Echarlascartas
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Echarlascartas
Dirigido por:
GUILLERMO PRAMO ROCHA
Son mejores los esbozos que el futuro cuadro, porque muestran el experimento, porque
ilustran la bsqueda, porque hay en ellos un despliegue de alternativas y variaciones que
ser sin duda un, uno slo, el nico, el resultado final. Son mejores porque en ellos,
adems de prefigurarse el resultado, se encuentra la bsqueda (PIT II, 1994, La bicicleta
de Leonardo)
Agradecimientos
Muchas personas han colaborado con el resultado final de este escrito, entre
comentarios agresivos, burlas y apoyos extraordinarios se han ido entrelazando las
palabras unas con otras hasta formar este castillo que resguarda mis ideas. Mis padres y
mi hermana me han dado la confianza necesaria para dedicarme por meses a ir tras los
libros, el tarot y las personas, guardando para m espacios preciosos de descanso y juego
en donde puedo conservar mis sueos a pesar de las crticas. Santiago, que lleg a penas
hace dos aos a nuestras vidas, ilumina da a da mis pasos, sin l me hubiese perdido en
los pantanos del miedo. Lina del Mar ha sido mi compaera incondicional, en ella he
encontrado paciencia, inspiracin, amor, respeto, inteligencia y pasin; sus lecturas,
ideas y comentarios fueron decisivos en mi camino de investigacin, con ella estar
siempre profundamente agradecido. Constanza y Sebastin me han enseado la amistad
y el valor del debate, nuestros proyectos y conversaciones sobre lo trivial, la sociologa,
la antropologa, la Universidad y el pas son un blsamo en medio de la pretenciosa
modorra acadmica.
Mi maestro en la Universidad Nacional de Colombia -Guillermo Pramo- me ha
enseado que la labor intelectual no rie con la imaginacin, su sabidura y sencillez
siempre han sido motivos fantsticos en la bsqueda de conocimiento; sus clases y las
reuniones que hemos sostenido por aos han construido con minucia esta tesis, l abri
un camino que cambi mi vida.
Fabin Sanabria ha sido una fuente de reflexiones sugestivas, los dilogos con l
alimentan muchas de las ideas que aqu se exponen.
El Grupo de Estudios de las Subjetividades y Creencias Contemporneas GESCCO- ha
sido un espacio permanente de debate y argumentacin, sus sugerencias siempre
resultaron atinadas.
Por ltimo quiero agradecer al Programa de Becas para Estudiantes Sobresalientes de
Posgrado de la Universidad Nacional de Colombia, su apoyo fue decisivo para llevar a
buen trmino la investigacin.
NDICE
Numero
de Pagina
Introduccin
I PARTE
12
1.
12
15
17
19
23
2.
33
42
46
50
57
63
70
77
a. Eficacia Simblica.
80
2.8. La Supersticin.
85
93
II PARTE. ETNOGRAFIA.
106
108
116
4
122
122
132
156
157
177
177
190
5.
202
Conclusiones
iguales
(Cicern,
Introduccin
Tal y se leer en esta tesis, el tarot es un caso del amplio inventario de prcticas
sociales que ponen en escena con mucha fuerza las nociones de mito, rito y magia, que
son problemas de los inicios en la tradicin sociolgica, pero que para el Mundo
Contemporneo se presentan con cualidades distintas o al menos con una dinmica
mucho ms compleja. Dicho inters se ha expresado en preguntas que podran
generalizarse en las formulas: por qu determinadas prcticas de adivinacin son
eficaces y legtimas en una sociedad? En qu se basa la legitimidad del adivino? En
qu consiste su funcin? Qu papel tiene la adivinacin en esa sociedad?
Sin embargo y a pesar de esa insistente reflexin en la disciplina de los Clsicos,
sorprende que los intereses de la sociologa en Colombia no han tenido en cuenta los
escenarios de adivinacin y han dejado a este tipo de fenmenos sociales fuera de su
rango de estudio, tanto que el nico referente en el pas que toca directamente la
prctica que nos convoca es el ensayo de Juan lvaro Echeverr Las Prcticas
Populares de Adivinacin (1987) que proviene de estudios adelantados por la
antropologa en sus tmidos esfuerzos por describir e interpretar la eficacia y legitimidad
de la cartomanca en la ciudad; aunque Echeverr llev a cabo su trabajo de campo en el
municipio de Envigado-Antioquia entre 1983 y 1984, e impregn el ttulo con un
calificativo difcil popular- seal en un breve artculo cuatro cuestiones tericometodolgicas que conciernen a la antropologa a partir del tema: la teora de la magia,
la teora de las probabilidades, la lingstica estructural y la semiologa, y por ltimo la
teora materialista de la historia; para este estudio hemos tratado, sin dejar de lado las
otras sugerencias, de centrarnos en el tema de la magia y de su relacin con el juego,
6
vislumbrar la conexin que existe entre la magia y la sociabilidad, entre los mitos y la
intimidad de los sujetos; conexiones que en la literatura sociolgica ltimamente se han
discutido bajo la formula accin-estructura, individuo-sociedad, micro-macro, y que han
logrado aclarar los dispositivos sociales y culturales que le permiten a ciertas prcticas
ser legitimas y eficaces, por ejemplo E. Durkheim (1982), M. Mauss (1970), C. LvyStrauss (1974), M. Douglas (1973), M. Sahlins (1987); C. Geertz (1995); J. Alexander
(2000). Sin embargo muchos de estos trabajos se han concentrado en estudiar
fenmenos de carcter masivo en donde participan individuos, agentes o actores, junto a
una estructura ideolgica (que puede ser poltica, puede ser religiosa, o puede ser de
ambas) que soporta el significado de sus creencias y de sus acciones. Esquivando con
gran destreza los fenmenos un poco ms des-regulados, anmicos, triviales y
superfluos, de la adivinacin y de la magia.
Lo que nos da puntos de encuentro, y otros de diferencia, para interpretar el sentido
social de la consulta del tarot en Bogot; puntos de encuentro, que son los clsicos a los
que recurriremos con insistencia -el mito, el rito, la magia, el juego- para teorizar el
tarot, el objeto en la historia y el objeto en la cultura; es decir, las creencias y las
acciones alrededor del mazo, su registro en el tiempo, el contenido de sus lminas. Y
puntos de diferencia, que son la libertad que nos damos de imaginar el problema para
lograr resolverlo; y con esa libertad, la oportunidad de invocar floridamente hasta la ms
vulgar voz para intentar hacer una sociologa heterodoxa.
Lo que significa que privilegiamos nuestra mirada por sobre todas las otras en la
direccin de la pesquisa, en el seguimiento del rastro; pero que siempre, despus de la
bsqueda, volveremos a sentarnos sobre la misma mesa para escuchar las voces de los
clsicos, con uno que otro invitado especial, que al desentonar dinamiza el debate
alrededor de la consulta del tarot. De all que nuestro problema nos parezca un caso
novedoso para una vieja discusin, y tomemos la precaucin de advertir, que no
7
quisimos en ningn momento perder la huella del objeto por sentarnos a memorizar en
los lugares comunes, y ms bien fuimos convocando en el camino a otros investigadores
de lo social, sin olvidarnos nunca que perseguamos al mito en la consulta y en la vida
corriente.
Tal y como lo han expuesto varios autores (Giddens: 1997, Alexander: 2000, Bauman:
2002) la cuestin bsica de la teora social moderna, es el problema de articulacin
entre teora y prctica, entre el actor y la estructura, entre lo micro y lo macro,
entre el individuo y la sociedad1; es decir, del antagonismo presente en la manera en
que las fuerzas sociales producen, limitan y ordenan nuestra accin individual, la
institucionalizan, y a la vez, de la manera en que nuestras acciones individuales
transforman las instituciones que nos determinan, afectan las estructuras y adquieren un
carcter colectivo. Sin embargo esta cuestin bsica no es la que presentamos aqu, no
directamente, pues hemos escogido seguir a los relatos que llenan de significado la
consulta del tarot y a partir de ellos ir pasando por distintas dimensiones generales que
se hacen presentes en el acto y a nuestro modo de ver en los fenmenos sociales
ordinarios, tomando si se quiere una postura estructuralista matizada, pues al ir
avanzando en el tema ser notable la importancia de los sujetos en la construccin y
vigencia de las tramas de significado, la tentacin permanente por saltar hacia su
intimidad, su sensibilidad y su interioridad.
As las cosas quisimos tratar el problema en cinco dimensiones que nos parecen
interesantes de ver, y que juntas al final tambin dan cuenta de la cuestin bsica de la
teora social moderna. La primera, la dimensin del mito, que es la que dota de sentido
a los actos sociales, y que trataremos en su relacin con la cultura en varios aspectos; la
segunda, la dimensin del rito, las acciones que tienen una gramtica al momento de
consultar el tarot, su ambiente y los personajes que interaccionan; la tercera, el Juego,
que en realidad es un matiz de las dos anteriores, y que quisimos separar para que sea
ms clara su importancia. La cuarta, la sociabilidad, ese trazo del devenir social y de sus
instituciones, de la legitimidad del tarotista y de las relaciones sociales del consultante.
Beltrn, Miguel ngel. 2005. El Dilema Accin y estructura. Una visin desde Jeffrey Alexander y
Anthony Giddens. Revista Colombiana de Sociologa No. 24. Bogot: Departamento de Sociologa,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia. Pg. 251
Y por ltimo la dimensin de lo ntimo, la que trata del sujeto y de sus sentimientos,
incertidumbres, miedos, ambiciones y sufrimientos.
Todas ellas envueltas permanentemente en la bsqueda de una interpretacin de la
consulta del tarot, que vaya dirigida a tratar el tema de la eficacia simblica en estos
casos, y en general de la magia, sin quedarse simplemente en la instrumentalizacin o
reflexin de la accin de adivinar o dar consejo con el tarot; sino que se arriesgue a ir
hasta el asidero cultural del significado de dicha prctica, aprovechndose de las
inquietudes y vacos que van surgiendo al seguir las pistas de la baraja. Es as como al
rastrear el origen del tarot, nos dimos cuenta que la entrada de los juegos de naipe a
Colombia es un punto an invisible, quizs perdido en la historia por su naturaleza, y
que el rastro de ese objeto ha pasado por siglos desapercibido; desatencin que
resolvimos por ahora a travs de la poca bibliografa disponible sobre los naipes; pero
que dej abierto un camino que no se conoca en las ciencias sociales hacia la historia
cultural de las barajas, pero tambin hacia los escenarios de juego y adivinacin con
ellas en el pas, sugirindonos tener en cuenta el aspecto ldico de los naipes y su red se
significados, en una posible interpretacin de la consulta del tarot.
Es esta consideracin especial que hacemos del Juego, la que diferencia con
originalidad el trato que damos a la consulta del tarot y, a la vez, la que nos impone
desarrollarlo con un orden particular, pues la temtica de lo ldico no aparece vinculada
con los aspectos de la adivinacin regularmente, y dos de sus principales autores para
las ciencias sociales en la relacin del juego con la sociedad y la cultura no son siquiera
ledos en la sociologa colombiana. Lo que deja el enfoque dado a nuestro estudio como
el primer intento por traer a la mesa reflexiones de Johan Huizinga (1992) y de Roger
Caillois (1994) para pensar fenmenos sociales comunes y triviales, de manera que el
espectro de interpretacin para la consulta del tarot se vea ampliado y enriquecido
mediante algunas de sus ideas.
Abrir el problema de la consulta del tarot en dos temticas distintas, la adivinacin y el
juego, es una propuesta que sabemos resulta an preliminar en muchos de sus indicios,
y que puede parecer para algunos compleja o fuera de lugar por no tener antecedentes
en la sociologa. Sin embargo es necesario aclarar que no pensamos ac en un modelo
forzado que las integre, sino ms bien en un escenario con capacidad de trocarse varias
veces y en distintos ejes sobre s mismo; cambiando sustancialmente, lo que se oculta y
9
lo que se ve durante los giros; un escenario flexible y abierto que pueda cambiar de tono
fcilmente por el color de las candilejas, o la traslacin de su teln de fondo, como
quien abre un parntesis o como quin pone una historia dentro de otra historia, sin
necesidad de romper el acto o de cerrar el teln.
Para ello se ha decidido ordenar el texto de la siguiente manera; una primera parte
compuesta por las teoras clsicas del mito, del rito y del juego, y que va acompaada de
la historia y composicin del tarot. Est dividida en tres temas fundamentales
tericamente, inicia con una exposicin puntual de las mltiples definiciones que se han
elaborado del mito, resaltando dos posturas que gobiernan en la mayora de los casos las
perspectivas sobre el tema: Estructuralismo y Simbolismo, para desembocar en la
relacin entre mito y Cultura. Se hace una breve descripcin de la baraja del tarot a la
luz de las teoras del mito con la intencin de darle un contorno de significado, para
pasar a presentar a los dos principales autores que tratan el Juego, Roger Caillois y
Johan Huizinga, con ellos se traen a cuento las nociones bsicas e indispensables para
pensar la accin ldica. Al cerrar se expone el debate que abarca el Rito y la Magia
entre los Clsicos Durkheim, Malinowski, Marcel Mauss y Lvy-Strauss, en busca de
los antecedentes slidos que existen para abordar la eficacia simblica.
La segunda parte est llena de datos, es evidentemente etnogrfica y busca a travs de
las incursiones en campo conocer y dar a conocer las dinmicas, significados y
entramados culturales del Tarot; al inicio se hace una revisin de la baraja en la prensa
para dar cuenta del vox populi del mazo sus relaciones con la poltica y la economa en
el pas; de all saltamos a la calle a buscar y rastrear los escenarios de consulta y su
manera de darse a conocer, de donde surgen tres ejemplos paradigmticos que se dieron
en campo: Un primer ejemplo, es el escenario de los hermanos que por su forma y
contenido apela a la brujera para llenar el significado del tarot; un segundo ejemplo que
es liminal, pone sobre la mesa dos entrevistas a profundidad a tarotistas que llevan su
oficio en un local comercial y en un escenario de televisin; y un tercer ejemplo que
condensa la dinmica del tarot en manos de taropeutas, oficiantes que dan un matiz
distinto al de los hermanos y hacen de la prctica un bien de consumo cultural con
visos de distincin.
La tercera parte es la final, en ella exponemos una interpretacin cultural a la consulta
del tarot, intentamos hacer uso de las herramientas tericas y de los datos recogidos en
10
11
I PARTE
Maffesoli: 2009) aqu asumiremos bsicamente que el Mito es un relato con poder
emotivo, una estructura de ideas que le da sentido al mundo y que tiene plena capacidad
de explicarlo. As en primer momento es un relato con carcter dramtico, emotivo, que
presenta dentro de s un valor paradigmtico y ejemplar (Eliade: 1967 Malinowski:
1995, Pramo: 2001); muchas veces conectado con el conjunto de creencias y
emociones de un grupo humano; un relato con el poder del smbolo (Cassirer: 1963),
pletrico en imgenes, potico, que bien expresa una imagen del mundo y que sin
dudarlo dota de Sentido a la accin social, adscribindose como un asidero nuclear de
los horizontes de significado individuales y colectivos.
Coincidimos con varios autores en definir el Mito como una narracin simblica, que se
encuentra asociada constantemente a un relato sobre los orgenes (Eliade: 1967) y sobre
los dioses (Campbell: 1972), que describe lo Sagrado, y por ello sustenta incluso las
formas de percibir el Mundo y de nombrarlo. El Mito es primordialmente un relato, es
palabra; de acuerdo con Caro Baroja, quince usos, por lo menos, dan los diccionarios
griegos sobre la palabra Mythos": palabra, discurso, tema tratado en ste, discurso
pblico, narracin, rumor, noticia, mensaje, dilogo, conversacin, consejo, orden,
proyecto, decisin y resolucin2.
Esta variedad de usos deja en claro que el Mito comunica el Mundo, el Mito cuenta, y
segn las posturas recurrentes, cuenta el origen, lo acontecido en los tiempos fabulosos
de los comienzos (Eliade: 1967), o mejor, cuenta los comienzos fabulosos de las cosas,
las personas, las instituciones, los seres, las fuerzas sociales y culturales, el amor, el
matrimonio, etc. En el fondo del relato mtico est un inters por el ser de las cosas y al
2
Caro Baroja, Julio. 1981. De la Supersticin al Atesmo. Meditaciones Antropolgicas. Pg. 205.
12
contar el origen de ellas se les imprime el poder que otorga el lugar en el Mundo. Poder
legitimador, la fuerza de lo simblico, tambin se imprime a travs del Mito a las
instituciones sociales, a las personas, a los seres, al Mundo; tanto que a cada una de
ellas les corresponde un relato que al indicar ciertos atributos va decantando uno o
varios significados que los permiten distinguir de forma econmica, quizs
estereotipada, para el sentido comn. A su vez les da un lugar, una manera de moverse,
un uso y un campo de accin que, impreso en sus cualidades, los clasifica y les da forma
para ser, no slo diferencindolos de lo que est en el Mundo, sino invistindolos a su
vez de cierto poder sobre el Mundo; es as pues que se soporta y se afirma un cuerpo
acadmico en una universidad, una fiesta nacional, la absolucin de un juez, la
bendicin de un sacerdote, la amenaza de un grupo paramilitar. Instituciones o personas
que se relatan y a la vez se legitiman, se hacen a su vez smbolo, significado, de la
justicia, del horror, del conocimiento, de dios, y que por eso mismo tienen capacidad de
transformar el estado de las cosas, dndole la libertad a un reo o el ttulo profesional a
un estudiante.
As las cosas el Mito en su forma bsica se presenta de manera ejemplar en
cosmogonas, en cosmologas y en hierofanas, all donde irrumpe lo sagrado en el
mundo y en donde el caos se transforma en cosmos, el mito pone en escena a los dioses,
a las fuerzas de la naturaleza y al ser humano para representar la forma ejemplar en que
el Mundo fue creado, la potestad de los dioses, las fuerzas que rigen la vida de los seres
humanos; cada acontecimiento narrado es un vnculo profundo con el Cosmos. Segn
autores como Eliade y Campbell, esta forma bsica privilegia la aparicin del Mito en
narrativas de tipo religioso, que tienen el carcter de transmitir el orden profundo y real
del Mundo, el orden legtimo natural y sobre-naturalmente en sociedades simples.
Nosotros consideramos que por su facultad ontolgica el mito empapa narrativas de tipo
religioso, mgico, poltico, econmico, de farndula as como tambin las narrativas
singulares de temas cotidianos, que podran parecer triviales y que aparecen por ejemplo
en las temticas populares de la salud, el dinero y el amor.
Lo han destacado varios autores, el mito provee modelos a las situaciones del mundo, si
en su forma bsica relata los orgenes y enmarca los eventos en un entramado simblico
regido por fuerzas naturales, humanas y sobrenaturales a travs de la cosmogona; en el
devenir cotidiano, esa narrativa ejemplar de lo acaecido, significa la vida misma, la
13
Esta idea de modelo en el Mito se concret con la reflexin propuesta por que fue ms
all del smbolo y busc la lgica subyacente a las narrativas. Si bien su propuesta no
deshecho ese contenido ni tampoco se centr en los arquetipos y sus significados, trajo
una variante interesante para enriquecer esa discusin y para responder el problema de
la lgica en los mitos. Recordemos que el mito tras un proceso histrico aparece en las
ciencias sociales como un inventario de narraciones de contenido contradictorio o falso
o fantstico, que obedece a un pseudo-lgica, o que simplemente no tiene lgica,
dejando la investigacin de estos relatos en un aparte que quizs explica los contenidos
cosmolgicos de una comunidad, su religiosidad, sus rituales y su relacin con la
Naturaleza tras el smbolo, pero que no se preocupa de sacarlo de esa dicotoma entre
Mito y Logos.
14
El debate entre el Mito y Lgica es tan antiguo como ambas nociones. Ya para finales
del siglo XIX, esta discusin fue tratada con solvencia por los antroplogos y para
mediados del XX se concret como uno de los temas ms influyentes en las Ciencias
Sociales a travs del estructuralismo con Lvi-Strauss. Sin embargo, a diferencia de las
corrientes simblicas, los estudios estructurales se han orientado por la parte mental,
cognoscitiva del Mito, su capacidad de abstraccin y no tanto por su poder emotivo y
social. Lo que ha permitido que se supere la vieja discusin entre la veracidad o la
falsedad del mito y se planteen nuevos escenarios.
Mythos y Logos han sido tratados como polos opuestos por las corrientes
intelectualistas que tradicionalmente han explorado el Mito y han legado al pensamiento
de Occidente esa dicotoma4 La divisin propone que la forma de pensamiento, el
orden causal de las ideas, es falso en sociedades primitivas, pues corresponde a una
lgica diferente a la que se utiliza en la forma de pensamiento racional y cientfico.
Aqu el Mito est necesariamente vinculado con las operaciones abstractas, la capacidad
cognoscitiva, el anlisis y la reflexin; para los intelectualistas el Mito es una forma de
pensamiento con funciones prcticas, que revela el acervo emprico, el conocimiento de
una sociedad tradicional o simple, y es por eso que en sus fines siempre para ellos es
necesario compararlo, falsearlo, con la ciencia; despojndolo para ello de sus
capacidades emotivas.
Para la corriente intelectualista en el estudio del Mito, la necesidad de distinguir la
lgica que opera en esta forma de pensamiento constituye una premisa inicial. Es
comn, por lo menos a principios del XX encontrar que el pensamiento mtico es
catalogado como pseudolgico y prelgico, por considerar que su forma de discernir se
basa en una asociacin falsa de las ideas y una confusin entre su orden causal5.
Para esta corriente, las ideas priman sobre las prcticas y en ese sentido, es el mito lo
4
Tambiah, Stanley. 1993. Magic, Science, Religion and the Scope of Racionality. Cambridge: Cambridge
University Press.
5
De est corriente se destacan los trabajos iniciales de la Antropologa Victoriana, en especial James
15
el
mito se da
Lvi-Strauss. Claude. 2005. Mitolgicas I. Lo Crudo y lo Cocido, Pg. 21. Mxico D.F.: FCE.
16
Al autor francs le preocup saber por qu los mitos se parecen tanto?, por qu los
relatos mticos de todas las culturas dicen lo mismo? Para responder estas preguntas
procur descubrir invariantes en las formas de relacin que componan el mito mediante
la comparacin de sus mltiples versiones. Esto lo llev a tratar la cuestin de manera
anloga a la nocin de Sistema que propuso Saussure en la lingstica: Lvi-Strauss
semeja el Mito a la lengua, una red de relaciones permanente, y los relatos mticos al
habla, la expresin singular e individual de la lengua. Entonces los Mitos son
propiamente estructuras complejas, formas abstractas, y por lo tanto formas lgicas que
hacen del mundo sensible un mundo inteligible, ordenado por la composicin en red de
pares de oposiciones, naturaleza y cultura, por ejemplo, y que lgicamente son
parecidas a las elaboradas por el pensamiento cientfico. El Mito estara entonces ms
all de su relato, de la forma y el tono con el que es narrado, sus maneras subjetivas, y
se encontrara ms bien en estructuras objetivas que estn ms all de la comunidad.
Sin embargo, la postura de Levi-Strauss ha sido criticada por su nfasis intelectual, pues
la bsqueda de una lgica formal en los relatos mticos antepone el carcter
cognoscitivo de los mismos a su carcter expresivo-comunicativo, en otros trminos, a
su contenido simblico (Cassirer: 1963). Pero esta es una impresin general, porque si
bien el nfasis intelectual abunda en los textos del francs, no es posible menospreciar
los sealamientos simblicos que el autor hace sobre el Mito en su Antropologa
Estructural, apuntando la importancia de los mitos como sistemas simblicos solidarios
que sustentan, se involucran y alimentan acciones tanto colectivas como individuales.
Esto se aprecia mejor en sus ensayos sobre la eficacia simblica, en donde el autor
despliega una serie de ideas que dan cuenta de la relacin del mito con situaciones
emotivas, ideas que traeremos a cuento con detalle ms adelante.
El Mito se ubica entonces como uno de los componentes culturales que dan Sentido al
Mundo, clasificndolo ante todo, nombrando las cosas al nombrarse a s mismo. Est
anclando en el ncleo simblico (es posible argumentar, en el inconsciente) que sustenta
la accin de los individuos y de la sociedad. Es intelectual, pero sin lugar a dudas,
tambin es afectivo, el Mito garantiza el significado profundo y es de por s ontolgico;
17
est donde no hay duda, en la suposicin ms bsica, est en aquello que creemos que es
el Mundo, en lo que damos enteramente por sentado, en lo que no dudamos. El Mito y
sus mitologas componen entonces nuestro sentido comn, atiborrando de significados
los contenidos culturales que interfieren en los actos personales y sociales.
En esta va, su funcin principal es la de revelar los modelos ejemplares en la cultura,
de all que este ntimamente ligado con el sistema de valores, las normas, las reglas, la
ideologa, la esttica, las prcticas, entre otros; esto implica tambin que aparezca
constantemente en las expresiones artsticas, en especial de la Literatura y la Pintura
transmitiendo, muchas veces de manera simblica, el conjunto ejemplar del que dispone
la cultura. Su narrativa en general mistifica el Mundo, dndole estatus a las cosas entre
la dicotoma sagrado y profano, involucra los actos sociales, las acciones personales,
las instituciones y la vida corriente con estas formas elementales de clasificacin y de
organizacin significativa del Mundo.
As, bsicamente tenemos que el Mito establece las categoras mentales, tejidas stas en
una trama de significado que aporta al individuo y a la sociedad el Sentido comn, una
clasificacin de las cosas que en presencia del smbolo atraviesa el mbito de lo sagrado
y este mbito, tal lo sealan varios autores (Durkheim: 1982, Otto: 1963) est conectado
con necesidades humanas profundas, inconscientes, irracionales y misteriosas, an ms
extensas que los entramados culturales; esto para sealar la necesaria autonoma del
Mito, y a la vez, la intensa relacin que sostiene con otras dimensiones de la cultura, por
ejemplo, con el rito, lo sagrado, lo esttico y lo prctico.
Es claro que las corrientes (simbolista, estructuralista, funcionalista) que han estudiado
el Mito lo mencionan como una dimensin cultural importante, diferente del lenguaje y
muy a tono con la visin del mundo (Weltanschauung), cuestin que lo involucra dentro
del conjunto de nociones que preferiblemente se refieren al plano de las ideas, las
estructuras ideolgicas (Dumzil: 1973), los marcos de Sentido, los sistemas
simblicos, las categoras sociales y sus representaciones colectivas (Durkheim: 1982)
En este marco, para un estudio sobre la consulta del Tarot en Bogot, el mito en primer
trmino denotara la variable simblica del acto de adivinacin, el contorno del
significado en la interaccin social. Y en segundo trmino, estara establecido en el
18
Tal vez se nos objete tratar con demasiada minucia algunos aspectos de la identidad del
Tarot, sin embargo, para nuestra interpretacin es necesario dejar en claro que la
conexin que establecemos entre el mito y el Tarot ha de ser matizada. Primero porque
generalmente se vincula el concepto de mito con sociedades tradicionales, simples,
primitivas, y con el pensamiento pre-lgico; segundo porque a travs del mito
generalmente se indican hechos sociales colectivos, en todo caso, masivos. De cierta
Ccontenido temtico natural, se percibe por la identificacin de formas puras, es decir, de ciertas
configuraciones de lnea y color, o ciertas masas de bronce o piedra de forma peculiar, como
representaciones de objetos naturales, tales como seres humanos, animales, plantas, cosas, instrumentos,
etc.; identificando sus relaciones mutuas como hechos; y percibiendo tales cualidades expresivas como el
carcter doloroso de un gesto o una actitud, o la atmsfera hogarea y pacfica de un interior. El mundo
de las formas puras, reconocidas as como portadoras de significados primarios o naturales, puede ser
llamado el mundo de los motivos artsticos. Por otra parte el segundo nivel denominado contenido
convencional surge cuando relacionamos los motivos artsticos y las combinaciones de motivos
artsticos con temas o conceptos. Los motivos, reconocidos as, como portadores de un significado
secundario o convencional pueden ser llamados imgenes y las combinaciones de imgenes son lo que los
antiguos tericos del arte llamaron invenzioni-. La identificacin de tales imgenes, historias y alegoras
constituyen en campo de la iconografa, en sentido estricto (Panofsky, Erwin. 1972. Estudios sobre
Iconologa, Pg. 15-16. Madrid: Alianza Universidad.)
19
Pramo, Guillermo. 2001. Mito; Matemticas y Poesa. A propsito de un Parlamento de Ricardo III de
W. Shakespeare en Esttica y Matemtica. Editado por C. Bonilla, F. Zalamea, et. al. Pg. 58. Bogot:
Gaia.
10
Ibdem. Abril, 2004. Carta del rector en Nmadas, Pg. 2- 3 No. 20. Bogot: Universidad Central.
---Una Reflexin a propsito del 11 de Septiembre, ponencia presentada ante la Ctedra Manuel
Ancizar, Universidad Nacional de Colombia, Bogot, Septiembre, 2004. Sin Publicar
20
Esto indica que en la configuracin de las lminas del Tarot intervienen fuerzas sociales
y culturales, en todo caso impersonales-colectivas, susceptibles de ser interpretadas y
comprendidas en un mbito determinado; incluso indica que en el Tarot estn
objetivadas estructuras, entidades recurrentes, personajes y situaciones de mitos
profundos, bsicos, transculturales, que permanecen a pesar de las presiones de estilo y
moda, y que se presentan de muy diversas maneras de forma intensa en la vida
corriente, tanto en el campo de lo Sagrado como en las regiones de lo Profano.
pinsese en el Tarot del Seor de los Anillos con los motivos de la pelcula
norteamericana del mismo nombre, o en el Best-Seller de U.S. Games, el Tarot de
Raider-Waite, tan popular en las vitrinas y en las mesas de los tarotistas en Bogot, por
nombrar slo algunos ejemplos recurrentes para entender la plasticidad caracterstica de
los naipes y su capacidad poderosa de permutar las figuras11.
Por ejemplo estn los siguientes tarots en el mercado: Diamond Tarot, Feng Shui, Old Path, Tarot
Egipcio, Universal Waite, Dragon Tarot, Medieval Cat, Russian Tarot, Tarot of the Spirit, Tarot de los
Gnomos, Tarot de la Esfinge, Tarot del Renacimiento, Royal Thot Tarot, Tarot de las Hadas, Tarot de los
Druidas, Thot Tarot Deck, Tarot de las Galaxias, Tarot de Marsella, Tarot de Dal, Tarot Universal Waite,
Tarot Saint German, Tarot Mstico Universal, Golden Tarot. etc.
22
No se trata de realizar una tesis exhaustiva sobre la historia cultural del Tarot, eso est
fuera de nuestra capacidad material y de los intereses bsicos de esta investigacin, pero
s trataremos de precisar unos puntos muy sugestivos que aparecen en los discursos
sociales sobre el tarot. Optaremos entonces por mostrar con esos ejemplos la gama de
contenido que durante siglos lo ha hecho aparecer como una baraja diseada para
adivinar, saturando a travs de las narrativas que lo tratan el imbricado tejido material y
simblico que soporta al Tarot.
Trataremos
conexin que nos permitan manipular el tema con un panorama abierto, en la bsqueda
de los asideros y recursos de significado que utilizan la baraja y sus usuarios para ser
funcional.
Los antecedentes que se conocen del Tarot nos ubican de antemano sobre la historia de
los naipes en Europa, en especial sobre Francia, Italia y Espaa. Varios autores destacan
el siglo XIV como el momento significativo de la aparicin de las barajas en el viejo
continente y esto es fuente de enconadas discusiones12. Se tienen registros de
prohibiciones a los juegos de naipes en Espaa que datan de 1332, tambin una
mencin de tres barajas pintadas por Jacquemin Gringonneur para diversin del rey de
Francia en 1392, 17 de estos naipes hacen parte de la coleccin de la Biblioteca
Nacional de Pars. As mismo, existen registros de la baraja dibujada en el siglo XV
para Francesco Sforza, duque de Miln, de la que reposan 35 lminas en Nueva York y
otras 39 lminas en la ciudad de Brgamo; esta es la primera de las barajas que se
compone de 78 lminas tal y como sucede hoy en da con el Tarot convencional.
Tambin se asocia el contenido de la baraja del Tarot con las 50 cartas instructivas de
12
Ver, Gonzlez, A. Jos. 1993. Tractatus Ludorum. Una Antropolgica del Juego. Barcelona:
Anthropos.
23
Baldini, conocidas igualmente como Tarot de Mategna, que estn ordenadas de acuerdo
con la disposicin que autor consider del Universo13.
En fin, aunque la lista de tipos de Tarot ha venido en aumento desde el siglo XIV hasta
el presente, slo nos interesa ac mencionar los momentos en que dicho mazo fue
representando culturalmente como artefacto de uso mantico, y a grandes rasgos, cules
fueron las narrativas que alimentaron el poder adivinatorio de la baraja, qu ideas,
emociones y creencias configuraron las cualidades sociales y simblicas del naipe.
Porque si bien las prohibiciones sobre los juegos de naipes atravesaron los siglos XIV al
XVII, en stas no se seala especficamente su uso mantico, no se nombra al Tarot
puntualmente, y estn referidas en muchos casos al ambiente ldico. Vale la pena
aclarar aqu que el asunto de los juegos de naipes ha sido tmidamente explorado en
Espaa, Francia e Italia y olvidado, sin duda, en Colombia. Ms cercanos a los estudios
folklricos que a los intereses de la sociologa y de la antropologa, los escenarios de
uso ldico o mantico de los naipes, comunes en el mundo Hispnico, carecen de un
aparte en el inventario de objetos, prcticas y situaciones exploradas en el mbito local
por nuestras ciencias sociales. Sin embargo, es importante traer a cuento lo que
diversos autores han sealado a propsito de la presencia tan marcada de los naipes en
el siglo XVIII y su incursin plena a travs de la poesa y la literatura castellanas en la
cultura del Viejo y del Nuevo Mundo, ya que evidentemente, y esta es parte
fundamental de nuestra tesis, al ser el Tarot una especie de juego de naipes, la red de
significados tejidos por la cultura, el contorno de la narrativa mtica, influyen desde lo
profundo la forma de clasificacin simblica del objeto. Esto habr que aclararlo en
detalle a medida que avanza el escrito, que por lo pronto seguir en curso de las
anotaciones necesarias.
El tema de los juegos de naipes en las ciencias sociales es escaso, lo demuestran las
referencias que estn puestas al alcance del lector intrigado como son, Juegos de Saln:
Penitencias. Los Aguinaldos. La Baraja o Juego de Naipes, un artculo minsculo en
donde se describen alguna formas de jugar con los naipes sin ir a proponer alguna
interpretacin del contenido de cada uno de esos juegos. Est por otra parte, Rinden
Culto a Baco, Venus y Cpido: Juegos y Actividades Ldicas en la Provincia de
13
24
Castao Pareja, Yoer Javier. Julio-Diciembre 2005. Historia Crtica Bogot, No 30, Pg. 115-138.
15
Tomado: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/america4/cap29ct.htm
16
Tomado: http://www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/credencial/noviembre2007/trasgresion.htm
25
y en las variables con que se juegan, se encuentra una extensa lista de creatividad e
ingenio, por no mencionar todava los prestamos lingsticos, y la puesta en escena de
valores positivos y negativos, como la trampa o la honestidad.
Como ya lo ha indicado Guillermo Pramo a propsito de la definicin de naipe, en el
Tesoro de la lengua castellana publicado por Sebastin de Covarrubias en el siglo
XVII17 se lee que,
Esto nos persuade de que, para interpretar el tarot, es necesario tener en cuenta los
significados sociales tejidos constantemente sobre la nocin de naipe y los trazos tenues
que hasta la fecha de Covarrubias se haban indicado. Que se mencione al inventor,
Nicolao Pepin, junto a su procedencia, arbigo, seala ya una carga simblica que ha
sido puesta en el trmino de antemano, por su propia manera de nombrar. As, es comn
entre quienes tratan el tema (Kaplan: 2000, Alcantud: 1993, Huizinga: 2005), recordar,
y con ello aludir, al posible origen sarraceno de los naipes. Y los argumentos, sea cual
sea el estudioso, aparecen asiduamente,
Igual sucede con los gitanos, mencionados varias veces respecto al origen de los naipes,
y comnmente asociados con las prcticas manticas, en especial con la cartomancia y la
quiromancia; son siempre portadores de un tipo de conocimiento mgico que va
17
Tomado: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/80250529545703831976613/index.htm
18
26
Lo anterior para afirmar que en el tarot se condensan significados aportados por el juego
y el esoterismo desde hace varios siglos; significados que a lo largo del tiempo han ido
configurando un ambiente valorativo para el mazo y su consulta, a manera del
entramado general que soporta su sentido en la cultura. Esa condensacin pasa
desapercibida muchas veces pero sin embargo, hace parte de las cualidades ms
sugestivas para interpretar el modo en que opera el mito en la consulta del tarot. Aqu el
tema a tratar es entonces el tono ldico, la presencia del juego en la cartomancia y la
cartomancia como juego.
As las cosas, para principios del siglo XVIII los juegos de naipes, barajas generalmente
de 52 o 48 lminas, eran ya de uso corriente en Espaa, Francia e Italia; no ocurra lo
mismo con el Tarot que permaneca para la fecha como un juego exclusivo de la
nobleza al norte de Italia, y por tanto desconocido en gran parte de Europa. Sin embargo
a finales de ese siglo (1780-1790) el telogo francs Antoine Court de Gebelin llam la
atencin sobre el juego del Tarot y trajo a cuento el carcter esotrico de la baraja; ms
all del origen italiano, Gebelin argumentaba que el
Mayores se encontraba en jeroglficos egipcios, inaugurando as la cualidad mgicoreligiosa de las 78 lminas. A propsito Kaplan reproduce el pensamiento de Gebelin:
19
Lea, Charles H. 2001. Los Moriscos Espaoles. Su Conversin y Expulsin. Alicante: Universidad de
El libro de Carlo Ginzburg entre muchos otros la Historia Nocturna. Las Races Antropolgicas del
27
21
28
23
29
Y contina:
24
Eliphas, Lvi. 1979. Dogma y Ritual de la Alta Magia. Pg. 88-109. Buenos Aires: Ed. Kier.
30
Este es a muy grandes rasgos el contexto en que se desarroll el contenido histrico del
tarot, empezando por el rastreo de los juegos de naipes hasta la configuracin de la
baraja como un instrumento de adivinacin. Nuestro punto e inters, ms all de un
mero inventario, es el horizonte de significado en el que se ubica el tarot, el proceso
general de conformacin del mazo y las referencias adscritas a su nombre. Que se le
mencione en contacto con las doctrinas hermticas, con imgenes msticas, con los
misterios de la Cbala, es un hilo conductor hacia el Sentido social de la adivinacin
que nos permite dotar de significado a una baraja que ha sido ignorada por las ciencias
sociales en Colombia. sta rene, como prcticamente todas las barajas, la condicin de
juego y de mancia y se diferencia, como lo hacen todas las barajas, por las figuras y el
orden de sus naipes, por su disposicin sobre la mesa, por la manera de jugarlo.
Pero si el tarot es en todo caso un juego de naipes, no valdra la pena entonces traer a
cuento algo de este concepto para comprender mejor que es lo que pasa en una consulta
del tarot?
25
Encausse, Gerard. 1980. El Tarot de los Bohemios. La Clave Absoluta de la Ciencia Oculta. Pg. 75.
Waite, Arthur. E. 1976. La Clave Ilustrada del Tarot. Pg. 13. Buenos Aires: Ed. Talgraf.
32
fuera de la vida corriente, pero que, a pesar de todo, puede absorber por
completo al jugador, sin que haya en ella ningn inters material ni se
obtenga en ella provecho alguno, que se ejecuta dentro de un
determinado tiempo y un determinado espacio, que se desarrolla en un
orden sometido a reglas y que da origen a asociaciones que propenden a
rodearse de misterio o a disfrazarse para destacarse del mundo habitual27
Para Huizinga el juego es una accin llena de sentido, una ocupacin ms que biolgica
o fsica, que rebasa el instinto inmediato y ofrece a los individuos una forma inmaterial,
tal como la imaginacin y el mito, de figurar el Mundo. No es la vida corriente pues se
encuentra aislado de la vida propiamente dicha y se desenvuelve en un como si que
puede llegar a ser demasiado importante, un como si con la capacidad de arrebatar al
jugador, de absorberlo intensamente, y de trocar en cualquier momento el juego en cosa
seria28. Y es en este trocar, en este paso hacia lo serio del juego, en este elevarse a su
valor superior, donde Huizinga encuentra una relacin de forma con la accin sagrada,
el culto. Y aqu menciona dos aspectos importantes que toman vida en este mbito, la
representacin de algo o la competicin por algo; se juega tanto por vencer como por
participar ejemplarmente del como s. A propsito escribe,
27
28
Cualquier juego puede absorber por completo, en cualquier momento, al jugador. La oposicin en
broma y en serio oscila constantemente. El valor inferior del juego encuentra su lmite en el valor
superior de lo serio. El juego se cambia en cosa seria y lo serio en juego. Puede elevarse a alturas de
belleza y santidad que quedan muy por encima de lo serio (Ibdem. Pg. 21.)
34
Vemos entonces que el Dromenon est lleno desde un principio de los elementos del
juego, esto es, orden, tensin, movimiento, solemnidad y entusiasmo. Y es que estamos
acostumbrados a considerar la oposicin entre juego y seriedad como algo absoluto y
totalmente contradictorio, sobretodo al tratar el tema de las emociones y del significado
de las acciones. Sin embargo, si hemos de partir de lo abstracto, de la mera calidad del
juego en su forma pura, tal como lo expone Huizinga, lo ldico se desarrolla fcilmente
en otros ambientes como el estadio, el crculo mgico, el templo, la escena, la pantalla,
el estrado judicial30, etc., tanto as que es factible explicar el templo, la escena, el
estrado judicial, la poltica, el amor, la amistad, entre otros como un juego. Como si
lo que sucediera en un crculo mgico o en una cena romntica fuese un juego.
Ahora bien, de cualquier modo, el juego no es la vida corriente, segn Huizinga se
halla fuera del proceso de satisfaccin directa de necesidades y deseos, y debido a que
se agota en s mismo en un lmite de tiempo y en un espacio determinado, comparte la
forma y la funcin del dominio de lo sagrado; dominio que irrumpe con poder en lo
ldico, siempre y cuando los lmites del juego en su oscilar constante entre la broma y
lo serio, tiendan a absorber a los individuos y a ubicarlos en un escenario ritual que
participe del devenir csmico.
Es en el arrebato del juego que se realiza la representacin de las fuerzas espirituales,
a manera de culto, conmemoracin, o competencia; de aqu que el juego exija y cree un
orden absoluto que le permita estar encerrado en si mismo, separado de lo corriente,
en un escenario propicio para el hechizo. Un escenario a la vez expectante y frgil, que
le da al juego un elemento de tensin interno, el juego se sostiene mientras dure el
hechizo, y el hechizo requiere para funcionar la intervencin de otras fuerzas, entre
ellas las de incertidumbre y de azar, dos nociones ampliamente asociadas por supuesto
al juego, junto a las de Fortuna, Destino y Suerte.
29
30
35
Una de las conexiones entre juego y cultura que ms nos llam la atencin es la hecha
con la creacin potica. Pues Huizinga encuentra que en la poesa las cosas del mundo
aparecen con otra lgica que no es la de la vida corriente, envolviendo en una
ensoacin las cosas; est ensoacin en principio no es solamente esttica pues est
histricamente vinculada con la funcin litrgica, la doctrina sagrada, el enigma y el
mito entre otros31. Aqu se reconoce que la palabra es portada por juglares, heraldos,
profetas, filsofos, que comunican estticamente la sabidura y a su vez dan cuenta de lo
sagrado, dando espacio a lo solemne, a la belleza y a la alegra. El mito aparece
entonces con enormes capacidades poticas que no distinguen siempre la anttesis
juego-serio y que de cierta manera narran festivamente el mundo,
produciendo
Toda poesa antigua es, al mismo tiempo, culto, diversin, festival, juego de sociedad, proeza artstica,
Lo que el lenguaje potico hace con las imgenes en juego. Las ordena en series estilizadas, encierra un
secreto en ellas, de surte que cada imagen ofrece, jugando, la respuesta a un enigma. (Ibdem. Pg. 171.)
36
Caillois, Roger. 1994. El juego y Los hombres. Pg. 38. Mxico D.F.: FCE.
Para una discusin ms profunda revisar el II capitulo de la obra El juego y Los hombres de Caillois.
37
Bajo estos parmetros el juego de naipes participara de los tipos Agon y Alea, pues en
principio sera el azar el que gobernara la reparticin de la cartas y el jugador un
personaje hbil para arreglrselas en la partida; lo que pondra en escena un relativo
condicionamiento del jugador al destino, pues jugar de acuerdo a las cartas que le
toquen, dependiendo de esa mano para tomar decisiones, y si la suerte no es mala
hacer su juego; mezclando permanentemente el dictamen del azar que otorga a cada
jugador lo suyo, y la destreza personal para sobreponerse o maniobrar lo mejor posible
la partida desde ese dictamen.
Es precisamente est inclinacin hacia el azar lo que acerca a los naipes a la
supersticin y adivinacin; a la supersticin, pues al buscar el favor del destino los
jugadores se ven inclinados muchas veces a utilizar talismanes, encantos, ageros,
riegos y dems para la buena fortuna, en un intento por manipular la neutralidad del
hado; y a la adivinacin, pues la misma fuerza que da o quita en el juego con el valor de
los naipes, seala de igual manera, si se quiere, lo que depara el destino. Provocando un
deslizamiento fcil entre lo que da la suerte para el juego y lo que da la suerte para la
vida35.
Vale la pena aclarar que estos apuntes van dirigidos exclusivamente a encontrar en el
concepto de juego elementos para interpretar la influencia del mito en la prctica
mantica y darle a nuestro estudio una perspectiva cultural importante y original, al
menos entretenida en la forma de explorar la consulta del tarot. No se trata de destruir la
ambigedad que nos asalta en este momento, definiendo al tarot tajantemente como una
prctica pura, ya sea mgica o ldica. Para nuestro inters no se excluyen, se
complementan y se yuxtaponen en el tema que nos convoca. Por lo menos as lo dejan
entrever las entrevistas y el seguimiento que hicimos del objeto desde el 2005 y que nos
llevaron constantemente a considerar dicha practica como un escenario que va entre el
juego y lo serio, entre el misterio y la burla. Y nos parece que esto no ha sido tomado en
cuenta, discutido o tan siquiera mencionado por las ciencias sociales en Colombia, en
35
De manera general los juegos de azar se han vinculado constantemente a la adivinacin, del mismo
modo que los juegos de fuerza o destreza, o los torneos de enigmas tenan valor probatorio en los rituales
de entronizacin en algn cargo o ministerio importante (Ibdem. Pg. 111.)
38
Habamos anotado que la aparicin de los naipes en Europa tiene distintas versiones,
sean stas protagonizadas por sarracenos, y que los expertos consultados sealan el
siglo XIII como el perodo crucial de su aparicin tomando en cuenta las prohibiciones
emitidas en Espaa, Francia y Alemania. Tambin mostramos que las referencias ms
antiguas del tarot lo ubican en Italia del siglo XIV, cuestin muy discutida por los
conocedores, y que dichas referencias lo mencionan como un juego de naipes de uso
exclusivo de la nobleza.
39
As mismo, sealamos que a partir del siglo XVII el tarot se empieza a reconocer en
otras partes de Europa, y que a partir del siglo XIX, por causa de la tesis de Gebelin, se
da inicio a la versin esotrica del tarot, relacionando su origen con las creencias
mgicas del Antiguo Egipto. Todo esto para elaborar un contorno que nos permita
estudiar la manera en que el tarot encuentra un asidero de significado con resonancias
culturales.
Por otro lado, no conocemos con certeza, y es una cuestin materialmente imposible
para nuestra investigacin, el escenario usado para jugar el tarot en el siglo XIV, ni sus
reglas, ni sus eventuales formas. Aunque sabemos que en la actualidad existe un juego
denominado tarocchi, el cual se practica en Italia, Francia y Alemania, la baraja
utilizada para ste slo coincide en el nmero de naipes; el nombre y caractersticas de
las figuras, sobre todo de los 22 Arcanos Mayores, se diferencian sustancialmente de los
22 trionfi usados en el juego y estos ltimos se complementan con los 56 naipes
distribuidos en cuatro palos. Otra diferencia es que mientras el juego de tarocchi usa en
sus palos la nomenclatura anglosajona (picas, trboles, corazones y diamantes), el tarot
convencional utiliza en sus palos la nomenclatura francesa o hispana (espadas, bastos,
copas y oros)36.
No es tampoco factible en este estudio encontrar las variaciones precisas que tuvo el
juego para transformarse en instrumento mgico, si es que de algn modo sucedi ese
paso de lo ldico a lo mantico; ni es nuestra pretensin precisar esa transformacin ni
sustentarla. Tampoco hacer una comparacin entre el juego del tarocchi y la adivinacin
con el tarot. Quede claro pues que nos interesa la consulta del tarot en Bogot y que si
acudimos a las nociones de juego y exploramos brevemente los antecedentes histricos
de los naipes por supuesto del tarot- es con la simple intencin de abrir el anlisis y la
profundidad de nuestra interpretacin, a la vez que ofrecer al lector datos interesantes
para resolver el problema. Todo ello debido a que resultan de carcter importante estos
detalles en la configuracin y en la calidad misma del juego de lminas usado para
adivinar y dar consejo.
36
Enciclopedia de los juegos. Pg. 168. 2003. Equipo Editorial (COR) Larousse. Badalona: Editorial
Paidotribo.
40
Ahora bien, aprovecharemos el concepto de juego para desglosar la consulta del tarot
en Bogot y pensar que su asidero est en los dominios del sentido comn, en el ocano
profundo de los horizontes de significado; y que ese asidero est conectado por tramas
con nociones triviales sobre los juegos de naipes, la fortuna, la suerte, el destino, el azar.
Nociones que en la cultura son narradas asiduamente, y que representan potencias,
fuerzas sociales que intervienen en las acciones de los sujetos. Fuerzas que comparten el
juego y el mito, y que se presentan con un matiz particular tambin en la adivinacin y
la magia.
Huizinga y Caillois han sealado que los juegos con contenido mtico profundo, son
juegos con la capacidad de funcionar socialmente como ceremonias o cultos, es decir;
como ritos. Sin embargo ac tenemos que advertir ciertas diferencias generales, antes de
considerar a la consulta del tarot funcionalmente de esta manera, pues primero la
consulta del tarot no es colectiva, ni institucional ni formalmente; y segundo, su
celebracin no est vinculada directamente a valores o sentimientos de solidaridad. Por
esto, intentaremos demarcar lo mejor posible la prctica mantica con el tarot, de tal
manera que pongamos metdicamente de relieve la dinmica ritual de la consulta con
algunas particularidades. Si definiramos la consulta del tarot como un rito adivinatorio
especficamente, notara el lector que gran parte de las caractersticas e incluso de las
dinmicas prcticas que se dan en consulta quedaran por fuera de ese limite, sin
embargo, si definimos a la consulta del tarot como un juego puro estaramos perdiendo
un conjunto importante de significados sociales presentes en dicho acto, y con ello la
ambigedad que es importante en la consulta del tarot. Estos puntos nos abstienen de
definir tajantemente el tipo ritual de nuestro tema y nos invitan ms bien a revisar los
grados de contacto entre la accin sagrada y la accin ldica, porque la intensidad de la
creencia que se le imprime a la consulta suele oscilar en los habitantes de Bogot entre
estos dos puntos, y es necesario entonces tenerlo presente para interpretarla.
El juego crea, invoca un mundo posible en tensin con el Mundo de referencia, que est
dentro y a la vez fuera de ste, un mundo posible en donde los jugadores son otros, sean
fichas o naipes, figurillas o dados, sometidos a reglas y a valores alternos, particulares;
en un orden establecido, a veces rgido, a veces libre. Un mundo ambiguo fundado en
41
el como si, que se cree y que no se cree, capaz de arrebatar al jugador hasta una fe
provisional. Y esta cualidad resulta de mucha utilidad para revisar analticamente la
consulta del tarot. Porque qu es el tarot, un juego? Un instrumento mgico?
Ambos? Se cree fervorosamente en el tarot? O es una fe provisional? Quines
juegan al tarot? Quines usan fervorosamente el tarot?
Es quizs ms clara e insistente la conexin del juego con el rito en Huizinga, que
identifica la cualidad ldica en celebraciones, fiestas y competencias generalmente
masivas, las cuales cuentan con toda una serie de componentes sociales que hacen del
escenario colectivo una parte fundamental del devenir social. Aqu el autor trata
ejemplos de fiestas en comunidades africanas, australianas, mexicanas, entre otras,
sealando que, limitndose a los ritos sagrados de las culturas arcaicas existe un
grado de seriedad con que se ejecutan, pues de acuerdo con las afirmaciones que hace
el historiador holands, partiendo de R.R Marret, en la fe primitiva juega siempre un
determinado elemento de make-believe, de hacer creer 37; es decir, un elemento ldico
de conciencia del como si con que son ejecutados algunos rituales. Lo que indica que
existe una tensin dentro del rito [que es juego] entre la creencia y la simulacin, una
tensin que permanece y oscila durante su dinmica, salvo en las ocasiones que la
emotividad ritual elige alguno de los dos polos -el sagrado- y trueca la broma en asunto
supremamente serio. Y hacemos la salvedad porque es caracterstico del juego [y del
rito] mantener la tensin y ocultar los lmites entre el drama y la realidad, pasando
constantemente de la celebracin solemne y sacra a la mera simulacin. Este paso es
posible de manera armnica o de manera espontnea, porque depende de las fuerzas
sociales y los ejecutores en el escenario, del movimiento intenso de los smbolos en los
participantes.
Por otro lado, Huizinga hace un tratamiento de las formas de juego conectadas con la
accin sacra que no son de carcter colectivo, sino ms bien de naturaleza individual o
37
42
esotrica. Juegos en los que participan un nmero muy reducido de individuos; se trata
de comunidades o agrupaciones que pueden llegar a funcionar como sociedades secretas
y que incluyen en su orden la confrontacin de cada uno de los actores con fuerzas
iniciticas, especialmente en lo que se refiere a la solucin de enigmas o acertijos.
Muchas veces el juego consiste en resolver una pregunta, en completar una frase, o en
comprender un enigma; cuestiones que estn simtricamente dispuestas en rituales de
iniciacin extendidos por el planeta, y que se presentan en el Mundo Mgico o
Religioso para que el nefito ingrese, si as lo dispone su respuesta, al saber oculto y
especializado de lo sobrenatural. Esta forma del enigma, dentro de la accin sacra, se
reviste intensamente de peligro, pues el errar compromete no solo el xito del ritual
mismo, sino incluso la vida de los oficiantes. Aqu lo que esta en juego es tan
importante y valioso, que el ms mnimo detalle puede poner en riesgo la empresa ritual
y dejar a los actores a expensas de las fuerzas espirituales y de la muerte.
Para Huizinga el enigma tiene caractersticas agonales pues se plantea, bien en rituales
de iniciacin, bien en competencias de conocimiento, en una ruta probatoria; resolver la
pregunta, muchas veces vinculada a eventos cosmognicos o al estado cosmolgico, es
hacerse acreedor de un conocimiento hasta el momento vedado, demostrar en algunos
casos, que se es portador de la sabidura necesaria para vencer al contrario. El enigma citando a Huizinga- es en un principio un juego sagrado, es decir, que se halla a caballo
entre el juego y lo serio, reviste la mayor importancia y es sagrado, sin por eso perder su
carcter ldico. Se ramifica en la direccin de las diversiones de sociedad y en la
direccin de las doctrinas esotricas38. En esta ltima va, el enigma permanece
emparentado tanto en su forma mtica como en su carcter ritual a la disposicin de la
esfinge con su habilidad para formular acertijos y causar as mismo la muerte. Sin
embargo, siguiendo estos trazos es posible encontrar el enigma en los orculos, tanto
por las preguntas que emiten quienes los consultan, como en las respuestas que da el
orculo, muchas veces a manera de acertijo o adivinanza. Aqu la conexin entre
enigma, juego y orculo se manifiesta principalmente en la decisin y en el origen de la
sentencia que suele ser motivada en general por la suerte y por el azar, caminos
tradicionalmente empleados para conocer la voluntad de la potencia divina, en donde el
38
43
El juego sagrado como el ritual oracular, marcan o sentencian a una colectividad, hacen
parte de un acervo cultural, son instituciones legitimas en la sociedad, y por lo habitual,
su celebracin o consulta se aparta drsticamente de la vida corriente; de este modo vale
la pena considerar algunos antecedentes a propsito de la adivinacin en Occidente,
simplemente para anotar que los temas de pretender saber lo que depara el porvenir, la
preocupacin, la incertidumbre y la angustia por el futuro son de muy vieja data, y estn
anclados a las necesidades ms profundas de los seres humanos.
40
44
45
mero azaroso, pero a la vez proponiendo una prescripcin en las acciones fcil de imitar
y de reconocer en el caso del tarot, permanece en la Contemporaneidad al alcance de la
mano, volvindose un tem trivial.
Sin embargo es necesario incorporar al escenario de adivinacin con el tarot elementos
bsicos del ritual, discusiones e ideas fundamentales en el concepto de rito que son
capaces de sealar las acciones que soportan el sentido y la eficacia de la consulta con
este tipo de naipes, y que nos ayudan a poner en movimiento el escenario de lo ldico a
lo serio. Porque una cuestin es que el juego atrape en una fe provisional a los
jugadores y otra muy distinta que el tarotista adivine el futuro y que su consulta sea
eficaz. Es en busca de los elementos que posibilitan el xito y permanencia de la
prctica, su vigencia y creencia, que recurrimos al concepto de rito.
La discusin del Rito ha estado emparentada durante siglos con la temtica del Mito,
tanto que ambos conceptos han experimentado el mismo recorrido y cambio en las
ciencias sociales, pasando de ser nociones contradictorias e irracionales, a dimensiones
con profundo significado en el mundo social y cultural, igual en las sociedades simples
como en las sociedades complejas. Diversos han sido los elementos atribuidos a esta
serie de prcticas que en un principio estuvieron enmarcadas en las actitudes mgicas y
religiosas de las personas y las comunidades, pero que para mediados del siglo XX
pasaron tambin a formar parte de los modos de accin secular y cotidiano; resaltando
que ms all del hecho instrumental el rito contena un fin expresivo, comunicativo y
con sentido, cobijando detrs y en la prctica un valor simblico imbricado con el
conjunto de creencias.
Esta composicin clsica entre teora y prctica dio origen a uno de los problemas
vigentes en la sociologa y en la antropologa, dejando para la discusin el poder y
forma que cada una de las partes toma en el devenir individual y colectivo, la influencia
y modo en que el cuerpo de creencias moldea al conjunto de acciones, y a la vez, como
estas transforman y legitiman dicho cuerpo; convirtiendo en un camino de bsqueda del
significado social y cultural la manera en que los mitos ritualizan y los ritos mitifican;
pues tal y se ha insistido desde los clsicos no existe un escenario de inters que
46
prescinda de alguna de las caras para darse valor y sentido, constituyndose en una
dada que si bien analticamente exige diferenciarse, las prcticas y las creencias
claramente no son lo mismo, est necesariamente imbricada.
Los ritos estrictamente son cadenas de acciones a las que se les vierten contenidos
particulares, estn finamente ordenados y obedecen a prescripciones que en algunos
casos buscan transformar el status de las cosas y en otras simplemente comunicar; desde
Robertson Smith el uso corriente del termino ha sido para referirse a cierto tipo de actos
sociales que funcionan para estrechar los lazos de solidaridad, fortalecer al colectivo, su
memoria y su identidad42; es esta caracterstica la que prevaleci en la sociologa y que
hizo ms tarde una premisa Durkheim en sus Formas Elementales de la Vida
Religiosa43 para la disciplina, resaltando ms all de la perspectiva funcional, el valor
criptolgico de este tipo de acciones.
Idea que va a sealar que tanto las prcticas como las creencias religiosas son de
naturaleza exclusivamente social, es decir, que tras el anlisis expresan una relacin
singular con el orden de la sociedad que les da vida, no estn sustentadas en una falsa
asociacin de ideas como lo describieron los intelectualistas del siglo XIX (Frazer,
Taylor, Morgan, Spencer, etc.), sino que hacen parte de un sistema de representacionessmbolos que organizan las relaciones sociales y clasifican el mundo. En ese sistema los
ritos seran primero el comportamiento establecido socialmente para acercarse a lo
sagrado, los pasos debidos para manipular o entablar relacin con lo que es sagrado
sean espritus, fuerzas, dioses, energas-; y segundo, la ocasin de presentar en
comunidad y para la comunidad, los significados ms profundos, reflejando a travs del
smbolo el sentido social y a la sociedad misma, su entramado profundo, emocional,
institucional y psicolgico.
42
El origen de ese mbito que se ha dado en llamar religin no se encuentra pues en la relacin entre el
hombre y los agentes operativos sobrenaturales a quienes se teme y hay que propiciar, sino en los lazos
espirituales que establecen todos los miembros de una comunidad a travs del ritual del sacrificio. Con
otras palabras, el sacrificio simboliza la solidaridad del grupo, y el ritual se instituye en una fuerza
bienhechora de la comunidad, al tiempo que la distingue de otras comunidades que poseen sus propios
emblemas totmicos, sus pactos de sangre y sus banquetes rituales (Robertson Smith, William. 1983.
The Religin of the Semites, Pg. 16-17. Citado por Daz, Rodrigo. En Archipilagos de Rituales. Teoras
Antropolgicas del Ritual. Pg. 70. Mxico: Ed. Anthropos.)
43
Durkheim, Emile. 1982. Las Formas Elementales de la Vida Religiosa. Madrid: Akal Editor
47
Recordemos que para Durkheim las formas elementales estn dirigidas a mantener y dar
sentido a la sociedad, ms que un inters particular por la Religin, lo que busca en su
trabajo son aquellas fuerzas que posibilitan que hombres y mujeres conformen una
unidad social, se rijan por ciertos parmetros de legitimidad, compartan valores morales,
tradiciones y crisoles de institucionalidad; y lo que encuentra es que sea cual sea la
forma de lo religioso, aquello que prevalece es la dicotoma con la que se piensa el
mundo, oposicin sagrado-profano, siendo para Durkheim lo sagrado aquello que
representa la cohesin social, el lazo, el sentido comn la religin-; y lo profano ese
impulso egosta, anmico, irregular, indiferente, que atenta o est en contra o impide la
experiencia de comunidad la magia-.
Esta dicotoma de las formas elementales de la vida religiosa seala dos regiones
aparentemente bsicas que permiten a la sociedad realizar una clasificacin del mundo,
que hecha representaciones, refleja sus ms profundos valores morales y solidarios; de
all que para Durkheim donde se presenta el rito sea generalmente en situaciones de
inters colectivo que separan lo sagrado de lo profano, y que a la vez ponen ante la
sociedad aquel conjunto de ideas que la mantienen unida; el rito opera socialmente
entonces para acercarse al ncleo vital de la propia comunidad a travs de un conjunto
de reglas de conducta que permiten manipular lo sagrado, tocarlo y comunicarlo44; se
hacen ritos para animar, vigorizar y conmemorar esos lazos impersonales que forman de
los individuos un todo.
Fue este inters e inclinacin de Durkheim por la cohesin social el que abri una
brecha en la sociologa para acercarse a fenmenos personales, egostas y anmicos
como la magia. Su marcado sesgo por encontrar los fenmenos de inters para la
disciplina en la masa, en las instituciones, en las leyes y normas, dejo de lado aspectos
de la accin social que ocurran en grados mucho ms nfimos y que a la vez vitalizaban
esa experiencia del estar juntos en sociedad. Este sesgo es claro en las anotaciones que
44
Las cosas sagradas-escribe-son aquellas que las interdicciones protegen y aslan; las cosas profanas,
aqullas a las cuales se aplican esas interdicciones y que deben mantenerse a distancia de las primeras.
Las creencias religiosas son representaciones que expresan la naturaleza de las cosas sagradas y las
relaciones que ellas mantienen ya sea unas con otras, ya sea con las cosas profanas. En fin, los ritos son
reglas de conducta que prescriben cmo el hombre debe comportarse con las cosas sagradas [las
cursivas son mas] (Ibdem; p, 58)
48
Durkheim hizo de la magia al oponerla a la religin y dejar entre ellas slo una marcada
repugnancia instigada por el placer que la magia obtiene de profanar las cosas santas45;
razn que a nuestro juicio es dbil y se contradice en el autor mismo pues reconoce que
en ese sistema de ilustraciones, ceremonias, cantos etc. los seres que invoca el mago,
las fuerzas que pone en movimiento, no solamente son de la misma naturaleza que las
fuerzas y los seres a los cuales se dirige la religin; muy a menudo, son idnticamente
los mismos46.
De esa contradiccin Durkheim sale al paso diferenciando magia y religin en las
actitudes que asume l tiene cada una con la otra, y que cada una tiene frente a lo que es
sagrado; pues en su obsesin por lo comunitario lo religioso- ese ncleo representa la
unidad moral que debe ser conservada, mientras que las expresiones egostas o
subjetivas tienden a su destruccin porque la magia no crea lazos duraderos, los
profana. As en Durkheim, los ritos son importantes en la medida que mantienen
cohesionado al grupo y a que la Sociedad se proyecta simblicamente en ellos; esto es,
la manera en que las representaciones sociales y las categoras de clasificacin y de
entendimiento son reflejadas (corporeizadas) en el ritual, hacindolo un mero
mecanismo cognoscitivo (oculto tras el smbolo) para legitimar e institucionalizar
(consagrar) el orden social; dejando a un lado las expresiones individuales de la magia.
Habr que decir, pues, que la magia no puede distinguirse rigurosamente de la religin; que la magia
est llena de religin, como la religin de magia, y que, en consecuencia, es imposible separarlas y
definirlas aisladamente? Pero lo que hace que esta tesis sea difcil de sostener es la marcada repugnancia
que la religin siente por la magia y, en revancha, la hostilidad de la segunda por la primera. La magia
muestra una especie de placer profesional en la profanacin de cosas santas, en sus ritos, vuelve al revs
las ceremonias religiosas. Por su parte, la religin, aunque no siempre ha condenado y prohibido los ritos
mgicos, en general los mira con malos ojos. (Ibdem; p, 84)
46
49
rituales, o sea del carcter mismo de las acciones y de sus contenidos, del tejido de
representaciones sociales que permite la legitimidad y creencia de los azande en los
orculos, resaltando el papel de las formas de clasificacin del mundo y su influencia
sobre la manera de actuar de los individuos; referencia que nos parece importante traer a
cuento con un poco de detalle antes de continuar explorando las discusiones clsicas
sobre el rito.
Un libro de cierta manera clsico en la literatura antropolgica britnica, que tiene como
fundamento el trabajo de campo realizado por Evans-Pritchard en tres expediciones a
Zandeland (el nombre del territorio revela de por s el carcter colonial de la empresa);
y que anot para la disciplina, a manera de advertencia, la distancia que existe entre la
razn Occidental y otras lgicas culturales. Su preocupacin principal fue revisar en
contexto las creencias de los azande en los tres temas que dan titulo al libro. Para EvansPritchard la cultura suministra a la comunidad un marco cognitivo y de interpretacin
del Universo que le permite a la magia, a la brujera y a los orculos, ocupar una
posicin relevante en la organizacin social de los azande. Ellos estn atrapados en un
tejido de pensamiento que no supera el misticismo ni la superchera, diferencia
fundamental segn el autor, que se revela al confrontar el pensamiento zande con la
realidad cientfica.
Y sin embargo los azande no se dan cuenta de que sus orculos no les
dicen nada. Su ceguera no es debida a su estupidez, pues demuestra una
gran ingenuidad en la forma de explicar los fallos y las inexactitudes del
orculo del veneno y no menos agudeza experimental en las
comprobaciones. Se debe ms bien al hecho de que su ingenuidad
intelectual y su agudeza experimental estn condicionadas por la pautas
del comportamiento ritual y de la creencia mstica. Dentro de los lmites
que establecen estas pautas demuestran gran inteligencia, pero no pueden
salir de estos lmites. O bien, platendolo de otra forma, razonan
excelentemente en el lenguaje de sus creencias, pero no pueden razonar
50
Recordemos que el orculo ms importante entre los azande es el del veneno -bengeque consiste bsicamente en suministrar a un pollo la mezcla con agua de un polvo rojo
sustrado de una enredadera selvtica hasta hacer una pasta, la cual se estruja el lquido
en el pico de la pequea ave domstica que es obligada a tragarlo48. Se consulta
habitualmente en la maleza y en secreto, guardando algunas restricciones para evitar
contaminar al orculo y as mismo a sus sentencias. La consulta bsicamente consiste en
la administracin del veneno al pollo y la formulacin de la pregunta por el interesado,
segn sea la consideracin de quien opera al orculo, las respuestas del mismo pueden
alternarse, es decir, que en ocasiones el orculo responde con un s al perecer el ave o
viceversa. Es un orculo sencillo que responde con un s o con un no, un orculo de dos
alternativas y apenas una posibilidad de respuesta. Tal y como fueron -y siguen siendoalgunos orculos en Occidente; y al igual que aquellos, est vinculado con la ley, la
normatividad, la justicia y la decisin celeste. Llama extremadamente la atencin el
listado que apunt Evans-Pritchard a propsito de las ocasiones caractersticas de su
consulta:
En casos de hechicera.
En casos de adulterio.
Antes de Recolectar el veneno del orculo.
Antes de hacer una hermandad de sangre.
Antes de los viajes largos.
El hombre, antes de casarse con una mujer.
Antes de regalar cerveza al prncipe.
Antes de una partida de caza en gran escala.
El plebeyo, al escogerle nuevo emplazamiento de un casero.
47
Evans-Pritchard, E.E. 1976. Brujera, Magia y Orculos entre los Azande. Pg. 314. Barcelona:
Anagrama.
48
51
Una lista bastante particular que no deja de evocar en nosotros cierta familiaridad con
las situaciones mencionadas y una conformidad lgica con la motivacin del
consultante y su inters por resolver precisamente estas incertidumbres. Ya lo haba
reconocido Evans-Pritchard al escribir que los azande no solo consultan a sus orculos
por las que nosotros consideraramos como actividades sociales ms importantes, sino
tambin sobre sus pequeos asuntos cotidianos. stos estn referidos al devenir social
de los actores, a sus relaciones personales y publicas, a los acontecimientos que marcan
un punto importante en el transcurrir de la vida corriente; y por supuesto tambin
incluyen los momentos de incertidumbre y de dificultad que afrontan los actores natural
y culturalmente:
El zande sabe que los dems piensan y hablan mal de l, pero le ocultan
sus pensamientos y slo hablan mal de l cuando ni l ni sus amigos
49
52
53
54
Funcin social en cuanto mantiene los cdigos morales entre los azande, distinguiendo
los comportamientos malos de los comportamientos buenos, cohesionando a los
individuos bajo una ley que supera el poder secular, y as mismo regula el devenir
social. Funcin cognitiva en cuanto provee al sistema emprico de causalidad, una
opcin para que opere lgicamente el azar, esto quiere decir, para que sea explicada la
coincidencia de dos cadenas causales. Aqu cito en extenso el ejemplo tpico de la obra:
55
Queda pues clara la ambivalencia tradicional en las ciencias ante la magia, la brujera y
los orculos, fundamentalmente porque a pesar de constituir para Evans-Pritchard un
sistema racional (filosfico) sobre la naturaleza y lo social, esta lleno de absurdas
creencias e intiles prcticas que impiden la crtica y el ejercicio reflexivo de los
azande. Sin embargo aparecen, ya lo habamos mencionado, una vez ms como
motivaciones (intelectuales y emotivas) de la triada, la incertidumbre y el peligro ante el
Mundo y los dems. Esta cuestin se har fundamental al momento de estudiar la
Religin y la Magia en el desarrollo de la sociologa y la antropologa, pues se optar
por cristalizar en dichas prcticas y creencias el Sentido social de los individuos, el
significado de sus acciones y la gramtica de sus motivaciones. No sin ms Durkheim
legar por esta misma va que la Religin (a mi parecer su uso de las representaciones
sociales permite incluir a la Magia a pesar de los ataques del francs) es la forma
elemental de la vida social y del conocimiento humano, la forma elemental que otorga
Sentido al Mundo.
56
cosas; las primeras, crean y mantienen los lazos de solidaridad y la cohesin del grupo
en un sistema moral colectivo; la segunda, atrapa en un sistema lgico (causal-racional)
la vida social, el contacto con la Naturaleza, la incertidumbre y el peligro; ambas son
referencias potenciales de significados para la accin colectiva y la accin individual.
Hay una serie de autores importantes en la discusin del Rito antes de Evans-Pritchard y
de su estudio original de los orculos, la magia y la brujera azande. Recordemos que la
definicin de rito en Durkheim sentaba sus antecedentes en Robertson Smith,
destacando la realidad eminentemente social del Rito hasta el punto de enunciar que
estas maneras de actuar estn destinadas a suscitar, a mantener o a rehacer ciertos
estados mentales53en el grupo. Lo cual significa que las acciones funcionan desde las
ideas, y para las ideas. Funcionan en cuanto que activan las representaciones colectivas
y afirman repetitivamente el orden del Mundo. Y este orden, segn lo hered Durkheim
para la sociologa, y otros estudiosos para el fenmeno religioso (. Durkheim o M.
Mauss, R. Otto, Malinowski
57
Fue Bronislaw Malinowski quien abri para la antropologa el carcter pragmtico del
Rito, quin indic el camino lingstico del comportamiento ritual. Al igual que sus
antecesores y muchos de sus predecesores, enmarc la prctica ritual la presencia del
Rito-especialmente en el campo religioso y mgico. El rito aparece unvocamente
cuando aparece lo Sagrado, que sigue siendo uno de los polos bsicos de la divisin
elemental del Mundo, escribe Malinowski:
58
Queda entonces claro que hasta ese momento para las ciencias sociales el tema de la
magia se vincula principalmente con creencias y prcticas que no estn dirigidas por el
poder de la razn, sino por los intrincados caminos de la irracionalidad o de la
emotividad. Caminos llenos de seres extraos y encantados, poderosamente
significativos, saturados de smbolos y de Sentido; caminos que se presentan, es el
argumento clsico enunciado por Malinowski, cuando se desvanecen la ciencia y la
tcnica.
55
Malinowski, Bronislaw. 1976. Magia, Ciencia y Religin. Pg. 7-8. Mxico D.F.: FCE.
56
59
La cita es extrada de los apartes que acompaan el ejemplo que Malinowski utiliza para
explicar la presencia de la Magia y su funcin. Al igual que muchos antroplogos por la
poca, Malinowski problematizaba el tema de la Magia primero desde un punto
meramente intelectual, cognitivo, y en segunda instancia, como un fenmeno cultural o
social. Al primer punto el autor opt por alimentarlo desde las fuerzas psicolgicas, ya
que no lo considera un comportamiento causado por falsa asociacin de las ideas, sino
un dispositivo psicolgico del trobriands para aliviar su angustia, expresar sus
deseos, enfrentar lo desconocido. Esto indicara tres cosas importantes; primero, que la
Magia est ms cerca de la Ciencia que de la Religin, del lado Profano del Mundo que
de su aspecto Sagrado; segundo, que su placer se encuentra en la satisfaccin de lo
que por los propios medios humanos escapa a su poder, ms que en profanar la
Religin si recordamos a Durkheim; tercero, es posible que esa satisfaccin sea social o
subjetiva. Veamos.
Para el polaco la magia se compone de tres elementos bsicos: la formula o conjuro; el
rito; y la condicin social del ejecutante, siendo en el primer elemento donde reside la
fuerza, el poder de la magia, lo cual dejara como escenario y contexto para la
pronunciacin del conjuro a los ritos junto a sus oficiantes57.
Lo interesante de la postura malinoskiana es que abre la discusin sobre la eficacia en el
rito al privilegiar al conjuro (al decir) sobre el hacer (la accin), sealando que la
eficacia de un acto mgico, sea para apartar las tormentas o para cobrar venganza, reside
en la enunciacin del conjuro, en cierta medida, de la capacidad que ms tarde
reconocer John L. Austin en ciertos enunciados, de hacer cosas con palabras, de
realizar actos performativos. Pero esto es una asociacin indirecta, que bien vale la pena
tener en cuenta, pues para Malinowski el lenguaje es el que guarda la capacidad, bajo
las condiciones del oficio y del oficiante, de dotar de fuerza y poder al acto mgico.
Desde esta perspectiva, el rito acompaa al oficiante en el acto mgico, es el escenario
apropiado para que el mago emita un conjuro, para que se realice el deseo por su
enunciacin. Esta intuicin de Malinowski sobre el lenguaje abrir el estudio del poder
mgico de las palabras, de la capacidad realizativa del lenguaje. Varios autores, tanto en
57
Malinowski, Bronislaw. 1995. Los Argonautas del Pacifico Occidental. Pg. 392. Barcelona: Ediciones
Pennsula.
60
61
58
62
Hemos presentado algunos de los autores clsicos en las ciencias sociales en un intento
por captar la sensibilidad promovida por la tradicin sociolgica y antropolgica al
estudiar temas como la Magia, el Mito y el Rito. Igualmente hemos intentado subrayar
ciertas diferencias y otras persistencias entre sus aproximaciones. Se ha sugerido
entonces que dichos temas, tradicionalmente han estado vinculados a un Mundo distinto
al de los individuos Modernos, y que por tanto han sido atendidos siempre con cierta
soberbia e incluso con un tanto de desprecio. Hemos recalcado tambin que tanto la
narrativa mtica como las prcticas rituales son dimensiones que, para los autores
mencionados, aparecen poderosamente en sociedades primitivas, siempre dirigidos,
usemos de una vez por todas las palabras, administrados, por un cuerpo de personajes
que dicen y actan de manera especial por poseer un don o un carisma.
63
64
ilusin hecha de creencias desbordadas. A esto fue sensible la obra de Max Weber, que
introdujo para las ciencias sociales la nocin del Desencanto del Mundo, precisamente
para describir el proceso de racionalizacin Occidental y el empacado al vaco de la
Magia en la Modernidad. Para la segunda mitad, este proceso de racionalizacin del
Mundo, de la incursin de la razn en los distintos campos de la vida social, fue
tomando el nombre de secularizacin, indicando principalmente la separacin del poder
simblico encantado de las actividades mundanas, la posibilidad de un Mundo con
Sentido ajeno al significado Sagrado y con l la posibilidad de un orden social ajeno a
las vicisitudes de la creencia. Esto tendr reflejo sin duda en la caracterizacin del Mago
y de sus poderes por parte de las ciencias sociales clsicas entre mediados del XIX y
mediados del XX, que tratarn la cuestin de la eficacia simblica con hilos delgados y
siempre entre comillas.
Entre estos hilanderos tericos llama la atencin en particular el Esbozo de una teora
general de la Magia escrito en 1903 por Henri Hubert y Marcel Mauss. Quizs porque
condensa gran parte de las discusiones clsicas sobre el tema, anticipa en parte la obra
de Durkheim y propone un modelo terico que revela en buena medida el problema de
articulacin en la Magia entre prcticas y creencias. Si en las corrientes intelectualistas
persista la idea sobre la accin, las categoras sobre los actos; y en las corrientes
naturalistas, lo etolgico sobre lo social, el hacer sobre el pensar, en Mauss encontramos
(al igual que en Durkheim) esa preocupacin evidentemente, pero que vale para Mauss
el intento de tratar a la Magia como un acto social, cuestin que advierten en las
primeras lneas de su ensayo, y que al parecer fue ignorado lastimosamente por
Durkheim al definir la magia.
65
Esta divisin tripartita y tradicional en las ciencias sociales, que pareciera ser la santa
trinidad en las discusiones a propsito de la Magia, limita demasiado en estos autores el
campo de la Magia, pero guarda en su exposicin una fuerza ignorada por Durkheim: se
trata pues del inters social de la Magia, ms que su pelaje egosta; lo que destacan
Hubert y Mauss es que la Magia est referida, sustentada en la tradicin y por tanto en
el grupo. Es dinmica en su relacin con la Religin, ms que una constante amenaza.
Lo interesante de la discusin de Hubert y Mauss es su preocupacin por definir los
ritos mgicos pues es importante desde un principio distinguir estos actos de las
prcticas sociales con las que podran ser confundidos entre las cuales estn los actos
jurdicos, los tcnicos y los ritos religiosos. Llama pues la atencin porque en su
formulacin del rito mencionan lo siguiente:
Los actos rituales, por el contrario, son, por esencia, capaces de producir
algo distinto a los acuerdos; son eminentemente eficaces, son creadores,
hacen. Los ritos mgicos son concebidos especialmente como tales, hasta
el punto de que se les denomina mgicos por su misma eficacia61
60
Mauss, Marcel. 1971. Sociologa y Antropologa. Pg. 50. Madrid: Editorial Tecnos.
61
66
cabo, que, a su vez, determinan el lugar que el rito ocupa dentro del
conjunto de las costumbres sociales62
62
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El Mago es una especie de funcionario investido, que simula, cree y hace creer al
grupo en sus poderes. Acta en tanto utiliza ilusiones sinceras para constatar y
mantener la creencia y el poder colectivo en la Magia, en su Magia. Su autoridad va a
63
64
68
A pesar de que los autores mencionan su inters sociolgico, es inevitable para ellos
entrar a considerar la creencia en la Magia como un problema psicolgico de masas y
de trastorno mental individual. Surge constantemente la pregunta y la duda a propsito
de la veracidad en los actos mgicos, no tanto de su verosimilitud, que segn H y M se
debe a una histeria e ilusin colectiva, sino de sus resultados tcnicos y ms que todo,
de la sinceridad de su ejecutor, el Mago. Seres bajo sospecha sern pues la constante
para estos actores en el desencanto del Mundo [sean hechiceros, magos, brujos,
exorcistas, sacerdotes].
No es tanto el problema de la funcin y comprensin sociolgica de la Magia y de los
actores que en ella participan pues hasta los ms enconados exponentes del pensamiento
Occidental reconocen en estas prcticas y creencias un sentido colectivo y sin lugar a
dudas un sentido individual, psicolgico. Es ms bien el significado general y de sentido
comn que se establece en las ciencias sociales, el acuerdo tcito y quizs a priori, de la
65
69
falsedad implcita en la Magia y de su clasificacin en los apartes del truco. Lo que deja
fuera de contexto la pregunta a propsito de su Realidad y dirige los intereses,
particularmente desde los clsicos, hacia los mecanismos, sociales y psicolgicos de su
eficacia, hacia su manera de hacer las cosas, sin hacerlas positivamente, eso es para
locos o ignorantes.
A nuestro parecer es con dos pequeos textos de Lvi-Strauss que se retoma por las
ciencias sociales con un sentido interpretativo y tal vez comprensivo el viejo tema de la
eficacia simblica en la Magia. Se podr objetar la aparicin de estudios anteriores o
paralelos, pero para decirlo de otra manera, es con la corriente estructuralista que se
impulsa la exploracin de los mecanismos del lenguaje. Ya habamos apuntado la
anticipacin de Malinowski a los actos de habla, a travs de la nocin de lenguaje
fctico; cuestin que ser cristalizada en los estudios de Austin (1982) y de Searle
(1986), sin que con esto indiquemos una influencia exclusiva. Sin embargo es posible
anotar que en los estudios clsicos [y en algunos estudios contemporneos] de las
ciencias sociales el mago se caracteriz por ser un personaje excntrico, con ciertos
trastornos mentales a veces o con ambiciones desmesuradas, tintes que an persisten en
las elaboraciones levistrousianas, con menos fuerza claro est. Como veremos, la
70
hiptesis de Lvi-Strauss, vuelve sobre el asunto de la eficacia simblica, pero con los
prejuicios entrecomillados, mesurados por su concepcin del mito.
El trmino eficacia simblica se pone en boga hacia finales de los sesentas, tras la
publicacin en la Antropologa Estructural de dos captulos memorables en los que
Lvi-Strauss va a retomar bajo otros trminos la discusin abierta por Marcel Mauss
sobre la eficacia en los actos mgicos. El parentesco entre autores clsicos como
Durkheim o Marcel Mauss y Lvi-Strauss ha sido en buena medida discutido, tanto sus
acuerdos como sus oposiciones; ste se percibe sin lugar a dudas en el planteamiento
terico explicativo del filsofo francs en el captulo IX, titulado El Hechicero y su
Magia. All, con base en los trabajos de Cannon hechos a partir de exmenes psicofisiolgicos a propsito de casos de muerte por conjuracin en varias regiones del
mundo, Lvi-Strauss atiende en principio a que la eficacia en este tipo de magia se
encuentra en la actividad particularmente intensa del sistema nervioso simptico de los
individuos ante el miedo o la rabia. Sobre ese punto, Lvi-Strauss escribe,
Lvi-Strauss, Claude. 1964. Antropologa Estructural. Pg. 151. Mxico D.F.: FCE.
Ibdem. Pg. 154.
72
Strauss narra que la banda con la que permanece acaba relativamente de formarse de
bandas separadas, aportando un grupo el dirigente poltico y el otro grupo el hechicero.
Seala adems que el grupo del dirigente poltico estaba inquieto por la versin del
hechicero y ms bien consideraban en secreto que el rapto del hechicero por el trueno,
era en realidad un truco para ausentarse y buscar contacto con su banda anterior, lo cual
explicara la presencia en las ltimas noches de fuegos cercanos. Al respecto el filsofo
francs escribe, sin duda, todo era un aparato teatral y el hechicero no haba volado en
alas del trueno hasta el ro Ananaz68. Aqu el punto importante -segn lo explica LviStrauss- es que ambas eventualidades no se excluyen mutuamente, ambas explicaciones
por s mismas son un sistema coherente, pero al mismo tiempo son lgicamente
incompatibles, no es posible que hagan parte del mismo sistema, sin embargo nosotros
admitimos que una y otra pueden ser ciertas, segn los casos; como son igualmente
plausibles, pueden coexistir en una conciencia a travs de la experiencia. Es de all que
surge el esquema flotante en la cultura del grupo que permite que se objetiven estados
subjetivos.
Otro ejemplo que Lvi-Strauss trae a discusin en este captulo resulta de las
observaciones hechas por M. C. Stevenson entre los zui en Nuevo Mxico. El caso
relata a una muchacha de doce aos que es vctima de una crisis nerviosa luego de que
un joven le tomara la mano, al joven lo acusan de brujera y es sometido a la justicia de
una junta. En la primera hora el joven niega cualquier conocimiento de brujera, pero al
rato, al comprobar que no avanzaba en su liberacin, opta por relatar cmo haba
recibido de sus iniciadores dos productos que tenan facultades mgicas, uno de
enloquecer a las muchachas y el otro de curarlas. Dicho esto, el joven es obligado a
presentar los productos y luego de ser escoltado a su casa trae de regreso dos races;
entonces, ingiere una de ellas y ante todos simula un trance. Luego ingiere la otra raz
y afirma de este modo estar curado; despus hace lo mismo con la muchacha, le da de la
raz y dice que esta curada. Ante lo cual la sesin es levantada.
En la noche el joven se evade y es capturado. Se constituye un tribunal improvisado y
ante la negativa de los miembros de la junta a creer la versin anterior del joven, ste
decide cambiar otra vez su versin y afirmar que todos sus ancestros han sido
hechiceros y que de ellos ha recibido poderes admirables que incluyen la transformacin
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73
en gato y otras ms, todo ello utilizando una pluma mgica que hered, as que la junta
decide presionar al joven a presentar la pluma. Despus de muchas negativas, el joven
se excusa diciendo que la pluma en realidad est en una de las paredes de su casa pero
que no recuerda en cual, pues eso sucedi unos cuantos aos atrs. En esas
circunstancias, la junta exige que el joven derrumbe las paredes para buscar la pluma.
Al cabo de derribar unas cuantas el joven encuentra en una pared una pluma cualquiera,
a lo que responde con entusiasmo. Ya en la plaza pblica y despus de narrar con
muchos detalles sus hazaas, los poderes mgicos que tanto mencion de su pluma no
funcionan, el joven responde con llanto y desespero, aludiendo circunstancias
dramticas por las que perdi su poder. La junta decide liberarlo.
Ese es en resumidas cuentas el primer relato de Lvi-Strauss, que le deja al autor la
siguiente duda: Al termino de la aventura qu resulta de las astucias del principio;
hasta que punto el hroe no ha cado en la trama de su propio personaje, o mejor an; en
qu medida no se ha convertido efectivamente, en hechicero?. A lo que responde sin
dudarlo, que es probable que la trama se sustente en que los poderes sobrenaturales
reconocidos por el grupo y que son reconocidos por su poseedor, surgen de la bsqueda
de un sistema que posibilite la experiencia del individuo, en vez de buscar la
falsificacin del sistema interrogado.
Para un ltimo caso Lvi-Strauss elige narrar un relato recogido por Franz Boas de un
shamn kawakiult en la regin de Vancouver que no crea en los poderes mgicos de los
shamanes y por eso decide internarse en ese mundo, hasta el punto de aprender diversas
tcnicas de pantomima, prestidigitacin y conocimientos empricos, donde se hallaban
mezclados el arte de fingir desmayo, la simulacin de crisis nerviosas, el aprendizaje de
cantos mgicos, la tcnica de producir el vmito, nociones bastante precisas de
auscultacin y de obstetricia, el empleo de soadores es decir de espas encargados de
escuchar las conversaciones privadas [] el empleo de un pequeo mechn de plumn
que el practicante disimula en un costado de la boca, para expectorarlo todo
ensangrentado en el momento oportuno en una curacin, tras morder su lengua o
pinchar sus encas69. Entre sus viajes, Quesalid, el shamn kawakiult que protagoniza
esta historia, visita la tribu vecina de los koshimo, en donde la tcnica de sus shamanes
consiste simplemente en mostrar en la palma de su mano saliva; a lo que Quesalid
69
74
reacciona con inters, pues se pregunta: en qu se basa el poder de esos shamanes si les
basta con mostrar simplemente su saliva? En fin, tanto el shamn Quesalid como los
shamanes koshimo entran en un estado de duda despus de que Quesalid intenta curar a
una muchacha con su tcnica del plumn y ella no reacciona curndose a la magia del
shamn. Esto consterna tanto a Quesalid como a los shamanes koshimo que nunca
haban necesitado para curar que se mostrase la enfermedad. Intentan resolver la
incertidumbre con una reunin que permita aclarar las inconsistencias entre los
sistemas, pero de esta aventura Quesalid escapa negndose a declarar pues an no ha
cumplido los cuatro aos en el oficio, cuestin que su ley impone. Luego de este
episodio, es convocado por un shamn muy reconocido de la regin para demostrar sus
poderes; Quesalid asiste y vence al anciano con su tcnica del plumn ensangrentado, es
esta ltima escena la que interesa a Lvi-Strauss y le da pie para analizar al hechicero y
su magia:
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Aqu encontramos otra vez, igual que en las teoras de Marcel Mauss, de Durkheim y de
Malinowski, que la Magia aparece en los momentos en que intelectualmente un sistema
no da respuestas racionales y empricas a su entorno; en momentos en que la emotividad
lo desborda y se hace necesario un medio simbolizado, con plena capacidad de hacer
que las cosas signifiquen algo. La Magia sera en primer trmino una prctica que
excede al lenguaje, pero que necesita de l para su eficacia, una tcnica de las
emociones que termina, segn Lvi-Strauss, fundamentndose en la necesidad del ser
humano de pensar el Mundo, de establecer categoras sobre los sentimientos y sobre las
acciones. Esto resulta interesante para analizar la forma en que el mito impacta en el
marco de un proceso de consulta del tarot, pues nos permite a medida que avanzamos en
la discusin, evidenciar el canal a travs del cual participa en la eficacia del rito, a la vez
que nos aproxima a los dispositivos que permiten su permanencia.
a. La Eficacia Simblica.
77
detall Marcel Mauss, son operadas por individuos profesionales o no. Por la
informacin que aportan sus textos, los hechiceros y shamanes de los que trata LviStrauss parecen pertenecer al tipo de individuos profesionales. Ahora bien, el relato que
da base al argumento de Lvi-Strauss y que lleg redactado en la legua originaria con
un anexo de su traduccin en espaol, para luego ser publicado por Wassen y Holmer;
es un canto, de uso relativamente excepcional, cuyo objetivo es ayudar en un parto
difcil. En resumen, este texto narra de manera repetitiva detalles de los sntomas de la
enferma a travs de metforas o de analogas, a la vez que relata la aventura del shamn
en su lucha interna entre unas fuerzas espirituales que curan y otras que provocan la
enfermedad. Llama la atencin que el canto entonado por el shamn, abunda en detalles
para las primeras escenas, que describen dentro del sistema el inicio de la enfermedad
y su paso por el cuerpo y el espritu de la mujer; mientras que avanza de manera breve y
casi desinteresada, por las escenas que describen la curacin del malestar en s, el nudo
de la lucha. Al respecto Lvi-Strauss escribe:
78
En este aparte Lvi-Strauss presenta un punto que nos permite abrir la discusin en
distintos caminos. Plantea ante todo que carece de importancia la realidad objetiva del
mito y le da potestad sobre la creencia, claro est, no racional. Esto conduce a que la
enferma, el shamn, y el colectivo creen, y su creencia forma parte de un sistema
coherente. Esto quiere decir que creen en los espritus protectores y los animales
75
79
malignos, y que stos constituyen su universo. Sin embargo, esta es una atribucin de
Lvi-Strauss discutible, el sistema particular de la enferma no acepta los dolores
incoherentes y arbitrarios, y necesita del shamn para que gracias al mito
reubique el malestar en un sistema que lo haga inteligible. Es la eficacia simblica
la que garantiza armona del paralelismo entre mito y operaciones. Aqu vale la pena
sealar otra vez que para Lvi-Strauss existe una simetra de las tcnicas shamnicas de
curacin y la abreaccin en el psicoanlisis, siempre lo anterior con ciertas distancias
que no es de nuestro inters ni de nuestra competencia evaluar. Nos basta entonces ya
para terminar este aparte y entrar en la discusin profunda y formal de la consulta del
tarot, traer a cuento una frase que resume en cierta medida la discusin sobre la eficacia
Simblica en Lvi-Strauss, Comprobamos as el valor de la intuicin de Rimbaud
cuando deca que la metfora puede tambin servir para cambiar el mundo. Para
nosotros Lvi-Strauss intuira que en vez de la metfora, lo que cambia en mundo es la
analoga, pero en fin, esas son otras discusiones.
2.8. La Supersticin.
tomando ambas ciencias, que la trada va a instalarse por lo menos hasta la dcada de
1950 en los estudios antropolgicos, caracterizando a los tres fenmenos como
expresiones privilegiadas de sociedades primitivas. Lo que resultar en una sociologa
abstrada en su mundo moderno y en una antropologa encantada por lo extico.
Esta diferenciacin, tan tpica del conocimiento occidental, va a provocar el supuesto de
que los sucesos que tienen lugar en las sociedades primitivas se habran transformado
80
76
81
Es con esta forma y contenido como va aparecer la Magia en los estudios clsicos de las
ciencias sociales; totalmente empapadas de estos cuatro aspectos, la sociologa y en
menor medida la antropologa, van a transmitirla entrecomillada, bajo sospecha y en
todo caso, como una falla pretrita o arcaica de la mentalidad humana. Ya sea como
antecedente de la Religin o como prefiguracin de la Ciencia, (as ambas con
maysculas),
la
Magia
va
necesitar
de
una
referencia
un
poco
ms seria que la legitime en su medida, la menor medida. Tanto as que los estudios
sociolgicos van a abrirse hacia el problema de lo religioso a partir de Durkheim,
optando por una perspectiva Institucional de la Religin, colectiva y madura, que toma
en cuenta los hechos religiosos entre un parntesis social. De este modo, aunque
contradictorias y horripilantes, las creencias y prcticas religiosas representan bajo el
smbolo, traducen por medio de l alguna necesidad social y humana. Para Durkheim
son reflejos, nos preguntamos si ntidos, de la sociedad. Esta cuestin dejar en el
margen del legado durkhemiano a la Magia pues su carcter repulsivo egosta y
superfluo hacia la Religin, estara en contra de toda forma fundamental de
solidaridad y cohesin, los principales intereses del clsico francs para la sociologa.
Esto permitir que la Magia sea reflexionada con detalle por Marcel Mauss y examinada
por Lvi-Strauss ya para 1950, lo cual indicar el paso del tema a la disciplina
antropolgica, en gran medida apoyada en la lingstica, dejando las Instituciones y los
crisoles religiosos en manos de los socilogos.
La Magia fue olvidada por la sociologa, que se empe en fortalecer los estudios
macrosociales, las pesquisas estructurales, sistemticas, institucionales y apart del
canon los aspectos individuales, microsociales, de mera interaccin; resultaba la magia
poco estimulante al pensar sociolgico por dos supuestos irreductibles en la poca. Uno,
la intensa fe en la Modernidad, en lo Moderno, en la consolidacin de un Mundo
Racional, a lo que la sociologa aport gran parte del discurso; dos, la identificacin de
lo social con lo puramente colectivo. Sin embargo, es importante comprender que los
enunciados formales de la disciplina, aunque enmarcados por un ambiente cultural,
permiten ilustrar, hacen ver, a contraste o a contraluz detalles del Mundo social
contemporneo. Pensar ciertos fenmenos sociales bajo los matices particulares de
Durkheim, Mauss, Huizinga, Malinowski, Lvi-Strauss, entre otros, resulta de por s
82
interesante, pues de lo que se trata es iluminar con ellos (el verbo me es exagerado)
cualidades en la consulta del tarot en Bogot.
Ahora bien, esto nos permite afinar una hiptesis de nuestro trabajo, ya que al tratar con
un poco de detalle las nociones de mito, rito y magia en la antropologa y la sociologa
clsicas, principalmente de finales del siglo XIX y principios del XX, deja de
sorprendernos la distancia y el olvido de estas ciencias por temas como el tarot, la
adivinacin con naipes, la astrologa y la alquimia, por nombrar algunos tpicos. Esta
falta de sensibilidad en la sociologa clsica en cierta medida explicara la ausencia de
nuestro no-objeto en las investigaciones posteriores, provocando al respecto del tema
una situacin que muy bien supo enunciar Caro Baroja:
Aqu Caro Baroja seala un punto importante y supremamente sensible para nuestras
hiptesis del tarot en Bogot, y es que los estudios de esta baraja en particular van a ser
administrados por las corrientes esotricas en Occidente. Los autores que investigaron o
de alguna forma dedicaron un poco de inters por el tarot se establecieron fuera de las
ciencias sociales, en las ciencias ocultas. No tan cerca como Ficcino o como Pico de la
77
83
Mirandolla en el Renacimiento, que bordearon los lmites con cierta agilidad, diramos
nosotros. Ms bien lejos, como Papus y Eliphas Levi, que influiran sin ninguna duda en
la presencia del tarot durante estos tres siglos. Si bien las ciencias sociales abrieron un
Mundo totalmente distinto y novedoso, el tarot qued reservado para las corrientes
esotricas, lo que provoc que la baraja se saturara de significantes mgicos; la
literatura de las ciencias ocultas entr a explicar en qu consista la baraja y cul era su
uso. El origen y el Sentido de los 78 naipes pertenecan al campo de la Magia, al parecer
no era llamativo ni como fenmeno cultural o social para nuestras disciplinas el origen
de un mazo de 78 lminas con el que dice y cree la gente es posible adivinar el destino.
Para la fecha de los clsicos, algunos reiterados ocultistas ya haban publicado libros
particulares sobre el tarot y el mazo apareca con cierta frecuencia en el mercado,
hechos que sin embargo no motivaron un asomo al tema, una mera mencin por la
sociologa o la antropologa. El tarot empezaba a constituirse como un objeto cultural de
caractersticas mgicas, su imagen se estaba formando a partir del paradigma mtico de
origen y en sus lminas intentaron figurar cosmogonas, pasara as a formar parte de la
tradicin Mgica en Occidente. Un remasterizado ms sin duda, que sera publicado a
partir del siglo XX de manera masiva, y con los ms sorprendentes ttulos bajo el rotulo
de manuales para aprender a leer el tarot. As el mazo escapara de la mirada de las
ciencias sociales tras estos velos del ocultismo, incrustndose en los afanes de lo trivial,
lo cotidiano, lo popular, lo frvolo, la supersticin. Se volvera entonces tema de
excntricos o especialistas esotricos, maestros de cartas y fabricantes de naipes.
Acercarse a l era confesarse, un inters incapaz de ser objetivo.
Digamos entonces que hacia finales del siglo XVIII y a lo largo de los siglos XIX y XX,
el tarot se fue perfilando como un asunto principalmente esotrico; los manuales y la
bibliografa de estos perodos fundarn el uso mantico y las cualidades mgicas de la
baraja. Si bien no es fcil estipular la condicin originaria del mazo, su naturaleza
original sea mantica o ldica; la literatura al respecto desarroll a travs de la historia la
imagen esotrica y arcana del tarot. Tratadistas muy famosos van a empezar sus textos
evocando un Mundo Mgico, Encantado. Parecieran querer iniciar en las artes del
conocimiento oculto a sus lectores, o al menos indicar que El Tarot, as con maysculas,
es ms que una baraja. Recordemos las palabras con las que Gebelin se refiere a las
cartas:
84
Arcanos Menores, el conjunto de los Arcanos Mayores est compuesto por la secuencia
0. El Loco. 1. El Mago; 2. La Gran Sacerdotisa; 3. La Emperatriz; 4. El Emperador; 5.
El Hierofante; 6. Los Enamorados; 7. La Carroza; 8. La Justicia; 9. El Eremita; 10. La
Rueda de la Fortuna; 11. La Fuerza; 12. El Colgado; 13. La Muerte; 14. La
Temperancia; 15. El Diablo; 16. La Torre; 17. La Estrella; 18. La Luna; 19. El Sol; 20.
El Juicio; 21. El Mundo. Siendo este orden el ms comn, pero no el nico dentro de los
clsicos, ya que por ejemplo el tarot B.O.T.A asigna el Arcano No. 8 a La Fuerza y el
Arcano No. 11 a la Justicia, intercambiando el valor de estas dos lminas, alterando la
serie.
El otro grupo est constituido por 56 lminas, dividas en cuatro conjuntos generalmente
conocidos como palos: oros, bastos, copas y espadas; y van del As al Diez, adems de
las llamadas figuras o Cartas de Corte: La Sota, El Caballo, La Reina y El Rey. Esta
secuencia es tambin valorativa y atiende a una clasificacin arbitraria del naipe. Tanto
las figuras que le dan nombre a los palos, como el nmero que portan las lminas hasta
las cartas de Corte, son referencias sustanciales para juzgar cada naipe. Como en un
libro, estas referencias digmoslo son la secuencia de pginas, el orden en que
inicialmente debe ser ledo. Sin embargo hemos de aclarar que el relato inicitico lo
componen nada ms que las 22 pginas de los Arcanos Mayores, dejando a los 56
Arcanos Menores como anexos descriptivos, o preferiblemente apuntes de adivinacin.
Tambin vale la pena aclarar que ese orden vara del 0 al 21, y del 1 al 22. Es decir que
existen barajas y tratados esotricos que inician la secuencia con el Arcano 0 El Loco y
la terminan con el Arcano 21 El Mundo; y existen otras que toman el punto de partida
con el Arcano 1 El Mago y finalizan con el Arcano 22 El Mundo, este Arcano 22
tambin en algunas puede corresponder a El Loco. Detalles que resultan en algunos
casos de suma importancia para el significado de cada carta y para su valoracin dentro
de la baraja78.
Sin embargo no es de nuestro inters discutir las diferencias entre los sistemas
cosmolgicos impresos en el tarot, pues nos incumbe ms bien su uso en la consulta
tpica en la ciudad de Bogot. Pero es inevitable detenerse en algunos detalles que
pueden pasar desapercibidos en el ejercicio etnogrfico y que, como intentaremos
78
86
presentar, resultan significativos tanto para la formacin del tarotista -cuando esta
formacin existe- como para los fabricantes de barajas y de manuales. Aqu el texto, la
narrativa misma de cada Arcano, le da un sentido a la baraja en general y al naipe en
particular. Tomemos el ejemplo de Tarot de los Bohemios escrito por Gerard Encause,
conocido en las corrientes esotricas bajo el nombre de Papus,
Este aparte resulta paradigmtico por varias razones, y nos ayuda en trminos generales
a atar cabos sueltos. Bstenos advertir que tomaremos esta serie de narrativas en forma
de relatos ejemplarizantes para la formacin de tarotistas, antes de entrar de lleno a los
personajes de carne y hueso que circulan por Bogot. Esto con la intencin de delimitar
con trazos empricos la referencia al Mago que hemos ido construyendo desde algunos
clsicos de las ciencias sociales y su conexin con los relatos que aparecen en los
tratados esotricos, para ir tambin mostrando los elementos que hacen de la
adivinacin con el tarot un escenario representativo de la prctica mgica.
79
Encausse, Gerard. (Papus). 1980. El Tarot de los Bohemios. La clave de la ciencia oculta. Pg. 86.
87
Ahora bien, Papus hace referencia al Arcano nmero 1 El Mago, y describe al personaje
en medio de un escenario supremamente significativo, simblico. Cada detalle est
referido a un aspecto trascendente, a una fuerza csmica o una entidad a la que el Mago
se dirige. Papus describe tanto acciones como ideas al referirse a la figura del Mago.
Acciones e ideas que representan as mismo una parte de la cosmologa y que en este
caso ejemplarizan una entidad al hacer confluir el sentido de las prcticas con el sentido
de las creencias. El Mago seala obedeciendo, atendiendo un orden; detrs del
movimiento de sus manos estn las categoras. Veamos un poco ms de Papus:
Ahora bien, el texto de Papus decide organizar las 22 lminas en un sistema mgicoesotrico slido, plenamente moderno. Este empeo por organizar las 78 cartas del
Tarot en un entramado significativo, es una de las narrativas continuas entre los autores
clsicos del esoterismo. Eliphas Lvi, Arthur Edward Waite, Paul Foster Case, todos los
dems que vinieron despus, hasta los manuales ms inspidos y ms bsicos del da de
hoy, crearon, modificaron, variaron el orden y significado de cada una de las lminas y
con ello expandieron el entramado significativo del Tarot, como iremos mostrando
ejemplarmente, cada uno de estos manuales se empe en consolidar, solidificar, el
significado de la baraja, en hacerla un sistema compacto, coherente, cifrado, detallado,
perfecto. El tarot en este impulso no era ya un juego de naipes corriente, era algo ms
serio, tambin ms rentable, por eso haba que fabricarlo y tambin imaginarlo. A
finales del siglo XIX y durante el XX se variar el estilo en las figuras de las lminas,
diversificando intensamente su interpretacin; entre los tarots ms recordados y
80
89
Los bohemios poseen una biblia; esta biblia les facilita el diario vivir,
pues con ella predican la buenaventura; esta biblia es tambin un motivo
continuo de ocio, puesto que les permite entretenerse jugando. S, ese
juego de cartas denominado Tarot, que poseen los bohemios, es la biblia
de las biblias. Es el libro de Thot-Hermes-Trimegistro, es el libro de
Adn, es el libro de la revelacin primitiva de las antiguas civilizaciones.
Cuando el Masn, hombre inteligente y virtuoso, ha perdido la tradicin;
cuando el sacerdote, hombre igualmente inteligente y virtuoso, ha
perdido su esoterismo; los Bohemios, hombres ignorantes y viciosos, nos
dan la clave que nos permitir explicar todos los simbolismos. Cmo no
admirar la sabidura de estos iniciados que han utilizado el vicio y le han
hecho producir, desde el punto de vista del bien, mejores resultados que a
la virtud? Este juego de cartas de los bohemios es un libro maravilloso,
como acertadamente lo ha observado Court de Gbelin y sobre todo
Vaillant. Este juego, con el nombre de Tarot, Tor, Rota, ha formado
sucesivamente la base de la enseanza sinttica de todos los pueblos
81
En el ao 2004 el artista Alejandro Jodorowsky publica su libro La Va del Tarot, un par de aos
despus es convocado por Philippe Camoin de la casa Camoin de Naipes para restaurar el Tarot de
Marsella. Para informacin sobre Alejandro Jodorowsky es posible consultar su pgina web:
http://www.clubcultura.com.
Para
datos
sobre
la
Casa
Camoin
la
restauracin:
http://es.camoin.com/tarot/-Inicio-es-.html
90
antiguos82
91
92
II PARTE. ETNOGRAFIA.
El tarot es un tema tan trivial que es posible encontrarlo referido en todos los campos de
la vida social: la poltica, la economa, el deporte y la religin. Aparece en pblico para
adivinar el futuro del pas, de los candidatos presidenciales, de los partidos de ftbol o
de los personajes de farndula. Una revisin de las noticias relacionadas con el tarot
que han aparecido desde la dcada de 1990 en los principales diarios que circulan en
Bogot revela, por ejemplo, que en 1998 Farid Pedroza, parapsiclogo y orientador
profesional que haba predicho el triunfo electoral de Andrs Pastrana, anunci que el
equipo Once Caldas ganara la final del ftbol colombiano frente al Deportivo Cali83.
De acuerdo con el tarotista, Las cartas de Caldas fueron: El Emperador al revs habla
de la ambicin existente; La Inmortalidad da a conocer la concentracin que tienen para
conseguir el objetivo y por lo mismo, deben ser precavidos en extremo; El Crepsculo
al revs explica el nerviosismo de los integrantes del equipo; El Eremita nos habla de
que el Caldas aprovechar mejor los minutos, mientras que Los Enamorados indican
que al terminar el campeonato obtendr su objetivo; sin embargo, en este caso, la
prediccin no result acertada y el Once Caldas perdi el ttulo frente al Deportivo Cali
al empatar en su propio estadio 0 a 0.
Pese a ello, este tipo de noticias muestran que en Colombia prcticamente todo es
susceptible de que le echen las cartas del tarot y que esa prctica es importante en el
ambiente social del pas, tanto as que al igual que la rueda zodiacal, es uno de los
mtodos preferidos por las casas editoriales para predecir el futuro en cualquier perodo
de transicin, proceso de paz, cambio de gobierno, final y principio de un ao, firmas de
tratados de comercio internacional o el matrimonio de alguno de los hijos del
presidente. Esto parecen indicar noticias como la aparecida en la revista Semana el
sbado 6 de enero de 2007, en la cual la tarotista Mara Elvira Molano (Wicca) ley
() las cartas para Colombia, lvaro Uribe y Carlos Gaviria; la lectura de Molano
indic que:
83
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-828047
93
() el seis de oros, otra de las cartas que marcan su destino para 2007,
dice que la inversin extranjera se fortalecer y econmicamente el pas
se mantendr en alto. De otra parte, el nueve de espadas muestra la crisis
del proceso de paz con las autodefensas, lo que traer sangre y lgrimas
que corrern por sus ros, sus valles y sus sabanas. Aparecen tambin
dificultades y enemistades en lo que se refiere a las relaciones
fronterizas. Tensiones y grandes diferencias marcarn zanjas que
distanciarn la relacin con Venezuela y Ecuador, naciones que
constituyeron un da el sueo de Bolvar de la Gran Colombia. La
fumigacin con glifosato provocar grandes diferencias entre los pases
vecinos, y el veneno que se dispersar por el aire lo sentirn los hombres
y las plantas y provocar reacciones insospechadas que traspasarn las
fronteras84
Pero lo anterior no slo pretende indicar los usos y el inters que en los medios
despierta un tema como el tarot, sino tambin dar paso a la afirmacin de que en
Colombia ha sido de tradicin pensar en las labores manticas como herramientas claves
para las discusiones ms lgidas en la poltica nacional, as nos lo recuerda el episodio
que protagoniz el representante a la Cmara Carlos Alonso Lucio en Septiembre de
1995, cuando mencion durante un debate en el congreso el nombre del reconocido
tarotista del diario El Tiempo, Frank Solano, la discusin en palabras de la Revista
Semana consisti en lo siguiente:
Qu
esperar
del
2007?.
Revista
Semana,
enero
de
2007.
Consultado
en:
http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx
94
La cita no deja de sorprender, sobre todo por la percepcin del presidente Samper al
haber ledo en el tarot de Frank una amenaza directa y de all por el uso que el
representante Lucio hizo de esa misma prediccin en un debate promocionado de la
Cmara tildndola de ser una muestra de la guerra sicolgica del diario capitalino
contra el gobierno. Que una revista o un peridico usen el tema del tarot para atraer
lectores o para el puro divertimento del pblico es cuestin trivial, pero que se utilic
esta prctica para fraguar una conspiracin pareciera ser demasiado en el campo poltico
de un estado moderno. Sin embargo no hay que dejar de lado que es posible seguirle el
rastro a la participacin activa de tarotistas y astrlogos en las predicciones electorales
desde los aos 80`en los medios de comunicacin, y no habra de que extraarse que en
este episodio hubiese ms que azar, es bien sabido que para estos casos la prediccin,
como sucede con las encuestas, termina indicando algo ms que la probabilidad de un
85
Se
enreda
la
pita.
Revista
Semana,
11
de
Noviembre
de
1995.
Tomado
de:
http://www.semana.com/noticias-nacion/enreda-pita/42737.aspx
95
sicolgica, tambin suceden cosas que trazan el camino de la patria, historias que
reflejan la cercana simblica entre el poder y el destino, entre la poltica y la
adivinacin,
Poltica
Astral.
Revista
Semana,
Lunes
20
de
Agosto
de
2001.
Tomado
de:
http://www.semana.com/noticias-nacion/politica-astral/18980.aspx
96
ao) y que a la vez espordicamente esas fuentes revelan la filiacin entre la magia y la
poltica en Colombia. Un tema tratado con amplitud en el periodismo y que llego a ser
parte del sentido comn y la produccin literaria con la crnica periodstica de Germn
Castro Caicedo, La Bruja (coca, poltica y demonio), dejando al alcance de los lectores
una descripcin particular de los hilos que se tejan para los aos 80`entre la Casa de
Nario y una bruja de Frontino Antioquia.
Entre tanto desde el ao de 1986 el diario El Espectador inici para su tiraje dominical
la costumbre de publicar una pgina con el Tarot de Mav, una reconocidsima tarotista
en el medio que cuenta hasta el da de hoy con una pgina entera de dicho diario,
despus de haber pasado una temporada larga leyendo el tarot para la casa editorial El
Tiempo en las mismas circunstancias. En 1988 Mara Victoria Gmez Mav, dio una
entrevista a la Revista Semana en la que el periodista afirmaba que su seccin,
Esto indica una lectura asidua, por lo menos regular del tarot cada semana, de parte del
pblico en general que accede al diario dominical, y tambin de parte de Mav que
debe fabricarlo. Indica tambin que para el ao de 1988 esta tarotista ya era noticia y
que se empezaba a consolidar una seccin importante para la prensa capitalina los fines
de semana. Seccin que permanece actualmente y que dedica una pgina entera a los
consejos y predicciones de Mav para los doce signos de la rueda zodiacal, y que en
sus inicios provoc que los peridicos del pas en los aos noventa replicarn esta
87
La Bruja del 88. Revista Semana, lunes 21 de noviembre de 1988. Tomado de:
http://www.semana.com/noticias-gente/bruja-del-88/26016.aspx
97
Lo anterior nos ayuda a ubicar dos elementos fundamentales del tarot en el sentido
comn capitalino, su aparicin al alcance de los lectores a travs de una seccin en el
peridico y los trazos iniciales de la consulta del tarot. Tal y lo hemos mostrado, los
medios impresos han hecho uso del tarot en ciertas situaciones especiales y cotidianas,
trayendo a cuento la habilidad de la baraja para indagar sobre intereses generales en el
pas y a la vez ponindola a disposicin de los corrientes al emitir una lectura por
semana a la que es fcil acceder, lectura que tal y la describe la nota anterior, necesita,
esto es prescribe, un comportamiento ritual por parte del tarotista para captar una serie
de datos y decodificar ese mensaje a los signos de la rueda zodiacal. Son doce
mensajes que en la seccin dominical son presentados de acuerdo con el siguiente
esquema,
88
Ibdem
98
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-609125
99
prever inicialmente el futuro, por lo menos eso consta en los ejemplos anteriores y en la
asidua presencia del tarot en los vaticinios de final de ao, Mav aparece como
ejemplo en la Revista Semana y el diario El Tiempo a travs de titulares llamativos que
se repiten ao por ao: Para Colombia, velas rojas, muchas velas rojas. Mav una de
las personas que ms sabe de la lectura del tarot, le dice a Semana cmo vislumbra el
ao 2004 para Colombia90, En el 2006 tenemos que bajarnos de la nube. Mav lee el
tarot para Colombia para el prximo ao91, El tarot de 2003, Segn Mav92, Mav
le cuenta Qu trae el tarot del 200693, Entrese de lo que le espera en el 2008, segn el
Tarot de Mav94 etc.; titulares que enfticamente anudan el futuro con el consejo; la
prediccin y la advertencia con la leccin.
Este formato dominical y de fin de ao es tan asiduo y corriente que inunda creo que sin
distincin alguna los diarios y la revistas del pas por esas fechas; cuestin que da para
indagar todos los aspectos de la vida nacional: la poltica, la economa, el conflicto
interno, los deportes, la farndula entre otros; ya habamos presentado un aparte de la
lectura del tarot de Mara Elvira Molano (Wicca) para Colombia en el 2007, all habla
ella de inversin extranjera, del proceso de paz con las autodefensas, de la relacin de
Colombia con los pases vecinos y de la fumigacin con glifosato; habla igual en
detalle del futuro del mandatario de la nacin y del futuro del director del partido
poltico de la oposicin, Polo Democrtico; a propsito de lvaro Uribe Vlez la
tarotista seala para el futuro:
90
Para Colombia, velas rojas, muchas velas rojas. Revista Semana, domingo 4 de enero de 2004.
Tomado
de:
http://www.semana.com/noticias-enfoque-principal/para-colombia-velas-rojas-muchas
rojas/75532.aspx
91
En el 2006 tenemos que bajarnos de la nube. Revista Semana, viernes 13 de enero de 2006. Tomado
de: http://www.semana.com/noticias-enfoque-principal/2006-tenemos-bajarnos-nube/90284.aspx
92
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1376900
93
Mav le cuenta Qu trae el tarot para el 2006. El Tiempo, 31 de diciembre de 2005. Tomado de:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1873611
94
100
Se ha sabido bien de los afanes del gobierno uribista durante el 2007 y 2008, pero no es
nuestro propsito en el texto afirmar o no una prediccin. Ac interesa anotar que el
adivino seala un futuro en el ambiente del presidente de la repblica, que bien puede
ser cierto o no, creble o no, tomado en serio o no por el propio mandatario y el publico
en general; un futuro que es relatado por un medio masivo de comunicacin y que entre
frases describe y da una percepcin del dirigente, asignndole a su carcter la cualidad
de un naipe (Arcano: El Loco). Se habla as de fuerzas desconocidas y brutales, de
emociones contradictorias, de sus propias emociones , de agilizar el paso continuo
y firme para seguir como el Loco del Tarot su camino, tratando pues de narrar el
comportamiento del consultante en lo que se aviene desde el futuro, de ubicar si se
quiere al personaje de inters en ese porvenir anunciado por la baraja.
95
Qu
esperar
del
2007?.
Revista
Semana,
enero
de
2007.
Consultado
en:
http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx
101
http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx
As las cosas, el tarot aparece pblicamente en especial al final de los ciclos, sea el
domingo para la semana o los das que rondan el 31 de diciembre para el ao, sea en
elecciones presidenciales o en tratados econmicos. Aqu vale la pena resaltar que otra
de las relaciones recurrentes con la practica del tarot se ubica extraamente ya no en el
mundo de las emociones que caracteriza al campo poltico, sino en el campo del clculo,
la planeacin y la medicin, la economa; uniendo dos polos de la tradicin Occidental,
la razn y el azar, en un mismo relato que presenta ejemplarmente la manera en que
ellos se relacionan y forman parte del campo econmico.
2004,
Pronsticos
descachados.
El
Tiempo,
diciembre
10
de
2004.
Tomado
de:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1531803
102
Es la demostracin de que en economa no hay verdades absolutas. Que la tica est por
encima de la estadstica. Que la economa est traspasada por la coyuntura. Y que es
menos cientfico un economista que un lector del Tarot. Con tu perdn97. Sin embargo
existe tambin el disenso entre esta frecuencia y en l permanece intacta la esperanza
en los clculos y la razn, una tensin muy particular y caracterstica del trato del tarot
en el imaginario social esta de la razn y la magia, oposicin que guarda ese dejo desde
el XVIII y que se escribe para el corriente contemporneo desde estos trminos,
Pero muy a pesar de ambas posiciones es tambin claro que el vnculo entre economa y
adivinacin es de vieja data, al igual que en la poltica, los personajes de negocios
aparecen vinculados a magos y adivinos, siendo clientes asiduos de astrlogos y de
tarotistas; entonces ya no es slo la comparacin de dos mtodos para indagar el futuro,
sino la participacin de la magia en las acciones seculares de los actores en el mundo
moderno, es la aparicin de comportamientos de tipo mgico en un campo
privilegiadamente racional, tcnico. Esa paradoja que pasara desapercibida sino fuera
97
Pobre
Adam
Smith.
El
Espectador,
septiembre
27
de
2008.
Tomado
de:
http://elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/humberto-de-calle/columna-pobre-adam-smith
98
Bajan las apuestas. Revista Semana, junio 24 de 1996. Tomado de: http://www.semana.com/noticias-
economia/bajan-apuestas/30606.aspx
103
Los cacaos paisas no podan estar por fuera de la lista. Varios ejecutivos
del Sindicato Antioqueo visitan con frecuencia al mago Daniel, un
reconocido astrlogo financiero de Medelln. Adems de estudiar la
relacin que existe entre los ciclos planetarios y los ciclos de los
negocios, el mago Daniel tambin se dedica a la lectura del tarot99
Los brujos de los Magnates. Revista Semana, 30 de septiembre de 2006. Tomado de:
http://www.semana.com/noticias-economia/brujos-magnates/97286.aspx
104
Qued sorprendido por una lectora que compra el peridico por Mav y
su tarot. Siempre me ha parecido esa seccin como signo de mentalidad
agerista, fantica. Me parece falta de seriedad de un peridico gastar
papel y tinta en eso. La prensa de los pases desarrollados tiene esta
seccin?101
http://elespectador.com/columna-el-procurador-y-los-proyectos-productivos
101
http://elespectador.com/opinion/cartas-de-nuestros-lectores/columna-yo-no-acuse-senadora
105
relacin con las caractersticas del como s del juego, dndole as al tarot una telaraa
de significado que se incrusta mucho ms all del campo mgico y que le permite un
espectro de accin muchsimo ms amplio que el intuido a vuelo de pjaro. As las
cosas, el mazo termina presentndose en el sentido comn, como una prctica que
atraviesa el espectro entre estos dos polos permanentemente, una prctica que oscila
entre el juego y lo sagrado en su configuracin simblica y que seala sin duda una
dinmica particular dentro del ritual de su consulta.
lmite tan claro como el espacial, pero si marca situaciones dentro y fuera del mismo.
Los dos pasos iniciales, el de barajar y el de tirar las cartas, tienen sus variables
particulares que dependen de la eleccin que surja entre tarotista y consultante, muchas
veces los tarotistas eligen agregar al primer paso una formula mgica acompaada de
ciertas acciones sobre el mazo, pasar un cuarzo sobre las cartas, o pasar las cartas sobre
el humo de un incienso. La tirada, que es el nombre que recibe el tipo de orden que se le
dan a las cartas una vez puestas sobre la mesa, echadas, a veces es un arbitrario del
tarotista, otras es una eleccin entre los participantes; los tipos de tiradas emplean un
cierto numero de cartas que el consultante elige y van desde la eleccin de tres naipes
hasta la eleccin de doce, esto puede variar sin restricciones y cada tirada tiene un
nombre, los tipos de tiradas ms comunes son: La Cruz Celta, la Rueda Zodiacal y Las
tres cartas. Cada uno de estos tipos de tiradas plantea para el tarotista un orden
particular de lectura, un antes y un despus en la narrativa entre los naipes; mientras que
para el consultante plantea, tal y lo trataremos de demostrar, un acercamiento a uno o
varios aspectos de su vida corriente, social e intima102.
Habamos mencionado algunas caractersticas del tarot como baraja a travs de los
manuales que acompaan o tratan del mazo, su composicin y su cualidad mgica y
esotrica; as mismo habamos dado algunos trazos de su uso en el proceso inicitico del
tarotista, sealando que por su configuracin, el aprendizaje de los significados
particulares de cada carta se plantea como la adquisicin de un misterio, de all su
nominacin general como Arcanos o como Claves. Esto es el tarot en el papel por
decirlo de alguna manera, es lo que se pone en evidencia al indagar los impresos que
circulan sobre el tema. Por ello quisimos entrevistar a profundidad a varios tarotistas,
eligiendo para nuestra presentacin ejemplos de casos particulares, ya sea por la
informacin que suministraron, ms all del sentido comn, o bien sea porque
ejemplifican en sus frases, el significado social de la consulta del tarot, su sentido.
Esto plantea que nos interesa la narrativa de la creencia y sus cambios de tono (sublime,
ldico) durante la consulta. Sin embargo es necesario conocer y presentar el antes del
tarotista, su trayectoria social y sus intereses, esto para poder tipificar con mejor y
mayor nitidez las variables que dependen exclusivamente del especialista en la consulta
102
107
del tarot. Porque bien, no todo el mundo adivina con los naipes, no todo el mundo
adivina con las cartas del tarot, no es un oficio regular, ni es un oficio tradicional, se
presenta ms bien por la adquisicin de un carisma a la manera clsica weberiana, o de
un don, que puede ser normalmente aprendido o revelado, y que viene acompaado de
otros acontecimientos mgicos e incluso brujeriles, tal sean los vuelos nocturnos o las
limpiezas de energa. Un don que es posible aprender en grupo, al igual que tantos otros
servicios en el mercado, en un curso de lectura del tarot que ofrece un tarotista
capitalino en una reconocida librera del norte de Bogot, que tambin puede ser
aprendido por los propios medios, intuitivos y bibliogrficos. Es esto lo que
constataremos.
tema y que ya era hora de salir del clset; sus tarifas eran de 10.000 pesos por clase del
tarot y 80.000 por consulta. Decidimos despus de la primera clase que
intercambiaramos algunas de las transcripciones de sus conferencias por una consulta
del tarot y por asistir los sbados, todo un paquete promocional nos result, pues fueron
24 sesiones, de abril a septiembre de 2005, de las que se tom Marco Antonio 22 para
los Arcanos Mayores, 1 para los Arcanos Menores, y 1 ltima para un ejercicio de
consulta entre los que asistan al curso. Sin contar en esos gastos, con una serie de
elementos que iban resultando lgicamente anexos al curso, una baraja de estilo
B.O.T.A para colorear, una serie de fotocopias con las instrucciones de los colores y sus
significados, un libro, una conferencia de cbala, un par de afiches, etc.
Aqu es necesario traer a cuento una definicin sencilla de lo que es una baraja estilo
B.O.T.A. La sigla traduce Builders of the Adytum (constructores del Adytum103) que es
una organizacin filosfica dedicada a la armonizacin espiritual a travs del estudio y
prctica en la Tradicin de los Misterios Occidentales, entre ellos incluyen al tarot pues
lo encuentran vinculado a los misterios de la cbala juda y otras corrientes mgicas,
tomando como fuente de reflexin a propsito de la baraja lo enunciado por Paul Foster
Case en muchos de sus escritos; cabe recordar que Foster Case fund est organizacin
en 1922 inicialmente en California (EE.UU).
Lo particular del mazo B.O.T.A. es que vienen las 78 cartas sin color, es decir que salen
de la imprenta con tan slo las figuras delineadas en negro y el smbolo de la
organizacin en su reverso; y esto nos llama profundamente la atencin y nos ayuda a
ejemplarizar de un modo contundente la enseanza del oficio de tarotista y la relacin
del mismo con cada una de las cartas. Pues tal y lo mostraremos, los nefitos en este
caso adems de la asistencia a las clases, fuera de ellas tenan que meditar y colorear
cada una de las 78 cartas a partir de instrucciones dadas en fotocopias y que indicaban el
significado y los atributos que componen cada arcano. As por ejemplo para la sesin
del 4 de Julio de 2005, Marco Antonio expuso el Arcano No. 10, la Rueda de la Fortuna
de la siguiente manera, e aqu unos apartes de la transcripcin:
103
En su pgina de Internet, definen el Adytum como una palabra griega que traduce: Santuario Interior.
109
Aqu Marco Antonio se centra en un detalle de los elementos que componen la figura
del arcano 10 del tarot, exactamente en el centro de la carta, en donde es posible
identificar las letras del alfabeto corriente T A R O acompaadas de las letras hebreas
Yod He Vau He y los signos alqumicos de la sal, el mercurio, el azufre y el signo de
acuario. Dndole a cada uno de los crculos y de los signos contenidos en ellos un
significado especifico dentro de la carta y vinculndolos a significados generales dentro
del tarot de B.O.T.A. Recordemos pues que cada uno de los manuales y tratados a
propsito de la baraja intenta proponer un sistema csmico, una cosmologa, que integre
los smbolos y personificaciones que aparecen en el mazo. El tarot de B.O.T.A. no es la
excepcin y las 24 clases de Marco Antonio Azuero tampoco lo fueron, ya que
siguiendo el modelo de Foster Case se dedico a revelar, transmitir los secretos ocultos
en las figuras de la baraja. Anexos iban unos esquemas del orden de los Arcanos
Mayores en fotocopias, las instrucciones para colorear las cartas, las letras del alfabeto
hebreo y su relacin con cada una de las lminas. Iban las anotaciones casi arcanas de
Marco Antonio en el tablero, letras hebreas y numerologa, algo llamado gematra, los
smbolos de la alquimia, las cualidades de los astros y los planetas, el cubo de dios,
110
cosas por el estilo. As lo hizo con cada uno de los Arcanos, desde el 0 EL LOCO hasta
el 21 EL MUNDO, para el Arcano No. 13 LA MUERTE Marco Antonio anot:
inmortales
Los ejemplos son 24. No transcribiremos aqu hasta la saciedad los detalles de Marco
Antonio y de sus clases, bastarn unos ejemplos para comprender la lgica que
encierran los cursos del tarot y los manuales esotricos a propsito de la baraja. Una
propuesta cosmolgica basada en las variables que es capaz de contener el tarot, que
son muchas y prcticamente recurrentes (astrologa, numerologa, cbala, alquimia),
unas variables que salen y satisfacen el inventario en creencias mgicas en Occidente:
Aqu un extracto de la explicacin hecha por el tarotista para el Arcano No. 16 La
Torre,
111
La dinmica es similar con todos los naipes, tanto en los manuales como en los cursos
de tarot, se intenta interpretar las cartas bajo el smbolo, es un cosmos construido a
partir de la oportunidad material, es un libro de mitos, en todo el sentido de la palabra,
que ha sido ledo en voz alta, y que se interpreta, por ser hecho de imgenes, a partir del
lector. Una baraja que se ha incrustando en las corrientes esotricas de occidente y que
aparece recurrentemente, aqu su presencia es contundente, en las calles de Bogot. Esto
no dice de la creencia y de la legitimidad de la prctica, no por ahora. Pero le da su
carcter tangible y por tanto el poder de influir en otros fenmenos del mismo tipo,
sociales y culturales. Y eso lo saben los tarotistas y los consultantes, por eso la
necesidad de un sistema que lo soporte, por eso la necesidad de buscarle una coherencia
112
prctica y un sentido ajustado a la composicin del tarot, eso es lo que seala Marco
Antonio en una columna que escribi para la revista Portafolio en el ao 2006.
Pocos conocen la verdadera finalidad del Tarot, pocos saben que ste fue
creado hace 800 aos como un libro en imgenes para el auto
conocimiento humano. Quienes lo elaboraron fueron un grupo de seres
con gran sabidura y conocimiento de s mismos que quisieron legarle a
la civilizacin occidental un mtodo coherente y estructurado para
conocer su psiquis y desenvolver las potencialidades guardadas en
nuestro interior. Para ello se valieron de los aportes del misticismo judeo
cristiano de la cbala hebrea, junto con el aporte de la alquimia oriental,
de la astrologa sumeria y de la numerologa rabe104
Estaremos entonces de acuerdo en decir que en el discurso los tarotistas ubican el oficio
con un significado esotrico vinculndolo a sistemas simblicos tradicionalmente
reconocidos, asignndoles a cada una de las figuras, a cada uno de los detalles en la
baraja un relato sobre el Sentido propio del tarot y de la imagen. Eso transmiten los
manuales esotricos, eso transmiten los cursos del tarot. Sin embargo la dinmica
dentro de la consulta es a otro precio, all el relato del tarotista va hilando de manera
casi invisible los detalles de la cartas con la intuicin y la mirada, tambin con lo que
pregunta y las respuestas que escucha. Dentro, la dinmica es ms fluida, con
comentarios anexos, pero con la misma intencin de hallar un orden de lectura en la
cartas que van echadas sobre la mesa. Ya hemos mostrado que detrs de las cartas existe
una lgica particular. Es una habilidad del oficio y una preocupacin de las editoriales,
revelar el verdadero significado, la interpretacin adecuada, justa. Y esto ya es un
escenario muy distinto al del aprendizaje. Con Marco Antonio y la prensa quisimos
comprobar que existe la oferta comercial para aprender el oficio, que esta oferta se
sustenta en la legitimidad del tarotista y en su trayectoria; los cursos de tarot se replican
por las libreras esotricas de la ciudad de Bogot, en ellas se encuentran los libros
clsicos sobre el tarot, ediciones innumerables de manuales para leerlo, barajas, una
104
El tarot lo lleva a su mundo interno. Informe Sobre Sectas, Especial para Portafolio. Tomado de:
http://infosectas.zoomblog.com/archivo/2006/07/09/el-Tarot-lo-lleva-a-su-mundo-interno.html
113
veintena de tipos de tarot, una variedad plstica del mazo para amoldarse a las
inscripciones de la moda, Tarot of the Spirit Tarot de los Gnomos Tarot de la
Esfinge Tarot egipcio Tarot Renacimiento Tarot de los Druidas Tarot de las
Hadas Thot Tarot Deck Tarot de las Galaxias Tarot de Marsella Golden Tarot
Tarot Mstico Universal Waite Dragon Tarot. Y en ellas tambin se encuentran
telfonos y volantes de tarotistas, junto a un sin nmero de ofertas y bienes de salvacin
que parecieran todos venir en paquete.
Era un armatoste esta teora del tarot explicada por Marco Antonio, tal y de la misma
manera jeroglfica al estilo de Papus, de Paul Foster Case, de los Constructores del
Aditum. Un mamotreto de signos, smbolos, significados, equivalencias, claves, notas
musicales, colores, planetas, palabras en hebreo. Una retrica llena de fotocopias
ilustrativas, con cuadritos, lneas para rellenar, grficos, imgenes, instrucciones; todo
un ejercicio nemotcnico bajo la mirada del orden universal y las claves secretas que
costaba la mdica suma de 300. 000 mil pesos por persona el total del curso. Asistan 13
personas en promedio por sesin, entre los 20 y 60 aos, con una media de 5 hombres,
8 mujeres aproximadamente. A mediados del mes de Abril de 2005 Marco Antonio
decide abrir un curso en otro horario, resultando sus sesiones una doble jornada, en este
114
ltimo grupo que era tambin los Sbados, asistan en promedio 5 mujeres y 3 hombres
de los 30 a los 40 aos. 21 personas por jornada, que haban claro est todos ellos
consultado el tarot a travs de Marco Antonio. Ahora l dibujaba y anotaba un sin fin de
atribuciones sobre los nmeros y el rbol de la vida y los 22 arcanos, revelaban as las
claves para consultar el tarot, era una red lo que tejan las cartas, tal y es la metfora
antropolgica de la cultura, una telaraa que intentaba atrapar el Sentido, dnde estaba
la eficacia?
Marco Antonio tuvo que salir del pas por un tiempo y la investigacin tom sin duda
otro rumbo. Habamos constatado que la educacin del tarotista bsicamente se dirige a
conocer e identificar los motivos de las cartas y sus variables, sus significados ocultos
y sus posibles relaciones. El tarot eran 78 pginas extremadamente saturadas por
narrativas mgicas que bajo el smbolo transmitan una clave, sin importar la
autenticidad histrica de la misma. Los esoteristas las transmitan y desde el siglo XVII
se haban propuesto configurarla, o en sus palabras, revelarlas a los iniciados. No
habra la posibilidad de adquirir el don sin pagar por l en un curso?
Qu relacin tenan los tarotistas con el mazo? En qu consista la eficacia de la
consulta?
Para responder esas preguntas y muchas otras que fueron surgiendo a lo largo de nuestra
investigacin, optamos por entrevistar a una cantidad considerable de tarotistas, ya
hemos dicho 30, y tambin optamos por asistir a sus consultas del tarot, de las que se
nos permiti registrar completamente 10, ya sea con video o con grabaciones de voz,
dejando una cantidad considerable de las otras anotadas en nuestro diario de campo,
hubo excepciones en las que el ambiente y la disposicin del tarotista no posibilitaron
el registro. Sin embargo sabemos de antemano que el escenario es sencillo y que ha sido
incluso explorado y descrito por el periodismo capitalino. En esta fase de la
investigacin result muy til conversar con los tarotistas a profundidad sobre sus
historias de vida y a la vez presenciarlos en consulta. Un ejercicio extenso que hasta
hace poco volvimos a repetir y que dej preguntas prometedoras en el escenario del
tarot. Un ejercicio que nunca se haba hecho en Colombia, que haba pasado
desapercibido, y que contempl por primera vez recorrer en extenso el tema, saturarlo.
Cuestin que al principio pareci sencilla, pero que a medida que se fue desarrollando
115
De seguro a usted le ha pasado, que va caminado por la carrera dcima entre calles 11 y
13 en Bogot, en medio de esos edificios polvorientos y la interminable multitud de
vendedores y de peatones sobre la acera. Y alguien, un nio, una mujer, un joven, una
anciana, alguien, le extiende la mano con un volante, usted por lo general no lo recibe,
pero esta vez s, y entonces como es escasa esta oportunidad para ese alguien, recibe
dos, por lo tpico de este formato:
116
Y usted lee esas palabras que prometen consuelo, a usted y a su ser amado, a su bolsillo,
a su vida cotidiana. La reaccin suya oscilar sin temor de decirlo entre dos polos ya
entre vistos en nuestra investigacin, entre el polo de la broma, del juego y el polo de lo
serio, de lo mgico. Segn sea el polo predominante usted dar un paso ms hacia los
asombrosos resultados o hacia el bote de basura ms cercano. No hemos dicho que el
tarot apenas si se menciona al final del texto que tomamos como ejemplo. Esto son
fracciones de segundos, usted acaso slo ojea el volante, al ver el contenido lo
rechaza, bien arrugndolo, bien arrojndolo, en secuencia, arrugando y arrojando. Usted
acaso ni alcanza a leer LECTURA DEL TAROT y guarda el papelito. Usted se interesa por
el papelito y lo archiva. Quizs otro da, otra tarde, hoy no sal al centro de Bogot a
buscar una consulta del tarot, ni muchos menos a ligar-me un ser amado. Ser que eso
es cierto?
La escena de los volantes se repite por varias calles de Bogot, si usted camina por la
Carrera Sptima entre las calles 19 y 13 es probable que se tope con tres o cuatro de
estos volantes, confundidos eso s con los diez o doce papelitos de cines XXX o
bailarinas sexis y exticas que tambin se reparten. Si lo hace por la Carrera 13 entre
calles 34 y 65 ocurre lo mismo, la misma dinmica. Tras los peatones y los vendedores
van apareciendo los volanteros, ni susurran, ni gritan, ni se anuncian. Van repartiendo
los volantes en movimientos sigilosos, van cruzndose con las manos que reciben el
papelito tras el paso rpido del transente bogotano, usted lee mientras camina el texto,
117
Otra vez asombrosa precisin, otra vez la mala suerte, el regreso de su ser amado, est
vez sin das, pero s sin daos, otra vez el TAROT, ya no tan al filo del texto, apareciendo
bajo el mismo con-texto, otra vez la magia, otra vez el asombro. Pareciera ser una
palabra de descuento en las litografas, un resultado esperado de los ejercicios de los
especialistas que se anuncian y prometen asombrosos resultados. La ciudad retumba
con el paso de los buses, la bulla de las promociones, los payasos que anuncian zapatos,
o discos, o almuerzos. Usted camina, si acaso busca la direccin, observa de paso el
edificio, los ventanales sin cortinas, los letreros de se arrienda, ser que adivinan?,
usted duda. Usted arruga el papelito, lo archiva, lo arroja. Cunto cobran? Son las 2 de
la tarde de un martes de Marzo del ao 2005.
118
Los volantes se repetan en los mismos lugares, variaban en el color de la tinta, a veces
azul a veces roja, a veces describiendo con ms detalle los servicios del hermano, sus
especialidades: sospecha de infidelidad, enfermedades desconocidas, triunfe donde
otros han fracasado, vistenos y convnzase105, Lectura del tarot. Con ellas iban
apareciendo las versiones del campo Mgico que apenas tocamos con los tratados
esotricos, pero que esta vez empezbamos a constatar con la prctica cotidiana del tarot
en Bogot, as por lo menos lo sealaban la aparicin recurrente de estos volantes en
dos puntos muy tradicionales y asiduamente transitados, la Carrera Dcima con Calle
13 o Avenida Jimnez y la Carrera Trece con Calle 60. Ambos sectores reconocidos por
su carcter comercial y administrativo en la ciudad, por su afluencia de pblico y de
trfico.
Fui recolectando distintos volantes a lo largo de los meses, los fui archivando, y tambin
fui seleccionando algunos, por su permanencia. Otros volantes no volvan a recorrer las
calles, otros hermanos se iban desapareciendo, o iban cambiando de arrendatarios las
oficinas, incluso iban cambiando de nombre. Empec en el mes de febrero del 2005,
iniciaba una pesquisa muy panormica sobre el tema, todo era apenas una visita, un
sondeo de la aparicin del tarot en la calle. Me propuse entonces partir de una lista
pequea empezar la pesquisa, no me interesaba mucho remasterizar el discurso de la
Nueva Era y el estallido de creencias que era hacia donde me conducira seguir con
detalle estos centros esotricos; me interesaba la eficacia del rito, la posicin de los
personajes, sus gestos, sus palabras, me interesaba la influencia del mito, la presencia
del mismo a travs de las cartas, los elementos que constituyen la consulta, el escenario
de adivinacin y su sustento cultural. Me interesaba la intimidad y la figura del tarotista,
el mito vivo en estos contextos. Por algo habra de empezar.
105
119
resultados. Tal y lo presentaremos brevemente los hermanos saben muy bien en que
consiste su sustento y tienen muy en claro cual es la funcin del tarot en ello. En este
mbito el volante no slo es un detalle menor, es tambin el inventario de servicios,
junto a la publicidad del oficio, el slogan de los consultorios. Es quizs la impresin
ms amplia del sentido comn alrededor del tarot en dos puntos de la ciudad, en donde a
la lectura del tarot se le reconoce detrs de frases como regreso y ligo a su ser amado
en 3 das de por vida no importa la distancia, triunfe en: amor, suerte, dinero, malos
vecinos - sufre en silencio por el ser amado? Desea atraerlo y ligarlo hoy mismo para
siempre o apartar a quien desee problemas?- Lectura de cartas y tarot desalamientos
de carros, casas, negocios, cultivos, fincas, saco guacas, tesoros, caletas, envidias,
hechiceras increble sale todo sobre tu vida tarot. Eres de malas en el amor? Habr
ya tu campo sentimental con quien t quieras. Quieres dominar o ser dominado?
Hacemos ligas de por vida, limpiezas de fincas, carros cultivos, negocios, etc. Leemos
el tarot. Vistenos y vuelva a triunfar.
Frases que permanecen latentes en las narrativas que tratan sobre el tarot, y que
yuxtapuestas con los relatos que circulan por la prensa y la televisin en Bogot dan
cuenta del entramado significativo que soporta esta practica cultural en la ciudad.
Porque si bien en esos dos ejemplos de calles transitadas, los relatos brujeriles resaltan
en el papel con sus frases populares el inventario de tpicos sociales tan triviales como
el amor, la salud y el trabajo; estos temas se repiten y se extienden en los relatos que
circulan por los peridicos y los magazines televisivos de Bogot, reconociendo por
hasto que en la consulta del tarot aparecen sin falta esas tres variables como marcadores
del ser individual y el ser social del consultante. Cuestin que junto al campo mgico en
el que est suspendida la prctica da un tono especial a este tipo de relaciones sociables
como el amor.
Tal y veremos a continuacin la fusin del tema amoroso sentimental con la brujera es
uno de los pre-textos ms recurrentes en la consulta; tanto porque en el tema del amor
occidente a trabajado un tipo de historias del sentido comn con esmero los celos, el
engao, la traicin, el embrujo, el embeleco, la bsqueda de la pcima del amor, la
pareja eterna-; as como se ha hecho de la conexin amor-orculo una de las
trivialidades de la prctica adivinatoria presentando en las ciudades a estos ritos en el
campo personal y corriente de los individuos; no con el valor determinante que
121
describi Evans-Pritchard para los azande, ni Tiresias para Edipo, sino como algo que
esta en la zona de lo ldico generalmente y que fcilmente puede trocarse en algo serio,
la vieja historia del juguete que puede abrir la puerta de las fuerzas ocultas y mostrarlas
ocasionalmente.
Es viernes 7 de Abril de 2006, son las 6.30 de la tarde y decid ir con Lina a una lectura
de tarot en el Templo Esotrico Gnesis ubicado en un garaje de la calle 61 con carrera
16; Lina es una mujer morena de ojos negros y 22 aos, profesional de la Universidad
Nacional de Colombia y que nunca haba asistido a una lectura de tarot; me confiesa
que est algo nerviosa y expectante por la situacin, pues en el sitio no accedieron a dar
ninguna entrevista y menos a registrar la consulta, as que asumimos presentarnos como
una pareja ms que busca resolver sus dudas sobre el futuro y que opta porque sea la
mujer la que consulte en las cartas lo que depara el destino. En la puerta del Templo
Esotrico Gnesis hay dibujada una mano de gran tamao, nos abre una mujer madura
y nos conduce por una escalera hacia la sala de espera que est en el segundo piso; en la
sala hay cuatro sofs de cuero, elegimos el sof doble mientras que la fallecida Roco
Durcal en la pantalla de televisin canta Costumbres; los tonos del lugar son naranjas
por la caperuza de la lmpara que ilumina el lugar.
Luego de esperar diez minutos la asistente nos pregunta para quin es la consulta, Lina
asume su papel, intentamos convencer a nuestra anfitriona para que me deje entrar con
Lina, pero ella decide que es mejor primero que el hermano la vea y que si es
necesario me harn pasar. Lina desaparece detrs de una puerta y yo me dedico a la
televisin, en menos de quince minutos aparecen tres personas que toman asiento en la
sala, dos hombres y una mujer, asienten con la cabeza mi presencia y se pierden en la
televisin; Lina est con el tarotista, lo siguiente es un aparte de lo registrado en la
grabadora.
()
Tarotista. Dgame una cosa, viene por algo especial?, no me diga para
que, pero viene por algo especial?
Lina. No, pues como cosas en general de mi vida.
122
Hay una persona que te quiere ver mal, aqu hay influencias
Mientras que Lina est en consulta las personas que ocupan la sala empiezan a
desaparecer tras distintas puertas, varios jvenes suben y bajan las escaleras, se saludan
entre s, se hacen chistes y preguntan por la duracin de la jornada de hoy, despus me
enterar de que por ser vspera de la semana santa el trabajo se incrementa, distrado
entre los ires y venires de las personas por las escaleras me despabila un sujeto que
irrumpe en la sala y me pide que lo acompae, yo me sorprendo y entre el recorrido
hacia el cuartito que l me indica pienso lo que me espera al entrar. Detallo con
precaucin el cuartito, cendales amarillos y violetas al fondo son telones de una imagen
del sagrado corazn de Jess que permanece iluminado por unos gastados velones,
sobre una mesa estn las cartas del tarot egipcio, cuando tomo asiento al lado de Lina el
sujeto me dirige la palabra. Al fondo un altar, figuras de santos y vrgenes apeuscadas,
en la mesa unos cuarzos, en las paredes cuadros de ngeles, la almas del purgatorio,
Saint Germain; un escenario digno para una situacin brujesca.
125
T. Bueno, le voy a decir la verdad, lo que pasa es que hay una persona
que est interesada en usted, lo que pasa es que esa es la persona que los
quiere ver mal, que los quiere ver separados. Igual puede que ustedes se
quieran mucho, pero ah un rompimiento, y esa persona cumple con su
objetivo, de acabarlos y verla mal, porque a quien quieren ver mal es a
ella, pero en ese sentido tambin lo afecta a usted.
L. Pero entonces la que va a sufrir todo soy yo, porque es a m a quien
le quieren hacer dao, l no.
T. Pues la parte sentimental lo afecta un poquito a l, pero es que
empiezan con la parte sentimental y despus con la econmica, despus
con la salud. Hasta que acaban con una persona, y no se justifica que
acaben con una persona tan joven, que tiene muchas expectativas de
salir adelante.
R. Pero entonces qu le estn haciendo?
T. Yo le dije a ella que la han estado trabajando con pura magia negra,
con pura brujera y hechicera, maldad.
R. Pero a ella?
T. Si.
L. El me dice que hace como un ao, ao y medio.
T. De un ao a dos aos. Llevan cinco aos, imagnense, de pronto un
da ella se lo present a alguien y le llam la atencin. Esas personas
empiezan a buscar encuentran el caminito y se van metiendo y metiendo
hasta que los empiezan a ver mal, yo le deca a ella, ella deca que nunca
se haba mandado leer las cartas, y fjese viene y por algo viene, y ella
quera saber algo, ella por algo viene. Ella lo que necesita es una
limpieza de aura, eso es lo que le quera decir, para que usted se entere,
porque de pronto ella sale y le dice, y usted va a decir, qu cmo as?
R. Y la limpieza de aura? La hacen aqu? Qu costo tiene?
T.
contentos, y viene y dan una propina, una buena propina, porque esos
287.000 pesos no son para m, esos son para los materiales, entonces si
sale bien pues me dan propina.
Al salir Lina me seala con algunos comentarios la ineficacia del tarotista como tal; su
acento evidentemente paisa detrs de sus conocimientos brasileros y amaznicos, lo
aterrado que estaba de ver que alguien nos quera hacer dao y la limpieza del aura.
Varias veces he repasado la grabacin de la consulta, los cambios en el tono de voz de
Denilson Dsousa; sus frases algunas veces corresponden a enunciados mecnicos, est
la rapidez de lo recitado; en otras intervenciones aparece la duda sobre el nombre de las
cartas, de lo que ellas indican. Lina pregunt varias veces por los nombres de las cartas
que iban apareciendo, su interpretacin, su razn de ser. l no respondi con agrado o la
detuvo con tono desafiante. En muchas ocasiones trat de saturarla con preguntas
alrededor de su familia, su trabajo, la relacin de pareja, su salud; trat de conducirla
con sus afirmaciones hacia cualquier dato relevante, Lina apel a responder, a poner en
duda y a contra-preguntar. Constantemente Denilson le nombr el peligro que corra
por el trabajo que le estaban haciendo, una y otra vez su respuesta, la interpretacin de
las cartas, volva a recitar brujera, hechicera, maldad; no se comprometi con ninguna
respuesta, siempre requiri como condicin la realizacin de la limpieza de aura.
Repiti el asunto delante mo, la misma causa de los males, de nuestros males. Tal y lo
anunciaban en sus volantes los expertos maestros psquicos conocedores de las
ciencias ocultas posean secretos que ayudaban a cambiar la vida secretos para el
amor, que tenan la ventaja de ser cancelados hasta ver resultados.
Generalmente obtuvimos los mismos resultados en las consultas de tarot realizadas por
este tipo de hermanos, una sala de espera, un centro esotrico, un templo esotrico, un
telfono y su recepcionista adjunta, puertas cerradas, nada de grabadoras, nada de
cmaras, nada de anotaciones. Mesas atiborradas de inciensos, cuarzos, manteles
negros, pentagramas. Una oficina recargada de ngeles y de porcelanas de San
Gregorio, de Divinos Nios, del Sagrado Corazn y las Almas del Purgatorio. Esencias,
rezos y baos, para limpiar el negocio, para limpiar la casa, para atrapar al ser amado,
para liberarse de la mala suerte, para alejar la envidia. El espejo contra todos los males.
127
Estando
all
record
que
este
tipo
de
consultas
haban
sido
registradas
All estaba Juan Carlos, En el cuarto hay una especie de velas y cintas de
colores; hay tambin imgenes de gente que no reconozco. Tiene una
mesa y dos sillas al frente de esta. Me siento y le digo que quiero que me
lea el tarot. () Toma las cartas y las coloca en dos filas de ocho; se
queda con algunas en la mano. Hace un movimiento de negacin con la
cabeza y las recoge; dispone entonces tres filas de seis cartas. Comienza
a hablar y me dice cosas sobre mi vida pasada, pero nada muy concreto.
Dice tambin que tengo un espritu muy soador y que debo estar ms
consciente de cada cosa que haga. Despus comenta que hay algo que no
le gusta y toma otra vez las cartas. Me pregunta qu nmero prefiero y
me da a escoger entre el siete, el nueve y el once; escojo el once
pensando en que, si era para colocar las cartas tendra oportunidad de que
me dijera ms cosas. Coloca las once cartas, despus de moverlas un
poco entre sus manos, y me dice que ya sabe qu es lo malo: alguien me
ha trabajado. Le pregunt que quiere decir con esto y me contesta que
una mujer me mand hacer brujera porque me tena envidia. Comento
que no veo el motivo, l mira las cartas y me dice que puede haber
razones aparentes, pero que en el fondo, lo que quiere es quitarle a su
hombre.
Lo mezcla un poco y luego me indica que parta las cartas en dos grupos
con la mano derecha. Tome uno de esos montones y comienza a colocar
las cartas de forma ordenada sobre el escritorio; hace tres filas de cuatro
128
cartas cada una y comienza a leer: buena suerte en los negocios, buena
salud, un viaje corto y felicidades en el amor. A lo largo de la consulta
me hace preguntas sobre mi estado civil, mi felicidad, mi trabajo, al
tiempo que explica las cartas y dice que todo parece bueno pero que no
me confe porque de pronto sale algn mal. Dice que debo poner mis dos
manos sobre estas cartas y cuando lo hago, ella coloca las suyas encima.
Murmura algunas palabras en un lenguaje que no entiendo y al final me
ordena que repita Jess amn, que as sea. Lo hago y entonces voltea
los tres grupos de cartas escogidos, las mira y afirma que ya sali un
problema: a mi esposo lo persigue una mujer que fue novia suya antes de
que nos casramos, y lo malo era que ella nos haba mandado a rezar. Me
muestra una carta donde hay un hombre encerrado en una pirmide
transparente y explica que esto significa que nos han trabajado. Desde
ese momento, la oficiante se centra en el problema y se olvida un poco de
la lectura; dice que ella puede ayudarme a solucionarlo y cuando le
pregunt en que forma lo har, contesta que por medio de un
desligamiento, que slo cuesta 22.000. Este trabajo consiste en acabar
con el mal que nos estn haciendo y sirve para retirar del todo a esa
mujer del lado de mi marido. Dice luego que, a pesar de la persecucin,
l me quiere y no le hace mucho caso a la otra, pero que si no hacemos
pronto el trabajo, ella puede ganar.
Toma entonces las cartas que haba sobre su escritorio, las mezcla
tomando una de arriba y otra de abajo y me dice que parte en dos, con la
mano derecha, parta en tres el grupo de cartas que haban quedado.
Pregunt que quera saber concretamente con cada pequeo montn; le
pido que con el primero me diga que suceder con mi matrimonio, en el
segundo quiero que me cuente qu pasar con mis negocios o con mi
economa y ella me dice que es mejor que pregunte por la suerte en
general. Finalmente, con el tercer grupo le pido que me diga algo sobre
129
Soto, Mara Liliana. 1991. Brujera Popular en Bogot. Bogot: Universidad de los Andes,
Departamento de Antropologa.
130
que le permite al hermano recitar lo que han repetido hasta la saciedad los volantes. Y
en ese mundo de la magia y de la brujera en Bogot opera otra lgica, un mundo que
soporta la legitimidad de ciertas prcticas y creencias que aparecen entre comilladas
desde hace siglos. Yo le dije a ella que la han estado trabajando con pura magia negra,
con pura brujera y hechicera, maldad, -me deca el tarotista- . Me muestra una carta
donde hay un hombre encerrado en una pirmide transparente y explica que esto
significa que nos han trabajado apareca registrado en otra etnografa. Esto plantea
la presencia corriente de la brujera en el horizonte cultural de Bogot, y plantea la
presencia de su narrativa en la consulta por parte del hermano. Sin embargo quedan
ac dos cabos sueltos que nos resultan imprescindibles y que andan ausentes por el
mbito mismo de este tipo de cartomancia: la entrevista a profundidad con el hermano
y la observacin de la consulta. La primera fue negada sin excepcin en este tipo de
templos o de centros esotricos, dejando la presencia en consulta en una encrucijada
incmoda para la investigacin, esto era, o pagar cuanto pedan por la entrevista, (10.
000 mil pesos por cada 20 minutos) ya que consideraban que esto era parte y tiempo de
su trabajo; , empezar una labor de espionaje no estipulada por la etnografa. Optamos
por seguir excavando para encontrar la informacin en otros tarotistas.
Si bien encontrbamos ac un tipo de lectura del tarot, el escenario nos conducira hacia
el sistema brujeril en algunos sectores de la capital, dejando atrs la interaccin, el
encuentro cara a cara y su eficacia. No haba duda que los hermanos de alguna forma
legitimaban su oficio, el templo esotrico que vistamos con Lina an hoy da esta
prestando sus servicios. Siguen yendo personas a consultar el tarot y se anuncian
igualmente otras artes mgicas. Los secretos para el amor, insisten en el anuncio.
A Lina le haba parecido errada la consulta con Denilson DSousa, a m tambin. Pero
eso no impeda que el tarot operara social y culturalmente, que funcionar, por lo menos
con cierto grado de legitimidad en las calles cntricas de la ciudad. Tenamos estos
registros y varios intentos en trabajo de campo para acceder a ese escenario, los
hermanos permanecan hermticos, de diez centros que visitamos por este tipo en la
zona de Chapinero, tan slo en uno nos permitieron una serie de entrevistas. Tenamos
la oportunidad de acercarnos a quien oficiaba la consulta y de hacer una serie de
preguntas alrededor de la vida del tarotista y de su prctica. La eficacia del ritual
depende en buena parte de los casos del oficiante y ese oficiante tiene una experiencia
131
adquirida que lo hace distinto del resto de los individuos. No esperbamos que revelara
su motivacin ms profunda, ni lo oculto de sus prcticas, slo encontrar una narrativa
ms all de los veinte minutos que por mucho poda durar una consulta en estos casos.
Lo mejor de todo era que amablemente no cobraban por la entrevista en esta ocasin,
claro est.
Aqu dos cosas que van a aparecer constantemente en las entrevistas, la primera, la
muerte como situacin ejemplar de un ejercicio de adivinacin con cartas; la segunda, la
compaa de la baraja espaola en este tipo de consulta. La primera se refiere
explcitamente a ver la muerte, de anticipar la muerte. La segunda, al manejo de
ambas barajas, podramos nosotros decir, de ambos lenguajes. Esto es importante,
132
Ahora bien, se reconoce aqu de algn modo la transmisin del tema, la iniciacin
pequea por parte de la jefe inmediata, la intervencin divina para interpretar las cartas.
Y se reconoce tambin la incursin de Walter Mercado en el ambiente esotrico
bogotano. Para Sandy va a ser un punto de giro importante y significativo para su oficio
y la confirmacin de su don, la puesta a prueba de sus capacidades mgicas. Para el
escenario esotrico en Bogot va ser un punto de referencia importante la incursin de
este psquico reconocido, quien desde los aos noventa ofrece sus servicios
telefnicos en Colombia; y que tambin es mencionado actualmente en ms de una
veintena de pases, como el Reino Unido, Espaa, Estados Unidos, Venezuela, Costa
Rica, Argentina, etc. No slo por la expansin de su empresa squica, sino tambin por
haber sido consultado por personajes pblicos de la talla de Madonna y del expresidente
estadounidense Bill Clinton. Siendo en Colombia Juan Manuel Santos el personaje ms
recordado por acudir a los servicios de este especialista psquico, en ese entonces
candidato presidencial y ahora Ministro del Interior y de Justicia en el gobierno de
lvaro Uribe Vlez. Un punto que nos permite entonces sealar que el entramado
significativo del tarot aboga tanto por involucrar las acciones subjetivas y personales,
las historias de vida, con el campo social y pblico de Bogot. Y esto es fcil de sealar
ya que la eficacia del tarotista no slo depende de su habilidad pragmtica y teatral
dentro del escenario de la consulta, sino tambin de lo que fuera de la puesta en escena
lo legtima material y simblicamente, los personajes pblicos que lo han consultado o
que conoce.
Ya hemos delineado un poco esto de la relacin entre poltica y tarot en los medios
impresos, as que an no traeremos a cuento ms de estos detalles. Si en cambio
retornaremos a la voz de Sandy para ir sealando los significados que entran a travs de
ella en la consulta, pero que igualmente permiten traer a cuento las narrativas del
sentido comn que acompaan al tarot en las calles y que se presentan como el
horizonte privilegiado para darle sentido a dicha prctica. Ella nos haba comentado que
su incursin a la adivinacin con naipes y luego al tarot result primero de una situacin
personal y luego por medio de la lnea psquica que Walter Mercado abri en Colombia,
134
recalcando en varios apartes de la entrevista su trabajo con dicho personaje, a la vez que
afirmando la calidad y legitimidad de su oficio. Cuestin que ella nos narra trayendo a
cuento elementos importantes pero al mismo tiempo ya conocidos de la consulta del
tarot, y que ratifican una vez ms ese mundo significativo que soporta el tarot en
Bogot, citamos en extenso.
Es importante ac sealar que a pesar de que la entrevista se abri con una pregunta
directa sobre el tarot cmo empezaste con el tarot?, la narrativa de Sandy fue
hilvanando las cosas a su modo. Tomando un lugar y un sentido para sus respuestas.,
Sandy fue trayendo personajes y situaciones para explicar el mundo, y as mismo su
manera de vivir la vida corriente. De inmediato notaremos que el ejemplo que utiliza
Sandy para dar cuenta de la fe en la consulta, de la fe en el trabajo, es una historia de
amor, sencilla, econmica y con plena capacidad de ser entendida por el comn de los
habitantes de Bogot; una situacin ejemplar si se quiere de las incertidumbres y
miedos, de las cuestiones que son consultadas asiduamente por los que acuden a los
servicios que brinda Sandy; es tambin un ejemplo de la funcin del tarot en estos
escenarios, que permite abrir, al estilo de una bisagra, el tema de lo brujeril y lo
mgico.
Es all donde empieza aparecer de forma privilegiada en la narrativa del tarot este tema
sentimental, horneado por dcadas en la Cultura Occidental. Siendo entre los tres
tpicos de la persona, junto a la salud y el dinero, quizs el ms consultado y narrado
entre los tarotistas, de manera fatal generalmente y con la constante del engao y la
traicin. Recordemos pues lo que cont Denilson de Sousa a Lina, y lo que le contaron
tres hermanos a nuestra colega Mara Liliana Soto (Brujera Popular en Bogot. 1991)
en los aos noventa; lo primero que dice es que mi matrimonio no es bueno ya que mi
esposo tiene un embeleco; a mi esposo lo persigue una mujer que fue novia suya antes
de que nos casramos, y lo malo era que ella nos haba mandado a rezar; le pregunt
que quiere decir con esto y me contesta que una mujer me mand hacer brujera porque
me tena envidia () lo que quiere es quitarle a su hombre; Bueno, le voy a decir la
verdad, lo que pasa es que hay una persona que est interesada en usted, lo que pasa es
que esa es la persona que los quiere ver mal, que los quiere ver separados.
Frases dentro de las narrativas, sean estas ciertas empricamente o no, que ante todo dan
sentido a las situaciones que afrontan los consultantes y que llenan de contenido y de
137
significados provistos por la brujera tanto para la consulta del tarot como para las
relaciones sociales, en este caso las intimas, de quienes acuden a los servicios de los
centros esotricos. Sin embargo ac es claro que el tarot se incorpora en un inventario
de creencias y de prcticas ms amplio que el tem de adivinacin; y que se traslapa en
estos escenarios con la religiosidad popular, la supersticin, la nueva era y el psiquismo.
En un amasijo de temas y de variantes que traen a la vitrina comercial desde un sinfn
de baos, esencias, velones, jabones e inciensos, junto a las propuestas orientales del
feng shui, el yoga y el i ching. Pasando tal y lo hemos visto en los volantes, por los
secretos de la Selva, del Amazonas o del Llano.
Sandy no fue la excepcin en esta entrevista, y sin dudarlo fue abriendo el tema tal y
sucede en este tipo de consultas del tarot, de lo que dicen o se ve en las cartas a la
brujera, al psiquismo, a lo oculto. Ya no de la manera directa como sucedi en el
ejercicio con Lina y en los que recopilamos del trabajo etnogrfico de Mara Liliana, sin
referencias tales como trabajo maldad embeleco o hechizo, sino empleando otros
trminos visualizacin sanacin decreto bloqueo, que para el contexto, entre
velas y baos de fortuna, no dejan de sealar, no dejan de compartir, el sentido brujeril
que le dan los hermanos a su oficio. Ac claro est con otros nombres y matizado por
la cualidad psquica y el poder de la mente, pero sin poder escapar del valor simblico
que le da la presencia de lo oculto.
As la entrevista con Sandy fue pasando de un hilo al otro, tejiendo su paso por las
secretaras de la Universidad Nacional y la lnea psquica de Walter Mercado, con su
contenido y forma para asumir la vida y realizar las consultas; Sandy nos iba sealando
el entramado que es capaz de desplegar con excusa del tarot. Nos hablaba as de su
trabajo con las cartas por la parte psicolgica, de la iluminacin de dios y del espritu
santo para todas las cosas. Catlica y bautizada, esta tarotista no dej de pronunciar a
lo largo de la entrevista formulas acompaadas de la proteccin de nuestro seor
Jesucristo, junto al poder de la mente, que es para m (dice ella) el monitor de cada ser
humano. En una mezcla de un catolicismo ferviente con el siquismo de Walter
Mercado, Sandy no dej de usar los relatos que sobre el amor circulan para ejemplarizar
las situaciones que se presentan en la consulta, y a la vez para darnos sus anotaciones
personales sobre las mismas,
138
No s cmo vas a tomar lo siguiente que te voy a decir: hay una cosa que
afecta mucho y eso lo he visto en consultas, es la parte sexual en las
parejas. Que para que el hombre funcione entonces el viagra y a la mujer
para que funcione un traguito, pueda que los dos se quieran mucho pero
esa parte est funcionando mal. Entonces, o va un mdico para que les
ayude o simplemente maneje la mente: visualice lo que ms le gusta y lo
hace rico, la pasa chvere (risas) no necesita nada ms, por eso digo que
la mente es muy poderosa. Si la mujer tiene buena mentalidad y sabe
llevar a su marido no necesita que su marido compre viagra. Entonces
por eso digo que la mente es poderosa.
De esta manera nos fue contando que su oficio en el campo mgico (psquico)
corresponde a un don con el que uno nace y que en su caso Sandy vino a desarrollar
en el momento menos esperado pues nunca pens terminar trabajando con eso. Para
ella el tarot no es brujera y ms bien es un medio de interpretacin para sacarlo a
uno de dudas () simplemente el tarot existi y ha existido toda la vida, desde nuestro
seor Jesucristo, (pues) los grandes sacerdotes tenan que consultar las cartas del tarot
para poder tomar una decisin. Una vertiente ms del origen posible de la baraja en
boca de los psquicos, que no dejan de vincular los naipes con figuras potentes de la
tradicin mgico-religiosa de Occidente y de darles un significado prestigioso,
relevante.
As mismo fue anotando que en el centro esotrico se atiende de todo tipo de gente:
lesbianas, gays; gente que no cree en dios tambin () curas sacerdotes y monjitas,
indicando que en cuestiones de edad las personas van desde los 18 hasta los 70 aos
generalmente; siendo las mujeres las que ms consultan y el amor el tema ms tratado,
este ultimo par curiosamente mencionado por Sandy de la siguiente manera, el amor,
bueno aqu casi todo es usual el amor, el trabajo y el dinero y por ltimo preguntan la
salud. () Eso aqu vienen casos casi todos de amor () Ay no! Ya uno las sabe ()
Las mujeres algunas son muy obsesivas: amor!, uy terriblemente obsesivas por amor.
Hay muchas que son obsesivas por ese campo. Lo que nos confirma inicialmente que
este tipo de consulta del tarot en Bogot se soporta en las fuerzas sentimentales de los
consultantes; pone, as lo anuncian los volantes y as nos lo empez a comentar Sandy,
139
las relaciones sentimentales, en estos casos, el amor, sobre la mesa; siendo este tema el
nmero uno de los narrados en la consulta, el ms tratado, el que no falta. Sin embargo,
vale la pena sealar que la percepcin de gnero, esa que da a entender Sandy cuando
afirma que las mujeres son obsesivas por el amor, se encuentra ms que matizado por
la misma experiencia etnogrfica y otras entrevistas que indicaron que en cuestiones de
incertidumbre sentimental los hombres son ms que vctimas espordicas. Esto le da ya
un soporte dentro de los individuos al significado social de la consulta del tarot, que trae
a cuento y se moviliza gracias a las fuerzas sentimentales de los que permanecen
involucrados. La incertidumbre resulta entonces una de las principales motivaciones
para participar del tarot, y tal y lo veremos, la curiosidad y el juego harn parte del otro
tem de motivaciones. Dos poderosas fuentes para sostener la prctica de la adivinacin
en lugares concurridos de Bogot y que le dan la posibilidad de anclarse a mecanismos
sociales y culturales que atraviesan igualmente la regin profana y la regin sagrada del
Mundo. Bstenos ac para finalizar con Sandy, traer primero a cuento una frase de la
tarotista que nos abre la lgica ritual de la consulta, para luego presentar el final de la
entrevista y la tentativa de adivinacin que surgi en esa oportunidad. Dos situaciones
ejemplares que nos permiten dar el paso hacia el aspecto ldico de esta prctica y nos
permiten as mismo cerrar con creces la dinmica particular del tipo de consulta del
tarot en los escenarios brujeriles de los hermanos en la ciudad. Y que ponemos juntas
porque a nuestro parecer contrastan de buena forma la actitud inaugural que mantienen
tanto consultantes como tarotistas al iniciar el rito, una actitud evidentemente ldica.
La primera parte corresponde a un fragmento de los minutos iniciales de la entrevista
con Sandy, en donde ella nos relata su oficio y cmo empez con el tarot. Fue un detalle
que al principio de la investigacin pas desapercibido pero que ahora en el recuento
nos parece clave para comprender la actitud del tarotista y el consultante en el escenario
con el tarot. Ilustra tanto que da en imagen el sentido social de la interaccin en el rito,
de retarlo para que no puedas mirar las cartas, hay que hacerlo con
mucha ternura, con mucha dulzura y al mismo tiempo estricto, no?
Ac es posible resaltar la inevitable coincidencia que tiene el retrato del tarotista con las
actitudes que se prescriben para el juego, que Sandy afirme que van personas con
intenciones de retarla para que no pueda mirar las cartas, no se distancia mucho del
sentido bsico de una partida de naipes corriente. Y nos permite resaltar la cualidad
agonal que es posible encontrar en tipos de consulta o en apartes de la consulta del tarot,
esto ya lo aclararemos con detalle. Mientras tanto pasemos ya sin ms a la parte final de
la entrevista, que surge despus de preguntar por la forma particular de Sandy de tirar
las cartas y de su habilidad para narrar historias, dos temas que de inmediato abrieron la
oportunidad de que me leyera el tarot, situacin que aprovecharemos para presentar a
los lectores como ejemplo,
tiempo. Futuro: triunfos, vas a tener un hogar, has deseado tener un hogar
y ojal dos nios. Tambin debes tener cuidado con las actitudes, oste?
R. Con las actitudes? Qu clase de actitudes?
S. A eso vamos, dame tres cartas con la mano izquierda. T rompiste en
el pasado con una mujer y te doli mucho. Las actitudes tuyas del pasado
fueron muchas expectativas, muchas ilusiones pero tambin muchos
contratiempos para lograrlos, o sea tu pasado fue un poco duro. Y en el
presente tener mucho cuidado, vamos a ver a qu? A cosas ocultas dos
cartas, vamos a ver a qu es lo que tienes que cuidarte. De las
indecisiones, de los celos, ok? Un poquito temeroso de lo que vas a
hacer, te gustan las cosas claras, concretas y para ya, jum! Otras dos
cartas el temor a quedarte sin dinero, eso sera una de las causas que te
sacaran de quicio. Las indecisiones para comunicarte con las personas,
llamarlas, el temor a que te digan que no, a las negativas, no te gustan.
Entonces simplemente dominar ese temor si quieres que te vaya bien, ok?
[Sandy se detiene, se toma la cabeza con la mano izquierda, aprieta los
ojos]
S. Me doli la cabeza
R. Muchas gracias. Por qu te doli la cabeza?
S. No s
R. Cmo tomas que te haya dolido la cabeza?
S. La concentracin no s, estoy borracha. Alguna energa, algo se
meti en este momento pero, uy me tiene como borracha. Dame tres
cartas
R. Y esas qu son?
S. T tranquilo, la brujita soy yo. No, fue por el lado tuyo. Scame tres
cartas () hay algo presente aqu, mira, como una energa, porque a m
ya casi no me duele la cabeza. Estoy borracha.
La sesin haba finalizado, Sandy se haba extendido en la entrevista y nos haba ledo
de manera espontnea el tarot, despus de preguntarme por rigor el nombre y la fecha de
nacimiento, me pidi que sacara siete cartas para hacer una prueba conmigo, nunca nos
142
compartida, una narracin verosmil para el consultante del estado de las cosas y de las
acciones humanas, de sus acciones. Aqu el tarot es un instrumento que abre y cierra
permanentemente un camino que conduce a lgica de lo brujesco, a la bsqueda de la
maldad ms que al ejercicio mantico, ese que anticipa los eventos, que adivina el
porvenir.
Sandy nos dio paso a la entrevista con Karinka, una reconocida tarotista que oficiaba en
el canal de televisin EL KANAL las maanas de Lunes a Viernes. Su aparicin en el
programa consista al igual que muchos, por ejemplo Janin para el canal RCN o el
Profesor Salomn para el canal Caracol, en hacer para cada signo zodiacal una tirada
veloz de las cartas del Tarot, dar un dictamen o un consejo. Su seccin regularmente
tardaba de siete a diez minutos, siempre y cuando el formato del programa no incluyera
tiradas extras a los invitados en las entrevistas o alguna que otra consulta espordica de
sus compaeras y compaeros de set. Para la ocasin que aqu registramos Karinka
atiende la llamada de una televidente que decide consultarle algo sobre sus intereses
econmicos, vayamos a la transcripcin.
144
(Karinka destapa tres cartas que la cmara indica en primer plano pero
que son a ojo de pjaro irreconocibles)
Karinka. Dale a ojo cerrado oste?
Televidente. Karinka, y como qu fecha es la ms indicada?
Karinka. Para abrir?
Televidente. S, cmo para abrir el negocio
Karinka. En qu luna me dices?
Televidente. No, en qu fecha, mes
Karinka. Dime t cuando lo quieres abrir
Televidente. Yo, deseara abrirlo en junio
Karinka. Junio?
Televidente. Ujumm.
Karinka.
Ahorita
por
ejemplo,
t..mmmtu
puedesteresmmmcanceriana, cierto?
Televidente. S seora.
Karinka. Y t socia sera sagitariana, correcto?
Televidente. S
Karinka. Entonces a cualquiera de la dos las favorecera.
T por
Karinka. Mira nene lpiz y papel, te me vas a activar porque veo las
cartas preciosas, entonces, dos velones de buen negocio, dos velones de
llama clientes, te aplicas la locin de llama clientes, el protector del
dinero, y haces los nmeros 1118. Ay! Ahorita vamos a activar la sbila,
pueden acercarse todas la personas con su sbila, si las tienen enterradas
lleven las maticas, y si no pues entonces vamos a ritualizarlas para esta
semana santa, cambimoslas de cinta, cambimoslas de herradura,
lavmoslas con leche, con agua bendita y bastante azcar. Que dios te
bendiga muecona.
Televidente. Amn
Presentador. Seguimos recordando, Umbral de Esperanza esta ubicada
en la calle 65 11 26. Telfonos, 3102892 3465616. Senderos de Luz
Carrera Octava nmero 26 40 sur, en le barrio 20 de julio, 2392869
4091186. All Karinka y sus psquicas los estn esperando para leerles el
buen augurio que les da a ustedes el Tarot, consulta con Karinka 20 mil
pesos, y Sandy
Presentadora. Sandy hoy est de aniversario, hoy est cumpliendo un
ao de casada
Presentador. Ah, s? Cmo pasa el tiempo
Karinka. Importante los rituales de matrimonio, porque ella hizo all
sus amarradijos para casarse, ella s sabe, correcto, ustedes se quieren
casar, vayan a que Sandy les haga los rituales y los amarres sexuales, y
un poco de vainas
Presentadora. (Carcajadas) s? Vea pues
Presentador. Ya saben en Umbral de Esperanza o en Senderos de Luz,
mdica suma, no, 40, 30 mil con Karinka y con Sandy 25 mil.
148
Bueno, yo cmo empec? Desde que era muy nia sin que nadie me
dijera me gustaba todo lo oculto, como adivinar, no me creo adivina. Hoy
en da nos llamamos psquicos, cierto? Como una psicloga innata, dios
me dio mucha intuicin pienso yo y a travs de los aos me he dado
cuenta de que s, que dios me dot de cosas y privilegios muy bonitos. Y
como desde la edad de seis aos me preguntaban que yo qu iba a hacer
cuando grande y yo deca que doctora corazn, entonces lea la mano, sin
haber ledo libros a esa edad yo lea la mano, yo jugaba con los naipes de
las gomas, se acuerda que las gomas traen naipes? En los recreos les lea
las cartas a mis amigas y as empec por intuicin. Ya ms grandecita me
compraban los libros o me los compraba yo y mi biblioteca es solo de
libros de esoterismo, de todo lo relacionado con cartas, con numerologa,
con astrologa, con runas, con domin. Me gusta averiguar sobre
diferentes culturas, reconozco muchos tarots, la gran mayora y poseo
muchos tarots. Me encanta empec a ganar plata desde la edad de 15
aos leyendo cigarrillo y leyendo las cartas. Igual tengo una cualidad que
dios me dio, yo no s cmo ser pero averiguo por medio de la mente
cosas, me s desenvolver solita para averiguar cosas, asuntos personales
o de algo especial de las personas que quieran saber, no me gusta
doblegar voluntades pero si por ejemplo alguien le debe plata a alguien y
quiere averiguar si le va a pagar realmente, lo averiguo. Empec como en
el ao 66 y a ganar plata yo digo que como desde el 75, a figurar en radio
y televisin a trabajar, porque siempre fui independiente, trabaj en
otras cosas pero as como para poner a la orden mis conocimientos,
cuando naci la lnea psquica aqu en Colombia, de Walter Mercado
porque antes trabajaba oculta en mi casa, ya recomendados, personajes
importantes aunque para m todo el mundo es importante, la gente ms
humilde, pero les llamamos importantes por ejemplo recomendados del
presidente, ministros, as por mi casa han pasado muchos personajes que
149
pasan inadvertidos porque a ellos no les gusta figurar pero as empec yo.
Hoy en da ms bien atiendo gente de todos los estratos.
La entrevista con Karinka nos present de manera mucho ms clara el aspecto ldico de
la consulta del tarot y su presencia en la lgica interna de la adivinacin con naipes. Si
bien est actitud en la accin de leer las cartas pasaba desapercibida, era apenas
nombrada o ni siquiera apareca en el general de los relatos narrados por tarotistas, su
aparicin en nuestro anlisis y en el campo, le aportaban a nuestra investigacin algo
original. Una perspectiva ajena a los remasterizados de las bsquedas de sentido en un
mundo desencantado y al men comercial de creencias, que permita ir ms all y
dirigirse con mayor nitidez a la dimensin cultural de dicha prctica. Esto era abrirle el
horizonte de significado a nuestro objeto, pues se rompa la desgastada y falsa oposicin
entre quienes argumentan un uso mgico, lleno de revelacin y verdad; y entre quienes
encuentran slo una superchera viva entre charlatanes e ingenuos. Para nosotros la
adicin del juego en la prctica y en la teora era por fin encontrar el meollo para una
discusin cultural del tarot y de los naipes.
Lo dijo Sandy al proponer un escenario agonal, de competencia entre el tarotista y el
consultante en las exposiciones pblicas en Corferias. Y ahora lo apuntala Karinka, yo
jugaba con los naipes de las gomas, se acuerda que las gomas traen naipes? En los
recreos les lea las cartas a mis amigas y as empec por intuicin. Lo que en resumidas
cuentas seala que Karinka empez jugando, y es ms, jugando de nia en los recreos.
Imagen que no resulta extraa y que en la cotidianidad de los juegos de infancia se
pierde entre lo comn, pues no se escapa de la posibilidad latente que dan los naipes, las
lminas de las gomas o de las chocolatinas Jet, de ser utilizadas bajo el rgimen
adivinatorio como herramientas del destino. Sin embargo esto no indica ni es siquiera
una hiptesis que sigamos, la rutinizacin del carisma, su adquisicin vulgar. Pues una
cosa es la presencia de la cartomanca en situaciones de juego entre los nios, y otra la
disposicin subjetiva de quien funge como tarotista o adivino. Una es la conexin social
y cultural de los significados de juego y adivinacin con naipes, y otra muy distinta la
posesin de un don, su aprendizaje, su revelacin o su representacin. Lo que deja en un
rol diferenciado al especialista dentro de la sociedad y en paralelo, le da al mismo un
libreto saturado de antecedentes para su actuar. Unas frmulas para hacer lo que
150
Reconocimiento que se acenta a travs de los consultantes que han recurrido a sus
servicios, pues no slo denotan los odos hasta los que han llegado noticias de su
carisma, sino que adems connotan el valor importante- de las acciones o decisiones de
151
anteriores con algunas noticias de peridicos, aparece una vez ms la mencin del uso
por parte de actores importantes en diversos campos (poltica, economa, farndula) de
la herramienta adivinatoria y de los servicios de sus especialistas. Relacin que en
Karinka cumple la funcin de legitimar su trayectoria psquica al mostrar, sin demostrar,
las posibles sumas de su capital simblico y social; pues para el caso no se trata de
comprobar cmo cuando y qu de dichas consultas con personajes importantes, sino
de la trama de significados que us Karinka para relatar su trayectoria personal en el
oficio.
A travs de la entrevista Karinka fue resaltando el papel de la intuicin en su oficio, el
eclecticismo de sus creencias y prcticas, conjugando en el espacio y en el tiempo la
astrologa, la quiromancia, la quirologa, la grafologa, los cunchos del caf, lo que
tenga a la mano. As mismo al mencionar el carcter de la adivinacin con el tarot dijo,
Al inicio de la entrevista Karinka haba evocado su juego con las lminas de las gomas
para dar cuenta de sus memorias manticas, ahora se permita conectar la adivinacin
del tarot con una actitud ldica, que inclua la creencia y la pasin. Dos componentes
poderosos del arrebato del juego y de las actitudes del jugador. No indicamos con esto
la plena simetra simblica y de significado entre ambos escenarios, pero si llamamos la
atencin sobre el uso, sea metafrico, alegrico o retrico que hace la tarotista de su
prctica, que en labios de una especialista deja de ser mera ancdota para convertirse en
un huella digna de rastrearse y que aporta un giro de perspectiva en la investigacin.
152
Despus de relatarnos apartes de su vida, su viudez, las capacidades psquicas que tena
su marido; el don innato de su hija de 21 aos y su eleccin por estudiar odontologa; la
relacin continua con la iglesia catlica y la consulta recurrente de sacerdotes y monjas;
su rol en la formacin de discpulos en el campo psquico; el gusto por consultarlos; los
tpicos de incertidumbre de los consultantes; la relacin con otros especialistas del
medio; los ocho aos que lleva ofreciendo sus servicios a travs de locales comerciales
y su desempeo en el campo. Karinka atendi de la siguiente manera una serie de
preguntas sobre el tarot.
153
K. Uno siempre trata de tapar lo feo pero a veces lo feo tambin se hace
realidad, a mi me gusta ser positiva. Muchas veces veo cosas negativas y
si la persona es as muy tmida, muy triste, entonces yo les doy
pronstico bonito, les subo la moral, que si veo que la mam se le va a
morir y la abuela y la ta no hgame el favor y cuide su familia
porque estn muy mal de salud trato es de dar moral, modificar las
cosas feas porque si lo voy a aplastar, le voy a decir que ya la abuelita se
va a morir pues lgico y si es una mente sugestiva pues imagnate.
Tiendo siempre a arreglarle la vida, a darle moral a la gente.
Es claro segn las palabras de Karinka, que el Tarot provee una serie de personajes, de
situaciones y de acciones. Un catalogo que para su lectura depende de una
interpretacin y que esta es una elaboracin narrativa autnoma del tarotista. Karinka
nos coment minutos despus algunos significados de cartas, fue sacando al azar y
apuntando una lista breve de interpretaciones de cada una de ellas. Anotando con esto
que en el tarot funcionan una suerte de arbitrarios de sentido y de significado en las
cartas, unas lneas ya pre-establecidas y ordenadas que dan una red general a la
interpretacin de cada naipe. Con la imagen viene anexo eso que tanto han discutido los
tratados esotricos, la claves de cada carta; dos puntos generales de donde el tarotista
cuelga, o mejor, soporta, su interpretacin. Es el horizonte y lmite establecido por la
decantacin de los manuales y las lecciones de tarot. Una lista en la que a cada carta
corresponden determinadas caractersticas, cualidades, situaciones y narrativas de los
tpicos de la vida corriente. Lista que va unida a la imagen impresa en la lmina, puede
ser al nmero, al orden de los elementos plasmados, los colores, la posicin de las
manos, la postura del cuerpo, la distribucin de los objetos. Etc. Y que se va incrustando
en el relato del tarotista mientras lee las cartas, haciendo particular lo general, ajustando
a la medida del consultante esos trazos amplios de las 78 cartas del tarot. El tarotista es
un lector y en ese grado un intrprete, compone a partir de las cartas sobre la mesa, las
palabras y los gestos del consultante, una historia acorde con las incertidumbres y
certezas de quien lo requiere. Va hilando una historia que se aprovecha de diversos
recursos para su relato y que intenta, una veces con xito otras no, atrapar en un pathos
154
Es repetitivo y claro el uso comparativo que para Karinka tiene el tarot con otros juegos
y su relacin con el juego mismo. As como la capacidad de relatar a partir de las cartas
que salen en la consulta una pelcula bonita que este de acuerdo a la vida de quien
venga. Otro detalle interesante que se hizo evidente en esta entrevista fue la frecuente
analoga entre el mazo del tarot y la vida misma, la vida corriente. Un figura retrica
que tal y comprobaremos ms adelante satura en la cultura popular la imagen y uso de
los juegos de naipes en general dentro de poesas, pelculas, novelas, canciones, dichos
y refranes. Y que cobija ms all del tarot a todos los naipes de manera genrica,
convirtindolos en un modelo lgico de uso frecuente en los ms diversos mbitos de
las artes y el conocimiento, lo que da al tarot ante todo un sustento simblico en el
entramado profundo de nuestra Cultura, un arsenal de significados que rebasan con
creces el sentido esotrico de la baraja, y que la ubican socialmente ms all del campo
mgico y del actual estallido de creencias. Una figura ms que fortalece nuestra
insistencia en el aspecto ldico de la consulta del tarot y que nos permite entrar de lleno
a muchas de las conexiones que hemos mencionado a lo largo de nuestro texto, no sin
antes presentar para cerrar este aparte, la fugaz consulta con que Karinka dio final a la
entrevista.
K. T cmo te llamas, qu fecha de nacimiento tienes?
155
Con los ejemplos anteriores quisimos mostrar la dinmica cotidiana del tarot en Bogot,
en especial, la que ocurre en aquellos centros esotricos que se anuncian con insistencia
en los peridicos, la televisin, la radio y los volantes. De manera selectiva se
presentaron las formas, los contextos, los relatos, los intereses y los personajes que
intervienen comnmente en este tipo de consultas, resaltando que el uso del tarot en
dichos escenarios corresponde a una bisagra que permite el paso de la adivinacin al
mundo mgico y a la brujera. Un herramienta ms del arsenal dispuesto por los
hermanos en sus estanteras y listas de servicio, que sirve segn los hermanos para
dar cuenta del mundo oculto, cumpliendo a cabalidad con la funcin oracular de
mostrar lo que al ojo corriente no es posible ver; pero que de manera objetiva, ms
all de lo que dicen los entrevistados, abre la posibilidad de ofrecer otros servicios
156
esotricos, baos, velas, ligas, trabajos, limpiezas, etc., que por lo general exceden en un
alto porcentaje el precio de la consulta, y por tanto la importancia de la misma. Pues tal
y se plasm en los ejemplos, de la sentencia oracular del tarot se pasaba con rapidez e
insistencia a la oferta de pociones y rituales como antdotos; dejando atrs las
incertidumbres y temores del consultante, que tras el avance discursivo de los
hermanos, iban siendo reducidos a x y formula mgica que los solucionara,
independiente de sus acciones, sus capacidades, su capital simblico, social, poltico o
econmico.
Sin embargo, las entrevistas y ejemplos con los hermanos nos han permitido abrir la
discusin del sentido social y cultural del tarot ms all de los debates religiosos y de
nueva era que tanto se repiten hoy da en las facultades. Pues a pesar de las anotaciones
anteriores nos han dado elementos de provecho para una interpretacin juiciosa de la
consulta del tarot en Bogot, que tenga en cuenta adems de lo ya dicho, el mito, el rito,
el juego y la sociabilidad de los sujetos en dicha prctica. Cuestiones que trataremos a
profundidad en relacin con nuestro objeto de investigacin en este aparte, donde
traeremos a cuento un ejemplo paradigmtico de otro tipo de escenarios de consulta que
por su forma mucho ms amplia proporciona el espacio necesario para vislumbrar en
detalle los elementos que nos interesan.
prcticas mgicas aparte del tarot, su lectura nunca incluy la oferta de esos servicios, ni
seal siquiera la necesidad de los mismos para calmar las incertidumbres y los miedos.
Su relato era pausado y el orden de la lectura evidente, pues a diferencia de la
vertiginosa tirada de los hermanos, era puesta por cada tpico o pregunta una carta o
una serie de cartas, haciendo mucho ms fcil para el consultante relacionar una de sus
incertidumbres con la imagen asignada por el azar, lo que facilitaba en cierto grado
comprender la secuencia de la tirada. Es por lo anterior y por lo extenso de las
entrevistas y consultas que presentamos ac un ejemplo representativo, con la intensin
de no extenuar con largas transcripciones el texto, convencidos de que en el ejercicio
que presentaremos aparecen los elementos generales para proponer un modelo.
En esa bsqueda que empez con el tarot, fue conociendo otro tipo de prcticas que bien
hoy da se encuentran dentro de la lista en aumento de la Nueva Era, as del curso de
tarot que tomara, pasara a estudiar Feng Shui, obteniendo en ambas especialidades los
certificados correspondientes. A esta dupla Loly haba agregado por intereses propios
las Runas, el I Ching, la Radiestesia y la limpieza energtica de las casas, prcticas
que dijo haber tomado en consecuencia de la bsqueda misma. Resalt que al principio
de todo se autocensuraba y dudaba de su salud mental, cuestin que resolvi con el
tiempo al tomar la decisin de salir del closet en sus propias palabras, pues admiti
que la lectura de tarot la ejerca bajo cierto secreto, o con cierta reserva, fijndose muy
bien a quin enteraba, porque estas cosas despelucan a la gente.
Aunque en las palabras iniciales de la entrevista Loly haba sealado lo divertido de leer
las cartas cuando era nia, conforme iba transcurriendo su relato un par de veces
coment que el tarot no es un juego, que esto no es un juego; cuestin que a esta
altura de la investigacin nos pareci sugestivo profundizar con ella.
As las cosas, la entrevista con Loly nos indicaba para el camino datos muy concretos.
Su incursin en la prctica del tarot se marcaba en la infancia y de modo ldico con el
uso de naipes corrientes, esos primeros recuerdos evocaban la naturalidad del don, la
predisposicin de ella para el oficio mgico. El don es referido a la capacidad de ver
cosas, de sentir cosas, que estn ocultas, son secretas o pertenecen a las fuerzas de lo
sobrenatural, este don es reconocido por los Otros, sean familiares o amigos, y por tanto
es legitimado en los Otros, de all que sea la hermana quien le obsequie su primera
baraja de tarot. A la aparicin del don y a su insistencia, consecutivamente le sigue la
bsqueda y con ella su educacin, lo que trajo para Loly el inters por otras prcticas
del esoterismo y la Nueva Era, lo que fue ubicando al tarot dentro de un sistema muy
personal y eclctico. A diferencia de los hermanos Loly se caracteriza por la reserva
de su oficio, en lugar de volantes en calles concurridas y un listado de soluciones, una
tarjeta y la atencin en el estudio de su casa; no hay recepcionistas. Para ella el tarot
tiene la capacidad de poner sobre la mesa la realidad de quien lo consulta, de all que su
lectura impacte y mueva energas, que se convierta en algo serio. Dicho sea de paso,
que trate a travs de las cartas asuntos de la vida corriente del consultante, que en un
principio segn ella, tocan temas que por lo escuetos resultan triviales, pero que a
medida que desfilan los naipes y el relato, se adentran en asuntos ntimos.
La entrevista con Loly nos dio la oportunidad de acceder a una consulta extensa y
registrarla, poner sobre la mesa las cartas y entrar en la dinmica propia de la
adivinacin con el tarot, esto es participar de un ejercicio de cartomancia en caliente
pues se lograba con ello tener pruebas del tarotista y la baraja en fro en descanso y
congelados sobre la mesa, para luego ser puestos en movimiento junto a las preguntas
160
La consulta resulta demasiado larga para ser expuesta en su totalidad, sin embargo, a
pesar de lo pretenciosos que puedan parecer los apartes que citaremos ac, la intencin
es dar al lector elementos suficientes para hacerse una idea lo ms cercana posible de lo
que sucede entre tarot, tarotista y consultante en este tipo particular de escenarios.
Reconociendo de antemano que la realidad excede con creces las palabras y artimaas
que usamos para describirla e interpretarla, y que el sentido de los sujetos est sujeto a
su intimidad, campo infranqueable. Ya se ha dicho que el motivo principal para elegir
esta consulta como modelo obedece a que en ella se encuentran ntidamente elementos
generales de los ejercicios etnogrficos que se realizaron; adems de la calidad del
registro, tambin nos result sta la mejor opcin, por tratarse de una observacin
reflexiva, pues al ser involucrados en la lectura, era ms probable reconocer las
sensaciones y el sentido de la misma, por no decir que as se evitaba traer a cuento
intimidades de Otros con la pretensin de conocerlas, tarea por dems imposible, pues
el Otro ese sujeto, siempre se nos escapa. Leccin que una sociologa de los sujetos no
ha de olvidar.
161
R. Y el maestro es
L. Mi maestro es mi gua, quin es? No s
R. Ok.
L. No s quien es, el me llego a decir que es san Rafael arcngel, otras
veces, que no, que es san miguel arcngel, yo no soy rezandera Rodrigo,
para nada
R. Aj
L. Pero yo si voy a una iglesia cuando me toque un entierro o me toca ir a
un matrimonio, voy, (yo no le hago nada un cura no tengo nada que
hacerle) Pero si creo, creo en los ngeles, creo que si nos ayudan, pero
() obviamente estn a () de dios () Aqu me vas a hacer tres
paquetes diferentes,
R. Partiendo hacia...
L. Hacia el lado que t quieras, yo prefiero siempre, mejor que sea hacia
la izquierda, pon esta encima de esta, esta encima de esta, es hacia este
lado que tiene tu energacoge la tercera y me las pones aqu boca
abajo, una dos tres cuatro, aqu si me las botas as me lees el tarot es a
muno, dos, tres, mira como las volteo, yo las volteo as, yo no las
volteo as., porque les cambio la lectura, la posicin de la lectura es la
siguiente, est es una lectura negativa para ti..
La lectura haba empezado, llena de detalles que iba marcando Loly amablemente. Se
iban decodificando los signos que impregnan el sentido y el contenido de la consulta
poco a poco, desde la forma y manera de barajar y de partir el mazo, de voltear las
cartas, hasta la manera y posicin de las imgenes mismas, que descarnadas y llenas de
colores iban apareciendo al giro general de los naipes.
La marcada diferencia que haba nombrado Loly entre juego y mancia se hacia presente
en su advertencia por el modo de barajar los naipes, no como las de pker quedaba
registrado, dndole de esta manera, a partir de la accin, un significante distinto al trato
de las cartas. Recordemos pues que la palabra tab inscrita en el ritual esta referida al
no tocar y ms que a la negativa misma, a la forma de tocar pues es el rito quien
prescribe la manera, la formula de tocar lo sagrado. Esto pues marcaba un rito, el
163
R. Ah jum
L. Por qu? Porque para mi est al contrario, ok. Cmo es la relacin
con tus paps Rodrigo, o si, tienes t pap todava?
R. Si claro.
L. Y cmo son esas relaciones?
R. Todas al revs? (Refirindome a la posicin de las cartas)
L. Yo no fui las que las escog viejo.
L. Cmo es esa relacin? Ehh, no, pues es, es una relacin muy
formal, no es una relacin muy ntima, no es, es una relacin muy formal.
L. Su pap est all en el pedestal, as (extiende las manos hacia lo alto)
R. Tiene ciertas distancias
164
L. Aqu habla mucho de afectos, hay una mujer cerca de ti, cerca de ti,
que gasta mucha plata en (silbido, maquillaje sobre los pmulos), mmm,
no?
(niego con la cabeza)
L. No!
R. No
L. Seguro?
R. Segursimo
L. Cmo est esa mam, tu mam tus hermanas
R. Mmm, no, mi mam muy bien, mi mam es la compaa ms cercana
que tengo
L. Y tienes hermanas?
R. Tengo una hermana, pero ella est ahorita sin trabajo
L. Hay otra mujer por ah
R. No
L. Eche cabeza
R. Pues de pronto puede ser una amiga que es muy vanidosa, pero...
L. Ahhhh
R. Pero...
L. Ahh, gasta ms de lo debido
R. Pues gasta, pero no es muy cercana tampoco
L. No, pero son personas que estn alrededor tuyo, el tarot, piensa, que te
hablar de lo que te atae, si? Y a lo mejor esa amiga tuya t la quieres,
R. si es una amiga, es muy cercana pero no,
L. La quieres. No pero no quiere decir que tengan otra clase de afecto.
R. Aj
L. Entonces la quieres, y eso es lo que habla el tarot, que se gasta la plata.
En este momento ests como sin fuerzafuerza interna
R. Si
L. Tu fuerza interna est mmm, bajita bajita bajita, bajita bajita, ehhh,
hay una persona de edad en tu familia cerca de ti, un abuelo, una
persona de edad?
165
cercando el sentido de la consulta, van con cada pregunta elaborando un lmite, para
esta ocasin del campo sentimental, en un recurso por indagar sobre las relaciones
cercanas, que en cierta medida son las que afectan o las que influyen en la dinmica
166
propia de los sentimientos. Y que van apareciendo, con el enunciado y gesto del
consultante en un grado ms significativo que el otro. Y con ello van apareciendo los
personajes que habitan la vida cotidiana y con ellos se van armando los relatos de lo que
es en el presente y de lo que aguarda en el futuro. En un ir venir entre el tiempo de los
actores y de los acontecimientos, la narrativa de Loly va tocando lo sensible, sea con
preguntas abiertas que ponen al consultante a ejercitar su memoria y su inconsciente, o
con preguntas directas que van sealando, a pesar de las respuestas, una puerta hecha de
certezas que se van convirtiendo en incertidumbres, y que van poniendo entre dicho,
bajo comillas, las percepciones que se tienen sobre la vida cotidiana y quienes la
comparten. Confrontando la percepcin corriente de quien consulta con la visin del
tarotistas y el tarot. Pues ya se ha dicho que de las caractersticas simblicas de la
consulta que conforman su representacin, mostrar lo oculto es una de ellas y de las
repetitivas. Loly va narrando el estado de las cosas y de la personas con un valor muy
distinto al que el consultante percibe, o tiene idea, construyendo un relato entre la
descripcin y el interrogatorio.
168
La consulta tomaba una dinmica constante, iban apareciendo los tpicos reiterativos en
el inters comn de los consultantes; el amor y el trabajo, la familia. El relato iba
consolidando su forma entre preguntas y afirmaciones en cada uno de los temas,
dibujando un panorama de lo sociable. Los tpicos se iban tocando levemente, armando
con pequeos trozos un relato amplio de cada personaje y cada una de sus situaciones.
De las relaciones filiales se entr de lleno a las cuestiones del amor y del trabajo,
describiendo con algo de detalle ambos escenarios y sus actores, abarcando con sus
frases el extenso lineal de ambos en el tiempo: pasado, presente y futuro. Dando la
sensacin de ir armando un rompecabezas o girando un caleidoscopio en busca de la
imagen completa o si se quiere, de un relato cerrado de la vida de quien consulta. Las
frases de Loly en todas las ocasiones se movan junto a calificativos y opiniones de lo
ntimo y de lo general, casi de lo abstracto. Porque si bien algunas de ellas lograban
entrar en el conocimiento del consultante, es decir, podan ser compartidas por la
subjetividad del consultante, otras en cambio escapaban al conocimiento que el
consultante tiene o tena de los actores y escenarios que eran descritos por Loly. Y esto
plantea un ejercicio reflexivo por parte del consultante y un acto comunicativo,
performativo, por parte del tarotista, que va realizando un tema a medida que lo
enuncia, y a su vez va invitando al consultante a confrontarse, ya desde los valores de
verdad, con esos enunciados, lo que produce un juicio sobre lo que es verdico y lo que
no lo es ante todo, pero que al final se traspasa a lo eficaz, al xito o no de la consulta.
En esa dinmica extraa entre el mito y el rito, sentenciado tal y lo hace Pramo, que el
mito es eficaz cuando ritualiza y el rito es eficaz cuando mitifica, pasando de la lgica
del decir a la del hacer. Vinculando la creencia con la prctica, y moviendo las creencias
desde las prcticas.
En consulta Loly tocaba la socialidad del sujeto, esas relaciones intimas y cercanas que
afectan y estremecen a los actores en sociedad, esas sensibilidades que no obedecen la
razn instrumental ni a la accin medida, y que ms bien apelan a la emotividad como
lazo de lo social y asidero de sentido. Aunque las palabras de Loly y los detalles a
propsito de la relacin laboral o del campo laboral iban delineando una accin racional
con arreglo a algo, la descripcin y condicin de la accin se soportaba en el carcter de
la persona, refirindose al sentir mismo de los actores y sus escenarios. De la lgica
170
Por
ejemplo Loly confiesa que no da fechas exactas, ni el dnde o con quin se encuentra
cualquier fulanito y atribuye este relato a personas que hablan basura y se quieren
slo tumbar la plata, identificando que en esta prctica existen unos otros, con
diferentes intenciones que se lucran nada ms de la gente. Esto es interesante porque las
condiciones para que opere la consulta estn graduadas con el campo social de los
participantes, pero persisten los tpicos que aporta el mito como los hilos gruesos en los
que se soporta y con los que se teje el sentido de la prctica. Con esto indicamos que se
le da un horizonte de significado a las incertidumbres, tristezas y miedos de quienes
consultan y a quien interpreta, lee o adivina con las cartas; apelando en ambos casos a
temas que por tradicin inundan las novelas, la msica, el cine, el teatro, la pintura, los
refranes, etc, y que no dejan de saturarse, tales son el amor, la muerte, la traicin, la
enfermedad, los celos, el poder, la familia, el trabajo, la amistad, el odio, la guerra, la
envidia, la intriga, el robo, el asesinato, el matrimonio, la sexualidad, el fracaso, el xito,
174
etc. Temas que aparecen con regularidad, en las consultas de los hermanos y en la
consulta con Loly, y que estn marcados en el significado establecido por los manuales
del tarot para cada carta, y que adems encuentran correspondencia en las
incertidumbres comunes, en los sufrimientos, miedo y penas de los consultantes; y que
tambin aparecen en el entramado cultural de la adivinacin con cartas en la ciudad de
Bogot. As se demostr con los volantes, la prensa, las revistas, los portales de internet,
y dems textos que hacen referencia al uso, al contenido y al sentido social de la baraja
del tarot.
En el aparte de la consulta que transcribimos, Loly da elementos de lo particular en su
lectura, si bien preguntamos sobre la temporalidad de sus anuncios y la claridad de las
cartas; sus respuestas estaban dirigidas a diferenciarse de otros tarotistas y sus relatos.
Tal y sucede en el campo de la magia, y de la misma manera que los shamanes de LviStrauss se disputaban la legitimidad de su oficio, Loly apela a no mostrar la pluma
ensangrentada y a llevar su rito de una manera distinta a esos otros que dan fechas o
dan datos exactos y se tumban la plata miserablemente. Otro punto interesante es el
referido a las cartas, al mismo tarot, que segn ella se transforma en sujeto cuando el
consultante baraja sus naipes y las elige. De objeto a sujeto nos parece que es el paso
cualitativo que los tarotistas generalmente dan al tarot, el tarot mientras va cogiendo y
escogiendo, es pues el tarot el que habla, el que seala, el que toca los temas, el que
ordena, el que revela, el que pone en claro las cosas, tanto para el tarotista como para el
consultante. Un hablante que participa en las narrativas de ambos personajes y que
complejiza la interaccin social con la aparicin de sus imgenes; un fetiche con la
capacidad de transformar y significar las acciones y creencias de los que creen, sea por
su fe intensa, sea por una fe provisional; un fetiche que es libro descuadernado y que a
diferencia de las comunidades del libro tradicionales y sus dogmas, con instituciones
que repiten, legitiman, ordenan y custodian el verdadero saber de su lectura y de su
interpretacin, no aglutina a la masa ni rinde renta diariamente, sino que ms bien se
caracteriza por ser un rito espordico, trivial, fugaz, intempestivo.
Junto a Loly tuvimos entrevistas y consultas con Marco Antonio Azuero, Norma, Anita
Rico, Adriana y Alejandro entre otros; todos ellos apelaron a distanciarse de los
hermanos que ofrecen sus servicios a travs de los volantes y resaltaron la prctica del
tarot como un encuentro teraputico y de consejera guiado por un mazo de naipes, ms
175
que
176
EL tarot es un libro descuadernado que para nuestro orden opera como un catalogo de
mitos, esto le da dos referencias simblicas potentes. La primera se refiere al afuera del
mazo, a lo que es el tarot en el sentido comn y lo que representa social y culturalmente,
por esta referencia hallamos que sus contenidos aparecen de manera condensada en
noticias y comentarios de prensa, que van llenando las anotaciones comunes sobre el
objeto y lo van delineando en un entramado significativo que oscila entre la estafa y los
misterios de la prediccin. As por ejemplo encontramos en la prensa capitalina una
crnica titulada Tarot: ciencia, magia o charlatanera publicada en octubre de 1998 que
empieza con el siguiente prrafo:
Esta forma general en la que aparece el tarot es la que da sustento al objeto en el campo
esotrico y mgico de la ciudad. Es de esta manera que lo encontramos con insistencia
en los anuncios, volantes, peridicos, televisin, internet entre otros; y es de esta manera
que se sustenta en el ejercicio mismo de los tarotistas y en las bsquedas de sentido por
parte de los consultantes a sus incertidumbres, sufrimientos y enfermedades. Del mismo
modo, al preguntar sobre el origen y uso del tarot, nos encontramos con un extenso
inventario de narrativas y manuales que transmiten desde el siglo XVIII los poderes y el
contenido oculto de la baraja, repitiendo hasta el cansancio su origen mstico, su
conexin con tradiciones mgico-religiosas importantes y su valor arcano entre los
iniciados; desde Court de Gebelin en el XVIII hasta Marco Antonio Azuero en la
Avenida Pepe Sierra de Bogot, la bsqueda de un orden lgico y a la vez sobrenatural
de las 78 lminas ha dado para construir las ms variadas explicaciones sobre su
iconografa. Lo que nos introduce a la segunda de sus referencias simblicas con poder:
la que es capaz de narrarse a partir de la imagen de cada lmina.
Aqu hallamos entonces no el mito del tarot, sino el tarot como catalogo de mitos. Un
sistema, anlogo al del alfabeto, que por combinacin y diferenciacin de sus elementos
tiene significados particulares y es capaz de construir en serie narrativas pertinentes
culturalmente. As mostramos que para cada arcano mayor y menor los tarotistas y las
corrientes esotricas establecan un inventario de equivalencias que les permiten narrar
a cada arcano y narrar sus combinatorias en un lenguaje corriente. Este inventario sin
duda resulta econmico en comparacin con lo que un historiador del arte es capaz de
107
Tomado de:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-772395
178
contar sobre el contenido temtico de una imagen, e incluso con lo que Guillermo
Pramo ha sido capaz de demostrar en distintas conferencias sobre los paradigmas
mticos dibujados. Pero una cosa es someter las imgenes del tarot a un estudio de
iconologa o al pensamiento antropolgico de Guillermo Pramo, y otra muy distinta
construir con elementos de las ms diversas tradiciones mgico-religiosas una tabla de
significados para usarse en un acto adivinatorio o de consejo. Una tabla que en primer
lugar guarde algo del consenso histrico producido por las corrientes esotricas y en
segundo trmino indique de manera particular el contenido de cada carta. As es comn
encontrar dentro de estos inventarios el tema de la astrologa y el tema de la cbala
juda, siempre relacionados con los elementos que hacen parte de las figuras del tarot,
con sus nmeros y sus nombres. Tal y lo presentamos con distintos ejemplos, el tarot
desde el siglo XVIII esta sometido a un proceso de cristalizacin que busca establecer
un sistema coherente y general para su uso y significados; sin embargo, este proceso ha
producido que se construyan distintos sistemas simblicos sobre el objeto, que se
diferencian finamente unos de otros, pero que estn en pugna permanente por establecer
el contenido verdadero. Esto no ha debilitado al sistema como tal, sino que lo ha
potenciado y lo ha diversificado en miles de tipos de tarot y de iconografas; diversidad
que conserva algunos trazos del inventario inaugurado por Court de Gebelin, Eliphas
Levi y A. E. Waite en los elementos que ya nombramos, astrologa y cbala juda; pero
que tambin ha permitido el desarrollo de temticas muy locales, el tarot Colombiano o
el Tarot Maya por ejemplo, que atienden a las tradiciones esotricas pero se separan de
ellas con libertad y originalidad; a la vez que ha permitido la incursin de los motivos
mundiales de los medios masivos de comunicacin y el cine, estn el Tarot de la Guerra
de las Galaxias o el Tarot del Seor de los Anillos, mostrando con esto la plasticidad de
los paradigmas mticos y la intensidad con que es posible variar la forma de los
paradigmas. Tal y se han hecho en el mundo adaptaciones e interpretaciones de las
obras de Shakespeare o de la historia de Edipo, la facilidad que tienen los arcanos del
tarot para acomodarse son otra razn ms para validar su carcter de paradigmas
mticos; lo que nos da ms tema para justificar el uso de este concepto al momento de
dar cuenta de la consulta en la ciudad de Bogot.
Habamos retomado la idea del tarot como un libro descuadernado, un libro que esta
compuesto de paradigmas mticos, el que sea descuadernado es a nuestro parecer lo que
179
Calvino, talo. 1977. El Castillo de los Destinos Cruzados. Pg. 70. Buenos Aires: Ediciones Libreras
Fausto.
180
del rito, en la cita que trajimos a cuento de Calvino, brilla otra vez por ejemplo el tema
trivial del Amor, lo que da sustento a la dimensin del mito como portadora del sentido
del escenario que exploramos y consolida una vez ms que sea cual sea el escenario taropeutas, hermanos, artes- las incertidumbres de quienes consultan son las mismas.
Sufrimos y tememos con diferencia de grado a las mismas cuestiones. Y esto nos da un
paso de lo que es el tarot culturalmente, de su representacin, a lo que trata el tarot
socialmente, a la dimensin de la sociabilidad que aparece en la consulta a travs de las
preguntas y respuestas de los actores.
Si bien habamos tratado el tema del mito con profundidad, anotando para el debate que
de manera general ha permanecido vinculado a la ficcin, a la fantasa y a la falsedad, a
la emotividad, a lo irracional y a lo simblico. Destacando de paso su capacidad
estructural, el sentido que le da al mundo, su poder de ordenar el Universo. Aqu ya lo
convocamos de una manera un poco ms personal, permitiendo que aparezca no slo en
el horizonte de significado que da el sentido comn, sino tambin en el contenido que
las personas ponen a su sociabilidad y su vida corriente. Esto lo destac de paso LvyStrauss al tratar el tema del mito y la eficacia simblica en la curacin de una mujer con
un canto, y esto tambin de cierta manera lo han trabajado junto al psicoanlisis autores
como Campbell. Se encuentra de igual forma en el vnculo que supone Evans-Pritchard
entre las creencias de los azande y la lista de los temas ms comunes de consulta del
orculo del benge. Y as, con esa capacidad de vivir dentro de las personas, es que
encontramos el tema del mito en la consulta del tarot, que para varios de los ejemplos
aqu tratados tratan del ideal del Amor y de sus contradicciones. El tema quizs ms
referido en las entrevistas, en las pginas de Internet, en los peridicos, en la radio y en
la televisin, que aparece en consulta con todos los matices: la traicin, los celos, el
engao, la felicidad, el matrimonio, el embeleco, la burla y la venganza.
De la misma manera que funcionan los mitos para un grupo social, en la consulta su
aparicin es en forma de relatos que estructuran el mundo y que le dan sentido al mundo
y en alguna medida a las incertidumbres, los temores y las dificultades. Para este caso
del amor, se hace claro que son discursos que reposan en estructuras compartidas -es la
historia tpica, lo que a todo el mundo le pasa, lo que esta en boca de todos- y que se
adentran ms hacia el campo de la vida cotidiana que hacia una preocupacin por el
181
estado religioso de las cosas. Son en ese sentido tambin relatos liminales, que bordean
todos los campos de la vida social de las personas y tratan de tocar su intimidad y la
nuez de su subjetividad.
Por eso mismo es que el tarot no ha sido tomado en cuenta en ningn estudio, y es por
eso mismo que la sociologa de la religin no ha sido capaz de preguntarse por su
permanencia cultural y social. Incapacidad que comparte con la sociologa de la cultura
y que si no fuese por las espordicas reflexiones de Echeverr compartira con la
antropologa tambin. Pues no tememos en repetir el olvido y ausencia de nuestro tema,
el silencio que deben guardar estos cientficos sociales ante una cuestin tan trivial
como lo es el tarot. Y es tambin por eso mismo que la baraja se vincula al estudio
esotrico y de la magia, recordemos que varios autores, Durkheim, Marcel Mauss,
Bourdieu, encuentran en este fenmeno una expresin de intereses individuales y
egostas que muchas veces se hallan en contradiccin con lo religioso y su sentimiento
de solidaridad y cohesin. Sin embargo tal esperamos seguir demostrndolo, esta
mirada negativa hacia la magia, corresponde ms a la percepcin de los estudiosos y a la
obsesin por la sociologa ortopdica y positiva por la masa y las instituciones, que no
permiti tomar en cuenta las dinmicas de lo personal en la magia y su valor social, su
importancia en la vida corriente; ni desarrollar herramientas interpretativas para
acercarse al tema. Esto para nosotros es visible en la proscripcin que un autor como
Simmel tuvo en el Departamento de Sociologa de la Universidad Nacional, por no decir
de la ausencia de este autor en las tesis y enfoques de la disciplina en el Pas. Lo que
puede explicar que al revisar la produccin e intereses de nuestra sociologa ests
prcticas mgicas, el caso particular del tarot, sean observadas de reojo y como puras
supercheras. Para nosotros el poder simblico del tarot, ese entramado que lo vincula a
la magia, a lo popular, a la adivinacin, a la estafa, a lo ingenuo, est presente en la
sociologa colombiana y en sus socilogos que no escapan de su mito y de su
representacin cultural, ni siquiera de su funcin social. Pues si bien hace parte de la
vida corriente de algunos de ellos, esta declaracin o esta cercana, contamina, ese es el
riesgo, el pensamiento acadmico. El tarot entonces resulta ser un tema tab, porque se
corre el peligro de contaminarse con todo lo que l significa, y lo que el tarot significa
culturalmente aleja a los socilogos ortodoxos de sus pretensiones objetivistas y serias;
182
sumando a ello que tal y lo hemos tratado, en los temas que convoca el tarot, caben esas
trivialidades de la vida cotidiana de la que son tambin vctimas los acadmicos.
Pero resulta que esas trivialidades de las que trata el sentido comn, son para algunos
estudiosos del mito y para un socilogo agudo como Simmel con l, Bauman (2002),
Maffesoli (2009) y Restrepo (2009)- materias que llenan la vida, y que por estar en
capacidad de originar acciones de unos individuos sobre otros, engendran toda la
resistencia y elasticidad, el abigarramiento y unidad de esta vida social, tan clara y tan
enigmtica109. Por eso la importancia de proponer para nuestra investigacin un
escenario que va trocndose de lo general a lo particular y que nos permite ir
encontrando en las propias incertidumbres, miedos y sufrimientos de las personas
aquellas estructuras que se comparten socialmente. Que estn en lo profundo pero que
sin embargo apenas funcionan como nudos de sentido para las acciones reciprocas entre
los sujetos, pues a todas luces, esas particularidades y detalles de las que estn llenos la
vida cotidiana y sus protagonistas son las que impulsan el influjo entre unos y otros. No
es solamente argumentar que las dinmicas contemporneas de la creencia estn ms
cerca de la lgica de la magia individual, subjetiva, des-regulada- y que por esa causa
el tarot sea tenido en cuenta en su prctica, es decirle a la sociologa colombiana que por
su misma concepcin de la disciplina lo que vale la pena investigar, lo que es un
problema de inters- se ha perdido de fenmenos que merecen atencin, y que hacen
eco a una serie de preocupaciones que se han tratado con amplitud en otro tipo de
sociologa.
Y es de ese influjo del que trata el tarot ya puesto sobre la mesa, pues tal y lo
encontramos en las entrevistas y en las consultas, lo que le interesa al que consulta es
su relacin con los otros y con el mundo; y lo que narra el tarotista es de la relacin de
los otros entre los otros, la relacin de l o ella con los otros, y la relacin de todos con
el mundo. Lo que convierte al consultante en un personaje que va apareciendo en medio
de la mesa y sobre las cartas echadas. Tal y lo present talo Calvino lo que sucede en
consulta es una accin narrativa en donde las personas se convierten en protagonistas de
una historia con tintes dramticos, una historia en la que se tocan aspectos de la vida
social y de la vida intima, no desde un punto objetivamente determinado, sino desde la
109
Simmel, George. 1936. Sociologa. Pg. 26. Buenos Aires: Editorial Espasa- Calpe, S.A.
183
184
que impone la mascara, que tambin acerca, no sera posible que dicho acto de habla,
con sus narraciones, fuese eficaz.
As las sentencias del tarotista, sus consejos y sus predicciones, requieren que el
escenario este acorde con la imagen previa que se transmite culturalmente sobre la
consulta del tarot. Por eso la puesta en escena de los hermanos marcadamente
brujesca, de tonos oscuros y luz de velas, de imgenes de santos, de inciensos, de
cuarzos. Por eso su separacin espacial y tras bambalinas, un circulo mgico
debidamente trazado para el rito, diseado no slo para recibir a las potestades de los
otros mundos, sino a las incertidumbres de los consultantes. Un escenario ordenado de
lo oculto y de lo desconocido, que por parte del tarotista impone la voz baja, el susurro
y el secreto; hace que esa combinacin de las cartas echadas sobre la mesa y los olores
a tabaco o a sahumerio, el cristo agonizante, las almas del purgatorio, soporten la
legitimidad de la prctica de adivinacin.
Lo mismo sucede con los taropeutas que preparan un escenario donde bien pueda
llevarse a cabo el rito, pero que no se preocupan tanto por el mobiliario brujeril de
colores opacos y luz de velas, pero que s conservan el crculo mgico sobre la mesa,
con cuarzos, inciensos, vasos de agua, amuletos, paos de colores. De una forma ms
sencilla los taropeutas preparan su escenario de tal manera que para el consultante se
marque un espacio ritual que permita tocar su sociabilidad y sus intimidades; y que para
ellos sea funcional con la mscara y el tono de su narrativa.
Ambos escenarios en la prctica resultan eficaces, pues los consultantes asisten en busca
de respuestas a sus incertidumbres tanto a los locales comerciales de los hermanos
como a los estudios y salas de los taropeutas. Sin embargo para una detallada
interpretacin de su eficacia, no basta con dibujar la funcin del mito y del rito en
general, sino buscar tambin aquellas variables que pueden darnos luces sobre la
distincin entre ambos escenarios. De tal manera que lleguemos a encontrar algunas
predisposiciones sociales y compatibilidades para que un acto de cartomanca con el
tarot, ya sea de adivinacin o de consejo, resulte exitoso. Estas variables,
predisposiciones y compatibilidades son las que moldean las narrativas de los tarotistas
con un contenido particular, si bien los mitos los encontramos simblica y
185
estructuralmente detrs de las historias, los cdigos que aparecen mientras se narran,
varan en valor de acuerdo al acumulado de capitales sociales de sus protagonistas.
Hasta aqu me atrevera a afirmar que en general los tarotistas son especialistas de lo
esotrico, como sub-campo de lo religioso s se me permite, en tanto producen,
reproducen y distribuyen el capital esotrico adquirido por competencia, a travs de un
aprendizaje prctico y de un aprendizaje sistematizado por instituciones encomendadas
para producir y reproducir el capital esotrico, como los son las rdenes esotricas (El
Alba Dorada, Los Constructores del Aditum, La Gran Fraternidad Universal, por
nombrar algunas) y las libreras esotricas (Librera el Arcano, principalmente) que
comercializan los textos de diferentes editoriales especializadas en este tema.
(Generalmente cada orden esotrica sostiene una editorial) Cabe anotar que estas
rdenes esotricas, originadas principalmente en Europa o en los Estados Unidos,
distribuyen el capital esotrico tambin a partir de sistemas simblicos, producto de la
reinterpretacin letrada de sistemas mticos rituales e ideologas reconocidas como
religiosas. El tarotista es un especialista socialmente reconocido como detentador
exclusivo se un saber autrquico. Aunque esto es oscilante, ya que el capital esotrico,
as como su mensaje, est determinado por el habitus110 de clase o de grupo al que estn
ligados los especialistas, los difusores y los receptores. Generalmente entre los
detentadores del monopolio religioso, el tarotista aparece como un manipulador profano
de lo sagrado, como mago o brujo, que se caracteriza por hacer parte de un cuerpo
ilegitimo, hertico histricamente; en principio, porque su capital esotrico es atribuido
110
Uso el trmino de Bourdieu porque ejemplifica la acumulacin social de prcticas y de creencias por
parte de una persona a travs de su vida. En palabras del autor: Necesidad incorporada, convertida en
disposicin generadora de prcticas sensatas y percepciones capaces de dar sentido a las prcticas as
engendradas, el habitus, en tanto que disposicin general y transportable, realiza una aplicacin
sistemtica y universal, extendida ms all de los limites de lo que ha sido directamente adquirido, de las
necesidad inherente a las condiciones de aprendizaje: es lo que hace que el conjunto de las prcticas de un
agente (o del conjunto de agentes que son producto de condiciones semejantes) sean a la vez sistemticas,
porque son producto de la aplicacin de idnticos esquemas (o mutuamente convertibles) y
sistemticamente distintas de las prcticas constitutivas de otro estilo de vida. ()Estructura
estructurante, que organiza las prcticas y la percepcin de las prcticas, el habitus es tambin estructura
estructurada: el principio de divisin en clases lgicas que organiza la percepcin del mundo social es a
su vez producto de la incorporacin de la divisin de clases sociales. (Bourdieu, Pierre. 1992. La
Distincin. Pg. 170. Madrid: Taurus.)
186
111
112
Los estilos de vida son as productos sistemticos de los habitus que, percibidos en sus muchas
relaciones segn los esquemas del habitus, devienen sistemas de signos socialmente calificados (como
distinguidos, vulgares, etc.). La dialctica de las condiciones y de los habitus se encuentra en la base
de la alquimia que trasforma la distribucin de capital, resultado global de una relacin de fuerzas, en
sistema de diferencias percibidas, de propiedades distintivas, es decir, en distribucin de capital
simblico, capital legtimo, desconocido en su verdad objetiva. (Ibdem: 1992. Pg. 172.)
113
El gusto, propensin y aptitud para la apropiacin (material y/o simblica) de una clase determinada
187
del tarotista determina el mensaje simblico del tarot, a la vez que anticipa por
presupuestos en la identificacin de estructuras y secuencias homlogas y socialmente
adecuadas del habitus del consultante, las condiciones objetivas que determinan la
posicin del sujeto. Es muy probable que entre tarotista y consultantes exista la afinidad
electiva de un habitus de clase, entendido este como unos principios comunes de
percepcin, concepcin y accin, interiorizadas. Se comparte un mundo, y se
discrimina el mismo por la capacidad adquisitiva que posea el consultante, por su estilo
de vida. As, la eficacia simblica114, surge no solamente por la precisin del dictamen
como producto de la correcta interpretacin de los smbolos en las cartas, que ya de por
si portan un universo de posibilidades que abarca todo tipo de preguntas y todo tipo de
explicaciones socialmente adecuadas y culturalmente factibles, porque estn hechas del
sistema de clasificaciones que las estructuran, como reflejo de los cdigos que
sistematizan las creencias; sino tambin por la eficaz identificacin del habitus del
consultante, por la adivinacin si se quiere, de los cdigos que estructuran
interiormente al sujeto, por distincin de los mismos en el cuerpo como esquemas de
estar en el mundo; todo gracias a su propia experiencia y a la herramienta que delimita
la posibilidad. Aqu marcamos el punto de distincin, y es que existe una diferencia
social al pagar 80.000 pesos a una licenciada en filosofa con apellidos extranjeros y una
casa propia al norte de la ciudad, a pagar 10.000 pesos en una consulta hecha por un
hermano en un edificio derruido de la Jimnez con carrera Dcima. Lo que nos deja
abierto el tema para asegurar que el habitus del tarotista y del consultante, junto a sus
estilos de vida, son dos variables importantes en la eficacia del rito, y que si resultan
afines, en cierta medida garantizan un porcentaje alto del xito de la lectura. Pues segn
las entrevistas y los ejercicio etnogrficos y los distintos registros nos es posible
argumentar que las narrativas vinculadas a la Nueva Era, tipo Librera Los Arcanos, con
gematra, cbala, astrologa, numerologa; con un tarotista profesional y una consulta de
80 o 120 mil pesos, o una narrativa con algo de psicoterapia, resulta eficaz para una
poblacin con niveles de educacin superior, ajenos a las clases populares y con el
114
La eficacia simblica podra encontrar su origen en el poder que sobre los otros proporciona, y
especialmente, sobre su cuerpo y creencia, la capacidad colectivamente reconocida de actuar, por medios
muy diversos, sobre los montajes verbomotores ms profundamente ocultos, ya sea para neutralizarlos ya
para reactivarlos hacindolos funcionar mimticamente. (Ibdem: 1990. Pg. 118.)
188
capital suficiente para invertirlo en este tipo de bienes. Mientras que las narrativas con
carcter brujeril estn ms vinculadas a las clases populares y rurales, con educacin
media y menor capacidad econmica. Esto no indica que sea imposible encontrar
ejemplos de un cruce entre estilos de vida, el libro de Germn Castro Caicedo, La Bruja,
es una prueba de ello, en dnde se narran las asiduas visitas de una bruja de Frontino
Antioquia a un Presidente de la Repblica de Colombia; de igual manera lo
comprobamos en campo con las mltiples menciones que hacan los tarotistas sobre sus
clientes ms famosos entre los que desfilan polticos, administradores, economistas,
militares, etc.
Sin embargo es importante sealar que una causa muy probable de la eficacia en las
consultas del tarot realizadas entre estilos de vida impares es el exotismo, sobre todo por
parte de las clases altas que buscan en prcticas no-distinguidas la distincin, esto
porque al acercarse en la propia ciudad a otro, ajeno, distante, oculto, brujesco, rural o
selvtico, se obtiene un valor simblico agregado de la consulta y de cierta manera se le
convierte tambin en travesa. Resulta ser en menor escala similar a aquel prestigio que
da visitar al Dalai lama o a x gur en los picos del Himalaya o en cualquier regin del
Punyab en ese peregrinaje mstico que hacen los ricos por las calles de los pobres. Lo
que potencia al final la imagen estereotipada, tpica y comn de la brujera y del tarot,
pues lo que operan son toda esa serie de cdigos y de smbolos que aparecen una y otra
vez en los volantes y en las pginas de Internet, y en las revistas y en la televisin; ese
poder que viene de lejos, de una civilizacin perdida, de un secreto trado desde la selva,
de una tradicin oculta, de un lugar o personaje que es totalmente otro, extrao y
extranjero; y que resulta instalndose en un local comercial de 30 metros cuadrados o en
un edificio deteriorado de oficinas en el centro de la ciudad.
consultante; esa narrativa incluye disposiciones del tarotista maneras corporales, del
lenguaje, capitales simblicos, estilos de vida, status- que le sirven para atrapar la
atencin y el sentido que su cliente requiere en la consulta, para constituir su mscara y
legitimidad en el ritual; la experiencia de su oficio y su propia acumulacin de prcticas
y de creencias en la vida dan tonalidad al mito, dan personalidad al sentido comn que
es narrado al comps de los tpicos de salud, dinero y amor.
Sin embargo existe algo particular en la adivinacin con el tarot y es su vinculo cultural
e histrico con los juegos de naipes, lo que impide se asle en consenso como un objeto
religioso y se mezcle con esos significados -de ilegalidad, de estafa, de peligro-de
Destino, Azar, Fortuna- que aparecen en el lenguaje del juego. Lo que abre la paleta de
recursos culturales para darle sentido al tarot y a las actitudes que en su consulta son
posibles, resaltando que lo ldico no est tan distante de lo adivinatorio.
Por otra parte tenemos la actitud ldica en la consulta del tarot, habamos advertido la
presencia del juego en los inicios del oficio de tarotista, y ahora nos interesa profundizar
un poco en lo que esto significa dentro del rito. No slo porque en determinadas
ocasiones lo ldico sea una memoria del ejercicio adivinatorio para el especialista, sino
porque se presenta en la actitud de la mayora de consultantes y de potenciales
consultantes. En muchas ocasiones en las que expuse sin detalles mi tema de
investigacin y fue mencionado el tarot, un porcentaje considerable del auditorio al final
de la charla se acercaba a preguntar si saba leer las cartas, si adivinaba cosas con el
tarot; mientras que otro porcentaje sugera que las dudas de mi investigacin iban a ser
resueltas echndole las cartas; ambos apuntes fueron y son hechos cada vez que
190
ocurre lo mismo con un tono particular entre la broma y el juego, lo que llev a
considerar este tema de la actitud ldica como una variable importante en la
interpretacin de la consulta del tarot.
As las cosas existen indicios claros de que por lo menos en cuanto a lo que corresponde
a la adivinacin con el tarot, el juego, su actitud y su contenido, se presenta con cierta
intensidad permitiendo que la eficacia del rito resulte mucho ms elstica que en un
caso de curacin shamnica u otras formas de adivinacin. Y esto nos parece clave para
encontrar el asidero cultural a esta prctica, cuestin que puede explicar su permanencia
y su vertiginosa expansin por las ciudades, adems de su plasticidad y fcil acceso.
Porque a nuestro parecer no es suficientemente slido el argumento de un
reencantamiento del mundo o de la crisis de sentido en el mundo contemporneo para
interpretar la presencia del tarot en la ciudad de Bogot o en cualquier ciudad, ni mucho
menos su permanencia durante ms de tres siglos. Pues tal y lo hemos demostrado esta
interaccin tan simple y espordica, vista con desprecio por las ciencias sociales, trivial
y en los pocos estudios hechos relegada a un capitulo o atribuida al exceso de soledad y
de anonimato de la condicin posmoderna, comparte con el juego sendos nudos y trazos
de significado que la ponen en una condicin sui generis para las clasificaciones
ortodoxas.
Para seguir aclarando esta conexin entre lo ldico y lo mantico, y mejor, de la
presencia del juego en las prcticas de adivinacin, es pertinente sealar un paralelo que
hacen Eco y Sebeok (1989) entre el trabajo de Charles S. Pierce y el personaje mimado
de Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes. Para Eco y Sebeok existen similitudes en la
propuesta semitica pirceana y el mtodo deductivo de Holmes pues ambos a travs del
signo son capaces de construir hiptesis confiables que pueden pasar por habilidades
propias de adivinos. Es el contraste entre el personaje y el autor lo que anima a Eco y
Sebeok a encontrar en los pasos que da Holmes para resolver un caso todo un proceso
semitico, y en los intereses de Pierce en una teora de por qu la gente adivina
correctamente tan a menudo que aclara el pretendido don natural de Holmes para dar
en el blanco y de paso sorprender a Watson.
191
Eco, Umberto y Sebeok, Thomas A. 1989. El Signo de los Tres. Pg. 37. Barcelona: Editorial Lumen.
192
para nosotros, una evidente actitud de juego frente a los policas y detectives, frente a
Watson, frente a los testigos o dolientes en el crimen, y frente al asesino. Esta actitud
ldica Eco y Sebeok la reconocieron en el lugar que ocupa la ensoacin en el mtodo
de investigacin de Holmes116, pero no se percataron de la misma en la propia actitud
del detective. Es claro que Holmes en sus investigaciones se divierte, Watson describe
muy bien esas alteraciones en su estado de nimo, provocadas muchas veces por los
desafos que arrojan las pistas para resolver el caso, o por las acciones de los implicados
y las hiptesis de la polica. Ms que para Holmes, que en sus libros es impecable y
astuto y lleno de virtudes, para Scotland Yard y para Watson, esa actitud ldica de
Holmes est conectada con su facultad para la adivinacin, cmo si jugar a sorprender
a los dems con su capacidad de deducir o de ver lo que los otros no ven. Y es por eso
mismo que al final de sus aventuras le brillan los ojos mientras se nota en l una actitud
triunfante, pues es evidente que con esos finales teatrales del famoso detective lo que se
quiere demostrar es que ha ganado la partida.
Tal y ocurre en algunos juegos, saber interpretar los signos conduce irremediablemente
a la solucin del enigma, Sebeok ha tratado el asunto con el juego de fro y caliente,
pero es conocido por nosotros que las variables de este tipo de juego son infinitas,
descubra el personaje, batalla naval, dnde est la bolita, adivina adivinador,
por nombrar quizs los ms reconocidos. Lo interesante en Holmes es que tiene un
mtodo, al igual que los magos, los shamanes, los prestidigitadores, los tahres, y los
contadores de cartas, tanto para conocer al final de la pesquisa aquel signo revelador,
cmo para presentar ante el pblico sus resultados. Eco y Sebeok nos cuentan que l
mismo habla de las cualidades necesarias al detective ideal y que son el fundamento
de su mtodo, la necesidad de conocimientos del detective, la necesidad de observacin
y la necesidad de deduccin. En resumidas cuentas, la primera trata del acervo de
conocimientos del detective, y de conocimientos pertinentes, para el caso de Holmes
Watson hace una lista que incluye, qumica, derecho, botnica, geologa, literatura
sensacionalista; la segunda, ya la habamos resaltado, esa capacidad de observar el
detalle y de no pasar por alto ningn signo por ms nimio que sea; la tercera, un poco
ms compleja, incluye la capacidad de construir hiptesis a partir de datos objetivos,
sopesarlas y evaluar lo posible y lo imposible en ellas, para despus a partir de lo
116
193
emprico confirmar punto por punto las hiptesis, hasta descartar las intiles y llegar a
la meta.
Para nuestro inters estas necesidades complementan lo dicho anteriormente para los
tarotistas, que a nuestro juicio por el sentido prctico y habitus adquirido en la
repeticin de su oficio, resultan en el escenario detectives y jugadores. Pues bien han
sostenido el desafo de adivinar la intimidad de los consultantes asiduamente,
reconociendo a travs de los indicios derivados de la apariencia fsica, su modo de
hablar, sus gestos, la manera de vestir, sus incertidumbres y dems; signos que ayudan
a ir construyendo hiptesis sobre la vida pasada, presente y futura del consultante. A la
vez que cuentan con un acervo amplio de consultas que los hace expertos, y por decir lo
ms, lo conocen bien, ya que han revisado con esmero los manuales, o han asistido a
cursos de tarot o en su defecto han jugado muchas veces el juego. As las cosas, para
efectos del anlisis, el tarotista resulta ser un jugador que tiene en sus manos dos
facultades importantes, la experiencia y las preguntas, la primera le permite seguir su
instinto tal y el detective sigue las pistas, y la segunda le permite acercase ms al ncleo
de sentido del consultante, a la nuez de sus incertidumbres y tocarlas. Tal y ocurre con
el juego de descubra al personaje el tarotista con las cartas que van saliendo sobre la
mesa y las preguntas que va haciendo, arroja una red que pretende atrapar el sentido del
consultante, hasta narrar algo que logre encantarlo y descubrirlo.
No es necesario que el tarotista hile su relato muy delgado para la eficacia o sustento de
la consulta, los ejemplos de los hermanos nos dieron una narracin gruesa, sin
muchos detalles pero que por ser intensamente brujesca apela a recargarse en los signos
del escenario, las velas, el sagrado corazn, los ngeles, lo oculto; los taropeutas
tampoco llenan todos los pasos de su interpretacin, no deducen abiertamente tal y lo
hace Holmes al final de sus casos, pero si hilan ms delgado, tienen ms espacio para la
palabra en sus consulta y lo que no apoyan en los signos del escenario lo pretenden
llenar con el lenguaje y con un mobiliario mucho ms corriente, un bur que sea similar
a una oficina. Es en ambos casos construir a partir de lo que se tiene preparado,
preestablecido, una situacin que le permita sacar provechosamente el significado del
consultante a flote, su preocupacin o incertidumbre ms aguda; se siguen algunas
veces las huellas que va dejando la interaccin al ir destapando las cartas sobre la mesa,
194
posee
la
inteligencia
suficiente
si
recoge
una
117
195
Bourdieu, Pierre y Wacquant, Wloc. 1995. Respuestas: Por una Antropologa Reflexiva. Pg. 65.
197
escenarios las nociones de Destino, Suerte, Fortuna, Azar marcan el contenido de los
temas que ponen los tarotistas y consultantes sobre la mesa, proveyendo a dicha prctica
de un horizonte de significado amplio y enlazado con lo trivial, con la vida misma y sus
tpicos.
Ejemplos de esta alegora entre la vida y los naipes estn en el bolero de Daniel Santos,
El Juego de la Vida, y en el famoso tango de Francisco Gorrindo Las Cuarenta; en el
bolero de Daniel Santos tenemos que a manera de advertencia su autor nos dice: Juega
con tus cartas limpias en el juego de la vida, mientras que en la letra del tango escrito
en 1937 su melanclico protagonista nos cuenta que, Toda carta tiene contra y toda
contra se da. El mismo uso de la imagen que proveen los naipes lo encontramos en una
ranchera cantada por Juan Gabriel, el tema titulado Tercia de Reyes toca el asunto del
amor y la traicin de la siguiente manera: T no tienes nada, y yo tengo ases y tercia de
reyes, ensea tu juego y te dars cuenta de que nada tienes. O encontramos tambin el
tema de los naipes en cantantes de rock, tal es el caso de la cancin Cartas sin Marcar
interpretada por Andrs Calamaro y que dice que La suerte juega con cartas sin marcar
y no se puede cambiar. O ya el caso ms puntual entre juego, vida y adivinacin que
est en uno de los xitos del famoso cantante Sting, Shape of my heart (1993), y que
vale la pena citar en su totalidad:
Los ejemplos anteriores nos sirven para mostrar que existe una conexin profunda,
simblica, entre los naipes y la vida, y que est ha sido aprovechada con esmero por la
literatura, la msica, la pintura, el teatro y el cine. Son innumerables las ocasiones en
que los naipes aparecen en la literatura, los tenemos varias veces en las novelas de
Sherlock Holmes y aparecen con insistencia en la novela paradigmtica de Gabriel
199
Garca Mrquez Cien Aos de Soledad119 esto por no traer a cuento un ejemplo ms que
reconocido como lo es Alicia en el Pas de las Maravillas. Igual sucede en el cine, en
donde los naipes se encuentran como recurso comn para ambientar un crculo de
amigos, una conspiracin, una apuesta, una negociacin, etc. Y con ellos es capaz de
contarse historias tan bien elaboradas como Scoop de Woody Allen, o aquella basada en
la novela de William Makepeace Tackeray y dirigida para el cine por Stanley Kubrick,
Barry Lyndon (1975).
La primera es genial y llamativa porque combina en una misma historia el uso de los
naipes en el juego, en la prestidigitacin y en la adivinacin; en ella la trama se teje
entre una estudiante de periodismo, un mago de feria, un joven multimillonario y el
fantasma de un famoso reportero. Las escenas estn repletas de imgenes de naipes y el
argumento central es la bsqueda de un asesino que deja en los lugares del crimen una
carta del tarot, situacin que sabemos se replic en la vida real en los Estados Unidos
con John Allen Muhamad, un francotirador que asesin a diez personas en Washington;
pero que nada tiene que ver con la intencin ni el desenlace de la comedia del director
britnico.
La segunda es una obra maestra de Kubrick, que narra las sucesos de un joven irlands
que busca ascender en la escala social inglesa; la trama gira alrededor de su vida y de
las mesas de juego de naipes que son la fuente de ingreso en muchos casos para Barry,
que ac aparece como un personaje tpico muy parecido a los protagonistas de las
novelas de picaresca del Siglo de Oro Espaol, haciendo parte de una historia trgica y
que habla de la sordidez de la vida social. Una pelcula que gan 4 premios Oscar y que
muestra con claridad y sutileza la importancia de los juegos de naipes para los militares
y cortesanos de la poca. Y que adems pone en escena las acciones e ideas que desde el
siglo XVI se vinculan a los naipes, el desorden, la bebida, la apuesta, la prostitucin, el
engao, la traicin, la estafa, el crimen, etc.
Al igual que en la msica, el cine y la literatura han utilizado los juegos de naipes para
hacer alegoras de la vida cotidiana o para tratar aspectos de la misma que resultan ya
119
Como dice Garca Mrquez, la poesa se caracteriza por sus virtudes de adivinacin y su permanente
200
triviales para muchos de nosotros. Han puesto en escena de manera recurrente al mazo,
vinculando a los personajes con nociones como el Azar y la Fortuna, el Juego y la
Adivinacin. As por ejemplo en Scoop, se nos presenta en diversas ocasiones, al mago
de feria rodeado de pblico, en su espectculo o en una reunin social, realizando aquel
acto de prestidigitacin que consiste en adivinar una de las cartas elegidas por algn
espectador, ya sea sealando, apareciendo y desapareciendo la carta, sacndola de un
bolsillo, de la manga o de la oreja. Mientras que en Barry Lyndon, es notable el vinculo
que hacen para ambientar las escenas de juegos de naipes, entre los jugadores y las
bebidas, entre Barry y las prostitutas; escenas que son fabricadas a partir de las cientos
de imgenes de la poca que muestran a jugadores reunidos en una mesa atiborrada de
naipes, tabacos, copas y dinero, mientras que a su derredor o en sus piernas aparecen
sendas mujeres a medio vestir susurrndoles al odo o acaricindolos.
Ambas producciones cinematogrficas se soportan en las representaciones sociales que
se han construido alrededor de los juegos de naipes histricamente, condensan, al igual
que las canciones y la literatura esas imgenes del juego y de la adivinacin, y se
inscriben en esa misma lgica que los sita en el polo de lo poco serio, incluso de lo
nocivo, de lo peligroso, de la mentira y de la estafa. Sin embargo en ellas de repente, tal
y sucede con los paradigmas mticos, asoman reflexivamente y reflectivamente los
temas de su contradiccin, y as como cuentan ese polo y lo reafirman, de la misma
manera van mostrando que el juego es cosa seria, y que en l se resuelven asuntos
importantes tanto en las clases populares como en las clases altas.
As las cosas quisimos poner sobre la mesa estos pocos ejemplos para cerrar, abriendo,
nuestra investigacin del tarot. Trayendo a cuento esa indudable conexin que tiene la
baraja mantica con los juegos de naipes en general y que le permiten compartir un
entramado simblico que excede el campo mgico en que siempre han inscrito esa
prctica. Ese entramado incluye expresiones triviales como: tengo un as bajo la
manga, tiene las cartas tapadas, muestre las cartas, soy un as, es un castillo de
naipes etc. Y van acompaadas siempre de nociones sobre la buena y la mala fortuna,
tener o no tener suerte, son las cosas del destino o la vida es un juego. Es claro que
dichas nociones y expresiones triviales no necesariamente hacen referencia al tarot, es
ms, habra que hacer un estudio exhaustivo sobre ellas en busca de su historia y de sus
201
mltiples valores lingsticos, cuestiones que nos parecen interesantes para tener en
cuenta en las ciencias sociales, y que aqu trajimos a cuento a propsito del tarot para
ilustrar su profundidad cultural. Se podr objetar que tanto la baraja espaola como el
pker son juegos de naipes distintos a los tarots, y que dichas nociones y modelos
trabajan para ellas exclusivamente pero tenemos muy en claro que esa distincin opera
en los expertos y que para los lectores de esta investigacin hubiese pasado
desapercibida si en los apartes iniciales no hubiramos llamado la atencin sobre este
punto, esto lo afirmamos porque antes y despus de las consultas y en diversas
exposiciones tuvimos la oportunidad de preguntar espordicamente a los asistentes si
reconocan el tarot, si les era familiar y si encontraban alguna diferencia con las dems
barajas, a lo que generalmente respondan que no, pero estos son nimiedades.
Lo interesante entonces es alcanzar este punto al que hemos trado y nos ha trado la
investigacin, en dnde pensamos y alcanzamos el objeto utilizando otro tipo de arsenal
terico ms sugestivo, y donde le apostamos a indagar la consulta del tarot a trasluz del
juego de naipes; apuesta que a esta altura resulta embrionaria y que se hizo con un
capital limitado pues realmente no se esperaba que se pusiese tanto sobre la mesa, pero
que intenta marcar y llevar al debate sociolgico y antropolgico, quizs para alterarlo,
fenmenos que aparecen muy bien registrados por las clases populares y la produccin
artstica en general, fenmenos que por lo triviales resultan transculturales.
202
5. Conclusiones
era
la
equivocada;
yo
estuviera
ladrando;
203
privilegiadas para dar cuenta del escenario, pues no se haba intentado realmente pensar
en el sentido y en el contenido simblico de la cartomanca en Bogot.
Lo que nos puso detrs de los detalles y de los dispositivos desplegados para su eficacia
en el mundo contemporneo, trayendo para el anlisis y consideracin del tema las
tramas de significado que suspenden al tarot y que lo atan a los juegos de naipes, los
relatos que en la cotidianidad son parte del sentido comn y que lo vinculan en su
prctica a otras prcticas triviales y sencillas; encontrando que a diferencia de las tesis
que supeditan la consulta del tarot a una bsqueda espordica de sentido en un sistema
mtico clsico -se asiste a la magia por crisis-, ese entramado del mito atraviesa no
slo el escenario adivinatorio, sino tambin el juego y de paso los asuntos corrientes del
amor, la salud y el dinero, asuntos que al igual que la adivinacin hacen parte de los
paradigmas culturales profundos de Hispanoamrica.
Partiendo de una sociologa abierta que considera que el mito y el rito son dimensiones
fundamentales para la interpretacin de los hechos sociales, y que estas dos nociones
dan perfectamente cuenta de situaciones, creencias, prcticas, sensaciones e ideas de los
sujetos en el mundo contemporneo, quisimos aplicar las discusiones clsicas de los
conceptos a una realidad particular y puntual en la ciudad de Bogot, la consulta del
tarot; pasando del escenario tradicional en que han sido discutidos los trminos por
dcadas lo extico, lo arcaico, el salvaje- a ambientes puestos al alcance de la mano
cotidianamente en las ciudades colombianas. No buscbamos tanto el vestigio del
pasado ni mucho menos la oposicin trajinada entre tradicin y modernidad para
amarrar el objeto, simplemente nos pareci interesante el ejercicio de asistirnos de los
clsicos en sociologa para sealar quizs a travs de ellos una tesis fundamental en
nuestro estudio: el olvido de la disciplina de este problema, la ausencia de una pregunta
y una reflexin que encare los entramados simblicos de la consulta del tarot, es ms
una actitud de lo que ven los socilogos, que un prejuicio en los autores.
De este ejercicio con los clsicos desprendimos para nuestro inters sendas conclusiones
e interpretaciones sobre el tarot, que nos permiten argumentar que muy a pesar de la
parcialidad de la disciplina con hechos como la magia, sus herramientas dan para pensar
y tratar el problema de la eficacia ritual en la consulta del tarot y la forma en que opera
204
el mito en ella, as como dar una breve idea de los dispositivos que la soportan; ejercicio
que sumado al esfuerzo por traer a cuento el tema del juego, da por resultado el aporte
original de nuestro estudio a la disciplina sin necesidad de algarabas pos-estructurales o
enconadas criticas que prescindan de los clsicos.
Y es que si merecemos la atencin de la sociologa notar que el estudio arroja rincones
sugestivos para la investigacin, que van desde el vinculo poltica adivinacin, hasta
la accin ldica en interacciones sociales; rincones que por lo dems aparecieron en este
texto meramente sealadas contorneando la consulta del tarot, pero que resultan, al igual
que una historia cultural de los naipes, horizontes de investigacin interesantes; que son
pertinentes no slo para abrir la mirada sociolgica sino tambin para traer la mirada
sociolgica y volver sobre nociones que se pensaban exclusivas de sociedades
tradicionales magia- y que parecen retornar al mundo contemporneo de sociedades
pos-modernas.
Sin embargo queremos ac resaltar que la apuesta de esta investigacin pone en entre
dicho el desencantamiento y reencantamiento del mundo, y no evala con el mismo
nimo de esas posturas la irrupcin del tarot dentro de un paquete del pretendido
retorno; sino que evidencia tal y lo hace por ejemplo la sociologa de Jeffrey
Alexander y tal y lo hicieron los clsicos, la necesidad social y cultural del mito en
prcticas no religiosas e incluso triviales de la vida corriente, y que por la reticencia de
los departamentos en este caso a la magia, al juego, al tarot- ha pasado desapercibido a
su sensibilidad intelectual, lo que ha desencadenado que la marginacin y el olvido de la
disciplina por estos temas se excuse bajo el rtulo de inditas experiencias en el ser
humano actual.
Si algo se ha dejado en claro con esta tesis es que la prctica de adivinacin con el tarot
est vinculada con asideros de significado profundos de nuestra Cultura, que van ms
all de la mera magia y que tienen que ver con la percepcin de la vida, del destino, de
la suerte, de la fortuna, del amor y el azar; la consulta del tarot es ms una prctica
trivial que un acto extraordinario, se mueve entre las rendijas de lo sagrado y de lo
profano, es ambiguo por las huellas que le siguen desde el juego, porque es a la vez un
objeto fetichizado, por los slogans y manuales esotricos, y es un juguete que de repente
205
puede trocarse en algo muy serio; se mueve entre los limites de la broma, la curiosidad,
porque no decirlo, en los terrenos de la comedia, pero es capaz de trocarse en un asunto
intimo y delicado, en un relato dramtico e incluso trgico; a su morada acuden
asiduamente polticos, economistas, intelectuales, deportistas, estudiantes y dems en
busca de aliviar una incertidumbre leve con un clic en una pgina de Internet, o
angustiosas penas de salud o trabajo en un local comercial de las calles cntricas de
Bogot. Hay tarot para todo y para todos.
Pero el juego no es el nico modelo que modela al tarot, estn tambin sus nupcias con
el libro, que es otro de los paradigmas culturales potentes detrs de la consulta y que en
este estudio apenas explotamos, pero que vale la pena repasar para dejar caminos
abiertos. Recordemos que existen religiones del Libro, vigorosas fuentes que han hecho
de la escritura un compendio de verbos sagrados e imagen de la divinidad revelada,
objetos de culto que entre sus pginas dicen sus fervorosos creyentes: contienen todo lo
que ha de ser y lo que fue; textos sobre los cuales se han fundado instituciones y con
ellas interpretaciones, lo que es decir, formado lectores y consultantes del Libro, bien
entre los doctores de la Iglesia que buscaban una revelacin de dios entre las pginas al
azar de la biblia (tipo Agustn de Hipona que us la bibliomancia para dar el paso hacia
el cristianismo) o bien entre los mahometanos que cambiaron las imgenes del cielo por
versos del Corn escritos en los muros de las mezquitas.
Quizs uno de los autores que mejor se acerca y es ms atinado en est versin mtica
del Libro, su valor y contenido simblico, es Jorge Luis Borges, famoso no slo por el
culto a los libros que llenan sus escritos, sino por hacer evidente en dicho culto la
importancia del secreto en la interpretacin del mensaje. En sus cuentos todo se lee, se
interpreta y se narra, el universo, los sueos, las bibliotecas, los laberintos, no son ms
que libros escritos en clave que esperan la clave para descifrarse, el protagonista busca
el Libro de los Libros, el sueo de los sueos, la salida del laberinto, etc., y los halla en
formulas que no pueden ser dichas, o que si son dichas no aparecen como formulas,
pero que en muchos casos apelan a una combinatoria secreta, a una visin o un
presagio. Tal y es el ejemplo de Tzinacan en La Escritura del Dios, un sacerdote de la
pirmide de Qaholom que es encerrado en prisin por Pedro de Alvarado y que al pasar
206
de los aos recuerda que entre muchas de las tradiciones del dios existe una que fue
hecha en prevencin de los malos tiempos y que est escrita al alcance del elegido,
Tzinacan por supuesto se considera el elegido y despus de largas lucubraciones logra
descifrar la tradicin del dios en las manchas de un tigre que aparece ms all de la
bveda cuando a su celda entra un rayo de luz, la formula es el compendio del dios y
por tanto del universo, en ella estn el mundo, su libertad, la vida de los hombres, los
eventos de la creacin y el ms remoto futuro; es la idea del dios escritor y del dios
libro.
occidente y con ellos arma teoras propias del destino y de la vida, lquidas heterodoxias
que se acoplan en consulta a lo que dictaminan las cartas y a lo que narra el consultante;
por la situacin de la Magia en la modernidad, su trabajo siempre est en entre dicho,
colgado de las editoriales y de los manuales o tratados esotricos que abundan en las
libreras hoy en da, administra lo sagrado por vas poco convencionales pero s
reconocidas, hace parte de las tradiciones apcrifas de las grandes religiones y
filosofas, de las ciencias ocultas que han permanecido incrustadas en la cultura y que se
envuelven en ella bajo el remoquete despectivo de mitos, en ese sentido ideolgico es
parte de una gran masa de ficcin que va en busca de los misterios de Egipto, el
calendario Maya, el Arca de la Alianza, el Santo Grial, los viajes astrales, la medicina
de los ngeles, la flores de Bach, la astrologa, la numerologa, la cbala y dems
narrativas que habitan hoy da el gnero de la Nueva Era; usa de la misma manera los
panteones catlicos y sus expresiones populares-marginales, aparecen los cristos
agonizantes, las vrgenes piadosas, las almas del purgatorio, el diablo y sus secuaces,
San Gregorio, Mara Lionza, en fin, un conglomerado de creencias y prcticas que
vinculan el pensamiento de Saint Germn con las apariciones nocturnas del arcngel
Gabriel, y las lminas del tarot con una reunin de sabios en el antiguo Egipto o en la
biblioteca de Alejandra. Su ficcin social est fundada en esa literatura, su legitimidad
va de la mano con la prctica asidua y con el tipo de clientes (su habitus y estilo de
vida) que lo visitan por su eficacia en adivinar o en dar consejo-, al igual que el
shamn levistrousiano o el mago de Marcel Mauss, el personaje es tarotista porque los
consultantes creen que es un tarotista, pero a diferencia de los mismos no est encerrado
en una trama de significados que lo condene socialmente si no acta bien al serlo, pues
el mismo contexto y la misma trama le dan la oportunidad del fraude y el truco.
Por otra parte est el consultante, ese personaje difuso que puede ser cualquiera de los
sujetos que Lipovetsky (1996), Giddens (2000), Bauman (2002) describen para la
condicin posmoderna y que anda en busca de sentido en un mundo al que el ocaso de
sus metarelatos ha dejado a la deriva; sujetos personas- que por estar en la ciudad se
enfrentan da a da a la experiencia del anonimato, el exceso, la soledad, la
incertidumbre y el riesgo, y que segn este indicio parcial se acercan al tarot en un clic,
en el peridico, en la calle- para darle sentido y significados a las situaciones corrientes
por las que atraviesan; el tarot sera socialmente para ellos algo parecido a los paliativos
208
porte. Igualmente estn los paradigmas del amor, del dinero y de la salud como tres
pilares fundamentales para narrar lo que es la vida corriente, esas experiencias y el da a
da, es lo trivial, lo que a todo el mundo le pasa o le puede pasar.
La dimensin del rito, las acciones, la gramtica de acciones, las prcticas en si y para
si; en esta dimensin tomamos en cuenta el espacio, el tiempo, los accesorios, el manejo
del cuerpo, el lenguaje, el escenario y sus actores, el orden de sus acciones y la
imposicin del ambiente sobre los participantes.
La dimensin del Juego, que por su naturaleza misma intentamos separar de las dos
anteriores para poderla resaltar; pues bien puede considerarse el Juego como un tipo de
creencia, una creencia temporal, una fe provisional; y bien puede considerarse el Juego
como un tipo de rito, una manera y un orden de acciones, una intencin en las prcticas,
una gramtica particular en las formas de movimiento. Pero nos pareca muy complejo
matizar las dos dimensiones anteriores bajo el carcter de lo ldico, y poner al mito, la
creencia y la prctica del tarot entre un como s permanente, pues tal y esperamos
haberlo demostrado en muchas ocasiones resulta en algo muy serio y con consecuencias
en las acciones.
La dimensin social, que presentamos sobre todo en la funcin social del tarotista y la
disputa o dinmica de los especialistas en el campo mgico-esotrico, tanto para
administrar su don o carisma, como para legitimar su oficio. Lo que pasa por el intento
de las corrientes esotricas y sus adeptos por cristalizar y poseer la versin verdadera de
lo que es el tarot, su origen y su uso.
La dimensin de la sociabilidad, que trata de las interacciones sociales principalmente
de los consultantes, con el trabajo, con la familia, con los amigos, con los enemigos, con
la religin y con la poltica; y que aparece a travs de los temas que tocan la consulta y
los anuncios del tarot. Aparecen igual en la prensa, la radio y las revistas, muchsimo
ms claro cuando se trata de personajes reconocidos en el ambiente nacional.
Y por ltimo la dimensin de lo ntimo, que es lugar del sujeto y del secreto. Aunque el
sujeto es inasible y eso lo tenemos claro, se present esta dimensin trayendo a cuento
la sensibilidad y los sentimientos de los consultantes, el amor, el odio, el miedo, el
sufrimiento, la venganza, los celos, que son apenas pequeas puntas del iceberg que
creemos valen la pena explorar desde la sociologa y la antropologa para tener una
imagen ms clara de la cotidianidad y que en nuestro estudio fue apenas nombrada.
210
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Internet
221
Anexos
Anexo 1. Canciones
1. Las cuarenta
223
2. Juego de la vida
En el juego de la vida
juega el grande y juega el chico,
juega el blanco y juega el negro,
juega el pobre y juega el rico.
En el juego de la vida
nada te vale la suerte
porque al fin de la partida
gana el albur de la muerte
224
3. Tercia de reyes
T no tienes nada
y yo tengo ases y tercia de reyes
ensea tu juego y te dars cuenta de que nada tienes
ya lo vez corazn como pierdes
ya lo vez corazn que conmigo no puedes
hija ma
JUAN GABRIEL. (1974) Ases y Tercia de Reyes, En, Juan Gabriel con el Mariachi Vargas de
Tecalitln.
225
226
228
Anexo 2. Imgenes.
229
http://www.losarcanos.com/
230
231
232
233
234
235
236
237
238
239
240
Portada Libro
Portada Libro
241
242
Anexo. 3. Tiradas.
Generalmente el uso mantico del tarot requiere por parte de quin consulta la eleccin
de un nmero variable de cartas, la variacin consiste en el tipo de tirada que se
pretenda realizar. En el lxico de los naipes se denomina tirada a la multiplicidad de
figuras posibles en que se ubican las lminas sobre la superficie para ser ledas. Esas
figuras establecen el sentido en que inicialmente se leen las cartas, el tpico, el tiempo y
sus relaciones. Aunque las tiradas generalmente se identifican por el nombre, existen
casos en donde la numeracin que provee el orden a la lectura es diferente de un manual
a otro, al igual que otros casos donde coincide la numeracin de las cartas en la figura
pero cambia el significado que se les asigna. El acto varia en su forma para cada
consulta, ya que la seleccin del tipo de tirada depende de la sugerencia del tarotista y
de la motivacin del consultante.
Los significados de cada carta son los siguientes: 1.- Esta carta describe la situacin actual de la pregunta. 2.- La
243
segunda carta indica las influencias u obstculos que existen sobre el asunto. 3.- La tercera carta identifica nuestros
objetivos, deseos al respecto de la cuestin. 4.- Esta carta nos habla sobre el pasado de la cuestin y sus
consecuencias en el presente. 5.- Indica el pasado cercano al respecto de nuestro problema o duda. 6.- La sexta carta
indica las distintas posibilidades, alternativas o caminos que en este momento tenemos disponible o podemos seguir.
7.- Muestra las esperanzas depositadas acerca de la cuestin. 8.- Esta carta nos dice cuales son los obstculos que se
nos pueden presentar para alcanzar nuestros deseos. 9.- Nos muestra nuestros miedos y temores. 10.- Es la conclusin
final de toda la tirada. El resumen de todo lo que se ha expuesto.
Casa 1 de Aries: Uno mismo, el interesado, el consultante. Carcter, personalidad, fsico. Casa de la vida, la vitalidad,
el estado anmico. Asuntos ntimos y personales. Casa 2 de Tauro: Casa de las riquezas, dinero, trabajo y negocios.
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Uno mismo en relacin a lo que hace y puede conseguir. Casa 3 de Gminis: Casa del intelecto, los estudios, los
vecinos y los pequeos viajes. Hermanos y primos. Casa 4 de Cncer: Casa de los padres, el hogar y las propiedades;
la relacin maternal del individuo e influencias. Casa 5 de Leo: Casa de los nios, los hijos, la vida romntica y la
creatividad. Casa 6 de Virgo: Casa de la salud por excelencia, el trabajo, las enfermedades y la vida domstica. Casa
7 de Libra: Casa del matrimonio, contratos, uniones y socios. Casa 8 de Escorpin: Casa de la muerte, la vida sexual,
seguros, pensiones y herencias. Casa 9 de Sagitario: Casa de la religin, de los viajes, extranjero e idiomas. La
filosofa. Casa 10 de Capricornio: Casa de las dignidades, premios y honores. Ambiciones. Actitudes vocacionales.
Casa 11 de Acuario: Casa de la amistad, los apoyos y las ayudas, los protectores. Casa 12 de Piscis: Casa de las
enemistades, los enemigos y de los hospitales.
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Las cartas 1,2,3,4 representan la situacin actual, el presente. Las 3 siguientes (5,6,7) representan las tendencias hacia
el futuro, los posibles caminos que se pueden tomar, en definitiva, la consecuencia del presente, pero no se trata del
futuro si no de una especie de recomendacin/tendencia/sugerencia de cara al futuro y al "que hago ahora?", segn
el caso tambin pueden indicar el "que pasara si..." en relacin con las cartas de la hilera inferior. Las 8 y 9 son las
fuerzas que estn actuando en lo que se ha consultado, se pueden entender como las causas, lo que mueve la
situacin. La carta 10 representa "la luz que alumbra la situacin", es decir, la esencia de la situacin, la influencia
general.
La tirada anterior corresponde tambin a una secuencia temporal del tema que trata la
pregunta; pasado, presente y futuro que se plantean como un seguimiento descriptivo
del proceso del consultante en la situacin que le interesa. Es una exploracin dedicada
a un tpico especifico que inicia con una lectura progresiva con una trayectoria
ascendente y que cierra con una carta que condensa la situacin, al igual que sucede en
la cruz celta.
El ltimo ejemplo es la tirada de tres cartas:
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Esta es una forma que bien se moldea segn sea la disposicin del tarotista o del
consultante, porque las tres cartas varan en significado por la eleccin espordica que
hagan ambos participantes de comn acuerdo, pueden tratarse del pasado, el presente y
el futuro de una situacin, o de tres tpicos como lo son la salud, el dinero y el amor. Es
una lectura rpida en donde dependiendo de la variante que se escoja, la situacin puede
o no describirse como un proceso.
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