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Ma Elena Ríos Montaño - No Nos Vamos

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Maria Elena Ríos Montaño

En el reloj y el calendario el tiempo avanza inexorable,


durante su breve paso por la tierra cada hombre libra
una lucha callada y constante para vencer al tiempo y
para ajustarlo a sus propios fines – apresurado o lento –
para arrebatar de sus garras instantes que puede vivir
y saborear una y otra vez en el recuerdo.

Con mi agradecimiento a DIOS.


Por el regalo de la vida.
La presencia del amigo.
Y la experiencia del dolor.
Ma. Elena Ríos
No nos vamos

Es la crónica de un movimiento social, que surgió en el Barrio de


Tepito después de los terremotos de 1985; y que si bien no perduro,
si cumplió con su objetivo: defender su arraigo y su derecho a seguir
viviendo en su espacio de vida.
Es la experiencia de una vecindad del barrio de Tepito, que formó
parte del grupo llamado: “Las 13 vecindades” y que representa en mayor o
menor grado las actividades que se realizaron en las otras 12 vecindades.
Y pretende reconocer el trabajo de ésta comunidad, y en especial el
de todos los actores que participaron en los logros obtenidos, así como
resaltar el valor de la solidaridad.
La narración se realiza en gran parte, en forma figurativa, por la pro-
pia vecindad, porque en los muros de las viviendas se adhiere la historia,
“los lazos familiares y de afecto creados a lo largo de varias generaciones
en la ardua lucha por vivir, conservar una cultura, costumbres y tradicio-
nes, producto de habitar un espacio dado, un espacio urbano producido
por padres o abuelos, transformado a diario en una vida cotidiana que
es rutina diaria.” (Cameo Misrahi 1984)
Y si bien no muestra las voces de todos los involucrados, señala en
forma general las acciones que se realizaron por toda la comunidad para
lograr su meta.
Ma. Elena Ríos Montaño.
Mayo, 2009

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No Nos Vamos

RECONOCIMIENTOS

A las manos anónimas de todos los trabajadores de la construcción.


A la UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD
AZCAPOTZALCO, por su apoyo académico, sin el cual nuestras accio-
nes no hubieran prosperado.
Al Arq. Carlos Acuña “Tito” y su grupo de arquitectos y estudiantes,
por regalarnos su experiencia y sus conocimientos.
Al Lic. Miguel Galán y su equipo de colaboradores, por su afán en
preservar vivo el Barrio de Tepito.
Al Lic. Manuel Aguilera Gómez, por su sensibilidad humana.
Al Arq. Pedro Salgó (,), por su generosa ayuda
Al Lic. Jorge Martínez y su esposa Carolia, por su apoyo y solidari-
dad.
A Primo Mendoza, por sus indicaciones tan valiosas para estructurar
ésta crónica.
A Héctor Rosales, por sus apreciados apuntes.
A todas las VECINAS Y VECINOS, por su Paciencia, Solidaridad y
Fortaleza en los 18 meses que duró el proceso.
Al Comité de Renovación Vecinal, a las Mujeres que participaron y en
especial a Felicitas Campos (,), Guadalupe Curtidor, Sara Bustamante,
Esther Amador y Socorro Ríos por su entusiasmo sin límites.

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Ubicación espacial e histórica
de Tepito

Tepito es uno de los barrios vivos más antiguos de la ciudad de Mé-


xico, se ubica en el centro de la ciudad, al noroeste de la Plaza de la
Constitución y al oriente de Tlatelolco; se limita al norte por la Av. Ca-
nal del Norte, al sur por la calle de Costa Rica, al oriente por Av. del
Trabajo y al poniente por la calle de Peralvillo y pertenece a la Delega-
ción Cuauhtémoc.
Las diversas etapas por las que ha pasado en su formación como
unidad urbana son:

En la ciudad de Tenochtitlan, capital del imperio Mexica, Tepito


se localizaba en la parcialidad de Tlatelolco, era una zona dedicada
principalmente a la habitación de comerciantes y artesanos.

A Partir de la conquista, los españoles se reservaron el área central


y dejaron la periferia a los indígenas, Tepito se va repoblando fuera
de los beneficios de la urbanización, lo cual no impidió el asenta-
miento de 3 templos católicos: Santa Ana, San Francisco de Asís,
la Concepción, llamada la Conchita, lugar donde se encuentra una
placa que rememora el lugar donde fue hecho prisionero Cuauh-
témoc. La voz nahua que registra éste hecho, es “Tepiquehuaca”
o lugar donde comenzó la esclavitud, así que los que siguieron vi-
viendo en éste lugar, pudieron ser llamados “tepiqueños” y tal vez
de ahí surgió el nombre de Tepito.

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No Nos Vamos

A partir del siglo XIX y a consecuencia de las luchas políticas en


la República Mexicana, la ciudad comenzó a recibir inmigrantes
del interior del país, emigrantes que se convirtieron en artesanos,
caracterizándose desde entonces con tal tipo de población.

Entre 1968 y 1984 se crea el “Plan Tepito” con objeto de remodelar


y crea nuevas viviendas, hay cambios cualitativos en la participa-
ción vecinal, se busca y se logra una vinculación con la Universidad.

El terremoto del 85 da lugar a la recomposición de organizaciones


y grupos dentro del barrio, se abre un periodo especial durante el
cual se realiza la construcción de nuevas viviendas.

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FEBRERO, 1987

Hoy, he quedado sola, se han ido temporalmente los amigos que vivían
en las casas que serán rehabilitadas.
Inmediatamente recuerdo aquel 19 de septiembre de 1985, eran las
7.20 hrs., cuando la tierra se estremeció, un terremoto de 8.2 grados, mo-
vió las entrañas de la tierra derrumbando miles de muros y quebrantando
millones de corazones.
Todavía siento el dolor en mis paredes de adobe y tepetate al frac-
turarse, pero el amor de ustedes mis amigos, plasmado en los tapancos,
me hizo resistir y protegerlos.
Pasados los primeros minutos, con cariño miraba a unos y a otros
preguntarse “¿están bien?, ¿no les pasó nada?” y preocupados por la
integridad de mi estructura revisaban mis paredes y techos.
Dentro de nuestro pequeño mundo, aparentemente no había mucho
que lamentar, todos se comunicaban con sus familiares y amigos, no
había malas noticias, los que salieron más temprano poco a poco fueron
regresando, solo faltaba uno, Carlos, “el del 29”.
El había nacido 20 años antes, durante aquella madrugada del mes
de enero, en la que la ciudad de México amaneció cubierta de nieve. Ese
día, había salido muy temprano rumbo a la “CONALEP”, ubicada en la
calle de Humbold en la Col. Juárez, su padre al regresar, había visto que
ese edificio era uno de los cientos que se habían colapsado, en silencio
escuchaba a sus familiares y vecinos rogar por que él no hubiera llegado
a la escuela, desgraciadamente al paso de las horas se confirmaba, que el
estaba ahí, apreciado por muchos vecinos, todos oraban pidiendo a DIOS
por su vida.

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No Nos Vamos

Carlos: calaba hondo tu ausencia, todo el día y toda la noche estu-


vimos pendientes de alguna noticia y fue hasta el día siguiente, cuando
supimos por tu padre, que por la noche se había logrado comunicación a
través de un boqui toqui con un grupo de alumnos y entre ellos estabas
tú, nadie perdió la esperanza y la tierra te devolvió a la vida. Dába-
mos gracias a DIOS, cuando nos sorprendió la replica, ¡otro terremoto!,
decían todos.
Eran cerca de las 7 de la noche del viernes 20 de septiembre, éste de
menor intensidad, 7.5, grados. Temerosos, todos salieron de sus casas, y
el patio minimizo el miedo individual y en un trabajo colectivo, auxiliado
por cosas del diario se improviso un refugio.
Unos a otros compartían su frágil techo, fortalecido por la solidari-
dad, y me hubiera sentido orgullosa y feliz de no ser por que en muchas
partes de la ciudad el dolor y la desesperación invadía a miles y miles de
personas, quizás entre ellas estaría alguno de mis antiguos habitantes.
Me complacía ver a Lupe, vecina del No. 43, repartiendo café, a otros
vecinos con lámparas, caminaban de una “casa” a otra, preguntando co-
mo se sentían, si estaban bien, y comentaban inquietos sobre los daños
de mis muros, si las viviendas podrían habitarse, si volvería a temblar.
Se recordaron las leyendas de la vecindad y de vez en vez hacían bro-
mas y reían, entre todos había una francesa, que nunca había sentido un
temblor, Mary France, hospedada temporalmente en la vecindad, imagi-
naba su temor, por su silencio. De mucho se hablo esa noche, recuerdos,
chistes, comentarios del día anterior, anécdotas de temblores anteriores,
pero nadie imaginó, que nuestro mundo iba a transformarse.
La casa más afectada fue la del 11 bis, durante algunas semanas
durmieron en el patio para más seguridad; en las otras casas los tapancos
creados para duplicar mi espacio fue una inyección de fuerza que sostuvo
mis muros, pero a pesar de ello quedaron muy dañados y durante varios
días los hombres apuntalaban las paredes y techos, con ayuda material y
asesoría técnica de arquitectos de la Sub-Delegación Tepito, representada
por el Lic. Francisco Gatica Mercado.
En la vecindad había mucha actividad, los vecinos por su cuenta ha-
cían los arreglos más urgentes, otros como, Josué que vivía en el #23,
traía garrafones de agua para beber y cocinar y con otros vecinos aca-

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Maria Elena Ríos Montaño

rreaban agua de la toma de la calle para repartirla.


La solidaridad se trasmitía por las fisuras de las paredes, valor que
subsistió hasta el final de la gran aventura, que se aproximaba.
En la calle había una recuperación parcial de la vida cotidiana, cu-
riosamente, los terremotos encontraron a Tepito acordonado por agentes
del resguardo aduanal, por lo pronto las tareas de la Reconstrucción
marcaron una tregua.
El 22 de septiembre, Alfonso Hernández del #5, se presento con el
profesor Arq. Carlos Acuña Jáuregui, y un grupo de estudiantes de ar-
quitectura de la UNIVERSIDAD AUTONOMA METROPOLITANA-
UNIDAD AZCAPOTZALCO, revisaron mis muros y techos, indicándo-
nos el estado de cada vivienda y pensando ya en solicitar ayuda guber-
namental, para realizar un proyecto de reconstrucción.
Días después las autoridades de la UAM-A., ofrecieron a los tepiteños
damnificados, asesoría técnica para que reconstruyeran el barrio y la
forma jurídica más apropiada para organizarse ya que la sola unidad no
era suficiente para solicitar créditos.
En esos días no había ningún proyecto oficial y de inmediato el
Lic. Miguel Galán Ayala, brindó sus conocimientos, ayuda material, eco-
nómica y toda la infraestructura de sus oficinas, ubicadas en H. de Gra-
naditas (Eje vial 1 Norte) No. 56, para acercar a los tepiteños ayuda
profesional y en 15 días se instaló el TALLER DE RECONSTRUCCION
DE LA UAM-A, mismo que duraría hasta junio de 1987, con un equipo
de arquitectos y pasantes de arquitectura, coordinados en un principio
por el Arq. Carlos Acuña y el Arq. Enrique Lastra, quienes habían hecho
con anterioridad estudios, proyectos y propuestas de mejoramientos para
el Barrio de Tepito.
Ya en el proceso el ARQ. CARLOS ACUÑA JAUREGUI “Tito”,
(como lo llamaban sus alumnos y amigos) y ALFONSO HERNANDEZ
HERNANDEZ, serian los guías por el mundo oficial, en la larga lucha
de negociaciones y gestiones, para lograr LA APROBACION DE LOS
PROYECTOS, que posteriormente hicieron y que finalmente se realiza-
ron.
Por estar junto al taller, me di cuenta de la gran actividad que se
realizaba y fui conociendo a cada uno de los arquitectos y estudiantes:

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No Nos Vamos

al Arq. Javier González y al Arq. Raúl Ortiz Urquiza y a los pasantes


de arquitectura: Pilar, Reyna, Alfredo, Daniel, Leonel, Javier, Antonio,
Orlando, Ulises, Juanita y Sergio estos últimos posteriormente harían el
proyecto para reconstruirme.
El 11 de octubre otro “terremoto” se cimbró sobre las zonas afectadas,
pero ésta vez, ocasionado por la publicación del Decreto de Expropiación.
Nunca más volví a mirar a tanta gente leer y releer el Diario Oficial, Ma.
Luisa del #53 de la calle de Florida, colaboraba en la Asociación e hizo
varios viajes en su moto a Gobernación para adquirir los diarios, todos
leían y subrayaban los predios que se ubicaban en Tepito, entre ellos
estaba “YO”, Florida 54.

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REGISTRO PUBLICO DE LA PROPIEDAD

En los libros dependientes de ésta oficina se encuentra asentado1 :


Tomo 27 Fojas 153, Tomo 32 foja 412 #632,
Tomo 34 foja 115 #502, Tomo 41 foja 135 #811, 168, 46 #1127
Tomo 51 fojas 67 #1913, Tomo 52 fojas 141 #428

El predio marcado con el No. 54 en la 3.a calle de Florida. Col. Morelos


Distrito Federal.
Escritura #33954 del 16 de agosto 1942
Clasificación Catastral 5-055-09-000, 5.a Región catastral. Manzana
55 lote 4. Y 4034 m2
Notaria 3 Lic. José Carrasco Zarurie.
Habiendo tenido como propietarios:

19. . . . . . . . . RAQUEL GOROSTIETA


19. . . . . . . . . ARTURO GALAN
1911 a 1912 DELFINA MORENO Y MARCIAL GAMBOA
1912 a 1923 TERESA ORTIZ VDA. DE MALO
(1922-23) LITIGIO (ASILO CASA BETL)
1924 - 1944 EMILIO CONTRERAS
1944 - 1986 JESUS J. SOBERON Y SALGUEIRO

1
Datos copiados de los libros del Registro Público de la Propiedad en 1986.

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No Nos Vamos

Después de publicado en el Diario Oficial el Decreto de Expropiación,


los días 11, 21, 22, y 23, se creó un programa emergente de construcción
de viviendas y al mismo tiempo el organismo RENOVACION HABITA-
CIONAL POPULAR (RHP), que se encargaría de construir las viviendas
en los predios expropiados por decreto presidencial. En seguida comenzó
el ir y venir de las brigadas de encuestadores para registrar a los habitan-
tes y semanas después aquí en el patio, se hizo la entrega de certificados
de derechos a 366 familias del grupo de las 13 vecindades, con la presencia
del director del programa, Arq. José Parcero López, del nuevo delegado
en Cuauhtémoc el Lic. Enrique Jackson, quien en su gira por el Barrio
había insistido en que la participación de las organizaciones populares
y vecinales serian el pilar del proyecto de reconstrucción, el Dr. Moreno
titular del Módulo 4, el Maestro Carlos Payan Rector de la UAM-A y
la Directora de la División de Ciencias y Artes para el Diseño Arq. Ma.
Teresa Ocejo y los beneficiados festejaron con una kermés, ofreciendo a
las autoridades e invitados, antojitos mexicanos. ¡Y para dar realce al
evento! los vecinos solicitaron al Maestro Daniel Manrique que pintara
un mural en el cubo del zaguán, en el que represento a la comunidad
como una familia, Tepito-Hombre, Vecindad-Mujer, Niños-Habitantes.

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Maria Elena Ríos Montaño

De inmediato se formó el Comité de Renovación Vecinal, y en asam-


blea general se eligió a: FRANCISCO RUVALCABA NOGALES, que
vivía en el # 17, para representarlos, con el cargo de Presidente, a MA-
CARIO GONZÁLEZ LÓPEZ del # 43, para Secretario, GERARDO
SIERRA AGUILAR del # 9, fue Vocal de Mantenimiento, JOEL GAR-
CÍA ALATORRE del # 35, a cargo de las Gestiones, ALFONSO HER-
NÁNDEZ HDEZ. Vecino del # 5, fue Vocal ante RHP y como tesorero
a JORGE VÁZQUEZ VEGA que residía en el # 37.
Poco después el 1o de abril de 1986 EL LIC. MANUEL AGUILERA
GOMEZ TOMABA POSESIÓN DE LA DIRECCIÓN DEL PROGRA-
MA, poseedor de una gran sensibilidad humana, fue la clave para la
realización de nuestro sueño.
El módulo 4 ubicado en las calles de Tenochtitlan y Peñón fue el
lugar donde los tepiteños damnificados y beneficiados por el Decreto
Expropiatorio realizarían todos los trámites.
Los miembros del Comité, trabajaban afanosamente, citaban a los
vecinos para informarles y solicitarles los documentos que se requerían,
de cada uno de los inquilinos formaron un expediente, acudían una y
otra vez al Módulo 4 para hacer los trámites necesarios, ya sea con el
Lic. Raymundo López del Área Jurídica o con el Sociólogo Jacobo Álva-
rez Medina, o la Dra. Silvia Uribe Rodríguez del área social.
Las juntas eran constantes, siempre en un ambiente familiar, la so-
lidaridad de todos los vecinos, fue la clave para sortear todos los obs-
táculos que se fueron presentando. La versatilidad, característica de los
tepiteños, los ayudo a ser formales ante la autoridad y continuar con la
informalidad en la cotidianidad.
En el taller de Reconstrucción de de la UAM-A, el trabajo continua-
ba, durante mucho tiempo observe al grupo de arquitectos y pasantes de
arquitectura, realizar arduas tareas día y noche. En sus largas jornadas
de trabajo los miraba hacer dibujos, cálculos, gráficas, estadísticas, pla-
nos, estudios socio-económicos, y escritos para diferentes dependencias,
necesarios para presentar los proyectos ejecutivos de cada una de las 13
vecindades.
Para nosotros hicieron un proyecto que consistía en 3 edificios, de 3
niveles, alrededor del patio dejando al centro un patio muy grande, que-

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No Nos Vamos

dando pendientes las viviendas que formaban la fachada de la vecindad,


para solicitar que no se demolieran y solo se reconstruyeran por tratarse
de una fachada de principios de siglo.
Pero Don Roberto Aguirre del 39, se percato de que era mejor reducir
el patio y que el condominio fuera horizontal, teniendo que pedir de favor
al grupo de la UAM-A nos hicieran otro proyecto.

Ya con el nuevo proyecto autorizado por el programa de RHP vino la


selección de las viviendas por cada uno de los vecinos, la mayoría escogió
las ubicadas cerca del espacio donde se encontraban las que habitaban.
Como ya teníamos un proyecto, ahora era necesario gestionar que la
reconstrucción se hiciera con dicho proyecto y junto con otras 12 vecin-
dades se iniciaron las gestiones.
A éste grupo se le conoció como:
Las 13 vecindades

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LAS 13 VECINDADES

AZTECAS #62
Enclavada en la zona comercial de Tepito.
Representada por Rosalinda Ramírez y Mario Gutiérrez.
AZTECAS #71
Que inició la reconstrucción con la edificación de 2 viviendas, con ase-
soría técnica del equipo de la UAM-A y del Lic. Jorge Martínez y sus
alumnos en la demolición.
Representada por Ángela y Graciela.
CARIDAD #25
La vecindad más pequeña del grupo.
Representada por Julia Vázquez Estrada.
CONSTANCIA #91
Con sus centenarios lavaderos.
Representada por Juvencio Angulo.
DIAZ DE LEON #59
Colapsada el día del 1er Terremoto.
Representada por Luz Ma. Anguiano y Amelia Ortiz Loredo.
GRANADA #41
Resguardada por un augusto zaguán y contigua a una edificación de
arquitectura colonial.
Representada por Lourdes Huitrón González.
JESUS CARRANZA #19
Antigua vecindad oculta tras de una construcción moderna.
Representada por Ruben Rojas y Julio.

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PERALVILLO #8
Participante con Florida 54, en el intercambio artístico y cultural entre
México y Francia, en 1983, incorporada al grupo por la tenacidad de
sus vecinos.
Representada por Carlos Vital.
SANTA LUCIA 1 y 2
Conocida como la vecindad de los 100 lavaderos, dividida en 2 por una
calle.
Representada por Humberto Trejo Urdapilleta, Eduardo Galicia y Don
Angel.
TENOCHTITLAN #19
Ubicada en la calle donde se inició el actual tianguis de Tepito.
Representada por Carmen.
TOLTECAS #108
Que albergaba la última migración indígena de Oaxaca a Tepito.
Representada por Jaquelina Gómez Cruz.
FLORIDA #54
Que junto con Sta. Lucia 1 y 2 , por la tenacidad de sus Habitantes
logró vencer los amparos interpuestos por sus propietarios.
Representada por Francisco Ruvalcaba Nogales.

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Maria Elena Ríos Montaño

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No Nos Vamos

Solo en estos 13 predios los vecinos vencieron las dificultades para


lograr que se construyeran en sus predios proyectos elaborados por el
taller de arquitectura de la UAM-A Pero estas 13 sintetizan los diferentes
tipos de vecindad que existen en Tepito, las pequeñas de 9 o 10 viviendas,
las medianas y las grandes hasta con 60 viviendas, con patios alargados
o cuadrados.
No fue fácil que RHP reconociera los proyectos, pero gracias a la
intervención del rector de la UAM–A Maestro Carlos Payan y de la
Directora de la División de Ciencias y Artes para el Diseño Arq. Ma.
Teresa Ocejo, se aceptó y formalizó la colaboración de la UAM-A, que
junto con la insistencia de todos los comités de vecinos se logró que los
proyectos llamados atípicos, fueran aceptados y después de minuciosas
revisiones autorizados, logrando también que la Supervisión de las obras
de construcción fuera por el mismo grupo de la UAM-A.
Con el apoyo de la UAM-A se consiguió que cada predio contara
con un proyecto adecuado a las características físicas del mismo y de las
necesidades de sus habitantes, que se respetaran los patios como áreas de
convivencia tradicionales, la certeza de que los materiales y la técnica de
construcción sean las adecuadas y de buena calidad y pagando lo mismo
que las construidas por RHP.
Y a punto de realizarse el sueño de ser mis legítimos propietarios,
llegó la noticia de que el dueño se había amparado. En todas las casas
se hablaba ¡del AMPARO!

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EL AMPARO

El amparo fue el recurso jurídico que el dueño interpuso, para anular


el decreto de expropiación, coartando con ello el derecho de querencia
que ustedes tenían sobre mí.
Como un fantasma que nunca quiso hacerse visible, tal vez para se-
guir ignorando las vivencias humanas que habían hecho de ustedes y de
mí una verdadera vecindad, Jesús Soberón Salgueiro, con domicilio en
la Col. Del Valle, interpuso un amparo a través del abogado Alejandro
Ruiz Otero, en el despacho 70 #102 de la calle Juventino Rosas en la
Col. Guadalupe Inn contra el Lic. Miguel de la Madrid Hurtado, Presi-
dente de la República.
Por el expediente 406/85, los vecinos conocieron del amparo, que no
señalaba nombres y domicilio de terceros perjudicados por no conside-
rarlo conveniente, lo cual impedía que tuvieran acceso al expediente.
El amparo era un obstáculo más para la reconstrucción de las vivien-
das, durante 3 meses acudían a los juzgados para conocer de los acuerdos
publicados en listas del 9.o Juzgado en Materia Administrativa, ubicado
en Av. Universidad y Río de Churubusco; que se diferían por diferentes
razones, el 17 de marzo y el 14 de abril del 86 tampoco se llevaron a
cabo las audiencias, el 31 de marzo se niega la Suspensión Definitiva,
sin embargo el 27 de mayo de 1986, con tristeza todos escuchamos la
sentencia que el juez había dictado, el presidente de la mesa directiva
Francisco Ruvalcaba leyó, “la Justicia de la Nación Ampara y Protege a
Jesús Soberón Salgueiro en contra de los actos y autoridades . . . Ya nada
se puede hacer.” Dictó.
La desilusión y la impotencia se reflejaron en todos los rostros, un

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No Nos Vamos

silencio pesado cubrió todo el patio . . . hasta que se escucho una voz
determinante ¡algo tenemos que hacer!; y fueron las mujeres, que co-
mo siempre, han consolidado el arraigo en Tepito, que decididas dijeron
¡NO NOS VAMOS¡ iniciando la DEFENSA.

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LA DEFENSA

Fueron las mujeres, las que decidieron defender el arraigo, iniciando


un ir y venir buscando asesoría y ayuda.
Se entrevistaban con abogados del PRI, del DDF y de RHP.
Atenta e impaciente las escuchaba: “Fuimos al PRI y después de
varias horas de espera sin respuesta, decidimos mejor ir al pan . . . y
regresar a casa para dar de cenar”, en todos lados solo daban esperanzas,
y Alfonso Hernández acudió con la Lic. Ana María Conesa Ruiz del
bufete jurídico de la UAM-A y sus abogados los asesoraron, las posibles
soluciones, eran:
1) La revisión de la sentencia.
2) El desistimiento del quejoso.
La primera complicada por que había que internarse en el laberinto
del Derecho, enfrentarse a la burocracia administrativa y al criterio que
los jueces tenían sobre el Decreto de Expropiación. La segunda imposible
en esos momentos.
Ustedes optaron por la primera, esperando una oportunidad para la
segunda.
Los pasantes en Derecho José Aurelio Carrera Gallegos y Carlos San-
pablo Gutiérrez, del bufete jurídico de la UAM-A les ayudaron a confi-
gurar el escrito para solicitar la revisión de la sentencia como terceros
perjudicados y pedir que el DDF también solicitara la revisión; Alfonso
Hernández redactaba escritos a diferentes autoridades, boletines de pren-
sa para diarios como el Nacional, el Uno Más Uno, el Día, La Jornada
etc.
A fin de que la opinión pública conociera del problema que teníamos

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No Nos Vamos

varias vecindades, y coordinaba las juntas con los representantes de las


otras vecindades del grupo.
Del grupo de las 13 vecindades Santa Lucía 1 y 2 tenían el mismo
problema y unidos fueron a los juzgados para protestar y decidieron ce-
rrar la lateral de la avenida Río de Churubusco y Av. Universidad, donde
estaban los jueces que dictaron las sentencias, intentando posteriormente
llegar a los Pinos.
Después realizaron un plantón en la plaza de la Constitución para
demandar el respeto a la expropiación de 288 predios en el barrio de
Tepito, ya que se habían concedido 43 amparos a los propietarios de los
inmuebles. Y con la colaboración de Gloria, Toño y Victor estudiantes del
taller de Diseño Gráfico de la UAM-A, se realizaron muchas pancartas.
Y esperanzada los miré salir a todos con su pancarta “QUIERO MI
CASA PARA SEGUIR PINTANDO” decía la de Gabriel vecino del #21,
pintor de obras religiosas y creador de algunos de los títeres de ——
Rosete Aranda, “JUECES, NO AMPAREN QUE DESCOBIJAN”, “LO
QUE EL PRESIDENTE ME DIO EL JUEZ ME LO QUITO”, “SEÑOR
PRESIDENTE LO QUEREMOS EN EL BARRIO NO EN EL ESTA-
DIO”, decían otras .
Eran los meses de junio y julio de 1986 y en México se celebraba la
décima tercera COPA MUNDIAL DE FUTBOL .
El 16 de junio con ayuda de los abogados de la UAM-A se dirigió un
escrito al C. Juez Noveno de Distrito en Materia Administrativa del DF
a fin de comparecer con carácter de TERCEROS PERJUDICADOS a la
vez de interponer el RECURSO DE REVISION.
A instancias suyas el 17 de junio, también se interpuso el Recurso de
Revisión en contra de la sentencia definitiva dictada el 27 de mayo de
1986, por el Secretario General del DDF.
Con los Lic. Ana Ma. Conesa Ruiz, Antonio Salcedo Flores y Luis
Maccise Saade y los pasantes de Derecho Carlos Sampablo Gutiérrez y
José Aurelio Carrera, y como representante común a Francisco Ruvalcaba
Nogales el 2 de septiembre dirigieron un escrito al C. Lic. J S Eduardo
Aguilar Cota, Magistrado de Circuito en Materia Administrativa, como
terceros perjudicados, exponiendo los razonamientos de derecho que a su
juicio se deberían tomar en cuenta a efecto de conseguir la reposición del

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Maria Elena Ríos Montaño

procedimiento.
La respuesta de los magistrados se hacía esperar, para los abogados
de la UAM-A era normal, para ustedes era mucho tiempo, y las mu-
jeres salían en “cuadrillas” como decía un vecino, buscando una pronta
respuesta para reponer el procedimiento, considerándolos como terceros
perjudicados, y en una de esas salidas decidieron manifestar su Fe en una
solución favorable y pidieron al Padre Martiniano Martínez de la Parro-
quia de San Francisco de Asís, que oficiara una misa, para dar Gracias
a Dios y el 15 de agosto de 1986 se realizó, con la bodas de 5 parejas de
vecinos, sin que antes se hiciera una animada despedida de soltera para
las futuras desposadas, todo era motivo de festejo. Después de la misa
hubo una gran fiesta que terminó amenizada por un grupo de mariachis.

También se pagó el adeudo de predial del 6o bimestre del 84 al 4o


bimestre del 85, querían demostrar, de alguna manera que el dueño ya
no se preocupaba de la vecindad.
El tiempo pasaba el Programa de Reconstrucción se acercaba a su
fin, impacientes por no encontrar una respuesta favorable a través de la
vía legal, optaron por la segunda opción:
Conseguir que el dueño se desistiera del amparo; y junto con Don
Humberto y Eduardo Galicia de Santa Lucia 1, (que tenían el mismo

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No Nos Vamos

problema) y sabiendo de la sensibilidad humana del Lic. Manuel Agui-


lera, acudieron a él para pedirle que convenciera a los propietarios que
desistieran del amparo, 3 veces a la semana hacían antesala en sus ofici-
nas de Congreso de la Unión hasta que los recibía.
En la espera las reuniones se hicieron más comunes, las relaciones
más estrechas, las opiniones surgían con facilidad.
En una ocasión supieron que el Sr. Soberón accedía a negociar la
compra-venta de las vecindades de Florida y Aztecas por lo que cons-
tantemente acudían al jurídico de RHP para conocer al propietario, pero
nunca llegaba.
Poco después el ARQ. CARLOS ACUÑA J. nos comunicaba que,
regresaría a su país natal Uruguay, después de haber vivido en México
por varios años, y seguros de que el proyecto de Florida 54 se llevaría a
cabo, en una sencilla despedida Tito, estratega de mi reconstrucción, dio
el primer picotazo.
Y mes y medio después, el Lic. Manuel Aguilera dio la orden de
demolición y con alegría grité con ustedes ¡SI SE PUDO¡
Con éste grito también desaparecía el fantasma del desahucio por-
que ahora recuerdo, poco antes del terremoto, se presentó un hermano
del propietario a proponerles la venta de la vecindad y probablemente
algunos no hubieran podido pagar mi precio.
Todos se prepararon para dejar sus viviendas ya que muy pronto
comenzaría la Demolición, la Construcción y la Rehabilitación.

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Demolición, Construcción y
Rehabilitación

El 9 de octubre se desocuparon todas las viviendas que serían demo-


lidas a día siguiente, durante el día se hizo una comida para despedirme
y durante la noche, nadie durmió, se desmantelaron los tapancos para
cubrir con madera el piso de las viviendas transitorias, se quitaron puer-
tas para adaptarlas en la entrada de las módulos y toda la noche fue de
mudanza, de trabajo, a veces con alegría y de momentos con tristeza.
El 10 de octubre del 86 se inició la demolición de 35 viviendas.

29
No Nos Vamos

Muy temprano se comenzó a demoler la entrada, numeraron las pie-


dras de cantera que formaban el arco del zaguán y que con cuidado
quitaron, quedando al resguardo de los vecinos, para posteriormente re-
construirlo. Más tarde entró el trascabo, muchos vecinos miraban con
pena como desaparecían los muros, mudos testigos de la fortaleza de la
comunidad, llenando el ambiente de polvo de colores, primero fue rosa de
las viviendas más nuevas, construidas con ladrillo rojo, después amarillo
de las edificadas con tepetate, la tristeza aumentó cuando el patio se
cubrió de gris, el trascabo demolía las casas más antiguas, cuyos muros
eran de adobe, levantadas a finales del siglo XIX y algunas aún ocupadas
por la 3.a o 4.a generación de sus primeros habitantes; las paredes se lle-
vaban grabadas la historia, las costumbres y los momentos de alegría y
de tristeza de cada uno de ustedes. Desaparecía el patio principal punto
de unión y fuerza, los tendederos, testigos de la comunicación de ideas,
pensamientos y hasta sentimientos; el suelo empedrado con sus pilas de
piedras para asolear la ropa y los espacios que las niñas y los niños ha-
cían suyos para jugar a la comidita, la reata, las escondidillas, el piso, los
huesitos, las rondas y tantos otros que varias generaciones disfrutaron.
En la memoria de los vecinos más antiguos quedaban la cruz de can-
tera labrada que se adornaba con flores y un sudario el 3 de mayo Día de
la Santa Cruz y que se encontraba al pie de la fuente de cantera gris en la
que se divertían los niños y los jóvenes de los años 20 y 30 del siglo pasa-
do, que sentados a su alrededor jugaban a la bio bio cargada de . . . y los
perdedores tenían que tocar la guitarra, bailar o cantar, también algunos
evocaron las 2 hileras de lavaderos con sus piletas y al centro plantas que
llamaban el “jardín” y que se alquilaban a las lavanderas de aquella épo-
ca y que se demolieron para edificar por los años 30, las viviendas más
nuevas, que dejaron en la parte posterior un pasillo llamado el callejón
que también ahora, quedaba en el recuerdo.
El 18 de octubre se terminó la demolición; 218 camiones se sacaron
1822 m3 de escombro.
Y el 20 de octubre la constructora TREVA inició la construcción; los
responsables: el Arq. Montiel Vázquez y el residente Sergio González.
Lo primero fue compactar el terreno, lo cual les permitió que algu-
nos sábados y domingos convirtieran el predio en estacionamiento, para

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Maria Elena Ríos Montaño

recaudar fondos.
En ésta tarea colaboraban:
Francisco del 17 y su familia: Jorge, Liliana, Vania, Alejandra y Ro-
drigo, el Tío Jorge del 37, Roberto del 15, el Sr. Angel del 11 bis, Cholita
y Don Nacho del 16, Vicente del 18, Armando del 24, Gerardo y Martha
del 9, Socorro y Ma. Elena del 31, Emilio Vázquez del 30, Enrique del
16, Esperanza del 14, que los domingos invitaba a los colaboradores un
refrigerio, el Sr. Juan del 10, Don Victor del 25, Lupe del 33, Joel del
35, A. Josué del 23 y Carlos (hijo) del 29, que para entonces ya había
superado en gran parte una larga y dolorosa recuperación.
Con lo recaudado, todos los viernes que duró la reconstrucción se in-
vitaba a comer los trabajadores de la construcción, que laboraban en el
predio y algunos que se colaban de otros predios, posteriormente también
los viernes se ofrecía la cena a más de 100 trabajadores de las viviendas
rehabilitadas, en una convivencia con los vecinos que participaban en ha-
cer la comida, las más entusiastas Elenita del 37, Elenita del 31, Martha
del 17, Socorro y Ma. Elena del 31, Sara del 1, Eloisa del 29, Genoveva
del 35, entre otras más y en algunas ocasiones hasta los acompañaba el
Padre Martiniano Martínez, de la Parroquia de San Francisco de Asís,
Tepito.
Poco a poco se fueron construyendo los edificios, con la supervisión
del grupo de la UAM- A.
Primero se marcaron las planchas , se abrieron fosas que se rellenaron
con tezontle y después con tepetate, posteriormente se compactaron, se
hizo la mecánica de suelo, en algunas partes hasta 2 veces, se abrían cepas
para el drenaje, las varillas se convertían en trabes para el emparrillado
y los castillos, los ladrillos rojos en muros, las ollas de cemento entraban
para colar los pisos, entrepisos y techos y cada vez que se realizaba un
colado, los vecinos que iban a ocupar esos departamentos ofrecían una
comida especial a los trabajadores, como es costumbre en nuestro país,
días de fiesta, de armonía, unidad, afecto y solidaridad, que fortalecían
los valores culturales del barrio.
Después comenzó a llegar, el material eléctrico, las tuberías, azulejos,
chapas, puertas y ventanas, se acercaba el regreso.
Muchos vecinos colaboraban en cuidar que no se desperdiciara el

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No Nos Vamos

material o fuera robado, compromiso que tenían con los supervisores de


la UAM-A para abatir los costos y por eso nunca me sentí abandonada.

Rehabilitación (febrero 1987)


Hoy se inicia la última etapa de la reconstrucción del predio, me siento triste
porque se desocuparon las 9 viviendas y las 3 accesorias que se encuentran al
oriente y que son parte de la fachada que fue construida a principios del siglo,
conservando aún sus ventanas y puertas enmarcadas con piedra de cantera y
el guardapolvo de piedra negra.
La rehabilitación estuvo a cargo directamente de los arquitectos de Renova-
ción Habitacional Popular y de los tramites se encargo el Presidente del Comité
Vecinal Francisco Ruvalcaba.
El Proyecto consistía en rehabilitar las viviendas sin modificar el diseño
original.
Y en 3 meses 100 trabajadores, fortalecieron los muros de adobe, rellenan-
do los huecos con tezontle y posteriormente cubiertos con malla para después
aplanarlos, los techos antes de bóveda catalana fueron sustituidos por viguetas
de concreto y bobadilla cubiertos por una loza aproximadamente de 10cm.,
las cocinas y los baños se demolieron y se construyeron con ladrillo rojo y los
lavaderos en la parte exterior.
Ya para terminar la obra, nos llegó la noticia de que el grupo “POPULART”
de Oullins, Francia que dos años atrás había estado en Tepito, en un encuentro
artístico y cultural con el grupo “ARTE ACA” de Tepito y que habían pintado
junto con Daniel Manrique un mural en la fachada del predio, se habían solida-
rizado con nosotros y habían realizado un cartel y los beneficios de la venta de
los carteles y los discos de “Tepito Salsa”, que habían pedido al Lic. Galán, los
enviaban para ayudarnos, por lo que se decidió que esa donación se utilizara en
un beneficio común. La puerta del zaguán que ponía RHP era de madera, muy
sencillo, no muy duradera por lo que se resolvió rechazarla y ocupar el dinero
en un portón de herrería.
El diseño fue copiado por Francisco Ruvalcaba, del edificio que alberga al
Archivo Histórico de la Ciudad de México ubicado en la calle de Chile #8 en el
Centro Histórico, construcción de la época colonial. La obra se termino el día
3 de mayo del 1987, quedando como recuerdo, en el departamento C 108, la
cruz que los trabajadores de la construcción acostumbran poner en cada obra
en ésta fecha, día de La Santa Cruz y que en ésta ocasión puso el velador. Y
durante estos meses, ¿qué paso con ustedes?

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El Albergue

Para realizar las acciones del inmueble, era necesario estar totalmen-
te desocupado y el organismo entregó a las personas que lo solicitaron
$50,000.00 para ayuda de mudanza y $30,000.00 para ayuda de renta
durante el tiempo que duró la obra.
Y para los que requerían vivienda provisional, se construyeron alber-
gues. a ustedes les asignaron unos ubicados en Avenida del Trabajo, ¿lo
recuerdan? pero como no se resolvía el problema del amparo, tuvieron
que desocuparlos, prometiendo que cuando se resolviera, les asignarían
otros, pero al enterarse que se desocuparían unos más cerca, el 15 de
septiembre de 1986, Felicitas C. Esther A. Guadalupe C. y Ma. Elena R.
solicitaron al Lic. Francisco Gatica, Sub Delegado en Tepito, autorización
para ocupar un campamento habilitado por la Delegación Cuauhtémoc,
en un lote remanente del Eje Vial, propiedad del Gobierno del Distrito
Federal, ubicado precisamente en la misma calle de Florida, esquina con
el Eje Vial Uno Norte, con la promesa de desocuparlo en su totalidad al
adjudicarles las nuevas viviendas, lo que se cumplió cabalmente.
El albergue consistía en 14 carpas de lona plástica, parecidas a un
iglú, una cocina, lavaderos, W.C. y regaderas colectivas.
12 familias convivieron en ese espacio, y pasaron las mismas pruebas
de resistencia que todos los tepiteños, al tener que vivir durante 7 meses
en las viviendas transitorias, durante el invierno pasaron frío, que en las
madrugadas se convertía en hielo y después en humedad y de día el calor
producido por el material de las carpas, no faltaron los problemas por
las incomodidades y los servicios comunes, que fueron superándose y que
unieron más los lazos de amistad.

33
No Nos Vamos

34
EL REGRESO

El 11 de mayo de 1987, poco a poco las familias fueron regresando,


para ocupar sus nuevas viviendas, SARA, que antes vivía en el #1 fue la
primera en ocupar su departamento ahora, en el edificio B 101, algunos
no pudieron hacerlo, Zenón (vecino del 11), que falleció el 16 de octubre
de 1986, Angelita del 19 y el Sr. José del 14, quienes habían vivido aquí
por más de 40 años, Don Gabriel Ocampo que renuncio a su casa, y el
Sr. Larios y su hija Lupe del 33 que no quisieron regresar. Todos sentimos
su ausencia.
Para algunas familias había incertidumbre por el costo que había que
pagar por las nuevas viviendas, el más preocupado era Don Jesús (del
39), de edad avanzada, viudo y con 4 hijos menores de edad; pero un
amigo director de una preparatoria particular, que llegó con un grupo de
alumnos, para ayudar en las tareas de reconstrucción y nos acompañó
durante todo el proceso, el Lic. Jorge Martínez, “el Chale”, (como quería
que lo llamaran sus amigos) y su esposa Carolia, pintora de profesión, en
representación de un grupo de ayuda francés, pagó el costo de la casa,
ya que tenían conocimiento de su situación.
Las viviendas nuevas, ahora llamados departamentos, construidas
con proyectos llamados atípicos, implicaban diferente diseño y material
de construcción, el enrejado de la cimentación se hizo con varillas más
gruesas, las paredes, de ladrillo rojo y con 9 metros más grandes de las
medidas oficiales, gracias a su empeño y al arquitecto Pedro Salgó (,)
¡GRACIAS!.
Por ese motivo, como ya se había acordado, ustedes tuvieron que
darse a la tarea de aplanar las paredes y cubrir los pisos, seguía el tra-

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No Nos Vamos

bajo, algunos acudían al parque de materiales para economizar otros


compraron material de mejor calidad.
También quedaban implícitos: pagos de predial, agua, la organización
de un comité de administración para cuidar las áreas comunes y los
trámites de interés jurídico que requiere la posesión de un inmueble.
El desgaste de 19 meses de actividad, tensiones, incertidumbre, in-
comodidades en las viviendas provisionales hizo que se terminaran las
reuniones y se desintegrara el grupo de las 13 vecindades.

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Hoy, 22 años después

El diseño del ahora condominio vecinal implicaba preservar el arraigo,


el objetivo se ha logrado la mayoría de las familias que habitaban la
antigua vecindad, siguen viviendo aquí, por lo que actualmente, poco ha
cambiado, solo 6 familias se han mudado de aquí.
Pero en cambio llegaron nuevos vecinos y nuevas generaciones siguen
jugando en el patio.
La construcción se sigue conservando y con el apoyo de programas
de gobierno del DF. y la Delegación Cuauhtémoc, en los últimos años
se cambiaron 60 metros de drenaje en las áreas más afectadas, se am-
pliaron los registros para facilitar el desazolve, se cambiaron los tinacos
de cemento, por plástico, se creó una pequeña área para los niños y se
protegieron los medidores con herrería, la mayoría ha mejorado sus de-
partamentos, los maceteros y macetas que fueron sustituidos por áreas
verdes son cuidadas por los vecinos, los tendederos poco a poco van
desapareciendo, trasladados a las azoteas o substituidos por máquinas
secadoras, las puertas antes abiertas ahora en su mayoría están cerradas
por seguridad y la comunicación que se daba en el patio es cada vez
menos frecuente.

37
No Nos Vamos

Y la vida sigue. No faltando los momentos en que la vida nos conduce


a un nuevo sendero y nos lleva al mundo del amor, donde se reúnen la
vida y la muerte y con tristeza he visto partir a varios hermanos.

In memoriam (,)
A mis hermanos que murieron antes:

Esta vecindad sabe de ti, hermano hombre, hermana mujer, pequeño


niño mío, porque antes de que cobraras conciencia de mí. ¡Yo ya estaba
en ti!
Y mis muros, antes de ser pintados, ya tenían el diseño en parto.
Tendida al sol durante muchos años, ¡cuanto te quise!
Pequeño que dejaste tela y rodilla en mi cantera de entraña rosa.
Y como cuidaba de ti en los juegos del “bote” y las “coleadas”.
Y me dolían las corredizas por el patio.
Y tus lágrimas, conmovían mi alma de cal . . .
Primo Mendoza

ANGELITA, ZENON, DON JOSE, DON NACHO,


ELENITA M, QUETITA, EL TIO JORGE, SR. AGUSTIN,
SOCORRO, CUQUITA, DON JUAN, TERE, CHAVELITA,
SR. JESUS G., DON ANGEL, DON LORENZO, FELICITAS,
DON ROBERTO, DON ARMANDO, JUANITA, PETRITA,
DON SAMUEL, DON FERNANDO, DON JESUS, TOÑO,
ELENITA G. ALBERTO, DON PACO, SRA BERTA,
DON NARCISO, EL SR. ANGEL Y ALVARO.

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