Cuentos Aventureros
Cuentos Aventureros
Cuentos Aventureros
ave n t u r e ro s
Cuentos aventureros
Gobierno Autnomo Municipal de La Paz
Oficiala Mayor de Desarrollo Humano
Luis Antonio Revilla Herrero
Alcalde Municipal de La Paz
Erlinda Quispe Tancara
Oficial Mayor de Desarrollo Humano
Nelson Antequera Durn
Coordinador de la Oficiala Mayor de Desarrollo Humano
1 edicin, 2012
1a Reimpresin, 2014
Coordinacin general: Nelson Antequera Durn
Coordinacin editorial: Mnica Navia Antezana
Diagramacin: Jenny Guerrero Ricaldi
Ilustracin: Jorge Dvalos
El trabajo de coordinacin editorial de este texto ha sido realizado gracias al apoyo de la Asociacin Intervida Bolivia,
en el marco del Proyecto Educacin Permanente con calidad educativa 2012-2014 ejecutado por la Unidad de Gestin de
Servicios Pedaggicos de la Direccin de Educacin del GAMLP y la Asociacin Intervida Bolivia.
D.L.: 4-2-399-12P.O.
Impresin:
Impreso en Bolivia
Printed in Bolivia
Cuestin de comunicacin
Ariel Gigasi Tayo
uan Carlos era un joven que viva solo porque perdi a toda su familia
en un tremendo accidente cuando viajaban de regreso a su pueblo,
all en los Yungas. l era ya un joven de 19 aos y necesitaba dinero para
sobrevivir en la ciudad. Busc un empleo por varios das hasta que encontr
uno de recogedor de basura. Se dio cuenta de que su trabajo tena riesgos como
contraer alguna enfermedad o cortarse con vidrios o latas oxidadas por tanto
manejar desechos, pero l sigui con su trabajo, pues necesitaba el dinero.
Pas el tiempo. Como Juan Carlos era un chico muy observador, haba
visto de todo en la basura... de todo: perros muertos. Habr algn nio que lo
llore?, pensaba. Encontr llaves perdidas. Ser que alguien estuvo en serias
dificultades por no poder entrar a su casa u oficina?, murmuraba. Vio zapatos
viejos: Por qu lugares habran caminado esos zapatos?, se deca. Vio papeles
escritos desechados. Seran la tarea escolar o universitaria de alguien?. Encontr
cscaras y restos de comida por cantidades, pero todo revuelto y maloliente.
Nuestras cebras
Flor Silvia Silva de lvarez
Por las noches, la cebra brincaba con las lucirnagas. Cerraba los ojos para
soar que se remontaba por el infinito cielo, que desfilaba encima de los rboles.
Las palmeras la mecan al vaivn del viento, las enredaderas la atrapaban y le
hacan cosquillas en las rodillas. As, se converta en un ser liviano, pero grande;
en una cebra feliz, pero sola.
El tiempo es un hombre apurado, no olvida ni un respiro, l apunta en
su libro la milsima de lapso. As la cebra dej de ser una nia, mud su cuerpo
convirtindose en una adolescente con el anhelo y la esperanza de encontrar
un propsito para vivir.
Senta que la soledad no se llenaba con nada, en cambio ella posea
un corazn grandsimo. Dnde est mi familia?, se preguntaba. Ansiaba
compartir con otras cebras.
Por las maanas, se arrimaba a un espacio del camino donde los tulipanes
y las orqudeas competan por su hermosura. A cada animal que pasaba le
interrogaba:
Conoces a otra cebra?
Todos meneaban la cabeza de izquierda a derecha. La cebra senta que
el pelaje blanco y negro se estaba convirtiendo en azul de tristeza, igual que
cuando el temor se instala dentro de uno.
Como consecuencia de ello, emergi el enojo: un laberinto de
pensamientos incompatibles zumbaban en su cabeza. La joven cebra cambi de
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As, como una flota de aviones, los insectos y aves, motivados por el deseo
de ayudar, se remontaron en busca de cebras. Mientras tanto, los animales
esperaban ansiosos.
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Las hormigas
Mara Victoria del Carpio Burgoa
poderoso.
Era tanta la abundancia que ofreca el lugar que de los confines ms
alejados del Planeta llegaba toda clase de animales como aves, herbvoros, fieras,
camlidos, anfibios, reptiles e insectos.
Las fbricas, los comercios y los empleos se multiplicaban a diario. El
reino creca, expanda sus fronteras y sus habitantes vivan satisfechos... todos
menos un numeroso grupo de hormigas.
Las laboriosas hormigas haban llegado al reino diez aos atrs, pero vean
con tristeza que los animales que llegaron junto con ellas haban conseguido
un mejor nivel de vida, tenan buenos empleos y muchos eran dueos de sus
propios negocios.
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rase una vez una nia llamada Charlotte, que viva en una zona
llamada Ciudad Satlite. Ella era la hermana mayor de tres hijos de
la familia Marn.
Charlotte estudiaba en la escuela Cervantes de ese mismo barrio. Un da,
a media maana, cuando Charlotte ordenaba sus cuadernos para salir al recreo,
percibi una mirada extraa que provena de la ventana. Era un nio de aspecto
campesino, tena abarcas de goma de llanta, los pies ennegrecidos por el sol, un
pantaln hecho de tocuyo, una chompa de lana tejida y un chulito en la cabeza.
A Charlotte le provoc cierta ternura y a la vez compasin. Mas, cada
vez que el nio senta la mirada de Charlotte, l sala corriendo del lugar. As
pasaron unos diez das de esa extraa visita.
Un da, Charlotte decidi encontrar al nio en la calle. Cuando el nio
apareci, Charlotte lo sorprendi por detrs y le dijo:
Hola, quin eres?, cmo te llamas?
El nio, sorprendido por las palabras de la nia y totalmente asustado
huy despavorido, dejando caer su chulito de colores. Pasaron varios das. El
nio no haba vuelto a ver a Charlotte, pero ella segua conservando en su
mochila el chulito que el nio haba hecho caer.
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La ardilla
Renatte Eiffel Hurtado
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Poco despus, la ardilla sali del agujero, se quit toda la tierra que tena,
mir hacia los costados y, asegurndose de que haba perdido a los cazadores,
se puso a pensar en el lugar al que ira, puesto que haban descubierto su hogar.
Fue en ese momento cuando vio a una mariposa que paseaba por los alrededores
y le pregunt:
Disculpe, seora mariposa, no sabr usted de algn lugar seguro
donde me pueda mudar?
S, creo que s te puedo ayudar respondi ella. Conozco un lugar
donde ningn humano te molestar: al Norte, despus de pasar un bosque, vas
hacia el Este y all encontrars un campo lleno de flores. Nadie conoce ese lugar,
excepto los animales.
Gracias por tu ayuda le dijo la ardilla, y se fue corriendo. Pero no
escuch la advertencia de la mariposa:
Cuidado, tienes que enfrentar muchos peligros y adems recuerda que
los cazadores te pueden atrapar antes de que llegues.
La ardilla corri y corri, pero adivinen dnde lleg: a la ciudad. Ella se
pregunt:
Qu extrao lugar es ste? Bueno, mejor me apuro para llegar a mi
nuevo hogar. Tengo hambre, y sigui su camino.
Despus de avanzar unos metros, vio un rbol lleno de su comida favorita:
nueces. No pudo contenerse y trep al rbol para comer. Almacen algunas
nueces en sus cachetes, pero cuando estuvo a punto de seguir su camino, pafff !,
la atraparon los cazadores. Haba cado en una trampa! Pedro, el cazador jefe,
dijo:
Inspeccionen todo, no vaya a tener un As bajo la manga que la deje
escapar!
Los otros cazadores asintieron y Juan, uno de ellos, dijo:
Tiene algo en los cachetes!
Pues apritenselos hasta que escupa! respondi Pedro.
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Dos nias
Soraya Ftima Daza Sequeiros
erna era una nia muy molestosa que tena por costumbre botar
la basura en cualquier lugar. A ella no le importaba si estaba en su
casa, en la escuela, en el minibs o caminando por las calles. Echaba la basura
donde quera. Incluso un da bot basura durante un espectculo en el Teatro al
Aire Libre. Sus padres no le decan nada porque la maleducaban con su ejemplo
negativo, ya que ellos mismos no respetaban las horas de recojo de basura y
tampoco utilizaban los basureros de la ciudad.
Tal como sucede en los cuentos (en los buenos cuentos), un da Berna,
por su mala costumbre, arroj un papel de dulce y otros papeles en la calle cerca
de su casa. De pronto, escuch una voz muy aguda parecida a una trompeta
de juguete. Mir al cielo, busc a los lados, pero no haba nadie. Fue en ese
momento que se dio cuenta de que le hablaba un trozo de papel, ms bien,
una nia muy parecida a nuestra protagonista, que estaba dibujada en l, pero
encogida, porque Berna haba estrujado el papel antes de tirarlo al suelo.
Cuando Berna se acerc entre impresionada y sorprendida, el dibujo le
habl con fuerza:
iDesarrgame, Berna, tenemos que hablar!
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Cuando por fin arribaron a su destino que, por cierto, se ubicaba cerca
del Zoolgico, fueron recibidos por los ingenieros y empleados del relleno,
quienes con mucho gusto y entusiasmo les mostraron el lugar y les explicaron
con detalle y paso a paso cmo unas lombrices un poco coloradas, llamadas
lombrices californianas, realizan el proceso de transformacin de la basura
orgnica en abono de la mejor calidad que despus servir para que las plantas
crezcan y se vean hermosas.
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Panchito
Mara Victoria del Carpio Burgoa
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