Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Echarlascartas

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 247

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS


MAESTRA EN SOCIOLOGA

ECHAR LAS CARTAS: ANTROPOLOGA Y SOCIOLOGA


A PROPSITO DE UN LIBRO DESCUADERNADO EN BOGOT

Trabajo de grado presentado por:


RODRIGO ANDRS RUIZ LURDUY
Cdigo 428221

Dirigido por:
GUILLERMO PRAMO ROCHA

FABIN SANABRIA SANCHEZ


Co-director

Bogot D.C., Abril de 2010

Son mejores los esbozos que el futuro cuadro, porque muestran el experimento, porque
ilustran la bsqueda, porque hay en ellos un despliegue de alternativas y variaciones que
ser sin duda un, uno slo, el nico, el resultado final. Son mejores porque en ellos,
adems de prefigurarse el resultado, se encuentra la bsqueda (PIT II, 1994, La bicicleta
de Leonardo)

Agradecimientos

Muchas personas han colaborado con el resultado final de este escrito, entre
comentarios agresivos, burlas y apoyos extraordinarios se han ido entrelazando las
palabras unas con otras hasta formar este castillo que resguarda mis ideas. Mis padres y
mi hermana me han dado la confianza necesaria para dedicarme por meses a ir tras los
libros, el tarot y las personas, guardando para m espacios preciosos de descanso y juego
en donde puedo conservar mis sueos a pesar de las crticas. Santiago, que lleg a penas
hace dos aos a nuestras vidas, ilumina da a da mis pasos, sin l me hubiese perdido en
los pantanos del miedo. Lina del Mar ha sido mi compaera incondicional, en ella he
encontrado paciencia, inspiracin, amor, respeto, inteligencia y pasin; sus lecturas,
ideas y comentarios fueron decisivos en mi camino de investigacin, con ella estar
siempre profundamente agradecido. Constanza y Sebastin me han enseado la amistad
y el valor del debate, nuestros proyectos y conversaciones sobre lo trivial, la sociologa,
la antropologa, la Universidad y el pas son un blsamo en medio de la pretenciosa
modorra acadmica.
Mi maestro en la Universidad Nacional de Colombia -Guillermo Pramo- me ha
enseado que la labor intelectual no rie con la imaginacin, su sabidura y sencillez
siempre han sido motivos fantsticos en la bsqueda de conocimiento; sus clases y las
reuniones que hemos sostenido por aos han construido con minucia esta tesis, l abri
un camino que cambi mi vida.
Fabin Sanabria ha sido una fuente de reflexiones sugestivas, los dilogos con l
alimentan muchas de las ideas que aqu se exponen.
El Grupo de Estudios de las Subjetividades y Creencias Contemporneas GESCCO- ha
sido un espacio permanente de debate y argumentacin, sus sugerencias siempre
resultaron atinadas.
Por ltimo quiero agradecer al Programa de Becas para Estudiantes Sobresalientes de
Posgrado de la Universidad Nacional de Colombia, su apoyo fue decisivo para llevar a
buen trmino la investigacin.

NDICE
Numero
de Pagina
Introduccin

I PARTE

12

1.

EL MITO, EL JUEGO Y EL RITO. Discusiones generales alrededor de


los conceptos.

12

1.1. Mito y Estructura. La bsqueda lgica del significado.

15

1.2. Mito y Cultura. El entramado de sentido.

17

1.3. Mito y Tarot, la baraja. Un objeto en trama.

19

1.4. Historia Particular del Tarot. Apuntes del pasado en el presente.

23

2.

33

Juego, Rito y Magia. Teoras de la prctica.

2.1. El Juego. Huizinga y Caillois dos propuestas sugestivas.

42

2.2. Preliminares Conexin entre el Juego y el Rito. De la accin ldica a las


pautas de los sagrado.

46

2.3. Rito Anotaciones Tericas en los Clsicos.

50

2.4. Brujera, Magia y Orculos entre los Azande el caso de Evans-Pritchard.

57

2.5. El rito en Malinowski. El poder del Lenguaje.

63

2.6. La Magia en Marcel Mauss. La puesta en escena.

70

2.7. El caso Lvi-Strauss. El mito en el rito.

77

a. Eficacia Simblica.

80

2.8. La Supersticin.

85

2.9 El Mago, la Magia y El Tarot. Versiones del caso.

93

II PARTE. ETNOGRAFIA.

106

3.1. Preliminares a la Consulta del Tarot. Aparicin de la baraja en la Prensa

108

3.2. Un Curso de Tarot.

116
4

3.3. El tarot y la calle.

122

3.4. Ejemplo 1. La Historia Nocturna. El caso de los "hermanos"

122

3.5. Ejemplo 2. Sandy y Karinka.

132

3.6. Otros Escenarios para el Tarot.

156

3.7. Ejemplo 3. Taropeutas. El caso de Loly Paredes.

157

III PARTE. Una propuesta cultural de la Consulta del Tarot.

177

4.1. Adivinacin, narrativas, trivialidad y experiencia.

177

4.2. Adivinacin y Juego. Relatos que atrapan el sentido

190

5.

202

Conclusiones

Segn Demcrito, hay una infinidad


de mundos entre los cuales algunos
son, no tan slo parecidos, sino
perfectamente

iguales

(Cicern,

Primeras acadmicas, II, 18)

Introduccin

Tal y se leer en esta tesis, el tarot es un caso del amplio inventario de prcticas
sociales que ponen en escena con mucha fuerza las nociones de mito, rito y magia, que
son problemas de los inicios en la tradicin sociolgica, pero que para el Mundo
Contemporneo se presentan con cualidades distintas o al menos con una dinmica
mucho ms compleja. Dicho inters se ha expresado en preguntas que podran
generalizarse en las formulas: por qu determinadas prcticas de adivinacin son
eficaces y legtimas en una sociedad? En qu se basa la legitimidad del adivino? En
qu consiste su funcin? Qu papel tiene la adivinacin en esa sociedad?
Sin embargo y a pesar de esa insistente reflexin en la disciplina de los Clsicos,
sorprende que los intereses de la sociologa en Colombia no han tenido en cuenta los
escenarios de adivinacin y han dejado a este tipo de fenmenos sociales fuera de su
rango de estudio, tanto que el nico referente en el pas que toca directamente la
prctica que nos convoca es el ensayo de Juan lvaro Echeverr Las Prcticas
Populares de Adivinacin (1987) que proviene de estudios adelantados por la
antropologa en sus tmidos esfuerzos por describir e interpretar la eficacia y legitimidad
de la cartomanca en la ciudad; aunque Echeverr llev a cabo su trabajo de campo en el
municipio de Envigado-Antioquia entre 1983 y 1984, e impregn el ttulo con un
calificativo difcil popular- seal en un breve artculo cuatro cuestiones tericometodolgicas que conciernen a la antropologa a partir del tema: la teora de la magia,
la teora de las probabilidades, la lingstica estructural y la semiologa, y por ltimo la
teora materialista de la historia; para este estudio hemos tratado, sin dejar de lado las
otras sugerencias, de centrarnos en el tema de la magia y de su relacin con el juego,
6

pues buscamos una interpretacin que de cuenta de la autonoma de la Cultura en el


fenmeno.
Es por eso que el lector encontrar en nuestra propuesta una interpretacin abierta del
tema, que se inclina por buscar en distintas fuentes, ideas tiles que den cuenta de los
contenidos sociales y culturales de esta prctica; ya que como mostraremos a lo largo
del presente estudio, en el escenario de

adivinacin que escogimos es posible

vislumbrar la conexin que existe entre la magia y la sociabilidad, entre los mitos y la
intimidad de los sujetos; conexiones que en la literatura sociolgica ltimamente se han
discutido bajo la formula accin-estructura, individuo-sociedad, micro-macro, y que han
logrado aclarar los dispositivos sociales y culturales que le permiten a ciertas prcticas
ser legitimas y eficaces, por ejemplo E. Durkheim (1982), M. Mauss (1970), C. LvyStrauss (1974), M. Douglas (1973), M. Sahlins (1987); C. Geertz (1995); J. Alexander
(2000). Sin embargo muchos de estos trabajos se han concentrado en estudiar
fenmenos de carcter masivo en donde participan individuos, agentes o actores, junto a
una estructura ideolgica (que puede ser poltica, puede ser religiosa, o puede ser de
ambas) que soporta el significado de sus creencias y de sus acciones. Esquivando con
gran destreza los fenmenos un poco ms des-regulados, anmicos, triviales y
superfluos, de la adivinacin y de la magia.
Lo que nos da puntos de encuentro, y otros de diferencia, para interpretar el sentido
social de la consulta del tarot en Bogot; puntos de encuentro, que son los clsicos a los
que recurriremos con insistencia -el mito, el rito, la magia, el juego- para teorizar el
tarot, el objeto en la historia y el objeto en la cultura; es decir, las creencias y las
acciones alrededor del mazo, su registro en el tiempo, el contenido de sus lminas. Y
puntos de diferencia, que son la libertad que nos damos de imaginar el problema para
lograr resolverlo; y con esa libertad, la oportunidad de invocar floridamente hasta la ms
vulgar voz para intentar hacer una sociologa heterodoxa.
Lo que significa que privilegiamos nuestra mirada por sobre todas las otras en la
direccin de la pesquisa, en el seguimiento del rastro; pero que siempre, despus de la
bsqueda, volveremos a sentarnos sobre la misma mesa para escuchar las voces de los
clsicos, con uno que otro invitado especial, que al desentonar dinamiza el debate
alrededor de la consulta del tarot. De all que nuestro problema nos parezca un caso
novedoso para una vieja discusin, y tomemos la precaucin de advertir, que no
7

quisimos en ningn momento perder la huella del objeto por sentarnos a memorizar en
los lugares comunes, y ms bien fuimos convocando en el camino a otros investigadores
de lo social, sin olvidarnos nunca que perseguamos al mito en la consulta y en la vida
corriente.
Tal y como lo han expuesto varios autores (Giddens: 1997, Alexander: 2000, Bauman:
2002) la cuestin bsica de la teora social moderna, es el problema de articulacin
entre teora y prctica, entre el actor y la estructura, entre lo micro y lo macro,
entre el individuo y la sociedad1; es decir, del antagonismo presente en la manera en
que las fuerzas sociales producen, limitan y ordenan nuestra accin individual, la
institucionalizan, y a la vez, de la manera en que nuestras acciones individuales
transforman las instituciones que nos determinan, afectan las estructuras y adquieren un
carcter colectivo. Sin embargo esta cuestin bsica no es la que presentamos aqu, no
directamente, pues hemos escogido seguir a los relatos que llenan de significado la
consulta del tarot y a partir de ellos ir pasando por distintas dimensiones generales que
se hacen presentes en el acto y a nuestro modo de ver en los fenmenos sociales
ordinarios, tomando si se quiere una postura estructuralista matizada, pues al ir
avanzando en el tema ser notable la importancia de los sujetos en la construccin y
vigencia de las tramas de significado, la tentacin permanente por saltar hacia su
intimidad, su sensibilidad y su interioridad.
As las cosas quisimos tratar el problema en cinco dimensiones que nos parecen
interesantes de ver, y que juntas al final tambin dan cuenta de la cuestin bsica de la
teora social moderna. La primera, la dimensin del mito, que es la que dota de sentido
a los actos sociales, y que trataremos en su relacin con la cultura en varios aspectos; la
segunda, la dimensin del rito, las acciones que tienen una gramtica al momento de
consultar el tarot, su ambiente y los personajes que interaccionan; la tercera, el Juego,
que en realidad es un matiz de las dos anteriores, y que quisimos separar para que sea
ms clara su importancia. La cuarta, la sociabilidad, ese trazo del devenir social y de sus
instituciones, de la legitimidad del tarotista y de las relaciones sociales del consultante.

Beltrn, Miguel ngel. 2005. El Dilema Accin y estructura. Una visin desde Jeffrey Alexander y

Anthony Giddens. Revista Colombiana de Sociologa No. 24. Bogot: Departamento de Sociologa,
Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de Colombia. Pg. 251

Y por ltimo la dimensin de lo ntimo, la que trata del sujeto y de sus sentimientos,
incertidumbres, miedos, ambiciones y sufrimientos.
Todas ellas envueltas permanentemente en la bsqueda de una interpretacin de la
consulta del tarot, que vaya dirigida a tratar el tema de la eficacia simblica en estos
casos, y en general de la magia, sin quedarse simplemente en la instrumentalizacin o
reflexin de la accin de adivinar o dar consejo con el tarot; sino que se arriesgue a ir
hasta el asidero cultural del significado de dicha prctica, aprovechndose de las
inquietudes y vacos que van surgiendo al seguir las pistas de la baraja. Es as como al
rastrear el origen del tarot, nos dimos cuenta que la entrada de los juegos de naipe a
Colombia es un punto an invisible, quizs perdido en la historia por su naturaleza, y
que el rastro de ese objeto ha pasado por siglos desapercibido; desatencin que
resolvimos por ahora a travs de la poca bibliografa disponible sobre los naipes; pero
que dej abierto un camino que no se conoca en las ciencias sociales hacia la historia
cultural de las barajas, pero tambin hacia los escenarios de juego y adivinacin con
ellas en el pas, sugirindonos tener en cuenta el aspecto ldico de los naipes y su red se
significados, en una posible interpretacin de la consulta del tarot.
Es esta consideracin especial que hacemos del Juego, la que diferencia con
originalidad el trato que damos a la consulta del tarot y, a la vez, la que nos impone
desarrollarlo con un orden particular, pues la temtica de lo ldico no aparece vinculada
con los aspectos de la adivinacin regularmente, y dos de sus principales autores para
las ciencias sociales en la relacin del juego con la sociedad y la cultura no son siquiera
ledos en la sociologa colombiana. Lo que deja el enfoque dado a nuestro estudio como
el primer intento por traer a la mesa reflexiones de Johan Huizinga (1992) y de Roger
Caillois (1994) para pensar fenmenos sociales comunes y triviales, de manera que el
espectro de interpretacin para la consulta del tarot se vea ampliado y enriquecido
mediante algunas de sus ideas.
Abrir el problema de la consulta del tarot en dos temticas distintas, la adivinacin y el
juego, es una propuesta que sabemos resulta an preliminar en muchos de sus indicios,
y que puede parecer para algunos compleja o fuera de lugar por no tener antecedentes
en la sociologa. Sin embargo es necesario aclarar que no pensamos ac en un modelo
forzado que las integre, sino ms bien en un escenario con capacidad de trocarse varias
veces y en distintos ejes sobre s mismo; cambiando sustancialmente, lo que se oculta y
9

lo que se ve durante los giros; un escenario flexible y abierto que pueda cambiar de tono
fcilmente por el color de las candilejas, o la traslacin de su teln de fondo, como
quien abre un parntesis o como quin pone una historia dentro de otra historia, sin
necesidad de romper el acto o de cerrar el teln.
Para ello se ha decidido ordenar el texto de la siguiente manera; una primera parte
compuesta por las teoras clsicas del mito, del rito y del juego, y que va acompaada de
la historia y composicin del tarot. Est dividida en tres temas fundamentales
tericamente, inicia con una exposicin puntual de las mltiples definiciones que se han
elaborado del mito, resaltando dos posturas que gobiernan en la mayora de los casos las
perspectivas sobre el tema: Estructuralismo y Simbolismo, para desembocar en la
relacin entre mito y Cultura. Se hace una breve descripcin de la baraja del tarot a la
luz de las teoras del mito con la intencin de darle un contorno de significado, para
pasar a presentar a los dos principales autores que tratan el Juego, Roger Caillois y
Johan Huizinga, con ellos se traen a cuento las nociones bsicas e indispensables para
pensar la accin ldica. Al cerrar se expone el debate que abarca el Rito y la Magia
entre los Clsicos Durkheim, Malinowski, Marcel Mauss y Lvy-Strauss, en busca de
los antecedentes slidos que existen para abordar la eficacia simblica.
La segunda parte est llena de datos, es evidentemente etnogrfica y busca a travs de
las incursiones en campo conocer y dar a conocer las dinmicas, significados y
entramados culturales del Tarot; al inicio se hace una revisin de la baraja en la prensa
para dar cuenta del vox populi del mazo sus relaciones con la poltica y la economa en
el pas; de all saltamos a la calle a buscar y rastrear los escenarios de consulta y su
manera de darse a conocer, de donde surgen tres ejemplos paradigmticos que se dieron
en campo: Un primer ejemplo, es el escenario de los hermanos que por su forma y
contenido apela a la brujera para llenar el significado del tarot; un segundo ejemplo que
es liminal, pone sobre la mesa dos entrevistas a profundidad a tarotistas que llevan su
oficio en un local comercial y en un escenario de televisin; y un tercer ejemplo que
condensa la dinmica del tarot en manos de taropeutas, oficiantes que dan un matiz
distinto al de los hermanos y hacen de la prctica un bien de consumo cultural con
visos de distincin.
La tercera parte es la final, en ella exponemos una interpretacin cultural a la consulta
del tarot, intentamos hacer uso de las herramientas tericas y de los datos recogidos en
10

el itinerario para hacer

una propuesta original que trate puntualmente los contenidos

que hacen posible la prctica culturalmente; esto porque corrientemente se ha optado


por incluir al tarot en la oferta de creencias de la Nueva Era y en la bsqueda de Sentido
que constantemente emprenden los sujetos en el mundo contemporneo, argumentos
que no descartamos, pero que dejan en vilo la profundidad del entramado simblico de
la adivinacin con naipes y no tratan con minucia los fundamentos de su vigencia.

11

I PARTE

1. EL MITO, EL JUEGO Y EL RITO. Discusiones generales alrededor de


los conceptos.

Varios autores han destacado la importancia del Mito en la Cultura y su presencia en el


mundo Contemporneo, (Jung: 2002, Cassirer: 1963, Eliade: 1967, Durand: 2005,
Dumzil: 1993, Kirk: 1985,

Levi-Strauss: 1962, Alexander: 2000; Caillois: 1993,

Maffesoli: 2009) aqu asumiremos bsicamente que el Mito es un relato con poder
emotivo, una estructura de ideas que le da sentido al mundo y que tiene plena capacidad
de explicarlo. As en primer momento es un relato con carcter dramtico, emotivo, que
presenta dentro de s un valor paradigmtico y ejemplar (Eliade: 1967 Malinowski:
1995, Pramo: 2001); muchas veces conectado con el conjunto de creencias y
emociones de un grupo humano; un relato con el poder del smbolo (Cassirer: 1963),
pletrico en imgenes, potico, que bien expresa una imagen del mundo y que sin
dudarlo dota de Sentido a la accin social, adscribindose como un asidero nuclear de
los horizontes de significado individuales y colectivos.
Coincidimos con varios autores en definir el Mito como una narracin simblica, que se
encuentra asociada constantemente a un relato sobre los orgenes (Eliade: 1967) y sobre
los dioses (Campbell: 1972), que describe lo Sagrado, y por ello sustenta incluso las
formas de percibir el Mundo y de nombrarlo. El Mito es primordialmente un relato, es
palabra; de acuerdo con Caro Baroja, quince usos, por lo menos, dan los diccionarios
griegos sobre la palabra Mythos": palabra, discurso, tema tratado en ste, discurso
pblico, narracin, rumor, noticia, mensaje, dilogo, conversacin, consejo, orden,
proyecto, decisin y resolucin2.
Esta variedad de usos deja en claro que el Mito comunica el Mundo, el Mito cuenta, y
segn las posturas recurrentes, cuenta el origen, lo acontecido en los tiempos fabulosos
de los comienzos (Eliade: 1967), o mejor, cuenta los comienzos fabulosos de las cosas,
las personas, las instituciones, los seres, las fuerzas sociales y culturales, el amor, el
matrimonio, etc. En el fondo del relato mtico est un inters por el ser de las cosas y al
2

Caro Baroja, Julio. 1981. De la Supersticin al Atesmo. Meditaciones Antropolgicas. Pg. 205.

Madrid: Taurus Editores. S. A.

12

contar el origen de ellas se les imprime el poder que otorga el lugar en el Mundo. Poder
legitimador, la fuerza de lo simblico, tambin se imprime a travs del Mito a las
instituciones sociales, a las personas, a los seres, al Mundo; tanto que a cada una de
ellas les corresponde un relato que al indicar ciertos atributos va decantando uno o
varios significados que los permiten distinguir de forma econmica, quizs
estereotipada, para el sentido comn. A su vez les da un lugar, una manera de moverse,
un uso y un campo de accin que, impreso en sus cualidades, los clasifica y les da forma
para ser, no slo diferencindolos de lo que est en el Mundo, sino invistindolos a su
vez de cierto poder sobre el Mundo; es as pues que se soporta y se afirma un cuerpo
acadmico en una universidad, una fiesta nacional, la absolucin de un juez, la
bendicin de un sacerdote, la amenaza de un grupo paramilitar. Instituciones o personas
que se relatan y a la vez se legitiman, se hacen a su vez smbolo, significado, de la
justicia, del horror, del conocimiento, de dios, y que por eso mismo tienen capacidad de
transformar el estado de las cosas, dndole la libertad a un reo o el ttulo profesional a
un estudiante.
As las cosas el Mito en su forma bsica se presenta de manera ejemplar en
cosmogonas, en cosmologas y en hierofanas, all donde irrumpe lo sagrado en el
mundo y en donde el caos se transforma en cosmos, el mito pone en escena a los dioses,
a las fuerzas de la naturaleza y al ser humano para representar la forma ejemplar en que
el Mundo fue creado, la potestad de los dioses, las fuerzas que rigen la vida de los seres
humanos; cada acontecimiento narrado es un vnculo profundo con el Cosmos. Segn
autores como Eliade y Campbell, esta forma bsica privilegia la aparicin del Mito en
narrativas de tipo religioso, que tienen el carcter de transmitir el orden profundo y real
del Mundo, el orden legtimo natural y sobre-naturalmente en sociedades simples.
Nosotros consideramos que por su facultad ontolgica el mito empapa narrativas de tipo
religioso, mgico, poltico, econmico, de farndula as como tambin las narrativas
singulares de temas cotidianos, que podran parecer triviales y que aparecen por ejemplo
en las temticas populares de la salud, el dinero y el amor.
Lo han destacado varios autores, el mito provee modelos a las situaciones del mundo, si
en su forma bsica relata los orgenes y enmarca los eventos en un entramado simblico
regido por fuerzas naturales, humanas y sobrenaturales a travs de la cosmogona; en el
devenir cotidiano, esa narrativa ejemplar de lo acaecido, significa la vida misma, la
13

relacin firme con el universo, la confianza en lo establecido, el rumbo de las cosas, el


mapa conocido, por tanto, es a lo que se acude en caso de perdida de sentido, de
incertidumbre, de ambivalencia y de miedo. El mito en su forma bsica ordena, nombra,
codifica, narra y en estas corrientes principalmente lo hace en referencia a lo sagrado;
citemos a Mircea Eliade para los presupuestos que ha definido y que aparecen en
resumen:

El mito relata una historia sagrada, es decir, un acontecimiento


primordial que tuvo lugar en el comienzo del Tiempo, ab initio. Mas que
relatar una historia sagrada equivale a revelar un misterio, pues los
personajes del mito no son seres humanos: son dioses o Hroes
civilizadores, y por esta razn sus gestas constituyen misterios: el
hombre no los podra conocer si no le hubieran sido revelados. El mito
es, pues, la historia de lo acontecido in illo tempore, el relato de lo que
los dioses o los seres divinos hicieron al principio del Tiempo. Decir
un mito consiste en proclamar lo que acaeci ab origine. Una vez
dicho, es decir, revelado, el mito pasa a ser verdad apodctica:
fundamenta la verdad absoluta3

Esta idea de modelo en el Mito se concret con la reflexin propuesta por que fue ms
all del smbolo y busc la lgica subyacente a las narrativas. Si bien su propuesta no
deshecho ese contenido ni tampoco se centr en los arquetipos y sus significados, trajo
una variante interesante para enriquecer esa discusin y para responder el problema de
la lgica en los mitos. Recordemos que el mito tras un proceso histrico aparece en las
ciencias sociales como un inventario de narraciones de contenido contradictorio o falso
o fantstico, que obedece a un pseudo-lgica, o que simplemente no tiene lgica,
dejando la investigacin de estos relatos en un aparte que quizs explica los contenidos
cosmolgicos de una comunidad, su religiosidad, sus rituales y su relacin con la
Naturaleza tras el smbolo, pero que no se preocupa de sacarlo de esa dicotoma entre
Mito y Logos.

Eliade, Mircea. 1991. Mito y Realidad, Pg. 7. Barcelona: Editorial Labor.

14

1.1. Mito y Estructura. La bsqueda lgica del significado.

El debate entre el Mito y Lgica es tan antiguo como ambas nociones. Ya para finales
del siglo XIX, esta discusin fue tratada con solvencia por los antroplogos y para
mediados del XX se concret como uno de los temas ms influyentes en las Ciencias
Sociales a travs del estructuralismo con Lvi-Strauss. Sin embargo, a diferencia de las
corrientes simblicas, los estudios estructurales se han orientado por la parte mental,
cognoscitiva del Mito, su capacidad de abstraccin y no tanto por su poder emotivo y
social. Lo que ha permitido que se supere la vieja discusin entre la veracidad o la
falsedad del mito y se planteen nuevos escenarios.
Mythos y Logos han sido tratados como polos opuestos por las corrientes
intelectualistas que tradicionalmente han explorado el Mito y han legado al pensamiento
de Occidente esa dicotoma4 La divisin propone que la forma de pensamiento, el
orden causal de las ideas, es falso en sociedades primitivas, pues corresponde a una
lgica diferente a la que se utiliza en la forma de pensamiento racional y cientfico.
Aqu el Mito est necesariamente vinculado con las operaciones abstractas, la capacidad
cognoscitiva, el anlisis y la reflexin; para los intelectualistas el Mito es una forma de
pensamiento con funciones prcticas, que revela el acervo emprico, el conocimiento de
una sociedad tradicional o simple, y es por eso que en sus fines siempre para ellos es
necesario compararlo, falsearlo, con la ciencia; despojndolo para ello de sus
capacidades emotivas.
Para la corriente intelectualista en el estudio del Mito, la necesidad de distinguir la
lgica que opera en esta forma de pensamiento constituye una premisa inicial. Es
comn, por lo menos a principios del XX encontrar que el pensamiento mtico es
catalogado como pseudolgico y prelgico, por considerar que su forma de discernir se
basa en una asociacin falsa de las ideas y una confusin entre su orden causal5.
Para esta corriente, las ideas priman sobre las prcticas y en ese sentido, es el mito lo
4

Tambiah, Stanley. 1993. Magic, Science, Religion and the Scope of Racionality. Cambridge: Cambridge

University Press.
5

De est corriente se destacan los trabajos iniciales de la Antropologa Victoriana, en especial James

Frazer, Morgan y E. B. Taylor entre otros.

15

que en un principio determina la manera de conocer, explicar y controlar el Mundo. Este


planteamiento les permite a los intelectualistas argumentar que

el

mito se da

especialmente en las sociedades salvajes a travs de la mentalidad mgica, y que es


superado por el avance de la racionalidad y el pensamiento cientfico en las sociedades
modernas; esta evolucin conducira hacia un conocimiento de lo real y lo
verdadero, distinto en calidad al discernimiento que opera en las sociedades arcaicas.
En efecto la Etnologa de finales del XIX y principios del XX se preocup por el
escndalo lgico que suscitaban los nativos con sus relatos; autores reconocidos
como Malinowsky, Lvi-Bruhl y Edmund Leach, asumieron que los mitos son en
esencia inconsistentes, autocontradictorios y que, debido a su pseudo-lgica, estaban
referidos implcitamente a lo sobrenatural. Claro es que ninguno de ellos prescindi de
los mitos para realizar sus investigaciones y cada uno reconoci a su manera la funcin
social y cultural de los relatos en las sociedades simples, sin embargo durante un buen
tiempo esto no fue suficiente para que las ciencias sociales reconocieran su capacidad
asertrica e incluso su contenido lgico; sera la postura estructuralista, para mediados
del XX, en cabeza de Lvi-Strauss la que sealara que de los mitos es posible
desprender nociones abstractas, aunque silvestres del pensamiento humano.
Vale la pena recordar que para Lvi-Strauss el anlisis mtico no tiene ni puede tener
por objeto mostrar cmo piensan tales o cuales hombres [sino] considerar que, de cierta
manera, los mitos se piensan entre ellos6 y en ese sentido, el cmo los mitos se
piensan. Retomando premisas de la lingstica estructural de Saussure, Troubetskoi y
Jakobson, el anlisis que realiza Lvi-Strauss sobre los mitos busca principalmente las
relaciones invariantes entre sus elementos, las reglas lgicas de permutacin y
transformacin, la estructura lgica que subyace a las narrativas; de all que proponga
definir a cada mito por el conjunto de todas sus versiones7, pues son los ases de
relaciones que resultan en la abstraccin de los relatos, en un mtodo comparativo, los
que interesan a una mito-lgica, ms que sus cdigos variables y la polisemia de sus
smbolos; sea cual sea la versin particular del mito detrs de sus palabras hay una
estructura.

Lvi-Strauss. Claude. 2005. Mitolgicas I. Lo Crudo y lo Cocido, Pg. 21. Mxico D.F.: FCE.

Ibdem: 1968, Pg. 167.

16

Al autor francs le preocup saber por qu los mitos se parecen tanto?, por qu los
relatos mticos de todas las culturas dicen lo mismo? Para responder estas preguntas
procur descubrir invariantes en las formas de relacin que componan el mito mediante
la comparacin de sus mltiples versiones. Esto lo llev a tratar la cuestin de manera
anloga a la nocin de Sistema que propuso Saussure en la lingstica: Lvi-Strauss
semeja el Mito a la lengua, una red de relaciones permanente, y los relatos mticos al
habla, la expresin singular e individual de la lengua. Entonces los Mitos son
propiamente estructuras complejas, formas abstractas, y por lo tanto formas lgicas que
hacen del mundo sensible un mundo inteligible, ordenado por la composicin en red de
pares de oposiciones, naturaleza y cultura, por ejemplo, y que lgicamente son
parecidas a las elaboradas por el pensamiento cientfico. El Mito estara entonces ms
all de su relato, de la forma y el tono con el que es narrado, sus maneras subjetivas, y
se encontrara ms bien en estructuras objetivas que estn ms all de la comunidad.
Sin embargo, la postura de Levi-Strauss ha sido criticada por su nfasis intelectual, pues
la bsqueda de una lgica formal en los relatos mticos antepone el carcter
cognoscitivo de los mismos a su carcter expresivo-comunicativo, en otros trminos, a
su contenido simblico (Cassirer: 1963). Pero esta es una impresin general, porque si
bien el nfasis intelectual abunda en los textos del francs, no es posible menospreciar
los sealamientos simblicos que el autor hace sobre el Mito en su Antropologa
Estructural, apuntando la importancia de los mitos como sistemas simblicos solidarios
que sustentan, se involucran y alimentan acciones tanto colectivas como individuales.
Esto se aprecia mejor en sus ensayos sobre la eficacia simblica, en donde el autor
despliega una serie de ideas que dan cuenta de la relacin del mito con situaciones
emotivas, ideas que traeremos a cuento con detalle ms adelante.

1.2. Mito y Cultura. El entramado de sentido.

El Mito se ubica entonces como uno de los componentes culturales que dan Sentido al
Mundo, clasificndolo ante todo, nombrando las cosas al nombrarse a s mismo. Est
anclando en el ncleo simblico (es posible argumentar, en el inconsciente) que sustenta
la accin de los individuos y de la sociedad. Es intelectual, pero sin lugar a dudas,
tambin es afectivo, el Mito garantiza el significado profundo y es de por s ontolgico;
17

est donde no hay duda, en la suposicin ms bsica, est en aquello que creemos que es
el Mundo, en lo que damos enteramente por sentado, en lo que no dudamos. El Mito y
sus mitologas componen entonces nuestro sentido comn, atiborrando de significados
los contenidos culturales que interfieren en los actos personales y sociales.
En esta va, su funcin principal es la de revelar los modelos ejemplares en la cultura,
de all que este ntimamente ligado con el sistema de valores, las normas, las reglas, la
ideologa, la esttica, las prcticas, entre otros; esto implica tambin que aparezca
constantemente en las expresiones artsticas, en especial de la Literatura y la Pintura
transmitiendo, muchas veces de manera simblica, el conjunto ejemplar del que dispone
la cultura. Su narrativa en general mistifica el Mundo, dndole estatus a las cosas entre
la dicotoma sagrado y profano, involucra los actos sociales, las acciones personales,
las instituciones y la vida corriente con estas formas elementales de clasificacin y de
organizacin significativa del Mundo.
As, bsicamente tenemos que el Mito establece las categoras mentales, tejidas stas en
una trama de significado que aporta al individuo y a la sociedad el Sentido comn, una
clasificacin de las cosas que en presencia del smbolo atraviesa el mbito de lo sagrado
y este mbito, tal lo sealan varios autores (Durkheim: 1982, Otto: 1963) est conectado
con necesidades humanas profundas, inconscientes, irracionales y misteriosas, an ms
extensas que los entramados culturales; esto para sealar la necesaria autonoma del
Mito, y a la vez, la intensa relacin que sostiene con otras dimensiones de la cultura, por
ejemplo, con el rito, lo sagrado, lo esttico y lo prctico.
Es claro que las corrientes (simbolista, estructuralista, funcionalista) que han estudiado
el Mito lo mencionan como una dimensin cultural importante, diferente del lenguaje y
muy a tono con la visin del mundo (Weltanschauung), cuestin que lo involucra dentro
del conjunto de nociones que preferiblemente se refieren al plano de las ideas, las
estructuras ideolgicas (Dumzil: 1973), los marcos de Sentido, los sistemas
simblicos, las categoras sociales y sus representaciones colectivas (Durkheim: 1982)
En este marco, para un estudio sobre la consulta del Tarot en Bogot, el mito en primer
trmino denotara la variable simblica del acto de adivinacin, el contorno del
significado en la interaccin social. Y en segundo trmino, estara establecido en el

18

contenido temtico8 de las lminas del tarot, en su capacidad expresiva, igualmente


significativa. La aparicin del Mito como un concepto privilegiado en nuestro estudio
nos permite hacer movimientos oscilatorios entre estos dos trminos de la consulta,
prestando atencin especial a lo que aporta de Sentido en el acto de adivinacin y su
impacto en los individuos a travs de una baraja de naipes. En resumen, esto indicara
que es bajo la perspectiva del Mito, con sus caractersticas mencionadas y su cualidad
plstica, como mejor se interpreta el significado social del tema que nos convoca,
afinando en la medida de lo posible nuestra propuesta conceptual de campo abierto,
pues no se trata slo de indagar por las narrativas de sentido que se elaboran en la
consulta, sino tambin de sealar los asideros profundos que provee desde la Cultura al
tarot.

1.3. Mito y Tarot, la baraja. Un objeto en trama.

Tal vez se nos objete tratar con demasiada minucia algunos aspectos de la identidad del
Tarot, sin embargo, para nuestra interpretacin es necesario dejar en claro que la
conexin que establecemos entre el mito y el Tarot ha de ser matizada. Primero porque
generalmente se vincula el concepto de mito con sociedades tradicionales, simples,
primitivas, y con el pensamiento pre-lgico; segundo porque a travs del mito
generalmente se indican hechos sociales colectivos, en todo caso, masivos. De cierta

Ccontenido temtico natural, se percibe por la identificacin de formas puras, es decir, de ciertas

configuraciones de lnea y color, o ciertas masas de bronce o piedra de forma peculiar, como
representaciones de objetos naturales, tales como seres humanos, animales, plantas, cosas, instrumentos,
etc.; identificando sus relaciones mutuas como hechos; y percibiendo tales cualidades expresivas como el
carcter doloroso de un gesto o una actitud, o la atmsfera hogarea y pacfica de un interior. El mundo
de las formas puras, reconocidas as como portadoras de significados primarios o naturales, puede ser
llamado el mundo de los motivos artsticos. Por otra parte el segundo nivel denominado contenido
convencional surge cuando relacionamos los motivos artsticos y las combinaciones de motivos
artsticos con temas o conceptos. Los motivos, reconocidos as, como portadores de un significado
secundario o convencional pueden ser llamados imgenes y las combinaciones de imgenes son lo que los
antiguos tericos del arte llamaron invenzioni-. La identificacin de tales imgenes, historias y alegoras
constituyen en campo de la iconografa, en sentido estricto (Panofsky, Erwin. 1972. Estudios sobre
Iconologa, Pg. 15-16. Madrid: Alianza Universidad.)

19

manera, ambas cuestiones se presentan en nuestro tema de investigacin, pero han de


ser tratadas con cautela.
La primera de ellas ya ha sido discutida en apartes anteriores, bstenos subrayar que es
desde el giro lingstico cuando a la nocin de mito se le dota de capacidad asertiva, y
por tanto se le permite ingresar al conjunto de herramientas conceptuales con poder de
interpretar la realidad social y cultural, confinando s se quiere, el concepto duro a los
especialistas y dejando al publico en general, ciudadano de a pie, con la nocin
ideolgica del mito, esa que lo adscribe en las ideas y creencias falsas sobre el mundo.
El segundo punto requiere pues de ms cautela porque aqu se menciona una cualidad
fundamental para interpretar, de alguna manera comprender, el impacto del mito en la
consulta del tarot. Y es que en los ejercicios de adivinacin con naipes es posible
vislumbrar los canales o de manera ms precisa, las formas en las que el Mito, ese relato
poderoso y social se muestra en la vida corriente, entrando en las narrativas de lo
subjetivo. Nos permite acceder a cmo el Mito es tambin una dimensin en la
bsqueda emotiva de Sentido en la accin social de los individuos; dicho de otro modo,
nos permite por lo menos especular, la manera en la que el Mito est vivo en nosotros.
Segn Pramo, en el estudio del mito (y de la poesa), cuando se tiene un modelo o
ejemplo idealizado, preciso, econmico y claro de algo, se suele decir que es un
paradigma; especialmente cuando, adems, el ejemplo se ha hecho tpico dentro de un
cierto mbito cultural9. Para Pramo, esta idea es susceptible de aplicarse a los tipos
fundamentales de entidades, personajes, propiedades, situaciones y relaciones dotados
de sentido en nuestra condicin humana particular. Para nuestro autor, interesado por
los paradigmas de mitos dibujados, estas simples condiciones se cumplen a cabalidad en
varias de las figuras que componen el Tarot y as lo ha demostrado en muchas de sus
exposiciones10.

Pramo, Guillermo. 2001. Mito; Matemticas y Poesa. A propsito de un Parlamento de Ricardo III de

W. Shakespeare en Esttica y Matemtica. Editado por C. Bonilla, F. Zalamea, et. al. Pg. 58. Bogot:
Gaia.
10

Ibdem. Abril, 2004. Carta del rector en Nmadas, Pg. 2- 3 No. 20. Bogot: Universidad Central.

---Una Reflexin a propsito del 11 de Septiembre, ponencia presentada ante la Ctedra Manuel
Ancizar, Universidad Nacional de Colombia, Bogot, Septiembre, 2004. Sin Publicar

20

Esto indica que en la configuracin de las lminas del Tarot intervienen fuerzas sociales
y culturales, en todo caso impersonales-colectivas, susceptibles de ser interpretadas y
comprendidas en un mbito determinado; incluso indica que en el Tarot estn
objetivadas estructuras, entidades recurrentes, personajes y situaciones de mitos
profundos, bsicos, transculturales, que permanecen a pesar de las presiones de estilo y
moda, y que se presentan de muy diversas maneras de forma intensa en la vida
corriente, tanto en el campo de lo Sagrado como en las regiones de lo Profano.

Ya lo ha dicho Pramo el Tarot es un catlogo de mitos pintados o dibujados, es una


baraja susceptible de funcionar como un inventario de modelos, de paradigmas, de
personajes, de situaciones, propias del Sentido Comn. Una coleccin de imgenes que
cuentan algo sobre el Mundo. As el Tarot que comnmente se utiliza para las consultas
en la ciudad de Bogot es un juego de 78 cartas que se encuentran discriminadas en dos
grupos, los Arcanos Mayores y los Arcanos Menores. Los Arcanos Mayores son 22
cartas numeradas del 0 al 21 a las que le corresponde un nombre particular, as: 0. El
Loco. 1. El Mago; 2. La Gran Sacerdotisa; 3. La Emperatriz; 4. El Emperador; 5. El
Hierofante; 6. Los Enamorados; 7. La Carroza; 8. La Justicia; 9. El Eremita; 10. La
Rueda de la Fortuna; 11. La Fuerza; 12. El Colgado; 13. La Muerte; 14. La
Temperancia; 15. El Diablo; 16. La Torre; 17. La Estrella; 18. La Luna; 19. El Sol; 20.
El Juicio; 21. El Mundo. (En algunas versiones del tarot la carta de la muerte puede
aparecer sin nmero). Mientras que los Arcanos Menores estn compuestos por 56
cartas divididas en cuatro conjuntos comnmente conocidos como palos, que son:
Bastos (Trboles), Copas (Corazones), Espadas (Picas) y Oros (Diamantes); cada uno
de estos palos es un grupo de cartas numeradas del 1 al 9, con la posterior secuencia de:
el Paje (Sota), el Caballero, la Reina y el Rey.

Es fcil encontrar diferentes versiones de estas 78 cartas segn sea el motivo de la


baraja, pasando por iconografas detalladas como la baraja del Tarot Visconti-Sforza del
Siglo XIV o la baraja del Tarot Marsells, hasta iconografas ms densas como la del
tarot de Aleister Crowley en el XIX, o ms familiares como la del Tarot Colombiano de
finales del XX. Es posible ampliar esta lista interminablemente, pues se reconoce que la
composicin de las 78 lminas permite una gama amplia de versiones iconogrficas;
21

pinsese en el Tarot del Seor de los Anillos con los motivos de la pelcula
norteamericana del mismo nombre, o en el Best-Seller de U.S. Games, el Tarot de
Raider-Waite, tan popular en las vitrinas y en las mesas de los tarotistas en Bogot, por
nombrar slo algunos ejemplos recurrentes para entender la plasticidad caracterstica de
los naipes y su capacidad poderosa de permutar las figuras11.

Ahora bien, independientemente del motivo especfico de la baraja, lo que tenemos es


un sistema compuesto por 78 lminas, que al igual que las letras del alfabeto, funcionan
a la manera de un vocabulario de paradigmas mticos dibujados susceptibles de ser
narrados segn se les asigne un determinado orden. Un sistema prcticamente
compuesto por imgenes, que establece la relacin entre sus piezas de diversas maneras
aleatorias, que se define por la capacidad de permutacin que tiene el conjunto entre sus
elementos y funciona con cdigos propios, regulados, capaces de establecer formulas
sintagmticas muy complejas y llenas de Sentido. Un sistema prctico que funciona
perfectamente como una red de significados sobre el Mundo, parecido si se quiere,
simtricamente funcional, a una cosmologa. Sin embargo, es necesario aclarar estas
anotaciones conforme avancemos en nuestra propuesta, ya que es importante matizar y
precisar las caractersticas y cualidades del Tarot, tanto como baraja utilizada para
adivinar, as como catlogo de paradigmas mticos.

El Tarot no es un mero objeto aislado de los procesos sociales y las influencias


culturales sino que por el contrario se sustenta, al igual que las instituciones, en una red
de significados que le atribuyen cualidades especiales, que lo ubican dentro de un
determinado orden de ideas y de prcticas; es un objeto sujeto a contextos variados y al
devenir histrico que ha ido configurando su propia saga, desde el Siglo XIV en Francia
e Italia para uso exclusivo de la realeza, hasta el siglo XXI con la existencia de ms de
25.000 pginas sobre el tema en Internet. Una saga que permite establecer ciertos
11

Por ejemplo estn los siguientes tarots en el mercado: Diamond Tarot, Feng Shui, Old Path, Tarot

Egipcio, Universal Waite, Dragon Tarot, Medieval Cat, Russian Tarot, Tarot of the Spirit, Tarot de los
Gnomos, Tarot de la Esfinge, Tarot del Renacimiento, Royal Thot Tarot, Tarot de las Hadas, Tarot de los
Druidas, Thot Tarot Deck, Tarot de las Galaxias, Tarot de Marsella, Tarot de Dal, Tarot Universal Waite,
Tarot Saint German, Tarot Mstico Universal, Golden Tarot. etc.

22

puntos a propsito de la configuracin particular del mazo; sus relaciones iconogrficas,


los escenarios sociales de adivinacin, el contenido semitico de las lminas, el carcter
ontolgico de la baraja, entre otros; y que as mismo, nos permite proponer el
significado social de la adivinacin en el Mundo Contemporneo.

1.4. Historia Particular del Tarot. Apuntes del pasado en el presente.

No se trata de realizar una tesis exhaustiva sobre la historia cultural del Tarot, eso est
fuera de nuestra capacidad material y de los intereses bsicos de esta investigacin, pero
s trataremos de precisar unos puntos muy sugestivos que aparecen en los discursos
sociales sobre el tarot. Optaremos entonces por mostrar con esos ejemplos la gama de
contenido que durante siglos lo ha hecho aparecer como una baraja diseada para
adivinar, saturando a travs de las narrativas que lo tratan el imbricado tejido material y
simblico que soporta al Tarot.

Trataremos

de establecer puentes y caminos de

conexin que nos permitan manipular el tema con un panorama abierto, en la bsqueda
de los asideros y recursos de significado que utilizan la baraja y sus usuarios para ser
funcional.

Los antecedentes que se conocen del Tarot nos ubican de antemano sobre la historia de
los naipes en Europa, en especial sobre Francia, Italia y Espaa. Varios autores destacan
el siglo XIV como el momento significativo de la aparicin de las barajas en el viejo
continente y esto es fuente de enconadas discusiones12. Se tienen registros de
prohibiciones a los juegos de naipes en Espaa que datan de 1332, tambin una
mencin de tres barajas pintadas por Jacquemin Gringonneur para diversin del rey de
Francia en 1392, 17 de estos naipes hacen parte de la coleccin de la Biblioteca
Nacional de Pars. As mismo, existen registros de la baraja dibujada en el siglo XV
para Francesco Sforza, duque de Miln, de la que reposan 35 lminas en Nueva York y
otras 39 lminas en la ciudad de Brgamo; esta es la primera de las barajas que se
compone de 78 lminas tal y como sucede hoy en da con el Tarot convencional.
Tambin se asocia el contenido de la baraja del Tarot con las 50 cartas instructivas de
12

Ver, Gonzlez, A. Jos. 1993. Tractatus Ludorum. Una Antropolgica del Juego. Barcelona:

Anthropos.

23

Baldini, conocidas igualmente como Tarot de Mategna, que estn ordenadas de acuerdo
con la disposicin que autor consider del Universo13.
En fin, aunque la lista de tipos de Tarot ha venido en aumento desde el siglo XIV hasta
el presente, slo nos interesa ac mencionar los momentos en que dicho mazo fue
representando culturalmente como artefacto de uso mantico, y a grandes rasgos, cules
fueron las narrativas que alimentaron el poder adivinatorio de la baraja, qu ideas,
emociones y creencias configuraron las cualidades sociales y simblicas del naipe.
Porque si bien las prohibiciones sobre los juegos de naipes atravesaron los siglos XIV al
XVII, en stas no se seala especficamente su uso mantico, no se nombra al Tarot
puntualmente, y estn referidas en muchos casos al ambiente ldico. Vale la pena
aclarar aqu que el asunto de los juegos de naipes ha sido tmidamente explorado en
Espaa, Francia e Italia y olvidado, sin duda, en Colombia. Ms cercanos a los estudios
folklricos que a los intereses de la sociologa y de la antropologa, los escenarios de
uso ldico o mantico de los naipes, comunes en el mundo Hispnico, carecen de un
aparte en el inventario de objetos, prcticas y situaciones exploradas en el mbito local
por nuestras ciencias sociales. Sin embargo, es importante traer a cuento lo que
diversos autores han sealado a propsito de la presencia tan marcada de los naipes en
el siglo XVIII y su incursin plena a travs de la poesa y la literatura castellanas en la
cultura del Viejo y del Nuevo Mundo, ya que evidentemente, y esta es parte
fundamental de nuestra tesis, al ser el Tarot una especie de juego de naipes, la red de
significados tejidos por la cultura, el contorno de la narrativa mtica, influyen desde lo
profundo la forma de clasificacin simblica del objeto. Esto habr que aclararlo en
detalle a medida que avanza el escrito, que por lo pronto seguir en curso de las
anotaciones necesarias.

El tema de los juegos de naipes en las ciencias sociales es escaso, lo demuestran las
referencias que estn puestas al alcance del lector intrigado como son, Juegos de Saln:
Penitencias. Los Aguinaldos. La Baraja o Juego de Naipes, un artculo minsculo en
donde se describen alguna formas de jugar con los naipes sin ir a proponer alguna
interpretacin del contenido de cada uno de esos juegos. Est por otra parte, Rinden
Culto a Baco, Venus y Cpido: Juegos y Actividades Ldicas en la Provincia de
13

Kaplan, Stuart. 1978. El Tarot. Barcelona: Plaza y Janes Editores.

24

Antioquia y otras zonas Neogranadinas, SXVII-SXVIII14, que relata la pasin por el


juego y los naipes en la poblacin de la zonas y que para el autor se constituan en
ocasiones excepcionales en las que podan trastocarse las diferencias jerrquicas
preponderantes en la vida ordinaria entre blancos, negros y mulatos; y no slo de una
manera ocasional, en medio de la relajacin que el juego daba, sino de una manera
incluso constante u oficiosa a travs de la tahurera, tema que recuperaremos ms
adelante.
As mismo se encuentran datos interesantes para la colonia respecto a los naipes y una
que otra ancdota llamativa sobre la produccin de barajas y la administracin de las
mismas en el Nuevo Mundo En la Historia de la Cultura Material en la Amrica
Equinoccial15, all se menciona por ejemplo, que en Bogot ya para el Siglo XVIII se
fabricaban de 32.000 a 36.000 barajas por ao, y que reyes sacerdotes y encomenderos
eran aficionados a su juego. Esta actitud de los personajes oficiales es tratada tambin
en La Aficin de Funcionarios, Militares y Religiosos a los Juegos de Azar: Entre la
trasgresin y el Buen Ejemplo16, que resalta el comportamiento de estos funcionarios
frente a los juegos de naipes y de dados principalmente, sealando que para la colonia
estos escenarios estuvieron asociados a la vagancia, al populacho y al desorden, razn
por la cual tuvieron que ser normados. Es all entre la norma, que el autor llama la
atencin sobre la participacin activa de militares y religiosos en este tipo de juegos,
pues muchas veces eran los protagonistas propios de cuantiosas apuestas, ruinosas
perdidas e historias de tahurera, cayendo en la propia ley que aplicaban.
Junto a estas referencias podemos afirmar que el entramado simblico de los juegos de
naipes es de larga data, asociados histricamente al Azar, la Suerte, la Fortuna, el
Destino, el crimen, el desorden, la estafa, el engao, la vagancia, el licor, la prostitucin,
etc. Han permanecido por los siglos como espacios de interaccin social y de
produccin cultural. Esto es claro si se tiene en cuenta que los garitos de juego y en la
actualidad los casinos hacen parte activa de la economa de la ciudad, as mismo de la
bsqueda de fortuna personal

y de sus ruinas. Al tiempo que funcionan como

escenarios que dinamizan la cultura, material y simblicamente, pues en su fabricacin


14

Castao Pareja, Yoer Javier. Julio-Diciembre 2005. Historia Crtica Bogot, No 30, Pg. 115-138.

15

Tomado: http://www.lablaa.org/blaavirtual/historia/america4/cap29ct.htm

16

Tomado: http://www.lablaa.org/blaavirtual/revistas/credencial/noviembre2007/trasgresion.htm

25

y en las variables con que se juegan, se encuentra una extensa lista de creatividad e
ingenio, por no mencionar todava los prestamos lingsticos, y la puesta en escena de
valores positivos y negativos, como la trampa o la honestidad.
Como ya lo ha indicado Guillermo Pramo a propsito de la definicin de naipe, en el
Tesoro de la lengua castellana publicado por Sebastin de Covarrubias en el siglo
XVII17 se lee que,

Esto nos persuade de que, para interpretar el tarot, es necesario tener en cuenta los
significados sociales tejidos constantemente sobre la nocin de naipe y los trazos tenues
que hasta la fecha de Covarrubias se haban indicado. Que se mencione al inventor,
Nicolao Pepin, junto a su procedencia, arbigo, seala ya una carga simblica que ha
sido puesta en el trmino de antemano, por su propia manera de nombrar. As, es comn
entre quienes tratan el tema (Kaplan: 2000, Alcantud: 1993, Huizinga: 2005), recordar,
y con ello aludir, al posible origen sarraceno de los naipes. Y los argumentos, sea cual
sea el estudioso, aparecen asiduamente,

Feliciano Bussi, en su Storia di Vitterbo, publicada en 1742, cita a


Covelluzzo, cronista del siglo XV:
El ao 1379 fue trado a Viterbo el juego de las cartas, que vino de
Seracenia y que se llama entre ellos Naib.18

Igual sucede con los gitanos, mencionados varias veces respecto al origen de los naipes,
y comnmente asociados con las prcticas manticas, en especial con la cartomancia y la
quiromancia; son siempre portadores de un tipo de conocimiento mgico que va
17

Tomado: http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/80250529545703831976613/index.htm

18

Kaplan, op. cit., Pg. 31.

26

entrelazado con lo misterioso, y para el Occidente Cristiano, con lo peligroso. Ya que,


como ha sido explorado en otros lugares, junto a los judos y los sarracenos, la
cristiandad ubic a los gitanos ms all del lmite de lo permitido y los hizo un Otro
antagnico, distante, oscuro, malvado19. Y eso es precisamente lo que empiezan a
sealar los textos al hacer mencin de los naipes, asocindolos con escenarios que se
encuentran en el extremo de lo permitido. La adivinacin era de por s una prctica
abominable para el dogma y era slo cuestin de tiempo para que tanto los escenarios
ldicos como los manticos, resultasen predilectos para las fechoras del Diablo20.

Lo anterior para afirmar que en el tarot se condensan significados aportados por el juego
y el esoterismo desde hace varios siglos; significados que a lo largo del tiempo han ido
configurando un ambiente valorativo para el mazo y su consulta, a manera del
entramado general que soporta su sentido en la cultura. Esa condensacin pasa
desapercibida muchas veces pero sin embargo, hace parte de las cualidades ms
sugestivas para interpretar el modo en que opera el mito en la consulta del tarot. Aqu el
tema a tratar es entonces el tono ldico, la presencia del juego en la cartomancia y la
cartomancia como juego.

As las cosas, para principios del siglo XVIII los juegos de naipes, barajas generalmente
de 52 o 48 lminas, eran ya de uso corriente en Espaa, Francia e Italia; no ocurra lo
mismo con el Tarot que permaneca para la fecha como un juego exclusivo de la
nobleza al norte de Italia, y por tanto desconocido en gran parte de Europa. Sin embargo
a finales de ese siglo (1780-1790) el telogo francs Antoine Court de Gebelin llam la
atencin sobre el juego del Tarot y trajo a cuento el carcter esotrico de la baraja; ms
all del origen italiano, Gebelin argumentaba que el

gnesis de los 22 Arcanos

Mayores se encontraba en jeroglficos egipcios, inaugurando as la cualidad mgicoreligiosa de las 78 lminas. A propsito Kaplan reproduce el pensamiento de Gebelin:

19

Lea, Charles H. 2001. Los Moriscos Espaoles. Su Conversin y Expulsin. Alicante: Universidad de

Alicante; Garca Crcel, Ricardo. 1990. La Inquisicin. Madrid: Anaya.


20

El libro de Carlo Ginzburg entre muchos otros la Historia Nocturna. Las Races Antropolgicas del

Relato, es de vital importancia para profundizar en este tema.

27

Imagnense ustedes la sorpresa que tendramos-escribe Gebelin-si


llegsemos a descubrir la existencia de un antiguo libro egipcio
escapado a las llamas que destruyeron las soberbias bibliotecas- que nos
iluminase sobre las ms autnticas creencias egipcias. Todos estaran
ansiosos por ojear este precioso y extraordinario libro. Si, adems,
supisemos que tal libro se halla normalmente difundido por gran parte
de Europa y que durante siglos ha estado al alcance de la mano,
quedaramos desconcertados. No sera increble reconocer que jams se
haba sospechado la identidad del libro, haberlo tenido en las manos sin
intentar nunca descifrar por lo menos una pgina y haber valorado los
frutos de una exquisita sabidura presentada en una coleccin de intiles
signos carentes de significado? Acaso no equivaldra esto a insultar la
inteligencia de nuestros lectores?

En efecto, este libro existe afirma Gebelin-.Este libro egipcio es todo


cuanto queda de aquellas soberbias bibliotecas. Es tan corriente, que
jams estudioso alguno se ha dignado prestarle atencin, porque nadie,
antes de nosotros, ha intuido su origen ilustre. Este libro esta compuesto
por setenta y siete o, mejor dicho, setenta y ocho hojas pintadas,
divididas en cinco grupos, cada uno de los cuales muestra cosas variadas,
divertidas e instructivas. En una palabra, este libro es el juego del tarot,
un juego desconocido en Pars, es cierto, pero conocidsimo en Italia,
Alemania e incluso en Provenza. Es un juego peregrino, por la calidad y
cantidad de las figuras que aparecen en las cartas21

Nos llama particularmente la atencin que el juego a pesar de ser conocidsimo en


Italia no haya sido mencionado como artefacto esotrico antes de Gebelin, que es
francs, por ningn autor italiano; y que a la vez, sea especficamente en Francia donde
Nicols Conver grab en 1760 el tarot de Marsella, inaugurando as la Casa Camoin
que an hoy en da fabrica estos naipes y ofrece la mejor enseanza del Mundo sobre

21

Kaplan; op. Cit, Pg. 55.

28

el Tarot22. Y llama la atencin porque segn la propia coleccin de la Casa Camoin, se


tienen registros de que en Marsella se fabric en 1672 por Franois Chosson el primer
juego de Tarot Marsells, acortando as un poco la distancia con las viejas barajas de
tarot italianos del SXV (Visconti-Sforza y Mategna), lo que nos da ya bastantes siglos
para que tanto en Italia como en Alemania y Francia no se haya intuido su origen
ilustre, y ms an, que sea para el XVIII an desconocido en Pars. Esto sera
irrelevante si no fuera porque pese a todo, las lminas del tarot reproducidas en la
famosa obra de Gebelin resultan ms acordes con la iconografa de la baraja de Marsella
que con los tipos de figuras empleadas en los tarots italianos. Entonces por qu afirm
Gebelin la difusin del mazo en Italia y su anonimato en Pars?, y por qu conectar
directamente las figuras de Marsella con los jeroglficos egipcios, si l mismo desdice
de Francia?
A nuestro parecer resultan precarias las explicaciones de Gebelin, pero muy indicativas
de lo que para los siglos XIX y XX resultar siendo el origen paradigmtico del Tarot,
pues desde el propio Gebelin, la tesis de la procedencia egipcia ser la que saturar de
explicaciones, los orgenes y utilidades de la baraja. Si bien hasta el siglo XVIII no
existan tratados sobre el Tarot, ms que una antigua referencia escrita en Siena en
157223, ni se registraban menciones directas al origen y uso de las lminas, esto no
impidi que desde las indicaciones intuitivas de Court de Gebelin se inaugurara la
historia egipcia del tarot, con todo lo que ello implica.
Ya para finales del siglo XIX y durante todo el siglo XX las corrientes esotricas
incluan en sus tratados versiones mejoradas de la historia egipcia del tarot. Empezando
por el seguidor de Gebelin, Eteilla, quien junto a sus cartas public hacia 1783 el libro
Manire de se rcreer avec le Jeu de Cartes nommes Tarot, con explicaciones e
instrucciones para usar la baraja en ejercicios de adivinacin. Eteilla por supuesto nunca
cuestion la historia egipcia del Tarot y ms bien se dedic a la divulgacin de las
enseanzas de Gebelin.
Por otra parte, para 1854 hace su aparicin el libro de Eliphas Levi Dogma y Ritual de
Alta Magia, uno de los tratados ms repasados en la tradicin esotrica de Occidente.
En sus pginas el Tarot ya ocupa un sitio de fascinacin e importancia entre el
22

Tomado de: http://es.camoin.com/tarot/-Inicio-es-.html

23

Kaplan; op. Cit, Pg. 223.

29

conocimiento mgico y el ocultismo, apareciendo como un libro que encierra los


profundos misterios espirituales del Universo. Al respecto Eliphas Levi escribe:

Se ve tambin, cun diversas significaciones estn encerradas en esas


veintids claves que forman el alfabeto universal del Tarot y la verdad de
nuestras aserciones cuando pretendemos que todos los secretos de la
Cbala y de la magia, todos los misterios del antiguo mundo, ciencia de
los patriarcas, todas las tradiciones histricas, an las de los primitivos,
estn encerradas en ese libro jeroglfico de Thoth, Enoc, o de Cadmo

Y contina:

Cuando el soberano sacerdote ces en Israel, cuando todos los orculos


del mundo se callaron en presencia del verbo hecho hombre y hablando
por boca del ms popular y del ms dulce de los sabios; cuando el arca
fue perdida, el santuario profanado y/o el templo destruido, los misterios
del ephod y de los theraphims, que no estaban ya trazados sobre oro y
piedras preciosas, fueron escritos o ms bien figurados por algunos
sabios cabalistas sobre marfil, sobre pergamino, sobre cuero plateado y
dorado, ltimamente sobre simples cartas, que siempre fueron
sospechosas a la iglesia oficial, como encerrando una clave peligrosa en
sus misterios. De aqu proceden esos tarots, cuya antigedad revelada al
sabio Court de Gebelin, por la misma ciencia de los jeroglficos y de los
nmeros, tanto ejercit, ms tarde, la dudosa perspicacia y la tenaz
investigacin de Etteilla 24

Se empieza as a proponer un contorno simblico para el Tarot, ya no la mera baraja a


disposicin del Duque de Miln, ni el juego desconocido en Pars; pues a partir del siglo
XVIII y en especial del XIX, el mazo ir convirtindose en una herramienta mantica y
de alto contenido esotrico hasta legitimarse por s mismo y entrar al inventario cultural

24

Eliphas, Lvi. 1979. Dogma y Ritual de la Alta Magia. Pg. 88-109. Buenos Aires: Ed. Kier.

30

de objetos mgicos. Ya vinculado significativamente con la Cbala juda y la tradicin


sagrada de Egipto, sera cuestin de tiempo para que la literatura esotrica, con sus
interminables corrientes, lo tratara tan repetitivamente y le agregar junto a sta dos vas
mistricas, cuestiones de astrologa y alquimia, entre otras.
Para el siglo XX el Tarot ya formaba parte del mundo mgico de Occidente; aparecen
para el perodo reconocidas figuras del campo esotrico que lo tratarn detalladamente y
de forma exclusiva: Gerard Encausse (Papus), Arthur E Waite, Paul Foster Case y
Aleister Crowley, quiz los ms reconocidos autores de la poca en la transmisin del
contenido encriptado de los naipes del tarot, terminaron por consolidar en las corrientes
esotricas y ocultistas la versin histrica de Court de Gebelin, aprovechando que el
tarot era originario de la cuna del hermetismo para suponer igualmente otras conexiones
con la Cbala, la astrologa y la alquimia. A esto ayudo potencialmente el auge de la
Nueva Era en los Estados Unidos y Europa, entre los aos 40 y 60; con ella entraron al
espacio publico esta serie de prcticas asociadas al ocultismo y a la brujera,
permitiendo adems de su masificacin en los peridicos, la prensa y los cafs, su
mercantilizacin e industria; entraron a participar de este auge editoriales, productores
de televisin, centros esotricos, gures, que se concentraron en vender en serie mazos
de tarots, libros, cursos en cassettes, en video, talleres, etc.
De presunto juego de naipes para los nobles, en algo ms de seis siglos, el tarot se
convirti en el libro de los antiguos misterios, la clave ilustrada de la filosofa
oculta y as lo describi Papus:

Este juego de cartas de los bohemios es un libro maravilloso, como


acertadamente lo ha observado Court de Gbelin y sobre todo Vaillant.
Este juego, con el nombre de Tarot, Tor, Rota, ha formado
sucesivamente la base de la enseanza sinttica de todos los pueblos
antiguos. All donde el hombre del pueblo no ve otra cosa que un simple
pasatiempo, los pensadores vuelven a encontrar la clave de esta oscura
tradicin. Raymond Lulle basa su Ars Magna sobre el Tarot y logra
reemplazar el cerebro humano con el automatismo de aqul; Jerome
Cardan escribe sobre las claves del Tarot un tratado de la sutilidad;
Guillaume Postel halla en el Tarot la llave de las cosas ocultas y Louis
31

Claude de Saint Martin, el filsofo desconocido, ve descriptos en ellos


los lazos misteriosos que unen a Dios, el Universo y el Hombre25

Entre tanto, A.E. Waite presenta su propia versin del tema:

El verdadero Tarot es simbolismo; no habla otro lenguaje ni ofrece otros


signos. Dado el sentido oculto de sus emblemas, resulta una suerte de
alfabeto cuyos elementos pueden agruparse en infinitas combinaciones y
que presta sentido verdadero al conjunto. En el plano ms alto, ofrece
una clave de los Misterios, de un modo que no es arbitrario, y que no ha
sido reconocida en l26

Este es a muy grandes rasgos el contexto en que se desarroll el contenido histrico del
tarot, empezando por el rastreo de los juegos de naipes hasta la configuracin de la
baraja como un instrumento de adivinacin. Nuestro punto e inters, ms all de un
mero inventario, es el horizonte de significado en el que se ubica el tarot, el proceso
general de conformacin del mazo y las referencias adscritas a su nombre. Que se le
mencione en contacto con las doctrinas hermticas, con imgenes msticas, con los
misterios de la Cbala, es un hilo conductor hacia el Sentido social de la adivinacin
que nos permite dotar de significado a una baraja que ha sido ignorada por las ciencias
sociales en Colombia. sta rene, como prcticamente todas las barajas, la condicin de
juego y de mancia y se diferencia, como lo hacen todas las barajas, por las figuras y el
orden de sus naipes, por su disposicin sobre la mesa, por la manera de jugarlo.
Pero si el tarot es en todo caso un juego de naipes, no valdra la pena entonces traer a
cuento algo de este concepto para comprender mejor que es lo que pasa en una consulta
del tarot?

25

Encausse, Gerard. 1980. El Tarot de los Bohemios. La Clave Absoluta de la Ciencia Oculta. Pg. 75.

Buenos Aires: Ed. Kier.


26

Waite, Arthur. E. 1976. La Clave Ilustrada del Tarot. Pg. 13. Buenos Aires: Ed. Talgraf.

32

2. Juego, Rito y Magia. Teoras de la prctica.


2. 1. El Juego. Huizinga y Caillois dos propuestas sugestivas.

Ya Shakespeare para el siglo XVII consagrara en sus obras, junto al histrinico, el


carcter ldico de la vida, haciendo del juego un modelo ejemplar de las situaciones, los
personajes y el Mundo, posible de ser utilizado comnmente en forma de metfora,
smil o alegora. Ser quizs con Huizinga que el juego pasar del campo literario a ser
concepto en los estudios sociales, para salir del poco inters que las ciencias afines
haba puesto sobre l y pasar a ser explorado como fundamento y factor de la cultura.
Lamentablemente a pesar de la agudeza del historiador holands y del reconocimiento a
su trabajo, siete dcadas despus de su Homo Ludens (2005), en Colombia persiste esta
apata no slo hacia el juego sino hacia el autor mismo que poco o nada aparece en la
sociologa y en la antropologa. Es por est razn que consideramos valioso al menos
recuperar parte de sus reflexiones para las disciplinas sociales, indicando con esto que
queda un camino abierto y mucho por hacer por parte de las mismas alrededor del
juego.
La premisa fundamental de Huizinga es que la cultura humana brota del juego cmo
juego- y en l se desarrolla. Su inters en sealar la cualidad significativa del juego
estaba dirigida a criticar la fuerte concepcin biolgica y fisiolgica que dominaba el
tema en la poca, que vea en el juego rastros de una intensa actividad fsica o mental
que procuraba entrenar para los problemas cotidianos la caza por ejemplo- a las
especies animales. Para Huizinga esto no explicaba el poder que el juego tiene para
hacer perder la cabeza en un arrebato a los seres humanos, pues ms all del gasto de
energa, l encontraba elaboraciones finas de significado que podran funcionar como
fundamento de la cultura. Su trabajo es extenso y lleno de sugestivas reflexiones que
tienen el valor de haber puesto el ojo en caminos sumamente fecundos, y de reconocer
la presencia del juego en la justicia, las artes, la poesa, la filosofa, la guerra, entre otras
manifestaciones culturales. A l le debemos la definicin general del juego para las
ciencias sociales:

Resumiendo, podemos decir, por tanto, que el juego en su aspecto


formal, es una accin libre ejecutada como si y sentida como situada
33

fuera de la vida corriente, pero que, a pesar de todo, puede absorber por
completo al jugador, sin que haya en ella ningn inters material ni se
obtenga en ella provecho alguno, que se ejecuta dentro de un
determinado tiempo y un determinado espacio, que se desarrolla en un
orden sometido a reglas y que da origen a asociaciones que propenden a
rodearse de misterio o a disfrazarse para destacarse del mundo habitual27

Para Huizinga el juego es una accin llena de sentido, una ocupacin ms que biolgica
o fsica, que rebasa el instinto inmediato y ofrece a los individuos una forma inmaterial,
tal como la imaginacin y el mito, de figurar el Mundo. No es la vida corriente pues se
encuentra aislado de la vida propiamente dicha y se desenvuelve en un como si que
puede llegar a ser demasiado importante, un como si con la capacidad de arrebatar al
jugador, de absorberlo intensamente, y de trocar en cualquier momento el juego en cosa
seria28. Y es en este trocar, en este paso hacia lo serio del juego, en este elevarse a su
valor superior, donde Huizinga encuentra una relacin de forma con la accin sagrada,
el culto. Y aqu menciona dos aspectos importantes que toman vida en este mbito, la
representacin de algo o la competicin por algo; se juega tanto por vencer como por
participar ejemplarmente del como s. A propsito escribe,

La accin sagrada es un dromenon, esto es, algo que se hace. Lo que se


ofrece es un drama, es decir, una accin, ya tenga lugar en forma de
representacin o de competicin. Representa un suceso csmico, pero no
slo como mera representacin, sino como identificacin; repite lo
acaecido. El culto produce el efecto que en la accin se representa de
modo figurado. Su funcin no es la de simple imitacin, sino la de dar

27

Huizinga, Johan. 2005. Homo Ludens. Pg. 27. Madrid: Alianza-Emec.

28

Cualquier juego puede absorber por completo, en cualquier momento, al jugador. La oposicin en

broma y en serio oscila constantemente. El valor inferior del juego encuentra su lmite en el valor
superior de lo serio. El juego se cambia en cosa seria y lo serio en juego. Puede elevarse a alturas de
belleza y santidad que quedan muy por encima de lo serio (Ibdem. Pg. 21.)

34

participacin o participar. Es un helping the action out (un hacer que se


produzca la accin)29

Vemos entonces que el Dromenon est lleno desde un principio de los elementos del
juego, esto es, orden, tensin, movimiento, solemnidad y entusiasmo. Y es que estamos
acostumbrados a considerar la oposicin entre juego y seriedad como algo absoluto y
totalmente contradictorio, sobretodo al tratar el tema de las emociones y del significado
de las acciones. Sin embargo, si hemos de partir de lo abstracto, de la mera calidad del
juego en su forma pura, tal como lo expone Huizinga, lo ldico se desarrolla fcilmente
en otros ambientes como el estadio, el crculo mgico, el templo, la escena, la pantalla,
el estrado judicial30, etc., tanto as que es factible explicar el templo, la escena, el
estrado judicial, la poltica, el amor, la amistad, entre otros como un juego. Como si
lo que sucediera en un crculo mgico o en una cena romntica fuese un juego.
Ahora bien, de cualquier modo, el juego no es la vida corriente, segn Huizinga se
halla fuera del proceso de satisfaccin directa de necesidades y deseos, y debido a que
se agota en s mismo en un lmite de tiempo y en un espacio determinado, comparte la
forma y la funcin del dominio de lo sagrado; dominio que irrumpe con poder en lo
ldico, siempre y cuando los lmites del juego en su oscilar constante entre la broma y
lo serio, tiendan a absorber a los individuos y a ubicarlos en un escenario ritual que
participe del devenir csmico.
Es en el arrebato del juego que se realiza la representacin de las fuerzas espirituales,
a manera de culto, conmemoracin, o competencia; de aqu que el juego exija y cree un
orden absoluto que le permita estar encerrado en si mismo, separado de lo corriente,
en un escenario propicio para el hechizo. Un escenario a la vez expectante y frgil, que
le da al juego un elemento de tensin interno, el juego se sostiene mientras dure el
hechizo, y el hechizo requiere para funcionar la intervencin de otras fuerzas, entre
ellas las de incertidumbre y de azar, dos nociones ampliamente asociadas por supuesto
al juego, junto a las de Fortuna, Destino y Suerte.

29

Ibdem. Pg. 29.

30

Ibdem. Pg. 23.

35

Una de las conexiones entre juego y cultura que ms nos llam la atencin es la hecha
con la creacin potica. Pues Huizinga encuentra que en la poesa las cosas del mundo
aparecen con otra lgica que no es la de la vida corriente, envolviendo en una
ensoacin las cosas; est ensoacin en principio no es solamente esttica pues est
histricamente vinculada con la funcin litrgica, la doctrina sagrada, el enigma y el
mito entre otros31. Aqu se reconoce que la palabra es portada por juglares, heraldos,
profetas, filsofos, que comunican estticamente la sabidura y a su vez dan cuenta de lo
sagrado, dando espacio a lo solemne, a la belleza y a la alegra. El mito aparece
entonces con enormes capacidades poticas que no distinguen siempre la anttesis
juego-serio y que de cierta manera narran festivamente el mundo,

produciendo

constantemente sentidos figurados, respuestas simblicas y lazos de significado que


enmascaran y dinamizan la realidad social32. Esto no slo sucede con la literatura o las
artes plsticas reconocidas, sino que acontece con potencia en los dilogos triviales del
enamoramiento, la amenaza, la poltica, el secreto; y en el lenguaje entretenido de la
vida corriente, est en la calle, entre los cantantes, trovadores, cuenteros, caricaturistas,
humoristas, en fin, en las telenovelas y en la radio; convirtindose en un recurso asiduo
de la manera en que comunicamos el mundo.

Estas anotaciones estaran incompletas si no clasificramos en cierto rango el juego de


naipes, que participa de la definicin general y as mismo de la creacin potica, pero
que tambin contiene otros rasgos particulares del juego que vale la pena aclarar. Para
eso nos sirve el trabajo de Roger Caillois, que critic las generalidades de Huizinga y se
empe por definir y tipificar al juego para hacer ms claras las diferencias entre una
partida de ajedrez y una competicin de atletismo. Caillois no da una definicin
resumida del juego, da seis caractersticas que le son esenciales como actividad:

1. Libre: a la cual el jugador no podra estar obligado sin que el juego


perdiera al punto su naturaleza de diversin atractiva y alegre;
31

Toda poesa antigua es, al mismo tiempo, culto, diversin, festival, juego de sociedad, proeza artstica,

prueba o enigma, y enseanza, persuasin, encantamiento, adivinacin, profeca y competicin. El poeta


es vates, un poseso lleno de Dios, un frentico. (Ibdem. Pg. 154.)
32

Lo que el lenguaje potico hace con las imgenes en juego. Las ordena en series estilizadas, encierra un

secreto en ellas, de surte que cada imagen ofrece, jugando, la respuesta a un enigma. (Ibdem. Pg. 171.)

36

2. Separada: circunscrita en lmites de espacio y de tiempo precisos y


determinados por anticipado;
3. Incierta: cuyo desarrollo no podra estar predeterminado ni el
resultado dado de antemano, por dejarse obligatoriamente a la
iniciativa del jugador cierta libertad en la necesidad de inventar;
4. Improductiva: por no crear bienes, ni riqueza, ni tampoco elemento
nuevo de ninguna especie; y, salvo de desplazamiento de propiedad
en el seno del crculo de jugadores, porque se llega a una situacin
idntica a la del principio de la partida;
5. Reglamentada: sometida a convenciones que suspenden las leyes
ordinarias e instauran momentneamente una nueva legislacin, que
es la nica que cuenta;
6. Ficticia: acompaada de una conciencia especfica de realidad
secundaria o de franca irrealidad en comparacin con la vida
corriente33
La diferencia con la definicin de Huizinga no es mucha, para nosotros en realidad
Caillois por ser puntual pierde la idea del como s y del misterio que rodea al juego;
pero esto tiene que ver ms con su necesidad de tipificarlo y distribuirlo en categoras
bien definidas que permitan clasificar su diversidad, que por marcar distancia con
Huizinga. Todos los juegos comparten los elementos mencionados en ambos autores y
para Caillois se diferencian por los rasgos que predominan dentro de ellos,
respectivamente son nombrados: Agon, Alea, Mimicry e Ilinx, y estn referidos en su
orden a la competencia, el azar, el simulacro o el vrtigo. En resumidas cuentas
podramos decir que los tipos estaran distribuidos as: Agon (la competencia) se
caracteriza porque pone a prueba la destreza de los jugadores, su rapidez, fuerza,
inteligencia, resistencia, etc.; el tenis, el ftbol, la natacin, son ejemplos de ello. Alea
(el azar) son juegos que se caracterizan por dejar muy poco en manos del jugador y ms
bien dependen de la decisin del destino y de la suerte, ejemplos son: los dados, cara o
cruz, la lotera, la ruleta. Mimicry (simulacro) se juega a creer y a hacerse creer una
ilusin, su fin es representar un personaje, hacerse pasar por algo, esta muy influido por
el drama, la mascara y el disfraz, se juega a los policas y ladrones, al vaquero, al pirata,
al colegio, etc. Ilinx (vrtigo) consiste en alcanzar una especie de espasmo, trance o
aturdimiento, los jugadores buscan por s mismos el vrtigo, ejemplos son los derviches,
los voladores huicholes, las montaas rusas, las acrobacias entre otros34.
33
34

Caillois, Roger. 1994. El juego y Los hombres. Pg. 38. Mxico D.F.: FCE.
Para una discusin ms profunda revisar el II capitulo de la obra El juego y Los hombres de Caillois.

37

Bajo estos parmetros el juego de naipes participara de los tipos Agon y Alea, pues en
principio sera el azar el que gobernara la reparticin de la cartas y el jugador un
personaje hbil para arreglrselas en la partida; lo que pondra en escena un relativo
condicionamiento del jugador al destino, pues jugar de acuerdo a las cartas que le
toquen, dependiendo de esa mano para tomar decisiones, y si la suerte no es mala
hacer su juego; mezclando permanentemente el dictamen del azar que otorga a cada
jugador lo suyo, y la destreza personal para sobreponerse o maniobrar lo mejor posible
la partida desde ese dictamen.
Es precisamente est inclinacin hacia el azar lo que acerca a los naipes a la
supersticin y adivinacin; a la supersticin, pues al buscar el favor del destino los
jugadores se ven inclinados muchas veces a utilizar talismanes, encantos, ageros,
riegos y dems para la buena fortuna, en un intento por manipular la neutralidad del
hado; y a la adivinacin, pues la misma fuerza que da o quita en el juego con el valor de
los naipes, seala de igual manera, si se quiere, lo que depara el destino. Provocando un
deslizamiento fcil entre lo que da la suerte para el juego y lo que da la suerte para la
vida35.

Vale la pena aclarar que estos apuntes van dirigidos exclusivamente a encontrar en el
concepto de juego elementos para interpretar la influencia del mito en la prctica
mantica y darle a nuestro estudio una perspectiva cultural importante y original, al
menos entretenida en la forma de explorar la consulta del tarot. No se trata de destruir la
ambigedad que nos asalta en este momento, definiendo al tarot tajantemente como una
prctica pura, ya sea mgica o ldica. Para nuestro inters no se excluyen, se
complementan y se yuxtaponen en el tema que nos convoca. Por lo menos as lo dejan
entrever las entrevistas y el seguimiento que hicimos del objeto desde el 2005 y que nos
llevaron constantemente a considerar dicha practica como un escenario que va entre el
juego y lo serio, entre el misterio y la burla. Y nos parece que esto no ha sido tomado en
cuenta, discutido o tan siquiera mencionado por las ciencias sociales en Colombia, en
35

De manera general los juegos de azar se han vinculado constantemente a la adivinacin, del mismo

modo que los juegos de fuerza o destreza, o los torneos de enigmas tenan valor probatorio en los rituales
de entronizacin en algn cargo o ministerio importante (Ibdem. Pg. 111.)

38

particular por la sociologa. Ms si se toma en consideracin que este tipo de escenarios


se incrustan en los estudios a propsito del mercado de creencias de la Nueva Era, o de
la desregulacin del creer, o dentro de las ofertas de bienes de salvacin en el mundo
contemporneo y su mercantilizacin. Dejando en el mero tem estadstico una practica
cultural bastante curiosa. Asunto que nos ayuda a sustentar una de nuestras tesis
principales: la sociologa y las ciencias afines conceden poca importancia a los naipes
como prctica cultural, dejando a un lado el estudio, as sea exploratorio, de la consulta
del tarot y de sus temas afines, la historia de los naipes en Colombia, las formas de
adivinacin popular y las profesiones asociadas a la Fortuna, el Azar y el Destino (como
la pesca y la minera).

Vinculado al juego y a la adivinacin, el tarot es una baraja que condensa elementos


complejos que simblicamente ofrecen una matriz a nuestro parecer eficaz
culturalmente, de all su permanencia y su vigencia actual, su popularidad y su amplio
registro en pginas de Internet, peridicos locales y programas de televisin. Como
hemos empezado a mostrar, su historia particular y las posibilidades interpretativas que
guardan sus lminas, hacen del tarot una baraja llamativa para el estudio sociolgico,
por varios motivos; primero, por su presencia asidua durante el siglo XX en todos los
campos: econmico, poltico, religioso, literario, etc.; segundo, por el escenario mismo
de la consulta, que permite la exploracin de lo ntimo; tercero, por su contenido
semitico e iconogrfico; y cuarto, por su contenido ritual. Razones suficientes para
estudiar a travs de l las formas en que las personas dan sentido a sus actos sociales e
impregnan de significado el Mundo.

Habamos anotado que la aparicin de los naipes en Europa tiene distintas versiones,
sean stas protagonizadas por sarracenos, y que los expertos consultados sealan el
siglo XIII como el perodo crucial de su aparicin tomando en cuenta las prohibiciones
emitidas en Espaa, Francia y Alemania. Tambin mostramos que las referencias ms
antiguas del tarot lo ubican en Italia del siglo XIV, cuestin muy discutida por los
conocedores, y que dichas referencias lo mencionan como un juego de naipes de uso
exclusivo de la nobleza.

39

As mismo, sealamos que a partir del siglo XVII el tarot se empieza a reconocer en
otras partes de Europa, y que a partir del siglo XIX, por causa de la tesis de Gebelin, se
da inicio a la versin esotrica del tarot, relacionando su origen con las creencias
mgicas del Antiguo Egipto. Todo esto para elaborar un contorno que nos permita
estudiar la manera en que el tarot encuentra un asidero de significado con resonancias
culturales.
Por otro lado, no conocemos con certeza, y es una cuestin materialmente imposible
para nuestra investigacin, el escenario usado para jugar el tarot en el siglo XIV, ni sus
reglas, ni sus eventuales formas. Aunque sabemos que en la actualidad existe un juego
denominado tarocchi, el cual se practica en Italia, Francia y Alemania, la baraja
utilizada para ste slo coincide en el nmero de naipes; el nombre y caractersticas de
las figuras, sobre todo de los 22 Arcanos Mayores, se diferencian sustancialmente de los
22 trionfi usados en el juego y estos ltimos se complementan con los 56 naipes
distribuidos en cuatro palos. Otra diferencia es que mientras el juego de tarocchi usa en
sus palos la nomenclatura anglosajona (picas, trboles, corazones y diamantes), el tarot
convencional utiliza en sus palos la nomenclatura francesa o hispana (espadas, bastos,
copas y oros)36.
No es tampoco factible en este estudio encontrar las variaciones precisas que tuvo el
juego para transformarse en instrumento mgico, si es que de algn modo sucedi ese
paso de lo ldico a lo mantico; ni es nuestra pretensin precisar esa transformacin ni
sustentarla. Tampoco hacer una comparacin entre el juego del tarocchi y la adivinacin
con el tarot. Quede claro pues que nos interesa la consulta del tarot en Bogot y que si
acudimos a las nociones de juego y exploramos brevemente los antecedentes histricos
de los naipes por supuesto del tarot- es con la simple intencin de abrir el anlisis y la
profundidad de nuestra interpretacin, a la vez que ofrecer al lector datos interesantes
para resolver el problema. Todo ello debido a que resultan de carcter importante estos
detalles en la configuracin y en la calidad misma del juego de lminas usado para
adivinar y dar consejo.

36

Enciclopedia de los juegos. Pg. 168. 2003. Equipo Editorial (COR) Larousse. Badalona: Editorial

Paidotribo.

40

Ahora bien, aprovecharemos el concepto de juego para desglosar la consulta del tarot
en Bogot y pensar que su asidero est en los dominios del sentido comn, en el ocano
profundo de los horizontes de significado; y que ese asidero est conectado por tramas
con nociones triviales sobre los juegos de naipes, la fortuna, la suerte, el destino, el azar.
Nociones que en la cultura son narradas asiduamente, y que representan potencias,
fuerzas sociales que intervienen en las acciones de los sujetos. Fuerzas que comparten el
juego y el mito, y que se presentan con un matiz particular tambin en la adivinacin y
la magia.

Huizinga y Caillois han sealado que los juegos con contenido mtico profundo, son
juegos con la capacidad de funcionar socialmente como ceremonias o cultos, es decir;
como ritos. Sin embargo ac tenemos que advertir ciertas diferencias generales, antes de
considerar a la consulta del tarot funcionalmente de esta manera, pues primero la
consulta del tarot no es colectiva, ni institucional ni formalmente; y segundo, su
celebracin no est vinculada directamente a valores o sentimientos de solidaridad. Por
esto, intentaremos demarcar lo mejor posible la prctica mantica con el tarot, de tal
manera que pongamos metdicamente de relieve la dinmica ritual de la consulta con
algunas particularidades. Si definiramos la consulta del tarot como un rito adivinatorio
especficamente, notara el lector que gran parte de las caractersticas e incluso de las
dinmicas prcticas que se dan en consulta quedaran por fuera de ese limite, sin
embargo, si definimos a la consulta del tarot como un juego puro estaramos perdiendo
un conjunto importante de significados sociales presentes en dicho acto, y con ello la
ambigedad que es importante en la consulta del tarot. Estos puntos nos abstienen de
definir tajantemente el tipo ritual de nuestro tema y nos invitan ms bien a revisar los
grados de contacto entre la accin sagrada y la accin ldica, porque la intensidad de la
creencia que se le imprime a la consulta suele oscilar en los habitantes de Bogot entre
estos dos puntos, y es necesario entonces tenerlo presente para interpretarla.

El juego crea, invoca un mundo posible en tensin con el Mundo de referencia, que est
dentro y a la vez fuera de ste, un mundo posible en donde los jugadores son otros, sean
fichas o naipes, figurillas o dados, sometidos a reglas y a valores alternos, particulares;
en un orden establecido, a veces rgido, a veces libre. Un mundo ambiguo fundado en
41

el como si, que se cree y que no se cree, capaz de arrebatar al jugador hasta una fe
provisional. Y esta cualidad resulta de mucha utilidad para revisar analticamente la
consulta del tarot. Porque qu es el tarot, un juego? Un instrumento mgico?
Ambos? Se cree fervorosamente en el tarot? O es una fe provisional? Quines
juegan al tarot? Quines usan fervorosamente el tarot?

2.2. Preliminares para una conexin entre el Juego y el Rito. De la accin


ldica a las pautas de los sagrado.

Es quizs ms clara e insistente la conexin del juego con el rito en Huizinga, que
identifica la cualidad ldica en celebraciones, fiestas y competencias generalmente
masivas, las cuales cuentan con toda una serie de componentes sociales que hacen del
escenario colectivo una parte fundamental del devenir social. Aqu el autor trata
ejemplos de fiestas en comunidades africanas, australianas, mexicanas, entre otras,
sealando que, limitndose a los ritos sagrados de las culturas arcaicas existe un
grado de seriedad con que se ejecutan, pues de acuerdo con las afirmaciones que hace
el historiador holands, partiendo de R.R Marret, en la fe primitiva juega siempre un
determinado elemento de make-believe, de hacer creer 37; es decir, un elemento ldico
de conciencia del como si con que son ejecutados algunos rituales. Lo que indica que
existe una tensin dentro del rito [que es juego] entre la creencia y la simulacin, una
tensin que permanece y oscila durante su dinmica, salvo en las ocasiones que la
emotividad ritual elige alguno de los dos polos -el sagrado- y trueca la broma en asunto
supremamente serio. Y hacemos la salvedad porque es caracterstico del juego [y del
rito] mantener la tensin y ocultar los lmites entre el drama y la realidad, pasando
constantemente de la celebracin solemne y sacra a la mera simulacin. Este paso es
posible de manera armnica o de manera espontnea, porque depende de las fuerzas
sociales y los ejecutores en el escenario, del movimiento intenso de los smbolos en los
participantes.

Por otro lado, Huizinga hace un tratamiento de las formas de juego conectadas con la
accin sacra que no son de carcter colectivo, sino ms bien de naturaleza individual o
37

Huizinga; op, cit. Pg. 38-40.

42

esotrica. Juegos en los que participan un nmero muy reducido de individuos; se trata
de comunidades o agrupaciones que pueden llegar a funcionar como sociedades secretas
y que incluyen en su orden la confrontacin de cada uno de los actores con fuerzas
iniciticas, especialmente en lo que se refiere a la solucin de enigmas o acertijos.
Muchas veces el juego consiste en resolver una pregunta, en completar una frase, o en
comprender un enigma; cuestiones que estn simtricamente dispuestas en rituales de
iniciacin extendidos por el planeta, y que se presentan en el Mundo Mgico o
Religioso para que el nefito ingrese, si as lo dispone su respuesta, al saber oculto y
especializado de lo sobrenatural. Esta forma del enigma, dentro de la accin sacra, se
reviste intensamente de peligro, pues el errar compromete no solo el xito del ritual
mismo, sino incluso la vida de los oficiantes. Aqu lo que esta en juego es tan
importante y valioso, que el ms mnimo detalle puede poner en riesgo la empresa ritual
y dejar a los actores a expensas de las fuerzas espirituales y de la muerte.

Para Huizinga el enigma tiene caractersticas agonales pues se plantea, bien en rituales
de iniciacin, bien en competencias de conocimiento, en una ruta probatoria; resolver la
pregunta, muchas veces vinculada a eventos cosmognicos o al estado cosmolgico, es
hacerse acreedor de un conocimiento hasta el momento vedado, demostrar en algunos
casos, que se es portador de la sabidura necesaria para vencer al contrario. El enigma citando a Huizinga- es en un principio un juego sagrado, es decir, que se halla a caballo
entre el juego y lo serio, reviste la mayor importancia y es sagrado, sin por eso perder su
carcter ldico. Se ramifica en la direccin de las diversiones de sociedad y en la
direccin de las doctrinas esotricas38. En esta ltima va, el enigma permanece
emparentado tanto en su forma mtica como en su carcter ritual a la disposicin de la
esfinge con su habilidad para formular acertijos y causar as mismo la muerte. Sin
embargo, siguiendo estos trazos es posible encontrar el enigma en los orculos, tanto
por las preguntas que emiten quienes los consultan, como en las respuestas que da el
orculo, muchas veces a manera de acertijo o adivinanza. Aqu la conexin entre
enigma, juego y orculo se manifiesta principalmente en la decisin y en el origen de la
sentencia que suele ser motivada en general por la suerte y por el azar, caminos
tradicionalmente empleados para conocer la voluntad de la potencia divina, en donde el
38

Ibdem. Pg. 144.

43

resultado del juego es ya de por s, una decisin sagrada39. Lo que le corresponde a


cada uno lo que le est destinado lo que le reserva el porvenir.

El juego sagrado como el ritual oracular, marcan o sentencian a una colectividad, hacen
parte de un acervo cultural, son instituciones legitimas en la sociedad, y por lo habitual,
su celebracin o consulta se aparta drsticamente de la vida corriente; de este modo vale
la pena considerar algunos antecedentes a propsito de la adivinacin en Occidente,
simplemente para anotar que los temas de pretender saber lo que depara el porvenir, la
preocupacin, la incertidumbre y la angustia por el futuro son de muy vieja data, y estn
anclados a las necesidades ms profundas de los seres humanos.

Raymond Bloch (1985) ha dado en clasificar la adivinacin antigua en dos maneras


fundamentales, por una parte est la llamada adivinacin inspirada, y por la otra la
llamada inductiva o basada en seales. La primera, nos advierte, fue caracterstica en
Israel o en Grecia y consiste prcticamente en recibir el influjo divino en un contexto
ritual; de la segunda, afirma, se encuentran variaciones hasta el infinito, y se basa en la
interpretacin de seales que presuponen la benevolencia figurativa de los dioses, sta
domina entre los babilonios, los etruscos y los romanos40. Ambas sin lugar a dudas,
proponen una pre-existencia del futuro y el actuar de la voluntad divina, ya sea que se
exprese a travs de profetas u orculos o por auspicios, seales o augurios. En ambas el
futuro aparece por anticipado y sin la intervencin del adivino o adivina, el presente es
sorprendido inevitablemente por la irrupcin del destino. Se busca con una accin ritual,
tal y como suceda con la Pitia en el orculo de Apolo o en el Delfos, o, se interpreta,
usando seales, smbolos, pautas, ya sean aves, tablillas, un espejo, los dados, entre
otros. As, lo primero que ocurre es que el mundo adquiere vida; la accin y el lenguaje
de la adivinacin permiten la animacin de cada acontecimiento, y todo, absolutamente
todo dentro del escenario se torna significativo, repleto de espritus, pletrico en
imgenes. Es claro que para el mundo antiguo, no slo exclusivamente para Grecia,
Egipto, Israel o Roma, la adivinacin estaba ligada a todo el campo mgico-religioso y
constitua por si misma una parte fundamental de la legitimacin del credo y de los
39

Ibdem. Pg. 109.

40

Bloch, Raymond. 1985. La Adivinacin en la Antigedad. Pg. 8. Mxico D.F: FCE.

44

oficios sacros. Esto tambin se revela en la administracin de justicia, en donde los


orculos fungan como bocas de la voluntad divina41, y su dictamen era determinante
para dirimir los pleitos y problemas entre la poblacin.
Esta influencia de la adivinacin sobre el mundo social al parecer con el paso de los
siglos fue disminuyendo, esa es la versin gruesa de la Modernidad en Occidente, el
Monotesmo, la tradicin judeo-cristiana, el Islam, la Reforma, la Contrarreforma, la
Revolucin Francesa, el Positivismo, etc.; indican un camino de descenso para las
prcticas mgicas en general. La adivinacin para el siglo XX ocurra en la Polinesia, en
los Himalayas, en el Amazonas, en cualquier lugar donde se encontrara una comunidad
anclada en el tiempo narrndose por mitos; , en su defecto en el populacho, en los
habitantes rurales, mentes supersticiosas y dems, que estaban en el mundo. Haba sido
condenada y perseguida por la iglesia durante siglos, para ser desterrada por la ciencia
y el clculo de probabilidades; pero la condicin humana y esa necesidad primaria de
predecir el futuro o de adivinar lo que esta oculto, slo la puso debajo de la mesa.
Occidente para el siglo XX y su proyecto de Modernidad supo que en su seno se
mantenan estas prcticas, como un secreto en voz alta, quiso ignorarlo y convivir con
eso, suponerlo marginal, espordico, individual, especial, raro. Lo que trajimos a cuento
del Tarot y del Mito son ejemplos precisos de la forma en que se trata el tema de la
adivinacin en la tradicin cultural. El tarot, desconocido para el siglo XIV, se sumerge
en el olvido hasta finales del siglo XIX y principios del XX donde aparece hasta
convertirse en un objetivo trivial; y viene apoyado en tradiciones mgico-esotricas,
versiones apcrifas de las religiones del libro, que despus de 1940 se asociaron en
corrientes dentro de la Nueva Era, que se acompaan de la astrologa, la numerologa, la
Cbala, el hermetismo, el gnosticismo, y dems conocimientos marginales de la
Modernidad.
La adivinacin entonces pasa a ser parte de la vida corriente, de su importancia general
en los principios greco-romanos, de su proscripcin en la Edad Media y en la
Ilustracin, llega a nosotros en suplementos de peridicos, en volantes en las calles, en
portales de Internet, en aplicaciones para el computador. Siempre ha estado en las
actividades comunes que buscan resolver la incertidumbre y la ambigedad, la duda;
guardando el contenido bajo las mas diversas formas rituales que la diferencian de lo
41

Ibdem. Pg. 24.

45

mero azaroso, pero a la vez proponiendo una prescripcin en las acciones fcil de imitar
y de reconocer en el caso del tarot, permanece en la Contemporaneidad al alcance de la
mano, volvindose un tem trivial.
Sin embargo es necesario incorporar al escenario de adivinacin con el tarot elementos
bsicos del ritual, discusiones e ideas fundamentales en el concepto de rito que son
capaces de sealar las acciones que soportan el sentido y la eficacia de la consulta con
este tipo de naipes, y que nos ayudan a poner en movimiento el escenario de lo ldico a
lo serio. Porque una cuestin es que el juego atrape en una fe provisional a los
jugadores y otra muy distinta que el tarotista adivine el futuro y que su consulta sea
eficaz. Es en busca de los elementos que posibilitan el xito y permanencia de la
prctica, su vigencia y creencia, que recurrimos al concepto de rito.

2.3. Rito Anotaciones Tericas en los Clsicos.

La discusin del Rito ha estado emparentada durante siglos con la temtica del Mito,
tanto que ambos conceptos han experimentado el mismo recorrido y cambio en las
ciencias sociales, pasando de ser nociones contradictorias e irracionales, a dimensiones
con profundo significado en el mundo social y cultural, igual en las sociedades simples
como en las sociedades complejas. Diversos han sido los elementos atribuidos a esta
serie de prcticas que en un principio estuvieron enmarcadas en las actitudes mgicas y
religiosas de las personas y las comunidades, pero que para mediados del siglo XX
pasaron tambin a formar parte de los modos de accin secular y cotidiano; resaltando
que ms all del hecho instrumental el rito contena un fin expresivo, comunicativo y
con sentido, cobijando detrs y en la prctica un valor simblico imbricado con el
conjunto de creencias.
Esta composicin clsica entre teora y prctica dio origen a uno de los problemas
vigentes en la sociologa y en la antropologa, dejando para la discusin el poder y
forma que cada una de las partes toma en el devenir individual y colectivo, la influencia
y modo en que el cuerpo de creencias moldea al conjunto de acciones, y a la vez, como
estas transforman y legitiman dicho cuerpo; convirtiendo en un camino de bsqueda del
significado social y cultural la manera en que los mitos ritualizan y los ritos mitifican;
pues tal y se ha insistido desde los clsicos no existe un escenario de inters que
46

prescinda de alguna de las caras para darse valor y sentido, constituyndose en una
dada que si bien analticamente exige diferenciarse, las prcticas y las creencias
claramente no son lo mismo, est necesariamente imbricada.
Los ritos estrictamente son cadenas de acciones a las que se les vierten contenidos
particulares, estn finamente ordenados y obedecen a prescripciones que en algunos
casos buscan transformar el status de las cosas y en otras simplemente comunicar; desde
Robertson Smith el uso corriente del termino ha sido para referirse a cierto tipo de actos
sociales que funcionan para estrechar los lazos de solidaridad, fortalecer al colectivo, su
memoria y su identidad42; es esta caracterstica la que prevaleci en la sociologa y que
hizo ms tarde una premisa Durkheim en sus Formas Elementales de la Vida
Religiosa43 para la disciplina, resaltando ms all de la perspectiva funcional, el valor
criptolgico de este tipo de acciones.
Idea que va a sealar que tanto las prcticas como las creencias religiosas son de
naturaleza exclusivamente social, es decir, que tras el anlisis expresan una relacin
singular con el orden de la sociedad que les da vida, no estn sustentadas en una falsa
asociacin de ideas como lo describieron los intelectualistas del siglo XIX (Frazer,
Taylor, Morgan, Spencer, etc.), sino que hacen parte de un sistema de representacionessmbolos que organizan las relaciones sociales y clasifican el mundo. En ese sistema los
ritos seran primero el comportamiento establecido socialmente para acercarse a lo
sagrado, los pasos debidos para manipular o entablar relacin con lo que es sagrado
sean espritus, fuerzas, dioses, energas-; y segundo, la ocasin de presentar en
comunidad y para la comunidad, los significados ms profundos, reflejando a travs del
smbolo el sentido social y a la sociedad misma, su entramado profundo, emocional,
institucional y psicolgico.
42

El origen de ese mbito que se ha dado en llamar religin no se encuentra pues en la relacin entre el

hombre y los agentes operativos sobrenaturales a quienes se teme y hay que propiciar, sino en los lazos
espirituales que establecen todos los miembros de una comunidad a travs del ritual del sacrificio. Con
otras palabras, el sacrificio simboliza la solidaridad del grupo, y el ritual se instituye en una fuerza
bienhechora de la comunidad, al tiempo que la distingue de otras comunidades que poseen sus propios
emblemas totmicos, sus pactos de sangre y sus banquetes rituales (Robertson Smith, William. 1983.
The Religin of the Semites, Pg. 16-17. Citado por Daz, Rodrigo. En Archipilagos de Rituales. Teoras
Antropolgicas del Ritual. Pg. 70. Mxico: Ed. Anthropos.)
43

Durkheim, Emile. 1982. Las Formas Elementales de la Vida Religiosa. Madrid: Akal Editor

47

Recordemos que para Durkheim las formas elementales estn dirigidas a mantener y dar
sentido a la sociedad, ms que un inters particular por la Religin, lo que busca en su
trabajo son aquellas fuerzas que posibilitan que hombres y mujeres conformen una
unidad social, se rijan por ciertos parmetros de legitimidad, compartan valores morales,
tradiciones y crisoles de institucionalidad; y lo que encuentra es que sea cual sea la
forma de lo religioso, aquello que prevalece es la dicotoma con la que se piensa el
mundo, oposicin sagrado-profano, siendo para Durkheim lo sagrado aquello que
representa la cohesin social, el lazo, el sentido comn la religin-; y lo profano ese
impulso egosta, anmico, irregular, indiferente, que atenta o est en contra o impide la
experiencia de comunidad la magia-.
Esta dicotoma de las formas elementales de la vida religiosa seala dos regiones
aparentemente bsicas que permiten a la sociedad realizar una clasificacin del mundo,
que hecha representaciones, refleja sus ms profundos valores morales y solidarios; de
all que para Durkheim donde se presenta el rito sea generalmente en situaciones de
inters colectivo que separan lo sagrado de lo profano, y que a la vez ponen ante la
sociedad aquel conjunto de ideas que la mantienen unida; el rito opera socialmente
entonces para acercarse al ncleo vital de la propia comunidad a travs de un conjunto
de reglas de conducta que permiten manipular lo sagrado, tocarlo y comunicarlo44; se
hacen ritos para animar, vigorizar y conmemorar esos lazos impersonales que forman de
los individuos un todo.
Fue este inters e inclinacin de Durkheim por la cohesin social el que abri una
brecha en la sociologa para acercarse a fenmenos personales, egostas y anmicos
como la magia. Su marcado sesgo por encontrar los fenmenos de inters para la
disciplina en la masa, en las instituciones, en las leyes y normas, dejo de lado aspectos
de la accin social que ocurran en grados mucho ms nfimos y que a la vez vitalizaban
esa experiencia del estar juntos en sociedad. Este sesgo es claro en las anotaciones que

44

Las cosas sagradas-escribe-son aquellas que las interdicciones protegen y aslan; las cosas profanas,

aqullas a las cuales se aplican esas interdicciones y que deben mantenerse a distancia de las primeras.
Las creencias religiosas son representaciones que expresan la naturaleza de las cosas sagradas y las
relaciones que ellas mantienen ya sea unas con otras, ya sea con las cosas profanas. En fin, los ritos son
reglas de conducta que prescriben cmo el hombre debe comportarse con las cosas sagradas [las
cursivas son mas] (Ibdem; p, 58)

48

Durkheim hizo de la magia al oponerla a la religin y dejar entre ellas slo una marcada
repugnancia instigada por el placer que la magia obtiene de profanar las cosas santas45;
razn que a nuestro juicio es dbil y se contradice en el autor mismo pues reconoce que
en ese sistema de ilustraciones, ceremonias, cantos etc. los seres que invoca el mago,
las fuerzas que pone en movimiento, no solamente son de la misma naturaleza que las
fuerzas y los seres a los cuales se dirige la religin; muy a menudo, son idnticamente
los mismos46.
De esa contradiccin Durkheim sale al paso diferenciando magia y religin en las
actitudes que asume l tiene cada una con la otra, y que cada una tiene frente a lo que es
sagrado; pues en su obsesin por lo comunitario lo religioso- ese ncleo representa la
unidad moral que debe ser conservada, mientras que las expresiones egostas o
subjetivas tienden a su destruccin porque la magia no crea lazos duraderos, los
profana. As en Durkheim, los ritos son importantes en la medida que mantienen
cohesionado al grupo y a que la Sociedad se proyecta simblicamente en ellos; esto es,
la manera en que las representaciones sociales y las categoras de clasificacin y de
entendimiento son reflejadas (corporeizadas) en el ritual, hacindolo un mero
mecanismo cognoscitivo (oculto tras el smbolo) para legitimar e institucionalizar
(consagrar) el orden social; dejando a un lado las expresiones individuales de la magia.

Esta postura tendr un impacto en el estudio de la Magia, de la que es representativo,


valga la palabra, el anlisis de Evans-Pritchard publicado en 1937 bajo el ttulo
Brujera, Magia y Orculos entre los Azande. Un libro solitario en la antropologa que
toc el tema de la adivinacin entre ese pueblo africano de la vertiente del Nilo-Congo y
que es un claro ejemplo de la sociologa durkhemiana aplicada a hechos de tipo mgico
con carcter masivo, religioso?; y que da cuenta ms que del sentido de las prcticas
45

Habr que decir, pues, que la magia no puede distinguirse rigurosamente de la religin; que la magia

est llena de religin, como la religin de magia, y que, en consecuencia, es imposible separarlas y
definirlas aisladamente? Pero lo que hace que esta tesis sea difcil de sostener es la marcada repugnancia
que la religin siente por la magia y, en revancha, la hostilidad de la segunda por la primera. La magia
muestra una especie de placer profesional en la profanacin de cosas santas, en sus ritos, vuelve al revs
las ceremonias religiosas. Por su parte, la religin, aunque no siempre ha condenado y prohibido los ritos
mgicos, en general los mira con malos ojos. (Ibdem; p, 84)
46

Ibdem. Pg. 83.

49

rituales, o sea del carcter mismo de las acciones y de sus contenidos, del tejido de
representaciones sociales que permite la legitimidad y creencia de los azande en los
orculos, resaltando el papel de las formas de clasificacin del mundo y su influencia
sobre la manera de actuar de los individuos; referencia que nos parece importante traer a
cuento con un poco de detalle antes de continuar explorando las discusiones clsicas
sobre el rito.

2.4. Brujera, Magia y Orculos entre los Azande el caso de Evans-Pritchard.

Un libro de cierta manera clsico en la literatura antropolgica britnica, que tiene como
fundamento el trabajo de campo realizado por Evans-Pritchard en tres expediciones a
Zandeland (el nombre del territorio revela de por s el carcter colonial de la empresa);
y que anot para la disciplina, a manera de advertencia, la distancia que existe entre la
razn Occidental y otras lgicas culturales. Su preocupacin principal fue revisar en
contexto las creencias de los azande en los tres temas que dan titulo al libro. Para EvansPritchard la cultura suministra a la comunidad un marco cognitivo y de interpretacin
del Universo que le permite a la magia, a la brujera y a los orculos, ocupar una
posicin relevante en la organizacin social de los azande. Ellos estn atrapados en un
tejido de pensamiento que no supera el misticismo ni la superchera, diferencia
fundamental segn el autor, que se revela al confrontar el pensamiento zande con la
realidad cientfica.

Y sin embargo los azande no se dan cuenta de que sus orculos no les
dicen nada. Su ceguera no es debida a su estupidez, pues demuestra una
gran ingenuidad en la forma de explicar los fallos y las inexactitudes del
orculo del veneno y no menos agudeza experimental en las
comprobaciones. Se debe ms bien al hecho de que su ingenuidad
intelectual y su agudeza experimental estn condicionadas por la pautas
del comportamiento ritual y de la creencia mstica. Dentro de los lmites
que establecen estas pautas demuestran gran inteligencia, pero no pueden
salir de estos lmites. O bien, platendolo de otra forma, razonan
excelentemente en el lenguaje de sus creencias, pero no pueden razonar
50

fuera ni en contra de sus creencias porque no tienen otro lenguaje en que


expresar sus pensamientos47

Recordemos que el orculo ms importante entre los azande es el del veneno -bengeque consiste bsicamente en suministrar a un pollo la mezcla con agua de un polvo rojo
sustrado de una enredadera selvtica hasta hacer una pasta, la cual se estruja el lquido
en el pico de la pequea ave domstica que es obligada a tragarlo48. Se consulta
habitualmente en la maleza y en secreto, guardando algunas restricciones para evitar
contaminar al orculo y as mismo a sus sentencias. La consulta bsicamente consiste en
la administracin del veneno al pollo y la formulacin de la pregunta por el interesado,
segn sea la consideracin de quien opera al orculo, las respuestas del mismo pueden
alternarse, es decir, que en ocasiones el orculo responde con un s al perecer el ave o
viceversa. Es un orculo sencillo que responde con un s o con un no, un orculo de dos
alternativas y apenas una posibilidad de respuesta. Tal y como fueron -y siguen siendoalgunos orculos en Occidente; y al igual que aquellos, est vinculado con la ley, la
normatividad, la justicia y la decisin celeste. Llama extremadamente la atencin el
listado que apunt Evans-Pritchard a propsito de las ocasiones caractersticas de su
consulta:

En casos de hechicera.
En casos de adulterio.
Antes de Recolectar el veneno del orculo.
Antes de hacer una hermandad de sangre.
Antes de los viajes largos.
El hombre, antes de casarse con una mujer.
Antes de regalar cerveza al prncipe.
Antes de una partida de caza en gran escala.
El plebeyo, al escogerle nuevo emplazamiento de un casero.

47

Evans-Pritchard, E.E. 1976. Brujera, Magia y Orculos entre los Azande. Pg. 314. Barcelona:

Anagrama.
48

Ibdem. Pg. 248.

51

Antes de aceptar un empleo europeo, o de permitir que lo acepte una


persona dependiente.
Antes de hacerse exorcista.
Antes de unirse a una asociacin cerrada.
El hombre, antes de ir l y sus hijos adultos a la guerra.
En casos de deslealtad con el prncipe.
El prncipe antes de hacer la guerra.
Para determinar la disposicin de los guerreros, el lugar y la hora del
ataque, y todas las dems cuestiones relativas a la guerra.
En prncipe, antes de nombrar gobernadores, delegados y cualesquiera
otros cargos.
El prncipe, antes de trasladar a la corte.
El prncipe, para determinar las acciones del British Distritict
Comissioner.
El prncipe, antes de aceptar regalos o tributos49

Una lista bastante particular que no deja de evocar en nosotros cierta familiaridad con
las situaciones mencionadas y una conformidad lgica con la motivacin del
consultante y su inters por resolver precisamente estas incertidumbres. Ya lo haba
reconocido Evans-Pritchard al escribir que los azande no solo consultan a sus orculos
por las que nosotros consideraramos como actividades sociales ms importantes, sino
tambin sobre sus pequeos asuntos cotidianos. stos estn referidos al devenir social
de los actores, a sus relaciones personales y publicas, a los acontecimientos que marcan
un punto importante en el transcurrir de la vida corriente; y por supuesto tambin
incluyen los momentos de incertidumbre y de dificultad que afrontan los actores natural
y culturalmente:

El zande sabe que los dems piensan y hablan mal de l, pero le ocultan
sus pensamientos y slo hablan mal de l cuando ni l ni sus amigos

49

Ibdem. Pg. 249-250.

52

estn presentes. A su alrededor siempre hay incertidumbre y peligro, que


nace sobre todo de los poderes misteriosos, pero no exclusivamente50

Es importante subrayar antes de continuar, que Evans-Pritchard retoma la idea clsica


en ciencias sociales que propone atar de manera causal los sentimientos de
incertidumbre y de peligro con la prctica mgica. Recordemos que los clsicos
postularon la misma motivacin para las extraas creencias y practicas religiosas de
los primitivos; oscilando siempre entre la incertidumbre y el peligro intelectual o la
incertidumbre y el peligro social. O bien, eran causadas por la incapacidad del primitivo
para responder cientficamente a las exigencias del Mundo, o bien, fueron originadas
para combatir la soledad y la falta de sentido individual y social. Aqu tambin es
importante sealar -segn Evans-Pritchard- el contexto que hace posible la permanencia
de la respuesta mgica ante la incertidumbre y el peligro. Cuestin que nos indicar un
camino importante para considerar la consulta del tarot en Bogot, y nos aproximar a
una reflexin cercana a la eficacia simblica del rito adivinatorio. Escribe EvansPritchard y citamos en extenso:

He intentado mostrar cmo el ritmo, el modo de pronunciar, el contenido


de las profecas, etc., colaboran a crear la fe en los exorcistas, pero esto
slo constituye algunas de las formas de sostener la fe y no explica por
completo la creencia. El peso de la tradicin puede hacerlo por s solo.
Los exorcistas siempre han formado parte de la cultura zande. Constan en
las tradiciones ms antiguas de su nacin. Sus sesiones dan lugar a uno
de los pocos tipos de reuniones sociales externas a la vida familiar y,
desde temprana edad, los nios han tomado parte en ellas como
espectadores, coros y encargados de los tambores. Los azande no
consideran que su mundo sera igual sin exorcistas, igual que nosotros no
consideramos que el nuestro lo fuera sin mdicos. Puesto que existe la
brujera es natural que existan exorcistas. No hay incentivo para el
agnosticismo. Todas sus creencias encajan y si el zande perdiera su fe en
el exorcismo, igualmente tendra que renunciar a sus creencias en la
50

Ibdem. Pg. 255.

53

brujera y los orculos. La sesin de los exorcistas es una afirmacin


pblica de la existencia de la brujera. Es una de las formas en que se
expresa la creencia en la brujera y se inculca la creencia en la brujera.
Adems, los exorcistas forman parte del sistema de los orculos. Junto
con el orculo del tablero frotado, abastecen de preguntas al orculo del
veneno, que corrobora sus revelaciones. En esta tela de araa de
creencias, cada hilo depende de otro hilo, y el zande no puede salir de sus
redes porque ste es el nico mundo que conoce. La tela de araa no es
una estructura externa en la que se encierra. Constituye la textura de su
pensamiento y l no puede pensar que su razonamiento est equivocado.
Sin embargo, sus creencias no son completamente fijas, sino variables y
fluctuantes para dar cabida a las distintas situaciones y para permitir la
observacin emprica e incluso la duda51

En el estudio de Evans-Pritchard es permanente la tensin entre la creencia y el


escepticismo, entre la fe ciega del azande en su cosmologa y la duda. Esto desconcierta
de alguna manera al antroplogo que busca permanentemente la consistencia lgica y la
racionalidad plana en la cultura zande. De all que plantee una tela de araa de
creencias de la que el individuo (primitivo, claro esta) no puede salir, ni criticar. Esto
no es ms que la afirmacin de que las creencias y las prcticas de los azande
conforman un sistema que sostiene la credibilidad, la legitimidad del orculo y del
experto que lo manipula. Y que ese sistema, cristalizado por Evans-Pritchard en la
triada magia, orculos y brujera, es el que da el Sentido social absoluto del quehacer de
los azande. En contraste con la concepcin durkhemiana de la magia, para el
antroplogo britnico en el caso de los azande, sta proporciona junto a la brujera y a
los orculos un sistema lgico de las relaciones entre los individuos y el Mundo, una
filosofa natural y moral del comportamiento social. Aunque en muchos apartes la
narrativa de Evans-Pritchard es ambivalente, pues refiere tanto el error, la
ingenuidad del pensamiento azande, as como a su habilidad y capacidad de
comprensin emprica, es justo anotar que a pesar de sus tentaciones intelectualistas
Evans-Pritchard logr reconocer la funcin social y la funcin cognitiva de la triada.
51

Ibdem. Pg. 194.

54

Funcin social en cuanto mantiene los cdigos morales entre los azande, distinguiendo
los comportamientos malos de los comportamientos buenos, cohesionando a los
individuos bajo una ley que supera el poder secular, y as mismo regula el devenir
social. Funcin cognitiva en cuanto provee al sistema emprico de causalidad, una
opcin para que opere lgicamente el azar, esto quiere decir, para que sea explicada la
coincidencia de dos cadenas causales. Aqu cito en extenso el ejemplo tpico de la obra:

En Zandeland a veces se cae un granero. Nada tiene de sorprendente.


Todos los azande saben que las termitas de comen los soportes con el
tiempo y que incluso la madera ms dura se deteriora al cabo de aos de
uso. Ahora bien, el granero es la casa de verano del casero zande y la
gente se sienta bajo l en el calor del da y charla o juega al juego
africano del agujero o hace alguna artesana. En consecuencia, puede
ocurrir que haya gente sentada bajo el granero cuando se derrumbe y
resulten heridas, pues es una estructura pesada hecha de vigas y barro y
puede estar llena de eleusina, adems. Ahora bien, por qu estas
concretas personas estaban sentadas bajo este granero concreto en el
preciso momento en que se derrumba? Que se derrumbe es fcil de
comprender, pero por qu tena que derrumbarse en el concreto
momento en que estas concretas personas estaban sentadas debajo? Ha
tenido aos para caerse, entonces por qu se cae justamente cuando
determinadas personas buscan su amable refugio? Nosotros decimos que
el granero se derrumbo porque las termitas se haban comido los
soportes. sta es la causa que explica el derrumbamiento del granero.
Tambin decimos que la gente estaba sentada debajo en aquel momento
porque era el momento ms caluroso del da y lo consideraban un lugar
confortable para charlar y trabajar. Esta es la causa de que la gente
estuviera bajo el granero en el momento en que se derrumb. Para
nuestra mentalidad, la nica relacin entre estos dos hechos de causas
independientes es su coincidencia en el tiempo y en el espacio. No
tenemos explicacin para el hecho de que las dos cadenas causales se

55

crucen en un determinado momento y en un determinado lugar, pues no


existe interdependencia entre ambas.
La filosofa zande puede aportar el eslabn perdido. El zande sabe que
los soportes estaban minados por las termitas y que la gente estaba
sentada debajo del granero con objeto de escapar al calor y al resplandor
del sol. Pero, adems, sabe por qu esos dos acontecimientos ocurren
precisamente en el mismo momento del tiempo y del espacio. Se debe a
la accin de la brujera. Si no hubiera habido brujera la gente hubiera
estado sentada debajo del granero y ste no se hubiera cado sobre ellos,
o bien hubiera cado pero la gente no habra estado refugiada bajo l al
mismo tiempo. La brujera explica la coincidencia de estos dos sucesos52

Queda pues clara la ambivalencia tradicional en las ciencias ante la magia, la brujera y
los orculos, fundamentalmente porque a pesar de constituir para Evans-Pritchard un
sistema racional (filosfico) sobre la naturaleza y lo social, esta lleno de absurdas
creencias e intiles prcticas que impiden la crtica y el ejercicio reflexivo de los
azande. Sin embargo aparecen, ya lo habamos mencionado, una vez ms como
motivaciones (intelectuales y emotivas) de la triada, la incertidumbre y el peligro ante el
Mundo y los dems. Esta cuestin se har fundamental al momento de estudiar la
Religin y la Magia en el desarrollo de la sociologa y la antropologa, pues se optar
por cristalizar en dichas prcticas y creencias el Sentido social de los individuos, el
significado de sus acciones y la gramtica de sus motivaciones. No sin ms Durkheim
legar por esta misma va que la Religin (a mi parecer su uso de las representaciones
sociales permite incluir a la Magia a pesar de los ataques del francs) es la forma
elemental de la vida social y del conocimiento humano, la forma elemental que otorga
Sentido al Mundo.

En resumen, tanto las representaciones sociales como la telaraa de creencias son


sistemas que ordenan el Mundo y la vida social, que clasifican las relaciones de los
seres humanos con la Naturaleza y las fuerzas espirituales (sean las que sean) y
proporcionan categoras morales y cognitivas a las situaciones, a los personajes y a las
52

Ibdem. Pg. 89.

56

cosas; las primeras, crean y mantienen los lazos de solidaridad y la cohesin del grupo
en un sistema moral colectivo; la segunda, atrapa en un sistema lgico (causal-racional)
la vida social, el contacto con la Naturaleza, la incertidumbre y el peligro; ambas son
referencias potenciales de significados para la accin colectiva y la accin individual.

Ac el rito funciona en la comunidad porque est inserto en la tradicin zande, su uso y


las expectativas que genera hacen parte del sentido comn que ofrece respuestas a
travs del orculo en momentos de incertidumbre o zozobra. Es legitimo en todas las
capas sociales y su creencia est extendida en el colectivo, para el estudio de EvansPritchard, los azande creen sin mayores problemas en la capacidad de los exorcistas
para adivinar lo que esta oculto o le que depara el porvenir, es una creencia consolidada
que est entretejida con otros aspectos de la vida social y que hace parte de las acciones
que tienen un impacto en la comunidad; el orculo zande no es eficaz porque el rito este
cargado de smbolos, en realidad es muy sencillo, sino porque segn el autor se apoya
en los recursos intelectuales que tienen los zande para reconocer y explicar el estado del
Mundo, en esta teora los ritos no hacen nada por s mismos ms que reflejar la lgica,
son ridos si se aslan del colectivo y de su sistema de representaciones.

2.5. El rito en Malinowski. El poder del Lenguaje.

Hay una serie de autores importantes en la discusin del Rito antes de Evans-Pritchard y
de su estudio original de los orculos, la magia y la brujera azande. Recordemos que la
definicin de rito en Durkheim sentaba sus antecedentes en Robertson Smith,
destacando la realidad eminentemente social del Rito hasta el punto de enunciar que
estas maneras de actuar estn destinadas a suscitar, a mantener o a rehacer ciertos
estados mentales53en el grupo. Lo cual significa que las acciones funcionan desde las
ideas, y para las ideas. Funcionan en cuanto que activan las representaciones colectivas
y afirman repetitivamente el orden del Mundo. Y este orden, segn lo hered Durkheim
para la sociologa, y otros estudiosos para el fenmeno religioso (. Durkheim o M.
Mauss, R. Otto, Malinowski

y M. Eliade), divide al Mundo en dos regiones,

recordemos otra vez:


53

Durkheim, op. cit. Pg. 38.

57

Todas las creencias religiosas conocidas, sean simples o complejas,


presentan un mismo carcter: suponen una clasificacin de las cosas,
reales o irreales, que se representan los hombres en dos clases o en dos
gneros opuestos, generalmente designados por dos trminos diferentes,
que traducen bastante bien las palabras profano y sagrado [subrayado
mo]54

Sagrado y Profano que son dominios posibles de distinguir curiosamente por la


presencia del Rito, pues a cada una de ellas le corresponde implantar mediante
prescripciones en el comportamiento de los individuos el paso de una regin a otra. En
lo profundo esto indicara una predisposicin de las ideas sobre las acciones, de las
categoras sobre los actos, de las representaciones colectivas sobre la conducta. De la
misma manera en que Taylor y Frazer consideraron que la Magia (primitiva) era una
accin motivada por la asociacin falsa de las ideas, argumentando as una relacin
directa -digamos literal- entre las creencias y las acciones, entre el mito y el rito.
Argumento que se repite de forma velada en la concepcin durkhemiana de rito, y que
pasa desapercibido, pues se recalca del autor ms su postura sociolgica que esos
detalles difusos sobre la creencia y la prctica mgica, ya que Durkheim leg el inters
integracionista del rito, ms que el inters por la forma y contenido pragmtico del
mismo, por su capacidad de hacer cosas.

Fue Bronislaw Malinowski quien abri para la antropologa el carcter pragmtico del
Rito, quin indic el camino lingstico del comportamiento ritual. Al igual que sus
antecesores y muchos de sus predecesores, enmarc la prctica ritual la presencia del
Rito-especialmente en el campo religioso y mgico. El rito aparece unvocamente
cuando aparece lo Sagrado, que sigue siendo uno de los polos bsicos de la divisin
elemental del Mundo, escribe Malinowski:

En toda comunidad primitiva han sido encontrados dos campos


claramente distinguibles, el Sagrado y el Profano; dicho de otro modo, el
54

Ibdem. Pg. 82.

58

dominio de la Magia y de la Religin, y el dominio de la Ciencia. Por un


lado, hallamos los actos y observancias tradicionales, considerados
sacros por los aborgenes y llevados a efecto con reverencia y temor,
encercados adems por prohibiciones y reglas de conducta especiales.
Tales actos y observancias se asocian siempre con creencias en fuerzas
sobrenaturales, primordialmente las de la magia, o con ideas sobre seres,
espritus, fantasmas, antepasados muertos, o dioses. Por otro lado, un
momento de reflexin basta para mostrarnos que no hay arte ni oficio,
por primitivo que sea, que haya podido inventarse o mantenerse sin la
cuidadosa observacin de los procesos naturales y sin una firme creencia
en su regularidad, sin el poder de razonar y sin la confianza en el poder
de la razn; esto es, sin los rudimentos de lo que es la ciencia55

Queda entonces claro que hasta ese momento para las ciencias sociales el tema de la
magia se vincula principalmente con creencias y prcticas que no estn dirigidas por el
poder de la razn, sino por los intrincados caminos de la irracionalidad o de la
emotividad. Caminos llenos de seres extraos y encantados, poderosamente
significativos, saturados de smbolos y de Sentido; caminos que se presentan, es el
argumento clsico enunciado por Malinowski, cuando se desvanecen la ciencia y la
tcnica.

Existe aqu una divisin claramente diferenciada: tenemos en primer


lugar, el conjunto de condiciones conocidas, cual el curso natural del
crecimiento y las enfermedades y peligros ordinarios de los que el
desmonte y escarda pueden dar cuenta. Por otro lado est el terreno de las
influencias adversas e imprevisibles, as como del inaudito incremento de
coincidencias afortunadas. A las primeras condiciones se las hace frente
con el conocimiento y el trabajo, a las segundas con la magia56

55

Malinowski, Bronislaw. 1976. Magia, Ciencia y Religin. Pg. 7-8. Mxico D.F.: FCE.

56

Ibdem. Pg. 22.

59

La cita es extrada de los apartes que acompaan el ejemplo que Malinowski utiliza para
explicar la presencia de la Magia y su funcin. Al igual que muchos antroplogos por la
poca, Malinowski problematizaba el tema de la Magia primero desde un punto
meramente intelectual, cognitivo, y en segunda instancia, como un fenmeno cultural o
social. Al primer punto el autor opt por alimentarlo desde las fuerzas psicolgicas, ya
que no lo considera un comportamiento causado por falsa asociacin de las ideas, sino
un dispositivo psicolgico del trobriands para aliviar su angustia, expresar sus
deseos, enfrentar lo desconocido. Esto indicara tres cosas importantes; primero, que la
Magia est ms cerca de la Ciencia que de la Religin, del lado Profano del Mundo que
de su aspecto Sagrado; segundo, que su placer se encuentra en la satisfaccin de lo
que por los propios medios humanos escapa a su poder, ms que en profanar la
Religin si recordamos a Durkheim; tercero, es posible que esa satisfaccin sea social o
subjetiva. Veamos.
Para el polaco la magia se compone de tres elementos bsicos: la formula o conjuro; el
rito; y la condicin social del ejecutante, siendo en el primer elemento donde reside la
fuerza, el poder de la magia, lo cual dejara como escenario y contexto para la
pronunciacin del conjuro a los ritos junto a sus oficiantes57.
Lo interesante de la postura malinoskiana es que abre la discusin sobre la eficacia en el
rito al privilegiar al conjuro (al decir) sobre el hacer (la accin), sealando que la
eficacia de un acto mgico, sea para apartar las tormentas o para cobrar venganza, reside
en la enunciacin del conjuro, en cierta medida, de la capacidad que ms tarde
reconocer John L. Austin en ciertos enunciados, de hacer cosas con palabras, de
realizar actos performativos. Pero esto es una asociacin indirecta, que bien vale la pena
tener en cuenta, pues para Malinowski el lenguaje es el que guarda la capacidad, bajo
las condiciones del oficio y del oficiante, de dotar de fuerza y poder al acto mgico.
Desde esta perspectiva, el rito acompaa al oficiante en el acto mgico, es el escenario
apropiado para que el mago emita un conjuro, para que se realice el deseo por su
enunciacin. Esta intuicin de Malinowski sobre el lenguaje abrir el estudio del poder
mgico de las palabras, de la capacidad realizativa del lenguaje. Varios autores, tanto en
57

Malinowski, Bronislaw. 1995. Los Argonautas del Pacifico Occidental. Pg. 392. Barcelona: Ediciones

Pennsula.

60

el campo literario como en el acadmico reconocern, cada uno a su manera, el vnculo


que existe entre las palabras y el acto de su enunciacin. Esto inaugurar para el estudio
de la magia y del rito una perspectiva ventajosa al delirio intelectualista, y es que la
pregunta ir dirigida, desde la pragmtica, al modo en que los ritos hacen cosas, a su
capacidad de realizar o de no realizar [fracasar en] un acto mgico. Los ritos mgicos
desde esta perspectiva, no seran falsos o verdaderos, sino felices e infelices. Estaran
movindose por fuera de los juicios de verdad tan codiciados por el positivismo y por la
mitologa.
Esta cuestin nos pone otra vez frente a la dicotoma clsica entre teora y prctica, mito
y rito, idea y accin; pero esta vez con la certeza de que lo dicho en unas condiciones
especificas puede ser algo hecho, de que existe una conexin realizativa entre el
lenguaje y la accin. Sin embargo, no es posible clasificar a la magia como un acto
performativo; existe cierto isomorfismo, pero entablan una relacin con el aspecto
Sagrado y Profano, que las hace diferentes. La Magia involucra literal o simblicamente
a fuerzas que provienen de estas regiones; mientras que los actos perlocucionarios rayan
en muchos de los casos con el ordinario transcurrir de la vida corriente. No es de otro
modo que para el autor polaco parte de las composiciones de conjuros en la Magia estn
referidos al corpus mitolgico de los trobriandeses; como Durkheim y muchos otros,
Malinowski encontr en el rito una forma de conexin entre el individuo y la tradicin,
entre la sociedad y sus ancestros, una conexin de los actores con los poderes, el origen
y la cosmovisin narrada en sus mitos. As lo describe en los Argonautas:

No existe magia importante, ni ceremonia ni ritual alguno que no


comporte un credo, y tal credo est urdido en forma de narracin. La
unin es muy ntima, puesto que el mito no slo est considerado como
un comentario de informacin adicional, sino que es una garanta, una
carta de validez y, con frecuencia, incluso una gua prctica para las
actividades con las que est relacionado [] el mito es la causa real que
ha originado la norma moral, el agrupamiento social, el ritual o la

61

costumbre [] proporciona al hombre el motivo del ritual y de las


acciones morales, junto con indicaciones de cmo celebrarlas58

En Malinowski la Magia es un ejemplo importante para abordar la eficacia del ritual, al


tratar de vincular el mito urdido en forma de narracin con el motivo del rito, si se
nos permite, el autor seala un camino para encontrar su eficacia. Malinowski sugiere,
entonces, que al realizar los rituales existe una conexin directa, plana y limpia, entre
las narraciones mticas y su representacin; que dichas acciones corresponden a la
satisfaccin de los deseos e incertidumbres a travs de su dramatizacin, y que esa
satisfaccin ocurre precisamente por la enunciacin convincente de los conjuros, por el
poder de la palabra [del lenguaje]. La eficacia correspondera a la conjuncin armnica
de fuerzas emotivas con fuerzas sociales, al poder de la tradicin mitolgica en operar
psicolgica y socialmente desde [sobre] los individuos.
A contrapunto de Durkheim, el antroplogo clsico encuentra en la Magia la capacidad
del Sentido no slo individual sino tambin colectivo; esto no se debe nicamente a la
diferencia descomunal que provee el trabajo de campo en las Trobriand, sino al trato
constante de Malinowski con el concepto de Mito, a la asidua presencia de dichas
narrativas en sus investigaciones. Por no nombrar el inicio de una sugestiva disciplina
en las ciencias sociales, la antropologa.
A nuestro parecer la divisin permanente de las ciencias sociales entre sociedad
moderna y sociedades primitivas, entre modernidad y tradicin, se agudiz con
el mtodo etnogrfico; ya no eran slo noticias tradas por exploradores, misioneros,
nufragos, militares, aventureros, entre otros, las que sustentaban las teoras sociales,
sino que adems eran ahora las observaciones hechas con criterio tcnico por
especialistas Occidentales que viajaban as mismo en el Tiempo cuando surcaban los
mares o las selvas, las que provean adems del dato, la experiencia. El estar all,
posibilit a las ciencias sociales desarrollar cierta sensibilidad por la dimensin cultural
de los grupos humanos, a la vez que asociar de manera material y simblica, la magia,
los ritos y los mitos, con urdimbres de significados propias de las sociedades primitivas.

58

Ibdem. Pg. 122-123.

62

Los estudios clsicos de ambas disciplinas, la sociologa y la antropologa, entregaron a


sus seguidores la objetividad, la mirada neutra de la ciencia sobre la creencia; nos
ofrecieron la distancia necesaria para auscultar las categoras y prcticas de esos Otros
atrapados en la creencia, superados por sus propias ideas. Dejaron la posibilidad de
hacer preguntas sobre las fuerzas sociales y culturales que nos dominan, igualmente la
posibilidad de interpretarlas. Sin embargo, enmarcaron tambin para ambas disciplinas
los temas de la Magia, del Mito, del Rito y del Juego en un Mundo encantado distante y
ajeno, ya rebasado, en el Mundo del Otro (el distinto, cualquiera que sea). Esta
tendencia esteriliz por un buen rato las reflexiones sensibles a la dimensin simblica
de los seres humanos en el mundo Moderno, a sus propias creencias y a sus propios
rituales.

2.6. La Magia en Marcel Mauss. La puesta en escena.

Hemos presentado algunos de los autores clsicos en las ciencias sociales en un intento
por captar la sensibilidad promovida por la tradicin sociolgica y antropolgica al
estudiar temas como la Magia, el Mito y el Rito. Igualmente hemos intentado subrayar
ciertas diferencias y otras persistencias entre sus aproximaciones. Se ha sugerido
entonces que dichos temas, tradicionalmente han estado vinculados a un Mundo distinto
al de los individuos Modernos, y que por tanto han sido atendidos siempre con cierta
soberbia e incluso con un tanto de desprecio. Hemos recalcado tambin que tanto la
narrativa mtica como las prcticas rituales son dimensiones que, para los autores
mencionados, aparecen poderosamente en sociedades primitivas, siempre dirigidos,
usemos de una vez por todas las palabras, administrados, por un cuerpo de personajes
que dicen y actan de manera especial por poseer un don o un carisma.

En el Rito y en el Mito aparecen siempre personajes que encarnan las creencias y


dirigen las prcticas. Sean Brujos, Magos, Sacerdotes, Hechiceros, Shamanes, estos
personajes generalmente son los especialistas de los oficios Sagrados; administradores
de un capital social, tal y lo anotara para las ciencias sociales Bourdieu, son los

63

detentadores de un poder simblicamente eficaz59. Presentes tanto en los estudios


clsicos como en los contemporneos, estos personajes terminan de completar nuestro
esbozo general de tan amplio trptico de temas. Vale la pena anotar que dicho trptico,
compuesto por el mago, el rito y el mito, fue desarrollado en las ciencias sociales
clsicas con una evidente tendencia colectiva, con un notado y casi nico inters por la
masa, por el grupo; cuestin que marca una necesidad y facultad humana gregaria que a
nuestro parecer es posible dejar aparte sin temor a echar en saco roto las anotaciones y
sugerencias de los autores tratados.

Si bien, las categoras mencionadas de Brujos, Magos, Sacerdotes, Hechiceros,


Shamanes, entre otras, no son compatibles entre s y muchas veces resultan hasta
contradictorias, existen ciertos elementos que los clsicos heredaron a la tradicin
cientfica y que persisten igual en la forma que en el contenido de dichos actores en el
escenario. No nos preocupan en especial las discusiones profundas sobre el tema,
sabemos de antemano que la antropologa ha hecho de esta diferenciacin de personajes
un punto lgido del debate, y que resultan ser importantes sobre todo en mbitos
culturales y en organizaciones sociales que requieren un flujo de traduccin. Tal y lo
seal Evans-Pritchard durante gran parte de su trabajo, es relevante que al estudiar los
datos el observador prescinda al menos metodolgicamente de su orden de clasificacin,
del uso de sus propias categoras y se acerque con precaucin a la informacin
suministrada en busca del Sentido, del significado propio de los hechos religiosos
[mgicos]. Evitando as el peligro, muy en boga en los clsicos, de atribuir a los Otros
las categoras de un Nosotros.
Ya para finales del XIX y la primera mitad del siglo XX los Magos, los Brujos, los
Hechiceros y los Shamanes, existan para las ciencias sociales en los lmites del Mundo
Moderno, acaso como reliquias de un pasado fantstico o meras curiosidades de un
folclor emotivo. Personajes tan autctonos de los Mundos Encantados, propios de las
narraciones mticas y de los actos rituales, enfilaron en el mbito cultural de Occidente
el reparto de seres estelares en los cuentos de hadas, la literatura, el drama, la pintura y
el esoterismo. La ciencia y la Modernidad imponan su lgica al Mundo, no haba
ninguna duda de que dichas prcticas rituales y narrativas eran una fbula, un delirio, la
59

Bourdieu, Pierre. 1997. Razones Prcticas. Barcelona: Anagrama.

64

ilusin hecha de creencias desbordadas. A esto fue sensible la obra de Max Weber, que
introdujo para las ciencias sociales la nocin del Desencanto del Mundo, precisamente
para describir el proceso de racionalizacin Occidental y el empacado al vaco de la
Magia en la Modernidad. Para la segunda mitad, este proceso de racionalizacin del
Mundo, de la incursin de la razn en los distintos campos de la vida social, fue
tomando el nombre de secularizacin, indicando principalmente la separacin del poder
simblico encantado de las actividades mundanas, la posibilidad de un Mundo con
Sentido ajeno al significado Sagrado y con l la posibilidad de un orden social ajeno a
las vicisitudes de la creencia. Esto tendr reflejo sin duda en la caracterizacin del Mago
y de sus poderes por parte de las ciencias sociales clsicas entre mediados del XIX y
mediados del XX, que tratarn la cuestin de la eficacia simblica con hilos delgados y
siempre entre comillas.
Entre estos hilanderos tericos llama la atencin en particular el Esbozo de una teora
general de la Magia escrito en 1903 por Henri Hubert y Marcel Mauss. Quizs porque
condensa gran parte de las discusiones clsicas sobre el tema, anticipa en parte la obra
de Durkheim y propone un modelo terico que revela en buena medida el problema de
articulacin en la Magia entre prcticas y creencias. Si en las corrientes intelectualistas
persista la idea sobre la accin, las categoras sobre los actos; y en las corrientes
naturalistas, lo etolgico sobre lo social, el hacer sobre el pensar, en Mauss encontramos
(al igual que en Durkheim) esa preocupacin evidentemente, pero que vale para Mauss
el intento de tratar a la Magia como un acto social, cuestin que advierten en las
primeras lneas de su ensayo, y que al parecer fue ignorado lastimosamente por
Durkheim al definir la magia.

La magia-escriben Hubert y Mauss- est compuesta de agentes, actos y


representaciones. Nosotros denominaremos mago al individuo que lleva a
cabo actos de magia, aunque no sea un profesional. Denominaremos
representaciones mgicas a las ideas y creencias que corresponden a los
actos mgicos, y respecto a los actos en relacin con los cuales definimos
los dems elementos de la magia, los denominaremos ritos mgicos. Es

65

importante desde un principio distinguir estos actos de las prcticas


sociales con las que podran ser confundidos60.

Esta divisin tripartita y tradicional en las ciencias sociales, que pareciera ser la santa
trinidad en las discusiones a propsito de la Magia, limita demasiado en estos autores el
campo de la Magia, pero guarda en su exposicin una fuerza ignorada por Durkheim: se
trata pues del inters social de la Magia, ms que su pelaje egosta; lo que destacan
Hubert y Mauss es que la Magia est referida, sustentada en la tradicin y por tanto en
el grupo. Es dinmica en su relacin con la Religin, ms que una constante amenaza.
Lo interesante de la discusin de Hubert y Mauss es su preocupacin por definir los
ritos mgicos pues es importante desde un principio distinguir estos actos de las
prcticas sociales con las que podran ser confundidos entre las cuales estn los actos
jurdicos, los tcnicos y los ritos religiosos. Llama pues la atencin porque en su
formulacin del rito mencionan lo siguiente:

Los actos rituales, por el contrario, son, por esencia, capaces de producir
algo distinto a los acuerdos; son eminentemente eficaces, son creadores,
hacen. Los ritos mgicos son concebidos especialmente como tales, hasta
el punto de que se les denomina mgicos por su misma eficacia61

Esto va a ser interesante pues la definicin de ritos mgicos, ya elaborada va a decir:

De este modo hemos llegado a una definicin provisional pero suficiente


del rito mgico, y consideraremos ste como todo rito que no forma parte
del culto organizado, rito privado, secreto y misterioso, que tiende como
lmite al rito prohibido. [] Como puede verse no definimos la magia
por la forma de sus ritos, sino por las condiciones en que se llevan a

60

Mauss, Marcel. 1971. Sociologa y Antropologa. Pg. 50. Madrid: Editorial Tecnos.

61

Ibdem. Pg. 51.

66

cabo, que, a su vez, determinan el lugar que el rito ocupa dentro del
conjunto de las costumbres sociales62

Lo que indica una intuicin importante a nuestro parecer en el ensayo de Hubert y


Mauss, pues tal y lo definen, el rito mgico se caracteriza por su condicin secreta ms
que por su subversin; y guarda una importantsima y estrecha relacin con los ritos
jurdicos, tcnicos y religiosos. Su capacidad est en hacer las cosas, diran H y M,
especialmente en privado. Lo segundo se explica si tomamos en cuenta la definicin del
Mago que hacen los autores franceses en este ensayo, y vamos delineando, a travs de la
exploracin de otros cientficos sociales, su forma de creer y de ejercer, la clave de su
actuacin.

Partamos entonces de la definicin de Mago que en general exponen H y M, para ir


tratando de formar la imagen clsica y tradicional en las ciencias sociales, la nocin
fundacional y paradigmtica de nuestro personaje, aqu llamado hasta el momento de
muchas formas (hechicero, brujo, mago, sacerdote, shamn, entre otros). Para ellos, es
el agente de los ritos mgicos, sea o no sea profesional y se considera como tal por
una serie de cualidades que lo distinguen del resto de los hombres. Entre estas es posible
que se presenten algunas de carcter fsico, otras de carcter hereditario y unas de
carcter social. Pues bien, estn investidos por la tradicin, segn la creencia pblica, ya
sean destinados por una seal fsica (una cicatriz, el ser mellizo, la cojera, etc.), una
posicin heredada (un clan, una familia) o la incursin al campo a travs de ritos de
iniciacin y exigentes observaciones. As mismo, y por consecuencia de las cualidades
mencionadas, el mago es un individuo que socialmente se considera especial, vctima y
ejecutor, segn H y M, de las fuerzas colectivas que actan en la Magia:

Ante todo es un hombre que tiene cualidades, relaciones y, a fin de


cuentas, poderes especiales. En definitiva, la profesin de mago es una de
las profesiones ms calificadas, quizs incluso una de las primeras en
haberlo sido, en las que la cualificacin social es tan importante que el

62

Ibdem. Pg. 55. [Las cursivas son mas]

67

individuo no entra siempre en ella libremente, pudiendo incluso citarse


casos de magos contra su voluntad.
Es, pues, la opinin la que crea el mago, as como las influencias que
aqul produce. Es gracias a la opinin que l sabe de todo y puede todo.
Es la opinin pblica la que quiere que la naturaleza no tenga secretos
para l, y que sea de la luz del sol, de los planetas, del arco iris o del
fondo de las aguas, de donde arranquen directamente sus poderes63.

La prioridad de la funcin social de la Magia es evidente en los postulados de este texto,


la frrea idea de que las representaciones colectivas y los ritos son la sociedad
pensndose y recordndose a s misma, cul ntido espejo, sin mediacin alguna. La
afirmacin de que es, pues, la opinin la que crea al mago, as como las influencias que
aquel produce, dirige la discusin en dos sentidos. En primer lugar, hacia el
fundamento colectivo de la Magia, hacia su poder sustentado en la sociedad; y en
segundo, hacia su naturaleza material, hacia su validez emprica. Ambos sentidos se
superponen y se confunden, claro est, en los que padecen la creencia, en este caso, de
quienes simulan la Magia:

De este modo, la creencia del mago y la del pblico no son cosas


diferentes; la primera es reflejo de la segunda, ya que la simulacin del
mago slo es posible en funcin de la credulidad pblica. Es justamente
esta creencia que el mago comparte con todos los suyos, la que hace que
ni su propia prestidigitacin, ni sus experiencias fallidas le hagan dudar
de la magia. El mago tiene siempre ese mnimo de fe que es la creencia
en la magia de los dems, a partir del momento en que se transforma en
su asistente o paciente64.

El Mago es una especie de funcionario investido, que simula, cree y hace creer al
grupo en sus poderes. Acta en tanto utiliza ilusiones sinceras para constatar y
mantener la creencia y el poder colectivo en la Magia, en su Magia. Su autoridad va a
63
64

Ibdem. Pg. 68.


Ibdem. Pg. 112.

68

permitirse por un acto colectivo de prestidigitacin. Cuestiones que claramente, al igual


que en Durkheim, van a estar emparentadas con la percepcin intelectualista de las
creencias y de las prcticas, dejndoles un tufillo desagradable a pesar de su giro
sociolgico. Para la muestra un botn:

Nuestra conclusin es, pues, que, en la misma raz de la magia, se dan


unos estados afectivos, creadores de ilusiones, y que estos estados no son
individuales, sino que son el resultado de los sentimientos tpicos del
individuo mezclados con los de toda la sociedad. Esta conclusin nos
acerca a la teora propuesta por Lehmann; ste, desde el punto de vista
de la psicologa del individuo, explica la magia, como ya se sabe, por los
errores de percepcin las ilusiones y alucinaciones por un lado, y por los
estados emotivos, agudos o subconscientes, de espera, de posesin y de
excitabilidad, por otro, extendindose tantos los unos como los otros
desde el automatismo psicolgico simple hasta la hipnosis.
Como l, nosotros vemos en la esperanza y en las ilusiones que ella crea,
los fenmenos fundamentales de la magia65.

A pesar de que los autores mencionan su inters sociolgico, es inevitable para ellos
entrar a considerar la creencia en la Magia como un problema psicolgico de masas y
de trastorno mental individual. Surge constantemente la pregunta y la duda a propsito
de la veracidad en los actos mgicos, no tanto de su verosimilitud, que segn H y M se
debe a una histeria e ilusin colectiva, sino de sus resultados tcnicos y ms que todo,
de la sinceridad de su ejecutor, el Mago. Seres bajo sospecha sern pues la constante
para estos actores en el desencanto del Mundo [sean hechiceros, magos, brujos,
exorcistas, sacerdotes].
No es tanto el problema de la funcin y comprensin sociolgica de la Magia y de los
actores que en ella participan pues hasta los ms enconados exponentes del pensamiento
Occidental reconocen en estas prcticas y creencias un sentido colectivo y sin lugar a
dudas un sentido individual, psicolgico. Es ms bien el significado general y de sentido
comn que se establece en las ciencias sociales, el acuerdo tcito y quizs a priori, de la
65

Ibdem. Pg. 139.

69

falsedad implcita en la Magia y de su clasificacin en los apartes del truco. Lo que deja
fuera de contexto la pregunta a propsito de su Realidad y dirige los intereses,
particularmente desde los clsicos, hacia los mecanismos, sociales y psicolgicos de su
eficacia, hacia su manera de hacer las cosas, sin hacerlas positivamente, eso es para
locos o ignorantes.

No cabe duda de la importancia del Mago en la eficacia ritual, ya hemos mencionado


que de su investidura depende la credibilidad propia y la del grupo. Sin embargo es
necesario sealar que este individuo es dotado con una investidura precisamente por
poseer algn don extrao al resto de los mortales, un don que le es asignado ya sea por
revelacin, consagracin o por tradicin, y que le impone un comportamiento normativo
y moral distinto al de cualquier otro miembro del grupo. Ha sido formado para entrar en
contacto con el tab, conoce los mitos y los ritos para hacerlo, todo el conjunto de
prescripciones y de narrativas necesarias para conectarse con las dimensin de lo
Sagrado. Maneja tcnicas para acceder al xtasis, junto a tcnicas de prestidigitacin; es
el actor principal de la forma oculta de hacer las cosas.

2.7. El caso Lvi-Strauss. El mito en el rito.

A nuestro parecer es con dos pequeos textos de Lvi-Strauss que se retoma por las
ciencias sociales con un sentido interpretativo y tal vez comprensivo el viejo tema de la
eficacia simblica en la Magia. Se podr objetar la aparicin de estudios anteriores o
paralelos, pero para decirlo de otra manera, es con la corriente estructuralista que se
impulsa la exploracin de los mecanismos del lenguaje. Ya habamos apuntado la
anticipacin de Malinowski a los actos de habla, a travs de la nocin de lenguaje
fctico; cuestin que ser cristalizada en los estudios de Austin (1982) y de Searle
(1986), sin que con esto indiquemos una influencia exclusiva. Sin embargo es posible
anotar que en los estudios clsicos [y en algunos estudios contemporneos] de las
ciencias sociales el mago se caracteriz por ser un personaje excntrico, con ciertos
trastornos mentales a veces o con ambiciones desmesuradas, tintes que an persisten en
las elaboraciones levistrousianas, con menos fuerza claro est. Como veremos, la

70

hiptesis de Lvi-Strauss, vuelve sobre el asunto de la eficacia simblica, pero con los
prejuicios entrecomillados, mesurados por su concepcin del mito.

El trmino eficacia simblica se pone en boga hacia finales de los sesentas, tras la
publicacin en la Antropologa Estructural de dos captulos memorables en los que
Lvi-Strauss va a retomar bajo otros trminos la discusin abierta por Marcel Mauss
sobre la eficacia en los actos mgicos. El parentesco entre autores clsicos como
Durkheim o Marcel Mauss y Lvi-Strauss ha sido en buena medida discutido, tanto sus
acuerdos como sus oposiciones; ste se percibe sin lugar a dudas en el planteamiento
terico explicativo del filsofo francs en el captulo IX, titulado El Hechicero y su
Magia. All, con base en los trabajos de Cannon hechos a partir de exmenes psicofisiolgicos a propsito de casos de muerte por conjuracin en varias regiones del
mundo, Lvi-Strauss atiende en principio a que la eficacia en este tipo de magia se
encuentra en la actividad particularmente intensa del sistema nervioso simptico de los
individuos ante el miedo o la rabia. Sobre ese punto, Lvi-Strauss escribe,

No hay razones, pues, para dudar de la eficiencia de ciertas prcticas


mgicas. Pero al mismo tiempo se observa que la eficacia de la magia
implica la creencia en la magia, y que sta se presenta en tres aspectos
complementarios: en primer lugar, la creencia del hechicero en la eficacia
de sus tcnicas; luego, la del enfermo que aqul cuida o de la vctima que
persigue, en el poder del hechicero mismo; finalmente, la confianza y las
exigencias de la opinin colectiva, que forman a cada instante una
especie de campo de gravitacin en cuyo seno se definen y se sitan las
relaciones entre el brujo y aquellos que l hechiza. Ninguna de las tres
partes en juego est evidentemente en condiciones de alcanzar una
representacin clara de la actividad del simptico no de los trastornos que
Cannon ha llamado homeostticos. Cuando el hechicero pretende extraer
por succin, del cuerpo de su enfermo, un objeto patolgico cuya
presencia explicara el estado mrbido, y presenta un guijarro que haba
disimulado en la boca, cmo se justifica este procedimiento ante sus
ojos? Cmo logra disculparse un inocente acusado de brujera si la
71

imputacin es unnime, puesto que la situacin mgica es un fenmeno


de consenso? En fin, cul es la parte de credulidad y cul la de crtica en
la actitud del grupo, respecto de aquellos en los que reconoce poderes
excepcionales, a los que otorga privilegios correspondientes, pero de los
cuales exige asimismo satisfacciones adecuadas?66.

Sin tanto esfuerzo el planteamiento de Lvi-Strauss nos recuerda el tono de Marcel


Mauss al escribir que la creencia del mago y la del pblico no son cosas diferentes; la
primera es reflejo de la segunda, ya que la simulacin del mago slo es posible en
funcin de la credulidad pblica. As mismo nos recuerda que Evans-Pritchard muchas
veces menciona con sospecha en su obra la complicidad entre los exorcistas y los
azande en algunos actos de brujera y en la consulta del orculo. No es de extraar
entonces que el trmino de eficacia simblica llegara en los sesentas a intentar resolver
desde el estructuralismo un problema que ya se haba tratado con mesura pero con
insistencia en los clsicos. Vale la pena tener en cuenta que la entrada que Lvi-Strauss
utiliza para resolver la eficacia en la magia es la creencia; Lvi-Strauss al igual que
Durkheim y que Marcel Mauss, elige el poder del mito como punto de partida.

Era el mes de septiembre de 1938 y Lvi-Strauss se encontraba con los indios


nambikwara en las sabanas del Brasil segn nos cuenta en su Antropologa Estructural;
durante la expedicin el hechicero de la banda desaparece bajo extraas circunstancias,
se especulan ataques de animales o de una banda hostil, pues se recuerdan episodios en
los que unos pequeos fuegos se acercan y se alejan del lugar que ocupa el grupo.
Luego de unas horas, Lvi-Strauss decide con un grupo de indgenas salir en bsqueda
del hechicero con tal sorpresa de que ste es hallado tiritando de fro y privado,
relativamente cerca de donde permaneca la banda -unos 200 mts-. El hechicero guarda
silencio hasta que decide por la presin del grupo contar la historia: Una tormenta -la
primera de la estacin- haba estallado por la tarde, y el trueno lo haba llevado a varios
kilmetros de distancia, hasta un lugar que l indic, y luego lo haba trado nuevamente
al lugar donde lo habamos encontrado, tras haberlo despojado completamente67. Lvi66
67

Lvi-Strauss, Claude. 1964. Antropologa Estructural. Pg. 151. Mxico D.F.: FCE.
Ibdem. Pg. 154.

72

Strauss narra que la banda con la que permanece acaba relativamente de formarse de
bandas separadas, aportando un grupo el dirigente poltico y el otro grupo el hechicero.
Seala adems que el grupo del dirigente poltico estaba inquieto por la versin del
hechicero y ms bien consideraban en secreto que el rapto del hechicero por el trueno,
era en realidad un truco para ausentarse y buscar contacto con su banda anterior, lo cual
explicara la presencia en las ltimas noches de fuegos cercanos. Al respecto el filsofo
francs escribe, sin duda, todo era un aparato teatral y el hechicero no haba volado en
alas del trueno hasta el ro Ananaz68. Aqu el punto importante -segn lo explica LviStrauss- es que ambas eventualidades no se excluyen mutuamente, ambas explicaciones
por s mismas son un sistema coherente, pero al mismo tiempo son lgicamente
incompatibles, no es posible que hagan parte del mismo sistema, sin embargo nosotros
admitimos que una y otra pueden ser ciertas, segn los casos; como son igualmente
plausibles, pueden coexistir en una conciencia a travs de la experiencia. Es de all que
surge el esquema flotante en la cultura del grupo que permite que se objetiven estados
subjetivos.
Otro ejemplo que Lvi-Strauss trae a discusin en este captulo resulta de las
observaciones hechas por M. C. Stevenson entre los zui en Nuevo Mxico. El caso
relata a una muchacha de doce aos que es vctima de una crisis nerviosa luego de que
un joven le tomara la mano, al joven lo acusan de brujera y es sometido a la justicia de
una junta. En la primera hora el joven niega cualquier conocimiento de brujera, pero al
rato, al comprobar que no avanzaba en su liberacin, opta por relatar cmo haba
recibido de sus iniciadores dos productos que tenan facultades mgicas, uno de
enloquecer a las muchachas y el otro de curarlas. Dicho esto, el joven es obligado a
presentar los productos y luego de ser escoltado a su casa trae de regreso dos races;
entonces, ingiere una de ellas y ante todos simula un trance. Luego ingiere la otra raz
y afirma de este modo estar curado; despus hace lo mismo con la muchacha, le da de la
raz y dice que esta curada. Ante lo cual la sesin es levantada.
En la noche el joven se evade y es capturado. Se constituye un tribunal improvisado y
ante la negativa de los miembros de la junta a creer la versin anterior del joven, ste
decide cambiar otra vez su versin y afirmar que todos sus ancestros han sido
hechiceros y que de ellos ha recibido poderes admirables que incluyen la transformacin
68

Ibdem. Pg. 155.

73

en gato y otras ms, todo ello utilizando una pluma mgica que hered, as que la junta
decide presionar al joven a presentar la pluma. Despus de muchas negativas, el joven
se excusa diciendo que la pluma en realidad est en una de las paredes de su casa pero
que no recuerda en cual, pues eso sucedi unos cuantos aos atrs. En esas
circunstancias, la junta exige que el joven derrumbe las paredes para buscar la pluma.
Al cabo de derribar unas cuantas el joven encuentra en una pared una pluma cualquiera,
a lo que responde con entusiasmo. Ya en la plaza pblica y despus de narrar con
muchos detalles sus hazaas, los poderes mgicos que tanto mencion de su pluma no
funcionan, el joven responde con llanto y desespero, aludiendo circunstancias
dramticas por las que perdi su poder. La junta decide liberarlo.
Ese es en resumidas cuentas el primer relato de Lvi-Strauss, que le deja al autor la
siguiente duda: Al termino de la aventura qu resulta de las astucias del principio;
hasta que punto el hroe no ha cado en la trama de su propio personaje, o mejor an; en
qu medida no se ha convertido efectivamente, en hechicero?. A lo que responde sin
dudarlo, que es probable que la trama se sustente en que los poderes sobrenaturales
reconocidos por el grupo y que son reconocidos por su poseedor, surgen de la bsqueda
de un sistema que posibilite la experiencia del individuo, en vez de buscar la
falsificacin del sistema interrogado.
Para un ltimo caso Lvi-Strauss elige narrar un relato recogido por Franz Boas de un
shamn kawakiult en la regin de Vancouver que no crea en los poderes mgicos de los
shamanes y por eso decide internarse en ese mundo, hasta el punto de aprender diversas
tcnicas de pantomima, prestidigitacin y conocimientos empricos, donde se hallaban
mezclados el arte de fingir desmayo, la simulacin de crisis nerviosas, el aprendizaje de
cantos mgicos, la tcnica de producir el vmito, nociones bastante precisas de
auscultacin y de obstetricia, el empleo de soadores es decir de espas encargados de
escuchar las conversaciones privadas [] el empleo de un pequeo mechn de plumn
que el practicante disimula en un costado de la boca, para expectorarlo todo
ensangrentado en el momento oportuno en una curacin, tras morder su lengua o
pinchar sus encas69. Entre sus viajes, Quesalid, el shamn kawakiult que protagoniza
esta historia, visita la tribu vecina de los koshimo, en donde la tcnica de sus shamanes
consiste simplemente en mostrar en la palma de su mano saliva; a lo que Quesalid
69

Ibdem. Pg. 157.

74

reacciona con inters, pues se pregunta: en qu se basa el poder de esos shamanes si les
basta con mostrar simplemente su saliva? En fin, tanto el shamn Quesalid como los
shamanes koshimo entran en un estado de duda despus de que Quesalid intenta curar a
una muchacha con su tcnica del plumn y ella no reacciona curndose a la magia del
shamn. Esto consterna tanto a Quesalid como a los shamanes koshimo que nunca
haban necesitado para curar que se mostrase la enfermedad. Intentan resolver la
incertidumbre con una reunin que permita aclarar las inconsistencias entre los
sistemas, pero de esta aventura Quesalid escapa negndose a declarar pues an no ha
cumplido los cuatro aos en el oficio, cuestin que su ley impone. Luego de este
episodio, es convocado por un shamn muy reconocido de la regin para demostrar sus
poderes; Quesalid asiste y vence al anciano con su tcnica del plumn ensangrentado, es
esta ltima escena la que interesa a Lvi-Strauss y le da pie para analizar al hechicero y
su magia:

Como puede advertirse, la psicologa del shamn no es simple. Para


intentar su anlisis, nos ocuparemos ante todo del caso del viejo shamn
que suplica a su joven rival que le diga la verdad, que le revele si la
enfermedad adherida al hueco de su mano como un gusano rojo y
pegajoso es real o fabricada, y que se hundir en la locura al no obtener
respuesta. Antes del drama, el viejo shamn se hallaba en posesin de un
par de datos; por un lado, la conviccin de que los estados patolgicos
tienen una causa y que sta puede ser alcanzada; por otro lado, un
sistema de interpretacin dentro del cual la invencin personal
desempea un papel importante, y que ordena las diferentes etapas del
mal desde el diagnstico hasta la cura esta fabulacin de una realidad en
si misma desconocida, hecha de procedimientos y representaciones,
depende de una triple experiencia: la del shamn mismo que, si su
vocacin es real (e inclusive si no lo es, como resultado del solo
ejercicio), experimenta ciertos estados especficos, de naturaleza
psicosomtica; la del enfermo, que logra o no una mejora; la del pblico,
en fin, que tambin participa de la curacin y para quien el entusiasmo
que experimenta la satisfaccin intelectual y afectiva que obtiene
75

determinan una adhesin colectiva que inaugura a su vez un nuevo


ciclo70.

La triple experiencia, dice Lvi-Strauss es un complejo shamanstico, donde los


elementos estn organizados en torno de dos polos: la experiencia intima del shamn
por un lado y el consenso colectivo, por el otro; de estos polos, Lvi-Strauss elige
examinar el del consenso colectivo, pues le resulta interesante ya que asume que:
Quesalid no se convirti en un gran hechicero porque curara a sus enfermos; sino que
sanaba a sus enfermos porque se haba convertido en un gran hechicero71. Lo que
apunta hacia el consenso social como fundamento de la eficacia del hechicero y su
magia; pues Lvi-Strauss argumenta, segn los casos estudiados, el fracaso de los
shamanes ocurre cuando el colectivo pierde credibilidad en el poder del shamn,
entonces ste entra en vergenza y es victima de la burla. De all que Lvi-Strauss se
dirija a la conclusin planteando que al tratar a su enfermo, el shamn ofrece a su
auditorio un espectculo. Qu espectculo? se pregunta l mismo. La conclusin, que
en parte constituye la respuesta, es que el shamn dispone de un espectculo para
conseguir algo parecido a lo que en psicoanlisis es la abreaccin.
El psicoanlisis llama abreaccin al momento decisivo de la cura en que el enfermo
revive intensamente la situacin que origin su trastorno. Lvi-Strauss compara la
tcnica shamnica con el psicoanlisis pero guardando las distancias, pues si se pierde
el rigor en la disciplina psicoanaltica, va a denunciar el filosofo francs, el valor del
sistema dejar de fundarse en curas reales, que benefician a individuos aislados, para
apoyarse en el sentimiento de seguridad aportado al grupo por el mito fundador de la
cura y en el sistema popular conforme al cual, sobre esta base, resultar reconstruido su
universo72. As en parte la discusin que l plantea en este captulo va a concluir con
muchas alusiones a la terapia psicoanaltica y otras muy interesantes a los sistemas de
referencia y a las motivaciones de la conducta mgica, a su operacin conjunta en la
bsqueda de Sentido en los individuos.

70

Ibdem. Pg. 162.

71

Ibdem. Pg. 163.

72

Ibdem. Pg. 166.

76

Si este anlisis es exacto, es necesario ver en las conductas mgicas la


respuesta a una situacin que se revela a la conciencia por medio de
manifestaciones afectivas, pero cuya naturaleza profunda es intelectual.
Porque solamente la historia de la funcin simblica permitira dar
cuenta de esta condicin intelectual del hombre: que el universo no
significa jams lo bastante, y que el pensamiento dispone siempre de un
exceso de significaciones para la cantidad de objetos a los que pueden
adherirlas. Desgarrado entre estos dos sistemas de referencias; el del
significante y el del significado el hombre solicita del pensamiento
mgico un nuevo sistema de referencia, en cuyo seno pueden integrarse
datos hasta entonces contradictorios73

Aqu encontramos otra vez, igual que en las teoras de Marcel Mauss, de Durkheim y de
Malinowski, que la Magia aparece en los momentos en que intelectualmente un sistema
no da respuestas racionales y empricas a su entorno; en momentos en que la emotividad
lo desborda y se hace necesario un medio simbolizado, con plena capacidad de hacer
que las cosas signifiquen algo. La Magia sera en primer trmino una prctica que
excede al lenguaje, pero que necesita de l para su eficacia, una tcnica de las
emociones que termina, segn Lvi-Strauss, fundamentndose en la necesidad del ser
humano de pensar el Mundo, de establecer categoras sobre los sentimientos y sobre las
acciones. Esto resulta interesante para analizar la forma en que el mito impacta en el
marco de un proceso de consulta del tarot, pues nos permite a medida que avanzamos en
la discusin, evidenciar el canal a travs del cual participa en la eficacia del rito, a la vez
que nos aproxima a los dispositivos que permiten su permanencia.

a. La Eficacia Simblica.

En el captulo denominado Eficacia Simblica Lvi-Strauss detalla un poco ms la


forma en que el mito interviene en las prcticas de curacin ejercidas por shamanes
cuna en una regin de Panam. Aclaremos un punto, Lvi-Strauss sita las prcticas
shamnicas y las del brujo bajo tutela de las prcticas mgico-religiosas, que como lo
73

Ibdem. Pg. 167.

77

detall Marcel Mauss, son operadas por individuos profesionales o no. Por la
informacin que aportan sus textos, los hechiceros y shamanes de los que trata LviStrauss parecen pertenecer al tipo de individuos profesionales. Ahora bien, el relato que
da base al argumento de Lvi-Strauss y que lleg redactado en la legua originaria con
un anexo de su traduccin en espaol, para luego ser publicado por Wassen y Holmer;
es un canto, de uso relativamente excepcional, cuyo objetivo es ayudar en un parto
difcil. En resumen, este texto narra de manera repetitiva detalles de los sntomas de la
enferma a travs de metforas o de analogas, a la vez que relata la aventura del shamn
en su lucha interna entre unas fuerzas espirituales que curan y otras que provocan la
enfermedad. Llama la atencin que el canto entonado por el shamn, abunda en detalles
para las primeras escenas, que describen dentro del sistema el inicio de la enfermedad
y su paso por el cuerpo y el espritu de la mujer; mientras que avanza de manera breve y
casi desinteresada, por las escenas que describen la curacin del malestar en s, el nudo
de la lucha. Al respecto Lvi-Strauss escribe:

Es como si el oficiante tratara de conseguir que una enferma cuya


atencin a lo real se encuentra sin duda disminuida y exacerbada su
sensibilidad- debido al sufrimiento, reviva de una manera muy precisa y
muy intensa una situacin inicial y perciba mentalmente los menores
detalles. En efecto, esta situacin introduce una serie de acontecimientos,
cuyo teatro supuesto estar constituido por el cuerpo y los rganos
internos de la enferma. Se va a pasar, pues, de la realidad ms trivial al
mito, del universo fsico al universo fisiolgico, del mundo exterior al
cuerpo interior. Y el mito que se desarrolle en el cuerpo interior deber
conservar la misma vivacidad, el mismo carcter de experiencia vivida,
cuyas condiciones habr impuesto el shamn con la ayuda del estado
patolgico y mediante la tcnica obsesionante adecuada74

Encontramos que para el autor francs la curacin de la enfermedad, en este caso, de la


dificultad en el parto, resulta de una descripcin en dos sentidos de la enferma y de su
padecimiento. En un primer sentido el canto est referido a personajes y fuerzas
74

Ibdem. Pg. 174.

78

sobrenaturales y humanas que habitan el universo, el canto as narra situaciones entre


personajes, por as decirlo. En un segundo sentido, esa narracin, bajo la metfora, en
uso pleno de lo simblico, est referida a los rganos y a los sntomas de la enferma; de
all que Lvi-Strauss mencion que la curacin esta basada en una oscilacin cada vez
ms rpida entre los temas mticos y los temas fisiolgicos. Oscilacin que termina
por unirlos, pues la serie de invocaciones dirigida a los personajes sobrenaturales, junto
a la enunciacin rtmica de los dolores, transforma los sntomas y la cura en un acto
csmico. La tcnica del relato, ya lo habamos mencionado con Lvi-Strauss, busca
restituir el pasado vvidamente, la experiencia que origin el mal, hacerla otra vez real;
en ella los dolores mismos aparecen personificados, de tal forma que al presentrselos
pueda ser aprehendida consciente o inconscientemente por la enferma, en una especie
de operar psico-fisiolgico y psicosocial del mito. Escribe Lvi-Strauss:

La cura consistira, pues, en volver pensable una situacin dada al


comienzo en trminos afectivos, y hacer aceptables para el espritu los
dolores que el cuerpo se rehsa a tolerar. Que la mitologa del shamn no
corresponde a una realidad objetiva carece de importancia; la enferma
cree en esa realidad, y es miembro de una sociedad que tambin cree en
ella. Los espritus protectores y los espritus malignos, los monstruos
sobrenaturales y los animales mgicos, forman parte de un sistema
coherente que funda la concepcin indgena del universo. La enferma los
acepta o, mejor, ella jams los ha puesto en duda. Lo que no acepta son
dolores incoherentes y arbitrarios que, ellos s, constituyen un elemento
extrao a su sistema, pero que gracias al mito el shamn va a reubicar en
un conjunto donde todo tiene sustentacin75

En este aparte Lvi-Strauss presenta un punto que nos permite abrir la discusin en
distintos caminos. Plantea ante todo que carece de importancia la realidad objetiva del
mito y le da potestad sobre la creencia, claro est, no racional. Esto conduce a que la
enferma, el shamn, y el colectivo creen, y su creencia forma parte de un sistema
coherente. Esto quiere decir que creen en los espritus protectores y los animales
75

Ibdem. Pg. 178.

79

malignos, y que stos constituyen su universo. Sin embargo, esta es una atribucin de
Lvi-Strauss discutible, el sistema particular de la enferma no acepta los dolores
incoherentes y arbitrarios, y necesita del shamn para que gracias al mito
reubique el malestar en un sistema que lo haga inteligible. Es la eficacia simblica
la que garantiza armona del paralelismo entre mito y operaciones. Aqu vale la pena
sealar otra vez que para Lvi-Strauss existe una simetra de las tcnicas shamnicas de
curacin y la abreaccin en el psicoanlisis, siempre lo anterior con ciertas distancias
que no es de nuestro inters ni de nuestra competencia evaluar. Nos basta entonces ya
para terminar este aparte y entrar en la discusin profunda y formal de la consulta del
tarot, traer a cuento una frase que resume en cierta medida la discusin sobre la eficacia
Simblica en Lvi-Strauss, Comprobamos as el valor de la intuicin de Rimbaud
cuando deca que la metfora puede tambin servir para cambiar el mundo. Para
nosotros Lvi-Strauss intuira que en vez de la metfora, lo que cambia en mundo es la
analoga, pero en fin, esas son otras discusiones.

2.8. La Supersticin.

Hemos tratado de presentar la discusin de la Magia en algunos de los autores de la


sociologa y la antropologa clsicas, pasando en esta primera parte por los conceptos
de Mito y

Rito en sus formas elementales. Hemos trado a cuento las primeras

intuiciones de Huizinga sobre el juego y el hommo ludens, y hemos cerrado la discusin


con la cuestin de la eficacia simblica en Lvi-Strauss. Sin lugar a dudas ha quedado
claro que la trada magia, mito y rito, ha ocupado una posicin privilegiada en las
controversias tericas de las ciencias sociales, convirtindose prcticamente en el
acervo tradicional de algunas disciplinas, por lo menos, en cuanto a la sociologa y a la
antropologa se refiere.

Pero es clave resaltar que ser con la distancia que irn

tomando ambas ciencias, que la trada va a instalarse por lo menos hasta la dcada de
1950 en los estudios antropolgicos, caracterizando a los tres fenmenos como
expresiones privilegiadas de sociedades primitivas. Lo que resultar en una sociologa
abstrada en su mundo moderno y en una antropologa encantada por lo extico.
Esta diferenciacin, tan tpica del conocimiento occidental, va a provocar el supuesto de
que los sucesos que tienen lugar en las sociedades primitivas se habran transformado
80

sustancialmente en las sociedades modernas, en especial porque estas ltimas resultaban


ocupando esa posicin despus de un proceso liberador ejecutado por la razn. La
racionalizacin del mundo era inevitable, la modernidad sealaba un mundo sin fisuras,
liso a la razn, bien delineado. El ocaso de los dioses abra una era diferente, sin
ficciones y sin supercheras. La trada era una simple supervivencia del pasado, presta a
extinguirse. Las Instituciones y el Mundo, poco a poco, se iban haciendo supremamente
slidos, una jaula de hierro, para utilizar metforas de dos socilogos muy dismiles:
Weber y Bauman. El estado y la industria brillaban para la civilizacin occidental como
las joyas de su corona. El Sentido de los individuos, las respuestas a sus incertidumbres,
el alto y el ancho de su mundo eran ahora abarcables por el conocimiento emprico
racional, resultaba absurdo creer an en la magia.
Tal y lo va a describir Caro Baroja en su libro De la Supersticin al Atesmo, ser la
Magia la que encarne perfectamente para Occidente el trmino de supersticin,
cobijando en buena medida los temas mticos y las prcticas rituales de los extranjeros y
de los salvajes, este adjetivo ser usado por occidente, principalmente en cuatro
aspectos:
1. La supersticin implica: inters personal, egosmo, superfluidad,
vanidad, debilidad (senil o femenina), ilegitimidad, extranjera,
enemistad, adulacin, ignorancia y exceso. 2. La religin, por lo
contrario, representa intereses sociales o colectivos no egostas,
obligacin ineludible, robustez mental (virilidad y madurez), legitimidad,
legalidad nacional o patritica, amistad, honra, cultura y medida. 3. La
supersticin es un exceso frente a la religin. Tambin frente a la ciencia
o a las doctrinas filosficas. 4. Pero puede ser utilizada como arma
poltica, por los tiranos en particular y los gobernantes astutos en general,
para dominar al vulgo de forma maquiavlica, y pueden caer en ella
hombres importantes, produciendo desastres pblicos y confusin
mental76

76

Caro, B.J. op Cit. Pg. 161.

81

Es con esta forma y contenido como va aparecer la Magia en los estudios clsicos de las
ciencias sociales; totalmente empapadas de estos cuatro aspectos, la sociologa y en
menor medida la antropologa, van a transmitirla entrecomillada, bajo sospecha y en
todo caso, como una falla pretrita o arcaica de la mentalidad humana. Ya sea como
antecedente de la Religin o como prefiguracin de la Ciencia, (as ambas con
maysculas),

la

Magia

va

necesitar

de

una

referencia

un

poco

ms seria que la legitime en su medida, la menor medida. Tanto as que los estudios
sociolgicos van a abrirse hacia el problema de lo religioso a partir de Durkheim,
optando por una perspectiva Institucional de la Religin, colectiva y madura, que toma
en cuenta los hechos religiosos entre un parntesis social. De este modo, aunque
contradictorias y horripilantes, las creencias y prcticas religiosas representan bajo el
smbolo, traducen por medio de l alguna necesidad social y humana. Para Durkheim
son reflejos, nos preguntamos si ntidos, de la sociedad. Esta cuestin dejar en el
margen del legado durkhemiano a la Magia pues su carcter repulsivo egosta y
superfluo hacia la Religin, estara en contra de toda forma fundamental de
solidaridad y cohesin, los principales intereses del clsico francs para la sociologa.
Esto permitir que la Magia sea reflexionada con detalle por Marcel Mauss y examinada
por Lvi-Strauss ya para 1950, lo cual indicar el paso del tema a la disciplina
antropolgica, en gran medida apoyada en la lingstica, dejando las Instituciones y los
crisoles religiosos en manos de los socilogos.

La Magia fue olvidada por la sociologa, que se empe en fortalecer los estudios
macrosociales, las pesquisas estructurales, sistemticas, institucionales y apart del
canon los aspectos individuales, microsociales, de mera interaccin; resultaba la magia
poco estimulante al pensar sociolgico por dos supuestos irreductibles en la poca. Uno,
la intensa fe en la Modernidad, en lo Moderno, en la consolidacin de un Mundo
Racional, a lo que la sociologa aport gran parte del discurso; dos, la identificacin de
lo social con lo puramente colectivo. Sin embargo, es importante comprender que los
enunciados formales de la disciplina, aunque enmarcados por un ambiente cultural,
permiten ilustrar, hacen ver, a contraste o a contraluz detalles del Mundo social
contemporneo. Pensar ciertos fenmenos sociales bajo los matices particulares de
Durkheim, Mauss, Huizinga, Malinowski, Lvi-Strauss, entre otros, resulta de por s
82

interesante, pues de lo que se trata es iluminar con ellos (el verbo me es exagerado)
cualidades en la consulta del tarot en Bogot.
Ahora bien, esto nos permite afinar una hiptesis de nuestro trabajo, ya que al tratar con
un poco de detalle las nociones de mito, rito y magia en la antropologa y la sociologa
clsicas, principalmente de finales del siglo XIX y principios del XX, deja de
sorprendernos la distancia y el olvido de estas ciencias por temas como el tarot, la
adivinacin con naipes, la astrologa y la alquimia, por nombrar algunos tpicos. Esta
falta de sensibilidad en la sociologa clsica en cierta medida explicara la ausencia de
nuestro no-objeto en las investigaciones posteriores, provocando al respecto del tema
una situacin que muy bien supo enunciar Caro Baroja:

Ahora nos encontramos, en primer lugar, ante los profesionales de lo que


se llaman ciencias ocultas formando crculos; una expresin curiosa de
ciencias ocultas, porque en trminos normales, parece que nada puede
haber menos oculto que la ciencia. Pero, de hecho, resulta tambin
paradjico que los cientficos, en relacin con la Magia y otros campos
relacionados con ella, hayan actuado de modo contradictorio: porque en
un tiempo, fueron los que combatieron el pensamiento mgico con ms
violencia, en compaa de filsofos y crticos, que lo consideraban como
una cosa propia del vulgo, uno de los grandes errores populares, una
rama fuerte, la mayor de las supersticiones.
Pero desde el siglo XIX existe una gran corriente por la que quedaron
arrastrados famosos, fsicos, fisilogos, criminalistas, etc., que dieron o
dan como reales los llamados hechos metapsquicos y que consideran la
investigacin psquica como algo positivo: una research ms, en suma77

Aqu Caro Baroja seala un punto importante y supremamente sensible para nuestras
hiptesis del tarot en Bogot, y es que los estudios de esta baraja en particular van a ser
administrados por las corrientes esotricas en Occidente. Los autores que investigaron o
de alguna forma dedicaron un poco de inters por el tarot se establecieron fuera de las
ciencias sociales, en las ciencias ocultas. No tan cerca como Ficcino o como Pico de la
77

Ibdem. Pg. 194.

83

Mirandolla en el Renacimiento, que bordearon los lmites con cierta agilidad, diramos
nosotros. Ms bien lejos, como Papus y Eliphas Levi, que influiran sin ninguna duda en
la presencia del tarot durante estos tres siglos. Si bien las ciencias sociales abrieron un
Mundo totalmente distinto y novedoso, el tarot qued reservado para las corrientes
esotricas, lo que provoc que la baraja se saturara de significantes mgicos; la
literatura de las ciencias ocultas entr a explicar en qu consista la baraja y cul era su
uso. El origen y el Sentido de los 78 naipes pertenecan al campo de la Magia, al parecer
no era llamativo ni como fenmeno cultural o social para nuestras disciplinas el origen
de un mazo de 78 lminas con el que dice y cree la gente es posible adivinar el destino.
Para la fecha de los clsicos, algunos reiterados ocultistas ya haban publicado libros
particulares sobre el tarot y el mazo apareca con cierta frecuencia en el mercado,
hechos que sin embargo no motivaron un asomo al tema, una mera mencin por la
sociologa o la antropologa. El tarot empezaba a constituirse como un objeto cultural de
caractersticas mgicas, su imagen se estaba formando a partir del paradigma mtico de
origen y en sus lminas intentaron figurar cosmogonas, pasara as a formar parte de la
tradicin Mgica en Occidente. Un remasterizado ms sin duda, que sera publicado a
partir del siglo XX de manera masiva, y con los ms sorprendentes ttulos bajo el rotulo
de manuales para aprender a leer el tarot. As el mazo escapara de la mirada de las
ciencias sociales tras estos velos del ocultismo, incrustndose en los afanes de lo trivial,
lo cotidiano, lo popular, lo frvolo, la supersticin. Se volvera entonces tema de
excntricos o especialistas esotricos, maestros de cartas y fabricantes de naipes.
Acercarse a l era confesarse, un inters incapaz de ser objetivo.
Digamos entonces que hacia finales del siglo XVIII y a lo largo de los siglos XIX y XX,
el tarot se fue perfilando como un asunto principalmente esotrico; los manuales y la
bibliografa de estos perodos fundarn el uso mantico y las cualidades mgicas de la
baraja. Si bien no es fcil estipular la condicin originaria del mazo, su naturaleza
original sea mantica o ldica; la literatura al respecto desarroll a travs de la historia la
imagen esotrica y arcana del tarot. Tratadistas muy famosos van a empezar sus textos
evocando un Mundo Mgico, Encantado. Parecieran querer iniciar en las artes del
conocimiento oculto a sus lectores, o al menos indicar que El Tarot, as con maysculas,
es ms que una baraja. Recordemos las palabras con las que Gebelin se refiere a las
cartas:
84

Imagnense ustedes la sorpresa que tendramos-escribe Gebelin-si


llegsemos a descubrir la existencia de un antiguo libro egipcio
escapado a las llamas que destruyeron las soberbias bibliotecas- que nos
iluminase sobre las ms autnticas creencias egipcias

Sin embargo aqu el trazo Mgico no es claro, y ms bien es desconocido, en tanto


Gebelin y su discpulo Etelleia no fueron traducidos ni al ingls ni al castellano,
permanecieron en frases sueltas dentro de los herederos de la intuicin. Sera Eliphas
Lvi quien abrira el campo a los clsicos en la bibliografa del Tarot, a Gerard Encause
(Papus), Aleister Crowley, Arthur Edward Waite y Paul Foster Case, entre otros. Cada
uno de ellos va a hacer del tarot un sistema cosmolgico y un viaje inicitico; ms que
la adivinacin con los naipes, lo que van a proponer es la revelacin de un
conocimiento mgico. De all nuestro inters por delinear este campo en las ciencias
sociales de la poca. Como mero ejercicio reflexivo, ms que un pretendido anlisis tipo
historia de las mentalidades, pues no se ambiciona perseguir influencias ni establecer
causalidades. Tan slo dejar constancia de la produccin bibliogrfica ms relevante y
clsica sobre el tarot, a la vez que recordar, pues los clsicos en las ciencias sociales son
ms citados que ledos, las formas elementales de la conceptualizacin mgica en la
tradicin sociolgica y antropolgica. En la lnea de aclarar de manera ejemplar la
distancia que ocupan estos estudios, y saturar entre ambas bibliografas el ocano que
las distancia, un ocano parecido al de los Hombres modernos ante el pensamiento
salvaje.

2.9. El Mago, la Magia y El Tarot. Versiones del caso.

Las corrientes esotricas y muchos de los manuales que acompaan actualmente al


Tarot describen un orden primordial en las lminas, una forma de clasificacin
particular de los naipes que componen el mazo. En este orden primordial cada una de
las lminas es un elemento dentro de un conjunto, y a la vez, un punto en una secuencia
de nmeros. El orden bsico de la baraja est en la divisin de sus 78 cartas en dos
grupos, uno de 22 lminas llamado Arcanos Mayores y uno de 56 naipes llamado
85

Arcanos Menores, el conjunto de los Arcanos Mayores est compuesto por la secuencia
0. El Loco. 1. El Mago; 2. La Gran Sacerdotisa; 3. La Emperatriz; 4. El Emperador; 5.
El Hierofante; 6. Los Enamorados; 7. La Carroza; 8. La Justicia; 9. El Eremita; 10. La
Rueda de la Fortuna; 11. La Fuerza; 12. El Colgado; 13. La Muerte; 14. La
Temperancia; 15. El Diablo; 16. La Torre; 17. La Estrella; 18. La Luna; 19. El Sol; 20.
El Juicio; 21. El Mundo. Siendo este orden el ms comn, pero no el nico dentro de los
clsicos, ya que por ejemplo el tarot B.O.T.A asigna el Arcano No. 8 a La Fuerza y el
Arcano No. 11 a la Justicia, intercambiando el valor de estas dos lminas, alterando la
serie.
El otro grupo est constituido por 56 lminas, dividas en cuatro conjuntos generalmente
conocidos como palos: oros, bastos, copas y espadas; y van del As al Diez, adems de
las llamadas figuras o Cartas de Corte: La Sota, El Caballo, La Reina y El Rey. Esta
secuencia es tambin valorativa y atiende a una clasificacin arbitraria del naipe. Tanto
las figuras que le dan nombre a los palos, como el nmero que portan las lminas hasta
las cartas de Corte, son referencias sustanciales para juzgar cada naipe. Como en un
libro, estas referencias digmoslo son la secuencia de pginas, el orden en que
inicialmente debe ser ledo. Sin embargo hemos de aclarar que el relato inicitico lo
componen nada ms que las 22 pginas de los Arcanos Mayores, dejando a los 56
Arcanos Menores como anexos descriptivos, o preferiblemente apuntes de adivinacin.
Tambin vale la pena aclarar que ese orden vara del 0 al 21, y del 1 al 22. Es decir que
existen barajas y tratados esotricos que inician la secuencia con el Arcano 0 El Loco y
la terminan con el Arcano 21 El Mundo; y existen otras que toman el punto de partida
con el Arcano 1 El Mago y finalizan con el Arcano 22 El Mundo, este Arcano 22
tambin en algunas puede corresponder a El Loco. Detalles que resultan en algunos
casos de suma importancia para el significado de cada carta y para su valoracin dentro
de la baraja78.

Sin embargo no es de nuestro inters discutir las diferencias entre los sistemas
cosmolgicos impresos en el tarot, pues nos incumbe ms bien su uso en la consulta
tpica en la ciudad de Bogot. Pero es inevitable detenerse en algunos detalles que
pueden pasar desapercibidos en el ejercicio etnogrfico y que, como intentaremos
78

Repetimos el orden y composicin de la baraja con el nimo de familiarizar al lector.

86

presentar, resultan significativos tanto para la formacin del tarotista -cuando esta
formacin existe- como para los fabricantes de barajas y de manuales. Aqu el texto, la
narrativa misma de cada Arcano, le da un sentido a la baraja en general y al naipe en
particular. Tomemos el ejemplo de Tarot de los Bohemios escrito por Gerard Encause,
conocido en las corrientes esotricas bajo el nombre de Papus,

Si observamos atentamente la primera lmina del Tarot, no tardaremos en


reconocer que la disposicin del mago en la figura, responde
perfectamente a la configuracin de la letra aleph. [] En la parte
superior de la figura puede verse el signo divino de la vida universal,
situado sobre la cabeza del mago. La parte inferior representa a la tierra
ornamentada con sus productos, smbolos de la naturaleza. La parte
media est ocupada por el hombre, situado detrs de una mesa sobre la
que descansan diversos objetos. La derecha y la izquierda de la figura
est ocupada por la manos del mago, de las cuales una seala la tierra y
la otra el cielo. La posicin de estas dos manos representan los dos
principios, activo y pasivo, del Gran Todo y corresponde a las dos
columnas (Jakin y Bohas) del Templo de Salomn y de la Masonera.
Con una mano el hombre busca a Dios en el cielo, mientras que hunde la
otra en lo inferior para elevar el demonio hasta s, con lo que rene en lo
humano, lo divino y lo diablico79

Este aparte resulta paradigmtico por varias razones, y nos ayuda en trminos generales
a atar cabos sueltos. Bstenos advertir que tomaremos esta serie de narrativas en forma
de relatos ejemplarizantes para la formacin de tarotistas, antes de entrar de lleno a los
personajes de carne y hueso que circulan por Bogot. Esto con la intencin de delimitar
con trazos empricos la referencia al Mago que hemos ido construyendo desde algunos
clsicos de las ciencias sociales y su conexin con los relatos que aparecen en los
tratados esotricos, para ir tambin mostrando los elementos que hacen de la
adivinacin con el tarot un escenario representativo de la prctica mgica.
79

Encausse, Gerard. (Papus). 1980. El Tarot de los Bohemios. La clave de la ciencia oculta. Pg. 86.

Buenos Aires: Editorial Kier.

87

Ahora bien, Papus hace referencia al Arcano nmero 1 El Mago, y describe al personaje
en medio de un escenario supremamente significativo, simblico. Cada detalle est
referido a un aspecto trascendente, a una fuerza csmica o una entidad a la que el Mago
se dirige. Papus describe tanto acciones como ideas al referirse a la figura del Mago.
Acciones e ideas que representan as mismo una parte de la cosmologa y que en este
caso ejemplarizan una entidad al hacer confluir el sentido de las prcticas con el sentido
de las creencias. El Mago seala obedeciendo, atendiendo un orden; detrs del
movimiento de sus manos estn las categoras. Veamos un poco ms de Papus:

Los cuatro grandes smbolos estn situados al azar sobre la mesa, el


hombre debe dominarlos y ordenarlos; en el arcano 22 veremos estos
smbolos ordenados en cruz. En efecto, sabemos que la primera lmina
del Tarot se completa con la 21 (21 ms 1 igual a 22); vemos entonces
que si la primera lmina representa el "microcosmo", la ltima
representar el "macrocosmo"; y la undcima lmina que ejerce la
funcin de enlace universal entre todas las complementarias del Tarot,
representar la "Corriente Universal Reflejada" que sirve de enlace entre
los mundos. Ms no nos anticipemos y volvamos a nuestro primer
arcano.
Este smbolo es el primero del Tarot y lleva el nombre caracterstico de:
la unidad. La unidad-principio, cuyo origen es impenetrable para el
hombre, es el comienzo de toda cosa. No podemos alcanzar el origen de
esta causa primera, que nos contentamos con afirmar, de acuerdo a la ley
88

de analoga, segn los versos de Eliphas Levi:


Creo en lo desconocido que Dios personifica,
Probado por el ser y por la inmensidad
Ideal suprahumano de la filosofa
Perfecta inteligencia y suprema bondad80

Como se presenta en el texto de Papus, El Mago se halla en medio de un contexto


significativo, los cuatro elementos sobre la mesa encuentran correspondencia con los
cuatro palos de la baraja, bastos, oros, copas, espadas, y stos a su vez se refieren a
cuatro aspectos o fuerzas del cosmos, en breve, a los cuatro elementos, de fuego, tierra,
agua y aire. As mismo la lmina se incrusta en un sistema mucho ms extenso, en un
relato que la contiene y la ordena, que le da su carcter en el conjunto de los 22 Arcanos
Mayores, estableciendo para cada naipe dentro del sistema dos campos de significado,
uno referido a la lmina dentro de s, y el otro de la carta fuera de s en relacin con las
otras. Siendo evidente en este ejemplo el intento de Papus por confeccionar un sentido
esotrico de la figura, de sealar de forma csmica los gestos, los smbolos y los objetos
que la componen.

Ahora bien, el texto de Papus decide organizar las 22 lminas en un sistema mgicoesotrico slido, plenamente moderno. Este empeo por organizar las 78 cartas del
Tarot en un entramado significativo, es una de las narrativas continuas entre los autores
clsicos del esoterismo. Eliphas Lvi, Arthur Edward Waite, Paul Foster Case, todos los
dems que vinieron despus, hasta los manuales ms inspidos y ms bsicos del da de
hoy, crearon, modificaron, variaron el orden y significado de cada una de las lminas y
con ello expandieron el entramado significativo del Tarot, como iremos mostrando
ejemplarmente, cada uno de estos manuales se empe en consolidar, solidificar, el
significado de la baraja, en hacerla un sistema compacto, coherente, cifrado, detallado,
perfecto. El tarot en este impulso no era ya un juego de naipes corriente, era algo ms
serio, tambin ms rentable, por eso haba que fabricarlo y tambin imaginarlo. A
finales del siglo XIX y durante el XX se variar el estilo en las figuras de las lminas,
diversificando intensamente su interpretacin; entre los tarots ms recordados y
80

Ibdem. Pg. 112.

89

comunes quedarn los herederos de la Golden Dawn, el tarot de Aleister Crowley, el


tarot de A. E. Waite, y el tarot B.O.T.A, En Bogot junto a estas tres barajas, fue comn
encontrar en los ejercicios etnogrficos tambin el Tarot de Marsella, que es quizs uno
de los ms difundidos y mejor registrados generalmente, basta revisar los estantes de las
libreras o la gran acogida meditica de las presentaciones hechas con este mazo de
naipes por Alejandro Jodorowsky en diversos escenarios, para darse cuenta de ello81.
Sea cual sea, la baraja se plante como un sistema capaz de condensar las claves
mgicas; un mazo, un libro descuadernado diseado para transmitir la tradicin
hermtica o cabalstica, y con ellas los secretos del universo. Escribe Papus, algo que es
muy significativo:

Los bohemios poseen una biblia; esta biblia les facilita el diario vivir,
pues con ella predican la buenaventura; esta biblia es tambin un motivo
continuo de ocio, puesto que les permite entretenerse jugando. S, ese
juego de cartas denominado Tarot, que poseen los bohemios, es la biblia
de las biblias. Es el libro de Thot-Hermes-Trimegistro, es el libro de
Adn, es el libro de la revelacin primitiva de las antiguas civilizaciones.
Cuando el Masn, hombre inteligente y virtuoso, ha perdido la tradicin;
cuando el sacerdote, hombre igualmente inteligente y virtuoso, ha
perdido su esoterismo; los Bohemios, hombres ignorantes y viciosos, nos
dan la clave que nos permitir explicar todos los simbolismos. Cmo no
admirar la sabidura de estos iniciados que han utilizado el vicio y le han
hecho producir, desde el punto de vista del bien, mejores resultados que a
la virtud? Este juego de cartas de los bohemios es un libro maravilloso,
como acertadamente lo ha observado Court de Gbelin y sobre todo
Vaillant. Este juego, con el nombre de Tarot, Tor, Rota, ha formado
sucesivamente la base de la enseanza sinttica de todos los pueblos
81

En el ao 2004 el artista Alejandro Jodorowsky publica su libro La Va del Tarot, un par de aos

despus es convocado por Philippe Camoin de la casa Camoin de Naipes para restaurar el Tarot de
Marsella. Para informacin sobre Alejandro Jodorowsky es posible consultar su pgina web:
http://www.clubcultura.com.

Para

datos

sobre

la

Casa

Camoin

la

restauracin:

http://es.camoin.com/tarot/-Inicio-es-.html

90

antiguos82

Ac resaltan varios temas al tiempo, esa es la riqueza de los ejemplos; ya unos


mencionados con insistencia, la conexin del tarot con las tradiciones mgicas ms
representativas de Hermes Trimegistro y la Cbala, y su cualidad de libro. Llama esta
vez la atencin la aparicin de un grupo humano vinculado con este particular juego de
naipes, los bohemios, que valga la pena aclarar es otra manera de denominar a los
gitanos, cngaros o cales. Recordemos pues que dicho grupo tiene para la historia
Occidental un puesto representativo en las prcticas manticas y brujeriles, en especial
durante los periodos de la Alta Edad Media y la Ilustracin ya que constantemente se les
design un origen misterioso ubicado en una de las doce tribus de Israel o en el Antiguo
Egipto. Cuestiones que no en vano han permanecido hasta la actualidad, haciendo de la
gitana el paradigma Occidental de la quiromancia y de la cartomancia; llevando muchas
veces a asociar indistintamente a esta estirpe con la adivinacin y lo oculto. Pero eso a
pesar de lo interesante est ya fuera de nuestra investigacin.
Es as tal y lo hemos presentado con Papus, como va aparecer el tarot en la produccin
bibliogrfica del esoterismo, un entramado de temas mgicos que segn cada autor van
a ir encontrando una forma particular de hilarse y de hilar los smbolos propuestos desde
los contenidos de Hermes, la cbala, la alquimia, el zodiaco y la numerologa, los
gitanos, entre muchos otros. Un entramado que va a ir delineando los significados de la
baraja tanto para sus referencias y apariciones culturales, como para su funcin social;
que va a ir atrapando en una lgica mtica a los consultantes y a los tarotistas dotando de
sentido la adivinacin y el consejo en la consulta del tarot.
Ahora bien el paso que nos queda por dar es fuera de las bibliotecas, hacia la ciudad de
Bogot, pues nos interesa, ya habiendo presentado el objeto y algunas de sus variables
significativas, entrar en los escenarios en que se presenta el tarot al alcance de la mano.
Porque bien hemos tratado del mito, del juego, del rito, la magia y hemos puesto al
alcance del lector nimiedades tericas de colosos en las ciencias sociales al respecto de
estos temas. Bien hemos presentado la abstraccin y desde frgiles punzadas de la
produccin bibliogrfica del tarot tambin se ha trado a cuento lo que se dice del mazo,
se ha delimitado con hilos gruesos el horizonte de significado y el marco de sentido del
82

Ibdem. Pg. 12.

91

objeto, no queda ms que entrar de lleno en el trabajo de campo y en el ejercicio


etnogrfico.

92

II PARTE. ETNOGRAFIA.

El tarot es un tema tan trivial que es posible encontrarlo referido en todos los campos de
la vida social: la poltica, la economa, el deporte y la religin. Aparece en pblico para
adivinar el futuro del pas, de los candidatos presidenciales, de los partidos de ftbol o
de los personajes de farndula. Una revisin de las noticias relacionadas con el tarot
que han aparecido desde la dcada de 1990 en los principales diarios que circulan en
Bogot revela, por ejemplo, que en 1998 Farid Pedroza, parapsiclogo y orientador
profesional que haba predicho el triunfo electoral de Andrs Pastrana, anunci que el
equipo Once Caldas ganara la final del ftbol colombiano frente al Deportivo Cali83.
De acuerdo con el tarotista, Las cartas de Caldas fueron: El Emperador al revs habla
de la ambicin existente; La Inmortalidad da a conocer la concentracin que tienen para
conseguir el objetivo y por lo mismo, deben ser precavidos en extremo; El Crepsculo
al revs explica el nerviosismo de los integrantes del equipo; El Eremita nos habla de
que el Caldas aprovechar mejor los minutos, mientras que Los Enamorados indican
que al terminar el campeonato obtendr su objetivo; sin embargo, en este caso, la
prediccin no result acertada y el Once Caldas perdi el ttulo frente al Deportivo Cali
al empatar en su propio estadio 0 a 0.

Pese a ello, este tipo de noticias muestran que en Colombia prcticamente todo es
susceptible de que le echen las cartas del tarot y que esa prctica es importante en el
ambiente social del pas, tanto as que al igual que la rueda zodiacal, es uno de los
mtodos preferidos por las casas editoriales para predecir el futuro en cualquier perodo
de transicin, proceso de paz, cambio de gobierno, final y principio de un ao, firmas de
tratados de comercio internacional o el matrimonio de alguno de los hijos del
presidente. Esto parecen indicar noticias como la aparecida en la revista Semana el
sbado 6 de enero de 2007, en la cual la tarotista Mara Elvira Molano (Wicca) ley
() las cartas para Colombia, lvaro Uribe y Carlos Gaviria; la lectura de Molano
indic que:

83

El ttulo ser para Caldas. El Tiempo, 16 de diciembre de 1998. Consultado en:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-828047

93

() el seis de oros, otra de las cartas que marcan su destino para 2007,
dice que la inversin extranjera se fortalecer y econmicamente el pas
se mantendr en alto. De otra parte, el nueve de espadas muestra la crisis
del proceso de paz con las autodefensas, lo que traer sangre y lgrimas
que corrern por sus ros, sus valles y sus sabanas. Aparecen tambin
dificultades y enemistades en lo que se refiere a las relaciones
fronterizas. Tensiones y grandes diferencias marcarn zanjas que
distanciarn la relacin con Venezuela y Ecuador, naciones que
constituyeron un da el sueo de Bolvar de la Gran Colombia. La
fumigacin con glifosato provocar grandes diferencias entre los pases
vecinos, y el veneno que se dispersar por el aire lo sentirn los hombres
y las plantas y provocar reacciones insospechadas que traspasarn las
fronteras84

Pero lo anterior no slo pretende indicar los usos y el inters que en los medios
despierta un tema como el tarot, sino tambin dar paso a la afirmacin de que en
Colombia ha sido de tradicin pensar en las labores manticas como herramientas claves
para las discusiones ms lgidas en la poltica nacional, as nos lo recuerda el episodio
que protagoniz el representante a la Cmara Carlos Alonso Lucio en Septiembre de
1995, cuando mencion durante un debate en el congreso el nombre del reconocido
tarotista del diario El Tiempo, Frank Solano, la discusin en palabras de la Revista
Semana consisti en lo siguiente:

EL MIERCOLES 27 DE SEPTIEMBRE, pocas horas despus del


atentado contra Antonio Jos Cancino, abogado del presidente Ernesto
Samper, un joven antioqueo, Frank Solano, redactor del tarot dominical
del diario El Tiempo, recibi una curiosa llamada. Una funcionaria de la
Casa de Nario, quien se identific con el nombre de Carmenza, le dijo
que el primer mandatario estaba intrigado por las predicciones
correspondientes al signo Leo -el del Presidente-, publicadas el domingo
84

Qu

esperar

del

2007?.

Revista

Semana,

enero

de

2007.

Consultado

en:

http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx

94

24. En ellas, segn la funcionaria, Samper haba credo leer un anuncio


del atentado: "Como nunca falta un mircoles en mitad de semana -deca
el tarot- se cocina a sus espaldas un nuevo escndalo que la parte en dos
(...) Amrrese los pantalones y sostngase fino, que con el empujn que
viene puede caer". La funcionaria deseaba saber si el autor del horscopo
estaba pensando en Samper al hacer esas predicciones. Solano le
respondi que l saba que Leo era el signo del Presidente, pero que
cuando escriba el tarot no lo haca pensando en personas en particular.
El asunto se habra quedado de ese tamao si siete das despus, el
mircoles 4 de octubre, el representante a la Cmara Carlos Alonso
Lucio, un ex guerrillero del M-19 que como congresista independiente ha
venido defendiendo al gobierno desde el inicio de la crisis institucional,
no hubiera mencionado el asunto del horscopo. En un promocionado
debate en la Cmara, Lucio ley las proyecciones del signo Leo de la
edicin del domingo 24, insinu que se trataba de un anuncio del
atentado a Cancino y asegur que eso era una muestra de la "guerra
sicolgica" de El Tiempo en contra del gobierno85

La cita no deja de sorprender, sobre todo por la percepcin del presidente Samper al
haber ledo en el tarot de Frank una amenaza directa y de all por el uso que el
representante Lucio hizo de esa misma prediccin en un debate promocionado de la
Cmara tildndola de ser una muestra de la guerra sicolgica del diario capitalino
contra el gobierno. Que una revista o un peridico usen el tema del tarot para atraer
lectores o para el puro divertimento del pblico es cuestin trivial, pero que se utilic
esta prctica para fraguar una conspiracin pareciera ser demasiado en el campo poltico
de un estado moderno. Sin embargo no hay que dejar de lado que es posible seguirle el
rastro a la participacin activa de tarotistas y astrlogos en las predicciones electorales
desde los aos 80`en los medios de comunicacin, y no habra de que extraarse que en
este episodio hubiese ms que azar, es bien sabido que para estos casos la prediccin,
como sucede con las encuestas, termina indicando algo ms que la probabilidad de un
85

Se

enreda

la

pita.

Revista

Semana,

11

de

Noviembre

de

1995.

Tomado

de:

http://www.semana.com/noticias-nacion/enreda-pita/42737.aspx

95

evento, es decir, casi el evento mismo.

Pero fuera de este ambiente de guerra

sicolgica, tambin suceden cosas que trazan el camino de la patria, historias que
reflejan la cercana simblica entre el poder y el destino, entre la poltica y la
adivinacin,

El candidato lvaro Uribe Vlez, aunque es ms bien escptico frente a


estos temas, encontr sin buscar quin le avisara de riesgos en su destino.
Un da cualquiera, durante su mandato como gobernador de Antioquia,
recibi la llamada de un desconocido que quera prevenirlo de algo malo
que iba a suceder en el curso de un viaje que tena previsto a una regin
del departamento. La voz al otro lado de la lnea le dijo a Uribe que eso
era lo que le haban mostrado las 78 cartas del tarot. Quien hablaba, un
profesional culto e inteligente, an hoy se sorprende de la reaccin del
entonces gobernador: Por qu me par bolas, no lo s. A partir de ese
momento este reputado tarotista nacional, que tambin observa seales
en la mano, llama de cuando en cuando a Uribe y le cuenta cosas. Lo
mismo hace con otros polticos: Yo cuido a algunos por amistad. Me les
entrometo en la vida para ver lo que se les viene o lo que les va a pasar86

Sabemos para la fecha que el candidato es presidente y busca su segunda reeleccin en


medio de un panorama bastante turbio, de all que result significativo que este
reputado tarotista () llame de vez en cuando a Uribe y le cuente cosas; es la filiacin
entre el campo mgico y el campo poltico evidenciada desde antao por la Historia. Es
el relato de las sibilinas, del orculo de Delfos, de Prometeo, de Tiresias, es el encuentro
entre el poder y el destino entre otras muchas piezas dignas de explorar, es tambin la
fatalidad. Y he aqu un asunto importante en la adivinacin, pues pareciera ser la muerte
la ms precisa de las predicciones, el ejemplo ms limpio de la incursin en el futuro, el
detalle llamativo de estas noticias poco serias. Pero continuemos.
Anotbamos con un par de ejemplos que el tarot aparece en los medios impresos del
pas especialmente en las circunstancias de cambio (cambio presidencial, cambio de
86

Poltica

Astral.

Revista

Semana,

Lunes

20

de

Agosto

de

2001.

Tomado

de:

http://www.semana.com/noticias-nacion/politica-astral/18980.aspx

96

ao) y que a la vez espordicamente esas fuentes revelan la filiacin entre la magia y la
poltica en Colombia. Un tema tratado con amplitud en el periodismo y que llego a ser
parte del sentido comn y la produccin literaria con la crnica periodstica de Germn
Castro Caicedo, La Bruja (coca, poltica y demonio), dejando al alcance de los lectores
una descripcin particular de los hilos que se tejan para los aos 80`entre la Casa de
Nario y una bruja de Frontino Antioquia.
Entre tanto desde el ao de 1986 el diario El Espectador inici para su tiraje dominical
la costumbre de publicar una pgina con el Tarot de Mav, una reconocidsima tarotista
en el medio que cuenta hasta el da de hoy con una pgina entera de dicho diario,
despus de haber pasado una temporada larga leyendo el tarot para la casa editorial El
Tiempo en las mismas circunstancias. En 1988 Mara Victoria Gmez Mav, dio una
entrevista a la Revista Semana en la que el periodista afirmaba que su seccin,

Se ha convertido en inevitable costumbre dominical, junto con el


desayuno tarde y las caricaturas de Osuna, por algo que no es comn en
este tipo de secciones: la imaginacin y la creatividad. Inclusive la
poesa. La forma original y fresca con la que escribe sobre las cosas por
venir le han ganado infinidad de lectores. Tantos, que en una encuesta
reciente su columna figura, con la de Antonio Caballero, como una de las
ms ledas. Es la prueba de que muchos lectores que siempre haban
considerado los horscopos y el tarot como refugio de alucinados,
ingenuos y mediocres, son hoy abiertos fans de esta seccin dominical87

Esto indica una lectura asidua, por lo menos regular del tarot cada semana, de parte del
pblico en general que accede al diario dominical, y tambin de parte de Mav que
debe fabricarlo. Indica tambin que para el ao de 1988 esta tarotista ya era noticia y
que se empezaba a consolidar una seccin importante para la prensa capitalina los fines
de semana. Seccin que permanece actualmente y que dedica una pgina entera a los
consejos y predicciones de Mav para los doce signos de la rueda zodiacal, y que en
sus inicios provoc que los peridicos del pas en los aos noventa replicarn esta
87

La Bruja del 88. Revista Semana, lunes 21 de noviembre de 1988. Tomado de:

http://www.semana.com/noticias-gente/bruja-del-88/26016.aspx

97

experiencia, trivializando si se quiere la aparicin de tarotistas en los medios impresos


y su asidua lectura. Uno de los detalles importantes en la entrevista reseada es la
descripcin que Mav hace de su oficio en el peridico; al respeto la nota seala que,

Le invierte seis horas semanales a la columna. Todos los viernes,


religiosamente, se encierra en su apartamento, desconecta el telfono y
da orden de que nadie la moleste. Se sienta en la mesa de su comedor y
baraja nueve veces las 22 cartas del Tarot con las 54 de la baraja
espaola para cada uno de los signos. Despus, saca tres cartas -siempre
con la mano izquierda y sin cruzar las piernas- y va anotando en una
libreta los mensajes que ellas muestran. "Es un poco como decodificar
una serie de datos que uno recibe dice Mav88

Lo anterior nos ayuda a ubicar dos elementos fundamentales del tarot en el sentido
comn capitalino, su aparicin al alcance de los lectores a travs de una seccin en el
peridico y los trazos iniciales de la consulta del tarot. Tal y lo hemos mostrado, los
medios impresos han hecho uso del tarot en ciertas situaciones especiales y cotidianas,
trayendo a cuento la habilidad de la baraja para indagar sobre intereses generales en el
pas y a la vez ponindola a disposicin de los corrientes al emitir una lectura por
semana a la que es fcil acceder, lectura que tal y la describe la nota anterior, necesita,
esto es prescribe, un comportamiento ritual por parte del tarotista para captar una serie
de datos y decodificar ese mensaje a los signos de la rueda zodiacal. Son doce
mensajes que en la seccin dominical son presentados de acuerdo con el siguiente
esquema,

88

Ibdem

98

LEO En su trabajo siente que se repite como un robot, a


pesar de pasarse varias veces a la ventana para ver si lo inspira la calle,
ese gran ro de sangre y de huesos , como dira el poeta Ernesto Cardenal.
Tampoco estimulan su imaginacin los libros que acostumbra leer, ni la
naturaleza que contempla, ni las biografas de artistas desgarrados, ni sus
obras intensas que recrean la realidad. Todo en vano, no sale de ese
desierto, extenso, sin figuras, que toca por dentro con los dedos, no se le
ocurre nada. De acuerdo con el loco, arcano sin nmero del tarot y su
primera carta, necesita cambiar de trabajo porque su imaginacin, viva en
el fondo, se niega a expresarse en el mismo entorno. Velas verdes,
muchas velas verdes89

Es en este formato, imagen y mensaje, que se hizo popular el tarot de Mav en el


diario El Espectador desde 1986 hasta 1996, y en el diario El Tiempo desde 1996 hasta
el 2008, cuando Mav regres a la casa periodstica de sus inicios; tornando las
figuras del tarot un poco ms familiares para el ojo del pblico y alejando la narrativa
del presagio en su expresin. Sin embargo, cabe anotar que a semejanza del ejemplo que
presentamos con el tarotista Frank Solano, el mensaje guarda un dejo de advertencia, de
anticipo en las situaciones semanales, no es la prediccin tajante, pero si es el anuncio
del futuro. Cuestin que permanece intacta en la representacin del tarot y que satura la
ms de las veces su significado social, dejando envuelto el grueso del mensaje, esa
elaboracin delicada de las descripciones y de los detalles, en la adivinacin, no slo de
lo que viene, si no de lo que es, e incluso de lo que fue. Para el tarot, as como para la
Baraja Espaola, es imposible sustraerse al mbito mantico, los tarotistas estn all para
89

El tarot de Mav velas y arcanos. El Tiempo, 10 agosto de 1997. Tomado de:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-609125

99

prever inicialmente el futuro, por lo menos eso consta en los ejemplos anteriores y en la
asidua presencia del tarot en los vaticinios de final de ao, Mav aparece como
ejemplo en la Revista Semana y el diario El Tiempo a travs de titulares llamativos que
se repiten ao por ao: Para Colombia, velas rojas, muchas velas rojas. Mav una de
las personas que ms sabe de la lectura del tarot, le dice a Semana cmo vislumbra el
ao 2004 para Colombia90, En el 2006 tenemos que bajarnos de la nube. Mav lee el
tarot para Colombia para el prximo ao91, El tarot de 2003, Segn Mav92, Mav
le cuenta Qu trae el tarot del 200693, Entrese de lo que le espera en el 2008, segn el
Tarot de Mav94 etc.; titulares que enfticamente anudan el futuro con el consejo; la
prediccin y la advertencia con la leccin.
Este formato dominical y de fin de ao es tan asiduo y corriente que inunda creo que sin
distincin alguna los diarios y la revistas del pas por esas fechas; cuestin que da para
indagar todos los aspectos de la vida nacional: la poltica, la economa, el conflicto
interno, los deportes, la farndula entre otros; ya habamos presentado un aparte de la
lectura del tarot de Mara Elvira Molano (Wicca) para Colombia en el 2007, all habla
ella de inversin extranjera, del proceso de paz con las autodefensas, de la relacin de
Colombia con los pases vecinos y de la fumigacin con glifosato; habla igual en
detalle del futuro del mandatario de la nacin y del futuro del director del partido
poltico de la oposicin, Polo Democrtico; a propsito de lvaro Uribe Vlez la
tarotista seala para el futuro:

90

Para Colombia, velas rojas, muchas velas rojas. Revista Semana, domingo 4 de enero de 2004.

Tomado

de:

http://www.semana.com/noticias-enfoque-principal/para-colombia-velas-rojas-muchas

rojas/75532.aspx
91

En el 2006 tenemos que bajarnos de la nube. Revista Semana, viernes 13 de enero de 2006. Tomado

de: http://www.semana.com/noticias-enfoque-principal/2006-tenemos-bajarnos-nube/90284.aspx
92

El tarot de 2003, Segn Mav. El Tiempo, 31 de diciembre de 2002. Tomado de:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1376900
93

Mav le cuenta Qu trae el tarot para el 2006. El Tiempo, 31 de diciembre de 2005. Tomado de:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1873611
94

Entrese de lo que le espera en el 2008, segn el Tarot de Mav. El Tiempo, 31 de diciembre de

2007. Tomado de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS-3878673

100

El nuevo ao, 2007, ser difcil para el Presidente. Se enfrentar a


cambios importantes para s mismo. Sentir, como en una montaa rusa,
el vrtigo que produce el vaco de aventuras inciertas, y ver sus
debilidades y sus fortalezas tan expuestas a fuerzas desconocidas y
brutales, a emociones contradictorias y opuestas, que esto lo llevar a
refugiarse dentro de su caparazn duro y fro para protegerse de sus
propias emociones, pero tambin a agilizar el paso continuo y firme para
seguir como el Loco del Tarot su camino, sin perder la ruta que se ha
fijado, endureciendo su estrategia para alcanzar la meta95

Se ha sabido bien de los afanes del gobierno uribista durante el 2007 y 2008, pero no es
nuestro propsito en el texto afirmar o no una prediccin. Ac interesa anotar que el
adivino seala un futuro en el ambiente del presidente de la repblica, que bien puede
ser cierto o no, creble o no, tomado en serio o no por el propio mandatario y el publico
en general; un futuro que es relatado por un medio masivo de comunicacin y que entre
frases describe y da una percepcin del dirigente, asignndole a su carcter la cualidad
de un naipe (Arcano: El Loco). Se habla as de fuerzas desconocidas y brutales, de
emociones contradictorias, de sus propias emociones , de agilizar el paso continuo
y firme para seguir como el Loco del Tarot su camino, tratando pues de narrar el
comportamiento del consultante en lo que se aviene desde el futuro, de ubicar si se
quiere al personaje de inters en ese porvenir anunciado por la baraja.

95

Qu

esperar

del

2007?.

Revista

Semana,

enero

de

2007.

Consultado

en:

http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx

101

http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx

As las cosas, el tarot aparece pblicamente en especial al final de los ciclos, sea el
domingo para la semana o los das que rondan el 31 de diciembre para el ao, sea en
elecciones presidenciales o en tratados econmicos. Aqu vale la pena resaltar que otra
de las relaciones recurrentes con la practica del tarot se ubica extraamente ya no en el
mundo de las emociones que caracteriza al campo poltico, sino en el campo del clculo,
la planeacin y la medicin, la economa; uniendo dos polos de la tradicin Occidental,
la razn y el azar, en un mismo relato que presenta ejemplarmente la manera en que
ellos se relacionan y forman parte del campo econmico.

El tarot, la bola de cristal y el tabaco estn haciendo carrera para


remplazar a los modelos economtricos y a los programas de computador
en la tarea de predecir lo que va a suceder con la economa del pas. Al
menos eso es lo que muestran los resultados de los pronsticos
econmicos de los dos ltimos aos, en los que los ms destacados
analistas nacionales han hecho sus mejores esfuerzos por tratar de
vaticinar si el dlar iba a subir o bajar o qu tanto iba a crecer el pas,
pero no le pegaron96

Ac se resalta pues la incapacidad predictiva de los clculos economtricos, y la


alternativa de la magia como herramienta presta a ser utilizada en caso de que la razn
no alcance. La vieja premisa de los intelectualistas aplicada ahora al campo sofisticado
de la economa deja sin resultados los programas de computador y recomienda en su
lugar el tarot, la bola de cristal y el tabaco,

la comparacin es rica entre el campo

econmico y las herramientas tradicionales de adivinacin en Occidente, es recurrente y


es empleada con frecuencia para indicar lo impredecible de las finanzas y el capital, lo
enorme del sistema frente a la competencia humana, y la distancia entre la creencia en la
Magia y la creencia en la Ciencia, as lo escribi en septiembre de 2008 Humberto de la
Calle en su columna: Se ha dicho que es la muerte del neoliberalismo. Es ms que eso.
96

2004,

Pronsticos

descachados.

El

Tiempo,

diciembre

10

de

2004.

Tomado

de:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1531803

102

Es la demostracin de que en economa no hay verdades absolutas. Que la tica est por
encima de la estadstica. Que la economa est traspasada por la coyuntura. Y que es
menos cientfico un economista que un lector del Tarot. Con tu perdn97. Sin embargo
existe tambin el disenso entre esta frecuencia y en l permanece intacta la esperanza
en los clculos y la razn, una tensin muy particular y caracterstica del trato del tarot
en el imaginario social esta de la razn y la magia, oposicin que guarda ese dejo desde
el XVIII y que se escribe para el corriente contemporneo desde estos trminos,

Para el comn de los mortales las proyecciones econmicas son como la


lectura del tarot: aunque pocos entienden cmo se hacen, muchos
prefieren tener en cuenta sus recomendaciones antes de tomar decisiones
importantes. Pero quizs el parecido slo llegue hasta all, pues pocos se
atreveran a comparar los complejos modelos analticos que usan los
economistas con el milenario arte adivinatorio de las cartas [] Pero,
ms all de las diferencias en las cifras, los analistas coinciden en que
1996 ser un ao econmico mediocre. Sin embargo, si hay un manejo
sensato de la economa, las cosas en 1997 deberan ser bastante mejores
con la reactivacin de la construccin, la recuperacin venezolana y la
ejecucin de los proyectos de inversin paralizados por la crisis poltica.
Lo dicen las proyecciones, no el tarot98

Pero muy a pesar de ambas posiciones es tambin claro que el vnculo entre economa y
adivinacin es de vieja data, al igual que en la poltica, los personajes de negocios
aparecen vinculados a magos y adivinos, siendo clientes asiduos de astrlogos y de
tarotistas; entonces ya no es slo la comparacin de dos mtodos para indagar el futuro,
sino la participacin de la magia en las acciones seculares de los actores en el mundo
moderno, es la aparicin de comportamientos de tipo mgico en un campo
privilegiadamente racional, tcnico. Esa paradoja que pasara desapercibida sino fuera
97

Pobre

Adam

Smith.

El

Espectador,

septiembre

27

de

2008.

Tomado

de:

http://elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/humberto-de-calle/columna-pobre-adam-smith
98

Bajan las apuestas. Revista Semana, junio 24 de 1996. Tomado de: http://www.semana.com/noticias-

economia/bajan-apuestas/30606.aspx

103

una tradicin de la literatura Occidental vincular la riqueza con la suerte, la posesin de


bienes con la Fortuna, la oportunidad en los negocios con el azar; sino fuera vox populi,
que tanto presidentes, fiscales y empresarios, atienden as sea espordicamente las
advertencias de los adivinos,

Los cacaos paisas no podan estar por fuera de la lista. Varios ejecutivos
del Sindicato Antioqueo visitan con frecuencia al mago Daniel, un
reconocido astrlogo financiero de Medelln. Adems de estudiar la
relacin que existe entre los ciclos planetarios y los ciclos de los
negocios, el mago Daniel tambin se dedica a la lectura del tarot99

Esta disposicin de los medios impresos a publicar noticias referidas a la Magia, al


esoterismo, la adivinacin, el horscopo y el tarot constituyen quizs el ms grueso de
los relatos que circulan por el entramado simblico de la ciudad, relatos que estn entre
el misterio y la broma ms vulgar, pasando por la conspiracin poltica y la advertencia
que salva de la muerte. Relatos que van anunciando la solucin a sus problemas con
asombrosos resultados, que mezclan tanto las emociones y la razn, en un men de
incertidumbres sociales que inundan el amor, los negocios, el trabajo, la salud, etc. Sin
embargo hay que resaltar que la percepcin del tarot no es uniforme, aunque alguna
opinin se tiene, se va desde los incrdulos, pasa por los curiosos, los que sospechan,
los que creen, y los que juegan a creer, tanto tarotistas como consultantes participan de
este mosaico de actitudes, de ideas sobre el tarot, de creencias. Dos ejemplos sugerentes
se presentaron en el peridico El Espectador, ambos en el espacio que el diario da a sus
lectores:

Cartas de los lectores:


Mav
La verdad es que llegu a El Espectador por Mav y su tarot. Pero me ha
gustado todo lo que he ledo y visto, contenido y grficamente. Primero,
gracias por darnos este medio. Segundo, me tendrn diariamente
99

Los brujos de los Magnates. Revista Semana, 30 de septiembre de 2006. Tomado de:

http://www.semana.com/noticias-economia/brujos-magnates/97286.aspx

104

leyndolos, y tercero, que Mav escriba ms como lo haca los domingos


en donde los vecinos. Raquel Ortiz. Bogot100

Qued sorprendido por una lectora que compra el peridico por Mav y
su tarot. Siempre me ha parecido esa seccin como signo de mentalidad
agerista, fantica. Me parece falta de seriedad de un peridico gastar
papel y tinta en eso. La prensa de los pases desarrollados tiene esta
seccin?101

El tarot as como es un objeto comn que se da por sentado, es tambin un objeto


ambiguo que est bajo sospecha y es fuente de dudas; no puede ser trado a cuento sin
que sean tomadas en entre dicho sus sentencias y por supuesto sin dejar de hacer una
broma. Oscilando entre las capacidades mgicas y la charlatanera, el tarot se despliega
y suspende en una red de significado tan amplia que abarca lo ldico y lo sagrado,
volviendo el asunto de la eficacia simblica, una cuestin de tonos. Ya habamos
mencionado anteriormente que para el proceso de racionalizacin del Mundo, las
prcticas mgicas, adivinatorias y brujeriles son puras supersticiones, y que es comn
entonces en la modernidad referirse a este tipo de practicas en trminos de algo
irracional arcaico primitivo, una asociacin imperfecta de las ideas, una serie
de actos ridculos que se soporta en la ilusin de sus creyentes. De igual forma
hemos trado a colacin ejemplos de la aparicin del mazo en ese contexto moderno,
para dar cuenta de que dicha practica aunque relacionada con escenarios lejanos y
absurdos, est presente en todos los campos de la vida social bogotana, amoldndose si
se quiere a las incertidumbres del mundo contemporneo. Vale la pena anotar ya para
entrar de pleno en el escenario de la consulta del tarot, que el mazo en el sentido comn
es referido con ambigedad, se le menciona tanto como herramienta de estafa as como
herramienta valida de prediccin; esta ambigedad, tal y lo intentaremos demostrar, es
una de las cualidades que hace posible su eficacia ritual pues guarda una estrecha
100

El procurador y los proyectos productivos. El Espectador, 24 de Mayo de 2008. Tomado de:

http://elespectador.com/columna-el-procurador-y-los-proyectos-productivos
101

Yo no acus a la senadora. El Espectador, 31 de Mayo del 2008. Tomado de:

http://elespectador.com/opinion/cartas-de-nuestros-lectores/columna-yo-no-acuse-senadora

105

relacin con las caractersticas del como s del juego, dndole as al tarot una telaraa
de significado que se incrusta mucho ms all del campo mgico y que le permite un
espectro de accin muchsimo ms amplio que el intuido a vuelo de pjaro. As las
cosas, el mazo termina presentndose en el sentido comn, como una prctica que
atraviesa el espectro entre estos dos polos permanentemente, una prctica que oscila
entre el juego y lo sagrado en su configuracin simblica y que seala sin duda una
dinmica particular dentro del ritual de su consulta.

3.1. Preliminares a la Consulta del Tarot. Aparicin de la baraja en la Prensa.

El escenario es realmente sencillo, el rito es posible llevarlo a cabo en una mesa


cualquiera, se compone de dos elementos bsicos: el mazo y el tarotista, este ultimo
puede ser especialista o no. El consultante o bien puede ser otra persona, o bien puede
ser el mismo tarotista. Generalmente cuando existen dos o ms personas, una es
especialista y la otra es consultante, esto puede llegar a variar en la composicin de un
tarotista y varios consultantes. Cuando el escenario se compone de un tarotista y su
mazo, decimos pues que la consulta puede adquirir dos significados; primero, uno
inicitico y segundo, uno adivinatorio. Llamaremos a este primer escenario: inicitico
en vista de que generalmente los tarotistas lo relatan como una situacin de revelacin
arcana. El escenario que se compone de mazo, tarotista y consultante, lo llamaremos
adivinatorio; este puede variar un buen nmero de veces segn sea el mobiliario que se
disponga en el lugar, los adornos, el tono de la luz, los objetos sobre la mesa, las
imgenes en las paredes; y tambin por supuesto de la caracterizacin del tarotista, lo
que dice y el cmo lo dice, su manera de contar el mito, de proyectar a travs de s un
libreto con sentido que pueda convencer y sensibilizar al consultante.
La prctica consta generalmente de tres pasos: barajar, tirar e interpretar, estos aparecen
en todos los escenarios, siendo el tercer paso, el de la interpretacin de las cartas, el que
resuelve la felicidad o infelicidad de la consulta a travs de la tensin. Siempre que
ocurre el rito, se constata que existe una separacin tajante entre el escenario de la
consulta y el mundo de la vida corriente, un lmite tanto de espacio como de tiempo,
este lmite puede ser impuesto fsica y simblicamente en el caso del espacio. Para el
caso del tiempo, este influye en la duracin del rito y en el ritmo del mismo, no es un
106

lmite tan claro como el espacial, pero si marca situaciones dentro y fuera del mismo.
Los dos pasos iniciales, el de barajar y el de tirar las cartas, tienen sus variables
particulares que dependen de la eleccin que surja entre tarotista y consultante, muchas
veces los tarotistas eligen agregar al primer paso una formula mgica acompaada de
ciertas acciones sobre el mazo, pasar un cuarzo sobre las cartas, o pasar las cartas sobre
el humo de un incienso. La tirada, que es el nombre que recibe el tipo de orden que se le
dan a las cartas una vez puestas sobre la mesa, echadas, a veces es un arbitrario del
tarotista, otras es una eleccin entre los participantes; los tipos de tiradas emplean un
cierto numero de cartas que el consultante elige y van desde la eleccin de tres naipes
hasta la eleccin de doce, esto puede variar sin restricciones y cada tirada tiene un
nombre, los tipos de tiradas ms comunes son: La Cruz Celta, la Rueda Zodiacal y Las
tres cartas. Cada uno de estos tipos de tiradas plantea para el tarotista un orden
particular de lectura, un antes y un despus en la narrativa entre los naipes; mientras que
para el consultante plantea, tal y lo trataremos de demostrar, un acercamiento a uno o
varios aspectos de su vida corriente, social e intima102.

Habamos mencionado algunas caractersticas del tarot como baraja a travs de los
manuales que acompaan o tratan del mazo, su composicin y su cualidad mgica y
esotrica; as mismo habamos dado algunos trazos de su uso en el proceso inicitico del
tarotista, sealando que por su configuracin, el aprendizaje de los significados
particulares de cada carta se plantea como la adquisicin de un misterio, de all su
nominacin general como Arcanos o como Claves. Esto es el tarot en el papel por
decirlo de alguna manera, es lo que se pone en evidencia al indagar los impresos que
circulan sobre el tema. Por ello quisimos entrevistar a profundidad a varios tarotistas,
eligiendo para nuestra presentacin ejemplos de casos particulares, ya sea por la
informacin que suministraron, ms all del sentido comn, o bien sea porque
ejemplifican en sus frases, el significado social de la consulta del tarot, su sentido.
Esto plantea que nos interesa la narrativa de la creencia y sus cambios de tono (sublime,
ldico) durante la consulta. Sin embargo es necesario conocer y presentar el antes del
tarotista, su trayectoria social y sus intereses, esto para poder tipificar con mejor y
mayor nitidez las variables que dependen exclusivamente del especialista en la consulta
102

Ver Anexo No. 3

107

del tarot. Porque bien, no todo el mundo adivina con los naipes, no todo el mundo
adivina con las cartas del tarot, no es un oficio regular, ni es un oficio tradicional, se
presenta ms bien por la adquisicin de un carisma a la manera clsica weberiana, o de
un don, que puede ser normalmente aprendido o revelado, y que viene acompaado de
otros acontecimientos mgicos e incluso brujeriles, tal sean los vuelos nocturnos o las
limpiezas de energa. Un don que es posible aprender en grupo, al igual que tantos otros
servicios en el mercado, en un curso de lectura del tarot que ofrece un tarotista
capitalino en una reconocida librera del norte de Bogot, que tambin puede ser
aprendido por los propios medios, intuitivos y bibliogrficos. Es esto lo que
constataremos.

3.2. Un Curso de Tarot.

Empezamos el sbado 2 de abril de 2005 a asistir a un curso del tarot en la librera


Arcano de la calle 116 con carrera 17 en la ciudad de Bogot, una avenida concurrida
que se conoce como la Pepe Sierra entre los ciudadanos. All en su segundo piso entre
estantes de libros y sillas de plstico apeuscadas nos reunamos cada semana el mismo
da y a la misma hora, de 2 a 5 de la tarde un tarotistas y varios aprendices. Marco
Antonio Azuero gentilmente haba aceptado que se hiciese un trabajo etnogrfico en sus
clases sobre el tarot, esto fue un contacto afortunado gracias a que su nmero telefnico
apareci en un programa de televisin y despus de una llamada accedi a colaborar con
la investigacin, actitud escasa en algunos tarotistas. Marco Antonio haba sido
entrevistado una semana antes en el programa de Conexin Positiva del canal CITYTV,
un espacio de televisin dedicado a las creencias y practicas de la nueva era, en donde
regularmente aparecan, bioenergticos, astrlogos, mdiums, maestros de filosofa
trascendental, tarotistas, adivinos con runas, etc.; que entretenan hasta el 2007 las
tardes de unos pocos televidentes de lunes a viernes con estos temas.
Marco Antonio es egresado de la Universidad de los Andes, una prestigiosa institucin
en Bogot, y es profesional en administracin de empresas. Tuvo varios trabajos pero
en el 2005 se dedic a transmitir el conocimiento en su tiempo libre y a ganarse la
vida con lo que le gusta hacer, se dedic en ese entonces a dictar un curso del tarot y a
las consultas tambin. Aseguraba constantemente que llevaba 25 aos investigando el
108

tema y que ya era hora de salir del clset; sus tarifas eran de 10.000 pesos por clase del
tarot y 80.000 por consulta. Decidimos despus de la primera clase que
intercambiaramos algunas de las transcripciones de sus conferencias por una consulta
del tarot y por asistir los sbados, todo un paquete promocional nos result, pues fueron
24 sesiones, de abril a septiembre de 2005, de las que se tom Marco Antonio 22 para
los Arcanos Mayores, 1 para los Arcanos Menores, y 1 ltima para un ejercicio de
consulta entre los que asistan al curso. Sin contar en esos gastos, con una serie de
elementos que iban resultando lgicamente anexos al curso, una baraja de estilo
B.O.T.A para colorear, una serie de fotocopias con las instrucciones de los colores y sus
significados, un libro, una conferencia de cbala, un par de afiches, etc.
Aqu es necesario traer a cuento una definicin sencilla de lo que es una baraja estilo
B.O.T.A. La sigla traduce Builders of the Adytum (constructores del Adytum103) que es
una organizacin filosfica dedicada a la armonizacin espiritual a travs del estudio y
prctica en la Tradicin de los Misterios Occidentales, entre ellos incluyen al tarot pues
lo encuentran vinculado a los misterios de la cbala juda y otras corrientes mgicas,
tomando como fuente de reflexin a propsito de la baraja lo enunciado por Paul Foster
Case en muchos de sus escritos; cabe recordar que Foster Case fund est organizacin
en 1922 inicialmente en California (EE.UU).
Lo particular del mazo B.O.T.A. es que vienen las 78 cartas sin color, es decir que salen
de la imprenta con tan slo las figuras delineadas en negro y el smbolo de la
organizacin en su reverso; y esto nos llama profundamente la atencin y nos ayuda a
ejemplarizar de un modo contundente la enseanza del oficio de tarotista y la relacin
del mismo con cada una de las cartas. Pues tal y lo mostraremos, los nefitos en este
caso adems de la asistencia a las clases, fuera de ellas tenan que meditar y colorear
cada una de las 78 cartas a partir de instrucciones dadas en fotocopias y que indicaban el
significado y los atributos que componen cada arcano. As por ejemplo para la sesin
del 4 de Julio de 2005, Marco Antonio expuso el Arcano No. 10, la Rueda de la Fortuna
de la siguiente manera, e aqu unos apartes de la transcripcin:

103

En su pgina de Internet, definen el Adytum como una palabra griega que traduce: Santuario Interior.

Tomado de: http://www.bota.org/sp/about_us/

109

Entonces entremos a la Rueda, aqu vemos un resumen de


los cuatro mundos cabalsticos, de los cuatro planos de manifestacin,
una manera geomtrica de ver estas cuatros letras de YHWH, aqu esta el
primero, el punto, lo ms elevado de la montaa, el mundo arquetpico, el
siguiente circulo sera el mundo creativo, y lo que hay dentro de l, luego
lo crculos dentro del traje del loco nos estn mostrando lo que hay a
nivel del plano creativo, el tercer crculo, que abarca estos cuatros
principios alqumicos, es el mundo formativo o de los procesos, y el
ltimo es el mundo material

Aqu Marco Antonio se centra en un detalle de los elementos que componen la figura
del arcano 10 del tarot, exactamente en el centro de la carta, en donde es posible
identificar las letras del alfabeto corriente T A R O acompaadas de las letras hebreas
Yod He Vau He y los signos alqumicos de la sal, el mercurio, el azufre y el signo de
acuario. Dndole a cada uno de los crculos y de los signos contenidos en ellos un
significado especifico dentro de la carta y vinculndolos a significados generales dentro
del tarot de B.O.T.A. Recordemos pues que cada uno de los manuales y tratados a
propsito de la baraja intenta proponer un sistema csmico, una cosmologa, que integre
los smbolos y personificaciones que aparecen en el mazo. El tarot de B.O.T.A. no es la
excepcin y las 24 clases de Marco Antonio Azuero tampoco lo fueron, ya que
siguiendo el modelo de Foster Case se dedico a revelar, transmitir los secretos ocultos
en las figuras de la baraja. Anexos iban unos esquemas del orden de los Arcanos
Mayores en fotocopias, las instrucciones para colorear las cartas, las letras del alfabeto
hebreo y su relacin con cada una de las lminas. Iban las anotaciones casi arcanas de
Marco Antonio en el tablero, letras hebreas y numerologa, algo llamado gematra, los
smbolos de la alquimia, las cualidades de los astros y los planetas, el cubo de dios,
110

cosas por el estilo. As lo hizo con cada uno de los Arcanos, desde el 0 EL LOCO hasta
el 21 EL MUNDO, para el Arcano No. 13 LA MUERTE Marco Antonio anot:

La calavera sostiene una guadaa, cuando se va la


sensacin de vida que es lo qu queda, cul es el soporte de nuestra
existencia, los huesos. Entonces este es nuestro soporte, y fjense que si
le pusiramos carne, cuerpo, msculos a est calavera quedara
absolutamente deforme, hay una torsin en varios puntos, hay giros. Nos
est hablando de una torsin, de la misma torsin que tiene el ro de la
conciencia, cuando nosotros adquirimos esa conciencia de inmortalidad,
cuando conscientemente ya empezamos a

darnos cuenta que somos

inmortales

Los ejemplos son 24. No transcribiremos aqu hasta la saciedad los detalles de Marco
Antonio y de sus clases, bastarn unos ejemplos para comprender la lgica que
encierran los cursos del tarot y los manuales esotricos a propsito de la baraja. Una
propuesta cosmolgica basada en las variables que es capaz de contener el tarot, que
son muchas y prcticamente recurrentes (astrologa, numerologa, cbala, alquimia),
unas variables que salen y satisfacen el inventario en creencias mgicas en Occidente:
Aqu un extracto de la explicacin hecha por el tarotista para el Arcano No. 16 La
Torre,

111

Entonces este Arcano es uno de los que nos llena as de


duda, lo han llamado la Casa de Dios, tiene mucho que ver con el
simbolismo de la torre de Babel, es un Arcano de mucha fuerza por que
se le asigna Marte, el planeta Marte, entonces es la energa del rojo. El
nmero es el 16 simblico, sera la armona y la belleza, el balance a
travs de nuestro foco de atencin, a travs de dirigir nuestras acciones
hacia aquello que queremos, en donde queremos manifestar nuestra
armona, por lo tanto el trasfondo es un mensaje diferentsimo al que uno
se imagina, normalmente en lecturas, cuando sale este Arcano uno se
imagina lo terrible, eso pues se le movi el piso, se acabo todo, se le
derrumbo la estantera; pero no, no necesariamente, en mi prctica con la
interpretacin, ms que la lectura de cartas, la interpretacin simblica en
una lectura, hay que diferenciar lo uno de otro, porque a uno son los
smbolos los que le estn hablando en comunicacin con la energa de la
persona

La dinmica es similar con todos los naipes, tanto en los manuales como en los cursos
de tarot, se intenta interpretar las cartas bajo el smbolo, es un cosmos construido a
partir de la oportunidad material, es un libro de mitos, en todo el sentido de la palabra,
que ha sido ledo en voz alta, y que se interpreta, por ser hecho de imgenes, a partir del
lector. Una baraja que se ha incrustando en las corrientes esotricas de occidente y que
aparece recurrentemente, aqu su presencia es contundente, en las calles de Bogot. Esto
no dice de la creencia y de la legitimidad de la prctica, no por ahora. Pero le da su
carcter tangible y por tanto el poder de influir en otros fenmenos del mismo tipo,
sociales y culturales. Y eso lo saben los tarotistas y los consultantes, por eso la
necesidad de un sistema que lo soporte, por eso la necesidad de buscarle una coherencia
112

prctica y un sentido ajustado a la composicin del tarot, eso es lo que seala Marco
Antonio en una columna que escribi para la revista Portafolio en el ao 2006.

Pocos conocen la verdadera finalidad del Tarot, pocos saben que ste fue
creado hace 800 aos como un libro en imgenes para el auto
conocimiento humano. Quienes lo elaboraron fueron un grupo de seres
con gran sabidura y conocimiento de s mismos que quisieron legarle a
la civilizacin occidental un mtodo coherente y estructurado para
conocer su psiquis y desenvolver las potencialidades guardadas en
nuestro interior. Para ello se valieron de los aportes del misticismo judeo
cristiano de la cbala hebrea, junto con el aporte de la alquimia oriental,
de la astrologa sumeria y de la numerologa rabe104

Estaremos entonces de acuerdo en decir que en el discurso los tarotistas ubican el oficio
con un significado esotrico vinculndolo a sistemas simblicos tradicionalmente
reconocidos, asignndoles a cada una de las figuras, a cada uno de los detalles en la
baraja un relato sobre el Sentido propio del tarot y de la imagen. Eso transmiten los
manuales esotricos, eso transmiten los cursos del tarot. Sin embargo la dinmica
dentro de la consulta es a otro precio, all el relato del tarotista va hilando de manera
casi invisible los detalles de la cartas con la intuicin y la mirada, tambin con lo que
pregunta y las respuestas que escucha. Dentro, la dinmica es ms fluida, con
comentarios anexos, pero con la misma intencin de hallar un orden de lectura en la
cartas que van echadas sobre la mesa. Ya hemos mostrado que detrs de las cartas existe
una lgica particular. Es una habilidad del oficio y una preocupacin de las editoriales,
revelar el verdadero significado, la interpretacin adecuada, justa. Y esto ya es un
escenario muy distinto al del aprendizaje. Con Marco Antonio y la prensa quisimos
comprobar que existe la oferta comercial para aprender el oficio, que esta oferta se
sustenta en la legitimidad del tarotista y en su trayectoria; los cursos de tarot se replican
por las libreras esotricas de la ciudad de Bogot, en ellas se encuentran los libros
clsicos sobre el tarot, ediciones innumerables de manuales para leerlo, barajas, una
104

El tarot lo lleva a su mundo interno. Informe Sobre Sectas, Especial para Portafolio. Tomado de:

http://infosectas.zoomblog.com/archivo/2006/07/09/el-Tarot-lo-lleva-a-su-mundo-interno.html

113

veintena de tipos de tarot, una variedad plstica del mazo para amoldarse a las
inscripciones de la moda, Tarot of the Spirit Tarot de los Gnomos Tarot de la
Esfinge Tarot egipcio Tarot Renacimiento Tarot de los Druidas Tarot de las
Hadas Thot Tarot Deck Tarot de las Galaxias Tarot de Marsella Golden Tarot
Tarot Mstico Universal Waite Dragon Tarot. Y en ellas tambin se encuentran
telfonos y volantes de tarotistas, junto a un sin nmero de ofertas y bienes de salvacin
que parecieran todos venir en paquete.

Junto a Marco Antonio Azuero, un total de 30 tarotistas fueron entrevistados entre el


mes de Abril de 2005 y Junio de 2007, la incursin haba empezado con l de manera
larga, casi seis meses dedicados a la dinmica de sus clases. Sin embargo era claro que
nos interesaba de esta parte encontrar en campo la reproduccin social de los manuales
del tarot que habamos explorado al iniciar este panorama del objeto. Y marcar con ello
que los tarotistas y los nefitos del tarot siguen un camino de revelacin inicitica al
avanzar en el aprendizaje de cada uno de los arcanos, que segn la lgica del mundo
contemporneo, se encuentra ya en el mercado. Habamos dado anteriormente el
ejemplo con Papus y ahora en un curso de tarot dictado al norte en la ciudad de Bogot
veamos las mismas preocupaciones y disposiciones interpretativas sobre las cartas, con
sus diferencias superficiales, sea el tipo de baraja que se aprende o sea el tipo de
filosofa oculta por el que se abogue, pero con su inters en develar los smbolos de
la baraja constantemente, de afinar la red en clave de las pintorescas cartas.

Era un armatoste esta teora del tarot explicada por Marco Antonio, tal y de la misma
manera jeroglfica al estilo de Papus, de Paul Foster Case, de los Constructores del
Aditum. Un mamotreto de signos, smbolos, significados, equivalencias, claves, notas
musicales, colores, planetas, palabras en hebreo. Una retrica llena de fotocopias
ilustrativas, con cuadritos, lneas para rellenar, grficos, imgenes, instrucciones; todo
un ejercicio nemotcnico bajo la mirada del orden universal y las claves secretas que
costaba la mdica suma de 300. 000 mil pesos por persona el total del curso. Asistan 13
personas en promedio por sesin, entre los 20 y 60 aos, con una media de 5 hombres,
8 mujeres aproximadamente. A mediados del mes de Abril de 2005 Marco Antonio
decide abrir un curso en otro horario, resultando sus sesiones una doble jornada, en este
114

ltimo grupo que era tambin los Sbados, asistan en promedio 5 mujeres y 3 hombres
de los 30 a los 40 aos. 21 personas por jornada, que haban claro est todos ellos
consultado el tarot a travs de Marco Antonio. Ahora l dibujaba y anotaba un sin fin de
atribuciones sobre los nmeros y el rbol de la vida y los 22 arcanos, revelaban as las
claves para consultar el tarot, era una red lo que tejan las cartas, tal y es la metfora
antropolgica de la cultura, una telaraa que intentaba atrapar el Sentido, dnde estaba
la eficacia?

Marco Antonio tuvo que salir del pas por un tiempo y la investigacin tom sin duda
otro rumbo. Habamos constatado que la educacin del tarotista bsicamente se dirige a
conocer e identificar los motivos de las cartas y sus variables, sus significados ocultos
y sus posibles relaciones. El tarot eran 78 pginas extremadamente saturadas por
narrativas mgicas que bajo el smbolo transmitan una clave, sin importar la
autenticidad histrica de la misma. Los esoteristas las transmitan y desde el siglo XVII
se haban propuesto configurarla, o en sus palabras, revelarlas a los iniciados. No
habra la posibilidad de adquirir el don sin pagar por l en un curso?
Qu relacin tenan los tarotistas con el mazo? En qu consista la eficacia de la
consulta?
Para responder esas preguntas y muchas otras que fueron surgiendo a lo largo de nuestra
investigacin, optamos por entrevistar a una cantidad considerable de tarotistas, ya
hemos dicho 30, y tambin optamos por asistir a sus consultas del tarot, de las que se
nos permiti registrar completamente 10, ya sea con video o con grabaciones de voz,
dejando una cantidad considerable de las otras anotadas en nuestro diario de campo,
hubo excepciones en las que el ambiente y la disposicin del tarotista no posibilitaron
el registro. Sin embargo sabemos de antemano que el escenario es sencillo y que ha sido
incluso explorado y descrito por el periodismo capitalino. En esta fase de la
investigacin result muy til conversar con los tarotistas a profundidad sobre sus
historias de vida y a la vez presenciarlos en consulta. Un ejercicio extenso que hasta
hace poco volvimos a repetir y que dej preguntas prometedoras en el escenario del
tarot. Un ejercicio que nunca se haba hecho en Colombia, que haba pasado
desapercibido, y que contempl por primera vez recorrer en extenso el tema, saturarlo.
Cuestin que al principio pareci sencilla, pero que a medida que se fue desarrollando
115

despleg todo un horizonte de investigacin apenas discutido por la antropologa y la


sociologa, apenas nombrado entre dientes y con restricciones por estas disciplinas.
As encontramos dos polos caractersticos de la consulta del tarot y su relacin con la
eficacia del ejercicio, hallando que la consulta oscila siempre entre el juego y la
adivinacin, entre la broma y lo serio; haciendo de los escenarios de consulta un matiz
entre el espectro que dan estos dos polos, matiz que varia con las variables que aportan
principalmente el tiempo y la narrativa del tarotista, los aportes del consultante. Esto a
nuestro parecer le da a la consulta del tarot la cualidad de aparecer en las narrativas
siempre con un carcter ambiguo, dudoso. No es por ms que anotamos que los
escenarios del tarot son gradaciones entre estos dos polos, y lo que vamos hacer es
presentar en extenso dos casos representativos de cada uno de ellos, pero anotando y
esto es importante, que con estos casos tambin sealamos los extremos de felicidad o
infelicidad del acto adivinatorio, tratando de hallar el espectro en el que se gesta su
eficacia simblica y la influencia del mito en este proceso. Con ello sealaremos que la
creencia y la prctica culturalmente no necesitan ser coherentes desde una lgica
formal, y que constantemente cambian de estado (de slido a lquido dira Bauman), o
que en resumen son ambiguas para este caso. La ambigedad, al igual que el como si
del juego, es la clave que opera para nosotros en el mecanismo social de la adivinacin,
la que permite su permanencia y su transmisin.

3.3. El tarot y la calle.

De seguro a usted le ha pasado, que va caminado por la carrera dcima entre calles 11 y
13 en Bogot, en medio de esos edificios polvorientos y la interminable multitud de
vendedores y de peatones sobre la acera. Y alguien, un nio, una mujer, un joven, una
anciana, alguien, le extiende la mano con un volante, usted por lo general no lo recibe,
pero esta vez s, y entonces como es escasa esta oportunidad para ese alguien, recibe
dos, por lo tpico de este formato:

116

Y usted lee esas palabras que prometen consuelo, a usted y a su ser amado, a su bolsillo,
a su vida cotidiana. La reaccin suya oscilar sin temor de decirlo entre dos polos ya
entre vistos en nuestra investigacin, entre el polo de la broma, del juego y el polo de lo
serio, de lo mgico. Segn sea el polo predominante usted dar un paso ms hacia los
asombrosos resultados o hacia el bote de basura ms cercano. No hemos dicho que el
tarot apenas si se menciona al final del texto que tomamos como ejemplo. Esto son
fracciones de segundos, usted acaso slo ojea el volante, al ver el contenido lo
rechaza, bien arrugndolo, bien arrojndolo, en secuencia, arrugando y arrojando. Usted
acaso ni alcanza a leer LECTURA DEL TAROT y guarda el papelito. Usted se interesa por
el papelito y lo archiva. Quizs otro da, otra tarde, hoy no sal al centro de Bogot a
buscar una consulta del tarot, ni muchos menos a ligar-me un ser amado. Ser que eso
es cierto?

La escena de los volantes se repite por varias calles de Bogot, si usted camina por la
Carrera Sptima entre las calles 19 y 13 es probable que se tope con tres o cuatro de
estos volantes, confundidos eso s con los diez o doce papelitos de cines XXX o
bailarinas sexis y exticas que tambin se reparten. Si lo hace por la Carrera 13 entre
calles 34 y 65 ocurre lo mismo, la misma dinmica. Tras los peatones y los vendedores
van apareciendo los volanteros, ni susurran, ni gritan, ni se anuncian. Van repartiendo
los volantes en movimientos sigilosos, van cruzndose con las manos que reciben el
papelito tras el paso rpido del transente bogotano, usted lee mientras camina el texto,

117

Otra vez asombrosa precisin, otra vez la mala suerte, el regreso de su ser amado, est
vez sin das, pero s sin daos, otra vez el TAROT, ya no tan al filo del texto, apareciendo
bajo el mismo con-texto, otra vez la magia, otra vez el asombro. Pareciera ser una
palabra de descuento en las litografas, un resultado esperado de los ejercicios de los
especialistas que se anuncian y prometen asombrosos resultados. La ciudad retumba
con el paso de los buses, la bulla de las promociones, los payasos que anuncian zapatos,
o discos, o almuerzos. Usted camina, si acaso busca la direccin, observa de paso el
edificio, los ventanales sin cortinas, los letreros de se arrienda, ser que adivinan?,
usted duda. Usted arruga el papelito, lo archiva, lo arroja. Cunto cobran? Son las 2 de
la tarde de un martes de Marzo del ao 2005.

118

Los volantes se repetan en los mismos lugares, variaban en el color de la tinta, a veces
azul a veces roja, a veces describiendo con ms detalle los servicios del hermano, sus
especialidades: sospecha de infidelidad, enfermedades desconocidas, triunfe donde
otros han fracasado, vistenos y convnzase105, Lectura del tarot. Con ellas iban
apareciendo las versiones del campo Mgico que apenas tocamos con los tratados
esotricos, pero que esta vez empezbamos a constatar con la prctica cotidiana del tarot
en Bogot, as por lo menos lo sealaban la aparicin recurrente de estos volantes en
dos puntos muy tradicionales y asiduamente transitados, la Carrera Dcima con Calle
13 o Avenida Jimnez y la Carrera Trece con Calle 60. Ambos sectores reconocidos por
su carcter comercial y administrativo en la ciudad, por su afluencia de pblico y de
trfico.

Fui recolectando distintos volantes a lo largo de los meses, los fui archivando, y tambin
fui seleccionando algunos, por su permanencia. Otros volantes no volvan a recorrer las
calles, otros hermanos se iban desapareciendo, o iban cambiando de arrendatarios las
oficinas, incluso iban cambiando de nombre. Empec en el mes de febrero del 2005,
iniciaba una pesquisa muy panormica sobre el tema, todo era apenas una visita, un
sondeo de la aparicin del tarot en la calle. Me propuse entonces partir de una lista
pequea empezar la pesquisa, no me interesaba mucho remasterizar el discurso de la
Nueva Era y el estallido de creencias que era hacia donde me conducira seguir con
detalle estos centros esotricos; me interesaba la eficacia del rito, la posicin de los
personajes, sus gestos, sus palabras, me interesaba la influencia del mito, la presencia
del mismo a travs de las cartas, los elementos que constituyen la consulta, el escenario
de adivinacin y su sustento cultural. Me interesaba la intimidad y la figura del tarotista,
el mito vivo en estos contextos. Por algo habra de empezar.

105

La trascripcin de los volantes es literal.

119

Si se examinan los volantes, el contexto en que se nombra la lectura del tarot es


evidente mgico, un campo saturado principalmente por servicios esotricos y
asombrosos que buscan remediar la enfermedad, el desempleo y el desamor. Aparece
as una lista inicial de temas y de situaciones privilegiadas que de cierta manera motivan
que acudan los consultantes al mazo. Inicialmente indican, para decirlo en trminos
weberianos, el carisma del hermano, sus poderes particulares. En ellos no existe una
filiacin a un dogma, ni adscripcin alguna a un credo instituido. Es el personaje, el
hermano quien recibe la atencin de los poderes, l es la figura que soporta la
legitimidad y por supuesto la eficacia de su prctica, sobre l recaen las certezas y las
incertidumbres de los consultantes aunque comparta responsabilidades con la baraja. En
este contexto urbano el anuncio por volante indica en principio un trato comercial, que
no se ve disminuido muy a pesar de las bondades que ofrecen los hermanos en sus
anuncios: cancele con los resultados, no cobro ningn trabajo la donacin es
voluntaria, ojo no cobramos trabajos done al templo al ver resultados, comprubelo
usted mismo no pague trabajos hasta no ver resultados, cancele cuando vea
120

resultados. Tal y lo presentaremos brevemente los hermanos saben muy bien en que
consiste su sustento y tienen muy en claro cual es la funcin del tarot en ello. En este
mbito el volante no slo es un detalle menor, es tambin el inventario de servicios,
junto a la publicidad del oficio, el slogan de los consultorios. Es quizs la impresin
ms amplia del sentido comn alrededor del tarot en dos puntos de la ciudad, en donde a
la lectura del tarot se le reconoce detrs de frases como regreso y ligo a su ser amado
en 3 das de por vida no importa la distancia, triunfe en: amor, suerte, dinero, malos
vecinos - sufre en silencio por el ser amado? Desea atraerlo y ligarlo hoy mismo para
siempre o apartar a quien desee problemas?- Lectura de cartas y tarot desalamientos
de carros, casas, negocios, cultivos, fincas, saco guacas, tesoros, caletas, envidias,
hechiceras increble sale todo sobre tu vida tarot. Eres de malas en el amor? Habr
ya tu campo sentimental con quien t quieras. Quieres dominar o ser dominado?
Hacemos ligas de por vida, limpiezas de fincas, carros cultivos, negocios, etc. Leemos
el tarot. Vistenos y vuelva a triunfar.
Frases que permanecen latentes en las narrativas que tratan sobre el tarot, y que
yuxtapuestas con los relatos que circulan por la prensa y la televisin en Bogot dan
cuenta del entramado significativo que soporta esta practica cultural en la ciudad.
Porque si bien en esos dos ejemplos de calles transitadas, los relatos brujeriles resaltan
en el papel con sus frases populares el inventario de tpicos sociales tan triviales como
el amor, la salud y el trabajo; estos temas se repiten y se extienden en los relatos que
circulan por los peridicos y los magazines televisivos de Bogot, reconociendo por
hasto que en la consulta del tarot aparecen sin falta esas tres variables como marcadores
del ser individual y el ser social del consultante. Cuestin que junto al campo mgico en
el que est suspendida la prctica da un tono especial a este tipo de relaciones sociables
como el amor.
Tal y veremos a continuacin la fusin del tema amoroso sentimental con la brujera es
uno de los pre-textos ms recurrentes en la consulta; tanto porque en el tema del amor
occidente a trabajado un tipo de historias del sentido comn con esmero los celos, el
engao, la traicin, el embrujo, el embeleco, la bsqueda de la pcima del amor, la
pareja eterna-; as como se ha hecho de la conexin amor-orculo una de las
trivialidades de la prctica adivinatoria presentando en las ciudades a estos ritos en el
campo personal y corriente de los individuos; no con el valor determinante que
121

describi Evans-Pritchard para los azande, ni Tiresias para Edipo, sino como algo que
esta en la zona de lo ldico generalmente y que fcilmente puede trocarse en algo serio,
la vieja historia del juguete que puede abrir la puerta de las fuerzas ocultas y mostrarlas
ocasionalmente.

3.4. Ejemplo 1. La Historia Nocturna. El caso de los hermanos.

Es viernes 7 de Abril de 2006, son las 6.30 de la tarde y decid ir con Lina a una lectura
de tarot en el Templo Esotrico Gnesis ubicado en un garaje de la calle 61 con carrera
16; Lina es una mujer morena de ojos negros y 22 aos, profesional de la Universidad
Nacional de Colombia y que nunca haba asistido a una lectura de tarot; me confiesa
que est algo nerviosa y expectante por la situacin, pues en el sitio no accedieron a dar
ninguna entrevista y menos a registrar la consulta, as que asumimos presentarnos como
una pareja ms que busca resolver sus dudas sobre el futuro y que opta porque sea la
mujer la que consulte en las cartas lo que depara el destino. En la puerta del Templo
Esotrico Gnesis hay dibujada una mano de gran tamao, nos abre una mujer madura
y nos conduce por una escalera hacia la sala de espera que est en el segundo piso; en la
sala hay cuatro sofs de cuero, elegimos el sof doble mientras que la fallecida Roco
Durcal en la pantalla de televisin canta Costumbres; los tonos del lugar son naranjas
por la caperuza de la lmpara que ilumina el lugar.
Luego de esperar diez minutos la asistente nos pregunta para quin es la consulta, Lina
asume su papel, intentamos convencer a nuestra anfitriona para que me deje entrar con
Lina, pero ella decide que es mejor primero que el hermano la vea y que si es
necesario me harn pasar. Lina desaparece detrs de una puerta y yo me dedico a la
televisin, en menos de quince minutos aparecen tres personas que toman asiento en la
sala, dos hombres y una mujer, asienten con la cabeza mi presencia y se pierden en la
televisin; Lina est con el tarotista, lo siguiente es un aparte de lo registrado en la
grabadora.
()
Tarotista. Dgame una cosa, viene por algo especial?, no me diga para
que, pero viene por algo especial?
Lina. No, pues como cosas en general de mi vida.
122

T. Listo, l es tu pareja, l que estaba ah?


L. S.
()
T. Bueno, Cree en Dios?
L. Humm, s. (Sonre)
T. Eres catlica o qu?
L. No, lo fui hace un tiempo. As juiciosa.
T. Pero crees que hay un Dios, as no sea catlico, no sea cristiano?
L. Si.
T. Entonces no vas a misa?
L. No, ya no.
T. Yo le voy a leer las carticas y depende de lo que le pronostique, de lo
que le marque tenga muchsima fe, o.k?
L. o.k.
T. Tienes los bracitos cruzados?
L. No.
T. Eso. Crees en esto?
L. S.
T. Cunto haca que no te hacas leer las carticas?
L. No, nunca me las he ledo.
T. Bueno.
L. Qu tarot es ese?
T. Egipcio, lo partes por favor, entonces, Nunca te habas ledo las
cartas?
L. No.
()
T. Bueno, hay ocasiones en que la vida la maltrata, de que incluso la
bloquea con su pareja, pero te voy a decir una cosa yo veo que aqu hay
una fuerza negativa, y que por eso me la ha venido bloqueando y
maltratando.
L. Eso en qu carta aparece?
T. Ac
123

L. El testimonio [Lina lee el nombre de la carta]


T. Ponle cuidado, ac y ac. Por qu?
L. Revelacin [Lina lee el nombre de la carta]
T. Hay una persona que la quiere ver mal, saba o no?, sospechaba?
Con quin ha tenido algn problema, algn roce o algo en especial?
L. Humm. ltimamente de pronto s, por cosas del trabajo, pero con
alguna persona en especial, no.
()
T.

Hay una persona que te quiere ver mal, aqu hay influencias

negativas de terceras personas, si usted quiere yo le muestro el rostro de


esa persona que la quiere ver mal. Por qu es mal? Usted sabe qu es
mal? o bien sea postrada en una cama, o en silla de ruedas, o hasta
muerta. Por eso te digo, por eso esa intranquilidad, esa impaciencia, ese
desespero, yo veo hay noches que duermes, como hay noches que no
duermes, por eso hay veces que te levantas ms cansada de lo que te
acuestas. ()Mira, no es por alarmarte, y ni pensaba decirte esto, pero
ac te demarca eso.
L. Qu carta?
T. Esta. Desorientacin y desasosiego. Estn muy unidas, mira si esta
carta hubiera estado por ac, no te hubiera dicho esto, pero mira. Hay
una persona que la quiere ver mal y le esta haciendo algo, ya sea
maldad, brujera, hechicera, usted sabe si en alguna parte le pondran
algo. Cunto tiempo lleva con esta pareja?
L. Cinco aos.
T. Anteriormente tenas otra pareja?
L. No, pues seriamente no.
T. Usted sabe si esa persona anteriormente posee alguna prenda intima
suya qu se yo, una foto, un anillo?
L. No creo, el novio anterior que tuve est en Estados Unidos
T. Bueno, uno nunca sabe. O alguna, de pronto alguna pareja, alguna
persona que le este cayendo a l.
L. Eso s ni idea, pero digamos ah aparece si es hombre o mujer?
124

T. Eso no te lo puedo decir, hay qu hacer un trabajo para eso, de


pronto una persona que ste interesada en l, una mujer, que la quiere
ver as, porque aqu veo que le marca una separacin, de una vez le
digo.

Mientras que Lina est en consulta las personas que ocupan la sala empiezan a
desaparecer tras distintas puertas, varios jvenes suben y bajan las escaleras, se saludan
entre s, se hacen chistes y preguntan por la duracin de la jornada de hoy, despus me
enterar de que por ser vspera de la semana santa el trabajo se incrementa, distrado
entre los ires y venires de las personas por las escaleras me despabila un sujeto que
irrumpe en la sala y me pide que lo acompae, yo me sorprendo y entre el recorrido
hacia el cuartito que l me indica pienso lo que me espera al entrar. Detallo con
precaucin el cuartito, cendales amarillos y violetas al fondo son telones de una imagen
del sagrado corazn de Jess que permanece iluminado por unos gastados velones,
sobre una mesa estn las cartas del tarot egipcio, cuando tomo asiento al lado de Lina el
sujeto me dirige la palabra. Al fondo un altar, figuras de santos y vrgenes apeuscadas,
en la mesa unos cuarzos, en las paredes cuadros de ngeles, la almas del purgatorio,
Saint Germain; un escenario digno para una situacin brujesca.

Tarotista. Dgame una cosa, cmo es su nombre?


Rodrigo. Rodrigo Ruiz
T. Vea lo que pasa es que yo me encuentro aterrado leyndole las cartas
a ella, porque me doy cuenta que los quieren separar, dgame una cosa,
usted si ama a esa mujer?
R. S, por qu?, quin nos quiere separar?
T. Aqu hay influencias negativas de terceras personas que los quieren
separar, que los quieren ver mal, que los quieren separar cmo de lugar.
Hay una persona, usted no sabe quin tenga una prenda ntima de ella,
una foto?
R. No, pues si no sabe ella. Mucho menos yo. Y la energa de la persona
en quin est interesada, en ella o en m?

125

T. Bueno, le voy a decir la verdad, lo que pasa es que hay una persona
que est interesada en usted, lo que pasa es que esa es la persona que los
quiere ver mal, que los quiere ver separados. Igual puede que ustedes se
quieran mucho, pero ah un rompimiento, y esa persona cumple con su
objetivo, de acabarlos y verla mal, porque a quien quieren ver mal es a
ella, pero en ese sentido tambin lo afecta a usted.
L. Pero entonces la que va a sufrir todo soy yo, porque es a m a quien
le quieren hacer dao, l no.
T. Pues la parte sentimental lo afecta un poquito a l, pero es que
empiezan con la parte sentimental y despus con la econmica, despus
con la salud. Hasta que acaban con una persona, y no se justifica que
acaben con una persona tan joven, que tiene muchas expectativas de
salir adelante.
R. Pero entonces qu le estn haciendo?
T. Yo le dije a ella que la han estado trabajando con pura magia negra,
con pura brujera y hechicera, maldad.
R. Pero a ella?
T. Si.
L. El me dice que hace como un ao, ao y medio.
T. De un ao a dos aos. Llevan cinco aos, imagnense, de pronto un
da ella se lo present a alguien y le llam la atencin. Esas personas
empiezan a buscar encuentran el caminito y se van metiendo y metiendo
hasta que los empiezan a ver mal, yo le deca a ella, ella deca que nunca
se haba mandado leer las cartas, y fjese viene y por algo viene, y ella
quera saber algo, ella por algo viene. Ella lo que necesita es una
limpieza de aura, eso es lo que le quera decir, para que usted se entere,
porque de pronto ella sale y le dice, y usted va a decir, qu cmo as?
R. Y la limpieza de aura? La hacen aqu? Qu costo tiene?
T.

287.000 pesos, y eso es econmico porque ustedes son pareja,

digamos si ella fuera una secretaria y usted un gerente, y ella me dijera,


no es que yo quiero estar con esa persona, porque yo la amo, pues eso
vale mucha plata. Y aqu tambin viene hombres y la pagan, y se van
126

contentos, y viene y dan una propina, una buena propina, porque esos
287.000 pesos no son para m, esos son para los materiales, entonces si
sale bien pues me dan propina.

Al salir Lina me seala con algunos comentarios la ineficacia del tarotista como tal; su
acento evidentemente paisa detrs de sus conocimientos brasileros y amaznicos, lo
aterrado que estaba de ver que alguien nos quera hacer dao y la limpieza del aura.
Varias veces he repasado la grabacin de la consulta, los cambios en el tono de voz de
Denilson Dsousa; sus frases algunas veces corresponden a enunciados mecnicos, est
la rapidez de lo recitado; en otras intervenciones aparece la duda sobre el nombre de las
cartas, de lo que ellas indican. Lina pregunt varias veces por los nombres de las cartas
que iban apareciendo, su interpretacin, su razn de ser. l no respondi con agrado o la
detuvo con tono desafiante. En muchas ocasiones trat de saturarla con preguntas
alrededor de su familia, su trabajo, la relacin de pareja, su salud; trat de conducirla
con sus afirmaciones hacia cualquier dato relevante, Lina apel a responder, a poner en
duda y a contra-preguntar. Constantemente Denilson le nombr el peligro que corra
por el trabajo que le estaban haciendo, una y otra vez su respuesta, la interpretacin de
las cartas, volva a recitar brujera, hechicera, maldad; no se comprometi con ninguna
respuesta, siempre requiri como condicin la realizacin de la limpieza de aura.
Repiti el asunto delante mo, la misma causa de los males, de nuestros males. Tal y lo
anunciaban en sus volantes los expertos maestros psquicos conocedores de las
ciencias ocultas posean secretos que ayudaban a cambiar la vida secretos para el
amor, que tenan la ventaja de ser cancelados hasta ver resultados.
Generalmente obtuvimos los mismos resultados en las consultas de tarot realizadas por
este tipo de hermanos, una sala de espera, un centro esotrico, un templo esotrico, un
telfono y su recepcionista adjunta, puertas cerradas, nada de grabadoras, nada de
cmaras, nada de anotaciones. Mesas atiborradas de inciensos, cuarzos, manteles
negros, pentagramas. Una oficina recargada de ngeles y de porcelanas de San
Gregorio, de Divinos Nios, del Sagrado Corazn y las Almas del Purgatorio. Esencias,
rezos y baos, para limpiar el negocio, para limpiar la casa, para atrapar al ser amado,
para liberarse de la mala suerte, para alejar la envidia. El espejo contra todos los males.

127

Estando

all

record

que

este

tipo

de

consultas

haban

sido

registradas

desprevenidamente por una tesista de antropologa en los aos noventa; aunque su


investigacin no se centraba en el escenario adivinatorio, ella haba dejado por escrito
en su experiencia etnogrfica algo ms que una decena de casos. Aqu traemos a cuento
tres de sus experiencias para enmarcar mejor el tipo de consulta practicada por los
hermanos.

All estaba Juan Carlos, En el cuarto hay una especie de velas y cintas de
colores; hay tambin imgenes de gente que no reconozco. Tiene una
mesa y dos sillas al frente de esta. Me siento y le digo que quiero que me
lea el tarot. () Toma las cartas y las coloca en dos filas de ocho; se
queda con algunas en la mano. Hace un movimiento de negacin con la
cabeza y las recoge; dispone entonces tres filas de seis cartas. Comienza
a hablar y me dice cosas sobre mi vida pasada, pero nada muy concreto.
Dice tambin que tengo un espritu muy soador y que debo estar ms
consciente de cada cosa que haga. Despus comenta que hay algo que no
le gusta y toma otra vez las cartas. Me pregunta qu nmero prefiero y
me da a escoger entre el siete, el nueve y el once; escojo el once
pensando en que, si era para colocar las cartas tendra oportunidad de que
me dijera ms cosas. Coloca las once cartas, despus de moverlas un
poco entre sus manos, y me dice que ya sabe qu es lo malo: alguien me
ha trabajado. Le pregunt que quiere decir con esto y me contesta que
una mujer me mand hacer brujera porque me tena envidia. Comento
que no veo el motivo, l mira las cartas y me dice que puede haber
razones aparentes, pero que en el fondo, lo que quiere es quitarle a su
hombre.

Aqu otro relato:

Lo mezcla un poco y luego me indica que parta las cartas en dos grupos
con la mano derecha. Tome uno de esos montones y comienza a colocar
las cartas de forma ordenada sobre el escritorio; hace tres filas de cuatro
128

cartas cada una y comienza a leer: buena suerte en los negocios, buena
salud, un viaje corto y felicidades en el amor. A lo largo de la consulta
me hace preguntas sobre mi estado civil, mi felicidad, mi trabajo, al
tiempo que explica las cartas y dice que todo parece bueno pero que no
me confe porque de pronto sale algn mal. Dice que debo poner mis dos
manos sobre estas cartas y cuando lo hago, ella coloca las suyas encima.
Murmura algunas palabras en un lenguaje que no entiendo y al final me
ordena que repita Jess amn, que as sea. Lo hago y entonces voltea
los tres grupos de cartas escogidos, las mira y afirma que ya sali un
problema: a mi esposo lo persigue una mujer que fue novia suya antes de
que nos casramos, y lo malo era que ella nos haba mandado a rezar. Me
muestra una carta donde hay un hombre encerrado en una pirmide
transparente y explica que esto significa que nos han trabajado. Desde
ese momento, la oficiante se centra en el problema y se olvida un poco de
la lectura; dice que ella puede ayudarme a solucionarlo y cuando le
pregunt en que forma lo har, contesta que por medio de un
desligamiento, que slo cuesta 22.000. Este trabajo consiste en acabar
con el mal que nos estn haciendo y sirve para retirar del todo a esa
mujer del lado de mi marido. Dice luego que, a pesar de la persecucin,
l me quiere y no le hace mucho caso a la otra, pero que si no hacemos
pronto el trabajo, ella puede ganar.

Y un tercer ejemplo de ese trabajo etnogrfico:

Toma entonces las cartas que haba sobre su escritorio, las mezcla
tomando una de arriba y otra de abajo y me dice que parte en dos, con la
mano derecha, parta en tres el grupo de cartas que haban quedado.
Pregunt que quera saber concretamente con cada pequeo montn; le
pido que con el primero me diga que suceder con mi matrimonio, en el
segundo quiero que me cuente qu pasar con mis negocios o con mi
economa y ella me dice que es mejor que pregunte por la suerte en
general. Finalmente, con el tercer grupo le pido que me diga algo sobre
129

mi salud. Tom entonces el primer grupo, en el cual haban quedado


ocho cartas que ella dispuso en dos filas cinco en la de arriba y tres en la
de abajo- y comenz a leer: lo primero que dice es que mi matrimonio no
es bueno ya que mi esposo tiene un embeleco; yo fing que saba algo
de esto y ella continu con el tema. La mujer con la que se supone que l
me engaa es joven y muy sabida. Me aconsej que tuviera cuidado ya
que me podra hacer dao y me coment que para eso haba contras
especiales; dijo que era yo quien deba cuidar mi matrimonio para que no
se terminara106

Mecanismos simtricos se repiten en este tipo de consulta. Tal y lo anuncian los


volantes, y tal y aparecen descritas la situaciones en esos papelitos, la brujera, el
trabajito, el bloqueo, la fuerza negativa, son la causa oculta de los fracasos, la
respuesta directa de la incertidumbre. All estn los hermanos para ayudar
descubriendo el enemigo oculto, para contrarrestar a la persona que la quiere ver
mal, esa que le esta haciendo algo, ya sea maldad, brujera, hechicera. El tarot ac
funciona para dar cuenta de ese tema, para traerlo a cuento. Abrira en esta funcin la
posibilidad de lo brujesco, es la herramienta que denuncia que algo ocurre detrs de lo
evidente, tal y sucede con los orculos en la antigedad y entre los azande. Sin embargo
no estamos ni en la antigedad ni en una comunidad extica, sino en medio del barullo
capitalino en Bogot. Y esto da una suerte de cualidades a la representacin del tarot y a
su consulta que ubican a este escenario en un horizonte de significado empapado por la
brujera. Muy distinto el tono pues de lo que Marco Antonio hallaba detrs de las
figuras del tarot, un discurso sin gematra, ni astrologa, sin colores, ni alquimia. Una
narrativa rasa de lo Otro desconocido y peligroso.
Tal y lo anuncian en sus volantes, los especialistas prevn las causas de los males y
encuentran la solucin a los problemas en un sistema trazado por la brujera que se narra
mximo en quince minutos. Sea el amor, la salud o el negocio, la brujera, la maldad,
opera como causa de los sufrimientos, la desgracia y la mala suerte, el tarot empieza el
camino en estos casos para incursionar en la brujera y en el mundo mgico, es la llave
106

Soto, Mara Liliana. 1991. Brujera Popular en Bogot. Bogot: Universidad de los Andes,

Departamento de Antropologa.

130

que le permite al hermano recitar lo que han repetido hasta la saciedad los volantes. Y
en ese mundo de la magia y de la brujera en Bogot opera otra lgica, un mundo que
soporta la legitimidad de ciertas prcticas y creencias que aparecen entre comilladas
desde hace siglos. Yo le dije a ella que la han estado trabajando con pura magia negra,
con pura brujera y hechicera, maldad, -me deca el tarotista- . Me muestra una carta
donde hay un hombre encerrado en una pirmide transparente y explica que esto
significa que nos han trabajado apareca registrado en otra etnografa. Esto plantea
la presencia corriente de la brujera en el horizonte cultural de Bogot, y plantea la
presencia de su narrativa en la consulta por parte del hermano. Sin embargo quedan
ac dos cabos sueltos que nos resultan imprescindibles y que andan ausentes por el
mbito mismo de este tipo de cartomancia: la entrevista a profundidad con el hermano
y la observacin de la consulta. La primera fue negada sin excepcin en este tipo de
templos o de centros esotricos, dejando la presencia en consulta en una encrucijada
incmoda para la investigacin, esto era, o pagar cuanto pedan por la entrevista, (10.
000 mil pesos por cada 20 minutos) ya que consideraban que esto era parte y tiempo de
su trabajo; , empezar una labor de espionaje no estipulada por la etnografa. Optamos
por seguir excavando para encontrar la informacin en otros tarotistas.
Si bien encontrbamos ac un tipo de lectura del tarot, el escenario nos conducira hacia
el sistema brujeril en algunos sectores de la capital, dejando atrs la interaccin, el
encuentro cara a cara y su eficacia. No haba duda que los hermanos de alguna forma
legitimaban su oficio, el templo esotrico que vistamos con Lina an hoy da esta
prestando sus servicios. Siguen yendo personas a consultar el tarot y se anuncian
igualmente otras artes mgicas. Los secretos para el amor, insisten en el anuncio.
A Lina le haba parecido errada la consulta con Denilson DSousa, a m tambin. Pero
eso no impeda que el tarot operara social y culturalmente, que funcionar, por lo menos
con cierto grado de legitimidad en las calles cntricas de la ciudad. Tenamos estos
registros y varios intentos en trabajo de campo para acceder a ese escenario, los
hermanos permanecan hermticos, de diez centros que visitamos por este tipo en la
zona de Chapinero, tan slo en uno nos permitieron una serie de entrevistas. Tenamos
la oportunidad de acercarnos a quien oficiaba la consulta y de hacer una serie de
preguntas alrededor de la vida del tarotista y de su prctica. La eficacia del ritual
depende en buena parte de los casos del oficiante y ese oficiante tiene una experiencia
131

adquirida que lo hace distinto del resto de los individuos. No esperbamos que revelara
su motivacin ms profunda, ni lo oculto de sus prcticas, slo encontrar una narrativa
ms all de los veinte minutos que por mucho poda durar una consulta en estos casos.
Lo mejor de todo era que amablemente no cobraban por la entrevista en esta ocasin,
claro est.

3.5. Ejemplo 2. Sandy y Karinka.

La primera en concedernos una entrevista extensa fue Sandy, bogotana de 55 aos,


casada y con la experiencia de haber perdido un hijo hace ya tiempo. Su marido
curiosamente vive en Estados Unidos de Norteamrica y se visitan cada seis meses.
Trabaj como secretaria ejecutiva en la Universidad Nacional, en la Facultad de
Medicina, la Facultad de Ingeniera y en la de Bellas Artes. Nos cont que empez con
el tarot de la siguiente manera:

En una temporada me qued sin trabajo. Por curiosidad empec a


aprender las cartas espaolas, entonces yo curioseaba: qu est haciendo
mi novio, muestre a ver dnde anda empec con la baraja espaola.
Desafortunadamente una vez mir las cartas y vi la muerte de mi
mam 13 das antes, vi lgrimas y cosas as, no tena mucha
experiencia pero yo encerr las cartas, las guard con mucho temor, con
mucho miedo por lo que acababa de ver. Preciso al otro da mi madre se
agrav, la llevamos a la clnica y a los poquitos das falleci, le cog
miedo y no volv a tomarlas por mucho tiempo. Pero desafortunadamente
o afortunadamente, no s cules sern las causas, empec a vivir
prcticamente de esto.

Aqu dos cosas que van a aparecer constantemente en las entrevistas, la primera, la
muerte como situacin ejemplar de un ejercicio de adivinacin con cartas; la segunda, la
compaa de la baraja espaola en este tipo de consulta. La primera se refiere
explcitamente a ver la muerte, de anticipar la muerte. La segunda, al manejo de
ambas barajas, podramos nosotros decir, de ambos lenguajes. Esto es importante,
132

porque generalmente la primera premonicin que se cumple para el entrevistado ocurre


por curiosidad, es decir, con una intencin velada, no racional, inconsciente, ficticia.
Y ocurre precisamente para anunciar eso que por su significado cultural es en Occidente
lo impredecible, la muerte. Dos formulas que aparecen para legitimar y ejemplarizar la
eficacia de su carisma, y que se van a ir hilando dentro de la consulta con otros tantos
significados que la tarotista pone a circular. Para el ejemplo de Sandy marc su
incursin en la adivinacin con naipes sin imaginarse que iba a vivir desde hace doce
aos de ese camino, y sin saber que iba a terminar trabajando con Walter Mercado,
donde iniciara su trato ms formal con el tarot,

Cuando me llamaron de Walter Mercado que vino a Colombia, bueno


estaba preocupada porque en la universidad no me sala trabajo, otra vez
el nombramiento, entonces yo dije pero si yo se leer las cartas
espaolas, pues qu caramba! Yo mando la hoja de vida. Yo siempre he
sido as, si algo me impacta y quiero conocer algo nuevo pues voy a
probar y present mi hoja de vida y un da estaba (risas) practicando en
estas carticas cuando me llamaron de Walter Mercado, un mexicano el
entrevistador jefe de personal, y me hizo la consulta por telfono y yo la
hice pero con estas cartas. Despus ya cuando ingres a Walter Mercado
comenc con el tarot el tarot, s mi jefe inmediata me dio una
pequea clasecita porque de todas maneras nadie nace aprendido y yo
tena que lanzarme por telfono, entonces ella me dio unas nociones y
empec a practicar por telfono y le peda iluminacin a dios, al espritu
santo para poder interpretar el tarot bien a una persona que yo no
conozco. Gente que llama de diferentes ciudades porque nosotros
recibamos llamadas de muchas partes. Y me fue bien, a dios gracias, en
este momento me ha ido bien las cartas son un elemento de ayuda pero
jams son completamente certeras porque no somos dioses, y tampoco se
debe asegurar una respuesta s le va a salir tal cosa!! no hay mucha
posibilidad de que le salga porque puede influir algo a ltima hora. Si el
consultante le cuenta por ah a la vecina lo que va a hacer y esa vecina le
tiene envidia, tngala! Se le vienen las cosas abajo, pero si la persona es
133

reservada y es cautelosa, es inteligente y sabe hacer las cosas, est


confrontando lo que dicen las cartas y s se le va a dar.

Ahora bien, se reconoce aqu de algn modo la transmisin del tema, la iniciacin
pequea por parte de la jefe inmediata, la intervencin divina para interpretar las cartas.
Y se reconoce tambin la incursin de Walter Mercado en el ambiente esotrico
bogotano. Para Sandy va a ser un punto de giro importante y significativo para su oficio
y la confirmacin de su don, la puesta a prueba de sus capacidades mgicas. Para el
escenario esotrico en Bogot va ser un punto de referencia importante la incursin de
este psquico reconocido, quien desde los aos noventa ofrece sus servicios
telefnicos en Colombia; y que tambin es mencionado actualmente en ms de una
veintena de pases, como el Reino Unido, Espaa, Estados Unidos, Venezuela, Costa
Rica, Argentina, etc. No slo por la expansin de su empresa squica, sino tambin por
haber sido consultado por personajes pblicos de la talla de Madonna y del expresidente
estadounidense Bill Clinton. Siendo en Colombia Juan Manuel Santos el personaje ms
recordado por acudir a los servicios de este especialista psquico, en ese entonces
candidato presidencial y ahora Ministro del Interior y de Justicia en el gobierno de
lvaro Uribe Vlez. Un punto que nos permite entonces sealar que el entramado
significativo del tarot aboga tanto por involucrar las acciones subjetivas y personales,
las historias de vida, con el campo social y pblico de Bogot. Y esto es fcil de sealar
ya que la eficacia del tarotista no slo depende de su habilidad pragmtica y teatral
dentro del escenario de la consulta, sino tambin de lo que fuera de la puesta en escena
lo legtima material y simblicamente, los personajes pblicos que lo han consultado o
que conoce.
Ya hemos delineado un poco esto de la relacin entre poltica y tarot en los medios
impresos, as que an no traeremos a cuento ms de estos detalles. Si en cambio
retornaremos a la voz de Sandy para ir sealando los significados que entran a travs de
ella en la consulta, pero que igualmente permiten traer a cuento las narrativas del
sentido comn que acompaan al tarot en las calles y que se presentan como el
horizonte privilegiado para darle sentido a dicha prctica. Ella nos haba comentado que
su incursin a la adivinacin con naipes y luego al tarot result primero de una situacin
personal y luego por medio de la lnea psquica que Walter Mercado abri en Colombia,
134

recalcando en varios apartes de la entrevista su trabajo con dicho personaje, a la vez que
afirmando la calidad y legitimidad de su oficio. Cuestin que ella nos narra trayendo a
cuento elementos importantes pero al mismo tiempo ya conocidos de la consulta del
tarot, y que ratifican una vez ms ese mundo significativo que soporta el tarot en
Bogot, citamos en extenso.

Entonces para m fue una gran experiencia Walter Mercado. Aprend a


visualizar, a manejar algo de sanacin, me encanta lo que es el decreto de
sanacin, las frmulas pequeas, sencillas como se puede ayudar a una
persona con una yerba, con el elemental de una matica, con un vaso de
agua se puede ayudar a mucha gente sin necesidad de ponerlas a que
patonien y consigan un poconon de cosas. El xito de una consulta, el
xito de un trabajo que se le d a una persona para ayudarse en qu
depende? En la fe de la persona, primero que todo velas, esencias,
baos, todo eso tiene poder siempre y cuando la persona que est
atravesando por una situacin difcil sepa que tiene es que liberarse, sepa
lo que tiene que hacer.
Yo soy de las que piensa que un ser humano no debe comerse ningn
atorado. Si a m algo no me gusta y me est molestando ac yo me lo
saco porque a m eso me hace dao eso me enferma, pues si no se lo
puedo decir a la persona por temor a un disgusto a que la persona me
reaccione fuerte, que me trate mal o sea peor el remedio que la
enfermedad, prefiero ms bien coger un papel y escribir lo que yo llamo
decretos de liberacin o sanacin, esa es la primera base para uno
protegerse. Listo! Dios mo, seor Jesucristo, yo no soporto esto y esto y
esto, no aguanto a fulana por esto y esto y esto, ese tonto hermoso me
hace esto y esto y esto y no lo aguanto, si? Y yo soy as. As como t me
oyes, as trabajo las consultas ese es un tal por cual esa vieja
tatatatata, todo lo que lo que yo tengo aqu adentro lo tengo que sacar en
este papel, no importa si no me alcanz con ese papel pues cojo otro, dos
o tres; inmediatamente se raya, t coges el mismo estilgrafo y rayas con
fuerza sacando el dolor y la rabia que tienes por dentro. Despus, en
135

seguida, quemar ese papel, lo quemas y por ltimo se va al sifn por


qu? Porque esto que acabo de sacar no lo sabe sino dios, va al cosmos,
saqu hasta el ltimo veneno. Si tengo que decir groseras las digo, si
tengo que mandar a comer al carajo a alguien lo hago pero lo estoy
escribiendo ac, no se lo estoy diciendo a nadie. Despus de que ya me
he sacado todo este atoro entonces en seguida me bao las manos, me
miro en el espejo yo soy linda, yo soy hermosa, soy hija de dios y
merezco cosas espectaculares. Ahora s me hago mi bao de limpieza,
coloco la vela para el amor y si mi marido se est portando mal ah bueno
si no quiere cambiar pues que se vaya, hartos hay y hasta mejores,
entonces que se vaya, que no me atormente pero yo no me voy a morir
por esa persona; sufro 24 horas pero no tengo que darle gusto a seguir
sufriendo ms porque entonces yo me acabo, me vuelvo como una garra,
me vuelvo fea y l mientras tanto sigue haciendo de las suyas. Mientras
que si yo cambio mi forma de ser entonces este personaje dice jum,
mnimo ya consigui otro porque el que las usa las imagina, cierto? Qu
pasa? Se pone juicioso y dice yo tengo que estar ms pendiente de mi
esposa porque aqu est pasando algo raro y si yo no la cuido se la van a
llevar. Pero qu pas? Pues que yo ya me saqu el veneno, ya saqu lo
que me molestaba de l y lo que me molesta con la otra, o con la vecina,
o con la que le est coqueteando, yo ya estoy tranquila, me hago mi bao
de limpieza, pongo mis velones y a seguir la vida. Pero cmo haces t
para sacar todo ese sufrimiento despus de eso? No volver a pensar en lo
malo, no volver a atormentarse por lo que tienes en la mente porque t no
lo ests viendo y a lo mejor te ests acabando tu vida por algo que tienes
en tu mente, algo que no est sucediendo y si t no lo cambias lo vas a
atraer; entonces ponte a leer, aprende a tejer, estudia, practica el ingls
te gusta? Bueno, hazlo, dale una vuelta a tu apartamento, cambia de sitio
las cosas. Ests empezando una nueva vida t no te puedes dejar hundir y
ya, conmigo no va eso, yo soy de las que no! Me pueden afectar muchas
cosas, me puedo deprimir un tiempo y habrn das en los que de pronto
llore de tristeza a manera personal, que estoy deprimida, que estoy triste
136

pero yo lloro un ratico, o simplemente le echo la madre a alguien y ya,


se me pas, vuelvo y recupero mis energas. Desde que la salud est bien,
tienes fuerzas como ayudar a tanta gente.

Es importante ac sealar que a pesar de que la entrevista se abri con una pregunta
directa sobre el tarot cmo empezaste con el tarot?, la narrativa de Sandy fue
hilvanando las cosas a su modo. Tomando un lugar y un sentido para sus respuestas.,
Sandy fue trayendo personajes y situaciones para explicar el mundo, y as mismo su
manera de vivir la vida corriente. De inmediato notaremos que el ejemplo que utiliza
Sandy para dar cuenta de la fe en la consulta, de la fe en el trabajo, es una historia de
amor, sencilla, econmica y con plena capacidad de ser entendida por el comn de los
habitantes de Bogot; una situacin ejemplar si se quiere de las incertidumbres y
miedos, de las cuestiones que son consultadas asiduamente por los que acuden a los
servicios que brinda Sandy; es tambin un ejemplo de la funcin del tarot en estos
escenarios, que permite abrir, al estilo de una bisagra, el tema de lo brujeril y lo
mgico.
Es all donde empieza aparecer de forma privilegiada en la narrativa del tarot este tema
sentimental, horneado por dcadas en la Cultura Occidental. Siendo entre los tres
tpicos de la persona, junto a la salud y el dinero, quizs el ms consultado y narrado
entre los tarotistas, de manera fatal generalmente y con la constante del engao y la
traicin. Recordemos pues lo que cont Denilson de Sousa a Lina, y lo que le contaron
tres hermanos a nuestra colega Mara Liliana Soto (Brujera Popular en Bogot. 1991)
en los aos noventa; lo primero que dice es que mi matrimonio no es bueno ya que mi
esposo tiene un embeleco; a mi esposo lo persigue una mujer que fue novia suya antes
de que nos casramos, y lo malo era que ella nos haba mandado a rezar; le pregunt
que quiere decir con esto y me contesta que una mujer me mand hacer brujera porque
me tena envidia () lo que quiere es quitarle a su hombre; Bueno, le voy a decir la
verdad, lo que pasa es que hay una persona que est interesada en usted, lo que pasa es
que esa es la persona que los quiere ver mal, que los quiere ver separados.

Frases dentro de las narrativas, sean estas ciertas empricamente o no, que ante todo dan
sentido a las situaciones que afrontan los consultantes y que llenan de contenido y de
137

significados provistos por la brujera tanto para la consulta del tarot como para las
relaciones sociales, en este caso las intimas, de quienes acuden a los servicios de los
centros esotricos. Sin embargo ac es claro que el tarot se incorpora en un inventario
de creencias y de prcticas ms amplio que el tem de adivinacin; y que se traslapa en
estos escenarios con la religiosidad popular, la supersticin, la nueva era y el psiquismo.
En un amasijo de temas y de variantes que traen a la vitrina comercial desde un sinfn
de baos, esencias, velones, jabones e inciensos, junto a las propuestas orientales del
feng shui, el yoga y el i ching. Pasando tal y lo hemos visto en los volantes, por los
secretos de la Selva, del Amazonas o del Llano.
Sandy no fue la excepcin en esta entrevista, y sin dudarlo fue abriendo el tema tal y
sucede en este tipo de consultas del tarot, de lo que dicen o se ve en las cartas a la
brujera, al psiquismo, a lo oculto. Ya no de la manera directa como sucedi en el
ejercicio con Lina y en los que recopilamos del trabajo etnogrfico de Mara Liliana, sin
referencias tales como trabajo maldad embeleco o hechizo, sino empleando otros
trminos visualizacin sanacin decreto bloqueo, que para el contexto, entre
velas y baos de fortuna, no dejan de sealar, no dejan de compartir, el sentido brujeril
que le dan los hermanos a su oficio. Ac claro est con otros nombres y matizado por
la cualidad psquica y el poder de la mente, pero sin poder escapar del valor simblico
que le da la presencia de lo oculto.
As la entrevista con Sandy fue pasando de un hilo al otro, tejiendo su paso por las
secretaras de la Universidad Nacional y la lnea psquica de Walter Mercado, con su
contenido y forma para asumir la vida y realizar las consultas; Sandy nos iba sealando
el entramado que es capaz de desplegar con excusa del tarot. Nos hablaba as de su
trabajo con las cartas por la parte psicolgica, de la iluminacin de dios y del espritu
santo para todas las cosas. Catlica y bautizada, esta tarotista no dej de pronunciar a
lo largo de la entrevista formulas acompaadas de la proteccin de nuestro seor
Jesucristo, junto al poder de la mente, que es para m (dice ella) el monitor de cada ser
humano. En una mezcla de un catolicismo ferviente con el siquismo de Walter
Mercado, Sandy no dej de usar los relatos que sobre el amor circulan para ejemplarizar
las situaciones que se presentan en la consulta, y a la vez para darnos sus anotaciones
personales sobre las mismas,

138

No s cmo vas a tomar lo siguiente que te voy a decir: hay una cosa que
afecta mucho y eso lo he visto en consultas, es la parte sexual en las
parejas. Que para que el hombre funcione entonces el viagra y a la mujer
para que funcione un traguito, pueda que los dos se quieran mucho pero
esa parte est funcionando mal. Entonces, o va un mdico para que les
ayude o simplemente maneje la mente: visualice lo que ms le gusta y lo
hace rico, la pasa chvere (risas) no necesita nada ms, por eso digo que
la mente es muy poderosa. Si la mujer tiene buena mentalidad y sabe
llevar a su marido no necesita que su marido compre viagra. Entonces
por eso digo que la mente es poderosa.

De esta manera nos fue contando que su oficio en el campo mgico (psquico)
corresponde a un don con el que uno nace y que en su caso Sandy vino a desarrollar
en el momento menos esperado pues nunca pens terminar trabajando con eso. Para
ella el tarot no es brujera y ms bien es un medio de interpretacin para sacarlo a
uno de dudas () simplemente el tarot existi y ha existido toda la vida, desde nuestro
seor Jesucristo, (pues) los grandes sacerdotes tenan que consultar las cartas del tarot
para poder tomar una decisin. Una vertiente ms del origen posible de la baraja en
boca de los psquicos, que no dejan de vincular los naipes con figuras potentes de la
tradicin mgico-religiosa de Occidente y de darles un significado prestigioso,
relevante.
As mismo fue anotando que en el centro esotrico se atiende de todo tipo de gente:
lesbianas, gays; gente que no cree en dios tambin () curas sacerdotes y monjitas,
indicando que en cuestiones de edad las personas van desde los 18 hasta los 70 aos
generalmente; siendo las mujeres las que ms consultan y el amor el tema ms tratado,
este ultimo par curiosamente mencionado por Sandy de la siguiente manera, el amor,
bueno aqu casi todo es usual el amor, el trabajo y el dinero y por ltimo preguntan la
salud. () Eso aqu vienen casos casi todos de amor () Ay no! Ya uno las sabe ()
Las mujeres algunas son muy obsesivas: amor!, uy terriblemente obsesivas por amor.
Hay muchas que son obsesivas por ese campo. Lo que nos confirma inicialmente que
este tipo de consulta del tarot en Bogot se soporta en las fuerzas sentimentales de los
consultantes; pone, as lo anuncian los volantes y as nos lo empez a comentar Sandy,
139

las relaciones sentimentales, en estos casos, el amor, sobre la mesa; siendo este tema el
nmero uno de los narrados en la consulta, el ms tratado, el que no falta. Sin embargo,
vale la pena sealar que la percepcin de gnero, esa que da a entender Sandy cuando
afirma que las mujeres son obsesivas por el amor, se encuentra ms que matizado por
la misma experiencia etnogrfica y otras entrevistas que indicaron que en cuestiones de
incertidumbre sentimental los hombres son ms que vctimas espordicas. Esto le da ya
un soporte dentro de los individuos al significado social de la consulta del tarot, que trae
a cuento y se moviliza gracias a las fuerzas sentimentales de los que permanecen
involucrados. La incertidumbre resulta entonces una de las principales motivaciones
para participar del tarot, y tal y lo veremos, la curiosidad y el juego harn parte del otro
tem de motivaciones. Dos poderosas fuentes para sostener la prctica de la adivinacin
en lugares concurridos de Bogot y que le dan la posibilidad de anclarse a mecanismos
sociales y culturales que atraviesan igualmente la regin profana y la regin sagrada del
Mundo. Bstenos ac para finalizar con Sandy, traer primero a cuento una frase de la
tarotista que nos abre la lgica ritual de la consulta, para luego presentar el final de la
entrevista y la tentativa de adivinacin que surgi en esa oportunidad. Dos situaciones
ejemplares que nos permiten dar el paso hacia el aspecto ldico de esta prctica y nos
permiten as mismo cerrar con creces la dinmica particular del tipo de consulta del
tarot en los escenarios brujeriles de los hermanos en la ciudad. Y que ponemos juntas
porque a nuestro parecer contrastan de buena forma la actitud inaugural que mantienen
tanto consultantes como tarotistas al iniciar el rito, una actitud evidentemente ldica.
La primera parte corresponde a un fragmento de los minutos iniciales de la entrevista
con Sandy, en donde ella nos relata su oficio y cmo empez con el tarot. Fue un detalle
que al principio de la investigacin pas desapercibido pero que ahora en el recuento
nos parece clave para comprender la actitud del tarotista y el consultante en el escenario
con el tarot. Ilustra tanto que da en imagen el sentido social de la interaccin en el rito,

Hay gente, te lo digo porque yo ya me he presentado en ferias, me han


llamado a trabajar por ejemplo en Corferias donde t atiendes a personas
que ni idea y que te retan para saber si t realmente eres consciente de lo
que ests diciendo, es un reto y uno tiene que estar preparado para eso.
Tambin saber frenar a una persona cuando viene con malas intenciones
140

de retarlo para que no puedas mirar las cartas, hay que hacerlo con
mucha ternura, con mucha dulzura y al mismo tiempo estricto, no?

Ac es posible resaltar la inevitable coincidencia que tiene el retrato del tarotista con las
actitudes que se prescriben para el juego, que Sandy afirme que van personas con
intenciones de retarla para que no pueda mirar las cartas, no se distancia mucho del
sentido bsico de una partida de naipes corriente. Y nos permite resaltar la cualidad
agonal que es posible encontrar en tipos de consulta o en apartes de la consulta del tarot,
esto ya lo aclararemos con detalle. Mientras tanto pasemos ya sin ms a la parte final de
la entrevista, que surge despus de preguntar por la forma particular de Sandy de tirar
las cartas y de su habilidad para narrar historias, dos temas que de inmediato abrieron la
oportunidad de que me leyera el tarot, situacin que aprovecharemos para presentar a
los lectores como ejemplo,

S. Cul es tu nombre completo y tu fecha de nacimiento?


R. Rodrigo Andrs Ruiz Lurduy, 22 de septiembre de 1980, 5:30 am
S. Eres libra?
R. Creo que soy virgo
S. Virgo 22 de septiembre no seor, t ya eres libra, ests entre
virgo y libra
R. Yo siempre me he considerado virgo
S. Pero tienes roce con libra, scame 7 cartas con la mano izquierda, voy
a hacer una prueba contigo
R. Qu vas a probar?
S. Voy a hacer una cosa que t tenas una duda. Dmelas a m. T
piensas en triunfos, sentimentalmente has pensado tambin en la
posibilidad de comprarte un carro ms adelante, sentimentalmente lograr
un triunfo sobre tu parte profesional, negocios independientes o
empresas, tratas de ser muy persuasivo y normalmente lograr lo que te
propones, tienes mente corazn y decisin unidas, o sea positivas. Tu
pasado, hubo mucho amor, en la parte sentimental como un rompimiento
y tambin muchos sueos, muchas cosas que tenas en el pasado todas al
141

tiempo. Futuro: triunfos, vas a tener un hogar, has deseado tener un hogar
y ojal dos nios. Tambin debes tener cuidado con las actitudes, oste?
R. Con las actitudes? Qu clase de actitudes?
S. A eso vamos, dame tres cartas con la mano izquierda. T rompiste en
el pasado con una mujer y te doli mucho. Las actitudes tuyas del pasado
fueron muchas expectativas, muchas ilusiones pero tambin muchos
contratiempos para lograrlos, o sea tu pasado fue un poco duro. Y en el
presente tener mucho cuidado, vamos a ver a qu? A cosas ocultas dos
cartas, vamos a ver a qu es lo que tienes que cuidarte. De las
indecisiones, de los celos, ok? Un poquito temeroso de lo que vas a
hacer, te gustan las cosas claras, concretas y para ya, jum! Otras dos
cartas el temor a quedarte sin dinero, eso sera una de las causas que te
sacaran de quicio. Las indecisiones para comunicarte con las personas,
llamarlas, el temor a que te digan que no, a las negativas, no te gustan.
Entonces simplemente dominar ese temor si quieres que te vaya bien, ok?
[Sandy se detiene, se toma la cabeza con la mano izquierda, aprieta los
ojos]
S. Me doli la cabeza
R. Muchas gracias. Por qu te doli la cabeza?
S. No s
R. Cmo tomas que te haya dolido la cabeza?
S. La concentracin no s, estoy borracha. Alguna energa, algo se
meti en este momento pero, uy me tiene como borracha. Dame tres
cartas
R. Y esas qu son?
S. T tranquilo, la brujita soy yo. No, fue por el lado tuyo. Scame tres
cartas () hay algo presente aqu, mira, como una energa, porque a m
ya casi no me duele la cabeza. Estoy borracha.

La sesin haba finalizado, Sandy se haba extendido en la entrevista y nos haba ledo
de manera espontnea el tarot, despus de preguntarme por rigor el nombre y la fecha de
nacimiento, me pidi que sacara siete cartas para hacer una prueba conmigo, nunca nos
142

la quiso explicitar. Luego de echar unas cartas y de describirnos situaciones tpicas de la


vida corriente, por ejemplo T piensas en triunfos, sentimentalmente has pensado
tambin en la posibilidad de comprarte un carro ms adelante Tu pasado, hubo mucho
amor, en la parte sentimental como un rompimiento y tambin muchos sueos, muchas
cosas que tenas en el pasado todas al tiempo Y en el presente tener mucho cuidado,
vamos a ver a qu? A cosas ocultas dos cartas, vamos a ver a qu es lo que tienes que
cuidarte: De las indecisiones, de los celos, ok? Las indecisiones para comunicarte con
las personas, llamarlas, el temor a que te digan que no, a las negativas, no te gustan
Frases que perfectamente evocan un evento al alcance de la vida corriente y que se
centran, as nos lo haba anticipado Sandy durante toda la entrevista, en la regin
sentimental del consultante. Apuntan en su mayora hacia el corazn y sus indicios
tienden a constituir una red que permita atrapar la situacin sentimental del consultante,
se hacen tambin intentos tejiendo narrativas con la parte laboral y econmica de la
persona; en ambos casos prima la posesin y la prdida, la brevedad. Son meros
relmpagos en medio de la oscuridad que pretenden iluminar la vida corriente del
consultante. Es una pesca de corto aliento que termina, eso sucedi tal y se transcribe,
arrojando el anzuelo del mal, Alguna energa, algo se meti en este momento pero, uy
me tiene como borracha hay algo presente aqu, mira, como una energa, porque a m
ya casi no me duele la cabeza. Estoy borracha. Ya habamos registrado y ya habamos
ledo situaciones que tienden a repetirse y generalizarse en este tipo de consulta, siendo
el anuncio del mal (sea brujera, presencia o bloqueo) un relato caracterstico de ese
escenario. Se relatan podramos decirlo, el amor y la brujera de tal forma que tejen una
red que pretende atrapar la vida corriente del consultante, son los dos temas ms
tratados y recurrentes. Sin embargo anotamos una cuestin que se hizo evidente en la
etnografa, y es que en este tipo de consultas, el tarot funciona como una bisagra que
permite al consultante acceder al mundo de la brujera en Bogot, y que le permite al
tarotista ampliar su espectro de ofertas con velones, baos, esencias, limpiezas, trabajos,
etc. Este paso al mundo de la brujera desde el mundo de la vida corriente supone un
cambio en la intensidad de la incertidumbre que experimenta el consultante, porque bien
es posible establecer que en cuanto a la descripcin que hace el tarotista de la vida
corriente y de los tres tpicos del consultante, este ltimo sabe lo que sucedi y lo que
est sucediendo en su vida; el futuro y la brujera le proponen un mundo que l como
143

consultante y sin dicha especialidad, desconoce, un mundo oculto y que es incapaz de


interpretar. Esto a primera vista, siempre y cuando el consultante crea (sin necesidad de
fe) en la posibilidad de que sus relaciones personales varen de manera negativa si son
atacadas por brujera, sean vulnerables a la brujera, o de alguna manera se modifiquen
por estas fuerzas oscuras y ocultas que relatan los hermanos. Siempre y cuando, esto
lo advirtieron los clsicos que tan minuciosamente revisamos,

sea una creencia

compartida, una narracin verosmil para el consultante del estado de las cosas y de las
acciones humanas, de sus acciones. Aqu el tarot es un instrumento que abre y cierra
permanentemente un camino que conduce a lgica de lo brujesco, a la bsqueda de la
maldad ms que al ejercicio mantico, ese que anticipa los eventos, que adivina el
porvenir.

Sandy nos dio paso a la entrevista con Karinka, una reconocida tarotista que oficiaba en
el canal de televisin EL KANAL las maanas de Lunes a Viernes. Su aparicin en el
programa consista al igual que muchos, por ejemplo Janin para el canal RCN o el
Profesor Salomn para el canal Caracol, en hacer para cada signo zodiacal una tirada
veloz de las cartas del Tarot, dar un dictamen o un consejo. Su seccin regularmente
tardaba de siete a diez minutos, siempre y cuando el formato del programa no incluyera
tiradas extras a los invitados en las entrevistas o alguna que otra consulta espordica de
sus compaeras y compaeros de set. Para la ocasin que aqu registramos Karinka
atiende la llamada de una televidente que decide consultarle algo sobre sus intereses
econmicos, vayamos a la transcripcin.

Karinka. En qu te puedo ayudar?


Televidente. Karinka, es que tengo un proyecto, entonces quisiera saber
cmo me va a ir con la persona con la que lo que lo pienso colocar
(Karinka baraja el Tarot y lo extiende sobre una mesa)
Karinka. Tienes un proyecto, qu fecha de nacimiento?
Televidente. 9 de Julio del 71
Karinka. Canceriana. Con quin es ese proyecto?
Televidente. Con una amiga que naci el 8 de diciembre del 72

144

(Karinka destapa tres cartas que la cmara indica en primer plano pero
que son a ojo de pjaro irreconocibles)
Karinka. Dale a ojo cerrado oste?
Televidente. Karinka, y como qu fecha es la ms indicada?
Karinka. Para abrir?
Televidente. S, cmo para abrir el negocio
Karinka. En qu luna me dices?
Televidente. No, en qu fecha, mes
Karinka. Dime t cuando lo quieres abrir
Televidente. Yo, deseara abrirlo en junio
Karinka. Junio?
Televidente. Ujumm.
Karinka.

Ahorita

por

ejemplo,

t..mmmtu

puedesteresmmmcanceriana, cierto?
Televidente. S seora.
Karinka. Y t socia sera sagitariana, correcto?
Televidente. S
Karinka. Entonces a cualquiera de la dos las favorecera.

T por

ejemplo en una poca de capricornio sper, y a ella, ahorita el


complemento de gminis hara (gesto de aprobacin) () (Karinka
destapa otra carta) Mira ahorita me das unas cartas espectaculares, es una
sociedad que dios bendice, bueno?
Televidente. Bueno Karinka, gracias
Karinka. Y qu negocio sera.
Televidente. Un jardn infantil
Karinka. Dale nene, traje el tarot de los nios. Mira este pozo tan bonito.
(la cmara toma la carta que Karinka sostiene entre sus manos) Que all
yo s que alguien est diciendo, este el pozo para tener un baby shower.
Eso exactamente, el pozo de la demmm. Mira la mariposa son las
transformaciones (la cmara toma otra carta). El as de espadas con una
rosa, nacimiento, crecimiento de negocios, oste?
Televidente. Bueno Karinka
145

Karinka. Mira nene lpiz y papel, te me vas a activar porque veo las
cartas preciosas, entonces, dos velones de buen negocio, dos velones de
llama clientes, te aplicas la locin de llama clientes, el protector del
dinero, y haces los nmeros 1118. Ay! Ahorita vamos a activar la sbila,
pueden acercarse todas la personas con su sbila, si las tienen enterradas
lleven las maticas, y si no pues entonces vamos a ritualizarlas para esta
semana santa, cambimoslas de cinta, cambimoslas de herradura,
lavmoslas con leche, con agua bendita y bastante azcar. Que dios te
bendiga muecona.
Televidente. Amn
Presentador. Seguimos recordando, Umbral de Esperanza esta ubicada
en la calle 65 11 26. Telfonos, 3102892 3465616. Senderos de Luz
Carrera Octava nmero 26 40 sur, en le barrio 20 de julio, 2392869
4091186. All Karinka y sus psquicas los estn esperando para leerles el
buen augurio que les da a ustedes el Tarot, consulta con Karinka 20 mil
pesos, y Sandy
Presentadora. Sandy hoy est de aniversario, hoy est cumpliendo un
ao de casada
Presentador. Ah, s? Cmo pasa el tiempo
Karinka. Importante los rituales de matrimonio, porque ella hizo all
sus amarradijos para casarse, ella s sabe, correcto, ustedes se quieren
casar, vayan a que Sandy les haga los rituales y los amarres sexuales, y
un poco de vainas
Presentadora. (Carcajadas) s? Vea pues
Presentador. Ya saben en Umbral de Esperanza o en Senderos de Luz,
mdica suma, no, 40, 30 mil con Karinka y con Sandy 25 mil.

Lo anterior satura la trama de significados que soportan al tarot en el sentido comn


bogotano, pero esta vez en un show televisivo. Se presenta pues en un escenario, en
todo el sentido de la palabra, la dinmica de la consulta. Donde Karinka acta como la
especialista, la que posee el don de descifrar en conjunto los signos que presentan las
146

cartas y la consultante, hilando la pregunta con las imgenes que da el tarot. Ya


habamos resaltado que el dinero hace parte de los tems bsicos que se asocian con la
capacidad predictiva del tarot, con la habilidad pragmtica del mismo para responder las
incertidumbres a travs de un intrprete en el que reposan las fuerzas sociales. Porque si
bien el tarot como objeto ocupa ya su lugar en la Cultura, es el o la especialista quien
permanentemente est en prueba, no es gratuito entonces que la propaganda repose en
los nombres y en los lugares en donde asiste esta tarotista a sus consultantes junto a sus
psquicas. Un ejemplo igual a los anteriores, paradigmtico. Que no slo ilustra en corto
la dinmica del escenario en una consulta de tipo show, estn las cmaras, los
presentadores, los artilugios televisivos, la pregunta pblica y la demostracin del
carisma abiertamente, sino que tambin evidencia otra vez este estilo bisagra en el tarot,
la herramienta mgica que permite vislumbrar el mundo invisible de los poderes
esotricos, y con l, la estantera de productos y servicios que ofrecen los especialistas.
No basta entonces con el dictamen de la cartas, Dale a ojo cerrado oste?, Mira
ahorita me das unas cartas espectaculares, es una sociedad que dios bendice, bueno?,
El as de espadas con una rosa, nacimiento, crecimiento de negocios, oste?, ni que
estas interpretadas por Karinka sealen un buen destino. Es necesario algo dems que
involucre sin tardanza y sin ambigedad el inventario comercial dispuesto en las
vitrinas, que asegure el destino sobre el propio anuncio del destino.
Por otra parte, el ejemplo pone en escena lo que es de sentido comn preguntarle al
tarot, lo que resulta pertinente en un escenario pblico de consulta. Resaltando para esta
ocasin los intereses econmicos de la televidente, que sin mediacin escoge el rea que
la preocupa, dirige su incertidumbre con una pregunta y discrimina entre los afanes de
su vida social y corriente. Una pregunta paradigmtica tambin porque se dirige en
pleno hacia el futuro, Karinka, es que tengo un proyecto, entonces quisiera saber cmo
me va a ir con la persona con la que lo que lo pienso colocar, pone sobre la mesa, al
menos en voz, la expectativa por un acuerdo social y su relacin, por supuesto mediada
por los astros, la Fortuna y otras fuerzas impersonales y trascendentes. No es pertinente
en la consulta la profesin, los antecedentes, la habilidad en el negocio de los jardines
infantiles, ni siquiera la vocacin por los mismos. Importa para Karinka en la consulta,
y esto es lo que determina el xito en el proyecto, los signos zodiacales de los
involucrados, las cartas del tarot y los accesorios esotricos. Aunque a veces dubitativa,
147

Karinka no dejo de ser enftica en la conjuncin de esos tres elementos, Entonces a


cualquiera de la dos las favorecera. T por ejemplo en una poca de capricornio sper,
y a ella, ahorita el complemento de gminis hara (gesto de aprobacin) () (Karinka
destapa otra carta) Mira ahorita me das unas cartas espectaculares, es una sociedad que
dios bendice, bueno, Dale nene, traje el tarot de los nios. Mira este pozo tan bonito.
(la cmara toma la carta que Karinka sostiene entre sus manos) Que all yo s que
alguien est diciendo, este el pozo para tener un baby shower. Eso exactamente, el pozo
de la demmm. Mira la mariposa son las transformaciones (la cmara toma otra carta).
El as de espadas con una rosa, nacimiento, crecimiento de negocios, oste?. Esto queda
repetido y cristalizado en los anuncios finales que hacen el presentador y Karinka
insistentemente, la direccin, los precios, los telfonos, las bondades del tarot, la
ritualizacin de la sbila, los amarres sexuales y ese poco de vainas que sabe Sandy.
Poco de vainas que traen a cuento los intereses sentimentales que rondan al tarot, otro
de los tpicos decantados y repetidos en el sentido comn en este tipo de prctica, y que
aparece al igual que en los ejemplos anteriores ligado, valga aqu la expresin, a los
rituales esotricos, baos, esencias y perfumes. Un amor ms mgico que el amor
mismo, ms rodeado de misterios y de fuerzas ocultas, trascendentes, un amor ms
dependiente de las potencias y energas que de los mismos actores y que de sus mismos
intereses ntimos, de sus capacidades como sujetos.
Karinka entonces haba aparecido ya en escena por televisin y nos dimos a la tarea de
entrevistarla, reunin que arrojara en campo un eslabn importante para nuestra
investigacin, una huella que haba pasado desapercibida para muchos y que para
nosotros encierra en clave parte de los dispositivos sociales y culturales que sostienen la
prctica de consultar el tarot.

Habamos hecho el contacto a travs de los nmeros telefnicos de Umbral de


Esperanza, resultando de ello la entrevista inicial con Sandy. Para el da 6 de Julio de
2006 logramos una cita en la maana con Karinka; ya presentamos en parte su
desempeo con el mazo y en consulta, unos breves minutos que la presentaban en un
escenario televisivo, con cierto alcance de reconocimiento y legitimidad social, que le
daban elementos interesantes y diferentes a los hermanos de la carrera Dcima y de la

148

Carrera 13, y que adems nos daban un antecedente de su profesin antes de la


entrevista que en momento oportuno entr en la investigacin.

Bueno, yo cmo empec? Desde que era muy nia sin que nadie me
dijera me gustaba todo lo oculto, como adivinar, no me creo adivina. Hoy
en da nos llamamos psquicos, cierto? Como una psicloga innata, dios
me dio mucha intuicin pienso yo y a travs de los aos me he dado
cuenta de que s, que dios me dot de cosas y privilegios muy bonitos. Y
como desde la edad de seis aos me preguntaban que yo qu iba a hacer
cuando grande y yo deca que doctora corazn, entonces lea la mano, sin
haber ledo libros a esa edad yo lea la mano, yo jugaba con los naipes de
las gomas, se acuerda que las gomas traen naipes? En los recreos les lea
las cartas a mis amigas y as empec por intuicin. Ya ms grandecita me
compraban los libros o me los compraba yo y mi biblioteca es solo de
libros de esoterismo, de todo lo relacionado con cartas, con numerologa,
con astrologa, con runas, con domin. Me gusta averiguar sobre
diferentes culturas, reconozco muchos tarots, la gran mayora y poseo
muchos tarots. Me encanta empec a ganar plata desde la edad de 15
aos leyendo cigarrillo y leyendo las cartas. Igual tengo una cualidad que
dios me dio, yo no s cmo ser pero averiguo por medio de la mente
cosas, me s desenvolver solita para averiguar cosas, asuntos personales
o de algo especial de las personas que quieran saber, no me gusta
doblegar voluntades pero si por ejemplo alguien le debe plata a alguien y
quiere averiguar si le va a pagar realmente, lo averiguo. Empec como en
el ao 66 y a ganar plata yo digo que como desde el 75, a figurar en radio
y televisin a trabajar, porque siempre fui independiente, trabaj en
otras cosas pero as como para poner a la orden mis conocimientos,
cuando naci la lnea psquica aqu en Colombia, de Walter Mercado
porque antes trabajaba oculta en mi casa, ya recomendados, personajes
importantes aunque para m todo el mundo es importante, la gente ms
humilde, pero les llamamos importantes por ejemplo recomendados del
presidente, ministros, as por mi casa han pasado muchos personajes que
149

pasan inadvertidos porque a ellos no les gusta figurar pero as empec yo.
Hoy en da ms bien atiendo gente de todos los estratos.

La entrevista con Karinka nos present de manera mucho ms clara el aspecto ldico de
la consulta del tarot y su presencia en la lgica interna de la adivinacin con naipes. Si
bien est actitud en la accin de leer las cartas pasaba desapercibida, era apenas
nombrada o ni siquiera apareca en el general de los relatos narrados por tarotistas, su
aparicin en nuestro anlisis y en el campo, le aportaban a nuestra investigacin algo
original. Una perspectiva ajena a los remasterizados de las bsquedas de sentido en un
mundo desencantado y al men comercial de creencias, que permita ir ms all y
dirigirse con mayor nitidez a la dimensin cultural de dicha prctica. Esto era abrirle el
horizonte de significado a nuestro objeto, pues se rompa la desgastada y falsa oposicin
entre quienes argumentan un uso mgico, lleno de revelacin y verdad; y entre quienes
encuentran slo una superchera viva entre charlatanes e ingenuos. Para nosotros la
adicin del juego en la prctica y en la teora era por fin encontrar el meollo para una
discusin cultural del tarot y de los naipes.
Lo dijo Sandy al proponer un escenario agonal, de competencia entre el tarotista y el
consultante en las exposiciones pblicas en Corferias. Y ahora lo apuntala Karinka, yo
jugaba con los naipes de las gomas, se acuerda que las gomas traen naipes? En los
recreos les lea las cartas a mis amigas y as empec por intuicin. Lo que en resumidas
cuentas seala que Karinka empez jugando, y es ms, jugando de nia en los recreos.
Imagen que no resulta extraa y que en la cotidianidad de los juegos de infancia se
pierde entre lo comn, pues no se escapa de la posibilidad latente que dan los naipes, las
lminas de las gomas o de las chocolatinas Jet, de ser utilizadas bajo el rgimen
adivinatorio como herramientas del destino. Sin embargo esto no indica ni es siquiera
una hiptesis que sigamos, la rutinizacin del carisma, su adquisicin vulgar. Pues una
cosa es la presencia de la cartomanca en situaciones de juego entre los nios, y otra la
disposicin subjetiva de quien funge como tarotista o adivino. Una es la conexin social
y cultural de los significados de juego y adivinacin con naipes, y otra muy distinta la
posesin de un don, su aprendizaje, su revelacin o su representacin. Lo que deja en un
rol diferenciado al especialista dentro de la sociedad y en paralelo, le da al mismo un
libreto saturado de antecedentes para su actuar. Unas frmulas para hacer lo que
150

siempre y se supone que ha de hacer un tarotista; y en trminos del juego, el como s


se fuera un tarotista, un adivino, un cartomante.
Para el caso de Karinka el don es predestinado, viene de la naturaleza misma de su
manera de percibir el mundo, del mismo dios que le otorga ciertos privilegios; no es el
resultado de un encuentro sorpresivo o de un momento de crisis, es s un don educado,
la educacin de un carisma, pero ms que su capacitacin profesional, Karinka lo
presenta como un impulso interno, dios me dio mucha intuicin pienso yo y a travs de
los aos me he dado cuenta de que s, que dios me dot de cosas y privilegios muy
bonitos; Ya ms grandecita me compraban los libros o me los compraba yo y mi
biblioteca es solo de libros de esoterismo, de todo lo relacionado con cartas, con
numerologa, con astrologa, con runas, con domin. Me gusta averiguar sobre
diferentes culturas, reconozco muchos tarots, la gran mayora y poseo muchos tarots.
Me encanta
Y es por esta forma del don que para Karinka la incursin en el campo esotrico sucedi
mucho antes de la lnea psquica de Walter Mercado, que aparece en su relato para dar
una referencia temporal y resaltar de esta manera la independencia y reconocimiento de
sus cualidades psquicas.

Empec como en el ao 66 y a ganar plata yo digo que como desde el 75,


a figurar en radio y televisin a trabajar, porque siempre fui
independiente, trabaj en otras cosas pero as como para poner a la orden
mis conocimientos, cuando naci la lnea psquica aqu en Colombia, de
Walter Mercado porque antes trabajaba oculta en mi casa, ya
recomendados, personajes importantes aunque para m todo el mundo es
importante, la gente ms humilde, pero les llamamos importantes por
ejemplo recomendados del presidente, ministros, as por mi casa han
pasado muchos personajes que pasan inadvertidos porque a ellos no les
gusta figurar pero as empec yo

Reconocimiento que se acenta a travs de los consultantes que han recurrido a sus
servicios, pues no slo denotan los odos hasta los que han llegado noticias de su
carisma, sino que adems connotan el valor importante- de las acciones o decisiones de
151

los personajes que a lo mejor ha influido.

Tal y se haba presentado en apartes

anteriores con algunas noticias de peridicos, aparece una vez ms la mencin del uso
por parte de actores importantes en diversos campos (poltica, economa, farndula) de
la herramienta adivinatoria y de los servicios de sus especialistas. Relacin que en
Karinka cumple la funcin de legitimar su trayectoria psquica al mostrar, sin demostrar,
las posibles sumas de su capital simblico y social; pues para el caso no se trata de
comprobar cmo cuando y qu de dichas consultas con personajes importantes, sino
de la trama de significados que us Karinka para relatar su trayectoria personal en el
oficio.
A travs de la entrevista Karinka fue resaltando el papel de la intuicin en su oficio, el
eclecticismo de sus creencias y prcticas, conjugando en el espacio y en el tiempo la
astrologa, la quiromancia, la quirologa, la grafologa, los cunchos del caf, lo que
tenga a la mano. As mismo al mencionar el carcter de la adivinacin con el tarot dijo,

Es mgico, es lindo no se tienen tantas palabras bonitas? Es un juego


creble, es algo que me apasiona. De acuerdo a la persona que lo pregunte
pues le voy a contestar porque este es mi gusto, esto es lo mo. Para m
tiene mucha magia, pero no es de burla, no. A m me respetan mis cartas
y todo lo mo, es con lo que yo me desempeo, con lo que yo gano y lo
respeto y les creo. Y de hecho me gusta consultar, a veces por la maana
llego y consulto a ver () de las runas, me saco una runita y miro a ver
qu mensaje me parece lindo y es muy creble

Al inicio de la entrevista Karinka haba evocado su juego con las lminas de las gomas
para dar cuenta de sus memorias manticas, ahora se permita conectar la adivinacin
del tarot con una actitud ldica, que inclua la creencia y la pasin. Dos componentes
poderosos del arrebato del juego y de las actitudes del jugador. No indicamos con esto
la plena simetra simblica y de significado entre ambos escenarios, pero si llamamos la
atencin sobre el uso, sea metafrico, alegrico o retrico que hace la tarotista de su
prctica, que en labios de una especialista deja de ser mera ancdota para convertirse en
un huella digna de rastrearse y que aporta un giro de perspectiva en la investigacin.

152

Despus de relatarnos apartes de su vida, su viudez, las capacidades psquicas que tena
su marido; el don innato de su hija de 21 aos y su eleccin por estudiar odontologa; la
relacin continua con la iglesia catlica y la consulta recurrente de sacerdotes y monjas;
su rol en la formacin de discpulos en el campo psquico; el gusto por consultarlos; los
tpicos de incertidumbre de los consultantes; la relacin con otros especialistas del
medio; los ocho aos que lleva ofreciendo sus servicios a travs de locales comerciales
y su desempeo en el campo. Karinka atendi de la siguiente manera una serie de
preguntas sobre el tarot.

R. El tarot qu es, qu dice?


K. El tarot qu nos habla? Nos orienta, de acuerdo a eso es como es
una vida de una cultura volverla la vida nuestra, no? Entonces ah la
interpretamos, de acuerdo a esta vida que vivieron estos personajes
entonces la vamos a poner en esta poca. Si vamos a hablar de plata
entonces de acuerdo a lo que nos hablen las cartas a travs de su imagen,
si nos va a hablar de dinero, si nos va a hablar de problemas hay cartas
que nos hablan de problemas, de bienestar, de salud de acuerdo a lo que
le preguntemos.
R. Es predictivo el tarot?
K. S.
R. Qu capacidad de prediccin tiene el tarot? Cunto tiempo puede
predecir?
K. Yo personalmente, de acuerdo a mis aos de trabajo, puedo
pronosticar 3-6 meses
R. Y el pasado se puede ver?
K. Tambin. Si el pasado ha sido doloroso toda la vida?
R. Y lo que dictaminan las cartas se puede transformar, se puede
cambiar?
K. Si uno quiere s. Si sale en las cartas que te vas a casar y t no te
quieres casar pues no te casas.
R. Hay manera de bloquear cartas?

153

K. Uno siempre trata de tapar lo feo pero a veces lo feo tambin se hace
realidad, a mi me gusta ser positiva. Muchas veces veo cosas negativas y
si la persona es as muy tmida, muy triste, entonces yo les doy
pronstico bonito, les subo la moral, que si veo que la mam se le va a
morir y la abuela y la ta no hgame el favor y cuide su familia
porque estn muy mal de salud trato es de dar moral, modificar las
cosas feas porque si lo voy a aplastar, le voy a decir que ya la abuelita se
va a morir pues lgico y si es una mente sugestiva pues imagnate.
Tiendo siempre a arreglarle la vida, a darle moral a la gente.

Es claro segn las palabras de Karinka, que el Tarot provee una serie de personajes, de
situaciones y de acciones. Un catalogo que para su lectura depende de una
interpretacin y que esta es una elaboracin narrativa autnoma del tarotista. Karinka
nos coment minutos despus algunos significados de cartas, fue sacando al azar y
apuntando una lista breve de interpretaciones de cada una de ellas. Anotando con esto
que en el tarot funcionan una suerte de arbitrarios de sentido y de significado en las
cartas, unas lneas ya pre-establecidas y ordenadas que dan una red general a la
interpretacin de cada naipe. Con la imagen viene anexo eso que tanto han discutido los
tratados esotricos, la claves de cada carta; dos puntos generales de donde el tarotista
cuelga, o mejor, soporta, su interpretacin. Es el horizonte y lmite establecido por la
decantacin de los manuales y las lecciones de tarot. Una lista en la que a cada carta
corresponden determinadas caractersticas, cualidades, situaciones y narrativas de los
tpicos de la vida corriente. Lista que va unida a la imagen impresa en la lmina, puede
ser al nmero, al orden de los elementos plasmados, los colores, la posicin de las
manos, la postura del cuerpo, la distribucin de los objetos. Etc. Y que se va incrustando
en el relato del tarotista mientras lee las cartas, haciendo particular lo general, ajustando
a la medida del consultante esos trazos amplios de las 78 cartas del tarot. El tarotista es
un lector y en ese grado un intrprete, compone a partir de las cartas sobre la mesa, las
palabras y los gestos del consultante, una historia acorde con las incertidumbres y
certezas de quien lo requiere. Va hilando una historia que se aprovecha de diversos
recursos para su relato y que intenta, una veces con xito otras no, atrapar en un pathos
154

al consultante, arrebatarlo en el como s del tarot. Algo de esto empez a mostrarse


con las palabras de Karinka.

R. Las cartas tienen un orden?


K. Si, las copas nos hablan de amor, las espadas de los problemas, los
bastos del negocio y los oros de la economa. Y los personajes entonces
de acuerdo a la vida de quien venga.
R. Tienen algn rango?
K. Claro, claro, hay gente de arriba y gente de abajo. Empezamos por los
reyes y terminamos con, lo mismo que en un juego de ajedrez, es la
vida. El tarot por ejemplo el mtico, es bonito a mi me gusta la historia,
empieza desde el loquito, es la vida bonita, le ve uno como la historia, as
lo ve un brujo, no s. Lo vuelvo como una pelcula bonita

Es repetitivo y claro el uso comparativo que para Karinka tiene el tarot con otros juegos
y su relacin con el juego mismo. As como la capacidad de relatar a partir de las cartas
que salen en la consulta una pelcula bonita que este de acuerdo a la vida de quien
venga. Otro detalle interesante que se hizo evidente en esta entrevista fue la frecuente
analoga entre el mazo del tarot y la vida misma, la vida corriente. Un figura retrica
que tal y comprobaremos ms adelante satura en la cultura popular la imagen y uso de
los juegos de naipes en general dentro de poesas, pelculas, novelas, canciones, dichos
y refranes. Y que cobija ms all del tarot a todos los naipes de manera genrica,
convirtindolos en un modelo lgico de uso frecuente en los ms diversos mbitos de
las artes y el conocimiento, lo que da al tarot ante todo un sustento simblico en el
entramado profundo de nuestra Cultura, un arsenal de significados que rebasan con
creces el sentido esotrico de la baraja, y que la ubican socialmente ms all del campo
mgico y del actual estallido de creencias. Una figura ms que fortalece nuestra
insistencia en el aspecto ldico de la consulta del tarot y que nos permite entrar de lleno
a muchas de las conexiones que hemos mencionado a lo largo de nuestro texto, no sin
antes presentar para cerrar este aparte, la fugaz consulta con que Karinka dio final a la
entrevista.
K. T cmo te llamas, qu fecha de nacimiento tienes?
155

R. Rodrigo Ruiz, 22 de Septiembre de 1980


K. Te va bien la tarea de investigador, y eres poco creyente de esto y a la
vez muy creyente, por la fe. Mano de dios mira, te saco tres, listo?
R. aja
K. Quieres transformaciones en tu vida, mira la carta que me sacaste, hay
dificultades en tu casa, con tu mam, ms ojo a la salud de ella, bueno?.
Hay quejas en la parte afectiva te sientes muy solito, o sea que tu eres
muy grande para tu casa, estas dispuesto a una labor, y viene un augurio
econmico. Cierto?
R. Cmo es?
K. Dificultades, transformaciones en tu vida, y para tu casa. Y mucho
ojo con tu mam, la salud de ella es terrible, cierto? Sueas con cosas
grandes, piensas mucho; se te abren puertas en lo laboral y en lo
econmico. Te convendra que abrieras bien los ojos a un negocio por tu
cuenta, eso sera, te conviene un negocio independiente, y hasta aqu
llego la consulta porque me voy a maquillar

3.6. Otros Escenarios para el Tarot.

Con los ejemplos anteriores quisimos mostrar la dinmica cotidiana del tarot en Bogot,
en especial, la que ocurre en aquellos centros esotricos que se anuncian con insistencia
en los peridicos, la televisin, la radio y los volantes. De manera selectiva se
presentaron las formas, los contextos, los relatos, los intereses y los personajes que
intervienen comnmente en este tipo de consultas, resaltando que el uso del tarot en
dichos escenarios corresponde a una bisagra que permite el paso de la adivinacin al
mundo mgico y a la brujera. Un herramienta ms del arsenal dispuesto por los
hermanos en sus estanteras y listas de servicio, que sirve segn los hermanos para
dar cuenta del mundo oculto, cumpliendo a cabalidad con la funcin oracular de
mostrar lo que al ojo corriente no es posible ver; pero que de manera objetiva, ms
all de lo que dicen los entrevistados, abre la posibilidad de ofrecer otros servicios
156

esotricos, baos, velas, ligas, trabajos, limpiezas, etc., que por lo general exceden en un
alto porcentaje el precio de la consulta, y por tanto la importancia de la misma. Pues tal
y se plasm en los ejemplos, de la sentencia oracular del tarot se pasaba con rapidez e
insistencia a la oferta de pociones y rituales como antdotos; dejando atrs las
incertidumbres y temores del consultante, que tras el avance discursivo de los
hermanos, iban siendo reducidos a x y formula mgica que los solucionara,
independiente de sus acciones, sus capacidades, su capital simblico, social, poltico o
econmico.
Sin embargo, las entrevistas y ejemplos con los hermanos nos han permitido abrir la
discusin del sentido social y cultural del tarot ms all de los debates religiosos y de
nueva era que tanto se repiten hoy da en las facultades. Pues a pesar de las anotaciones
anteriores nos han dado elementos de provecho para una interpretacin juiciosa de la
consulta del tarot en Bogot, que tenga en cuenta adems de lo ya dicho, el mito, el rito,
el juego y la sociabilidad de los sujetos en dicha prctica. Cuestiones que trataremos a
profundidad en relacin con nuestro objeto de investigacin en este aparte, donde
traeremos a cuento un ejemplo paradigmtico de otro tipo de escenarios de consulta que
por su forma mucho ms amplia proporciona el espacio necesario para vislumbrar en
detalle los elementos que nos interesan.

3.7. Ejemplo 3. Taropeutas. El caso de Loly Paredes.

En la incursin al campo de los tarotistas en Bogot, encontramos una serie de


profesionales del tarot que ms que anunciarse sin tregua en los medios de
comunicacin y en los volantes, iban apareciendo espordicamente en el voz a voz de la
investigacin, o bien iban siendo recomendados con mucha reserva en algunas libreras
esotricas. Sus anuncios eran simples tarjetas, que anexo al seudnimo indicaban un
nmero de telfono y la palabra Tarot. Con ellos las entrevistas y las consultas eran de
largo aliento y la mayora de veces en sus casas; dedicados a otras profesiones atendan
de vez en vez una consulta a personas allegadas o por lo menos conocidas, tomndose el
tiempo necesario de recorrer con calma los distintos tpicos de la vida cotidiana.
El precio de la consulta oscilaba entre los 80.000 y los 150.000 pesos, y su duracin era
mayor a la hora, y aunque en ciertas ocasiones hacan mencin de otra suerte de
157

prcticas mgicas aparte del tarot, su lectura nunca incluy la oferta de esos servicios, ni
seal siquiera la necesidad de los mismos para calmar las incertidumbres y los miedos.
Su relato era pausado y el orden de la lectura evidente, pues a diferencia de la
vertiginosa tirada de los hermanos, era puesta por cada tpico o pregunta una carta o
una serie de cartas, haciendo mucho ms fcil para el consultante relacionar una de sus
incertidumbres con la imagen asignada por el azar, lo que facilitaba en cierto grado
comprender la secuencia de la tirada. Es por lo anterior y por lo extenso de las
entrevistas y consultas que presentamos ac un ejemplo representativo, con la intensin
de no extenuar con largas transcripciones el texto, convencidos de que en el ejercicio
que presentaremos aparecen los elementos generales para proponer un modelo.

A Loly Paredes la contactamos va telfono, encontramos una de sus tarjeta en la sede


Chapinero de la Librera Arcano y una tarde decidimos llamarla para comentarle nuestro
trabajo y acordar una cita. En la primera entrevista de Julio del 2007, Loly nos cont
apartes de su vida y de su trabajo con el tarot; filosofa de la Universidad de la Sbana en
los aos 70, de descendencia francesa por parte de la madre de quien proviene la
relacin filial con el pintor impresionista Albert Marquet (1875-1847), casada y con
hijas, a sus 58 aos nos relat sus inicios de la siguiente manera.

Loly. Yo empec sintiendo y viendo cosas. Que yo pens que yo estaba


mal de la cabeza, entonces me recriminaba muchsimo. Yo vea sombras,
vea pasar gente, oa cosas. Pero entonces eso siempre uno no admite que
tiene algo, no? Un don podramos llamarlo, un don. Entonces uno no, no,
yo por lo menos no me admita eso, por el contrario me asustaba. Tengo
una medio hermana que vive en Francia y ella, yo estaba muy peladita,
ella me regal, un da me dijo, mire sali esto en el peridico y eran unas
carticas del tarot, yo las llamaba mis carticas de Condorito y no las he
botado, las adoro y venan con una hojita para leer las cartas. Usted
molesta tanto con eso, pues tome para que siga molestando, yo estaba
muy peladita y me lo regal porque yo coga las cartas comn y corriente
y yo le deca al primero que llegaba a la casa, pere que le leo las cartas,
claro! Una mocosa ah, me decan bueno entonces lame las cartas.
158

R. Cuntos aos tenas?


Loly. Por ah qu, diez doce aos, y me decan bueno lame las cartas
entonces yo coga y chuchu chuchu y me pona y deca mire usted tal
cosa usted tal otra, y entonces yo miraba que me miraban ascomo
preocupados no? Y generalmente la lectura termina as, ay ya dejemos de
molestar ta luego. Y deca bueno entonces si molesto mucho. Pero
entonces ella me regal eso y empec a manejarlo, pero porque me
gustaba y me pareca divertido, y me empec a dar cuenta que haba
cosas que yo vea o que yo intua y empec a buscar.

En esa bsqueda que empez con el tarot, fue conociendo otro tipo de prcticas que bien
hoy da se encuentran dentro de la lista en aumento de la Nueva Era, as del curso de
tarot que tomara, pasara a estudiar Feng Shui, obteniendo en ambas especialidades los
certificados correspondientes. A esta dupla Loly haba agregado por intereses propios
las Runas, el I Ching, la Radiestesia y la limpieza energtica de las casas, prcticas
que dijo haber tomado en consecuencia de la bsqueda misma. Resalt que al principio
de todo se autocensuraba y dudaba de su salud mental, cuestin que resolvi con el
tiempo al tomar la decisin de salir del closet en sus propias palabras, pues admiti
que la lectura de tarot la ejerca bajo cierto secreto, o con cierta reserva, fijndose muy
bien a quin enteraba, porque estas cosas despelucan a la gente.
Aunque en las palabras iniciales de la entrevista Loly haba sealado lo divertido de leer
las cartas cuando era nia, conforme iba transcurriendo su relato un par de veces
coment que el tarot no es un juego, que esto no es un juego; cuestin que a esta
altura de la investigacin nos pareci sugestivo profundizar con ella.

R. Alguna vez esto te pareci un juego?


L. El tarot? S para m era divertidsimo, un juguete.
R. Y por qu cambia esa concepcin?
L. Porque cuando empiezas a ver que lo que empiezas a decir impacta, y
cuando te empiezas a dar cuenta que lo que est ac corresponde con lo
que est en la realidad, ah es donde uno dice esto ya no es un juego. Esto
ya es algoesto son energas que se estn moviendo, entonces ah es
159

cuando se para el juego y empieza uno a buscar, a investigar, a estudiar,


no? Yo me levantaba a las 4 de la maana a estudiar. Yo me levantaba a
las 4 porque s que es el momento en que mejor, estoy tranquila, la casa
muy tranquila y poda sentarme a estudiar y estudiar y estudiar, y por qu
y por qu y por qu, y buscar explicaciones y buscar y buscarde cmo
interpretar, a veces los tarots tren buenos manualitos, otras veces son, ay!
Tan simples, entonces toca estar busque, investigando, cmo puede uno
solucionar eso.

As las cosas, la entrevista con Loly nos indicaba para el camino datos muy concretos.
Su incursin en la prctica del tarot se marcaba en la infancia y de modo ldico con el
uso de naipes corrientes, esos primeros recuerdos evocaban la naturalidad del don, la
predisposicin de ella para el oficio mgico. El don es referido a la capacidad de ver
cosas, de sentir cosas, que estn ocultas, son secretas o pertenecen a las fuerzas de lo
sobrenatural, este don es reconocido por los Otros, sean familiares o amigos, y por tanto
es legitimado en los Otros, de all que sea la hermana quien le obsequie su primera
baraja de tarot. A la aparicin del don y a su insistencia, consecutivamente le sigue la
bsqueda y con ella su educacin, lo que trajo para Loly el inters por otras prcticas
del esoterismo y la Nueva Era, lo que fue ubicando al tarot dentro de un sistema muy
personal y eclctico. A diferencia de los hermanos Loly se caracteriza por la reserva
de su oficio, en lugar de volantes en calles concurridas y un listado de soluciones, una
tarjeta y la atencin en el estudio de su casa; no hay recepcionistas. Para ella el tarot
tiene la capacidad de poner sobre la mesa la realidad de quien lo consulta, de all que su
lectura impacte y mueva energas, que se convierta en algo serio. Dicho sea de paso,
que trate a travs de las cartas asuntos de la vida corriente del consultante, que en un
principio segn ella, tocan temas que por lo escuetos resultan triviales, pero que a
medida que desfilan los naipes y el relato, se adentran en asuntos ntimos.
La entrevista con Loly nos dio la oportunidad de acceder a una consulta extensa y
registrarla, poner sobre la mesa las cartas y entrar en la dinmica propia de la
adivinacin con el tarot, esto es participar de un ejercicio de cartomancia en caliente
pues se lograba con ello tener pruebas del tarotista y la baraja en fro en descanso y
congelados sobre la mesa, para luego ser puestos en movimiento junto a las preguntas
160

de un consultante. Habamos hecho una entrada preliminar en la vida y en el sentido de


la accin de adivinar con naipes del tarot por parte de Loly, en un intento por sacar a
flote a travs de las preguntas de rigor, el significado implcito en el ejercicio de la
tarotista y dadas las seas seguirlas en la consulta.
Tuvimos pues slo una advertencia que recay sobre el uso de la grabadora de voz y las
bateras en el acto de cartomancia, segn ella, porque si el aparato era puesto cerca de
los naipes o sobre la mesa desencadenara un bloqueo de energas o un mal
funcionamiento de su antena; cuestin que por seguirla al pie de la letra dejo perder
apartes nimios del sonido. Por antena nos indic que era la capacidad intuitiva de cada
persona, el sexto sentido de las madres o lo que en la cultura popular es llamado
corazonadas. Esto es importante porque al igual que los otros tarotistas, asignaba a la
intuicin el papel principal en la interpretacin del tarot, que no dependa solamente del
conocimiento previo de los posibles significados de cada carta, sino que variaba segn
la interaccin que surgiera con el consultante. El siguiente paso fue poner entonces las
cartas sobre la mesa.

La consulta resulta demasiado larga para ser expuesta en su totalidad, sin embargo, a
pesar de lo pretenciosos que puedan parecer los apartes que citaremos ac, la intencin
es dar al lector elementos suficientes para hacerse una idea lo ms cercana posible de lo
que sucede entre tarot, tarotista y consultante en este tipo particular de escenarios.
Reconociendo de antemano que la realidad excede con creces las palabras y artimaas
que usamos para describirla e interpretarla, y que el sentido de los sujetos est sujeto a
su intimidad, campo infranqueable. Ya se ha dicho que el motivo principal para elegir
esta consulta como modelo obedece a que en ella se encuentran ntidamente elementos
generales de los ejercicios etnogrficos que se realizaron; adems de la calidad del
registro, tambin nos result sta la mejor opcin, por tratarse de una observacin
reflexiva, pues al ser involucrados en la lectura, era ms probable reconocer las
sensaciones y el sentido de la misma, por no decir que as se evitaba traer a cuento
intimidades de Otros con la pretensin de conocerlas, tarea por dems imposible, pues
el Otro ese sujeto, siempre se nos escapa. Leccin que una sociologa de los sujetos no
ha de olvidar.

161

Rodrigo Ruiz. Pero entonces si uno no sabe de qu fuerzas intervienen


de donde sale el dictamen, cmo confiar en el dictamen de las cartas
Loly. Porque primero que todo t sabes que esto tienes que revolverlo
bien Rodrigo porque yo no las toco, yo solo las limpio, y y quesi ests
viendo el ritual que estoy siguiendo, no?, prale bolas
Rodrigo Ruiz. Si, si estoy viendo
Loly. Aqu hay un sahumerio, pas por el sahumerio, mando al centro de
la tierra las energas que estn ac, y t las revuelves, nunca puede
revolver un tarot, nunca, como las de pker,
Rodrigo Ruiz. Es decir?
Loly. As, mira as o as encima de la mesa. Eso, yo prefiero as con eso
el consultante las toca
R. Y qu tarot es?
L. Eso es tarot de Ramss, eso es (inaudible) Le tengo mucha, me gusta
mucho porque l me empieza a mostrar el camino, es el que empieza a
mostrar el camino, entonces confo mucho en l.
R. Y cmo vas con tus otras actividades?
L. Sigo con el tarot, sigo sacando entidades de casas, sigo ahora tengo
R. Ah, seguiste al fin con eso?
L. S, sabes por qu? Porque estuve consultando ahora con el maestro,
hay () que entran fuerzas que uno dice...
R. Aja
L. Consulto mucho con el interno y habl con el maestro, pues habl en
el sentido que yo le pregunto yo no s () Entonces le pregunt Qu
hago?, sigo o no sigo con esto y me dijo que si, y eso me confirmo, una,
un, hace mucho tiempo una seal en la que me dijo que yo era, que ya
vena en esta encarnacin a sanar casas, yo hago fong shuai (coloquial
feng shui) a usted le toca sanar las casas, le toca hacer eso en esta
encarnacin,
R. Aja,
L. Para ayudarle a las personas, entonces hice dos o tres trabajos ms,
pero me tocaba seguir en eso...
162

R. Y el maestro es
L. Mi maestro es mi gua, quin es? No s
R. Ok.
L. No s quien es, el me llego a decir que es san Rafael arcngel, otras
veces, que no, que es san miguel arcngel, yo no soy rezandera Rodrigo,
para nada
R. Aj
L. Pero yo si voy a una iglesia cuando me toque un entierro o me toca ir a
un matrimonio, voy, (yo no le hago nada un cura no tengo nada que
hacerle) Pero si creo, creo en los ngeles, creo que si nos ayudan, pero
() obviamente estn a () de dios () Aqu me vas a hacer tres
paquetes diferentes,
R. Partiendo hacia...
L. Hacia el lado que t quieras, yo prefiero siempre, mejor que sea hacia
la izquierda, pon esta encima de esta, esta encima de esta, es hacia este
lado que tiene tu energacoge la tercera y me las pones aqu boca
abajo, una dos tres cuatro, aqu si me las botas as me lees el tarot es a
muno, dos, tres, mira como las volteo, yo las volteo as, yo no las
volteo as., porque les cambio la lectura, la posicin de la lectura es la
siguiente, est es una lectura negativa para ti..

La lectura haba empezado, llena de detalles que iba marcando Loly amablemente. Se
iban decodificando los signos que impregnan el sentido y el contenido de la consulta
poco a poco, desde la forma y manera de barajar y de partir el mazo, de voltear las
cartas, hasta la manera y posicin de las imgenes mismas, que descarnadas y llenas de
colores iban apareciendo al giro general de los naipes.
La marcada diferencia que haba nombrado Loly entre juego y mancia se hacia presente
en su advertencia por el modo de barajar los naipes, no como las de pker quedaba
registrado, dndole de esta manera, a partir de la accin, un significante distinto al trato
de las cartas. Recordemos pues que la palabra tab inscrita en el ritual esta referida al
no tocar y ms que a la negativa misma, a la forma de tocar pues es el rito quien
prescribe la manera, la formula de tocar lo sagrado. Esto pues marcaba un rito, el
163

acceso a la gramtica de lo sagrado, en un gesto para sobre significar el orculo. Nos


hallbamos sin ms veras en un escenario cargado de signos, si as se le quiere, porque
no queremos aqu caer en el encanto encantando, si no ms bien descubrir el entramado
significativo de la prctica. Y en ella, tras las palabras de Loly, el barajar, el distribuir
las cartas, la posicin y las preguntas, estn cargadas de detalles que son ledos por
Loly. Que de por s empezaba a animar la consulta al evocar nombres de arcngeles
reconocidos en las religiones del Libro, vinculando su saber y su don directamente con
esas potestades, afilindose a un plan divino, csmico, que le haba asignado su poder y
don la limpieza de las casas con Feng shui entre otras cosas.
El escenario era una habitacin en el primer piso de su casa, amoblada con un par de
bibliotecas que estaban atiborradas con libros sobre el Tarot, la Runas, la Radiestesia,
etc. Entre ella y yo una mesa de madera con objetos particulares, una variedad de
piedras y de cuarzos, de caracoles, un incienso, un vaso de agua, un pao de color
oscuro, los tarots. En sus paredes algunas imgenes con paisajes, un par de diplomas, el
certificado del curso de Feng Shui y el certificado del curso de Tarot. Una mesa de
computador, una grabadora y un portarretrato con la foto de sus hijas. El ambiente
permaneca en calma entre la msica de Nueva Era que sonaba de fondo y la voz
pausada de Loly.

R. Ah jum
L. Por qu? Porque para mi est al contrario, ok. Cmo es la relacin
con tus paps Rodrigo, o si, tienes t pap todava?
R. Si claro.
L. Y cmo son esas relaciones?
R. Todas al revs? (Refirindome a la posicin de las cartas)
L. Yo no fui las que las escog viejo.
L. Cmo es esa relacin? Ehh, no, pues es, es una relacin muy
formal, no es una relacin muy ntima, no es, es una relacin muy formal.
L. Su pap est all en el pedestal, as (extiende las manos hacia lo alto)
R. Tiene ciertas distancias

164

L. Aqu habla mucho de afectos, hay una mujer cerca de ti, cerca de ti,
que gasta mucha plata en (silbido, maquillaje sobre los pmulos), mmm,
no?
(niego con la cabeza)
L. No!
R. No
L. Seguro?
R. Segursimo
L. Cmo est esa mam, tu mam tus hermanas
R. Mmm, no, mi mam muy bien, mi mam es la compaa ms cercana
que tengo
L. Y tienes hermanas?
R. Tengo una hermana, pero ella est ahorita sin trabajo
L. Hay otra mujer por ah
R. No
L. Eche cabeza
R. Pues de pronto puede ser una amiga que es muy vanidosa, pero...
L. Ahhhh
R. Pero...
L. Ahh, gasta ms de lo debido
R. Pues gasta, pero no es muy cercana tampoco
L. No, pero son personas que estn alrededor tuyo, el tarot, piensa, que te
hablar de lo que te atae, si? Y a lo mejor esa amiga tuya t la quieres,
R. si es una amiga, es muy cercana pero no,
L. La quieres. No pero no quiere decir que tengan otra clase de afecto.
R. Aj
L. Entonces la quieres, y eso es lo que habla el tarot, que se gasta la plata.
En este momento ests como sin fuerzafuerza interna
R. Si
L. Tu fuerza interna est mmm, bajita bajita bajita, bajita bajita, ehhh,
hay una persona de edad en tu familia cerca de ti, un abuelo, una
persona de edad?
165

R. Cerca. Pues est mi abuela


L. Y ella vive sola?
R. Pues no vive sola, vive con dos hijas
L. Pues se siente muy sola, efectivamente se siente muy sola, El tarot te
dice que no es el momento de hacer gastos intiles, tienes que tener
cuidado con tus gastos, t ests ahora buscando trabajo?
R. Si, necesito trabajo.
L. El tarot dice que, mejor dicho que se tienen que tranquilizar unas
cosas, para que eso salga, que por el momento dejarlo quietito. Ponme
cinco cartas aqu abajo. No me las cambies de posicin, djamelas en la
misma posicin que, eso! Ahora ponme cuatro ac. Y ponme una ac.
Tu mam tu me dices que esta bien.
R. Si, mi mam esta bien y pues muy tranquila,
L. Tu mam qu hace?
R. Ella est pensionada y por ah trabaja con mi pap en un almacn
L. Pero yo no la veo muy bien, internamente no la veo bien
R. Ah eso no s, yo la veo muy tranquila

La entrada a la consulta result ser a la inversa de lo que comnmente se transmite en el


sentido comn a propsito de la adivinacin con naipes. Barajadas las lminas,
escogidas y puestas sobre la mesa, los interrogantes iban por parte del tarotista hacia el
consultante, abriendo, si se me permite, con la interpretacin de las figuras, mi vida
corriente y las relaciones ms cercanas. Es recurrente que el tarotista en este tipo de
consulta adjudique al tarot la eleccin de los temas y tpicos sociales que van siendo
puestos sobre la mesa. De all que mi consulta se haya abierto con una pregunta sobre
mi padre y se haya centrado los primeros minutos en este tipo de relaciones filiales,
siguiendo con una rpida pesquisa sobre mi hermana y terminando con una pregunta y
afirmacin puntual sobre mi madre.

Los comentarios de Loly a mi parecen van

cercando el sentido de la consulta, van con cada pregunta elaborando un lmite, para
esta ocasin del campo sentimental, en un recurso por indagar sobre las relaciones
cercanas, que en cierta medida son las que afectan o las que influyen en la dinmica
166

propia de los sentimientos. Y que van apareciendo, con el enunciado y gesto del
consultante en un grado ms significativo que el otro. Y con ello van apareciendo los
personajes que habitan la vida cotidiana y con ellos se van armando los relatos de lo que
es en el presente y de lo que aguarda en el futuro. En un ir venir entre el tiempo de los
actores y de los acontecimientos, la narrativa de Loly va tocando lo sensible, sea con
preguntas abiertas que ponen al consultante a ejercitar su memoria y su inconsciente, o
con preguntas directas que van sealando, a pesar de las respuestas, una puerta hecha de
certezas que se van convirtiendo en incertidumbres, y que van poniendo entre dicho,
bajo comillas, las percepciones que se tienen sobre la vida cotidiana y quienes la
comparten. Confrontando la percepcin corriente de quien consulta con la visin del
tarotistas y el tarot. Pues ya se ha dicho que de las caractersticas simblicas de la
consulta que conforman su representacin, mostrar lo oculto es una de ellas y de las
repetitivas. Loly va narrando el estado de las cosas y de la personas con un valor muy
distinto al que el consultante percibe, o tiene idea, construyendo un relato entre la
descripcin y el interrogatorio.

L. Tu tenas una compaa afectiva?


R. si, la tengo
L. La tienes todava?
R. Aja, est en el extranjero
L. Ah, con razn yo te iba a preguntar que por qu se haba idoy ella
se siente sola
R. yo tambin me siento solo
L. yo estoy hablando de ella (ojo! Si) hay mucha, hay mucha energa
que se mueve alrededor tuyo, muchas, como discusiones, como gente que
quema mucha energa con con discusiones, desacuerdos, hay mucha
energa agresiva alrededor tuyo, muchsima. Cuntame una cosa, en, en,
en la Universidad, hay una persona, una mujer, hay cosas tuyas que
dependen de una mujer?
R. Ahja
L. Es cosita brava esa seora, lo que pasa y lo que me gusta de ella es que
es frentera, ella va diciendo las cosas, pero es brava, es muy difcil de
167

manejar, hay que estar endulzndole el odo,

para que las cosas

funcionen, ella comete injusticias con mucha facilidad. T pareja


cuando regresa?
R. Pues viene ahorita en diciembre y vuelve y se va otro tiempo
L. Ella que es lo que esta haciendo?
R. Esta haciendo una maestra
Y se va cuanto tiempo?
R. Un ao
L. Si los dos tienen paciencia es probable que sea tu pareja en tu vida
R. Aja
L. si los dos tienen pacienciatu te sientes ahora haciendo una cantidad
de sacrificios, una cantidad de cosas, como que no llegas a nada, como
que parece todo tan intil, pero tu, tu con lo que ests aprendiendo vas a
tener una situacin econmica tranquila
R. mmm
L. pero hay que tener paciencia
R. ser?
L. ahorita a final de ao no esperes nada, no se mueve nada, el pas se
empieza a mover a partir del quince de enero, olvdate de eso
R. si, ya toco con lo que tena guardado
L. Ya el pas se mueve es a partir del quince de enero, ahorita empieza es
el gasto, terrible, terrible porque eso, a mi me parece eso descabellado, si
furamos un pas rico y boyante pues uno dice eso gastemos la plata, no
es as? Carta aqu por favor, atravesada una encima, bien, una ac, ac,
acun, dos tres, cuatro. Listo, esas ya las puedes recoger si quieres. T
tienes una persona mujer que te ensea? Si no la tienes ahora al lado vas
a tener una mujer que te va a ensear muchas cosas y t tienes que
aprovechar esa coyuntura
R. Sobre qu?
L. algo te va a ensear ella, no se que ser, pero ella te va a ensear algo,
de acuerdo, bueno, hay posibilidades de que tu tambin te muevas, tu

168

tambin te puedes mover y te puedes mover lejos si tu quieres. T me


dices que tienes una hermana?
R. si tengo una hermana y tiene un hijo
L. Ah, tiene un hijo
R. Mi sobrino santiago
L. Ella est casada?
R. Si
L. Ella tiene una familia muy tranquila, muy tranquilo el ambiente de ella
R. si, ya se tranquiliz un poco
L. Ah? Si pero es tranquilo, y ella se apoya mucho en sus paps
R. si, bien, bien,
L. en sus paps
R. muchsimo
L. la apoyan mucho tus paps y no te sorprendas si a ella le llega otro
beb
R. Ah carajo, y cuando?
L. no Rodrigo, el que tienen que llegar llega, eso es asest nia que
dices que es tu pareja te quiere mucho, te quiere muchsimo, mira este es
un momento en que la energa est bajita, si est bajita, pero tu vas a
pegar el arrancn, y vas a tener una racha de muy buena suerte y la tienes
que aprovechar,
R. la buena suerte hay que cogerla como sea
L. Claro, cuando las cosas dicen a moverse, hay que moverse uno rpido,
y aprovechar esos cuartos de hora, hay que aprovecharcuntame una
cosa, el medio en el que tu ests es muy religioso?
R. ehhhh No es muy religioso, pero si hay mucha mstica
L. Muy creyente, yo pregunto sus paps son muy religiosos?
R. ehhh, mi mam, mi mam es muy mstica y mi pap es muy religioso,
muy ritual
L. ah, ese es el medio en el que tu ests, es muy positivo para ti, es una
ayuda superior
R. si, si me ha ayudado
169

La consulta tomaba una dinmica constante, iban apareciendo los tpicos reiterativos en
el inters comn de los consultantes; el amor y el trabajo, la familia. El relato iba
consolidando su forma entre preguntas y afirmaciones en cada uno de los temas,
dibujando un panorama de lo sociable. Los tpicos se iban tocando levemente, armando
con pequeos trozos un relato amplio de cada personaje y cada una de sus situaciones.
De las relaciones filiales se entr de lleno a las cuestiones del amor y del trabajo,
describiendo con algo de detalle ambos escenarios y sus actores, abarcando con sus
frases el extenso lineal de ambos en el tiempo: pasado, presente y futuro. Dando la
sensacin de ir armando un rompecabezas o girando un caleidoscopio en busca de la
imagen completa o si se quiere, de un relato cerrado de la vida de quien consulta. Las
frases de Loly en todas las ocasiones se movan junto a calificativos y opiniones de lo
ntimo y de lo general, casi de lo abstracto. Porque si bien algunas de ellas lograban
entrar en el conocimiento del consultante, es decir, podan ser compartidas por la
subjetividad del consultante, otras en cambio escapaban al conocimiento que el
consultante tiene o tena de los actores y escenarios que eran descritos por Loly. Y esto
plantea un ejercicio reflexivo por parte del consultante y un acto comunicativo,
performativo, por parte del tarotista, que va realizando un tema a medida que lo
enuncia, y a su vez va invitando al consultante a confrontarse, ya desde los valores de
verdad, con esos enunciados, lo que produce un juicio sobre lo que es verdico y lo que
no lo es ante todo, pero que al final se traspasa a lo eficaz, al xito o no de la consulta.
En esa dinmica extraa entre el mito y el rito, sentenciado tal y lo hace Pramo, que el
mito es eficaz cuando ritualiza y el rito es eficaz cuando mitifica, pasando de la lgica
del decir a la del hacer. Vinculando la creencia con la prctica, y moviendo las creencias
desde las prcticas.
En consulta Loly tocaba la socialidad del sujeto, esas relaciones intimas y cercanas que
afectan y estremecen a los actores en sociedad, esas sensibilidades que no obedecen la
razn instrumental ni a la accin medida, y que ms bien apelan a la emotividad como
lazo de lo social y asidero de sentido. Aunque las palabras de Loly y los detalles a
propsito de la relacin laboral o del campo laboral iban delineando una accin racional
con arreglo a algo, la descripcin y condicin de la accin se soportaba en el carcter de
la persona, refirindose al sentir mismo de los actores y sus escenarios. De la lgica
170

instrumental se pasaba fcilmente al entramado de las sensaciones, mientras la tarotista


iba con sus preguntas abriendo, uso ese verbo cuando el mejor es, tantear, iba tanteando,
si no es un error, las medidas de los afectos y los puntos neurlgicos de las emociones e
incertidumbres. Esto sin querer sealar en el desempeo de la tarotista un don superior,
un magnetismo real y meramente eficaz, sino con la pretensin de mostrar que su acto
est medido y va dirigido por un sentido prctico, por un habitus que lo hace aparecer y
dar muestras de habilidades en la consulta, pero que sin lugar a dudas surge de la
experiencia y de su que-hacer mismo como tarotista, en el trajn cotidiano de enfrentarse
acto tras acto con las preguntas e intereses de consultantes de las ms variadas
caractersticas. Un sentido prctico que le otorga el capital simblico necesario, por su
socialidad misma, por sus relaciones y sus ofertas de sentido, para narrar, hacer
narrativas comunes que calen y provoquen pathos con el que consulta.
No se trata aqu propiamente de un ejercicio de abreaccin que cure las incertidumbres
y sufrimientos del consultante, pues tal y lo hemos expuesto, la creencia en el tarot
adquiere la forma de una fe provisional que es puesta a prueba y que permanece
entrecomillada durante el acto adivinatorio o de consejo. Y es la accin misma, la
puesta en escena del tarotista la que va marcando puntos de eficacia, tal y lo
encontramos en Quesalid y su acto de la pluma ensangrentada, la credibilidad de la
consulta del tarot para este caso reposa en lo que comparten sus participantes, o mejor
dicho, lo que del acervo de narrativas que reposan en la memoria del tarotista y su
habilidad para entrelazarlas con las cartas puestas sobre la mesa, sea del inters del
consultante. Por eso el abanico de posibilidades se va expandiendo de los tpicos
bsicos, salud dinero amor, a la realizacin de los mismos en los personajes que van
apareciendo sobre la mesa, la pareja, la familia, los amigos, la jefe, etc.
Entrecruzndose, tal y lo hacen los colores primarios, para dar paso a una imagen
compleja de las situaciones. Compleja principalmente porque apela a los sentimientos, a
la sensibilidad y sus descripciones y tonos, dimensin que de por s presenta
dificultades para el positivismo y la ciencia clsica por encontrarse en los limites del
conocimiento racional. He all entonces que las narrativas del tarotista se soportan en la
dimensin mtica, en el sentido comn, de lo que es bueno, de lo que hace bien, de lo
que es verdadero. Dejando a tras luz el ideal del trabajo, la salud, el amor, a pesar de las
dificultades evidentes y compartidas en la vida cotidiana. Se presentan as lo tpicos
171

tpicos en las situaciones, de distancia, soledad, desempleo, enfermedad, celos, envidias,


pasiones a fin de cuentas, de esas que van llenando de contenido las relaciones sociales,
y les van dando sentido; un sentido que no es slido, sino que se va transformando y es
dinmico, de all que tambin el mito permita preveer el cambio, y sean esos cambios
anticipados en la lectura del tarot por el tarotista. Anotando al margen con esto, que la
caracterizacin de catalogo de mitos que dio Pramo a la baraja, se ajusta a la dinmica
de la consulta ms all de la mera iconografa, siempre y cuando el acervo vital y la
memoria de los que participan contengan un inventario de temas que sean del inters
comn. Como el tejido grueso y los puntos de trance, los nudos, las figuras del tarot, los
paradigmas mticos, configuran un red, un red de pesca que se arroja sobre la mesas
para atrapar el significado de quien lo consulta, es una red, una atarraya de significados
preestablecidos, de narrativas bien fundadas, de ficciones sociales, la que arroja el
tarotista con sus cartas y con su narrativa, y es suerte, esta palabra pertenece al mundo
ldico, que atrape, que caiga, el sentido y las incertidumbres de quien consulta.

L. tu en el fondo, te lo voy a decir Rodrigo te da es un miedo a trabajar,


te da miedo no estar bien pagado, no tener un trabajo bueno, no tener un
patrn bueno,
R. uhjum
L. Y eso como que te frena, como que no te deja pegar el brinco, t le
tienes miedo a esoesta seora, al que te digo, es de la Universidad?
R. aja
L. ella va a tener un problema mayor, porque ella va a ser muy agresiva
con una persona, supremamente agresiva con una persona y eso le va a
traer a ella problemas, y en eso yo te aconsejara que estuvieras lejos
R. Ahja
L. hay es cuando corre peligro la vida del artista
R. La de ella? Si, si esta haciendo cosas que no, no se si es que no quiere
hacer las cosas bien,
L. ella es muy emotiva, ella se deja es llevar por la rabia, por todo eso,
ella no no le pone primero cerebro a todo esobueno, de esta parte del
tarot que preguntas tienes ??
172

R. ehhhh, por qu no hay temporalidades?


L. o sea? Por qu no habl exactamente del ayer y del futuro, es porque
el tiempo es una sola lnea, eso es una sola lnea, yo siempre le digo a las
personas cuando me hacen una consulta, cuando vienen a consulta, no
me pida que le de fechas exactas porqu no se las voy a dar, porque no
quiero caer en ese error tan tonto, decirle mire: el 28 de noviembre usted
se va a ganar el baloto no!, primero yo no le voy a ayudar el baloto,
segundo yo no tengo ni idea el 28 de noviembre qu va a pasar, () otra
cosa que me preguntan a mi es que yo quisiera saber, porque viene
mucha seora, no? juanito en dnde est?digo si est vivo pero no s
donde est si est en Mxico, o est en Per, o est en la China o, no me
pregunten eso porque yo no lo s, lo que si puedo advertir es que si una
persona cercana se va, te lo puedo decir con certeza, pero yo pienso que
cuando una persona te dice todo eso es basura, porque te esta tumbando
la plata miserablemente
R. ujum
L. entonces yo soy muy honesta, no me preguntes cuestiones de tiempo
porque no te las voy a dar,
R. ah ok
L. te puedo hablar cosas del pasado? De pronto!, que te han afectado que
puedo pronosticar cosas que van a suceder, si, pero no te puedo dar el
tiempo exacto
R. aja ok
L. porque el tiempo adems es una sola lnea, fuimos nosotros los que les
pusimos el ayer, el hoy y el maana, pero para dios es una sola lnea,
entonces nosotros nos movemos ah, as de simple, listo, otra pregunta,
R. parecera que las cartas estn un poco difusas?
L. porque al principio cuando empieza la lectura hay un poquito de
confusin, porque hay muchas cosas que entran, tu vienes, con muchas
cosas, ajha, entonces el tarot mientras va cogiendo y escogiendo que es lo
que primero te conviene es muy confuso, hay personas que empiezan la
lectura solo con arcanos mayores, no!, yo lo hice un tiempo y me dije que
173

yo no me puedo cerrar tanto a la banda, porque hay elementos que siguen


influyendo en tu vida, que son el dinero, el trabajo, los afectos, tus
luchas, tu no te puedes apartar de eso, tu eres de cuerpo y espritu, uno no
puede dejar de lado lo material, hay mucha gente que trabaja solo con
arcanos mayores, mira, si yo te hago una lectura solamente con arcanos
mayores, te quedas sin esa informacin, te voy a hacer la demostracin.
R. empez un poco oscuro el tarot pero termin un poco ya mejor,
L. claro y adems debes venir con muchas cosas,
R. jejeje
L. con muchas incgnitas y con muchas preguntas, entonces el otro
tambin mientras agarra y empieza a poner todo en orden, ah!, esto es
apasionante, esto empieza y es como un algo que te va cogiendo y te va
cogiendo y te va absorbiendo

Loly menciona ejemplarmente la dinmica de la consulta del tarot, esa caracterstica de


ir absorbiendo a las personas a medida que avanza la prctica y que depende de ir
tocando los distintos temas de inters social y de ir mezclndolos en un relato; ac son
narrados con cdigos que la taropeuta pone desde su experiencia y que intentan darle
personalidad a su lectura, marcando lo que puede decir y lo que no puede decir.

Por

ejemplo Loly confiesa que no da fechas exactas, ni el dnde o con quin se encuentra
cualquier fulanito y atribuye este relato a personas que hablan basura y se quieren
slo tumbar la plata, identificando que en esta prctica existen unos otros, con
diferentes intenciones que se lucran nada ms de la gente. Esto es interesante porque las
condiciones para que opere la consulta estn graduadas con el campo social de los
participantes, pero persisten los tpicos que aporta el mito como los hilos gruesos en los
que se soporta y con los que se teje el sentido de la prctica. Con esto indicamos que se
le da un horizonte de significado a las incertidumbres, tristezas y miedos de quienes
consultan y a quien interpreta, lee o adivina con las cartas; apelando en ambos casos a
temas que por tradicin inundan las novelas, la msica, el cine, el teatro, la pintura, los
refranes, etc, y que no dejan de saturarse, tales son el amor, la muerte, la traicin, la
enfermedad, los celos, el poder, la familia, el trabajo, la amistad, el odio, la guerra, la
envidia, la intriga, el robo, el asesinato, el matrimonio, la sexualidad, el fracaso, el xito,
174

etc. Temas que aparecen con regularidad, en las consultas de los hermanos y en la
consulta con Loly, y que estn marcados en el significado establecido por los manuales
del tarot para cada carta, y que adems encuentran correspondencia en las
incertidumbres comunes, en los sufrimientos, miedo y penas de los consultantes; y que
tambin aparecen en el entramado cultural de la adivinacin con cartas en la ciudad de
Bogot. As se demostr con los volantes, la prensa, las revistas, los portales de internet,
y dems textos que hacen referencia al uso, al contenido y al sentido social de la baraja
del tarot.
En el aparte de la consulta que transcribimos, Loly da elementos de lo particular en su
lectura, si bien preguntamos sobre la temporalidad de sus anuncios y la claridad de las
cartas; sus respuestas estaban dirigidas a diferenciarse de otros tarotistas y sus relatos.
Tal y sucede en el campo de la magia, y de la misma manera que los shamanes de LviStrauss se disputaban la legitimidad de su oficio, Loly apela a no mostrar la pluma
ensangrentada y a llevar su rito de una manera distinta a esos otros que dan fechas o
dan datos exactos y se tumban la plata miserablemente. Otro punto interesante es el
referido a las cartas, al mismo tarot, que segn ella se transforma en sujeto cuando el
consultante baraja sus naipes y las elige. De objeto a sujeto nos parece que es el paso
cualitativo que los tarotistas generalmente dan al tarot, el tarot mientras va cogiendo y
escogiendo, es pues el tarot el que habla, el que seala, el que toca los temas, el que
ordena, el que revela, el que pone en claro las cosas, tanto para el tarotista como para el
consultante. Un hablante que participa en las narrativas de ambos personajes y que
complejiza la interaccin social con la aparicin de sus imgenes; un fetiche con la
capacidad de transformar y significar las acciones y creencias de los que creen, sea por
su fe intensa, sea por una fe provisional; un fetiche que es libro descuadernado y que a
diferencia de las comunidades del libro tradicionales y sus dogmas, con instituciones
que repiten, legitiman, ordenan y custodian el verdadero saber de su lectura y de su
interpretacin, no aglutina a la masa ni rinde renta diariamente, sino que ms bien se
caracteriza por ser un rito espordico, trivial, fugaz, intempestivo.
Junto a Loly tuvimos entrevistas y consultas con Marco Antonio Azuero, Norma, Anita
Rico, Adriana y Alejandro entre otros; todos ellos apelaron a distanciarse de los
hermanos que ofrecen sus servicios a travs de los volantes y resaltaron la prctica del
tarot como un encuentro teraputico y de consejera guiado por un mazo de naipes, ms
175

que un ejercicio netamente adivinatorio. Tal y ocurre con fenmenos similares en la


Nueva Era, las sesiones largas de 1 hora o 2 con un especialista hace que estas consultas
pasen por ser terapias, similares a las de reiki, de chakras, de acupuntura, de yaj, de
psicoanlisis, de yoga, de zen, de danzas aztecas, etc. Terapias que ponen en escena un
saber especializado que pretende de manera ritual sanar, curar, transformar, las
incertidumbres, sufrimientos, enfermedades de los consultantes. Impulsando muchas
veces que su fe provisional se cambie a una fe permanente, que se conviertan en
creyentes de uno de los mtodos de la lista de varios de los mtodos del inventario;
eso lo demuestra el hecho de que muchos iniciaron jugando a consultar o como simples
consultantes y fueron acumulando esos conocimientos en su capital simblico, bien
porque pasaron por esas peregrinaciones de sanacin, bien porque a medida

que

atendan consultas fueron abrindose a otros intereses, por exigencia propia o de su


clientela. Un fenmeno con caractersticas de Nueva Era pero que a nuestro juicio
excede en su sentido social las causas que se le atribuyen actualmente al paso hacia una
religiosidad invisible o subjetiva, al estallido y la nebulosa de creencias; pues si bien los
Centros Esotricos y sus libreras especializadas dan cuenta de este lego de prcticas
que se conjugan en un mismo garaje, en la misma sala de espera de lo que antes era una
casa, y ejemplifican esa des-regulacin del creer en la ciudad, es quizs necesario tener
en cuenta que la sociologa y la antropologa siempre llegan tarde, no han atendido todo,
y sufren por pocas de psicosis y otras obsesiones, olvidando lo que est frente a sus
narices, lo que es trivial y lo que hace ya bastante tiempo sucede. Con esto no queremos
negar los cambios sealados por esas teoras, ni que el ser humano actualmente no este
en una condicin distinta, mucho menos que las des-regulaciones no estn sucediendo,
queremos ms bien darle la estatura que se merecen esos anuncios repetidos hasta el
cansancio y poner sobre la mesa otros aspectos ignorados en la avalancha actual de los
temas explorados por la sociologa de la religin y la sociologa de la cultura. De all
que no repitamos lo que ya est consignado en otras tesis sobre el tarot, ni insistamos en
las clasificaciones y diferencias recitadas entre modernidad y posmodernidad; sino que
ms bien vayamos a buscar el horizonte cultural en temas como el juego, el azar, la
fortuna y lo trivial, ms olvidados por esta poca y por quienes rinden explicaciones
sociolgicas de nuestro problema.

176

III PARTE. Una propuesta cultural de la Consulta del Tarot.


4.1 Adivinacin, narrativas, trivialidad y experiencia.

La vida no consiste en tener buenas


cartas, sino en jugar bien las que
uno tiene
(Samuel Butler)

Si dejamos para este momento la aparicin de la persona y de su sociabilidad, es porque


segn el camino trazado es ahora que vale la pena disfrutar de su importancia. Si ya se
han presentado con cierta profundidad los relatos generales que sustentan al tarot y su
prctica, al adentrarnos en los escenarios de consulta nos fue posible sin ninguna
dificultad ir tratando el tema de lo ntimo y de las interacciones sociables de los
tarotistas y de los consultantes. Sin malabarismos, el horizonte de significado de nuestro
escenario de investigacin y de su objeto nos adentr en lo que acontece detrs de las
puertas en el acto de cartomancia y nos mostr que los intereses personales de los
consultantes hacen parte del sentido comn Bogotano que da cuenta a travs de las
narrativas de los tarotistas y sus experiencias del inventario de sensaciones y situaciones
que llenan nuestras vidas corrientes.

EL tarot es un libro descuadernado que para nuestro orden opera como un catalogo de
mitos, esto le da dos referencias simblicas potentes. La primera se refiere al afuera del
mazo, a lo que es el tarot en el sentido comn y lo que representa social y culturalmente,
por esta referencia hallamos que sus contenidos aparecen de manera condensada en
noticias y comentarios de prensa, que van llenando las anotaciones comunes sobre el
objeto y lo van delineando en un entramado significativo que oscila entre la estafa y los
misterios de la prediccin. As por ejemplo encontramos en la prensa capitalina una
crnica titulada Tarot: ciencia, magia o charlatanera publicada en octubre de 1998 que
empieza con el siguiente prrafo:

Para interpretar el tarot no se necesita ser mago, brujo ni tener cualidades


de superdotado , afirma Manuel Varela, dedicado al estudio del
177

esoterismo desde hace ms de 20 aos, quien dictar un seminario sobre


ese tema este fin de semana en Bogot.
Dos aos despus de haberse graduado de arquitecto javeriano, empez a
explorar en ese mundo que se esconde detrs de lo evidente, entre libros
confusos y contradictorios, de los cuales fue entresacando la materia
prima para edificar su filosofa; mientras tanto viva de la arquitectura en
la regin fronteriza entre Norte de Santander y Venezuela, donde est
radicado107

Esta forma general en la que aparece el tarot es la que da sustento al objeto en el campo
esotrico y mgico de la ciudad. Es de esta manera que lo encontramos con insistencia
en los anuncios, volantes, peridicos, televisin, internet entre otros; y es de esta manera
que se sustenta en el ejercicio mismo de los tarotistas y en las bsquedas de sentido por
parte de los consultantes a sus incertidumbres, sufrimientos y enfermedades. Del mismo
modo, al preguntar sobre el origen y uso del tarot, nos encontramos con un extenso
inventario de narrativas y manuales que transmiten desde el siglo XVIII los poderes y el
contenido oculto de la baraja, repitiendo hasta el cansancio su origen mstico, su
conexin con tradiciones mgico-religiosas importantes y su valor arcano entre los
iniciados; desde Court de Gebelin en el XVIII hasta Marco Antonio Azuero en la
Avenida Pepe Sierra de Bogot, la bsqueda de un orden lgico y a la vez sobrenatural
de las 78 lminas ha dado para construir las ms variadas explicaciones sobre su
iconografa. Lo que nos introduce a la segunda de sus referencias simblicas con poder:
la que es capaz de narrarse a partir de la imagen de cada lmina.
Aqu hallamos entonces no el mito del tarot, sino el tarot como catalogo de mitos. Un
sistema, anlogo al del alfabeto, que por combinacin y diferenciacin de sus elementos
tiene significados particulares y es capaz de construir en serie narrativas pertinentes
culturalmente. As mostramos que para cada arcano mayor y menor los tarotistas y las
corrientes esotricas establecan un inventario de equivalencias que les permiten narrar
a cada arcano y narrar sus combinatorias en un lenguaje corriente. Este inventario sin
duda resulta econmico en comparacin con lo que un historiador del arte es capaz de
107

Tarot: ciencia, magia o charlatanera. El Tiempo, 3 de Octubre de 1998.

Tomado de:

http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-772395

178

contar sobre el contenido temtico de una imagen, e incluso con lo que Guillermo
Pramo ha sido capaz de demostrar en distintas conferencias sobre los paradigmas
mticos dibujados. Pero una cosa es someter las imgenes del tarot a un estudio de
iconologa o al pensamiento antropolgico de Guillermo Pramo, y otra muy distinta
construir con elementos de las ms diversas tradiciones mgico-religiosas una tabla de
significados para usarse en un acto adivinatorio o de consejo. Una tabla que en primer
lugar guarde algo del consenso histrico producido por las corrientes esotricas y en
segundo trmino indique de manera particular el contenido de cada carta. As es comn
encontrar dentro de estos inventarios el tema de la astrologa y el tema de la cbala
juda, siempre relacionados con los elementos que hacen parte de las figuras del tarot,
con sus nmeros y sus nombres. Tal y lo presentamos con distintos ejemplos, el tarot
desde el siglo XVIII esta sometido a un proceso de cristalizacin que busca establecer
un sistema coherente y general para su uso y significados; sin embargo, este proceso ha
producido que se construyan distintos sistemas simblicos sobre el objeto, que se
diferencian finamente unos de otros, pero que estn en pugna permanente por establecer
el contenido verdadero. Esto no ha debilitado al sistema como tal, sino que lo ha
potenciado y lo ha diversificado en miles de tipos de tarot y de iconografas; diversidad
que conserva algunos trazos del inventario inaugurado por Court de Gebelin, Eliphas
Levi y A. E. Waite en los elementos que ya nombramos, astrologa y cbala juda; pero
que tambin ha permitido el desarrollo de temticas muy locales, el tarot Colombiano o
el Tarot Maya por ejemplo, que atienden a las tradiciones esotricas pero se separan de
ellas con libertad y originalidad; a la vez que ha permitido la incursin de los motivos
mundiales de los medios masivos de comunicacin y el cine, estn el Tarot de la Guerra
de las Galaxias o el Tarot del Seor de los Anillos, mostrando con esto la plasticidad de
los paradigmas mticos y la intensidad con que es posible variar la forma de los
paradigmas. Tal y se han hecho en el mundo adaptaciones e interpretaciones de las
obras de Shakespeare o de la historia de Edipo, la facilidad que tienen los arcanos del
tarot para acomodarse son otra razn ms para validar su carcter de paradigmas
mticos; lo que nos da ms tema para justificar el uso de este concepto al momento de
dar cuenta de la consulta en la ciudad de Bogot.
Habamos retomado la idea del tarot como un libro descuadernado, un libro que esta
compuesto de paradigmas mticos, el que sea descuadernado es a nuestro parecer lo que
179

le otorga la capacidad de funcionar como sistema, como un alfabeto, donde sus


elementos ya estn plenamente identificados y no varan, son las mismas 78 lminas con
el mismo nombre o la misma numeracin al menos, esto lo hace cerrado; y que permite
por la combinacin de sus elementos crear textos con sentido. Tal y ocurra con los
caracteres tipogrficos y los libros de horas con sus graficas de imprenta, el orden de
cada una de las lminas va imponiendo la disposicin particular de una historia y sus
protagonistas. Y al parecer en el tarot se encuentran los elementos suficientes para
contar cualquier historia y all es donde en principio esta basada su eficacia. Claro esta,
apoyada en un contexto mgico que le da un valor simblico especial, tal y lo tratamos
en el aparte sobre los volantes, los peridicos, las revistas, etc. Un ejemplo bello y
pertinente de lo que tratamos de explicar est en el libro de talo Calvino El Castillo de
los Destinos Cruzados, que narra lo siguiente

Uno de nosotros da vuelta a una carta, la levanta, la mira como si se


mirara en un espejito. Es cierto, pareca realmente que el Caballero de
Copas fuera l. [] La tristeza que se lee en su cara mientras coloca,
junto a un Ocho de Espadas y a un Diez de Bastos, el Arcano que, segn
los lugares, llaman del Amor, o del Enamorado, o de los Amantes, hace
pensar en una pena del corazn que lo hubiera impulsado a levantarse en
mitad del calor de un banquete para salir a tomar aire en el bosque. O
directamente a abandonar la fiesta de sus propias bodas y tomarse las de
villadiego el da mismo de su casamiento108

Si bien en las consultas que seleccionamos de nuestros ejercicios etnogrficos esta


puntualidad literaria que aparece en Calvino resulta difusa, el ejemplo ayuda a clarificar
la dinmica propia del acto de narrar historias con el tarot y su escenario. Ya sealamos
con anterioridad que la produccin narrativa entre los hermanos y los taropeutas,
tiene una distincin de forma, en especial en lo que se refiere a su funcin de bisagra
para dar paso a los temas de la brujera y de la hechicera en los consultorios de los
hermanos. Pero por ms que estas distinciones resulten sustanciales para la eficacia
108

Calvino, talo. 1977. El Castillo de los Destinos Cruzados. Pg. 70. Buenos Aires: Ediciones Libreras

Fausto.

180

del rito, en la cita que trajimos a cuento de Calvino, brilla otra vez por ejemplo el tema
trivial del Amor, lo que da sustento a la dimensin del mito como portadora del sentido
del escenario que exploramos y consolida una vez ms que sea cual sea el escenario taropeutas, hermanos, artes- las incertidumbres de quienes consultan son las mismas.
Sufrimos y tememos con diferencia de grado a las mismas cuestiones. Y esto nos da un
paso de lo que es el tarot culturalmente, de su representacin, a lo que trata el tarot
socialmente, a la dimensin de la sociabilidad que aparece en la consulta a travs de las
preguntas y respuestas de los actores.

Si bien habamos tratado el tema del mito con profundidad, anotando para el debate que
de manera general ha permanecido vinculado a la ficcin, a la fantasa y a la falsedad, a
la emotividad, a lo irracional y a lo simblico. Destacando de paso su capacidad
estructural, el sentido que le da al mundo, su poder de ordenar el Universo. Aqu ya lo
convocamos de una manera un poco ms personal, permitiendo que aparezca no slo en
el horizonte de significado que da el sentido comn, sino tambin en el contenido que
las personas ponen a su sociabilidad y su vida corriente. Esto lo destac de paso LvyStrauss al tratar el tema del mito y la eficacia simblica en la curacin de una mujer con
un canto, y esto tambin de cierta manera lo han trabajado junto al psicoanlisis autores
como Campbell. Se encuentra de igual forma en el vnculo que supone Evans-Pritchard
entre las creencias de los azande y la lista de los temas ms comunes de consulta del
orculo del benge. Y as, con esa capacidad de vivir dentro de las personas, es que
encontramos el tema del mito en la consulta del tarot, que para varios de los ejemplos
aqu tratados tratan del ideal del Amor y de sus contradicciones. El tema quizs ms
referido en las entrevistas, en las pginas de Internet, en los peridicos, en la radio y en
la televisin, que aparece en consulta con todos los matices: la traicin, los celos, el
engao, la felicidad, el matrimonio, el embeleco, la burla y la venganza.
De la misma manera que funcionan los mitos para un grupo social, en la consulta su
aparicin es en forma de relatos que estructuran el mundo y que le dan sentido al mundo
y en alguna medida a las incertidumbres, los temores y las dificultades. Para este caso
del amor, se hace claro que son discursos que reposan en estructuras compartidas -es la
historia tpica, lo que a todo el mundo le pasa, lo que esta en boca de todos- y que se
adentran ms hacia el campo de la vida cotidiana que hacia una preocupacin por el
181

estado religioso de las cosas. Son en ese sentido tambin relatos liminales, que bordean
todos los campos de la vida social de las personas y tratan de tocar su intimidad y la
nuez de su subjetividad.
Por eso mismo es que el tarot no ha sido tomado en cuenta en ningn estudio, y es por
eso mismo que la sociologa de la religin no ha sido capaz de preguntarse por su
permanencia cultural y social. Incapacidad que comparte con la sociologa de la cultura
y que si no fuese por las espordicas reflexiones de Echeverr compartira con la
antropologa tambin. Pues no tememos en repetir el olvido y ausencia de nuestro tema,
el silencio que deben guardar estos cientficos sociales ante una cuestin tan trivial
como lo es el tarot. Y es tambin por eso mismo que la baraja se vincula al estudio
esotrico y de la magia, recordemos que varios autores, Durkheim, Marcel Mauss,
Bourdieu, encuentran en este fenmeno una expresin de intereses individuales y
egostas que muchas veces se hallan en contradiccin con lo religioso y su sentimiento
de solidaridad y cohesin. Sin embargo tal esperamos seguir demostrndolo, esta
mirada negativa hacia la magia, corresponde ms a la percepcin de los estudiosos y a la
obsesin por la sociologa ortopdica y positiva por la masa y las instituciones, que no
permiti tomar en cuenta las dinmicas de lo personal en la magia y su valor social, su
importancia en la vida corriente; ni desarrollar herramientas interpretativas para
acercarse al tema. Esto para nosotros es visible en la proscripcin que un autor como
Simmel tuvo en el Departamento de Sociologa de la Universidad Nacional, por no decir
de la ausencia de este autor en las tesis y enfoques de la disciplina en el Pas. Lo que
puede explicar que al revisar la produccin e intereses de nuestra sociologa ests
prcticas mgicas, el caso particular del tarot, sean observadas de reojo y como puras
supercheras. Para nosotros el poder simblico del tarot, ese entramado que lo vincula a
la magia, a lo popular, a la adivinacin, a la estafa, a lo ingenuo, est presente en la
sociologa colombiana y en sus socilogos que no escapan de su mito y de su
representacin cultural, ni siquiera de su funcin social. Pues si bien hace parte de la
vida corriente de algunos de ellos, esta declaracin o esta cercana, contamina, ese es el
riesgo, el pensamiento acadmico. El tarot entonces resulta ser un tema tab, porque se
corre el peligro de contaminarse con todo lo que l significa, y lo que el tarot significa
culturalmente aleja a los socilogos ortodoxos de sus pretensiones objetivistas y serias;

182

sumando a ello que tal y lo hemos tratado, en los temas que convoca el tarot, caben esas
trivialidades de la vida cotidiana de la que son tambin vctimas los acadmicos.
Pero resulta que esas trivialidades de las que trata el sentido comn, son para algunos
estudiosos del mito y para un socilogo agudo como Simmel con l, Bauman (2002),
Maffesoli (2009) y Restrepo (2009)- materias que llenan la vida, y que por estar en
capacidad de originar acciones de unos individuos sobre otros, engendran toda la
resistencia y elasticidad, el abigarramiento y unidad de esta vida social, tan clara y tan
enigmtica109. Por eso la importancia de proponer para nuestra investigacin un
escenario que va trocndose de lo general a lo particular y que nos permite ir
encontrando en las propias incertidumbres, miedos y sufrimientos de las personas
aquellas estructuras que se comparten socialmente. Que estn en lo profundo pero que
sin embargo apenas funcionan como nudos de sentido para las acciones reciprocas entre
los sujetos, pues a todas luces, esas particularidades y detalles de las que estn llenos la
vida cotidiana y sus protagonistas son las que impulsan el influjo entre unos y otros. No
es solamente argumentar que las dinmicas contemporneas de la creencia estn ms
cerca de la lgica de la magia individual, subjetiva, des-regulada- y que por esa causa
el tarot sea tenido en cuenta en su prctica, es decirle a la sociologa colombiana que por
su misma concepcin de la disciplina lo que vale la pena investigar, lo que es un
problema de inters- se ha perdido de fenmenos que merecen atencin, y que hacen
eco a una serie de preocupaciones que se han tratado con amplitud en otro tipo de
sociologa.

Y es de ese influjo del que trata el tarot ya puesto sobre la mesa, pues tal y lo
encontramos en las entrevistas y en las consultas, lo que le interesa al que consulta es
su relacin con los otros y con el mundo; y lo que narra el tarotista es de la relacin de
los otros entre los otros, la relacin de l o ella con los otros, y la relacin de todos con
el mundo. Lo que convierte al consultante en un personaje que va apareciendo en medio
de la mesa y sobre las cartas echadas. Tal y lo present talo Calvino lo que sucede en
consulta es una accin narrativa en donde las personas se convierten en protagonistas de
una historia con tintes dramticos, una historia en la que se tocan aspectos de la vida
social y de la vida intima, no desde un punto objetivamente determinado, sino desde la
109

Simmel, George. 1936. Sociologa. Pg. 26. Buenos Aires: Editorial Espasa- Calpe, S.A.

183

sociabilidad misma, desde las sensaciones, sentimientos, pensamientos y acciones


particulares de una persona ante sus semejantes, sea en el trabajo, en la familia, con los
amigos, con la pareja, con los enemigos, con las instituciones.
As las cosas, la consulta del tarot consiste en narrar lo trivial, eso ocurre tambin en
eventos familiares, funerarias, tiendas de esquina, fiestas, cantinas, telenovelas, novelas,
poemas, canciones, pinturas, teatros, cines y dems; pero esta vez en un escenario
dispuesto para que los temas se toquen con el tono de la adivinacin y la magia. Lo que
permite que en ciertos casos una persona ajena al campo intimo del consultante entre a
opinar, hablar, sugerir, predecir, el fluido de sus relaciones sociales. Esto es posible por
dos elementos generales que se cumplen en las consultas del tarot; el primero, la
legitimidad del tarotista; el segundo, su relativa lejana, su condicin de desconocido.
Ambas condiciones resultan ambiguas al final de los casos, pues parte de la eficacia
simblica del acto mgico de adivinar depende al principio del reconocimiento del
tarotista, o de la manera en que ofrezca sus servicios reconocidamente. Lo que seala
levemente que se pierda su anonimato. Sin embargo eran muy pocos, dos de diez, los
que se reconocan con sus nombres verdaderos, y ms bien el general, los que usaban
algn seudnimo. Esto de los seudnimos resulta una pista importante para interpretar
la consulta como una obra de teatro, o un acto teatral que busca involucrar al publico en
su historia emocionalmente; con ellos se enmascara la persona para presentar al
personaje -adivino-cartomante- que se mueve con mayor comodidad y legitimidad,
fuera quizs de lo que uno de los corrientes alcanza a ver.
Dicho anonimato hace en parte que el tarotista resulte un personaje ambiguo que se
conoce y no, pero que a medida que avanzan las consultas y su eficacia, es a todas luces
reconocido. Esto sucede con las mascaras que logran volverse transculturales como
algunos de los personajes del tarot, la muerte, el loco, el emperador, el diablo; y es
tambin caracterstico de algunos ritos de paso, en donde enmascararse es hacerse otro,
quizs desconocido, pero no tanto, para ser luego reconocido. Lo que sigue marcando la
ambigedad del oficio de tarotista, pues en dicho escenario funge como un extrao con
el que se tratan asuntos ntimos, ya lo hemos registrado: celos, infidelidad, enfermedad,
desempleo, estafa, envidias, venganzas, etc. Pero que por su mascara y por la gramtica
del rito, est desde el principio invitado a hacerlo. Sin esa mascara y sin esa distancia

184

que impone la mascara, que tambin acerca, no sera posible que dicho acto de habla,
con sus narraciones, fuese eficaz.
As las sentencias del tarotista, sus consejos y sus predicciones, requieren que el
escenario este acorde con la imagen previa que se transmite culturalmente sobre la
consulta del tarot. Por eso la puesta en escena de los hermanos marcadamente
brujesca, de tonos oscuros y luz de velas, de imgenes de santos, de inciensos, de
cuarzos. Por eso su separacin espacial y tras bambalinas, un circulo mgico
debidamente trazado para el rito, diseado no slo para recibir a las potestades de los
otros mundos, sino a las incertidumbres de los consultantes. Un escenario ordenado de
lo oculto y de lo desconocido, que por parte del tarotista impone la voz baja, el susurro
y el secreto; hace que esa combinacin de las cartas echadas sobre la mesa y los olores
a tabaco o a sahumerio, el cristo agonizante, las almas del purgatorio, soporten la
legitimidad de la prctica de adivinacin.
Lo mismo sucede con los taropeutas que preparan un escenario donde bien pueda
llevarse a cabo el rito, pero que no se preocupan tanto por el mobiliario brujeril de
colores opacos y luz de velas, pero que s conservan el crculo mgico sobre la mesa,
con cuarzos, inciensos, vasos de agua, amuletos, paos de colores. De una forma ms
sencilla los taropeutas preparan su escenario de tal manera que para el consultante se
marque un espacio ritual que permita tocar su sociabilidad y sus intimidades; y que para
ellos sea funcional con la mscara y el tono de su narrativa.

Ambos escenarios en la prctica resultan eficaces, pues los consultantes asisten en busca
de respuestas a sus incertidumbres tanto a los locales comerciales de los hermanos
como a los estudios y salas de los taropeutas. Sin embargo para una detallada
interpretacin de su eficacia, no basta con dibujar la funcin del mito y del rito en
general, sino buscar tambin aquellas variables que pueden darnos luces sobre la
distincin entre ambos escenarios. De tal manera que lleguemos a encontrar algunas
predisposiciones sociales y compatibilidades para que un acto de cartomanca con el
tarot, ya sea de adivinacin o de consejo, resulte exitoso. Estas variables,
predisposiciones y compatibilidades son las que moldean las narrativas de los tarotistas
con un contenido particular, si bien los mitos los encontramos simblica y

185

estructuralmente detrs de las historias, los cdigos que aparecen mientras se narran,
varan en valor de acuerdo al acumulado de capitales sociales de sus protagonistas.
Hasta aqu me atrevera a afirmar que en general los tarotistas son especialistas de lo
esotrico, como sub-campo de lo religioso s se me permite, en tanto producen,
reproducen y distribuyen el capital esotrico adquirido por competencia, a travs de un
aprendizaje prctico y de un aprendizaje sistematizado por instituciones encomendadas
para producir y reproducir el capital esotrico, como los son las rdenes esotricas (El
Alba Dorada, Los Constructores del Aditum, La Gran Fraternidad Universal, por
nombrar algunas) y las libreras esotricas (Librera el Arcano, principalmente) que
comercializan los textos de diferentes editoriales especializadas en este tema.
(Generalmente cada orden esotrica sostiene una editorial) Cabe anotar que estas
rdenes esotricas, originadas principalmente en Europa o en los Estados Unidos,
distribuyen el capital esotrico tambin a partir de sistemas simblicos, producto de la
reinterpretacin letrada de sistemas mticos rituales e ideologas reconocidas como
religiosas. El tarotista es un especialista socialmente reconocido como detentador
exclusivo se un saber autrquico. Aunque esto es oscilante, ya que el capital esotrico,
as como su mensaje, est determinado por el habitus110 de clase o de grupo al que estn
ligados los especialistas, los difusores y los receptores. Generalmente entre los
detentadores del monopolio religioso, el tarotista aparece como un manipulador profano
de lo sagrado, como mago o brujo, que se caracteriza por hacer parte de un cuerpo
ilegitimo, hertico histricamente; en principio, porque su capital esotrico es atribuido
110

Uso el trmino de Bourdieu porque ejemplifica la acumulacin social de prcticas y de creencias por

parte de una persona a travs de su vida. En palabras del autor: Necesidad incorporada, convertida en
disposicin generadora de prcticas sensatas y percepciones capaces de dar sentido a las prcticas as
engendradas, el habitus, en tanto que disposicin general y transportable, realiza una aplicacin
sistemtica y universal, extendida ms all de los limites de lo que ha sido directamente adquirido, de las
necesidad inherente a las condiciones de aprendizaje: es lo que hace que el conjunto de las prcticas de un
agente (o del conjunto de agentes que son producto de condiciones semejantes) sean a la vez sistemticas,
porque son producto de la aplicacin de idnticos esquemas (o mutuamente convertibles) y
sistemticamente distintas de las prcticas constitutivas de otro estilo de vida. ()Estructura
estructurante, que organiza las prcticas y la percepcin de las prcticas, el habitus es tambin estructura
estructurada: el principio de divisin en clases lgicas que organiza la percepcin del mundo social es a
su vez producto de la incorporacin de la divisin de clases sociales. (Bourdieu, Pierre. 1992. La
Distincin. Pg. 170. Madrid: Taurus.)

186

a grupos socialmente desposedos material y simblicamente, muchos de los fundadores


y de los autores de las rdenes esotricas y de sus libros, son reconocidos por los
detentadores del monopolio religioso como sacrlegos, sectarios. Pero esto es oscilante;
segn el habitus del tarotista y del consultante,

el capital simblico111 logra

transformarse, gracias a su reconocimiento, en carisma. Esto porque muchas veces, el


reconocimiento opera desde los estilos de vida112 , desde la clase o grupo en donde
ocurre la creencia y la prctica. Por tanto existe la posibilidad de que el tarotista, como
muchos esoteristas, pertenezca a una posicin dominante, con condiciones econmicas
y sociales altas; y no sea deslegitimado por los miembros de su misma clase o grupo,
pero que deslegitime, con ayuda de los detentadores de lo religioso y de lo esotrico, a
tarotistas que para su gusto113 aparecen como vulgares. Ellos tambin imponen
disimuladamente los principios de estructuracin de la percepcin del mundo. El mazo
de cartas del tarot es un sistema de clasificacin simblico establecido, y al cual se le
atribuye la caracterstica principal de manifestar las correspondencias entre lo
trascendente y lo cotidiano. Es un sistema simblico que opera en la prctica ritual
como abstraccin de lo oculto, supranatural, para generar explicaciones segn las
representaciones estructuradas de la posicin en el espacio social de la persona, esto es
en la estructura que determina las interacciones y las representaciones de ellas, los
signos distintivos como lo son: los bienes (econmicos/culturales) y las prcticas
enclasadas y enclasantes. A la vez que aplica al consultante un conjunto de
probabilidades apropiadas, estableciendo as, hipotticamente, el porvenir. El habitus

111

Bourdieu, Pierre. 1997. Razones Prcticas. Pg. 173. Barcelona: Anagrama.

112

Los estilos de vida son as productos sistemticos de los habitus que, percibidos en sus muchas

relaciones segn los esquemas del habitus, devienen sistemas de signos socialmente calificados (como
distinguidos, vulgares, etc.). La dialctica de las condiciones y de los habitus se encuentra en la base
de la alquimia que trasforma la distribucin de capital, resultado global de una relacin de fuerzas, en
sistema de diferencias percibidas, de propiedades distintivas, es decir, en distribucin de capital
simblico, capital legtimo, desconocido en su verdad objetiva. (Ibdem: 1992. Pg. 172.)
113

El gusto, propensin y aptitud para la apropiacin (material y/o simblica) de una clase determinada

de objetos o de prcticas enclasadas y enclasantes, es la formula generadora que se encuentra en la base


del estilo de vida, conjunto unitario de preferencias distintivas que expresan, en la lgica especifica de
cada uno de los sub-espacios simblicos mobiliario, vestidos, lenguaje o hexis corporal la misma
intencin expresiva. (Ibdem. Pg. 173.)

187

del tarotista determina el mensaje simblico del tarot, a la vez que anticipa por
presupuestos en la identificacin de estructuras y secuencias homlogas y socialmente
adecuadas del habitus del consultante, las condiciones objetivas que determinan la
posicin del sujeto. Es muy probable que entre tarotista y consultantes exista la afinidad
electiva de un habitus de clase, entendido este como unos principios comunes de
percepcin, concepcin y accin, interiorizadas. Se comparte un mundo, y se
discrimina el mismo por la capacidad adquisitiva que posea el consultante, por su estilo
de vida. As, la eficacia simblica114, surge no solamente por la precisin del dictamen
como producto de la correcta interpretacin de los smbolos en las cartas, que ya de por
si portan un universo de posibilidades que abarca todo tipo de preguntas y todo tipo de
explicaciones socialmente adecuadas y culturalmente factibles, porque estn hechas del
sistema de clasificaciones que las estructuran, como reflejo de los cdigos que
sistematizan las creencias; sino tambin por la eficaz identificacin del habitus del
consultante, por la adivinacin si se quiere, de los cdigos que estructuran
interiormente al sujeto, por distincin de los mismos en el cuerpo como esquemas de
estar en el mundo; todo gracias a su propia experiencia y a la herramienta que delimita
la posibilidad. Aqu marcamos el punto de distincin, y es que existe una diferencia
social al pagar 80.000 pesos a una licenciada en filosofa con apellidos extranjeros y una
casa propia al norte de la ciudad, a pagar 10.000 pesos en una consulta hecha por un
hermano en un edificio derruido de la Jimnez con carrera Dcima. Lo que nos deja
abierto el tema para asegurar que el habitus del tarotista y del consultante, junto a sus
estilos de vida, son dos variables importantes en la eficacia del rito, y que si resultan
afines, en cierta medida garantizan un porcentaje alto del xito de la lectura. Pues segn
las entrevistas y los ejercicio etnogrficos y los distintos registros nos es posible
argumentar que las narrativas vinculadas a la Nueva Era, tipo Librera Los Arcanos, con
gematra, cbala, astrologa, numerologa; con un tarotista profesional y una consulta de
80 o 120 mil pesos, o una narrativa con algo de psicoterapia, resulta eficaz para una
poblacin con niveles de educacin superior, ajenos a las clases populares y con el
114

La eficacia simblica podra encontrar su origen en el poder que sobre los otros proporciona, y

especialmente, sobre su cuerpo y creencia, la capacidad colectivamente reconocida de actuar, por medios
muy diversos, sobre los montajes verbomotores ms profundamente ocultos, ya sea para neutralizarlos ya
para reactivarlos hacindolos funcionar mimticamente. (Ibdem: 1990. Pg. 118.)

188

capital suficiente para invertirlo en este tipo de bienes. Mientras que las narrativas con
carcter brujeril estn ms vinculadas a las clases populares y rurales, con educacin
media y menor capacidad econmica. Esto no indica que sea imposible encontrar
ejemplos de un cruce entre estilos de vida, el libro de Germn Castro Caicedo, La Bruja,
es una prueba de ello, en dnde se narran las asiduas visitas de una bruja de Frontino
Antioquia a un Presidente de la Repblica de Colombia; de igual manera lo
comprobamos en campo con las mltiples menciones que hacan los tarotistas sobre sus
clientes ms famosos entre los que desfilan polticos, administradores, economistas,
militares, etc.
Sin embargo es importante sealar que una causa muy probable de la eficacia en las
consultas del tarot realizadas entre estilos de vida impares es el exotismo, sobre todo por
parte de las clases altas que buscan en prcticas no-distinguidas la distincin, esto
porque al acercarse en la propia ciudad a otro, ajeno, distante, oculto, brujesco, rural o
selvtico, se obtiene un valor simblico agregado de la consulta y de cierta manera se le
convierte tambin en travesa. Resulta ser en menor escala similar a aquel prestigio que
da visitar al Dalai lama o a x gur en los picos del Himalaya o en cualquier regin del
Punyab en ese peregrinaje mstico que hacen los ricos por las calles de los pobres. Lo
que potencia al final la imagen estereotipada, tpica y comn de la brujera y del tarot,
pues lo que operan son toda esa serie de cdigos y de smbolos que aparecen una y otra
vez en los volantes y en las pginas de Internet, y en las revistas y en la televisin; ese
poder que viene de lejos, de una civilizacin perdida, de un secreto trado desde la selva,
de una tradicin oculta, de un lugar o personaje que es totalmente otro, extrao y
extranjero; y que resulta instalndose en un local comercial de 30 metros cuadrados o en
un edificio deteriorado de oficinas en el centro de la ciudad.

En resumen la consulta del tarot se inscribe en la ciudad de Bogot en escenarios de


contenido mgico, por las referencias narrativas que emplean, por la dinmica y carcter
mismo de la interaccin social entre los participantes y por la funcin simblica de
apelar a fuerzas eclcticas para la resolucin de incertidumbres o para el anuncio del
futuro. Esa interaccin social, que es una prctica asidua y trivial en los habitantes de la
ciudad lo que no indica que sea regular u obligatoria- consiste en narrar a travs del
sistema de significados que provee la baraja, aspectos de la vida sociable e intima del
189

consultante; esa narrativa incluye disposiciones del tarotista maneras corporales, del
lenguaje, capitales simblicos, estilos de vida, status- que le sirven para atrapar la
atencin y el sentido que su cliente requiere en la consulta, para constituir su mscara y
legitimidad en el ritual; la experiencia de su oficio y su propia acumulacin de prcticas
y de creencias en la vida dan tonalidad al mito, dan personalidad al sentido comn que
es narrado al comps de los tpicos de salud, dinero y amor.

Sin embargo existe algo particular en la adivinacin con el tarot y es su vinculo cultural
e histrico con los juegos de naipes, lo que impide se asle en consenso como un objeto
religioso y se mezcle con esos significados -de ilegalidad, de estafa, de peligro-de
Destino, Azar, Fortuna- que aparecen en el lenguaje del juego. Lo que abre la paleta de
recursos culturales para darle sentido al tarot y a las actitudes que en su consulta son
posibles, resaltando que lo ldico no est tan distante de lo adivinatorio.

4.2. Adivinacin y Juego. Relatos que atrapan el sentido.

juego mi vida, cambio mi vida.


De todos modos
la llevo perdida...
(Len de Greiff, Relato de Sergio
Stepanski)

Por otra parte tenemos la actitud ldica en la consulta del tarot, habamos advertido la
presencia del juego en los inicios del oficio de tarotista, y ahora nos interesa profundizar
un poco en lo que esto significa dentro del rito. No slo porque en determinadas
ocasiones lo ldico sea una memoria del ejercicio adivinatorio para el especialista, sino
porque se presenta en la actitud de la mayora de consultantes y de potenciales
consultantes. En muchas ocasiones en las que expuse sin detalles mi tema de
investigacin y fue mencionado el tarot, un porcentaje considerable del auditorio al final
de la charla se acercaba a preguntar si saba leer las cartas, si adivinaba cosas con el
tarot; mientras que otro porcentaje sugera que las dudas de mi investigacin iban a ser
resueltas echndole las cartas; ambos apuntes fueron y son hechos cada vez que
190

ocurre lo mismo con un tono particular entre la broma y el juego, lo que llev a
considerar este tema de la actitud ldica como una variable importante en la
interpretacin de la consulta del tarot.

As las cosas existen indicios claros de que por lo menos en cuanto a lo que corresponde
a la adivinacin con el tarot, el juego, su actitud y su contenido, se presenta con cierta
intensidad permitiendo que la eficacia del rito resulte mucho ms elstica que en un
caso de curacin shamnica u otras formas de adivinacin. Y esto nos parece clave para
encontrar el asidero cultural a esta prctica, cuestin que puede explicar su permanencia
y su vertiginosa expansin por las ciudades, adems de su plasticidad y fcil acceso.
Porque a nuestro parecer no es suficientemente slido el argumento de un
reencantamiento del mundo o de la crisis de sentido en el mundo contemporneo para
interpretar la presencia del tarot en la ciudad de Bogot o en cualquier ciudad, ni mucho
menos su permanencia durante ms de tres siglos. Pues tal y lo hemos demostrado esta
interaccin tan simple y espordica, vista con desprecio por las ciencias sociales, trivial
y en los pocos estudios hechos relegada a un capitulo o atribuida al exceso de soledad y
de anonimato de la condicin posmoderna, comparte con el juego sendos nudos y trazos
de significado que la ponen en una condicin sui generis para las clasificaciones
ortodoxas.
Para seguir aclarando esta conexin entre lo ldico y lo mantico, y mejor, de la
presencia del juego en las prcticas de adivinacin, es pertinente sealar un paralelo que
hacen Eco y Sebeok (1989) entre el trabajo de Charles S. Pierce y el personaje mimado
de Arthur Conan Doyle, Sherlock Holmes. Para Eco y Sebeok existen similitudes en la
propuesta semitica pirceana y el mtodo deductivo de Holmes pues ambos a travs del
signo son capaces de construir hiptesis confiables que pueden pasar por habilidades
propias de adivinos. Es el contraste entre el personaje y el autor lo que anima a Eco y
Sebeok a encontrar en los pasos que da Holmes para resolver un caso todo un proceso
semitico, y en los intereses de Pierce en una teora de por qu la gente adivina
correctamente tan a menudo que aclara el pretendido don natural de Holmes para dar
en el blanco y de paso sorprender a Watson.

191

Los semilogos y literatos han trabajado extensamente estos intereses, son ms


rigurosos y conocen con profundidad el alcance de la discusin; ac la quisimos
convocar de manera sencilla y breve a travs de Eco y Sebeok para plantear puntos en la
actitud de Holmes y Pierce que pueden presentarse en la adivinacin con el tarot y que
le dan un alcance sugestivo tanto al proceso de interpretacin de lo signos en las cartas,
como en la actitud ldica que soporta esa aventura de adivinacin.
De la similitud de mtodo entre la semitica de Pierce y el detectivismo del Holmes,
queremos destacar la recoleccin instintiva de indicios por ambas partes, y su capacidad
de conjeturar, deducir e imaginar hiptesis a partir de minucias o pequeos datos, y el
papel que en esa formulacin tienen tanto la percepcin, la intuicin, la imaginacin y la
especulacin. Son ya conocidas las escenas en donde Holmes a partir de un detalle
insignificante, un poco de tierra roja en el calzado, las rodilleras de un pantaln, las
cenizas de un cigarro, etc., desprende grandes inferencias que para Watson resultan ser
un trabajo de adivinacin, y que para Holmes no son ms que el trabajo legitimo de un
buen observador y una buena deduccin. Segn Eco y Sebeok a este trabajo Pierce
comnmente lo denomino abduccin o retroduccin [razonar hacia atrs], que l mismo
describa como una ensalada singularcuyos ingredientes principales son la falta de
fundamento, la ubicuidad y la fiabilidad115 y que se fundamenta en que a partir de un
hecho real se pueda inferir algo que puede que sea o que puede que no sea, en un
instinto que obliga a que partir de un signo nos inclinemos por una hiptesis que a
partir de la observacin de ciertos indicios extraigamos slidas conjeturas. Para Pierce
este proceso en muchos casos no es consciente y ocurre de manera repentina, tanto as
que us la palabra insight para describir la irrupcin de la inferencia abductiva, lo que
no impide que este tipo de proceso entre en la produccin de conocimiento y por tanto
en la manera de llevar a cabo una investigacin; esto muy bien lo registran Eco y
Sebeok al comparar las reflexiones y mtodo de Pierce con el del famoso detective.
Recordemos pues que Sherlock Holmes en sus investigaciones va hilando hiptesis en
silencio a partir de los detalles minsculos que para Scotland Yard pasan
desapercibidos, y que en dichas ocasiones un detalle que ha perseguido durante la trama
confirma su hiptesis o lo desva hacia otra; recordemos de la misma manera que dentro
de sus deducciones y para llevar a buen termino las mismas, Holmes utiliza el desafo,
115

Eco, Umberto y Sebeok, Thomas A. 1989. El Signo de los Tres. Pg. 37. Barcelona: Editorial Lumen.

192

para nosotros, una evidente actitud de juego frente a los policas y detectives, frente a
Watson, frente a los testigos o dolientes en el crimen, y frente al asesino. Esta actitud
ldica Eco y Sebeok la reconocieron en el lugar que ocupa la ensoacin en el mtodo
de investigacin de Holmes116, pero no se percataron de la misma en la propia actitud
del detective. Es claro que Holmes en sus investigaciones se divierte, Watson describe
muy bien esas alteraciones en su estado de nimo, provocadas muchas veces por los
desafos que arrojan las pistas para resolver el caso, o por las acciones de los implicados
y las hiptesis de la polica. Ms que para Holmes, que en sus libros es impecable y
astuto y lleno de virtudes, para Scotland Yard y para Watson, esa actitud ldica de
Holmes est conectada con su facultad para la adivinacin, cmo si jugar a sorprender
a los dems con su capacidad de deducir o de ver lo que los otros no ven. Y es por eso
mismo que al final de sus aventuras le brillan los ojos mientras se nota en l una actitud
triunfante, pues es evidente que con esos finales teatrales del famoso detective lo que se
quiere demostrar es que ha ganado la partida.
Tal y ocurre en algunos juegos, saber interpretar los signos conduce irremediablemente
a la solucin del enigma, Sebeok ha tratado el asunto con el juego de fro y caliente,
pero es conocido por nosotros que las variables de este tipo de juego son infinitas,
descubra el personaje, batalla naval, dnde est la bolita, adivina adivinador,
por nombrar quizs los ms reconocidos. Lo interesante en Holmes es que tiene un
mtodo, al igual que los magos, los shamanes, los prestidigitadores, los tahres, y los
contadores de cartas, tanto para conocer al final de la pesquisa aquel signo revelador,
cmo para presentar ante el pblico sus resultados. Eco y Sebeok nos cuentan que l
mismo habla de las cualidades necesarias al detective ideal y que son el fundamento
de su mtodo, la necesidad de conocimientos del detective, la necesidad de observacin
y la necesidad de deduccin. En resumidas cuentas, la primera trata del acervo de
conocimientos del detective, y de conocimientos pertinentes, para el caso de Holmes
Watson hace una lista que incluye, qumica, derecho, botnica, geologa, literatura
sensacionalista; la segunda, ya la habamos resaltado, esa capacidad de observar el
detalle y de no pasar por alto ningn signo por ms nimio que sea; la tercera, un poco
ms compleja, incluye la capacidad de construir hiptesis a partir de datos objetivos,
sopesarlas y evaluar lo posible y lo imposible en ellas, para despus a partir de lo
116

Ibdem. Pg. 49.

193

emprico confirmar punto por punto las hiptesis, hasta descartar las intiles y llegar a
la meta.
Para nuestro inters estas necesidades complementan lo dicho anteriormente para los
tarotistas, que a nuestro juicio por el sentido prctico y habitus adquirido en la
repeticin de su oficio, resultan en el escenario detectives y jugadores. Pues bien han
sostenido el desafo de adivinar la intimidad de los consultantes asiduamente,
reconociendo a travs de los indicios derivados de la apariencia fsica, su modo de
hablar, sus gestos, la manera de vestir, sus incertidumbres y dems; signos que ayudan
a ir construyendo hiptesis sobre la vida pasada, presente y futura del consultante. A la
vez que cuentan con un acervo amplio de consultas que los hace expertos, y por decir lo
ms, lo conocen bien, ya que han revisado con esmero los manuales, o han asistido a
cursos de tarot o en su defecto han jugado muchas veces el juego. As las cosas, para
efectos del anlisis, el tarotista resulta ser un jugador que tiene en sus manos dos
facultades importantes, la experiencia y las preguntas, la primera le permite seguir su
instinto tal y el detective sigue las pistas, y la segunda le permite acercase ms al ncleo
de sentido del consultante, a la nuez de sus incertidumbres y tocarlas. Tal y ocurre con
el juego de descubra al personaje el tarotista con las cartas que van saliendo sobre la
mesa y las preguntas que va haciendo, arroja una red que pretende atrapar el sentido del
consultante, hasta narrar algo que logre encantarlo y descubrirlo.

No es necesario que el tarotista hile su relato muy delgado para la eficacia o sustento de
la consulta, los ejemplos de los hermanos nos dieron una narracin gruesa, sin
muchos detalles pero que por ser intensamente brujesca apela a recargarse en los signos
del escenario, las velas, el sagrado corazn, los ngeles, lo oculto; los taropeutas
tampoco llenan todos los pasos de su interpretacin, no deducen abiertamente tal y lo
hace Holmes al final de sus casos, pero si hilan ms delgado, tienen ms espacio para la
palabra en sus consulta y lo que no apoyan en los signos del escenario lo pretenden
llenar con el lenguaje y con un mobiliario mucho ms corriente, un bur que sea similar
a una oficina. Es en ambos casos construir a partir de lo que se tiene preparado,
preestablecido, una situacin que le permita sacar provechosamente el significado del
consultante a flote, su preocupacin o incertidumbre ms aguda; se siguen algunas
veces las huellas que va dejando la interaccin al ir destapando las cartas sobre la mesa,
194

se profundiza en un tema, se insiste en otro, se olfatea, o mejor, en palabras de los


tarotistas, se intuye, el tema nuclear del consultante. El escenario, las narrativas, el
orden de las acciones, la disposicin de las cartas, el mazo y su historia cultural, todo
est dispuesto para que los significados de la adivinacin y del juego formen un relato
con sentido para el consultante.

En lo profundo de la red de significados est la formula sencilla de que la vida es un


juego, y que tanto los signos as como las huellas que persigue Holmes, son jugadas
que definen al personaje que va a ganar o perder la partida; todo en la vida es
susceptible de mostrase ejemplarmente como un juego, es la idea que persigue Huizinga
tras el derecho o la guerra, es la cacera que ve Watson hace Holmes de los asesinos, es
el como si del tarot echado sobre la mesa. Una conexin extensa, entre adivinacin y
juego, entre juego y vida, entre vida y destino, que funciona cabalmente para modelar
problemas tpicos de las ciencias sociales y que ac presentamos en Lvi-Strauss y en
Bourdieu.

Supongamos un observador que ignora todo lo concerniente a nuestras


cartas de juego, y escucha a una cartomntica durante un perodo
prolongado. Este observador ve y clasifica a los clientes, adivina su edad
aproximada, sexo, apariencia, situacin social, etctera, un poco a la
manera del etngrafo que sabe algo de las sociedades cuyos mitos
estudia. Nuestro observador escuchar las consultas, las registrar
inclusive

en un grabador para poder estudiarlas y compararlas a

voluntad, tal como lo hacemos con nuestros informantes indgenas. Si el


observador

posee

la

inteligencia

suficiente

si

recoge

una

documentacin bastante abundante podr, al parecer, reconstruir la


estructura y la composicin del juego empleado, es decir, el nmero de
naipes (32 o 52) repartidos en cuatro series homlogas formadas por las
mismas unidades constitutivas (los naipes) con un solo rasgo diferencial
(el color)117

117

Lvi-Strauss. 1964. Antropologa Estructural. Pg. 235. Mxico D.F.: FCE.

195

No sabemos si es ingenuo el ejemplo de Lvi-Strauss, su produccin acadmica nos


permite dudar de que se tomar las cosas a la ligera, pero lo que si es cierto es que en
ese ejercicio de investigacin que l propone mezcla sin atencin la adivinacin con el
juego y busca la estructura, no de los relatos, cosa curiosa, si no de la composicin del
juego; su inters est en encontrar detrs de las consultas la estructura, el orden y la
relacin entre los elementos de la baraja, digamos el esquema de la tirada, ms que el
papel del mito o la eficacia del mismo en el acto de adivinacin; usa un juego de naipes
para describir su idea del mito.

El segundo ejemplo podramos decir que complementa las pretensiones de Lvi-Strauss


e ilustra aquello que el filosofo dej de lado, pues se mueve en un campo con otros
intereses, digamos ms dirigidos hacia los que estn alrededor de la mesa, que haca la
mesa misma,

y en esto se reconocen los aportes de Bourdieu a la sociologa y

antropologa contempornea, esa capacidad de realizar una propuesta terica que de


cuenta de los agentes y de las estructuras, y que para este caso de cuenta del juego y
de los jugadores.

En efecto, se puede comparar el campo a un juego (aunque, a diferencia


de este ltimo, no se trate del producto de una creacin deliberada y
obedezca a reglas o, mejor dicho, a regularidades que no son explicitadas
o codificadas). As, tenemos apuestas que son, en lo esencial, resultado
de la competicin entre los jugadores; una inversin en el juego, illusio
(de ludus, es decir, juego): los jugadores estn atrapados por el juego. Y
si no surgen entre ellos el antagonismo, a veces feroces, es porque
otorgan al juego y a las apuestas una creencia (doxa), un reconocimiento
que no se pone en tela de juicio (los jugadores aceptan, por el hecho de
participar en el juego, y no por contrato, que dicho juego es digno de
ser jugado, que vale la pena), y esta colusin forma la base de su
competicin y conflictos. Disponen de triunfos, esto es, de cartas
maestras cuya fuerza vara segn el juego: as como la fuerza relativa de
las cartas cambia de acuerdo con los juegos, la jerarqua de las diferentes
formas de capital (econmico, cultural, social, simblico) se modifica en
196

los diferentes campos. Dicho de otra manera, existen cartas vlidas y


eficientes en todos los campos se trata de las especies fundamentales de
capital- , pero su valor relativo como los triunfos vara segn los campos
e, incluso, de acuerdo con los estados sucesivos de un mismo campo118

El ejemplo de Bourdieu nos ayuda al amarre provisional de nuestra propuesta, ac


aparecen los jugadores como poseedores de un capital que es representado por las
cartas, al igual que ocurre con el tarot, cada carta sobre la mesa significa una serie de
valores positivos o negativos dentro de la vida del consultante, con el agregado de que
en consulta dichos triunfos, para el caso Arcanos, permiten al tarotista construir una
narrativa que atrapa en la illusio de s misma a quien acude a sus servicios. Sin
embargo la distancia con el ejemplo de Bourdieu est en que de cierta manera para su
modelo de juego los agentes actan estratgicamente y buscan en la partida acumular
capital, dejando muy poco al azar; mientras que en la consulta del tarot, el azar y la
incertidumbre son dos caractersticas vitales e importantes para la eficacia y
permanencia de dicha prctica.
Ambos apartes muestran el uso del naipe como modelo en las ciencias sociales, cuestin
que se puede mencionar tambin para el juego, que ha sido utilizado sin nmero de
veces en la academia para dar cuenta de procesos sociales, polticos, econmicos,
personales, etc. Y es precisamente esta condicin del tarot, que es ante todo un juego de
naipes, la que da esa plasticidad y permanencia del objeto tanto en los escenarios de
juego como en el escenario de adivinacin y la que aparte de su representacin en el
campo mgico-esotrico, le permite entrar profundamente en los asideros de la vida
corriente.
Esto es posible sostenerlo con miles de ejemplos que estn puestos al alcance del
cualquier persona; ejemplos que aparecen asiduamente en poesas, canciones, novelas,
telenovelas, pelculas, obras de teatro, comerciales, museos, Internet, etc., y que nos
ayudan a entender porqu es clave tener en cuenta est conexin entre lo ldico y lo
mantico en la prctica del tarot. Ya que para nosotros es evidente que en ambos
118

Bourdieu, Pierre y Wacquant, Wloc. 1995. Respuestas: Por una Antropologa Reflexiva. Pg. 65.

Mxico D.F.: Editorial Grijalbo.

197

escenarios las nociones de Destino, Suerte, Fortuna, Azar marcan el contenido de los
temas que ponen los tarotistas y consultantes sobre la mesa, proveyendo a dicha prctica
de un horizonte de significado amplio y enlazado con lo trivial, con la vida misma y sus
tpicos.
Ejemplos de esta alegora entre la vida y los naipes estn en el bolero de Daniel Santos,
El Juego de la Vida, y en el famoso tango de Francisco Gorrindo Las Cuarenta; en el
bolero de Daniel Santos tenemos que a manera de advertencia su autor nos dice: Juega
con tus cartas limpias en el juego de la vida, mientras que en la letra del tango escrito
en 1937 su melanclico protagonista nos cuenta que, Toda carta tiene contra y toda
contra se da. El mismo uso de la imagen que proveen los naipes lo encontramos en una
ranchera cantada por Juan Gabriel, el tema titulado Tercia de Reyes toca el asunto del
amor y la traicin de la siguiente manera: T no tienes nada, y yo tengo ases y tercia de
reyes, ensea tu juego y te dars cuenta de que nada tienes. O encontramos tambin el
tema de los naipes en cantantes de rock, tal es el caso de la cancin Cartas sin Marcar
interpretada por Andrs Calamaro y que dice que La suerte juega con cartas sin marcar
y no se puede cambiar. O ya el caso ms puntual entre juego, vida y adivinacin que
est en uno de los xitos del famoso cantante Sting, Shape of my heart (1993), y que
vale la pena citar en su totalidad:

He deals the cards as a meditation


And those he plays never suspect
He doesn't play for the money he wins
He doesn't play for the respect
He deals the cards to find the answer
The sacred geometry of chance
The hidden law of probable outcome
The numbers lead a dance

I know that the spades are the swords of a soldier


I know that the clubs are weapons of war
I know that diamonds mean money for this art
But that's not the shape of my heart
198

He may play the jack of diamonds


He may lay the queen of spades
He may conceal a king in his hand
While the memory of it fades

I know that the spades are the swords of a soldier


I know that the clubs are weapons of war
I know that diamonds mean money for this art
But that's not the shape of my heart
That's not the shape, the shape of my heart

And if I told you that I loved you


You'd maybe think there's something wrong
I'm not a man of too many faces
The mask I wear is one
Those who speak know nothing
And find out to their cost
Like those who curse their luck in too many places
And those who fear are lost

I know that the spades are the swords of a soldier


I know that the clubs are weapons of war
I know that diamonds mean money for this art
But that's not the shape of my heart
That's not the shape of my heart

Los ejemplos anteriores nos sirven para mostrar que existe una conexin profunda,
simblica, entre los naipes y la vida, y que est ha sido aprovechada con esmero por la
literatura, la msica, la pintura, el teatro y el cine. Son innumerables las ocasiones en
que los naipes aparecen en la literatura, los tenemos varias veces en las novelas de
Sherlock Holmes y aparecen con insistencia en la novela paradigmtica de Gabriel
199

Garca Mrquez Cien Aos de Soledad119 esto por no traer a cuento un ejemplo ms que
reconocido como lo es Alicia en el Pas de las Maravillas. Igual sucede en el cine, en
donde los naipes se encuentran como recurso comn para ambientar un crculo de
amigos, una conspiracin, una apuesta, una negociacin, etc. Y con ellos es capaz de
contarse historias tan bien elaboradas como Scoop de Woody Allen, o aquella basada en
la novela de William Makepeace Tackeray y dirigida para el cine por Stanley Kubrick,
Barry Lyndon (1975).
La primera es genial y llamativa porque combina en una misma historia el uso de los
naipes en el juego, en la prestidigitacin y en la adivinacin; en ella la trama se teje
entre una estudiante de periodismo, un mago de feria, un joven multimillonario y el
fantasma de un famoso reportero. Las escenas estn repletas de imgenes de naipes y el
argumento central es la bsqueda de un asesino que deja en los lugares del crimen una
carta del tarot, situacin que sabemos se replic en la vida real en los Estados Unidos
con John Allen Muhamad, un francotirador que asesin a diez personas en Washington;
pero que nada tiene que ver con la intencin ni el desenlace de la comedia del director
britnico.
La segunda es una obra maestra de Kubrick, que narra las sucesos de un joven irlands
que busca ascender en la escala social inglesa; la trama gira alrededor de su vida y de
las mesas de juego de naipes que son la fuente de ingreso en muchos casos para Barry,
que ac aparece como un personaje tpico muy parecido a los protagonistas de las
novelas de picaresca del Siglo de Oro Espaol, haciendo parte de una historia trgica y
que habla de la sordidez de la vida social. Una pelcula que gan 4 premios Oscar y que
muestra con claridad y sutileza la importancia de los juegos de naipes para los militares
y cortesanos de la poca. Y que adems pone en escena las acciones e ideas que desde el
siglo XVI se vinculan a los naipes, el desorden, la bebida, la apuesta, la prostitucin, el
engao, la traicin, la estafa, el crimen, etc.

Al igual que en la msica, el cine y la literatura han utilizado los juegos de naipes para
hacer alegoras de la vida cotidiana o para tratar aspectos de la misma que resultan ya
119

Como dice Garca Mrquez, la poesa se caracteriza por sus virtudes de adivinacin y su permanente

victoria sobre los sordos poderes de la muerte.


(http://www.lablaa.org/blaavirtual/literatura/hispo/hispo9a.htm)

200

triviales para muchos de nosotros. Han puesto en escena de manera recurrente al mazo,
vinculando a los personajes con nociones como el Azar y la Fortuna, el Juego y la
Adivinacin. As por ejemplo en Scoop, se nos presenta en diversas ocasiones, al mago
de feria rodeado de pblico, en su espectculo o en una reunin social, realizando aquel
acto de prestidigitacin que consiste en adivinar una de las cartas elegidas por algn
espectador, ya sea sealando, apareciendo y desapareciendo la carta, sacndola de un
bolsillo, de la manga o de la oreja. Mientras que en Barry Lyndon, es notable el vinculo
que hacen para ambientar las escenas de juegos de naipes, entre los jugadores y las
bebidas, entre Barry y las prostitutas; escenas que son fabricadas a partir de las cientos
de imgenes de la poca que muestran a jugadores reunidos en una mesa atiborrada de
naipes, tabacos, copas y dinero, mientras que a su derredor o en sus piernas aparecen
sendas mujeres a medio vestir susurrndoles al odo o acaricindolos.
Ambas producciones cinematogrficas se soportan en las representaciones sociales que
se han construido alrededor de los juegos de naipes histricamente, condensan, al igual
que las canciones y la literatura esas imgenes del juego y de la adivinacin, y se
inscriben en esa misma lgica que los sita en el polo de lo poco serio, incluso de lo
nocivo, de lo peligroso, de la mentira y de la estafa. Sin embargo en ellas de repente, tal
y sucede con los paradigmas mticos, asoman reflexivamente y reflectivamente los
temas de su contradiccin, y as como cuentan ese polo y lo reafirman, de la misma
manera van mostrando que el juego es cosa seria, y que en l se resuelven asuntos
importantes tanto en las clases populares como en las clases altas.

As las cosas quisimos poner sobre la mesa estos pocos ejemplos para cerrar, abriendo,
nuestra investigacin del tarot. Trayendo a cuento esa indudable conexin que tiene la
baraja mantica con los juegos de naipes en general y que le permiten compartir un
entramado simblico que excede el campo mgico en que siempre han inscrito esa
prctica. Ese entramado incluye expresiones triviales como: tengo un as bajo la
manga, tiene las cartas tapadas, muestre las cartas, soy un as, es un castillo de
naipes etc. Y van acompaadas siempre de nociones sobre la buena y la mala fortuna,
tener o no tener suerte, son las cosas del destino o la vida es un juego. Es claro que
dichas nociones y expresiones triviales no necesariamente hacen referencia al tarot, es
ms, habra que hacer un estudio exhaustivo sobre ellas en busca de su historia y de sus
201

mltiples valores lingsticos, cuestiones que nos parecen interesantes para tener en
cuenta en las ciencias sociales, y que aqu trajimos a cuento a propsito del tarot para
ilustrar su profundidad cultural. Se podr objetar que tanto la baraja espaola como el
pker son juegos de naipes distintos a los tarots, y que dichas nociones y modelos
trabajan para ellas exclusivamente pero tenemos muy en claro que esa distincin opera
en los expertos y que para los lectores de esta investigacin hubiese pasado
desapercibida si en los apartes iniciales no hubiramos llamado la atencin sobre este
punto, esto lo afirmamos porque antes y despus de las consultas y en diversas
exposiciones tuvimos la oportunidad de preguntar espordicamente a los asistentes si
reconocan el tarot, si les era familiar y si encontraban alguna diferencia con las dems
barajas, a lo que generalmente respondan que no, pero estos son nimiedades.
Lo interesante entonces es alcanzar este punto al que hemos trado y nos ha trado la
investigacin, en dnde pensamos y alcanzamos el objeto utilizando otro tipo de arsenal
terico ms sugestivo, y donde le apostamos a indagar la consulta del tarot a trasluz del
juego de naipes; apuesta que a esta altura resulta embrionaria y que se hizo con un
capital limitado pues realmente no se esperaba que se pusiese tanto sobre la mesa, pero
que intenta marcar y llevar al debate sociolgico y antropolgico, quizs para alterarlo,
fenmenos que aparecen muy bien registrados por las clases populares y la produccin
artstica en general, fenmenos que por lo triviales resultan transculturales.

202

5. Conclusiones

Unos pensaban que yo estaba ladrando al rbol


equivocado;
otros que el rbol era el correcto, pero que mi
manera

era

la

equivocada;

otros se preguntaban simplemente si tena sentido


que

yo

estuviera

ladrando;

y otros ms, por fortuna, se incorporaban a la


cacera y me ayudaban a que mordiera as como
ladraba (James Scott)

Para terminar quisiramos resumir lo que encontramos en la consulta del tarot en


Bogot y redondear un poco las ideas que hemos tratado de exponer en esta tesis.
Buscamos responder la pregunta inicial cmo opera el mito en la consulta del tarot? y
para eso tuvimos que acercarnos al objeto en los diferentes escenarios donde aparece
relatado, desde la prensa, los volantes, los manuales, las pginas de internet, la
televisin, la literatura, la msica y la historia particular de la baraja, pasando
lentamente por entrevistas a tarotistas y ejercicios etnogrficos en escenarios de
consulta. Todo en busca del horizonte de significado que permite que una prctica entre
comillada en la modernidad est cultural y socialmente vigente, haga parte de las
dinmicas de la vida corriente de la vida personal y de la vida nacional, aparezca en las
parodias televisivas, en los peridicos de gran tiraje, en los locales comerciales de
cntricas avenidas en la ciudad, ofrezca cursos de aprendizaje, tenga editoriales y
libreras reconocidas.
Si los diagnsticos de la sociologa de la religin haban encontrado la explicacin de
este fenmeno en la incertidumbre y vaco del sujeto contemporneo, en la
relativizacin y pluralismo de las creencias, en la perdida de legitimidad de los
administradores tradicionales de lo sagrado, en la des-regulacin de sus instituciones;
esta tesis opt por profundizar en el contorno Cultural de la prctica y en sus asideros de
significado, haciendo del mito, el rito y el juego, las herramientas conceptuales

203

privilegiadas para dar cuenta del escenario, pues no se haba intentado realmente pensar
en el sentido y en el contenido simblico de la cartomanca en Bogot.
Lo que nos puso detrs de los detalles y de los dispositivos desplegados para su eficacia
en el mundo contemporneo, trayendo para el anlisis y consideracin del tema las
tramas de significado que suspenden al tarot y que lo atan a los juegos de naipes, los
relatos que en la cotidianidad son parte del sentido comn y que lo vinculan en su
prctica a otras prcticas triviales y sencillas; encontrando que a diferencia de las tesis
que supeditan la consulta del tarot a una bsqueda espordica de sentido en un sistema
mtico clsico -se asiste a la magia por crisis-, ese entramado del mito atraviesa no
slo el escenario adivinatorio, sino tambin el juego y de paso los asuntos corrientes del
amor, la salud y el dinero, asuntos que al igual que la adivinacin hacen parte de los
paradigmas culturales profundos de Hispanoamrica.

Partiendo de una sociologa abierta que considera que el mito y el rito son dimensiones
fundamentales para la interpretacin de los hechos sociales, y que estas dos nociones
dan perfectamente cuenta de situaciones, creencias, prcticas, sensaciones e ideas de los
sujetos en el mundo contemporneo, quisimos aplicar las discusiones clsicas de los
conceptos a una realidad particular y puntual en la ciudad de Bogot, la consulta del
tarot; pasando del escenario tradicional en que han sido discutidos los trminos por
dcadas lo extico, lo arcaico, el salvaje- a ambientes puestos al alcance de la mano
cotidianamente en las ciudades colombianas. No buscbamos tanto el vestigio del
pasado ni mucho menos la oposicin trajinada entre tradicin y modernidad para
amarrar el objeto, simplemente nos pareci interesante el ejercicio de asistirnos de los
clsicos en sociologa para sealar quizs a travs de ellos una tesis fundamental en
nuestro estudio: el olvido de la disciplina de este problema, la ausencia de una pregunta
y una reflexin que encare los entramados simblicos de la consulta del tarot, es ms
una actitud de lo que ven los socilogos, que un prejuicio en los autores.

De este ejercicio con los clsicos desprendimos para nuestro inters sendas conclusiones
e interpretaciones sobre el tarot, que nos permiten argumentar que muy a pesar de la
parcialidad de la disciplina con hechos como la magia, sus herramientas dan para pensar
y tratar el problema de la eficacia ritual en la consulta del tarot y la forma en que opera
204

el mito en ella, as como dar una breve idea de los dispositivos que la soportan; ejercicio
que sumado al esfuerzo por traer a cuento el tema del juego, da por resultado el aporte
original de nuestro estudio a la disciplina sin necesidad de algarabas pos-estructurales o
enconadas criticas que prescindan de los clsicos.
Y es que si merecemos la atencin de la sociologa notar que el estudio arroja rincones
sugestivos para la investigacin, que van desde el vinculo poltica adivinacin, hasta
la accin ldica en interacciones sociales; rincones que por lo dems aparecieron en este
texto meramente sealadas contorneando la consulta del tarot, pero que resultan, al igual
que una historia cultural de los naipes, horizontes de investigacin interesantes; que son
pertinentes no slo para abrir la mirada sociolgica sino tambin para traer la mirada
sociolgica y volver sobre nociones que se pensaban exclusivas de sociedades
tradicionales magia- y que parecen retornar al mundo contemporneo de sociedades
pos-modernas.

Sin embargo queremos ac resaltar que la apuesta de esta investigacin pone en entre
dicho el desencantamiento y reencantamiento del mundo, y no evala con el mismo
nimo de esas posturas la irrupcin del tarot dentro de un paquete del pretendido
retorno; sino que evidencia tal y lo hace por ejemplo la sociologa de Jeffrey
Alexander y tal y lo hicieron los clsicos, la necesidad social y cultural del mito en
prcticas no religiosas e incluso triviales de la vida corriente, y que por la reticencia de
los departamentos en este caso a la magia, al juego, al tarot- ha pasado desapercibido a
su sensibilidad intelectual, lo que ha desencadenado que la marginacin y el olvido de la
disciplina por estos temas se excuse bajo el rtulo de inditas experiencias en el ser
humano actual.

Si algo se ha dejado en claro con esta tesis es que la prctica de adivinacin con el tarot
est vinculada con asideros de significado profundos de nuestra Cultura, que van ms
all de la mera magia y que tienen que ver con la percepcin de la vida, del destino, de
la suerte, de la fortuna, del amor y el azar; la consulta del tarot es ms una prctica
trivial que un acto extraordinario, se mueve entre las rendijas de lo sagrado y de lo
profano, es ambiguo por las huellas que le siguen desde el juego, porque es a la vez un
objeto fetichizado, por los slogans y manuales esotricos, y es un juguete que de repente
205

puede trocarse en algo muy serio; se mueve entre los limites de la broma, la curiosidad,
porque no decirlo, en los terrenos de la comedia, pero es capaz de trocarse en un asunto
intimo y delicado, en un relato dramtico e incluso trgico; a su morada acuden
asiduamente polticos, economistas, intelectuales, deportistas, estudiantes y dems en
busca de aliviar una incertidumbre leve con un clic en una pgina de Internet, o
angustiosas penas de salud o trabajo en un local comercial de las calles cntricas de
Bogot. Hay tarot para todo y para todos.

Pero el juego no es el nico modelo que modela al tarot, estn tambin sus nupcias con
el libro, que es otro de los paradigmas culturales potentes detrs de la consulta y que en
este estudio apenas explotamos, pero que vale la pena repasar para dejar caminos
abiertos. Recordemos que existen religiones del Libro, vigorosas fuentes que han hecho
de la escritura un compendio de verbos sagrados e imagen de la divinidad revelada,
objetos de culto que entre sus pginas dicen sus fervorosos creyentes: contienen todo lo
que ha de ser y lo que fue; textos sobre los cuales se han fundado instituciones y con
ellas interpretaciones, lo que es decir, formado lectores y consultantes del Libro, bien
entre los doctores de la Iglesia que buscaban una revelacin de dios entre las pginas al
azar de la biblia (tipo Agustn de Hipona que us la bibliomancia para dar el paso hacia
el cristianismo) o bien entre los mahometanos que cambiaron las imgenes del cielo por
versos del Corn escritos en los muros de las mezquitas.

Quizs uno de los autores que mejor se acerca y es ms atinado en est versin mtica
del Libro, su valor y contenido simblico, es Jorge Luis Borges, famoso no slo por el
culto a los libros que llenan sus escritos, sino por hacer evidente en dicho culto la
importancia del secreto en la interpretacin del mensaje. En sus cuentos todo se lee, se
interpreta y se narra, el universo, los sueos, las bibliotecas, los laberintos, no son ms
que libros escritos en clave que esperan la clave para descifrarse, el protagonista busca
el Libro de los Libros, el sueo de los sueos, la salida del laberinto, etc., y los halla en
formulas que no pueden ser dichas, o que si son dichas no aparecen como formulas,
pero que en muchos casos apelan a una combinatoria secreta, a una visin o un
presagio. Tal y es el ejemplo de Tzinacan en La Escritura del Dios, un sacerdote de la
pirmide de Qaholom que es encerrado en prisin por Pedro de Alvarado y que al pasar
206

de los aos recuerda que entre muchas de las tradiciones del dios existe una que fue
hecha en prevencin de los malos tiempos y que est escrita al alcance del elegido,
Tzinacan por supuesto se considera el elegido y despus de largas lucubraciones logra
descifrar la tradicin del dios en las manchas de un tigre que aparece ms all de la
bveda cuando a su celda entra un rayo de luz, la formula es el compendio del dios y
por tanto del universo, en ella estn el mundo, su libertad, la vida de los hombres, los
eventos de la creacin y el ms remoto futuro; es la idea del dios escritor y del dios
libro.

As las cosas el tarot en un libro descuadernado y tambin un juguete que se usa


comnmente en las calles de Bogot para adivinar o dar consejo, aparece puesto al
alcance de cualquier mano para ser consultado en las pginas de los peridicos
dominicales, en las maanas por los telediarios, con un clic por las miles de pginas en
Internet, en locales comerciales puestos en las avenidas tradicionales de la ciudad en
cualquier estudio y sala de una casa. Es un objeto minsculo, fcil de portar y que ha
aparecido por centurias en exposiciones de arte, anuncios comerciales, camisetas,
stickers, pelculas, novelas, telenovelas, obras de teatro, poesas y canciones; vinculado
las ms de las veces al mundo de la magia, de lo oculto, de las corrientes esotricas e
incluso de la brujera, se mantiene virtualmente aislado en su contenido y en su uso, esto
es en el aprendizaje detrs del especialista y en la forma que adquiere su consulta; pues
en su escenario clsico es manipulado e interpretado por un tarotista que adquiere el
oficio.
El tarotista no es en estricto sentido un mago, ni un shamn, mucho menos un sacerdote,
es ms bien una persona laica que ejerce o posee conocimientos profesionales o tcnicos
en la mayora de los casos y que paralelamente personifica a un adivino o consejero que
prefiere para el escenario trabajar bajo un seudnimo; ha adquirido esa mscara bien
porque desde pequeo sinti e intuy sus capacidades para las artes adivinatorias u
ocultas, o porque simplemente us en una oportunidad el tarot, luego se inscribi en un
curso o adquiri un manual de como leer el tarot y termin dedicando sus ratos libres
e incluso parte de su vida a reproducir el acto. Es un personaje que dice cree y hace
creer en que interpreta la fuerzas (espirituales, energticas, csmicas, etc.) a travs del
tarot, mezcla en su arsenal toda suerte de conocimientos mgico-religiosos de oriente y
207

occidente y con ellos arma teoras propias del destino y de la vida, lquidas heterodoxias
que se acoplan en consulta a lo que dictaminan las cartas y a lo que narra el consultante;
por la situacin de la Magia en la modernidad, su trabajo siempre est en entre dicho,
colgado de las editoriales y de los manuales o tratados esotricos que abundan en las
libreras hoy en da, administra lo sagrado por vas poco convencionales pero s
reconocidas, hace parte de las tradiciones apcrifas de las grandes religiones y
filosofas, de las ciencias ocultas que han permanecido incrustadas en la cultura y que se
envuelven en ella bajo el remoquete despectivo de mitos, en ese sentido ideolgico es
parte de una gran masa de ficcin que va en busca de los misterios de Egipto, el
calendario Maya, el Arca de la Alianza, el Santo Grial, los viajes astrales, la medicina
de los ngeles, la flores de Bach, la astrologa, la numerologa, la cbala y dems
narrativas que habitan hoy da el gnero de la Nueva Era; usa de la misma manera los
panteones catlicos y sus expresiones populares-marginales, aparecen los cristos
agonizantes, las vrgenes piadosas, las almas del purgatorio, el diablo y sus secuaces,
San Gregorio, Mara Lionza, en fin, un conglomerado de creencias y prcticas que
vinculan el pensamiento de Saint Germn con las apariciones nocturnas del arcngel
Gabriel, y las lminas del tarot con una reunin de sabios en el antiguo Egipto o en la
biblioteca de Alejandra. Su ficcin social est fundada en esa literatura, su legitimidad
va de la mano con la prctica asidua y con el tipo de clientes (su habitus y estilo de
vida) que lo visitan por su eficacia en adivinar o en dar consejo-, al igual que el
shamn levistrousiano o el mago de Marcel Mauss, el personaje es tarotista porque los
consultantes creen que es un tarotista, pero a diferencia de los mismos no est encerrado
en una trama de significados que lo condene socialmente si no acta bien al serlo, pues
el mismo contexto y la misma trama le dan la oportunidad del fraude y el truco.
Por otra parte est el consultante, ese personaje difuso que puede ser cualquiera de los
sujetos que Lipovetsky (1996), Giddens (2000), Bauman (2002) describen para la
condicin posmoderna y que anda en busca de sentido en un mundo al que el ocaso de
sus metarelatos ha dejado a la deriva; sujetos personas- que por estar en la ciudad se
enfrentan da a da a la experiencia del anonimato, el exceso, la soledad, la
incertidumbre y el riesgo, y que segn este indicio parcial se acercan al tarot en un clic,
en el peridico, en la calle- para darle sentido y significados a las situaciones corrientes
por las que atraviesan; el tarot sera socialmente para ellos algo parecido a los paliativos
208

contra el sufrimiento, una aspirina, un programa de televisin, la tarde de domingo, la


cena con amigos, una trinchera ms de seguridad ontolgica en la larga lista de ofertas
del mundo actual. Sin embargo lo que anotamos en nuestro estudio es que ese sujeto
aparece como si fuese un personaje dentro del relato dramtico que proponen
inicialmente las cartas y que va construyendo el tarotista, un personaje que es relatado
(no se relata l mismo como sucede en el ejemplo de Calvino) y que busca sensibilizar y
producir resonancia en la subjetividad del consultante que es l mismo- apareciendo
tanto como protagonista y espectador de su propia vida; de los hilos sueltos en los
tpicos sociales de la consulta salud, dinero, amor- y del relato en paralelo de cada uno
de ellos se va anudando la historia para que el personaje cobre sentido y de paso su
sentido sea atrapado, anlogamente a lo que Evans-Pritchard sugiri para los azande, lo
que aparece del consultante es lo construido por la trama de significados puestos sobre
la mesa por las cartas, la experiencia del tarotista y las descripciones-preguntas del
interesado, es una imagen ficticia al igual que los dibujos del tarot, o los personajes de
los cmics, o las mscaras de un carnaval, o las fichas de un juego- que surge de
entrelazar en una telaraa de relatos la interaccin social de la consulta con los signos
de la dinmica ritual. Es en el relato, que tiene visos de sentido comn con un poco de
esoterismo, que aparece el mito para generar y transmitir las pautas o significaciones
culturales de lo que acontece, de la alineacin de los planetas y del poder de dios
todopoderoso frente a las fuerzas oscuras que bloquean la platica o intentan separar
al amante-amado, la accin se hace narrativa y el verbo intenta deambular por los
lugares comunes de la traicin, los celos, la envidia, el robo, la solidaridad, la suerte, la
muerte, la amistad, el odio, la brujera; trayendo sobre la mesa contornos de significado
compartidos y accesibles a cualquier persona, se narran imgenes de la vida corriente
que tratan de los asuntos triviales de la vida y que por siglos han ido transmitindose por
la literatura, el cine, la pintura, la msica entre otras.
En resumidas cuentas para nuestro modelo existen cinco dimensiones importantes y que
hay que tener en cuenta para el anlisis del objeto: La dimensin del mito, que es el
tejido profundo de los significados culturales que soportan la prctica, son las creencias,
el sentido comn que indica o da el sentido a la consulta, all estn las relaciones de la
baraja con la magia, la adivinacin, la brujera, la supersticin. Ests nociones-creencias
son por supuesto ambiguas, son tanto falsas como verdaderas y dependen de quien las
209

porte. Igualmente estn los paradigmas del amor, del dinero y de la salud como tres
pilares fundamentales para narrar lo que es la vida corriente, esas experiencias y el da a
da, es lo trivial, lo que a todo el mundo le pasa o le puede pasar.
La dimensin del rito, las acciones, la gramtica de acciones, las prcticas en si y para
si; en esta dimensin tomamos en cuenta el espacio, el tiempo, los accesorios, el manejo
del cuerpo, el lenguaje, el escenario y sus actores, el orden de sus acciones y la
imposicin del ambiente sobre los participantes.
La dimensin del Juego, que por su naturaleza misma intentamos separar de las dos
anteriores para poderla resaltar; pues bien puede considerarse el Juego como un tipo de
creencia, una creencia temporal, una fe provisional; y bien puede considerarse el Juego
como un tipo de rito, una manera y un orden de acciones, una intencin en las prcticas,
una gramtica particular en las formas de movimiento. Pero nos pareca muy complejo
matizar las dos dimensiones anteriores bajo el carcter de lo ldico, y poner al mito, la
creencia y la prctica del tarot entre un como s permanente, pues tal y esperamos
haberlo demostrado en muchas ocasiones resulta en algo muy serio y con consecuencias
en las acciones.
La dimensin social, que presentamos sobre todo en la funcin social del tarotista y la
disputa o dinmica de los especialistas en el campo mgico-esotrico, tanto para
administrar su don o carisma, como para legitimar su oficio. Lo que pasa por el intento
de las corrientes esotricas y sus adeptos por cristalizar y poseer la versin verdadera de
lo que es el tarot, su origen y su uso.
La dimensin de la sociabilidad, que trata de las interacciones sociales principalmente
de los consultantes, con el trabajo, con la familia, con los amigos, con los enemigos, con
la religin y con la poltica; y que aparece a travs de los temas que tocan la consulta y
los anuncios del tarot. Aparecen igual en la prensa, la radio y las revistas, muchsimo
ms claro cuando se trata de personajes reconocidos en el ambiente nacional.
Y por ltimo la dimensin de lo ntimo, que es lugar del sujeto y del secreto. Aunque el
sujeto es inasible y eso lo tenemos claro, se present esta dimensin trayendo a cuento
la sensibilidad y los sentimientos de los consultantes, el amor, el odio, el miedo, el
sufrimiento, la venganza, los celos, que son apenas pequeas puntas del iceberg que
creemos valen la pena explorar desde la sociologa y la antropologa para tener una
imagen ms clara de la cotidianidad y que en nuestro estudio fue apenas nombrada.
210

Bibliografa

Alcantud Gonzales, Jos Antonio. 1993. Tractatus Ludorum Una antropolgica del
Juego. Barcelona: Anthropos.

Appadurai, Arjun. 1991. La vida social de las cosas. Mxico: Consejo Nacional para la
Cultura y las Artes, Grijalbo.

Aug, Marc. 1994. Hacia una Antropologa de los Mundos Contemporneos.


Barcelona: Gedisa editorial.
----- 1988. Dios como Objeto. Espaa: Gedisa editorial.

Austin, John Langshaw. 1982. Cmo hacer cosas con Palabras. Palabras y Acciones.
Espaa: Ediciones Paids.

Bauman, Zygmunt. 2002. La Cultura como Praxis. Espaa: Editorial Paids.

Bauman, Zygmunt y Keith, Tester. 2002. La Ambivalencia de la Modernidad y Otras


Conversaciones. Barcelona: Ediciones Paids Ibrica.

Beltrn, Miguel ngel. 2005. El Dilema Accin y estructura. Una visin desde Jeffrey
Alexander y Anthony Giddens. Revista Colombiana de Sociologa No. 24. Bogot:
Departamento de Sociologa, Facultad de Ciencias Humanas, Universidad Nacional de
Colombia.

Bergson, Henri. 1944. Ensayo sobre los Datos Inmediatos de la Conciencia.


Montevideo: Claudio Garca.

Berger, Peter. 1971. El Dosel Sagrado: Elementos para una Sociologa de la Religin.
Buenos Aires: Amorrortu.
----- (Editor) 1999. The Desecularization of the World: Resurgen Religion and World
Politics. Washington. Ethics and Public Policy Center.
211

Bloch, Raymond. 1985. La adivinacin en la antigedad. Mxico D.F.: FCE

Bourdieu, Pierre. 1971. Gnese et Structure du Champ Religieux. En : Revue Franais


de Sociologie, XII.
----- 1990. Sentido Practico. Madrid: Taurus.
----- 1992. La Distincin. Madrid: Taurus
----- 1997. Razones Prcticas. Barcelona: Anagrama.

Bourdieu, Pierre y Wacquant, Wloc. 1995. Respuestas: Por una Antropologa


Reflexiva. Mxico D.F.: Editorial Grijalbo.

Caillois, Roger. 1993. El mito y el Hombre. Mxico D.F.: FCE.


----- 1994. El juego y Los hombres. Mxico D.F.: FCE.

Calvino, Italo. 1977. El Castillo de los Destinos Cruzados. Buenos Aires: Ediciones
Libreras Fausto.

Campbell, Joseph. 1972. El hroe de las mil caras: psicoanlisis del mito. Mxico:
FCE.

Caro Baroja, Julio. 1981. De la Supersticin al Atesmo. Meditaciones Antropolgicas.


Madrid: Taurus Editores. S. A.

Castao, Pareja. Yoer, Javier. Julio-Diciembre 2005. Historia Crtica Bogot, No 30.

Cassirer, Ernst. 1963. Antropologa Filosfica. Mxico: FCE.

Clifford, James. 1990. Notes on (fields) notes, en Sanjek, Roger (ed.) Fieldnotes.
Ithaca: Cornell University Press.

212

De Carvalho, Juan Jos El Misticismo de los Espritus Marginales, en Revista


Colombiana de Antropologa, Vol. 37, enero-diciembre de 2001, Instituto Colombiano
de Antropologa e Historia.

Delgado, Juan y Gutirrez, Juan. 1994. Mtodos y Tcnicas Cualitativas de


Investigacin en Ciencias Sociales. Madrid: Editorial Sntesis.

Douglas, Mary. 1973. Pureza y peligro: anlisis de los conceptos de contaminacin y


tab. Madrid: Siglo XXI.

Dumzil, George. 1973. Del mito a la novela. Mxico: FCE.

Durand, Gilbert. 2005. Las Estructuras Antropolgicas del Imaginario. Madrid: FCE.

Durkheim, Emile. 1982. Las Formas Elementales de la Vida Religiosa. Madrid: Akal
editor.

Eco, Umberto y Sebeok, Thomas A. 1989. El Signo de los Tres. Barcelona: Editorial
Lumen.

Echeverri, Juan lvaro. Las Prcticas populares de adivinacin. Boletn de


Antropologa. Universidad de
Antioquia. Facultad de Ciencias Sociales. Departamento de Antropologa. Volumen 6.
No. 21. 1987.

Eliade, Mircea. 1998. La Bsqueda: Historia y Sentido de las Religiones. Barcelona:


Kairos.
----- 1967. Lo Sagrado y lo Profano. Madrid: Ediciones Guadarrama.
----- 1991. Mito y Realidad. Barcelona: Editorial Labor.

Eliphas, Levi. 1979. Dogma y Ritual de la Alta Magia. Buenos Aires: Editorial Kier.

213

Encausse, Gerard. 1980. El Tarot de los Bohemios. La Clave Absoluta de la Ciencia


Oculta. Buenos Aires: Editorial Kier.

Evans-Pritchard, E.E. 1976. Brujera, Magia y Orculos entre los Azande. Barcelona:
Editorial Anagrama.
Fabian, Johannes. 1983. Time and the Emerging Other, en Time and the Other. How
Anthropology Makes its Object. Nueva York: Columbia University Press.

Foucault, Michel. 1985. Las Palabras y las Cosas. Buenos Aires: Siglo XXI Editores.

Geertz, Clifford. 1995. Descripcin Densa: hacia una teora interpretativa de las
culturas, en La interpretacin de las Culturas. Mxico: Gedisa editorial.

Giddens, Anthony. 1997. Modernidad e Identidad del Yo. El yo y la sociedad en la


poca contempornea. Barcelona: Ediciones Pennsula.
----- 2000. Un mundo Desbocado. Madrid: Grupo Santillana.

Gil, Juan Carlos y Nistal, Jos. 1994. New Age. Una Religiosidad Desconcertante.
Barcelona: Editorial Herder.

Goffman, Erving. 1970. Ritual de la Interaccin. Buenos Aires: Editorial Tiempo


Contemporneo.

Gombrich, Ernst Hans. 2003. Los Usos de las Imgenes. Estudios Sobre la Funcin
Social del Arte y la Comunicacin Visual. Mxico: FCE.

Gruzinski, Serge. 1994. La guerra de las imgenes, de Cristbal Coln a "Blade


Runner" (1492-2019). Mxico. FCE.

Hammersley, Martn. 1994. Etnografa. Mtodos de Investigacin. Barcelona: Paids.

214

Hubert, Henri y Marcel Mauss. 1970. Obras. Lo sagrado y lo Profano, Vol. I.


Barcelona: Barral Editores.
----- 1946.Magia y Sacrificio en la Historia de las Religiones. Buenos Aires: Ed.
Lautaro.

Huizinga, Johan. 2005. Homo Ludens. Buenos Aires: Aliaza-Emec.

Hymes, Dell. 1972. Models of the Interaction of Language and Social Life, en
Directions in Sociolinguistics: the Ethnography of Communication. Gumperz, J &
Hymes, Dell (Eds.). New York: Holt, Rinehart & Winston.

Jeffrey, Charles Alexander. 2000. Sociologa Cultural. Formas de clasificacin en las


sociedades complejas. Mxico, D.F.: Anthropos Editorial-Flacso.

Joseph, Isaac. 1988. Erving Goffman y la Microsociologa. Barcelona: Gedisa editorial.

Kaplan, Stuart. 1978. El Tarot. Barcelona: Plaza y Janes Editores.

Kepel, Gilles. 1991. La Revancha de Dios. Cristianos, Judos y Musulmanes a la


Reconquista del Mundo. Madrid: Anaya y Mario Muchnik.

Lea, Henry Charles. 2001. Los Moriscos Espaoles. Su Conversin y Expulsin.


Alicante: Universidad de Alicante; Garca Crcel, Ricardo. 1990. La Inquisicin.
Madrid: Anaya.

Leach, Edmund. 1978. Cultura y Comunicacin. La Lgica de la Conexin de los


Smbolos. Una Introduccin al uso del anlisis estructuralista en antropologa social.
Madrid: Siglo XXI

Lvi-Strauss, Claude. 1962. El Pensamiento Salvaje, Mxico D.F.: FCE


----- 1964. El Estudio Estructural del Mito, en Antropologa Estructural. Mxico
D.F.: FCE
215

----- 1974. Mito y Significado. Madrid: Alianza Editorial.


----- 1964. La Alfarera Celosa. Barcelona: Paids.
----- 2005. Mitolgicas I. Lo Crudo y lo Cocido, Pg. 21. Mxico D.F.: FCE

Lipovetsky, Gilles. 1996. La era del vaco: Ensayo sobre el individualismo


contemporneo. Barcelona: Editorial Anagrama.

Luckmann, Thomas. 1973. La Religin Invisible. Salamanca: Ed. Agora.

Maffesoli, Michel. 2009. El Tiempo de las Tribus, El ocaso del individualismo en las
sociedades posmodernas. Mxico: Siglo Veintiuno Editores.
Malinowski, Bronislaw. 1995. Los Argonautas del Pacifico Occidental. Barcelona:
Ediciones Pennsula.
----- 1976. Magia, Ciencia y Religin. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.
Marx, Carl. 1946. El Capital. Crtica de la economa poltica. Dcima tercera
reimpresin. Tomo I. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.

Mauss, Marcel. 1971. Ensayo Sobre el Don, en Sociologa y Antropologa. Madrid:


Editorial Tecnos.

Otto, Rudolf. Lo Santo, lo Racional y lo Irracional en la Idea de Dios. 1963. Madrid:


Alianza Editorial.

Panofsky, Erwin. 1972. Estudios Sobre Iconologa Madrid: Alianza Editorial.

Pramo, Guillermo. La cerbatana de Wm Wat y el espejo de Poincar, ponencia


presentada ante el simposio Uso de modelos formales en las ciencias sociales. La
experiencia Colombiana, Conciencias-Academia Colombiana de Ciencias Econmicas,
abril 30 de 1993.

216

----- 1996. Mito, lgica y geometra, en C.B. Gutierrez (ed.), El Trabajo Filosfico de
hoy en el continente, Memorias del XIII Congreso Interamericano de Filosofa, Santa fe
de Bogot, Universidad de los Andes.
----- 2000. Mito y consistencia lgica, en Revista de la Academia Colombiana de
Ciencias Exactas, Fsicas y Naturales, vol. XXVI No. 23, Bogot.
----- 2001. Mito; Matemticas y Poesa. A propsito de un Parlamento de Ricardo III
de W. Shakespeare en: Esttica y Matemtica. Editado por C. Bonilla, F. Zalamea, et.
Al. Bogot: Gaia.
----- 2003. El cientfico social y las paradojas de la globalizacin, ponencia presentada
ante el X Congreso de Antropologa en Colombia, Universidad de Caldas, Manizales,
Septiembre, (Sin Publicar)
----- Abril, 2004. Carta del rector en Nmadas, No. 20. Bogot: Universidad Central.
----- Septiembre, 2004. Una Reflexin a propsito del 11 de Septiembre, ponencia
presentada ante la Ctedra Manuel Ancizar, Universidad Nacional de Colombia,
Bogot, Sin Publicar.

Propp, Vladimir. 1998. Las Races Histricas del Cuento. Espaa: Editorial
Fundamentos.

Sahlins, Marshall. 1987: Islas de Historia. Barcelona: Editorial Gedisa.


Sanabria, Fabin. 2004. Prolegmenos para una Socio-Antropologa del Creer en
Colombia, en Revista Colombiana de Sociologa, No. 22, Universidad Nacional de
Colombia, Bogot.
Sanabria, Fabin & Salcedo-Fidalgo, Hernando (Editores y Coautores). 2009.
Ficciones Sociales Contemporneas. Bogot: Universidad Nacional de Colombia.
Facultad de Ciencias Humanas. Centro de Estudios Sociales-CES.
Schutz, Alfred. 1993. La Construccin Significativa del Mundo Social. Barcelona:
Paids.
----- 2003. El problema de la Realidad Social. Buenos Aires: Amorrortu.

Schutz, Alfred y Luckmann, Thomas. 1973. Las Estructuras del Mundo de la Vida.
Buenos Aires: Amorrortu.
217

Searle, John Rogers. 1986. Actos de habla. Madrid: Ediciones Ctedra.

Simmel, George. 1936. Sociologa. Buenos Aires: Editorial Espasa- Calpe, S.A.
----- 2002. Sobre la Aventura. Barcelona: Ediciones Pennsula.

Soto, Martha Liliana. 1991. Brujera Popular en Bogot. Bogot: Universidad de los
Andes, Departamento de Antropologa.

Tambiah, Stanley. 1993. Magic, Science, Religion and the Scope of Racionality.
Cambridge: Cambridge University Press.

Vico, Giambattista. 1995. Ciencia Nueva. Madrid: Editorial Technos.

Waite, Arthur Edward. 1976. La Clave Ilustrada del Tarot. Buenos Aires: Ed. Talgraf.

Weber, Max. 1977. Economa y Sociedad. Mxico: Fondo de Cultura Econmica.


---1983. Ensayos sobre Sociologa de la Religin. Madrid: Taurus.

Literatura Sobre el Tarot.

Arola Ferre, Raimon. 1997. El Tarot de Mategna. Barcelona: Editorial Alta Fulla.

Crestin-Billet, Frdrique. 2002. Collectible Playing Cards. France: Flammarion.

Kaplan, Stuart R. 2000. El Tarot. Buenos Aires: Editorial Kier.

Nichols, Sallie. 2008. Jung y el Tarot. Un viaje Arquetpico. Prlogo de Enrique


Eskenazi. Barcelona: Editorial Kairs.

218

Meldi, Diego. 2001. Tarot. La Historia, el Simbolismo y el Juego. Espaa: Editorial


Libsa.

Ouspensky, Piotr. 2006. Un Nuevo Modelo del Universo. Buenos Aires: Kier.

Waite. Arthur Edward. 1976. Clave Ilustrada del Tarot. Buenos Aires: Editorial
Tlagraf.

Waite, Edith. 2002. El Tarot Universal de Waite. Barcelona: Editorial Sirio.


Tarot Adivinacin Legaria Ediciones.

Enciclopedia Ilustrada de la Adivinacin. Tarot: El Libro de la luz y las sombras.

Enciclopedia de los juegos, Equipo Editorial (COR) Larousse, Larousse Equipo


Editorial (COR) Editorial Paidotribo, 2003.

Prensa

-El ttulo ser para Caldas. El Tiempo, 16 de diciembre de 1998. Consultado en:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-828047
- Qu esperar del 2007?. Revista Semana, enero 6 de 2007. Consultado en:
http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx
- Se enreda la pita. Revista Semana, 11 de Noviembre de 1995. Tomado de:
http://www.semana.com/noticias-nacion/enreda-pita/42737.aspx
- Poltica Astral. Revista Semana, Lunes 20 de Agosto de 2001. Tomado de:
http://www.semana.com/noticias-nacion/politica-astral/18980.aspx
- La Bruja del 88. Revista Semana, Lunes 21 de Noviembre de 1988. Tomado de:
http://www.semana.com/noticias-gente/bruja-del-88/26016.aspx
- Ibdem
- El tarot de Mav velas y arcanos. El Tiempo, 10 agosto de 1997. Tomado de:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-609125
219

- Para Colombia, velas rojas, muchas velas rojas. Revista Semana, domingo 4 de
enero de 2004. Tomado de: http://www.semana.com/noticias-enfoque-principal/paracolombia-velas-rojas-muchas rojas/75532.aspx
- En el 2006 tenemos que bajarnos de la nube., Revista Semana, viernes 13 de enero
de 2006. Tomado de http://www.semana.com/noticias-enfoque-principal/2006-tenemosbajarnos-nube/90284.aspx
- El tarot de 2003, Segn Mav. El Tiempo, 31 de diciembre de 2002. Tomado de
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1376900
- Mav le cuenta Qu trae el tarot para el 2006. El Tiempo, 31 de diciembre de
2005. Tomado de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1873611
- Entrese de lo que le espera en el 2008, segn el Tarot de Mav. El Tiempo, 31 de
diciembre de 2007. Tomado de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/CMS3878673
- Qu esperar del 2007?. Revista Semana, enero 6 de 2007. Consultado en:
http://www.semana.com/noticias-nacion/esperar-2007/100310.aspx
- 2004, Pronsticos descachados. El Tiempo, diciembre 10 de 2004. Tomado de:
http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-1531803
- Pobre Adam Smith. El Espectador, septiembre 27 de 2008. Tomado de:
http://elespectador.com/opinion/columnistasdelimpreso/humberto-de-calle/columnapobre-adam-smith
-

Bajan las apuestas. Revista Semana, junio 24 de 1996. Tomado de:

http://www.semana.com/noticias-economia/bajan-apuestas/30606.aspx

- Los brujos de los Magnates. Revista Semana, 30 de septiembre de 2006. Tomado


de: http://www.semana.com/noticias-economia/brujos-magnates/97286.aspx
- El procurador y los proyectos productivos. El Espectador, 24 de Mayo de 2008.
Tomado

de:

http://elespectador.com/columna-el-procurador-y-los-proyectos-

productivos
- Yo no acus a la senadora. 31 de Mayo del 2008, El Espectador. Tomado de:
http://elespectador.com/opinion/cartas-de-nuestros-lectores/columna-yo-no-acusesenadora
-

El tarot lo lleva a su mundo interno. Informe Sobre Sectas, Especial para

Portafolio. Tomado de: http://infosectas.zoomblog.com/archivo/2006/07/09/el-Tarot-lo220

lleva-a-su-mundo-interno.html
- Tarot: ciencia, magia o charlatanera. El Tiempo, 3 de Octubre de 1998. Tomado
de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-772395

Internet

A Conversation with Stuart Kaplan. Fuente:


http://www.lightworks.com/MonthlyAspectarian/1999/June/699-02.htm

Interview with an Icon, Stuart R. Kaplan. Fuente:


http://www.usgamesinc.com/pages.php?pageid=31

221

Anexos
Anexo 1. Canciones
1. Las cuarenta

Con el pucho de la vida


apretado entre los labios,
la mirada turbia y fra,
un poco lento al andar,

Doblo la esquina del barrio


curda ya de recuerdos,
como volcando un veneno,
esto se le oy acusar:

Vieja calle de mi barrio


donde he dado el primer paso,
vuelvo a vos, gastado el mazo
en intil barajar.

Con una llaga en el pecho,


con mi sueo hecho pedazos,
que se rompi en un abrazo
que me diera la verdad.

Aprend todo lo bueno,


aprend todo lo malo,
se del beso que se compra,
se del beso que se da.

Del amigo que es amigo,


siempre y cuando le convenga,
y se que con mucha plata
222

uno vale mucho ms.

Aprend que en esta vida


hay que llorar si otros lloran
y si la murga se re
Ja! uno se debe rer;
no pensar ni equivocado,
para que, si igual se vive...
Y, adems, corres el riesgo
que te bauticen gil.

La vez que quise ser bueno


en la cara se me rieron,
cuando grit una injusticia
la fuerza me hizo callar.

La experiencia fue mi amante,


el desengao mi amigo...
Toda carta tiene contra
y toda contra se da.

Hoy no creo ni en mi mismo,


todo es grupo, todo es falso,
y aquel, el que esta ms alto
es igual a los dems...

Por eso no ha de extraarte


si alguna noche borracho,
me vieras pasar del brazo
con quien no debo pasar
Aprend...

223

GORRINDO, F y LA SERIE, R. (1997) Las Cuarenta. En Historia Musical de


Rolando La Serie. Rolando La Serie. Letra de Francisco Gorrindo. Discos
Fuentes

2. Juego de la vida

En el juego de la vida
juega el grande y juega el chico,
juega el blanco y juega el negro,
juega el pobre y juega el rico.

En el juego de la vida
nada te vale la suerte
porque al fin de la partida
gana el albur de la muerte

Juega con tusa cartas limpias


En el juego de la vida
Al morir nada te llevas
Vive y deja que otros vivan

Cuatro puertas hay abiertas


Al que no tiene dinero
El hospital y la crcel
La iglesia y el cementerio
En el juego de la vida
MUNDITO MEDINA y DANIEL SANTOS (1994) El Juego de la Vida. En 16 Boleros de Oro.
Daniel Santos con la Sonora Matancera. Letra de Mundito Medina. Discos Fuentes.

224

3. Tercia de reyes

T no tienes nada
y yo tengo ases y tercia de reyes
ensea tu juego y te dars cuenta de que nada tienes
ya lo vez corazn como pierdes
ya lo vez corazn que conmigo no puedes

Te doy la revancha para que te quedes mejor convencida


que con mi cario nunca haz de tener ninguna salida
quisiste jugar para ver quien se iba
y si en este pierdo ahora que mas da
ya me iba

hija ma

Si ahora te arrepientes y con toda el alma de haberme querido


pero nunca es tarde para levantarse despus de cado
ya lo vez corazn como pierdes
ya lo vez corazn que conmigo no puedes

Te doy la revancha para que te quedes mejor convencida


que con mi cario nunca haz de tener ninguna salida
quisiste jugar para ver quien se iba
y si en este pierdo ahora que mas da ya me iba

JUAN GABRIEL. (1974) Ases y Tercia de Reyes, En, Juan Gabriel con el Mariachi Vargas de
Tecalitln.

225

4. Cartas sin marcar

Igual que un nio abandonado


que en la calle lo han dejado,
yo te busco ,desesperado!
Necesito un amigo,
necesito que alguien quiera hablar conmigo
Cuando empieza a amanecer la verdad
es tan cruel y tu lo sabes, eres testigo.
Ahora soy un mendigo
que camina por las calles perdido
No me siento bien (no, no me siento bien)
Hoy perd la fe
La suerte juega con cartas sin marcar
no se puede cambiar
Igual que un nio abandonado
que en la calle lo han dejado,
yo te busco, desesperado!
Necesito un amigo,
necesito que alguien quiera hablar conmigo
Cuando empieza a amanecer la verdad
es tan cruel y tu lo sabes, eres testigo.
Ahora soy un mendigo
que camina por las calles perdido
No me siento bien (no, no me siento bien)
Hoy perd la fe
La suerte juega con cartas sin marcar
no se puede cambiar
No me siento bien(no, no me siento bien)
La suerte juega con cartas sin marcar
no se puede cambiar (otra vez)

226

Igual que un nio abandonado


que en la calle lo han dejado,
yo te busco, desesperado.

ANDRS CALAMARO, Disco: Por mirarte, Sony Music, 1988

5. Shape of my heart (traduccin)


La Forma De Mi Corazn

El reparte las cartas mientras medita


Y aquellos jugadores nunca sospechan
Que el no juega para ganar dinero
Que el no juega para obtener prestigio
l reparte las cartas para encontrar la respuesta
La sagrada geometra de la fortuna
La ley oculta de las probabilidades
Los nmeros conducen una danza

S que la espada es el arma de un guerrero


S que el trbol es de buena suerte
S que el diamante significa dinero en este juego
Pero sa no es la forma de mi corazn

l puede jugar el caballero de diamantes


l puede poner la reina de espadas
l puede ocultar un rey en su mano
Mientras el recuerdo se desvanece

S que la espada es el arma de un guerrero


S que el trbol es de buena suerte
S que el diamante significa dinero en este juego
Pero sa no es la forma de mi corazn
227

Esa no es la forma, la forma de mi corazn

Si yo te dijera que te amaba


Quiz pensaras que fue un error
No soy un hombre de muchas caras
La mscara que uso es solo una
Esos que hablan no saben nada
Y se darn cuenta de su dao
Como sos que maldicen su suerte en todas partes
Y esos que sonren al perder

S que la espada es el arma de un guerrero


S que el trbol es de buena suerte
S que el diamante significa dinero en este juego
Pero sa no es la forma de mi corazn
Esa no es la forma de mi corazn
STING, Ten Summoner`s Tales, 1993.

228

Anexo 2. Imgenes.

Arcanos Mayores del Tarot Raider Waite

229

Crucigrama Peridico El Tiempo Sin Fecha-

http://www.losarcanos.com/

230

231

232

Cartas del Tarot Colombiano.

233

Cartas del Tarot de Marsella.

Presentacin en Prensa del Tarot de Marsella

234

Cartas del Tarot Visconti-Sforza

Carta Tarot de Marsella

235

Carta Tarot de Raider Waite

Carta Tarot de Mategna

Carta Tarot Egipcio

Carta Tarot de Alister Crowley

236

Carta Tarot Raider-Waite

Carta del Tarot de Mategna

Lminas Tarot Visconti-Sforza

237

Recorte Cartel de la Pelcula Scoop.

Cartel de la Pelcula Barry Lyndon.

238

239

240

Portada Libro

Portada Libro

241

Imagen Plancha de Impresin Tarot

242

Anexo. 3. Tiradas.

Generalmente el uso mantico del tarot requiere por parte de quin consulta la eleccin
de un nmero variable de cartas, la variacin consiste en el tipo de tirada que se
pretenda realizar. En el lxico de los naipes se denomina tirada a la multiplicidad de
figuras posibles en que se ubican las lminas sobre la superficie para ser ledas. Esas
figuras establecen el sentido en que inicialmente se leen las cartas, el tpico, el tiempo y
sus relaciones. Aunque las tiradas generalmente se identifican por el nombre, existen
casos en donde la numeracin que provee el orden a la lectura es diferente de un manual
a otro, al igual que otros casos donde coincide la numeracin de las cartas en la figura
pero cambia el significado que se les asigna. El acto varia en su forma para cada
consulta, ya que la seleccin del tipo de tirada depende de la sugerencia del tarotista y
de la motivacin del consultante.

Los significados de cada carta son los siguientes: 1.- Esta carta describe la situacin actual de la pregunta. 2.- La

243

segunda carta indica las influencias u obstculos que existen sobre el asunto. 3.- La tercera carta identifica nuestros
objetivos, deseos al respecto de la cuestin. 4.- Esta carta nos habla sobre el pasado de la cuestin y sus
consecuencias en el presente. 5.- Indica el pasado cercano al respecto de nuestro problema o duda. 6.- La sexta carta
indica las distintas posibilidades, alternativas o caminos que en este momento tenemos disponible o podemos seguir.
7.- Muestra las esperanzas depositadas acerca de la cuestin. 8.- Esta carta nos dice cuales son los obstculos que se
nos pueden presentar para alcanzar nuestros deseos. 9.- Nos muestra nuestros miedos y temores. 10.- Es la conclusin
final de toda la tirada. El resumen de todo lo que se ha expuesto.

De antemano el orden de la tirada propone un inicio y un fin en la narracin que haga el


tarotista. El ejemplo de tirada que hemos usado la cruz celta plantea para el consultante
una secuencia en la interpretacin pero no en la cronologa de los hechos. En esta tirada
la lectura parte de una pregunta y todas las cartas estn directamente referidas al tema
tratado por ella, como en un cruce de variables cada posicin agrega un matiz a la
respuesta, a la vez que trata completamente la temporalidad pasado, presente y futuro.
Otra clase de tirada comn es la zodiacal:

Casa 1 de Aries: Uno mismo, el interesado, el consultante. Carcter, personalidad, fsico. Casa de la vida, la vitalidad,
el estado anmico. Asuntos ntimos y personales. Casa 2 de Tauro: Casa de las riquezas, dinero, trabajo y negocios.

244

Uno mismo en relacin a lo que hace y puede conseguir. Casa 3 de Gminis: Casa del intelecto, los estudios, los
vecinos y los pequeos viajes. Hermanos y primos. Casa 4 de Cncer: Casa de los padres, el hogar y las propiedades;
la relacin maternal del individuo e influencias. Casa 5 de Leo: Casa de los nios, los hijos, la vida romntica y la
creatividad. Casa 6 de Virgo: Casa de la salud por excelencia, el trabajo, las enfermedades y la vida domstica. Casa
7 de Libra: Casa del matrimonio, contratos, uniones y socios. Casa 8 de Escorpin: Casa de la muerte, la vida sexual,
seguros, pensiones y herencias. Casa 9 de Sagitario: Casa de la religin, de los viajes, extranjero e idiomas. La
filosofa. Casa 10 de Capricornio: Casa de las dignidades, premios y honores. Ambiciones. Actitudes vocacionales.
Casa 11 de Acuario: Casa de la amistad, los apoyos y las ayudas, los protectores. Casa 12 de Piscis: Casa de las
enemistades, los enemigos y de los hospitales.

A diferencia de la anterior, esta tirada no responde a ninguna pregunta en especifico,


como lo demuestran las posiciones de las cartas y su interpretacin, sino que es una
lectura que trata sobre tpicos generales del consultante, la personalidad, los negocios,
la familia, la pareja, etc. Es una tirada que como su nombre lo indica toma el orden y el
atributo para cada carta de las caractersticas establecidas en cada signo zodiacal. Por lo
general lo manuales que incluyen esta clase de tirada concuerdan en el significado que
se le asigna a la posicin de cada carta. Es una tirada que inicialmente describe los
tpicos del consultante de manera general.
Un tercer tipo de tirada es la que se conoce con el nombre de pirmide:

245

Las cartas 1,2,3,4 representan la situacin actual, el presente. Las 3 siguientes (5,6,7) representan las tendencias hacia
el futuro, los posibles caminos que se pueden tomar, en definitiva, la consecuencia del presente, pero no se trata del
futuro si no de una especie de recomendacin/tendencia/sugerencia de cara al futuro y al "que hago ahora?", segn
el caso tambin pueden indicar el "que pasara si..." en relacin con las cartas de la hilera inferior. Las 8 y 9 son las
fuerzas que estn actuando en lo que se ha consultado, se pueden entender como las causas, lo que mueve la
situacin. La carta 10 representa "la luz que alumbra la situacin", es decir, la esencia de la situacin, la influencia
general.

La tirada anterior corresponde tambin a una secuencia temporal del tema que trata la
pregunta; pasado, presente y futuro que se plantean como un seguimiento descriptivo
del proceso del consultante en la situacin que le interesa. Es una exploracin dedicada
a un tpico especifico que inicia con una lectura progresiva con una trayectoria
ascendente y que cierra con una carta que condensa la situacin, al igual que sucede en
la cruz celta.
El ltimo ejemplo es la tirada de tres cartas:

246

Esta es una forma que bien se moldea segn sea la disposicin del tarotista o del
consultante, porque las tres cartas varan en significado por la eleccin espordica que
hagan ambos participantes de comn acuerdo, pueden tratarse del pasado, el presente y
el futuro de una situacin, o de tres tpicos como lo son la salud, el dinero y el amor. Es
una lectura rpida en donde dependiendo de la variante que se escoja, la situacin puede
o no describirse como un proceso.

247

También podría gustarte