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Epistemologia Holìstica

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Humanidades

Epistemologa holstica:
una herramienta para
ampliar la consciencia
Ana Mara Llamazares / anallama@fibertel.com.ar
CONICET. Fundacin desde Amrica.Argentina.

Resumen

Recibido: 06-06-2011 Aceptado: 25-06-2011

Holistic Epistemology:
A Tool to Expand Consciousness

El quiebre del paradigma cientificista moderno dio lugar al


surgimiento de nuevas teoras que fueron tomando forma
desde comienzos del siglo XX. Tanto en el campo de las
ciencias fsico-naturales, como a travs de los enfoques
transdisciplinarios para el abordaje del fenmeno humano,
se ha ido generando una visin del mundo, un nuevo paradigma basado en principios explicativos ms integrales
u holsticos. Asimismo, la cada del mito de la certidumbre empiricista gener las condiciones para replantearse la
necesidad de desarrollar nuevas formas de racionalidad y
por tanto, estimul el desarrollo de otras epistemologas.
Frente al callejn sin salida del relativismo radical en el que
desemboc la filosofa racionalista posmoderna, la epistemologa holstica busca otros parmetros para fundamentar
la posibilidad de la relacin cognoscitiva. Basada en una
concepcin multidimensional de la realidad y en el principio de la interdependencia entre observador y observado,
busca trascender las dicotomas clsicas (materia/ espritu, cantidad/cualidad, reduccionismo/holismo) y desarrollar
metodologas que pongan en accin formas de consciencia
integral y participativa. La epistemologa holstica propone
una ampliacin hacia los caminos intuitivos y el estmulo de
los procesos cognitivos divergentes y creativos, lo cual comporta una apertura hacia lgicas no lineales o paradjicas. Y
tambin plantea el desafo de la prctica transdisciplinaria,
que requiere la aceptacin de la diversidad y la complementacin de los saberes, as como el acercamiento y el respeto por otras formas de conocimiento.
Palabras clave: epistemologa holstica consciencia participativa transdisciplinariedad visin dinergtica

43

The break of the modern scientistic paradigm led to the development of new theories which have been taking shape
since the early 20th century. Both in the field of physical-natural sciences and through transdisciplinary approaches to
the human phenomenon, a new worldviewa new paradigmhas been growing, based on more integrated or holistic explanatory principles. Moreover, the fall of the myth
of empiricist certitude has created the conditions to further
reflect on the need to develop new forms of rationality and
thus stimulated the development of other epistemologies.
Faced with the dead-end road of radical relativism which
post-modern rationalistic philosophy reached, Holistic
Epistemology seeks other parameters to ground the possibility of knowledge relation. Based on a multidimensional
understanding of reality and on the principle of interdependence between the observer and the observed, it aims to
transcend classical dichotomies (matter/spirit, quantity/
quality, reductionism/holism) and develop methods involving active forms of integral, relational and participative consciousness. Holistic Epistemology proposes an
expansion towards intuitive paths and the stimulation of
diverging and creative cognitive processes, which implies
opening out to non-linear or paradoxical logics. It also
presents the challenge of transdisciplinary practice, which
requires accepting diversity and complementarity, as well
as approaching and respecting other forms of knowledge.
Keywords: Holistic Epistemology participative consciousness transdisciplinarity dinergic vision

Abstract
ISNN: 1690-6054 Volumen 09 Nmero 18 Jul'-Dic', 2012.

pp.43-58

Quienquiera que seas, en la tarde


abandona tu cuarto, del que todo lo sabes.
Rainer Mara Rilke
Libro de las Imgenes

a he presentado anteriormente1
una visin que podra llamar tridimensional de la crisis contempornea, porque comprende tres
dimensiones posibles para abordar su interpretacin:
a. La dimensin epistemolgica
que, ms all de los fenmenos y las manifestaciones
concretas, busca una explicacin en el nivel de la visin
del mundo; y as entiende
la crisis como un cambio
de paradigmas o contextos
perceptivos.
b. La dimensin espiritual, a la
cual me refer especialmente, como la desconexin del
sujeto contemporneo con la
vivencia ntima y reafirmante
de lo sagrado, buscando a su
vez, los vnculos que unen
ciertos principios epistemolgicos como la fragmentacin,
el reduccionismo materialista
y la virtualidad, con algunas
de las vivencias existenciales ms desestabilizantes y
difundidas del mundo actual,
como la ilusin de la separatividad, la angustia y la ambicin de poder ilimitado.
c. Por ltimo, la dimensin evolutiva, que sita esta crisis
dentro del marco ms amplio
del despliegue de la consciencia colectiva, y permite
comprenderla como un un
punto de inflexin, una transformacin que implica un desafo evolutivo.
El cambio de paradigmas,
como hemos visto, trata de superar las limitaciones del reduccio44

nismo materialista, imprimiendo a


las nuevas bsquedas una direccin hacia lo holstico. Quisiera
proponer que el cambio de paradigmas no es meramente un
recambio de anteojos, y que la
apertura hacia lo holstico, asumida en su sentido ms profundo,
implica una ampliacin de los parmetros cognoscitivos, una extensin de la mirada para poder
incluir otros rdenes de realidad
ms abarcadores, y por tanto,
tambin comporta una ampliacin
de la consciencia.
Aqu tratar de internarme un
poco ms dentro de la primera de
estas tres dimensiones, no para
analizar los aspectos histricos
o cientficos del cambio de paradigmas, que es un tema que ya
sido ampliamente tratado (Capra
1985, Berman 1987, Martnez Mguelez 1993, Llamazares 2011a).
Me interesa considerar especficamente las implicancias epistemolgicas de este movimiento
hacia lo holstico y la necesidad
de desarrollar una forma de racionalidad ms consecuente con la
nueva visin del mundo que est
cobrando forma con el cambio de
paradigmas cientficos y culturales. Pues necesariamente un nueva forma de concebir el mundo
implica tambin una nueva manera de concebir nuestra relacin
cognoscitiva, nuestras posibilidades de hacer ciencia y de entrar
en dilogo con el mundo.
Aunque no siempre es as,
sobre todo en estas pocas de
transicin como la que estamos
viviendo. Si bien esta es una necesidad que trasciende el mbito

Epistemologa holstica: una herramienta para ampliar la consciencia. Ana Mara Llamazares

del quehacer acadmico, hoy en da es particularmente sentida por los profesionales, que recibimos
una formacin universitaria que en lneas generales
se inscribe dentro de los paradigmas tradicionales,
pero luego debemos desarrollar nuestra actividad en
un mundo cambiante que reclama nuevas formas de
pensamiento, de comunicacin y de trabajo. Tambin es comn observar en el terreno acadmico una
discordancia entre la teora implcita, la metodologa
y las tcnicas que se implementan; pues resulta ms
fcil incorporar nuevas ideas que transformar viejas
prcticas. Esta discrepancia es propia de la coexistencia de paradigmas, un fenmeno muy caracterstico de las ciencias sociales, aunque hoy se registra
en todos los campos, pero que de todas maneras
resulta imprescindible trabajar para acercarse hacia
la integracin de esos planos y dar una mayor coherencia a nuestra tarea profesional.

Hacia una epistemologa ms


abarcadora
La epistemologa, tradicionalmente concebida
como filosofa del conocimiento cientfico, puede
tambin desplegarse en una perspectiva gnoseolgica ms amplia, como una teora del conocimiento,
entendiendo a este ltimo como nuestra forma especficamente humana de entrar en relacin con lo otro
desconocido, ya sea el mundo objetivo, los dems
seres humanos, otros planos de realidad o nuestra
propia interioridad.
El paradigma moderno nos ha terminado convenciendo de que nuestras posibilidades de conocimiento son bastante limitadas, de que nuestro nico
instrumento vlido para ello es una combinacin adecuada de percepcin sensorial y de razonamiento
intelectual.
La sobrevaloracin de la razn implic simultneamente la descalificacin de todas las otras vas e
instrumentos de conocimiento. De esta forma se termin homologando racionalidad con racionalizacin,
dos conceptos que sigue siendo necesario distinguir,
para no terminar abdicando de la posibilidad del conocimiento y de la racionalidad. Pues esta ltima,
como nos dice Edgar Morin (1994):
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Es el juego, el dilogo incesante entre nuestro espritu, que crea las estructuras lgicas,
que las aplica al mundo, y que dialoga con ese
mundo real. (...) no tiene jams la pretensin de
englobar la totalidad de lo real dentro de un sistema lgico, pero tiene la voluntad de dialogar
con aquello que lo resiste (p.102).
Por su parte, la racionalizacin, se acerca ms
a las patologas estudiadas en psiquiatra, en tanto
consiste en querer encerrar la realidad dentro de un
sistema coherente. Y todo aquello que contradice, en
la realidad, a ese sistema coherente, es descartado,
olvidado, puesto al margen, visto como ilusin o apariencia (Ibid.:102).
Si esta confusin ha sido el error de nuestra racionalidad moderna, bien vale la pena preguntarse
y analizar cmo sucedi, para no volver a repetirlo.
Si nuestra manera de dialogar con la realidad desvi
su camino, si terminamos metiendo al mundo dentro
de una caja de zapatos, y esto nos condujo hasta un
lugar de angustia y peligro mximos, no significa que
debamos abandonar el dilogo. Muy por el contrario,
lo extremo de la situacin nos obliga a replantearnos
si es posible restablecerlo de una manera diferente.
Sigue siendo imprescindible debatir los lmites del
viejo paradigma, conocer su historia, sus fundamentos, su manera de operar en nuestras mentes. Profundizar el reconocimiento de los lazos estrechos y
profundos que unen el pensar, el sentir y el hacer.
Sabemos ya que no se trata slo de curiosidad indagatoria, sino de una cuestin de supervivencia. Pero
simultneamente, es cada vez ms acuciante la necesidad de construir una nueva posibilidad.
Quiero apostar por esa posibilidad y alentar la esperanza de desplegar una nueva racionalidad ms
sabia y sensible, liberada del delirio de la coherencia
absoluta, del fundamentalismo de creerse la nica
verdad, comprometidamente pluralista y que en lugar de condenarnos al reduccionismo, estrechando
nuestras posibilidades de dilogo, las amplifique.
Creo que necesitamos desarrollar una comprensin de otro orden, y me he tomado la licencia de
designar este esfuerzo como epistemologa holstica,
pues auspicia la necesidad de integrar las diversas
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funciones de nuestra capacidad cognoscitiva y, en


este sentido, se puede transformar en una herramienta tcnicamente apropiada, no slo para desplegar nuestro quehacer profesional, sino para ampliar
nuestra consciencia como humanos.
Basada en una concepcin multidimensional de la
realidad y en el principio de la interdependencia entre
observador y observado, la visin de la epistemologa
holstica busca otros parmetros para fundamentar la
posibilidad de la relacin cognoscitiva, tratando as
de trascender las ficticias dicotomas que a lo largo
del pensamiento occidental han enfrentado la materia y el espritu, la cantidad y la cualidad, la eficiencia
y el sentido, el reduccionismo y el holismo.
Esta visin se plantea asimismo la necesidad de
desarrollar nuevas metodologas que impliquen poner en accin formas de consciencia participativa y
no fragmentada, que estimulen la creatividad y los
procesos cognitivos divergentes2 as como el sentido
de la sana autocrtica y la alerta reflexiva. Tambin requiere desplegar una necesaria apertura para poder
abordar el desafo de una prctica transdisciplinaria,
la aceptacin de la diversidad y la complementacin
de los saberes, el acercamiento y respeto por otras
formas de conocimiento tanto occidentales -la filosofa, el arte, el misticismo, el hermetismo- como no
occidentales -las filosofas orientales y las cosmovisiones indgenas-.
El cambio paradigmtico ha abierto ya esta suerte
de nueva tradicin epistemolgica enriquecida con
mltiples aportes. Me refiero no slo a los que como
Thomas Kuhn, Paul Feyerabend, Gastn Bachelard
o Michel Foucault llevaron adelante una estricta crtica a las formas clsicas de conocimiento cientfico,
sino tambin a otras corrientes y desarrollos que han
ido convergiendo hacia la construccin de una nueva teora del conocimiento: desde la psicologa de la
gestalt, la epistemologa gentica de Jean Piaget, la
ecologa de la mente de Gregory Bateson, la idea
del conocimiento tcito de Michael Polanyi, la neurofisiologa de la percepcin iniciada por Humberto
Maturana, el constructivismo y ciertas derivaciones
del cognitivismo como el planteo de la cognicin corporizada y la apertura hacia las vas meditativas de
Francisco Varela, el pensamiento complejo de Edgar
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Morin, en general la fenomenologa y la hermenutica; y la amplia gama de estudios transpersonales de


la consciencia, particularmente, la visin sinttica de
Ken Wilber. Ms recientemente, esta lnea de pensamiento epistemolgico se ha visto enriquecida con la
visin participativa del filsofo espaol Jorge Ferrer.
Seguramente habr omitido alguna mencin pues
hay sin duda mucho camino recorrido. Sin embargo,
considero que desarrollar una epistemologa y metodologas consecuentes con la visin comprehensiva
u holstica sigue siendo una necesidad vigente, que
todava requiere gran parte de nuestra atencin.
Me referir a algunos de los ejes epistemolgicos
del cambio paradigmtico contemporneo, para lo
cual primero quiero presentar brevemente una semblanza de cmo se genera y en qu consiste la visin
holstica.

El advenimiento de la visin holstica


Uno de los ejes del cambio epistemolgico que se
insina desde mediados del siglo XIX y estalla decididamente desde comienzos del XX es la cada de
la idea moderna de un universo mecnico y atomstico, armado por la adicin de bloques elementales;
y su reemplazo por una concepcin ms integradora y dinmica, por una imagen del mundo como una
totalidad multidimensional e interdependiente, en la
que todas sus partes -incluyendo por supuesto, a la
especie humana- forman una unidad indivisible. Tanto la fsica y la qumica, la cosmologa y la biologa,
como los enfoques transdisciplinarios para el abordaje del fenmeno humano, han ido conformando
una nueva visin del mundo, un nuevo paradigma
basado en otros principios explicativos, que en gran
medida coinciden y recuperan una concepcin espiritual y holstica del universo, en la que se reconoce
la interconectividad de todo lo existente, se honra a
la vida en la diversidad de sus manifestaciones, y el
ser humano encuentra a travs de su participacin,
un nuevo sentido para su existencia.
Un hito fundamental en este cambio de perspectiva fue la irrupcin en el propio campo de la fsica, de
teoras que subvertan la visin cartesiana-newtoniana del mundo. Desde comienzos del siglo XX, tanto

Epistemologa holstica: una herramienta para ampliar la consciencia. Ana Mara Llamazares

la relatividad como la fsica cuntica, al internarse


en las profundidades del universo y de la materia,
descubrieron una nueva y sorprendente imagen de
la realidad. Esta ya no apareca como una coleccin
de sustancias slidas, fijas y aprehensibles; sino en
cambio, como una compleja red de campos energticos, de devenir incierto y comportamiento paradojal. La naturaleza, que a partir del Renacimiento se
pens como un enorme cuadro frente al espectador,
devolva ahora -como un espejo sabio- la imagen del
propio observador. Este era ya, integrante inseparable de una enorme trama en movimiento, slo inteligible al desplegarse en el tiempo, a la manera de una
pieza de msica.
Se pudo reconocer que las totalidades, los sistemas complejos, poseen sus propias leyes, y que stas no pueden derivarse de las propiedades de las
partes componentes. La nueva fsica dio la razn
a la vieja mxima aristotlica: el todo es ms que
la suma de las partes, y as, el reduccionismo que
exiga explicar todo por divisin y reduccin a sus
elementos ms simples, se torn inaceptable como
recurso metodolgico excluyente.
En concordancia con la fsica, otras ciencias tambin han logrado promover una concepcin diferente
de la relacin entre las partes y el todo. La psicologa
gestltica, las ciencias cognitivas, las neurociencias,
elaboran nuevas teoras basadas en principios holsticos sobre la percepcin, el conocimiento y el funcionamiento cerebral. Por su parte, la lingstica, la
semitica, la teora de la comunicacin abrieron los
problemas del sentido y la significacin; los que adquieren su mayor relevancia epistemolgica a travs
del giro hacia la hermenutica. Con una pretensin
an ms abarcadora, la ciberntica y la sistmica,
instituyen a las globalidades como objetos especficos de estudio, enfatizando el papel de las interrelaciones por sobre los elementos, y colocando a la
complejidad en el centro del escenario.
En estos nuevos paradigmas se invierte la visin
clsica que consideraba al todo como un mero resultado aditivo de las partes. Ahora, stas slo pueden
comprenderse a la luz de la dinmica global. Surge
la red como metfora explicativa. En su versin ms
radical, las partes dejan de existir de por s, como
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elementos individuales; se transforman en eventos


o sinergias, manifestaciones dinmicas de un lugar transitorio dentro de un sistema complejo. Cada
evento refleja y contiene a la vez las dimensiones de
la totalidad.
A mediados del siglo XX Denis Gabor descubre el
principio hologrfico, que describe esto mismo a nivel
fsico. Un holograma se obtiene dividiendo un rayo
lser de forma tal que cada parte de la imagen contiene a su vez, en forma codificada, la imagen completa del objeto. As, el todo est en cada una de las
partes y stas, a su vez, forman el todo. Esta misteriosa propiedad fue explorada tanto a nivel subatmico y matemtico como a nivel humano y en las ms
grandes escalas de los fenmenos de la naturaleza
y el universo.
Uno de los rasgos centrales de los nuevos paradigmas de este tercer milenio es que en lneas generales, ms all de sus especificidades, comparten
una visin holstica del mundo, extensiva a todos los
niveles de la realidad, desde el cosmolgico hasta el
de la persona.
Segn Pierre Weil, fundador en 1986 de la Universidad Holstica Internacional de Pars, ahora con
pleno desarrollo tambin en Brasil:
Como reaccin a la visin newtoniano-cartesiana de un universo fragmentado, caracterstica
de un paradigma substancialista y mecanicista,
se establece de manera progresiva un nuevo
paradigma holstico, es decir, que traduce una
perspectiva en la cual el todo y cada una de
sus sinergias estn estrechamente ligados con
interacciones constantes y paradjicas (Weil
1993:11).
El trmino holstico es un neologismo que ha comenzado a utilizarse extensivamente para referirse a
los enfoques que buscan trascender la fragmentacin
que impuso la ciencia clsica. Procede del griego holos que significa todo o ntegro, por tanto holstica
es la visin que busca integrar las partes componentes de un todo o sistema, considerando que existen
propiedades emergentes de las totalidades que slo
se manifiestan en la interrelacin de las partes, como
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por ejemplo, la autoinformacin, la autorregulacin,


o la teleonoma, es decir, la condicin de establecer
sus propias normas para direccionarse hacia un fin.
La visin holstica incorpora la nocin de paradoja y reemplaza as la lgica formal aristotlica de los
principios de identidad, no-contradiccin y tercero
excluido. El todo que est en las partes y las partes
que contienen simultneamente al todo, una partcula que es al mismo tiempo todas las partculas, un
tomo que puede comportarse como una partcula
y tambin como una onda, sujeto y objeto que son
instancias diferenciales de una continuidad dinmica,
lo interno que contiene al mismo tiempo lo externo,
lenguaje y realidad, libertad y necesidad. Todas nociones inconcebibles o antinmicas en trminos de la
lgica clsica, que en cambio, pueden comprenderse de otra manera desde la perspectiva de la lgica
paradjica.
El trmino holismo fue introducido inicialmente por
el filsofo J. C. Smuts, en su libro Holism and Evolution publicado en 1926, para referirse a la fuerza vital
responsable de la formacin de conjuntos o gestalts
como los tomos y molculas en el plano fsico, las
clulas en el plano biolgico, las ideas y la personalidad en el plano psicolgico, etctera.
Dentro del marco de las concepciones evolutivas,
Arthur Koestler acu en 1968 el trmino holn, derivado de holismo, para referirse a lo que siendo una
totalidad en un nivel, es simultneamente una parte en otro nivel, y holarqua como un sinnimo ms
apropiado que jerarqua, para referirse al principio
estructural fundamental del holismo, que es el ordenamiento asimtrico en niveles de creciente complejidad y amplitud cada vez ms inclusiva (Koestler,
1998). Este trmino merece una aclaracin.
Jerarqua proviene del griego hiers = sagrado y
archo= gobierno o autoridad. Segn Ken Wilber:
Tal como se emplea actualmente en psicologa,
en la teora evolutiva y en la teora de sistemas, una
jerarqua es simplemente una escala de rdenes de
sucesos de acuerdo a su capacidad holstica (...) lo
que es totalidad en un estadio se hace parte de un
todo mayor en el estadio siguiente. Una letra es parte
de una palabra completa, que es parte de una frase completa, que a su vez es parte de un prrafo
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completo, y as sucesivamente. (1996:30) Y agrega:


Cuando se dice que `el todo es ms que la suma
de las partes este `mayor significa `jerarqua. No
significa dominacin fascista; significa una ms alta o
ms profunda comunidad que rene las hebras aisladas en la red real. (Ibid: 31).
Sin embargo es muy fcil que se produzca ese
deslizamiento semntico propio de las concepciones
evolucionistas unilineales de inspiracin mecanicista,
que operan en base a la lgica dicotmica y absolutista de la superacin o regresin, de lo superior
o lo inferior, y que son las que ms profundamente
arraigadas estn en nuestro psiquismo. Para representar con mayor justicia la concepcin holrquica,
ms que escaleras, curvas o peldaos ascendentes
y descendentes, debemos apelar a las imgenes de
los crculos, las esferas concntricos, los juegos de
cajas chinas o las espirales, que enfatizan la condicin holstica por excelencia que es la inclusividad,
y tambin son ms apropiadas para imaginarnos la
posibilidad de un movimiento pulsante de expansin
y concentracin, como una dinmica natural y cclica
de los procesos vitales (Ver Figura 1).
Figura 1 Modelos evolutivos

Concepcin unilineal jerrquica

Concepcin espiral holrquica

Epistemologa holstica: una herramienta para ampliar la consciencia. Ana Mara Llamazares

Actualmente este concepto de lo holstico se aplica en muchos campos. En la fsica ha inspirado los
conceptos de holografa y holograma basados en el
principio hologrfico de Gabor al que antes me refer.
Tambin lo utiliz el fsico David Bohm para designar su teora holonmica del universo y su idea del
holomovimiento. En la medicina y la neurologa se
emple para designar el modelo hologrfico del cerebro de Karl Pribram, y en la psicologa transpersonal
Stanislav Grof ha desarrollado la tcnica de respiracin holotrpica como va de ampliacin de la consciencia y autoexploracin. Por su parte, el filsofo
norteamericano Ken Wilber ha desarrollado uno de
los sistemas filosficos y epistemolgicos ms comprehensivos basado en la concepcin holstica.
A travs de la ciencia contempornea se produce
as una visin que signific un renovado inters por lo
universal (universus= lo que se vuelca hacia lo uno),
por lo que une y acerca por encima de las diferencias, sin perder de vista lo particular, que singulariza
y nos previene de la dilucin globalizadora. De esta
manera se han producido condiciones favorables
para un encuentro insospechado de la racionalidad
con la ms profunda de las experiencias msticas: la
vivencia unitiva de participacin en la unidad.
La nueva visin holstica coincide en su esencia
con las ms antiguas tradiciones sapienciales y espirituales, tanto orientales como occidentales -lo que
Aldous Huxley (1999) denomin como filosofia perenne-, as como con las cosmovisiones indgenas.
Slo algunas citas nos servir de ejemplo: Una naturaleza, perfecta y penetrante, circula en todas las
naturalezas; una realidad que todo lo abarca, contiene en s todas las realidades (Lankavatara Sutra).
Como arriba es abajo, como abajo es arriba, el microcosmos espejo del macrocosmos (El Kybalion).
En su unidad el Uno es el misterio. Misterio de los
misterios y puerta de toda maravilla (Tao Te King).
Todo lo que hace el indio lo hace en crculo, y esto
es as porque todo lo que hace el Poder del Mundo
lo hace en un crculo, y todas las cosas tienden a ser
redondas (Alce Negro, sioux oglala). Toda la Tierra
es una sola alma, y somos parte de ella (cacique
Curruhuinca, mapuche). Ver un mundo en un grano
de arena y un cielo en un flor silvestre, sostener el in49

finito en la mano y la eternidad en una hora (William


Blake).
Este encuentro entre la ciencia y la espiritualidad,
an poco conocido debido a la dureza y persistencia
de las viejas estructuras, ha tenido sin embargo una
penetrante influencia, que ya se ve reflejada en muy
diversos campos. Desde los aos de la conmocin
cuntica mucho se ha escrito sobre la aproximacin
entre fsica y misticismo, e incluso algunos de los fsicos mas conspicuos sufrieron una profunda transformacin personal y dejaron maravillosos escritos al
respecto (Wilber, 1987a). Algunas obras como el Tao
de la Fsica de Fritjof Capra (1987), Zen y cerebro de
Taisen Deshimaru y Paul Chauchard (1994) o Sabidura antigua y ciencia moderna compilado por Stanislav Grof (1991) son ya hitos en esta exploracin.
Desde 1978 se vienen desarrollando peridicamente
los Congresos de Msticos y Cientficos, una sntesis
de los cuales ha sido publicada por David Lorimer
(2000). Este fenmeno merece an ser investigado
ms a fondo, especialmente en lo que hace a las
coincidencias con las cosmovisiones indgenas (Llamazares et.al 2001, Llamazares y Martnez Sarasola
2011, Martnez Sarasola 2010). Sin embargo, est
sirviendo para encontrar puentes y conexiones, incluso ms all de lo conceptual, en lo personal y humano y, de esta manera, ayuda a superar las fronteras
y la fragmentacin, a trascender las dualidades y las
falsas oposiciones, y tal vez colabore para reconocer
el desatino narcisista de Occidente de creerse nico
y superior.

Abrazando la incertidumbre
Uno de los ejes fundamentales del cambio de paradigmas ha sido la cada del mito cientificista de la
certidumbre y la consecuente entrada en la era de la
incertidumbre.
La ciencia moderna se propuso la bsqueda de
un conocimiento absoluto, infalible e indubitable,
fundamentado empricamente y autojustificado por
la lgica racionalista. Sin embargo, con el curso de
tiempo, ninguno de estos dos propsitos se vio satisfecho. La misma filosofa empirista que fuera desde
Francis Bacon hasta Karl Popper, uno de los pilares
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epistemolgicos del paradigma cientfico moderno,


lleg a cuestionar la pretensin de la confiabilidad en
los datos sensibles y la verificabilidad emprica de los
enunciados cientficos. Paralelamente, la crisis de las
matemticas clsicas y la lgica formalista, llev a
la sana renuncia de la exhaustividad. Promediando
el siglo XX ya estaba claro que la ciencia emprica
no poda brindar el slido punto de apoyo que haba
prometido. No era la herramienta adecuada para estudiar y tratar los problemas humanos y en general,
todo lo que tuviera que ver con lo viviente y lo no
material. Y tampoco poda verificar ni justificar lgicamente sus propios fundamentos o puntos de partida.
Este reconocimiento implic una fuerte conmocin
existencial y filosfica, la tan mentada cada del fundamento, que abri simultneamente dos caminos
posibles. Por un lado, la angustia por la prdida del
supuesto suelo firme y la polarizacin hacia el extremo del relativismo y el nihilismo posmodernos.
En su radicalizacin termin negando prcticamente
la posibilidad del conocimiento. Una actitud que en
el fondo, an sigue apegada emocionalmente a la
aoranza de lo slido. Y, lejos de desmontar operativamente la prctica institucionalizada de la ciencia
objetivista, lo que ha logrado es un mayor divorcio
entre ciencia y filosofa.
Paralelamente, la frustracin de la ambicin racionalista por la certeza habilit las condiciones para
plantearse otras posibilidades epistemolgicas basadas en una apreciacin diferente y positiva de la
incertidumbre.
La exploracin del comportamiento dual y aparentemente paradjico de las partculas ya haba
mostrado desde comienzos del siglo XX que la incertidumbre es parte esencial la naturaleza fsica.
A nivel subatmico, la materia parece no existir con
seguridad en ciertos lugares y de determinada manera, sino que muestra tan slo ciertas tendencias o
probabilidades a existir que se manifiestan una vez
que alguien ha decidido observarlas. La materia no
es algo fijo y estable, sino algo flexible y abierto, slo
parcialmente determinado, que se completa con la
intervencin del observador, es decir, cuando ingresa en una relacin especfica con otro, y entra a for-

50

mar parte de un contexto mayor, que es justamente,


la relacin cognoscitiva.
Apreciemos las profundas implicancias epistemolgicas de estos descubrimientos. Que la naturaleza
sea incierta o indeterminable a priori no significa que
no podamos conocerla, slo significa que no podemos conocerla sin nuestra participacin y por lo tanto, que el sujeto es imprescindible. Patentiza el error
metodolgico que signific la bsqueda del conocimiento objetivo, y pone de manifiesto la necesidad
de abordar decididamente una epistemologa participativa cuyo punto de partida sea el vnculo y no la
separacin entre sujeto y objeto.
Asumir la incertidumbre, no desde la angustia sino
como una condicin de posibilidad, no slo implica
reconocer que la existencia se juega en la vincularidad, sino que all, en su espontneo fluir, es donde
reside gran parte de su riqueza y su potencialidad
creativas.

Subjetividad y significacin
Podemos ya afirmar que el eje fundamental del
giro epistemolgico fue la reintroduccin del sujeto
en la escena cognoscitiva. Esta ha sido una de las
implicancias ms insospechadas y perturbadoras de
la fsica del siglo XX, que fue acompaada sincrnicamente por un movimiento coincidente desde el arte
y las ciencias humanas.
Pareciera que la pretensin de objetividad y neutralidad emprica de la ciencia moderna haban llegado a tocar sus propios lmites, es entonces cuando lo
que encuentra, paradjicamente, es aquello mismo
que haba puesto tanto empeo por sacar de su camino: la subjetividad. Dice Richard Tarnas (1993):
Cuando la mente moderna cree haberse purificado completamente de toda proyeccin
antropomrfica, cuando ms activamente ha
construido el mundo como algo mecnico, impersonal e inconciente, es en ese preciso momento cuando el mundo es ms acabadamente
una construccin selectiva de la mente humana
(p. 432).

Epistemologa holstica: una herramienta para ampliar la consciencia. Ana Mara Llamazares

La separacin y el enfrentamiento entre sujeto y


objeto de conocimiento fue un requerimiento epistemolgico desde la gnesis misma del paradigma
moderno. Como lo muestra el ejemplo de la Perspectiva pictrica (Llamazares 2011a) el realismo y consecuentemente, la objetividad, es una construccin
artificial que tarde o temprano iba a ser revelada a la
consciencia. Y ese momento lleg a comienzos del
siglo XX de la mano de la fsica cuntica, de la psicologa y de las vanguardias artsticas.
Morris Berman (1987) compar esta circunstancia
con la dinmica de los opuestos complementarios,
el yin que llevado hasta sus extremos se transforma
y encuentra a su opuesto, el yang: el intento cartesiano de encontrar la entidad material ltima (...)
dejando afuera la subjetividad de una vez por todas,
tuvo resultados que se mofaban de las suposiciones
cartesianas y establecan la subjetividad como la piedra angular del conocimiento objetivo. (p.142).
Estos descubrimientos afectaron radicalmente
la concepcin del mundo pues no slo se alteraba
una epistemologa el dualismo sujeto/objeto- sino la
misma ontologa de todo el paradigma moderno. La
naturaleza ltima de la realidad, la materia misma,
no era ms un agregado predecible de bloquecitos
fsicos, sino algo mucho ms complejo y dinmico: la
indisoluble relacin cognoscitiva entre sujeto y objeto. Como dira Werner Heisenberg (1958) la transicin de lo posible a lo real tiene lugar durante el acto
de observacin (p. 54). As, este viraje trajo tambin
a la consciencia el reconocimiento de que estos dos
planos filosficos, hasta entonces discriminables
ontologa y epistemologa- en s mismos conforman
una continuidad indivisible.
Corroborando la tendencia holstica de todo este
proceso de ampliacin de la consciencia, otro paso
ms aguardaba inmediatamente. Reconocer la naturaleza subjetiva e interrelacional del conocimiento y
la realidad implic a su vez, la apertura hacia el campo an ms elusivo de la generacin de significado.
Saber que el conocimiento es un fenmeno subjetivo
implica necesariamente asumir que tambin es un fenmeno significativo, esto es, que lo que sucede en
la interrelacin sujeto-objeto, en el dilogo entre el
ser humano y el mundo es un continuo fluir de signi51

ficados. Y que la relacin misma es posible en tanto


y en cuanto haya un rapport, un ida y vuelta de significacin, de lo contrario ni siquiera se establece tal
relacin.
As la ampliacin del marco conceptual epistemolgico-ontolgico condujo a explorar en ambas
dimensiones simultneamente: lo subjetivo y lo significativo. La primera significa tener en cuenta que
en todo acto cognoscitivo interviene una multiplicidad
de factores que provienen de la mente y la emocionalidad del sujeto, forjadas a lo largo de su historia
previa y su formacin sociocultural. Esto dio una nueva preeminencia a las ciencias humanas, histricas y
sociales que permiten una mejor comprensin de la
subjetividad, de su naturaleza ntima y su historicidad, de la psicologa, de la consciencia, las emociones y el funcionamiento de la mente. Paralelamente,
el estudio del complejo fenmeno de la generacin
de significacin y sentido, fue emprendido por la lingstica, la semitica, la fenomenologa, el simbolismo y la hermenutica.
As, se hizo cada vez ms evidente que conocer
no es aprehender una realidad objetiva y externa e
interiorizarla en una subjetividad vaca y asptica.
Conocemos algo cuando podemos atribuirle un significado, cuando ese algo puede entrar en relacin con
nosotros, y nuestra subjetividad es capaz de decodificarlo o interpretarlo de alguna manera, -aunque sea
una relacin desconcertante, pues el desconcierto es
ya una forma de significacin-.
La posibilidad del conocimiento depende entonces, de la posibilidad de establecer relaciones de
significacin. El objeto slo es cognoscible si puede
entrar en una red de sentido; y es el sujeto, el campo
donde inexorablemente se articula este fenmeno.
Podemos decir entonces que el mundo, como la materia, no est predeterminado, sino que se configura
de una u otra forma en tanto una subjetividad es capaz de interpretarlo. Y as, conocer no es descubrir
el mundo, sino significarlo. Y, al mismo tiempo, generar las condiciones para su inteligibilidad, hacerlo
perceptible, pues lo ininterpretable es ininteligible. Y
esto, aclarmoslo bien, no significa quitarle estatuto
de existencia a la realidad.

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Cuando uno puede captar profundamente las implicancias de este gran insight se genera una suerte
de conmocin, no estrictamente intelectual, sino de
un orden en el que se entrecruzan lo intelectual con
lo espiritual. Pues esto nos lleva directamente a contemplar emocionadamente la profundidad ontolgica
de lo interrelacional, de lo dinmico y la potencialidad
generativa de lo incierto.
Desde esta perspectiva todo hecho en el mundo, y
no slo los hechos humanos, son fenmenos de significacin. Esta es una afirmacin de amplia trascendencia pues implica que an la realidad fsica puede
ser mejor iluminada por la lgica del sentido que por
la lgica instrumental mecanicista. Y por tanto, tambin requiere ser abordada desde una epistemologa
interpretativa u holstica.
Si uno de los efectos de la fragmentacin del paradigma moderno fue retirar la participacin y el significado del campo cognoscitivo, el propsito de la
epistemologa holstica debe ser intentar restituirlos.

Superar el dualismo
Una pregunta pertinente a estas alturas es cmo
lograr restituir la subjetividad y la significacin, sin
caer nuevamente en la trampa de la lgica dicotmica: la polarizacin, ahora hacia el extremo del subjetivismo. Cmo evitar una nueva fragmentacin
del sujeto, pensndolo a la manera posmoderna-,
slo como una gran mente que construye mundos,
anegando la posibilidad del conocimiento en los sargazos del relativismo radical, y al mismo tiempo haciendo colapsar el mundo y las dems dimensiones
de nuestra subjetividad?
Tal vez algunas de las pautas epistemolgicas de
lo que significa el desarrollo de una mirada holstica
puedan ser buenos auxiliares en esta bsqueda.
Me voy a referir tan slo a dos movimientos simples pero claves para el cambio perceptivo los que,
sin mucho tecnicismo designo como: vincular y saltar
de nivel. Ambos son semejantes y coincidentes en
algn sentido, pero no son necesariamente lo mismo.
Entre s guardan una diferencia de grado, pues se
puede vincular sin saltar de nivel, pero no se pue-

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de saltar de nivel sin antes haber establecido ciertas


vinculaciones.
Vincular es poner algo en relacin, conectar, tender puentes, tejer redes, armar sistemas. Conocer
es aprehender un dato en una cierta funcin, bajo
una cierta relacin, en tanto significa algo dentro de
una determinada estructura (p. 61) segn nos dice
Miguel Martnez Miguelez (1993). Basndose en la
idea de Braithwaite, sostiene que el conocimiento
es la forma de satisfacer nuestra necesidad natural
de encontrar un sentido intelectualmente coherente
a las cosas. Pues la forma de generar significado,
como claramente han explicado los lingistas y los
semilogos, es poner ese algo en relacin: un significante solo adquiere su dimensin semitica ms
completa la significacin- al ocupar su lugar dentro
del sistema.
El significado slo emerge a travs de la vinculacin, y lo que est escindido, al no estar en relacin,
pierde su significado. Podramos decir, haciendo una
extrapolacin, que algo de esto es lo que ha pasado
con la consciencia moderna -ha perdido el sentido
de la vida al cortar vnculos y olvidar su lugar en el
sistema ms amplio y trascendente de la existencia-.
Un forma muy simple, pero muy poderosa de comprender nuestros dramas no slo epistemolgicos,
sino existenciales.
La operacin de vincular pone en marcha la mirada sistmica, desplegada a lo largo del siglo XX
por fuertes corrientes de pensamiento, no slo la
lingstica y la semitica que recin mencion, sino
fundamentalmente todo el amplio campo de disciplinas y enfoques inspirados en las teoras de sistemas,
en sus variadas versiones (Llamazares 2011a). Sin
embargo, la mirada sistmica si bien es un paso imprescindible, tambin puede quedar seducida por la
percepcin de la intrincada complejidad de las partes
en interaccin y creer que all termina todo. Cuando
en realidad, es recin all donde todo comienza.
Nos aguarda la posibilidad de saltar de nivel, ese
segundo movimiento coincidente con el de vincular,
que habilita un cambio de perspectiva. Situando las
cosas en contextos ms amplios, stas adquieren un
nuevo sentido. Las miradas de conjunto, los proce-

Epistemologa holstica: una herramienta para ampliar la consciencia. Ana Mara Llamazares

sos de largo plazo, la captacin de dimensiones ms


sutiles, el desdoblamiento reflexivo son slo algunos
de los recursos que nos permite esta apertura.
Uno de los insights ms transformadores de la
epistemologa holstica es la visin dinergtica de la
dualidad, desarrollar la facultad de sostener la contemplacin simultnea de los opuestos, hasta apreciar la dinmica generativa de su complementacin.
Esto es algo sumamente difcil pues nuestra mente
tiende naturalmente a caer en la lgica perceptiva de
las dicotomas. En nuestro caso, doblemente reforzada por los patrones cognitivos de la racionalidad
occidental moderna.
Figura 2 -Visin dinergtica

Dos copas o dos rostros?

Pato o conejo?


El clsico ejemplo gestltico de las imgenes
ambiguas pato o conejo, rostro o copa, nos sirve para
visualizar de qu se trata (Ver figura 2). Se dice que
nuestra percepcin tiende espontneamente a seleccionar una de las dos posibilidades y reconocer, por
tanto, significar y percibir, o un pato o un conejo, o
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una copa o un rostro. Esto sera algo as como que


nuestra mirada se desplazara lateralmente hacia un
lado o hacia el otro, si fueran dos trminos contrarios
diramos, hacia un polo o hacia el otro.
Algo similar es lo que histricamente ha sucedido
con el problema del conocimiento, en donde sujeto y objeto aparecen fcilmente como dos trminos
opuestos enfrentados, dando lugar a dos posturas
aparentemente irreconciliables: subjetivismo relativista o empirismo objetivista, hombre o mundo, construccin o realidad. Un verdadero dilema que nos
trae padeciendo durante milenios.
Sin embargo tambin es posible desarrollar la destreza de ver no alternativa, sino simultneamente, el
pato y el conejo, la copa y el rostro, una suerte de
hbrido difcil de nombrar, el pato-conejo o la coparostro. Debemos entornar un poco los ojos, enturbiar la precisin de los bordes y tratar de acallar esa
voz que detrs de la oreja nos estar soplando permanentemente los rtulos para pegar ahora pato,
ahora conejo, ahora copa y ahora rostro. Saltar
de nivel implica despertar algo ms all de lo estrictamente racional unidireccional, desplazar nuestra
mirada simultneamente en el eje vertical y lateral,
ascendiendo o descendiendo y a la vez estirando el
alcance de la visin hacia los lados hasta incluir ambos polos. As, lo que desde una perspectiva ms estrecha se ve como antagnico, al ampliar el contexto
perceptivo se puede captar como complementario.
Esto en el caso de la relacin cognoscitiva, requiere un particular desdoblamiento de nuestra
consciencia, algo que como humanos estamos especficamente capacitados para hacer, pues uno de los
polos el sujeto- es el que puede desplegarse para
contemplarse a s mismo y a la relacin que se establece. Esa dualidad se ha transformado en una trada
en accin, algo en donde no slo estn incluidos el
sujeto y el objeto sino simultneamente, el sujeto, el
objeto y el sujeto desdoblado que acta como motor
y testigo de toda la dinmica.
Siguiendo un trmino introducido por Gyrgy Doczi
(1996) para referirse al modelo generativo de formas
en base a la unin de los opuestos complementarios
que se despliega en la naturaleza, en la arquitectura
y en el arte, podramos designar esta operacin epis ISNN: 1690-6054 Volumen 09 Nmero 18 Jul'-Dic', 2012.

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temolgica como visin dinergtica. Dinerga segn


este autor, es algo ms que sinerga, trmino que indica la cooperacin de fuerzas, pero no da cuenta del
poder creativo de la interaccin de los opuestos. Lo
ha construido en base al trmino energa agregndole el prefijo di, del griego dia, que significa de un lado
al otro, a travs de, opuesto a. As, lo dinergtico
podra designar lo que fluye entre los opuestos, el
movimiento no pendular sino fluido y constante de
energa que permite la generacin de algo nuevo en
nuestro caso, el conocimiento, el significado, el sentido-. Se logra una visin dinergtica de estas figuras
ambiguas sosteniendo la mirada hasta que podemos
visualizar ambas formas simultneamente.

La apertura intuitiva
Tambin podemos relacionar este fenmeno con
lo que Ken Wilber designa como razn mandlica o
lgica paradjica.
Acorde con su visin evolucionista jerrquica, Wilber (1991) plantea una jerarqua epistemolgica, un
triple dominio del conocimiento, organizado en tres
niveles -cuerpo, mente y espritu-, a los que les corresponden tres modos o vas de conocer sensorial,
simblico e intuitivo-. Se basa para ello en la doctrina
del mstico cristiano San Buenaventura que sostena
que los seres humanos tenemos tres formas de aprehender la realidad a los que denomin los tres ojos
del conocimiento: el ojo de la carne, el ojo de la razn y el ojo de la contemplacin.

Figura 3 Los tres ojos del conocimiento

Siguiendo su esquema (Wilber, 1987b:312-314)


tenemos entonces:
El dominio de la materia o del conocimiento fsicosensorial, que corresponde al ojo de la carne, por
medio del cual percibimos el mundo externo del espacio, el tiempo y los objetos.
El dominio de la mente y del conocimiento racional
o mental, que corresponde al ojo de la razn, que nos
permite abstraer y alcanzar las formulaciones de la
lgica, las matemticas, la filosofa y dems ciencias
racionales.
Por ltimo, el dominio del espritu o del conocimiento espiritual, que corresponde al ojo de la
contemplacin, mediante el cual es posible captar
intuitivamente las realidades trascendentes.
Este esquema tan sencillo es muy iluminador. Segn Wilber las correspondencias no slo se producen en sentido horizontal, sino tambin en sentido
diagonal. Las flechas inclinadas que parte de la mente nos indican que sta tiene otras facultades, pues
con la mente es posible captar la materia en sentido descendente-, y tambin el espritu en sentido
ascendente-, dando lugar as a dos tipos de conocimiento racional:
a. Cuando la mente se dirige hacia la materia
tenemos el conocimiento sensorial, el modo
cognoscitivo es emprico y analtico. Su inters
es tcnico. Esta va es la que ha desarrollado
la ciencia emprica tradicional, la exploracin
sensorial de la materia.
b. Cuando la mente trabaja con otros contenidos
o producciones mentales tenemos el conocimiento mental, el estilo cognoscitivo es hermenutico, introspectivo o fenomenolgico,
racional o histrico y su inters es prctico,
moral o filosfico. Tambin corresponde a los
aspectos tericos y abstractos de la ciencia.
En los extremos quedan dos formas de conocimiento no racionales:
a. El contemplativo o intuitivo, que es el conocimiento directo cuando el espritu capta lo espiritual, no mediatizado por simbolizaciones; y
b. La percepcin sensorial simple y directa la
material se dirige hacia la materia-.

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Epistemologa holstica: una herramienta para ampliar la consciencia. Ana Mara Llamazares

En realidad, en este esquema se plantea la posibilidad de cinco tipos distintos de conocimiento. Nos
interesa la tercera va de conocimiento racional que
agrega Wilber pues concuerda con lo que venimos
describiendo como saltar de nivel. Se produce cuando la mente trata de conocer el dominio del espritu,
y al intentar razonar sobre lo absoluto genera paradojas, produciendo as un modo de conocimiento
dialctico o paradjico, llamado tambin razn mandlica (Wilber 1991:92, 1987b: 314).
Podramos decir as que desplegar la visin dinergtica requiere habilitar esta tercera forma de
racionalidad mandlica o paradjica. Slo estos instrumentos nos permiten captar la misteriosa interrelacin entre las partes y la totalidad, la paradoja de
la unidad en la diversidad y abrir de esta manera,
una va no exclusivamente mstica para el encuentro
entre ciencia, arte y espiritualidad.
La enorme capacidad plstica de nuestro cerebro
nos alienta a enfatizar la importancia de desarrollar
una nueva racionalidad basada en una concepcin
ms integradora de las funciones cognitivas y simblicas del ser humano. En este sentido, aparece como
una herramienta imprescindible de la epistemologa
holstica la estimulacin de los procesos propios de
la creatividad, del pensamiento divergente y de la
complementacin entre la razn y la intuicin.

La transdisciplinariedad: an una
frontera
Este bien puede ser un camino ntimo y personal,
pero lo ms desafiante an es hacerlo grupalmente.
Hay ciertas instancias de lo holstico que slo se develan en conjunto, pues requieren la participacin de
ms de una mirada, de ms de una antena, y de la
red de vnculos que se establece. Debido a las malas
pasadas de nuestros egos, operar en grupo suele ser
algo complicado, pero sin duda, la creacin colectiva
es an una maravillosa frontera para explorar.
Uno de los abrumadores fenmenos actuales es la
proliferacin de disciplinas acadmicas y no acadmicas, que paralelamente a la hiperespecializacin,

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estn generando un crecimiento exponencial del caudal informativo, imposible de incorporar y elaborar,
que adems aumenta inexorablemente la desigualdad y la brecha entre aquellos que pueden acceder y
aquellos que no. Un alto precio de esta tendencia ha
sido justamente, la prdida de los enfoques globales
y comprehensivos, la compartimentalizacin de los
campos disciplinarios, con el consecuente deterioro de la capacidad para la reflexin, el dilogo y la
creatividad.
La epistemologa holstica busca tambin complementar esta tendencia mediante el planteo metodolgico de la transdisciplinariedad. Lo transdisciplinario
es un paso ms que lo interdisciplinario. Intenta trascender las fronteras estrictas de cada campo y generar una instancia de dilogo ms all de esos lmites.
No apunta al dominio de un determinado saber, sino
al desarrollo de una mentalidad necesaria para la
apertura y las nuevas formas de interaccin, que requieren abordar por ejemplo, la creciente complejidad y sutileza de ciertos fenmenos.
Uno de los objetivos de la transdisciplianriedad se
relaciona con la necesidad de elaborar instancias de
unificacin semntica eficaces para la comunicacin
entre diferentes disciplinas y enfoques, lo cual en
otro plano, es tambin la necesidad del dilogo entre diferentes culturas, religiones, sexos, ideologas,
etctera.
Este es uno de los rasgos descollantes del actual
momento histrico, que requiere encontrar lo que
une ms all de las diferencias, que busca integrar
pero no homogeneizar, es decir, acceder a lo comn
sin perder lo propio, o mejor dicho, desde lo propio.
En este marco se inscribe tambin, el proceso de
acercamiento desde lo occidental hacia otras tradiciones de pensamiento, histricamente relegadas o
consideradas en las antpodas. As como desde la
fsica se han encontrado coincidencias con las filosofas orientales, desde la antropologa es posible
indagar las convergencias que existen entre la visin
holstica del mundo que sostienen los nuevos paradigmas cientficos occidentales y la cosmovisin tradicional de los pueblos indgenas. Esta es una nueva

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dimensin para el trabajo antropolgico, que puede


enriquecerse asimismo al integrar la visin de la epistemologa holstica.
El otro gran campo para elaborar los caminos de
la integracin es el de las relaciones entre la ciencia
y el arte, dos mbitos que han sido tradicionalmente
enfrentados como opuestos. Este enfrentamiento es
otra de las fronteras que se estn ablandando actualmente. En este sentido, una vez ms la epistemologa holstica y la transdisciplinariedad abren una
nueva dimensin para el encuentro.
Rastrear el proceso de transformacin de paradigmas en Occidente y mostrar las coincidencias entre
la nueva ciencia, los antiguos lenguajes sagrados y
la cosmovisin de los pueblos indgenas, es una forma de estimular esta instancia de comprensin en
donde a su vez, pueden converger en un encuentro
creativo, arte, ciencia y espiritualidad. Este es el intento que tratamos de llevar adelante a travs de la
Fundacin desdeAmrica. Bajo esta inspiracin convocamos al encuentro y el dilogo transdisciplinario y
transcultural, con el propsito de promover el conocimiento sobre la sabidura y el arte de las culturas
originarias de Amrica y sus convergencias con las
nuevas formas de consciencia emergentes en Occidente. Ms all de las dificultades de la tarea nuestro
camino nos ha demostrado que es posible facilitar
esta experiencia humana y cultural tan vital para el
tiempo que vivimos.
Quiero concluir citando un fragmento de la Declaracin de Venecia, un documento que ha reunido la
opinin de eminentes cientficos, filsofos y literatos,
y tambin fue adoptado entre las recomendaciones
de la UNESCO. En su artculo segundo enfatiza la
necesidad y la trascendencia de desarrollar estas
nuevas formas de conocimiento y racionalidad al
expresar:
El conocimiento cientfico, a travs de su propio
movimiento interno, lleg a los confines mismos donde puede comenzar el dilogo con otras formas de
conocimiento. En ese sentido, reconociendo las diferencias fundamentales entre la ciencia y la tradicin,
constatamos no su oposicin sino al contrario, su

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complementariedad. El encuentro inesperado y enriquecedor entre la ciencia y las diferentes tradiciones


del mundo, permite pensar en la aparicin de una
nueva visin de la humanidad (...), que podra conducir a una nueva perspectiva metafsica. (UNESCO,
1986).

Epistemologa holstica: una herramienta para ampliar la consciencia. Ana Mara Llamazares

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Notas
1 Se refiere al artculo La dimensin espiritual de la crisis de paradigmas publicado en Kaleidosocopio N 16. Julio-diciembre 2011,
que corresponde a la primera conferencia dictada en el Primer Congreso Internacional en Humanidades Contemporneas Ser
Humanos Hoy, Universidad Autnoma de Occidente, Cali, Colombia, 19 al 21 de octubre de 2005. Esta perspectiva se desarrolla
ms ampliamente en Llamazares 2011.
2 Se entiende por pensamiento divergente o tambin lateral, los procesos de pensamiento azarosos y libres que encuentran soluciones no lineales para la resolucin de problemas, tambin usados como recursos para generar ideas creativas mediante la
exploracin de muchas soluciones posibles.

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