El Modo Fantástico
El Modo Fantástico
El Modo Fantástico
La imaginacin en el exilio
Habr lgrimas y risas extraas. Nacimientos y muertes feroces bajo techos
sombros. Y sueos, y violencia, y desencanto.
Mervyn Peake, Titus Groan
Fantstico proviene del latn, phantasticus, que deriva del
griego,, y significa aquello que se hace visible, quimrico, irreal.
Dado un mbito infinito como se, result difcil desarrollar una definicin
adecuada delfantasy como especie literaria. Un crtica afirma que en un
sentido significativo, el fantasy no tiene historia (Irwin). Parece apropiado que
una forma tan proteica se haya resistido con tanto xito a una clasificacin
genrica. La amplia gama de trabajos que llamamos... fantsticos es grande,
demasiado grande para constituir un solo gnero. Incluye gneros
convencionales enteros, tales como el cuento de hadas, la novela policial, el
fantasy (Rabkin).
Como trmino crtico, fantasy se aplic en forma ms bien
indiscriminada a cualquier tipo de literatura que no da prioridad a la
representacin realista: mitos, leyendas, cuentos de hadas y folklricos,
alegoras utpicas, ensoaciones, escritos surrealistas, ciencia ficcin y
cuentos de horror, textos todos que presentan otros territorios, diferentes del
humano. Una caracterstica que se asocia al fantasy literario con la mayor
frecuencia es su obstinado rechazo a las definiciones prevalecientes de lo
real o lo posible, un rechazo que por momentos se convierte en violenta
oposicin. Un fantasy es un relato basado en y controlado por una franca
violacin de lo que generalmente se acepta como posibilidad: es el resultado
narrativo de transformar la condicin contraria a la realidad en una realidad en
s misma (Irwin). Esta violacin de los supuestos dominantes amenaza con
subvertir (derrocar, trastornar, socavar) las reglas y convenciones que se
consideran normativas. En s misma, no es una actividad socialmente
subversiva: sera ingenuo comparar el fantasy con la poltica anrquica o
revolucionaria. S perturba, sin embargo, las leyes de la representacin
artstica y las reproducciones de lo real en la literatura.
El examen de algunas de las races del fantasy literario revela que esta
funcin subversiva le es caracterstica. El estudio de Mikhail Bakhtin, La
Potica de Dostoievsky coloca a fantasistas modernos como E. T. A. Hoffmann,
Dostoievsky, Ggol, Edgar Allan Poe, Jean-Paul, como descendientes directos
de un gnero literario tradicional: la menipea. La stira menipea apareca en la
antigua literatura cristiana y bizantina, en los escritos medievales, en los de la
Reforma y el Renacimiento. Sus trabajos ms representativos eran ficciones
como Satyricon de Petronio, Bimarcus (es decir, El Doble Marcus) de
Varro, Metamorphoses(conocido como El Asno de Oro) de Apuleyo, Una
Historia Extraa de Luciano. Era un gnero que rompa los requerimientos de
probabilidad o realismo histrico. La menipea se mova cmodamente en el
espacio que se abre entre este mundo, un submundo y un mundo superior.
Combinaba pasado, presente y futuro, y permita dialogar con los muertos.
Eran perfectamente normales los estados de alucinacin, sueo o desvaro,
mundo social. Pero no tienen una base comunal. Lejos de celebrar una
suspensin temporaria de la ley, existen fuera de ella. Sus alucinados sujetos
se aslan de la comunidad, y creen que su alejamiento les es peculiar. Son
excntricos (ex-cntricos), ya no coinciden consigo mismos (frase de
Bakhtin), y se viven como identidades dobles, con frecuencia mltiples. Esta
desintegracin de la unidad personal es algo diferente de las suspensiones
temporarias de la coherencia que aparecen en la menipeatradicional.
El fantasy moderno se escindi de sus races carnavalescas: ya no es
una forma comunal. Las desuniones que aparecen en Dostoievsky, Poe, Kafka
o Pynchon no son aquellas rupturas temporales del desorden menipeo, aunque
sus grotescas manifestaciones sean similares. Bakhtin sugiere que la novela
polifnica de Dostoievsky expresa la mezcla de formas sociales heterogneas
como una de las consecuencias de la economa capitalista y su
correspondiente destruccin del orden orgnico. Al no permitir ms divisin
que la divisin entre proletarios y capitalistas, el capitalismo caus la colisin
entre esos mundos, y volvi a soldarlos en su propia unidad envolvente y
contradictoria. Los textos fantsticos de Dostoievsky anticipan uno de los
rasgos centrales de la literatura moderna: la pluralidad de lenguajes, la
confrontacin, de discursos e ideologas, sin llegar a ninguna sntesis o
conclusin definitiva. No hay axis (por eje), no hay monologuismo. [1] Slo
hay una grotesca disolucin, una gran promiscuidad.
Dostoievsky se refiere con frecuencia a la literatura fantstica como el
nico medio apropiado para sugerir una sensacin de distanciamiento, de
alienacin respecto de los orgenes naturales. Sus historias relatan escenas
metropolitanas no-naturales, habitadas por individuos desintegrados,
hombres subterrneos. A pesar de que lo fantstico retiene su funcin original
de ejercer presin contra los sistemas jerrquicos dominantes, ya no es una
forma escapista sino el nico modo expresivo posible. Como dice Dostoievsky,
Pero ahora sabemos que si no existe un suelo y si no existe accin posible, el
espritu esforzado se expresar precisamente en manifestaciones irregulares y
anormales; equivocar la frase por la vida, saltar por encima de las frmulas
dispuestas pero extraas, estar encantado de tenerlas, y las reemplazar por
la realidad. En una vida fantstica, todas las funciones son tambin fantsticas.
(Dostoievsky, cit. Linnr.)
Sartre escribi una defensa del fantasy como una forma perenne que se
hace valer en el mundo secularizado y materialista del capitalismo moderno.
Mientras prevaleca la fe religiosa, dice Sartre, el fantasy hablaba de saltos
hacia otros territorios. Las condiciones de una existencia puramente humana se
trascendan a travs del ascetismo, el misticismo, la metafsica o la poesa, y el
fantasy cumpla una funcin definida, escapista. Manifestaba nuestro poder
humano de trascender lo humano. Los hombres procuraban crear un mundo
que no fuera de este mundo (Sartre, 1947). En una cultura secular el fantasy
tiene una funcin diferente. No inventa regiones sobrenaturales, pero presenta
el mundo natural transformado en una cosa rara, en otra cosa. Cuando se
pasa de las exploraciones trascendentales a las transcripciones de la condicin
humana, el mundo se humaniza, se domestica. En este sentido, segn Sartre,
el fantasy asume la funcin que le es propia: transformar este mundo. Al
humanizarse, lo fantstico se aproxima a la pureza ideal de su esencia, se
que la razn tiene que confrontarse con todo lo que tradicionalmente rechaza.
La estructura de la narrativa fantstica est fundada sobre contradicciones.
Se pueden aplicar a lo fantstico las teoras formalistas de estructura
literaria, que identifican diferentes especies narrativas por sus
correspondencias con diferentes tropos lingsticos. Lo que surge como el
tropo bsico del fantasy es el oxmoron, una figura retrica que conjuga
contradicciones y las sostiene en una unidad imposible, sin avanzar hacia una
sntesis. Algunos crticos literarios se han manifestado en trminos ms
generales con respecto a este tipo de estructura antinmica del texto fantstico.
El fantasy es esa clase de narracin prolongada que establece y desarrolla un
antihecho, es decir, juega al juego de lo imposible... un fantasy es un relato
basado en y controlado por una franca violacin de lo que habitualmente se
acepta como posibilidad (Irwin).
Generalmente se coincide en que esta imposibilidad es lo que define lo
fantstico como narrativa, aunque hasta el estudio de Bessire no se haba
considerado que una estructura antinmica fuera un determinante formal.
Rabkin declara que Lo verdaderamente fantstico ocurre cuando las reglas
bsicas de un relato son forzadas a hacer un giro de 180 grados, cuando se
contradice en forma directa las perspectivas predominantes... Lo fantstico slo
existe contra un fondo al que se opone francamente. El problema con la
definicin de Rabkin es su rigidez: su paradigma es Alicia al otro lado del
espejo, pero algunas fantasas ms fluidas no pueden ajustarse a su esquema.
Hay otras definiciones generales que no examinan las estructuras narrativas,
como la de Caillois: Lo fantstico implica siempre una ruptura del orden
reconocido, una irrupcin de lo inadmisible dentro de la inmutable legalidad de
todos los das (Images, Images). Ms cerca de la definicin estructural de
Bessire est la nocin de subjuntividad negativa de Joanna Russ:
El fantasy expresa la subjuntividad negativa; el fantasy es fantasy porque
contraviene lo real y lo viola. El mundo real est constantemente presente en el
fantasy, por negacin ... fantasy es lo que no hubiera podido pasar; es decir, lo
que no puede pasar, lo que no puede existir ... la subjuntividad negativa, el no
puede o no hubiera podido, constituye de hecho el placer principal del fantasy.
El fantasy viola lo real, lo contraviene, lo niega, e insiste en esta negacin hasta
el final (Russ).
Marcel Brion entiende lo fantstico como ese tipo de percepcin qui
ouvre sur les plus vastes espaces (que se abre a los espacios ms extensos)
(cit. Hellens). Es esta accin de apertura lo que molesta, por negar la solidez
de lo que se tom por real. Bataille se refiri a esta clase de infraccin como
une dchirure, un desgarramiento, o herida, que yace abierta a un lado de lo
real. La misma apertura violenta del orden sintctico se puede encontrar en
Lautramont, Mallarm, Rimbaud, Artaud, el surrealismo, etctera, y desde
esta perspectiva, los escritos fantsticos de los ltimos dos siglos son claros
antecedentes de los textos modernistas, tales como Ulises o Finnegans Wake,
de Joyce, con su cometido de desintegracin.
Muchos ttulos del modo fantasy indican esta accin de apertura,
frecuentemente vinculados con nociones de (1) invisibilidad, (2) imposibilidad,
(3) transformacin, (4) ilusin desafiante. Por ejemplo: (1) La muchacha
invisible, de Mary Shelley, El hombre invisible, de Wells, El hombre sin rostro,
FANTASTICO
EXTRAO
FANTASTICO
MARAVILLOSO
MARAVILLOSO
PURO
problemticos en muchos fantasy, desde Carroll y Poe hasta Calvino. Los atrae
ese discurso de lo maravilloso que Novalis describi como una narrativa sin
coherencia pero con asociacin, como los sueos ... llena de palabras pero sin
coherencia ni significado alguno. Ese discurso los atrae, pero no lo usan para
escapar. Lo que les preocupa en sus sueos de vigilia es la extraa relacin
entre lo real y su representacin.
Nosignificacin
La literatura fantstica nos deja entre las manos dos nociones: realidad y
literatura, tan insatisfactoria la una como la otra.
Todorov, Lo fantstico
La resistencia o incapacidad para presentar versiones definitivas de
verdad o realidad convierten al fantstico moderno en una literatura que
apunta a su propia prctica como sistema lingstico. Estructurado sobre la
contradiccin y la ambivalencia, lo fantstico se perfila en lo que no se puede
decir, lo que elude su articulacin o lo que se representa como falso e irreal.
Al ofrecer una re-presentacin problemtica de un mundo empricamente real,
lo fantstico interroga la naturaleza de lo real y lo irreal, y enfatiza la relacin
entre ambos como su principal inters. Es en este sentido que Todorov se
refiere al fantasy como la ms literaria de todas las formas literarias, como la
quintaesencia de la literatura, porque expresa claramente los problemas de
establecer realidad y significado a travs de un texto literario. Como dice
Bessire: La narrativa fantstica es quizs el modo ms artificial y deliberado
de la narrativa literaria ... est construida sobre la afirmacin del vaco ... la
incertidumbre surge de esta mezcla de nada y demasiado.
En los fantasy post-romnticos resulta fundamental la imposibilidad de
verificar los hechos, tal como sucede en los cuentos de Hoffmann y en
lasConfesiones de Hogg. La percepcin se vuelve cada vez ms confusa, los
signos son vulnerables a interpretaciones mltiples y contradictorias, de modo
tal que los significados retroceden indefinidamente, y la verdad es un mero
punto evanescente del texto. Bellemin-Nol hace una crtica de Todorov, donde
propone que esta falta de verdadera significacin es el principal rasgo
definitorio de lo fantstico, con la misma importancia que la ambigedad
estructural, y con el mismo problema para representar o alcanzar un significado
absoluto y real. Bellemin-Nol afirma que:
se podra hablar de una retrica de lo indecible ... la actividad fantstica recurre
con frecuencia a la creacin de significantes puros ... Todas estas unidades
lexicolgicas, marcadas por una suerte de insignificacin en el nivel
comunicador del lenguaje, tienen efectivamente alguna clase de significado,
pero es un significado aproximado: se podra decir que significan por connotar
sin denotar, o que, al no poder circunscribirse en una definicin, instalan un
(corto)-circuito-significante, porque estn conectados a una cadena de
imgenes ilimitadas.
Muchas obras post-romnticas del modo fantstico se han anticipado a
esta brecha entre signo y significado, que se convirti en el inters dominante
del modernismo. Molloy (1959) de Samuel Beckett, registra una disyuncin final
entre palabras y objeto: No podra haber otras cosas que cosas sin nombre, ni
otros nombres que nombres sin cosas. Esto expresa una divisin en las lneas
que conectan significados, divisin que en muchos fantasy aparece en forma
grfica. En el fantstico moderno, la brecha entre significante y significado
opera en ambos sentidos. Por un lado se presentan cosas sin nombre. En los
relatos de fantasy y horror del siglo diecinueve, desde Lilith y Phantastes de
MacDonald, Zanoni yStrange
Story de
Bulwer
Lytton, Horla y El de
Maupasssant, hasta los cuentos de Poe y el comienzo de Drcula de Stoker,
hay una percepcin de algo innombrable: el El, el Eso, la cosa, el algo,
que no puede articularse adecuadamente, excepto a travs de la sugestin e
implicacin. Los fantasy de horror de H. P. Lovecraft estn particularmente
atentos a la presin provocada por la imposibilidad de nombrar esta presencia
innombrable, la cosa que slo se registra en el texto como sombra y
ausencia. (Lo que no se ve tiene una funcin similar en el cine.Los Montes de
la Locura (1939) de Lovecraft, por ejemplo, ronda en crculos por esta zona
oscura en un intento de llegar a otra cosa ms all del lenguaje, aunque el
empeo por visualizar y verbalizar lo que no se ve y lo que no se dice fracasa
siempre, a menos que la atencin se dirija precisamente a esta dificultad de
expresin:
Las palabras que llegan al lector no podrn nunca sugerir el horror de la mirada
misma. Paraliz completamente nuestra conciencia ... Lo que vimos ... era la
mxima encarnacin objetiva de la cosa que no debera ser del novelista
fantstico ... una cosa terrible, indescriptible. [11]
La Transicin de Juan Romero, el relato fragmentado de Lovecraft,
opera en forma similar, llegando a un clmax en el que se declara a s mismo
como imposibilidad:
En ese momento pareci que todos los ocultos terrores y monstruosidades de
la tierra se hubieran articulado en un esfuerzo por aplastar la raza humana ...
Haba llegado al abismo ... atisb por el borde de esa sima que ninguna luz
hubiera podido sondear ... Al principio slo advert un borboteante vaho de
luminosidad; pero entonces comenzaron a destacarse de la confusin algunas
formas, todas infinitamente lejanas, y vi ... Dios, no me atrevo a contarles lo
que vi! ... Algn poder del cielo, que vino en mi ayuda, arras con las visiones y
los sonidos en un estrpito de tal magnitud, como el de dos universos que
chocan en el espacio. [12]
Los cuentos de horror y fantasmas de Lovecraft expresan claramente el
problema de nombrar todo lo que es otro, todo lo que se considera irreal en
trminos de lo que el llama burlonamente materialismo prosaico, y el velo
comn de un obvio empirismo. Ni siquiera estoy seguro de cmo comunico
este mensaje. Mientras me consta que estoy hablando, tengo la vaga impresin
de que va a ser necesaria alguna extraa y tal vez terrible mediacin para
llevar lo que digo al punto donde quiero que sea escuchado. [13]
Por el otro lado de la formulacin de Beckett, estn los nombres sin
cosas, tambin recurrentes en lo fantstico; son las palabras que se perciben
como signos vacos, carentes de significado. Los libros de Alicia, La caza del
snark y Silvia y Bruno de Lewis Carroll, muestran cmo el autor se apoya en
palabras-valija [14] y expresiones sin sentido, pasando a un lenguaje que nada
alegrica, como ejemplo de una posibilidad que puede ser abrazada o eludida.
La relacin bsica es conceptual, una vinculacin a travs de ideas e ideales.
Lo fantstico, por el contrario, se dirige hacia lo no-conceptual. A diferencia de
lo ferico, tiene poca fe en ideales, y a diferencia de la ciencia ficcin, tiene
poco inters en las ideas. En cambio se mueve dentro de un espacio distinto o
lo abre: un espacio sin orden cultural o fuera de l
La nocin de paraxis introdujo imgenes pticas en relacin con lo
fantstico, y al considerar la topografa es til retomarla ya que muchos de los
mundos extraos del fantasy moderno se localizan en, o a travs, o ms all
del espejo. Son espacios que estn detrs de lo visible, detrs de la imagen,
presentando reas oscuras de las que puede surgir cualquier cosa.
La topografa del fantstico moderno sugiere una preocupacin por los
problemas de visin y visibilidad, ya que se estructuran alrededor de imgenes
espectrales: es notable la cantidad de fantasy que introducen espejos, cristales,
reflejos, retratos, ojos que ven las cosas con miopa, o deformados, como
fuera de foco para transformar lo conocido en desconocido. The
sandman, [18] de E. T. A. Hoffmann, obtiene su dislocado sentido de lo real a
partir de las visiones confusas de Nathaniel, protagonista, cuyas aprensiones,
fobias y terrores estn siempre vinculadas a sus ojos: el miedo a perder la
vista, de ya no poder ver claramente (y as controlar) las cosas. Estos miedos
constituyen el centro del relato. Muchos fantasy victorianos emplean el
mecanismo de una lente o espejo para introducir un rea indeterminada donde
rigen las distorsiones y deformaciones de la percepcin normal. Alicia, de
Lewis Carroll, se mete a travs del espejo dentro de un mbito paraxial, donde
puede pasar cualquier cosa. Supongamos que el cristal se hace blando como
la gasa, de modo que lo podemos atravesar... Pero mira: se est convirtiendo
en una especie de niebla! Ahora ser bastante fcil atravesarlo. [19]
De un modo similar, los fantasy de George MacDonald se apoyan mucho
en espejos, retratos, puertas, aperturas que se abren a regiones diferentes de
las que se encuentran en los espacios de lo conocido y familiar. Vane, el hroe
narcisista de Lilith, entra a su mbito imaginario a travs del espejo de su
dormitorio: Roc el cristal; era impermeable ... mov y mov los espejos ...
hasta que por fin ... las cosas aparecieron justo entre ellos ... Di un paso
adelante y mi pie cay entre los brezos. [20] No slo los espejos sino tambin
las aberturas llevaban a Vane a otra parte. Cmo podra seguir llamando a
esto mi casa, se pregunta, si cada puerta, cada ventana, se abre hacia ...
Fuera. [21] Todas las aberturas lo transportan a un mundo muy otro que
ste. El cuento de H. G. Wells La puerta en el muro (1906) contiene una
puerta real por la que un hombre pasa a realidades inmortales, ocultas al
margen de su campo de visin. Se hace viejo codiciando, deseando
apasionadamente, la puerta verde [22] que le promete una vida
desconocida. El espejo (1918), el extrao relato de Valery Brussof, es otro
ejemplo de esta entrada al paisaje fantstico a travs de una abertura o reflejo.
Se trata aqu de una mujer que pierde su identidad cuando es literalmente
reemplazada por su imagen especular, y ella misma da unos pasos dentro de la
zona que est detrs del espejo, una zona que describe como esta actualidad
prolongada, de la que nos separa la tersa superficie del cristal, [que] me atrajo
hacia s con una especie de toque intangible, empujndome hacia adelante,
como a un abismo, a un misterio.[23]
(Me parece que cuanto ms se aleja uno hacia el este, ms impuntuales son
los trenes.) [31]
La metamorfosis de Kafka va borrando lentamente el tiempo del reloj a
medida que se expanden los intervalos entre los episodios (marcados en horas
y minutos). Con el tiempo, lo mismo que con el espacio, son los intervalos entre
las cosas los que adquieren importancia. Parte del poder transformador de lo
fantstico reside en este cambio radical de la visin, que se desliza fuera de
objetos, unidades y fijaciones, hacia los intervalos que existen entre ellos, con
el intento de ver los espacios entre las cosas como cosas en s.
Los temas de la literatura fantstica giran en torno de este problema:
hacer visible lo que no se ve, articular lo que no se dice. El fantasy establece, o
des-cubre, la ausencia de distinciones divisorias, violando la perspectiva
normal, la del sentido comn, que representa la realidad constituida por
unidades discretas pero conectadas. El fantasy se interesa en los lmites, en
las categoras limitadoras, y en el proyecto de su disolucin. Subvierte de este
modo los supuestos filosficos dominantes que entienden la realidad como
una entidad coherente y simplista, esa visin estrecha que Bakhtin denomin
monolgica. Sera imposible hacer una lista general que incluya todos los
rasgos semnticos de lo fantstico, pero s es posible considerar estos
elementos temticos como derivados de la misma fuente: la disolucin de
categoras divisorias, la importancia protagnica de esos espacios escondidos
y arrojados a la oscuridad, cuando se ubica y se nombra lo real en estructuras
temporales cronolgicas, con una organizacin tridimensional del espacio.
La vacilacin inscripta en el nivel de la estructura narrativa, que Todorov
identifica como el rasgo definitorio del fantasy, puede leerse como un
desplazamiento de la cuestin temtica principal de lo fantstico: la
incertidumbre respecto de la naturaleza de lo real, el cuestionamiento de las
categoras realismo y verdad, lo visto y lo conocido (en una cultura que
afirma ver para creer). Los efectos literarios de ambigedad propios del
fantasy, representan sus incertidumbres y vacilaciones temticas en el nivel
formal mediante un deslizamiento del equvoco temtico al equvoco
estructural.
Se puede agrupar los temas en diversas reas relacionadas: (1)
invisibilidad, (2) transformacin, (3) dualismo, (4) bien versus mal. Estas reas
generan una cantidad de motivos recurrentes: fantasmas, sombras, vampiros,
hombres-lobo, dobles, identidades divididas, reflejos (espejos), claustros,
monstruos, bestias, canbales. Los impulsos transgresivos hacia el incesto, la
necrofilia, la androginia, el canibalismo, la reincidencia, el narcisismo, y los
estados psicolgicos anormales que convencionalmente se categorizan como
alucinacin, ensueo, insania y paranoia, derivan de estos intereses temticos,
interesados todos en borrar las demarcaciones rgidas de gnero y especie.
Las diferencias genricas de macho y hembra se subvierten, y las distinciones
de especie entre animal, vegetal y mineral se desdibujan en el intento
fantstico de poner del revs las percepciones normales y socavar las
visiones realistas.
La incertidumbre y la imposibilidad se inscriben en el nivel estructural
mediante la vacilacin y el equvoco, y en el nivel temtico a travs de
imgenes de vaco, invisibilidad y falta de forma. Aquello que no se ve, aquello
que no se dice, no se conoce y permanece como una amenaza, como una
zona oscura de la que puede surgir en cualquier momento un objeto o una
figura. La relacin que el sujeto individual tiene con el mundo, con los otros,
con los objetos, deja de ser conocida y segura, y as los problemas de
aprensin (miedo) y aprehensin (percepcin) se vuelven fundamentales para
el fantstico moderno. Un texto como Memorias privadas y confesiones de un
pecador justificado, de James Hogg, muestra grficamente el surgimiento de
esta difcil relacin entre el yo y el mundo en las postrimeras del perodo
romntico. La relacin del sujeto con el mundo fenomenolgico se hace
problemtica, y el texto resalta la imposibilidad de una visin o interpretacin
definitiva: todo se vuelve equvoco, borroso, doble, fuera de foco.
En el centro de esta confusin est la relacin problemtica entre el yo y
el otro, el yo y el no-yo, el yo y el t. Todorov divide los contenidos de la
literatura fantstica en dos grupos: el primero se maneja con los temas del yo,
y el segundo con los temas del no-yo. Los fantasy del primer grupo se
construyen en torno de la relacin del individuo con el mundo, la estructuracin
de ese mundo a travs del yo, la conciencia que ve (con el ojo), percibe,
interpreta y coloca el yo en relacin con un mundo de objetos. En lo fantstico
esta relacin es difcil: nunca se puede confiar en la visin, los sentidos
resultan engaosos; se comprueba que la equiparacin entre el yo y el ojo
que ve no es confiable en absoluto, y por cierto resulta con frecuencia un
asunto fatal.
Los fantasy que tratan con trastornos subjetivos son ejemplos de esta
relacin problemtica entre el yo y el mundo (las Confesiones de Hogg, The
sandman, de Hoffman, Aurelia de Nerval, el Horla, de Maupassant). Sus
personajes son incapaces de separar las ideas de las percepciones, o detectar
diferencias entre el yo y el mundo. Las ideas se vuelven visibles, palpables, de
modo que se fusionan mente y cuerpo, espritu y materia. Como observa
Todorov, el principio generador de todos los temas reunidos en este sistema
[es que]: la transicin del espritu a la materia se ha vuelto posible. Detrs de
la metamorfosis (el yo se convierte en otro, animal o vegetal) y del
pandeterminismo (todas las cosas tienen su causa y se ajustan a un esquema
csmico, una serie en la que nada ocurre por azar y todo se corresponde),
opera el mismo principio, en el sentido de correspondencia, mismidad, colapso
de las diferencias. Este principio se manifiesta, por ejemplo, en las
personalidades dobles o mltiples: la idea de la multiplicidad ya no es una
metfora sino que se realiza literalmente, el yo se convierte en yoes. Tomada
literalmente, la multiplicacin de la personalidad es una consecuencia
inmediata de la posible transicin entre mente y materia: mentalmente somos
varias personas, y as nos volvemos fsicamente (Todorov). Las otras personas
y los otros objetos ya no son claramente otros: desaparece el lmite entre el
sujeto y objeto, las cosas se deslizan unas dentro de otras, en una accin
metonmica de reemplazo. Todorov cita a Gautier: Por un extrao prodigio, al
cabo de algunos minutos de contemplacin, me fund con el objeto fijado, y me
converta yo mismo en ese objeto.
Todos estos grupos temticos giran en torno de las dificultades en la
percepcin y el conocimiento: el tema de la visin y el control del ojo/yo del
sujeto. Las ambigedades de la visin proporcionan todos estos elementos
temticos asociados con la narrativa fantstica que se concentra en el yo y su
problemtica diferenciacin del no-yo. Para citar a Todorov: