Filosofía de La Investigación Social
Filosofía de La Investigación Social
Filosofía de La Investigación Social
LA FILOSOFA
DE LA INVESTIGACIN SOCIAL
Esta tercera edicin extensamente revisada y ampliada de
La filosofa de la investigacin social plantea algunas de las
cuestiones filosficas ms importantes que han surgido
de las prcticas de la investigacin social e histrica en las
ciencias sociales.
Desde su primera publicacin, esta obra analiz temas
tan fnndamentales como la naturaleza de las leyes de las
ciencias sociales, la comprensin y el significado de la
accin social, la descripcin sociolgica de hechos y valores y la naturaleza moral del anlisis social. Dos captulos
nuevos tratan de responder a las cuestiones en t?mo a la
fundamentacin del lenguaje en la ciencia ~ocial. \1
Restructurada en dos partes (la primera'trata del positivismo y la segunda examina toda una gama df j.deas que
constituyen reacciones a ste), La filosl?fa de~. la investigacin social propone un anlisis del pensamientci de los ms
ilustres investigadores en la ciencia social, incluyendo ahora a Foucault, Derrida y describiendo los esfuerzos de los
postempiristas por sostener el espritu del positivismo.
Con esta tercera edicin la obra se encuentra sin duda
en nn proceso pedaggico del anlisis de las problemticas comunes a la filosofa y a las ciencias sociales.
Profesores de sociologa, uno en la Universidad de Lancaster, otro en la de Manchester, John Hughes y Wes
Sharrock son de los ms influyentes investigadores de la
sociologa britnica.
...
en
PREFACIO
1
1
Ttulo original:
The Philoso-phy of Social Research
Longman Group .UK Limited 1990
Addison Wesley Longman Limited 1997, para
la presente edicin
ISBN 0-582-31105-5
ISBN 968-16-5656-3
Impreso en Mxico
Esta tercera edicin ha sido considerablemente revisada de diversas maneras; en prin1er lugar, al invitar a Wes Sharrock como coautor. Wes y yo hemos estado trabajando juntos sobre toda una
variedad de proyectos durante buen nmero de
aos, y esta tercera edicin no habra sido factible
siquiera sin su docta y considerable participacin.
En segundo lugar, incluye exposiciones de varias lagunas que haba eri la segunda edicin; especialn1ente faltaban Foucault, Derrida y l"s esfuerzos de
los posen1piristas por sostener el espritu del posi-
tivismo. El tercer cambio, uno de los ms iiD.poftantes, se encuentra en la estructura del libro~ Eh
efecto, la revisin de los argumentos se divide ah o,.
ra ms claramente en dos partes: la primera trata
del positivismo y la segunda examina toda una
gama de ideas que constituyen reaccione~ a aqul.
La trama que une ambas partes es la del fundamentalismo y el antifundamentalismo, y ayud,a a
dar cierta continuidad temtica a las que podran
parecer cuestiones niuy diferentes e inconexas. El
texto ha sido extensamente revisado e incluye dos
captulos nuevos, los cuales responden a las interrogantes que rodean la fundamentacin del lenguaje en la ciencia social. Tambin la conclusin ha
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DEBE
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11r hace eco de estas mismas ideas cuando sug1ere que el positi-
~an
la guerra.
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LA ORTODOXIA POSITIVISTA
LA ORTODOXIA.. POSITIVISTA
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la pena observar el carcter filosfico ;del positivisIno, no por algn inters arqueolgico en una civilizacin ya decada, sino porque est sumamente
vivo. 4
Sin embargo, la autoridad delpositivismo no sur:.
gi de la n.oche a la maana, sino que brot de un
largo debate intelectuaL
Los
ANTECEDENTES INTELECTUALES
Aunque ya sea habitual hacer remontar los antepasados filosficos a los antiguos griegos, los orgenes
ms prximos de la epistemologa positivista se- encuentran en ese florecimiento del pensamiento europeo que ocurri en los siglos xv~ y XVII. A1.:1n cuando fuese exagerado el cuadro que el- Renacimiento
y la Ilustracin presentaron de hios~uridad intelectual de la Edad Media:, estos ltimos: siglos presen~
ciaron enormes cambios ert los modos de pensar,
particularmente en los principios de la ciencia moderna; pero tambin en el pensamiento social y poltico. El pensamiento europeo fue liberndose gradualmente de la jaula teolgica levantada por uria
alianza entre el absolutismo poltico y la Iglesia catlica. Si bien los "filsofos naturales" -y N ewton
es un buen ejemplo- a menudo consideraban que
4 Vase, coqJ.o_iluevo ejemplo, Phillips (1987), quien observa
que "algunos de los ms ruidosos celebrantes, en la secuela del
positivismo, son, en realidad, ms positivistas de lo que ellos
.
mismos creen" (p. 44).
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LA ORTODOXIA POSITIVISTA
LA ORTODOXIA POSITIVISTA
sus esfuerzos eran bsicamente religiosos, y no puran1ente cientficos, que les daban un medio de
comprender la mente de Dios y la naturaleza de su
perfecta creacin, la cosmovisin alegrica de los
tiempos medievales fue remplazada por un escepticisino sobre si la naturaleza podra ser debidamente explicada por referencia a la Biblia o al dogma religioso. Aunque los elementos religiosos seguan
siendo fuertes, la que sent las bases fue una visin
secular de las imgenes teolgicas tradicionales de
los mundos natural y social. 5
Dos figuras sobresalen marcadamente: Francis
Bacon (1561-1626) y Ren Descartes (1596-1650). El
primero continu el legado aristotlico del en1pirisn1o como explicacin de los fundan1entos del conocimiento humano, mientras que el segundo prosigui la tradicin racionalista platnica. Ambos
estaban en busca de un mtodo intelectual capaz de
derrotar al escepticismo y, al hacerlo, ofrecer una
nueva certidumbre del conocimiento del n1undo.
Bacon sostuvo la autoridad de la experiencia, el experimento, la induccin y la minuciosa observacin
como el camino hacia una base slida para las
ideas cientficas, rechazando as el mtodo a priori
del escolasticismo medieval. Segn l, una teora del conocimiento deba subrayar la acumulacin
rnetdica de descubrimientos puestos a prueba experirnentalmente. El verdadero conocimiento de la
na tu raleza requera el diseo y la conduccin esfrupulosos de experimentos, laborando pacientemente hacia los "axiomas ms generales, liberando
la mente de nociones falsas"; opiniones y tradicio~
ncs recibidas. Por su parte, Descartes puso -su fe en
la certidumbre de las matemticas, especialmente
de la geometra, como base fundamental para el conocimiento cientfico. Segn l, los principios maCctnticos eran eternos e inmutables y, por lo tanto,
<~ran el lenguaje ms apropiado para expresar las leyes de la naturaleza. Aunque las doctrinas de cada
u no de ellos eran muy distintas, ambos supusieron
que el conocimiento. deba apoyarse en. ciertos fundamentos.~ Descartes, junto con otros filsofos racionalistas, como Spinoza y Leibrtiz; aunque no.
negara el valor de la experiencia sensorial, el experi tnento y la observacin, subray el papel de la deduccin lgica a partir de premisas evidentes,
tnientras que Bacon, Locke,. Hume y otros filsofos'
ctnpiristas .adoptaron la idea ,de. que la bsqueda
<lcl conocimiento en1pezaba con la experiencia sensorial directa; esta ltima ra:tna de la divisin epis""
tcmolgica fue llevada adelante pot la filosofa positivista.
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El jJositivisrno de Comte
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Durante todo el siglo XIX esta concepcin fue .cobrando una autoridad continuamente reforzada por
to~ asombrosos triunfos de las ciencias natural~s y
,.us aplicaciones. Las caractersticas de este progreso
yn nos son familiares, y la ms celebre fue la publicadn, en 1859, de El origen de las especies, de Darwi n, que of~eca una declaracin sistemtica de la
idea que pOda utilizarse para afirmar quetfa humanidad era, irremisiblemente, parte de la na~aleza, y
tstaba sometida a las mismas leyes de proceso,adptacin y cambi~ No tardaron las ciencias sociales en
ctnplear estas Weas para desarrollar teoras de la sociedad humana. Por ejemplo Marx (1818-1883), aunque nacido y criado en la muy diferente tradicin filosfica del hegelianismo, quiso dedicarle a Darwin
su n1onumental obra sobre el capitalismo. Herbert
Spencer (1820-1903), se bas explcitamente enla
obra de "Darwin como justificacin de su propia teora y mtodo. A finales del siglo XIX la opinin cientfico-determinista del oositivismo estaba firmemente arraigada como ambicin de las ciencias sociales.
Sin embargo) aunque en lo .tocante a las ciencias hQrnanas los que llegaron a predominar fueron sistemas
positivistas, tenan alguno~A finales del siglo
XIX hubo en la filosofa una rebelin contra el pensamiento positivista, y un resurgimiento del~
y del romanticismo; este movimiento fue particularrnente poderoso en Alemania. 9
J.
Vanse Hughes (1977); Halfpenny (1982); Mommsen y Osterhammel (1987}. Schnadelbach.(l984) es un estudio general
valioso y breve.
L.
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idnticas tcn'ts de investigacin, ya que sus resp(:ctivas materias difieren y tambi~n ~ requieren
pn\cticas de investigacin b~:tante d1s:1~tas, pero
tsta es cuestin de adaptacton pragmaUca de Un
procedimiento general, y rio de difere~cia lgica. o
:.f\.c~d<.~ principio.s. En cuarto .1u. ga_r, qu. e -.e.--.>Oste una dis.-:e-} tincin fundamental entre el hecho X el valor: la
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no~:Uiento bona.fide, eL emprico y ellg~co; el prirnero representado por la ciencia natural y el segundo por la lgica misn1a y t~mbin por las
matemtic~La mayor importancia, con mucho, se
atiibu~~L~mprico. En esto se inspirabaen aquella
lradcin filosfica que .afirn1aba que todas nuestras ideas nos llegan, de una u otra manera, a partir de nuestra experiencia sensorial del mundo;
toda idea de la que pudiera probarse que no se derivaba de ello no era una idea autntica. Sin duda
~sa visin depende de la presuposicin de que el
n1undo exterior acta sobre nuestros sentidos y, de
~ste modo, nos es conocido al menos en forn1a
"bruta". Tambin sirvi como criterio por el cual
determinar lo que era conocimiento y lo que era
sin1plemente especulacin superflua; las ideas slo
t_nerecan ser .llamadas conocimiento si se las popa
someter a la prueba de la experiencia empricq{'No
haba un cono. cimient? an.terior a la expe~encia
que, a su vez, diera informacin del mundr Como
veremos, las matemticas representaron. un probletna para este_ concepto.
Aunque esta visin de la fuente del conocimiento tena cierta plapsibilidad como versin en que
fundan1entar el conocimiento cientfico natural, haba ?,ific.ultad~s para ap~icar.la-a la vida huma_n~a
noc1on de~ especialmente cuando se la-~n
teaba en oposicin al~y a los tipos de entidades conjur(ldas por _los metafsicos, tena fuertes
connotaciones del mundo mater5 el mundo de la
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apropia;doS para descubnr y estudiar estoshe~os.
Y, suponiendo que estas preguntas fuesen satisfactoriamente respondidas, "cules eran las,leyes cotTespondientes a las leyes de la naturaleza?"~ coanienzos del siglo XIX empezaron a aparecer ctertos
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barruntos de lo que vendra. Algunos estudiosos con1enzaron a tomar en serio la observacin, que ahora pareca casi evidente, de que la accin humana F
no es al azar sino que se a1nolda a patrones predecibles. Una de las grandes vision~ de finales del si- :~:
glo ~VIII fue la formulacin d~Ada1n Smith en el t'
sentido de que los individuos, aotuando de acuerdo ~
con sus preferencias interesadas, podan, como si
fuesen guiados por una "mano invisible", producir
regularidades sociales generalmente benficas en
gran esca_~~J (Smith, 1970). El concepto mismo de
sociedad: segn lleg a comprenderse, implicaba
n1arcadamente un conjunto de fenmenos que,
aunque abarcaban a los individuos con todas sus
unicidades, independencia e npredecibilidad, exhiban sin embargo S~l:!l-rid~s!.~s estables en gran
escala, tan reales y tan predecibles como nicos y
diferentes son los individu~n suma, hubo ideas
en torno de las cuales fue plausible concebir a la sociedad en el nivel de una realidad sui generis. El problema era cmo aplicar esta idea.
Haba y sigue habiendo muchos rompecabezas
en ello, y es oportuno en esta coyuntura contemplar
con mayor detalle un intento ejemplar por resolverlos, el de Durkheim, que fue de importancia fundan1ental para pron1over las aspiraciones positivistas
dentro de la sociologa. La obra de Durkheim,
como la de otros grandes pensadores, muestra muchas contradicciones, incongruencias, argumentos
dudosos y otras deficiencias, pero s intent llegar
al meollo del enfoque positivista e inspir gran par-
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Et.)posinvisMo DE .DuRKHEIM
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francesa, las reglas morales, las organizaciones econmicas, las leyes y las costumbres; todos. ellos son
fenmenos sociales pero que son independientes
de los individuos y los limitan. Como personas no
podemos alterarlos o cambiarlos a nuestro capricho, sino que debemos vivir dentro de su marco.
Aqu pues est un categora de hechos COI1 caractersti~as ;muy distintivas: consisten en m,dos d~ a<;tuar,
pensar y sentir, externos al individuq, y dotados con
un poder de coercin, por razn del cual controlan
[... ] el trmino "social" se aplicp.slo allos, pues tiene un significado. claro slo si. designa exdusivamehte
los fenmenos que no estn incluidos eh ninguna de
las categoras de hechos que ya han sido establecidas y
clasificadas. Por lo tanto, estas maneras de pensar y de
actuar constituyen el dominio propio de la sociologa
[Durkheim, 1966: 3-4].
lo
Estos hechos no son reductibles a otras disciplinas, por ejemplo a la biologa o a la psicologa, las
cuales poseen su propio orden de hechos. Sin embargo, los "hechos sociales" son "cosa,s" ya qu~ poseen las caractersticas exigidas que las hacen hechos en el mundo y no tan sloestados-enla mente
<le individuos: externalidad, limitacin, difusin y
generalidad, y ~al ser hechos de la vida colectivason distintivos de la sociologa,. pues no pertenecen
a otra disciplina o ciencia. La sociologa es una disciplina independiente. qe estudia un tip distintivo
de hecho que no es ni puede ser propamente in~
vcstigado por ninguna otra ciencia.
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dones mutuas, actan unos sobre otr()s ~y fun-. onan unidos para formar conjuntos sciales_l El
- alismo" de Durkheim no debe equipararse con
"materialismo" en la forma en que, por ejemplo
segn algunas interpretaciones, lo hizo el de
arx. Es posible interpretar a Marx y a algunos de
:tus seguidores como si sostuvieran que slo son reales los fenmenos naturales y que, por lo tanto, los
(enmenos _"ideales"; como creencias e ideas, no
ton fenmenos tan reales y materiales, por lo cual
no pueden ser causas efectivas de la conducta ~e
tosas 1nateriales, como los seres humanos. El reahsJllo de Durkheim incluye fenmenos ideales. Segn
l la realidad social consiste, en su mayor parte, en
jd,eas y creencias, aunque como productos colectivos y no individuales, y el hecho de que stos ~ean
"ideales" ms que "materiales" .no niega su reahdad
ni su capacidad de ejercer una influencia causal sobre la conducta de los individuos-. Al actuar en
unin, los individuos producen smbolos lingst~
cos, creencias religiosas, cdigos morales, leyes y sitnilares, compartidos por la mayora de los miembros de una sociedad o de un grupo particular. Por
consigui.ente1 cuando los individuos piensan y ac1an sobre estas ideas compartidas o ''representaciones", no lo hacen como individuos aislados sino
,;omo miembros de un conjunto cultural m(s nuaneroso. Adems, al hacerlo producen y r~procitic(!n
una estructura 0: pauta que da su rnorfologacar(lCterstica a ese grupo o sociedad, :es decir, sus dispbsiciones; por ejemplo, por la manera en que una so-
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ideas son impresionistas; vagas .y confusas: en lo. tocante a su verdadera naturaleza. A este respecto re-.
sultan especialmente reveladoras susobservacione~
al definir el "suicidio" como un artefacto:cientfcb:
Debemos averiguar si, entre laS.. d~ferentes vari~dades
de-la muerte, alg'!Jn4~ tien~n -~llal.ida.des cor.nu!les;l()
bastante objetiv~s. p~ti ser .rec9nqcibJ~ p9r tod:()$ Jos .
observadores honracios, ~o qa~J~P.te. . e,~p~(:fic~s rPt;tra
no encontrarse. en otra.P~leyJ~JlJ~,ri-lo.b~~l~~H~)~i
milares a las co~nmente 11a:ma.das suicidios. Pl(a q~e
conserven ante nosotros, _ elinisll}o ttrnino siri romper con el, uso comn [DUrkhehn~ 1952: 42]..
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t.icularmente valerosa dada la afirmacin de Durkheim acerca de la naturaleza de los hechos sociales.
De todos los actos sociales, el suicidio.pareca tan
personal, tan producto de la voluntad individual punto de. vista que Durkheim reconoce plenamente
en su definicin del suicidio~ que resulta difcil ver
de qu forma se lo puede estudiar Como materia
sociolgica, ms -que . psicolgica. N o _:.obstante,
Durkheim sostuvo categricamente que toda explicacin que se hiciera en trminos de psicologa individual era insuficiente. La variacin concomitante n1.uestra que no hay una -relacin entre los ndices
de suicidio en diferentespobiacionesy los ndices de
ciertos estados psicopatolgicos. Por ejen1.plo, a
menudo se cree que el suicidio- :es resultado de enfermedad mental, pero sa no puede ser la base
para establecer una relacin -general, similar a una
ley, porque, por ejemplo, la proporcin de neurticos .y den1.ntes entre; los judos es- relativamente
alta, y sin embargo la frecuencia. del suicidio en ttse
mismO grupo religioso es baja. Mediante una similar lgica de argumentacin; Dur~eirn rechaza las
explicaciones del suicidio. por razn .de herencia e
imitacin~ Mediante la eliminacin de otras explic~ciones y 1arecabacin de otros testimonios, Durk.heim se propone demostrar C]:Ue la ':.nica e:x.plicacinTestante y posible del suicidio debe darse en
trminosde:hechos. sociales, n psicolgicos,::biol'"
gicos ni geogrficos. Entre losindicadors positivos
que seala se, encuentra la Constancia del ndice de
suicidio_ en varias sociedades aJo largo de periodbs
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nifestaciones cuantitativas. Por ejen1:plo, consider que los ndices desuiciO.io eran prod\lcto~d~
corriente suicidognica", o de los "hechos sociales
, ue establecen que, en ciertos grupos partict~.l~res,
1
habr
un cierto nmero de muertes,voluntarias .de
.una u otra fndole. Al utilizar estas '~manifestciones
objetivas" de acuerdo con "el principio de corte~~..
cin para establecer. conexiones causales, el so.c1o~
logo quedaba capacitado para mo~trar pau~a~ an~es
no detectadas de orden causal, baJO las apar1enc1as
de la vida social cotidiana. .
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A pesar de todo, :debe notarse que entre Jos socilogos de inspiracin positivista haba discusiones (como todava las hay, aunque la adhesin directa al positivismo se ha_ reducido, desde los
sesenta, pero sigue -teniehd influencia y<partida~
rios) por cuestiones como la naturaleza de l expli
cacin cientfica, si las teoras de :la ciencia- social
podan alcanzar la certidumbre categrica de las teo,.
ras de la ciencia natural o si s'lO podan llegar a
conclusiones probabilistas, si -la norma fundamen""
tal que distingua los planteamientos cientficos era
la refutacin o la verificacin, de los no cientficos,
etc. En cierto momento. estos: debates formaron:: par'"
te de las cuestiones p1incipales de la filosofa de:Ja
ciencia social (vanse, -por ejen1plo, Papineau, 1978;
Ryan, 1970). Sin embargo, algunos positivistas estaban interesados en: convertir su programa en una
prctica y en realizar parte de la investigacin .emprica que su filosofa consideraba- in1.portantsinl:a.
Trataron de idear. instrumentos cientficos apropia:.
dos pa~a la investigacin social. En este captulo
nos dedicaremos a .analizar .estos intentos por descubrir cmo. Si se deba seguir el ejemplo de las
ciencias naturales, entonces, cmo hacerlo? ])e
qu manera la idea general positivista del ~todo
cientfico poda aplicarse a la vid so<;il?, .
Uno de -los rasgos in1.portantes de: las filOsofas posi tivistas de la ciencia fue- la preminencia otorgda
POSITIVISNIO Y LENGUAJE
POSITIVISMO Y LENGUAJE
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1
Carnap (1967, la~ ed. e Alemania 1928), porejerrtplo, da
una explicacin de todo el4p~-atQ del~iscurso cientfico en trminos de una simili~t1d recordaq~ e11tre impresiones sensoriales.
(~stos son los ele1nritos bsicos a partir deIos cuales se construyen, con ayuda ele la lgica, los cm1ceptos de las cosas nlaterialc:s, otras n1entes e institucioneS- so<,:iales~ Los te1llas del pensa,'"
miento se encuentran en varios niveles, reductible cada uno al
tu e lo precedi. Las declaraciones de ilivel suptior se justifican
or induccin a partir de declataciones de los niveles illfei-ires;
fil!i declaraciones del nivel msbt9o 11() necesitan ni pl:ledei1 te;.
ncr justificacin inferencia!. En este punto el sistema de deda-"
~'<:iones hace contacto, por Inedia de la observaci11, coh el
mundo del hecho e1nprico "btuto" ~
'
j{)J
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POSITIVISMO Y LENGU.!-\JE
ncas. se podan deducir y con1probar las in1plicacicnes sobre los hechos que deban ser observables,
con1puis~1ndolas contra las declaraciones de la oh~
servacin. De este n1odo poda elegirse entre teoras rivales viendo cules hechos observables deban seguirse a partir de diferentes principios, y luego
con1parando stos con las declaraciones de la observacin, para ver qu consecuencias predichas
coincidan rnejor con los hechos observados. La irnportancia de la "neutralidad terica'' del lengu<:~jc
de la observacin queda as de n1anifiesto; los hechos se pueden plantear en trn1inos que no dependen ni se derivan de las suposiciones de cualquiera de las dos teoras rivales, permitindoles as
ser cornparaclos contra testin1onios observacionales
indejJendientes. Por lo tanto, las teoras deben ser de
L:d cb ridad que pern1itan hacer una con1paracn
inequvoca con los hechos, de n1odo que pueda decirse de rnodo definitivo si los hechos lgicamente
in1plicados por una teora prescriban o no presoiban lo que se haba observado que ocurra. Si correspondan, entonces la teora era cierta; si no, era
ralsa. ?\1s adelante, en n1anos de los positivistas lgicos, el hecho de que una teora pudiera ser aprovechada en el sentido de que confirn1ara o rebatiera
inequvocan1ente las declaraciones de la observaci6n se conYertira en norn1a del sentido n1isn1o de
la teora y por lo tanto, en cierta forn1a, en manera
de distinguir las declaraciones cientficas de las n1et~d1sicas.
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siguiente, para algunos positivist~s lgicos: este_ ltin1o tipo de declaracin no-nos dtce naa, y carece
de sentido~ Ya se dijo que otros tolerartantales declaraciones como expresiones de gusto .personal.
Pero no nos dicen nada acerca de .la pintura sino
acerca .de la persona que hace la declaracin, Yequivalen a decir: "Me gusta este cuadro". Utilizando el
ejemplo de Ayer ~om<J nueva ilustracin, "el Ab~o~
luto entra en la evolucin y el progreso, pero es 1ftcapaz de hacer stos". no. es una frase analtica Y~ ~i
siquiera en principio, es verificabl~;_ ~s ~n~ locuelo~
''literalmente insignificante" .3 -El prtnctplo de verificacin, es decir, si una declaracin puede compararse con algunos hechos directame-nte observa~~s,
sirvi de norma para decidir si .una declaracion
era significativa o no_. - __ . ... . . _.. ;, _. . _
El positivismo lgtco tambten diftno de las ver"'"
siones decimonnicas del positivismo-alsubrayar el
carcter l6gico del mtodo cientfico, as como del
emprico. La lgica siempre haba sido. ~n problen1a para las filosofas positivista y. en1:ptr1s~a, dada
su insistencia en lo emprico comofuente del conocimiento, y de all sU rechazo de las doctrin~~ racionalistas como apenas mejores quelas metaf1s1cas.
Algunos, como J... S. Mill~ plantearon una-int~ropre
tacin empirista de la lgica Y.. ~e las 1natema~Ic..as.
Para Millla lgica y la matemattca pura consista~
en prop~siciones que eran generalizaciones apartl~
3 E~t<> fte to~ ad~ de Ayer_ ( 1990:. 114). 1~~ selecci<)ltfM~- t()
mad de Aye1~- (1946), quien cita al hegeliano britnico F. H.
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POSITIVISiviO Y LENGUAJE
POSITIVISMOY LENGUAJE
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IIO
POSITIVISMO Y LENGUAJE
POSITIVISMO Y LENGUAJE
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EL LENGUAJE DE LA OBSERVACIN
Y LOS.ESTADOS MENTALES
La idea de que el conocimiento se basa en un lenguaje observacional primario o "protocolo" pretenda fincar la ciencia como disciplina emprica, dndole un carcter objetivo, al hacer ~en principio al
menos- declaraciones que eran exclusivame:nte
acerca de cmo. son las cosas en el mundo emprico, declaraciones acerca de cosas que fueran observables, pblicamente disponibles para que las observaran otros, y liberadas de todos los prejuicios
emocionales, ideolgicos y tericos, ofreciendo as
un cl~ro criterio de verdad independiente deL capricho y el prejuicio humanos, con lo que quedara
privilegiada su condicin de conocimiento del ms
alto orden. Sin embargo, las dificultades mismas de
formular una observacin bsica adecuada: o lenguaje de protocolo indicaron que la observacin
era cosa compleja. En realidad, .hubo empiristas ra. .
dicales, entre ellos Mach, que des<:onfJaban hasta
de los poderosos conceptos tericos :de la fsica;
como el "tomo" o el "vaco absoluto", ya qpe estaban fuera de la experiencia.. Pero.afinaldecuentas
para los empiristas ms mode:rados la idea. de un
lenguje experimental sensorial result difpil de es""
tablecer~ Los: hechos simplemente. no aparecan~,,No
estaban all aguarci~ndo a q11e los recogiera ~e,J?;lSO
algn cientfico; h~ba que ,deS.cubrirl()s,. rel}:;nirlps y
hacerlos informativos. Todos los "hechos" que Dar-
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POSITIVISMO Y LENGUAJE
POSITIVISMO Y LENGUAJE
cn1ple con1o pruebas de su teora de la evolucin eran "conocidos" antes de que l los en1pleara.
()tros naturalistas haban notado los fsiles 1nuchos
aos antes que Darwin, y tan1.bin la flora y la fauna haban sido descubiertas o vistas por otros vi~je
ros. Lo que Darw.in aport fue una n1anera profundan1ente radical ele redisponer estos "hechos" de
n1odo que hablaran dentro de un marco terico diferente, a saber, la teora de la evolucin. 4 As, pues.
la observacin cientfica no slo trataba de "obser.
t e " , por muy b as1cos
/ .
var d u-ectan1en
o "b rutos " que
parecieran ser estos llamados hechos.
En lo tocante a los positivistas lgicos, aunque la
rnayora de los n1ie1nbros ele esta escuela considera~
ron que este lenguaje de la observacin consista en
hacer inforn1es directos y no inferenciales de la experiencia, exactan1ente a qu se referan los trn1inos
del "protocolo" en el lenguaje observacional fue
t.crna de rnuchos debates que no llevaron a ninguna
conclusin. Algunos sostenan que estos infon11es
de la observacin directa se referan a datos sensoriales, es decir, se ren1itan a la experiencia del observador, inducida en su aparato sensorial, lo que
significaba que la "experiencia'' era experiencia de
un objeto y requera hacer una inferencia a partir
de datos sensoriales. Pero para nuestros fines la
idea es que, cualquiera que sea la caracterizacin de
estos trn1inos del protocolo, el lenguaje ontolgica
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114
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bolas de billar o plumas que caen, autos que chocan, agua que hierve, sino a cuerpos de una forn1a,
un tamao, una masa, un n1ovimiento, una longi
tud de onda, etc., particulares. Las correlaciones
entre esos atributos abstractos constituyen los in
gredientes bsicos de las teoras cientficas. Muchos
de esos atributos pueden no ser observables sin la
ayuda de instrun1entos, pero, a pesar de todo, all
est el principio.
Llevada a las ciencias humanas, esta clase de concepcin se enfrent a buen nn1ero de problemas.
Uno de ellos tuvo que ver con los llamados "estados
rnentales". Los seres hun1anos no son sin1plemente
cscaras externas de forma, tatnao y n1ovimiento;
tienen una vida interior que no es accesible a la observacin en la forma norn1al, a menos que la introspeccin privada se cuente como una forn1a pblican1ente disponible de observacin. Algunos
sostuvieron que lo inaccesible de los fenmenos
mentales a la observacin directa significaba que
no se poda hacerles frente objetivamente, y por
ello los excluyeron del domino de la investigacin
cientfica. Objetos fsicos, acontecimientos fsicos y
procesos fsicos podan describirse en versiones
ms rigurosas de los cinco sentidos y, por lo tanto,
estaban pblicamente disponibles. Por otra parte,
los estados mentales o estados de conciencia slo los
poda experimentar y conocer verdaderamente una
persona: la que estaba pasando por esa experiencia.
Algunos positivistas lgicos (el "fisicalismo" de
Neurath [1973], con su insistencia en que la ciencia
POSITIVISMO Y LENGUAJE
115
slo poda hablar legtimall1ente de fen.menos descritos en el vocabulario.~de la fsica tal vez::fue el ms
destacado y radical de ellos) afirmaron que lacien:;cia slo poda hablar de "mente" en .la medida en
que lo hiciera en trminos de fenn1enos espaciotemporales, con1o sonidos del habla, expresiones
faciales, etc. En otras palabras, las ciencias sociales
eran el estudio de la conducta; la concepcin de la
conducta estaba interpretada de manera sumamente estrecha y confinada tan slo a los fenn1enos
que pudieran ser descritos como movimientos fsi.,.
cos. Sin embargo, tan riguroso fisicalisn1o result
f~. demasiado radical para la mayora de los positi-
t_
vistas-~
Una estrategia ms .caracterstica consisti en sostener que, aun cuando los estados mentales no fueran observables directamente, ciertos estados
mentales particulares s estaban asociados con :r:na~
nifestaciones corporales fsicas especficas y se )os
poda inferir a partir de ellas. Por ejemplo, si ven;tos
que una persona aprieta los puos, rechina los dientes, y mira fijamente con un rostro enrojec:ido, razonablemente concluimos que el. estado mental que
esa persona est experimentando es de ira; en realidad, q1;1e la causa de toda su dramtica postura es. la
experiencia interna de ira y rabia. Por consiguiente,
se plante el argumento de que todas las declara-:
ciones que serefirieran a.estados mentales pod.r~~n
ser analizadas. en.otro conjunto de d~clara-ciones~-re~
firindose a seales o manifestac~ones corporales; visibles. Entonces, los fenmenos mentales podan ser
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117
POSITIVISMO Y LENGUAJE
la.
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POSITIVISMOY LENGUAJE
119
bies" debieron rriucho ?lla obra de Paul F. Lazarsfeld ( 1901-1976} y sus colegas. El. propio. Laza.rsfeld
fue participante ocasional en el Crculo de Viena
antes de la segunda G:uerra Mundial y su en1igracin a Estados Unidos. Lazarsfeld dedic sus. mayo~
res esfuerzos a crear tcnicas y dis.eos de inves;..
tigacin en el marco de. la investigacin, .por
ejemplo, de los efectos de los medios informativos
y los determinantes de la votacin en las elecciones,
reas, ambas, en que realiz labor de pionero. Su
obra fue inspirada por una concepcin particular
-aunque no exclusiva-:- qe la ciencia, y de cmo
esto poda hacer que la investigacin social fuese
ms cientfica en su bsqueda de teoras con una
base etnprica adecuada~
El concepto de variable tiene ya una larga tradicin en matemticas, estadsticas y -lo que es importante~ lgica simblica. En esencia, es una idea
sencilla. Una variable, en. oposicin a una constante, puede variar eri valor dentro de una gama de vacia; variables independientes, variables dependientes, marcos tericos y mtodos de investigacin" ( 1968: 43 ). Sin etnbargo, esto
revela hasta qu grado. la investigacin elllprica de la <:ien.cia social haba sido cautivada, en aquella poca, por el anl~s~s d~ variables, ya que en la ciencia fsica es muy ra1~o que se hable de variables. 0tto ejemplo ms o menos de la misma poca es el
consejo que da un libro de textq acerca de los Intodos.:. "Es.ne-
cesario tradt1cir las idc:!as de usted [...]al lenguaje .de las varia~
bies
El socilgo experneiitado desarrolla la costumbre de
traducir, rutinariamente el ingls que lee y.dye a. variables, :as
como una persona bilinge p~ede leer un lenguaje mientras
piensa en otro" (Davis, 1971: 16),. En estos das seda di,fcil encontrar' a alguien que eXJresara tales sentimientos con ese tipo
de entusiasmo.
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1~()
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!~()
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x Casi no puede haber duda de que el pensamiento de Lazarsfeld le debi mucho a su compromiso con la investigacin de
encuestas.
!l Esro es evidente en la obra de Blalock, tal vez el principal
exponente de la modelacin causal en sociologa. Vase, por
ejemplo, Bblock (1984).
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127
Como lo haba sostenido Durkheim, las ciencias sociales no se preocupaban por los fenn1enos indivi'duales como tales. sino por fenmenos colectivos
que, desde luego, incluan esos estados individuales
de conciencia que reproducan la comprensin y la
visin colectivas. Las ciencias sociales trataban de
grupos y colectividades de varias clases, instituciones, culturas, sistemas completos de interaccin.";y
procesos, que; por decirlo as, son ms queJa suma
de fenmenos individuales y, como lo dijo Durk""
heim, tienen. una realidad por derecho propio. La
economa trata de instituciones interesadas er la
produccin y distribucin de bienes; la sociologa,
de clases, grupos, instituciones y hasta sociedades
enteras; la ciencia poltica, de gobiernos,. partidos
polticos, votaciones,. y n1s. Y sin embargo, como
en el caso de los estados mentales, esos fenmertos
colectivos no son, en s mismos, lo que un positivista considerara directamente observables. Por ejem~
plo, no podemos observar clases sociales; el sistema
econmico; el capitalisn10 y similares, por lo cual,
qu estatus ontolgico puede'n poseer tales :cbn'ceptos? Una vez ms, como enrgicamente lo dijo
Durkheim hablando de la realidad de los fenmenos colectivos, "La sociedad no es una simple suma
de individuos. Antes bien, el sistema formado ':por
su asociacin representa una realidad; especfica
! ;
1'
POSITIVISMO y LENGUAJE
es se d envaba,
basica1nente, de los individuos. De n1 odo directo
slo se poda observar la conducta individual, ya
fuese en f~nna de respuestas a cuestionarios, pruebas de. actitudes, observaciones etnogrficas, ndices registrados de la frecuencia de actividad delictiva, ndices de suicidio, preferencias de los votantes
compras generalizadas o cualquier otra cosa. E~
pocas palabras, "nada en los hechos sociales es ob-
P0SITIVJ.SMOY::LEJ'ilG11AJE
129
tiit<~&s
co1Il:.si:-fuerarlpersonas,- c.ond~techos,yo}D1igaqi0'
nes dis,tintos de los de. sus: mietilhtqs. hos,,ecno-
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POSFfiVISN.I0Y LENGUAJE
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POSITIVISMO Y LENGUAJE
co~juntos
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135
una . .persona para ton sus-hijos.'no. pueden comprenderse, sin la descripcin relacional "padre'Tser
arrestado,,por .una persona no se puede cbmpren.~
der a menos. que_- entendamos la identidad institucional "polica". En pocas palabras, todo el contex"to relacional que es la vida social no es reductible a
disposiciones psicolgicas. 11 Desde luego, esto no
es disponer de las explicaciones psicolgicas como
pertinentes a la explcacin de la conducta social
humana, pero tampoco pretende serlo; simplemente se trata de reservar lugares para la respectiva disposicin de las explicaciones sociales y psicolgicas.
A qu se reduce todo esto; metodolgicamente?
cules son las in1plicaciones de estas ideas para la
investigacin social? El problema se plantea para las
ciencias sociales de -la siguiente. manera: '~indivi
duos" y "conjuntos sociales" no son fenmenos discretos y. separados; los ltimos quedan definidos y
conceptualizads, en .grah parte; en trminos de los
primeros, porque slo son observables los individuos, sus atributos y su conducta. Si esto es correcto, entonces resulta extremamente .difcil establecer,
terica y empricamente, la realidad de los conjun~
tos sociales independientemente de la realidad. ya
aceptada de los individuos. Mas, para el positivista,
.
1:-\j
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P0SITIN1SMO?Y:LENGUAJE
137
todolgico; la iriterpretacirt~e. :ls pautas ;producidas nos . conducir.:a:uit.tipo:He/interptetaonterica diferente que si est~os persuaelidbs de,otras :concepciones. Las ,pautas. empricas'det anlisis~ de
variables no resolvern este tipo.de ;cuestiones. ltste
es un. problen1.a alque-volveremos-;hajo olio aspecto;_
LA NATURALEZA DELA.S
GENERALIZACIONES
POSITIVISMO Y LENGUAJE
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139
140
POSITIVISMO Y LENGUAJE
Sin embargo, en algunos respectos esto no parece Ileg~r lo bastante lejos. Se consideraba que las leyes universales eran precisamente eso: universales
tanto en tien1po como en espacio, aplicndose al
pasad~, al presente y al futuro. Sin en1bargo, los razonamientos de Hume, al convertir a las generali-
P<JSTflVISM0 ::Y:LENGNAJE
141
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POSITIVISMO.~Y'LENGtJAJE
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Et ~<?~ELO DEEj{pLICAi~HIPbTF:fiCQ~rlEbtJttivo\
, >;.>
Segn est'ascuela,unateora dentfita ~dllSista en
un ~onjunto de declaraci~nes cof1(!stada,~ por reg1~
lgica.~- La ley fue expresada corno de~laJ:acin uni~
ver~,a.l.de.la forma. . "Sie!Ilpre. que. A, entonces B . ;,
Cuanclo .estas generalidades se uneh:~a otrasdecla~
ra:iones gue dan la~ "condiciones iniciales"(t:s decir,' que .. declaran: las circunstancias:~mpricas. :a las
cuales se aplica}a ley), ent?nces se'pued~ de~c.ir
unahiptesis ql}e puec1e ponerse a. pru~baco?tra la
observacin empri<;a. 14 La concep5i9n.de ,~(l{Una
explicacin" .de un hecho lleg a sig~ific~r,para(js
positivistas, que se puede preq~cir'Un heC:h~. col11o
Por ejetnplo,sUa1ey fitxna que "cada.vetqu seidej~;caet
azufr~ eii ':ln~:~larna ~n<:en<}ic.l<i", ~a):latn~~~.VJ1elve!ll1frjl!~,'J~,s
con4.ici0l'le~Jl1iciales pocb.1~'1 :d~cir ''s.e ~a ~eja~<:). saeraz,u.fte 'en
la llina de sta vela"' lo que autorzala crtdtisin.iprditdon de
que la llatna de esta vela ;se volvel~ amarilla;: . : .. ',. . : . . .;:; . . '
14
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1.
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POSITIVISMO Y LENGUAJE
149
cin-;esncial:rnente eniprica-det~s>ly~-s-;fu.la''que
. :..in
,_ b_,_ --U ---"-:e:-~- ....
les, .diO .a 1as:leys S'".certl:re ~ :msta: rteTtlw.Uitl"'
bre"era h ficcin, desde luego conveniente y util;
pero -no dejabade .srficcin, yaque'~o -~o;<:uh
tar el carcter provisionl del descubrimiento: cien~
tfico., Al fin y:_ al cabo, -en la~historia e:on-stablhqp.e
se haba des'cubiertolafalla-dleys crritficas;sof6
par ser remplazadas por :otis' fus,nevas<y efic~
ces. La historia de la ciencia es uha: historia de to;,;
ras errneas~ Para las ciencias .soc-iales :est6 eta
alentador, pues su incapacidad para formular leyes,
as fuesen. de una probabilidad:<snlafuente mdefa;;.
da; J>qda achacarse. a la .mucho mayor complejidad
de los fenmenos sociales ert compai:'aci6n onldsde
la naturaleza. inanimada. Ls feirnenos sbcia:les
tambineran ms difciles de medir con eL tipO de
precisin ya -lograda en las ciericias_;na.fura'les~ Tddo:
esto fue tomado como seal-d que: la ciencia socil
positivistaiba al menos por el hun cami~o ~1- su;;.
brayar: la creacin de mtodos-ms y- ms refih~dos de investigacin, .y prestar met atencin a>das
c1-1estiones de la-:baseterica ~de1aK'discplinas~,~:
1
Vase Nagel (1961) para un anlisis de los lenguajes "tericos'' y "observacionales" de la ciencia. sa fue una concepcin
tambin empleada por Lazarsfeld.
l
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POSITIVISMO Y LENGUAJE
151
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. . . . . ....J .f" .1 sepacon1uso
en e1. que. era extrerr;tamenteullCl
rar todos los factores potencialmenteinteratttiantes
y, por consiguiente, poder especificarla envergadura de cualquier generalizacin putativa. Es decir, no
podrmos precisar cules casos seran determinados por la generalizacin y cules por otras generalizaciones. Existen muchos. factores que afectan, por
ejemplo, el logro educativo, pero identificar cules
de ellos son ms importantes, cules pueden ser los
efectos interactivos entre los diversos factores,
cmo. otros factores desconocidos pueden afectar la
relacin, en qu circunstancias se aplica la generalizacin,. son, todas ellas, cosas dif'cils< de lograr a
falta de controles efectivos. Todo lo que podemos
esperar, en trminos de Pearson, son con:relaciones
razonablemente slidas entre .los factores ms im..portantes.
Quedaban otros: problemas. Ya: hemos .sealado
antes que el modelo hipottico-deductivcF de l ex:.
plicacin requera que la teora se relaciortara: co:ri
el mundo por medio de reglas,. de transfotmaciri
que convirtieran algunos de los conceptos.dedatee~
r~ en conceptos ;observaciortales~, Para:'s~t'vetda~l.
ra o falsa .la teora -dependa -sin que' impo:rtara la
posicin. verificacionista o re:Dtacionista,:piop'"
periana- de los hechos del mundo. El mundo .:era
"externo" a la. teora; la teora nole:daoaforrnR al
mundo sino que slo poda responder a. L L<itr
portancia de un lenguaje de observacin neutral estaba pr(!(:isamente. Gn esto" aunque la id~a,,~e ~em;ejante lenguaje resultar inquietante:. Las reglas de
"
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POSI'fiM:ISIYlOYLENGUAJE
transforn1acin tambin resultaron igualn1ente reacias y se redujeron a lo que lleg a ser conocido
co1no el "problema de la medicin".l7
cin,,:eto. Wales.rned,idaspodan:s~rempleadas, y en
realidad lo SOII, en eL anlisis e~t:(:ldstziC() deJos datos~ Unavez ms, el~ operacionismo: er;~apn: una
concpcin; :empirista de la paturaleza de ,Jos con;.
teptos; -qu :.fio: eorrsponda a las esperanzas:pll'estas :en ella.i Una: dififultad. eta -que <eLoperacionis~
mo, . como .:fue -.rigurosamente - concebicl:Of .creaba
agudos problemas :de< validez~, .Aunque estrict~Il1en""
te hablandO: no se p:oda preguntar lo quena.'pFue~
ha. n1eda en realidad, ya que la n1edida era. el .con,.
cepto;s .surgieron cuestiones :de valid:ez~-.:Por una
prte,. podja: decirse qe las- diferentes medidas de
los:;fenmenos, como el IQ; estaban midiendo. diferentes cosa.s, puesto .que eran diferentes: medidas~
De: manera similar; las diferentes medidas de chis~
social o de posicin social estaran midiendo dife+
rentes cosas. Sin.duda sta. no era una situacin~sa_:,..
tisfactoria, yaqu~ ~ .rn;eriudo las medidas tenan. qf!
ser. diferentes por muy buenas razones pre#cas~- y
sin embargo los, i-nvestigadores. seguan, deseaitdo.
generalizar .a todos los; .ejemplos-de _los Jenm.enos,
cualesquiera que fuesen,, pes.e a terier' que emp;l~ar,>
diferentes:Jnedidas. ~Por;ejern:plolosifsicos;:. desptr.'~S
d~,todo;.miden.1temperatura.cle~IIiydiversas.Jinas
neras, .tilizando. :toda. <una varit~dad de< instrmen;;
tOS,pero. todas_.~e ven. .COrnO Illed_id~~ fie unf-;~;~,ma
propi.Y.9a~t ... Ash.;lismo, hlsta,,.Un-:d~bit <;>p(f17:C~Gnis
m ., s decir;-Jx,ncr.que-:noafirme,.qne los conc~ptas
Generalizaciones nomolgicas
y generalizaciones empricas
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.
J Tal~~ pregunta~ no slo son planteadas por los filsofos
sm~ tamb1en por practicantes. Vanse, por ejemplo, Blalotk (1982)
1
y L1eberson (1985).
20 Vase, por ejemplo, el compendio de "descubrimientos"
que aparece en Berelson y Steiner (1967). Tal vez sea seilal de los
tlem~os el h~ch~ ~e que, desde entonces, nadie haya intentado
repetir este eJerciCIO.
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Y LENGUAJE
POSITIVISMO .Y.LE:NGUAJE
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EL POSITIVISMO Y LA TEORA
La concepcin positivista del conocimiento cientfico, con su hincapi en la observacin y en el mtodo emprico, con relativo descuido de la teora, resulta ser una mala caracterizacin de la lgica de la
ciencia natural a la que supuestamente rinde homenaje. Esto no es decir que la observacin y el mtodo emprico carezcan de importancia en la cien.ca natural o en cualquier otra ciencia, aunque el
positivismo tal vez tendiera a convertirlas en fetiches. El problema se encontr en la forma en que el
positivismo trat la teora y las generalizaciones tericas con su conexin con lo emprico. De acuerdo
con la versin positivista, los fundamentos del conocimiento cientfico han de encontrarse en la relacin sistemtica y persistente de lo observable con
lo observable. 26 Es un sistema de prueba y error, y
no por ello pierde eficiencia. En contraste, el
racionalismo subraya la conexin lgica de la idea
con la idea, como es caracterstico en la lgica, en
las mat~mticas y en algunos sistemas metafsicos
de pensamiento. La ciencia comparte caractersti-
un
165
l(){)
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POSITIVISMO Y LENGUAJE.
POSITIVISMO Y LENGUAJE
laboratorio, fija,r!do. condicion~s empri~.as y variando -el modelq, q11e .convep.gaal ql$0 ePJ,prico,
etc~ . En .lo tocante al~ proceso ,de: abstraccip#;<Y ~n
contraste. con ~l caso de .las .g~hrali:z~ciories, . . no
hay .di~icultad acer(:a de. c~~n siinilar es]o similar,
puesto~que la teora y s(s) modelo(srso11 c.onstru<::~
tos . o _inv(t!nciones mentales d~lil;)era,das para ada,p:.
tar y ,tra,d:u<:ir la-.. teora a ~in deapl~c;:arla. a casos pa.r
ticulares. En real, dad, las teoras pueden aplic.arse . a
un gran nmero de casos, as coll}.o la ley de los
cuerpos q9e .caen se aplic(l a todo lo qp<:!.cae o vu~~
la. No pcurre. as con l(ls generalizaciones empricas. La falta de xito en elcas() de una teoria no significa que la teora fuera falsa; puede indicar IIls
bien.utilmite par(i su alcance, oql1e.se ha cometi~
do un error al ab;;tra,er. 2&
. En~ esta visin de la. explicacin cientfica se en~
ctierttra un(l concepcin muy diferente .de. la medi
cin. Para el ,positivist(l la medicin es, e~ec~.iya:
mente, cuestin divorci(;lda .de 'l~ teql?ft1. :P():r> lo
tanto, el llamado "problema de la med.cin'; en la
ciencia social $e ha vistO ca.si siempre com~ up. esfuerzo por tratar de poner en :escala todo tipo de
variablesdesde
las macroestilJctlirales
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til dadas las condiciones especiales de las. que depende: ~un conocimiento slido, una capacidad de
mantener factores constantes ajenos a la relacin de
inters, claras conexiones deductivas con la teora
general, etc., y por consiguiente, en. la actualidad
las ciencias sociales deben contentarse con formas
"menores'' de explicacin. Al fin y al cabo la historia funciona bien con "explicaciones genticas", interesadas por mostrar cmo ocurrieron ciertos
acontecimientos y sin hacer ninguna referencia explcita a las leyes como tales; sino por el despliegue
de una narracin explicativa. 30
Tambin es posible reconocer que hay :ins maneras de ser cientfico de lo que aceptara el positivismo, y que no es posible tratar las ciencias sociales como si fuesen ciencias naturales inmaduras,
sino que son claramente diferentes y, por lo tanto,
necesitan seguir una lgica de explicacin diferente. Esto fue, en trminos generales .Y como lo veremos en el captulo v, el centro de los debates ocurri~os en Alemania a partir,definales del siglo XIX.
Estas son, obviamente, . cuestiones importantes,
algunas de, las cuales sern abordadas ms directamente en captulos ulteriores. De momento, procede sacar una o dos conclusiones prelin1inares .. Una
implicacin es que la versin positivista de la autoridad intelectual de los mtodos: de la ciencia social
es deficiente, al igual que algunas de las afirmacio~
30
Clan histonca.
..
174
POSITIVISMO Y LENGUAJE
nes hechas en nombre de esos mtodos. En la medida en que tales mtodos producen generalizado
nes empricas, se vern sometidos al tipo de limita
ciones lgicas que hen1os analizado. Pero, reiterando,
esto no es decir que tales generalizaciones carezcan
de inters.
Tambin hay in1plicaciones para las interpretaciones de la naturaleza de la teora cientfica social,
que en su mayor parte se vuelven menos que cientficas. Aun dentro de un marco positivista, la relacin de la teora con los datos result problemtica.
Suponase que, para ser verdad, la teora dependa
de los "hechos" del mundo que eran externos a la
teora misn1a. La teora no le daba forma al mundo,
pero responda a l. La importancia atribuida al desarrollo de un lenguaje de la observacin que fuese
neutral ante las teoras radicaba precisamente en
esto. Sin embargo, muchas de las candidatas a teoras en la ciencia social fueron y siguen siendo rechazadas por motivos extraempricos. Por ejen1plo,
durante los sesenta, el gran debate terico en la sociologa fue entre las teoras del conflicto y el funcionalismo. El funcionalismo fue atacado porque
pareca desconocer el hecho del conflicto en la vida
social, mientras que uno de sus principales objetivos era examinar las causas y consecuencias del
conflicto dentro de un marco de conceptos que subrayaban la naturaleza sistemtica de la sociedad.
Sin embargo, cada bando del debate hablaba sin escuchar al otro. Estaba en juego algo distinto de la
categora cientfica de las respectivas posiciones te-
POSITIVISMO:Y LENGUAJE
175
ricas, lo. cual tena mucho que. ver con lo que las
connotaciones de. conceptos como ''conflicto'', ."es~
tabilidad", etc., llevaban consigo acerca de acontecimientos y procesos familiares en las sociedades
histricas. 'Ms vale ver esos debates com.o rias so~ .
bre cmo debera verse al mundo social, poco relacionadas en realidad con el valor cientfico de tales
t~oras. Esto nos lleva a otro punto general acerca
de la teora cientfica social, que analizaremos ms
completamente en el prximo captulo.
El positivismo, con su insistencia en la idea de un
lenguaje de observacin neutral, generalizacin
emprica, etc., se mostraba renuente a preocuparse
por el origen y la fuente de las teoras. Esto queda
ilustrado por la relativa falta de inters hacia la
-cuestin del descubrimiento cientfico, que fue relegada a la posicin de aspecto secundario, fuera de
toda preocupacin filosfica seria. De mucho n1ayor importancia era la cuestin de verificar las teoras, una vez formuladas. El descubrimiento de
teoras era cuestin de conjetura de parte de los
cientficos y su imaginacin, fantasa, induccin y especulacin, pero ciertam~nte quedaba ms all
de la descripcin lgica formal. Se sostuvo que lo
que podra describirse como proceso lgico era la
confirmacin y prueba de las teoras. En esa medida las teoras haban de apegar~e a ciertas normas
formales para ser capaces de ser probadas contra
los "hechos" del mundo. Sin embargo, aunque esta
insistencia habra podido parecer excusable ojustificable en conexin con las teoras de la ciencia na-
176
POSITIVISMO Y LENGUAJE
POSITIVISMO Y LENGUAJE
177
IV. EL POSITIVISMO
Y LA CONCEPCIN DE LA CIENCIA
EN ESTE captulo se enfoca una perspectiva un poco
ms vasta sobre cuestiones de la filosofa de la ci<"u
ca, pero que contina algunos de los temas pbn
teados en el captulo anterior, reflexionando una
vez n1s sobre esa eterna an1.bicin de ser cientfi<'~'
a la manera de las ciencias naturales que fue leg;Hb
a las ciencias sociales del siglo xx por el positivisnto
decin1onnico. Como ya se dijo antes, la visin de
la ciencia era de gran inspiracin filosfica y, fi 1<
sficamente, controvertible. En1pezare1nos por rcv i
sar, de nuevo, el modelo de explicacin hipottic<,
deductivo.
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EL GIRO KUHNIANO
volucionaria" derroca la ortodoxia;,;" tan,slo para establecerse como nueva ortodoxia. Sin embargo, levantamientos como stos. son relativamente raros, y
en. cierto modo puede decirse. que slo' de "tnala
gana;Jos cientficos contemplan la necesidad de un
cambio terico radicaL
.En esto Kuhn est basndose en ideas sociolgicas: y utilizndolas contra las concepciones 'filosficas de la ciencia; incluso las del positivismo. En
pocas palabras, la ciencia es una institucin social,
y en una ciencia n1adura los recin lle?ados pronto
son socializados para conformarse al marco de referencia recibido: aprender a ser cientfico es aprender cmo aceptar, trabajar y pensar dentro de los
idiomas ya establecidos en su particular disciplina
cientfica. Al hacerlo as, se comprometen con un
"paradigma" que- aunque no siempr~ es dar? lo
que Kuhn quiere decir con esto- contiene, pn~e
ro toda .una constelacin de valores y creencias,
co~niciones, reglas de or.den y tcni~as de proced~
miento compartidas por una determinada con1unidad <cientfica; y, segundo,..una coleccin de obras
ejemplares dentro de una disciplina, que. :sirven
como recetas para la actividad destinada a resolver
problemas. Ls. paradigmas incluyen .un conjunto
compartido de smbolos, compromisos y valores
metafsicos,' as como normas de juicio y de valor
del trabajo realizado. Por ello,llegar a ser miembro
de . una cou1unidad. cien.tfica es. algo que incluye
tina a~ulturacin en el paradigma reinante. '~La
ciencia normal" caracteriza eltipo de actitudes .y
192
P.O..SI.TI.VISM_O
Y CONC_EPC_'IN
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POSITIVISMO Y CONCEPCIN. DE
LA CIENCIA
195
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La
198
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200
Como historia, las ideas de Kuhn han sido sometidas a ciertas crticas. Vase tambin Kuhn ( 1977).
der elaborar formas significati\ras Y' eficaces de :medicin. Por lo tanto; en las' ciencias sotales ht:poltica positivista de '~Id y cuantificad~'cprobablemente
dara fruto sin desarrollar la correspondiente fami.o!
liaridad con sus fenmenos. A largo phizo la investigacin cualitativa, a la que dedicaban toda clase
de vituperios, podra resultar un camino ms directo hacia una cuantificacin significativa.
plicaciones que se han sacado es que los. argumentos de Kuhn niegan la posibilidad del progreso
cientfico. La ciencia no crece; simplemente cambia. Como lo seala Laudan con respecto a la concepcin de Kuhn, "las revoluciones- cientficas son
consideradas como progresistas porque la historia
la escriben los 'vencedores' ... " (Laudan, 1977: 10).
Esto, como ya se dijo antes, es para muchos una
conclusin absurda, pero no una que el propio
Kuhn vaya a apoyar. Kuhn no neg que ocurriera
un progreso cientfico. S se produca. Las ciencias
modernas tienen mucho n1ejor base' emprica, tienen teoras ms poderosas y ms generales, y saben
mucho ms que sus predecesoras. Lo que Kuhn.critic fue la idea de que el progreso pudier medirse
en una escala continua cuando, en realidad, se le
juzga en trminos de cierto nn1ero de normas que
a su vez cambian con el tiempo y que interactan
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204
aplicacin de un mtodo cientfi~o, ~i~o ele las influencias de. "intereses,. fuerzas, tecn1cas de lavado
de cerebro y de propaganda", de .~'socializacin profesionar' (Feyerahend~ .. .1975)~ A este respecto, la
ciencia no es diferente de ninguna otra forma de conocimiento; es parte integral de "formas de vida'".
La conclusin que Feyerabend saca de este ya familiar argum~nto relativista. es ~~e "al?'o hay" en la
ciencia. N 0 hay mtodo cientiflco. Ciertamente -n?
se pude atribuir ninguna sup~rioridad ~1 conoci,..
miento cientfico~ Para la soCiedad occidental la
ciencia se ha vuelto un dolo, un dogma, y su concepcin como activida~ " rac_ion~l ~rogresista ~s
poco ms que una obsesion sin n1ngun_ funda~en""
to. Con esto no est afirmando la necesidad de corregir" lasprcticas actuales de-la ciencia,. sino. tra"'
tan do de. poner su ideologa ms de acuerdo con
estas prcticas.
. . "
El examen que hace Feyerabend de la ~evolu(:lon
copernicana en astronoma duran;e l_os siglos _xvi ~
xvn sugiere que la teora de Coper~JCO no tnunfo
porque fuese "obviamente" ms racional y pro~~e""
sista que. la astrono~a de Tolo meo, lo cual t~mhien
haba ya dejado establecido Ku?n. En reahdad, 1~
teora de Coprnico no embono en muchos de los
"hechos" astronmicos ge~eralmente aceptados, Y
utiliz algunas de las _teoras d: Aristteles ac:rca
de la armona del universo. Solo cuando llego el
uso del. telescopio
. la mayora fue convencindose
. __ h r
gradualmente de que deb~a aceptarla.teona. eiQcntr~ca copernicana del sistema solar. Otros aspec~
206
tos de la teora dependieron de la nueva teora de Galileo sobre el movimiento. Pero el argumento de Feyerabend es que conversiones con1o stas no son
productos de la razn, la evidencia ni el mtodo,
sino que tienen mucho que ver con el inters egosta, la ideologa y las creencias culturales en general.
Aunque es bien conocido el anarquismo de Feyera, bend, y conviene a su rechazo de la nocin de que
hay alguna superioridad en el mtodo de la ciencia,
Feyerabend no est contra la ciencia sino tan slo
contra sus pretensiones y su idolatra; critica ms al
"cientismo", es decir, la fe ciega en la capacidad de
la ciencia para "curarlo todo", que ninguna otra
cosa.
Popper, Kuhn, Lakatos y Feyerabend representan, aunque de diferentes maneras, una respuesta a
los problemas episten1olgicos planteados por la induccin con1o base del conocimiento cientfico.
Popper revis el alcance del problema, proponiendo que el que era racional era el n1todo cientfico,
y no necesariamente alguna teora cientfica en particular. La ciencia es una actividad hun1ana y, por
consiguiente, tiende a cometer errores, a la confusin y la equivocacin. N o obstante, la racionalidad
de la ciencia y el empuje del debate cientfico aseguran que, a la postre, prevalecern teoras mejores, pero nunca definitivamente ciertas. Al margen
de esto, las reflexiones de Popper sobre la ciencia
tuvieron la nueva consecuencia de dar gran prominencia a la historia de la ciencia y a su contexto social, llevando a un primer plano opiniones que da-
A pesar de. todo, .plantear losrequerimientos previos pa:ra un empirismo filosfico adecuado es uria
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POSITIVISMOiYGbNCEPGIN.D.E:bi\sGl]tN~IA
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nemos. Esto no es porque la evidencia pueda ser insuficiente, sino porque los mismos hechos se pue'""
den acomodar de diferentes maneras por alteraciones en la configuracin de la teora. Desde luego,
puede haber muchsimas buenas razones por las
que debamos preferir una u otra teora lgica y evidentemente equivalente, pero no podr ser por motivos exclusivos de evidencia.
Surgen problemas similares al traducir un idioma, o una teora, a otra. Como parece haberlo sugerido Kuhn, las teoras son inconmensurables y,
como resultado, los cambios de teoras cientficas
representan cambios fundan1entales de nuestra
concepcin del mundo y, en realidad, de la ontologa del mundo. Segn Quine, la traduccin entre
dos teoras es cuestin de alinear dos sistemas, no
simplemente de tratar de hacer embonar el significado de palabras, conceptos o frases separadas. As,
los intentos por hacer coincidir, digamos, frases separadas entre dos sistemas exigir hacer suposiciones sobre cmo embonan los fragmentos en conjuntos separados pero respectivos; y cmo antes
podemos ofrecer diferentes soluciones a frases particulares, dependiendo de los ajustes y compensaciones que deseemos hacer. Traducir incluye ciertas
conjeturas, suposiciones acerca de las ontologas a
las que se refieren las respectivas teoras y, segn
Quin e, no hay manera justa de decidir cul traduccin ser la correcta. Hay un margen lgico para
dudar incluso de que quienes hablan un lenguaje
comn sostengan una misma oB.tologa. Sin embar-
de
7 l)~vidson (1984) <JJl~li~a ,ms qH14& opseryG,tciones q~ Qwn sobre la traducCin, como lo hacemos eil el captulo VIII 'de
este -libto.
216
acuerdo con Quine en que no podemos tener un conocimiento ms slido que la ciencia, desean reintroducir la nocin de "esencia" a travs de una teora de la "referencia directa". De este modo,
aunque un objeto pueda n1anifestar todo tipo de
aparincias, lo esencial en esto es la naturaleza de "la
materia". Por ejemplo, el oro puede variar en apariencia en relacin con la luz, el calor, etc., pero lo
que no puede variar es su constitucin fisicoqumica, no puede volverse, digamos, como el agua y seguir siendo oro (Anderson et al., 1986: 169; Putnam, 1975, 1978). Lo que vincula una palabra con
un objeto es un acto de "doblaje", y aquello a lo que
va unido el nombre es lo que le hace el tipo de materia que es. Por ello cuando los cientficos descubren "esencias", el tipo de mateda que es una cosa,
descubren relaciones necesarias, es decir, lo que es
aquello que hace que algo sea lo que es. Tal teora
pretende evitar las afirmaciones de Kuhn y de Feyerabend de que no hay continuidad entre las teoras. Aun cuando, antes y despus de una revolucin
cientfica, puedan haber cambiado las creencias
acerca de las cosas teorizadas, no tiene importancia,
ya que no "fija la referencia" de los trminos.
Otra consecuencia ms de esos esfuerzos por revisar el empirismo queda encarnada en la recomendacin de Hacking de qu.e la filosofa vuelva su
atencin a los modos en que los cientficos intervienen en el mundo para producir sus teoras con
objeto de ver con qu ontologas estn comprometidos sus mtodos de experimentacin, observacin
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se ha socavado la autoridad intelectual de la filosofa. Si lo nico que importa es que los .cientficos
continen haciendo lo suyo en las formas que se les
ensearon, que aprendieron y adquirieron, utilizando mtodos apropiados para los problemas a los
que deben enfrentarse, no tienen ninguna razn de
ser las preocupaciones filosficas acerca de la ontologa y la epistemologa. Por ejemplo, Quine habl
en favor de la "naturalizacin" de la epistemologa,
reducindola a una de las ciencias del conocmiento, como la psicologa conductual o la fisiologa cerebral, para descubrir las leyes de la cognicin que
determinan por qu aceptamos y sostenemos las teoras y las creencias que seguin1os sosteniendo. Tambin la ontologa se vuelve cuestin de las ciencias
respectivas y de sus investigaciones. Y en ese caso,
en lo tocante a las ciencias sociales, si desean emular a las ciencias naturales lo que deben hacer,
como ellas, es de<sentenderse de las .versiones filosficas de la ciencia y seguir atacando los problemas como mejor .les parezca. Ciertamente no hay
ninguna razn para sentirse atado por estipulaciones acerca de un mtodo unificado o una ontologa
unificada de la ciencia, pues, .de acuerdo con esos
argumentos, no existe semejante ser.
Para algunos realistas, especialmente los que se
preocupan por las ciencias sociales, este tipo de
conclusin no es satisfactorio. Aunque reconocen
que el positivismo ha resultado insuficiente, siguen
deseando afirmar que la ciencia se preocupa por describir estructuras, entidades y procesos reales que
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