Elpensarbienymal Kennethe
Elpensarbienymal Kennethe
Elpensarbienymal Kennethe
..
Captulo 1
Podra uno temer aun sabiendo que Dios est con l? No, si
sabemos quin es Dios, no podemos temer.
Aun antes de conocer el Evangelio completo, no lloraba ni
peda a Dios Su ayuda. Abra la Biblia a Escrituras como stas;
entonces caa de rodillas ante l y deca: "Dios mo, me alegro
tanto de que ests conmigo y que seas mi Dios. T me
esfuerzas siempre y me sustentas con la diestra de Tu justicia, y
no tengo que estar en temor porque T me has dicho que no
debo turbarme." As usted puede sonrer, hasta en las horas
ms negras de su vida.
Es bueno tener amigos que nos apoyan en nuestras pruebas,
pero el Seor siempre est con nosotros. l es nuestra ayuda.
No obstante, hay los que estn desanimados, llorando: "Oh
Dios, aydanos!" Dios s nos ayuda porque es un Dios de
compasin y desciende a nuestro nivel, pero es mucho mejor
subir a Su nivel para alcanzar nuestras bendiciones. Cuando l
tiene que bajarse a nuestro nivel, nos quedamos bajo cierto
sentido de despecho. Estamos as por pensar mal, por confesar
mal, y por creer mal. Sin embargo, podemos fortalecer el
pensar bien, el confesar bien, y el creer bien a travs de la
Palabra de Dios, y eso nos levantar.
"Si Dios es por nosotros, quin contra nosotros?" Romanos
8:31. Esta debera ser nuestra confesin. Dios es ciertamente
por nosotros. l no est en contra nuestra; l est por nosotros.
Mi madre siempre me recuerda que ore al viajar. Me
aconseja, "Ora cada minuto para que el Seor est contigo."
21
22
Captulo 2
hasta declararon que estaban sin dolor ni achaque por dos o tres
das. Yo saba bien que la enfermedad o el dolor volveran
porque el tono quejoso persista en su voz. Seguan pensando,
creyendo y hablando mal, hasta quedar en lo mismo de antes.
Es en las Epstolas donde hallaremos lo que nos pertenece a los
que somos de Cristo, quienes somos, como Dios nos ve, y lo
que l piensa de nosotros.
Es ms fcil seguir el pensamiento humano que lo que Dios
dice. No hay cosa ms difcil que obligar la mente a dejar lo
que dicen los hombres y seguir lo que Dios dice. Nos es
preciso meditar y pensar en la Palabra de Dios, adems de
creerla en el corazn.
Todos los mdicos y todos mis amigos dijeron que no me era
posible sobrevivir mi enfermedad, pero en vez de escucharles,
eleg creer lo que la Palabra de Dios dijo que l haba hecho
por m. Si, ms fcil hubiera sido escuchar a mis amigos, a los
mdicos y a mis propios sentidos. Pero me resolv a aceptar Su
Palabra y hoy gozo de buena salud.
La razn porque la fe se encuentra tan ahogada y sojuzgada
es que el hombre no ha osado creer sencillamente o confesar lo
que Dios dice que es, o lo que Dios dice de l. Ser porque el
hombre nunca ha ledo ni descubierto quin es? Ser porque el
hombre se ha envuelto demasiado en la historia del pasado y
nunca se ha dado cuenta de que tenemos un Nuevo Testamento
y que somos criaturas nuevas en Cristo, y que l nos ama y
quiere que tengamos lo mejor? O despus de todo, estar la
mente humana tan ocupada con otras pequeeces mundanas?
28
El diablo me dijo: "Oye, nadie ha orado por ti. Pasa para que
ese ministro ore por ti."
Sin pensar, hice para levantarme a pedir la oracin. De
repente pude pensar y dije: "Vil diablo, cmo es esto? Qu
hago yo pidiendo que oren por m? Dios me san hace cinco
aos y estoy an con salud."
Durante todos esos aos haba declarado que Dios me haba
sanado y haba estado bien de salud, siempre sano.
Repentinamente, Satans haba simulado unos sntomas,
procurando hacerme creer que no estaba sano. En primer lugar,
l no tena autoridad alguna sobre m. nicamente poda
procurar conseguir hacerme creer los sntomas y consultar con
mis sentidos. Pero qued firme, insist en que Dios me haba
sanado, y que no aceptara otra cosa, ni permit que ningn
pensamiento dudoso entrara en mi mente. Los sntomas
desaparecieron.
Si hubiera pedido las oraciones del ministro, en lugar de
ganar algo, habra perdido lo que haba disfrutado por tantos
aos. Tanto mis hechos como mis palabras habran confesado
que mi confesin anterior era falsa. Al instante el diablo habra
entrado y me hubiera derrotado. La confesin mala nos vence.
Debemos decir: "En el nombre de Jess, pido la contestacin
a esta peticin." Tal vez no haya llegado an al da siguiente,
pero hay que andar por la fe y mantener nuestra confesin. El
diablo le dir que debe ir a pedir las oraciones de cierto pastor.
Algunos dicen que el diablo no le dir que vaya a pedir las
31
34
Captulo 3
48