005 SOBALVARRO Joel Cristologia Ratzinger PDF
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16 (diciembre 2014)
ISSN 1668-6233
solamente pretende hablar del llamado Mesas. Y es que ningn creyente puede
encontrar en sus resultados una base slida para su estudio acerca de Jesucristo.3
Tan frustrado se sinti von Harnack que lleg a decir Vita Iesu scribi nequit.4
Por lo anterior, cabe la penosa pregunta: se puede hablar de una cristologa
bblica? A esto, Jacques Dupuis menciona con vigor y simpleza: No ha habido
nunca, ni siquiera en el Nuevo Testamento, una nica cristologa. Nuestro tiempo ha
sido testigo de una variedad de acercamientos cristolgicos.5 Lo mismo menciona
Andrs Torres Queiruga: No existe jams una cristologa en estado puro: no
existi siquiera en el NT y menos puede existir en nuestro tiempo. 6 La frustracin
de intentar concatenar una cristologa es un absurdo. Lo ms certero es hablar de una
cristologa que est hacindose.7 No hay una cristologa ipso facto, lo seguro es que
In principio erat Verbum, despus a hacer cristologa(s).
El extremo es el de Harnack, empero el teatro no se debe apagar. De hecho, el
cristianismo solamente se mantendr vivo y ser verdadero si cada poca se
pronuncia nuevamente a favor de Jess de Nazaret partiendo de su propia relacin
con Jesucristo.8 La investigacin tiene que seguir. En eso los cristlogos ya se han
tomado la molestia de hacerlo,9 aunque a veces estos parecieran simples payasos10 a
ante los nuevos planteamientos de la cristologa, en Andrs Torres Queiruga, Repensar la cristologa
(Navarra, Espaa: Editorial Verbo Divino, 1996): 202.
3
Joseph Fitzmyer, Scripture & Christology (Nueva York: Paulist Press, 1985): 32. El opsculo
en mencin es un magnifico tratado sobre la problemtica entre texto bblico y cristologa. Fue
redactado por la Pontifica Comisin Bblica.
4
De hecho es el ttulo de la tesis de Adolph von Harnack en Berln. Tomado de Jos Ignacio
Gonzlez Faus, La humanidad nueva: Ensayo de cristologa (Bilbao, Espaa: Editorial Sal Terrae,
1984): 21.
5
Jacques Dupuis, Introduccin a la cristologa (Navarra, Espaa: Editorial Verbo Divino,
1994): 27. El belga se limita a mencionar, entre otras cosas por supuesto, la adopcin del Concilio
Vaticano II diciendo que Jesucristo es el sacramento primordial (Ursakrament) del encuentro del
hombre con Dios. La jerga teolgica catlica tiene claro esto, que ni la iglesia tiene a Cristo. Luego, el
mismsimo Ratzinger dir que la iglesia slo es ella misma por y desde Cristo, en Joseph Ratzinger,
Palabra en la iglesia (Salamanca: Ediciones Sgueme, 1976): 35.
6
Torres Queiruga, Repensar, 248.
7
Haciendo alusin al atinadsimo ttulo del libro de James D. G. Dunn, Christology in the
Making (Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans Publishing Company, 1989).
8
Edward Schillebeeckx, Jess: La historia de un viviente (Madrid: Ediciones Cristiandad,
1981): 541.
9
Por cuestin de evidente espacio aqu no se citan resmenes in extenso de estudios
cristolgicos, para ello mejor vase el vasto trabajo de Gerd Theissen y Annette Merz, El Jess
histrico, manual (Salamanca: Ediciones Sgueme, 1999). Se recomienda sobre todo las pginas 1932, donde se expone la historia de la investigacin en torno a la vida de Jess. Tambin se
recomiendan las pginas 250-257 del ya citado libro de Torres Queiruga, Repensar la cristologa. Para
un estudio ms antropolgico vase Volker Kster, The Many Faces of Jesus Christ (Maryknoll, New
York: Orbis Books, 2001). Se sugieren tambin las pginas 19-32 del ya citado libro de Jos I.
Gonzlez Faus, La humanidad nueva. Vase tambin la ponencia de cristologa La profesin de fe de
la iglesia en Jess, Seor, que Ratzinger emprendi en la Universidad Catlica de Murcia,
<http://www.ucam.edu/congresos/institucionales/cristologia/ponencia.doc>.
10
No se usa aqu el trmino payaso en un sentido peyorativo, slo se hace alusin a la singular
introduccin que hace el mismo Ratzinger en su Introduccin al cristianismo (Salamanca: Sgueme,
1987). All Ratzinger re-interpreta la historia del Harvey Cox, La ciudad secular (Barcelona:
Pennsula, 1968), en donde el director de un circo de Dinamarca, envuelto en llamas, enva a un
payaso para avisarle a la ciudad vecina que las llamas pueden alcanzarles. El payaso fue, pero los
aldeanos aplaudieron y lloraron de la creatividad del payasito no entendiendo su real y urgente
mensaje. Eso dice Ratzinger pasa con quien intente hoy hablar del problema de la fe, quiz incluida
la cristologa.
85
la hora de intentar explicar la verdad del Verbo. Ya pareciera que no hay nada nuevo
bajo el sol de la cristologa.
Ahora bien, la historia cristolgica va desde Hermann Samuel Reimarus11 y su
distincin entre la predicacin de Jess y la fe de los apstoles, hasta las modernas y
controversiales como el Jesus Seminary.12 De hecho, lo mejor que se puede hacer es
una sistematizacin de las cristologas,13 o bien, estudiarlas desde las diferentes
escuelas. Aqu cabe la Leben-Jesu-Forschung14 y la Religionsgeschichtliche
Schule.15
A parte de la frustracin que insta el hecho de pretender alcanzar un criterio
cristolgico, se puede contemplar la iluminadora tarea de, al menos, intentarlo. All
entra el objetivo del presente trabajo. Adentrarse en el pensamiento cristolgico de
uno de los ms importantes telogos del siglo XXI, que coincide con ser la suprema
figura del catolicismo, el Dr. Joseph Ratzinger.16
Para la frustrante, pero paradjicamente iluminadora labor, se iniciar dando una
pequea resea a la vida del telogo en mencin; posteriormente, se estar
dialogando sobre el mtodo que Ratzinger utiliza para acercase a su Jess de
Nazaret; luego, como parte toral del trabajo, se medirn los rasgos ms sobresalientes
de la cristologa del autor; finalmente, una serie de conclusiones.
Resea a la vida y obra de Joseph Ratzinger
Su figura es vibrante, controversial, dogmtico, eclesilogo, experto en el
Vaticano II17 y cristlogo? M. Fahey describe brevemente su obra:
Mucho antes de que Pablo VI nombrara a Joseph Ratzinger arzobispo de Munich y
Freising, ya se haba distinguido como sacerdote y telogo de la Iglesia catlica.
Experto en el Vaticano II, miembro activo de la pontificia Comisin Teolgica
Internacional bajo los auspicios de la Congregacin para la Doctrina de la fe [] Si
11
bien sus escritos no han contado con una audiencia internacional tan amplia como la
de otros telogos alemanes, algunas de sus obras han gozado de cierta popularidad
[]18
M. Fahey, Joseph Ratzinger, eclesilogo y pastor, Concilium 161 (enero 1981): 133. En
general el artculo hace un breve repaso a la vida, ms del lado teolgico, del alemn.
19
Resea biogrfica: Bautizado el mismo da de nacido, es el tercer hijo de Joseph Ratzinger
(n. marzo 6, 1877). Tiene un hermano tambin sacerdote. En sus apenas 16 aos fue llamado a formar
parte de las filas del ejrcito nazi. Desde 1946 hasta 1951 estudi teologa y filosofa en la Facultad de
teologa y filosofa de Freising. Tambin estudi en Munich y Freiburg. En la catedral de Freising el
29 de junio del 1951, y junto a su hermano, es ordenado sacerdote. Como todo inicio de carrera
teolgica, no estuvo exento de sinsabores. Su tesis sobre Buenaventura fue devuelta en 1954 por
Michael Shcmaus. Ingres como profesor titular de la Universidad de Bonn en 1959, su conferencia
inaugural fue El Dios de la fe y el Dios de la filosofa. Luego, el 24 de marzo de 1977 fue ordenado
Arzobispo de Munich y Freising. Un momento cumbre fue el 25 de noviembre de 1981, cuando el
entonces Papa Karol Wojtyla lo nombr Prefecto para la Congregacin para la Doctrina de la Fe. El
19 de abril de 2005 fue elegido Papa tomando como nombre Benedicto XVI. Todo lo anterior en
medio de una gruesa actividad acadmica y literaria. Vase para ms detalles de su vida y obra
http://es.wikipedia.org/wiki/Benedicto_XVI. Un buen resumen biogrfico es el opsculo de Michael
Collins, El Papa Benedicto XVI: Sucesor de Pedro (Bogot: San Pablo, 2006).
20
En casi todo texto suyo, sea artculo o libro, sobresale de una u otra manera el tpico sobre
Cristo. Vanse especialmente Un canto nuevo para el Seor (Salamanca: Ediciones Sgueme, 2005).
Junto a J. Galot, U. Betti y Ch. Boyer, El misterio del hijo de Dios (Madrid: Libros palabra, 1992).
Junto a Wolfgang Beinert, Transustanciacin y eucarista (Madrid: Ediciones paulinas, 1969).
Introduccin al cristianismo (Salamanca: Sgueme, 1987). El Dios de los cristianos (Salamanca:
Sgueme, 2005). El Dios de Jesucristo (Salamanca: Sgueme, 1980), entre otros.
21
O. Gonzlez de Cardedal, Jess de Nazaret de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI: Gnesis,
estructura y sentido de un libro y testamento, Salmanticensis 55/1 (enero-abril 2008): 83. En el
artculo G. de Cardedal seala una carta de conversacin con el telogo alemn en donde ste le
cuenta sobre su deseo de redactar acerca del Mesas.
87
22
Ratzinger explicar con simpleza que este mtodo es una repaso al pasado pero
con perspectiva existencial en presente, es decir, indagar en el pasado histrico de los
correspondientes textos, en un primer paso; en uno segundo, la pregunta del
autntico exegeta debe ser sta: Es cierto lo que se ha dicho? Tiene que ver
conmigo? Y, en este caso, de qu manera?.33 En otras palabras, Ratzinger tambin
26
Y es que el slo hecho metodolgico del texto da qu pensar: No me cabe duda de que el
libro traer cola, por algunas posturas poco frecuentes en la mirada cientfica a Jesucristo, en G.
Uribarri, Mirar a Jess real, Razn y fe (septiembre-octubre 2007). Citado en M. Junkal Guevara
Llaguno, Mtodo histrico-critico vs. Acercamiento cannico? Los mtodos y acercamientos en J.
Ratzinger, Proyeccin 229 (abril-junio 2008): 151.
27
Renn, La vida de Jess: 11. Renn afirma la historicidad de Jess pero no cree en su
identidad ni en sus milagros. Sobre estos, dice: Los milagros referidos por los Evangelios no han
ocurrido, y que los Evangelios no son libros escritos con la participacin de la Divinidad. Estas dos
negaciones no son en nosotros el resultado de la exgesis; son anteriores a la exgesis (p. 11).
28
Joseph Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin, tomo 1 de Jess de Nazaret (Mxico:
Editorial Planeta, 2007): 7.
29
La iglesia de Cristo toma en serio el realismo de la Encarnacin, y por eso atribuye gran
importancia al estudio histrico-crtico de la Biblia [] La Divino Afflante Spiritu, como es sabido,
recomend especialmente a los exgetas el estudio de los gneros literarios utilizados en los libros
sagrados, en La interpretacin de la Biblia en la Iglesia (Madrid: PPC Editorial, 1994): 11. Vanse
en dicho texto las pginas 33ss sobre la historia del mtodo.
30
Ramn Rodrguez, Hermenutica y subjetividad (Madrid: Editorial Trotta, 1993): 12.
31
Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin: 11.
32
Jos Mara Caballero Cuesta, Hermenutica y Biblia (Navarra, Espaa: Editorial Verbo
Divino, 1994): 65.
33
Joseph Ratzinger, La infancia de Jess (Espaa: Editorial Planeta, 2012): 7.
89
comentar que le exgesis est configurada por una hermenutica histrica y una
hermenutica de la fe.34
Renn critica esto, diciendo que el telogo no puede pretender ser
historiador.35Algo consiente est Ratzinger de las limitantes del mtodo, l dice que
todo intento de conocer el pasado debe ser consciente de que no puede superar el
nivel de hiptesis, ya que no podemos recuperar el pasado en el presente. 36 Adems,
naturalmente creer que precisamente como hombre l era Dios, y que dio a conocer
esto veladamente en las parbolas [por ejemplo], es algo que supera las posibilidades
del mtodo histrico.37
El mtodo pretende cavar en la llamada intencin del autor, empero lo hace?
Hans de Wit se pronuncia:
Lo que puede parecer una gran desventaja en el proceso de comprensin, es decir ya
que no es posible pedir explicacin a la persona que habla, es en realidad una gran
ganancia [] Aunque los textos no deben considerarse nunca como entidades sin
autor, puede considerarse una liberacin cuando el autor ya no est presente para
decir lo que tena en mente cuando escribi su texto.38
Otra falencia es el factor dilogo entre hagigrafo bblico y lector. Ya que toda
interpretacin implica un intercambio entre lector y texto; el sentido slo existe en la
circulacin del mensaje entre el documento y la hermenutica.39
34
2) Exgesis cannica
La exgesis cannica la lectura de los diversos textos de la Biblia en el marco
de su totalidad es una dimensin esencial de la interpretacin que no se opone al
mtodo histrico-crtico, sino que lo desarrolla de un modo orgnico y lo convierte
en verdadera teologa.40 Ratzinger entiende la importancia de ver una teologa
amparada bajo el paraguas de los textos cannicos. Ya que el cristianismo es una
religin de libro, as ha de basar su fe no en algo abstracto. Serafn Bjar Bacas
explaya sobre ello:
En efecto, la utilidad de la investigacin crtica sobre el Jess histrico tiene un
inters dialogal en el actual contexto postilustrado. De esta manera, la teologa trata
de mostrar con credibilidad, ante los interrogantes del hombre contemporneo, que
el fundamento del cristianismo no se cifra en un mito o un arquetipo ideal de
humanidad.41
40
91
ideolgica entre dogmticos y exgetas. A pesar de que haya relacin entre ambos
grupos la nica dificultad que siempre ofrecer el dilogo es que, en general, los
dogmticos conocen menos de Biblia que los exgetas, de igual manera que stos
conocen menos que aqullos la dogmtica.52
As, la dogmtica es una treta que equipa y complementa la funcin del telogo.
Empero este camino no est lejos de las crticas. Ya el mismo Ratzinger presupone
esto: Dentro del nuevo buscar de libertad del pensamiento en el cual la ilustracin
ha ido muy lejos, el dogma o la doctrina de la iglesia es uno de los reales
impedimentos para una correcta comprensin de la Biblia misma.53 Eduard
Schweizer va ms all, y habla de la tirana del dogma: Schweizer ensea que la
investigacin histrica de la vida de Jess no crecer desde un puro inters histrico
en l, sino desde la lucha contra la tirana del dogma.54 Lo hace en el sentido de
que ste (el dogma) puede provocar presupuestos que, a la hora de redactar una
cristologa, ms pueden daar que contribuir a ello.
Ratzinger es un dogmtico por excelencia. Empero, como ya se dijo, en su
triloga cristolgica cumbre no deja ver precisamente este elemento metodolgico.
Malo o bueno? Desde un punto de vista eclctico, esto es mejor. Ya que permite un
dilogo teolgico ms ecumnico y bblico.55 Al final de cuentas, dir Romano
Guardini, telogo muy seguido por Ratzinger, el mejor mtodo es y siempre ser la
fe.56
Rasgos de la cristologa de Ratzinger
Hay elementos notables en el discurso teolgico de Ratzinger que sirven para
forjar ciertos aspectos caractersticos de su cristologa. A continuacin, los ms
trascendentales:
52
Lon-Dufour, Exgesis y hermenutica: 213. Las palabras aqu citadas son de Henri
Bouillard en la conferencia (artculo): Exgesis, hermenutica y teologa. Problemas de mtodo.
53
Richard John Neuhaus, ed. Biblical Interpretation in Crisis: The Ratzinger Conference on
Bible and Church (Grand Rapids, Michigan: William B. Eerdmans Publishing Company, 1989): 1.
54
Fitzmyer, Scripture: 63. Vase tambin el texto clmax del alemn Eduard Schweizer, Jesus
(Atlanta, EUA: John Knox Press, 1971).
55
Quizs a esto se refiere Jess Martnez Gordo en su artculo ya citado cuando menciona que
Ratzinger pide simpata a la hora de que se lea su trabajo cristolgico (benevolencia en su versin
castellana, p. 20). Martnez Gordo seala: Entre un extremo y otro se encuentra la actitud
metodolgica exigible en toda investigacin teolgica y a todo cristiano: la empata crtica, es decir,
el esfuerzo por leer y entender a cualquier autor desde s mismo, a partir de la perspectiva que pone en
juego, escuchando y respetando sus opiniones metodolgicas y argumentativas [] Sin la empata
propia del quehacer teolgico es muy difcil entender sin distorsionar cualquier propuesta que se
formule. Y sin la crtica se hace imposible que el saber teolgico progrese y no caiga en el discurso
meramente laudatorio o repetitivo, en Martnez Gordo, La exgesis cannica: 22-23.
56
Joseph Ratzinger, et al. Escritura e interpretacin (Madrid: Ediciones Palabra, 2003): 84ss.
El estudio es del captulo II del libro, La exgesis bblica, ciencia de la fe por Ignace de la Potterie.
ste, citando a Guardini, dir que la fe es el principio epistemolgico de todo.
93
en algunos dilogos de Jess es muy importante una comparacin entre las acciones
y dichos de Jess y las acciones y dichos de Moiss.63 A esto, Andr Neher agrega:
Si continuamos leyendo [a travs de Ex. 3], tropezamos nuevamente con otro
fenmeno paradjico similar. Comienza un dilogo. Es el gran dilogo entre el
Seor y el hombre: Moiss. Estamos ante la consagracin de un hombre como
profeta. Tal vez sea el punto mximo en la Tor que describe la consagracin de un
hombre elegido para que sea profeta.64
<http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_benxvi_enc_20051225_deus-caritas-est_sp.html>.
63
Raymond E. Brown, Introduccin a la cristologa del Nuevo Testamento (Salamanca:
Sgueme, 2001): 238. El autor cita Jn 1,17; 5,45-47; 6,31-32. 49-50; 7,19. 22-23; 9,28-29; 13,14 como
ejemplo de esos dilogos.
64
Andr Neher, Moiss y la zarza, Decir 1/3 (1980): 103. Cp. Joseph Ratzinger, Iglesia,
ecumenismo y poltica (Madrid: BAC, 1987): 294-297. Aqu Ratzinger llega a decir que desde el Sina
(a travs de Moiss, por supuesto) se intenta cincelar una especie de nuevo orden, aunque al fin y al
cabo, ste es establecido por Cristo.
65
La Santa Biblia, versin del Evaristo Martin Nieto (Espaa: San Pablo, 1988). Si no se
indica lo contrario, todas las citas usadas en este trabajo pertenecen a dicha versin bblica.
66
Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin: 25.
67
Ibd., 25.
68
Brown, Introduccin a la cristologa: 238. Cp. Carl Armerding, Moses, the Man of God,
Bibliotheca Sacra 464 (octubre 1959): 350-356. Aqu el autor habla de Moiss como anunciante o
mensajero (Spokesman) de Dios para liberar a su pueblo de Egipto. Hecho, llegado a su clmax, en
Jesucristo, visto como el ms representativo mensajero.
69
Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin: 23. Cursivas aadidas. Ratzinger tambin va a
ver a Jess como un nuevo Adn, cp. Ratzinger, La infancia de Jess: 17.
95
70
Pareciera porque, al fin y al cabo, lo que hace Ratzinger, es simplemente una conjetura
teolgica desde el NT para comprender los espejismos del Antiguo. Cp. Edesio Snchez,
Deuteronomio (Buenos Aires: Editorial Kairs, 2002): 307ss. Joseph Ratzinger, Dios y el mundo
(Madrid: Crculo de lectores, 2002): 264-265. Joseph Ratzinger, El Dios de los cristianos: 19-20.
71
Carlos Osvaldo Cardoso Pinto, Foco e Desenvolvimento no Antigo Testamento (San Pablo,
Brasil: Editora Hagnos, 2006): 175.
72
Gerald OCollins, Christology: A Biblical, Historical, and Systematic Study of Jesus
(Inglaterra: University Press, 1995): 26.
73
Cp. Su homila en la noche de pascua el 23 de marzo de 2008. All se hace notar que Moiss
fue pastor de su pueblo (Is 63,11), pero Jess mejor pastor (Jn 10,1ss) en Joseph Ratzinger, Homila
de Benedicto XVI en la vigilia de la noche de pascua, Zenit.org, 23 de marzo de 2008,
<http://zenit.org/article-26755?l=spanish>. Adems, los cuarenta das de ayuno de Jess en el
desierto recuerdan, ante todo, los cuarenta das que Moiss pas ayunando en el monte Sina, antes de
recibir la Palabra de Dios, las tablas sagradas de la alianza, en Joseph Ratzinger, Contemplar a
Cristo: El significado del jubileo del ao 2000, multimedios.org, 12 de septiembre de 2008,
<http://www.multimedios.org/docs/d000105/>.
74
Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin: 10.
75
Ratzinger, Desde la entrada: 112.
76
Ratzinger, La infancia de Jess: 15.
96
Pensemos que el ttulo teolgico central de Jess es el Hijo. Como quiera que se
resuelva la cuestin de en qu medida esta designacin estaba ya verbalmente
preformada en el autorretrato de Jess, constituye indudablemente el intento de
resumir en una palabra la impresin conjunta de su vida. La orientacin de su vida,
el arraigo y la meta que le marcaron tienen un nombre: Abba, Padre amado.77
Ahora bien, Ratzinger destaca el hecho de las mltiples oraciones de Jess (sobre
todo el Padrenuestro) como elemento clave para acuar esa dependencia.78 La vida
de oracin de Jess es la fuente segura de donde fluye la palabra; corresponde
ntimamente a la nueva invocacin de Dios Abba.79 Defacto, es en el encuentro cara
a cara con el Padre que Jess es, que produce su mensaje, desde la relacin con l es
que ensea su doctrina. La montaa es el lugar de oracin de Jess, donde se
encuentra cara a cara con el Padre; por eso es precisamente tambin el lugar en el
que ensea su doctrina, que procede de su ntima relacin con el Padre.80
Gnther Bornkamm explica la osada del estilo oracional en general de Jess:
Jess habla, pues, de la oracin de una manera profana barriendo las brumas de los
pensamientos pos que la han envuelto siempre: la mstica la entiende como un
ejercicio de purificacin y de absorcin; la piedad estoica le atribuye como nica
funcin el alabar la providencia de Dios y el pensamiento judo ve en ella un
ejercicio de piedad. Ahora bien, la paternidad de Dios ha de ser tomada al pie de la
letra. Por eso no se hablar nunca de Dios demasiado humanamente, si se quiere
evitar el alejarle en una santidad brumosa y hacer de l un fantasma. Tambin las
palabras de Jess sobre la oracin son un anuncio de que Dios est cerca.81
Joseph Ratzinger, El Dios de los cristianos: 72. El autor aqu agrega: Jams se sinti solo:
hasta el ltimo grito en la cruz, estuvo todo l tendido hacia aquel otro al que llamaba Padre (pp. 7273). Agrega que el concepto nio forma parte fundamental del kerigma jesunico. De aqu el texto en
mencin infiere lacnicamente sobre el hecho de la infancia de Jess. Cp. Ren Laurentin, Les
Evangiles de lEnfance du Christ (Paris: Descle de Brouwer, 1982). El prefacio del texto sealado lo
hace Ratzinger. Aqu l dice: Los evangelios de la infancia fueron considerados como los
teologomena, como fallos en el carcter de la realidad histrica, mas suelen verse tambin como
imgenes experimentales, como ideas forzadas, dentro de la cronologa de los evangelios (p. 3).
78
As, acontecimientos esenciales de su vida, en los que se va desvelando poco a poco su
misterio, aparecen como acontecimientos de oracin. La confesin en la que Pedro reconoce a Jess
como el Mesas est relacionada con el encuentro con Jess en oracin (Lc 9,19ss); la transfiguracin
de Jess es un acontecimiento de oracin (Lc 9,28ss), en Ratzinger, Del bautismo a la
transfiguracin: 166. Agrega que el Padrenuestro comienza con un gran consuelo; podemos decir
Padre. En una sola palabra como sta se contiene toda la historia de la redencin. Podemos decir
Padre porque el Hijo es nuestro hermano y nos ha revelado al Padre; porque gracias a Cristo hemos
vuelto a ser hijos de Dios (Ibd., 169-170). Cp. A. von Harnack, Das Wesen des Christentums
(Munich: Siebenstern, 1967). Para ste, la verdad del evangelio, tomando a Jess como una especie
de maestro moralista neokantiano que se habra adelantado a su tiempo. A su juicio, la fe en Dios
como Padre se expresa en el descubrimiento del valor de la existencia (alma) del hombre. Reconocer y
respetar al prjimo: esto era creer en la verdad del evangelio, en Xabier Pikaza, La figura de Jess
(Navarra, Espaa: Editorial Verbo Divino, 1996): 59. Sobre la importancia de Jess y la oracin en la
transfiguracin, cp. Brendan Byrne, Jesus as Messiah in the Gospel of Luke: Discerning a Pattern of
Correction, The Catholic Biblical Quarternaly 65/1 (enero 2003): 80-95. Sobre la relacin filial de
Padre-Hijo en la ascensin cp. La homila Benedicto XVI: La esperanza en Cristo: Ancla para la
vida, Zenit.org, 4 de mayo de 2008, 29 de marzo de 2009, <http://zenit.org/article-27177?l=spanish>.
79
Ratzinger, Introduccin al cristianismo: 190.
80
Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin: 93.
81
Gnther Bornkamm, Jess de Nazaret (Salamanca: Sgueme, 1977): 141.
97
Xabier Pikaza, La figura de Jess: 61. Dios es Padre como gracia, gratuidad fundante
donde todo tiene su principio y todo alcanza su verdad y meta. En el principio no encontramos ya la
fuerza sangrienta de la vida, ni la lucha por la supervivencia; en la base del hombre no se encuentran
los hermanos que combaten, ni el destino que atenaza a todos desde arriba. En el principio est la
gracia: el amor que se expande y da la vida, el amor que se vuelve cercano, que perdona sin juzgar,
que da lugar sin exigir, que ama sin pedir nada a cambio [] Dios es fuente de servicio, es amor
liberador dirigido hacia los pobres. La misma gratitud se convierte de esa forma en principio de
exigencia. La gracia no es quietud ni conformismo; no es dejar ya que las cosas sigan como estaban.
No es cruzarse de brazos, en perdn indiferenciado, permitiendo que avance la injusticia y triunfe
sobre el mundo. Es todo lo contrario. La misma gracia del Padre se vuelve exigencia de liberacin
dirigida hacia los pobres; el don se convierte de esa forma en compromiso (Ibd., 61-62). Ntese con
el segundo punto el apoyo filosfico de Pikaza a la teologa de la liberacin.
83
Esto es la base de la triada Padre, Abba y reino de Dios.
84
Joachim Jeremias, Abba, el mensaje central del Nuevo Testamento (Salamanca: Sgueme,
1981): 89. Entre las pginas 76-89 de este magno volumen, el alemn explica, desde el Sitz Im Leben,
la trascendencia y la forma de las oraciones de la poca. El Shem de Dt 6,4, por ejemplo, se rezaba
por la maana y por la noche; adems, se hacan tres oraciones diarias (como Daniel), stas
conteniendo la Trephillah que era la gran bendicin, plegaria hmnica formada por 18 bendiciones
(p. 79). Sobre el problema sinptico del trmino Padre en las oraciones de Jess, cp. Oscar
Cullmann, La oracin en el Nuevo Testamento (Salamanca: Sgueme, 1999): 49ss. Otro estudio
amplio del trmino se puede ver en el extenssimo trabajo de Santos Sabugal, Abba, la oracin de
Jess (Madrid: BAC, 1985).
85
En Juan el proceso llega a su trmino lgico: El Padre es el trmino que el cuarto
evangelio pone preferiblemente en labios de Jess para referirse a Dios (100 referencias, ms de 9
invocaciones), en Jeremias, Abba: 40.
86
Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin: 184.
87
Rudolf Bultmann, The Gospel of John: A Commentary (Inglaterra: Basil Blackwell, 1971):
194. De una relacin filial Padre-Hijo basada en servicio, habla tambin Pikaza. Sobre Jn 4,34, C. H.
Dodd explaya: Jess, el dador de agua viva, no necesita que nadie le d alimento. No obstante, l
mismo est en situacin de dependencia: respecto al Padre que le envi, en C. H. Dodd,
98
Karl Barth, Esbozo de dogmtica (Bilbao, Espaa: Editorial Sal Terrae, 2000): 136. Para ver
el significado de la teologa de la cruz, vase Jos M. Castillo y Juan A. Estrada, El proyecto de Jess
(Salamanca: Sgueme, 1998). Dicen los autores: La cruz es la fuerza de Dios que denuncia el
esfuerzo humano por autojustificarse, y el narcisismo voluntarista del que quiere alcanzar al
99
Una cristologa como hecho desde la cruz, o, ms bien, la cruz como hecho
expiatorio, siguiendo lo anteriormente visto. Esto, en Benedicto XVI no conlleva
necesariamente nociones ontolgicas. Aunque segn Manuel M. Gonzlez Gil, la
perspectiva ontolgica de Cristo va desde la kenosis: El hecho histrico de la muerte
de Cristo pone ante nuestros ojos en toda su desnudez incomprensible el misterio de
la knosis llevado a su extremo. La sabidura y la omnipotencia de Dios se esconden
en la locura y debilidad de la cruz.100
De hecho, segn Gonzlez Gil, la ley de la cruz infiere el hecho del
seguimiento: En efecto, la cruz de Cristo pregona una ley universal: la ley de la
cruz. Cristo muri por nosotros para salvarnos de la muerte, pero no para eximirnos
de la cruz. Todo lo contrario, nos invita a que la carguemos sobre nuestros
hombros,101 el que no carga con su cruz y me sigue no es digno de m (Mt
10,38).102
Ratzinger observa en la cruz, no un evento de crueldad, sino de ejemplo
sacrificial. El crucificado no quit del mundo el sufrimiento, pero con su cruz
cambi a los hombres, volvi su corazn hacia los hermanos y hermanas que sufran,
y de esa manera fortaleci y purific a unos y a otros.103 Y es que la cruz sigue
siendo escndalo e irracionalidad, engendra mala conciencia ante las posturas
triunfalistas y los espiritualismos interioristas en los que caemos con frecuencia los
cristianos, tanto a nivel personal como en cuanto comunidad eclesial.104 Y
recordemos que, segn Juan, el lugar de la elevacin de Cristo es su cruz, y que
nuestra ascensin que siempre es necesaria a la vez nuestro subir para tocarlo, ha
de ser un caminar junto al Crucificado.105
As, Ratzinger ve ciertos eventos del hijo como anticipos de la cruz, un Jess
desde la cruz no asesinado, sino puesto en lugar de los pecadores como hecho
expiatorio y amor sacrificial que apela al seguimiento certero. En la cruz, no hay
derrota, hay glorificacin, Jesucristo en toda su vida haba glorificado al Padre con
sus obras (Jn 17,4), pero la suprema de ellas y la que particularmente glorificar al
Padre es su muerte.106 La paradoja de la victoria perdiendo en la cruz, la cruz,
99
101
107
Ratzinger, Dios y el mundo: 317-318. Ratzinger agregar que los padres de la iglesia ven
ante el costado abierto del Seor exnime en la cruz, en el sueo de la muerte, se han referido
tambin a la creacin de Eva del costado de Adn dormido, en Ratzinger, Desde la entrada: 263.
108
Juan Calvino, Institucin de la religin cristiana, vol II (Pases Bajos: Fundacin Editorial
de Literatura Reformada, s. f.): 1008. Tambin se puede decir ms brevemente que es un testimonio
de la gracia de Dios para con nosotros, confirmando con una seal externa y con el testimonio por
nuestra parte de la reverencia que le profesamos (p. 1007). Sobre la controversia calvinista y la
sacramentologa catlica, vase el volumen citado en pp. 1139ss.
109
Antonio Lpez Villalta, Introduccin al pensamiento de Ratzinger, corazones.org,
<http://www.corazones.org/santos/benedicto16/sobre_ben16/pensamiento_ratzinger_intro_villalta.ht
m>.
110
Ibd.
111
Para analizar el factor sacramento y naturaleza vase Wolfhart Pannenberg, Teologa
sistemtica, vol. II (Madrid: Universidad Pontifica Comillas, 1996): 149-150.
112
Ratzinger,
Encclica
Deus
caritas
est,
<http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/encyclicals/documents/hf_benxvi_enc_20051225_deus-caritas-est_sp.html>. Cp. Ratzinger, La infancia de Jess: 71.
102
113
103
Con su obra no slo se limita a sus 3 volmenes de Jess de Nazaret, sino a su obra sobre
Cristo en general.
119
Descendi del cielo. Haciendo alusin al captulo II de la obra ya citada de Ratzinger El
Dios de los cristianos.
120
Ratzinger, El Dios de los cristianos: 61. Esto va en la lnea de la teologa de Mt 20,27, y el
que de vosotros quiera ser el primero, que sea el servidor de todos.
121
Ratzinger, Del bautismo a la transfiguracin: 393.
122
El hombre (es) capaz de acoger a Dios y Dios (es) capaz de entregarse al hombre.
123
Ratzinger, El rostro de Dios: 117.
124
Ratzinger, La infancia de Jess: 72.
125
Ibd., 13.
126
Ratzinger, Desde la entrada: 164.
127
Documento de Aparecida (Tegucigalpa, Honduras: Conferencia Episcopal de Honduras,
2007): 324-325. Cursivas aadidas. Benedicto XVI pareciera a veces dar la impresin de ver a Cristo
104
El autor es licenciado en estudios bblicos por la Universidad FLET. Con una maestra en teologa (M.
Th.) en el Seminario Teolgico Centroamericano de Guatemala, institucin en la que se desempe
como profesor adjunto. Fue tambin profesor de hebreo bblico y Antiguo Testamento en el Seminario
Bblico Guatemalteco (SBG). Ha sido coordinador del Centro de Investigacin de la Sociedad Bblica
de Honduras.
Fecha de recepcin: 02/06/2009
Fecha de aprobacin: 09/09/2009
E-mail: jjsnbarsa@yahoo.com
exclusivamente crucificado, pero no es as. En esta nota se da un hlito de esto. Adems, ntese su
ahnco misionero. De hecho, el ttulo de esta V conferencia del CELAM (mayo 13-31 2007) es
Discpulos y misioneros de Jesucristocomo testigos de su resurreccin.
105