Informe Xumek
Informe Xumek
Informe Xumek
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Situacin de los
Derechos Humanos
en Mendoza
Informe 2015
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XUMEK
Autoridades
presidente
Lucas LECOUR
vice-presidente
Sergio SALINAS GIORDANO
tesorero
Gonzalo EVANGELISTA
revisor de cuentas
Leandro RODRIGUEZ PONS
revisora de cuentas suplente
Martina HERTLEIN
secretaria
ushpi Quilla MAYHUAY ALANCAY
prosecretaria
Mara Mercedes DUBERTI
vocales
Paula LOGOTETTI
Francisco MACHUCA
Informe 2015
coordinador
Lucas LECOUR
Gonzalo Evangelista
equipo tcnico
Celeste CORTES
Itat CRUCIANI
Mara Mercedes DUBERTI
Diego LAVADO
ushpi Quilla MAYHUAY ALANCAY
Federico MOLT
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Redactores
Nayla Balecki; Valeria Bauz; Martn Rodrguez Candioti; Celeste Cortes; Cecilia D
Angelo; Juan Dantiacq; Mara Mercedes Duberti; Gonzalo Evangelista; Lucas Fallet;
Mayda Gago; Ignacio Giuffre; Martina Hertlein; Wanda Kaliciski; Lucas Lecour; Paula
E. Logotetti; Francisco Machuca; Gabriela Manzotti; Renzo Maturano; ushpi Quilla
Mayhuay Alancay; Federico Molt; Penlope Moro Rocchietti; Pablo Gabriel Salinas;
Sergio Salinas Giordano; Jimena Snchez; Juliana Snchez; Romina Slipak; Mariana
Potaschner; Ana Totera.
Todos ordenados alfabticamente.
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Prlogo
El ao 2015 es un ao especial para nuestra Asociacin en virtud de que coincide con el
dcimo aniversario del fallecimiento del Alfredo Guevara Blanco, quien fuera el gran
inspirador de nuestras luchas a raz de sus enseanzas, de sus valores y de su compromiso constante con la vigencia de los derechos humanos, y un pilar de incalculable valor
en los inicios de la Asociacin. Por ello sin lugar a dudas merece recordarlo desde la primera pgina del presente informe como un sentido homenaje a su memoria.
Adentrndonos en el texto, como destacamos en cada informe, la produccin y publicacin de las investigaciones desarrolladas durante el ao es un aspecto fundamental
de nuestra Asociacin, fruto de la firme conviccin de dar a conocer la realidad a travs
de una crtica seria, constructiva y responsable.
En esta oportunidad, con el afn de priorizar la calidad y profundidad de los contenidos, en relacin a los informes anteriores, hemos reducido la cantidad de captulos,
haciendo hincapi en los que en forma consensuada consideramos de mayor relevancia,
tanto por la repercusin que los mismos tienen en la sociedad como por los hechos resonantes ocurridos en el ao en curso.
En virtud de ello, al adentrarse en el texto el lector no slo se va a encontrar con un
panorama general de los respectivos temas, si no que podr empaparse de datos estadsticos que con un gran nivel de detalle grafican la situacin actual de los mismos en la
provincia de Mendoza, permitiendo a travs de nmeros y datos concretos, derribar una
serie de mitos, y aclarar otros tantos.
El primer ttulo puntualizamos todo lo ocurrido en materia de Memoria, Verdad y
Justicia. Sealamos el desarrollo simultneo de juicios por delito de lesa humanidad
en la ciudad de Mendoza y San Rafael, donde se ventila la responsabilidad de militares, policas, penitenciarios y ex magistrados de la Justicia Federal. Destacamos otros
avances en el reconocimiento de derechos y resaltamos el conmovedor encuentro con
la nieta mendocina 117.
El segundo ttulo, denominado Violencias del Estado, engloba las manifestaciones
ms preocupantes de violencia que aun hoy siguen existiendo por parte de agentes estatales: El primer captulo Situacin Penitenciaria se hace una descripcin de la crtica
situacin que sigue atravesando el sistema carcelario mendocino. El crecimiento sostenido de la poblacin penal en los ltimos aos ha llevado a niveles de hacinamiento que
resultan alarmantes, y traen consigo graves consecuencias como el aumento de la violencia en contexto de encierro. Al analizar las principales causas de los altos ndices de
sobrepoblacin, concluimos que el foco del fenmeno apunta hacia las acciones y omisiones de quienes tienen a su cargo disponer la privacin de libertad y refleja, la adopcin por parte del Estado de una poltica que slo recurre al encarcelamiento masivo
como nica solucin frente al delito.
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ndice
I mendoza en busqueda de la Memoria, Verdad y Justicia 21
01. La Nieta 117 23
02. Lesa Humanidad 27
03. El juicio a los jueces
43
II Violencia del Estado 53
04. Situacin penitenciaria 55
05. Violencia policial 87
06. Salud mental 121
III Grupos Vulnerabilizados, Excluidos y Olvidados
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i. Mendoza en bsqueda
de la Memoria, Verdad y Justicia
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Lucas Lecour
01.
La Nieta 117
Adems de todo lo expresado, este ao los mendocinos fuimos testigos de uno de los
momentos ms emocionantes de nuestra historia. El 31 de agosto Estela Barnes de Carlotto anunciaba en conferencia de prensa que esos brazos que estaban vacos hasta
ayer, estn ahora llenos. Lo haca desde la sede de Abuelas en Buenos Aires, junto a las
luchadoras mendocinas, Mara Assof de Domnguez y Angelina Catterino. La titular de
Abuelas, expresaba va a tener un comienzo lindo y va a ser un futuro precioso para esas
abuelas, que como decamos, no queremos irnos sin abrazar a estos nietos.
Fueron 37 aos de espera para Mara y Angelina. Sus hijos Walter Domnguez y
Gladys Castro, eran chicos como cualquier otro, que queran un mundo ms justo, sin
pobreza. Se casaron un ao antes de que los secuestraran. l estudiaba arquitectura
donde haba fundado el centro de estudiantes y era chofer de colectivo. Haba trabajado
desde los 14 aos en un estudio contable para poder pagarse sus gastos, pero fue en la
facultad donde se agudiz su compromiso social: empez a militar en el Partido Comunista Marxista Leninista (pcml). Ella estudiaba Diseo y militaba en el mismo lugar,
pero tuvo que dejar los estudios para trabajar en una panadera. Ambos fueron secuestrados el 9 de diciembre de 1977. Gladys estaba embarazada de seis meses. A partir de
all, todo cambiara para esas madres.
En la conferencia de prensa, ambas relataron los periplos por los que tuvieron que
pasar y todas las instituciones a las que se acercaron sin obtener respuesta alguna:
Lo primero que hicimos fue ir al arzobispado y nos contestaron con una guasada: el obispo nos contest
que no gastramos plvora en chimango, dijo Mara. La primera vez que viaj estuve quince das, en una
pensin de Buenos Aires, yendo para todos lados, cont, y no pudo contener la emocin. Hasta el da de
hoy marchamos en la plaza. A pesar de que en Mendoza ha sido terrible: nos han insultado, nos quieren
romper un monolito que nos hicieron los presos.
Segn relataron los testigos presenciales del hecho, la patota lleg hasta la casa que
alquilaban en calle Luzuriaga de Godoy Cruz. Seora Clara, aydenos por favor, le
rog Walter a su vecina cuando se lo llevaban. Clara, la vecina, declar unos aos despus que al salir al patio a ver qu pasaba una voz de mando le dijo: Por favor seora,
mtase adentro de la casa. Los vecinos recordaron tambin que Gladys gritaba mientras la arrastraban, con su avanzado embarazo, al auto en el que se los llevaron. Por
qu nos hacen esto, qu hemos hecho?. Todos crean que esperaban un varn. Pensaban llamarlo Federico, Nicols, Guillermo o Bruno. Sin embargo, casi cuatro dcadas
despus sus abuelas se enteraran que Gladys haba tenido a una mujer.
Unos das ms tarde, Gabriel Guzzo y el entonces procurador Otilio Romano rechazaban un hbeas corpus interpuesto por la familia de ambos con el argumento clsico de
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no tener ninguna novedad tras los informes negativos de todas las dependencias de la
fuerzas de seguridad. Como perversamente contaba por esos aos Jorge Rafael Videla,
no estaban, ni vivos ni muertos. Estaban desaparecidos.
El 23 de febrero de 1978, el pap de Gladys, present un nuevo recurso para dar con el
paradero de su hija y de su yerno. All explic, adems, que la chica estaba transitando un
avanzado estado de embarazo; por lo cual, tambin era indispensable saber cul sera
el destino de su nieto o su nieta. El juez Guillermo Petra Recabarren y el fiscal Romano
rechazaron la peticin e ignoraron el planteo que haban recibido, haciendo lo mismo
casi un ao ms tarde cuando la mam de Walter pidi por la pareja y explic que, segn
los clculos, el beb ya debera tener aproximadamente ochos meses de edad. Por eso
Mara pidi que tanto los juzgados correccionales, la secretara del Menor y Familia, la
Casa Cuna y la maternidad del hospital Emilio Civit dieran algn dato que pudiese dar
con su nieta.
Cabe recordar que Petra Recabarren y Romano estn siendo juzgados por estas conductas. En el caso de Guzzo, la Justicia lleg tarde. Estos magistrados saban que Walter
y Gladys haban sido secuestrados por las fuerzas de seguridad y asesinados luego del
nacimiento de su hija.
Todas las resoluciones fueron apeladas y la Cmara Federal hizo lugar a esos reclamos. An en plena dictadura, entre julio y agosto de ese ao, el tribunal de alzada revoc
los fallos y orden tanto a los jueces como al fiscal que volvieran a investigar los hbeas
corpus y determinaran qu haba sucedido con la nieta de Mara y Angelina. Pero, Petra
Recabarren, Guzzo y Romano formaban parte de la pata civil y judicial de la dictadura y
no estaban dispuestos a actuar, por lo que volvieron a rechazar los recursos, los archivaron y procuraron que el tiempo brindara impunidad.
En 1994, el medh (Movimiento Ecumnico por los Derechos Humanos) gir a la casa
de las Abuelas una denuncia annima que haba llegado a sus oficinas, advirtiendo de
una beba nacida en marzo de 1978 que haba ido a parar a la casa de un matrimonio
mayor. La chica haba sido inscripta como propia aunque creci sabiendo que no era hija
biolgica del matrimonio que la haba criado. La causa sigui su curso, pero con dificultades. La dificultad para reconstruir las huellas que el terrorismo de Estado borr
impiadosamente, hicieron que el hallazgo de la hija de Gladys y Walter se demorara 21
aos ms.
En el ao 2001, la familia crey haber encontrado al nieto desaparecido, a quien siempre haban credo varn. Un chico muy parecido a Walter, que haba sido entregado por
un oficial del Ejrcito a su hermana, que resida en Crdoba. Con el queridsimo Alfredo
Guevara Blanco, lograron cotejar sus datos genticos. Despus de muchas idas y vueltas logramos que le hicieran un adn, en un consultorio privado, y dicen que dio negativo. Sigo buscndolo, deca la abuela Mara en 2011.
En febrero de 2015 se impuls nuevamente aquella denuncia annima de 1994 y la
nieta de Mara y Angelina accedi inmediatamente a hacerse el estudio gentico y el
Banco Nacional de Datos Genticos inform a la conadi que era hija de Walter y Gladys.
Paralelamente, tres meses antes, el Dr. Pablo Salinas, abogado de Osiris y Mara de
Domnguez y apoderado de Estela Barnes de Carlotto en la provincia, y el abogado de
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Abuelas, Alan Iud, presentaron un pedido a la justicia federal de Mendoza para que se
reabriera la causa por la bsqueda de la nieta. El Juez Federal accedi y con el resultado
positivo del estudio gentico la causa va a tomar un nuevo impulso. An no tenemos
identificados a los autores directos, pero seguramente la investigacin ahora se va a
direccionar hacia la patota policial y militar del d2, deca Pablo.
Finalmente, el 16 de Octubre, Claudia, la nieta 117, junto a sus abuelas se presentaban
ante todos los argentinos en Radio Nacional Mendoza. Esa alegra que todos tenamos,
mostr Claudia al decirnos que lo primero que pens fue en las abuelas, Mara y Angelina, que me estaban buscando y que no poda perder un minuto ms sin verlas.
Tras conocer el resultado, la hija de Gladys Castro y Walter Domnguez dijo Ahora
tengo cuatro padres y se contact con sus abuelas, a quienes conoci a los pocos das,
y a partir de all fue tomando contacto con el resto de la familia, personalmente o por
redes sociales. Luego de ver fotos de sus padres se reconoci en algunos gestos y tambin en hbitos personales, como pintar o tocar la guitarra. Me han surgido ganas de
participar de algunos eventos y lo he estado haciendo a escondidas, confes, haciendo
referencia a una charla de derechos humanos que presenci en el Espacio Cultural Julio
Le Parc. Precisamente son esas ganas las que se ven todos los jueves, cuando Claudia
acompaa a sus abuelas en las clsicas rondas por la plaza San Martin.
Bienvenida Claudia, bienvenida nieta 117 y por muchos nietos ms.
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1. Panorama Nacional
Dando seguimiento al relevamiento que Xumek realiza anualmente sobre la situacin de
los procesos vinculados con delitos de lesa humanidad en el territorio nacional, corresponde en primer trmino referirnos a las sentencias recadas en juicios orales y pblicos.
Al respecto, valga recordar que en nuestro pasado informe dbamos cuenta que,
para octubre de 2014, se registraban condenas respecto de 559 personas y absoluciones
con relacin a 61 conforme las cifras publicadas por la Procuracin para entonces1.
Ello expresaba un incremento con relacin a la cantidad de personas que haban sido
sentenciadas durante el ao 20132.
Ahora bien, si reflejramos sin explicacin alguna las cifras que surgen del ms
reciente informe de la Procuracin elaborado en septiembre de 2015 podran
extraerse conclusiones equvocas. Por poner un ejemplo, teniendo en cuenta que el
citado informe indica que actualmente son 57 las personas absueltas, podra pensarse
que se produjo una merma en dicha categora, conclusin que como veremos ms adelante resulta equvoca3.
Atento a ello, y a efectos de poder calcular adecuadamente la proyeccin del ao
en curso es preciso aclarar que en sus informes posteriores al emitido en octubre de
2014, la Procuracin modific el modo de contabilizar condenas y absoluciones. En
efecto, hasta dicho informe el citado rgano tomaba en consideracin todas las condenas y absoluciones dictadas en estos procesos desde la recuperacin de la democracia.
Expresamente, el citado documento sealaba que los datos all relevados contemplaban las sentencias dictadas por la Cmara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal en las causas n 13 y n44 el 09/12/85 y el 02/12/86, respectivamente. Sin embargo, a
partir del informe anual de ese ao emitido por la Procuracin en diciembre de 20144,
1 Informe sobre el estado de las causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el terrorismo de Estado actualizacin al 24 de octubre de 2014, disponible en: http://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/wp-content/uploads/
sites/4/2014/10/Informe-octubre-2014.pdf (consultado en noviembre de 2015).
2 Conforme ese mismo informe, para el ao 2013, la cifra de personas condenadas haba llegado a 519 y la de absueltas
a 54. Ver supra citado Informe sobre el estado de las causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el
terrorismo de Estado actualizacin al 24 de octubre de 2014, disponible en: http://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/
wp-content/uploads/sites/4/2014/10/Informe-octubre-2014.pdf (consultado en noviembre de 2015).
3 Y si bien hipotticamente no es improbable que la cantidad de personas condenadas o absueltas pueda disminuir de un
ao al otro por ejemplo, por revocarse las sentencias dictadas a su respecto y por dictarse nuevas decisiones en sentido contrario a las anteriores, lo cierto es que en este caso sencillamente la reduccin es slo aparente, en tanto obedece a divergencias
en cuanto al modo de contabilizar los datos, conforme ser explicado ms adelante
4 Informe sobre el estado de las causas por delitos de lesa humanidad en todo el pas. Los nmeros del 2014, disponible en:
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Fuente: Informe sobre el estado de las causas por violaciones a los derechos humanos cometidas durante el
terrorismo de Estado actualizacin al 24 de octubre de 2014, disponible en: http://www.fiscales.gob.ar/
lesa-humanidad/wpcontent/uploads/sites/4/2014/10/Informe-octubre2014.pdf (consultado en noviembre
de 2015).
http://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/wp-content/uploads/sites/4/2015/01/Informe-estad%C3%ADstico-Procuradur%C3%ADa-de-Cr%C3%ADmenes-contra-la-Humanidad.pdf (consultado en noviembre de 2015).
5 Este informe de diciembre del ao 2014 aclaraba expresamente este punto, al sealar que el grfico 4 muestra [en referencia a un grfico que divide las cifras en tres perodos] el total de imputados condenados y absueltos de acuerdo a la etapa
del proceso penal por crmenes cometidos durante el terrorismo de Estado. Durante el proceso de justicia emprendido en la
transicin (1983-1987) fueron condenados 11 imputados y 6 resultaron absueltos. En el periodo inaugurado por la sancin de las
leyes de Punto Final (1986) y Obediencia Debida (1987), la persecucin penal fue residual y relativa a los delitos que quedaban
por fuera de los efectos de dichas leyes (delitos de sustraccin de menores). En esta etapa se celebraron 15 juicios en los que se
conden a otras 23 personas, y no hubo ningn absuelto. Finalmente, el proceso de justicia actual fue inaugurado por el fallo
Simn en 2006. Esta es la etapa que es foco de anlisis de esta Procuradura; en este marco 554 personas han sido condenadas
y 59 absueltas.
6 Informe estadstico de la Procuradura de crmenes contra la humanidad: El estado de las causas por delitos de lesa humanidad en Argentina datos actualizados al 30 de septiembre de 2015, disponible en http://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/wp-content/uploads/sites/4/2015/11/Informe-Lesa-final.pdf (consultado en noviembre de 2015).
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Fuente: Informe estadstico de la Procuradura de crmenes contra la humanidad: El estado de las causas por delitos de
lesa humanidad en Argentina datos actualizados al 30 de septiembre de 2015, disponible en: http://www.fiscales.gob.ar/
lesa-humanidad/wp-content/uploads/sites/4/2015/11/Informe-Lesafinal.pdf (consultado en noviembre de 2015).
A diferencia del informe de diciembre de 2014, este ltimo no contiene una aclaracin
expresa sobre el particular, sino que directamente se limita a contabilizar los datos a
partir del perodo posterior al fallo Simn.
Como podr advertirse, esta divergencia debe necesariamente ser tomada en cuenta
si deseamos replicar en el presente informe tal como lo hicimos en el anterior una
proyeccin anual referente a las personas sentenciadas en los procesos de esta naturaleza (toda vez que, por ejemplo, las cifras contabilizadas para un mismo perodo vgr.
aos 2013 o 2014 son diversas en uno y otro informe).
Por ello, y para simplificar el presente relevamiento, tomaremos para el clculo porcentual de los dos ltimos aos las cifras receptadas en el informe de la Procuracin
publicado en septiembre de 2015, que como explicamos excluye las sentencias previas
al antecedente Simn.
En definitiva, si a diciembre de 2013 se contabilizaban 493 personas condenadas y 48
absueltas y a diciembre del ao 2014 eran 554 las personas condenadas y 52 las absueltas, podemos afirmar que bajo esta metodologa el incremento correspondiente al ao
2014 en la cantidad de personas sentenciadas fue del 12,01 % anual.
Por su parte, teniendo en cuenta que en lo que va del 2015 hasta el 30 de septiembre,
fecha de elaboracin del ltimo informe de la procuracin, se registran 622 personas
condenadas y 57 absueltas7, se observa que estos 9 meses arrojan un incremento de
12,04 %.
7 Podr advertirse ahora que la cantidad de personas absueltas no slo no disminuy entre el ao 2014 y el 2015 (como podra haberse pensado equvocamente antes de la explicacin consignada), sino que se increment de 52 a 57.
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Fuente: Informe estadstico de la Procuradura de crmenes contra la humanidad: El estado de las causas por
delitos de lesa humanidad en Argentina datos actualizados al 30 de septiembre de 2015, disponible en:
http://www.fiscales.gob.ar/lesa-humanidad/wp-content/uploads/sites/4/2015/11/Informe-Lesa-final.pdf
(consultado en noviembre de 2015).
Como puede observarse, ms del 40% de las personas detenidas por delitos de lesa
humanidad se encuentran beneficiadas por el instituto de la detencin o prisin domiciliaria. Ello va a contramano de lo postulado por ciertos sectores de opinin cercanos a
los imputados en estas causas, que denuncian una suerte de prisionalizacin irrestricta
de personas mayores que no estaran en condiciones de estar detenidos en establecimientos penitenciarios. Las cifras demuestran con claridad que, contrariamente a lo
que sostienen, el uso de un beneficio excepcional como es el de la prisin preventiva ha
sido generoso en el marco de estos procesos.
Finalmente, es preciso dar seguimiento tal como lo hiciramos en nuestro pasado
sites/4/2014/10/Informe-octubre-2014.pdf (consultado en noviembre de 2015).
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entonces el objeto del juicio, ampli formalmente la acusacin por los ilcitos contra la
integridad sexual a diversos integrantes de las fuerzas armadas y de seguridad que, si
bien se encontraban vinculados a este debate por otros delitos, no haban debido responder, hasta ese momento, por tales ataques. Y lo que resulta ms paradigmtico an,
se ampli esa misma acusacin a los ex magistrados Romano y Miret, precisamente
por haber omitido investigar denuncias de ataques de esta naturaleza que haban sido
puestas en su conocimiento por parte de algunas de las vctimas.
Pero la referida ampliacin de la acusacin, no vers solamente sobre los delitos
sexuales, sino que abarc una gran cantidad de figuras penales cuya aplicacin se
haba anticipado por las partes al inicio del debate, pero que en esta circunstancia se la
enmarc procesalmente en las previsiones del art. 381 del Cdigo Procesal Penal12. Con
relacin a los ex magistrados acusados, dicha intervencin por parte de la Fiscala y de
las querellas result de gran impacto, en tanto, en lo sustancial, supuso acusar a quienes
hasta entonces deban responder slo por delitos contra la administracin de justicia,
tal es el caso de los imputados Miret, Petra Recabarren y Carrizo, como partcipes primarios en los gravsimos delitos cometidos por las fuerzas armadas y de seguridad. En
definitiva, implic equiparar tales imputaciones a la que ya pesaba en tal sentido sobre
el acusado Romano, que hasta entonces era el nico que se encontraba respondiendo
como partcipe (tambin lo haba estado Guzzo, pero este ltimo fue inicialmente apartado del debate y luego falleci).
En cuanto al curso actual del debate, se encuentra ya concluida la etapa de declaraciones testimoniales (que supuso la recepcin de aproximadamente 200 testigos),
mientras que el tramo vinculado con las declaraciones de los imputados se encuentra
tambin prximo a su conclusin. Como dato relevante, valga mencionar que es la primera vez que, en los diversos juicios celebrados en esta provincia, deciden prestar declaracin un nmero significativo de acusados. Algunos de ellos respondieron preguntas
de todas las partes mientras que otros hicieron uso de su derecho a no hacerlo. Lo cierto
es tales declaraciones poco aportaron al esclarecimiento de la verdad y no constituyeron otra cosa que intentos defensistas vacos de contenido sustancial y contrapuestos,
en su mayora, con las diversas constancias de la causa que acreditan la responsabilidad de los acusados. Mencin aparte merecen las declaraciones de los ex magistrados,
que particularmente en el caso de Romano alcanzaron en muchas ocasiones ribetes de
desafo, desprecio y descrdito hacia Tribunal, las partes y las vctimas. El debate exhibi
incluso ciertas expresiones desequilibradas por parte de los ex magistrados al responder preguntas de las partes acusadoras, al punto tal que, posiblemente como estrategia
frente a la falta de respuestas satisfactorias, optaron por alzar la voz, agredir y evadir,
llegndose inclusive a provocar intervenciones de las defensas dirigidas a que se interrumpieran las rondas de preguntas a su respecto. Esto ltimo ocurri particularmente
en las declaraciones de los acusados Romano y Miret.
12 En lo sustancial, la referida norma seala: Si de las declaraciones del imputado o del debate surgieren hechos que integren el delito continuado atribuido, o circunstancias agravantes de calificacin no contenidas en el requerimiento fiscal o en el
auto de remisin, pero vinculadas al delito que las motiva, el fiscal podr ampliar la acusacin.
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Al momento de redaccin del presente informe (noviembre del 2015), se espera que
comience inmediatamente la etapa de alegatos y, luego, se adopte sentencia.
Como conclusin, no podemos sino celebrar que haya logrado llevarse a cabo en la
ciudad de Mendoza un juicio de esta magnitud. Evidentemente ello es producto de un
importante esfuerzo y una eficiente logstica por parte de la de la Oficina Fiscal de Derechos Humanos de Mendoza que, en forma coordinada con la labor desplegada por las
querellas, viene impulsando desde hace tiempo la acumulacin de causas y su tramitacin conjunta con miras a la celebracin de juicio de relevancia. A su vez, resulta claro
que ello viene a satisfacer una demanda histrica de las vctimas y de los organismos de
derechos humanos de Mendoza, que han impulsado estos procesos desde pocas en
que no slo ello no formaba parte de una poltica de Estado sino que incluso era el propio Estado el que promova la impunidad. Por otro lado, y sin desmedro de lo dicho, no
podemos dejar de expresar nuestra preocupacin por la extensa duracin que ha tenido
el debate, pese a los reiterados intentos del Ministerio Pblico Fiscal y de las partes querellantes de incrementar la cantidad de audiencias y/o su duracin.
2.b) Megajuicio en San Rafael
El 26 de marzo del presente ao comenz el juicio por delitos de lesa humanidad ocurridos en el sur de la provincia de Mendoza, en el marco de la causa n93002704/2010.
Dicho proceso el quinto por delitos de lesa humanidad en nuestra provincia y el
segundo correspondiente a los departamentos del sur provincial se est desarrollando
ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N2 de Mendoza, integrado por las juezas
Ftima Ruiz Lpez quien preside el debate, Gretel Diamante y el juez Marcelo Grosso 13.
Cabe destacar que el proceso haba tenido su primera audiencia el 29 de diciembre
del 2014 en el Centro de Congresos y Exposiciones de San Rafael, pero con una composicin del tribunal diferente a la actual. En aquella oportunidad, adems de la jueza
Ruiz Lpez que tambin presida el tribunal estaba integrado por los jueces Hctor
Fabin Corts y Pablo Daz Lacava14. Sin embargo, luego de la excusacin presentada
por el magistrado Corts durante la feria de enero, quien adujo razones de salud15, la
Cmara Federal de Casacin Penal design a Marcelo Grosso y Gretel Diamante como
vocales para integrar el tribunal, en tanto el juez Daz Lacava pas a cumplir el rol de
juez suplente. Con esa composicin entonces, y en la sede de la Universidad Tecnolgica
Nacional de San Rafael, se dio inicio a esta nueva etapa de juicio oral y pblico16.
Al comienzo, el juicio comprenda alrededor de 75 expedientes, los que, dada la
identidad de hechos, vctimas e imputados, haban sido acumulados por el tribunal.
13http://www.cij.gov.ar/nota-15339-Arranc--este-jueves-un-nuevo-juicio-oral-en-Mendoza-por-cr-menes-de-lesa-humanidad.html
14http://www.cij.gov.ar/nota-14676-Arranc--un-nuevo-juicio-oral-en-Mendoza-por-cr-menes-de-lesa-humanidad.html
15http://www.diariouno.com.ar/mendoza/Suspendieron-el-juicio-local-por-delitos-de-lesa-humanidad-en-San-Rafael-por-la-renuncia-de-un-juez-20150205-0122.html
16http://www.politicaspublicas.uncu.edu.ar/novedades/index/en-san-rafael-se-reanudo-el-quinto-juicio-contra-represores-en-mendoza
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Posteriormente, y a fin de reunir en un solo proceso todas las causas pendientes en instruccin y maximizar los recursos destinados a la realizacin del juicio, el tribunal oral
decidi acumular 17 nuevos expedientes (que tambin tenan identidad de vctimas e
imputados), incorporndose as al debate ya iniciado17.
En resumidas cuentas, este proceso comprende 27 imputados y aproximadamente
80 vctimas, por ms de 200 hechos cometidos en los departamentos de San Rafael,
General Alvear y Malarge entre febrero de 1976 y mediados de 1978.
La acusacin de los fiscales Dante Vega y Pablo Garciarena apunta a la articulacin
militar-policial que oper como una asociacin ilcita represiva en el marco del terrorismo de Estado. Entre los policas acusados hay varios que integraban el Departamento
de Informaciones (d2) y militares que formaban parte de la Seccin de Inteligencia 144
del Ejrcito en San Rafael, entre otros18.
Hasta el mes de noviembre, entre vctimas y testigos han prestado declaracin alrededor de 140 personas, tanto en San Rafael como en Mendoza, lugar en que el tribunal
ha realizado algunas audiencias a fin de tomar testimonios de personas que residen en
el gran Mendoza.
Los testigos que han declarado hasta el momento recordaron el horror de los crmenes cometidos en el sur provincial, particularmente en los ex centros clandestinos
de detencin de la Municipalidad de San Rafael, la sede de Infantera de la Polica de
Mendoza, la Departamental (tribunales provinciales de San Rafael), la ex bodega Pico
de Oro, entre una decena de lugares.
Actan como partes querellantes el Movimiento Ecumnico por los Derechos Humanos (medh) y la Asociacin Permanente por los Derechos Humanos (apdh), filial
San Rafael.
Se prev que en el mes de febrero de 2016, los imputados realicen sus declaraciones
ante el tribunal y que luego las partes expongan sus alegatos orales. El veredicto se
estima que se dictar en marzo del mismo ao.
2.c) Los prximos juicios a celebrarse en Mendoza
Causas ya radicadas ante el Tribunal Oral
Desde nuestro informe anual pasado y hasta la fecha, han sido elevadas al Tribunal Oral
diversas causas, las cuales se suman a otras que ya se encontraban radicadas all pero
que por diversas razones no integraron el juicio actualmente en curso. En definitiva, ello
implica que existe ya un grupo de expedientes respecto de los cuales podra celebrarse
inmediatamente un juicio oral y pblico.
Tal es lo que ocurre con: a) la causa en la que se investigan los hechos padecidos por
un grupo de vctimas detenidas en el Campo Las Lajas (Carlos Armando Marn, Enrique
Luque Bracchi, Horacio Ferraris, Juan Ramn Fernndez, Mara del Crmen Marn, Mau17http://www.unosanrafael.com.ar/sanrafael/Se-extiende-megajuicio-por-delitos-de-lesa-humanidad-20151107-0049.
html
18http://www.losandes.com.ar/article/se-reinicio-el-juicio-por-delitos-de-lesa-humanidad-en-san-rafael
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ricio Lpez, Osvaldo Zuin), por los cuales se encuentra acusado Carlos Alberto Santamara que enfrentara as su primer juicio y otros diversos acusados que ya ha respondido
previamente en debates orales y pblicos por otros hechos; b) la causa que tiene por
vctima a Luis Mara Vzquez, y que compromete la eventual responsabilidad penal de
Ren Antonio Beltramone que no ha sido sometido previamente a juicio y tambin de
otros imputados ya acusados por otros hechos en el actual mega juicio; c) la causa vinculada con el accionar de la polica federal respecto de las vctimas Amadeo Snchez
Anda y Vctor Romano Rivamar, que tiene por acusados a Jos Luis Mirotta y a Marcelo Len que tendran en un eventual debate su primera comparecencia a juicio; d) la
causa cuya vctima es Olga Ins Roncelli de Saieg, cuyos acusados se encuentran todos
actualmente relacionados al actual mega juicio en curso, o bien han sido apartados del
mismo; e) la causa en la que se investiga la responsabilidad penal de Roberto Juan Usinger Serrani, quien debe responder por los delitos padecidos por ms de una decena de
vctimas en lo que constituira su primera comparecencia a juicio y; f) la causa que tiene
por acusado a Carlos Rico Tejeiro, quien debe responder con relacin a las vctimas que
del denominado operativo Rabanal y que tampoco ha enfrentado hasta el momento
ningn debate oral y pblico.
Requerimiento de elevacin masivo presentado en abril de 2015
En nuestro pasado informe anual anticipbamos que resultaba inminente la elevacin a
juicio de un grupo de causas en una suerte de requerimiento colectivo similar al que se
haba formulado en junio del ao 2012 y que diera sustento al actual mega-juicio.
Pues bien, efectivamente en abril del ao en curso, el Ministerio Pblico Fiscal y las
querellas articularon un requerimiento masivo de elevacin a juicio, sustentado en
los diversos procesamientos que se encontraban firmes en las distintas causas en trmite. Dicha requisitoria abarca la situacin 26 procesados y se vincula con los hechos
padecidos por ms de 50 vctimas, muchas de ellas secuestradas en distintos Centros
Clandestino de Mendoza, entre los que se encuentran Campo Los Andes, Compaa de
Comunicaciones, Casino de Suboficiales (dependientes del Comando de la vii Brigada
de Infantera de Montaa) y el Departamento de Informaciones (d-2) dependiente de
la Polica de la provincia de Mendoza. Si bien en su mayora se trata de procesamientos
referidos a acusados que ya han comparecido a debates previos en Mendoza, lo cierto es
que algunos enfrentaran por primera vez un juicio.
Fuerza Area Argentina y Destacamento de Inteligencia N 144
Las investigaciones desplegadas por la Oficina Fiscal de Mendoza han avanzado en dosdirecciones que resultan paradigmticas del accionar represivo en nuestra provincia: la
responsabilidad de la Fuerza Area y del Destacamento de Inteligencia N144.
En nuestro pasado informe sealbamos que, respecto a la Fuerza Area, se haba
articulado un pedido de imputacin que inicialmente abarcaba a 22 integrantes de esa
fuerza y algunos policas que para entonces prestaban servicios en las Comisaras 16 y 17
de la polica provincial, dependencias que durante aquellos aos se encontraban bajo
control operacional de la Fuerza Area. La investigacin se vincula en trminos gene36 |xumek
rales a diversas expresiones del accionar represivo de la Fuerza Area, abarcando los
mltiples secuestros en los que intervino ya fuere en forma directa (con preponderancia
del Grupo Base 4, del Escuadrn Tropa y, dentro de ste, de la Compaa Polica Militar
y Compaa de Defensa, como reas operativas dentro de esa fuerza) o a travs de las
dependencias policiales bajo su control, a la vez que indaga sobre el funcionamiento de
los ccds que se orquestaron bajo su rbita, esto es, el Campo Las Lajas y aqul que funcion en la propia sede de la iv Brigada Area, y sobre el rol y responsabilidad que cupo
a la Regional Oeste de Inteligencia.
Lo cierto es que, tras atravesar las diversas etapas del proceso (indagatorias, procesamientos e instancias de revisin), dicha investigacin se encuentra prxima a ser
remitida al Tribunal Oral. En efecto, en agosto del ao en curso la Cmara Federal de
Apelaciones confirm el procesamiento de 13 personas acusadas en dicha causa, en la
que se investigan los hechos padecidos por ms de 70 vctimas. Es previsible que prximamente dicha causa sea requerida para su elevacin a juicio, con lo cual auspiciamos
que integre el prximo debate a celebrarse en nuestra provincia.
Similar previsin debe hacerse con la investigacin propiciada con relacin al accionar del Destacamento de Inteligencia N144, en tanto los procesamientos que pesan
sobre los 6 integrantes de esa unidad que se encuentran sometidos a proceso han sido
tambin confirmados por la Cmara Federal de Apelaciones de Mendoza (como podr
recordarse, el pedido inicial del Ministerio Pblico duplicaba casi la cifra de acusados,
sin embargo slo la mitad fueron habidos, logrndose que el proceso penal transitara
exitosamente con respecto a ellos, mientras que el resto se encuentran prfugos).
Recordemos que en esta causa, adems de los operativos por los cuales los acusados
se encontraban imputados originalmente (esto es, los operativos realizados en mayo de
1976, abril de 1977, diciembre de 1977 y mayo de 1978) y que son los que se encuentran
abarcados por los procesamientos ya confirmados, se ampli posteriormente la imputacin de los integrantes de la citada unidad militar con relacin a nuevos operativos en
los ha logrado acreditarse la intervencin de aquella dependencia. Esto es lo que ocurre
con el denominado Operativo Antijesuita, que consisti de una serie de secuestros de
militantes polticos y sociales cuyo elemento aglutinante era el trabajo social realizado
en el barrio San Martn junto al padre Jos Mara Llorens. Tambin avanza en instruccin
la imputacin que en dicha investigacin se formulara con relacin a algunos integrantes de esa unidad militar que se desempearon como personal civil de inteligencia.
2.d) Restos de personas desaparecidas hallados en el Cuadro 33
del Cementerio de Mendoza
Tal y como hemos destacado en ediciones anteriores, desde el ao 2010 el Equipo
Argentino de Antropologa Forense (eaaf) vena realizando distintas etapas de excavaciones y remocin de restos humanos que se encontraban inhumados en el sector del
Cementerio de la Capital conocido como Cuadro 33. Nuestro informe anterior celebraba
el hallazgo de los restos correspondientes a Nstor Alberto Oliva, quien fuera ejecutado
en 1976 mientras cumpla el Servicio Militar Obligatorio en Mendoza.
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Ahora bien, en el transcurso del ao en curso concluy la 8va y ltima etapa proyectada en ese lugar. Al respecto, no queda ms que reiterar la trascendencia de los trabajos antropolgicos que se realizan tanto en Mendoza como en distintos puntos del pas,
como una pieza fundamental en la enorme tarea de lograr la plena reparacin de las
vctimas del Terrorismo de Estado. As, uno de los reclamos que an permanece vigente
y que ha logrado cumplirse slo parcialmente es precisamente lograr la restitucin de
los restos de las personas desaparecidas durante la ltima dictadura cvico-militar a sus
familiares.
2.e) Campo las Lajas
Nuevamente corresponde tambin relevar el imprescindible esfuerzo que viene realizando el Movimiento Ecumnico por los Derechos Humanos (medh) en la labor vinculada con la bsqueda de restos de personas desaparecidas en el Campo Las Lajas,
dependiente de la Fuerza Area Argentina. Valga recordar que dicho Campo fue localizado como ccd por el medh.
Actualmente dicho organismo, al igual que la Secretara de Derechos Humanos de
la Nacin actan como querellantes en la causa vinculada con el accionar de la Fuerza
Area, impulsada por la Oficina Fiscal de ddhh de Mendoza. Es en el marco de dicho
expediente que el medh lleva a cabo una pericia de parte, cuyo objeto es la bsqueda
de posibles lugares de enterramientos en dicho campo. Tales labores se realizan con un
cuerpo de peritos integrado por gelogos procedentes de la Universidad de San Luis,
integrantes del Equipo Argentino de Antropologa Forense y otros profesionales. A travs de la articulacin judicial se impulsa constantemente tareas de relevamiento del
predio y trabajos exploratorios, con apoyo especial del Municipio de Las Heras.
2.f) Sealizacin de Centros Clandestinos de Detencin en la Ciudad de Mendoza
y entrega del d2 como espacio de memoria
Xumek celebra la sealizacin de diversos Centros Clandestinos de Detencin. Al respecto, debe recordarse que entre el 25 y el 26 de septiembre del corriente ao la Secretara de Derechos Humanos de la Nacin, a travs de la Direccin Nacional de Sitios
de Memoria, sealiz 5 lugares emblemticos, vinculados con el accionar represivo en
Mendoza: el Liceo General Espejo, el Hospital Militar, el Casino de Suboficiales, la Compaa de Comunicaciones de 8 y el Campo las Lajas.
Previamente, en febrero de este ao, haban sido ya sealizados tres centros clandestinos de detencin en San Rafael: Radio Municipal, el Cuartel de Bomberos y Tribunales.
En estas sealizaciones tuvo intervencin, adems de la Secretara de Derechos Humanos de la Nacin, la Direccin de Promocin de ddhh de la Provincia.
Desde Xumek propiciamos que el Estado se involucre en todas las expresiones del
proceso de memoria, verdad y justicia que atraviesa nuestro pas. Y es que si bien el juzgamiento de los responsables constituye sin dudas la piedra angular de este proceso,
lo cierto es que otras acciones, tales como las medidas de reparacin econmica y la
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a) Introduccin 1
El carcter sistemtico y generalizado de los delitos cometidos en Argentina durante la
dictadura cvico-militar que gobern el pas entre 1976 y 1983 constituye crmenes contra
la humanidad.
Los ilcitos se perpetraron en una serie de actos, enmarcados en un plan comn y
sistemtico con finalidad criminal, consistente en la concepcin, diseo y ejecucin de
actividades delictivas encaminadas a la eliminacin de aquellas personas percibidas
como subversivas.
La planificacin del exterminio, forma parte de los hechos probados en la sentencia
de la histrica causa N13/84, oficialmente caratulada como causa originariamente
instruida por el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas en cumplimiento del Decreto
158/83 del Poder Ejecutivo Nacional.
El plan comn y sistemtico se bas en rdenes secretas, directivas y decretos que
constituyeron herramientas legislativas de un Estado de excepcin en trminos de teora del Estado, y por lo tanto, las rdenes secretas eran en la prctica las leyes del sistema de planificacin y ejecucin de las polticas de represin y exterminio2.
La existencia de un plan criminal comn tambin fue confirmada y detallada en la
sentencia N16/2005, de la Audiencia Nacional Espaola, en el caso Adolfo Scilingo, ratificada por el Tribunal Supremo Espaol en 2007.
Durante la dictadura cvico-militar, las Fuerzas Armadas usurparon ilegalmente el
gobierno y pusieron en marcha el llamado Proceso de Reorganizacin Nacional (prn)
y la denominada lucha contra la subversin (lcs), cuya finalidad, era la destruccin
1 Biografa utilizada en el presente captulo: Amnista Internacional Argentina (1987). Los militares ante la
justicia. (Madrid, Espaa. Editorial Amnista Internacional S.A.); Calveiro, Pilar (2005). Poltica y violencia.
Una aproximacin a la guerrilla de los aos 70. (Buenos Aires, Norma); Ignatieff, Michael (2003). Los Derechos Humanos
como poltica e idolatra. (Bs. As., Editorial Paids); Kershaw, Ian (2013). La Dictadura Nazi. (Bs. As. Editorial Siglo XXI);
Lemkin, Raphael (2009). El Dominio del Eje en la Europa Ocupada. (Bs. As. Editorial Prometeo); Salinas, Pablo Gabriel (2010). La Aplicacin de la Tortura en Argentina. (Bs. As.Editorial del Puerto.); Salinas, Pablo y otros (2014). La
justicia Federal de Mendoza, cmplice de la dictadura. El libro de los juicios: Experiencias, debates y testimonios sobre el terrorismo de
Estado en Mendoza. (Mendoza, Editorial EDIUNC); Sancinetti, Marcelo y Ferrante, Marcelo (1999). El Derecho
Penal en la proteccin de los derechos. (Buenos Aires, Editorial Hammurabi).
2 En palabras de Surez Mason en el trascurso del interrogatorio que le fue efectuado ante un juez de Estados Unidos,
State of Siege of Law. Tales rdenes fueron transmitidas al Honorable Judge Lowell Jensen (n d cal) ante quien se sustanci el procedimiento de extradicin del entonces Gral. Surez Mason por parte de Ricardo Gil Lavedra, quien a la sazn se
desempeaba como Presidente Interino de la Cmara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la
Capital Federal de la Repblica Argentina.
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Por ltimo, se completaba la estrategia global de terror y exterminio mediante la aplicacin del Manual de Accin Psicolgica (RC-5-1), que propugnaba la utilizacin de informacin y propaganda falsas.
La estructura represiva organizada funcion segn estaba proyectada, respetn44 |xumek
dose en todo momento la jerarqua de la escala de mando. As, los propios comandantes reconocieron en la causa N13/84, haber tenido el control efectivo de sus fuerzas.
Los jefes y oficiales expresaron que la lucha anti-subversiva se ajust estrictamente a
las rdenes de los comandantes superiores, y que el sistema operativo puesto en prctica fue sustancialmente idntico en todo el territorio de la nacin y prolongado en el
tiempo, sin que fuera posible la instalacin de centros de detencin en dependencias
militares o policiales sin existencia de rdenes superiores que lo permitieran, as como
tampoco la asignacin o movimiento del personal, arsenal, vehculos y combustibles a
las operaciones anti-subversivas, que se desarrollaron aprovechando la estructura funcional preexistente de las Fuerzas Armadas.
Finalmente, fueron las Fuerzas Armadas quienes se atribuyeron la victoria sobre la
subversin, explicndola mediante el concepto de guerra sucia o atpica y emitiendo
un llamado Documento Final, donde se trataba de dar una explicacin a la ciudadana
acerca de la suerte de los desaparecidos, admitiendo, a travs de un lenguaje oscuro,
que fue necesario utilizar procedimientos inditos e imponer el ms estricto secreto
sobre la informacin relacionada con las acciones militares, ratificando que todo lo
actuado fue realizado en cumplimiento de las rdenes propias del servicio.
Para ejecutar materialmente el proyecto criminal dibujado, los mximos responsables militares y los jefes de los correspondientes comandos aprovecharon la propia
estructura militar de la Nacin, dividida en seis Zonas, a su vez fraccionadas en sub-zonas y reas.
Se establecieron grupos de tareas con la nica finalidad del exterminio, por fuera
de la cadena de mando. Esta existencia al margen de la cadena de mando permiti la
seleccin de personal de diferentes especialidades militares y civiles, pero con una previa homogeneizacin ideolgica realizada por el comandante en Jefe, de ah que los grupos de tareas conocidos estaban dirigidos por la mxima autoridad de la cadena y que
se garantizaba la aceptacin de los principios criminales pero con soporte ideolgico.
Toda la normativa ilegal que en muchos juicios se ha intentado utilizar como justificativo de la responsabilidad de los acusados invocando la obediencia debida, constituye
en realidad la prueba de que existi una planificacin del exterminio diseada por las
Juntas y cumplida por sus subalternos.
Ese plan criminal acabadamente probado con los reglamentos e instructivos militares, es tambin una empresa delictiva de la que formaban parte todos los integrantes
del aparato represivo, que justifica la calificacin de crmenes contra la humanidad,
perfectamente ordenado y reglado por toda una estructura ad hoc ilegal e injusta que
eman de las decisiones de la Junta Militar.
Este conjunto de instrucciones formalizadas no puede ser entendido como normativa jurdica, sino todo lo contrario, esta estructura violaba el orden jurdico internacional, la Constitucin Nacional, el Cdigo Penal Argentino vigente a la poca, toda la
normativa legal nacional y fundamentalmente atentaba contra el derecho a la vida y la
dignidad humana.
El plan sistemtico de torturas, asesinatos y desapariciones forzadas no fue un
invento nacional, sino que surgi a partir de un plan de cooperacin internacional de las
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La actuacin del entonces fiscal convalida todo el procedimiento realizado por el d2,
la central de inteligencia de la Polica de Mendoza que se haba constituido un centro
3
Expediente N F-636, caratulado: Fiscal c/Guzzo y otros, Tribunal Oral en lo Criminal Federal N1 de la Provincia de Mendoza.
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En conclusin, no caben dudas de que estamos frente argumentos que legitiman la ilegalidad de los procedimientos seguidos en el d2. La actuacin del ex magistrado asegura la validad de todas las declaraciones tomadas bajo tortura, picana, abuso sexual y
en condiciones infrahumanas a las que eran sometidas las vctimas, respaldando y convalidando la actuacin ilcita policial.
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Aqu, no solo justifica todo el accionar Policial de Santuccione, sino tambin el de los
Consejos de Guerra Especiales del Ejrcito. Es decir que se justifica tambin toda la
actuacin militar de las fuerzas represivas.
En la apelacin presentada por Romano en el expediente N41.993-F.-788, caratulado
Fiscal c/Luna Roque Argentino sostuvo el valor de las declaraciones policiales cuando
present apuntes pidiendo la prisin preventiva de Luna, Blanco, Ubertone, Crdoba,
Gmez y Morales de Galamba. Otorg a las declaraciones policiales el valor probatorio
de graves presuncin en contra del procesado, justificando as todo el accionar desplegado por el grupo de tareas de la polica de Mendoza y del d2.
En el expediente N35.613-B, caratulados Fiscal c/Rabanal Daniel Hugo y otros por
infraccin a la ley de seguridad Nacional 20.840, Romano convalid toda la actuacin
represiva para obtener confesiones, que ponder y utiliz en las acusaciones de Daniel
Hugo Rabanal, Haydee Fernndez, Rodolfo Molinas, Silvia Ontiveros, Fernando Rule,
Alberto Muoz, Stella Maris Ferrn, Vicenta Olga Zarate, Guido Esteban Actis, Ivonne
Larrieu, todos torturados en el d2 e, incluso, algunos vctimas de abusos sexuales.
En el expediente N69.502-D, caratulado: Fiscal c/ngel Bartolo Bustelo y Carlos
Bula s/av. Inf. Art. 5 de la ley 21.325 el Fiscal Romano tambin apel el sobreseimiento y
solicit que se dicte la prisin preventiva de los Doctores ngel Bustelo y Carlos Bula por
considerarlos autores del delito de tenencia de material subversivo previsto en la Ley
N20.325, al haber encontrado en el estudio jurdico de ambos una carpeta con imprexumek | 49
consta el recurso presentado por Romano donde sostiene que de investigarse lo ocurrido con los bienes de Alicia Morales de Galamba constituiramos al Tribunal en una
oficina de informe de cosas perdidas.
No se trataba de cosas perdidas se trataba de cosas robadas y l era el custodio de los
bienes y de la vida de los argentinos tal como prev la Constitucin Nacional y eligi utilizar la frase que indica el grado de compromiso con el rgimen poltico de la dictadura
que mantena al punto tal de ni siquiera investigar el robo de los bienes de una persona
privada de libertad para no molestar a sus camaradas.
d) Conclusin
Lo que est sucediendo en Argentina es sin dudas algo histrico, ya que muy pocos
pases han conseguido juzgar a los cmplices civiles y avanzar en la construccin de
un nuevo pas con justicia para los crmenes contra la humanidad cometidos desde el
Estado y con la colaboracin del poder judicial.
Lo que ocurre hoy permite pensar que las instituciones polticas del estado se unieron
en funcin del plan criminal y tal como sostiene Ian Kershaw es muy cmodo culpar a un
dictador como Hitler y en nuestro caso Jorge Rafael Videla, lo difcil es aceptar e investigar el rol de las instituciones civiles sin las cuales esos dictadores no podran haber
actuado ni perpetrado sus actos criminales.
Ir ms all y acercarse a lo que sostiene en su trabajo Raphael Lemkin sobre la ideologa y la polica poltica del rgimen y ms all la ideologa y justicia poltica del rgimen.
El rgimen necesita personas consustanciadas con sus principios e ideologa para poder
aplicar su aparato represivo y que los crmenes cometidos no sean concebidos como
tales por la sociedad.
En Argentina se est construyendo un modelo vigente de derechos humanos que
implica juzgar la responsabilidad civil con la dictadura militar. Analizar la aplicacin
del rgimen de la dictadura militar por parte de los jueces y fiscales federales penales
implica avanzar en un trayecto propio de una democracia avanzada que juzga tanto a
los ejecutores como a los cmplices y encubridores.
Implica comprender que un rgimen dictatorial necesita de todas las instituciones,
pero fundamentalmente del poder judicial para poder mantenerse en el poder y aplicar
su rgimen represivo. Necesita de ciudadanos calificados y con conocimientos especficos como son los abogados, fiscales y jueces.
En el juicio a los jueces nazis abundaron los doctores en derecho y los abogados calificados, en la Argentina los jueces que estn siendo juzgados fueron, alguno de ellos
docente universitario, otro integrante de asociaciones profesionales, gente respetada y
con gran ascendencia en la sociedad.
La aplicacin de un rgimen militar por parte de autoridades civiles no solo convalida
actos que por obra de su intervencin nunca habran sido convalidados sino que permite
un consenso social en actos que sin su intervencin hubieran sido repudiados.
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Situacin Penitenciaria
Introduccin
Las penitenciaras de Mendoza estn, un ao ms, en estado crtico. Lejos de haberse
encontrado alguna solucin a la problemtica, sta se agrav notoriamente.
As, podemos afirmar que las polticas penitenciarias de la provincia han consolidado
el modelo de la crcel depsito, ya que pese a los esfuerzos de muchas personas que
trabajan para generar cambios desde distintos sectores y roles, sta se caracteriza por
ser un depsito de individuos aislados del resto de la sociedad y, por ello aparentemente
neutralizados en su capacidad de hacer dao, por un perodo ms o menos prolongado, segn la duracin de la prisin o de su ejecucin.
Como acertadamente ha sostenido el Procurador de las Personas Privadas de Libertad de la provincia,
Los malos tratos, la violencia, el hacinamiento, las condiciones inhumanas de detencin, la vulneracin
sistemtica de derechos, la sordera y ceguera social respecto de la realidad de las instituciones, crceles
o cualquier lugar de privacin de libertad constituyen, en su conjunto, el ataque ms descarnado a los
derechos fundamentales de las personas y, penosamente, una de las realidades ms frecuentes en la
temtica. Sin embargo, no podemos caer en la grosera falacia de elevar a la categora de finalidad de la
pena a la realidad que, hoy por hoy, se vive en las instituciones de encierro porque esa realidad precisamente es la que hay que combatir y erradicar1.
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3500
3000
2500
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1500
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500
0
2010
2011
2012
2013
2014
2015
Para analizar si el incremento tiene alguna relacin con las tasas de criminalidad en
este perodo, se consultaron las estadsticas delictuales publicadas en el sitio web de
4 Fuente: Direccin de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia scjmza. Los datos no contemplan las prisiones domiciliarias. El ao 2015 est actualizado al mes de agosto.
5 Considrese tasa de prisionizacin a la cantidad de personas que se encuentran privadas de libertad por cada 100.000
habitantes.
6 Segn el ltimo informe del Sistema Nacional de Estadsticas sobre Ejecucin de la Pena (sneep).
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la Procuracin General del Ministerio Pblico7. Las mismas contienen datos relativos a
la Primera y Tercera Circunscripcin Judicial de la provincia, y slo hacen referencia a
los delitos de homicidio, robo agravado, robo simple, abuso sexual con acceso carnal,
tenencia y portacin de armas.
Lo mencionado demuestra que existe un inters por parte de la Procuracin General
en hacer pblicos datos sobre delitos que sensibilizan a la opinin pblica y a ciertos
sectores sociales, ya que stos no permiten sacar conclusiones a nivel provincial ni son
de utilidad para la planificacin y anlisis de polticas pblicas en materia de prevencin
del delito en forma integral.
Datos del ao 20158
El Servicio Penitenciario provincial tiene a su cargo 4 grandes complejos, 3 unidades
penales y 5 alcaidas, alojando actualmente a ms de 4.045 personas.
Por otro lado, hay 322 personas en prisin domiciliaria, 91 son condenadas y 231 son
personas privadas de libertad sin sentencia.
Esto arroja un total de 4367 personas privadas de libertad en toda la provincia.
La distribucin en los distintos establecimientos penitenciarios es la siguiente:
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Se puede concluir, en cuanto a las caractersticas de la poblacin penal, que se registra una poblacin predominantemente masculina y joven. A esto debemos sumar la no
finalizacin de la trayectoria escolar, ya que el 50% de las personas privadas de libertad
slo ha alcanzado el nivel primario completo o incompleto.
Las variables analizadas dan cuenta de la selectividad del sistema penal, de que se
encarcela a personas que debieran ser parte de la poblacin econmicamente activa,
que provienen de las zonas ms pobres de la ciudad y que por esta razn son excedente
del sistema econmico.
La situacin laboral de esta poblacin se caracteriza por ser, en su mayora, personas
que se dedican a la construccin, a las llamadas changas o al desarrollo de algn oficio, lo que est directamente relacionado con los bajos niveles de instruccin y escasas
posibilidades de movilidad social.
Sobrepoblacin y hacinamiento.
Hbeas corpus correctivo y colectivo en las penitenciaras de mendoza.
Es innegable que el espacio insuficiente e inadecuado para el desarrollo de la persona
genera un constante incremento de la tensin entre quienes se encuentran privados de
libertad. Tal situacin, que se registra en la mayora de los establecimientos penitenciarios de nuestro pas, vulnera lo establecido en nuestra Constitucin Nacional y mltiples
Tratados Internacionales de Derechos Humanos.
En cuanto a los regmenes de ejecucin de penas, el exceso de poblacin carcelaria
imposibilita la asignacin de tareas laborales a todos los internos y la participacin en
actividades educativas, recreativas, etc., lo que inhibe el objetivo de la pena en prisin,
como lo dispone la ley 24.660.
Como veremos, los ndices de sobrepoblacin de las penitenciaras provinciales han
sido calculados en base a la capacidad declarada por el propio Servicio Penitenciario
durante el perodo 2010-2015. Debemos tener en cuenta que ellos hacen referencia a
la cantidad de camas o plazas de que dispone el establecimiento, lo que no equivale a
cupo carcelario10.
Como bien aclar la Comisin Provincial de Prevencin de la Tortura en el dictamen
ante la Unidad 3 El Borbolln11, realizado en el ao 2014, el cupo no debe limitarse al
espacio fsico mnimo necesario por persona (medido en metros cuadrados), sino que
debe tener en cuenta el conjunto de condiciones y prestaciones para que la privacin de
libertad se pueda cumplir sin lesin de los dems derechos de las personas afectadas y
siempre teniendo el fin mismo de la pena.
10 Entindase por cupo carcelario al conjunto de espacio, bienes y servicios que garantizan la continuidad del desarrollo
vital de las personas privadas de tu libertad ambulatoria, como as tambin a la creacin de las condiciones mnimas de
habitabilidad que no nieguen ni supriman sus derechos no afectados por la condena. Debe diferenciarse de la cantidad de
camas o camastros que pueden colocarse en un determinado espacio fsico, que no puede considerarse como nico parmetro para determinar cuntas personas pueden alojarse sin menoscabar sus derechos.
11 cppt Informe Anual 2014-2015. Pg. 336.
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Con un criterio de imposicin de cupo carcelario ms exigente y garante de los derechos de las personas alojadas, debemos tener en cuenta tanto el espacio fsico como
los servicios y prestaciones que hacen a la habitabilidad del lugar, como calefaccin,
sanitarios, espacios de aire y luz, ventilacin, etc. a lo que cabe agregar la capacidad del
establecimiento de brindar adecuada atencin mdica, psicolgica, terapias, talleres
recreativos, culturales, deportivos, trabajo, etc., es decir, todo lo que hace a la capacidad
operativa o funcional del establecimiento.
De acuerdo a todo lo mencionado, observamos a continuacin como en los ltimos
aos los penales de la provincia han alojado personas por sobre su capacidad12.
Evolucin de la sobrepoblacin. Aos 2010-2015
12 Fuente: Sistema Nacional de Estadsticas de Ejecucin de la Pena (sneep), Direccin General del Servicio Penitenciario.
13 Fuente: Direccin de Derechos Humanos y Acceso la Justicia (scjmza), Direccin General del Servicio Penitenciario,
Comisin Provincial de Prevencin de la Tortura (cppt).
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y colectivo16 denunciando los altos ndices de hacinamiento constatados en los establecimientos penitenciarios. La accin judicial no slo da cuenta de las deplorables condiciones de detencin en las que se encuentran las personas privadas de libertad sino
que se hizo un anlisis de las distintas causales que llevaron a esta alarmante situacin.
Veamos:
Justicia de Flagrancia
Desde la puesta en marcha de la Justicia de Flagrancia en 2008, los ndices de encarcelamiento aumentaron en forma considerable. En efecto, en el ao 2008, el total de
la poblacin penal era de 2.490 detenidos, frente a los ms de 4.000 actuales. Y la
tendencia sigue en aumento, a un ritmo cercano al 10% de crecimiento anual. Aqu, la
aplicacin de una pena privativa de libertad pasa a ser una especie de subasta entre el
Defensor tcnico y el Fiscal, una negociacin en donde las garantas constitucionales
resultan, al menos, debilitadas.
En este sentido, cerca de un 20% de los condenados por causas de la justicia provincial lo es por la Justicia de Flagrancia17, en su mayora por delitos como hurto, robos simples, en poblado y en banda y otros hechos menores.
Detenciones del Ministerio Pblico
a) Incumplimiento del plazo previsto para el dictado de la prisin preventiva (art. 348
del cpp)
Uno de los factores que contribuyen a la crtica situacin que se vive dentro de los
complejos penitenciarios de la provincia es la gran cantidad de personas que se encuentran detenidas sin el debido control judicial y habindose vencido el plazo previsto
legalmente para hacerlo.
Pese a las disposiciones legales, que establecen que la detencin no debe durar ms
de 10 das (art. 348 del Cdigo Procesal Penal segn Ley N 6.730 y concordantes) para la
inmediata puesta a disposicin del Juez de Garantas (para que disponga su libertad o
dicte un auto de prisin preventiva), los Fiscales se toman la atribucin de demorar estas
detenciones un promedio de 4 meses y en muchos casos ms de 8 meses, por sobre lo
legalmente permitido.
Se trata de una privacin de libertad dispuesta por el rgano acusador que si bien
podra nacer legtima, el vencimiento del plazo la convierte en ilegtima. Tan slo un 5%
de las prisiones preventivas que se disponen han sido dictadas en un plazo de hasta 10
das transcurridos desde el ingreso al penal18.
Entendemos que esta consideracin, teniendo en cuenta los derechos y garantas que
16 Disponible en: http://xumek.org.ar/publicaciones/
17 Conforme a un estudio realizado por la Direccin de Derechos Humanos y Acceso a la Justicia scjmza. Disponible
en: http://www.jus.mendoza.gov.ar/web/direccion-de-derechos-humanos/situacion-carcelaria-agosto-de-2015.
18 dem.
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Ello obedece a que los representantes del Ministerio Pblico, mediante orden de la
Procuracin, toman este criterio y, valindose del art. 271 del cpp que establece nicamente el plazo de 24 horas para efectuar la imputacin de una persona que se encuentra detenida, sin hacer mencin del plazo que tienen para resolver su situacin procesal,
retrasan la libertad o la orden de detencin fundndose en cuestiones meramente
administrativas, tales como la demora que implica el recabamiento de antecedentes
penales nacionales del detenido. Ello en contra de la Ley de Creacin del Registro Nacional de Reincidencia y Estadstica Criminal y Carcelaria, Ley Nacional N 22.117, que en su
art. 5, al referirse al plazo (5 das) en que deben contestarse los pedidos de antecedentes al Registro Nacional de Reincidencia, establece que () el trmino ser de veinticuatro (24) horas cuando del informe dependiere la libertad del causante (...)
Es decir, los Fiscales de Instruccin cumplen con el plazo del 271 del cdigo de rito
slo en cuanto a la imputacin del delito, sin embargo, hacen pesar sobre el imputado
las demoras de la Administracin en la obtencin de los antecedentes nacionales, manteniendo privado de libertad a una persona sin orden de detencin y en una situacin
jurdica indeterminada, lo que constituye una privacin de libertad ilegal y arbitraria.
Consideramos que sta prctica resulta ilcita, ya que ante la falta de regulacin
expresa de un plazo para expedirse respecto de la situacin del imputado, en virtud del
principio pro persona y de la garanta de judicialidad inmediata que ostenta toda persona
privada de su libertad (consagrada tambin en el Art. 25 de la Declaracin Americana de
Derechos y Deberes del Hombre, Art. 9 inc 3 del Pacto Internacional de Derechos Civiles
y Polticos) surge la exigencia de que toda detencin llevada a cabo por cualquier rgano
del Estado (policial, administrativo o del ministerio pblico) debe ser resuelta de forma
inmediata, no debiendo soportar el administrado, las demoras de la Administracin.
Por todo esto, entendemos que en estos casos, al realizarse la imputacin, la situacin debe ser resuelta en forma inmediata, no existiendo excepcin legal alguna que
justifique dilaciones. Caso contrario, la detencin se torna ilcita, ilegtima y arbitraria,
con convalidacin Ministerial.
Control jurisdiccional
Otra de las cuestiones que consideramos pertinente analizar es la falta de cumplimiento
por parte de los Jueces de Garantas del plazo previsto para la resolucin de la peticin
de control jurisdiccional ante la actividad del Ministerio Pblico en cuanto agente coercitivo de la libertad.
El art. 345 del cpp establece la posibilidad para el imputado de solicitar, en cualquier
momento del proceso, el control jurisdiccional de las medidas de coercin dictadas por
el Fiscal de Instruccin, que sobre l pesan. Dicha solicitud debe ser resuelta en un plazo
mximo de veinticuatro (24) horas.
Las normales demoras de ms de 24 horas por no tener el expediente o porque este
breve plazo finaliza en das inhbiles se han vuelto costumbre entre los Jueces de Garantas, pese a que el espritu de la norma es asegurar la mxima rapidez en el examen del
juez.
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Cuando debera estar en cabeza del Ministerio Pblico la probanza en el caso particular de las concretas posibilidades de riesgo de fuga o entorpecimiento de la investigacin penal, se recurre a todo tipo de argumentos para facilitar la privacin de libertad,
que pasa a ser la regla.
Si consideramos que el encarcelamiento provisorio es la medida de coercin que
afecta en mayor grado a uno de los derechos fundamentales de la persona humana, la
interpretacin de las clusulas rituales que se refieren a ella debe efectuarse en forma
teleolgica e integrada armnicamente con los derechos y garantas resguardados
por la Constitucin Nacional y el conjunto de Tratados Internacionales sobre Derechos
Humanos que la integran con idntica jerarqua a partir de la reforma de 1994 (art. 75,
inc. 22 cn).
En virtud de ello, podemos afirmar que excepcionalmente, bajo determinadas condiciones, se puede detener provisoriamente al imputado. Esta medida de ltima ratio
slo debe ser procedente luego de haberse descartado la posibilidad de alguna otra
medida sustitutiva. Adems, esa privacin de libertad debe durar un plazo razonable,
ya que de lo contrario se invierte el sentido de la presuncin de inocencia, convirtiendo
la medida cautelar en una pena anticipada. Por lo tanto, la regla es que debe ser interpretada restrictivamente por ser una limitacin grave de derechos.
Pese a lo expuesto, y habiendo tomado conocimiento de los fundamentos por los cuales la Justicia de Garantas dispone la prisin preventiva, podemos decir que en una gran
cantidad de casos si tiene en cuenta criterios de peligrosidad social, considerando acreditado el riesgo procesal por el hecho de que un imputado posea ciertas caractersticas
personales, o padezca patologas psiquitricas, discapacidades, consuma alcohol o tenga
otras adicciones, sobre la base de las conclusiones de los exmenes psquicos/psicolgicos
practicados en el Cuerpo Mdico Forense y Criminalstico de Mendoza a los imputados,
legitimando el poder punitivo mediante una idea de prevencin especial negativa23.
Contrariando el criterio procesal establecido y reflejando la adopcin de una poltica
criminal que propone el encarcelamiento como nica solucin frente a los problemas
de seguridad ciudadana, se priva de libertad a las personas utilizando como nico argumento, la posible pena del delito imputado, la imposibilidad de la aplicacin de un pena
condicional conforme con lo previsto en el art. 26 del Cdigo Penal o simplemente la
peligrosidad del sujeto o la mediatizacin de la causa.
La Justicia de Garantas interviene convalidando el accionar del Ministerio Pblico
Fiscal no existiendo, en general, separacin del criterio que sostiene el rgano acusador.
Por otra parte, no existe un criterio uniforme con relacin a la participacin de la
defensa, previa a la resolucin del Juez. Algunos tribunales, con el objeto de garantizar
el principio contradictorio y la igualdad de armas durante todo el proceso, corren vista
a los defensores para que se opongan fundadamente a la peticin, mientras que otros
simplemente resuelven a espalda de estos.
Entendemos que tratndose de un derecho esencial del imputado y con el objeto de
garantizar el debido proceso legal, resulta fundamental que los jueces corran vista a los
23 Contrariando in re Fermn Ramirez vs. Guatemala.
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defensores de todos los pedidos de prisin preventiva, asegurando el principio contradictorio y respetando la igualdad de armas durante la investigacin penal preparatoria.
Por ltimo, entendiendo que la prisin preventiva tiene la caracterstica de ser provisional, es decir, no se trata de una medida definitiva sino que, por el contrario, su duracin depende de las necesidades que fundamentaron su aplicacin y limitada, es decir,
no puede prolongarse ms all de los trminos mximos establecidos por la ley, es fundamental que los Jueces de Garanta fijen plazos perentorios de la prisin preventiva,
sin perjuicio de que la investigacin penal preparatoria contine. Adems, se debera
controlar peridicamente la persistencia de las causales objetivas en el caso particular
que justifiquen mantener a la persona privada de libertad.
En conclusin, resulta necesario aclarar que no proponemos un abolicionismo ni la
liberacin indiscriminada de toda persona respecto de la cual no se haya dictado sentencia, sino que los criterios para disponer (y sostener) una medida tan perjudicial sean
realmente restrictivos y acordes a los estndares internacionales en la materia; que las
autoridades judiciales la apliquen fundadamente, en estricto cumplimiento del plazo
mximo legal, que verifiquen peridicamente si subsisten las razones para su aplicacin, que interpreten de manera restrictiva las circunstancias en las cuales legalmente
puede extenderse, que lo hagan con participacin de la defensa tcnica y que, en definitiva constituya una ltima ratio para el favorecimiento de la investigacin penal.
Defensa Pblica debilitada
Otro aspecto a tener en cuenta en la problemtica que aqu planteamos es la situacin
de la Defensa Pblica, que actualmente se encuentra bajo la rbita del Procurador ante
la Suprema Corte de Justicia.
La Ley Provincial N 8.008 Ley Orgnica del Ministerio Pblico establece una estructura piramidal donde la cabeza del Ministerio Pblico est en el Procurador General y
por debajo de l se encuentra el Ministerio Pblico Fiscal y el Ministerio Pblico de la
Defensa.
Esto hace que en la prctica exista una notoria desigualdad de trato entre las dos
partes antagnicas del proceso, las Defensoras Oficiales no cuenten con los recursos
humanos y materiales necesarios para ejercer fielmente su funcin, esencialmente por
la ausencia de una autoridad superior que defienda el ejercicio de sus labores ante los
responsables de realizar todas las acciones conducentes al efectivo ejercicio del derecho
de defensa.
Esta situacin se debe principalmente a la contradiccin genealgica de las funciones
de acusacin y defensa, ya que ambas dependen de una misma persona, el Procurador
General del Ministerio Pblico. Esta dependencia ha llevado al abandono absoluto de
los defensores pblicos, puesto que son escasas las instrucciones y directivas del Procurador General hacia los mismos, siendo la mayora de ellas destinadas a restringir el
ejercicio de sus funciones y atribuciones.
Asimismo, las capacitaciones, recursos humanos y materiales con los que cuentan
son sumamente inferiores a los provistos a los Fiscales y no existe control alguno por
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24Comisin idh. Informe de Fondo N 41/04, caso N 12.417 Whitley Myrie Vs. Jamaica, 12 de octubre de 2004, prr. 62.
25Corte idh. Caso Barreto Leiva Vs. Venezuela, prr. 29.
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La obligacin de someterse al cuidado o vigilancia de una persona o institucin determinada, en las condiciones que se le fijen; la obligacin de presentarse peridicamente ante el juez o ante la autoridad que
l designe; la prohibicin de salir sin autorizacin previa del mbito territorial que se determine; la prohibicin de acercarse o comunicarse con personas determinadas (presuntas vctimas, testigos); la prestacin por s o por un tercero de una fianza o caucin; la vigilancia del imputado mediante algn dispositivo
electrnico de rastreo o posicionamiento de su ubicacin fsica; la detencin en su propio domicilio o en
el de otra persona, sin vigilancia o con la que el juez disponga26.
Por ello, el estndar fundamental de aplicacin en esta materia es que siempre que el
peligro de fuga o de obstaculizacin de la investigacin pueda ser razonablemente evitado con una medida menos gravosa para el imputado que la privacin de libertad, el
Juez deber optar por ella.
En el mes de agosto se puso en prctica un sistema de monitoreo y rastreo georeferencial con brazaletes electrnicos con la adquisicin de 100 unidades operativas por parte
del Ejecutivo provincial, slo los Juzgados de Ejecucin Penal han aplicado en un nmero
reducido de condenados este sistema alternativo. Resulta llamativo que en el caso de
quienes an gozan del principio de inocencia, tanto el Ministerio Pblico como la Justicia
de Garantas no hayan aplicado esta modalidad alternativa a la privacin de libertad.
Haremos mencin especficamente en este punto al uso en nuestra provincia del instituto de la prisin domiciliaria, regulado en nuestro cdigo de rito en el artculo 298
como una opcin que, sin descuidar el inters del Estado en proveer al servicio de justicia, resguarda plenamente los derechos del imputado.
Segn los datos brindados por el Servicio Penitenciario al mes de junio, la cantidad
total de personas bajo el rgimen de prisin domiciliaria es de 322 (entre condenados y
personas sin sentencia), un nmero considerablemente bajo teniendo en cuenta la cantidad total detenidos sin condena que hay en la Justicia provincial.
La prisin domiciliaria no es otra cosa que una modalidad de ejecucin de las medidas de coercin personal que sustituyen al encarcelamiento preventivo, en un lugar
distinto que la crcel. De lo que se trata precisamente es de suministrar un medio alternativo para evitar que el imputado cuya situacin encuadra en las disposiciones legales
de la prisin preventiva no vaya automticamente a un establecimiento penitenciario.
En otras palabras, lo que se intenta evitar es que sta sea el nico medio de neutralizar
el periculum in mora, reservndolo, por el contrario, como ltima ratio para asegurar los
fines del proceso. Es ms, el propio artculo impone esta alternativa de manera imperativa, empleando la expresin el Fiscal de Instruccin o el Tribunal impondr tales alternativas en lugar de la detencin. Es decir, que el texto legal no otorga al Juzgador una
facultad que puede ejercer o no, sino que de manera absoluta dispone que deba optar
por esta solucin cuando se dan las condiciones legales para ello.
Ello nos da la pauta, adems, de que el Fiscal de Instruccin o el Juez de Garantas
deben apreciar en primer lugar si, en el caso concreto, el peligro de fuga o de entorpecimiento probatorio pudiera razonablemente evitarse por aplicacin de otras medidas
distintas a la prisin preventiva y que resulten ms benignas para el imputado. Teniendo
26 18 dem. prr. 225.
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en cuenta las actuales condiciones de detencin que se viven en los distintos complejos
penitenciarios de Mendoza no es difcil imaginar, en tal sentido, que cualquier otra restriccin o condicionamiento a la libertad personal ser menos agraviante a la dignidad
humana que la crcel.
Por otro lado, nuestro legislador no ha especificado mayores requisitos, ni basados
en la personalidad moral del imputado ni mucho menos en la gravedad del delito para
implementar la denominada detencin domiciliaria. En este sentido, entendemos que
carecen de fundamentos los requisitos exigidos actualmente para la procedencia de
esta medida:
La realizacin por la Polica de Mendoza o de trabajadores sociales de una encuesta ambiental y entrevista a vecinos del domicilio fijado, pericia psicolgica/psiquitrica al imputado y a la persona que se har
cargo de la guarda, practicada por el Cuerpo Mdico Forense y Criminalstico de Mendoza, declaracin
testimonial al guardin quien deber garantizar personalmente el cumplimiento de la medida por
parte del imputado, ms la imposicin de una fianza o caucin real.
Es decir, que son los Jueces de Ejecucin de la provincia quienes tienen a su cargo el control del cumplimiento de la pena y de las condiciones en las que esto ocurre, no pudiendo
justificar los retrasos de la Justicia de Ejecucin por las demoras de distintos rganos
administrativos (Organismo Tcnico Criminolgico, por ejemplo), ya que de la norma
surge que tienen la obligacin de tomar las medidas necesarias para que esto no ocurra.
En consecuencia, entendemos que son ellos quienes tienen el deber de hacer cumxumek | 73
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y hechos violentos, no deben ser interpretados como hechos aislados, sino por dems
habituales y parte del escenario donde cabe preguntar acerca de los espacios en relacin con la cantidad de personas conviviendo, la recreacin y esparcimiento, los abordajes interdisciplinarios de profesionales como as tambin la participacin del personal
penitenciario en los hechos y actuacin posterior.
Segn los datos proporcionados por la cppt en su informe anual, durante el periodo
2004-2015 se produjeron un total de 186 muertes.
A continuacin vemos su distribucin por ao:
Muertes en crceles durante el perodo 2004-2015:
Podemos observar que en los aos 2004, 2013 y 2014 se produjeron la mayor cantidad
de muertes.
Siguiendo las tipologas indicadas, vemos en el siguiente grfico la evolucin desde
el ao 2004:
Personas fallecidas en crceles de la Provincia de Mendoza, segn tipo de muerte. Aos
2004-2015
muchos casos se sabe acabadamente el motivo del deceso). Sin embargo, cabe aclarar,
la persona contina bajo la guarda y custodia del estado, a travs del Servicio Penitenciario y los controles que, en ocasiones, la autoridad judicial encomienda al Organismo
Tcnico Criminolgico y Direccin de Promocin del Liberado.
Respecto al lugar en donde se produjo el deceso:
Dependencia donde se produjeron las muertes. Ao 2004-2014
Ntese que, durante este periodo, los dos establecimientos ms sobrepoblados han
registrado noventa y dos (92) muertes, lo que representa casi el 50% de las muertes bajo
custodia del Servicio Penitenciario.
A continuacin veremos la evolucin de muertes traumticas durante en los ltimos
3 aos (2013-2015), discriminando segn causa de muerte: golpiza, suicidio por ahorcamiento, heridas de arma blanca, ria y autolesin.
Evolucin de muertes traumticas en crceles de la Provincia de Mendoza. Aos 20132015
*Autolesiones: esta categora debe diferenciarse del suicidio, contemplando la posibilidad de que dicha situacin se haya dado por motivos de exigencia o solicitud de algn
pedido, sin que la intencin sea llegar al suicidio.
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fueron internados en el hospital Central con diversas heridas en su cuerpo. La investigacin del caso recay en la Unidad Fiscal Especial N 6 y la Oficina Fiscal N 2.
Fecha: 06/06/15
Lugar: Sala Judicial del Hospital Central, Ciudad de Mendoza.
Oscar Rubn Suarez Elizondo, de 59 aos, se provoc al momento de la detencin
una lesin grave en la trquea, quedando en terapia intermedia del Hospital Central en
estado de coma y fallece luego de algunas semanas.
Fecha: 21/06/15
Lugar: Complejo Penitenciario San Felipe, Ciudad de Mendoza.
El interno Rengipo Ahias, de 24 aos, se encontraba en recreacin en planta alta del
mdulo 5-B y resulta lesionado con un elemento contundente en la cabeza, que lo hace
caer hacia planta baja. Fallece producto de las heridas y, principalmente, por el traumatismo encfalo craneano32. La Oficina Fiscal N 2 de Capital interviene en el esclarecimiento del hecho.
Fecha: 24/06/15
Lugar: Complejo Penitenciario San Felipe, Ciudad de Mendoza.
El interno Gmez Pedernera Esteban Daniel Alberto, de 24 aos, es encontrado ahorcado. En la investigacin de la muerte interviene la Oficina Fiscal N 2.
Fecha: 10/08/15
Lugar: Complejo Penitenciario de San Rafael.
Elvio Leandro Bern Rosales, de 32 aos, muri tras ser atacado por un grupo de
internos que ingresaron a su celda del pabelln 11 y lo apualaron con una faca.
La extraa muerte de Bern se trata, segn su familia, de una venganza ya que su
padre haba declarado contra el familiar de un jefe penitenciario en los juicios de lesa
humanidad, que fue condenado a perpetua.
La investigacin del caso se encuentra a cargo del juez de instruccin de San Rafael
Pablo Peasco33.
Las causas y circunstancias en que se producen los fallecimientos en contexto de
encierro permiten vislumbrar las diferentes prcticas estatales que favorecen sistemas
carcelarios donde la muerte es una consecuencia totalmente previsible. En los sucesivos informes anuales elaborados por Xumek se hizo mencin a las prcticas de violencia
institucional que pueden llegar a provocar la muerte as como a los distintos hechos de
violencia intracarcelaria o conflictos entre detenidos que ante la falta de intervencin
de las autoridades (o su provocacin) tienen una relacin directa con ella.
Como bien menciona la Procuracin Penitenciaria de la Nacin al analizar las muer-
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tes bajo custodia del Servicio Penitenciario Federal34, la evitacin de muertes en prisin
exigira tambin, por parte del Poder Judicial, replantearse seriamente sus polticas
abusivas del uso de la prisin preventiva, la imposicin de penas de prisin ante delitos
de escasa lesividad y sus intervenciones ineficaces en la morigeracin del encierro, principalmente ante casos de enfermedades graves. Respecto a las prcticas penitenciarias,
una poltica orientada a la reduccin drstica de las muertes supone el diseo de una
estrategia eficaz de gestin del alojamiento, cupo y traslados, donde la administracin
de justicia penal debe asumir tambin un rol de contralor comprometido y proactivo.
Ninguna prctica penitenciaria podr ser alterada mientras los establecimientos carcelarios continen siendo gestionados mediante la utilizacin prioritaria de la violencia
institucional y el aislamiento.
El trabajador privado de libertad
Un preso gana ms que un jubilado, una frase que circul por las redes sociales, que se
convirti en titular de la gran mayora de los medios masivos de comunicacin y hasta
fue utilizada durante la campaa poltica que transcurri en los ltimos meses. Esto
trajo mucha confusin sobre el tema y como habitualmente pasa, cada vez que el sistema penitenciario ocupa un lugar en los medios de comunicacin es para fortalecer la
estigmatizacin y el rechazo social hacia las personas privadas de libertad.
El problema es que las consignas mediticas no quedan circunscriptas al plano discursivo, sino que tienen un fuerte impacto en el diseo de polticas pblicas. La cruzada
contra la reforma del Cdigo Penal (o mejor dicho su re-codificacin ya que la inflacin
legislativa ha destruido la sistematicidad que caracteriza a estos cuerpos legales) da testimonio de ello. A pesar de haberse arribado a un Anteproyecto consensuado por todas
las fuerzas con representacin parlamentaria, hoy nos encontramos ante diversas normas que regulan esta realidad penal.
En primer lugar es fundamental entender que la persona privada de libertad recibe
una remuneracin porque realiza algn tipo de prestacin de servicio a cambio, si no
fuera as estaramos violando la Declaracin Universal de Derechos Humanos de Naciones Unidas de rango constitucional que en su art. 23 inc. 2 establece que Toda persona
tiene derecho, sin discriminacin alguna, a igual salario por trabajo igua. En segundo
lugar, debemos remarcar como elemento trascendental, la voluntad; es decir, el consentimiento de la persona para someterse al trabajo. Cualquier prestacin impuesta de
forma obligatoria sera violatoria del Convenio sobre el trabajo forzoso N 29 de 1930
celebrado en el marco de la oit y ratificado por Argentina. Y en tercer lugar, debemos
entender al trabajo como derecho humano fundamental, toda persona tiene derecho
al trabajo (art. 14 cn y art. 23 inc. 1 de la dudh). Este es, adems, el medio por el cual
se puede acceder a otros derechos y una parte esencial e inherente de la dignidad de
cualquier persona.
34 Procuracin Penitenciaria de la Nacin. Informe Anual 2014. Disponible en: http://www.ppn.gov.ar/?q=informes-anuales
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Fuente: http://www.jus.gob.ar/media/2986558/SneepMendoza2014.pdf
cppt Informe 2014-2015. pg. 352.
dem. pg. 261.
Fuente: http://ciudadanodiario.com.ar/en-la-penitenciaria-de-mendoza-hay-700-presos-que-trabajan/
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Siempre entendiendo al trabajo como derecho fundamental de toda persona, considerando las Leyes Nacional N 24.660 y Provincial N 8.465 que sientan como principio
el respeto de la legislacin laboral vigente, y al no existir ningn tipo restriccin legal a
la organizacin colectiva de las personas privadas de libertad, no se encuentran motivos para negar este derecho a un trabajador cualquiera fuere el contexto. Podramos
mencionar como modelo a seguir la creacin en el ao 2012 del Sindicato nico de Trabajadores Privados de la Libertad Ambulatoria (sutpla) en el Complejo Penitenciario
Federal de caba, que significara un gran avance para lograr respetar la remuneracin
que fija la ley, obtener los elementos de seguridad e higiene adecuados, lograr condiciones dignas de vida y de trabajo, obtener los elementos de higiene y seguridad adecuados, promover cursos de aprendizaje en oficios, llegar al pleno empleo, optimizar
los servicios de la crcel, tener obra social para familiares, crear cooperativas para las
personas que recuperan la libertad , entre otros derechos.
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Violencia policial
Introduccin
Teniendo en cuenta que ya ha sido analizado en los informes anuales precedentes el
concepto de lo que se entiende por violencia institucional (ver informes anuales aos 2013
y 2014), la intencin del presente captulo apunta a indagar sobre las causas de esta
prctica, considerando adems en esta oportunidad que la problemtica ha pasado a
ser de pblico conocimiento y no exclusivo de ciertos sectores profesionales u organizaciones sociales.
De este modo y sin desconocer que los factores que permiten este accionar son mltiples, nuestro centro de anlisis estar enfocado en uno de ellos: la poltica pblica en
materia de capacitacin del personal policial.
La opinin de profesionales en la materia, el enfoque institucional y la visin ciudadana han servido de fuentes a fin de determinar las deficiencias de la actual poltica
pblica en materia de capacitacin del personal policial.
Conscientes de que dicho anlisis excede por mucho el objeto de un informe de
estado anual en la materia, tambin daremos cuenta del impacto concreto de las polticas pblicas mediante el relato de los casos de violencia institucional acaecidos durante
el ltimo ao, como as tambin del estado judicial de los casos ms resonantes de aos
anteriores.
Por otra parte, creemos necesario destacar en esta oportunidad el tratamiento
meditico que se da en nuestra provincia frente a casos de violencia institucional,
poniendo de manifiesto la existencia de estereotipos antecedentes, barrio donde vive
la vctima, conductas merecedoras de castigo, etc que tienden a justificar el ilegtimo accionar de las fuerzas de seguridad, contribuyendo en cierta medida a la impunidad de los casos.
Finalmente relataremos las acciones llevadas adelante desde la Secretara Jurdica
de Xumek, en particular por la comisin de litigio, en la representacin de las vctimas de
violencia institucional constituidas como querellantes particulares en el marco de los
procesos penales respectivos.
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se define una formacin inicial orientada a la funcin bsica y luego, a medida que se
desarrolla la carrera y la experiencia de gestin, los funcionarios pueden postular a los
cupos de estudio para aspirar a los puestos requeridos. ().
Otros temas vinculados a la problemtica policial que han aparecido en el proceso:
() Entre otros mencionamos:
Se percibe la falta de una relacin estrecha, intensa y efectivamente colaborativa
entre el iusp y la Direccin de Recursos Humanos de la Polica. () esta ltima rea
debera abordar todo lo relacionado con el personal policial desde su ingreso a la capacitacin hasta su egreso o retiro, e incluso ms all ();
Falta de sistemas de prctica y pasanta antes del ttulo oficial;
Falta una carrera de investigacin judicial. Una Tecnicatura y Licenciatura con esta
orientacin aparecen como imprescindibles;
Se estima debe contenerse la proliferacin de cursos fuera de la carrera, el grado, el
escalafn y el ttulo acadmico. Tambin falta una formacin especfica en inteligencia
criminal, en tcnicas de reunin y anlisis de informacin sobre actos violentos que puedan afectar la seguridad en todas las dimensiones de lo humano.
Conclusiones:
Como conclusiones del trabajo desarrollado y admitiendo siempre la provisoriedad
de las mismas por ser un sistema complejo en permanente evolucin y transformacin
podemos menciones:
El ingreso masivo de auxiliares est resultando negativo para el funcionamiento
policial al sumar personal no adecuadamente capacitado y sin una cultura de la disciplina.
El ingreso de personas sin un adecuado filtro que evale vocacin y compromiso est
dando como resultado la presencia de elementos nocivos para la institucin policial.
La actual formacin policial presenta deficiencias de todo tipo que afectan la eficacia del proceso de profesionalizacin de los policas.
Se percibe la necesidad de ms espacios curriculares prcticos en todos los niveles
de la capacitacin.
Ha habido muy escasa inversin en educacin y capacitacin policial en los ltimos
aos.
El diseo curricular del Instituto Universitario de Seguridad Pblica sugiere un perfil
orientado a la prevencin, pero en los hechos no se verifica una adecuada capacitacin
faltando, al mismo tiempo, una adecuada preparacin en materia de polica judicial y
gestin penitenciaria.
Son necesarias carreras de formacin especficas tanto para la polica de Investigaciones con formacin en inteligencia criminal como para el personal penitenciario.
Puede haber una formacin bsica comn pero en un momento de la carrera la especializacin es esencial.
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cual la polica debera promocionar su actividad: En vez de resaltar el uso de armas y los
operativos, optan por mostrar que en un da normal un polica puede que en la maana
temprano ayude en una escuela, a media maana participe en una tarea propia de su
funcin, al medio da sea padre de familia, en la siesta se vista de enfermero y ayude a
una embarazada, y por la tarde tenga que hacer las veces de sacerdote y asistir a una
persona que requiera ser escuchada y aconsejada.
Qu opinin le merece la Detencin por Averiguacin de Antecedentes?
Sencillamente, es una patologa del sistema. No sirve.
ii. Lic. Martin Appiolaza 3
Cmo surge la idea de realizar el Informe titulado Bases de una estrategia educativa para la reconversin integral del modelo policial de la Provincia de Mendoza?
Ese proyecto naci cuando Aguinaga era el Ministro de Seguridad. El que estaba a
cargo era Alberto Montbrun. A l lo invitaron a participar una vez que ya haba comenzado, por lo que habra que hablar con l sobre el tema.
Qu opinin le merece la Detencin por Averiguacin de Antecedentes?
Como medida es muy ineficiente, aumenta la conflictividad social. El gobierno trabaja sin objetivos claros, sin herramientas conceptuales para ciertos delitos como por
ejemplo la rapia.
Existe un vaco poltico y falta de instrucciones claras que sumado a un desconocimiento de las herramientas, genera que la detencin est orientada a conseguir un
cupo preestablecido y hacer nmeros, derivando en una grave estigmatizacin y
selectividad.
Para la polica la detencin por averiguacin de antecedentes es prevencin situacional, el problema es que es ineficaz. Tiene un nivel de eficiencia bajsimo, que tiene como
consecuencia la criminalizacin.
En la provincia de Mendoza no hay estrategias. Desde el 2011 hubo una cada de los
criterios de control: por lo que, reitera, no hay polticas claras en el tema.
Para abordar esta lgica hay que territorializar. Otra alternativa es una poltica respecto a, por ejemplo, las motos: si se determinase que en una gran cantidad de casos
estn involucradas motos con dos personas a bordo, se podra pedir documentos y
papeles del vehculo, casco, etc.
La intervencin policial es la ltima opcin. Hay que trabajar sobre otros actores,
sobre las estructuras criminales.
La detencin por averiguacin de antecedentes es una facultad del Estado de pedir
datos de alguien, el tema es la cuestin de criterios, de cmo la aplica el Estado. Si es la
nica opcin que tiene, es cara e ineficiente.
En general es todo improvisado, no hay diagnstico, no hay perfil policial. Directamente no existe la mirada endogrfica del delito, somos accin y reaccin.
Para empezar a buscar soluciones hay que empezar por identificar factores de riesgo,
cruzar variables, etc. Por tomar un ejemplo, en Rosario se ha bajado la tasa de muertes a
3 Ver: https://www.linkedin.com/in/martinappiolaza
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partir de un abordaje total a travs de centros de salud, educacin, centros sociales, etc.,
identificando y reorientando los factores del Estado.
En Mendoza no encuentro nada de esto, no hay datos de bandas, no hay mapeo, no
hay anlisis de evolucin, etc.
Qu opinin le merece el uso de medios letales y no letales?
El tema del uso del arma es cmo lo usas, cmo y cuanto se prctica, y como es el
manejo de estrs.
Es todo coyuntura, el uso de la fuerza descontrolada es una consecuencia de falta de
planificacin, falta de descripcin cualitativa del delito.
Como no hay informacin no hay polticas. En general se ha subestimado las distintas
fuentes de informacin (como por ejemplo: llamados al 911, poltica de datos, etc.).
Existen protocolos para el uso de la fuerza?
Segn tiene entendido, cuando Nilda Garr estaba al frente del Ministerio de
Seguridad de la Nacin, se firmaron una serie de protocolos acerca del uso de la fuerza
que Mendoza no adhiri, era la nica que no lo haba hecho (o por lo menos fue una de
las ltimas que lo hizo).
Cmo es la capacitacin terica, prctica, y posterior seguimiento, en medios no
violentos, no letales y letales?:
En el iusp debera haber una progresividad.
Qu otras situaciones considera que afectan formacin y eficacia policial?
Un tema preocupante respecto a la formacin es el hostigamiento dentro de la polica. Ha existido y existe una poltica de hostigamiento a los crticos de las tradiciones,
que pretenden evolucionar y capacitarse.
Otro problema grave a investigar es la salud policial: el consumo de estupefacientes y
la consiguiente relacin de los agentes con los narcotraficantes.
1.b)La visin ciudadana del desempeo policial
En base a un muestreo realizado, puede arribarse a la conclusin de que la visin ciudadana frente al desempeo cotidiano del personal policial no es distante al anlisis
realizado por los profesionales.
La encuesta realizada a 78 personas da cuenta de que los defectos son recurrentes:
falta de profesionalismo, eficiencia y trato personal son lugar en comn en la percepcin
ciudadana, la cual en contrapartida estima que el problema principal no es la cantidad
de recursos y/o de efectivos policiales.
Aquel modelo policial obsoleto y anacrnico denunciado en el informe elaborado
en el ao 2008, cuya existencia ha sido reafirmada por los profesionales en la materia
durante las entrevistas realizadas este ao, ha dejado de ser acaso una sensacin para
transformase en una realidad palpable en la que la ciudadana destaca principalmente
aspectos negativos.
A continuacin exponemos el anlisis grfico realizado sobre las encuestas practicadas:
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A fin de graficar con mayor precisin la situacin en el resto del Gran Mendoza en torno
a la utilizacin de instituto de la detencin por averiguacin de antecedentes, utilizamos
como referencia el libro de aprehendidos y detenidos correspondiente a la Comisara N
9 del departamento de Guaymalln en el perodo comprendido entre el 03/05/2013 al
03/05/2014, al cual tuvimos acceso desde Xumek con motivo de intervenir como querellante en la investigacin por la muerte de Vctor Vlez Caizares.
En los ms 2174 asientos realizados en dichos libros durante el ao calendario referido, casi el 40 por ciento de los mismos corresponde a detenciones con motivos de averiguaciones de antecedentes.
Lejos de poder interpretar el uso de esta herramienta como til en la prevencin del
delito, el destino de libertad en el 97% de los casos en personas mayores y del 90% en
menores, da cuenta de un evidente desvo en los fines previstos por la ley provincial N
6.722, en la medida de que puede afirmarse que la mayora de las personas detenidas
no haban cometido un delito ni representaban algn tipo de peligro para s o terceros.
Tal como destacamos en el Informe Anual 2014, seguimos sosteniendo que:
La detencin por averiguacin de antecedentes se encuentra casi exclusivamente destinada a perseguir
y hostigar en forma injustificada a un sector determinado de la sociedad, los ms humildes. Es decir, se
trata de una herramienta de imposicin de poder y disciplinamiento social a jvenes pobres4.
Previo a entrar en el frio anlisis de los datos cuantitativos obtenidos, y si bien ha sido
objeto de tratamiento en oportunidades anteriores, es importante tener presente que
al hablar de hostigamiento por parte de la polica nos referimos a una serie de situaciones que abarcan prcticas caracterizadas tanto por las conductas, como tambin por los
sujetos involucrados en las mismas:
Lo constituyen las conductas de violencia fsica o moral, persecuciones, insultos, detenciones arbitrarias, aplicacin selectiva y discriminatoria de la ley, tratos
crueles, inhumanos y degradantes, condiciones de detencin denigrantes, procedimientos policiales indebidos, y en general todos los actos discriminatorios y
abusivos,
cometidos por agentes de polica en ejercicio de sus funciones,
contra una poblacin o grupo de personas.
De lo anterior se desprende que el grupo destinatario de esas prcticas abusivas, si bien
puede variar, requiere siempre de un grado de sistematicidad que denote una frecuencia no compatible con hechos aislados.
Como a continuacin probaremos, precisamente son los jvenes de sectores populares los destinatarios de conductas que obedecen a una aplicacin selectiva de la ley: se
presume que cometen delitos, y como consecuencia son objeto de controles desproporcionados, y su libertad de circulacin y movimiento es arbitrariamente restringida con el
objetivo de averiguar su identidad, antecedentes, medios de vida, etc.
4 Xumek (2014). Informe Anual sobre la situacin de los derechos humanos en la provincia de Mendoza, pg. 74. Disponible en
www.xumek.org.ar/publicaciones.
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Las normas referidas facultan a la polica para detener sin orden judicial en circunstancias que ellas mismas expresamente establecen. Sin embargo, lo hacen con una amplitud de razones y vaguedad de trminos que favorecen la discrecionalidad y ponen en
riesgo el respeto y la garanta de los derechos de la poblacin en general, y de determinados grupos en particular. Y es en virtud de ellas que los policas actan convencidos
de que estn cumpliendo un deber legal, aun cuando desvirten groseramente los de
por s cuestionados fundamentos.
La ley N 6.722 regula el rgimen para la polica de Mendoza, estableciendo en su artculo 11 inciso 3 la posibilidad de que el personal policial lmite la libertad de las personas:
Cuando fuere necesario conocer la identidad y antecedentes de una persona, en razn de conductas, circunstancias, conocimientos previos o actitudes que razonablemente induzcan a sospechar que ha cometido un delito o est a punto de hacerlo, que se trata de un prfugo de la Justicia o representa un peligro
real para otros y se negare a informar sobre su identidad o a responder a otros requerimientos sobre
sus circunstancias personales. Tales privaciones de libertad debern ser notificadas inmediatamente a
la autoridad judicial competente y durarn el tiempo estrictamente necesario, el que no podr exceder
el trmino de doce (12) horas. Finalizado este plazo, en todos los casos la persona detenida deber ser
puesta en libertad o, cuando correspondiere, a disposicin de la autoridad judicial competente.
Como puede apreciarse los trminos utilizados por la normativa expresan una serie
de requisitos que deben darse en forma acumulativa y no consigna, como se cree en la
prctica, una enumeracin de situaciones en las que se autoriza sin ms a detener a una
persona para averiguar sus antecedentes.
Situacin similar se da en el caso de la ley N 6.354, la que tiene como tema central
el Rgimen Jurdico de Proteccin de la Minoridad y en su ttulo iii titulado justicia
en lo penal de menores tambin regula la facultad policial de restringir la libertad en
este caso de menores de edad sin orden judicial en casos de flagrancia (art. 125), y de
iniciar la investigacin de delitos con base en una prevencin o informacin policial
(art. 135).
2.b) Destino de los/las detenidos/as:
Si bien las detenciones previstas en ambas normas provinciales sin que medie previa
orden judicial, tienen entre sus requisitos principales que haya una necesidad vinculada a la investigacin de delitos penales, el resultado del simple cotejo de los destinos de las personas detenidas indican que es muy baja la relacin de las detenciones
con alguna especie de continuidad judicial de las mismas. Es decir, el requisito previo o
lgico de que exista una investigacin judicial, o al menos una situacin objetiva y razonable que haga presumir que la persona est vinculada a la eventual comisin de un
ilcito, no se da en la gran mayora de las detenciones.
La estadstica es contundente. El 90% de los menores y el 97% de los mayores,
luego de unas horas vuelven a sus casas. Por lo que no cabe la menor duda de
que no se cumple en lo ms mnimo con lo legalmente establecido, quedando los
requisitos objetivos desplazados por parmetros subjetivos que se inclinan por
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una aplicacin selectiva, caprichosa y arbitraria de la ley en base a meros estereotipos preexistentes.
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Respecto al primer punto, el hecho de que el 92% de las detenciones motivadas en las
leyes N 6.722/6.354 sean de hombres, habla a las claras de quienes son los apuntados
por los encargados de hacerlas cumplir.
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En cuanto a las edades, es realmente notorio la franja etaria que mayormente sufre este
tipo de prctica policial: el 76% de los mayores de edad oscila entre los 18 y 29 aos, a lo
cual se suma que el 49% de los menores tiene entre 15 y 17 aos.
2.d)detenciones mltiples:
Si bien la Corte Interamericana en ms de una oportunidad se ha pronunciado7 acerca
de la prohibicin de las razzias en Argentina, las detenciones masivas siguen existiendo.
Concretamente han sido detenidos en el perodo analizado en la comisara en cuestin:
Dos personas: en 113 oportunidades;
Tres personas: en 33 oportunidades;
Cuatro personas: en 11 oportunidades;
Cinco veces: en 3 oportunidades;
Seis veces: en 5 oportunidades;
Siete personas: 1 vez;
Nueve personas: en 2 oportunidades.
7Corte idh. Caso Bulacio vs. Argentina. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 18 de Septiembre de 2003. Serie C No.
100; Caso Torres Millacura y otros vs. Argentina. Fondo, reparaciones y costas. Sentencia de 26 de agosto de 2011. Serie C
No. 229.
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5. Yenina N.: menor de edad nacida el 15/8/98. Detenida por distintos motivos,
y con distintos destinos, en 10 oportunidades:
22 de agosto de 2013: Ley N 6.354 (destino Hogar Transitorio 2)
11 de febrero 2014: daos y amenazas,
7 de marzo 2014: Av. Paradero,
27 de marzo 2014: Ley N 6,354 (destino T. N2),
27 de marzo 2014: Ley N 6.354 (destino E. Hogar Transitorio 2),
1 de abril: Ley N 6.354 (destino Hogar Transitorio 2),
2 de abril: Paradero (destino dinaf Tunuyn),
11 de abril: Paradero (destino Hogar Administrativo ii),
14 de abril: Paradero habido (destino Hogar administrativo ii),
19 de abril: ley N 6.354 (destino hogar N 7).
Un detalle no menor es que todas las personas destacadas en este punto recuperaron su
libertad al cabo de pocas horas.
De hecho reiteramos que mucho ms del 90% de los detenidos por esta figura legal
no tuvieron otro destino que no sea la de retirarse de la comisaria horas ms tarde.
Sin embargo, vale resaltar que no todos tuvieron la dicha de recuperar su libertad,
aun cuando ms no sea para unas horas despus volver a ingresar. Vctor Ariel Vlez,
luego de algunos minutos en la comisara fue encontrado ahorcado en el calabozo.
En sntesis, habiendo analizado la opinin de los profesionales como as tambin los
datos de las entrevistas a los ciudadanos y habiendo contrastado ambos con los datos
conseguidos en una dependencia en particular, podemos afirmar que esa polica carente
de preparacin profesional y por ende sin alternativas para la solucin de conflictos,
termina echando mano de una de las pocas herramientas conocidas, la detencin por
averiguacin de antecedentes, con criterios abusivos, discriminatorios, ilegales o lisa y
llanamente sin criterio alguno.
3. Casos:
En el presente apartado nos ocuparemos de relatar los casos de violencia institucional
acaecidos durante el ltimo ao en dependencias policiales, reservando aquellos casos
ocurridos en establecimientos penitenciarios para el apartado relativo al estado de la
situacin penitenciaria.
3.a) Los casos de violencia institucional durante el ltimo ao
(diciembre del 2014 a noviembre del 2015):
a. Fecha: 14 de noviembre del 2014. Lugar: Comisara 29, departamento de Maip.
Gerardo Alberto Navarro fue detenido en la Comisara 29 de Maip tras una discusin
familiar a la espera de que la Oficina Fiscal N 10 resolviera su situacin. Cerca de las 17
horas fue encontrado ahorcado con su propia remera por lo que fue trasladado por
personal del Servicio de Emergencias Coordinado hacia el Hospital Paroissien donde
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16http://losandes.com.ar/article/creceelescandaloporlospreventoresdelasherasqueencierrana
alguienenunbaulylofilman
17http://losandes.com.ar/article/policiaquematoapresuntoladronsiguepreso
18http://www.elsol.com.ar/nota/244152/policiales/estabaebrioelpoliciaquebaleoasumujerenmaipu.html
19http://www.mdzol.com/nota/637701otramuertesospechosaenunacomisariamendocina/
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La versin inicial indicaba que lo que impact en la cabeza de Lucas era una botella,
pero segn el mdico forense no tena restos de vidrios en la herida y agrega que fue
un elemento cncavo y con la demasiada fuerza como para producirle hundimiento de
crneo. Luego el informe de cientfica revela que en las prendas de la vctima haban
encontrado metales que corresponden al fogonazo de un disparo de arma de fuego.
Las testimoniales coinciden en que un oficial de antidisturbios apunto y disparo una
granada humo, por lo que fueron citados a declarar los 8 efectivos involucrados y se
secuestraron las escopetas. La oficial que estaba en la posicin 3 de la formacin aseguro que, el que estaba en la posicin 8 fue el que rompi fila y no respeto las recomendaciones de disparar con hacia arriba porque cargo, apunto y disparo y agrego que no es
la primera, ya que en las practicas lo hace.
Si bien en un principio la causa fue caratulada como averiguacin muerte, tras la
investigacin se pudo individualizar e imputar al polica Diego Guzmn.
ltimo movimiento: en septiembre del ao 2015 fue aceptado un pedido de la querella, representada por el Dr. Cristian Cruz, para hacer la reconstruccin el hecho y se
notifica una audiencia a fin de resolver la situacin procesal del imputado los das 30 de
Mayo y 1 y Junio.
iii. Nicols Barrera:
N Expediente: P30.505/14.
Caratula: Homicidio agravado por el uso de arma de fuego,
Fiscal: de instruccin Santiago Garay (Unidad Fiscal Especial); de cmara Daro Tagua,
Etapa: Elevada a juicio.
Imputado: Jos Castro Figueroa.
Hechos: Nicols muere por un disparo que recibe en la espalda proveniente del arma
reglamentaria de Jos Castro Figueroa.
Castro se encontraba fuera de servicio, y aleg haber disparado en legtima defensa
ante un intento de robo por parte de Barrera.
En un primer momento se lo imput por exceso en legtima defensa, aunque las pericias posteriormente revelaron que Nicols no haba realizado ningn disparo e incluso
a pesar de que un da despus del hecho haba sido encontrada un arma no apta para el
disparo, tambin indicaron que no tena arma.
Nicols no tena antecedente delictivos y estaba por terminar el secundario.
Si bien Jos Castro Figueroa se encontraba con prisin domiciliaria, se le otorg el
beneficio de esperar el debate oral en libertad. Presenta un prontuario con dos causas
por vejaciones y una por apremios ilegales donde result sobresedo, y una por privacin
ilegtima de la libertad donde fue condenado.
En esta causa pidi en dos ocasiones el sobreseimiento por legtima defensa la que
fue rechazada.
ltimo movimiento: Fijacin de fecha de debate para el mes de Mayo 2016.
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Fiscala: de instruccin Dr. Carniello (Unidad Fiscal Especial); de cmara Dr. Nazar.
Querellante particular: si.
Imputado: Jos Ontiveros
Hechos: A pesar de tener una prohibicin de acercamiento por violencia de gnero, el
21 de Septiembre de 2014 Jos Ontiveros fue hasta la casa de su suegra en bsqueda de
su ex pareja e intento ingresar por la fuerza. Al no poder hacerlo, arremeti contra Benjamn Monje de 8 aos de edad, nieto de Mara Fernndez quien jugaba en la vereda,
disparndole dos veces con su arma reglamentaria. Al escuchar los disparos Fernndez
sali de la vivienda en bsqueda de su nieto, momento aprovechado por Ontiveros que
le dispar varias veces. Ambos heridos fallecieron, la seora en el lugar y su nieto en el
hospital Humberto Notti.
Con posterioridad al hecho Ontiveros fue internado en el hospital Psiquitrico El
Sauce por manifestar intenciones suicidas. Actualmente se encuentra alojado en el
complejo penitenciario San Felipe.
Segn las testimoniales de la causa, el oficial de la Polica de Mendoza haba amenazado en varias ocasiones con matar a la madre y sobrino de su ex mujer para hacerla
sufrir y evitar as que se olvide de l.
vii. Andrs Garca Campoy:
N Expediente: 17.877/14, del Primer Juzgado Federal de la provincia de Mendoza,
secretara penal B.
Cartula: Averiguacin Muerte.
Etapa: Instruccin formal.
Juez: Walter Bento
Juzgado: Juzgado Federal.
Querellante particular: si. Susana Campoy, madre de Andrs Garca Campoy, representada por el Dr. Soler.
Hechos: Andrs fue detenido el da 14 de Junio en un control de rutina de Gendarmera en la ruta nacional N 7. Posteriormente muere en circunstancias poco claras
producto de un impacto de bala de una carabina antigua que portaba en su auto. Los
gendarmes afirman que Andrs se suicid. Entre las medidas de prueba solicitadas por
la parte querellante se destaca una necropsia psicolgica.
Ultimo movimiento: El Juez de la causa dict la falta de mrito para los imputados,
igualmente la investigacin contina.
viii. Gerardo Alberto Navarro:
N Expediente: P120.761/14.
Cartula: Averiguacin Muerte
Etapa: Investigacin penal preparatoria.
Fiscal de Instruccin: Fabricio Sidoti
Fiscala: Unidad Fiscal MaipLujan
Querellante particular: si.
Hechos: Gerardo se encontraba detenido en la comisaria 29 de Maip tras una disxumek | 113
cusin familiar y a la espera que la fiscala N10 resuelva su situacin. Cerca de las 17h.
Fue encontrado ahorcado con su propia remera, motivando su trasladado al Hospital
Paroissien donde muri poco despus.
A fs. 66 puede advertirse que la querella ha solicitado la declaracin testimonial de
Laura Patricia Navarro, Marial Del Carmen Navarro, y Marcela Alejandra Navarro.
Si bien la causa estaba paralizada, a finales de octubre de este ao el fiscal orden (fs.
76) que sea repetida la necropsia por el cuerpo mdico forense.
Ultimo movimiento: Octubre 2015
4. El tratamiento meditico de los casos de violencia institucional: 1
La violencia institucional, al tratarse de un problemtica que refiere al funcionamiento
ilegal de las instituciones del Estado, requiere de una cobertura periodstica adecuada y
especfica, basada en una necesaria perspectiva de derechos humanos. En este aspecto,
los medios de comunicacin constituyen un recurso fundamental para garantizar el
acceso a la informacin, y a partir de all contribuir a la bsqueda de la verdad y la justicia.
Histricamente en Mendoza los medios audiovisuales, grficos y digitales sostienen
en sus tratamientos periodsticos sobre temas vinculados a situaciones de personas en
conflicto con la ley en especial aquellas que tienen como protagonistas a jvenes,
adolescentes, nios y nias, y privadas de libertad, estigmas que reafirman la criminalizacin de la pobreza: patrn central del atropello a los derechos humanos por parte de
las fuerzas de seguridad y el sistema judicial.
De esta manera, la violencia institucional es silenciada, invisibilizada, cuando no
justificada por los medios comerciales de Mendoza, mxime en las publicaciones y
difusiones construidas por las grandes corporaciones mediticas que centralizan la
informacin local como el Grupo uno, Grupo Clarn, Grupo Alonso; Grupo lvarez,
Grupo Terranova y Grupo Cooperativa.
A partir del abordaje sobre el tratamiento meditico de esta problemtica surgen pistas que indican que en Mendoza el grueso de los casos todava no se presenta como de
violencia institucional, recurriendo en el 99% de las situaciones a la tradicional categora o etiqueta de Policiales. Este condicionamiento significa el primer obstculo para
instalar la noticia desde la mirada de los derechos humanos.
El relevamiento anual de 2014 de la Defensora del Pueblo indic que en Argentina de
cada tres noticias audiovisuales que hablan de adolescentes, nios y nias, dos aparecen
en las secciones Policiales. Mendoza no es ajena a esta realidad, lo que atenta contra la
posibilidad de reconstruir mediticamente los hechos con veracidad y de contextualizar
la problemtica de manera social y poltica: lo que prevalece en los medios comerciales
locales es la versin policial.
As el periodismo contribuye a la construccin y a la propagacin del relato del miedo
1 Por Penlope Moro Rocchietti, periodista de la Campaa Nacional contra la Violencia Institucional.
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las coberturas periodsticas que tratan el tema deben superar dicho concepto y la mera
denuncia a travs del seguimiento informativo del desarrollo de las causas, informando
a la ciudadana sobre quines son los responsables de investigar los hechos, el camino y
las trabas que sufren los expedientes dentro del sistema judicial. Este aspecto carece de
todo tipo de abordaje en la prensa comercial local.
Titulaciones como Enfrentamientos entre vecinos y policas ejemplo de la represiones sufridas por vecinos del Barrio Parque Sur de Godoy Cruz y de las barriadas populares de General Alvear a lo lardo de este ao; El Polica actu en legtima defensa
ejemplo de la cobertura que se le dio al fusilamiento del nio Nicols Barrera a cargo
de un efectivo policial en 2014, Un nuevo suicido dentro de una comisara aparicin sin vida en noviembre ltimo del joven Germn Bastas dentro de la Comisara N9
de San Rafael, ilustran la tendencia del periodismo vernculo a utilizar el mero relato
policial para construir sus informes, y a la reproduccin de prejuicios y sospechas sobre
determinados grupos; y con ello la violencia social y la criminalizacin.
Dentro de la prctica periodstica se torna fundamental la deteccin de las situaciones conflictivas que son recurrentes con el ejercicio de la violencia institucional, fsica
y/o psicolgica de parte de integrantes de las fuerzas de seguridad. Esto abarca problemticas como los desalojos de viviendas, tierras y espacios pblicos; operativos
de saturacin en territorio; situaciones de violencia en contexto de encierro, crceles
y comisaras; requisas, demoras por averiguacin de antecedentes; allanamientos.
Atenta a estas necesidades, en octubre ltimo la Campaa Nacional Contra la Violencia Institucional present en la Legislatura y en el sur provincial la Gua para el tratamiento meditico responsable de la Violencia Institucional, un declogo destinado a
periodistas con recomendaciones para abordar la temtica que elabor en conjunto con
el Programa Memoria en Movimiento de la Secretara de Comunicacin Pblica de la
Nacin y la Defensora del Pblico. La intencin es que el recurso sea tenido en cuenta
por editores y periodistas a la hora de cubrir hechos relacionados con la problemtica.
Asimismo, se destaca que el compromiso con un tratamiento meditico responsable
excede a los periodistas y comprende a toda la lgica meditica signada por la inmediatez y optimizacin de recursos y tiempo, ya que funcionan como factores limitantes los
periodistas y habilitan en su hacer o no hacer.
En Argentina rige sobre los medios de comunicacin audiovisuales una ley ejemplar
en materia de informacin y derechos humanos, la Ley N 26.522 exige la eliminacin de
las variables mercantiles sobre la construccin de la veracidad.
Datos provenientes de la experiencia comunicacional de la Campaa Nacional contra la Violencia Institucional indican que el periodismo es esencial para el avance de
las causas: solo el 8% de los casos llega a condena, excepcionales veces esas sentencias
son ejemplares. Por lo tanto el rol que cumple la prensa es fundamental para alcanzar
la condena social y quedar inscripta en la memoria colectiva, para dar fuerza as a la
continuidad de la lucha por la Verdad y la Justicia sobre los crmenes cometidos por las
fuerzas de seguridad en democracia.
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cada en nuestra provincia, teniendo en cuenta el alto ndice de impunidad de los delitos
de violencia institucional.
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Salud Mental N26657 y sus puntos centrales. All nos interesa abordar el planteo de la
ley respecto a las internaciones y las garantas con las que debe contar la persona usuaria de los servicios. Luego la imperiosa necesidad de la creacin del rgano de Revisin
Local en nuestra provincia, sus funciones y el estado de situacin actual. Para finalizar
haremos algunas reflexiones acerca de nuestra experiencia en este camino recorrido.
Aspiramos con este trabajo a pensar cmo acompaamos este movimiento de restitucin y ampliacin de derechos en el mbito de la salud mental, que ha sido histricamente uno de los ms retrasados. Anhelamos, por lo tanto, promover espacios de
reflexin y discusin, que permitan seguir interpelando nuestras polticas, prcticas y
acciones, en relacin a la salud/salud mental.
Antinomios: lo normal y anormal
De la indagacin del pasado, del devenir histrico comprendemos el presente de la
salud mental. Como punto de partida, consideramos importante remarcar que el concepto de locura resulta de una construccin socio-histrica-cultural. Se encuentran
antecedentes legislativos, normas sociales, que introducen parmetros de lo normal/
anormal, de capaz/incapaz, de adaptado/inadaptado. Haciendo abuso de antinomios,
se ha privado de la dignidad a mujeres, nios, afro-descendientes, homosexuales, etc.
Estas bases normativas han logrado subsistir por siglos, los preceptos romanos, cannicos, se filtran an hoy entre nosotros.
Hasta hace no mucho tiempo atrs la mujer era considerada incapaz a partir del
matrimonio, los homosexuales eran considerados enfermos, los nios y adolescentes
incapaces, etc. Se sostuvieron principios sustentados en una medicina hegemnica ejerciendo reduccionismos que priorizaban el saber biologicista en lugar del sujeto como
protagonista de su sufrimiento.
La historia de la salud mental no ha sido ajena a este proceso, se ha desarrollado
acompasadamente con la historia de la cultura de cada poca. Sin la posibilidad de apelar a una declaracin de incapacidad no hubiera sido posible mantener internaciones
en hospitales psiquitricos durante aos con privaciones de todos los derechos comenzando por la dignidad.
De esta manera queda al descubierto la complicidad entre el sistema biologicista y el
sistema jurdico, sentando las bases para que este ltimo intervenga.
Hoy esta mirada se encuentra en crisis ya que se contradice a la idea misma de persona, a la idea misma de sujeto integral. Por ello es tan importante el paradigma de
derechos humanos, que coloca lmites al estado, partiendo de la premisa del sujeto de
derecho.
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c) Evaluar que las internaciones involuntarias se encuentren debidamente justificadas y no se prolonguen ms del tiempo mnimo necesario, pudiendo realizar
las denuncias pertinentes en caso de irregularidades y eventualmente, apelar las
decisiones del juez.
d) Controlar que las derivaciones que se realizan fuera del mbito comunitario
cumplan con los requisitos y condiciones establecidos en el artculo 30 de la presente ley.
e) Informar a la Autoridad de Aplicacin peridicamente sobre las evaluaciones
realizadas y proponer las modificaciones pertinentes.
f) Requerir la intervencin judicial ante situaciones irregulares.
g) Hacer presentaciones ante el Consejo de la Magistratura o el Organismo que en
cada jurisdiccin evale y sancione la conducta de los jueces en las situaciones en
que hubiera irregularidades.
h) Realizar recomendaciones a la Autoridad de Aplicacin.
i) Realizar propuestas de modificacin a la legislacin en salud mental tendientes
a garantizar los derechos humanos.
j) Promover y colaborar para la creacin de rganos de revisin en cada una de las
jurisdicciones, sosteniendo espacios de intercambio, capacitacin y coordinacin,
a efectos del cumplimiento eficiente de sus funciones.
k) Controlar el cumplimiento de la presente ley, en particular en lo atinente al resguardo de los derechos humanos de los usuarios del sistema de salud mental.
l) Velar por el cumplimiento de los derechos de las personas en procesos de declaracin de inhabilidad y durante la vigencia de dichas sentencias.
En su decreto Reglamentario 603/2013, artculo 40 se establece que:
(...) a los fines de lograr la supervisin de internacin y tratamiento, el rgano de Revisin podr ingresar
a cualquier tipo de establecimiento, publico y privado, sin necesidad de autorizacin previa, realizar inspecciones integrales con acceso irrestricto a todas las instalaciones, documentacin y personas internadas, con quienes podr mantener entrevistas en forma privada ().
ser investigadas2.
As todo el or ha venido dando una batalla, emitiendo dictmenes, realizando informes de gestin en forma pblica, realizando inspecciones en los Hospitales monovalentes, denunciando irregularidades en el sistema tanto pblico como privado de salud de
la Ciudad Autnoma de Buenos Aires y trabajado mancomunadamente con las provincias a los fines de incentivar y apoyar en los procesos de conformacin de los rganos de
revisin locales.
En la ultima jornada que se realizo en Buenos Aires el 26 de junio de 2015, el or junto
al cels convocaron a todas las provincias de la Argentina que estuvieran trabajando
para la conformacin de los rganos de revisin locales, y se puso en conocimiento que
solo la provincia de Santa Cruz cuenta con orl, pero hasta el momento funciona sin
presupuesto.
En la provincia de Mendoza, el proceso de conformacin del orl comenz en el ao
2013, cuando por iniciativa del rea Comunitaria y Derechos Humanos de la Direccin
de Salud Mental, se convoc a reas y Ministerios del Estado provincial y sectores de la
sociedad civil vinculados a la materia, quienes en un trabajo colectivo, con dificultades,
y con arduos debates escribieron un proyecto de ley denominado Creacin del rgano
de Revisin en Salud Mental en la Provincia de Mendoza, el cual se encuentra presentado en la Legislatura de Mendoza como inquietud ciudadana, habiendo pasado hasta
el momento solo por la Comisin de Salud de dicha legislatura, sin que se haya vislumbrado la voluntad poltica necesaria para que dicho proyecto sea sometido a votacin,
ni est en la agenda de la gestin.
A modo de conclusin
Claro est, que una ley por s sola no cambia un paradigma porque cambiar un paradigma no es algo que se pueda realizar en el plano del discurso, no es mejorar o humanizar lo que ya se tiene, sino transformar radicalmente prcticas, sistemas, miradas y
esto conlleva cambios profundos que implican un proceso responsable y sostenido de
construccin poltica y colectiva en este sentido.
Es necesario evidenciar la falta de decisin y direccionalidad poltica, para hacer efectiva la ley y ubicar al sujeto desde una perspectiva de derecho.
Por su parte, los agentes defensores del modelo mdico hegemnico continan generando opinin pblica, distribuida por los aparatos de comunicacin masivos, cada vez
que ocurre un hecho de violencia vinculado a algn padecimiento mental poniendo en
jaque hasta la capacidad jurdica de la ley.
Alcanza con visitar los hospitales monovalentes de Mendoza para advertir las condiciones de internacin de las personas all alojadas, la distribucin del espacio, las
medidas de seguridad, las reglas de funcionamiento, los medios de sujecin, la sala de
aislamiento, entre otras.
2 Derechos humanos en Argentina. Informe 2015.CELS. Siglo X X I Editores, 2015, pg. 517.
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Los motivos que impulsaron la creacin de una Ley de Salud Mental con estas caractersticas son las terribles violaciones a los derechos bsicos de la dignidad de las personas con sufrimiento mental, hoy a 5 aos de su creacin y a 5 aos del plazo establecido
para el cierre de los hospitales monovalente, continan sucediendo. La Ausencia del
rgano de Revisin Local en la provincia de Mendoza, como en muchas provincias del
pas, es un obstculo concreto para avanzar en la defensa los derechos de las personas
con sufrimiento mental. Entendemos fundamental que nuestra provincia cuente con
un rgano que respete las garantas expresadas para su constitucin, y cuente con los
recursos necesarios para su funcionamiento. Por otra parte, el camino es largo cuando
de cambios de paradigma se trata, pero la creacin de herramientas como rgano de
revisin permitir precipitar condiciones de existencia de los usuarios de salud mental.
Nuestra apuesta, como la de muchos otros, es animarnos a desafiar lo dado a construir alternativas en salud que nos incluyan como protagonistas y que respeten los derechos humanos y la dignidad de las personas.
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Se trata de una ley de orden pblico (art. 1) y los derechos que protege se encuentran
reconocidos en la Convencin para la eliminacin de todas las formas de Discriminacin
contra la Mujer (cedaw), en la Convencin Interamericana para, Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra la Mujer (Belm do Par), la Convencin sobre los Derechos
de los Nios y la Ley N 26.061 de Proteccin integral de los derechos de las Nias, Nios
y Adolescentes (art. 3).
Nuestra provincia adhiri sin reservas a dicha normativa mediante la Ley N 8.226.
sta impacta en toda la normativa provincial, es decir en la legislacin de fondo pero
muy fuertemente en los cdigos de procedimiento, produciendo cambios sustanciales
en nuestra legislacin.
As, se ha provocado un cambio sustancial en la visin sobre lucha contra la violencia
contra las mujeres, ampliando considerablemente los tipos y mbitos en los cuales se
manifiesta la violencia. Adems, con ella se modifica el abordaje de la temtica, ya no
como violencia domstica o familiar sino violencia contra las mujeres en todos los mbitos
en los cuales se desarrolla, tal como lo determina el art. 43, 54 y 65 de dicha normativa.
Sin embargo, la sancin de la ley no produjo un cambio radical como se esperaba, ya
que fue una perfecta ley sustancial pero en la prctica resulta deficiente. Los objetivos
planteados se fueron desdibujando a lo largo de los aos, conformndose con el solo
hecho de su sancin.
De este modo, en la Provincia de Mendoza podemos evidenciar ciertos avances pero
tambin la perdurabilidad de ciertas prcticas y situaciones que denotan una constante
vulneracin de derechos de las mujeres y otras personas en base a su eleccin de identidad sexual u orientacin sexual.
1. Avances
Este ao, como corolario quizs de la multitudinaria marcha del 3 de junio, la Legislatura
provincial aprob un paquete de leyes intentando dar respuesta a la problemtica de la
violencia de gnero en Mendoza.
Si bien es amplio el espectro de falencias que tienen las mismas, estas leyes apuntaran a subsanar dos de los puntos ms dbiles del Estado en la materia: los obstculos
en el acceso efectivo a la justicia incluyendo la falta de especializacin y capacitacin
en gnero de los y las operadores/as de justicia, as como la inexistencia de registros
oficiales que permitan tener un panorama certero acerca de la situacin de violencia de
gnero en todas sus modalidades.
En concreto, los avances se refieren a:
3 Art. 4, Definicin () violencia contra las mujeres toda conducta, accin u omisin, que de manera directa o indirecta, tanto en el mbito pblico como en el privado, basada en una relacin desigual de poder (...).
4 Art. 5 () Quedando especialmente comprendidos los siguientes tipos de violencia contra la mujer: fsica, psicolgica,
sexual, econmica y simblica ()
5 Art. 6 (...) los distintos tipos de violencia contra las mujeres en los diferentes mbitos, quedando especialmente comprendidas las siguientes: violencia domestica, institucional, laboral, libertad reproductiva, obsttrica y meditica ().
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La letra se argumenta sobre los artculos discriminatorios del cdigo de faltas de la provincia de Mendoza (sobre dichos artculos tambin hay un proyecto presentado por la
senadora Ubaldini), que:
Son resabios de la oscura etapa de la dictadura y caen con crueldad sobre nosotras a travs de la creacin
de figuras jurdicas que criminalizaban la diversidad de las identidades de gnero. Ser travesti, transexual o transgnero en Argentina era, hasta el 12 de mayo de 2012 sinnimo de estar condenada/o a distintas prcticas de persecucin sistemtica, represin, discriminacin y exclusin social.
El proyecto tambin refiere a otro dispositivo de exclusin y discriminacin social y cultural que opera contra el colectivo trans: el perjuicio social. La expulsin de los circuitos laborales tambin es moneda corriente para las minoras por identidad de gnero.
Esto es analizado por la Oficina Internacional del Trabajo (oit) como: un desperdicio
de talentos, con efectos negativos para la productividad y el crecimiento econmico.
La discriminacin genera desigualdades socioeconmicas que perjudican la cohesin
social y la solidaridad, y que dificultan la disminucin de la pobreza, resea.
Cupo femenino para la Suprema Corte de Justicia de la Provincia.
El Senado aprob el proyecto de ley que garantiza la presencia femenina en el Mximo
10http://www.nacionalmendoza.com.ar/?p=49217
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Tribunal 11.
El 11 de noviembre se conoci que tuvo media sancin al proyecto de ley presentado en
2014 por la Senadora Claudia Najul (ucr) donde se exige en la composicin de Suprema
Corte de Justicia de Mendoza que el 30% de sus miembros sean mujeres. Dicha disposicin, en caso de recibir sancin definitiva por la Cmara de Diputados, regira a partir de
que se vayan generando vacantes definitivas en dicho rgano.
En una sesin histrica para el avance de los derechos de las mujeres en uno de los
poderes del Estado donde todava la perspectiva de gnero es un desafo, el Senado por
unanimidad (con la abstencin de la senadora Barbeito) dio respaldo al proyecto de la
senadora radical.
2. Falencias
2.1) Acceso a la justicia
El derecho internacional de los derechos humanos ha desarrollado estndares sobre el
derecho a contar con recursos judiciales y de otra ndole que resulten idneos y efectivos
para reclamar por la vulneracin de los derechos fundamentales. En tal sentido, la obligacin de los Estados no es slo negativa de no impedir el acceso a esos recursos sino
fundamentalmente positiva, de organizar el aparato institucional de modo que todos
los individuos puedan acceder a esos recursos. A tal efecto, los Estados deben remover
los obstculos normativos, sociales o econmicos que impiden o limitan la posibilidad
de acceso a la justicia.
La Comisin Interamericana de Derechos Humanos (en adelante cidh)12 observa
que el derecho de las mujeres a vivir libres de violencia y discriminacin, ha sido consagrado y establecido como un desafo prioritario en los sistemas de proteccin de los
derechos humanos a nivel regional e internacional. La promulgacin de instrumentos
internacionales de derechos humanos que protegen el derecho de las mujeres a vivir
libres de violencia, refleja un consenso y reconocimiento por parte de los Estados sobre
el trato discriminatorio tradicionalmente recibido por las mujeres en sus sociedades. El
hecho de que la Convencin Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (en adelante Convencin de Belm do Par) sea el instrumento
ms ratificado del sistema interamericano, y que la mayora de los Estados americanos
hayan ratificado la Convencin sobre la Eliminacin de Todas las Formas de Discriminacin contra la Mujer (en adelante cedaw) y su protocolo facultativo, refleja el consenso
regional de que la violencia contra las mujeres es un problema pblico y prevalente,
meritorio de acciones estatales para lograr su prevencin, investigacin, sancin y reparacin.
La Ley N 26.485 pone nfasis en el acceso gratuito a la justicia, consagrando este
11http://www.nacionalsanrafael.com.ar/?p=22735
12http://www.cidh.org/
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Adems, conforme surge del siguiente y como bien afirm la Dra. Spezia, cada vez ms
son los hombres y nios que se animan a pedir ayuda, aunque el porcentaje de casos de
violencia hacia a la mujer sigue siendo sumamente elevado y preocupante.
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Asimismo, se evidencia la falta de colaboracin entre organismos e instituciones pblicas para trabajar en conjunto y dar una respuesta integral a la vctima de violencia, que
debe concurrir a todas las instancias en que se solicita su presencia, declarar continuamente sobre las situaciones a las que se vio expuesta, siendo revictimizada constantemente y sin un abordaje que permita una mejor articulacin de las necesidades de la
misma y los mecanismos de proteccin adecuados.
Por cierto, tambin la falta de presupuesto juega un papel fundamental a la hora
del incumplimiento del deber de garantizar el acceso a la justicia por parte del Estado
provincial. En relacin a ello, la asociacin civil Mumal seal que:
En Mendoza el presupuesto asignado para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres
en el ao 2014 fue tan solo el 0,02% del presupuesto nacional destinado al mismo objetivo.
En el Encuentro Nacional de Mujeres que se llev a cabo en Mar del Plata el pasado
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mes de octubre 14, se reconocieron las mismas falencias a lo largo y ancho del pas. La
impunidad de los agresores que gozan de los beneficios de un sistema machista; jueces, operadores de justicia y fuerzas policiales y de seguridad que carecen de toda
perspectiva de gnero y que slo acaban por revictimizar a las vctimas una y otra vez,
medidas de proteccin judicial que no se aplican de manera efectiva, prohibiciones de
acercamiento violadas, insuficiencia de refugios y espacios de contencin que otorguen
vivienda y que ayuden a las mujeres vctimas de la violencia de gnero a reinsertarse
laboralmente, y un presupuesto que no est a la altura de las exigencias de una situacin nacional alarmante.
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tan slo el 0,0018% del presupuesto total nacional para ese ao, destinando la
nfima cifra de 0,80 centavos por mujer para combatir la violencia de gnero.
No existen registros estadsticos oficiales centralizados sobre la magnitud de la
problemtica de la violencia contra las mujeres en el pas.
Escasa existencia de casas refugio dependientes de los estados nacional y provinciales.
El Observatorio de la Violencia contra las Mujeres, creado por la ley y puesto bajo
la rbita del Consejo Nacional de las Mujeres, an no ha realizado estadsticas
que brinden una magnitud de la problemtica en todo el territorio nacional. Una
deuda que sigue pendiente.
A ello se agrega la falta de decisin poltica frente a otras situaciones sumamente preocupantes. As, durante el mes de septiembre se convoc desde varios sectores a una
marcha contra el Procurador General, Rodolfo Gonzlez, denunciado inicialmente por
la Dra. Carolina Jacky, por el caso de Laura Videla, quien no tuvo respuesta a pesar
de tener 32 denuncias en una fiscala contra su marido por violacin. As mismo haba
sido denunciado por la Asociacin de Abogados y Abogadas de Mendoza por la Justicia Social (aamjus), que lo acus por incumplimiento en los deberes de funcionario
pblico y mal desempeo de sus funciones en dos casos de violencia de gnero 15.
A pesar de las denuncias los legisladores provinciales rechazaron el pedido de juicio
poltico contra, Rodolfo Gonzlez, y resolvieron archivar la causa al considerar insuficientes las pruebas que acompaaron tanto al expediente original como a las denuncias
presentadas con posterioridad 16. La votacin termin 31 votos negativos, 6 afirmativos
y una ausencia. Los 6 diputados que votaron a favor del juicio poltico a Gonzlez fueron Cecilia Soria, Martn Dalmau, Hctor Fresina pertenecientes al bloque del Frente de
Izquierda de los Trabajadores, Evangelina Godoy del Frente Renovador, Lucas Ilardo y
Marina Femena del Frente Para la Victoria.
Sin embargo, puede observarse en el mbito del Ministerio Pblico, que los dictmenes solicitados a los Fiscales en casos de, por ejemplo, suspensin del juicio a prueba,
desde el 2013 y en fallos nacionales, se ha orientado por la negativa para su concesin. Es
decir, que en este sentido, puede evidenciarse un criterio ms punitivo para los casos de
violencia de gnero pese a que las circunstancias objetivas no varen demasiado.
Dicha postura surge de manera explcita en la Provincia de Mendoza, en virtud de
la Resolucin Nro.148/12 de la Procuracin General, donde se estableci como directiva
general para los Fiscales que se abstengan de aplicar criterios de oportunidad y prestar
el consentimiento en solicitudes de suspensin de juicio a prueba en los casos de violencia de gnero o domstica.
2.2) La falta de refugios para mujeres en situacin de violencia
En la actualidad, la violencia de gnero es un problema social que afecta a nuestra socie15www.elsol.com.ar
16http://www.losandes.com.ar/
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dad todos los das y que va en aumento. La sufren mayoritariamente mujeres, nios y
nias, como consecuencia de los desequilibrios de poder dentro de una relacin o familia. Pero la violencia es parte de un proceso socio-histrico y cultural, que no surge
del golpe, sino de procesos que se construyeron en base a sociedades patriarcales y
machistas, que hoy vemos como sus valores, representaciones y creencias, repercuten
en la vida cotidiana de las mujeres que no se adecuan supuestamente a estas lgicas.
Tomando nuevamente como marco lo estipulado en la ya destacada Ley N 26.485,
en esta oportunidad reparamos especficamente en el Art. 2 inc. G y Art. 3 inc. H, donde
plantea, la asistencia integral a las mujeres que padecen violencia en las reas estatales
y privadas que realicen actividades programticas destinadas a las mujeres y/o en los
servicios especializados de violencia y gozar de medidas integrales de asistencia, proteccin y seguridad. A su vez, la ley indica ciertos lineamientos bsicos para las polticas
estatales (art. 10, inc. 6)17.
Ahora bien, pese a que existiendo la posibilidad de exclusin del hogar de la persona
violenta, los tiempos de la Justicia no se condicen con la urgencia de las vctimas. Entonces el objetivo del refugio, es darles contencin hasta tanto tengan un lugar definitivo
dnde vivir. Pero el refugio no es una solucin definitiva, sino un lugar de paso y es el
ltimo eslabn en la cadena de soluciones, primero, lo que tratamos es de contactar la
red de familia.
Los refugios, como se conoce a los hogares de paso en los que se brinda contencin y asesoramiento a las mujeres que son vctimas de violencia domstica y no tienen
dnde vivir, son claves para proteger y ayudar a estas personas en situaciones extremas.
A partir de lo anteriormente expresado, es que entendemos que la falta de refugios
es una falencia del sistema. Como consecuencia de esta realidad es que muchas mujeres
seguirn viviendo situaciones de violencia de gnero cotidianamente, vulnerndoles el
derecho a una proteccin integral, teniendo al refugio como el lugar que resguarde su
salud fsica y psicolgica.
Para graficar cual es la situacin en la que se encuentran muchas mujeres, presentaremos un informe de la Defensora General de la Nacin 18 revel que dos de cada
tres mujeres vctimas de violencia de gnero afirmaron que las agresiones aumentaron
luego de la separacin de la pareja, lo que revela la vulnerabilidad a la que estn expuestas, porque el agresor no cumple con la orden judicial de restriccin de acercamiento.
Aade el comunicado que:
Se confirma una tendencia presente en otros relevamientos: en nueve de cada diez casos el agresor es la
pareja o ex pareja y en su mayora las asistidas tienen hijos en comn con el denunciado. En el 86,23% de
17 Establece que: ()El Estado nacional deber promover y fortalecer interinstitucionalmente a las distintas jurisdicciones para la creacin e implementacin de servicios integrales de asistencia a las mujeres que padecen violencia y a las
personas que la ejercen, debiendo garantizar (): () 6.- Instancias de trnsito para la atencin y albergue de las mujeres
que padecen violencia en los casos en que la permanencia en su domicilio o residencia implique una amenaza inminente
a su integridad fsica, psicolgica o sexual, o la de su grupo familiar, debiendo estar orientada a la integracin inmediata a
su medio familiar, social y laboral (...).
18http://www.mpd.gov.ar/index.php/programas-y-comisiones/55-comision-sobre-tematicas-de-genero
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las situaciones, las denunciantes no conviven con los agresores. Sin embargo, el 80% de las
consultantes dijo que haba convivido con el denunciado. Y dos de cada tres de ellas
afirmaron que tras la separacin subi la violencia.
Esto ratifica que el momento de la ruptura sube el riesgo de sufrir nuevas agresiones,
seala el informe.
En Mendoza contamos con dos refugios legitimados por la sociedad y organismos
que forman parte del sistema integral de proteccin a las mujeres en situacin de violencia. Por un lado, en el ao 2012, a partir de la iniciativa de personas que problematizaron la situacin, se dio nacimiento a la Fundacin llamada Sobran Motivos 19, con
el propsito de instituir un espacio destinado a la proteccin, asesoramiento y contencin de mujeres y nios en situacin de violencia intrafamiliar, que promueva a su vez,
la visibilizacin de la problemtica en la sociedad mendocina e incida en los mbitos
pblico y privados para contribuir a la eliminacin de la violencia contra la mujer en
toda sus modalidades.
Y el otro refugio, tambin construido en el 2012, se encuentra en el departamento de
Guaymalln 20, donde se firm un convenio de colaboracin mutua entre el Ministerio de
Desarrollo Social y Derechos Humanos de la Provincia y la Municipalidad. La iniciativa se
complementar con un programa laboral y de capacitacin para las mujeres albergadas.
En el ao 2012 el ministro de Desarrollo Guillermo Elizalde, confirmaba como novedad que el Gobierno nacional aportara 1,5 milln de pesos para abrir una casa destinada a mujeres en situacin de violencia. Inversin que permitira en el mediano plazo
contar con un edificio para el funcionamiento del programa Hogares para mujeres en
situacin de violencia implementado por el ministerio de Desarrollo Social y Derechos
Humanos, a travs de la Direccin de las Mujeres, Diversidad y Gnero.
Sin embargo, segn se desprende de los medios no formales de informacin, el panorama actual no es muy favorable 21. La finalizacin del refugio en Mendoza para mujeres
maltratadas est pendiente desde hace ms de dos aos, aun cuando los fondos para
su ejecucin fueron asignados en el Presupuesto vigente y la Nacin haba asumido el
compromiso de aportar parte de los mismos.
Si bien los fondos fueron efectivamente cedidos, al solicitarse al Gobierno de Mendoza que la empresa constructora fuera una cooperativa de trabajadores, comenzaron
los problemas: el Gobierno provincial encontr una cooperativa, se hicieron los primeros depsitos para empezar las tareas (Nacin $300.000 y el Gobierno mendocino
$200.000), pero el expediente termin en la Fiscala de Estado debido a que fue cuestionada la sustentabilidad tcnica y financiera de la cooperativa elegida. Desde entonces
el expediente est dando vueltas entre diversos ministerios sin que pueda resolverse el
problema para dar luz verde al proyecto.
19http://www.sobranmotivos.org/
20http://www.diariouno.com.ar/mendoza/En-Guaymallen-se-reciben-cerca-30-casos-de-mujeres-victimas-de-violencia-20121122-0002.html
21http://www.diariouno.com.ar/mendoza/En-Mendoza-lleva-demorado-mas-de-2-aos-el-refugio-para-mujeres-maltratadas-20150424-0005.html
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tanto para su salud fsica, ya que soportar estas prcticas por parte de cualquier individuo puede desembocar luego, en maltrato fsico y por el dao psicolgico que va socavando en la psiquis de cada una de ellas 23.
La prevalencia de la violencia en la vida de las mujeres obstaculiza su desarrollo personal, su visin positiva sobre la vida, el establecimiento adecuado de relaciones sociales, la expresin de sentimientos, emociones y pensamientos, provocando inestabilidad
emocional en general, afectando en su autoestima y autoeficacia, con sentimientos de
inferioridad y culpabilidad que no le permiten tener la sensacin de que pueden hacerle
frente a esta situacin.
Adems pueden desarrollar trastornos mentales como: depresin, ansiedad, trastorno por estrs postraumtico, abuso de drogas y alcohol, intentos de suicidios, dependencia a la nicotina, alteraciones en la alimentacin y en el sueo, alteraciones en la
personalidad, problemas de disfuncin social.
En investigaciones realizadas las vctimas han identificado de forma general algunos
factores de riesgo que las han llevado a soportar y permanecer en situaciones violentas:
prdidas que han experimentado en sus vidas, agresores multifacticos (ciclo de la violencia), uso y abuso de sustancias psicoactivas por parte de los agresores, alcoholismo y
drogadiccin, prevalencia de acciones de control y subordinacin, antecedentes de violencia intrafamiliar, violaciones, inseguridad, y timidez. Adems reconocen la prevalencia de roles sociales asignados, reforzado por referentes protectores importante en sus
vidas como las madres, tas, abuelas y otras mujeres 24.
As como existen factores de riesgo es preciso poder reconocer y centrarnos en los factores protectores que pueden contribuir a que las victimas superen la experiencia traumtica de sufrir violencia de cualquier ndole, en investigaciones se reconocen los siguiente
factores: primeramente aceptacin de la vivencia de violencia, identificacin de referentes protectores, reconocer el valor personal, informarse sobre los tipos de violencia y el
procedimiento jurdico a seguir, acompaamiento psicolgico, realizacin y mantencin
de una denuncia judicial, generacin de ingresos econmicos y auto-cuidado.
Adems ellas mismas consideran que deben aprender a enfrentarse al miedo que les
genera el agresor, buscar ayuda con poder, desconfiar del arrepentimiento del agresor,
tener valor, confiar en ellas mismas, tomar la decisin de no seguir permitiendo el maltrato, estabilizarse econmicamente, buscar ayuda en la comisara de la mujer, interponer una denuncia y seguir un proceso psicoteraputico.
Para concluir este apartado, haremos hincapi en el trmino resiliencia, que tiene su
origen en el latn resilio, que significa volver atrs, volver de un salto, resaltar, rebotar.
Aquel se ha caracterizado como un conjunto de procesos sociales e intrapsquicos que
posibilitan tener una vida sana, viviendo en un medio insano. Es decir, es posible que las
victima desarrollen la capacidad de resiliencia25 y puedan superar las experiencias que
23 Campaa Publicitaria 2015: https://www.youtube.com/watch?v=RyqmAUBLlHM
24 Estudio longitudinal el impacto de la violencia de pareja sobre la salud fsica y el sistema inmune de las mujeres.
http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/10204/sanchez.pdf?sequence=1
25 Resiliencia en mujeres sobrevivientes de violencia de gnerofile:///C:/Users/Usuario/Downloads/1736-2786-1-PB.pdf
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han atravesado, con la ayuda necesaria donde todos los actores que se encuentran involucrados realicen su trabajo con responsabilidad y compromiso, tanto desde el acompaamiento psicolgico y familiar, como legal.
Dependencia:
La mujer vctima de violencia de gnero es sometida, por parte de su maltratador, a un
proceso sistemtico de destruccin de la personalidad, que no slo consigue su objetivo,
sino que adems, la engancha, creando una fuerte dependencia a la vctima. Puesto
que la violencia procede en fases y el victimario destruye la autoestima de la mujer y la
asla de sus relaciones previas, ella termina contando con l tanto para lo positivo como
para lo negativo, que es lo que describe el ciclo de la violencia. Se llega as al efecto paradjico de que cuanto ms vapuleada se encuentra la vctima ms dependen de su agresor. Es por eso que a menudo las mujeres que denuncian a sus victimarios/parejas son
quienes luego los visitan en la crcel, se reconcilian e intentan recomponer el vnculo,
porque dependen de ellos tanto econmicamente como emocionalmente.
Declaracin:
El momento de la declaracin, para la vctima, es un momento sumamente difcil,
donde debe traer a la conciencia todos los hechos traumticos y violentos a los que se
vio sometida, teniendo en cuenta el miedo y todas las secuelas psicolgicas que deja
este tipo de hechos. Si bien es una instancia difcil y dolorosa, es necesaria para validar
su persona, que sienta que su vida vale y a alguien le importa que se haga justicia, que lo
que le sucedi no es legal y nadie tiene el derecho a producirle dolor.
La mayora de estos actos se producen en soledad, es decir que, en muchos casos se
carece de otro testimonio que no sea el de la vctima, es por eso que los profesionales
responsables de recoger el testimonio deben tener especial cuidado, para eso es imprescindible estar capacitado en la temtica y comprender como funciona el proceso de la
vctima, comprender que al principio la victima puede mentir en cmo sucedieron los
hechos por temor a las consecuencias y sobre todo al momento de indagar ser muy cuidadoso en cmo se formulan las preguntas para que la vctima se sienta contenida y no
perciba en ningn momento que se la est culpando o subestimando lo que tiene para
decir.
2.4) Despido laboral por enfermedad como un caso de violencia de gnero
Un caso emblemtico que gener debate en torno a una modalidad de violencia de
gnero diferente a la fsica, es el de Gisela Ferrero quien fue despedida en 2013 de la
concesionaria Denver sa luego de contraer cncer de mamas porque su presencia fsica
ya no era la requerida.
Si bien la empresa indemniz a Ferrero por despido injustificado, la prdida de su trabajo implic tambin la prdida de la obra social prepaga de la que gozaba por formar
parte del personal de la concesionaria, por lo que el dinero de la indemnizacin debi
destinarse a los gastos mdicos.
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La defensa de Ferrero interpuso una demanda por dao moral basada en la Ley N
26.485 de Violencia de Gnero y una medida cautelar ante el peligro inminente que significaba para la salud y la vida de Gisela la falta de obra social que cubriera los gastos
mdicos del tratamiento de su enfermedad. El 18vo Juzgado Civil y Comercial donde se
interpuso la demanda, se declar incompetente, a pesar de que la ley de Proteccin contra la Violencia de la Mujer establece que cualquier juez o jueza es competente para la
aplicacin de medidas cautelares. El caso pas a la Primera Cmara Laboral de Mendoza
que consider al respecto de la medida cautelar que la empresa deber pagar la prepaga hasta que culmine el juicio principal. A pesar de este fallo indito, los demandados
se negaron a pagar la cuota de la prepaga solicitando que la actora se hiciera atender
por el sistema de salud pblica, pedido que rechazado por el tribunal 26.
Si bien se ha solicitado informacin a la Subsecretara de Trabajo de la Provincia respecto a otros casos similares, al da de la fecha no se ha contestado dicho pedido.
2.4) Femicidios, falencias de prevencin e investigacin:
2.4.1) Ao 2014:
a. Fecha: 22/11/2013. Lugar: Escuela Franco Cardel, La Paz.
Nancy Nicasia Allayme (47 aos) desempeaba tareas de celadora cuando al salir del
establecimiento cerca de las 22 horas, fue atacada por su pareja, Jess Loreto Prez (52
aos), quien luego de generar una discusin habra extrado un arma blanca con la cual
apual a Nicasia Allayme cuatro veces (dos en el trax, una en el abdomen y otra en
el brazo derecho). Posteriormente una maestra del Colegio, al advertir la situacin, dio
aviso al 911 resultando en la captura de Loreto Prez y el posterior traslado de Nicasia
Allayme al Hospital Illia para finalmente ser intervenida en el Hospital Perrupato.
El Fiscal Departamental Gustavo Rosas se avoc a la investigacin adelantando a
los medios que Loreto Prez sera imputado por homicidio agravado por violencia de
gnero en grado de tentativa27.
b. Fecha: 07/12/2013. Lugar: Calle 25 de Mayo, Lujn.
Un llamado al 911 dio aviso a las autoridades de que un hombre, Heiner Francisco
Mendoza (24 aos) se encontraba herido de gravedad. Mendoza fue encontrado tirado
en el comedor del domicilio con signos de haber sido acuchillado (43 pualadas), frente
al hecho, su pareja Roxana Bravo (27 aos) declar que un sujeto habra ingresado al
domicilio y los habra atacado a ambos.
La investigacin recay en la Fiscal Mercedes Moya, quien al advertir contradicciones en la declaracin de Bravo e integrando los testimonios de vecinos quienes habran
escuchado una fuerte discusin, decidi realizar peritajes sobre las manchas hemticas,
ubicando en el lugar de los hechos al hermano de Bravo, Sebastin Bravo (21 aos).
26 http://www.nacionalmendoza.com.ar/?p=37677 infojusnoticias.gov.ar/provinciales/se-enfermo-de-cancer-y-la-despidieron-deben-pagarle-la-obra-social-2730.html
27http://www.elsol.com.ar/nota/189210/policiales/imputaran-por-intento-de-femicidio-al-hombre-que-apunalo-a-laceladora-en-la-paz.html
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Por dicha investigacin la fiscal Moya decidi imputar a los hermanos Bravo por el
delito de homicidio agravado por el vnculo y por ensaamiento. La causa ser juzgada
por la Sexta Cmara del Crimen y ser el Fiscal de Cmara Fernando Guzzo quien sostendr la acusacin28.
c. Fecha: 09/05/2014. Lugar: Colonia Bombal, Maip.
Teresa del Carmen Vargas Lillo (69 aos) habra mantenido una discusin con su
pareja Amrico Eulogio Morales Ponce (72 aos), quien por motivos que an no han sido
esclarecidos, la habra atacado con un machete dando por resultado la muerte de Vargas Lillo. Posteriormente fue Morales Ponce quien dio aviso al 911 confesando lo acontecido.
Interviene en la investigacin de los hechos la Oficina Fiscal n 16 de Maip29.
d. Fecha: 21/09/2014. Lugar: Barrio los Solares de San Antonio.
Jos Miguel Ontiveros, de profesin Polica, habra llegado al domicilio de suegra en
busca de su ex mujer de apellido Monge, los familiares de la misma al notar que Ontiveros actuaba de forma agresiva decidieron encerrarse en la casa, al notar que Benjamn Monge (8 aos, nieto de la duea de casa) se encontraba afuera, su abuela Gabriela
Fernndez, sali en busca del mismo. Al salir produjo una discusin en la cual Ontiveros dispar contra el pequeo Benjamn y contra Fernndez produciendo la muerte de
ambos30.
Ontiveros fue trasladado al complejo Penitenciario San Felipe e intervino en la causa
el Fiscal Especial Daniel Carniello.
2.4.2) Ao 2015:
a. Fecha: 15/03/2015. Lugar: Calles Sarmiento y Granaderos, San Martn.
Mara del Carmen Saldao (56 aos) habra tenido una discusin con su pareja Oscar
Surez (59 aos), luego de la cual Surez la habra golpeado reiteradas veces. Producto
de dicha agresin se dict una orden de restriccin de acercamiento al domicilio de Saldao. En el transcurso de la semana Surez habra retornado al domicilio a buscar sus
pertenencias, dicha situacin deriv nuevamente en una discusin en la cual Surez
habra apualado a Saldao seis veces, hirindola en forma fatal31.
Posteriormente se habra auto infringido lesiones, motivo por el cual fue derivado
al Hospital Central donde permaneca internado con custodia policial. Surez falleci
como consecuencia de dichas lesiones el da 6 de Junio del presente ao32.
b. Fecha: 29/06/2015. Lugar: Las Heras.
Karen Montalto (18 aos) habra sido vctima de violencia junto a su madre Patricia
Beatriz Panetta por parte de su progenitor Antonio Javier Montalto. Luego de reiteradas
28http://losandes.com.ar/article/la-juzgan-por-matar-a-su-marido-de-43-punaladas
29http://www.elsol.com.ar/nota/202586/policiales/femicidio-un-hombre-asesino-a-machetazos-a-su-esposa-en-maipu.html
30http://www.losandes.com.ar/article/va-a-juicio-el-policia-que-mato-a-la-madre-y-al-sobrino-de-su-ex
31http://www.elsol.com.ar/nota/234964
32http://www.mdzol.com/nota/610215-fallecio-el-femicida-de-maria-del-carmen-saldano/
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aviso a las autoridades, Delamarre fue detenido como principal sospechoso del hecho.
Posteriormente la madre del ahora nico imputado habra declarado que su hijo habra
estado obsesionado con la preceptora.
Posteriormente personal policial habra encontrado a Delamarre intentando quitarse la vida en el calabozo de la dependencia Policial, razn por la cual fue derivado al
Hospital Psiquitrico El Sauce donde permanece internado37.
De este modo puede evidenciarse que la tasa de femicidios no ha descendido, sino
todo lo contrario. El nmero de casos al da de la fecha parecer ir en aumento en comparacin a los datos obtenidos por Xumek en el ao anterior, por lo que claramente las
polticas de prevencin no se encuentran consolidas y estn demostrando o su inexistencia o su fracaso absoluto.
g. Fecha: 16/11/15. Lugar: Ballofet y Estrada, Las Heras.
Roxana Del Carmen Sosa (37 aos), habra recibido tres pualadas por parte de su
marido Fernando Fernndez (39 aos) en la tarde del da Lunes. Fernndez se desempea como jefe de residentes de terapia intensiva en el Hospital Central.
Vecinos aseguran haber escuchado gritos y visto a Fernndez huir a bordo de un
Renault Clio. El ataque se habra producido frente a sus tres hijos de siete, diez y trece
aos.
Sosa fue operada de urgencia y su estado hasta el momento es reservado, permanece
en terapia intensiva.
El Fiscal Fernando Giunta habra imputado a Fernndez, quien se habra entregado
luego del ataque, por el delito de Femicidio en grado de tentativa38.
2.5) Derechos Sexuales y Reproductivos:
2.5.1) Aborto
En cuanto al aborto no contemplado en los eximentes de la ley penal, Claudia Anzorena,
investigadora del Conicet y activista feminista, en una entrevista para Radio Nacional,
bien supo remarcar que:
El aborto es legal en la mayora de los pases desarrollados y es ilegal en los pases pobres del Hemisferio
Sur, esto tiene que ver con cuestiones idiosincrticas, con fuerzas y poderes que dejan estructurada la
pobreza en nuestros pases, por eso hablamos de que el aborto es una cuestin de justicia social39.
Si bien es muy difcil conocer cifras exactas dado el grado de clandestinidad de las intervenciones para interrumpir embarazos no deseados, se estima que en el pas se realizan 400.000 abortos en el ao, cifra muy alta, y que tambin trae aparejado que sea la
principal causa de muerte de las mujeres. Estas mujeres que mueren, son en su mayora
37
http://www.elsol.com.ar/nota/248895/policiales/el-acusado-de-asesinar-a-la-preceptora-en-la-sexta-estaba-obsesionado-con-ellardquo.html
38http://www.elsol.com.ar/nota/250032/policiales/sigue-grave-la-mujer-apunalada-por-su-marido.html
39http://www.nacionalmendoza.com.ar/?p=46951
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Ahora bien, cuando se analizan los casos de aborto no punible, la Dra. Eleonora Lamm,
Subsecretaria de Derechos Humanos y Directora de Acceso a la Justicia de la Suprema
Corte de Mendoza, investigadora del conicet y activista por la defensa de los derechos
sexuales y reproductivos, seala que las falencias del sistema son violatorias de los derechos humanos de las mujeres que no logran acceder a esta prctica.
Cabe recordar que hace casi ya un siglo que el aborto no punible est estipulado en
el Cdigo Penal para los casos de violaciones a cualquier mujer la medida autosatisfactiva en el caso fal resuelta por la Corte Suprema de Justicia en 2012 sent esa interpretacin amplia de la ley penal, riesgo a la salud de la gestante e inviabilidad del feto.
Aun as las mujeres que se encuentran encuadradas en algunas de las causales de no
punibilidad, encuentran innumerables obstculos para practicarse un aborto en condiciones sanitarias seguras40.
Desde el fallo fal, la Corte exhort a las provincias a que se adhirieran al Protocolo
de Aborto No Punible que busca reglamentar la atencin sanitaria pblica para casos de
aborto no punible. A tres aos del fallo, Mendoza sigue reticente a adherir e implementar el protocolo, en gran parte por el accionar de ciertos medios de comunicacin y por
la presin de grupos religiosos.
Si bien es una deuda pendiente de la provincia que data ya de un tiempo, el tema volvi a tener relevancia pblica con el proyecto de ley presentado por la senadora Noelia
Barbeito del fit, que pretende que por ley se declare la obligatoriedad del protocolo.
Sin embargo, la Dra. Lamm bien remarca que la sola existencia del protocolo nacional
basado en los lineamientos de la oms y de los organismos internacionales de derechos
humanos, hace innecesaria una ley. Lo que resulta necesario entonces, en palabras de
Lamm, es que las mujeres que ven violentados sus derechos denuncien a los hospitales
que no respeten el derecho en los casos que no pena la ley vigente y que se reglamente
el accionar de los y las profesionales de salud que tengan objeciones de conciencia, procurando garantizar en todo momento que exista personal capacitado e idneo para realizar la prctica abortiva cuando ello sea requerido.
Si verdaderamente quiere disminuirse la tasa real de abortos y proteger la vida de las
mujeres, el camino no es la penalizacin, sino la implementacin de una poltica pblica
integral, inclusiva y amplia que garantice educacin sexual integral desde el nivel inicial y un real y gratuito acceso a los mtodos anticonceptivos para que cada mujer de la
provincia pueda ejercer y disfrutar de sus derechos sexuales y reproductivos de manera
plena y sin injerencias arbitrarias por parte del Estado o la Iglesia.
40http://www.nacionalmendoza.com.ar/?p=41640
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De esta manera, el fallo rechaz el pedido de nulidad del convenio solicitado por la Asesora de Menores en su momento.
El fallo fue duramente criticado por algunos sectores que resaltan que el beb fue
gestado con los servicios de una empresa que no existe como tal y que cobra por el procedimiento, as tambin se critic la decisin del juez de recomendar una compensacin
econmica a la gestante. Respecto a esto el juez Neirotti asegur en una entrevista para
el Diario Los Andes que:
Aunque en la actualidad no est previsto s estn previstos los gastos normales de la persona que queda
embarazada, los honorarios que recibe la clnica por la prctica y los de los abogados. Incluso la pareja
recibe al chico, entonces por qu la mujer gestante no recibira nada? Aunque est previsto que no se
lucre, no lo encuentro reido con la moral.
Lo importante de esta sentencia es que sienta un precedente que, en medio de la inseguridad jurdica que se cierne sobre la gestacin por sustitucin, privilegia los derechos
de los nios y las nias concebidas a travs de estas prcticas y la voluntad procreacional
de quienes son sus padres y madres.
A raz de la supresin en el Cdigo, el abogado Rojas Pascual, representante legal
de la clausurada Maternity Argentina, present un proyecto de ley el 28 de mayo de
este ao. Este proyecto se aparta de los lineamientos del Cdigo que exiga numerosos
recaudos para evitar la comercializacin del cuerpo de la mujer gestante, empezando
principalmente por la prohibicin de que exista una compensacin econmica que vaya
46 http://www.nacionalmendoza.com.ar/?p=43434. http://www.losandes.com.ar/article/fallo-local-a-favor-del-alquiler-de-vientre
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47http://losandes.com.ar/article/buscan-regular-el-alquiler-de-vientre-por-ley-en-mendoza
48http://www.losandes.com.ar/article/el-proyecto-que-espera-ser-aprobado-laura-montero-pide-tratamiento-urgente
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Adems sealan una mejor colaboracin entre Juzgados de Familia, Oficinas y Unidades Fiscales, como tambin la posibilidad que se les brinda en los debates orales de
expresar su opinin en cuanto a la problemtica de gnero y como sta se evidencia en
un caso particular.
4. Objetivos postegardos
El pedido de declaracin de Emergencia49.
El pedido de una norma integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia
contra las mujeres en el mbito pblico y privado de la provincia.
La creacin de una cmara especial contra la violencia de gnero en la primera
circunscripcin judicial.
La creacin de una Casa de Refugio para mujeres vctimas de la violencia en General Alvear y para que Mendoza adhiera a la Resolucin 428/2013 del Ministerio de
Seguridad de la Nacin en lo que se refiere a la gua de actuacin.
Capacitaciones para profesionales de la salud y del Poder Judicial para abordar a
mujeres vctimas de violencia de gnero.
Mecanismos efectivos de proteccin
Mecanismos efectivos para la prevencin de la violencia de gnero
Capacitaciones a la sociedad y organismos de derechos humanos.
Capacitacin al Poder Ejecutivo y Legislativo
Confeccin de estadsticas e informacin oficial, pues actualmente no se puede
acceder a las mismas o incluso no se cuentan con datos oficiales al respecto.
5. Consideraciones finales
A siete aos de la sancin de la ley solo 18 provincias han adherido, lo cual refleja que en
la actualidad la sociedad no comprende la dimensin real de esta problemtica social,
que afecta progresivamente en la vida cotidiana de las mujeres, donde el no tratamiento trae aparejado consecuencias irreversibles en ocasiones50.
En Mendoza con la sancin de la Ley N 26.485, se pudieron observar avances que
generaron impactos sumamente importantes, pero queda mucho por hacer.
En la actualidad, se necesita de manera urgente un trabajo integral de todas las
instituciones que estn vinculadas con el sistema de proteccin de la mujer que sufre
situaciones de violencia, contencin psicolgica y econmica, adems de un abordaje
interdisciplinario que promueva el bienestar de la mujer y de su entorno.
A ello se agrega, la existencia un gran dficit en la creacin de casas refugio en toda la
49http://www.telam.com.ar/notas/201507/113714-mendoza-convirtio-en-ley-varios-proyectos-para-combatir-la-violencia-de-genero.html
50http://www.cnm.gov.ar/AreasDeIntervencion/ViolenciaDeGenero.html
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provincia, genera que hoy muchas mujeres no gocen de un derecho efectivo a una vida
libre de violencia para las mujeres y nios de nuestra sociedad, que debe ser sostenido
como bandera por cada una de las instituciones de nuestro Estado, de nuestras organizaciones sociales y fortalecido a diario por cada uno de los ciudadano de nuestro pas,
bajo la conviccin de que la violencia lejos de ser un flagelo de ndole privada es una
problemtica social y solo el involucramiento y compromiso de todos, puede construir
una sociedad cada vez ms justa e igualitaria.
Debemos avanzar en la creacin de la Fiscala y la Comisara de la Mujer, en los mecanismos de prevencin y proteccin de derechos, en el reconocimiento e implementacin de los derechos sexuales y reproductivos, en la concientizacin y eliminacin de
prcticas discriminatorias, en el apoyo de toda la sociedad, en la comprensin de la
problemtica y en la necesidad de garantizar para dichos colectivos tradicionalmente
vulnerabilizados, una vida digna.
Adems, resulta fundamental la consolidacin de polticas educativas de prevencin
y concientizacin de la mujer como sujeto de derechos, modificacin de las campaas publicitarias sexistas que posicionan a la mujer en un rol social que la coloca por
debajo del hombre y del que no pueden desligarse, pues esa es su tarea y se anula su
personalidad por completo en tanto se desve de ella.
Asimismo, se requiere la implementacin de medidas de proteccin y aseguramiento
de derechos para quienes han asumido otra identidad sexual o que en virtud de ella o de
su orientacin sexual son constantemente discriminados y excluidos de ciertos mbitos
laborales o sociales, y que demandan por tanto, la accin del Estado para garantizar el
principio de igualdad establecido en nuestra Constitucin Nacional y en los Tratados
Internacionales de Derechos Humanos.
Por ltimo, resulta sumamente preocupante la cantidad de femicidios producidos en
la provincia, puesto que se trata de una situacin que se repite tambin en todo el pas.
Es por ello, que la prevencin y la educacin con una perspectiva de gnero resultan fundamentales para la vigencia y aseguramiento de la vida y de los derechos de todas las
mujeres, en tanto permitiran atacar las causas y no slo las consecuencias de prcticas
machistas, violentas y discriminatorias que se encuentran presentes en nuestra sociedad.
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de sus derechos, con especial incidencia respecto de aquellas situaciones en los que los
nios/as y adolescentes ameritan proteccin.
Cabe destacar que los derechos de la infancia son complementarios nunca sustitutivos de los mecanismos generales de proteccin de derechos reconocidos a todas las
personas (art. 41 de la Convencin).
En cuanto a la normativa nacional que se adecua a la Convencin, en este caso la ley
Nacional 26.061 de Proteccin Integral, resulta, en trminos legislativos, un punto de
inflexin respecto del paradigma de Situacin Irregular instando a un cambio de
prcticas, promoviendo la conformacin del Sistema de Proteccin Integral de los derechos de la niez y adolescencia, definido en el art. 32 de la Ley 26.061 que contempla los
organismos que lo integran, sus funciones, objetivos y medios para lograrlos.
Es as que, segn la Ley 26.061, el Sistema de Proteccin Integral de los Derechos de
niez y adolescencia est conformado por aquellos organismos, entidades y servicios
que disean, planifican, coordinan, orientan, ejecutan y supervisan las polticas pblicas,
de gestin estatal o privada, en el mbito nacional, provincial y municipal, destinados
a la promocin, prevencin, asistencia, proteccin, resguardo y restablecimiento de los
derechos de las nias, nios y adolescentes, y establece los medios a travs de los cuales
se asegura el efectivo goce de los derechos y garantas reconocidos en la Constitucin
Nacional, la Convencin Internacional de los Derechos del Nio, dems tratados de derechos humanos ratificados por el Estado Argentino y el ordenamiento jurdico nacional. Es
decir, este sistema est conformado por todos los actores, tanto pblicos como privados
que interactan y se articulan en pos del cumplimiento de los derechos, respetando sus
competencias y como co-responsables para la efectividad de los mismos.
En cuanto a las acciones, la prioridad de los derechos de la niez y adolescencia exige
el fortalecimiento de la familia y reconsiderar la creacin de espacios de participacin
de los propios nios/as y adolescentes, la promocin de redes intersectoriales locales,
recuperando la nocin de integralidad y corresponsabilidad en el diseo y gestin de
polticas para la restitucin, promocin, proteccin, prevencin, asistencia y resguardo
de derechos.
El fortalecimiento de la familia resulta indispensable para la prevencin y abordaje
de las situaciones de amenaza o vulneracin de derechos, ya que la separacin de un
nio/a o adolescente no est justificada en las condiciones socio-econmicas de las
familias. En este sentido, la prioridad es fortalecer a la familia para que pueda brindar
a sus nios/as y adolescentes las condiciones bsicas para el cuidado y la crianza. Es
decir, la co-responsabilidad en el cuidado y proteccin de derechos incluye a la familia,
al Estado y a la sociedad en su conjunto.
Cambios en el Cdigo respecto al Proceso de Adopcin
Finalmente, resulta importante introducir los principales cambios que trae el nuevo
Cdigo Civil y Comercial Argentino, con vigencia desde agosto de 2015, puesto que
no slo ha venido a actualizar el Cdigo Civil de Vlez Sarsfield, sino porque el mismo
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orienta normativamente el accionar en temas de familia desde una perspectiva inclusiva y pluralista.
De las transformaciones que el Cdigo trae al tratamiento de las instituciones familiares, nos parece importante destacar el cambio respecto a la concepcin de familia
y a la democratizacin de la familia, ya que se habla de las familias, reconociendo la
pluralidad de formas familiares (familias de uniones de personas de distinto sexo, de
personas del mismo sexo, unidas por matrimonio o a travs de una simple convivencia,
con hijos, sin hijos, familia, monoparental con un slo progenitor, familia ensamblada,
adoptivas, etc.).
En cuanto al tema que nos compete, la adopcin, el nuevo Cdigo Civil y Comercial
trae una definicin de la misma, poniendo nfasis en el derecho del nio, nia y adolescente a acceder a una familia, en funcin de su derecho a vivir en familia, entender que
la adopcin es una medida de proteccin para un nio que carece de un emplazamiento
familiar y desde all regular la adopcin 1.
Lo primero que se debe hacer en los casos de nios sin filiacin establecida; padres
fallecidos (previa bsqueda por el oal de familiares); renuncia libre de los padres y fracaso de las medidas excepcionales tomadas por el oal, para cumplir con el Derecho
del Nio, Nia o Adolescente a tener una familia, contemplado en el Prembulo de la
Convencin de los Derechos del Nio, es la Declaracin Judicial de Adoptabilidad.
En el Cdigo de Vlez Sarsfield no se encontraba regulada la Declaracin Judicial de
Adoptabilidad, pese a ello los jueces en la prctica lo introdujeron en base al art. 317
cuando se refera al desamparo moral o material resulta evidente, manifiesto y continuo y esta situacin hubiese sido comprobada por la autoridad judicial. Nos parece
muy importante detenernos en lo dispuesto por este artculo, ya que en la prctica
judicial, algunos jueces de la Provincia, escudndose en que el desamparo no resultaba
evidente ni continuo, teniendo por suficiente la visita cada tres o seis meses de alguno
o de ambos progenitores, no declaraban el estado de adoptabilidad, privando al nio/a
o adolescente de su derecho a tener una familia que lo contenga y apoye en su crecimiento, fomentando la decadente institucionalizacin, con todos los pormenores que
en Mendoza ello significa; mientras que en el Nuevo Cdigo Civil y Comercial se encuentra regulado expresamente en los arts. 607 al 610, estableciendo:
los supuestos en los cuales puede declararse;
las partes del proceso, el nio, nia o adolescente cuya participacin es obligatoria (con asistencia letrada si tiene madurez suficiente) y sus padres o representantes legales, resaltamos esto porque nos parece que la intervencin de sus padres
biolgicos en un proceso en el cual se busca declarar el estado de adoptabilidad
del nio/a, seguido de la correspondiente guarda y adopcin, por cualquiera de los
motivos citados ut supra, no creemos que aporte un beneficio sino ms bien una
situacin un poco conflictiva, por ello ser tarea de los jueces implementar lo dispuesto por el art. 608 de la mejor manera posible, respetando el inters superior
del nio/a; simultneamente son sujetos del proceso tanto el Organismo Adminis1 Nuevo Cdigo Civil y Comercial.
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164 |xumek
2 Cfr. Diario El Sol, artculo publicado el da 20 de octubre del 2015, disponible en: http://www.elsol.com.ar/nota/247824/
provincia/hay-35-chicos-mayores-de-10-anos-esperando-para-ser-adoptados.html
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menores a un ao 3.
Durante el 2014, en la provincia se realizaron en total 96 vinculaciones, de las cuales
16 correspondieron a recin nacidos. En lo que va del 2015, se han hecho 80 de diferentes
edades, pero hay 35 nios mayores de 10 aos esperando para integrarse a un hogar. El
principal inconveniente con sus vinculaciones es que la mayora de los inscriptos busca
bebs 4. Existe una gran cantidad de nios que ya no son bebs, pero que ninguna familia est dispuesta a elegir, generndose de esta manera una mayor vulneracin de los
derechos de estos chicos, que siguen institucionalizados a la larga espera de que aparezca alguien dispuesto a aceptarlos, o lo que es peor, a la espera de alcanzar su mayora de edad y abandonar el hogar, sin haber tenido satisfecho su mnimo y elemental
derecho a tener una familia, sintiendo que nadie, en todos esos aos, tuvo intenciones
de elegirlo.
Qu pasa con los nios/as mientras esperan que se declare la situacin de adoptabilidad? La institucionalizacin es una forma de
restituir derechos?
Con la sancin de la Ley Nacional 26.061 de Proteccin Integral de Nios, Nias y Adolescentes, en Mendoza se constituye como rgano de aplicacin de la misma, la Direccin de Niez, Adolescencia y Familia (dinaf), con el objeto de implementar polticas
y acciones que garanticen la promocin, proteccin y restitucin de derechos de nios,
nias y adolescentes, a fin de fortalecer la permanencia de los mismos en su centro de
vida, entendiendo a la familia como primer espacio de desarrollo.
La dinaf, desde el rea de Restitucin de Derechos, busca brindar un amparo alternativo temporal a aquellos nios/as y adolescentes, de 0 a 18 aos, que se encuentran
separados de su familia de origen por haberse evaluado la ejecucin de Medidas Excepcionales de Proteccin. Esto se realiza mediante el alojamiento en residencias alternativas propias o de organizaciones sociales, como tambin a travs de programas de apoyo
familiar.
El objeto de dichos alojamientos, es garantizar mientras persista la medida excepcional, un espacio en el que los nios, nias y adolescentes se sientan apoyados, protegidos
y cuidados. Donde se promueva todo su potencial, buscando asegurar la restitucin del
ejercicio de todos sus derechos sin cuidados parentales fomentando el buen trato, intimidad, educacin, salud, documentacin, vinculacin con sus vnculos significativos.
Garantizando que se cumpla con los tiempos de duracin de las Medidas Excepcionales,
a travs del trabajo continuo para reintegrarlos a su centro de vida: familia de origen,
familia externa o un referente significativo de la comunidad o agotadas todas estas ins-
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denuncias como la sucedida en el ao 2010 a un operador de la Casa Cuna por el presunto abuso sexual de un nio de 7 aos.
Un tema de trascendental importancia para comenzar a revertir estas situaciones,
es cumplir con las capacitaciones que debe recibir el personal a cargo de los nios/as,
sobre todo el personal que est en contacto directo con ellos/as. Es necesario que estas
personas sean conscientes del rol que cumplen en la vida de un nio/as, y que el Estado
las capacite acorde a sus funciones. A principios de agosto de este ao, dos cuidadoras
nocturnas de Casa Cuna, ataron a un beb a su cuna porque no las dejaba dormir. Alrededor de las siete de la maana, quienes ingresaban a cumplir su turno, descubrieron a
la criatura y dieron aviso a sus superiores. Segn la secretaria tcnica de la dinaf, a las
trabajadoras se las separ de sus funciones de inmediato mientras se iniciaba la investigacin7 y fueron finalmente despedidas. Cuando se trata de Casa Cuna, la situacin se
agrava porque la edad de los involucrados dificulta que puedan expresar las agresiones.
Sumado a esto est el hecho de que fueron las personas que se supona deban resguardar al nene quienes lo agredieron.
El triste caso de Luciana Rodrguez nena de tres aos que muri golpeada por su
madre y su padrastro el 7 de enero del 2014, de gran trascendencia meditica, dej
entrever importantes falencias en el sistema de proteccin de derechos de nios, nias
y adolescentes en la provincia. Surgi un gran debate poltico y social acerca de la responsabilidad del Estado por omisin, sobre los nios que viven inmersos en situaciones
de marginalidad y violencia intrafamiliar.
En este caso, en Octubre del 2015 tres de los cuatro funcionarios de la dinaf que estaran implicados en el desmanejo del caso, recibieron sanciones disciplinarias administrativas de parte del Ministerio de Desarrollo Social consistentes en suspensiones sin
goce de sueldos. Si bien fueron acusados penalmente por incumplimiento de los deberes de funcionario (las acusaciones indicaban que los encargados de atender la situacin
de riesgo en la que se encontraba Luciana pasaron por alto varias seales de alerta que
dieron distintos testigos del calvario que viva), y el Juzgado de Garantas resolvi anular
la elevacin a juicio por considerar que no estaban debidamente explicados los hechos,
remitiendo el expediente a la Fiscala de Delitos Complejos para que reformulase la acusacin, en los argumentos de las sanciones administrativas se reconoci que los agentes
tuvieron responsabilidad en el abandono de la nia y no aplicaron las medidas amparadas por las leyes para protegerla, lo que desemboc en el homicidio de Luciana.
Desde este hecho, las denuncias por causas de violencia familiar aumentaron enormemente, prueba de ello es la mayor demanda en los oal. As lo asegur la directora de
Proteccin de Derechos al Menor Las denuncias por casos de violencia familiar aumentaron en un 100%, por maltrato del padre a la madre o al revs y por falta de cuidado a
los hijos 8.
7 Cfr. Diario El Sol, artculo publicado el da 30 de julio del 2015, disponible en: http://www.elsol.com.ar/nota/240897/
provincia/caso-del-nene-atado-falta-control-en-la-casa-cuna.html
8 Conforme Diario MDZ, artculo publicado el da 18 de mayo del 2015, disponible en: http://www.mdzol.com/
nota/606175-se-duplicaron-las-denuncias-por-violencia-intrafamiliar/
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No podemos olvidar que en tanto los derechos de los nios/as y adolescentes son
indivisibles e interdependientes entre s, no es vlido en principio que para asegurar
un derecho deba sacrificarse otro.
As, resulta inadmisible, por ejemplo, que para asegurar el derecho a la integridad y al
desarrollo a travs de la satisfaccin de sus necesidades bsicas, un nio/a sea privado
de su derecho a vivir en su familia y comunidad, sea maltratado y vulnerado en sus derechos en las instituciones que deberan restituirlos. Por eso, las acciones positivas que
se requieren para restituir verdaderamente esos derechos deben comprometer en su
efectivizacin, a las diferentes reas que resultan directamente responsables de su ejecucin (Estado, dinaf, oal, etc.), como as tambin a todas las personas involucradas
en la concrecin de la restitucin de derechos.
Todo esto nos lleva a concluir en que, a pesar de estar inmersos dentro del paradigma
de Proteccin Integral que toma al nio/a como pleno sujeto de derechos, que a su vez se
armoniza con la Convencin de Derechos del Nio, la ley Nacional 26.061 y con la nueva
mirada que el Nuevo Cdigo Civil coloca sobre la niez, nos encontramos frente a prcticas que lejos de velar por la efectivizacin de derechos y su restitucin, los vulneran y
agudizan la violacin de los mismos, no contemplando el desarrollo integral al extenderse los plazos de institucionalizacin, de la situacin de adoptabilidad y al no contar
en algunos casos, con personal capacitado para el cuidado de los/as nios/as.
Es esta situacin la que debe ser abordada por el Estado, donde se profundice y priorice el fortalecimiento de los recursos existentes para la restitucin de derechos de los/
as nios/a y no quede en el mero discurso, sino que se concrete en la prctica real y efectiva, ejerciendo un control en el cumplimiento de los plazos establecidos en la declaracin del estado de adaptabilidad de los mismos, en pos evitar plazos prolongados de
institucionalizacin, de restituir verdaderamente derechos y de velar por la proteccin
integral de los nios, nias y adolescentes.
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Pueblos Indgenas
Frente a este escenario, el siguiente apartado presenta una breve exposicin del marco
normativo existente tanto a nivel mundial, nacional y provincial sobre los Pueblos
Indgenas, con el objetivo de, en primer lugar, ayudar a profundizar los conocimientos y puntualizar los desconocimientos que se tienen sobre la temtica indgena; y en
segundo lugar poder de generar un debate serio y responsable sobre la actual situacin
que enfrenta nuestra provincia al respecto.
a) Marco normativo Internacional3
La lucha de los Pueblos Indgenas por la defensa y el reconocimiento de sus derechos
han sido persistentes en la historia. Este prolongado proceso de reivindicacin y reconocimiento se ha plasmado en las ltimas dcadas en un marco de derechos que se
sustenta en dos grandes hitos: Uno es el Convenio N169 de la Organizacin Internacional del Trabajo (oit) sobre Pueblos Indgenas y Tribales en Pases Independientes (ao
1989), este alude a los derechos de los pueblos indgenas y la garanta de sus derechos
bajo dos postulados bsicos: el respeto a sus culturas, formas de vida e instituciones tradicionales, y la consulta y participacin efectiva de estos pueblos en las decisiones que
1 Informe del Relator Especial sobre los derechos de los pueblos indgenas (James Anaya) onu, Asamblea General. Ao
2012. Pg. 18, ap. 80.
2 Pueblos Originarios y Derechos Humanos. Secretara de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos
Humanos de la Nacin. Ao 2011. Pg. 13.
3 Para este apartado se trabaj como fuente matriz: Los Pueblos Indgenas en Amrica Latina. Avances en el ltimo
decenio y retos pendientes para la garanta de sus derechos. cepal - Naciones Unidas. Ao 2014. Pg. 14 a 18.
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les afectan; el mismo fue aprobado y ratificado por Argentina mediante la ley N24.071.
El otro fue la Declaracin de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indgenas por parte de la Asamblea General en el ao 2007, que plantea el derecho de los
mismos a su libre determinacin.
Este ltimo instrumento internacional ha sido el corolario de las prolongadas luchas
indgenas, ofreciendo un marco normativo explcito como enfoque para las polticas
pblicas. El estndar mnimo de derechos de los pueblos indgenas, obligatorio para los
Estados, se articula, a su vez, en cinco dimensiones: el derecho a la no discriminacin; el
derecho al desarrollo y el bienestar social; el derecho a la integridad cultural; el derecho
a la propiedad, uso, control y acceso a las tierras, territorios y recursos naturales; y el
derecho a la participacin poltica.
Las Naciones Unidas han sido pioneras en el tratamiento de los derechos de los pueblos indgenas. Desde la creacin del Grupo de Trabajo sobre Pueblos Indgenas en el
ao 1982, han desarrollado una amplia gama de actividades y polticas como parte de
su agenda, que culminan en el presente siglo con en el establecimiento del Foro Permanente para las Cuestiones Indgenas (2000), la designacin en 2001 de un Relator
Especial sobre la situacin de los derechos humanos y las libertades fundamentales de
los indgenas (despus pas a denominarse Relator Especial sobre los derechos de los
pueblos indgenas), y, finalmente, con la creacin del Mecanismo de Expertos sobre los
Derechos de los Pueblos Indgenas en 2007.
Adems, existen dos mecanismos directos de proteccin de los derechos humanos,
abarcan tambin los derechos de los pueblos indgenas: el sistema de las Naciones
Unidas y el Sistema Interamericano de Derechos Humanos de la Organizacin de los
Estados Americanos (oea). En este ltimo, los fallos y las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, vinculantes para aquellos estados que aceptaron someterse a dicha jurisdiccin, han sido claves en el nuevo ordenamiento jurdico
internacional respecto a los derechos de los Pueblos Indgenas. En el caso de Naciones
Unidas, los rganos y mecanismos de proteccin adquieren una indiscutible relevancia
poltica para el reconocimiento y aplicacin de los derechos de los Pueblos Indgenas.
Se deben aadir a este marco analtico, las ltimas constituciones del Ecuador de
2008 y el Estado Plurinacional de Bolivia de 2009. Las mismas han sido pioneras en su
reestructuracin, ya que no slo reconocen y revalorizan la figura de los Pueblos Indgenas como verdaderos sujetos de derecho, sino que ha sentado como principal directriz
constitucional la cosmovisin indgena, fijando sus bases en valores y principios diferentes a los propuestos por el actual sistema rigente. Esta cosmovisin se nutre de una
concepcin filosfica comunitaria y colectiva, basada en el bienestar social igualitario;
una concepcin cientfica indgena que define al hombre como parte integrante del
cosmos y como factor de equilibrio entre la naturaleza y el universo; una convivencia
armnica con la madre naturaleza ya que se considera parte y no por encima de ella, que
respeta no slo a la tierra como madre generadora de vida sino que adems respeta a
sus dems hijos, las plantas y los animales. A partir de esta concepcin, se toman estos
principios fundamentales como eje rector de las polticas de Estado. Asimismo, este
particular enfoque ha generado una nueva corriente constitucionalista denominada
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Frente a este nuevo escenario, el marco normativo nacional fue incorporando herramientas de trabajo y de reconocimiento sobre nuestros pueblos indgenas tales como 5:
Ao 1996: Registro de la Personera jurdica de las Comunidades Indgenas.
Por resolucin sds 781/1995 se crea el Registro Nacional de Comunidades Indgenas
(renaci) y por resolucin sds 4811/1996 se establecen los requisitos que, con carcter
4 Ley N23.302, Artculo 1: Declrase de inters nacional la atencin y apoyo a los aborgenes y a las comunidades indgenas existentes en el pas, y su defensa y desarrollo para su plena participacin en el proceso socioeconmico y cultural
de la Nacin, respetando sus propios valores y modalidades. A ese fin, se implementarn planes que permitan su acceso a
la propiedad de la tierra y el fomento de su produccin agropecuaria, forestal, minera, industrial o artesanal en cualquiera
de sus especializaciones, la preservacin de sus pautas culturales en los planes de enseanza y la proteccin de la salud de
sus integrantes.
5 Argentina indgena. Participacin y diversidad, construyendo igualdad: compilacin legislativa. 1ra ed. Ciudad
Autnoma de Buenos Aires. Secretara de Derechos Humanos. Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nacin.
Ao 2015. Pg.13 a 16.
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iii. Reflexiones
Destacamos la existencia de algunos acontecimientos positivos producidos este ao
por el gobierno provincial, e instamos a que se siga por este camino. No obstante, tanto
los hermanos huarpes del Secano Lavallino como los mapuches del departamento de
Malarge, siguen enfrentndose a diario con diferentes situaciones que dificultan su
normal vivir: persisten las vicisitudes respecto a la calidad y frecuencia de los medios
de trasporte, a ello se suma las psimas condiciones de las rutas, el derecho a acceder a
un servicio de salud y de educacin como corresponde, ya que a pesar de los avances, el
mayor problema que se presenta es la falta de celeridad en los procesos de implementacin.
En cuanto al reconocimiento del derecho al territorio de los Pueblos Indgenas, bajo
los preceptos de posesin y propiedad comunitaria, reconocido por la Constitucin
Nacional en su art. 75 inc. 17, y hoy tambin por el Nuevo Cdigo Civil y Comercial (art.
18), en nuestra provincia sta sigue siendo una materia pendiente. Ni las comunidades
huarpes -siendo que para el caso especfico de las mismas se promulg en el ao 2001 la
ley provincial N6.920, en la que se reconoce la preexistencia tnica y cultural del Pueblo
Huarpe Milcallac y se sujet a expropiacin 700000 hectreas al norte de Mendoza, en
el departamento de Lavalle- ni las comunidades mapuches, han podido efectivizar el
cumplimiento de su derecho.
Desde Xumek, creemos que es necesario producir y conformar espacios de trabajo y
de organizacin propios de nuestros Pueblos Indgenas dentro del estado provincial,
con participacin directa de los mismos, ya sea mediante secretarias, direcciones o las
instancias que se crean convenientes, para poder fortificar el dilogo entre el gobierno
provincial y los hermanos indgenas, sin ningn tipo de intermediario; y as generar polticas pblicas genuinas que respondan a la actual y verdadera situacin que viven nuestros Pueblos Indgenas.
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Situacin medioambiental
de la provincia de Mendoza
10.
i. Ley 7.722
Desde su aprobacin de la Ley N 7.722, en el ao 2007, el tpico excluyente para la Provincia de Mendoza, en materia ambiental, ha sido el enrgico debate que se ha producido alrededor de esta ley. Dicha norma fue objetada desde su sancin por parte de las
empresas mineras, las que presentaron ante la Suprema Corte de Justicia de Mendoza
doce acciones de inconstitucionalidad, diez de las cuales quedaron en carrera. En 2013,
el Tribunal Cimero decidi acumularlas en la causa Minera del Oeste y otros contra
Gobierno Prov. y convocar al tribunal en pleno para decidir si la norma es o no constitucional. Se espera sentencia definitiva antes de que finalice el presente ao 2015.
Se trata de un caso de suma importancia para la Provincia, por factores que sern
analizados en los siguientes apartados. En el primero (punto i.a), se ha de abordar los
argumentos de los que se vali la Corte para rechazar los pedidos de realizacin de una
Audiencia Pblica en el marco de la mentada causa judicial, efectuados primero, por el
Procurador General, Rodolfo Gonzlez, y luego por el Fiscal de Estado, Fernando Simn.
Pero adems, se ha de efectuar una apoteosis de las Audiencias Pblicas en el Poder
Judicial, como instrumento para democratizar el servicio de justicia.
Posteriormente (punto i.b), se ha de desarrollar un anlisis sustancial de los argumentos de las partes, haciendo hincapi en el dictamen del Sr. Procurador General
ante la Corte, que ya vio la luz el pasado 16 de setiembre del corriente ao y en el cual se
expide a favor de la constitucionalidad de la norma cuestionada.
Para finalizar (punto i.c), se har una breve referencia a la relacin existente entre el
conflicto de la minera San Jorge tema que ya ha sido objeto de tratamiento en informes anteriores de Xumek con la Ley N 7.722, que cobra una especial relevancia desde
que el rechazo de dicho proyecto se llev a cabo en el marco de aplicacin del artculo
3 de dicha ley 1.
1 Que dice: Para los proyectos de minera metalfera obtenidos las fases de cateos, prospeccin, exploracin, explotacin, o industrializacin, la Declaracin de Impacto Ambiental (dia) debe ser ratificada por ley. Los informes sectoriales
municipales, del Departamento General de Irrigacin y de otros organismos autrquicos son de carcter necesario, y se
deber incluir una manifestacin especfica de impacto ambiental sobre los recursos hdricos conforme al artculo 30 de la
Ley N 5.961. Para dejar de lado las opiniones vertidas en los dictmenes sectoriales debern fundarse expresamente las
motivaciones que los justifican.
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los ciudadanos sean tenidos en cuenta por los poderes pblicos, obteniendo de esta
manera, una instancia institucional de participacin ciudadana distinta al voto.
En este cuadro, es menester atender al principio del discurso de Habermas 4, referente mundial de la filosofa y del derecho galardonado recientemente con el Nobel de
filosofa, que seala lo siguiente: vlidas son aquellas decisiones (y slo aquellas) en las
que todos los que pudieran verse afectados concurren a prestar su asentimiento como
participantes en discursos racionales.
De lo expuesto se infiere que an cuando el sistema constitucional le atribuye a la
Corte la ltima palabra, ella debera estar siempre interesada en fortalecer el dilogo
y la deliberacin democrtica entre las instituciones y la ciudadana.
Con el segundo argumento de la Corte, concerniente a que la materia objeto de litigio
versa sobre una cuestin de estricto contenido jurdico en cuyo mbito no se advierte
la necesidad y/o utilidad de la Audiencia Pblica, viene desatendida la idea de que ella
posibilita al pueblo un lugar central en la tarea colectiva de interpretacin constitucional y construccin de significados constitucionales. Lugar justo, pues, que ciertas instituciones a puertas cerradas se arroguen la visin propia como la nica justa sin haber
sido sometida a deliberacin, conduce a un dogmatismo rgido y autoritario.
Como afirma Gadamer5, lo esencial en la actividad judicial para tomar decisiones
correctas y democrticas es el dilogo, ya que nadie contempla lo que acontece ni afirma
que l solo domina el asunto, sino que se toma parte conjuntamente de la verdad y se
obtiene en comn. En el mismo sentido se expresa Zaccara:
La mejor garanta de que los actos de eleccin son justos y legtimos se encuentra en el dilogo con otros.
Abrirse a la crtica, someterse a reflexiones y argumentaciones obliga a discutir las premisas valorativas
que han guiado el proceso.
Por consiguiente, la legitimidad de las decisiones tiene carcter comunicativo, pues ella
slo existe si hay intersubjetividad y consenso entre todos los sujetos involucrados. De
este modo, lo que propone el constitucionalismo dialgico es un ambicioso sistema de
gobierno a travs de la discusin, en el que los resultados seran alcanzados luego de
amplios procedimientos de deliberacin pblica6.
Respecto al tercer argumento, referente a que si la Corte promoviera la deliberacin
ciudadana se estara inmiscuyendo en competencias propias del Poder Legislativo, es
cuestionable, pues las audiencias pblicas en el Poder Judicial se encuentran previstas
por la reglamentacin.
Adems, segn Habermas, las normas son provisionales, pues deben someterse a un
constante intercambio cultural, el discurso nunca debe cerrarse. En el mismo sentido
expresa Viola que hoy va desapareciendo la idea de un horizonte cultural estable, del
4 Habermas, Facticidad y validez; Sobre el derecho y el Estado democrtico de derecho en trminos de teora del discurso. Ed. Trotta, Madrid, 2008, pg. 172.
5 Gadamer, Hans Georg, Elogio de la teora. Discursos y artculos. Ed. Pennsula, Barcelona, 1993, pg. 63.
6 Viola Francesco, Zaccaria Giuseppe, Derecho e interpretacin. Elementos de teora hermenutica del derecho. Ed.
Dykinson, Madrid, 2007, pg. 399.
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que descienda una voluntad normativa constante7. Tambin Alexy8 manifiesta que
quedan rechazadas las aspiraciones a resultados que queden fijos de modo inamovible.
Precisamente lo que propone el constitucionalismo dialgico es la asuncin de un rol
activo por parte del Poder Judicial, vale decir, como promotor de la deliberacin democrtica. De lo que se trata, segn Gargarella9, es de ubicar la idea de deliberacin en el
centro de una teora de la divisin de poderes, fundada en la premisa de que ninguna
institucin en particular basta para asegurar que se tomen en consideracin todas las
preocupaciones relativas a un tema particular.
Entonces, frente a tal rechazo con los fundamentos analizados sin Audiencia Pblica
por delante, todo se encaminaba a una resolucin definitiva a favor o en contra de la
constitucionalidad de la ley. Sin embargo, el 11 de agosto el Fiscal de Estado, Fernando
Simn, recurri la decisin de la Corte solicitando la realizacin de la audiencia pblica
en lo que es materia de litigio.
Sus recursos de aclaratoria y reposicin en subsidio, se basaron en la omisin por de
parte de la Corte de las pautas establecidas en el punto II de la Acordada N 25.325/13
para convocar a Audiencias Pblicas. As, el primer argumento se apoy en que ya se
halla satisfecho el requisito de un inters que exceda a las partes involucradas para
convocar a una audiencia pblica, pues eso mismo expres la Corte cuando resolvi que
la causa sea decidida en fallo plenario. El segundo, se bas en que ya se encontraba saldada la exigencia de que la convocatoria sea realizada por acuerdo de por lo menos tres
ministros, puesto que en el voto minoritario concurrieron tres jueces.
Vale decir que, de acuerdo con la interpretacin del Fiscal, las condiciones para que se
realice la Audiencia Pblica estaban dadas. Simn al recurrir, otorg a la Suprema Corte
la ocasin de atender a las razones esgrimidas para rever su decisin y para conceder a
la ciudadana la posibilidad de participar en el mbito de los procesos jurisdiccionales.
Sin embargo, el 2 de septiembre, la Corte confirm su negativa, pero esa vez, por cinco
votos (Prez Hualde, Gmez, Salvini, Llorente, Nanclares) contra dos (Palermo y Adaro).
En cuanto a los motivos, en primer lugar, los jueces cieron el alcance de la Audiencia
Pblica a un mero medio probatorio, desconociendo as su carcter de mecanismo de
participacin ciudadana en la formacin de la voluntad comn y de una va de apertura
al pueblo del Poder Judicial rgano estatal con grandes cuestionamientos en cuanto a
su (i)legitimidad. Con este enfoque del instituto, olvidaron que su razn de ser reside
en dotar de mayor justicia a las actuaciones judiciales mediante la promocin de la
intervencin ciudadana en la toma de sus decisiones, a fin de que stas sean el resultado
de amplios procesos de discusin pblica.
Tal argumento pas por alto que las audiencias pblicas tienen su fundamento no
slo en la funcin de esclarecer la verdad de la materia sometida a decisin, sino en su
contribucin al acceso a la justicia y al control social colectivo de la actividad judicial. Sin
7 Ibdem, pg. 401
8 Alexy, Robert, La construccin de los derechos fundamentales. Ed. Ad Hoc, Buenos Aires, 2012, pg. 67.
9 Gargarella, Roberto, Por una justicia dialgica; El Poder Judicial como promotor de la deliberacin democrtica. Ed. Siglo
xxi, Buenos Aires, 2014, pg. 169.
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embargo, la concepcin del voto mayoritario fue poco favorable al dilogo intersubjetivo, a nutrir el debate y a la publicidad.
En una democracia pluralista y deliberativa la construccin de lo justo debe ser tarea
de todos, el pueblo tiene derecho a estar en el centro de la creacin normativa porque no
es una potestad exclusiva de la Legislatura ni de los Tribunales y las audiencias pblicas
configuran un instrumento para ello. La deliberacin estimula la bsqueda del mejor
argumento e inculca la fundamentacin racional y la presin de alcanzar una mayor
consistencia en las decisiones.
En este orden de ideas, es dable la pregunta acerca de si ha de ser del todo legtima
y democrtica la decisin definitiva que tome la Corte acerca de la constitucionalidad
o no de la Ley N 7.722, luego de haber negado el derecho a expresarse del pueblo en el
mbito judicial, avalado por el Procurador General, el Fiscal de Estado, la comunidad
mendocina, el Presidente de la Corte Nacional, los jueces del voto minoritario, entre
otros.
El segundo aspecto criticable del voto mayoritario tuvo asidero en la negacin del
carcter de inters pblico del asunto, mediante la aseveracin de que no puede
afirmarse que en la causa existan intereses que superen los propios de las partes. Se
advierte entonces la contradiccin con la anterior resolucin del 4 de agosto, en la cual
los mismos magistrados reconocieron que la trascendencia institucional de la cuestin
exceda el inters de las partes, con la diferencia que en aquella oportunidad el motivo
del rechazo fue la falta de utilidad prctica de la audiencia en el caso concreto. Ms all
del giro, resulta reprochable el hecho de desconocer la inmensa trascendencia social,
poltica, ambiental y econmica del asunto que se ventila en la causa.
En tercer lugar, el voto mayoritario afirm que la Audiencia Pblica carece de sentido,
dado que el pueblo ya se halla representado en la causa con la intervencin del Estado
Provincial como parte demandada en el litigio. Esta interpretacin incurri en un reduccionismo al considerar que el inters del pueblo se limita al de la parte demandada y al
creer que es posible que ella represente al pueblo en la causa judicial. Adems, no slo
desconoci las citadas disposiciones de la Ley General de Ambiente y los Tratados Internacionales de Derechos Humanos que consagran el derecho del pueblo a participar en
el tratamiento de asuntos pblicos y ambientales, sino que tambin niega una importante instancia de participacin popular en la causa.
En conclusin, la Corte perdi la posibilidad de dar el debate histrico que Mendoza
merece respecto a la minera, sus recursos naturales y la actividad econmica sobre
ellos, a travs de un procedimiento idneo para la formacin de consenso, difusin de la
informacin, racionalidad de la decisin y democratizacin del servicio de justicia.
b) Discusin sobre la constitucionalidad de la ley
Los argumentos de los peticionantes para reclamar la inconstitucionalidad de la norma
se dirigen a intentar demostrar la existencia de vulneraciones, principalmente, de las
garantas constitucionales de igualdad, legalidad, razonabilidad, debido proceso y propiedad, consagrados en los arts. 7, 8, 16, 29, 33 y 48 de la Constitucin de Mendoza; y arts.
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Del otro lado, las razones que se han utilizado al contestar las acciones de inconstitucionalidad y en defensa de la Ley N 7.722 comienzan, en primer lugar, destacando el
estatus constitucional de la proteccin del medio ambiente, apuntalado por la reforma
constitucional de 1994, siguiendo luego con el reconocimiento, en nuestro derecho
interno, de los principios ambientales de prevencin y precautorio, por intermedio de
la Ley General del Ambiente N 26.675, a travs de los que se habilita la posibilidad de
reglamentacin de la actividad minera, as como de cualquier otro tipo de actividad que
pueda producir impactos negativos en el ambiente. Expresan los demandados, en este
sentido, que la Ley N 7.722 no desbarata derechos sino que los reglamenta, conforme
a la potestad que contempla la Constitucin Nacional, en su art. 14, de limitar algunos
derechos en orden a compatibilizarlos con otros, asumiendo que, por un lado y en virtud
del principio de unidad de todo sistema jurdico, los conflictos de derechos en su seno
son inevitables y, por otro lado, ningn derecho es absoluto. Adems, en ltima instancia, debe tenerse bien presente la enorme importancia que el recurso hdrico significa
para nuestra Provincia, exigiendo la actividad minera la utilizacin de grandes volmenes del mismo.
Reflejados sintticamente los argumentos de las partes, nos avocaremos a continuacin a la tarea de intentar extraer los principales lineamientos que emanan del dictamen
del Procurador General ante la Suprema Corte de Justicia de Mendoza el que, debemos
recordar, si bien procesalmente es un paso obligatorio previo al dictado de toda senten190 |xumek
cia, no tiene carcter vinculante para los miembros del tribunal supremo mendocino, en
cuya cabeza est ahora la decisin final sobre el asunto litigioso, pudiendo los magistrados apartarse o confirmar el dictamen bajo estudio.
El dictamen parte del reconocimiento, va art. 41 de la Constitucin Nacional, de la
jerarqua constitucional del derecho a un ambiente sano. Enumera luego los diversos tratados y declaraciones internacionales que consagran la proteccin al medio
ambiente, pasando despus revista a la evolucin que en doctrina y jurisprudencia ha
ido alcanzando, en nuestro derecho interno, la proteccin referida. Tambin alude a la
amplia defensa del medio ambiente que puede observarse tanto en el Cdigo de Minera como en la Ley General del Ambiente. Tambin hace mencin a la distribucin de
competencias que existe entre la Nacin y las Provincias en esta materia, subrayando
las facultades reglamentarias que las ltimas poseen.
Ingresando concretamente en el contenido de la ley, el Sr. Procurador entiende que se
trata de una ley cuyas limitaciones a la actividad minera resultan razonables, que tutela
de manera especial el escaso recurso hdrico de la Provincia y que, adems, no ocasiona
una paralizacin de la actividad minera, desde que:
La utilizacin del cianuro, del mercurio y del cido sulfrico en el proceso de extraccin por lixiviacin
ocasiona daos ambientales (V. cfr. Informe del Departamento General de Irrigacin); que puede
usarse otro proceso para el tratamiento de minerales denominado de flotacin, no con el uso de reactivos de minerales pesados o sustancias qumicas prohibidas por la Ley 7722, sino con otros biodegradables (V. cfr. fs. 251/256 de los autos N 90.595 Concina: Dictamen Tcnico de la Universidad Tecnolgica
Nacional (UTN) sobre Impacto Ambiental del Proyecto Minero San Jorge)10
En la visin del Procurador, la proteccin del derecho ambiental posee preminencia por
sobre las garantas constitucionales de ejercer industria lcita y el derecho de propiedad, lo que termina por inclinar la balanza a la hora de dictaminar finalmente, en el sentido de entender que la Ley N 7.722 es plenamente constitucional. Ntese que en este
tipo de razonamiento subyace una lgica que admite que, efectivamente, la ley afecta
los derechos alegados por los peticionantes, asumiendo de ese modo que se est ante
una verdadera colisin de principios constitucionales y que, en el caso concreto, unos
deben prevalecer sobre otros. Se trata de una ponderacin de principios que, no obstante, exigira un mayor esfuerzo argumental por parte del Sr. Procurador, por tratarse
de un asunto tan delicado como institucionalmente relevante.
Finalmente, y vinculado con el otro gran tema que ms adelante ser estudiado en
este informe, el dictamen del Procurador hace mencin al derrame de un milln de
litros de cianuro que se produjo en la Provincia de San Juan, en el valle de lixiviacin de
la Mina Veladero, de la empresa canadiense Barrick Gold, utilizndolo aparentemente
como otro de los indicios que guan su decisin.
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Adems de la gravedad que representa este grave hecho acontecido en la vecina provincia, resulta lamentable que la poblacin se encuentre sujeta a la falta de respuesta
y responsabilidad de sus autoridades, y que encima se encuentren inmersos en una
ausencia total de informacin veraz.
b) Los informes
Los informes de la situacin de las aguas de los ros de la cuenca hidrogrfica Desaguadero, entre los que se encuentran principalmente afectados Ro Jchal, Ro La Palca y Ro
Blanco, llegaron desde la Universidad Catlica de Cuyo, de la propia empresa Barrick
Gold, de la Polica Minera, de la empresa de agua osse a travs de Aguas Cordobesas
y el de Universidad Nacional de Cuyo (ste a pedido del municipio de Jchal). Salvo el
ltimo mencionado, los dems dieron todos valores negativos de cianuro y no estudiaron la presencia de otros metales pesados.
Sin embargo, la uncuyo divulg el informe solicitado por el Municipio, a pedido de
sus vecinos, en el que asegura que el Ro Jchal tiene una contaminacin con metales en
dosis de hasta 1400% por encima de los valores tolerables. Se comprob la contaminacin en los ros de deshielo con metales pesados peligrosos para cualquier tipo de vida
en la zona, como arsnico, aluminio, manganeso, boro, cloruros y sulfatos. Adems por
un estudio microbiolgico se comprob que hay bacterias muy nocivas y difundidas,
como la escherichia coli, donde se originan los cauces de agua montaosos17. Cabe
aclarar frente a este ltimo punto que resultar de una pericia posterior y de anlisis
comparativos al respecto el poder acreditar cuntos de estos ndices pueden ser atribuibles al derrame.
La divulgacin de la informacin recolectada por la Universidad Pblica de nuestra
provincia que indica que s hubo contaminacin enfureci al gobernador de San Juan,
quien denunci que el informe tena como nico fin daar al pueblo y al gobierno de San
Juan haciendo pblica una informacin engaosa, daina y de mala fe.
A pesar de estas desafortunadas declaraciones, lo cierto es que fue la propia empresa
la que reconoci la existencia de la contaminacin. As, mientras el Gobernador y electo
Diputado Nacional negaba la contaminacin, la empresa minera elev a la justicia un
informe donde se detalla la presencia de altas cantidades de cianuro en el ro. El anlisis de laboratorio encargado por la misma Barrick Gold a la firma sgs advierte sobre la
presencia de altas dosis de cianuro en el ro Jchal y sus afluentes: en el ro Potrerillos
se encontraron 64 partes por milln (ppm) de cianuro. El Cdigo Alimentario Argentino
establece un mximo de 0,10 ppm de cianuro para el agua potable, por lo que es posible
afirmar la existencia de un verdadero riesgo para la salud y el bienestar de la poblacin.
Recientemente, un estudio de la Universidad Tecnolgica Nacional (utn) Facultad Regional Mendoza reaviv el debate sobre lo ocurrido en Veladero. La asamblea
Jchal No Se Toca llev muestras de agua del ro homnimo y los resultados del labo17 Disponible en: http://www.unidiversidad.com.ar/el-derrame-de-la-barrick-enveneno-el-agua-de-jachal Unidiversidad, por Jorge Fernndez Rojas. Fecha: 03 de Octubre de 2015, 20:24h.
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bin, un espacio pblico art. 146 de la Constitucin de Mendoza, ya que las decisiones
que all se toman inciden sobre las prerrogativas de la sociedad. Tal como dice Jean-Paul
Sartre, nuestra responsabilidad es mucho mayor de lo que podramos suponer, porque
compromete a la sociedad entera; as soy responsable para m mismo y para todos25.
En suma, se trata de poner a los operadores jurdicos en posesin de lo que son y asentar sobre ellos la responsabilidad poltica directa sobre el pueblo. Porque el Estado no
es solo el Poder Ejecutivo y Legislativo, sino tambin el Judicial; por ende, garante del
bienestar de la sociedad, cuyos fines son: avanzar en el reconocimiento de derechos,
lograr conquistas sociales y afianzar la justicia como manda el Prembulo de nuestra Constitucin Nacional.
b) Con relacin a los argumentos de fondo, hay que decir que la vulneracin de la
garanta de igualdad ante la ley es un argumento de peso que, por lo mismo, realmente
representa un desafo para el mximo organismo jurisdiccional mendocino en miras al
fallo que se dictar en breve, pero desde Xumek entendemos que, dada la coyuntura, el
camino de la inconstitucionalidad de la ley posiblemente no traiga soluciones a la problemtica, ms teniendo a la vista el antecedente del proyecto San Jorge. Para el caso
de entender que la discriminacin existe, el camino a transitar quizs deba ser justamente el inverso: el establecimiento de estndares normativos similares de control para
el resto de las actividades potencialmente contaminadoras del medio ambiente.
c) Sin lugar a dudas, la actividad minera sigue siendo un tema preocupante para el
cuidado del medio ambiente y para nosotros mismos, ya que los controles que resultan
necesarios para que sta se realice como corresponde, no cumplen su funcin como tal
ni son ejecutados correctamente. A esto se suma la actitud de las autoridades gubernamentales y judiciales, quienes actuando en defensa de intereses egostas de algunos
pocos ponen en juego la supervivencia de nuestro medio ambiente y de la sociedad.
Claro ejemplo de ello lo podemos vivenciar hoy en da en la vecina provincia de San Juan,
en donde el riesgo la excede, propagndose hacia toda la regin cuyana.
Penosamente, las mineras a cielo abierto se han propagado por diferentes puntos
de nuestro planeta, y el resultado en muchos de los sitios donde se han asentado es
indudablemente para prestar atencin: destruccin nociva del lugar26, desarraigo de
los lugares de origen de los habitantes de la zona e, inclusive, un terrible despojo cultural; grados altsimos de contaminacin ambiental y humano, ya que las consecuencias
repercuten tanto en el entorno (esterilidad de la tierra, flora y fauna fuertemente afectados, as como tambin el recurso hdrico), sino adems a nosotros los seres humanos,
poniendo en grave riesgo nuestra salud.
Nuestros recursos naturales, y muy especialmente el agua, se estn tornando escasos
no slo para nuestro pas, sino para la humanidad.
25 Sartre, Jean-Paul, El existencialismo es un humanismo. Ed. Octaedro, Mxico, 2003, pg. 21-22
26 Puede aqu mencionarse como ejemplo el desastre natural ms importante acontecido en la historia de Brasil, en
Minas Gerais, el pasado 5 de noviembre de 2015, en el cual, producto de la ruptura de dos depsitos de mina de hierro,
se arras una poblacin entera, ocasionando muertos y desaparecidos, llegando finalmente el desecho (mezcla de lodo
y txicos) al mar, en donde el dao realmente resulta impredecible. Informacin disponible en: http://www.24horas.cl/
internacional/impresionantes-imagenes-deja-el-mayor-desastre-ambiental-en-la-historia-de-brasil-1853287
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v. Memorias
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se profundice y agraven las condiciones de detencin que los y las jvenes de la Direccin
de Responsabilidad Penal Juvenil. A travs de la accin que presentamos, impugnamos
la medida de construir una nueva crcel para alojar a los jvenes peligrosos, con un
criterio de arquitectura totalmente dirigido al encierro, al aislamiento, al ocultamiento
y el desamparo de las personas que debern sufrir ese destino. Este fue resuelto favorablemente por la Jueza Mariana Zavi, quien orden una serie de medidas que debera
cumplir el Estado Provincial antes de realizar cualquier traslado, previo control de los
peticionarios.
En el mes de mayo participamos del primer encuentro nacional realizado en la provincia de Tucumn por el Colectivo de Derechos de Infancia y Adolescencia. El colectivo
es una coalicin de organizaciones de todo el pas (Jujuy, Tucumn, Santiago del Estero,
Formosa, Crdoba, Buenos Aires, La Pampa y Mendoza) que trabaja con el fin principal
de incidir en las prcticas sociales y las polticas en materia de infancia y adolescencia, y
lograr que nios, nias y adolescentes ejerzan protagnicamente su ciudadana y gocen
con plenitud de sus derechos humanos. En dicho encuentro se plante y debati sobre
la situacin particular que atraviesa cada provincia (organizacin) respecto a la temtica
niez y adolescencia como por ejemplo polticas pblicas, justicia, participacin, entre
otros; asimismo se trabajaron sobre los proyectos que como colectivo desarrollaremos
en lo que resta del ao y el siguiente.
En junio marchamos por Ni una Menos. Las calles del centro mendocino encolumn alrededor de 13 cuadras llenas de mujeres, hombres y nios, de todas las edades,
pertenecientes a diferentes organizaciones, partidos polticos, ideologas; poniendo
de manifiesto sus proclamas y denuncias de diferentes maneras, algunos con carteles,
otros con cnticos y palmas, con sus cuerpos, con manifestaciones artsticas; pero todas
y todos bajo una misma bandera: Ni una Menos, Basta de violencia a las mujeres, basta
de muertes, basta de abusos y acosos, basta de tantos casos de agresin aberrantes y
nefastos contra nuestras mujeres.
Ese mismo mes tambin convocamos a todos al debate que se daba en la Legislatura
por la creacin de una Fiscala Especial para investigar delitos cometidos por funcionarios de seguridad y penitenciarios. Esta peticin fue producto del acuerdo de solucin
amistosa del Estado Nacional con la Comisin Interamericana de Derechos Humanos
en el caso Yanez.
En el mes de julio firmamos un Convenio de Colaboracin y Cooperacin con la Subsecretara de Justicia del Ministerio de Gobierno, Justicia y Trabajo de la Provincia de
Mendoza, que tiene como objetivo principal trabajar en forma conjunta en la temtica
de violencia institucional, disear estrategias vinculadas con el mejoramiento de las
condiciones en las instituciones de encierro, a impulsar acciones que permitan la proteccin integral de las personas que se encuentran privadas de libertad, profundizar el
trabajo vinculado con los poderes del Estado a fin de lograr el efectivo avance en el rgimen progresivo de la pena y la resocializacin de las personas y comprometer a todos
los sectores que desempeen acciones en materia penal a fin de que, con la colaboracin de las investigaciones llevadas adelante por Xumek se logre desarrollar una visin
macro sociolgica que permita brindar mayores respuestas a las necesidades de las
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Eduardo Tejn
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