Algunas Rimas de Becquer
Algunas Rimas de Becquer
Algunas Rimas de Becquer
RIMA LIII
Volvern las oscuras golondrinas
en tu balcn sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarn.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres...
esas... no volvern!.
Volvern las tupidas madreselvas
de tu jardn las tapias a escalar,
y otra vez a la tarde an ms hermosas
sus flores se abrirn.
Pero aquellas, cuajadas de roco
cuyas gotas mirbamos temblar
y caer como lgrimas del da...
esas... no volvern!
Volvern del amor en tus odos
las palabras ardientes a sonar;
RIMA XII
Porque son, nia, tus ojos
verdes como el mar, te quejas;
verdes los tienen las nyades,
verdes los tuvo Minerva,
y verdes son las pupilas
de las hures del Profeta.
El verde es gala y ornato
del bosque en la primavera;
entre sus siete colores
brillante el Iris lo ostenta,
las esmeraldas son verdes;
verde el color del que espera,
y las ondas del ocano
y el laurel de los poetas.
Es tu mejilla temprana
rosa de escarcha cubierta,
RIMA I
Yo s un himno gigante y extrao
RIMA XIII
Tu pupila es azul y, cuando res,
su claridad save me recuerda
el trmulo fulgor de la maana
que en el mar se refleja.
Tu pupila es azul y, cuando lloras,
las transparentes lgrimas en ella
se me figuran gotas de roco
sobre una voleta.
Tu pupila es azul, y si en su fondo
RIMA XXX
Asomaba a sus ojos una lgrima
y a mi labio una frase de perdn;
habl el orgullo y se enjug su llanto,
y la frase en mis labios expir.
Yo voy por un camino; ella, por otro;
pero, al pensar en nuestro mutuo amor,
yo digo an: Por qu call aquel da?
Y ella dir: Por qu no llor yo?
RIMA IX
Besa el aura que gime blandamente
las leves ondas que jugando riza;
el sol besa a la nube en occidente
y de prpura y oro la matiza;
la llama en derredor del tronco ardiente
por besar a otra llama se desliza;
y hasta el sauce, inclinndose a su peso,
al ro que le besa, vuelve un beso.
RIMA LXXIII
Cerraron sus ojos
que an tena abiertos,
taparon su cara
con un blanco lienzo,
y unos sollozando,
otros en silencio,
de la triste alcoba
todos se salieron.
La luz que en un vaso
arda en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho;
y entre aquella sombra
vease a intrvalos
dibujarse rgida
la forma del cuerpo.
Despertaba el da,
y, a su albor primero,
con sus mil ridos
despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste
de vida y misterio,
de luz y tinieblas,
yo pens un momento:
Dios mo, qu solos
se quedan los muertos!
*
De la casa, en hombros,
llevronla al templo
y en una capilla
dejaron el fretro.
All rodearon
sus plidos restos
de amarillas velas
y de paos negros.
Al dar de las nimas
el toque postrero,
acab una vieja
sus ltimos rezos,
cruz la ancha nave,
las puertas gimieron,
y el santo recinto
quedse desierto.
De un reloj se oa
compasado el pndulo,
y de algunos cirios
el chisporroteo.
el sepulturero,
cantando entre dientes,
se perdi a lo lejos.
La noche se entraba,
el sol se haba puesto:
perdido en las sombras
yo pens un momento:
Dios mo, qu solos
se quedan los muertos!
*
En las largas noches
del helado invierno,
cuando las maderas
crujir hace el viento
y azota los vidrios
el fuerte aguacero,
de la pobre nia
a veces me acuerdo.
All cae la lluvia
con un son eterno;
all la combate
el soplo del cierzo.
Del hmedo muro
tendida en el hueco,
acaso de fro
RIMA LXX
Cuntas veces, al pie de las musgosas
paredes que la guardan,
o la esquila que al mediar la noche
a los maitines llama!
Cuntas veces traz mi silueta
la luna plateada,
junto a la del ciprs, que de su huerto
se asoma por las tapias!
RIMA VII
Del saln en el ngulo oscuro,
de su duea tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
vease el arpa.
Cunta nota dorma en sus cuerdas
como el pjaro duerme en las ramas,
esperando la mano de nieve
que sabe arrancarlas!
Ay! pens; cuntas veces el genio
as duerme en el fondo del alma,
y una voz, como Lzaro, espera
que le diga: Levntate y anda!.
RIMA XXXVIII
Los suspiros son aire y van al aire.
RIMA IV
No digis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeci la lira;
podr no haber poetas; pero siempre
habr poesa.
Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonas,
mientras haya en el mundo primavera,
habr poesa!
Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al clculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a d camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
habr poesa!
RIMA LII
Olas gigantes que os rompis bramando
en las playas desiertas y remotas,
envuelto entre la sbana de espumas,
llevadme con vosotras!
Rfagas de huracn que arrebatis
del alto bosque las marchitas hojas,