Burroughs, Edgar Rice - El Mago de Venus (Venus 5) PDF
Burroughs, Edgar Rice - El Mago de Venus (Venus 5) PDF
Burroughs, Edgar Rice - El Mago de Venus (Venus 5) PDF
Page 1 of 30
El mago de Venus
Edgar Rice Burroughs
Ciclo de Venus/5
PRLOGO
Recuerdo a menudo la forma en que Carson Napier se present a m. Si una silueta
femenina con sudario blanco entra en vuestra habitacin a medianoche el da trece de este
mes, contestad a esta carta; en caso contrario, no hagis nada. As comenzaba la carta
que me haba dirigido la carta que estuvo a punto de acabar en el cesto de los papeles.
Tres das ms tarde, el trece, una silueta femenina con sudario blanco entr en mi
habitacin a medianoche. As fue como Carson Napier se asegur que l y yo
estuvisemos en armona psicolgica y que yo fuera el hombre gracias al cual sus viajes
interplanetarios pudieron ser relatados.
Cuando nos encontramos personalmente, me explic como haba adquirido su poder
mstico, que le permita proyectar imgenes de su eleccin a no importa qu distancia para
que otra mente las vea. Es gracias a esto, que le haba enseado el viejo hind Chand
Kabi, haba podido no solamente transmitirme la historia de sus aventuras sobre Venus
sino permitirme presenciar a varias de ellas con tanta veracidad como si hubiese estado
presente a su lado en la Estrella de Berger.
Muchas veces me he preguntado por qu no utilizaba este poder, ms a menudo, para
hacer frente a las situaciones difciles que l encuentra frecuentemente. Aqu, en la ms
reciente de sus aventuras que he recibido, lo ha hecho.
Honolulu, 7 de Octubre de 1941
Edgar Rice Burroughs
CAPITULO I
Creo que era Roy Chapman Andrews quien deca que las aventuras eran el resultado de la
incompetencia y de la falta de eficacia, o alguna cosa parecida. Si esto es verdad, yo debo
ser el hombre ms incompetente de dos mundos, pues me suceden siempre las aventuras
mas asombrosas.
Me parece que preparo siempre mis proyectos con inteligencia, a veces con una
meticulosidad extremada, despus el Diablo se mete y todo se va al traste. Sin embargo,
con toda honestidad, debo reconocer que soy generalmente culpable y que es necesario
atribuir esto a una pura temeridad que me es caracterstica. Soy impetuoso. Me gusta
arriesgarme. Se que esto es estpido. La cosa que arroja ms descrdito sobre mi
inteligencia, es el hecho que a menudo yo se que eso que me preparo a hacer es estpido,
y por tanto yo me adelanto y lo hago. Juego con la Muerte, con mi vida por apuesta. Pero
conozco momentos formidables, y hasta ahora siempre he ganado a la Muerte al final.
La desgracia que desvi la trayectoria del vuelo de mi cohete, si bien aterric en Venus en
lugar de Marte, era el resultado de un pequeo error de calculo de uno de Los astrnomos
ms famosos de Amrica, pues las cifras haban sido verificadas y comprobadas por varios
de sus colegas todos eruditos tambin, as como por m mismo. Tengo la impresin que no
haba all ni falta de inteligencia ni estupidez. Por lo tanto el resultado fue una serie de
aventuras tal que no haban alcanzado nunca a otro hombre.
Dejo al que tenga la ocasin de leer este relato de mi ltima aventura el cuidado de decidir
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 2 of 30
cual fue la parte del azar y cual la de la estupidez. Usted es el nico juez. Preparad vuestra
lampara de lectura un poco a la izquierda u justo detrs de vuestra silla favorita y estudiad
las pruebas.
He conocido a Ero Shan en Havatoo, esta ciudad modelo en la orilla del Ro de la Muerte.
Era mi mejor amigo all. Me ayud a construir el primer avin que vol en Los vacos cielos
de Venus. Duare lo bautiz anotar, o navo-pjaro. A bordo de l, ella y yo habamos
escapado de Havatoo despus del error judicial que la haba condenado a muerte.
Cuando volv a ver a Ero Shan, estaba colgado en un muro en el museo de historia natural
de la ciudad de Voo-ad, paralizado del cuello hasta los pies. Duare y yo estbamos
colgados cerca de l en el mismo estado. M dijo que con la ayuda de varios de las mejores
mentes cientficas de Havatoo haba podido reconstruir otro anotar y que, durante el vuelo
de prueba, haba encontrado la misma terrible tempestad que nos haba despedido, a
Duare y a m, a miles de kilmetros de nuestro destino. En consecuencia, haba sido
obligado a efectuar un aterrizaje forzoso cerca de Voo-ad, donde fue encontrado reducido
al estado de objeto de exposicin que centenas de hombres-amebas venan a admirar
cotidianamente.
Cuando nos evadimos, llevamos a Ero Shan con nosotros y, despus de una serie de
sufridas aventuras, alcanzamos Sanara, la capital de Korva, un pas del continente de
Anlap. Korva es el nico pas de Venus que Duare y yo podamos considerar como el
nuestro. Combat all a los sanguinarios Zanis. Haba salvado la vida de la nica hija del
actual Jong , el emperador, mi buen amigo Taman. Y por todo esto, me haba adoptado
como su hijo.
Se dio banquetes en nuestro honor, se nos festej durante das. A fin de que el pueblo
pudiese vernos y desearnos la bienvenida a nuestro hogar, hicimos la vuelta a la ciudad en
un palanqun real sobre el lomo de un gantor suntuosamente enjaezado, una de esas
titnicas bestias de carga al lado de la cual el mamut o el mastodonte hubieran parecido
enanos. Doscientos de estos animales gigantes, transportaban nobles y guerreros,
formando nuestro cortejo. Al vernos, la muchedumbre pareca loca de alegra, confirmando
nuestra popularidad y la belleza de Duare.
Al fin tenamos un hogar, y estabamos en casa. Ibamos a conocer largos aos de paz y
felicidad. Basta de viajes, basta de aventuras para nosotros! Haban terminado para
nosotros. Ignoraba si los prncipes herederos les gusta llevar pantuflas, sentarse poniendo
Los pies sobre la mesa, fumar una pipa y leer Los peridicos de la tarde, pero eso es lo
que yo quera hacer. Vais a ver como lo hice.
CAPITULO II
Yo haba prometido a Ero Shan que diseara para l y le ayudara a construirlo un anotar
en el cual podra volver a Havatoo, y como Taman deseaba que yo supervisase la
fabricacin de algunos aparatos para el ejrcito korvano, tenamos dos a la vez en proceso
de montaje.
Mientras este trabajo segua su curso, haba diseado y fabricado un tipo de paracadas
enteramente nuevo que se abra instantneamente y descenda muy lentamente. Se
poda tambin dirigir gracias a unas trampillas que abran y cerraban orificios en el tejido.
Los ensayos probaron finalmente que se le poda utilizar sin riesgo a una altitud de slo
sesenta metros.
Puedo indicar aqu, entre parntesis, que trabajaba en un dispositivo de seguridad an
ms eficaz en la poca donde es Destino me lanz a nuevas e indeseables aventuras,
poniendo as fin a mis experimentos. Varias veces ya, relatando aventuras precedentes, he
descrito el carburante utilizado por el silencioso motor de mi anotar. Consiste en una
substancia conocida bajo el nombre de lor, que contiene un elemento llamado el yor-san y
otro elemento, el vik-ro, cuya accin sobre el yor-san da como resultado la absoluta
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 3 of 30
aniquilacin del lor. Para daros una idea una idea de lo que significa en trminos de
produccin de calor, y de energa, dejadme que os recuerde que si una tonelada de carbn
puede ser absolutamente aniquilada, liberara diez y ocho millones de veces ms energa
que la combustin ordinaria.
Pensando pues en trminos de calor ms que de energa, conceb un pequeo globo de
gas de tarel, esta tela increblemente slida tejida con fibras de targo. Deba ser
transportada, deshinchada, en un pequeo depsito de donde poda ser lanzada por un
poderoso muelle. Simultneamente, un fragmento infinitesimal de lor deba ser aniquilado,
produciendo instantneamente un calor suficiente para hinchar el globo, y continuar
produciendo este calor durante un considerable perodo.
As, el aviador forzado a saltar en el vaco podra ser mantenido en el aire durante un largo
tiempo o bien, con la ayuda de una cordn de apertura, descender gradualmente hacia el
suelo.
Me decepcion mucho de no poder terminar mi globocadas experimental, as es como lo
llam.
Pero volvamos a mi relato. Desde que el primer anotar fue terminado, lo somet a severas
pruebas. Era un maravilloso aparato pero, como haba introducido varias ideas nuevas en
su concepcin, tenamos la opinin que sera razonable efectuar pruebas sobrevolando el
pas, antes que Ero Shan emprendiese su largo vuelo hacia Havatoo. Y fue entonces
cuando el Destino o la estupidez se encargaron de mi suerte. Esta vez, quiero concederme
el beneficio de la duda y decir que es el Destino.
Cargamos a bordo del aparato las provisiones necesarias para un largo crucero, dijimos
adis a todos, y despegamos al amanecer. Saba, por la expresin de sus y la forma de
apretarse contra m, que Duare no quera verme partir. Le promet que estara de vuelta a
los tres das a lo sumo y, sintiendo sobre mis labios la tibieza de sus besos, salt a la parte
delantera de la cabina con Ero Shan y despegu.
Nunca haba sobrevolado Anlap muy lejos por el Oeste y, como esta parte del continente
jams haba sido completamente explorada, decid viajar en esa direccin para echar una
ojeada. Sanara est al extremo oriental de Anlap que, segn los mapas amtorianos, se
extiende hacia el Oeste alrededor de cuatro mil ochocientos kilmetros. Pero como las
cartas amtorianas estn basadas en una falsa idea de la forma del planeta, estoy seguro
que la distancia estaba ms cerca de los nueve mil seiscientos kilmetros que de cuatro
mil ochocientos. Salvo accidentes, tena la impresin que haramos sin duda la ida y vuelta
en alrededor de veinticinco horas volando a mxima velocidad pero, como deseaba
levantar un mapa superficial del pas, necesitaramos volar ms lentamente a la ida. Sin
embargo, me pareci que tres das nos seran ampliamente suficientes. Esto constituira
tambin un vuelo de pruebas conveniente para el anotar.
El primer da sobrevolamos una regin muy bella, nos posamos por la noche en el centro
de un vasto llano donde no haba seales de viviendas humanas y por tanto ningn riesgo
de que se nos atacase por la noche. Sin embargo, montamos turnos de guardia.
A nuestro despertar, la envoltura nubosa interior flotaba tan baja como no la haba visto
nunca antes, suba y descenda en oleadas. Jams la haba visto tan agitada. No
obstante, despegamos para continuar hacia el Oeste bajo un techo de nubes de cerca de
seiscientos metros.
Volbamos poco tiempo cuando not que nuestra brjula se comportaba de forma muy
errtica. A pesar que yo saba que volbamos directos al Oeste, gracias a las referencias
que haba anotado sobre nuestra carta la tarde anterior, la brjula indicaba que volbamos
al Sur, y tan pronto se detena completamente como la aguja oscilaba de un lado a otro, a
veces trescientos sesenta grados. Y, para empeorarlo ms, la envoltura nubosa interior
bajaba ms y ms. En menos de media hora, nuestro techo nuboso se haba reducido de
seiscientos a trescientos metros.
- He aqu el final de nuestro vuelo de pruebas, dije a Ero Shan. Voy a dar media vuelta.
Hemos levantado un mapa de la regin bastante bueno para volver a Sanara sin brjula,
pero no quiero arriesgarme a volar ms lejos con estas nubes que descienden ms y ms
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 4 of 30
CAPITULO III
Si el Destino ha sido cruel conmigo en ciertos aspectos, a buen seguro no lo ha sido en la
eleccin de mi compaero de infortunio. Necesitarais rebuscar en dos planetas para hallar
una persona ms noble o un amigo ms leal que Ero Shan, soldado-bilogo de Havatoo.
Soldado-bilogo! En amtoriano, es Korgan Sentar, y es un ttulo de alta distincin.
Tomamos rpidamente altitud y, a cuatro mil quinientos metros, emergimos en un cielo
claro donde la visibilidad horizontal no estaba limitada ms que por la curvatura del
planeta. Actualmente nos hallbamos entre las envolturas nubosas interna y externa. Aqu
la luz era infinitamente ms clara y ms viva, pues el aire era clido y hmedo. Saba que
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 5 of 30
la noche sera muy sombra y fra, pues haba pasado por all de noche donde salt en
paracadas de mi cohete antes que se estrellase. Qu experiencia haba sido!
No tena la menor idea de la direccin en que volaba, pero tena la satisfaccin de poder
ver las montaas antes de chocar con ellas. Prosegua mi vuelo, esperando que ms
pronto o ms tarde un desgarro en la envoltura nubosa inferior, me permitiera volver a
descender. Hice partcipe de esta esperanza a Ero Shan.
- Tal cosa poda ocurrir una vez o dos en toda una vida, respondi. Imagino que las
oportunidades que esto nos ocurra justo cuando lo necesitemos son de una contra varios
miles.
- Est bien, yo puedo esperar todava, dije. Soy ms bien un optimista. Hasta qu punto
soy optimista, lo podrs determinar fcilmente cuando te confiese que he esperado durante
aos tener el siete de picas, vulnerable, doblado y redoblado. Debera aadir que en este
momento mi compaero y yo tenamos un juego a cero sobre nuestros adversarios , pues
nos habamos ya tomado sobre ellos mil novecientos puntos, y nos jugbamos a moneda
el punto a pesar del hecho de que no he jugado nunca ms de un dcimo. He aqu,
amigos mos, lo que es el optimismo.
- Continuemos esperando, me anim Ero Shan. Eso no cuesta nada, y es un excelente
tnico para la moral. Qu bello paisaje por aqu, aadi.
- No has venido nunca aqu? pregunt.
- No. Ni yo ni nadie en el mundo.
- Yo s. Esto no ha cambiado mucho. Hay muy poca actividad en el sector de la
construccin desde mi ltimo viaje.
Ero Shan forz una sonrisa. Luego tendi la mano hacia delante.
- Mira, dijo.
- Ya lo haba visto. La envoltura nubosa interna suba en masa rpidamente, gris y
amenazadora. Tome altura para sobrevolarla y, antes que yo comprendiese lo que llegaba,
la envoltura nubosa externa descendi por oleadas para engullirnos. Las dos capas se
estaban uniendo para fundirse.
Lo que acaba de ser relatado en tan poco tiempo representa verdaderamente horas de
vuelo. Podamos estar a millares de kilmetros del lugar de donde habamos partido, o bien
podamos haber volado en circulo para volver a nuestro punto de partida.
- Qu diras t de lanzarte en paracadas ahora? pregunt. Esta es tu ultima oportunidad.
- Por qu ahora?
- Porque voy a descender. La capa nubosa interna se ha levantado evidentemente,
acabamos de verla subir. Hay grandes posibilidades de que estemos bajo de un techo
importante. Si chocamos con una montaa, moriremos, si nos quedamos aqu, moriremos.
- Si no chocamos con una montaa, viviremos para morir otro da, solt Ero Shan.
- Precisamente, encarec.
- Voy a descender.
- Voy contigo.
Descend en un vuelo planeado largo y lentomuy lento, no tomaba riesgos intiles. Tres
mil trescientos metros, tres mil metros, dos mil setecientos metros. Creo que nuestra
visibilidad era de aproximadamente de treinta metros y, a dos mil setecientos metros vi un
pico acerado de montaa que se elevaba justo ante m! gir sobre el ala, y gir mucho!
Ero Shan dio un silbido.
- Si tu tren de aterrizaje no estuviera recogido, hubiera rascado esa montaa, dijo.
- Est dentro. Tena la impresin que mi voz tambin haba palidecido. Habamos
escapado de milagro!
Ahora, en una nueva direccin, plane tan lentamente que la mayor parte del tiempo
estaba a punto de pararse. Dos mil cuatrocientos metros. Dos mil. Mil ochocientos. Ero
Shan y yo dimos una exclamacin al unsono. A nuestros pies se presentaban colinas,
arboles, ros y la vida!
La brusca reaccin a este largo periodo de tensin nerviosa nos dej un momento sin voz.
Fue Ero Shan quien rompi el silencio.
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 6 of 30
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 7 of 30
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 8 of 30
CAPITULO IV
Bien, esto pareca bastante normal, y entramos. Estaba tan impaciente de saber dnde nos
hallbamos que no esper que se hiciesen las presentaciones formales para preguntar
enseguida en qu pas estbamos.
- Es Gavo, respondi el hombre.
- Est en Anlap? inquir.
- Est en Donuk, respondi.
Donuk! Bien, haba visto Donuk en las cartas amtorianas, y segn mis recuerdos, se
hallaba a seis mil kilmetros al menos de Sanara, casi exactamente al Oeste de Anlap.
Segn los mapas, Haba una considerable extensin que separaba los dos continentes,
uno de los numerosos grandes ocanos de Venus. Estaba contento de que no hubisemos
saltado en paracadas, pues apostara que la mayor parte del tiempo habamos
sobrevolado el ocano.
El hombre de ms edad me toc el brazo y, sealando a la mujer mayor, dijo: He aqu a
Noola, mi esposa.
Noola era una dama con mirada de loca, los cabellos revueltos, la cara inquieta. La
desconfianza se lea en grandes letras sobre su rostro mientras nos examinaba. No dijo
nada. Entonces el hombre present a su hijo, Endar, y a la esposa de ste, Yonda, una
bonita joven con los ojos temerosos.
- Y yo soy Tovar, dijo el hombre mayor, para concluir las presentaciones
- Soy el Togan de la casa de Pandar.
Togan es una especie de ttulo de nobleza, sin duda el equivalente a barn. La traduccin
literal de esta palabra es gran hombre. El ttulo exacto de Tovar, al ser el jefe de la casa
de Pandar, era Klootogan, o Primer Togan. El ttulo de su hijo era Klootogan, o Segundo
Togan. El ttulo de Noola era Vootoganja, y el de Yonda Klootoganja. Habamos aterrizado
en mansin de nobles.
Tovar nos invit a entrar en el castillo dnde, dijo, haba una excelente carta de Amtor que
podra ayudarnos a volver a Sanara. Aunque yo tena mapas en el anotar, siempre me
alegraba examinar nuevas cartas con la esperanza de terminar por encontrar una que no
fuese enteramente intil.
El interior del edificio principal, o torre del homenaje, era un lugar desnudo y sin alegra.
Haba algunas alfombras de paja aqu y all sobre el suelo, una larga mesa, varios bancos
de madera y un divn bajo cubierto de pieles de bestias. Sobre los muros, haba algunos
tableros, arcos, carcajes de flechas, lanzas y espadas. La disposicin de las armas dejaba
pensar que no estaban all como adornos, sino que esta sala principal del castillo era de
hecho una armera.
Noola se sent sobre un banco y se qued fulminndonos con la mirada, mientras que
Tovar traa la carta para desplegarla sobre la mesa. La carta no era mejor que todas las
otras que yo haba visto. Mientras yo la examinaba, llam a los servidores y dio la orden de
traer algo de comer. Endar y Yonda quedaron sentados all mirndonos fijamente en
silencio. Toda la atmsfera del lugar estaba hecha de tensin, de desconfianza y de miedo.
El miedo que Yonda tena en los ojos era como una cosa tangible que vena a
sobrecogeros el corazn. El mismo Tovar, el nico miembro de este extrao cuarteto que
haba hecho el menor gesto de hospitalidad, estaba visiblemente nervioso y descontento.
Nos miraba constantemente y, despus de haber colocado la carta, se sent sobre un
banco y se puso a mirarnos fijamente. Ninguno dijo nada.
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 9 of 30
Vea a Ero Shan que haca pequeos gestos nerviosos y saba que esta situacin le influa
sobre los nervios, tanto como a m. Intent imaginar alguna cosa para decir para iniciar una
conversacin general y poder reducir la tensin. Entonces les hable de nuestra aventura
con la unin de las dos capas nubosas y les pregunt si las nubes haban descendido
hacia el suelo de Gavo.
Tovar dijo No. Esta fue toda su contribucin a la conversacin.
Yonda dijo: Las nubes han descendido muy bajo. Noola, que hasta el momento no
haba tomado parte en la conversacin, dijo: Cllate, idiota! Entonces la conversacin
se debilit y muri. Y cosa bastante extraa, fue Noola quien la reanim.
- Nadie humano ha subido jams a las nubes, dijo. Un hechicero podra, pero ningn
humano.
De nuevo, hubo un largo silencio, mientras que los servidores llevaban alimentos para
colocarlos en la mesa. Tovar dijo:
- Venid a comer.
La comida no era demasiado bueno, a base de legumbres, algunos frutos y una carne muy
dura que en mi opinin era carne de zorat. El zorat es un caballo amtoriano.
Me gusta un poco de conversacin durante la comida, e hice una nueva tentativa.
-Quin es ese Morgas que habis mencionado? indagu.
Parecieron un poco sorprendidos por la pregunta. Noola hizo Hum ! despus de esta
brillante salida, aadi:
Como si no lo supieras!
- Siento reconocer mi ignorancia, dije, pues no tengo , de verdad, ni la menor idea sobre la
identidad de ese Morgas. No debis olvidar que yo no he estado nunca en vuestro pas.
- Hum! hizo Noola.
Tovar se aclar la garganta y mir a Noola con aire de disculpa. Morgas es un hechicero,
dijo. El transforma a las personas en zaldars. Los otros movieron la cabeza. En aquel
momento, saba que estaban todos locos, pero despus de comer sirvieron en grandes
cubiletes algo que se pareca mucho al coac, y reconsider en parte mi juicio sobre ellos,
o por lo menos dejaba para otro momento mi veredicto en suspenso.
Sorbiendo mi coac, curiose por la sala, mirando los cuadros que adornaban las paredes.
Parecan sobre todo ser retratos de familia, la mayor parte muy mediocremente realizados.
Noola figuraba all, severa y siniestra. Los otros tambin estaban as representados, y
deba de haber un buen centenar, probablemente de los antepasados, pues la mayora
estaban deslustrados por el tiempo. Sin embargo, uno que retuvo mi atencin: era el de
una joven muy bella, y estaba soberbiamente realizado.
No pude retener una exclamacin de admiracin. Qu belleza ! dije.
- Es nuestra hija, Vanaja, dijo Tovar y, a la mencin de este nombre, l y Noola se
derrumbaron, fundindose en lgrimas. Tal vez el coac tuvo algo que ver en este sbito
acceso sentimental, al menos en lo que concerna a Noola, pues ella haba vaciado un
cubilete entero y empezado un segundo.
- Lo siento mucho, me apresur a decir. Ignoraba quien era ella, y que estaba muerta.
- Ella no est muerta, dijo Noola entre sollozos. Querras encontrarla? Si haban
hechiceros en estos lugares, deban hallarse en este coac. Si no haba transformado a
Noola en zaldar, haba seguramente operado en ella un cambio sorprendente: su tono era
casi cordial.
Vi que ellos deseaban que encontrase a Vanaja, y como no deseaba ofenderles, les dije
que estara encantado. Despus de todo, pens, no sera una prueba muy dura el
encontrar a tan magnfica criatura.
- Ven con nosotros, dijo Noola. Vamos a conducirte a los aposentos de Vanaja.
Nos condujo fuera del patio. La seguimos. Ero Shan, que caminaba cerca de m, dijo:
Cuidado, Carson Acurdate de Duare! Luego me di un codazo en las costillas y
solt una risita.
- Y t haras mejor de no olvidar a Nalte, le aconsej.
- Voy a intentarlo, respondi,. Pero te debo confesar que si Vanaja es la mitad de bella que
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 10 of 30
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 11 of 30
CAPITULO V
- Qu piensas de todo esto? pregunt Ero Shan cuando nos quedamos solos. Todos ellos
dan la sensacin que tienen miedo de nosotros.
- Noola, con su mente perturbada, se le ha metido en la cabeza que somos emisarios de
Morgas y, la prueba es que ha convencido a los servidores. Yonda no lo cree, y Tovar no
est seguro. En cuanto a Endar, no lo s. Creo que Yonda es la nica persona sana de
mente en esta casa.
- Esto me recuerda una muy vieja leyenda de mi mundo natal, prosegu. Entre otras cosas,
cuenta los xitos de un viejo mago llamado Merln, que poda transformar a sus enemigos
en criaturas de especies inferiores, tales como cerdos, igual que Morgas es acusado de
transformar a las personas en zaldars.
- En aquel tiempo, existan numerosos caballeros que recorran la comarca, para socorrer
a las bellas doncellas que estaban encerradas en las torres o que haban sido
transformadas en cerdas. Estaba Sir Galahad, Sir Gauvain, Sir Lancelot, Sir Percival y Sir
Tristn, y por lo que recuerdo, iban a combatir a la menor provocacin para socorrer a
alguien . Pero ah termina la comparacin, pues por aqu no parece que hayan valerosos
caballeros para socorrer a las bellas doncellas.
Ero Shan bostez.
- Estamos aqu , dijo esbozando una sonrisa. Ahora, me voy a la cama. Estoy muy
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 12 of 30
fatigado.
La pieza en donde estbamos pareca ms grande porque la dbil luz de la lmpara, una
pequea llama delgada, anmica, no tena energa o tal vez valor de llegar hasta las cuatro
paredes, que parecan as muy alejadas. Haba dos camas muy bajas, un par de bancos,
una cmoda era una habitacin pobre, pobremente amueblada, una habitacin lgubre,
siniestra. Pero me coloqu en la cama y me dorm casi en el acto.
Debi ser alrededor de medianoche cuando me despert. En esta habitacin oscura, eran
necesarios varios segundos para orientarse: no alcanzaba a recordar el sitio donde estaba
ni a interpretar los crujidos que oa claramente. De pronto, o voces que cuchicheaban,
luego, gradualmente, llegu a despertarme completamente y a saber dnde estaba: las
voces estaban justo detrs de la puerta.
Me levant, encend la lmpara, y en ese momento Ero Shan se despert y se sent en la
cama.
- Qu pasa? pregunt.
- Estn detrs de nuestra puerta, respond en voz baja.
- No me gusta esto.
Nos pusimos a la escucha, y pronto omos ruidos que se alejaban. Quienquiera que fuese
la persona que estaba en el exterior, debi or nuestras voces o vio la luz que brillaba por
debajo de la puerta.
- Bloqueemos la puerta, dijo . Dormiremos mejor. Haba una pesada barra de madera con
la cual se poda bloquear la puerta, y me apresur a colocarla. Ignoro porque no lo
habamos hecho antes de retirarnos. Enseguida sopl la lampara y volv a la cama.
Entonces, con el sentimiento de estar seguros, debimos dormirnos inmediatamente.
Mi siguiente recuerdo, fue que yo tena, me pareci, todo un regimiento de soldados sobre
m: mis brazos y mis piernas estaban atados. Estaba reducido a la impotencia. Sin
embargo, me debat. Pero esto no me llev a nada, sino a un puetazo a la mandbula.
Muy pronto, una luz fue encendida en la pieza. Enseguida mis adversarios me ataron los
brazos a la espalda, luego se separaron de m, y vi a Ero Shan que haba sido amarrado
de la misma manera. Haba en la habitacin alrededor de una docena de guerreros y
servidores, y los cuatro miembros de la familia. Detrs de ellos vi una puerta abierta: esto
no era la puerta que yo haba tan cuidadosamente bloqueado, era otra en otra parte de la
pieza; haba estado disimulada en las sombras.
- Qu significa todo esto, Tovar? pregunt.
Fue Noola quien respondi a mi pregunta.
- Se quin eres t, ri con sarcasmo. Lo he sabido desde la llegada. T has venido para
llevarnos con Morgas en ese barco mgico que vuela por los aires. Solo un hechicero
podra construir tal barco.
- Absurdo! dije.
- Nada hay de absurdo en esto, replic. He tenido una visin. Una mujer sin cabeza ha
venido a decirme que Vanaja quera hablarme. Y he salido para tener una larga
conversacin con ella. Ella me lo ha dicho todo! Me ha dicho que sois los mismos
hombres que la haban raptado para llevarla con Morgas.
Yonda se haba adelantado y se qued cerca de m.
- He intentado de avisarte, cuchiche. Ella est completamente loca. Estas en gran peligro.
- Si quieres seguir vivo, grit Noola, devulvenos a Vanaja. Haz nuevamente de ella un ser
humano.
- Pero yo no puedo, dije. No soy un hechicero.
- Entonces. muere! aull Noola. Conducidles al patio y matadlos, orden a los guerreros.
- Eso sera muy peligroso, dijo Yonda.
- Cllate, idiota! grit Noola.
- No me callar, replic Yonda. yo no imaginaba que esta joven tuviera tanto coraje.
Siempre haba tenido un aspecto tan asustado. No me callar, porque lo que tu quieres
hacer pone en peligro mi vida tanto como a la tuya. Si esos hombres son verdaderamente
agentes de Morgas, Morgas se vengar si se les hace dao.
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 13 of 30
CAPITULO VI
Seguimos el ro en direccin hacia arriba, poco despus del alba, llegamos ante las
macizas puertas del castillo de Morgas. Era un edificio formidable, amenazndonos desde
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 14 of 30
lo alto de un saliente. No vimos ningn signo de vida. Ningn centinela apareci sobre la
barbacana. Se dira que era una casa muerta.
Cog una piedra y golpe las puertas, despus grit una llamada en voz alta.
- No tiene aspecto de temer un ataque enemigo, hizo notar Ero Shan.
- Es sin duda porque l no le quedan ms enemigos para atacarle, suger, y continu
golpeando las puertas.
Al punto un pequeo postigo se abri y un par de ojos nos mir.
- Quin sois? Y qu vens a hacer aqu? pregunt una tosca voz.
- Somos visitantes, venimos de un lejano pas para saludar al Vootogan Morgas.
Vi como los ojos que miraban detrs de nosotros.
- Dnde estn vuestros guerreros? pregunt la voz.
- Estamos solos. Venimos en paz para una visita amistosa.
Hubo un silencio como si la voz se rascase pensativamente la cabeza.
- Esperad aqu, dijo, despus el postigo fue cerrado con un gesto seco.
Esperamos unos quince minutos, durante los cuales aparecieron hombres sobre la
barbacana por encima de nosotros para examinarnos, y varias veces el postigo fue abierto
y luego cerrado, ojos se posaban sobre nosotros pero nadie dijo una palabra. De pronto,
no obstante, las puertas se abrieron y un oficial nos rog entrar. Detrs de l se encontraba
un destacamento de una veintena de guerreros.
- El Vootogan Morgas acepta veros, dijo el oficial. Nos examin cuidadosamente. No
tenis armas? inquiri.
- Ninguna, le asegur.
- Entonces, venid conmigo.
Los veinte guerreros nos rodearon, cuando atravesamos el patio en direccin a la torre del
homenaje, un gran edificio circular rodeado por un foso cuyo fondo estaba erizado de
estacas aceradas. Para mi gran asombro vi un puente levadizo franqueando este foso:
Morgas iba un paso por delante de sus contemporneos.
Penetramos en una vasta sala. A fondo, un hombre estaba sentado sobre un alto estrado.
Guerreros estaban en fila tras l, y otros estaban apostados al pie del estrado. Adems ,
haba sin duda una centena de personas en la gran sala, tanto hombres como mujeres. Me
puse enseguida a buscar a Vanaja con la mirada, pero no la vi.
Fuimos conducidos al pie de la escalera que llevaba al estrado.
El hombre, que era, supongo, Morgas, nos examin cuidadosamente. Era una persona con
la cara muy poco afable. Sus cabellos, que crecan bajos sobre su frente, estaban
erizados. El blanco de sus ojos resaltaba mucho alrededor de los iris, y sus ojos estaban
muy cerca de cada lado de la nariz. Sus manos eran extremadamente finas con dedos muy
largos: el tipo de manos que, para un hombre, me han parecido particularmente
repugnantes, casi obscenas. Su piel era de un blanco malsano, de una palidez cadavrica.
Considerado todo esto, como habis podido adivinar, era una persona de aspecto muy
repugnante.
La sala estaba muy silenciosa. No se oa ningn ruido, cuando de repente grit: Silencio!
No puedo soportar este ruido infernal. Cortadles la cabeza! Cortadles la cabeza!
Enseguida, y tal vez conocer la paz .
Esta fue la primera manifestacin visible de su locura pues fuimos testigos, aunque ya su
aspecto me haba inmediatamente convencido que era un demente congnito. La nica
reaccin a su estallido fue un murmullo de voces, luego ruidos de pataleo.
- Esta mejor, grit por encima del alboroto. Ahora ya puedo dormir. Devolvedles su cabeza.
Sus ojos, que estaban extraviados por la sala, se volvieron ahora hacia nosotros.
- Quines sois? pregunt.
- Son los extranjeros venidos de regiones lejanas para visitarte, explic el oficial que nos
acompaaba.
- Yo soy el Vootogan Morgas, el hechicero de Gavo, dijo el hombre sobre la tribuna.
- Quines sois vosotros?
- Este es el Korgan Sentar Ero Shan de Havatoo, respond, sealando a mi compaero. Y
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 15 of 30
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 16 of 30
CAPITULO VII
Ero Shan y yo dejamos la gran sala con Fadan, el oficial que nos haba conducido all.
- Y ahora qu? le pregunt.
Fadan se encogi de hombros.
- No ha dado rdenes de mataros ni haceros prisioneros, dijo. Creo pues que estis
seguros de momento. Os voy a encontrar un sitio para dormir, y podris comer con los
oficiales. Yo de vosotros, me hara ver lo menos posible. Nuestro Vootogan pierde un poco
la memoria. Si no os ve, tal vez os olvide completamente, y los que el olvida estn ms
seguros.
Luego Fadan nos ense nuestros cuartos, nos dej a nuestro albedro, despus de
habernos advertido de no entrar en el edificio principal, donde nos arriesgbamos ms a
encontrar a Morgas.
- El sale muy raramente, aadi. As pues estis razonablemente seguros por aqu. Y
procurad evitar los jardines, concluy. Nadie debe ir por all.
- Bueno, dije a Ero Shan cuando estuvimos solos somos prisioneros o invitados?
- Creo que podramos salir cualquier noche que elijamos, respond. T has debido notar
que la puerta no estaba guardada a nuestra llegada.
- S, pero yo no quiero salir de aqu mientras tenga una oportunidad de encontrar a Vanaja
y llevarla con nosotros. Sin ella, nosotros no recuperaremos el anotar.
- Crees que ella est aqu?
- No lo s, pero me inclino a creer que s. Morgas est, tal vez, demasiado loco para creer
sus propias fantasas sobre sus poderes de hechicero, pero dudo que se imagine
realmente haber transformado a Vanaja en zaldar. Sencillamente no quiere liberarla. Eso
es todo, y si ella es tan bella como en el retrato que hemos visto, no lo critico.
- Tal vez est muerta, sugiri Ero Shan.
- No dejaremos rincn sin mirar hasta descubrir la verdad.
El castillo de Morgas era grande y adems del torren tena varias pequeas edificaciones
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 17 of 30
en el recinto que deba cubrir bien los veinte acres. All, adems de las personas de su
familia, haba dos centenares de prisioneros, retenidos por el miedo que Morgas les
inspiraba.
Llegu a la conclusin que el hombre posea un cierto poder hipntico, pero no imaginaba
que sus vctimas se convirtiesen realmente en zaldars. Estas personas teman
sencillamente lo que su demente amo les hiciera si no entraban en su juego. Se serva de
estos prisioneros para cultivar sus campos valle arriba, detrs del castillo, y para cuidar los
rebaos de zaldars cuando los pastores los conducan a los pastos. Todos hacan como si
los zaldars fueran seres humanos transformados por la magia de Morgas. Por
consecuencia, no queran comrselos. Esto dejaba todos los filetes de zaldar para la gente
de Morgas.
Intent hablar con varios de estos prisioneros, tanto de los Tolan como de los Ladja, pero
parecan desesperadamente apticos, aceptando la falsa idea que eran zaldars sea por
miedo a Morgas sea, como yo termin por creer, a consecuencia de una auto-hipnosis
causada por las continuas sugestiones. Algunos sostenan que siendo zaldars, no podan
entenderse. Uno o dos gruan como zaldars.
Descubr a dos que estaban dispuestos a hablar un poco, pero cuando les interrogu con
respecto a Vanaja, se cerraron como ostras, desconfiando al momento. Ero Shan y yo,
llegamos a la conclusin que haba alguna clase de misterio muy especial alrededor de la
suerte de Vanaja, y eso me hizo un tanto ms deseoso de conocer la verdad. Adems de
la posibilidad de utilizarla para recuperar el anotar, comenzaba verdaderamente a
experimentar un inters personal por esta joven que no haba visto nunca.
Ero Shan y yo erramos sin cesar por el cerco amurallado, y vimos tambin numerosas
mujeres entre los prisioneros, y no haba ninguna que se pareciese ni vagamente al retrato
de Vanaja que habamos visto. Al cabo de una semana, habamos llegado a la conclusin
que, si Vanaja formase parte de los prisioneros de Morgas, la mantendra encerrada en el
torren una muy lgica conclusin.
Veamos a Fadan casi cada da, continuaba mostrndose muy amistoso. Pero cuando un
da le pregunt de sopetn lo que le haba ocurrido a Vanaja, sacudi la cabeza
colricamente.
La curiosidad mal dirigida es siempre fatal, dijo secamente. El Vootogan dnde est
Vanaja. Yo de ti, no intentara saber ms.
La conversacin pleg su tienda como un rabe. Me qued cortado. Tal vez no deba
haber abordado el tema en presencia del otro. Era la comida del medioda, y varios
oficiales estaban presentes. Cuando habamos dejado el comedor, Fadan dijo Y no
olvides lo que te he dicho a propsito de los jardines. No te acerques a ellos!
- No haca falta que hubiera dicho eso, dije a Ero Shan cuando Fadan nos dej.
- Cierto, aprob. Eso ha sido dicho para mantenernos lejos de los jardines y de los
problemas.
- No estoy yo tan seguro. En todo caso, esto ha tenido el efecto contrario: yo voy a ir a los
jardines.
- Un da, tu me hablaste de un hombre muy sabio del mundo del que vienes, que deca que
de hecho solo las personas estpidas tienen aventuras.
- Exactamente, dije. Yo soy estpido.
- Yo tambin, dijo Ero Shan. Te acompao.
- No. Ir solo. No hay ninguna razn para que nos metamos los dos en la boca del lobo. Si
yo voy y tu no, estars en disposicin de ayudarme. Si vamos los dos, no habr nadie que
nos ayude.
Ero Shan debi reconocer que yo tena razn, as que me aproxim solo al a la puerta del
jardn. El jardn estaba cercado por tres partes por un alto muro, y por la cuarta por el
torren. La puerta no tena pasado el cerrojo, y entr cerrndola detrs de m. Las
cerraduras mecnicas no son necesarias en la fortaleza de Morgas. Cuando l dijo
prohibicin de entrar, esto pona sobre un portal o sobre una puerta un cerrojo ms
eficaz que todo lo que pudiera fabricar un cerrajero. El miedo era la cerradura cuya
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 18 of 30
estupidez era la llave. Pero mi accin era estpida? Solo el tiempo lo dira.
El jardn era muy bello a su manera extravagante. Era la clase de jardn que solo una
mente desordenada hubiera podido concebir, y a pesar de todo era agradable gracias a la
belleza natural de las flores, de los rboles y arbustos, que desafiaban al hombre a
encontrarlos feos. Sus avenidas estaban dispuestas en una confusin laberntica y cuando
no haba recorrido ms una pequea distancia cuando me di cuenta que quizs tendra
dificultades para volver a encontrar mi camino. por tanto, no me aventur ms adelante,
pues no tena a Ariadna para darme un hilo que me guiara fuera del laberinto. La nica
diosa con que poda contar, era la Seora Suerte.
Sin embargo, mi sentido de la orientacin es excelente y tena la impresin que poda
contar con l para observar los giros que yo realizaba. Pronto, tuve la mente llena de
vueltas, que necesitaba invertir mentalmente para retornar a la puerta.
Luego alcanc un espacio despejado de unos quince metros por treinta, y vi all una mujer
que caminaba inclinando la cabeza. Me daba la espalda y no poda ver su rostro, pero me
asalt de repente la impresin que era Vanaja, sin duda porque yo estaba en el jardn
precisamente para encontrar a Vanaja.
Me aproxim lentamente y cuando estuve a algunos pasos de ella, le dije en voz baja
Jodades!. Es un saludo corriente amtoriano. La joven se detuvo y se volvi, y al instante
cuando vi su cara, reconoc a la del retrato de la doncella que haba visto en la gran sala
de la fortaleza de Tovar, pero el cuadro que haba visto me pareca ahora totalmente
calumnioso, ya que el original lo sobrepasaba en belleza.
- Jodades, Vanaja, dije.
Ella sacudi la cabeza.
- Yo no soy Vanaja, dijo. No soy ms que un pobre y pequeo zaldar. Me mir con ojos
inexpresivos, luego se volvi y continu caminando de frente en lnea recta.
- La adelant y pos suavemente una mano sobre su brazo.
- Espera, Vanaja, dije. Quiero hablar contigo.
Se gir entonces y me mir. Sus ojos estaban vacos, sin una luz de comprensin. Morgas
era, tal vez, un hechicero, pens, o tal vez no lo era, pero lo que s era seguramente un
hipnotizador de primera.
- No soy Vanaja, repiti. No soy ms que un pobre y pequeo zaldar.
- Vengo de tu casa, Vanaja. He visto a Tovar y a Noola, Endar y Yonda. Todos lloran tu
ausencia y quieren que vuelvas.
- Soy un zaldar, dijo.
Este pensamiento estaba tan profundamente implantado en su mente que era sta, sin
duda alguna, su nica respuesta a casi todas las preguntas o sugerencias. Me romp la
cabeza, buscando un medio de hacerle comprender, de repente me vino a la mente ciertas
enseanzas de Chand Kabi, el viejo mstico hind quien me haba transmitido tanto de sus
vastos conocimientos en ocultismo mientras que, de nio, yo segua sus enseanzas
cuando mi padre estaba destinado en la India.
Yo haba raramente ejercido estos poderes, pues siento la repugnancia propia de los
anglo-sajones por todo lo que huela a magia negra en este caso, ya que debera combatir
la hipnosis que esclavizaba la mente de la joven, pero poda al menos intentarlo.
La llev hacia un banco sobre uno de los lados del espacio despejado y le ped que se
sentase. Ella pareci muy dcil, lo que era buena seal. Me sent cerca de ella y
concentr mis pensamientos sobre lo que quera hacerle ver. Sent el sudor perlar mi
frente mientras ejerca mi voluntad sobre ella, y pronto sus ojos recuperaron su brillo,
levant la mirada con asombro, pareciendo dirigir su mirada a algo del otro lado del
pequeo claro.
- Padre! exclam. Se levant y corri directamente ante s. Abraz al vaco, pero yo saba
que ella estaba en los brazos de la imagen que haba hecho salir de mi cerebro. Habl un
momento con voz excitada, despus dijo adis llorando y volvi al banco.
- Tienes razn, dijo. Soy Vanaja. Tovar, mi padre, me lo ha confirmado. Me hubiera
gustado que hubiera podido quedarse, pero eso no era posible. Sin embargo, me ha dicho
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 19 of 30
CAPITULO VIII
El Mago de Venus atraves el claro a paso de carga, sus guerreros le seguan de cerca. Vi
que estaba furioso.
- Qu haces aqu? pregunt.
- Admiro uno de tus zaldars, respond.
Me lanz una mirada escptica, rpidamente reemplazada por una desagradable sonrisa
llena de desprecio
- As que t admiras a los zaldars, no es cierto? Tanto mejor, pues te vas a convertir en
un zaldar. Despus fij sobre m sus terribles ojos de loco e hizo pases magnticos en mi
direccin con sus dedos largos y delgados. Tu eres un zaldar, tu eres un zaldar, repeta,
una y otra vez.
Esper convertirme en un zaldar, pero nada ocurri.
Sus ojos llameantes estaban fijos en los mos. Yo pensaba en Chand Kabi y me pregunt
si este hombre posea un poder suficiente para hacerme creer que yo era un zaldar. Chand
Kabi hubiera podido hacerlo, pero l no utilizaba sus inmensos poderes ms que para el
bien.
Opuse mi mente al de Morgas. Al principio tuve mis dudas, pero pronto me di cuenta que
estaba inmunizado contra sus malvolas intenciones. No me convert en zaldar.
- Ahora tu eres un zaldar, dijo al fin. Ponte a cuatro patas y come!
Comet entonces un error: me re en su cara. No me hubiera ido mal de haber reconocido
que era un zaldar, pues hubiera sido conducido, sin duda, a pastar, donde hubiera tenido
una cierta libertad. Pero esta risa lo encoleriz y orden a sus guerreros de llevarme y
ponerme en una celda bajo el torren. Para mayor seguridad, hizo encarcelar a Ero Shan
conmigo.
Le cont a Ero Shan todo lo que haba pasado en el jardn.
Se mostr muy interesado por el extrao poder que yo haba ejercido sobre Vanaja, y le
habl largamente de Chand Kabi y de mi vida en la India. Le relat como mi padre haba
ido a cazar el tigre montado en el lomo de un elefante, y deb describirle los tigres y los
elefantes. La imaginacin de Ero Shan estaba excitada. Dijo que le gustara ir a la India un
da, lo que era ciertamente un hecho imposible. Y pronto nos dormimos sobre el duro suelo
de piedra de nuestra celda.
Estuvimos all algn tiempo. Un carcelero vena cada da para traernos el alimento. Tena
una cara muy patibularia una cara que no se podra olvidar jams. Ella qued grabada
para siempre en mi mente.
Cada da, Morgas vena a decirnos que ramos zaldars. Nos fulminaba con la mirada,
haciendo pases magnticos y al final preguntaba:
- Ahora vosotros sois zaldars, no es verdad?
- No, respond. Pero tu eres un burro.
- Qu es un burro? pregunt.
- T, le dije.
Tuvo una sonrisa de satisfaccin.
- Supongo que un burro es alguien importante en tu pas, dijo.
- Muchos de ellos se encuentran en sitios elevados, le asegur.
- Pero vosotros no sois ms que zaldars, insisti. Se que tu me mientes. Despus se iba.
Esa misma noche, cuando nuestro carcelero lleg, dijo:
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 20 of 30
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 21 of 30
CAPITULO IX
- Eres verdaderamente un ser notable, dijo Ero Shan, pero empiezo a tenerte un poco de
miedo, aadi riendo.
- No deberas tenerlo, le asegur, pues Chand Kabi no me ha enseado a daar
fsicamente a las personas con sus poderes ocultos. El mismo saba como hacerlo: hubiera
podido hacer morir gentes en el otro extremo de la Tierra si hubiese sido su deseo, pero lo
hizo jams. Ese querido viejo Chand Kabi no ha hecho dao a nadie que yo sepa.
- Yo de ti, me ejercitara, dijo Ero Shan. Esto podra ser til a veces en la posibilidad de
matar a los enemigos a distancia. En verdad, podras ganar una guerra t slo.
- Estoy satisfecho de lo que he conseguido, le asegur. Ahora, si quieres dedicarte a la
meditacin durante un momento, voy a volver a trabajar sobre nuestro emotivo amigo.
Es lo que hice. Pronto omos un gran tumulto encima de nuestras cabezas. Dbilmente una
voz lleg, pidiendo socorro, y omos claramente las palabras : El me persigue! El me
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 22 of 30
persigue! Omos ruidos de carrera alocada, y otros sonidos como de muebles que eran
arrastrados. Despus, cuando me relaj, todo se calm. O a Ero Shan que rea muy bajo.
De nuevo, los guerreros llegaron. Temerosamente, se atrevieron a echar una mirada al
interior.
- As que ests aqu? pregunt uno.
- Es que no me ves?
- Pero acabo de verte arriba persiguiendo al Vootogan, por qu lo perseguas?
- Justamente por gusto, dije. Es tan aburrido estar aqu sentado aqu en esta pequea
celda.
- Hars bien en pensar en otra cosa, dijo secamente el guerrero, pues maana morirs.
Morgas est harto de ti.
- Bien, hizo notar Ero Shan despus de su salida, ha sido divertido el tiempo que ha
durado, pero se dira que tu has sido hinchado por tu propia bomba. Sobre quin vas
ahora a actuar con tu mente?
- Sobre Vanaja y sobre el carcelero. Esto no tendr tanto xito como la primera
experiencia, pero puedo intentarlo todava. En el entretiempo, puedes dedicarte a la
oracin silenciosa.
Ero Shan qued en silencio, y yo me puse a actuar sobre Vanaja y sobre el carcelero.
Encontr que mis posibilidades de xito eran mayores cuando tengo en mi mente una
imagen precisa de la cara del sujeto sobre quin trabajo. Con esta vaga esperanza, haba
fijado en mi memoria los rasgos repugnantes del carcelero. Eran fciles de memorizar,
aunque los de Vanaja eran ms fciles y ms agradables. Una hora haba transcurrido
desde que yo haba gastado mi ltima broma pesada a Morgas, y el castillo estaba de
nuevo en calma. Tan tranquilo que pude or pies calzados con sandalias que se
aproximaban por el pasillo hasta el exterior de nuestra celda.
- Viene! dije a Ero Shan.
- Quin? pregunt.
- Nuestro carcelero de cara de lagarto.
La llave gir en la cerradura y la puerta se abri. El rostro patibulario del carcelero
apareci. Llevaba una antorcha sobre su cabeza.
- Yo estoy aqu siempre, dije. Si alguien an persigue a Morgas, se no soy yo.
- Nadie persigue a Morgas, dijo el carcelero, pero creo que se ha vuelto loco.
- Y por qu?
- Ha dado la orden de que seas liberado. Si yo fuera Morgas, te hara cortar la cabeza. Tu
eres una persona muy peligrosa.
- Tu no eres Morgas, le record. Qu es lo que Morgas ha ordenado tambin? Lo saba,
ya que yo mismo haba dado las rdenes, pero quera asegurarme que el mozo se
acordaba de ello perfectamente.
- Me ha ordenado de vigilar que t, tu compaero y la mujer Vanaja, seis inmediatamente
expulsados del castillo. La mujer os espera cerca de la puerta del jardn.
- Y si no nos queremos ir? pregunt.
Me mir con sorpresa, lo mismo que Ero Shan. No intentaba bromear. Quera
precisamente asegurar su determinacin a hacernos salir de all. Yo conoca este tipo de
mentalidad: un completo pobre de espritu que un poco de autoridad haca inflarse. Ahora
nada podra convencerle de dejarnos all.
- Tengo mis rdenes, dijo. Se lo que tengo que hacer, si no vens de grado, seris
arrojados fuera.
- En ese caso, queremos de buen grado, dije.
El carcelero abri completamente la puerta y sali.
- Venid! orden.
Le seguimos hasta desembocar en el patio. Vanaja esperaba cerca de la puerta del jardn.
- Vas a volver a tu casa, le dije.
- S, respondi. Lo se. Morgas ha venido a decrmelo. Esto habra sorprendido a Morgas.
Seguimos al carcelero hasta las puertas principales, - de donde quit los cerrojos y abri
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 23 of 30
completamente. No haba guardias all, como yo haba previsto, pues no haba tampoco la
maana de nuestra llegada a la fortaleza. Morgas confiaba mucho en su poder.
Ahora, salid, ladr el carcelero. Y a ti, espero no volver a ver nunca tu cara.
- Y yo pienso lo mismo de la tuya, le asegur.
Los tres salimos de noche y las puertas se cerraron detrs de nosotros. Eramos libre!
_ Pareca imposible, dijo Vanaja. No comprendo an por qu Morgas nos ha liberado.
- Lo sentir maana por la maana, dije, y seremos perseguidos. Sabiendo que Morgas no
estaba al corriente de nada de esto, estaba muy seguro que por la maana estara furioso
al descubrir la faena que le habamos hecho.
- No me gustara estar en las botas del carcelero maana por la maana, dijo Ero Shan.
- Por qu? pregunt Vanaja. El no haca ms que seguir las rdenes de Morgas.
Ero Shan no respondi, y yo juzgaba que era mejor no explicar nada. Si yo lo haba hecho,
Vanaja llegara, sin duda, a la conclusin que era un hechicero, y tena buenas razones
para pensar que los hechiceros no deban ser muy populares a los ojos de la familia
Pandar.
Al ir descendiendo al valle en direccin al castillo de Tovar, un cambio se oper en Vanaja,
y ste pareca crecer con la distancia que nos separaba de la fortaleza de Morgas. Era
como si la influencia de este hombre sobre ella se debilitase a medida que se alejaba de l.
Pronto se puso a charlar alegremente, hablando de lo que haba vivido e intentando
imaginar la sorpresa de los suyos cuando la viesen volver sana y salva.
- Ellos tal vez no se crean que eres t, dije.
- Por qu? pregunt. No creo haber cambiado tanto desde que Morgas me secuestr.
- No es eso, dije. Ellos creen que ests an en tu casa.
- Cmo pueden creerlo?
- Tienen un zaldar en un corral detrs del castillo. Y Morgas les ha convencido que eres t.
Esto puede ser un riesgo de fuerte choque para tu madre al descubrir que ha prodigado su
cario a un zaldar creyendo que era su hija. Tu madre no est de hecho bien.
- Qu es lo que tiene? pregunt la joven. Ella no ha estado enferma ni un da en toda su
vida.
- Por miedo a que tu tengas un choque al encontrarla, har bien en decirte enseguida que
tengo la conviccin que su mente est perturbada muy probablemente por la tristeza
causada por tu secuestro y por la transformacin en zaldar. Ella cree verdaderamente que
ese zaldar eres t.
- Eso no es nada raro, respondi Vanaja. Morgas ha hecho creer lo mismo a centenares de
personas. Yo misma lo he credo bastante tiempo. Morgas puede hacer creer a la gente no
importa qu.
- Es necesario destruirle declar Ero Shan.
- S, dijo Vanaja. Es un hombre espantoso. Pasan cosas horribles en su castillo. Est
persuadido que ha transformado los seres humanos en zaldars. Ahora, ya no llega a
distinguir los unos de los otros y por eso logra a menudo que hombres y mujeres sean
degollados y comidos porque Morgas sostiene que son zaldars. All, casi todos estn tan
turbados y espantados que comen esa carne con la esperanza que Morgas tenga razn.
S, es preciso destruirle, pero es imposible. A Morgas no se le puede matar. Vivir
eternamente. Es lo que l dice.
Su tono tena algo de irrevocable que desanimaba toda discusin. Evidentemente el
hechizo que Morgas haba operado sobre la mente de la joven no haba sido enteramente
borrado. No desaparecera tal vez nunca en tanto Morgas viviera.
Nuestra progresin era muy lenta pues avanzbamos a tientas en la obscuridad sobre un
terreno poco familiar, y el alba nos hall lejos del castillo de Tovar, pues nos habamos
extraviado durante la noche y tomado una mala direccin. Nos dimos cuenta que habamos
atravesado el valle y, estando seguros que se nos perseguira, no quisimos arriesgarnos a
Decidimos finalmente ocultarnos durante el da en uno de los numerosos caones que
recortaban las colinas a lo largo del valle. Despus de haber inspeccionado dos,
descubrimos uno donde discurra un pequeo curso de agua pura, con una pequea
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 24 of 30
CAPITULO X
No estoy nunca seguro de obtener resultados cuando ejerzo ese extrao poder que adquir
de Chand Kabi. A veces, es un fracaso. Tal vez esto se deba en parte al hecho de que lo
utilizo muy raramente y en parte a mi falta de confianza en m mismo. Chand Kabi
acostumbraba a decirme: T debes saber, hijo mo, pues saber es poder. Quera decir
que yo deba saber que iba a tener xito cada vez que utilizaba la misteriosa fuerza mental
que l me haba enseado a desarrollar.
Cuando vi a Morgas y a sus aclitos aproximarse a nuestro escondite, hice sea a Ero
Shan y a Vanaja de acurrucarse al abrigo de las miradas y quedar en completo silencio.
Luego movilic todas mis recursos mentales para dirigirlos sobre Morgas. Era como si
supiese que ellos se lanzaran a travs de la distancia decreciente que me separaba del
objetivo de mi ataque, concentrndose en un punto de irresistible energa sugestiva que
penetr en los centros nerviosos de su cerebro, controlando sus percepciones oculares y
sus capacidades de voluntad.
No dud que lograra influenciarle. Lo saba! Pero Morgas continuaba avanzando hacia
nosotros. Ahora, estaba tan prximo que poda ver sus ojos. Estaba seguro que no poda
verme, pues yo haba adoptado un antiguo camuflaje de los indios que habitan todo el
Sudoeste de mi pas natal. Solo mi cabeza a partir de mis ojos sobresala de la pea que
disimulaba el resto de mi cuerpo, y ella estaba oculta a Morgas por la rama del frondoso
arbusto que tena ante m.
Si me est permitido dudar, hubiera estado ahora seguro que haba fracasado y que,
desarmados e impotentes como estbamos, seramos pronto apresados. Y justo en ese
instante, Morgas volvi la cabeza y mir detrs de l. Al punto tir de la brida ( una forma
de hablar, pues los zorats se montan sin riendas, pues se les gua y controla tirando de sus
largas orejas colgantes).
- All va! grit Morgas, sealando ro abajo.
Haciendo girar su montura, se alej al galope, seguido de toda su tropa. Haba ganado! El
resultado me dej algo vaco. Pues falt el grosor de un cabello.
- Se han marchado, dije a Ero Shan y a Vanaja. Pero creo que deberamos meternos un
poco entre las colinas, pues podran volver. Ignoro durante cuanto tiempo an podra
arrastrar a Morgas en esta vana persecucin en la que l crea verme huyendo gilmente
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 25 of 30
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 26 of 30
- Soy yo de verdad, madre, solt Vanaja. Estos dos hombres me han hecho salir sana y
salva del castillo de Morgas.
La risa demente de Noola reson encima de nosotros.
- Creis que sois capaces de engaar a Noola, no es cierto? Est bien, no lo
conseguiris. Yo se donde est Vanaja est segura en sus apartamentos detrs del
castillo. He hablado con ella hace menos de una hora. Marchaos, marchaos todos antes
que os haga matar.
- Pero, madre, soy Vanaja, insisti la joven. Deja que alguien en quien confes baje para
verme.
- No tengo confianza en nadie, aull la vieja. Todo el mundo est contra m.
- Entonces baja t misma y habla conmigo.
De nuevo esa risa demente.
- Esperas atraerme a las garras de esos dos hechiceros, pero yo soy demasiado lista para
todos vosotros. Ahora, marchaos!.
Omos ahora a Tovar, Endar y Yonda que discutan con la mujer y le suplicaban, pero al
parecer ella se mantena inconmovible. Vanaja implor la ayuda de su padre, pero l
respondi que deba seguir los consejos de su madre. LA situacin comenzaba a parecer
desesperada.
- Por qu no lo intentas a la manera de Chand Kabi? pregunt Ero Shan en voz baja. Ha
funcionado perfectamente sobre Morgas, por qu no sobre la vieja?
- Puedo intentarlo, dije. Me concentr sobre la mente demente de Noola, y pronto se
produjo una cosa asombrosa. Lo que haba querido hacer or solamente a Noola, lo o en
m mismo. Todas las personas presentes lo oyeron. Una vocecita chillona subi del patio
detrs del muro:
- Noola! Noola!
Los ocupantes de la torre se separaron de la tronera. Yo saba que haban odo esa voz y
que todos se haban marchado al otro lado de la torre para mirar hacia abajo, al patio.
Despus o la voz de Noola:
- Est bien, Vanaja! Cmo has salido de tus apartamentos, nia mala!
Con un gruido chilln, la respuesta nos lleg dbilmente:
- Yo no soy Vanaja, especie de vieja loca. No soy ms que un zaldar que Morgas ha
enviado aqu para engaarte. Vanaja est ah fuera, y esperando para entrar.
- Maravilloso! cuchiche Ero Shan. Yo mismo, empezaba a tener miedo de m.
Lo de vieja loca irrit vivamente a Noola. Estaba furiosa.
- Cmo osas t? Miserable vaquita guarra! aull. Siempre he sabido que tu no eras ms
que un zaldar. Yo tenia la seguridad que a Noola no le gustara que la tratasen de vieja
loca.
No hizo falta ms que unos segundos para que la puerta se abri, y Vanaja fue a los
brazos de su madre. Ahora que su hija estaba de vuelta y ella la haba reconocido, la
locura de Noola pareca haberse disipado. Se mostr muy cordial con Ero Shan y conmigo.
Tovar, Endar y Yonda estaban maravillados del giro de los acontecimientos : dos personas
que queran les volvan sanas y salvas.
Una vez terminados los saludos, Noola se dirigi a uno de los servidores que estaban
todos, en el intervalo, reunidos en el patio.
- Encuentra a ese zaldar, dijo, y que esa cosa sea conducida a su cercado. Luego nos
dirigimos todos a la gran sala, nosotros para contar y ellos para escuchar nuestras
aventuras.
Al cabo de algunos minutos entr un servidor.
- No he podido encontrar al zaldar por ninguna parte del patio, dijo. Y he echado una
mirada en su cercado. Y estaba all, profundamente dormido. La puerta estaba todava
cerrada, y ninguna parte de las vallas estaban rotas.
- Es muy raro, dijo Noola. Todos lo hemos visto en el patio y la hemos odo como me
hablaba esta criatura insolente.
- Es verdaderamente extrao, dije.
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 27 of 30
- Si ella debe comportarse as, voy a tener miedo de tenerla aqu, dijo Noola.
- Entonces, por qu no la sacrificamos para comerla? suger.
- Es una excelente idea, dijo Tovar.
- Maana tendremos de nuevo filetes de zaldar, exclam Noola. El hechizo de Morgas
haba sido roto al menos en lo que concerna a la familia Pandar. Pero haba centenares
de otros pobres seres aprisionados en su fortaleza, constantemente llenos te terror,
esperando la muerte. Haba castillos abandonados y rebaos robados. Adems de todo
esto y de otras injusticias que todava reclamaban venganza. Y, por encima de todo, exista
ese miedo horrible que pesaba sobre todo este bello valle, que hubiera debido ser un lugar
de paz y felicidad.
De nuevo Ero Shan y yo fuimos escoltados hasta la habitacin donde habamos vivido una
noche peligrosa. Ahora contbamos dormir en esta misma pieza sin el menor
preocupacin. Cundo nos preparbamos a ir a la cama, Ero Shan dijo:
- He reflexionado, Carson.
- S? inquir con una somnolienta cortesa.
- S, confirm. Me he dicho que salvando a una joven y reuniendo una familia, no hemos
dado ms que un primer paso. Acaso Sir Galahad y Sir Gauvin se habran detenido ah?
No me has dicho que los Caballeros de la Tabla Redonda consagraban su vida a reparar
las injusticias que afligan a los oprimidos?
- Pienso que era algo as. Pero si recuerdo bien mis lecturas, una vctima de la opresin
deba ser de una belleza considerable para despertar la caballerosidad de los nobles
paladines.
- Bromas aparte, insisti Ero Shan, no crees que deberamos hacer algo para liberar a los
habitantes de este valle del terror que pesa sobre ellos?
- Supongo que tienes razn, reconoc reprimiendo un bostezo.
- Es la primera vez que te veo insensible a los sufrimientos del prjimo, dijo Ero Shan, algo
secamente.
- No lo soy, le asegur. Sencillamente es que estoy completamente agotado. Maana por
la maana, Sir Gauvin y Sir Galahad marcharn a combatir para reparar las injusticias del
mundo entero. Buenas noches!
Ero Shan mascull algo que se pareca mucho a las palabras que se hubieran podido
traducir como : Vete al diablo!
CAPITULO XI
Temprano, la maana del da siguiente, ya estaba levantado y sal para examinar el
anotar. Nada indicaba que hubiese sido tocado durante nuestra ausencia. Por lo visto, mi
advertencia haba sido suficiente para protegerlo. Quit la brjula y la desmont. Con gran
alivio, que no necesitaba ms que un pequeo ajuste para corregir el defecto que nos
haba costado tan caro y con riesgo todava de costarnos infinitamente ms.
Mientras la volva a colocar en su sitio, Ero Shan se reuni conmigo.
- Supongo que tomaremos la ruta de Sanara justo despus del desayuno, dijo.
- Cmo? exclam. Dejando este valle entre las garras de un demente? Ero Shan! Estoy
sorprendido.
Me mir un momento, con aire interrogante, despus sacudi la cabeza.
- Supongo que es un ejemplo del humor terrestre, dijo. T no manifestaste el menor inters
por este valle la noche ltima.
- Al contrario. Me qued despierto una buena hora, intentando encontrar el mejor plan para
liberar a las gentes que Morgas a encarcelado.
- Y tienes un plan?
- El ms sencillo sera sobrevolar los lugares y ametrallarlos todos, dije, pero esto no sera
muy deportivo. Sera casi un asesinato puro y simple ya que ellos no tienen armas de
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 28 of 30
fuego.
- Y entonces? pregunt Ero Shan.
- Francamente, no he encontrado ningn plan que me guste. La sola idea que se me ha
ocurrido, sera difundir en sus casas un poco de propaganda para hacerles comprender
que Morgas es un impostor, que no puede transformar a nadie en zaldar y que deberan
rebelarse contra l. Despus de todo, las personas que l ha lesionado deberan ser
quienes le castigaran. Podramos lanzar mensajes entre ellos. Podramos tambin volar a
muy baja altura para arengarles de viva voz.
- Eso no cuesta nada intentarlo, dijo Ero Shan, y nos encargaremos de editar nuestros
mensajes, una tarea para la cual nos aseguraremos la cooperacin de la familia Pandar y
de varios servidores.
Despus del medioda, despegamos con el anotar y remontamos el valle en direccin al
castillo de Morgas. Mientras describamos crculos sobre l, vimos claramente la inquietud
que provocbamos. Ero Shan estaba a los mandos y, mientras describa crculos a baja
altitud sobre las tierras del castillo, yo dejaba caer nuestros mensajes, cada uno lastrado
con una piedrecita.
Vi algunas almas valerosas arriesgarse fuera de sus escondites donde se haban
refugiado, recoger los mensajes y correr a ponerse al abrigo. Ms tarde, varios salieron
para hacernos seas: la propaganda daba sus frutos. Morgas sali del castillo e hizo pases
magnticos en nuestra direccin, intentando evidentemente de hipnotizarnos, pero se
qued cerca de la puerta. Creo que deba tener bastante miedo del inmenso pjaro que
giraba por encima de l.
Y tena buenas razones para eso, pues las cabriolas del anotar deban de dar miedo.
Mientras remontbamos el valle desde el castillo de Tovar, habamos sido zarandeados
malamente, pues el aire estaba agitado por turbulencias. Ahora, sobre el castillo de
Morgas , era an peor. Corrientes descendentes nos hacan sbitamente caer desde casi
treinta metros, y frenbamos con una sacudida como si hubiramos chocado con algo
slido, despus de repente nos elevamos verticalmente. El aparato no estaba casi nunca
horizontal. Ero Shan luchaba constantemente con los controles.
Me inclin lo ms posible sobre el borde de la cabina dejando caer nuestras hojas de
propaganda y observando a Morgas, cuando Ero Shan vir violentamente sobre el ala. En
el mismo momento, una rfaga imprevisible cogi al aparato y lo gir. Ca. Haba
descuidado atarme el cinturn de seguridad.
Haba conocido momentos crticos a lo largo de mi profesin. Este era uno nuevo. Adems,
no solamente era crtico, sino que me arriesgaba mucho a ser fatal. Caa sobre la fortaleza
de un demente que se imaginaba, sin duda, tener toda la razn del mundo para matarme.
Mientras tiraba del cordn de apertura de mi paracadas para descender flotando
suavemente, intent imaginar un plan para afrontar el futuro inmediato, en cuanto me
hubiera posado. Fue una prdida de tiempo. No vi de momento nada que pudiera sacarme
de este mal paso. Ni llevaba mi pistola de rayos R: estaba en el avin con el resto de
nuestro armamento.
Levantando los ojos, vi a Ero Shan que volaba en crculo por encima de m. Saba que
deba estar fuera de s. Pero qu poda hacer? Echando un mirada abajo, vi que los
hombres de Morgas estaban desparramados para evitarme cuando me posase. Morgas
estaba siempre muy cerca de la puerta. Se notaba que me tena un gran respeto. Esto me
dio un rayo de esperanza. Tal vez conseguira tirarme un farol. Entonces, un plan me vino
a la mente. Este no pareca ser un plan muy bueno, pero era el mejor que poda imaginar.
Aterric sin caer. Me alegr, pues rodar en el polvo no hubiera otorgado dignidad a mi
imagen y esto habra podido reducir mi prestigio. Detrs de los porches, las ventanas y en
los rincones de los edificios y de las dependencias, los hombres y las mujeres que Morgas
haba reducido a la esclavitud y sus guerreros aventuraban miradas furtivas. Con aire
indiferente, algunas veintenas de zaldars marchaban por el patio. Era la nica persona que
saba si eran zaldars o seres humanos. El mismo Morgas, tan extraviada estaba su mente
que estaba convencido de su poder para transformar a seres humanos en animales.
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 29 of 30
Volviendo la espalda a Morgas , me dirig a los prisioneros, o al menos a los que poda ver.
- Podis salir de vuestros escondrijos, dije. No tenis nada que temer de mi. He venido
para liberaros. Mis poderes son ms grandes que los de Morgas . Debis ser conscientes,
pues de otra manera habra osado descender solo sin armas a la fortaleza?
Esto pareci impresionarles, pues lentamente salieron para aproximarse a m. Morgas grit
a sus guerreros que se apoderaran de m, pero ellos dudaron. Entonces, me volv hacia l.
- Eres un impostor, acus. No tienes ningn poder, enfrntate a m solo.
-Tu eres un zaldar! rugi en mi direccin, haciendo sus ridculos pases magnticos.
-Yo no soy un zaldar, dije. Y estas personas no son zaldars, lo mismo que los zaldars no
son seres humanos. T no me has transformado en zaldar, no puedes transformarme en
zaldar, nunca has transformado a nadie en zaldar. Grit esto para que todo el mundo lo
pudiese or.
- Ahora te voy a mostrar lo que un verdadero hechicero puede hacer. Concentr mis
pensamientos en Morgas .
-Mira! grit, sealando los verdaderos zaldars que estaban apretujados los unos contra los
otros en un lado del patio.
-Esas pobres criaturas de las que te has servido para destruir a las otros van ahora a
destruirte.
Pronto los ojos de Morgas se desorbitaron de horror. Yo solo saba lo que l crea ver lo
que yo quera hacerle ver.
El vea a estos inofensivos y estpidos zaldars metamorfosearse poco a poco a sus ojos
en crueles y horrorosos tharbans los feroces leones de Amtor. Los vea dirigirse hacia l,
descubriendo sus colmillos. Despus se volvi y huyo. Se precipit hacia su castillo, pero
siempre oyendo detrs de l las terribles fieras, rugiendo y gruendo.
Le persiguieron por la escalera circular hasta la cima de la ms alta torre del castillo. Le vi
salir completamente. Se volvi y mir tras de l, aullando de terror, luego se precipit hacia
el borde y salt.
Su cuerpo dislocado yaca a mis pies. Me volv hacia los prisioneros y los guerreros.
-He aqu vuestro hechicero, dije. No har ms dao a nadie. Los prisioneros son ahora
libres de volver a su hogar, y si uno de los guerreros de Morgas piensa impedirlo, le
causar la muerte como he causado la de su amo.
Entonces comprend que los guerreros odiaban a Morgas tanto como los prisioneros y que
solo el miedo les haba mantenido a su servicio. Como un solo hombre, todos re agruparon
alrededor de m, y varios de ellos tenan lgrimas en los ojos mientras me lo agradecan.
Levant los ojos, buscando a Ero Shan, pero el anotar no estaba a la vista. Tema que
hubiese perdido el control para estrellarse. Me precipit pues hacia las puertas, impaciente
por marchar en su bsqueda.
Entonces las puertas se abrieron, Ero Shan franque la entrada de un salto, una pistola de
rayos R en cada mano.
Haba aterrizado cerca del castillo y llegaba en mi ayuda.
Esa noche, en el castillo de Tovar, tuvimos deliciosos filetes de zaldar para la cena, y a la
maana siguiente levantamos el vuelo en direccin a Sanara.
El vea a estos inofensivos y estpidos zaldars metamorfosearse poco a poco a sus ojos
en crueles y horrorosos tharbans los feroces leones de Amtor. Los vea dirigirse hacia l,
descubriendo sus colmillos. Despus se volvi y huyo. Se precipit hacia su castillo, pero
siempre oyendo detrs de l las terribles fieras, rugiendo y gruendo.
Le persiguieron por la escalera circular hasta la cima de la ms alta torre del castillo. Le vi
salir completamente. Se volvi y mir tras de l, aullando de terror, luego se precipit hacia
el borde y salt.
Su cuerpo dislocado yaca a mis pies. Me volv hacia los prisioneros y los guerreros.
- He aqu vuestro hechicero, dije. No har ms dao a nadie. Los prisioneros son ahora
libres de volver a su hogar, y si uno de los guerreros de Morgas piensa impedirlo, le
causar la muerte como he causado la de su amo.
Entonces comprend que los guerreros odiaban a Morgas tanto como los prisioneros y que
18/01/2011
EL MAGO DE VENUS
Page 30 of 30
solo el miedo les haba mantenido a su servicio. Como un solo hombre, todos re agruparon
alrededor de m, y varios de ellos tenan lgrimas en los ojos mientras me lo agradecan.
Levant los ojos, buscando a Ero Shan, pero el anotar no estaba a la vista. Tema que
hubiese perdido el control para estrellarse. Me precipit pues hacia las puertas, impaciente
por marchar en su bsqueda.
Entonces las puertas se abrieron, Ero Shan franque la entrada de un salto, una pistola de
rayos R en cada mano.
Haba aterrizado cerca del castillo y llegaba en mi ayuda.
Esa noche, en el castillo de Tovar, tuvimos deliciosos filetes de zaldar para la cena, y a la
maana siguiente levantamos el vuelo en direccin a Sanara.
FIN
Ttulo original: The wizard of Venus
Traduccin: Federico Iborra
18/01/2011