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Zagari - Rodolfo Kusch

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Ser y estar en la filosofa de Gnter Rodolfo Kusch1

Dra. Ana Mara Zagari*


1. Presentacin.
El filsofo Rodolfo Kusch as se lo conoce en el mbito de la filosofa, dado que no usaba
su primer nombre- fue profesor de filosofa en la Universidad de Buenos Aires. A partir de
1973 dict tambin ctedra en la Universidad Nacional de Salta en la que adems ocup
diversos cargos acadmicos. Adems, ejerci la docencia y la investigacin en Per y en
Bolivia.
Ces en el cargo acadmico por disposicin del gobierno militar despus del sangriento
golpe del 24 de marzo de 19762; entonces se dedic particularmente a sus actividades
arqueolgicas y continu con la escritura. Desde ese momento se traslada de Salta a Jujuy
(en el Noroeste Argentino), e intensifica sus investigaciones en los yacimientos
arqueolgicos de la zona.
Rene sus investigaciones arqueolgicas y antropolgicas, y trabaja con la hiptesis de
que las categoras del pensar reflejan la propia cultura y el propio suelo, lo cual le
posibilit conceptualizar a Amrica3, recurriendo a las culturas ms antiguas del Noroeste
de Amrica del Sur y tambin revisando las categoras de la filosofa occidental y de la
filosofa oriental a la luz de sus investigaciones.
En el proyecto filosfico de Kusch encontramos influencias de la filosofa europea, en sus
profundos conocimientos del estructuralismo de Levi-Strauss, de la fenomenologa
husserliana y de la heideggeriana. Tambin conoci acabadamente la corriente
epistemolgica anglosajona. Trabaj adems con filsofos y escritores argentinos de
concepcin muy diversa que, de un modo u otro contribuyeron a pensarnos, como Juan
Bautista Alberdi, Jos Hernndez, Bernardo Canal Feijo, Ezequiel Martnez Estrada,
Carlos Astrada, Juan Carlos Scanone4. A su vez Kusch influye en las corrientes filosficas y
literarias y en nuestra denominada filosofa de la liberacin. Sus obras principales son De
la mala vida portea, 1966; Indios, porteos y dioses, 1966; Amrica Profunda, 1975;
Geocultura del hombre americano, 1976; El pensamiento popular desde el punto de vista
1 Gnter Rodolfo Kusch naci en Buenos Aires en 1922 y muri en la misma ciudad en
1979.
2 Se inicia en esa fecha el denominado Proceso de Reorganizacin Nacional, que en
la realidad pas a la historia como el ms brutal de los regmenes militares en
Argentina y en Amrica Latina, y que se hizo tristemente clebre por haber
desaparecido, torturado, y matado a 30.000 personas, entre ellos obreros,
estudiantes, intelectuales. Tambin hizo que muchos de aquella generacin
tuvieran que exiliarse.
3 Se trata de Amrica Latina y no de los Estados Unidos de Norteamrica.
4 Son pensadores del siglo XIX al XX, que influyeron fuertemente en la
constitucin del estado de lo que hoy llamamos Repblica Argentina.

filosfico. Consideraciones sobre el mtodo, los supuestos y los contenidos posibles, en


Stromata (San Miguel), 1978; Esbozo de una antropologa filosfica americana, 1978.
2. Introduccin.
La antropologa filosfica y cultural de Rodolfo Kusch resalta diversos momentos de su
dilogo con nuestra tradicin. Cuando decimos nuestra tradicin estamos pensando en una
historia de quinientos aos que, predominantemente y a partir de la conquista espaola en
1492, impuso los modos de la llamada cultura occidental que, junto con las culturas
precolombinas que an hoy persisten y resisten la avanzada del neoliberalismo, forman
nuestra tradicin y nuestro presente.
La filosofa de Kusch es tambin y no podra ser de otro modo- una filosofa poltica 5 y,
como tal, una filosofa del lenguaje. Un primer rasgo caracterstico de su trabajo es tomar la
pregunta por el Ser y, rastreando fenomenolgicamente la filosofa contempornea, sobre
todo la de Heidegger, desarrolla la propuesta que le hace pensar en Amrica en la doble
condicin de ser y estar.
En la historia de la llamada organizacin naciona6l de nuestro pas las formas del poder se
fueron modulando a favor del modelo europeo occidental y en contra de los modelos
culturales originarios. La famosa frase civilizacin o barbarie7 que est presente en
nuestros fundadores del siglo XIX, da cuenta de esta controversia que nos persigue hasta
nuestros das.
El pensamiento de estos organizadores est formado por lecturas y conceptos anglosajones
y franceses. Para ellos el bien, la verdad y la belleza son propios de la Europa ilustrada
representada por el Ser, que es tiempo, concebido como despliegue, desarrollo, progreso, en
el cual se valora el futuro mejor que el pasado y an que el presente. Esta concepcin del
progreso impona que haba que deshabitar el paisaje de las culturas originarias, que fueron
calificadas como las fuentes del mal, la vagancia y el abandono, que se dejaban estar
haciendo figura con su propio suelo.
En ese contexto e influidos por el modelo centro-europeo afirman que el ser es dinmico,
proyectivo; el estar es esttico y brbaro. La primaca de la vertiente occidental ha dejado
su sello en toda la constitucin de nuestra cultura reciente que, resumiendo, fue entendida
como la eleccin del proyecto europeo occidental, es decir, de la civilizacin, que resalta el
5 Entendemos que filosofa poltica es un sintagma. Y hemos explicado en otros
textos, y siguiendo a los principales filsofos contemporneos, que filosofa y
polis son parte de un mismo proyecto, cuya fecha de nacimiento es la Atenas
antigua. Y desde esta afirmacin, filosofa poltica dice que toda filosofa lo es,
an aquellas especialidades que parecen totalmente teorticas.
6 Se llama as a la etapa que despus de las grandes guerras civiles del siglo XIX
deriv en una organizacin poltica y jurdica de Argentina como Repblica.
7 Una frase que desde el pensador Domingo Faustino Sarmiento qued grabada en la
cultura para indicar que la civilizacin proviene de Occidente y la barbarie de
nuestro propio suelo.

dominio de la naturaleza y la primaca del sujeto, entendiendo a ste de un modo sustantivo


y unvoco. Este es un proyecto resistido por las culturas populares y tambin por muchos
intelectuales que creen, como es el caso de Rodolfo Kusch, que esta lectura es liberal y
neoliberal, y por lo tanto colonialista.
Rodolfo Kusch prefiere, en cambio, hacer dialogar la cultura del ser con las culturas del
estar, cuyos rasgos seran habitar la naturaleza, estar en ella, entender la primaca de la vida,
resistir, muchas veces negar que la verdad, el bien y la belleza sean unvocos, y valorar el
arj precolombino.
Si bien Kusch toma de Heidegger la figura del estar-siendo para dar cuenta de la
complejidad de Amrica y de la necesidad de darle visibilidad a lo que fue negado por el
pensamiento colonial, las culturas del estar, invierte el peso de la frmula: el estar-siendo es
para Kusch la frmula capaz de dar cuenta de un habitar la naturaleza, de un reconocer la
primaca de la vida an en lo que tiene de sagrado y de profano. Estar-siendo es para Kusch
la forma en la que Amrica da cuenta de su multiplicidad. Se separa del proyecto
heideggeriano porque el ser para Kusch, como proyecto, sigue pensndose desde la
conciencia. El estar que es menos dinmico y, por lo tanto, menos proyectivo que el ser, da
cuenta en cambio de lo inconsciente, de lo sagrado, de lo mltiple.
3. Cultura - geocultura.
La filosofa de Kusch seala una diferencia entre la concepcin ilustrada que piensa
unvocamente el trmino cultura, en una universalidad hegemnica, y propone pensar la
cultura como geocultura: hace hincapi en el acervo de la cultura popular, en la creatividad
inmanente del pueblo. Desde all es posible vincularse con la cultura universal, y no al
revs, porque la experiencia histrica indica que la imposicin de una cultura unvoca desde
afuera y desde arriba hace desaparecer el trabajo y las creaciones de las culturas arraigadas.
En uno de los textos centrales de la filosofa de Kusch, Esbozo de una antropologa
filosfica americana, podemos leer ms detenidamente estas distinciones.
Este libro es la obra de mayor envergadura del pensamiento del filsofo en la que se
encuentra ya maduro su pensamiento. Su planteo fundamental es la discusin con una
antropologa universalista de corte euro-cntrico, y propone pensar recurriendo al decir y
al hacer de nuestro pueblo- una antropologa singular y situada desde la cual se establezca
el dilogo con la humanidad.
Un dilogo es ante todo un problema de interculturalidad. La distancia fsica que
separa a los interlocutores y las vueltas retricas para entenderse, refieren a un
problema cultural. Entre los interlocutores tiende a haber una diferencia de cultivo,
pero no en el sentido del grado de culturalizacin logrado por cada uno, o sea de que
uno sea ms ilustrado que otro, sino ante todo en el estilo cultural, o ms bien en el

modo cultural que se ha encarnado en cada uno. Se trata entonces de una diferencia
de perspectiva y de cdigo que marcan notablemente el distanciamiento de los
intervinientes en un dilogo y cuestionan la posibilidad de una comunicacin real.
En este sentido se dira que todo dilogo participa de la problemtica de una
interculturalidad, ya que lo que se dice de un lado y de otro se enreda con residuos
culturales. [] Cultura no es slo el acervo espiritual que el grupo brinda a cada
uno y que es aportado por la tradicin, es el baluarte simblico en el cual uno se
refugia para defender la significacin de su existencia. [] Cultura es tambin una
actitud, de tal modo que pueda entenderse con elementos no tradicionales,
referencias simblicas halladas en ese momento que hacen una diferenciacin frente
al interlocutor y que adquieren en el momento del dilogo el valor de pautas
culturales en las cuales uno se define frente a l.8
Kusch proyecta en toda su obra, y particularmente en sta, la demarcacin de su objeto, que
denomina Amrica: hacer filosofa es reflexionar desde el punto de vista propio, desde la
propia perspectiva, desde el lugar de origen.9
Encuentra en Amrica un modo del ser pero tambin del estar, que denomina estar-siendo,
una forma singular de la existencia y una semntica que responde en el decir a la cultura
propia.
La tesis de este libro, el ltimo de los escritos por Rodolfo Kusch, es que el hombre
americano debe comprenderse en el encuentro entre las culturas originarias (indgenas) y
las que provienen del tronco europeo-occidental. Este encuentro configura una simblica
propia y una etimologa novedosa de nuestro verbo ser o estar. Confronta el ser-en-elmundo de la propuesta heideggeriana con su estar-siendo, propio de la cultura raigal que
reconoce su ab-origine no slo en la reproduccin de las categoras pensadas por Europa,
sino en el sedimento actualizado de las culturas precolombinas y en la imbricacin de stas
con el genio hispano y europeo en general.
El trabajo apunta en suma a encontrar una lnea media entre la proliferacin de
supuestas definiciones de lo humano. Pero no se trata de dar una definicin ms.
Porque si es inevitable que toda definicin de lo humano se nos escape, ser porque
lo humano a las luces de la indagacin indo-americana, no es sino que, en tanto
escapa a nuestras categoras, slo puede connotarse como prctica, o sea como un
operar incesante. De ah el estar siendo como frmula dinmica que traduce el
juego humano entre lo indeterminado y lo determinado, pero que hace a lo humano
en un nivel universal... Responde a la indeterminacin de lo humano mismo, que
8 Kusch, R., Esbozo de una antropologa filosfica americana, p. 13.
9 Cf. Zagari, Ana. Kusch, en Volpi, Franco (compilador), Enciclopedia de obras
filosficas, Barcelona, Herder,2005, trad. Ral Gabs, vol. II, pp.1220-1.

hace al fondo metafsico de lo existente en general, y tambin al silencio original de


lo humano, pero por eso mismo a la posibilidad de recuperarlo en una dimensin
indo-americana.10
El estar-siendo se da en movimientos de bsqueda de sentido entre el arj y su
resemantizacin propia, en el acontecimiento del vivir. Por un lado, pensar el fundamento
de una forma singular y dinmica, segn un trabajo milenario que crea y se apropia de
signos y de smbolos, con el estilo de las culturas mestizadas; por el otro, resemantizar el
verbo ser, que en nuestra lengua, como ya anticipamos, es ser/estar. Kusch prefiere la
segunda forma, la del estar, y trabaja filosficamente con ella, porque afirma que es la
condicin de posibilidad para la comprensin de la cultura americana. Afirma que ser y
estar no mantienen una relacin ni de causalidad (por ejemplo, el estar como efecto de ser)
ni de identidad (ser es estar). El estar es el modo propio de hacer mundo en el pensamiento
aborigen, y su categora fundante es el espacio y no el tiempo.
Kusch entiende que cuando Occidente (fundamentalmente en la lectura fenomenolgica
heideggeriana) dice ser-en-el-mundo, hay all una interpretacin del verbo ser como sedere,
en el sentido de fundamento. En cambio nuestro filsofo afirma que lo ms importante de
lo humano es el stare, estar-de-pie o instalado en el mundo. Establece as la diferencia
entre darse previamente un fundamento o buscar el sentido plural en los smbolos que cada
cultura ofrece. Es importante tambin destacar que lo que Kusch define como el
acontecimiento de la instalacin est ligado a la finitud del hombre y a la posibilidad de
ritualizar lo efmero de la existencia mediante creaciones sacro-culturales. Estar instalado
en la tierra y con los dioses es el modo singular de las culturas originarias en las que la
eficiencia del smbolo mantiene viva la memoria de lo sagrado. En el contacto con la
cultura cientfico tcnica de Occidente, que muchas veces fue mortfera para los pueblos
aborgenes, se da tambin un mestizaje que recorre toda la cultura americana y que se
conoce como criollo.
Reconociendo en Heidegger al gran crtico del olvido del Ser, Kusch entiende que en
Amrica es necesario rescatar de este olvido otra forma constitutiva de lo humano, de lo
divino y de las cosas: la del estar.
Analizar el acontecer como algo pre-ntico significa buscar, como dira Tras, la
sombra [] Esto ya est en Heidegger que se pregunta por el acontecer. Todo el
pensamiento que apunta a una disolucin del ser en el tiempo y sostiene a ste a
travs de la resolucin, est diciendo lo mismo, pero distorsionado por el afn de
querer salvar una tradicin espiritual del ser como bien lo confiesa en su
Introduccin a la Metafsica.
10 Kusch, R., Esbozo de una antropologa filosfica americana, p.11.

De ah el concepto de estar. Se trata del estar como algo anterior a ser, y que tiene
como significacin profunda el acontecer [] El estar en este sentido se asocia al
vivir en su acepcin ms general. Es el vivir que se rodea de cultura entendida sta
como universo simblico y que sirve para encontrar el amparo. Por eso es tico y no
gnoseolgico. Dice donde se hace lo fasto y se evita lo nefasto. Pero no nos dice qu
es un objeto. [] se trata de ese pre-recinto donde Heidegger ubica la diferencia.
Pero si bien la diferencia segn Heidegger es entre Ser y ente, en el caso de Amrica
se trata de una diferencia anterior an que se da entre el acontecer y el no acontecer.
En esa diferencia que se abre al no acontecimiento se da el ingreso a la posibilidad
de lo sagrado.
[] no se trata de cosas sino de acontecer. Acontecer la posibilidad de una vigencia
exigida por nuestras races, el pueblo.11
Desde el propio acontecer toda cultura es universalizable, afirma Kusch. El acontecer hace
obstculo al Ser que esencializa y que cierra a las posibilidades de lo plural y de la
alteridad.
Otro trmino acuado por el filsofo argentino es el de geocultura. Su definicin alude al
punto de vista en el que se est instalado.
La vigencia del filsofo ya bien entrado el siglo XXI radica en su decisin estratgica que
es una decisin poltica: la decisin por lo americano, por un conocimiento que no es el
conocimiento oficial, por una razn que no es la razn occidental. Kusch apuesta a
aquellos que aparecen como un resto, a una cultura que est relegada a los mrgenes.
Kusch es un pensador de extramuros, elige la frontera para pensar el fundamento de una
forma singular y dinmica. Privilegia el estar por sobre el ser como modo propio de hacer
mundo en el pensamiento ab-origen, y su categora fundante es el espacio, el estar-de-pie o
instalado en el mundo.
La extemporaneidad de la que habla Kusch es una dislocacin del espacio que se distingue
del de la urbe: espacio entendido como suelo, como lugar de la ritualizacin de los dioses,
como localidad milenaria, que no es ni la ciudad ni el campo. Suelo de culto que simboliza.
De aqu se desprende la eficiencia del smbolo que mantiene viva la memoria de lo sagrado,
que el conocimiento cientfico-tcnico occidental desterr, a favor de una metafsica
entitativa y de dominio.
La filosofa de Kusch vuelve a lanzar la pregunta por el nosotros y por quines somos
nosotros, por eso piensa en Amrica como configurada por dos corrientes: la europea y la
precolombina. Pero su mayor originalidad reside en destacar el pthos del miedo como
constitutivo de nuestra forma americana. No es el miedo hobbesiano, es el miedo que nos
acerca a una forma de la vergenza y que tiene su origen en nuestros padres fundadores.
11 Kusch, R., Geocultura del hombre americano, pp.151-2.

La verdadera dimensin de estar no ms debe ser entendida a nivel del miedo. Se


da mucho ms adentro todava de la vida cotidiana, cuando con motivo de algn
fracaso o de una injuria, o peor an, cuando hemos cometido un aparente mal y la
sociedad nos segrega, llegamos a ese punto donde tenemos conciencia de lo poco
que somos. Ah ya no tenemos remedio. Ah, en ese ltimo fondo realmente no
sabemos qu hacer. Ese es el mbito del saber del no saber. Y no hay psicologa
que valga, ni tampoco enciclopedia.
Ahora bien, entre ese miedo y la enciclopedia est nuestra piel.12
Kusch alude al miedo y a la vergenza de parecernos a la Europa latina, que recorre el
pensamiento y la filosofa de muchos de nuestros fundadores del Estado-Nacin, entre ellos
de quien es el mayor filsofo poltico del siglo XIX: Juan Bautista Alberdi.
4. Kusch extemporneo.
Rodolfo Kusch se preocup por los inicios de nuestra constitucin como nacin y seala las
debilidades de los hombres ilustrados que participaron en ella a partir de 1810 y hasta
188013. Esta franja histrica se inicia con el llamado Grito de Mayo que nos declara
independientes del reino de Espaa, aprovechando que Fernando VII haba sido
encarcelado por Napolen y que llega hasta 1816 con el Congreso donde se proclama la
independencia.
A partir de ese momento las luchas no son slo por la independencia y la emancipacin del
Reino de Espaa, tambin se da una serie de guerras interiores que responden a proyectos
polticos diversos. Un proyecto llamado federal en el que las provincias pretenden ser
actores con el mismo poder que el puerto de Buenos Aires, y otro proyecto llamado unitario
que otorgaba primaca exclusiva a Buenos Aires por ser el puerto y la entrada y salida de
las riquezas y los bienes materiales y simblicos, desde y hacia Europa. Aunque nuestra
Constitucin Nacional se reconoce federal, sin embargo el poder ejercido durante muchos
momentos del siglo emancipatorio y tambin del posterior, por quienes representaron la
ideologa liberal-unitaria, desmenta la letra de la carta magna. Entre quienes se destacan
como idelogos y filsofos de esta ltima vertiente encontramos al escritor Juan Bautista
Alberdi. l junto con muchos otros librepensadores entenda que la gran contradiccin

12 Kusch, R., id., p.20.


13 Es conocida como la generacin del 80 a la generacin que quiso hacer el
estado argentino segn el modelo de las naciones europeas. Su consigna segua la
premisa orden y progreso, y una de sus campaas ms importantes fue la denominada
Campaa del Desierto y fue el exterminio de las poblaciones indgenas en toda la
Patagonia Argentina, es decir, desde Buenos Aires hacia el Sur.

argentina pasaba por lo que llamaron civilizacin/barbarie14. La civilizacin representada


fundamentalmente por la Europa anglosajona, y la barbarie representada por la Europa
atrasada (la hispana-latina) y por los indios y nativos de nuestro suelo. Todos nuestros
pases en Amrica Latina pero sobre todo Brasil y Argentina tienen enormes territorios
dentro de sus fronteras. En aquel momento la consigna era gobernar es poblar.
Adelantndose en ms de un siglo y medio a lo que luego Foucault llamara biopoltica,
Juan Bautista Alberdi propuso en su texto Bases15 que nuestro territorio, considerado un
desierto, deba ser poblado por gentes llegadas fundamentalmente desde la Gran Bretaa.
Afirm que en Amrica todo lo que no es europeo, es brbaro [] no hay [en la
poblacin] ms divisin que esta: uno, el indgena es decir el salvaje; dos, el europeo es
decir nosotros que hemos nacido en Amrica, hablamos espaol y creemos en Jesucristo.
Adems de esta taxonoma brutal que todava hoy pervive en las capas de muchos
intelectuales y de la clase media en Argentina, la cumbre de una pirmide tnica diseada
por el pensamiento del llamado progreso, estara ocupada por Gran Bretaa que, para
Alberdi, es el pueblo civilizador por excelencia, porque conoce la libertad y el progreso
material como ninguno. Por eso afirm que la inmigracin ha de provenir de los pases
europeos no catlicos, cuya experiencia en el librepensamiento, la industria y el comercio
son parte de su concepcin civilizatoria.
Juan Bautista Alberdi desprecia al nativo y afirma que aunque se lo eduque nunca saldr de
l un verdadero obrero ingls. Su preocupacin por poblar las tierras americanas le hace
decir que si nos equivocamos de inmigrantes resulta que poblar ser lo mismo que
corromper, degenerar o envenenar al pas en vez de hacerlo florecer con la poblacin ms
trabajadora y culta de Europa. Desprecia no slo a nuestros nativos o a los espaoles sino
tambin a las razas no europeas. Si llegaran chinos o indios o negros 16, vuelve a decir
Alberdi, poblar no sera civilizar sino embrutecer. En verdad, el infierno tan temido por
Alberdi se hizo realidad ya que lo que l llam la Europa atrasada fue la que pobl buena
parte de Argentina.
La preocupacin de Alberdi era por la gobernabilidad o ingobernabilidad de un Estado que
estaba diseado pero que careca de Nacin. Afirm que nuestro pueblo es ingobernable y
14 Sarmiento en su libro Facundo plantea la misma dicotoma. Facundo, un lder del
interior del pas, es la barbarie mientras que la cultura europea es la
civilizacin. Facundo representa la negacin de la gran urbe y de la ilustracin
a favor de las culturas originarias y para el autor del texto, Domingo Faustino
Sarmiento, esto es el atraso y la barbarie.
15 Alberdi, J.B., Bases y puntos de partida para la organizacin poltica
argentina, Buenos Aires, Ed. Librera Histrica, 2002.
Hacemos notar que hacia el final de su vida Juan Bautista Alberdi revisa esta
posicin marcadamente ilustrada puesto que ve la violencia entre pueblos hermanos
y reflexiona sobre la amistad necesaria entre los pueblos de este continente.
16 Si viviera hoy, Alberdi renegara de las inmigraciones contemporneas que estn
formadas en su gran mayora por chinos y por ciudadanos de pases limtrofes, que
l considerara indios en su valoracin negativa.

dscolo si solamente es hijo de una Espaa intolerante y del atrasado nativo, inepto para el
ejercicio republicano y democrtico.
Aunque a lo largo de otras obras podramos pensar en un Alberdi filsofo y poltico que
acept el realismo de nuestro mestizaje, lo cierto es que la lnea ms dura de su
pensamiento fue la que influy en las discusiones y las luchas que todava hoy persisten en
nuestro pas.
Tomamos a Alberdi para confrontarlo con Kusch porque l ha sido el gran fundador
institucional de la Argentina moderna y porque, cabe decirlo, ha tenido tambin una utopa
en sus ltimos escritos: la unidad hispano-americana y la concepcin del pueblo-mundo que
privilegia a la especie humana por sobre los Estados capaces de ir a la guerra por defender
intereses parciales.
Tomando el tipo ideal del paradigma de Alberdi nuestra poblacin debi haber sido blanca,
cristiana no catlica y, en lo posible, de lengua anglosajona. En muchos momentos del
ejercicio del poder en Argentina ese modelo influy en las tomas de decisiones y en las
confrontaciones con el otro modelo federal y mestizado.
Rodolfo Kusch es uno de los filsofos ms importantes que en la primera mitad del siglo
XX sigue discutiendo el modelo progresista liberal representado fundamentalmente por
Buenos Aires y que result muchas veces opresivo para el interior y para las capas ms
populares de nuestra poblacin.
5. El mestizaje.
La propuesta de Rodolfo Kusch planteada en su concepto de geocultura da cuenta en
primer lugar, del mito de nuestro origen y de su negacin en el orden de lo real; en segundo
lugar, de un pensamiento integrador de las diferencias constitutivas.
Si nos dicen que hay una humanidad, que hay un marxismo, que hay una ciencia
atmica y que hay una medicina, que ya todo est hecho y que ya nada podramos
aportar nosotros, siempre cabe la duda, por el simple hecho de que afirmar lo que
otros afirman es colonizacin.17
La negacin tiene algo de decisin voluntaria, que supone una negacin de lo dado
e implica una eleccin del camino propio.18
En esta lnea podramos decir que la filosofa de Kusch es una filosofa de la liberacin. Su
actualidad reside en que est presente en las discusiones contemporneas respecto del
pensamiento nico y la globalizacin. Y est presente en trminos tales como geocultura,
mestizaje, pensamiento popular. Es decir que la filosofa y la antropologa kuscheanas
17 Kusch, R., La negacin en el pensamiento popular, p.108.
18 Kusch, R., id., 114.

sirven tanto para revisar las propuestas muchas veces triunfantes de nuestros primeros
filsofos polticos, aquellos que pensaron en la constitucin de las naciones americanas,
como para profundizar en los debates contemporneos del mito de la globalizacin. 19 Pero
la formulacin ms interesante de este filsofo es para nosotros el haber puesto de relieve
los diversos ejes culturales que configuran a la Amrica Latina y su preocupacin por el
olvido de muchos de ellos, sobre todo los que provienen de la Amrica profunda, en favor
de uno solo: el eje cultural del puerto, que predomin y neutraliz al resto haciendo del
proyecto americano un proyecto desproporcionado. Un eje ligado a la metafsica del Ser.
Para mostrar la actualidad del pensamiento de Kusch es importante resaltar el concepto de
mestizaje que l menciona en muchos de sus escritos, y que se ha seguido trabajando tanto
en las letras como en la filosofa latinoamericanas. En El mestizaje como virtud20, se
propone que las manifestaciones de la cultura latino-americana son todas por su propia
condicin, mestizas. No se trata exclusivamente de un mestizaje tnico o racial sino de ver
que la condicin de existencia de una lengua, de un discurso, de una manera de pensar, es
siempre en Amrica Latina, mestizado. Se es mestizo en Amrica aunque no se lleve una
sola gota de sangre india o una sola gota de sangre blanca. Esta condicin nos hace
mestizos tanto a los pueblos originarios que todava sobreviven en la tierra americana como
a los hijos y nietos de los europeos que llegaron a estas tierras. El mestizaje no es biolgico
sino cultural y por lo tanto tico. Se trata de acceder a la categora de mestizaje que
reconoce una fecha mtica en 1492 y que ha devenido un signo en la cultura americana. Es
a la vez una marca y una distincin. Desde el punto de vista tico, si recurrimos al
Diccionario de la Academia Espaola, veremos que se le da un valor claramente peyorativo
al verbo mestizar. La accin es definida como una falta. Dice, en su ltima versin:
Dicho de una persona: Nacida de padre y madre de raza diferente, en especial de hombre
blanco e india, o de indio y mujer blanca 21. En versiones anteriores, agregaba: corromper
o adulterar las castas por acoplamiento o copulacin de individuos que no pertenecen a la
misma casta; tambin dice que el trmino mestizo es una palabra que data de 1600,
derivado de mixticius, a su vez derivado de mixtus. Otra acepcin del Diccionario de la
Real Academia mestizo es quien est corrompido o mezclado. Si nosotros pensamos que la
definicin data del siglo XVII, una asociacin inevitable aparece: la filosofa de Descartes
dice que la verdad est siempre ms cerca de la simplicidad que de la complejidad; la
verdad es clara y distinta. Y esto se ha convertido muchas veces en una visin del mundo.
19 Confrontar respecto de este mito de la globalizacin el artculo de Zagari Ana
y Rodriguez Daniel, La globalizacin y su polisemia, en
http://www.salvador.edu.ar/unemnis/fyl/extension/collimontinariuniversita.htm El
artculo fue presentado en la Universidad degli Studi della Calabria en noviembre
de 2009.
20 Zagari, Ana Mara. Le metissage en tant que vertu en Cahiers D Argentine, 1994,
n2.
21 Real Academia Espaola, Diccionario de la Lengua Espaola, Vigsima segunda
edicin.

10

Las implicancias ligadas con la pureza racial fueron muy intensas en nuestras elites
liberales. En contraposicin, lo oscuro y mestizado aparece como el lugar del error y del
mal. Antropolgicamente el negro, el cabecita negra22, siempre es para esas lites el
ignorante, el malo, el delincuente.
En cambio, la propuesta de pensar la cultura latinoamericana es la de comprender el
mestizaje como una virtud, y comprender tambin que en ese mestizaje se juega otra visin
del mundo. Como categora cultural, el mestizaje no es solamente una mezcla de ideas y de
razas, sino que se encuentra en el origen de una visin propia de las cosas. Y como tal,
produce un efecto sobre las diversas manifestaciones intelectuales, artsticas y literarias
propias, como la del barroco americano, que exalta la riqueza de lo mltiple. Los valores de
simplicidad, unidad y universalidad son propios de una cultura que, no slo desde
Descartes y la ciencia moderna sino tambin desde las expresiones dominantes del
hegelianismo y del logocentrismo, y an desde las llamadas filosofas posmodernas, miran
lo diverso como inferior.
La historia de Amrica comienza en una lnea diferente: los que llegan son los espaoles,
que traen la lengua, la espada y la cruz del catolicismo. Por eso Alberdi crea que ya
habamos nacido atrasados. Y llegan a un espacio inconmensurable de divinidades
mltiples, exuberantes climas, razas jams vistas y la errnea creencia de que haban
arribado a las Indias. De toda esta mezcla surge Amrica, por eso nuestra marca es el
mestizaje. En el nuevo mundo se multiplica la diferencia. Esto se manifiesta en las obras:
ya mencionamos el barroco en la arquitectura, en las letras podemos hablar de la novela,
del ensayo filosfico, del aforismo. A veces de manera inconsciente, otras de manera
explcita, el pensamiento en Amrica est atravesado por la categora del mestizaje y la del
pensamiento popular como negacin de lo colonial.
Podramos explicar de otro modo esta concepcin del mestizaje, en otros trminos,
utilizando el concepto de complementariedad. Esto sugiere un universo plural en el que las
diferencias se dan simultneamente y no se anulan como tales. Tomo este concepto
prestado de la fsica cuntica.
Amrica (latina) es la conjuncin de lo ab-origine y de lo moderno, de la mesura y de la
desmesura, del tiempo lineal y del tiempo sagrado, de la lengua heredada que nunca es la
que se hered. En Amrica se gest antes que en ningn otro lugar -permtanme esta
22 Cabecita negra se llam al migrante del interior de nuestro pas, pobre, en
general de tez oscura, que en el momento de la industrializacin de la Argentina,
lleg a Buenos Aires para trabajar, con la esperanza de una movilidad social
ascendente. Tambin por eso el cabecita negra adhiri al peronismo que fue desde
sus inicios, en el ao 1946, el movimiento poltico que en el ejercicio del
gobierno favoreci en trminos generales, al trabajador, y puso en vigencia las
leyes sociales que tenan que ver con la dignidad personal de los mismos, por
ejemplo: el aguinaldo, las vacaciones pagas y obligatorias, la obra social para
la salud, los hoteles sindicales para las vacaciones anuales, etctera. Tambin
fue el peronismo de aquel momento el que legisl y puso en prctica el voto
femenino.

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licencia- lo postmoderno, ya que todo lo que lleg se transform en algo diferente, en otra
cosa. Y al mismo tiempo estas diferencias hicieron del mestizaje un nuevo mundo, un
nuevo acontecimiento. Acontecimiento fundamentalmente poltico, y consecuentemente
tico. Es por eso que la razn moderna no puede dar toda la explicacin de lo que es
Amrica, y es por eso tambin que quienes pensamos desde Amrica ensayamos con la
literatura. Otra caracterstica, podramos llamarla tambin postmoderna de esta Amrica, es
que el horizonte americano permanece abierto y en construccin. Su pthos no es el del
escepticismo, el horizonte es todava un horizonte pico. Alejo Carpentier cree que la
novela latinoamericana actual es pica, y la futura novela tambin deber serlo.
Lejos de mi intencin ignorar las llamadas megatendencias: globalizacin, era tecnotrnica,
sociedad meditica. Pero an en los lugares del poder donde estos significantes han
aparecido hay ejemplos de que es necesario siempre conservar la diferencia. Tanto Kusch
como muchos filsofos de la liberacin afirman el mestizaje como virtud. Tambin el poeta
Carlos Fuentes, en un reportaje de hace ya unos aos en Espaa, nos recuerda que en tanto
encuentro de culturas hay que pensar que la historia de Amrica Latina est hecha por
africanos, indios, blancos, y por eso mismo afirma que el mestizaje, adems de ser un
hecho inevitable es, ms que nada, una virtud.
El mestizaje es lo opuesto al concepto de racismo y a la xenofobia, uno de los peligros ms
cercanos de nuestra globalizacin, aunque parezca en s mismo contradictorio. Porque lo
que persigue el mito de la globalizacin y su voluntad de dominio es la consumacin de una
entidad slida, la de los centros del gran poder que siguen pensndose a s mismos como
blancos. El mismo Carlos Fuentes alert respecto de que la gran plaga del siglo XXI ser la
de la discriminacin racial.
En Argentina durante los aos 70 el golpe militar totalitario pretendi hacer tabula rasa de
nuestra geo-cultura para propiciar que ese gran poder global-financiero no tuviera el
obstculo de quienes somos, pensamos y vivimos mestizados y por lo tanto, la lucha que se
sostuvo en aquellos aos y el hecho de que el Profesor Kusch fuera perseguido por los
militares, debe leerse en estos trminos.
BIBLIOGRAFIA DE KUSCH
Kusch, R. El pensamiento indgena y popular en Amrica, Buenos Aires, Hachette, 1970.
---------------Amrica Profunda, Buenos Aires, Editorial BONUM, 1975.
---------------Geocultura del hombre americano, Buenos Aires, Fernando Garca Cambeiros,
1976.
----------------Esbozo de una antropologa filosfica americana, San Antonio de Padua
(Buenos Aires), Ediciones Castaeda, 1978.
-----------------La negacin en el pensamiento popular, Buenos Aires, Las Cuarenta, 2008.
------------------Obras Completas, Buenos Aires, Editorial Fundacin Ross, 3 vols., 19982000.

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BIBLIOGRAFIA GENERAL
Azcuy, E.A. y otros, Kusch y el pensar desde Amrica, Buenos Aires, F. Garca Cambeiro,
1989.
Bordas de Rojas Paz, N. tica y ontologa americana. Su institucionalizacin jurdica, en
ID., Perspectivas tico-jurdicas. Una lectura americana, Buenos Aires, Abeledo Perrot,
1993, pp.103-135; ID., Filosofa a la intemperie. Kusch: ontologa desde Amrica, Buenos
Aires, Biblos, 1997.
Sada, G.O. Los caminos americanos de la filosofa en Rodolfo Kusch, Buenos Aires,
F.Garca Cambeiro, 1996.
---------------- Semblanza de Rodolfo Kusch, en Novenas Jornadas de pensamiento
filosfico argentino: Un siglo de filosofa argentina; ideas y figuras, Buenos Aires, FEPAI,
2001, pp.89-96.
Zagari, Ana. Kusch, en Volpi, Franco (compilador), Enciclopedia de obras filosficas,
Barcelona, Herder,2005, trad. Ral Gabs, vol. II, pp.1220-1.
----------------------Le metissage en tant que vertu en Cahiers D Argentine, 1994, n2.

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