Poemas de Julia de Burgos
Poemas de Julia de Burgos
Poemas de Julia de Burgos
A Julia de Burgos
Ya las gentes murmuran que yo soy tu enemiga
porque dicen que en verso doy al mundo mi yo.
Ro Grande de Loza
Ro Grande de Loza!... Alrgate en mi espritu
y deja que mi alma se pierda en tus riachuelos,
para buscar la fuente que te rob de nio
y en un mpetu loco te devolvi al sendero.
Enrscate en mis labios y deja que te beba,
para sentirte mo por un breve momento,
y esconderte del mundo, y en ti mismo esconderte,
y or voces de asombro, en la boca del viento.
Apate un instante del lomo de la tierra,
y busca de mis ansias el ntimo secreto;
confndeme en el vuelo de mi ave fantasa,
y djame una rosa de agua en mis ensueos.
Ro Grande de Loza!.. Mi manantial, mi ro,
desde que alzme al mundo el ptalo materno;
contigo se bajaron desde las rudas cuestas
a buscar nuevos surcos, mis plidos anhelos;
y mi niez fue toda un poema en el ro,
y un ro en el poema de mis primeros sueos.
Lleg la adolescencia. Me sorprendi la vida
prendida en lo ms ancho de tu viajar eterno;
y fui tuya mil veces, y en un bello romance
me despertaste el alma y me besaste el cuerpo.
Adnde te llevaste las aguas que baaron
mis formas, en espiga del sol recin abierto?
Quin sabe en qu remoto pas mediterrneo
algn fauno en la playa me estar poseyendo!
Quin sabe en qu aguacero de qu tierra lejana
me estar derramando para abrir surcos nuevos;
o si acaso, cansada de morder corazones,
me estar congelando en cristales de hielo!
Ro Grande de Loza! Azul, Moreno, Rojo.
Espejo azul, cado pedazo azul del cielo;
desnuda carne blanca que se te vuelve negra
cada vez que la noche se te mete en el lecho;
roja franja de sangre, cuando baja la lluvia
a torrentes su barro te vomitan los cerros.
Te quiero
Te quiero...
y me mueves el tiempo de mi vida sin horas.
Te quiero
en los arroyos plidos que viajan en la noche,
y no termina nunca de conducir estrellas a la mar.
Te quiero
en aquella maana desprendida del vuelo de los siglos
que huy su nave blanca hasta el agua sin ondas
donde nadaban tristes, tu voz y mi cancin.
Te quiero
en el dolor sin llanto que tanta noche ha recogido
el sueo;
en el cielo invertido en mis pupilas para mirarte csmica;
en la voz socavada de mi ruido de siglos derrumbndose.
El mar y t (1954)
Cancin amarga
Nada turba mi ser, pero estoy triste.
Algo lento de sombra me golpea,
aunque casi detrs de esta agona,
he tenido en mi mano las estrellas.
Debe ser la caricia de lo intil,
la tristeza sin fin de ser poeta,
de cantar y cantar, sin que se rompa
la tragedia sin par de la existencia.
Ser y no querer ser es la divisa,
la batalla que agota toda espera,
encontrarse, ya el alma moribunda,
que en el msero cuerpo an quedan fuerzas.
Perdname, oh amor, si no te nombro!
Fuera de tu cancin soy ala seca.
La muerte y yo dormimos juntamente
Cantarte a ti, tan slo, me despierta.
Dadme mi nmero
Qu es lo que esperan? No me llaman?
Me han olvidado entre las yerbas,
mis camaradas ms sencillos,
todos los muertos de la tierra?
Por qu no suenan sus campanas?
Ya para el salto estoy dispuesta.
Acaso quieren ms cadveres
de sueos muertos de inocencia?
10
11
12