La Pecera de Hawking
La Pecera de Hawking
La Pecera de Hawking
Por siglos los filsofos especularon con reflexiones profundas, llegando en veces
a rayas en el oscurantismo, sobre mundos suprasensibles, fsicas csmicas
diferentes a la fsica terrestre, ideas innatas colocadas en nuestra cabeza por una
mente creadora, perfecta y absoluta, como si la mente fuera una clase de
fantasma mientras que el cuerpo solo era una maquina.
Sin embargo, los das en que se haca solo especulacin oscura quedaron en el
pasado. Ahora el paradigma de la ciencia ha cambiado, de manera profunda, la
forma en la que el ser humano contempla el universo y as mismo. Sin embargo,
contrario a lo que muchos han asegurado al decir que en estos tiempos de
ciencia y tecnologa la filosofa ha muerto, la realidad es que el quehacer
filosfico se encuentra ms vivo que nunca.
Hoy en da, la filosofa ya no busca hacer especulaciones oscurantistas con aires
de profundidad, sino que busca ser una disciplina racional dispuesta a analizar
la problemtica moderna, no como una problemtica puramente metafsica,
sino como una problemtica histrica, cultural y (en algunos casos) natural.
Tal es el caso de preguntarnos sobre cmo la ciencia construye conocimientos.
Ante esta cuestin no solo nos enfrentamos a un problema del tipo
epistemolgico, sino que tambin ontolgico, al preguntarnos sobre la base
primordial que ayuda al quehacer cientfico para poder determinar y afirmar
que algo es un conocimiento.
El problema es complejo, pero no complicado. Unindose al debate, el famoso
cosmlogo Stephen Hawking y el fsico Leonard Mlodinow hablan sobre este
problema en unos de los captulos de su ms reciente libro, El Gran Diseo
(Crtica, 2010). Contrario a la afirmacin de Hawking, en la introduccin del
primer captulo, donde nos dice que tradicionalmente las grandes cuestiones de
la humanidad han sido cuestiones filosficas, pero que hoy da la filosofa ha
muerto. Pues segn el autor, La filosofa no se ha mantenido al corriente de
los desarrollos modernos de la ciencia, en particular de la fsica. Algo irnico,
y tal vez inadvertido por el propio Hawking, es que hace de su libro una obra
fantstica de filosofa de la ciencia, al plantearse problemas como qu es la
realidad? por qu existe algo en lugar de nada? por qu confiar en las teoras
cientficas? o qu hace que una teora sea mejor que otra?
Aunque bien podramos comentar sobre las implicaciones de problemas como el
de la relatividad y la fsica cuntica, las predicciones de otras dimensiones,
universos paralelos, historias alternativas e incluso una explicacin terica que
abarque de forma unificadora el universo, en este caso nos concentraremos en
cmo la ciencia ha podido deducir y teorizar estos y otros conceptos, los cuales,
son de indispensable comprensin para una cultura cientfica mas enriquecida.
Por siglos, los filsofos han debatido sobre las bases de la ciencia, llegando a
conclusiones, en veces, vlidas y en veces absurdas. Se ha llegado asegurar
realismos ingenuos, materialismos dogmticos o relativismos culturales; e
incluso se puede encontrar quien asegure que la ciencia es una cuestin de
opiniones.
As pues, alejado de estas interpretaciones sin sustento, Hawking, en el captulo
3 de El Gran Diseo, se postula la pregunta milenaria que tantos problemas ha
causado: Qu es la realidad? Pregunta que conduce necesariamente a otra
pregunta fundamental: En verdad conocemos la realidad tal cual es? Hawking
entonces nos da una analoga metafrica con la forma en la que un pez en una
pecera redonda percibe la realidad. Sin duda, la percibe de una forma muy
distorsionada si la comparamos con nuestra forma de percibirla.
Pero la pregunta sera entonces, podemos asegurar que la percepcin de un pez
en una pecera es menos real que la nuestra? No podra ser que nosotros
mismos estuviramos en el interior de una especie de pecera curvada y nuestra
visin de la realidad estuviera distorsionada por una lente enorme? La respuesta
ms acertada a estas preguntas es, en principio, cmo saberlo?
Tal vez algunos podran asegurar que nuestra interpretacin de la realidad es
ms acertada debido a que somos capaces de describir y predecir fenmenos
naturales a partir de la observacin analtica y la abstraccin matemtica.
Vamos, porque somos capaces de postular leyes inmutables de la naturaleza.
elegante el universo, se contrapone con otra que presenta una misma coherencia
y elegancia para explicar el mismo universo de forma distinta.
Tal vez el ms famoso de estos casos sea el de la lucha por encontrar el lugar de
la Tierra en el espacio.
Hacia el 150 d.C, el astrnomo griego Claudio Ptolomeo publicara en la obra
que ms tarde se conocera (gracias a los rabes) como el Almagesto, un modelo
terico que explicaba el movimiento de los astros hasta ese entonces
observados. En el modelo ptolemaico, la Tierra estaba inmvil en el centro del
universo, siendo un objeto increblemente diminuto, todos los dems astros
giraban a su alrededor en rbitas complicadas en las que haba epiciclos, o
crculos cuyos centros giraban a lo largo de otros crculos.
Dicha postura haba sido sostenida por los griegos clsicos siglos atrs, al creer,
por razones teleolgicas (hoy mejor conocidas como msticas) que la Tierra (y el
hombre en s) deba ser el centro del universo.
Sin embargo, el modelo ptolemaico pareca un modelo vlido. Para empezar no
notamos que la Tierra se mueva por bajo nuestros pies. El modelo tambin
ayudaba a predecir el movimiento de las estrellas, las rbitas de los planetas
hasta entonces conocidos, las estaciones del ao y los eclipses lunares y solares.
Se trataba de un modelo que explicaba con cierta elegancia un nmero de
fenmenos observados.
El modelo ptolemaico (tambin conocido como geocntrico), fue sostenido
como dogma oficial por ms de 1400 aos por parte de la Iglesia Catlica. No
fue hasta 1543 cuando un modelo alternativo (no nuevo, pues ya el astrnomo
griego Aristarco haba postulado la idea principal, diecisiete siglos atrs) fue
propuesto por un tal Coprnico en una obra escandalosa: Sobre las
Revoluciones de las rbitas Celestes.
El modelo expuesto por Coprnico en la mencionada obra, fue considerado
contraria a las enseanzas bblicas, y por tanto era una obra hertica que (de
acuerdo a la Iglesia) no mereca atencin alguna. Sin embargo, aquella obra que
deba ser ignorada, trajo un virulento debate en el que se cuestionaba la
verdadera posicin de la Tierra (y el hombre) en el Cosmos. El debate culmin
con el juicio de Galileo en 1633 por postular el modelo copernicano y por pensar
que se puede defender y sostener como probable una opinin tras haber sido
declarada y definida contraria a las Sagradas Escrituras.
La Batalla por las estrellas (refirindose al pleito terico entre geocentrismo y
heliocentrismo) que dara como herencia a las generaciones futuras un sistema
ms amplio y que explica mayor cantidad de fenmenos tomando como base los
postulados copernicanos, no solo debe verse como una lucha entre la ciencia y la
religin; sino como una lucha por la supremaca de un modelo terico por
encima de otro.
En pleno siglo XXI sonara tonto el no admitir que el modelo de Coprnico era
el modelo correcto que supo ubicar el verdadero lugar de la Tierra en el sistema
solar. Sin embargo, no es verdad asegurar que el modelo ptolemaico era falso o
estaba equivocado.
Al igual que la metfora de los peces en la pecera, podemos mirar a estas teoras
como dos formas de observar la realidad; siendo ambas teoras, modelos que
permiten explicar y predecir fenmenos. Como vemos, nuestra observacin del
firmamento puede ser igualmente explicada tanto si suponemos que la Tierra
est o no en reposo en el centro del sistema solar. La ventaja real del sistema
copernicano es simplemente que las ecuaciones de movimiento son mucho ms
simples en el sistema de referencia en que el Sol se halla en reposo y en el
centro del sistema solar.
Ejemplos de este tipo no solo los podemos encontrar en la historia de la ciencia,
incluso es posible ubicar ideas similares en algunas reflexiones propuestas por
la ciencia ficcin. Ante todo esto, Hawking afirma llegar a una conclusin
importante: No hay imagen ni teora- independiente del concepto de realismo
dependiente del modelo.
Otro problema que el RDM resuelve, o mejor dicho, evita, es el debate sobre qu
significa la existencia. Por ejemplo cmo estar seguros que una mesa no deja
de existir luego que dejamos de percibirla? Ante esto, podemos responder
simplemente que el modelo en que la mesa sigue existiendo da una explicacin
mucho ms simple y concuerda con la observacin. Es todo lo que se pide para
el RDM.
El RDM proporciona tambin un marco para discutir cuestiones como: si el
mundo fue creado hace un tiempo finito, qu ocurri antes? Ante esto,
podemos asegurar que un modelo llamado teora del Big Bang nos ayuda a
comprender que el tiempo y el espacio comenzaron hace unos trece mil
setecientos millones aos, en una gran explosin. Este modelo, explica la
mayora de nuestras observaciones presentes, incluyendo las evidencias
histricas y geolgicas, ante lo cual, el modelo del Big Bang es la mejor
representacin que tenemos del pasado.
Algunos bien podran sostener modelos en los que el tiempo exista antes del
Big Bang, pero hasta ahora, no resulta claro sin un modelo de este tipo
explicara mejor las observaciones actuales, porque parece que las leyes de la
evolucin del universo podran dejar de ser vlidas en el Big Bang. Si es as, no
tendra ningn sentido crear modelos que comprendan tiempos anteriores al
Big Bang, porque lo que existi en ese entonces (si es que existi algo) no
tendra consecuencias observables en el presente, y por tanto nos podemos ceir
a la idea de que el Big Bang fue la creacin del mundo.
La ciencia con el RDM como su fondo ontolgico, no solo ayuda a construir
teoras que explican un nmero especfico de fenmenos, sino que tambin
podra llegarse a postular algn da, una teora eficiente, coherente y predictiva
que ayude explicar un todo; es decir, una teora del todo. Tal vez ya se ha
encontrado con la famosa teora M, pero esa es otra historia.
Por ahora, ser mejor continuar preguntarnos sobre las estrellas desde nuestra
respectiva pecera.