Canclini Cultura y Comunicación
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esos das de julio de 1996, el propsito de estas charlas fue -ms que
insistir en lo escrito en esos libros- movernos hacia otras hiptesis,
inseguras como el territorio en que hoy se rehacen la cultura y la
comunicacin.
El sentido ms hondo de esos das en La Plata aparece en la
conferencia que di cuando me entregaron la distincin de Profesor
Extraordinario Honorario de la Universidad, agregada como apndice
de este volumen. Quienes estuvieron saben cuntas veces se me
entrecort la voz aJ evocar la esplndida confraternidad universitaria de
los aos sesenta y setenta, su destruccin a partir de 1975, las muertes,
las disporas, y por fin el goce de este reencuentro.
Agradezco a Ja Facultad de Periodismo y Comunicacin Social de
la Universidad de La Plata, especialmente a su Decano, Luciano
Sanguinetti, y a su Secretario de Investigaciones Cienffcas y Posgrado,
WaJter Miceli, la invitacin, y la afectuosa hospitalidad con que
rodearon mi visita. A los numerosos participantes de esa Facultad, de
las de Humanidades, Bellas Artes y el Museo, su estimulante
participacin en estas conversaciones.
N. G. C.
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CAPTULO I
CULTURA Y COMUNICACIN:
REVISIONES TERICAS
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CULTURAYCOMUNICACIN:REVISIONESTERICAS
.V-...-.
I,,.".
V.
boda, va a adquirir un sentido que va a volver a ese objeto rio intercambiable con ningn otro. Ese regalo, como cualquier don, que se efecta
enere personas o entre grupos en una sociedad, caiga al objeto de un
valor simblico distinto del valor signo. Por lo tanto muestra que hay
otra lgica diferente, una cuarta lgica del valor que organiza la circulacin de los objetos en la sociedad.
Entonces, tenemos valor de uso, valor de cambio,r valor signo y
valor smbolo. Los dos primeros tendran que ver principalmente,
pero no nicamente, con la materialidad del objeto, con la base material de la vida social. Los segundos se refieren a la cultura, a los
procesos de significacin.
Bourdieu desarrolla esta diferencia entre cultura y sociedad al
mostrar en sus investigaciones que la sociedad est estructurada
con dos tipos de relaciones: las de fuerzas correspondientes al valor
de uso y de cambio, y, junto a ellas, dentro de ellas, entretejidas con
esas relaciones de fuerzas, hay relaciones de sentido que organizan
la vida social, las relaciones de significacin. El mundo de las significaciones, del sentido, es el propio de la cultura.
Llegarnos as a una posible definicin operativa, compartida
por varias disciplinas o por autores que pertenecen a diferentes disciplinas. Podemos afirmar que la cultura abarca el conjunto da los
procesos sociales de significacin, o para decirlo de un modo ms
complejo, la cultura abarca el conjunto de los procesos sociales de
produccin, circulacin y consumo de la significacin en la vida
social
L2. REDEfMR LA CULTURA
EN CONDICIONES DE MULTICULTURALIDAD
Al definir a la cultura de este modo, estamos diciendo que la
cultura no es apenas un conjunto de objetos, de obras de arte, ni de
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desde estos escenarios nos apropiamos de un conjunto de Otros repertorios culturales disponibles en el mundo, que nos llegan cuando compramos productos importados en el supermercado, cuando
encendemos la televisin, cuando pasamos de un pas a otro como
turistas o como migrantes.
De manera que decir que la cultura es una instancia simblica
donde cada grupo organiza su identidad es decir muy poco en las
actuales condiciones de comunicacin globalizada. Hay que analizar la complejidad que asumen las formas de interaccin y de rechazo, de discriminacin, de hostilidad hacia los otros en estas situaciones de confrontacin permanente. Lo vamos a considerar a lo
largo de este curso, principalmente en dos escenarios: el de las industrias culturales y el de las ciudades. Estos son dos de los principales lugares, no los nicos, en que hoy se vive la multiculturalidad,
en qu la problemtica cultural debe ser experimentada como problemtica multicultural. Cuando Malinowsky se trasladaba a una
sociedad no europea o cuando Margaret Mead dejaba los Estados
Unidos y viajaba a Samoa, se trataba de individuos que hacan el
esfuerzo de comunicarse con otra sociedad. Hoy son millones que
van de un lado a otro todo el tiempo, viven en forma ms o menos
permanente en otra sociedad distinta de aqulla en que nacieron.
Cualquier gran ciudad es multicultural, est llena de migrantes. En
los Estados Unidos hay vientisiete millones de hablantes del castellano, y cualquier pas europeo tiene tres, cinco, siete millones de
extranjeros viviendo en forma permanente en su territorio, extranjeros que en muchos casos ni siquiera son europeos.
Es por este tipo de procesos sociales que ha sido posible pensar o repensar la cultura de un modo sorprendente. Creo que hace
veinte aos a nadie se le hubiera ocurrido definir la cultura como lo
hace uno de los principales tericos del posrnodernismo, Frederic
Jameson. Dice Jameson que la cultura no es una sustancia, ni una
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CULTORAYCOMUNICACIN:REVISIONESTERICAS
esencia, no es un conjunto de objetos, no es algo permanente que se
pueda definir de una vez para siempre como la cultura argentina o
la cultura rioplatense o la cultura mexicana o la cultura francesa. La
cultura es un proceso social, pero ese proceso no es algo que se
tenga por derecho propio, sino, dice l, es un espejismo que emerge
de la relacin entre, por lo menos, dos grupos. La cultura es la aureola percibida por un grupo cuando entra en contacto con otro y
cuando observa a otro. Lo dice todava de un modo ms radical:
u
una cultura es el conjunto de estigmas que un grupo porta ante los
ojos de otro, y viceversa." Cuando hablamos de nuestra cultura, lo
que estamos haciendo es recuperar el punto de vista de otros sobre
nosotros.
Advertimos en este rpido itinerario cunto se ha modificado
desde las primeras definiciones antropolgicas de la cultura, que
trataban de verla en su especificidad, como algo de cada grupo que
lo diferenciaba de otros, como simple autoafirmacin de lo propio
y que ocasionalmente se contrastaba con otro, hasta llegar a esta
definicin que pone el lugar y la mirada del otro como algo constitutivo de la propia cultura.
Vamos a ver tambin que uno de los lugares de encuentro fecundo entre la antropologa y otras ciencias sociales es esta posibilidad de ver no simplemente la diferencia de culturas como una,.
diferencia intertnica o internacional, sino como una diferencia que
se constituye en el interior de cada sociedad y de cada agrupamiento,
en las megaciudades y aun en una ciudad media como La Plata,
donde coexisten muchas culturas.
Algunos pases, entre ellos la Argentina, han hecho enormes
esfuerzos para subordinar esas culturas de migrantes a una cultura
nacional, a un crisol de razas, a una supuesta homogeneizaein.
Sin embargo, hoy somos ms sensibles a la manera en que esas
diferencias culturales se han hibridado y tambin han permanecido
CULTURAYCOMUNICACIN:REVISIONESTERICAS
sociedad. Entonces, cuando decimos que la cultura es parte de todas las prcticas sociales, pero no es equivalente a la totalidad de la
sociedad, estamos distinguiendo cultura y sociedad sin hacer una
barra que las separe, que las oponga enteramente. Estamos concibiendo un entrelazamiento, un ida y vuelta constante, y slo por un
artificio metodolgico-analtico podemos distinguir lo cultural de
lo que no lo es. Pero hay un momento, siempre al final del anlisis,
en que debemos llegar a la sntesis, recomponer esa totalidad y ver
cmo est funcionando la cultura, cmo est dando un sentido a esa
sociedad. En este proceso la cultura aparece como parte de cualquier produccin social, y parte tambin de la reproduccin. Esto
se volvi evidente desde la teora de la ideologa de Althusser, cuando deca que la sociedad se reproduce a travs de la ideologa. Jreo
el anlisis se volvi ms consistente desde las investigaciones de
Pierre Bourdieu sobre la cultura como espacio de reproduccin social y organizacin de las diferencias.
Una tercera lnea es la que habla de la cultura como una instancia de conformacin del consenso y la hegemona, o sea de conformacin de la cultura poltica, y tambin de la legitimidad. La
cultura es la escena en que adquieren sentido los cambios, la administracin del poder y la lucha contra el poder.
La cuarta lnea que quiero mencionar es la que trabaja la cultura como dramatizacin eufemizada de los conflictos sociales. La
frase no es de Bourdieu, pero contiene una palabra que l usa mucho, me refiero a la nocin bourdiana de eufemismo. Esto no es una
novedad para los antroplogos, que a travs del trabajo con sociedades no occidentales descubrieron hace mucho tiempo que cuando en una sociedad se juega, se canta, se realizan danzas, se est
hablando de otras cosas, no slo de lo que se est haciendo explcitamente; se est hablando del poder, de los conflictos, hasta de la
muerte o de la lucha a muerte entre los hombres. Tambin-en las
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mas en que nos narramos lo que acontece con la cultura en la sociedad. Si fuera slo un problema de narracin, de narratologa, no
sera tan complejo compatibilizarlas. Muchos escritores a lo largo
del siglo XX han intentado, desde Joyce a Ricardo Piglia, hacer
coexistir narraciones no fcilmente compatibles. Pero no estamos
slo ante un problema narratolgico, estamos ante un conflicto de
conocimientos. Queremos saber cmo estas distintas aproximaciones que narran los vnculos de la cultura con la sociedad, con el
poder, con la economa, con la produccin y reproduccin, con la
dramatizacin de los conflictos, podran ser conjugadas, articuladas unas con otras, para hacer, por ejemplo, una investigacin.
1.3. LOS ESTUDIOS CULTURALES MULTID1SCIPL1NAR1Q&
Cmo realizar una construccin multidisciplinaria de objetos
de estudio? Dijimos que vamos a referirnos a dos tipos de objetos:
la ciudad y las industrias culturas, como ocasiones para preguntarnos si son conmensurables saberes que vienen de distintas disciplinas. Hay, como sabemos, diferencias territoriales del saber. Las
cuestiones de la identidad han sido ms elaboradas por la antropologa, las cuestiones polticas y de la reproduccin social por la
sociologa, y lo referente a los medios masivos se ubica en el campo
de la comunicacin. En parte, esta distribucin tiene que ver con
oposiciones entre lo tradicional y lo moderno, lo local y lo global,
y tambin en estos casos las disciplinas tienden a compartimentarse
y separarse. Se supone que los antroplogos se ocupan del folclor
local y de lo tnico, los socilogos de lo macro, las estadsticas, los
censos, las grandes tendencias en la sociedad, y los comuniclogos
se interesan por entender cmo se comunican las masas, cmo se
articulan las grandes instancias de comunicacin en la sociedad
global.
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CULTURAYCOMUNICACIN:REVISIONESTERICAS
Por qu privilegiar lo cualitativo frente a lo cuantitativo, lo
micro respecto de lo macro, lo locaJ o lo global? Para decirlo con una
feliz expresin de Bourdieu: "estamos acabando desde hace un tiempo
con los monotesmos epistemolgicos y metodolgicos" No es posible
ya absolutizar las estadsticas o e) anlisis del discurso, la
observacin participante, la entrevista libre o en profundidad, o !a
descripcin etnogrfica, como s slo importara la informacin que
se obtiene a travs deJ uso de una de estas tcnicas. Estamos en un
tiempo transdisciplinario, no simplemente nter o multi, sino
transdisciplinario, en el que las disciplinas tienen que interactuar
unas con otras, como George Bateson y Margaret Mead, que adems
de ser un matrimonio fueron juntos, como comuniclogo y
antroploga, a hacer el trabajo de campo, o como otros autores contemporneos de los que podramos hacer una larga lista en Amrica
Latina. Casi todos los principales comuniclogos que ha habido en la
Argentina han intentado trabajar en esta direccin, desde Eliseo
Vern hasta AnbaJ Ford, para tomar dos ejemplos diversos. O Beatriz
Sarlo, que viene de la literatura, de las humanidades clsicas, de la
crtica literaria, y ha mostrado la fecundidad de esos instrumentos de
anlisis de textos y discursos en la comunicacin social, para analizar
shopping centers o videojuegos. En Brasil, podramos mencionar a
Renato Ortz, que empez como antroplogo en sentido clsico,
estudiando los cultos afroamericanos, sigui con una discusin
moderna sobre la identidad nacional y en los ltimos diez aos ha
producido excelentes libros acerca de las industrias culturales, la
televisin, Jas telenovelas, hasta llegar al penltimo libro sobre
mundializacin y cultura.
Semejante es el caso de Jos Joaqun Brunner, que se inicio en
la sociologa dura, la sociologa de la educacin, y desemboca en la
cultura preguntndose: por queja sociologa de la modernizacin
en Chile y en Amrica Latina se confronta con constantes dificulta44
des en la articulacin de tradicin y modernidad? Otro autor valioso es Jess Martn Barbero, quien replantea los estudios
comunica-cionales ubicndolos como parte de los procesos de
cultura, o sea que reubica los medios dentro del conjunto de
mediaciones de la sociedad.
En este doble movimiento de la cultura a la comunicacin y de
la comunicacin a la cultura y a la sociedad, se mueve gran parle
del pensamiento contemporneo. De ah que hoy nos resulte tan
inconsistente, tan artificial, pensar la cultura y la comunicacin como
otra oposicin ms. Sin embargo, esta tentacin todava subsiste en
buena parte de las polticas culturales y aun de estudios humansticos.
Hay quienes piensan que la funcin de la promocin cultural y de
la educacin sera combatir la cultura de masas y el consumo masivo de la cultura; una labor de promocin y animacin cultural tendra xito si logra que los nios vean menos televisin, los adolescentes compren menos discos de rock, y los viejitos en vez de quedarse en sus casas a ver la televisin vayan a ver un espectculo a la
plaza.
En las polticas culturales, los estados latinoamericanos piensan todava que ocuparse de la cultura es hacer algo por las bellas
artes. Cuando distribuyen el presupuesto suelen dejar de lado los
medios masivos, las industrias culturales, como si el Estado no tuviera nada que decir en esos escenarios. Y con los procesos de
privatizacin se disculpan ms fcilmente: privatizan canales de
televisin, rados, telfonos, como s no tuvieran nada que ver con
el inters pblico. Pero tambin el mundo universitario est
compart mentado de esta manera. Los departamentos de comunicacin, de arte, de literatura, rara vez trabajan mancomunadamente
en una investigacin o para averiguar qu es lo que necesitan saber
los especialistas en literatura acerca de la comunicacin masiva, y,
a la inversa, cmo podran hacerse con ms densidad los estudios
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CAPTULO II
comunicacionales si se contara con los instrumentos que los crticos literarios han desarrollado para analizar textos. Sin embargo,
en esta cruce de disciplinas y de culturas se estn produciendo las
innovaciones mas fecundas en las ciencias sociales y las humanidades.
CULTURA Y POLTICA:
DEL DIVORCIO AL ESPECTCULO
%
Para analizar la reformulacin transdisciplinaria de los estudios culturales y sus consecuencias polticas, podemos partir de dos
hiptesis. La primera podra enunciarse as: desde que la poltica se
ha mudado a los territorios de la comunicacin masiva, no es posible avanzaren la democratizacin mientras la oposicin critica o lo
que an podra llamarse izquierda, permanezca limitada a actos y
movilizaciones callejeras, sin eco en los medios, mientras dispute
el sentido de lo pblico a travs de los circuitos ntimos de la cultura gutemberguiana: libros, revistas y panfletos.
La segunda hiptesis es que las posibilidades de reconstruir una
accin democratizadora (por llamarla de algn modo) o progresista
ya no depende principalmente de autocrticas respecto de las estrategias guerrilleras o populistas, ni acerca de las matrices ideolgicas
rnarxislas o del autoritarismo de los partidos. Si bien estas revisiones
siguen siendo necesarias, la cuestin decisiva es replantear cmo se
informan e informan las izquierdas, cmo se comunican con sus so46
NSTORGARCACANCUNI
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