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Cesar RR

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Poema LXV de Trlce (Csar Vallejo)

Publicamos el hermoso poema LXV (Trilce) de Csar Vallejo dedicado a la


madre y aprovechamos tambin para conocer el anlisis (exgesis) que hiciera
del mismo el escritor Xavier Abril (Lima, Per, 4 de noviembre de 1905 -
Montevideo, Uruguay, 1 de enero de 1990) en su libroExgesis Trlcica:

Poema LXV
Madre, voy maana a Santiago,
a mojarme en tu bendicin y en tu llanto.
Acomodando estoy mis desengaos y el rosado
de llaga de mis falsos trajines.

Me esperar tu arco de asombro,


las tonsuradas columnas de tus ansias
que se acaban la vida. Me esperar el patio,
el corredor de abajo con sus tondos y repulgos
de fiesta. Me esperar mi silln ayo,
aquel buen quijarudo trasto de dinstico
cuero, que para no ms rezongando a las nalgas
tataranietas, de correa a correhuela.

Estoy cribando mis carios ms puros.


Estoy ojeando no oyes jadear la sonda?
no oyes tascar dianas?
estoy plasmando tu frmula de amor
para todos los huecos de este suelo.

Oh si se dispusieran los tcitos volantes


para todas las cintas ms distantes,
para todas las citas ms distintas.

As, muerta inmortal. As.


Bajo los dobles arcos de tu sangre, por donde
hay que pasar tan de puntillas, que hasta mi padre
para ir por all,
humildse hasta menos de la mitad del hombre,
hasta ser el primer pequeo que tuviste.

As, muerta inmortal.


Entre la columnata de tus huesos
que no puede caer ni a lloros,
y a cuyo lado ni el Destino pudo entrometer
ni un solo dedo suyo.

As muerta inmortal.
As.
Exgesis del poema:
En este notable y emocionante poema dedicado a la madre desaparecida,
vinculado al mundo de Los heraldos negros, se suman, significativamente, las
experiencias propias de la tradicin lingstica del espritu castellano,
desenvueltas en las dos primeras estrofas con la mxima plenitud de que era
capaz Vallejo en su circunstancia ms dolorosa. La estrofa que sigue constituye
una superacin del escenario, al mismo tiempo que indica, paralelamente, el
hecho de que el sentimiento filial no es bice para que el poeta lo eleve, lo
expanda y lo confunda dentro del ritmo que es propio de la Naturaleza. La
pasin del hijo har posible cubrir todos los huecos de este suelo, vacos de
contenido amoroso.

Vallejo, poeta, transpone, incluso, esta zona inmediata de su dimensin


sufriente y recurre para ello, silencioso, en contraposicin al ejear, jadear la
sonda y el tascar dianas, a los volantes, los nicos aptos y posibles, en medio
de la impotencia, a fin de suprimir la distancia con sus cintas de
duelo distantes y las citas distintas, que hostigan y cercan al deudo. Vallejo
senta, de modo enftico, la primera persona del indicativo presente del verbo
estar, de ah que repita, anafricamente, tres veces, Estoy, que es la oposicin,
lo contrario de la muerte. En chino se dice no est para sugerir que un familiar
ha fallecido.

Los dos versos ltimos de la cuarta estrofa, podran parecer ingeniosos a


primera vista, luego de una lectura superficial, sin duda debido a las
aliteraciones paralelsticas dobles, que se desprenden de cintas ms distantes
= citas ms distintas o sea cc cd dd. El pensamiento, la idea, la imagen, no
bastaba a satisfacer la expresividad del poeta. Era necesario, por lo mismo, el
coronamiento fonolgico que prolonga, alterado, angustioso, el lenguaje
potico.

Superada la fase, en el fondo angustiosa, de la orfandad e impotencia, pero en


la que se manifiestan los afanes temporales y especiales del movimiento
comunicativo, el poema ingresa en la parte final. Se dira que el contraste fue
necesario.

A partir de la quinta estrofa hasta la sptima, el adverbioAs, reiterativamente,


vendr a simbolizar de manera formal, en el primer caso, sobre todo, la
representacin alegrica de las quimeras funerarias en los extremos del verbo
o del mausoleo de estilo egipcio que el procedimiento sugiere. En torno a dicha
palabra, cargada de un nuevo rol semntico, se descubre la grave entonacin
del proceso mortal e inmortal. Renueva, pues, el poeta, los alcances limitados,
hasta la vspera, del vocablo. Este, idiomtica y sentimentalmente, agudiza su
contenido de comprobada resignacin. El poema termina, sin agotarse, gracias
al remate de As. La constante anafrica incide en la gravedad de lo que
parece el eco de un coro de ultratumba, para resonar, al fin, sola, eterna,
nica: As.

Vallejo habla del arco de asombro, el que, sin duda, defina el carcter fsico y
humano de su muerta inmortal, slo en un momento menciona como madre
viva al principio y muerta al mediar la composicin. Termina por relacionar
elarco de la sien con los dobles arcos de (su) sangre (las entraas), para
representarse la aventura creadora de su padre, con fundamento enlazada al
vstago primigenio: el primer pequeo que tuviste.

La penltima estrofa retrotrese a las columnas personales, logrando su


unificacin superior en columnata de ()huesos, cuya vigencia no puede caer
ni a lloros. El poeta comprueba en un fondo que renueva la grandeza antigua-
que ni el Destino pudo entrometer / ni un solo dedo suyo.
Insiste el poema en la prolongacin de la muerta inmortal. Esta anttesis que
pregona la perduracin, parecera estar inspirada en el fragmento B2 de
Herclito (Vase Hippolito, Refut. IX, 10.6 inmortales mortales, mortales
inmortales, viviendo la muerte de aqullos, muriendo la vida de aqullos. Cf.
Rodolfo Mondolfo, Herclito, textos y problemas de su interpretacin, p. 38.
Siglo XXI Editores, Mjico, D.F. 1966.
El esquema de la configuracin geomtrica, el cuadrado, es el siguiente:
As, As.

As,

As,
As.
La figura humana, la columnata, se desarrolla sostenida en dicho vocablo. Y
permanece.

Del libro Exgesis Trlcica (1981) de Xabriel Abril, pginas 88, 89, 90 y 91.
(*) Xabriel Abril.- (Xavier Abril de Vivero; Lima, 1905 - Montevideo, 1990) Poeta y
narrador peruano, introductor del surrealismo en la poesa de su pas, y cuya evolucin
creativa transcurri por diversas propuestas estticas.

Curs sus estudios primarios y secundarios en el Colegio Alemn de Lima (1911-1923)


y complet su formacin en el Instituto Lima, donde se especializ en el estudio de la
literatura espaola. En 1926, a los veintin aos de edad, se traslad a Espaa y
estudi durante un ao en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid.
A su regreso a Lima, emprendi estudios superiores en la Facultad de Ciencias
Econmicas de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; pero los abandon
para regresar a Europa y establecerse en Francia, donde entr en contacto con las
voces ms representativas de las vanguardias. Posteriormente se estableci en
Espaa, donde particip activamente en los foros literarios e intelectuales de la poca.
Con el estallido de la Guerra Civil espaola regres a su Per natal. Desde 1948
residi en Montevideo, donde sera de agregado cultural de la Embajada Peruana en
Uruguay (1958-1990).
Madre, me voy maana a Santiago

Pero hay otro texto de Trilce dedicado tambin a la madre y es el poema LXV escrito en mayo de 1920
antes de retornar a su terruo, Santiago de Chuco, cuando haca dos aos su madre ya haba muerto.

Madre, me voy maana a Santiago,


a mojarme en tu bendicin y en tu llanto.
Acomodando estoy mis desengaos y el rosado
de llaga de mis falsos trajines.

Pese a que la madre est muerta va a confiarle a ella sus desengaos y el rosado de llaga de sus falsos
trajines. Porque la madre es quien entiende, es centro, hondura y vastedad. Es llanto para comulgar,
mojarme en l, que es agua y lluvia. Es este poema el del retorno a la tierra natal:

El llanto es aquello tan hondo que no puede ser expresado de otro modo.

Estoy acomodando mis desengaos. Llevo en mi maleta no regalos ni obsequios como en


la sociedad de consumo, sino mi confesin que nos hace ms humanos. Llevo mi alma indefensa y mi ser
adolorido, equivocado ante ti que eres verdad y puro amor. Los llevo para que t los alivies de solo orlos.

Mojarme en tu llanto es una purificacin. Porque el llanto no siempre es de pena, es tambin de


identificacin y reconocimiento. Tambin de felicidad. De la madre viendo llegar al hijo.

Es el poema del retorno, del regreso, de la madre que ve llegar al hijo de sorpresa. El hijo prdigo
arrepentido. Y del padre o madre que acogen. Pero ella ya est fallecida. Hace dos aos que muri. Y l
lo sabe. Entonces, a quin se refiere?

Me esperar tu arco de asombro,


las tonsuradas columnas de tus ansias
que se acaban la vida.

Que se acaban la vida es una manera de hablar en el pueblo. Este gesto, este mohn, este detalle para
hablar.

Qu madre no espera a un hijo que est lejos como si le hubieran desgajando o cercenando el ser? Y
qu es o puede ser un arco de asombro? Desde los brazos, que se elevan de alegra, hasta las cejas o la
frente.

El mundo mismo es un arco de asombro. O puede ser la puerta del templo. Puesto que es llegada y es
recibimiento. Es el encuentro. Pero puede tambin ser el nacer. Para cada madre el hijo estar siempre
naciendo.

Leer ms: http://www.monografias.com/trabajos911/madre-cesar-vallejo/madre-cesar-


vallejo2.shtml#ixzz4Co3pqhRe
La figura de la madre en la potica vallejianaTrilce

Araceli Son Soto*

*Doctora en letras modernas, especialidad, hermenutica y literatura por la


Universidad Iberoamericana. Es especialista en Csar Vallejo. Profesora e
investigadora en el Departamento de Educacin y Comunicacin de la UAM
Xochimilco.

A la memoria de m madre

Resumen

En la poesa de Csar Vallejo la figura de la madre ha ocupado un lugar de


indiscutible importancia; en su imagen confluyen otras: la de la amante, la de los
hijos, la de la tierra y la de toda la humanidad con sus diferentes formas de vida.
Este trabajo da cuenta de la imagen de la madre en Trilce, de acuerdo con su
concepcin arquetpica; esto es, se observar si el tratamiento del tema responde a
los esquemas primigenios de pensamiento del poeta, vinculados a los mitos de
origen y al cristianismo, dada la herencia cultural de Vallejo y el entorno dentro del
cual se cre Trilce. Para esto emplear como herramienta de anlisis el smbolo, ya
que ste permitir visualizar el fenmeno en los aspectos relativos a la forma
(simbolizante), as como a la significacin (simbolizado).

Palabras clave: Csar Vallejo, madre, arquetipos.

Abstract

In the poetry of Cesar Vallejo, the figure of the mother has occupied a place of
unquestionable importance; in her image others come together: the lover, the
children, the Earth and the humanity in its different forms of life. This work
analyzed the image of the mother in Trilce according to its archetype conception,
that its to say, It will be observed how the treatment of the subject by the poet,
relate to the myths of origin, and Christianity, given the cultural inheritance of
Vallejo, and to the surroundings within Trilce was created. For this, the concept of
symbol will be used as analysis tool, since this allows to visualize aspects such as
form, and meaning.
Key words: Cesar Vallejo, mother, archetype.

A lo largo del trabajo potico del peruano Csar Vallejo la madre ha ocupado un
lugar de indiscutible importancia;1 en su imagen confluyen otras, como la de la
amante, la de los hijos, la de la tierra y la de toda la humanidad con sus diferentes
formas de vida. Particularmente en Trilce, el tema aparece enunciado bajo
diferentes modalidades, entre ellas sobresalen, a) la madre como dadora de vida y
unidad armnica de todos los elementos vitales; b) en tanto sustituto de la amante
o sta en lugar de la madre; c) como una representacin metafrica de la creacin
potica equiparable a una gestacin mediante el esfuerzo y el trabajo del artista.
Este trabajo concluir con el anlisis de dos poemas en los que la representacin
maternal aparece de acuerdo con la primera modalidad.

El estudio que me propongo pretende dar cuenta de la imagen de la madre de


acuerdo con su concepcin arquetpica, esto es, observar si el tratamiento del
tema responde a los esquemas de pensamiento primigenios vinculados a los mitos
de origen y al cristianismo, dada la herencia cultural de Vallejo y al entorno dentro
del cual se cre Trilce. Para estos fines, utilizar como herramienta de anlisis el
smbolo, en el entendido de que una de las maneras de estudiar la poesa, la
constituye el anlisis de sus representaciones simblicas, pues la poesa est hecha
de smbolos, su lenguaje es simblico y el smbolo, por su carcter dual permite
estudiar los elementos de la forma (simbolizante) y el contenido (simbolizado).2

En lo simbolizado encontraremos la significacin, el sentido oculto de los poemas


que interpretaremos de acuerdo con los mitos de origen, pues en ellos estn las
ideas bsicas que subyacen al pensamiento de todos los seres humanos y que son
universales. Tambin estudiaremos lo simbolizante o representacin, ya que la
poesa es una obra artstica, en la que la "forma", la manera en cmo est
construida influye decisivamente en la fuerza significativa y en los efectos estticos
que llegan a los lectores. En lo simbolizante se hallan los elementos de estilo que
dotan a la obra de solidez esttica, y por estilo entendemos las caractersticas
sonoras, el uso particular de la sintaxis en la obra y los procedimientos complejos
en el empleo del lenguaje.3 Partimos de la idea de que si se analiza con
detenimiento el estilo de un poema, se pueden extender las apreciaciones a toda la
obra.

En suma, las preguntas por responder son las siguientes: de qu manera se


representa el concepto de madre en Trilce?, y de qu modo los elementos de estilo
contribuyen a proyectar el sentido y la emocin esttica? Alrededor de estas
interrogantes se desarrollar este trabajo, en el que, entre otros elementos,
incluiremos un apartado alusivo a los principales mitos de la diosa madre, de los
cuales se desprende el arquetipo que subyace en los poemas a estudiar, de acuerdo
con el objetivo enunciado.

LA IMAGEN DE LA MADRE EN VALLEJO


La figura de la madre invade los versos de Trilce; obra en la que, en varios casos,
aparece como ncleo central y en otros de manera secundaria, quiz como reflejo
del inmenso dolor causado por su muerte, acaecida en agosto de 1918, un ao
antes de la gestacin de la obra (1919), publicada en 1922. En este poemario a
menudo aflora el sentimiento de orfandad ligado a la ausencia materna y al hogar,
pero ms all de este elemento biogrfico y de las implicaciones de inmadurez que
pudieran adjudicarse al poeta, el tema trasciende estos aspectos y la madre se
transforma en el gran smbolo afectivo y de creacin, as tambin en el pretexto
para construir poemas de gran cohesin esttica, en los que se logra articular la
forma para transmitir las ms hondas emociones.

A diferencia de Trilce, en Los heraldos negros el tema no tuvo la misma


importancia, segn Giovanni Meo Zilio; en este ltimo, la imagen de la madre se
muestra unas diez veces y no exhibe el carcter de angustia que adquiri despus,
aunque s de tristeza; en l la figura materna se presenta, en ocasiones,
personalizada en la misma progenitora de Vallejo, en otras, despersonalizada y en
algunas ms reemplazando a la mujer amada.4En poemas posteriores a Trilce la
madre alcanza una gran identidad afectiva y dimensiones csmicas, con mayor
presencia verbal e impersonal; as lo indican varios de los Poemas en prosa y el
smbolo Madre Espaade la obra pstuma, Espaa, aparta de m este cliz.

Segn hemos observado, los temas se entrelazan unos con otros, por ejemplo, en
los poemas en los que predomina el tema de la muerte, ste se combina con el del
tiempo, la existencia, el dolor, entre algunos ms, y en varios fragmentos la madre
se vincula a la muerte/renacimiento; por ejemplo, en el poema XXIII el hablante
busca la abolicin del tiempo para renacer sin los vnculos afectivos de la madre y
de la amada; en el XXVII el miedo a los recuerdos dolorosos est relacionado con la
muerte de su familia y de la madre; en el III el desamparo es producto de la
ausencia de los padres, en el LXI la muerte tambin aparece unida al hogar; entre
otras formas, en los cuales el orgasmo, como "pequea muerte" deja ver a la
amante disociada de la imagen materna. En Trilce XLVI es evidente la aoranza de
la madre muerta en el ambiente familiar, enlazada a los alimentos; en este poema,
la fuerza de los versos adquiere una emotiva tristeza y se observa la utilizacin de
frases que juegan con el sentido de muerte/vida. Todo esto denota la importante
presencia materna, no slo en los poemas en que se trata como tema central, sino
en muchos ms en los que se combina con otros asuntos.

En adelante tambin veremos de qu manera el concepto de madre encierra el


prodigio de la vida ligado a la muerte a travs del renacimiento, cuyo fundamento
arquetpico radica en que, en cuanto unidad del ciclo vital, los muertos llegan a la
tierra, smbolo del tero materno, para volver a nacer; as, la madre constituye la
representacin de todos los procesos de vida dentro de los cuales se halla la
muerte. En los poemas en los que prevalecen smbolos maternales, tambin
aparece la muerte, ya que ambos temas forman parte de las obsesiones del poeta.
En los dos casos subyacen los arquetipos primigenios y universales, pues sus
ingredientes significativos estn presentes en los mitos de origen y se hacen
evidentes en el pensamiento del poeta; ms an por el fallecimiento de la madre,
quien fuera la fuente de sus evocaciones ms felices e intensas, junto al hogar y la
amada, refugio de calidez en medio de sentimientos de desasosiego producidos por
su ausencia
EL ARQUETIPO DE LA MADRE

El arquetipo de la madre ha estado presente en las diferentes culturas a travs de


todos los tiempos y se ha manifestado en infinidad de mitos, creencias, rituales,
obras de arte: pictricas, escultricas, literarias, etctera, que dan cuenta de su
influencia dominante en la humanidad. La diosa madre es el ncleo de ese
arquetipo que ha inspirado una percepcin del Universo como unidad sagrada y
viva, en la que se mezcla una red csmica que une los rdenes de la vida
manifiesta y oculta, cuyo centro ha girado en torno a la creacin. Por su esencia de
totalidad, la imagen de la diosa ha irradiado mbitos ms all de los estereotipos de
la feminidad, y a lo largo de su historia ha desempeado el papel de soberana,
guerrera, cazadora, junto a otros atributos, entre los cuales estn su autonoma,
sexualidad y fuerza, as como la unidad de los opuestos, lo masculino y lo
femenino, la creacin y la destruccin, la vida y la muerte.5

El mito de la diosa, en cuanto expresin divina y unidad de vida se difumin hace


ms de 4000 aos6, y a pesar de su degradacin, sus valores inherentes no
desaparecieron del todo, por ejemplo, siguen vigentes algunas expresiones vitales
afirmadas en las convivencias culturales de antao. Esos residuos se manifiestan en
rasgos como, la espontaneidad, la expresin de sentimientos, los instintos, la
intuicin, asociados en nuestra cultura a lo femenino, preponderantemente.

Desde los comienzos, los mitos se han elaborado a travs de analogas con la
naturaleza, as, en el Paleoltico, el Neoltico y la Edad de Bronce el smbolo de la
diosa madre fue la Luna, sus fases rtmicas de luz y oscuridad se percibieron por los
primitivos a modo de patrn de crecimiento y constante renovacin que daba
confianza a su existencia. De las fases lunares se derivaron infinidad de mitos que
llevaron a entender mltiples fenmenos naturales, as dedujeron que de una
semilla nace la flor, de sta una fruta que se hunde en la oscuridad de la tierra y
que regresa de la misma manera que una semilla regenerada.7

Asimismo, los primitivos crearon un conjunto de smbolos derivados, por ejemplo,


las formas sinuosas de la Luna los llev a compararla con la serpiente que, al igual
que la Luna, mora y regresaba a la vida (la serpiente mudaba de piel y permaneca
viva, por lo cual, en pocas posteriores, se convirti en una imagen de renacimiento
y transformacin), de igual modo que el tero materno despus de dar a luz muere
y queda listo para otro nacimiento; la serpiente, el espiral y el laberinto, similares
en sus formas, se enroscan y llegan al tero de la tierra que simboliza la madre. La
diosa madre daba a luz todas las formas de vida; de esto dan cuenta la multitud de
vestigios de figuras gestantes relacionadas con el mito de la fertilidad y la
naturaleza sagrada de la vida, con sus transformaciones y con el renacimiento.8 De
eso se desprende tambin que la vida y la muerte, en su concepcin arquetpica, se
derive de ese mito primordial y, debido a ello, hoy en da la Luna es an la imagen
primigenia del nacimiento, del crecimiento, de la muerte y de la putrefaccin.

A finales de la Edad de Bronce y en los albores de la de Hierro los mitos de la diosa


se reinterpretaron o se suprimieron para dar lugar a los de los guerreros, de los
cuales dan cuenta el Antiguo y el Nuevo Testamento y la mitologa griega. Zeus es
uno de los dioses que respondi a esta necesidad; Eros simboliz la unin del cielo
y la tierra, gener el equilibrio necesario para el nacimiento de todos los seres
divinos y humanos e impuls la fecundidad.9 Afrodita encarna el amor, la belleza, el
deseo y, por aadidura la fertilidad, ya no fue la gran diosa madre, origen de todas
las cosas, sino quien por sus impulsos instintivos se tiende con Hermes sobre las
arenas cretenses y juntos engendran a Hermafroditas.10 En muchos casos, los
dioses fueron figuras masculinas todopoderosas que minaron la imagen de las
mujeres, con lo cual el concepto lunar de muerterenacimiento fue desapareciendo.
En otros, las representaciones conjugaron tanto las imgenes de la diosa asociada a
la fecundidad como el elemento masculino; el agua, la leche, el semen, el roco, la
miel constituyeron la nutricin de la luna.

Posteriormente, en el mito del Gnesis, de cuyos fundamentos deriva el


cristianismo, Eva viene a representar un derrocamiento de la gran madre y aunque
varias de sus imgenes conjugan elementos que afirman la vida en los mitos
anteriores, por ejemplo, el jardn, los cuatro ros, el rbol de la vida, la serpiente,
entre otros, el de Eva se fundamenta en el miedo, la culpa, el castigo y el reproche,
ya que se adjudica a ella, a la mujer y a la serpiente, antes encarnacin de la diosa,
la responsabilidad del pecado y, a pesar de que Eva significa vida, en el mito se
convierte en causa de muerte. La desmitologizacin de esta primera mujer,
creadora de naturaleza, dio pie a que la muerte antes vista como un todo con la
vida, en tanto que los muertos regresaban al tero para renacer se constituy en
un castigo.

Es hasta el siglo XV, despus de 1500 aos de la muerte de Mara, cuando su


imagen se reviste de nuevo con las caractersticas de las diosas anteriores la
resurreccin de Cristo redimi a los seres de las limitaciones de la mortalidad. De la
reivindicacin de Mara, con atributos de diosa, dan cuenta numerosas esfinges
desde Asia menor hasta el Nilo y desde Grecia hasta el Valle del Indo, en las cuales
aparece desnuda; as como en las decenas de iglesias y catedrales construidas en
su honor en Francia. La influencia dominante de Mara se puede entender si se sita
en la tradicin milenaria de la diosa madre, y los historiadores la consideran el
ltimo eslabn mediante el cual se diviniza la belleza de la tierra.

En nuestra cultura occidental actual no existe ningn mito femenino de la diosa, por
lo que su arquetipo a manera de entidad sagrada est ausente, aunque dicho mito
sobreviva parcialmente en la figura de Mara. En el comienzo, la diosa madre dio a
luz sola, todo comparte una identidad comn. Despus, se uni con el dios, quien
fuera su hijo, y posteriormente su amante, para dar a luz al mundo. En la siguiente
etapa, el dios tataranieto de la diosa madre la mat y construy el mundo a
partir de su cadver, y a la raza humana con la sangre del hijo
amante.11 Finalmente, dios cre el mundo sin referencia a la diosa madre a travs
de la palabra.12 En el mito hebreo de la creacin, heredado por las tradiciones
islmica y cristiana no existe referencia alguna a la gran diosa; su retirada y
sustitucin por el dios es interpretado a modo de la separacin gradual de la
humanidad con la naturaleza, que ha llevado a plantearnos la necesidad de
comprender el mundo como un todo.13

Esto significa que no tener en cuenta el mito de la diosa no implica su ausencia,


pues segn seala Erich Neumann, el arquetipo de la gran madre opera en la
estructura psicosocial, en el inconsciente de la psiqueindividual y colectiva, cuya
manifestacin primaria es el smbolo. Neumann puntualiza que la virtualidad
creadora del inconsciente, tiene como trasfondo lo que se llama conciencia
matriarcal y es el fundamento de la cultura. Advierte, adems, que esa conciencia
no debe entenderse mediante su identificacin con la mujer, existe tambin en el
varn y hay que reconocerla a modo de niveles psquicos, que no corresponden,
necesariamente, al hombre y a la mujer en cuanto a sus rasgos sexuales. Ambos
gneros son psicolgicamente bisexuales, el hombre alberga dentro de s
al nima (femenina) y la mujer al nimus (masculino) vinculados al
inconsciente.14 Con estas bases realizaremos el anlisis de los poemas, XXIII y
XXVIII de Trilce,15 en cuya escritura aparecen, de manera reiterativa, los elementos
de la diosa madre, no porque aluda a la adoracin de una imagen personalizada,
pues ninguna visin se presenta a travs de los trminos literales de su primera
manifestacin.

EL SMBOLO DE LA GRAN MADRE

En varios poemas de Csar Vallejo se halla presente el smbolo de la gran madre


como unidad de vida, protectora y nutricia, que en su escritura se traslada a
escenas cotidianas. El poema XXIII es la recreacin de un ritual alimenticio en el
que la madre alimenta a sus hijos a la manera de una evocacin eucarstica; el pan
simboliza el alimento tanto en el plano material como espiritual y, de igual modo
que en el mito primigenio, la madre representa la armona de los elementos vitales,
la alimentacin, el afecto, la proteccin. La madre es la dadora de vida y, en su
ausencia, el hablante potico vive la orfandad y el sufrimiento.16

Poema XXIII

Tahona estuosa de aquellos mis bizcochos


pura yema infantil innumerable, madre.

Oh tus cuatro gorgas, asombrosamente


mal plaidas, madre: tus mendigos.
Las dos hermanas ltimas, Miguel que ha muerto
y yo arrastrando todava
una trenza por cada letra del abecedario.

En la sala de arriba nos repartas


de maana, de tarde, de dual estiba,
aquellas ricas hostias de tiempo, para
que ahora nos sobrasen
cscaras en relojes en flexin de las 24
en punto parados.

Madre, y ahora! Ahora, en cual alvolo


quedara, en qu retoo capilar,
cierta migaja que hoy se me ata al cuello
y no quiere pasar. Hoy que hasta
tus puros huesos estarn harina
que no habr en qu amasa
tierna dulcera de amor,
hasta en la cruda sombra, hasta en el gran molar
cuya enca late en aquel lcteo hoyuelo
que inadvertido lbrase y pulula t lo viste tnto!
en las cerradas manos recin nacidas.

Tal la tierra oir en tu silenciar,


cmo nos van cobrando todos
el alquiler del mundo donde nos dejas
y el valor de aquel pan inacabable.
Y nos lo cobran, cuando, siendo nosotros
pequeos entonces, como t veras,
no se o podamos haber arrebatado
a nadie; cuando t nos lo diste,
di, mam?

Los dos versos iniciales de la primera estrofa incluyen una combinacin de palabras
cuyo significado apunta hacia distintas direcciones; todas ellas relacionadas con el
arquetipo de la madre en el sentido expuesto en el apartado anterior. La "tahona
estuosa" es un smbolo de la madre universal, los arcasmos que lo componen
connotan un horno caliente, ardiente, semejante al tero materno que produce el
pan para los hijos an pequeos. Adems, esos versos proyectan la imagen de la
madre nutricia y frtil, tal y como se percibe mediante el calificativo,
"innumerable"; palabra clave para referir a su amplia capacidad de prodigar vida,
alimento y afecto. Los trminos, "yema infantil" introducen la relacin con la
infancia, con los hijos y la sensibilidad de stos, como ocurre con la parte ms
sensible de los dedos de las manos; tambin alude a la yema de los huevos, con la
cual se elabora el pan que simboliza el alimento.

La siguiente estrofa, ahora de cinco versos, nos proporciona, de manera clara, los
datos biogrficos de Vallejo para comunicarnos que el poema se inspir en su
propia madre. "Gorgas" es una metfora de los cuatro hermanos, a la vez, proyecta
la idea de la comida que la madre raciona para darla a sus hijos, es tambin una
analoga de las migajas de alimento que se da a las aves y de la forma en que los
polluelos, estirando sus picos, circundan a quien les da de comer. Otro de los
significados de "gorga" es remolino, cuyo sentido arquetpico se asocia al seno
materno, en tanto que todas las formas espirales desembocan en la tierra. Esta
segunda estrofa es una evocacin del mito, los hijos ocupan el lugar de los
mendigos, como en el mito de antao los vstagos de la diosa se lamentaban,
imploraban y rendan tributo a su protectora. Los dos ltimos versos de esta estrofa
ubican, ms o menos, la edad del hablante lrico por la referencia metafrica a la
dificultad de construir las palabras al momento en que se produce el aprendizaje de
la escritura, "y yo arrastrando todava / una trenza por cada letra del abecedario".

La tercera estrofa es una clara evocacin eucarstica y una combinacin del mito
primigenio con el de la religin cristiana en un espacio y tiempo concretos, "En la
sala de arriba nos repartas / de maana, de tarde, de dual estiba, / aquellas ricas
hostias de tiempo". En ese mbito se recrea el sacramento eucarstico, slo que
quien provee el alimento, no es el dios padre o el sacerdote, sino la madre, "de dual
estiba", o la que lleva la carga y su sacrificio a cuestas. Las hostias son "ricas" y "de
tiempo", lo cual conduce a la percepcin tanto de la dimensin alimenticia concreta
y placentera, la de alimentarse para el crecimiento y vida futura, necesaria en todos
los seres humanos, a la vez la del ingrediente espiritual, puesto que en el rito
cristiano, la hostia es el cuerpo de Cristo que se ingiere para purificar al cuerpo de
los pecados despus de la confesin. El alimento dado por la madre adquiere en los
versos una importante dimensin, en la medida que servir para el futuro y rebasa
el tiempo marcado por los relojes que, incluso, ya no existen como tales, sino como
"cscaras", "para / que ahora nos sobrasen / cscaras de relojes en flexin de las
24 / en punto parados". Estos versos de compleja sintaxis, estn asociados a la
significacin central y connotan un ms all del tiempo recreado en el poema y una
suspensin del mismo en el momento que la madre muera. La madre da de comer
tiempo, idea arquetpica que subyace a la diosa madre, en tanto fuente perpetua
del mismo, como ser inmortal.

La cuarta estrofa nos traslada a la presenciaausencia de una madre terrenal, la


evocada por el hablante lrico y cuya muerte inspir la fuerza emotiva del poema. El
hablante plasma sus inquietudes del misterio de la muerte y dice, "Madre, y ahora!
Ahora, en cul alvolo / quedara, en qu retoo capilar," para indicar que la madre
se ha reducido casi a la nada, ya que desconoce en cul de las diminutas celdillas
que existen en el universo o en cul de los miles de pequeos orificios de los que
surge un cabello se halla y expresa el dolor por su ausencia al aludir a una migaja
del mismo pan que antes le proporcion, "cierta migaja que hoy se me ata al
cuello / y no quiere pasar", as como el nudo en la garganta que inhibe la
respiracin a causa del dolor por la ausencia de la persona amada.

En los siguientes versos, Vallejo alude al polvo en el que se convierten los


cadveres y a la frase enunciada por Dios en el Gnesis, "polvo eres y en polvo te
convertirs", pero establece, una vez ms, la relacin con el pan, con el alimento y
con el papel nutricio de la madre; entonces expresa: "Hoy que hasta / tus puros
huesos estarn harina / que no habr en qu amasar", pues la idea de prodigar
penetra hasta los huesos, hasta lo ms profundo del ser de la madre, ya que en
ellos se amasaba la harina del pan, que adquiere una privilegiada dimensin
simblica. El siguiente verso de esta larga estrofa califica en tono admirativo las
caractersticas centrales de la madre, "tierna dulcera de amor," en el que Vallejo
conjuga dos sentidos, el dulce de los bizcochos y la dulzura y ternura de la madre
amorosa. En los versos contiguos la muerte se entrelaza con la vida:

hasta en la cruda sombra, hasta en el gran molar


cuya enca late en aquel lcteo hoyuelo
que inadvertido lbrase y pulula t lo viste tanto!
en las cerradas manos recin nacidas.

La sombra y el molar de la madre que ha fallecido albergan vida, ya que la enca


late y el hoyuelo del molar produce la leche que da la madre; imgenes que
remiten a la germinacin comnmente asociada a la muerte. "Lbrase" y "pulula" o
anda por ah, tambin indican vida en tanto referencias a construir, forjar y en
cuanto a movimiento. Esto, segn los versos, es visto por la madre desde el ms
all, a quien apela el hablante potico, "t lo viste tanto!" implcitamente referido
al momento en que la madre dio a luz a cada uno de sus hijos, as lo constata el
verso, "en la cerradas manos recin nacidas". Aunque la sintaxis es difcil, los
versos proyectan la eterna capacidad de la madre de dar vida y del mismo modo
que en los mitos, la muerte trae en consecuencia la esperanza, el renacimiento que
se produce de manera inadvertida en cuanto parte del ciclo natural de la existencia.

En la ltima estrofa se aprecia una alusin arquetpica a la gran madre, "Tal la tierra
oir en tu silenciar, / cmo nos van cobrando todos / el alquiler del mundo donde
nos dejas". La tierra, smbolo de la madre, de la diosa que escucha, que prodiga, es
testigo de lo que ocurre en el mundo, de que el bienestar, la felicidad, el alimento,
el pan, el amor disfrutados por el hablante lrico tienen precio y al igual que gran
parte de los poemas de Vallejo, el costo es el sufrimiento causado por la orfandad,
por el abandono de la felicidad indiscutiblemente ligada al hogar y a la madre. Para
el pensamiento vallejiano, la madre responde a las cualidades del arquetipo
primigenio en tanto ncleo reunificador de la realidad, ella prodiga todos los
elementos vitales, el alimento que favorece el crecimiento, la proteccin, la
seguridad, el afecto y adems, la esperanza de vida con su muerte. Para el poeta el
precio de la felicidad del "pan" recibido es injustificado pues dice:

el valor de aquel pan inacabable.


Y nos lo cobran, cuando, siendo nosotros
pequeos entonces, como t veras,
no se lo podamos haber arrebatado
a nadie; cuando t nos lo diste,

Es decir, al mundo se viene a sufrir, nacer implica dolor y nadie pide vivir y mucho
menos arrebata la vida. El sufrimiento producto de la orfandad por la ausencia de la
madre, la cual otorgada por la naturaleza y centro de vitalidad y fuerza deja un
vaco, que el hablante lrico experimenta a manera de pago por la felicidad vivida.
El poeta, en el ltimo verso, interpela de modo carioso a la madre que le dar la
razn en sus apreciaciones, "di, mam?", con lo cual constata que an muerta vive
en sus pensamientos. En este poema se venera a la madre, y al igual que todo lo
que asimila la naturaleza y el espritu, constituye la armona, la razn y la redencin
del mundo.

Segn Juan Espejo Asturrizaga este poema se escribi en 1919,17 el rasgo ms


sobresaliente de su estilo es la unidad interior producida por dos momentos, el
primero de ellos se visualiza en las tres primeras estrofas, mediante la recreacin
de los recuerdos felices de infancia con la presencia de la madre y el ritual
alimenticio, y el segundo en las dos ltimas estrofas, en las que el hablante expresa
el dolor por la ausencia de la madre muerta y su rebelda por esa injusticia de la
vida, de la cual el poeta se exculpa. Para cerrar, el hablante manifiesta los vnculos
con la madre que sigue presente en sus pensamientos y a quien habla para hacerla
partcipe de su desdicha, pues ella, desde el ms all, es testigo de las injusticias
que la vida se cobra por los momentos felices. Una vez ms, como elemento
constante en su escritura, Vallejo recrea la culpa, en este caso, por la felicidad.

En el aspecto fontico el poema emplea sonidos similares a la palabra madre que


repite en tres ocasiones y en una ms escribe, mam. Con fines sonoros se recurre
al uso reiterativo de las emes en varias palabras o sea, se emplea la figura llamada
paronomasia, estos son los casos de, "innumerable", "asombrosamente",
"mendigos", "hermanas", "muerto", "maana", "migaja", "amasar", "amor",
"sombra", "molar", "mundo" y otras ms; todas ellas favorables a la tonalidad
intencional de enfatizar en el sentido de madre y proporcionar un ritmo interior
armnico. El tono es grave y la mayora de los vocablos se acentan de ese modo,
lo cual da seriedad a la temtica abordada, cuyo ncleo central es la madre que en
el poema alcanza dimensiones de grandeza mtica.

El uso del lenguaje reproduce muchos smbolos del mito primigenio, por ejemplo, la
"tahona estuosa" que significa un horno caliente y que por tratarse de una cavidad
se convierte, dentro del contexto, en smbolo del tero materno; "innumerable" que
alude a la fertilidad, a los mltiples atributos de la madre, "gorgas" es tambin un
smbolo materno, pues una de sus acepciones es laberinto y en la mitologa todas
las formas espirales remiten a la madre porque desembocan en la tierra. sta es un
smbolo universal de la gran madre en el sentido de prodigalidad, de fertilidad de
todos los vegetales y de toda la vida que emerge de ella; el "pan" adquiere un valor
simblico en tanto alimento material y espiritual y ste se relaciona con los
bizcochos, la hostia, la harina y la comida; los mendigos en lugar de hijos son la
contraparte del que da y se emplea para acentuar la generosidad de la madre que
da sin solicitar nada a cambio.

Hay otros smbolos, por ejemplo, la sombra, el gran molar, los cabellos, los huesos,
generalmente asociados a la muerte que en el poema subrayan el deceso de la
madre, ya que Vallejo visualiza la muerte como parte de la vida y, en este caso, la
madre es la generadora de vida, incluso en la muerte. Por esto encontramos
smbolos de vida, este es el caso de "retoo", aun cuando el trmino "capilar"
remita a muerte, del mismo modo que "cerradas manos recin nacidas" incluye
ambos elementos; lo cerrado, oscuro denota muerte, "recin nacidas" nacimiento;
as, "el gran molar" proporciona una idea de muerte y la "enca" que late connota
vida. Los trminos "lbrase" y "pulula" se asocian con vida, la primera por su
significacin de construir y la segunda, por sus implicaciones de movimiento. As,
constatamos, una vez ms, el carcter simblico del lenguaje y su relacin con los
arquetipos.

Un rasgo de estilo en Vallejo es la recurrencia a construcciones complejas y a una


sintaxis que induce a la interpretacin contextual o a la percepcin del sentido y no
a la significacin precisa, aunque tambin hay rasgos objetivos, en este caso, por
ejemplo, lo ms concreto son los referentes autobiogrficos, las dos hermanas,
Miguel que ha muerto, la madre que tambin feneci, entre algunas ms; las otras
son metforas, pero como las nombra Paul Ricoeur, de raz, puesto que no son
convencionales, sino creadas de modo original y entendibles en su contexto. Este es
el caso de "y yo arrastrando todava / una trenza por cada letra del abecedario"
para aludir a su edad y a la dificultad en el aprendizaje de la escritura; trenza
podra ser la palabra construida an con torpeza, ya que la palabra, "arrastrando"
denota dificultad. Los versos, "para / que ahora nos sobrasen / cscaras de relojes
en flexin de las 24 / en punto parados" deducimos que refiere a la previsin de la
madre de prodigar un alimento duradero cuando falte. La complejidad de las frases
permite el juego de las significaciones, por ejemplo, en los versos, "Hoy que hasta
tus puros huesos estarn harina / que no habr en que amasar" en los que el
hablante refiere a que los huesos estarn hechos polvo como los de los muertos,
pero tambin a que en ellos se amasaba la harina.

Este poema ha sido interpretado por la crtica en un sentido similar al nuestro,


Andr Coyn atribuye al poema un tono religioso correspondiente a una especie de
ritual alimenticio que se precisa en "aquellas ricas hostias de tiempo" y que se
prolonga en las dems estrofas; a esto agrega que, "pura yema infantil" remite al
"Jess an mejor de otra gran Yema" aludido en Los heraldos negros.18Para Mariano
Ibrico el poema presenta reservas de felicidad que ofreci la madre y que cobra
cruelmente la vida, asimismo, alude al sentido eucarstico simbolizado en las
hostias de tiempo.19 Para Julio Ortega, el hogar aparece en el poema como la
unidad protectora en el que la madre es la figura esencial,20 y para Amrico Ferrari,
la mesa sigue siendo el centro del universo humano, espiritual y cargado de
significacin amorosa, cuando no religiosa; agrega que al igual que enPoemas
humanos el pan es un smbolo privilegiado, patente en Los heraldos negros y
acentuado en Trilce que trasciende a la nocin religiosa de hostia. El crtico agrega
que la madre, el hurfano y el pan se asocian con la "deuda" y para l, el poema
rebasa el plano de lo afectivo simblico para convertirse en una queja de amargura
que concierne a la relacin del hombre con el mundo.21

NealeSilva observa aproximaciones nocionales, plurisemia, discontinuidad


gramatical, fusiones temporales e intensidad afectiva y, de manera similar a nuestra
lectura, en la primera parte advierte ensoacin y paz y en el resto conciencia de
prdida.22 Irene Vegas analiza de manera detallada el poema en trminos de sus
desviaciones gramaticales siguiendo a Jean Cohen y dice, "De la visin evocadora
de la madre cociendo bizcochos [...] surge la metfora que la transfigura en
'tahona' [...] amplificando su funcin." La Asociacin se acenta con el adjetivo
"estuosa", y la ausencia de puntuacin carga al segundo verso de un nuevo sentido,
al abrir una nueva frase nominal en cuanto al predicado de madres, que provoca
una ambigedad por la Asociacin de "bizcochos" con "pura yema", el ms rico
manjar de la niez, que al relacionarse con la madre le confiere una nueva
transfiguracin simblica, de modo que se convierte en la ms excelsa
nutriz.23 Observemos que la mayora de los crticos coinciden, junto con nosotros,
en un punto central: que el poema constituye una veneracin a la madre, aun
cuando cada uno enfatice en aspectos de distinta ndole.

Poema XXVIII

En este poema aparece como trasfondo, una vez ms, la imagen de grandeza que
los mitos otorgaron a la diosa madre, como nutricia, protectora, dadora de afecto,
es decir, como centro armnico de todos los elementos vitales. El dolor producido
por la muerte de la madre del poeta es quiz el aspecto biogrfico que ahonda su
veneracin y por lo que en Trilce se transforma en una idealizacin o, ms bien, en
la revalorizacin de actitudes que en la convivencia diaria pudieran constituir
simples elementos con los cuales los seres humanos se enfrentan al mundo; sin
embargo, la muerte del ser ms amado, impacta de manera profunda a cualquier
persona y ms an a las que, como el poeta, fueron dotados de una gran
sensibilidad. A pesar de esto, Vallejo fue capaz de sublimar su dolor a travs de la
poesa y junto a l, logr articular la forma para darnos un poema que transmite la
emocin de la prdida de manera honda. El poema refleja que el hablante extraa
su hogar, cuyo ncleo es la madre, quien lo procuraba y daba amor a travs de
atenciones nutricias. Veamos el poema:

XXVIII

He almorzado solo ahora, y no he tenido


madre, ni splica, ni srvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte para su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.

Cmo iba yo a almorzar. Cmo me iba a servir


de tales platos distantes esas cosas,
cuando habrse quebrado el propio hogar,
cuando no asoma ni madre a los labios.
Cmo iba yo a almorzar nonada.

A la mesa de un buen amigo he almorzado


con su padre recin llegado del mundo,
con sus canas tas que hablan
en tordillo retinte de porcelana,
bisbiseando por todos sus viudos alvolos;
y con cubiertos francos de alegres tiroriros,
porque estnse en su casa. As, qu gracia!
Y me han dolido los cuchillos
de esta mesa en todo el paladar.

El yantar de estas mesas as, en que se prueba


amor ajeno en vez del propio amor,
torna tierra el bocado que nos brinda la
MADRE,
hace golpe la dura deglusin; el dulce,
hiel; aceite funreo, el caf.

Cuando ya se ha quebrado el propio hogar,


y el srvete materno no sale de la
tumba,
la cocina a oscuras, la miseria de amor.

Desde la primera estrofa los versos connotan soledad, aquella que produce la
ausencia de lo amado aun con la compaa fsica de otras personas. La comida
existe como materia para saciar el hambre biolgica, pero el elemento afectivo
proveniente del hogar materno est ausente:

He almorzado solo ahora, y no he tenido


madre, ni splica, ni srvete, ni agua,
ni padre que, en el facundo ofertorio
de los choclos, pregunte por su tardanza
de imagen, por los broches mayores del sonido.
La soledad durante el almuerzo est directamente relacionada con la ausencia de la
madre, quien en forma acostumbrada le rogaba e indicaba al hablante que se
sirviera. Tampoco hay agua, pues la madre ha muerto y, adems de que el lquido
forma parte de los alimentos, est relacionado simblicamente con la vida que
prodigaba la madre. Segn se puede observar, el padre, conforme al orden de los
versos y los significados que proyectan, se ubica en segundo lugar en relacin con
la madre, aunque tambin forma parte del aorado hogar. El almuerzo connota
sacralidad, ya que "el facundo ofertorio / de los choclos" es equiparado con la
escena sagrada de la misa cristiana; en el "ofertorio" el sacerdote ofrece a Dios la
hostia y el vino del cliz en medio de oraciones, el cura ingiere el vino y despus,
reparte las hostias a los fieles que se han confesado como smbolo de purificacin
del alma por sus pecados. La analoga de los versos con el ofertorio connota el
esmero en la invitacin verbal (facundo) o bien, la elocuencia de la madre para
procurar que la familia coma con agrado. "Choclos" significa mazorca o elote tierno,
alimento, aunque Monique Lematre nos aporta el dato de que el trmino significa
hostias en el Per.24 El padre, durante el almuerzo, pregunta por la tardanza de la
madre, "por los broches mayores del sonido" o bien, por la presencia de mayor
importancia, la que ms ruido hace en la escena hogarea. El padre est ausente,
lejos del almuerzo narrado por la voz potica, pero la madre est doblemente
ausente, puesto que en la escena aorada el padre pregunta, "por su tardanza de
imagen" o bien reclama su ausencia momentnea.

La segunda estrofa describe la sensacin de ansiedad que vive el hablante ante la


comida, cuyo estado de nimo, directamente relacionado con el hogar desintegrado
debido a que la madre ha muerto; le impide pasar bocado y en un tono que
solicita comprensin, expresa "Cmo iba yo a almorzar. Cmo me iba a servir"; los
platos le parecen "distantes" y lo que contienen es algo indefinido, "esas cosas".
Despus indica el motivo por el que no siente deseos de comer, "cuando habrse
quebrado el propio hogar" y cuando no puede ni siquiera pronunciar la palabra
madre y no slo eso, sino que no puede decir nada, "cuando no asoma ni madre a
los labios", condiciones que le impiden probar al menos un poco de alimento,
"Cmo iba yo a almorzar nonada".

En la tercera estrofa la voz lrica narra y describe el ambiente del lugar del
almuerzo que le ha trado a la mente el hogar evocado y nombra a su
acompaante, el padre de su amigo "recin llegado del mundo", o llegado del
trabajo o de fuera, donde ocurre lo que concierne a la vida mundana, mientras las
tas, circunscritas al hogar y de edad avanzada, "canas tas", "hablan / en tordillo
retinte de porcelana, / bisbiseando por todos sus viudos alvolos"; estos versos
confusos por su sintaxis podran significar una comparacin pintoresca de las tas
con los tordos, pues stos son unos pjaros de cuerpo grueso, pico delgado y
negro, lomo gris y vientre blanco amarillento, que por sus colores podran semejar
el retinte de la porcelana; a la vez "retinte" proyecta la idea de sonido, el de la
porcelana que se combina con la conversacin entre dientes (bisbiseando) y cuyo
sonido, por falta de ellos y por sus cavidades vacas (viudos alvolos), produce una
especie de cuchicheo.

El verso siguiente dice, "y con cubiertos francos de alegres tiroriros" o bien que los
cubiertos estn relucientes, limpios y reproducen un sonido musical; "tiroriros" es la
onomatopeya de ese sonido. El ambiente pintoresco que describe la voz lrica
contrasta con su vivencia interior y aade, "porque estnse en su casa. As qu
gracia!", esto es, la alegra observada por el hablante es atribuida a que, a
diferencia de l, los dems estn en su hogar, y a l, por el contrario, le "han dolido
los cuchillos [...] en todo el paladar"; este dolor que vive el hablante lrico es
equiparado al que producen las heridas de esos instrumentos cortantes y en el
paladar porque forman parte de los utensilios usados para comer que tienen
contacto con la boca, con el gusto por la comida vinculada a la falta de amor
materno y al hogar.

La cuarta estrofa insiste en las ideas que se han expuesto en las estrofas anteriores
e indica que el "yantar" significa amor en todos los casos, pero que no es el que el
hablante requiere, no es el de su hogar, sino el ajeno que, "torna tierra el bocado
que nos brinda la/MADRE", pues ese bocado se convierte en "tierra", como
arquetipo de la madre que ha muerto y ha sido absorbida por la misma pero que
sin la presencia de la "MADRE" en vida se convierte en ella, la que le trae recuerdos
felices, la asociada con sus atenciones y afecto, slo que esa ya no existe y "hace
golpe la dura deglusin; el dulce, hiel; aceite funreo, el caf", es decir, el hablante
no puede masticar y traga; "el dulce" se convierte en amargura, "hiel", y el caf en
"aceite funreo" o muerte. El uso de las maysculas para designar a la madre
acenta la grandeza con la que el poeta busca representarla y venerarla elevndola
a mito, como lo hicieron antao las culturas primitivas con su diosa. En la quinta y
ltima estrofa reitera lo que tanto le obsesiona a la voz potica, el hogar
desintegrado por la ausencia materna, imposible de revivir que trae en
consecuencia la soledad, la orfandad o la miseria de amor como lo expresa en los
ltimos versos del poema, "Cuando ya se ha quebrado el propio hogar, / y el srvete
materno no sale de la / tumba, / la cocina a oscuras, la miseria de amor".

Este poema se escribi en el verano de 1920. Espejo narra que, por esas fechas, su
padre recin llegaba de Trujillo, y que Vallejo almorzaba diariamente en casa de sus
tas; en una ocasin el padre de Espejo pidi el almuerzo temprano porque tena
que salir de la casa, Csar lleg tarde y comi solo. De este acontecimiento, segn
el crtico, se deriv el poema.25 Su estilo gira en torno del centro temtico de falta
de amor materno y familiar, asociado a la comida; sus versos y estrofas insisten de
manera obsesiva en los sentimientos de dolor y prdida por la imposibilidad de
sustituir el hogar propio por el ajeno. Tal obstinacin se presenta, en la primera
estrofa, mediante la sensacin de soledad por la falta de atencin materna y la
ausencia familiar del hablante; en la segunda, se proporciona la causa de esa
sensacin, cuyo tono denota la solicitud de comprensin reiterando en la
imposibilidad de que la voz lrica pruebe alimento, al evocar la desintegracin
familiar por la ausencia de la madre. En la tercera se introducen elementos de
alegra al recrear el hogar ajeno, situacin que rompe con el tono de queja de la
estrofa anterior, pero eso es el pretexto para insistir, una vez ms, en el dolor
desgarrado del poeta, pues mientras sus anfitriones estn en su casa, el hablante
no est en la suya. La cuarta estrofa incide, de nuevo, en la misma idea, pero el
sentido alcanza dimensiones profundas que se extienden a cualquier persona que
se halle en esa situacin y el deceso de la "MADRE" se extrapola a una sensacin de
muerte en todo lo que rodea al hablante potico.

La fontica del poema se halla en estrecha relacin con la insistencia temtica antes
referida y se genera por la enumeracin larga de trminos que repiten aspectos
negativos para reforzar la sensacin de soledad, "y no he tenido / madre, ni
splica, ni srvete, ni agua, ni padre...", todos ellos elementos que denotan
carencias y que en el contexto tienen que ver con la ausencia de amor. Del mismo
modo, se reitera en la queja, "cmo iba yo a almorzar. Cmo me iba a servir",
"cmo iba yo a almorzar ahora" y en la justificacin de la misma, "cuando habrse
quebrado el propio hogar, / cuando no asoma ni madre" que en la estrofa final se
torna en motivo de la falta de afecto, "Cuando ya se ha quebrado el propio hogar..."
se produce "la miseria de amor" y una sensacin de muerte expresada en la frase,
"la cocina a oscuras". Asimismo, "el yantar" ajeno, "torna tierra el bocado", "hace
golpe la dura deglusin", "el dulce, hiel", "aceite funreo, el caf", encaminadas a
lograr la profundizacin del sentido y no la expansin hacia otras significaciones.
Estas caractersticas contribuyen a una fontica rtmica en la lectura, directamente
relacionada con la semntica.

La crtica, coincide, en general, con la interpretacin de este poema, NealeSilva


advierte que el poema es de doble orientacin: suma sencillez y complejidad; su
caracterstica formal ms importante es su lenguaje prosaico y familiar en el cual se
oculta una intencin puramente referencial. As parecen indicarlo los diferentes
tipos de coloquialismos plasmados en exhortaciones indirectas, exclamaciones
interrogativas y admirativas, frases explicativas, calificaciones genricas. El crtico
entiende que la imagen de las tas funde el color oscuro de utensilios muy usados
(tordillo) con el ruido (retinte = retintn) de las cacerolas, del tipo que se usara en
das de informalidad casera.26 Juan Larrea consigna tordillo como animal de pelo
negro y blanco aplicable metafricamente a las personas. La imagen est hecha de
una tpica transposicin sincrtica: "con sus canas tas que hablan / en tordillo
retinte de porcelana", que sugiere que las tas trasiegan utensilios de porcelana
blanca y negra y que ellas son unos pajarillos algo pintorescos.27 Monique Lematre
realiza algunos sealamientos distintos a los nuestros, por ejemplo, dice que el
"ofertorio" es "facundo", elocuente porque los comensales hacen ruido al comer los
"choclos", mientras que el padre para resaltar su presencia, cuestiona los silencios
referidos en, "broches mayores del sonido" o sea, las pausas en la deglucin de los
"choclos". Respecto a que las tas hablan "en tordillo retinte de porcelana" piensa
que "tordillo" se asocia con los caballos, cuyos colores en el pelo son una mezcla
entre negro y blanco y que al faltarles los dientes a las tas, los alvolos negros
contrastan con la porcelana blanca de los dientes que an tienen.28

Roberto Paoli afirma que este poema forma parte de uno de los ejes de Trilce, el
recuerdo de la familia andina y en su centro la madre (o la mujer amada, en la cual
Vallejo proyecta o identifica los atributos maternos) como el numen de proteccin y
de orden. De acuerdo con el crtico, este es uno de los poemas confesionales del
libro y seala la capacidad del habla potica de explorar una perspectiva
contrastante y paralelstica de situaciones cotidianas puestas en crisis. Los primeros
contrastes se plantean entre soledad y ncleo familiar, evidencia que se enumera
acumulativamente por negaciones y que suscita el cotejo de abundancia
celebratoria de la mesa paterna y la cocina materna ms prximas a la naturaleza,
con el presente de urbanidad anacrnica y ligeramente cmica de las tas
bisbiseantes. "Almorzar nonada" es una imagen que concentra la suma de
negaciones (no ms nada).
La estrofa del yantar, prosigue Paoli, contrasta el bocado de la madre con el
presente, que supone una verdadera deglucin de angustia; la audacia figurativa de
ligar la tumba y la cocina materna son expresiones explcitas de orfandad, pero la
verbalizacin directa de la ansiedad hace pensar que el lenguaje se mueve ms all
de la experiencia de desamparo. El poema sugiere que si el lenguaje potico es
capaz de decir explcitamente la experiencia de intranquilidad es porque sta ha
sido excedida como tal y el habla sera la transicin de la catarsis a la narracin, de
la confesin al drama de lo cotidiano, porque el habla potica es la materia de una
exploracin hecha de varias voces, por lo cual se puede decir que el testimonio de
Espejo revela que el poema no es derivado slo de la experiencia de almorzar, sino
que hace esa experiencia, la constituye y as la excede como tal, designada y
explicitada. El habla potica, distanciada de los hechos, dramatiza y narra, compara
y enfatiza y se mueve ms all de la experiencia.29 Observemos que el crtico
explica la forma en que la articulacin del lenguaje proyecta las sensaciones para
incidir en la magnitud del sentido de orfandad ya mencionada.

A MANERA DE CONCLUSIN

El anlisis realizado constata la importante presencia de la figura de la madre en la


poesa de Csar Vallejo, particularmente en Trilce. Observamos tambin, que el
tema se enlaza con otros de similar importancia para el poeta, por ejemplo, con la
muerte, siempre vista como parte de la vida y derivada de la idea primigenia de la
madre. La escritura potica de Vallejo responde a los esquemas arquetpicos, cuyos
elementos se hallan en los mitos universales de la diosa madre y el cristianismo,
que afloran en el lenguaje potico a travs de smbolos verbales, que el poeta
combina con aspectos de la vida cotidiana y con infinidad de recursos formales para
rendir homenaje a la madre, quien alcanza dimensiones de grandeza mtica.

Los poemas estudiados exhiben rasgos estilsticos extensivos a toda la obra, por
ejemplo, aquellos relacionados con el fenmeno vanguardista internacional y
nacional en el Per. Trilce voluntaria o involuntariamente posee caractersticas
estticas provenientes de los cambios europeos y latinoamericanos gestantes en
esa poca, y notorios en todos los poemas, pero sobresalientes en unos, ms que
en otros; entre ellos, la sintaxis catica, la construccin de frases poco legibles, el
uso de signos de admiracin, maysculas, entre muchos ms, empleados en
desacuerdo con las convenciones, y aunque las corrientes de vanguardia exaltaron
el empleo de artificios formales que en varios casos cayeron en lo
superficial, Trilce, segn se ha visto, es capaz de generar hondas emociones y
significaciones profundas.

Las particularidades biogrficas, segn se ve, desempean un papel decisivo en las


referencias de sentido de estas composiciones, pues constituyen la fuente de
inspiracin en la construccin artstica. Es notable que en los temas muerte/vida y
en los relacionados con la madre tuvo gran incidencia el deceso de la madre del
poeta, quien sublim su experiencia personal y favoreci la reflexin hasta adquirir
dimensiones existenciales que dieron lugar a la creacin de verdaderas obras
artsticas. Al lado de este acontecimiento biogrfico se dejan ver algunos otros
datos relacionados con la familia inmediata, por ejemplo, la mencin del padre, su
ambiente hogareo, los amigos que constituyeron referentes en la construccin de
su obra.

Comentario literario lrico del


poema "LXV"
Escrito por elhuariqueliterario el 05-04-2016 en Comentarios Literarios. Comentarios (0)

El poema LXV fue escrito y publicado en el libro Trilce, unos de


los ttulos claves de la poesa vanguardista, por una de las
grandes figuras de lrica hispanoamericana del siglo XX, Cesar
Vallejo (1892-1938) que fue un inspirador del modernismo y un
poeta vanguardista. Vallejo tena una serie de obsesiones que
se repiten peridicamente a lo largo de sus poemas como
cualquier otro autor, una de ellas es el sentimiento de verse
desprotegido y solo a su alrededor, siente que ni Dios lo quiere,
as como en el poema Espergesia de los heraldos negros que
menciona, yo nac un da que Dios estuvo enfermo (Vallejo,
1919). Por otra parte, est el paso del tiempo, la fugacidad de
la vida y el exilio. El poemario Trilce, considerado una obra
maestra por parte de los especialistas, tiene una difcil
comprensin, es por eso que fue vuelta a publicar en 1930 pero
en Espaa junto a un prlogo. Adems, el poeta peruano
adopta el verso libre y rompe las formas tradicionales, con la
lgica y la sintaxis, incluso llega a crear nuevas palabras. El
poema LXV se caracteriza bsicamente en el recuerdo de un
ser querido junto a la opresin del paso del tiempo.

En resumen, la obra nos habla en una primera estrofa acerca


del regreso del yo potico a su pueblo natal y todo lo que lleva
con l a nivel sentimental. En la segunda estrofa se habla de lo
que espera en su regreso y sus intactos recuerdos de aquel
pueblo en donde sola pasarla bien. En la tercera estrofa se
sintetiza acerca de un sentimiento especial hacia alguien,
mostrando hechos de su puro y sincero afecto. Si hablamos de
la antepenltima estrofa se puede ver bsicamente el valor de
su madre y el amor que senta por ella. Si se toca a la quinta
estrofa se puede identificar la continuacin de la cuarta estrofa
ya que no cambia de tema hablando de un amor que se apart
y an se recuerda. Finalmente, en la estrofa seis se puede
apreciar solo una oracin que se repeta en estrofas anteriores
y trata de cmo es que se considera a esa persona especial de
la que tanto hablaba el yo potico.

Vallejo tiene como temas principales, la soledad, depresin y el


recuero, algo que el poema LXV no es ajeno ya que se muestra
al yo potico muy descriptivo al mencionar un recuerdo en el
cual interviene la tristeza y soledad. Por consiguiente, el tema
que se desarrolla en el poema LXV es el recuerdo del yo
potico por un ser especial que viva en su pueblo natal.

Analizando los elementos de fondo para sustentar el tema


propuesto son, el yo potico y el motivo lirico. El yo potico al
comienzo del poema se muestra reflexivo de manera que
menciona a su madre, ya fallecida, como un recuerdo del
pueblo de Santiago de Chuco, Lugar natal. Esto se puede
ejemplificar con la siguiente cita; Madre, maana me voy a
Santiago, a mojarme en tu bendicin y en tu llanto (Vallejo,
1922) Con mencionada cita se puede demostrar que su madre
es considerada como una santa al decir que lo moje con su
bendicin algo que va de la mano con el tema catlico. Por otra
parte, en los dos primeros versos de la tercera estrofa se puede
identificar que el yo potico siente un gran cario y que es su
madre es su ms valioso recuerdo ya que menciona; Estoy
cribando mis carios ms puros. Estoy ejeando No oyes
jadear la sonda? (Vallejo, 1922). En cuanto al motivo lrico se
impone en el texto al recuerdo y a la prdida de tiempo. En
este caso se centrar la prdida de tiempo; La prdida de
tiempo evidentemente va de la mano con el recuerdo ya que
ese recuerdo lo lleva a Vallejo a pensar por qu no pudo seguir
sintiendo los momentos felices con su madre y porque dej que
pase el tiempo. Adems, Vallejo quera transmitir que su madre
que est fsicamente muerte, est espiritualmente viva y que en
su recuerdo no habita nada ms que esos momentos de su
infancia que se encontraban rellenos de dulces momentos.
Pasando al anlisis de los elementos de forma se pueden
destacar a las figuras literarias y al estilo del autor. Tomando el
caso de las figuras literarias, podemos empezar con un nfasis
en el uso de la hiprbole. Este se contextualiza al principio del
poema en el verso dos mencionando; a mojarme con tu
bendicin y en tu llanto (Vallejo, 1922) El efecto que produce
dicha cita es que el lector sienta junto al poeta y que se d
cuenta de que tanta importancia tiene todo el tema para el yo
potico. En adicin, se puede tomar el caso del uso de
metforas, un ejemplo de ello est en la estrofa tres; estoy
plasmando tu formula de amor (Vallejo, 1922). El efecto de la
metfora en el poema LXV es el hacer nfasis en el complejo
amor que siente Vallejo hacia su madre. Si hablamos del estilo
de autor, podemos ver ese cambio de lo tradicional que es
caracterstico de la corriente vanguardista en la ltima estrofa
que es; As, muerta inmortal. As. (Vallejo, 1922) Esta cita
permite hacer nfasis al pensamiento de Vallejo de que su
madre nunca muere en sus recuerdos. Adicionalmente se
puede destacar la complejidad del lenguaje del autor, que
especficamente se encuentra en la tercera estrofa. Palabras
como dianas, ejeando, cribando, jadear y tascar son
ejemplo de ello y que su significado contrasta que el yo potico
quiere traer a su madre.

En conclusin, el poema LXV que fue escrito y publicado por


Csar Vallejo nos habla del recuerdo del yo potico por un ser
especial que viva en su pueblo natal y en este caso es su
madre que falleci en Santiago. Finalmente quiero destacar la
idea de que para Vallejo su madre est muerta fsicamente,
pero viva en su imborrable recuerdo. As, muerta inmortal.
As.

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