillamente se preocupan por la liberacin de las masas y por el progreso social del Per. Los levantamientos son. en este sentido, meramente un indicio del desperta:

miento de las masas peruanas. Los levantamientos son, por otra


parte, una respuesta directa al gamonalismo: donde ms fuerte
es ste, ms frecuentes han sido aqullos. Aguilar cita a un seor
gamonal que le dijo ingenuamente: "los indios estn ya demasiado
corrompidos; uno no puede ya hacer pescar un cordero de su tropa,
ni darles un puntapi que no se le insolten." (*)

Los levantamientos han

sido,

por lo general, actos violentos

de protesta y no han reconocido el mvil del robo o del vandalismo,


como motivo inicial. Es interesante recalcar una cosa y es que la
(*) Luis F. Aguilar. ob. cit. p. 64.

189

mayor parte de los trastornos proceden efectivamente de las comunidades, como dice Irigoyen, no porque los colonos no quisieran
protestar, sino porque estn va incapacitados para hacerlo.

Ms

bien que andar a caza de los fantsticos agitadores anar-

quistas y comunistas con que han venido atormentndose la imaginacin los gamonales y conservadores, harian bien estos seores, en
meditar en esta declaracin de la Junta Central del Patronato de
la Raza Indgena, presidida por el Arzobispo de Lima, ese testi-

ayudara a comprender cul es en realidad la causa de


los levantamientos de los indios: "Las ltimas reclamaciones que
vienen presentando los indios desde hace ms de un ao, son de tal
naturaleza, que producen una impresin de horror al leer su contenido. Pudiera parecer exageracin, pero la experiencia nos demuestra
que no hay tal. Pueden ellos, por su falta de cultura, no expresarse

monio

les

con suficiente claridad y aun decir a veces algo distinto de lo que


piensan pero en el fondo de su propia expresin se ve la crueldad
;

de los opresores y la triste situacin de los que sufren... Es necesario hacer un esfuerzo para que todos juntos logremos, cuanto
antes, el

mejoramiento de la situacin del indio. No olvidemos que


produce siempre reacciones funestas."' (*)

la opresin

LAS SOLUCIONES PROPUESTAS AL PROBLEMA AGRARIO

Que

el

problema agrario es agudo en

el

Per, nadie lo nie-

ga; que est ligado fuertemente a otros problemas nacionales,

particularmente con

el del indio,

todo

el

mundo

lo sabe;

muy

que no

podr intentar una reforma social en el pas sin resolver el problema de base, el problema del suelo, es tambin una cosa evidente
pero la manera de resolver el problema mismo, aparece con menos
claridad y, desde luego, no hay un concenso de opinin sobre la
materia. La preocupacin por la cuestin de la tierra es honda en
el Per. Ugarte, que trata el desarrollo econmico del pas, en la
obra que tantas veces hemos citado, "Bosquejo de la Historia Econmica del Per;" Castro Valdez. que describe el desenvolvimiento
de las congregaciones indgenas, en su importante libro "La Evolucin de las Comunidades Indgenas." y Castro Tozo, que ha estuse

(*) "Boletn del Ministerio de

190

Fomento."

ob. cit. p. 415.

diado objetivamente las modalidades de la comunidad


actual, todos, por 'diferentes caminos, llegan a la
es necesario proteger a la

indgena

misma conclusin;

comunidad, urge salvar

la

comunidad.

estudiando el problema agrcola peruano, sea


problema de la, tierra, en el Per, es una ecuacin
cuvos dos trminos son comunidad y latifundio. liemos visto, en

Abelardo

la

su frmula:

Sols,
el

la comunidad
maoso y protegido del la-

pginas anteriores, cmo en este enlazamiento fatal,


ha ido perdiendo terreno ante
tifundista. Dice Sols que

tin nicamente desde el

el

asedio

muchos han pretendido resolver la cuesla comunidad; protec-

punto de vista de

cin de las comunidades, divisin de las tierras comunales para

formar........
la pequea propiedad, rehabilitacin de las congregaciones,
hasta el intento de la inamovilidad de la propiedad comunal, que
es una especie de homc-xtead (hogar agrcola, patrimonio familiar),
.

pero que

el

problema no podr ser resuelto hasta que

se

toque en

sus dos trminos precisos, hasta que los reformadores no se decidan


a ver de frente la cuestin del latifundio.

hay que disolver,

si

Es

el

latifundio

el

se desea formar la propiedad pequea,

que

si

se

desea proteger y rehabilitar las comunidades. Es evidente que hay


que hacer cuanto se pueda por la comunidad misma no son ellas,
;

vemos al trazar su evolucin al travs de la larga historia peruana, organismos artificiosos nacidos ayer, no se las puede suprimir
con un mandato legislativo, pero, por la misma razn, no podremos
lo

transformarlas rehacindolas en oposicin al inters colectivo que


representan y a la tradicin que les ha dado aliento. Las comunidades son los nicos baluartes de la defensa del indio y de la vida
espiritual de los indios, frente a las asechanzas y embestidas del

latifundismo y las influencias deprimentes y destructoras de un


medio incomprensible u hostil. Pero el problema agrario, insiste

no se resolver con mantener el statu quo de las comunidaporque a la larga la condicin del indio resultara insostenible, puesto que no hay proteccin posible mientras subsista la
amenaza del latifundista. Solamente sin la existencia del latifundismo es posible el mejoramiento moral y econmico de las comunidades. Estos dos puntos de vista, el relativo al latifundio y el
relativo a la comunidad, quedan resumidos en las siguientes palabras de Sols: "ni rehabilitar la comunidad, ni crear en ella el
"home-stead," sera factible, benfico y duradero si al mismo tiemSols,

des,

191

po no se parcelarn los ltifundios improductivos y sin industria


y se socialicen los latifundios organizados (*). "La rehabilitacin
de las comunidades puede considerarse como un procedimiento
moral; el primitivo rgimen de las comunidades no constituye un
ideal agrario propio de nuestra poca.'* (**) "Lo nico que debe
proclamarse es que cesen los manipuleos de tierras y la servidumbre indgena. La solucin de nuestro problema agrario debe buscarse no por el lado de las comunidades agrarias, sino por el de
los poderosos detentadores de la tierra."

(***)

Casi todos los peruanos de la presente generacin que se preocupan por la reforma social del pas, estn conformes con el
punto de vista en que se coloca Sols y que acabo de esbozar. Hay
variaciones en el menor o mayor nfasis que se pone en un aspecto
o en el otro del problema,

si

en

el

fraccionamiento del latifun-

dio o en la rehabilitacin de la comunidad, pero en general, todos,


inclusive las gentes del Gobierno, ven la necesidad de tocar el

problema en sus dos partes.

PROTECCION DE LAS COMUNIDADES

Como medidas

de proteccin para las comunidades est, desde

luego, la accin legislativa.

Las congregaciones indgenas, dijimos

en otra parte, quedaron, al iniciarse

la

Repblica, sin base legal

y aunque de faci eran reconocidas, jurdicamente no tenan personalidad. Lista situacin qued modificada en la Constitucin de
1020. que reconoci la existencia legal de las comunidades de indios
y estableci la necesidad de que las autoridades declararan los derechos que les correspondan. La misma carta fundamental declara
imprescriptibles los bienes d ls comunidades indgenas. Un sinnmero de medidas adminisi rativas, algunas de las cuales ya hemos mencionado, y otras de que nos ocuparemos en el curso de este
estudio, revelan claramente la voluntad del Gobierno para prote-

ger a la comunidad. La creacin de una Seccin de Asuntos Indgenas, adscrita al Ministerio de Fomento, oficina encargada de velar por los intereses de los naturales

.y

Sols Abelardo, ob. cit. p. 73.


(**) Sols Abelardo, ob. cit. p. 74.
(***) Sols Abelardo, ob. cit. p. 76.

.(*)

192

y por

la proteccin

de las

comunidades, os prueba palpable del deseo oficial para amparar a


La creacin de los Patronatos Indgenas, de que hablaremos con detalle en otra parte de este estudio, organizaciones

los indios.

encargadas de or las quejas de los indios y de arbitrar en las cuestiones de los naturales entre s y de ellos entre los terratenientes,
fil tambin pincha del inters del Gobierno en pro de la raza
indgena. La proteccin a las comunidades se ha traducido de modo ms concreto, en proteccin a las tierras de la comunidad j en
esfuerzo para crear la pequea propiedad indgena. Ei Patronato

Raza Indgena

Departamento de
ao de 1927, al
sobre "si las comunidades o los miembros
para enajenar las tierras que poseen;" la
de

la

hacia

sulta,

el

del

final del

Huanaco

hizo

una con-

Ministerio de Fomento,

de ellas tenan derecho


oficina absolvi la con-

en el sentido de que el Patronato debera impedir, hasta


donde fuese posible, "la celebracin de contratos de compra-venta
de tierras que afecten a los intereses indgenas, ya que el Gobierno
sulta

tiene el propsito de hacer de los indgenas verdaderos propietarios,

proporcionando terrenos para sus cultivos y sus casas, aun


que carecen de esos bienes." (*)

a aquellos

FRACCIONAMIENTO DE LATIFUNDIOS

Por
aislada.

el

lado del latifundio, la accin ha sido

La agitacin de

ms

dbil,

ms

los agraristas es vigorosa, pero los inte-

y nada menos que


verdadera revolucin poltica y social podra determinar un
cambio a preciable en cuanto a fraccionamiento de las grandes propiedades. La Seccin de Asuntos Indgenas del Ministerio de Foreses creados tienen la consolidacin de siglos,

tina

mento tiene como una de sus funciones, a fin de promover la


pequea propiedad indgena, el fraccionamiento de los latifundios,
por la va jurdica administrativa. El boletn que tengo a la vista,
que contiene

menciona

el

siete

informe correspondiente a los aos de 1926 a 1927,


casos de adquisicin de fundos para su reparto

entre los indios. Todas estas operaciones, segn la documentacin

que se publica, partieron de la proposicin de venta que

el terra-

teniente hiciera al Gobierno del fundo correspondiente. Aceptada


(*)

"Boletn del Ministerio de Fomento."

Asuntos Indgenas,

Aos 1926-1927. Seccin de

p. 373.

193
El

Indio

Peruano.

13

en principio la proposicin, el Ministerio de Fomento procedi a


enviar sus ingenieros para la planificacin, medicin y valuacin,

de las tierras, para el levantamiento de censos de la poblacin indgena y para la formulacin de un proyecto de distribucin de
lotes. El fundo se pagaba a su propietario, segn la valorizacin
que de l hicieran los ingenieros del Ministerio de Fomento.

FRACCIONAMIENTO DE PASACANCHA

Veamos, en detalle, una de las operaciones de fraccionamienfundo Fasacancha (*). El fundo est en la sierra, por
el Norte, en el distrito de Siccibamba, a unos 3,450 metros sobre el nivel del mar dista dos jornadas a caballo de una estacin de
ferrocarril. El terreno es tan irregular que la estimacin misma
de su superficie resulta difcil. La poblacin indgena en el fundo
es de 510 personas, incluyendo hombres, mujeres y menores de
edad. El total de superficie de este fundo es de 4.994,543 hectreas,
de las cuales, son terrenos de cultivo, en nmeros redondos, 2,900,
terrenos capaces de ser irrigados, 675, y terrenos de pastos naturales, 1,405. Los procedimientos de cultivo que se emplean en esta
to: la del

ms rudimentapues ni siquiera hay regularidad en las medidas de estimacin, emplendose las antiguas, de yugada, almudes, etc. La prohacienda, dice el informe del ingeniero, son los

rios,

duccin agrcola se divide en dos partes

la

que lleva a cabo

hacienda, por su cuenta, y la produccin indgena.

Eu ambos

la
ca-

sos slo se aprovecha la dcima parte de los terrenos de cultivo.


Los terrenos sembrados por la hacienda son 87 hectreas; los que
cultivan los indgenas son 203. Tanto las tierras de la hacienda
como las de los indgenas, producen trigo, cebada, papas, maz y
alverjas. El ingeniero valuador estim el valor total de la propie-

dad eu 20,702 libras peruanas, o sean soles 207,020.00. Este fu el


precio que se pag al hacendado, segn el informe que cito. El
proyecto de distribucin propuesto por
tes de 15 hectreas
teros, viudos

ingeniero era de dar

lo-

sol-

y viudas, sealando para cada individuo, hombre o

mujer, una quinta parte del

lote, o

(*) "Boletn del Ministerio de

194

el

de tierra de cultivo a los padres de familia,

sean 3 hectreas por cada uno;

Fomento."

cit.

FP- 94-95-130-263 a 290.

de modo que

la

familia que tuviera cinco hijos, tuviese opcin a

otro lote. Los terrenos eriazos o por irrigar se dividen eu lotes


iguales, de cerca de 5 hectreas cada uno, que se daran a cada
matrimonio, viudo o viuda, y soltero, sin dar participacin a los

hijos

JUICIO SOBRE LA POLITICA DE FRACCIONAMIENTO

El caso Pasacancha ejemplifica con exactitud la poltica que


Gobierno ha venido siguiendo por lo que toca a fraccionamiento del latifundio. El comentario que puede hacerse a esta poltica
es que es enteramente incipiente, que la va jurdico-administrativa para la determinacin de los casos es lenta y costosa; que el

el

valor que se paga por los fundos, ajustados a los cnones econmicos actuales, resulta elevado; que el fraccionamiento parece ha-

ms para complacer al hacendado que para ayudar a


comunidades. Nada se debera objetar a este programa, a pesar
de las deficiencias que se sealan, si estuviera llevndose a cabo
en gran escala, de tal manera que se tuviese la seguridad de que en

berse hecho,
las

un perodo de tiempo no muy largo


mente

el

sistema latifundista en

el

llegase a afectar apreciable-

Per. Tal condicin, sin em-

bargo, no va cumplindose; es seguro que al paso que se ha venido

aplicando el remedio, se necesitarn dcadas,


para resolverlo.

si

no es que

siglos,

OTRA MODALIDAD DE REFORMA: LA VUELTA AL COMUNISMO

Hay una modalidad

interesante propuesta por los reformado-

res que desean resolver el


ciende,

problema agrario sobre la base,

del fraccionamiento del latifundio,

se en-

pero con vistas a la

reconsideracin o rehabilitacin de la comunidad indgena como,

Puede caracterizarse esta tendencia ideolgica como la vuelta


al comunismo incaico. Mejor dicho, como la promocin de una organizacin comunista que utilizando la tradicin, que no ha muerto, supiese crear una organizacin social para nuestro da, dentro
de la norma general del comunismo. Carlos Marategui, que clasifica los esfuerzos para la creacin de la pequea propiedad, coma

tal.

productos de la ideologa individualista de la demo-burguesa, dice:


"Congruentemente con mi posicin ideolgica, yo pienso que la

195

el Fer el mtodo individual, la frmula indipasado ya. Dejando aparte las razones tcnicas, considero fundamentalmente este factor incontestable y concreto, que
da un carcter peculiar a nuestro problema agrario, la supervivencia de la comunidad y los elementos de socialismo prctico eu la
agricultura y en la vida indgena." (**)
Segn el malogrado vidente limeo, el comunismo incaico es
un hecho que no puede ser negado ni desmentido; por haberse desenvuelto bajo un rgimen autocrtico. ''La destruccin del comunismo incaico y, por ende, de la cultura que s nutra de su savia.
e< una de las responsabilidades menos discutibles del coloniaje, no
tanto por haber constituido la destruccin de las formas autctonas, sino por no haber trado consigo su sustitucin por formas

hora do iniciar en

dualista, ha

superiores." (**)

Marategui, sin embargo, no se aterra a la solucin comunista

como

tnica posibilidad. Espritu amplio, l concibe la posibilidad

de vas resolutivas menos radicales; dice: "Pero quienes se mantie


si buscan de veras una
nen dentro de la doctrina demo-liberal
solucin al problema del indio, que redima a ste, ante todo, de su
servidumbre
pueden dirigir la mirada a la experiencia checa o
rumana, dado que la mexicana, por su inspiracin y su proceso,
les parece un ejemplo peligroso. Para ellos es an tiempo de propugnar la frmula liberal. Si lo hicieran, lograran, al menos, que
en el debate del problema agrario provocado por" ta nueva generacin, no estuviese del todo ausente el pensamiento liberal, (pie.

segn la historia escrita, rige

de

la

vida del Per, desde la fundacin

Hepblica." (***)

la

2.

EL

NDIO V EL ESTADO

BOSQUEJO DE LA ORGANIZACION POLITICA DEL PAIS

Per tiene un rgimen administra! ivo cenprovintralizado. El territorio se divide en 20 departamentos y


prosu
vez.
divididos
en
cias (orales. Los departamentos estn, a
vincias, s(as en distritos, los distritos en anexos y los anexos en

La Hepblica

del

:*

Marategui Carlos, ob. cit. p. 35.


)
(**) Marategui Jos Carlos, ob. cit. p. 37.
(***) Marategui Jos Carlos, ob. cit. p. 35.
(

196

Autoridades indgenas de

barrios.

la

regin de Titicaca.

Los departamentos y provincias litorales estn mandados

por prefectos, los jefes de gobierno de las provincias son snbpj-ehay gobernadores quienes nombran tenien-

fectos; en los distritos


tes

gobernadores para

bienio

de

distritos,

los

barrios.

anexos y alcaldes de vara para el go-.


Judicialmente el Per est dividido en

los

cada uno de los cuales comprende varios departamentos.

La sede de un distrito judicial debe ser la cabecera de

un departa-

En cada departamento

judicial hay una corte suprema: en


hay jueces de primera instancia para lo criminal y
para lo civil y en lo> distritos existe un juez de paz por cada 400
habitantes. En el orden comunal, cada provincia tiene un concejo
provincial, compuesto de doce miembros de eleccin. En la capital
de cada distrito hay tambin concejos de eleccin, formados por
5 miembros: un alcalde, dos sndicos y dos regidores. Los anexos
cuentaii con un alcalde municipal, que es nombrado por el alcalde

mento.

las provincias

del concejo provincial. Eclesisticamente el pas est regido por


el

arzobispo de Lima, que tiene como sufragneos a los obispos

de varios departamentos.

La

religin catlica, apostlica,

romana
197

es la nica reconocida y protegida por el Estado es, en otras palabras, la religin del Estado, pero, hasta cierto punto, los peruanos
;

que profesan otros credos

El Estado ejerce

religiosos,

gozan de libertad para ha-

Patronato Nacional, o sea la prerrogativa de designar a los eclesisticos para ciertos beneficios y para
ejercer otras tributaciones sobre materias conexas.
cerlo.

Por

el

que respecta a las comunidades indgenas, ya se dijo en


qu formas tradicionales de gobierno conservan y cmo estn relacionadas con la vida poltica del pas.

el

lo

captulo anterior

LAS CARGAS PUBLICAS DEL INDIO

Los indios, como el resto de los peruanos, estn sujetos al


pago de contribuciones fiscales. En el anexo de la Punta, provincia de Huancayo, la mayora de los jefes de familia son propietarios; su nmero es de 500, ms o menos, pero slo hay 50 contribuyentes, pues las acotaciones para el pago del impuesto predial
dejan sin cobro a los propietarios ms pequeos. Por otra paste,
los acotadores hacen excepciones de favor personal, segn su capricho, no cobrando a unos y tasando a otros excesivamente.

Me

deca el juez de paz del lugar: "quienes deberan pagar no pagan,


en cambio sufren en demasa algunos por los que se quedan libres."
El impuesto predial es del 2% sobre las utilidades, y la dificultad

para determinar tales utilidades hace ms viciosa an la aplicacin del impuesto. El mtodo de acotacin de contribucin, tanto
de predios rsticos como de los urbanos, ha venido a ser odioso
para

gente, por las injusticias de su administracin.

la

parte, la

manera caprichosa como

se

empadrona

la

Por otra

propiedad del

rgimen de contribuciones, lia servido a maravillas


al gamonal acaparador de tierras. Dice Encinas que basta ver las
matrculas del Catastro, para convencerse de que all lia mediado
la influencia de los terratenientes por un lado y la negligencia de
los actuadores por otro. Cree l que con seguridad el 80% de las
indio para

tierras

el

empadronadas actualmente (1918) no deberan estar

tas a contribuciones, porque su renta no

suje-

llega ni a 50 soles anua-

les (*)'.
(*) Encinas Jos Antonio. "Contribucin a una Legislacin Tutelar
Indgena." Lima, 1918. p. 70.

198

A
la

raz de la revolucin de 1930,

que trajo como consecuencia

cada del presidente Legua, la poblacin se fu en

masa sobre

en Iluancayo y los destruy. En


la actualidad las contribuciones se cobran segn las acotaciones
de 1912. El mal y el abuso sealado en la Punta, sobre la irregularidad en el cobro de los impuestos y las excepciones que muchas
los registros de las contribuciones

veces se establecen en contra del indio y a favor de los terratenientes, es general, segn se desprende de todas las referencias de
la literatura social indigenista.

El indio est obligado a prestar servicios personales para


el tributo, que haba perdurado
fin
abolido,
pero
que hasta ahora subsiste, en
fu
hasta 1824, al
liarte, en forma de servicio personal (*).
obras pblicas. Basadre dice que

La tradicin colectivista de los indios los lleva a ejecutar voluntariamente todas aquellas empresas de orden pblico que la
comunidad determine dentro de los lmites de la parcialidad. Muchas obras se realizan con esta aportacin del vecindario cami:

nos comunales, carreteras, iglesias, escuelas. Si se trata de obras


pblicas fuera de la circunscripcin comunal, las autoridades ordenan su ejecucin y los tenientes gobernadores de los anexos tienen entonces que enviar tantos ms cuantos hombres para el efecto. Los indios no reciben jornal ninguno por estas labores.

La Conscripcin Vial ha sido una de las ms severas y a la


ms reprobables obligaciones de trabajo personal que

vez de las

En 1920, el congreso expidi una ley por


a todos los individuos mayores de edad a prestar sus servicios, por determinado nmero de das, en la construcse

han impuesto

la

que

al indio.

se obligaba

cin de caminos departamentales o provinciales. Posteriormente,


la ley se

modific en

el

sentido de que los servicios habran de

La

prestarse nicamente dentro de la conscripcin provincial.

ley

pretenda apoyarse en la tradicional costumbre incaica, establecida por el imperio, mediante la cual las gentes deban servir para
la ejecucin

mente

de toda clase de obras pblicas. La ley result entera-

injusta, porque se aplic, de hecho, exclusivamente

a los

naturales, y porque las autoridades se excedieron en cuanto a


los servicios que demandaban, de modo tal, que un indio tena que

abandonar su familia y sus intereses durante muchos das a


(*)

Basadre Jorge. Per: "Problema y Posibilidad." Lima. 1931.

la vez,

p. 119.

199

hacindose cargo, al mismo tiempo, de su propia

pues no perciba

ni salario ni racin.

manutencin,

Se obligaba a los indios, por

otra parte, a ir a prestar servicios en regiones alejadas de su resi-

dencia, teniendo que hacer largas caminatas para llegar al lugar

La ley se hizo odiosa por los abusos que los jefes cometan a su amparo. Cada hombre estaba obligado a trabajar doce
das al ao o a remunerar al erario 12 soles, en caso de no desempear, pero como multa' se doblaba el servicio si el indio no se
presentaba a tiempo y muchas veces se desconoca o se destrua
el certificado que se le haba dado al indio por los servicios que ya
haba prestado, obligndolo a un nuevo turno. Varias personas me
han dicho que la carretera de Mejorada a Ayae.ne.ho se amas no
slo con el sudor de los indios, sino con su propia sangre. Fueron
tales los atropellos que con los trabajadores indgenas cometieron
los jefes militares encargados de la obra, tal el criminal maltrato
a que se les someti, que cuando lleg el camino a Ayacueho, la
poblacin, lejos de mostrarse alborozada, recibi con manifiestas
seales de hostilidad y de censura al jefe de la construccin. A
del trabajo.

raz de la revolucin de 1930, las gentes de la provincia de

cayo se echaron sobre las oficinas de los agentes de


destruyeron todos los registros.

Unan

la vialidad

Existe una condicin que bien puede designarse como de gamonalismo, poltico. Las autoridades locales menores extorsionan
al indio a cada paso. Se le exige trabajo personal no Tnicamente
para obras pblicas, sino muchas veces para labores que aprovechan particularmente a los pequeos funcionarios o a sus amigos.

La unin de

la Iglesia

jor ni tiene

ms

el

Estado en ninguna parte funciona

me

trgico significado que en los pequeos pueblos

seiianos, donde los gobernadores y los curas parroquiales han establecido una alianza indisoluble para la explotacin y extorsio-

namiento del indio.


LA SITUACION JURIDICO-LEGAL

El indio es un pleitista eterno. El 98% de sus litigios, se ha


son por asuntos de propiedad: la detencin lia sido
grande, la terquedad del indio invencible y su paciencia para reclamar su derecho es infinita. Hasta la saciedad se lia hablado
de las dese repite en todas publicaciones sobre la materia

calculado,

200

ficienoias de La administracin de justicia cu cuanto a las demandas del indio. Dice Delgado "que el Cdigo Penal, si bien de preceptos avanzados y muchos de ellos redactados para el indio, no

son cumplidos en cuanto a

cionales tienen, por otra parte,

se
tal

refiere.

Los tribunales corred

cantidad de procesos por Tallar

que no pueden cumplir con sus obligaciones. Segn memorial del


presidente de la corte del Cuzco, en 1!HM> haba ms de 4,000 expedientes, dlos cuales apenas unos 800 se. tenan resueltos (*)-.

El licenciado Jos Frisancho, en su calida;! de agente fiscal


de la provincia de Azngaro, hace observaciones sobre algunas vistas fiscales concernientes al problema indgena, que peinen en claro
la actitud parcial de los jueces de paz, en contra de los indios y
a favor de los gamonales. ''Si las actuaciones viciosas que se acaban de sealar, escribe, an fuesen deficientes para poner en trasparencia la manifiesta parcialidad del juez de paz (pie ha prev

nido en esta causa; hay todava otro hecho

hace resaltar

ms

significativo,

que

pasin banderiza de los jueces de paz, en cuanto

la

han organizado con ocasin de la sublevacin de los indgenas de Samn. Tal hecho consiste en que las autoridades instructoras' de esos sumarios, nicamente se han concretado a reconstruir la faz criminosa, cuya responsabilidad es imputable a las

juicio

multitudes alzadas; pero la otra faz, igualmente criminosa, cuya


responsabilidad pesa cobre la clase de los terratenientes, esta

l-

tima, seor juez, ninguna autoridad la ha querido afrontar ni ver,

hasta ahora."' (**)

Al discutir

la naturaleza del delito

de sublevacin indgena, el
Frisancho
hizo
mismo licenciado
declaraciones ante un juez de
primera instancia, que han sido publicadas en el folleto que se
cita en el prrafo anterior y dl que copio los siguientes extraetos: "La sublevacin de indios que, con cracter alarmante y endmico, viene conmoviendo en los ltimos aos las poblaciones
de la provincia de Azngaro, no es sino la resultante inevitable
del estado

mismo de

Tericamente, en

(*)

el

esclavitud en que los indios estn aherrojados.


texto de la Constitucin y leyes peruanas, se

Delgado Julio A. M. "Folklore y Apuntes para la Sociologa InAo II. Nm. 3. Lima, 1931. p. 171.

dgena." Revista de Educacin.

ma

(**) Frisancho Jos. Algunas vistas fiscales concernientes al ProbleIndgena, del Agente Fiscal de Azngaro. 1914. p. 27.

201

amparados por

ve que los indios estn

las

mismas garantas

indi-

viduales e iguales derechos civiles que las clases sociales consti-

tuidas en dominadoras y favorecidas; pero, ante los hechos reales

y en las relaciones efectivas del derecho que

eu estos

se practica

pueblos, aquellos preceptos legales no son otra cosa que frmulas

vacuas, apotegmas de ineficacia irrisoria, etiqueta banal que se


ostenta en la letra muerta de los cdigos. Si ha llegado el

momento

de decir con paladina entereza la verdad, sin deformarla en las


ticencias de las monsergas jurdicas,

por todas, que

los indios,

hay que declarar, de una vez

por lo menos en esta provincia, se ha-

de hecho, despojados no slo de los derechos que advienen de

llan,

personalidad jurdica, sino hasta de los

la

re-

ms primordiales

de-

rechos humanos, de los que ni aun los esclavos ni siervos de las


peores pocas se hallaron completamente privados..." (*)

La
1912,

me

situacin que queda descrita ha variado en mejora, de

ao en que escriba Frisancho, a

lo

manifest personalmente, pero

dava se est

muy

la fecha.

me

El mismo letrado

asegur tambin que

to-

de dar facilidades y garantas al indio


que los trmites procesales son muy complejos y costosos y que
lejos

a parcialidad de los jueces, a favor del mestizo, es, a

evidente.

Como prueba

de que

la situacin persiste,

deca, est

proceso que se sigui, en relacin con los asesinatos en masa de

el

indios, en la provincia de Espinar, crimen del


sable, prcticamente, todo el electorado

la provincia,

una
los

que resultaba respon-

(mestizo). El diputado de

hombre influyente, promovi y logr

la expedicin

de

ley por el congreso, en la que se concedi amnista a todos

innodados en tales asesinatos.

ha intentado cierta mejora en


el

me

cada paso,

Como

la

otra demostracin de que se

administracin de justicia para

indio, est el testimonio del agente central del

la R;iza

Patronato de

Indgena, que dice en su informe correspondiente a 1927:

"Felizmente, estos graves abusos de algunos magistrados sin con-

han encontrado freno en la prerrogativa que hoy tiene la


suprema corte, de no ratificar los poderes de los magistrados de
primera y segunda instancia cuando lo tenga por conveniente. Y
ciencia

(*)

202

Frisancho Jos. ob.

cit.

pn. 30 a 34.

en 1025, al aplicarse por segunda vez esta prerrogativa constitucional, se tuvo preferentemente en cuenta la actuacin de los jue-

ces en los asuntos de indgenas.'' (*)

BOSQUEJO DE LA LEGISLACION PERUANA RELACIONADA CON EL INDIO

Jorge Basadlo, haciendo juicio comparativo de la Repblica


y la Colonia, en cuanto a la poltica indianista, dice: "la legislacin civil ignor a la comunidad y al indio. As el Per republi-

cano fu inferior a

la Colonia,

que tuvo abundantes disposiciones,

creando, siquiera tericamente, una tutela social para la raza aborigen. En tanto no hubo lmites para el derecho de adquisicin

para falta o el atraso en el cultivo, ni


quiera la sancin indirecta del impuesto." (**)

territorial, ni sanciones

Hemos

juzgado, en lo general, la legislacin republicana,

si-

re-

comunidad y, sobre todo, a las propiedades comunales.


Despus de 1839 hubo apenas ordenamientos de importancia, hasta
que vino el Cdigo Civil del 52, y ste, ya lo hemos visto, fu ms
bien de resultados negativos que positivos para el indio. Del segundo advenimiento de Legua al poder, en 1919, se not una evi-

lativa a la

dente preocupacin legislativa en relacin con

el

indio,

de ten-

dencia favorable a su proteccin y mejoramiento. El bosquejo que


sigue est tomado del artculo de Delgado, a que se ha hecho referencia, de las obras de Valdez de la Torre y de Csar A. Ugarte
y de algunas otras fuentes secundarias. Los comentarios son mos,
excepto cuando se cita otro autor:

Decreto de San Martn. 27 de agosto de 1821. Aboli el trique no se llamara indios o naturales a los indgenas, sino
peruanos.
1.

buto

2.

Decreto de San Martn. 2S de agosto de 1821. Abolicin del

servicio personal.
3. Decreto de Bolvar. 30 de marzo de 1821. Prohibi tributo,
quedando los indgenas igualados en derechos y obligaciones a los
dems habitantes del Estado.
4. La misma igualacin en materia de gravmenes fu establecida por la resolucin del -1 de julio de 1825. Todo esto fu incor-

(*) '"Boletn del Ministerio de Fomento. " ob. cit. p. 402.


Basadre Jorg'o. ob. cit, p. 118.

(**)

203

porado en el artculo 139 de la Constitucin del ao de 1828.


Yaldez de la Torre hace notar que si bien se aboli el tributo, fue
implantada la ''contribucin de indgenas." cuyos productos se des
tinaban al pago de sueldos de las autoridades. Esta contribucin

no desapareci definitivamente sino hasta


del general Mariscal G.

Ramn.

el

decreto dictatorial

5 de junio de 1S54.

La desigualdad en el rgimen territorial se haca sentir agudamente ya en estos primeros aos de la Repblica. La comisin
nombrada para hacer un proyecto de Constitucin, llam la aten
cin al "desigual reparto de las tierras,*' y se declar impotenle
para formular medidas legislativas que remediasen la condicin

que apuntaba':
,").

tierras
t>).

No

<

Decreto de Bolvar. Abril 8 de 1S24. a). Se vendern las


nacionales en un tercio menos de su tasacin legtima
entrarn a venta bis tierras de los indios, a quienes se d':

clara legtimos propietarios,

ctfri

derecho 'de venta o enajenacin;

Las tierras de comunidad sern repartidas entre los indios que


no tuviesen ninguna tierra, asignando una mayor extensin a los
casados: d). Las tierras de comunidad, sobrantes, se Vendern tamc).

bin: r). Se har la venta de las haciendas pertenecientes al Es-

promover la fundacin de pueblos dentro de


medida beneficiaba directamente a los yanaconas, en-

tado, con objeto de


esta

ellas

casillados en las haciendas). Sobre este importante decreto ntese:


il) se distingue la propiedad nacional de la propiedad comunal, lo
que quiere decir (pie se abandonaba la teora real del derecho divino
de la corona sobre todas lns tierras: (2) de hecho las comunidades quedaron disueltas, ya que lo que les daba personalidad jurdica, segn bis ordenanzas de Toledo y la jurisprudencia colonial,
eran, justamente, las tierras de que se haba dotado a las reduc-

ciones.

Decreto de Bolvar. Julio 4 de 1825. o). Rectifica en parte


decreto anterior, en el sentido de que los indios no podan ena0.

el

jenar sus tierras hasta

el

ao de 1850 y jams en favor de manos

muertas, so pena de nulidad; b).

En

la

masa de

tierras repartibles

se incluan aquellas de que se hubiesen aprovechado los caciques

y repartidores por razn de su

oficio: c).

los caciques de

sangre

en posesin y los que acrediten legitimo derecho, se les declara


propietarios en absoluto de las tierras que se les hubiesen asig-

204

nado O

se

decreto,

como

los

del anterior

dar tierra, en caso de que no la tu viesen. Este


nn tanto en contra del radicalismo

se ve. reacciona

muestra cierta parcialidad a

'avor

de

los

caciques

de sangre.
Circular de Bolvar. Diciembre de 1820. Da preferencia pareparto de tierras a los indgenas originarias sobre los joras-

7.

ra

el

teros, es decir, se reconoce una preferencia que no est de acuerdo


con la teora democrtica de la Repblica y que da a las comunidades ciertos privilegios.
8. Ley del -*U de marzo de 1828. Este es un Importante ordenamiento <pie tuvo graves proyecciones en la economa nacional.
a). Se reconoce a los llamados indios y mestizos, dueos con pleno
dominio de las tierras que actualmente ocupen por repartos y sin
contradiccin; b). Se asignarn tierras a los indgenas y mestizos
(pie actualmente no las tengan, conforme a la estadstica que se
levantar al efecto; o). Slo los dueos que sepan leer y escribir
podrn enajenar sus tierras; d). Verificada la reparticin, las tie-

rras sobrantes se destinan a fondos de instruccin pblica para

mismos pueblos. Ntese: il) reconocimiento de derecho de propiedad plena: (2) mencin de mestizos; (3) taxativa para vender
basta el ao de 1850, se sustituye por la de saber leer y escribir
l4i reparto sujeto a estadstica, que nunca se hizo; (5) nada se
los

dice de las tierras comunales, de pasto.

Constitucin de 1828.

:).

No

obstante que la legislacin citada

de hecho destrua o desconoca a las comunidades, la Constitucin

tcitamente las reconoce pues en un artculo ordena que ciertos biebeneficio de las
nes y rentas de comunidades indgenas queden
;i

mismas.
10.

Constitucin de 1839. Artculo

8.

Inciso 1><?

Excepta de

obligacin de saber leer y escribir para ser ciudadanos en ejercicio, a los indgenas, hasta el ao de 1S14. Esta igualacin no fala

voreci al indio, por

el contrario, quit el obstculo jurdico para


desposeimiento de la tierra, pues si bien es cierto que con la
ordenanza anterior (saber leer y escribrir) tambin se podan si-

el

mular ventas, legalmente, quedaba


indio

el

derecho de reclamacin al

en los casos de analfabetos desposedos. Ntese que

esta, ley

en realidad deroga la del ao 28 aunque no se ha entendido as en

muchos

alegatos.

205

11.

Ley del 19 de noviembre de 1839. Afirmaba

la tendencia

del estatuto boliviano del 24, hacia la liberacin de los peones de

hacienda, para libertar a los pueblos englobados dentro de las ha-

ciendas y para procurar la formacin de nuevos caseros. Se declara que los habitantes de pueblos as englobados (yanaconas en
su inmensa mayora), gozaban de los derechos de ciudadana y de
la propiedad de los terrenos que comprendan, debiendo, para el
caso, satisfacer
les

los propietarios el precio que ellos acreditasen

muy liberal que


recuerda que estas comunidades englohaban sido en muchos casos las verdaderas propietarias

haba costado. Ntese: la ley no es radical ni

se diga, sobre todo si se

badas

de la tierra. Otras leyes posteriores (1853 y 1877) han perseguido


igual finalidad. Castro Valdez afirma con razn que bastara po-

ner en prctica cualquiera de estas leyes, para libertar buen n-

mero de caseros y con ellos a sus pobladores.


12. Ley 2285. 16 de octubre de 1916. Sobre

servicios

y salarios

indgenas: a). El trabajo personal de los indios ser remunerado

en dinero en efectivo; se prohibe obligar a los naturales a servir en


Jornal en la sierra, no menor de 20
contra de su voluntad b
;

centavos, aunque se les hiciesen concesiones de pastos, riegos, etc.

Contrato de residencia no mayor de un ao; d). Prohibido el


o secuestro para exigir pago de deudas; e). El juicio entre patrones e indgenas sobre prestacin de servicios; tendr intervencin el ministerio fiscal. La ley es de gran importancia. Fu
reglamentada el 11 de mayo de 1923. De los considerandos del
decreto supremo reglamentario, se viene en conocimiento de que
la ley no haba sido cumplida. Una de las disposiciones reglamenc).

embargo

tarias fu que la tasa de jornal se fijara cada seis meses.


13.

Constitucin de enero de 1920. Artculo 58. "El Estado

proteger a la raza indgena y dictar leyes especiales para su


desarrollo y cultura, en armona con sus necesidades. La Nacin
reconoce la existencia legal de las comunidades de indgenas y la
lev declarar los derechos (pie les correspondan. " Artculo 41. Es-

tatuye que "los bienes de propiedad del Estado, de instituciones


pblicas y de comunidades de indgenas son imprescriptibles y slo
podrn transferirse mediante ttulo pblico, en los casos y en la

forma que establezca

la ley."

Decreto de septiembre 12 de 1921. Sobre creacin de la


Seccin de Asuntos Indgenas. Se dispone el establecimiento de
14.

206

esta Seccin, con las siguientes atribuciones: a). Estudiar e inves-

tigar la situacin de los indios; h). Vigilar sobre cumplimiento de

aquellas leyes que ataen a su proteccin; o). Atender quejas;


d).

Proponer medidas tendientes a evitar los abusos en contra de


como para su educacin y progreso econmico.

los naturales, asi


15.

Decreto de 29 de mayo de 1922. Sobre creacin de los Padefender a los indios, estimular su

tronatos Indgenas. Objeto

adelanto cultural y econmico, evitar luchas entre colindantes. La


reglamentacin concreta, ms estos fines y atribuciones: a). Investigar causas de disturbios entre colindantes; b). Estudiar sistema

de remuneracin y procurar que el salario sea justo; c). Ampararlos en sus garantas individuales. Funciones: dar estmulos, hacer

propaganda higinica, procurar embellecimiento de hogares, pueblos, etc., promover elevacin de comunidades.
Decreto del 24 de julio de 1925. Crea comisin de ingenielevantar planos catastrales de comunidades indgenas, a fin de expedir ttulos. Los gastos deberan ser sufragados
por el Estado, esto no obstante, veinte comunidades indgenas
16.

ros.

Objeto

Quispieanchi, Parcartambo y el cercado


mismas dar mil soles cada una para

(provincia de Canchis,
del Cuzco)

solicitaron ellas

que se hiciera

el trabajo.

No

se

ha hecho a

la fecha.

IT. Decreto del 25 de agosto de 1925. Determina


miento y registro de las comunidades.

el

reconoci-

18. Decreto del 22 de julio de 1929. Declara la intencin del


Gobierno de establecer escuelas especiales para la poblacin indgena y crea, en el Ministerio de Instruccin, la Direccin de Edu-

cacin Indgena.
19.

Decreto del 5 de ocUibre

ele

1929. Crea en las provincias

de poblacin predominante aborigen, Comisiones Oficiales de En-

seanza Indgena, presididas por los alcaldes municipales. Define y reglamenta las funciones de la Direccin de Enseanza Indgena.
20.

Decreto del 28 de junio de 1930. "Contiene," segn Del-

gado, "todo un vasto plan de poltica incorporadora del indio."

Su finalidad primordial
tos

indgenas,

campaa

desanalfabetizacin de los nios y adul-

enseanza del idioma castellano, cultura

cvica,

higinica, vulgarizacin de prcticas agrcolas, etc.

En

207

autonoma de la Direccin de Enseanza Indgena. El ordenamiento qued sin efecto por motivos del
cambio poltico que sobrevino en agosto del mismo ano.
este decreto se declaraba la

TRES INSTRUMENTOS CIVILES PARA LA PROTECCION Y MEJORAMIENTO


DEL INDIO: LA SECCION DE ASUNTOS INDIGENAS

rio

El decreto del 12 de septiembre de 1921, cre en el MinisteFomento la Seccin de Asuntos Indgenas, que tuvo por

de

objeto la investigacin de todas aquellas cuestiones relacionadas

con la raza indgena, la supervisin del cumplimiento de las

le-

yes relativas a su proteccin y al estudio tcnico de los catastros


y mensuraciones de los predios de los indios. Durante los primeros aos de su funcionamiento recogi

una gran cantidad de datos

e informaciones, que analizados, podran determinar con exactitud objetiva los perfiles de la fisonoma y las modalidades de la
vida indgena en la actualidad. Hildebrando Castro Pozo, jefe de
esa Seccin por algn tiempo, obtuvo los datos con los que ha
redactado su valiosa monografa "Nuestra Comunidad Indgena.'*
citada repetidamente en el curso de este estudio. Durante los aos
de 1020 y 1927, segn el ltimo informe que tengo a la vista, se levantaron ms de SO planos de fundos de comunidades y se hicieron
estudios completos para la compra y fraccionamiento de las haciendas y latifundios que durante ese perodo adquiri el Gobierno.
De la Seccin de Asuntes Indgenas dependieron administrativamente tambin los Patronatos de la liaza Indgena de (pie hablo
en seguida. Tengo entendido (pie se lia pensado en una posible fusin de la Seccin de Asuntos Indgenas con la Seccin de Enseanza Indgena, adscrita al Ministerio de Instruccin de darse
este paso, que, por el momento, parece haber sido pospuesto, se es
tara ya bastante cerca de La creacin del Ministerio de Asuntos In;

dgenas, (pie algunas personas interesadas por la cuestin del indio


lian propuesto.

PATRONATO DE LA RAZA INDIGENA,


El decreto de 29 de mayo de 1922 cre los Patronatos de la
Indgena. Ksos Patronatos reconocan como cabeza la Junta

liaza

208

Central) establecida en Lima, presidida por

el

arzobispo y se ra-

mificaban en el pas en comits locales de los diversos Departamentos. Las juntas regionales eran presididas por el obispo correspondiente y se integraban por miembros escogidos dentro de las
personas prominentes del lugar, que se hubiesen distinguido en el
inters por el bien de los indgenas. El presidente de la Repblica
designaba, cada dos aos, a los miembros de

la Junta Central y
componentes de Jas juntas locales, a propuesta de
la Junta de Lima. El objeto general de los Patronatos fu la defensa del indio, promover. todo lo que contribuyese al adelanto mota
y econmico de los naturales, evitar, hasta donde fuese posible,
las extorsiones que sufre el indio y, sobre todo, servir como tribunal
de arbitraje para las cuestiones que se suscitaran entre los indgenas y entre ellos y los hacendados. Los Patronatos Indgenas
fueron apoyados decididamente por el Gobierno de la Repblica,
pero no se lleg a expedir la ley reglamentaria que definiera de
manera precisa sus funciones y atribuciones. Ordenamientos parciales establecieron que las autoridades civiles tenan la obligacin
de cumplir las disposiciones tomadas por los Patronatos: se estableci, igualmente, la personalidad jurdica de los Patronatos en pro
del indio. Uno de los puntos dbiles de la reglamentacin de estas
Juntas fu que ni los indios ni los hacendados tenan la obligacin
de someter sus cuestiones a la consideracin o arbitraje del Patronato, de modo que las partes se quejaban a l o no, segn les conviniese, y de igual manera aceptaban o recbazaban su fallo. Los
Patronatos de la Raza Indgena fueron suprimidos de hecho y sin
que mediase disposicin ninguna para ello, despus del cuartelazo
de 1930. quiz por considerrseles ineficaces, pero tal vez tambin
porque haba sido una creacin personalsima del presidente dic-

nombraba a

los

tador derrocado.
LA DIRECCION DE EDUCACION INDIGENA

La Direccin de Educacin Indgena fu creada de modo un


tanto incidental, por

el decreto del 22 de junio de 1929, ordenamiento que estatua de manera terminante la enseanza de la religin catlica en las escuelas de la Repblica y prohiba la enseanza de cualquiera otra, tanto en los establecimientos particulares
como oficiales. Incidentalmente se incluy en el artculo 6 9 el si-

209
El

Indio

Peruano.

14

guente estatuto: "Crase en el Ministerio de Instruccin la Direccin de Educacin Indgena, cuya administracin y organizacin sern determinadas por el supremo Gobierno."

De tal organizacin as como de los resultados de este importante instrumento hablaremos en la seccin siguiente.

Una disposicin de importancia, relacionada con el bienestar


de las comunidades indgenas, fu la creacin de la Comisin de
Ingenieros que debera levantar los planos catastrales de las coas como las disposiciones que ordenaban el
reconocimiento y registro de las comunidades y la formacin del
censo agrario.

munidades indgenas,

La preocupacin oficial por el indio queda patentizada con la


abundante legislacin de la ltima dcada y con los instrumentos
ejecutores y en cierto sentido ejecutivos que fueron creados en el
seno del Gobierno para asegurar la proteccin de los indios y
promover todo lo que pudiese contribuir a su cultura y mejoramiento. Los tres principales organismos creados, la Seccin de
Asuntos Indgenas, el Patronato de la Baza Indgena y la Direccin de Educacin Indgena, tienen que ver con tres aspectos resolutivos de la cuestin del indio, el administrativo, el persuasivo y
sentimental y el educativo escolar. No es en este punto donde he-

mos de juzgar

sobre los mritos de estos intentos de solucin;

hecho de que el Gobierno peruano, en los


ltimos aos, ha querido compensar el olvido republicano de medio
.siglo, con la iniciacin de un programa amplio y bien orientado
para la resolucin del problema indgena.
conviene subrayar

el

3. EL INDIO

Y LA ESCUELA

OBSERVACIONES DE CARACTER. GENERAL SOBRE EL SISTEMA ESCOLAR

El panorama escolar peruano es amplio y variado. Desde el


punto de vista administrativo, altaica todos los planteles de los
sistemas modernos, desde el kindergarten hasta la Universidad. Sus
grados son: las escuelas de prvulos, sostenidas casi todas por la
iniciativa privada; las escuelas primarias, que tienen un curso de
cinco aos; las medias, que abarcan otros cinco, y las profesionales y universitarias. En el grupo de las profesionales quedan in210

cludns las normales, en

el

otro van comprendidas las de grado

superior y las diversas facultades, de jurisprudencia, de letras, ciencias, medicina, etc. La enseanza secundaria o media se da en los
colegios nacionales, de los cuales, en 1926, funcionaron 29, siendo
d: 1

ese

nmero 2G para varones y l resto para mujeres (*). En


mismo ao de 1926 estuvieron abiertas 6 escuelas normales, de

este

que egresaron 118 maestros, siendo varones 48 y nmjeres 70.


Las escuelas normales son de dos clases: las elementales, que reciben a los alumnos a la terminacin de los cinco aos de instruccin
primaria y los someten a \m plan de estudios que dura tres
las

tanto la terminacin de la enseanza primaria como la de los cinco aos de la media y sujetan
al alumno a un programa de estudios de tres aos normales. Todos
aos, y las superiores que exigen

los colegios nacionales

tienen anexa

la

mayor parte de

las escuelas

una seccin de instruccin primaria. En

normales

este sentido

peruanas ofrecen cierta semejanza con las


escuelas francesas: los liceos y colegios, que incluyen, como es bien
sabido, secciones de enseanza primaria. En el Per, como en Francia, pueden ingresar a las escuelas secundarias no solamente los
alumnos que hayan hecho en los anexos sus cursos de enseanza
elemental, sino tambin los que procedan de otros establecimientos. En 1926 funcionaron en el pas 3,357 planteles ele instruccin
primaria, atendidos por 5,537 maestros. Las escuelas se dividen en
dos grupos: los centros, que son las principales, de curso completo
de cinco aos y que fueron 410 en el ao citado, y las que se designan sencillamente como escuelas, las cuales pueden subdividirse
en planteles para varones, planteles para mujeres, establecimientos mixtos y los especiales. Fueron 1,476 las escuelas unisexuales
que funcionaron en el pas en 1926 y 1,338 las mixtas. Entre los
planteles especiales, que fueron 27, se cuentan escuelas vocacionales, escuelas rurales y escuelas ambulantes. El grupo de escuelas mixtas es interesante para nuestro objeto, pues ellas son las
escuelas de los pequeos lugares de poblacin, es decir ele los elistritos, anexos y barrios; son, por lo mismo, las que tienen relacin
con la poblacin indgena. Deseo llamar la atencin, desde luego,
al hecho de que la escuela rural es considerada en la categora de
las escuelas secundarias

(*1 EstoT y los datos estadsticos oue siguen son tomados del
to de Estadstica Escolar de 1926. Ministerio de Instruccin. Lima.

Extrac-

211

"planteles especiales" y de que existen slo unas cuantas.

La

ins-

cripcin a las escuelas primarias oficiales en 1!)20 fu de 262,267


la asistensia inedia de 165.723, de stos, fueron nios 104.722 y
nias 61,001. Segn la estadstica que consulto, existan en el pas,
en el mencionado ao. 238 planteles particulares de instruccin

primaria con una matrcula de unos 28.000 alumnos. A la seccin


de instruccin secundaria de los colegios nacionales, concurrieron, en el ao que vengo citando. 5.203

alumnos de

los cuales eran

varones 4.695 y mujeres 508. Tambin existen en el pas planteles


secundarios particulares, en 1926 fueron 54. con una matrcula de
3.000 alumnos, en

Cuando

nmeros redondos.

se cre la Direccin

de Enseanza Indgena se

carg de las escuelas especiales, destinadas a

la

la en-

poblacin de na-

turales: despus, en 1930. se pusieron bajo su jurisdiccin unas


1.300 escuelas, con objeto de que fuesen incorporadas al tipo rural.

Este plan no perdur y al poco tiempo los planteles fueron devueltos a la seccin de personal del Ministerio, quedando la Direccin de Enseanza Indgena como al principio, nicamente con el

cuidado de las escuelas especiales para los indios. En la actualidad se ha pensado en volver a poner bajo la jurisdiccin de la
mencionada oficina los planteles mixtos. Aunque hemos de referirnos al asunto un poco ms tarde, no huelga asentar en este lugar,
que existen unas 200 escuelas particulares, debidas a la iniciativa
de las comunidades indgenas o fundadas en los pueblos de indio?
por las misiones religiosas, particularmente por las protestantes.

LA SITUACION" ESCOLAR EX HI AXCAYO

Los datos generales que he dado lian de cobrar relieve y adsi los consideramos a la luz de la situacin escolar de la provincia de Huancayo. que puede servirnos como ejem-

quirir significado,

plo para dar realidad a la estadstica. Tanto esta provincia


la

de Jauja, ambas del Departamento de

-Tunn.

Per, tienen fama por su afn por la instruccin.

ms pequeos

en

el

Aun

como

centro del
los pueblos

tienen escuela. La poblacin campesina, recurdese,

densa y bien asentada, es de indgenas (pie van rpidamente incorporndose al medio social y amestizndose. Al Norte de Unancayo, la mayor paite de los indios hablan ya el castellano; hacia
2/2

Sur el conocimiento del lnguj'e es menor. Gsi todas las comunidades han construido casa para escuela por su propia cuenta, y
algunas por su propia iniciativa. Los planteles de estas pequeas
poblaciones son del tipo mixto, pero la asistencia de los varones
el

sobrepasa siempre, en mucho,

la

de las nias. VA analfabetismo

me inform

en estas regiones es menor que en otras comarcas. Se


(pie

en proporcin

su poblacin, de unos 15,000 habitantes, Iluan-

cayo compra y se suscribe a ms peridicos (pie Lima. Lo creo,


juzgando por la avidez con (pie la gente adquiere los diarios nola llegada del tren, y por mltiples puestos para la
venta de publicaciones en las calles, asi como por el gran nmero

che a noche.

de personas

;i

detienen en esos mismos lugares para leer la

(pie se

prensa en los tableros. Siguen algunos datos estadsticos corres-

pondientes al ao de 1931, sobre las escuelas de

la

Huancy, que me fueron proporcionados por

inspector de la

el

provincia de

zona
Escuelas de

la

Provincia de Huancayo

Centros escolares para varones (5 grados)


Centros escolares para mujeres (5 grados)..
Escuelas elementales, varones (3 grados)
Escuelas elementales, mujeres (3 grados)
Escuelas elementales, mixtas

9
2
19

15

22

Total
Preceptores

67

Varones
Mujeres

66
57
Total

Normalistas,

2-

123

grado

24

Normalistas, elementales.
Con diploma de preceptor
Sin diploma

38
56
-

Alumnos varones, matriculados, escuelas


Alumnos mujeres, matriculados, escuelas

oficiales.

6,967

oficiales.,.-...

2,025

Total.
las

primarias, anexas al

123

Total.

Alumnos de
Normal

Colegio y a
.

Total

8,992
la

600
9,592

2/3

Escuelas Particulares:

En
En

la ciudad de
el

Huancayo

resto de la provincia

Total

Alumnos matriculados, varones,


Alumnos matriculados, mujeres,

10

escuelas particulares...
escuelas particulares.

Total

224
733
957

Colegio Nacional de Santa Isabel, para varones, de enseanza media, con primaria anexa:
Seccin primaria, anexa
Seccin secundaria o media

300
400
Total

700

Escuela Normal Elemental para Mujeres:


Seccin Primaria, anexa

300
99

Seccin Normal
Total

399

Poblacin urbana de Huancayo. sejjn un censo levantado por


los maestros en 192S, 12,000.

Hechos
o).

tpicos que se

Nmero

demuestran en estos datos:

crecido de maestros no normalistas.

b) Preponderancia de los nios sobre las nias, en la inscripcin de las escuelas oficiales.
c) Preponderancia de las mujeres sobre los varones en la ins.

cripcin de lns escuelas confesionales.

d)

Escuelas particulares (casi todas son confesionales) esta-

blecidas preferentemente en las ciudades.

La anotacin de

b) se explica, en parte,

por la resistencia de

la poblacin indgena a enviar a las mujeres a la escuela; la de


o) quiere decir que la gente confa uns en La escuela particular
que en la oficial, para la enseanza de bis nias. n Huancayo, la
matrcula de nias constituye 22.5', do la total en las escuelas
fiscales, mientras que en las particulares es el 76.5%.

214

ALGUNAS IMPRESIONES FRAGMENTARIAS SOBRE LAS ESCUELAS


Sobre
cho ms

el

campea en las escuelas peruanas es mums que todo, por la circunstancia de que

espritu que

difcil hablar,

no pude visitar los establecimientos por estar en vacaciones. Las


ligeras notas que doy son impresiones parciales que pueden carecer de significado. Son entradas fragmentarias de mi libro de viaje.
El centralismo de la escuela peruana me parece excesivo. Las
escuelas primarias estn sometidas a programas detallados dictados en Lima, iguales para todo el pas y aparentemente idnticos,
tanto para las escuelas urbanas de organizacin completa, como
pra las mixtas. Estos programas estn prescritos por semanas para todos los grados y para todo el ao. Hay prescripciones como
Primer ao. Primer semestre. 13* semastas (se toma al acaso)
na. Lengua Nacional, lectura: lectura de las lecciones 35, 36, 37 y
39, dramatizando los juegos que contienen... Dibujo, dibujo del
natural ramas de hojas acorazonadas. Cuarto ao. Primer trimestre. 3^ semana. Lengua Nacional, escritura y dictado, cartas de
Historia: rebefelicitacin e invitacin; ejercicio de maysculas.
lin de Pumacachua; batalla de Humashiri... Educacin Fsica:
elevacin adelante de la pierna tendida y el brazo del lado contrario; dem elevacin lateral de la pierna y el brazo del lado con:

trario.

(*).

Visit la exposicin de trabajos manuales que el Centro Esco-

Huancayo, present con motivo del fin de ao.


La exposicin me pareci notable por la evidente habilidad manual
que se revela por parte de los nios, aun los de ms tierna edad,
por el manifiesto deseo de hacer artculos titiles, aunque el criterio
lar para varones, de

de utilidad a veces parece no

ir

de acuerdo con

el

medio, y por la

tendencia, bien clara, de aplicar motivos de arte indgena en las

decoraciones y aun en la forma de algunos artculos, con resultasi muchas veces son grotescos o amanerados, otras cons-

dos que,

tituyen verdaderos aciertos.

uno de

los

se debi,

ms

En

artculo de peridico que escribi

entusiastas profesores del Centro, a cuyo esfuerzo

en gran parte,

el xito

de la exposicin, habla repetida-

mente de que la escuela debe dar cabida tanto


como al "indgena."

al talento "cholo"

(*) Programas analticos de instruccin primaria dictados por la Direccin General de Enseanza. 1931.

215

He

conversado con muchos maestros del Departamento de JuTodos me parecen en extremo ignorantes ele la realidad indgena de su pas, aun en sus rasgos ms salientes, y con poca o ninguna simpata hacia el problema del. indio. "Aqu no hay indios."
me decan a cada paso. fJada de lo que dice Castro Pozo se ve
por aqu."' (Muchas de las observaciones de Castro Pozo se hicieron justamente en esta regin). Cuando me quieren decir que tal
nn.

o cual parcialidad es niuy india, diran siempre "es

muy

atrasada."

Uno, refirindose a la feria de Huancayo, me dijo "Los domingos


es un horror ver a tanto indio por estas calles."
Los maestros del Cuzco tienen ms inquietudes por el indio
que los de Huancayo, pero aun stos, salvo contadas excepciones,
sufren de esa ceguera social tan comn a las clases magisteriales
urbanas. Los profesores que se interesan por cuestiones indgenas
lo hacen desde un punto de vista histrico-arqueolgico o cuando
ms folklrico, pero no veo, ni aun en stos, una verdadera emocin
:

social.

Los sindicatos de maestros van generalizndose rpidamente


el Per, estn en su primera etapa, constituyndose pro-

en todo

piamente.

man

En

la provincia

de Huancayo todos los preceptores

for-

parte del sindicato, que viene a constituir una especie de

asociacin magisterial. El sindicato tiene por fin la defensa gremial, el mutualismo y el perfeccionamiento profesional.

La unin de la Iglesia y el Estado en el Per determina una


colaboracin entre los cuerpos eclesisticos y los civiles, en materia escolar, que

mal de

no resulta conveniente. En Lima

seoritas, que es el

la

escuela nor-

nico establecimiento de enseanza

normal completa en todo el pas, el que ha de preparar el alto profesorado primario femenino, est regenteado por monjas. Es fcil
adivinai- el espritu que estas religiosas han de infiltrar en las futuras maestras peruanas. En el Cuzco el colegio de seoritas enseanza media l, que tiene una seccin normal para preparar profesoras para las escuelas oficiales, tambin est en manos de
madres. En varios lugares los colegios de religiosas reciben subven
i

cin para

de

el

establecimiento de cursos vocacionales

Ayacacho. Como

tal es el

caso

monjas hubiesen alguna vez demostrado otra habilidad vocacional que la de confeccionar artculos intiles de gusto dudoso y manjares de regalo, para endulzar
el paladar de los curas! Tuve informes de (pie en estos estableci216

si

las pobres

La

Un inspector escolar
y el Estado."
y un padre, director de una escuela oficial.

"Iglesia

217

mientos, as sean pagados por el Estado, quien manda en verdad


no son las autoridades escolares del Ministerio del Ramo, sino los

obispos y los curas. Si el inspector pretende hacer sentir su direccin, la clericaya le har la guerra. El inspector escolar del Cuzco
quiso corregir un error ocasionado por una omisin de copia en el

plan de estudios del curso normal, regenteado por las madres, que
haba dado por resultado que no se ensease aritmtica a las aluinnas.

Cuando

ao, se di cuenta de tal

el inspector, al finalizar el

error, llam la atencin a la

madre

superiora, quien hizo del asunto

una cuestin personal y se neg terminantemente a hacer la enmienda que se peda. Cuando el inspector insisti, la madre se
defendi con el obispo. La cosa lleg hasta Lima y el resultado es
que han pasado dos aos y el error no se ha subsanado, dndose
el caso de que en este ao se graduarn las alumnas del curso normal, sin haber hecho estudio ninguno de aritmtica.

LAS ESCUELAS Y LAS MASAS INDIGENAS

En

la

Punta, poblacin de unos 2.500 habitantes, de los cuales

son indgenas como 2,300, hay una escuela mixta fiscal. A ella
asisten como 45 nios, 35 hombres y 10 mujeres slo 4 alumnos
;

son indgenas. El caso es perfectamente tpico.

La Punta

dista unos

cuantos kilmetros de Huancayo. La poblacin es preponderantemente indgena y, sin embargo, a la escuela asisten casi exclusi-

vamente

los mestizos.

As pasa de hecho en todas las poblaciones


el caso que

rurales del Per. Todava hay otro hecho que anotar en

En

mismo anexo de

Punta, uno de los barrios


ha construido recientemente, en colaboracin comunal, un edificio
para escuela, deseando establecer una por su cuenta. Tal parece que
consideramos.

ese

la

esta accin de ellos ha sido espontnea, es decir, no ha sido promo-

vida por las autoridades civiles ni por las escolares. El caso, que

no es

inslito, puesto

que hay muchas comunidades que han cons-

truido sus escuelas, revela lies hechos importantes:


indio para tener escuela, su renuencia

enviar

el

deseo del

sus hijos a los

planteles establecidos y la aparente apata de las autoridades.

Las escuelas del campo, esto es, las mil y tantas escuelas mixtas que funcionan en los pequeos poblados del Per, corresponden

al bien

218

conocido tipo de escuelas urbanas, de categora

in-

Una
ferior, escuelas

veces
leer

escuela mixta.

urbanas mutiladas, como las he llamado yo tantas


mal aprender a

escuelas de "peor es nada," escuelas para


escribir, pese a los

programas detallados que los funcionaNo hay asomos, en

rios capitalinos conciben desde sus oficinas.

estos planteles, ni de educacin activa ni de educacin funcional

tampoco

se caracterizan

por enseanzas o actividades relacionadas

el concepto ni siquiera existe


con la vida rural, mucho menos
que tengan que ver de manera particular con la comunidad indgena.
El translado de este grupo de planteles a la Direccin de Educacin

Indgena, podra sin duda modificarlas en mucho, en cuanto a sus


miras y a sus procedimientos, pero aparentemente las autoridades
escolares peruanas no se han decidido sobre el particular, como lo
prueba la circunstancia de que estos planteles fueron adjudicados
a la mencionada Direccin y luego retirados de ella. Las autori-

dades escolares tienen, ms bien, la idea de que las escuelas rurales,


y ms an las indgenas, deben ser planteles especiales y que los
otros componentes del sistema escolar, as sean los que funcionan

campo y muchas vemismos conglomerados indgenas, nada han de

en los pueblos pequeos, principalmente en


ces dentro de los

el

tener que ver con ellas.

219

UN NOTABLE CASO DE TRABAJO CON LA COMUNIDAD:


LA ESCUELA DE CHUMO

Supe de un solo

caso, llego

a.

creer que es excepcional, del

es-

fuerzo para que las escuelas mixtas fiscales se conviertan en centros de socializacin y de mejoramiento comunal. Este movimiento
lia

sido

de

la

promovido en

el

Departamento

del Cuzco, por el inspector

zona, profesor Julio C. Acurio. Se

lia

designado con

el

nom-

bre de extensin escolar y se refiere a la labor que las maestras

pueden hacer en el vecindario. Tengo entendido que el profesor


Acurio. promotor de la idea, obtuvo permiso del Ministerio para
ensayar su plan de extensin escolar. Transcribo a continuacin
extractos del informe de una seorita profesora, que desarroll
el experimento en la parcialidad de Chumo, distrito de Sicuani, en
el Departamento del Cuzco. El informe habla por s mismo, demuestra, a mi entender, con la elocuencia de los hechos, las posibilidades de que las escuelas desarrollen un programa social en las

comunidades rurales del Per. Quiero decir por anticipado, y esta


n nica crtica al proyecto del profesor Acurio, que el nombre
de "labor de extensin escolar," que ha dado a su experimento,
acusa por s mismo una cierta limitacin de concepto. 2o debera
ser considerada propiamente esa labor como de cite unin escolar,
sino como la obra de la escuela misma, cuando se toma la escuela
como centro de la comunidad, como organismo comunal.
"Informe de ta seorita Mara Jditll Arias, .sobre su labor de
extensin csf 'lar, iterada a Cabo en WS'l, demostrando la xrsibilidad de su esif>le< imiento. -Doy aqu una ligera noticia de la laliop de extensin escolar que llev a vaho durante el ao (pie fenece.
es

"Soy preceptoia principal de hr escinda nmero 7.!M)4 de Chumo, parcialidad del distrito de Sicuani. provincia de Canchis. Trabajo cinco lloras y media diarias con 140 alumnos, varones, de asis
Inicia recular sobre ISO mal neniados. VA primer y segundo aos de
instruccin corren a mi cargo y 70 nios de seis a ocho aos (pie no
salien
cilio el

una sola palabra de castellano,


haber liquido

de. S/. 59-37

la

cargo de

La

auxiliar. Per

auxiliar S/. 49-87.

"La escuela funciona de nueve a once y media de La maana y


de Una y media a cuatro y media de la tarde. Disponemos de un
(pie se paga veinticuatro soles anuales. El mobiliario
de ocho carpetas bipersonales, de una pequea
constan
y enseres

local por

220

el

mesa, de dqs pizarras murales y de un contador, teniendo que arbitrarnos asientos de adobe para evitar que los nios se sienten en
el

suelo terroso o permanezcan de pie.

"Como una
ra del

de las propugnadoras de la "Escuela Hogar" y auto


programa de extensin escolar aprobado por el Instituto de

Maestros, de febrero de este ao. me propuse transladar al campo


experimental todo aquello que patrocina infatigablemente el normalista, seor Julio Csar Acurio y a cuya labor meritsima tuve
l

honor de aportar mi modesto contingente. Los resultados dicen


alto de la bondad de dicho proyecto.

muy

"Para no faltar a mis labores cotidianas de la escuela, busqu


horas adecuadas, que no iludieron ser otras pie de 5 a
de la maana de los das mircoles. Sala de mi casa con el alba, llevando
un pequeo maletn con suficiente cantidad de hilo para coser y
tejer, agujas, tijeras, revistas agrcolas, un pomo de yodo, otro de
agua oxigenada, gasa, algodn esterilizado, un botecito de pomada
secante, un peine y dos jabones mercuriales.
!(

"Cuando me present por primera vez en las casitas en las que


comenzaba a encenderse el fuego, los moradores se sorprendieron;
pero a rato de platicar con ellos ya estaban libres de todo recelo,

porque siempre causa recelo

la presencia del

indio. Sellada la amistad, desenvolva

blanco en

la

casa del

mis propsitos ante

los pa-

dres o ante varias familias que habitaban casuchas apretujadas en

torno del hogar del abuelo. Luego daba indicaciones sobre la ubicacin de los gallineros, conejeras y establos; en seguida penetraba
en las viviendas, conversando acerca de la mejor organizacin de
la cocina, del dormitorio, de los graneros, y sobre el

mayor cuidado

que es necesario tener con las prendas de vestido.

En

de las casas encontraba a las gentes cocinando

me daba

el

la

mayora

almuerzo, lo que

la ms
muchas veces adolecen

ocasin propicia para dejar indicaciones sobre

cional confeccin de los potajes, qne

ra

del

exceso de hierbas aromticas, de la falta de coccin adecuada y.


la limpieza,

tanto de

prepara como de los utensilios empleados.

Una que

generalmente, se resiente de

r en la preparacin

ele

la

persona que

otra vez colabo-

estos lihuerzos, que se reducen a

una

sola

vianda de que se repiten dos o tres platos. Especialmente combat


la

mala costumbre de emplear

los

dedos para tomar los alimentos.


221

como la carne y las papas, y la


comida al perro y al gato en

la

no menos condenable, de dar


mismos platos de que se sirven

otra,

los

las gentes.

"Tomaba a uno o dos cbiquillos, generalmente a los menorcitos,


y haciendo uso del jabn y del peine, los aseaba con la mayor solicitud. Casi inmediatamente los padres disponan el aseo de los

En

mltiples casos, cuando encontraba nios y


aun adultos con escrfulas, sarna o heridas purulentas, curaba em-

otros muchachos.

pleando

el

yodo,

el

agua axigenada,

la

pomada

secante, el algodn

o la gasa y hasta me permita dejar prescripciones curativas. Mi


campaa ms intensa era higinica y seguramente a ello obedeca

que padres e hijos

el

das, a

mi regreso de

me

esperaran aseados y con las casas barriCuando no haba

estas largas peregrinaciones.

mucho que hacer predicaba sobre

las funestas consecuencias del

alcoholismo y del abuso de la coca, teniendo que tocar forzosamente


la cuestin de los cargos religiosos que provocan bacanales repugnantes y empobrecen a quien los asume.

"De esta manera fui haciendo campaa por la vacuna, por la


adopcin de sistemas ms racionales de curacin de enfermedades
endmicas, sobre la conveniencia de algunas mejoras en el avilo, de
las

comunidad entera, como reforma


construccin de un pozo general de bao. Fui

que pudiera aprovecharse

de los caminos o la

la

enseando a las mujeres a confeccionar y coser vestidos, tejer abrigos del material que ella misma prepara en la rueca, lavado y renovacin de la ropa, as como lecciones sobre puericultura. Estimumejora de las industrias caseras, como

l la

breros y

el

preparacin de

"Desde

la fabricacin

como

tejido de prendas personales, as


la arcilla

el

de

de somla

mejor

para tejas y cacharros.

abril hasta fines de octubre

pude

visitar,

en labor

silen-

ciosa y paciente, ms de mil quinientas casas de las parcialidades


de Chumo, Chumo-Suyo y Suyo, teniendo que verme obligada a in-

terrumpir en esa fecha por haber sufrido, en

la

ltima visita, la

mordedura de un perro, que me imposibilit caminar largas

dis-

tancias, pe canee del que tuvo conocimiento el Inspector de Ins-

truccin. Sin embargo, las casas cercanas a

sitadas repetidas veces, y

como

mayormente

de mi labor.

222

la influencia

la

escuela fueron

vi-

es natural, en ellas se dej sentir

"lie llegado hasta la distancia de siete kilmetros, es decir, has-

ta donde poda ir y regresar para concurrir a las nueve de la ma-

ana a

la escuela,

acompaada,

ms de

las

las veces, por la seorita

auxiliar, que comparti gustosa la fatiga de estas excursiones

ma-

aneras.

"Los resultados no
las casas

ya amigas,

Cuando pasaba junto a


moradores me saludaban alegres, ufanos

se dejaron esperar.

los

de presentarse aseados y mostrndonos a los chiquillos que tambin estaban igualmente aseados. Continuamente reciba en la escuela la visita de estos graciosos pequeuelos, que recorran uno
o dos kilmetros para decirme

que estaban limpios.

"Muchos padres de familia pedan con

insistencia escuelas es-

peciales para mujeres, pues no ven con buenos ojos las escuelas

mixtas. Creo que es necesario escuchar esta solicitud, porque esas


escuelas prestaran gran utilidad en la preparacin de las futuras

madres, que carecen de todo concepto para dirigir sus hogares. Es

muy

sugerente lo que pas en una visita: llam a la madre para

ensearle a cortar y coser una camisa

gando que

se le ensease a l

el

marido

porque su esposa era

se opuso, ale

muy

huanoji

(persona que no sabe hacer nada o que todo lo hace mal).


"Si de una o dos visitas al ao se consiguen resultados tan

opimos, se puede deducir lo que se obtendra con recorridos dia-

semanales para cada casa.

rios, o siquiera

"Una de

mayores sorpresas para las autoridades y vecinos


para el 28 de julio todas las casas del ayllu
se presentaran remozadas de pintura blanca. Esparcidas por la campia o ya trepando los cerros, se mostraban como blancas margalas

de Sicuani fu

el que,

ritas desafiando la helada glacial de la

poca e irguinclose, como

una prueba rotunda de lo que es capaz la accin de la escuela


llevada al hogar. Y pensar que esto no se deba ms que a una
simple insinuacin
lo

que vean en

Algo ms

los ayllos vecinos se

Chumo y Suyo y

estimularon con

pintaron tambin gran nmero

de casas.

"El ochenta por ciento de los habitantes han construido sus


catres: cuatro estacas firmes que sostienen un enchaclado. Ya es
algo, por lo

menos esas camas

se

han levantado

del suelo."

223

EL MOVIMIENTO ESCOLAR INDIGENISTA Y LA DIRECCION

DE EDUCACION INDIGENA

El movimiento escolar indigenista reconoce como centro de


organizacin y de estmulo la Direccin de Educacin Indgena,
que, como ya se ha dicho, fu creada dentro del Ministerio de Edu-

La reglamentacin qne se le di posteriormente le


asign como atribuciones la promocin de todo lo que contribuyese
a la cultura y mejoramiento por medio de la educacin, de la raza
indgena. El personal con que cuenta actualmente es un director,

cacin en 1929.

un

visitador,

un auxiliar y un empleado de

oficina.

La gestin de

este importante cuerpo, hasta las postrimeras de 1931, puede re-

sumirse en los siguientes puntos: 1. Control unificado de los


planteles educativos que tienen que ver con los nios indgenas:
internados indgenas, granjas escuelas, etc. 2. ('reacin de dos es-

cuelas normales indgenas, una en el Cuzco y otra en Tingua las


escuelas estn proyectadas y la del Cuzco cu vas de prxima inau;

guracin,

como anexo de

la

escuela agrcola

<V>

Kcaira.

3.

Creacin

de la escuela rural de Tuyo y ampliacin de la de Soccoscocha.


4.
Promocin de un Congreso Nacional de Educacin Indgena
que debera tener lugar a principios de 1932. 5. Creacin de la

seccin de estudios cientficos sobre

el

aborigen

blicacin del rgano de la Direccin,

la

revista

perrtuiio. G.

Pu-

mensual "Quipus,"

que est destinada a divulgar los conocimientos educativos sobre


el indio, y .propugnar por el incremento de intereses sociales en
torno de este problema. 7. Reglamentacin de las escuelas particuEstudio del alfabeto quechua, para lo cual la
lares indgenas. 8.

Direccin convoc a una asamblea de intelectuales y distinguidos


hablistas dl pas, que sometieron a la consideracin del Gobierno
las pautas para la escritura del alfabeto citado.

La Direccin de Educacin Indgena ha pasado


podra entrar, permitindolo

del perodo de

situacin general del pas,

tanteos y
a la etapa de labor fecunda y organizada. El .Ministerio de Educacin estudiaba un proyecto de orga n i/acin para ella, segn el
la

cual se crean dentro de su seno tres secciones: la de estudio tc-

nico vocacionales del problema aborigen. La de administracin y


la de extensin cultural y campaa en contra del analfabetismo.

La primera seccin habra de tener cuatro sub secciones,

la

de

es-

tudios psico-soeiolgicos una. la de pedaggicos otra, la de cultura

224

artstica la tercera y la de estadstica la ltima.

Ya

se dijo en al-

guna otra parte qne se pensaba en la posible fusin de la Seccin


de Asuntos Indgenas y de esta de Educacin y tambin he hecho
mencin, repetidas veces, a la posibilidad de que las escuelas mixtas pasen a la Direccin de Enseanza Indgena. En la actualidad

me ocupo

es. un

motor sin instrumento de trasmisin. Tiene a su cargo, es cierto, unas cuantas escuelas, pero son
muy pocas y no se podran fundar muchas ms, a causa de la mala
situacin econmica general. Las escuelas que tiene a su cargo, no
han encontrado todava su camino, por la razn de que se les ocurri encerrarlas dentro de un universo enteramente indgena, es decir, se les concibe como instituciones sui gneris para el mejoramiento de los indios, considerndolos a stos como una clase parla

Direccin de que

ticular de la nacin.

Por otra parte,

la Direccin est

perdiendo una excelente opor-

tunidad para hacer desde luego una amplsima labor en favor del
indio y en general de las clases campesinas, que son preponderanteniente indgenas, al

mixtas de los centros

no haberse hecho cargo de todas las escuelas


pequeos de poblacin del Per.

TRES ESCUELAS ESPECIALES PARA INDIGENAS

ms importantes plnteles de educacin indfuncionan


actualmente en el Per: la escuela rural de
gena que
Soccoseocha y el internado de Yucay, ambas bajo el control de la
Direccin de Enseanza Indgena, y" la granja escuela de Kcaira,
que depende de la Secretara de Agricultura y que, aunque no destinada exclusivamente al indio, quedando ubicada en el DepartaVisit los tres

mento

del Cuzco, que es

eminentemente indgena, es de hecho un

plantel de los que pueden considerarse entre los que estn promo-

mejoramiento de los nativos, siendo all a la vez donde


en breve se instalar tambin una escuela normal indgena. Transcribo a continuacin las anotaciones que escrib sobre estos tres
planteles, despus de mi visita
viendo

el

ESCUELA RURAL

I)E

SOCCOSCOCHA

dos kilmetros al Sureste de Huanta, est situada una de


para indgenas, que la Direccin de Ense-

las escuelas especiales

anza Indgena del Ministerio de Educacin dirige y fomenta.


225
El

Indio

Peruano.

15

La

escuela usufructa y posee tierras de una extensin de 42

hectreas, que en otro tiempo pertenecieron al extinto convento de

San Agustn de Ayacucho y que, ms tarde, pasaron a poder de la


Universidad de San Cristbal, de Ayacucho tambin. Clausurada
esta Universidad, los terrenos fueron adjudicados al Colegio Na-

cional de la mencionada ciudad.

En

tas a disposicin del Ministerio de

1930 estas tierras fueron pues-

Educacin y

ste

fund la

es-

cuela rural de que se trata. Estos terrenos estaban alquilados a


varios indgenas arrendatarios, en parcelas irregulares, segn lo

exige la topografa cerril del suelo, y de extensin aproximada de

un cuarto a un

tercio de hectrea

cada una. La escuela recibi la

tierra reconociendo la servidumbre de tales arrendamieutos y slo

ha entrado en posesin directa de unas 7 hectreas, que son las que


cultiva; el resto queda distribuido entre unos 52 arrendatarios,
que pagan de renta de 6 a 7 soles al ao por cada parcela de una
yugada, o sea de un cuarto de hectrea, pues tal es aproximadamente la equivalencia que se da en esta regin a dicha medida.
El plantel est situado sobre la ladera peascosa e irregular de
los cerros que limitan por el Sureste el valle de Huanta. Sobre las
mismas montaas se encuentran diseminadas varias comunidades
indgenas, en caseros dispersos, formados por chozas y jacales asentados cada uno dentro del correspondiente cortijo, separados de los
otros por cercas de piedras, por hileras de cabuya o por filas de
eucaliptus o capulines. El aspecto de la regin es notablemente
semejante al de los contrafuertes del Ajusco, en los lmites del
valle de Mxico, por Milta Alta, Topilejo o San Andrs Tezontepec,
quitando al paisaje las coniferas y poniendo en su lugar los alcanfores. El clima es muy parecido al de nuestro valle de Actopan. En
un radio de unos cinco kilmetros, tomando por centro la escuela,
quedan los caseros o "pagos," que as se llaman aqu, de Huallhuayocc, Huyubiica. Apochaca, Casacancha, Pultunchara, Pucarajay
y Hurungoyocc, las que, juntamente con la propia Soccoscocha,
donde se encuentra la escuela, dan una poblacin de aproximadamente 4,000 almas. Estas gentes son todas indgenas, por sus costumbres e idioma, si no lo son del todo por la sangre. No hablan, en
efecto, otra lengua que el quechua y su manera de vivir, su condicin social y su actitud son tpicamente indias, aunque muchos de
ellos son indudablemente mestizos de primer y aun de segundo
226

Personal de la escuela de Soccoscocha.

cruce.

La poblacin

es toda

ele

pequeos agricultores; los de junto

a la escuela son arrendatarios, los otros son dueos de sus


tos.

El cultivo predominante

alfalfa.

Ni

es el

loteci-

maz; por excepcin se siembra

la papa, ni el trigo, ni la

cebada se producen satisfac-

toriamente en esta regin abrigada y de clima templado, a pesar


de sus 2,500 metros de altura. Las higueras y las parras fructifican

admirablemente, pero rara vez se ve una higuera (o cualquier otro


irbol frutal,

excepcin hecha del capuln) en

el

solar de

uno de

estos indios.

Casi todas estas familias indgenas se dedican a alguna


dustria casera, siendo la

ms generalizada

la del tejido

in-

y siguiendo

en orden de su frecuencia las de la curtidura de pieles (suela

es-

pecialmente), sombrerera y zapatera.

En resumen, la escuela est fundada en el centro de una numerosa poblacin de pequeos agricultores indgenas, establecidos
cada uno en su correspondiente solar, que es como un ranchito
diminuto y primitivo; adems de la agricultura, ocupacin principal, todos se dedican a alguna pequea especialidad industrial. La
227

228

gente, si bien mestiza en parte, es completamente indgena, social,

econmica y culturalmente hablando; probablemente ni un

5%

de

ellos entiende el castellano.

La escuela rural de Soccoscocha tiene poco ms de un ao de


fundada. Acaba de terminar su primer ao regular de labores. Clausuradas apenas hace unos das las clases, por haber finalizado el
ao escolar, no pude ver el alumnado ni presenciar ninguna de las
actividades de los asistentes. Se me dice que la inscripcin se acerc
a los 200 y que la asistencia media fu de unos 60, no siendo nunca
regular, pues unos das venan unos nios y en otros, otros. Se han
edificado dos amplios salones, de construccin rstica y acertada,
aprovechando el material y conforme al estilo del rumbo. Estn
terminndose dos salones ms; esta construccin es ms slida y
mejor acabada que la otra: son piezas de adobe, con techo de lmina
galvanizada.

Hay un establo rstico, para albergar a una vaca


Hay tambin un cobertizo para la fragua y,

becerros.

fina y dos
a

un lado

ha acondicionado una magaula


al
aire
libre
nfica
y se ha empezado el acondicionamiento de
otra. Se construye tambin una piscina de natacin, para la que
se ha captado el agua de algunos gramedales, la que una vez usada
del predio central, bajo los rboles, se

en el tanque, se utilizar para el riego. Hay un lotecito de parcelas


para experimentacin y otro mayor para hortalizas ambos en buen
estado de cultivo, con tomate, coles, lechugas y otras plantas. Los
;

otros cortijos que la escuela atiende, estn sembrados de alfalfa

La escuela

o maz.

tiene

un

taller de carpintera,

donde estn ha-

cindose sillas y camas, con maderas incrustadas, formando dibujos de estilo incaico. Se cuenta con un buen camin "Chevrolet" y

con un arsenal bastante completo de implementos agrcolas usuaHay, adems, un buen nmero de mesa-bancos.

les.

La
como

planta de profesores y empleados del establecimiento es

sigue:
Sueldo men u

Un
Un
Un

director
auxiliar,

S.

diplomado

maestro, carpintero

Una maestra diplomada

la

vuelta

il

250.00
90.00
80.00
80.00
500.00

229

Sueldo mensual

De

la

vuelta

S.

500.00

Un
Un

maestro, herrero
maestro, capataz
Tres ayudantes, a $ 60.00 cada uno..
Dos preceptores, ayudantes, a $62.50

80.00
80.00 (agricultor)
180.00

cada uno
maestro, tejedor
Para materiales e imprevisto

125.00
60.00
170.00

Un

Total,

La

S.

1,195.00 mensuales.

escuela tiene tres fuentes de ingresos para su sostenimien-

to: las rentas de Jas fracciones de terreno alquiladas,

del presupuesto del

ramo y

una partida

0.80 del impuesto de 1.50 que se cobra

por cada arroba de hojas de coca que se expende en la provincia.


1930 las tierras rentadas produjeron S/. 803.80; la partida del
presupuesto asignada a la escuela fu de S/, 1,000.00 mensuales.
Por su parte la escuela est obligada a pagar al Colegio Nacional
de San Ramn, Ayacucho, la suma anual de S/. S21.00, que equivale aproximadamente al total de las rentas de las tierras del fundo que pertenece a dicho Colegio, segn fu dicho al principio.
Tales son los datos que pude recoger y las observaciones que
personalmente pude hacer durante mi visita a la. escuela y mi estancia en la regin de Huanta. Presento a continuacin algunos
juicios que se desprenden, como conclusin, de las informaciones
que he anotado o de otras que tambin recog y a las cuales no me

En

he referido an.
1.

La

escuela est admirablemente situada, tanto por lo que

se refiere al

fundo mismo de su asiento, cuanto por

el

vecindario

de comunidades indgenas que la rodea.


2.
La planta material y el equipo con que ha sido dotado el
establecimiento son excelentes; en algunos casos, hasta excesivos,

como sucede con

ciertos implementos que no

pueden ser asados en

la regin.

Por

hecho de que se cuenta con una cincuentena de familias establecidas como arrendatarios en los terrenos de la escuela, queda sta colocada en una situacin eminentemente favora3.

el

una obra de mejoramiento y de socializacin


con estas mismas gentes. La escuela no lia iniciado, sin embargo,
ble para llevar a cabo

230

Escuela de Soccoscocha, aula al aire

libre.

ninguna labor de esta naturaleza parece no haber visto su oportunidad y se ha conformado con su papel de propietaria arren;

dadora.
4.
5.

Ninguno de los maestros vive en la escuela.


Por razn que acaba de exponerse, escuela parece
la

la

ca-

recer de vida interna permanente y las labores estn todas en ma-

nos de peones y gente pagada, sobre todo en esta poca de vacaciones. Los maestros, por otra parte, parecen no tener arraigo en la
escuela.

El Director es un hombre entusiasta,

activo y competente,
dispuesto a trabajar y entregado de lleno a su obra, salvo en la
circunstancia de no residir en la escuela, deficiencia que, por otra
6.

parte, l

mismo reconoce y

est en vas de subsanar,

mudndose

al

plantel.

7.
La escuela, repito, no ha iniciado ninguna labor social o de
mejoramiento y elevacin de la vida del vecindario.
8.

El hecho de que, no obstante los medios con que

el

plantel

ha contado y la numerosa poblacin infantil de la conscripcin, no


se haya obtenido una cifra mayor de asistencia ni sea sta regular,
231

parecera indicar que la escuela no ha logrado ganarse la simpata


o la confianza del vecindario indgena.
9.

Los habitantes de Huanta no ven con simpata a esta escue-

que les ha privado del plantel de enseanza media que ellos deseaban que se estableciese para beneficio de los pocos nios citadinos que se pueden dar el lujo de una enseanza secundaria.

la

Hasta

ha tenido muy poco xito en


cuanto a vencer la resistencia de las comunidades indgenas ante
la escuela: la asistencia es baja e irregular y no se ha conseguido
que concurra una sola nia.
11.
carpinLas industrias o talleres que se han establecido
tera y herrera
tieneu, por las circunstancias y condiciones reinantes, muy poca relacin con el medio. Por otra parte, aquellas
actividades que s son de importancia dentro de la realidad ambiente (curtidura, tejidos, zapatera, sombrerera), no han sido
10.

la fecha el plantel

todava iniciadas en la escuela.


12.

!Xo

se

ha desarrollado ninguna actividad tendiente a

la

culturizacin de los adultos.


13.

El

establecimiento es demasiado costoso, no slo cuando

se considera que hasta la fecha

no ha pasado de ser una mera escuela

rural diurna para nios, sino hasta cuando se contempla el pro-

grama completo de accin que pudiera desarrollar. En efecto, si


se toma en cuenta nicamente la erogacin corriente mensual, segn el presupuesto que se ha apuntado arriba, y calculando una
asistencia media de 00 alumnos, resulta que la instruccin de cada

alumno

sale costando S/. 0.66

por da, o sea S/. 240.90 por ao.


costo altsimo. El gasto anual por alumno asistente en el Per, en
1926. fu de 36 soles. En Mxico un alumno de escuela rural le
cuesta al erario alrededor de 810.00 anuales, o sea S/. 13.00.
11.

mino

resulte

La

institucin parece no haber encontrado

es preciso marcrselo

un

xito, tanto

la

ca-

escuela

magnfica oportunidad que tiene, gradotacin que se le lia dado, cuanto por la

por

cias a su situacin y a la

y es necesario hacer que

an su

la

urgencia de probar la bondad del programa de mejoramiento e incorporacin de las masas indgenas que la Direccin de Enseanza

Indgena tiene concebido.


Sobre este punto lingo las siguientes reflexiones de orden
neral

232

ge-

1.

Es

necesario determinar con toda precisin

el

objeto o

propsito de esta escuela. Se pretende hacer de ella una especie

de escuela tipo que demuestre la clase de labor que es preciso desarrollar entre las masas indgenas a fin de lograr su emancipacin,
su rehabilitacin y su incorporacin al medio nacional? Se quiere
establecimiento de un internado?

el

Con qu objeto? Por qu

razn? Se desea la fundacin de un centro de preparacin de maestros rurales para las escuelas indgenas? Se propone el establecimiento de una institucin agrcola industrial con fines de produccin y de entrenamiento de trabajadores?

Estimo que podra darse a esta escuela


guientes
a)

las

finalidades

si-

Constituirse en un centro que promoviese y efectuase de


especfica el mejoramiento de las comunidades indgenas

manera

circundantes tanto en su aspecto material (econmico-higinico),

cuanto en lo cultural y
b)

social.

Proporcionar instruccin a los nios y nias de la circuns-

cripcin.

o).

Desarrollar un programa de accin social entre los adultos.

d).

Preparar maestros para las escuelas rurales indgenas.

e).

Servir

como centro de demostracin y de instruccin

oca-

sional para los maestros de las escuelas mixtas ya existentes en

toda la regin, sobre lo que constituye un programa integral de

educacin rural para una comunidad indgena.

Las finalidades propuestas

modo

se interpretaran

prcticamente del

siguiente

a). Un programa de accin, formado de acuerdo con las comunidades (adultos), y segn las sugestiones que despus se darn.
l>). Establecimiento de un pequeo internado tnicamente para

aquellos jvenes (varones y, si se desea, mujeres) que quieran prepararse para el magisterio rural.
c)

Establecimiento

ele

macin de esos maestros

los cursos correspondientes para la


alumnos de 15 a 16 aos, con tanta

forins-

como sea posible exigir; plan de estudios de no


aos ni menos de dos programa que prescriba como la

truccin primaria

ms de

tres

mitad del tiempo para


rurales
ra,

aprendizaje y prctica de las ocupaciones


agricultura, cuidado y cra de animales, tejido, curtidu-

sombrerera,

etc.

el

y la

otra mitad para la adquisicin de co-

233

nocimientos de orden acadmico y profesional, incluyendo la teora


la prctica del trabajo social en las comunidades, y tanto como
fuera posible sobre higiene, sanidad y medicina domstica.

d)

Una

escuela primaria anexa, del tipo rural, para los nios

del vecindario.

Organizacin de cursos breves e institutos para maestros


rurales, a los que asistieran por turnos y obligadamente los preceptores de las escuelas mixtas ya establecidas.
3.
El programa de accin con los adultos a que se refiere el
inciso a) del prrafo anterior, puede constituirse en trminos gee)

como sigue

nerales,

Labor de extensin agrcola, hecha por el profesor de agricultura de la escuela y por los alumnos ms aventajados y maduros
con los arrendatarios de la escuela primero y con todo el vecindario en seguida mtodos de cultivo intensivo abonos seleccin de
semillas rotacin de cultivos. Todo hecho sobre el terreno, con los
mismos vecinos, en sus respectivas chacras.
a)

b)

las

Establecimiento, en la escuela, de talleres relacionados con

cuatro industrias principales: curtidura, tejidos, zapatera,

sombrerera, para la enseanza de los alumnos y para el mejoramiento de la industria casera ya establecida, procurando que los
talleres escolares

no

se

aparten demasiado de las condiciones de la

industria domstica ni constituyan centros de competencia para

el

vecindario.
c)

Formacin de cooperativas

ras, ligndolas

con

a base de las industrias case-

la escuela.

Trabajo social en los hogares, tendiente al mejoramiento


de las condiciones domsticas: higiene, prevencin y curacin, alimentacin, proteccin a la infancia, liberacin de la mujer.
d)

c).

Culturizacin

castellanizacin, clases nocturnas, plticas,

conferencias y programas recreativos.


f) Organizacin funcional de las comunidades: adems de la
.

formacin de cooperativas, organizacin de comits y clubes para


diferentes objetos: escolar, recreacin, temperancia, salubridad,
etctera.

GRAXJA ESCUELA

CT'ZCO.

KCAIRA

Situada en Kcaira. como a 3 kilmetros del Cuzco, sobre la


un lado del frtil valle, frente a la pobla-

lnea del ferrocarril, a

234

235

cin indgena de San Jernimo.

Fundo de ms de

1.000 hectreas,

aunque mucho de las laderas puede cultivarse y todo el resto es excelente para pasteo de ganado. La
escuela tiene en la actualidad unas 100 hectreas bajo cultivo. El

mayor parte de

la

sierra,

terreno laborable es de tres clases: de "huerto," de "pampa"' y de


"ladera."' El anlisis del suelo indica que el primero es de muy

buena calidad agrcola,

los otros

dos son ms bien pobres.

El fundo cost como 77,000 soles. Se han hecho edificaciones


sencillas, pero eminentemente adecuadas: dormitorio, clases, almacenes, casa del director, establo. Los fines de la escuela son:
preparar capataces rurales, servir de estacin agrcola experimental

y de estacin meteorolgica.

El plantel recibe jvenes becados (16-20 aos) de las trece provincias del Departamento, con el requisito de que hayan terminado
los cinco aos de instruccin primaria. En 1931, slo tuvo 25 alumnos. Se proyecta

aumentar

el

alumnado

estudios se desarrolla en cinco semestres.

prende matemticas, botnica,

fsica,

a SO en 1932.

El curso de

La enseanza general com-

qumica, anatoma, fisiologa

y geografa; la profesional: agricultura, horticultura, zootecnia,


ganadera prctica, fruticultura y selvicultura. La enseanza est

a cargo de profesores de planta internos.

Uno de

los maestros es

normalista. La prctica es amplia, pero los trabajos formales de la

hacienda estn encomendados a peones y trabajadores pagados. El


internado es completo el alumno recibe ropa a ms de alimentos y
habitacin y una cantidad semanal, mdica, como pensin, en pago
;

de sus trabajos.

La escuela ha desarrollado una gran labor para los dos aos


que lleva de vida. Su experimentacin parece ser amplia y bien
orientada hacia la aplicacin inmediata. Se han ensayado diversas
cleses de semillas de maz, trigo y papas. Se ha iniciado la propagacin de Inicuas razas de animales.

La escuela
de 3,470 soles

se sostiene

al

mes,

ms

con un presupuesto de sueldos y gastos


que reciba para edificaciones y oros

lo

objetos extraordinarios: disfruta, adems, de los ingresos de la

hacienda, que se invierten en construcciones, adquisiciones especiales, etc.

La escuela toda, da una idea de orden, de eficiencia y de buena


administracin. Es una de las instituciones mejores que he visto
236

Ai
<1

Labores y cosecha, Escuela de Kcaira.

237

el Per. La nica crtica que se me ocurre es que tal vez sea sta
demasiada escuela para tan corto alumnado, es decir, que el rendimiento en cuanto a nmero de alumnos no corresponde a la
planta material de que se dispone. Podra tambin anotarse que
el plantel no ha realizado labor apreciable de extensin. Los peo-

eu

nes de

la

hacienda,

que

se

paga en

el

si

un jornal un poco ms alto que


no son ms que peones, es decir, la es-

bien reciben

la regin,

cuela ni con stos parece hacer labor social alguna.

Como

explica-

cin atenuante de esta crtica debo anotar que el director se da

cuenta de

la

necesidad de hacer labor de extensin y se propone

llevarla a cabo y, adems, el hecho de que la escuela lleva poco

tiempo de establecida.
INTERNADO DE YUCAY

En la primorosa quebrada del Urubamba, el famoso Wilcanota,


sagrado de los incas, a las orillas del pueblo de Yucay, antigua
capital de recreo de los emperadores cuzqueos, se ha establecido el
internado indgena de Yucay, regenteado por padres salesianos y
sostenido con una fuente subvencin del Gobierno. La escuela disro

fruta de

un fundo de unas 20 hectreas de tierra de excelente


y sostenida por amplias y macizas terrazas y

lidad, nivelada

ca-

an-

denes que datan del tiempo de los emperadores. Esta tierra fu


a la iglesia por un particular, para el establecimiento de
ma institucin de esta naturaleza. El arzobispo la puso en manos
de los salesianos, que la administran desde 1923. En 1927 el Gobierno tom a su cargo el sostenimiento del plantel, haciendo una
erogacin de 300,000 soles para edificios y acordando una subvencin, que en este ao lia sido de tres mil trescientos soles al mes.
La escinda debe recibir nios de edad escplar primaria, cuatro de
cada una de las trece provincias del Departamento. Los requisitos,

donada

ms de

edad ya dicha, son: ser de raza indgena y presentar


fe de bautismo y certificado mdico de
permanecen
en la escuela durante los cinnios
buena salud. Los
co aos de la instruccin primaria, sin ir en lo absoluto a sus casas
din ante este tiempo, aunque s se les permite recibir la visita de
sus familiares. El programa le la escinda comprende, a ms de la
instruccin primaria, prcticas agrcolas y enseanza de un oficio
(sastrera, zapatera, carpintera). Durante los primeros tres aos
a

solicitud

238

la

amparada con

Comedor.

Internado

de Yucay.

239

los chicos slo

que

les

hacen agricultura, pero despus aprenden

el oficio

agrada, no sin dejar de ejecutar algunas labores en los

campos. La escuela cuenta con un excelente edificio de dos pisos,


que es taller general en el primero y dormitorio en el segundo. La
instalacin higinica, que est terminndose, es buena y hasta
gante.

Hay un

ele-

establo moderno, con vacas finas; varios gallineros

modernos tambin, apriscos, porquerizas, conejeras y cayeras. Los


campos estn bien cultivados con alfalfa y hortalizas. El comedor
y la cocina no corresponden a lo anterior, pues son pequeos, sucios e inadecuados. El grupo de alumnos da una impresin desagradable: son sucios y hasta harapientos, 'mechados algunos de ellos:
parecen los internos de algn orfanatorio de caridad.
ms de los

internos, que este ao no fueron

ms que

45,

hay externos que

vie-

nen del pueblo, como ciento, y que tienen un aspecto ms triste an


que los internos. Tuve la impresin de que en este establecimiento se
cuida mejor a los animales que a los nios. Son diez los profesores,
ocho salesianos y dos laicos, maestros de talleres. Tericamente el
Estado tiene control sobre el plantel, pero de hecho nada o casi
nada puede hacer el Inspector para modificar lo que fuese necesario.
El Gobierno concede una subvencin que es casi igual a la suma
que gasta mensualmente en la escuela granja Kcaira y aqu, como
all, ha hecho erogaciones especiales para edificios, equipo, etctera. Una y otra escuelas disfrutan de un fundo amplio, sta por legado, aqulla por compra del Gobierno, pero la diferencia de las
instituciones es enorme, por lo que respecta a carcter, rendimiento

y valor social. Creo que no est muy lejos de lo justo afirmar que
Kcaira rinde como diez, en tanto que Yucay da como uno.

Aparte de las deficiencias que son imputables a la escuela como


institucin, hay que anotar los defectos del plan que se le ha dado.
Las solicitudes de admisin deben venir acompaadas de dos certificados, el de bautismo y el de buena salud, difciles de obtener
por el indio, y costosos adems. El primero le costar un sol, el
otro, cuatro o cinco; esto constituye una fortuna para el indio. El
resultado es que la escuela no es aprovechada por los indios sino
por los mestizos. Por otra parte, con la presente organizacin, los
nios terminan su curso como a los trece o catorce aos, y habra
que pensar en lo que puede hacer una criatura de esta edad, que
ha estado desconectado de su hogar durante cinco o ms aos.
240

Internado de Yucay.
Dormitorio.

Patio.

que no tiene relacin ninguna con

el

medio ambiente econmico

y que sale ahora dizque preparado para ganarse la vida. No creo


que en tales condiciones sea fcil el xito por el contrario, casi
;

puede predecirse

el

fracaso. Otro grave defecto es el de tener a los

alumnos completamente alejados del hogar durante todo

el

curso

Lo que se pretende, en efecto, es desligarlos del hogar.


Menos mal si la escuela los retuviese siquiera hasta una edad en la

escolar.

que efectivamente pudieran ellos hacer frente al

mundo por su

cuenta, pero ya se ha visto que no es ese el caso.

241
El

Indio

Peruano.

16

CRITICA GENERAL SOBRE LA ACCION EDUCATIVA

Una de las ms grandes preocupaciones de los educadores


peruanos que tratan la educacin indgena, es el problema de la
lengua. El quechua podra casi aspirar al ttulo de idioma nacional. Extendido por los incas en todos los mbitos del Tiahuantin
suyo, persiste basta nuestros das en la regin andina de Per y
del Ecuador y en la altiplanicie boliviana, salvada la restringida
zona Aymar en torno del Titicaca y la Paz. Desde el punto de
vista netamente lingstico, el quechua tiene tambin grado de respetabilidad; podra ser un acabado instrumento de cultura si se
lograse sistematizar su escritura y su gramtica, lo que no habra de ser tan difcil si se hiciese un esfuerzo concertado para
lograrlo. El quechua es no solamente el idioma de los indios, es
el idioma de la sierra. Lejos de m querer dar la impresin de que
en esa extensa regin peruana no se habla el castellano. La lengua
de Espaa se habla corrientemente en todos los centros de poblacin de alguna importancia y hay poblaciones indgenas donde
tambin se ha implantado, pero los indios, el S0% de la poblacin
peruana de la sierra, hablan quechua predominantemente, la mayor parte de ellos no conoce el castellano. El 20% de mestizos es
casi todo bilinge. El espaol serrano se resiente del quechua la
"s" tiene la pronunciacin de la "ch" francesa; el atributo y el
complemento se colocan habitualmente antes del verbo, se dice constantemente "muchos deseos tiene," "a verme viene," "temprano es;"
los sonidos de la o y de la u se trasponen, la "u" se pronuncia como
:

"o" y la "i" se hace "e" y viceversa la sintaxis, en general, anda


un poco trastornada. Los maestros emplean el castellano en la escuela, pero hacen un uso excesivo del quechua, y muchas veces o a
profesores dirigir la palabra a sus interlocutores en quechua, cuan;

do ya podan hablarles en espaol. Personas hay que suean en un


resurgimiento indgena que abarque hasta el lenguaje mismo y que
llegan a creer que cuaude menos en las escuelas indgenas podra
ser el quechua y no el castellano el idioma vlido. La Direccin
de Enseanza Indgena no ha sido ajena a la preocupacin lingstica; se ha echado la tarea de uniformar el alfabeto y aunque
no sostiene la teora de la quechuanizacin de las escuelas indgenas del Per, sus propagandas fomentan a cada paso el empleo del
idioma de los incas. Cuando el doctor Rafael Pareja fu director
242

de Enseanza Indgena, redact una importante monografa sobre


escuelas para la educacin del indio, donde seala dos fines pri-

mordiales a la escuela indgena


nal,

para

el

la unificacin del

idioma nacio-

mayor desarrollo de la cultura, y la preparacin eduLa primera finalidad establece, segn

cativa agrcola del indio.

este educador, esta obligacin primordial de las escuelas

para

in-

dios: aprendizaje del idioma nacional, sin perjuicio del manteni-

miento y cultivo de la lengua materna (el quechua). El punto de


vista en que se coloca el doctor Pareja es probablemente el ms
acertado, aunque yo no comprendo exactamente de qu medios po-

da valerse el maestro para cultivar la lengua quechua; lo

ms

que podra hacer, creo yo, sera fomentar su conservacin.

Probablemente

el

punto ms vulnerable del programa perua-

no, relativo a la educacin del indio, es el de la insistencia en la

creacin de escuelas especiales de indios y, encima de esto, la pro-

pensin a iniciar la obra con escuelas superiores, internados y escuelas normales. La idea es formar un grupo de maestros indge-

nas que puedan, a su tiempo, establecer y dirigir un movimiento


popular de educacin de la masa indgena. Desde el punto de vista
netamente terico, el plan parece plausible; en el terreno prctico,
es un tanto absurdo, me da la impresin de empezar por formar

una

clase de maestros zapateros

para que despus establezcan

za-

pateras donde a su tiempo se harn zapatos con los que, al fin, se

En

trminos ms generales, es pretender la creacin de directores de una funcin que


todava no existe. En ltimo anlisis, es persistir en la teora de
administracin aristocrtica de que los bienes sociales caigan como lluvia benfica, de arriba hacia abajo. La idea de crear escuelas
calce a la indiada que ahora

anda descalza.

especiales para el indio, acusa todava resabios de


social que, estoy seguro, es inconsciente

un separatismo

en los directores del mo-

vimiento indigenista peruano de la actualidad, pero que es de todas

maneras perjudicial. Se sigue pensando en

el

indio

como

trasocial; en consecuencia, si se le quiere hacer bien

crearse escuelas especiales de indios.


go,

ms

factible, ajustar las escuelas

Ms

dades indgenas, de modo que sirvieran


mestizos que

mino de

all residen.

La

fcil sera y,

ya fundadas en
al indio tanto

clase ex-

habrn de
desde lue-

las parciali-

como a

los

solucin est, creo yo, no por el ca-

las escuelas especiales, sino, sencillamente, por el

de las
243

escuelas rurales socializadas, que puedan servir a la clase campesina en general, cuidndose, eso s, de que sean suficientemente
flexibles y sensibles a la necesidad imperante,

eficaces para el

para que resulten

pueblo o la comunidad donde estn establecidas,

segn su idiosincrasia, indgena, mestiza, campesina agrcola, campesina industrial,

etc.

El doctor Pareja seala como otra importante finalidad de las


escuelas para indgenas la "preparacin educativa agrcola del

in-

dio." Quiere decir con esto, capacitar al indio para aprovechar me-

jor su tierra y estimular las industrias incipientes del hogar y de


la

comunidad. Xo podemos, de ninguna manera, reir con este pro-

no nicamente encerrado dentro


marco escolar pedaggico, sino vinculado con la vida real del

psito, siempre que se le conciba,

del

vecindario, lo cual quiere decir, en parte, siempre que se le conciba

relacionado con los adultos tanto como con los nios, o mejor
cho,

ms que con

res peruanos se

una

los nios.

No

di-

estoy seguro de que los educado-

hayan dado cuenta de esta

relacin. Hablan, por

parte, del vocacionalismo en la escuela, pero por otra callan

toda alusin a los adultos

cuando

se

acuerdan de ellos es para

pedir que se les ensee a leer y escribir en la seccin nocturna, o

que

someta a las llamadas plticas de higiene y de civismo,

se les

receta sacramental de todos los programas pedaggicos, para la

poblacin adulta campesina. La insistencia de algunos de nuestros

pedagogos para crear una escuela utilitaria de produccin, a base


de nios pequeos, siempre me ha parecido un poco rara.

Haciendo a un lado

grama que
na, para

el

las crticas que pudieran formularse al protrazando


los directores de la educacin peruavan
mejoramiento de las masas indgenas, quiero dejar

se

constancia inequvoca de la alta estima que me merece el esfuerzo


que se est desarrollando. La Direccin de Enseanza Indgena del
Ministerio de Educacin, a cargo primero del doctor Rafael Pareja,
ms recientemente del profesor Luis E. Galvn, es un ncleo vi-

brante de entusiasmo, crepitante de ideas; el deseo del Gobierno


para mejorar al indio por la va escolar, palpable a cada momento,
os digno del ms caluroso elogio. Se han hecho progresos apreciables, el nico peligro que pudiramos entrever, no sera tanto el de
los errores de doctrina o de procedimiento, que estos son en todo

244

245

caso factores de apreciacin y nadie mejor que la experiencia sabra rectificarlos, el peligro est, sencillamente, en que el Gobierno
llegase a cejar en el esfuerzo que tan decidida y acertadamente ha
iniciado.

4.

EL

INDIO Y LA IGLESIA

LAS CARGAS ECLESIASTICAS

En

el

captulo descriptivo de la comunidad indgena de hoy

se trata en lo general de las actividades religiosas, de las


costumbres eclesisticas y de las organizaciones que el ritual catlico ha impuesto en el vecindario. Para hacer ms real la situacin

da,

que all se describe en lo general, quiero referirme una vez ms al


anexo de ta Tunta, cercano a Huancayo, como ya dije, y habitado
en su mayora por gente indgena. Los priostazgos. mayordomas
o cofradas se componen de un prioste y de un nmero variable de
mayordomos
de 5 a 1*4
y de igual nmero de mujeres, las mayoralas. Cada uno de los santos que se celebran en las fiestas que
se mencionan en seguida, tienen un priostazgo encargado de su custodia, de sus honras y de- sus festejos. El prioste es nombrado por
el cura prroco, por los principales y por los alcaldes de vara; el,

a su vez. nombra a los mayordomos y stos a las mayoralas. El


prioste est obligado a mandar decir misas de honra durante el
ao. Para San Jacinto, que es
decirse

cuando menos 30 misas

el

santo patrn del pueblo, deben

al ao.

En

cada misa las mayoralas

erigen un altar en el atrio de la iglesia. El da del santo tiene lugar


la

gran

fiesta,

con comilitona y las celebraciones acostumbradas, de

cohetera. fuegos de artificio, msica, bailes y procesin. El prioste


ha nombrado, con anticipacin, "capitanes,"' que montados en briosos caballos y vestidos de fantasa, con msicas y

mucho

ruido,

recorren las calles, se detienen frente a las casas de los principales

y cabriolean por

la plaza,

tirando dinero al aire. Los gastos de un

priostazgo son de consideracin; slo por el rengln de misas son


elevados, pues cada una cuesta 12 soles.

cuando un indio resulta nombrado

Es caso frecuente que

prioste, se vaya a trabajar a las

minas, por Cerro de Pasco, a fin de ganar lo suficiente para hacer


frente a los gastos.

gan que vender su


246

Tambin

se da el caso de

que

los priostes ten-

tierra y su casa o hipotecarlas, a fin de llenar

Una

iglesia de

Ayacucho.

las erogaciones a

que su puesto los obliga. El calendario de fiestas

en este pueblo es

el

1.

Ao

siguiente

nuevo.

20 de enero, San Sebastin.


Domingo de Ramos.
3 de mayo, la Santa Cruz.
18 de junio, Santsimo, la ms pomposa entre los indios.
24 de junio, San Juan.
25 de
Santiago.
16 de agosto, San Jacinto (Santo patrono).
30 de agosto, Santa Eosa.
10. 8 de septiembre, Natividad.
2 de noviembre, Todos Santos.
25 de diciembre, Pascua.
2.

3.
4.

el

5.

6.

julio,

7.
8.

9.

11.

12.

LA RELIGION NO ES GRATUITA EN EL PERU

La

mucho de ser gratuita en el Per; los arandebidamente autorizados por el Gobierno eclecivil, se aplican rigurosamente, y, por lo comn, se

religin dista

celes eclesisticos,

sistico

y por

el

247

cobran las tarifas antes de ejecutar


es

como

el servicio.

El arancel que priva

sigue: por misa cantada, extraordinaria, hasta 50 soles;

por misa ordinaria, 12 soles; por bautismos, 2 soles; por responsos, 50 centavos; por matrimonios, 12 soles; por entierros, 6 soles.

Frecuentemente los curas aumentan los aranceles y cometen otros


abusos en los cobros. Un matrimonio de blancos vale 60 soles, uno
de indios 12; pero muchas veces el cura declara blanco a un indio,
a fin de aplicarle el arancel ms elevado. Nadie se escapa del pago
por entierro, que es de 6 soles. Aun en las punas ms apartadas,

donde unas cuantas familias de pastores viven en chozas miserables de piedra y zacate y no hay ni asomo de cementerio, siendo
los muertos enterrados en cualquier hoyo, el cura cobra la cuota.

Hay

prrocos que envan peridicamente a sus recaudadores e

ins-

pectores para que se cercioren dnde haya habido niuertos y recojan la cuota correspondiente. Los entierros altos, los que se efectan

con asistencia del cura al cementerio y responsos en las esquinas,


cuestan 60 soles. A ms de lo que se paga al prroco por el entierro, se debe pagar al Municipio o a la beneficencia, 50 centavos por
derecho de rotura. El cura prroco de Acona sola cantar la misa
el da de la Cruz y terminada, se paraba a la puerta de la iglesia
a bendecir las cruces, cobrando por el acto, desde 20 centavos hasta un sol, segn el tamao de ellas. Castro Pozo describe la condicin
de las comunidades indgenas en cnanto a las cargas eclesisticas
que tienen que soportar, y al dispendio de las costumbres que el
rito catlico les ha impuesto "Est calculado," dice, "que de los
:

trescientos sesenta y cinco das del ao,

el

indgena comunero slo

aprovecha alrededor de las dos terceras partes, y el resto lo pierde


en la bendicin de las cruces, velorios, entierros, mayordomas del
santo patrono de La parcialidad, das de difuntos, semana santa y
otras ocasiones ms de ingerir enormes cantidades de alcohol, gastar todo lo que se tena guardado y acudir por fin a los prstamos,
enganches, anticresis o hipotecas que los reducen a

la

ms completa

miseria y esclavitud. En estos desenfrenos colectivos es arte y parte


el sacerdote su accin se corrobora en el cobro de veinte a cuarenta
;

centavos por cada responso, dos o cinco soles por la bendicin de la


cruz de cada capilla y encrucijada, fomento de todas las supersticiones y fiestas del calendario, bendicin de las piedras, palos o lugares
donde el fanatismo columbra o imagina la aparicin de una divi-

248

nidad cristiana y la consagracin de sn fiesta en la que anualmente


de celebrarse misa cantada o rezada por valor de diez a quince
libras peruanas, respectivamente, que la comunidad debe entregar,
lia

con toda religiosidad, antes de que se haya iniciado todo festejo.


"Plata en mano, chivato en pampa," dicen los yunganos del Departamento de Piura; al igual (pie los responseros que primero reciben
La peseta o el

"medio

peso"'

para sacar un alma del purgatorio."

(*)

COMO LAS COMUNIDADES VAN SACUDIENDO LA CARGA ECLESIASTICA

Hay cierta relacin entre el grado de adelanto de una comunidad indgena y su liberacin de la costumbre eclesistica. Entre
ms prspera, ms adelantada, culta y socializada una comunidad,
menos celebraciones religiosas tiene y menor es la fuerza de la costumbre. Huancn, parcialidad holgada y desenvuelta, ya casi no
tiene fiestas religiosas, celebra dos en el ao nicamente; en cambio Sapallanga, comunidad de gente pobre y atrasada, est agobiada de fiestas celebra como treinta en el ao.
;

Ms

tierras de cofrada, que

Como

fenmeno de liberacin de las


muchas comunidades estn recuperando.

significativo es todava el

se sabe, estos terrenos fueron,

desde los tiempos de la Colo-

nia, destinados a fines eclesisticos,

eran las chacras de comuniiglesia ha conservado estos

dad, de cofrada, de capellana, etc.

La

terrenos; en algunos casos su extensin es considerable.

Hay

lu-

gares donde las cofradas trabajan las tierras, empleando los pro-

ductos para la celebracin del santo; en otras, como

Chupaca, que

el

caso de

se relata en el captulo tercero, el cura rentaba estos

terrenos a gentes del lugar, percibiendo directamente las rentas.


All en Chupaca, ciudad de 6,000 habitantes, las cofradas que te-

nan adjudicadas tierras eran 17, la extensin total de estas propiedades pasaba de 300 hectreas. La nmina era Cofradas del Seor
:

Amo, de San Juan, del Kosario, de Santa Rosa, de las Animas, de


San Jacinto, de las Mercedes, del Seor del Huerto, de San Pedro,

del

de los Dolores, de Santa Catalina, del Carmen, de Mara Magdalena, de la Natividad, de San Mateo, de la Santsima Trinidad y
Cofrada del Seor de la Columna.

(*) Castro Pozo, ob. cit. p. 57.

249

250

En

otros pueblos hay datos semejantes. Las comunidades

in-

dgenas, de algunos aos a esta parte, han querido sacudirse de la

servidumbre de las tierras de cofrada y usufructuarlas directaEn muchos pueblos de la regin de Huancayo se han or-

mente.

arrendamiento de esas tierras y su


subarrendamiento a los vecinos; en otros, las sociedades las han

ganizado sociedades para

el

comprado a la iglesia y las han fraccionado y puesto a la venta


del pueblo. Chongos Bajos es un comunidad donde se ha seguido el
primer camino. Sicalla, como Chupaca, ha adoptado el segundo, en
cada caso se ha pagado 25,000 soles al obispado por las tierras. En
Sapallanga, donde los terrenos de la cofrada de San Pedro y San
Pablo tan slo, miden ms de 12 hectreas, los vecinos estn haciendo gestiones para quitar esta tierra a la iglesia y tirar escritura
a favor del

Ramo

de Enseanza, para la fundacin y sostenimiento

de una escuela rural. Los maestros no son ajenos a este movimiento de readquisicin de tierras por las comunidades.

maestro de Chongos Bajos, es

tomado en arrendamiento

el

Juan

Valle,

presidente de la sociedad que ha

los terrenos eclesisticos;

Juan Castro,

maestro de escuela particular de Chupaca, es el secretario general


de las sociedades unidas del lugar. Como en la mayor parte de los
casos la iglesia no tiene ttulos de las tierras de cofradas, se me
dice que legalmente nada puede impedir a una comunidad que las
recobre. Algunos maestros estn aconsejando a los pueblos que
recojan estas tierras y las destinen a la escuela.

LA OBRA DE LA IGLESIA
Intil repetir lo que tantas veces he dicho en el curso de

anim a los primeros miFray Bartolom las Casas


medio fsico y de conquista es-

estas monografas, sobre el espritu que

sioneros; sobre la obra iluminada de

empresa de dominio del


piritual que ejercieron los misioneros jesutas en las regiones amaznicas. Son todos estos hechos histricos, conocidos y juzgados.
Desgraciadamente el impulso misionero de los primeros aos de
la Colonia sufri debilitamientos y desvirtuaciones a medida que
fu arraigndose el poder temporal de la iglesia y que la corona

y sobre

la

consolid sus intereses en los pases americanos.

251

las

Castro Valdez de la Torre resume la accin de la iglesia sobre


comunidades indgenas, concediendo que tuvo tres efectos: pri-

mero, fundacin de reducciones


des,

y,

por consiguiente, de comunida-

fusionando caseros preexistentes; segundo, consolidacin en

algunas grandes reducciones de las comunidades de Anansaya y


Hurinsaya, independientes en sus relaciones internas tercero, crea;

cin de pueblos en las regiones

muy

apartadas o habitadas por

salvajes (*).

Los misioneros jesutas, dominicos, franciscanos y agustinos


desempearon un papel muy importante en la formacin de pueblos. Para la fecha en que la Compaa fu expiilsada del pas, por
orden de Carlos III, 1G17, los jesutas posean 203 haciendas en-

y pequeas y en cada una de ellas haban asentado una


congregacin de indgenas (**).

tre grandes

Durante

primer siglo del virreinato se organiz el poder


Per en forma slida y completa. El primitivo
obispado del Cuzco se desdobl en los de Lima, Quito, La Plata,
La Paz, Arequipa, Tmjillo y otros. Cada obispado se dividi en
vicaras y stas en curatos. Se ha hablado ya de la ereccin de iglesias en pueblos y barrios y de la organizacin de la comunidad para fines eclesisticos, todo lo cual fu ordenado en los estatutos del
Virreinato. Xo cabe duda que esa organizacin eclesistica contribuy de manera apreciable a la consolidacin de las comunidades
indgenas. Las capillas e iglesias llegaron a ser ncleos materiales
del pueblo. Los santos patronos y las celebraciones de honras de
que eran objeto, dieron a cada comunidad un tema en torno del
cual anudar su emocin religiosa colectiva. Las cofradas, priostazgos y dems vinieron a constituir verdaderos organismos funcionales dentro del vecindario el rgimen de fiestas y de ritos peculiar para cada pueblo fu un razgo caracterstico ms que aadir a
los grupos humanos. No solamente hubo consolidacin de la comunidad hubo tambin organizacin interna de ella, una especie de
socializacin dentro del grupo mismo. Posteriormente hemos podiel

eclesistico en el

do darnos cuenta de que el anudamiento de los pueblos ha sido tal


que no solamente se ha evitado la intercomunicacin entre unos y
(*) Valdez de la Torre, ob.
(**) Valdez de la Torre, ob.

252

cit.

d.

cit. p.

120.
120.

otros, sino se les

ha hecho hostiles entre

s.

Bien conocidas son las

rivalidades entre pueblo y pueblo por cuestiones de iglesia.


La accin escolar de la iglesia catlica, por lo que a los indios
respecta, es insignificante. Se sostiene excepcionalmente alguna es-

cuela especial para indios,

como

la

de Yucay (caso nico hasta don-

de mis informes alcanzan), pero sta ya lo dijimos, tiene una fuerte


subvencin del Estado y no sale muy bien librada si se la juzga desel punto de vista, educativo y social. Hay un considerable nmero de escuelas particulares, la mayor parte de las cuales estn

de

regenteadas por corporaciones religiosas, pero son casi todas ellas


institutos citadinos, para la educacin de las clases medias altas

y aristocrticas, particularmente para la educacin de las nias.


La obra educativa que la iglesia pudiera hacer con los indge-

nas y en general con las masas, fuera de las escuelas, es decir, en


las clases de doctrina y por medio de actividades semejantes, as

como

la

enseanza religiosa que se da a los naturales en las ha-

dogma y apepuede contarse como labor educativa o cultural, propiamente

ciendas, est limitada justamente a la enseanza del

nas

si

hablando.

La

Iglesia Catlica, protegida por su unin con el Estado, es

en este pas ms que en otros donde tal condicin no existe, una


institucin insensible a las necesidades populares, satisfecha en

grado sumo dentro de su posicin privilegiada, y segura de que la


obra que est haciendo para la propagacin de la doctrina cristia-

ya de manera completa
Apoyado por su fuerte posicin de
clero oficial, la clase sacerdotal catlica domina en el Per, intolerante y soberbia, ms que en otros pases.
na,

usando

los

instrumentos

civiles, llena

sus responsabilidades sociales.

INTOLERANCIA RELIGIOSA EN

1916

El peridico "El Siglo," publicacin de Puno (26 de junio de


margen de los crmenes cometidos en la Provincia de Ghucuito. Los sucesos escandalosos que
acaban de ocurrir en uno de los ayllus del distrito de Yunguyo,
exasperan profundamente el nimo de toda persona sensata.
1916), contiene este reportazgo: "Al

Los seores curas, don Julio Toms Bravo y don Fermn Manrique, el 5 del corriente, se constituyeron en Queuani, en unin de
253

doce vecinos y capitaneando una gran multitud de indios, celebran


una misa en la capilla platican a la multitud inconsciente el exter;

minio de los infieles; la azuzan para que se lance a victimar al


seor Fernando Stahl y su esposa, que se hallan ocupados en ins-

una escuela para nios indgenas, en

talar

Condori. La turba allana

el domicilio,

la casa

de Clemente

intenta incendiar, lanza pe-

dradas, aulla, rompe la cabeza del misionero protestante, que salva

milagrosamente la vida
impidiendo la retirada."
;

taja, acribilla a cuchilladas

a sus caballos,

(*)

LAS PRETENSIONES DE LOS CATOLICOS EN 1931

fines del

ao de 1931, con motivo de la asamblea constituel proyecto de una nueva carta fundamental

yente que discuta

para

el

Per, la sociedad catlica de Arequipa, dirigi un memo-

rial a los representantes,

en

el

que expuso sus puntos de vista sobre


y el Estado. "El Comer-

la cuestin de la separacin de la Iglesia


cio,*'

diario de Lima, public el siguiente reportazgo sobre la mate-

ria

"Arequipa, diciembre 29.

(Cadelp)

La Sociedad Accin

Ca-

en esta ciudad, ha dirigido un extenso memorial


a los representantes por Arequipa ante el congreso constituyente,
actualmente reunido en la capital de la Repblica, hacindoles conocer los puntos de vista de la indicada institucin religiosa, con
tlica, establecida

relacin a la importante cuestin de la separacin de la Iglesia

el

Estado, que segn parece se discutir en breve en

el

seno de

la constituyente.

"La Accin Catlica de Arequipa impugna en

el

referido

memo-

de la separacin de la Iglesia y el Estado, diciendo que


catlicamente es inadmisible, y que nacionalmente es inconveniente, y que tratndose de la nica razn que se alega para auspiciarla
de los rozamientos que se producen con el gobierno, stos podran
obviarse celebrndose un concilio.
rial la idea

"Agrega la Accin Catlica que en el peor de los casos, que llgala a aprobarse la susodicha separacin, sera de recomendar que
semejante reforma no se convierta en persecusin de los ncleos
religiosos,

(*)

254

debiendo reconocerse

Cita tomada del libro

"En

el

el

derecho al ejercicio pblico del


Pas de los Incas" de Stahl.

p. 201.

culto, a la instruccin religiosa en los colegios nacionales y el funcionamiento libre de las congregaciones catlicas nacionales y extranjeras establecidas en el pas.

el

"Asimismo, dice el memorial mencionado, debe hacerse al clero


reconocimiento de sus derechos polticos, igualmente que recono-

cerse los derechos de las propiedades de la iglesia, que no se efec-

te la laicalizacin de los cementerios ni de los servicios hospitalarios ni de asilos de caridad.

"Finalmente, la Accin Catlica indica en su memorial que se


el presupuesto de gastos para el ejercicio del culto,

debe mantener

por lo menos durante un tiempo prudencial, y, por ltimo, que el


matrimonio religioso debe primar sobre cualquier otra clase de enlace social."

LA ACTITUD OFICIAL EN

1929

El decreto presidencial del 22 de junio de 1929,

mos tenido ocasin de

referirnos, trataba

al que ya hefundamentalmente de la

enseanza de la religin en las escuelas pblicas. El documento es


de gran inters en relacin con

el

punto que estamos considerando

lo transcribo ntegro

"EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, Considerando


"Que

si

bien la Constitucin garantiza la libertad de cultos, sta

no debe ejercerse de modo que las escuelas se conviertan en centros


de propaganda societaria, opuesta a la religin que la Nacin
profesa

enseanza en los que se propongan


una obra destructora
de la unidad nacional, que al Gobierno incumbe conservar y robus-

"Que

los establecimientos de

religiones opuestas a la del Estado, realizan

tecer

"Que esa propaganda

es

ms nociva cuando acta

sobre la po-

blacin escolar indgena, que debe ser especialmente protegida por


el

Estado;

"Que en los artculos 50, 33, 79 y 191 de la Ley Orgnica de


Enseanza se prescribe la instruccin religiosa conforme a la religin del Estado;

255


"De acuerdo con
y en uso de
:

la

el inciso 7 del

Nmero 6520 para reformar

artculo 121 de la Constitucin

autoridad concedida al Poder Ejecutivo por la Ley


la

enseanza primaria y secundaria

para la reorganizacin administrativa del Kamo;

"DECRETA:
"Art. r?

En

los establecimientos de

la Repblica, as oficiales

como

educacin que funcionen en

particulares; no" podrn ensearse

doctrinas que en cualquier sentido se opongan' a la religin del

Estado.
"Art. 2 Los institutos particulares de enseanza en los que se
infrinja esta disposicin sern clausurados. El gobierno podr, en
tales casos, expropiar

conforme a

la

Ley

los locales

el

material

pedaggico respectivo.
"Art. 3 9
colegios

La educacin moral y

y escuelas de

religiosa se dar en todos los

la Repblica, tanto oficiales

como

particu-

con sujecin a los planes, programas y disposiciones que dicte


Gobierno, y conforme a los libros de texto aprobados por el

lares,
el

Ministerio de Instruccin.
"Art. 49 Podr dispensarse de la instruccin religiosa prescrita
en los artculos anteriores, a los hijos de padres que pertenezcan a
confesiones distintas, siempre que la dispensa se solicite del Ministerio del

Ramo, por

los

padres o apoderados respectivos.

"Ait. 5? El Gobierno establecer, donde lo juzgue conveniente,


escuelas especiales para la poblacin indgena, y en los departa-

mentos de Puno, Loreto y Ayacucho, institutos pedaggicos para


maestros y maestras de indgenas.
"Art. (J 9 Crase cu el Ministerio de Instruccin, la Direccin
de Educacin Indgena, cuya organizacin y atribuciones sern determinadas por'el Supremo Gobierno.
'/Art, 7" El presente decreto formar Darte integrante de
forma por adoptarse, de que trata la Ley Nmero G520.

"Dado en

la

casa de Gobierno, en Lima,

a los

mes de junio de mil novecientos veintinueve.


Matas Len."
256

la re-

veintids das del

A. B. Lcina.

/.

LAS ESCUELAS FUNDADAS POR LOS MISIONEROS PROTESTANTES

Es seguro que

este decreto, inspirado por el clero catlico, tuvo

por objeto obstaculizar o impedir la obra educativa que las misiones evanglicas haban establecido en escala considerable en las
comunidades indgenas del Departamento de Puno, en las inmediaciones del Lago Titicaca. La obra de estos misioneros haba dado
por resultado la implantacin de un buen nmero de escuelas en
los pueblos de aquella regin, as como el mejoramiento de las condiciones domsticas en

muchos hogares y

la atencin

mdica que

se

prestaba al pueblo. Del valer de esta obra, de su espritu de abnegacin y de su carcter liberal, han dado testimonio amplio en
revistas y libros, personas como Luis E. Valcrcel y Jos Antonio
Encinas, rector de la Universidad de San Marcos (*).

Los efectos del decreto y de otras acciones del Gobierno, promovidos por insinuaciones del Arzobispado, han sido el retiro de
las escuelas establecidas por los misioneros protestantes, para el
otro lado de la lnea internacional, pasndolas a Bolivia, donde han
venido a constituir una importante aportacin a la labor de ilustracin y mejoramiento de las masas indgenas.
UNA MISION PROTESTANTE ENTRE LOS CHUNCHOS

Algunos de los misioneros protestantes que han trabajado en


Puno, hicieron intentos de evangelizacin entre los indios del Oriente, entre los chunchos, nombre genrico que se da a las tribus de
indios salvajes que pueblan los extensos bosques de la cuenca amaznica, al otro lado de la cordillera Oriental. El relato del Pastor
Stahl que transcribo, tiene por objeto tanto hacer referencia a un
propsito importante de los misioneros adventistas, reminiscente
de la empresa de los misioneros del siglo XVI, cuanto asentar algunos datos precisos respecto a la condicin cultural de los indgenas del Oriente, de quienes apenas he hecho mer><-'i(fm en el curso de
este estudio. El seor Stahl se intern hacia ^^K'iente del Departament de Junn, situado en el centro del " ., bajando por el ro
Peren, hacia las tierras clidas, lleg^

io

hasta

el

pueblo de Pi-

Valcrcel Luis E. "Tempestad en los Andes," relato. "El HerAdventista."

(*)

mano

257
El

Indio

Peruano.

17

chanaqui, habitado por los chanchos. Dice


sit

muchas casas de

indios,

el

pastor Stahl que

encontrando a los jvenes que

vi-

fabri-

caban arcos y flechas, y a los mayores construyendo canoas de


troncos de rboles; que todos se mostraron amables, si bien, al
principio

un poco sorprendidos de. la

enfermos 55

se di

visita; que cur a inuchos

cuenta de que los jvenes tenan inters por

aprender a leer y escribir. Haba muchos indgenas en ese lugar y


presentaban "una escena .verdadera mente extraa. Pintan sus caras
de la manera

ms

fantstica, pues algunos tienen fajas coloradas

por la cara, o fajas coloradas y negras alternadas, mientras que


otros tienen fajas rojas con puntos azules, y otros todava, se pintan toda la cara de un color rojo

muy

vivo, lo cual les

da la apa-

plumas pegadas
hombres tomo las

riencia de teier fiebre. Todos los hombres llevan

a una cinta que les rodea la cabeza. Tanto los


mujeres llevan una vestidura de una sola pieza, llamada coshma.
Es una clase de tnica, teida de moreno vivo. Tara completar su
indumentaria llevan un cinto de piel de mono, con
su ropa cuando desean.

En

el

cual acortan

esta ropa llevan adornos de semillas de

brillantes colores y pieles de hermosas aves.

Tanto

los

hombres

co-

mo

las mujeres llevan largo el cabello, dejndolo caer suelto sobre

los

hombros. Las mujeres tienen pendientes en las orejas y alguLa nariz. .Muchos de los hombres, tambin, lle-

nas llevan anillos en

van adornos colgados de la nariz y pedazos de hueso que les atraviesan el labio inferior o las mejillas, lo cual les da un aspecto

verdaderamente salvaje. En cuanto a armas, los hombres llevan


arcos y flechas, y unos pocos tienen armas de fuego. La mayora de
las casas consisten en solamente un techo de palma tendido sobre
unos palos. Todos duermen en el suelo, con Bolamente una delgada

Su comida consiste, principalmente, en la


yuca (mandioca t. planta que crece casi sin cultivo y se
llama "el pan d,g l0 trpicos." Su rgimen alimenticio vara algo,
segn lo que pueden c/N^gw. adems, cazando y pescando. Tambin los lie visto eom 5^sectC(s\y grandes mariposas. Adoran al
sol y a la luna, y durante sus fiestas religiosas beben grandes cantidades de chicha, bebida que obtienen haciendo fermentar la raz
de la yuca. Esta fermentacin la empiezan mascando cierta cantidad de esta raz y escupiendo lo mascado en la masa. Tambin mas-

estera de hierba abajo.


raz de la

258

n patio colonjal, La Paz.

259

can

la

hoja de coca, y esto, unido a su aficin a la chicha, les embota

los sentios." (*

Respecto a las intenciones y buenos propsitos de los directores


de la Iglesia en el Per, en relacin con la proteccin y mejoramiento del indio, no cabe duda. Los Patronatos Indgenas, recurdese, estuvieron presididos por las altas autoridades eclesisticas

de los departamentos. La labor de los obispos no se ha limitado a


sus buenos oficios dentro de los patronatos; en las asambleas eclesisticas

han despertado tambin inters por

el

mejoramiento del

La asamblea episcopal de 1925 tom importantes acuerdos


sobre el particular y nombr una comisin ejecutiva con objeto de

indio.

llevar a la prctica sus disposiciones pro indgenas.

El arzobispado

de Lima llev al Congreso Eucarstico que se reuni en Chicago en


junio de 1926, un mensaje relacionado con los indios, no nicamente del Per sino de todo el Continente. Como resultado de esta gestin se pronunci

un voto fervoroso para que

en todo
el Continente secundasen la labor de Las Casas. La Seccin HispanoLatina del referido Congreso aprob tambin un voto, consistente
en la creacin, en Chicago, de un Comit Panamericano, encargado de encauzar y dirigir en Amrica el movimiento en pro de los
indgenas, debiendo organizar comits para este efecto en todos los
pases americanos. En el concilio provincial de Lima de 1926, se
tom otro acuerdo de importancia, el del establecimiento de "Escuelas Conciliares'' de indgenas, que seran sostenidas con recursos propios de las provincias eclesisticas y estaran bajo la inmediata proteccin y vigilancia de los obispos.
Es preciso anotar que esas disposiciones de los cuerpos eclesisticos no han sido realmente ms que buenos propsitos; se han
quedado en el terreno de las buenas intenciones. El mismo Patronato Indgena, segn testimonio de personas que lo constituyeron,
fu poco eficaz; las disposiciones sentimentales y un tanto lricas
del congreso de Chicago se han ido volando por el viento y de las
escuelas conciliares proyectadas por el concilio Limense ni una sola
se ha fundado todava.

(*) Stahl F. A.

260

"En

el

Pas de los Incas." ob.

los asociados

cit.

pp. 245-246.

CAPITULO

IV

ASPECTOS GLOBALES DEL PLOBLEMA DEL INDIO.


GENERALIZACIONES Y CRITICA
1.

EL

PROCESO DE MESTIZAJE

peruana y sus indios son una realidad tan saliente como los Andes, y que el indio aparece a cada
paso, en lo material y en lo espiritual, igualmente cierto es que el
Si es verdad que la sierra

mestizo forma una realidad ms grande, y que el mestizaje, incluyendo en el trmino las modalidades de raza, de cultura, de economa y espritu, es el fenmeno constituyente de la nacin misma. El
Per es, en efecto, un pas de mestizos.

LA COLONIA Y

No hay

.EL

MESTIZAJE

para qu decir que la Colonia trajo

el

mestizaje;

s es

bueno recordar dos o tres hechos relativos a aquel fenmeno por


ella determinado.

Derrumbado

el

incanato al choque brutal de la

Conquista, la indiada se refugi en los repliegues andinos, se perdi

por la

tierra.

Los conquistadores

lo

reclamaron

muy

pronto: que-

ran siervos, queran braceros, queran pobladores. Las Reduccio-

nes del virrey de Toledo formaron pueblos en los que haban de


habitar indios nicamente. Pero con el tiempo los pueblos perdie-

ron su pureza, surgi el mestizo. Eran mestizos los indios aculturados a la nueva manera, eran mestizos los blancos que se arraigaban al suelo indiano. Unos y otros formaron el ncleo de aquellas
poblaciones virreinales y dieron origen a otros centros que no plalos pueblos del Per actual. Las reducciones virreina-

ne Toledo,

les sirvieron

en cierta manera

al indio,

pues reintegraron en parte


261

antigua comunidad al fijar el vnculo con la tierra, pero la unila clula nueva, al fin y al cabo, resulta mestiza. "Los
mestizos de espaol con india,'' deca uno de los ordenamientos (*).

la

dad nueva,

"naturales o espreos, se consideran entre los indgenas." Los

in-

dios quedaban vinculados al suelo: no se les permita cambiar de

reduccin. Si por motivos de encomienda dejaban su cacicazgo ha-

bran de incorporarse cuando aquella feneciese.

En

las reducciones

no deberan vivir espaoles, negros, mulatos o mestizos, pero s


mestizos o zambaygos bijos de indias, porque "habran de beredar
sus casas y baciendas y ser cruel separarlos de sus padres." De esta
suerte gan acceso el mestizo a las reducciones. Despus, a cada

momento,

los mestizos se aliaban

la tierra.

En

ms

con los indios, por

el inters

de

las entidades con terrenos feraces el mestizaje fu

Hablando de un pueblo situado a la orilla del ro Misagua, Quixos, dice una relacin de 1754. "su vecindario es de gente
mestiza; bay nueve casas y en ellas trece familias y solas dos de
lapido.

yndios y los mestizos ya no se distinguen en color ni modo de vivir


de yndios, pues aunque fueron mezcla de blancos y yndios lian
vuelto atrs: por baberse casado con yndias los mestizos y los yndios con mestizas." (**)

FACTORES QUE CONTRIBUYEN AL MESTIZAJE

En

el

breve curso del estudio peruano

me

fu imposible apre-

ciar con precisin los factores contribuyentes al mestizaje, es decir, los elementos y las fuerzas que en el da de hoy entran en
juego para provocar, efectuar, asegurar o retardar el proceso de

homogenizaein racial y cultural que llamamos mestizaje. Alguna


tiempo lia que
persona tendr que hacer una serie de estudios.
debieran baberse emprendido en el Per y en todos los otros pases
indoamericanos
sobre esta materia, estudios objetivos, precisos,
numricos. Sabremos entonces cul es el ritmo y el tiempo y la intensidad del proceso de la mestizacin. En la monografa relativa
a Guatemala (***) esboc una estimacin cuantitativa de dos de

Ley X, Ttulo II, Libro VI.


Gobernador de Cuixos don Joan Bsale y Urquieta,
sobre el territorio de su jurisdiccin en Cornejo Osma. t. III. p. 103.
(***) Vase Nota preliminar.
(*) Recopilacin.

(**)

262

Informe

del

Los factores

que en aquel pas entran en juego en

el

fenmeno,

el

y las uniones raciales. El caso all era


por tratarse de un pas pequeo y por contarse con

.servicio militar obligatorio

ms

sencillo,

algunos datos censales.

ms amplio, por una


2\o

En

el

Per

el

problema es ms complicado

y por otra, no hay censos de poblacin.


podr hacer otra cosa que mencionar algunos de los factores
parte,

ms obvios, y quiz anotar alguna observacin pasajera recogida


personalmente o en libros.
El proceso de mestizaje corre paralelo con

el

desarrollo de la

nacionalidad; es ms, mestizaje y peruanizacin son, en cierto sentido, sinnimos. Uriel Garca extiende todava ms el concepto:
mestizaje es equivalente de americanizacin. Siendo

as,

todo lo

que facilita el progreso material, cultural y espiritual del pas, el


acrecentamiento de la riqueza, abrir nuevas comunicaciones, difundir la instruccin, integrar el alma nacional, todo contribuye al
mestizaje y lo va determinando, lo que vale decir para nuestro
caso, todo aquello contribuye a la incorporacin del indio al medio
nacional. El efecto de las comunicaciones en el mestizaje es evidente. El indio se conserva

como

tal,

remontndose, alejndose,

ais-

lndose. Pngasele en contacto con sus semejantes, sobre todo con

semejantes nacionales, es decir peruanos, y su condicin tpica se


plasma. En este sentido la incorporacin

relaja, se modifica, se

un problema de ingenieros, quermoslo o no; un problema de zapapico, pala y asfalto. El laboreo de las minas fu desde sus comienzos en la Colonia, instrumento eficaz para cambiar
al indio sigue sindolo. En Cerro de Pasco y en la Oroya, regin
minera, en general en toda la parte Xorte del amplio valle de Jauja, comprendido todo en el Departamento de Junn, el indio tpico
ha desaparecido; en su lugar surge un mestizo jornalero. Habladel indio es

mos ya

del efecto de la finca en la poblacin indgena, repetimos

las haciendas del litoral amestizan al indio, las de la sierra lo

conservan en su condicin. La explicacin de este fenmeno, aparentemente contradictorio, esbozada ya en otra parte de este estu-

que ver con el rgimen del trabajo. Es


rgimen agrarista, el cultivo indgena de la tierra
tuye el vnculo del indio con su idiosincrasia y lo
tal. Rmpase tal sistema, lo cual equivale a cambiar
se transformar al indio. El indio en las haciendas
dio, tiene

en realidad
lo

el

que consti-

conserva como
su economa, y
costeas sigue

263

trabajando la tierra, pero

el

sistema, el rgimen, es diferente al

tradicional suyo. Desaparece el aborigen en consecuencia, entra el


bracero, nace el jornalero, obrero del campo. Por igual razn, pero
con mayor fuerza, la mina modifica al indio: el cambio de economa
es ms marcado. El servicio militar obligatorio es en el Per, como

en otros pases, factor influyente en el amestizamiento del aborigen lo arranca de su medio imprime a su vida, si bien temporalmente, una costumbre distinta el paso de la marcha, material y
:

espiritualmente hablando, cambia

entra un nuevo rgimen y entra


No im-

rigurosamente, disciplinariamente. El efecto es inevitable.

porta considerar en estos momentos

la

bondad

Mu-

del resultado.

cho se puede decir de las lacras de la vida de cuartel y ms de las


deficiencias del servicio militar como medio adecuado de incorporacin; sobre esto quiz aadamos una palabra

ms

tarde.

Aqu

sealamos un hecho incontestable: el servicio militar obligatorio


es un importante factor de mestizaje.
Las comunicaciones juegan igual papel en la asimilacin del
indio, porque, entre otros efectos, producen el de su movilizacin.
Por motivo de su funcin, la carretera, el camino, no es entidad
esttica; es corriente, movimiento. La carretera es un lugar por
donde se camina, es tambin una fuerza que impele a caminar. Las
migraciones de poblacin, obligadas por la condicin econmica,
por el rgimen social o por cualquiera otra causa, tienen idnticos
resultados; la destruccin del indio y su transformacin en un
indio distinto, mestizo diremos nosotros, "nuevo indio," que dira
Uriel Garca. Desde los tiempos del Tiahuantinsuyo la costa fu
ya fatal a la gente de los altos. Absorba las filtraciones andinas:
se chupaba el agua, se tragaba a sus hombres. El Ohinchaysuyu.
una de las cuatro regiones del dominio incaico, la costanera, fu
tierra que aun en aquellos antiguos tiempos transformaba el carcter serrano. "Zona de las influencias,'' dice Uriel Garca, "que
para dar algo de
rias.''

se

(*)

En

el

necesita

el

contacto de las vertientes origina-

litoral desierto el

pasado

se

muere,

el

hombre

hace de hoy, es moderno, dcil a cualquiera transformacin,

se

dis-

puesto a seguir cualquier destino. Despus, llegadas a las costas


las influencias de ultramar,

asiento de la Colonia, un
(*) Garca J. Uriel.

264

fundada Lima,

la

costa fu

campo de fusin entre

"El Nuevo Indio." Cuzco, 1930.

los

p. 53.

ms que un
que haban

llegado y los que moraban en el pas en los altos y se escurran o


eran arrastrados hacia el litoral. All se entendieron los de arriba
y los de afuera fu aquel el campo del mestizo crisol donde podra
;

pensarse se iba fundiendo

la

raza csmica de que habla Vascon-

celos. El habitante de los altos se aviene en el litoral, no nicamente con los de Espaa, tambin con los otros emigrantes, con los

negros esclavos que ella trajo y con los chinos que vinieron despus; el mestizaje costeo es polifsico.

Al hablar de

la

escuela

como

factor de mestizaje queremos

incluir en el concepto su capacidad para producir la difusin de

conocimientos, de informaciones y de cultura, la integracin intelectual y el entendimiento espiritual de los habitantes de

un

pas.

Entendido as el rubro "escuela," incluye mltiples y variados elementos el aspecto escolar propiamente dicho es probablemente el
menos importante pero l y todos los otros que se enlazan en la
accin educativa, han contribuido de manera no despreciable a
la homogeneizacin de la poblacin, al acercamiento del indio, a su
asimilacin. Indio que habla el castellano, aunque conserve todas
sus ligas con la indianidad, est a un paso de ser peruano; indio
que habla nuestra lengua y adems sabe leer, ha dado el paso, es
;

peruano.

FUERZAS INTEGRANTES Y FUERZAS DESINTEGRANTES


DE LA CELULA INDIGENA

El desarrollo humano en el Per, antes de la conquista espaola, gir en torno del ncleo celular de la comunidad; despus de
la Colonia se establece la oposicin entre el latifundio y la comunidad indgena. La historia marca las etapas de esta lucha. Durante
rgimen independiente, como arrastres de los 300 aos de virrei-

el

nato, siguen la
vs.

comunidad.

misma oposicin y el mismo conflicto latifundio


sentido ms amplio, sin embargo, no es tan
:

En un

slo la lucha entre estas dos entidades lo que se

ha puesto en

jue-

misma que

con-

go; lo que ha jugado es la suerte de la comunidad

tiende en contra de todas las fuerzas y factores externos a ella, en


pugna ms o menos legtima, ms o menos abierta. Desde este punto

de vista

el

destino del indio est en la balanza.

Intentemos una lista de las fuerzas y factores tendientes a la


conservacin de la comunidad, a la conservacin del indianismo, en
265

Tipos cuzqueos.

el

sentido literal del trmino. Primero, los vnculos tradicionales

y ms antiguos,

los de sangre, los de linaje, los totmicos, los reli-

giosos. Estas fueron las ligas que ataron al Ayllu

y constituyen

hasta hoy enlazamientos que no por ser imprecisos dejan de tener


fuerza.

lu los, 1

estos se aade el vnculo de la tierra, el

ms

ms

fuerte de

persistente, que ufane desde los comienzos do la vida

El nudo con la tierra se aprieta con la actitud y con la manera peculiar de trabajar, esto es, con
el agrarismo indiano. Todas aquellas modalidades de la vida social de las congregaciones indgenas regidas por la tradicin, por
el hbito colectivo, por la costumbre, por el rgimen de los mayo
res, por la ley no escita pero implacable del grupo vecinal, el ritmo
de la vida, en suma, han constituido otra de las ms fuertes ligas
del grupo social indgena. Dentro de la costumbre va incluida la
indumentaria. "El poncho es un aislador del hombre," ha dicho
Uriel Garca. Aislador en efecto, ms que en el sentido fsico, en el
sentido social y en el espiritual. La indumentaria del indio ha sido
su sello de clase en el Per como en otras partes; quien la lleva
social y perdura hasta nuestros das.

266

queda sealado como indio. El sealamiento se hace odioso si el


como ha sido fej caso -muchas xcccs, un hbito, un

traje constituye,

Puf' el mije me ej conquistador impSe id


"-poltico
rgimen
que respet en. la Colonia ntodalidaaborigen. El
des del gobierno incaico, algunas de las males se conservan por

uniforme de siervo. Tal

inercia hasta nuestros das, ha sido tambin

una fuerza integrado-

comunidad. Lo fueron igualmente, y muy vigorosas, todas


las reglamentaciones ei lesisticas, la organizacin del vecindario
ra de la

para las honras del santo y las atenciones del culto, el embona
miento o reinterpretacin de las creencias antiguas dentro de los
moldes cristianos, las fiestas v celebraciones ligadas con

los santos

patronos particulares de los pueblos, las labores colectivas


tituy la Iglesia

todos son hilos de enlace en

el

(pie ins-

vecindario ind-

gena. El idioma, expresin estrechamente relacionada con la cul-

manera de

tura, que es la

tos de la comunidad.

En

uno de

vida, es

los

ms

fuertes ligamen-

este caso nos referimos al

idioma que-

de casi todas la comunidades peruanas. La ley de


los virreyes invisti de personalidad jurdica a las comunidades
chua, que es

el

reglamentacin de la propiedad puso sobre base levnculo con el suelo. El aislamiento obligado por la
Colonia, en las reducciones, increment tambin el sentido de solide indios

trada

la

el viejo

En

resumen, las fuerzas que han conservado a las comunidades indgenas, dentro de su carcter, que las
han integrado o, cuando menos, ayudado a su persistencia, han
sido: la tradicin gentilicia, el vnculo de la tierra, el rgimen
-agrario, el traje, el rgimen poltico, la organizacin religiosa, el
idioma, la personalidad jurdica, el aislamiento material y todas
daridad, la unificacin.

las reacciones

y mecanismos defensivos del indio ante un ambiente

social hostil.

Las fuerzas que han venido minando las comunidades indgenas pueden tambin enumerarse ms eficaz que ninguna, -ms
:

persistente e implacable ha sido la del latifundio.

Mucho hemos

hablado ya de la oposicin entre latifundio y comunidad para


que sigamos insistiendo. Los Andes se amestizaron cuando llegaron
los blancos, ha dicho Uriel Garca
quiere decir, se amestiz la
tierra, cambi de dueos, se abri el mundo. Los pequeos universos cerrados del indio se rompieron. El terreno empinado, vertical,
con aspiraciones msticas elaboradas por el alma misma del indio,
:

267

pesar de todo,

cambi de posicin;

indio sonre a veces.

se extenda ahora, se

no de hecho, en aspiracin
la criatura

el

amarrada

a su

al

No

menos.

palmo de

tornaba horizontal,

si

era ya la comunicacin de

tierra con los poderes sobre-

naturales de lo alto la que se buscaba

ms

bien era La comuni-

cacin de los hombres que extendan a un lado y otro los brazos


y se proyectaban en senderos, en carreteras y en lneas aceradas

para conectarse con sus berma, nos. Y cuando sa amestizaron los


Andes, las comunidades, bis clulas atadas al Ayllu tradicional,
hubieron de romperse. Quiero decir,

hecho mismo de

el

la

invasin

blanca, de la implantacin de un rgimen extrao, fu, sin querer


particularizar, fuerza que hiri a la comunidad, que
taba.

Cambiaron

los

la

desbara-

regmenes de trabajo, se hizo necesario arran-

car a los indios de sns solares comunales, llevarlos en partidas a


las minas. 101 laboreo de las minas fu terrible, no tanto por la
tarea fsica que requera, cuanto por

a que obligaba. La

mina mat

al

el

desgarramiento con el suelo


ms que fsicamente, espi

indio

ritualmente. Entre las modalidades de oposicin del latifundio con


la

comunidad, est no nicamente


268

el

despojo de tierras sino, antes

El indio no ha muerto.

269

que todo, el cambio de sistema de trabajo. La encomienda fu la


primera en arrancar a los hombres de su suelo, se los llevaba, no
como los mitimaes incaicos, en atencin a una poltica equilibraclora d un imperio que se haca cada da ms nacional, sino para
convertir a los hombres libres en siervos de un seor extrao. La
finca de hoy da hace lo que la encomienda de ayer, lo hemos dicho repetidas veces, amestiza al indio, sobre todo la del litoral. Hacer un mestizo quiere decir, en cierta manera, matar a un indio.
Las escuelas, tal cpino han operado hasta el presente, contribuyen a la desintegracin de la comunidad indgena ms que a su
conservacin. El centro de la escuela es Lima, pero si el Cuzco fue-

que a la comunidad respecta. La


escuela, agencia unlversalizante, totalizante, es enemiga de las
culturas singulares, de la costumbre particular; por este concepto
general sera enemiga misma de la comunidad; pero la escuela va
por fuerza ms lejos todava; elimina o relega a un lugar secundario el idioma en vez del quechua, pone el espaol. Xo quiero referirme en este rengln a la tendencia quechuanizante de ciertos educadores peruanos; juzgo a la escuela en su aspecto general, su
funcin, por lo que al idioma toca, es castellanizar al indio. Si
no hubiera otra razn, ya sta sera suficiente para convenir en
que los planteles de instruccin contribuyen al relajamiento de la
comunidad tradicional. Un poco por iguales causas los caminos
son tambin los enemigos del Ayllu. El Ayllu fu unitario, unicelular; todos los 400 aos de poltica incaica no bastaron para desler las tinidades originales. Derrumbado el imperio, la comunidad, valida de las disposiciones protectivas del virrey, volvi por
sus fueros, tanto como era posible dentro del nuevo orden de cosas. La comunidad existe en el aislamiento. Sus ligas internas
ra, el resultado sera igual

por

lo

son fuertes, lo son igualmente las participaciones de sus miembros


dentro del grupo, pero la comunicacin entre unas congregaciones
y otras fu siempre dbil. La comunicacin es unlversalizante : enlendernos con el vecino es hacernos un poco como l. A medida que

fueron amplindose las veredas entre un pueblo y otro, la integridad comunal se debilitaba. Las manifestaciones fragmentarias del

gamonalismo, latifundista, poltico y eclesistico, que vale decir


formas de explotacin que sufre el indio, de todos los que
lo roden, han contribuido tambin y en escala apreciable, a la
las mil

desintegracin de los vecindarios.

270

ANCIANIDAD

PEE l'AN DA D
I

Querer dar una expresin nica a los dos grupos de fuerzas


han trabado lucha en suelo peruano, las conservadoras de

(pie

la

V.S.

comunidad y

las destructoras, sera decir

que la pugna

se

ha

en-

tablado entre la indianidad por uua parte y da peruanidad -por

No

otra.

quiero incluir en

el

trmino tendencia peruana, que es

peruanidad, los vicios que fatalmente la han acompaado, resabios


de vicios viejos que

el

vigor nacional no ha tenido todava tiempo de

deslavar, entre los que cuentan algunos aspectos del latifundis-

mo y

casi todos los del

han acompaado

al

gamonalismo. Estos,

desarrollo del

si

bien

por desgracia

nacionalismo, no pueden, no

deben considerarse como aspectos permanentes de

Pero aun

l.

dejando a un lado tales factores, un examen de las fuerzas y elementos enumerados en la seccin anterior nos confirma en el epgrafe la lucha se ha trabado en efecto, entre el indianismo tradi:

cional y las fuerzas de nacionalizacin peruana.

Los indios del

valle de Jauja,

y como

ellos los

de la mayor

parte del centro y casi todos los del Norte de la sierra peruana,
van aprisa camino del mestizaje. Estn ms mezclados y asimilados

que los de otras regiones del pas. En el propio valle, hacia el Norte, el amestizan] iento ha avanzado ms que al Sur de la ciudad
de Iuancayo; influencia de las minas, indudablemente. El paso de
indio a cholo es casi insensible en estos rumbos. Los hombres, Tan
el castellano, se hacen buenos cholos, ms
saben leer y escribir. Las mujeres traspasan tambin la lnea fcilmente, por la cicunstancia de que la chola campesina con-

pronto como martajan

an

si

serva mucho de sus modales indgenas. Hay una zona en la que


no se distingue por su porte externo, la. india de la chola. Aqu el
idioma castellano parece ser .el rasgo distintivo. La chola habla
quechua, pero habla tambin el espaol, a su manera la india,
ann vestida de chola como se viste muchas veces, si no habla espaol, seguir siendo india. El terreno es propicio para estudiar
el fenmeno del mestizaje en todos sus aspectos, tnico, econmico,
cultural, social. Toda la regin est como en flujo. Momentos hay
en que no sabe uno ya el terreno que pisa, si el del indio o el del
cholo. Estoy seguro de que en diez aos ms ya no habr indios
propiamente dichos en el valle de Jauja.
;

271

En Huanta

casos inequvocos de mestizos que lian sido ab-

vi

sorbidos o aprisionados por la

manera de vida indgena. Son mes-

de la piel, a veces muy


barba de los hombres; pero son indios tambin en todo su modo de vivir: no hablan sino el quechua, se visten como las gentes indgenas, comen como ellos, viven en idnticas
habitaciones, se rigen por la misma economa. Ms an, ellos no
saben otra cosa sino que son indios; se consideran indios. El fenmeno es interesante acusa, por un lado, el vigor del ambiente indgena, de la tradicin indiana y, por otro, la falta de potencia de
tizos incuestionablemente; lo dice el color

clara, los ojos cafs, la

En

peruana propiamente dicha.

la influencia

otras partes los in-

dios se aladinan. se amestizan y se emancipan; aqu parece suceder


lo contrario, los mestizos se india nizan. All el cruce racial, el mes:

tizaje, es, las

>

ms de

<

las veces, suficiente por s

mismo para arran-

car al individuo de la condicin indgena, no por cierto porque haya


cualidad ninguna de superioridad en la sangre mezclada, sino por
el hecho de que la mezcla de sangre viene por l comn acompaada, de otros accidentes que determinan, en su conjunto, la eman-

cipacin del individuo; aqu parece que no sucede de esa manera,


pues estas gentes se cruzan, llegan a ser mestizos de sangre, pero

continan siendo indios de vida. El caso no es aislado es bastante


comn. En Cangallo, a diez leguas de Ayacucho, vive un grupo de
gente de piel blanca, de ojos claros, de barba tupida, los moroch li;

europeos de aspecto pero indios de reate, en cultura y en


ser. No hablan ms que el quechua, toda la regla de su
vida se ajusta al canon indgena, ellos mismos se creen indios.

eos,

manera de

Ped la opinin de algunos peruanos sobre este fenmeno. Dice (ialvn (*) que

el

idioma, el quechua, es La liga qu sujeta a esta

gente al indianismo, idioma

suficiente para la comunicacin y


pra la expresin corriente de la vida diaria y (pie a La larga produce tanto una cultura como una psicologa. Julio C. Tello explica
el

fenmeno de

rra,

de lo indio por el elemento de la tiepor la economa que rige a todas estas gentes por igual. La
la persistencia

economa agrarista marcan el comps de la vida. Quien


vive entre los indios y se sujeta al rgimen econmico ambiente
tendr que adoptar de hecho el modo de vivir de ellos. Uriel (Jarcia

tierra y la

(*) Dr. Luis E. Galvn, Director de

272

Enseanza Indgena.

y con

muchos otros indianistas

una seal de

e indianfilos ven en el

fenmeno

terquedad inmortal del indio de los Andes. Sea cual


fuere la explicacin del fenmeno, todas son fragmentos de una
causa fundamental el hecho que queda es sencillamente el de la
persistencia de la indianidad. Dice Means: "Los largos aos de
la

vagabundear observante y de estudio diligente en el Per, me han


trado la conviccin de que de todos los pueblos primitivos actuales,
ninguno es ms tenaz en su pasado y, supuestas circunstancias
favorables, ninguno es ms capaz de dar al mundo algn da la
sorpresa de un esplndido renacimiento de su genio antiguo, que
esa raza venerable que constituye hoy da ms de la mitad de la
poblacin andina.'' (*)

La

cuestin del indianismo contra

el

peruanismo no es pues

lina ficcin. El problema est planteado en el Per, no en la fantasa de los artistas y de los socilogos lricos, sino en el duro
terreno de la realidad objetiva. Indianidad y peruanidad, sin em-

bargo no deberan ser necesariamente trminos opuestos. Lo han


sido por desgracia, en muchos sentidos. Cuando los libertadores
de la independencia borraron de los libros oficiales el nombre de

llamando a los naturales peruanos sencillamente, con buena intencin y todo, el Per quiso matar al indio. Pero ni los cien
aos de lirismo o, de ceguera republicana, ni los trescientos que
haban venido antes, han sido capaces para borrar la indianidad
en el Per. Los pensadores de esta generacin estn convencidos
de que no habr peruanidad fuerte si no incluye a la indianidad; de que el concepto de nacionalismo, por otra parte, tiene que
indios,

responder a todas las obligaciones histricas, la indiana, la colonial

la republicana,

cmo tendr que

ajustarse, hasta cierta me-

dida, a los cnones totalizantes del derecho internacional

demandas
norma del

del socialismo que

y a las
permea nuestra poca y que ser la

futuro.

LOS CHOLOS: LA MENTALIDAD MESTIZA; EL NUEVO INDIO

El trmino cholo en el Per tiene una connotacin ms amplia


y ms profunda que en el Ecuador. All, los cholos forman una
clase restringida, son realmente los mestizos indigenizados del cam(*)

Means.

ob. cit. p. 538.

273
El

Indio

Peruano.

18

po,

cuando ms,

el

pueblo bajo de las ciudades.

Eu

el

Per

el

cholo

constituye propiamente una clase nacional. Etnicamente son individuos producidos por el cruce de indios con mestizos, son mes-

una proporcin variable de sangre indgena, pero en los


que la corriente nativa es ms fuerte que la blanca. En el Ecuador
el trmino cholo es un tanto despectivo; en el Per no solamente es
natural, sino que constituye, en Lima, por ejemplo, un trmino
de cario. Se dir de una simptica muchacha que es "una adorable cholita" y de un individuo a quien apreciamos y admiramos, que
es "un gran cholo." Y es que en el Per la fusin tnica ha llegado
tizos con

punto de hacer de los mestizos la clase predominante en todas

al

las actividades del pas, relacionadas con la vida ordinaria, sal-

vo las posiciones dirigentes de la poltica, de los negocios y, en


la cultura, que estn todava, en gran paite, en po-

menos grado, de

der de los blancos. El Per es ya, en muchos sentidos, un pas de


cholos.

Es interesante observar los matices de la transformacin de


grupos tnieo-culturales en el campo peruano, ver cmo los indios se deslen en los cholos y stos conservan modalidades del
indio, aparentes a cada paso. El idioma y el traje son tanto seales como causas de acholamiento. Cuntas veces recuerda uno. para
contradecirlo, el adagio de que el hbito no hace al monje. La indumentaria s hace al individuo. En Indoamrica hay un traje indio
y hay un traje cholo o mestizo. 2so hemos pensado lo suficiente
sobre la fuerza y la influencia de esta exterioridad. Porque el
traje, reflexionemos, no es, despus de todo, ms que un ndice de
estados de cultura, de economa, de socializacin. El traje nos sale
de adentro muchas veces; otras nos estira o nos lleva de por s a
lorenos que no pisaramos si no lo portsemos. Quien quiera hacer un estudio vital sobre la sociologa de la indumentaria, encontrar un campo riqusimo y casi virgen en los pases indoamri-

los

ca nos.

El paso de

los varones por la escala tnica social: indgena,

cholos indigenizados, cholos blanquizcos, mestizos,

etc.,

con las

co-

rrespondientes modalidades de cultura y de economa, es menos


espectacular que el de la mujer. Los indios varones en el Per
andino, ya lo dijimos; tienen una

de cholos. La
274

indumentaria de campesinos,

mujer indgena principia con trajes

ms

exticos.

Su primer
table,

paso,

marcado por

pero hay cambios

inexplicables.

hombre; ya

La

india es

se sabe

la

indumentaria

es desde Ugb

no-

ms significativos y, para m, todava


un sr sujeto, menos culturizado que el

que los indgenas accedern a enviar los va1

roncitos a la escuela, pero todava no aceptan que ingresen las ni-

as a los planteles de instruccin.

Es

cierto

que la mujer indgena

juega un papel importantsimo en la economa domstica. Innegable tambin que en plazas y mercados es ella y no el marido, apa-

elemento de mayor importancia, y


no explica del todo la marcadsima
chola sobre el cholo, el salto verdaderamente

rentemente cuando menos,

el

sin embargo, tal antecedente

superioridad de la

sorprendente que da la india tan pronto como se coloca en

el si-

La superioridad de la
Ella es ms gil de esp-

guiente peldao de la escala tnico-social.


chola sobre la india parece indiscutible.
ritu,

ms

activa.

Marcha erguida por

los caminos, saluda

con

sol-

tura a los conocidos, habla en alta voz, un poco groseramente, aun-

que la inflexin nunca es desagradable.

Toma

la iniciativa

en las

conversaciones ocasionales. Su aspecto fsico es tambin distinguido: alta y fornida, nunca obesa; tampoco hombruna; desenvuelta
y segura de s misma. La chola viaja por todos los caminos de la
sierra^ lleva al mercado dominical sus productos y mercancas, canturreando medio en castellano y medio en quechua, floreante, con
su corpio apretado y sus enaguas esponjadas, de colores hirientes. Reclama su parte en el momento social de la fiesta; al son de

guitarras y bandurrias canta, danza y se emborracha. Si llega a


social, su port es de una dignidad tal, de un equi-

mayor categora

y sobriedad que envidiara cualquiera dama de abolengo. La


casta de "mam seoras'' es bien conocida. Son las mujeres nolibrio

tables de la comunidad, poseen propiedades, tienen el monopolio

de los madrinazgos. Visten de negro, usan "llellas" de felpa y


mantas bordadas, todas ellas son grandes seoras. Tanto en el cam-

po como en la ciudad, la chola, lo mismo en El Salvador que en


el Ecuador, que en el Per y en Bolivia, viene a constituir una clase pujante. Son comerciantes y son polticas. Dominan el paisaje
humano del Per. En los mercados inverosmiles de Huancayo y
de Ayacucho hormiguean las cholas, altivas, seguras de s mismas,
desafiantes. LMel Garca describe a la chola urbana en pgina inimitable "La "gatera," la que vende en el mercado carne, frutas, me:

275

nesteres, es soez en su lenguaje, agresiva e irnica, desvergonzada

en la contienda.

De

all salieron las

del pueblo republicano.

cholas famosas en la historia

La "Pacha-Anka,"

la "Huallpacaldo," la
"gera Melchora," la "Orko-Asno," mujeres jefes en el tumulto gre-

mial, cargadoras de las andas de la virgen de Beln, conductoras


de las multitudes fanticas, mayordomas de las santidades parroquiales, fervientes partidarias de los caudillos polticos, iniciadoras

de las pedreas, capataces entre los garroteros mercenarios de la


chichera, cmplices de los ladrones y salteadores, atentas al primer toque de la "Mara Angola," la gran campaa cholesca y tumultuosa del Cuzco republicano, del Cuzco que a los gritos de viva
la virgen de Beln o de muera Fulano apedreaba un peridico o
incendiaba la casa del vencido, o mataba a palos y colgaba de los

balcones los cadveres de los verdugos/' (*)

La chola

es smbolo literal de la nacionalidad reciente. Repre-

senta la fuerza orgnica de la raza rejuvenecida y vigorizada para


hacerle frente al nuevo da. Es indiana, pero es ms peruana an.

Los peruanos han llegado a definir su mestizaje en trminos

ms

sutiles

que en otros pases indoamericanos. Claro que saben

del mestizaje tnico, pero tambin nos hablan del mestizaje espi-

Riva Agero, prologando Ja obra de Urteaga "El Imperio Icaico,'' dice que "el castellano no sinti por la sangre india la aversin que experimentaba
por La juda y por la mora. La colonizacin hispnica produjo por
lo tanto verdaderos pueblos nuevos de mestizos que no representaban una reproduccin simplificada y agigantada de Europa, como ocurri con la Amrica inglesa, sino un experimento de aleaciones tnicas audaz, lento y laborioso." Estoy conforme en cuanto
al resultado de la mezcla, aunque tengo mis reservas sobre el planeo que los espaoles pudieran haber hecho del experimento; en
otras palabras, no creo que hayan pensado en efectuar tal experimento, la cosa surgi de suyo. "Los pueblos blancos," sigue diciendo
de la Riva Agero, "sin duda de ninguna excepcin, tenemos en el
Per una mentalidad de mestizaje derivada del ambiente de las
ritual y de la mentalidad mestiza. Jos de la

tradiciones y de nuestra propia y reflexiva voluntad de asimilacin." Esta misma tesis es sostenida por riel Garca en su "Nuevo
Indio." Dice:

"Ms que un

fruto del acoplamiento fisiolgico entre

(*) Garca Uriel, ob. cit. p. 210.

276

el

espaol y la india es

(el

mestizo) un estado o modalidad de

es-

pritu peculiar que se manifiesta en la vida cotidiana de nuestro

pueblo; en los deseos, sentimientos e ideas de nuestras muchedumbres." Pero Uriel Garca va ms all. "El alma mestiza," aade, "es

comienzo del americano total; es el alma que infundi vida a la Amrica actual, pero es siempre el alma de los
Andes, que vale decir, de todos los campos del Continente." El
invasor, es decir, el blanco, se vuelve en Amrica un poco indio,
mejor dicho, un neoindio. La influencia del medio fsico es innegable; se operan en su alma grandes modificaciones. El mestizo es
una personalidad en germen, creador de una nueva barbarie americana o del caos de que habla Waldo Frank, va de escape para

en realidad

el

a la vez el creador de un nuevo mundo y la criatura de


este mundo nuevo. Por otra parte, el amestizamiento de Amrica,
como dice Uriel Garca, trae consigo el grave problema de transel indio, es

formar

al indio, de infundirle

vo indio."

una alma juvenil y hacerlo un "nue-

Conviene llamar la atencin a este importante rubro del pensamiento indianista peruano. "El nuevo indio" no es una frase
literaria, contiene

toda una teora de fusin racial, de amalgamien-

En sus trminos generales "el


nuevo indio" quiere decir el mestizo, pero el mestizo ntegro, fiel
a sus compromisos tradicionales de cultura, de raigambre; fiel al
fatalismo histrico de Amrica, inescapable; fiel al ideal nacionalista y al ideal continental. El ttulo es importante, deja constancia de que los peruanos estn dispuestos a cargar con su indio
ms, a llevarlo adentro, no como excrecencia muerta a cuya carga
estamos condenados por una fatalidad de la que renegamos, sino
como acto voluntario, sabedores de que llevamos no un cadver
sino un germen de milagrosa potencia y de indiscutibles posibilidades. Se ha dicho que Valcrcel ha limitado a veces su concepto
to cultural

y de creacin nacional.

del nuevo indio circunscribiendo su tradicin al incario.

En

su "Tempestad en los Andis" dice que

No

es

nuevo indio no
el pueblo, ya
sabemos, precedi al Imperio. La Sierra est grvida, "preada de
espartacos," de sus entraas surge el pueblo de antes, dice l, y yo
aado con Marategui y con Garca y con todos los dems, pero
cierto.

el

es el resurgimiento del Imperio sino del pueblo,

(*) J. Uriel Garca, ob. cit. p. 126.

277

nace a nu mundo nuevo,' no -al mundo de los incas, sino al que nos
determinara el choque de Espaa en la Amrica aborigen, al mun-

do americano de hoy, y,- por lo tanto, el hijo de la sierra, hijo tambin de la tradicin andina, si ha de vivir, no podr hacerlo sino
convirtindose en un. "nuevo indio." Yakrcel extiende todava un
poco ms el concepto de nuevo indio, para abarcar en l a todos
aquellos que laboran por la rehabilitacin y reconstruccin cultural y espiritual del Per. El misionero, el maestro de escuela, el
ingeniero agrimensor de las comunidades, el sincero procurador de
pueblos, todos estos forjadores de la patria, que tienen que ser a
la vez redentores del indio, son, por virtud de su oficio, nuevos indios tambin.

ACTITUDES

2.

E INTERESES DE LOS GRUPOS


ETNICO-SOOIALES

Probablemente no hay otro pas en Amrica donde la preocupacin por el indio o, cuando menos, por. las cuestiones indgenas,
sea ms profunda y ms extendida que en el Per. El movimiento
historiadores, socilogos, jubibliogrfico revela, esta inquietud
:

de veinte aos ac, todos se ocupan del indio. Los


pintases y escultores na. van en zaga, corren parejas con los escritores en la explotacin del tema indgena, .expresando plsticamente
Ja emocin verncula. El inters del hombre comn, del hombre de
ristas, literatos,

Ja calle, tambin se ha despertado. Lo prueba el creciente aprecio


de las manifestaciones del arte nacional, as como las repetidas
referencias a la vida indgena que se leen en revistas y peridicos.
Puede intentarse una clasificacin de los intelectuales, los directores de la opinin pblica y los promotores de La accin nacional
sobre la base de los matices de su inters por el indio. Un grupo

estara

formado por

los indianistas

que representan ms o menos

la tendencia clsica, la que ha estudiado al indio, la que ha hecho

de

un objeto de investigacin y de curiosidad

cientficas. India-

nistas son entonces. los historiadores, los arquelogos, los etngrafos y, en trminos generales, bis antroplogos,
este

grupo

los historiadores-socilogos

Quedan tambin en

que han pretendido estudiar

punto de vista histrico-evolutivo las instituciones indgenas, o bien los regmenes polticos a que el indio ha estado sujeto
desde

278

el

en las diferentes etapas de sn desarrollo histrico. Los indianfilos

forman
todos

la

segunda categora, y quedan en

ella

comprendidos casi

los* artistas: publicistas, ensayistas, poetas, los

msicos.

Forman

escuela en

el

Per

los

pintores

que se nutren en

el

venero

indgena o los que se ocnpan de difundir la apreciacin por lo


dio, o los

los

in-

que van forjando una esttica indiana o andina, que en

un sentido resultan trminos casi equivalentes. El tercer grupo


puede designarse con el nombre un poco brbaro de indigenistas.
Son los promotores de una poltica relacionada con el indio, o los
ejecutores de programas que buscan su "redencin." Estos tres grupos no son exclusivos:

l indigenista es casi siempre indianfilo y


puede ser indianista, as como este ltimo puede a veces reunir las

cualidades caractersticas de los otros grupos.


s

se distinguen.

Huelga

decir-

No

se excluyen, pero

que hay indianfilos dbiles en su

indianismo, indianistas carentes de toda emocin, elemento esencial


de los indigenistas e indigenistas ignorantes de la ciencia del indio
o poco apreciativos de los valores de la vida indgena. Las tres cla-

ampliamente representadas en el Per. En la nota bibliogrfica de esta monografa anotar algunos- de los ms salientes
nombres entre los indianistas de antes, los de ahora son Julio G.
Tello, en primera lnea, Horacio Urteaga, Jos de la Riva Agero,
Carlos Romero, Carlos Wiesse y Luis E. Valcrcel; Uhle, Means.y
Krobber entre los extranjeros, y en el campo ms caractersticamente sociolgico, Jos Carlos Marategui, Hildebrando Castro Pozo, Carlos Valdez de la Torre, Abelardo Sols, Jos Antonio Encinas, Csar Antonio ligarte, J. Guillermo Guevara y Jos Manuel
Osores. Casi todos los nombrados forman fila entre los indianfilos,
dicho sea en honor de la intelectualidad peruana, pero hay otros
ms, que importa mencionar: Jos Sabogal, Julia Codesido, entre
los pintores, vienen en primer trmino. Entre los msicos estn el
cuzqueo Roberto Ojeda, que encabez la Misin de Arte Peruano
que hizo un viaje a la Argentina en 1923, Daniel Aloma Robles y
muchos otros cuyos nombres formaran larga lista, pero que no me
atrevo a mencionar por temor de omisiones. Elena Izcu ha hecho
una preciosa obra, "El Arte Peruano en la Escuela," para la utilizacin de los motivos del arte indgena, y Fernndez Baca, Inspector Escolar en el Cuzco, ha venido trabajando desde hace muchos
aos en la preparacin de un lbum de motivos decorativos tomases estn

279

dos de la cermica indgena, obra notable que, de publicarse, sera

una verdadera mina para el arte aplicado. En la nota bibliogrfica


doy crdito a algunos de los escritores. Muchos ms habra que mencionar. Los indigenistas, promotores y ejecutores, forman legin.
Los grupos constitutivos de las universidades populares "Gonzlez
Prada" tienen el mrito de haber sido de los primeros propugnadores de la redencin del indio. Despus han seguido muchos misioneros, administradores, maestros y socilogos prcticos.

El movimiento indigenista peruano, y quiero incluir ahora en


trmino todo lo que implica la idea y la emocin y la accin de
los grupos que he procurado caracterizar y representar en el prrafo anterior, es relativamente nuevo; tiene antecedentes en la generacin anterior
muchas cosas de stas arrancan con Gonzlez
Prada
pero es eminentemente una vibracin de la generacin de
hoy. En ninguna otra poca se haba visto una inquietud tan acentuada y tan penetrante como la que se agita en estos tiempos en
el

torno del indio. Los pensadores y los actores, distanciados en lo


superficial muchas veces, afiliados a grupos distintos otras, persi-

fondo la misma finalidad; objetivan el problema indgena, enfocan la atencin nacional en la situacin del indio y preparan y suscitan la accin que debe transformarlo. Estos forjadores
de opinin y de patria han creado ya sus rganos de expresin. No

guen en

el

quiero hablar de las publicaciones especialistas, tales


vista Histrica,"

ta"

y "La

me

refiero

ms

bien a publicaciones

Sierra," que sintetizan

sente generacin, perspicaz en el

el

como la "Recomo "Aman-

espritu indianista de la pre-

examen de

la realidad indgena

peruana, y teido de una


pia tradicin y fortalecida con una alta visin de la cultura unlversalizante. "La Sierra" apareci en 1927. Examinemos un nmero
cualquiera, el diez, demos por caso; contiene estos asuntos: "El
idealidad nacionalista, nutrida en la pro-

Movimiento Serranista;" "El Indio a Caballo;" "Coca, Alcohol,


Carne;" "Indios Electores;" Prlogo a "Tempestad en los Andes,"
"El Arte Nacional." Las ilustraciones siguen el tema indio: "Amanecer Andino," "Danzarines Indgenas/' "La Chichera del Camino." Posteriormente a "La Sierra" han aparecido las siguientes
revistas, dentro del mismo carcter indonacionalista, reveladoras
de la misma emocin: "Alluspana," en Uars; "Serrana," en
Hunaco; "Editorial Titikaka," en Puno; "Editorial Kntur," en

280

"Warak" y "Sillar," en Arequipa; "La Pu"La Regin/' en Lima; "Inti," en lluancayo y


"Quipus," en Lima. El inters por lo indgena no queda circunsSieuani; "Chirapu,"
na," en Ayavini;

crito a los grupos especialistas. El principal diario del Per, "El


Comercio," conservador e insensible a la palpitacin actual del

no obstante, en su nmero del 3 de enero de 1932,


en una edicin dominical de 24 pginas, el siguiente material, que
hace alusin o tiene alguna relacin con el indio: 1. "Designacin
del Jurado para la Exposicin Indigenista Escolar," se publica el
acuerdo relativo del Ministerio de Educacin 2. "Distribucin de
Alumnos Becados para la Escuela Normal Rural Indgena del
Sur," se publica el acuerdo relativo del Ministerio. 3. "Etimologas
Quechuas," un estudio, por Jos Mara Hernando, de Ayacucho.
4. "La Agricultura y la Economa Nacional," un estudio que ocupa
buena parte de una pgina y que trata, entre otras cosas, sobre la
pas, contena,

situacin del indio con respecto a la tierra.

LAS CORRIENTES IDEOLOGICAS

Carlos Valdez de la Torre e Hildebrando Castro Pozo, que han


estudiado a fondo la evolucin de las comunidades indgenas,

el

primero, y sus rasgos caractersticos actuales, el segundo, encabezan el grupo de los que se declaran por el fomento y sostenimiento

de la comunidad indgena como tal. En el captulo final de su obra


Valdez de la Torre hace una especie de balance y apunta los argumentos contrarios al sostenimiento de comunidades, por un lado, y
por otro, los que las favorecen. Entre los primeros seala los que
siguen las comunidades requieren la tutela del Estado y colocan
al indio en calidad de menor; la propiedad en comn fomenta el
ocio la propiedad comunal constituye una vinculacin inaceptable
en la poca actual la comunidad se opone a la movilizacin del
suelo, forma de propiedad reconocida como la mejor por las ms
adelantadas sociedades las comunidades son un obstculo para la
buena administracin y polticamente son un peligro; las comunidades tienden a excluir al indio de la ciudadana peruana y por
otra parte, a acrecentar la legislacin (*). El mismo autor valoriza y comenta estos argumentos y llega a la conclusin de que
:

(*)

Valdez de

la Torre, ob. cit. p.

189.

281

dentro de cierta interpretacin concorde con la vida nacional, la


comunidad indgena debe ser protegida, amparada y conservada.

Castro Pozo no soiainente descubre que la comunidad indgena, a


pesar de todos los ataques de que ha sido vctima, es todava un
organismo viviente, sino que no obstante el medio hostil que la- sofoca y deforma, manifiesta espontneamente evidentes posibilidades de evolucin y desarrolloJ JEste autor se declara tambin a favor
de la conservacin de la comunidad. En la siguiente seccin de este

como Castro Pozo


comunidades embonndolas con

captulo nos referiremos a una de las maneras

piensa que se podran utilizar las

econmiea del

la vida

pas.

Casi todos. los pensadores peruanos que se preocupan de la


cuestin: indgena y del futuro del indio en el Per, pueden clasificarse en tres grupos, en cuanto a los sistemas que. vislumbran o

que proponen.

nos se muestran partidarios de hacer resurgir, de

manera especfica, modalidades de la vida indgena, particularmente las relativas al rgimen comunista, anmico en el indio y
utilizado dentro de un sistema social nacional por los emperadores incas; otros avizoran la posibilidad de un resurgimiento indgena

total, "La vuelta al incanato," "la vuelta

"el resurgimiento

de

la

a la indianidad,"

Sierra," "el dominio de los Andes,*' son ex-

presiones de esta idea. Los otros, por ltimo, los neoindianistas,

piensan en .un renacimiento indgena en tierra mestiza, en una


alma indgena dentro de un cuerpo mestizo. so es tanto un renacimiento el que ellos contemplan cuanto una reconstruccin, o me-

una recreacin. El mundo americano ha cambiado, no


podemos volver atrs el reloj de la historia, los hechos del mundo
americano incluyen tanto al indio como a las aportaciones occiden-

jor dicho,

tales y al trasplante espaol; el indio

no ha muerto, no debe mo-

el indio tiene un
Andes
se
con
venida
la
mundo nuevo, los
amestizaron
del blanco:
necesario es crear a un hombre nuevo, fusin de todos los elementos, dominador del nne\o escenario, el hombre americano. Crie!
rir,

aun

si

se le quisiera

Garca expresa bien

el

matar no morira. Pero

punto de

vista de este ltimo

grupo cuando

"Qu significa el anhelo de redimir al indio de su situacin


actual? Kn buena cuenta, elevarlo a la altura de la conciencia ame-

dice:

ricana del presente; vigorizar

la

simplicidad de su alma, acrecen-

tndola con todo aquello que aun cuando sea extra ido de la tradicin y de la tierra, est acorde con la riqueza espiritual de la
282

Indios de la "Ciudad Imperial."

humanidad ele hoy. Redimir al indio ser engendrar en su alma


una nueva conciencia americana, hacer fecunda su tradicin- en
aquello que es. fecunda toda tradicin, pero no pretender realizar
vida histrica valiosa mantenindole dentro de esa misma tradicin. Redimirle ser incrustarle sentimientos e ideas distintos -y
hasta opuestos a los suyos (por ejemplo, sacndole de su secular

agrarismo, que lo tiene oprimido contra


ta.

La

divisa de la redencin indgena,

el suelo,

me

como

una plan-

parece, no debe ser la

del agrarismo. El agrarismo es su simplicidad y su tradicin mile-

naria que lo fatiga y mecaniza en buena cuenta. El agrarismo es


que le hizo siempre siervo. Cosa distinta es el problema agrario

lo

en

el

sentido moderno,

proporcin igual). Si

toda redencin, en
los individuos,

el

como derecho humano a poseer


el

la tierra

en

indio tiene aptitud para redimirse, pues

fondo, es obra personal e interna, tanto para

como para

los pueblos,

encarnar esas ideas y esos

sentimientos y resurgir por su propio impulso. Por lo mismo que


toda personalidad enrgica es afirmacin entre oposiciones y con-

La solucin de este problema tiene que estar acorde con la


marcha de la cultura en general, con el proceso de la barbarie
trastes.

americana

de ese espritu

elemental neoinclio, en

el

que se inclu283

ye tambin a aqul. Es la encrucijada, no del incasmo sino del neoel indio sea realmente un nuevo indio, tendr

indianismo. Cuando

aptitud redentora, es decir, cuando sea un hombre distinto al que


es.

ma

slo entonces producir a sus guas verdaderos y el "proble-

para la masa como para las generaciones jun estado de rebelin, o no ser
nada (a menos que siga siendo mera exaltacin lrica de papeles
impresos), porque la cultura de Amrica, que liquide los rezagos
tradicionales y haga avanzar el espritu neoindiano, ser fruto de
indio'' ser, as

venes, urgidas de solucionarlo,

una rebelin

interior

como de una rebelin contra

ternas que mantienen

pasado.

el

entonces

el

las fuerzas ex-

"problema indio*

no ser solucin nicamente para el indio, sino ser la solucin de


el problema del "nuevo indio.'' (*)

todo

LA ACTITUD DEL INDIO

La

actitud diaria del indio peruano,

como

la de la

mayor parte

de sus hermanos de Amrica, se cubre de la dignidad y la pasividad


caractersticas de todos ellos. Indiferentes en apariencia, nada es-

capa a su malicia agudizada por el maltrato y por la represin. Sus


reacciones ntimas hacia el blanco se esconden casi siempre bajo
la mscara de esa indiferencia, que no sabe uno ya si es apata o
es supremo desdn. Lo que he dicho sobre el indio guatemalteco
y el ecuatoriano a este respecto, se aplica exactamente al del Per.
En las secciones relativas a la escuela vimos cmo el aborigen que
da al margen de la accin pedaggica del Estado como resultado
natural de toda una situacin circunstancial de abandono y de decida; no hay en tal hecho, a mi entender, ni una resistencia del
indio para la escuela, ni un deseo de exclusin, por parte del blanco, hay sencillamente un concordato fatal de elementos pasivos que
traen como resultado

el

alejamiento del indio.

En Guatemala

los

nativos se resisten a ir a la escuela cuando a ella concurren los


ladinos, en el

Ecuador

el

indio est sencillamente fuera de la

cuela; en el Per queda tambin, lo

escuela oficial, pero hay en

hemos dicho

es-

ya, fuera de la

frecuentes brotes de inters que dan

por resultado el establecimiento, por parte de las comunidades, de


centros de instruccin para sus propios nios. Los patronatos in(*)

284

Garca Uriel

J.

ob. cit. pp. 125-126.

(lgenas

dan testimonio de

la insistencia

con que los indios piden

escuelas. El afn por la instruccin parece, pues, irse despertan-

do y va hacindose caracterstico. FA inters fundamental del indio


tiene relacin con la tierra, por ella pleitear eternamente; por ella
ye acerca a los tribunales del blanco.

supremo

se

Al amparo de este inters

ha formado toda una clase semijurdica de tinterillos,

rbulas y apoderados. La Seccin de Asuntos Indgenas tena las


manos llenas con todas las cuestiones que el indio traa a su consideracin, sobre tierras siempre. El indio del Per aventaja a sus
hermanos de otros pases en el vigor de su personalidad callada, en
la mayor persistencia de su manera de ser y en su afn de redimirse por s mismo, indicio comprobatorio de que lleva en l la capa-

cidad de la propia redencin. Aporreado y todo, por cuatrocientos


aos de adversidad, el indio del Alto Per sigue siendo un digno
descendiente de los incas.

Carlos Marategui sent una gran verdad cuando dijo

esperanza indgena es absolutamente revolucionaria."

damos inmediatamente de
17S0, fu

"la

acor-

los levantamientos indgenas, presentes

la Colonia.

en toda la historia de

Nos

La

rebelin de

Tpac Amauro, de

un albor de un Per indgena independiente, pero

los le-

vantamientos de esta generacin, recrudecidos desde 1920, son ms

La masa indgena va despertando

significativos todava.

se des-

pereza rpidamente. Carlos Marategui, llevado tal vez por su afn


revolucionario socialista, afirma

"La consanguinidad

del

movi-

miento indigenista con las corrientes revolucionarias mundiales es

demasiado evidente.
Yo he dicho ya que he llegado al entendimiento y a la valorizacin justa de lo indgena, por la va del socialismo." No me parece que el despertar indgena sea una repereu.

cin directa del movimiento revolucionario mundial,

movimiento ruso, que era


creerlo implicara la

menos del

que Marategui, sin duda, se refera,


suposicin de enlazamientos concretos que no
al

El indio despierta en trminos del despertamiento peruano y del despertamiento andino y americano. Contribuyen a la agitacin, no nicamente las prdicas comunistas que por acaso le
lleguen, ni nicamente el propagandismo de los reformadores soexisten.

tambin por excepcin puedan afectarlo. Han contribuido


a su despertamiento todos los factores de la evolucin del pas. La
ciales, si

285

misma no

poltica dictatorial

es

una de

las fuerzas

ms

desprecia-

bles en este acto de agitacin, pues lia provocado reacciones de de-

fensa que, negativas en detalle, se convierten a la larga, en

acti-

tudes positivas.

DE SOLIVION.

3. PROPOSITOS INTENTOS

RESUMEN DE LOS MEDIOS, RESOLUTIVOS PUESTOS


EN PRACTICA
Por cuatro caminos

se

ha procurado

la resolucin de la situa-

cin del indio, en el Per: por el legal, por el educativo, por el

econmico administrativo y por el eclesistico. La legislacin indianista peruana, si as puede llamarse a todo el cuerpo de leyes

dado por

la

Repblica, que tiene alguna referencia a los naturales,

es bundante. Pudo,

siii

mejor determinada

la

mejor a la Colonia.

embargo, haber respondido a una poltica

Repblica debiera haber podido parangonear

No

lo hizo.

No

obstante, los juristas han efec-

tuado un intento estimable a favor del indio. Tampoco ha dejado de


ensayarse

el

procedimiento instructivo. Desde hace mucho se ha

hablado de escuelas para


tada
ron.

En

el

y en algo ha llegado a ser afecpor los planes educativos que se traza-

el indio,

la poblacin nativa

terreno administrativo, la Seccin de Asuntos Indgenas

viene a ser uno de los

ms

serios ensayos para

el

arreglo del pro-

blema del indio: deslinde de terrenos, arbitraje y componenda de


Por la va

dificultades, incipiente fraccionamiento de latifundios.


eclesistica, el indio fu objeto, en

tiempos virreinales, del esfuerzo

heroico y la accin benfica de los misioneros; despus, la Iglesia

ha intentado ayudar

al judio,

y muy recientemente

de tomarse en cuenta, para promover

munidades indgenas, y

el

las misiones

muy

dignos

mejoramiento de

las co-

evanglicas de hecho han establecido algunos trabajos

los cuerpos eclesisticos catlico-romanos

parecen haber despertado como nunca antes para darse cuenta de


el problema del indio. De estas realizahablado ya en las secciones anteriores de este estudio;

su responsabilidad ante
ciones se

lia

tambin se ha hecho juicio de algunas de

286

ellas.

ALGUNOS PROYKq'lOS GLOBALES DE RESOLUCION

Los ms importantes proyectos globales de resolucin provienen de los juristas. Jos Antonio Encinas, desde 1918 (*) escribi
su tesis doctoral sobre una "Contribucin a una Legislacin TuDespus de hacer un anlisis del problema del
el indio peruano vive, por lo que
respecta a la propiedad y a su estado general de cultura, se exponen las reformas indispensables ms urgentes, a fin de mejorar las
condiciones de la raza indgena, en cuanto se refiere al orden jurdico. Dichas reformas, radicales para su da, se inspiran, segn
telar Indgena.''

indio y de la condicin en que

afirma el autor, en la observacin de Ins cosas y en la experiencia


que se tiene sobre la ineficacia de las leyes para llevar al espritu
del indio algo de justicia y de bien. El proyecto se fundamenta en
la historia jurdica colonial y afirma en su parte sustantiva la necesidad de una legislacin tutelar indgena, sealando como puntos fundamentales, leyes sobre la propiedad, sobre el trabajo y
sobre el procedimiento judicial, en lo civil y en lo criminal. Sobre
la propiedad aconseja disposiciones que partan del principio de retirar al indio del litigio, que amparen la propiedad indgena ampliamente y que detengan radicalmente el latifundismo. Aconseja
tambin la creacin, dentro del Ministerio de Justicia, de una direccin especial al servicio de la defensa y proteccin de los indios.
Se recomienda el reconocimiento de la comunidad indgena como
persona jurdica (Ya vimos que la constitucin de 1920 declar tal
proteccin). Fija, por ltimo, prescripciones pra la compraventa

y aconseja la formacin del homestead indgena. En cuanto al trabajo, Encinas aconseja el contrato escrito con intervencin del
Ministerio de Fomento el tiempo mximo de la obligacin de pres;

tar servicios; la nulidad de los contratos llamados de enganche; el


salario estipulado por el contrato; obligacin del propietario de

proporcionar alimento y habitacin y no responsabilidad de los

co-

lonos por el ganado, enseres, herramienta y material que recibieren, cuando su deterioro o prdida obedezca a causa mayor o fortuita

tiempo de aviso de despedida,

lo

menos de treinta das y que

las acciones derivadas de los contratos de hacienda se ventilen su-

jetos al trmite del juicio arbitral. Se incluyen disposiciones rela(*)

Jos Antonio Encinas, ob.

cit.

pp. 41

ss.

287

cionadas con el jornal, instituyendo el salario mnimo, ordenando


que el pago sea en moneda, que se efecte en la misma hacienda.
Se recomiendan asimismo beneficios para los trabajadores, en caso
de enfermedad y pensiones para los que cumplan treinta aos de
servicios. (*)

OTRO PROYECTO DE LEY TUTELAR DEL INDIO

En

1028 presentaron los doctores H. Luna y E. Boca (**) un


Ley Tutelar del Indio, que no solamente

interesante Proyecto de

constituye

un esfuerzo para

la solucin legal del

problema

ind-

gena, sino que es un documento revelador del carcter del mismo.

Los autores fundan su ley en la consideracin general de la "inferioridad mental y, en consecuencia, la limitada capacidad jurdica
del indgena," y a fin de que "dicha ley sirva de garanta eficaz
para su vida e intereses."' La ley que se propone tendr un carcter
transitorio mientras la cultura del indio se nivele a la de los otros
miembros de la nacionalidad. Inspirados por otra parte los autores, en el criterio de la unidad nacional, tratan, segn lo asientan
en la exposicin de motivos de la ley, de amoldar en lo posible las
disposiciones del proyectado ordenamiento con las prescripciones
de la legislacin comn, restringindolas y amplindolas donde
haya necesidad. El proyecto que se propone tiene, por otra parte,
un carcter integral, porque solamente as, dicen los autores, contemplando el problema indgena en sus diferentes modalidades, podr

hacerse obra completa de regeneracin social. La ley se desarrolla

dentro del siguiente plan: a). Aspecto legal, comprende la Legislacin civil y penal tanto sustantiva como derivada; b). Aspecto
econmico-social, comerci, industrias, contribuciones, educacin,
bigiene, salubridad, cuestin religiosa, servicio militar, alcoholis-

mo, cocasmo, etc.; c). Aspecto poltico y de proteccin administramodificaciones indispensables en la organizacin poltica, con
relacin al indgena y la necesidad de que ste intervenga como
Tactor poltico en la marcha del pas; organizacin administrativa

tiva,

especial,

para la inspeccin y proteccin de


Antonio Encinas,

(*) Jos

ob. cit. pp. 71

la

raza indgena.

ss.

"Proyecto de Ley Tutelar Indgena."


Lima, 1928. Ejemplar mimeogrfico, proporcionado por los autores.
(**)

288

Drs.

Luna H. y Roca

E.,

En

que se refiere a la situacin Legal de


primer trmino, de la comunidad indgena y se
pretende determinar los requisitos que deben reunir las comunila parte de la ley

indio, se trata, en

dades, a fin de quedar

amparadas por

el

artculo 58 de la Consti-

tucin Poltica del Estado, que les reconoce existencia legal. Los
criterios

para

tal

reconocimiento tomau en cuenta

el

nmero de

vecinos, la filiacin o condiciones especiales entre ellos, el dominio

de tierras comunales y ciertas caractersticas tradicionales. Tara


ser miembro de la comunidad la ley que estudiamos establece que
el

individuo sea propietario de tierras de apropiacin individual,

colectiva o mixta, que queden bajo la circunscripcin de la comu-

nidad. Las comunidades quedan investidas de personalidad jurdica

y se establece el registro de las mismas, as como las causas y modalidades de disolucin.


El captulo II de la ley establece los derechos civiles generales

de los indgenas. Principia por considerar a los indios menores


y, por lo mismo, sujetos a la tutela del Estado, hasta en

de edad

tanto alcancen "cierta autonoma individual que les permita ejercer con amplitud los derechos inherentes a su personalidad civil."

en cuyo caso quedarn sujetos a las prescripciones de la legislacin

comn. Una seccin interesante de este captulo se refiere a la condicin en que quedan los nios indgenas en los hogares de los mestizos o los blancos, para evitar los abasos que con tanta frecuencia
se cometen al respecto. Otro ttulo importante trata de la propiedad comunitaria. -Se establece- el komestqad a fin de proteger los
derechos de la familia sobre la propiedad rural indgena, permitindose la libre disposicin nicamente de aquellas tierras del

mnimum lijado: las ventas de parcelas inferiores a


mnimum tendrn que hacerse forzosamente a miembros de la

exceso del

tal
co-

mnnidad. La ley no fija la extensin del homestead, dejando tal


determinacin a ordenamientos subsecuentes; si establece la indivisibilidad de dicha parcela familiar. Otro ttulo interesante de
est mismo captulo tiene que ver con la enajenacin de las propiedades indgenas, reglamentndola, poniendo taxativas y protegindola de los abusos del acaparador de tierras. El captulo. IV
de esta seccin hace referencia a los contratos de trabajo que no
podrn ser .efectuados sino con la intervencin forzosa del inspector
de indgenas cuando se trate de escrituras pblicas, y, tratndose

269
El

Ir.c'.io

Teruano. 19

de escrituras privadas, con la intervencin de este mismo funcionario o de la autoridad poltica local. El contrato de trabajo en
general, fija un salario mnimo de cincuenta centavos, una jornada
de ocho horas y el arbitraje en casos de conflicto entre el obrero y
el patrn. Por lo que respecta a los contratos especiales de trabajo,
quedan clasificados entre los de colono, de servicio domstico y de
enganche. Los servicios gratuitos que con diversos nombres se
prestan a las autoridades y particulares, quedan absolutamente
prohibidos desaparecen los cargos de envarados. El captulo cuar;

to de esta primera seccin constituye la parte procesal

aqu se

ins-

tituyen procedimientos especiales para el indio y la creacin de tribunales especiales para la solucin de los conflictos en los que se
ve inmiscuido. Estos tribunales se irn estableciendo de acuerdo con

Ejecutivo de la nacin, en aquellas regiones donde


gravedad del problema los haga ms necesarios. En la seccin
que promueve la situacin econmica y social del aborigen se dictan
disposiciones que prohiben las gabelas con que se acostumbra gravar al comercio de los indios y que redundan generalmente en provecho de las pequeas autoridades. A fin de fomentar y promover
la industria indgena se ordena que se impulse la organizacin
cooperativa de las comunidades, aprovechando para ello las prcticas que ya existen en los vecindarios de indios. Se dictan disposiciones tendientes a proteger al nativo de la tasacin arbitraria
y excesiva de que es vctima, as como a evitar que se le obligue a
prestar servicios personales para obras pblicas, sin la debida retribucin. Se establece la prohibicin absoluta del uso y comercio
del alcohol entre los indios. Por cuanto a las festividades religiosas se ordena que los servicios que se exigen del indio sean completamente gratuitos para l, es decir, que no le reporten gasto. Se
prohibe terminantemente el desempeo de "cargos" en las festividades religiosas. En materia de educacin la ley prescribe que la
del indio debe estar orientada hacia una enseanza industrial, teel criterio del

la

niendo en cuenta sus condiciones psicolgicas y sociales. Pide la


revisin de la ley de servicio militar obligatorio y las ordenanzas
relativas, aplicadas a los naturales. En cuanto a la funcin poltica del indio, que hasta ahora de hecho no ha existido, habiendo

quedado hasta

la fecha la

enorme poblacin indgena

al

margen de

la nacionalidad, creen los autores que los indios deben intervenir

por

lo

290

menos en

la constitucin de sus municipios o gobiernos lo-

cales,

a fin de aprender "a ser electores, ejercitndose en esa fun-

cin de toda democracia."

En

la seccin relacionada con la orga-

nizacin poltica y la administracin especial para el indio, se


establecen primero autoridades polticas indgenas en las comunidades, que tendrn el

genas." Se prescribe la

nombre de "tenientes gobernadores indinhabilitacin absoluta para desempear

todo empleo en la administracin piiblica, para aquel funcionario


que haya sido destituido del cargo por abusos cometidos contra los
indios. La organizacin administrativa estar a cargo de una direccin indgena y de patronatos indgenas. La Direccin General
Indgena, dependiente del Ministerio de Justicia, adems de las

funciones administrativas que le competan, llenar tambin, segn

una funcin tcuica, para ordenar y desarrollar la pequeo industria y ocupacin de los naturales; ejercer tambin una
accin protectora, para lo cual se instituyen funcionarios inspec-

esta ley,

tores de indgenas que,

adems de

ejercer con fines culturales la

supervigilancia de los naturales, harn, por cuenta del Estado,

momento de los abusos que se cometen contra ellos. Los patronatos


indgenas son organismos sociales de carcter semiprivado, que
colaborarn con el Estado para la proteccin de la raza indgena.
En el estudio de Julio Delgado, sobre el Folklore y Apuntes para la Sociologa Indgena, que ya hemos citado (*), el autor llega
a algunas conclusiones y hace despus ciertas recomendaciones que
arrojan luz sobre la cuestin del indio. Transcribo la esencia de
algunas de las ms importantes conclusiones, y en seguida las recomendaciones que propone el mismo autor. Delgado no es partidario de que se violente el fenmeno social indgena con disposiciones legales inconsultas al medio y a la idiosincrasia del indio y
del misti; el problema no se resuelve con la mera dacin de leyes.
Las autoridades indgenas que existen en la actualidad son auxiliares de la administracin pblica y no debieran, por lo tanto, ser
eliminadas. Precisa hacer una clasificacin de los indios segn
el tipo de comunidad en qne vivan. Es necesario conservar las
comunidades. Las recomendaciones del seor Delgado, que me parecen de mayor peso son: 1. Formacin de una legislacin indla defensa gratuita de sus derechos, protegindoles en todo

(*)

Delgado A. Julio M. "Folklore y Apuntes para la Sociologa In


Ao II. Nm. 3. 1931. Lima. pp. 133 y 222.

dgena." Revista de Educacin.

291

gena integral y concorde con


el
2.

el

medio

fsico,

teniendo en cuenta

factor antropolgico y, sobre todo, la mentalidad indgena.


Multiplicacin de las escuelas ambulantes y vocacionales in-

dgenas, cuidando de que no quedeu bajo la direccin religiosa,


salvo casos de notoria preparacin de los educadores.

3.

Vigilancia

mediante las universidades, de los seminarios eclesisticos, para que tengan una labor conjunta en la formacin de
presbteros, ya que stos tienen una influencia decisiva en la mentalidad indgena, i. La formacin del marges de los bienes de
conventos y monasterios, los cuales deben pasar al Estado. Tales
bienes pueden venderse a los mismos aborgenes que viven dentro
de las fincas de (pie se trata. 5. La educacin del neoindio (blanco, mestizo, cholo) por medios adecuados, hacia la igualacin social, moral y material, estimulaudo los matrimonios del indio con
el neoindio. Incluir que tal igualacin implica la formacin de la
verdadera nacionalidad y el engrandecimiento del Peni. 6. Especializacin de una ctedra de sociologa indgena en todas las
del Estado,

universidades.

UNA ENCUESTA SOBRE EL PROBLEMA INDIGENA


-]l
peridico "La Sierra," rgano de la Juventud Renovadora
Andina, tan valiente como acertadamente dirigido por J. Guillermo
Guevara, durante todo el luminoso aunque por desgracia breve pe-

rodo de su publicacin, abri, en 1928, una encuesta sobre el pro-

blema indgena, que puntualiza los ms importantes aspectos de la


cuestin. La bsqueda se refiere a dos materias, al problema indgena propiamente dicho y al agrario. Las indagaciones propuestas
son las siguientes

(*)

"Qu clase de problema es el de los indios en


Cuntos problemas quedan comprendidos bajo
Cmo se debe resolver cada uno de ellos?

el

Per?

ese enunciado?

Cul la accin que deben tener el Estado y las Municipalidades en su solucin?


Cul la accin de la clase pensante, la estudiantil y la obrera?
Cul el gnero de instruccin y educacin que debe emplearse?
/.Cmo debe fomentarse el cruzamiento?
(*)

292

"La Sierra." Ao

II.

Nm.

15 Marzo, 1928. Lima, p. 53.


Convendran los mitimaes o trasplantaciones?
Cul la influencia de la vialidad en el problema indgena?
Tiene similitudes con el ruso u otros?
Cules son los fundamentos que dan preeminencia razonable
a la industria agrcola en el Per?
Cul es el carcter general actual de la agricultura en la
costa ?

Cul es

el

carcter general actual de esa industria en

la

Sierra ?
la montaa?
Qu rgimen agrario convendra adoptar en cada una de

Cul en

esas

regiones ?

Qu medios deben emplearse para

la transicin al

nuevo

r-

gimen aconsejado?
Sobre qu bases debe fraccionarse y pulverizarse el latifundio?
Cul debe ser la situacin jurdica y la labor del Estado, de
las Municipalidades y de los Cuerpos Administrativos, en la solucin del problema agrario?"

IDEAS SOBRE LA SOLUCION ECONOMICA

La llamada solucin econmica,

es decir, el intento de reso-

lucin del problema del indio, atendiendo a los aspectos materiales

de su vida, ha dado lugar a las

ms sugerentes insinuaciones por

parte de los pensadores y de los socilogos de la generacin actual.


"Todas las tesis sobre el problema indgena, que ignoran o eluden

a ste como problema econmico

social,

otros tantos estriles ejercicios teorticos

ha dicho Marategui, son

y a veces slo verbales

La cuestin indgena arrancondenados a un absoluto descrdito.


reivindicacin
indgena carece de
nuestra
economa...
La
de
ca
concrecin histrica mientras se mantiene en un plano filosfico
o cultural. Para adquirirla, esto es, para adquirir realidad, corporeidad, necesita convertirse en reivindicacin econmica y poltica." (*) Gonzlez Prada, una de las ms destacadas seales del
pensamiento libre del Per, en el captulo sobre "Nuestros Indios,"
incluido en "Horas de Lucha," apunt ya este juicio: "Nada cambia ms pronto ni ms radicalmente la psicologa del hombre que
.

(*) Marategui. ob. cit. p. 25.

293

]a propiedad: al sacudir la esclavitud del vientre, crece en cien

palmos. Con slo adquirir algo

el individuo asciende algunos pelporque las clases se reducen a grupos


clasificados por el monto de la riqueza. A la inversa del globo
aerosttico, sube ms el que ms pesa. Al que diga: la escuela, res-

daos en

la escala social,

pondsele: la escuela y el pan. La cuestin del indio, ms que pedaggica es econmica, es social." A su vez Jos Antonio Encinas,
Rector, en 1931 y hasta hace

muy

poco tiempo, de la Universidad


visin social, que desde

Mayor de San Marcos, hombre de lucha y de

1913 escribi su tesis de bachillerato sobre "La Educacin; su


funcin social en el Per, en el problema de la nacionalizacin,"

hablando ya del indio, y que en 1918 redactaba su


sobre

"Una Contribucin a una

tesis doctoral

Legislacin Tutelar Indgena," de-

y su juicio en aquella lejana poca es indicio de clara visin,


el mejor medio de
elevar su condicin social. Su fuerza econmica se encuentra en
la tierra, all se reconcentrar toda su actividad. Retirarlo de la
tierra es barrer profunda y peligrosamente ancestrales tendencias
de la raza. No hay como el trabajo de la tierra para mejorar su
condicin econmica. En ninguna otra parte, ni en ninguna otra
forma, puede encontrar mayor fuerza de riqueza como en la tieca,

"sostener la condicin econmica del indio es

rra." (*)

Si los idelogos han hablado en trminos que no dejan lugar


a duda, sobre la necesidad de atacar el problema del indio por el
lado de su economa, los ejecutores apenas han iniciado sus labores

por ese rumbo. La gestin de la oficina de Asuntos Indgenas en


el Ministerio de Fomento, obedeci, indudablemente, a este afn de
resolucin econmica, y, de manera mucho ms incipiente, va por
ese camino igualmente la escuela, que qtiiere hacerse vocacional y
prctica. Hildebrando Castro Pozo, caracterizando las comunidades

cmo sera fcil vigorizar la economa de los


vecindarios utilizando las modalidades de organizacin ya existentes, escribiendo en un artculo para "La Sierra:"
indgenas, muestra

"Si, pues, aadimos a esto que la


da por todos los elementos conscientes
una necesidad del aylln. dirigida por
el Poder absohito a cuya decisin y
(*) Jos

294

Antonio Encinas, ob.

cit.

p.

asamblea comunal constituiy capaces de poder satisfacer


sus agentes y personeros, es
arbitrio ha de someterse el
36.

destino comunal; y a ms, que el ayllu actual es una agrupacin


etnolgica, cuya tradicin, costumbres y religiosidad lo han constituido en un verdadero grupo familiar, endogmico; que no slo

dueo de la falda del cerro que anida el pueblaclio, sino de muchas otras parcelas que cultivan en comn o individualmente, asi
como de numerosos rebaos y pastales donde aqullos conviven;
si no olvidamos esto, y despus comparamos con los fenmenos ar-

es

que los cooperativistas han tratado de generar en los agrupamientos sociales, a fin de implantar las organizaciones de aquella ndole; concluiremos lgicamente que nuestras comunidades
tificiosos

indias poseen todas las condiciones econmicas, polticas y sociales


necesarias para erigirse y establecerse en grandes cooperativas de

produccin y consumo."

(*)

4.CEITIOA

GENERAL

CRITICA DE MABIATEGUI A LA SOLUCION DEL PROBLEMA

INDIGENA PERUANO

El Dr. Encinas

de una

inici ya, al insistir en la necesidad

solucin econmica, la crtica de las ensayos resolutivos del pro-

blema del

indio, pero

ha sido Jos Carlos Marategui quien, con

claridad meridiana, disecta la cuestin y valoriza los mtodos de


resolucin que se han aplicado en el Per. Transcribo las ideas bsicas de su admirable captulo

"El problema del indio," en

los "Sie-

ensayos de interpretacin de la realidad peruana," que ya he


citado. La actual crtica econmico-social de la cuestin del indio,
te

nos dice, repudia y descalifica las diversas tesis que consideran


uno u otro de los siguientes criterios unilaterales

la cuestin con

y exclusivos: administrativo,
eclesistico.

jurdico, tnico, moral, educacional,

La derrota ms antigua y

evidente es la de los que

reducen la proteccin de los indgenas a un asunto de ordinaria


administracin. La legislacin colonial espaola fu sabia y prorepblica fu tambin fecunda en leyes y decretos y, sin
embargo, el gamonal de hoy como el encomendero de ayer, ha prosperado a la sombra de la ley, sabe que la letra es una, la prctica
otra. El fracaso es claro.
lija; la

(*)

"La

Sierra,"

Ao

II.

Nm.

2.

Febrero, 1927. Lima. p. 33.

295

La suposicin de qne el problema indgena es un problema tms envejecido repertorio de ideas imperialistas,

nico, se nutre del

sigue diciendo Marategui, el concepto de las razas inferiores sirvi


al

Occidente blanco para su obra de expansin y conquista. La

degeneracin del indio peruano es una barata invencin de los


guleyos de la mesa feudal.

le-

La tendencia a considerar

el problema indgena como un probleencarna Tina concepcin liberal humanitaria ochocentista,


iluminista, que en el orden poltico de Occidente anima y motiva las
"ligas de los derechos del hombre." Gonzlez Prada mismo, asienta
el autor cuyas ideas transcribo, no se encontraba exento de la esperanza en el sentido moral de la civilizacin y esperaba que la
mejora del indgena resultase del enternecimiento del corazn de
los opresores. La "Asociacin Indgena"' (1909-1917) represent la
misma esperanza. El experimento est ampliamente cumplido en
el Per y en el mundo, concluye Marategui. La prdica humanitaria no ha detenido ni embarazado en Europa el imperialismo, ni
ha bonificado sus mtodos. La esperanza de una solucin eclesistica se funda tambin en el terreno de la razn y ele la moral, pero

ma moral

hoy, la esperanza de tal solucin es indiscutiblemente la

ms

re-

zagada y antihistrica de todas. Los actuales directores eclesisticos no se preocupan siquiera como sus distantes maestros, de
obtener una nueva declaracin de los derechos del indio, con adecuadas autoridades y ordenanzas, sino de encargar al misionero la
funcin de mediar entre el indio y el gamonal. La obra que la
Iglesia no pudo realizar en un orden medioeval, sigue diciendo Marategui, cuando su capacidad espiritual e intelectual poda medirse
por frailes como el padre Las Casas, con qu elementos contara
para prosperar ahora? Las misiones adventistas, bajo este aspecto, han ganado la delantera al clero catlico, cuyos claustros provocan cada da menor suma de vocaciones de evangelizacin.

problema del indio es un problema de


educacin, no aparece sufragado ni aun por un criterio estricta y
autnomamente pedaggico. Porque el pedagogo moderno sabe per-

El concepto de que

el

fectamente que la educacin no es Una mera cuestin de escuela

y mtodos didcticos.
cial condiciona

lismo es

296

En

nuestros tiempos

inexorablemente

la

el

medio econmico-so-

labor del maestro. El

fundamentalmente adverso

la

gamona

educacin del indio. Su

subsistencia tiene, en
el

mismo

el

mantenimiento de

la

ignorancia del indio,

La

inters que en el cultivo de su alcoholismo.

escuela

moderna, aun suponiendo que pudiramos multiplicarla en proporcin a la poblacin escolar campesina dentro de las circunstancias
vigentes, es incompatible con el latifundio feudal.

La solucin

pe-

daggica, propugnada por muchos con perfecta buena,

fe,

hasta oficialmente descartada. Concluye Marategui:

nuevo pen-

samiento consiste en buscar

el

el

problema indgena en

est va

problema

el

de la tierra.

MlS PUNTOS DE VISTA SOBRE LOS INTENTOS DE SOLUCION

Mi propia

crtica tendr que

a la crtica de Marategui.

En

empezar por hacer observaciones

sti

afn de subrayar la necesidad

de una solucin econmica, condena con demasiada severidad, creo

La

solucin econmica fracasara

si no tuy la luz que pudieran darle las acciones


impulsadas con los motivos que l tan terminantemente condena.
No puede haber economa sin escuela, es decir, el trabajador tiene
que ser ilustrado. Imposible ser resolver el problema de la tierra

yo, los otros caminos.

viese el apoyo, el respaldo

ayuda del legislador y de los tribunales, aun en el caso de


iniciar la resolucin hubisemos tenido que echar mano
para
que
sin la

de los fusiles. La actitud social, benvola, o paternalista


re,

no

si se quie-

sale sobrando; el defecto estara en pensar que por s sola

iba a resolver la cuestin, o en permitir hacernos vctimas de

un

sentimentalismo ineficaz. Ningn elemento es despreciable; todos


tienen su aportacin que hacer, significativa, caracterstica e in-

dispensable para la solucin integral del problema. Arrastrado por

su entusiasmo, y queriendo, sin duda, sacudir los complacientes


prejuicios del ambiente, Marategui est a punto de caer en el error

de que han sido vctimas los propugnadores de los otros mtodos,


el procedimiento que ellos manejan es el nico y
El mal est precisamente en colocarse dentro ele esta
actitud. Los proyectos de ley tutelar que he bosquejado y muchos
de los ordenamientos vigentes, parecen inspirarse en la creencia de

el

de creer que

suficiente.

que las

leyes,

por

mismas podrn

resolver la cuestin.

La com-

placencia infantil de los educadores al recetar la prescripcin pedaggica, libresca, al pretender resolver el problema del indio con el

297

alfabeto, sera irritante si

no

se la supiera

quiera hay que darle a la escuela

el crdito

de buena

fe.

ni

de que Marategui

si-

le

hace gracia al decir que la pedagoga moderna, que la escuela de


hoy, vinculada con la realidad, se da cuenta ya de que su destino

debe labrarse a la par que

aun

el

destino econmico-social de los pue-

tericamente hubiese llegado a la mente magisterial tal conviccin, en la prctica la mejor de nuestras escuelas

blos, porque,

realistas

si

y socializadas no ha sacudido las telaraas de

la pedago-

ga ni se liberta por completo de cierto espritu pueril para consi-

derar las cuestiones sociales y La realidad econmica.

Por otro

lado, las observaciones crticas que anoto deben em-

pezar dejando constancia de

la

inquietud de la presente generacin

peruana en torno de la cuestin del indio, de la aguda, la perspicaz visin con que contemplan el problema, del consenso apreciativo de los valores indgenas tradicionales, del convencimiento de
la aportacin preciosa que tales elementos vernculos pueden hacer
a la nacionalidad peruana, del valor de los que luchan por la redencin del indio, del fervor decidido de los directores y de los acy constructores, dispuestos todos

tores, profetas, videntes, apstoles

a llevar a buen trmino la obra por

la

redencin y por la naciona-

lizacin del indio. Esta actitud, esa preocupacin es la garanta


el Per ofrece al indio en el da de hoy. La obra
misma, la ejecucin, el procedimiento, es fraccionaria, dispareja,
no siempre consistente ni todo lo coordinada que debiera ser. Estas

ms segura que

fallas son de esperarse en la presente etapa, ni siquiera vale la

pena criticarlas; lo importante es el movimiento de ideas y de accin que se ha iniciado y que va en marcha; el cauce se ir labrando
poco a poco y la tcnica se ir haciendo a cada paso ms perfecta.

Una

crtica de carcter esencial podra hacerse: la tendencia

generalizada a seguir considerando al indio como clase extrasocial:


jurista proyecta leyes que declaran al indio, si no persona mise-

el

rable,

cuando menos mentalmente incapaz y menor

social: los edu-

cadores quieren crear un sistema especial de escuela de indios, como


si las escuelas del campo sencillamente no fueran buenas para l;

economistas hablan del cooperativismo entre los indios, para los indios, un poco como si tuviese modalidades diferentes en
esencia de las que tendra tratndose de otras gentes. Soy el primero en reconocer la necesidad de objetivar al indio a fin de poder

aun

los

298

atenderlo con mayor eficacia; nada ganamos con la nebulosidad

republicana que declina que ya no hay indios, que somos todos nacionales, pero es necesario que de una vez por todas liquidemos el
saldo colonial de la superioridad de la raza blanca sobre la autctona, mito del encomendero de ayer fomentado todava por la ciencia Occidental, en beneficio del esclavista, y a la vez precisa sujetar

nuestro pensamiento indianista dentro de una

norma

superior, la

cada instante que todo paso que se d para


resolver el problema del indio, para tratar con el indio, debe ser
un paso que nos conduzca al terreno parejo de una nacionalidad
nacional, recordando

integrada.

Quiz los peruanos idealizan demasiado la tradicin indiana.


El resurgimiento incaico literalmente considerado no es una preocupacin de los intelectuales serios del Per, pero un resurgimiento
indiano

ttn

poco mstico y vago,

parece inspirar a muchos de los

directores del pensamiento del pas. Leyendo a fondo a Uriel Garca,

me encuentro en

perfecto acuerdo con

del genio nacional del futuro y del

pero la terminologa de sus ensayos

l,

con su interpretacin

hombre peruano-americano,
se va formando ya escue-

la
a ms de confusa, puede ser engaosa. El nuevo indio, el neoindianismo parecen trminos innecesarios cuando existe el de peruanos sencillamente o el de hombres de Amrica, si deseramos
generalizar, y el de americanismo cuando queramos expresar todo
lo que contribuya a hacer de nuestro mundo viejo
indios, sierra,
litoral y altiplano
aportacin
de
la
fatal
valiosa
que nos
y
y

trajo Espaa,

un nuevo mundo, asiento de una raza nueva.

299

BIBLIOGRAFIA
1. XOTA

PRELIMINAR

Precisa distinguir entre la literatura que trata del iudio meramente y la propiamente indianista; entre la que describe y registra y la que tiene alientos normativos y cualidad emocional; entre
la que estudia la realidad objetiva y discreta y la que intenta interpretar esta realidad y encauzarla dentro de un curso y un proceso tendientes a la obtencin de una finalidad reconocida o propuesta.

La

literatura indiana es abundante y tiene cuatro siglos

y pertenece al siglo XX. Los anaqueles de


tomos de historia cronicada, de historia documentada; de etnologa, de arqueologa, pero si vuelve uno
los ojos hacia la seccin sociolgica, la que trata del indio como
la indigenista es escasa

las bibliotecas estn repletos de

problema y del indio como promesa, de la realidad humana del indio y de su derecho, se vern unos cuantos volmenes, flacos y desaliados, de ttulos equvocos, que concuerdan con la naturaleza
hbrida de los tratados. Escasez, dispersin, desorganizacin, tales

son las caractersticas de la produccin libresca de nuestros pases

indoamericanos en
e:

lo referente al

problema ms grande que

les ata-

el del indio.

Dentro de esta pobreza general, el Peni es el pas que ms


abundante cosecha ofrece. La produccin mexicana, riqusima en
la primera categora, no muestra en la segunda el sentido de conjunto, la visin unificada que tiene la del Per, pese a los tres mil
y tantos ttulos que constituyen el acervo bibliogrfico mexicano
sobre nuestra Revolucin. Esta deficiencia de publicaciones indianistas en Mxico se explica justamente por la riqueza desordenada
de los escritos relativos a nuestro gran movimiento social y tambin
porque en Mxico no se ha querido ver el problema del indio como
301

una cuestin

especfica, perfilada caractersticamente y capaz, por


de recibir un tratamiento singular. Con todo y todo, el
Per y Mxico son los pases que han producido el mayor nmero de
lo tanto,

libros indianistas de conjunto; los de Bolivia podran contarse con

una mano y los del Ecuador y Guatemala juntos,


con los de la otra; en ambos casos puede que nos sobrasen dedos.
los dedos de

Cuando

los capitanes

los frailes llegaron al

Nuevo Mundo,

la historia se hizo descriptiva; las crnicas pintan el escenario.

del

Per son riqusimas

all

Las

estn los nicos y excelentes tratados

sobre el indio; fenomenologa prolija, ingenua, paciente, acertada

por lo comn.

No podemos

absolver a los frailes del crimen de ha-

ber quemado los documentos de los indios, pero se ganan muchos


aos de indulgencia con haber escrito tan larga y pacientemente
sobre los naturales. Las Crnicas han sido, y habrn de seguir siendo, la fuente ms abundante de nuestro conocimiento indiano. El

padre Bernab Cobo, que estuvo en Amrica de 1599 a 1657, escriNuevo Mundo (cuatro volmenes, editados en
Sevilla por don Marcos Jimnez de la Espada, 1890), tratado in-

bi la Historia del

dispensable para quien estudia el Per antiguo. Pedro Cieza de


Len antecedi a Cobo por medio siglo, su Crnica del Per, primera y segunda partes, son fundamentales para la historia prehispnica; sus Guerras (del Per y de Quito), lo son para la de la
escribi
Conquista. El padre Acosta (en el Per 1569-1583, jesuta
la ms deliciosa historia natural que yo he ledo (Historia Natural
y Moral de las Indias). Garcilaso de la Vega, descendiente directo
de los Incas del Cuzco, el ms grande de los cronistas, enriqueci
el mundo con sus Comentarios Reales. La primera parte (Lisboa,
|

1609, Madrid, 1726) es la fuente

ms generosa y limpia

sobre la

vida incaica de todas las que abrieron aquellos primeros hombrea

de estudio.

grupo de cronistas representado por los


cuatro nombres ilustres que ya apunt, aquellos que giran en torno
de la figura del clebre don Francisco de Toledo, VI virrey del
Contrastan con

Per y que alguien

el

lia

llamado "los cronistas de

la

escuela deni-

gratoria." Se caracterizan por su afn de justificar a Espaa, para


lo cual suelen recurrir al expediente

de denigrar

al Inca, esto

no

obstante, hay aqu tres obras fundamentales sobre los aborignes,


indispensables,

302

ms

(pie todo,

para quien desee licuar

a valorizar

la

empresa estupenda de recreacin poltica (pie fu la Colonia. Sarmiento de Gamboa encabeza La lista del grupo toledano, con su
Listoria de los Incas, escrita en 1572
Berln, 1906), con l estn
Solrzano Pereyra, Poltica Indiana, y Juan de Matieuzo, Gobierno del Per (Buenos Aires, 1910).
(

El estudio fenomenolgieo del indio, de la Independencia a


que buscarse en los tratados de historia, en las memorias arqueolgicas y en los apuntes etnogrficos. La produccin
no fu voluminosa durante el siglo XIX y apenas si ha alcanzado
abultamiento y calidad en los ltimos veinte aos. La mayor parte
de los escritores anteriores al perodo actual, no se acuerdan del
indio, tal vez ser porque ste desapareci de la terminologa poltica cuando San Martn decret, en 1821, que en adelante no se
designase a los nativos como indios o naturales, "pues ellos
deca
son hijos y ciudadanos del Per, y con el nombre de peruanos
deben ser conocidos." La historia escrita en los ltimos aos, pertenece al gnero de historia sociolgica o interpretativa, que. por su
misma naturaleza, no se ocupa tanto de la realidad objetiva del
la fecha, tiene

indio cuanto de su papel

La

como entidad moral.

arqueologa y la etnologa tienen mucho que decirnos sobre


pero la produccin no corresponde en volumen a la riqueza

el indio,

inmensurable del campo peruano. Julio C. Tello, el valor ms slido de la arqueologa peruana, ha escrito numerosos estudios y memorias sobre sus investigaciones. Tiene una Introduccin a la historia antigua del Per y, ms reciente, un importante tomito, E]
Per Antiguo, que organiza la aportacin arqueolgica a la prehistoria peruana y caracteriza la primera etapa de dicha prehistoria. Max Uhle es alemn, pero su larga residencia en Amrica le

da carta de ciudadana; sus investigaciones son importantsimas y


proporcionan datos de primer orden para el historiador y el socilogo. La etnografa peruana, aparte de lo que los arquelogos van
elaborando, est en paales. Hildebrando Castro Pozo, sin pretenderlo, ha producido la obra ms redondeada a la fecha (Nuestra Comunidad Indgena, Lima, 1921). Las informaciones sobre
materia etnolgica andan dispersas en multitud de estudios, memorias, apuntaciones y ensayos no es fcil dar con ellas.
:

Los historiadores de esta generacin andan todava hojeando


si tratan del indio. Xo ha surgido un Gonzlez Surez,

Crnicas,

303

como en

Ecuador, que aproveche

el

ia

cosecha de las Crnicas,

re-

coja los datos de archivos y documentos y elabore los informes


arqueolgicos para producir una historia fundamental. El norte-

americano Means ha pretendido hacerlo ya para el Per prehispnico, su obra Ancient Civilizations of the Andes (Xueva York, 1931 1,
est basada en los cronistas y en el estudio de la arqueologa; es
a la fecha, para el perodo que abarca, la mejor obra de conjunto
que se ha escrito. (*) Horacio Urteaga acaba de publicar "El Imperio Incaico" y Riva Agero, en su Historia del Per (1910 i, dice
inucho de la antigedad peruana, aunque la emocin que embarga
a uno y a otro son especficamente diferentes.
La produccin moderna ms importante corresponde no tanto
a los especialistas cuanto a los intrpretes y sintetistas. Las obras
de esta clase quedan informadas del dato histrico, econmico y
etnolgico van matizadas con una idealizacin nacional, con la
preocupacin de hacer patria: responden ms que a una especia
lizacin acadmica, a una tendencia normativa peculiar; son reconstrucciones subjetivas de una. realidad ms o menos conocida,
creaciones personales; en este sentido, obras de esttica. Algunas
de ellas tienen una genuina calidad literaria, otras, carentes de
artificio, toscas y aun desaliadas en lenguaje, son, no obstante,
;

produccin de artistas y hay unas cuantas que llegan a la estatua


artstica absoluta, tanto por el mtodo como por su manera y por
su fondo.

este orden pertenecen todos los libros

propiamente dichos, ya que todos

los

indigenistas,

que sealamos con anterio-

ridad forman parte del grupo meramente informativo, documenta-

y objetivo.
Quedan comprendidos en esta clase Urteaga. que intenta una
prueba histrica para la unidad cultural del Per antiguo y hace
una interpretacin humana del gran imperio de los incas: Luis
Valcrcel (Del ayllu al imperio. 1925), Carlos Yaldez de la Torre (Evolucin de las comunidades indgenas, 1!CJ1 i, Csar Antonio
rlo

Ugarte (Bosquejo de la historia econmica del Per, 1926), Jos


El medio y la legislac in. 1918), que trazan las organizaciones tradicionales indgenas a travs de la Colonia y del pri-

M. Osares

(*)

Ms recientemente Means ha publicado otro volumen The Tall


(New York. 1932). que trata del perodo colonial. Ofre-

of the Inca Empire


ce a ms un tercer

304

volumen sobre

la

Repblica.

tner siglo republicano y sealan sus proyecciones

problemticas en

presente; y Jorge Basadre, Luis Alberto Snchez y Jorge <ullermo Legua que entienden la historia para formular sntesis

el

nacionales.

Lucha,

que proponen remedios

los

esta categora pertenecen


e

tambin

indican

los ideologistas

de

objetivos concretos;

Gonzlez Prada, apartndose decidido del colonialismo, principia


a ver
los

el

que

Peni, y en
lo

al

indio.

Ya en

esta generacin son

machos

siguen y machos los que luchan. Adalberto Sols con-

sidera el problema agrario (Ante el problema grario peruano)


desde un punto de vista dinmico y Jos Antonio Encinas, rector
de la Universidad Mayor de San Mareos, henchido de una emocin
social tan ilustrada

como

activa, analiza la situacin jurdica del

indio y formula todo un programa de reforma social a su favor.


Con ellos estn todos los muchachos universitarios de porvenir, cu-

yas tesis doctorales vienen desarrollndose dentro del terreno de


la sociologa nacional y tocan a cada paso el problema del indio.

Es trascendente la obra de los artistas. La nueva literatura


peruana est teida de indigenismo y los escultores de la poca
plasman en sus telas la vida del indio. Yalcreel otra vez, con
"Tempestad en los Andes'' y Enrique Lpez Albjar, en "Cuentos
Andinos," dibujan con lneas duras la emocin de la sierra. Uriel
Garca ("El nuevo indio'') encuentra en el mestizo al nuevo indio
que es "ms espritu que sangre/' una entidad moral ms que un
grupo tnico, un producto de la Amrica que engendraron los indios y forjaron los espaoles. Jos Sabogal y Julia Codesiclo, pintores, y Carmen Saco, escultora y pintora, son tambin de los
intrpretes del indio y estn contribuyendo a crear una nueva
conciencia, tanto como una nueva esttica.
Entre los de esta generacin y de este grupo queda por nombrar uno muy grande, Jos Carlos Marategui, espritu elevado,
mente preclara que vio, en sus treinta y cinco cortos aos de vida,
la realidad de su pas, como pocos han podido contemplarla: los
genios tutelares del Per le dieron ojos trascendentes y Dios le di
la pluma: lo que escribi no se olvidar por largos aos. Muchos
de los que ahora escriben o dirigen desde la ctedra o la tribuna,
bebieron de su espritu, y los que ya no escriben, porque han entrado
al campo de la lucha abierta, para hacer realidad el sueo de una
patria nueva, derivan en medida apreciable su inspiracin del noble lisiado limeo.

305
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enseanza y escuelas especiales. Librera Francesa y Casa Editorial, calle de la Merced 632 y 634, Lima.

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