La Tarea Pastoral
La Tarea Pastoral
La Tarea Pastoral
1. Definicin.
2. La Pastoral en la Biblia.
3. Bases teolgicas del ministerio pastoral.
4. El marco de la pastoral.
II. PASTORAL PERSONAL
1. La psicopatologa y la pastoral.
2. Concepto de enfermedad y salud.
3. Tipos de enfermedades.
4. Curacin por la fe.
5. Visitacin y contactos.
1. Niez
2. Adolescencia.
3. Juventud.
4. Adultez.
5. Tercera edad.
6. La tarea con parejas.
I FUNDAMENTACIN DE LA PASTORAL
1. Definicin.
La tarea pastoral tiene como meta principal que toda persona, cualquiera
sea su condicin, alcance la plenitud de vida a travs de la persona de
Jesucristo. Todos tenemos que alcanzar esa meta (Efesios 4:13).
Para que nuestro asesoramiento pastoral sea eficiente es necesario que
conozcamos con exactitud la situacin de la persona hacia la cual se
dirige nuestra accin pastoral. Ahora bien, este conocimiento resulta
complicado por dos razones: primero, por la complejidad de la
personalidad humana; segundo, porque el ser humano es tan dinmico
que jams llegamos a conocer a una persona en su real dimensin. Sin
embargo, es posible alcanzar un mnimo de conocimiento que nos
permita ejercer el ministerio pastoral con eficacia. Por otro lado, en esta
tarea no estamos solos, trabajamos en el nombre de Dios y l nos asiste
con su gracia. Esto debemos tenerlo siempre en cuenta.
Todo lo anterior es muy importante para poder realizar una tarea eficaz y
de calidad hacia el otro. Sin embargo, sta no se podr realizar de esa
manera si es que no nos colocamos nosotros mismos como sujetos de la
pastoral. Difcilmente podemos comprender a otras personas si nosotros
no hemos alcanzado una exacta comprensin de nosotros mismos. El
refrn griego: "concete a ti mismo" refleja el inters del hombre por
llegar a alcanzar un conocimiento pleno de si mismo.
Conocernos a s mismos, requiere de una serie de mecanismos
conscientes e inconscientes que nos permitan autoanalizarnos y llegar a
saber quines somos realmente. Para ello es necesario controlar nuestras
emociones, tales como: el temor, la ira, el sentimiento de culpa, los
conflictos, los complejos, etc. Asimismo, experimentar en nuestras vidas
el amor de Dios, el amor cristiano, el amor al prjimo y la reconciliacin.
De esa manera, nuestra autoestima estar al tope, la que nos permitir
ejercer la tarea pastoral con gozo y alegra, con eficiencia y calidad
(Colosenses 3:23-24).
2. La comunicacin pastoral.
En la pastoral, la comunicacin del mensaje se realiza a travs de
palabras, gestos y smbolos. No hay evangelizacin eficaz si la
comunicacin del mensaje no llega a lo profundo del ser y motiva un
cambio de actitud de quien escucha el Evangelio. Hoy en da las tcnicas
de la comunicacin han evolucionado rpidamente y debemos adecuar
nuestro trabajo pastoral acorde a nuestros tiempos y costumbres.
Por ejemplo, qu de nuestro lenguaje?. En muchos casos nuestro hablar
con gente no creyente est en otra onda; es repetitivo, montono, puras
citas bblicas, carece de una secuencia lgica, es improvisado muchas
veces. Mejor dicho, no es el tan deseado blsamo para una vida agitada y
angustiada. Generalmente nuestro lenguaje no es actualizado,
pareciramos que hablamos con una generacin de la dcada del 50. La
mayora de la poblacin es joven y debemos llegar a ellos con el
Evangelio de acuerdo a su manera de vivir y de expresarse. Nuestra
comunicacin con el mundo debe ser de tal manera que el que nos
escucha, se quede con las ganas de querer seguir oyendo la palabra de
Dios.
Otro aspecto en nuestra comunicacin son los gestos, muchas personas
no entienden por qu y para qu hacemos ciertos movimientos o gestos,
que antes que invitar a quedarse a escuchar, ahuyenta al no creyente; ese
tipo de comunicacin est bien para nuestra feligresa.
Por ltimo, los smbolos que usemos deben ser fciles de identificarse,
que de un simple vistazo comunique un aspecto de nuestra fe viva en
Jesucristo. Es bueno tener en cuenta las formas, los colores y la
variedad.
En conclusin, diramos que, toda comunicacin es un mensaje y tiene
dos direcciones: Yo-El y El-Yo.
3. El encuentro cara a cara.
Este aspecto en la entrevista pastoral es muy importante ya que nos
permite estar en contacto con la persona quien viene en busca de una
atencin pastoral o en su defecto con la persona a quien hemos ido en su
bsqueda. Es en esa circunstancia en que podemos detectar la situacin
real de la persona, sus angustias, tristezas, sufrimientos, enfermedades,
alegras y aspiraciones. Podemos observar sus gestos, su manera de
sentarse y conversar, sus lgrimas sus contradicciones; sus balbuceos;
sus debilidades; sus pecados; sus necesidades; as como sus fuerzas y
talentos. No es un sujeto imaginario, es un ser real. No lo hemos extrado
de algn libro de consulta, ni es alguien de quien nos han contado.
Jesucristo realiz su ministerio hablando cara a cara con las personas;
caminaba de aldea en aldea, de pozo en pozo, de ciudad en ciudad, de
sinagoga en sinagoga, de campo en campo, de barca en barca, de monte
en monte. Es as como Jess poda ver y comprobar la verdadera realidad
de quien se le acercaba. El no se imaginaba un sujeto sufriente o alegre,
con problemas o sin ellos, enfermo o lleno de salud, angustiado por su
vida espiritual o satisfecho de ella.
El peligro de la modernidad es usar todos los medios tcnicos de la
comunicacin para nuestras atenciones pastorales, dejando de lado el
contacto personal, la visita personal de casa en casa, en los hospitales u
otro lugar. El telfono, el correo electrnico, el Internet, el satlite, no
podrn nunca reemplazar el calor humano de una entrevista pastoral. No
hay pastoral a distancia. Nosotros tenemos que ejercer una pastoral
personal. Slo as nuestra tarea pastoral ser enriquecida y con olor a
humano.
4. El aporte del Pastor(a) en la entrevista.
Concentrarnos en incoherencias o
deficiencias que no nos conciernen
(ajenas).
una constante, para lograr una salud interior y contagiar a quienes vienen
en busca de sanidad.
2. Psicoterapia y fe cristiana.
Para abordar este tema es necesario contestar la siguiente pregunta: es
posible una colaboracin entre la Psicoterapia y la fe cristiana?.
Aparentemente son dos campos diferentes, sin embargo, apuntan a un
mismo fin: la restauracin de la persona. Ante un mismo problema, los
lenguajes se bifurcan, difieren, se separan. Enfrentando a condiciones y
situaciones humanas variadas, extraen significados diferentes. Entre lo
que la Psicologa califica de trauma o dificultad psicolgica, mantiene una
diferencia profunda con el trmino pecado acuado por la Teologa. Una
realidad es la catarsis y otra la conversin (metanoia). Hay diferencia
entre una liberacin psicolgica y una salvacin o liberacin del
Evangelio. De igual manera entre una reconciliacin consigo mismo y una
reconciliacin con Dios.
La Psicologa y la Psicoterapia componen una disciplina y una tcnica de
investigacin cientficas reconocidas. El objeto de la investigacin as
como de la terapia correspondiente, es la naturaleza psicolgica del
hombre. Procuran restablecerlo y sanarlo de sus desequilibrios,
sacudidas y "complejos" psquicos. Tambin para afrontar positiva y
exitosamente los traumas, dificultades, bloqueos e impedimentos que
obstaculizan vivir de un modo libre, realizado, plena y gozosamente.
El ministerio evanglico de la PASTORAL -en un intento y esfuerzo
cientfico y humanizador- ofrece un servicio basado en la autoridad y
poder de Jesucristo. Se fundamenta en el Evangelio liberador,
transformador y renovador de la humanidad y de la sociedad. El
Evangelio
es
el
anuncio
positivo
a
hombres
y
mujerespecadores, rebeldes, oprimidos, alienados. Involucra un juicio
profundo y radicalmente crtico y positivamente transformador en
Jesucristo.
Simultneamente
se
trata
del
anuncio
de
un perdn asombrosamente activo, efectivo y eficaz, que oferta (don,
regalo, carisma) Jesucristo, un compartir una nueva vida, un nuevo
nacimiento, una humanidad nueva, un mundo nuevo, una libertad y un
poder nuevos.
Es acaso posible conciliar estas posiciones teolgicas de la fe cristiana
con las tcnicas y teoras cientficas de la Psicoterapia?
Los contactos entre Psicoterapia y fe cristiana son inevitables.
Es necesario reconocer casos de hombres y mujeres que padeciendo
psicolgicamente y espiritualmente han recurrido a los servicios de un
psicoanalista. Ms an, debieron, algunos, despus de frustraciones que
les hicieron comprender que la PASTORAL nada poda hacer por ellos ni
ayudarles. Existen numerosos casos de pacientes que fueron humillados,
juzgados o anulados por una apata indiferente o por una inhumana
hipocresa. Es cierto, sin embargo, que ese paciente pueda ser que halle
an a los que iban a ser sujetos de la gracia y gloria de Dios (cf. Juan 9:131). En todos esos casos la fe en el seor hizo posible la curacin total
del enfermo.
Jesucristo al dar la Comisin a sus discpulos les dio poder para sanar a
los enfermos a travs de la fe (cf. Marcos 16:18b). Asimismo, l era
ejemplo de ese poder divino para restaurar vidas enfermas; cada curacin
era el resultado de su fe y oracin con su Padre. Por otro lado, las
curaciones practicadas por l eran las seales evidentes del reino de
Dios, es decir, la prueba contundente de la nueva realidad salvfica de
Dios.
Hoy en da muchos cristianos an no estn muy convencidos de las
curaciones por la fe. No aceptan que la medicina u otra disciplina que se
relacione con la salud, tengan que apelar a la sola fe en Jesucristo.
Cuntos casos existen en que la ciencia mdica ha desahuciado a un
enfermo, y ste ha sanado por la accin misericordiosa y milagrosa del
Seor de la Vida!.
La pastoral necesita recurrir a esta experiencia milenaria, llevar un
mensaje de sanidad al enfermo en su lecho de dolor y orar con l
(Santiago 5:14); llevarlo a un encuentro personal con Jesucristo o
reafirmar su fe en l (cf. Hechos 8:3-38; Filipenses 4:13.19). Mucha gente
sufre enfermedades y necesita ser restaurada. Como ciegos van de un
lado a otro, buscando sanidad; acuden a cualquier persona para ser
"sanados". No hay quien les d una mano y los cure por la accin de la fe
en Jesucristo. Nosotros estamos llamados a brindar esa ayuda por medio
del Evangelio de Jesucristo; a lograr que las personas enfermas confen
en Dios y en su poder restaurador. Creando de esa manera condiciones
de espritu y de mente que favorezcan la sanidad. Y todo esto sin ningn
costo monetario alguno. Slo por la fe el justo vivir! (Habacuc 2:4b).
Ante esta buena noticia, miles acudirn a Jesucristo para ser restaurados
plenamente y vivir en adelante las promesas del Seor (cf. Juan 6:47;
7:38; 10:10b; 11:25-26).
5. Visitacin y contactos.
La visita del Pastor(a) a la persona que se encuentra enferma, ya sea en el
hogar o en el centro de salud, genera gran expectativa no slo en el
enfermo, sino en la familia y en el mdico de cabecera tambin. Esta
actitud permite abrir oportunidades inesperadas para compartir la fe en
Jesucristo. Muchas personas enfermas se encuentran en una situacin de
abandono espiritual, con miedo a la muerte, angustiadas al no sentir
mejora en su salud. De igual manera la familia es contagiada por esta
situacin. De ah que una visita pastoral al enfermo debe tener como
objetivo: generar alegra fecunda y autntica para vivir a travs de la fe en
Jesucristo. Para lograr este objetivo el Pastor(a) debe establecer una
relacin de amistad a travs de un contacto fcil y gil (actitudes y gestos
que provocan confianza-confiabilidad). En el proceso de la visita es
necesario mantener serenidad en la conversacin cuando se trate el tema
LA TAREA PASTORAL
Por: Rev. Lic. Jorge Bravo C.
I. FUNDAMENTACIN DE LA PASTORAL
1. Definicin.
2. La Pastoral en la Biblia.
3. Bases teolgicas del ministerio pastoral.
4. El marco de la pastoral.
II. PASTORAL PERSONAL
1. La psicopatologa y la pastoral.
2. Concepto de enfermedad y salud.
3. Tipos de enfermedades.
4. Curacin por la fe.
5. Visitacin y contactos.
6. La pastoral ante la muerte.
V. PASTORAL A DIVERSAS EDADES
1. Niez
2. Adolescencia.
3. Juventud.
4. Adultez.
5. Tercera edad.
6. La tarea con parejas.
I FUNDAMENTACIN DE LA PASTORAL
1. Definicin.
Por ltimo, los smbolos que usemos deben ser fciles de identificarse,
que de un simple vistazo comunique un aspecto de nuestra fe viva en
Jesucristo. Es bueno tener en cuenta las formas, los colores y la
variedad.
En conclusin, diramos que, toda comunicacin es un mensaje y tiene
dos direcciones: Yo-El y El-Yo.
3. El encuentro cara a cara.
Este aspecto en la entrevista pastoral es muy importante ya que nos
permite estar en contacto con la persona quien viene en busca de una
atencin pastoral o en su defecto con la persona a quien hemos ido en su
bsqueda. Es en esa circunstancia en que podemos detectar la situacin
real de la persona, sus angustias, tristezas, sufrimientos, enfermedades,
alegras y aspiraciones. Podemos observar sus gestos, su manera de
sentarse y conversar, sus lgrimas sus contradicciones; sus balbuceos;
sus debilidades; sus pecados; sus necesidades; as como sus fuerzas y
talentos. No es un sujeto imaginario, es un ser real. No lo hemos extrado
de algn libro de consulta, ni es alguien de quien nos han contado.
Jesucristo realiz su ministerio hablando cara a cara con las personas;
caminaba de aldea en aldea, de pozo en pozo, de ciudad en ciudad, de
sinagoga en sinagoga, de campo en campo, de barca en barca, de monte
en monte. Es as como Jess poda ver y comprobar la verdadera realidad
de quien se le acercaba. El no se imaginaba un sujeto sufriente o alegre,
con problemas o sin ellos, enfermo o lleno de salud, angustiado por su
vida espiritual o satisfecho de ella.
El peligro de la modernidad es usar todos los medios tcnicos de la
comunicacin para nuestras atenciones pastorales, dejando de lado el
contacto personal, la visita personal de casa en casa, en los hospitales u
otro lugar. El telfono, el correo electrnico, el Internet, el satlite, no
podrn nunca reemplazar el calor humano de una entrevista pastoral. No
hay pastoral a distancia. Nosotros tenemos que ejercer una pastoral
personal. Slo as nuestra tarea pastoral ser enriquecida y con olor a
humano.
4. El aporte del Pastor(a) en la entrevista.
He aqu algunos rasgos generales de la contribucin del Pastor(a) en la
entrevista:
resueltas, o conflictivas.
Concentrarnos en incoherencias o
deficiencias que no nos conciernen
(ajenas).
Debe tenerse en cuenta que todo cambio de una institucin a otra afecta
la identidad de la persona que la integra. Este proceso de transicin
algunos no lo tienen claro y la iglesia lo suple, bloqueando su desarrollo.
De ah que se deba tener en cuenta para el proceso de desarrollo de los
creyentes lo siguiente: