Anuario ININCO VOL24 N°1 2012 Texto Completo Version Digital TEMA CENTRAL RECEPCIÓN, AUDIENCIAS Y PERCEPCIÓN
Anuario ININCO VOL24 N°1 2012 Texto Completo Version Digital TEMA CENTRAL RECEPCIÓN, AUDIENCIAS Y PERCEPCIÓN
Anuario ININCO VOL24 N°1 2012 Texto Completo Version Digital TEMA CENTRAL RECEPCIÓN, AUDIENCIAS Y PERCEPCIÓN
Investigaciones de la Comunicacin
ISSN: 0798-2992
Depsito legal: pp 198908df26
Publicacin semestral
1988-2012
Veinticuatro aos por el fomento de la investigacin
y diversidad comunicacional
Twenty four years for the promotion of research
communication and diversity
UNIVERSIDAD CENTRAL
DE VENEZUELA
FACULTAD DE HUMANIDADES
Y EDUCACIN
Rectora
CECILIA GARCA-AROCHA
Decano
VINCENZO PIERO LO MONACO
Coordinadora Acadmica
MARINGELES PYER
Coordinador Administrativo
EDUARDO SANTORO
Coordinador de Postgrado
VIDAL SEZ SEZ
Coordinadora de Investigacin
ROSA LACASELLA
Coordinador de Extensin
HUGO QUINTANA
Vicerrector Acadmico
NICOLS BIANCO
Vicerrector Administrativo
BERNARDO MNDEZ
Secretario
AMALIO BELMONTE
ANUARIO ININCO
Investigaciones
de la
Comunicacin
Integrante de la Red Iberoamericana
de Revistas de Comunicacin y Cultura
1
Vol. 24 2012
JOS JOAQUIN BRUNNER REID. Director Centro de Polticas Comparadas de Educacin, Universidad Diego Portales
UDP. Chile.
VALERIO FUENZALIDA FERNNDEZ. Pontificia Universidad Catlica de Chile (PUC). Facultad de Comunicaciones.
Chile.
GUILLERMO SUNKEL. Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Chile. Chile.
ANDRS DARO CALLE NOREA. Director Revista Escribana. Universidad de Manizales. Colombia.
LUIS CSAR HERRERO PRIETO. Departamento de Economa Aplicada. E.U. Estudios Empresariales. Universidad
de Valladolid UVA. Espaa.
ANA SEGOVIA. Facultad de Ciencias de la Informacin. Departamento de Periodismo III. Universidad Complutense de
Madrid UCM. Espaa.
FRANCISCO SIERRA CABALLERO. Director del Grupo Interdisciplinario de Estudios en Comunicacin, Poltica y Cam bio Social (COMPOLITICAS). Universidad de Sevilla. Espaa.
CESAR RICARDO SIQUEIRO BOLAO. Universidad Federal de Sergipe UFS. Presidente de ALAIC. Director de la Re vista Eptic On Line. Brasil.
JUSTO VILLAFAE GALLEGO. Departamento de Comu nicacin Audiovisual y Publicidad I (CAVP1) Universidad
Complutense de Madrid UCM. Espaa.
JESS MARA AGUIRRE. Facultad de Humanidades. Escuela de Comunicacin Social. Universidad Catlica Andrs
Bello UCAB. Venezuela.
BERNARD MIGE. Institut de la Communication et des Mdias. GRESEC. Universidad Stendhal Grenoble 3. Francia.
MARCELINO BISBAL. Facultad de Humanidades y Educacin. Escuela de Comunicacin Social. Universidad Central
de Venezuela UCV. Venezuela.
MORAIMA GUANIPA. Facultad de Humanidades y Educacin. Escuela de Comunicacin Social. Universidad Central
de Venezuela UCV. Venezuela.
ERNESTO PIEDRAS FERIA. Director General The Competitive Intelligence Unit. Mxico.
ROSANNA REGUILLO CRUZ. Instituto Tecnolgico de Es tudios Superiores de Occidente ITESO. Mxico.
ENRIQUE E. SNCHEZ RUIZ. Departamento de Estudios
de la Comunicacin Social. Universidad de Guadalajara
UDG. Mxico.
RAL TREJO DELARBRE. Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM. Mxico.
HELENA SOUSA. Centro de Estudios de Comunicacin y
Sociedad. Universidad de Minho UMINHO. Asociacin Internacional de Estudios de Comunicacin Social (AIECSIAMCR). Portugal.
BEATRIZ GARCA GARCA. School of Sociology and Social
Policy. University of Liverpool. Reino Unido.
WILLIAM GLADE. Departamento de Economa. Universi dad de Texas en Austin. USA.
TOBY MILLER. Universidad de California, Riverside UCR.
USA.
JANET WASKO. Escuela de Periodismo y Comunicacin.
Universidad de Oregon UO. Presidenta Asociacin Internacional de Estudios de Comunicacin Social (AIECS-IAMCR).
USA.
MIGDALIA PINEDA DE ALCZAR. Facultad de Humanidades. Universidad del Zulia LUZ. Venezuela.
Contenido / Content
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21
37
65
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Epistemologa de la comunicacin
Epistemology of communication
Racionalidad cnica y medios de comunicacin: los efectos de la postmodernidad
Rationality and cynical media: the effects of postmodernity
BLANCA MUOZ LPEZ .................................................................................................................... 279
Radiodifusin Sonora
Audio broadcasting
La funcin esttica de la radio
The esthetic function of the radio
FIDEL PERZ VARELA ......................................................................................................................... 299
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 11-17
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Sin embargo, es oportuno sealar, para abarcar el tema central as como la exposicin de las otras lneas de investigacin que nos emplaza esta edicin del Anuario ININCO, algunos aspectos diferenciadores para realizar una lectura ms acorde
con respecto a la recepcin, audiencia y percepcin de los medios. En primer lugar,
an cuando en la mayora de los artculos publicados en este nmero hacen referencia que parten de los procesos de recepcin y percepcin, donde las audiencias
producen y se apropian del significado y sentido; no obstante, los trminos estudios de recepcin meditica y estudios de audiencia, tienen distintas lecturas.
Al respecto, Gustavo Hernndez Daz (2010), nos indicar:
() recepcin implica preguntarse cules son los factores de influenciabilidad de los
medios en el sujeto, susceptible de ser persuadido. Mientras que audiencia supera el
efectologismo y se pregunta sobre las mediaciones que intervienen en el sujeto para interpretar su entorno social. () el sujeto perceptor es aquel que manipula, modifica e
interpreta los significados segn acuerdos y disensos. El concepto de perceptor se basa
en el interaccionismo simblico, el significado se construye en sociedad, entre individuos que comparten el consaber. [negrillas del autor]
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de enorme alcance humanstico, que apuestan firmemente en el valor de la economa creativa y en la experiencia multicultural de la innovacin.
Dos noticias, enlutese el acontecer nacional e internacional de la Comunicacin y la Cultura. La primera, la muerte a la edad de 103 aos, de la promotora
cultural, activista poltica, periodista y diputada Mara Teresa Castillo (Ca, Venezuela, 15 de octubre
de 1908 - Caracas, Venezuela, 22 de junio de 2012).
Desde su fundacin en 1941 trabaj en el peridico
ltimas Noticias, junto a la primera reportera venezolana Ana Luisa Llovera. Junto a Llovera, al crearse el
24 de octubre de 1946 la Escuela de Periodismo por la Junta Revolucionaria de
Gobierno presidida por Rmulo Betancourt, Mara Teresa Castillo se inscribi gradundose dos aos despus. En 1946 contrajo matrimonio con el escritor y periodista Miguel Otero Silva. En la gestin y promocin cultural hall su vocacin
ms profunda. Desde 1958 presidi el Ateneo de Caracas y de igual modo, impuls la Federacin de Ateneos de Venezuela (FEDEATENEOS), que agrupa a
ms de 140 Ateneos, con el fin de apoyar la cultura a cada rincn del pas. En 1989
fue electa diputada del Congreso de la Repblica por el partido URD en el segundo perodo de Gobierno de Carlos Andrs Prez y se convirti en la primera Pre sidenta de la Comisin Permanente de Cultura de la Cmara de Diputados
hasta 1992. Creada en mayo de 1989 fue el ente que ejerciera funciones legislativas
en el mbito nacional con el firme propsito de ordenar todo un cuerpo jurdico
moderno en lo relativo al desarrollo cultural del pas; quien escribe esta editorial,
tuvo el honor de trabajar junto a ella durante su perodo en calidad de analista cultural de dicha Comisin.
La segunda, el fallecimiento el da viernes 27 ju lio, a la edad temprana de 48 aos, de Valerio Brittos
Cruz, Profesor Titular de Comunicacin de la Universidade do Vale do Rio dos Sinos (UNISINOS), quin
fuera un inagotable colaborador con nuestra experiencia editorial. Nacido en Pelotas, se licenci en Derecho
por la Universidade Federal de Pelotas, en 1986, y un
ao ms tarde, en periodismo por la Universidade Catlica de Pelotas. Realiz un Mster en Comunicacin
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a celebrase en abril de 2014. En consecuencia, se han iniciado un conjunto de actividades para el perodo 2012-2014 conversatorios, charlas, seminarios, etc.
dirigidas a reconocer y recordar en un pas donde no abunda el inters por conocer
el pasado la accin comunicolgica del Instituto de Investigaciones de la Comunicacin (ININCO) de la Universidad Central de Venezuela (UCV), creado 1 de
Abril de 1974, sobre las bases del antiguo Instituto de Investigaciones de Prensa
fundado el 30 de Octubre del 1958. La confluencia de pensadores como Antonio
Pasquali 1 (filsofo), Alfredo Chac 2 (antroplogo), Oswaldo Capriles 3 (abogado) y
otros, favorecer un movimiento de perspectiva cultural sobre los medios de comunicacin, basado en las Ciencias Sociales. El ININCO, adscrito a la Facultad de
Humanidades y Educacin de la UCV, es y sigue siendo, el gran motor de las investigaciones venezolanas, proyectando adems su quehacer en el espacio latinoamericano y del Caribe.
En tal sentido, en julio de 2012, la comunidad de investigadores activos que
congrega los espacios acadmicos del ININCO, iniciamos una programacin conmemorativa de tales fechas, homenajeando a todos los ex directores del mismo: Antonio Pasquali (1974-1978), Luis Anibal Gmez (1978-1980), Oswaldo Capriles
(1980-1981; 1982-1986), Alfredo Chacn (1981-1982), Federico lvarez (19861992), Elizabeth Safar (1992-2000), Oscar Lucien (2000-2005) y Gustavo Hernndez Daz (2005-2012). Destacamos tambin la realizacin de una serie conferencias
y conversatorios, como el Seminario TV Digital y Polticas Pblicas lnea de Comunicacin Poltica y Polticas de Comunicacin, dirigidos a los programas acadmicos de postgrado del ININCO con la intencin de explorar las tendencias en el
campo de la comunicacin y la cultura. Hemos contado con la participacin de
Aleksandra Uzelak (Jefe del Departamento de Cultura y Comunicacin en la IMO,
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Zagreb, Croacia) y Mara del Mar Ramrez Alvarado (Universidad de Sevilla, Espaa), entre otros.
Nuestro agradecimiento hacia las
autoridades acadmicos del Consejo de
Desarrollo Cientfico y Humanstico
(CDCH) de la Universidad Central
de Venezuela, por su permanente patrocinio financiero, en medio de la invariable
crisis presupuestaria de la UCV, para con este esfuerzo acadmico editorial del Instituto de Investigaciones de la Comunicacin de la Universidad Central de Venezuela La Casa que Vence la Sombra, que alcanza veinticuatro aos de existencia
editorial. Hacemos una invitacin a la comunidad acadmica, nacional e internacional, para seguir construyendo las respuestas democrticas y abiertas, humanas y libres, de aprendizaje, en torno a los temas complejos y no de pensamiento
nico de la comunicacin y la cultura.
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ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 21-35
GUSTAVO
HERNNDEZ DAZ
(Venezuela)
Audiencias y mtodo
cualitativo
Audiences and qualitative method
RESUMEN
Gustavo Hernndez Daz
Audiencias y mtodo cualitativo
Analizamos La investigacin en comunicacin desde la perspectiva cualitativa de Guillermo Orozco
Gmez; considerando los siguientes aspectos: 1) paradigmas de las ciencias sociales; 2) teoras de
los efectos y de las mediaciones sociales; y 3) mtodos y tcnicas cualitativas en el campo de la
comunicacin.
Descriptores: Comunicacin / Educacin / Metodologa / Efectos y mediaciones sociales.
ABSTRACT
Gustavo Hernndez Daz
Audiences and qualitative method
We analyze the communication research from the qualitative perspective of Guillermo Orozco Gmez,
considering the following aspects: 1) social science paradigms, 2) theories of the effects and social
mediations and 3) qualitative methods and techniques in the field of communication.
Keys Words: Communication / Education / Methodology / Effects and social mediations.
RSUM
Gustavo Hernndez Daz
Audiences et mthode qualitative
Nous analysons la recherche sur la communication du point de vue qualitatif de Guillermo Orozco
Gmez, considrant les aspects suivants: 1) les paradigmes des sciences sociales, 2) les thories
sur les effets et les mdiations sociales et 3) les mthodes qualitatives et techniques dans le
domaine de la communication.
Mots cls: Communication / ducation / Mthodologie / Effets et mdiations sociales.
RESUMO
Gustavo Hernndez Daz
Audincias e mtodo qualitativo
Analisamos a pesquisa em comunicao a partir da perspectiva qualitativa de Guillermo Orozco
Gomez, considerando os seguintes aspectos: 1) os paradigmas das cincias sociais, 2) teorias dos
efeitos e das mediaes sociais e 3) qualitativos mtodos e tcnicas no campo da comunicao.
Palavras-chave: Comunicao / Educao / Metodologia / Efeitos e mediaes sociais.
INTRODUCCIN
Tema escasamente estudiado en el
sector acadmico venezolano ha sido
Metodologa de investigacin en comunicacin. La Revista Comunicacin de la
Fundacin Centro Gumilla y el Anuario ININCO/ Investigaciones de la Comunicacin han divulgado aspectos
puntuales atinentes a la metodologa, desde diversas vertientes del conocimiento: epistemologa, paradigmas, mtodos y tcnicas de investigacin
social. Desconocemos iniciativas que aborden el proceso de investigacin
en comunicacin de manera integral; en el que se articulen: protocolo de
investigacin y campo de la comunicacin (lneas de investigacin, paradigmas y metodologas).
La comunicologa internacional s ha producido estudios al respecto.
Citemos algunos ttulos en castellano: 1) Mtodos cuantitativos de investigacin en comunicacin (2006) de Juan Jos Igartua; 2) Investigar en comunicacin
(2005) de Berganza, Ruz San Romn, et al.; 3) La investigacin en comunicacin: cuestiones epistemolgicas, tericas y metodolgicas (1999) de Maria Immacolata Vasallo de Lopes; 4) La investigacin en comunicacin desde la
perspectiva cualitativa (1997) de Guillermo Orozco; y 5) Metodologas cualitativas de investigacin (1993) de Jensen y Jankowski, et al.
En esta primera entrega sobre el estado del arte de la metodologa en
comunicacin, estudiaremos La investigacin en comunicacin desde la perspectiva cualitativa1 de Guillermo Orozco Gmez, en el marco de la lnea de
investigacin Educacin, Comunicacin y Medios del ININCO-UCV.
Este libro es producto del seminario de postgrado: Metodologa cualitativas de investigacin, aplicadas a la recepcin de medios audiovisuales, a cargo del Dr. Guillermo
Orozco Gmez; seminario que se realiz en la Facultad de Periodismo y Comunicacin
Social, de la Universidad Nacional de la Plata, Argentina, del 27 de Noviembre al 1 de
diciembre de 1995.
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PARADIGMAS
Segn Orozco (1997), existen cuatro paradigmas de produccin de conocimientos: positivista (predictivo), realista (explicativo), interaccionista
(asociativo) y hermenutico (interpretativo). Los dos
primeros requieren de verificacin cuantitativa, los
restantes ameritan comprensin cualitativa.
Rasgos esenciales del paradigma positivista:
plantea hiptesis, predice y cuantifica eventos,
contrasta teora y realidad, elabora razonamientos
generalizables y leyes universales, sistematiza hiptesis, datos, premisas de estudio, genera conocimientos
que enriquecen o corroboran teoras cientficas, la nocin de verdad proviene de lo emprico, esto es, de la experiencia como nica mediacin posible
en la produccin de conocimientos.
El paradigma realista es una variante del positivismo, pero se distingue de aqul porque no pone el acento en la prediccin, en la cuantificacin, sino en la explicacin o en causas ltimas de fenmenos sociales. En
este sistema de pensamiento: () es muy difcil encontrar las causas ltimas
(a determinados efectos o manifestaciones de fenmenos) y que a todo lo que se puede aspirar, en todo caso, sera sustanciar por qu algo sucedi. Sustanciar quiere
decir: atribuir una serie de elementos por los cuales algo sucedi (Ibd:32). El realismo considera la multicausalidad de los fenmenos: pondera causas de un
suceso y decide cules de stas son las que contienen mayores atributos
de explicacin.
El paradigma interaccionista interconecta una serie de factores que
posiblemente influyan en una situacin. El trabajo del investigador () es
asociar ciertos elementos para producir un conocimiento de ellos que antes estaba o
se presentaba como disociado: se les conecta de alguna manera y se produce un conocimiento distinto (Ibd: 35). Por ejemplo, se puede asociar dos variables: educacin infantil y horas en que los nios se exponen ante el televisor, desde
esta relacin emergen matrices explicativas.
El paradigma hermenutico interpreta la realidad desde la perspectiva
multidisciplinaria y desde doctrinas filosficas, No se descartan datos que
derivan, por ejemplo, de encuestas de opinin. Se basa en una filosofa refle24
ISSN: 0798-2992
RECEPCIN
Seis enfoques destacan en los estudios sobre recepcin meditica:
1) efectologa, 2) usos y gratificaciones, 3) criticismo literario, 4) estudios
culturales, 5) anlisis de las audiencias y 6) mediaciones sociales.
Efectologa
Estos son los supuestos centrales de las influencias de los medios:
a) cul es el efecto de los medios de comunicacin en las audiencias?; b) el
receptor es un individuo pasivo y atomizado; y c) los medios masivos y
el mensaje son causantes del efecto. La teora de los efectos abreva del modelo informacional de Harold Lasswell (1902-1978), pionero de la comunicacin poltica y de la teora funcionalista norteamericana, a partir de la
dcada de los veinte del siglo pasado.
Orozco sintetiza conjeturas sobre efectos de los medios: a) las influencias de los mensajes masivos no son directos ni constantes sino que varan
con el tiempo; b) no todos los efectos son homogneos; c) la cantidad de horas de exposicin ante el medio puede influir en el sujeto, sin embargo,
dicha influencia se atribuye a mltiples causas; d) a mayor exposicin ante
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Usos y gratificaciones
Pregunta central que gua a esta teora: qu hace la audiencia con el medio,
muy distinto al enfoque efectolgico que propone qu hace el medio con el
receptor. Las audiencias usan los medios para gratificarse de muchas maneras. Por ejemplo, en el caso de la televisin, los mensajes refuerzan valores
personales, satisfacen expectativas individuales y culturales, estimulan las
emociones y permiten evadir los problemas cotidianos.
Orozco define dos vertientes en torno a esta teora: Una, () fundamentalmente marcada por Estado Unidos, Gran Bretaa y Alemania, donde se ha puesto nfasis en las gratificaciones y se han dejado de lado los usos; y por otro lado, la
vertiente latinoamericana que, a partir de Jess Martn Barbero, ha cobrado mayor
fuerza, donde se profundiza en los usos, y menos en las gratificaciones (Ibd: 55).
La gratificacionista considera a la audiencia aislada, individualizada, como si
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ISSN: 0798-2992
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dimensiones estrechamente intervenidas por la ideologa de las clases dominantes. Se insiste en democratizar la cultura y, por lo tanto, los medios
masivos para que estn al servicio de los ciudadanos. La culturalista relativiza el determinismo econmico marxista y considera que las audiencias
producen significados socioculturales que no tienen que coincidir necesariamente con la ideologa de sectores dominantes. Ellas complementan, cuestionan e incluso rechazan mensajes que contravengan valores humanos.
Los Estudios Culturales nos presentan dos tendencias que, a nuestro
modo de ver, no son excluyentes. Uno, que la cultura y los medios de comunicacin no se abstraen del sistema poltico-econmico globalizado. Dos,
que pese a que lo econmico media la cultura y en particular las Industrias
Culturales, las audiencias no son irracionales, sus mentes no son recipientes
vacos esperando dictmenes del mensaje, a la manera de los modelos informativo-persuasivos del funcionalismo norteamericano. La audiencia se integra, se comunica y establece rituales al margen del consumo cultural
dominante. Garca Canclini (1993) seala que el consumo no siempre opera
como diferenciador entre grupos y clases sociales; y por otra parte, la sociedad no siempre convalida los contenidos simblicos de los medios.
Anlisis de Audiencias
La audiencia forma parte de un sistema social, no es una entidad abstracta, sin vinculacin alguna con el devenir histrico. Ella descodifica,
interpreta y recodifica discursos. Los individuos, afiliados a sus grupos primarios o de referencia, intercambian mediaciones sociales, normas institucionales y valores sociales. Estos son otros de los rasgos de la audiencia
activa, segn Wilbur Schramm (en Saperas: 1985):
A. Comparte campos de experiencia con el emisor o fuente del mensaje.
Estos campos de interaccin social ponen de manifiesto los conocimientos
culturales de cada individuo y el uso que hace de stos cuando interpreta
mensajes.
B. Ejerce feedback sobre los medios de comunicacin de masas. Los medios analizan preferencias de la audiencia. Por ejemplo, los canales de tele-
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visin utilizan grupos focales para explorar la opinin de los adultos masculinos sobre algn gnero televisivo en particular. El conocimiento que se
extrae de este estudio puede repercutir en la optimizacin del contenido
con fines comerciales y culturales.
MEDIACIONES
Orozco (1997) se basa en la teora de las
mediaciones sociales de Jess Martn-Barbero para comprender a las audiencias de los
medios. La mediacin: es el lugar donde se otorga sentido al proceso de la comunicacin (Ibd: 114).
La cultura es la fuente mediadora por antonomasia
del proceso comunicacional. Se estudia a las audiencias desde mtodos
cualitativos, distancindose de la tradicin positivista dominante de la
investigacin en comunicacin, la cual ha otorgado especial inters en la
psicologa funcionalista y en la semitica estructuralista.
La mediacin social objeta el enfoque mediocentrista, concepcin omnipresente y omnipotente del poder de los medios, que condujo a la creencia
de que el anlisis ideolgico y econmico era suficiente para conocer cmo
se provocan nuevas necesidades. El enfoque centrado en los medios no explica complejidades y ambigedades. No aborda: contradicciones, expectativas y sentido comn as como mediaciones sociales y contextos culturales,
donde se configuran polilecturas e imaginarios simblicos. Segn Orozco,
Jess Martn-Barbero propone tres tipos de mediaciones o prcticas sociales: sociabilidad, ritualidad y tecnicidad.
La socialidad: () tiene que ver con las prcticas cotidianas de todos los sujetos para negociar el poder de cualquier autoridad, negociacin del espacio de unos
con los otros (Ibd: 115). Los sujetos sociales comparten impresiones sobre
la realidad sin que ello implique necesariamente homogeneidad de opiniones: supone un punto de partida a la hora de otorgar otro alcance significativo a los mensajes. Entender as, como media esta relacin, hace importante ver
los contextos en los que se estn dando esas relaciones y no slo las relaciones mismas (Ibd: 114). El intercambio de sentidos entre las personas no est exclusivamente determinado por el pensamiento racional, debido a que este
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MTODO CUALITATIVO
Para Orozco el mtodo cualitativo: () es un proceso de indagacin de un
objeto al cual el investigador accede a travs de interpretaciones sucesivas con la
ayuda instrumentos y tcnicas () Es un proceso de indagacin y exploracin de
un objeto, que es un objeto siempre construido (Ibd: 83-84).
De acuerdo con esta aseveracin: a) la realidad es el resultado de la
construccin humana; b) el dilogo es fundamental para comprender
la situacin social de las personas; c) la comunicacin permite la construccin intersubjetiva de los fenmenos sociales; d) la observacin del objeto
de estudio es de carcter etnogrfico ya que de lo que se trata es de comprender e interpretar la conducta humana desde su propio contexto social;
e) el proceso de construccin del objeto abreva del devenir histrico, de la
cotidianidad de las personas involucradas en el estudio; el objeto (o sujeto
de estudio) siempre se encuentra en situacin de exploracin; y f) la experiencia le indicar al investigador cundo debe cesar su trabajo.
Se suele hablar en este caso de punto saturacin informativa debido a
que los sujetos desde su propio marco de referencia han reportado su ficientes datos. El investigador sabe en qu momento tiene que dar por
culminado su estudio. No obstante, el objeto, el problema o el tema de
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investigacin, siempre estar en permanente indagacin (Obra Abierta, di ra Umberto Eco), porque la cotidianidad obviamente no se detiene y porque adems est enriquecida por mltiples mediaciones: psicolgica,
familiar, acadmica, religiosa, grupal, videotecnolgica (radio, televisin,
Internet, cine, videojuegos, celulares), slo por citar algunas. Los objetos por
definicin en la perspectiva cualitativa, se entienden como construidos: no existen
por s mismos, no lo vamos a encontrar en ningn libro, no lo vamos a encontrar
con presencia material fsica, sino que el investigador construye (Ibd: 73, subrayado nuestro).
Uno de los principios esenciales del paradigma interaccionista (asociativo) y hermenutico (interpretativo) radica en que el sujeto interacta
con el objeto del conocimiento. Desde esa situacin de contacto es cuando
se configura el protocolo de investigacin. No se descarta aprioris tericos; el investigador no va con la mente vaca al campo de la experiencia,
pero la realidad ofrecer informaciones que, en muchas ocasiones, complementan o ponen en cuestionamiento, por su nivel de complejidad,
nociones tradicionales de las disciplinas cientficas. Mientras que el mtodo cuantitativo verifica hiptesis, controla variables, establece predicciones
y patrones de conducta, el mtodo cualitativo incentiva el descubrimiento,
la exploracin, la descripcin y la intersubjetividad. El conocimiento cualitativo estudia hechos particulares que se desprenden del mundo de vida
de las personas.
TCNICAS CUALITATIVAS
Orozco define, brevemente, tcnicas cualitativas que aplican en el
campo de la comunicacin. Sealemos algunas de ellas: observacin etnogrfica, entrevista, historia de vida y grupo de discusin.
La Observacin Etnogrfica analiza sujetos en su ambiente cotidiano
(natural); sta puede ser participante y no participante. La participante es
cuando el estudioso se involucra personalmente con el contexto, obtiene
datos desde el evento observado, indaga la informacin desde adentro; y
la no participante acopia y procesa datos sin comprometerse o relacionarse
con la situacin.
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Enfoques
Mtodo Cualitativo
Tcnicas
Positivista
(predictivo)
Efectolologa
Interpretacin
constante
Observacin
Etnogrfica
Realista
(explicativo)
Usos
y gratificaciones
Realidad construida
por el investigador
Entrevista
Interaccionista
(asociativo)
Estudios
Culturales
Estudio
de la intersubjetividad
Historia de Vida
Hermenutico
(interpretativo)
Anlisis de Audiencia
No se generaliza
resultados obtenidos
Grupos
de discusin
Mediaciones sociales
Se comparan teoras
con informaciones
provenientes
de la realidad
Grupos
de discusin,
entrevistas
profundas, etc.
Fuente: Cuadro elaborado por Gustavo Hernndez Daz. Lnea de investigacin Educacin, Comunicacin y Medios (ININCO-UCV, 2008).
Finalmente, presentamos citas textuales de Orozco (1997), con el propsito de motivar la reflexin metodolgica en comunicacin:
Sobre el involucramiento del investigador en los estudios
cualitativos en comunicacin:
Una de las premisas elementales en la investigacin cuantitativa es que el proceso de
investigacin no se contamine con la posicin del investigador () En la perspectiva
cualitativa esto no se busca: se busca que el investigador se involucre () se requiere
que el investigador se vaya adentrando al objeto de estudio () Proceder de esta manera no es nada sencillo: hay una serie de precauciones que se toman para que el involucramiento del investigador est en nivel tolerable () el trabajo actual ha sido ()
proponer tcnicas para que este involucramiento no sea negativo para la investigacin
(Ibd: 74-75).
33
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Metodologas en el campo de la comunicacin
BERGANZA y SAN ROMN (Coordinadores)
2005
34
ISSN: 0798-2992
MONTERO, Maritza
1994
SAPERAS, Enric
1985
35
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 37-64
MORELLA ALVARADO
MIQUILENA (Venezuela)
LILIAN PAOLA OVALLE
MARROQUN (MXICO)
MORELLA ALVARADO MIQUILENA (Venezuela)
Magster en Estudios Socioculturales en el Instituto
de Investigaciones Culturales (IIC) de la Benemrita
Universidad Autnoma de Baja California (UABC),
Mexicali, Mxico. Magister en Multimedia Educativo
por la Universidad de Barcelona (UAB, 2005), Espaa. Licenciada en Artes, mencin Promocin Cultural (1995), con Estudios en Teatro Latinoamericano
por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Investigadora Asistente adscrita al Instituto de Investigaciones de la Comunicacin (ININCO), Lnea de
Investigacin Educacin, Comunicacin y Medios,
en la UCV. Coordinadora General de la Especializacin en Educacin para el uso creativo de la Televisin, desde 2005. Coordinadora e investigadora en
el Captulo Venezuela del Observatorio Iberoamericano de la Ficcin Televisiva (OBITEL, aos 20092011). Investigadora (PPI) aos 2007-2010 en el Nivel
I. Colaboradora en diversos diarios y revistas nacionales e internacionales. Miembro del Consejo Editorial del Anuario ININCO / Investigaciones de la
Comunicacin.
Correo electrnico: profesora.morella@gmail.com
Telfono ININCO-UCV: + 58 212 6050444
MORELLA ALVARADO M.
RESUMEN
MORELLA ALVARADO MIQUILENA Y LILIAN PAOLA OVALLE MARROQUN
De los medios a las hipermediaciones: la mujer perfecta
El punto de partida de este artculo, es la investigacin en curso titulada Hbeas Corpus: Prcticas corporales y
geografa de la belleza en Mexicali. El propsito del mismo es explorar en uno de los aspectos ms discutidos
en el mbito de las investigaciones sobre comunicacin, a saber, el rol de las audiencias. Se indaga en el proceso
de recepcin expuesto de travs de la redes sociales y otros espacios virtuales, a propsito de la telenovela venezolana La Mujer Perfecta (Venevisin, 2010). La trama de sta se centr el cuerpo femenino, en particular: violencia intrafamiliar, trastornos de alimentacin, belleza, trastorno de asperger, cncer de mama, entre otros.
Descriptores: Audiencias / Comunicacin / Cuerpo femenino / Estudios Culturales / Ficcin televisiva /
Recepcin/ Telenovela / Venezuela.
ABSTRACT
MORELLA ALVARADO MIQUILENA Y LILIAN PAOLA OVALLE MARROQUN
From media to hipermediaciones: the perfect woman
The starting point of this article, current research is entitled Habeas Corpus: body practices and geography of
beauty in Mexicali. The purpose is to explore one of the most debated issues in the field of communication research, namely, the role of the audience. We investigate the process of receiving exposed through social networks
and other virtual spaces about Venezuelan soap opera The Perfect Woman (Venevision, 2010). The plot of this
focused on the female body, including: domestic violence, eating disorders, beauty, asperger disorder, breast
cancer, among others.
Keys Words: Hearings / Communication / Body female / Cultural Studies / Fiction TV / Home / Soap Opera /
Venezuela.
RSUM
MORELLA ALVARADO MIQUILENA Y LILIAN PAOLA OVALLE MARROQUN
Des mdias hipermediaciones: la femme parfaite
Le point de dpart de cet article, la recherche actuelle est intitule Habeas Corpus: Pratiques corporelles et de la
gographie de la beaut Mexicali. Le but est dexplorer lune des questions les plus dbattues dans le domaine de la recherche en communication, savoir, le rle de lauditoire. Nous tudions le processus de rception
exposs par le biais des rseaux sociaux et autres espaces virtuels sur telenovela vnzulienne La Femme
Parfaite (Venevision, 2010). Lintrigue de ce concentr sur le corps de la femme, y compris: la violence domestique, troubles de lalimentation, beaut, asperger le dsordre, le cancer du sein, entre autres.
Mots cls: Audiences / Communication / Corps de la femme / Etudes Culturels / fiction TV / Accueil /
Telenovela / Venezuela.
RESUMO
MORELLA ALVARADO MIQUILENA Y LILIAN PAOLA OVALLE MARROQUN
De mdia para hipermediaciones: a mulher perfeita
O ponto de partida deste artigo, a pesquisa atual intitula-se Habeas Corpus:. Prticas corporais e geografia de
beleza em Mexicali O objectivo o de explorar um dos problemas mais debatidos no campo da pesquisa de
comunicao, isto , o papel da audincia. Ns investigamos o processo de recebimento exposta atravs de redes
sociais e outros espaos virtuais sobre telenovela venezuelana A mulher perfeita (Venevision, 2010). O enredo
deste focado no corpo feminino, incluindo: a violncia domstica, distrbios alimentares, beleza, Transtorno de
Asperger, o cncer de mama, entre outros.
Palavras-chave: Audincias / Comunicao / Corpo feminino / Culturais Estudos / Fico TV / Home /
Novela / Venezuela.
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1994). Posee cuatro tipos de personajes base (hroe, herona, villano y cmico)3 y se apoya en las siguientes situaciones que le dan forma a la estructura
narrativa: amor (entre vctima y hroe), desgracia (causada a la vctima por
el villano), triunfo de la virtud (gracias al hroe), castigo (al villano) y recompensa (el bien, que siempre triunfa sobre el mal). Para ir desde el amor a
la recompensa, es preciso resolver un conflicto que en la mayora de los
casos, est mediado por situaciones drsticas. Y es all donde las lgrimas
las de los personajes y las de las audiencias juegan un rol fundamental.
La telenovela en Latinoamrica tiene su partida de nacimiento en la
Cuba de los aos cincuenta4. Hoy, Mxico, Brasil y Colombia, se cuentan
entre los principales productores del continente. El caso venezolano, va de
una poca de esplendor e innovacin a otra caracterizada por las limitaciones y restricciones que llev a disminuir su produccin5. La poca de mayor auge de la produccin de telenovelas en Venezuela, estuvo marcada
por la denominada telenovela cultural o modelo socio-existencial, que se muestra en el ao 1973:
Signada por la incorporacin de narradores y dramaturgos nacionales, en ella
se elabora un discurso amoroso donde una protagonista o pareja protagnica
son entes sociales que construyen su propio destino e interactan en un complejo contexto sociocultural, sin el preconcebido e innecesario final feliz
(Aguilera en Rondn, 2005:194).
Esta vertiente de la telenovela venezolana, tuvo en el escritor Jos Ignacio Cabrujas (1937-1995), a su principal impulsor. Destacan: Boves, el Uro gallo (1973), Doa Brbara (1975) junto a Salvador Garmendia; La Seora de
Crdenas (1977), Silvia Rivas, Divorciada (1977), La Fiera (1978), Estefana
(1979) junto a Julio Csar Mrmol, y La Duea (1984), original de Jos Igna 3
En el caso del teatro, vemos que los personajes se tipifican en: hroe, traidor, el padre a
quien se perjudic, la joven vctima que se casara al final con el enamorado, el bobo, que
es el habla del pueblo (Ubersfeld, 2002:71).
Desde el punto de vista cronolgico, los primeros seriales de ficcin producidos y transmitidos en el continente fueron: 1951 El humo del recuerdo (Cuba); 1951: Sua vida me pertence (Brasil); 1956: Teleteatro a la hora del T (Argentina) y 1958: Senda prohibida (Mxico).
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La trama de La Mujer Per fecta, gira en torno al centro es ttico infinito y una academia
de modelaje, para contar la
historia de seis mujeres, que
intentan convertirse en La Mujer Perfecta. Ello, a travs de
diversos procedimientos que
van desde el ejercicio y las dietas, hasta las intervenciones y transformaciones corpreas6.
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Segn la sinopsis general, presentada por la pgina del canal: Esta es la historia de seis
mujeres que viven en un pas donde muchas luchan por convertirse en lo que todo hombre suea: la mujer perfecta. Algunas de ellas, para lograrlo, lo intentarn todo: cirugas,
ejercicios, dietas, botox. Otras, en cambio, ni siquiera desearn lograrlo. Pero es, sobre
todo, una historia sobre las distintas formas del amor, el imperio de la vanidad, la exclusin social, la ambicin, la fama y sus delirios, el culto al ego y la familia como fortaleza.
Micaela Gmez posee el inusual record de jams haberse enamorado de nadie. Al conocer
a Santiago Revern, clebre cirujano plstico conocido como Dr. Botox, sentir por primera vez los signos del amor () Eva Gmez vivi el sueo de estar en el Miss Venezuela.
Pero luego la arrop el olvido () La popular Shirley, la tercera de las hermanas, quiere
ser venerada por las masas. Pero su precario talento la ha relegado al anonimato total.
() Luca Revern dice que quiere ser top model. Pero su verdadero objetivo nadie lo sabe
() Carolina Toro quiere ser perfecta. Prueba cuanta pastilla asitica, laxante ruso o dieta
sueca sale al mercado () Es la historia de todas ellas, pero tambin es la historia de los
hombres que conocieron a esas mujeres, amndolas o desamndolas. Y es la historia de
un pas en el cual ser la mujer perfecta se ha convertido en la mayor de las obsesiones
(Venevisin, 2010).
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identificacin con los personajes7, comunidades que se generan e interacciones que se producen a propsito de sus contenidos, entre otros aspectos.
La segunda de las razones tiene que ver con la cantidad de horas que los
seriales de ficcin en su formato telenovela ocupan en la programacin televisiva. La tercera, se vincula con la inversin que los canales realizan en
estos productos televisivos, bien sea por la va de la produccin o de la
compra. Dicha inversin se traduce en la posibilidad de incluir durante su
emisin, gran cantidad de espacios publicitarios que generan enormes
sumas de dinero.
Por otra parte, la idea de explorar en la telenovela, viene determinada
porque sta juega un importante rol como constructora de la realidad, ya que
ofrece representaciones de la vida cotidiana que sirven como formas de evidencia en torno a lo que acontece, lo que podra acontecer o bien, lo que no
podra acontecer nunca. A su vez, stas son 1.- detonantes racionales para
comprender la forma como se construye e interpreta la realidad a travs de
la ficcin popular; 2.- Pretexto para pensar en la crisis de las ciencias sociales
contemporneas (Uribe, 2007:136); 3.- y son, una excelente excusa para
pensar tanto al individuo como a las colectividades. A lo anterior vale aadir, la afirmacin de Thompson (1998):
La recepcin y apropiacin de los productos mediticos es un proceso social
complejo en el que los individuos interaccionando unos con otros tanto como
los personajes reflejados en los programas que recibe dan sentido activo a los
mensajes, adoptando varias actitudes hacia ellos y utilizndolos de manera
distinta en el transcurso de sus vidas cotidianas (p. 228).
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La idea de identificacin que manejamos tiene que ver bien con situaciones vividas por
los personajes, utilizacin de frases o modismos que el personaje utiliza, vestimenta o
comportamiento, entre otros aspectos.
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Bajo la denominacin de Industria Creativa, John Howkins (2007) agrupa a los 15 siguientes sectores productivos: I+D, Edicin, Sofware, TV y Radio, Diseo (grfico, industrial,
moda, textil, interface, etc.,), Msica, Cine, Juegos, Publicidad, Arquitectura, Artes escnicas, Artesana, Videojuegos, Moda, Arte. (En: The creative economy, 2012).
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era la produccin meditica correspondiente al momento en que Horkheimer y Adorno (1998), escribieron su texto. Para ellos, los films, la radio y la
prensa, constituyen un sistema que busca a toda costa, el adoctrinamiento
ideolgico, la simplificacin, la repeticin de contenidos, la estandari zacin del gusto y por ende, de las necesidades, lo cual atenta contra la posibilidad de generar un sentido analtico y reflexivo, en las audiencias. Para
los autores, este tipo de productos hechos para ser consumidos con rapidez
y de forma distrada, reducen la posibilidad de generar actividad mental y
de all, que reproduzcan los modelos de dominacin.
El espectador no debe necesitar de ningn pensamiento propio: el producto
prescribe toda reaccin, no en virtud de su contexto objetivo (que se desmorona en cuanto implica al pensamiento), sino a travs de seales. Toda conexin
lgica que requiera esfuerzo intelectual es cuidadosamente evitada (Horkheimer y Adorno, 1998:181-182).
Para los frankfurtianos, resulta obvio que si bien por una parte es necesario poseer determinadas competencias para interactuar con los medios,
estos tienen el poder de colocar a las audiencias a su merced, lo cual limita/coarta la actividad cognitiva.
La atrofia de la imaginacin y de la espontaneidad del actual consumidor cultural no necesita ser reducida a mecanismos psicolgicos. Los mismos productos, comenzando por el ms caracterstico, el cine sonoro, paralizan, por su
propia constitucin objetiva, tales facultades. Ellos estn hechos de tal manera
que su percepcin adecuada exige rapidez de intuicin, capacidad de observacin y competencia especfica, pero al mismo tiempo prohben la actividad
pensante del espectador, si ste no quiere perder los hechos que pasan con
rapidez ante su mirada (Horkheimer y Adorno, 1998:171).
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Los interesados en la Industria Cultural gustan explicarla en trminos tecnolgicos. La participacin en ella de millones de personas impondra el uso de
tcnicas de reproduccin que, a su vez, haran inevitable que, en innumerables lugares, las mismas necesidades sean satisfechas con bienes estndares
(Horkheimer y Adorno, 1998:166).
Sin embargo, este elemento que los autores objetan, es el que permite a
la industria funcionar como tal. La estandarizacin de los productos para
ellos, tiende a homogeneizar el gusto y con ello, el proceso de recepcin. Esto
obviamente, desconoce lo que los procesos de recepcin, interpretacin y
apropiacin de los mensajes mediticos son mucho ms complicados
(Thompson, 1993: 227), tal como se evidencia en los ejemplos que Thompson menciona con respecto a la recepcin de Dallas, segn la investigacin
de Liebes y Katz (1993)9. Por otra parte, Maigret (2005) agrega otros elementos significativos que se oponen a la crtica de los frankfurtianos.
No se fabrica una serie de novelas de xito como se fabrican productos alimenticios en serie porque los contenidos culturales nunca se estandarizan verdaderamente. Adems, es imposible no constatar que los productores, los
autores, los anunciadores y todos los dems actores del proceso audiovisual
no tienen necesariamente los mismos intereses y las mismas historias personales (p. 115).
Liebes, Tamar y Katz, Elihu (1993), The Export of Meaning: Cross Cultural Readings of
Dallas, Polity Press, Cambridge.
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Vale destacar que aunque son diversos los aspectos que hoy en da pueden cuestionarse a la Teora Crtica como perspectiva nica de anlisis al
fenmeno comunicacional y meditico, no cabe duda de sus grandes aportes, lo cual le brindan la vigencia que hoy en da tienen sus propuestas, lo
cual es sealado por Maigret (2005):
La Teora Crtica es totalmente vigente porque ofrece el prototipo de razonamiento segn el cual cada quien el llevado a suponer que los dems se
engaan por algo que a uno mismo no lo engaa/ Su inters es el de suministrar un primer andamiaje para un mtodo de la dominacin cultural que
se expresa a travs de los medios masivos (p. 108).
Y es, juntamente la visin de este autor, la que brinda una mirada diferente en torno a los medios, al reconocer no solo su rol socializador, sino al
brindar espacio para la imaginacin y la catarsis.
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Lo cual es reafirmado por Thompson, segn se desprende de la siguiente cita La apropiacin de materiales simblicos permite a los individuos tomar cierta distancia con sus vidas cotidianas, no de forma literal,
sino simblicamente, imaginativamente (Thompson, 1998:232). Dicho
proceso contribuye a su vez, con la generacin de conocimiento. De all que
en el mbito comunicativo sea esencial el estudio de las mediaciones, entendidas como aquellos procesos de negociacin compleja a distintos niveles
que establecen las audiencias con los diversos elementos que aportan significantes a su relacin con los medios, a partir de ellos y ms all de ello.
Dichos procesos de negociacin son un camino para la generacin de conocimiento y, por ende, para la compresin. Jess Martn Barbero (2003) afirma que es Walter Benjamn, uno de los precursores en demostrar de la
importancia del proceso de mediacin, su relacin con la experiencia y la generacin de conocimiento, ya que l:
Fue el pionero en vislumbrar la mediacin fundamental que permite pensar
histricamente la relacin de la transformacin en las condiciones de produccin con los cambios en el espacio de la cultura, esto es, las transformaciones
del sensorium de los modos de percepcin, de la experiencia social () Para
Benjamn () pensar la experiencia es el modo de acceder a lo que irrumpe en
la historia con las masas y la tcnica. No se puede entender lo que pasa culturalmente en las masas sin atender a su experiencia (p. 62).
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Por otra parte, para Guillermo Orozco, la mediacin es un proceso es tructurante que configura y reconfigura tanto la interaccin de los miembros de la audiencia con la TV como la creacin por ellos del sentido de esa
interaccin (1996:84). Este autor diferencia a las mediaciones, de las fuentes de mediacin, siendo stas ltimas, el lugar que da origen a ese proceso
estructurante. Como tal seala a: la cultura, la poltica, la economa, la clase
social, el gnero, la edad, los grupos tnicos, los aspectos tcnicos, las emociones del sujeto y su experiencia, entre otras. Para el autor, estas fuentes de
mediacin tambin sirven para mediar otras fuentes. En ese sentido nombra el siguiente ejemplo las experiencias previas de los sujetos median los
procesos cognoscitivos del sujeto y su televidencia. Y, al mismo tiempo, el
entendimiento del sujeto sobre stas puede medir a su vez su televidencia
posterior (Orozco, 1996: 84). Orozco distingue los siguientes tipos de me -
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diaciones: Individuales, Situacionales, Institucionales, Tecnolgicas y Contextuales10, lo cual otorga un rol activo a las audiencias, desconocido por Horkheimer y Adorno.
Recientemente, a propsito de las relaciones
que se establecen con y a partir de los medios digitales, Carlos Scolari ha elaborado el trmino Hipermediaciones (2000; 2008; 2009). Se trata de
una teora relacionada con la comunicacin digital
interactiva y a las formas posmasivas de comunicacin.
Estas se caracterizan por inscribir procesos de comunicacin mediados por tecnologas digitales,
especficamente:
Los procesos de intercambio, produccin y consumo simblico que se desarrollan en un entorno caracterizado por una gran cantidad de sujetos, medios
y lenguajes interconectados tecno-lgicamente de manera reticular entre s
() Una teora de las hipermediaciones, debe saber moverse en un terreno
discursivamente pantanoso, consolidando una slida red de interlocutores a
partir de los cuales comenzar a construir su propio recorrido epistemolgico
(Scolari en Sierra, 2009: 392-393).
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Las mediaciones individuales aluden a las que son intermediadas por las caractersticas
propias de la persona como sujeto social. Se incluye aqu, el desarrollo cognoscitivo que
implica ser miembro de determinada cultura, la emocionalidad, la edad, filiacin poltica
y otros aspectos de carcter individual que influyen en la lectura/relaciones que se establecen con los mensajes mediticos. Las mediaciones situacionales van ms all del propio proceso de contacto con los medios y se extiende a los diversos escenarios que
influyen dicho contacto, como por ejemplo, la habitacin, el hogar, el patio de juegos,
entre otros. Las mediaciones institucionales se vinculan con las influencias que ejercen
determinadas instituciones sociales, como la escuela, la familia, la religin, las formas de
organizacin, entre otras. En estas instituciones se configuran determinados juegos de poder con reglas determinadas para su preservacin que, de modo inevitable, inciden el en
proceso de mediacin. Por otra parte, las mediaciones tecnolgicas, son aquellas que
estn determinadas por desarrollo tcnico que opera en los medios y qu condiciones el
contacto con los mismos y sobre todo, el lenguaje ya las narrativas propias de cada medio.
Cada medio ofrece mediaciones tecnolgicas distintas y, en el interior de cada medio a su
vez, el propio desarrollo tecnolgico tambin har lo propio. Y finalmente las mediaciones contextuales, en la que se incluyen las caractersticas que sirven para ubicar a alguien
en un ambiente determinado, tales como edad, gnero, etnia, etc. Un ejemplo claro lo encontramos en los Smartphones.
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Y es, justamente este nuevo rol que se adjudica a los medios, el que ha
servido para promover nuevas formas de relacin, entre las que destaca el
Eduentretenimiento (E-E). En el caso de los seriales de ficcin y en especial
de la telenovela, se han realizado estudios que buscan medir su impacto,
tomando en consideracin su funcin educativa. Esta se realiza principalmente, desde el denominado Mercadeo Social, a partir de lo cual es posible
generar polticas pblicas. Un ejemplo es lo que sucedi en Sudfrica, en
donde se decidi incluir en Soul City (2005-2006) el tema de Sida, por considerarlo una forma efectiva para promover una mirada crtica en la audien-
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cia, sobre todo, cuando en Sudfrica, para ese momento, mas de 10 millones de personas estaban contaminadas con el virus del HIV.
As, los denominados usos sociales explcitos durante el consumo de la telenovela (Co varrubias et al, 1994:199) pueden resumirse en:
funcin educativa, medio preventivo, representacin
cultural, orientacin cognoscitivo-social y uso catrtico. Esta taxonoma permite leer las telenovelas en
su papel de constructoras de la realidad social, ya
que ofrecen representaciones de la vida cotidiana, que son asumidas como formas de educacin,
de conocimiento y de legitimacin social (Gmez, 2005). El principal promotor de esta perspectiva es el socilogo dans Thomas Tufte (2007), quien
adems ve en las mediaciones el vehculo idneo para lograr los objetivos
propuestos. De esta manera, expone el autor:
La teora de la mediacin, defendida por el acadmico colombiano Jess
Martn-Barbero (1993; Martn-Barbero y Muoz, 1992), puede ser usada productivamente para incrementar el entendimiento de los procesos de construccin de sentido de las audiencias, y mejorar nuestra comprensin de la
relacin dinmica entre medios, cultura y vida cotidiana. El trabajo de MartnBarbero ayuda a entender el rol del melodrama, las soap operas y el entretenimiento general en la vida cotidiana de las personas. Define la mediacin como
las articulaciones entre prcticas comunicativas y movimientos sociales, as
como la articulacin de diferentes temporalidades de desarrollo con la pluralidad de matrices culturales (Martn-Barbero, 1993). Las mediaciones son el
conjunto de influencias que estructuran, organizan y reorganizan el entendimiento de la realidad vivida por la audiencia (p. 90).
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Ello hace referencia a la estratgica pedaggica en la que los contenidos educativos estn
al servicio del entretenimiento. Por tanto el placer y el juego, son elementos de apoyo
para el aprendizaje. El llamado Edutaiment implica, por muy diversos medios, la fusin
de educacin y diversin, que incluye un elemento de placer y disfrute ldico, incluso de
evasin, en el modo de presentar los contenidos educativos. Y el Infotaiment puede entenderse como la fusin de informacin y entretenimiento en la presentacin de informaciones periodsticas a travs de las formas discursivas propias de la ficcin audiovisual
(Asmar, 1997:79). Seala por otra parte Irene Ladrn de Guevara (2003), que tambin se
denomina eduversin y, en su afn por rastrear las diferentes acepciones del trmino,
menciona Hay definiciones amplias bastante libres de eduentretenimiento que destacan la posibilidad de contar con una situacin de aprendizaje placentero y no con un
determinado modelo de productos. La esencia est en el cmo puede accederse al conocimiento y apropiarse particularmente del mismo, y no en el tipo de conocimiento en s. El
eduentretenimiento vendra a ser una consecuencia ms o menos afortunada de la disposicin y el aprovechamiento particular de algunas herramientas, entre ellas las tecnolgicas. El eduentretenimiento, as concebido, no est ligado a un tipo de programas
determinados: ms que una categora, el eduentretenimiento podra ser un efecto
(Ladrn de Guevara, 2003:114).
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rrollo de las formas mediticas de comunicacin, surgen nuevos tipos de intimidad /ya que el desarrollo de los media dan lugar a nuevas formas
de interaccin no recproca, de ah tambin que creen nuevas y distintivas
mezclas de experiencias (Thompson, 1998:269). Ello da lugar a lo que
Thompson denomina como casi interaccin meditica lo cual no es ms
que construccin de experiencias vicarias. Las relaciones que las audiencias
establecen con los medios, sus contenidos, los cdigos, el contexto y dems
componentes del proceso de comunicacin, gracias a las mediaciones e hipermediaciones, es lo que a continuacin se resea brevemente.
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ALGUNOS RESULTADOS
Como seala Leonardo Padrn, escritor de la telenovela La Mujer Perfecta: ahora hay una interaccin brutal con el televidente. La gente chatea
y opina mientras ve la novela, por Twitter, por Facebook, por Blackberry.
Ahora somos un gran foro colectivo en el que todos comentan (El Nacional,
6 de agosto de 2010). En relacin a lo anterior es importante sealar que en
el caso de La Mujer Perfecta, la interaccin generada desde la cuenta de Facebook (http://www.facebook.com/lamujerperfecta), registra a la fecha
del 30 de Mayo de 2011, los siguientes datos, aun cuando el captulo final
fue transmitido el 14 de Marzo:
263.526 personas que Les gusta esto.
41 Temas en los foros de debate: El primero de ellos publicado el 04 de
Septiembre de 2010, a las 6:57 y el ltimo, con fecha del 26 de Mayo
de 2011, a las 16:47.
A las 9:48 pm, presenta un mensaje en el muro, escrito por alguien identificado como Antonella Villoria real que dice: extraoooo la mujer perfecta!!!!!! vuelve!!!!!!! hagan la parte 2 jajajaja!! xD.
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Esta descripcin guarda relacin con los Perfiles socio tecnogrficos de Charlene Li y
Josh Bernoff, (2007, 2010) tambin denominada Escalera de Forrester, segn el cual los
internautas se dividen en: 1.- Creadores: aportan contenidos, al escribir blogs, subir videos, fotos o presentaciones o al administrar una web; 2.- Conversadores: Los que generan
contenidos a travs de herramientas como Twitter o nanoblogging; 3.- Agregadores: Los que
comentan en blogs, hacen crticas de productos o reseas. 4.- Coleccionistas: Guardan
URLs, o servicios de almacenamiento de favoritos, siguen noticias y post que les llegan a
travs de fuentes RSS (Really Simple Syndication) o votan en las webs; 5.- Joiners: Se adscriben a redes sociales como Facebook, Badoo o Google + y suben contenidos; 6.- Espectadores:
Leen blogs, escuchan postcasts, visualizan vdeos o fotografas generadas por otros usuarios; 7.- Inactivos: los que no participan (Mind Projet, 2010).
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En el espacio denominados Notas, la ltima intervencin fue colocada el 11 de Diciembre de 2010 y se relaciona con uno de los dilogos de
la telenovela. Destacamos que dicha nota, gener 107 comentarios,
mientras que 443 personas lo sealaron como Me gusta.
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Hola. Somos seguidoras de la novela...excelente! Da gusto ver historias diferentes, fuera de lo convencional, que permiten hacer visible y ensearle a la
gente a no discriminar lo diferente, mostrando que el ser poco comn no implica anormalidad. Por eso, queramos sugerirle introducir una pareja homosexual en la historia, que no entre dentro del estereotipo que se ha repetido en
novelas anteriores, como el peluquero amanerado o la lesbiana marimacha,
sino una pareja real y verdadera. Creemos que eso ayudara a luchar contra la
homofobia, mejorando la aceptacin en la sociedad y evitando la discriminacin a las personas GLBT. Una sociedad que acepta la diversidad es una sociedad ms sana. El granito de arena que pueda ofrecer sera un gran aporte para
alcanzar eso. Adems, la poblacin GLBT le estara muy agradecida, no
podra olvidarse la primera novela venezolana que introduzca con respeto a
una pareja homosexual, tal como lo han venido haciendo otras novelas latinoamericanas. Por otro lado, en la novela se representan a distintos tipos de
mujeres bajo el ttulo de La mujer perfecta. Creemos que una mujer homosexual tambin debera estar representada o formar parte de esa categora. Sin
ms, gracias de antemano por recibir opiniones de su pblico y esperamos
que nuestra sugerencia sea tomada en cuenta
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Se trata por tanto de reconocer el rol activo de las audiencias y sus posturas crticas o no frente la produccin simblica meditica. Corroborar
que efectivamente, existen procesos de identificacin y de construccin del
yo, que se nutren gracias a la estrategia de E-E, que de manera indirecta se
aplic en esta telenovela.
Ficha Tcnica:
Ttulo: La Mujer Perfecta
Slogan: La historia de 6 mujeres, que lucharn para ser perfectas
Categora: Telenovela
Pas originario: Venezuela
Canal: Venevisin
Estreno: 1ro de Septiembre de 2010
Captulo Final: 14 de Marzo de 2011
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La construccin
de la realidad
en el cine venezolano:
el estereotipo
del joven pobre
The construction of reality
in Venezuelan cinema:
the poor youths stereotype
Recibido: 18 /04/ 2012
Aceptado: 21/05/ 2012
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intereses y derechos morales que le corresponden como autora de la obra antes sealada. Prohibida su reproduccin total o parcial sin la autorizacin de la
autora. Ley de Derecho de Autor. Gaceta oficial N
4638 Extraordinario. 1 Octubre de 1993. Las imgenes utilizadas son estrictamente para uso acadmico.
RESUMEN
OLGA TOLEDO CRUZ
La construccin de la realidad en el cine venezolano: el estereotipo del joven pobre
El anlisis del cine como construccin de la realidad ha sido abordado por estudiosos de los fenmenos comunicacionales como Watzlawick, Quin, Giroux y Adichie, entre otros, cuyos planteamientos retomaron los investigadores espaoles Roberto Aparici y ngel Barbas. Estos fundamentos sirvieron de gua a la presente
investigacin, que responde al gnero ensayo y en la que se ofrece una aproximacin al estudio de la construccin de la realidad social aplicada por los cineastas venezolanos para representar a los jvenes del pas que
viven en situacin de pobreza. Ms especficamente, el anlisis se centra en los ejemplos de los films Soy un
Delincuente, Secuestro Express y Hermano. Desde la perspectiva terica, en el trabajo se revisan conceptos claves
relacionados con la construccin de la realidad en los medios; adems de las nociones de estereotipo.
Descriptores: Audiencias / Canon representacional / Cine / Construccin de la realidad / Estereotipo /
Gnero / Venezuela.
ABSTRACT
OLGA TOLEDO CRUZ
The construction of reality in Venezuelan cinema: the poor youths stereotype
The analysis of film as reality construction has been addressed by scholars of communication phenomena as
Watzlawick, Quin, Giroux and Adichie among others, whose ideas took up Spanish researchers Roberto
Aparici and ngel Barbas. These principles have guided the present investigation, which reflects the gender
test and which provides an approach to studying the social construction of reality applied by the Venezuelan
filmmakers to represent the countrys youth living in poverty. More specifically, the analysis focuses on the
examples of the films Im Offenders, Kidnapping Express and Brother. From the theoretical perspective, the paper
reviews key concepts related to the construction of reality in the media, in addition to the notions of stereotype.
Keys Words: Audiences / Canon representational / Film / Construction of reality / Stereotype / Sex /
Venezuela.
RSUM
OLGA TOLEDO CRUZ
La construction de ralit dans cinma vnzulien: le strotype de la jeunesse pauvre
Lanalyse dun film comme construction de la ralit a t traite par des spcialistes des phnomnes de communication que Watzlawick, Quin, Giroux et Adichie, entre autres, dont les ides ont pris place des chercheurs
espagnols Roberto Aparici et ngel Barbas. Ces principes ont guid la prsente enqute, qui reflte le test entre
les sexes et qui fournit une approche ltude de la construction sociale de la ralit appliques par les cinastes vnzuliens pour reprsenter les jeunes vivant dans le pays dans la pauvret. Plus prcisment, lanalyse
se concentre sur les exemples des films que je suis contrevenants enlvement express et le Frre. Du point de
vue thorique, le document passe en revue les concepts cls lis la construction de la ralit dans les mdias,
en plus des notions de strotype.
Mots cls: Audiences / Canon de reprsentation / cinma / Construction de la ralit / Strotype / sexe /
Venezuela.
RESUMO
OLGA TOLEDO CRUZ
A construo da realidade no cinema venezuelano: o esteretipo do jovem pobre
A anlise do filme como construo da realidade foi abordada por estudiosos dos fenmenos de comunicao,
Watzlawick, Quin, Giroux e Adichie, entre outros, cujas idias pegou pesquisadores espanhis Roberto Aparici
e ngel Barbas. Esses princpios nortearam a investigao atual, que reflete o teste de gnero e que fornece uma
abordagem para estudar a construo social da realidade aplicada pelos cineastas venezuelanos para representar vida do pas de jovens em situao de pobreza . Mais especificamente, a anlise centra-se nos exemplos dos
filmes que eu Sou Delinquentes, Seqestro Express e Brother. Do ponto de vista terico, o artigo analisa os principais conceitos relacionados com a construo da realidade na mdia, alm das noes de esteretipo.
Palavras-chave: Audincias / Canon Cinema / Representao / Construo da realidade / Esteretipo / Sexo /
Venezuela.
INTRODUCCIN
Daniel y Julio son dos jvenes que se criaron juntos en un barrio pobre
en Venezuela. La presin del entorno social en el que se desenvuelven,
obliga a Julio a debatirse entre seguir el camino fcil de la delincuencia para mejorar las condiciones de su familia o ir en contra de la corriente y poner en peligro su vida (web de la pelcula Hermano).
Con palabras como estas se present en julio del ao 2010 la pelcula
venezolana Hermano, del director Marcel Rasquin. Esta realizacin cinematogrfica represent una alternativa distinta para los espectadores y crticos venezolanos acostumbrados a ver historias de un cine de denuncia
social, que sola mostrar el estereotipo del chico duro de barrio pobre, el
malandro, arrastrado por el mundo de las drogas, el sicariato y el crimen.
En esa lnea de tratamiento de la realidad se inscriben filmes producidos en
la etapa del cine nacional de los aos
70, como Soy un delincuente y re cientemente, en la dcada pasada, Se cuestro Express.
Como ocurre en muchos pases
latinoamericanos, la sociedad venezolana se caracteriza por la polarizacin
y las desproporcionadas diferencias
entre los sectores que se encuentran en
los extremos de la pirmide social: los
67
ricos en la cspide y los pobres en la base. En el caso venezolano, la clase socioeconmica alta es la de mayor poder adquisitivo y representa una minora que para el ao 2007 constitua el 14% agrupado en los estratos A y
B de la poblacin, frente al total estimado de la poblacin total, que segn
proyecciones del Instituto Nacional de Estadsticas (INE), para entonces era
de 27.483.208 de habitantes (clculo realizado con base en el censo del ao
2001). En el otro polo, est la mayora de la poblacin que vive en condiciones de pobreza; es decir, los niveles D y E, que sumaban un 60,8% de
los hogares venezolanos, de los cuales un 12% entran en la categora de pobreza crnica (INE, 2011). Una investigacin realizado por el socilogo
Luis Pedro Espaa (2009), avalada por la Asociacin Civil para la Promocin de Estudios Sociales de la Universidad Catlica Andrs Bello (UCAB),
calcula que para el ao 2007 el pas an tiene a 13,2 millones de personas
en situacin de pobreza (pp. 43). Adicionalmente, en el centro de la estructura social se encuentra el segmento C (30,57%), que en el pasado constituy una porcin importante de la sociedad venezolana, pero que en las
ltimas dcadas se ha reducido gradualmente (INE, 2011). El diccionario
digital de la Real Academia de la Lengua Espaola define pobreza como
Cualidad de pobre. Falta, escasez (www.rae.es). Por su parte, Ovejero
Bernal (2008:121) concibe a la pobreza como una condicin en la que el individuo ve insatisfechas sus necesidades bsicas.
Por otra parte, los medios de comunicacin venezolanos, especialmente la televisin y el cine, han representando la realidad de este sector
mayoritario de la sociedad del pas en las telenovelas y en las producciones
flmicas, con visiones muy subjetivas y se podra decir que estereotipadas.
Tal es el caso de la chica pobre, protagonista de telenovela, que trabaja como
servicio domstico en una casa de gente adinerada y que emerge socialmente cuando se casa con un hombre rico. Mientras que el cine nacional ha
insistido en dibujar un retrato del joven pobre asociado con la delincuencia.
Precisamente, en este trabajo se analizar la forma de construccin de
la realidad social aplicada por los cineastas venezolanos para representar a los jvenes del pas que viven en situacin de pobreza. Para ello, co mo antecedentes se presentarn algunos estudios comunicativos sobre el
consumo cultural y sobre las audiencias, con nfasis en el tratamiento de los
estereotipos en la televisin venezolana, fenmeno que siguieron los investiga68
ISSN: 0798-2992
dores entre las dcadas de los aos 60 a 80; as como algunos hallazgos
sobre el cine en tanto producto cultural. Aunque, cabe advertir que durante el
desarrollo de este anlisis se pudo constatar que este medio ha sido muy
poco explorado por los estudiosos venezolanos de la comunicacin.
Y desde la perspectiva terica, el desarrollo del trabajo revisar conceptos claves relacionados con la construccin de la realidad en los medios;
adems de las nociones de estereotipo. Igualmente, se tratar la fundamentacin terica sobre la construccin de la realidad en los medios y su aplicacin en el tratamiento dado por algunas pelculas venezolanas a la
representacin del joven de los sectores marginales. As, el contenido presentar el siguiente temario:
Una mirada al pasado: el film Rashamon.
Un relato no es necesariamente una nica historia.
El retrato estereotipado del malandro en el cine venezolano.
El pcaro venezolano versus el hroe justiciero.
Como ya se advirti, si bien sobre el tema en anlisis existen pocos antecedentes, es importante revisar los estudios venezolanos que lo preceden,
algunos de ellos sobre la lnea de investigacin de la industria cultural y del consumo cultural; y otros, sobre las audiencias y la recepcin. La mayora de los
aportes realizados en Amrica Latina a estas reas de investigacin son producto de los esfuerzos del cuerpo de investigadores de las escuelas de co municacin social de universidades, tanto pblicas como privadas y de sus
centros de investigacin. En Venezuela, tal es el caso del Instituto de Inves tigaciones de la Comunicacin (ININCO) de la Universidad Central de
Venezuela (UCV); el Centro Gumilla; el departamento de investigacin de la
comunicacin de la Escuela de Periodismo de Universidad del Zulia (LUZ),
entre otras iniciativas.
Especficamente en la lnea de investigacin de las audiencias y la recepcin se inscriben trabajos cuya protagonista es principalmente la televisin;
69
por cierto, el medio predilecto de los venezolanos segn distintas mediciones. Como lo afirma Marcelino Bisbal (2005), profesor universitario, investigador y fundador del Consejo de Redaccin de la Revista Comunicacin del
Centro Gumilla. Durante mucho tiempo el medio sedujo a la gente y la
atrap inmediatamente, pero asust al sector acadmico y principalmente al aparato escolar que vio en la pantalla, y no as en el cine, a un competidor digno de tomar en cuenta y de reducirlo` lo antes posible (p. 29). As,
los primeros estudios sobre la televisin en el pas se orientaron a la bsqueda de sus efectos perversos o del carcter alienante de este medio frente a los pblicos a travs del manejo de temas tales como la violencia, el
sexo, el racismo. Desde la dcada de los aos 60 y hasta los aos 80 se mantiene esa visin apocalptica sobre este medio.
Dos de los primeros referentes son los trabajos
del psiclogo social Eduardo Santoro, La televisin venezolana y la formacin de estereotipos en el
nio y el de la comunicadora y exdirectora del
departamento de investigacin de la comunicacin de la Universidad del Zulia, Martha
Colomina, El husped alienante. Bisbal recuerda que estas investigaciones mostraban el
nivel de influencia de la programacin de la televisin en la audiencia. Los resultados de estos dos estudios nos revelan para la poca datos
bien concretos acerca de la audiencia y los efectos del
medio sobre ella, adems de la variabilidad de ese impacto de acuerdo al
contexto de insercin del perceptor (Ibd: 32). Mientras el primero analiz
la formacin de estereotipos en los chicos dependiendo de sus clases sociales, grupos tnicos y actitudes, mezclando las lneas de investigacin de la
psicologa general y de la social; el segundo, se centr en la ciudad de Mara caibo (una de las principales capitales del pas) para determinar los grados
de preferencia hacia el melodrama o gnero de la telenovela, empleando el
mtodo de la encuesta (Ibd: 33).
Igualmente, Bisbal se refiere a la investigacin que l mismo encabez
con un grupo del Centro Gumilla, Consumo cultural del venezolano y de la
que se han realizado versiones anuales, que al igual que las anteriores se
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ISSN: 0798-2992
centra en la televisin como medio preferido por la audiencia del pas y del
que resultaron cuatro modelos de recepcin: 1) engloba a aquellas personas
que disfrutan este medio y que son fieles seguidoras de algunos programas,
al punto de apropiarse de ellos en primer lugar se encuentran las telenovelas; 2) incluye a los que consumen la televisin para llenar espacios de ocio,
pero no se involucran con los programas y hasta pueden verlos slo para
burlarse o criticar la programacin; 3) los que ven la televisin para mantenerse al da con los acontecimientos de la actualidad; y 4) los que recurren al
medio slo para ver lo que les interesa, ya sea sus deportes de preferencia,
los programas juveniles, femeninos y otros gneros particulares (2005: 35).
Una edicin ms reciente de este mismo estudio (Universidad Catlica
Andrs Bello, 2010, en red) revela que slo 11% de las personas consultadas
manifestaron ir al cine de forma habitual y son jvenes, que habitan en
Caracas, y en los estados de Miranda y Carabobo. Adems, los cinco primeros gneros de pelculas que prefieren los consumidores del cine venezolano son: accin, comedia, ciencia ficcin, terror, policiales y romnticas.
En cuanto a los lugares de exhibicin de las producciones cinematogrficas, otro estudio del socilogo Carlos Guzmn Crdenas, investigador
del ININCO, revela que existe una fuerte concentracin de este medio en
manos de pocos exhibidores. Por lo general, ofrecen mltiples salas pequeas, ubicadas en los centros comerciales o grandes superficies, ajustadas
a una amplia diversidad de la oferta, a pblicos cada vez ms segmentados
y a una demanda de calidad superior en trminos de comodidad, sonido e
imagen (2006, en red). Como se puede observar de este resumen sobre los
estudios acadmicos relacionados con las audiencias y el consumo cultural, hasta el da de hoy en Venezuela existe una produccin que gira en tor no al tema de la televisin; pero, muy pocos sobre otros medios masivos
como la radio o el cine.
71
ISSN: 0798-2992
para ello, es necesario que entre el emisor que en el caso del cine es el realizador y el receptor el pblico exista un cdigo comn. El poder
simblico se ejerce mediante aquellas estructuras narrativas, formas de representacin y estereotipos sociales que refuerzan la ideologa de un determinado medio o grupo dominante (Aparici y Barbas, 2006:53)
En Venezuela el problema de la delincuencia juvenil y de la violencia
en las calles asociado a la pobreza, que es la temtica de las pelculas en
anlisis, toca al ciudadano comn cada da ms de cerca. La incidencia de
la criminalidad en su vida cotidiana es tal, que es frecuente que en las familias al menos un miembro haya sido vctima de robo o de un secuestro por
algunas horas, del tipo denominado secuestro express o, inclusive, algunas
han sufrido la prdida de uno de sus integrantes de manera violenta, en
manos de la delincuencia. Estas experiencias seguramente se encuentran
en ese registro que se convierte en una especie de filtro de generalizaciones
a la hora de interpretar las imgenes del cine que trata esta temtica.
Resulta patticamente comn cmo las referencias a la totalidad se hacen
desde el segmento (socioeconmico) al que pertenecemos, asegura el socilogo Luis Pedro Espaa, en su estudio Detrs de la pobreza, al cuestionar que las clases sociales de la lite de Venezuela suelen vivir en una
burbuja y hablan de ese pas mayoritario que integran millones de personas pobres con el sesgo de los estratos que se encuentran en mejores condiciones de vida (2009:214). Por tanto, no es de extraar que esta visin
elitista se haya traslado al cine nacional.
Como bien lo explica Aparici, en su libro La construccin de la realidad
en los medios de comunicacin (2010:14), toda comunicacin puede dar lugar a diferentes interpretaciones, ya sea como un reflejo de la realidad, una
reproduccin de sta o bien, una construccin. Precisamente, las historias que cuentan
las pelculas seleccionadas para este trabajo se
encuentran entre las fronteras de las que intentan mostrar un espejo de la realidad venezo lana, recreado artsticamente por sus directores
y las que presentan unos mensajes que conllevan
a construir un nuevo producto que, segn Aparici
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ISSN: 0798-2992
genes de violencia, con planos que se detienen a mostrar los cuerpos de las
vctimas, evocan escenas del western americano o de ese cine mexicano del
charro. Ejemplo de ello es la escena del tiroteo casi al final de Soy un delincuente (9/9 -Parte final. Video en red), donde cae muerto el personaje de
Nelson, el pandillero amigo del protagonista. Es oportuno explicar que,
por tratarse de una pelcula de los aos 70 filmada en el formato de 35 milmetros, no se encontr una copia comercial; por lo que slo se analizarn
dos partes de la pieza halladas en youtube y que corresponden a las primera y ltimas escenas referidas en el texto del trabajo y cuyos enlaces especficos pueden ser consultados en la Bibliografa y Webgrafa.
En lo que concierne al rol de la mujer, en el cine ocurre algo similar que
con el tratamiento masculino. Y Henry Giroux (Aparici, 2010:65-66) lo
ejemplifica con los personajes femeninos de las pelculas de Disney, que
representan tanto a villanas, brujas despiadadas, como rsula y la adolescente rebelde encarnada por Ariel en La Sirenita; como a la feminista, al estilo de Bella, en La bella y la bestia, entre otros caracteres. En la contraparte
femenina del malandro de Soy un delincuente est el personaje de La Catira, que es la anttesis de la mujer maternal y protectora, y ms bien se
acerca a la villana, capaz hasta de corromper a un nio para que robe y as
obtener dinero para su beneficio.
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relatos que vuelven sobre lo mismo a travs de los diferentes medios terminan convirtindose en un canon representacional (Aparici, 2010:35-36) y
aade que los medios tienden a construir una nica manera de abordar
un tema o de explicar un conflicto (p. 36).
Estas dos pelculas venezolanos, Soy un delincuente y Secuestro Express,
muestran cmo en el cine nacional se ha tratado de forma estereotipada la
imagen de los jvenes pobres, exhibiendo una sola faceta que es la del
hombre violento, sin escrpulos, sin valores como canon representacional;
y dejando de lado a muchos otros modelos de chicos que se esfuerzan por
salir de la pobreza luchando a diario con un medio social que va en contra
de este propsito. el problema con los estereotipos no es que sean falsos, sino que son incompletos. Hacen de una sola historia una nica historia, reitera Adichie (Aparici, 2010:40).
77
pedir dinero en las calles y pronto a robar guiado por una mujer vecina del
barrio, La Catira. Las escenas de la pelcula muestran una violencia
urbana que se convertira en paradigma y referencia posterior (Coordinacin de Investigacin y Documentacin. Fundacin Cinemateca Nacional,
2007, en red). La historia transcurre lentamente y hay un cierto regodeo en
las imgenes ms dramticas y en el empleo de la jerga del barrio popular,
con un vocabulario rudo, de la calle.
Una de las secuencias en la primera parte de la pelcula narra cmo el
nio adems de ser inducido a delinquir por esa mujer es seducido (Soy
un delincuente 1/9 el comienzo Cine venezolano). Igualmente, hacia el
final, se evidencia este tratamiento de violencia en el enfrentamiento con
armas de fuego entre la polica y la banda de delincuentes a la que perteneca Ramn Antonio, donde mueren varios personajes y entre ellos el personaje Nelson, como se mencion anteriormente. En el cierre de esta
escena, el protagonista sostiene una conversacin con el cabecilla de la banda, a quien llama Viejo, en la locacin de un barrio pobre donde se puede
observar parte de los cordones de miseria que rodean a la capital de
Venezuela, Caracas, a travs de un plano general (Aparici, 2006:107-112).
Adems, De la Cerda emplea como cortina sonora el audio de un conocido
programa de noticias de la radio venezolana, en el que se reporta el suceso o
la crnica roja y seguidamente, el presentador lee una nota econmica
sobre la incidencia de los precios petroleros en el presupuesto nacional.
Puede presumirse que de esta manera, el cineasta intentaba dejar su mensaje de denuncia, al mostrar el contraste existente entre miseria y riqueza; o
bien, la incomprensible contradiccin entre la dramtica situacin de los
jvenes de sectores marginados que entran al mundo de la delincuencia y la
abundancia de recursos petroleros de los que dispone el pas donde viven.
De ah que algunos crticos de esa etapa del cine nacional la hayan etiquetado como la del Nuevo Cine Venezolano y tambin la llamaron de denuncia social. Esta pelcula tiene claras influencias del neorrealismo italiano, al
presentar elementos en comn tales como la presencia de actores no profesionales, as como la utilizacin de calles reales como escenarios para las
escenas (wikipedia.org, 2010). A lo largo de la historia slo aparecen personajes que muestran una sola cara de los jvenes de las barriadas marginales, la del malandro y una nica construccin de esa realidad, la de los
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As describi el periodista Andrs Caizlez el ambiente urbano donde se desarrolla este filme. Las secuencias nocturnas, los juegos de con traluz en el tratamiento de la iluminacin de los personajes (Aparici,
2006:73-76), el hecho de que algunas escenas se rodaran en el interior de la
cabina de un coche con los cinco protagonistas en su interior; los primeros
planos de las vctimas y de los atacantes mostrando las expresiones de
miedo en unas y de agresividad en los otros (pp. 107-112), contribuyen a
crear una atmsfera dramtica de tensin, agobio y caos, que casi evoca
a la del cine de horror. Aunque no es objetivo de este trabajo adentrarse en
un estudio, quizs de tipo semiolgico, que conlleve a realizar una lectura
ms profunda de las imgenes o del discurso audiovisual de las pelculas
79
seleccionadas, se consider que podra ser un valor agregado incluir comentarios que tocan aspectos tratados por Aparici, Garca, Fernndez y
Osuna (2006), en el libro La imagen. Anlisis y representacin de la realidad.
Recordando los aportes de todos los tericos e investigadores mencionados hasta ahora en este trabajo; es oportuno comentar que ambas historias ofrecen una visin fragmentada del joven venezolano de los barrios
marginales y posiblemente, sea la misma que comparten las otras clases sociales del pas. Aunque en el caso de la segunda, Jakubowicz comienza a
construir una faceta ms humana de este estereotipo, presentndolo como
vctima de su condicin social. Por la complejidad (como en la vida misma) de los personajes es difcil definir los roles de buenos y malos, En
realidad hay de todo en ellos, y as uno de los ms duros delincuentes podra ser al mismo tiempo modelo de padre consecuente y preocupado,
acota el periodista Caizlez al hacer su lectura particular sobre la naturaleza de los protagonistas de la pelcula (ipys.org.ve, en red).
Este replanteamiento del joven
pobre que inici Jakubowicz lo acenta Rasquin en su pelcula Herma no. Este ltimo filme presenta, al
estilo de Rashamon, dos versiones
distintas del estereotipo del joven
pobre: el del chico que lleva una vida
honesta fundamentada en los valores de superacin personal que en
este caso se asocian con seguir una carrera profesional en el ftbol y de respeto a la familia, representado por el personaje de Daniel, El Gato. Y Julio,
quine es ms susceptible de moverse al lmite de las normas establecidas y
tiene dudas a la hora de elegir entre el camino de la delincuencia o el que le
plantea su hermano de crianza, Daniel. En este filme, el rol de la madre
venezolana de condicin humilde, padre y madre a la vez, coincide con la
nocin de familia mononuclear, muy frecuente en los sectores populares del
pas, segn los estudios realizados por el doctor en Ciencias Sociales,
Alejandro Moreno Olmedo.
En el modelo popular, la pareja en ninguno de sus momentos estructura familia La
familia existe sin ella como existe sin el padre El padre podr funcionar como una
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CONCLUSIONES
En este trabajo se analiz el tema de la construccin de la realidad en
tres piezas de cine venezolano que asocian a personajes jvenes pobres con
el estereotipo del delincuente, popularmente llamado malandro en Venezuela. Sobre la base de los planteamientos de Roberto Aparici, en su libro La construccin de la realidad en los medios de comunicacin (2010:14),
puede establecerse que esta caracterizacin del delincuente entremezcla un
tratamiento de reflejo de la realidad con el de reproduccin de ella,
recreada artsticamente por los realizadores en sus producciones flmicas y
con una trama producto de los filtros personales que cada director aplica
para comprender esa realidad. Filtros que, a su vez, son generalizaciones
compartidas por las lites o sectores dominantes de la sociedad venezolana. De all resulta un producto con personajes estereotipados que se alejan
de la realidad y que dan lugar a una realidad inventada, segn lo explica
Aparici. As, personajes como Ramn Antonio, en Soy un Delincuente; y Tre ce, Budu y Niga, en Secuestro Express, no son ms que una construccin de
la inventiva de los realizadores; que intentan, a manera de denuncia, mostrar un espejo de la sociedad; aunque slo llegan a presentar una porcin
de ella filtrada, la cual corresponde a la poblacin marginal joven que vive
al margen de la ley, en reaccin a su situacin de miseria y a un entorno urbano signado por los grandes contrastes sociales y la violencia callejera.
Del mismo modo, los personajes de estas dos pelculas venezolanas insisten en la idea de un joven de los estratos sociales bajos, violento, sin escrpulos, sin valores. Esta visin encasillada constituye lo que la escritora
nigeriana Chimamanda Adichi, citada por Aparici (2010:40), llama canon
representacional.
Al analizar a estos personajes a la luz de lo expuesto por Robyn Quin
acerca de los estereotipos en tanto simplificacin y fragmentacin de la rea-
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APARICI, Roberto
2010
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La construccin de la realidad en los medios de comunicacin. Madrid: Univer sidad Nacional de Educacin a Distancia, UNED.
ISSN: 0798-2992
BISBAL, Marcelino
2005
CAIZLEZ, Andrs
2005
El cine como metfora del pas. Artculo extrado del diario El Nacional, 30 de
agosto de 2005, publicado en la web del Instituto Prensa y Sociedad.
Venezuela. En red: http://www.ipys.org.ve/articulos/cine.pdf
85
Desigualdad, subdesarrollo y pobreza en la actual globalizacin ultraliberal. Eikasia. Revista de Filosofa, ao III, 18. En red: http://www.revistadefilosofia.com/18-08.pdf
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ISSN: 0798-2992
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 87-110
MARTA ESTRADA
GUILLN
(Espaa)
Doctora en Gestin y Administracin de Empre sas por la Universitat Jaume I (UJI); Li cenciada en Ciencias de la Informacin:
Publicidad y Relaciones Pblicas por la Universidad Cardenal Herrera CEU San Pablo;
Mster en Gestin Comercial y Marketing por
ESIC. Profesora del Departamento de Administracin de Empresas y Marketing de la Universitat Jaume I de Castelln desde el ao 2000
impartiendo clases en primer y segundo ciclo,
grados Mster de Investigacin de Mercados,
programa de Doctorado Gestin Empresarial.
Docente en titulaciones privadas para la Escuela Superior de Negocios de Castelln (Espaa),
grados superiores de formacin empresarial,
cursos de formacin continuada y ocupacional,
de verano y postgrados. Ha obtenido diversos
premios: Investigacin ESIC-Bancaja, Creacin
de Empresas de la Cmara de Comercio de Castelln (Espaa), Innovacin Educativa y Docencia
de la Universitat Jaume I. Pertenece al grupo de
investigacin IMK de la Universitat Jaume I y al
grupo de investigacin Comunicacin y Pblicos
Especficos de la Universidad de Alicante. Desempeado diversos puestos de responsabilidad en el rea del Marketing en diversas
empresas durante 8 aos. Ha participado en
10 proyectos de investigacin y en 14 de innovacin y mejora educativa. Con publicaciones
en revistas cientficas JCR y en otras de impacto tanto de carcter nacional como internacional; presentado trabajos en 40 congresos
nacionales e internacionales. Es autora del li bro La actitud hacia el anuncio: el caso especial de
las personas mayores de la editorial Lap Lam bert Academic Publishing GmbH & Co. KG.
Adems de coautora de una serie de libros docentes como Fundamentos de Marketing de la
editorial Pearson.
Correo electrnico: estrada@emp.uji.es
Telfono: +34 679045420
Reflexion terica
sobre los factores
determinantes de la
actitud ante el anuncio
y sus consecuencias en
las personas mayores
Theoretical reflection on the determinants of attitude towards the ad
and its consequences in the elderly
Recibido: 04/ 02/ 2012
Aceptado: 22/ 03/ 2012
De conformidad por su autora para su publicacin.
Esta cesin patrimonial comprender el derecho para
el Anuario ININCO de comunicar pblicamente la
obra, divulgarla, publicarla, y reproducirla en soportes analgicos o digitales en la oportunidad que as lo
estime conveniente, as como, la de salvaguardar los
intereses y derechos morales que le corresponden como autora de la obra antes sealada. Prohibida su
reproduccin total o parcial sin la autorizacin de la
autora. Ley de Derecho de Autor. Gaceta oficial N
4638 Extraordinario. 1 Octubre de 1993. Las imgenes utilizadas son estrictamente para uso acadmico.
RESUMEN
MARTA ESTRADA GUILLN
Reflexin terica sobre los factores determinantes de la actitud ante el anuncio y sus consecuencias en
las personas mayores
El aumento de la longevidad est provocando un notable cambio social y econmico en los llamados
paises desarrollados. A partir de esa situacin, se va conformando progresivamente un grupo social con
una serie de caractersticas especficas (biolgicas, psicolgicas, sociales, econmicas) que presenta unas
determinadas demandas que es preciso satisfacer desde el punto de vista empresarial. En este trabajo
se realiza una reflexin terica sobre los factores que condicionan la actitud ante el anuncio de las personas mayores y sus consecuencias sobre la actitud hacia la marca y su intencin de compra. El objetivo
del mismo orientar a las empresas en el diseo de su estategia publicitaria para conseguir una mayor
eficacia comunicativa.
Descriptores: Actitud ante el anuncio / Actitud hacia la marca / Intencin de compra / Personas mayores / Publicidad.
ABSTRACT
MARTA ESTRADA GUILLN
Theoretical reflection on the determinants of attitude towards the ad and its consequences in the elderly
Increased longevity is causing a significant social and economic change in so-called developed countries. From this situation, is taking shape gradually a social group with a number of specific characteristics (biological, psychological, social, economic) that has certain demands that must be satisfied from
the business standpoint. In this paper, a theoretical reflection on the factors that influence the attitude
to the announcement of the elderly and their impact on brand attitude and purchase intent. The aim of
the guide companies in designing their advertising for greater communication effectiveness.
Keys Words: Attitude towards the ad / Brand attitude / Purchase intent / Older persons / Advertising.
RSUM
MARTA ESTRADA GUILLN
Rflexion thorique sur les dterminants de lattitude envers lannonce et ses consquences chez les
_personnes ges
Accroissement de la longvit est lorigine dun changement social et conomique important dans les
pays dits dvelopps. De cette situation, prend forme peu peu un groupe social avec un certain nombre de caractristiques spcifiques (biologiques, psychologiques, sociaux, conomiques) qui a certaines
exigences qui doivent tre satisfaites du point de vue des affaires. Dans cet article, une rflexion thorique sur les facteurs qui influent sur lattitude lannonce des personnes ges et de leur impact sur
lattitude de la marque et lintention dachat. Le but de ces socits de guidage dans la conception de
leur publicit pour une plus grande efficacit de la communication.
Mots cls: Attitude envers lintention ad / Marque attitude / Achat / Personnes ges / Publicit.
RESUMO
MARTA ESTRADA GUILLN
Reflexo terica sobre os determinantes da atitude em relao ao anncio e as suas consequncias em
idosos
O aumento da longevidade est causando uma mudana significativa social e econmico nos chamados pases desenvolvidos. A partir desta situao, est tomando forma gradualmente um grupo social
com uma srie de caractersticas especficas (biolgicos, psicolgicos, sociais, econmicos) que tem
algumas exigncias que devem ser satisfeitas a partir do ponto de vista empresarial. Neste trabalho,
uma reflexo terica sobre os fatores que influenciam a atitude para o anncio dos idosos e seu impacto
sobre a atitude de marca e inteno de compra. O objetivo das empresas de guia na elaborao de sua
publicidade para uma maior eficcia da comunicao.
Palavras-chave: Atitude em relao ao anncio Inteno / Marca atitude / Compra / Idosos /
Propaganda.
INTRODUCCIN
El envejecimiento demogrfico
constituye hoy en da uno de los fenmenos sociales con ms relevancia
en Espaa y otros pases europeos como
Alemania, Italia, Francia y Reino Unido. La poblacin mayor espaola ha crecido ms rpidamente en este siglo que el resto
de los grupos poblacionales. Segn los datos del Instituto de Migraciones y
Servicios Sociales (IMSERSO) (2007), el ltimo Padrn Municipal de Habi tantes realizado en el ao 2005 en Espaa haba contabilizado 7.332.267
personas de 65 y ms aos, ocupando un 16.6 por ciento del total de la poblacin. Este fenmeno implica que aproximadamente cada mes 36.000 personas sobrepasen el umbral de los 65 aos. El envejecimiento poblacional es
una consecuencia del proceso de transicin demogrfica, el estadio final de
cadas de las tasas de natalidad y mortalidad. Una histrica alta fecundidad,
combinada con una cada de la mortalidad infantil y de la mortalidad en
general ha provocado un incremento en la supervivencia de las generaciones (Estrada, et. al. 2009; Estrada, Moliner y Snchez, 2010a). El aumento de
las cifras relativas est ocasionado por la cada sostenida de la fecundidad
en los ltimos lustros, reducindose el tamao del grupo de jvenes y
aumentando proporcionalmente el de mayores: un dejuvenecimiento que
provoca un envejecimiento.
El sustancial incremento de la poblacin mayor no slo tiene importantes repercusiones demogrficas sino tambin sociales y econmicas. En
ms de un tercio de los hogares espaoles entra una pensin de la Seguridad Social que, junto a los ahorros y las rentas cosechadas en etapas anteriores, desde las entidades financieras circulan animando las economas
domsticas (Bdalo, 2002; Snchez, 2000). Los mayores, se presentan como
un atractivo mercado, un consumidor que es preciso conocer para poder
explicar sus actitudes y comportamientos. A medida que crece el nmero
de consumidores ancianos, aparecen preguntas nuevas sobre su importancia para las que no se posee experiencia del pasado (Moragas, 1991). En
Espaa, el estudio del envejecimiento y de las personas mayores desde el
punto de vista del consumidor ha despertado un inters reciente (Azofra,
1996; Grande 1993, 1999, 2000, 2002; Ramos, 2007), no existiendo literatura
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edad), de estado de salud, de estilos de vida y psicolgicas como la personalidad, las actitudes y las motivaciones. Teniendo los enfoques de
segmentacin un matriz ms descriptivo que explicativo. De todos los
planteamientos posibles para segmentar al mercado de las personas mayores lo ms habitual es considerar la edad de la jubilacin como el periodo
en el que se ingresa dentro de la tercera edad (Estrada, et. al. 2010). Sin
embargo, algunos autores manifiestan su desacuerdo con la segmentacin
del mayor de acuerdo con estos criterios (Grande, 1993, 1999; Szmigin y
Cardigan, 2001).
Conscientes de la dificultad que supone estudiar al heterogneo colectivo de las personas mayores y las limitaciones que cualquier estrategia de
segmentacin puede presentar con este pblico, en este trabajo nos decantamos por la corriente de segmentacin ms tradicional, la demogrfica
(Lazer, 1986; Long, 1998). Consideraremos la edad de jubilacin espaola
(65 aos) como criterio necesario para que una persona forme parte de la
tercera edad, ya que, probablemente, esta es la variable que ms homogeniza al heterogneo colectivo de los mayores.
91
transferencia del agrado por el anuncio al gusto por la marca (Estrada, Moliner y Snchez, 2010b). A partir de estos trabajos comienzan a proliferar estudios tendentes a analizar el proceso de formacin de la actitud ante el
anuncio (Estrada, Moliner y Snchez, 2010b), trabajos que tiene como pionero, el desarrollado por Lutz, MacKenzie y Belch (1983), donde se pone de
manifiesto que la actitud ante el anuncio, no slo viene determinada por
aspectos cognitivos (como se mantena hasta este momento), sino tambin
por afectivos. Posteriormente MacKenzie, Lutz y Belch (1986) propusieron
cuatro modelos que vienen a explicar la relacin entre la actitud ante el
anuncio, la actitud hacia la marca y la intencin de compra. El modelo de
transferencia de afecto, mediacin dual, mediacin recproca y el de in fluencias independientes siguen la secuencia jerrquica tradicional segn
la cal las cogniciones determinan las actitudes y la actitud hacia la marca
es el nico determinante de la intencin de compra (MacKenzie, Lutz y
Belch, 1986). Las principales diferencias entre dichos modelos se dan con
respecto al papel mediador de la actitud ante el anuncio, sin embargo, en
todos ellos est presente la existencia de la relacin entre la actitud ante el
anuncio y la actitud hacia la marca (Estrada, et. al. 2010) (ver Figura 1).
En pocas ms recientes otros estudios analizan stos y otros modelos
introduciendo las variables psicogrficas y las demogrficas con objeto de
analizar las repercusiones que sobre las relaciones planteadas pudieran tener las mismas. En el primer caso, se analizan las posibles diferencias existentes de acuerdo con los intereses, las opiniones y las actividades de los
Figura 1
MODELOS DE RESPUESTA A LA ACTITUD ANTE EL ANUNCIO
Actitud
ante el anuncio
Respuestas cognitivas
hacia la marca
Actitud
hacia la marca
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Intencin de compra
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Actitud
ante el anuncio
Respuestas cognitivas
hacia la marca
Actitud
hacia la marca
Intencin de compra
Actitud
ante el anuncio
Respuestas cognitivas
hacia la marca
Actitud
hacia la marca
Intencin de compra
Actitud
ante el anuncio
Respuestas cognitivas
hacia la marca
Actitud
hacia la marca
Intencin de compra
sujetos (Dutta-Bergman, 2006). En el segundo caso, se analizan las variaciones en la actitud ante el anuncio segn el sexo (Dutta-Bergman y Youn,
1999). En el tercer caso, segn la educacin, el nivel econmico-social y la
edad (diferenciando, en este caso, entre personas jvenes y personas mayores) (Walsh y Mitchell, 2005).
93
En esta revisin nos planteamos analizar los factores que provocan determinadas cogniciones y afectos sobre un determinado anuncio y que
derivan en la formacin de una determinada actitud ante el mismo, actitud
hacia la marca e intencin de compra en el caso de las personas mayores.
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importante enunciar que la distincin entre el elemento afectivo y el cognitivo realizada en cuantiosas investigaciones no resulta tan sencilla en la
prctica, al estar ambos elementos interrelacionndose continuamente
(Anderson y Phelps, 2000; Phelps, 2006).
Con respecto a los factores relacionados con el anuncio que influyen
en la formacin de la actitud ante el anuncio se han estudiado elementos
como la credibilidad de la fuente, el atractivo fsico, los argumentos utilizados y las ilustraciones o imgenes.
La credibilidad se refiere al nivel de experiencia y confianza que los
consumidores le atribuyen a la fuente del mensaje. Si sta resulta creible es
ms posible que se acepte el mensaje (Briol, Petty y Tormala, 2004). Sin
embargo, la credibilidad de la fuente no tiene porque asegurar la aceptacin del mensaje, sera el caso de aquellos consumidores que para evaluar
la marca dependan de sus experiencias pasadas en lugar de depender del
anuncio como sucede en muchas ocasiones con las personas mayores. La
credibilidad del anuncio va unida en gran medida a la eleccin ptima de
los actores (Bristol, 1996; Tormala, Briol y Petty, 2006). En este sentido, la
utilizacin de actores con edades que oscilen entre los 55 a 70 aos, resulta
ms creble para las personas mayores y provoca una actitud ms favorable ante el anuncio y hacia la marca que la utilizacin de personas jvenes o
de personas muy ancianas (Bristol, 1996; Estrada, et. al. 2010). Adems, la
utilizacin en el anuncio de actores famosos ejerce un efecto favorable en la
credibilidad, el recuerdo, la actitud ante el anuncio y la intencin de compra (Hsu y McDonald, 2002). La explicacin a este hecho se basa en que, las
personas mayores, al quebrarse sus esquemas bruscamente tras la jubilacin, buscan un lider de referencia y es aqui donde el personaje popular
ejerce un importante papel (Grande, 1993).
Con respecto al efecto que ejerce la utilizacin de una fuente atractiva
en la actitud ante el anuncio, la mayora de los estudios han concluido que,
en la mayor parte de los casos facilita el cambio de actitudes, pero no todos
han encontrado que las aumente (Debono y Telesca, 1990; Kahle y Homer,
1985). El anlisis del atractivo fsico se ha comprobado en diferentes grupos
y edades (nios, jvenes, adultos y personas mayores) con la obtencin de
una constante permanente en todos ellos lo bello es bueno. Los sujetos, al
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margen de su edad, son ms receptivos hacia las personas atractivas y manifiestan una actitud ms favorable hacia las mismas.
En torno al nmero de argumentos, existe una relacin inversa entre la
cantidad de argumentos que aparecen en el anuncio y la actitud hacia el
mismo (Batra y Ray, 1986). La posibilidad de recuerdo puede verse mermada por la edad, por lo que se hace necesario reducir el nmero de argumentos, facilitando as la posterior recuperacin memorstica. En torno al
carcter positivo o negativo de los mismos, los mayores muestran una actitud ms desfavorable ante los argumentos negativos, tendiendo a valorar
ms favorablemente, incluso que las personas jvenes, los argumentos positivos (Word y Kisley, 2007). Los mayores desean que se les comunique ideas
de positividad, se sienten progresistas, toman iniciativas, aprenden cosas
nuevas y tienen una actitud joven ante la vida (Nielson y Curry, 1997).
De forma similar sucede con respecto a la actitud ms favorable provocada por la utilizacin de imgenes positivas sobre las negativas. Las
personas mayores son menos receptivas a las imgenes desagradables que
las personas jvenes (Word y Kisley, 2007). En general, en la toma de decisiones, las personas valoran ms los contras que los pros, sin embargo, esta
tendencia decrece con la edad, debido probablemente a ciertos cambios
operados en el cerebro y que influyen en la percepcin de las imgenes
negativas (Word y Kisley, 2007). Como consecuencia del declive en la habilidad para recuperar la informacin, los mayores codifican menos informacin y adems lo hacen ms deficientemente. La prdida de la memoria
a corto plazo provoca una tendencia a recordar ms ntidamente las imgenes que las palabras (Ryan, et. al. 1986). La utilizacin de ilustraciones y fotografas familiares ayudara a contrarrestar estos dficits (Garcilln y
Grande, 2002; Schewe, 2001) contribuyendo a la concentracin en el anuncio al reducir las distracciones que tienen los mayores (Spotts y Schewe,
1989). En este sentido, Grande (1993) destaca la importancia de la combinacin idea-texto-imagen, considerndola muy efectiva para favorecer la
codificacin de estmulos y su recuperacin. Adems, en la percepcin de
las imgenes el color tiene un papel relevante, las prdidas visuales y cognitivas supone ciertas distorsiones del color que pueden repercutir en la
actitud ante el anuncio y la marca (Kaufman-Scarborough, 2001). El color
97
blanco, el rojo, el ocre, el naranja, el amarillo, el gris y el negro son los que
mejor distinguen las personas mayores y el color azul, el verde, el violeta y
el prpura son los que menos (Kaufman-Scarborough, 2001).
Es importante tener en cuenta que, para la consecucin de pensamientos favorables hacia el anuncio, se han de emplear modelos con los que se
pueda identificar el mayor, ofrecer una imagen activa y vitalista de la edad,
generar argumentos resolutivos y utilizar la mezcla intergeneracional entre
otros (Carrigan y Szimigin, 1999; Garcilln y Grande, 2002; Grande, 2000;
Schewe, 1988). En este sentido, es criticable la postura adoptada en muchos
casos por los medios de comunicacin que han utilizado en su publicidad
modelos que no son un reflejo real del pblico mayor. Ramos (2007) considera que la publicidad representa a las personas mayores de manera estereotipada y que esto se refleja en la actitud que este colectivo manifiesta
ante el anuncio y hacia la marca. La representacin negativa de las personas mayores afecta a su autopercepcin, su autoimagen y a la imagen y
actitudes sociales que los dems tienen de este grupo de edad.
Otro de los factores que influyen en la formacin de la actitud ante el
anuncio es el contexto (Briol, Petty y Tormala, 2004; Mandel y Johnson,
2002). Los mayores encuentran en los medios de comunicacin una fuente
importante de informacin para decidir sobre sus actos de compra, depositando una gran confianza en los mismos (DeLorme, Huh y Reid, 2006).
La prensa, si bien es el medio al que le dedican un menor hbito de consumo, al estar precedido en primer lugar por la televisin y en segundo por
la radio, es el que les ofrece una mayor credibilidad y les provoca una actitud ms favorable. La utilizacin de la prensa facilita la codificacin distintiva de los estmulos que proporcionan los mensajes, mejorando, al
combinar texto e imagen, las posibilidades de recuerdo del anuncio (Grande, 2000; Schewe, 2001; Garcilln y Grande, 2002).
El conjunto de todos los factores analizados en este trabajo ejercen una
influencia favorable sobre la actitud ante el anuncio (Homer, 1990; Smith,
1993) adems de realizar una funcin de intermediacin en la influencia
que tiene la evaluacin previa hacia la marca y en la intencin de compra
(Chattopadhyay y Basu, 1990).
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REFLEXION TERICA SOBRE LOS FACTORES DETERMINANTES DE LA ACTITUD ANTE EL ANUNCIO Y SUS CONSECUENCIAS...
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CONCLUSIONES
El envejecimiento demogrfico constituye en la actualidad uno de los
fenmenos sociales y econmicos con ms relevancia en pases europeos
como Espaa. El conocimiento por parte de empresas e instituciones de las
peculiaridades del consumidor mayor y su reflejo en la actitud ante el
anuncio, actitud hacia la marca y posterior intencin de compra resulta imprescindible para el desarrollo de una mayor eficacia publicitaria.
El envejecimiento es un proceso multidimensional que se encuentra
influido por mltiples factores, como la cantidad de tiempo libre, la seguridad financiera, el grado de aislamiento social (Szmigin y Cardigan, 2001).
Adems, dicho proceso est profundamente condicionado por las variaciones bio-psico-sociales asociadas a la edad: cambios fsicos, dificultades en
la atencin, declive en la memoria a corto plazo, problemas en el aprendizaje y la prdida de roles sociales. Los cambios percibidos durante el envejecimiento condicionan la percepcin del mundo y, por ende, de una
manifestacin socio-econmica como es la publicidad.
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El estudio de los factores que provocan la formacin o cambio de actitud ante el anuncio en las personas mayores se pueden clasificar en: personales, relacionados con el anuncio y relacionados con el contexto. Los
factores o circunstancias personales influirn tanto en las respuestas cognitivas (a favor o en contra de sus pensamientos), como en las respuestas
afectivas (relacionadas o no con mensaje publicitario) ejercidas ante un
anuncio publicitario.
Por otro lado, la actitud ante el anuncio tambin depender de los factores directamente relacionados con el anuncio: la credibilidad de la fuente,
el atractivo fsico, los argumentos y las ilustraciones. Es muy importante
para la obtencin de un mensaje creble la utilizacin ptima de los actores
y la presentacin de una imagen del mayor activa y no estereotipada. Adems es importante la combinacin idea-texto-imagen al ser muy efectiva
para favorecer la codificacin de estmulos y su recuperacin (Grande,
1993). Los anuncios dirigidos a los mayores no deben descansar en estmulos visuales o auditivos exclusivamente pues la capacidad para retenerlos
no es buena. Por el contrario, debe favorecerse la memoria semntica mediante argumentos racionales, positivos, sencillos, hacer una adecuada
seleccin del lenguaje y del color (Kaufman-Scarborough, 2001).
Finalmente, los factores relacionados con el contexto como: la eleccin
ptima del medio son decisivos en el proceso de formacin de la actitud
ante el anuncio que tenga la persona mayor. La actitud ante el anuncio que
tenga la persona mayor influir en las respuestas cognitivas y afectivas hacia la marca adems de su intencin de compra. A su vez la actitud hacia la
marca manifestada por la persona mayor tendr consecuencias sobre su
intencin de compra.
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MARA TERESA
SOTO-SANFIEL
(Espaa)
RESUMEN
MARA T. SOTO-SANFIEL
Ver para creer? Credibilidad de los locutores mediticos
Este trabajo explora el efecto de la modalidad de percepcin y del sexo (de locutores y receptores) en la credibilidad. 320 participantes (160 de cada sexo) fueron asignados al azar a dos condiciones experimentales (en una
escucharon las voces de los locutores. En la otra vieron, adems, sus rostros). Los principales resultados muestran que la credibilidad depende de factores derivados de la informacin sonora del habla (contenido y elocucin) y que la informacin visual de los hablantes (el rostro) no altera esta tendencia. Tambin, muestran que
el sexo (de hablantes y receptores) no ejerce efecto sobre las magnitudes generales de credibilidad en ninguna
de las condiciones experimentales.
Descriptores: Credibilidad / Modalidad de percepcin / Percepcin audiovisual / Percepcin sonora / Sexo
de locutores y receptores.
ABSTRACT
MARA T. SOTO-SANFIEL
To see is to believe? Credibility of media speakers
This study explores the effect of the modality of perception and sex (of media speakers and members of audience) on the credibility. 320 participants (160 of each sex) were randomly assigned to one of two experimental
conditions (listening to the voice of speakers and also seeing their faces). Main results showed that credibility
depends on factors derived from the sonorous information of the speech (content and elocution) and that visual information of the speakers (the face) does not affect the general magnitudes of credibility in none of the
experimental conditions.
Keys Words: Credibility / Modality of perception / Audiovisual perception / Sex of media speaker / Sex of
media audience.
RSUM
MARA T. SOTO-SANFIEL
Voir cest croire. La crdibilit des diffuseurs mdias
Ce document explore leffet du mode de perception et le sexe (pour les haut-parleurs et rcepteurs) sur la crdibilit. 320 participants (160 de chaque sexe) ont t rpartis au hasard dans deux conditions exprimentales (en
entendre les voix des prsentateurs. Scie dans les autres, eh bien, leurs visages). Les principaux rsultats montrent que la crdibilit dpend de facteurs drivs de linformation sonore de parole (contenu et de la parole)
et de linformation visuelle des haut-parleurs (le visage) ne modifie pas cette tendance. En outre, ils montrent
que le sexe (haut-parleurs et rcepteurs) nexerce pas deffet sur lampleur globale de la crdibilit de lune des
conditions exprimentales.
Mots cls: Crdibilit / mode de perception / perception visuelle / perception du son / Sex diffuseurs et
rcepteurs.
RESUMO
MARA T. SOTO-SANFIEL
Ver para crer? Credibilidade dos meios de comunicao de radiodifuso
Este artigo explora o efeito do modo de percepo e sexo (para falantes e receptores) na credibilidade. 320 participantes (160 de cada sexo) foram aleatoriamente designados para duas condies experimentais (em um
ouvido as vozes dos locutores. Vi nos outros, bem, os seus rostos). Os principais resultados mostram que a credibilidade depende de fatores derivados da informao sonora discurso (contedo e voz) e informao visual
dos oradores (o rosto) no altera esta tendncia. Alm disso, eles mostram que o sexo (altifalantes e receptores)
exerce nenhum efeito sobre a magnitude global da credibilidade em qualquer das condies experimentais.
Palavras-chave: Credibilidade / Modo de percepo visual / Percepo / Percepo do som / Sexo emissoras
e receptores.
113
ANTECEDENTES
La ausencia de investigaciones de referencia en comunicacin audiovisual que confronten el peso de la informacin sonoro-verbal con la visual (el rostro) en la percepcin de los hablantes mediticos es notable y
por ello, las hiptesis de la investigacin se establecieron tras recurrir a hallazgos de reas colaterales (lo que, adems, revierte en la interdisciplinariedad de este trabajo). As, el marco conceptual al que recurre toma en
cuenta investigaciones sobre procesamiento del habla y ms especficamente sobre percepcin del habla audiovisual (bimodal o sonoro-visual).
Ello descansa sobre la idea de que los locutores mediticos que se dirigen
directamente a sus audiencias (a travs de la radio o de la televisin) ejecutan, sobretodo, una accin del habla. A pesar de ello, los resultados de este
trabajo no se discuten nicamente en relacin con el procesamiento del
habla bimodal (compleja), sino tambin como testimonio de la praxis de la
comunicacin mediada.
Percepcin audiovisual del habla
A diferencia de la radio, la televisin permite a las audiencias percibir
no solo la informacin sonora sino tambin la visual vinculada a la produccin del habla. La televisin posibilita que, adems de escuchar la voz del
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hablante, se vea su rostro; que se le audiovea1. Segn las investigaciones disponibles, el resultado perceptivo del habla
audiovisual es el producto de la combinacin de la informacin proveniente del
canal sonoro con la proveniente del visual,
lo que arroja un resultado perceptivo distinto al producido por la percepcin de la
informacin proveniente de cada canal por separado. Ello se debe al fenmeno de la integracin sonoro-visual del habla, demostrada mediante el efecto o
ilusin McGurk (MacDonald y McGurk, 1978; McGUrk y MacDonald, 1976).
El efecto McGurk prueba que existe una relacin interactiva entre odo y
visin por la que los perceptores integramos y sintetizamos la informacin
disponible en ambos canales. Especficamente, prueba que si la slaba auditiva ba se muestra junto a un vdeo del hablante que dice ga, el resultado perceptivo es da; una slaba nueva e inexistente en las modalidades sonora y
visual por separado. Tan solo con la percepcin visual de los movimientos
articulatorios del hablante se modifica significativamente la experiencia de
la escucha.
La identificacin del efecto McGurk incit a tratar de describir su naturaleza y con ello se avanz en la comprensin de las caractersticas del habla
audiovisual. Las investigaciones posteriores comprobaron que: 1.- el resultado perceptivo del habla sonoro-visual es una poderosa unidad de creencia formada por la combinacin de los canales auditivo y visual que se
resiste a la identificacin fragmentada de sus componentes, aunque se in duzca (Massaro y Cohen, 1983; Summerfield, 1987); 2.- los receptores
extraemos y utilizamos los datos que cada canal nos proporciona y obtenemos informaciones diferentes de cada uno de ellos (Massaro y Cohen,
1983); 3.- la integracin es el resultado de una tarea en la que los sujetos evaluamos las informaciones, otorgamos grados de soporte a las opciones y
tomamos una decisin final y 4.- porque los perceptores utilizamos las fuentes auditiva y visual para distintos propsitos, el proceso produce el realce de uno de los dos canales, ms que una solucin intermedia. Es decir,
1
Audiovisin es un trmino acuado por Michel Chion (1993) quien defiende que tanto en
el cine, como en la televisin, los receptores, no slo ven, sino que audioven el mensaje.
115
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que los femeninos, sin embargo, reciban mejores evaluaciones en Performan ce. Dado que este factor determinaba la diferencia entre la inteligibilidad
visual y la sonora, Daly et al. afirmaban que era, sin duda, el factor determinante de las impresiones en una presentacin audiovisual. Finalmente, los
investigadores sealaban que la comunicacin visual era asociada con aspectos femeninos y la inteligibilidad un atributo vinculado, como estereotipo, a los hablantes mujeres que tendan a hablar ms claramente para ser
enjuiciados ms competentes o educados por el nico hecho de su sexo.
Lo anterior nos lleva al estudio de la comunicacin verbal donde se
considera que el sexo femenino es mejor decodificador de los compor tamientos no verbales que el masculino. Por ejemplo, Keeley-Dyreson, Burgoon y Bailey (1991), al revisar las habilidades de decodificacin de los
canales kinsicos y voclicos de ambos sexos, encontraron que las mujeres
eran superiores decodificadores que los hombres y que esa superioridad era
ms pronunciada cuando disponan de claves voclicas y visuales a cuando
solo disponan de visuales. Los investigadores, adems, hallaban que las
mujeres eran ms propensas a utilizar el canal visual que el voclico en la
atribucin de juicios interpersonales. Por ello concluan que el sexo femenino era superior en sensibilidad no verbal que el masculino, lo que, a su juicio, era consistente con los hallazgos que otorgaban una superior habilidad
decodificadora en las mujeres.
Los trabajos anteriores sobre la relacin entre el sexo de los receptores y la percepcin audiovisual del habla, nos lleva
permite formular las siguientes hiptesis:
H2: Existirn diferencias en la credibilidad de locutores femeninos y masculinos.
H3: Los locutores masculinos recibirn
superiores grados de credibilidad que los locutores femeninos.
H4: La percepcin del rostro afectar en mayor grado a la credibilidad de los
locutores femeninos que a la de los locutores masculinos.
H5: Existirn diferencias en la credibilidad que atribuyan sujetos femeninos y
masculinos, tanto cuando escuchan a los locutores como cuando tambin ven
sus imgenes.
119
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McCroskey y Young sugieren que para el establecimiento de sus dimensiones se deba seguir dos pasos: 1.- definir, con mucho cuidado, a travs de
una evaluacin crtica, la naturaleza del constructo medido y b.-disear instrumentos para medir sus dimensiones toricas. Tambin, sugieren que
una vez que esas medidas se desarrollen, los datos puedan ser recogidos y
sometidos a un anlisis de factor para verificar tericamente que las dimensiones que lo forman sean, al menos, parcialmente, independientes unas de
otras. Finalmente, confirman, que las escalas bipolares del diferencial semntico son adecuadas para medir el constructo.
Ahora bien, las dimensiones de la credibilidad tambin han recibido
considerable atencin. El programa de James C. McCroskey y sus asociados
en el que estudiaron la medicin de credibilidad en distintos contextos conduce a aceptar que alrededor del constructo se organizan una serie de percepciones que dan lugar a cinco dimensiones: Competencia (Competence),
Personalidad (Character), Sociabilidad (Sociability), Extroversion (Extroversion) y Compostura (Composure)2 (McCroskey, 1966; McCroskey y Young,
1981). De ellas, la Competencia y la Personalidad son las ms importantes
(McCroskey y Young, 1981). La primera se deriva de factores relacionados
con la habilidad y la experiencia para desarrollar un comportamiento o llevar a cabo una tarea, mientras que la segunda con aspectos del carcter de
la fuente y su adecuacin a la tarea que desarrolla. Respecto a las mediciones de credibilidad, McCroskey y Young, por cierto, aconsejan que al
proceder al anlisis factorial las dimensiones sean etiquetadas como Competencia y Carcter. No es pretensin de este estudio discutir en profundidad las dimensiones de credibilidad sino observar las diferencias que se
establecen en ella, segn las variables independientes. Sin embargo, para
lograr pulcritud, se toman las sugerencias de los expertos respecto a su medicin, la naturaleza del constructo y sus dimensiones.
Por ello, este trabajo apoya su definicin de credibilidad en la escala
utilizada en un trabajo previo, en un contexto similar, y que, por tanto est
validada. El trabajo de Prado et al. (1992) proporcion una escala de doce
adjetivos bipolares relacionados con la credibilidad de los hablantes radiofnicos en el igual espacio geogrfico y lengua en la que se produce este
2
Traduccin propia.
121
MTODO
Participantes
Los participantes fueron 320 estudiantes de una facultad de veterinaria
(160 mujeres y 160 hombres) que colaboraron voluntariamente. La edad
promedio de los participantes fue de 21.03 aos (SD = 2.178), siendo en las
mujeres de 20.82 (SD = 2.104) y en los hombres de 21.24 (SD = 2.231).
Procedimiento
Los participantes fueron divididos por sexos y asignados aleatoriamente a una condicin experimental: Sonora (N = 80 mujeres y 80 hombres)
y Audiovisual (N = 80 mujeres y 80 hombres). El corpus fue el mismo para
ambas condiciones. En las pruebas de Percepcin sonora (PS) los sujetos
nicamente escuchaban las voces de los locutores. En las de Percepcin
audiovisual (PA), adems de escucharles, vean sus imgenes (sus rostros y
la interpretacin de su habla).
A cada una de las pruebas, asistieron 10 mujeres y 10 hombres. Se hicieron 16 pruebas de percepcin (8 para PS y 8 para PA) en una misma aula
que reuna los requisitos acsticos y lumnicos adecuados. Los materiales
fueron los mismos en ambas condiciones experimentales y solo cambiaba la
Modalidad de Percepcin (MP).
En el centro del aula, sobre una mesa, haba un VHS domstico conectado a un televisor (pantalla de 24 pulgadas). Frente a l se distribuyeron las
sillas para los sujetos. Los materiales se transmitieron a travs del televisor.
122
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En las pruebas de PS, la pantalla apareca vaca porque se reducan completamente los niveles de brillo y contraste del aparato. En las de PA se colocaban esos parmetros en sus niveles normales. Los niveles acsticos fueron
los mismos en todas las pruebas.
Un investigador informaba a los participantes de que percibiran a unos
locutores y de que deban responder a un cuestionario por cada uno. Al inicio de cada una de las hojas del cuestionario, apareca la pregunta: El locutor le pareci? A continuacin se disponan escalas del diferencial semntico.
Produccin de los materiales experimentales
Creacin de los textos. Se redactaron dos textos de un minuto de duracin cada uno (una noticia y un cuento). Se consider que este tiempo era
suficiente para que los sujetos se formaran impresiones completas sin fatiga.
Se pens tambin que dos textos distintos permitiran que las evaluaciones
de los participantes no fuesen afectadas por una comparacin precipitada de
los hablantes que se alternaban en las pruebas. Dos textos, adems, serviran
para neutralizar un posible efecto del contenido de mensaje.
Seleccin de los hablantes. Se solicit la colaboracin de igual nmero
de hablantes de ambos sexos con experiencia en la interpretacin audiovisual. Se evit que los hablantes fuesen famosos o fcilmente reconocidos
por los participantes.
Ajustes tcnicos y estticos de la grabacin. Los materiales se grabaron
en video en un estudio de radio. La cmara se situ en la sala de control del
estudio y capt a los locutores, que estaban en la cabina, a travs de los cristales del locutorio. Se utiliz nicamente la luz artificial del estudio. Todo el
equipo de captacin era profesional. La cmara capt un Plano Medio Corto frontal de los hablantes que permita ver sus rostros. Este plano, adems,
permita que los hablantes se movieran naturalmente, frente al micrfono,
que apareca en la imagen. Se determin, previamente, una intensidad sonora de captacin promedio de las voces que se mantuvo estndar en todas
las grabaciones.
Entrenamiento de los locutores. A los hablantes se les inform de que la
investigacin tena por objetivo estudiar la credibilidad y que seran grabados
123
en vdeo para que se pudieran ver sus rostros. Tambin, que deban interpretar dos textos distintos, cada uno de un minuto de duracin, y de que
podan interpretar los textos como considerasen adecuado. Los textos fueron impresos en un cartel y se colocaron en una pared de la cabina, frente al
micrfono, como telemprompter. As, se asegur que la mirada permaneciera
siempre al frente, dirigindose directamente al receptor. Los locutores tuvieron tiempo suficiente para ensayar los textos porque su actuacin no poda
tener errores, dudas, silencios injustificados o palabras cortadas.
Seleccin final de los hablantes. Se seleccionaron a 16 (8 Mujeres y 8
Hombres) hablantes que formaran parte del corpus en base a: interpretacin acstica y visual variada, expresiva y sin errores.
Post-produccin del corpus experimental. Las grabaciones se distribuyeron en las cintas de acuerdo a un esquema fijado. Se formaron grupos
de percepcin, cada uno con 8 hablantes (4 Femeninos y 4 Masculinos),
siguiendo los siguientes criterios: a. que siempre se alternaran los hablantes
de ambos sexos; b. que los hablantes aparecieran en distintos rdenes entre
los grupos de percepcin, y c. que los hablantes aparecieran una nica vez
en cada grupo de percepcin.
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arroj este estudio: PER y COMP) y 3. Credibilidad Media CM (el promedio de enjuiciamiento del par Creble/No creble de los cuestionarios).
Este estimador se observ como dato orientador del promedio de la atribucin de credibilidad de los participantes. Recordemos que, en adelante, llamaremos estimadores de la credibilidad a CT, CM y a las dimensiones PER
y COMP. Adems, llamaremos indicadores o factores de la Credibilidad a
los 12 componentes que forman parte de la escala. Los grupos a los que se
aplic el contraste de Medias fueron los definidos por las variables Independientes (VI) y sus niveles: a.- Modalidad de percepcin MP (Percepcin Audiovisual PA y Percepcin Sonora PS); b.- Sexo del locutor
-SL (Femenino LF / Masculino LM-) y c.- Sexo del sujeto - SS (Femenino
SF y Masculino SM).
RESULTADOS
El anlisis factorial de la credibilidad fue de mxima verosimilitud con
extraccin oblicua. El test KMO de esfericidad result significativo (valor =
.920, p<.001) y el goodness-of-fit test fue tambin significativo (X2 = 1682.96,
p<.001). Por lo tanto, la definicin de credibilidad de los locutores que se
observa en este estudio es un constructo slido, altamente adecuado y confiable (ver Tabla 1).
Asimismo, el anlisis arroj que la credibilidad estaba formada por
dos sub-componentes altamente correlacionados entre ellos (r =.840).
Apoyados en la teora existente (McCroskey & Jenson, 1975; McCroskey &
Young, 1981), los dos sub-componentes se han llamado Personalidad del
locutor (PER) y Competencia del locutor (COMP) y se pasan a considerar,
en este trabajo, como dimensiones de la credibilidad. Tanto PER como
COMP se definen por la accin de seis indicadores. Dada la fiabilidad de
este modelo, ambas dimensiones son exploradas durante el estudio.
Credibilidad en funcin de cada variable independiente
Credibilidad segn la Modalidad de percepcin
No existen diferencias significativas en la CT, t(2551) = .17 ns, en ninguna de las dos dimensiones de Credibilidad (PER, t(2551) = 1.09 ns, o COMP,
125
Tabla 1
Anlisis factorial de la credibilidad
f1
1. Seguridad
2. Naturalidad
f2
.839
.578
3. Profundidad
.416
4. Verosimilitud
.770
5. Agradabilidad
.439
6. Sinceridad
.906
7. Nerviosismo
.593
8. Familiaridad
.371
9. Inteligencia
.523
10. Responsabilidad
.478
11. Honradez
.762
12. Simpata
.578
51,44
.88
8,95
.82
t(2557) = -.91 ns) y tampoco en la CM, t(2551) = .75 ns, en funcin de la MP.
Los locutores reciben similares promedios de estos estimadores en PA y en
PS (ver Tabla 2).
A pesar de que no existen diferencias en el global de PER y COMP, se
hallan efectos en dos indicadores especficos: 1. Inteligencia (agrupado en
PER), t(2536) = -2.11, p= .035, tiene mayor promedio en PS que en PA, y 2.
Honradez (agrupado en COMP), t(2552) = 2.59, p=.035, que, al contrario,
tiene mayor promedio en PA que en PS. Adems, se hallan diferencias
significativas en las formas de la distribucin segn la MP. As, en CT: F(1,
126
ISSN: 0798-2992
1279) = 38.59, p<.001. En PER: F(1, 1279) = 14.49, p<.001. En COMP: F(1,
1279) = 42.65, p< .001. En CM: F(1, 1279) = 12.28, p<.001. Las Desviaciones
estndar (SD) de todos los estimadores de la Credibilidad son superiores en
PA que en PS. Tambin, se hallan diferencias estadsticas en las formas de
distribucin de todos los indicadores de la VD segn la MP. As, en Agrado:
F(1, 1279) = 4.503, p=.034. En Familiaridad: F(1, 1279) = 21.84, p<.001. En
Honradez: F(1, 1279) = 7.40, p=.007. En Inteligencia: F(1, 1279) = 18.13,
p<.001. En Naturalidad: F(1, 1279) = 38.09, p <.001. En Profundidad: F(1,
1279) = 17.74, p<.001. En Responsabilidad: F(1, 1279) = 3.941, p=.047. En Seguridad: F(1, 1279) = 26.98, p<.001. En Simpata: F(1, 1279) = 6.53, p=.011. En
Sinceridad: F(1, 1279) = 12.67, p<.001. En Tranquilidad: F(1, 1279) = 8.24,
p=.004. Finalmente, en Verosimilitud: F(1, 1279) = 12.18, p<.001. Las Desviaciones estndar de todos estos indicadores son superiores en PA que en PS.
Credibilidad segn el Sexo del locutor
No existen diferencias en CT, t(2551) =
-1.00, ns, ni en la dimensin PER, t(2551) = .16, ns, o en la CM, t(2557) = -.29, ns, segn
el SL. Los receptores tienden a atribuir semejantes promedios de estos estimadores a
LF y LM (Tabla 3). Sin embargo, existen diferencias significativas en la distribucin de
la dimensin COMP, F(1, 1280) = 16.95,
p<.001, con una diferencia marginal de Me dias que es superior en LF a en LM (ver Tabla 3).
Por otra parte, el anlisis de los indicadores seala que, segn SL, existen diferencias significativas en Familiaridad, t(2557) = -3.51, p<.001, Res ponsabilidad t(2525) = -2.06, p=.039 y Seguridad t(2519) = -4.81, p<.001. En
estos indicadores, LF obtiene superiores promedios que LM. Tmese en
cuenta que los tres, Familiaridad, Responsabilidad y Seguridad, forman
parte de COMP. Asimismo, se observan diferencias en Agrado, t(2552) = 2.86, p=.004. As, los LF obtienen un promedio superior que los LM. Por otra
parte, se observan diferencias en Profundidad t(2552) = 4.54, p<.001. Los LM
obtienen un promedio superior que los LF.
127
Tabla 2
Medias de credibilidad en Percepcin Sonora (PS)
y Percepcin Audiovisual (PA) (t de student)
Modalidad de percepcin (MP)
PA
(n=1280)
M (SD)
PS
(n=1280)
M (SD)
Credibilidad total
54.67 (15.81)
54.57 (13.78)
.17
.868
Personalidad
27.25 (8.46)
26.91 (7.77)
1.09
.278
Competencia
27.42 (8.34)
27.70 (7.19)
- .91
.365
Credibilidad media
4.76 (1.85)
4.71 (1.73)
.75
.464
Agrado
4.73 (1.82)
4.66 (1.76)
1.09
.277
Familiaridad
4.21 (1.90)
4.26 (1.75)
- .65
.516
Honradez
5.11 (1.41)
4.97 (1.35)
2.59
.010
Inteligencia
4.30 (1.79)
4.44 (1.63)
- 2.11
.035
Naturalidad
4.11 (2.09)
4.11 (1.90)
- .06
.952
Profundidad
4.22 (1.88)
4.22 (1.73)
.10
.922
Responsabilidad
5.01 (1.49)
5.00 (1.40)
.32
.753
Seguridad
4.84 (2.02)
4.90 (1.84)
- .74
.461
Simpatia
4.40 (1.70)
4.35 (1.61)
.79
.432
Sinceridad
4.54 (1.67)
4.44 (1.57)
1.54
.124
Tranquilidad
4.83 (1.97)
4.89 (1.88)
- .76
.448
Verosimilitud
4.36 (1.78)
4.39 (1.65)
- .43
.670
Estimadores de credibilidad
Factores de la credibilidad
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dios de estos estimadores (ver Tabla 3). Por otra parte, se observa una tendencia marginal (t(2553) = - 1.88, p=.059) de los SF a atribuir mayor Tranquilidad
que los SM (ver Tabla 3).
Tabla 3
Medias de credibilidad segn el sexo del locutor (locutor femenino y locutor masculino)
y el sexo del sujeto (sujeto femenino y sujeto masculino) (t de student)
LF
LM
(n=1280) (n=1280)
M
M
(SD)
(SD)
-1.00
.317
Credibilidad
54.92
54.33
Total
(14.65)
(15.01)
Personalidad
27.10
(8.31)
27.05
(7.93)
-.16
Competencia
27.82
(7.42)
27.29
(8.12)
Credibilidad
media
4.74
(1.75)
SF
SM
(n=1280) (n=1280)
M
M
(SD)
(SD)
-.55
.578
54.79
54.46
(15.56)
(14.07)
.876
27.12
(8.54)
27.04
(7.69)
-.22
.822
-1.71
.087
27.68
(7.99)
27.43
(7.57)
-.82
.412
4.72
(1.83)
-.29
.775
4.72
(1.85)
4.74
(1.73)
.26
.791
Factores de la credibilidad
Agrado
4.80
(1.82)
4,59
(1.76)
-2.86
.004
4.69
(1.87)
4.71
(1.71)
.27
.780
Familiaridad
4.36
(1.84)
4.11
(1.80)
-3.51
< .001
4.19
(1.91)
4.28
(1.74)
1.21
.225
Honradez
5.00
(1.40)
5.08
(1.37)
1.33
.184
5.07
(1.43)
5.01
(1.43)
-.98
.324
Inteligencia
4.42
(1.66)
4.32
(1.76)
-1.41
.156
4.37
(1.79)
4.38
(1.64)
.10
.917
129
Tabla 3 (continuacin)
LF
LM
(n=1280) (n=1280)
M
M
(SD)
(SD)
SF
SM
(n=1280) (n=1280)
M
M
(SD)
(SD)
Naturalidad
4.11
(1.99)
4.10
(2.01)
-4.81
< .001
4.14
(2.07)
4.08
(1.92)
-.69
.488
Profundidad
4.06
(1.76)
4.38
(1.84)
4.54
< .001
4.24
(1.88)
4.20
(1.73)
-.62
.533
Responsabilidad
5.06
(1.36)
4.95
(1.52)
-2.06
.039
5.04
(1.51)
4.97
(1.38)
-1.24
.213
Seguridad
5.05
(1.80)
4.69
(2.04)
-4.81
< .001
4.91
(1.96)
4.83
(1.90)
-1.14
.252
Simpatia
4.39
(1.75)
4.39
(1.57)
-.38
.703
4.37
(1.74)
4.38
(1.58)
.16
.868
Sinceridad
4.44
(1.65)
4.54
(1.58)
1.61
.107
4.50
(1.68)
4.49
(1.56)
-.14
.883
Tranquilidad
4.86
(1.92)
4.85
(1.93)
-.20
.837
4.93
(1.96)
4.78
(1.89)
-1.88
.059
Verosimilitud
4.36
(1.72)
4.39
(1.72)
.73
.704
4.37
(1.78)
4.39
(1.66)
.311
.756
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PER, t(1268) = .1.82, ns, y COMP, t(1269) = 1.07. Tampoco existen diferencias
en la CM, t(1277) = 1.38, ns, que se atribuye a los LF, segn la MP. Los LF obtienen semejantes promedios de estos estimadores cuando se ven sus imgenes (PA) a cuando nicamente se escuchan sus voces (PS) (ver Tabla 4).
Tabla 4
Medias de credibilidad segn el sexo del locutor (Locutor femenino
y Locutor masculino) y modalidad de percepcin MP(Percepcin sonora PS- y Percepcin Audiovisual PA-) (t de student)
Locutor femenino
Locutor masculino
Estimadores
de credibilidad
PS
PA
t
p
(n=640) (n=640) (n=640) (n=640)
M
M
M
M
(SD)
(SD)
(SD)
(SD)
PS
PA
Credibilidad total
54.26
(13.91)
55.57
(15.34)
1.60
.110
54.89
(13.66)
53.77
(16.24)
-1.33
.184
Personalidad
26.68
(7.99)
27.53
(8.61)
1.82
.068
27.13
(7.53)
26.98
(8.32)
-.339
.735
Competencia
27.60
(7.12)
28.04
(7.71)
1.07
.283
27.80
(7.26)
26.79
(8.88)
-2.21
.027
Credibilidad media
4.68
(1.72)
4.81
(1.78)
1.38
.165
4.74
(1.75)
4.71
(1.92)
.28
.772
Factores de la Credibilidad
Agrado
4.71
(1.78)
4.89
(1.85)
1.79
.073
4.61
(1.74)
4.58
(1.79)
-.28
.778
Familiaridad
4.40
(1.78)
4.32
(1.91)
-.80
.422
4.11
(1.72)
4.10
(1.88)
-.10
.914
Honradez
4.92
(1.38)
5.09
(1.41)
2.24
.025
5.02
(1.31)
5.13
(1.41)
1.41
.158
131
Tabla 4 (continuacin)
Locutor femenino
Estimadores
de credibilidad
Locutor masculino
PS
PA
t
p
(n=640) (n=640) (n=640) (n=640)
M
M
M
M
(SD)
(SD)
(SD)
(SD)
PS
PA
Inteligencia
4.43
(1.61)
4.41
(1.72)
-.23
.814
4.46
(1.66)
4.19
(1.85)
-2.68
.007
Naturalidad
4.02
(1.90)
4.21
(2.07)
1.76
.079
4.21
(1.91)
4.00
(2.11)
-1.82
.069
Profundidad
3.92
(1.68)
4.20
(1.82)
2.95
.003
4.52
(1.72)
4.25
(1.94)
-2.68
.007
Responsabilidad
5.05
(1.33)
5.08
(1.39)
.452
.651
4.95
(1.47)
4.95
(1.58)
.01
.985
Seguridad
5.00
(1.75)
5.11
(1.85)
.034
.270
4.80
(1.91)
4.58
(2.15)
-1.96
.050
Simpatia
4.32
(1.69)
4.45
(1.79)
1.37
.169
4.38
(1.52)
4.35
(1.608)
1.60
.722
Sinceridad
4.39
(1.59)
4.48
(1.71)
.981
.327
4.49
(1.54)
4.60
(1.62)
1.20
.230
Tranquilidad
4.81
(1.92)
4.92
(1.93)
1.07
.283
4.96
(1.84)
4.73
(2.01)
-2.14
.032
Verosimilitud
4.33
(1.69)
4.40
(1.74)
.733
.464
4.45
(1.62)
4.33
(1.81)
-1.33
.183
Sin embargo, un anlisis detallado de los indicadores especficos de credibilidad de los LF muestra que, segn la MP, existen diferencias significativas
en el indicador de Profundidad, t(1270) = 2.95, p=.003, que obtiene superiores promedios en PA con respecto a PS (ver Tabla 4).
132
ISSN: 0798-2992
133
DISCUSIN
El propsito de este estudio ha sido aportar datos sobre dos reas de la
Credibilidad en las que se ha detectado carencia de investigacin: las propiedades del fenmeno vinculadas al canal de transmisin y el sexo de
fuentes y receptores (Pornpitakpan, 2004).
En primer trmino, y habida cuenta la ausencia de escalas para medir
la Credibilidad de los hablantes que transmiten mensajes en contextos
mediticos (radio y televisin), este estudio confirma que el instrumento
utilizado, propuesto por Prado et al. (1992), es slido y confiable. As, y de bido a las advertencias de Applbaum y Anatol (1973), Liska (1978) y Tucker
(1971) acerca de los riesgos de medir la credibilidad sin tomar en cuenta el
contexto en que se realiza la medicin, las caractersticas de los sujetos y la
naturaleza de la tarea que se les pide, estos resultados conducen a conside134
ISSN: 0798-2992
Tabla 5
Medias de credibilidad segn el sexo del participante (Sujetos masculinos
y Sujetos femeninos y modalidad de percepcin MP(Percepcin sonora PS- y Percepcin Audiovisual PA-) (t de student)
135
136
ISSN: 0798-2992
137
El anlisis de los resultados, asimismo, ha mostrado que existen diferencias significativas en la atribucin de Seguridad, Familiaridad y Responsabilidad de ambos sexos. Los locutores femeninos reciben superiores
promedios de estos factores que los masculinos. Dado que todos esos estimadores forman parte de la dimensin Competencia, resulta evidente que
fueron los que determinaron la diferencia entre ambos sexos antes descrita.
Los locutores femeninos, adems, obtuvieron superiores medidas de Agrado y los masculinos de Profundidad.
De lo anterior se concluye que, aunque sus promedios no varan en funcin del sexo del locutor, los sujetos definen a la Credibilidad por distintos
parmetros segn sean hablantes femeninos o masculinos. La credibilidad
de los primeros descansa sobre la percepcin de Seguridad, Familiaridad,
Responsabilidad y Agrado mientras que, en comparacin, la de los masculinos descansa nicamente sobre Profundidad. Por lo anterior, se afirma que
el sexo es un factor que determina las razones por las que los sujetos atribuyen credibilidad. Los hablantes femeninos deben mostrar mayor nmero
de rasgos favorables que los masculinos. Estos, solo deben parecer profundos. Se detecta cierta pauta de atribucin de Credibilidad discriminante en
los participantes que debera ser estudiada por futuros estudios.
Tambin, el anlisis de los resultados ha mostrado que ambos sexos
recibieron semejantes promedios de credibilidad tanto si se escuchaban sus
voces como si se vean sus imgenes. No obstante, ha revelado diferencias
en el efecto que la percepcin de la imagen tena sobre aspectos especficos
del enjuiciamiento: 1.- en el caso de los locutores masculinos, la disponibilidad de su imgenes ocasiona que resulten significativamente menos
competentes a cuando se escuchan sus voces. Adems, ocasiona que obtengan inferiores promedios de Inteligencia, Tranquilidad, Profundidad y
Seguridad y que la variabilidad de todos sus indicadores de Credibilidad
sea mayor. Luego, existen diferencias en las razones por las que los locutores masculinos obtuvieron credibilidad segn la modalidad de percepcin,
y 2.- en el caso de los femeninos, la percepcin de las imgenes ocasiona
que nicamente vare el promedio del indicador Profundidad (que sea su perior a cuando se escuchan sus voces). Luego, se concluye que la audiovisin afecta en mayor medida a la Credibilidad de los masculinos que a la
138
ISSN: 0798-2992
de los femeninos. Una explicacin plausible para este resultado se encuentra en que la percepcin del rostro podra evidenciar los comportamientos
de los locutores; que la informacin visible permitira que se verificaran
atribuciones de Credibilidad en las voces y reta a las percepciones extradas de la voz.
En relacin con otra variable explorada, el sexo de los participantes, los
datos han mostrado que dicho factor no afecta ni a las dimensiones, ni a
los indicadores de Credibilidad; que los receptores femeninos y masculinos
utilizan semejantes principios para definirla. No obstante, se detect una
tendencia marginal de los femeninos a atribuir mayor Tranquilidad que los
masculinos. Luego, los receptores femeninos valoran en mayor medida que
los hablantes parezcan tranquilos que los del sexo contrario.
Aparte de lo anterior, el anlisis tambin ha mostrado que ambos sexos
atribuyeron semejantes promedios de Credibilidad en ambas modalidades
de percepcin. No obstante, que los femeninos conceden inferiores promedios de Inteligencia cuando ven las imgenes a cuando nicamente escuchan las voces. Este dato muestra, nuevamente que el indicador Inteligencia
sufre un efecto por la modalidad de percepcin.
Este ltimo resultado est relacionado con las afirmaciones de quienes
han probado que las mujeres resultan significativamente ms influidas por
la informacin visual que los hombres (Aloufy, Lapidot y Myslobodsky,
1996; Desjardins y Werker, 2004; hrstrm y Traunmller, 2004) y que ello
se produce dependiendo de la naturaleza de la tarea requerida (Irwin, Whalen y Fowler, 2006). A ellos, agrega que la informacin visual permite a las
mujeres obtener informacin vinculada a la Inteligencia de los hablantes.
Asimismo, este resultado confirma, en lo concerniente a la percepcin de
este factor, a los hallazgos que aseguran que, en general, ambos sexos utilizan la informacin visual de forma distinta (Irwin, Whalen y Fowler, 2006) y
que las mujeres sean mejores decodificadores las claves visuales, o le atribuyen ms importancia, que los hombres.
Desde el punto de vista de la praxis de la comunicacin meditica,
estos resultados retan a prejuicios existentes en la prctica profesional de los
medios y contradicen a la idea de que en todos los contextos comunicativos,
existe un grado de influencia significativo de los aspectos visuales de los
139
comunicadores en la formacin de impresiones de las audiencias. As, revelan que para obtener credibilidad (y por la relacin de este factor con la persuasin, para tener la capacidad de provocar cambios de pensamiento,
actitudes o comportamientos), los esfuerzos en la produccin audiovisual
de los mensajes deben dirigirse a reforzar los aspectos que se derivan del
habla (contenido y elocucin). En este sentido, los resultados invitan a considerar las tcnicas del arte de la oratoria para perseguir el rendimiento
pleno de las capacidades estticas y expresivas de la voz humana. En definitiva, lo qu dice, y cmo lo dice, parece ser ms importante que cmo luce o
cmo se comporta visualmente un hablante.
Los resultados tambin invitan a profundizar en la relacin entre la
credibilidad de hablantes mediados, la modalidad de percepcin y la experiencia en la produccin del habla. Es probable que la carencia de entrenamiento en los discursos sonoros (v.g. dominio de la entonacin, de la
articulacin o vocalizacin y del uso del ritmo y la velocidad del habla) pueda dotar a la informacin visual de un peso superior en la atribucin promedio de credibilidad de los receptores (bsicamente por su relacin con la
inteligibilidad). Por otra parte, y debido a que la interpretacin de un discurso depende del contenido del mensaje, los resultados sugieren que se
podra explorar la relacin existente entre la competencia de los hablantes,
el tipo de mensaje y el efecto que causa la modalidad de percepcin. La influencia del rostro del hablante en la credibilidad pudiera tener distintos
grados, dependiendo de que se interprete mensajes con contenidos distintos. Tambin, otros estudios podran observar la relacin entre la credibilidad, los factores eminentemente acsticos de la produccin del habla y la
modalidad de percepcin. Esto es, estudiar los efectos del tono de voz, la
intensidad, y la velocidad del habla en la Credibilidad cuando se escuchan
o audioven a los hablantes. Los resultados alcanzados podran resultar del
inters de investigadores en disciplinas cientficas varias, como la lingstica, la psicologa y la comunicacin. Adems, podran ser del inters de los
especialistas en investigaciones sobre gnero.
140
ISSN: 0798-2992
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ISSN: 0798-2992
Alternativas
comunicacionales,
investigacin y praxis
Alternative communications,
investigation and practice
Communication alternative,
la recherche et la pratique
Alternative di comunicazione,
ricerca e pratica
Kommunikationsalternative,
Forschung und Praxis
Communicao alternativa,
pesquisa e prtica
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 149-164
Alternativas
comunicacionales
desde la perspectiva
de la fragmegracin
Alternative communications
from the perspective
of the fragmegration
RESUMEN
JOHANNA PREZ DAZA
Alternativas comunicacionales desde la perspectiva de la fragmegracin
La fragmegracin propuesta por el politlogo James Rosenau permite abordar los procesos comunicacionales
que, basados en el uso de las Tecnologas de la Informacin y la comunicacin, buscan ser una opcin frente al
sistema establecido. Desde esta perspectiva, se estudian las tensiones dialcticas que integran y fragmentan, a
la vez, y que sustentan la fragmegracin, una categora que permite a la autora explorar distintos acontecimientos de relevancia internacional, caracterizados por el uso, intensidad e impacto de las llamadas alternativas
comunicacionales.
Descriptores: Audiencias / Alternativas / Comunicacin / Fragmegracin / Internacional / TIC.
ABSTRACT
JOHANNA PREZ DAZA
Alternative communications from the perspective of the fragmegration
The fragmegration proposed by political scientist James Rosenau can address communication processes that,
based on the use of information technology and communication, seeking to be an option against the establishment. From this perspective, we study the dialectical tensions that integrate and fragment at a time, and that
support fragmegration, a category that allows the author to explore other important international events, characterized by the use, intensity and impact of the so-called alternative communication.
Keys Words: Hearings / Alternatives / Communication / Fragmegration / International / ICT.
RSUM
JOHANNA PREZ DAZA
Communication alternative du point de vue de lfragmegracin
Le fragmegracin propos par le politologue James Rosenau peut aborder les processus de communication qui,
base sur lutilisation des technologies de linformation et de la communication, en cherchant tre une option
contre la mise en place. Dans cette perspective, nous tudions les tensions dialectiques qui intgrent et fragment la fois, et que fragmegracin soutien, une catgorie qui permet lauteur dexplorer dautres vnements
internationaux importants, caractriss par lutilisation, lintensit et limpact de la solution dite de la communication.
Mots cls: Audiences / Alternatives / Communication / Fragmegracin / International / TIC.
RESUMO
JOHANNA PREZ DAZA
Comunicao alternativa a partir da perspectiva do fragmegracin
O fragmegracin proposto pelo cientista poltico James Rosenau pode abordar processos de comunicao que,
com base no uso da tecnologia da informao e comunicao, visando ser uma opo contra o estabelecimento.
A partir desta perspectiva, estudamos as tenses dialticas que se integram e fragmento de cada vez, e que fragmegracin apoio, uma categoria que permite ao autor explorar outros importantes eventos internacionais,
caracterizadas pela intensidade de uso e impacto da alternativa chamada comunicao.
Palavras-chave: Audincias / Alternatives / Comunicao / Fragmegracin / Internacional / TIC.
El tema de las alternativas comunicacionales cobra cada da mayor vigencia, no slo en el contexto local o
domstico, sino en escenarios globales donde el acceso, uso y apropiacin de las Tecnologas de la Informacin y la Comunicacin (en adelante,
TIC) determinan las caractersticas y orientaciones de hechos sociales y
polticos que trascienden la esfera de las relaciones internacionales.
El contexto global se caracteriza por diversos acontecimientos y elementos que han introducido significativos cambios en la dinmica internacional, tales como la profundizacin de la globalizacin y el auge que, en
las ltimas dcadas, han cobrado la ciencia y la tecnologa en la agenda internacional. No es exagerado afirmar, entonces, que para estudiar la realidad actual se requieren ajustes en el modo tradicional de concebir las
relaciones internacionales y los paradigmas comunicacionales. Diversidad de
interlocutores, nuevas conceptualizaciones, revisin del rol del Estado,
gobernanza de internet, brecha digital, auge de los llamados e-sectores
(egobierno, e-educacin, e-economa, e-seguridad...), entre otros aspectos de
singular relevancia, destacan al momento de revisar el temario internacional y su reconfiguracin.
Distintas situaciones evidencian cmo las TIC han generado cambios
no slo en el mbito individual y local, sino que tambin han impactado los
escenarios regional y global. La relacin informacin-conocimiento-poder
ha subrayado tpicos que muestran el auge y la penetracin de las TIC en la
esfera internacional, tales como el ciberterrorismo; las telecomunicaciones e
Internet en la poltica internacional; la diplomacia on line; la blogsfera
como nuevo espacio de comunicacin; el uso de redes
sociales (facebook y twitter, principalmente) para divulgar primicias noticiosas y el intercambio y difusin
meditica de mensajes de lderes mundiales,
ciudadanos y dems actores internacionales (grupos sociales, instituciones, ONG, movimientos
insurgentes).
James Rosenau (1995), terico de las relaciones
internacionales, ha acuado el trmino fragmegracin
151
para sealar las tensiones dialcticas que se dan entre fuerzas fragmentarias
e integradoras. Rosenau propone la adopcin de nuevos marcos analticos
para comprender la actual realidad, asumiendo que sta es dinmica, compleja y cambiante. En este sentido, sus planteamientos sobre la fragmegracin y, en consecuencia, las conexiones que se dan entre los procesos de
fragmentacin e integracin, permiten establecer un vnculo con las alternativas comunicacionales que encuentran en las TIC una nueva va que impacta
no slo los modos y formas de comunicarnos, sino tambin su intensidad,
interaccin y alcance.
El propsito de este artculo es visualizar y aproximarnos a estas alternativas comunicacionales desde la perspectiva de la fragmegracin, una
categora que aunque tiene su nicho en la disciplina de las relaciones internacionales, puede aplicarse al campo de la comunicacin, lo que deja ver
su pertinencia y amplitud. Al hablar de los problemas y caractersticas de
la sociedad actual, Rosenau sostiene que los mismos estn saturados de
ambigedad e impregnados de las dinmicas de la transformacin. Afirma
que los asuntos humanos (a propsito de los cuales la comunicacin juega
un papel relevante, articulador y consustancial a otros procesos) se vuelven
cada vez ms complejos e interdependientes. Procesos que, adems, estn
inmersos en las interacciones de las fuerzas globalizadoras y localizantes
que constituyen una dinmica inmensa.
Intentamos responder al llamado de Rosenau (1995: 22) sobre la necesidad de: sondear la propia dinmica, de explorar sus fuentes y de anticipar sus ramificaciones potenciales para los campos cada vez ms amplios
de la experiencia humana. Consideramos, en este sentido, que la comunicacin no puede ser omitida. Este autor advierte que en los actuales momentos se ha acelerado el dinamismo permitiendo romper o al menos
minimizar la visin de los acontecimientos globalizadores y fragmenta dores independientes unos de otros, lo que se debe en buena medida a la
amplia gama de tecnologas existentes. Desde esta perspectiva y con estas
herramientas tericas proponemos un acercamiento a la comunicacin y
ms concretamente a las alternativas comunicacionales asociadas al uso de
internet, las redes sociales, la blogsfera y el periodismo ciudadano.
152
ISSN: 0798-2992
Otros trminos que sugieren las tensiones contradictorias que empujan a los sistemas
hacia la coherencia y el colapso son caord, un trmino que yuxtapone las dinmicas de
caos y orden, y glocalizacin, que apunta a la simultaneidad de las dinmicas globalizantes y localizantes (sic). La primera designacin ha sido propuesta en Hock, D.W.,
Institutions in the Age of Mindcrafting, un ensayo presentado ante la Conferencia Bio nmica Anual, San Francisco, 22 de octubre de 1994, pp.1-2, mientras que la segunda ha
sido desarrollada por Robertson, R., Glocalization: Time-Space and Homogeneity-Heterogeneity, en Featherstone, M., Lash, S., y Robertson (Rosenau, 1997: 118).
153
de acercarnos a su estudio y anlisis. An ms, al momento de aplicar teoras pues stas no son infalibles. La compleja realidad actual demanda
herramientas y enfoques adecuados que permitan su reconocimiento y
confrontacin.
A pesar de la complejidad caracterstica de esta poca, Rosenau (1997:
114-115) menciona algunos de sus rasgos y seala que: ahora parece claro
que vivimos en un mundo no lineal en el que las causas y los efectos estn
inextricablemente entrelazados y se ubican en la base de las tendencias
centrales de patrones contradictorios y de retroalimentacin, desarrollos
anmalos y equilibrios puntuados. Ahora bien, aunque se aproxima cautelosamente a esta realidad, el autor subraya que el mismo orden que ha
sostenido a familias, grupos, comunidades y pases descansa sobre contradicciones, ambigedades e incertidumbres. En distintos mbitos se refuerzan unas nociones, al tiempo que se flexibilizan y debilitan otras que
sustentaron diversos principios que parecan inalterables.
Territorios y lmites son an importantes, pero el apego a ellos se est debilitando. Los asuntos domsticos y externos an parecen pertenecer a dominios
separados, pero la lnea que los divide es transgredida con frecuencia creciente. El sistema internacional es menos exigente, pero es an poderoso. Los
Estados cambian, pero no desaparecen. La soberana estatal se erosiona, pero
sigue siendo afirmada vigorosamente. Los gobiernos son ms dbiles, pero
an poseen recursos considerables y pueden hacer sentir su peso. Las ganancias de las compaas crecen mientras que los salarios permanecen estan cados. Sobre las pantallas de nuestros televisores vemos escenas de horror
indescriptibles, al tiempo que organizaciones humanitarias movilizan y
emprenden acciones remediales heroicas. () En algunas ocasiones, los pblicos se han vuelto ms exigentes, mientras que en otras son ms flexibles. Los
ciudadanos son a la vez ms activos y ms cnicos. Las fronteras an detienen
a los intrusos, pero son tambin ms porosas. En resumen, hemos entendido
que vivimos en un mundo que se deteriora en ciertas reas, se mantiene esttico en otras, y avanza en otras, lo cual es otra manera para concluir que tanto el
orden como el desorden sostienen simultneamente a las estructuras globales.
(Ibidem: 119)
De este modo, transformaciones y continuidades sirven de base a es tas estructuras y procesos de ndole ya no exclusivamente global, ni exclu-
154
ISSN: 0798-2992
155
de participacin de la sociedad civil, es decir, se trastoca la pasividad receptiva y se estimula el activismo, sin obviar las interacciones entre los distintos actores. Este rechazo a la estructura comunicacional vigente ha
encontrado en la arena internacional varias expresiones que presuponen
una reestructuracin de las prcticas comunicativas y del poder en s, tal
como categricamente afirma Castells (2005: 36):
La informacin es poder. La comunicacin es contrapoder. Y la capacidad de cambiar el flujo de informacin a partir de la capacidad autnoma
de comunicacin, reforzada mediante las tecnologas digitales de comunicacin, realza sustancialmente la autonoma de la sociedad con respecto a
los poderes establecidos.
A modo ilustrativo, basta mencionar dos acontecimientos en los que
estas alternativas comunicacionales de corte tecnolgico han incidido profundamente en la dinmica comunicativa en contraposicin al sistema
comunicacional oficial, por sus posibilidades de convocatoria, denuncia y
alcance, o por su poder para romper los cercos informativos de diverso
origen que aslan y/o deforman la percepcin de las complejas realidades
contemporneas.
El primer caso lo constituyen las reacciones posteriores a los ataques
terroristas en Madrid el 11 marzo de 2004. La voz gubernamental atribuy la autora de los atentados a ETA; sin embrago, numerosos ciudadanos
no aceptaron esta versin y se valieron de la comunicacin a travs de
mensajera celular y correo electrnico para organizar manifestaciones y
movilizaciones que buscaban la verdad de los hechos, logrando dejar al
descubierto la manipulacin informativa que se haba instrumentado en
torno a este suceso2.
156
En marzo del 2004, el partido gobernante en Espaa controlaba la mayora de la televisin pblica y gran parte de la privada, as como la mayora de las radios y la opinin
pblica a su favor. Sin embargo, los SMS se encargaron de poner en evidencia pblica la
manipulacin y la desinformacin instrumentados por el gobierno. ste no solamente
perdi las elecciones, sino que indign a la sociedad porque adems de la tragedia y el
terror del atentado, se sinti usada y engaada con fines electorales. Con las movilizaciones, se evapor buena parte del capital de credibilidad en los medios de informacin
masivos (Vizer, 2006: 12).
ISSN: 0798-2992
Las revoluciones acaecidas en pases del norte de frica y Oriente Prximo desde enero
de 2011, han sido significativas no slo por la magnitud humana y poltica de los hechos
en s, sino por el crucial papel que han desempeado en ellas Internet y las redes sociales. Estas plataformas actuaron como movilizadoras de la respuesta ciudadana llevando a la prctica la teora de las multitudes inteligentes planteada por Rheingold y
como espacio para formas de comunicacin alternativas al periodismo profesional
(Navarro y Garca, 2011: 149).
157
TRANSFORMACIONES EN CURSO
En la era de la digitalizacin la comunicacin enfrenta nuevas posibilidades y desafos que parten de la consideracin de la Web 2.0 como esfera
pblica, en tanto que el ciberespacio sobrepasa la unidireccionalidad de la
informacin y da paso a una comunicacin en red, en la que se producen e
intercambian contenidos y se participa de manera ms dinmica. La emergencia de las TIC ha activado alternativas en las que se privilegia la participacin y la multiplicidad de fuentes y contenidos. Paralelamente, las TIC
han trastocado la experiencia del tiempo y el espacio, as como nuestra
identidad y, de modo general, la forma en la que vivimos, nos comunicamos y relacionamos. Las relaciones virtuales se acentan cada vez ms en
un mundo interconectado en el que la sinergia entre comunicacin y tecnologa plantea mltiples revisiones y adecuaciones.
Nos movemos, pues, entre oportunidades y retos derivados de las colisiones entre tecnologa y comunicacin, al punto de modificarse la concepcin tradicional de los medios y observar en stos una mayor apertura a las
iniciativas ciudadanas basadas en el trabajo colaborativo y la valorizacin
de las redes sociales y los blogs como espacios de participacin e incluso
como fuentes informativas. La interaccin entre usuarios y la produccin e
intercambio de contenidos se orientan hacia la democratizacin de la informacin en una aldea global cada da ms interconectada en la que las TIC propician la participacin de los pblicos en los procesos de comunicacin,
evidenciando la metamorfosis de receptores pasivos a usuarios activos.
Asimismo, surgen diversos cambios para el ejercicio del periodismo
que, inevitablemente, conllevan a la revisin de los medios tradicionales ya
que emergen nuevas posibilidades comunicacionales caracterizadas por la
tecnificacin y masificacin de la informacin. Nociones como periodismo
ciudadano, blogsfera, ciberactivismo, comunidades virtuales, entre otras, nos
colocan frente a alternativas comunicacionales desafiantes y diversas, complejas y dinmicas, en las que se revisa y reinterpreta la participacin ciudadana y el rol de las audiencias en la llamada sociedad red.
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devenir de los acontecimientos locales y globales que pueden generar conexiones e interacciones entre fuerzas integradoras y fragmentarias, tal
como postula la teora de la fragmegracin.
Hechos y sucesos de escala local/nacional trascienden y se internacionalizan muchas veces gracias a las alternativas comunicacionales y temas globales son llevados al mbito vecinal o comunitario con el aadido
de que, a su vez, se producen tensiones que integran y fragmentan, que se
mueven entre la dialctica y la interaccin que fundamentan la fragmegracin. Los individuos y colectivos quieren hacer escuchar su voz, ms all de
la hasta ahora casi unidireccional voz de los medios. Los blogs y twitters son
slo dos ejemplos de esto.
Lejos de desligarse de esta realidad, los medios de comunicacin han
tenido que adaptar, acoger e integrar a sus sistemas estos nuevos modos de
comunicar que han ganado terrero entre numerosos usuarios activos y participativos. Todo esto sin olvidar que, como alternativas comunicacionales
emergentes, han sido plataforma para acciones de diversa ndole, han servido para informar y desinformar, para compartir luces y sombras, para formar y deformar, para confundir opinin e informacin.
Sin embargo, su uso y apropiacin muestra, en distintos casos, no slo
que llegaron para quedarse (como la prensa escrita, la radio y la televisin)4
sino que tambin representan una oposicin abierta y desafiante al orden
comunicacional actual y, en consecuencia, a los lmites que tradicionalmente se ha querido imponer a la comunicacin (bajo el formato de censura,
presiones publicitarias y empresariales, atentados y violaciones a la libertad de expresin y a la libertad de prensa, etc.). Aunque, en ocasiones, la
tecnologa se mueve a un ritmo ms acelerado que las regulaciones y mtodos de coaccin, ya que los cambios y la adaptacin que stos requieren
traen un desafo implcito, indistintamente de la existencia y opcin por un
determinado bando o sector.
4
160
La novedad y el surgimiento de un medio de comunicacin ha representado, tradicionalmente, amenazas e incertidumbre sobre la aceptacin y permanencia en el tiempo de los
medios ya existentes. As sucedi, por ejemplo, con la llegada de la TV; se pens, en su
momento, que el medio radial sucumbira ante el impacto de las imgenes. La misma
tensin se ha dado entre los medios impresos y electrnicos. Sin embrago, ms que desaparecer, unos y otros se adaptan a las tecnologas, incorporando nuevos formatos y de fendiendo cada cual sus especialidades y rasgos caractersticos y distintivos.
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CONSIDERACIONES FINALES
A lo largo de este artculo se dieron argumentos para tratar de demostrar que los postulados tericos de la fragmegracin, aunque pertenecientes
al campo disciplinario de las ciencias polticas y sociales, aportan luces
para analizar algunas experiencias actuales en el campo de las alternativas comunicacionales. As, es posible afirmar que estas experiencias
alternativas cimentadas en las TIC pueden, por una parte, integrarnos e
interconectarnos instantneamente con otras realidades y localidades, y a
la vez pueden fragmentarnos y diluirnos en un escenario que rebasa las
caractersticas tradicionales del espacio y el tiempo, crendose contradicciones y tensiones.
Las conexiones interpersonales en entornos virtuales basados en la
Web 2.0 (especialmente redes sociales, intercambio de fotos y video, participacin en foros y salas de chat), pueden devenir en relaciones en el mundo
real, aunque tambin pueden interferir o influir en el curso de las mismas.
Bien es cierto que las TIC han permitido establecer relaciones personales
virtuales distantes (justamente por la caducidad de las fronteras de las
comunidades y los lmites de la comunicacin), pero en ocasiones tambin
nos exponemos a estar ms distantes de nuestros prximos, a quienes s podemos tocar y sentir.
Por otro lado, podemos tener mayor acceso a ms informacin, pero a
la vez estar desinformados o confundidos ante las emisiones de mltiples
fuentes, no siempre serias y confiables. Como individuos conocemos y
estamos enterados de asuntos y problemas globales pero tambin nos aislamos de entornos cercarnos. Se puede, incluso, saber ms del mundo y
menos de nuestra comunidad local. Tensiones similares nos hacen poner
en la balanza el rol de la tecnologa en la sociedad actual. Como individuos, corremos el riesgo de que el uso que hagamos de la tecnologa termine esclavizndonos o liberndonos, hacindonos autnomos o adictos. En
todo caso, las contradicciones y imprecisiones que puedan surgir van a depender del uso que hagamos de ella.
Manuel Castells (2009: 1) enfatiza: Lo ms interesante de cualquier
transformacin tecnolgica no es lo que los ingenieros dicen que va a pasar,
161
sino lo que la gente hace con ella; con lo que da gran relevancia al uso y a
las aplicaciones que se masifican. Y ms adelante expone:
La informacin y el conocimiento han sido los elementos centrales de todas las
sociedades histricamente conocidas. Lo que caracteriza esta nueva era es que
disponemos de un sistema tecnolgico que revoluciona las formas de procesamiento de informacin y comunicacin y transforma la forma en que vivimos
y nos comunicamos entre nosotros (Ibdem: 2).
Diversas experiencias en el campo de las alternativas comunicacionales incluidos los medios comunitarios se entienden ya no como mbitos
exclusivamente locales sino como espacios de batalla conjunta, interconectados con otras realidades, incluso fuera de los lmites regionales o nacionales. Se crean, entonces, movimientos mundiales en los que confluyen
luchas focalizadas, que por su propia naturaleza devienen en tensiones y
vaivenes integradores y fragmentarios.
Acontecimientos recientes en los que experiencias alternativas de comunicacin relacionadas con las TIC han tenido un papel relevante, muestran cmo se internacionalizan y particularizan las agendas, al punto de
que un hecho nacional o local puede acaparar la atencin mundial, mientras un suceso de dimensiones globales puede despertar el inters de una
pequea comunidad y crear lealtades basadas en la identificacin, la solidaridad, la toma de decisiones, el levantamiento de acciones conjuntas, entre otras. En el caso concreto de las agendas mediticas, hay que reconocer
la influencia y los espacios conquistados por colectivos, movimientos y redes, los cuales no desestiman su valor e importancia aunque privilegien el
uso y la credibilidad de las alternativas comunicacionales de las que se han
apropiado, manteniendo en oportunidades una fuerte crtica al tratamiento comunicacional, orientacin, vnculos comerciales y poltica editorial de
las grandes corporaciones mediticas.
Otro aspecto que puede analizarse bajo la ptica de la fragmegracin es
la llamada brecha digital (domstica e internacional) y lo que sta representa, pues esta divisin entre quienes (pases, regiones e individuos) tienen
acceso y se benefician de las TIC y quienes an permanecen rezagados, pone de manifiesto que las mismas pueden significar una oportunidad de
162
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Comunicacin Poltica
Polticas de Comunicacin
Political Communication
Communication Policies
La communication politique
Politiques de la communication
Comunicazione politica
Politiche di comunicazione
Politische Kommunikation
und Kommunikationspolitik
Comunicao Poltica
Polticas de Comunicao
La Lnea de Investigacin
Comunicacin Poltica y Polticas de
Comunicacin, de la que existe una
tradicin de investigacin en el
ININCO desde su fundacin en
1974, aborda las complejas relaciones de interdependencia entre
las dimensiones econmicas y poltica de las comunicaciones. As, esta lnea de investigacin se constituye en
un espacio para el anlisis crtico del fenmeno enunciado en las siguientes
vertientes y enfoques:
1.
2.
3.
En lo que respecta al derecho humano a la informacin y a la comunicacin, en tanto que un campo disciplinario relativamente nuevo
en nuestro pas, se estudia la necesidad de concretar las libertades y
derechos, vigilar porque el Estado garantice su ejercicio y respeto as
como instrumente polticas que tiendan a promover el acceso y la
participacin de la poblacin a bienes y servicios de informacin y
comunicacin.
En este marco de accin, Luisa Torrealba Mesa, investigadora del ININCO-UCV, nos presenta cifras actualizadas sobre la situacin de la televisin y
los avances de la Televisin Digital Terrestre en el pas, para compartir algunas
constataciones relevantes, que puedan ayudar a comprender mejor el estatus
actual de la radio y la televisin en Venezuela como objeto de una Poltica
Pblica.
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 167-190
Luisa
Torrealba Mesa
(Venezuela)
Diagnstico
de la televisin de
seal abierta en
Venezuela 2001-2008
Diagnosis of broadcast television
in Venezuela 2001-2008
RESUMEN
LUISA TORREALBA MESA
Diagnstico de la televisin de seal abierta en Venezuela 2001-2008
El presente trabajo consiste en un diagnstico sobre la situacin de la televisin de seal abierta en Venezuela
durante el perodo 2001-2008. Se presenta el nmero de canales de televisin existentes y de licencias para la
creacin de nuevas televisoras o para la continuacin al aire de las existentes que fueron otorgadas, en los sectores pblico, privado y comunitario. De igual forma se incluye un resumen de los avances que ha habido
desde el ao 2007 en materia de Televisin Digital Terrestre, en el pas.
Descriptores: Canales / Televisin / Seal abierta / Televisin digital terrestre.
ABSTRACT
LUISA TORREALBA MESA
Diagnosis of broadcast television in Venezuela 2001-2008
The present study is an analysis of the situation of the television networks in Venezuela during the period 20012008. We report the number of TV channels and existing licenses for the creation of new television or continuation of existing air that were granted, in the public, private and community. Likewise is a summary of the
progress that has occurred since 2007 in the field of digital terrestrial television in the country.
Keys Words: Channels / Television / Open signal / digital terrestrial TV.
RSUM
LUISA TORREALBA MESA
Diagnostic des rseaux de tlvision au Venezuela 2001-2008
La prsente tude est une analyse de la situation des rseaux de tlvision au Venezuela au cours de la priode
2001-2008. Nous rapportons le nombre de chanes de tlvision et licences existantes pour la cration de la nouvelle tlvision ou la poursuite de lair existant qui ont t accordes, dans le secteur public, priv et communautaire. Est galement un rsum des progrs qui ont eu lieu depuis 2007 dans le domaine de la tlvision
numrique terrestre dans le pays.
Mots cls: Chanes / Tlvision / Open signal / tlvision numrique terrestre.
RESUMO
LUISA TORREALBA MESA
Diagnstico de redes de televiso na Venezuela 2001-2008
O presente estudo uma anlise da situao das redes de televiso na Venezuela durante o perodo de 20012008. Relata-se o nmero de canais de TV e licenas existentes para a criao de nova televiso ou a continuao
do ar existente que foram concedidos, no pblico, privado e da comunidade. Da mesma forma um resumo
do progresso que tem ocorrido desde 2007 no domnio da televiso digital terrestre no pas.
Palavras-chave: Canais / televiso / Open sinal / TV digital terrestre.
169
Este balance que se realiza desde la lnea de investigacin Comuni cacin Poltica y Polticas de Comunicacin del Instituto de Investigaciones
de la Comunicacin (ININCO), de la Universidad Central de Venezuela, y
forma parte de los aportes del Observatorio ININCO de la Cultura y la Comunicacin. Constituye un seguimiento de trabajos afines desarrollados por
los investigadores Elizabeth Safar, Gustavo Hernndez Daz y Carlos Guzmn Crdenas, en el Anuario ININCO.
Se trabaj con la base de datos de la Comisin Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL)2, lo cual requiri de un arduo trabajo de sistematizacin, que nos permiti avanzar en el conteo del nmero de operadores
de televisin que transmiten en seal abierta. No obstante, se constat que
la informacin disponible sobre el sistema de medios radioelctricos en los
registros pblicos de la CONATEL es incompleta, pues no se tuvo acceso a
informacin referida a nmero de transmisores, antenas repetidoras, potencia de transmisin, ni al listado completo de distribucin de las habilitaciones y concesiones otorgadas a medios de comunicacin, para explotar
frecuencias del espectro radioelctrico. La informacin que se logr recabar
llega hasta el ao 2008, lo que impidi que el presente diagnstico presentara datos ms actualizados.
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La Comisin Nacional de Telecomunicaciones establecer, mediante resolucin, cronogramas especiales de transformacin de las actuales concesiones y permisos otorgados
de conformidad con la legislacin anterior, en las habilitaciones administrativas, concesiones u obligaciones de notificacin o registros establecidos en esta Ley (). La transformacin de los ttulos jurdicos deber efectuarse dentro de los dos aos siguientes a la
publicacin de la presente Ley en la Gaceta Oficial, tendr carcter obligatorio ()
(Artculo 210 de la Ley Orgnica de Telecomunicaciones, 2000).
La habilitacin administrativa es el ttulo que otorga la Comisin Nacional de Telecomunicaciones para el establecimiento y explotacin de redes y para la prestacin de servicios de telecomunicaciones, a quienes hayan cumplido con los requisitos y condiciones
que a tales fines establezca dicho rgano, de conformidad con esta Ley (). En los casos
en que se requiera el uso del espectro radioelctrico, el operador deber obtener adems
la correspondiente concesin (Artculo 16 de la Ley Orgnica de Telecomunicaciones,
2000).
171
VHF
UHF y VHF
Total
Antiguo rgimen
38
53
Nuevo rgimen
22
29
Total
60
12
10
82
73%
15%
12%
100%
Porcentajes totales %
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len/ ININCO-UCV.
Grfico N 1
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len -ININCO-UCV.
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De estos datos numricos encontramos dos aspectos a resaltar. Primero: El hecho de que para el ao 2008 existiesen 82 televisoras de seal
abierta no significa que todos los venezolanos tuviesen acceso a un gran
diversidad de canales entre los que pudiesen elegir o que todos estos canales contasen con una produccin propia, con temas atractivos y originales,
que les permitiesen competir por la atencin de la audiencia. Apenas 11 te levisoras del total, estn ubicadas en la zona metropolitana de Caracas
(Distrito Capital), de las cuales slo 7 tienen cobertura nacional, y el resto
corresponde a pequeas televisoras regionales, de cobertura limitada, que
en su mayora cuentan con muy pocos programas de produccin propia y
complementan sus parrillas de programacin con contenidos forneos o
comprados a las grandes cadenas nacionales de televisin.
Segundo: La mayora de las televisoras fueron habilitadas (53) en el
perodo correspondiente al antiguo rgimen; lo que implica que tras las
aprobacin de la nueva Ley de Orgnica de Telecomunicaciones hubo una
disminucin en la creacin de nuevos medios radioelctricos, que puede
estar relacionada con la dificultad derivada de los requisitos, estipulados
en el nuevo marco legal.
Se toma como referencia este perodo que coincide con el proceso de actualizacin de
ttulos que ha llevado a cabo CONATEL a partir del ao 2001, segn lo contemplado en
el artculo 210 de la Ley Orgnica de Telecomunicaciones del ao 2000.
173
concedi 37 habilitaciones para televisoras de seal abierta UHF y 88 habilitaciones para televisoras de seal abierta VHF (vanse Cuadros N 2 y N 3).
Cuadro N 2
Cuadro N 3
Habilitaciones concedidas
a televisoras de seal abierta UHF
entre enero de 2001 y abril de 2008
Habilitaciones concedidas
a televisoras de seal abierta VHF
entre enero de 2001 y abril de 2008
Aos
Televisoras
Total
Aos
Televisoras
Total
2001
2001
2002
2002
2003
2003
2004
11
11
2004
2005
11
11
2005
23
23
2006
2006
2007
2007
65
65
2008
2008
Total
37
37
Total
88
88
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len/ ININCO-UCV.
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(vanse Grficos N 2 y N 3). De igual modo, analizando estos datos encontramos, en el momento en que se produjo el otorgamiento del mayor
nmero de habilitaciones, que en el ao 2005 la Comisin Nacional de Telecomunicaciones produjo la Reforma Parcial del Cuadro Nacional de Atribucin
de Bandas de Frecuencia10. Con esta reforma se hicieron efectivos ajustes del
Cuadro Nacional de Atribucin de Bandas de Frecuencias (CUNABAF),
con lo que se pretenda ajustarlo a los parmetros vigentes de la Unin Internacional de Telecomunicaciones (UIT), y aplicar criterios para lograr un
uso ms eficiente del espectro radioelctrico, de acuerdo a lo que seala la
misma providencia. Este reordenamiento, tambin estuvo acompaado de
la aprobacin de un conjunto de normas tcnicas, referidas al funcionamiento de la radio y la televisin, entre las que se encuentran las Normas
Tcnicas sobre las Condiciones de Prestacin de los Servicios de Radio y Televisin11
y las Normas Tcnicas sobre la Publicidad, Propaganda y Promociones en los
Servicios de Radio y Televisin12. Este desarrollo normativo pudo ser la causa
del incremento en el otorgamiento de habilitaciones administrativa para la
operacin de estaciones de radio y televisin durante este ao.
Otro aspecto de inters es que dentro de las habilitaciones UHF otorgadas se encuentran las adjudicadas a televisoras comunitarias, cuyo alcance es limitado geogrficamente. En relacin con el ao 2007, este fue un
perodo muy polmico en cuanto al uso y explotacin del espectro radioelctrico, pues este ao se produjo la salida del aire de la televisora por seal
abierta Radio Caracas Televisin (RCTV), luego de que el Presidente de la
televisora privada Radio Caracas Televisin (RCTV) luego de que el presidente de la
Repblica ordenara su salida del aire, por considerar que era un canal golpista. Tras el
anuncio presidencial las autoridades del sector telecomunicaciones alegaron que la salida del aire estaba motivada al vencimiento de la concesin del canal, al cumplirse 20
aos de la misma.
10
11
Las Normas Tcnicas sobre las Condiciones de Prestacin de los Servicios de Radio y
Televisin fueron publicadas en la Gaceta Oficial de la Repblica Bolivariana de
Venezuela N 38.281, del 27 de Septiembre de 2005.
12
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Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len / ININCO-UCV.
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Grfico N 3
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len/ ININCO-UCV.
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Cuadro N 4
Habilitaciones concedidas a televisoras de seal abierta UHF entre enero
de 2001 y abril de 2008 segn la propiedad de los operadores
Tipo
Estatales
Sub-categora
COVETEL
12
AN-TV
vila TV
Privadas
19
19
Universidad
Cooperativa
Buena TV (Cooperativa)
Fundacin
Proclamacin TV (Fundacin)
Privadas
Otros
Total
Televisoras Total
37
14
37
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len/ ININCO-UCV.
Grfico N 4
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len / ININCO-UCV.
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Otras/ Institucionales
TVES
27
VTV
58
Arquidicesis de Mrida
Total
88
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len/ ININCO-UCV.
Grfico N 5
Fuente: CONATEL. Datos procesados por Luisa Torrealba y Freya Len/ ININCO-UCV.
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Al igual que con las habilitaciones UHF, aqu tambin se repite la preponderancia de la dupla gobierno-sector privado en el control y explotacin del espectro radioelctrico; por encima de otras iniciativas que
incentiven la participacin plural de ciudadanos, como universidades, organizaciones no gubernamentales, etc. Resaltando el dominio del Estado,
sector que obtuvo un poco ms del doble de las licencias VHF obtenidas
por el sector privado; lo que deja en evidencia una tendencia hacia el mo nopolio del Estado.
Otro aspecto importante de destacar es que las licencias VHF son las
que permiten una cobertura ms amplia; lo que implica que los medios que
operen a travs de las mismas podrn difundir su seal a travs de un espacio territorial ms grande que el de un medio que tenga una seal UHF.
Ello tambin refuerza la idea que hemos mencionado anteriormente, sobre
una clara poltica del Estado de liderar un monopolio de televisin de seal
abierta, que se evidencia no slo en el nmero de emisoras, sino en la cobertura de las mismas.
TELEVISORAS COMUNITARIAS
Antes del ao 2002 existan ya en Venezuela algunas experiencias de
radio y televisin comunitaria, sin embargo no tenan sustento legal. A partir de la entrada en vigencia del Reglamento de Radiodifusin Sonora y Televisin Abierta Comunitarias de Servicio Pblico, aprobado mediante el Decreto
Presidencial N 1.521, del 03 de noviembre de 2001 y publicado en la Ga ceta Oficial N 37.359, del 8 de enero de 2002, estos medios cuentan con una
base normativa que les otorga legalidad. Este reglamento se deriv de la
Ley Orgnica de Telecomunicaciones del ao 2000.
Para abril de 2008 existan en Venezuela 265 medios de comunicacin
comunitarios formalmente habilitados, de los cuales 36 eran televisoras.
Todos recibieron su habilitacin correspondiente a partir del ao 2002, lue go de la entrada en vigencia del reglamento correspondiente. Al hacer la
revisin del proceso de otorgamiento de las licencias a medios radioelctricos comunitarios, encontramos que fue en el ao 2004 cuando se otorg el
mayor nmero de habilitaciones (85 a emisoras de radiodifusin sonora y
11 a televisoras) (ver Grfico N 6).
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CONCLUSIONES
Si bien este trabajo tena como objetivo presentar cifras actualizadas
que permitan ofrecer un diagnstico sobre la situacin de la televisin en
Venezuela y los avances de la Televisin Digital Terrestre en el pas y no
pretenda ser un estudio analtico sobre el sector, compartimos a continuacin algunas constataciones relevantes que pueden ayudar a comprender
mejor el estatus actual de la radio y la televisin en Venezuela.
No existe en el pas informacin oficial completa y sistematizada, a
disposicin de los ciudadanos, sobre la distribucin del espectro radioelctrico, las frecuencias libres, nmero de antenas y transmisores que
estn en operacin, ni su potencia de transmisin; lo que dificulta un
conocimiento amplio sobre el estatus del espectro radioelctrico, en su
condicin de bien de servicio pblico.
En el perodo correspondiente al antiguo rgimen se observ que
hubo un mayor nmero de televisoras habilitadas que en el nuevo rgimen. Se desconoce el estatus de dichas habilitaciones (fechas de vencimiento y frecuencias del espectro radioelctrico disponibles), por lo que
no fue posible establecer las causas o motivos de que el nmero de concesiones otorgadas en el nuevo rgimen sean mayores.
El perodo de mayor dinamismo en el otorgamiento de habilitaciones a
televisoras, en seal abierta, coincidi con un contexto de intensa discusin en el pas, en relacin con el uso y la democratizacin del espectro
radioelctrico y el marco legal que rige los contenidos de los medios radiotelevisivos. As, en los aos 2004 y 2005, cuando fueron otorgadas el
mayor nmero de habilitaciones a televisoras UHF en seal abierta, se
discuti y entr en vigencia la Ley de Responsabilidad Social en Radio
y Televisin. Entretanto, el ao 2007, perodo en el que se otorg el mayor nmero de habilitaciones para televisoras VHF, coincidi con el
cumplimiento de los 20 aos del reglamento que rige el otorgamiento
de frecuencias del espectro radioelctrico y con el vencimiento de con-
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cesiones para algunos medios de comunicacin, as como la no renovacin de la licencia que le permita operar a la televisora privada Radio
Caracas Televisin (RCTV); ello apunta a que el contexto sociopoltico
incide en la dinmica de otorgamiento de frecuencias para la operacin
de medios radioelctricos.
Se observ un crecimiento en el aparato meditico del
Estado, en el perodo comprendido entre 2001 y
2008, que se evidenci en el nmero de habilitaciones otorgadas para operar frecuencias del
espectro radioelctrico. As para seales UHF
fueron otorgadas 14 habilitaciones para el Estado y 19 para el sector privado. Las otorgadas
al Estado permitieron la salida al aire de las televisoras Vive TV, Asamblea Nacional TV y
vila TV. Mientras que, en la frecuencia VHF
se otorgaron 85 habilitaciones de las cuales 58 correspondieron a Venezolana de Televisin (renovaciones) y 27 a la Televisora Venezolana Social (TVES). El nmero de habilitaciones otorgadas
da cuenta de la creacin de nuevos canales oficiales o de la expansin de
las seales de los existentes a travs del territorio nacional.
La distribucin de frecuencias del espectro radioelctrico, en el perodo
revisado, demuestra una baja adjudicacin de licencias para organizaciones o instituciones de carcter no gubernamental, lo implica que
hubo una desigual distribucin del espectro radioelctrico, a favor de
entre privados o estatales y en desventaja de ciudadanos u organizaciones culturales, educativas u otras.
El ao 2002 represent un momento crucial para el sistema de medios
radioelctricos en el pas, pues en ese momento se produjo la entrada en
vigencia del reglamento que rige a las radioemisoras y televisoras co munitarias. Con este piso legal se produjo un impulso de este sector en
Venezuela que ha ido creciendo progresivamente, registrando para abril
de 2002 un total de 36 televisoras comunitarias habilitadas, hasta 2008.
El ao 2004, en el que se discuti la Ley de Responsabilidad Social de
Radio y Televisin, fue el momento, del perodo revisado, en el que se
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1102647.shtml+El+Universal+movistar+tv+digital&hl=es&ct=clnk&cd=2
ISSN: 0798-2992
Estudios Culturales
y Economa
de la Comunicacin
Cultural Studies and Economy
of Communication
Les tudes culturelles et lconomie
de la communication
Studi culturali e Economia della
comunicazione
Kulturelle Studien und
Kommunikationswirtschaft
Estudos Culturais e Economia
da Comunicao
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 193-235
CARLOS ENRIQUE
GUZMN CRDENAS
(Venezuela)
Doctorante en Humanidades, Magster Scientarium en Administracin (2002), Especialista
en Gerencia de Proyectos de Investigacin y
Desarrollo (1997) y Socilogo por la Universidad Central de Venezuela (UCV). Profesor
Agregado e investigador del Instituto de Investigaciones de la Comunicacin (ININCOUCV). Director Editor del Anuario ININCO/
Investigaciones de la Comunicacin. Diseo,
Coordinacin General y docente de la Maestra
en Gestin y Polticas Culturales de la UCV. Responsable de la lnea de investigacin Sociedad
Informacional, Poltica y Economa de la Comunicacin y la Cultura del ININCO-UCV. Profesor de postgrado del Mster en Comunicacin
Social UCV y en la Especializacin de Gerencia
de las Comunicaciones Integradas, Universidad Metropolitana (UNIMET). Docente de
pregrado en la Escuela de Comunicacin Social de la Universidad Catlica Andrs Bello
(UCAB). Miembro de Comits Editoriales de
Revistas Internacionales sobre Comunicacin.
Investigador acreditado por el Programa de
Promocin del Investigador (PPI 8480) 20072010 en el Nivel III. Ha publicado siete libros y
coautor de tres sobre Polticas Culturales, Economa de la Cultura y Consumo Cultural. Su
ms reciente libro Economa Creativa e Inno vacin. Industrias Creativas, Culturales y de Con tenidos Digitales (2012, Editorial Acadmica
Espaola). Autor de captulos en ms de 21 libros. Responsable de diez proyectos financiados, tanto nacional como internacional, en los
ltimos seis aos. Colaborador en diversos
diarios y revistas nacionales e internacionales
con ms de 61 artculos acadmicos publicados. Miembro en calidad de Asociado y Coordinador General del Grupo de Trabajo Estudios
Culturales y Economa de la Comunicacin de la
Asociacin de Investigadores Venezolanos de
la Comunicacin (InveCom). Miembro regular
de la International Association for Media and
Communication Research (IAMCR).
Correo electrnico: carloseguzman@cantv.net;
cguzmancardenas@gmail.com;
Twitter: @innovarium
Telfono ININCO-UCV: +58 212 6050445
Telf. Oficina +58 212 3267370
Skipe: carlos.enrique.guzman.cardenas
El valor de la Cultura.
Contribucin
de la economa
de la cultura
The value of the culture.
Contribution of the economy
of the culture
RESUMEN
CARLOS ENRIQUE GUZMN CRDENAS
El valor de la cultura. Contribucin de la Economa de la Cultura
Como consecuencia del impacto econmico de las industrias culturales y comunicacionales, y en la medida en que
nos sealaban algunos estudios pioneros en Latinoamrica que estamos frente a un sector solvente y productivo,
comenz a ser examinada la economa de la cultura y la creacin, segn el marco conceptual que lo oriente, por
organismos de cooperacin multilateral, bilateral, regional y en diversos espacios nacionales y acadmicos. En el
caso de los pases latinoamericanos, los datos disponibles sugieren fuertemente que las industrias de contenido
cultural y creativo constituyen un elemento importante de los sistemas econmicos contemporneos. En tal sentido, este artculo tiene como objetivo contribuir a explorar el valor de la cultura desde una perspectiva comparativa
terica y su especificidad en el marco de la Poltica y Economa de la Cultura.
Descriptores: Creacin / Cultura / Contenidos digitales / Economa creativa / Economa de la cultura / Industria
contenidos digitales / Industrias creativas / Industrias culturales.
ABSTRACT
Carlos Enrique Guzmn Crdenas
The value of the culture. Contribution of the Economy of the Culture
As a result of the economic impact of the cultural and communication industries, and to the extent that we noted
some pioneering studies in Latin America that we are facing a solvent and productive industry, began to be examined the economics of culture and creation, as the conceptual framework which will guide for multilateral cooperation agencies, bilateral, regional and national spaces and various academics. In the case of Latin American
countries, the available data strongly suggest that industries and creative cultural content are an important element of contemporary economic systems. As such, this article aims to contribute to explore the value of culture in
a comparative perspective and theoretical specificity within the Politics and Economics of Culture.
Key Words: Creation / Culture / Digital contents / Creative Economy / Economy of the culture / Industry contained digital / Creative Industries / Cultural Industries.
RSUM
CARLOS ENRIQUE GUZMN CRDENAS
La valeur de la culture. Contribution conomique de la culture
En raison de limpact conomique des industries culturelles et de la communication, et dans la mesure o nous
avons not quelques tudes pionnires de lAmrique latine que nous sommes confronts une industrie des solvants et productive, a commenc examiner les aspects conomiques de la culture et de la cration, comme le
cadre conceptuel qui guidera pour les agences de coopration multilatrales, bilatrales espaces, rgionales et
nationales et universitaires divers. Dans le cas des pays dAmrique latine, les donnes disponibles suggrent fortement que les industries cratives et le contenu culturel est un lment important des systmes conomiques
contemporains. En tant que tel, cet article vise contribuer la dcouverte de la valeur de la culture dans une perspective comparative et la spcificit thorique dans les sciences politiques et conomiques de la culture.
Mots cls: Cration / Culture / Contenu numrique / Economie crative / conomie de la culture / de contenu
numrique de lindustrie / Industries cratives / Industries culturelles.
RESUMO
Carlos Enrique Guzmn Crdenas
O valor da cultura. Contribuio da Economia da Cultura
Como resultado do impacto econmico das indstrias culturais e de comunicao, e na medida em que notamos
alguns estudos pioneiros na Amrica Latina de que estamos diante de uma indstria de solventes e produtiva,
comeou a ser examinada a economia da cultura e criao, como o arcabouo conceitual que guiar para as agncias de cooperao multilateral, espaos bilaterais, regionais e nacionais e acadmicos diversos. No caso de pases
da Amrica Latina, os dados disponveis sugerem fortemente que as indstrias e contedo cultural criativo so
um elemento importante de sistemas econmicos contemporneos. Como tal, este artigo visa contribuir para
explorar o valor da cultura em uma perspectiva comparativa e especificidade terico dentro dos Poltica e
Economia da Cultura.
Palavras-chave: Criao Cultura / Contedo digital / Economia criativa / Economia da cultura digital /
Contedo indstria / Indstrias Criativas / Indstrias Culturais.
INTRODUCCIN
En la ltima dcada del siglo XX y principios del siglo XXI, se ha generado una creciente afirmacin sobre la importancia que tienen las in dustrias culturales1, creativas2 y de contenidos digitales como sectores
emergentes claves del desarrollo cultural y econmico de las regiones o
pases. La notable e insoslayable contribucin estratgica que las industrias
1
195
El trmino de industrias creativas es relativamente nuevo. Existen definiciones divergentes en cuanto a los elementos que las constituyen y ambigedades en sus diferencias con
las industrias culturales. Lo cierto, es que a finales de los aos noventa era utilizado como
sinnimo de industrias culturales. Sin embargo, se diferencian del contexto en que emergen. A partir de 1995, industrias creativas y economa creativa pasarn a ser demarcaciones utilizadas principalmente en los textos sobre polticas pblicas de desarrollo y en las
investigaciones acadmicas sobre economas regionales. Existen conceptos prximos a las
industrias creativas, tales como: industrias del entretenimiento, industrias de contenido,
industrias culturales, industrias de contenido digital, industrias de la experiencia e industrias de copyright. Consultar, GHELFI, Donna (2006) The Creative Industries: A Historical
Context. Ponencia en WIPO-CARICOM Meeting of Experts on the Creative Industries and
Intellectual Property. Georgetown, Guyana, February 8 and 9, 2006. World Intellectual
Property Organization (WIPO). Caribbean Community (CARICOM) Secretariat.
Otra definicin, ms especifica, las considera como industrias culturales y de la comunicacin (DPARTEMENT DES TUDES, DE LA PROSPECTIVE ET DES STATISTIQUES.
2006: 7). En el marco de esta clase de preocupaciones surgen ms recientemente las concepciones de Industrias Creativas y Economa Creativa. Las Industrias culturales vendran a ser un sub-conjunto de las Industrias Creativas.
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ra y la creacin4, segn el marco conceptual que lo oriente, por organismos de cooperacin multilateral, bilateral, regional5 y en diversos espacios nacionales y acadmicos6. No obstante, hay una necesidad de
disponer de numerosos estudios y de amplia difusin sobre las industrias
y actividades protegidas por el derecho de autor y los derechos conexos
en general (copyright industries), las industrias culturales y comunicacionales y, en particular, sobre las industrias de la creacin (creative industries),
desconocidas e infraexplotadas, que faciliten la toma de decisiones, tanto
4
En ambos casos, estos anlisis pretenden mostrar que las expresiones, actividades o productos de la esfera cultural o creativa tienen una importancia destacable en trminos de
magnitudes econmicas ms all del valor simblico que se les pueda adjudicar. Se observa tambin la tentativa de no descuidar en el anlisis la dimensin simblica respecto de
la econmica, considerando los efectos que tienen la produccin y consumo culturales
sobre la constitucin de las identidades y, en definitiva, sobre la preservacin de la
diversidad cultural. Ver, OBSERVATORIO DE INDUSTRIAS CREATIVAS (OIC) (2007a)
Informe. La economa creativa de la ciudad de Buenos Aires. Delimitacin y primeras estimaciones. Perodo 2003-2007. Buenos Aires, Argentina. Direccin General de Industrias Creativas del Ministerio de Desarrollo Econmico. Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
FREY, Bruno (2000) La Economa del Arte. Coleccin Estudios Econmicos N 18. Barcelona, Espaa. Editorial La Caixa. Caja de Ahorros y Pensiones de Barcelona. LASUN
SANCHO, Jos Ramn y Javier ARANZADI DEL CERRO (2002) El crecimiento econmico
y las artes. Madrid, Espaa. Fundacin Autor / Sociedad General de Autores y Editores.
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Ver, BONET AGUST, Llus (2001) Economa y cultura: una reflexin en clave latinoamericana.
Barcelona, Espaa. Oficina para Europa del Banco Interamericano de Desarrollo. CONVENIO ANDRS BELLO (2001) Economa y cultura: la tercera cara de la moneda. Memorias.
Colombia, Bogot. Convenio Andrs Bello. En tanto, a nivel europeo se viene dando tambin una transicin desde el concepto de Economa Cultural al de Economa Creativa. Un
reciente documento de la Comisin Europea de Educacin y Cultura (KEA, 2006) comienza a plantear ese trnsito, el que tiene implicancias significativas en los sistemas de estadsticas culturales. Consultar, KEA (2009) The impact of culture in creativity. Study prepared
for the European Commission. Directorate-General for Education and Culture. Brussels.
KEA European Affairs. (2006) The Economy of Culture in Europe. Study prepared for the
European Commission. Directorate-General for Education and Culture. Brussels. KEA
European Affairs.
Consultar, AVILA ALVAREZ, Antonio Ma y Miguel ngel DAZ MIER (2001) La Eco noma de la Cultura: Una construccin reciente?. En: ICE. Informacin Comercial Espaola. Revista de Economa. Espaa. N 792, junio-julio, pp. 9-29. GUZMN CRDENAS,
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Revista Comunicacin. Estudios Venezolanos de Comunicacin. Caracas, Venezuela. Centro
Gumilla. N 128, Cuarto Trimestre, pp. 74-87. HERRERA PRIETO, Luis Csar (2009) La
investigacin en economa de la cultura en Espaa: un estudio bibliomtrico. En: Revista
Estudios de Economa Aplicada. Espaa. Volumen 27-1. Abril, pp. 35-62. MIGUEZ, Paulo
197
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y agentes en particular relativo a los creadores, productores, gestores e intermediarios se debe, en buena parte, a la escasez de estadsticas e indicadores que dificultan la evaluacin pormenorizada del funcionamiento y
actuacin de los agentes7 que las componen. Esta parquedad de diagnsticos socioeconmicos es ms apremiante, sobre todo, cuando es necesario
posicionar la cultura y la creatividad como sectores de apalancamiento para
el desarrollo sostenible segn los objetivos de cada pas.
Los agentes culturales se diferencian no slo por las diferentes funciones que cumplen en
el proceso de produccin, difusin, comercializacin y consumo de los bienes y servicios
culturales. Se distinguen tambin por la posicin econmica que ocupan en dicho proceso
o, en otros trminos, por las relaciones sociales bajo las que se inscriben en la economa
cultural. En el proceso de produccin, difusin, comercializacin y consumo de los bienes
y servicios culturales, interviene una multiplicidad de agentes, que cumplen diversas funciones. Esta diversificacin de agentes es la expresin de una divisin social del trabajo en la
produccin cultural. Los principales agentes, segn la funcin que desempean, son: el
autor (creador, escritor, guionista, letrista, compositor, etc.); el intrprete (msico, cantante, actor, bailarn, etc.); el representante artstico; el productor (editor de libros, peridicos, fonogramas, videogramas, pelculas, etc.); el gestor cultural, pblico o privado; el
industrial (fabricante de discos, duplicador de copias, procesador e impresor de textos,
laboratorios de pelculas, estudios de sonido, multicopiador de videos, productor de insumos bsicos, etc.); el propietario de medios (propietario de peridicos, concesionario de
ondas radiales o televisivas); el editor-productor (compaas independientes de radio y
televisin, por ejemplo); el distribuidor mayorista (distribuidor cinematogrfico, videogrfico, televisivo, editorial, etc.); el comerciante minorista (salas de cine, comercio de
vdeo pre pago, libreras, disco tiendas, kioscos, etc.); las instituciones culturales (bibliotecas pblicas, museos, sociedades literarias, asociaciones culturales, etc.); el consumidor
(lector, radioescucha, televidente, espectador, etc.); el anunciante (empresas, instituciones, Estado); la agencia de publicidad; las fundaciones; las instituciones educativas, pblicas y privadas, que forman a los propios agentes culturales (artistas, periodistas,
comunicadores, biblioteclogos, gestores culturales, etc.); etc. Esta clasificacin es una
propuesta del economista uruguayo Luis Stolovich (1997).
Ver, UNESCO (1999) Informe Mundial sobre la Cultura. Cultura, creatividad y mercados. Madrid. Ediciones UNESCO / Acento / Fundacin Santa Mara. Recomendamos la lectura
del clsico de CUCHE, Denys (2004) La nocin de cultura en las Ciencias Sociales. Buenos
Aires, Argentina. Ediciones Nueva Visin.
199
modelos tericos muy desarrollados que permiten la definicin y el acuerdo de los sistemas internacionales de medida. Pero, no hay teoras generales culturales y de la creatividad donde integrar un sistema de estadsticas
o de indicadores sociales. Tambin existen desacuerdos conceptuales sobre
los objetivos de la medicin cultural9. En relacin con el argumento anterior, el economista espaol, Luis Csar Herrero Prieto, docente de la Universidad de Valladolid, nos indica (2002: 147):
() tambin se comprueba la ausencia de una definicin explcita del sector
cultural propiamente dicho, dentro de las principales fuentes de informacin
disponibles sobre variables econmicas; y la mayor parte de las veces aparece
de forma dispersa o mezclado con las actividades de educacin, investigacin
y frecuentemente con las funciones recreativas y de turismo. Probablemente el
motivo de esta indefinicin oficial resida en una insuficiente consolidacin de
los estudios econmicos sobre la trascendencia del consumo y la produccin
cultural; y sta es la razn por la que se suele acudir a definiciones ad hoc, adaptadas a la fuente de informacin utilizada. De esta forma, generalmente aparecen en un mismo bloque las actividades relacionadas con el ocio y la cultura,
por lo que resulta obligado su consideracin conjunta [negrillas nuestras].
200
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ca, etc.). En otro extremo, con una perspectiva antropolgica10, puede significar un todo complejo que incluye los conocimientos, las creencias, el arte,
la moral, las leyes, las costumbres y, todas las dems disposiciones y hbitos
adquiridos por el hombre en tanto que miembro de una sociedad. En una
segunda acepcin, el vocablo cultura denota ciertas actividades emprendidas
por las personas y los productos de dichas actividades, relacionadas con los aspectos
intelectuales, morales y artsticos.
Se trata de actividades denominadas culturales que detentan fundamentalmente tres caractersticas (THROSBY, David. 2008: 8):
implican alguna forma de creatividad en su produccin (they require
some input of human creativity in their production);
refieren a la generacin y comunicacin de significados simblicos
(they are vehicles for symbolic messages to those who consume them, ie,
they are more than simply utilitarian, insofar as they serve in addition
some larger communicative purpose);
y generan productos que representan (al menos potencialmente)
una forma de propiedad intelectual (they contain, at least potentially,
some intellectual property that is attributable to the individual or group
producing the good or service).
Es en este segundo sentido del trmino cultura que se habla de bienes culturales, industrias culturales o del sector cultural de la economa y es a partir de all que puede definirse a los productos culturales como
bienes y servicios que implican creatividad en su produccin, incorporan un
cierto grado de propiedad intelectual y transmiten un significado simblico
(THROSBY, David. 2001: 4). Dicho en otras palabras, la concepcin amplia
o socio-antropolgica de cultura puede ser restringida a un proceso de produccin simblica; actividades generadoras de unos valores intangibles o
simblicos que se expresan en su diferencialidad y unicidad el carcter de prototipo de la creacin cultural, en ser bienes y servicios distintos a otros. La
cultura puede ser entendida como el campo de las producciones simblicas, que
10
Ver, KUPER, Adam (2001) Cultura. La versin de los antroplogos. Espaa. Ediciones Paids.
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Las formas simblicas sern, por tanto, los productos y, el anlisis cultural vendr a ser el estudio de cmo estos bienes se producen, distribuyen
y consumen. Desde el punto de vista de la relacin cultura y comunicacin,
entenderemos la comunicacin como el proceso de produccin, circulacin y
puesta en juego de sentidos. Esta definicin exige el reconocimiento de la diversidad (UNESCO, 1999) en tanto la comunicacin estara dada por la posibilidad de todos los actores sociales de poner en circulacin sus intereses,
mensajes y sentidos. Esto quiere decir que nunca se comunica slo un mensaje: siempre el contenido de la comunicacin es de sentidos, porque el mensaje
siempre va acompaado del contexto en el cual es interpretado y reeditado. Este contexto es la cultura.
Citado en RAUSELL KSTER, Pau (1999) Poltica y sectores culturales en la comunidad valenciana. Cap. 2. Valencia, Espaa. Editorial Tirant lo Blanch. P.4. En (URL): http://www.uv.
es/~cursegsm/MaterialCurso/CAP2Pau.pdf
12
CARRASCO ARROYO, Salvador (1999) Indicadores Culturales: una reflexin. Universi dad de Valencia. Economa de la Cultura y la Comunicacin. III. Los Sectores culturales y
los sistemas de informacin: una aproximacin, pp. 2-3. En (URL): http://www.
uv.es/~cursegsm/IIIbloque/
203
culturales: obras de todo tipo, musicales, teatrales, cinematogrficas, televisivas, etctera. En consecuencia, lo que se denomina el sector cultural13
alcanzara un conjunto de mbitos de ramas econmicas e industriales
muy amplio.
Figura 1
La cadena creativa del sector cultural
Se incluyen en l las actividades14 de creacin, produccin, manufactura y distribucin de bienes y servicios relacionadas con las siguientes reas y
subreas como: el patrimonio, reas artsticas (de la creacin) que abarca el
libro y la literatura, artes visuales, danza, teatro y las artes musicales; las
artes del espectculo15, los medios de comunicacin como publicaciones
13
14
15
() se ha asumido una interpretacin amplia del concepto de artes escnicas, estrechamente asociado con la llamada industria del espectculo. Incluye, por lo tanto, toda presentacin en escenarios cerrados o al aire libre, en las reas de teatro, conciertos, recitales,
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peridicas (prensa, revistas y suplementos), televisin abierta y por suscripcin, radio y, las artes audiovisuales. En este sentido, la cultura toma una
dimensin profesional y se ve implicada de inmediato con aspectos econmicos, gerenciales y administrativos. El Convenio Andrs Bello (en adelante, CAB) a travs de sus procesos de investigacin y sus publicaciones ha
avanzado en la delimitacin del campo cultural. En la construccin de un
Manual Metodolgico para la implementacin de Cuentas Satlite de Cultura16 en
Latinoamrica (2005) define al campo cultural como un conjunto de actividades humanas y productos cuya razn de ser consiste en crear, expresar,
interpretar, conservar y transmitir contenidos simblicos.
Una vez definido el campo cultural se seleccionan los bienes y servicios
especficos de la cultura, entre los que se distinguen los productos caractersticos y los conexos. En los caractersticos se consideran los productos tpicos de
la cultura: los libros, obras de arte, pelculas, conciertos, etc. En los conexos
se incluyen los bienes y servicios que hacen parte de los gastos culturales
sin que se puedan considerar productos tpicos de la cultura, tales como:
video grabadoras, cmaras fotogrficas, televisores, radios, etc. En una primera aproximacin, podramos decir entonces que el sector cultural estara
constituido por: (a) el arte, en sus diversas manifestaciones (msica, teatro,
plstica, artesana, etc.), incluyendo el espectculo artstico en vivo, el patrimonio cultural y su conservacin (museos, etc.); se trata de las bellas artes
y de otras artes excluidas de los conceptos restrictivos de cultura; (b) las
coral, folclore, ballet, pera, circo, mimos y tteres, festivales de la cancin, competencias
de bailes, shows y otros. Bsicamente se trata de espectculos con representacin en vivo
para los cuales se convoca un pblico con aforos claramente determinados, tanto en salas
como en grandes escenarios (coliseos, parques, plazas, etc.), en los que se aplica el concepto de la taquilla. (GOBIERNO DE CHILE. 2001: 83).
16
205
denominadas industrias culturales y, (c) los medios masivos de comunicacin (radio, televisin, prensa, etc.) que establecen un nexo, a escala de
masas, entre la produccin cultural y los receptores / consumidores de cultura, creando una red por la que circulan los bienes culturales.
Ciertamente, no siempre resulta sencillo diferenciar la nocin de bien
(o mercanca) cultural respecto al concepto de servicio cultural. De hecho,
los problemas derivados de su definicin son motivo recurrente de debate a
escala internacional, pues pese a una aparente claridad, no hay consenso
con respecto a qu incluye cada categora. En trminos generales se acepta
que los productos culturales17 abarcan tanto bienes como servicios, entendidos respectivamente como sigue.
As tenemos, que los bienes culturales sern,
() todos aquellos bienes de consumo que transmiten ideas, valores simblicos y modos de vida, informan o entretienen contribuyendo a forjar y a difundir la identidad colectiva as como a influir las prcticas culturales. Protegidos
por el derecho de autor, los bienes culturales estn basados en la creatividad,
sea esta individual o colectiva. Su singularidad consiste en que se transmite
sobre soportes capaces de ser reproducidos industrialmente y multiplicados
para su circulacin masiva. Libros, revistas, productos multimedia, software,
grabaciones sonoras, pelculas, videos y series audiovisuales, productos artesanales y de diseo, constituyen as la rica oferta cultural a disposicin de los ciudadanos (UNESCO / CERLALC. 2002: 12-13). [negrillas nuestras].
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servicios audiovisuales (distribucin de pelculas, programas de radio y televisin, de videos, as como los aspectos vinculados a la produccin, los doblajes y
copias, la exhibicin, la propiedad y operacin de televisin por cable y satlite,
etc.). Tambin incluyen servicios de bibliotecas, archivos, museos y otros servicios culturales (UNESCO / CERLALC. 2002: 13). [negrillas nuestras].
En efecto, gracias a este factor tecnolgico, actualmente se est produciendo un progresivo solapamiento de actividades entre sectores que tradicionalmente se dedicaban a la
generacin, proceso y distribucin de diferentes tipos de informaciones y, por consiguiente, a negocios completamente diferenciados. Hoy esta situacin est cambiando
207
industrias de contenidos19 (content industries); cinematogrfica y audiovisual; fonogrfica; empresas productoras de software (programas de ordenador) y servicios financieros por la red, entre otros. As mismo, los avances
tecnolgicos hicieron irrumpir en el mercado nuevos medios de reproduccin, difusin y explotacin de los productos culturales y consiguientemente
implican una expansin extraordinaria de las industrias culturales: editoriales, del entretenimiento, espectculo, de los medios de comunicacin.
Vale destacar, a manera de ejemplo, que el impacto de la tecnologa ha
sido ms profundo en la industria del disco que en la del libro debido a la
amplia difusin de aparatos para realizar copias para uso privado a muy
bajo costo desde los aparatos grabadores y reproductores de sonido hasta
las computadoras personales y a la utilizacin de Internet para acceder a
msica grabada en formato digital. En estos casos, o bien el producto permite ser digitalizado y distribuido a gran escala en este formato, o bien, se trata
de bienes tangibles, cuya venta y distribucin va acompaada de un amplio
abanico de servicios de valor agregado (informacin, asesoramiento, soporte tcnico, pago, etc.) suministrados a travs de la red. Adems, el dilema
acerca de la expansin del mercado es ms importante en la produccin y
distribucin de expresiones intangibles fijadas en soportes tangibles como
CD, libros o vdeos que en el caso de ser acercadas al pblico a travs de un
servicio como, por ejemplo, una obra de teatro en vivo.
rpidamente, sobre todo a raz de la difusin de las aplicaciones multimedia, por lo que
la incursin de unas industrias y empresas en el terreno propio de otras se percibe como
una tendencia imparable que no ha hecho ms que empezar. Este hecho est dando lugar
a frecuentes operaciones de alianzas, compras o fusiones entre empresas pertenecientes al
macrosector de las tecnologas de la informacin y la comunicacin (TIC).
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Se entiende por produccin cultural, () no slo la produccin artstica tradicional literatura, pintura, msica, teatro y equivalentes sino el conjunto de bienes y servicios relacionados tanto con lo que se ha llamado alta cultura como con lo que resulta de las
industrias culturales o cultura masiva radio, televisin, revistas, discos, conciertos,
recitales, videos, cable, etc., de la cultura popular o cultura folclrica artesanas,
eventos populares, por ejemplo ferias, fiestas folclricas, etc. y de las diversas instituciones culturales casas de cultura, museos, galeras, etc., sin tener en cuenta, por otra
parte, todo lo relacionado con el mbito de la educacin (ACHUGAR, Hugo. 2000: 277).
209
22
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Segn FREY, Bruno (2000: pp. 15-16) las caractersticas que hacen del arte y la cultura un
bien pblico que produce efectos externos positivos cuyos beneficios no se agotan en
las personas que los demandan y ofrecen como bien privado a travs del libre mercado,
son: valor de existencia, valor de prestigio, valor de opcin o eleccin, valor de educacin y un valor de legado.
Ver, GOBIERNO DE CHILE (2001) Impacto de la Cultura en la Economa Chilena. Santiago
de Chile, Chile. Gobierno de Chile, Ministerio de Educacin, Divisin de Cultura, enero.
111 Pgs. Mimeografiado.
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No obstante, es necesario considerar que, ni en un mercado perfectamente eficiente, podrn ser ptimamente satisfechas las necesidades culturales, entendidas como necesidades de produccin, consumo y distribucin
equitativa de bienes y servicios culturales en el sentido amplio. Estudiar la
cultura y sus incidencias dentro de las economas mundiales no es un trabajo sencillo, en virtud de que la misma es un bien de caractersticas singulares, que no cuenta con una definicin concisa y que no tiene un sentido
propio, intrnseco, sino que el consumidor le otorga un sentido o significado particular dependiendo de lo que este producto represente para l. Un elemento clave
del consumo cultural es el efecto de la experiencia y el entrenamiento en beneficio de uno mismo al consumir bienes creativos; este efecto es llamado adiccin racional. Con tan solo algunas excepciones (como la msica que se
escucha en la radio), los productos de las industrias de contenido cultural y
creativo son bienes de experiencia. Para complicar ms la situacin, los
bienes culturales, poseen adems de su valor funcional, un valor simblico y
emocional que es distinto para cada individuo o grupo de individuos, adems de que son bienes irremplazables ya que responden a necesidades que no
pueden ser cubiertas por ningn otro bien.
El valor que se le da a los bienes culturales, segn Llus Bonet Agust
(2001: 21-22), depende de tres dimensiones; esto es, la funcional (valor prctico o de utilidad), la simblica (prestigio agregado) y la emocional (carga emotiva incorporada). La superposicin por parte de cada individuo de estas
distintas dimensiones da como resultado el valor otorgado a cada bien o servicio cultural. Dicho valor es estrictamente personal aunque est fuertemente influido por la educacin recibida, la estructura de valores de cada
contexto social o las vivencias anteriores, y del mismo nace la funcin de
preferencias de cada individuo ante el mercado. La cultura tiene adems un
valor social que evoluciona con el tiempo y en el espacio y, va a depender de
los valores de existencia, de legado, de identidad, de prestigio y valor educativo y de innovacin.
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Aparte, nos apuntar Javier Machicado (2004)23, con una gran precisin, que:
Una visin renovada de la economa de la cultura es ahora necesaria. Cierto es
que un nmero creciente de estudios econmicos, incluyendo unos cuantos
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Aplicacin de las tcnicas matemticas y estadsticas al anlisis de los fenmenos eco nmicos.
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(f) La oferta es previa y puede crear la demanda pero para tener valor,
adems de valor de uso, ha de ser parte de las percepciones sociales y,
para ello, ha de ser comunicada y estar en disposicin de uso o de intercambio.
An as, las relaciones entre economa, cultura y creatividad son recientes. Es evidente que nos encontramos en presencia de un nuevo marco terico que exige otras visiones desde las Ciencias Sociales y Econmicas. No
podemos olvidar que la cultura es, adems de un concepto impreciso con
mltiples connotaciones, un bien econmico singular, producto de un proceso en el que participan creadores y distribuidores, organizados ms o
menos formalmente para hacer llegar los productos culturales a un heterogneo mercado de consumidores.
En este marco de referencias, se pueden destacar dos grandes troncos
tericos en el anlisis econmico de la cultura: (a) uno que se apoya en el paradigma neoclsico y su mtodo de anlisis de comportamiento racional, ms all
de que algunos autores realizan importantes aportes cuestionadores y superadores parciales de algunas de sus propuestas; ser definido como corriente principal; (b) otro, de raz materialista-estructuralista, y en muchos casos
de inspiracin marxista, que ser definido como escuela o corriente crtica.
Desde el punto de vista de los economistas, Jos Ramn Lasun Sancho
y Javier Aranzadi del Cerro (2002: 9),
() la economa de la cultura es una aplicacin estricta al mundo de la cultura
del mtodo econmico neoclsico, que trata de obtener, en cualquier contexto
y empeo, la mejor asignacin posible de los escasos recursos disponibles para
alcanzar los fines deseados.
215
antropologa, etc. Resaltan las particularidades de la economa de la cultura, en tanto mbito de anlisis especfico, con un objeto de estudio propio,
que exige una adaptacin de los instrumentos y metodologas del anlisis
neoclsico.
De esta forma, la Economa de la Cultura, constituye una rama disciplinar especfica, que se est consolidando como un campo muy frtil para el razonamiento
terico y la verificacin emprica, acerca del comportamiento de los hombres y
de las instituciones respecto de la cultura, presente y acumulada. Con ello queremos decir que entendemos como bien cultural no slo las creaciones y expresiones vivas, como por ejemplo las artes escnicas y plsticas realizadas en
un momento presente; sino tambin todo lo que se considera como patrimonio
cultural en un sentido acumulado, es decir y por lo tanto, con una perspectiva
histrica o con un sentido de heredad. As mismo han de considerarse tambin
aquellas otras mercancas de carcter reproducible pero que constituyen, a la
vez, una forma de creatividad o de expresin intelectual, como lo son una obra
literaria, la composicin de una sinfona o la produccin de una pelcula de
cine. En definitiva, cualquiera de estas tres gamas de objetos, cultura viva, cultura acumulada o patrimonio cultural, y cultura reproducible, representan productos culturales de naturaleza diferente, pero todos estn cruzados por una
caracterstica comn, que es su significado como creacin artstica, esencia de
inteligencia o signo de identidad de una colectividad; y que contribuyen a lo
que podramos definir como valor cultural de dichos elementos (HERRERA
PRIETO, Luis Csar. 2002: 152).
216
ISSN: 0798-2992
Para el caso de Ramn Zallo (2007: 230), aborda el tema del valor en la
cultura, a partir de la idea de la mercanca cultural distinguindose por el
carcter aleatorio de su valoracin. La economa de la cultura y de la comunicacin, tienen unos rasgos que podran resumirse as:
Es una economa de valores intangibles o simblicos generados por trabajos
creativos, en forma de bienes o servicios individualmente insustituibles y en
permanente renovacin de contenidos o de interpretaciones. Es una economa
de la oferta mltiple, oferta que crea la demanda y que tiene una funcionalidad
y eficacia social ms all de su valor econmico. Su valor material e intelectual
tiende a decrecer histricamente pero, en cambio, tiende a incrementarse el
coste de la exclusividad, de la complejidad y de la notoriedad, con lo que el
coste marginal en general tiende a cero y hay una amplia gama de costes hundidos, as como una incertidumbre sobre el resultado de la puesta en valor.
Tiene amplias zonas de bien pblico, tambin mercados bien imperfectos y una
inevitable presencia de las Administraciones pblicas. Todo ello permite considerar econmicamente a la cultura como un sector con sus ramas, subsectores y actividades auxiliares.
EL SECTOR CREATIVO
Entre tanto, para otros autores, es preferible hacer una ampliacin
217
218
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un serie de capas o crculos concntricos, con la disminucin de la proporcin de lo cultural cuanto ms se aleja de ese centro. As, en el ncleo
central (core creative arts) de las artes creativas se encontraran la literatura,
la msica y las artes escnicas y visuales; y en el extremo ms alejado a ese
ncleo, actividades relacionadas (related industries) como la publicidad, la
arquitectura, el diseo y la moda. Luego se encontrara un primer crculo
(other core cultural industries) en torno a este ncleo conformado por industrias cuyos productos son exclusivamente culturales destinados a la reproduccin y difusin en masa, es decir las llamadas industrias culturales26.
Hasta all se delimita el sector cultural.
El sector creativo est compuesto por un segundo crculo (wider cultural industries) donde la cultura se convierte en una entrada creativa en
la produccin de bienes no culturales. Las llamadas actividades e industrias creativas son actividades cuyos resultados son funcionales pero tambin incorporan elementos de las dos anteriores capas en el proceso de
produccin (ver figuras 2-3).
Los otros tres modelos a los que hace referencia la UNCTAD (2008) son:
el Modelo de textos simblicos, tpico del enfoque de las industrias
culturales27 derivadas de los estudios de la crtica-cultural en la tradicin
26
27
Ver, HESMONDHALGH, Desmond. (2002) The Cultural Industries. London. Sage Publi cations. Segn, Justin OConnor (2007: 48), Desmond Hesmondhalgh () chooses to
leave out the arts altogether, focusing on the classic cultural industries. The arts are peripheral cultural industries because they engage in semi-industrial or nonindustrial methods. Whilst this might be a pragmatic decision in terms of the focus of a book, it seems
at the very least to set aside a sector with a very high prestige function, commanding huge
levels of public investment (from education through urban regeneration/re-imaging to
219
Figura 2
El Modelo de Crculos Concntricos de las Industrias Culturales y Creativas
europea; el Modelo de la OMPI28 basado en el derecho de autor y de propiedad intelectual y el modelo del DCMS del Reino Unido29 lo que se
presenta de este ltimo es bsicamente una tipologa clasificatoria. Cada
arts funding) and highly commercialised in certain areas (contemporary art exhibitions;
fine art auctions; opera; popular theatre, music theatre, etc.). It also inevitably suggests a
distinction based on technological reproducibility which does not necessarily stand up to
close scrutiny. The profit model of restricted audience access in the performing arts also
applies to cinema and to live popular music which is currently a major source of revenue
for the music industry. Literature is part of publishing. The visual arts are constituted
around a complex economy involving large financial sums. Similarly, we might point to
the range of inputs and spillovers from artistic activity without which it is sometimes hard
to conceive of a creative cluster or innovative milieu. The arts command a degree of public
subsidy, but this does not circulate in a separate space but overlaps with the complex
range of projects involving public and private, institutions and freelancers which make up
a creative ecosystem. Dispensing with the arts cuts out much that is central to the cultural
industries production system.
28
220
ISSN: 0798-2992
uno de ellos se traduce en una base diferente para la determinacin y clasificacin de las industrias culturales o creativas, lo que es demostrativo de las
dificultades y debates de los alcances en la definicin del sector creativo.
Es de destacarse que Ramn Zallo (2007: 217) es contrario a las apreciaciones conceptuales referidas al alcance de una economa de la cultura desde la creacin. Al respecto, afirma que:
La legitimidad de una economa de la cultura no tiene por qu englobarse en
los amplsimos y transversales espacios de la creatividad y la innovacin, como
un componente o item ms de una economa creativa, o de un hipottico hipersector de la innovacin o de la creacin. Esa aproximacin es correcta desde el
lado de las sinergias y de las polticas transversales. Y es incorrecta desde el lado de su significacin social [cursivas del autor].
Consultar, DEPARTMENT FOR CULTURE, MEDIA AND SPORT. DCMS. (1998) Creative
Industries Mapping Document. London. HMSO. UK Department for Culture, Media and
Sport. La aplicacin concreta del DCMS (Department for Culture Media and Sport) se destaca por ser la de uno de los pases donde ms se ha consolidado el concepto de las
Industrias Creativas. Se deriva del impulso que a finales del decenio de 1990 se da en el
Reino Unido para reposicionar la economa britnica como una economa impulsada por
la creatividad y la innovacin en un mundo competitivo a nivel mundial.
30
OCONNOR, Justin (2007) The cultural and creative industries: a review of the literature.
London. Creative Partnership Series. Arts Council England.
221
Figura 3
EL Modelo de Crculos Concntricos de las Industrias Culturales y Creativas
ISSN: 0798-2992
32
Creatividad se entiende en el estudio como el uso de los recursos culturales como consumo intermedio en el proceso de produccin de los sectores no culturales, y, por ende,
como fuente de innovacin.
223
Ver, LEENHEER, Jorna; Simon BREMER y Jules THEEUWES (2008) The Economic Contribution of Copyright-Based Industries in Netherlands. A study based on the WIPO Guide. Amsterdam. SEO Economic Research. Consulte otros estudios similares, CANADIAN HERITAGE
(2004) The Economic Contribution of Copyright Industries to the Canadian Economy. Canada.
Canadian Heritage. Wall Communications Inc. CHOW, Kit Boey y Kah Mun LEO (2005)
The Economic Contribution of Copyrigth Based Industries in Singapore. En: Review of
Economic Research on Copyright Issues. Espaa. Society for Economic Research on Copyright
Issues (SERCI). Vol. 2. Nmero 2, pp. 127-148. (2005a) The Economic Contribution of Singapore
Copyright Activities. Singapore. IP Academy Singapore. HARABY, Najib (2004) Copyright Industries in Arab Countries. University of Applied Sciences of Northwestern Switzerland, Solothurn. INTERNATIONAL INTELLECTUAL PROPERTY ALLIANCE (IIPA) (2005) Initial
Survey of the contribution of the Copyright Industries to Economic Development. Washington,
USA. IIPA. MRQUEZ-MESS, Victoria, Mariano RUIZ FUNES y Berenice YABER (2006)
The Economic Contribution of Copyrigth-Based Industries in Mexico. Mxico. World Intellectual
Property Organization (WIPO). PENYIGEY, Krisztina and Pter MUNKCSI (2005) The
Economic Contribution of Copyright-Based Industries in Hungary. Creative Industries Series N
1. Budapest. Hungarian Patent Office. World Intellectual Property Organization (WIPO).
PICARD, Robert G., Timo E. TOIVONEN y Mikko GRNLUND (2003) The Contribution of
Copyright and Related Rights to the European Economy. Final Report. Finland. Business Re search and Development Centre. Media Group. SIWEK, Stephen (2005) Engines of Growth:
Economy Contributions of the U.S. Intellectual Property Industries. USA. Economists Incorpo rated / NBC Uiniversal. THE ALLEN CONSULTING GROUP (2001) The Economic Con tribution of Australia s Copyrigth Industries. Report for the Australian Copyright Council and
the Centre for Copyright Studies. The Allen Consulting Group Pty Ltd.
34
224
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225
Figura 4
EL Modelo de OMPI. Tipologa de Industrias Culturales y Creativas
En segundo lugar, los estudios sobre la contribucin econmica del derecho de autor contabilizan el valor agregado por industrias secundarias
o industrias interdependientes del derecho de autor (interdependent
industries), representadas por las proveedoras de equipos e insumos de las
industrias primarias. Estas ltimas incluyen las que suministran equipos e
insumos utilizados para la fijacin y reproduccin de obras autorales. Las
industrias interdependientes del derecho de autor son industrias que se dedican a la produccin y venta de equipos cuya funcin consiste, total o principalmente, en facilitar la creacin, la produccin o la utilizacin de obras y
otro material protegido (OMPI. 2003a: 35).
Un tercer grupo de actividades es el que se refiere a las industrias
que dependen parcialmente del derecho de autor (partial industries). Las
industrias que dependen parcialmente del derecho de autor son industrias
en las cuales una parte de las actividades est relacionada con las obras y
otro material protegido y puede consistir en la creacin, produccin y fa226
ISSN: 0798-2992
Vase, PIEDRAS FERIA, Ernesto y Gonzalo ROJN (2005) Metodologas mundiales para la
medicin de las industrias protegidas por los Derecho de Autor. Serie de Documentos de
Anlisis del Mercado y Regulacin de las Telecomunicaciones. D.F., Mxico. The Competitive Intelligence Unit.
36
Vase, LPEZ Z., Eduardo; Erick TORRICO V. y Alejandra BALDIVIDIA R. (2005) Din mica econmica de la cultura en Bolivia. Coleccin Economa y Cultura N 12. 1ra. Edicin.
Bogot, Colombia. Viceministerio de Cultura de Bolivia. Convenio Andrs Bello.
227
Ver, UNIVERSIDAD DE SAN MARTN DE PORRES (2005) El impacto econmico de la cultura en Per. (Coleccin Economa y Cultura). Bogot, Colombia. Convenio Andrs Bello /
Escuela Profesional de Turismo y Hotelera de la Universidad de San Martn de Porres.
38
Ver, TENORIO, Mara (2009) Desarrollo Humano y dinmicas econmicas locales: Contribucin
de la Economa de la Cultura. Cuadernos sobre Desarrollo Humano. N 9. San Salvador, El
Salvador. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
39
40
41
42
43
228
Consultar, GETINO, Octavio (2003) Las industrias culturales del MERCOSUR. En:
Observatorio de Industrias Culturales de la Ciudad de Buenos Aires (OIC). (2001) Aproxi macin a un estudio de las Industrias Culturales en el MERCOSUR. (Incidencia econmica,
social y cultural para la integracin regional). En: INFODAC. Directores Argentinos Cine matogrficos. Argentina. Suplemento Especial. N 17. Septiembre. ORGANIZACIN MUNDIAL DE LA PROPIEDAD INTELECTUAL (OMPI) (2002) Estudio sobre la importancia
eco nmica de las industrias y actividades protegidas por el derecho de autor y los derechos conexos
en los pases de MERCOSUR y Chile. Coordinacin del Prof. Antnio Mrcio Buainain.
OMPI y Universidade Estadual de Campinas (UNICAMP).
ISSN: 0798-2992
las llamadas industrias creativas se han convertido en un sector lder para las
economas de numerosos pases con ndices de crecimiento anual que se sitan entre el 5% y el 20%. Segn el Banco Mundial, en 2003 el conjunto de las
industrias creativas presentaban tasas de crecimiento promedio cercanas al
10% anual. Se apreciaba que el valor de las industrias creativas en el mercado mundial pas de 831.000 millones de dlares en el ao 2000 a 1,3 billones
de dlares en 2005.
Luego parece ser, cada vez mayor, que el futuro de muchas de las economas emergentes se va a sustentar en generar e impulsar su capacidad
de creacin e innovacin46 a travs de sus industrias culturales, creativas
y de contenidos digitales. De manera que, nuevos enfoques de comparacin
debern buscarse en la formulacin de las polticas pblicas comunicacionales y culturales, con la finalidad de mejorar la capacidad comprensiva de
los procesos, prcticas y sistemas vinculados a las industrias culturales y
creativas en cualquiera de sus dimensiones o aspectos. Pero tambin, los
sectores de la cultura y la creacin, aparecen como un apreciable terreno de
innovacin y competitividad. Es decir, ya no se conciben slo como una
ocupacin pblica generadora de gastos y egresos, del mismo modo, y cada vez con ms intensidad, viene a formar parte de la economa privada,
44
45
Ver, PIEDRAS FERIA, Ernesto (2004) Cunto vale la cultura? Contribucin econmica de las
Industrias Protegidas por el Derecho de Autor en Mxico. 1ra. Edicin. Mxico. Consejo Nacio nal para la Cultura y las Artes / Sociedad de Autores y Compositores de Msica / Sociedad General de Escritores de Mxico.
46
229
donde dispone de un fuerte potencial de crecimiento portador de elementos de creatividad, innovacin y produccin dentro del mbito nacional, regional y local.
Es claro que los pases desarrollados an dominan el mercado mundial de productos creativos. No obstante, cabe sealar, como asienta el Ministerio de Cultura de la Repblica de Colombia (Compendio de Polticas
Culturales. 2009: 152),
() tambin se ha reconocido en estos mbitos de poltica cultural internacional que el despliegue de las actividades creativas, y en particular las culturales
y artsticas, como motores del crecimiento econmico enfrentan fuertes obstculos, que tienen un mayor grado de incidencia en las economas en desarrollo.
Las actividades culturales an manifiestan altos grados de informalidad en sus
procesos de creacin, produccin, circulacin y consumo; permanecen asociadas a precarias formas de explotacin del trabajo, presentan limitados niveles
de exportacin, los bienes y servicios culturales an no hacen parte significativa de la canasta de consumo de las familias, los presupuestos pblicos dirigidos a estos sectores an son muy limitados, y a esto hay que agregar que las
tendencias de la globalizacin econmica han mostrado favorecer la concentracin del poder competitivo y de dominio de mercados en las empresas ms
grandes, y en las economas con mayor grado de desarrollo econmico.
La gran mayora de los pases del espacio geogrfico cultural latinoamericano an no han logrado realmente aprovechar sus extensiones creativas
para fomentar a travs de polticas pblicas, principalmente culturales y comunicacionales, su desarrollo.
En consecuencia, si bien economas emergentes, (), tienen importantes recursos potenciales en trminos de creatividad, talento y diversidad cultural, ellos
slo se podrn concretar como motores del crecimiento econmico a partir del
despliegue de polticas tendientes a fortalecer sus organizaciones productivas,
garantizarles marcos de regulacin apropiados y condiciones adecuadas para
su sostenibilidad, elevar los niveles de formacin y produccin de conocimiento en el sector y facilitar el acceso a las herramientas tecnolgicas (Minis terio de Cultura de la Repblica de Colombia. Compendio de Polticas Culturales.
2009: 152).
230
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Aceptamos que las industrias culturales y creativas generan externali dades positivas como las derivadas del beneficio social producido por disfrute
individual de los bienes culturales y creativos, o las debidas a la conservacin de la herencia cultural para las generaciones futuras, o las que tienen
que ver con la teora del bienestar y se apoyan en la existencia de amplios
sectores de la poblacin sin ingresos adecuados. El mensaje primordial es
que las industrias culturales y creativas efectivamente generan recursos significativos a la economa, ofrece una valor agregado esencial en el mundo
moderno (creatividad), cuantificable en trminos econmicos hasta cierto
punto, genera empleo. Igualmente la actuacin de algunas actividades creativas, y en particular las culturales, demuestran que los recursos destinados
puede ser inversin econmica y que muchos agentes tienen el potencial de
entrar en dinmicas de mercado. En esta moderna visin del desarrollo se
han detectado una serie de elementos, principalmente de ndole cultural,
que contribuyen en forma importante a la superacin de la pobreza y al desarrollo sustentable en los pases. Estos elementos constituyen lo que se ha
denominado capital social47.
Las tendencias actuales apuntan hacia la comprensin de la cultura
como una parte central del capital social48. En trminos generales puede afirmarse que el capital social lo constituyen valores, actitudes y patrones conductuales compartidos por una poblacin, lo cual asegura la cohesin social,
47
El concepto de capital social surge aproximadamente hace unos 10 aos siendo algunos
de los investigadores responsables de su conceptualizacin socilogos y economistas que
se orientaron a descubrir cuales otros factores, distintos a los econmicos, podran estar
interviniendo o estar asociados a las diferencias de desarrollo de regiones y pases, especialmente en aquellos casos en que no se observa relacin directa, sino que a veces hasta
inversa, entre los recursos disponibles en un pas o regin y el nivel de bienestar de su poblacin. Entre estos investigadores y autores podemos mencionar a James Coleman, Robert Putnam, Kenneth Newton, Stephan Bass, Amartya Sen y Bernardo Kliksberg. Estos
autores enfatizan diversos aspectos del Capital Social y mayoritariamente coinciden en
1) el importante papel que juegan en el mbito societal e institucional, los niveles de confianza entre los actores en una sociedad, 2) la existencia y la prctica, por parte de esa
poblacin, de normas cvicas, 3) el nivel de asociatividad que incide directamente en el
fortalecimiento del tejido social y por ltimo, y muy importante 4) la presencia en la cultura de valores tales como respeto a la dignidad del otro, justicia, solidaridad y tolerancia
para facilitar la convivencia.
48
231
facilita la interrelacin y cooperacin de los hombres entre s y con las instituciones que conforman la sociedad. Se trata de actitudes que contribuyen
a que las personas trasciendan las relaciones conflictivas y competitivas para lograr una cooperacin y ayuda mutua, donde los esfuerzos se unan para
lograr fines compartidos. De hecho, se evidencia que los pases que han sabido apoyarse en los sectores culturales y creativos han generado a partir de
los mismos modelos organizacionales inditos, conocimientos nuevos, redes de cooperacin interna, creacin de fuentes directas de empleo y numerosas industrias, entre otros beneficios.
Lo cierto, es que todava queda mucho por hacer y numerosos estudios
permiten reafirmar el carcter estratgico-cultural que este distintivo sector
productivo implica para las economas nacionales, por los bienes y servicios
que genera. La tesis central de esta declaracin es que () la creatividad, el
conocimiento y el acceso a la informacin son cada vez ms reconocidos como potentes motores del crecimiento econmico y de la promocin del desarrollo en un mundo que se globaliza (UNCTAD, 2008: 61).
Por ende, Amrica Latina y el Caribe, necesitar interpretar el cambio
paradigmtico que se viene gestando en el modo de innovar y a su vez consolidar su capital creativo. En este contexto, se puede apreciar entonces, que
la creatividad econmica y tecnolgica se descubren acercndose e interactuando con la creatividad artstica y cultural. Asimismo, es indiscutible la
interaccin entre ocio y negocio o arte y negocio. Esta situacin est dando
pie a la aparicin y al desarrollo de las denominadas industrias creativas. La
variedad de empresas creadas es inmensa tanto en cuanto a actividades como tamao, mercados de actuacin, etc. La idea central del capital creativo
(la creatividad y la innovacin como nocin para crear valor en las empresas y en la sociedad), a travs de sus diversas acepciones: nuevos sectores
emergentes, industrias creativas, contenidos digitales creativos, trabajos del
futuro y creatividad, cultura innovadora, clases creativas, territorios y comunidades creativas, empieza a tejer las redes y los flujos de lo que hemos
venido denominando como nueva economa o economa creativa, dnde el
cdigo gentico de cualquier actividad sea empresarial, social, cientfica,
tecnolgica o artstica, se est viendo alterada por la importancia que adquiere la creatividad humana en toda su extensin.
232
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En afinidad, la importancia creciente de las industrias de la nueva economa que incluyen a las industrias de contenido digital est estrechamente vinculada a un importante proceso de transformacin econmica,
que podemos condensar en la transicin hacia una economa basada en el
conocimiento, la innovacin y gestin de los intangibles.
La transformacin del sector creativo est asociada al rpido cambio tecno-econmico en productos, distribucin y mercadotecnia (por ejemplo, libros electrnicos (e-books), iPods, iTunes, Amazon.com, Google), a la comercializacin
creciente de la propiedad intelectual en el mundo digital, al crecimiento de las
redes de usuarios (MySpace, YouTube, Twitter), y a las sinergias derivadas de
actividades que agregan valor (turismo cultural, propiedad intelectual e identidades locales). Las tecnologas digitales y de telecomunicacin hacen posible
llegar a mercados globales con una facilidad sin precedentes. Los consumidores ahora pueden elegir entre una gama muchsimo ms amplia de proveedores y productos, los viejos modelos de negocios declinan en numerosas reas y
surgen oportunidades para nuevos entrantes sobre la base de tecnologas digitales y procesos virtuales. Las industrias creativas vienen experimentando un
proceso de profunda redefinicin. Las reas con mayor valor agregado ya no se
encuentran en los servicios y las manufacturas, sino en la explotacin de la propiedad intelectual (CEPAL. 2009: 109).
Vase, BUSTAMANTE, Enrique (2003) coord. Hacia un nuevo sistema mundial de comunicacin. Las industrias culturales en la era digital. Barcelona, Espaa. Editorial Gedisa, S.A.
1ra. Edicin; (2002) coord. Comunicacin y cultura en la era digital. Industrias, mercados y diversidad en Espaa. Barcelona, Espaa. Editorial Gedisa, S.A. 1ra. Edicin.
233
Figura 5
Interconexiones entre las Industrias Culturales,
Creativas y de los Contenidos Digitales
Fuente: MARCUS, Carmen (2005: 23). Una adaptacin de la figura 1 del estudio de PATTINSON CONSULTING (2003) The Measurement of Creative Digital Content. DCITA. Pg. 9.
234
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235
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 237-255
ANCZAR
NARVEZ MONTOYA
(Colombia)
Economa Poltica,
industrias mediticas
y medios regionales
en Bogot
y la regin Centro
Political Economy, media
industries and regional media
in Bogot and the central region
Recibido: 18 /05/ 2012
Aceptado: 29 /06/ 2012
De conformidad por su autor para su publicacin. Esta
cesin patrimonial comprender el derecho para el
Anuario ININCO de comunicar pblicamente la obra,
divulgarla, publicarla, y reproducirla en soportes analgicos o digitales en la oportunidad que as lo estime
conveniente, as como, la de salvaguardar los intereses
y derechos morales que le corresponden como autor de
la obra antes sealada. Prohibida su reproduccin total
o parcial sin la autorizacin del autor. Ley de Derecho
de Autor. Gaceta oficial N 4638 Extraordinario. 1 Octubre de 1993. Las imgenes utilizadas son estrictamente para uso acadmico.
RESUMEN
ANCZAR NARVEZ MONTOYA
Economa Poltica, industrias mediticas y medios regionales en Bogot y la regin Centro
En este artculo se hace una apretada sntesis de los antecedentes ms relevantes de la investigacin sobre las
industrias culturales en Colombia. Como punto de partida terico, se sita la discusin actual sobre el concepto de Industria Cultural en el campo de la comunicacin y la cultura; as mismo, se subraya la pertinencia del
enfoque de la Economa Poltica de la Comunicacin para dar cuenta de las industrias mediticas regionales.
Descriptores: Comunicacin / Cultura / Economa Poltica / Industrias culturales / Industrias mediticas /
Colombia.
ABSTRACT
ANCZAR NARVEZ MONTOYA
Political Economy, media industries and regional media in Bogota and the central region
In this article a brief summary of the most relevant background research on cultural industries in Colombia.
As a theoretical starting point, puts the current discussion on the concept of Cultural Industry in the field of
communication and culture, likewise, emphasized the relevance of the approach of the Political Economy
of Communication to account for the media industries regional.
Key Words: Communication / Culture / Political Economy / Cultural Industry / Media Industries /
Colombia.
RSUM
ANCZAR NARVEZ MONTOYA
Lconomie politique, des mdias et des industries des mdias rgionaux Bogota et la centrale
Dans cet article, un bref rsum de la recherche de base la plus pertinente sur les industries culturelles en
Colombie. Comme point de dpart thorique, met le dbat actuel sur la notion dindustrie culturelle dans le
domaine de la communication et de la culture, de mme, soulign la pertinence de lapproche de lconomie
politique de la communication pour rendre compte de lindustrie des mdias rgional.
Mots cls: Communication / Culture / Lconomie politique / Industries culturelles / Industries des mdias /
Colombie.
RESUMO
ANCZAR NARVEZ MONTOYA
Economia Poltica, indstrias de mdia e mdia regional em Bogot e central region
Neste artigo um breve resumo da pesquisa de fundo mais relevantes sobre as indstrias culturais na Colmbia.
Como ponto de partida terico, coloca a discusso atual sobre o conceito de indstria cultural no campo da
comunicao e da cultura, do mesmo modo, destacou a relevncia da abordagem da Economia Poltica
da Comunicao para dar conta da indstria de mdia regional.
Palavras-chave: Comunicao / Cultura / Economia Poltica / Indstrias Culturais / indstrias de mdia /
Colmbia.
ANTECEDENTES
En Colombia se han realizado estudios con diferentes alcances y metodologas que intentan dar cuenta de la importancia econmica de las industrias culturales. Estos han sido los ms relevantes en el mbito nacional.
1
Este artculo corresponde a la parte introductoria de la Investigacin denominada Indus trias mediticas regionales de carcter periodstico Regin Bogot-Centro, financiada por la
Pontificia Universidad Javeriana y Colciencias, durante el perodo 2010-2011.
239
240
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Al momento de realizar este informe, se concreta la compra de Casa Editorial El Tiempo por
parte del Grupo Financiero Aval, de Luis Carlos Sarmiento Angulo, con lo que se completa el cuadro siguiente: los tres grupos econmicos ms importantes del pas, tienen cada
uno el primero de los tres medios: Ardila Llle, el primer canal de televisin (RCN Tele visin); Santo Domingo, la primera emisora de radio (Caracol Radio) y el grupo Sarmiento
Angulo, el primer diario del pas (El Tiempo).
241
Medelln y Barranquilla). Estas concentran el 88 por ciento del valor agregado por los derechos de autor. En las industrias bsicas, esta concentracin
llega al 95 por ciento (OMPI-DNDA, 2008: 65), lo cual, naturalmente, tiene
que ver con la vida urbana, la mayor actividad econmica y los mayores ingresos (a mayor ingreso per cpita, mayor importancia relativa tienen las
industrias culturales).
En una sntesis muy apretada, se puede decir que los estudios sobre
las industrias culturales en Colombia tienen un marcado tinte economicista
y que en los casos en que se pretende extender el estudio hacia el sector cultural en su conjunto, es decir, ms all de las empresas que actan bajo el
clculo de capital, la cuantificacin sectorial no aparece desagregada. La fi liacin corporativa de las empresas culturales no aparece explcitamente
sino en los estudios sobre la estructura del capital en general en el pas,
pero en los dems casos no se hace esa precisin, con lo que queda en el
ambiente una suerte de visin pica de la industria cultural por su aporte
al PIB, pero no queda as de clara la implicacin poltica que conlleva una
filiacin al capital corporativo.
Una de las mayores justificaciones para el presenta estudio es el hecho
de que la gran mayora de las industrias culturales y especialmente de las
mediticas se encuentran concentradas geogrficamente (Varios, 2011). En
nuestro caso, tambin se incluye Bogot que concentra el 43% del valor
agregado de este sector y el 71% del valor agregado por las industrias bsicas (OMPI-DNDA, 2008). Aun con este desmesurado dominio en el sector,
nuestra contribucin consiste en que slo se toman en cuenta aquellas
empresas de cobertura local (Bogot y sus localidades), adems de las em presas locales de las regiones aledaas a la ciudad, empresas que por su
naturaleza (tamao, capital, tecnologa, etc.) no alcanzan a aparecer en las
mediciones hechas hasta ahora.
ASPECTOS TERICOS
Dado que en el campo de la comunicacin y la cultura han sido bautizadas con el nombre de Economa poltica todas las aproximaciones que
podemos llamar macro (en oposicin a lo micro), o estructurales (en oposicin a lo subjetivo), se ha tenido que hacer un esfuerzo por distinguir a la
242
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suerte de aparato destinado a la alienacin del espectador, a su empobrecimiento cognitivo y esttico, a su dominacin ideolgica. Sin llamarlo de esta
manera, un contemporneo tambin de la Escuela de Frankfurt, Walter Benjamin (1981), se refera al mismo fenmeno cuando hablaba de la Obra de
Arte en le era de la reproduccin tcnica. Aunque aqu la referencia directa es a
la industrializacin, tampoco se refera a sta como fenmeno tcnico o econmico, sino como fenmeno esttico.
Adorno trat de explicar ms tarde (1999 [1969]) el alcance preciso de
la expresin con el fin de diferenciarla de la cultura de masas; al final, pretendiendo defender a la masa termina condenando la industria cultural,
pero establece una diferencia entre la cultura de masas como un tipo de cultura y la industria como una forma de organizacin de la produccin cultural. En sntesis, las industrias culturales no siempre hacen referencia al
hecho econmico de la mercantilizacin e industrializacin de la cultura.
En todo caso, es a partir del trabajo de Zallo (1988), que
la Economa Poltica se ocupa de la comunicacin y la cultura como un sector productivo relevante en el capitalismo. Explcitamente,
Se trata de concebir los mass media, no ya como aparatos
ideolgicos, sino, en primer lugar, como entidades econmicas que tienen un papel directamente econmico, como
creadores de plusvalor, a travs de la produccin de mercan cas y su intercambio, as como un papel econmico indirecto, a travs de la
publicidad, en la creacin de plusvalor dentro de otros sectores (p. 10).
245
Por su parte, Thompson (1998) les atribuye las siguientes caractersticas: 1) la transformacin de las instituciones mediticas en empresas con
intereses comerciales a gran escala; 2) la globalizacin de la comunicacin;
y 3) el desarrollo de formas de comunicacin mediticas electrnicas.
246
ISSN: 0798-2992
Aqu se puede percibir una divergencia en lo que se considera industria, pues casi siempre aparece desde el punto de vista econmico el nfasis
en la tcnica o el nfasis en el tipo de organizacin, o sea la industria como
produccin tcnicamente mediada (ms exactamente, produccin por
medio de mquinas), o la industria como produccin organizada en forma
de empresa mercantil, o las dos caractersticas juntas. Este ltimo caso sera
algo as como el tipo ideal, pero entonces dejara por fuera del anlisis la
produccin mercantil que no alcanza los niveles de tecnificacin industrial
de alto costo que predominan hoy en la industria, y al mismo tiempo, las
grandes producciones industriales que no tienen rigurosamente hablando
un clculo de capital y, por tanto, no producen bienes y servicios culturales
como mercancas, tpicamente, las instituciones del Estado. As mismo,
dejara por fuera grandes empresas de tipo mercantil que no tienen necesariamente que estar mediadas por tecnologas electrnicas de produccin,
sino que su funcin es ms de intermediacin.
Castells diferencia claramente las empresas u organizaciones de las instituciones, en los siguientes trminos: Por organizaciones entiendo sistemas de
recursos que se orientan a la realizacin de metas especficas. Por instituciones,
organizaciones investidas con la autoridad necesaria para realizar ciertas tareas
especficas en nombre de la sociedad (CASTELLS, 1999: 180). En este sentido,
podemos hacer algunas observaciones a la definicin de Garnham. En primer lugar, las instituciones slo pueden ser consideradas industrias en el
sentido tcnico, pues por definicin, son organizaciones encargadas de
cumplir funciones en nombre de toda la sociedad y, por consiguiente, no
pueden operar mercantilmente y, por tanto, no pueden buscar fines privados de ganancia. Cuando esto ocurre, entonces se convierten en empresas,
es decir, organizaciones que buscan obtener utilidades en el mercado y dejan por tanto de ser instituciones. Por otro lado, si no producen bienes y servicios en forma de mercancas, entonces dejan de ser industrias en sentido
empresarial, mercantil. En este sentido, es ms lo que confunde que lo que
aclara. Sin embargo, cuando habla de los modos de produccin y organizacin, entonces s podemos entender que los primeros consisten en la separacin tajante entre el propietario y el productor, mientras que los segundos
se refieren a una fuerte especializacin, a una divisin tcnica del trabajo.
En tal caso estamos hablando explcitamente de empresas capitalistas.
247
ISSN: 0798-2992
porque se organizan como produccin mercantil o por ambas caractersticas a la vez. En este punto parece recomendable asumir como industrias
aquellas unidades econmicas cuya fuente de financiamiento sea el mercado, ya sea por tarifacin o por publicidad, y no el presupuesto o el canon,
pues el capitalismo es primero produccin mercantil que industrial. Adems, la produccin mercantil es una relacin social mientras que la tecnologa es
contingente. Es posible que encontremos ms produccin mercantil que
produccin mediada por mquinas.
Las cuatro nociones implicadas en la formulacin del problema son de
carcter distinto. As que, aunque el concepto como totalidad debe ser un
constructo unitario, es necesario proceder en principio de forma analtica
haciendo una especie de sumatoria. Para efectos de la delimitacin de un
corpus de investigacin, el carcter cultural radicara en que estas industrias producen slo bienes y servicios simblicos, es decir, conocimientos
y valores, conceptos de lo verdadero, lo bueno y lo bello u objetos que se
venden como tales. Es decir, incluiran tanto la informacin, como el conocimiento y el entretenimiento ligado a los dos anteriores. Manteniendo esta
aproximacin, podemos avanzar incluso diciendo que la formas expresivas
predominantes de una cultura meditica son los cdigos oral-icnicos,
narrativos y rituales. Esta sera la forma de circular de las ideas de lo verdadero, lo bueno y lo bello.
Por otro lado, est el carcter regional de las industrias. Cualquier medio que como institucin o como empresa, pretenda llegar a un mercado nacional queda fuera de nuestro corpus. En cambio, todos los medios que
pretendan tener audiencia, influencia o ventas en un mbito regional (el
Altiplano, por ejemplo), departamental, local o cualquier otro tipo de delimitacin sub-nacional entra potencialmente en el anlisis. En sntesis, podramos entender las industrias mediticas regionales de carcter periodstico
como unidades econmicas dedicadas a la produccin para el mercado sub-nacional
de bienes y servicios simblicos predominantemente de tipo periodstico.
249
ISSN: 0798-2992
251
una primera variable de la regionalizacin segn la potencia o el alcance fsico de los medios; esto quiere decir que la regin se construye de acuerdo
al alcance geogrfico, lo cual implicara que, para completar la regin
como entidad socio-cultural, habra que constatar que efectivamente el
alcance fsico implica tambin audiencia; luego, que los temas y la agenda
correspondan a una especie de esfera pblica local y que las fuentes tengan el mismo carcter. Estos ltimos criterios desplazaron a las razones
tcnicas.
En todo caso, lo que se estara buscando sera la respuesta una pregunta ms o menos como esta: Cuntas y cules son las regiones o subregiones
mediticas en las que se divide la regin centro-oriental de Colombia? O es
Bogot-Regin centro una regin en sentido estricto desde el punto de vista
de las industrias mediticas?
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
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BENJAMIN, Walter
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ISSN: 0798-2992
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1988
255
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 257-276
JUAN ERNESTO
VELSQUEZ
(Venezuela)
El consumo cultural
en los espacios
pblicos de Caracas
1997-2007
Cultural consumption
in public spaces in Caracas
1997-2007
RESUMEN
JUAN ERNESTO VELSQUEZ
El consumo cultural en los espacios pblicos de Caracas 1997-2007
Este trabajo es un estudio comparativo sobre el consumo cultural en Caracas durante los aos 1997 y 2007. Se
analiz la asistencia a actividades culturales y de entretenimiento. Se compararon los resultados obtenidos en
2007 por el Proyecto de Investigacin sobre Pobreza de la Universidad Catlica Andrs Bello con el trabajo
Consumo Cultural del Venezolano (1998) de Jess Mara Aguirre, Marcelino Bisbal, Carlos Guzmn y colaboradores. Con el presente estudio se muestran diferencias importantes en relacin a las formas de consumo
cultural en los espacios pblicos de Caracas, evidenciando as un panorama distinto al planteado en las investigaciones de finales de los aos noventa.
Descriptores: Actividad cultural / Comunicacin / Consumo Cultural / Cultura / Espacios / Caracas.
ABSTRACT
JUAN ERNESTO VELSQUEZ
Cultural consumption in public spaces in Caracas 1997-2007
This work is a comparative study of cultural consumption in Caracas during the years 1997 and 2007. We
analyzed attendance at cultural and entertainment activities. We compared the results obtained in 2007 by the
Poverty Research Project at the Catholic University Andres Bello work of Venezuelan Cultural Consumption
(1998) in Jess Mara Aguirre, Marcelino Bisbal, and Carlos Guzman et al. The present study shows significant
differences in relation to the forms of cultural consumption in public spaces in Caracas, thus showing a different picture to the research proposed in the late nineties.
Key Words: Cultural Activity / Communication / Consumer Culture / Culture / Spaces / Caracas.
RSUM
JUAN ERNESTO VELSQUEZ
La consommation culturelle dans les espaces publics Caracas 1997-2007
Ce travail est une tude comparative de la consommation culturelle Caracas au cours des annes 1997 et 2007.
Nous avons analys la participation des activits culturelles et de divertissement. Nous avons compar les
rsultats obtenus en 2007 par le Projet de recherche sur la pauvret au travail Universit Catholique Andrs
Bello de la consommation culturelle vnzulienne (1998) Jess Mara Aguirre, Marcelino Bisbal, Carlos
Guzman et al. La prsente tude montre des diffrences significatives par rapport aux formes de consommation culturelle dans les espaces publics Caracas, montrant ainsi une image diffrente la recherche propose
dans les annes nonante.
Mots cls: Activit Culturelle / Communication / La consommation culturelle / Culture / Espaces / Caracas.
RESUMO
JUAN ERNESTO VELSQUEZ
Consumo cultural em espaos pblicos em Caracas 1997-2007
Este trabalho um estudo comparativo do consumo cultural em Caracas, durante os anos de 1997 e 2007.
Analisamos a participao em atividades culturais e de entretenimento. Foram comparados os resultados obtidos em 2007 pelo Projeto de Pesquisa da Pobreza na Universidade Catlica Andrs Bello trabalho de consumo
cultural da Venezuela (1998) em Jess Mara Aguirre, Marcelino Bisbal, Carlos Guzman et al. O presente estudo
mostra diferenas significativas em relao s formas de consumo cultural em espaos pblicos em Caracas,
mostrando assim uma imagem diferente para a pesquisa proposta no final dos anos noventa.
Palavras-chave: Atividade Cultural / Comunicao / Consumidor Cultura / Cultura / Espaos / Caracas.
259
ASPECTOS METODOLGICOS
Aclararemos algunos puntos relacionados con las caractersticas de los
datos cuantitativos utilizados, tanto del Estudio de Pobreza UCAB como el
del Consumo Cultural del Venezolano.
1. Para el caso del Consumo Cultural del Venezolano, los datos utilizados
provienen de una encuesta por muestreo realizada en el rea Metropolitana
de Caracas. El total de la muestra fue de 517 personas, la fecha de realizacin del trabajo de campo abril-mayo de 1997. El diseo muestral utilizado
fue no aleatorio por cuotas. El contenido del cuestionario de este trabajo de
campo se bas en preguntas que medan el hbito de toda una serie de actividades culturales y de entretenimiento.
2. En relacin al Proyecto de Investigacin de Pobreza de la UCAB te nemos una encuesta por muestreo pero de representacin nacional. En este caso
el muestreo fue aleatorio estratificado, construyendo dichos estratos basado
en las regiones y centros poblados del pas. El cuestionario que se utiliz para este trabajo de campo estaba conformado por toda una serie de mdulos,
los cuales respondan a varias reas temticas. Una primera parte se refera
a aspectos socio-econmicos, composicin del hogar, estructura familiar,
aspectos laborales, entre otros puntos. En una segunda parte, se incluy
cuatro reas nuevas o mdulos complementarios, los cuales profundizaban
en temas estratgicos, considerados de importancia para el pas. Estos temas eran: educacin, oportunidades y capacidad de acceso a bienes y servi-
260
ISSN: 0798-2992
cios, participacin social y consumo cultural (en este ltimo se incluira las
preferencias en los tipos de programacin televisiva y radio, hbitos recreativos, uso
del tiempo libre, lecturas preferidas, tipo de msica preferida y acceso a la tecnologa en comunicacin e informacin).
El trabajo de campo arranc en el segundo semestre del 2007. La
muestra obtenida fue de 5.113 entrevistas. Ahora, esta muestra se subdividi para cada uno de los mdulos complementarios adicionales trabajados. Para nuestro trabajo utilizamos la muestra del mdulo de consumo
cultural, la cual consisti en 1.203 casos.
3. Al revisar cada uno de estos aspectos metodolgicos encontramos
algunas diferencias entre los dos estudios aqu tratados. Para el estudio de
Pobreza UCAB-2007, el trabajo de campo fue mucho ms complejo que el
estudio del Consumo Cultural del Venezolano de 1997. Esto se debi a que
el Estudio de Pobreza tena un alcance nacional, y tocaba distintos tpicos
relacionados con el hogar. En cambio el Consumo Cultural del Venezolano
se ubic el lo que ese momento era el rea Metropolitana de Caracas, y
adems solo indag sobre el tema comunicacional y cultural.
4. Ahora, es importante precisar cmo se llevara a cabo la comparacin de estas dos muestras siendo ellas distintas. Para ello reprocesamos la
base de datos del estudio de Pobreza UCAB-2007, seleccionando la informacin de la regin de la Gran Caracas. Contrastamos esta seleccin del
2007 con la muestra del Consumo cultural del venezolano de 1997, la cual slo
contena el rea Metropolitana de Caracas. Comparamos entonces la informacin de la misma regin, pero en dos aos distintos, 1997 y 2007.
5. En otro aspecto metodolgico, es importante aclarar que en el estudio del 2007 las preguntas diseadas para el mdulo de consumo cultural
eran similares al estudio de 1997, pero las escalas para medir las frecuencias de
asistencia eran distintas. Para solventar esta diferencia, se realiz el reprocesamiento de las escalas del estudio del 2007 para poder comparar los resultados de las dos bases de datos.
COMPARACIN DE RESULTADOS
A continuacin cotejaremos los resultados del Estudio de Pobreza
261
Todos los
das
%
Casi todos
los das
%
Fines
de semana
%
Nunca
Pasear
15
14
53
18
Centros Comerciales
13
53
27
Templos Religiosos
49
46
Restaurantes
37
54
39
57
Cine
Eventos Deportivos
37
57
Gimnasio o Trotar
13
70
Salones de Pool
22
74
13
85
Salones de Video
De manera general se puede observar en el cuadro N 1 que este primer grupo de actividades se realizan ms que todo los fines de semana,
pocas veces se sale de casa por distraccin en la semana segn estos resultados. De estas cifras se destaca como dos principales actividades el salir a
pasear (sin especificar) y visitar un centro comercial. Luego tenemos un se gundo grupo, las cuales fueron medidas con un tipo de escala distinta en
relacin a la frecuencia de consumo.
262
ISSN: 0798-2992
Cuadro N 2
Asistencia a actividades culturales y entretenimiento 1997
Grupo 2
Actividades
Semanal
%
Mensual
%
Ocasional
%
Nunca
%
Ir de Compras
45
22
26
Visitar Familiares
41
16
34
Ir a la Playa
20
58
16
15
58
17
Parques
15
14
45
26
Eventos Sociales
44
40
Espectculos Populares
34
56
Ir a la Montaa
23
62
Actividades Polticas
91
En este caso se refiere a un conjunto de formas de entretenimiento que im plican una frecuencia de asistencia menor a la anterior, se pudieran entender como menos cotidianas. De ellas se destacan salir de compras y las visitas
familiares. El ltimo grupo de actividades (ver cuadro N 3) fueron catalogadas, segn el texto Consumo Cultural del Venezolano como elitescas (ver
cuadro 3).
En este caso la mayora de estas actividades se llevan a cabo de forma ocasional, y en general los niveles de participacin son menores. Sera importante
observar ahora todo este conjunto de actividades en un solo plano, de manera que la jerarquizacin de cada una de ellas pueda ser comparable ms
all de las diferencias entre las escalas de frecuencia de consumo. Para esto
recodificamos dichas escalas, uniendo, para el primer grupo de actividades, las opciones: todos los das, casi todos los das y fines de semana. Creamos as la categora asiste, que une todas stas, y no asiste
que contiene la opcin nunca. En el caso de los dos siguientes grupos de
263
Cuadro N 3
Asistencia a actividades culturales 1997
Grupo 3
Actividades
Semanal
%
Mensual
%
Ocasional
%
Nunca
%
Libreras
41
46
Museos-Galeras
33
57
Bibliotecas
26
61
Teatro
26
68
Espectculos
de Cultura Clsica
26
68
23
74
16
79
Viajar al Exterior
Conferencias-Congresos
actividades, unimos semanal, mensual y ocasional en la opcin asiste y no asiste en nunca. As obtuvimos el grfico N1 tomando slo la
asistencia:
Grfico N 1
Asistencia a actividades culturales y entretenimiento 1997
264
ISSN: 0798-2992
Cuadro N 4
Asistencia a actividades culturales y entretenimiento 2007
Actividades
mucha
frecuencia
cierta
frecuencia
rara vez
nunca
Visitar a familiares
21,3%
37,6%
32,4%
8,8%
Centros comerciales
17,6%
33,0%
31,1%
18,2%
Ir de paseo
11,9%
36,4%
36,9%
13,7%
18,9%
23,3%
31,9%
25,9%
Ir a la playa
12,2%
26,1%
42,2%
19,5%
9,6%
28,6%
35,5%
25,2%
265
Cuadro N 4 (continuacin)
Actividades
mucha
frecuencia
cierta
frecuencia
rara vez
nunca
Visitar amigos
14,4%
23,3%
37,8%
24,5%
10,0%
25,7%
40,8%
22,4%
Comer a restaurantes
7,5%
26,1%
48,7%
16,5%
7,0%
25,7%
38,1%
28,1%
Eventos deportivos
11,6%
16,8%
27,7%
43,9%
Parques o zoolgicos
5,8%
22,5%
39,1%
32,6%
4,9%
22,4%
30,7%
40,6%
Parques de diversin
3,6%
19,3%
33,8%
42,7%
4,9%
16,9%
35,2%
41,9%
En casa partidas
de domin o cartas
6,1%
11,1%
24,7%
55,8%
Bailar a discotecas
5,5%
9,1%
23,7%
60,6%
Bares
2,6%
11,7%
22,8%
61,7%
Fiestas en casa
1,8%
12,4%
40,1%
44,6%
Jugar videojuegos
6,6%
7,1%
14,5%
70,8%
3,4%
9,0%
19,4%
67,8%
0,8%
10,9%
12,2%
74,7%
5,4%
5,2%
10,5%
78,6%
Gimnasios
4,3%
5,4%
14,7%
73,8%
Pesca o cacera
1,5%
3,8%
16,6%
78,1%
Fuente: Proyecto Estudio sobre la Pobreza en Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
ISSN: 0798-2992
resultados en la Gran Caracas de todas las opciones para luego hacer las
modificaciones para comparar con 1997.
En este primer grupo de actividades, presentes en el cuadro N 4,
igualmente aparece como lo ms frecuente los encuentros familiares, seguidas de las visitas a centros comerciales, paseos (sin especificar a donde) y conversar con amigos de vecindarios. Estas seran las primeras cuatro actividades
que sumando la mucha y cierta frecuencia son las que ms se realizan. Al
siguiente grupo de actividades del cuadro 5, los porcentajes de personas
que asisten con mucha o cierta frecuencia es menor. La ms alta de todas,
los oficios religiosos, despus le siguen la asistencia a bibliotecas, conciertos de
msica popular, libreras, eventos polticos. En tanto a la asistencia al cine el tipo de escala utilizada fue distinta, en este caso el 7% asiste semanal o quincenalmente, otro 8% mensualmente y el 42% ocasionalmente
Cuadro N 5
Asistencia a actividades culturales y entretenimiento 2007
Actividades
mucha
frecuencia
cierta
frecuencia
rara vez
nunca
Oficios religiosos
8,1%
18,8%
37,7%
34,9%
Bibliotecas
6,7%
9,1%
20,8%
62,9%
3,0%
11,3%
17,9%
67,2%
Visitar libreras
5,2%
9,0%
27,0%
58,2%
Eventos polticos
5,7%
6,5%
11,0%
75,2%
Fiestas populares
o tradicionales
3,6%
6,5%
26,1%
63,2%
Obras teatrales
4,7%
5,4%
17,7%
71,6%
2,1%
7,0%
20,8%
69,6%
Viajes al exterior
1,9%
4,8%
12,9%
77,2%
Conferencias-congresos
1,9%
3,9%
12,0%
81,8%
Exposiciones de muebles-otros
1,8%
3,7%
21,8%
72,1%
Exposiciones
2,2%
3,0%
13,8%
80,1%
267
Cuadro N 5 (continuacin)
Actividades
mucha
frecuencia
cierta
frecuencia
rara vez
nunca
Toros coleados
3,1%
1,7%
12,1%
83,1%
2,3%
1,5%
10,4%
85,2%
Corridas de toros
1,1%
1,6%
11,9%
85,4%
Peleas de gallos
0,5%
1,2%
9,8%
88,6%
Fuente: Proyecto Estudio sobre la Pobreza en Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
ISSN: 0798-2992
Grfico N 2
Asistencia a actividades culturales y entretenimiento 2007
Fuente: Proyecto Estudio sobre la Pobreza en Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
Grfico N 3
Asistencia a actividades culturales y entretenimiento 1997-2007
Fuente: Proyecto Estudio sobre la Pobreza en Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
269
grupo de actividades de mayor realizacin, casi por encima del 70% de los
caraqueos la llevan a cabo, algunas han disminuido levemente como ir a la
playa, otras de manera ms pronunciada como visitar parques; mientras
que visitar centros comerciales ha tenido un aumento considerable.
En otro grupo se ubican los oficios
religiosos alcanzando del 53% al 64%, visitas a libreras disminuyendo del 53% al
41%, comer en restaurantes del 45% al 82%,
eventos deportivos del 43% al 56%, cine del
42% al 57%, conciertos de msica popular
descendiendo del 42% al 32%, museos del
42% al 30%, bibliotecas del 39% al 37%, teatro 31% al 28% y gimnasio del 30%
al 24%. Aqu encontramos que inicialmente los porcentajes oscilaban entre
el 30% y el 55%, pero stos han tenido variaciones importantes en el ltimo
ao medido. Una parte de ellas ha aumentado considerablemente, la ms
evidente son las comidas en restaurantes, luego se encuentra la asistencia al
cine, seguido de los eventos deportivos y los oficios religiosos. En tanto a la parte
que ha disminuido las ms pronunciadas son los museos, libreras y conciertos de msica popular, luego de forma moderada, la asistencia a gimnasios, teatros y bibliotecas.
Un ltimo grupo de actividades menos frecuentes son: jugar pool que
baj del 25% al 23%, viajes al exterior del 25% al 20%, conferencias y congresos
del 20% al 18%, conciertos de msica clsica del 16% al 14%, salones de video jue go del 14% al 28% y eventos polticos del 12% al 23%. Aqu nos encontramos
con pequeas disminuciones en los viajes al exterior, juegos de pool, conferencias/congresos y conciertos de msica clsica. En relacin a los aumentos tenemos las visitas a salones de video juego y los eventos polticos.
Esta primera comparacin evidencia que ha habido cambios importantes en
las formas del consumo cultural en diez aos, hay actividades que han tenido
aumentos considerables, mientras que otras han disminuido. El mayor aumento lo tenemos en la asistencia a restaurantes, el cual subi 37% de su porcentaje
final, en tanto al cine, centros comerciales, eventos deportivos, oficios religiosos, eventos polticos y video juegos subieron de 10% a 15%. Mientras que la
disminucin ms pronunciada la tenemos en los museos, libreras y conciertos
populares, bajando alrededor del 10%.
270
ISSN: 0798-2992
271
Grfico N 4
Recepcin televisin 1997-2007
Fuente: Consumo Cultural del Venezolano 1998 Proyecto Estudio sobre la Pobreza en Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
Grfico N 5
Recepcin radio 1997-2007
ISSN: 0798-2992
Grfico N 6
Lectura de prensa 1997-2007
Fuente: Consumo Cultural del Venezolano 1998 Proyecto Estudio sobre la Pobreza en Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
Grfico N 7
Recepcin pelculas en casa
Fuentes: Consumo Cultural del Venezolano 1998 Proyecto Estudio sobre la Pobreza en
Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
273
Grfico N 8
Utilizacin de computadora
Fuente: Consumo Cultural del Venezolano 1998 Proyecto Estudio sobre la Pobreza en Venezuela 2007. Elaboracin propia 2011.
ISSN: 0798-2992
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
Sobre conceptos de lo pblico y lo privado
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BISBAL, Marcelino; AGUIRRE, Jess Mara; GUZMN, Carlos; NICODEMO, Pasquale; PELLEGRINO, Francisco; PILATO, Elsa
1998
1989
1995
2004
Referencias metodolgicas
ESPAA, Luis Pedro
2009
276
ISSN: 0798-2992
Epistemologa
de la comunicacin
Epistemology of communication
Epistmologie de la communication
Epistemologia della comunicazione
Epistemologie der Kommunikation
Epistemologia da comunicao
Esta lnea de investigacin busca fundamentar tanto las diversas teoras que
dan cuenta de la comunicacin como el
estatuto epistemolgico que fundamentan
estas teoras, por una parte y, por otra,
examinar las diversas corrientes epistmicas desde la cuales puede estudiarse e investigarse el fenmeno comunicacional, a
partir de las relaciones entre teora, epistemologa, teora del mtodo y metodologa (aspectos tcnicos e instrumentales) desde una perspectiva inter y transdisciplinaria. Se parte explcitamente del
reconocimiento de la posicin pluriparadigmtica de las ciencias humanas, pero
se orientan los esfuerzos hacia una visin integradora que permita superar,
sobre bases nuevas, la incertidumbre y el vaco axiolgico de la racionalidad
instrumental que se ha posicionado en el estudio y la investigacin de la comunicacin, orientndolas a explorar las posibilidades de transformacin,
reordenamiento social y desajenacin civilizatoria y cultural, para lo cual es
necesario sealar que ninguna propuesta epistmico-metodolgica puede
pretender neutralidad valorativa ante la situacin que viven nuestras sociedades en el contexto de la llamada globalizacin.
Desde este enfoque el estudio de las diversas teoras, del nivel epistmico, de la historia del campo disciplinar de la comunicacin y de su naturaleza
inter y transdisciplinaria, as como de los diversos enfoques metodolgicos,
constituyen el contenido de la presente lnea de investigacin. En esta ocasin
editorial contamos con la profesora Blanca Muoz, que imparte las asignaturas de Sociologa de la Cultura de Masas y Teora Sociolgica en la Universidad Carlos III de Madrid. En su ltimo ensayo, La sociedad disonante (Madrid,
Fundamentos, 2010), Muoz analiza los nuevos procesos sociales que han
conducido a la necesidad de reconstruccin del sujeto en el capitalismo tardo. La autora explicar sobre la transformacin, que est ocurriendo en la
nueva fase globalizadora del capitalismo, de la razn instrumental en razn c nica como uno de los fenmenos que de una manera evidente define la
modificacin de la interpretacin de la realidad en los finales del siglo XX y en
los inicios del siglo XXI que junto a la Postmodernidad aparecen como creadores de modelos sociales e individuales.
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 279-296
BLANCA MUOZ
(Espaa)
Licenciada en Filosofa y en Ciencias Polticas y Sociologa, se doctor en la Universidad Autnoma de Madrid (UAM, 1983),
Espaa. Premio Extraordinario de Licenciatura, Mejor Premio Becario y Premio de
Investigacin Cientfica en el ao 1982. Profesora Titular de Sociologa de la Cultura
de Masas y Teora Sociolgica en la Uni versidad Carlos III de Madrid (UC3M),
tras haber sido profesora titular de Teora
de la Comunicacin de Masas en la Universidad del Pas Vasco (UPV) durante los
aos 1983-1990. Ha publicado numerosos
estudios, ensayos y artculos acadmicos
sobre la ideologa, la cultura y el conocimiento en la sociedad contempornea,
destacando los siguientes libros: Cultura y
comunicacin. Introduccin a las teoras contemporneas (1989), Teora de la Pseudocul tura. Ensayos de Sociologa de la Cultura y la
Comunicacin de Masas (1995), Whose Mas ters Voice? The Development of Popular Music in Thirteen Cultures (1997), Theodor W.
Adorno: Teora Crtica y Cultura de Masas
(2000), Medios de Comunicacin, mujeres y
cambio cultural (2001), La Cultura Global.
Medios de Comunicacin, Cultura e Ideologa
en la sociedad globalizada (2005), Cultura y
comunicacin. Introduccin a las teoras conteporneas (reedicin)(2005), Modelos cul turales. Teora Sociopoltica de la Cultura
(2005). Miembro del Consejo Cientfico
Internacional del Anuario ININCO / In vestigaciones de la Comunicacin.
Direccin: Departamento de Ciencia Poltica y Sociologa. Facultad de Ciencias Sociales y Jurdicas. Universidad Carlos III C/
Madrid, 128-126 28903 - Getafe (Madrid).
Correo electrnico: bmunoz@polsoc.uc3m.es
Telfono: +91 6249615
Fax: +91 62495740
Racionalidad
cnica y medios
de comunicacin:
los efectos de la
postmodernidad
Cynic rationality and media:
the effects of the Postmodernity
Recibido: 08/ 02/ 2012
Aceptado: 06/ 03/ 2012
De conformidad por su autora para su publicacin.
Esta cesin patrimonial comprender el derecho para
el Anuario ININCO de comunicar pblicamente la
obra, divulgarla, publicarla, y reproducirla en soportes analgicos o digitales en la oportunidad que as lo
estime conveniente, as como, la de salvaguardar los
intereses y derechos morales que le corresponden como autora de la obra antes sealada. Prohibida su reproduccin total o parcial sin la autorizacin de la
autora. Ley de Derecho de Autor. Gaceta oficial N
4638 Extraordinario. 1 Octubre de 1993. Las imgenes utilizadas son estrictamente para uso acadmico.
RESUMEN
BLANCA MUNOZ
Racionalidad cnica y medios de comunicacin: los efectos de la postmodernidad
La Postmodernidad ha modificado radicalmente los Medios de Comunicacin de Masas y, sobre todo, la ideologa de las
sociedades contemporneas. Para comprender el ascenso de esta reciente ideologa es fundamental remitirse al ao 1973 y
el derrumbamiento de las casas sociales de la ciudad de San Luis en Estados Unidos. El lema de: Cambiar la tica por la
esttica!, va a resonar como el eslogan del pensamiento postmoderno. Pero la Postmodernidad se convertir en la ideologa
de la Globalizacin situando a la razn cnica en el ncleo de un tipo de cosmovisin en donde la banalizacin, el narcisismo
y la crueldad se convierten en conducta habitual y comn. En este fin de la Historia, al que se refera Fukuyama, la razn
cnica de la ideologa postmoderna va a difundir sus valores mediante un pseudocine, una pseudoliteratura y una pseudofilosofa en donde se refleja una Geopoltica del Caos y de la confusin extendida interesadamente por todo el planeta.
Descriptores: Postmodernidad / Medios de Comunicacin de Masas / Globalizacin / Ideologa / Narcisismo / Razn
cnica / Geopoltica del Caos.
ABSTRACT
BLANCA MUNOZ
Cynic rationality and media: the effects of the Postmodernity
The Postmodernity has modified radically the Mass Media of Masses and, especially, the ideology of the contemporary
societies. To understand the ascent of this recent ideology it is fundamental to send a year 1973 and the demolition of the
social houses of the city of San Luis in the United States. The motto of: to change the ethics into aesthetics!, it is going to se
sound as the slogan of the postmoderm thought. But the Postmodernity will turn into the ideology of the globalization placing to the cynical reason in the nucleus of a type of worldview where the frivolity, the narcissism and the cruelty turn into
habitual and common conduct. In this end of the History, to which Fukuyama was referring, the cynical reason of the
postmoderm ideology is going to spread his values by means of a pseudocinema, a pseudoliterature and pseudophilosophy where is reflected a geopolitics of the chaos and the confusion extended deliberately all over the planet.
Keys Words: Postmodernity / Mass Media / Globalization / Ideology / Narcissism / Cynical Reason / Geopolitics of the Chaos.
RSUM
BLANCA MUNOZ
Cynic rationality and media: the effects of the Postmodernity
La Postmdernit a radicalmente modifi les Mdias de Masses et, surtout, lidologie des socits contemporaines. Pour
comprendre lascension de cette idologie rcente il est fondamental de sen remeter par an et la dmolition des maisons
sociales de la ville de San Luis aux tats-Unis. La devise de: changer letique por lesthtique, il va rsonner comme lesligan
de la pense postmoderne. Mas la Postmodernit deviendr lideologie de la Globalization en situant la raison cynique
dans la noyau dun type de cosmovisin o la frivolit, la narcissisme et la cruaut deviennent une conduite habituelle et
commune. Dans cette fin de lHistoire, laquelle se rfrent Fykuyama, la raison cynique de lidologie postmoderne va
diffuser ses valeurs grce un pseudocinema, une pseudolittrature et une pseudophilosophie o se reflte una gopolitique du chaos et de la confusin ttendue intentionnellement dans toute la plante.
Mots cls: Postmodernit / Mass Media / Globalization / Idologie / Narcisismo / Raison cynique / Gopolitique du Chaos.
RESUMO
BLANCA MUNOZ
Racionalidade cnica e mdia: os efeitos do Ps-modernismo
O ps-modernismo mudou radicalmente milla de mass e, sobretudo, a ideologa das sociedades contemporneas. Para
entender o surgimento desta nova ideologa fundamental para se referir ao ano de 1973, a demolio de casa sociales da
cidade de San Luis em os EUA. Alterar o tema da tica pela esttica!, vai repercutir coomo o esligan do pensamento psmoderno. Mas o ps-modernismo se tornar a ideologa da globalizaao, colocando a razo cnica no ncleo de un tipo de
viso de mundo em que o comun, o narcisismo e crueldade se tornar um comportamento normal e comun. Neste fin da a
Histria, ele se referiu a Fukuyama, a razao cnica da ideologa ps-moderna vai se espalhar seus valores a travs de um
pseudocine, um pseudoliteratura e uma pseudofilosofia que se reflete na geopoltica do caos e da confuso deliberada prorrogado ao redor do globo.
Palavras-chave: Ps-modernismo / Mass media / Globalizao / Ideologia / Narcisismo / Razao cnica / Geopolitica do Caos.
INTRODUCCIN
En La tesis de la ideologa dominante, Abercrombie, Hill y Turner
se plantean el problema clsico en el
pensamiento marxista sobre qu se
puede considerar como hegemona cultural1. Este tema que pareca cerrado
hace unos aos, e incluso, despachado como un recuerdo del pasado terico, renace con inusitada fuerza en los momentos actuales. El retorno de la
teora de Gramsci se hace necesidad ineludible en el tiempo del oscurecimiento de los mapas cognitivos, tal y como consideraba Jameson que
estaba ocurriendo en la nueva fase globalizadora del capitalismo. Para
Jameson:
Estos ltimos aos se han caracterizado por un milenarismo invertido en el
que las premoniciones del futuro ya sean catastrficas o redentoras, han sido
sustituidas por la conviccin del final de esto o aquello (el fin de la ideologa,
del arte o de las clases sociales; la crisis del leninismo, la socialdemocracia o el
Estado del Bienestar, etc,) tomados en conjunto, todos estos fenmenos pueden
considerarse constitutivos de lo que con cada vez con mayor frecuencia se
llama postmodernismo2.
Abercrombie, N., Hill. S. y Turner, B. 1987. La tesis de la ideologa dominante. Madrid, Siglo
XXI.
Jameson, Fr. 1991. El Posmodernismo o la lgica cultural del capitalismo avanzado. Barcelona,
Paids, pgs. 9-10.
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nace del desajuste de los individuos con sus nuevos medios empobrecidos,
sino que, ms bien, ese nuevo sujeto troceado de la Historia es el resultado
de lo sublime histrico que la accin postmoderna sita como su lgica
cultural. En consecuencia, la fragmentacin de los individuos no tiene su
origen en la quiebra de la educacin, de la Historia o de la Modernidad3. Al
contrario, la interiorizacin de los valores y actitudes de esta quiebra son
los que han determinado la hegemona ideolgica de una patologa cultural que convierte a la alienacin en psicologa colectiva y al empobrecimiento general en felicidad organizada. Pero esta invasin del yo se desarrolla
como un principio de realidad en el que lo consciente deviene en inconsciente, y lo racional en irracional. Es el triunfo de la dominacin econmica
y poltica actuando sobre las tradiciones culturales y sobre las creaciones
estticas e intelectuales que conformaron la conciencia transformadora de la
herencia ilustrada.
La mutacin, pues, de la totalidad de la estructura cultural de carcter
racional presionada por las industrias culturales difusoras de la Postmodernidad ha actuado sobre los mecanismos simblicos de la poblacin de manera absoluta, siendo la formacin de un nuevo tipo de racionalidad su
factor ejecutor: la razn cnica, y sus productos y secuelas. Postmodernidad y
razn cnica han conseguido alterar definitivamente la percepcin de la realidad y la organizacin de las subjetividades que quedan indefensas ante la
propaganda poltica y la publicidad comercial. Para comprender qu significa esta llegada de la Postmodernidad y el triunfo de la racionalidad cnica
nada mejor que remontarnos a sus orgenes histricos, para despus aplicar
en una muestra de productos mediticos la accin de tal modo de hegemona ideolgica cultural.
En su libro sobre los comienzos de la Postmodernidad Perry Anderson
considera que estamos ante un nuevo modo de presentar la realidad4. Esta
consideracin coincide con la de Klaus von Beyme para quien sus orgenes
habra que situarlos en el derrumbamiento de las casas sociales de la ciudad
norteamericana de San Luis en 19735. El rechazo de lo que represente un
3
Beyme, K. von. 1994. Teora Poltica del siglo XX. Madrid, Alianza Universidad.
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proceso social de ndole colectiva con criterios de bien comn semeja, para
el pensamiento postmoderno, poco menos que Belceb y su corte de demonios. Hay un rechazo radical a todo lo que, incluso lejanamente, recuerde el
proyecto de transformacin de la sociedad a partir de regulaciones polticas
en defensa de las clases trabajadoras. Esta situacin se hace tan obsesiva que
tanto para Lyotard como para Derrida, Deleuze o Vattimo, los iniciadores
del pensamiento dbil, la defuncin de los Grandes Relatos Marx, Kant,
Freud, Hegel es un hecho indudable de su adhesin postmoderna. El
rechazo a los autores clsicos va a constituirse en el signo distintivo del
pensamiento que se define como representativo de la Postmodernidad. De
este modo, la recusacin de los esenciales ideales de la Modernidad ser el
ncleo de tal pensamiento dbil, representando tres aspectos centrales de la
Modernidad los rechazados de manera vehemente tanto por Lyotard como
por los ya citados. Estas tres caractersticas sern: la idea de progreso, el concepto de racionalidad crtica y el sentido del anlisis histrico entendido desde la
posicin marxiana6.
La Postmodernidad, por tanto, establecer una serie de particularidades que son las que singularizan esta forma de pensar, y entre ellas estarn:
La banalizacin y frivolizacin como formas de entender la realidad.
El narcisismo como psicologa social dominante.
El consumo entendido como la interaccin habitual de la existencia.
La moda aparece siendo la actividad postmoderna bsica.
La crueldad y el sadismo se hacen conducta corriente.
El cinismo se constituye en una naturaleza superpuesta al individuo.
Estos aspectos conformarn casi una cosmovisin que ser difundida
diariamente por los medios de comunicacin de masas. As, medios de co municacin y Postmodernidad finalizarn en un fenmeno inseparable: la
razn cnica. Esto es, un modelo de interpretacin de lo real en el que preva lece lo acausal y lo inconsciente como pensamiento acorde con el tipo de
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sociedad globalizada. Esta forma de entender la existencia tiene en los mensajes mediticos su expresin ms elaborada, hasta el punto de que algunos
estudiosos de los medios afirmarn la influencia de los contenidos comunicativos masivos en la aparicin de las recientes psicologas colectivas; matiza a este respecto Jameson:
Pero sera errneo considerar esta ruptura como un acontecimiento exclusivamente cultural: en realidad, las teoras de la posmodernidad tanto las apologticas como las que se atrincheran en el lenguaje de la repulsin moral y la
denuncia presentan un acusado parecido de familia con las ms ambiciosas
generalizaciones sociolgicas que, en buena parte al mismo tiempo que ellas,
anunciaron el advenimiento o la inauguracin de un tipo de sociedad completamente nuevo y a menudo bautizado como sociedad postindustrial (Daniel
Bell) aunque designado tambin frecuentemente como sociedad de consumo,
sociedad de los media, sociedad de la informacin, sociedad electrnica o
de las altas tecnologas, etc.7
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Freud, S. 1983. La interpretacin de los sueos. Madrid, Biblioteca Nueva, Tomo. II.
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La grandeza del nuevo arte estaba en sus posibilidades estticas e intelectuales; y de forma relevante, el cine permita lo que el teatro griego clsico
haba soado como su objeto de existencia: un distanciamiento crtico ante
la realidad11.
Sin embargo, tras la Segunda Guerra Mundial, la modificacin de la
creacin cinematogrfica entra en una nueva fase. De las vanguardias creadoras de un cine surrealista y expresionista se pasar a su metamorfosis; y
ahora en vez de ser creacin artstica, el cine va a formar parte de la industria de consumo y de ocio. Hollywood surge como el gigante que engulle a
sus criaturas. Es el Frankenstein de la mquina independizada de sus creadores. La nueva fase del capitalismo de masas que despus del conflicto
blico se instaura en Norteamrica, requerir un tipo de produccin cinematogrfica en el que la estandarizacin y la homogeneizacin de sus mercancas entre a formar parte del negocio de la ideologa. Como muy bien
analiz Theodor W. Adorno en relacin a la Industria de la Cultura:
Bajo los monopolios, toda cultura de masas es idntica, y las lneas de su entramado artificial comienzan a
traslucirse. Las personas situadas en la cspide no
estn ya interesadas en disimular el monopolio:
cuanto ms ostensible se hace su violencia, ms crece
su poder. Ya no es necesario que el cine y la radio tengan pretensiones artsticas. El postulado de que no
son sino negocios se convierte en ideologa con el fin de
justificar la morralla que deliberadamente producen.
Ambos se titulan industrias; y cuando se publican los ingresos de sus directores, se disipa cualquier duda sobre la utilidad social de los productos terminados12.
En la formacin de la industria hollywoodiense, el ocio y el entretenimiento eran necesidades imprescindibles, sobre todo, despus de las privaciones que la Guerra Mundial ejerci sobre la poblacin en su conjunto. El
cine musical, la comedieta sensiblona e insustancial, el humor superficial y
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Morin, E. 1966. El espritu del tiempo. Ensayo sobre la cultura de masas. Madrid, Taurus.
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la razn cnica se convertir en el mecanismo de defensa de todo el sistema econmico y poltico en su conjunto.
Nos encontramos, por tanto, en un momento en el que confusin, realidad y ficcin se han mezclado y combinado como en una coktelera se revuelven los licores. Sin embargo, en ese maremagnun las caractersticas del
pensamiento postmoderno sobresalen como los cubitos de hielos en las copas. Y de este modo, la banalizacin, la nimiedad, lo satrico van a predominar como actitudes generales de un tipo de creacin cinematogrfica
en la que a esos elementos se une un ingrediente reciente: una modalidad
de sadismo y morbosidad jocosos. Es la ideologa dominante en la que se
refleja, y aparecen, los mecanismos psicolgicos profundos e inconscientes
de los gestores del sistema y de las industrias culturales como analizaremos a continuacin.
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Hobbes, Th. 1979. Leviatn. Madrid, Editora Nacional. Tambin es interesante repasar:
Macpherson, C.B.: La teora poltica del individualismo posesivo. Barcelona, Fontanella, 1970.
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Ver la vigencia de este anlisis de Freud, S. 1974. Lo siniestro. Madrid, Biblioteca Nueva.
Tomo. VII
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el itinerario ideolgico de las dimensiones humanas y comunicativas emprendidas por la lgica de la dominacin postindustrial, ste no deja de ser sino
la incentivacin de las tendencias psicolgicas que nos sitan en la citada
guerra hobbesiana de todos contra todos. En esta contienda ideolgica la
integracin de los individuos se realiza a partir de una propensin a la
crueldad-culpabilidad que defiende ideolgicamente las contradicciones del
sistema. Es decir, la reorganizacin de las psicologas sociales encauzadas
hacia la agresividad y la violencia significan un nuevo tipo de adoctrinamiento llevado a cabo por medio del ocio y del entretenimiento programado.
Ms, esta subordinacin de los individuos a las formas ideolgicas ms
irracionales requerir un anlisis exhaustivo de sus procedimientos. Y a
este respecto, de nuevo, el captulo sobre la obra del marqus de Sade nos
pone en la pista de las estrategias de la nueva alienacin y del nuevo sal vajismo globalizante.
Si repasamos, en concreto, las obras de Sade especialmente las dedicadas a su ontologa de la crueldad, lo primero que llama la atencin es el
cinismo con el que se describen las ms inhumanas acciones. Ese cinismo se
presenta revestido de una falsa inocencia y de un relator oculto que nos
narra los hechos ms crueles e inhumanos como una mera descripcin de
la naturaleza humana. Hay una interesada identificacin entre animalizacin instintiva y esencia humana. Lo propiamente humano, para Sade,
son los instintos ms cercanos y prximos a un hedonismo de la degradacin y la humillacin. Humillacin y degradacin que se convierten en las
nicas relaciones humanas posibles y realizables.
Era evidente que en la lucha entre capitalismo y cambio social acabase triunfando un modelo de psicologa en el cual se reflejaba el principio
subyacente de la totalidad del sistema: la dominacin asumida psicolgicamente como unas formas de subjetividad sumamente regresiva y despiadada. La complejidad que tiene esta ideologa de la crueldad vendr a
significar que los controles represivos y la dominacin estn interiorizados
en unos tipos de personalidad en los que la humillacin se constituye en una
actividad cotidiana. La ideologa en cuanto manipulacin deja de ser un proceso sociolgico externo a los individuos para devenir en un fenmeno psicolgico insertado en las conciencias que, ahora, sern planificadas desde
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Adorno, Th.W. y Horkheimer, M. 1967. La personalidad autoritaria. Buenos Aires, Pro yeccin.
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frontacin Norte-Sur19. El modelo bipolar no slo sigue siendo econmicopoltico cuanto, radicalmente, econmico-cultural. La economa ha ido
royendo la historia. vidamente y con una codicia ilimitada los defensores
del nuevo Sade econmico y su razn cnica no tienen lmites en su corrupcin y perversin. Se daa a la infancia, a los trabajadores, a las mujeres, al
planeta. Todo se ocupa como negocio y utilidad. Pero en esos daos irreversibles (quin devolver la infancia a los nios y la dignidad a tantos hombres y mujeres del planeta?), la irresponsabilidad y la avaricia se presentan,
y representan, como virtud y benevolencia. Nunca como en el presente se
asiste a tantas conferencias, congresos, asociaciones, organizaciones en
las que se aplacan y amansan a unos polticos, intelectuales y, tambin, a
la poblacin ms consciente, con resoluciones, dictmenes y convenios para
eliminar las causas de la corrupcin. Mas, el hambre y la pobreza siguen
matando a millones de personas cada da y enfermedades leves exterminan
miles de habitantes del planeta. Era la frase de uno de los autores de la teora Crtica cuando afirmaba que el mayor especulador de trigo del planeta
patrocinaba congresos para conocer cules eran las causas del hambre en el
mundo. Esta irona cnica hoy se ha hecho habitual. El cinismo que ha conllevado la visin postmoderna sobre la realidad, puede lamentarse de la
depauperizacin de grandes zonas de frica en un restaurante de cinco
tenedores, pero tambin puede gemir y sollozar con una de las mltiples
producciones hollywoodienses sobre la guerra mundial sin acordarse de los
casi ochenta conflictos blicos larvados que continan an vigentes, y como
herencia, de aquella guerra internacional. El autoritarismo al hacerse cinismo aade la confusin para tranquilizar las conciencias ciudadanas. Sin
embargo, la sobrealienacin ideolgica del Primer y Segundo Mundo y la
sobreexplotacin econmica en el Tercer Mundo no dejan de acrecentarse y
agravarse de da en da.
Las humillaciones postmodernas nacen de los estados de conciencia a los
que han sido conducidos los habitantes del planeta en su conjunto. La planificacin de las psicologas colectivas con tcnicas y estrategias comunicativas cada vez ms sofisticadas modifica de modo fundamental la percepcin
y el conocimiento de la realidad. Lo real ha devenido en virtual. Realidad y
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Radiodifusin Sonora
Radio Broadcasting
Radiodiffusion
Radiodiffusione
Rundfunk
Radiodifuso sonora
ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 299-313
La funcin esttica
de la radio
The esthetic function of the radio
RESUMEN
FIDEL PREZ VARELA
La funcin esttica de la radio
El autor intenta una aproximacin esttica al discurso radiofnico, tanto en su aspecto conceptual como en lo
que designa como funcin esttica de la radio. Realiza una revisin del concepto de esttica segn Hegel, Kant,
Schelling, Santayana, Adorno y Bense, y ubica en este contexto a la radio en tanto que escenario acstico. Aborda
los elementos sonoros del discurso radiofnico: la voz, la palabra, la meloda, la armona, el ritmo, la msica y
los efectos sonoros, y afirma que la accin de stos sobre el individuo deriva en la construccin por parte de ste
de la imagen radiofnica, la cual relaciona con las actitudes del radio-oyente hacia las emisoras y sus programaciones. Considera que la radio posee un lenguaje propio, lo concibe como vehculo de arte y susceptible de valoracin esttica, y postula la existencia de una esttica radiofnica
Descriptores: Comunicacin / Esttica / Esttica radiofnica / Radio.
ABSTRACT
FIDEL PREZ VARELA
The esthetic function of the radio
The author attempts an aesthetic approach to radio address, both in its conceptual and designated as aesthetic
function of the radio. A review of the concept of aesthetics as Hegel, Kant, Schelling, Santayana, Adorno and
Bense, and located in this context to the radio while sound stage. Addresses radio speech sound elements: the
voice, the words, the melody, harmony, rhythm, music and sound effects, and states that their action on the individual results in the construction of it by the radio image, which relates to the listener attitudes toward radio stations and their programming. Considers that the radio has its own language, conceived as a vehicle for art and
aesthetic valuation susceptible, and postulates the existence of an aesthetic radio.
Keys Words: Communication / Esthetic / Aesthetics radio / Radio.
RSUM
FIDEL PREZ VARELA
La fonction esthtique de la radio
Lauteur tente une approche esthtique de discours la radio, la fois dans sa conception et dsign comme
fonction esthtique de la radio. Un examen de la notion desthtique comme Hegel, Kant, Schelling, Santayana,
Adorno et Bense, et situ dans ce contexte, la radio tandis que la phase solide. Aborde les lments sonores
radio vocale: la voix, les paroles, la mlodie, lharmonie, le rythme, la musique et effets sonores, et affirme que
leur action sur les rsultats individuels dans la construction de celui-ci par le image radio, qui porte sur les attitudes envers les auditeurs des stations de radio et de leur programmation. Estime que la radio a son propre langage, conu comme un vhicule pour lart et lvaluation esthtique sensible, et postule lexistence dune radio
esthtique.
Mots cls: Communication / Esthtique / Esthtique radio / Radio.
RESUMO
FIDEL PREZ VARELA
A funo esttica do rdio
O autor tenta uma abordagem esttica para o endereo de rdio, tanto na sua concepo e designado como funo esttica do rdio. Uma reviso do conceito de esttica como Hegel, Kant, Schelling, Santayana, Adorno e
Bense, e localizado neste contexto o rdio enquanto palco de som. Aborda elementos rdio sons da fala: a voz, as
palavras, a melodia, harmonia, ritmo, msica e efeitos sonoros, e afirma que sua ao sobre os resultados individuais na construo de pelo imagem de rdio, que se relaciona com as atitudes de escuta em relao as estaes
de rdio e sua programao. Considera que o rdio tem sua prpria linguagem, concebido como um veculo
para a arte e valorizao esttica suscetveis, e postula a existncia de um rdio de esttica.
Palavras-chave: Comunicao / Esttica / Esttica rdio / Rdio.
INTRODUCCIN
El hombre es un ser acstico
por naturaleza. Podemos imaginar
que antes de la palabra, antes del
lenguaje tal como lo conocemos, la
comunicacin ocurra por sonidos,
que cumpliran ya su funcin simblica de interrelacin social, en una gramtica consuetudinaria de signos
invisibles y nuevos. El lenguaje vino a estructurar al nivel ms elevado esa
plataforma vinculante hacindola perceptible de manera directa, y convirtiendo en trascendente la experiencia humana. La voz y el lenguaje han sido
instrumento de encanto, de comunicacin, de lucha, de placer, de conocimiento, de duda. Antes de que las manos pudieran escribir ya exista un
universo de sonidos humanos que hablaban de lo que el hombre haca,
deseaba y senta; por tanto, es la voz, y luego la palabra, la materia prima de
la historia grande de la sociedad, y de la historia pequea del hombre en el
da a da de su existencia. Y con la voz y la palabra, la msica, cual potente
resonador universal, se integra a los elementos que han plenado los escenarios comunicacionales de antes y de ahora. La palabra y la voz, navegando
en el telgrafo y el telfono, y luego entrando con la msica a los hogares
hacindose presente desde la radio. Son estos los elementos (voz, palabra,
msica, tecnologa y repercusin personal) los que por su enorme importancia
y su presencia inevitable captan nuestra atencin, en su funcin comunicacional e impresionista, al afectar al hombre, tanto en su razn como en todo
lo afectivo que posee. Partimos de considerar que la radio, como vehculo
de contenidos acsticos, tiene una funcin esttica insoslayable que con figura un entorno que comunica contenidos estticos a los oyentes.
Pretendemos mostrar cmo operan estticamente los componentes del
discurso acstico de la radio.
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o intrascendente, podemos asumir que el mensaje acstico evoca una respuesta en el oyente, quien puede calificar lo odo en trminos de sus categoras valorativas, y construir el concepto, la idea o la imagen transmitida. La
exposicin de una persona a una voz radiofnica no ocurre impunemente.
La expresin formal y plena de contenidos de la voz: la palabra, completa el mensaje omnidireccional y omnipresente del locutor, ya que su actividad se desarrolla exclusivamente apoyada en su voz. La palabra, segn
Lidia Camacho, es el pilar principal donde descansa el lenguaje radiofnico y
en torno al cual se articulan los otros elementos del sonido (1999:14). Nosotros
preferimos decir que es el primer piso del lenguaje radiofnico, ya que la
voz es el gran soporte: es el vaco significador que porta las formas asibles y
aprehensibles de la comunicacin hablada. En todo caso, es la ntima y necesaria vinculacin entre ambos la que permite la construccin del lenguaje
radiofnico. Susana Sanguineti realza la funcin esttica de la palabra
radiofnica al afirmar que cuando se codifica un mensaje y se realiza esa doble
operacin de seleccin (paradigmtica) y combinacin (sintagmtica) no slo se
plasma sentido sino que por la armona de las combinaciones sintcticas y lxicas el
texto puede poseer ese valor esttico que lo convierte en obra de arte (2000:3). Y eso
puede constituir la palabra en radio: un objeto paladeable, degustable, disfrutable, generador de placer, de agrado, de un estado de bienestar en el
oyente. Al discurso hablado le subyace una estructura inaudible e invisible
que en un segundo plano se encarga de captar la atencin y el gusto del
oyente: su meloda, su armona, su ritmo, sus pausas y su velocidad. Balsebre (1996) enfoca su atencin en los tres primeros. El mensaje transcurre al
mismo tiempo en varios planos: el plano de lo estrictamente verbal, el de los
contenidos metalingsticos y el de su estructura subyacente. Es decir, que
se trata de un mensaje en verdad complejo y que a su vez evoca en el oyente
procesos de idntico carcter, comportando en ambos casos un movimiento
intelectivo y afectivo entre y en locutor y oyente, de amplias connotaciones.
LA MELODA
La meloda est constituida por las diversas entonaciones de la voz durante la expresin del discurso. Respecto a la misma Balsebre afirma que
expresa la dramatizacin de la realidad espectacular que transmite la radio al
oyente. () describe la realidad completa: la intencin de informar y el movimiento
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LA ARMONA
El Diccionario Everest (1964:141) nos dice que armona es la unin o
combinacin de sonidos simultneos y diferentes, pero acordes. Esta definicin
se aplica convencionalmente a la msica pero es igualmente aplicable a la
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palabra, y por ende a la palabra radiofnica, dado que se trata de sonido. Cuando un conjunto de sonidos es percibido por alguien como armnico
es porque le resulta agradable, placentero, hermoso. En el contexto radiofnico,
tal como refiere al autor, la armona se refiere a la yuxtaposicin o combinacin
de voces en una secuencia. En la radio, la combinacin de voces de diverso tipo
para la construccin de un mensaje sonoro es de real importancia ya que
permite construir el mismo con los elementos cromticos y cuantitativos requeridos o convenientes en funcin de las intenciones o necesidades comunicacionales del hablante radiofnico, los cuales generarn en el oyente un
proceso de valoracin del mensaje y de las voces. La experiencia de agrado
o desagrado del oyente respecto al discurso radiofnico es expresin consecuente de su impresin de disonancia o consonancia que percibe en el conjunto de voces. Una impresin de disonancia conducir a la respuesta de
desagrado, mientras que la consonancia se relacionar con la experiencia
placentera. Se trata, en todo caso, de un proceso de acomodo del estmulo
acstico a determinados patrones del individuo y de las repercusiones subjetivas del ajuste o desajuste o no del estmulo (las voces, la msica) a tales
patrones, los cuales asumimos como el resultado de la experiencia del sujeto en su totalidad, que incluye tanto su formacin acadmica como todos los
aprendizajes que haya adquirido y que hayan configurado sus criterios estticos y de opinin en general. Este ajuste producto radiofnico patrones
individuales ocurre en la interioridad del oyente (proceso este que slo
podemos asumir mas no probar) y resulta en su respuesta afectiva acerca
del sonido escuchado.
Otro elemento a considerar dentro de este anlisis es lo que podemos
llamar la textura del sonido, relacionado directamente con todos los aspectos que puede transmitir el mensaje radiofnico que pueden sugerir diversos planos y dems elementos que pueden ayudar a la evocacin del paisaje
sonoro en el que se inscribe el mensaje. Afirma Armand Balsebre (1996) que
el montaje, o trabajo de ensamblaje de los sonidos, es decisivo en el este proceso, ya que es el que logra la estructura final a ser radiada al aire. Se trata
del procesamiento tecnolgico y tcnico del mensaje sonoro como paso
intermedio en su produccin, que interviene como factor significativo importante en la verosimilitud semntica de la armona del conjunto sonoro (p. 66).
La armonizacin de sonidos diversos conduce a la experiencia de la percep-
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EL RITMO
Es definido como orden acompasado en la sucesin de cosas (Diccionario
Everest, 1964: 978). Alude este trmino, entonces, a estructura, a algo que
por determinadas reglas ha quedado convenido de alguna manera y debe
comportarse segn ciertas pautas o que transmite tal impresin. Se refiere
igualmente a tiempo, dado que la sucesin ocurre en ese contexto. Tiene
que ver igualmente con una nocin de espacialidad, dado que en un orden
o sucesin de cosas cada una ha de ocupar un lugar determinado. El ritmo
se refiere, por tanto, a estructura, espacio, reglas y tiempo. En el mbito radiofnico, ritmo es es la repeticin peridica de un mismo elemento sonoro
(Armand Balsebre, p. 69); y en el mbito de lo subjetivo, la periodicidad
percibida (Idem). Es un factor que tiene dos aspectos simultneos, dependiendo de la posicin del individuo: por una parte representa la proporcin
deseada por el productor del sonido, mientras que por la otra parte es
tambin una impresin subjetiva, suscitada por el sentimiento, la emocin esttica del oyente (Armand Balsebre, 1996: 70). Respecto a esto, Balsebre afirma que el oyente pone orden a lo escuchado y simultneamente el ritmo
define una sensacin orgnica reforzada por el placer esttico (Idem), operando ambos elementos en el proceso de valoracin esttica y de disfrute personal por parte del oyente. El ritmo, al constituir una cantidad de veces que
un hecho ocurre en una unidad de tiempo (lo que se conoce en fsica como
ciclo) transmite la sensacin de velocidad. El patrn, tal como nos dice el
autor, es la frecuencia cardaca (tomando un promedio de 80 pulsos por
segundo), que ha sido tomada como referencia para la creacin musical.
Toda sucesin de hechos sonoros que supere esta cifra es percibida como
rpida, en tanto que ser percibida como lenta en caso contrario. Esto por
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s solo no tendra connotaciones estticas, pero en todo caso, es un elemento que, junto a los dems, puede afectar la valoracin esttica en la
experiencia perceptual del oyente cuando se mantiene igual indefinidamente, cayendo en la monotona y fatigando o desmotivando al mismo.
LA MSICA RADIOFNICA
Es la protagonista de la radio. Para Romeo Figueroa (1996: 146) la
msica tiene la funcin potica de servir en la radio para describir, sin palabras, el
lugar, el tiempo, el estado de nimo, las condiciones sociales y la idiosincrasia de la
cultura de los pueblos.
La msica evoca imgenes y estados de nimo, remembranzas, ideas, y
est asociada a experiencias personales
y colectivas. Es una antiqusima manifestacin artstica por excelencia y de
presencia prcticamente universal, asimismo, se ha desarrollado de una manera ilimitada en un sinnmero de
gneros. Como expresin cultural e histrica, y adems, por sus caractersticas intrnsecas como hecho artstico, se hace presente en la radio. A juicio de
Armand Balsebre (1996), al ocurrir esto la msica pasa a ser especficamente
msica radiofnica. Seala que el anlisis de la msica debe trascender las
cualidades fsicas y las pautas de composicin de la misma, y considerar su
funcin esttica, que es su funcin intrnseca, como puntualiza Susana
Sanguineti (2000). Contrariamente a como ocurre con la palabra hablada,
aqu el contenido predominante es afectivo. Al respecto indica el autor que
en la radio se hace posible la relacin afectiva de la msica con el oyente
por la demarcacin del desequilibrio entre previsibilidad y originalidad
que logran las estructuras de gnero y cdigo comunicacional que traducen la funcin expresiva y comunicativa de la msica. Seala que tales
estructuras se ajustan al cdigo semitico produciendo modificaciones en la
msica, generando tipos especficos de la misma: msica cinematogrfica,
de teatro, radiofnica, etc, con lo que se evidencia un proceso de influen cias mutuas entre msica y medio que conduce a determinadas funciones
esttico-comunicativas.
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Ciertamente la msica representa en la radio un componente de importancia no slo en lo cuantitativo sino tambin en lo cualitativo: en lo
que tiene que ver con la configuracin de un gnero particular, adecuado a
un cdigo semitico, y en su integracin a una gramtica especficamente
radiofnica. Sus funciones estticas se inscriben en lo que se puede considerar como objetos estticos, por tratarse de una manifestacin artstica
por naturaleza.
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sente trabajo, que es posible emplear casi los mismos criterios para la valoracin esttica de la msica y la radio, ya que la materia prima es la misma: la
voz, la palabra y la msica. La radio tiene un claro discurso esttico, en el
sentido de que construye y proyecta una imagen en el espacio radioelctrico, imagen esta que es re-construida en cada oyente, y que es valorada por
el mismo en trminos de categoras estticas definidas. Aqu hemos de precisar que en este proceso hay dos aspectos: por una parte, la valoracin esttica que del producto radiofnico hace el oyente, que puede oscilar entre
indiferencia hasta agrado total; y la intencin esttica, del constructor del producto radiofnico. En ambos casos, segn las categoras de buen gusto y los
criterios acerca de lo bello y de lo feo. En el primer caso, determinadas o influenciadas por los criterios estticos socialmente aceptados y aprendidos,
y en el segundo caso por el ejercicio racional del diseo comunicacional. En
todo caso, estamos convencidos de que la radio es estticamente considerable y valiosa y no se devala lo artstico por lo masivo del medio, ni es incapaz de producir arte: as como reproduce msica y ha reproducido dramas,
teatro y pera, tambin puede producir arte. La radio es capaz de reproducir y de producir arte, y para ello cuenta con su omnipresencia para respaldar esa actividad, valindose de su naturaleza acstica para esculpir
sonidos con los cinceles de la voz y la tecnologa. La radio puede ser un arte:
basta que est en manos de creadores o que quienes en ella trabajen se decidan a serlo, o al menos a no impedir que otros lo sean.y lo hagan, rescatando as para la radio una dimensin elevada: su dimensin esttica.
CONCLUSIONES
Hemos de comenzar por indicar que las realidades terminan muchas
veces por desbordar a los modelos o teoras que pretenden encuadrarlas. La
realidad comunicacional ha roto los lmites de la filosofa tradicional y ha
insertado en ella a la radio como un vehculo de productos artsticos propios ms all de la msica que reproduce y como poseedor de una est tica y un lenguaje. La radio ha puesto en evidencia, desde hace ya mucho
tiempo, su enorme valor comunicacional, y su capacidad de creacin. El
anlisis de los componentes de su lenguaje nos ha permitido ver claramente que tras la palabra se esconden todas las cadencias, colores y armonas de
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ANUARIO ININCO / INVESTIGACIONES DE LA COMUNICACIN N 1, VOL. 24, CARACAS, JUNIO 2012 / 315-333
ELINA PREZ
URBANEJA
(Venezuela)
RESUMEN
ELINA PREZ URBANEJA
Visibilidad del diseo en las polticas pblicas de Venezuela
A travs del siguiente informe de investigacin se realiza un primer acercamiento a la situacin actual del diseo grfico y diseo industrial en Venezuela, comenzando con la definicin de ambas disciplinas segn la visin
de las principales entidades internacionales para su promocin. En un segundo apartado se explora la dimensin cultural del diseo desde la nocin contempornea de cultura. Seguidamente, se resume la orientacin
actual de las polticas pblicas de diseo en el mundo para posteriormente comentar la presencia del diseo en
las polticas pblicas venezolanas revisando la institucionalidad gubernamental, el marco legal, el mbito educativo y finalmente, en la empresa privada.
Descriptores: Cultura / Diseo / Diseo Grfico / Diseo Industrial / Polticas Pblicas / Venezuela.
ABSTRACT
ELINA PREZ URBANEJA
Visibility design public policies of Venezuela
Through the following research report takes a first look at the current state of graphic design and industrial
design in Venezuela, starting with the definition of both disciplines in the view of the main international organizations to promote it. The second section explores the cultural dimension of the design from the contemporary
notion of culture. Then summarizes the current orientation of public policy design in the world to further comment on the presence of design in public policy reviewing Venezuelan government institutions, the legal, education, and finally, in private enterprise.
Keys Words: Culture / Design / Graphic Design / Industrial Design / Public Policy / Venezuela.
RSUM
ELINA PREZ URBANEJA
Politiques publiques visibilit conception du Venezuela
Dans le cadre du rapport de recherche suivant prend un premier aperu de ltat actuel de la conception graphique et le design industriel au Venezuela, en commenant par la dfinition de ces deux disciplines dans la vue
des principales organisations internationales en sa faveur. La deuxime partie explore la dimension culturelle
de la conception de la notion contemporaine de la culture. Rsume ensuite lorientation actuelle de la conception de la politique publique dans le monde de continuer parler de la prsence de la conception de la politique
publique examinant les institutions gouvernementales vnzuliennes, la morale, lducation, et enfin, dans le
secteur priv.
Mots cls: Culture / Design graphique / Design industriel / Politique publique / Venezuela.
RESUMO
ELINA PREZ URBANEJA
Visibilidade poltica pblica de design da Venezuela
Atravs do relatrio de pesquisa a seguir leva um primeiro olhar para o estado atual do desenho grfico e desenho industrial na Venezuela, a partir da definio de ambas as disciplinas na viso das principais organizaes
internacionais para promover isso. A segunda parte explora a dimenso cultural do projeto a partir da noo
contempornea de cultura. Em seguida, resume a orientao atual de formulao de polticas pblicas no
mundo tecer mais comentrios sobre a presena do design na poltica pblica rever instituies do governo
venezuelano, a educao, jurdica, e, finalmente, na iniciativa privada.
Palavras-chave: Cultura / Desenho / Desenho grfico / Desenho industrial / Polticas Pblicas / Venezuela.
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Henry Cole (1808-1882) cre un premio anual a lo mejor del diseo ornamental en Inglaterra y fund en 1852 el Museo de Artes Aplicadas conocido a partir de 1899 como el Victoria
and Albert Museum, institucin que estableci la primera escuela de diseo que se convirti en el Royal College of Art.
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Figura N 2
Escandinavia fue pionera en la promocin del diseo y la manufactura, con la constitucin en 1845 de la Sociedad Sueca para los Oficios y el
Diseo, mientras que en 1875 se fund la Sociedad Finlandesa para los
Oficios y el Diseo. Ambas instituciones se convirtieron ms adelante en
centros nacionales para el apoyo del diseo: Svenk Form y el Foro de Dise o Finlandia, todava operativos. Despus de la 2da Guerra Mundial surgieron las primeras iniciativas formales por parte de algunos gobiernos
para integrar el diseo en una industria estimulada por la creciente demanda de los consumidores y por las nuevas oportunidades para exportar y hacer negocios en el mundo. Desde aquel perodo hasta principios del siglo
XXI ha habido notables avances en cuanto a la formulacin de polticas de
diseo. Resalta el hecho de que los pases que cuentan con economas robustas han desarrollado programas de soporte y promocin del diseo y
algunos de los emergentes como Brasil, Corea del Sur y Nueva Zelanda,
han comenzado a transitar por esa va.
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Figura N 3
Para los programas de soporte y promocin se suele considerar la trada Estado, empresa privada, instituciones educativas/culturales. A travs
de su accin orquestada se va constituyendo la cultura del diseo en un
pas. El Estado como formulador de las polticas pblicas y generador de
planes y estrategias, la empresa privada como la generadora de investigacin, desarrollo e innovacin (I+D+i) para sus procesos y productos, las
escuelas como las formadoras de recursos humanos y los centros culturales
como articuladores de actividades de promocin para el pblico general.
En la dcada de los noventa el diseo se consideraba una herramienta
para estimular la productividad y competitividad empresarial, pero este
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enfoque concentrado en el beneficio econmico ha sido cuestionado, incrementando el reconocimiento del potencial del diseo para aumentar la calidad de vida de las personas. Recientemente se ha incluido la reflexin sobre
su importancia para la sostenibilidad. Las polticas pblicas de diseo suelen ser abordadas desde la transdiciplinariedad, y los pases latinoamericanos que han avanzado en su formulacin lo han comprendido trabajando el
diseo desde el enfoque de las industrias creativas. As lo demuestra Chile, que abri el rea de Diseo dentro del Departamento de Fomento de las
Artes e Industrias Creativas del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes,
contando con el apoyo del Ministerio de la Economa, Ministerio de Relaciones Exteriores, Fundacin Imagen de Chile, Servicio de Cooperacin
Tcnica (SERCOTEC), Comisin Nacional de Investigacin Cientfica y
Tecnologa (CONICYT), Subsecretara de Turismo. (CNCA, 2011)4
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artes visuales, el diseo, la fotografa, la artesana, la arquitectura y manifestaciones afines () (MPPC, 2011b)
Si bien se enuncia el diseo, no se aclara cmo ni cul de sus tantas ramas se trabaja en el IARTES y en la plataforma a la que pertenece. Sin embargo, vale la pena aclarar que sta no es la primera vez que se menciona
esta disciplina en la institucionalidad pblica venezolana, teniendo como
antecedentes el Centro de Arte La Estancia entre 1995 y 2003 y el Museo de
la Estampa y el Diseo Carlos Cruz-Diez, constituido originalmente como
fundacin en 1997.
El Centro de Arte La Estancia naci como la accin cultural de Petrleos de Venezuela con el objetivo de plantear en Caracas una alternativa a
las galeras y museos al promover y divulgar el diseo industrial, el diseo
grfico y la fotografa. En La Floresta se organiz la primera exposicin
sobre diseo industrial venezolano: Detrs de las Cosas, resultado de una
exhaustiva investigacin liderada por el arquitecto Alberto Sato. Igualmente produjo otras exhibiciones nacionales que dejaron como legado catlogos que hoy se han convertido en referencias obligatorias.
Si bien el Museo de Bellas Artes y el Museo de Arte Contemporneo de
Caracas mostraron diseo en sus salas desde las dcadas del sesenta y el setenta en el siglo XX, no fue sino hasta 1992 que fue creado el Museo de la
Estampa y el Diseo Carlos Cruz-Diez (MEDI): Somos el primer museo
venezolano que se especializa en estudiar, difundir, coleccionar y conservar
obras pertenecientes a dos disciplinas importantes en el desarrollo cultural
y socioeconmico de un pas: la estampa y el diseo. La estampa entendida
como todos aquellos procesos de multiplicacin de la imagen desde el grabado hasta los procesos de impresin ms modernos y el diseo en todas
sus variantes, con especial nfasis en el diseo grfico e industrial (PREZ
U, 2000:97). Desde su constitucin hasta el 2006 este museo produjo exposiciones y publicaciones, pero actualmente se mantiene en letargo.
Dentro de la poltica estratgica del ao 2006, el Ministerio del Poder
Popular para la Cultura, por iniciativa de Farruco Sesto, crea el Museo Na cional de Arquitectura bajo la direccin del reconocido arquitecto Juan
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Pedro Posani (MUSARQ, 2011a). Su finalidad es la de documentar, difundir y concientizar los valores, caractersticas y problemas de la arquitectura,
las estructuras urbanas y el diseo industrial, concebidos como instrumentos para el desarrollo de una nueva y mejor sociedad, componentes esenciales y permanentes de transformacin y bienestar colectivo.
Este nuevo espacio incorpora una Oficina de Diseo Industrial liderada por Efran Gonzlez, la cual en enero 2012 estableci un Consejo Asesor,
el cual acord hacer contacto con ministerios e instituciones que son afines
a esta rea: el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnologa, el
Ministerio del Poder Popular para la Agricultura y Tierra, la Fundacin de
Ingeniera, el Ministerio del Poder Popular para de Industrias, el Instituto
Nacional de Desarrollo de la Pequea y Mediana Industria (INAPYMI), el
Ministerio del Poder Popular para la Educacin, el Instituto Nacional de
Capacitacin y Educacin Socialista (INCES) y el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y Proteccin Social (MUSARQ, 2011b).
Que este nuevo museo asuma dentro de sus directrices el diseo industrial en vez de dedicarse al diseo de interiores, disciplina ms afn a la arquitectura, pudiera generar futuros malentendidos con su vecino, el MEDI,
por entrecruzamiento de objetivos. Fuera del mbito de la cultura, el diseo no se menciona en ningn otro organismo pblico venezolano, lo cual
difiere de la experiencia en polticas pblicas y diseo en el mundo.
Otro detalle interesante es que a pesar de que el diseo se nombre como parte de las polticas culturales, an no se haya tomado en cuenta entre
las menciones a galardonar en los Premios Nacionales de Cultura. Basta
con revisar la convocatoria 2012-2014, en la que se invita a postular obras
cinematogrficas, danza, artes plsticas, cultura popular, arquitectura, fotografa, humanidades, literatura, msica y teatro. Asimismo en la Memoria y Cuenta 2011 del Ministerio del Poder Popular para la Cultura el
diseo aparece tmidamente en el proyecto ECOdiseo Interactivo del
Museo de la Estampa y el Diseo Carlos Cruz-Diez, perteneciente a la Fundacin Museos Nacionales. Igualmente en este informe se menciona someramente que se incluyeron las artes grficas en la Gran explosin Cultural
Bicentenaria.
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Las 7 directrices del Plan Simn Bolvar son: Nueva tica socialista, Suprema felicidad social, Democracia protagnica y revolucionaria, Modelo productivo social, Nueva geopoltica nacional, Venezuela: potencia energtica mundial, Nueva geopoltica internacional.
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La debilidad actual de los institutos registrados parte de que la Ley Orgnica de Educacin aprobada el 15 de agosto de 2009 (Gaceta Oficial No
5.929), seala en el literal b del numeral 3 de la primera de las Disposiciones
Transitorias del CAPTULO VII: Por infringir la siguiente obligacin: los
institutos privados que imparten educacin inicial, educacin bsica y educacin media y universitaria, as como los que se ocupen de la educacin
indgena y de educacin especial, slo podrn funcionar como planteles
privados inscritos. (LOE, 2009)
Al leer completamente esta ley se cae en cuenta de que no se contempla
la figura del instituto privado registrado. Aumenta la confusin el hecho de
que no se ha aprobado el Reglamento de Educacin, teniendo las escuelas
registradas de manera informal la indicacin de parte de los circuitos educativos que no pueden dictar carreras, sino cursos7. Un hecho que posiblemente cambie el enfoque educativo del diseo en el pas ser la prxima
integracin del diseo de productos a la Escuela de Ingeniera Industrial de
la Universidad Catlica Andrs Bello (UCAB) a travs de materias electivas
y la apertura de un diplomado de ingeniera para diseadores industriales.
Dato extrado en conversacin informal con el profesor Carlos Mrquez, Director Acadmico del Centro de Diseo Digital en Caracas.
329
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2.
3.
Los datos completos de las referencias deben ser colocados al final del tex to, en orden alfabtico por autor y cronolgico en relacin con un mismo autor:
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Si hubiese que citar otros libros u otros artculos del mismo autor publicados a lo largo de un mismo ao se aadirn, al nmero de la fecha, las letras
minsculas a, b, c, etc.
4.
Las referencias bibliogrficas extradas de Internet deben igualmente indicarse dentro del texto de acuerdo con el sistema autor-fecha. De igual forma, los datos completos de las referencias deben ser colocados al final del
texto, en orden alfabtico por autor y cronolgico en relacin con un
mismo autor. Por ejemplo:
LOPEZ, J. R.
2002 Tecnologas de comunicacin e identidad: Interfaz, metfora y virtualidad, en Razn y Palabra [Revista Electrnica], Vol. 2, N 7. Disponible
en http://www.razonyplabra.org.mx [consultado, 2003, 3 de junio].
5.
6.
7.
336
Cada autor deber anexar en hoja aparte un resumen de su trabajo cientfico, en los idiomas Espaol, Ingls, Francs y Portugus, de un mximo
de 100 palabras (aproximadamente, 10 lneas o 650 caracteres con espacios), por cada resumen. Del mismo modo, una ficha profesional o minicurriculum actualizado (aproximadamente, 5 lneas o 325 caracteres con
espacios), acompaado de una foto digitalizada.
Una vez estimada la pertinencia de los trabajos propuestos, el Consejo
Editorial constatar el cumplimiento formal de las presentes Normas y
proceder a someterlos, dentro de la modalidad, doble ciego al arbitraje de
especialistas y / o pares investigadores. En cada caso, el Consejo Editorial
estimar la conveniencia o no de someter un trabajo a ms de un arbitraje.
Las observaciones del rbitro sern dadas a conocer a cada autor, a fin de
que las tome debidamente en consideracin y, de ser necesario, realice las
modificaciones sugeridas.
Los colaboradores se comprometen a respetar los lapsos establecidos por
el Consejo Editorial en lo referente a entrega de los originales y a la pronta
devolucin de los textos, cuando stos hubieren sufrido modificaciones.
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Normas de Arbitraje
Arbitration Rules
EVALUACIN DEL RBITRO
A. Recomendaciones
As como con el establecimiento del arbitraje ha querido ofrecer nuevas garantas de calidad y compromiso intelectual, el Anuario ININCO /
In vestigaciones de la Comunicacin se orienta tambin a una mayor apertu ra hacia la informacin y la discusin, que prev en los textos una cierta
va riedad de gneros, tales como: snte sis de proyectos de in ves tigacin;
avan ces de resultados de investigacin; ensayos y artculos que planteen
y/o desarrollen situaciones panormicas o puntos de discusin tericos o
me todo lgicos; presentacin de documentos; ponencias en eventos; re smenes y actualizaciones de tipo bibliogrfico, de programas docentes, de
lneas de investigacin y de materiales de apoyo docente.
De este modo, el Consejo Editorial considera que, de acuerdo con el
tipo de trabajo, las exigencias cualitativas podrn ser diversas, especialmente por lo que se refiere a exhaustividad, procedimientos metodolgicos
y es tilo. Esta previsin no invalida el mantenimiento de los criterios aca dmicos fundamentales de la evaluacin coherencia, relevancia, precisin,
con sis tencia terico-metodolgica, en los que se basa tambin el esquema
in cluido en la planilla adjunta.
B. Planilla
Ttulo del trabajo:
1.
Evaluacin:
1.1. COHERENCIA. (El trabajo debe inscribirse explcita o implcitamente en un conjunto referencial que permita comprobar su sentido unitario, la pertinencia de sus elementos y la convergencia
de los temas implicados.)
337
1.2. RELEVANCIA. (El trabajo debe ubicarse claramente en el contexto de una materia y una temtica que permitan evaluar la
importancia de los planteamientos o de las informaciones, o contener una explicacin justificativa suficiente.)
1.4. CONSISTENCIA TERICO-METODOLGICA. (Los planteamientos contenidos en el trabajo deben partir de presupuestos
paradigmticos claramente presentes, y ms an cuando consistan en nuevos desarrollos o en su discusin crtica, en cuyo caso
debe estar igualmente presente la referencia clara al paradigma
diferente o nuevo que motiva la crtica. Igualmente, la metodologa empleada o propuesta debe mantener coherencia con esos
presupuestos.)
2.
Decisin:
[ ] a. publicable
[ ] b. publicable con correcciones menores, indicadas en el texto por el
rbitro
[ ] c. publicable con modificaciones indispensables, sugeridas por el rbitro
[ ] d. no publicable
3.
Justificacin de la decisin:
ISSN: 0798-2992
Igualmente, estn a la venta en la librera de la Biblioteca Central, PB. Ciudad Universitaria, UCV
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Quintana, Hugo
CINCUENTA AOS DE MUSICOGRAFA CARAQUEA: 1870-1920
Dembo, Nancy
LA TECTNICA EN LA OBRA DE CARLOS RAL VILLANUEVA.
Aproximacin en tres tiempos
(1 reimpresin)
Publicaciones 2011
CDCH-UCV