1) El soneto de Garcilaso de la Vega describe la belleza de una dama, comparando sus rasgos con rosas y azucenas. 2) El documento analiza la importancia de este soneto en el Renacimiento español y cómo representa la transformación de la poesía bajo la influencia italiana. 3) También resume varios otros poemas notables de Garcilaso, incluidas odas, elegías y epístolas que demuestran su habilidad y originalidad.
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1) El soneto de Garcilaso de la Vega describe la belleza de una dama, comparando sus rasgos con rosas y azucenas. 2) El documento analiza la importancia de este soneto en el Renacimiento español y cómo representa la transformación de la poesía bajo la influencia italiana. 3) También resume varios otros poemas notables de Garcilaso, incluidas odas, elegías y epístolas que demuestran su habilidad y originalidad.
1) El soneto de Garcilaso de la Vega describe la belleza de una dama, comparando sus rasgos con rosas y azucenas. 2) El documento analiza la importancia de este soneto en el Renacimiento español y cómo representa la transformación de la poesía bajo la influencia italiana. 3) También resume varios otros poemas notables de Garcilaso, incluidas odas, elegías y epístolas que demuestran su habilidad y originalidad.
1) El soneto de Garcilaso de la Vega describe la belleza de una dama, comparando sus rasgos con rosas y azucenas. 2) El documento analiza la importancia de este soneto en el Renacimiento español y cómo representa la transformación de la poesía bajo la influencia italiana. 3) También resume varios otros poemas notables de Garcilaso, incluidas odas, elegías y epístolas que demuestran su habilidad y originalidad.
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En tanto que de rosa y azucena
Se muestra la color en vuestro gesto
Y que vuestro mirar ardiente honesto Con clara luz la tempestad serena Y en tanto que el cabello, que en la vena Del oro se escogi, con vuelo presto Por el hermoso cuello blanco, enhiesto, El viento mueve, esparce y desordena, Coged de vuestra alegre primavera El dulce fruto antes que el vientro airado Cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitar la rosa el viento helado, Todo lo mudar la edad ligera Por no hacer mudanza en su costumbre.
Es difcil no subumbir al encanto el soneto, el 23 de Garcilaso de la Vega,
escrito seguramente durante la estancia del poeta en Npoles, durante 1533 y 1536. Representa mejor que ningn otro la enorme transformacin rtmica, mtrica, lxica y estilstica la poesa espaola del Renacimiento por influencia de la italiana. La poesa se renueva en los modos y en las formas ms que en los temas, y en este soneto recrea Garcilaso dos tpicos clsicos que solan confluir en el tema de la necesidad de aprovechar la juventud mientras dura: el collige, virgo, rosas, Coge, muchacha, las rosas Llamado as por un verso atribuido al poeta latina Ausonio y el carpe diem afrrate al da de Horacio, motivos incombustibles de la poesa universal que veremos reaparecer en varios de los autores de nuestro curso. Los cuartetos describen a la dama (el color del rostro, la mirada, el cabello y el cuello) siguiendo el canon renacentista de la belleza femenina, de modo que el color rojo de la rosa simboliza la sensualidad y el blanco de la azucena, la honestidad. El primer terceto completa la oracin que estructura el texto y el terceto final contiene una sentenciosa enunciacin del paso del tiempo expresada con efectivas imgenes. Esa edad ligera, ese tiempo abstracto que tiene el hbito
ineluctable de atravesar la vida y acabar aceleradamente con nuestra
juventud, tuvo con frecuencia en Garcilaso una concrecin histrica que l, el ms famoso poeta-soldado del Renacimiento espaol supo convertir en excelente poesa. Buena prueba de ello son las cuatro canciones (canciones en el sentido mtrico comn con las de Petrarca), que forman junto con la cuarentena de sonetos lo que podramos llamar el Cancionero de Garcilaso. Destaca la Cancin Tercera, escrita en 1532. Entre marzo y julio de ese ao el poeta toledano fue desterrado a una isla del Danubio, cerca de Ratisbona, por haber asistido al matrimonio de un sobrino suyo, prohibido expresamente por el Emperador. En esta cancin, escrita durante su cautiverio, destaca el contraste entre la descripcin del paisaje que abre y cierra el poema y el tema de la integridad del espritu expuesto en las estrofas centrales, en las que domina la queja contenida por las penas del destierro y del amor. Y s yo bien que muero Por slo aquello que morir espero Pero donde la experiencia personal se trasmuta ms admirablemente en versos de enorme originalidad y variedad es en la seccin que podemos llamar clsico-horaciana, compuesta por una oda, dos elegas y una epstola. La fama de la Oda a la flor de Gnido, inadecuadamente llamada a veces Cancin pinta (inadecuadamente porque formal y temticamente es muy distinta de las cuatro canciones de carcter petrarquista que la preceden) se advierte ya en su primer verso, pues con la ltima de sus palabras lira se bautiz esta forma estrfica ensayada en Italia por Bernardo Tasso, entre sus muchos intentos de remedar la mtrica de las odas horacianas y consagrada por influencia del poeta toledano como forma esencial de la lrica espaola del siglo XVI: fue la estrofa predilecta de Fray Luis de Len y de San Juan de la Cruz, una estrofa de cinco versos que combinaba tres heptaslabos (el primero, el tercero y el cuarto) y dos endecaslabos (el segundo y el quinto). Si de mi baja lira Tanto pudiese el son que un momento Aplacase la ira Del animoso viento Y la furia del mar y el movimiento Desde el inicio (he citado solo la primera de sus ms de veinte estrofas) la oda plasma una enorme habilidad retrica y contiene en su conjunto un delicado juego galante que Garcilaso dirige a una dama napolitana (Violante Sanseverino) para interceder por su enamorado amigo Mario Galeota. Hay varias alusiones a la identidad del amante y la desdeosa dama: la mencin del amigo convertido en viola (aludiendo al nombre de ella, Violante) y el cautiverio amoroso de l como forzado o galeote al remo condenado. Estos juegos se dan ya en el ttulo de la composicin, pues Gnido alude, al tiempo, al
barrio de Npoles donde resida la dama y a uno de los templos consagrados a
Venus, diosa del amor. A la oda siguen dos elegas tan extraordinarias como complementarias. Ambas se escribieron en tercetos (otra de las formas mtricas importadas de Italia y llamadas a ser trascendentales en la poesa clsica espaola), pero la primera es una elega de carcter funeral, y en concreto una consolacin moral al duque de Alba por la muerte de su hermano don Bernaldino de Toledo, y la segunda es una elega de carcter amoroso, escrita desde Trapani y enderezada a su amigo Boscn con una voluntad ntima y confidencial aunque no exenta de conciencia retrica, que asombra por su modernidad: Yo enderezo, seor, en fin, mi paso Por donde vos sabis, que su proceso Siempre ha llevado y lleva Garcilaso. Como la historia de este momento trascendental de la poesa espaola es tambin la historia de una amistad, conviene decir que Juan Boscn es el destinatario de al menos otros dos poemas de Garcilaso de la Vega, una epstola en endecaslabos blancos, es decir, sin rima (el verso ms audaz y moderno que poda permitirse un poeta del siglo XVI), escrita y fechada en Avin el 12 de octubre de 1534: Doce del mes de octubre, de la tierra Do naci el claro fuego de Petrarca Y donde estn del fuego las cenizas. Y terminaremos por hoy volviendo a otro soneto, el que Garcilaso escribi con ocasin de las acciones victoriosas de las tropas de Carlos V en Tnez en el verano de 1535, y en concreto tras la toma de La Goleta. Con el tono confidencial propio de la comunicacin privada, el poeta adopta el recuerdo de las cenizas de Cartago como representacin de su sufrimiento amoroso. La asociacin de las ruinas con las cuitas amorosas de quien las contempla goz de gran fortuna entre los poetas renacentistas. Es el soneto XXXIII, con el que nos despedimos hasta la prxima leccin. A Boscn desde La Goleta Boscn, las armas y el furor de Marte, Que, con su propia fuerza el africano Suelo regando, hacen que el romano Imperio reverdezca en esta parte, Han reducido a la memoria el arte Y el antiguo valor italiano,
Por cuya fuerza y valerosa mano
frica se aterr de parte a parte. Aqu donde el romano encendimiento, Donde el fuego y la llama licenciosa Solo el nombre dejaron a Cartago, Vuelve y revuelve amor mi pensamieto, Hiere y enciende el alma temerosa, Y en llanto y en ceniza me deshago.