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ATB - 0802 - Col 3.1-5

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PROGRAMA No.

0802

COLOSENSES

Captulo 3:1-5

En el da de hoy amigo oyente, llegamos al captulo 3, en nuestro estudio de esta epstola


del Apstol San Pablo a los Colosenses. Y vamos a comenzar nuestro estudio con el
versculo uno. Nos encontramos aqu con otra divisin de esta pequea Epstola; aqu esto
est de acuerdo con la forma acostumbrada de dividir las cartas. l siempre nos da en
primer lugar la seccin doctrinal, y luego nos presenta la seccin prctica. As es que, aqu
en este captulo tres, comienza esta seccin prctica. Ya hemos podido apreciar que en la
primera parte de la Epstola l nos presenta la preeminencia de Cristo. Le hemos visto a
Cristo como l es, un miembro de la Trinidad, de que l es Dios. l es tan Hombre como
el mismo hombre, pero tambin es tan Dios como el mismo Dios.

Y luego, vimos que l era preeminente en la creacin porque l es el Creador.


Tambin vimos que l es preeminente en la redencin, porque l es el Redentor. l es
quien se entreg a S mismo por nosotros. Y l es preeminente en la Iglesia, porque l se
entreg a S mismo por la Iglesia.

Llegamos ahora al punto donde el Apstol Pablo va a insistir en que l sea hecho
preeminente en nuestras vidas. En el da de hoy se escucha hablar mucho acerca de la
dedicacin. Pues, bien, qu es dedicacin? Para presentar una definicin muy breve
diramos que la dedicacin es la preeminencia de Cristo en nuestras vidas. Usted no puede
decir: Yo soy un creyente dedicado y luego vivir como le parezca, como muchos estn
haciendo en el da de hoy. Quiere decir que si l es preeminente en su vida, usted va a vivir
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la vida de Cristo aqu en esta tierra, porque ya hemos visto que aqu se nos dice, en esta
misma Epstola: Porque en l (o sea en Cristo) habita corporalmente toda la plenitud (la
plroma) de la deidad. Y usted es una persona completa. Usted es hecho completo en l.
Usted est listo para el gran viaje de la vida en l.

Es decir, que Cristo es en realidad la solucin para todos los problemas de la vida. Y
Pablo en esta carta mencion, como hemos podido apreciar, todas esas cosas diferentes que
apartan a la gente de la persona de Cristo, como palabras persuasivas. Apartados por
vanas palabras, vana palabrera, o la filosofa, o por un sistema legal, o por el misticismo o
el ascetismo. Esas son las cosas que apartan a la gente, de la persona de Cristo. Y
hablando honradamente amigo oyente, la vida cristiana es vivir a Cristo hoy. Y Pablo va a
hablar acerca de eso ahora en esta seccin que comenzamos, y vamos a ver que en Cristo se
encuentra todo lo que usted y yo vamos a necesitar. Y por tanto, vamos a ver que Cristo es
la totalidad de Dios. l es derramado dentro de la vida, a travs del creyente, y esa es la
nica manera en que puede ser derramado. Aqu en esta primera seccin vemos que los
pensamientos y los afectos de los creyentes son celestiales. Eso es lo que es importante aqu
en este pasaje de la Escritura que tenemos. Leamos pues, el primer versculo de este
captulo 3:

Si, pues, habis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde est Cristo

sentado a la diestra de Dios. (Col. 3:1)

Ahora, ese si con que comienza esta frase, no es un si condicional, es en realidad un si de


argumento, y eso ya lo hemos visto anteriormente en esta Epstola. Por ejemplo, el Apstol
Pablo nos dice en el versculo 23 del captulo 1: si en verdad permanecis fundados y firmes
en la fe. No haba ninguna duda que estos creyentes continuaban en la fe, que permanecan
fundados y permanecan firmes. Y ellos no estaban siendo apartados de la esperanza del
evangelio. As es que en este captulo, este si que encontramos es un si de argumento,
porque en realidad estos creyentes de Colosas tenan la evidencia de su salvacin. Cul es
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esa evidencia?

Bueno, es la fe, la esperanza, y el amor.

Los frutos del Espritu se

encontraban en sus vidas.

Regresemos por unos momentos y observemos lo que lemos all en el primer captulo
de esta epstola a los Colosenses, versculo 4, dice: Habiendo odo de vuestra fe en Cristo
Jess, y del amor que tenis a todos los santos. Era bien conocido que ellos tenan una fe
viviente en Cristo Jess. Y del amor que tenis a todos los santos. O sea que, ellos amaban a
los creyentes. Y eso es lo que es importante hoy, el amor entre los creyentes, y no nos
estamos refiriendo a ese sentimiento pueril del cual se habla tanto en el da de hoy. Pero,
usted demuestra su amor, si usted ministra, si usted le presenta la Palabra de Dios a
alguien. Y si usted es un creyente en la Iglesia, usted demuestra su amor por su Pastor ya
sea que apoye o no un ministerio de enseanza bblica.

Amigo oyente, esto que tenemos aqu es muy prctico. Esto no se est refiriendo a una
actitud superficial, donde uno va y le da palmaditas en la espalda a alguien y le dice: Yo
te amo, y continan hablando de eso todo el tiempo. El amor es algo que se manifiesta a s
mismo en la realidad. As es que estos creyentes tenan fe, tenan amor, y tambin tenan
esperanza. Usted puede notar eso cuando continuamos en esta epstola, en el captulo 1 de
Colosenses, en versculo 5, dice: a causa de la esperanza que os est guardada en los cielos,
de la cual ya habis odo por la palabra verdadera del evangelio, (Col. 1:5) Y ellos entonces,
tenan una esperanza, y esa esperanza era la venida de Cristo por Su Iglesia. Y todo esto
demostraba que ellos eran hijos de Dios y tenan el fruto del Espritu 6que ha llegado hasta
vosotros, as como a todo el mundo, y lleva fruto y crece tambin en vosotros, desde el da que
osteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad, (Col. 1:6)

Usted puede apreciar que era la manifestacin del Espritu Santo en la vida de los
creyentes en esa ciudad de Colosas. As es que, nuevamente tenemos que repetir que lo que
se menciona aqu no es una pregunta o una condicin, sino ms bien, un argumento. El
Apstol Pablo est diciendo aqu en el captulo 3, versculo 1:
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Si, pues, habis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde est Cristo

sentado a la diestra de Dios. (Col. 3:1)

Y aqu encontramos algo que creemos es de suma importancia, y queremos dirigir su


atencin a lo que Pablo est diciendo aqu. l dice: Dnde est Cristo en el da de hoy?
Bueno, l est sentado a la diestra de Dios.

Y, qu debemos hacer nosotros hoy?

Tenemos que buscar aquellas cosas que estn arriba. Y esa palabra buscar es una
palabra muy interesante en realidad. Tiene el significado de algo urgente y tambin de un
deseo y de una ambicin. Teniendo toda la emocin que se presenta con buscar aquellas
cosas que estn arriba, donde est Cristo sentado a la diestra de Dios.

Es algo como lo que ocurre en los Juegos Olmpicos; all se encuentran los atletas
corriendo o haciendo algn otro esfuerzo para tratar de lograr una medalla de oro. Pues,
bien, amigo oyente, ellos estn buscando lograr eso. No podemos ver a muchos santos en el
da de hoy que estn buscando medallas de oro. Pero eso es lo que nosotros tendramos que
hacer, eso es lo que deberamos estar haciendo.

Pero dnde tenemos que buscarle?

Bueno, tenemos que buscar aquellas cosas que estn arriba, donde est Cristo sentado a la
diestra de Dios.

Qu es eso de cosas de arriba? Eso es donde Cristo est. Y quiere decir que debemos
buscar las cosas de Cristo. Y quisiramos, amigo oyente, que usted note aqu algo que es
muy importante. Aqu no se nos dice que tenemos que ir a algn lado y tomar algn
pequeo curso que nos ensee alguna mezcla de seudo-psicologa y un poquito de la Biblia.
No se nos dice aqu que debemos buscar eso. En muchos lugares hoy estn ocurriendo
cosas como stas; donde se presentan algunos programas todos mezclados, y donde los
pobres creyentes hoy estn tratando de obtener esta clase de cosas y esta seudo-psicologa y
un poquito de la Biblia, todo mezclado en una pocas clases durante la noche. Y durante ese
tiempo cuando uno ha pasado por ese supuesto estudio, ya ha podido lograr la solucin a
todos los problemas de la vida; desde el problema de una suegra neurtica, hasta el de un
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patrn o jefe con una mente emponzoada. Y despus de haber pasado por este pequeo
cursillo, usted sabe muy bien cmo tratar a cualquier persona con la que se encuentre.
Usted ya puede resolver todos los problemas de la vida.

Pero, permtanos decirle amigo oyente, y lo decimos con mucho cuidado, que usted slo
puede obtener esto, segn la forma en que usted busque las cosas de arriba, donde est
Cristo sentado a la diestra de Dios.

Bien, amigo oyente, usted no puede encontrar tampoco esto en una cinta
magnetofnica. Ahora, sabemos que al decir esto estamos andando por un terreno un
poquito peligroso. Pero, permtanos decir, que en cierta ocasin se acerc un matrimonio,
una pareja a un Predicador y le dijo: Nosotros tenemos ciertas grabaciones suyas y las
escuchamos por lo menos una vez por semana. Bueno, amigo oyente, esto nos da algo qu
pensar porque parecera como si ellos estuvieran comenzando a adorar a un hombre, y que
esa grabacin no los estaba llevando a ellos hasta Cristo. Y amigo oyente, sera mucho
mejor si ese matrimonio quemara esa grabacin, ya que no les estaba conduciendo hasta
Cristo.

Ahora, aqu tampoco se nos dice que debemos buscar y escuchar un programa radial.
Y yo quiero decir esto, de una forma honesta y candorosa si me lo permite. No haga usted
de nosotros un mito. Si usted hace eso, sepa que nosotros tenemos pies de barro. Usted
est observando a un hombre que es tal cual lo es usted.

Una persona como usted.

Nosotros cometemos equivocaciones. Ni siquiera estamos cerca de lo que nos gustara ser.
No somos la clase de esposo que nos gustara ser; tampoco somos la clase de padre que
quisiramos ser. Y amigo oyente, no haga de este programa A travs de la Biblia un dios
para usted. El propsito de este programa y el propsito de este predicador que les habla
es el de presentar la Palabra de Dios para que usted pueda ver al Cristo viviente y para
poder acercarnos a l. Y, amigo oyente, si el Espritu Santo no utiliza esto para llevarle al
Cristo viviente, entonces hemos fracasado miserablemente. La Biblia (y creemos esto con
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todo nuestro corazn), es un Libro que nos revela al Cristo viviente.

Cierto joven contaba la primera impresin que tuvo cuando observ las cataratas del
Nigara. Este joven canadiense cuenta que cuando l lleg a las cataratas y se baj del
tren, y al hacerlo poda escuchar el ruido que provena de ellas. As es que comenz a
caminar hacia el sitio de donde provena el ruido, y lleg a un gran edificio y entonces,
entr a ese edificio que pareca como la estacin de ferrocarril. Haba gente por todas
partes y l se sinti un poco desilusionado. Pero an all l poda escuchar el ruido que
haca las cataratas. Luego dirigi su mirada a una de las paredes del edificio y observ el
cuadro ms grande que poda haber visto en su vida. Era un cuadro que tena un marco
que ocupaba casi toda esa parte del edificio. Este joven dijo que ese cuadro era un cuadro
de las cataratas del Nigara, y l no se poda imaginar por qu en un lugar como ese iban a
tener un cuadro de las cataratas del Nigara. As es que comenz a acercarse al cuadro, y
mientras ms se acercaba, ms poda darse cuenta que estaba mirando a travs de ese
marco a las verdaderas cataratas, las cataratas del Nigara.

Amigo oyente, cuando usted lee la Biblia, no est mirando a una persona muerta. Usted
est observando al verdadero, al Cristo viviente. l est viviendo. l est a la diestra de
Dios. Y nosotros debemos buscar las cosas que estn arriba. Debemos buscarle a l hoy.
Y esa es la razn por la cual estamos pasando a travs de todas estas pginas de la Biblia.
Y no podemos tomar ningn atajo para poder llegar al punto de destino ms rpidamente.

Alguien nos dijo en cierta ocasin: Bueno, por qu no reducen el estudio a un ao?
Probamos hacer eso, pero no era algo adecuado. Ni siquiera estos cinco aos son algo
adecuado porque hay personas que estn escribiendo y diciendo: Por qu no reducen un
poco la velocidad del autobs bblico? Bueno, amigo oyente, vamos a demorarnos cinco
aos. Cinco aos es un tiempo suficiente. Y an si nosotros dedicramos diez o veinte aos
entonces, tampoco llegaramos a conocerlo todo. Cuando Pablo lleg al final de su vida
poda decir: a fin de conocerle, y el poder de su resurreccin, y la participacin de sus
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padecimientos. (Fil. 3:10a)

Ah, amigo oyente, que usted y yo podamos buscar esas cosas que estn arriba! Y ese es
el propsito de este programa A Travs de la Biblia. Y, cul es el resultado de todo esto?
El resultado es que muchas personas se estn beneficiando, y nos escriben contndonos
cmo Dios les est bendiciendo mediante el estudio de la Palabra de Dios que hacemos en
este programa. Damos lectura a algunas de esas cartas al principio del programa porque
deseamos compartir con usted lo que Dios est haciendo por medio de este ministerio.
Lamentablemente, el tiempo no nos permite dar lectura a todas las cartas que recibimos,
pero s apreciamos mucho cada una de ellas. Nos alienta mucho saber que Dios est
usando este ministerio para ayudar a quienes nos escuchan a que busquen las cosas de
arriba.

Amigo oyente, permtanos hablarle desde lo ms profundo de nuestro corazn y decirle


que busque a Cristo; busque las cosas de arriba, donde est Cristo sentado a la diestra de
Dios.

Nosotros abandonaramos esta tarea si no supiramos que este programa est

ayudando a mucha gente a buscar al Seor.

Y ese debera ser el propsito de todo

programa radial; y de todo aquello que es hecho para Dios, y que ayuda a la gente a llegar
a Dios.

Bien, notemos ahora lo que nos dice Pablo aqu: Poned la mira en las cosas de arriba.
Usted recuerda que Pablo dijo en su carta a los Filipenses, captulo 4, versculo 8: . . . todo
lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo que es de
buen nombre; (y ese es Cristo, digamos de paso) si hay virtud alguna, si algo digno de
alabanza, en esto pensad. En este versculo 2, pues del captulo 3, dice:

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. (Col. 3:2)

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El asunto de cmo se lleva usted con su suegra es algo muy importante, amigo oyente,
pero, o usted se va a llevar bien con su suegra, o no se va a llevar bien con ella; eso es todo.
Quiz usted no se pueda llevar bien con ella. Lo importante amigo oyente, es que usted
pueda dirigirse a Cristo. Y eso debera ser lo ms importante de todo. Leamos este
versculo 2 y tambin el versculo 3:

Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. 3Porque habis muerto, y

vuestra vida est escondida con Cristo en Dios. (Col. 3:2-3)

Leemos aqu que usted ya muri.

Y, cundo muri usted?

Es lo mismo que

encontramos antes all en la epstola a los Glatas: Con Cristo estoy juntamente crucificado.
Cundo fue usted crucificado? Hace ms de 2000 aos, amigo oyente. l tom mi lugar;
l tom su lugar; l muri en lugar mo y en lugar suyo. Y nosotros morimos en l. Por
tanto: Porque habis muerto, y vuestra vida est escondida con Cristo en Dios. Ahora, yo fui
tomado del antiguo Adn por medio del bautismo. Es decir, que el Espritu Santo me tom
y me coloc en Cristo. Ahora usted est en Cristo. Y ahora que usted est en Cristo, usted
debera vivir la vida de l. Permita que la plenitud de l se demuestre en su vida. Cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste. Si usted tiene alguna vida es la de Cristo. Juan dijo que
nos iba a mostrar la vida eterna.

Bien, cmo puede uno demostrar vida eterna?

Mostrndole a Cristo; Cristo es vida eterna. Y en versculo 4, de este captulo 3, de la


epstola a los Colosenses, dice Pablo:

Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros tambin seris

manifestados con l en gloria. (Col. 3:4)

Y uno de estos das nosotros seremos manifestados con l en la gloria. El Apstol Pablo
nos va a hablar ahora de una forma muy directa. Va a tratar las cosas que nos conciernen
directamente con la forma en que vivimos. Y si usted amigo oyente, es en el da de hoy un
creyente consagrado viviendo para l, Pablo aqu atar las cosas de tal manera que le
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permitir a usted comprender fcilmente si es o no es consagrado. Son estas cosas que


existen en su vida? l nos va decir algo aqu que es muy interesante. Leamos el versculo
5:

Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicacin, impureza, pasiones

desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatra; (Col. 3:5)

Haced morir, (es decir, poner en el lugar de la muerte) haced morir, pues, lo terrenal en
vosotros. Debemos colocar esto en el lugar de la muerte. Y luego l menciona, fornicacin.
Y esto es el sexo. Es este un pecado en su vida en el da de hoy? No tratemos de
engaarnos a nosotros mismos amigo oyente, porque hay muchas personas que hoy estn
ocultando cosas como stas, y estn hablando de ser creyentes consagrados. El Apstol
Pablo no deja nada oculto en cuanto a esto. Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros.
Usted no puede darse muerte a s mismo. Usted tampoco est muerto. Pero usted tiene que
poner en lugar de la muerte, a sus miembros. Le estn creando problema a usted sus
ojos? Est usted mirando con ojos lujuriosos o con deseos en ellos? Coloque esos ojos en
el lugar de la muerte. Y ahora, utilcelos como los ojos de Cristo para mirar.

Amigo oyente, esto va a cambiar las cosas. No le parece? Fornicacin, impureza. Y


luego dice: pasiones desordenadas. De vez en cuando recibimos cartas de los oyentes que
nos confiesan algo y dicen: Bueno, no haba nada que yo pudiera hacer. Amigo oyente,
usted no debe colocarse a s mismo en esa posicin. Es como ese muchachito que una noche
se encontraba en la cocina, tratando de alcanzar las galletas. Su mam escuch que l
estaba haciendo ruido en la cocina y lo llam diciendo: Dnde ests? Y el muchachito le
contest: Estoy en la cocina. Y ya tena las galletas en la mano. Y la madre le pregunt:
Qu ests haciendo? Y el muchacho le contesta: Estoy luchando contra la tentacin.
Amigo oyente, ese no es lugar para luchar contra la tentacin. No vaya a luchar contra ella
donde por seguro caer vencido.

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Y eso se aplica tambin a las pasiones desordenadas. Y luego contina diciendo: malos
deseos y avaricia, que es idolatra. Es el dinero su dios, amigo oyente? Est usted ms
interesado en el dinero que en el vivir por Cristo? Esto s que es poner el dedo en la llaga,
verdad?

Y vamos a detenernos aqu por hoy, amigo oyente. Continuaremos Dios mediante, en
nuestro prximo programa. Le sugerimos mientras tanto, leer los siguientes versculos de
este captulo 3 de la epstola a los Colosenses, para estar as mejor preparado para nuestro
prximo estudio.

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