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Exorcismos Y Censura Inquisitorial

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Piedad popular, exorcismos y censura inquisitorial.

La Oracin de San Cipriano impresa hacia 1631


Popular piety, exorcisms and inquisitorial censorship. San Ciprianos
Prayer printed about 1631

Javier Itrbide Daz


UNED Pamplona

Sumario: I. Cristbal Lasterra. II. Licencias eclesisticas y civiles. III. San Cipriano y la magia. IV. La
denuncia. V. Recapitulacin.

Resumen: Se estudia la edicin y contenido polmico del pliego de cordel con la Oracin devotsima de San Cipriano tomada del Liber exorcismorum cum adversus tempestates et daemones,
impreso en Pamplona en 1631, cuyo autor es
Cristbal Lasterra, clrigo navarro y comisario
del Santo Oficio.

Abstract: The publication and controversial content of the sheet book are studied with the Devoted prayer of Saint Cipriano taken from the
Liber exorcismorum cum adversus tempestates
et daemones, printed in Pamplona in 1631, the
author of which is Cristbal Lasterra, Navarre cleric and commissioner of the Inquisition.

La publicacin en el formato de pliego suelto


persigue la difusin masiva, a precio asequible
para el pueblo fiel, de una plegaria vinculada a
un santo, como San Cipriano, relacionado con la
magia y los conjuros.

The publication in the format of a chapbook promoted the widespread distribution, at an affordable price for the loyal public, of a prayer linked to
a saint, such as Saint Cipriano, related to magic
and spells.

El contenido de la oracin, plagado de afirmaciones carentes de fundamento e invocaciones


de dudosa ortodoxia, provoc la intervencin de
la Inquisicin que, tras analizar sus incongruencias, orden la retirada de la impresin en 1634.
Las reiteradas ocasiones en que las oraciones
dirigidas a San Cipriano fueron prohibidas por las
autoridades eclesisticas ponen de manifiesto el
arraigo de la piedad popular hacia este santo,
vinculado con la heterodoxia, y el escaso efecto
que tuvieron esas medidas represoras.

The content of the prayer, riddled with affirmations lacking in foundation and invocations of dubious orthodoxy, provoked the intervention of the
Inquisition which, having analysed its incongruencies, ordered the withdrawal of the copy in 1634.
The repeated occasions on which prayers to
Saint Cipriano were forbidden by the ecclesiastic
authorities displays how popular devotion to this
Saint took root, linked to heterodoxy and the poor
effect these repressive measures had.

Palabras clave: Archivo Histrico Nacional / Censura inquisitorial / Inquisicin / Pliego suelto /
Historia de la imprenta

Keywords: National Historical Archive / Inquisitorial censorship / Inquisition / History of printing

Huarte de San Juan. Geografa e Historia, 17 / 2010 / 333-345


issn: 1134-8259

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Oracin devotsima de San Cipriano, traducida de latn en Castellano, as comienza un


pliego en tres pginas, impreso entre 1631 y 1634, que evoca la piedad del barroco en la
que perviven prcticas supersticiosas a las que las autoridades pretenden, sin xito, poner
freno mediante prohibiciones y cuya reiteracin testimonia su escasa efectividad.
El documento en cuestin es una impresin correcta, en letra garalda, con una mancha de 50 lneas, composicin tipogrfica abigarrada, prcticamente sin prrafos, y con
reclamos a pie de pgina. Los tipos son redondos en el texto principal y cursivos en
dos prrafos introductorios de la primera pgina, las versales, justificadas al centro, se
emplean en el ttulo y remate. El nico adorno tipogrfico se reduce a la letra N,
utilizada como capitular xilogrfica, que ocupa cuatro lneas. El ejemplar manejado
presenta mrgenes generosos a excepcin del superior1. Est impreso en un pliego de
cuatro pginas, quedando libre la ltima.
La oracin, tal y como se pregona en la primera pgina, permite librar a las personas de malos hechos y hechizos, y ojos malos y malas lenguas y para cualquier ligamentos y encantamientos, para que todos sean desatados y desligados, y para la mujer que
est de parto, y para pestilencia y aire corrupto.
Para alcanzar los beneficios prometidos, el fiel deber rezarla durante tres domingos
consecutivos. Puesto que se trata de un texto extenso y prolijo, el devoto difcilmente
podra recitar la oracin de memoria sino que tendra que leerla, aunque ms adelante
se establece que los beneficios alcanzarn tambin a quien la haga leer o, sencillamente, la trajere o la tuviere en su casa. Por este procedimiento se ampliaban los
beneficios de la plegaria a la mayora que no saba leer y que, segn ha puesto de relieve Chartier, acceda a ella merced a la lectura en voz alta, tal y como era habitual en
aquella poca tanto para las obras de distraccin como las de piedad2.
En la plegaria, San Cipriano invoca a Dios para alcanzar los beneficios prometidos a
sus fieles y, al mismo tiempo, recaba la intercesin de un nutrido y heterogneo elenco
de personajes celestiales a los que se relaciona con una cualidad o hecho no siempre
inteligible. Tal es el caso de Emanuel, que es espada de Dios; los santos profetas, que
ms adelante concreta en Daniel y en el profeta de los profetas; los ngeles buenos,
el sacrificio de Abel, la bondad de Jafet, la deliberacin de No, la fe de Abraham, la
obediencia y el enlazamiento de Isaac, la religin de Melquisedec, la paciencia de
Job, el amor de Benjamn, el sacrificio de Josafat, las lgrimas de Jeremas, la oracin de
Zacaras, el ayuno de los apstoles y las oraciones que hicieron, pasando a enumerarlos e incluir en la nmina, errneamente, al evangelista Marcos, detalle que pone en
tela de juicio la preparacin del autor, que se titula licenciado en la Sagrada Teologa.
La oracin tambin invoca el nacimiento de N. S. Jesucristo y su bautismo, para ms
adelante mencionarlo indirectamente como el que resucit a Lzaro del monumento,
resucit al hijo de la viuda y el que hizo la mansedumbre en la mar. Las restantes
1. AHN. Inquisicin, leg. 4444, n. 59.
A. Paz y Melia, Papeles de Inquisicin. Catlogo y extractos, 2 ed., Madrid, Patronato del Archivo Histrico Nacional, 1947, p. 247, n. 633.
2.R. Chartier, El orden de los libros. Lectores, autores y bibliotecas en Europa entre los siglos XIV y XVIII,
Barcelona, Gedisa, 1994, p. 29.

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Oracin devotsima de San Cipriano, p. 1.

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Oracin devotsima de San Cipriano, p. 2.

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Oracin devotsima de San Cipriano, p. 3.


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personas de la Trinidad estn referidas en la voz que fue oda del Padre en el cielo sonando, diciendo: Este es mi hijo escogido, muy amado, del cual a mi plugo y me place
mucho que todas las gentes le teman y finalmente en la venida del Espritu Santo.
Parece que esta relacin sagrada no es suficiente y San Cipriano invoca, adems,
personajes y situaciones a todas luces improcedentes como intermediarios ante la
voluntad divina, tal es el caso de los milagros de los ngeles, la hermosura de Eva,
el ro del Paraso Terrenal que dio lugar a otros cuatro, llamados Gin, Fisn, Tigris y
Efrates que regaron todo el mundo; Moiss es evocado en su nacimiento y en los
episodios de la zarza ardiente y de la piedra seca [que] fue abierta dio de s agua y de
ella bebieron los hijos de Israel. Las invocaciones mencionan, adems, la castidad de
Jons, la corona del santo rey David, la hermosura de San Jos, la excomunin de
San Pedro y San Pablo y las lenguas de los Evangelistas.
El texto, con sus apelaciones estrambticas, es en definitiva un conjuro que preserva al fiel del diablo maldito y de sus funestas acciones, entre las que se encuentran
los hechizos, como son el ojo malo de envidia y si es hecho en hierro, en oro o en plata
o en alambre o en plomo o en estao o en otro cualquier metal, todo sea destruido y
deshechizado y no apegue ni prenda cosa de aqu adelante. O si el hechizo es en l
algn hilo de oro, plata o de seda o de algodn o de lino o de lana, o de camo o en
cabello de cristiano o moro, judo, hereje, en huesos de ave o de pez, o si fuere hecho en
madero, en libro, en pez o en alguna figura o en piedra o en sepultura de moro, judo,
cristiano o hereje, o en fuente, o en puerto, o en mar, en ro, en casa, o en pared de yeso,
o de hueso, en campo o en via, o en rbol, en sepultura solitaria, en desierto, o en repartimiento de arroyos o de ros, encrucijada, o en rostro hecho de cera, o de hierro, plomo, o fuere dado a comer o beber, sean desatadas todas estas cosas de este tu siervo.
Adems de conjurar las asechanzas del Infierno, San Cipriano implora a Dios Todopoderoso que caiga la lluvia sobre la tierra, y la tierra d su fruto, y los rboles, y las
mujeres paran sus hijos sin ninguna lesin y mamen la leche de los pechos de sus madres,
y destense a su tiempo los peces del mar y todas las animalias que andan sobre la tierra.
Desaten todas las nubes del cielo y todas las otras cosas y todos los hombres y todas las
mujeres a quienes fueren hechos los hechizos de da y de noche, todos sean desatados
por el tu santo nombre. Tambin suplica para el que recita la oracin que no le daen
ni le empezcan las setenta y dos lenguas que estn repartidas por el mundo.
La plegaria, concluye con el Gloria a la Trinidad y remata con un Laus Deo, frmulas ortodoxas que no consiguen disipar el desconcierto que en el presente suscita la
lectura de un texto en el que se invocan prcticas de brujera, como son los maleficios,
hechizos, enlazamientos y mal de ojo. Para erradicarlos se recurre a la mediacin de
personajes y hechos que, en buena parte, carecen de fundamento en las Sagradas Escrituras y en la doctrina de la Iglesia.

I. Cristbal Lasterra
En las primeras lneas del pliego figura como traductor de la oracin Cristbal Lausterra [sic] y Santisteban, del que se precisa que es licenciado en Sagrada Teologa,

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que haba cursado en la Universidad de Salamanca, como colegial de San Bartolom,


y comisario del Santo Oficio. Se trata de un clrigo, perteneciente a la hidalga familia
de los Lasterra de Artajona, nacido antes de 1561 en esa localidad, donde ejerci como
presbtero beneficiado en 16173 y al ao siguiente en Peralta4. En 1624 es nombrado
cura prroco de San Adrin5, cargo que ejerce hasta su muerte en 16386. Su vida estuvo
salpicada de pleitos, tanto en Artajona como en San Adrin, motivados por intereses
personales, alejados de la piedad y la cura de almas7.
Cristbal Lasterra haba publicado en 1631, en Pamplona, en la imprenta de Martn
Labayen, la obra Liber exorcismorum cum adversus tempestates et daemones, un volumen de
82 pginas, de formato pequeo, en octavo8. Precisamente a esta obra pertenece la oracin de San Cipriano, tal y como se lee en la primera pgina del pliego, donde precisa
que est sacada de un libro intitulado Exorcismo contra las tempestades y demonios, con
las bendiciones de las hierbas, animales y otras cosas de varios autores, figurando a continuacin Cristbal Lasterra como autor de la traduccin.
Los libros de exorcismos, como el de Cristbal Lasterra, estn destinados para uso
de los clrigos y las frmulas, como las oraciones y letanas, al igual que las instrucciones rituales se presentan en latn, lo cual proporciona mayor autoridad al oficiante; por
otra parte, el exorcismo pronunciado en latn provocara en el pueblo fiel una actitud
respetuosa, desconcertada y admirada, como corresponde a la liturgia ejercida por la autoridad eclesistica cuyo significado, al utilizar un idioma extrao, resulta ininteligible
para los devotos.
El autor edita su libro de exorcismos en latn, para uso de eclesisticos, e incorpora textos miscelneos y oraciones en castellano, como la de San Cipriano que figura
en el folio 68. Como se ha adelantado, de esta publicacin procede la oracin que se
imprime en el formato de pliego de cordel con la pretensin de hacerla asequible a
los fieles en general, toda vez que el libro tendra una circulacin ms restringida,
reducida al clero.
No se da noticia del impresor o editor del pliego y, en consecuencia, caben varias
hiptesis: en primer lugar, que lo promoviera el mismo autor del libro de exorcismos,
Cristbal Lasterra; que saliera a iniciativa del impresor, Martn Labayen, o sencillamente que fuera impreso y comercializado, dentro o fuera de Navarra, por un profesional de la venta de literatura de cordel. En cualquiera de los casos, la pretensin del

3. J. L. Sales, Catlogo del Archivo Diocesano de Pamplona. Seccin Procesos, 7, Pamplona, Gobierno de
Navarra, 1989. 492.
4. Op. cit., Seccin Procesos, 4, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1989. 1361.
5. Op. cit., Seccin Procesos, 5, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1989. 223.
6. J. M. Jimeno Juro, Historia y leyenda en torno a la Virgen de Jerusaln de Artajona, en Prncipe
de Viana, 1966, n. 102-103, p. 85.
7.A. Muerza Chocarro, San Adrin, siglo XVII. San Adrin, Amigos de la Historia de San Adrin,
2009, p. 73; J. L. Sales, Catlogo del Archivo Diocesano de Pamplona. Seccin Procesos, 7, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1989. 1067; op. cit., Seccin Procesos, 5, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1989. 1195 y 1316;
op. cit., Seccin Procesos, 11, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1994. 893.
8.C. Lasterra y Santisteban, Liber exorcismorum [...], Pamplona, Martn Labayen, 1631. UPNA.
Biblioteca, Fondo Antiguo, 4-7-7 (26).

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C. Lasterra y Santesteban, Liber exorcismorum..., Pamplona, Martn Labayen, 1631.

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editor sera conseguir la mxima difusin y obtener ingresos gracias a una tirada de bajo
coste y venta masiva, tal y como corresponde a este gnero que Caro Baroja califica
como prosa de cordel9.
El libro de exorcismos de Lasterra no es el nico de este gnero en las imprentas
navarras de la poca, ya que dos aos despus de su aparicin, en 1633, ve la luz el Libro
de conjuros contra tempestades, contra oruga y arauela [...] escrito por Diego de Cspedes,
monje bernardo, lector de Teologa y prior del monasterio de Marcilla, que lo destina
para uso de los clrigos, por lo que, a pesar de lo que puede sugerir el ttulo, los textos
rituales estn en latn. Es posible que el xito alcanzado por Lasterra le animara a llevar
a la imprenta su tratado, que como su predecesor, se condensa en un librito, en octavo,
de 118 pginas, impreso en el taller de la heredera de Carlos Labayen, la segunda imprenta en funcionamiento por aquellas fechas en la capital navarra10. La obra de Cspedes se public en otras dos ocasiones, en 1641 como emisin, en la que se actualiza la
portada aunque aprovechando los pliegos de la primera edicin11 y 166612. En ambas
ocasiones la publicacin debi de hacerse de manera subrepticia, ilegal, ya que se repite la portada de la primera edicin, donde se atribuye la impresin a la Heredera de
Carlos Labayen, un dato incorrecto puesto que haba fallecido en 163713.

II. Licencias eclesisticas y civiles


En la primera pgina del pliego de la oracin de San Cipriano se da cuenta de las aprobaciones y licencias, que tena el libro del que procede, con el fin de dejar sentada su
ortodoxia y legalidad, lo que garantizara la venta sin trabas. De esta manera, se hace
constar la licencia del Vicario General de la dicesis de Pamplona, necesaria para toda
obra de contenido religioso; en esta ocasin el cargo corresponde a Juan de Ciriza, arcediano de la cmara desde 1622 y cannigo de la catedral de Pamplona, quien avala
el libro de Lasterra por ser til para los curas; Goi Gaztambide da noticia de que
este personaje haba nacido en la capital navarra en 1585 y era hijo del marqus de
Montejaso14.
Posteriormente, se cita la figura de Alonso Ordez, arcediano de la Vandonsella,
como vicario general15, lo cual genera cierta confusin al aparecer anteriormente Juan
de Ciriza como titular de ese cargo. En realidad, Ordez fue el vicario general que
9.J. Caro Baroja, Ensayo sobre la literatura de cordel, Madrid, Itsmo, 1990, p. 395.
10.A. Prez Goyena, Ensayo de Bibliografa Navarra, Pamplona, Diputacin Foral, 1947-1964,
n.444.
11. Informacin facilitada por Roberto San Martn Casi, responsable de Patrimonio Bibliogrfico de
la Biblioteca General de Navarra.
12.A. Prez Goyena, Ensayo de Bibliografa Navarra, Pamplona, Diputacin Foral, 1947-1964,
n.650.
13. AGN. Procesos, n. 031023.
14.J. Goi Gaztambide, Historia de los obispos de Pamplona, T. V, Pamplona, Gobierno de Navarra,
1987, p. 220.
15. Op. cit., pp. 248 y 302.

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solicit el informe y Ciriza, que le sucedi en ese puesto, quien concedi la licencia
eclesistica.
Como era preceptivo, el impreso seala que el libro est aprobado por mandado
del Real Consejo de Navarra, que, para ello, ha recabado la aprobacin del doctor
Martn de Igoa e Ibarra, a la sazn cannigo de la catedral desde 1611, el cual haba desempeado los cargos de rector del Colegio de Oviedo en la Universidad de Salamanca
y prroco de San Saturnino de Pamplona16.
Con estas credenciales, procedentes del Liber exorcismorum de Cristbal Lasterra,
el editor del pliego con la oracin de San Cipriano deja sentado que cuenta con las
debidas autorizaciones y, en consecuencia, se puede distribuir, vender, comprar y rezar
sin problemas.

III. San Cipriano y la magia


El titular de la oracin impresa en Pamplona tuvo gran arraigo por ser santo de conjuros, magia y dems fenmenos ocultos. Su vida se sita en el siglo III, en Antioqua,
de donde sali para visitar pases vecinos, incluidos Egipto y la India, con el propsito
de aprender toda suerte de sortilegios y conjuros. De esta manera se convirti en
un nigromante de extraordinario prestigio, al que llamaban para someter voluntades
y deshacer maleficios. Por este motivo solicitaron su intervencin para doblegar la
voluntad de la cristiana Justina, que se opona a casar con el pagano Aglaide. Pero
en esta ocasin todos sus poderes fracasaron ante la decisin de la joven lo cual le
hizo comprender que su fe era ms poderosa que la magia que haba aprendido y
provoc su conversin. Cipriano, en lo sucesivo, en compaa de Justina llev una
vida virtuosa que culmin con el martirio. En el ao 304, en tiempo del emperador
Diocleciano, fueron condenados a morir en una caldera de pez hirviendo de la que
milagrosamente salieron inclumes, mientras que el gran mago Atanasio, que haba
presenciado el portento, pereci abrasado al introducirse en el hirviente caldero con
el propsito de descubrir el ardid empleado por el santo. Finalmente Cipriano y Justina fueron decapitados y sus cuerpos trasladados a Roma, a la baslica de San Juan
de Letrn, donde se veneraban. Su fiesta pas a celebrarse el 26 de septiembre, da
en que recibieron el martirio17.
Cipriano fue venerado como santo relacionado con la nigromancia, la magia y la
astrologa por el pueblo fiel, en el que fcilmente se confunde la piedad con la supersticin. El origen de su oracin debe de situarse en la Edad Media, cuando se difundi mediante copias manuscritas, que, por este motivo, ofrecan numerosas variantes. Como apunta Burke, bascularan entre la tradicin que las avalaba y la innovacin
introducida por los autores de las mltiples versiones en circulacin18. La llegada de

16. Op. cit., p. 153.


17.P. Ribadeneyra, Flos sanctorum. Barcelona, Juan Piferrer, 1734, t. III, p. 68.
18.P. Burke, La cultura popular en la Europa moderna, Madrid, Alianza, 1991, p. 173.

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la imprenta vino a multiplicar las copias y divulgar la figura del santo. Cabe recordar
que Caldern de la Barca, en 1637, por las fechas en que ve la luz el pliego de cordel
comentado, escribi el drama devoto El mgico prodigioso en torno a las figuras de San
Cipriano y Santa Justina.
La fantasa popular dio en creer en la existencia del llamado Libro de San Cipriano, comnmente llamado el Ciprianillo, cuyos ejemplares se buscaban afanosamente. Se trataba, en definitiva de un grimorio libro de frmulas mgicas que,
adems de conjuros y oraciones, indicaba la situacin de tesoros ocultos que permitiran a sus fieles hacerse inmensamente ricos19. Esta creencia tuvo especial arraigo en
Galicia y Portugal, ya que el libro inclua referencias a numerosos tesoros escondidos
en aquellas tierras en el caso de Galicia citaba un centenar y medio. Cabe sealar
que de Portugal la devocin lleg a Brasil donde se fusion con religiones autctonas
conformando una personalidad sincretista, a medio camino entre el cristianismo y los
ritos africanos umbanda20.

IV. La denuncia
El pliego con la oracin de San Cipriano acab en manos de la Inquisicin y, de acuerdo
con el procedimiento sealado, lo remiti a los calificadores, que en este caso fueron
jesuitas del Colegio Imperial de Madrid, pertenecientes a la orden con creciente influencia espiritual y poltica en la Espaa del barroco.
Los padres Juan de Montalvo, Juan de Robledo, Francisco Pimentel, Agustn de
Castro y Luis Torres21 examinaron el texto y de manera unnime, en un informe fechado el 22 de diciembre de 1634, dejaron sentado que la oracin era indigna y que de
ninguna manera se poda atribuir a San Cipriano pues contena una mencin anacrnica
a los moros, inexistentes en vida del santo ya que vino esa mala secta despus. La
cita se refiere al hechizo con cabello de cristiano o moro, judo, hereje.
Sealan que huele conocidamente a supersticin el requisito de que la oracin se
rece en tres domingos consecutivos as como la invocacin que se hace a San Cipriano
para absolver de hechizos por el poder que le confiri Dios. Consideran ignorancia
supersticiosa alegar ttulos no santos para obtener beneficios celestiales tal y como se
lee en el pliego cuando invoca la hermosura de Eva y de San Jos, el nacimiento de
Moiss, la zarza ardiente que descubri en el desierto, o la corona de David. Aaden
que es impertinente pedir que no le empezcan las 72 lenguas repartidas por todo el

19.B. Barreiro de Vzquez Varela, Brujos y astrlogos de la Inquisicin de Galicia y el famoso Libro
de San Cipriano. La Corua, 1885.
F. F. Castro Vicente, El libro de San Cipriano, en Hibris. Revista de Bibliofilia, 2005, n. 27 y 28,
pp. 15-25 y 32-41.
20.J. Pires Ferreira, O livro de Sao Cipriano: uma legenda de massas. Perspectiva, 1985, apud F. F.
Castro Vicente, El libro de San Cipriano, en Hibris. Revista de Bibliofilia, 2005, n. 28, p. 22.
21. El nombre es ilegible, pero, gracias a Ignacio Panizo, archivero del AHN, se ha identificado con
base en su informe genealgico custodiado en AHN. Inquisicin, leg. 1513, exp. 13.

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mundo y que es ignorancia decir que el diablo sea excomulgado con la excomunin
de San Pedro y San Pablo.
Advierten que es contrario al precepto evanglico reclamar que nuestros contrarios sean malditos y excomulgados, pues Jess mand que orsemos por nuestros
enemigos y que es cosa poco devota pedir a Dios mercedes por ttulos incgnitos
como la bondad del profeta Jafet, la castidad de Jons y la voz que dio Dios cuando
buscaba a Adn en el Paraso tras haber pecado.
El anlisis de los cinco jesuitas denuncia que en la oracin se pide la ayuda divina
para los nombres recogidos en ella entre los que se cita varias veces al diablo, lo cual
constituye una contradiccin insalvable. Subraya la ignorancia del autor al incluir al
evangelista San Marcos entre los discpulos de Jess y echa en falta la invocacin a
Mara o a la Pasin de Jess, que la Iglesia emplea sistemticamente en sus plegarias,
mientras se citan hechos y personajes inadecuados. A la vista de la objeciones presentadas, la conclusin de los calificadores no puede ser ms rotunda: Otras muchas
menudencias tiene esta oracin que no se deben tolerar en ella ni en ninguna otra con
que hablamos con Majestad tan sagrada y grande y, as, debe ser recogida.
En el expediente inquisitorial no hay informacin sobre la decisin finalmente
adoptada, aunque en la primera pgina se indica que carece de resolucin, lo que
equivale a decir que no tuvo sentencia. Sin embargo, todo hace pensar que se opt por
el secuestro de la tirada, una medida poco eficaz si se tiene en cuenta el tiempo transcurrido desde la impresin y la gran difusin que tenan los pliegos de cordel.
La retirada de esta impresin de la oracin de San Cipriano, en cualquier caso,
no es ms que un eslabn de la larga cadena de prohibiciones que el texto, en sus
diferentes versiones, haba recibido desde la aparicin del ndice espaol de libros
prohibidos y expurgados. As figura, al menos, en los de 1559 y 1583 y se vuelve a
encontrar en el de 1612, en este caso bajo la frmula genrica otras oraciones con
ttulo de diversos santos que por otros ndices se prohibieron y de su uso no se tiene
ya noticia se dejan [prohibidas], quedndose la prohibicin, contra quienes los tuvieren o usaren, en la misma fuerza. En este apartado cabra incluir, adems de la
oracin de San Cipriano, las tambin reiteradamente prohibidas de los ngeles, de
la Emparedada, de Santa Marina, San Cristbal, San Len Papa, de la Emperatriz,
del Conde, del Justo Juez o del testamento de Jesucristo. La piedad popular y la
supersticin pudieron ms que la voluntad de los inquisidores, ya que la prohibicin
expresa de la oracin de San Cipriano se repiti en los ndices de 1632, 1640, 1707,
llegando hasta el de 1844.
De poco vali a Cristbal Lasterra su oficio de comisario de la Inquisicin, ya que
su Liber exorcismorum, origen de la oracin a San Cipriano aqu estudiada, acab expurgado, tal y como se constata en los ndices de 1707, 1747 y 1844. Con anterioridad, en
1654, ya haba sido condenado por el tribunal inquisitorial de Lima22.

22.P.M. Guibovich Prez, Censura, libros e inquisicin en el Per colonial, 1570-1754, Sevilla, Universidad, 2033, n. 281. Da 1643 como fecha de publicacin del Liber exorcismorum, lo que parece error de los
autores del expediente inquisitorial.

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Piedad popular, exorcismos y censura inquisitorial

V. Recapitulacin
El pliego de cordel publicado entre 1631 y 1634, con la oracin de San Cipriano extrada
del Liber exorcismorum de Cristbal Lasterra, impreso en Pamplona en 1631, constituye
una manifestacin ms de la generalizada devocin a este santo, en la que tiene especial significado su dimensin supersticiosa, con la presencia de conjuros y maleficios.
El formato de pliego de cordel utilizado para la distribucin de la oracin de San
Cipriano es el ms adecuado para la comercializacin, entre el pueblo fiel del barroco
espaol, por su venta a travs de vendedores ambulantes y precio asequible.
La prohibicin del impreso por parte de la Inquisicin muestra el inters de las
autoridades eclesisticas, entre las que los jesuitas ejercen una autoridad creciente, en
depurar la piedad popular de adherencias heterodoxas, prximas a la brujera.
Sin embargo, la reiteracin de las prohibiciones de oraciones populares, como la de
San Cipriano, prueba el arraigo de este tipo de manifestaciones de piedad y explica su
pervivencia.

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