Gregorio Peces-Barba
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CAPITULO 11
LOS MODELOS REDUCCIONISTAS
desde los que se pueden comprender los derechos humanos y que el uso de
este trmino en el lenguaje natural ha recogido. Por un lado, la reflexin tica
que considera a los derechos como un camino para hacer posible la dignidad
humana y la consideracin de cada uno como persona moral; y por otro lado,
la jurdica, que recoge y explica la incorporacin de los derechos al Derecho
Probablemente,
Mi punto de vista
en Espaa prin
cipalmente desde la Filosofa del Derecho. La comunicacin en un rea de conocimiento nica con los filso-
fos morales y polticos y la influencia del pensamiento anglosajn ha producido posteriormente aportaciones
desde otros grupos. Me refiero sobre todo a los temas de concepto y fundamento. porque la teora jurdica de
Jos derechos humanos ha sido en Espaa tratada por consritucionalistus y admfnistr-ativistas principalmente. y
en menor medida o con carcter ms sectorial por laboralistas o procesalistas (Vid. mi trabajo "Los derechos
Eudema.
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i
1
CURSO DE DERECHOS
es que ambas son imprescindibles para la comprensin del fenmeno derechos humanos, y denomino modelos reduccionistas a los que prescinden
de una de las dos. En relacin con todas mis aportaciones anteriores, creo
que estas dos dimensiones, que podramos llamar tica y jurdica, no permiten, como yo pensaba hasta ahora, una visin integral que abarque todas
las posibles. Me parece que una tercera reflexin sobre la incidencia social,
o dicho de otra forma, que una consideracin de factores econmicos,
sociales, y culturales, distinta de los ticos y de Jos jurdicos es imprescindible, para aproximarnos al concepto y al fundamento de los derechos humanos.
Los dos reduccionismos relevantes en la historia de la cultura jurdica
han sido el iusnaturalista y el positivista ideolgico, expresin de lo que
Bobbio llama Teora formalista de la justicia, aunque podramos tambin hablar de un reduccionismo sociologista. Llevado hasta sus ltimas consecuencias nos encontramos con la posicin de Luhmann, que limita a los derechos humanos como imprescindibles para el funcionamiento y para la
dinmica del sistema, a ser una tcnica operativa alejada de cualquier connotacin tica 2 . Una aproximacin sociologista excluyente que se refiere
slo al impacto social de los derechos, a su eficacia, a la gnesis de los mismos y a su modo de operar en la realidad social, aunque no llegase al extremo de Luhmann, sera igualmente reduccionista, y quizs en la prctica
llevara tambin a ver a los derechos como un elemento del sistema, cegadas las connotaciones ticas y jurdicas. En todo caso, no es ms que una
posibilidad pero no una realidad presente porque la sociologa de los derechos humanos est en sus inicios.
1.
EL REDUCCIONISMO
IUSNATURALISTA
maciones de la Sociologa jurdica al tema de los derechos humanos hay que sealar la Reunin del Comit de
investigacin en Sociologa del Derecho de la Asociacin Internacional de Sociologa, que tuvo lugar en Rvena en 1988. La revista Sociologa del Diritto public trabajos de Bobbio, Bobotov, Evan, Ferrari, Frosini,
Podgrecki, Treves, Pesces-Barba y otros, en n.? XVI, Miln, 1989-1, dedicado al tema y reflejo, en parte, de
la reunin de Rvena.
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cultura jurdica del mundo moderno, que es la del racionalismo. Tiene una mayor entidad por ser contemporneo de la aparicin histrica de los derechos
fundamentales, a partir del siglo XVII, y porque su terminologa derechos naturales es la inicial con la que se les conoce en su origen. Es decir, la gnesis
de los derechos est ubicada con la aparicin de Ja nocin de derechos naturales. Los primeros derechos fundamentales sern derechos naturales. Una evolucin correctora de este reduccionismo se producir en los ltimos aos con
el iusnaturalismo deontolgico.
Junto a este iusnaturalismo tambin se puede considerar reduccionismo
al vinculado a los intentos de reconstruccin del Derecho Natural clsico por
algunos autores actuales. En este supuesto, el punto de vista de la vinculacin
con los derechos fundamentales exige mayor esfuerzo terico, puesto que la
coexistencia histrica de los ideales iusnaturalistas con la idea de los derechos
se produce con el otro iusnaturalismo, con el racionalista de raz protestante.
Las diferencias centrales entre ambos modelos, ser que el primero permite
hablar de un sistema de derechos naturales y el segundo situar el ncleo en el
problema, en el caso concreto. El elemento identificador ser, por el contrario,
el propio reduccionismo, consistente en explicar cmo la dimensin tica es
Derecho, y cmo esas pretensiones o modelos ticos son Derecho. La diferencia entre este segundo modelo de reduccionismo con el iusnaturalismo deontolgico ser menor que con el ontolgico.
En sentido impropio se puede hablar de reduccionismo iusnaturalista
con el trmino derechos morales, propugnando por el pensamiento anglosajn y muy introducido tambin en amplios sectores de Ja cultura jurdica espaola. En este caso, el reduccionismo no se produce porque se pretende denominar derecho en sentido jurdico a una realidad moral, sino
porque se prescinde de esa dimensin jurdica, y se discute, se plantea y se
resuelve el tema en el mbito moral, sin conexiones a estos efectos con el
sistema jurdico, es decir, porque se utiliza derecho en un sentido no jurdico para identificar a los derechos humanos. Lo que identifica a este reduccionismo impropio con el iusnaturalismo moderno es que, en ambos supuestos, existe coincidencia en las consecuencias de esas formulaciones,
como veremos.
A) El reduccionismoiusnaturalistamoderno
Parte de la idea individualista y subjetiva de derechos naturales, que se
consideran derechos en sentido jurdico, y que arrancan de la distincin de la
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FUNDAMENTALES.
TEORA GENERAL
escolstica espaola entre ius dominativum y ius preceptivum. Las caractersticas centrales de este modelo son las siguientes:
1) Se trata de derechos del hombre en el estado de naturaleza y, consiguientemente, previos al Estado y al Derecho positivo.
2) Son producto de la razn, descubribles en la naturaleza humana, tienen un carcter abstracto, afectan al hombre genrico y al ciudadano y parten
de la superioridad del Derecho Natural sobre el positivo.
3) Arrancan, generalmente, de posiciones contractualistas y son el objeto central del pacto social, en virtud del cual los ciudadanos convienen en la
formacin del poder, cuyo objetivo principal ser proteger y garantizar eficazmente esos derechos.
4) Por la posicin que ocupan en el pacto, los derechos fundamentales
se configuran como lmites al poder poltico y, consiguientemente, pretenden
asegurar la no interferencia de los poderes pblicos en el mbito de la autonoma de la voluntad, en la concepcin negativa del Derecho, propia del pensamiento y del Estado liberal.
5) Sus contenidos son principalmente los derechos ms vinculados a la
propia persona, como los referentes a la vida, al pensamiento y a la conciencia, a una participacin poltica limitada y a la seguridad jurdica.
6) Al deducirse de un sistema jurdico natural, previo y superior al
positivo, son universales, inalienables, imprescriptibles, con lo que la evolucin de la sociedad en la historia no es tenida en cuenta en su configuracin.
Adems de los autores clsicos, especialmente Locke y Rousseau, encontramos hoy ejemplos de stos planteamientos en autores como Castberg 3
o Femndez-Galiano en Espaa. Este afirmar que ... Se entender por derechos fundamentales aquellos derechos de los que es titular el hombre, no por
graciosa concesin de las normas positivas; sino con anterioridad e independientemente de ellas y por el mero hecho de ser hombre, de participar de la naturaleza humana ... 4
El principal reproche que se puede hacer a este tipo de reduccionismo
iusnaturalista es que confunde la moralidad, de la que pueden deducirse pretensiones justificadas, con el Derecho, que supone la existencia de un Ordenamiento coactivo y eficaz. Mientras que esos valores, intereses o pretensio' La Philosophle du Droir. Pedone. Pars, 1970, pp. 119 y siguientes.
' Derecho Natural: lntroduccin filosfica al Derecho, ya citada. p. 261.
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nes, no se incorporan al Derecho positivo, no son propiamente derechos fundamentales; son expresin de un espritu sin fuerza.
Al mismo tiempo el isnaturalismo, con la conciencia de que no es necesario incorporar a esos derechos naturales al Derecho positivo, permite a ste
y a los rganos del poder a su travs, actuar sin trabas ni lmites eficaces. Cuando
los derechos son ese espritu sin fuerza, el poder puede seguir siendo una fuerza
sin conciencia. El propio iusnaturalismo racionalista reconocer esa insuficiencia del Estado de Naturaleza y de los derechos naturales. As, Pufendorf
dir que ... la ley natural prohibe, en verdad, las mnimas ofensas y las mnimas injusticias, pero la impresin de esta ley no es, por s misma, suficientemente fuerte para hacer que los hombres puedan vivir bien, con seguridad, en
la independencia del estado de naturaleza ... 5 y Burlamaqui, llegando as ms
lejos, dir que los hombres no han seguido las reglas de la razn ... porque la
vivacidad de sus pasiones debilit la fuerza de la ley natural, y esta ley no fue
un freno suficientemente poderoso y dej al hombre abandonado a s mismo,
debilitado y cegado por las pasiones ... 6 Pero ser ms contundente al decir
que si es verdad que el Estado civil da una nueva fuerza a las leyes Naturales, si es verdad que el establecimiento de un Soberano con la sociedad provee
de una manera ms eficaz a su observancia, habr que concluir que la libertad
de que el hombre goza en este estado es mucho ms perfecta, ms segura, y
ms propia para gozar de su felicidad, que la que disfrutaba en el Estado de
Naturaleza ... 7
Pero si el diagnstico de los propios iusnaturalistas es ste, parece evidente que un hipottico ordenamiento jurdico natural, sede de los derechos
naturales, es poco adecuado para que sean eficaces en la vida social.
Probablemente el segundo reproche que podemos hacer al reduccionismo
iusnaturalista se sita en su falta de capacidad para asumir la historicidad de
los derechos y su gnesis en la realidad social, con Jo que la evolucin, la ampliacin y la especificacin de los mismos, tanto en lo referente a sus titulares
como a sus contenidos, no es posible con los derechos naturales, con un idealismo incapaz de entender Ja realidad. Las propuestas tcnicas, la evolucin de
la ciencia de la moral y la de la cultura, incorporan derechos que eran impensables en otras pocas. Es el caso de la libertad de informacin o la inviolabilidad de las comunicaciones, impensables en el siglo XVIII por falta de con5 Vid. Les Devoirs de l' hnmme et du citoyen, edicin francesa de Jean de Barbeyrac. Nueva impresin
del Centro de Filosofa Poltica y Jurdica de la Universidad de Caen (1984). Tomo 11, Libro II. cap. V, p. 56.
Vid., la edicin de la obra de BURLAMAQUI, prncipes d11 Droit Naturel, tomo l. y Principes d11
0
Droit politiq11e, tomo ll , en Barrillo! et Fils, Ginebra, 1747. La citada es del tomo JI, Cap. lll, p. 10.
7 Principes d11 Drot Politoue, tomo Il, citado, p. 14.
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TEORA GENERAL
diciones tcnicas, o de la objecin de conciencia al servicio militar, por evolucin de la conciencia moral sobre la paz y sus exigencias. Bobbio lo expresar contundentemente.
... El estado de naturaleza era un mera ficcin doctrinal que deba servir
para justificar como derechos inherentes a la misma naturaleza del hombre, y
como tales, inviolables por parte de los mismos titulares de estos derechos, e
imprescriptibles fuere cual fuere la duracin de su violacin o alienacin; reclamaciones de libertad que procedan de los que combatan contra el dogmatismo de las Iglesias y contra el autoritarismo de los Estados. La realidad de la
que nacieron las reclamaciones de estos derechos estaba constituida por aquellas luchas y movimientos respecto de los cuales, si se quiere entender su razn de ser, hay que buscarla no en las hiptesis del estado de naturaleza, sino
en la realidad social del tiempo, en sus contrastes, en los cambios que estos
contrastes provocaban ...
A estos planteamientos los denomina Bobbio como ... exigencia de descender de las hiptesis racionales al anlisis de la sociedad real y de su histo.
na
... 8 .
Veremos la importancia de las sucesivas aportaciones histricas a la formacin del concepto de los derechos y como la reflexin racional sobre su fundamentacin necesita de los materiales histricos, y cmo todo so impugna
el recelo antihistoricista del reduccionismo iusnaturalista.
Finalmente, la presunta naturalidad de los derechos se contesta ella misma
por la pluralidad de interpretaciones contradictorias sobre sus contenidos y su
mbito de extensin. Igual que cuando hablamos de Derecho Natural objetivo
se impugna su racionalidad ante la multiplicidad de normas bsicas de esos ordenamientos estticos, en la terminologa de Kelsen, con los derechos naturales nos encontramos, en los autores influyentes en su formulacin inicial como
derechos naturales, con mltiples contradicciones y con catlogos no coincidentes de esos derechos. Esas verdades evidentes por s mismas no lo son realmente tanto. El ejemplo del derecho de propiedad en los primeros textos y en
las fundamentaciones ticas de los autores del siglo XVIII aparece en algunos
casos como un derecho natural y en otros no. En los textos se puede constatar su presencia en la Declaracin Francesa de 1789, cuyo artculo diez y
siete, lo proclama como un derecho inviolable y sagrado, y el segundo, como
Vid. estos textos en Derecho positfro lle los derechos humanos, citado.
ro Vid. Des Droits et des devoirs des cito)'l'll.\', Edicin crtica de J. L. Leclerce. Librera Marce! Didier,
Pars, 1972.Vid. REBUFFA. O., Fisiocra:ia. Ordino Noturaie, Diriui individuali ... , en Materiali perla storia
11
della cultura Giuridica. 11 Mulino, Bolonia, n." 1, 1971, pp. 213 y siguientes. Vid. asimismo SOLAR!. O., Fi
losofa del diritto Privato. l. Individualismo e Diritto Privato. Giappichelli.Turn, 1959, pp. 88 y siguientes (hay
edicin castellana en Depalma. Buenos Aires, 1946). Una versin espaola de Quesnay y Dupont de Nemours,
en~Escritosfisiocrticos. edicin de J. E. Candela. Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1985. Existe
otra edicin castellana, con presentacinde Renato Treves y traduccin de Oberdan Caletti en De Palma, Bue-
~ Vid. su artculo Diritti dell 'uomo e Societa en Sociologa del Diritto, citada, p. 21. Este trabajo,
junto con otros. se public en italiano. en un libro L'EtiJ dei diritti. Einaudi. Turn, 1990. 2.' ed .. 1992. donde
se aade un trabajo posterior a la l.' ed ( 14 de junio de 1991 ). Hay edicin castellana de Rafael de Ass. con
prlogo de Gregorio Pesces-Barba El Tiempo de los derechos, Sistema. Madrid, 1991. El artculo Derechos
del hombre y sociedad est a partir de la p. 113.
nosAires, 1946.
" Vid. el texto del discurso en su versin original en Oe111Tes Completes. Tomo lII. Gallimard. Pars,
1964, p. 109 y siguientes. La cita traducida por el autor es de la p. 164.
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FUNDAMENTALES.
TEORA GENERAL
como hemos visto, es la mejor vacuna contra el idealismo de los derechos naturales 13
Alguna matizacin frente a este reduccionismo del iusnaturalismo ontolgico se produce con el deontolgico, donde ya no se defiende la existencia
de un sistema de Derecho Natural del que derivan esos derechos naturales, sino
slo de principios suprapositivos y objetivamente vlidos, como sostiene Castberg, 14 o de conjunto de facultades e instituciones que, en cada momento histrico, concretan las exigencias de la dignidad, la libertad y la igualdad humanas, como seala Prez Luo 15 En tanto en cuanto a esos principios
suprapositivos se les siga considerando como jurdicos, las crticas sealadas
mantienen su vigencia. La posicin del Prof. Prez Luo es mucho ms matizada y su insistencia en la importancia de la historia, que corrobora en alguno
de sus trabajos 16, diluye mucho su defensa de la fundamentacin iusnaturalista
y la aproxima a la que sostengo en este libro.
B)
Como veremos en autores como Villey, la reconstruccin del Derecho natural clsico no lleva al reduccionismo iusnaturalista sino a la negacin del concepto mismo de derechos humanos, y eso me parece una postura ms coherente
que la de intentar compaginar esa rehabilitacin del Derecho Natural clsico con
una idea de derechos humanos, al margen de las teoras jurdicas dominantes en
el mundo moderno, empezando por el propio iusnaturalismo racionalista, que se
rechaza, por pretender la construccin de un sistema. Quizs en Espaa la representacin de esa postura la ostenta el Catedrtico de Granada Andrs Ollero 17
D Vid. mi trabajo Los Derechos del hombre en 1978, en Anuario de Filosofa del Derecho. n." VI.
Instituto de Estudios Jurdicos. Madrid, 1989. Ahora en mi libro Derecho y derechosfundarneutalcs,Centro de
Estudios Constitucionales, Madrid, 1993. pp. 21 a 118.
" la Phi/osopilie du Drot. citada. pp. 121 y 127.
1~ Los Derechos Humanos. Signifcacin. Estatuto jurdico J' sistema. obra realizada en colaboracin
con los profesores Cascajo, de Castro Cid y Gmez Torres. Publicaciones de la Universidad de Sevilla, 1979.
pp. 47 y ss.
16 Por ejemplo en su artculo Concepto y concepcin de los derechos humanos. Acotaciones a laponencia de Francisco Lapona. en Doxa, 4. Alicante, 1987, pp. 47 y siguientes.
17 La har a travs de sus trabajos Cmo tomarse los derechos humanos con filosofa
y Para una
Teorajurdica de los derechos humanos, publicados en los nmeros 33 y 35 de la Revista de Estudios Polti
cos. Madrid, mayo-junio y septiembre-octubre 1983. pp. 1O1 a 122 y 103 a 122, respectivamente, y de su contribucin al nmero que el Anuario de Derechos Humanos dedic al profesor Ruiz-Girnnez, que se titul: Prin
cipio de Igualdad y Teora del Derecho. Apuntes sobre la jurisprudenciarelativa al artculo 14 de la Constitucin
(n.? 4. pp. 173 a 198) y en otros trabajos reunidos en su libro Derechos humanos y metodologajurdica. Centro de Estudios Constitucionales. Madrid, 1989.
46
19
20
Harr, Rawls y Nino y en Espaa a E las Daz y a m. llegar a las conclusiones de Andrs Ollero (Ediciones Universidad de Navarra. S.A., Pamplona,
1990).
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TEORA GENERAL
El reduccionismoiusnaturalistaimpropio:
los derechosmorales
'
La modificacin conceptual consiste solo en que no se trata de una nocin jurdica, el dualismo del iusnaturalismo, que contempla dos tipos de De-
'
'
';
22 Vid. Reflexiones
sobre la Revolucin Francesa, en Textos Polticos de Burke, Fondo de Cultural
Econmica, Mxico, 1942, I .'reimpresin, 1984, p. 94. Hay otra versin de esta obra de E. Tierno Galvn. publicada por el Centro de Estudios Constitucionales. Madrid, 1978. En esa misma lnea uno de los estudios de
Burke, O'GOUMAN, dir: Rights to political power were not natural such rights were adquired not through
the contrae! but through experience (i.e. history) and according to circunstances ... Natural rights could only exist
in society; they are not anterior to it. For Edmund Burke, the rights were no legal or personal matrers. but the
residueof experience and time, enshrined in the insttutionalapparatus of sociery... ', Edmund Burke, Ths po
liticalphilosophy, Allen and Urwin. Londres. 1973. pp. 1 16 y 117.
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TEORA GENERAL
(si se me perdona en castellano este uso lingstico). Es la propiedad un derecho moral? Son los derechos econmicos, sociales y culturales derechos
morales? Con qu criterio se incluye y se excluye del club de los derechos
morales? Sigue siendo derecho moral aquel que no pueda en ningn caso jurdificarse, como el derecho a la desobediencia o el derecho de rebelin? La
lectura de los trabajos sobre el tema no dan respuesta suficientemente unitaria. As, parece que cuando Dworkin rechaza un derecho general a la libertad
y prefiere hablar de un derecho bsico a la igual consideracin y respeto, lo
hace entre otras razones para evitar que del derecho a la libertad pueda enganchar como derecho moral el de propiedad 26; mientras que para otros autores, como Nozick, la defensa de la propiedad es central 27 Laporta reclama la
no trivializacin de los derechos ... apelando a ellos sin ton ni son o exten28
diendo los catlogos y las generaciones arbitrariamente ... Y en otra obra aparecida con posterioridad, pero probablemente contempornea de la anterior,
Etica y Derecho en el pensamiento contemporneo, afirmar, perfilando la
idea anterior, lo siguiente:
... Un problema general que se plantea en relacin con esos derechos, si
es que los adornamos de rasgos tan fuertes, es que no parece que pueda afirmarse fcilmente que son tan numerosos y complejos como dan a entender los
catlogos internacionales y constitucionales al uso. Ms bien habra que pensar en dos o tres derechos bsicos a partir de los cuales se derivaran derechos
constitucionales ms especficos, en funcin de los contextos sociales y las circunstancias histricas ... 29.
Estos textos del prof. Laporta son, a mi juicio, claves para entender los
lmites del racionalismo abstracto en este tema, que va por su lado, mientras
que la realidad histrica de los derechos fundamentales va por otro. Se reconoce el hecho y se intenta rectificar, lo que, sin perjuicio del valor que en la
cultura poltica y jurdica ha tenido el pensamiento crtico, en este caso parece
difcil, y probablemente inconveniente. Reelaborar toda una cultura y una prctica para adecuarla a la teora de los derechos morales parece un esfuerzo intil. Quiz el movimiento inverso fuera ms razonable.
ze sta es la tesis de LLOYD en su [mroducton to Jnrispnulence, Stevens, Londres. 1959. (La 5.' edicin, por la que cito. es de 1985. p. 437.) La reflexin de DWORKIN. comentando la teora de Rawls. est en
Los derechos en serio, citada. pp. 270 y siguientes.
" Vid. Anarchy. State and Utopa, Blackwell. Oxford, 1974. Versin castellana. Anarquia, Estado y
Utopia, Trad. R. Tarnayo, Fondo de Cultura Econmica, Mxico. 1988. Una exposicin muy completa en la
obra de VALLESPN,F. Nuevas Teoras del Contrato Social: Lohn Rawls. Roben Nozick y James 811clw11a11,
Alianza, Madrid, 1985.
zs Vid. Sobre el Concepto de derechos humanos, citado. p. 44.
29 En Historia de la tica. Torno III, La tica Contempornea,
Edicin de Victoria Camps. Crtica.
Barcelona. 1989. pp, 221 a 295 (la cita en p. 293).
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CURSO DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
TEORA GENERAL
Por otra parte, ponen de relieve la imposibilidad de abarcar todo el amplio catlogo de derechos humanos o fundamentales, con la denominacin de
derechos morales, si stos se reducen a dos o tres. Si queremos integrar el ocio
de pensar el mundo con la fatiga de construirlo, hay demasiada historia, demasiado esfuerzo intelectual, demasiada lucha y sufrimiento, y demasiadas esperanzas emancipadoras puestas en la idea de derechos fundamentales, tal como
las masivas aportaciones histricas la han ido configurando, para que quepa
en la tesis de los moral rights.
Hemos visto que es una, no la nica, forma de aproximacin y de legitimacin del Derecho, que integra la reflexin tica y la jurdica, con arraigo en
el pensamiento anglosajn en el que influyen, entre otras, razones lingsticas,
pero que no se diferencia en sus funciones y en sus efectos de las doctrinas de
los derechos naturales, y que en ese sentido supone un reduccionismo. Hemos
visto tambin que ha extendido una concepcin restrictiva del nmero de derechos, y que sin duda no incorpora a los derechos econmicos, sociales, y culturales, lo que puede favorecer las tendencias deslegitimadoras del Estado social, que por otra parte tienen poca tradicin, incluso entre los ms progresistas
defensores anglosajones de los derechos morales.
Probablemente, sera ms aceptable situar a los llamados derechos morales, si redujsemos stos a los derechos a la libertad y a la igualdad o, como
yo prefiero decir, a la libertad igualitaria, en el plano de los principios o de los
valores superiores. En ese sentido seran, para quienes acepten esa teora, la
raz o el fundamento de los derechos humanos, ms que un sinnimo de los
mismos. Prefiero la terminologa, que ha incorporado nuestra Constitucin,
valores superiores, o la de principios, y no encuentro razones, casi slo inconvenientes, para importar una terminologa ajena a nuestra cultura jurdica;
pero si queremos dialogar con ella y utilizar sus reflexiones, parece ms plausible mi propuesta de modificar su homologacin con los derechos fundamentales, ms amplios y ms sometidos a la dinmica histrica, hasta los valores superiores o los principios 30
' DWORKIN. R .. en su trabajo Los derechos en serio. ya citado, dir que los principios son proposiciones que describen derechos (p. 158). con lo que excluye la posible categora de los principios de organizacin,
que no estn en la raz de los derechos, sino en la forma de configuracin jurdica de las instituciones y de los poderes. El pnncipio de Ja mayoras, el de la separacin de poderes. estn en este caso. Adems de ser una idea que
restringe a los principios a su relacin con los derechos. es contradictoria con la que aqu proponemos. Por cierto,
que parece necesario llamar la atencin sobre la necesidad de que los estudios que aborden en Espaa a partir de
1978 el tema de la relacin Derecho y moral. deberan reflexionar sobre el estatuto de esa peculiar integracin entre principios y normas que suponen los valores superiores del artculo 1.1. Creo que es una forrna original de
moral legalizada. con grandes consecuencias prcticas para la interpretacin del Derecho y para la accin de
operadores jurdicos. A veces. vivimos en una cultura tan dependiente que nos olvidamos de esa realidad
ner ejemplos de cricket o de ftbol americano. Una posicin similar a la que aqu sostenemos se encuentra en
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LOS MODELOS
2.
REDUCCIONISTAS
EL REDUCCIONlSMO POSITIVISTA
El reduccionismo positivista puede ser terico o prctico. El reduccionismo prctico o impropio no supone una justificacin de la falta de relevancia de la moralidad para fundamentar y para construir el concepto de derechos humanos, sino slo una falta de inters para abordar ese tema y una
dedicacin a aspectos prcticos y tcnicos, de fuentes o de garantas o, como
veremos, una creencia en la imposibilidad de ese fundamento. Se busca la utilidad de los derechos, el servicio que pueden prestar en las sociedades democrticas estatales y en la comunidad internacional para la proteccin de los individuos. Es el tipo de literatura que encontramos en las distintas ramas del
Derecho Pblico y del Derecho Privado cuando tratan el problema de los derechos fundamentales, y tambin en el Derecho Internacional. En el primer
modelo se dan por sentadas las bases tericas, se supone que existe una aceptacin universal, por ejemplo con la Declaracin de la ONU de 1948, 31 y los
temas radicales de justificacin de los derechos no se sitan ya entre los ms
relevantes ni de importancia prioritaria.
De lo que se trata, dir Bobbio, es de ...poner las condiciones para una
ms amplia y escrupulosa realizacin de los derechos proclamados ... y aadir su conocida expresin: ... El problema de fondo relativo a los derechos
del hombre no es, hoy, tanto el de justificarlos como el de protegerlos ... 32
Con este planteamiento, Bobbio se convertir en el terico y justificador de
ese reduccionismo impropio que practican los juristas, y que excluye de sus
obras sobre derechos fundamentales el tratamiento del concepto y del fundamento, pero tambin el de la Historia general de los mismos. Probablemente esto explique que, pese a la importancia que tiene el anlisis diacrnico para entender integralmente la formacin de la idea de los derechos
humanos, no existe hasta ahora en la bibliografa una obra con esa pretensin de construccin de hiptesis histricas generales. Evidentemente, tambin contribuye para alcanzar ese resultado que el reduccionismo iusnaturala obra de SQUELLA,. A., Derecho y Moral. Tenemos obligacin moral de obedecer al Derecho", y especialmente en su captulo VI El problema del concepto y fundamento de los derechos humanos a la luz de la distincin entre derecho y moral, Edeval, Valparaso, 1989.
" Vid., en ese sentido, BOBBIO, N .. que en uno de sus primeros trabajos sobre los derechos humanos,
considera suficiente el consenso producido con la Declaracin Universal. Sull Fondamento dei Diritti dell'Uorno
en.su obra 11 problema della guerra e le vie del/e pace, Bolonia, 11 Mulino, 1979. pp. 119 y ss. Hay edicin castellana:E1 Problema de la guerra y las vias de Paz, traduccin de J. Binaghi, Barcelona, Ed. Gedisa, 1982. Sobre el fundamento de los derechos del hombre, pp. 117 y ss. Este artculo se encuentra recogido tambin en El
Tiempo de los derechos, citado.
" Obra citada, p. 129.
53
TEORA GENERAL
Alf Ross, explicitando en este campo poltico sus posiciones tericas sobre los valores y los ideales de justicia, negar tambin la posibilidad de un conocimiento de los valores de la democracia, entre ellos principalmente la libertad y los derechos humanos:
,.,Me abstendr de todo intento de hacer creer a mis lectores que es posible determinar cientficamente qu sea el bien absoluto, acreedor en cuanto
tal de nuestro amor y fidelidad. Si una persona repudia la democracia, la
libertad o la paz, soy incapaz de probarle lgicamente que incurre en un
error y que estoy en lo cierto.. 35.
Estas posiciones, que podramos situar entre el no cognoscitivismo tico,
que arranca de Hobbes, de Hume o de Max Weber, conducen al reduccionismo
positivista, al negar la posibilidad de una fundamentacin; aunque para autores como E, Pattaro, lleva a la nica fundamentacin posible de los derechos
humanos, que es una tica liberal y pluralista 36 y que evita el dogmatismo,
En todo caso, este punto de vista tiene como consecuencia centrar el tratamiento de los derechos humanos en sus dimensiones prcticas y, consiguientemente, dota a este reduccionismo impropio de una dignidad intelectual
que carece cuando se trata de que los juristas describan el comportamiento de
los ordenamientos en este supuesto.
Podemos hablar de reduccionismo positivista terico o propio cuando se
sostiene que los derechos slo existen por su creacin en el Derecho positivo,
y es el opuesto del iusnaturalista, O no se toman en consideracin, o no se valoran las dimensiones ticas previas que sirven para formar la misma idea de
derechos humanos. Estos son slo expresin del soberano, de la voluntad general, y reflejan en nuestro campo la filosofa general del positivismo ideolgico. Quiz, el modelo terico ms prximo a este reduccionismo sea el que
representa Juan Jacobo Rousseau, al hacer depender la existencia de los dere-
_\_. Vid. Qu es jnsrica ', edicin castellana de Albert Calsnmiglia. A riel. Barcelona.
1982.
segunda
55
54
Este planteamiento revaloriza el papel del Derecho positivo, en el mbito de los derechos humanos, lo que en si es razonable, si no excluye la dimensin tica previa que se manifiesta en pretensiones morales justificadas
con la vocacin de convertirse en Derecho positivo.
... Sin sancin natural las leyes de la justicia son vanas entre los hombres,
slo hacen el bien al malvado y el mal al justo cuando ste los cumple con
todos sin que nadie las cumpla en relacin con l. Hacen falta las convenciones y las leyes para vincular los derechos con los deberes y reconducir
la justicia a su objeto. En el Estado de naturaleza, donde todo es comn,
no debo nada a los que nada he prometido, slo reconozco como perteneciente a los dems lo que me es intil. No es as en el Estado civil, donde
todos los derechos estn fijados por la Ley ... 38.
Parece que ser en el Estado civil donde se crearon los derechos por la
ley. El trmino usado fijar es ambiguo, pero da ms sensacin de que estamos ante una realidad ex-novo.
Personalmente, he interpretado siempre el planteamiento de Rousseau
como compatible con una teora dualista o integral de los derechos; es decir,
no cerrada a la moralidad previa, aunque no se debe olvidar que teoras como
la de Talmon, sobre los orgenes del socialismo totalitario 39, se inclinan por el
planteamiento inicial que hacamos. En todo caso la ruptura con una moralidad previa vaca a los derechos de cualquier referente moral y los convierte en
meros instrumentos del poder, con lo que este reduccionismo racionalista supone en realidad la desaparicin de los derechos fundamentales y en ese sentido son ms bien una negacin de los derechos, que una reduccin. Es una
forma de positivismo ideolgico.
" Vid. 011 contrat social. libro VI. captulo 11. En la edicin N. R. F.. Ocuvres Completes. tomo 111. Pars. 1966. aparece el texto en p. 440. Hay traduccin al castellano de M. J. Villaverde. Tecnos. Madrid. 1988.
x Du contras social. edicin citada. libro II. captulo VI. p. 378.
w Vid. The origins ofTotaliturian Democracy, Londres. Secker and Warburg. 1952. En contra. DUMONT, L .. afirma que ... los aspectos totalitarios de los movimientos democrticos no derivan de la Teora de
Rousseau ... (Ensayos sobre el individualrnsrno, edicin castellana de R. Tusn. Madrid. Alianza Editorial.
1987, p. 99. El original francs se titula Essais surl' indivdualisntc, Une perspcctive onthropoiogiquc surl' ide
56
3.
REFLEXIONES
El reduccionismo iusnaturalista permite mantener una idea de Jos derechos humanos, aunque nos parezca equivocada; el positivista terico o propio
supone su destruccin. El primero conduce, en posiciones extremas, al anarquismo, que es una forma excesiva del liberalismo individualista, y que Bentham reprueba con su famoso texto sobre los fanticos armados de un Derecho natural que cada uno entiende a su modo 40 El segundo, conduce al
totalitarismo si el soberano puede fijar libremente los derechos, que es como
decir lo que es justo o injusto. El reduccionismo positivista prctico o impropio vaca de contenido, no le interesa o rechaza, la posibilidad de conocer el
fundamento de los derechos, y tampoco se ocupa del concepto terico que va
ligado al fundamento. Es un empirismo que pierde de vista la razn de ser de
esas tcnicas que pragmticamente usa o, como mucho, concluye aceptando
la posibilidad de plurales fundamentaciones. Su mal menor es un relativismo
liberal que, al no creer, encuentra dificultades para justificar algunos derechos
que necesitan una concepcin igualitaria. Como mucho, de l pueden conectarse los derechos como no interferencia que garantizan la libre accin de la
autonoma de la voluntad, aunque no garantiza poder llegar a esa autonoma
cuando se carece de ella, por necesidades bsicas sin satisfacer.
Si fuera forzoso elegir entre los tres reduccionismos por sus consecuencias, en un juego al que son aficionados los tericos anglosajones, entre el anarquismo, el totalitarismo y el relativismo, los derechos humanos slo tienen alguna baza en la tercera de las opciones. Sera, de todas formas, una baza mutilada,
incompleta, de las tradiciones no liberales que han contribuido a la formacin
de la idea de derechos fundamentales, como la democrtica y la socialista.
El modelo integral de derechos humanos, que rechaza los reduccionismos, supone aceptar una moralidad de la libertad y de la igualdad que se va
formando en la historia del mundo moderno, con aportaciones liberales, democrticas y socialistas, que se pueden ordenar en un modelo racional, aunque partiendo de su ineludible dimensin histrica. Supone aceptar que la eficacia social de esas pretensiones morales necesita de su incorporacin al Derecho
positivo. Supone igualmente, que la relacin entre moralidad y Derecho positivo necesita de la mediacin de un poder poltico que asuma esos valores ticos como valores polticos, y los incorpore a su Ordenamiento como valores
del Derecho. Quiz nada mejor que este proceso permita entender la relacin
"' Vid. Tratados de legislacin civil y penal, Editora Nacional. Madrid. 1981. pp. 94 y 95.
57
CAPTULO III
LAS CRTICAS
Y LAS NEGACIONES DEL CONCEPTO
l
i
59
CURSO
DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
TEORA
utiliza determinados contenidos como instrumento para erosionar o para destruir el sistema de los derechos fundamentales. Son los derechos utilizados
como ariete contra los derechos, y debemos considerar a esta tesis como una
forma del destructivismo jurdico que se centra en tomo a la idea de libertad
de conciencia, no por supuesto en todos los casos, sino cuando sirve como vehculo de desmantelamiento de los derechos fundamentales, que se siguen considerando como expresin del Derecho burgus. En ese sentido es una negacin total.
Las impugnaciones frontales, que hemos llamado negaciones totales del
concepto, se pueden agrupar en varios modelos, que en la realidad a veces no
estn totalmente separados, sino que tienen dimensiones secantes. En ese sentido estudiaremos varias aproximaciones crticas a los derechos fundamentales: La crtica antimodema, la crtica historicista prctica, la crtica integrista
y providencialista especialmente catlica, la crtica positivista, la crtica del
romanticismo, Ja del stalinismo y la del fascismo.
Como siempre que en las ciencias sociales se construyen modelos, lo que
resulta esclarecedor para entender un problema, es inevitable un cierto esquematismo, a pesar del cual, y de las desviaciones sobre la realidad, mucho ms
dinmica y compleja, en este caso, como casi siempre, el balance es positivo
y las conclusiones vlidas, si partimos de un ndice de error posible y de la
asuncin de las consecuencias del esquematismo.
l.
LAS NEGACIONES
GENERAL
PARCIALES
A)
' Sobre las funciones del Derecho en el Estado liberal. vid. BOBBIO.M .. Dalla struttura allafim:ione.
Ed. Di Comunit. Miln. 1977. Algunos de sus trabajos estn recogidos en la edicin castellana. Contrihucin
a la teora del Derecho. de A. Ruiz Miguel. l. edicin. Femando Tones. Valencia. 1980. 2.'1 edicin. Debate.
Madrid. 1990.
61
60
sufragio censitario, que se utiliz muy profusamente en el siglo XIX por las
posiciones contrarias al sufragio universal masculino. El voto femenino ni siquiera le caba en la cabeza.
.'..Aquel que tiene derecho a voto en esta legislacin se llama ciudadano
( citoyen, esto es, ciudadano del Estado, no ciudadano de la ciudad, bourgeois ). La nica cualidad exigida para ello, aparte de la cualidad natural
(no ser nio, ni mujer), es sta: que uno sea su propio seor (sui iuris) y
por tanto, que tenga alguna propiedad (incluyendo en este concepto toda
habilidad, oficio, arte o ciencia) que le mantenga; es decir, que en los casos en que haya de ganarse la vida gracias a otros, lo haga slo por cuenta
de lo que es suyo, no por consentir que otros utilicen sus fuerzas; en consecuencia, se exige que no est al servicio, en el sentido estricto de la palabra, de nadie ms que de la comunidad ... 5.
La clase trabajadora, que ir apareciendo progresivamente en el siglo XIX,
no tena lugar en la ciudadana que Kant dibuja.
En la misma obra dir, que todos son iguales entre s ...porque ninguno
puede coaccionar a otro, sino por medio de la ley pblica; es una sntesis de
la igualdad formal como generalizacin y como igualdad de procedimiento,
pero es una puerta cerrada a la igualdad material. La igualdad material slo
conduce, a mi juicio, a la igualdad como punto de llegada, pero no como punto
de partida, lo cual chocar frontalmente con la aportacin socialista a los derechos humanos. Por so dir Kant que la igualdad que defiende es compatible ... con la mxima desigualdad, cuantitativa o de grado, en sus posesiones,
ya se trate de una superioridad corporal o espiritual sobre otros, o de riquezas
externas, o de derechos en general (de los que puede haber muchos) con respecto a otros ... 6.
No se trata aqu de hacer una historia del reduccionismo liberal, pero s
de sealar ejemplos de ese modelo en el siglo XIX y en la actualidad, porque,
como indicbamos al principio, estamos ante el nico reduccionismo de contenido de los derechos o. lo que es lo mismo. ele la nica negacin parcial que
sigue viva. S debernos consignar que un determinado tipo de liberalismo, conservador, excluyente, a la defensiva, expresin de lo" intereses de una burguesa
que no quera compartir el poder con la mayora de los ciudadanos, ni otorgar
unas condiciones mnimas de igualdad a la clase trabajadora, construy un pensamiento que descartaba a los derechos humanos que generalizasen la participacin, o fijasen prestaciones a satisfacer por los poderes pblicos en orden a
5 Vid. edicin castellana con estudio preliminar de Rodrguez-Aramayo.
nos, Madrid, 1986. El texto est en la pp. 34 y 35.
' Obra citada. p. 29.
62
63
CURSOS DE DERECHOS FUNDAMENTALES.
TEORTA GENERAi
Vid. De la Democracia en Francia. versin castellana del profesor Negro Pavn. Centro de Estudios
'
11
65
64
TEORA GENERAL
asociacin, sino el esfuerzo por construir la igualdad material con la satisfaccin de las necesidades bsicas. Integrada la aportacin socialista a los derechos fundamentales o, dicho en la terminologa de Hayek, la imposibilidad de
la justicia distributiva.
En Hayek encontramos este punto de vista tanto en Los fundamentos de
la libertad, como en otra obra posterior, Derecho, legislacin y libertad, aunque el tema se inicia con su primera obra en este campo, Camino de Servi
dumbre, que es de 1940.
La filosofa reduccionista se basa en una idea que se expresa muy explcitamente en un texto de Los Fundamentos de la libertad:
... Las restricciones que el ingenio de la ley impone a quienes ejercen autoridad excluyen, por tanto, cualquier medida tendente a asegurar que las
gentes sean recompensadas de acuerdo con el concepto que otro tenga del
mrito, en vez de premiarles con arreglo al valor que asignen a los servicios prestados el resto de Jos conciudadanos; o, lo que es lo mismo, el Estado de Derecho hace, en realidad, imposible alcanzar la justicia distributiva en tanto que opuesta a la conmutativa ... 12
Esta idea se afirma con reiteracin a lo largo de toda la segunda obra que
hemos mencionado, Derecho, legislacin y libertad, especialmente en su volum~h 2.9, que titula significativamente El espejismo de !ajusticia social. Ser
tajante: ... Mientras que la igualdad de derechos bajo un gobierno limitado es
ciertamente posible, siendo la misma indispensable a la libertad individual, la
pretensin de una igualdad en las condiciones materiales slo puede lograrse a
travs de un gobierno que disponga de poderes totalitarios, y aadir en nota
una concrecin merecedora de mayor relevancia: ...si en algo han coincidido
cuantos han estudiado seriamente el ideal de la igualdad, es en que la igualdad
material y la libertad son entre s incompatibles ... 13. Finalmente, en un apndice a ese tema que titula Justicia y derechos individuales, plantear frontalmente el tema: ... los viejos derechos civiles y los nuevos derechos sociales y
econmicos no pueden simultneamente prevalecer, por ser de hecho incompatibles. No cabe imponer legalmente los nuevos derechos sin conculcar al
mismo tiempo ese orden liberal que los viejos derechos civiles propician ... 14
" Los Fundamentosde la libertad. edicin castellana. Unin Editorial. Madrid. 1975 (4.' edicin. 1982,
pp. 318 y 319). Original ingls The Constitution of l.ibertv, University of Chicago Press. Chicago. 1959.
13 Derecho. legisluci(my lbcnad. Madrid. Unin Editorial. 1979. tomo Il, p. 145 y nota 30 de la misma pgina (la edicin inglesa en Londres de TI1e Uuiversity of Chicago Press y de Routledge and Kegan Paul. es de 1976).
" Obra citada. p. 176. En la misma lnea M. y R. FRIEDMAN. en Libertad de elegir: Hacia 1111
nuel'O liberalismo economico, Trad. de C. Rocha, 4 . ..-:i ed. Barcelona. Grijalbo, 1987. En ella todo el propsito y
el anlisis y los temas elegidos estn en esa misma lnea. Baste una muestra: La igualdad de resultados estn
en contradiccin con la libertad. El intento de fomentar esto fue el origen principal de un Estado cada vez
poderoso y de restricciones a nuestra libertad impuestas por l. .. (p. 186).
66
Aunque de forma menos beligerante, vendr a coincidir de alguna manera con esta negacin parcial lsaiah Berln, al distinguir entre libertad positiva y negativa y sostener que ambas ... no son la misma cosa cualquiera que
sea el terreno comn que tengan y sea cual sea la que se preste a ser deformada
de manera ms grave. Ambas son fines en s mismas. Estos fines pueden chocar de manera irreconciliable ... 15 Aunque es una distincin muy aceptada y
usada, tengo la impresin de que favorece una interpretacin que cierre a los
derechos econmicos, sociales y culturales su consideracin de derechos fundamentales. En Berln parece claro, y esa razn me parece de peso para ponerla en entredicho.
67
CURSO DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
CIOn ...
17
acadmica ( 1 a 26 de julio de 1974. Resumen de los cursos. Textos multicopiados. IV, 3). Para un planteamiento
ms general. vid. SYPNOWICH. C .. The Concept ofSocialist l.aw, Clarendon Press, Oxford, 1990.
68
TEORiA GENERAL
En la prctica, hoy, la ideologa de limitacin de los derechos a los econmicos, sociales y culturales, en los pases del Este, slo se defiende en los
ltimos ghettos de la ideologa comunista que sobreviven e incluso podemos encontramos, por esas ironas de la historia, que ese descrdito potencie,
tambin all, el reduccionismo liberal y, consiguientemente, una desconsideracin de los derechos econmicos, sociales y culturales.
2.
Con las denominaciones de contrarrevolucionarios a antiiluministas abarcamos a los primeros impugnadores de los derechos humanos, que proceden
69
CURSO DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
de sectores conservadores, integristas, historicistas extremos, aunque como veremos, existen importantes diferencias entre Burke, que acepta un sistema constitucional y parlamentario como el ingls, y Bonald o De Maistre, que se podran situar ms bien en posiciones antimodemas y ms tradicionalistas, o los
romnticos alemanes con una posicin peculiar.
A)
citada.
70
TEORA GENERAL
extienda esas crticas a los derechos en la Revolucin americana, que en muchos casos, como la Declaracin de Independencia (4 de julio de 1776), se
plantean con el mismo tenor abstracto que los textos franceses. No es, pues, el
propio concepto de derechos humanos el motivo, al menos principal, de su rechazo, sino el perfil de la Revolucin Francesa y sus signos distintivos de la
americana 23
En una obra especfica dedicada a estos autores crticos y negadores de
los derechos, Bertrand Binoche 24 situar a Burke entre las crticas tradicionalistas, lo que se puede aceptar si se desprende ese trmino de todas las adherencias que tiene en nuestro pas. Me parece ms claro hablar de crtica histrico pragmtica, significando el caso ingls como modelo de comparacin. El
reproche principal que hizo a la Revolucin Francesa de 1789 es su abstraccin y su abandono de las tradiciones jurdicas que ya haba tenido en Francia
algunos defensores. Por eso, el debate sobre los derechos humanos en Burke
se plantea desde dos ejes principales como razones para rechazar el concepto:
Un primer reproche de carcter negativo es que no han respetado el viejo y
buen derecho de los franceses anclado en la historia, ni la Constitucin tradicional; y un segundo, de carcter positivo, que ese ideal abstracto ni sirve para
la prctica, ni es eficaz.
a)
En la misma Francia, en autores como Fenelon, Boulainvilliers o Montesquieu, e incluso en los propios debates de la Declaracin de 1789, en las intervenciones de Mounier, Lally Tollendal y Delandine 25, se encuentra el tipo
de planteamiento que hace Burke. La ruptura total fu un exceso, y se pudo
construir segn Burke Ja proteccin de la libertad individual utilizando el viejo
Derecho tradicional francs, que en la terminologa de Bodino y tambin de
los monarcmacos sern las Leyes Fundamentales. Los franceses que estaban
en esa posicin la explicaban por el nacionalismo y el deseo continuador de
las viejas instituciones de la Monarqua francesa. Para Burke, era su lealtad al
modelo ingls de derechos humanos, y su talante conservador y pragmtico lo
que justifica el uso de este argumento.
:u Incluso pronunci en la Cmara de los Comunes un discurso sobre la Cocilacin con Amrica el 22
de mayo de 1775, donde no adopta un tono condenatorio, sino ms bien propugna una solucin conciliatoria
para defender la paz.
24 Critiques des droits dc I' homme, Pars, Presses Universitaires
de France. 1989.
" Vid. mi trabajo Los derechos del Hombre en 1789. Reflexiones en el segundo centenario de la Declaracin Francesa, citado, pp. 57 a 128. Tambin en Derecho y dererhosfundamentules, citado. p. 21 y ss.
71
LA CRTICA DE LA RAZN
El primer alegato de Burke es la otra cara de este segundo que aborda directamente el concepto de derechos del hombre de la Ilustracin para rechazarlos globalmente. No es posible fundar unos derechos en un modelo abstracto.
En definitiva, rechaza la misma idea de los derechos como derechos naturales:
... El Gobierno no se crea en virtud de derechos naturales que pueden existir y existen, totalmente independientes de l y con mucha mayor
claridad y un grado mucho mayor de perfeccin abstracta; pero su perfeccin abstracta es un defecto prctico ... Como las libertades y las restricciones varan con los tiempos y las circunstancias y admiten infinitas modificaciones, no pueden establecerse mediante una regla abstracta; y no hay
nada tan estpido como discutirlas basndose en ese principio ... 29
'.! Reflexionessobre la Revotucinfrancesa. en la edicin mexicana Textos Polticos de Edmund Burke,
citada, p. 70.
" Obra citada en nota anterior, p. 70.
za Obra citada, p. 71.
'" Obra citada, p. 93.
72
TEORA GENERAL
DEL CONCEPTO
73
TEORA GENERAL
hacia la comprensin. Han pervertido en s mismos y en quienes les escuchan todas las simpatas nobles del pecho humano ... 3~.
B)
La negacin antimoderna
Prefiero utilizar esta terminologa para identificar a esta negacin, porque me parece ms certera que la de Binoche en su libro Critiques des droits
del 'homme, que emplea el trmino providencialismo para referirse al pensamiento de De Maistre. Adems, antimoderno abarca un ms amplio catlogo de posiciones vinculadas por el comn rechazo del mundo surgido a partir del trnsito a la modernidad, y no slo de la Ilustracin.
Si los derechos fundamentales son un concepto histrico propio del mundo
moderno, el rechazo de las bases sobre las que se orienta la modernidad, produce el rechazo de las doctrinas referentes a. esos derechos. Es un buen punto
de vista para integrar y agrupar a diversas posiciones.
Por esa razn, hemos distinguido claramente a Burke, y no slo por sus
orgenes lockianos sino porque su adhesin al constitucionalismo ingls que
tiene una evolucin que parte de lo medieval pero llega a lo moderno, es lo
opuesto a lo que suponen las tesis que vamos a agrupar aqu.
Incluimos entre las negaciones antimodernas a De Bonald y De Maistre,
los autores contrarrevolucionarios y providencialistas, como dice Binoche, al
realismo clsico en la posicin negadora de M. Villey, y a la tesis con gran importancia en la cultura jurdica y poltica de la Iglesia Catlica, tanto a travs
de sus documentos oficiales como de posiciones de autores neoescolsticos,
tradicionalistas integristas etc., que expresan individualmente rasgos de esa
doctrina oficial y que incluso llegan ms lejos.
Tambin, como modelo ms actual, se debe resear el aristotelismo de
Maclntyre con su obra Tras la virtud.
1
a)
AUTORES
ANTIMODERNOS
Y PROVIDENCIALISTAS
J.'
74
La idea de igualdad como generalidad, es decir, como igualdad de destinatarios de las normas, propia del pensamiento liberal, es, como se ve, ajena
al pensamiento de De Maistre. Seguimos en la visin antimoderna, corporativa y medieval.
El rechazo del concepto del hombre como destinatario abstracto de los derechos
Se niega tambin la premisa necesaria para el concepto de derechos fundamentales, es decir, la existencia de normas abstractas con destinatarios genricos.
... No existe el hombre en el mundo, he visto en mi vida franceses, italianos, rusos, etc, y s incluso gracias a Montesquieu que se
puede ser persa, pero en cuanto al hombre, declaro no haberlo encontrado jams ... 37.
J4 Ese panorama general de su pensamiento se desprende de sus obras Les Soires de Saint Petersbourg,
ya citada, y Consideraionssur la France, Tulard, Garnier, Pars, 1980.
35 La contrailustracin, en Contra la Corriente, citada, p. 84.
" Cita tomada de BINOCHE, B., en su obra Critiques des droits de l' homme, citada, p. 40.
n Cita tomada de BINOCHE, B., p. 44.
75
~ ?
76
en el caso concreto, frente a la idea del Derecho como ley, propia del mundo
moderno. Propugnar la vuelta a las fuentes clsicas, y a la idea de justicia
como fin del Derecho. Aristteles y Santo Toms sern a su juicio los autores
clave para la comprensin del fenmeno jurdico. El Derecho es To dikaion,
es decir, una proporcin, igualdad o armona en el reparto de los bienes. De
ah, mi denominacin de su doctrina como realismo clsico. Estamos evidentemente ante una concepcin prernoderna, tpica y no sistemtica, y que no
considera aspectos como el poder soberano, cuya limitacin es precisamente
el motivo inicial de los derechos humanos. La vinculacin de los derechos con
el movimiento constitucional y con las doctrinas pactistas es una realidad de
la cultura jurdica moderna que no encaja con el punto de vista del profesor de
Pars. La negacin de los derechos humanos es una consecuencia inevitable de
esos presupuestos generales.
El artculo IV de su Tomo 1 de la Philosophie du Droit se denominar
Critique des droits de l'homme.
Juzgar Villey el hecho de que la mayor parte de nuestros contemporneos estn, con todo su ser, comprometidos en la religin de los derechos del
hombre ... y llegar a la conclusin que esos pretendidos derechos, sea cual
sea el contenido que se les otorgue, aparecen como irrealizables ... 42
Los derechos son a sus ojos vagos, extensos e irreconciliables entre s y
la superabundancia sirve sobre todo para mantener una ola de reivindicaciones imposibles de asumir, que cuando se recae en lo real, dejan a las gentes
amargadas y decepcionadas ... 43
Junto a ese primer reproche, que le lleva a la conclusin de que son
irrealizables, Villey sostiene su imposible inclusin en la idea de Derecho, y
aunque en ese momento no lo deja claro, es evidente, que se refiere a su idea
de Derecho, en lo cual tendra razn, pero no a la idea de Derecho preponderante en la cultura jurdica moderna, que es precisamente la de los derechos humanos.
.. .Inmensamente ambiciosos pero
43
77
1t
Tl..:.URA GENERAL
Me parece que hace un razonamiento con fallas lgicas serias puesto que
critica desde una perspectiva, la del To dikaion, una realidad surgida en otra
cultura distinta. Desde su punto de vista puede tener razn, pero su punto de
vista no es ya el que explica el Derecho en la cultura jurdica moderna.
En definitiva, Villey aplica, en su rechazo frontal al concepto de derechos humanos, su criterio general referido al Derecho de que la cultura jurdica moderna ha sido incapaz de engendrar una teora de los fines del Derecho
y, consiguientemente, que sigue vivo el modelo clsico del ius.
... En conclusin, el pensamiento jurdico moderno fu impotente para en- ;
gendrar una filosofa aceptable de la finalidad del Derecho. Ms vale, como
jurista, renunciar a perseguir esos objetivos: la maximacin benthamita de
los "placeres de todos", o el milagro de los "derechos del hombre" y de
esos "derechos subjetivos" forjados por el individualismo moderno sobre
la nocin abstracta del hombre ... 45.
78
e)
EL PENSAMIENTOCATLICO Y
EL PENSAMIENTOPONTIFICIO
El ltimo punto de vista relevante de la negacin de los derechos humanos es el que ha sostenido la Iglesia Catlica oficialmente hasta hace cincuenta
aos, y en su entorno, el de autores catlicos coincidentes con esas tesis premodemas. Ciertamente que encontramos en el seno del pensamiento catlico
otras plurales direcciones ms acordes con la filosofa de los derechos humanos, aunque nunca en el origen de los mismos, sino aceptando y asumiendo a
posteriori lo creado por otros. Sin perjuicio del componente genrico cristiano
y de la influencia evanglica en el humanismo -muchas veces marginado o
perseguido por sectores oficiales de la Iglesia, que est en la base de la filosofa de los derechos fundamentales-, el pensamiento oficial y el mayoritario
de la Iglesia Catlica en los pases influyentes de Europa ha tenido posiciones
muy negativas en nuestro tema. No hay que hacer, como veremos, ningn esfuerzo para incluirla en este apartado, al menos hasta 1941.
Los textos principales del pensamiento pontificio donde la Iglesia se alinea con el pensamiento contrarrevolucionario y en defensa del orden surgido en
el Congreso de Viena son las Encclicas: Mirari Vos de 15 de Agosto de 1832;
Quanta Cura de 8 de Diciembre de 1864; Quod Apostolici Muneris, de 28
de Diciembre de 1878; Diuturnum, de 29 de Junio de 1881; Humanum Genus, de 20 de Abril de 1884; Inmortale Dei, de 1 de Noviembre de 1885; y
Libertas, de 20 de Junio de 1888. Todava un siglo despus de las grandes Declaraciones Americanas y Francesas de finales del siglo XVIII, se ve una doctrina estable y consolidada de rechazo de la filosofa poltica liberal, y tambin
socialista, y de la organizacin poltica, el Estado de Derecho, surgido de ese
pensamiento, en cuyo seno se enmarcan Jos derechos fundamentales.
Ese ncleo de pensamiento oficial generar e impulsar y, a su vez, se
sentir apoyado 'por el pensamiento catlico mayoritario, neotomista en el mejor de los casos, integrista, o favorecedor del totalitarismo como en el caso de
la Accin Francesa de Maurras, o de los sectores catlicos que apoyaron al fascismo en Italia, al nazismo en Alemania o al franquismo en Espaa. Una caracterstica comn del pensamiento oficial de la Iglesia, y del pensamiento de
esos catlicos ser la negacin de los derechos fundamentales.
No se debe olvidar tampoco que la aparicin de los textos pontificios sealados obedece tambin a la necesidad de impedir el progreso de un catolicismo
liberal incipiente en Blgica, en Alemania, en Italia y, sobre todo, en Francia 47
-17 Vid., sobre ese tema le liberalisme cuthotioue, presentado por M. Prelot y F. GallouedecGenuys.
Colin, Pars, 1969.
79
,,j
Estos textos condenan lo que llaman los errores modernos, especialmente liberalismo y ms secundariamente socialismo, critican la base del moderno Constitucionalismo (contractualismo, soberana popular, principio de las
mayoras), la idea de libertad y de derechos humanos, y la de algunos derechos
humanos en particular.
Es en parte consecuencia de las posiciones de los catlicos liberales franceses, Lamennais, Lacordaire
y Montalcrnbert, y de la existencia de un diario catlico. L 'Avenir, que era portavoz de esas posiciones.
Como signo evidente de la relacin causa-efecto entre la posicin de los catlicos liberales y la apari-
cin de la encclica es la carta del Decano del Sacro Colegio. el Cardenal Pacca a Lamennais, donde le enva
personalmente la Encclica. y acepta que la misma es efecto de planteamientos de L 'Avenir, especialmente su
defensa de las doctrinas sobre libertad civil y poltica, sobre libertad de cultos y de prensa y sobre el llama
miento a la unin de los liberales (Carta reproducida por F. Lamennais en Affaires de Rome, tomo Xll, pp.
130-132, Pars, 1836-37). La Encclica Mirar! Vos, como todos los dems textos que citamos, se pueden encontrar en Colcccin de Encclicas y Documentos Pontificios, publicados por Accin Catlica, 6.il ed.
I, Madrid, 1962.
re Estos textos estn situados en las pp. 3 y siguientes de la obra Coleccin de Encclicas y Documen
tos Pontificios. citada.
: .n Los textos de esta Encclica se encuentran en las pp. 12 y siguientes de la obra citada en nota 48_.
80
con el nombre de filsofos ... y que ... atribuyeron al hombre cierta desenfrenada libertad ... Como se ve, el adversario es el filsofo y los derechos, que
generarn, ...un Derecho nuevo contra la Ley Natural y Divina ... . Aunque
luego se concretar, este ncleo doctrinal antimodemo, antiliberal y antisocialista es la base para el rechazo de los derechos fundamentales, que son hijos de todo lo que se niega y rechaza por el Papa Len XIII.
Para completar el dignstico de esa mentalidad hay un texto que no necesita comentario:
... As como los secuaces del socialismo se reclutan principalmente entre
Jos proletarios y los obreros, los cuales, cobrando horror al trabajo se dejan fcilmente arrastrar por el cebo de Ja esperanza y de las promesas de
los bienes ajenos, as es oportuno favorecer las asociaciones de artesanos
y obreros que colocados bajo la tutela de la Religin, se habiten a con
81
d
CURSO DE DERECHOS FUNDAMENTALES.TEORA GENERAL
"i'
El texto de esta Encclica se puede encontrar en Doctrina Pontificia /l. Documentos polticos, BAC,
Madrid. 1958. y el texto est situado en p. 38.
82
Por supuesto que el rechazo de la soberana popular ser el corolario inmediato del rechazo del Constitucionalismo, que se atribuye en la Humanum
Genus a un error naturalista 54 Este error consiste en afirmar que .. .los hombres todos tienen iguales derechos y son de igual condicin en todo; que todos
son libres por naturaleza, que ninguno tiene derecho para mandar a otro, y el
pretender que los hombres obedezcan a cualquier autoridad que no venga de
ellos mismos es propiamente hacerla violencia. Todo est, pues, en manos del
pueblo libre: la autoridad existe por mandato o concesin del pueblo; tanto que,
mudada la voluntad popular, es lcito destronar a los principios aun por la fuerza ...
Esta doctrina errnea que describe Len XIII se atribuye a los masones,
a los que est dedicada la encclica. Aparece as esa corriente identificadora
entre liberalismo y masonera que tanto juego di al pobre sustento ideolgico
del rgimen franquista.
El rechazo de la soberana popular se vincula al reproche que se hace a
sta de que hace olvidar los deberes de los Estados para con Dios, y que favorece la libertad de cultos, de pensamiento y de imprenta que, como veremos,
la Iglesia considera nefastas. En la Inmortale Dei de nuevo Len XIII ser muy
preciso: El Estado no es sino la muchedumbre, seora y gobernadora de s
misma y como se dice que el pueblo mismo es la nica fuente de todos los derechos y de toda autoridad, se sigue que el Estado no se ver obligado hacia
Dios por ninguna clase de deber ... La postura de la Iglesia contra el principio
de soberana popular se explayar a continuacin: ... Facilmente se ve a qu
deplorable situacin quedar reducida la Iglesia si se establecen por la sociedad civil estos fundamentos que hoy tanto se ensalzan ... ,
Finalmente, en este repaso a Jos principios de organizacin del constitucionalismo, se rechaza tambin el derecho de sufragio y el principio de las mayoras, en la lnmortali Dei, como adversarios de Ja autoridad de los prncipes:
... En la esfera poltica y civil las leyes se enderezan al bien comn debiendo ser dictadas, no por el voto apasionado de las muchedumbres, f
ciles .de seducir y arrastar, sino por la verdad y Ja justicia; la majestad de
los prncipes reviste cierto carcter sagrado y casi divino y est refrenada
para que su doctrina de la justicia ni se exceda en su mandar ... ,
83
CURSO
DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
TEORA
GENERAL
son incompatibles.
conciencia.
... De esa cenagosa fuente del indeferentismo mana aquella absurda y errnea sentencia, o mejor dicho locura, que afirma y defiende a toda costa y
para todos, la libertad de conciencia. Este pestilente error se abre paso, escudado en la inmoderada libertad de opiniones que, para ruina de la sociedad religiosa y de Ja civil, se extiende cada da ms por todas partes,
llegando la impudicia de algunos a asegurar que de ella se obtiene provecho para la causa de la religin ... ,
Esta impugnacin de los derechos humanos se plantea en clave de catastrofismo, de pesimismo antropocntrico, de dogmatismo y de intolerancia.
La libertad de cultos ser identificada en la Libertas, como contraria a la
virtud de la religin. Consiste en que en el arbitrio de cada uno est profesar la religin que ms le acomode, o no profesar ninguna, y la rechazan porque con ella al hombre ... se le da facultad para pervertir o abandonar impunemente una obligacin santsima y tomarse, por tanto, al mal, volviendo Ja
espalda al bien sumo e inmutable ... .
Eso supone defender la confesionalidad del Estado puesto que debe profesar una religin ... ha de profesar la nica verdadera, la cual sin dificultad
85
84
l'l:.OKIA Ut::Nt::KAL
DEL CONCEPTO
Sobre la obra de Maritain. vid. mi libro Persona. Sociedad. Estado: el pensamiento social y poltico
Vid. la obra de este autor Los orgenes del pensamiento reaccionario cspuol, en Edicusa. Madrid. 1971.
87
Italia, o las de Zeballos en Espaa 57. En este autor se encuentran textos antimodernos y negadores de los principios del Estado liberal, que anuncian lo
que ser el pensamiento pontificio. As, hablar de que los filsofos proponen para alcanzar sus bestiales fines de corrupcin y libertinaje, la pecami-
nosa idea de que la soberana reside en el pueblo, de que defienden el pernicioso principio de igualdad ... y de que aspiran a una total libertad de sus
volcnicas pasiones y se oponen a todo freno tanto interior como exterior que
los limite ... 58 La crtica de la soberana nacional (estos falsos filsofos no
ven otra fuente de la autoridad pblica sino el lago del pueblo), se produce
porque los filsofos y los ilustrados no defienden el poder derivado de Dios ..
Se trata de un pensamiento a la defensiva, temeroso de las aportaciones /
de la Ilustracin. Por eso hay una defensa de la intolerancia en el cuarto volumen de los Desengaos Filosficos de Femndez Valcarce, publicados en 1787
... Qu importa -se preguntar- para nuestra ilustracin y el bien de la so- ,
ciedad lo que escribe Helvetius, Rousseau en su Emilio y Contrato Social y lo
que escribe el autor de las Cartas de un colono americano? ... Y se responde
a s mismo ... Ninguna realidad, pero s muchas visiones, delirios y figuraciones ridculas hallar un catlico en tales escritos ... 59 Otros autores como
Prez y Lpez 60, Fomer 61, Vil y Camps, Fray Diego de Cdiz, en la misma
lnea se opondrn a la Revolucin y a sus conquistas, entre ellas la libertad,
raz de los derechos humanos. En una obra titulada El soldado Catlico en la
guerra de religin62, Fray Diego de Cdiz dir que la libertad que neciamente
ostentan y sostienen con temeridad, ha sido siempre la raz y el origen de todas las herejas y an de todos los pecados, porque desde el punto que el hombre sacude de sus hombros el blando yugo de la ley y que rompe las suaves ligaduras de la subordinacin y de la dependencia, no hay maldad en que
incurra ni error en que no se precipite ... 61
Estos autores se prolongarn en el inicio del XIX, con otras aportaciones como las de Capmany, Simn Lpez, el Padre Velez, el Padre Alvarado,
el filsofo Rancio. Por cierto que ste ltimo, en sus Cartas escritas desde
" Del abate CLAUDIO ADRIANO DE NONOTTE ( 1711-1790) se debe sealar su obra Erreurs de
s'oltuirc: de MOZZI su Proyecto de los Incrdulos (Ass. 1791 ). y de ZEBALLOS La Falsa Filosofia ( 1775
1776). seis volmenes.
'8 Las citas estn tomadas de la obra de Javier Herrero Los origencs del pensantiemo reaccionario es
paol. ya citado. p. 99.
"' Vid. obra citada en nota 139. p. 114.
co- Vid. su obra Principios del Orden Esencial de la Namrale :a, Madrid. 1785.
< Vid. Discursosfilos/[icos sobre el hombre, 1787. y Discurso sobre el espritu patritico ( 1794), en_
obras de Forner. Madrid. 1843.
.
"' Madrid. 1864 (la primera edicin es al parecer de 1793 o 1794).
''' Vid. obra citada en nota 139. pp. 145 y 146.
Vid. toda esa panormica del pensamiento reaccionario a Javier Herrero. obra citada. pp. 322 y si-
guientes,
"' Vid. RODRGUEZ DE CEPEDA. R .. Elementos de Derecha Natural. 1.' parte. Imprenta Domenech.
89
88
~' i
A. Dansette, refirindose a un tipo de pensamiento integrista de principios del siglo XIX, identificar muy adecuadamente a toda esta compleja ideologa antimodema: A la razn opone la tradicin, al individuo la sociedad, y
coloca a Dios en el vrtice del edificio humano. Slo la realidad histrica y no
Ja.inteligencia es capaz de descubir la verdad; y esta verdad nos ensea que la
sociedad, hacia la cual el individuo no tiene derechos sino solamente deberes,
forma un bloque cimentado por una jerarqua que transmite la autoridad de
68
Dios al soberano y al cabeza de familia ...
Parece, por lo que sabemos, que cuando omos a alguna jerarqua de la
Iglesia, desde la ms alta instancia decir que esta defiende y ampara los derechos del hombre, hay que relativizar esa opinin en el tiempo con todo este
impresionante bagaje histrico que acabamos de esbozar.
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90
CURSO
DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
TEORA
GENERAL
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para pensar sino para ser, sentir, vivir, o Corazn!, Calor!, Sangre!, Humanidad!, Vida!. .. 76
4) Rechazo de los principios de Ja Revolucin Francesa y de los derechos fundamentales. En autores como Meller o Schlegel los principios de la
Revolucin francesa son los ms fatales obstculos para la propia y libre expresin humana. Por eso, ... a veces vieron hacia atrs con nostalgia algn pasado de oro, tales como las pocas precientficas de la fe y tendieron (no siempre continua o consistentemente) a apoyar la resistencia clerical y aristocrtica
a la modernizacin y a la mecanizacin de la vida ofrecidas por el industrialismo y las nuevas jerarquas del poder y de Ja autoridad, como dice Berln 77
5) Reflejo del romanticismo en el Derecho: el Derecho histrico, expresin del pueblo en Savigny,
... El Derecho, positivo vive en la conciencia comn del pueblo y por ello
hubieramos de llamarlo tambin Derecho del pueblo ... En realidad, empero, encontrarnos que, dondequiera que los hombres convivan y en cuanto
la historia nos informa, siempre se hallan en una comunidad espiritual que
eh el uso del mismo lenguaje se evidencia, robustece y desarrolla. La sede
de la produccin del Derecho se encuentra en esa totalidad natural, ya que
la fuerza de satisfacer la necesidad arriba reconocida reside en el espritu
comn del pueblo que matiza a los individuos ... 78
1
6) Rechazo del racionalismo jurdico y, consiguientemente, de unos derechos naturales, abstractos y vlidos para todo momento histrico:
... El sentido histrico es adems la nica proteccin contra una especie
de ilusin sobre s mismo, que se repite siempre entre los individuos como
entre los pueblos enteros y durante pocas enteras, y que consiste en que
tenemos lo que nos es propio como universalmente humano. As, se ha hecho en otro tiempo, a partir de instituciones, por la eliminacin de algunas
propiedades propias, un Derecho de la naturaleza que se tena por la palabra inmediata de la razn ... 79
Ese clima antisistemtico, irracionalista, partidario de lo individual irrepetible, nacionalista, llevar a una cultura jurdica tpica basada en la resolucin del caso concreto, contraria a principios morales y derechos fundamentales con destinatario genrico, y con desconfianza en la ley y en principios como
76
77
" Textostomados de la recopilacin de la UNAM. presentada por SQUELLA. A .. con el ttulo de Tex
tos Clsicos, UNAM. Mxico. 198I. trad. del alemn de W. Goldschmidt. y proceden de la obra de SAVlGNY.
Sistemadel derecho Romano Actual. prrafos 4 a 16. captulo 11. libro l. Existe traduccin al castellano de esta
93
TEORA GENERAL
Las grandes declaraciones de los derechos del hombre, tienen igualmente, esa fuerza y esa debilidad de enunciar un ideal que olvida demasiado frecuentemente que el hombre no realiza su naturaleza en una humanidad abstracta, sino en culturas tradicionales, donde los cambios ms
revolucionarios permiten la subsistencia de fragmentos enteros, y se explican en funcin de una situacin estrictamente definida en el tiempo y
en el espacio ... 84
Bien negando la misma idea de persona, bien negando la posibilidad de
un concepto racional y unitario de la misma, por encima de las diversidades
culturales se est negando la base, el punto de partida para construir el concepto de derechos humanos, y para fundarlo en un ideal tico universal, la dignidad de la persona humana.
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95
CURSOS DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
TEORIA
GENERAL.-4
l\
'
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91
9n La Revolution proltasanne et le rngat Kautsky, en edicin francesa de la polmica con el socialdemcrata alemn publicada en 10/18. Edicin de Patrick Kessel, Union Generale Editions. Pars, 1972, pp. 48
y 49, trad. J. D. Selche.
9.I la Revolution proltarianncet le rngat Kautsky, en edicin citada. p. 50.
91 Edicin citada. p. 55.
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I~
humanos que est siendo situada en el museo del pasado, como una reliquia a
contemplar.
Si tuviramos que buscar un hilo conductor a todas las posiciones negadoras de los derechos fundamentales, lo podramos encontrar en su poca
tualidad, a finales del siglo XX, a diferencia de algunas negaciones parciales,
los reduccionismos de contenido, que, como la liberal, s que est presente
los debates polticos actuales y tambin en los que se plantean el fundamento,
el concepto y la extensin de los derechos humanos.
Los acontecimientos histricos, la evolucin de los sistemas polticos, la
reflexin racional, han ido descartando los principales argumentos negadores
y perfilando, en esta sabia integracin entre razn e historia, un concepto y una
fundamentacin de los derechos que permiten una comprensin ms integral
de los mismos y que abordaremos en el captulo siguiente.
SEGUNDA PARTE
LA DIACRONA DEL FUNDAMENTO
Y DEL CONCEPTODE LOS DERECHOS:
EL TIEMPODE LA HISTORIA
98
CAPTULO
IV
FUNDAMENTO Y CONCEPTO:
UNA VISIN INTEGRAL
Y SUS CRITERIOS
Es una tarea de la filosofa moral, poltica y jurdica, que con la comprensin de los derechos humanos cumple la finalidad central del pensamiento;
que es integrar y construir, principalmente desde la Teora del Derecho y desde.
la Teora de la Justicia 1, y que se completa con la accin de diversas ramas de~
la ciencia jurdica, como el Derecho constitucional, el Derecho administrativo, i
el procesal o el Derecho del trabajo, e incluso el Derecho privado, civil y mer-]
cantil.
En su trabajo sobre Los derechos humanos como derechos morales,
Ruiz Miguel sostiene que ... cuando se postula la existencia de los derechos
humanos ... se presuponen por lo menos tres rasgos conceptuales: que los derechos humanos son: a) exigencias ticas justificadas; b) especialmente importantes; y e) que deben ser protegidas eficazmente en particular a travs
aparato jurdico 2 Es cierto por consiguiente que cuando hablamos de derechos humanos estamos refirindonos, al mismo tiempo, a una pretensin
ral justificada sobre rasgos importantes derivados de la idea de dignidad humana, necesarios para el desarrollo integral del hombre, y a su recepcin en e)
Derecho positivo, para que pueda realizar eficazmente su finalidad.
Se deben abarcar ambas caractersticas para alcanzar la comprensin de
los derechos humanos, y nos encontramos tambin aqu con otro reduccionismo, que es en cierto sentido metodolgico, puesto que afecta a la dialctica
~snaturalismo-positivismo, y tambin en cierto sentido de contenidos, porque
afecta al valor igualdad y a la integracin de las tres grandes aportaciones histricas, liberal, democrtica y socialista, pero que es algo ms que incide en
esta problemtica de la comprensin, es decir, de una visin integral del fundamento y del concepto.
El fundamento responde al por qu de los derechos humanos y se sita
principalmente en el primer rasgo sealado, la pretensin moral justificada;
el concepto, en una visin dinmica y no solamente esttica, aunque la presuponga, responde al para qu de los derechos humanos, y se sita principalmente en el segundo rasgo sealado, la recepcin de esa pretensin moral
1
Vid. la caracterizacin de esos conceptos en mi obra Introduccina la Filosofa del Derecho, Debate.
Madrid. 1983. pp. 265 y SS., y 405 y SS.
1 Obra citada, p. 152. Estoy de acuerdo con esa descripcin aunque no con la conclusin que extrae de
fa misma, contradictoria con lo anterior, puesto que dice que esos ... tres rasgos indican que los derechos
manos son tales por su carcter moral, siendo accidental el reconocimiento jurdico para su concepto ... .
rece ms razonable deducir de las tres caractersticas identificadoras que las dos dimensiones. pretensiones morales e incorporacin al Derecho positivo, son complementarias para su concepto. que es incomprensible sin
ambas. Relegar lo jurdico a un mero procedimiento instrumental es un error que se desprende de los argumentos circulares que utiliza especialmente en pp. 153 y 154. Estas primeras pginas de esta parte segunda su
ponen mi punto de vista sobre el tema.
102
TEORA GENERAL
103
TEORA GENERAL
... Pero si algunos pueden, sin ms, violar una norma, entonces no puede
exigirse un cumplimiento por parte de nadie. Por lo tanto del hecho de que
en el discurso puedan crearse intelecciones pero no siempre las correspondientes motivaciones, se sigue la necesidad de reglas dotadas de sancin y con ello la necesidad del Derecho. Aqu se muestra, por primera
vez, lo que habr de configurarse despus: la teora del discurso puede alcanzar importancia prctica slo si es inserta en una teora del Derecho"
104
Los derechos humanos son una forma de integrar justicia y fuerza desde
la perspectiva del individuo propio de la cultura antropocntrica del mundo
moderno.
En el horizonte de la comprensin de los derechos humanos, moral y Derecho aparecen conectados por el Poder. Los derechos fundamentales que se
originan y se fundan en la moralidad y que desembocan en el Derecho lo hacen a travs del Estado, que es punto de referencia de la realidad jurdica a partir del trnsito a la modernidad. Sin el apoyo del Estado, esos valores morales
no se convierten en Derecho positivo, y por consiguiente, carecen de fuerza
para orientar la vida social en un sentido que favorezca su finalidad moral.
En el mundo moderno una determinada concepcin de la moralidad, una
moral humanista de la libertad y de la dignidad, y una concepcin poltica
=-tambin propia del mundo moderno, que asume esos valores morales y los
convierte en valores polticos, los propios de una democracia pluralista, de un
Estado social y democrtico de Derecho-, coinciden en un Ordenamiento cuyos valores jurdicos son los derechos fundamentales, pero que no se entienden desvinculados de los valores morales y polticos que los justifican. Son
moralidad legalizada.
Cuando esa moralidad, pudiendo incorporarse al Derecho positivo, no Jo
est en un momento histrico, estamos ante la moralidad crtica, ante pretensiones morales justificadas que constituyen la filosofa de los derechos humanos y que presiona, a travs de los ciudadanos y de sus organizaciones, para que
el Estado la asuma como formando parte de su Derecho positivo. Parcialmente
tambin se puede incorporar a travs de las decisiones de los jueces al interpretar temas de derechos humanos en zonas de textura abierta o de penumbra,
aunque siempre desde el problema y no de forma sistemtica. El Tribunal Constitucional, en recursos de inconstitucionalidad, puede completar, desde dimensiones sistemticas, derechos fundamentales al recoger pretensiones morales,
convirtiendo esa moralidad crtica en legalizada. Incluso en recursos de amparo
la resolucin reiterada en el mismo sentido de casos concretos puede tener un
efecto sistemtico similar. Cuando ese proceso culmina estamos ante los derechos fundamentales. Hay que decir tambin que un derecho fundamental, como
6
Les Penses, en la edicin de las obras completas de PASCAL, B., Du Seuil, Pars. 1963, p. 512.
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CURSO DE DERECHOS
FUNDAMENTALES.
FUNDAMENTO
TEORA GENERAL
toda norma de Derecho positivo, no se termina cuando alcanza ese status jurdico, sino que entra en una dinmica de desarrollo, de interpretacin y de aplicacin que afecta al propio sentido y a la funcin de tal derecho. La accin
los operadores jurdicos, en el desarrollo legal, reglamentario o judicial de
derechos forma parte tambin del mbito de inters de la comprensin de
mismos en el anlisis de su funcin. La comparacin entre creacin e interpretacin musical ya se hizo en el realismo norteamericano 7 y sirve para entender
esta ltima fase que prolonga la bsqueda del para qu de los derechos, en la
accin de sus intrpretes y no slo de sus compositores 8
Con todo lo anterior se puede entender mejor el desarrollo de este libro,
en sus dos tomos y sus partes principales, la historicidad y la racionalidad, las
dos dimensiones necesarias para entender el por qu de los derechos, es decir,
su fundamentacin, y la positividad como respuesta a la funcin de los derechos, es decir, su para qu. Entre ambas, una reflexin sobre la mediacin del
poder, que convierte a los principios morales en principios polticos, es
que convierte al por qu terico en por qu operativo, y que les dirige hacia
para qu, al incorporarlos al Derecho positivo.
El captulo sobre Los derechos fundamentales como concepto histrico no es una historia de los derechos, sino una formalizacin de Jos materiales aportados por la historia, que explican el origen de los derechos en el
tiempo, las condiciones sociales, econmicas, culturales y polticas que les originan como idea moderna de la dignidad humana, y los mbitos y circunstancias en que surgen.
El apartado sobre Jos modelos de evolucin histrica pretende seguir esa
evolucin de Jos derechos a partir de sus formulaciones iniciales en los proce7 Vid. el trabajo de FRANK. Palabras y Msica. Algunas observaciones sobre la interpretacin de las
Leyes. en la obra colectiva El actual pensamiento jurdico norteamericano, Losada, Buenos Aires. 1951,
pp. 175 y ss. (traduccin castellana de R. Vemengo del original ingls Words and sorne remarks on statutorr
interpretation, Columbia Law Review, Vol. 17, n." 8. Diciembre, 1947, pp. 1259-1278).
M La comparacin de la dinmica creacin-interpretacin del Derecho con dinmicas artsticas no slo
musicales, sino teatrales se ha acentuado ltimamente. As, la distincin entre arte a un tiempo (pintura, lite
ratura), que origina definitiva e integralmente la obra, y arte a dos tiempos (msica, teatro). donde la obra al"
canza la plenitud en la representacin, por la accin de intrpretes y actores. puesta de relieve por Henri Gounier (Le thatre et /' art a deux temps, Flammarion, Pars, 1989), permite a Stphane Rials afinar la reflexin
sobre el Derecho y el problema de la interpretacin. En la misma nota da cuenta de dos articulos de BOULEZ. P.,
en la revista trimestral In Harmoniques, sobre teora musical. el primero llamado Entre ordre et chaos (n." 3,
de marzo, 1988), y el segundo La vestale et le voleur de feu (n.? 4, octubre. 1988). donde el director de orquesta prefiere la libertad del intrprete frente a los autnticos partidarios de sujetar a los intrpretes a la in
tencin de los autores (Citar como ejemplos de esa posicin a Wagner y a Stravinski),
Vid. Ouverture
Droits, Revue Francaise de Thorie Juridique. PUF, n.? 11, Pars, junio 1990, pp. 161 y 162. Por mi
que un equilibrio es tambin aqu necesario entre el valor de seguridad que da el respeto a la Constitucin
los intrpretes, legales, reglamentarios o jurisprudenciales de los derechos humanos y la necesaria adaptacin a
la eficaz aplicacin en el tiempo que exige un mbito de libertad en el intrprete.
106
Y CONCEPTO:
107
108
plio, donde cabe un reparto que alcance a todos. Incluso muchos derechos econmicos, sociales y culturales, como el derecho a la educacin, a la salud o a
la vivienda, tienen su razn de ser precisamente, en una accin positiva de los
poderes pblicos para repartir una escasez, que los particulares, titulares de los
derechos, no podran alcanzar con la Ley del mercado. La escasez que impide
la existencia de un derecho fundamental es la primera, y no la segunda, y es
slo a ella a la que nos referimos aqu 13
Probablemente estos sucesivos pasos nos pueden llevar a una cabal comprensin de los derechos fundamentales, desde el anlisis y la sntesis de su
por qu y de su para qu, y nos permitir distinguir sus tres perspectivas igualmente imprescindibles si no queremos incurrir en un reduccionismo de esa
comprensin.
As, los derechos fundamentales son:
1) Una pretensin moral justificada, tendente a facilitar la autonoma
y la independencia personal, enraizada en las ideas de libertad e igualdad, con
los matices que aportan conceptos como solidaridad y seguridad jurdica, y
construida por la reflexin racional en la historia del mundo moderno, con las
aportaciones.sucesivas e integradas de la filosofa moral y poltica liberal, democrtica y socialista.
Para hablar de pretensin moral justificada es necesario que desde el
punto de vista de sus contenidos sea generalizable, suceptible de ser elevada a
Ley general, es decir, que tenga un contenido igualitario, atribuible a todos los
destinatarios posibles, ya sean los genricos hombre o ciudadano o los situados trabajador, mujer, administrado, usuario o consumidor, minusvlido, nio, etc. Esta exigencia se comunica con la tercera de las condiciones para la existencia de un derecho fundamental, de carcter fctico,
propio de la realidad social, con lo que aparece aqu el viejo tema del condicionamiento de la superestructura por la infraestructura, o de la moralidad por
la realidad, tal como lo entenda el marxismo ortodoxo, que en alguno de sus
anlisis parciales sera precipitado enterrar definitivamente. Esta exigencia excluye, como veremos, al derecho de propiedad como derecho fundamental.
2) Un subsistema dentro del sistema jurdico, el Derecho de los derechos fundamentales, lo que supone que la pretensin moral justificada sea tcu Sobre la escasez vid. PECES-BARBA, G., Escasez y derechos humanos, en Problemas ac
tuales de los derechosf1111dame11tales. edicin de J. M. Sauca, Universidad Carlos Ill. Boletn Oficial del
Estado, Madrid. 1994. pp. 193 y ss. Tambin a continuacin los trabajos de Salvador Barbera, Carlos Escribano, Juan Urrutia. Rogelio Prez Perdomo. Nicols Lpez Calera. Jess Gonzlez Amuchastegui y Juan Jos
Zornoza.
109
n
CURSO DE DERECHOS FUNDAMENTALES. TEORA GENERAL
14
res, 1975.
Obediencia al Derecho y objecin de conciencia, Centro de Estudios Constitucionales.Madrid, 1990.
Vid. sobre Blanc el libro de GONZLEZ AMUCHASTEGUI,Louis Blanc y los orgenes del so
cialismo democrtico, cit., especialmente pp. 327 y ss. Vid. asimismo mi artculo El socialismo y el derecho
al trabajo. Sistema, n.? 97, julio 1990. pp. 3 y ss. Tambin en Derecho y derechos fundamentales. citado,
pp. 411 y SS.
16
17
110
TEORA GENERAL
CAPITULOV
LOS DERECHOS FUNDAMENTALES
COMO CONCEPTO HISTRICO
No se puede hablar propiamente de derechos fundamentales hasta la modernidad. Cuando afirmamos que se trata de un concepto histrico propio del
mundo moderno, queremos decir que las ideas que subyacen en su raz, la dignidad humana, la libertad o la igualdad por ejemplo, slo se empiezan a plantear
desde los derechos en un momento determinado de la cultura poltica y jurdica.
Antes exista una idea de la dignidad, de la libertad o de la igualdad, que encontramos dispersa en autores clsicos como Platn, Aristteles o Santo Toms 1,
1
PLATN. La Repblica, ed. de J. M. Pabn y A. Femndez-Galiano, Ylll. 557 b3. Instituto de Estudios Polticos (hoy Centro de Estudios Consrituconales), Madrid. 1949. ARISTTELES, La poltica. ed. de
J, Maras y M. Arajo, libro VIII (VI) 13 l 7a 2. Instituto de Estudios Polticos. Madrid. 1951. TOMS DE
AQUINO,Opsculo sobre el gobierno de los Prncipes. ed. de C. l. Gonzlez. Porra, Mxico, 1981 U unto con
los tratados de la Justicia y de la Ley de la Summa Teolgica). Vid. asimismo FESTUGIERE,A. J . Libertad y
civilizacinentre los griegos, Eudeba, Buenos Aires. 1972, y JAEGER, Paideia: Los ideales de la mi/lira griega.
trad. de J. Xirau, Fondo de Cultura Econmica, Mxico. 1967 (primera reimpresin en un slo volumen), espe-
cialmente libro cuarto Autoridad y libertad: el conflicto dentro de la democracia, pp. 895 y ss.
18
Vid. mi libro lntroduccin a la Filoso/fa del Derecho. citado. primera parte. captulo 111.
111
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t ,
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