CHARLES BAUDELAIRE Habla de DELACROIX PDF
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Es decir, al artista deba bastarle con ser independiente, pero no tena que buscar riquezas,
honores, halagos. Nada que lo distrajese de lo principal: su tarea creativa.
Baudelaire sobrevivi pocos aos al maestro francs de la pintura. Fueron sus aos de decadencia
fsica y mental: sfilis, apopleja, afasia, muerte, todo entre 1864 y 1867, ao de su fallecimiento. En 1864,
se haba establecido en Bruselas, huyendo de su patria, que tan mal lo haba tratado. Trataba de vivir, sin
demasiado xito, dando conferencias de arte (sobre Delacroix, Thophile Gautier, los parasos
artificiales). De Delacroix dice Baudelaire en su necrologa:
es el ms evocador de todos los pintores, sus obras nos devuelven a la memoria sentimientos y
pensamientos poticos que creamos olvidados para siempre.
Ambos tenan una idea similar de la sociedad burguesa- y el tiempo el siglo XIX- en que les toc
vivir. Lanse si no estas afirmaciones de Delacroix, en su Diario:
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La ausencia general de gusto, la riqueza a la que acceden gradualmente las clases medias, la
autoridad cada vez ms imperiosa de una crtica estril cuya mayor caracterstica es aupar la mediocridad y
desanimar a los verdaderos talentos, la inteligencia inclinada cada vez ms hacia las ciencias tiles, las luces
crecientes que asustan las cosas de la imaginacin, todas estas causas reunidas condenan fatalmente las
artes a quedar sometidas cada vez ms a los caprichos de la moda y a perder cualquier tipo de elevacin
(Eugne Delacroix, Diarios, artculo Decadencia, 25 de enero de 1857, poco antes del proceso de Madame
Bovary, de Flaubert y de Las flores del mal, de Baudelaire).
Estas ideas de desprecio hacia los nuevos tiempos democrticos eran bastante frecuentes entre
intelectuales y artistas. Tambin el clebre crtico francs Hippolite Taine mantena algo parecido sobre la
sociedad decimonnica en que le haba tocado vivir:
una democracia de obreros y campesinos bien administrados, con una burguesa minoritaria que ahorra y se
corrompe, y unos funcionarios pasando estrecheces que estn esperando el ascenso El estado tiene un plan: suprimir
los grandes destinos, la amplitud de miras, cualquier herencia y cualquier aristocracia, compartirlo todo, producir
grandes cantidades de semicultura y de semibienestar, conseguir que de quince a veinte millones de individuos sean
pasablemente felices.
En esta hiprbole enorme encuentro la preocupacin de toda su vida, que era, como se sabe,
ejecutar con bastante rapidez y certeza para que no se evaporara nada de la intensidad de la accin o de la
idea. (p. 46)
Solo viva sobre todo, en sus ltimos aos- para el trabajo, que ya no era solamente una pasin y
hubiera podido llamarse un furor. Baudelaire dice que vivi el pintor en su torre de marfil, su turris
eburnea, como ningn otro artista, realizando verdaderas orgas de trabajo. Delacroix hizo suya la
mxima latina del Odi profanum vulgus (aristocratismo, elitismo de artista) y las del filsofo
trascendentalista americano Emerson:
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Aqu, Baudelaire reproduce casi literalmente algunas pginas sobre "La Imaginacin" que figuran en su captulo de El Saln de
1859: "El gobierno de la imaginacin".
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Cabe recordar aqu que los grandes maestros, poetas o pintores, Hugo o Delacroix, se anticipan
siempre en muchos aos a sus tmidos admiradores.
Con respecto al genio, el pblico es un reloj que atrasa (p. 24).
Estas palabras que Baudelaire dedic a su admirado amigo podra aplicrselas a s mismo.
Delacroix fue, como l, un genio incomprendido; un crtico consciente de su arte, capaz de escribir, como
su amigo poeta, interesantes ensayos sobre artistas y teora pictrica; un pintor de una obra molochista
(=destructora, satnica) en donde abundan
la desolacin, matanzas e incendios; todo atestigua la barbarie eterna e incorregible del hombre.
Las ciudades incendiadas y humeantes; las vctimas degolladas; las mujeres violadas y los mismos nios
arrojados bajo las patas de los caballos o el pual de las madres delirantes, componen una obra que se
parece, en mi opinin, a un himno terrible compuesto en honor de la fatalidad y el dolor irremediables.
Baudelaire destaca la precisin del contorno, la captacin con agilidad y presteza de la idea, los
colores capaces de atraer la atencin sobre algn punto concreto, pero sin desmerecer el conjunto. Viendo
los dibujos de los cuadros que acompaan a modo de ejemplo el texto en el libro, lo que ms fcilmente se
capta es el movimiento que hay en las figuras, en las telas, en los seres. Nada parece estar nunca quieto.
Antes de su fallecimiento ya haba en Francia 77 obras monumentales en diferentes edificios. Yo he
visto en el Louvre de Pars sus obras. Y si alguien me preguntase qu obras recuerdo de aquel Museo, sin
duda, las de Delacroix aparecen entre las primeras por su monumentalidad, impacto y fuerza dramtica.
Baudelaire hace un retrato magnfico de su amigo y maestro, de una persona en varios aspectos
similar a l mismo, con el que coincida en el papel y el sentido del arte como provocacin, ruptura,
novedad; en la consideracin del artista como un aristcrata separado del pueblo
V.
Eugne Delacroix era una mezcla curiosa de escepticismo, cultura, dandysmo, voluntad ardiente,
astucia, despotismo, y, en fin, una especie de bondad particular y de ternura moderada que acompaan
siempre al genio. Su padre perteneca a esa raza de hombres fuertes que se extingui en nuestra infancia;
unos eran fervientes apstoles de Jean Jacques y otros discpulos determinados de Voltaire; todos
colaboraron con la misma obstinacin en la Revolucin francesa, y sus sobrevivientes, jacobinos o
franciscanos adhirieron con perfecta buena fe (importa sealarlo) a las intenciones de Bonaparte.
Eugne Delacroix conserv siempre las huellas de ese origen revolucionario. Puede decirse de l,
como de Stendhal, que tena un gran temor de ser cndido. Escptico y aristocrtico, no conoca la pasin y
lo sobrenatural sino por su frecuentacin forzosa del sueo. Era enemigo de las multitudes, a las que no
consideraba sino como destructoras de imgenes, y las violencias que se cometieron en 1848 contra algunas
de sus obras no eran las ms aptas para convertirlo al sentimentalismo poltico de nuestros tiempos. (pp.
34-35).
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Quin de los genios clarividentes no comprende que el primer cuadro del maestro contena en
germen a todos los otros? Pero es inevitable, fatal y loable que perfeccione sus dote naturales sin cesar, que
las aguce con cuidado, que obtenga nuevos efectos y que l mismo impulse su propia naturaleza hasta el
extremo. El signo principal del genio de Delacroix lo constituye el no conocer la decadencia; slo muestra
progreso. (p. 24)
Bibliografa
Elitismo del artista, aristocratismo del solitario altivo (l mismo o su amigo Delacroix), ser superior.
Al artista, ser superior, todo el mundo lo ataca. La sociedad entera est contra l (ver El albatros).
No materialismo, desprecio del dinero por el dinero, si bien el artista debe tener lo necesario para
garantizar su independencia.
La mujer debe ser la inspiracin del artista, pero este no debe esclavizarse a ella. Su nico amor
verdadero es el Arte. Trabajo, torre de marfil.
El arte tiene que ver con la voluptuosidad, los placeres prohibidos, la trasgresin y el escndalo.
Asociaciones libres (sinestesia), armona compositiva. Malditismo del artista. Molochismo. Satanismo.
Negacin del arte realista y del arte con finalidad didctica o moralizante; aprecio de la imaginacin,
libertad absoluta de crear, apuesta por un arte sobrenaturalista o super-naturalista, que no imita
o reproduce la realidad, sino que la inventa o crea.