Primeras Comunidades Cristianas
Primeras Comunidades Cristianas
Primeras Comunidades Cristianas
2. LA NECESIDAD DE ORGANIZARSE
LA NECESIDAD DE ORGANIZARSE
Al principio todas las responsabilidades y servicios dentro de la comunidad
correspondan directamente a los apstoles. Cuando las comunidades crecen y
Las primeras dificultades de los judos fueron con el poder religioso judo.
El Sumo Sacerdote judo no poda permitir que se pusiera en crisis su
enseanza al anunciar que Jess era el Mesas, que haba resucitado y que el
Espritu prometido por los profetas haba sido enviado.
Los apstoles y algunos ministros como Esteban, sufrieron las acusaciones del
poder religioso judo ayudado de algunos radicales.
No siempre los cristianos eran perseguidos, estas persecuciones sucedan
cuando los poderes religiosos judos vean crecer la doctrina cristiana.
Las dificultades no frenaban a los apstoles. El impulso y la fuerza de Espritu
no se limitaron a Pentecosts, sino que seguan con la misma fuerza que les
empujaba a dar testimonio de que Jess era el Mesas.
Las dispersiones que provocaron algunas de las persecuciones fueron
beneficiosas para la predicacin del evangelio, los cristianos emigraban a otros
pases donde predicaban el evangelio.
La palabra mrtir significa testigo; por eso se llama mrtir al que muere
por dar testimonio de Jess. Esteban fue el primer mrtir de la Iglesia.
que os odian, bendecid a los que os maldicen, orad por los que os ponen
trampas (Mt 5,44); sobre la no violencia; al que te golpee en una mejilla,
ofrcele la otra y al que te quite el manto no le niegues la tnica; al que te pide,
dale y al que te quite algo, no se lo reclames (Lc 6,29); y la regla de oro:
Como queris que os traten los hombres, tratadlos vosotros a ellos (Lc 6,31),
donde Jess expresa en positivo una vieja sentencia de su pueblo que siempre
se haba mencionado en negativo: No hagas a nadie lo que no quieres que te
hagan, como aparece en el libro de Tobas (4,15), en las mximas de Hilel y en
los escritos de Filn.
En la mente de muchos cristianos de las comunidades de las que surgieron los
escritos neotestamentarios posiblemente quedaron grabados muchos de
estos logia del Maestro y otras frases que, aunque no recogan la ipsissima
vox (la voz autntica), s que estaba en ellas laipsissima intentio (la autntica
intencin) de Jess, como hicieron las comunidades jonicas con el ltimo
mandamiento del Seor: Esto os mando, que os amis unos a otros, como yo
os he amado (Jn 13,34). Dichos de Jess como el que el autor de los Hechos
pone en labios de Pablo cuando en Mileto se despide de los presbteros de
feso. recordando el dicho del Seor Jess: ms vale dar que recibir (Hch
20,35), expresado de manera parecida en un agrapha cannico
extraevanglico: recordar las palabras del Seor: mayor felicidad hay en dar
que en recibir; o aquel otro que S. Jernimo, en su exgesis de la carta a los
Efesios, dice haber encontrado en el Evangelio de los Hebreos: y slo
entonces debis estar contentos :cuando miris a vuestros hermanos con
caridad.
Fueron aquellas comunidades las que conservaron como un rico tesoro
innumerables dichos de Jess y los interpretaron y los hicieron vida segn la
realidad que a cada comunidad le toc vivir en aquellas experiencias originarias
del cristianismo. Pero en lo que s se dio unanimidad de interpretacin, fue en
en la fusin en uno solo del doble mandamiento del amor, vivido radicalmente
por aquel Maestro que pas haciendo el bien y curando a los oprimidos por el
diablo (Hch 10,38), y que sera en adelante el distintivo por el que los de fuera
podran conocer a los discpulos: En esto conocern que sois mis discpulos,
en que os amis unos a otros (Jn 13,34).