Armatambo, Valle de Lima
Armatambo, Valle de Lima
Armatambo, Valle de Lima
Y EL
BOLETN DE ARQUEOLOGA
PUCP,
N.DOMINIO
6, 2002,INCAICO
355-374 EN EL VALLE DE LIMA
355
NOTAS
ARMATAMBO Y EL DOMINIO INCAICO EN EL VALLE DE LIMA
* Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Facultad de Ciencias Sociales. E-mail: isa@terra.com.pe
** Jr. Caman 233, Dpto. A. Chorrillos. E-mail: f_vallejob@yahoo.com
HUACA CRUZ
DE ARMATAMBO
HUACA MARCAVILCA
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N
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DEL MORRO
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ARMATAMBO
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RIM
LIMA
CH
1000m.
O
O
P
A
C
F
IC
PLAYA LA HERRADURA
500
ESCALA GRAFICA
281000
8654000
8653000
8652000
8651000
0
279000
280000
O CE N O
356
NC
357
troduciendo nuevos modelos arquitectnicos o adecuando los existentes a las nuevas funciones.
Se sabe, por las informaciones etnohistricas, que Armatambo fue tambin un punto importante en
el esquema organizativo del gobierno incaico que se implement en la regin Ichma, otorgndole la
categora de hunu.
El territorio bajo control de los incas fue dividido respectivamente en provincias o huamani,
la mayor parte de ellas correspondiente a los territorios pertenecientes a las etnias locales existentes
antes de la conquista inca. Para la regin Ichma correspondera la huamani de Pachacamac o
provincia de Pachacamac (Cornejo 2000). El licenciado Hernando de Santilln (1968 [1563]), sealaba
que el Inca realiz una divisin de su tierra para tener mejor cuenta y as de cada 40.000 familias hizo
un huamani, que significa provincia.
Cobo (1956 [1653]) indicaba que en cada divisin territorial mayor o provincia se sealaba
un pueblo como su cabeza, siendo ste enriquecido con fortalezas, templos, palacios y casa de
escogidas, as como depsitos de almacenamiento para abastecerse. Igualmente haba en l un
tambo o posada real con mucha gente de servicio. En esta misma categora se seala a Pachacamac
entre otros sitios de igual rango. En estas cabeceras de provincia tena su sede el tocrico o tucuyricuc,
el cual contaba con el mximo de atribuciones, como la capacidad de condenar a muerte. La funcin
de estas cabeceras de provincia fue muy importante porque, adems de ser sede de la alta burocracia
estatal y de las instancias mayores de gobierno local, era desde aqu que se difunda el modelo
cultural y religioso de los incas.
La organizacin demogrfica de la poblacin bajo el sistema decimal que implantaron los
incas corresponda a varias instancias de gobierno, entre las cuales se estableci como uno de los
ejes a los hunu o administraciones a cargo de 10.000 tributarios.1 Segn el cronista Hernando de
Santilln: ...para el gobierno de un valle donde haba muchas guarangas, pona un seor sobre
todos que llamaban Huno, el cual era gobernador sobre los curacas de pachaca y de guaranga y
ellos le obedecan como a seor. Y para las cosas tocantes al tributo del Inca y para ver si sus
mandatos y rgimen que el pona se guardaban, era sobre todos el Tocricoc; por manera que cada
indio obedeca al curaca de pachaca y el de pachaca al de guaranga y el de guaranga al Huno y todos
al Tocricoc (Santilln 1968 [1563]).
Al hunu tambin se le conoci como la chunga guaranga 2 y su importancia fue decisiva en
el esquema de gobierno inca, al grado que los cargos de hunucamayoc estaban reservados a miembros de la nobleza inca. El licenciado Falcn (1918 [1567]) indica al respecto que los cargos de
apucuna y hunu no eran hereditarios, sino que el Inca los designaba. Los dems funcionarios eran
jefes que los incas hallaron y dejaron a cargo en sus seoros. El rango social e importancia administrativa de los hunucamayoc debi ser considerable dentro del imperio y, en especial, dentro de la
jurisdiccin a su cargo;3 Guamn Poma (1993 [1615]) menciona que a los hunucuraca, llamados hunu
apu por l, les era otorgado para su servicio personal alrededor de 30 mujeres y que tambin era su
privilegio usar una ...tiana de palo de medio codo, llanos y la boca de la tiana la tena pintado.
El padre Cobo (1882 [1639]), al hacer la descripcin del valle de Lima antes de la llegada de
los espaoles, sealaba que: ... dividase este valle, conforme al gobierno de los Reyes Incas, en
tres Unos, o gobernaciones de diez mil familias cada una; el pueblo de Caraguayllo era la cabeza de
la primera, el de Maranga, que cae en medio del valle, de la segunda, y la tercera el de Surco.... Se
sabe por informaciones de los cronistas, que una provincia incaica se basaba en una cuatriparticin
de 40.000 tributarios, por lo que la llamada provincia de Pachacamac debi contar necesariamente
con cuatro hunu.
El otro hunu perteneciente a la provincia de Pachacamac debi ser el de Ichma, ubicado en
el valle de Lurn, del cual Rostworowski (1999) ha encontrado referencias etnohistricas. As, el
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cuadro organizativo incaico para esta provincia quedara establecido en base a los tres principales
valles bajos que comprendan la regin: el Chilln, el Rmac y el Lurn, adems del canal de Surco
que, dado el volumen de agua que transportaba (alrededor del 50% del caudal del Rmac (Tabla 1) y
el nmero de tierras que serva (el 43% de las tierras cultivables del valle bajo del Rmac, Tabla 2), fue
a menudo considerado como un valle aparte.
Directamente debajo de la jerarqua de los hunu, y manteniendo la organizacin decimal, se
encontraban 10 guaranga, cada una de las cuales comprenda agrupaciones de 1000 familias o
tributarios, lo que es equivalente a 10 pachaca, estas ltimas con agrupaciones de 100 familias cada
una. Falta an encontrar informacin etnohistrica que aclare cules eran las guaranga y las pachaca
sujetas a cada uno de los hunu de Maranga, Surco e Ichma en Lima y Lurn, para completar el cuadro
organizativo del Imperio Inca en esta regin de la costa central. Para el caso del hunu de Carahuaillo
se conoce ya informacin relacionada con la guaranga de Colli y sus 10 pachaca (Rostworowski
1989: 36).
Adems de la divisin demogrfica decimal y por subagrupaciones quinarias, se estableci
una subdivisin territorial por saya o parcialidades anexas conocidas como hanan (arriba) y hurin
(abajo). Santilln (1968 [1563]) refiere que fue Topa Inca Yupangui quien realiz esta divisin adicional de los valles o provincias. Cada parcialidad deba estar compuesta por sus ayllus, cada uno con
sus respectivos jefes o principales. Igualmente el padre Acosta (1940 [1590]) dice que en cada
pueblo haba dos parcialidades llamadas Hanan Saya y Hurin Saya.
Mara Rostworowski (1999), en documentos coloniales tempranos, encuentra esta misma
subdivisin de parcialidades indgenas todava vigente para la zona de Ichma o Pachacamac en el
valle bajo de Lurn,4 consignadas como Anan Ichma y Urin Ichma.
2. Armatambo y la administracin incaica
Queda claro que gran parte de la actividad imperial incaica estaba basada en la administracin y control de los caminos existentes, establecindose sitios claves en los puntos de interconexin entre ellos. Castro y Ortega Morejn (1974 [1558]), entre las informaciones que recogieron de
los indgenas, resean que fue recin Tupac Inca Yupanqui quien mand construir el Capac am o
camino real, con sus posadas o tampus.
De importancia fundamental en esta red de caminos fueron las ciudades por las cuales
discurra y que formaban parte, a su vez ,del engranaje de gobierno y administracin del imperio. Es
evidente que una serie de funcionarios estatales residan en estas localidades, variando su funcin
y su nmero, segn la relevancia y posicin de la localidad dentro del esquema territorial incaico. En
las informaciones de Vaca de Castro (1920) se menciona al tambo camayoc como el oficial encargado
de las hosteras estatales y al captra camayoc, como el encargado de los almacenes estatales.
Tarea bsica de la red de caminos incaica fue la de interconectar a las principales poblaciones del imperio, especialmente a aquellas que se encontraban dentro del esquema organizativo del
gobierno incaico, como las llamadas cabeceras de provincia o huamani y los hunu sujetos a ellas. De
hecho, sitios como Carahuaillo, Maranga y Armatambo fueron parte de la red vial del Capac am en
la costa. La importancia social de estos sitios durante el periodo previo a la dominacin incaica y su
ubicacin geogrfica debieron influir decisivamente para que el camino incaico pasara por ellos, al
igual que Pachacamac, que funcion como la huamani de la zona. Adems del camino principal o
Capac an existieron otros caminos que enlazaban con l y que funcionaban como vas secundarias o de rango menor. Tenan la funcin de conectar todos los otros sitios aledaos con el camino
principal o tambin funcionaron por su ubicacin estratgica al servir de pasos geogrficos obligados.
Canal
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Ate
Surco
Lurigancho
Huatita
Piedra Liza
Bocanegra
Tabla 1. Distribucin de la dotacin de agua en el valle bajo del Rmac (Fuente: Memoria de la Comisiones
Tcnicas de Agua [1918]).
Hectreas
Fanegadas
Porcentajes
Ate
2387
826
11,74%
Surco
8750
3027
43,24%
1096,8
379,5
5,41%
Huatita
1914
662,4
9,40%
Piedra Liza
960.9
332,5
4,70%
Bocanegra
1559,1
539,5
7,70%
3572
1236
17,6%
20.239,80
7002,90
100%
Valles (canales)
Lurigancho
Tabla 2. Distribucin de la tierra cultivable en el valle bajo del Rmac (Fuente: Memoria de las Comisiones Tcnicas de Agua [1918]).
Dos de estos sitios han sido estudiados por los autores: La Rinconada, ubicado en el
camino secundario de comunicacin con la sierra por las quebradas, y Armatambo, situado cerca del
camino costero de los llanos o Capac am. La Rinconada corresponde a un sitio de ocupacin
ichma, reocupado intensamente durante el periodo incaico y asociado directamente con otros sitios
aledaos, como La Puruchuca, Puruchuco y Huaquerones, todos ellos con amplia y notoria ocupacin incaica y, al parecer, con rasgos de elitizacin social favorecida con los patrones culturales
cuzqueos. En La Rinconada son de gran recurrencia los contextos funerarios del periodo incaico;
como tal se ha convertido en una fuente importante de conocimiento de patrones funerarios y
estilsticos.
El centro urbano de Armatambo o Sulco, como antiguamente tambin era conocido, fue sin
duda de gran importancia dentro de la sociedad Ichma a la cual perteneca, pues era uno de los sitios
de mayor envergadura relacionados con ella. Durante el periodo incaico, Armatambo fue modificado
considerablemente para adaptarse a las nuevas funciones que la administracin imperial cuzquea
requera para el lugar, alcanzando su mximo apogeo y esplendor. Las excavaciones en un sector del
sitio arrojaron, durante los trabajos, grandes acumulaciones de excremento de camlidos en mltiples estratos sucesivos de 60 a 80 centmetros de espesor y cubriendo una amplia zona, lo que
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Fig. 2. Armatambo. Vista area del complejo urbano (SAN 1943). En el crculo, el rea de la huaca San Pedro.
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362
Las pirmides con rampa constituyen un tipo de edificio prehispnico que evidencia un
modelo arquitectnico recurrente en la costa central peruana especialmente difundido en los valles
de Lurn y Rmac. El sitio donde se ha encontrado la mayor concentracin de pirmides con rampa es
Pachacamac en el valle de Lurn y es precisamente en este importante sitio arqueolgico donde se ha
podido definir el modelo arquitectnico a partir de la excavacin de tres de ellas: las pirmides con
rampa 1, 2 y 3 (Jimnez Borja 1985; Paredes y Franco 1987; Paredes 1988; Eeckhout 1995, 1999;
Franco 1998), aunque la mayor parte de ellas permanecen inexploradas al presente, pues se contabilizan alrededor de 15 pirmides con rampa en el rea nuclear urbana de Pachacamac.
Mucho se ha discutido sobre el carcter de estos edificios: cada investigador considera
diversas funciones, entre ceremoniales y receptoras de tributos; sin embargo, la ausencia de elementos diagnsticos que certifiquen una funcin determinada y recurrente a todas las pirmides
con rampa hace que la funcin de stas sea por ahora un misterio. En el valle de Lima este modelo
arquitectnico tambin habra gozado de amplia distribucin aunque, debido al avance urbano reciente, la mayora de estos edificios ha desaparecido. Se sabe, sin embargo, que se encontraban
presentes en sitios como Huaquerones, en Ate, Maranga y Armatambo.
Arquitectnicamente, las pirmides con rampa tienen un esquema distributivo que comprende un patio delantero rectangular, en el que se ubica, en uno de sus extremos, una rampa de
acceso al volumen piramidal. Esta rampa, por su volumen, debi ser el componente principal del
conjunto. El volumen piramidal en s se encuentra definido por un segundo patio de menor tamao,
pero de planta en U, orientado hacia el patio delantero y al cual se accede por una segunda rampa
(Fig. 4). La segunda rampa es de menor tamao que la primera, lo mismo que el patio en U; sin
embargo, su posicin y altura en el edificio hacen de estos elementos los de mayor importancia.
363
El eje dispuesto para ambas rampas constituye la orientacin general de estas pirmides, la que es
variable si se establecen comparaciones entre ellas, aunque predominan las que se orientan al Este y,
en menor proporcin, hacia el Norte.
En Armatambo, las pirmides con rampa identificadas a partir de la foto area de 1945
(Servicio Aerofotogrfico Nacional [SAN]) (Fig. 5) demuestran este mismo patrn arquitectnico,
manteniendo una orientacin bsica en todas hacia el Este, pero varan en las dimensiones, lo que
podra indicar algn tipo de jerarqua entre ellas.
En el caso de la Pirmide con rampa de Armatambo SP-1, sta se encuentra orientada hacia
el Este, con una mampostera de adobes rectangulares, tpicos del periodo incaico en la costa central. Varios de los ambientes presentan un fino enlucido de barro arcilloso, as como una serie de
banquetas que se ubican principalmente en el patio en U. Los pisos se encontraron igualmente
enlucidos y con una base elaborada mayormente a partir de adobes de forma cuadrangular. En el
planeamiento estructural de este edificio se aprecia la disposicin de algunos ambientes en diferentes niveles, a los cuales se descenda por escaleras elaboradas igualmente en adobes. En el patio en
U, definitivamente el rea central y de mayor jerarqua del edificio, se hallaron roturas del piso, las
cuales mantenan un patrn lineal y paralelo con los muros norte y sur, lo que indicara la colocacin
de postes o columnas con el objeto de sostener un techo de gran dimensin que cubriera todo el
patio. Hacia el lado oeste, en el eje de las roturas del piso, se ubicaba un acceso hacia un ambiente
posterior; el vano de acceso estaba finamente enlucido con una grada elaborada en adobes y con un
peldao trabajado en madera. El muro que contena este vano tena un grosor de 90 centmetros.
364
Los pisos se encontraron por lo general limpios y con muy pocas evidencias de la funcin
desarrollada sobre ellos, salvo en uno de los ambientes que presentaba seis capas superpuestas y
que contena gruesas adherencias de restos orgnicos y deshechos de actividad textil, como varias
agujas rotas y diversos tipos de hilos. En varios de los muros de este edificio han sido hallados
graffiti, siempre ejecutados sobre muros previamente enlucidos. Algunos muros no mostraban
huellas de abandono o desgaste, en cambio se encontraban en muy buen estado de conservacin,
lo que descarta que estos graffiti hayan sido hechos en momentos de abandono o deterioro. Es
difcil precisar si los graffiti fueron ejecutados como parte de alguna prctica ritual, o al momento
de clausura y relleno del edificio. Los mismos motivos dejan poco espacio para hiptesis, dado
que se componen de diseos de orden geomtrico como crculos u hoyos y tringulos. Otros
pueden interpretarse como una representacin zoomorfa o fitomorfa, destacando el diseo de un
animal, al parecer una hormiga, as como el de dos cuadrpedos muy estilizados y el de una planta de
maz (Fig. 6).
3.2. Los murales
Recientemente, dentro de las excavaciones que se desarrollan en Armatambo, se ha descubierto un recinto de 2,5 metros de largo por 1,5 metros de ancho, decorado con pinturas murales (Fig.
7), muy similares en estilo y tcnica a las halladas en Pachacamac. Este recinto se compone de cuatro
muros perimtricos y de una escalinata de ingreso elaborada en adobes rectangulares o paraleppedos
de 34 por 24 y 14 centmetros en promedio. La orientacin bsica de los muros del recinto es NorteSur y Este-Oeste. La escalinata hace su ingreso al recinto desde el lado este del mismo y se divide a
su vez en dos secciones: la primera seccin, orientada de Este a Oeste, est compuesta por cuatro
peldaos; la segunda seccin, donde dobla la escalinata, se orienta de Sur a Norte y se compone de
un peldao que se conecta con una pequea rampa, la misma que se prolonga hasta el piso del
recinto.
365
366
Tambin el padre Bernab Cobo (1882 [1639]), importante cronista de la ciudad de Lima y de
muchas de las costumbres indgenas, reseaba lo que el pudo ver en Armatambo: ... se echa de ver
haber habido muy grande poblacin; vense las casas del Cacique con las paredes pintadas de varias
figuras, una muy suntuosa guaca o templo y otros muchos edificios que todava estn en pie sin
faltarles mas que la cubierta....
Es claro que muchos de estos murales desaparecieron con el paso del tiempo, sea por el
clima hmedo de Lima como por la funesta accin de los buscadores de tesoros que constantemente
excavaban las numerosas huacas de Lima y Pachacamac. En Armatambo, Bandelier (Hyslop y Mujica
1992) hall un gran friso polcromo con la representacin de elementos zoomorfos muy estilizados,
que en lneas generales presentaban un tratamiento geomtrico, muy similar al que se plasmaba en
los textiles. Los detalles de este hallazgo an permanecen inditos en los diarios de campo de
Bandelier, pero definitivamente redunda en la importancia y categora de la ornamentaciones existentes en Armatambo.
Hasta donde se conoce, la tcnica empleada en los murales fue al temple, sobre una base
arcillosa preparada y previamente enlucida. Los colores mas usados fueron el rojo, presente en
varias tonalidades, el crema, blanco, amarillo, verde y azul plido o celeste, todos en acabado mate
y con muchos de los motivos remarcados por lneas de color negro. El cronista Cobo (1956 [1653]),
relata que usaban tierras de colores como la colpa para el color ocre, la ojra o quellu para el amarillo,
el pitu, de color anaranjado, y la puca allpa para el rojo o almagre. Seala tambin que era muy usada
por los pintores la piedra corahuari por su color verde.
En la relacin elaborada por el licenciado Francisco Falcn hacia 1571 (cf. Rostworowski
1975), referente a los oficios asignados a los indios yungas por los incas, constan los Ychma
camayoc, yndios que labran tierra de colores, por lo que quizs estos oficios sean referidos a
aquellos que deban procesar los pigmentos necesarios para los murales. Tambin Guamn Poma
(1993 [1615]) hace referencia a los cucoc llimpec,7 cuyo oficio era en la poca inca el de ser pintores
en paredes, queros y mates.
3.3. La cermica
Luego de la poca Ichma Medio, los cambios en la sociedad Ichma parecen ser de gran
envergadura, percibindose modificaciones importantes en casi todos los rdenes culturales y tecnolgicos. Muchos de estos cambios percibidos en la cermica son inmediatamente anteriores a la
llegada del Estado Inca a la costa central, e incluso varios de estos cambios aparentemente coinciden con un primer momento de influencia de la cultura Inca. Por ello se ha segregado a esta poca en
dos momentos: Ichma Tardo A e Ichma Tardo B.
En la fase Ichma Tardo A aparecen nuevas formas cermicas, pero se mantiene en gran
parte los cnones decorativos de la fase anterior. Las vasijas decoradas muestran gran variedad,
aunque siempre son escasas en comparacin con el material no decorado. Estas vasijas decoradas
incorporan nuevos elementos plsticos, como el de figurines escultricos, tanto en la unin del
cuello con el cuerpo como en el cuerpo mismo, especialmente en forma de monos, perros y felinos.
Varios de estos animales se tapan el rostro con una de sus patas.
Las formas domsticas, como ollas y cntaros, tambin experimentan muchos cambios, lo
cual es novedoso en la produccin cermica ichma, pues en las fases anteriores este tipo de vasijas
presenta menor variabilidad. Las ollas emplean las asas medianamente cintadas en unin del labio
con el tercio superior del cuerpo. Los cntaros y ollas, en su mayora, exhiben una decoracin de
bandas verticales cremas sobre el fondo rojo natural.
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Muchos de los cambios que se producen en esta fase estn distribuidos entre varias
caractersticas tecnolgicas o morfolgicas que afectan a casi todas las vasijas. Las arcillas, hasta la
fase anterior casi siempre locales, comienzan a mostrarse ms variadas, percibindose mayor
movimiento de vasijas que estn manufacturadas en otros talleres en base a arcillas y temperantes
no locales. Los temperantes principalmente, ms el tipo de arcilla empleada, son buenos indicadores
de la proveniencia de la vasija y de la zona geogrfica donde se produjo. As, los temperantes en
base a piedra molida, son ms frecuentes en esta fase. En general, las vasijas exhiben mejor coccin
a mayor temperatura, siendo abundantes los tipos con sobrecoccin.
En la fase Ichma Tardo B, se consolidan muchos de los cambios de la fase anterior, pero es
evidente que los cambios son de mayor trascendencia y que exceden a los elementos cermicos. La
presencia del material cermico de estilo Inca es manifiesta y muy variada, presentndose en los
contextos asociados todas las formas tpicas del estilo cuzqueo (Fig. 11). Los arbalos, platos y
tazones son los mas frecuentes en los contextos del periodo Ichma Tardo B, pero es comn hallar
estas vasijas con otras formas cermicas del mismo estilo incaico; muchas de estas formas cuzqueas
son de manufactura local, emplendose para el caso las arcillas y los pigmentos locales (Figs. 12, 13).
Es claro que la ocupacin incaica fue intensa en esta regin y la llegada de elementos cermicos del
estilo cuzqueo fue bastante usual. Los contextos arqueolgicos asociados con este periodo presentan una significativa cantidad y variedad de elementos cermicos del estilo Inca en tal grado que
indudablemente la produccin de la alfarera incaica fue generalizada.
Adems de las formas tpicas del estilo Inca surgen nuevas formas y elementos decorativos
que bien pueden considerarse como mezclas con el estilo local o como evoluciones propias de los
tipos cuzqueos. La denominacin de este tipo de vasijas es dificultosa debido a que ya se ha usado
repetidamente el trmino Inca provincial con varios significados, por ello es preferible denominarlo
Inca regional, dado que este conjunto es exclusivo de una regin determinada, en este caso la
costa central peruana.
Los acabados en el estilo Inca regional son bastante finos, como las vasijas de superficie
pulida terminadas en coccin reductora, algunas de las cuales presentan un acabado en color negro
brillante muy particular, denominado plombatinado. Muchas de la formas incas aribaloides reproducidas en pequeas jarras de color negro pulido con la reproduccin de un rostro en el gollete son
frecuentemente acabadas con la tcnica del plombatinado, aunque existen variantes con decoracin
polcroma elaboradas en ambiente oxidante. Un tipo frecuente de forma aribaloide es elaborado en
ambiente reductor y presenta en el cuello la reproduccin de un rostro de facciones algo similares a
las que se encuentran generalmente en estos tipos, pero aade adems decoracin incisa en el
cuerpo de la vasija con detalles de los brazos y manos del personaje. Tambin se emplean repetidamente engobes de color naranja y pulido, adems de engobes de color rojo violceo con acabado
mate. Con este ltimo tipo de engobe suele asociarse casi siempre un tipo de pasta que incorpora
gran cantidad de elementos lticos molidos como el granito.
En lo que respecta a las formas propiamente ichma, hay varias que son nicas de esta fase
y aunque no necesariamente adoptan modelos iconogrficos cuzqueos, se asocian contextualmente
con los tipos cermicos incaicos; sin embargo, por tcnica, morfologa y decoracin pertenecen a la
tradicin cermica local, razn por la que se les ha segregado como pertenecientes a la fase Ichma
Tardo B. Muchas formas cermicas de las fases anteriores entran en un nuevo desarrollo durante
esta fase, en especial presentando un acabado en ambiente reductor bien controlado, lo que les
proporciona un color negro muy intenso, adems del efecto del pulido superficial.
Los cambios morfolgicos en esta fase son muy variados, aunque se encuentran enmarcados
dentro de un comportamiento similar que afecta a la mayora de tipos cermicos. Los patrones de
368
cambio estn generalmente establecidos por el uso frecuente de bases planas, asas cintadas,
decoradas con lneas paralelas de color blanco o crema, y un crculo alrededor de la base del asa,
tambin del mismo color, sobre una base engobada de color rojo violceo; labios con bordes o
rebordes fuertemente biselados y labios con un grueso reborde pendiente. Tambin es recurrente la
utilizacin de cuellos expandidos de forma acampanulada.
Los componentes y tipos de arcillas empleados en la produccin de la cermica son claramente seleccionados y es frecuente el uso de temperantes lticos, como el granito molido. La presencia de este tipo de elementos lticos es ms evidente en las vasijas engobadas de rojo violceo, lo
que sugiere la presencia de talleres especializados en las zonas donde este material existe. Tambin
el uso de estos temperantes lticos es constante en las tinajas y otras grandes vasijas. Es claro que
el objeto de aadir este tipo de temperantes e inclusiones en la pasta se relaciona con la dureza y
mayor solidez que estas vasijas adquiran luego de la coccin. Entre los cambios importantes en esta
fase est el uso de moldes, especialmente en la elaboracin de figurinas femeninas, las cuales se
vuelven muy populares y variadas, aunque mantienen los mismos cnones de concepto. A menudo
se aplica una capa de pintura crema sobre toda la superficie o en algunos de los detalles escultricos.
Adems de las formas pertenecientes a los estilos Ichma Tardo B e Inca regional, no es algo
inusual hallar formas pertenecientes al estilo Chim o Chim-Inca, lo que ha llevado a algunos
investigadores a diversas interpretaciones, asocindolas la mayora de ellos a la presencia de mitimaes
provenientes de la costa norte peruana. Sin embargo, es notorio que estas vasijas son completamente diferentes a nivel estilstico con el Ichma Tardo y el Inca regional, hacindose notorio que su
produccin es totalmente fornea a la regin Ichma, en especial las pertenecientes al estilo Chim.
La presencia de muchas de estas vasijas puede deberse a intercambio o de tributacin, elementos
muy comunes durante el periodo incaico, en especial este ltimo que parece determinante en gran
parte de las correspondencias sociales que se dieron en ese periodo. Es imprescindible por ello, un
anlisis definitivo de arcillas y pastas que identifique claramente los centros de produccin alfarera
en la regin Ichma, para, a partir de ello, esclarecer la situacin de los mitimaes y su implicancia en el
desarrollo de la cermica en la regin para el periodo incaico.
Durante la fase Ichma Tardo B el corpus cermico principal parece estar basado en tres
grandes grupos que confluyen e interactan entre ellos: el estilo Ichma local, el estilo Inca cuzqueo
y el estilo Inca regional. Tanto el Ichma como el Inca son dos estilos que se inscriben cada uno en
una tradicin anterior y propia; el estilo Inca regional surge como una mezcla o hibridacin de los
dos anteriores y que a su vez recibe aportes importantes de estilos de origen norteo como el Chim
o el Chim-Inca. Causa, sin embargo, extraeza la poca o nula presencia de material o influencias de
los estilos Chincha e Ica, a pesar de su gran calidad esttica y plstica, lo cual los podra convertir
en elementos de prestigio y demanda. Tal parece que la relacin con esta regin surea fue muy
escasa o limitada a slo algunos pocos elementos culturales, hecho ya notorio durante todo el
desarrollo del estilo Ichma y que se repite tambin durante el periodo incaico.
3.4. El patrn funerario
En la poca Ichma Tardo conviene hacer una distincin entre sus dos fases, A y B, que
tienen comportamientos muy diferenciados. As, durante la fase A, las tumbas ichma mantienen
bastantes elementos precedentes, como la posicin del individuo y la ubicacin de las tumbas,
evitando por lo general las reas de arquitectura. Sin embargo, las caractersticas del fardo cambian
sustancialmente, pues se prefiere el relleno de algodn en lugar de fibra vegetal, como la fibra de
enea o totora. La aparicin de un mayor nmero de textiles asociados, aunque en tela llana y con
slo decoraciones listadas, es otra de las modificaciones que presentan los fardos. Algunos de ellos
comienzan a destacar en cuanto a su acabado y en tamao, utilizndose muchas veces un
369
sobreenvoltorio de soguillas dispuestas de manera reticular alrededor del fardo e incluso dejando
un espacio circular o cuadrangular a la altura del rostro del individuo. El individuo no parece recibir
ningn tratamiento diferencial con la poca anterior, mantenindose la disposicin flexionada del
cuerpo y las manos dispuestas sobre el trax. Los pies, por lo general, se presentan colocando el pie
derecho sobre el pie izquierdo en los individuos adultos.
En el caso de las ofrendas de cermica asociadas suele ser menor el nmero de vasijas que
acompaan al individuo, prefirindose slo dos o tres de ellas por lo comn y es frecuente el
acompaarse de ollas con superficie tiznada. Entre las vasijas decoradas comienzan a ser frecuentes
las del tipo cara-gollete y otras relacionadas con la decoracin del tipo Puerto Viejo, al menos entre
los asentamientos del litoral como Pachacamac y Armatambo. En los sitios ms apartados hacia el
interior de los valles este tipo de vasijas son muy escasas e incluso desconocidas.
En la fase B los cambios en el patrn funerario son mucho ms notables y variados. Conviene
precisar que durante esta fase la presencia de material incaico es relevante, por lo que muchos de
estos cambios estn enmarcados dentro del proceso general del Tahuantinsuyo, pero con ciertas
particularidades locales. As, muchos de estos contextos funerarios suelen ser mltiples y con
acondicionamiento estructural de la tumba, a diferencia de las pocas precedentes. En general, las
tumbas se ubican en reas de arquitectura, reacondicionando espacios y reutilizando los materiales
componentes de la arquitectura misma, como los adobes que provienen por lo general de estructuras
previamente desmanteladas. En muchos casos las estructuras de tapia o adobe han sido previamente
rellenadas o sus espacios redelimitados para contener las tumbas. En las tumbas mltiples sus
espacios son ms elaborados, convirtiendo cada una de ellas en una estructura individual a manera
de cmara funeraria. Tambin algunos recintos de diversa funcin anterior son reutilizados como
cmaras funerarias; este caso se ve muy a menudo en los depsitos u otros recintos que adolecen de
ingreso lateral.
En las pirmides con rampa excavadas en Pachacamac y recientemente en Armatambo es
comn el hallar un rea de recintos sin ingreso lateral utilizada como cmara funeraria de entierros
mltiples, pero es difcil precisar la funcin original de estos recintos, si eran depsitos en un primer
momento o si siempre fueron planificados como cmaras funerarias dentro del concepto bsico del
edificio. El elemento comn constituye hasta ahora que estas tumbas pertenecen siempre a esta
fase.
En Armatambo, en 1982 (Ruales, Tosso y Vallejo 1983), fueron excavadas una serie de
tumbas de la fase B, las que reutilizaron un rea destinada anteriormente a la funcin de depsitos,
dentro de una arquitectura planificada y elaborada partir de adobes del tipo Inca. En varios de los
recintos que no fueron reutilizados como tumbas an se conservaban diversas semillas que
originalmente contuvieron, tanto en las esquinas como sobre los pisos. Los pisos mismos
evidenciaban desgastes y erosiones producto del contacto con material orgnico y mltiples hoyos
dejados por los insectos o colepteros que se alimentan de las semillas. Las tumbas pertenecientes
a esta fase fueron en su mayor parte intrusivas, rompiendo los pisos de los recintos. Una tumba
hallada en este sector evidenciaba una gran elaboracin, incluyendo numerosos objetos dentro del
ajuar funerario, en especial textiles diversos con representaciones iconogrficas complejas, as como
varios elementos incas como cermica y textiles igualmente asociados al conjunto. Tanto los textiles
y la cermica hallada denotan un tratamiento estilstico como tecnolgico ligado a las caractersticas
locales ichma; incluso un plato de cermica de estilo cuzqueo es elaborado con arcillas y pigmentos
locales, lo que indica claramente una gran interaccin entre ambos estilos, pero tambin seala una
continua penetracin de los patrones culturales cuzqueos en la sociedad local. La importancia del
personaje inhumado se reafirma, adems de las ofrendas asociadas, en el hecho de que a su lado se
hall una joven mujer sacrificada (Vallejo 1988).
370
En la tumbas individuales el tratamiento es, por lo general, menor, salvo que sta sea de un
personaje de elite. Las cistas suelen estar parcialmente recubiertas o reforzadas en su interior con
adobes o fragmentos grandes de ellos, especialmente en la base, que provienen de otras estructuras.
En sitios ubicados al interior del valle, el recubrimiento de la cista es elaborado con piedras angulosas
(Tabo 1969). Los grandes fardos o los de rango social elevado, muchos de ellos dispuestos en
tumbas individuales, son asentados en la base de la tumba con un crculo de adobes o piedras.
Los fardos, a diferencia de la poca Ichma Medio, en varios casos estn muy elaborados,
con rellenos voluminosos, emplendose motas de algodn con sus semillas, pero especialmente
textiles diversos. Muchos de estos textiles, por su acabado rstico, parecen haber sido
manufacturados exclusivamente para el relleno de los fardos, a manera de sucesivos envoltorios del
individuo. Es frecuente tambin el acondicionamiento de otras piezas textiles ms elaboradas al
interior de los fardos, como prendas de vestir e incluso mantos decorados con diversas tcnicas y
motivos iconogrficos (Figs. 14, 15). Para estos casos, la presencia del Spondylus es casi constante,
convirtindose a la par de los tejidos en un elemento de distincin y rango. Tambin son recurrentes
diversas bolsas o chuspas (Fig. 16) y caleros. Muchos de los fardos y algunas ofrendas asociadas
se depositan sobre una delgada esterilla de junquillos finamente tejida; este tipo de esterilla tambin
cubre directamente al fardo como un aditamento superestructural al mismo.
Los individuos en esta fase demuestran un tratamiento mejor y ms complejo, algunos
llevan pintura facial de color rojo; en general parece que se les ha sometido a un proceso previo de
conservacin o desecacin del cuerpo. El buen estado de conservacin de los individuos en esta
fase ha hecho que en varios de ellos se preserven evidencias de tatuajes o pintura mortuoria en sus
brazos y piernas. Los diseos son estilizados, parecidos a los motivos de peces que aparecen en la
cermica y siempre estn delineados en color azul. Los rostros de los individuos, como se ha indicado,
son en algunos casos pintados de rojo, con un pigmento bermelln intenso, al parecer proveniente
del cinabrio.
Las ofrendas que acompaan a los individuos en las tumbas, al exterior del fardo o al interior
del mismo, son bastante variadas y de mejor acabado, principalmente instrumentos diversos, sean
estos para uso productivo, artesanal o personal. Los abalorios y dems adornos personales son otro
rasgo notable en su variedad y acabado, muchos de los cuales definitivamente son de proveniencia
extraregional (Fig. 17).
Otro elemento importante es la presencia de quipus en algunos contextos funerarios de esta
fase. Es ampliamente conocido que los quipus se asocian directamente con funciones estatales del
Imperio Inca; sin embargo, su presencia en los contextos funerarios y especialmente su asociacin
directa con determinados individuos al interior de las tumbas, indican un tipo de relacin mucho ms
personal entre las personas encargadas de su manejo, es decir los quipucamayoc y el quipu en s, o
aquellos funcionarios encargados de su resguardo.
El porqu estos quipus, que registran la actividad administrativa del Estado Inca, derivan
en el ajuar funerario de estos personajes, es una incgnita; adems del hecho de que en algunos
casos su nmero al interior de la tumba es considerable. Un contexto funerario, muy particular por
estas mismas caractersticas (C.F. 24, Sector I, U. O2), ha sido hallado en las recientes excavaciones
llevadas a cabo por los autores. Contena ocho quipus de tamao mediano, hechos en fibra de
algodn, con diversos tonos de colores similares con los colores y tintes de la costa central que
aparecen indistintamente en los textiles recurrentemente elaborados en esta regin (Fig. 18). Es
interesante tambin que, salvo los quipus, los otros elementos asociados en la tumba, si bien denotan
su pertenencia cronolgica con el periodo inca, muestran tambin una pertenencia cultural a los
elementos tnicos locales, sealando quizs que el manejo de los quipus o, mejor dicho, que los
Fig. 9. Armatambo. Vaso de estilo Inca, de manufactura local, con representacin estilizada de plantas de
maz.
Fig. 11. Armatambo. Plato de estilo Inca y manufactura local (Ruales, Tosso y Vallejo 1983).
Fig. 13. Armatambo. Textil elaborado en tapiz con escenas de pesca ritual (Museo de Arqueologa y Etnologa
UNMSM).
Fig. 17. Armatambo. Artefactos de uso personal del periodo inca (depilador de plata y mondaodos de ncar).
371
quipucamayoc no necesariamente eran de origen cuzqueo, sino que se adiestr y emple a personas
locales para estos fines.
Notas
1
Cobo (1882 [1639]) apunta que la estructura administrativa incaica se basaba en una divisin
demogrfica de indios tributarios en grupos de 10, 50, 100, 500, 1000 y 10.000. Seala tambin que era
un nombre genrico el de curaca a todos los que gobernaban de 100 para arriba. Polo de Ondegardo
(1916 [1571]) resea sobre la administracin estatal incaica que se ...dividi los gobiernos por
Guarangas y Hunos, y tenan sus gobernadores y dende el tiempo del Inga Yupangui se hicieron los
ayllos y se puso la orden que a todos es notoria de poner 5 a cargo de 1 y a otro dar cargo de 10, y
a otro de 100 y a otro de 1,000 y a otro de 10,000, y poner sobre todos gobernador como el Inga lo
hizo....
En Aviso (Rostworowski 1989) se consigna ...y a cada uno de estos mayores en su jurisdiccin
hizo diez Caciques de a diez mil Indios, a que llamaron Mayor de Chunga Guaranga,.
3
Castro y Ortega Morejn (1974 [1558]), en su Relacin, sealaban que el Hunu camayoc poda
incluso castigar y matar a cualquier hatunruna a l sujeto, salvo que se trate de los yanacuna del
Inca o de las mamaconas y acllas, atributo reservado slo al Tucuyricuc o representante del Inca.
4
Precisamente el topnimo de Lurn utilizado para el pueblo y ro del mismo nombre en la zona de
Pachacamac, es una derivacin espaola o criolla del topnimo quechua de Hurin Ichma.
Tello, al observar algunos elementos de la arquitectura de Armatambo, como los adobes empleados
en las construcciones, sealaba sobre estos que: El adobe que existe en Irma-tambo (Armatambo)
y en Limak-tambo es en todo semejante al adobe de Pachakamac; es adobe que puede llamarse del
tipo ltimo inca, y es el que ms se aproxima al adobe moderno. Este adobe se encuentra en Tambo
de Mora, en la Centinela, en los Paredones de Nazca, en Paramonga, y siempre se halla sobre las
construcciones ms antiguas y en asociacin con basura que contiene alfarera inca del tipo
cuzqueo (Tello 1999: 37).
Mariano Eduardo de Rivero (1841) lleg a observar algunos restos de estas pinturas murales en los
recintos de la parte alta del Templo del Sol. En su importante publicacin Antigedades peruanas
deca, a la letra: En la cima se nota un terrapln en lugar del Templo, cuyos vestijios consisten en
algunos nichos y en salones con paredes enlucidas del mismo barro, y restos de pinturas ejecutadas
con colores amarillos y encarnados, sin poderse determinar con exactitud la naturaleza de las figuras,
como tuve ocasin de observarlo personalmente.
7
La palabra quechua llimpec es una derivacin de llimpi, que significa color o pintura.
372
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