Blavatsky, Helena - Apolonio de Tyana y Simón El Mago
Blavatsky, Helena - Apolonio de Tyana y Simón El Mago
Blavatsky, Helena - Apolonio de Tyana y Simón El Mago
H.P. Blavatsky
“El tiempo del cual este volumen toma especial conocimiento está dividido en
seis periodos, durante el segundo de los cuales, 80 al 120 d.C., está incluida la ‘Era
de los Milagros’, la historia que demostrará ser de interés para los espiritualistas
como una forma de comparar las manifestaciones de inadvertidas inteligencias de
nuestro tiempo con similares eventos de los días inmediatamente posteriores a la
introducción del Cristianismo. Apolonio de Tyana fue la más notable personalidad de
este periodo, y fue testigo del reinado de una docena de emperadores romanos.
Antes de su nacimiento, Proteo, un dios egipcio, se le apareció a su madre y le
anunció que encarnaría en el niño venidero. Siguiendo las indicaciones dadas en un
sueño, ella se dirigió a un prado para recoger flores. Estando allí, una bandada de
cisnes formó un coro a su alrededor, agitando sus alas y cantando al unísono.
Mientras estaban ocupados en ello, y el aire era abanicado por un delicado céfiro,
Apolonio nació.”
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Estandarte de Luz (N. del T.).
En Roma, Apolonio fue acusado de traición. Llevado a examen, el acusador
avanzó, desplegó el rollo en el que había sido escrita la imputación, y quedó
pasmado al encontrarlo completamente en blanco.
Cuando tenía casi cien años, fue llevado ante el Emperador romano, acusado
de ser un encantador. Fue conducido a prisión. Allí alguien le preguntó cuándo
recuperaría la libertad. ‘Mañana si depende del juez; en este momento si depende
de mí’. Dicho esto, liberó sus pies de los grilletes y dijo: ‘Vea Ud. la libertad de que
disfruto’. Él, entonces, lo reemplazó en los grilletes.
‘Nada muere excepto en apariencia, y del mismo modo, tampoco, nada nace
excepto en apariencia. Lo que ocurre en esencia dentro de la naturaleza aparenta
ser el nacimiento, y lo que ocurre en esencia dentro de la naturaleza, en cierto
modo, es la muerte; aunque nada realmente se origina, y nada alguna vez perece;
pero tan solo ahora aparece a la vista, y ahora se desvanece. Aparece a causa de la
densidad de la materia; y desaparece a causa de lo tenue de la esencia; pero
siempre es la misma, solo difiere en movimiento y condición.’
El tributo más elevado a Apolonio le fue brindado por el Emperador Tito. El
filósofo le escribió a él, poco después de su ascensión, aconsejándole moderación
en su gobierno. Tito respondió:
‘En mi propio nombre y en nombre de mi país le doy las gracias, y estaré atento
a esas cosas. De hecho, yo he conquistado Jerusalén, pero Usted me tiene
capturado a mi’.
H. P. BLAVATSKY
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Segunda Edición, Vol. I, 8vo., pp. 455. Chicago: C. V. Waite & Co. Thomas J. Whitehead & Co., agentes
para Nueva Inglaterra, 5 Court Square, Departamento 9, Boston
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El Teósofo, publicación de la Sociedad Teosófica (N. del T.)